una mirada epistémica a la práctica de la investigación social

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Telos ISSN: 1317-0570 [email protected] Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín Venezuela Valia Pereira, Almao Una mirada epistémica a la práctica de la investigación social Telos, vol. 13, núm. 1, enero-abril, 2011, pp. 30-50 Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín Maracaibo, Venezuela Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=99318408003 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Telos

ISSN: 1317-0570

[email protected]

Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín

Venezuela

Valia Pereira, Almao

Una mirada epistémica a la práctica de la investigación social

Telos, vol. 13, núm. 1, enero-abril, 2011, pp. 30-50

Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín

Maracaibo, Venezuela

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=99318408003

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Una mirada epistémica a la prácticade la investigación social

An Epistemic Look at the Practice of Social Research

Valia Pereira Almao*

Resumen

El presente artículo busca poner de manifiesto la relación existente entreepistemología e investigación a fin de establecer la existencia de condiciones ge-nerales de cientificidad que dan legitimidad y validez al conocimiento que se ela-bora en las ciencias sociales. La exposición se apoya en la revisión y análisis biblio-gráfico de distintas fuentes. Se expone sintéticamente, apelando a ejemplos pun-tuales (Merton, 1980; Ward, 1995; y Vásquez, 2009), la manera en que se handesarrollado los esfuerzos por construir teorías, en particular de alcance medio, yde esfuerzos de investigación empírica, cuyo producto constituye un avance teó-rico promisorio, aunque el reto de la teorización inclusiva continua vigente. Esosasuntos permiten concluir que el dominio, por parte de los investigadores y en lascomunidades académicas, de la relación epistemología y metodología adjudicafortaleza a los resultados de la investigación científica que se obtengan y permiteavanzar hacia explicaciones consistentes de la realidad.

Palabras clave: Epistemología, investigación social, metodología de la investi-gación, ciencias sociales.

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Recibido: Enero 2011 � Aceptado: Febrero 2011

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Abstract

This article seeks to reveal the relationship that exists between epistemologyand research, in order to establish the general conditions of the scientific ap-proach that give legitimacy and validity to knowledge produced by the social sci-ences. The exposition is supported by bibliographical review and analysis of dif-ferent sources. The way that efforts to construct theories, especially medium-leveltheories, have developed is presented summarily in the paper, recurring to spe-cific examples (Merton 1980; Ward 1995; Vásquez 2009) and empirical researchendeavors, whose results constitute a notable theoretical advance, even thoughthe challenge of finding a more inclusive theory still remains. These issues make itpossible to conclude that mastery of the relationship between epistemology andmethodology by researchers in academic communities gives strength to the re-sults of scientific research and advances explanations consistent with reality.

Key words: Epistemology, social research, research methodology, socialsciences.

Introducción

El objeto del análisis es establecer la relación existente entre epistemología einvestigación, específicamente cómo inciden los productos de las ciencias socialessobre los desarrollos epistemológicos y viceversa, sobre todo en la demarcaciónde condiciones de cientificidad que dan legitimidad y validez al conocimiento quese elabora.

Para ello se diserta, en primer lugar, sobre los principales aportes de las co-rrientes del pensamiento científico de mayor incidencia en la práctica científica,buscando con ello clarificar cuales son las fuentes de los razonamientos teóricos ymetodológicos predominantes. En segundo lugar, se exponen sintéticamente, ape-lando a ejemplos puntuales, la manera en que se han desarrollado los esfuerzos porconstruir teorías, en particular de alcance medio, que abren la relación con las teo-rías generales y ofrecen explicaciones expeditas sobre la realidad; así como tambiénse documenta una experiencia de investigación empírica cualitativa que señala elsurgimiento de una oportunidad de construir una teoría de alcance medio.

Estos asuntos llevan consigo la finalidad de establecer un discurso llano y re-flexivo que muestre la relación epistemología-investigación dentro de una pers-pectiva productiva, al hacer una mirada directa, aunque pequeña y localizada, a loque los científicos sociales hacen en su práctica científica.

Epistemología y conocimiento científico

Cuando se habla de epistemología, con frecuencia se hace referencia a teoríadel conocimiento científico (Ferrater Mora, 1999); por lo tanto, esa vertiente in-telectual se nutre de las formas y productos de conocimiento que se han desarro-llado en las ciencias, con las cuales entienden la realidad atinente.

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La producción de conocimiento de las ciencias es el objeto de la epistemolo-gía, esto implica referirse a ese producto como una realidad construida de acuer-do a los “decires” de los científicos, acogiendo la expresión de Pérez de Laborda(2002, p. 17). En tal sentido, la epistemología es teoría del conocimiento, teoríadel cómo conocemos lo que conocemos� y su realidad de referencia es ese conjun-to de saberes, sus formas de obtenerlos, su significación e influencia en las distin-tas esferas de la ciencia, todo lo cual está compuesto por elaboraciones de la reali-dad mediadas por conocimientos teóricos e instrumentales previos que expresanlógicas de conocimiento.

