surgimiento de los movimientos pre independentistas en venezuela
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Rebeliones de negros en Venezuela
Una de las primeras explotaciones que sufrieron los africanos de manos de los
espaoles fue a propsito de la llamada pesca de perlas. Y cada vez que los
negros descendan obligados en el agua salobre por el afn de lucro de Espaa,
tambin se alimentaba su espritu rebelde.
Los negros sufrieron las tremendas penalidades de la pesca de perlas mientras
sta fue una actividad floreciente. Los ms terribles esfuerzos se exigan a los
buzos, quienes a veces (reventaban) y los dueos simplemente los sustituan,
expresa Miguel Acosta Saignes en su libro Vida de los esclavos negros en
Venezuela.
Los echaban al mar, una y otra vez, para que se sumergieran en las
profundidades a excavar entre la arena y extraer las codiciadas ostras perlferas.
Venan de algn lugar de frica, y sus pulmones se agotaban cada vez que eran
obligados a descender al fondo marino.
En 1603 se sublevan los negros en las rancheras de perlas en la Isla de
Margarita que desde los comienzos de la conquista se transform en uno de los
centros ms importantes de esclavizacin, en razn de la necesidad de mano de
obra para la extraccin de perlas, expresa el historiador Federico Brito Figueroa,
en su libro Insurrecciones de los esclavos negros en la sociedad colonial
venezolana.
Las rebeliones se repitieron en otras rancheras de perlas, en las minas, en las
haciendas cacaoteras, cafetaleras, azucareras, y tambin se hicieron presentes
otros actos insurgentes que rompan con el orden simblico impuesto por los
europeos y por su estructura de jerarquas sociales excluyente y racista.
Brito Figueroa es uno de los primeros en denunciar la intencin de algunos
historiadores en presentar la lucha de esclavos negros en la sociedad colonial
venezolana como espordicas acciones sin contenido econmico y social, y
demostrar que la masa de pobladores africanos y sus descendientes acept
pacficamente la institucin esclavista impuesta por los colonizadores blancos.
El historiador Luis Felipe Pellicer, quien actualmente est a la cabeza del Archivo
General de la Nacin (AGN), tambin alza su voz en este sentido: Hay muchos
historiadores que piensan que el pueblo no es conciente de las razones de su
insurgencia y de su rebelin, y la consideran como un movimiento telrico sin
razn, sin conciencia, pero hay una conciencia poltica de por qu se insurge.
Adems, refiri que hay una intencin de emancipacin siempre que hay una
intencin de imposicin de sistemas opresin que limitan, coartan y suprimen la
libertad.
El proceso de rebeliones, de insurrecciones, insumisiones en contra del sistema
opresivo que adems era el sistema capitalismo en ciernes, incipiente, que est
all en 1498, y es contra ese sistema que empiezan a insurgir los pueblos
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indgenas y los pueblos africanos sometidos a condiciones de esclavitud durante
el siglo XVI, XVII y durante el siglo XVIII, expres.
Cien azotes y mutilacin al negro que alce su mano
Cualquier negro que tomase a brazos y alzare mano para dar a algn cristiano le
sean dados cien azotes y le corten la mano derecha, as rezaba una de las
ordenanzas de Nueva Cdiz alrededor del ao 1537, que tambin se
contemplaban castigos como mutilaciones de pies, castraciones y hasta la muerte.
Actos como estos soplaban la encendida candela de la rebelda que termin de
estallar en insurrecciones como la del Negro Miguel, en las minas de oro de Bura,
cerca de Nirgua, estado Yaracuy. Este alzamiento se extendi desde 1553 a 1556,
que el profesor Ramos Gudez ubica entre las primeras.
La noche en que Miguel iba a ser castigado con rigor se resisti a ser nuevamente
humillado, vio una espada a su alcance, se defendi del torturador y huy al
monte. No eran impulsos inconscientes lo que movan a Miguel, las razones tenan
un fundamente lgico: Conseguir la libertad que tan justamente la podan
procurar, pues habindolos Dios criado libres como las dems gente del mundo
(...) los espaoles los tenan sujetos y puestos tirnicamente en perpetua y
miserable servidumbre, como expone en una cita Brito Figueroa.
La lucha de Miguel no se agot con su muerte. A su impulso emancipador se le
uni al movimiento de resistencia de los Jiraharas que provoc, tiempo despus,
que los espaoles abandonaran las minas.
