stephen f. olford - guía de predicación expositiva x eltropical (1)

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TEPHEN F. OLFORD con DA VID L. O LFO RD Prefacio por ADRIAN ROGERS

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Page 1: Stephen F. Olford - Guía De Predicación Expositiva x eltropical (1)

TEPHEN F. OLFORDcon D AVID L. O L FO RD

Prefacio por ADRIAN ROGERS

Page 2: Stephen F. Olford - Guía De Predicación Expositiva x eltropical (1)

El Dr. Ste phe n F. O lford (ya fallecido) y su hijo el Dr. David L. Olford . am bosrespetados predi cad ores. defin en qu é es "pred icación cxpositiva .. (exposiciónde las Escritu ras en vez de imposición) . enseñan cuá l es la técn ica. y detallanla impo rtancia ("la verdadera pr edi cación cristiana es cxpositiva ") . Este libroequipa y anima a los predi cadores para qu e obedezcan su llamado y ministrenla Palabra de Dio s con el maravilloso método de los O lford.

El Dr. Olford ¡lOS hadado un libro que marca 1111 hito,Fu to de una vida dedevoción a lapredicación bíblica. Supasión por la claraproclamación de la Palabrade Dios se comunica enunestilo legible yatractivo que asegura encender una pasión similar en elcorazón de los lectores.JO H N M ACARTH U R. Pasto r- Maestro de G race Comrnuniry C hurch, Presidente del

Mastcr 's Collcgc and Scrn ina ry

Este libro es una verdadera enciclopediapara predicadoresysu predicación. Estállenode pautasprácticas, directas ypertinentesqueestán vestidas de consejo sazonadoydepreocupación porrestaurar la predicación expositiva al lugar que debe ocupar en el ministerio.e HA RLES C. R y R I E. Profesor Emérito de Dalias T heo logical Semillar)'

¿Es la habilidad de predicar unarte, una cienciao undon espiritual? Lociertoes que son las trescosas. Stepheny David Olfordforman unequipo maravilloso, queindividualmenteyjuntosdesplieganelarte, laciencia yeldon de la predicación. Mucho de loqueconozco sobrela predicación lo heaprendido de los Olford, yalÍn tengo mucho queaprender. Estoyconvencidode que todo predicadorseráenriquecidoporeste libro, que esprojimdamenteespiritual e intensamentepráctico.ADRIAN R O G ERS. Pastor Principal de Bcllevue Bapti st C hurch en Mcmph is, Tc rm essce

He esperado muchosaliospara quelibrosdeesta calidadj ueran publicadosen castellano, ydoygracias a Dios poreste libro en particular. No mealcanzan las palabraspara expresar elrespetoque tengopara los autores. AunqueStephen Olfordyahapasadoasugala rdón celestial, me regocijoporque suministerioseguiráentreloshispanohablantes.JEF F A DA lvI S. Pastor. Escr itor . Presidente de ¿Qtié Dia laBiblia'

EL DR. ST EP H EN F. O LFORD (ya fallecido) fue fundador y princip al conferencista de T hcInstitute for Biblical Preachi ng.

EL DR. DAVID L. O LFORDes presidente de O lford Ministrics ln rcrnarional. y presidente ydirector de estudios en el Srcphcn O lford Ccnrcr for Biblical Preaching en Mcrnphis, Tcnnesscc

AYUDA S PASTORA LES/PRED ICACiÓNPASTORA L HELPS/PREACHING $12 .99

ISBN-13: 978-0-8054-4087-4ISBN-1O: 0-8054-4087-9

II~Ul~mJ 11 1111111 ~ 11 111 1111 IIrll~ IITII~I~I

'-t"PAleE J. .• ..:;; \;,.u o ( '+" •• • " .

Page 3: Stephen F. Olford - Guía De Predicación Expositiva x eltropical (1)

¡Stephen Olford es uno de mis predicadores favoritos! Dios siempre me habla cuandooigo la exposición de la verdad de Dios expuesta por él.

-KAY ARTHuR

Fundadora Precept Ministries

La gran fuerza de este libro es que, dentro de su patrimonio, funde de forma po­derosa el carácter del predicador, la naturaleza de la predicación expositiva, y unapasionado interés por preservar y promulgar las buenas nuevas que deben ser pre­dicadas.

-DON CARSON

Profesor de investigación de Nuevo TestamentoTrinity Evangelical Divinity School

Este trabajo promete llegar a ser uno de los textos modelo sobre la predicación enlos años venideros. Es una obra que ningún predicador debe dejar de leer.

-TONY EVANs

Pastor principalOak Cliff Bible Fellowship

Recibo con agrado y entusiasmo este libro, y ruego que Dios lo use poderosamen­te para efectuar una concienzuda Reforma basada en la fiel y ferviente proclamaciónde la Palabra Santa de Dios. ¡Soli Deo Gloria!

- TIMOTHY GEORGE

Decano Beeson Divinity SchoolSamford University

A lo largo de toda nuestra generación, Stephen Olford ha defendido la predica­ción expositiva en una fórmula de tres puntos, que ayuda a la memoria, y que culminaen una súplica de una vida llena del Espíritu.

-CARL F. H. HENRY

Autor evangélico y corresponsal de religión

Guía de Predicación Expositiva es un auténtico cofre con un tesoro de informa­ción, consejo práctico y profunda guía espiritual para la misión de predicación quetiene la Iglesia. Estudiantes y pastores igualmente serán alentados, fortalecidos y de­safiados a sobresalir en una de las áreas más importantes del ministerio que en nues­tros días tanto se debate. Sinceramente recomiendo este volumen a todos los quebuscan hacer un mejor trabajo a la hora de poner fin a la hambruna del oír y el hacerde la Palabra de Dios en nuestros tiempos.

-WALTER C. KAISER]R.

Presidente Gordon-ConwellTheological Seminary

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NE

1;·:¡,I~

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Creo que este volumen es la obra global y angular sobre la misión, mandato ymensaje del predicador para nuestro tiempo y para futuras generaciones de proclama­dores. No solo lo ayudará a usted, ¡infundirá pasión a su púlpito!

-ClZAWFORD W. LORITTS JR.

Predicador, escritorCampus Crusade for Christ

El Dr. Olford nos ha dado un libro que marca un hito, fruto de una vida de devo­ción a la predicación bíblica. Su pasión por la clara proclamación de la Palabra deDios se comunica en un estilo legible y atractivo que asegura encender una pasión si­milar en el corazón de los lectores.

-JOHN MACARTIlUR

Pastor-maestro, Grace Community Church,Presidente de The Master's College and Seminary

El Dr. Stephen F. Olford y el Dr. David L. Olford ofrecen una enciclopedia y unadefensa enérgica de la predicación expositiva. Su perspectiva está a la vez teológica­mente cimentada y prácticamente aplicada. Este libro será de mucha utilidad y estí­mulo para todo predicador decidido a la exposición de la Palabra de Dios. Oraremospara que por este libro toda una generación de predicadores sea verdaderamenteungida para la tarea de la exposición bíblica.

-R. ALBERT MOHLFR

Presidente Southern Baptist Theological Seminary

Este libro es una verdadera enciclopedia para predicadores y su predicación. Estálleno de pa utas prácticas, directas y pertinentes que están vestidas de consejo sazona­do y de preocupación por restaurar la predicación expositiva al lugar que debe ocuparen el ministerio.

-CHARIFS C. RYRIF

Profesor eméritoDalias Theological Seminary

Cuando cualquiera de nosotros en el liderazgo cristiano piensa en la predicaciónexpositiva, nuestras mentes inmediatamente se dirigen al Sr. Expositor mismo: el Dr.Stephen F. Olford. Su vida personal, su formación práctica y su predicación expositi­va, al igual que secretos de la "proclamación ungida" de la Palabra de Dios, han in­fluenciado a todo el Cuerpo de Cristo. Quienes hemos sido llamados a predicar nosregocijamos en que la destilada esencia de los secretos que hay detrás de la predica­ción legendaria del Dr. Olford finalmente sean compartidos con todos nosotros enGuía de Predicación Expositiva.

-BRUCE WII.KINSON

Presidente Walk Thru the Bible Ministries

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1 1

....

1l~

pTraducción al español: Vicente Maldonado

Diseño interior: Grupo Nivel Uno, Ine.

©2005por David L. 01ford

Todos los derechos reservadosImpreso en los Estados Unidos de América

ISBN-13 978-0-8054-4087-4ISBN-lO 0-8054-4087-9

Publicado originalmente en inglés con el títuloAnointed Expository Preaching.

© 1998 por Stephen F. 01ford y David L. 01fordPublicado por Broadman & Ho1man Publishers

Nashville, Tennessee 37234

Publicado por Broadman & Ho1man PublishersNashville, Tennessee 37234

Clasificación Decimal Dewey: 251Tema: PREDICACIÓN

A menos que se indique otra cosa, las citas bíblicas se tomaron de la Santa Biblia,Versión Reina-Valera Revisada 1960,

© 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina. Usadas con permiso.

STEPHEN F. OLFORDcon DAVID L. OLFORD

Las citas bíblicas marcadas NVI se tomaron de la Nueva Versión Internacional,© 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Usadas con permiso.

Las citas bíblicas marcadas VP, se tomaron de Dios habla hoy, Versión Popular,segunda edición © 1966,1970,1979,1983 por Sociedades Bíblicas Unidas.

Usadas con permiso.

Impreso en EE.UU.1 2 3 4 5 09 08 07 06 05

Administrador
Texto escrito a máquina
EX LIBRIS ELTROPICAL
Page 6: Stephen F. Olford - Guía De Predicación Expositiva x eltropical (1)

Dedicado a quienes fielmentepredican la Palabra

2 TIMOTEO 4:2

Prefacio

Reconocimientos

Introducción

~

INDICE

1

V1ll

1

Primera parte: La carrera a seguir

Capítulo 1 El predicador y el llamado de Dios 7

Capítulo 2 El predicador y la Palabra de Dios 19

Capítulo 3 El predicador y la vida de Dios 29

Capítulo 4 El predicador y el hombre de Dios 39

Capítulo 5 El predicador y el trabajo de Dios 52

Segunda parte: El trabajo que cumplir

Capítulo 6 El predicador y la exposición de Dios 69

Capítulo 7 El predicador y la preparación:selección 82

Capítulo 8 El predicador y la preparación:investigación 103

Capítulo 9 El predicador y la preparación:organización 144

Capítulo 10 El predicador y la preparación:finalización 162

Capítulo 11 El predicador y la comunicación 190

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Tercera parte: La Palabra que ha de proclamarse

Capítulo 12 El predicador y la consagración

Capítulo 13 El predicador y la proclamación

Capítulo 14 El predicador y la comprensión

Capítulo 15 El predicador y la aplicación

Capítulo 16 El predicador y la invitación

Capítulo 17 El predicador y la conservación

Capítulo 18 El predicador y la inculcación

Capítulo 19 El predicador y la motivación

Conclusión

Apéndices

Apéndice A El predicador y la adoración

Apéndice B El predicador y la música

Apéndice C El predicador y el evangelismo

Apéndice D El predicador y Romanos

Notas

Esbozos biográficos

223

238

250

260

270

285

294

305

315

323

334

345

358

363

377

PREFACIO

La predicación siempre ha sido central en el plan de Dios de comunicar suspropósitos y su voluntad a la humanidad. En los albores de la civilización,Enoc fue un profeta; Noé predicó con el resonar de los martillos a sus espal­

das y la ira de Dios delante de él; Moisés fue llamado a predicar a pesar del tarta­mudeo de su lengua. Los profetas de Israel fueron ungidos para declarar: "Así diceel Señor". Los apóstoles fueron predicadores tocados por el fuego de Pentecostés.

Pero principalmente, y por encima de todos, estuvo el Maestro Predicador."Jesús vino ... predicando" (Mar. 1:14). Siempre debemos recordar que nuestroSeñor fue un predicador enviado del cielo.

Estoy convencido de que mucho en Estados Unidos y en el mundo podríaser cambiado de modo rápido, radical y dramático para Dios y para bien si tuvié­ramos una generación de predicadores que predicaran tal como está delineado eneste estratégico volumen.

Necesitamos hombres llamados de Dios que tomen el libro de Dios y prediquendel Hijo de Dios con la unción del Espíritu de Dios. Necesitamos hombres conardientes corazones, con lágrimas en sus ojos, con mentes claras y lenguas en llamas.

¿Es la habilidad de predicar un arte, una ciencia o un don espiritual? Las trescosas.

Stephen y David Olford forman un equipo maravilloso, que individualmen­te y juntos despliegan el arte, la ciencia y el don de la predicación.

Tener compañerismo con ellos, conocerlos y observar a estos hombres enacción ha sido un gran gozo para mí. Ellos son ejemplos encarnados del conte­nido de este provechoso volumen.

Este libro está tan artísticamente elaborado como para conmover la mente yel corazón. Es profundamente espiritual e intensamente práctico.

Mucho de lo que conozco sobre la predicación lo he aprendido de los Olford,y aún tengo mucho que aprender. Estoy convencido de que todo predicador seráenriquecido por este libro.

Adrian RogersPastor principal

Bellevue Baptist ChurchMemphis, Tennessee

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RECONOCIMIENTOS

Nuestro sincero agradecimiento:

Al "Príncipe de los Predicadores", nuestro Señor Jesucristo.

A los innumerables predicadores cuyas vidas, oraciones y recomendaciones

impactaron la escritura de este libro.

Al Rvdo. Vicente Ma1donado. Esta traducción es resultado de su arduo tra­

bajo y obra de amor. No alcanzan las palabras para expresarle nuestro aprecio por

su diligencia desde la primera a la última página. Esta traducción nos fue entre­

gada en su totalidad antes que mi padre fuera a estar con el Señor e129 de agos­

to de 2004. En nombre de mi padre, expreso mi profunda y sincera gratitud por

este ministerio de traducción.

A nuestro querido amigo Adrian Rogers por haber escrito el prefacio con la

pasión y precisión de un pastor y predicador.

A nuestras amadas esposas, Heather y Ellen, cuya paciencia, aliento y sacri­

ficio inspiraron la escritura de esta Guía de Predicación Expositiva.

Al personal de secretaría, quienes copiaron y prepararon el manuscrito para

su publicación. En particular, mencionamos a Anita Bos1ey, Ellen Dickson,

Victoria Kuh1, Anne Pritchard, Jennifer Balmer y Carolyn Dupuy.

A Leonard Goss, John Landers, Leticia Calcada, y a los editores de

Broadman & Ho1man Publishers ¡por su inapreciable ayuda para hacer realidad

nuestro sueño original de un libro sobre la predicación!

-David 01ford

INTRODUCCIÓN

El predica~or del Antiguo Testamento aconsejó: "No hay fin de hacer

muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne" (Ecl. 12:12). Esta

palabra admonitoria está dirigida a la gran cantidad de literatura de toda

épo.ca que ma1ga~,ta nuestro tiempo en la lectura. Por otra parte, como J. Stafford

Wnght observa: Este versículo, desde luego, no tiene la intención de desanimar

a, los. escritores cristianos... [quienes] escriben constructivamente y exponen en

terrrunos modernos las verdades de la vida que se encuentran en la Escritura".'

Por tanto, en apacible confianza, nosotros los autores, ¡presentamos a nues­

tros .1ectores otro libro sobre la predicación! Al hacerlo, queremos que nuestrosmotivos para lanzar este esfuerzo literario queden claros.

En primer lugar, este es un libro de comisión. Repetidamente, predicadores de

:odo el mundo nos han pedido que escribamos un libro sobre la predicación que

lOcorpore mucho del material que aparece en estos capítulos. La historia que se

encuentra detrás de esto es simple. En 1986 establecimos lo que ahora se llama

"The Stephen Olford Center for Biblical Preaching" (Centro para la Predicación

Bíblica Stephen Olford) en Memphis, Tennessee. Nuevamente, aquello fue una

respuesta a predicadores/pastores del país y del extranjero que nos imploraron

que.pr~p~rcionáramosuna enseñanza espiritual y un entrenamiento práctico en

la dIs~lpllOa específica de la predicación expositiva. Al definir nuestra estrategia,

escogImos una declaración de propósito que dice: "El Instituto para laPredicación Bíblica tiene como meta equipar y animar a pastores y líderes laicos

a la predicación expositiva y a una vida ejemplar, con el fin de que la Iglesia sea

renovada y el mundo sea alcanzado con la Palabra salvadora de Cristo". Creemos

que el verdadero avivamiento "enviado del cielo" y el evangelismo agresivo llega­

rán solo cuando haya un regreso a la predicación y la obediencia a la Palabra ine­rrante de Dios.

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2 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVAIntroducción 3

En esencia, los capítulos que siguen son conferencias y lecciones quemediante mucha oración han sido preparadas y dadas a conocer en respuesta a"las necesidades sentidas" por hombres de todo espectro y condición de asocia­ciones evangélicas eclesiásticas. No somos un instituto bíblico, un seminario niuna escuela como tales, sino que somos un centro de renovación e investigacióndonde predicadores hambrientos y agotados pueden venir a compartir sus cargasy buscar las bendiciones de Dios. En nuestra relación y períodos de preguntas yrespuestas no hay exclusión de ideas ni asuntos que se eluden en la búsqueda delas respuestas de Dios a través de su Santa Palabra y la dirección del EspírituSanto; nuestro libro refleja todo esto y mucho más.

La otra razón para este libro fue dictada por la benévola invitación deBroadman & Holman Publishers a escribir un libro como este. Después demucha oración, consideraciones y negociaciones, se firmó un contrato.

En segundo lugar, este es un libro restringido. La palabra restringido signifi­ca "ceñido, en especial a un aspecto". La predicación es un campo enorme deestudio. Volúmenes interminables, antiguos y modernos, se han escrito sobre estetema, y todos somos conocedores de la literatura disponible. Pero nuestro propó­sito al escribir este libro es reflejar no únicamente las necesidades sentidas de lospredicadores con quienes hemos trabajado, sino también revelar las necesidadesreales en el ministerio actual.

¿Qyé dice la Biblia acerca de la predicación? Esa es la pregunta crucial. Enuna era de comunicación que deja nuestras mentes perplejas, poco se puede agre­gar a lo que se ha enseñado y aprendido sobre las técnicas de impartir conoci­miento. Pero al mismo tiempo se ha dado atención limitada a la naturaleza de lapredicación y a la estatura del predicador. Pablo, el apóstol, "refleja esta notable ypeculiar identificación del predicador y del mensaje cuando dice: 'Porque no nospredicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros comovuestros siervos' (2 Cor. 4:5). Pablo no se predicó a sí mismo ni a sus propiasexperiencias, sino a Cristo; y al predicar a Cristo sabía que él mismo eraparte delcontenido de su mensaje [énfasis de los autores]. Esto es bastante diferente a com­partir la fe de uno y las experiencias religiosas para atraer gente a Cristo"."

La intrincada unión entre el predicador y su mensaje está sorprendentemen­te revelada en las misteriosas palabras de Jesús a sus "setenta" comisionados cuan­do dijo: "El que a vosotros oye, a mí me oye" (Lue. 10:16, énfasis de los autores).

Como observa James Daane: "El misterio de un evento en el cual un serhumano habla las palabras de Dios y de este modo, Dios expresa su Palabra pormedio de palabras humanas no puede ser explicado en lenguaje humano sinrecurrir a la paradoja. Está claro, [sin embargo], que tanto lo que Jesús dicecomo la forma en que lo dice apuntan al reverencial misterio de la naturaleza

de la proclamación [cristiana]".3 No es extraño que Pablo llegara a Corintodiciendo: "Yo... [para anunciaros] el [misterio] de Dios" (l Cor.2:1).

Con este reverencial entendimiento de la naturaleza de encarnación de lapredicación, nos hemos concentrado más en el hombre en la primera sección dellibro. Si un predicador quiere ser usado por Dios, esta es la sendaque él debe seguir.Cada .uno de los ca~ítulos en la primera parte es una exposición 4 de un pasajeapropiado de la Escntura relacionado con la vida del predicador. El métodose dis­cute en la segunda sección, el cual está igualmente basado en principios de laEscritura y representa el trabajo que elpredicadordebe efectuar. La palabra de Pabloa Timoteo fue: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obre­ro que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (2 Tim.2:15). Finalmente, el mensaje se discute en la última sección del libro. Esta es laPalabra que elpredicadordebeproclamar. Una vez más, aquí tenemos exposicionesque tratan de los aspectos esenciales de la proclamación, con todas las implica­ciones y las ramificaciones asociadas.

Las Escrituras y la experiencia práctica nos han enseñado que Dios se preo­cupa más por lo que nosotros somos que por lo que hacemos. Si lo que somos nosatisface sus santas demandas, entonces lo que hacemos virtualmente no tienevalor. Nuevamente citamos al Dr. Daane:

La predicación ha llegado en días malos porque el sermón ahora se considerasolo como otra forma de discurso humano, en lugar de un género especial. Elpredicador es solamente otro cristiano sin ninguna autoridad especial; el púlpi­

to (ya sea dentro de la iglesia o en aquellas fronteras en las que la iglesia se diri­ge al mundo) es solamente otra plataforma o atril; y algunas veces (aún peor) esun escenario privado. Cuando los predicadores creen esto, les falta la valentíapara hablar con autoridad y para bendecir. Puesto que ellos no se ven a sí mis­

mos hablando con autoridad, fácilmente concluyen que no tienen responsabili­dad o llamamiento especiales. Eventualmente comienzan a preguntarse por qué

están en el púlpito, después de todo. De ahí el éxodo del púlpito de ministros

capaces, y la facilidad con que tantos seminaristas calificados lo evitan para ser­vir a la causa de Cristo en algún otro ministerio.

y esta baja perspectiva de la proclamación no solamente mina el ministeriodel púlpito, sino también al ministro. Alguien acertadamente ha definido la pre­dicación como "la comunicación de la verdad por medio de la personalidad". Poresta razón, el individuo que en el púlpito no entiende la naturaleza de la Palabra

y su proclamación, experimentará una crisis personal de autoidentidad, sin estarseguro de lo que un predicador es y hace. Lo que un predicador es y cuál es sufunción están interrelacionadas, y ambas se derivan de la naturaleza de laPalabra predicada. Como palabra en clave: el predicador es parte de lo que sepredica. '

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4 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVAIntroducción s

En tercer lugar, este es un libro comprometido. Durante todos nuestros añosjuntos en el Centro para la Predicación Bíblica Stephen 01ford, y en la escriturade este libro, nos hemos comprometido a seguir tres ingredientes en la naturale­za misma de la predicación que no son negociables.

1. Estamos comprometidos a favor de la revelación bíblica. Creemos en lasentencia de San Agustín, de que "cuando las Escrituras hablan, Dios habla". Ensu inescrutable sabiduría, Dios ha escogido revelarse a sí mismo en el tiempo, elespacio y el lenguaje por medio de su Hijo en un libro llamado la Biblia. "Nuestrarespuesta de fe a la Palabra de Dios y a los hechos registrados e interpretados porlos profetas y apóstoles, nos llama a abrazar con humilde docilidad, y sin criticar,

S d E · "6todo 10 que... se enseña en las agra as scnturas.2. Estamos comprometidos a favor de la exposición biblica. Si "la predicación

de la Palabra de Dios es la palabra de Dios"? (énfasis de los autores), como con­tendieron los reformadores, entonces el sermón es la proclamación de la Palabrade Dios sólo si el texto de la Palabra está correctamente explicado y predicado.Así pues, en el estricto sentido del término, la predicación auténtica es la predi­cación expositiva.

Pocos hombres han hecho de la predicación expositiva un modelo como JohnR.W. Stott. En su libro Entre dos mundos, escribe: "Mi esfuerzo es que toda ver­dadera predicación cristiana sea predicación expositiva". Con ello él quiere decirque la predicación que no es expositiva no es cristiana. Sigue diciendo:

Si por un sermón expositivo se quiere decir una explicación versículo por versículode un pasaje largo de la Escritura, entonces verdaderamente esa es solamenteuna forma posible de predicación, pero sería hacer mal uso de la palabra.Propiamente hablando, "exposición" tiene un significado mucho más amplio. Serefiere al contenido de! sermón (verdad bíblica) antes que a su estilo (un comen­tario fluido). Exponer la Escritura es sacar del texto lo que este tiene y ponerloa la vista. El expositor [atisba] hasta que abre lo que parece estar cerrado, poneen claro lo que está oscuro, desata lo atado y desempaca lo que está fuertemen­te empacado. Lo opuesto a la exposición es "imposición", lo cual es imponer enel texto lo que no está allí... El "texto" en cuestión pudiera ser un versículo ... unaoración, o hasta una sola palabra. Igualmente podría ser un párrafo, un capítuloo todo un libro. El tamaño del texto es indiferente, siempre que sea bíblico. Loque importa es lo que hacemos con él. Ya sea largo o corto, nuestra responsabi­lidad como expositores es desarrollarlo de tal forma que su mensaje quede claro,llano, exacto, relevante, sin adición, substracción ni falsificación. En una predi­cación expositive el texto bíblico no es ni una introducción convencional a unsermón sobre un tema copiosamente diferente, ni una estaca conveniente sobre lacual colgar un harapo de reflexiones variadas, sino un maestro que dicta y controlalo que se dice.'

Una discusión detallada de la hermenéutica y la homi1ética implicadas en lapredicación expositiva son la principal acometida de la segunda parte de estelibro.

3. Estamos comprometidos a favor de la proclamación bíblica. En algunos cír­culos de hoy, los propios términos "predicar" y "predicación" han caído en descré­dito. Pero nosotros creemos que, hasta el fin de los tiempos, la "predicación" pre­valecerá. Como alguien 10 expresó: "solamente hay una cosa que tomará el lugarde la buena predicación, y es ¡la extraordinaria predicación!". La divina voluntades que esto sea así (1 Coro 1:21). "Dondequiera que el Nuevo Testamento habladel llamamiento a predicar, la predicación es el punto enfático" (énfasis de losautores). Por tanto, su importancia para la vida de la Iglesia y la pérdida delmundo nunca puede ser exagerada.

El obispo de la Iglesia Metodista Unida, Carl J. Sanders de Alabama, escri­biendo sobre la necesidad de mejorar la calidad y la prioridad de la predicación,10 resume perfectamente:

En los múltiples papeles de un pastor, este puede perder su identidad como "pre­dicador"; la calidad de su predicación puede disminuir a medida que cumpleotras funciones y descuida las disciplinas requeridas para la predicación eficaz; yla confianza en la eficacia superior de la predicación puede decaer al parecer queotros ministerios son más redentores... La historia prueba, sin embargo, que laIglesia puede existir sin edificios, sin liturgias, sin coros, sin escuela dominical,sin clérigos profesiona1cs, sin credos, y aun sin sociedades femeninas. Pero laIglesia posiblemente no pueda existir sin la predicación de la Palabra. La predi­cación tiene poder más que cualquier otra cosa que la Iglesia tenga o haga.Además, la predicación alcanza más gente que cualquier otra cosa que e! predi­cador pueda hacer, ya sea enseñando, visitando, administrando, o aconsejando...Ha llegado el momento de restaurar la predicación a su legítimo lugar, a su posi­ción fundamental en el trabajo del ministerio. ¡Hay poder en la predicación! Elpoder del Espíritu es e! poder de la Palabra. Cuando se proclama la Palabra, elEspíritu está ocupado trabajando en la mente y el corazón del oyente."

Publicamos este libro con la ferviente oración y la firme esperanza de queDios use estos capítulos para elevar el arte de la predicación y motivar el corazónde todo predicador para "¡predicar la Palabra!" (2 Tim. 4:2).

Stephen F. 01fordDavid L. Olford

Page 11: Stephen F. Olford - Guía De Predicación Expositiva x eltropical (1)

PRIMERA PARTE

LA CARRERA A SEGUIR

CAPITULO UNO

EL PREDICADOR Y EL

LLAMADO DE DIOSPero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre,

y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para

que yo lepredicase entre losgentiles.GÁLATAS 1:15-16a

Texto de estudio: Gálatas 1:1-17

TodOS los cristianos son "llamados." Este "llamamiento" básico es aCristo como Señor y Salvador (Ef 1:18; 4:1; 2 Tim. 1:19; Heb. 3:1;2 Pedo 1:10). Pero Dios también llama con vista a las "buenas obras,

las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Ef2:10). En las "buenas obras" está incluido el llamamiento a predicar. Ellla­mamiento de Moisés (Ex. 3:4-22), de Samuel (l Sam. 3:4), de Jeremías(Jer. 1:4-10); y en el Nuevo Testamento el llamamiento de los discípulos(Mar. 3:13-19), de Pablo (Rom. 1:1; 1 Coro 1:1; Gál. 1:15), Yde Bernabé(Hech. 13:2); todos estos son buenos ejemplos.

El llamamiento a predicar no debe confundirse con el deseo de servircomo anciano o diácono (ver 1 Tim. 3:1), aunque el mismo deseo (si esnoble) sea "inspirado por el Espíritu de Dios".' El llamamiento a predicarno debe estar condicionado por la necesidad del evangelio, aunque somoscomisionados a "id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda cria­tura." (Mar. 16:15). "Esto va en contra de gran parte del pensamientomoderno. Pero en los días de nuestro Señor ninguno de los doce se ofreció

Page 12: Stephen F. Olford - Guía De Predicación Expositiva x eltropical (1)

8 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory el llamado de Dios 9

como voluntario para seguir a Cristo. Ellos no hicieron ninguna solicitud,ni completaron ningún formulario. Por el contrario, fue la magnética auto­ridad del Señor lo que les obligó ... Para los discípulos, el llamamiento fueel mandato verbal del Señor". 2 El llamado a predicar no debe ser contro­lado por la Iglesia, aun cuando se espera que los ancianos de una iglesialocal confirmen el llamamiento (1 Tim. 4:14; 2 Tim. 1:6). A fin de cuen­tas, el llamado a predicar es la soberana iniciativa de Dios en la vida y laexperiencia de aquel que ha sido predestinado para cumplir ese papel.

Cuando Pablo escribe de la experiencia de su conversión, se refiere aella "para ejemplo [prototipo] de los que habrían de creer en [Jesucristo]para vida eterna" (l Tim. 1:16). Dos puntos importantes se expresan enesta "exposición pública de la gracia [de Dios] a un notable pecador".3 Elprimero es la misericordia de Dios que se demuestra a Pablo. La palabramisericordia en inglés está en la forma verbal mercied, y literalmente se lee:"fui recibido a misericordia".* El segundo es el llamamiento de Dios. Pabloafirma categóricamente: "[Dios] me tuvo por fiel, poniéndome en elministerio" (l Tim. 1:12). Aquí es apropiada una cita de Agustín: "Diosno escoge a una persona porque sea digna, sino que, por el acto de esco­gerla, Él la hace digna" (traducción al inglés de los autores).'

En su epístola a los Gálatas, Pablo amplía la historia de la experienciade su conversión para incluir su llamado a predicar a los gentiles; por tanto,hacemos bien al examinar el testimonio del apóstol y tomar de sus palabraslos principios universales que definen y delinean el llamamiento de Dios.

Mirando atrás a su encuentro inicial con Cristo Jesús, él podía decir:"Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre,y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predica­se entre los gentiles" (vv, 15-16). Tres aspectos importantes del testimoniode Pablo llaman la atención: la naturaleza, el conocimiento, y el propósitodel llamado de Dios a predicar.

LA NATURALEZA DEL LLAMADO DEDIOS A PREDICAR

"Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mimadre, y me llamó por su gracia" (v. 15). El verbo separó significa "señalar

• N. del T.: Los autores lo explican eon el mismo sustantivo "merey" poniéndolo en forma verbal.

el límite por fronteras". En este contexto, la palabra denota "la acción divi­na en apartar al hombre para la obra del evangelio" (W. E. Vine). En losversículos precedentes, Pablo ha estado narrando su vida pasada y, conabatido corazón, ha confesado su fanatismo por la Ley. De hecho, por suoscurecido celo de la Ley, llegó a ser un gran perseguidor de la Iglesia. Élhabía destruido las asambleas locales, pero a pesar de todo eso, agradó aDios llamarlo al ministerio del evangelio. Pablo nunca pudo salir de suasombro. ¡Qyé favor tan inmerecido y qué gracia tan inefable! Pablo sólopudo presentar dos explicaciones en cuanto a esta actividad divina.

El eterno llamado de gracia de Dios"Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi

madre" (v. 15). Para el apóstol, el llamado de Dios no era un evento impre­meditado. Antes que el tiempo fuera determinado, ya Pablo estaba en lamente de Dios. Este es el significado de la frase "me apartó ... del vientrede mi madre". Antes de que Pablo pudiera pensar, hablar o actuar, Dios lohabía marcado como un vaso escogido para predicar el evangelio a los gen­tiles (ver Juan 15:16).

Siglos antes, Dios "separó" a Jeremías para ser un predicador. "Vino,pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientrete conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las nacio­nes" (Jer. 1:4-5). Este fue el eterno llamamiento de gracia a Jeremías.Warren W. Wiersbe lo resume de esta manera: "Dirigiéndosc a su profc­ta, dijo Dios: 'Tú serás lo que yo quiero que seas, irás donde yo quiera quevayas, y dirás lo que yo quiero que digas. Yo supervisé tu concepción, yo teconsagré, y ahora yo te estoy ordenando"'. Después Wiersbe agrega: "SiDios te llama, cree lo que Él dice y obedécelo. Puede que no te sientasadecuado para hacerlo, mas tu suficiencia viene de Dios, no de ti mismo'"(ver Jer. 1:6-9). El llamamiento de Jeremías refuta la idea de que el traba­jo de los siervos de Dios fuese siempre provincial (comp. jer, 25:15-29; 46­51). Dios es el Señor de las naciones; por tanto, cuando Él llama, nuestrarespuesta debe ser: ''A cualquier parte, en cualquier momento, a cualquierlugar; estoy listo, Señor, envíame".

J. Gossip cuenta cómo Alexander Whyte hizo frente a su ordenación"en su primera iglesia. En su mensaje a la congregación, Whyte declaró que"a lo largo de todo el tiempo y la eternidad Dios había estado preparándolo

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10 '* GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITlVA Elpredicadory el llamado de Dios 11

[a él] para esta congregación, y a esta congregación para [él] y, con unapuntualidad al minuto, Él los había reunido"." ¡Este es un concepto increíbley que necesitamos recordar siempre que seamos tentados a hablar conpoca sinceridad acerca del llamamiento de Dios!

El eficaz llamado de gracia de Dios"Dios... me llamó por su gracia" (v, 15). Lo que era eterno vino a ser

eficaz en la experiencia de Pablo cuando inicialmente tuvo su encuentrocon el Cristo viviente. Tres veces en los Hechos de los Apóstoles (9:4;22:7; 26:14) Lucas describe con gráficos detalles la naturaleza de esta cri­sis y llamado espiritual. En el capítulo 9 nos dice que todo empezó cuan­do Pablo vio un rostro: "Mas yendo por el camino, aconteció que al llegarcerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo"(Hech. 9:3). Más tarde Pablo interpretó esta luz como "la visión celestial"en la cual "me apareció a mí" (Hech. 26:19; 1 Coro 15:8). Esa aparición nofue otra cosa que el rostro del Cristo resucitado (2 Coro 4:6).

Entonces Saulo oyó una voz: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"(Hech. 9:4). ¡Qyé conmoción supondrían esas palabras para Saulo!¿Cómo podría él estar persiguiendo a Aquel que estaba en el cielo? Sinembargo, en ese momento del destino, aprendió una de las más grandesverdades del Nuevo Testamento: que la Iglesia es el cuerpo, del cual Cristoes la cabeza. Más tarde él pudo escribir: "Cristo es cabeza de la iglesia, lacual es su cuerpo, y él es su Salvador" (Ef. 5:23). La revelación de la salva­ción de Cristo entró en el alma de Saulo cuando cayó de rodillas en elpolvo de aquel camino de Damasco.

Después de esto Saulo hizo una elección, e imploró: "Señor, ¿qué quieresque yo haga? (Hech. 9:6). Él recibió a Jesús como Señor y rindió su espíritu,su alma y su cuerpo a la soberanía de Cristo. Con esa respuesta, Saulo deTarso fue convertido y llamado por la gracia de Dios. El eterno llamadoahora vino a ser un eficaz llamado. Desde entonces Saulo supo que era unvaso escogido. No se consideró escogido para honor, sino para el servicio; nopara comodidad, sino para la batalla; no para vida, sino para muerte, en lacausa de la evangelización mundial (Hech. 26:16-18).

Esto es lo que Dios ha estado haciendo a lo largo de los siglos. ¿Ha oídousted el llamado? Si es así, no sea "rebelde a la visión celestial" (Hech.26:19). Cuando Jeremías trató de abstenerse de predicar, nos relata: "traté

de sufrirlo, y no pude" (Jer. 20:9). Esa debería ser la experiencia de todoverdadero predicador. "El tal tendrá 'tras sí una divina comisión, un empla­zamiento divino por delante, y una divina convicción dentro de él', ¿y quémás puede alguien tener o necesitar?".'

EL CONOCIMIENTO DEL LLAMADO DEDIOS A PREDICAR

La segunda verdad que Pablo nos dice en este maravilloso testimoniotiene que ver con el conocimiento del llamado de Dios para predicar."Dios... me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí" (vv, 15,16). Ahorallegamos al corazón de las cosas. Las palabras "su Hijo en mí" ¡son dina­mita! Se corresponden con "Cristo vive en mí" (Gál. 2:20) y "Dios envió a[nuestros] corazones el Espíritu de su Hijo" (Gál. 4:6).

La revelación de la morada interior del Hijo"Su Hijo en mí" (v, 16). El conocimiento consciente de la presencia

interior del Hijo de Dios es el indispensable "testimonio interior" dellla­mamiento de Dios a predicar. Es verdad, claro está, que todo cristianopuede decir: "Cristo vive en mí," y que la vivencia de la presencia interiorde Cristo es la vida cristiana normal. Pero para el predicador, las palabras"su Hijo en mí" tienen implicaciones de gran alcance. La predicación esesencialmente encarnación. Si queremos ser seguidores del Príncipe de lospredicadores, nuestra predicación deberá ser una encarnación del modeloque Jesús nos dejó. Juan registra este modelo en el prólogo de suEvangelio: "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (yvimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y deverdad... A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el senodel Padre, Él le ha dado a conocer" [ha hecho una exégesis de Él] (Juan1:14,18).Jesús fue el Exégeta del Padre que se hizo carne. Por el poder delEspíritu Santo, Él reveló al Dios "a quien nadie había visto jamás," en tér­minos que la "gente común" pudiera ver y oír.

De la misma manera, debemos predicar el evangelio. Toda la plenituddel evangelio está comprendida totalmente en Jesús, y Jesús vive en noso­tros. A medida que nosotros hacemos exégesis de la Palabra, en el poderdel Espíritu Santo, Cristo ha de mostrarse con "gracia y verdad." Esto es

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exactamente lo que Pablo dice en nuestro texto: "Su Hijo en mí, para queyo le predicase" (v, 16). Él pudo haber escrito: "que yo predicase el e:a~ge­lio"; pero para Pablo el evangelio era Cristo. De manera que el conocirruen­to del llamado de Dios está intrincadamente relacionado con misterio yministerio de la morada interior del Hijo de Dios."

La revelación del Hijo enviado"Su Hijo en mí" (v, 16). Como Richard N. Longenecker observa: "El

título cristológico 'Hijo de Dios', 'su Hijo (de Dios)', o simplemente 'elHijo' aparece en los escritos de Pablo quince veces ('Hijo de Dios': Rom.1:4; 2 Coro 1:19; GáL 2:20; 'Su Hijo' o 'el Hijo': Rom. 1:3,9; 5:10; 8:3,29,32;1 Coro 1:9; 15:28; Gál. 1:16; 4:4, 6; 1 Tes. 1:10)".9 Si estudiamos cada refe­rencia en su contexto, resulta claro que el título expresa las ideas de podery acción. Cuando Pablo escribe a la iglesia de Roma, se refiere a "nuestroSeñor Jesucristo... declarado Hijo de Dios con poder" (Rom. 1:3,4). ComoHijo de Dios, y autenticado por la resurrección, Él pudo decir a sus discí­pulos: "Como me envió el Padre, así también yo os envío" (Juan 20:21). Entoda su vida el Señor Jesús tuvo un fuerte sentido de haber sido comisio­nado y enviado. Es un estudio en sí mismo contar el número de veces quelos dos verbos principales, enviar o enviado, se hallan solamente en elEvangelio de Juan." Para Él, la misión de Dios era un imperativo inesca­pable; Él siempre usaba la frase: "es necesario". Este verbo en forma imper­sonal significa necesidad, obligación y cometido, y se encuentra más fre­cuentemente en los Evangelios, Hechos y Apocalipsis. Como el Hijo, elSeñor Jesús pudo decir: "en los n~gocios de mi Padre me es necesario estar"(Lue. 2:49); como el Salvador, El pudo decir: "Y como Moisés levantó laserpiente en el desierto, así es necesa:io que el Hijo del Hombre sea levan­tado" (Juan 3:14); como el Siervo, El declaró: "Me es necesario hacer lasobras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, ,cuandonadie puede trabajar" (Juan 9:4). Finalmente, al final de su vida El pudoexclamar: "He acabado la obra que me diste que hiciese" (Juan 17:4). A laluz de semejante vida de servicio dedicado, Él pudo demandar: "Como meenvió el Padre, así también yo os envío" (Juan 20:21). El poder y la accióndel Hijo de Dios fueron revelados interiormente al apóstol Pablo, que fueun hombre poseído por la presencia del Hijo de Dios e impulsado por ella.Por esta razón, él pudo hacer tales afirmaciones como: ''A griegos yana

Elpredicadory el llamado de Dios .~. 13

griegos, a sabios yana sabios soy deudor. Así que, en cuanto a mí, prontoestoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma...porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evange­lio! (Rom. 1:14-15; 1 Coro 9:16). Cuando leemos palabras como estas, nosvemos forzados a preguntarnos si nosotros conocemos el poder del Hijode Dios enviado a nuestras vidas.

Algunos predicadores a menudo nos piden que les expliquemos ellla­mamiento de Dios en términos de seguridad o convicción. La respuesta noes fácil. Somos diferentes en talentos, formación y temperamento; sinembargo, una cosa es cierta: ¡Si el Hijo viviente de Dios mora en el interiorde un hombre y lo impulsa, no puede haber duda del llamamiento! El Dr.Martyn Lloyd-Jones afirma:

El predicador es un hombre poseído y él es consciente de ello [énfasis de los auto­res]. Yo no tengo ninguna duda al hacer esta afirmación. Yo diría que solocomienzo a saber algo sobre la predicación en aquellas ocasiones en que, por asídecirlo, lo estoy considerando. Estoy hablando, pero en realidad soy un especta­dor. Me asombro por 10 que está sucediendo; estoy escuchando, estoy mirandototalmente asombrado, porque yo no lo estoy haciendo. Es predicación verda­dera cuando soy consciente de que estoy siendo usado; en un sentido, soy unespectador tanto como 10 es la gente que me está escuchando. Tengo un senti­miento interior de que está fuera de mí y, sin embargo, estoy implicado en ello;yo soy meramente el instrumento, el vehículo y el canal de todo esto. 11

Si esa es la "sensación" espiritual del llamamiento, ¿cuáles son las"pruebas" bíblicas del llamamiento? Por lo menos hay cinco de ellas quedebemos considerar cuidadosamente y con mucha oración. Hágase ustedmismo las siguientes preguntas:

1. ¿Cumplo con los requisitos necesariosde un predicador, tal como se exponen en

la Palabra de Dios? Cuando Dios llamó a Pablo para ser predicador, claramentele delineó 10 que implicaba y requería (ver Hech. 9:15-16, 20; 22: 14-15; 26:16­18). No podrá usted estudiar estas instrucciones divinas sin discernir tanto lascualificaciones como las responsabilidades de un predicador.

2. ¿Tengo en mi corazón el testimonio del Espíritu de que Dios me haya llama­

do? El mismo Espíritu Santo que testifica a mi espíritu que yo he nacido deDios también testifica a mi espíritu que Dios me ha llamado a ser un predica­dor (Rom. 8:14; Gál. 1:15-16; 2 Tim. 1:8-11). A medida que usted ore sobreesto, "la sensación del llamamiento" se avivará o morirá del todo. Cuando Pablooró: "Señor, ¿qué quieres que yo haga?, entonces recibió la respuesta.

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14 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITlVA Elpredicadory el llamado de Dios 15

3. ¿Se ha hecho evidente el don depredicadoren mi vida y servicio?En 1 Corintios12:7 se declara que "a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para pro­vecho". Esta "manifestación" no es solo una capacidad humana, sino más bien lamorada interior y el poder guiador del Espíritu Santo. Algunas veces la "sensacióndel llamamiento" viene por una "inferencia" natural. Una serie de circunstanciasserán ordenadas providencialmente para efectuar una convicción creciente deque Dios lo ha llamado a ser un predicador. Esto explica por qué algunos hom­bres que inicialmente estuvieron en otras profesiones posteriormente llegaron aser predicadores. ¡Pedro, Andrés, Jacobo y Juan eran pescadores cuando Jesús losllamó (Mar. 1:16-20)!

4. ¿La iglesia ha reconocido y confirmado mi don de predicación? PrimeraTimoteo 4:14 y 2 Timoteo 1:6-7 dan una lección objetiva de gran significadodel reconocimiento divino-humano y de la confirmación del don y del ministe­rio de una persona en la iglesia primitiva (ver también Hech. 13:1-4).

5. ¿Ha usado Dios el don de mi predicación para la salvación de almas y la edi­

ficación de los creyentes? Escribiendo a los corintios, Pablo pudo afirmar confia­do: "el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor" (1 Coro 9:2). ¿Puedeusted señalar a convertidos o discípulos y decir lo mismor"

EL PROPÓSITO DEL LLAMADO DEDIOS PARA PREDICAR

"Dios... me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo lepredicase entre los gentiles" (vv, 15, 16). El propósito es simple y específi­

co: somos llamados a predicar a Cristo. Cualquier otra cosa es irrelevanteo meramente secundaria. Para ayudarnos a entender esta importante face­ta del llamamiento de Dios, Pablo emplea un lenguaje indiscutible. Élinsiste en que para cumplir el propósito del llamamiento de Dios:

Tenemos que predicar el evangelio"Dios... me llamó... para que yo le predicase,"al que es el evangelio (vv, 15,

16). El evangelio de Pablo era una revelación directa del cielo. Él declara: "Oshago saber,hermanos, que el evangelioanunciado por mí, no es según hombre;pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación deJesucristo" (vv 11-12). Mientras que la experiencia de Pablo era única en esteaspecto, también afirmaba un hecho fundamental para todos los tiempos. Esehecho es que el evangelio está enteramente apartado de las ideas filosóficas, delos métodos científicos y de los esfuerzos religiosos del hombre (ver 1 Coro 1y 2; Gál. 2:15-16; 6:12-15). El evangelio de la salvación es solamente por

gracia, solamente en Cristo, solamente por la fe. Esto demanda una fielaudaz, y ferviente predicación. Examinemos cuidadosamente el contexto: '

Debemos ser ji,~les e~ nuestra predicación. "Estoy maravillado de quetan ~ronto os haY~ls a~eJado del que os llamó por la gracia de Cristo, parasegUlr un evangeho diferente. No que haya otro... Mas si aun nosotroso un ~ngel... os anunciare otro evangelio diferente del que os hemosanun~l~do, se~ anatema" (vv, 6-9), Pablo usa una palabra especial paradescribir a quienes tan pronto habían cambiado su posición sobre losfunda~ent~s del evangelio. Los llama "tránsfugas" porque, bajo presiónde los judaizantes y pervertidores del evangelio, aquellos gálatas habíanadoptado "un evangelio diferente." Con un juego de palabras, Pablo losregaña por sustituir lo real por lo falso, lo ortodoxo por lo heterodoxo.

Deben notarse dos cosas en cuanto a la predicación fiel. La primera es~ue la verdad. de Dios siempre saca a la luz las características de la herejía:Estoy.maravlll~do de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por

l~ gracla de Cnsto, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro,sm~ q~e hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio deCnsto (vv, 6-7). Al comentar este versículo, C. 1. Scofield observa: "Laprueba del evangelio es la gracia. Si el mensaje excluye la gracia, o mezclala ley con la gracia como medios de justificación o santificación (GáL 2:21;3:1-3), o niega el hecho o la culpa del pecado, los cuales solamente dan a lagracia su... oportunidad [para actuar en nuestras vidas], el tal es "otro" evan­gelio, y el predicador... está bajo el anatema de Dios (vv. 8-9)".13 La segun­da cosa es que la verdad de Dios siempre descubre las consecuencias de laherejía: "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evan­gelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema" (v. 8). Predicar opropagar herejía tiene graves consecuencias. Sin una ingeniada diplomacia,el apóstol claramente dice: "sea anatema [o condenado]" (vv, 8,9). La pala­bra anatema se usaba tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentopara señalar lo que estaba destinado a la destrucción a causa de su odio aDios. Pablo, pues, resume su condenación a la herejía diciendo: "Si aunnosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del queos hemos anunciado, sea anatema" (v 8).

Debemos ser audaces en nuestra predicación. "Pues, ¿busco ahora el favorde los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues sitodavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo" (v. 10). A la luz de

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16 ..•~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory el llamado de Dios 17

estas solemnes palabras que Pablo valientemente afirma, el asunto de la pre­dicación audaz se convierte en una necesidad para el predicador auténtico.

Vivimos en una era en que la presión de grupo (sin hablar de la oposi­ción satánica) nos tienta a hacer concesiones. La popularidad, el poder y laposición a menudo se valoran más que la cualidad de la integrida~. Sisomos llamados de Dios, debemos afrontar el reto de una vez y para siern­pre. Al igual que los santos mártires del pasado y el soberano Maestro del

Presente debemos trazar una línea en la arena y declarar con la santa valen-, "

tía de Martín Lutero: "Esta es mi convicción, no puedo hacer otra cosa .El antiguo rey Redwald de Anglia Oriental construyó una vez un s~n­

tuario único. En un extremo había un altar para el culto al verdadero DlOS,mientras que en el otro extremo había un altar para el culto a los dio.ses fal­sos.14Trágicamente, la iglesia de hoy está haciendo similares con~eslOnes.

Debemos serfervientes en nuestra predicación. Los cristianos de t1e~pos dePablo decían: ''Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la f~que en otro tiempo asolaba. Y glorificaban a Dios en mí" (Gál. 1:23-24). S1deseamos descubrir cómo él persiguió la iglesia, solo tenemos que regresar alversículo 13: "Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempoen el judaísmo, que perseguía sobremanera a la igl~sia de ~ios, y la asolaba".Las dos palabras perseguía y asolaba están en el tiempo imperfecto, lo quedenota una acción continua. Describe el celo y el furor con los cuales Saulo,"el zelote," devastaba la iglesia de Cristo. Pablo describe ~stas actividades"paradestacar el cambio radical que se había efectuado en su vida. ¡Ahora con san­tificado fervor" predicaba el evangelio con tal unción que los creyentes que looían glorificaban a Dios (ver Hech. 9:20-29; 1 Coro 9:16; Gál. 1:23-24)!

Para derrotar al diablo en su propio juego, no hay otra forma de pre­dicar el evangelio. Tenemos que acosarlo, tal como las palabras de G.Campbell Morgan, con "verdad, claridad y pasión". Los viejos maestros lo

llamaron "logos, ethos y pathos".No obstante, el llamamiento de Dios va aun mucho más allá de la pre-

dicación del evangelio.

Debemos alcanzar a la gente"Dios ... me llamó ... para que yo le predicase entre los gentiles" (vv, 15,

16). Es posible predicar el evangelio sin alcanzar a la ge~te. Este es u~o delos problemas más grandes de nuestro testimonio evangéhco en la actualidad.

Tenemos los servicios de nuestra iglesia, nuestras trasmisiones radiales ynuestros programas de literatura, pero no estamos alcanzando a la gente.

Para Pablo, alcanzar a la gente era ir más allá de los círculos religiosos.Es verdad que él invariablemente visitaba primero las sinagogas, peronunca quedaba satisfecho con las discusiones meramente religiosas; sucarga era el mundo perdido. Por tanto, él salió a alcanzar a los gentiles.Pablo aclara bien esto en los últimos párrafos de su epístola a los Romanos.Después de solicitar las oraciones de sus lectores, continúa diciendo: "Y deesta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubie­se sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno" (Rom. 15:20).

Un predicador que esté satisfecho con dar de comer a los creyentes yademasiado alimentados mientras el mundo pagano se va al infierno, nuncaha entendido el llamado de Dios a predicar el evangelio "a toda criatura"(Mar. 16:15). Al hacer esta afirmación, no estamos olvidando la responsa­bilidad del pastor/maestro de "apacentar las ovejas" (ver Juan 21:17; Hech.20:28; 1 Pedo 5:2-4). El imperativo de Pablo a "predicar la palabra" abarca"la enseñanza" (2 Tim. 4:2-3), pero no termina ahí; concluye con otroimperativo: "Haz obra de evangelista" (2 Tim. 4:5). Contrariamente aFelipe el evangelista (Hech. 21:8), Timoteo era principalmente un maestro(1 Tim. 4:13,15-16); no obstante, teniendo este don se le ordenó: "haz obrade evangelista". No hay duda de que debemos edificar a los salvos, perotambién debemos evangelizar a los perdidos. La predicación incluye los dosaspectos de la proclamación. ¡Así que, sea que estemos en un púlpito de unaciudad o en un parque, debemos predicar la palabra! Estad listos "a tiempoy fuera de tiempo. [Debemos] redargüir, reprender, exhortar con todapaciencia y doctrina... [Debemos] hacer obra de evangelista" (2 Tim. 4:2,5).

Por tanto, debe quedar claro que el llamamiento de Dios a predicar no essolo un cliché evangélico: es una responsabilidad evangélica, con significadoredentor. La naturaleza del llamamiento está intrínsecamente ligada a la gra­cia eterna y activa de Dios. El conocimiento de ese llamamiento solamentepuede apreciarse cuando el Hijo de Dios, interiormente presente, se convier­te en el mensaje que hemos de entregar. El propósito de este llamamiento deDios es predicar el evangelio y alcanzar a la gente. ¿Está usted cumpliendo estellamado divino o está pasando por alto el plan de Dios para su vida? Da quépensar el que una persona pueda desobedecer el llamado y entrar al cielo"salvo, aunque así como por fuego" (1 Coro 3:15). ¡Oh, qué desperdicio! ¡Oh,

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18 ....'% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

qué remordimiento! ¡Oh, qué pérdida de recompensa! Sea realista, señor pre­dicador: en todo caso, si usted es salvo,entonces es salvo para servir.El llama­miento 10 obliga. Asegúrese de que cuando usted esté ante el trono de juiciode Cristo podrá mirar directamente al rostro de su Maestro y decir: "He pele­ado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe" (2 Tim. 4:7).

Jeremiah Whitaker (1539-1654) recibió su educación en Cambridgedonde, por sus logros académicos y sus virtudes cristianas, fue tenido engran estima. Le gustaba predicar el evangelio y tuvo una pasión imperece­dera por las almas de la gente. Pero el corazón de su testimonio fue: "pre­fiero ser un ministro del evangelio que (ser) un emperador"."

De igual manera, Samuel Chadwick, el notable predicador metodista,afirmó: "Prefiero predicar que hacer cualquier otra cosa en el mundo.Prefiero predicar que disfrutar la cena o tener un día festivo. Prefiero pagarpor predicar a que me paguen para no predicar. Tiene su precio en agonía,sudor y lágrimas, y ningún otro llamamiento tiene tales alegrías y angus­tias, pero es un llamamiento que un arcángel podría codiciar. ¿Hay algunaotra alegría como la de salvar un alma? ¿Alguna viva emoción como la deabrir los ojos a un ciego? ¿Alguna recompensa como el amor de los niñoshasta la segunda y tercera generación? ¿Algún tesoro como el agradecidoamor de corazones sanados y consolados?"."

Hace dos mil años, la respuesta de Pablo al llamamiento de Diosquedó resumida en esas apasionadas palabras en 1 Corintios 9:16: "Pues sianuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuestanecesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!".

¡Predicador! ¿Cuál es tu respuesta? ¡Oh, poder decir y cantar conCarlos Wesley!:

Una carga tengo yo, glorificar a mi Dios en santo celo,Una eterna alma poder salvar, y prepararla para el cielo.

Servir en la era presente, mi llamamiento realizar;¡Oh, la voluntad de mi Maestro es la que quiero acatar!

Ármame de esmerado celo, para con tu mirada vivir;y tu siervo ¡oh, Señor! estricta cuenta espera rendir.

Ayúdame a velar y orar, y de ti mismo depender;No me dejes traicionar mi fe, pues anhelo a tu reino ascender.

CAPÍTULO DOS

EL PREDICADOR Y LA

PALABRA DE DIOS

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útilpara enseñar,

para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,

afin de que el hombre de Dios seaperfecto,

enteramente preparado para toda buena obra.2 TIMOTEO 3:16-17

Texto de estudio: 2 Timoteo 3:10-4:5

Si un hombre es verdaderamente llamado por Dios para ser predicador,entonces está obligado a declarar "todo el consejo de Dios" (Hech.

. 20:27). Debe creer que la Biblia, al ser soberanamente preservada porDIOS ~ ~o l~rgo d~ los siglos, es inerrante e "(1) infaliblemente cumple su[propósito intencional], (2) nos da testimonio digno de confianza de larevelación y la redención salvadoras de Dios en Cristo, (3) nos provee lanorma absoluta de fe y conducta, y (4) habla [hoy] por medio del infalibleEspíritu de Dios por quien [fue inspirada]."!

Aunque limitado a las Escrituras del Antiguo Testamento, Pablo pudoescribir:. "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, pararedargtiir; para corregir,para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Diossea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra' (2 Tim. 3:16-17);yluego con un énfasis imperativo, agrega "que prediques la palabra" (2 Tim. 4:2).

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20 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la Palabra de Dios 21

En un comentario sobre este versículo, James S. Stewart afirma que"Pablo como judío, y después como cristiano, tenía un elevado punto de vistade que 'cada palabra' del Antiguo Testamento era la 'voz auténtica de Dios'".'Nosotros mantenemos que aquello que es cierto del Antiguo Testamento esigualmente cierto del Nuevo. Mientras el Antiguo Testamento es el registroprofético de Dios, el Nuevo Testamento es el registro apostólico de Dios.Jesús dijo a sus apóstoles: "cuando venga el Espíritu [Santo] de verdad, él osguiará a toda la verdad" (Juan 16:13). "El cumplimiento de esa profecía estáen el Nuevo Testamento. El más grande ministerio del Espíritu Santo (fue)guiar a los apóstoles a toda la verdad y darnos en el Nuevo Testamento estemaravilloso cuerpo de verdad que permanece como nuestra autoridad. (Esto)no significa que el ministerio del Espíritu Santo haya cesado. Significa que elpapel del Espíritu Santo ha cambiado de la revelación de nueva verdad a dar­nos una percepción y una aplicación más profundas de la antigua verdad".'

De este modo, nos acercamos al texto que hemos seleccionado para estecapítulo. Léalo otra vez. "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil paraenseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de queel hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buenaobra" (2 Tim. 3:16-17).

Un solemne entendimiento de esta aseveración apostólica demanda unarespuesta triple de los que somos llamados a exponer la Palabra de Dios.

EL PREDICADOR DEBE ESTAR DEDICADOA LAS ESCRITURAS

Considere otra vez las palabras de Pablo a Timoteo: "Pero persiste túen lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendi­do" (v, 14, énfasis de los autores). Desde la niñez, Timoteo había estadobajo la enseñanza de los profetas del Antiguo Testamento, del gran após­tol Pablo y de mujeres piadosas como Loida y Eunice (2 Tim. 1:5). Pablolo insta a continuar en lo que había aprendido y se había afirmado.

Sea joven o anciano, la perseverancia y la obediencia requieren disciplina.

El predicador debe leer la Palabra de Dios en privado"Ocúpate en la lectura" (l Tim. 4:13). Esta es una de las áreas más des­

cuidadas en la vida del ministro. ¡El diablo se encarga de eso! Él sabe que

si puede distraernos o desviarnos de esta cita diaria con nuestro Señor lasconsecuencias serán derrota, desesperación y desastre. '

Después de años de experiencia cristiana, el consagrado Jorge Müllerconfesó: "Vi con más claridad que nunca que el principal y gran negocioque yo debía atender cada día era hacer que mi alma fuese feliz en el Señor.Mi primera preocupación no era cuánto podía yo servir al Señor... sinocó.mo.podí~ lo~rar que mi alma entrara en un estado de felicidad, y cómorru [vida] mtenor podía ser alimentada".4 El señor Müller llegó a darsecuenta de que su negocio, cada día, era meditar en la Palabra de Dios, bus­c~n~o, por decirlo así, en cada versículo alimento para su alma. Él supo elslgmficad? de la declaración del Señor Jesús: "No sólo de pan vivirá elhombre, smo de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mat. 4:4).. Sin este sustento celestial, es imposible que el predicador sirva victo­

nosamente en un mundo dominado por el mal. Ciertamente esa fue la

r.reocupación del.apósto! ~or .Timoteo. Pablo le recuerda a su colega quetodo.s,l~,s que ~~Ieren VIVIr piadosamente en Cristo Jesús padecerán per­

secuc:on y qu~ los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor,enganando y siendo engañados" (vv, 12-13).

La lectura privada y devocional de la Palabra de Dios debe realizarsee.n un momento y en un lugar diferentes al de nuestros hábitos disciplina­nos de ~s.tudio y preparación del sermón. La actitud personal y la necesi­dad espiritual deben concordar con el grito interior del salmista: "Mi almatiene sed de Dios, del Dios vivo" (Sal. 42:2).

El siguiente procedimiento puede ser de mucha ayuda para algunos:Espere- Samuel Chadwick hizo la siguiente advertencia: "la prisa es la

m~erte de la.oración", y así es. Unos pocos minutos en apacible espera enDlOS producirán mucho más provecho que un período más largo con el ojo

p~e.sto en el r.el~j. Espere en Dios: para sentir su presencia, buscar su pro­pasito, y percibir el poder de Dios en su vida.

Lea - En este momento, reverentemente abra la Biblia y lea la porcióndel día; con esto queremos decir, toda la porción para el día. Debe observarun sistema y una secuencia. El valor de leer la Palabra de Dios 'a menudo se. d I

pIer e con el método de "búsqueda por suerte"! Por tanto, planee su lecturapasaje por pasaje, o capítulo por capítulo. Recuerde que una corta porciónbien leída es mejor que un recorrido superficial de uno o más capítulos.

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22 .'% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITlVA Elpredicadory la Palabra de Dios 23

Piense-Después de leer la porción varias veces (de manera extensa, cuida­

dosa y luego, meditada) hágase estas preguntas personales: ¿Hay alguna pro­mesa que reclamar? ¿alguna lección que aprender? ¿una bendición que disfru­tar? ¿un mandato que obedecer? ¿algún pecado que evitar? ¿una nueva revela­ción de Dios en Cristo, o el Espíritu Santo? ¿un nuevo pensamiento acerca del

diablo? ¿Cuáles elpensamientodehoy? Tal reflexión entregada a la oración bajoel control del Espíritu Santo nunca fallará en revelar una palabra del Señor.

Escriba - Los psicólogos dicen que no hay impresión sin expresión; yrecíprocamente, no hay expresión sin impresión. Por tanto, es provechoso

probar y confirmar sobre el papel las impresiones que Dios nos da. ¡Talpráctica nunca debe pasar a ser la preparación de un sermón o un ensayo!Tal cosa robaría a la meditación su verdadero reto y propósito. Lo quesugerimos es que usted registre brevemente los pensamientos descubiertos,en forma devocional, para la apropiación personal y la aplicación práctica.

Ore- Ahora convierta la meditación en oración, y ore a Dios hasta que

su voluntad se haya ajustado a la voluntad de Dios en términos de todo 10que el Espíritu Santo nuevamente le haya revelado. En este punto ustedhabrá abierto el cielo a toda dimensión de la oración, pues Jesús dijo: "Si per­manecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo 10 que

queréis, y os será hecho" (Juan 15:7, énfasis de los autores).El apóstol Pablo descifra las dimensiones de la oración al enumerar cua­

tro de las siete diferentes palabras griegas usadas para la oración en el NuevoTestamento: "rogativas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias" (1 Tim.2:1). Oración confesional o "rogativas" lleva la idea de deseo o necesidad; en ora­ción, confesamos a Dios nuestros deseos y necesidades. Después está la ora­ción deconsagración. "Oraciones" es la palabra más general para la oración, perose usa exclusivamente para nuestra comunicación con Dios; por tanto, haceénfasis en 10 sagrado de la oración y en la necesidad de reverencia y adoraciónen nuestras devociones. Sigue la oración conversacional: "intercesiones."

Aunque está traducida como "petición" (oración, 1 Tim. 4:5), su significado

básico es "reunirse con para conversar" (W. E. Vine). ¿Con qué frecuenciatomamos tiempo para "conversar" con nuestro Padre Celestial? Finalmente,está la oración de celebración: "acciones de gracias". Esta es una dimensión de la

oración que nunca debiera faltar en nuestro trato con Dios. La acción de gra­cias no debería meramente dar término a una "oración egoísta". La acción degracias debería ser la actividad normal de un corazón agradecido y adorador.

El arzobispo Trench nos recuerda que este es un aspecto de la oración que hade continuar hasta la eternidad, donde será "más llena, extensa y profunda queaquí".' Como 10 hizo el Elías de antaño, debemos probar, día a día, que "la ora­

ción eficaz del justo puede mucho." (Sant. 5:16). Como predicador, recuerdelas palabras de Jesús: "sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar" (Luc.18:1). Si usted no está orando está desmayando.

Comparta - Al salir del lugar de oración, tome la resolución de com­partir con alguien 10 bueno de su tiempo de meditación durante el día.Esto puede hacerse de muchas maneras: por medio de la conversación conel pueblo de Dios, por medio del evangelismo personal, y al escribir, etc.No usar 10 que el Señor le ha dado es simplemente adquirir conocimien­to que envanece (1 Coro 8:1). Como se ve en el desierto, los israelitas queguardaron el maná, hallaron que había criado gusanos (Ex. 16:20).

Hemos visto que crecer "a la medida de la estatura de la plenitud deCristo" (Ef 4:13) es una disciplina devocional diaria. Por tanto, como el

siervo de Jehová (el Señor Jesús mismo), debemos poder decir: "Jehová elSeñor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; des­pertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como lossabios. Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volvíatrás" (Isa. 50:4-5; ver también Mar. 1:35). Jesús nunca faltó a su tiempodevocionaL ¿Nos arriesgamos nosotros a hacer menos? Se calcula que elpastor promedio pasa menos de diez minutos cada día en esta disciplinadevocionaL 6 ¡Qyé Dios tenga misericordia de nosotros!

El llamamiento de Pablo a la permanencia en la Palabra debe hermanar­se con la obediencia a la Palabra de Dios. Pablo acentúa que las SagradasEscrituras nos hacen sabios "para la salvación por la fe que es en CristoJesús" (v, 15). La Escritura solamente obra en la vida cuando se une con laobediencia de la fe. El escritor a los Hebreos habla de los que nunca entran

plenamente en la bendición del pacto de Dios porque la Palabra no estaba"acompañada de fe" (Heb. 4:2). No hay sustituto para la fe-obediencia. Jesús10 aclaró muy bien cuando expresó: "El que quiera hacer la voluntad deDios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuen­ta" (Juan 7:17). Y el apóstol Santiago manda con claridad: "Pero sed hace­dores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mis­mos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste essemejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él

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24 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVAElpredicadory la Palabra de Dios 25

se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que miraatentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no sien­do oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en 10que hace" (Sant. 1:22-25). Usted observará que la bendición sigue a la obe­diencia. ¡01té ciertas son las palabras de john Sammis!

Obedecer, y confiar en Jesús,Es la regla marcada para andar en la luz.

El predicador debe leer la Palabra de Dios en públicoCuando el apóstol exhorta: "ocúpate en la lectura" (1 Tim. 4:13), en su

mente no solo está la vida devocional de Timoteo, sino que también visua­liza la reunión de los creyentes que escuchan la lectura pública de lasSantas Escrituras. En días de Pablo, la lectura pública de la Palabra deDios era decisiva. Para quienes se reunían a celebrar culto, esa era la únicaoportunidad que tenían de "oír" la voz de Dios. Muy pocos, si acaso habíaalgunos, tenían en su poder sus propios rollos o pergaminos.

A nuestro juicio, la lectura pública de la Palabra de Dios es igualmen­te decisiva en nuestros días. Bien 10 dijo Agustín al declarar: "¡Cuando laBiblia habla, Dios habla!". Esto quiere decir que la lectura de la Escrituraes la parte más importante de la adoración pública. ¡Aun el sermón debepresentarse bajo el dictamen de la Palabra de Dios!

Cuando Esdras y sus ayudantes estaban en pie sobre la plataforma demadera ante la convocatoria de Nehemías, se dice: "Y leían en el libro dela Ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesenla lectura" (Neh. 8:8, énfasis de los autores).

Practicar y perfeccionar la lectura pública de la Escritura debe constituiruna disciplina regular en su preparación para la predicación. Como predica­dor, usted debiera leer en voz alta y a la velocidad que 10 haría en el púlpitoun capítulo de la Biblia cada día. Es preferible que se haga de pie, teniendo enmente a su congregación. La lectura debiera grabarse y escucharse para suautocrítica. Se debe poner mucho cuidado en la articulación, lapronunciación y laenunciación. Estas tres palabras son similares, aunque no sinónimas. Vienendel mundo de la fonética, y son carne y hueso del arsenal del predicador.Articulación = lenguaje. La palabra significa "expresar sonidos", y hace énfa­sis en la necesidad de claridad en la comunicación. Pronunciación = sentido. La

etimología indica "la pronunciación de [una palabra] con símbolos fonéti­cos". Es hablar una., palabra en la manera requerida o regular; por ejemplo,uno podría decir: "El no pudo pronunciar mi nombre". Enunciación = sonido.El significado, que proviene de dos palabras latinas, quiere decir "hablarclaro". De hecho, nuntius puede traducirse como "mensajero" o "heraldo".¡Ponga todo esto junto y usted tiene discurso, sentido, y sonido! Cuandousted lea o predique la Palabra de Dios debe tener claridad de articulación,pureza de pronunciación y energía de enunciación. Pablo 10 dijo primero:"Dedícate a leer en público las Escrituras" (1 Tim. 4:13 VP). (Para másexplicación leer el cap. 13: "El predicador y la proclamación").

EL PREDICADOR DEBE SER DIRIGIDOPOR LAS ESCRITURAS

Pablo también insiste en que debemos confiar en la dirección de lasEscrituras. "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar,para redargüir, para corregir, para instruir en justicia" (v, 16). Al hacer estadeclaración, el apóstol no estaba destacando la inspiración de la Escritura,pues esa era una doctrina supuesta ya por todos los judíos devotos. Por elcontrario, él estaba recordando a Timoteo que la base para la utilidad dela Escritura yacía en su carácter inspirado.

Necesitamos tener esto en mente en un tiempo en que tanto líderescomo laicos cuestionan las reglas cristianas. La batalla por la Biblia conti­núa; pero a pesar de 10 acalorado del debate, debemos permanecer en laautoridad de las Escrituras. Una vez claros en esto, no tendremos proble­ma para hacer de la Biblia nuestra final y única regla de fe y práctica. Ellaes suficiente para todas nuestras necesidades.

Suficiencia de la Biblia para la revelación"Toda la Escritura es... útil para enseñar" (v, 16). La Biblia es el único

libro en el mundo que imparte conocimiento respecto a la revelación deDios en Cristo. Por eso el énfasis del apóstol Pablo es que "las SagradasEscrituras... te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es enCristo Jesús" (v, 15). Ninguna otra fuente contiene esta sabiduría. Y 10 máshermoso es que cuanto más la leemos, mejor entendemos la naturaleza yel alcance de "una salvación tan grande" (Heb. 2:3).

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26 ~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory la Palabra de Dios 27

Si no hubiera otro incentivo para la diaria y disciplinada lectura de laPalabra de Dios, ¡esta "salvación tan grande" en Cristo sería suficiente!'Qyién no anhela ser más semejante a Jesús? Sin embargo, esta semejan­za a Cristo nunca puede efectuarse sin leer y obedecer la Escritura. Poresta razón es que se nos exhorta a mirar "como en un espejo la gloria delSeñor" y así ser "transformados de gloria en gloria en la misma imagen [deCristo], como por el Espíritu del Señor" (2 Coro 3:18).

Suficiencia de la Biblia para la refutación"Toda la Escritura es... útil para... redargüir" (v. 16). Nadie puede aspi­

rar a ser un hombre de Dios sin tropezar con falsas enseñanzas y vidasincorrectas. En cuanto a la primera, se nos recomienda retener "la palabrafiel tal como [nos] ha sido enseñada para que también [podamos] exhor­tar con una sana enseñanza y convencer a los que contradicen" (Tito 1:9).

Al acercarse la venida del Señor, hombres malvados y seductores van aaumentar, tanto en número como en influencia. Así, especialmente el pre­dicador, debe saber cómo contender "ardientemente por la fe que ha sidouna vez dada a los santos" (Jud. 3). ,

En cuanto a la manera errónea de vivir, Pablo es igualmente categórico. Elexhorta: "Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino másbien reprendedlas (Ef. 5:11). Y en otro lugar manda: "A los que persisten enpecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman" (1 Tim.5:20, énfasisde los autores). ¡Esta perspectivade lo malo es un clamor que estámuy lejosde las concesiones de nuestros días! El hombre de Dios siempre deberecordar que si bien los tiempos cambian, la verdadnunca cambia.

Suficiencia de la Biblia para la restauraciónToda la Escritura es... útil para ... corregir" (v 16). Si la reprensión

subraya el aspecto negativo, la "corrección" acentúa el positivo. En elNuevo Testamento, al igual que la palabra anterior, esta solo se encuentraaquí. Esto sugiere que Pablo es muy específico con su selección del len­guaje. Corregir significa "rectificar" o "restaurar a la posición original".

El mensaje es claro. Los delincuentes no solo deben ser amonestados,necesitan ser restaurados. A los que necesitan la palabra restauradora,Jesúsles declara: "Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado."(Juan 15:3). ¡Qyé alentador es saber que el pueblo de Dios puede ser lim­piado por la Palabra! (Sal. 119:9; Juan 17:17).

Suficiencia de la Biblia para la regulación"Toda la Escritura es... útil para... instruir en justicia" (v, 16). El hom­

bre de Dios debe ser "regulado" si quiere prosperar en la esfera donde lavoluntad de Dios se considera normativa. Para eso "la gracia de Dios se hamanifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos [o discipli­nándonos] que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, viva­mos en este siglo sobria, justa y piadosamente" (Tito 2:11-12).

En una era en que la indulgencia y la indisciplina abundan por todaspartes, de nuevo necesitamos aprender lo que significa "instruir en justi­cia" (v, 16). En esencia, es la vida del discipulado. A todos nos dice Jesús:"si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis dis­cípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:31-32).Por tanto, es evidente que si queremos ser hombres de Dios, debemos serdirigidos por las Escrituras en cada área de nuestra vida.

