un -coyote- en ciudad (1905-1911)

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  • 7/24/2019 Un -Coyote- en Ciudad (1905-1911)

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    Desacatos

    ISSN: 1607-050X

    [email protected]

    Centro de Investigaciones y Estudios

    Superiores en Antropologa Social

    Mxico

    DURAND, JORGE

    Un coyote japons en Ciudad Jurez (1905-1911)

    Desacatos, nm. 46, septiembre-diciembre, 2014, pp. 192-207

    Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social

    Distrito Federal, Mxico

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13932263015

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    http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13932263015http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=13932263015http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=139&numero=32263http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13932263015http://www.redalyc.org/revista.oa?id=139http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/revista.oa?id=139http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13932263015http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=139&numero=32263http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=13932263015http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13932263015http://www.redalyc.org/revista.oa?id=139
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    Tzintzun. Revista de Estudios Histricos Nmero 6 0 julio-diciembre 2014 ISSN: 1870-719X360

    TZINTZUN REVISTADEESTUDIOSH ISTRICOS

    M P, ngeles, ngeles Maraque-ros. Trazos neobarroc-s-ch-os en las poticas la-tinoamericanas, Buenos Aires, Ediciones Kata-tay, 2013, 464 pp.

    ngeles Maraqueros. Trazos neobarroc-s-ch-os en las poticas latinoameri-canasse titula el libro de ensayos recientemente editado por ngeles Mateodel Pino. Ttulo singular como singular su edicin, ya que en pleno siglo rememora el barroco, estilo arquitectnico rebasado por la moderni-dad hace ya ms de dos siglos. Los enunciados, textual y grficamente n-

    geles maraqueros, son los responsables de situarnos ipso facto en un tiempo,al parecer ya desentraado por los historiadores, y en un espacio especfico:Amrica Latina. Se debe a que en todos sus tipos y rangos, los ngeles hanestado presentes en las diversas reas del quehacer humano, y en casi todaslas edades y latitudes del mundo. Desde tiempos bblicos los ngeles msi-cos han sido una, llammosle, casta especfica del gnero ngeles, empero,los ngeles maraquerosslo pudieron existir en un tiempo-espacioespecfi-co, y fue en la arquitectura donde primero se manifestaron. Ser maraqueroslos convierte en un tipo de ngeles aparte, bastardosacaso por no pertene-cen a la genealoga divina, pero siendo optimistas, pensemos que fueronafortunados de nacer para tocar las maracas. Ese detalle les reivindica dealgn modo con los otros ngeles, que suelen situarnos en las pocas pormedio del instrumento que poseen. Mateo del Pino arranc alegricamen-te esos ngelesmaraquerosdel friso que los porta, para con ellos titular sulibro. De ese modo, aquellos ngeles barrocos en desuso, y confinados a

    formar parte de la historia de la arquitectura, obtienen de manera peculiar

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    la oportunidad de la vigencia, sino hasta la permanencia, y se convierten enmusas inspiradoras de autores como ngeles Mateo del Pino.

    No es la primera vez que alguien decide extraer los ngeles de la piedra,la propia autora de la seccin con que se inicia la lectura del libro, Estudiopreliminar, informa haber tenido noticias sobre esos ngeles maraquerospor la pluma del escritor cubano Alejo Carpentier, y no directamente de laarquitectura. De algn modo, pensemos, Mateo del Pino arranc los nge-les para convertirlos en palabra y texto, en ideas y noticia, en ttulo; inclusoen brjula literaria y plstica pues con su palabra inspira la pintura que,cual friso de una iglesia del siglo , decora la portada del libro. Pareciera

    que los ngeles maraqueros de ngeles Mateo fueron concebidos por unpintor, para aparecer figurativamente en la portada de su libro, como pre-destinados a la transmutacin. A ser idea, concepto, objeto, idea y conceptootra vez, luego texto, ego, y finalmente una imagen preparada para iniciarotro ciclo de transformacin y renovacin, para ser llevados en tinta y textoa las pginas de algn libro, sea de arte, historia, arquitectura o literatura.

    Mateo del Pino los reconceptualiza en el Estudio preliminar que an-tecede a diez y siete trazos neobarro...s, y junto a ellos configura un libro

    que, por su ttulo, temtica, estructura y contenido, se asemeja a una obraarquitectnica. Metafricamente el Estudio preliminar se muda en la ci-mentacin y cada ensayo en una columna; por su composicin, la portadaviene a ser la envolvente y a su vez, la ornamentacin de la obra, el ngel enel friso que recibe a quien se detiene frente a l, y le incita a entrar. El libroes profundamente atemporal, de ah que sea posible nombrarle de estilobarru, pero no por irregular, sino por la riqueza y variedad de los trazosque le dan forma, por las curvas que rompen la esttica clsica de las perlas.