Aunque materialmente vencido, el Negro Miguel, sirvi de inspiracin y gua al
levantamiento de la etnia Jirahara, que se mantuvo en pie de guerra e irreductible
durante casi setenta y cinco aos, lo que dara como resultado la repblica de
zambos y mulatos, expresa Jos Bracho en el libro Chimbnguele: paradigma del
cimarronaje cultural en Venezuela.
Rebeliones, rebeliones y ms rebeliones
Sublevacin de negros perleros, 1603; incursiones en los hatos, 1726; la
sublevacin Andrs Lpez Rosario, Andresote, en los Valles de Yaracuy, en 1732;
la insurreccin de 1749 en la provincia de Caracas, la sublevacin de Guillermo
Ribas, 1771; Miguel Jernimo, alias Guacamayo, 1794, cumbes, cimarroneras y
ms cimarroneras.
El historiador Jos Marcial Ramos Gudez prosigui con la enumeracin de
rebeliones, y cuando lleg a la rebelin de Jos Leonardo Chirinos, en la zona de
la Serrana coreana, estado Falcn, en 1795, tom aire y se extendi:
Fue la de mayor importancia en el perodo de la Colonia, en el que se seala que
hubo la participacin de ms de 200 personas esclavizadas, e incorporaron a
algunos indgenas, hombres y mujeres tambin.
Ramos Gudez seal que esta rebelin no slo levant la libertad como un
elemento de lucha, sino que hubo una propuesta por la soberana, de
establecimiento de un gobierno soberano.
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Este insurreccin estuvo vinculada con el movimiento de los Jacobinos Negros,
que en esa poca estaban en pleno apogeo en Hait, en Martinica y en
Guadalupe. Esta lucha tiene que ver con la aspiracin y los deseos de poner en
prctica los famosos principios de la revolucin francesa: libertad, igualdad,
fraternidad.
El movimiento de mulatos, negros esclavos y libres, liderado por Chirinos, tom la
hacienda El Socorro. Proclamaron una Repblica de Igualdad, decretaron la
abolicin de los privilegios, la liberacin de los esclavos, la eliminacin de la
nobleza blanca y la suspensin de los pagos de tributos. Hasta que traicionado
por un sopln (Chirinos) fue tomado preso y condenado a muerte en la horca,
explica Brito Figueroa.
Las insurgencias y la concrecin
El hecho de incorporar a los mulatos, a los pardos, con representacin as no sea
directa, sino a travs de un blanco, en este caso Jos Flix Ribas como diputado
de los pardos tanto en la Junta Suprema como al Congreso Constituyente de
1811, eso es un cambio radical, explic el profesor Luis Pellicer.
Tanto las rebeliones citadas como otras acciones que violaban el orden simblico
de la sociedad colonial como insumisiones y resistencias pasivas, produjeron
cambios concretos, que aunque lentos fueron progresivos, como el caso de esta
representacin que ganan los pardos que para para el historiador refleja un
smbolo de la transformacin que estaba viviendo esa sociedad.
Movimientos de Gual y Espaa
Manuel Gual y Jos Mara Espaa fueron dos criollos que prepararon una
conspiracin en 1797, en combinacin con los blancos espaoles Juan Bautista
Picornell, Manuel Corts Campomanes, Sebastin Andrs y Jos Lax.
Estos eran prisioneros de la crcel de la Guaira, a donde haban sido confinados,
trados desde Espaa, por promover la llamada Conspiracin de San Blas (3 de
febrero de 1795), que pretenda imponer la repblica en Espaa y derrocar al
gobierno de Carlos IV. Jos Mara Espaa y Manuel Gual Capitn retirado del
Batalln Veterano de Caracas.
Aunque el hecho se conoce como Conspiracin de Gual y Espaa, gracias a
serias investigaciones se puede llamar Conspiracin de Picornell, Gual y Espaa,
porque Picornell lleg a tener tanta importancia que fue el verdadero dirigente del
movimiento.
En la conspiracin estuvieron comprometidas personas de casi todos los grupos
sociales representados en la Colonia: blancos espaoles, blancos criollos, pardos
y negros. Picornell, Corts, Andrs y Lax escaparon de la crcel con la ayuda de
Gual y Espaa.