Puede entenderse que los esfuerzos de la epistemología han estado orienta-dos a cimentar el tipo de conocimiento científico, procurando darle idoneidadpara dar explicaciones válidas y aceptables sobre los contenidos a los cuales seaboca, lo cual tiende a apuntalar y solidificar los principios y avances de la ciencia.En tal sentido, varias posiciones han mostrado sus pareceres. Una posición muyextendida y dominante en algunos centros académicos y de investigación en cien-cias sociales, es la positivista, la cual ha dejado una impronta de cientificidad muyligada al método, que atañe a verificación, objetividad (reproducción del objeto)y verdad (leyes naturales) (Comte, 1962; Popper, 1973; Bersntein, 1983; Serra-no, 1992).

No obstante, otras argumentaciones han hecho énfasis en la racionaliza-ción, los enfoques críticos sobre la ciencia y la sociedad, el lenguaje, la fenomeno-logía, entre otros, mostrando con ello la amplitud de problemas y tratamientos delas temáticas teóricas y metodológicas, todo lo cual va más allá de la pretensióncientífica de la regularidad que encierra el empirismo positivista (Bersntein,1983; Serrano, 1992; Baert, 1998). En general, algunas de estas otras tendenciasbuscan que la ciencia desarrolle explicaciones teóricas más sustantivas sobre larealidad, que no se limite a observar y reproducir los hechos, sino que planteeproblemas que conlleven a elevar el conocimiento a un plano de racionalidad inte-lectiva que inserte la actividad humana en perspectiva histórica (Adorno, 1978;Habermas, 1978).

Otras vertientes asientan que, como parte del rigor en la captación de loshechos que se observan, también han de incluirse las ideas subjetivas que los pro-pios individuos tienen de la realidad en que se desempeñan, tendencia a la cual sele denomina comprensiva porque entiende, contrariamente a la idea durhkeimia-na del estudio de los hechos sociales como cosas, que el análisis “no puede llevarsea cabo sin la mediación del lenguaje y sin la consideración de los estados internosdel sujeto” (Bericat, 1998, p. 25).

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No obstante la diversidad anotada, la expansión del razonamiento causal enlas ciencias sociales� es notable y ha sido atribuida a la influencia de las CienciasNaturales; sin embargo, la razón de ello está ligada al predominio de las justifica-ciones que ofrece el paradigma positivista, ya que, tal como lo expresa Bryman(1988, p.34) el tipo de razonamiento causa-regularidad y generalización no esexactamente una forma precisa de distinguir la actividad científica que realizan losinvestigadores de las ciencias naturales.

El razonamiento causal ha tenido repercusión metodológica en las cienciassociales porque permite relacionar acontecimientos para comprender, manipulary predecir, en especial en el ámbito de la metodología cuantitativa, donde ha al-canzado una gran sistematización práctica, debido al uso de técnicas numéricas,especialmente de tipo estadístico, para lidiar con la data que se recolecta y al trata-miento de los datos mediante relaciones entre variables del tipo correlacional ocausal (Díez Medrano, 1992; Sierra Bravo, 2001; Hernández et al, 2003; Brio-nes, 1998); las exigencias técnicas de esa perspectiva exigen de un elevado nivel decontrol y fiabilidad, que se refleja en los requerimientos para la planificación yconfiguración de los tipos de diseño de investigación cuantitativa.

Ese tipo de exigencias metodológicas y técnicas se han fijado en las comuni-dades académicas llevando a que se generalice la tendencia al uso de los términosvariable independiente y variable dependiente entre los investigadores (cuantita-tivos o no), lo cual produce “el empleo del imaginario causal en las investigacio-nes” (Bryman, 1988, p.30). Imaginario que incide en la práctica científica y enocasiones vuelve incoherente la relación teoría-método-procedimientos.

En el desarrollo de la ciencia se han desplegado variadas formas de conoci-miento, las preguntas que han guiado la investigación� han sido formuladas des-de diversas perspectivas además de la causal, desde la manera más inquisitiva delpor qué ocurren las cosas hasta la más descriptiva del cómo se producen. Perootro asunto es que el conocimiento que se elabora en la ciencia se efectúa dentro

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de exigencias que aluden a organización, rigor y responsabilidad en la definición,manejo y trascendencia de los contenidos.

Tal cosa es un hecho atado a la diferenciación del conocimiento científico deotros tipos de conocimiento, sea cual sea la posición teórico-metodológica que semaneje, todos aquellos procedimientos y decisiones que se usen para apoyar lasaserciones han de ser confiables e idóneamente aplicados y manipulados. Luegoentonces, no debe confundirse el trabajo empírico que es necesario hacer para re-conocer los hechos, sean estos objetivos y/o subjetivos, con las corrientes del pen-samiento científico positivista o empirista�.

Quesada (1998, p.53) expresa que “saber es creencia verdadera con justifi-cación” mientras que opinión es creencia sin justificación epistémica. Luego en-tonces, la justificación que califica al conocimiento como científico son razona-mientos de base evaluativa con relación a propiedades epistémicas; lo que alude aun escrutinio teórico y a un proceso normativo en el manejo de las condicionesmetodológicas de su producción. Es precisamente ese contenido normativo, queinevitablemente adquiere el tipo de conocimiento científico, el que demarca laselaboraciones que guían la práctica científica, confiriéndole al método un rol im-portante para juzgar la fortaleza y validez científica de un argumento. Aunquecon normativo no se quiera necesariamente aludir a un catálogo de pasos a seguir,aunque sí de principios a considerar.