    Y del mismo modo que los ngeles maraqueros, Mateo del Pino, cual fan-tasma de Canterville, nos arrastra mentalmente a un bucle de tiempo quenos describe y explica pginas adentro, en ese estudio que hace las vecesde introduccin para el libro, y tnel del tiempo para el lector. Compactadiestramente tiempo-espacioen historia, y nos brinda un paseo que iniciaen el periodo colonial y culmina en la actualidad.

    As, el Estudio preliminar se transfigura en el argumento del libro,en l se sintetizan premisa y conclusin de los trazos neobarroc-s-ch-os. La

    autora rescata, propone, interpreta, inserta y reinterpreta para, de nueva

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    cuenta, revertir y proponer. Seduce e invita a otros a rescatar, significar yofrecer pasajes literarios, tericos e histricos, para en conjunto conseguirun trabajo historiogrfico importante, una semitica y hasta una herme-nutica de las transformaciones del trmino barroco, en el sentido de suaplicacin, conceptualizacin y re-conceptualizacin, si no filolgico, pro-pio de la especialidad de los ensayistas.ngeles maraqueros, ngeles Ma-teo del Pino y los Trazos neobarroc-s-ch-osse conjugan, compilan y ubican,de manera inteligente e interesante, los neologismos del neobarroco comocontinuidad del barroco, o bien, de los ngeles maraqueros.

    Y ya que de algn modo consideramos que los ngeles maraqueros

    enunciados en el ttulo representan la premisa sobre la que ngeles Mateodel Pino construy su Estudio Preliminar, con l a su vez nutri los 17ensayos que precede, para posteriormente retroalimentarse de ellos. Estu-dio Preliminar se convierte en un interesante y propositivo silogismo delconcepto neobarroco latinoamericano y sus derivaciones, ms an, con-tina de algn modo escribiendo teora, ya no slo del neobarroco comoestilo literario, sino que tambin contribuye a la escritura de la teora de laarquitectura barroca. En este sentido, sabemos en trminos generales que

    el barroco arquitectnico surgi como un movimiento contra-reformistadirectamente ligado a la religin judeocristiana. A partir de ello el barrocoembull todas las reas de expresin y forma de vivir: msica, teatro, lite-ratura, pintura, vestido, calzado, maquillaje, peinado, comida, jardinera,hasta influir directamente en el modo de existir, de ser y estar en Se ex-tendi hasta convertirse prcticamente en un estilo total y totalizador. Pos-teriormente, despus de una interrupcin temporal por parte del neoclsicoy otros estilos y corrientes, la arquitectura neobarroca surgi como reac-

    cin a la displicencia acadmica imperante, caracterizndose por poseerun caos ordenado; casi a la par, y siguiendo la pauta de la arquitectura,surgi la escultura neobarroca a finales de siglo . Como estilo arquitec-tnico, el neobarroco no goza de prestigio o reconocimiento consolidado y,al igual que otras corrientes como el posmodernismo, su existencia y existirprovocan ciertas contradicciones, en el sentido de que, al ser consideradascontinuidades de estilos anteriores, la escritura de la historia de la arqui-tectura se desestructura y entra en un caos que atenta contra la cronologa.

    Me refiero a que, en un sentido estricto, ni neobarroco ni posmodernismo

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    pueden existir en un orden histrico-geogrfico donde no existi su prece-dente lgico. Si en una determinada sociedad no se vivi o experimen-t mnimamente algn aspecto del barroco, resulta difcil aceptar que enese mismo sitio pudiese germinar un modo de neobarroco. No pretendoaclarar este punto en esta resea, simplemente expondr que la teora dela arquitectura neobarroca no est agotada, por la simple y sencilla raznde que contina edificndose, y se edifica, como siempre ocurre con la ar-quitectura, funcionando simultneamente como receptculo y espejo deldevenir histrico, de las ideas que la conceptualizan y de las mentalidadesque la generan. Es decir, la propia arquitectura neobarroca, al igual que la

    literatura, se encuentra en constante metamorfosis debido a que se alimentade los cambios y sucesos. Mientras que el arquitecto disea a partir de lastendencias ideolgicas colectivas o particulares del momento, los fillogosescriben, de modo que el texto escrito explica una parte del contenido queposee oculto, acaso solo intangible para algunos, el texto en piedra.