EL PREDICADOR DEBE SER DEPENDIENTEDE LAS ESCRITURAS

Por último, Pablo instruyó a Timoteo en cuanto a que el predicador debedepender de la Palabra de Dios: "a fin de que el hombre de Dios sea perfec­to, enteramente preparado para toda buena obra" (v. 17). El título "el hombrede Dios" parece aplicarse especialmente a maestros y predicadores cristianosmás que a los creyentes en general (ver 1 Tim. 6:11). Sea lo que fuere, unacosa está clara: si el predicador debe cumplir sus funciones en el hogar, en laiglesia, y en el mundo, debe depender de la Palabra de Dios. Solamente asíserá equipado por el Espíritu de Dios para participar en el servicio de Dios.Esto es algo tan vital que necesitamos considerarlo detenidamente.

Dependa de la Palabra de Dios para obtenermadurez espiritual

"Sea perfecto" [nosotros] (v, 17). ¡No podemos guiar a otros hacia lamadurez espiritual si nosotros mismos somos infantes! Esto es lo que quie­re decir el escritor a los hebreos cuando asegura: "Porque debiendo ser yamaestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva aenseñar?cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéisllegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y

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28·'% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

todo aquél que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia,porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madu­rez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimien­to del bien y del mal" (Heb. 5:12-14). La frase "la palabra de justicia" es laclave para nuestro entendimiento de este fuerte e inquisitivo pasaje. Lamadurez cristiana es capacidad espiritual para enfrentarse a las relaciones dela vida: hacia Dios, hacia el hombre y hacia uno mismo. Justicia aquí signi­fica: "la conducta correcta que Dios espera que sigan los creyentes"." Elhombre que no puede hacer frente a la conducta cristiana es un infante.Todavía necesita leche, en vez del alimento sólido. A causa del fracaso en eluso diestro de la Palabra de Dios, no tiene el sentido para discernir entre elbien y el mal en cualquier situación dada. Por tanto, al igual que los inma­duros corintios, él divide a la Iglesia de Dios (1 Coro 3). No hay atajos parala madurez. Debemos depender de la Palabra de Dios día a día.

Dependa de la Palabra de Dios para la actividad espiritual"Enteramente preparado para toda buena obra" (v, 17). La frase "toda

buena obra" incluye nuestro llamamiento al ministerio. El apóstol lo acla­ra cuando nos dice que "somos hechura suya [de Dios], creados en CristoJesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para queanduviésemos en ellas" (Ef. 2:10).

Uno de los más grandes descubrimientos que podemos hacer es aprenderque antes de que el universo existiera, y antes de que nosotros naciéramosfísica o espiritualmente, Dios tenía un plan para cada una de nuestrasvidas. Lo emocionante del servicio cristiano es hallar, seguir y terminar eseplan para la gloria de su nombre.

¡Qyé desafío nos plantea esto a quienes estamos en el ministerio cris­tiano! Es fácil seguir día tras día en la "carrera de la competencia" religiosasin la sonrisa del favor de Dios. Podemos organizar programas y manipularresultados, pero el hecho sigue siendo que, a la luz del trono de juicio deCristo, nada de valor aparecerá ni permanecerá.

Cuando Moisés construyó el tabernáculo, tuvo que seguir meticulosa­mente el modelo que se le mostró "en el monte" (Heb. 8:5). Dios sigueteniendo un modelo para el servicio aquí en la tierra, y ese modelo estárevelado en las Sagradas Escrituras. Por eso tenemos que estar dedicadosa la Palabra de Dios, dirigidos por ella y dependientes de ella. Para el pre­dicador, tiene que ser toda la Palabra de Dios para toda la obra de Dios.

CAPÍTULO TRES

EL PREDICADOR Y LA

VIDA DE DIOS

Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. . .Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

GÁLATAS 5:16,25

Texto de estudio: Gálatas 5:13-6:5

El conocido predicador puritano, John Owen (1616-1683), escribióprolíficamente sobre la persona y la obra del Espíritu Santo. En sudiscurso SobreelEspíritu Santo (1674) hay un pasaje extraordinario en

el que el afirma: "El pecado de desdeñar [a la persona del Espíritu Santo] yrechazar su obra en la actualidad es de la misma naturaleza que la idolatríadel pasado y que el rechazo de los judíos de la persona del Hijo"(énfasis delos autores).' Sin rodeos,John Owen nos dice que si el pecado en los tiem­pos del Antiguo Testamento fue el rechazo de Dios Padre, y el pecado delos tiempos del Nuevo Testamento fue el rechazo de Dios Hijo, entonces elpecado de nuestros tiempos es el rechazo de Dios Espíritu Santo. Este men­saje es tan intenso como profundo, especialmente cuando nos ubicamos ennuestra escena religiosa contemporánea. Alguien podría decir: "¿cómopuede usted hablar del rechazo al Espíritu Santo cuando su persona, su obra-y especialmente sus dones- son los 'clichés' en los círculos de discusióny debate tanto protestantes como católicos?".

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30% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITlVA El predicadory la vidadeDios 31

No hay una respuesta sencilla a esa pregunta; pero hay una muy seria.Con todo lo que se ha hablado del Espíritu Santo, hay un rechazo haciaÉl en dos aspectos, y los dos son pecados. Uno es el pecado del "escapis­mo." Algunos predicadores ni siquiera mencionan el Espíritu Santo portemor de ser "señalados." Por esa razón sus púlpitos guardan silencio sobreel tema. Al otro extremo del espectro está el pecado del "extremismo." Elministerio superficial, las manipulaciones sutiles y las manifestaciones sinsentido que hoy prevalecen tanto, no cuadran con la Palabra de Dios o,ciertamente, con la gloria de Dios. Estos dos pecados (escapismo y extre­mismo) son, de hecho, un rechazo al Espíritu Santo en toda la gloria desu persona, su obra, y sus dones. ¡Lo que necesitamos es balance bíblico!

Una cosa es evidente: ningún predicador puede cumplir su ministerio,en términos de su vida y obra, sin el señorío y la dirección del EspírituSanto. Este capítulo trata de la vida de Dios en el Espíritu. Aunque eltexto escogido no está dirigido específicamente al predicador/pastor, la ver­dad que revela concierne tanto a miembros como a líderes en la Iglesia deJesucristo. ¡La vida del predicador cuenta! Dios está más interesado en loque somos como predicadores que en lo que hacemos. El predicador debemanifestar la vida de Dios.

Los versículos asignados para nuestra lectura despliegan las evidenciasde este "andar" o vida en el Espíritu. No hay nada más importante en lavida personal, vocacional y de relaciones del predicador que "andar ~ovivir] en el Espíritu" (v, 16). El verbo "andar' (en griego stoicho) es unaexhortación a llevar el paso unos con otros, sumisos de corazón al EspírituSanto y, por tanto, llevar el paso con Cristo que es nuestra vida.' Nos esprovechoso reflexionar en oración sobre las lecciones esenciales que emer­gen de este pasaje.

LA VIDA EN EL ESPÍRITUDEMANDALIBERTAD ESPIRITUAL

Pablo comienza el capítulo 5 de Gálatas con un mandato; un manda­to a continuar realizando una acción como hábito generala estilo de vida.Él nos insta a "estad firmes ... en la libertad con que Cristo nos hizo libres,y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud... Porque vosotros, her­manos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad

como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros" (vv,1,13). Los creyentes de Galacia estaban amenazados por un doble yugo deesclavitud. Por un lado, la esclavitud de la legalidad religiosa (ver vv. 1-15),y por el otro, el yugo de la rebelión carnal (ver vv. 16-21). Teniendo enmente esta situación, Pablo exclama: "Estad, pues, firmes en la libertadcon que Cristo nos hizo libres". Como predicadores, nosotros debemosseguir este mandato y servir en la libertad del Espíritu.

Debemos conocer la libertad dellegalismo religioso"Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no

estéis otra vez sujetos al yugo de servidumbre" (v; 1). Cuando Pablo escri­bió estas palabras, los judaizantes habían invadido la iglesia en Galacia yprocuraban someter a los creyentes bajo la esclavitud de la ley de la cualCristo los había libertado por medio de la soberana gracia. Sus legalidadesreligiosas cubrían un amplio espectro de regulaciones y limitaciones.

Lo que era cierto entonces también es cierto hoy. Todos conocemos ellegalismo personal, denominacional, tradicional, racial, eclesiástico, y aúnteológico ("encajonando" a Dios para servicio propio de conceptos teoló­gicos que no tienen ninguna base ni balance bíblicos).

Sin embargo, debemos recordar que Cristo vino a ponernos en liber­tad por el poder de su cruz y por el poder de su Espíritu. En un contextosimilar, Pablo afirma que "donde está el Espíritu del Señor, allí hay liber­tad" (2 Coro 3:17). Esta libertad no es una licencia, ni una limitación, sinomás bien es el poder de hacer 10 que debemos a la luz de la Palabra de Diosy del poder del Espíritu de Dios.

¿Está usted libre o atado? Lea otra vez las palabras liberadoras delapóstol: "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres,y no os pongáis otra vez bajo el yugo de la esclavitud" (Gál. 5:1).

Debemos conocer la libertad de la rebelión carnal''Andad [o vivid] en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne ...

y manifiestas son las obras de la carne" (vv, 16,19), iY Pablo muestra uncatálogo desalentador de ellas! Aunque hayamos nacido de nuevo, todavíaposeemos la vieja naturaleza. Hasta que esa vieja naturaleza sea llevadabajo el poder mortificante de la cruz, por medio de la aplicación del minis­terio del Espíritu Santo, podemos seguir plagados y encadenados por las

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32 ..",. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory la vidade Dios 33

rebeliones carnales. Pablo clasifica estas carnalidades bajo tres categorías:pecados sexuales, pecados espirituales y pecados sociales.

Pecados sexuales. "Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia" (v, 19).Es significativo que los primeros pecados que encabezan la lista tenganque ver con las relaciones sexuales. Esto no se debe a que los pecadossexuales sean intrínsecamente más malos que los otros. Más bien signifi­ca que los pecados sexuales revelan más gráficamente el egocentrismo y larebelión de quienes se atreven a prostituir las normas santas de Dios paralas relaciones humanas. Desafortunadamente, como predicadores, no esta­mos exentos de implicarnos en estos pecados sexuales, a menos que conoz­camos el poder liberador del Espíritu Santo.

Charles Colson en su libro El Cuerpo advierte que "el índice de divor­cio entre los clérigos está creciendo con más rapidez que en cualquier otraprofesión. Los números muestran que uno de cada diez ha tenido unarelación amorosa con un miembro de su congregación, y el 25% ha tenidoalgún contacto ilícito sexual".' Estas son estadística muy serias a las quenecesitamos hacerfrente sin temor ni favor, y luego luchar en el poder delEspíritu. Dios nos ha llamado a una vida de victoria y de pureza, y nodebemos ceder (1 Pedo 1:15,16; 1 Coro 15:33-34,57).

Pecados espirituales. "Idolatría, hechicerías" (v, 20). Idolatría significaalgo o alguien que se interpone entre Dios y nosotros, y que se convierteasí en el centro de nuestra adoración y atención. Dios siempre ha conde­nado la idolatría, y el apóstol Juan amonesta: "Hijitos, guardaos de los ído­los" (1 Jn. 5:21). ¡Cuántos de nosotros somos culpables de la adoración alos ídolos! ¿Q1lé de la televisión, la computadora, autos deportivos últimomodelo y otras invenciones de nuestra era moderna? La brujería puedereferirse al "uso de las drogas", como hoy 10 vemos en nuestro entorno. Enverdad, el uso de las drogas ha invadido la Iglesia de Jesucristo. Lo queAldous Huxley y otros predijeron se ha cumplido. Hasta algunos pastoresbuscan experiencias religiosas por medio del abuso de sustancias estimu­lantes. El lavado de cerebro del movimiento de la Nueva Era y otras acti­vidades satánicas han fomentado estas formas sutiles de adicción.

Pecados Sociales. "Envidias... borracheras, orgías" (v, 21). Estos pecadospueden hallarse en nuestros corazones, a menos que sepamos qué es estarprotegidos por la sangre de Cristo y el poder del Espíritu. Pablo no estáhablando tanto del acto del pecado como del hábito de este. Aunque es

cierto que el creyente no está bajo la ley sino bajo la gracia, tal verdad nonos da excusa para el pecado (Rom. 6:15). Más que nada, ¡es un desafíopara vivir en victoria! Pablo afirma en nuestro texto que hemos sido "lla­mados a libertad," pero también nos recuerda: "no uséis la libertad comoocasión para la carne, sino servíos en amor los unos a los otros" (v, 13, énfa­sis de los autores).

De este modo, regresamos a nuestro tema: Andar o vivir en el Espíritu.Hacerlo demanda libertad espiritual; y gracias a Dios: "donde está elEspíritu del Señor, allí hay libertad" (2 Coro 3:17).

LA VIDA EN EL ESPÍRITU MUESTRAFRUTO ESPIRITUAL

"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley" (vv, 22­23). Si crucificamos "la carne con sus pasiones y deseos" (v, 24) por el poderdel Espíritu (Rom. 8:13), y si nos sometemos al control del Espíritu, enton­ces aparece el fruto espiritual en nuestras vidas. No hay mejor representa­ción gráfica de este fruto espiritual que 10 descrito en los versículos 22-23,y es nada menos que los nueve aspectos de la configuración de la vida deCristo. john Stott describe este grupo de nueve gracias cristianas como "laactitud [del creyente] hacia Dios, hacia otras personas, y hacia sí mismo"."

La actitud del creyente hacia Dios''Amor, gozo, paz" (v. 22). El amor a Dios, el gozo en Dios, y la paz con

Dios son aspectos de la vida centrada en Dios. En otras palabras, aquí esta­mos describiendo el amor incondicional, el gozo increíble y la paz imper­turbable. ¿Pueden otros ver estas características en nuestras vidas cuandoestamos detrás de nuestros púlpitos, cuando andamos por los corredores delhospital, o cuando entramos en los hogares de nuestros feligreses?

La actitud del creyente hacia otras personas"Paciencia, benignidad, bondad" (v, 22). Nuestras vidas sociales mos­

trarán la paciencia de un ánimo firme sin desistir; la benignidad del servi­cio cristiano en un mundo egoísta; y la bondad del amor ágape encarnadoen generosidad y hospitalidad.

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La actitud del creyente hacia sí mismo"Fe, mansedumbre, templanza" (vv, 22-23). En nuestras vidas personales

manifestaremos el fruto de la fe en dependencia y responsabilidad en nues­tro servicio a Dios y al hombre. Manifestaremos el fruto de la mansedumbrecon un comportamiento en semejanza a Cristo en cada situación de la ~day, de igual manera, manifestaremos el fruto de la templanza en la capacidaddada por Dios de sujetar las pasiones naturales para propósitos redentores.

Ahora bien, aunque a la vieja naturaleza le es posible falsificar algunosfrutos del Espíritu, nunca puede producir la plenitud del carácter de Cristoen nosotros. Cuando el Espíritu produce el fruto, es Dios quien obtiene lagloria, y el cristiano no es consciente de su espiritualidad. Por otra parte,cuando es la carne la que está en acción, la persona interiormente se llenade orgullo y se agrada cuando otros la lisonjean. ¡Cualquier predic.ador ~ue

diga que no disfruta de los cumplidos está mintiendo! ¿Pero. a quién a~Ju­

dicamos la gloria? La obra del Espíritu es hacernos más semejantes a Cnstopara su gloria y no para la alabanza de los hombres (ver Luc. 6:26a)~ .

Si se hace la pregunta: "¿Cómo puedo conocer el fruto del Espmtu enmi vida?", la respuesta es clara: "Sed llenos del Espíritu" (Ef. 5:18). Estollama a una sinceridad para con el Señor momento tras momento. Debemosandar "en luz, como él está en luz' (1 Jn. 1:7). No debemos "contristar al

Espíritu Santo" (Ef. 4:30) por cualquier pecado ~ono~ido ni "apag~~ ,alEspíritu" (1 Tes. 5:19) dándole lugar al yo. Esta smcendad es condición

esencial para una vida llena del Espíritu.Junto con la sinceridad diaria también debe haber una obediencia dia­

ria al Señor. Se nos dice que Dios ha dado el Espíritu Santo "a los que leobedecen" (Hech. 5:32). No hay ningún sustituto para la obediencia total

a la Palabra de Dios. En términos prácticos, esto significa tener regular­mente un tiempo devocional (ver cap. 2), y también hace un llamado a laoración que pide. Jesús prometió: "Pues si vosotros, siendo malos, sab~is

dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial

dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?" (Luc. 11:13).Nuestro Señor confirmó estas condiciones para el vivir cristiano fruc­

tífero en la exquisita alegoría de Juan 15 donde Él habla de la vid y lospámpanos. Él enseñó: "Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como. elpámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la Vid,así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí" (v,4). Todo el concepto de

permanecer no es otra cosa que esa sinceridad y obediencia al Señor.Ciertamente Jesús dijo: "Si guardareis mis mandamientos, permaneceréisen mi amor" (Juan 15:10). Luego añadió: "Si me amáis, guardad mis man­damientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador [el EspírituSanto], para que esté con vosotros para siempre" (Juan 14:15-16).

Es importante también entender que cuando Pablo dio su mandato deser llenos del Espíritu empleó la voz pasiva. Sus palabras fueron: "Dejadque el Espíritu os llene". Con bastante claridad, él dio a entender rendicióny sumisión al control del Espíritu Santo en dependencia y obediencia.

LA VIDA EN EL ESPÍRITU DIRIGE ELENFOQUE ESPIRITUAL

"Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros quesois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándotea ti mismo, no sea que tú también seas tentado" (6:1). Si hemos experimen­tado la libertad y el fruto del Espíritu en nuestras vidas, entonces emerge­rá un enfoque del Espíritu en nuestro ministerio diario. Pablo expone esteenfoque espiritual en estos primeros versículos de Gálatas 6. Cuanto másexaminamos estas palabras, más extenso llega a ser nuestro ministerio.

Nuestra obligación es restaurar a los caídos"Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que

sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándo­te a ti mismo, no sea que tú también seas tentado" (6:1). Dos de los másfeos pecados de la Iglesia actual son la crítica y la falta de perdón. Por esohay tanta amargura en el cuerpo; por eso "el avivamiento se demora". Siandamos en el Espíritu, hay un enfoque del ministerio que debe realizar­se en nosotros y por medio de nosotros. En primer lugar, nuestro deber esrestaurar al caído. Pablo nos da un ejemplo de un hombre que ha sido sor­prendido en pecado. ¿Qyé debemos hacer si en verdad estamos llenos delEspíritu? Se nos da la respuesta precisa: debemos restaurar a tal personacon espíritu de mansedumbre, considerando que nosotros también pode­mos ser tentados a caer.

El verbo restaurar está en el modo imperativo del tiempo presente acti­vo. El término se usa en Mateo 4:21 para remendar redes y viene de una

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raíz griega que significa "equipar cabalmente". Esto de ninguna maneraquiere decir que puedan hacerse determinadas concesiones al pecado.Verdaderamente, nuestro deber pastoral es reprender el pecado (especial­mente si ha sido cometido por líderes) "delante de todos, para que losdemás también teman" (1 Tim. 5:20). Pero habiendo aplicado los princi­pios de la disciplina, el propósito de la restauración es volver a atraer a la

persona a la comunión y la integridad.

Nuestra obligación es libertar al encadenado"Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de

Cristo" (6:2). El legalista no tiene interés en levantar las cargas; por el con­trario, añade a las cargas de otros (Hech. 15:10). Este fue uno de los peca­dos que el Maestro condenó severamente: "Porque [los fariseos] atan car­gas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hom­bres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas" (Mat. 23:4).

Pablo usa la palabra cargas para mostrar la sutileza y la crueldad dellegalismo. De hecho, los legalistas exasperan los problemas de quienes

están ya sobrecargados.A manera de contraste, quien está lleno del Espíritu tiene un ministe-

rio de libertad. ¡En amor, él quiere ver a su hermano en libertad para el

servicio (5:13)!Por todos lados nos rodean personas encadenadas. Puede que no

hayan caído, pero sin embargo están encadenados. ¡Qyé gran ministerio elnuestro de poner en libertad a tales personas con la palabra de autoridadliberadora por medio de Jesucristo nuestro Señor! Jesús declaró: "si el Hijoos libertare, seréis verdaderamente libres" (Juan 8:36).

Nuestra obligación es amonestar a los neciosNo solo debemos restaurar al caído y libertar a los encadenados, sino

que tenemos también la obligación de amonestar a los necios. "Porque elque se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. Así que, cadauno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriar­se sólo respecto de sí mismo, y no en otro; porque cada uno llevará su pro­pia carga" (6:3-5). En este pasaje hay tres principios correctivos que nece­sitamos abordar si queremos enfocar el ministerio del Espíritu en nosotros

y por medio de nosotros.

Debemos ser honestos con nosotros mismos. "El que se cree ser algo, nosiendo nada, a sí mismo se engaña". El orgullo resulta en autoengaño (Jer.49:16) y conduce a la resistencia divina (Sant. 4:6).

Indudablemente, como personas redimidas en Cristo, debemos acep­tar quiénes somos y lo que somos, y regocijarnos en lo que la gracia hahecho; pero pensar que somos algo, cuando realmente nada somos, esengañarnos a nosotros mismos con una arrogante sobrevaloración. Jesúsamonestó: "separados de mí nada podéis hacer' (Juan 15:5, énfasis de losautores). Para ser honestos y mantenernos honestos con nosotros mismos,necesitamos vivir constantemente en un espíritu de arrepentimiento. Elprimer paso del arrepentimiento es la correcta evaluación de nosotros mis­mos a los ojos de Dios.

Debemos serhonestosen nuestro servicio. ''Así que, cada uno someta a prue­ba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de símismo, y no en otro" (v, 4). Dios nos ha dado a cada uno de nosotros unatarea especial que realizar. El apóstol nos recuerda que "somos hechura suya,creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de ante­mano para que anduviésemos en ellas". (EE 2:10). Nuestra responsabilidadno es estar preocupados por el trabajo de nuestro hermano, sino más bienhallar, seguir, y concluir aquello para lo cual cada uno de nosotros ha sidollamado. Usted recordará que después de la restauración de Pedro, él quisosaber qué iba a hacer Juan. Jesús le dijo que tal cosa no era su responsabili­dad; su tarea era seguir a jesús hasta el fin (Juan 21:21-23). La tentación decompararnos con otros es otra barricada en nuestro ministerio, y a menudonos conduce a celos, contienda y división en la Iglesia de Cristo Jesús.

Debemos ser honestos con nuestro Salvador. "Porque cada uno llevará supropia carga" (v, 5). Aquí la referencia es al día en que todos rendiremoscuentas. Pablo presenta aquí lo que expresa de modo un tanto diferente enRomanos 14:12: "cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí".Finalmente, lo que cuenta es lo que el Salvador piense o diga. Nadie puederesponder por su hermano. Cada uno de nosotros tendrá que llevar su pro­pia carga de responsabilidad y su obligación de dar cuentas y responderpor ellas ante el tribunal de Cristo (1 Coro 3:9-15).

De manera que esta es la secuencia: debemos ser honestos con noso­tros mismos; honestos con nuestro servicio; y honestos con nuestroSalvador. Dicho de forma sencilla: el enfoque del Espíritu Santo en un

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predicador en sujeción es restaurar al caído, poner en libertad al encadena­do y amonestar al necio, iY eso nos incluye a nosotros como predicadores!

Necesitamos preguntarnos: ¿Estamos viviendo en el Espíritu? Si esasí, la evidencia clara será libertad, fruto y enfoque espirituales en nuestras

vidas, hora tras hora y día tras día.Necesitamos agregar algo más y que es crucial. Si vivimos en el

Espíritu, debemos ser guiados por el Espíritu (vv, 16,18). Esta guía impli­ca señorío, "y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad" (2 Coro3:17). Es el Espíritu quien hace realidad el señorío de Cristo en nuestrasvidas. Lo que Dios el Padre ha planeado y Dios el Hijo ha comprado,nunca puede experimentarse hasta que Dios el Espíritu Santo personaliza

esa obra redentora en nosotros a medida que nosotros nos sujetamos"momento a momento" a su señorío.

Santo Espíritu, reina en mí,Con tu propia autoridad:Qpe mi vida, junto a ti,Demuestre tu libertad.

-Stephen F. Olford

CAPÍTULO CUATRO

EL PREDICADOR y' EL

HOMBRE DE DIOS

Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia,

la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.

1 TIMOTEO 6:11

Texto de estudio: 1 Timoteo 6:12-16

En este capítulo veremos que el predicador debe ser un hombre deDios. Así es como Pablo habla a Timoteo: "Mas tú, oh hombre deDios". El título trae a la memoria las palabras de ordenación que

fueron empleadas cuando Timoteo fue encomendado al ministerio.En los tiempos del Antiguo Testamento, esta apelación se le asignaba a

la persona a la cual se le había confiado un oficio divino. Moisés fue llamado"varón de Dios" (Deut. 33:1); David fue llamado "varón de Dios" (2 Crón.8:14); Elías fue llamado "varón de Dios" (2 Rey. 1:9); los profetas fueronllamados varones de Dios (1 Sam.2:27).

Hoy día todo creyente es constituido un varón de Dios en virtud de launción del Santo (1 Jn. 2:20; 1 Pedo 2:9). Sin embargo, en el texto anterior, elapóstol tiene en mente aljovenTimoteo, quien había sido llamado para serpre­dicador y pastor de la(s) iglesia(s) en la ciudad de Éfeso y sus alrededores. Portanto, el objetivo del discurso de Pablo es doble: de instrucción e inspiración.Como padre en la fe, él quiere que Timoteo se eleveal reto de su noble tarea.

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Con esto en mente, analicemos el texto de estudio y aprendamos quése espera del predicador como "un varón de Dios".

EL HOMBRE DE DIOS DEBE HUIR DE TODOSLOS VICIOS EN SU MINISTERIO

"Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas" (v, 11). El contextoinmediato está dividido en dos partes: la primera tiene que ver con los fal­sos maestros, y la segunda con los valores erróneos. Cuando Pablo reflexio­na en 10 que ha escrito sobre estos dos asuntos, suplica: "Mas tú, oh hombrede Dios, huye de estas cosas". Existen dos vicios que deben ser evitados.

El vicio del liberalismo"Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de

nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad...apártate de los tales" (l Tim. 6:3-5). En tiempos de Pablo, había maestrosy predicadores liberales, como los tenemos en nuestro tiempo. La preocu­pación de Pablo era que el joven Timoteo no fuera enredado en la "bata­lla de palabras" que caracterizaba la marca de adoctrinamiento de los tales.

William Barclay nos informa que: "Las circunstancias de la vida, en elmundo antiguo, presentaban al falso maestro una oportunidad que este notardaba en tomar. Del lado cristiano, la Iglesia estaba llena de profetas iti­nerantes cuya forma de vida les daba cierto prestigio. [La adoración] cris­tiana era mucho más informal de lo que es ahora. Cualquiera que sintieratener un mensaje tenía libertad de darlo; y la puerta estaba abierta a hom­bres que salían a propagar un falso y seductor mensaje".'

Es triste admitirlo pero cuando un predicador rechaza las sanas o salu­dables palabras del evangelio, sucumbe a una enfermedad espiritual que semanifiesta a sí misma en un liberalismo subversivo. ¡Si no fuera por elpoder guardador de la gracia de Dios, nos causaría mucho miedo! Y larazón de ello está claramente explicada. Cuando el liberalismo afectanuestra predicación suceden cuatro cosas.

El mensaje se vuelve corrupto. Ya no nos conformamos "a las sanas pala­bras de nuestro Señor Jesucristo" (l Tim. 6:3). El verbo conformarse sugie­re el acto en que alguien acepta la oferta de otro. El liberal rehusa aceptarlas sencillas palabras del evangelio y se decide por "un evangelio diferente"

(GáL 1:6,9). En vez de estar resuelto, como el apóstol Pablo, a no sabernada "sino a Jesucristo, y a éste crucificado" (l Coro 2:2), el liberal tiende aenfocarse en la política nacional, los intereses sociales, la teología de laliberación y otros temas atractivos. Todos conocemos a hombres que unavez fueron apasionados profetas del evangelio pero ahora están tan despis­tados con sus propias agendas, que el mensaje del evangelio ya no llega conpenetrante claridad y poder salvador. No estamos sugiriendo que algunosde los asuntos mencionados anteriormente no deban abordarse en nues­tros tiempos contemporáneos; pero cuando ocupan la prioridad sobre lacentralidad de Cristo y la sencillez del evangelio, entonces se neutraliza elpoder divino de la predicación y la gloria desaparece. Pablo amonesta:"Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangeliodiferente del que os hemos anunciado, sea anatema" (GáL 1:8).

La actitud se vuelve engreída. "Si alguno enseña otra cosa... está enva­necido, nada sabe" (vv, 3-4). Al pronunciar este veredicto, Pablo usa unlenguaje fuerte. Nos dice que un predicador semejante está enceguecidopor la vanidad. La traducción de Williams interpreta: "Él es un presumi­do ignorante." Es imposible razonar con alguien así afectado.

Se han empleado innumerables horas tratando de enderezar a hombresa quienes su orgullo no les deja escuchar palabras de prudencia o consejo.Tales predicadores atraen seguidores que se dejan engañar fácilmente por sucarisma natural y seductora oratoria; pero hacen más daño de lo que uno sepueda imaginar en este lado de la eternidad (ver 2 Tim. 4:3-4).

Los modales se vuelven contenciosos. "Si alguno enseña otra cosa... deliraacerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias,pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptosde entendimiento y privados de la verdad" (1 Tim. 6:3-5). Pablo enumeracinco consecuencias sociales que proceden de esta condición de autoenga­ño (vv, 4-5). Aún peor es el carácter espiritual de hombres ocupados contales enseñanzas. Se describen como "hombres corruptos de entendimien­to y privados de la verdad" (v, 5).

El motivo se vuelve comercial "Hombres... que toman la piedad comofuente de ganancia" (v, 5). Cuando un hombre de Dios se aparta de la ver­dad, muy pronto se implica en el materialismo; se hace creer a sí mismo queuna demostración de piedad es una inversión provechosa, un negocio lucra­tivo, un avance de sus intereses mundanos. Volveremos a este asunto de la

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42% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory elhombre de Dios 43

codicia más adelante; basta decir aquí que el amor al dinero es un vicio mor­tal cuando atrapa a un predicador. ¡Debemos rehuirlo como a una plaga!

Aun cuando el texto de las Sociedades Bíblicas Unidas omite las pala­bras al final del versículo 5, la advertencia sigue siendo válida; porque conel vicio del liberalismo en mente, necesitamos "retirarnos" de cualquiercompromiso con la verdad bíblica. Hoy día es popular ser liberal en doc­trina, y como consecuencia, el comportamiento es disoluto. Con normaserosionadas en el púlpito y en los bancos de las iglesias, se piensa quemuchos predicadores son ingenuos y anticuados cuando "se conforman alas sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo" (v, 3). Quiera Dios hacer­nos completamente fieles al evangelio, ¡cueste 10 que cueste!

El vicio del "mamonismo""Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en

muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destruc­ción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, elcual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados demuchos dolores" (1 Tim. 6:9-10). Jesús advirtió que no podemos "servir aDios y a las riquezas." (Mat. 6:24). Mamón es la adoración a las riquezas.El problema no es el dinero en sí; el peligro es el amor al dinero. En el ver­sículo 10 el apóstol cita un proverbio secular que dice: "El amor al dineroes la metrópolis [o el mundo] de todo mal".2Aun cuando haya alguna dife­rencia de opinión en cuanto a si el versículo debe o no leerse "una raíz" o"la raíz de toda clase de mal," esto es indiferente. Hay otras raíces o fuen­tes del mal además del amor al dinero, como la amargura (ver Heb. 12:15),el deseo (Sant. 1:15) y la falta de perdón (Ef 4:30-32), mas el amor aldinero en verdad es "una raíz de toda clase de mal" (v, 10).

Debemos recordar que en la parábola de Natán, el amor al dinero fue lacausa para que el hombre que tenía muchas ovejas y vacas le robara al pobresu única corderita (2 Sam. 12:1-7). También fue la causa para que aquel jovenprincipal se alejara de Cristo (ver Luc. 18:23), y también hizo que el ricoinsensato se engañara pensando que todo iba bien cuando, de hecho, estabaal borde del infierno (ver Luc. 12:16-20). Y tal vez 10 más triste fue cuandoel amor al dinero hizo que Ananías y Safira mintieran al Espíritu Santo ycausaran gran aflicción a la iglesia primitiva en Jerusalén (ver Hech. 5:1-11).El deseo de dinero ha sido la causa de innumerables fraudes, de matrimoniospor conveniencia, de divorcios vergonzosos y de ministerios arruinados.'

Si los predicadores no se extravían teológica o moralmente, a menudohacen naufragar sus ministerios contra las rocas de las ganancias materiales.Es triste tener que decir (y sin embargo, es verdaderamente incuestionable)que nuestro mundo religioso está infiltrado de predicadores y evangelistasque no son más que violadores financieros. Ya sean permanentes o itineran­tes en sus ministerios, siempre van tras el dinero, y no solo están destruyen­do la obra del Señor, sino que también están deshonrando su nombre.

Es importante notar cómo se desarrolla este vicio del "mamonismo".El "mamonismo" comienza con un cebo. "Porque los que quieren enrique­

cerse caen en tentación y lazo" (v, 9). Hay algo atractivo en ser rico, y loshombres del clero no son inmunes. De hecho, muchos de ellos predicanun "evangelio de salud y riqueza" por esta misma razón.

Estuvimos una vez en las Filipinas en una serie de reuniones. Despuésde visitar unas áreas afligidas por la pobreza en una de las islas, nos lleva­ron a un hotel. Nos sentíamos avergonzados de estar en la relativa como­didad de una habitación con televisión. Quedamos aún más conmociona­dos cuando encendimos el televisor y oímos a un evangelista de losEstados Unidos que hablaba a sus televidentes de los Cádillacs que él teníay cómo el Señor se los había provisto. Allí estaba, con su traje "sicodélico",sus brillantes zapatos y una flor roja pegada a su solapa, diciendo a la genteque si ellos confiaban en Dios podrían a ser tan ricos como 10 era él. Mástarde fuimos entrevistados por la prensa. La primera pregunta fue si noso­tros predicábamos el "evangelio de salud y riqueza". ¡Nuestra respuesta fueun resonante no! Afirmamos que nosotros seguíamos a un Cristo quenació en un pesebre, que durante su ministerio itinerante no tuvo un lugardonde reposar su cabeza, que fue crucificado y que fue sepultado en unatumba prestada: un Cristo que retó a sus seguidores a negarse a sí mismos,

tomar la cruz, y seguirlo. ¡Tengan cuidado del cebo de mamón!El ''mamonismo'' conduce a deseos deshonestos. La Palabra dice: "Porque

los que quieren enriquecerse caen en... muchas codicias necias y engaño­sas" (1 Tim. 6:9). La palabra codicia sugiere la pasión insaciable que no sedetiene ante nada. Afecta no solo a individuos, sino también a organiza­ciones religiosas.

Jeffrey K. Hadden, sociólogo de una Universidad de Virginia, nota queiglesias, sinagogas y sus centros de caridad reciben 25 billones" de dólares al

• N. delT.: En otros países esta cifra equivale a 25.000 millones

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44 ••.~ .: GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory el hombre de Dios 45

año: más que las ventas de todas las sociedades anónimas de los EstadosUnidos a excepción de las once más grandes. Señala: "Es un asunto muyserio cuando los donantes ya no pueden estar seguros que su dinero estésiendo usado bien y honestamente. Muchos historiadores eclesiásticos rela­tan la oleada de escándalos financieros en el crecimiento de ministerios queoperan fuera del control financiero de las más grandes denominaciones".'

El "mamonismo"termina enperdición. "Los que quieren enriquecerse caenen tentación y lazo, que hunden a los hombres en destrucción y perdición'(v, 9). El término destrucción tiene relación con la ruina del cuerpo y delalma, en tanto que perdición es una advertencia de la pérdida del alma portoda la eternidad. Ciertamente, Pablo emplea la palabra hunden para descri­bir al hombre hundiéndose en las turbulentas olas de un mundo materialis­ta. Todo este asunto del mamonismo plantea la pregunta sobre nuestra res­ponsabilidad y nuestra obligación de rendir cuentas como hombres queadministramos dinero en la causa del evangelio. Es verdad "que los queanuncian el evangelio han de vivir del evangelio" (l Coro 9:14), y que "elobrero es digno de su salario" (Luc. 10:7). No obstante, tenemos que velarcon cuidadosa oración, para no caer en el cebo, la codicia y la perdición delmamonismo. Además, como hombres de Dios, debemos huir de los viciosdel liberalismo y del mamonismo. Necesitamos mantener un margen deseguridad andando en la luz y confiando en "la sangre de Jesucristo [el Hijode Dios quien continúa la limpieza y protección] de todo pecado" (1Jn. 1:7).

EL HOMBRE DE DIOS DEBE SEGUIR TODAS LASVIRTUDES EN SU MINISTERIO

"Oh hombre de Dios... sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, lapaciencia, la mansedumbre" (v, 11). Pablo cuidadosamente escogió estaspalabras para representar virtudes importantes del hombre de Dios.

Un santo hombre de Dios"Sigue la justicia [y] la piedad" (v, 11). En cierto sentido la justicia y la

piedad son las dos caras de la moneda de la santidad. La justicia es nuestrarelación con Dios, mientras que la santidad es nuestro reflejo de Dios. Lajusticia que se exige aquí demanda madurez en la Palabra de Dios. Se nosrecuerda que "todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra

de justicia, porque es niño" (Heb. 5:13). ¡Qyé gran reto! ¿Somos hombres dela Palabra? ¿Cómo estamos en nuestra vida devocional? ¿Es disciplinada yconsistente? Nuestra estatura en el púlpito depende de cómo somos cuandoestamos de rodillas en nuestra oficina. Donald Grey Barnhouse solía decir:"El hombre que va a ser oído en la corte de Faraón con un irresistible 'Asídice el Señor' debe estar primero descalzo delante de la zarza ardiente".'

La justicia también demanda coriformidad a la voluntad de Dios: "todoaquel que hace justicia es nacido de él" (1 jn, 2:29). La santidad de vida no esopcional; es la obligación del hombre que es nacido de Dios (1 Pedo 1:14-16).

Después de la muerte del santo Robert Murray McCheyne, se encon­tró en su escritorio bajo llave una carta dirigida a él y que nunca fue mos­trada a nadie. El escritor anónimo testificaba que McCheyne había sido elmedio que lo condujo a Cristo, y concluía: "¡no fue algo que usted dijeralo que me hizo desear ser cristiano; más bien fue la belleza de la santidadque ví en su rostro!".' ¿Puede decirse lo mismo de nosotros?

La justicia además demanda actividad en la obra de Dios. Juan habla de"las acciones justas de los santos" (Apoc. 19:8). Todo lo que decimos y hace­mos debe estar caracterizado por la rectitud moral y la integridad ministe­rial, las cuales resultan de una correcta relación con Dios. Tanto nuestra pre­dicación como nuestro modo de vivir deben ser una actividad justa.

W. Tozer dijo una vez:

He oído a toda clase de predicadores. He oído a los insípidos y secos; heoído a los elocuentes; pero los que me han ayudado más han sido los sobrecogi­dos por el temor reverente en la presencia del Dios de quien hablaban. Ellospodían tener sentido del humor y podían ser joviales, pero cuando hablaban deDios, en su voz aparecía otro tono totalmente diferente; cra algo más, algomaravilloso. Yo creo que necesitamos volver al concepto bíblico acerca de Diosque hace a Dios digno de respeto y reverencia y a los hombres postrarse sobresus rostros y clamar: 'Santo, Santo, Santo, Señor Dios Todopoderoso'. Eso haríamás por la iglesia que ... cualquier otra cosa.'

Luego está la "piedad", que es un reflejo de Dios." Cuando pensamosen este aspecto de la santidad, nos viene a la mente aquella mujer sunami­ta que hospedó a Eliseo en su casa. Después de algunos días, le dijo a suesposo: "yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varónsanto de Dios" (2 Rey. 4:9). Cuando la gente observa a los predicadores encasa, en la mesa, en el campo de golf o en el púlpito, pueden decir: este "es

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varón santo de Dios". ¡Después de todo, eso es lo que realmente importa!Alexander Maclaren dijo una vez a un grupo de ministros: "El prime­

ro, el segundo y el tercer requisito de nuestro trabajo es la piedad personal;sin eso, aunque tengamos lenguas de hombres y de ángeles, somos rígidosy discordantes como metal resonante, monstruosos y disonantes comocímbalos que retiñen... Se necesita un hombre crucificado para predicar a

un Salvador crucificado"."Como hombres de Dios, debemos ser santos como Dios es santo (ver 1

Pedo 1:16).La santidad debe impregnar cada área de nuestra vida (Heb. 12:14).

Un feliz hombre de Dios"Sigue ... la fe [y] el amor" (v, 11). Las palabras favoritas de Pablo son

fe, esperanza y amor (ver 1 Coro 13:13). Estas palabras han sido descritascomo "la suma final de la doctrina y el deber cristianos" (W. GriffithThomas). Pero en el versículo 11 el apóstol emplea solamente las dos: "fe"y "amor". En este contexto, "reflejan confianza en Dios y benevolencia ybuena voluntad a otros (ver 2 Tes. 1:3; Tito 2:2)".10

En términos prácticos, las dos palabras describen la felicidad de unhombre "cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado ... y encuyo espíritu no hay engaño" (Sal. 32:1-2).

La felicidad es una vida defe. "Sigue... la fe" (v, 11). "vivimos por fe"(Rom. 1:17), oramos por fe (ver Mat. 21:22), peleamos por fe (ver Ef.6:16), ganamos por fe (ver 1 Jn. 5:4), y morimos por fe (ver Heb. 11:13).Con razón la Biblia dice: "el que confía en Jehová es bienaventurado" (Prov.16:20). No hay una ambición mas grande en la vida que agradar a Dios; ysabemos que "sin fe es imposible agradar a Dios" (Heb. 11:6). Esta fe crecey resplandece cuando miramos en esperanza a "Jesús, el autor y consuma­dor de la fe" (Heb. 12:2). La fe crece y resplandece cuando vivimos segúnla Palabra de Dios, porque "la fe es por el oír, y el oír, por la palabra deDios" (Rom. 10:17). La fe crece y resplandece cuando nos apoyamos en elEspíritu, porque "el fruto del Espíritu es... [fe]" (Gál. 5:22). La fe es:

Simplemente confiar a cada instante,Confiar a través del camino borrascoso;Aun cuando mi fe sea insignificante,Confiar en Jesús, es todo portentoso.

Edgar P Stiles

Elpredicadory elhombre de Dios .~ 47

¡Bienaventurado es el hombre de Dios cuya confianza está en el Señor!La felicidad es una vida de amor. "Sigue... el amor" (v, 11). La Biblia

enseña que "el fruto del Espíritu es amor" (Gál. 5:22); y "el amor de Dios[es] derramado... por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Rom. 5:5).Desde el punto de vista del cielo, el amor en la tierra es tridimensional: esespiritual, social, y personal.

Si queremos conocer lafelicidad espiritual, debemos amar al Señor nues­tro Dios con todo nuestro corazón, nuestra alma, nuestra mente, y nuestrafuerza (ver Mar. 12:30). La divisa de los Hermanos Moravos era un dibujoque representaba a un buey en primer plano entre un arado y un altar, unoa cada lado. Debajo del dibujo, el cual hablaba por sí mismo, se leían laspalabras: "¡Listo para cualquieral"." Ese espíritu tipifica el verdadero cristia­nismo: listo para el servicio o el sacrificio, lo que el Señor requiera. Si fui­mos comprados con tan grande precio, por la preciosa sangre de nuestroSeñor Jesucristo, le pertenecemos en espíritu, alma, y cuerpo. Por tanto, poramor, nuestro servicio racional es dedicar nuestro todo a Él.

Si queremos conocer la felicidad social, debemos amar a nuestro próji­mo como a nosotros mismos (Mar. 12:31); debemos amar "a los herma­nos" (1 Pedo 2:17); y debemos amar a nuestros "enemigos" (ver Mat. 5:44).Sobre todo, esto incluye e implica pasión por las almas (Rom. 9:1-5).Nunca seremos felices aquí, ni en el tribunal de Cristo, si no "derramamoslágrimas" por las almas perdidas.

Si queremos conocer la felicidad personal, debemos amar a nuestrasesposas como a nuestros propios cuerpos, porque, "el que ama a su mujer,a sí mismo se ama" (Ef. 5:28). En estos días desafiantes en que vivimos,esta es un área en la cual hay un fracaso sin precedente en la vida de lospredicadores. La Palabra de Dios enseña que si un pastor/predicador nosabe cómo gobernar bien su propia casa y tener en sumisión a sus hijos contoda reverencia, virtualmente se descalifica a sí mismo para ocuparse de laIglesia de Dios (ver 1 Tim. 3:4-5).

Como esposos, debemos amar a nuestras esposas con un amor sacrifi­

cial, así como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella.¡Repetidamente debemos regresar al Calvario y ver fluir la sangre de nues­tro Salvador hasta la última gota, y decirle a Él, y luego a nuestras espo­sas, ¡cuánto los amamos! (Ef. 5:25). Debemos amar a nuestras esposas conun amor espiritual que santifica y limpia "en el lavamiento del agua por la

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48 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory elhombre de Dios .."" 49

palabra" (Ef. 5:26).12 Como líderes del hogar, debemos vivir y e~~eñar laPalabra con tal autoridad de amor que nuestras esposas y familias seaninfluenciadas para el bien y para la gloria de Dios. Debemos amar a nues­tras esposas con un amor comprensivo, así como amamos nuestro cuerpoy lo cuidamos en todos los aspectos (Ef. 5:28). Solo así llegaremos a cono­cer la felicidad personal y la libertad en nuestro ministerio.

Un humilde hombre de Dios"Sigue ... la paciencia [y] la mansedumbre" (v, 11). La humildad es

tanto una disciplina como una devoción, y ningún hombre podrá ser usadopor Dios a menos que busque y muestre humildad. "Dios resiste a los

soberbios, y da gracia a los humildes" (Sant. 4:6).La humildad es una disciplina ordenada por Cristo. "Sigue... la paciencia" (v.

11). La humildad está implícita en esta palabra:paciencia. El término significa. b di d "(h "sub di d"" "[W"una permanenCIa su or na a upo: su or ma o ; meno: permanecer .

E. Vinej). Esto exige una fuerte disciplina subordinada al señorío de Cristo.Uno de los más grandes pecados en el ministerio actual es la indiscipli­

na: en nuestro devocional diario, en nuestras oraciones en familia, en eltiempo de la comida, en el ejercicio físico, al escuchar a otros, en el planea­miento de tiempo con nuestra esposa y la familia, y así sucesivamente.Únicamente la disciplina piadosa produce la humildad que Andrew Murray

llama "la belleza de la santidad".La humildad es una disposición ofrecida por Cristo. "Sigue... la mansedum­

bre" (v. 11). La palabra mansedumbre podría ser interpretada como "semejan­za a Cristo". Después de todo, fue el Señor Jesús quien dijo: ''Aprended demí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestrasalmas" (Mat. 11:29). Esta santa "actitud" llevó al Señor Jesús a la muerte enla cruz y a la gloria del trono. Fue la virtud que puso al Salvador por encimade los hombres. Como el David de antaño, Él pudo decir: la "benignidad[hebreo = humildad, mansedumbre] me ha engrandecidd' (Sal. 18:35).

EL HOMBRE DE DIOS DEBE PELEAR CONTRATODAS LAS VARIABLES EN SU MINISTERIO

"Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cualasimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de

muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas,y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de PoncioPilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta laaparición de nuestro Señor Jesucristo" (vv, 12-14).

Pablo siempre tuvo un sano temor en cuanto a la posibilidad de no ter­minar la carrera que Dios había trazado para él. ''Así que, yo de esta mane­ra corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpeaal aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea quehabiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado" (1 Coro9:26-27). Cuando Pablo entregó la responsabilidad a Timoteo, lo exhortó aluchar contra realizar concesiones en el ministerio. Cuando pesamos estaspalabras, encontramos dos variables que deben retar a todo predicador.

La tentación de variar nuestra confesión cristiana"Pelea la buena batalla de la fe" (v, 12). El verbo está en tiempo pre­

sente. Literalmente se lee: "Continúa luchando o contendiendo por la fe".La palabra implica una lucha disciplinada (ver Col. 1:29). La pregunta es:¿a qué fe está refiriéndose Pablo aquí? Por supuesto, la respuesta es: una fepersonal en el Señor Jesucristo basada en el cuerpo defe que es la verdadobjetiva. Realmente, el texto sigue diciendo: "echa mano de la vida eterna,a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesióndelante de muchos testigos" (v. 12). En efecto, Pablo le dice a Timoteo:"tal como primero tú confiaste en Cristo y declaraste tu fe en tu bautismoy en tu ordenación, así lucha hasta el fin".

Ahora bien, por triste y extraño que parezca esto, lo cierto es que estaconfesión cristiana muchas veces puede variar en nuestro ministerio cris­tiano. Todos conocemos a hombres con un testimonio radiante después desu conversión, y hasta cuando entraron al ministerio, pero que hoy hanperdido todo el brillo y la gloria del primer tiempo. Muy preocupado poresto, Pablo animaba a su hijo en la fe al recordarle la posición que Jesústomó al testificar una buena confesión ante Poncio Pilato (ver V. 13). ParaTimoteo, eso evocó aquellas trágicas pero triunfantes horas antes de lacrucifixión cuando Cristo, en su humanidad, estuvo delante de Pilato bajotoda presión concebible, pero nunca varió su confesión de fe. Como elHijo del hombre, Él tuvo hambre, sangró, estuvo exhausto; pero a pesar detodo ello, afirmó: "Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para

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esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel quees de la verdad, oye mi voz' (Juan 18:37).

¡Oh, que Dios nos permita vivir en esta "resuelta firmeza" de nuestrobendito Salvador por el poder de la presencia interior del Espíritu! Unacosa es empezar la carrera, y aun continuarla, pero otra historia diferentees poder decir al final de ella: "He peleado la buena batalla, he acabado lacarrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona dejusticia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí,sino también a todos los que aman su venida" (2 Tim. 4:7-8).

Mientras que la tentación de variar nuestra confesión cristiana puedeser peligrosa, hay una segunda variable que también es riesgosa.

La tentación de variar nuestra comisión cristiana"Te mando delante de Dios... que guardes el mandamiento sin mácu­

la ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo" (vv, 13,14).William Hendriksen, en su comentario, señala que el mandato del predi­cador es guardar la comisión del ministerio sin mancha, para que aquí enla tierra (o posteriormente en el tribunal de Cristo) él pueda presentar sucertificado de ordenación sin mancha."

Con dolor tenemos que admitir que hay pastores/predicadores que nosolo han variado en su confesión de fe, sino que igualmente han variadoen su comisión cristiana. Cuando Jesús desafió a sus discípulos a servirlohasta el fin, dijo: "Ninguno que poniendo su mano en el arado mira haciaatrás, es apto para el reino de Dios" (Lue. 9:62). Nuestro mundo religiosoestá plagado de quienes han vacilado ya sea en su confesión de confianzaen Cristo o en su comisión para servirlo. Esto explica la tragedia de púl­pitos desalojados por hombres que han naufragado en sus ministerios.

Vemos, entonces, que este asunto de ser un hombre de Dios es inten­samente serio. Una cosa es ser ordenado al ministerio, pero otro asuntomuy diferente es servir fielmente hasta el fin. De modo que de nuevo nosllegan las palabras del apóstol: "Oh hombre de Dios, huye de estas cosas,y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asi­mismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante demucho testigos" (vv, 11-12). ¡Qyé llamamiento a huir de los vicios delministerio, a seguir las virtudes del ministerio, y luchar contra las variables

del ministerio! Solamente si damos una fiel respuesta podemos unirnos ala doxología con la que el apóstol concluye este párrafo, y exclamar: "Elbienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el únicoque tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno delos hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra, y el imperio sem­piterno. Amén" (vv, 15,16). Es obvio que el secreto de nuestro ministerioy la solución a nuestros errores es la entrega diaria de nuestra vida a

Jesucristo como Rey de reyes y Señor de señores. Con cada paso en el caminode la santificación progresiva, debemos declarar a Jesucristo como el Señorde todo, o si no Él no es Señor en absoluto. Cuidémonos de que todas lasáreas tanto de nuestra vida personal como de nuestro servicio públicoestén bajo su dominio. Cantemos con el himno y hagámoslo de corazón:

Haz lo que quieras de mí, Señor;Haz lo que quieras de mí.Guía mi vida, Señor aquí;De tu potencia llena mi ser,y que el mundo a Cristo pueda en mí ver.

-Adelaide A. Pollard

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CAPÍTULO CINCO

EL PREDICADOR Y EL

TRABAJO DE DIOSProcura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no

tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

2 TIMOTEO 2:15

Texto de estudio: 2 Timoteo 2:1-14

La Biblia se inicia con un cuadro acerca de Dios como "obrero". Mástarde Jesús dijo: "Mi Padre hasta ahor~ trabaja, y yo.trab~jo" (Juan5:17). Ser creados a la imagen de DlOS, en parte implica que el

hombre tiene la capacidad de trabajar. La idea de que el trabajo es el resul­tado de la caída de Adán no refleja la verdad bíblica. Un ser humano sinpecado fue puesto en el Huerto para cultivarlo y tener dorl~i~~o so~r~ laflora y la fauna. El concepto del trabajo fue parte de la corrusion ongmal

de Dios para la humanidad.En términos ministeriales, esto pone sobre el predicador una solemne

responsabilidad de ser un "obrero que no tiene de qué avergonzarse, queusa bien la palabra de verdad" (2 Tim. 2:15).

Anteriormente, en las instrucciones de Pablo a Timoteo, el apóstolemplea tres descripciones orales de esfuerzo disciplinado para ilustrar losvarios aspectos de la responsabilidad del predicador (2 Tim. 2:4-6).. .

En primer lugar, el predicador tiene el desafío de desarrollar el sufrimien­

to disciplinado de un soldado: "sufre penalidades como buen soldado de

Elpredicadory el trabajo de Dios S3

Jesucristo" (2:3). Los predicadores hemos de estar listos para el sufrimiento:"sufre penalidades" o, para ser más exactos, "toma tu parte del sufrimiento".Ningún predicador irá muy lejos en su ministerio sin encontrarse con intensaguerra espiritual (ver Ef. 6:1-20), como también un claro maltrato, aun defuentes inesperadas. También debe estar listo para el sacrificio: "Ninguno quemilita se enreda en los negocios de la vida" (2:4). Un soldado "de servicio" nopuede darse el lujo de estar preocupado por las cosas de esta vida. No obser­var este llamamiento al sacrificio puede llevar a "enredo".Esta palabra presen­ta un cuadro del arma del soldado enredada en su ancha y larga capa "de civil"en tanto está sentado "en Sion" (Amós 6:1). No hay nada intrínsicamentemalo en "los negocios de la vida" (2:4) pero si nos enredan, debemos resuelta­mente apartarnos de ellos. ¡Qyé triste comentario cuando en una predicaciónsuperficial la razón que se da ante la falta de sustancia bíblica o poder espiri­tual es que el predicador está muy ocupado para Dios! Toda la semana haestado enredado en "los negocios de la vida" (2:4) y, por tanto, no ha tenidotiempo para la oración y la preparación (Hech. 6:4). Repetimos que él debeestar listo para el servicio. Un soldado debe "agradar a aquel que 10 tomó porsoldado"(2:4). Él solo complace al comandante en jefe cuando cumple el pro­pósito para el cual ha sido escogido. Ya el apóstol ha recordado a su colegaTimoteo que, como un hombre de Dios, él debe pelear "la buena batalla de lafe" (1 Tim. 6:12). En tiempos de concesiones y corrección política, todos lospredicadores necesitan recordar este solemne imperativo. Podemos perder losaplausos humanos, pero obtenemos la aprobación celestial.

El segundo desafío que elpredicador debe afrontar es desarrollar la obe­

diencia disciplinada de un atleta: "El que lucha como atleta, no es coronadosi no lucha legítimamente" (2:5). La palabra clave en este ejemplo es nomi­

nas, que debe interpretarse a la luz de los Juegos Olímpicos. Estas reglas seextendían no solo a la carrera misma sino también al entrenamiento esta­blecido. Los atletas tenían que afirmar, bajo juramento, que habían cumpli­do diez meses de entrenamiento antes de poder tener derecho a entrar enlas carreras. Los tres objetivos de un atleta eran: energía, honestidad, y vic­toria. Lo primero era energía. La finalidad del entrenamiento disciplinadoera desarrollar vigor, velocidad, y estilo. Aún más importante era la hones­

tidad. Se imponían severos castigos a cualquiera que infringiera las reglas.También en nuestros días se demanda tal honestidad cuando se trata de lacompetición en eventos deportivos. El brillante y encantador Paul Azinger,jugador de golf profesional, en su autobiografía narra una ocasión en la que él

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54 ,~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

iba bien, con oportunidad de ganar un torneo cuando inadvertidamenteinfringió una regla. ¡El castigo por ello no fue la pérdida de uno o dos lanza­mientos, sino de todo el torneo!' ¿Qyé les pasaría a los hombres en el minis­terio si se aplicara estrictamente la misma norma de honestidad? El apóstolPablo tomó tan seriamente el mismo modelo de disciplina del atleta que escri­bió: "golpeo mi cuerpo, y 10 pongo en servidumbre, no sea que habien?o sidoheraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado" (1 Coro 9:27). El llevóeste santo temor hasta el final de sus días sobre la tierra: "He peleado la buenabatalla, he acabado la carrera, he guardado la fe" (2 Tim. 4:7). ¡Un predicadornecesita energía tanto física como espiritual; y por esta razón tiene que ejerci­tarse en el trabajo y sobre sus rodillas! Finalmente, por supuesto, hay victoria:

Él "escoronado" (v. 5). Donald Guthrie señala que "el apóstol aquí está exhor­tando a Timoteo a mantener estrictamente las reglas fijadas por la vida y laenseñanza de Cristo". Luego agrega:"Hay una diferencia importante entre lametáfora y su aplicación; la corona la ha de ganar solamente un atleta; perotodo cristiano que se esfuerce lealmente en la contienda será coronado".'

El tercer desafío que el predicador debe afrontar es desarrollar la depen­

dencia disciplinada de un labrador. "El labrador, para participar de los frutos,debe trabajar primero" (2:6). Esta significativa ilustración pone el énfasis enel trabajo: "el labrador" (2:6). El punto que Pablo establece es que el labra­dar que trabaja con diligencia tiene derechos que el hombre perezoso pier­de. Sin embargo,junto con el intenso trabajo debe haber confianza. Un agri­cultor puede preparar la tierra, sembrar la semilla y regar el terreno pero,finalmente, tiene que confiar en que su Creador-Dios haga producir vida aesa semilla. Este también es uno de los grandes desafíos del ministerio de lapredicación. Como hombres de Dios, podemos preparar nuestros sermonesy entregar nuestros corazones en la proclamación pero, finalmente, tenemosque confiar en que Dios traiga a la vida a aquellos que están "muertos endelitos y pecados" (Ef. 2:1). Pedro recuerda a sus lectores que ellos fueron"renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabrade Dios que vive y permanece para siempre". Luego agrega: "Esta es la pala­bra que por el evangelio os ha sido anunciada" (1 Pedo 1:23,25).

Con esta triada de metáforas descriptivas (el soldado, el atleta y el labra­dar), el apóstol aplica el triple desafio explícito con estas palabras:"Considera 10 que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo" (2:7). A 10que él ha dado importancia en estas viñetas es al trabajo duro, el cual impli­ca: penalidades, obediencia y dependencia disciplinadas. Esta es una lección

Elpredicadory el trabajo de Dios .*",. 55

difícil de aprender para muchos de nosotros; pero sin una entera disposicióny sinceridad, nunca podremos presentamos a nosotros mismos delante deDios aprobados, como un obrero "que no tiene de que avergonzarse, que usabien la palabra de verdad" (2:15).

¡Inmediatamente después del Congreso Nacional de ExposiciónBíblica en Anaheim, California (3-6 de marzo de 1986), los cuestionariosrespondidos por predicadores revelaron que el principal obstáculo en suvida de oración, el estudio bíblico serio y la predicación expositiva era ¡la"pereza"! Los predicadores no estaban listos para pagar el precio del arduo

trabajo. No debe causamos sorpresa que el apóstol Pablo haga énfasis eneste aspecto de la responsabilidad del pastor/predicador delante de Dios.Por tanto, haremos bien en examinar dos aspectos de la obra de Dios quedeben preocupar a todo hombre en el ministerio.

LA OBRA DE DIOS EN LA VIDA PERSONAL

"Procura con diligencia presentarte tu mismo a Dios aprobado" (v, 15,énfasis de los autores). Como predicador joven, Timoteo fue exhortado aponer todo esfuerzo para presentarse él mismo a Dios como aprobado. Esetérmino viene del mundo de la industria y de la acuñación; tiene que ver conla prueba de metales. Solamente aquello que está totalmente a la altura de lanorma es marcado dókimos o aprobado. El apóstol Pedro 10 usa cuando escri­be acerca de la genuinidad de la fe "mucho más preciosa que el oro, el cualaunque perecedero se prueba con fuego" (1 Pedo 1:7, énfasis de los autores).

En términos de experiencia práctica, la obra de Dios en la vida perso­nal cubre por 10 menos cuatro áreas: la moral, la mental, la marital y lamanual o física.

La vida moral"Velad debidamente, y no pequéis" (1 Coro 15:34). ¡Esto requiere un tra­

bajo duro! Cuando Pablo exhorta a Timoteo a tener "cuidado de ti mismo yde la doctrina" (1 Tim. 4:16), está afirmando que "la moral y la rectitud espi­ritual es un antecedente indispensable para la ortodoxia doctrinal".' Portanto, el apóstol aconseja: "Ten cuidado", 10 cual literalmente quiere decir:"afirma tu atención en". Para Timoteo, y para todo predicador desde enton­ces, este no es un asunto leve. Pablo resume nuestra responsabilidad moralen dos poderosas palabras: huir y seguir. "Huye... de las pasiones juveniles,

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56~' GUÍA DE PREDICACiÓN EXPOSITlVA Elpredicadory el trabajo de Dios 57

y sigue la justicia" (2 Tim. 2:22).Timoteo era un hombre joven, probablemen­te tendría unos treinta años, y por eso el anciano apóstol le dice que huya delos malos deseos de la juventud. Sin embargo, en ninguna edad estamos exen­tos de la tentación; por tanto, debemos "huir" (acción presente continua). Nodebemos proveer "para los deseos de la carne" (Rom. 13:14). Este "presentesiglo malo" (GáL 1:4) está siempre con nosotros incitando a nuestra "carne",invitando a nuestros "ojos"e inflando nuestro "orgullo"(1Jn. 2:15-17). Por esodebemos afrontar la tentación con el poder del Espíritu mortificante (Rom.8:13). Cuando ciertos programas de televisión resultaron ser seductores paraun joven predicador, entonces puso sobre el televisor una tarjeta que decía:"¡Sed santos! (1 Pedo 1:15-16). Pero el segundo verbo que usa Pablo es igual­mente importante: "Sigue la justicia" (2 Tim. 2:22). El verbo está en el presen­te imperativo y conlleva el pensamiento de "perseguir"o "correr tras" lo que essanto y bueno. Tenemos "la palabra de justicia" (Heb. 5:13) que debemos estu­diar y dominar, no sea que nos volvamos "inexpertos" para manejarla; perotambién está "el camino de la justicia" (2 Pedo 2:21), que demanda una obe­diencia total al "santo mandamiento" de Dios. El fundamento es que la mora­lidad es importante en la vida del predicador (lea otra vez el capítulo 4).

La vida intelectual"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto,

todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre;si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad' (FiL 4:8, énfa­sis de los autores). Un gran peligro en el ministerio es volvernos añejos,achaparrados o engreídos en nuestra vida intelectual. Debemos evitar estoa toda costa. La única forma positiva y práctica para asegurar la frescura yla plenitud de la salud mental es "devorar" buenos libros, apreciar la buenamúsica y el arte y relacionarse con gente de habilidad intelectual tantocomo de madurez espiritual. Concomitante con esto es el escuchar la pre­dicación expositiva en el poder del Espíritu y asistir a institutos y semina­rios donde se enseñe y modele tal predicación. Estos ejercicios mentales nollegan de modo fortuito; deben planearse y buscarse cuidadosamente.

La vida marital"Pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la igle­

sia de Dios?" (1 Tim. 3:5). La dedicación hacia su ministerio no serámayor que la dedicación a la relación con su esposa y sus hijos. ¡Ay! Aquí

es donde predomina hoy el increíble derrumbamiento. Como pastor/ pre­dicador, cuide que en su esquema diario tenga suficiente tiempo para dedi­carle a su esposa y a su familia.

Tome la costumbre de apartar un día libre a la semana para pasarlo consu esposa. El pastor/predicador promedio pasa muchas más horas con otrasmujeres que con su propia esposa. Esto se debe simplemente a la propor­ción de mujeres que existe en cualquier iglesia y a la disposición natural queellas tienen de buscar el consejo de su pastor. Por esta razón la esposa mere­ce un día entero a la semana para recreación, compañerismo, oración,comunicación y placer mutuo con su esposo. Esto también ofrece unaoportunidad para que juntos hagan los planes para la semana siguiente, demodo que ambos sepan lo que tendrá lugar en sus ocupados y respectivoshorarios. Considérelo así: ¡si el domingo es el "día del Rey", entonces, ellunes (o cualquier otro día seleccionado) es el "día de la reina!".

De igual manera, a los niños debe dárseles atención en períodos especí­ficos durante toda la semana. Por ejemplo, déles los sábados por las mañanas.Usted descubrirá que lo que realmente importa no es la cantidad de tiempoque pase con sus niños, sino la intensidad del interés que usted les muestreen todos sus asuntos cuando hace tiempo para ellos. Desde sus primeros años,incúlqueles accesibilidad, disponibilidad y adaptabilidad. Usted siempre debeser accesible, aun cuando tenga que decir no a lo "arrogante." Qpe su niño oniña nunca tenga que decir: "Nunca pude estar cerca de mi papá". Pero tengacuidado, pues usted puede ser accesible sin estar disponible. De hecho, ustedpuede estar en el mismo cuarto sin estar disponible. Si su cabeza está en unlibro o en un periódico, o sus ojos están "pegados al televisor," ¡usted no estádisponible! Finalmente, usted debe ser adaptable. Puede ser que esto sea másaplicable a un predicador que a un padre promedio. A menudo el púlpito yel estudio tienen muy poco en común con un hogar sano y vigoroso. Paraalgunos pastores/predicadores ¡SU hogar es una funeraria! Sea flexible y adap­table. Haga que sus planes con los niños sean creativos, y más aún cuandoellos alcancen los años críticos de la adolescencia.

Cuando los niños perciban el significado de esos tres términos, no habráningún problema con la inseguridad, por una parte, ni con la posesividad,por otra. Demás está decir que el pastor/predicador en su vida familiarnunca podrá disfrutar de la verdadera realidad o estabilidad espiritual sin lalectura significativa de la Biblia y las oraciones en familia. El esposo debe serprofeta, sacerdote, y rey en su propia casa y ejercer su autoridad como líder

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espiritual de la familia. Si un predicador no hace esto, ¿cómo puede predi­car del hogar cristiano en su congregación?

La vida manual"Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso" (1 Tim. 4:8). La

NVI dice: "El ejercicio físico trae algún provecho". Según The Expositor's BibleCommentary, "el entrenamiento físico... más bien se refiere claramente a la dis­ciplina atlética. Hay quienes piensan que en vista de los versículosanteriores (1­5) debe incluirse la disciplina ascética (énfasis de los autores). ¿Pero le asigna elapóstol algún valor a ello? [Él claramente dice: '¡para poco es provechoso'!] Lapalabra griega para 'entrenamiento' esgimnasia, de donde tenemos 'gimnasio'''.4Pablo creía profundamente en la salud física del cuerpo. En sus epístolas ense­ña que el cuerpo debe ser dedicado (Rom. 12:1),preservado (1 Tes. 5:23), ejerci­tado (1 Tim. 4:8), y disciplinado (1 Coro 9:24-27). También reconoce que debe­mos usar armas espirituales para controlar el cuerpo (2 Coro 10:4-6). Despuésde todo, el cuerpo es "el templo del Espíritu Santo" en el cual, y por medio delcual, hemos de "glorificara Dios" (1 Coro 6:19-20). Por esta razón, todo predi­cador debiera tener alguna diversión "disciplinada'. Para algunos, podrían serdeportes tales como el golf, el tenis, el baloncesto, la pesca, etc. Para otros,podría ser la carpintería, la jardinería, la pintura, ¡O hasta el bordado!

Walter Wilson, un médico y pastor/maestro en Kansas City, trabajó duro yescribió mucho para ayudar a los predicadores en este tema. En una serie de dis­cursos que dio en Chicago hace muchos años, asombró a un grupo al enunciarque una hora de entrega en la predicación era igual a ocho horas en un escritoriode un ejecutivo y de doce a catorce horas de trabajo manual. En su calidad demédico, él justificó estas estadísticas con las pruebas que había realizado a pre­dicadores de todas las edades y características. Su prueba para esa serie de dis­cursos la tomó de aquellas palabras de los Evangelios, donde Jesús declaró: "yohe conocido que ha salido poderde mi' (Lucas 8:46, énfasis de los autores).

Muchos ignoramos cuánta energía intelectual, espiritual, emocional yfísica gastamos en el curso de nuestro ministerio. La verdad es que difícil­mente haya otra ocupación en la tierra que demande tanto de la total per­sonalidad que la predicación ungida. Por esta sola razón, tendría que habertiempo no solamente para la restauración espiritual y el descanso mental sinotambién para la recreación física.

Hemos tratado el tema sobre la restauración espiritual (ver capítulo 2:"El Predicador y la Palabra de Dios"). Nuestro Señor, en su humanidad

Elpredicadory el trabajo de Dios »; 59

perfecta, nunca pasó por alto su tiempo devocional; ni nosotros debemoshacerlo (ver Isa. 50:4-9; Mar. 1:35).

. ¡El descanso mental es otra historia! ¿Cuán a menudo vemos a un pre­dicador realmente relajado? Y sin embargo este "detente" (disminución detensi.ón) es esencial para el bienestar mental y emocional. Para algunosreqmere u~a lectura ligera, escuchar música o disfrutar un día de pesca; paraotros reqmere una terapia más sofisticada. ¡Pero necesitamos descanso!

s~ cuenta una famosa historia del anciano apóstol Juan, quien unavez disfrutaba de un descanso jugando con sus palomas favoritas. Uncazador que regresaba de los campos 10 vio, y acercándose a él expresócon verdadera sorpresa cómo alguien tan santo y absorbido con tan altosintereses estuviera ocupado de aquella manera. El sabio apóstol (no sinbrillo en sus ojos, sospechamos), señalando al arco del cazador, le pre­guntó por qué la cuerda no estaba tensa. Rápidamente la respuesta fueque ya había terminado el tiempo de cazar y era necesario que la cuerdaestuviera floja para que el arco preservara su elasticidad y fuerza. "Biendicho -dijo el apóstol Juan- ; yo también debo aflojar la cuerda de mi

arco después del trabajo del día: de ahí este mi pasatiempo favorito".'

Junto con el descanso mental, debemos trabajarduro en la recreación nsi­ca. Sentarnos en nuestros escritorios de estudio, en las asambleas de las jun­tas, en reuniones de comités, en sesiones de consejería, y en otras obligacio­nes sedentarias significa que debemos encontrar tiempo para ocuparnos en elejercicio. Como ya hemos observado, nuestros cuerpos son el "templo delEspíritu Santo" (1 Coro 6:19-20), y es nuestro deber ineludible mantenerlosen la forma más excelente. Las opciones de ejercicio son legión, y usted tieneque hacer su elección; pero la mayoría de las autoridades están de acuerdo enque pocos ejercicios superan al de caminar con ritmo. Debemos "glorificar aDios en [nuestros cuerpos], los cuales son de Dios" (1 Coro 6:20).

LA OBRA DE DIOS EN LA VIDA PASTORAL

"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que notiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (2 Tim. 2:15,énfasis de los autores). Ahora nuestra discusión cambia del aspecto personalde nuestro trabajo a las demandas pastorales de la gente, de los programas ydel púlpito. Veamos con atención esta triple división del trabajo pastoral.

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La gente de la iglesia"Mirad... por todo el rebaño... del Señor" (Hech. 20:28). El pastor/pre­

dicador debe identificarse con los asuntos corrientes que su congregaciónesté enfrentando. El descuido en observar este principio básico creará todaclase de problemas tanto en el estudio como en el púlpito. Pocos hombreshan abordado estos problemas con tal percepción y distinción como John R.W. Stott en su excelente libro para predicadores, 1Believe in Preaching [Creoen la predicación]. Él declara: "Hoy día la tarea de la predicación es extre­madamenteexigente a medida que buscamos construirpuentes entre la Palabray el mundo" (énfasis de los autores)." Para hacer nuestro trabajo pastoral­mente y de modo adecuado, necesitamos tener en nuestra agenda regulartres tareas importantes: pastoreo, consejería y visitación.

Pastoreo. Jesús no solamente dijo: ''Apacienta mis corderos"; Él tambiénacentuó: "Pastorea mis ovejas" (Juan 21:15-17). Estos dos verbos pertenecenal imperativo del presente activo. Como ministros, somos responsables denuestra congregación en el presente, y responderemos por ellos en el día veni­dero (ver Heb. 13:17). "El buen pastor su vida da por las ovejas"(Juan 10:11).

Consejería. "Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amorya las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen porcostumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día seacerca" (Heb. 10:24-25). Mientras la consejería viene bajo la rúbrica delpastoreo, es más específica y demanda gran discernimiento y disciplina.

Consejería es un término bíblico, aun cuando ha adoptado una conno­tación más técnica en nuestros días yen nuestra época. La definición bási­ca de un consejero es uno que analiza una situación y da consejos paratomar decisiones responsables. En tiempos del Antiguo Testamento, losconsejeros eran empleados regularmente (ver 2 Sam. 16:23; 1 Rey. 12:6-14;Isa. 1:26; 3:3; Miq. 4:9). Con frecuencia a Dios se 10 considera unConsejero (Sal. 16:7; 32:8; 73:24) y asimismo al Mesías (Prov. 8:14-16;Isa. 9:6; 11:2), y el Espíritu Santo es el consejero que mora en nosotros(Juan 14:16,26; 15:26; 16:7). Como predicadores, tenemos que aprendera "usar bien la palabra de verdad" y someternos a la dirección del EspírituSanto; solo entonces podremos ser usados en la consejería.