Las propiedades epistémicas

¿Qué son esas propiedades epistémicas? Son los supuestos y procedimien-tos para validar el conocimiento, que los investigadores en las distintas disciplinascientíficas anticipan, usan y desarrollan para legitimar su producción.

Llegar a precisar algunas de las propiedades epistémicas que han influencia-do la práctica científica, necesita una revisión de ciertos aspectos clave. Popper(1973) expuso de modo claro la relación entre verdad (regularidad) y falsedad, apartir de su especificación del problema de la inducción, puntualizando que si elcriterio distintivo de la verdad en el empirismo es la experiencia, quedan por fueralos enunciados teóricos generales que anteceden la inducción, colocándose ungran peso sobre el número de experiencias que son necesarias recopilar para soste-ner la certeza de la regularidad y, en consecuencia, establecer la verdad, lo cual se-ría un proceso infinito.

Es claro que eso afecta la práctica metodológica y la fecundidad científica,porque la investigación se hace repetitiva y el surgimiento de nuevos problemas y

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la elaboración de teoría se convierte en inocua al sólo referirse a las regularidadesencontradas. Además, si en algún momento la regularidad se quiebra, no hay me-canismos teóricos ni metodológicos para enfrentarla, quedando las proposicionesinductivas reducidas al absurdo�.

Otros autores difirieron del planteamiento de Hume; Kant aceptó la críticade Hume al empirismo ingenuo de que la causalidad no podía encontrarse en lapropia realidad, sino en el pensamiento, pero se opuso a que ella se fundara en laregularidad o el hábito, porque de ese modo las leyes científicas no podrían seruniversales y necesarias. (Serrano, 1992).

Evidentemente, ese criterio gravitaba sobre la concepción de la causa comocategoría, sintética y a priori, que cobró fuerza en el siglo XIX, bien como catego-ría del fundamento absoluto (Shelling) u originaria (Hegel), u originaria de basehistórica-materialista o esencialista (Marx)�; tendencias que orientaron al conoci-miento histórico hacia la formulación de leyes derivadas de la esencia o motor his-tórico concebido. Por tanto, son posiciones que dan a la teoría el papel de concep-tos antecedentes o precedentes de la actividad científica, es decir, que intervienenen la actividad del conocimiento de nuevas realidades.

Popper (1973) contrapone al criterio de certeza y verificación del empiris-mo inductivo el de falsabilidad para demarcar lo que es conocimiento científico(demarcación). La falsabilidad alude al escrutinio sistemático que permite aceptaro rechazar un producto de conocimiento, que incluye la contrastación con la ex-periencia; pero, a lo que Popper da mayor importancia es a la refutabilidad de lateoría o sistema lógico, el cual fija su admisibilidad en la comunidad científica entanto que resista a la evidencia negativa. Eso es contrario al empirismo porque

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este centra la aceptabilidad del conocimiento obtenido en la prueba o evidenciapositiva que la respalda, se acepta porque se verifica en las observaciones; en elcriterio de Popper se acepta mientras no hayan pruebas negativas que socaven lalógica de los enunciados expuestos.

Esto es de vital importancia para la teoría y su avance en el tiempo, porquemuchas no resistirán la refutación pero otras sí; y pueden seguir explicando elmundo aunque no sean ciertas o nunca puedan serlo (o sólo parcialmente), en elsentido de la verificación concluyente empirista. De allí que, la teoría en la cienciatenga el valor de una hipótesis, pero de un nivel diferente al de las hipótesis singu-lares o que son producto de la observación directa de los hechos, en el nivel de laexplicación sistemática generalizada de ciertos aspectos de la realidad. En ese ran-go, las teorías pueden ser de diversos tipos: principios, generalizaciones empíri-cas, sistemas, modelos, entre otros� (Tamayo, 2000).

Al mismo tiempo, ese criterio de la refutación fortalece a las posiciones epis-témicas que fijan su atención en los enunciados teóricos que dirigen y organizanal individuo en su tarea de hacer conocimiento; es decir, las conjeturas, expectati-vas y lógicas ontológicas que constituyen las elaboraciones con que los investiga-dores se aproximan a las realidades que estudian, teniendo esto un papel relevanteen la selección de las observaciones que han de soportar la producción de conoci-miento�.

Aunque se avanza en la comprensión de la relación existente entre teoría-observación-evidencia, la complejidad de esa relación en los procesos de investi-gación es insalvable. Lo explicó Bunge (1977, p.47) acertadamente, expresando

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que no hay reglas infalibles en el sentido cartesiano que aseguren hipótesis respe-tables, o sea, con capacidad de ser verificables, o que “nos conduzcan derecha-mente a verdades finales”.

Esa tensión por la evitación del error y la incertidumbre en el proceso de co-nocimiento científico ha colaborado a la multiplicidad de enfoques y posicionesen torno al desarrollo teórico y metodológico de la ciencia, que van desde las pers-pectivas epistémicas externalistas (poder, intereses, cultura, socialización, ideascompartidas socialmente), las irreverencias frente al rigor y la metódica, el relati-vismo lingüístico y, en general, postmodernista hasta la extensa gama de posicio-nes metodológicas cuantitativas y cualitativas, cuyas productos y proposicioneshan tenido impacto sobre los significados de la teoría y de la evidencia.