    As, desde mi punto de vista, la literatura se transmuta adems en unespejo de la arquitectura, guarda algunos de sus secretos, por supuesto noen su totalidad ya que en el diseo y edificacin arquitectnica entran en

    juego muchas ms variantes que las ideolgicas; no obstante, debe recono-cerse la importancia del texto escrito para entender el contenido ideolgicodel texto en piedra, oculto siempre en la arquitectura, en este caso neoba-rroca. De ah el valor y la importancia plusque le doy a este libro ngelesMaraqueros. Trazos neobarroc-s-ch-os, sobre todo si tenemos en cuenta queel neobarroco literario surgi mucho despus que la arquitectura de eseestilo. Los detalles, tintes y matices de inicio de la literatura neobarroca, sumetamorfosis y la del trmino que la califica y cualifica se desvelan en este

    libro, as como las variantes que ha tenido y las formas nuevas a las que hallegado: neobarroco, neobarroso, neobarroco... Y sin que ste sea su ni-co aporte, este libro se revela en s mismo como una pieza importante delnuevo neobarroco que se germina en la actualidad, el cual, por supuesto, sediferencia del primer neobarroco arquitectnico del siglo xx. Como piezade estilo, los ensayos que lo conforman se definen por contener, tanto en sutemtica como en el modo de escritura, cierta lujuria, morbo, exuberancia ydesestructuracin, aspectos que en trminos generales se aplican a la arqui-

    tectura neobarroca. Ya que sta si bien es cierto surgi a mediados del siglo

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    y actualmente se la relaciona con edificios deconstructivistas, opinoque este libro debe incluirse en las estanteras y catlogos que alojan textosrelacionados con arquitectura religiosa, teora de la arquitectura y teorade la restauracin, por mencionar algunas reas; msica y religin tambinpodran incluirle en su acervo. Son precisamente los ngeles maraqueroslostiquetes de entrada a esas estanteras, pero en general, es un libro que abrefronteras de conocimiento, que traspasa miradas y barreras disciplinarias,es una propuesta trans-disciplinaria y trans-disciplinar, tran-histrica ytrans- territorial. O bien, un libro neobarroconeodisciplinar.

    Las diez y siete miradas ntimas que recoge este libro, ms que una

    impronta, presentan la esencia actual del neobarroco, el neobarroso y elneobarrocho, acaso neoberrueco siguiendo las reflexiones de ngeles Ma-teo del Pino. Miradas todas, esencia de la tendencia barroca que ha traspa-sado barreras y fronteras de tiempo, que ha trascendido los distintos mbi-tos de creacin, actuacin y reflexin humana, quedan perpetuadas en laspginas de este libro, tal como los ngeles maraquerosen el tiempo de laroca, en un tiempo sin tiempo. Cada ensayo completa magistralmente estaobra que se me antoja pensar como friso de iglesia, este libro, acaso arqui-

    tectura de papel, los agrupa en cuatro recintos. Uno a uno se levanta antenosotros lectores como retablos que narra una temtica particular, queno por particular se separa del discurso principal del recinto que lo acoge yal mismo tiempo explica. Con sus textos, los autores caminan y nos arras-tran a situaciones peculiares, complejas y hasta perturbadoras, nos trans-porta a mundos de sensaciones. En conjunto, cada seccin del libro es unasorpresa, que nos sita en espacios territoriales y tiempos distintos, de ahque se pueda afirmar que definitivamente se trata de una obra intelectual,

    amplia, esplndidamente pensada y estructurada.Desde el campo de la restauracin de monumentos, el barroco y el

    neobarroco pueden transportarnos a espacios de tiempo histrico deter-minados, pero tambin situarnos en el momento presente, al estado ac-tual del patrimonio arquitectnico, especficamente a los edificios y a loselementos que los componen. Cada uno representa una identificacin conuno o varios momentos histricos y diversos horizontes culturales, de ahque el librongeles maraqueros me parezca adems, un objeto de restau-

    racin, en el sentido de que en un momento dado, su contenido facilitar

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    la conservacin de un elemento pues, para realizar el ejercicio de la res-tauracin, es necesaria la informacin histrica. Al mismo tiempo, el libropuede considerarse una importante pieza patrimonial que sorpresivamentepuede ser leda por personas de diversas disciplinas. Ya sea una pieza ba-rroca o neobarroca integrada por elementos que particularmente guardanuna historia propia que posee valor y riqueza en s mismo, tal como ocurrecon el ngel maraquero aislado de un friso que enmarca una iglesia. Estaapreciacin no est fuera de lugar, realmente este libro puede incluirse en ladocumentacin histrica previa que se requiere para intervenir un edifico,ya que en su contenido incluye los campos formales del estilo neobarroco,

    desde la arquitectura hasta la novela, la poesa, el cine y las religiosidades.

    G S

    Universidad de Las Palmas de Gran Canaria