En el sentido más técnico, sin embargo, la consejería debe clasificarseen categorías tales como práctica, pastoral o profesional. Consejería prácti­ca comprende el ganar almas, el discipulado y el estímulo de unos a otrosen amor yen verdad. Todo el que esté comprometido en tal trabajo debe

serentrenado bajo la supervisiónpastoral. Regularmente deben darse cursospara preparar consejeros potenciales.

La consejería pastoral es más compleja y confidencial. Por eso, todos lospastores/predicadores deberían someterse a algún tipo de formación pro­fesional en consejería. Si no se cuenta con ese soporte y experiencia, pue­den surgir graves problemas. El 75% del derrumbamiento moral en elministerio pastoral puede originarse en enredos emocionales surgidos enreuniones de consejería. El pastor promedio no tiene la objetividad profe­sional ni la formación clínica para manejar los embrollos relacionales ni lastragedias de los tiempos modernos. Ningún pastor debiera tener más decuatro reuniones "profundas" con ninguna persona (en especial si es unamujer) antes de obtener la opinión de un consejero profesional.i Un con­sejo más es que las mujeres debieran ser aconsejadas por mujeres, en lamayoría de los casos. Generalmente esto eliminará a muchos que no estáninteresados en Dios ni se toman en serio a ellos mismos.

La consejería proftsional, con una perspectiva cristiana, es una necesi­dad en la mayoría de nuestras iglesias en la actualidad; la carga de la res­ponsabilidad es demasiado pesada para que un pastor concienzudo la llevesolo. Sin embargo, ¡es necesario agregar que desde el púlpito debería rea­lizarse mucha consejería! Fue Martyn Lloyd-Jones quien observó: "dema­siada consejería en la banca era un reflejo de una predicación deficientedesde el púlpito"."Obviamente, él se refería a los problemas espirituales yprácticos, antes que a las áreas complicadas de la patología.

De modo que la consejería es un trabajo duro, pero debe hacerse sinosotros, como predicadores, queremos ser "aprobados por Dios".

Visitación. Pablo llama a esto mostrar "misericordia, con alegría" (Rom.12:8). Arthur S. Way 10 interpreta: "Si usted se acerca al dolor con com­pasión, traiga la luz del sol de Dios en su rostro". Para este aspecto de lapreparación pastoral, necesitamos implementar la enseñanza de Efesios4:7-12 y 1 Timoteo 3:1-7.

Una lectura de estos pasajes hace perfectamente claro que ningún pas­tor/predicador puede visitar o cuidar a cada miembro de su iglesia a lamisma vez, especialmente si tiene una membresía grande. Con honestidadpastoral tenemos que hacer una distinción entre percepción y realidad. Éltiene que dar la percepción de que está genuinamente interesado por todaslas personas de su iglesia, pero en realidad, solamente puede hacer frente auna persona cada vez. En cualquier caso, Dios nunca dio a entender que un

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62 ••.~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

pastor hiciera todo el trabajo. Como predicador, maestro y pastor, su deberes preparar "a los santospara la obra del ministerio" (Ef. 4:12, énfasis de losautores). Como resultado de tal instrucción, "los dones" emergerán en laiglesia para cubrir las necesidades del cuerpo. Entre los dones estarán aque­llos con la carga pastoral. Llámense como se llamen (ancianos, pastores laicos,pastores, diáconos o cualquier otro), tales hombres debieran ser honrados ypreparados para mirar "... por todo el rebaño" (Hech. 20:28). Recuerde queestas palabras fu~ron dirigidas a ancianos que habían quedado encargadosde la iglesia en Efeso después de que su pastor (Pablo) había partido parasiempre. Si se enseñan y obedecen estos principios bíblicos, nadie en suiglesia será descuidado. Por supuesto, usted hará su parte de pastoreo, con­sejería y visitación, ,pero usted no lopuede hacer todo!Y lo que es más, Diosnunca pensó que usted lo hiciera. Su responsabilidad suprema, como loveremos en un momento, es entregarse usted mismo a la persistente "ora­ción y al ministerio de la palabra" (Hech. 6:4).

Los programas de la iglesiaLos apóstoles llamaron a este aspecto del cuidado pastoral "servir a las

mesas"y "trabajo" (ver Hech. 6:2,3). Hechos 6:1-7 es un pasaje que todo pas­tor/predicador debiera estudiar con gran cuidado y creatividad, que describelo que sucede en cada iglesiaen cuanto al asunto del "trabajd'. Lea entre líneasy verá que el dinero, la administración y la "murmuración" ¡fueron parte delproblema! Lo natural para los pastores hubiera sido "abandonar el traba­jo" y afrontar la situación. Pero Dios dijo: ¡no! Dirigidos por el EspírituSanto, informaron a la iglesia de que "no es justo que [los pastores] dejemosla palabra de Dios, para servir a las mesas" (Hech. 6:2). Esto no significa queel pastor/predicador no deba interesarse en los programas de la iglesia; alcontrario, la acción adoptada por aquellos primeros pastores muestra queellos estaban profundamente interesados. Por tanto, ellos señalaron medidaspara afrontar la situación. Es importante observar su metodología inspiradapor Dios. En primer lugar, los pastores asignaron diáconos o un "grupo de tra­bajo" (Hech. 6:3, 5-6).9 Aquellos hombres eran helenos para tratar con unproblema helénico. Más importante aún, ellos contaban con credencialesespirituales como también prácticas para lidiar con la crisis que afrontaba laiglesia. En segundo lugar, los pastores asignaron deberes (vv, 3-4), y fueronespecíficos. Quienes fueron asignados tenían que resolver los problemas enla iglesia como también aligerar la carga a los pastores. Luego, con resuelta

Elpredicadory el trabajo deDios .'%. 63

determinación, los pastores anunciaron: "Y nosotros persistiremos [conti­nuamente] en la oración y en el ministerio de la palabra" (Hech. 6:4).

El eminente erudito y brillante expositor Richard N. Longenecker tieneun buen .comentario aquí: ''Aunque los ministros cristianos desearían quetales cualidades fueran más características de su propia junta y concilios, esjusto decir que las juntas y los concilios a menudo desearían que sus minis­tros ¡se dieran más a la oración y al ministerio de la Palabra! Aquí se estable­ce un modelo tanto para los líderes como para los clérigos, y la obra de Diosavanzaría más eficientemente si se siguiera con más cuidado y atención"."

Preparación para el púlpito"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que

no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (v, 15).Ahora llegamos a la responsabilidad definitiva del alto llamamiento del

predicador. Puesto que estamos, sobre todo, comprometidos al ministerio dela Palabra, el estudio de la Escritura es uno de nuestros mayores deberes. johnR.W. Stott nos recuerda lo que el obispo de la iglesia de Inglaterra dice a uncandidato en su ordenación. En las palabras del ritual de 1662, encarga:

Sabiendo que ustedes no podrán por ningún otro medio alcanzar larealización de tan ponderoso trabajo en cuanto a la salvación del hombre,sino con la doctrina y la exhortación tomadas de las Sagradas Escrituras, ycon una vida conveniente a la misma, consideren cuán aplicados tendránque ser con la lectura y el aprendizaje de las Escrituras... Tenemos granesperanza en que con anterioridad han pesado y ponderado estas cosas enustedes mismos; y que claramente hayan determinado, por la gracia deDios, entregarse ustedes mismos del todo a este Oficio, para el cual haagradado a Dios llamarlos: de modo que, en cuanto dependa de ustedes, seaplicarán completamente a esto, llevando todos sus cuidados y estudios enesta forma; y continuamente orarán a Dios el Padre, por la mediación denuestro único y Salvador Jesucristo, por la ayuda celestial del EspírituSanto; que, por medio de la lectura diaria y el valor de las Escrituras, pue­dan llegar a ser más maduros y fuertes en su ministerio. 11

De estas ponderosas palabras deducimos que el púlpito demanda decada pastor/predicador (a) tiempo de preparar y (b) verdad que proclamar.Examinemos estas dos demandas:

Tiempo depreparar. "Un [luchador] que no tiene de qué avergonzarse"(v, 15). No hay pregunta que se haga más frecuente en nuestro Instituto para

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64'~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory el trabajo deDios 65

la Predicación Bíblica que la que concierne al tiempo. Para la mayoría de pas­tores/predicadores, el tiempo es una utilidad poco frecuente. Según el con­cepto de Pablo, el tiempo es un fragmento de la eternidad, dado por Dios alhombre como mayordomía solemne. Por cuya razón él nos exhorta a "[redi­mir] el tiempo, porque los días son malos" (Ef. 5:16). Muchos creen queestas palabras fueron tomadas prestadas de Daniel 2:8. Usted ha de recordarque Nabucodonosor usó este lenguaje para reprender a sus astrólogos porinvertir tiempo en vanas demoras. Sin embargo, el apóstol emplea la mismafrase en el buen sentido de redimir el tiempo anticipando las solicitudes deindolencia e indulgencia propia. Cuán a menudo, y antes de darnos cuenta,nos hallamos absortos en las preocupaciones e intereses de la experienciacotidiana que distraen nuestra atención, solo para encontrar más tarde quenos hemos extraviado de las prioridades de la vida. Para nosotros, esas prio­ridades son "la oracióny... e! ministerio de la palabra" (Hech. 6:4).

A fin de hacer tiempo para la preparación disciplinada del sermón, ¡suge­rimos un procedimiento que funciona! Al principio de cada semana, preferi­blemente el lunes, tome una hoja de papel (o mejor dicho, un cuaderno denotas con hojas que se desprenden), y con su diario delante de usted ela­bore un programa entero para la semana venidera. Escriba 10 siguiente.

Las asignaciones generales. Por supuesto, incluyen los deberes de cadadía para toda la semana. El principal objetivo al poner en lista las asignacio­nes es poder determinar qué incluir primero en los deberes del ministerio.Teniendo en mente Hechos 6:1-5, determine personalmente, y también ofi­cialmente, qué áreas de responsabilidades necesitan ser cubiertas en la sema­na que sigue. En segundo lugar, determine qué excluir en los deberes delministerio. Estos deberes deben ser relegados o delegados al personal remu­nerado, a miembros de confianza de la junta o a miembros capacitados de laiglesia. Como pastor/predicador, debe recordar que su tarea, como líder en laiglesia, es formar a otros para asumir los deberes y los detalles que de otromodo le robarían a usted el tiempo de estudio, oración y otras disciplinas desu ministerio pastoral. Este principio se enseña claramente en Efesios 4:7-12.

Los nombramientos especiales. Con los días y las obligaciones enmente, distribuya con cuidado el tiempo, en otras palabras, haga nombra­mientos para 10 siguiente:

-Compromisos de estudio-Oración

-Correspondencia-Consejería-Visitación-Lectura extra-Escritura seria-Descanso-Familia-Predicación

El propósito de tan preciso planeamiento debe ser obvio. Bien se hadicho: "¡Si no apuntas a nada, seguro que a nada le darás!".

Tales asignaciones y nombramientos disciplinan el uso de tiempo deun~. Usted sabe muy bien que cuando va de compras, invariablementeolvida los artículos que no ha puesto en la lista. Lo mismo es cierto en elnegocio y en el ministerio: ¡Planee cuidadosamente y anótelo!

~os ajustes cruciales. En la vida de cada pastor/predicador hay even­tos inesperados y emergencias que cambian el programa de cualquier día.Estos. deben pesars.e cuidadosamente y en oración delante de Dios y luegomanejarlos como SIgue:

Ocuparse de las emergencias que tiene a mano. Esto puede ser un asuntode vida o muerte; una llamada inusual sobre alguna obligación que nopuede ser delegada o ignorada. En tales casos su responsabilidad es clara.

Tomar nota del gasto de tiempo. Es posible que lo saquen del escritorio! de sus ~ibros de estudio y, por el cambio de actividad se gaste tiempomnecesanamente. Esto es así especialmente si está cansado. Con cortesíay firmeza debe excusarse cuando ya esté concluida la obligación. Esto seaplica particularmente a las llamadas de "¡emergencia de larga distancia!".También se aplica a las visitas no anunciadas de amigos o parientes.

W. E. Sangster, de Westminster Central Hall en Londres y autor de ElArte de! Sermón: Su construcción e ilustración, tuvo una ingeniosa manera demanejar las interrupciones en medio de la preparación del sermón. Hizo detal~s ocasiones oportunidades para ensayar su sermón. Después de las presen­taciones y los cumplidos de rigor,el Dr. Sangster solía decir algo así: "Mis que­ridos amigos, estoytan emocionado con el sermón del domingo que debo com­partir algunos de los pensamientos y bendiciones que Dios me ha dado". ¡Yconesa declaración de entrada se lanzaba inmediatamente a un discurso entero!Inevitablemente, a esto seguían tres beneficios: (1) beneficiaba a sus visitantes;

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66 ~ . GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSlTIVA Elpredicadory el trabajo de Dios 67

y tal vez los hacía irse antes de que se 10 propusieran; (2) aclaraba y profundi­zaba su propia reflexión; y (3) tal vez 10 más importante: ¡redimía el tiempo!

La evaluación personal. Al saber que pueden ocurrir crisis o interrup­ciones inesperadas en la vida de cualquiera, es importante tomar tiempopara realizar evaluaciones diarias y semanales. Se necesita tiempo pararevisar el progreso, revisar los planes y resolver los problemas. Si no setoma tiempo para una evaluación de esta clase, no tardará en tener confu­sión y frustración en su ministerio pastoral. La evaluación personal debeincluir preguntas vitales si quiere presentarse aprobado delante de Dios:

1. ¿Cómo he utilizado la semana de Dios?• ¿Ha sido malgastada la semana?• ¿Ha sido útil la semana?

2. ¿Cómo he extendido la obra de Dios?• ¿Hubo progreso?• ¿Hubo atraso?

3. ¿Cómo he expuesto la Palabra de Dios?• ¿He usado bien la palabra de verdad?• ¿He usado deficientemente la palabra de verdad?

Cuando sea necesario, revise planes y resuelva problemas.Usted no puede seguir estos simples procedimientos día tras día y semana

tras semana sin desarrollar tanto disciplina como dedicación en su ministerio.La verdad que proclamar. "Que usa bien la palabra de verdad" (v, 15).

El púlpito demanda que nosotros tengamos algo que decir a nuestras con­gregaciones, ya sea en el marco de la iglesia local o en los círculos másamplios del ministerio cristiano. En este libro, Guía de Predicación

Expositiva, estamos comprometidos con el punto de vista de que lo que

tengamos que decir, sea lo que Dios tiene que decir. Sin rodeos: eso implica la

exposición de la palabra de Dios en elpoder del Espíritu Santo.

Para ayudarlo a entender qué queremos decir por predicación expositi­va, nos inspiramos en las perspicaces y agudas perspectivas del presidente yprofesor Distinguido de Antiguo Testamento del Seminario TeológicoGordon-Conwell en South Hamilton, Massachusetts, Walter C. Kaiser Jr.En un artículo publicado en una revista, titulado "The Crisis in ExpositoryPreaching Today," (La crisis en la predicación expositiva actual), escribe:

La predicación expositiva es aquel método de proclamar lasEscrituras que como mínimo toma un párrafo del texto bíblico (en prosa

narrativa o su equivalente en otro género literario) y de ese texto derivala forma (ej.,los puntos principales y los subpuntos del sermón)yel con­tenido (ej., la sustancia, las ideas y los principios) del mensaje mismo...Lo que semejante táctica excluye es lo siguiente: (1) la predicación comofrases para pegatinas de parachoques de autos, derivadas ya sea de laEscritura o de otras fuentes, que vienen a ser como empujes psicológi­cos; y (2) la predicación como fuerzas impulsadas por el mercado, quedictan qué pasará y qué no pasará con ciertas edades, clientelas, o clasesde oyentes. La Escritura debe recibir prioridad a la hora de establecer laagenday la dietapara nuestro bienestarespiritual (énfasis de los autores)."

Con la definición de la predicación expositiva del Dr. Kaiser como nues­tro marco de referencia, tenemos que ser diligentes para presentarnos a Diosaprobados, como obreros que no tenemos de qué avergonzarnos, que usa­mos bien la palabra de verdad (ver v. 15). Debemos distinguir entre imposi­ción y exposición; eisegesisy exégesis.Teniendo el texto delante de nosotros,necesitamos preguntar: ¿Ollé dice la Escritura? ¿Ollé quiere decir laEscritura? Y solamente entonces, hemos de preguntar: ¿Ollé me dice a míla Escritura y qué dice a mi congregación? Cualesquiera que sean los prin­cipios hermenéuticos u homiléticos que usemos, no deben oscurecer el sig­nificado definitivo del texto de la Palabra de Dios. Esto requerirá el más altonivel de integridad y eficiencia de quienes predicamos la Palabra.

Resumiendo: cada sermón expositivo debe ser definitivo en los aspec­tos histórico, contextual, lingüístico, gramatical y doctrinal. Teniendodelante de nosotros el texto seleccionado, debemos:

l.Cristalizar el tema2.Analizar la estructura3.0rganizar la sustancia4.Finalizar el sermón

Para un completo procedimiento respecto de la preparación del ser­món, pasamos ahora a la segunda parte de nuestro libro. Después de haberanalizado el tema del predicador y la conducta que él debe seguir, y con­centrarnos ahora en el predicador y el trabajo que debe poner por obra,resolvamos definitivamente ser vasos para "honra, santificado, útil para elSeñor, y preparado para toda buena obra" (2 Tim. 2:21).

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SEGUNDA PARTE

EL TRABAJO Q!)ECUMPLIR

CAPÍTULO SEIS

EL PREDICADOR Y LA~

EXPOSICION

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, quejuzgará a los vivos

ya los muertos en su manifestación yen su reino, que prediques la palabra;

que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda

paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana

doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros

conforme a suspropias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y

se volverán a lasfábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones,

haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

2 TIMüTEü 4:1-5

Texto de estudio: 2 Timoteo 4:1-5

En nuestra introducción a este libro afirmamos que estamos compro­metidos con la exposición bíblica. Qpé queremos decir con eso, ycómo emprenderlo, es el tema y la sustancia de la segunda sección

de esta Guía de Predicación Expositiva.

Sin embargo, aun cuando nos disponemos a esta tarea, somos conscientesde la aversión que manifiestan algunos predicadores y congregaciones hacia lapredicación expositiva. Pero nada de esto es nuevo, pues el apóstol Pablo seenfrentó a una oposición similar. Cuando el apóstol exhortó a Timoteo a que"predicara la palabra" (v; 2), le advirtió que vendría el tiempo en que la genteno aguantaría la sana doctrina; sino que apartarían "de la verdad el oído" (vv.3-4). La historia cristiana está repleta de ejemplos de hombres y mujeres con

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"rechazo deliberado" a oír la exposición de la Palabra del Señor. Pero esto nonos debe desanimar. El imperativo: "¡Predica la palabra!" debe ser obedecido.Cuando a John R. W. Stott se le preguntó si él había "cambiado de parecer"en cuanto a la indispensabilidad de la predicación bíblica, él replicó:

¡Al contrario! Sigo creyendo que la predicación es la clave para larenovación de la iglesia. Soy un impenitente creyente en el poder de lapredicación. Sé todos los argumentos en su contra: que la era de la tele­visiónha hecho que la predicaciónse vuelva inútil, que somosuna gene­ración de espectadores, que la gente está aburrida de la palabra hablada,desencantada de cualquier comunicación solo de palabras habladas.Todas estas cosas se dicen en estos días.

Sin embargo, cuando un hombre de Dios se sitúa delante del pueblode Dios con la Palabra de Dios en su mano y el Espíritu de Dios en sucorazón, usted está frente a una oportunidad única de comunicación.Estoy completamente de acuerdo con Martyn Lloyd-Jones en que losperíodos decadentes en la historia de la Iglesia siempre han estado mar­cadospor el declive de la predicación. Esa es una afirmaciónnegativa. Lacontrapartida positiva es que las iglesias crecen en madurez cuando laPalabra de Dios les es expuestacon fidelidad y sensibilidad.

Si es cierto que un ser humano no puedevivirsolamentede pan, sinode toda palabra que procede de la boca de Dios, entonces esto es igual­mente cierto para las iglesias. Las iglesias viven, crecen, y prosperan enrespuesta a la Palabra de Dios. He visto congregaciones avivarse por elfiel y sistemático desarrollo de la Palabra de Dios.'

Compartimos la convicción de Stott, y rogamos a todo predicador quelea este libro que recuerde que nosotros predicamos la Palabra "delante deDios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en sumanifestación y en su reino" (v, 1).

¿Qyé es, pues, esta reverencial tarea de "predicación expositiva"?Empecemos con tres definiciones.

1. El Diccionario Westminster (1645) enuncia que "la verdadera idea depredicación [expositiva] es que el predicador debe llegar a ser un instrumen­to respecto a su texto, abriéndolo y aplicándolo como palabra de Dios a susoyentes... para que el texto pueda hablar... y ser oído, elaborando cada puntodel texto de tal forma que [su audiencia] pueda discernir [la voz de Dios]".'

2. Nuestra propia definición dice: la predicación expositiva es la expli­cación autorizada del Espíritu y la proclamación del texto de la Palabra de

Elpredicadory la exposición .~ 71

Dios con la debida atención al significado histórico, contextual, gramati­cal y doctrinal del pasaje dado, con el objeto específico de invocar una res­puesta transformadora de Cristo.

3. Pablo exhorta: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra deverdad" (2 Tim. 2:15).

Teniendo delante de nosotros estos términos de referencia, proceda­mos a considerar dos aspectos principales de la predicación expositiva: laautoridad bíblica y la cualidad artística práctica.

LA AUTORIDAD BÍBLICA EN LAPREDICACIÓN EXPOSITIVA

"¡Qye prediques la palabra!" (v, 2). Cuando Pablo dio expresión a estasolemne exhortación, estaba hablando con toda la autoridad del cielo. Élsabía que la vida, el crecimiento, la salud y la fortaleza de la Iglesia depen­den de la predicación expositiva. Más aún, como erudito judío, el apóstoldebió de haber estado familiarizado con este medio de acercamiento a lasSagradas Escrituras.' La palabra final en este asunto, sin embargo, es quela predicación expositiva está apoyada por la autoridad bíblica.

La evidencia del Antiguo Testamento"Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido,

de modo que entendieran la lectura" (Neh. 8:8). El contexto de este extra­ordinario versículo narra un tiempo de avivamiento en la historia del anti­guo pueblo de Dios. Nehemías había llamado a la nación a reconocer laLey de Dios. Esdras era el evangelista; construyó un púlpito de madera y,con trece levitas (como asistentes), leyó y expuso la Ley de Dios a una muyatenta audiencia. Mientras todo el pasaje puede (y debiera) estudiarse paraver qué impacto causó la Palabra de Dios en el pueblo, por el momento,para nuestro propósito, queremos señalar los tres aspectos de la predica­ción expositiva que fueron empleados.

La lectura del texto de la Palabra de Dios. "Y leían' en el libro de la leyde Dios claramente" (Neh. 8:8). Subraye la palabra claramente. Leyeron"haciendo claro...". ¡Cuán raro es que la Palabra de Dios sea leída clara­mente en nuestro día y en la generación actual! Incluso, con frecuencia lospredicadores tropiezan y musitan en la lectura pública de la Santa Palabra de

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72 c'i¡t; GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la exposición 73

Dios. La reverencia y la pericia con las cuales emprendamos este santo ejer­cicio nunca podrá sobreestimarse. En algunas culturas, la manera en que seabre la Biblia y se le da vuelta a sus páginas expresa un significado solemne.

La práctica y perfecta lectura de la Escritura debería constituir unaestricta disciplina en la quietud de nuestros escritorios. Tantas veces comosea posible, todo predicador debiera ponerse de pie y leer en voz alta, a lavelocidad que lo haría desde el púlpito, el pasaje del cual estará predican­do, mientras mentalmente visualiza a una audiencia ante él.' Sería buenograbar la lectura y luego escucharla para la autocrítica. El propósito de esteejercicio es leer con claridad, especialmente cuando se llega a pasajes com­plicados, nombres y palabras difíciles y puntuaciones variadas. Es prove­choso interpretar la palabra claramente en términos que tengan significa­dos similares pero que sean completamente distintos. Para ser preciso, lalectura desde el púlpito debe realizarse con una articulación serena: el énfa­sis aquí está en el discurso; una pronunciación controlada: el énfasis aquí estáen el sonido; y una enunciación convincente: el énfasis aquí está en el sentido.

El 7 de octubre de 1857 C. H. Spurgeon predicó a la audiencia másnumerosa que nunca antes había tenido: 23.654 personas reunidas en elgigantesco Palacio de Cristal para un día nacional de ayuno y oración."Unos pocos días antes, él fue al salón para probar la acústica. De pie sobrela plataforma, levantó su voz como una trompeta de plata y gritó: 'He aquíel Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo'. Un obrero, que esta­ba ocupado pintando en lo alto de una de las galerías, oyó las palabras, quele parecieron como venidas desde el cielo. Bajo una profunda convicciónde pecado, se fue a su casa y no tuvo descanso hasta que pudo regocijarseen que Cristo era su Salvador".' Algo del tono reverente y la resonante vozde Spurgeon, cuando citó aquel texto, atrajo la atención de aquel hombre.¡Qyiera Dios que esto fuera cierto de todos los predicadores!

La revelación de la verdad de la Palabra de Dios. "Y ponían el sentido"(Neh. 8:8). La congregación de Esdras ya no estaba familiarizada con lasEscrituras del Antiguo Testamento. Necesitaban expositores. Aquellas perso­nas habían regresado de la cautividad y habían olvidado los modismos de losrollos sagrados. La Ley no solamente era leída sino explicada, para asegurar­se de que la gente entendiera el significado. También pudieron haber sidotraducciones del hebreo al arameo. La doctrina de la perspicuidad (claridad)de la Escritura es que las cosas necesarias para la salvación pueden entendersede la Biblia sin tecnicismos especiales o una educación superior. Esta verdad

no elimina la necesidad de la fiel exposición de las Escrituras por medio depersonas entrenadas para ello. Nuestra tarea, pues, como predicadores de laPalabra de Dios, es desarrollar la verdad en un lenguaje que la gente puedaentender, "con demostración del Espíritu y de poder" (1 Cor.2:4).

La narración del significado de la Palabra de Dios. Ellos pusieron "el sen­tido, de modo que entendiesen la lectura" (Neh. 8:8). Para entender la lec­tura, debe haber aplicación de la doctrina a la obediencia y del principio ala práctica. ¡La predicación no cumple su objetivo si no cambia el caráctery la conducta! La predicación debe tener como meta no solo la transmi­sión de la verdad, sino también la transformación de la vida.

Esta, entonces, es la exposición bíblica como se ve en el AntiguoTestamento.

La evidencia del Nuevo TestamentoEn el primer día de la resurrección, Jesús "declaraba [a los dos discípu­

los] en todas las Escrituras lo que de él decían" (Luc. 24:27, énfasis de losautores). Como el Príncipe de todos los expositores, Él exponía la verdade ilustraba sus puntos. Con consumada autoridad, adoptó el método acos­tumbrado de leer y explicar las Escrituras (Juan 1:18). Ya fuera en la sina­goga, en una casa, en la ladera de una colina o en un barco anclado, Jesúsconsistentemente exponía la Palabra de Dios a corazones hambrientos(ver Mar. 1:22; 2:1-2; 4:34; Luc. 4:16-22, etc.).

Pedro hizo 10 mismo en el Día de Pentecostés (Hech. 2:14-36).Analice con atención y detalle ese sermón y descubrirá que Pedro originósu mensaje en la profecía de joel (2:28-32) y luego apoyó su tema predo­minante en dos Salmos (16:8-11; 110:1).

El sermón de Esteban, como se registra en Hechos 7, fue un trato expo­sitivo de las porciones históricas de Génesis y Éxodo; y Felipe siguió el mismoprocedimiento al tratar con el eunuco etíope (ver Hech. 8:26-35; Isa. 53).

El gran expositor, aparte de nuestro Señor mismo, fue el apóstol Pablo.Él no conocía otro método que el de la predicación expositiva. Así, cuandoescribe a Timoteo exhorta: "Dad constante atención a la lectura pública delas Escrituras, a instancia pública, a la exhortación" (1 Tim. 4:13 Way).Vuelve a decir: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, comoobrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad"(2 Tim. 2:15). Esa afirmación final, "que usa bien la palabra de verdad," defi­ne perfectamente la predicación expositiva. Aunque es difícil traducirlo al

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74;~; GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

español, esencialmente significa: "manejando acertadamente la palabra deverdad; declarando la palabra de verdad sin alteración; administrando lapalabra de verdad correctamente; manteniendo un curso directo en la ver­dad; dando a la verdad el derecho de paso". Esto traduce el verbo como: "laaplicación práctica de las partes o los aspectos de la verdad adaptada paramover a las personas que especialmente tienen necesidad de instrucción".

Por tanto, tenemos las dos evidencias de la autoridad bíblica para lapredicación expositiva, del Antiguo y del Nuevo Testamento. Hablemosahora sobre cómo ponerla en práctica.

LA CUALIDAD ARTÍSTICA EN LAPREDICACIÓN EXPOSITIVA

"Que prediques la palabra" (v, 2). Cuando Pablo dictó estas palabras,agregó: "redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina" (v, 2).Al emplear este lenguaje, Pablo tenía en mente lo que hoy nosotros llama­ríamos la presentación hermenéutica y homilética de la verdad.

Entonces surge la pregunta en cuanto a cómo esta clase de predicaciónpuede llegar a ser una realidad práctica en nuestros ocupados ministerios.La respuesta implica un duro trabajo; iY queremos decir trabajo duro! Ennuestra experiencia, ya sea que tratemos con un solo texto, todo un párra­fo o un libro completo, la predicación expositiva demanda "sangre, sudory lágrimas". Para ayudarnos a entender este arte en términos sencillos, pri­mero vamos a expresar nuestra perspectiva de la predicación expositiva.

Es necesario realizar un estudio del textoCuando Pablo habla de usar "bien [o correctamente] la palabra de ver­

dad" (2 Tim. 2:15), da a entender un acercamiento a la Sagrada Escrituraque demanda una correcta interpretación.

Debemos serhistóricamente exactos. Debemos ver el marco o el contextohistórico del pasaje que estamos considerando. Debemos hacer preguntascomo: ¿Qyién? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cuál? ¿Cuál fue la ocasión deeste escrito? ¿Cuáles son los factores históricos que dan vida a estos versícu­los? Este examen histórico debe incluir el país, las costumbres, la cultura, yalgunas veces aun el clima detrás del texto. Por clima queremos decir laescala de valores, el carácter fundamental y distintivo o el espíritu de lagente de quien se trate, y no tan solamente el ambiente geográfico (aunque

Elpredicadory la exposición .~. 75

eso debería estudiarse si tiene relevancia para el texto que estemos conside­rando). Nunca se acerque a un pasaje sin estudiar su trasfondo histórico.

Debemos ser contextualmente exactos. Este principio es extremadamenteimportante. Ningún versículo debe ser interpretado aislado de su contexto.Se ha dicho que "un texto fuera de contexto es un pretexto". Tanto el contex­to inmediato como el contexto inclusivo deben ser cuidadosamente exami­nados. La Biblia es un libro, de modo que debemos asegurarnos de entendertodo el contexto, incluyendo el Antiguo y el Nuevo Testamento, según lodemande el texto.

Una razón para que existan tantas sectas hoy día es porque los proponen­tes se han desviado de la verdad tradicional sacando los textos de su contexto.Por ejemplo, tomando versículos fuera de su contexto, ¡podríamos demostrarque usted debe suicidarse inmediatamente! Mateo 27:5 dice que Judas "fue yse ahorcó"; al unir ese versículo con Lucas 10:37, podríamos empujarlo austed: "Vé, y haz tú lo mismo"; y acudiendo a Juan 13:27 podríamos agregarcon urgencia: "Lo que vas a hacer, hazlo más pronto".

Ahora bien, deliberadamente hemos exagerado el modo de tratar versí­culos sin ninguna relación entre sí, a fin de insistir en que debemos ser his­tórica y contextualmente exactos si queremos "[manejar bien] la palabra deverdad" (v, 15). Nunca debemos sacar un texto de su contexto. En los estu­dios bíblicos informales e inductivos, a menudo tomamos un único versículoeintentamos explicarlo sin considerar su contexto más amplio. También es fácilhacerlo en la predicación tópica. Citamos un versículo en particular y tratamosde apoyarlo con otros textos aislados para formar nuestro punto de vista, sim­plemente porque hay una palabra recurrente que tiene que ver con el tema queestamos tratando; cuando los examinamos en su contexto, puede que los versí­culos realmente no demuestren lo que estamos buscando comunicar.

Tan fuerte es la aversión de Walter C. Kaiser a los mensajes tópicos que haaconsejadoa sus alumnos "desdehace ya algunos años predicar un sermón tópi­co solamente una vez cada cinco años, e inmediatamente ¡arrepentirsey pedir elperdón de Dios!".7para suavizar esas palabras,el Dr. Kaiser reconoce un gradode hipérbole en la afirmación, pero rápidamente agrega: "La seria advertenciaque hay detrás de esta dramatización es un elevado llamamiento a la predica­ción que sea totalmente bíblica en cuanto a que sea guiada por la Palabra deDios en su origen, producción y proclamación"." ¡Eso es predicación expositiva!

Debemos sergramaticalmente exactos. Debería hacerse el mayor esfuer­zo precisamente para descubrir lo que quiso decir el autor originaL El

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76'*> GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory la exposición 77

Señor Jesús fue muy específico en esto cuando dijo: "Porque de cierto osdigo hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará dela ley, hasta que todo se haya cumplido" (Mat. 5:18). Al comentar sobreesta declaración, John Walvoord, anterior presidente del SeminarioTeológico de Dallas, dijo que "Jesús apoyó la infalibilidad de la Escrituraen su totalidad, no simplemente en su sentido moral" (énfasis de los auto­res). Para Él, ni una sola palabra era irrelevante.

La gramática importa cuando se trata de entender lo escrito. Requiereel estudio de las formas y las estructuras de las palabras, lo que se conocecomo morfología. Además, significa el estudio del orden de las frases y lasoraciones, lo que se llama sintaxis. Conozca los sujetos, conozca los obje­tos, conozca los predicados, conozca los verbos, y conozca los tiempos deesos verbos. Conozca las preposiciones; más de una doctrina se apoya enuna sencilla preposición. Una vez más, esa preposición puede ser exacta­mente la misma al encontrarla en otro lugar; sin embargo, puede adoptaruna connotación enteramente diferente a causa del contexto.*

También debemos prestar atención al estudio de los significados de laspalabras o a la ciencia de la semántica. Los eruditos han compilado estu­dios de la historia de las palabras en su composición, de manera que noso­tros podemos seleccionar cualquier palabra en la Biblia, definir su signifi­cado y observar por qué y cómo fue usada.

En suma, la gramática es el análisis de oraciones, frases, palabras, ver­bos, preposiciones, conjunciones, pronombres personales, etc. Si ustedtiene dificultad en esta área, tome un curso para actualizarse en gramáti­ca. Si usted está estudiando hebreo o griego, le animamos a continuar suestudio de los idiomas bíblicos, pues estos son de mucho valor. Para aque­llos que no saben hebreo ni griego, no permitan que eso sea una barrerapara entender la Palabra de Dios. Hay numerosos libros de referencia" dis­ponibles para ayudarnos a entender en particular la versión de la Bibliaque estemos usando. Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcancepara ser gramaticalmente exactos en nuestra interpretación bíblica.

Debemos ser doctrinalmente exactos. Nunca deje un pasaje sin preguntar:¿Cuál es el mensaje teológico de este pasaje? ¿Cuáles son los principios9ue trascienden siglos, culturas, países y otras barreras que puedan derivarse

• N. delT.: En español, si la palabra es preposición (a veces no lo es), lleva la idea de subordinarpalabras o conceptos a otros. Aunque hay diferencias de uso, sus significados no son tan notablescomo lo son en inglés.

del pasaje? Algunos predicadores dicen: "predicaré la Biblia, pero no memolestaré en cuanto adoctrina'. Eso es absolutamente contrario a laexhortación de Pablo. Él ordenó: "que prediques la palabra; que instes atiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda pacien­cia y doctrina" (v, 2). Todo sermón debe tener un contenido teológico.

Es necesario determinar el tema del textoPara elaborar un sermón expositivo, primero tenemos que cristalizar el

tema del texto o de la unidad de la Escritura bajo consideración. Solamentecuando esto se haya determinado, realmente podemos decidir sobre el temadel sermón. Aun la estructura y la secuencia no pueden desarrollarse hastaque el tema esté claro. Siempre debemos tener en mente que "el secreto dela comunicación no está en decir siete cosas, sino en decir una cosa sieteveces" (F. B. Meyer). Debemos encerrar el tema en una sola palabra, frase, osentencia: "la idea principal", el corazón del mensaje, el sermón en unaspocas palabras. Es la "cabecera' para elperiodista. El buen periodismo buscaun título condensado, conciso y pegadizo; y nosotros afirmamos que la cons­trucción de un buen sermón requiere lo mismo.

Es necesario buscar la estructura del textoAhora hemos llegado a un aspecto interesante y emocionante de la

preparación expositiva. El estudio de la exégesis y el análisis deben descu­brir cuáles son los puntos principales del texto bajo consideración. Estosno deben forzarse, sino que deben surgir naturalmente del contexto inme­diato. Una vez que emergen, deben ser estructurados de modo que reve­len dos componentes esenciales.

En primer lugar, debe haber claridad homilética. El lenguaje empleadodebe literalmente señalar la estructura natural en el texto. Para lograr esto,se necesita hacer preguntas a cada pasaje que se esté considerando: lO

1. ¿Cuál es el tema predominante? Casi todo pasaje de la Escritura tienemás de un tema; sin embargo, ya que usted solamente puede predicar unocada vez, necesita seleccionar el tema predominante que sirva al propósi­to de su sermón inmediato.

2. ¿Cuáles son lospensamientos integrantes? Todo tema está compuestopor pensamientos que se extraen de la unidad literaria con exactitud exe­gética y sensibilidad espiritual. Esos pensamientos vienen a ser la estruc­tura del sermón expositivo. Aquí usted debe distinguir entre la exposición

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78 ,*: GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

y la imposición. ¡El sermón textual temático debe decir 10 que Dios dice, y

no 10 que usted quiere que diga!A medida que busque desarrollar esos pensamientos integrantes, de~e

incluir cuatro ingredientes esenciales. Primero: cada punto debe ser bíbli­co. Recuerde que usted está exponiendo un pasaje dado y debe dejar que laPalabra de Dios hable por sí misma. Como hemos dicho anteriormente,

debemos evitar la eisegesis y esforzarnos por la exégesis. Aun un subtítulodebe ser parte corroborativa de su texto. Segundo: cada punto debe ser lógi­co. Ya sea que los miembros de la congregación hayan estudiado lógica ono, eso no implica que ellos no sean lógicos. El oyente está esperando queusted se mueva de 1 a 2, de 2 a 3, etc., por 10 cual el texto debe ser mane­

jado de esa forma. La línea de descubrimiento puede.que no siempr~ ~e,a la línea

de distribución. Tercero: cada punto debe ser práctico. La exposiclOn nuncadebe divorciarse de la aplicación ni de la ilustración. No debe dejar la rela­ción de la doctrina con la obediencia hasta el fin del sermón; el mensajedebe ser práctico. Cuarto: cada punto debe ser crítico. Nunca debe predi­carse un sermón expositivo sin propósito. El logro de ese propósito deman-

da una predicación crítica. Debe provocarse una crisis de decisión. .3..Cuál es una idea clave motivante? Con la unidad (tema) y el motn­

miento\ideas) del sermón debe aparecer el propósito (el dinamismo). Antes

de ponerse detrás del púlpito, usted debe dec~dir qué es 10 ~ue el s.ermó~

debe lograr. ¿Qyé es 10 fundamental? ¿Cual es el empUje motrvante:Cuando este trabajo se ha hecho cuidadosamente, usted puede establecer

los puntos en alguna forma memorable. Al igual que ser b~lico~ :ógico,práctico y crítico, es bueno ser memorable. Aquí es donde la aliteración (uso

de palabras con sonido similar) puede ser útil. Ya sea que se use. o no talarte los títulos deben ser homiléticamente claros. Pueden ocurnr abusosen los dos extremos. O bien la ingeniosa aliteración puede llevarse alpunto de 10 absurdo, o bien una torpe delineación puede llevarse al punto

de la oscuridad. Ambas cosas son erróneas.El siguiente punto esencial en la estructura es el relato arm.onioso. El

propósito primario de un bosquejo es la continuidad de pensamiento; portanto, es imperativo hacer que cada punto esté en línea con el tema del ser­món. Nunca podrá este punto ser sobrevalorado. Sin este trato estructuraly secuencial del texto, habrá confusión en el púlpito como también en losasientos. Piense en este armonioso enlace en términos del cuerpo humano:la cabeza unida al cuello, el cuello al torso, el torso a los brazos y piernas,

Elpredicadory la exposición .."".. 79

de manera que 10 que caracteriza a todo el cuerpo es la simetría y la con­tinuidad. ¡Qye este sea el modelo de su bosquejo!

Es necesario analizar la sustancia del textoEsta es la esencia del sermón. Un sermón bien preparado debe tener

tres partes sustanciales: la introducción, la exposición, y la peroración.La introducción debe ser cuidadosamente meditada y concisamente

establecida. Debe contener información contextual que sin demora con­duzca a la audiencia al trasfondo y la carga del sermón.

La exposición es la sustancia de toda predicación. Debería emplearse muchaatención para establecer la relación entre las tres partes que componen un ser­món expositivo: la explicación, la aplicación y la ilustración. La explicación es laexposición del pasaje,y demandará todas las disciplinas que ya hemos conside­rado. La aplicación debe ser una parte integral del sermón de principio a fin.Obedecer la verdad de mala gana anilla el impacto de la predicación. El expo­sitor debe tener cuidado de presentar la verdad de tal forma que su relación conel carácter y la conducta sea tanto indisputable como irresistible. En su Epístolaa los Romanos, Pablo recuerda a sus lectores: "habéis obedecido de corazón aaquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados" (Rom. 6:17). La verdadaplicada siempre debe ser personal, práctica y pertinente. El tercer componen­te, la ilustración, es también una parte importante del sermón. ¡El blanco de unailustración es ilustrar! Si no 10 hace, no cumple su propósito; y además distrae.Como una ventana deja entrar la luz, una ilustración muestra en vivos coloresel pensamiento o la idea que se está transmitiendo. Como C. H. Spurgeon unavez advirtió: "Ilustra por todos los medios, pero no dejes que elsermón sea todoilustración... No hemos sido enviados al mundo a construir un Palacio deCristal"." Contar una historia o una anécdota tan solo por agradar o por el efec­

to teatral es imperdonable para el predicador escrupuloso y consagrado.Aquí se aplica una ley de la interpretación bíblica: la ley de la mención ilus­

trativa. Esta ley enseña que toda doctrina principal en la Escritura tiene unaimagen ilustrativa. Por ejemplo, tenemos la ilustración de la Pascua para laenseñanza de la redención (Ex. 12-14); tenemos la ilustración de la vida de Jobpara la enseñanza de la prueba disciplinaria; tenemos la ilustración de Miriampara la enseñanza sobre los celos (Núm. 12); tenemos la ilustració~ de Ananíasy Safira para la enseñanza sobre el engaño (Hech. 5), y así sucesrvamente.

La peroración es la parte concluyente de un discurso. Hay elementosvitales en la peroración que deben formar el clímax del sermón. Uno es la

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80 ;% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory la exposición 81

condensación: cristalizar la verdad. Unas pocas palabras como resumen ayudana enfocar el ímpetu motivante. Otro elemento es la exhortación: personalizarla verdad. Nos movemos de 10 general a 10 personal. Aun cuando hayamosaplicado la verdad en todo el sermón, se debe poner un énfasis especial en eloyente. Finalmente, está la invitación: actualizar la verdad. Aun antes dellla­mamiento a una confesión pública de fe debiera haber un reto ungido por elEspíritu a la mente, al corazón y a la voluntad del oyente para que respondaa la verdad de Dios tal como se está exponiendo. Además, nunca debemosdejar el púlpito sin llamar a una decisión. En un sentido, la peroración (o con­clusión) es aún más importante que la introducción. Muchos sermones que­dan arruinados más por una conclusión pobre que por cualquier otra razón.Por tanto, una conclusión realmente debiera concluir el mensaje. Debieradejar a la audiencia con una impresión precisa de que, habiendo dicho la últi­ma palabra, no se necesita agregar nada más. Dios ha hablado.

Una vez que todo el material se ha leído, examinado y archivado,entoncesviene la tarea de escribir el sermón completo. El valor de este ejercicio está enque sirvecomo una "forma" de predicar,ayudando a fijarel material en su mente.También favorece la libre fluidez del español contemporáneo en lugar del len­guaje utilizado en libros que usted ha estado estudiando. Otro valor de este ejer­cicio es la oportunidad que concede de eliminar 10 innecesario y el materialextraño que no sea inmediatamente pertinente para que el mensaje pueda fluircon ímpetu (la información redundante puede archivarse para sermones futu­ros). No puede sobrevalorarse la importancia de escribir el sermón a mano.

Con el manuscrito delante, usted tiene tres disciplinas que necesitaseguir, si es que el sermón va a ser encarnado y redentor mediante la capa­citación del Espíritu Santo.

Con mucha oración, revise el sermón. Para hacer esto debe tener elmanuscrito en sus manos. Al revisar su sermón, busque "feas despropor­ciones" que destruyan la simetría y el arte del sermón. Usted no tiene quedestruir este material, aunque tenga que eliminar bastante; puede ponerloen una lista y archivarlo para futuras referencias y desarrollo posterior.Cuando vuelva a leer el sermón, observe las oraciones repetidas o los luga­res donde haya usado la misma palabra. Tal vez haya incluido términosteológicos que pueden no ser claros para su congregación; cámbielos.Corrija la mala gramática. Asegúrese de que en todo tenga oraciones defluidez uniforme. Todo esto está implicado al repasar el sermón y hacer deél un trabajo artístico: "una obra que no tiene de qué avergonzarse".

Con mucha oración, relacione elsermón. Este paso implica el pensamiento detodo elsermón con relación a usted mismo, en términos de su obediencia per­sonal a lo que ha escrito en el papel. Sea intensamente personal y pregunte:¿Tengo yo el derecho de predicar a mi congregación alguna verdad que yomismo no haya obedecido? Al reflexionaren el sermón de esta manera, se pro­duce un milagro de encarnación. Como fue plantada la semilla eterna en elvientre de María, así el sermón, como la Palabra de Dios, es plantado en su pro­pio corazón. ¡De esta manera la Palabra se hace carne, y "a su tiempo" ustedpuede dar a luz aJesús! Esa es la predicación encamada." El mensaje está vivopara usted. Ahora puede decir a otras personas lo que Dios le ha dicho a usted.

A. W. Tozer, aquel maravilloso predicador de la Alianza Cristiana yMisionera, acostumbraba a decir que cuando él llegaba a este punto en supredicación, caía postrado en el piso sólo con un pañuelo de papel bajo sunariz para no inhalar el polvo de la alfombra. Esa era la manera en que élquería estar en la presencia de su Señor. Usted debe determinar su propiaactitud y postura ante el Todopoderoso Dios.

Con muchaoración, repase elsermón. Empezando con el tema, la introduc­ción y la exposición y siguiendo hacia la conclusión, busque punto por punto,subtítulo por subtítulo, la aprobación del Señor. Mientras usted trabaja entodo su sermón, habrá momentos en que experimente una comprobación ensu espíritu. Usted "oirá" una "voz interior" diciéndole que cambie una ilus­tración a causa de detalles exagerados. El hecho es que la historia es unamentira, y antes de que usted pueda ser "aprobado para Dios" en el púlpito,debe pedir perdón y corregir la ilustración o quitarla completamente. ¡Unavez que haya conseguido la sonrisa satisfactoria de Dios, será liberado en suespíritu y estará listo para predicar! Esto le da un sentido de autoridad y"apacible seguridad" cuando representa al Señor ante su congregación. Estoes lo que se quiere decir por "¡predicación expositiva ungida"!

Luego de presentar esta "visión de conjunto" del predicador y la expo­sición, ahora lo invitamos a "profundizar" en lo que Pablo describe comousar "bien la palabra de verdad" (2 Tim. 2:15). Solamente a medida quehagamos esto con la "unción del Santo" (1 Jn. 2:20) seremos el "obrero queno tiene de qué avergonzarse" cuando "predicamos la palabra" (2 Tim.4:2). Ese encargo es tan obligatorio hoy como lo fue cuando por primeravez Pablo articuló las palabras, y fallamos en nuestra tarea santa si no pre­dicamos con ese mismo sentido de obligación y responsabilidad. Por tanto,repetimos: ¡Predica la Palabra! ¡Predica la Palabra!

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CAPÍTULO SIETE

EL PREDICADOR Y LA.-A

PREPARACION:.-A

SELECCIONVosotros sabéis... cómo nada quefuese útil he rehuido de anunciaros

y enseñaros públicamente... Por tanto, yo osprotesto en el día de hoy,que estoy limpio de la sangrede todos; porque no he rehuido anunciaros

todo el consejo de Dios.HECHOS 20:18, 20, 26-27

Texto de estudio: Hechos 20:17-38

Cómo sabe usted que tiene el texto correcto para un sermón? ¿Qyé¿ es primero, el texto o el tema? ¿Debería planear un ministerio de

predicación? y si así es, ¿por cuánto tiempo? ¿Hay una extensiónde texto estándar que usted deba usar para un mensaje expositivo? ¿Cómoimpactan la selección del tema y el texto a las necesidades de la gente, lasocasiones específicas, las crisis, etc.?

Las preguntas anteriores, junto con muchas otras, tienen que ver conlo que vamos a predicar y, más específicamente, qué predicar en una oca­sión dada. La manera de escoger qué predicar (cómo seleccionamos lostextos y los temas) es crítico en cada mensaje predicado, como tambiéntodo el carácter y contenido de un ministerio de predicación.

Lo que comienza como una simple pregunta: ¿qué debo predicar elpróximo domingo? (por ejemplo), realmente obliga al predicador a consi­derar cuál debiera ser la predicación y qué hace, qué necesita incluir en el

El predicadory la preparación: selección .~. 83

contenido de la predicación en una ocasión dada, cómo trabaja el EspírituSanto y cómo Dios planea y orquesta soberanamente las situaciones.Digamos que esencialmente hay un sublime misterio intrínseco en todoeste proceso. Aunque busquemos traer verdades bíblicas para apoyar estostemas, eso de ninguna manera significa que la pregunta pueda ser contes­tada fácilmente, a menos que usted diga: "Predica lo que Dios te hayadicho que prediques".

Con el objeto de proveer un fundamento y una estructura básica para loscomentarios y sugerencias prácticas concernientes a la selección del texto y eltema, consideraremos un instructivo pasaje bíblico: Hechos 20:17-38. Estosversículos, además de principios, evidentemente tienen mucho más que ofre­cer para la selección del texto y el tema; buscaremos ser justos en la presen­tación de los temas más amplios. Pero dentro de esos temas más amplios,abordaremos la naturaleza y el contenido de un ministerio de predicación.

Después de tres viajes misioneros (de los que tenemos conocimiento),el apóstol Pablo se dirigió a Jerusalén con el deseo de estar allí paraPentecostés. Su urgencia no le permitió pasar tiempo en Éfeso o Asia; asíque, desde el pueblo costero de Mileto envió a buscar a los ancianos de laiglesia en Éfeso, donde él había ministrado por tres años. Los ancianos lle­garon. Hechos 20:17-38 es un prodigioso relato de una emotiva y real des­pedida. Pablo dijo a los líderes que ellos nunca lo verían otra vez, lo quecausó gran dolor, a medida que oraban, lloraban, se abrazaban y se besa­ban, para luego ir al barco de donde partiría. Pablo también usó la ocasiónpara hablar de su ministerio mientras estuvo en Éfeso. Informó a los líde­res de sus planes inmediatos y los exhortó a pastorear la iglesia, encomen­dándolos a Dios para tal propósito.

Hay una fuerte introducción apologética en muchas de las palabras dePablo al defender su método y su mensaje en Éfeso. Asimismo, defiendesus planes de ir a Jerusalén, a pesar de las advertencias del sufrimientoesperado allá. Este texto es una poderosa afirmación y defensa apostólicasdel ministerio y una exhortación a los líderes nombrados para que sean fie­

les a su cargo (Hech. 20:28-30).Es instructivo considerar este texto a la luz de la partida de Pablo y

examinar los argumentos que atrajeron su enfoque y su atención en lassolemnes palabras de despedida. ¿Qyé era importante para Pablo en aquelmomento? ¿Y qué nos ha dado Lucas de esa ocasión y de esas palabras dedespedida? Vemos por 10 menos tres asuntos ministeriales principales que

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84 <~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory lapreparación: selección 85

Pablo aborda en este "discurso". Señalan los últimos legados del ministe­rio de Pablo en Éfeso, y ciertamente pueden ser un modelo para nosotrosque seguimos los pasos de Pablo. Los legados fueron y son: (1) un ejem­plo personal, (2) una Palabra predicada, y (3) un liderazgo capacitado.Pablo describe y defiende su ministerio y su manera de vivir, hablando decosas como su humildad personal (v, 19), su intensidad pastoral (v, 31) ysu integridad práctica (vv, 34-35). Pablo apunta a su ejemplo personal enestos asuntos sin tener que lamentarse.

Pablo también recalca su palabra predicada en Éfeso, y además ladefiende. Él claramente predicó mensajes evangelísticos (vv, 21, 24-25).También buscó presentar mensajes edificantes, evidentemente sobre dife­rentes temas (v, 20). Además, la afirmación de Pablo: "no he rehuidoanunciaros todo el consejo de Dios" (v, 27) indica que Pablo creía que élhabía entregado de modo fiel y completo el mensaje que Dios le habíadado. Por eso él era inocente de la sangre de los hombres: había desempe­ñado su cargo con fidelidad y había declarado la verdad que estaba obliga­do a comunicar. No nos es dado el contenido exacto de todo el consejo deDios; no obstante, podemos asumir que incluyó: "arrepentimiento paracon Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo" (v, 21), "el evangelio de lagracia de Dios" (v, 24) y "el reino de Dios" (v, 25). También en el másamplio nivel incluyó tanto la proclamación evangelística como la edifica­ción y la instrucción (v, 20). Lo especialmente importante para nosotroscomo predicadores es que Pablo da testimonio de la fidelidad. Él no fuenegligente ni selectivo con la verdad que tenía que declarar. En Éfeso dejótras de sí un mensaje completo e instructivo que proporcionaría un mayorcrecimiento para la iglesia en el futuro (v. 32)0

En este relato, Pablo específicamente defiende su trabajo ministerial(un ejemplo personal) y su mensaje (Palabra predicada). También exhortaa sus líderes capacitados (el tercer legado). De acuerdo al texto, es eviden­te que aquellos líderes fueron nombrados (v 28), instruidos (vv, 28-31),exhortados (v, 31) y encargados (v, 32) del cuidado (pastoreo) de la iglesia.Se podría decir mucho más acerca de la importancia del encargo de unaiglesia local a líderes capacitados; pero el enfoque de nuestro capítulo noshace regresar al segundo legado: una Palabra predicada.

En el núcleo del asunto de los textos y los temas está la cuestión: ¿Qyéquiere usted dejar tras de sí? ¿Qyé legado duradero quiere usted encargara aquellos que queden cuando usted se vaya?

De este texto concluiremos que nosotros debemos serfieles al mensaje que

Dios nos ha confiado y debemos buscarproclamarlo completamente de modo que

llegue a ser la fuente de fortaleza para el crecimiento futuro de la iglesia. LaPalabra predicada debe medirse con la afirmación de Pablo: "No he rehui­do anunciaros todo el consejo de Dios" (v, 27). Hay necesidad de fideli­dad, minuciosidad y entrega a "todo el consejo de Dios." La prioridad delpredicador es comunicar un mensaje dado por Dios: la verdad revelada.Pablo da t~stimonio de la fidelidad en esta tarea durante un período detres años. El no está hablando de un mensaje individual, sino del amplio yacumulativo contenido de su predicación. Pablo percibía una responsabili­

dad ante la verdad divina que dictaba su ministerio de predicación; era res­ponsable de un "contenido objetivo" en el sentido de las verdades revela­das de Dios. Para el predicador evangélico, esa verdad está contenida en elcanon completo de la Escritura, testificando la Palabra del "consejo deDios". Hacemos esta distinción entre las Escrituras (Antiguo y NuevoTestamento) y "todo el consejo de Dios" porque Pablo no tenía el canoncompleto, ni se estaba refiriendo a él de modo explícito cuando hizo estaafirmación.

La palabra consejo (boule), común en la literatura de Lucas, puede sig­nificar ''propósito, consejo, resolución, decisión... ".1 Otros usos significativospara comparar se encuentran en Hechos 2:23; 13:36, y luego en Efesios1:11. Cuando 1. H. Marshall, habla de la declaración de inocencia quehace Pablo en Hechos 20:26 dice: "Pablo derivó su seguridad de la con­fianza de que él había predicado fielmente el evangelio en cada detalle; élhabía tratado todo el plan de salvación de Dios".'

Lo que Pablo defiende es la fidelidad y la minuciosidad a un "mensa­je" que ha sido confiado para ser entregado. Desde luego, en el corazón dela predicación y la enseñanza de Pablo, según Lucas, estaba el evangelio dela gracia de Dios que demandaba arrepentimiento para con Dios y fe hacianuestro Señor Jesucristo. La otra frase clave usada en este pasaje es "elreino de Dios", que indica continuidad con la predicación de Jesús y elevangelio apostólico primitivo. También debemos notar las referencias dePablo a no retener o rehuir el declarar las cosas "útiles" (v, 20) y "todo el[propósito, consejo] de Dios" (v, 27)0 Aquí vemos evidencia para unaanchura y profundidad del ministerio, una responsabilidad ante la revela­ción divina y una sensibilidad a la necesidad de edificación que la iglesialocal presentaba.

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LOS PRINCIPIOS DE SELECCIÓN

¿Qyé principio o principios pueden recogerse de los detalles de estediscurso de despedida de Pablo? Ofrecemos los siguientes para quienesbuscan un punto de partida para la selección del texto y el tema: Nuestropropósito en la selección de texto y tema es proclamar fielmente, en unaocasión dada, el aspecto "necesario" de la revelación de Dios, mantenien­do en mente la amplia responsabilidad de proclamar todo el consejo deDios (ver Hech. 20:20,27). Juntamos las dos afirmaciones que hablan deaquello en lo que Pablo no falló ni rehuyó hacer. Observamos que la granpreocupación de Pablo fue edificar espiritualmente a la gente por mediode su predicación y su enseñanza (Hech. 20:20), y su responsabilidad últi­ma era hacia todo el consejo de Dios (Hech. 20:27). El programa de pre­dicación de Pablo, si se me permite la frase, estaba impulsado por la res­ponsabilidad de predicar todo lo que Dios le había revelado a él de "suconsejo". Al mismo tiempo, dentro de la diversidad de oportunidades y lasrealidades de ministrar a la gente, Pablo habla apasionadamente de su fielintento de declarar todo lo que hiciera edificar a la gente.

La responsabilidad y la fidelidad a la verdad de Dios (lo que esencial­mente edifica) no anula la necesidad de hablar propiamente en cualquieraocasión dada, y de proclamar el aspecto de la verdad de Dios que sea"necesario" para los oyentes. Sin embargo, debemos afirmar aquí que laconvicción y la seguridad del predicador al predicar una palabra "necesa­ria" deben provenir de una correcta percepción de la naturaleza y el poderde la revelación de Dios (las Escrituras) y de la obra del Espíritu Santo.'Más tarde Pablo, en sus instrucciones a Timoteo, presenta el poder de lasEscrituras inspiradas por Dios para conducir gente a la salvación por la feen Cristo Jesús, y edificar a los creyentes hacia la madurez y actividad pro­pia (2 Tim. 3:14-17). Estas fuertes exposiciones concernientes a la efica­cia de las Escrituras vienen exactamente antes del encargo a Timoteo de"predicar la palabra" (2 Tim. 4:2). Así, cuando hablamos de sensibilidadante las situaciones y las necesidades de la gente, estamos también decla­rando que las Escrituras inspiradas por Dios abordan esas situaciones ynecesidades de modo definitivo y suficiente. El predicador no busca (y nodebe buscar) frenéticamente alguna manera de hablar a la gente de modoque estorbe el poder de la Palabra de Dios, la cual está en sí misma unida

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a la obra del Espíritu Santo. Lo que es "necesario" debe verse a la luz de laverdad suficiente de Dios y la obra necesaria del Espíritu Santo al estardelante de una audiencia específica y en un contexto de predicación.

Puede parecer que hemos hecho una "fuerte tempestad" de algúnpunto obvio. Sin embargo, el punto de partida al pensar qué predicar enuna ocasión dada es tener un principio basado en una evidencia bíblica queconduzca a una norma objetiva para evaluar el modelo y el programa de lapredicación y la enseñanza.

Ahora consideremos este principio dentro de una estructura contem­poránea, a la luz del canon de la Escritura. El predicador debe preocupar­se de comunicar la verdad bíblica (el equilibrio de la Escritura) ¡predican­do el evangelio y todo el consejo de Dios! El predicador debe buscar alSeñor en cuanto a cómo cumplir esto en una situación dada. El predicadorbusca tener el mensaje correcto (que esté basado en la Palabra escrita) parasus oyentes en cualquier ocasión dada. Vivir "en" la Palabra, buscar la guíade Dios en oración y buscar la dirección de Dios para toda ocasión o seriede ocasiones son una práctica y una disciplina necesarias. Algunas vecesuna necesidad, una crisis, un tema o un asunto doctrinal conducirán al pre­dicador a la Palabra. Al mismo tiempo, el predicador necesita tener ese sen­tido de responsabilidad para comunicar la verdad bíblica (sí, el equilibrio dela Escritura) desde el centro a la circunferencia. Las Escrituras nos dan losparámetros para la verdad que hablamos, y el equilibrio del ministerio depredicación necesita ser guiado, generalmente, por el equilibrio de laEscritura. Decimos "generalmente" porque creemos que Dios llama y per­mite a los predicadores ejercer ministerios especiales con énfasis particula­res. Uno de los problemas al hablar de este asunto es que debemos permi­tir la diversidad de llamamientos, dones, énfasis y ministerios relacionados.Aun así, todo predicador debería examinar en qué forma un ministerio enparticular se relaciona con el equilibrio de la Escritura, si la predicación esprimordialmente evangelística o si es para la edificación de los santos.

LOS PROCEDIMIENTOS PARA LA SELECCIÓN

Si se planea un modelo objetivo para la predicación, con el cual esté deacuerdo el Espíritu de Dios, entonces el predicador tiene la doble bendiciónde un testimonio externo e interno de la auténtica y apropiada naturaleza de

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su predicación. El predicador tiene una doble responsabilidad al buscar ser

fiel a la guía de las Sagradas Escrituras y del Espíritu Santo. Dado que el

predicador debe conocer la verdad y ser sensible a la dirección del EspírituSanto, ¿podrán sugerirse ciertos procedimientos para la selección de textos

y temas? Mientras decimos que sí, debemos agregar que eso no significa

programación anticipada y ejecución planeada que esté privada de apertura

al Espíritu o a las realidades de la vida. El Dr. Martyn Lloyd-Jones expresó

su preocupación por tal enfoque en el libro Preaching and Preachers [La pre­

dicación y los predicadores]. Él mostró una diferencia de enfoque hacia la

predicación. Por un lado los puritanos, y por otro C. H. Spurgeon.

Uno de los grandes predicadores del siglo pasado, si no el más gran­de de todos, Charles Haddon Spurgeon, adoptó una línea muy férrea enesto. Él no creía en la predicación de sermones en serie; además, se opusofuertemente a ello. Decía que había un cierto sentimiento de imperti­nencia en que un hombre decidiera predicar una serie de sermones. Élsostenía que los textos debieran entregarse al predicador, y él deberíabuscar al Señor y pedir su dirección. Mantenía que el predicador nodebieradecidir sino orar por guía y direccióndel Espíritu Santo, y entoncessometerse a ello.Así, él sería conducido a textos particulares yafirmacio­nes que entonces expondría en forma de sermón. Esa era la opinión deSpurgeon y de muchos otros. Yo mismo fui enseñado en una tradiciónque se adhería a esa opinión. Nosotros nunca oíamos una serie de ser­mones basados en un libro, o en parte de un libro, de la Biblia o de untema. Pero opuesto a ello, tenemos la posición de los puritanos, que creíansobremanera en la predicaciónde sermones en serie.De paso,es interesan­te notar que aunque Spurgeon fue un gran lector de ellos, y gran admi­rador; en este punto estaba enteramente en desacuerdo con ellos.

¿Entonces qué decir acerca de esto? Lo único que yo puedo decir esque me parece muy erróneo ser rígidos en ese asunto, y fijar cualquierregla dura y firme. No puedo ver por qué el Espíritu no guiaría a un hom­bre a predicar una serie de sermones de un pasaje o libro de la Biblia comotambién guiarlo a un solo texto. ¿Por qué no? Lo que es importante (yaquí apoyo sinceramente a Spurgeon) es que debemos preservar y salva­guardar "la libertad del Espíritu". En esto no debemos tener el control; nodebemos decidir a sangre fría, por así decirlo, 10 que vamos a hacer, ni pla­near un programa, y así sucesivamente. Estoy seguro de que eso es inco­rrecto. Conozco a quienes 10 han hecho. He conocido a hombres que alprincipio de una temporada después de sus vacaciones,efectivamente dis-

tribuían con antelación una lista de textos para muchos meses y señalaban10 que iban a predicar cada domingo en particular durante ese período detiempo. Yo repruebo eso entera y completamente. No estoy diciendo, nipresumo decir, que esto sea imposible: bajo la libertad del Espíritu eso noes imposible, porque "elviento sopla de donde quiere". No debemos decirque el Espíritu siempre obra y siempre va a obrar de una forma en parti­cular.Pero, generalmente hablando, siento que planear y publicar un pro­grama así es, sin duda, poner ciertos límites a la soberanía y la direccióndel Espíritu. Así, habiendo afirmado que estamos sujetos al Espíritu y quedebemos tener cuidado de verificar que realmente estamos sujetos a Él,mi argumento es que Él nos puede dirigir en una ocasión a predicar sobrealgunos textos y en otra a predicar una serie de sermones. Humildementedeclaro que he experimentado eso muchas veces.'

Después de haber observado esta nota de precaución, ahora ofrecemos

algunos pasos prácticos para considerar. Los expondremos en términos

específicos que pueden ser usados, alterados o ignorados según 10 escoja elpredicador.

Establezca prioridades con mucha oraciónA la luz de las Escrituras, el predicador tiene que afirmar las verdades

que necesitan ser declaradas. Estas verdades aparecen en la Escritura como

círculos concéntricos en perpetuo ensanchamiento.

Establezca lasprioridades bíblicas. Tome una hoja de papel, tarjetas en

blanco para apuntes, cree una carpeta en su computadora, etc. Los predi­cadores del Nuevo Testamento deben articular el mensaje central a ser

predicado: "Jesucristo, y a éste crucificado" (1 Coro 2:2), "a quien anuncia­

mos" (Col. 1:28), "Dios estaba en Cristo" (2 Coro 5: 19), "el evangelio"

(Rom. 1:16), etc. Es posible predicar mensajes basados en textos bíblicos

y sin embargo, perder el mensaje central. Podemos predicar pormenoressin un sentido en cuanto a cómo se relacionan con Cristo. No debemos per­der el mensaje central. Por naturalidad y amplitud definimos el mensaje

central como nuestro primer círculo:

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El segundo "círculo"del material de la predicación consiste en doctrinascentrales (la fe). Pablo fue un hombre que enseñó tolerancia en materia deopiniones, pero si uno tocaba "la verdad del evangelio" se encontraba en difi­cultades, como descubrió Pedro (Gál. 2:11-19). Esta verdad del evangelioparecía incluir ciertas verdades y ramificaciones que estaban directamenteconectadas con la esencia misma del evangelio.Judas cambia de dirección ensu carta escrita y llama a la formal contienda "por la fe que ha sido una vezdada a los santos" (jud. 3). Aquí la referencia parece ser a una doctrina, unaserie de verdades a las que se les ha establecido consenso y ratificación.Cuando alguien evalúa o planea un ministerio de predicación, tienen quepredicarse las verdades centrales que rodean a ese mensaje central.

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Usted puede desarrollar una lista de verdades críticas en la lectura per­sonal de la Escritura. Al mismo tiempo, las referencias a la teología bíbli­ca y a la sistemática le proporcionarán encabezamientos y testimonio cris­tiano de esas grandes doctrinas que rodean y apoyan la fe en Cristo Jesús.

Después tenemos un tercer nivel de contenido que incluye "todo elconsejo de Dios" y "todas las cosas útiles". En este punto, el predicador hade percibir una responsabilidad hacia la diversidad y profundidad de laEscritura. El apóstol Pablo instruye a Timoteo en cuanto al papel edifica­dor de "toda la Escritura", y podemos afirmar esa verdad tanto del Antiguocomo del Nuevo Testamento.

Dentro de este "círculo" de prioridades hacemos énfasis en el interésválido de exponer la gente a las Escrituras como un todo: enseñar la Biblia.Aunque Pablo no se refería "al Antiguo y al Nuevo Testamento" en su usode la frase "todo el consejo de Dios," nosotros tenemos el canon completo.

Creemos que esto debe estar dentro del "espíritu" de la afirmación dePablo en Hechos 20:20 y 20:27 para compensar el "equilibrio" de laEscritura en un ministerio de predicación justo y cabal. La selección deltexto no es tan solo una respuesta subjetiva a lo que uno sienta que debaser predicado sin tomar mucho interés por lo que Dios nos haya entrega­do para predicar. Tenemos que "predicar la Palabra" desde el centro hastala circunferencia: Cristo, la fe, las Escrituras.

Establezca las prioridades del ministerio. El predicador también debeconsiderar las prioridades a la luz de las "realidades" del ministerio queDios lo ha llamado a ejercer. Aquí estamos frente a la cuestión del puntode partida para la predicación. Usted puede tener tres años o tres días.¿Dónde empezar? Como predicador, tiene que tomar las prioridades bíbli­cas establecidas anteriormente y considerarlas con mucha oración a la luzde los "distintivos" del ministerio.

No hay dos predicadores iguales. No hay dos ministerios iguales. Nohay dos oportunidades de predicación o eventos que sean exactamenteiguales. El predicador tiene que aplicar las prioridades bíblicas y los mode­los a los detalles, los distintivos y las realidades del ministerio "a la mano."Mucho depende de los dones y del ministerio a los cuales haya sido llama­do. Un pastor de una iglesia bien establecida puede necesitar emprender susresponsabilidades de predicación real en forma diferente de un misioneropionero o un líder de jóvenes. Algunos son llamados a ministerios únicosque demandan énfasis especiales en su predicación. Esto se entiende, perosigue siendo útil para todos los predicadores sentir cómo encaja su men­saje dentro de los círculos concéntricos que hemos presentado. Dios puede

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llamar a alguien a que tenga un empuje profético o evangelizador en suministerio de predicación. Dios puede dar a un predicador un "mensajeparticular" para un período de tiempo dado. La Biblia y la historia estánllenas de ejemplos de esta rica variedad. El modo en que su mensaje serelaciona con Cristo, las verdades centrales de la fe y de todo el consejo deDios son importantes. Un énfasis puede ser un don de Dios; el error no loes. Mantener una perspectiva bíblica es algo crítico.

Por tanto, el predicador tiene que luchar a brazo partido con el don deDios, el ministerio y el mensaje que se le ha dado. Al mismo tiempo, lamanera en que elpredicador busque fielmente proclamar la Palabra de Dioscausará un impacto en la gente que esté siendo ministrada. Dos misionerosque conocemos, al evangelizar a gente que no tenía un concepto de un Diospersonal, soberano y creador, empezaron su "evangelio" con Génesis 1. Notodos los que comienzan un ministerio sentirán la necesidad de empezar conGénesis 1. Pero necesitaremos la sensibilidad de ser guiados por el Espíritupara proclamar el mensaje y las Escrituras con cuidado y con entendimien­to dentro de los contextos que se nos presenten. "¿Dónde tengo que empe­zar a predicar fielmente a mi gente en un período dado? ¿Cómo debo pro­ceder?". Estas preguntas tienen que ser contestadas a medida que el predi­cador guiado por el Espíritu aplique el equilibro de las Escrituras.

Luego, dentro del marco del ministerio dado y de la gente a la queDios haya permitido hablarle, el predicador considera las oportunidadespara predicar. Necesitará preparar y tomar las oportunidades para presen­tar el mensaje de Dios. Valorar la naturaleza de cada ev~nto potencial depredicación es un ejercicio sabio. Dios es soberano y es El quien orquestaestos eventos, los cuales se prestarán a diferentes énfasis, diferente dura­ción, etc. La sinagoga es un escenario diferente al del Areópago. El desa­yuno de negocios con 25 ejecutivos es diferente de un servicio de adora­ción del domingo por la mañana. El ministerio demanda una mezcla

maravillosa de espiritualidad y utilidad.A la luz de estas variables prácticas mencionadas anteriormente, el

predicador tiene que establecer prioridades; prioridades que estén sujetasa la Palabra de Dios, al testimonio del Espíritu y a la sabiduría práctica.Estas prioridades luego han de conducir a un plan para el ministerio, elcual consideraremos a continuación.

Con mucha oración, planee un ministerio expositivosujeto a la soberanía de Dios y a la dirección de su Espíritu

Al tratar este asunto de la planificación, estamos hablando de hacerplanes que estén sometidos a la soberana dirección del Espíritu de Dios.Ya sea que una persona predique mensaje tras mensaje, serie tras serie, demodo doctrinal, litúrgico, temático, anual, según el calendario, etc., todospueden ignorar por completo la dirección de Dios. Por otra parte, si Diospuede dirigir a un predicador a predicar un mensaje particular, ¿por qué nouna serie, como 10 ha señalado Lloyd-Jones? Sin embargo, el plan necesi­ta ser conducido por Dios y por el Espíritu.

El plan puede ayudar a equilibrar un ministerio bíblico en determina­do período. La gente puede ser expuesta intencionadamente a un soplo deverdad bíblica que los capacitará para vivir vidas cristianas equilibradas. Elplan también ayuda al predicador en la preparación, concretamente en eluso del estudio y del tiempo. Conocer la dirección que la predicacióntenga ayudará a que el predicador maximice sus períodos de estudio ylogre mejor entendimiento y más material para la predicación. Además, laplanificación puede ayudar a la reflexión y madurez de los mensajes, de lasseries, y a la teología del predicador a medida que busque enfocar cuida­dosamente y a fondo las Escrituras durante un período determinado.