Sin embargo, un conjunto de rasgos se mantienen ineludibles en la prácticainvestigativa científica, que pueden entenderse como propiedades epistémicas,entre ellos se tienen: a- la racionalidad, en el sentido de que el conocimiento cien-tífico se fundamenta en teorías, bien sea que el planteamiento teórico sea previo ala inducción como en la investigación cuantitativa como que lo sea expost comoen la investigación cualitativa; b- la objetividad, porque se busca la concordanciadel conocimiento con el objeto�, en esta aspecto hay que agregar expresamenteel apoyo de la pluralidad metodológica�� y la diversidad de la evidencia porqueson recursos que permiten avanzar en la construcción teórica y en la tensión per-manente sobre la refutación y c- la refutación (falsación) que en el planteamientode Popper permite entender la vigencia o no de una teoría (confirmación).

Teoría e investigación

Los aspectos aludidos han acompañado la actividad de investigación en lasciencias sociales. Mucha de la investigación que se realiza ha sido promovida porteorías de alcance intermedio, al tiempo que estas teorías se han beneficiado y ex-pandido gracias a los productos de aquella. Pero también, avances importantes

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han ocurrido por la adaptación de teorías generales a campos disciplinarios parti-culares (ejemplo: la teoría general de los sistemas y su impacto en Sociología y enCiencia Política), lo cual les ha otorgado idoneidad explicativa. Esto indica que elavance teórico se ha producido en las ciencias sociales, aunque la elaboración deteorías generales consistentes sea todavía un sueño por conquistar.

Un conjunto de autores venían planteando la procedencia de las teorías in-termedias o específicas en la creación de conocimiento, entre ellos Bacon, Mill,Merton (1980), Zetterberg (1981), entre otros. Merton, por su parte, planteó lanecesidad de sincerar las condiciones del apoyo y producción teórica de los inves-tigadores, al exponer la conveniencia de impulsar teorías de alcance medio, es de-cir, elaboraciones teóricas intermedias entre las teorías sociales generales o inte-grales y las observaciones y descripciones particulares de la realidad; que incluyenabstracciones, “pero están lo bastante cerca de los datos observados para incorpo-rarlas a proposiciones que permitan la prueba empírica” (Merton, 1980, p.56).

Las teorías de la sociedad se erigían como grandes elaboraciones teóricas querequerían de un nivel de inclusión explicativa colosal, difícil de saturar en realidadescomplejas y cambiantes, convirtiéndose en nichos inseguros para el cumplimientode la gran promesa del entendimiento cabal de la realidad social. El funcionalismo,que se proponía como gran promesa, no ofrecía la capacidad explicativa necesaria,lo mismo ocurría con otras construcciones teóricas; además, llevaban consigo ungran peso ideológico, determinista y finalista de la sociedad. Con su planteamientoMerton rompe el círculo vicioso de la discusión teórica especulativa y le da orienta-ción a la práctica investigativa social en el contexto general de la ciencia, al plantearuna posición que balancea los procesos rigurosos y extensivos de investigación y ex-perimentación con los esfuerzos de elaboración teórica.

En ese contexto Merton expone los alcances básicos de las teorías interme-dias: a- su cercanía de la acción de investigación les permite “ser productos de des-cubrimientos múltiples y aproximadamente simultáneos” (Merton, 1980, p.60)o sea, contienen características observadas y confiables de la realidad y fluyen dedistintos contextos; b- no son incongruentes con las grandes teorías, las cualespor su generalidad y laxitud pueden acoger los productos de la teoría intermedia.Esto indica que no excluye los esfuerzos por la elaboración de teorías generales,pero las induce a considerar los hallazgos particulares, con lo cual pretende que semuevan del marco especulativo��; c- el efecto diversificado y acumulativo de las

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teorías intermedias pueden generar problemas teóricos, es decir, abren camino ala fructificación científica.

La teoría intermedia no se interesa en las grandes generalizaciones sino en elproblema analítico que organiza y mueve a los hechos a los cuales se refiere, porello, deja un margen amplio para la elaboración de teorías cada vez más inclusivas,al brindar productos que activan la imaginación creativa de los investigadores.Este aporte de Merton puede ser visto como una expansión de los espacios de laconstrucción teórica, de teorías específicas o de alcance medio a teorías generaleso inclusivas, lo cual incide sobre el rango de la teoría, porque ellas se diversificanen distintos niveles de contexto e inclusión (Padrón, 2004).

La disertación de Merton sobre la teoría intermedia colaboró a estimular lainvestigación empírica y sinceró el ámbito de realización científica de la Sociolo-gía y, en general, de las ciencias sociales al advertirles su realidad de referencia.Precisamente, a los científicos les corresponde indagar el mundo que les competey para ello necesitan referirse y tener acceso a los distintos aspectos que lo compo-nen y explican. Como muy bien expone Pérez de Laborda (2002, p.20), el cientí-fico tiene que “mundanalizar” o “naturalizar” la realidad que estudia para poderhablar de ella, esto es, referirse claramente a los aspectos de la misma��.