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Caractersticas del Movimiento
Fue un movimiento Republicano, inspirado en los derechos del hombre; igualdad, l
ibertad,propiedad y seguridad. La difusin de estos principios aseguraba el apoyo
de importantes sectoresde la sociedad colonial, como se desprende del hecho que
aparecieran comprometidos elementoscriollos, pardos, negros
y algunos espaoles, entre ellos los presos polticos recluidos en LaGuaira,
quienes contribuyeron notablemente a la propagacin de estas ideas republicanas.
Sinembargo, la nobleza criolla asumi una actitud contraria al movimiento, lo cual
se explica por
laorientacin y los fines de los revolucionarios, que de haberse aplicado habran af
ectado losintereses econmicos y sociales de la nobleza. Al tener conocimientos
de la conspiracin, losnobles criollos de Caracas ofrecieron al Rey sus personas y
bienes, y formaron rpida mente doscompaas armadas, a su costa, para
defender el rgimen.
Expedicin Mirandina
Puede considerarse que las campaas navales de la Independencia
empiezan el 2 de febrero de 1806, cuando del puerto de Nueva York sali el
general Francisco de Miranda con el bergantn Leander de 18 caones, en su
proyectada expedicin libertadora de Venezuela, como accin inicial de la
empresa emancipadora de Amrica del Sur.
El 20 de febrero de ese ao lleg el Leander al puerto de Jacmel (Hait),
donde concluy Miranda la organizacin de su flotilla con la adquisicin de las 2
goletas, Bacchus y Bee.
El 28 del mismo mes la flotilla lev anclas rumbo a Venezuela. Traa armas y
municiones, una imprenta y 2 banderas: una con los colores amarillo, azul y rojo, y
otra azul con 2 crculos blancos, y en el asta, un gallardete rojo con la
leyenda Muera la Tirana y Viva la Libertad. El 11 de abril, la expedicin toc
en Aruba para hacer aguada y obtener algunos suministros. Cinco das
permanecieron en Aruba, durante los cuales la gente de Miranda estuvo empleada
en ejercicios. Las autoridades espaolas estaban informadas de las operaciones
de Miranda y, al arribar la expedicin a las costas de Ocumare el 27 de abril, ya la
esperaban. En la maana del da siguiente fue atacada por 2 buques: el
bergantn Argos y la corbeta Ceres, bajo el mando del teniente de navo
Agustn Blanco Maldonado.
Despus de un corto combate, los expedicionarios fueron derrotados; en manos
realistas quedaron las 2 goletas y unos 50 prisioneros. El Leander escap a
Trinidad. Los prisioneros capturados fueron conducidos a Puerto Cabello y
ahorcados 10 de ellos.
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Con ayuda inglesa, el general Miranda prepar una segunda expedicin, la cual
sali de Trinidad en julio del mismo ao. Estaba integrada por unos 400 hombres,
repartidos en 10 buques. En la noche del 2 de agosto se hallaba frente al
puerto de La Vela de Coro.El 3 se llev a cabo el desembarco y despus de
breve combate, el puerto y sus instalaciones quedaron en poder de los
invasores, quienes izaron en el fuerte de La Vela el tricolor mirandino. El jefe
expedicionario continu su marcha hacia la ciudad de Coro, la cual fue tomada el
4. Para atraer a los pobladores que haban abandonado la ciudad, el general
Miranda envi comisiones y public proclamas; pero fueron pocos los que
respondieron al llamado.
El 10 del mismo mes retorn al puerto de La Vela y desde all dirigi nuevas
solicitudes de auxilio a lord Thomas A. Cochrane, al almirante James Richard
Dacres en Jamaica y al gobernador de aquella Antilla; escribi al obispo de Mrida
quien a la sazn se hallaba en territorio de Coro, proponindole una entente;
tambin lo hizo al Ayuntamiento. Por su parte, el teniente coronel Juan de Salas,
comandante militar de Coro, haba despachado mensajeros en solicitud de ayuda.
El gobernador y capitn general de Venezuela Manuel Guevara Vasconcelos
levant una fuerza de unos 1.500 hombres para oponerlos a Miranda y ste
viendo que todo esfuerzo que hiciese le conducira al fracaso, decidi abandonar
la empresa. El 13 de dicho mes se reembarc con sus tropas, rumbo a la isla
de Aruba.