Al fin de su ministerio en cualquier lugar dado, el predicador debierapoder decir que él no rehuyó, ni "vaciló" proclamar todo el consejo de Dios;que la agenda bíblica y centrada en Cristo fue evidente en todo su minis­terio de predicación; que la predicación no fue engañosamente selectiva,ni hubo negligencia en este asunto; y que desde el centro hasta la circun­ferencia, las verdades de la Palabra de Dios fueron declaradas. Esta debe­ría ser la inquietud que "empuje" cualquier plan de predicación, y no nin­guna subordinación o agendas personales. Ciertamente se requiere creati­vidad en el ministerio de la predicación, pero la agenda del predicador nodebe ser controlada por el interés de 10 que sea "candente," lo que funcio­nará, lo que sea nuevo, ete., etc. Planee predicar a Cristo, guardar "la fe" yguiar a la gente a "las profundidades de Dios".

¿Cómo?¿Mensaje por mensaje? ¿Serie por serie? ¿Trimestral? ¿Doctrinal?¿Anual? La respuesta es: ¡todas las anteriores! La Palabra de Dios tiene queser manejada cuidadosa y fielmente no solo en los mensajes particulares, sinotambién a medida que el ministerio de la predicación continúe durante un

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período de tiempo. John Stott ha indicado varios factores que puedeninfluenciar en los mensajes específicos predicados en cualquier ocasión: élincluye factores "litúrgicos", "externos", "pastorales"y "personales"."

Antes de sugerir unas cuantas reflexiones para el programa de predi­cación, exhortamos al predicador a tomar tiempo para este importanteasunto. Ya sea un día cada dos meses, dos mini-retiros al año o algún otroplan, es sabio apartarse usted mismo de las rutinas del ministerio y enfo­carse en la agenda de la predicación.

Cuando considere futuras responsabilidades en la predicación, hagapreguntas a diferentes niveles. Sinclair Ferguson ofrece las siguientes pre­guntas para ayudar al predicador a evaluar dónde ha de dirigirse desdeaquí: "¿Estoy cubriendo todo el campo de la enseñanza bíblica: Antiguo yNuevo Testamento, histórico y teológico, poético y prosa, exhortatorio ydenunciatorio? ¿Estoy cubriendo todo el campo de las doctrinas bíblicas:Dios y hombre, Cristo y Espíritu, pecado y gracia, cielo e infierno? ¿Estoytratando todas las aplicaciones del mensaje del evangelio: al individuo, alhogar y la familia, al negocio y al placer, al hombre y la mujer, a la iglesiay la sociedad, a 10 personal y 10 civil? El expositor será un hombre que secomprometa en esta clase de análisis de su propio ministerio, de modo queun elemento de su selección siempre será estar operando dentro de todo elmarco de la revelación bíblica y doctrinal". 7

Con mucha oración pueden hacerse preguntas para llamar la atención alo que podría ser provechoso en fechas próximas: ¿Cómo ha resultado lareciente acometida de la predicación/enseñanza en la vida de la iglesia?¿Q1té ha estado hablando y haciendo Dios en la iglesia? ¿Cómo describiríayo ahora mismo a mi gente en el aspecto doctrinal, práctico, espiritual y real?¿Hay algún aspecto particular de la revelación de Dios que se necesite eneste momento para dar vigor, crecimiento y equilibrio bíblico a mi congre­gación? ¿Ha puesto Dios una "carga" de la verdad en mi corazón que debayo compartir? ¿Ha estado Dios tratando conmigo en algunos asuntos de losque ahora Él quiere que predique/enseñe a mi congregación? ¿Hay asuntoso eventos que demanden una respuesta pastoral y bíblica en el futuro cerca­no? ¿Cómo puedo usar mejor las oportunidades de predicación regular quetengo por delante para predicar todo el consejo de Dios? Aun si el predica­dor tiene una práctica habitual de predicación por medio de la Biblia, mere­ce la pena que se haga muchas de las preguntas anteriores.

Espere en DiosEl tiempo usado para concentrarse en el futuro ministerio, especialmen­

te la predicación, es un tiempo que vale la pena. Tal tiempo exigirá silenciodelante de Dios, poniéndose uno mismo a un lado, poniendo las preguntasa un lado, y estando abierto a Dios mismo en oración y por medio de laPalabra. A fin de cuentas, 10 que se necesita es esperar en Dios. El siervo­predicador espera de su Señor una percepción de inmediata dirección, 10cual puede significar un mensaje, una serie, veinte series, etc.

Si finalmente este asunto de un "plan de predicación" es algo que estáentre el predicador y Dios, ¿qué pudiera o debiera añadirse a tal discusión?Nosotros compartimos algunas sugerencias y observaciones prácticas.Estas sugerencias equivalen a opciones y factores a la luz de la cantidad depreparación necesaria para la fiel y frecuente predicación.

Considere los valores de la predicación mediante los libros de la Biblia. Talpredicación sigue el texto como está escrito, así que el predicador no soloexpone mensajes separados, sino que también enseña por medio de esaparte de la Biblia. Ciertamente vivimos en una época en que se necesitaun mayor conocimiento de las Escrituras, y semejante conocimientopuede obtenerse por medio de series de libros. Por consiguiente, las seriesininterrumpidas a través de libros bíblicos proporcionan un contextocoherente para el entendimiento congregacional de cada mensaje dentrode la serie." En otras palabras, los que asistan regularmente a todas la serietendrán un conocimiento del contexto del mensaje aun antes de que elpredicador comience. Esto puede ayudar al entendimiento. También, severán claramente y en detalle verdades teológicas clave a medida que sepresen­

ten en ese libro bíblico. Tal predicación puede ayudar al predicador, ya quees conocido el enfoque para el estudio, y el estudio reciente (para la mismaserie) será directamente relevante para el siguiente mensaje. Este factorayuda a maximizar el uso de las horas de estudio.

En alguna parte dentro del programa o plan del ministerio, predicarpor libros bíblicos puede ser un valioso aspecto del ministerio de predica­ción. En nuestra experiencia, tales series enriquecen tanto al predicadorcomo a la congregación. Se puede empezar con Génesis y seguir adelante.A la vez, las series de libros se pueden enfocar de manera diferente con laintención de que haya variedad y equilibrio: el Antiguo Testamento, elNuevo Testamento, movimiento entre los Evangelios y las Epístolas, la

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Ley y los libros históricos, los Salmos y la Sabiduría, literatura, profecía,Apocalipsis, etc. Las series de libros pueden presentarse temáticamente oaun dentro de un marco doctrinal y teológico. Al sugerir que el predica­dor vaya a trabajar en series expositivas por todos los libros bíblicos, quedaabierto un sinnúmero de opciones.

Con frecuencia cuando nos referimos a las series expositivas por mediode libros de la Biblia, la práctica apropiada es ir versículo por versículo,párrafo por párrafo, o unidad literaria por unidad literaria en todo eselibro. Es de valor mencionar algunas otras variaciones y opciones de pre­dicación por libros bíblicos. Pueden seleccionarse textos clave representa­tivos de un libro de la Biblia para series más breves. Una inspección dellibro puede unir esos textos, o la información contextual para cada textoclave puede ayudar a poner todo el libro en perspectiva. Ciertamente,seleccionar salmos o proverbios clave puede ser una buena forma de des­cubrir la esencia de estos géneros de literatura bíblica. También, unos tex­tos clave en cualquier libro bíblico pueden constituir un collar de perlasque pueden enfilarse con belleza y equilibrio. Otra idea es estudiar un librobíblico sección por sección, de tal modo que se tenga una visión de con­junto. Aún otra opción sería preparar mensajes de libros bíblicos comple­tos; esta no sería una serie continua dentro de libros bíblicos, ¡sino unaserie continua de libros bíblicos! Tales mensajes ayudan a dar a los oyen­tes regulares un cuadro circular de las Escrituras. La meta primaria siguesiendo presentar la verdad de Dios en cada ocasión de predicación. A lavez, debemos evitar que nuestra congregación tenga una visión fragmen­taria de la Biblia. Se oyen fragmentos de la Palabra de Dios y posiblemen­te se comprenden, pero puede estar faltando una percepción de teología yliteratura bíblicas en conjunto. Este tipo de predicación por medio delibros bíblicos puede abordar esa necesidad.

Considere los valores de libertad y de variedad en la selección del texto.

Fomentar los estudios de libros como parte esencial del plan de predica­ción no quiere decir que el predicador esté limitado a tales estudios conti­nuados. Ciertamente Dios pone mensajes propios en el corazón del pre­dicador. Las crisis pueden requerir ajustes en el programa y la búsqueda dela verdad de Dios para abordar las necesidades inmediatas. La gente vivesu vida guiada por el calendario y por las estaciones del año, y la sabiduríapráctica nos 10 recuerda. Los mensajes según las épocas del año a menudo

presentan oportunidades para abordar verdades bíblicas fundamentalesque necesitan proclamarse.

La variedad puede incluir series doctrinales. Esto podría seguir un marcosistemático; o podrían agruparse doctrinas clave con libros de estudio apro­piados. Ciertamente vale la pena reafirmar con regularidad los elementosesenciales del evangelio y las verdades centrales de la fe. Para el primero (loselementos esenciales del evangelio), podrían usarse grandes textos del evan­gelio, y para el otro (las verdades centrales de la fe), podrían usarse libros deestudio representativos. Puede que el predicador quiera considerar un tiem­po definido en el calendario de la iglesia para afirmar y reafirmar las doctri­nas esenciales de la fe con un llamamiento especial al compromiso de pacto.

La libertad y la variedad permiten el equilibrio. Mantienen fresco alpredicador y proporcionan material para otras oportunidades de predica­ción. Abundan las posibilidades, tales como estudios biográficos, estudiostemáticos, cuestiones sociales, desarrollo cristiano y series de discipulado.

Todo lo anterior no debe considerarse como una capitulación al síndromede "cosquillas del oído". Por el contrario, tal ministerio refleja conveniente­mente la diversidad dentro de la literatura bíblica misma. Podrían usarse otrascategorías: devocional, profética, didáctica, apocalíptica, evangelística, etc. Elsiervo de Dios necesita recordar que la Palabra misma da testimonio de lavariedad y la creatividad de la verdad que ha de impactar en toda predicación.

Considere los donespersonalesy el ministerio total de lapredicación/enseñan­

za. El predicador, aun si fuere itinerante, no debería predicar en un vacío. Esvital que esté disponible un conocimiento del cuadro completo del ministe­rio para la gente a quien se habla. Para el pastor o predicador/maestro en uncontexto regular, tal conocimiento es decisivo. La predicación regular nece­sita ser vista en el contexto del ministerio total de la iglesia. Otros dones deenseñanza o predicación pueden ejercitarse dentro de la iglesia. El pastor /predicador no es el único que comunica la Palabra de Dios. Dentro de talescontextos, los predicadores deben valorar sus roles, sus dones y sus oportu­nidades para llevar al máximo sus ministerios de predicación. Predicar todoel consejo de Dios incluye el conocimiento de lo que otros están enseñandoo predicando dentro de la iglesia local, y no dejar que se estén descuidandootros aspectos de la verdad de Dios. Si el predicador es más dotado comomaestro que como evangelista, entonces sería sabio asegurarse de que la pre­dicación evangelística de calidad se lleve a cabo por medio de un ministerio

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apropiado externo a la iglesia. Esto también podría significar que se invite aalgún evangelista para que complemente el ministerio regular. Otras perso­nas que formen parte del personal u otros miembros de la iglesia podríanusar dones evangelísticos de modo que no falte este aspecto de la predica­ción y del ministerio. Sea siempre consciente de los dones necesarios paraun ministerio equilibrado.

Considerefactores relevantes prácticos. El predicador tiene muchas deman­das sobre su tiempo. Dentro de las rutinas del ministerio puede haber unequilibrio de: (1) nuevos mensajes preparados que comiencen de cero, (2)mensajes preparados de notas no terminadas, bosquejos, etc., al igual que (3)predicación de mensajes que han sido preparados y predicados previamente.Como observaremos después, cada mensaje necesita estar fresco, pero el pre­dicador sabio guarda notas de estudio, bosquejos y manuscritos completos.

Digamos que el predicador tiene tres responsabilidades de predicaciónregular en una semana. Además de eso, puede haber necesidad de un brevedevocional, una oportunidad fuera de la iglesia, preparación especial parafuertes responsabilidades futuras en el ministerio, muchos otros compro­misos: radio, televisión, imprenta, aun contactos por computadora.

La preparación cuidadosa de nuevos mensajes que comienzan desdecero exigirá ser suplementada con mensajes que requieran menos tiempo depreparación. ¡Eso no quiere decir que algunos sermones deban ser disminui­dos, con disculpas a la congregación! ¡No! El trabajo anterior puede ser labase para menos tiempo de estudio. Especialmente al pensar en un plan depredicación, el predicador debe ser realista en cuanto al tiempo de estudiodisponible para las distintas oportunidades. Desde luego, nosotros queremosanimar a tanta investigación original y preparación posible; pero los propiosarchivos y materiales que uno tenga, junto con fidedignos materiales deotros, pueden ser una fuente de ayuda sustancial. Una honesta valoración deltiempo de estudio disponible causará un impacto en las decisiones tomadasen 10 que se refiere a varios mensajes que serán predicados.

Puede haber algunos sermones que sean tan fundamentales y completosdentro del contexto del ministerio del predicador, que una repetición anualdel mismo texto y del mismo tema puede ser importante para la vida de laiglesia. La repetición de ciertos mensajes es importante para la claridad y elénfasis, y la repetición de verdades básicas con el tiempo da el mismo resul­tado. El punto obvio que estamos estableciendo es que el predicador tiene

que pensar acerca de las realidades prácticas de su programa y su ministe­rio reservando tiempo para la preparación personal y para mantener pre­cisión y calidad en el ministerio de la predicación. ¡Puede ser más loable,en ocasiones, ajustar un viejo mensaje y orar que forzarse uno mismo enhacer frente a un texto difícil por primera vez cuando no se cuenta contiempo suficiente!

¿Hay directrices? El predicador necesita estar renovado y mantenerseactivo en el estudio. Haga de ello su meta para preparar regularmente nue­vos mensajes, y use materiales viejos en forma suplementaria.

Debido a las responsabilidades personales, familiares, de la iglesia yaun de la comunidad, el predicador deberá tener cierto ritmo de vida.Obviamente, si como predicador sabe que ciertas semanas no tendrá tiem­po de calidad, piense, planee y estudie con anticipación. Eventos especia­les impactarán el programa y debe estar preparado para ello en la medidade 10 posible. Las vicisitudes de la vida son razones suficientes para que elpredicador guarde tiempo de estudio de calidad de modo regular. El predi­cador sabio no solamente guardará tiempo de estudio de calidad, sino quereconocerá que ciertos mensajes y series de mensajes demandarán estudiointenso extra. El predicador tendrá que distribuir su tiempo de estudiopara estar seguro de que los mensajes sean "una obra aprobada".

En todos estos asuntos prácticos, el predicador tiene que reconocer suministerio único delante del Señor. Para algunos las directrices específicasson de gran ayuda, pero para otros pueden, de hecho, ser una "armadura deSaúl". Lo importante es el conocimiento de todos los factores que causanimpacto en un ministerio dado y dirigido por Dios. A fin de cuentas, la res­ponsabilidad no es ante la iglesia o ante nuestras metas y prioridades, sinoante Dios. Además, esa responsabilidad no es solo un sentimiento subjetivode hacer lo correcto en el tiempo correcto, sino más bien el reconocimientodel contenido objetivo que tiene que ser predicado, y predicado dentro de ladinámica espiritual y práctica que componen la vida del predicador.

En otras palabras, el predicador tiene que ser:• bíblico• espiritual

• práctico

Dios mismo es el facilitador, y debemos depender de Él para planear,preparar y predicar la Palabra.

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100 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la preparación: selección 101

Con mucha oración, seleccione el texto y el temaespecíficos para la ocasión específica

Digamos que el predicador ha pensado en un plan básico o un diseñopara predicar. Aún hay necesidad de preguntar: ¿Qyé quiere Dios que yopredique para esta ocasión específica? ¿Sobre qué aspecto de la revelaciónde Dios voy a concentrarme? ¿Qyé mensaje se necesita para "un tiempocomo este"? Cuando haya una respuesta clara a las preguntas anteriores, elpredicador puede proceder a estudiar el texto y desarrollar el mensajeespecífico dentro de esa serie planeada.

Si el mensaje o la serie se conducen de modo doctrinal, temático o local,entonces el predicador necesita considerar el texto principal de estudio.Sugerimos que el predicador considere un texto "de mención completa" queesté relacionado con la doctrina o tema que necesita ser predicado. Por untexto "de mención completa" queremos decir un texto bíblico que presentela doctrina o el tema en cuestión tan completamente como pueda encontrar­se en el canon de la Escritura. Puede haber muchos textos "de mencióncompleta" sobre un tema dado, pero el proceso de selección ha empezado yel predicador puede pensar y orar por el texto que sea correcto para la oca­sión. Este planteamiento reducirá el enfoque y ahorrará tiempo valioso.'

Al seleccionar los textos, el predicador necesita reconocer los verdade­ros límites del texto de referencia. Para llegar al sentido de los límites deltexto, el género literario necesita ser tomado en cuenta. Por ejemplo, untexto narrativo puede cubrir todo un capítulo o más. El predicador nece­sitará estudiar este texto completo, aun cuando el último enfoque de laexposición sea acortado. Por tanto, el predicador necesita estar al tanto delgénero literario y saber cuáles son las divisiones dentro de la literatura. Enesto es bueno contestar algunas preguntas: ¿En qué sentido este texto estárealmente unificado o es una unidad? ¿Tiene un tema específico claro? Elpredicador debe cuidarse de seleccionar arbitrariamente un texto que con­duzca a un estudio impropio. Las series o sermones particulares puedenafectar a la extensión del texto seleccionado. Eso se entiende. Pero el pre­dicador necesita ser honrado en el manejo del texto. El sermón puede, dehecho, enfocarse en una sección dentro de la unidad literaria o puede com­binar varias unidades, secciones o divisiones dentro del libro bíblico. Elconocimiento de estos hechos ayudará al predicador a preparar su mensaje.

Veamos un ejemplo. Tome el pasaje 2 Pedro 1. Podría presentarse unavisión global de este capítulo; podrían predicarse dos sermones, dividiendo

el capítulo en versículos: 1-11 y 12-21; otros dos dividiendo el texto enversículos: 1-15 y 16-21; o un mensaje entero podría tratar fácilmentecada uno de los siguientes: 1-4,5-7,8-11,12-15,16-21. En la seleccióndel texto, se necesita considerar el género literario y la "densidad doctri­nal" de este. Aunque el capítulo solo tiene una extensión de 21 versículos,igualmente permite varios mensajes. En realidad el autor enumera 7"cosas" que es necesario agregar diligentemente a la fe del creyente. Unaposibilidad es seguir por tal lista, pero en ese contexto cada palabra esmerecedora de una cuidadosa atención. lO El crecimiento en el carácter y laconducta cristiana brotan de los versículos 1-4, el resultado de ese creci­miento se da en 8-11; la importancia de "estas cosas" queda establecida enlos versículos 12-15, lo cual conduce a la apologética dada en los versícu­los 16-21. Es evidente que el mismo texto inspira a moverse más despaciodebido al género literario y el contenido doctrinal.

Un texto de contraste sería el relato del rey Asa en 2 Crónicas14:1-16:14. El predicador necesita considerar las preocupaciones del cronis­ta al presentar a los varios reyes y los eventos en toda esta porción de laEscritura. Desde luego, uno podría predicar varios mensajes con relación aeste rey de judá; pero se presentan dos períodos de su vida: el período cuan­do buscó al Señor y animó a Judá a hacer lo mismo (14:1-15:19) yel perío­do cuando no buscó al Señor (16:1-14). El contraste es claro una vez que selee el reto profético del vidente Hanani y la respuesta de Asa (16:7-10). Dadoel género literario de Crónicas y su mensaje e impacto global, la naturalezadel texto se presta a uno o dos mensajes aunque la narrativa está compuestapor varios párrafos. Por supuesto, se podrían predicar más mensajes de los trescapítulos; pero el fluir, el contraste importante y el enfoque doctrinal deltexto, en nuestra opinión, hacen uno o dos mensajes apropiados. Recomen­damos que cuando el predicador considere las dimensiones del mensaje, tam­bién considere el género literario y la "densidad doctrinal" del texto.

Recomendamos que el predicador considere el valor de un texto prin­

cipal comopunto de concentración. En todo mensaje se necesita el estudio y

el uso apropiado de otros textos, pero un texto principal ayuda a propor­cionar una concentración textual para el estudio y no solo un enfoquetemático. Un mensaje puede ser desarrollado sobre la base de más de untexto. Algunas veces dos textos en contraste o complementarios puedenformar las dimensiones básicas textuales de un mensaje. En tal caso, real­mente el predicador prepara dos "exposiciones textuales" dentro de un

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102% GUÍA DE PREDICACiÓN EXPOSITlVA

mensaje y tema. Lo mismo podría argumentarse para más textos. El pro­blema se da cuando uno busca explicar cuidadosamente el texto dentro desu contexto, porque nuestro tiempo es limitado.

El lugar para comenzar la preparación de un sermón específico es elestudio de un texto. Después que haya comenzado el estudio, se tomaránotras decisiones, incluyendo la cantidad de texto que se leerá, cuándo y porquién será leído. La preparación del sermón puede proceder una vez queel texto "de trabajo" sea escogido.

Conclusión

Dimos comienzo a nuestra discusión en cuanto a la selección del textopresentando el ejemplo del apóstol Pablo según está registrado en Hechos20:17-38. Él había cumplido su responsabilidad delante de Dios, de modoque podía decir que estaba "limpio de la sangre de todos" (v 26). Otros ejem­plos podrían darse para mostrar la necesidad de la obligación de rendir cuen­tas como de la sensibilidad en la predicación. Dios ha establecido la agenda,yen Dios se puede confiar para la realización y la proclamación de su agen­da. Nuestra convicción fundamental es que la Palabra de Dios y el Espíritude Dios nunca están en oposición. El predicador tiene la revelación de Diospara explorar y proclamar. Esa "Palabra' es también la norma objetiva por lacual y ante la cual se ha de considerar un ministerio de predicación. Si un pre­dicador contradice la Palabra de Dios de modo consciente o continuo, notiene que preguntarse si el Espíritu de Dios se agrada: ¡Él no se agrada!

Además, son necesarias la sumisión y la dependencia del Espíritu deDios en cada aspecto de la predicación. Esto incluye ser sensible a sudirección y trabajo en el estudio, así como en el púlpito. Se recomienda elplaneamiento y la preparación, pero deben ser sometidos a Dios y confi~­

dos a Él en cuanto a su dirección soberana, su trabajo y su rechazo si Elasí lo decide. Nuestra inquietud y nuestra pasión deben ser la aprobaciónde Dios y su bendición en lo que ofrecemos y hacemos. A la luz de su ver­dad eterna y la tarea que nos ha sido asi~nada, somos responsables anteDios. Por tanto, necesitamos ser fieles a El cuando buscamos proclamaresa Palabra y cumplir esa responsabilidad. Este sentimiento de obligacióndebe causar un impacto en cada oportunidad de predicar la Palabra, asícomo en el carácter de todo un ministerio.

CAPÍTULO OCHO

EL PREDICADOR Y LA~

PREPARACION:~

INVESTIGACIONAbre mis ojos, y miraré

Las maravillas de tu ley.

SALMO 119:18

Después de que el predicador conozca el texto para el mensaje, elsiguiente paso y la obligación será asegurarse de que la verdad deDios revelada en el texto, en efecto sea la base y la directriz del ser­

món que va a predicar. En el fondo de la predicación expositiva hay un com­promiso de exponer y proclamar la verdad que está en el texto de la Palabrade Dios. Una preocupación primaria y fundamental en la preparación delsermón es discernir con exactitud la verdad que realmente está en el texto.

En la predicación y en la preparación hay muchos estilos. Tenemosque definir y explicar el estilo particular de la predicación presentada aquíy el proceso particular de preparación que se relaciona con ella.

"La exposición temático-textual" es el tipo de predicación que presen­tamos y promovemos en este libro. El término "temático-textual" se tomóprestado de Sidney Greidanus. El profesor Greidanus explica: "Por el tér­mino ''predicación temático-textual quiero decir predicación en la cual eltema del sermón está arraigado en el texto". 1

La predicación que estamos presentando es textual. El asunto con res­pecto a la predicación no es la longitud del texto, sino un intento de serfiel al significado y la enseñanza del texto en su contexto. Al predicador se

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104·.··."" GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory lapreparación: investigación lOS

le exige que sea un vocero de la verdad dominante así corno de las otrasverdades del texto seleccionado. Los estilos de predicación y la longitud delos sermones pueden prestarse a ciertas cantidades de texto, pero es nece­sario que atendamos a algunas precauciones. Si el texto es menor que unpárrafo o una unidad literaria, el predicador debe estar al tanto del contex­to inmediato, y las verdades primarias dentro del contexto deben conside­rarse con relación al texto del sermón. El peligro de una sola oración gra­matica1 o un solo versículo en la predicación se presenta en la posibilidadde perder el significado contextua1 del texto y moverse hacia un significa­do bíblico más amplio que pueda perder por completo los énfasis distinti­vos que puedan darse en el texto. Por otra parte, el peligro de la predica­ción "superficial" es que el predicador a menudo generalice o sistematiceun texto largo sin prestar una cuidadosa atención a los detalles reales y elfluir del texto. Ya sea que el predicador se incline hacia el microenfoque oel macroenfoque, el asunto real es la fidelidad al texto en su contexto.

La predicación que estarnos presentando es también temática.

Greidanus define el terna corno "una declaración sumaria del pensamien­to unificado del texto"." El texto seleccionado debe ser estudiado, ¿peroqué es 10 que ha de ser proclamado? ¿Cuál es el mensaje? ¿Es una serie deobservaciones o aplicaciones misceláneas? Animarnos a que los predicado­res enfoquen el sermón en el terna, en la enseñanza dominante del texto.Hay muchos ángulos que uno puede tornar, dependiendo de nuestro estu­dio, el armazón teológico o los detalles del mensaje y la ocasión. ¿Pero cuáles la verdad primaria del texto? Esta verdad primaria, la enseñanza, o elterna dentro del texto debe ser la guía objetiva de la proclamación.

Más adelante señalaremos más cosas sobre cómo encontrar, clarificary articular los ternas. Aquí estarnos explicando nuestro acercamiento a lapreparación y la predicación. Así, al estudiar el texto, la meta es discernirla verdad propuesta o las verdades expresadas en el texto. Esto formará labase del terna, el mensaje esencial que se va a comunicar.

Exposición con el término "temático-textual" detrás habla de esa predi­cación que proclama el terna de un texto (o textos) dado sobre la base dela autoridad y la explicación textuales. Declarar un terna sin autoridad oexplicación textuales es simplemente dar un testimonio o una opinión.Necesitarnos la palabra de testimonio en el cuerpo de Cristo, pero no debeconfundirse con la predicación expositiva. Declarar un terna o un mensa­je sobre la base de una cita textual autoritativa es dar una exhortación

bíblica. Se da una declaración de la verdad y una demanda bíblica autori­tativa, pero luego la comunicación podría moverse en muchas direcciones.Podría ser una denuncia "profética," una palabra de ánimo, un testimoniopersonal de la verdad bíblica, etc.

El propósito de la exposición temático-textual es comunicar la verdadesencial (o verdades) de un texto (o textos) de la Escritura sobre la base dela autoridad y la explicación de la Escritura. La Escritura misma no solodeclara ser la autoridad de la verdad, ella se muestra o expone, corno laautoridad de la verdad. La verdad de Dios se proclama y expone sobre labase de la explicación textual. El predicador se preocupa de que el mensa­je se corresponda de manera exacta con 10 que Dios ha dicho en suPalabra. Luego busca declarar y explicar esa verdad en una forma quepueda demostrar el texto y que sea entendida por los oyentes. Esto debie­ra hacerse de tal manera que la gente pueda responder al Dios que hablaen su Palabra y a través de ella por el Espíritu Santo. El predicador buscala aplicación apropiada y la respuesta que demanda la verdad.

¿Por qué valorarnos y hacernos énfasis en este enfoque de la predica­ción? Primero, este enfoque de la predicación hace que la autoridad textual

sea prioritaria. En segundo lugar, la claridad temática es igualmente prio­ritaria. El predicador dice "algo", algo específico que, de hecho, se corres­ponde con laís) verdadíes) primariats) del texto. Un tercer valor de esteenfoque está relacionado directamente con la preparación: el texto y elterna proporcionan un marco práctico y un dominio apropiado para elproceso

de la preparación. ¿Cómo se desarrolla un mensaje? ¿Cómo se debiera desa­rrollar? Hay un sentido en el cual no hay dos mensajes que sean iguales odebieran serlo. Qué incluir y excluir en un mensaje dado es una preocupa­ción práctica y continua. En un sentido, el texto da los parámetros inicia­les para el estudio mientras que el terna da un enfoque para el estudio.Cómo funciona esto en la práctica se verá al pasar a los detalles del proce­so de preparación.

LOS PRINCIPIOS DE LA INVESTIGACIÓN

El texto que el predicador tiene delante debe estudiarlo con depen­dencia de la ayuda y la unción del Espíritu Santo.' Además, debe ser estu­diado teniendo en cuenta la manera que Dios escogió para revelarse a símismo. Dios ha fijado la agenda tanto para la predicación corno para el

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106% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory lapreparación: investigación 107

estudio. La naturaleza de las Escrituras mismas es la que guía al predica­dor en el proceso y el procedimiento de la preparación. ¿Qyé queremosdecir por "la naturaleza de las Escrituras mismas"? ¿Qyé vemos cuandoexaminamos un texto preciso de la Escritura? Vemos palabras: palabrasespecíficas, escritas por personas específicas, dadas por inspiración deDios. Vemos palabras unidas en formas definibles sintácticamente, dentrode marcos sintácticos que tienen un contexto literario y un marco históri­co. Estas palabras dentro de tales marcos, contextos y directrices tienensignificado teológico e importancia porque son inspiradas por Dios. Portanto, cuando se mencionan términos técnicos tales como estudios lingüís­

tico-sintáctico-literario-histórico-teológicos, son una respuesta a la forma enla cual nos ha sido dada la revelación divina.

Entonces vemos que el texto seleccionado necesita estudiarse espiri­tualmente y prácticamente como una parte específica de la revelación deDios en las Escrituras. Por tanto, el estudio y la investigación deberíantomar en cuenta: (1) el marco histórico y literario del texto; (2) la sintác­tica y los verbos específicos del texto; y (3) la significación doctrinal y teo­

lógica del texto.¡Dios ha hablado! ¡Dios nos habla por medio de su Palabra! Oír la voz

de Dios por medio de lo que Él ha hablado es la meta de la investigación.La suposición aquí es la importancia de entender lo que Dios ha dichopara oír y autenticar lo que Él está diciendo. La revelación crítica e irreem­plazable de Dios para nosotros es la Escritura, yeso debe ser comunicadopor medio del ministerio de predicación.

Recordemos que el Señor Jesús resucitado, en presencia de sus discí­pulos, usó las Escrituras para dar explicaciones de sí mismo. Hablabacomo la Palabra viviente; sin embargo, en el camino a Emaús (Luc. 24:13­43) y más tarde en una gran asamblea, específicamente usó las Escrituraspara enseñar de sí mismo (Luc. 24:44-49). ¿Qyé implica eso en términosde la auto revelación del Hijo de Dios? Afirma que las Escrituras no sonreemplazadas ni ignoradas en el contexto de la comunicación directa delSeñor resucitado. El apóstol Pablo, y también el resto del NuevoTestamento, da testimonio de la continua importancia y el carácter auto­ritativo único de la Palabra escrita de Dios (por ejemplo, ver 2 Tim. 3:16­17). No es nuestro propósito discutir, investigar o cuestionar las formasque hoy Dios escoge para hablar, moverse y obrar. No obstante, debemos

contestar una pregunta potencial: Después de todo, ¿por qué debería estu­diar el predicador? ¿Por qué no preside el comité de reuniones, visita a lagente, supervisa los proyectos ministeriales, aconseja, y después aparece enel púlpito? La respuesta es sencilla: Dios ha establecido la agenda para elestudio escogiendo revelarse a sí mismo en las Escrituras y por medio deellas. Esta revelación no solamente es autoritativa y permanente, es irrem­plazable y útil. Por tanto, empecemos el trabajo de investigación.

INTERESES PRELIMINARES Y PRÁCTICOS

El predicador necesita hacer aquello que le permita escuchar el texto ydiscernir la verdad de Dios. Todos los métodos, los hábitos, las prácticas, losprocedimientos de estudio, etc., debieran ayudar al predicador a oír lo queDios está diciendo en su Palabra. Una vez que se establece ese objetivo, ladeterminación del predicador deberá ser igualar su atención para escuchar,entender y retener mejor. No hay dos personas iguales. El predicador nece­sita determinar cómo maximizar su tiempo y utilizar las herramientas paraescuchar concentradamente, entender exactamente y hacer anotaciones conpropósito de manera que pueda lograr un entendimiento significativo.

TiempoAunque haya un sentido real en el cual la preparación del sermón es

un proceso y un programa de 24 horas al día, el predicador debe pensar enun tiempo específico de preparación. No estamos hablando de un tiempode lectura general, tiempo de planeamiento ni tiempo de oración privadacomo tal. Debe apartarse tiempo de preparación para mensajes concretos.

Debe guardarse tiempo de calidad para la preparación del sermón. Auncuando muchos recomendarían las horas de la mañana para tal estudio, elasunto crítico es hacer del tiempo una prioridad en el horario y buscar usarlas horas en que usted esté en su mejor condición. Usted puede ser capazde cumplir más del doble en ciertos días o durante ciertas horas. La viday los estilos de vida tienen patrones y ritmos, y el predicador debe calculartiempo para la preparación dentro de las variantes de la vida. Un predica­dor que trabaja en turnos de noche en una fábrica puede hallar que lashoras de la mañana son horas más difíciles para la concentración. Unaspocas horas temprano en la tarde pueden aprovecharse antes de que los

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niños regresen de la escuela a casa. Debe considerarse tanto la calidad de

tiempo como el tiempo máximo posible.¿Cuánto tiempo es suficiente? Usted oirá muchos ejemplos y sugeren­

cias. Si un predicador predica regularmente cuatro o cinco veces a la sema­na, el tiempo de estudio que necesitará será diferente al de su colega quetiene uno o dos compromisos de predicación a la semana. John Stottsugiere como "regla general" una hora de estudio para cada cinco minutosde predicación.' Esto suena conservador, al principio, y sin duda no puedeser una pauta para todo el mundo. Sin embargo, si un predicador predicados horas a la semana, ¡la sugerencia del Dr. Stott permite hasta 24 horasde preparación! La clave es apartar tiempo de calidad para poder orar,

escuchar, pensar, memorizar, etc.Haddon Robinson comparte un modelo para la preparación que él ha

hallado útil.' El modelo comienza diez días antes de ser predicado el ser­món. Así, si el compromiso es para el domingo, el jueves (diez días antes)debe dar comienzo al estudio exegético. Luego el martes, cinco días antesdel domingo, debe concluir el trabajo exegético y organizarse el sermón. Elmensaje debe estar terminado el viernes antes del domingo. Es sumamenteimportante establecer una pauta de estudio, maximizar el tiempo y dar aten­ción al estudio. Recomendamos empezar la preparación específica con tantaantelación como sea posible. Los mensajes maduran con el tiempo. Al pre­dicador le ayuda bastante si puede pensar insistentemente en un texto, untema y el mensaje específico. Pensamientos y percepciones relevantes pue­den venir a la mente mientras conduce su auto, espera en una fila o aun enmedio de una conversación importante. Extender el tiempo de preparacióntambién le permite al predicador vivir con el mensaje y empezar a practicar­

lo. Algunos de los asuntos prácticos relacionados con la verdad se verán y seexperimentarán en la propia respuesta del predicador a la verdad. Esa impli­cación personal enriquece el mensaje y es parte del proceso de la "encarna­ción" que hace que ideas, verdades y pensamientos vengan a ser parte delpredicador. El tiempo que tome con un mensaje es tan importante como eltiempo empleado para el mensaje. Por tanto, piense de antemano en el usodel tiempo para la preparación. Establezca un modelo y un plan para eltiempo de estudio. Luego, trate de usarlo y mantenerlo.

Si el predicador es responsable de varios mensajes para cada semana,entonces el tiempo de estudio debe dividirse y distribuirse según corres­ponda. Algunos pueden encontrar estimulante y útil trabajar sobre dos o

tres sermones en el mismo día. Otros lo hallarán confuso y preferirán ter­minar la preparación primordial de un mensaje antes de empezar con otro.Cada predicador tendrá que tomar sus propias decisiones y entoncesactuar de acuerdo a ellas. El tiempo debe ser distribuido cuidadosamentepara que cada mensaje reciba atención adecuada.

LugarPara la preparación del sermón es importante el sitio. El predicador

debe encontrar el mejor lugar para escuchar, estudiar, escribir, etc. Puedeser el edificio de la iglesia, posiblemente en su propia oficina o estudio.Para algunos, un cuarto disponible o un rincón de la casa puede propor­cionarles el mejor lugar. Para otros, puede ser necesaria otra alternativa,una biblioteca local, algo tranquilo "en algún lugar". Conocemos a un pas­tor que terminó preparando muchos sermones en un restaurante cerca dela iglesia (como el restaurante estaba al este de la iglesia, se refería a eselugar como su "oficina del este"). Una mesa tranquila, ningún teléfono yuna atmósfera diferente, en contraste con la "disponibilidad" de estarsituado en la oficina, ayudaba a este pastor. Algunas veces necesitamos sercreativos; sin embargo, es más importante estar decididos a encontrar elsitio correcto para el tipo de preparación que necesitamos hacer.

Procedimientos y herramientasCada mensaje es único, y desde luego uno no quiere volverse mecáni­

co y trabajar como si fuera una máquina en la preparación. Al mismotiempo, tener un procedimiento uniforme que permita al predicador eli­minar desperdicios y nubarrones es algo para considerar. Una preguntaimportante que debe hacerse y contestar es: "¿Cómo malgasto el tiempo?"Los procedimientos y las herramientas tratan de eliminar los desperdiciosde tiempo. Los más grandes derrochadorres de tiempo pueden ser las inte­rrupciones: el teléfono o las llamadas a la puerta. Estos pueden tratarsemás o menos sin piedad, primero escogiendo los mejores momentos paraestudio; luego, desconectando el teléfono si es necesario y estar tan "nodisponible" como sea posible. Algunas veces los pensamientos inconexos olas preocupaciones pueden ser un problema. El predicador puede necesi­tar orar fervientemente y con propósito para hacer una transición al tiem­po de estudio; y entonces leer, pensar, y aun orar con lápiz en mano. Ellápiz o pluma ayudará a mantener la mente concentrada.

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110 ...~. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory lapreparación: investigación 111

Empezar puede ser 10 más difícil. Una verdadera ayuda es conocer 10 quese está predicando. También es importante saber qué se procura completaren el tiempo señalado. ¿Ollé debe completarse al fin de ese período? Hágasela pregunta y luego efectúe 10 que sea necesario completar (más ad~lante

hablaremos ampliamente de esto al presentar una pauta para el estudio).Las herramientas simplemente 10 ayudan a hacer un trabajo mejor y

con más rapidez. ¡Los textos del idioma original 10 ayudan a ahorrar tiem­po para que usted no tenga que leer los propios manuscritos antiguos! ~as

Biblias interlineales, que proporcionan el idioma original y las traduccio­nes al español, pueden ser de mucha utilidad. Las disitntas traducciones alespañol proveen material de calidad sin tener que empezar de la nada. Lasconcordancias, léxicos, libros de estudio de palabras, diccionarios bíblicosy enciclopedias son herramientas de referencia para reforzar el alcance delpredicador de las palabras bíblicas y los detalles, a la vez que se ahorratiempo. Por supuesto, hay comentarios específicos' y muchas otras ayudasdisponibles en libros y en los medios de comunicación electrónica. Peropuede ser una pérdida de tiempo si usted quiere una herramienta que noestá disponible cuando la necesite. Por tanto, el predicador debe rodear~e

de las herramientas que encuentre útiles, manteniendo de cerca los archi­vos y las fuentes. El predicador joven puede aprender mucho de aquellosque tienen responsabilidades pesadas en la predicación y sin embargosiguen manteniendo una alta calidad de predicación bíblica sólida, precisay acreditada. Necesitamos aprender de otros, discernir dónde debemos

arreglar, adaptar o hacer cosas diferentes.

Los PROCEDIMIENTOS PARA LA INVESTIGACIÓN

Ahora que ha sido reservada una gran cantidad de tiempo de estudiode calidad y el predicador se ha rodeado de las herramientas necesarias, es

tiempo de empezar la investigación del texto.

La(s) Iecturafs] del texto¡Un buen comienzo para el estudio es leer el texto! Necesitamos llegar

al texto en forma cuidadosa, abierta y devocional. Tenemos que dependerdel Espíritu de Dios para que guíe nuestra comprensión y nuestra reacción.Inicialmente, nuestra necesidad inmediata es ver, oír y percibir lo que el

texto dice, significa, hace, y de hecho es. Debemos estar abiertos a la Palabray al Espíritu antes de suponer que ya tenemos completo manejo del texto.

Tal apertura a la Palabra y al Espíritu requiere una honesta valoracióndel "propio yo" que aportamos al texto y que extraemos de él. Hay barre­ras potenciales a nuestra apertura y entendimiento del texto y de la ver­dad. De modo general, debe reconocerse la distancia lingüística, literaria,histórica, cultural y aun geográfica. Para estar abierto y entender profun­damente las palabras del texto, estas deben ser oídas y leídas tal como sesupone que fueron oídas y leídas. A menudo en conversaciones cotidianasregulares tenemos que esforzarnos para entender con claridad 10 que se estádiciendo. Cuando entablamos una comunicación intercultural, las barreraspotenciales de entendimiento son aún mayores, requieren de nosotrosconocer las diferencias de lenguaje, pensamiento, costumbres que existen,etc. Reconocer esas diferencias no estorba la comunicación ni el entendi­miento; más bien, forma parte de buscar entender de verdad a otra perso­na. Los mismos conocimientos son necesarios al leer textos intercultura­les. Ya que la literatura bíblica es extranjera para nosotros y está lejos denosotros en este sentido básico, debe aceptarse la lejanía esencial del texto.No tenemos que ser pesimistas ni derrotistas en cuanto a avanzar hacia elentendimiento, porque las Escrituras son inspiradas por Dios y ordenadaspara ser útiles. Una comprensión y una alegre aceptación de las realidadesdel texto son simplemente una parte de la apertura necesaria.

También se deben admitir las potenciales barreras personales y espiri­

tuales para el entendimiento. Debemos estar dispuestos a dejar a un ladolos prejuicios personales o las barreras espirituales que nos impidan "oír" eltexto y estar continuamente alertas a ellos. ¿Y cómo se logra eso? Estéabierto y lea el texto dependiendo del Espíritu Santo. En este aspecto,también debe tratar sus propios problemas espirituales. De hecho, algunosproblemas de la propia vida del predicador deben tratarse como parte dela preparación del sermón. Si no es así, las barreras espirituales puedencontinuar, negando al predicador la libertad de oír, ver, responder, y rego­cijarse personalmente en la verdad.

La lectura en el idioma original del texto es un privilegio y una prác­tica maravillosa, aunque muchos no pueden hacerlo. U na buena manera deforzarse para leer cuidadosamente es hacer una traducción personal. A lavez, deben considerarse los asuntos textuales. El predicador tiene que estar

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satisfecho en su propia mente de que está leyendo el texto en su mejorforma. Hay mucho debate acerca de la crítica textual, las tradiciones manus­critas, las versiones y las traducciones. Si este fuera un libro de introducciónal Antiguo Testamento o al Nuevo Testamento, necesitaríamos tratar estosasuntos en profundidad. Lo único que podemos decir aquí es que el predi­cador necesita estar tan informado como le sea posible y estar satisfecho conlas decisiones textuales que se relacionen con el texto que está estudiando.

El predicador que ha tenido poco o ningún conocimiento de los idio­mas antiguos no debe desesperarse. Creernos en un Dios soberano que hadado dones de erudición y traducción a hombres, incluyendo la tradicióncristiana, para dar realce al entendimiento. La mayoría de los predicadores,aun con algunos años de estudio del idioma, no llegarán al conocimiento delidioma de esos eruditos que comen, duermen y trabajan constantemente enlos textos originales. Nosotros algunas veces sentimos un rechazo interiorcuando oímos a algún predicador que cuestiona la traducción que está sien­do usada, prefiriendo un significado obtenido de su propio estudio personaLSi bien, ninguna traducción está por encima de la crítica; un cuidadoso estu­dio realizado por los eruditos los llevó a producir legítimas traducciones.

Entérese de la exactitud de la traducción que usted está usando: la fecha,los responsables de la traducción, los métodos usados o el tipo de traducciónque es. El predicador debe tener certeza de la fiabilidad de la traducción,particularmente en sus esfuerzos de conservar el significado original y lascaracterísticas del texto. También es importante conocer los principalesmanuscritos originales o la tradición textual seguida por la traducción.

Nuestra discusión hasta aquí se ha enfocado en la lectura inicial deltexto. Recomendamos que usted le dé a esto todo el tiempo que le seaposible. Puede ser muy útil leer el texto en diferentes versiones para adqui­rir un entendimiento de puntos comunes como también variaciones quepuedan ser notables ¡Lea y vuelva a leer el texto! Después que haya teni­do entendimiento básico del "fluir" del texto, sería de ayuda leer el textoen voz alta, teniendo cuidado de la expresión y la enunciación. Esta prác­

tica puede ayudarle a enfocar los detalles textuales.Para el predicador demasiado ocupado, lo más importante será detener

otras actividades, apaciguar la mente y leer el texto devocionalmente con unsentido de paz. Si la mente está confundida con "fruslerías", es casi imposibleuna lectura cuidadosa y escuchar la Palabra de Dios y su mensaje. Segu­ramente usted ha estado en una conversación con gente, hablando cara a cara,

y sabiendoque ellos ¡no lo estaban escuchando! Igualmente, nosotros podemosser distraídos en nuestro estudio, simplemente siguiendo la formalidad de lalectura y la preparación. Tenemos que aseguramos de estar escuchando real­mente el texto y concentrarnos en la tarea que tenemos por delante.

La investigación del trasfondo del textoDespués de la lectura inicial del texto, el predicador debería tener un

sentido claro del tema y de la fluidez del texto. Algunos pensamientos sig­nificativos y aspectos del texto pueden destacar o atraer una atención espe­cial. Por supuesto, uno podría saltar justo a un tiempo de estudio cuidado­so dedicado a las peculiaridades del texto. Sin embargo, nosotros recomen­damos un paso anterior en el proceso de investigación. Antes de llegar alestudio pesado y detallado de los elementos específicos del texto, ayudaalejarse del texto y hacer unas preguntas contextuales.

Empezamos un estudio reflexivo buscando describir el trasfondo deltexto.' Nuestro propósito es obtener un significado de la relación del textocon el contexto literario, y así poner el texto dentro de su esfera histórica.Hacer esto ayuda al predicador a evitar pasar con demasiada rapidez asignificados, temas, énfasis y aun aplicaciones aparentes que no son con­gruentes con la naturaleza y el propósito del texto en el contexto. Laspreguntas concernientes al trasfondo del texto facilitan al predicadordescribir tanto la naturaleza como el propósito del texto."

El ambiente literario. La naturaleza de la literatura y el género literariocausarán un impacto en la forma en que usted visualice su texto. Los dife­rentes géneros literarios tienen sus propios rasgos distintivos. El predica­dor recibe muchísima ayuda cuando entiende estos rasgos y característicasfundamentales. También, él debiera saber cómo encaja el texto en el con­texto bíblico más amplio. Entonces, ¿cuantos círculos concéntricos delcontexto debe conocer él? Por ejemplo: el contexto inmediato del texto, lasección o división del libro bíblico en el que el texto se encuentra, el libromismo, la sección del Testamento en que se encuentra y su "rol" canónico.

Al trabajar desde la circunferencia al centro, permítanos hacer algunassugerencias. En este punto, el predicador empieza por conocer el arreglocanónico del texto y la sección del Antiguo o Nuevo Testamento en el quese encuentra. El conocimiento del género literario ayuda al predicador aser sensible en cuanto a cómo opera la literatura y en cuanto a qué buscaren los aspectos más detallados del estudio. Si el texto que ha escogido el

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predicador es un salmo, le ayudará mucho estar familiarizado con los sal­mos y con la poesía hebrea. La comprensión de la literatura proverbial, engeneral, puede ayudar muchísimo a la correcta interpretación de un pro­verbio. Lo mismo puede decirse de los textos narrativos del AntiguoTestamento, textos proféticos, selecciones del evangelio y textos en otrasformas de literatura bíblica."

Además, tener una percepción del libro bíblico y de sus divisiones princi­pales demanda alguna atención. El predicador es auxiliado cuando tiene unentendimiento de conjunto. Por ejemplo, el libro de Ester es un relato fasci­nante de la preservación del pueblo judío, por la instrumentalidad humana dela reina Ester y su tío Mardoqueo ante un complot malvado. Realmente ellibro es un testigo de la mano oculta del soberano Dios preservando a su pue­blo.Tal perspectivaes una ayuda para guiarlo a lo largo del libro,y ayuda al pre­dicador a evitar pasar serias tangentes y calles laterales. Otros libros bíblicospueden resumirse de una manera similar, y esa descripción resumida puedeservir como marco para ver las divisionesdentro del libro y en cada sección.Elpredicador cuenta con muchos recursos para ayudarlo a ver las divisionesy lassecciones de los libros: estudios bíblicos, artículos en diccionarios/enciclope­dias bíblicos, y comentarios de todo tipo. Desde luego, aun así una actividadque vale la pena es elaborar su propio bosquejo del libro que esté estudiando.

Temas básicos, elementos unidos, normas o incidentes dentro dellibro, palabras clave, énfasis y "resortes" entre el libro son todos importan­tes. Un conocimiento de las genealogías en el libro de Génesis, por ejem­plo, ayuda a obtener un sentido del propósito y la estructura del libro.10

Los ciclos y las frases clave en]ueces verdaderamente ayudan a proporcio­nar al predicador un marco para abordar lo interno de los textos."

Tener un conocimiento de los rasgos primarios y de los temas domi­nantes ayuda a obtener una perspectiva para el estudio textual que ha deseguirse. Tal perspectiva es importante porque ayuda al predicador a tenerun marco apropiado para enfocar el texto.

Tener una percepción de todo el libro, de sus divisiones, y además delcontexto inmediato ayuda al predicador a llegar al propósito del texto en elcontexto. El predicador debiera hacer la pregunta: ¿Qyé papel juega estetexto dentro del curso del libro? ¿Por qué está aquí este texto?

El escenario histórico. Conectados muy de cerca a los intereses literariosestán los intereses y preguntas históricos: ¿Qyién escribe? ¿A quién?¿Acerca de qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Cómo? Claras preguntas

introductorias sobre autores, fecha, lugar, propósito, estructura, temas, asícomo cuestiones textuales y canónicas obviamente se superponen a losasuntos literarios. Como estamos hablando acerca de la preparación delsermón y no de investigación doctoral, nuestra meta aquí es tener un sen­tido de las realidades históricas tanto alrededor como dentro del texto.Creemos que las realidades históricas entre las palabras de la Escrituramisma debieran ser nuestro punto focal en la preparación del sermón.Nuestro enfoque necesita estar en (1) lo que nos es dado explícitamenteen el texto, y (2) lo que hay dentro de los varios círculos concéntricos delcontexto. El predicador puede llegar a preocuparse por los asuntos exter­nos, con frecuencia opiniones o especulaciones.

Estos marcos históricos realmente pueden imponer en el texto unamanera de verlo que realmente es secundaria respecto al énfasis que sehace en el mismo. En otras palabras, tenga cuidado. Reconocemos que hayuna interacción hermenéutica entre la realidad textual interna y externa,pero con demasiada frecuencia podemos perder lo que está en el texto. Asíque busque indicadores históricos en el texto mismo. Use las Escrituraspara apoyar y suplementar el texto bajo estudio. Si es necesario, use pos­turas introductorias generalmente aceptadas en libros bíblicos que estánde acuerdo con una elevada opinión de la Escritura tanto como de la sanaerudición. Luego, asegúrese de poder colocar el texto dentro de las reali­dades históricas que lo rodean de modo cronológico, geográfico, posicio­nal y general. Debieran contestarse preguntas tales como estas: ¿Cómoimpacta la "ocasión" del libro bíblico como un todo al texto que va a estu­diarse? ¿Qyé factores históricos, dentro o fuera del libro bíblico tienen,relevancia para el entendimiento del texto que está en estudio? ¿Cuál es lasituación real, hasta donde mejor pueda determinarse, que rodea al texto?

Ahora bien, ¿por qué hacer todo esto? Porque tal estudio responde a lasrealidades literarias e históricas de la manera en que Dios escogió hablar yrevelarse a sí mismo. Si el predicador deja esta parte del proceso de prepara­ción con un sentido de la naturaleza de su texto en el contexto, un sentido deperspectiva sobre el texto y alguna idea del propósito del texto, entonces real­mente el tiempo valió la pena. Como el texto ya ha sido leído cuidadosamen­te, este estudio contextual no se ha hecho en un vacío. La lectura previa deltexto puede aun señalar algunos asuntos e interrogantes que el contexto puederesponder de inmediato. Nuestro texto no está olvidado; simplemente estamosasegurándonos de que entendemos qué es, dónde está, por qué está, etc.

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Pudieran darse muchos ejemplos de contexto histórico. Considere1 Reyes 11:1-13, que describe la deslealtad del rey Salomón a Dios y a supacto, expresada en desobediencia inicial y continua. Este pasaje narrativoclaramente presenta la inclinación del corazón del rey Salomón hacia otrosdioses. Usted ve las causas iniciales (vv, 1-4), el desarrollo de la condición(vv, 5-8), y las consecuencias devastadoras del "problema del corazón" delrey Salomón, un problema del corazón que está contrastado con la fideli­dad de su padre David (vv; 9-13). Ahora bien, ya nos hemos movido den­tro de una expresión homilética, pero eso es tan solo para resumir el texto.Lo que buscamos ilustrar aquí es la importancia del escenario o contexto.Este pasaje ocurre en un punto significativo en 1 y 2 Reyes. Los capítulos1-10 de 1 Reyes describen un rey victorioso, sabio, rico y poderoso. Es unhombre que ha experimentado muchísimos privilegios y bendiciones,incluso se le apareció dos veces "el Señor Dios de Israel" (v, 9). El temploha sido construido y dedicado. El reino es fuerte y se extiende. Después deeste texto, las cosas comienzan a desmoronarse. Dios levanta adversariosen contra de Salomón (11:14,23). Jeroboam se presenta, y tiene lugar larebelión de Israel. Cuando uno ve una perentoria declaración tal como lade 2 Reyes 17:5-23 (21-23), uno puede ver que el movimiento hacia la tra­gedia comenzó tras la turbulencia de los pecados de Salomón y la respues­ta de Dios. Se atribuye a Jeroboam el haber desviado a Israel "de seguir alSeñor" (2 Reyes 17:21), y su levantamiento fue parte de las consecuenciasdel pecado de Salomón. Así, el contexto revela la seriedad del pecado deSalomón, tanto a la luz del glorioso período de tiempo en los capítulos 1­10, como del desarrollo de 11:14 hasta el final de 2 Reyes.

Los libros de 1 y 2 Reyes tienen que ver con reyes, cronología y pacto.La posición literaria de este texto y las realidades históricas revelan direc­tamente la importancia del texto. Este texto en 1 Reyes 11:1-13 es "clave"en el fluir del contenido literario de 1 y 2 Reyes. Teniendo en mente queel orden y la selección del material es un rasgo clave literario, uno puedesentir el papel estratégico de este texto. Históricamente, el texto permane­ce en la línea divisoria entre los días gloriosos de Israel y el reino dividido.El texto dice lo que sucedió en ese punto crítico en la historia de la nación,escrito a la luz de la caída que siguió. Tales observaciones ayudan al pre­dicador a moverse hacia una perspectiva fundamental en el texto, y haciaun sentido de propósito del mismo.

Ahora bien, ¿cómo se hace todo esto dentro del modelo y los procedi­mientos en la preparación del sermón? En primer lugar, el predicadortiene que apoyarse en estudios previos yen su amplio conocimiento de lasEscrituras. Desde luego, se recomienda algún tipo de macroestudio conti­nuado de la Palabra de Dios. Es importante la lectura consistente de lasEscrituras con una sensibilidad hacia los asuntos integrados en el "cuadrocompleto". El predicador no puede pasar mucho tiempo haciendo lo quenosotros hemos trazado arriba. Estudios anteriores, intuiciones, notas yeluso de ayudas de referencia básica pueden dar el tipo de información queuno generalmente busca.

Recomendamos que brevemente, pero con mucho cuidado, el predica­dor considere en forma específica asuntos contextuales cuando hace lapreparación del sermón sobre un texto dado. Siendo realistas, sugerimos eluso de una décima parte del tiempo total de preparación para hacer lo quenosotros hemos resumido arriba. El predicador necesitará ser un buenobservador y un rápido trabajador. Puede ser útil tener una hoja y escribirla palabra escenario o contexto en la parte superior. Luego, haga tantasobservaciones acerca de asuntos literarios e históricos contextuales comosea posible. En este punto de la preparación, la necesidad no es sacar con­clusiones finales en cuanto a perspectiva y propósito. Habrá tiempo paraeso más tarde. Aquí el interés está en las observaciones que tengan rela­ción con el modo de considerar el texto que usted va a predicar.

La investigación de los detalles del textoAquí es donde se hace todo el grueso del "detalle" del trabajo. Aquí se

puede necesitar aproximadamente el 30% del tiempo de preparación.Ahora la prioridad es la atención al detalle. Dios escogió usar palabrasespecíficas para comunicar su verdad; por tanto, necesitamos estudiar esaspalabras. Es posible, y aún fácil, perder los detalles. Exactamente comopueden perderse detalles de una conversación, así el estudiante del textopuede perder lo que haya en él. La preocupación del predicador en estaparte del proceso de preparación es ver, examinar y buscar entender lo queen detalle, está escrito.

El predicador busca entender el significado original intencional del textoen elcontexto. ¿Quése dice realmente en el texto? ¿Dequétrata el texto? ¿Cómoexpresa el texto lo que dice? ¿Por qué dice el texto lo que dice? ¿Qyé hace el

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texto en cuanto a una forma activade comunicación?Tales preguntas y muchasmás se han de plantear y contestar en este instante. Estamos trabajando haciauna descripción del tema o temas principales del texto, de los pensamientos omovimientos que dan la idea del o los temas y del empuje o impacto del texto.Más tarde, estas serán categorías homiléticas; pero aquí primero tenemos quebuscar un entendimiento fundamental del texto. Ese entendimiento se basainicialmente en el significado original del texto tal como fue propuesto por elautor humano bajo la inspiración del Espíritu Santo.

Para "alcanzar" el significado expresado en y por medio de los detallesdel texto, debemos considerarlo de modo sintáctico y verbal. En otraspalabras, debemos examinar el texto como una combinación significativa de

palabras como también palabras individuales que tienen significado. La sinta­xis tiene que ver con "la manera en que las palabras se unen para formarfrases, cláusulas u oraciones"." Debemos leer el texto como fue destinado aque fuese leído, debemos reconocer la fluidez de las palabras y su interre­lación. Dentro de esa "corriente de palabras", algunas realizan contribucio­nes específicas al significado del texto. Para que el predicador lo entiendacomo un todo, las partes del texto tienen que considerarse junto con laspalabras dentro de las partes. ¡Los detalles dentro de los detalles dentro delos detalles! Estos son los datos básicos para la investigación.

Detalles sintácticos. El predicador necesita estudiar la secuencia, la fluidezy las interrelaciones evidentes en el texto entre las palabras, frases, cláusulas,oraciones, párrafos, etc. Esto conduce a descubrir los temas o tema en suconjunto, los pensamientos que expresan o comunican ese tema y el retodeterminado o el empuje explícito o implícito dentro del texto.

Al respecto, animamos al predicador a hacer todo 10 que esté a sualcance y que le ayude a dar atención a los detalles sintácticos. Desdeluego, las restricciones de tiempo son una realidad. El tiempo disponible,la clase de texto, su longitud y la clase de mensaje que va a ser predicadopueden causar un impacto en los procedimientos que necesitan seguirse.Nuestro punto focal está en el análisis sintáctico básico y el estudio de laspalabras. Este estudio necesita hacerse con una sensibilidad hacia los másamplios intereses contextuales, que incluyen el tipo de literatura que seestá estudiando. Deben reconocerse las amplias macroestructuras dentrode la literatura, así como también la oración elemental y la sintaxis delpárrafo. Los diferentes tipos de textos demandarán un tratamiento espe­cial de acuerdo con los distintivos del género representado.

La lectura y relectura del texto en el idioma original, las versiones inter­lineales y/olas diferentes traducciones con frecuencia harán avanzarmucho al predicador por el camino del descubrimiento. Puede ser útilresumir los pensamientos esenciales dentro de cada párrafo, por no deciren cada oración. El texto bíblico puede escribirse o mecanografiarse conamplios márgenes para que el predicador pueda hacer comentarios ydeclaraciones resumidas para una fácil lectura y referencia. Puede ser muyútil "imaginarse" el texto con sus secciones y relaciones. Además de resu­mir pensamientos principales, será útil identificar los movimientos entrepárrafos y aún entre oraciones. Procure acostumbrarse al texto. Léalo envoz alta para escuchar cómo fluyen las palabras y la construcción. Tal lec­tura le obligará a "oír" el texto y a escoger cómo debe leerse el texto engeneral, al igual que cómo debiera leerse en el púlpito. Más adelante sur­girán otros temas para un estudio posterior.

Haga preguntas estructurales que le obliguen a valorar las relaciones entrepárrafo y párrafo, oración y oración, y aun entre palabras dentro de oracio­nes. Identifique palabras clave de enlace, y clarifique los pensamientos prin­cipales que están conectados. Luego, si es práctico y útil para usted, clasifi­que tantas palabras, frases y cláusulas como sea posible. Puede que inclusoquiera clasificarlas gramaticalmente para reconocer el papel para el cual sir­ven ciertas palabras, frases y cláusulas. Tal clasificación u otras actividadesprácticas ayudan al predicador a prestar atención a 10 que está escrito sinpresuponer nada. La intención aquí es pensar en términos de qué detallesespecíficos del texto contribuyen al significado del texto en su conjunto.

Un simple bosquejo con sangrías o un diagrama del texto pueden ayudara exponer los papeles básicos y las relaciones evidentes entre las palabrasdel texto. Tratar de presentar el texto de esta manera es sencillamente otraforma de asegurarnos que estamos pensando en todo, y que estamos pen­sando específicamente en los detalles del texto. Hay numerosas manerasde poder hacer esto, pero aquí ofrecemos un simple bosquejo espaciado deRomanos 12:1-2.

Hemos colocado la cláusula principal, "... os ruego," a la izquierda.Esto indica que esta es la cláusula principal. Estos dos versículos son unaexhortación personal directa de parte del apóstol. Este texto, de hecho, esuna exhortación directa a la luz de lo que se ha dicho ya (Rom. 1-11). Lasiguiente línea en la sangría indica los aspectos principales de la exhorta­ción expresados en las acciones/verbos que son requeridos (que presentéis,

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buena

Romanos 12:1-2

a este siglo,

agradable

;'l'lO os conforméis, transformaos). El siguiente movimiento en la sangría indi­'ca las frases descriptivas clave que se relacionan significativamente con laacción requerida (v, 1: "que es vuestro culto racional"), (v, 2: "para que com­probéis ..."). Los otros elementos distintivos en el bosquejo muestran fra­ses o palabras modificadoras. Tal bosquejo le ayuda a destacar y relacionarpalabras en el texto.

Cualquier tipo de reescritura, bosquejo o diagrama del texto ayudará alpredicador a mirar otra vez el texto, lo cual de por sí es útil. Pueden apli-

," " " "" dic. d" . dcarse categonas mayores , menores y mo mea oras .reconocien o quenada deja de ser importante o arbitrario en el texto. Las oraciones clave sedestacarán más, al igual que las cláusulas o frases clave. Ciertas palabrasserán visualizadas como especialmente cruciales para un entendimiento deconjunto. También se verán los papeles y las relaciones del texto en el pro­ceso. Si el predicador puede cumplir básicamente esto mediante una cui­dadosa lectura y relectura del texto, eso es excelente. Sin embargo, men­cionamos esta práctica o proceder como una herramienta (o una opción)para examinar los detalles cuidadosamente.

Una esquematización más sofisticada puede ayudar al predicador adestacar y relacionar con más precisión técnica." El elemento clave paraesquematizar es diagramar de una manera que le ayude a "ver" el texto ydefinir los detalles. Los elementos del texto que son más difíciles de defi­nir y relacionar obviamente son aquellos con los cuales usted lucha. Talesquematizacion y calificación probará su conocimiento de gramáticacomo también el fluir de palabras en el texto."

Una cuidadosa valoración de los detalles del texto dentro de su formasintáctica ayuda al predicador a entender el texto en y dentro de sus pro­pios términos. Usted no está imponiendo significado, estructura ni teolo­gía; antes bien, está descubriendo el significado y la estructura a 10 largodel recorrido hacia la teología o la doctrina que ha de ser predicada. Almismo tiempo, el predicador quiere evitar un sermón "en pedazos", un ser­món que usa algunas características textuales pero pierde el tema del textoy el fluir de pensamientos. Todos los sermones deben ser selectivos en lapresentación de los detalles textuales, pero el proceso de selección debieraser apropiado al mismo. Lo que domina al texto debería lograr una comu­nicación llamativa y clara en el mensaje, mientras las frases, cláusulas ypensamientos subordinados y de apoyo debieran ser examinados de acuer­do a ello. El predicador ganará mucho si examina el texto como "un todo

santo,

agradable a Dios,

VIVO,

sacrificio

por medio de la renovación de vuestroentendimiento,

y perfecta

que es vuestro culto racional.

por las misericordias de Dios,

para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios.

No os conforméis

que presentéis vuestros cuerpos en

sino transformaos

Así que, hermanos, os ruego

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122 .•.~•. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory lapreparación: investigación 123

Enlaces

Diagrama

I I Participio

tanto, ahora volvemos nuestra atención al estudio de palabras específicas.Detalles verbales. Al implicarse en el estudio del texto, ciertas palabras

requerirán atención especial. Obviamente, si uno tiene muchas horas y/oun texto muy corto, un alto porcentaje de las palabras en el texto podríanrecibir minuciosa investigación, pero generalmente se necesitará un proce­so de selección para identificar palabras que merezcan atención especial.¿011é palabras deben ser estudiadas en más detalle, y qué es lo que estáusted buscando?

Estudio depalabras desconocidas. Si una palabra es desconocida, ya seaen el estudio del idioma original o en el estudio de la Biblia en español,necesitará un esfuerzo para entender su significado fundamental. En todos losestudios de palabras, usted está buscando descubrir o discernir el signifi­cado de la palabra en su contexto en particular. ¿011é significa la palabraallí donde está en el texto? A la vez, el predicador necesita darse cuenta delas opciones comunes o normales del significado, el alcance semántico dela palabra. Hay herramientas de gran ayuda en este tipo de estudio: el dic­cionario/léxico y la concordancia. El diccionario/léxico da definiciones delas palabras basadas en diferentes usos, y a veces, con algunos ejemplos. Seconcentra en significados normales. La concordancia le da los usos de unapalabra concreta en diferentes contextos. Las concordancias grandes dantodos los usos de una palabra determinada en el texto del idioma originalo en la traducción particular en que se basa. Tal estudio le ayuda a cono­cer los diferentes usos de la palabra y el alcance de su significado. Portanto, busque las palabras desconocidas y conozca los "significados del dic­cionario," y localice en la concordancia una buena muestra para considerarsus usos en otras partes.

Como la meta de este estudio es entender una palabra en el texto espe­cífico que usted está estudiando, recomendamos un modelo para estudiode palabras. En un sentido, este es un modelo para "pesar" la evidencia.Siempre hay círculos de evidencia que se van ensanchando, y empezamospor el centro. Primero usted necesita examinar la palabra dentro de laforma sintáctica del texto mismo. Luego considere otros usos de la pala­bra dentro del contexto inmediato. Puede haber un énfasis particular den­tro del contexto que ayude en la evaluación del significado de la palabra.Cuando usted estudia el fluir del texto en su contexto inmediato, puede serevidente un matiz o sombra de significado de la palabra.

InfinitivoSujeto de infinitivoCláusulas Infinitivas:

En cláusulas relativas, el pronombre relativo se conecta a su antecedentepor medio degUIones: _

Genitivos absolutos:II

: Nombre

ConjunciónSubordinada

Cláusula subordin~/----::----"-----

Sujeto ¡Verbo "'Predicado nominativo

Cuando una cláusula actúa como nombre, póngala en lugar apropiado,pero en "zancos":

con partes significativas". Tal perspectiva ayuda en el reconocimiento deltema o temas primarios o dominantes en el texto y en cómo están expre­sados. Distinguir el "qué" importante del texto y los "cómo" relacionados,ayudará también en la valoración de los "porqué" del texto. Desde luego,reconocemos que el significado está expresado en palabras específicas. Por

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Es evidente que los autores bíblicos mantienen sus propios estiloscaracterísticos y usos de las palabras al escribir la Escritura "inspirada deDios." Por tanto, los siguientes dos círculos de evidencia son (1) todo ellibro en donde se halla el texto, y (2) otros libros del mismo autor. De allíusted se mueve a otros ejemplos bíblicos de la palabra y, finalmente, al usoextrabíblico contemporáneo.

La historia de una palabra (su etimología) puede ser de interés, y susdiversas formas (análisis morfológico) pueden proporcionar ayuda para unconocimiento a fondo. Todo este estudio ayuda a fijar un significado másprobable de la palabra en el texto. El estudio de la palabra, junto con elanálisis sintáctico, tiene líneas directrices, pero no es una ciencia mecáni­ca. El predicador necesita gran sensibilidad hacia el texto para discernir lamejor lectura. Aunque hemos diagramado círculos concéntricos, eso noquiere decir que un círculo externo no pueda ser muy significativo.Aunque, hablando en términos generales, usted debe asegurarse que den­tro del libro bíblico y el contexto inmediato, el significado de la palabratenga buen sentido; en verdad, el mejor sentido.

Estudie palabras significativas en el texto. Aquí el interés está en pala­bras que se sitúan dentro de los elementos primarios y dominantes del texto.Los sujetos de oraciones y verbos principales son los mejores lugares paracomenzar. Las palabras conjuntivas y disyuntivas son dignas de estudio cui­dadoso, y ellas resaltan cuando usted estudia el fluir del texto. El textomismo apuntará a ciertas palabras, como diciendo: "Esto es importante".

Estudie palabras clave en el contexto. Si una palabra se usa de modoimportante a lo largo del contexto o del texto que se está estudiando, estodebería atraer la atención. Las palabras y frases clave son medios impor­tantes de comunicar los pensamientos principales del autor. Tal uso cohe­rente y significativo de la misma palabra o palabras debería atraer como unimán nuestra atención.

Estudie otras palabras que puedan ser de importancia especial. Las pala­bras repetidas en un texto dado deben ser consideradas. La repetición esuna herramienta importante tanto en la comunicación escrita como oral.Una palabra o frase que aparece muchas veces o unas pocas veces signifi­cativas dentro del texto es digna de una atención especial. Palabras quecontrastan es otro medio de hacer énfasis en el significado. Cuando sonevidentes los contrastes explícitos en el texto, necesitamos entender el sig­nificado de estas palabras contrastadas, así como el punto o naturaleza del

contraste. El contraste (ya sea recalcado en el texto o que simplemente estépresente) debe observarse. Palabras "similares pero diferentes" pueden serun centro de atención interesante para el estudio, tanto como para la espe­culación. Puede ser que el escritor quisiera acentuar un poco un significa­do diferente. Por otra parte, el escritor pudo haber visto las palabras comosinónimas, con esferas semánticas superpuestas. El cambio pudo habersido estilístico, o muy determinado. Por tanto, el investigador necesita sercauteloso. Palabras poco comunes necesitan atención porque no podemosestar tan seguros acerca de su uso normal. También son un terreno dejuego potencial para la especulación, pero habiendo dado esa advertencia,obviamente tales palabras necesitan atención y explicación. El escritorpudo haber querido comunicar un significado específico que solo estabacapturado en esa palabra inusual. También, una palabra inusual podría

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indicar una palabra o frase "prestada" de otro autor o texto que no era partedel vocabulario acostumbrado del autor.

Estudie laspalabras difíciles. Las palabras difíciles merecen atención,aun cuando su conclusión sea que: "esta es una palabra difícil de traducir yentender". Podría ser una palabra que ha recibido una diversidad de inter­pretaciones a lo largo del tiempo o, por el contrario, poca o ninguna inter­pretación. Si la exposición implica la explicación de lo que hay en el texto,entonces el expositor necesita intentar hacer frente a las palabras difícilesdel texto. Muy a menudo las palabras son difíciles porque vienen en unafrase, una cláusula o una oración que es difíciL Aun así, el compromiso deproclamar fielmente la verdad anima al predicador a leer y releer estas pala­bras difíciles; analizarlas sintáctica y contextualmente, etc., consultandoayudas y fuentes dignas de confianza para obtener varias interpretacionesposibles. Segunda Pedro 3:16 deja claro que "algunas cosas" que habíaescrito Pablo eran "difíciles de entender". Efectivamente, gente "ignorantee inestable" torcía las enseñanzas de Pablo. Pedro no niega que haya algu­nas dificultades en las epístolas de Pablo y que tales textos puedan habersido un asentamiento para la falsa enseñanza. Esto es tanto un alientocomo una advertencia para nosotros hoy día, ¡así que no se desanime!

La humildad y la determinación necesitan ir mano a mano mientrasluchamos con las palabras difíciles, las verdades inflexibles y los enredossintácticos. La advertencia aparece cuando reconocemos el potencial parala interpretación errónea y la falsa enseñanza. Es mejor admitir la dificul­tad y enfocarse en la enseñanza clara dentro de un texto que dar opinio­nes dogmáticas sobre dificultades textuales. Comparta lo que usted creeque es la mejor comprensión de la palabra difícil, frase, etc.; reconozca lasalternativas ortodoxas (si las hay); y considere en conjunto esa parte deltexto en el contexto. Uno no debe preocuparse por palabras o frases difí­ciles cuando la enseñanza y el fluir del pensamiento son claros en el texto,a pesar de la evaluación final de la dificultad del texto. Si la palabra o frasedifícil es central en el significado, en la enseñanza, la importancia deltexto, etc., entonces le quedan dos opciones: haga lo mejor que pueda, des­cansando en la Palabra de Dios, el Espíritu Santo y el sólido testimoniocristiano, o predique sobre otro texto.

Estudie nombres, lugares.fechas, números y datos históricos. Ningunapalabra bíblica debe ser tratada a la ligera; por tanto, debe darse atenciónespecial a gente y lugares nombrados o descritos, fechas o márgenes de

tiempo mencionados, números especificados, y otros datos históricosescritos. Tal información no es inútil en la Escritura; se ha proporcionadocon un propósito. Los hechos significativos necesitan entenderse con cla­ridad, y el significado de nombres, designaciones o detalles descriptivosdeben verse a la luz de los propósitos y modelos del autor. Por supuesto,son de importancia especial los nombres, las caracterizaciones y los modi­ficadores asociados con Dios mismo. Esto es así sin reparar en el géneroliterario, desde Génesis hasta Apocalipsis.