La investigación empírica o inductiva no ha crecido en desmedro de la ela-boración de la teoría explicativa inclusiva, la veta que vio Merton en la teoría dealcance medio para acrecentar el bagaje teórico ha sido productiva. Existe unaamplia gama de tipos de teorías, de generales a específicas o de alcance medio (Pa-drón, 2004). Pero estas últimas ofrecen un vínculo directo con determinados as-pectos de la realidad, como por ejemplo, las teorías del aprendizaje, de la sociali-zación, del liderazgo, de la gestión, de la democracia, de la utilidad, entre otrasaplicaciones; que son útiles en el escrutinio de los hechos o eventos en el procesode investigación, tanto para discernir los asuntos a observar (operativización)como el modo de considerarlos en su conjunto de relaciones y significaciones.

Ese vínculo directo con la realidad es difícil de obtener con las teorías gene-rales debido a su nivel de abstracción. Sin embargo, las teorías generales guardanconcepciones y lógicas que hay que considerar también en el trabajo teórico y enel análisis, según sean las exigencias del tipo de trabajo de investigación que se de-sarrolle, porque en muchos casos ellas guardan relación con algunas teorías espe-cíficas. Asimismo, la introducción de diferentes tipos de teorías en una investiga-

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ción requiere atención y rigor, en tanto que pudiera haber contradicciones entreellas, que de no detectarse, desmeritarían el trabajo científico que se realice.

En buena parte, la producción científica en ciencias sociales ha colaborado ala profusión de teorías de alcance medio, que han incidido sobre elaboracionesteóricas más amplias. Un buen ejemplo de una teoría inclusiva que se ha ido ex-pandiendo a lo largo del desarrollo investigativo en ciencias sociales (política,economía, organizaciones, grupos de individuos) ha sido la teoría de la decisiónracional, que fija su supuesto en que los individuos toman decisiones o eligen enfunción de sus intereses personales o de grupo para la obtención de sus fines. Estateoría entiende que las decisiones son racionales porque surgen de la relación en-tre intereses y fines. Fija su atención en objetos de investigación conductualespara explicar por qué y cómo los individuos deciden como lo hacen.

En el análisis microeconómico clásico, adopta la forma del tipo de análisisde competencia perfecta, para establecer cómo los individuos deciden comprarun bien a un determinado precio alto o bajo según la particular relación de cos-tos y beneficios que se les plantee en momentos determinados. Como teoría dela elección pública (Mueller, 1984) pretende la resolución de los desequilibriosque produce el exceso de intervención del Estado sobre la economía y la distri-bución de recursos, por lo que tiende a limitar el tamaño, autonomía y relacio-nes corporativas del Estado, buscando como eje la noción de equilibrio de mer-cado libre.

En los espacios sociales y políticos la teoría de la decisión racional inquieresobre la mejor forma de reunir las preferencias de los ciudadanos para ordenar so-cialmente las alternativas de decisión, en grupos pequeños o con datos de encues-tas: intención y dirección del voto, aceptación rechazo de políticas, valorizacionessociales y políticas, relación Estado y grupos de intereses, conflictos sociales, co-munitarios, grupales y políticos, política internacional, relaciones entre interesescorporativos (trabajadores, empresarios), entre otros; utilizando también un cri-terio de equilibrio en la relación de preferencias y decisiones.

Reconocen la complejidad de las motivaciones humanas, pero las simplifi-can ofreciendo un concepto flexible de las mismas de acuerdo a las situaciones, losactores y las relaciones entre ellos, asumiendo que los fenómenos se explican apartir de creencias y objetivos de los individuos (individualismo metodológico),lo cual involucra elementos estructurales y situacionales. De allí la posibilidad deque las áreas de aplicación de la teoría sean muy amplias, además que es útil en lapredicción de la elección cuando una conducta racional no se hace evidente o estáenvuelta en incertidumbre.

En general, la teoría de la decisión racional es capaz de ser adaptada a enfo-ques normativos diferentes, tanto conservadores (estado mínimo) como marxis-tas (juegos de intereses y diferenciaciones de clase), ya que, dado su potencial deexplicación de la acción humana, opera más como un modo de razonar o técnicade análisis. Asimismo, su aporte es importante en el análisis de escenarios y análi-sis de juegos entre contendores (negociación y conflicto), porque bajo el criterio

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de interdependencia estratégica (los individuos enfrentados aceptan y conocen lasreglas de negociación), se pueden prever alternativas de solución y las gananciasefectivas de los individuos o grupos en conflicto y sus efectos contextuales.

No obstante, las críticas a la teoría de la decisión racional son abundantes(Ward, 1995; Baert, 1998), una de sus premisas fundamentales genera dudasentre muchos investigadores, la del comportamiento humano como racional.Otro de sus fuertes, la simplificación de las preferencias, no es bien recibida porquienes aspiran a un mayor nivel de complejidad. Así como hay quienes no veno evalúan como insuficiente el tipo de relación que la decisión racional hace conlas estructuras sociales. En su descargo se ha dicho que esta teoría no puede ex-plicar toda la realidad, que otros enfoques son también necesarios; que en losdesarrollos que ha experimentado se ha ido superando así misma, al punto quepuede ayudar a entender cómo las estructuras surgen y se transforman y se le re-conoce su utilidad como herramienta heurística en el entendimiento de las rela-ciones entre intereses y fines.

Sin embargo, el enfoque continúa siendo útil para el estudio de la acción in-dividual y colectiva, mostrando que su refutabilidad en el sentido popperiano noha sido lo suficientemente fulminante como para dejarla en desuso. Es más, tantola crítica como la investigación continua en distintos ámbitos ha hecho que estateoría se modifique a sí misma, mostrando esfuerzos teóricos de reconceptualiza-ción importantes como es el caso de Colomer (2009) con relación a la ciencia po-lítica, quien fija el objeto de la política en la provisión de bienes públicos mediantela acción colectiva, en situación de cooperación, conflicto y competencia.

Desde esa premisa, Colomer pasa a identificar y discutir las distintas organi-zaciones, instituciones, situaciones y comportamientos que constituyen el objetode lo político, convirtiéndose su producto en un aporte nada desdeñable, aunquesiempre discutible, en el entendimiento teórico de la ciencia política, que repercu-te, por supuesto en los giros de la investigación.

Este ejemplo constituye una buena manera de comprender cómo premisasfalsas pueden llevar a proposiciones verdaderas (planteamiento de Hume), en-tendiendo verdaderas como válidas. Esto es, no puede decirse que los supuestosde la teoría antes aludida estén absolutamente comprobados en sentido fáctico ypor ello es polémica, pero su validez estriba en que se apoya en productos de in-vestigación y es apropiada para el análisis en algunos objetos de estudio. Superalos cuatro procedimientos de contrastación de la teoría que plantea Popper(1973) coherencia interna del sistema, alcanza el carácter de teoría empírica (notautológica), constituye un adelanto científico en tanto que ha permitido elplanteo de diversos problemas y es empíricamente aplicable en los ámbitos de sureferencia.

La explicación

Otro aspecto a considerar, a partir de este ejemplo de la teoría de la decisiónracional es el de la explicación científica. Brevemente se repasan dos patrones ex-

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plicativos de relevancia, el de de Hempel y Oppenheim y el de van Frassen��, loscuales pretenden dar cuenta del carácter científico de los contenidos, esto es,“proporcionar explicaciones sistemáticas y sostenidas responsablemente” (Nagel,1961, p.15).

El patrón de la inferencia lógica de Hempel y Oppenheim (Díez y Mouli-nes, 2008; Lambert y Brittan, 1975) plantea que dado un determinado estado decosas (explanans) es esperable un subsecuente (explanandum), si este está conteni-do en el primero. ¿Qué es lo que tiene que estar contenido del segundo en el pri-mero? Las regularidades nómicas, es decir, las leyes naturales (basadas en la reali-dad natural o fáctica) que, por tales, no pueden ser accidentales, sino que tienenun nivel de certeza confirmado. Por eso se le denomina modelo de cobertura legal(covering law model) o de esperabilidad nómica (nomic expectability). Aquí la expli-cación adopta la forma de un argumento deductivo, son enunciados verdaderos,con contenido empírico que se corresponden con los antecedentes dados.

A ese planteamiento legal se contrapone el de van Frassen (Díez y Mouli-nes, 2008; Horenstein, 1998; Chirinos Bossio, 2007), quien sostiene una posi-ción de relativización pragmática donde el explanans es un enunciado cuya rela-ción explicativa con el explanandum está determinada por la condición relevanteque da el contexto en el cual se desenvuelven los hechos. A lo cual habría queagregar que el proceso analítico que lleva a la captación de las relevancias del con-texto se apoya en la producción continua de conocimientos, métodos y técnicas(justificación, diseño y aplicabilidad) que realizan las diferentes ciencias en sus es-fuerzos por entender ese contexto adecuada y fecundamente.

Se ha argumentado que van Frassen es muy liberal al no colocar restriccióna la relevancia del contexto, ya que pudiera ser cualquier cosa; sin embargo, lacondición que planteó van Frassen fue que los factores a considerar del contextodebían ser científicamente relevantes, en cuanto a la procedencia de la informa-ción como de los criterios de evaluación, los cuales devendrían de teorías científi-cas (Díez y Moulines, 2008).

Por supuesto que esa flexibilidad le da a la posición de van Frassen un margenamplio para su acogida como referencia explicativa, aquella que la conecta con dife-rentes formas de cientificidad, según sean las concepciones teóricas que se manejen,las cuales le otorgan particularidades a los elementos del contexto en relación conlos hechos que se analizan (Chirinos Bossio, 2007) y según sean los métodos que seutilicen (cuantitativos o cualitativos), adoptando en consecuencia como respaldossistemáticos y responsables para la explicación de los hechos o eventos a aquellos

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que se derivan de los mecanismos de rigurosidad que los contenidos teóricos ymetodológicos seleccionados disponen para su puesta en práctica.

De ese modo, los enunciados explicativos pueden afincarse en regularidadestipo legales, como también causales o probables (ej. Análisis estadístico y proba-bilístico) o en inferencias comprensivas o interpretativas (ej. estudios de casos,historias de vida). La flexibilidad de la posición pragmática de van Frassen permi-te, por un lado, atribuir y manejar criterios de rigurosidad y validez (benefician laobjetividad) según los contextos teóricos, de operatividad fáctica y de análisis queaporta el bagaje intelectual (teórico y operativo) de las ciencias sociales y por elotro, sostener la posibilidad de temporalidad de las explicaciones de los hechos, locual es más acorde con las limitaciones del objeto social para dar lugar a explica-ciones absolutas o permanentes a lo largo del tiempo.