Hablando en términos prácticos, si el predicador dispone de 10 horasde preparación, solo le quedan una o dos horas para estudios especiales."Un estudio minucioso de una palabra podría tomar todo este tiempo si seestudian numerosos textos y si se evalúan varios significados. Obviamente,el previo conocimiento de las palabras del texto ayudará en el uso del tiem­po. El uso de recursos disponibles tales como concordancias, léxicos, librosde estudio de palabras y comentarios puede dar información de calidad enun breve período de tiempo. A pesar de ello, probablemente el estudio ten­drá que ser selectivo. Aquí es donde se necesita una inspiración juiciosapara discernir las ideas principales y los asuntos que haya en el texto.Algunas veces, una palabra o una frase en particular le puede "impresionar"en el estudio y demandarle atención extra. Asegúrese, sin embargo, de nosalirse por la tangente haciendo de esa palabra todo el centro de su estudio.Si es vital para el texto, entonces obviamente investigue y coseche los bene­ficios de los nuevos conocimientos y de un entendimiento más profundo.

En el estudio de Romanos 12:1-2 note nuestro bosquejo en sangría.Todaslas palabras de esta exhortación apostólica necesitan atención, pero la restric­ción de tiempo puede exigir centrarse en ciertas palabras, dejando menostiempo para el resto de las palabras. Los estudios pasados y el conocimientobásico pueden haberle dado lo suficiente para "el resto de las palabras."

Sustantivos clave, verbos y conjunciones están rodeados con un círculo.Otras frases clave, palabras de contraste y modificadores han sido rodeadoscon círculos para un estudio especiaL Por ejemplo, los modificadores desacrificio, son: vivo, santo, agradable a Dios. Muy importantes son: santo yagradable a Dios; pero resultarían anticipados al hablar de un sacrificio.Vivo es de uso poco común y palabra clave en Romanos, de modo que vivopudiera merecer atención.

La meta en esta parte de la preparación es llegar a tener un buen enten­dimiento de los detalles esenciales del texto. El predicador debe aprovechar

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Romanos 12:1-2(RV60)

una organización! No hay nada erróneo en poner ese argumento y la orga­nización en el papel y guardarlo. Aprovéchese de las intuiciones cuandoaparezcan. Es muy fácil olvidar pensamientos de valor. Lo mejor es escri­bir y guardar su análisis sintáctico y estudios de las palabras; es una buenamayordomía de tiempo de valor. Usted ha completado la investigación quedeseará usar una y otra vez.

En este punto de su trabajo de preparación, debe volver a lo que real­mente significan colectivamente los detalles. Las cosas específicas, losdetalles, ahora han de formular doctrina y teología. De hecho, ¿qué ense­ña este texto en términos de sus detalles? ¿Qyé verdades se enseñan en eltexto y por medio de él?

La investigación del significado del textoLa cuidadosa investigación del predicador sobre los detalles del texto

le conduce a una valoración exacta de la importancia doctrinal y teológicadel texto. Con relación a los hechos textuales, el predicador no está inte­resado en la simple moralización o el enfoque psicológico o político deellos. Más bien, el predicador está preocupado con la intención de la ver­dad (doctrina) en el texto y en aquella verdad considerada (teológicamen­te) como parte de la decidida revelación de Dios. Nuestra meta es discer­nir las afirmaciones de la verdad del texto. Luego, el predicador debetomar tiempo para resumir, sintetizar, y, por último, afirmar con claridad10 que, de hecho, revela o enseña el texto. El predicador pregunta: ¿quéestá diciendo Dios en el texto y por medio de este?

Principios y procedimientos hermenéuticos. La hermenéutica es una vastadisciplina, y nuestros comentarios solo raspan la superficie del aspectoartístico de la hermenéutica." Lo que aquí se presenta no es tanto unaserie específica de pasos, sino más bien un "menú auxiliar" o lista paraguiar al predicador mientras él hace frente a la impresionante responsabi­lidad de discernir la verdad. Tal responsabilidad nos haría buscar la ayudadel Señor por medio del Espíritu Santo para el discernimiento espiritual.Este es el momento para la reflexión, la evaluación y la espera en el textoy en el Señor. El predicador debe "pensar y reflexionar" hasta un punto deconvicción sobre el significado esencial de la doctrina divina decididamen­te expuesta en el texto. Los textos por naturaleza tendrán fundamentosteológicos o cimientos de apoyo, y es bueno discernirlos. Walter Kaiser

voluntad de Dios.

buena

agradable

y perfecta

para~omprobé~ cuál sea la

que es vuestro~ulto racional)

No os conforméis

~ 'cansformans

por medio de la~enovació~de vuestro~ntendimiento~

este tiempo para profundizar y pensar tan sensiblemente como sea posi­ble. Nuestra dependencia del Espíritu Santo y nuestra necesidad de escu­driñar las Escrituras es importante cuando luchamos con los resultados delos significados de las palabras y sus relaciones estructurales. Hacemostodo esto al esforzarnos por llegar a un entendimiento exacto de 10 quedice y significa el texto. Con nuestros descubrimientos, podemos describirel tema global dentro del texto porque esa descripción se basa exactamen­te en los detalles del texto. Entendemos el contenido del texto a la luz desus propios términos. Debería emerger un tema, sujeto o énfa~is globalescomo también el sentido del impacto o la fuerza del texto. De Igual mane­

ra, la unicidad del texto se convertirá en la unicidad del mensaje predicado.

En este punto del proceso, usted todavía no está organizando el ser­món, ¡aunque en realidad puede ver que están surgiendo un argumento y

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hace resaltar la necesidad de descubrir la "teología antecedente" sobre lacual se basa la enseñanza textual." El texto expresará la verdad específica,pero esa verdad no se halla en un vacío teológico. Dios se ha revelado a símismo, ha revelado su verdad y su Palabra anteriormente; y esta semillateológica florece en semejante terreno. Dependiendo del texto, Dios puededecir mucho más hablando diacrónica y cristológicamente. Hay un antes yun después en la mayoría de los textos, y el predicador debe estar al tantode ello. El predicador busca la enseñanza esencial del texto y luego exami­na esa enseñanza de manera teológica, bíblica y cristológica.

A riesgo de ser simplista, el predicador inevitablemente verá el textodesde una perspectiva particular impactada por cada factor que influenciaen su pensamiento. Discernir entre 10 que es meditación espiritual y 10 quees meramente reacción personal no es siempre tan fácil como parece. Noesperemos que una espontánea e improvisada respuesta a un texto vaya aser una "respuesta genuina". Los principios y los procedimientos herme­néuticos debieran ayudar al predicador a ir "al paso" del texto. Esa es lafunción y el propósito de tales principios y procedimientos. A la vez, nece­sitamos depender del Espíritu Santo para que nos ayude a razonar mien­tras que luchamos y reflexionamos en el texto.

Describa la intención del significado original del texto en el contexto. Elestudio de los detalles del texto puede haber llevado al predicador a estepunto del proceso de preparación. Ahora, el predicador no ignora todoeste estudio y se mueve a una más alta, profunda, amplia y grande verdad.Hay un significado real en 10 "facticio" del texto. Dios escogió hablar espe­cíficamente, y nosotros perdemos algo importante si actuamos como si eltexto nunca hubiera sucedido o nunca significara nada. Ahora, en el pro­ceso de preparación, debemos describir tan claramente como sea posible

10 que el texto significó tal como está escrito.Hablando de modo práctico, al predicador puede ayudarle escribir un

bosquejo o una serie de frases que describan el significado original de laspalabras del texto. Esta presentación del significado original del textopodría tomar una forma similar a nuestras estructuras homiléticas que se

discutirán en el siguiente capítulo.Tema dominante original del texto: _

Pensamientos de apoyo/integración en el texto: _

Reto original determinado o supuesto empuje que se expresa o seimplica en el texto para los lectores originales: _

El resultado sería un bosquejo o sinopsis del texto, dependiendo de sulongitud. En el texto deben estar representados los principales temas,acciones y/o declaraciones. En tal argumento deben reflejarse pensamien­tos, palabras, estructuras y movimientos significativos. El énfasis distinti­vo debe ser evidente. Esto se hace con determinada delicadeza hacia eltexto, como comunicación escrita que es reveladora por diseño.

Busque reconocer las verdades esenciales del texto (oéalo teológicamente).

Sobre la base de un claro entendimiento del significado original, el predi­cador puede valorar las verdades esenciales dentro del texto. El conceptoteológico que uno tenga causará un gran impacto sobre 10 que se conside­re como esencial, importante, determinativo, intencional y significativodentro del texto. Reconocemos eso. Con todo, el cuidadoso predicador exe­gético y teológico buscará legítimos indicadores dentro del texto que expresenverdades y énfasis prioritarios. Estos énfasis textuales necesitan considerar­se para expresar la doctrina y la teología del texto, en lugar de simplemen­te imponerle un marco teológico. La meta es la exposición de la verdad quesea intrínseca al texto y expresada intencionalmente por el mismo. En unsentido, usted considera el texto como proclamación. ¿Qyé está siendo pro­clamado en el texto y por medio del mismo? ¿Qyé está siendo proclamadoacerca de Dios y de la relación del hombre hacia Él? Debe haber verdadesfundamentales que se asumen y se expresan en el texto, pero que no serecalcan. Estas son importantes y pueden ser fundamentales para otras ver­dades que se presenten, enfaticen y proclamen claramente en el texto.

Tanto las verdades implícitas como explícitas del texto son importantes,pero el predicador necesita identificar las verdades del texto claramente

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expresadas. A menudo esto no será para nada una lucha; las verdades estaránclaras y ya explícitas en la descripción del significado básico original del texto.Anímese en tales ocasiones, y siga adelante. Otras veces, en especial con ungénero literario mentalmente más difícil para "elaborar una proposición," lasverdades y los pensamientos del texto deben ser extractados sin destruir launicidad y la dinámica del mismo. Una narración puede mostrar una verdad;puede ser parte de un relato histórico más amplio que revele la naturaleza dela relación activa de Dios con su pueblo, la respuesta de ellos, las consecuen­cias subsiguientes, etc. La "proyección" de una narración, aunque "pintoresca,ingeniosa y sucinta" no es un patio de recreo para las verdades potenciales desu preferencia." El texto es intencional, y tales verdades pueden ser discerni­das y señaladas para una preparación más amplia de sermones. Otros géne­ros tienen sus cualidades distintivas, y el predicador necesitará ser sensible aestas características al interpretar un proverbio, un salmo, un oráculo proféti­co, un mensaje evangélico, una exhortación apostólica, un símbolo apocalíp­tico, etc. ¿Qyé verdades esenciales son evidentes en el texto, por medio de él yde sus distintivos? ¿Qyé se enseña y se proclama dinámicamente en el len­guaje del texto y por medio de este? Usted puede haber identificado la ver­dad o tema central y dominante del texto, además de otras múltiples verda­des expresadas en el mismo en el paso anterior. Puede ser de ayuda escribir­las por separado, expresándolas tan claramente como sea posible en oracio­nes o frases significativas. Ahora usted está enfocando 10 que este texto pro­clama y enseña doctrinal y teológicamente. Si sus oraciones o frases no hacenreferencia a Dios mismo o a las verdades fundamentales que son parte de larevelación especial de Dios al hombre, podría ser una señal de advertencia.Puede ser de ayuda tomar su descripción del significado original que se pro­yecta del texto y ver si necesita nueva expresión doctrinal y teológica."

Use lo evidente, lo importante y lo numeroso para ohtener perspectivasohre lo menos evidente, lo secundario y lopoco. Aunque estamos tratandocon verdades y temas importantes en este punto, el predicador a vecesafrontará dificultades en el texto o con aspectos de la verdad. Algunasveces la oración, el tiempo, el estudio y la lucha deben tener lugar para tra­bajar en un entendimiento satisfactorio de la o las verdades en el texto.Aunque, en general, el predicador puede obtener perspectiva sobre esasdificultades textuales y teológicas enfocándose en lo que es evidente,dominante y repetido dentro del texto, del libro bíblico, y de hecho, den­tro del canon de la Escritura misma. Lo evidente da perspectiva para el

estudio de lo menos evidente. Las verdades dominantes dan perspectiva a10 solidario y subordinado. Las numerosas referencias, modificaciones orepeticiones de la verdad, dentro de un texto dado o de un libro bíblico,ciertamente son de ayuda para llegar a la doctrina esencial que debemosproclamar. Esto no quiere decir que no debería hacerse toda debida dili­gencia para desenvolver la difícil frase, cláusula, texto o verdad firmemen­te empaquetada, pero queremos ser muy prácticos en este punto. Hay tex­tos difíciles y tremendas verdades que podrían tomar meses, años y casitoda una vida de estudio. Como ya hemos notado, Pedro se refiere a "algu­nas cosas" en los escritos de Pablo que son "difíciles de entender" (2 Pedo3:14-16). Es necesario que el predicador estudie con diligencia y humil­dad. Esta humildad no solo conduce al predicador a admitir que él noentiende completamente todos los textos y las verdades, también le permi­te ser honesto delante de Dios y de su congregación. El predicador puedepredicar fiel y fervientemente la verdad que es claramente evidente en eltexto, aun cuando sabe que no entiende todo lo que significa o pueda sig­nificar. Esta no es una excusa para la pereza; ni es un escape para no pro­clamar todo el consejo de Dios. De lo que estamos hablando aquí es deesas potenciales preocupaciones en el estudio que no debieran dominar eltiempo y los esfuerzos del predicador. El predicador siempre puede decir:"en algún otro momento quiero regresar a este texto para un estudio másavanzado, porque hay profundidades y dimensiones de la verdad que nocreo entender completamente. Pero hoy estoy proclamándoles la evidentey dominante verdad de este texto, el cual cierta y adecuadamente deman­dará nuestro enfoque y respuesta". Siempre hay lugar para más estudio.

Use la Escritura para interpretar la Escritura {oéala híhlicamente).Para entender más completamente lo que hemos indicado arriba, esimportante ver la o las verdades del texto a la luz de la enseñanza másamplia de las Escrituras. Por supuesto, es importante estudiar la mismaverdad dentro del mismo libro bíblico. Tal estudio dará profundidad yamplitud de entendimiento así como un cuadro más completo de cómo serelaciona la verdad que se está proclamando con las otras verdades y lostemas existentes en tal libro bíblico. Es importante analizar cómo se pre­senta esa verdad por el o los mismos autores bíblicos. Dios usó a los escritoresde tal forma que ellos se expresaron con sus propios vocabularios y pensa­mientas teológicos. Por tanto, es importante ver la o las verdades de sutexto dentro del propósito y los temas en la mentalidad del autor.

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Desde luego, es importante la teología antecedente. Se puede obtenerayuda encontrando la primera referencia bíblica de las mismas palabras,conceptos o de la verdad. Históricamente sería ideal, si el tiempo lo per­mite, hacer un rastreo de la misma verdad o tema.

También puede ser importante ver desarrollos más avanzados de esaverdad. Si usted está tratando con un texto de la Ley de Moisés, históricay canónicamente hay mucho que examinar en la Escritura subsiguiente.La Biblia es una unidad dentro de la diversidad y la continuidad. Tener unsentido de perspectiva bíblica (histórica) es tanto reforzador como correc­tivo de conclusiones teológicas erróneas.

Abundan otros posibles estudios. Puede ser que necesite consultar untexto bíblico clave, lo que llamamos una "mención completa del texto". Esetexto trata la misma verdad básica encontrada en el texto de su sermónpero en forma más completa en las Escrituras. El propósito no es leer ensu texto lo que no está allí, sino ser capaz de ver su texto con una perspec­tiva bíblica bien fundamentada.

Otros tipos de textos pueden resultar especialmente significativos al bus­car una perspectiva bíblica más amplia. Los textos contrastados pueden ayudara equilibrar la verdad. Esto es especialmente importante si el libro bíblicomismo declara o sugiere una verdad de contraste para añadir claridad o énfa­sis. Los textos paralelos que añaden perspectiva de apoyo a la verdad son dig­nos de estudio. Los textos ilustrativos, en particular los textos narrativos querealmente muestran verdad o verdades, pueden ser de muchísima ayuda.

La Escritura ayuda a interpretar la Escritura. Esté al tanto de losaspectos contextuales de cada texto que se está usando en tal estudio, demodo que los textos se entiendan lo más exactamente posible.

Este tipo de estudio necesita guardarse en papel o en otra forma acce­sible para uso futuro. El material bíblico de apoyo no solamente informa­rá al predicador cuando él busque acercarse a la enseñanza del texto, sinoque tal material puede incorporarse al desarrollar el contenido actual delsermón. La explicación, la ilustración, la aplicación, la argumentación, laamplificación, etc., pueden resultar beneficiadas por tener a mano unmaterial bíblico de apoyo.

Tenga una perspectiva neotestamentaria (véala cristológicamente)."Pero ahora", dice Pablo (Rom. 3:21). Aunque hay una continuidad esen­cial y gloriosa en las Escrituras, hay un "pero ahora" evidenciado y procla­mado en el Nuevo Testamento.

En un sentido muy real, el Nuevo Testamento es cumplimiento. Esto nosolo hace que el Antiguo Testamento sea un libro de promesas o predicciones,sino que el predicador observe cómo seve una verdad del Antiguo Testamentoa la luz del Nuevo Testamento y de Cristo mismo. La palabra hablada "por elSeñor" y confirmada "por los que le oyeron" permanece en una posición prin­cipal dentro de la revelación especial de Dios (Heb. 2:1-4; 1:1-4).

El uso que el Nuevo Testamento hace del Antiguo Testamento es unestudio fascinante y por cierto, merece atención. Los sistemas hermenéuti­cos difieren en cuanto a cómo poner juntos los propósitos, las dispensacio­nes y los pactos de Dios. Aunque aquí nuestro interés es asegurarnos que elpredicador recuerde siempre que él es un ministro de Cristo Jesús (Rom.15:16). La centralidad y preeminencia de Cristo debe ser comprendida. Auncuando no estemos predicando técnicamente "¡un mensaje evangélico!",estamos predicamos a la luz del evangelio. "El Señor Jesucristo", "el evange­lio", "ahora", y "nuevo" todos van juntos para expresar una explosión glorio­sa de actividad y proclamación divina que separa "estos últimos días" detodos los días anteriores. Y finalmente podemos reducir nuestro "mensaje" auna palabra: "Él" (Cristo), como lo hizo Pablo (Col. 1:28).

¿Entonces qué hace el predicador, ya que una mayor parte de nuestra"Biblia" se encuentra en el Antiguo Testamento? En primer lugar, la reve­lación de Dios a la cual nos referimos ahora como "Antiguo Testamento"fue la revelación autoritativa a la cual Jesús y los apóstoles volvieron suatención. El fundamento de la verdad y teología del Nuevo Testamento esel Antiguo Testamento. "Mas esto es", declara Pedro en el día dePentecostés (Hech. 2:16). Pero hay más que una relación de promesa ycumplimiento entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. El AntiguoTestamento, como Escritura inspirada, mantiene su útil estatus de comu­nicar y desafiar al pueblo de Dios en Cristo (2 Tim. 3:16-17).

Al predicar sobre textos del Antiguo Testamento, debiéramos usar las"ayudas" hermenéuticas ya mencionadas. Como un aspecto final de usar laEscritura para interpretar la Escritura, el predicador necesita considerar:(1) el uso del Nuevo Testamento sobre ese texto, (2) el cumplimiento enel Nuevo Testamento sobre ese texto, (3) el paralelo o el contraste delNuevo Testamento con el texto, (4) el desarrollo o la perspectiva del NuevoTestamento hacia el texto.

Al predicar sobre un texto del Antiguo Testamento, es significativauna cita directa del Nuevo Testamento o una clara alusión al texto del

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Antiguo Testamento. El predicador puede encontrar que el escritor delNuevo Testamento usa el texto aparentemente en una "forma distante" alcontexto del texto del Antiguo Testamento. En tales instancias el predica­dor necesita trabajar cuidadosamente con el texto del Nuevo Testamentoy evitar interpretaciones casuales o descuidadas, a la vez que reconoce elsignificado original del texto del Antiguo Testamento. Las varias manerasen que el Nuevo Testamento usa el Antiguo Testamento hacen que elintérprete no se precipite a sacar conclusiones.

De modo más general, el predicador necesita considerar cómo un textoy una verdad del Antiguo Testamento deben verse a la luz del NuevoTestamento y de Cristo mismo. Podría no haber citas explícitas de un textodel Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento; pero sí podría haber unaclara perspectiva neotestamentaria dentro de la cual podríamos ver ese texto.Este tipo de estudio se hace para lograr perspectiva sobre un texto delAntiguo Testamento, no para quitarle sus verdades esenciales o intrínsecas.

Algunas veces hay clara continuidad y otras veces definitiva disconti­nuidad entre aspectos del texto del Antiguo Testamento y la enseñanza yverdad del Nuevo. Tal reconocimiento es importante, especialmente cuan­do usted se mueve hacia la aplicación y el desafío de un mensaje. Con fre­cuencia la continuidad del Nuevo Testamento con las verdades delAntiguo implicará un desarrollo intenso a la luz de la revelación de Cristomismo. ¡Busque esto! El intérprete necesita ser observador, especialmentecuando hay aparente discontinuidad entre el texto del Antiguo y la "situa­ción" del Nuevo Testamento en Cristo." No se apresure a descartar el valordel significado original del texto. El Dios que habló esas palabras en elAntiguo Testamento es el mismo que envió a su Hijo y habló por medio deÉL Puede haber claras "verdades ligadas" tanto de forma teológica comopráctica, aunque detalles específicos del texto del Antiguo Testamentopuedan estar cumplidos o necesiten verse a la luz de la venida de Cristo.El significado original de un texto dado del Antiguo Testamento no cam­bia, pero debiera valorarse su significado dentro del canon, y especialmen­te a la luz del Nuevo Testamento.

¿Qté hace usted con un texto del Antiguo Testamento que evidenciaalguna discontinuidad con la verdad del Nuevo Testamento? ¿Podemospredicar sobre un texto como Deuteronomio 32, especialmente los versículos44-47? ¿Tienen esos desafiantes versículos algo que decir por medio delpredicador cristiano para una congregación local?

¡Por supuesto que sí! Este texto tuvo una audiencia original y un contex­to que debe reconocerse. Se declara una conexión directa entre lealtad y obe­diencia a "todas las palabras de esta ley" (32:46), y la vida y la prolongaciónde días en la tierra (32:47) para "todo Israel" (32:45). Este es un mandatoliteral con promesa. En esa ocasión se le dio a Israel una responsabilidad, yse declaró (se prometió) un resultado. ¡Qté impresionante texto, que cauti­va vitales palabras en un punto crítico de la historia de Israel!

El predicador cristiano del Nuevo Testamento necesita reconocer elsignificado original de este texto y considerar las verdades esenciales, lasverdades bíblicas y teológicas permanentes que pueden predicarse comoparte de un mensaje "cristiano". Este texto en Deuteronomio 32 enseña laimportancia vital de la "Palabra de Dios" (hablando teológica y bíblica­mente), así como la lealtad y la obediencia a la Palabra. El predicador debepreguntarse cómo ha de verse la verdad del Antiguo Testamento, con supromesa específica, a la luz del Nuevo Testamento, como parte de la pre­dicación. Debe hacerse una referencia a la verdad literal de la promesa deDios de bendecir a Israel en la tierra según su obediencia a la Ley. ¿Peroqué permanente verdad puede predicarse para la Iglesia de hoy?

La continua importancia de la Palabra de Dios en sus tratos con supueblo. La verdades de (1) la importancia de la Palabra de Dios y (2) labendición de Dios con relación a la obediencia a la Palabra (Sant. 1:25)pueden declararse como aspectos de la verdad cristiana y la vida en Cristo.La Palabra de Dios aún es vitaL La lealtad personal y la perpetua obedien­cia todavía son importantes para el cumplimiento del propósito de Dioscomo hijos suyos. Eventualmente, estas verdades pueden apuntar másadelante a la importancia vital de la Palabra salvadora (Rom. 10:17). Sinembargo, incluso si no nos movemos hacia esta implicación específica delevangelio, las verdades generales permanentes concernientes al papel de laPalabra de Dios y la necesidad de obediencia se mantienen firmes comoverdades que se pueden predicar y que son aplicables a cualquier escena­rio. Las implicaciones y aplicaciones sobre la base de estas verdades bási­cas necesitan evaluarse de modo cuidadoso e individual."

Es posible considerar el Antiguo Testamento mismo como menos delo que fue y es. Uno no debe ver Deuteronomio 32:44-47 como un textode mandato y resultado en un vacío. Es una orden y una consecuenciabasadas sobre las relaciones determinadas, preventivas, redentoras y elec­tivas de Dios para con su pueblo hasta la fecha. El contexto del propósito,

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promesa y salvación de Dios está ahí, aun en el texto del AntiguoTestamento, el cual está lleno de misericordia, gracia, palabras salvadoras,promesas y cumplimientos de Dios, como también de su disciplina, susjuicios y sus castigos. Estos son puntos de continuidad entre el Antiguo y1N 'TI t t D· D· H " hora" " "e uevo res amen o. lOS es lOS. ay un pero a ora y un nuevo que

vino con Cristo, y en Cristo; pero Dios es consistentemente Dios, revela­do en todas sus maravillosas características y actividades. Busque estas ver­dades tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

Bryan Chapell ha expresado una seria preocupación en cuanto a pre­dicar un mensaje "sub-cristiano", aun en una forma expositiva." Él iden­tifica tipos de mensajes que pueden entrar fácilmente en esta categoría."Sus comentarios no solo se refieren a mensajes sobre textos del AntiguoTestamento, sino también a cualquier texto bíblico. Es posible predicaracerca del compromiso, la responsabilidad, el estilo de vida o el desafío sinninguna referencia significativa a Cristo mismo, a su actividad redentora ya los recursos disponibles en ÉL Para decirlo de otra manera, tal comousted puede perder las gloriosas verdades fundamentales de la misericor­dia, la gracia y la promesa de Dios en la exposición de un texto delAntiguo Testamento, de igual modo puede ser cierto en su enfoque delNuevo Testamento. No nos preocupa tanto tal mensaje para los cristianosdedicados que ya entienden la misericordia, la gracia y la promesa de Diosen Cristo; pero predicar consistentemente mensajes sobre "ser", "hacer" o"cambiar" sin presentar las verdades esenciales que hacen significativastales instrucciones y hacen posible la obediencia es como no ver el bosquepor querer ver los árboles." No estamos hablando de imposición, estamoshablando de una interpretación apropiada. Para el predicador es conve­niente discernir las verdades explícitas en el texto de modo teológico ycristológico, más aquellas que se ciñen menos a las verdades principales deltexto. Es aquí donde ver las Escrituras en su conjunto, el Antiguo y elNuevo Testamento, se convierte en algo práctico. Una vez que usted deter­mine el significado original del texto, céntrese en las verdades esencialesdel mismo; mire las Escrituras para definir, ampliar y alcanzar perspecti­va, y decida qué predicar.

Chapell escribe: "Al reconocer que toda la Escritura predice, dispone,refleja o resulta del ministerio de Cristo, los predicadores desdoblan elmapa de ruta que les mantiene viajando al corazón de la Biblia sin impor­tar por dónde viajen en sus páginas" .25 Anteriormente hemos procurado

mostrar que la jornada no siempre es la distancia más corta entre dos puntos.¡Ver un texto cristológicamente no es una licencia para predicar el evan­gelio malinterpretando el texto! Debemos ser fieles al texto, pero viéndo­lo legítimamente como parte de todo el consejo de Dios que está centra­do en nuestro preeminente Señor Jesucristo.

Por ejemplo, es posible tomar un texto como 2 Corintios 8-9 y establecernuevas "leyes" para la mayordomía cristiana sin contar con las verdades teoló­gicas, principios y perspectivas que hay dentro del texto. Si uno quiere ser unpoco legalista con el texto, entonces sería mejor que mande su próxima ofren­da a los pobres entre los santos deJerusalén, porque esa era la preocupación lite­ralde Pablo. No, la ocasión histórica particular del texto está limitada a unaiglesiaespecíficay a un proyecto de recaudación específico. Sin embargo, Pablo,en esta serie de instrucciones circunstancialmente motivadas, usa numerososejemplos, principios, incentivos, etc. para hacer un llamado a los corintios encuanto a la responsabilidad en este asunto de la mayordomía. Entre las carac­terísticas del texto hay claros principios fundamentales. La sinceridad de loscorintios es una preocupación (2 Coro 8:8). Para mostrar que él no va a sobre­pasar los límites, Pablo deja claro que la igualdad (8:14) es un principio en laeconomía de Dios. La integridaddemuestra ser importante en la manera enque esa ofrenda debe manejarse (8:21), y esto impacta la administración prác­tica del proyecto.También hay en el texto un llamado a la generosidad (9:5-7),y nuevas verdades concernientes a la responsabilidad divina (9:6), la suficiencia(9:8-11) y la productividad(9:12-15) con relación a este asunto del amor y laobediencia. Además, necesitamos notar que este pasaje empieza con la "graciade Dios" (8:1), significativamentepresenta la gracia de nuestro Señor Jesucristo(8:9), hace desafíos para lagracia y el amor cristianos (8:8,24; 9:13) y concluyecon una extraordinaria exclamación: "¡Gracias a Dios por su don inefable!"(9:15). Hay un entretejido de teología, principio, postura, práctica, pormeno­res,y el modelo "encarnado"de la gracia de nuestro Señor.

Uno podría decir directamente que la línea fundamental aquí es quelos corintios "se muevan" y sigan en su promesa de dar para el proyecto derecaudación y evitar cualquier dificultad y señal de falta de amor. El pre­dicador debe apreciar esta motivación práctica originaL Además, las ver­dades esenciales que van más allá de esta situación histórica necesitan serrecogidas. Estas verdades pueden ser vistas provechosamente a la luz delresto de la Escritura y, especialmente, de la gracia de Dios en Cristo. Estetexto resplandece con las verdades y las bendiciones básicas cristianas, con

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referencias directas a la gracia de Dios y de nuestro Señor Jesucristo. Paraque la gente dé "convincentemente" necesita valorar las verdades esencia­les, la teología y las ideas cristológicas que tal texto proclama."

Si el predicador cree estarse moviendo más allá de la intención origi­nal explícita de Pablo, debe hacer tal observación. Eso no significa queestas verdades más amplias del Nuevo Testamento y las ideas cristológicasno puedan ser predicadas. Pero se debe hacer una útil distinción entre lasenseñanzas explícitas de Pablo y las más amplias implicaciones apoyadaspor el resto del Nuevo Testamento. Esto se recomienda en el manejo detodos los textos dentro de un contexto de predicación. El predicador nosiempre puede llevar a su audiencia por el proceso hermenéutico. No obs­tante, el predicador debería dejar claro ante su congregación cuando esté,por así decirlo, buscando expresar la verdad teológica explícita del texto osi se ha movido a más amplias consideraciones e implicaciones teológicas.

Hablar de modo práctico. ¡Vamos para lo sensacional! Probablementedel lO al 15% de su tiempo de preparación puede emplearse en este puntocrítico del desarrollo del sermón. Nos referimos a los varios comentariosanteriores como ayudas hermenéuticas o listados de referencia. El uso detales ayudas o comprobaciones requerirá más o menos tiempo dependien­do del tipo del texto, el estudio anterior y cualquier otro asunto específicoque sea único respecto al texto. Algunas veces habrá una transición inme­diata o suave desde el significado original a las verdades esenciales: a unaperspectiva del Nuevo Testamento centrada en Cristo. En otras ocasionesel movimiento será más lento.

El predicador puede moverse en este proceso casi instintivamente. Sile ayuda escribir el proceso, podría hacerse de la siguiente manera.

Resuma los pensamientos del texto bajo el encabezamiento: "Significadotextual original deseado". Luego en hoja separada anote: "Verdades esencia­les teológicas en el texto". El siguiente encabezamiento y/o página tendría untítulo como: "Perspectivas generales bíblicas sobre las verdades esenciales", yel último encabezamiento o página puede ser: "Perspectivas específicas delNuevo Testamento sobre las verdades esenciales".

Cuanto más clara y sucintamente se puedan expresar los principios ylas verdades doctrinales, será mejor. Los resultados de la cuidadosa inves­tigación están en el corazón del proceso de preparación del sermón. ¡Elpredicador debe descubrir la verdad textual a proclamar antes de poderconcentrarse en cómo predicar la verdad!

t

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CONCLUSIÓN: LA IMPORTANCIA DEL TEXTO Y LA"PRINCIPLIZATION"* HOMILÉTICA

Walter Kaiser usa el término ''principlize'' (= principlizar), con el cualquiere decir: "afirmar las proposiciones, argumentos, narraciones e ilustra­ciones del autor en verdades eternas y constantes con un enfoque especialen la aplicación de esas verdades a las necesidades actuales de la Iglesia"."

El Dr. Kaiser se mueve por una serie de pasos que llevan al predicadordesde el tema y el énfasis del texto a los puntos principales y subpuntos delmensaje. En el proceso, el predicador debe determinar cuál es "la partedoctrinal, duradera y permanente del pasaje"." El Dr. Kaiser manifiestagran preocupación con respecto a que nadie introduzca otra o posteriordoctrina o teología en el texto. Él valora lo que llama "teología emergen­te"29 en el texto, antes que una expresión sistemática de teología quite altexto de su lugar en la teología bíblica. Él continúa diciendo: "las declara­ciones sistemáticas son útiles solo cuando hemos completado la exégesisde un pasaje. Luego en nuestros resúmenes de cada punto principal, en elbosquejo del sermón, o en todo el pasaje, podemos saltar sobre los siglos ysacar a cuenta todo lo que Dios subsecuentemente reveló sobre el asuntoteológico que está siendo examinado. En ningún caso debe usarse unadoctrina de elaboración posterior como herramienta exegética para abrirun pasaje de época temprana"." La "principlización" que el Dr. Kaiserrecomienda es muy sensible hacia las características del texto, incluyendosus realidades históricas que le dan un marco específico en la teologíabíblica."

Queremos relacionar este proceso de "principlización" con la metodo­logía que hemos presentado. Al final del estudio de las características deltexto (arriba) se debe llegar al significado original que se encuentra en eltexto. Luego, ese significado original es aclarado en nuestro estudio delsignificado doctrinal y teológico del texto y "principlizado" cuando el pre­dicador llega a las verdades esenciales en el texto basadas en el significadooriginal del mismo. Hacemos énfasis en la necesidad de una más ampliaperspectiva bíblica y cristológica, que el predicador eventualmente puede

• N. delT.: Los autores citan al Dr. Walter Kaiser, de quien toman el término "principlization" y en elpárrafo que sigue lo repiten ya verbalizado: "principlize", explicando el uso que el Dr. Kaiser hace de esetérmino. El término no existe en inglés, por lo cual esta nota es necesaria.

y debe tener. Pero esto no quiere decir que las ideas de tal estudio ampliosean leídas dentro del texto de tal modo que este pierda su significado, suteología y su dinámica. Busque ese exacto entendimiento de la teología yde los principios del texto, y luego considere la perspectiva bíblica y cris­tológica más amplia.

Al final del proceso de investigación, el predicador debe poder expre­sar las verdades permanentes, las verdades "principlizadas" que surgen delsignificado original del texto. A estos principios o verdades esenciales, queexpresan la doctrina y la teología del texto, se les va dando perspectiva alconsiderarlos de forma bíblica, canónica, específica y cristológica. Se lespuede dar forma expresando el tema (verdad) dominante, los varios pen­samientos (verdades/principios) de apoyo integral, y el empeño determi­nado que es esencial al texto en su entorno contextual y canónico.

Esencialmente, nuestro interés es discernir la verdad de Dios en eltexto. Queremos oír su "voz", y entender la verdad y sus implicaciones.Nuestro interés y nuestra meta es: "lo que Dios está diciendo por mediode lo que Él ha dicho". Los procedimientos bosquejados anteriormente secomparten para ayudarnos a tener "oídos que presten atención" para oír. Ala vez, nuestros corazones deben estar listos y ser rectos para recibir yentender cabalmente esa verdad.

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~

CAPITULO NUEVE

EL PREDICADOR Y LA~

PREPARACION:ORGANIZACIÓNProcura con diligencia presentarte a Dios aprobado,

como obrero que no tiene de qué avergonzarse,

que usa bien la palabra de verdad

2 TIMOTEO 2:15

Elpredicadory la preparación: organización 145

Ahora bien, hay un cambio de prioridad en el proceso de preparación. Nosmovemos comenzando por lo que el texto dice (lo que Dios dice por mediode lo que ha dicho) a lo que elpredicador tiene que decir a la luz de lo que Diosestá diciendo. Nos movemos del proceso de aprendizaje y de entendimientohasta el proceso de presentación y comunicación de lo que entendemos de laverdad de Dios. El aspecto hermenéutico es reemplazado por el aspectohomilético, y ahora el predicador piensa en lo que necesita ser predicado.

Si uno ha procurado estudiar siguiendo las pautas anteriormente bosque­jadas, seguramente pudo recopilar mucha información junto con las verdadesdel texto. El predicador debe ser selectivo en la predicación; no se puedeentrar en todos los detalles, aun cuando se esté preparando un sermón sobreun texto corto. La selección y la limitación son realidades. Junto a estas rea­lidades prácticas está la realidad espiritual de la conducción y dirección delEspíritu Santo tanto en el estudio como cuando predicamos. El predicadorhumilde busca predicar lo que Dios le ordene predicar: lo que debiera predi­carse a la congregación en particular en determinada ocasión. Por tanto, lafidelidad a la Palabra de Dios y la sensibilidad al Espíritu de Dios se exigentanto para el estudio como para la predicación.

Por ahora aún estamos en el estudio. Necesitamos tomar lo que hemosaprendido, y con mucha oración y cuidado buscar cómo organizar y fina­

lizar lo que necesita decirse. Algunos pueden argumentar que tal avanza­da preparación no es necesaria, que el predicador tan solo debe dejar queel mensaje aparezca bajo la conducción del Espíritu Santo. Bueno, puedeser que haya veces cuando tal falta de plena preparación sea necesaria. Sinembargo, nosotros recomendamos fuertemente las fases finales de prepa­ración que hemos estado presentando. No es solo que tal preparación, si elSeñor lo quiere, sea una bendición para los oyentes, también será una ben­dición para el predicador. Con esto en mente, tome la información que

Principios de organización

Tema Argumento

Pensamientos Estructura

¿No cuidaré de decir lo que Jehová ponga en mi boca?

NÚMEROS 23:12

Hasta aquí, nuestro interés principal ha sido dar atención al texto, escu­char la voz de Dios en el texto y por medio del texto. Para hacer esohemos procurado interpretar el texto como una parte específica de la

revelación de Dios, buscando discernir la proclamación de Dios en y pormedio de las características textuales en el contexto. Se busca el significadodel texto, y dentro de este se ven las verdades esenciales de manera teológi­ca, bíblica y cristológica. Durante este proceso, el predicador se da cuenta deque el mensaje necesita ser predicado (en algún punto), pero la responsabi­lidad principal ha sido "conseguir la verdad". La predicación debería estarimpulsada por un mensaje. El mensaje debe dominar al predicador, exigien­do expresión. Antes de que el mensaje pueda ser configurado para la comu­nicación, el predicador necesita "tener el mensaje". En este punto esto yadebería estar realizado (aunque el aprendizaje nunca termina).

Verdad

Claridad

Pasión

Unidad

Movimiento

Propósito Impulso Significado

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usted haya acumulado a través del estudio del texto, ponga en marcha elproceso homilético, y considere la mejor manera, bajo la dirección deDios, para decir 10 que tiene que decir.

PRINCIPIOS DE ORGANIZACIÓN

El tema, los pensamientos y el impulso del mensaje expositivo debie­ran ser gobernados por el texto o los textos tal como se han estudiado. Elpredicador llega a ser un proclamador del "mensaje" del texto. Él ha de pro­clamar 10 que el texto proclama. El texto sagrado, dado por la inspiraciónde Dios, es el patrón del mensaje. Un buen punto para comenzar la formu­lación y la presentación de un mensaje está en estructurar y organizar lasverdades del texto que se van a proclamar. (Al presentar nuestras recomen­daciones, queremos expresar nuestra deuda a W. Graham Scroggie. Laspalabras usadas en este material pueden ser diferentes, pero la inspiracióny las ideas fueron suyas.') Haga las siguientes preguntas sobre el texto:

1. ¿Cuál es el tema dominante?2. ¿Cuáles son los pensamientos integrantes?3. ¿Cuál es el impulso motivador?

El tema dominanteEl tema dominante es la verdad que el texto proclama. Es la idea cen­

tral del texto.' Es la "gran idea",' y es el elemento unificador del sermón.Aquí queremos mostrar la importancia del tema dominante de un mensajeclaro, preciso y exacto. Un mensaje es realzado por la unidad, y la unidad essumamente auxiliada si la idea principal (también llamada el argumento, laproposición, el sermón en una oración, la idea central, o el tema dominan­te) está claramente expresada. Sería la primera "impresión" que se oye.Creemos que el mayor factor unificador en el mensaje es la verdad del texto.G. Campbell Morgan manifestó la necesidad de "la verdad, la claridad y lapasión" en la predicación, con la verdad preeminente.' La verdad debe domi­nar el mensaje. Una manera práctica de asegurar que esto suceda es dejar queel tema dominante, la verdad principal proclamada en el mismo texto, sea 10que guíe en 10 que falta del proceso de preparación. Como hemos afirmado,estamos promoviendo la exposición textual (temática). El texto ha sido estu­diado y la verdad ha sido organizada, aun cuando no haya sido expresadaclaramente por el predicador. Ahora ha llegado el momento de escribir ese

tema dominante en forma tan exacta como sea posible. El tema dominantedebe salir directamente del texto, exactamente de las páginas del trabajo yacompletado sobre el significado del texto.

Los pensamientos integrantesDe igual manera, los pensamientos integrantes debieran salir directa­

mente del texto, expresando 10 que el texto dice acerca del tema dominante.Una lista de tales pensamientos, como veremos, ayuda a proporcionarestructura, movimiento e interrelación al mensaje. Un mensaje necesitamoverse; ¡usted no puede decirlo todo al mismo tiempo! Tiene que habersecuencia, y el principio que guíe la secuencia y el movimiento de un men­saje debiera ser el movimiento de la verdad del texto. G. Campbell Morgancita la necesidad de claridad en la predicación. Un claro sentido de movi­miento puede ser de gran ayuda para proporcionar claridad. Por 10 general,cuanto más complejo sea el mensaje, mayor será la necesidad de movimien­tos claros que guíen al oyente a través del sermón expositivo. Los pensa­mientos integrantes han de ser exactamente eso: pensamientos e integrados.

Son integrados en el sentido de relacionarse claramente con el tema y sen­satamente con cada uno de ellos, a la vez que reflejen con exactitud los pen­samientos del texto. Deben ser pensamientos, no solamente palabras o cam­bios de ritmo. Estos puntos expuestos expresan el "pensamiento" del texto.

El impulso motivadorEl impulso motivador tiene que ver con el desafío, el llamado, la ape­

lación, la acumulativa aplicación apropiada del texto. G. CampbellMorgan se refiere a la necesidad de la pasión en la predicación. Las dospalabras, impulso y motivación, son palabras apasionadas, y también sonpalabras determinantes. El impulso motivador o el "llamado" del texto,guía al predicador para dar claridad al propósito del mensaje. ¿Q1ré tieneque hacer este mensaje? Es bueno dar claridad a este impulso motivador,para indicar hacia dónde va el mensaje desde el principio hasta el fin. Estoindica el propósito y la pasión del mensaje, y ojalá también del predicador.

De modo que al organizar el mensaje, buscamos reconocer "las obliga­ciones" que guían al predicador, como 10 expresa el Dr. Chapell.' La verdaddebe dominar e impregnar el mensaje. Debe haber un descubrimiento, unaexplicación de la verdad en alguna forma de secuencia. Con relación a esto,creemos que dar claridad es una meta, una clara presentación de pensamientos

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integrados. El impulso motivador, posiblemente enfatizado en la conclu­sión, debería impactar el propósito y la pasión del mensaje.

PROCEDIMIENTOS DE ORGANIZACIÓN

Determine el tema dominanteLa primera tarea es determinar cuál es realmente el tema dominante

del texto. Trabaje para dar claridad a este tema dominante. Más tarde, enel desarrollo del sermón, usted puede necesitar repetir el tema en otraspalabras, en otras frases o volver a exponerlo, pero busque expresar el temadominante tan claramente como sea posible para la comunicación. ¿Puedeel tema dominante ser captado en una palabra? ¿Puede expresarse adecua­damente en una frase? ¿Sería posible declararlo en forma de oración consujeto y predicado? Todo 10 anterior es útil, pero el predicador puede nece­sitar dar comienzo en diferentes puntos con diferentes textos. Conteste lapregunta: ¿De qué trata el texto?

Donald McDougall ha señalado que la "idea central de un pasaje"puede descubrirse en una "sencilla declaración" en el texto. Esa declaraciónresalta y el texto, por así decirlo, presenta esa declaración como su pensa­miento o idea clave.' Por ejemplo, tome un texto como Mateo 8:5-13.Esta seleccion" del Evangelio es un texto fascinante (especialmente a la luzde los diferentes detalles y énfasis en las declaraciones de Lucas). El rela­to de este milagro, dentro de una serie de relatos milagrosos en elEvangelio de Mateo, resalta por las declaraciones de Jesús. La respuesta deJesús a la demostración de humilde fe del centurión es para maravillarse ydecir: "De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe" (8:10).Esta declaración parece señalar el tema o un punto distintivo de estanarración. El pericope se trata de esta "tanta fe." La fe del centurión quedademostrada,Jesús se maravilla de ella, y así vemos el significado o resulta­~os de tan grande fe tanto en las palabras de Jesús como en el milagro queSigue. Tan grande fe nos conduce a la sanidad del siervo del centurión,pero también tiene un significado del reino. Aunque uno pudiera centrarseen la autoridad de Jesús, la sanidad misma u otros aspectos del texto, que

* N. del T.: Los autores usan el término pericope, que viene del griego y era usado para describir un

~.racto o selección de un libro, especialmente una lectura de la Escritura que formaba parte de un ser­VICIO en la iglesia. Como el traductor no encuentra una expresión más exacta utiliza el término selección.

Jesús haga tan asombrosa declaración nos hace mirar más de cerca laspalabras "tantafe." En este caso, "tan grandefe" es el sujeto, y el predicadose suple por el fluir del texto. El tema puede expresarse únicamente comosujeto o puede extenderse en forma de una oración completa.

Otro indicador del tema dominante o idea central, en un pasaje es untema, una frase, una idea, etc. recurrente.' La repetición en el texto nece­sita verse cuidadosamente. Cuando Dios da una exhortación tres veces (consolo pequeñas variaciones) a Josué (1:1-9), uno siente el desafío que Diospresenta a su siervo: "Esfuérzate y sé valiente" (1:6); "Solamente esfuérza­te y sé muy valiente" (1:7); "que te esfuerces y seas valiente" (1:9).

De hecho, esto es reforzado por el pueblo en 1:18. La necesidad de talfuerza y valentía indudablemente está clara en el texto, así como los recur­sos en los cuales Josué podía confiar. El desafío es claro y está en línea conlos temas principales del libro.

Algunas veces la idea central o el tema no se "destaca 10 suficiente paraser considerado"; entonces, teniendo en cuenta todo el contexto, el predi­cador debe buscar un sentir sobre cuál es el tema exactamente. El contex­to más amplio puede ser el indicador del tema, especialmente si numero­sos temas e ideas parecen mezclarse en el texto." Otras veces el predicadornecesita mirar el texto en términos de sus diferentes pensamientos o par­tes y preguntarse: "¿Cuál es la suma de las partes? ¿Qyé aclaran las partes?¿Cuál es el mensaje acumulativo del texto en el contexto?". A este respec­to vienen a la mente dos textos familiares. Mateo 28:16-20 presenta laúltima aparición de Jesús después de la resurrección y sus declaraciones enel Evangelio de Mateo. En el centro de las palabras de Jesús está su man­dato de "haced discípulos" (v. 19). Pero, sin duda, uno no quiere minimi­zar la declaración que aparece al principio de las palabras de Jesús concer­niente a su autoridad. Ni se quiere minimizar la promesa de su presencia,ni las diferentes directrices que se expresan gramaticalmente en forma departicipios. Nosotros no buscaríamos argucias con alguien para enfocarnosen el "discipulado" como el desafío central del texto. Al mismo tiempo,este texto tiene un número de puntos y se mueve desde la autoridad denuestro Señor hasta sus específicas directrices y su promesa. Si usted juntaestas partes, concluye con una declaración descriptiva que concierne altexto, tal como: "las palabras finales de Jesús", "la Gran Comisión de nues­tro Señor" o "el encargo final de Jesús a sus discípulos". Todo ello es unintento de afirmar 10 que es el texto, viéndolo como la suma de sus partes

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claras. A partir de este resumen descriptivo del texto es más fácil moversehacia una declaración temática más refinada.

El segundo texto que ilustra el mensaje acumulativo de un pasaje esRomanos 12:1-2. Evidentemente, esta es una exhortación apostólica basa­da en la presentación del evangelio por parte de Pablo en los capítulos1-11, y ello conduce a sus instrucciones prácticas a la comunidad en12:3-15:13. Las palabras del texto son ricas en significado y dan muchaevidencia de haber sido cuidadosamente seleccionadas. Exigen una entre­ga de sacrificio corporal (12:1) y luego exhortan a una decidida transfor­mación mental (12:2). La exhortación obviamente funciona como conjun­to, siendo apartada por el "por tanto" en 12:1, y el uso que Pablo hace de"légo gar..." en 12:3. Entonces, ¿de qué trata este texto? ¿Qye sentidoimportante agrega? ¿No trata de la reacción, la entrega, la respuesta apro­piada que "las misericordias de Dios" demandan de los "hermanos"? ¿Noes la exhortación apostólica a un compromiso total, a la luz de las miseri­cordias de Dios? Esto puede ser enunciado, expresado, elaborado proposi­cionalmente de varias maneras, pero la suma de las partes en el contextole proporciona el lugar donde comenzar.

Nuevamente, escriba el tema dominante. Cuánto más preciso yespe­cífico sea el tema, mucho mejor. De modo práctico, puede ser que ustednecesite comenzar con el tema aparente, enunciado tan sencillamentecomo sea posible, y continuar. Usted tiene mucho más que hacer, y 10 quesigue podrh imp'3.ct'3.r 1'3. m'3.ner'3. en que usted exprese su tema al final.

Bosqueje los pensamientos integrantesEl siguiente aspecto de la organización es aislar y bosquejar los pensa­

mientos integrantes. ¿Qié pensamientos integrantes se relacionan con esetema dominante expresado en el texto? Los pensamientos integrantes pue­den moverse según la secuencia narrativa o el fluir de la argumentación enuna epístola. Puede haber palabras clave, indicadores gramaticales u otrascaracterísticas textuales que ayuden al predicador a ver movimiento o secuen­cia que realmente apoyan la evidencia textual para el tema dominante.Escriba esos pensamientos, puntos o movimientos en una secuencia. Puedeque necesite una hoja de papel para desarrollar esta lista de pensamientos enforma de bosquejo que exprese las verdades del texto con relación al tema.

El bosquejodepensamientos integrantes debe ser bíblico. El bosquejo debeser fiel al texto. Los pensamientos integrantes debieran salir del texto, y no

jmponerse al texto. De esta manera, un buen bosquejo debiera reflejar los'pensamientos integrantes originales del texto. Las frases menores modifi­cadoras, o movimientos y pensamientos subordinados, debieran reflejarseen los subpuntos o en el desarrollo del mensaje, pero no en los puntosprincipales. Puede ser una ayuda para el predicador poner el párrafo, elversículo, la oración, la frase o la palabra (base textual característica para elpunto) exactamente al lado del punto cuando 10 escribe. Tal bosquejopuede ser confrontado con un bosquejo exegético; además, este bosquejohomilético debiera surgir de los resultados de su investigación textual. Denada sirve cuán bonito o lógico sea un bosquejo si no expresa los pensa­mientos textuales. El predicador tiene que ser selectivo, y tiene que buscarclaridad, especialmente en la presentación de la verdad del texto. Pero lanecesidad de claridad y selectividad no es una licencia para ignorar o per­der el énfasis original de un texto. Por tanto, sea bíblico y textual.

El bosquejo de pensamientos integrantes debe ser lógico. No estamoshablando de lógica sofisticada o filosófica. Antes bien, el bosquejo de pen­samientos integrantes debiera ser comprensible y ser una buena represen­tación de los pensamientos o movimientos en el texto. La "lógica" del textodebe ser captada en el bosquejo; además, debe haber claridad de pensa­miento y movimiento en el bosquejo mismo. ¿Cómo desarrolla usted talbosquejo? Primero, mantenga cada punto preciso y mutuamente exclusi­vo.' Asegúrese de que cada punto capte un énfasis, pensamiento o movi­miento concreto y distintivo en el texto. Al movernos hacia el sermónmismo, estamos tratando de desarrollar precisión homilética. Queremospoder proclamar de forma clara y definitiva este punto o pensamiento. Esmejor escribir con claridad cada punto antes que preocuparnos por laforma o el estilo. Confusión en cuanto a los temas principales de un men­saje fácilmente puede resultar en un mensaje confuso o un mensaje queadopta su propio plan y prioridades.

Para expresar una temática textual "lógica", el bosquejo debe tambiénestar conectado al tema. Esto ayuda a desarrollar lo que llamamos armoniosa

afinidad. Los pensamientos del mensaje están todos relacionados con el temay, por tanto, pueden ayudar a presentar ese tema de forma lógica. Por ejem­plo, digamos que el predicador está desarrollando un bosquejo sobre Mateo28:16-20 y ha escogido el tema: "La Gran Comisión de nuestro Señor" o "LaGran Comisión de nuestro Señor es dada a sus discípulos". Un bosquejopodría ser desarrollado presentando pensamientos o puntos misceláneos:

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1. Once discípulos2. El monte asignado3. ¿Está usted hoy adorando o dudando?4. Jesús tiene toda autoridad5. Debemos hacer discípulos a la manera de Jesús6. Jesús siempre está con nosotros7. Sea un discipulador8. Para ser un discipulador usted necesita ser un discípuloDesde luego, este bosquejo podría usarse en la predicación sin fomen­

tar error, pero le falta armoniosa afinidad porque a los puntos les falta "afi­nidad", tanto con el tema dominante como con los puntos mismos. Lospuntos son una combinación de: precisión textual (1,2), una pregunta (3),una declaración principal (4), aplicaciones (5,6), un mandato exhortativodirecto (7) y una concluyente observación y aplicación implicadas por eltexto (8). Muchas o todas estas palabras podrían ser usadas en un sermón,pero como bosquejo le falta fluidez lógica. Recuerde, estamos tratando dedesarrollar un bosquejo que mantenga nuestro centro en el tema domi­nante y nos lleve por los principales pensamientos integrantes del texto.Este bosquejo no es un bosquejo exegético, ni es una lista de palabras"apuntadoras" para mantenernos en la predicación. Es un intento de orga­

nizar (inicialmente) los pensamientos principales del texto, en especialcómo se relacionan con el tema del texto.

Considere los bosquejos de pensamientos integrantes que siguen:1. La autoridad de nuestro Señor para la Gran Comisión (28:18)2. La estrategia de nuestro Señor para la Gran Comisión (28:19-20a)3. La disponibilidad de nuestro Señor para la Gran Comisión (28:20b)

*****1. El poder del Señor para su Gran Comisión (28:18)2. El programa del Señor para su Gran Comisión (28:19-20a)3. La presencia del Señor para su Gran Comisión (28:20b)Algunos detalles del texto (28:16-17) no reflejados en el bosquejo pueden

necesitar ser cubiertos en la introducción o en un punto apropiado en el movi­miento del mensaje. Pero estos dos bosquejos ayudan a explicar lospensamien­

tosprincipales de la comisión y mantienen nuestro enfoque en la comisión.Para "darle unidad" a un sermón y mantenerlo en movimiento con un

progreso lógico, hay dos pruebas simples que se pueden aplicar a su bosque­jo. Primero está la prueba de la "palabra clave"." Esta palabra, generalmente

¡",.U1l sustantivo plural, puede identificarse para unir sus puntos. Como mues­t;,t:ra veamos una declaración: ''Al considerar 'la Gran Comisión de nuestro'Señor,' el texto presenta tres verdades motivacionales que necesitamos\;entender y a las que debemos responder hoy". La palabra clave es verdades.

.Jt:ste sustantivo plural identifica cada punto como una verdad, y cada ver­dad se relaciona con el tema. En otras declaraciones los sustantivos plura-les podrían ser lecciones, facetas, razones, dimensiones, directrices, imágenes,

etc., cualquiera que le dé el texto. Nuestra intención es ordenar los pensa­mientos y organizarlos para que se muevan de forma clara y lógica.

Otra prueba para el "pensamiento" claro de un bosquejo es poner cadapunto en una oración relacionando el punto con el tema. Considere esteejemplo: ''Al considerar esta mañana las dinámicas palabras concluyentesal Evangelio de Mateo, veremos que:

1. Nuestro Señor declara su autoridad y poder para la Gran Comisión2. Nuestro Señor presenta su estrategia y programa para la Gran

Comisión3. Nuestro Señor asegura su disponibilidad y presencia para la Gran

Comisión"De hecho, estas oraciones podrían ser la plena expresión de los pensa­

mientos integrantes en forma de bosquejo. La forma de oración puede serútil por todo el sermón, o puede preferirse una forma abreviada para quehaya simplicidad y claridad. Pero sin duda, poner los pensamientos inte­grantes en forma de oración ayuda a aclarar el pensamiento completo quese está expresando.

El bosquejo depensamientos integrantes debe ser aplicable. La predicaciónimplica la "contemporización" del mensaje textual." Animamos a los pre­dicadores a formular bosquejos que permitan un sencillo movimientohacia la aplicación por parte del predicador. Usted podría adaptar los sim­ples bosquejos anteriores en la siguiente forma:

1. Debemos responder a la Gran Comisión de nuestro Señor a la luz

de su autoridad2. Debemos responder a la Gran Comisión de nuestro Señor a la luz

de su estrategia3. Debemos responder a la Gran Comisión de nuestro Señor a la luz

de su disponibilidadEste bosquejo es una serie de exhortaciones y aplicaciones del texto,

pero mantiene contacto con el tema y los pensamientos del texto. Uno

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puede presentar un bosquejo aplicable sin lograr realmente la aplicación delos puntos. ¿Cómo se hace eso? Trate de que los puntos sean principios oafirmaciones en tiempo presente." Evite el tiempo pasado, nombres pro­pios del pasado o detalles del pasado. Usted está afirmando su punto en talforma que sea cierto y aplicable al oyente contemporáneo, tal como lo fuepara el oyente original. Para lograr un fácil movimiento del pasado al pre­sente, del texto al sermón, de la Biblia a la vida, debiéramos también evi­tar términos técnicos y complicada fraseología que requiera mucho desen­redo o explicación.

Cuando usted presente un bosquejo de josué 1:1-9, no solo detalle loque Dios le dijo a Josué; exprese las verdades que son reales y aplicablestanto para Josué como para nosotros el día de hoy. Romanos 12:1-2 puedeser bosquejado de tal forma que el compromiso exigido no sea únicamen­te para los creyentes en Roma en los años 50 a.c., sino que sea aplicable anosotros en la actualidad. 13

Una auténtica demanda de total compromiso1. Hay un llamado auténtico que debemos atender

1) Sostenido por el ministerio evangélico (12:1a)2) Basado en la misericordia divina (12:1a)3) Básico para la comunidad cristiana; "hermanos" (12:3ss)

2. Hay un total compromiso que debemos realizar1) La dedicación sacrificial de nuestros cuerpos (12:1)

(1) El contenido de la dedicación sacrificial (12:1b)(2) Los requisitos de la dedicación sacrificial (12:1b)(3) La importancia de la dedicación sacrificial (12:1c)

2) La transformación radical de nuestras mentes (12:2)(1) Los principios de la transformación radical (12:2a)(2) Los procesos de la transformación radical (12:2b)(3) El propósito de la transformación radical (12:2c)

El bosquejo anterior podría ser simplificado, pero ilustra un intento demantener los distintivos textuales que hay detrás de las verdades a la vezque se declaran en forma aplicable. Sería mucho más simple describir elcompromiso de esta manera: Sed consagrados (12:1); Sed diferentes (12:2),ambos a la luz de Romanos 1-11 y las misericordias de Dios. El temapodría ser: "Responder a la misericordia de Dios". Dependiendo del tipo demensaje y de la audiencia, el predicador tendría que decidir hasta dondemoverse en la expresión textual. Se puede decir, sin embargo, que cuanto

más pronto esté en el proceso de la organización, más cerca probablemen­te tendrá que estar el bosquejo de la fraseología y expresiones textuales.

El bosquejo de pensamientos integrantes debiera ser memorable. Pormemorable queremos decir dos cosas: "digno de recordarse'?' y tambiénque puede ser recordado, que es memorizable. Esto ayuda tanto al predi­cador como al oyente. Si algo es digno de recordarse, deberíamos tratar deexpresarlo de tal forma que pueda ser recordado. No estamos cavando enla teoría de la memoria o 10 que significa recordar. Solo estamos haciendosugerencias prácticas obtenidas de la observación y la experiencia que pue­den ser de ayuda. También, en este punto de nuestra preparación, nuestroenfoque todavía está en el bosquejo que estamos formulando, no en el ser­món mismo. Antes que nada, esfuércese por lograr sencillez. No queremossacrificar la verdad, pero deseamos simplificarla. Usted puede simplificarla verdad evitando las oraciones con detalles o pensamientos estructuralescomplejos. En cuanto sea posible, le animamos a la simplicidad en la selec­ción de las palabras. Hemos descubierto que la expresión complicada amenudo es un reflejo de una falta de entendimiento. Cuanto mejor enten­demos una verdad o un pensamiento, más clara y simple es la expresióny/o la explicación. Entre las opciones que usted tenga seleccione las pala­bras que sean mejor comprendidas y limite la extensión y la complejidadde los puntos en su bosquejo.

Después, tanto como sea posible, limite el número de puntos princi­pales y niveles de estructura. El sentido común, y posiblemente también laexperiencia, le dirán que un sermón con diecisiete puntos principales y tressubestructuras para cada punto le presentará un problema. No solo serádifícil recordarlos, sino que el sermón será un esqueleto al que le quedamuy poco para ayudarlo a sobrevivir. El texto necesita dictar el tipo debosquejo que aparece, pero el predicador puede que necesite combinar,resumir y simplificar legítimamente para asegurarse de que las verdadesprincipales sean declaradas y comprendidas. Algunas veces se hará paten­te que se necesitará más de un sermón para proclamar el tema y las verda­des relacionadas de forma sencilla y clara. A menudo, un trabajo duro bajola unción del Espíritu es lo que se necesita para extraer del texto detalla­damente 10 que debiera decirse. Charles Koller sugirió limitar el númerode puntos principales a cinco." Aunque el Dr. Koller promovía la predica­ción sin notas, tal limitación es en verdad una ayuda para el predicador ytambién para el oyente. Aun habiendo dicho esto, desde luego no se puede

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dar un número como corte final y absoluto; el predicador tan solo necesi­ta evitar amontonar puntos innecesarios unos encima de otros.

En tercer lugar, ayude a que la gente "oiga" el bosquejo. Esto sucededurante la presentación del mensaje como así también en el estudio.Presentar sus puntos en forma similar ayuda a la gente a oír y reconocerque cada punto está en secuencia o en serie. Prácticas sencillas, tales comousar el mismo número de palabras en cada punto, hacer repetición de pala­bras o frases clave en cada punto, construcciones simétricas, ritmo, alite­ración, etc., todo ello puede usarse para ayudar a la gente a "oír" el bosque­jo. Es cierto que el predicador puede pedir a la congregación que repita elpunto después que él ya lo haya repetido, pero ahora estamos hablando dela selección de palabras y de la construcción del bosquejo en sí. Empezarcada punto con las mismas palabras, frases o con la misma primera letraen las palabras, etc., atrae "audio" atención a un modelo, a una secuencia.Usted está atrayendo la atención a pensamientos paralelos colocándolos enforma paralela con características distintivas. La creatividad puede mejo­rar la claridad. A este respecto, un poco de trabajo para dar forma a unbosquejo puede ser de gran ayuda para la comunicación del mensaje.

John Phillips ha usado la imagen de un puente para explicar la alitera­ción útil y apropiada. El puente es la aliteración, pero lo importante es queusted utilice la misma entrada o salida cuando esté usando el puente. Debehaber coherencia gramatical (como también integridad textual). Si ustedtiene una entrada y una salida, las dos necesitan ser paralelas.

1. Hay poder del Señor para la Gran Comisión2. Hay programa del Señor para la Gran Comisión3. Hay presencia del Señor para la Gran ComisiónLas palabras poder, programa, y presencia son sustantivos y gramatical­

mente paralelos en estas frases u oraciones. En estas tres declaraciones seve la misma entrada ("Hay... del Señor...") y la misma salida ("...para laGran Comisión").

Con todas las posibles distracciones, como también los detalles nor­males de un buen mensaje, se necesita atraer la atención a las verdadesprincipales. El bosquejo puede resonar con más claridad y distinción si seda atención a la armonía de los puntos. Los paralelismos, las repeticiones,las aliteraciones, el uso de palabras rítmicas, y otros medios para revelarsecuencia y similitud son solo modos creativos de decir 1, 2, 3 o a, b, c.Pocos cuestionarían el valor de numerar sus puntos, indicando secuencia y

similitud. Lo único que estamos haciendo es animarle a ayudar a la gentea que oiga su bosquejo,

Por último, cuando sea posible, proporcione ayuda para que la gentepueda ver el bosquejo. No estoy hablando primordialmente del uso de unretroproyector, una proyección en vídeo, bosquejos e imágenes producidosdesde la computadora o entrega de bosquejos, sinopsis o manuscritos.¡Todas esas cosas pueden ser útiles, como también hacer que alguien seponga al frente con sus puntos escritos en cartulinas en momentos apro­piados! La escena, el tipo de servicio, el tamaño de la audiencia, la tecno­logía disponible y las finanzas determinan las varias ayudas que puedenusarse. Aunque el predicador necesita tener en mente que estas "ayudas"también pueden ser distracciones. Deben usarse significativa y cuidadosa­mente en escenarios apropiados.

El punto primordial aquí, sin embargo, es que el predicador necesitaexpresar y hacer énfasis en el bosquejo de tal forma que la gente sea capazde verlo. Esto significa que en el estudio dé atención a la selección de pala­bras y especialmente escoja palabras que, en un sentido, capten las verda­des del texto y las muestren. Considere los siguientes cuatro puntos de unmensaje sobre "El llamado a la acción": despertaos, levantaos, vestíos, poneosen línea. El texto es Romanos 13:11-14. Esencialmente, el texto es un lla­mado a responder, un llamado a la atención inmediata a la obediencia. Esun texto de avivamiento y renovación. El versículo 11 básicamente nosdice que despertemos. QIé quiere decir y por qué, están revelados en el ver­sículo. En el verso 12a se nos dice que "desechemos... las obras de las tinie­blas" porque "se acerca el día". El punto levantaos capta la idea del día queestá cerca y la necesidad de quitarse (por así decirlo) las ropas de dormir.Aunque la fraseología es un tanto "distante" de la terminología original deltexto, la misma capta la exhortación dada. Vestíos se apodera de "vistámo­nos las armas de luz" (v. 12c), y "vestíos del Señor Jesucristo" (v. 14a).Poneos en línea expresa los pensamientos del versículo 13, las exhortacio­nes a un comportamiento apropiado en contraste con el comportamientodominado por la carne. Este bosquejo es bíblico, lógico, aplicable y memo­rable. Capta las verdades básicas del texto, y comunica el papel exhortati­va y el propósito del texto. Además, capta y usa las imágenes y cuadrosexplícitos e implícitos en el texto.

Warren Wiersbe, quien ha contribuido mucho en el campo de la pre­dicación y la homilética, ha escrito de forma completa y específica en

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158'~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

cuanto a encor:trar, entender y usar las imágenes y cuadros bíblicos en lapredicación." El hace sonar una señal apropiada de alarma en contra delos bosquejos para sermones que parecen esqueletos secos y que no hacenmás que enumerar pensamientos desprovistos de explicación e ilustraciónsignificativa. Más tarde nos referiremos otra vez al estudio del Dr.Wiersbe, pero aquí se menciona con relación al punto que tenemos a lamano. Si el predicador va a usar un bosquejo, y de veras predica un bos­quejo en pleno sermón, que útil es cuando el bosquejo puede reflejar loscuadros y el propósito del texto. Si se puede sacar del texto la imagen dellenguaje explícito o implícito, eso ayudará a que el bosquejo pueda verse. Elbosquejar no debe esconder la apreciación de la vida y la creatividad deltexto; puede construirse sobre él y expresarlo, aunque en forma de bosquejo.

Nuestro punto principal aquí es ayudar a la gente a "ver" el bosquejo.Es importante evitar el lenguaje técnico y filosófico, pero igualmenteimportante es el uso del lenguaje que capte y exprese las verdades que haydentro del texto. Busque esa imagen de lenguaje como opción para eldesarrollo del bosquejo.

La predicación misma es una presentación visual y vocal. El predica­dor es parte del mensaje. Al predicar, la atención debe enfocar al bosque­jo por medio de gestos, lenguaje corporal, pausa, repetición, entonación,expresiones faciales, etc. Luego, por supuesto, todas las otras posibles ayu­das visuales pueden usarse para reforzar el mensaje vocal y visual. Sinembargo, en el estudio, el predicador necesita formular el bosquejo paraexpresar los pensamientos principales del mensaje, y para actuar comoguía de la finalización posterior del sermón.

Exprese el impulso motivadorLa tercera parte del proceso de organización es enfocarse en el impul­

so: el desafío, el asunto, la función determinada del texto. Volviendo a latrilogía de W. Graham Scroggie, animamos al predicador hacerse la pre­gunta: ¿Cuál es el impulso motivador? El tema dominante ha sido deter­minado y manifestado. Los pensamientos integrantes proporcionan"secuencia" al sermón. Ahora, nos enfocamos en lo que el texto, y en ver­dad el Señor del texto, nos ordena hacer con la verdad proclamada. De la~tapa ~e exégesis en la preparación, nos damos cuenta que el texto esintencional y que su propósito necesita ser considerado. Pero aquí estamospensando homiléticamente, pensamos lo que el sermón necesita inspirar

Elpredicadory lapreparación: organización ."". 159

en respuesta a la verdad en la actualidad. ¿Qyé demanda y merece la ver­dad como respuesta? ¿Cuál es la respuesta apropiada que sea claramenteexpresada, implícita en el texto, o intrínseca al texto debido a su género,contexto, tema principal, temas globales, etc.? Este sentido de llamado,propósito e impulso debería impregnar el mensaje, y generalmente será elcentro de la conclusión del mensaje. Más tarde discutiremos los diferentesaspectos de la conclusión, cuando estamos finalizando el mensaje. En estepunto, la necesidad es clarificar qué es la verdad y el impulso, y cómo pue­den expresarse mejor en ese sermón.

El tema dominante y el impulso motivador pueden ser similares en lostextos que básicamente son exhortativos. Un texto como Romanos 12:1-2es una exhortación. En el caso de este texto fundamental en la epístola aRoma, el tema y el impulso podrían ser muy similares en fraseo. Uno seríadescriptivo o indicativo (el tema) y el otro sería prescriptivo o imperativo(el impulso). El tema podría ser enunciado como: "Un llamado auténticoa un total compromiso". El impulso podría ser: "Oíd el llamado auténticoy realizad el total compromiso". El tema resume la sustancia del texto; elimpulso expresa el "llamado" del texto en términos de respuesta.

Considere un texto como 1 Reyes 11:1-13. No se presenta ningunaexhortación directa. La narración y las palabras de Dios a Salomón debi­do a su desobediencia son claras en el texto. El tema es la desobediencia,pero más específicamente el corazón que se aleja del Señor Dios.

Uno podría titular tal mensaje de muchísimas maneras interesantes,pero en el corazón del texto está la seriedad de la desobediencia que condu­ce a que el corazón se aleje de Dios. En verdad, el tema de este texto es laseriedad del problema espiritual del corazón. Los pensamientos del textofluyen como sigue: (1) los hechos o las causas que llevan al alejamiento delcorazón, (2) los detalles de la evidencia y el alcance de los actos desobedien­tes que fueron parte de la condición del corazón de Salomón, y (3) la res­puesta de Dios a Salomón. Todo esto podría expresarse de otra manera:

1. Las causas del problema espiritual del corazón2. La condición del problema espiritual del corazón3. Las consecuencias del problema espiritual del corazón¿Pero cuál sería el impulso? Este tipo de texto parece tener un impulso

obvio, pero necesita considerarse en el contexto. Los temas de 1 y 2 Reyesayudarán al respecto. Por supuesto, el predicador tiene que dar una adver­tencia contra la desobediencia que lleva a tal duplicidad y poca integridad en

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160 .:~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory lapreparación: organización 161

nuestras vidas. De tal modo que hay un impulso de advertencia, y esto cier­tamente está en línea con la intención de Reyes como un todo. El libro ter­mina con Israel en el exilio, seguido por judá en la cautividad. El comentarioen 2 Reyes 17:7-41 es claro. El impulso de advertencia en el sermón enton­ces exigiría la obediencia y no la desobediencia, la lealtad al pacto y no uncorazón dividido, y un reconocimiento de las consecuencias reales del peca­do. ¿Pero eso es todo lo que hay? Pensamos que tal impulso sería apropiado,pero hay algo implícito en el texto que también podría ser significativo comoverdad equilibradora. Dos veces en la primera parte del texto se contrasta aSalomón con David (vv, 4, 6). Dos veces en las palabras de Dios a Salomón,Él se refiere a un ajuste del castigo "por amor a' David (vv, 12, 13). Tales refe­rencias en el texto no son incidentales, y expresan un contraste obvio. A pesarde los graves pecados de David, su corazón fue leal al Señor Dios. El reyDavid siguió plenamente al Señor; Salomón no lo hizo. Además de la adver­tencia del texto, el cual está en consonancia con todo el mensaje de Reyes, laexhortación a una devoción y una obediencia de todo corazón parecería serun impulso apropiado implícito en el texto. Desde luego, estos son los "lla­mamientos", los "desafíos"del texto: una advertencia contra la deslealtad y ladesobediencia y una exhortación a ser leales y obedientes.

Esta advertencia y esta exhortación pueden presentarse en el contextode las promesas y de las bendiciones de Dios hacia Salomón, que los capí­tulos 1-10 de 1 Reyes dejan claras. Aun los "ajustes" del castigo de Diospor amor de David indican la misericordia divina y el pacto de fidelidadjunto a los necesarios castigos de Dios. No estamos explorando con pro­fundidad las perspectivas bíblicas y cristológicas, pero estos indicadorescontextuales y textuales claramente nos apuntan hacia el marco de la gra­cia, la bendición y la fidelidad de Dios, y la gravedad y la tristeza de la infi­delidad como respuesta. El libro de Hebreos en verdad ofrece muchas ver­dades paralelas en el contexto del Nuevo Testamento.

Hay muchas maneras de presentar la sustancia o la esencia de un men­saje. Aunque en breve, usted necesita empezar en alguna parte, moverse yfinalizar en alguna parte. El tema dominante, los pensamientos integran­tes y el impulso motivador le ayudan a moverse desde el principio hasta elfinal. Si una persona quiere el sermón en una frase, para hacerlo puedecondensar el tema, los pensamientos y el impulso. En el texto de Romanos12:1-2 oímos un auténtico llamado apostólico apoyado por el ministerioevangélico, basado en la misericordia divina y fundamental para la comunidad

cristiana: un llamamiento a un total compromiso que consiste en unadedicación sacrificial de nuestros cuerpos y una transformación radical denuestras mentes; y un compromiso que resulta en auténtica adoración ydiscernimiento de la voluntad de Dios, la cual necesitamos oír y respon­der a ella con un total compromiso. Omita los pensamientos integrantes ytendrá en Romanos 12:1-2 un auténtico llamado a un compromiso total,el cual debemos oír y al cual tenemos que responder. En 1 Reyes 11:1-13la gravedad de la dificultad espiritual del corazón se describe en términosde sus causas, su condición y sus consecuencias, advirtiéndonos contra dela deslealtad y la desobediencia (y exhortándonos a la fidelidad y la obe­diencia). Mateo 28:16-20 podría ser presentado de la siguiente manera: elJesús resucitado presenta su Gran Comisión a sus discípulos en la quedeclara autoridad, estrategia y disponibilidad para cumplir la comisión,una comisión a la que nosotros tenemos que responder como discípuloscomprometidos a hacer discípulos.

Las formulaciones anteriores del tema, los pensamientos y el impulsodeberían abreviarse y agudizarse para propósitos homiléticos. Al inicio, elpredicador puede escribir en una hoja el tema, los pensamientos y elimpulso, y luego afinarlos para asegurar sus cualidades textuales, lógicas,aplicables y memorables.

Probablemente tal proceso inicial de formulación, transición yorgani­zación del sermón necesitará realizarse dentro de una décima parte deltiempo de preparación que tenga el predicador. La encrucijada o dependen­

cia en todo el proceso de preparación es el movimiento desde las verdades del

texto al tema, lospensamientos y el impulso del texto expresados homiléticamen­

te. Usted está haciendo una transición de la verdad revelada a 10 que esnecesario decir para proclamar y explicar esa verdad. Usted está haciendouna transición del proceso teológico exegético al proceso homilético. Elpredicador está pensando ya en la comunicación. Cómo pueden ser expre­sados el tema, los pensamientos yel impulso del texto, no solamente en 10bíblico y en 10 textual, sino también de forma lógica, aplicable y memora­ble. Con este cuidado de la expresión entonces, el tema, los pensamientosy el impulso del texto llegan a convertirse en el tema, los pensamientos yel impulso del sermón que se anticipa. El sermón mismo ahora está orga­nizado en un nivel básico y puede desarrollarse más ampliamente. El textodebe seguir siendo el que gobierna el sermón, aunque el énfasis ahora esté

en la comunicación del texto.

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CAPÍTULO DIEZ

EL PREDICADOR Y LA~

PREPARACION:~

FINALIZACIONOcúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides

el don que hay en ti... Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas,

para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de

ti mismo y de la doctrina; persiste en ello,pues haciendo esto, te

salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

1 TIMüTEü 4:13-16

Las verdades esenciales del mensaje han sido traducidas al tema dominan­te, los pensamientos integrantes y el impulso motivador. Estos elemen­tos organizadores proveen el marco para pensar en la forma específicay

en las palabras del mensaje. En lo posible, recomendamos que el predicadoremplee tanto tiempo, pensamiento y oración como le sea posible al siguien­te aspecto de la preparación: la finalización del mensaje. En esta etapa seríabeneficioso ayudarse con la preparación de un manuscrito.

PRINCIPIOS DE FINALIZACIÓN

El proceso de confeccionar un manuscrito es tan importante como pro­ducirlo. Escribir ayuda al predicador a meditar en el mensaje y a captarlo enpalabras específicas. Así, el manuscrito puede llegar a ser una herramientapara repasar, relacionar y ensayar el mensaje. También puede archivarse oguardarse de alguna forma para futura referencia. Pero antes de predicar,

El predicadory lapreparación: finalización ,%. 163

es importante que usted tenga un mensaje bíblico vital, y no solo un manus­crito para presentar. Expondremos un sistema o disciplina para ayudarlo aproclamar un mensaje "encarnado", sea que usted use un manuscrito, notaso no use nada en el púlpito o en la esquina de una calle.

Desde luego, hay ocasiones en que es difícil y aun imposible realizarun manuscrito completo. Entendemos eso. Pero lo recomendamos espe­cialmente como una disciplina y práctica para la preparación de nuevosmensajes. El manuscrito puede que nunca se presente en público; simple­mente puede ser un medio de preparación y preservación del mensaje, loque en sí, es una mayordomía válida del tiempo y la reflexión. Esta disci­plina obliga al predicador a meditar en todo el mensaje y prestar atencióna la comunicación real del mensaje. Cada palabra presenta una elección yun compromiso de parte del predicador. Por tanto, tiene que seleccionar yregistrar los detalles del mensaje. Tal proceso no solamente asegura que elpredicador haya pensado en todos los detalles del mensaje, también ayu­dará a la habilidad del predicador para escoger las mejores maneras de"expresar" el mensaje.

El predicador no está predicando para demostrar habilidad retórica opara impresionar a la audiencia con un vasto vocabulario. Por otra parte,está buscando escoger la mejor manera de expresar y comunicar la verdadpor la cual es responsable. Las palabras son herramientas. La disciplina deexpresar en palabras un manuscrito puede reforzar el vocabulario del pre­dicador y su habilidad de escoger las maneras más apropiadas de explicar,aplicar e ilustrar el mensaje.

PROCEDIMIENTOS DE FINALIZACIÓN

Escriba el sermón con mucha oración¡Ore, piense, escriba! Usted tiene como guía el tema, los pensamientos

y el impulso. Un mensaje puede desarrollarse y formarse de muchas mane­ras, pero la prioridad es proclamar la verdad del texto o los textos sobre labase de la autoridad textual. Para los propósitos de nuestra discusión, ycomo un sencillo modelo para reflexionar, dividiremos el contenido delmensaje en introducción, exposición y conclusión (peroración).Dependiendo del tipo de mensaje y de la preferencia y la necesidad delpredicador, él puede tomar la decisión de empezar su escrito en cualquie­ra de esas tres divisiones en el discurrir del mensaje. Si el predicador se

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164 .•~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory lapreparación: finalización 165

queda "atascado" en una lucha con los asuntos introductorios, puede sersabio pasar al primer punto principal en el mensaje, el cual ya se conocepor los aspectos previos de la preparación. Si alguien tiene la tendencia aapresurar la escritura de la conclusión y no meditarla, entonces comenzarcon la conclusión es algo para considerar. La presentación que sigue semueve desde la introducción a la exposición hasta llegar a la conclusión.

La introducción. La introducción no es solamente ofrecer las primeraspalabras u oraciones de un sermón. Es el estilo de expresión que presentaal mensajero y su mensaje a la audiencia especial a la cual se está dirigien­do. La introducción sirve también como una transición verbal de cualquiercosa que haya sucedido en la experiencia de los oyentes en el caso de lapredicación. Así que, además de introducir apropiadamente el tema domi­nante del mensaje, la introducción realmente empieza una nueva actividada la que la gente responderá y debe responder. Debido a la naturaleza únicade cada ocasión de predicación, la introducción al mismo mensaje básicopuede diferir sustancialmente en diferentes ocasiones. Además, una intro­ducción planeada puede diferir bastante de la presente introducción dada.Sin embargo, es útil meditar con atención en la introducción del mensajepara asegurarse de que se han incluido los elementos esenciales.

En términos generales, la introducción debe presentar el tema (el temadominante) y el objeto (la esencia, el propósito, el impulso motivador) delmensaje a los oyentes. ¿Sobre qué está predicando usted, y por qué 10 hace?El predicador no está, por decirlo así, dando "todas las respuestas" en lasprimeras frases del mensaje, pero está diciendo que él tiene "una respues­ta" sobre la base de la Palabra de Dios. Se necesita una clara, honesta yvaliente proclamación de 10 que va a exponerse y de la meta del mensaje.

Según la ocasión y la audiencia, puede haber necesidad de una presen­tación del mensajero como también de la actividad de la predicación. Hayun número de asuntos aceptados por parte de los miembros informados deuna congregación en el servicio o la función regular de una iglesia. Cuandoun predicador sube a un púlpito en un tiempo específico durante un ser­vicio de adoración, abre una Biblia, y empieza a hablar como se indica porescrito en un "orden de adoración", entonces ya se han establecido expec­tativas. Para muchos, hay respuestas a las preguntas básicas en cuanto alrol del predicador y la naturaleza de la predicación, y por 10 menos muchossaben (al menos en parte) qué es 10 que está sucediendo. Pero en situacio­nes únicas, y aun en servicios regulares de la iglesia, el predicador puede

necesitar explicar 10 que está haciendo como predicador y por qué 10 estáhaciendo. El mensaje y et mensajero no pueden separarse, y cuando elmensajero no es conocido o no se comprende su rol, podría haber necesi­dad de una cuidadosa y breve explicación.

El centro de la introducción es la presentación del tema dominante delmensaje. Este tema es la verdad del texto ahora enunciado para el sermónyel evento de la predicación. El tema debe distinguirse del título, el cualtal vez solo presenta a la gente el verdadero tema. No hay nada malo endecir: "El terna de este mensaje es...", "El argumento del sermón de hoyes...", "La maravillosa verdad que estamos proclamando hoyes que ...","Hoy quiero que nosotros oigamos y respondamos al texto de la Palabrade Dios al considerar la verdad dinámica...". Por cierto que hay lugar parala creatividad y la necesidad de ser cuidadoso cuando uno comienza elmensaje. Aunque recomendamos, sin embargo, que haya claridad desde elprincipio. El tema del mensaje, el cual está basado en un terna dominanteen el texto, se presenta como el argumento del que se ocupa el sermón.

Al lado de la clara declaración formal del terna hay otros dos ingre­dientes que recomendamos en la introducción: el trasfondo del texto y lacarga del mensaje. El trasfondo del texto introduce a los oyentes a la fuen­te de procedencia textual y de autoridad de la verdad que se está declaran­do. La cantidad de información que se ofrezca en el trasfondo diferirádependiendo del tipo de texto, mensaje, ocasión y audiencia. Parte de estainformación puede compartirse antes de leer el texto, o puede presentarsemás adelante. Por supuesto, 10 que se desea en todas las situaciones es unapresentación creativa de los asuntos contextuales e históricos para ayudara los oyentes a entender tanto el texto como la verdad de este. Las mismasbarreras potenciales que el predicador afronta en el estudio, las afronta laaudiencia cuando oye el sermón. Un compromiso a la inerrancia y la rele­vancia bíblicas no quiere decir que sea innecesaria tal explicación del tras­fondo del texto. Por el contrario, el predicador está revelando la naturalezamisma de las Escrituras tal como las ha dado Dios. Un escenario histórico ycontextual se explica de tal forma que capacita a la gente para entendermás plenamente el texto, al mismo tiempo que les ayuda a apreciar la ver­dad permanente, y sin duda críticamente relevante, que se está declarando.Como hemos indicado en nuestra discusión de la investigación del texto,con frecuencia el propósito original del texto puede conducir directamen­te al propósito del mensaje del predicador. Esta conexión es un buen

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166 .•.'%. GUíA DE PREDICACIÓN EXPOSlTIVA El predicadory lapreparación: finalización 167

punto central para la presentación de la información del trasfondo. El"qué" y el "porqué" del texto original pueden presentarse en contraste conuna descripción creativa del texto.

El contexto de un estudio bíblico puede exigir una detallada informa­ción de trasfondo en consonancia con el propósito de la ocasión y el tiem­po disponible. Por otra parte, un mensaje evangelístico en la esquina deuna calle puede principalmente necesitar la simple declaración del hechode que las palabras, que el predicador está próximo a citar, son palabrasautoritativas de la Palabra de Dios sobre un asunto en particular. En cual­quiera de los dos casos, una exposición temática textual buscará atraer laatención al texto de la Palabra de Dios como la autoridad de lo que estásiendo proclamado. El predicador está presentando el texto como un texto"viviente" que es relevante para los oyentes. Permitir los denominadorescomunes que están entre el marco histórico contextual del texto y el de losoyentes ayuda a señalar la importancia continua del texto para la audien­cia contemporánea. El texto es autoritativo y relevante porque es parte dela Palabra de Dios; punto. Esa autoridad y relevancia están afirmadas eilustradas a medida que se muestra la conexión entre las realidades deltexto y las realidades de la audiencia. Esta conexión no está basada en últi­ma instancia sobre las similitudes existenciales, sino sobre los fundamen­tos de la inmutable naturaleza de Dios, las "constantes" en la naturalezadel hombre y la verdad permanente de la Palabra de Dios.

Recientemente oímos un mensaje basado en los primeros tres versícu­los de Hebreos. Uno podría pasar tiempo discutiendo varios asuntos con­cernientes a la fecha y la autoría de esta maravillosa epístola. Se podríanreferir muchos de los rasgos desafiantes de la epístola, ¿pero con qué pro­pósito? La meta es afirmar la naturaleza autoritativa del texto y hacer quesea comprensible para los oyentes. En esa ocasión el predicador, con crea­tividad y con sencillez explicó cuándo y para quién fue escrita la epístola.Con sencillez se presentó la posible fecha de la epístola, sin discusiones aca­démicas. Fue compartida una gráfica experiencia personal que ilustraba losverdaderos asuntos que afrontaban los judíos expuestos o convertidos alcristianismo. El tema de la epístola, captado en la palabra mejor, fue sucin­tamente explicado. La introducción nos ayudó a ver el texto dentro de sucontexto original.

En la predicación expositiva no se necesita presentar en forma acadé­mica una información sobre el trasfondo. El predicador no debe llevar a

los oyentes a su estudio. Esa es la forma perezosa de presentar tal infor­mación. No, el predicador debe presentar los frutos de su investigación detal forma que el texto se vea según lo que realmente es: la Palabra de Diosviva y permanente. En términos generales, el predicador debería evitarpresentaciones sin propósito de banalidades del trasfondo y listados tedio­sos de opciones y posibilidades que podrían dar una errónea impresión.Un escenario de un estudio bíblico específico o una clase puede requerirpresentaciones más completas, como lo hemos observado, pero el escena­rio congregacional no demanda esto. Otra posible excepción podría ser siel predicador está empezando una serie expositiva de un libro bíblico yquiere dedicar una cantidad significativa de tiempo al trasfondo y al "cua­dro completo" del libro en un mensaje. Aun así, debe tenerse cuidado dehacer una presentación determinada y práctica de este materiaL

La introducción debería incluir, también, el peso del mensaje. En otraspalabras, el predicador ha de comunicar porqué se está predicando el men­saje. Todo mensaje del predicador debería ser crucial, y en un sentidodebería expresarse la naturaleza crucial del mensaje. Si el predicador pre­dica practicando la encarnación, este aspecto crítico y vital del mensajeserá sentido personalmente y con mucha pasión por el predicador. Es desuprema importancia para el predicador que el mensaje sea declarado yaceptado. El último interés no es impulsado por un deseo de popularidado de éxito, sino más bien porque el predicador anhela que la verdad searecibida y se responda a ella con apropiada obediencia. El predicador sabeque la verdad es digna de obediencia, y sabe que la obediencia tendrá unimpacto significativo en las vidas de los oyentes. El predicador cri,stiano noes una voz indiferente, que ofrece un mensaje con neutralidad. El conoceel valor de la verdad que declara, en primer lugar porque es la verdad deDios, pero también por los beneficios de esa verdad en las vidas de aque­

llos que respondan como Dios lo requiere.La carga del mensaje puede comunicarse de varias maneras. El predi­

cador puede expresar su interés personal, puede contar una ilustraciónsobre la necesidad de la verdad, puede servirse de material bíblico, etc. Elpredicador necesita hacer saber a la audiencia que este mensaje es, dehecho, para ellos, y que marcará una diferencia en sus vidas. Los oyentesdeben sentir que el predicador ve esa predicación específica como unaactividad decidida. Es vital que la audiencia del predicador oiga ese men­saje y responda. Además, el propósito del mensaje puede comunicarse de

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168 .'% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory lapreparación: finalización 169

modo claro y directo, y esta necesidad no debe dejarse para la conclusión. "Mipropósito en esta mañana, sobre la base de la verdad de la Palabra de Dios,es hacer un llamado a todos los que me oyen..."; "Mi carga en este mensajees ayudarnos a cada uno a evitar las serias consecuencia de..."; "Todos noso­tros el día de hoy tenemos que tomar una decisión en cuanto a la verdad queestoy declarando. Hoy estoy haciendo un llamado a la obediencia...". En elcapítulo anterior hablamos sobre el impulso motivador del mensaje. Este esel llamamiento, el desafío, la demanda, la respuesta apropiada necesaria a laverdad del texto. La carga del mensaje y el predicador conducirán al impulsomotivador del mensaje. El predicador tal vez no pueda expresar plenamenteo acentuar con mucho peso el impulso motivador al introducir el mensaje,pero la carga básica o simple del mensaje es importante.

Puede ser que el predicador expreseel tema, los pensamientos y el impul­so completos de un mensaje en la introducción. Una visión de conjunto abre­viada del sermón podría incluir una presentación clara del tema dominante yel impulso motivador. Colocar estos dos puntos en una o dos oraciones pon­dría juntos al sujeto y al objeto del mensaje. Desde luego, el predicador debetener un buen entendimiento de estos elementos organizadores, aun cuandono todos sean expresados con claridad al principio del mensaje.

Puede darse mucho énfasis a la introducción desde el punto de vistade la comunicación, ya que este es el primer contacto importante con laaudiencia. Debe tenerse cuidado de no desperdiciar estos momentos pre­ciosos. (Volveremos a esto en el próximo capítulo.) Aunque aquí queremoshacer énfasis en 10 que debe redactarse en el manuscrito. No hay necesi­dad de elaborar la introducción. En realidad, un problema común con lasintroducciones es que son muy largas. Esta tendencia puede frenarse colo­cando parte del material de una larga introducción en el cuerpo de laexposición, o eliminándolo todo. Deben sugerirse límites de tiempo paralas introducciones, pero obviamente la longitud variará de mensaje a men­saje. La clave es decir 10 que necesita decirse y luego pasar al cuerpo delmensaje. Debe haber un sentido del movimiento, y darse significado a lapresente explicación del texto mismo. Enfóquese en la comunicación deltema dominante, el trasfondo del texto y la carga del mensaje.

Si todavía no se ha leído la Escritura, la lectura del texto necesitarápreceder o ser una parte de la introducción. Esta debe ser meditada cuida­dosamente, poniendo gran importancia en la lectura misma del texto. Eltiempo debe ser distribuido adecuadamente para una lectura significativa sin

ninguna sensación de apuro. El predicador necesitará saber cuándo debeleerse la Escritura cuando esté realizando la introducción. Otra considera­ción importante es la oración. Recomendamos hacer una oración específicacon relación a la predicación del mensaje. Por supuesto, esto se hace separa­damente antes de la predicación, pero en cualquier contexto de predicaciónes apropiado el reconocimiento del Señor y la dependencia del predicadorhacia Él. Estudie las acciones de gracias y las oraciones del apóstol Pablo ensus epístolas y observe cómo se relacionan con el contenido que las rodea ole siguen. Es apropiado que el tema y la carga de un mensaje sean levanta­dos al Señor en oración con un sentido de completa dependencia de Él.

El predicador puede ampliar una preferencia en la manera en que élprocede al principio del mensaje. Puede leer la Escritura (con o sin ante­cedentes o comentarios explicatorios), luego orar y empezar la introduc­ción del mensaje. Puede preferirse otro modelo. Lo importante, sinembargo, es que se les preste cuidadosa atención a cada una de estas acti­vidades significativas. El predicador debería planear proceder de unamanera en particular, aun cuando el plan sea cambiado al estar frente a lagente. Estos asuntos deberían ser meditados, y un buen momento parahacerlo es cuando usted está escribiendo la introducción.

La exposición. La exposición misma busca proclamar la verdad deltexto sobre la base de la autoridad y la explicación textual. El bosquejo quese ha formado sirve como guía una vez que el predicador busca escribir lasustancia del sermón. El predicador necesita volver al bosquejo y verlo conrelación a la introducción. Se necesitará una declaración transicional oserie de declaraciones para pasar de la introducción al primer y principalmovimiento de la exposición. Las expectativas que el predicador ha levan­tado con la introducción deben cumplirse por medio del contenido de laexposición misma. Si el predicador está luchando por obtener las correc­tas oraciones transicionales, una buena manera de proceder es decir a lacongregación cómo usted va a expresar el tema en el cuerpo del sermón.El "qué" del sermón ha sido presentado, y el "porqué" del sermón, al menosen parte, también ha sido presentado. Ahora usted les está diciendo"cómo" va a seguir el mensaje, cómo va a ser proclamada y explicada la ver­

dad, cómo se moverá de este punto en adelante.Las exposiciones pueden tomar muchas formas. Haddon W. Robinson

presenta útilmente cierto número de estas formas.' Él discute: "Una idea quedebe ser explicada", "Una proposición que debe ser aprobada","Un principio

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170···'% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITlVA

que debe ser aplicado", "Un asunto que debe ser completado", "Una historiaque debe ser contada", y otras formas. La misma diversidad de las Escrituras,de las verdades que necesitan ser declaradas, y las audiencias y circunstan­cias hacen que el predicador considere con mucho cuidado cómo debedesenvolverse la exposición. El bosquejo ya desarrollado ha de representarlos principales movimientos del mensaje, y señalar una forma especial deexposición. Este bosquejo habrá salido del estudio textual directo y deberepresentar el fluir del texto y a la vez revelar, declarar, explicar, demostrar,etc., la verdad del texto. Si en este punto de la preparación el predicadorpiensa que debe adoptar otra forma para el sermón, puede ajustar el bosque­jo en la forma que corresponda. Se requiere sensibilidad hacia la verdad y eltexto, y el predicador debe buscar crear el mensaje de forma que se preser­ven la verdad y el propósito del texto. Hay espacio para mucha creatividad,especialmente esa creatividad que busca tomar su guía del texto mismo.

Una vez que el tema dominante, los pensamientos integrantes y elimpulso motivador del mensaje estén en forma práctica final, serán lasafirmaciones básicas del mensaje así como las guías prácticas cuando ustedescriba el cuerpo de la exposición. Mientras está redactando el sermón, elpredicador debe siempre tener en mente el tema dominante (TD). Este esel elemento unificador para el contenido y la proclamación. Cuando elpredicador esté tentado a salirse por la tangente, necesita preguntarse:"¿Estoy todavía proclamando mi tema? ¿Estoy todavía presentando elmensaje?". Los pensamientos integrantes (PI) aseguran que el predicadoresté siguiendo la exposición afianzando los aspectos de la verdad que hade ser declarada. Si los PI están cuidadosamente relacionados con el TD,entonces el movimiento estará unificado. Los PI guiarán de modo signi­ficativo y decidido hacia la expresión final del impulso motivador (IM). Elconocimiento del 1M ayudará al predicador a mantener el propósito entoda la exposición, especialmente cuando se mueve hacia la conclusión.

El cuerpo de la exposición se mueve con la ayuda de los PI. Repasecómo fluyen los PI previamente formulados. ¿Necesitan algún ajustemientras usted trata de escribir el contenido del mensaje? La escritura dela introducción puede haber traído a su mente ciertas ideas nuevas. Ahorausted puede pensar que el mensaje adoptará una forma ligeramente dife­rente, y el bosquejo se adapta sin sacrificar la verdad. Una vez que ustedtenga claridad en cuanto a cómo fluyen los PI, entonces haga la transiciónal primer punto, declare el primer punto (los primeros PI), y escriba el

El predicadory lapreparación:[inalizacum:« 171

desarrollo de ese punto, principio o verdad, el cual es su movimiento prin­cipal en el cuerpo de la exposición.

Por lo general, cada punto o movimiento en la exposición representa­rá un pensamiento integrante con apoyo textual. La verdad domina el ser­món y el texto domina la verdad. Pero el predicador tiene muchas mane­ras de expresar la verdad sobre la base del apoyo textual. Para simplificarla presentación de todas las opciones posibles que el predicador podríausar para expresar el mensaje, trataremos con cuatro categorías de mate­rial: explicación, aplicación, ilustración y transición.

Explicación. El punto en el bosquejo representará la esencia de la ver­dad textual que está siendo declarada y explicada a esta altura del sermón.El predicador se limitará a sí mismo en este punto de esa sección, versícu­lo, oración, cláusula, frase o palabra que apoya, expresa, demuestra, repre­senta, declara, y además autoriza la verdad o punto que se está establecien­do. El predicador enfocará esta parte del texto y lo expondrá a la gente.Puede ser necesario volver a leer el texto. Puede ser de utilidad expresar deotro modo las palabras u oraciones difíciles. El predicador necesita que lagente capte el fluir de pensamientos dentro de esta sección específica deltexto. Pueden ofrecerse puntos de vista expositivos que aclaren y represen­ten el significado de palabras importantes. La meta es explicar el texto, yexplicarlo de una manera que lo abra a los oyentes, siempre dependiendode que el Espíritu Santo haga la obra que solo Él puede hacer.

El predicador necesita poner atención al tipo de texto con el que estátratando. Un texto narrativo puede necesitar ser relatado otra vez para dara los oyentes un sentido del texto en su conjunto. Los principales perso­najes pueden necesitar explicación en términos de sus papeles en la narra­tiva. Acciones significativas, discursos, nombres o lugares pueden necesi­tar explicación especial, ya que el rol de estos detalles puede no ser obvioen una lectura inicial. El predicador siempre tiene que recordar que aun­que él ha estado trabajando con ese texto en la preparación para este men­saje, ¡la audiencia puede haber pensado en ese texto solo los últimossegundos! Para explicar una declaración profética, el predicador puedenecesitar presentar creativamente el escenario y la escala de valores en losque esas palabras tienen su significado e impacto original. La seleccion" delEvangelio puede necesitar ser relatada con vista al detalle que la audiencia

• N. del T.: Ver nota en pág. 148

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no ve en una lectura inicial. El material epistolar puede necesitar ser desem­pacado con cuidadosa intención de expresar los conceptos e instruccionesprincipales y argumentar o defender la verdad como lo hizo el apóstoL

Estamos esforzándonos por una explicación exacta, creativa y dinámica.Las palabras necesitarán ser definidas simple, vívida y exactamente. Frases,cláusulas, oraciones o aun párrafos dificiles necesitan una útil discusión. Alproceder con la verdad que usted está declarando, esta debe ser evidente talcomo el texto la expresa. Idealmente, el oyente debería ser capaz de regresaral texto y reconocer las conexiones significativas que usted está haciendo.Hágase la pregunta: ¿Cómo puedo explicar mejor esta sección del texto?Evite comentarios exegéticas innecesarios o detalles que no sean importan­tes para las verdades que están siendo expuestas y proclamadas.Inevitablemente, el predicador necesitará ser selectivo; no puede decir todoacerca de todo en el texto. Por eso se ha pasado tiempo para desarrollar unbosquejo organizador. Ese bosquejo se enfoca en los intereses primarios deltexto según su relación con la verdad original dentro del mismo.

Desarrollar sus habilidades de explicación es una búsqueda valiosa.Note cómo el material bíblico explica por sí mismo la verdad. Aprenda delos grandes predicadores y maestros observando cómo explican ellos real­mente las verdades, los conceptos y los puntos que elaboran. Considere elvalor de explicar el punto de distintas maneras para reforzar el significa­do. Usted puede procurar repetir, expresar de otro modo y proveer ideasexegéticas que usted mismo haya recogido. Puede usar un paralelismo opuede contrastar una expresión bíblica para apoyarse y explicar los detallestextuales. La selección de buenas citas puede arrojar luz. Proporcionar unmarco de preguntas y respuestas en la explicación puede mantener la aten­ción de los oyentes. Usted busca ayudar a que la gente reflexione sobre laverdad que está en el enfoque, y que también piense en el texto.Obviamente, el nivel de exploración y discusión exegética dependerá deltexto, de la audiencia y de la situación. Pero el predicador debe capacitar asus oyentes para que entiendan los elementos esenciales del texto tal comose relacionan con la verdad que se está declarando. En una u otra forma elpredicador va a separar estos elementos para atraer la atención a ellos yentonces mostrar cómo se relacionan con el fluir del texto.

La ilustración. La ilustración está estrechamente conectada a la expli­cación. Bajo la categoría de ilustración discutiremos varios medios paradar luz a la verdad, al texto y aún a la aplicación. El predicador necesita

determinar cuándo es necesaria una explicación más avanzada por mediode una vívida ilustración, ejemplo o descripción.

Desde luego, el predicador debe considerar si una ilustración es nece­saria o no con relación a las verdades principales que se están exponiendo.Particularmente las ilustraciones son útiles cuando la exposición demandadetalle y cuidadosa explicación. Conceptos teológicos, demandas y exhor­taciones directas y material didáctico pesado, a menudo requieren expre­sión ilustrativa. Por otra parte, he oído mensajes de narraciones sobre elAntiguo Testamento y los Evangelios que necesitaban muy poco materialilustrativo adicionaL La misma exposición del texto pinta el cuadro. Alhacer la preparación, haga la pregunta: ¿Necesito ayudarles más para ver laverdad? ¡Asegúrese de que la ilustración de hecho ilustre claramente elpunto que usted está buscando ilustrar! En términos generales, las ilustra­ciones deberían ser comunicadas tan sencilla y claramente como sea posi­ble para que el punto sea obvio. Ese es el propósito de una ilustración. Siel punto de la ilustración no es obvio, entonces, ¡la ilustración obviamen­te no ha hecho obvio lo que debería ser obvio!

Son numerosas las fuentes de material ilustrativo: experiencia personal,experiencia común comunitaria, eventos de actualidad, relatos históricos,literatura, himnos y poemas, parábolas y material creado para la ocasión.A menudo otros predicadores son una buena fuente o buenos catalizado­res para la reflexión por medio de posibles ilustraciones. Para ayudar alpredicador a investigar hay libros de recursos y programas de computado­ra disponibles. Si encuentra la ilustración, asegúrese de que sea creíble. Seaexacto en el relato de una ilustración, dé el crédito apropiado brevementeen el contexto del mensaje, y asegúrese de que el punto sea claro. Si ustedtiene que ilustrar su ilustración, ¡entonces puede que tenga la ilustraciónincorrecta!

Es difícil generalizar al tratar con las ilustraciones. El predicador nece­sita conocer su mensaje, su audiencia, la fuerza y la debilidad de su propiapredicación. Debe considerar una ilustración que realmente le impactócomo predicador. Al mismo tiempo, es útil una buena variedad de ilustra­ciones. Una vez que una ilustración ha tomado un lugar significativo dentrode un sermón, déjela allí. Lo mejor es no usar constantemente las mismashistorias de sermón a sermón. Busque nuevas ilustraciones. En términosgenerales, la ilustración debe relatarse de la manera más sencilla, vívida ycuidadosa que sea posible. Algunas de las mejores ilustraciones que hemos

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oído han sido sencillamente repeticiones de experiencias cotidianas que enforma vívida describen el propósito. El predicador debe ser sensible a laslecciones de la vida diaria. Las experiencias personales significativas queno indican autopromoción ni desaprobación innecesaria de sí mismo pue­den ser de mucha ayuda. Ellas ilustran la verdad, pero también recuerdana la gente que el predicador es una persona real, no solo un "busto parlan­te". La audiencia tiene el derecho de hacer la pregunta: ¿Qyé cambio,impacto o transformación ha hecho en su experiencia la verdad que ustedestá declarando? ¿Qyé relación tiene la experiencia del predicador con laverdad que está predicando?

Se necesita una palabra especial en cuanto al uso de la Biblia en el pro­pósito de ilustrar verdades en el texto principal. La Biblia misma es una her­mosa fuente de material ilustrativo. Usando material bíblico usted expone orecuerda a la gente otros textos bíblicos y les ayuda a ver cómo la Escriturapuede interpretar la Escritura. En el proceso de usar ilustraciones bíblicas,debe tenerse gran cuidado para asegurarse de que el texto está siendo expli­cado apropiadamente. También, debe mantenerse la autoridad de la Palabra.Aunque que la Biblia es una fuente de historias útiles, sigue siendo laPalabra autoritativa de Dios. Hay numerosos textos narrativos disponiblesque ofrecen un cuadro de una verdad, un comportamiento bueno o malo, ymás que nada, los tratos de Dios con su pueblo. Dios es siempre el héroe enla narrativa bíblica. Todos los ejemplo humanos se derrumban; así que,¡tenga cuidado! Finalmente, la mayor preocupación al usar ilustracionesbíblicas es que el texto sea tratado de modo justo y fiel. Pero ignorar la vastacantidad de ilustraciones realmente inspiradas por Dios, veraces, fieles, vívi­das y dinámicas dentro de la Palabra, en nuestra estimación, sería una lásti­ma.' Los textos narrativos en verdad no son los únicos tipos de textos apro­piados para ilustraciones. Algunas veces un proverbio conciso, una declara­ción apasionada de los Salmos, u otras citas de las Escrituras pueden captar,en una forma diferente, 10 que usted está tratando de ilustrar.

¡Evite predicar un mini-sermón diferente basado en la ilustración!También trate de no amortiguar una ilustración con modificaciones, rec­tificaciones, etc. Por ejemplo: "Oí acerca de un terrible evento que sucedióel otro día, o semana, tal vez eran tres semanas, no puedo recordar, perofue un terrible evento que me contaron, realmente no me lo contarondirectamente, lo oí por casualidad mientras me cortaban el pelo en la bar­bería Smith. Dos hombres hablaban, y yo creí oír a uno de ellos afirmar

que algo terrible había sucedido el día anterior según un reciente relato deun maestro de una escuela local. No quiero nombrar al maestro ni a laescuela, pues en ningún caso afecta al relato ...". ¡Tal ilustración se suma almismo terrible evento! Deje que la ilustración haga su efecto y prosiga conel mensaje. Puede ser que a veces necesite una pausa o alguna clase dedeclaración transicional para continuar en la exposición. Es mejor presen­tar con cuidado un número limitado de elaborados puntos y vívidas ilus­traciones que amontonar historia tras historia sin valor real para la verdaddel mensaje. En vez de amontonar ilustraciones, el predicador puede tra­bajar para mejorar la selección de sus palabras en un intento de simplifi­car y hacer que la verdad sea más notable. Seleccionar palabras que "repre­senten' la verdad puede ser igualmente práctico para los oyentes.'

La aplicación. Junto con el contenido también debe aparecer la aplica­ción. En la siguiente sección hemos dedicado todo un capítulo al tema dela aplicación. Aquí también queremos señalar la necesidad de escribir esteaspecto de la exposición. Toda la predicación debiera estar orientada a laaplicación, pero también debe haber aplicaciones específicas. La aplica­ción relaciona la verdad del texto con la vida del oyente. Lo que pudohaber parecido general o bíblico, ahora se vuelve personaL Las preguntascon frecuencia ayudan a que una transición sea una directa aplicación. Porejemplo: "¿Qyé relevancia tiene esta verdad para usted en esta mañana?";"De acuerdo a lo que se revela en esta porción, ¿cómo quiere Dios queusted responda a su voluntad?"; "¿Qyé cambio hará en su vida hoy la obe­diencia a esta verdad?"; "Hemos visto 10 que el apóstol dijo a su amado hijoTimoteo, ¿pero qué le diría a usted, y de hecho, qué nos está diciendo Diosrealmente hoy por medio de su Palabra?". Si tales preguntas se hacen, esimportante que se contesten cuidadosamente y que se hagan relevantespara la vida de los oyentes. No solamente es útil exponer la verdad, el man­dato o la promesa bíblica en términos personales accesibles, tambiénpuede ser apropiado dar pasos en respuesta.

Definitivamente nosotros alentamos a aplicar el mensaje en toda laexposición. La relevancia personal de la verdad debe ser sentida mientrasprocede el mensaje. Es de mucha ayuda pensar en cómo la verdad queusted está declarando se relaciona con la vida de los diferentes grupos den­tro de la iglesia o audiencia. Tenga cuidado de no estereotipar individuosen algún modo injusto o ingenuo. A la vez, es frecuente que cristianos yno cristianos estén en diferentes puntos en términos de la respuesta que

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demanda la verdad. También, la aplicación puede necesitar ser representa­da de un modo un tanto diferente para solteros, parejas casadas, padres,niños, jóvenes, personas de mediana edad, otros adultos, etc. Si la aplica­ción no es el fuerte del predicador, entonces es aún más importante escri­bir las aplicaciones. Esto ayudará al predicador a pensar cuidadosamenteen este aspecto de la exposición.

Lo más importante es asegurarse de que la aplicación esté, de hecho,basada en el texto y que sea aplicada apropiadamente a sus oyentes. BryanChapel afirma: "Los predicadores que no pueden diferenciar entre un man­dato escritural y una buena sugerencia agotan el poder bíblico de sus minis­terios. Usted debe asegurarse de que las Escrituras (no usted) piden 10 querequiere su aplicación".' Es también importante decir a la gente no solamen­te cómo ellos deben responder a la verdad, sino también cómo pueden res­ponder a la verdad. Demandar algo al oyente, aun siendo la verdad en laPalabra, sin dar ni consejo ni las fuentes disponibles en Cristo, puede con­ducir a frustración y derrota. De manera que proporcionar aplicación es unaspecto desafiante del desarrollo del sermón. Ejemplos, cuadros e ilustracio­nes para sus aplicaciones pueden ayudar a clarificar cómo ha de verse el ajus­te de la vida de uno a la verdad. Aun el compartir sobre cómo el predicadorha buscado responder a la verdad puede ser muy instructivo para la audien­cia. La gente necesita saber que el predicador está bajo la Palabra que él estádeclarando y que está motivado a responder a la verdad en su vida diaria.

El cuidado y el enlace creativo del trinomio explicación, ilustración,aplicación es una dimensión desafiante de la exposición textual temática.Recomendamos que esto se haga para cada pensamiento importante, cadaverdad y cada movimiento en el mensaje. Debe haber un sentido de reali­zación para cada punto. Cuando usted se mueve a la siguiente fase de laexposición, ¡realmente va en progreso! Hay un sentido de movimiento, ytambién un sentido de importancia de cada sección del mensaje. Aunqueusted va a unir el mensaje en la conclusión, la gente va perder algo si no leestá siguiendo durante todo el mensaje. Cada PI es importante, demandaun explicación textual, una ilustración cuando sea necesaria y una aplica­ción. Nada es irrelevante o insignificante. Si al escribir el mensaje ustedtiene la sensación de que algo es innecesario para la proclamación de laverdad en ese mensaje particular, entonces debe quitarlo. Usted necesitacubrir el texto completamente, pero también necesita mantener una temá­tica clara a 10 largo de toda la exposición.

La transición. La unidad y la claridad quedan bien servidas mediantetransiciones entre los movimientos importantes en el mensaje. Estas tran­siciones son particularmente útiles en la comunicación oral. Las transicio­nes dentro de una exposición dan oportunidad de aclarar a la audienciacómo está avanzando el mensaje. Puede ser útil volver a expresar el TD yel PI en este punto del mensaje, y luego claramente expresar el siguientemovimiento en la exposición. El mismo progreso del mensaje debe animara los oyentes a seguir al predicador en tanto él busca moverse a esta siguien­te sección importante de la exposición. Cuanto más detallada sea la expo­sición y cuantos más pensamientos de apoyo haya que comprometan alTD, más necesitan los puntos de transición aclarar lo que se ha dicho y loque se va a decir. La repetición es una herramienta importante en la comu­nicación oral, y estos puntos de transición en el mensaje se refuerzan por larepetición del TD y de los PI pertinentes. No nos damos cuenta de cuánútiles son las transiciones claras hasta que están ausentes. Cada PI propor­ciona una oportunidad de atar el mensaje en una manera significativa.

La explicación, la ilustración, la aplicación, y la transición: son losingredientes que deben combinarse en el cuerpo de la exposición. Estaclase de presentación, al ser guiada por los elementos organizativos delsermón, ayudará al predicador a mantener claridad temática mientrasintenta exponer el texto. Por supuesto, nosotros queremos ver el textoequitativa y cuidadosamente expuesto, pero también queremos que secomunique un mensaje que conduzca a una conclusión apropiada. Puedetomar al predicador muchas horas escribir todo 10 anterior. Debe darsecuidadosa atención a la selección de las palabras, al desarrollo claro del ser­món y a un sentido de unidad a 10 largo del mensaje.

La conclusión. Cuando el último pensamiento integrante ha sido pre­sentado con apoyo expositivo, los movimientos en el mensaje se han com­pletado. El TD se ha proclamado, y el PI ha servido para ayudar en laproclamación al proporcionar un marco para la exposición del texto. Laconclusión no es hilvanada para añadir material al mensaje. La conclu­sión clarifica, exhorta y solicita respuesta apropiada a la verdad que hasido declarada. El impulso motivador (1M), que ya ha sido identificado,viene a ser el centro de la conclusión. Aunque las aplicaciones se hanhecho en el proceso, ahora el predicador está buscando demandar unarespuesta básica a todo el mensaje. El 1M realmente representa el asun­to, el desafío, el llamado del tema y del texto a los oyentes. El propósito

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de la exposición es proclamar la verdad y exigir la respuesta que merece ydemanda la verdad.

Al escribir una conclusión, hay tres movimientos separados que vale lapena considerar. Esto es especialmente cierto para aquellos que encuentrandifícil concluir un mensaje. El primer movimiento es la aclaración. Aquí elpredicador junta todo el mensaje y lo relaciona con el1M. Puede formular­se una declaración resumida en cuanto al mensaje. Esta declaración o seriede declaraciones pueden incluir el TD, cada pensamiento integrante y el1M. En cualquier caso, este es un buen momento para revisar el tema y lospuntos principales del mensaje con el propósito de mostrar la respuestaapropiada que demanda el texto bíblico. Al predicador le quedan opcionespara reforzar lo que realmente es el desafío. Puede retroceder y volver a leerel texto, haciendo las preguntas que el texto relaciona directamente con losoyentes. Un pensamiento o frase clave en el texto puede usarse como puntocentral para remachar el asunto. Puede usarse otro texto si tiene la mismainformación que el predicador quiere usar para resumir la respuesta, pero elpredicador debe tener cuidado de no comenzar a predicar otro sermón. Engeneral, este no es el momento de presentar otro material bíblico impor­tante que pudiera desviarse del centro del mensaje. Una ilustración, una citao alguna otra redacción significativa puede llevar a expresar la esencia delmensaje de tal forma que conduzca al 1M o lo dé a conocer. Puede formu­lar preguntas para ayudar a que los oyentes afronten el desafío del mensa­je: "¿Q1¡iere usted comprometerse hoya...?"; "¿Cómo responderá usted hoya la verdad de la Palabra de Dios? ¿Hará... o no lo hará...?". Las preguntasayudan a clarificar los argumentos, y animan a la gente a pensar en la res­puesta. El propósito de este aspecto de la conclusión es borrar cualquierduda en cuanto a lo que realmente es el mensaje y en cuanto a aquello quelos oyentes necesitan hacer como respuesta. Además, un propósito válidoen esta parte de la conclusión es asegurarse de que la gente comprenda queuna respuesta es necesaria, apropiada y requerida.

La aclaración conduce a la exhortación. El apóstol Pablo exhorta a susoyentes en Romanos 12:1: ''Así que, hermanos, os ruego por las misericor­dias de Dios, que presentéis". La exhortación directa es sobre base de las"misericordias de Dios", lo cual resume o clarifica la naturaleza de los tra­tos de Dios con el hombre en los capítulos 1-11. Es interesante notar queel apóstol usa la palabra hermanos cuando apela a una específica y total res­puesta ante la presentación de la epístola. El predicador no es neutral en

El predicadory lapreparación: finalización

cuanto al TD o al PI del mensaje. El predicador debiera exhortar a unarespuesta apropiada, la que Dios desea. Debería estar claro para la audien­cia que el predicador mismo permanece bajo la Palabra y que él tiene queresponder al mensaje. Pero esto no debiera interponerse en el camino dela directa exhortación que se necesita. El predicador puede referirse a supropia respuesta o dejar saber a la audiencia que él ha hecho frente al desa­fio del mensaje durante la preparación del sermón. Pero el enfoque ahorase centra en la congregación o la audiencia: "Sobre la base de la verdad dela Palabra de Dios, os exhorto a...".

Pudiera ser que el predicador necesite explicar el "os" en su exhorta­ción para asegurarse de que todos reconozcan que la Palabra se aplica aellos. De hecho, la exhortación puede necesitar ser dirigida a varios sub­grupos dentro de la audiencia, como fue el caso al aplicar el mensaje. ¡Losdos grupos principales son aquellos que están "en Cristo" y aquellos queno lo están! Por otra parte, si el mensaje ha sido dirigido principalmenteal pueblo de Dios, se les debe exhortar a dar una respuesta, aun si hay unapalabra especial para aquellos que necesitan "arrepentimiento para conDios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo" (Hech. 20:21). Lo más impor­tante es que la exhortación esté de acuerdo con la verdad bíblica que hasido declarada. La gente solo debiera ser exhortada a responder a lo queha sido claramente proclamado.

Hay muchas palabras que pueden usarse para animar a una respuesta. Elespíritu del desafío del mensaje debería tener el carácter del espíritu del men­saje. El predicador no está, por así decirlo, cambiando de papeles en estepunto del sermón; sino que sigue con su responsabilidad y cumple así el pro­pósito que tenía cuando empezó a hablar. Puede ser de gran ayuda para elpredicador pensar en términos de la Persona a quien representa, en lugar depensar solo en un mensaje específico. En otras palabras, el predicador está lla­mando a la audiencia a dar respuesta a la verdad y al Dios de la verdad. Lagente no solamente tiene que adoptar una nueva serie de principios o mode­los de comportamiento; debe dar respuesta a Dios en la forma que Él indicapor la verdad que ha sido declarada. La respuesta debe ser dirigida por Diosy centrada en Dios; realmente dirigida por Cristo y centrada en Cristo.

La exhortación conduce a la invitación. En la exhortación se exige unarespuesta; en la invitación se anima a esa respuesta y se proporciona unmedio de respuesta. El desafío del mensaje se personaliza en la exhorta­ción y puede ser actualizado en la invitación. Al usar la palabra invitación,

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no estamos enfocándonos en metodología. Estamos hablando más funda­mentalmente de permitir a la gente la oportunidad de responder a 10 queha sido declarado de una manera significativa. Más tarde en nuestro estu­dio aparece un capítulo sobre la invitación, así que aquí no tenemos queelaborar una discusión. Sin embargo, puede ser útil considerar unas pocasobservaciones al preparar el mensaje y terminar el manuscrito. El predica­dor necesita saber cómo piensa realmente concluir el mensaje, y esta es unaocasión santa y significativa. Tanto en el estudio como en la predicaciónse necesita sensibilidad del Espíritu Santo al hacer una invitación para quela gente responda. El propósito práctico del mensaje es la transformaciónde la vida. Es increíble darse cuenta de que el Espíritu Santo puede tomarla palabra predicada y usarla para el cumplimiento de actividades salvado­ras y santificadoras.

Después que se ha presentado un llamado o una exhortación claros,entonces el predicador debe instruir, guiar e invitar a dar una respuesta.Una buena pregunta para hacer en el estudio es: Si hay gente que desearesponder a este mensaje cuando el Espíritu Santo obre en sus vidas, ¿quédeberían hacer ellos inmediatamente al final del mensaje? Si alguien, enforma privada o pública, pregunta: "Varones, hermanos, ¿qué haremos?"(Hech. 2:37), usted necesita tener una respuesta. La gente debiera teneruna respuesta a esa pregunta. Conteste personalmente para que cada per­sona sepa qué hacer. Usted debe imaginarse estar al lado de esa persona. Yacaba de pensar: "Oí el mensaje. Necesito dar una respuesta. ¿Qyé quiereDios que yo haga?". El tiempo de la invitación proporciona una oportuni­dad para que la gente tome una decisión definitiva, resuelva una batallaespiritual, dé un primer paso de fe y de obediencia, se enfoque específica­mente en su relación con Dios y, dependiendo de la metodología, confie­se en una forma u otra haber respondido o desear hacerlo.

Hay ilimitadas maneras para concluir un mensaje e invitar a una deci­sión. El predicador necesita pensar y orar por 10 que Dios desea y mereceen relación al mensaje específico en preparación. Recomendamos que elpredicador haga clara la respuesta apropiada al mensaje y antes de otrosaspectos dirija un "tiempo de oración." Hasta el canto de un himno, auncuando es una maravillosa manera de que la congregación dé una respuestacorporativa, puede causar un cambio de enfoque en la respuesta personal deuno al Señor. Los detalles prácticos de localizar himnarios, encontrar elhimno, ponerse de pie, mirar alrededor,etc. pueden perturbar esos momentos.

Por tanto, antes de una transición a otras actividades, dé a las personas laoportunidad de presentarse a sí mismos delante del Señor, especialmentecon relación a la verdad que acaba de ser declarada.

Una manera apropiada de proceder es dar pasos específicos para la res­puesta y luego dirigir una oración. Evite usar jergas religiosas que puedanno ser entendidas. Si usted está exhortando e invitando a un verdaderoarrepentimiento, explique qué quiere decir eso. Si el énfasis está en la fe,indique cómo la fe puede ser dirigida activamente hacia el Señor. Si elimpulso es la obediencia, entonces dé un primer paso en el contexto de lagracia capacitadora de Dios. Si la gente quiere huir de la ira de Dios, díga­les cómo e invíteles a mirar con fe y con profunda gratitud a Aquel quetomó la ira del juicio sobre sí mismo.

Escriba las palabras finales del sermón. Aunque hay aspectos básicospara responder a Dios, procure hacer que la invitación sea apropiada parala exposición específica que usted ha dado. Luego, dirija en una oración dedecisión. He aquí un ejemplo:

Quiero dar una oportunidad ahora mismo a una respuesta a estemensaje sobre ... Vamos a acercarnos al Señor en oración. Le animo aorar honesta y personalmente. No ignore la verdad de la Palabra de Diosque hoy ha llegado a usted ni la obra del Espíritu Santo. Dirigiré en ora­ción, pero usted dirija su mente, su corazón y su voluntad al Señor enestos preciosos momentos. Puede que usted necesite tomar una decisióndefinitiva esta mañana; incluso puede necesitar arreglar algunos asuntosusted y Dios solos. No espere. Acerquémonos ahora mismo en oración

al Señor de una manera significativa.

Estos momentos no deben ser apresurados. Este es un encuentro sagrado.Si la gente rechaza el mensaje o no usa este tiempo para dar respuesta enalguna forma al Señor, al menos ha tenido la oportunidad. Para aquellosque responden, puede ser un momento de salvación, o algún otro paso ensu andar con el Señor (¡un momento de crecimiento').

Dios es soberano. Su Palabra hará su trabajo. El predicador en ningunamanera ha de manipular la respuesta. (Hablaremos más de eso en el capítulosobre la invitación). Al mismo tiempo, hay una urgencia intrínseca a la predi­cación. Ahora es el tiempo apropiado de responder a la verdad. Desde luego,habrá algunos que no podrán responder honestamente, o por su arrogancia noresponderán en el momento de la predicación. Pero al menos sabrán cómoresponder, y su tiempo para la respuesta será después, si el Señor 10 permite.

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Lo que suceda después del tiempo de oración que hemos recomenda­do es muy significativo, pero la situación de la predicación impactarámucho las actividades específicas que siguen. El predicador puede pediralguna forma de abierta confesión de respuestas, 10 cual puede producirsemientras se canta un himno de invitación. Lo que se haga debe hacerse 10más significativamente posible con una cuidadosa explicación. Las perso­nas no deben hacer una pública confesión de algo de 10 que no están segu­ras. La invitación abierta podría incluir a los que todavía no están segurosde su fe y obediencia, pero que quieren dar ese paso. Sin embargo, el pre­dicador ha clarificado exactamente por qué se esta produciendo la confe­sión abierta y qué es 10 que cada persona está expresando si se pone de pie,pasa al frente, se queda después del servicio, recibe consejo de seguimien­to, o todas las cosas anteriores.

El predicador no tiene que escribir todos estos detalles. El manuscri­to puede contener algunos de estos asuntos, pero en esencia, el mensajemismo ha sido terminado cuando usted comienza la oración o con la ora­ción misma. El predicador que esté implicado en un ministerio regular enel púlpito o en un ministerio itinerante debe pensar cuidadosamente y conconvicción en toda la conclusión del evento. Aunque usted haya llegado alfinal del sermón, la respuesta del mismo apenas está empezando. Si lagente responde y hay confesión abierta, ¿que es 10 que sucede seguidamen­te? Este puede ser uno de los momentos más significativos en la propiaexperiencia de una persona. ¿Olle guía, consejo y ayuda recibirán? Nuestrocapítulo sobre "Conservación" tratará estos asuntos.

Revise la exposición con mucha oraciónLas fases finales de la preparación son: revisar, relacionar y ensayar el

sermón. Estas actividades pueden coincidir en la práctica, pero hay tresmetas diferentes que se están siguiendo. Nos ocuparemos de cada una porseparado al completar nuestra discusión de la finalización del mensaje.

El manuscrito llega a ser una gran herramienta para revisar el conteni­do del mensaje. El predicador puede familiarizarse con el fluir y la redaccióndel mensaje, haciendo supresiones, agregados y otros ajustes necesarios.Aquí la verdadera meta es la redacción. Usted necesita fortalecer el mensa­je cuanto sea posible dentro del tiempo disponible. Cada parte del sermónpuede ser revisada. Pueden evaluarse las cuestiones mayores de unidad,movimiento y propósito; verdad, claridad y pasión. ¿Está llegando la verdad

por todo el mensaje? ¿Me estoy saliendo por tangentes innecesarias? ¿Estásiendo expresado el TD en la mejor manera posible y se está sintiendo portodo elmensaje? ¿Es justo y suficiente el tratamiento del texto? ¿Es el men­saje exacto y verdadero en todo sentido? Estas son las cuestiones mayores.Entonces, ¿están claros los PI y relacionados cuidadosamente con el TD?¿Hay claridad y un sentido de movimiento por todo el cuerpo de la exposi­ción? ¿Estoy atascado en algunos asuntos de la explicación que realmente noaportan nada al mensaje? ¿Existe la correcta combinación entre explicación,ilustración y aplicación bajo cada pensamiento integrante? ¿Cumplen laintroducción, la exposición y la conclusión con 10 que deberían? ¿Llega lacarga del mensaje por medio de la introducción? ¿Está caracterizado elmensaje por el propósito y la pasión que conduzcan al 1M?

En todo el proceso, el predicador tiene la oportunidad de comprobar elestilo de las palabras y las expresiones. Puede ser que al revisar el contenidole venga a su mente una mejor manera de expresar un pensamiento o unaoración, y usted puede ajustar elmanuscrito en la forma correspondiente.JayAdams anima a los predicadores a "hacer el mejor uso del vocabulario que(ellos) ya poseen".' Esto requerirá duro trabajo por parte del predicador de"buscar el mejor" uso de palabras, en vez de conformarse con viejas palabrasdemasiado usadas y clichés. El Dr. Adams exhorta a los predicadores a "serconcretos". Evite 10 abstracto y las palabras generalizadas; más bien, usepalabras, expresiones y detalles concretos y específicos que pinten cuadrospara la gente. Luego "sea preciso". Las palabras precisas agregan claridad yexactitud a la expresión y tienden a ser más fáciles de verse. El Dr. Adamsllama al pastor a "ser cruel". Esta crueldad implica cortar todas "las expre­siones trilladas, clichés, términos vagos, repeticiones sin significado, oracio­nes largas, complejas abstracciones y jergas". El predicador debe ser críticocon sus propias selecciones de palabras y esforzarse por 10 mejor.

Por último, el Dr. Adams exhorta: "sea persistente"." Esto significa prác­tica, una práctica coherente. Tal consejo se necesita porque las palabras sonlas herramientas de la comunicación. Y mientras a menudo estamos preo­cupados por mejorar otras dimensiones de la preparación del sermón, pode­mos dar por sentada la selección de palabras. Si el tiempo lo permite, usteddebiera leer el manuscrito en voz alta para comprobar el sentir de la expre­sión oral y la articulación. Algunas veces las palabras se ven bien en el papel,pero no "suenan" bien o tan bien como parecen. Revisar el manuscrito conmucha oración permite al predicador comprobar su trabajo. El predicador

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necesita ser fiel a la Palabra de Dios y sensible al Espíritu de Dios. El pre­dicador necesita expresar lo que dice de la mejor manera posible para laaudiencia y la ocasión en particular. Este tipo de corrección reflexiva pue~emejorar bastante el manuscrito y, al hacerlo así, puede impactar el mensaje.

Relacione la exposición con mucha oraciónAl preparar el sermón, el predicador debería responder a la verdad. En

un sentido, el predicador se está predicando a él mismo cuando hace la pre­paración, y mientras desarrolla el mensaje necesita sensibilidad de espíritupara comprometerse y conformarse a la Palabra de Dios. Recomendamosque, al trabajar el mensaje en conjunto, el predicador lo oiga, responda a ély entonces se 10 apropie como un mensaje para el predicador y luego a tra­vés del predicador. Este proceso o acto es vital para que el manuscrito real­mente llegue a ser un mensaje en la vida del predicador y por medio de él..La meta aquí no es editar el manuscrito, sino preparar al predicador! Elpredicador debe ser sumiso al Señor y estar listo para responder él mismoal mensaje. En un capítulo posterior tratamos directamente con la "encar­nación de la verdad". Ahora solo nos enfocamos en una disciplina prácticaque pueda ayudar en este proceso de encarnación.

El manuscrito tiene que llegar a ser un mensaje en la vida del predica­dor y por medio de él. El Dr. Chapell, al desarrollar la misma definición yconcepto de la predicación expositiva centrada en Cristo, habla de"Palabra y testigo".' El predicador no solo está entregando un mensaje,está dando testimonio del mensaje. Es intrínseco para la verdadera predi­cación cristiana que el predicador sea un testigo de la verdad que procla­ma. Esto no quiere decir que el predicador tenga el nivel último de expe­riencia espiritual con relación a todo 10 que él predica. Qpiere decir que elpredicador está comprometido con la verdad que declara y que personal­mente está dando testimonio de la verdad que ha tocado su vida y a la cualse ha sometido. ¡Piense por un momento en las alternativas! Dudosaspalabras memorizadas y repetidas a modo de papagayo que en ningunamanera son parte de la vida del orador no es una predicación cristiana.Otra alternativa es una presentación sin vida separada de la verdad sin uncompromiso o conocimiento personal y real. Animamos a que en oraciónse logre una relación del mensaje con la vida del predicador. Es maravillo­so salir de la experiencia de sometimiento a la verdad y ponerse delante deotros para llamarlos a hacer lo mismo. ¡No podemos ser hipócritas en el

púlpito! Necesitamos ser proc1amadores de la verdad sacada de nuestrapropia experiencia de sumisión y obediencia con la ayuda del EspírituSanto. Estos son momentos preciosos con el Señor. Nos sometemos noso­tros mismos otra vez a Él, particularmente en cuanto al mensaje que ha depredicarse. Pedimos que el Espíritu Santo haga de este mensaje una partede nosotros, de manera que seamos predicadores que 10 encarnemos, en vezde interponernos en el camino del mismo mensaje que vamos a predicar.

Esta actividad de relacionar el mensaje con la vida del predicador es sig­nificativa especialmente si el predicador está predicando mucho material queha recogido de otros. No hay nada malo en aprender de otros. ¡El EspírituSanto habla y obra por medio de otros además de usted! Una idea de un ser­món, una ayuda exegética, un bosquejo de un sermón y aun el contenidobásico de un sermón pueden haber tenido impacto sobre el predicador en supreparación. Obviamente, animamos al predicador a hacer su propia prepa­ración, pero es poco realista y, de hecho, un error negar el valor del trabajo ylas ideas de otros. Por supuesto es necesario registrar el crédito de otros ycompartirlo si es necesario, pero hay un asunto más grande. El material "pres­tado" debe llegar a ser un mensaje que puede ser predicado auténticamentepor medio del predicador. Aquí es donde relacionar el mensaje es particular­mente significativo. Es más importante someterse personalmente al mensajey pedir al Señor que 10 haga arder en su corazón que tratar de volver a escri­bir material que según usted es tremendo. Usted puede usarlo, dando el debi­do crédito; pero asegúrese que usted 10 ha "recibido" y ha respondido a ello,que el mensaje es suyo en virtud de una sumisión y un compromiso personal.

Hacer esta relación del mensaje es una manera importante, vital y real­mente práctica de estar fresco en el púlpito. El mensaje resulta de su pro­pia relación con Dios, y en esta forma usted testifica de la verdad. ¿Usteddebería predicar el mismo mensaje más de una vez? Bueno, eso dependede 10 que usted quiera decir. No hay ningún problema con predicar lamisma verdad, el mismo texto, los mismos pensamientos básicos y elmismo impulso de un mensaje. Como a menudo hemos dicho, si un men­saje es digno de predicarse una vez, vale la pena que sea predicado otra vez.Pero en un sentido usted no predicará el mismo mensaje más de una vezsi busca constantemente relacionar el mensaje con su propia vida, pidien­do al Espíritu Santo que de nuevo 10 encienda dentro de su propio ser.Puede predicar el mismo mensaje básico, pero será tan fresco como 10 esla obra del Espíritu en su vida y su fresco compromiso con la verdad que

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186 ....~.. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory lapreparación: finalización 187

usted está proclamando. ¡La predicación es un evento! Cada ocasión depredicación es única. Nuestra oración debe ser que Dios llegue a hablarpor medio de su Palabra en cada ocasión dada. Dios puede usar el mismomensaje básico en diferentes ocasiones para hacer cosas completamentediferentes en las vidas de los individuos o de una congregación. En cadaocasión necesitamos ser predicadores que encarnemos sensiblemente loque Dios busca decir en determinado tiempo y lugar.

Hacer esta relación del mensaje con mucha oración podría tomar horas,y puede necesitarse en ciertas ocasiones. Por supuesto, el predicador debeestar preparándose con una actitud de oración, deseoso de relacionar la ver­dad con su vida incluso cuando estudia el texto, formula el mensaje y redac­ta el manuscrito. Aunque una vida de oración es más importante que tansolo orar por un mensaje específico, nosotros recomendamos, como parte dela preparación, orar específicamente para asegurarse de que el manuscrito searealmente un mensaje. La duración del tiempo no es tan importante como larealidad de la experiencia. El predicador debe estar en armonía con la ver­dad que está proclamando. La verdad necesita llegar por medio de un sier­vo sumiso que busca ser auténtico a la verdad que proclama. Por tanto, orepor su propia respuesta al mensaje. Ore porque el mensaje pueda arder den­tro de su vida por la Palabra y el Espíritu. Ore porque usted pueda "encar­nadamente" predicar, dando testimonio de la verdad en el poder del EspírituSanto. Ore que Dios haga de la predicación de ese sermón un evento reden­tor, a medida que el mismo Espíritu Santo tome la Palabra y la use de unamanera salvadora y santificadora en las vidas de quienes lo oyen.

Ensaye la exposición con mucha oraciónPor cierto son muchos los beneficios al ensayar el mensaje, ya sea en voz

alta o mentalmente. El interés aquí es repasar el mensaje en su conjunto sincontinuas detenciones o correcciones.Usted necesita pensar y pronunciar bienel mensaje desde el principio hasta el fin. Esto sirve como otra oportunidadpara repasar y relacionar el mensaje. Si el predicador está presionado por eltiempo, con mucha oración puede revisary ensayar a la misma vez. El predi­cador ahora está ensayando el mensaje, no haciendo cambios importantes ocorrecciones.Él puede imaginar la audiencia, o puede, por así decirlo, presen­tarlo solamente a Dios. La meta es un sentido de "aprobación" con respecto almensaje que va a ser predicado. A fin de cuentas, el predicador ha de compla­cer solamente a Uno, y ese es el Dios del mensaje que él está proclamando.

Hay muchos beneficios prácticos al ensayar el mensaje. El predicador lle­gará a estar más familiarizado con la esenciay la expresión específicadel men­saje. Si el predicador ensaya en voz alta, él puede oír el mensaje. Las palabras,frases, oraciones y todas las secciones que en papel han parecido magníficaspueden necesitar ser cambiadas o eliminadas. No es solo que el predicadorpuede oír el mensaje, puede también calcular el tiempo. Esto es de gran ayudasi es un mensaje nuevo, o si los límites de tiempo son muy exactos en unaocasión dada. Aunque ahora el predicador no esté pensando específicamen­te en fortalecer su destreza oral, este tipo de ensayo hará eso también.

Lo importante en los tres movimientos que hemos discutido es que elpredicador mejore lo escrito, y en obediencia y dependencia, se someta élmismo al mensaje. Solamente Dios puede tomar las palabras del hombrebasadas en su Palabra inerrante y usarlas poderosamente para obrar uncambio salvador y santificador. El predicador tiene que ser un siervo dis­puesto y obediente, anhelando que Dios haga su poderosa obra para sugloria por medio de la predicación de la Palabra. El predicador debe ase­gurarse con integridad, honestidad y dependencia de que él sea un reci­piente disponible para ser usado por el Señor y que el mensaje pueda llegarcon pasión, exactitud y claridad; en verdad, de modo encarnado y reden­tor porque el manuscrito ha llegado a ser un mensaje.

El predicador tiene que depender de la ayuda y de la unción del EspírituSanto cuando predica la Palabra.8 Tal oración y dependencia no es una excu­sa para descuidar la preparación. Además, el predicador también debióhaber estado dependiendo del Espíritu Santo en su estudio. Esa oración,tanto en el estudio como cuando el predicador expone, debe ser el resultadodel interés que se tenga por la precisión, la claridad y la pasión de procurarproclamar fielmente la verdad de Dios. Orar por la ayuda y la unción delEspíritu Santo va mano a mano con la preparación concienzuda. La selec­ción e investigación del texto y la organización y finalización del mensaje nodebieron haber sido un proceso mecánico desprovisto de sensibilidad y acti­vidad espiritual. Más bien, la actividad espiritual en el estudio debería diri­gir la actividad espiritual en el púlpito o en la esquina de la calle."

Una consideración final en este capítulo es en cuanto a si el predicadordebe llevar o no el manuscrito al púlpito o al sitio de la predicación. No hayninguna respuesta fácil a esa pregunta. Antes que nada, el predicador nece­sitará depender del Espíritu Santo con respecto a tener o no algún tipo demanuscrito en el sitio de la predicación.También el predicador puede siempre

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188* GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory la preparación: finalización 189

separarse del manuscrito si siente que el Señor quiere que él 10 haga. Se pue­den dar ejemplos de grandes sermones con manuscrito y de grandes sermo­nes sin manuscrito. Entonces, ¿hacia dónde vamos desde aquí? Este es unasunto que el predicador mismo debe decidir a la luz de su don, su entrena­miento y tradición, o las diferentes situaciones que afronte.

Permítanos algunas sugerencias que se basan en nuestro enfoque delhablar en público. En la entrega del mensaje se desean la verdad, la clari­dad y la pasión. Uno tiene que valorar cómo impacta el uso de un manus­crito a cada uno de estos tres importantes aspectos de la entrega de unmensaje específico. Por ejemplo, si un predicador siente que él encuentramás libertad en hacer la entrega sin notas, pero que pierde algo de clari­dad en la exposición, entonces necesita considerarlo con mucho cuidado.

Permítanos compartir algunas opciones.Opción #1: Mejore el manuscrito. Use el subrayado, los puntos princi­

pales con colores clave, o algunos medios para destacar los movimientosprincipales del texto. Sería de ayuda para el predicador desarrollar o usaruna forma de resumen que pueda ser incluido en el manuscrito o ya sea amáquina. De esta forma el predicador no tendría que preparar notas adi­cionales; la mayoría de las veces él puede usar el manuscrito como un bos­quejo y acudir a él con atención en puntos de exégesis más ajustados, paracitas o estadísticas, o cuando quiera asegurarse de algunas frases específi­cas. En este caso, el predicador llevaría el manuscrito al sitio de la predi­cación. No hay necesidad de producir otras notas para la predicación.

Opción #2: Desarrolle notas más simples o predique con bosquejo. Eneste caso no hay por qué estar amarrado a un manuscrito. El predicadorelimina esa opción, pero mantiene el TD, el PI, y el 1M delante de él paraayudarlo a enfocar la verdad unificadora, los movimientos del mensaje y elimpulso motivador mientras está predicando. El predicador puede agregaral bosquejo esencial algunas expresiones adicionales donde pueda pensarque las necesita, tales como palabras clave en la introducción, algunosdetalles exegéticas, pistas en ilustraciones clave, y/o los cuidadosos térmi­nos para la exhortación y la invitación final. Esto demandará trabajo adi­cional por parte del predicador en el caso de que él ya esté produciendo unmanuscrito en forma completa o casi completa. Sin embargo, los benefi­cios del esfuerzo extra pueden merecer la pena para ciertos predicadores.

Opción #3: Trabaje fundamentalmente en la predicación sin notas.Puede necesitar más tiempo para repasar, relacionar y practicar el mensaje.

Cuanto más ~ueda.el predicador pensar bien, escuchar, y pronunciar en vozaIta el me~s.aJe, mejor. Una ayuda sencilla que el predicador puede conside­rar es escribir unas cuantas notas abreviadas al margen del texto de su Biblia.Otra posible ayuda sería poner en una pequeña tarjeta u hoja unos cuantospunt~s que el predi.cador pudiera no recordar en el desarrollo del mensaje:una cita clave, una idea exegética específica o una ilustración detallada. Eneste caso, el predicador no está siguiendo un bosquejo como tal, solo estáusando por un momento una fuente escrita en el mensaje.

Estas y otras opciones están disponibles para el predicador. Segúnavance la t:cno~ogía aumentarán otras ayudas visuales para el predicador ypara la audiencia. El proyector, la proyección de video, imágenes generadaspor computadora, l~s b~squejos y gráficas, etc., desde luego, están ahí parasu uso en muchas situaciones. Pero consideremos algunos factores básicos.Hablando en términos generales, cuanto más íntima, informal o circuns­tancial sea la situación de la predicación, el predicador estará menos atadoa .las notas~ Cuánto más estructurada y didáctica sea la situación, más apro­piadas s~ran las n~tas o un manuscrito completo. Los mensajes más senci­llos o bien conocidos no demandarán el mismo uso de un manuscrito on.otas como los más pesados o los mensajes nuevos. Habrá algunas sirua­Clones ~ue harán casi imposible el uso de notas, de manera que el predica­dor debiera adaptarse cuando sea necesario. A la vez, el predicador deberíaestablecer un modelo para su ministerio regular de predicación. Este es unasunto personal delante del Señor, y el predicador debería estar convenci­do de que 10 que él está haciendo es la mejor forma para su predicación.

Por último, el predicador necesita estar ¡LPC: listo para cualquier cosa!Esa "cualquier cosa" en la vida del ministro exige adaptabilidad y ajuste per­

sonal..El predi~ad~r puede pasar por todos los pasos que hemos compartido,e~tar ~1,StO (en terrnmos generales) para predicar, pero al entrar al sitio de pre­dicación se da cuenta que se necesita otro mensaje. Algunas veces una crisis

pue~e exigir un ~ambio de mensaje. Otras veces una invitación urgente parapredicar no da tIempo para un nuevo mensaje y usted no lleva consigo nin­guna nota. Otras veces, en algún viaje se agrega una reunión inesperada a suprograma de predicación, y no hay lugar para otra preparación. ¡Usted mismohasta se puede hallar en la rara situación de tener que pedir prestada unaBiblia! Es maravilloso saber que Dios es soberano, su Palabra es poderosa ysuficiente, y el Espíritu Santo aún está operando.

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CAPÍTULO ONCE

EL PREDICADOR Y LA~

COMUNICACION

Orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra

puerta para la palabra, afin de dar a conocer el misterio de Cristo,

por el cual también estoypreso, para que lo manifieste como debo hablar.

COLOSENSES 4:3-4

y por mí, afin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para ~ar a

conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador

en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.

EFESIOS 6:19-20

Cómo hemos de hablar? ¿Cuáles deben ser nuestras prioridades al

• llevar un mensaje a cualquier audiencia determinada? ¿En quéC. ,,' d ';>" Lsentido vamos a procurar ser buenos comunica ores.. asexhortaciones de Pablo a Timoteo en cuanto a sus prácticas y sus respon­sabilidades ministeriales incluyen una demanda de crecimiento y progre­so "manifiesto a todos" (1 Tim. 4:15). En los varios aspectos de nuestravida cristiana y de nuestros ministerios, debería haber una mejora en elmás profundo sentido de la palabra. A este respecto, el predicador. d.eber~a

estar dando atención y procurando mejorar cada aspecto del rmrustenodelante del Señor y delante de su congregación. Sin embargo, el motivo ylos medios de mejora necesitan ser comprobados con mucho cuidado,especialmente en el área de la comunicación. Por ahí encontramos muchasteorías sobre la comunicación, y si se adoptan ciertos medios y métodos los

Elpredicadory la comunicación 191

resultados serán más previsibles. El predicador cristiano debe tener cuida­do de examinar su predicación a la luz de las prioridades y prácticas evi­

. dentes en la Palabra de Dios.Con el antecedente de un estudio detallado de la retórica greco-roma­

na, Duane Litfin presenta la perspectiva y la teología de la predicación dePablo, especialmente como aparece en 1 Corintios 1-4.1 El empeño cui­dadoso del estudio del Dr. Litfin es que "el punto de vista de Pablo delpapel de un predicador contrastaba marcadamente con el del oradorgreco-romano".2 Pablo no se vio a sí mismo como persuasivo en la tradi­ción de la retórica de su día. "Persuadir no era la tarea del heraldo, sinoanunciar".' La función del proclamador era asegurarse de que todos oye­ran y comprendieran; pero el rol del proclamador no era como el rol delorador que es el comprometer su destreza retórica para inducir a sus oyen­tes a rendirse al mensaje, por mucho que él pudiera desear que así lo hicie­ran".' El interés de Pablo era no robar nada del poder del mensaje de lacruz. Él quería dejar al Espíritu Santo la obra que solo Él podía hacer.Pablo creía que adoptar las prácticas retóricas de su día tendría un impac­to negativo, e incluso negaría tanto el mensaje de la cruz como la dinámi­ca del Espíritu Santo. No podemos aquí hacer justicia a la concienzudapresentación del Dr. Litfin. Lo ponemos a consideración del lector paraque él realice su propio estudio, pero también para prevenir en cuanto a losmedios y los métodos que como predicadores adoptamos.