Es claro que la posición de van Frassen sintetiza mucho de lo que en reali-dad ocurre en las explicaciones que derivan de los procesos de investigación socialempírica. Pero, a pesar de que el esquema explicativo aludido es práctico, tambiénhay que tener en cuenta a aquellas argumentaciones sustantivas sobre la explica-ción. Como la que ofrece Nagel (1961), para quien la ciencia busca explicar lasverdaderas causas de los fenómenos y no las meras descripciones de la realidad.

En el mismo sentido, se habían manifestado Lalande y Meyerson, para elprimero ese propósito explicativo se alcanzaba mediante un proceso de asimila-ción de la realidad a la razón y para el segundo mediante la identificación con lo yaconocido (Brehier, 1951). Esta argumentación es importante señalarla porqueella alude a la racionalidad, que antes se mencionó como elemento indispensabledel conocimiento científico, esa racionalidad es lo que lleva a trascender y a darlesentido en las lógicas argumentativas a describir, organizar, tipificar, verificar, en-tre otros procedimientos usuales con los cuales los científicos trabajan empírica-mente sus objetos.

Volviendo a la teoría de la decisión racional, puede decirse que su perma-nencia y mejoramiento en el tiempo ha tenido que ver con la capacidad explicativaque progresivamente ha desarrollado para ofrecer resoluciones a ciertos tipos deproblemas de investigación, apoyada en su permeabilidad al uso de distintos mé-todos y teorías, todo lo cual le ha dado idoneidad, aunque sea mínima o parcialpara la fructificación teórica en algunos casos. Esa dinámica le ha sido útil para en-frentar nuevas realidades y la crítica. Además, no se compromete con una especí-fica forma de comportamiento racional, sino que este tiene que ser definido segúnla situación de que se trate, dando ello una flexibilidad inmensa para el manejo deese criterio en diferentes situaciones y tiempos��.

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Explicaciones derivadas de productos de investigación empírica

También puede aludirse a las explicaciones que devienen de productos deinvestigación en áreas muy delimitadas de la realidad, donde la sistematización yprofundidad en el tratamiento de la información y su análisis despiertan la sospe-cha de que se trata de una lógica explicativa viable y peculiar, que da sentido a unconjunto de hechos y acciones. Podría tratarse de los inicios de una teoría de al-cance medio, cuya expansión necesita que la producción de la investigación empí-rica se expanda.

Como ejemplo puede citarse las aportaciones sobre la interrelación entrecultura organizativa y la gestión pública local en Venezuela, derivadas del estudiocualitativo de casos de un grupo de alcaldías venezolanas durante específicos lap-sos de sus gestiones político-administrativas (Vásquez, 2009). La comparaciónde las prácticas organizativas entre los casos fue realizada dentro de una estrategiade investigación basada en el análisis de las teorías de la cultura organizativa y dela gestión, buscando la adaptabilidad al entendimiento y manejo del objeto de in-vestigación.

Otro de sus soportes fue la teoría fundamentada, con la cual se le dio formay sentido al proceso de captación e integración de las evidencias. Operativamentese apoyó en varias técnicas de recopilación y análisis de información primariospara alcanzar la saturación de los datos, en cada caso, dentro de la temporalidadseleccionada.

Ese proceso fue generando un producto que le permitió a la autora identifi-car tres patrones de cultura organizativa en la gestión de las alcaldías estudiadas:cultura clientelar provinciana de líderes, donde los rasgos significativos encontra-dos fueron la penetración de comportamientos y valores clientelares que reflejanlas relaciones de sociabilidad de la comunidad y los líderes personales: familiari-

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dad, amistad, lazos religiosos y políticos; cultura clientelar provinciana de súbdi-tos, en la cual se agregan al conjunto de rasgos de la cultura clientelar provincianael manteniendo de lealtades políticas con el gobierno central, predominando el li-derazgo de cuadro político disciplinado que limita el desarrollo del liderazgo per-sonal local y cultura efectivista, donde la cultura organizativa está orientada porprincipios y valores tecnocráticos, pero el liderazgo continúa siendo personalistano de base técnico-profesional.

La autora explica cómo se producen e integran en la cultura organizativasistemas institucionales difusos de gestión pública, formales e informales, estosúltimos conviviendo paralelamente a la organización formal, pero plenamente re-conocidos por los distintos actores como parte de la organización real e inevita-ble, donde la relación clientelar no es un mero rasgo transitorio, atinente a deter-minadas fuerzas políticas, sino un componente de la gestión institucional y de lasprácticas culturales organizativas.

De ese modo, la cultura organizativa sintetiza comportamientos y valoresinternos y del contexto de la institución local, incluidos los que emanan del per-sonalismo en que ha derivado el ejercicio del liderazgo personal que se desarro-lla en buena parte de ellas. Algunos rasgos de esos patrones organizativos y cul-turales también los encontró la autora en referencia en áreas de la administra-ción pública centralizada, pero sus investigaciones al respecto están todavía in-conclusas.

Esos hallazgos son promisorios para el entendimiento de la gestión públicaclientelar en Venezuela en relación con la cultura organizativa que las dinamiza, ydesde ya constituyen un cuerpo teórico muy ligado a la investigación empírica, loque les da un rango teórico de abducción, sujeto a que las investigaciones ulterio-res en el área puedan llevarla a un cuerpo teórico de mayor validez, consolidacióny efectividad para la aplicabilidad.