Así pues, ¿en qué sentido deberíamos tratar de reforzar o mejorar nues­tra predicación? ¿Cuál debería ser la preocupación prioritaria del predicadoren este asunto y cuáles son las implicaciones prácticas? ¿Podemos determi­nar principios básicos que se relacionen con la entrega misma del mensaje?

El apóstol Pablo pidió oración al final de las dos epístolas deColosenses y Efesios. En las dos cartas Pablo revela profunda preocupa­ción por sus discursos, implícitamente su predicación. En sí mismo, es ins­tructivo para nosotros; esto debería desafiamos a orar en cuanto a nuestrapredicación y pedir a otros que también lo hagan. En las dos peticiones dePablo puede verse una "obligación", un sentido de necesidad. Pablo no estátratando con aspectos triviales u optativos de su predicación; él está inte­resado en los fundamentos, y presenta ante otros esos fundamentos básicospara que lo apoyen a él y su ministerio en oración. La oración esfundamen­

tal, cualquiera que sean los otros medios que usemos para fortalecer o mejorar

nuestra predicación. Deberíamos orar y pedir la oración de otros. Ahora

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192'~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la comunicación 193

consideremos el punto de concentración de las oraciones de Pablo talcomo se relaciona con su predicación.

En el texto de Colosenses vemos la petición y la dependencia de Pabloen Dios en cada oportunidad de hablar. Su interés con relación a la verda­dera predicación es que él pudiera hacer "manifiesto" el misterio de Cristo(Col. 4:3-4). El verbo phanaroo significa "revelar, dar a conocer, mostrar".'Pablo se consideraba a sí mismo como un predicador apocalíptico, dandoa conocer el misterio de Cristo, el misterio del evangelio (Ef. 6:19-20). Enel corazón de la predicación cristiana está el propósito de dar a conocer loque de otro modo estaría encubierto, revelar lo que Dios ha revelado, mos­trar o aclarar lo que de hecho es la verdad de Dios. Para que esto se haga,el Espíritu tiene que obrar, pero aquí Pablo está hablando de su propia res­ponsabilidad. No hemos agotado el significado de esta petición, peronecesitamos movernos hacia algunas implicaciones para el predicador. Élestá interesado en comunicar, en el sentido de hacer que algo sea conoci­do. En ese sentido, la preocupación prioritaria del proclamador es aclararo presentar con claridad la verdad. Es impresionante pensar que el predi­cador está realmente abriendo y dando a conocer la verdad mientras elEspíritu Santo hace la obra. ¡La predicación es apocalíptica! De hecho, esanaturaleza apocalíptica de la predicación está en su centro, el propósitomismo de la predicación es revelar un misterio, dar a conocer a Cristo y elevangelio. Pablo sintió la necesidad de hacer exactamente eso. De lamisma manera podemos orar, pedir que otros oren por nosotros, y luegoprocurar proclamar claramente en cada contexto dado la revelación deDios en su Palabra, de tal forma que pueda hacerse evidente.

La petición hecha por Pablo en el texto de Efesios tiene muchas simi­litudes con su petición en la epístola a los Colosenses. Sin embargo, a 10que queremos llamar su atención es a un rasgo diferente, aunque tambiénpuede estar implícito en la epístola a los Colosenses. Aquí, mientras Pablohabla, revela su interés por "el atrevimiento, la franqueza, la claridad, lavalentía, la confianza, la audacia, la intrepidez".' La Nueva Versión deKingJames usa la palabra boldly (audacia); la Nueva Versión Internacional,fearlessly (intrepidez) ambas con relación a la frase descriptiva enparresíay elverbo parresiásomai. Es interesante y no incidental que Pablo haya estadopresentando de lleno la necesidad del poder y la protección divinos frenteal conflicto espiritual." Él pasa a su petición personal de oración, habien­do pedido oración en general en Efesios 6:18. En su petición personal, él

expresa su interés de que ellogos le sea dado a él; quería que sus palabrasfueran las palabras de Dios al abrir su boca. Junto con esto estaba su inte­rés de hacer que "el misterio del evangelio fuera conocido", una preocupa­ción similar a la expresada en la epístola a los Colosenses. Luego se repi­te la petición de "audacia" o "intrepidez" al hablar. ¡El apóstol oraba parapoder ser audaz al hablar! De hecho, él pidió a otros que oraran para queél fuera audaz en su comunicación del evangelio. Esto debiera ser de alien­to para cualquier predicador, y debiera recordarnos de dónde viene nues­tra suficiencia. Pablo no parecía hallar mucho consuelo o valor en su pro­pia habilidad o situación. Él se aferraba a sí mismo al Señor para obtenerun tipo de proclamación que diera claridad al misterio del evangelio conaudacia y valentía. La implicación que sacamos de este texto es que talaudacia parecía haber sido un interés prioritario del apóstol al concluir estamajestuosa epístola. Es una aplicación legítima (creemos nosotros) decirque tal audacia debería ser una preocupación y una característica de la pre­dicación cristiana frente a la oposición y la debilidad personal.

Si juntamos las peticiones en las dos epístolas, vemos un profundo inte­rés en dar a conocer un misterio y una profunda preocupación por el valoral hablar," Estas dos facetas en la predicación están en consonancia con laperspectiva básica de Pablo en su propio ministerio de predicación como 10manifiesta especialmente en 1 Corintios.' La responsabilidad fundamentaldel heraldo es anunciar claramente la verdad, con franqueza y valentía.

Los INTERESES PRIORITARIOS PARA LA

COMUNCIACIÓN DEL MENSAJE

El predicador (proclamador) es un mensajero, un heraldo (2 Tim. 4:2;1 Tim. 2:7). Por tanto, el predicador debe ser un "portavoz" del mensajeque Dios ha dado. En la predicación textual temática eso significa que eltexto y el tema (verdad) deben ser "anunciados" a la audiencia específica ala cual se dirige. La manera de predicar debería ayudar a la proclamacióndel mensaje con claridad y vehemencia (valientemente). Se alienta cual­quier cosa que ayude a comunicar con claridad y vehemencia la verdad deltexto, y se desalienta 10 que distraiga del significado del texto o estorbe auna clara y apasionada comunicación del tema (verdad) del texto.Dependiendo del Espíritu Santo, buscamos una clara y vehemente procla­mación de la verdad.

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194~, GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory la comunicación 195

El párrafo anterior busca combinar las aplicaciones de los dos textospaulinos con el lenguaje de G. Campbell Morgan." El interés principal esque la verdad bíblica y en realidad la verdad textual sea comunicada. Elpredicador en total dependencia del Espíritu Santo busca predicar conclaridad para hacer que la verdad sea entendida. También, el predicadordebe predicar con pasión personal, con audacia dentro del contexto de lapredicación. No estamos hablando simplemente de emoción o un estiloparticular de predicación. Estamos hablando de esa pasión convincentebasada en la entrega del predicador al Señor, a la verdad, y a la tarea dedeclarar la verdad como debe ser proclamada. Una pasión convincente seconvierte en valor y autoridad cuando uno predica, especialmente frente ala oposición o la dificultad. Hay otros aspectos del compromiso y delcarácter cristianos que deben impactar nuestra predicación, pero nos cen­tramos en estos como lugar de partida para discutir intereses básicos en laentrega del mensaje.

Los aspectos prácticos de la entrega del mensaje deben verse con rela­ción a estos aspectos fundamentales de la proclamación del heraldo. Laverdad debe ser proclamada con claridad y en forma apasionada. Es nece­sario que el mensaje sea preciso y comprensible; proclamado con autori­dad, audacia y pasión ya que el heraldo habla de parte de su Señor. Puedeque el predicador hable con debilidad; sin embargo, la pasión y la autori­dad que Dios da son más profundas y van más allá de la debilidad perso­nal. En realidad, tal debilidad es el sitio de descanso de la verdadera pasióny autoridad en la predicación debido a la obra del Espíritu Santo. Lapasión de la cual estamos hablando está relacionada directamente con elcompromiso del predicador a la verdad y a la obra del Espíritu Santo. Elrepaso, la conexión y el ensayo en oración ayudan a plantar el mensaje (laverdad) con profundidad en el corazón del predicador para que él puedapredicar un mensaje experimentado en él mismo y con convicción. La ver­dad es "real" para el predicador. Al buscar por medio de la oración la ayuday la unción del Espíritu Santo, el predicador pone su dependencia y suconfianza en Dios antes que en su propia habilidad de predicar. Así, laaudacia y la pasión del predicador se basan en la Palabra, en la obra deDios, la verdad y el Espíritu. Cuando uno se prepara para predicar debehacerlo en oración y dependencia, y la actitud de oración y dependenciadebe acompañar al predicador en toda la predicación. Esta dependencia enoración es un asunto prioritario para el predicador, sin reparar en las otras

dimensiones de la presentación del sermón. El apóstol Pablo indica ladependencia del Señor en oración aun cuando anticipa un ministeriopotencial en el futuro.

ASPECTOS PARTICULARES EN LACOMUNICACIÓN DEL MENSAJE

Ahora consideramos las varias partes de un mensaje dado. Es importan­te recordar la unicidad de todos y cada uno de los eventos de la predicación.Un mensaje debe ser predicado a una audiencia específica y en un tiempoespecífico. La ocasión nunca se repetirá. La audiencia y la dinámica de esaocasión particular nunca serán las mismas. El predicador necesita ser sensi­ble a 10 único de cada oportunidad y luego predicar con la urgencia apropia­da, ya que el tiempo es "ahora" para la verdad que ha de ser proclamada. Elpredicador no debe permitir que las rutinas y los patrones del ministerio leroben este sentido de unicidad y urgencia del momento. Tiene que ser cons­ciente de la audiencia específica a la que se está dirigiendo. ¿Qyiénes sonellos? ¿Por qué están presentes? ¿Qyé intereses dominantes tienen ellos eneste momento? ¿Qyé barreras potenciales hay para el entendimiento y larespuesta al mensaje? Estas preguntas deben hacerse y contestarse en unnivel profundo y teológico como también en el nivel personal y práctico. Elpredicador hace estas preguntas no para comprometer el mensaje, sino másbien para asegurarse de que la verdad sea presentada tan clara y apasionada­mente como sea posible a esas personas en tal ocasión. Uno sólo tiene queleer los mensajes registrados en los Hechos de los Apóstoles o reflexionar enla naturaleza de muchas de las cartas del Nuevo Testamento para reconocerla importancia de dirigir el mensaje específicamente a la audiencia que estáoyendo o leyendo el mensaje. En el nivel teológico y práctico, la audiencianecesita saber que ese mensaje va dirigido específicamente a ellos. Esta ver­dad predicada está siendo anunciada en ese momento para que esas perso­nas en especial puedan oír y responder a la verdad.

Comentarios inicialesAhora consideremos algunas de las partes acostumbradas o aspectos de

un caso de predicación. Los comentarios iniciales del predicador o ':puen­tes" son de suprema importancia en la predicación. Estas son las p~lmeras

palabras que se pronuncian y que pueden impactar mucho al mensaje y a la

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196 r,~. GUíA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory la comunicación 197

audiencia. El contexto claramente afectará a 10 que necesita decirse comotransición a un mensaje predicado desde 10 que ya haya sucedido antes.Algunas veces se necesita una respuesta a las palabras de introducción.Algunas veces puede ser apropiado, y aun necesario, reflexionar y respon­der a 10 que acaba de suceder antes de que usted haya empezado a hablar:un testimonio, un himno, un ministerio musical o alguna otra actividadplaneada o no planeada. El predicador debe buscar esa sensibilidad espiri­tual para discernir 10 que Dios está diciendo y haciendo en la ocasión espe­cífica, más allá del mensaje preparado. A la vez, el predicador debe darsecuenta de aquellos asuntos relacionados y prácticos que pueden necesitarmención cuando uno empieza a hablar: agradecimiento, una palabra desaludo, una expresión de alabanza o algunos comentarios apropiados parauna ocasión especial. Tales palabras responden a la obra manifiesta de Diosen el contexto de la predicación, y son apropiadas para el carácter "ocasio­nal" de la predicación. Estos comentarios iniciales son particularmenteimportantes si el predicador es desconocido o apenas conocido para laaudiencia. También son importantes si el predicador no ha dicho nada a esaaudiencia específica antes de haberse levantado a predicar.

Por 10 general, el predicador debe buscar ser sensible, oportuno y tanbreve como sea posible cuando decide realizar puentes o hacer comenta­rios iniciales. La sensibilidad es necesaria con relación a la dinámica espi­ritual y personal de la audiencia. Lo que se diga debe ser oportuno y nece­sario para la ocasión, no frívolo ni como relleno. Lo que se diga debe serde buen gusto para un siervo del Señor que está en el contexto de la pre­dicación de la Palabra. Nada debe decirse que sea o dé la apariencia de serincoherente con el papel o el mensaje del predicador. No hay nada maloen ser personal, pero procure que los comentarios personales sean signifi­cativos para la audiencia en su totalidad y que no traicionen ninguna con­fianza ni tomen ventaja de alguna relación. No debe haber nada ofensivoen tales comentarios u observaciones, pues tal cosa sería una distraccióndel mensaje en sí mismo. Tampoco, en ninguna forma, el predicador debeser brusco o rudo, lo cual puede comunicarse por lo que se dice y por loque no se dice. Si se necesita una respuesta personal debido a alguna ama­bilidad hacia el predicador o comentarios alrededor de su.persona, comorespuesta el predicador debe ser amable y expresar el amor de Cristo consinceridad y sensibilidad. Lo mismo se puede decir si se necesita algunarespuesta a lo que haya sucedido ya en un servicio de adoración o en un

evento especial donde algún ministro haya precedido al predicador. Laspalabras inoportunas pueden hacer daño, detener la posterior comunica­ción y apartar los oídos de algunas personas aun antes de que ustedcomience el mensaje.

Otra advertencia en cuanto a los comentarios y los puentes iniciales esasegurarse de que lo que se diga no quite el tiempo necesario de la proclama­

ciónfiel del mensaje. En general, usted debe ser lo más breve posible en lasobservaciones introductorias. La gente necesita saber que el predicadortiene una prioridad, que es presentar el mensaje. Sin ser brusco, el predica­dor debe llegar al mensaje mismo tan pronto como sea apropiado y posible.Recientemente oímos un testimonio que viene al caso en esto. El testimo­nio tenía que ver con el impacto que causó un predicador en particular ysu sermón en una ocasión hacía varios años. Lo que tocó a la persona quedaba el testimonio fue el anhelo que el predicador tenía de predicar elmensaje en aquella ocasión. ¡El predicador casi parecía correr al púlpitopara predicar! Esa impresión inicial del predicador fue duradera, y aunqueel testimonio fue dado acerca del mensaje mismo, ese movimiento inicialal púlpito fue lo que causó el impacto. Cuando uno comienza a predicar,la comunicación estará dada en las palabras, en la forma de comportarse yen la actitud. En este ejemplo, no eran las palabras mismas las que indica­ban la importancia del mensaje a seguir, era simplemente la manera en queel predicador se movía físicamente hacia el púlpito. En toda forma, el pre­dicador necesita comunicar que él tiene algo que decir. La importancia dela tarea y la importancia del mensaje mismo deben ser manifiestos en losmodos del predicador y en sus palabras al empezar a predicar.Comentarios prolongados sin ninguna relación y sin propósito pueden darla impresión de que no hay prisa para el mensaje. El mensaje es lo "pri­mordial" y el propósito, la obligación y la pasión del predicador deberían

ser proclamar ese mensaje.El predicador también necesita pensar cómo va a entrar en el mensa­

je mismo. Las opciones abundan. Las pausas y las declaraciones transicio­nales son de mucha ayuda, y aun necesarias para indicar el movimientoincluso dentro de estas partes tempranas de un mensaje. La oración queexprese dependencia de Dios es apropiada e importante, especialmente enel contexto de un servicio de adoración. Tal oración no solo es importan­te para el predicador, sino también para la audiencia, a medida que reco­nocen de nuevo que la actividad que sigue es una actividad espirituaL Uno

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puede ver la directa relevancia de las acciones de gracias y las oraciones delapóstol Pablo al comienzo de sus cartas para el contenido siguiente. Alorar antes de un mensaje, es apropiado hacerlo con relación a ese mensa­je que sigue; pero es importante que la oración sea genuina y no una intro­ducción al sermón. Tales momentos en oración pueden ser una pausa debienvenida al servicio de adoración, particularmente en este momentoimportante antes de pedirles a las personas su atención a la exposición dela Palabra de Dios. Esta oración previa al sermón puede ser ofrecida endiferentes momentos: antes y después de los comentarios iniciales o anteso después de la lectura de la Escritura. Vale la pena tomar algún tiempopara pensar sobre este asunto cuidadosamente, aun cuando pueda parecerobvio. Usted puede decidir no hacer una oración pública específica exac­tamente antes del sermón. Cualquiera que sea el caso, el predicador debe­ría tener claro y estar convencido mentalmente de cómo va a proceder enla primera parte de la predicación. El predicador debe procurar atraer laatención de la gente a la tarea que tiene por delante y a la verdad que va aser proclamada. Deben evitarse las distracciones y los desvíos.

La lectura del textoDebe leerse el texto de la Escritura. La referencia y la versión del texto

necesitan mencionarse con claridad y probablemente repetirse, aunqueestén escritos en un orden de adoración. El predicador puede desear daralguna información básica del fondo y el contexto del texto a la audienciaaun antes de leerlo. En un capítulo anterior ya hemos hablado de esteasunto de la lectura del texto de la Palabra de Dios." Aquí queremossubrayar la necesidad de dar suprema importancia a la lectura del texto.Asegúrese de que cada aspecto de la lectura del texto (desde su anunciohasta las declaraciones que siguen inmediatamente después de la lectura)esté dando honra a la Escritura, y además, dando honor al Señor de lasEscrituras. ¡Evite ser demasiado corriente y casual con la Palabra de Dios,como si fuera solo una cita que lleva a lo que usted como predicador quie­re decir! Las pausas antes y después que usted lea pueden ayudar a sepa­rar la lectura de otros aspectos en la ocasión de la predicación. Las pala­bras apropiadas antes y después de la lectura pueden atraer la atención a lanaturaleza y significado de las Escrituras: "Por favor, escuchen con aten­ción mientras leo la Palabra de Dios", "Pongámonos de pie para oír laPalabra de Dios", "Oigan la Palabra del Señor", etc. Las declaraciones

finales apropiadas pueden servir para dar más importancia a la lectura:"Esta es la Palabra de Dios", "El Señor nos conceda entendimiento claroyuna respuesta apropiada a la verdad de su Palabra inerrante", "La Palabrade Dios ha sido leída, que todos digan: amén", etc.

La lectura misma debiera hacerse significativamente, con la interpre­tación adecuada." Toda lectura es una interpretación, así que debe darsetiempo a la lectura del texto. La lectura apresurada y con muy poca expre­sión trae consigo errores comunes, y ambas causarán que a la lectura lefalte significado y "vida". Si el predicador se da cuenta de que está hacien­do una lectura muy apresurada, sería apropiado buscar buenos lugares pararealizar "pausas Se/ah" antes de continuar. Cuando la lectura sea larga yllena de nombres, lugares o conceptos difíciles, son especialmente críticasla expresión y las pausas. Sin embargo, la buena lectura no solo hará queel texto sea más comprensible, sino también más interesante.

La lectura del texto debe recibir su importancia apropiada, se lea comoparte del evento de la predicación o se lea antes, en un servicio de adora­ción. Recomendamos que el predicador mismo haga la lectura del textopara la predicación, a menos que esté seguro de que va a ser leído de mane­ra significativa y cuidadosa por algún otro. Si el tiempo apremia, entoncesel predicador debe darse cuenta que él es responsable de una lectura cui­dadosa del texto dentro del tiempo al que obliga la situación de la predi­cación. Si el texto exegético es muy largo, puede ser que el que ha de leer­se (el texto homilético) deba acortarse. En tales situaciones, procure leer laporción del texto que declare o señale el tema dominante del mensaje.

La decisión en cuanto a la duración de la lectura puede ser influencia­da también por el contexto de la predicación. Un mensaje en la esquina deuna calle necesita un texto breve que pueda ser expuesto con sencillez ydentro de un tiempo limitado. Sin embargo, en un servicio de adoraciónen la iglesia se debe dar mayor prioridad a la lectura del texto. Si el predi­cador siente que regularmente debe "cortar" la lectura debido al tiempo,entonces él debe examinar el orden y el tiempo de los varios elementos delservicio de adoración. Si la lectura del texto de la Palabra de Dios es cons­tantemente precipitada o cortada, entonces puede ser necesario que otrosaspectos del servicio de adoración necesiten ser abreviados o eliminados.Desde luego, algunas lecturas pueden ser abreviadas para ayudar al enten­dimiento y al enfoque, pero el asunto pudiera no ser solo de tiempo.

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La introducciónAhora consideremos algunos asuntos prácticos relacionados con las

divisiones mayores del mensaje. La introducción debiera guiar a la gentedirectamente al texto, a la verdad y al tema del mensaje. Debe haber cla­ridad de enfoque y propósito desde el principio mismo. Es decir que elasunto (tema dominante) del mensaje va a ser declarado y explicado.Tenga cuidado con la falta de claridad hasta este punto. Títulos múltiples,subtítulos múltiples, temas múltiples y los asuntos que van a ser cubiertospueden confundir o dejar impreciso el enfoque del mensaje. Como yahemos sugerido, el trasfondo del texto y la carga del mensaje necesitancompartirse, de modo que el predicador pueda entrar significativamente ala exposición del texto mismo. El predicador necesita estar "en contacto"con la gente, especialmente durante la sección de la introducción del men­saje. La gente debiera sentir que ese mensaje es para ellos, que el predica­dor está profundamente interesado en que ellos oigan y se apropien de laverdad que está siendo proclamada. En el nivel práctico, el predicadordebe dirigirse directamente a la gente y hacer todo esfuerzo para expresarel tema, el fondo y especialmente la carga del mensaje en términos que lagente pueda comprender. Este es un buen momento para que haya muchocontacto visual y una franqueza con la gente. En términos generales, elpredicador no debiera estar atado a notas, de tal manera que su interés ysu pasión por la verdad se entorpezca o se oculte. La audiencia debiera dis­tinguir no solo el significado del mensaje, sino también el propósito y lapasión del predicador. Desde el principio debe ser evidente que el mensa­je es real y urgente para el predicador, aun cuando la audiencia no lo crea nilo acepte. Al mismo tiempo, la manera de la presentación del predicadordebiera elogiar la veracidad de 10 que él está proclamando. La franqueza,la humildad, la honestidad y una pasión que produce convencimientodeben ser aspectos de la forma de presentación del predicador, y debieranmanifestarse en la introducción del mensaje.

Nuestra observación es que las introducciones a menudo son demasia­do largas y no tan cortas. A una introducción de larga duración le puedefaltar enfoque y puede contener mucho material que podría ser expresadoen el fluir de la exposición textual temática. Una introducción de largaduración puede quitar tiempo a la exposición misma, dando como resul­tado una sensación de apresuramiento en la exposición en vez de un ritmomás pausado necesario para facilitar la comprensión de las ideas textuales.

Otro posible resultado de una introducción larga es una ligera exposiciónque apenas rasguñe la superficie del texto. El predicador debe introducirsu mensaje, pero luego pasar sin demora innecesaria a la exposición temá­tica textual.

La exposiciónLa parte principal del sermón es la proclamación del tema textual sobre

la base de la evidencia textual. El predicador debe presentar esta exposicióncon una sensación de movimiento, pero no de apuro. En cada pensamien­to presentado hay un cuidadoso material entretejido con ilustración y apli­cación (si todo esto es necesario). La presentación creativa de las caracte­rísticas del texto dentro de este contexto es el desafío de la buena exposi­ción temática textual. En términos generales, el predicador necesita man­tener una sensación de soltura y de progreso intencional en esta parte delmensaje. Mantener claridad homilética y conexión armoniosa ayudará amantener un sentido de unidad, progreso y propósito. Tenga cuidado de losdesvíos o pantanos exegéticas que empañen la clara proclamación de la ver­dad del texto. Procure distinguir si la gente está con usted o no. Es pruden­te usar puntos de transición para revisar, modificar, clarificar y unificar.Cuanto más pueda ayudar a que la audiencia piense con usted sobre la ver­dad, mucho mejor. La clara, cuidadosa y valerosa proclamación de la ver­dad misma dará a la gente la oportunidad de pensar en el mensaje.

A la vez, usar preguntas, aplicaciones constantes, cuidadosas ilustra­ciones y repetición de palabras y verdades clave ayudará a que la gente semantenga meditando junto con el predicador mientras se desarrolla elmensaje. Tenga cuidado de no malgastar palabras. Cada palabra y frasedebiera estar integralmente conectada a las verdades primarias que seestán proclamando. Como hemos notado," es necesario hacer una selec­ción cuidadosa de las palabras. Esté alerta por si hay palabras generales,vagas expresiones y términos torpes o técnicos que sencillamente no clari­fican ni comunican. La claridad debe buscarse por medio de las palabrasmás concretas, los detalles precisos, las expresiones significativas y lasexplicaciones de verdadera ayuda. El predicador tiene que reconocer quelas palabras llevan con ellas muchas asociaciones. En lo posible, evite pala­bras que puedan abrir multitud de ideas o recuerdos que distraigan a lagente de la verdad que está siendo proclamada. Trate de no perder de vistael tema en los detalles del mensaje. Tal enfoque del predicador ayuda a que

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la audiencia se mantenga concentrada. Asimismo, si el predicador mantie­ne su interés y su pasión por la verdad, estará ayudando a que la audienciahaga 10 mismo. Estimule a la gente a seguir con usted en el mensaje paraque oigan y entiendan cada parte de la exposición. Más que nada, ¡deje quela verdad sea la que hable! La Palabra misma más la obra del EspírituSanto serán eficaces según la voluntad de Dios.

La conclusiónCuando tratamos con las partes de la proclamación del mensaje, nin­

guna es de mayor importancia que la conclusión. El predicador debe evi­tar el apresuramiento o embotamiento de la conclusión. Sin tener encuenta cómo fluye el mensaje o el aparente impacto hasta ese punto, porfe el predicador tiene que buscar clarificar, exhortar e invitar a la respues­ta que merece y demanda la verdad. Aquí queremos acentuar que estepuede que sea el aspecto más difícil y desafiante de la entrega del mensa­je. La conclusión cristaliza, personaliza y ayuda a hacer realidad la respues­ta que demanda el mensaje. En este sentido, la conclusión es el aspectomás confrontante del mensaje.

Aunque la aplicación debiera haberse producido a 10 largo de todo elmensaje, es en la conclusión donde el predicador reta a los oyentes a res­ponder al asunto principal del mensaje. Ahora se está presentando todo elempuje del mensaje en su forma más clara sobre la base de la exposiciónque ha tenido lugar. La conclusión demanda una cuidadosa selección delas palabras. El predicador necesita simplicidad y autoridad al presentar ala audiencia el desafío de abrazar y poseer la verdad. El predicador debereconocer que mientras la gente está pensando en las implicaciones de laverdad, está llevándose a cabo una guerra espiritual. Esos momentos con­cluyentes pueden ser intensos, y muchas cosas pueden ir malo distraer dela importancia que está tomando lugar. Por tanto, se recomienda la prepa­ración cuidadosa de la conclusión así como una especial sensibilidad espi­ritual para proceder a la entrega de la conclusión. Confíe en Dios, ore porclaridad y valor, y asegúrese de que la gente sepa qué creer y qué hacer conel mensaje que ha sido proclamado. Evite predicar otro mini-sermón; notrate de agregar algo que usted olvidó decir en el segundo punto del men­saje. Eluda el material complicado o voluminoso que tienda a desviar odistraer del propósito de la conclusión. Incluso debe ser eliminado algúngran relato que no conduzca a un tiempo de reflexión y respuesta. Procure

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tener decisión y hágalo saber a la audiencia. Usted está contestando per­sonal y directamente la potencial pregunta de alguien en su audiencia:"¿Qyé necesito hacer en cuanto a este mensaje?". Tenga una respuestaexacta, específica, clara y personal para los oyentes. Por fe, continúe y pro­porcione una contestación que clarifique, exhorte e invite a una respuesta.

Las palabras finales del predicador son importantes, pues no solo con­cluyen el mensaje, también forman una transición a 10 que pueda sucederdespués. Un paso final en la conclusión es pedir a la gente que ore y luegodirigirlos en una oración de respuesta. Estos son momentos sagrados, y elpredicador debe ser sensible al Espíritu Santo. Él no debe manipular unarespuesta; debe exhortar, permitir y guiar a una respuesta. Después de la ora­ción (si se ha hecho), la respuesta y la confesión resultantes pueden adoptarvarias formas, así que el predicador debe pensar sobre este asunto y estarlisto para ajustarse a la dirección del Espíritu Santo. Es imperativo que cual­quier cosa que suceda al final del mensaje esté de acuerdo con la verdad ysea significativa en su sentido más amplio. A la gente no se le debe pedir queresponda en una forma específica sin darle una clara explicación de por quées apropiado y qué implica eso. El predicador debe procurar que cada aspec­to de la conclusión del mensaje sea significativo. Eso quiere decir que el pre­dicador tiene que planear el tiempo que tomará en esos momentos. Nodeben ser apresurados, ni se les debe quitar su importancia y su significado.

ASPECTOS PRÁCTICOSDE LA COMUNICACIÓN DEL MENSAJE

Nuestro enfoque para el resto de este capítulo será sobre los aspectos prác­ticos de la presentación del mensaje. Generalmente, toda clase de factores per­sonales y prácticos impactan el estilo depresentación: personalidad, dones, tra­dición de la iglesia,el contexto de la predicación, la audiencia, etc. En los talle­res de predicación en nuestro centro hemos sido testigos de un amplio rangode estilos de presentación, pero también hay otros. Al fin de cuentas, el estilode presentación es, en última instancia, cuestión de convicción personal delpredicador cuando él procura comunicar la verdad con claridad y pasión.

Queremos animar a los predicadores a reflexionar sobre este asuntocon relación a los intereses prioritarios mencionados anteriormente. Laforma de predicación y el estilo de presentación deberían ayudar a la claray apasionada proclamación de la verdad. El interés del predicador es la

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verdad. La manera de presentación debería estar al servicio de la verdaddel mensaje. De manera que cuando predicamos, el mensaje debe domi­narnos para que nuestra presentación llegue a ser impactada por la verdadmisma. Por ejemplo, si estamos predicado sobre el texto "Regocijaos en elSeñor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!" (Fil. 4:4), algo de ese manda­to y compromiso al regocijo debe manifestarse en la manera misma depredicar. Si en el predicador no hay manifestación de gozo o regocijo enta~ mensaje, entonces su presentación en realidad contradice al mensajemismo que él procura proclamar. La ira de Dios es una realidad y un temaimpresionante de predicación, y si uno presenta una exposición textualtemática que trata de ese tema, entonces algo de esa realidad impresionan­te debe manifestarse en la forma de presentación. Este es el resultadopráctico de la verdad que se ha relacionado con nuestras propias vidas yque ahora se está predicando "encarnadamente". El interés prioritario delpredicador debe ser que el estilo de presentación promueva la verdad y queen ninguna manera la esconda o le quite mérito. Este es un punto impor­tante a enfatizar dentro de la multiplicidad de otros factores que a menu­do impactan el estilo. ¿Debe sentarse, estar de pie o pasearse cuando pre­dica? ¿Debe hablar, gritar, o cantar? ¿Debe usar ayudas visuales o no? Elpredicador necesita reflexionar sobre estas cosas en términos de cómopuede él comunicar mejor la verdad de manera clara y apasionada dentrodel anticipado contexto particular; no debe comprometer el mensaje por lamanera en que predica. La verdad del mensaje debe ser realzada por laselección que el predicador haga en términos de estilo de la presentación.Se necesita sensibilidad al Espíritu Santo al pensar en estos asuntos.Como hemos estado diciendo en todo esto, el predicador necesita serguiado por la verdad y por el Espíritu.

La verdad y el Espíritu de Dios no están en contra de la creatividad.La creatividad en la presentación puede ser guiada por la verdad y por elEspíritu de Dios. Cada predicador será único en la combinación de facto­res que impacten el estilo particular de predicación expositiva que élemplee. En este sentido, hay una unicidad intrínseca al potencial creadorde cada predicador que es dada soberanamente por Dios. Esta unicidadviene como resultado de la obra creativa de Dios, su obra redentora, suobra proveedora y su continua obra de gracia en cada una de nuestrasvidas. Esto debiera animar a cada predicador a ser fiel al Señor, a la ver­dad, a la tarea y al don que Dios le ha confiado.

Los dones del predicador pueden ser más que dones particulares comolos de enseñanza, evangelismo, exhortación, don "profético" o incluso otrascategorías de dones de lenguaje que pudieran ser identificadas. Tales donesy énfasis en el ministerio de una persona pueden impactar el estilo de pre­sentación, 10 cual es ciertamente apropiado. Qperemos tener cuidado deno estereotipar tales dones en estilos particulares, pero tales dones impac­tan la carga y el énfasis en la comunicación que el predicador siente. Lascategorías pueden ser debatidas, pero el punto aquí es que el predicadornecesita ser sensible y en verdad responsable de los dones que él tiene yque procura emplear. Aunque aprendemos y debidamente basamos aspec­tos de nuestra vida y ministerios en otros (a medida que ellos siguen aCristo), no podemos y no debemos ser exactamente iguales a otros ennuestra forma de predicar. Pueden existir similitudes fundamentales, peroel predicador debe procurar usar para el Señor su experiencia espiritualúnica, su personalidad, sus dones, su entrenamiento, etc. Muchas pregun­tas en cuanto a estilo han de quedar sin respuesta debido a la unicidad decada predicador y a la diversidad de factores y contextos que puedeninfluenciar los aspectos de estilo. Sin embargo, si los intereses prioritariosson correctos, si el propósito es claro y la motivación es sana, entoncespueden ser vistas apropiadamente las cuestiones de estilo.

Ofrecemos los siguientes comentarios para toda predicación, sin tomaren cuenta los estilos específicos del predicador. Ante todo, la audibilidad

es una inquietud importante. El predicador debe ser oído. Hay muy pocosentido en predicar si la gente no puede oír el mensaje. Por tanto, el pre­dicador debe ser consciente de su audiencia, de la calidad de producciónde su voz y de los límites de su proyección, ayudado o no por sistemas desonido. El predicador necesita lograr una percepción del alcance de su voz.Desde luego, es aconsejable el fortalecimiento de la voz a la luz de la varie­dad de situaciones que el predicador afrontará." El predicador debe sercapaz de predicar y ser oído en situaciones sin ninguna amplificación.Cuando hablamos de ser oídos, estamos hablando de hacer que su voz seasuficiente para ser oída de modo que la gente no tenga que esforzarse paraoírle. Más expresamente, se necesita que haya producción de calidad devoz y suficiente proyección para que la gente 10 oiga con claridad sin queusted esté gritando continuamente." Aquí nuestra inquietud es animar alpredicador a ser consciente de 10 que él necesita hacer para ser oído encualquier situación dada. Usted no querrá oír que la gente le diga después

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del mensaje: "estoy seguro que usted tenía algo que decir, pero no pudeoírlo desde donde yo estuve sentado". El predicador quiere que lo oigancuando él predica.

Es bueno obtener toda la información que pueda acerca del sistema desonido que esté usando, si es que hay alguno, y de la acústica del edificio odel escenario. La necesidad de ser oído puede hacer impacto en elvolumende la voz del predicador; su postura, ya que tiene que hablar hacia la gente,su posición con relación al soporte del micrófono y los movimientos duran­te la predicación. Cuando el predicador responde a una situación especialen la predicación se exige capacidad para acomodarse a la misma. Una vezestuvimos en el edificio de una iglesia en la cual el sistema de sonido teníaun punto muerto. En realidad, el punto muerto estaba justo en el centro dela iglesia, a unas pocas hileras al frente del púlpito. En tal situación, el pre­dicador tiene que predicar directo y encima del micrófono para ser oído conclaridad por aquellos que se sientan en esa área del edificio. Recordamosotra situación en una iglesia grande cuando un predicador invitado usó unestilo de predicación conversacional. Un anciano sentado cerca oyó muypoco del mensaje porque el sistema de sonido en la iglesia no llevaba la vozdel predicador, y además él con frecuencia daba pasos atrás y adelante sinproyectar su voz hacia afuera. Aquel día el mensaje no fue oído por alguienque llegó para oír un mensaje de la Palabra de Dios.

El predicador debe asegurarse de que esté siendo oído tan bien comosea posible en cada situación, especialmente si la gente no está acostum­brada a su voz y su predicación. Por tanto, la proyección es importante, lapostura y la posición pueden ser significativas; la familiaridad y la capaci­dad de ajuste a los sistemas de sonido pueden causar mucho impacto en elalcance de su "audiencia oyente". Si está predicando con frecuencia en unlocal específico, puede ser de ayuda conseguir datos de personas seleccio­nadas en cuanto al alcance de su voz y al sistema de sonido. Sería deplo­rable si la gente con regularidad está teniendo problemas para oír el men­saje o se distrae debido a algún aspecto del sistema de sonido.

Es posible que la gente oiga el sonido de su voz sin poder distinguirlas palabras. Es necesario que el predicador pronuncie con claridady arti­

culación bien definida. Este es el caso, especialmente cuando la gente noestá acostumbrada a su voz y cuando hay problemas potenciales con laacústica o el sistema de sonido. Por supuesto, hay una tendencia más gene­ralizada a amontonar palabras cuando aumenta la velocidad del discurso.

El predicador debe tener cuidado de no sacrificar el entendimiento porapresurar la presentación; también debe darse ~uenta de su propio acentoy de la manera en que él pronuncia las palabras. La mala pronunciaciónpuede resultar en la pérdida de palabras especiales, conceptos y principal­mente nombres y lugares. Pueden sugerirse ejercicios para reforzar la arti­culación." A causa de la importancia de la lectura de la Escritura, pudieraser de ayuda especial practicarla teniendo cuidado de articular con clari­dad cada palabra. Un ejercicio muy beneficioso es procurar articular y pro­nunciar nombres y lugares en las Escrituras. Tome una de las genealogías,tal como Lucas 3:23-38, y léala con claridad y en voz alta. Procure articularcada sílaba, y que las vocales y consonantes sean claras. Otra posibilidad eshacer ejercicios con algunos trabalenguas para ensayar la articulación defrases difíciles. Si el predicador realmente lucha con la articulación, puedeser de ayuda practicar con alguien entrenado para hablar en público que ledé dirección y consejo más avanzados.

Cuando el predicador habla debe procurar que lo entiendan. Para elentendimiento es crítica la elección de palabras y frases. Hemos discutidoesto en términos de preparación, pero aquí estamos hablando del conoci­miento de la audiencia cuando el predicador habla. Uno debe tratar deconocer a la audiencia mientras predica; por supuesto, el predicador reci­be ayuda por la percepción en cuanto a si el mensaje está siendo entendi­do o no. En realidad, algunas veces la audiencia difiere a lo anticipado y,por tanto, el predicador prudente hace ajustes para estar seguro de que loesencial del mensaje pueda ser entendido. Las explicaciones pueden sersimplificadas y algunas ilustraciones cambiadas para ayudar a que losoyentes comprendan la verdad. El mensaje puede exigir más repetición de loanticipado una vez que usted se da cuenta de que las verdades expresadasson nuevas para ese grupo de oyentes. En efecto, las palabras escogidaspueden ser ajustadas. Tales ajustes no se hacen para transigir o manipulara la audiencia, sino que se hacen para que la verdad sea clara en el escena­rio específico. En cuanto a esto, es bueno que el predicador discierna cómose está siguiendo el mensaje.

Un estado neutro, o ninguna respuesta en absoluto en un período detiempo debieran preocupar al predicador. Reconocemos que hay dimen­siones espirituales en cuanto a la comprensión del mensaje, y dedicamostodo un capítulo a ese asunto." Sin embargo, aquí queremos decir quealguien puede mejorar su predicación si procura las mejores maneras de

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hacer que la verdad sea clara a las audiencias particulares. Se requiere aten­ción a la redacción, la fraseología, y aun a la puntuación del discurso paraayudar a la comunicación del mensaje. Una palabra o frase clave puedenser el "vehículo" más significativo de comunicación dentro de un mensajedado. El predicador necesita esforzarse en tales palabras o frases, especial­mente si se relacionan con el tema primario y el impulso del mensaje.Muchos predicadores demuestran especiales dones en esto, y son los cita­dos regularmente por otros predicadores. ¿Por qué? Porque ellos puedencaptar una verdad o una aplicación en una palabra, frase, o declaración querealmente "comunica". Nada malo hay en citar a otros en esto, pero tam­bién debiéramos tratar de mejorar nuestras propias habilidades de expre­sión. Esfuércese por la claridad y la mayor efectividad en la comunicación.

Al predicar hay muchas opciones disponibles para ayudar en un men­saje dado a hacer resaltar o atraer especial atención a las palabras, los con­ceptos, las verdades y aplicaciones clave. El bosquejo mismo del mensajees una forma de hacer énfasis en las verdades principales del mensaje. Otraherramienta efectiva es la repetición, repetición, ¡repetición! La repeticiónen la comunicación oral sirve de subrayado, letra negrita o cursiva como sehace en la imprenta. Usted puede usar la repetición exacta o la repeticióncon variedad. En cualquier caso, el oyente se da cuenta de la importanciade 10 que se está diciendo. La repetición puede ser inmediata, cuandousted repite la misma palabra, frase, etc., sucesivamente o puede repetirsepor todo un mensaje como un estribillo. La repetición puede realizarseestratégicamente en los puntos de transición y en la conclusión. Aunquealgunos pueden sentirse molestos por la repetición, júsela! Es fácil que lagente pierda lo que usted está diciendo o realmente no 10 "oiga". ¿Cuántasveces ha visto usted a personas preguntando a otros el número de unhimno o de una referencia bíblica que fue dicha pero no repetida o recal­cada? La repetición puede ser ejercida solo por el predicador, o puedepedir a la gente en ciertas situaciones repetir lo que él ha dicho. Hay lugarpara la creatividad y la variedad en la forma en que se use la repetición.

Repartir bosquejos, sinopsis de un mensaje o el uso de algún tipo depresentación visual de la redacción del mensaje son formas de repetir ycaptar el mensaje. Recomendamos que sin reparar en qué ayudas visuales

se usen, el predicador continúe repitiendo oralmente. En términos gene­rales, animamos a los predicadores a que prediquen en la misma forma cono sin ayudas visuales. Las ayudas visuales simplemente deben reforzar 10

que se está diciendo. Procure que las ayudas visuales estén resultando bien,que no empañen ni distraigan del aspecto de encarnación del mensaje. Afin de cuentas, en la predicación el predicador es la ayuda visual principal; laverdad necesita llegar por medio del predicador a la audiencia tan directa­mente como sea posible. Los avances tecnológicos han creado numerosasopciones para ayudas audiovisuales. El predicador prudente discernirá eluso apropiado de tales herramientas sin sacrificar las dinámicas tanto per­

sonales como relacionales de la predicación.El sonido de la voz, y específicamente las variaciones en el sonido de

la voz, son una faceta importante de la comunicación oral. Consideramosaquí un número de variaciones vocálicas, enfocándonos en sus papelescomo un medio de hacer énfasis o acentuar la verdad que se está comuni­

cando por medio de palabras. 18

Las pausas son muy importantes en el fluir de la comunicación oral. Enel contexto de la predicación, las pausas invitan a la atención o la reflexión,dependiendo de cómo las use el predicador. Hacer pausas después de unapalabra o de una declaración y luego repetir una palabra o frase clave esuna manera significativa de acentuar la importancia de lo que se estádiciendo. La pausas pueden dar tiempo a la gente para pensar en 10 que seha dicho, o pueden ayudar a enfocar la atención en 10 que está por decir­se. El predicador no debe estar apurado cuando predica. Las pausas sonuna manera de evitar la precipitación en un mensaje sin puntos de valora­ción significativa, reflexión o aplicación. Si usted le ha hecho a la gentealguna pregunta o la ha llamado a una reflexión especial en alguna forma,procure hacer pausas y dar tiempo para pensar. Recuerde: ¡la gente nece­sita pensar cuando escucha! Cuanto más rápida sea la velocidad y el ritmode una presentación, más útil y cuidadosamente necesita el predicador usarpausas. Él debe reconocer que no solamente está hablando; también estáhaciendo ruido. El ruido constante, simplemente un sonido plano, puedeser difícil de escuchar, y la gente puede escoger sus propias pausas de at.en­ción si usted no se las proporciona. No estamos sugiriendo que el predI.c~­dar escriba en sus notas "pausa aquí", aunque algunos podrían recibirayuda de tal práctica. Estimulamos la sensibilidad al mensaje, al Es?íri~u,a la audiencia, y a la predicación en conjunto de manera que el predIcadoresté alerta a la necesidad de hacer el énfasis, atraer la atención y ayudar aque la gente piense y responda en ciertos puntos del mensaje. Piense.en laforma de procurar comunicar información vital uno a uno. La urgencIa del

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mensaje puede hacer que usted hable rápidamente, pero a la vez necesitaasegurarse de que la persona entienda lo que usted está diciendo. Las pau­sas ayudan a que la gente siga con usted y piense con usted.

El volumen, específicamente el cambio de volumen, es otra herramientapara el énfasis. Podría significar un aumento o reducción del volumen. Losestilos de predicación y los lugares impactan tremendamente según el usodel volumen. Aquí simplemente queremos hacer énfasis en que los cambiosde volumen atraen la atención. El volumen constante a cualquier nivel pier­de el impacto como herramienta para el énfasis específico en el mensaje.Como anotamos anteriormente, el predicador no está solamente hablando,él está haciendo "ruido". La variedad del nivel del sonido ayuda al énfasis yal entendimiento. Esto es tan cierto para el predicador "conversacional"como 10 es para el proclamador de "volumen alto". Deje que la naturalezadel contenido y los tipos de verdades que se están proclamando impacten enel uso del volumen. También, reconozca que el lugar, el tamaño de la audien­cia y la acústica van a hacer impacto en el uso general del volumen.

El ritmo del discurso es otra faceta de vocalización digna de comentaraquí. El ritmo tiene que ver con la velocidad de la presentación, las pala­bras por minuto. Los predicadores tendrán diferentes ritmos regulares dehablar, y tal cosa se entiende. El predicador debe cuidarse de un ritmocontinuo "inexpresivo" o casi no natural al hablar cuando predica, lo cualpuede producirse en los extremos lentos o rápidos del espectro. Bajo lapresión de hablar en público puede desarrollarse un ritmo que nada tieneque ver con el contenido del mensaje.

Por lo general, hay una variedad natural en el ritmo de velocidad enuna conversación regular. Este ritmo con frecuencia es dictado por los sen­timientos del conferencista en cuanto al contenido, como también el cui­dado que necesita ese contenido para ser comunicado en detalle. Un ritmomás rápido a menudo indica una emoción especial por 10 que se estádiciendo. También, puede usarse un ritmo rápido por el tipo de contenido,que no demande una retención detallada del que escucha. Asimismo, eltiempo y la presión de comunicar rápidamente pueden ser factores paramantener un ritmo rápido. Con frecuencia, se usa un ritmo deliberadamen­te más lento cuando se necesita cuidado para comunicar una informaciónmás importante o complicada. El expositor debe dejar que el contenidohaga impacto en el ritmo de entrega. Por ejemplo, el ritmo puede crecercuando se presenta material "más ligero" o ilustrativo. Pero si el predicador

quiere realzar una verdad y está hablando rápidamente, necesita disminuir lavelocidad para acentuar las palabras que está usando. De otra manera, nece­sitará usar la repetición u otras variaciones vocales. El entusiasmo que nacede la verdad más el Espíritu a menudo harán impacto en el ritmo, y tal cosaes apropiada. A la vez, el predicador tiene que estar seguro de que los oyen­tes están siguiendo la verdad. Probablemente las ocasiones para un ritmomás lento se deben dar cuando se aclaran las verdades clave o significadostextuales, o se aplica el mensaje directa y personalmente a los oyentes. Laaclaración, la exhortación y la invitación necesitan momentos de cuidadosapresentación que con frecuencia demandan un ritmo deliberado. El ritmodel discurso es, de hecho, una forma importante de hacer énfasis en el con­tenido que se está presentando. Usted pierde el impacto del ritmo sobre elcontenido si el ritmo es siempre el mismo. Entonces, la variedad es extre­madamente útil. Pida valor, pasión y libertad al Señor para la entrega demodo que el ritmo sea una función del contenido y su perspectiva sobre él.

Al lado de las variaciones naturales y útiles en el ritmo, ayuda al pre­dicador mantener un ritmo determinado en el mensaje. El ritmo del men­saje es algo que usted siente en lugar de cuantificar. El predicador no tieneque apresurarse en el mensaje, ni tiene que serpentear sin propósito algu­no, circulando sin sentido de progreso ni propósito. La responsabilidad yel deseo de declarar todo el mensaje y exigir la respuesta apropiada debie­ra mantener al predicador en movimiento, mientras ayuda a marcar el

ritmo de cada aspecto del mensaje.El tono tiene que ver con las "cualidades tonales producidas en la voca­

lización"." Los cambios en la entonación y la inflexión pueden causarimpacto en el significado y la expresión de la verdad. Esto es algo de lo queusted puede ser testigo en la conversación regular de cada día. La formaen que el que habla eleva o baja el tono de las palabras o entre frases u ora­ciones puede ser vital para el énfasis que se propone. Por tanto, el predica­dor debiera evitar patrones de tonos que sean difíciles de escuchar y quetengan poco que ver con la verdad que se está comunicando. Usted puedehaber oído a alguien tratar de imitar ser predicador, y hablar en una formaemotiva con un patrón de tonos especial. ¡Tono monótono, quejoso, ronco!

Una manera práctica de mantener una variación natural de tono esmodular otras variables vocales, tales como el volumen y el ritmo del discur­so y también el uso significativo de pausas. Además, si las otras variablesvocales son guiadas por la carga y el contenido del mensaje, será difícil

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mantener un patrón previsible, y en realidad aburrido de tonos si el con­tenido del mensaje impacta también en el tono. Un patrón de tonos difí­cil de escuchar realmente puede empañar el mensaje, y aun distraer a losoyentes. Un patrón de tonos rutinario o previsible puede "embotar" la pre­sentación, y el predicador pierde otra herramienta de claridad y énfasis.Escúchese usted mismo. ¿Se está comunicando el significado, la dinámicay la vida del mensaje? La necesidad principal es permitir que el mensajeimpacte en cada faceta de la presentación. En el nivel práctico, Al Fasolrecomienda encontrar su "tono óptimo", el cual es "el nivel medio desde elcual el predicador desarrolle sus niveles de tono más altos y más bajos"."Entonces el predicador puede procurar desarrollar una "extensión de tonomás amplio, usado con efecto para apoyar el contenido.'?'

El sonido de la voz es un aspecto importante de la presentación delmensaje. El predicador, para su provecho, puede hacer la pregunta:"¿Cómo sueno yo?". ¿Qyé se está expresando por medio del sonido de lavoz? De acuerdo con nuestros principios, el "sonido" de la voz debe estaren armonía con el contenido del mensaje. Además, es un ejercicio valiosoque se escuche usted mismo. ¡Usted puede quedar sorprendido! Escuche aotros, no para criticarlos sino para aprender de ellos. Nuestro deseo no esel profesionalismo, es la entrega que comunica la verdad que predicamos.Una "presencia" vocal más fuerte en tono puede ser apropiada para unmensaje que afirma o defiende verdades básicas. Una mayor pasión en elsonido de la voz puede estar en consonancia con la pasión del corazón. Lacompasión o el enojo justo puede ser necesario que aparezca, dependien­do del contenido y el empuje del mensaje. Aunque desde luego, uno nece­sita tener un sonido que sea evidencia de nuestro Señor, su evangelio y laPalabra que proclamamos.

El impacto y la presencia visual del predicador son también significati­vos. El aspecto y el atractivo deben estar gobernados por la verdad y elEspíritu. Los gestos, las expresiones faciales y todo el espíritu del predica­~or debieran ser semejantes a Cristo y "semejantes al mensaje". El lengua­Je corporal y las expresiones faciales del predicador debieran ser un reflejoy una expresión del mensaje mismo. Un mensaje encarnado debiera salirdel predicador con el aspecto honesto de habérselo apropiado personal­mente, lo cual debiera traducirse en gestos y expresiones que concuerdencon el mensaje y, desde luego, la personalidad del predicador. Por supues­to, el predicador debe evitar cualquier gesto inapropiado o que distraiga.

El predicador, en situaciones transculturales y aún transubculturales, nece­sita ser sensible a los movimientos, gestos y expresiones faciales que pudie­ran ser mal interpretados, causando daño al mensaje y a la causa de Cristo.Nuestro soberano Dios puede gloriosamente anular nuestros errores, peroeso no es excusa para la ignorancia o insensibilidad cuando estamos tra­tanda con la gente. Necesitamos ser conscientes de cualquier cosa queinnecesariamente provoque ofensa o distracción en el terreno del "aspec­to" mientras estamos predicando. Los sutiles gestos inconscientes y lasexpresiones faciales pueden comunicar mucho, y así, el énfasis sobre laperspectiva encarnada de la predicación. El predicador necesita orar paraque el mensaje se comunique en todos los sentidos.

Los gestosy las expresionesftciales son un medio estupendo para enmarcary extender el significado de las palabras que se hablan. Un gesto apropiadopuede hacer entender visualmente una palabra, una verdad o un concepto demanera poderosa. Las expresiones faciales del predicador pueden afirmar yconfirmar una verdad en maneras en que ni aún los argumentos ni las ilus­traciones pueden hacerlo. Aunque el predicador debe evitar completamentelos gestos forzados o falsos, nada malo hay en los decididos gestos en conso­nancia con las palabras que se están hablando. El interés del predicador esproclamar la verdad con claridad y con pasión, y cada faceta de la comunica­ción recibirá su impacto por medio de este propósito.

Puede haber ciertas ilustraciones o puntos dramatizados por el predi­cador en el fluir del mensaje," pero cuando el predicador está predicandodirecta y personalmente a su audiencia (como el predicador mismo), losgestos en ninguna manera deben tener la apariencia de ser "actuaciones" oestar programados. El mejor ejemplo de "lenguaje visual" natural y sencilloes el de un niño. ¡Observe a un niño cuando por primera vez ve las burbu­jas! Observe la gama de movimientos, expresiones y gestos en diferentessituaciones. Esto no es lo mismo que decir que el predicador deba conver­tirse en algo que no es, sino que debiera ser tan libre y tan elocuente comosea útil para la comunicación del mensaje por medio de su personalidad.

La frialdad, la falta de pasión y aun la falta de amor, pueden ser (yhacemos énfasis en pueden ser) comunicados por limitados movimientosvisuales o expresivos. Asimismo, expresiones faciales y gestos, etc., obvia­mente limitan el papel de apoyo que lo físico pueda dar a lo verbal. Losgestos externos y considerables parecen incluir a la audiencia en el interésdel predicador. En tiempos en que tantas palabras llegan indirectamente a

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la gente por varios medios de comunicación, los gestos significativos,determinados y naturales recuerdan a la gente la realidad del mensajerocomo también del mensaje. Por lo tanto, el predicador necesita pensar enesto. Pida a personas de confianza que compartan con usted lo que ellospiensan y "sienten" que usted dice por medio de su aspecto cuando predi­ca. Véase usted mismo en un video o tenga a alguien que le haga una crí­tica objetiva. En términos generales, el predicador debe demostrar varie­dad natural y balance en este terreno de lo visual, todo en consonancia conlo que él es, quien es él, qué está haciendo y qué está predicando.

Recomendamos evitar los siguientes gestos:• balanceo (a menos que todos estén balanceándose con usted)• agarrar fuertemente el púlpito y nunca soltarlo• usar solo una mano o un brazo para gestos pudiendo usar los dos• siempre señalar con el dedo o tener apretados los puños• agarrar la Biblia en una forma ligera o deshonrosa• meter una mano en el bolsillo, especialmente si tiene llaves o mone­

das• mirar todo el tiempo hacia una sección de la audiencia o a un lugar

en la pared• gestos que regañan cuando usted no está regañandoEn general, evite patrones y hábitos de gestos, expresiones faciales, etc.

que no comuniquen o realcen la verdad.Es conveniente que el predicador busque y hasta pida la atención de

los oyentes. El predicador puede decir: "Varones judíos, y todos los quehabitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras" (Hech. 2:14),o: "Varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd" (Hech. 13:16). A la vez,el predicador puede buscar y pedir la atención de la audiencia durantetodo el mensaje. Tal atención es conveniente debido a la fuente del men­saje, debido al mensaje mismo y debido al papel del mensajero.

En el nivel práctico, el predicador debe procurar predicar en tal formaque merezca la atención de la audiencia. Esto no significa que siempre setendrá la atención, sino que el mensaje y la pronunciación del predicadorhan de demandar la atención. Constantemente el predicador debiera afir­mar y comunicar la importancia decisiva del mensaje y la importancia dela atención de la audiencia. Aquí enumeramos algunos aspectos prácticosde presentación que están de acuerdo, creemos nosotros, con un mensajeque merece la atención.

Dirigirse directamente a la audiencia en su conjunto o a grupos dentrode la audiencia es, sin duda, conveniente y puede ser necesario. EnRomanos 12:1-2, cuando el apóstol Pablo da su exhortación basada en elevangelio, empieza por decir: ''Así que, hermanos, os ruego por las miseri­cordias de Dios" (v, la, énfasis de los autores). Aquí Pablo identifica a suaudiencia en una manera teológica y personal. Hay designaciones persona­les y de relación, y hay designaciones que tienen también significado teo­lógico y espiritual. Toda designación usada debe ser genuina, conveniente ydeterminante. Tales designaciones debieran traer otra vez a la gente al cír­culo de acción del mensaje, poniéndoles sobre aviso de la importancia espe­cial o de la relevancia del mensaje para ellos. Las designaciones pueden sertan simples como: "la juventud, los de mediana edad y los mayores en laactualidad", o pueden ser más significativas teológica y espiritualmente:"estas verdades que estoy presentando hoy pueden ser nuevas para usted","usted puede ser un nuevo cristiano", "puede que haya andado con el Señorpor muchos años", o: "anciano, diácono, otro líder en la iglesia, maestro deescuela dominical, obrero, para usted hay un desafío hoy".

Las designaciones no solo indican la importancia del mensaje al"designado", sino que tal referencia directa recuerda a la gente el conoci­miento que el predicador tiene de la audiencia. ¡Eso es importante! Lagente debe saber que usted sabe que ellos están allí, que usted quiere queellos oigan el mensaje. "Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yosoy apóstol a los gentiles" (Rom. l1:13a). "Tengo una palabra para aque­llos de ustedes aquí presentes hoy, quienes honestamente nunca han decla­rado a Jesucristo como su Señor y Salvador".

Como se ilustra arriba, ponemos también dentro de esta categoría dereferencia directa las designaciones directas al igual que los términos descrip­tivos para individuos y/o grupos dentro de una congregación o audiencia.El predicador nunca debe ser innecesariamente ofensivo, y debe evitarnombres, términos y lenguaje descriptivo que haga "rodeos". El asunto noes el temor ni las concesiones; es distracción de la verdad. Cuando se nece­sita exhortación directa o desafío, debe hacerse con la valentía y el amorde Cristo. Es posible que el predicador necesite desafiar, ins:a~ a 1~ renun­cia o amonestar fuertemente en el curso de un mensaje o mnusterio dado.Jesús tuvo que decir algunas palabras directas a los líderes de su día: "¡Aydevosotros, escribas y fariseos, hipócritas! (Mat. 23:13,14,15,23,25,2!,29).Tales palabras deben decirse con convicción y cuidado, aun en medio del

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valor y la pasión. Todo el peso de la Escritura y las verdades bíblicas debie­ran estar detrás de tales declaraciones proféticas, y el predicador debe darlas razones específicas para tales denuncias o declaraciones en ese momento.

Hemos tratado de cubrir un número de opciones bajo la referenciadirecta. La referencia directa es realmente un aspecto o parte lógica de lacomunicación directa. La predicación debe ser comunicación directa. Ella esproclamación, una proclamación específica a una audiencia en particularen una determinada ocasión. El predicador no está buscando manipular ala audiencia, sino que quiere la atención de la audiencia a las verdades quese están proclamando.

Los interrogantes, tanto retóricos como directos, ayudan a la gente a pen­sar bien en el mensaje con usted. Tales preguntas ayudan a enfocar la atenciónde la gente a las verdades principales o a los asuntos de que se trate. Un buenestudio para el predicador podría ser leer en el libro de Romanos y anotar laspreguntas que Pablo hace y usa para darle acción a su presentación del evan­gelio. Romanos 1-11 recibe una gran ayuda del uso de preguntas penetrantes.

Las preguntas puede ser muy útiles para destacar y atraer la atención averdades específicas o ideas que de otra manera podrían pasarse por alto."¿Qyé significa realmente esta palabra vivo cuando Pablo habla de un'sacrificio vivo'?". Las preguntas pueden ayudar a avanzar en seccionescompletas del mensaje mientras se atrae la atención al tema o la verdadclave. "¿Cuál es la estrategia o el programa de nuestro Señor para la GranComisión?". Además, una pregunta puede conducir al cuerpo de toda laexposición, relacionando el tema con los pensamientos. "¿Qyé podemosaprender de este texto acerca de la seriedad de la "enfermedad espiritualdel corazón?". Realmente cada punto contesta la pregunta.

Las preguntas pueden combinarse y expresarse, una tras otra, paraenfocar los pensamientos sobre los varios aspectos de una verdad o tema.Hablando de la justicia contada a Abraham, Pablo pregunta: "¿Cómo,pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión?"(Rom. 4:10a). La segunda pregunta es más específica que la primera, yseñala la clave para la verdad que se presenta en el contexto. Las pregun­tas pueden hacerse y ser contestadas en una serie progresiva para enseñaro proclamar el movimiento claro de un pensamiento al otro. Estas pregun­tas ayudan a guiar cuidadosamente a la gente en las verdades.

Por último, los interrogantes o preguntas pueden ser de mucha ayudaen la aplicación de la verdad en cualquier punto del mensaje, especialmente

El predicadory la comunicación ~ 217

en la conclusión. "Ahora bien, ¿que quiere decir esto para usted hoy?","¿Cómo puede usted abrazar y experimentar esta maravillosa verdad queestamos considerando?", "¿Cuándo fue la última vez que usted oró signi­ficativamente acerca de este importante asunto?", "¿Qyiere orar ahoramismo al concluir este mensaje?". Tales preguntas ayudan al oyente a pen­sar en la verdad con relación a su propia vida y experiencia. Se trata de lle­gar a ser personal y relevante para cada miembro de la audiencia.

Muchos comentarios prácticos podrían compartirse en cuanto a cómohacer las preguntas. Aquí ofrecemos algunos comentarios. Procure que supregunta sea fácilmente comprendida. Usted debe desear que la gentepiense en la respuesta a la pregunta, y no que tropiece en la preguntamisma. Procure dar a la gente el tiempo que necesita para que realmentepiense en la pregunta que usted ha hecho. Las pausas pueden ser muy úti­les en tales momentos. También puede ayudar formular las preguntas condiferentes frases en distintas maneras.

La aplicación de la verdad, de modo regular, personal, práctico y específi­co, mantiene al predicador en contacto con su audiencia y exige la atención.El predicador no solo está "tirando" ideas, está proclamando un mensajerelevante y pertinente porque es el mensaje de Dios a la audiencia precisa.Animamos a que se haga una aplicación coherente de la verdad textual a10 largo del mensaje. Un compromiso a la cuidadosa y meditada aplicaciónde la verdad "obligará" al predicador a relacionar la verdad con la vida dela gente hoy."

Las ilustraciones también pueden ayudar a mantener la atención. Estetipo de contenido invita a la gente a ver, no solamente a oír. Las ilustra­ciones pueden tender un bellísimo puente entre la explicación y la aplica­ción, y pueden ayudar a reforzar la aplicación. En nuestro capítulo sobrela aplicación nos referimos al rol del simbolismo: captar la verdad en unaforma que ayude a representarla." Tales formas, cuadros, historias, relatos,ayudas visuales o redacciones pueden fortalecer la presentación de la ver­dad y, al hacerlo así, estimular la atención de parte de la audiencia. Noestamos hablando de trucos publicitarios o manipulación de la audiencia;estamos hablando de ese tipo de predicación ilustrativa que se demuestra

en el texto bíblico mismo.El mantener el tema también ayuda a mantener la atención. Serpentear

desde el principio hasta el fin de un mensaje no solamente es difícil deseguir, sino que puede dar la impresión de que el tema no es importante y

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que la predicación no es un evento crítico. Mantenerse en el tema, en cadapensamiento mientras usted avanza, ayuda a continuar el mensaje con unsentido de claridad y propósito. Las dos, claridad y propósito, ayudan a lla­mar la atención, pues la gente puede entender lo que se está diciendo, ysienten la naturaleza importante de la predicación.

Valela pena mencionar la necesidad de hablar desde elcorazón y al corazón.

Si el predicador está hablando vehementemente de su propio corazón,esto demanda y merece la atención. Se ve y se siente cuando el predicador

le da importancia a la verdad. La audiencia siente también el interés queel predicador tiene no solo por la verdad sino por la audiencia. La predi­cación no solo es un ejercicio objetivo para llenar el tiempo y cubrir elmaterial. El predicador expresa su corazón para su Dios, para el mensaje ypara la audiencia. La gente debe tener una respuesta clara a las preguntas:¿Es real el mensaje para usted? ¿Es esto solo jerga religiosa, o está ustedhablando de verdades que son realmente verdaderas y únicas? La conside­ración de la predicación encarnada exige y estimula una auténtica predica­ción desde el corazón. Además, la predicación encarnada debería fomen­tar un interés de predicar a los corazones de otros. No estamos tratandocon la superficie o con asuntos superficiales. Las verdades bíblicas son ver­dades que se dirigen al centro del ser del hombre, y es desde el corazón queel hombre cree (Rom. 10:9) y obedece (Rom. 6:17).

Evite ser trivial o superficial. El predicador puede ser muy práctico,pero tal sentido práctico debe estar atado a una respuesta profunda y per­sonal a la verdad. Cuando usted predica debe dirigirse al corazón del hom­bre, al centro de cada ser individual. Lo que capta la atención es cuando lagente siente que usted tiene un gran interés por ellos y por el impacto sig­nificativo que la verdad pueda tener en las vidas reales de ellos. Debe refle­jarse tanto el amor de Cristo como el amor a Cristo. ¡Un interés intensopor la verdad debe estar fijo en el predicador, pero un interés intenso porla persona debe estar fijo en el cristiano!

La autoridaddemanda la atención y la mantiene. El predicador, bajo launción del Espíritu Santo y con un mensaje divino que declarar, tieneautoridad para la predicación." Su autoridad debe ser expresada en unmensaje que dé claridad a la voluntad de Dios y a sus caminos para las per­sonas. La gente es confrontada con la Palabra de Dios: con sus implicacio­nes y sus demandas. En la entrega del mensaje, autoridad no es lo mismoque volumen. La autoridad tiene que ver con el ser dominado por la

Palabra y por el Espíritu. La autoridad se expresa en la claridad y la auten­ticidad de la presentación junto con una valentía y la pasión por la verdad.Una persona "bajo autoridad" tiene una autoridad derivada de la personaa la cual está sujeta. El predicador está bajo la autoridad de su Señor. Laautoridad del predicador debiera ser igualada por la humildad y la senci­llez (realidad). Es entonces que la autoridad será expresada sin carnalidadni deliberada manipulación. La verdadera autoridad en la predicación nopuede ser forzada ni fingida. En ese momento, ella es producto del llama­miento, del don, de la relación con el Señor, del conocimiento de laPalabra, de la disponibilidad para predicar, de la llenura y la unción delEspíritu y la presencia bajo autoridad en ese momento. Usted no puedealcanzar autoridad por sus propios esfuerzos para ganar respeto o respues­ta. A fin de cuentas, la verdadera autoridad en la predicación viene delSeñor, y la desarrolla el Señor en el contexto de la fidelidad a la Palabra yla dependencia del Espíritu Santo. Tal autoridad fue una característica delpredicador del Nuevo Testamento.

CONCLUSIÓN

Empezamos este capítulo haciendo la pregunta: ¿cómo debemoshablar? Buscamos guías prioritarias y principios que resultaron en preocu­pación por la proclamación clara y vehemente de la verdad. Entonces, alpensar en mensajes específicos, afirmamos que el mensaje debiera dictar lamanera de la comunicación. El contenido del mensaje debiera causarimpacto en el carácter de la presentación.

Al concluir esta sección, queremos atraer la atención a algunas consi­deraciones más amplias que puedan afectar, y debieran hacerlo, a la comu­nicación. Realmente estas amplias consideraciones son reflexiones sobre lapredicación tal como se presentan y se atestiguan en el Nuevo Testamento.

El predicador debe predicar con propósito apocalíptico. El privilegio y laresponsabilidad del predicador es dar a conocer lo que de otra manerapodría quedar sin conocerse o quedar escondido. Cada mensaje predicadoes una oportunidad para un "momento apocalíptico". La predicación bíbli­ca con poder de lo alto es una actividad gloriosa que abre la verdad para lagente. El predicador debe predicar con ese sentido de responsabilidad, pri­vilegio y dependencia, pues Dios debe obrar para revelar lo que necesitaser revelado a cada persona.

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El predicador debe predicar con postura teológica. Los predicadores delNuevo Testamento tuvieron un sentido de la veracidad escritural que decla­raban, y vieron los acontecimientos y la teología del evangelio como partedel eterno plan de Dios. Había un marco teológico y un apoyo bíblico de10 que Dios había hecho en Cristo y de 10 que debe hacerse como respues­ta. Esta plataforma proporcionó un fundamento sólido para la autoridad enla proclamación. Esta autoridad fue (y sigue estando hoy) fundada en lavoluntad y el sentir de Dios tal como se revela por medio de su Palabraautoritativa. El predicador siempre debe ser capaz de confiar y descansar enla autoridad de la Palabra de Dios misma. El predicador puede declarar elmensaje con autoridad "según las Escrituras", yeso necesita ser una carac­terística tanto del mensaje como del sentir del predicador.

Elpredicador debepredicar conprioridad cristológica. "A él es quien pre­dicamos", declara Pablo (Col. 1:28a), y por supuesto declarar a Cristo debeser el centro del interés y el ministerio del predicador. El mensaje evangé­lico debe centrarse en Cristo Jesús, y nuestra predicación para edificar a lossantos debe acercar más a la gente a Cristo, llamar a la gente a "andar enÉl", a permanecer en Él, a ser semejante a Cristo, etc. Esto no podrá hacerimpacto en ciertos aspectos de la presentación, pero impactará el interéscentral de la comunicación. Nosotros no estamos solamente predicandoconceptos, reflexiones o aplicaciones; a fin de cuentas, estamos declarandoa una Persona. Debiera ser evidente la preeminencia de Cristo en nuestrasvidas, ministerios y nuestros mensajes.

El predicador debe predicar con una perspectiva escatológica. Debe haberun sentido de urgencia a la luz de que vivimos en los últimos días. Cristoha venido, ha resucitado y ascendido, y vendrá otra vez. Ministramos den­tro de esa realidad teológica, experimental y cronológica. Estamos bajo unmandato de predicar en "estos últimos días". Hay una necesidad en laagenda de Dios para estos días, y ello implica la predicación del evangelioa las naciones (Mar. 13:10) y hacer discípulos (Mat. 28:18-20). Cuando lapredicación se vuelve rutinaria, "institucionalizada" y separada del sentido demisión escatológica, pierde su propio espíritu y su atmósfera. Un sentido demandato y de misión debe rodear el ministerio de nuestra predicación. Laagenda divina está establecida, y tiene límites cronológicos. Las cosas noserán siempre las mismas. Ejercemos nuestro ministerio entre el "hoy" y el"todavía no" del plan escatológico redentor de Dios. Necesitamos predicarcon una perspectiva escatológica.

El predicador debe predicar con dependencia de un poder soteriológico. Laobra expiatoria de Cristo para nuestra redención es completa. Sin embar­go, Dios ha ordenado que el mensaje de salvación sea predicado y creído:"Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación" (1Coro 1:21b). El evangelio "es poder de Dios para salvación" (Rom. 1:16), yeste es un evangelio que se predica. El poder soteriológico es de Dios ysolo de Dios, pero tal poder es maravilloso, soberano y especialmentedemostrado con relación a la predicación del evangelio. En el contexto desus declaraciones en cuanto a Israel y el evangelio, Pablo habla de cómouno es "salvo" (Rom. 10:1-13). Habiendo apoyado sus declaraciones sote­riológicas con la Escritura, Pablo entonces pregunta: "¿Cómo, pues, invo­carán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quienno han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo pre­dicarán si no fueren enviados?" (Rom. 1O:14-15a). Tales preguntas seña­lan fuertemente el rol significativo de la predicación dentro de la matrizde las actividades humanas que están asociadas con el poder soteriológico.

Siempre necesitamos recordar que el predicador está implicado en acti­vidades y realidades salvadoras y santificadoras. ¡Cómo es y cómo puede seres un misterio de la gracia de Dios que está fuera de nuestra comprensión!Pero nosotros nos afianzamos en la Palabra de Dios para nuestro entendi­miento de la predicación misma, tanto como del predicador. Tales verdadescausan impacto en el interés que tenemos por la exactitud, la claridad y lapasión en cuanto al mensaje que predicamos. Tales verdades también nosguardan y guían cuando procuramos comunicar el mensaje. La predicacióndebe tener propósito. La predicación debe ser autoritativa. La predicacióndebe enfocarse con un sentido de prioridad, caracterizado por la urgencia yla misión. La predicación debe ser considerada como parte del poderoso

proceso de Dios de salvar y santificar a su pueblo.Por último, la predicación es para la gloria de Dios, y cualquier fruto

genuino traerá gloria, honor y alabanza a Él, que ha llamado, dotado, y

enviado al mensajero. ''A Él sea la gloria".

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TERCERA PARTE

LA PALABRA QlJE HADE PROCLAMARSE

CAPÍTULO DOCE

EL PREDICADOR Y LA~

CONSAGRACIONEl Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas

nuevas a lospobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a

pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los

oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.

LUCAS 4:18-19

Texto de estudio: Lucas 3:21-22; 4:16-30

Ahora pasamos de la preparación de un sermón expositivo a la diná­mica de la predicación encarnada. Solamente el Espíritu Santopuede transformar un manuscrito en un mensaje. Usar "bien la pala­

bra de verdad" (2 Tim. 2:15) es lo que puede unir el tema, la estructura yla sustancia del sermón, pero es solamente Dios quien puede dar vida anuestro "valiente trabajo". ¡Confiamos en que lo que dedicamos, Él lo con­sagra! Ello incluye tanto al siervo como al sermón.

Cuando Moisés terminó todo el trabajo del tabernáculo, fue instrui­do a tomar "el aceite de la unción y [ungir] el tabernáculo y todo lo que[estaba] en él" (Ex. 40:9). Tan pronto estuvo hecho eso "la gloria de]EHüVÁ llenó el tabernáculo" (Ex. 40:34).