Con abducción se quiere decir que esos hallazgos son hipótesis surgidas dela observación de los hechos, en el sentido que Pierce, referido por (Hoffmann,1998, p.41) la consideró: “Abducción es el proceso por el que se forma una hipó-tesis explicativa. Es la única operación lógica que introduce una idea nueva”. Eseproceso se esclarece al observar el epísteme que Pierce (citado en Debrock, 1998)expuso sobre la producción de elaboraciones teóricas, que todavía son débiles,como es el caso de la abducción, según el cual un conjunto de hechos son conoci-dos y, suponiendo sobre estos un determinado estado de cosas, los hechos cono-cidos seguirían a este, por lo tanto, hay buenas razones para aceptar que ese esta-do de cosas es real, pero en el sentido de que es válido o transitoriamente verdade-ro, ya que el mismo Pierce (exponente importante de la abducción) considerabaque la verdad del hombre no puede ser absoluta porque la base de los hechos es lahipótesis.

Hay que agregar que cuando se alude a expresiones o lógicas de carácterepistémico, aquellas que formulan enunciados de conocimiento o de creencia (“a

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[alguien] sabe que p [proposición], a [alguien] cree que p [proposición]”)�� (Fe-rrater Mora, 1999, p.1040) en realidad son enunciados simplificados, en térmi-nos de la práctica científica esas lógicas han sido construidas sobre teorías, eviden-cias y marcos metodológicos y analíticos que los investigadores han utilizado paraverificar, demostrar, validar y explicar los contenidos. Por lo tanto, la valoración yaceptación (contratastación y refutación) de los mismos por parte de las comuni-dades científicas en las distintas ciencias involucran a ese bagaje científico mencio-nado.

Precisamente, además del potencial antes dicho, otro aspecto que le da fuer-za a la validez de los hallazgos de Vásquez tiene que ver con las nuevas discusionesque han tomado relevancia en la búsqueda de explicaciones sobre la brecha res-pecto del desarrollo, cada vez más grande, que existe entre América Latina y losEstados Unidos. Entre las ideas que han cobrado fuerza para orientar la investiga-ción se encuentra la existencia de instituciones débiles y “defectuosas” en Latinoa-mérica (Fukuyama, 2008), lo cual involucra a instituciones formales e informa-les, estas últimas de difícil manejo y medición, que además, tienen raíces cultura-les que distorsionan y desvían la búsqueda del interés común en la acción colecti-va por intereses personales, familiares y grupales, produciendo efectos que afec-tan la eficiencia de las políticas públicas.

El enlace de los hallazgos de Vásquez con estas proposiciones le agrega ma-yor fuerza todavía a la presunción de que los mismos bordean una posibilidadteórica prometedora para entender cómo y por qué se producen esos procesos or-ganizacionales. Tal búsqueda contribuiría a ampliar la investigación en otroscampos y a encontrar soluciones para el beneficio del colectivo.

Conclusiones

La crítica desde distintos ángulos a la inducción empírica ha permitido pun-tualizar la importancia de la teoría en el proceso de la investigación (racionali-dad), así como el entendimiento de la evidencia en su justo papel, la cual no esverdad en si misma sino en tanto que expresa la lógica que el sujeto investigador leasigna a los hechos. De allí que teoría y evidencia son inseparables, el sentido de lasegunda está ligado a la primera.

Con el ejemplo de la teoría de la decisión racional, se puso de manifiestoque la permanencia en el tiempo de su utilidad heurística ha tenido que ver con lacapacidad explicativa que progresivamente ha desarrollado para ofrecer resolu-ciones a ciertos tipos de problemas de investigación, apoyada en su permeabilidadal uso de distintos métodos y teorías. Esta teoría concita críticas, es incompleta yexplica situaciones, pero también ha intentado la elaboración inclusiva, no obs-

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tante que todavía en los planos disciplinarios, como el de la ciencia política. Todolo cual le ha dado idoneidad para la fructificación de la investigación empírica y laelaboración de teoría.

Los hallazgos de Vásquez sobre la cultura organizativa y la gestión públicalocal señalan que una práctica de investigación con sólida base teórica y apoyadaen la sistematización rigurosa de la información da lugar a explicaciones viables,capaces de enlazar con producciones de conocimientos en otros ámbitos.

Esas aproximaciones indican los avances y los retos de la investigación cien-tífica en ciencias sociales. La posibilidad de desarrollar teorías inclusivas requierede investigaciones que se articulen a resultados de investigaciones previas para su-perar la fragmentación de los esfuerzos y mejorar la base de reflexión. No en baldelos principales teóricos de las ciencias sociales han abogado por la superación de laevidencia, no su rechazo (nadie aceptaría reflexionar sobre hechos sesgados, de-formados o no confirmados), para alcanzar explicaciones consistentes de la reali-dad.

El principal reto es enfrentar la investigación entendiendo que epistemolo-gía y metodología son inseparables, por ello, el dominio y puesta en práctica deesa relación, tanto comprensiva como procedimentalmente le da fortaleza a losresultados de investigación científica que se obtengan.

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Valia Pereira AlmaoTelos Vol. 13, No. 1 (2011) 30 - 50