Siglos después, la Palabra eterna, por el poder del Espíritu, "fue hechocarne y [tabernaculizó] entre nosotros, y vimos su gloria ... lleno de graciay de verdad" (Juan 1:14).

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224 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la consagración 225

Ahora, nosotros somos los tabernáculos del Espíritu Santo "el cual estáen [nosotros] (1 Coro 6:19), y si queremos glorificar a Dios en nuestroscuerpos, con la vida y con los labios, de todo corazón debemos buscar 10que Charles H. Spurgeon llamó "la unción sagrada".'

En tiempos del Antiguo Testamento, las palabras consagración y unción

eran empleadas intercambiablemente para "apartar" a los siervos de Dios,tal como se hizo con Aarón y sus hijos. Las instrucciones fueron claras:"los consagrarás y santificarás, para que sean mis sacerdotes" (Ex. 28:41;Lev. 21:10). Además, la ceremonia de la unción se relacionaba con todos

los oficios y los ministerios importantes del siervo de Jehová. El profetaera ungido para que pudiera ser el mensajero de Dios a su pueblo (1 Rey.19:16). El sacerdote era ungido para que pudiera ser santo para el Señor(Lev. 8:12). El rey era ungido para que el Espíritu del Señor pudiera repo­sar sobre él en poder (l Sam. 16:13). Ningún siervo del Señor era (o es)considerado calificado para el ministerio sin esta santa unción.

¡Qyé cierto fue esto en cuanto a Jesús en su perfecta humanidad! Antesde comenzar su ministerio público Él fue "ungido" por Dios su Padre(Hech. 10:38). Todo esto tiene un mayor significado, pues sabemos que Élfue lleno con el Espíritu desde el vientre de su madre y en todos sus "añosde silencio" (Luc. 1:35; 2:52). Por cierto, la plenitud del poder del Espíritusiempre estuvo disponible para Él. El distinguido exégeta y erudito delgriego A. T. Robertson sugiere que el evento preciso referido por Pedro enHechos 10:38 concerniente al "ungimiento" de Jesús "pudo ser la encarna­ción (Luc. 1:35ss.), el bautismo (Luc. 3:22), [o] el ministerio en Nazaret(Luc. 4:14)".2 Luego, provocativamente pregunta: "¿Por qué no a la vida yobra de Jesús como un todo?". Después de todo, el Nuevo Testamento dejaclaro que "el que [el hijo de Dios] Dios envió, las palabras de Dios habla;pues Dios no da el Espíritu por medida" (Juan 3:34, énfasis de los autores).Aunque reconocemos que los tratos de Dios con su Hijo son trascenden­talmente únicos, al mismo tiempo hay principios permanentes para nosotrosahora; porque "como él es, así somos nosotros en este mundo" (1 Jn. 4:17).

El punto al que llegamos aquí es que se produjo una crisis en la vidade Jesús cuando Él se apropió (por fe y oración, Luc. 3:21-22) de la uncióndel Espíritu para cumplir su misión mesiánica. Y, como veremos en unmomento, esta unción estuvo esencialmente asociada con la proclamación(Luc. 4:18), el ministerio (Hech. 10:38) y la oposición (Hech. 4:17) mien­tras él "anduvo haciendo el bien" (Hech. 10:38).

Como predicadores, nosotros igualmente necesitamos esta "unciónsagrada". Nosotros recibimos esta "unción" cuando por primera vez creí­mos (ver Hech. 5:32; 1 Jn. 2:24, 27); pero muchos no nos hemos apropia­do de 10 que ya es nuestro en Cristo. Por falta de una clara enseñanza opatente descuido de "tan grande salvación" de Dios (Heb. 2:3) no hemosreconocido que el"Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo... nos bendi­jo [tiempo pasado] con toda bendición espiritual... en Cristo" (Ef. 1:3).La palabra espiritual es enfática, y en Efesios se hace hincapié en "la obradel Espíritu divino en el espíritu humano. Nada espiritual que se distingade (10) corporal, sino procediendo del Espíritu Santo'? Entre estas bendicio­nes hay tres que deben ser clarificadas antes de proceder:

Bautismo. Este representa nuestra posición espiritual en Cristo. "Porquepor un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo ... y a todos senos dio a beber de un mismo Espíritu"; literalmente, "a todos se nos dio abeber de un Espíritu" (1 Coro 12:13). Esta es una experiencia única (Ef.4:5), y es sinónima de regeneración o nuevo nacimiento.

Llenura. Esto representa nuestra condición espiritual en Cristo. La lle­nura del Espíritu no es estrictamente un término bíblico, pero a los cre­yentes se les dice que sean "llenos con el... Espíritu." (Hech. 2:4; 4:8,31;9:17; 13:9). Por supuesto, el versículo clave es Efesios 5:18, donde se nosmanda "ser llenos del Espíritu". Ser llenos del Espíritu significa algo másque la morada interior de Él. ¡Es posible que el Espíritu Santo esté presen­

te en la vida sin ser presidente! Para ser predicadores obedientes (y creyen­tes en general), necesitamos estar bajo el control del Espíritu. Por eso elverbo está en el modo imperativo, voz pasiva y tiempo presente. Estodemanda obediencia y lealtad al Espíritu y dependencia en el EspírituSanto cada día de nuestra vida, en la iglesia, en el hogar y en el mundo (Ef.5:18-6:20). Este aspecto de la obra del Espíritu es interior y se relacionaprimordialmente con un vivir cristiano normal y con ser semejante a Cristo.

Unción. Esto representa nuestra vocación espiritual en Cristo. Comoobservamos antes, la unción de Jesús estuvo relacionada con su proclama­ción (Luc. 4:18), su ministerio (Hech. 10:38) y su oposición (Hech. 4:17).En una manera similar, la unción para los predicadores (y los creyentes engeneral) es para el servicio especial cristiano. Es "la promesa del Padre"(Hech. 1:4,8) y se refiere a ella como una investidura conpoder (Luc. 24:49).El verbo investir significa "servestido en o con' (vea los ejemplos de esta ves­tidura exterior en pasajes como Rom. 13:12,14; Ef. 4:24; Col. 3:10, etc.).

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"Unción" o "untura" nos capacita para apreciar la Palabra de Dios (ver 1 Jn.2:20,27) y también para autenticar la Palabra de Dios (2 Coro 1:21-22). Estaunción (crisma) es la protección de Dios en contra del error, a la luz de suPalabra inerrante. La Palabra es la protección objetiva, mientras que elEspíritu es la protección subjetiva. Es importante ver y buscar la necesidadcontinua de esta unción. Se nos ordena "habitar en él [el Espíritu Santo, laUnción]" (1 Jn. 2:27c). Habitar es un verbo imperativo activo. Jesús loempleó al hablar de sí mismo (Juan 15:4). Eso significa "seguir haciendoesto como hábito o estilo de vida". Como la llenura sugiere una obra interior

del Espíritu, la unción acentúa la vestidura exterior con poder.Otro versículo importante es 2 Corintios 1:21-22. Aquí Pablo defien­

de su autoridad en el ministerio y hace énfasis en "que Dios, por medio delevangelio de su Hijo y por... la morada [y la unción del] Espíritu, ha auten­

ticado el ministerio de Pablo ... [y] su integridad" (énfasis de los autores).'Es apropiada una observación más. Cuando leemos Hechos de los

Apóstoles (y especialmente versículos clave como 2:4; 4:8,31; 9:17; 13:9),la expresión común empleada para investidura es "llenos con el...Espíritu". Esto no debe confundirnos más de lo que lo hace la palabra glo­bal salvación, la cual incluye muchos aspectos de la obra redentora de Diosen nuestra vida (por ej.: justificación, santificación, glorificación, etc.)."Llenos con el... Espíritu" es un término "paraguas". No podemos serungidos a menos que seamos llenos con el Espíritu. Esto fue cierto en lavida de Jesús, y debe ser cierto en nuestra vida también.

Con la aclaración anterior establecida en nuestras mentes, estamosahora listos para concentrarnos en el texto seleccionado para este capítu­lo. Con reverencia, aprendamos qué le sucedió a Jesús en su bautismo enel Jordán y de qué se trata la "unción sagrada".

LA PROMESA DE LA UNCIÓN

"El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido paradar buenas nuevas" (Luc. 4:18). El profeta Isaías ya había profetizado (ypor tanto prometido) esta santa unción sobre el siervo de Jehová (ver Isa.61:1-2). Más tarde, con todo el poder de su resurrección, el Señor Jesús,de modo similar, prometió la unción del Espíritu a sus discípulos. Él dijo:"yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotrosen la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto"

(Luc. 24:49, énfasis de los autores). En el día de Pentecostés esa promesa

fue cumplida gloriosamente.Hay dos aspectos de esta promesa de la unción que debemos exami-

nar: el secreto y el símbolo.

El secreto de la unción"Y orando [Jesús], el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre

él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Túeres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia" (Luc. 3:21-22). Como yahemos observado, Jesús fue lleno con el Espíritu Santo desde el vientre desu madre (ver Luc. 1:35); su nacimiento y su vida subsiguiente fu~ron

"cubiertos" por el poder de lo alto. Pero su unción tuvo lugar cuando El sepresentó ante su Padre para el ministerio de su vida. El secreto de estaunción se resume mejor en tres palabras: santidad, sumisión y oración.

La vida de santidad Dios declaró desde el cielo:"Tú eres mi Hijo amado;en ti tengo complacencia' (Luc. 3:22). Mirando retrospectivamente a los 30años de su vida oculta, el Padre afirmó, de acuerdo con el escritor a losHebreos, que Él era "santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores"(Heb. 7:26). Esta sorprendente declaración es tridimensional. Con relación asu Dios, Él era (y es) "santo", ya que todas sus palabras y sus actos re,velan lanaturaleza misma de su Padre celestial. Con relación a su prójimo, El era (yes) "inocente", pues su vida y su ministerio estuvieron totalmente libres detoda malicia. Con relación a sí mismo, Él era (y es) "sin mancha", pues comoProfeta, Sacerdote y Rey no fue manchado con ninguna clase de impureza, yno tuvo en sí mismo corrupción. Moffatt sugiere que el lenguaje parece tenerla intención de mostrar un contraste entre la profunda pureza ética de Jesúsy la pureza ritual del sumo sacerdote levítico, que tenía que tomar .extrer:n~s

precaucione,s contra la inmundicia externa. Por tanto, en este sentido tr~dI­

mensional El estaba "apartado de los pecadores". Esto fue así en toda su vI~a,:

pero cuando Dios dijo: "Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia

(3:22), obviamente se estaba refiriendo a aquellos primeros 30 años.Dios solamente puede bendecir con la unción de su Sant? Espíritu a

aquellos que persiguen una vida de santidad. Eso es lo que El esper~ detodos nosotros (ver Heb. 12:14; 2 Coro 7:1). Al afrontar nuestros respectivos

ministerios semana a semana, siempre debemos oír y obedecer aquellaspalabras de Jehová por medio del profeta Isaías: "purificaos los que lleváis

los utensilios de Jehová" (Isa. 52:11).

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Derrama tu tranquilo rocío suavizante,Hasta que cese el estresante batallar;Quita de nuestras almas la presión,y que nuestras ordenadas vidasConfiesen la belleza de tu insondable paz.

La vida de sumisión. Al dirigirse a Juan el Bautista,Jesús insistió: "Dejaahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia" (Mat. 3:15).Luego leemos que "Jesús fue bautizado" (Luc. 3:21). Al someterse a símismo a Juan el "bautizador", Jesús demostró su completa obediencia a lavoluntad de su Padre, una actitud y una actividad que caracterizó la tota­lidad de su vida y su ministerio. En otro versículo se nos recuerda que"aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia" (Heb. 5:8).Esta obediencia no implica que Jesús previamente fuera rebelde o desobe­diente; ¡eso es inconcebible! A la vez, en su humanidad, Él tuvo que mos­trar obediencia a la voluntad del Padre para estar calificado como el Autorde eterna salvación (Heb. 5:8-9). Además, como Siervo de Dios,Jesús fue"obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (FiL 2:8).

Nosotros, igualmente, tenemos que ser obedientes si queremos expe­rimentar la unción del Espíritu Santo, porque Dios da "el Espíritu Santo...a los que le obedecen" (Hech. 5:32, énfasis de los autores). Al inicio noso­tros debemos obedecer el evangelio para experimentar el don del Espíritu;pero debemos continuamente obedecer para experimentar la plenitud y launción del Espíritu.

Bobby Richardson, antiguo segunda base de los Yankees de Nueva York,explica esta actitud de obediencia. En una ocasión él hizo una oración enuna reunión del grupo Fellowship of Christian Athletes (Comunidad deAtletas Cristianos). Fue clásica por su brevedad y concisión: "Amado Dios,tu voluntad; nada más, nada menos, nada además, Amén".'

La vida de oración. Lucas registra que mientras Jesús estaba siendo bau­tizado, estaba orando (tiempo presente, ver 3:21). Más tarde el Maestrorecordó a sus discípulos que para que ellos llegaran a experimentar el poderdel Espíritu Santo en sus vidas, tenían que pedirlo en oración. Él declaró:"Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se 10pidan?" (Luc. 11:13). Comentando este versículo, G. Campbell Morganafirma que "lo más alto en la oración es aquella actitud que buscay obtiene de

Dios, su Santo Espíritu. Eso es inicial, pero también continuo. Aquí esdonde empezamos, y cuando al principio recibimos el Espíritu Santo, nace­mos de nuevo; pero la vida de oración es la vida que siempre está buscan­do y siempre recibiendo: la llenura, la acción de llenar y el derramamientodel Espíritu" (énfasis de los autores).' Por eso los verbos pedir, buscary lla­

mar (LIJc. 11:9) están en el tiempo presente. Tenemos que continuar

pidiendo para que Dios continúe dando. La razón por la cual no experi­mentamos la autoridad en nuestra predicación es porque no estamos expe­rimentando la unción, y la razón por la cual no experimentamos la unciónes porque no continuamos pidiendo. Como señala el profesor Lean Morris:"Lucas está interesado en la obra del Espíritu, y aquí él ve el don delEspíritu como el mayor bien del hombre... La referencia es... generalmen­te a la obra del Espíritu en la vida del cristiano, como en Romanos 8".7

El símbolo de la unción"Y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como palo­

ma" (Luc. 3:22). Sin forzar la analogía, es importante que entendamos elsímbolo de la unción. La enseñanza general de la Escritura es que la palo­

ma es símbolo de paz, pureza, pasión y poder.La paloma es símbolo de paz. Cuando Noé sacó la mano del arca para

recibir a la paloma con la hoja de olivo en el pico (ver Gén. 8:11), fue unaseñal de que Dios estaba declarando paz con la tierra una vez más. Lasaguas de juicio estaban bajando, y muy pronto N oé Ysu familia iban a salirdel arca a tierra seca. Desde entonces, en el pensamiento hebreo y en la

enseñanza cristiana, la paloma ha sido un símbolo de paz.¡Este ministerio de paz fue supremamente característico en la vida de

nuestro Señor Jesucristo! Él siempre hablaba palabras de paz a los que 10rodeaban, especialmente a sus discípulos (ver Juan 14:1,27; 16:33;20:19,26). Cuando comisionó a sus apóstoles para que fueran, así como elPadre 10 había enviado a Él, dijo: "'Paz a vosotros.' ... Y habiendo dichoesto, sopló, y les dijo: 'Recibid el Espíritu Santo.'" (Juan 20:19-22).

De igual manera, debemos predicar paz por la sangre de la cruz y serministros de reconciliación (Ef. 2:17; 2 Coro 5:18-19). Necesitamos hom­bres de paz en nuestros púlpitos, en nuestra comunidad, y especialmente

en nuestros hogares. ¡Oh! que diariamente orásemos:

-John G. Whittier

Lapaloma essímbolodepureza. Cuando Jesús exhortó a sus discípulos a. ser"sencilloscomo palomas" (Mat. 10:16), su énfasis estaba en la transparenCla Y

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la pureza. Akeraios literalmente quiere decir ''puro [y] metafóricamente seusa en el N.T. para 10 que es... inofensivo (Mat. 10:16)".8 Siempre debe­mos recordar que Dios solo puede derramar su Espíritu sobre las vidas queestán listas y receptivas a su paloma de pureza. Esto fue cierto del SeñorJesús, y debe ser cierto del predicador. Recuerde las palabras del Maestrocuando dijo: "Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré alPadre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre"(Juan 14:15-16, énfasis de los autores). Solamente cuando vivimos en laPalabra y andamos en la luz (1 Jn. 1:7) estamos calificados para el Espíritude pureza en nuestras vidas. Quiera Dios que las palabras de la mujersunamita pudieran decirse de nosotros: "He aquí ahora, yo entiendo queéste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios" (2 Rey.4:9). ¿Qye había en Eliseo para que ella evocara tal distinción?

Está registrado que cuando el piadoso Robert Murray M'Cheyne(1813-1843) "entraba al púlpito, su espiritualidad era tan evidente que sucongregación lloraba. El escocés declaró su perspectiva del ministerio enuna de las líneas más brillantes jamás expresadas por un pastor: 'La másgrande necesidad de mi pueblo es mi santidad personal.".'

La paloma es símbolo de pasión. El arrullo de la paloma se usa en laEscritura como significado de sufrimiento, luto y pasión (ver Ezeq. 7:16).Debemos recordar que la paloma fue usada en las ofrendas de sacrificio(ver Lev. 12:6; 14:4-8). La pasión de nuestro Señor 10 envió hasta la cruzpara darse a sí mismo en sacrificio para que hombres y mujeres fueran sal­vos. La misma pasión se vio en todas sus declaraciones públicas.

G. Campbell Margan insiste en que toda predicación auténtica debetener "verdad, claridad y pasión"." La verdad comprende la totalidad denuestro mensaje. En última instancia, la verdad es la Palabra eterna, nues­tro Señor Jesucristo mismo. Nosotros tenemos que "¡predicar la Palabra!"(2 Tim. 4:2). La claridad significa lucidez de afirmación y declaración entoda forma. Martín Lutero dijo una vez: "Un predicador debe predicar detal manera, que cuando el sermón haya terminado la congregación se alejediciendo: 'el predicador dijo esto"'ll (énfasis de los autores). Pero en nues­tro contexto particular, nuestro enfoque es la pasión. Para citar a G.Campbell Margan otra vez:

En el sermón verdadero siempre debe haber pasión. Pero la pasióndebe ser algo creado sin esfuerzo consciente. Debe salir de 10 que estamosproclamando y de nuestro conocimiento de ello. La mitad de los sermones

de hoy (perdón si soy cruel) están fallando por falta de... pasión... No estoyfavoreciendo una simple emoción. El fuego en pintura nunca quema...; unentusiasmo imitado es lo más vacío que pueda existir en un predicador.[Pero] habiéndosele dado al predicador un mensaje de toda la Biblia, yviendo que tiene que ver con la vida en cualquier punto; personalmente nopuedo comprender que ese hombre no sea arrastrado algunas veces fuerade sí mismo por el fuego, la fuerza y el fervor de su trabajo.12

Todo esto sucede cuando conocemos por la experiencia personal alEspíritu de la pasión en nuestras vidas. El sucesor del Dr. Margan, MartynLloyd-Jones, al hablar ante un grupo de estudiantes de teología, instó: "Esta'unción,' este 'ungimiento,' es lo supremo. Búsquelo hasta que lo tenga; hastaque pueda decir: 'y mi predicación no fue con atractivas palabras de la sabi­duría del hombre, sino en demostración del Espíritu y del poder"'. 13

La paloma es símbolo de poder. Leemos que el Espíritu Santo "descen­dió en forma corporal, como paloma [sobre el Señor Jesucristo]" (Luc.3:22). En el pensamiento hebreo, el Espíritu Santo siempre es considera­do como "el que da salida al poder de Dios" (vea Luc. 24:49; Hech. 1:8;2:2-3; 1 Pedo 1:12). La paloma, por causa de su docilidad, es un símbolo depoder. David pudo decir: "Y tu benignidad me ha engrandecido" (2 Sam.22:36; SaL 18:35). Estas palabras significan que Dios "condesciende a'encorvarse' para hacer grande a David"." Esta es la paradoja de la vidacristiana y del ministerio. Cuando reconocemos nuestra total debilidad,entonces, y solo entonces, somos fuertes (2 Cor. 12:10). El poder delEspíritu Santo solo viene sobre aquellos que reconocen su insuficienciadelante de Dios (ver 1 Coro 2:1-5). ¡Qyé incentivo pedir esta promesa dela unción del Espíritu! Sin esta unción no hay poder, y sin poder no hayautoridad redentora en nuestra predicación.

EL PROPÓSITO DE LA UNCIÓN

"El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para darbuenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados decorazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner enlibertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor" (Lue. 4:18-19).Al analizar esta declaración profética está claro que la unción en los predica­dores tiene un propósito doble: alcanzar a la gente y predicar el evangelio.

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Somos ungidos para alcanzar a la gente"Me ha ungido para predicar el evangelio a los pobres; me ha enviado

a sanar a los quebrantados, a proclamar libertad a los cautivos y recobrarla vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos" (4:18). Hay cincocategorías de personas que necesitan ser alcanzadas redentoramente, yesonunca puede suceder sin la unción. Incluso, a menudo muchos predicado­res alejan a la gente. Este asunto es serio y demanda cuidado y autoexa­men.Jesús siempre atrajo hacia Él a la gente necesitada: "gran multitud delpueblo le oía de buena gana" (Mar. 12:37). Y Él declaró que si era levan­tado de la tierra, atraería a todos los hombres hacia Él (Juan 12:32).

Los empobrecidos. "Los pobres" (4:18). En el principio de su ministerio,Jesús dejó claro que su intención era predicar el evangelio a los pobres.Aunque en otro contexto Él dijo: "siempre tendréis a los pobres con voso­tros" (Mar. 14:7), siempre tuvo compasión al ver a los pobres. Él compren­dió y apreció la ofrenda sacrificial de una viuda pobre (Mar. 12:41-44). Alenseñar a sus discípulos, reconoció la continua obligación hacia los pobres.Por eso la iglesia primitiva consideraba a los pobres como una solemneresponsabilidad delante de Dios (Hech. 2:45; 4:32-37; 6:1-6; 2 Coro 8:2­5, 9-15). El concilio de Jerusalén pidió a Pablo y a Bernabé que recorda­ran a los pobres (Gál. 2:10); y Santiago, el hermano de nuestro Señor,tiene palabras muy marcadas en cuanto a las relaciones entre los ricos y lospobres (Sant. 1:9-11; 2:1-13; 5:1-6).

Ninguno que sea ungido con el Espíritu Santo puede ser insensible ala necesidad desesperante que nos rodea hoy. Toda iglesia debiera ser res­ponsable de su propia comunidad. Además, si esa fuera una preocupaciónsocial demostrada en acción práctica, creemos que el impacto no solo toca­ría a los mismos pobres, sino que los ricos se sentirían obligados a impli­carse. Esto es lo que quiere decir Pablo cuando escribe: "A los ricos de estesiglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas,las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas enabundancia para que las disfrutemos. C2.1te hagan bien, que sean ricos enbuenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamentopara lo por venir, que echen mano de la vida eterna" (l Tim. 6:17-19).

Los quebrantados. Necesitamos la unción para alcanzar a los "quebran­tados" (4:18). La misma palabra nos recuerda a gente como María yMarta, quienes estuvieron quebrantadas por la muerte de su hermanoLázaro. Tanto se identificó el Maestro con su tristeza que leemos que

"Jesús lloró" (Juan 11:35). No pasó mucho tiempo después de eso cuandoMaría y Marta se regocijaron unidas de nuevo con su hermano resucitado.Lo que aquí estamos haciendo resaltar es que Jesús se identificó con losquebrantados. Como pastores y predicadores, descubriremos que el len­guaje más elocuente en situaciones similares es nuestro propio quebranta­miento y el derramamiento de nuestras lágrimas. Hay ministerio en las"lágrimas ungidas".

Los encarcelados. "Los cautivos" (4:18). Cuando pensamos en la escla­vitud, nos acordamos del endemoniado de Gadara (Mar. 5:1-20). Era unhombre tan esclavizado por los demonios que no podía ser dominado niamarrado. Pero Jesús, gloriosamente ungido ordena: ponedlo en libertad.Ese pobre endemoniado huía de su prójimo, pero "cuando vio, pues, aJesús de lejos, corrió, y se arrodillóante él' (¡lo reverenció! Mar. 5:6, énfasisde los autores). Nuestro mundo de hoy abunda en cautivos por el pecado,el yo y Satanás. ¡Oh! Autoridad para proclamar la Palabra liberadora a "loscautivos" y oírles exclamar:

Cayeron mis cadenas, libertado fui;Me levanté, avancé y te seguí.

-Charles Wesley

Los ciegos. "Y vista a los ciegos" (4:18). Aquí inmediatamente nos rela­cionamos con el ciego Bartimeo, el mendigo que estaba al borde del cami­no. Lo sorprendente en cuanto a esta historia (mencionada en los tressinópticos) es el intento de la gente por silenciar su grito pidiendo miseri­cordia y prácticamente bloquearle su paso hacia Jesús. Pero Marcos nosdice que él "arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús" (Mar. 10:50). Élera ciego; fue amenazado, y aun estorbado por una oscilante capa; pero "élse levantó y vino a Jesús" (Mar. 10:46-52). Había una autoridad magnéti­ca en Jesús que atraía hacia Él al necesitado. Por supuesto, ¡Bartimeo reci­bió la vista! Predicador, usted nunca predica un sermón sin tener personasespiritualmente ciegas sentadas en su congregación. ¿Ellos salen viendo?

Los oprimidos. "Poner en libertad a los oprimidos" (4:18). La palabraoprimido se usa solamente aquí en el Nuevo Testamento. La forma verbalsignifica "quebrar en pedazos". Jesús tuvo la misión de reparar los corazonesquebrantados. Se gozaba en servir a la gente que la sociedad consideraba sinarreglo. Piense en la mujer de Juan 8,15 sorprendida en adulterio. Jesús corri­gió la tragedia de su vida y luego restauró su dignidad. De igual manera, la

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mujer samaritana de Juan 4. ¡Cuánto necesitamos de la ungida compasiónpara alcanzar a los cargados, los cautivos, los ciegos y los oprimidos!

Somos ungidos para predicar el evangelio''A predicar el año agradable del Señor" (4:19). La expresión "el año

agradable del Señor" tiene una directa referencia al año del jubileo, cele­brado en tiempos del Antiguo Testamento. El primer día del año del jubi­leo, el sacerdote, con sonido de trompetas, proclamaba las bendiciones deese año (ver Lev. 25:8-17). Este gran pasaje retrata a Jesús como el procla­mador de la libertad y la victoria. En el año del jubileo, Israel tenía queponer en orden su casa: las relaciones tenían que ponerse en regla, se teníanque hacer restituciones, y los esclavos tenían que quedar en libertad.

En términos del Nuevo Testamento, la predicación del evangelio afir­ma que Jesucristo es Señor, y que bajo ese señorío hombres y mujeres tie­nen que estar bien con Dios como también los unos con los otros. Sucedióque cuando Pedro predicó sobre el señorío de Cristo en su sermón dePentecostés, la convicción cayó sobre los congregados, y dijeron: "Varoneshermanos, ¿~é haremos?". La respuesta de Pedro fue: ''Arrepentíos, ybautícese cada uno de vosotros... y recibiréis el don del Espíritu Santo"(Hech. 2:37-38). En verdad nosotros no habremos predicado con launción si no declaramos el señorío de Cristo. Después de todo, la predi­cación bíblica es acerca de Dios y de Jesús como Señor. "Si hemos de dis­tinguir, Dios es el término de pura exaltación, mientras que Señor llevamás expresamente la idea de soberano gobernador en ejercicio real, evo­cando servicio obediente"."

EL PODER DE LA UNCIÓN

"Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de laspalabras de gracia que salían de su boca... Al oír estas cosas, todos en lasinagoga se llenaron de ira" (4:22,28). Predicar con la unción delEspíritu Santo nunca neutraliza a un individuo, grupo, o una congrega­ción. Al contrario, la predicación ungida por el Espíritu Santo siempreprecipita una decisión. Lea en el Evangelio de Juan y note las ocasionesdonde la predicación del Salvador produjo división entre la gente (Juan7:43; 9:16; 10:19). Ellos o bien creían en Jesús o bien tomaban piedraspara apedrearlo.

Esto es precisamente lo que encontramos en el texto que tenemosdelante de nosotros. Hubo una doble reacción: maravilla e ira.

Hubo reacción de asombro"Y todos daban testimonio de él, y estaban maravillados por las pala­

bras de gracia que salían de su boca" (4:22). Siempre tendremos a los quereciben bien el mensaje de Dios y aceptan la oferta de su misericordia. Entodo el ministerio de Jesús hubo gente que llegó a poner su confianza enel Salvador.

Esto ha sido así para los predicadores a lo largo de los siglos. Todo ver­dadero pastor ungido experimenta esto domingo tras domingo. ¿Y quépodemos decir de evangelistas como el Dr. Billy Graham y otros predica­dores menos conocidos quienes, al predicar en el poder del Espíritu Santo,han ganado a multitudes para Cristo?

En una ocasión se reunió una convención en Indianápolis para hablarsobre: "Cómo alcanzar a las masas". Un día durante esa convención, unjoven se puso en pie sobre una caja en la esquina de una calle y empezó apredicar. Un grupo se congregó allí, la mayoría trabajadores que regresabana sus casas para cenar, y quedaron electrificados con el sermón. Se olvidaronde su cansancio; se olvidaron que tenían hambre. El grupo llegó a ser tangrande que tuvieron que moverse. El predicador anunció que él predicaríaotra vez en la Academia de Música. Ellos le siguieron, cantando por la callemientras caminaban, y llenaron el salón principal del edificio, sentados consus baldes de cena mientras él predicaba nuevamente con tal poder queempezaron a derramar lágrimas. Pero él solo tenía unos pocos minutos parapredicar, porque la convención sobre "Cómo alcanzar a las masas" se reuníaen aquel mismo auditorio. ¡Mientras la convención discutía cómo alcanzara las masas, D. L. Moody lo estaba haciendo! ¡Él predicaba sobre el reino deDios y todos estaban esforzándose por entrar en él!".17

Hubo reacción de ira''Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; y levantán­

dose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre delmonte... para despeñarle" (4:28-29). El hecho es que ellos 10 rechazaron ylo hubieran apedreado hasta la muerte allí en el acto, pero está registradoque "mas él pasó por en medio de ellos, y se fue" (4:28-30). Un predicadores inmortal hasta que su tarea está terminada. Debemos recordar que el

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evangelio es "olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida paravida" (2 Coro 2:16). El mismo apóstol que escribió estas palabras predicóen el Areópago. ¡En aquella ocasión, algunos se burlaron del Salvador,algunos perdieron al Salvador, pero otros encontraron al Salvador! (verHech. 17:32-34) Y será siempre así mientras nosotros experimentemos elpoder de la unción.

En el año 1982, en un congreso sobre la Biblia en San Diego,California, dijo Adrian Rogers: "Hubo un tiempo en que los predicadoresse paraban en el púlpito y rugían: 'La Biblia dice...'. Después decían: 'Laiglesia dice...'. Ahora la mayoría rascándose la cabeza dice: 'A mí me pare­ce...'''. ¿Qyé le sucedió a la autoridad bíblica?

Lo que necesitamos hoyes una unción fresca del Espíritu Santo paraque nuestro ministerio penetre tanto en los corazones del santo como delpecador. Donde hay unción, hay autoridad. En cuanto al Señor Jesucristo,está escrito que cuando Él terminaba de hablar "la gente se admiraba desu doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no comolos escribas" (Mat. 7:28-29, énfasis de los autores). Martyn Lloyd-Jonessiempre hizo énfasis en la necesidad de la unción del Espíritu; él lo llama­ba el elemento más esencial en conexión con la predicación. Insistió: "Lacuidadosa preparación y la unción del Espíritu Santo nunca deben consi­derarse como alternativas, sino como complementarias la una de la otra".Luego preguntaba: "¿Busca usted siempre esta unción, este ungimiento,antes de la predicación? ¿Ha sido esta su más grande preocupación? Nohay prueba más completa y reveladora que se aplique al predicador"."

Considere esta historia en cuanto al gran evangelista de EstadosUnidos, Dwight L. Moody:

[Él] ya había sido usado grandemente por Dios en Chicago. Doshumildes mujeres metodistas libres oraban fielmente por él durante susservicios del domingo. Al concluir el servicio, ellas le decían: "Hemosestado orando por usted". "¿Por qué no oran por la gente?", les preguntóel señor Moody. "Porque usted necesita el poder del Espíritu", fue la res­puesta. "¡Yo necesito el poder! ¿Por qué?". Y al relatar después el inciden­te él dijo: "¡Yo pensaba que tenía poder; yo tenía la congregación másgrande en Chicago, y había muchas conversiones!".

Un día Moody les dijo: "Quisiera que me dijeran qué es 10que quie­ren decir". Y ellas le hablaron en cuanto al [ungimiento] definitivo delEspíritu Santo. Entonces les pidió que oraran con él y no meramente porél. Poco después, repentinamente fueron contestadas sus oraciones en

Wal1 Street en Nueva York. El colaborador de Moody, R. A.Torrey, des­cribió 10 que sucedió. "El poder de Dios cayó sobre él cuando caminabapor la calle, y tuvo que apresurarse a la casa de un amigo pidiendo sipodría tener un cuarto para estar a solas, y en ese cuarto se quedó solopor horas; y el Espíritu Santo vino sobre él, llenando su alma con tantogozo que al fin tuvo que pedir a Dios que retirara de él su mano, portemor de morir del mismo gozo en el lugar. Salió de ese lugar con elpoder del Espíritu Santo sobre él.

Las siguientes fueron sus propias palabras: "Estuve clamando todo eltiempo para que Dios me [ungiera] con el Espíritu. Bien, un día, en laciudad de Nueva York, ¡oh, qué día!, no puedo describirlo ... solo puedodecir que Dios se me reveló a sí mismo, y tuve tal experiencia de su amorque tuve que pedirle que permaneciera con su mano. Fui otra vez a pre­dicar. Los sermones no fueron diferentes; no presenté ninguna verdadnueva; sin embargo centenares fueron convertidos. Ahora yo no volveríadonde estuve antes de esa bendita experiencia aunque ustedes me dierantodo el mundo, pues ello sería como un poco de polvo en una balanza"."

Nosotros, los autores, podemos testificar de la realidad de la experien­cia del ungimiento de Moody. La diferencia que produce es la diferenciaque hay entre el día y la noche. Compañero predicador, le exhortamos aque no siga en su trabajo para el Señor hasta que usted haya creído en lapromesa (Hech. 1:4) y haya recibido el poder (Hech. 1:8) como un actoinicial de fe y también como una apropiación constante de la fe. Afrontecada oportunidad para el ministerio con esta oración:

Úngeme con tu Espíritu, Señor,Para este momento crucial;Y que tu santa Palabra de amor;Pueda yo predicar con poder celestial.

-Stephen F. 01ford

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CAPÍTULO TRECE

EL PREDICADOR Y LA...

PROCLAMACIONAsí que, hermanos, cuandofui a vosotros para anunciaros el [misterio']

de Dios, nofui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse

no saber entre vosotros cosaalguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.

Yestuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi

palabra ni mi predicación fue conpalabras persuasivas de humana

sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra

fe no estéfundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

1 CORINTIOS 2:1-5

La predicación es el medio ordenado por Dios para comunicar su ver­dad redentora (1 Coro 1:21). El kerygma es el mensaje predicado, "lapalabra de la cruz" (1 Coro 1:8). La predicación tiene su origen en la

autorevelación de Dios. Los patriarcas predicaron; ellos comunicaron losmandamientos y las promesas de Dios (Gén. 18:19; Deut. 11:19). Losprofetas predicaron; fueron de ciudad en ciudad leyendo y exponiendo laley (2 Crón. 15:3; 17:7-9; 35:3; Neh. 8:1-12; notar v. 8). Juan el Bautista

predicó "el arrepentimiento para perdón de pecados" (Mar. 1:4).Finalmente, Jesús vino "predicando el evangelio ... diciendo: 'el tiempo seha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed... elevangelio'" (Mar. 1:14-15).

Es esta singularidad de la "predicación cristiana" la que el apóstol Pablotrata en nuestro texto. En los capítulos anteriores él ha argumentado quecualquier otra clase de predicación, tal como "palabras de sabiduría",

El predicadory la proclamación 239

neutraliza el poder de la cruz (1 Coro 1:17). Por supuesto, su referencia esaldespliegue retórico y el estilo filosófico de los predicadores populares desu día. Tanto el método como el mensaje de aquellos entendidos atraían laadmiración de los griegos, pero no tenían ningún valor redentor en abso­luto. Este repudio de las "palabras de sabiduría" no impugna la seleccióncuidadosa de la apropiada fraseología o de "la estructura hornilética"; peropone de relieve la diferencia fundamental entre predicar la "sabiduría delmundo" y la "sabiduría de Dios".

Pablo pone en contraste "la [palabra] de la cruz" (1 Coro 1:18) y las"palabras de sabiduría" (1 Coro 1:17). Aquí la "palabra" significa la predi­cación de la cruz. "La palabra de la cruz", para los judíos era un tropeza­dero, y para los griegos, locura; pero para los llamados [de Dios], judíos ygriegos por igual, era poder de Dios y sabiduría de Dios. "El orden, 'poder'y 'sabiduría', es significativo. Bengal observa que nosotros reconocemos elpoder de Dios antes de reconocer su sabiduría. Ambos están puestos encontraste con la debilidad y la ignorancia humanas consiguientes a la caída.La gracia de Dios permite el descubrimiento de cada una a aquellos que,reconociendo su pecado, aceptan sus condiciones en Cristo. EntoncesCristo provee el remedio".'

La predicación bíblica verdadera es "poder" y "sabiduría" en el EspírituSanto, y Pablo lo sabía cuando irrumpió en la ciudad de Corinto a tomar­

la para Cristo. Él no dependía de "palabras persuasivas de hU,mana sabidu­ría, sino [en] demostración del Espíritu y del poder" (v, 4). El "se propusono saber nada entre [ellos] sino a Cristo Jesús y a éste crucificado" (v, 2,énfasis de los autores). Él sabía que un predicador no puede predicar a unCristo crucificado sin una vida crucificada (Gál. 2:20). Solamente la iden­tificación con la cruz por el poder del Espíritu Santo libera tanto el podercomo la sabiduría de Dios (ver 2 Coro 4:7-12).

Esta calidad de proclamación tiene tres ingredientes esenciales: la

motivación, la encarnación y la presentación de la verdad.

LA MOTIVACIÓN DE LA VERDAD

Pablo dice: "Cuando fui a vosotros para anunciar el [misterio] de Dios,no fui con excelencia de palabras o de sabiduría" (v. 1). Su motivación fuecompartir la verdad concerniente a Cristo, y a éste crucificado (v, 2).

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240 '% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la proclamación 241

Un consciente llamado a predicar la verdadÉl recuerda, "fui a vosotros" (v 1). Aunque esto primeramente se rela­

ciona con su histórica visita a Corinto, también implica su sentido de llama­miento a predicar. Él pudo decir: "agradó a Dios ... revelar a su Hijo en mí,para que yo le predicase [la verdad] entre los gentiles" (Gál. 1:15-16). Enotro lugar él exclama: "¡ayde mí si no anunciare el evangelio!" (1 Coro 9:16).Para Pablo, la predicación hallaba su motivación en un deseo convincente deimpartir la verdad de Dios tal como se revela en Jesucristo crucificado.

Los predicadores necesitamos una nueva pasión por la verdad. En unmundo pluralista y una Iglesia pesimista debemos regresar al absolutismo

de la verdad de Dios tal como está revelada en Cristo Jesús. El erudito deOxford, Alister McGrath, en su reciente libro Una pasión por la uerdad: la

coherencia intelectual del evangelismo, afirma que los dos principales funda­mentos intelectuales del evangelismo son la centralidad de Jesucristo y laautoridad de la Escritura. Él agrega que "el cristianismo evangélico no ...se avergüenza de admitir que está centrado en Cristo".' Igualmente, Pablosin avergonzarse afirma: "me propuse no saber entre vosotros cosa algunasino a Jesucristo, y a éste crucificado" (v. 2). Inmediatamente antes de lacruz, Jesús hizo esta estupenda afirmación. Mirando a las caras de su dis­cípulos, declaró: "yo soy... la verdad" (Juan 14:6). Una de las caracteriza­ciones favoritas del mensaje cristiano de Pablo es "la verdad del evangelio"(Gál. 2:5,14; Ef. 1:13). No es sorprendente que él afirme: "nada podemoscontra la verdad, sino por la verdad" (2 Cor. 13:8).

Un consagrado don para predicar la verdad"Ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de

humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder" (v, 4).Aunque Pablo sentía su propia debilidad humana, sin embargo él eraconsciente de ser poseedor del don de Dios. Subraye estas dos palabras:"mi palabra y mi predicación". Palabra (logos), significa discurso, refiriéndo­se a la manera de su exposición del evangelio; predicación apunta al conte­nido de su mensaje. Las dos podrían traducirse "mi predicación y mi men­saje" (W.E. Vine).

(Nota: ¡No carece de significado el que el don de la predicación sea des­crito por el uso de unos 30 términos diferentes en el Nuevo Testamento!)

El apóstol exhorta a Timoteo (y desde luego a cada predicador) a hacertres cosas en cuanto al don de la predicación: en primer lugar, reconocer el

don: "el don de Dios que está en ti" (2 Tim. 1:6). Para Timoteo, ese talen­to dado por Dios era tan evidente que fue confirmado por la imposiciónde manos de los ancianos de la iglesia.

En segundo lugar, elevar al máximo el don: "No descuides el don quehay en ti" (1 Tim. 4:14). La palabra descuidar significa "restar importanciaa". Aparece en Mateo 22:25, donde los invitados para celebrar la cena delhijo del rey "restaron importancia" a la ocasión real. Es un pecado grave"restarle importancia" a los dones de Dios. ¡Todos somos originales, puesDios nunca hace duplicados! Así que tenemos que caer de rodillas y darlelas gracias por nuestros dones. ¡Esto nos cura para siempre la parálisis dela envidia! En cambio, nos regocijamos en los dones de otros, como tam­bién en el nuestro.

En tercer lugar, utilizar el don: "que avives el fuego del don de Diosque está en ti" (2 Tim. 1:6). Para Timoteo (y para algunos de nosotros), lallama (del don) puede oscilar y arder poco. Por el poder del Espíritu Santodebemos avivar día a día el don de Dios en nosotros.

Un objetivo irresistible de predicar la verdad"Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a

éste crucificado" (v, 2). Pablo no tenía duda de porqué Dios le había dadoel don de la predicación. Dentro del contexto inmediato, Pablo explicaesto en detalle. Fue para glorificar al Hijo de Dios (1 Cor. 1:29,31), mag­nificar la Palabra de Dios (1 Cor. 1:18), edificar a la iglesia de Dios (1 Coro1:30) y satisfacer el corazón de Dios (1 Cor. 1:21). El Señor Jesús, y Élcrucificado, debe ser el objetivo irresistible de toda nuestra predicación al

mundo y en la Iglesia.

LA ENCARNACIÓN DE LA VERDAD

Pablo nos dice que fue a Corinto para anunciarles el [testimonio] deDios "no ... con excelencia de palabras o de sabiduría (v, 1). En otras ver­siones se lee "el misterio de Dios", yeso no altera el significado esencial dela misión o el mensaje del apóstol; pero sí cambia el énfasis. La verdaderapredicación es un misterio encarnado. Por eso es "locura" (1 Coro 1:23) a lamente natural. Tanto la encarnación como la crucifixión de Jesús no tienensentido para los que perecen. Los griegos tenían dificultad para concebircómo un dios, siendo espíritu, podría encarnarse y así proveer expiación

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por el pecado por medio de un Dios-hombre. Pero para nosotros los salvos,y para nosotros que somos predicadores, el misterio está resuelto. En lamayoría de los casos en el Nuevo Testamento, la palabra misterio se refiere ala predicación del evangelio y a su percepción (1 Coro 2:7; 4:1; Ef. 6:19; Col.4:3). La predicación está mejor definida en elEvangelio de Juan por la decla­ración majestuosa: "aquel Verbo fue hecho carne" (1:14). El Dios que"nadie... ha visto jamás" se contrajo a la medida de un vientre de mujer y naciópara "darle cuerpo" a la Deidad vestida de humanidad. Este "dar cuerpo" delPadre está caracterizado por Juan como "exégesis": "él le ha dado a conocer"(Juan 1:18). George R. Beasley-Murray observa que "esta 'exégesis' es fide­digna en virtud de la unidad del Hijo con Dios, expresada en la frase: 'quienestá en el seno del Padre', en el más cercano compañerismo con él (ver Juan1:13-23)... Lafinalidad de la revelación de Dios por mediodel Logos-Hijoape­naspodría sermásftertemente expresada" (énfasis de los autores). Esta revela­ción encarnada es la esencia de la predicación redentora. Lo que no es encar­nación no es redentor, y 10 que no es redentor no transforma vidas.

Nadie ha desarrollado este aspecto de la predicación como 10 hizo elfamoso predicador Phillips Brooks. En su libro, El gozo de la predicación,dedica todo un capítulo a desarrollar el concepto de que lapredicación es laverdad a través de lapersonalidad. Él mantiene que nadie puede trasmitir laverdad salvadora a menos que estos dos elementos de la verdad y de la per­sonalidad lleguen a estar encarnados tanto en la preparación como en lapredicación.' "El DI. Lloyd-Jones creía que la predicación implicaba lacomunicación a través de la personalidad. Él recordaba a Demóstenes, aquien citaba como uno de los más grandes oradores de todos los tiempos.Cuando al griego se le preguntaba cuál era la primera regla de la gran ora­toria, él daba una respuesta exagerada: 'la primera gran regla de la oratoriaes la acción; y la segunda gran regla de la oratoria es: acción; y la terceragran regla de la oratoria es: acción"." Aunque Demóstenes no era un pre­dicador cristiano, él reconocía que para que un mensaje fuera efectivamentecomunicado, ¡tenía que sentirse en el interior y ser encarnado en el exterior!En una palabra, tiene que ser encarnado. Cuando Dios escogió revelarseredentoramente al mundo pecador, Él entró en acción: se hizo carne.

J. c.Macaulay, al escribir sobre este mismo tema, dice: "He oído a minis­tros decir con un buen aire de piedad... 'Olvídense de mí pero recuerden laverdad que les estoy proclamando'. Por un lado, [esto] es mala psicología; porotro, no es hacer bien a la divinidad, ¡y además hay un poco de hipocresía!

Cuando la Palabra de Dios está haciendo lo máximo para asegurarnos deque seamos recordados, es falsa modestia de nuestra parte invitar a nues­tros oyentes a que nos olviden. Más bien, démosles algo vital, algo precio­so, por lo cual recordarnos".7 Para que la predicación sea redentora y, por10 tanto, transformadora, el mensaje no debe separarse del mensajero.

Debemos dominar la Palabra que tenemos que predicarPablo dice: "Anunciaros el [misterio] de Dios" (v, 1). ¡Qyé frase! Esto

implica vivir en la Palabra de Dios y en la voluntad de Dios hasta quepodamos "abrir [nuestras bocas] valientemente para dar a conocer el mis­terio del evangelio" (Ef. 6:19). Esto requiere todas las demandas de la pre­paración que hemos delineado en la segunda parte de este libro. LaPalabra de Dios no puede ser dominada con entendimiento hasta quenosotros seamos dominados por la Palabra de Dios. Lea a los profetas y veacómo aquellos encendidos predicadores consideraron la Palabra del Señorcomo una carga. Leemos de "la carga que Habacuc el profeta vió" (Hab.1:1); y otra vez: "La carga de la Palabra del Señor" que vino a Zacarías(Zac. 12:1); y otra vez más: "La carga de la Palabra del Señor" vino aMalaquías (Mal. 1:1; ver también Jer. 23:33-40). Estos hombres estuvie­ron tan abrumados con el mensaje de Jehová que no podían tener paz;tenían que declarar lo que Dios les había dicho. Su predicación era un ali­vio literal de sus almas. Eran profetas y predicadores que no se distancia­

ban de la verdad que buscaban comunicar.

Debemos dominar la forma en que "tenemos que" predicar"Mi predicación... fue... con demostración del Espíritu y de poder" (v.

4). Solo el Espíritu Santo puede tomar la verdad y encarnarla en el almade un predicador. Este es un fenómeno sobrenatural que va más allá delentendimiento o empeño humano. Así como no podemos explicar el naci­miento virginal, tampoco podemos explicar el encuentro encarnacionalque tiene lugar entre la Palabra y el predicador o entre el predicador y lacongregación. Hay una fusión divina que hace que "la Palabra [llegue ahacerse] carne" (Juan 1:14). Esto separa a la predicación de todas las otras

formas de declaración o discurso humanos.Cuando la virgen María llegó a ser el vaso escogido y dispuesto para dar

a luz al Hijo de Dios (Luc. 1:35,37-38), tuvo lugar un triple proceso. Enprimer lugar, se efectuó la comunicación de la Palabra: "lo que es concebido

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244 •.~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory laproclamación 245

en ella es del Espíritu Santo" (Mar, 1:20). Esto debe suceder en el corazónde cada predicador. El manuscrito debe convertirse en el mensaje. Cadadetalle del sermón estructurado debe ser concienzudamente aplicado y obe­

decido hasta que la "concepción" se realice. Nuestra ferviente oración debeser: "Señor, haz que esto cobre vida para mí y en mí".

En segundo lugar, hubo maduración de la Palabra: "se cumplieron paraella los días de su alumbramiento" (Luc. 2:6). A menudo, los predicadoresfallamos en esto. Porque no "nos damos en forma continua [exclusivamen­te] a la oración y al ministerio de la Palabra" (Hech. 6:4), el mensaje noestá "saturado de fe" y, por tanto, no es de ningún "provecho" (Heb. 4:2).Necesitamos tiempo para la meditación y para la maduración.

En tercer lugar, hubo presentación de la Palabra: "Dio a luz a su... hijo"(Luc. 2:7). Hablamos de la "entrega" de un sermón, y estamos en lo correc­to. Esta es la predicación encarnada. ¡Cada vez que predicamos, nuestra

" J '''1tarea es entregar a esus .

Por supuesto, es posible que cualquiera se levante y recite un sermónmemorizado o hasta repita versículos de la Biblia como un loro, pero esono es predicación. La predicación es una acción encarnada que, por elpoder del Espíritu Santo y a través de la personalidad, trasmite la verdada hombres y a mujeres, desafiándolos a emitir un veredicto. No habremosentendido la proclamación divina a menos que lleguemos a valorar estehecho y esta fuerza encarnacional. De todo 10 que pudiéramos decir acer­ca de la predicación, consideramos esto de fundamental importancia.Nunca debemos situarnos en el púlpito hasta que podamos honestamentedecir "la Palabra se ha hecho carne".

LA PRESENTACIÓN DE LA VERDAD

"Y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas dehumana sabiduría, sino en demostración del Espíritu y de poder" (v, 4). Alanalizar esta afirmación, se hace patente que el evento redentor de la pro­clamación requiere una presentación vital, vocal y visual de la verdad.Consideremos cada uno de estos tres elementos.

El aspecto vital de la proclamaciónTiene que ser "con demostración del Espíritu y de poder" (v, 4). No

debemos pasar sobre esta afirmación sin dar un comentario importante.

En el capítulo anterior tratamos plenamente de "la unción sagrada"; peroPablo, al exponer la Palabra de Dios, agrega algo más aquí que todo pre­dicador debiera buscar con mucha oración. Él habla de su predicación,

antes que de su persona, y hace énfasis en tres aspectos de la comunicacióndivina que nosotros necesitamos urgentemente en nuestros púlpitos.

El primero es claridad. La palabra demostración indica una claridad quese produce en la mente del oyente "como por un levantamiento repentinode un velo" (Godet). Esta es la convicción centrada en Cristo que impac­ta al oyente con la fuerza soberana de la evidencia moral (ver 14:24-25).

El segundo aspecto es dominio. El caso genitivo "del Espíritu" sugiereel control del Espíritu en el acto de la predicación. Este control es la fun­ción suprema del Espíritu en la vida cristiana (ver Ef. 5:18). No hay nadatan confortante y persuasivo que saber que el Espíritu del Señor está diri­giendo y dominando cada palabra que sale de nuestras bocas. Como 10expresa Martyn Lloyd-jones: "Existe toda la diferencia del mundo entrepredicar únicamente con la energía y el entendimiento humanos, y predi­car [con] la consciente sonrisa de Dios" (énfasis de los autores)." Cuánimportante es, por tanto, asegurarse de no "contristar al Espíritu Santo deDios" (Ef 4:30) o "apagar el Espíritu" (1 Tes. 5:19), sino más bien some­ternos al Espíritu para que Él tenga el control y el dominio (Ef 5:18).

El tercer aspecto de la comunicación divina es energía. Una vez más,tenemos el caso genitivo "de poder". Aquí la palabra es dunamis, que A. T.Robertson caracteriza como "poder moral más que agudeza intelectual"(comp. 1 Coro 1:18). Sin embargo, podemos justificadamente ampliar estepensamiento para incluir la energía física y mental. Lo menos que se puededecir es que la predicación es extenuante; pero es agotadora si no está rode­ada por el poder vivificante del Espíritu Santo (Rom. 8:11). Como predi­cador, Pablo pudo testificar: "para 10 cual también trabajo, luchando segúnla potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí" (Col. 1:29).

El aspecto vocal de la proclamación"Ni mis palabras ni mi predicación fue con palabras persuasivas de

humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder" (v. 4,énfasis de los autores). No debemos malinterpretar la modestia con la cualPablo describe su predicación. El apóstol no está tratando de dar la impre­sión de que él no tenía cuidado en 10 que decía y en cómo 10 decía. Su refe­rencia, más bien, es en cuanto a 10 que era conocido como "las palabras

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246 ..~. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVAEl predicadory laproclamación 247

corintias" de los oradores y filósofos en aquella ciudad pagana. Horas, yaun días, se pasaban escuchando discursos y alocuciones, en estadios yauditorios. Pablo está pensando en esto al hablar acerca de la presentacióndel evangelio. Pablo hallaba su fuerza en la ungida autoridad, simplicidady humildad de Cristo y Él mismo crucificado, hecho real en él por elEspíritu Santo.

Al mismo tiempo, es importante dar atención a la proclamación vocal.

El predicador o evangelista promedio no hace justicia al arte vocal de la pre­dicación. Si la enseñanza y el entrenamiento no están disponibles en la uni­versidad o el seminario, entonces recomendamos que cada predicador tomelecciones de aquellos que están calificados para educarlo en los principios dela producción de la voz, control de la respiración y clara articulación.

Hemos comprobado el valor del entrenamiento profesional. Sin ellohubiéramos pagado graves consecuencias en años posteriores. Aquí reco­mendamos los siguientes ejercicios:

La práctica de construir la voz. Respire profundamente desde el diafrag­ma, e inhale y exhale con medido control. Luego vocalice usando escalasmusicales o repitiendo el alfabeto de la A a la Z ¡con acentuación exage­rada! Haga esto diariamente.

La práctica de entrenar la voz. Imagine mentalmente a su congregacióny lea las Escrituras en voz alta con cuidadosa atención a la articulación, lapronunciación y la enunciación. Recuerde 10 que dijimos en el capítulo 2acerca de este tema. Además de la Escritura, lea algunos sermones de C.H. Spurgeon, (los contemporáneos), a la velocidad de "predicación" y, porsupuesto, algunos suyos. Haga esto con frecuencia.

La práctica deprobar la voz. Las tres palabras clave son proyección, pro­ducción y protección. La proyección es la habilidad de dejar salir la vozusando el diafragma correctamente para impulsar el aire a través de lascuerdas vocales, por el paladar de la boca y hacia la congregación que es suobjetivo. ¡El sonido no debe salir de la garganta! La producción es el artedel control de la respiración. Esto es vital para sostener y mantener la cali­dad de la voz y la constancia del sonido. La protección es el poder de com­postura. Todo predicador debe conocer su fuerza y sus limitaciones parapreservar su voz. El secreto está en una palabra: control.

Lapráctica del descanso de la voz. Como toda parte del cuerpo humano, ¡eldescanso es necesario! Aprenda cómo hacer descansar su voz por medio deperíodos disciplinados de silencio, relajación de los músculos (especialmente

por la noche) con un correcto descanso de la cabeza sobre la almohada, yun uso mínimo del teléfono: ¡el enemigo de la voz!

La práctica de sanar la voz. Aquí le damos tres consejos que le ayuda­rán. Hacer gárgaras de agua tibia con un poquito de sal y no con astrin­gentes. Use pastillas (o algo similar) para la garganta inmediatamenteantes de predicar. La lubricación es esencial, especialmente cuando laatmósfera está seca o cuando usted está nervioso y sus glándulas salivaresparecen faltarle. ¡Luego descanse, descanse, descanse la voz!

La práctica de guardar la voz. Nunca hable o predique si hay corrientede aire acondicionado o algún viento del exterior. La reacción normal físi­ca a tal situación es la tensión de los músculos del cuello, de la garganta yla laringe, con espasmos subsiguientes. Nunca hable o predique con unacorbata y cuello apretados. La predicación vigorosa puede expandir su cue­llo medio centímetro. Nunca hable o predique "forzando" su voz más alláde sus propios límites.

La práctica de usar la voz. Cuando esté de vacaciones o vaya de viaje,vocalice diariamente. Se dará cuenta que los riesgos de quedarse ronco oafectado seguirán a un período de inactividad.

Finalmente, ¡practique todo el tiempo hablando correcta y encomia­blemente! Nuestras presentaciones en programas de televisión y discursospolíticos son una parodia del lenguaje, por 10 que necesitamos volver a lapureza y al poder del discurso público.

Ed Newman, el ilustre reportero y comentarista, ha escritos dos útileslibros sobre el uso del idioma inglés. El primero es Hablar con Propiedad'y el segundo, Un Lenguaje Civilizado. 10 Creemos que estos dos libros sonuna lectura obligada para el predicador.

Una de las razones por la cual los hombres de púlpito no son más arti­culados en su dicción es porque no son muy precisos en su uso del lenguaje.Cuando una persona es vacilante en lo que dice, el resultado es un discur­so confuso. Piense en las palabras que introducen el Sermón del Monte.Se registra que cuando el Señor Jesús "subió a un. monte, y... s~ se~~ó ...Abrió su boca y les enseñó" (Mat. 5:1-2). En el gnego, la frase abr~~ s,~

boca" tiene un doble significado. Implica "respetable declaraclOn.También quiere decir "abrir el corazón y vaciar la mente" (WilliamBarday). Muchos predicadores tratan de hablar entre dientes y~ sea por­que están inseguros de 10 que están diciendo o porque no han SIdo entre­nados en el modo de decirlo.

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248···'% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la proclamación 249

El aspecto visual de la proclamaciónPablo admite: "Estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y

temblor" (v, 3). En la traducción de Phillips se lee: "Dentro de mí mismome sentía falto de fuerza, estaba nervioso y un poco agitado. Lo que dijey prediqué nada tenía del atractivo de una mente inteligente, ¡pero fue condemostración de poder del Espíritu de Dios!" (traducción libre).

Todos nosotros podemos testificar sobre este sentido de debilidad ynerviosismo. G. Campbell Margan dijo una vez que cuando él subía alpúlpito cada domingo, repetidamente venía a su mente Isaías 53:7: "¡comocordero fue llevado al matadero!".

Este nerviosismo y este titubeo de los que Pablo habla indudablemen­te fueron subjetivos e internos, y no algo que él proyectara exteriormente.No podemos leer esta Epístola o cualquiera de sus otros escritos sin sen­tir la autoridad con la que Pablo escribió. Además, en el capítulo 9, comotambién en los capítulos 11 y 12 de la segunda carta, Pablo defiende suautoridad con capacidad y confianza. Con seguridad, 10 que él escribió nofue sino una expresión literaria del modo en que él hablaba. Cuando lagente escuchaba al gran apóstol se daba cuenta de esta ungida autoridad.

Hoy debe ser así con los predicadores. Si el hombre de Dios ora paraser eclipsado por la gloria del Cristo resplandeciente, no puede evitar laproyección de su personalidad dada por Dios. Por esta razón tiene que estu­diar para eliminar cualquier cosa calculada que le distraiga del mensaje quetiene que entregar. Esto se aplica a su aspecto físico, así como también a suatractivo personal. La regla práctica es 10 que llamamos las dos emes:modestia y maestría. En cuanto a su aspecto físico, el predicador debeesforzarse por ser modesto en el vestir, en su presencia y en su porte. Encuanto a su atractivo personal, igualmente debe esforzase, por el poder delEspíritu Santo, para dominar la concupiscencia de la carne, la concupiscen­cia de los ojos, y el orgullo de la vida (1 Jn. 2:16). Aun detrás del escritoriosagrado, el triple enemigo puede introducirse con resultados devastadores.Un predicador que no conoce la unción del Espíritu Santo puede ser con­trolado por el dominio carnal ("la concupiscencia de la carne"), por el deseo

carnal ("la concupiscencia de los ojos") y por la fama carnal ("el orgullo dela vida") (l Juan 2:16). Aquí es donde necesitamos aplicar la cruz a nuestrapropia vida (Rom. 8:13). Así que repetimos: no podemos predicar a unSalvador crucificado sin crucificar nuestra propia vida.

Con relación a este aspecto visual de la proclamación, existe el lengua_je corporal: la mirada en los ojos, la expresión del rostro y, especialmente,los movimientos de las manos. Todos estos son parte de la comunicaciónvisual. Aun la participación del cuerpo (la manera en que un hombre estáde pie o se mueve) es parte de la predicación. Esto es especialmente evi­dente en los esfuerzos de un predicador vigoroso. Por supuesto, física ytemperamentalmente los hombres difieren en esto y, por tanto, cada pre­dicador tiene que ser él mismo. Como hemos dicho anteriormente Dios

, 'nunca hace duplicados; El solo hace originales. Por tal razón nosotrosreprobamos cualquier intento de un predicador de copiar la postura, elestilo o la expresión de otro hombre. Sin embargo, cuando protegemosnuestra identidad del don de Dios y la autoridad de la unción del Espíritu,debemos recordar que nuestros cuerpos no son nuestros; son compradospor precio con el propósito de glorificar solo a Dios (1 Coro 6:19-20). Talcomo en el Señor Jesús, la Palabra encarnada, la gloria de Dios debierairradiar de nuestros cuerpos con la "gracia y la verdad" (Juan 1:14).

Hasta aquí hemos examinado 10 que queremos decir por proclamacióncristiana. Requiere motivación de la verdad, encarnación de la verdad ypresentación de la verdad. Nuevamente, necesitamos que se nos recuerdeque este es un llamamiento elevado y santo, y que cuando predicamosestamos haciendo nada menos que declarar "el misterio de Dios" (v, 1).Qy.e Cristo Jesús, cabeza de la Iglesia, haga que con valentía abramosnuestras bocas "para dar a conocer el misterio del evangelio" con claridady confianza (Ef. 6:19-20), ¡"con vivo colorido"!

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CAPÍTULO CATORCE

EL PREDICADOR Y LA""

COMPRENSIONComo está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido

en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que

le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotrospor el Espíritu.1 CORINTIOS 2:9, 10

Texto de estudio: 1 Corintios 2:6-16

Muchas de las personas a quienes ministramos en las iglesias, enconferencias o aún en las cruzadas son religiosas, per~ no ~ege~e­

radas. Esto explica por qué a la unión de nuestro testimoruo cns­

tiano le falta la sal influenciadora y la radiante luz para nuestro mundo his­pano parlante. Lo que es peor, los predicadores y pastores están frustrados.Parecen no causar un impacto duradero en sus congregaciones. Se man­tienen en las rutinas y los rituales de los servicios semanales sin resultadosespirituales. Por supuesto que existen las marcadas excepciones, para la glo­ria de Dios; sin embargo, es la regla general la que nos preocupa.

Cualquiera que dude de este estado de cosas debe leer el libro de EddieGibb, Solamente de nombre: Abordando elproblema del cristianismo nominal.

Él pregunta:¿Puede haber alguien que diga ser cristiano "nominal"? ¿Están esas

personas disfrazándose de creyentes? ¿Les falta a esos cristianos nomina­les vitalidad espiritual porque están desnutridos espiritualmente? ¿O es

Elpredicadory la comprensión 2S 1

la nominalidad un estado fluido? El creyente normalmente ejemplar noes inmune al letargo espiritual. ¿Pero por qué hay tantos que profesan uncristianismo de creyentes "solamente de nombre"?

Cualquier análisis de nominalidad será influenciado por la propiateología que se tenga de la iglesia. ¿Son quienes viven en el margen cris­tianos "frágiles", más que nada en necesidad de cuidado pastoral, o son

inconversos, eternamente perdidos yen necesidad del Salvador?' (énfasis delos autores).

Preguntas como estas nos llevan a examinar 10 que queremos decir porcomprensión espiritual. La palabra comprensión quiere decir "el acto o lacapacidad de entendimiento"; y el asunto que tenemos que afrontar ennuestros estudios, como también en nuestros púlpitos, es la comprensiónespiritual. ¿Tiene nuestra congregación la capacidad de entender nuestromensaje? Si no, ¿por qué no? En esencia, eso es 10 que el apóstol Pablotuvo que confrontar cuando llegó a Corinto, ciudad conocida por sus"palabras persuasivas de humana sabiduría" (v, 4). "El sabio" (los filósofosgriegos) y "el escriba" (los eruditos hebreos) esperaban que Pablo predica­ra en términos mundanos de tendencia escolástica, lógica convincente,razonamiento forense y elocuencia cultural (1 Coro 1:20). Pero el apóstolrehusó. Él sabía que "el hombre natural no percibe las cosas que son delEspíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, por­que se han de discernir espiritualmente" (v 14). La comprensión espiritualsolo podía ocurrir por medio de predicar "a Jesucristo, y a éste crucifica­do ... con demostración del Espíritu y de poder" (vv, 2,4). Solo tal predi­cación efectuaría el resultado moral del nuevo nacimiento, y la subsiguien­te comprensión espiritual.

Por la aparente "locura del mensaje que [él] predicaba" (l Coro1:21), Pablo previó que de su argumentación pudieran inferir que nohay lugar para la sabiduría en el lenguaje de Dios y que la verdad cris­tiana está totalmente fuera de la esfera del intelecto. El apóstol satisfa­ce esta objeción al indicar que el evangelio contiene sabiduría, pero queesa sabiduría es espiritual y, por tanto, solo puede comprenderse pormedios espirituales. Él entonces procede a exponer la crisis y el proce­so por los cuales una persona, y tal vez una congregación, puede expe­rimentar comprensión espiritual.

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252 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la comprensión 253

INICIACIÓN ESPIRITUAL

"Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madu­rez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que pere­cen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, lacual predestinó antes de los siglos para nuestra gloria" (vv, 6-7). Pablo estádiciendo: "No se imaginen que el cristianismo carece de filosofía o sabi­duría; que sea algo que esté fuera de la esfera del intelecto [renovado]; noes así. Tiene su propia sabiduría, su propia filosofía. Además, ¡la filosofíacristiana es la filosofía definitiva! No tiene que ser probada por otras filo­sofías; ellas tienen que ser probadas por ella. 'Hablamos sabiduría', aclaracon finalidad absoluta".'

Por tanto, es obvio que Pablo establece una clara distinción entre "lasabiduría de este mundo" y "la sabiduría de Dios" (vv, 21-22). La sabidu­ría del mundo está limitada por su presente siglo. Esta es la palabra que usaPablo. Literalmente, esta oración se lee: "Sin embargo, hablamos sabidu­ría entre los que han alcanzado madurez [o perfección], y sabiduría, no deeste siglo" (v, 6). La suprema característica de la sabiduría humana es quesiempre está limitada por el siglo en que ella evoluciona. Los hombresestán circunscritos en su razonamiento por el período en que viven.

No resulta así con la filosofía divina. La sabiduría de Dios está fueradel tiempo y, por tanto, es inmutable. Pablo describe esta sabiduría comoun misterio, aún "la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de lossiglos para nuestra gloria" (v. 7). Es la sabiduría que viene desde la eterni­dad, invade el tiempo y permanece por todas las edades. Para conocer tal

sabiduría, hombres y mujeres tienen que ser iniciados espiritualmente. Por esoPablo usa el término "misterio" (v. 7). La palabra griega significa "algo cuyosignificado está escondido de aquellos que no han sido iniciados, pero quees transparentemente claro para aquellos que 10 han sido".'

Ahora surge la pregunta sobre cómo hombres y mujeres pueden seriniciados en esta sabiduría de Dios, la cual no es nada menos que la reve­lación de Dios en Cristo, y este crucificado. La respuesta queda implícitaen la palabra madurez que aparece en el versículo 6: "Hablamos sabiduríaentre los que han alcanzado madurez". Una cuidadosa exégesis del pasajedeja claro que Pablo identifica a aquellos que son maduros con los que sonespirituales (ver v. 15). Esto significa que la iniciación espiritual solo puedetener lugar donde hay un nuevo nacimiento.

Nacimiento espiritual"Hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez" (v, 6). La

palabra madurez denota el crecimiento pleno en contraste con el bebé.Antes de que pueda haber un desarrollo y madurez espiritual debe existirel nacimiento espiritual. Esa fue la idea clave de la perspectiva de nuestroSalvador para uno de los hombres más intelectuales y religiosos de su día,llamado Nicodemo. Aunque estaba impregnado de teología, él no habíanacido de nuevo. Y el Salvador le dijo: "De cierto, de cierto te digo, que elque no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3, énfa­sis de los autores). Solamente hay una esfera en la cual la revelación deDios puede entenderse, y es el reino de Dios. Nunca se puede entrar a esaesfera a menos que sea por una iniciación espiritual: un nuevo nacimien­to. El Maestro agregó: "De cierto, de cierto te digo, que el que no nacierede agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios" (Juan 3:5,énfasis de los autores).

Es de significado histórico que este énfasis en el nuevo nacimientofuera la carga primordial en el corazón del gran predicador y evangelistaGeorge Whitefield (1714-1770) cuando llegó a Estados Unidos. Elnominalismo religioso abundaba por todas partes. Él reconoció eso ycomenzó a predicar inmediatamente. "El mensaje esencial de Whitefielda todos fue: '¡Tienen que nacer de nuevo!'. Eso atrajo sobre él la ira demuchos, pero afrontó la oposición con amabilidad".4 Tal predicación fue loque transformó Inglaterra y fue la principal contribución para el "gran des­pertar" en Estados Unidos. "Él predicó con el propósito de que lo enten­dieran los pobres y los iletrados, más también ministró a audiencias com­puestas por la aristocracia de Inglaterra y fue oído felizmente por muchosgrandes en Estados Unidos".'

¿No es tiempo ya de que nosotros también prediquemos de la mismamanera? ¿Cómo esperamos nosotros que la gente comprenda las cosasespirituales a menos que "vean" y "entren' en el reino de Dios por medio

del nuevo nacimiento?Sin embargo, el nacimiento espiritual es solamente el comienzo.

Crecimiento espiritual"Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez"

(v 6). William Barclay sostiene que la palabra madurez o peifeeto describe a"un animal o a una persona que ha crecido plenamente y que ha alcanzado

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la altura de su desarrollo fisico"." Continúa diciendo que Pablo usa estapalabra para indicar el crecimiento mental y espiritual de los que puedenapreciar las cosas profundas de Dios.

Pitágoras dividió a sus discípulos en los que eran bebés y los que eranmaduros: los que habían sobrepasado la instrucción rudimentaria en loselementos de cualquier materia. Este es el sentido en que Pablo empleala palabra.

''Allá en las calles, y para los que acaban de entrar a la iglesia, les habla­mos de los elementos básicos del cristianismo; pero cuando la gente está unpoco más madura, les damos una enseñanza más profunda en cuanto a loque significan esos hechos básicos".' En este sentido Pablo encierra elentendimiento de la sabiduría de Dios a los "iniciados". La sabiduría de estesiglo desaparece o resulta en nada (v 6), mas la sabiduría eterna de Dios,predestinada antes del mundo, está diseñada para hacer entrar a hombres ymujeres en el propósito pleno de la gloria de Dios por una crisis y un pro­ceso de iniciación que llamamos nacimiento y crecimiento espirituaL

ILUMINACIÓN ESPIRITUAL

"Como está escrito: 'Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subidoen corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que leaman'. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu" (vv, 9-10). Unade las más duras lecciones que hombres y mujeres tienen que aprender esque la observación, inculcación y contemplación humanas nunca puedenpenetrar o descubrir las cosas profundas de Dios. La perspectiva filosóficay el método científico están limitados por el tiempo y los sentidos, y solopueden llevarnos al fin del razonamiento humano. Pero donde fracasa lainvestigación humana, allí prevalece la iluminación espiritual.

La revelación del Espíritu"Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu" (v, 10). Para ilustrar

su punto, el apóstol dice: "Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas delhombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie cono­ció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios" (v 11). Lo que él está dicien­do es que hay ciertas cosas que solamente el espíritu del hombre puedeconocer. Todos sabemos esto. Nadie puede realmente ver dentro de nuestroscorazones y conocer lo que allí hay sino nuestros propios espíritus.

Esto también es cierto de Dios. Hay profundas e íntimas cosas deDios que solamente el Espíritu de Dios conoce; por tanto, solo el EspírituSanto puede guiarnos a entender la mente de Dios. Para expresarlo de otraforma, hay áreas de la verdad que el poder del pensamiento nunca puededescubrir sin ayuda. Solamente el Espíritu Santo nos las tiene que revelar.Por eso el Señor Jesús, cuando se disponía dejar a sus discípulos, les pro­metió el Espíritu Santo, quien les enseñaría todas las cosas y les recorda­ría todas las cosas (Juan 14:26).

La exploración del Espíritu"Porque el Espíritu todo 10 escudriña, aun lo profundo de Dios" (v. 10).

La función del Espíritu Santo no es solo revelar la verdad tal como es enCristo, sino también explorarla. El verbo escudriñar en nuestro texto es muyinteresante. Está en el glosario de Moulton y de Milligan "para el informede un investigador profesional, y para el examen de oficiales de aduanas". 8

Así como un experimentado oficial de aduanas revela los artículos ocultosde la maleta de un viajero, así el Espíritu Santo, en un sentido más tras­cendente, escudriña las cosas profundas y ocultas de Dios y las hace com­prensibles y disponibles para el cristiano más humilde que esté preparadopara confiar en ÉL

El apóstol Juan enseña la misma verdad cuando enseña a sus hijos enla fe: "Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas"(1 Jn. 2:20). Este asombroso fenómeno es 10 que desconcierta a los inte­lectuales de todos los siglos. Los filósofos y científicos nunca han podidoentender cómo aun las mentes iletradas pueden apreciar y discutir verda­des que son totalmente desconocidas para el mundo en general. La res­puesta, por supuesto, es que existe la iluminación espirituaL

El Señor Jesús se regocijó en este hecho al exclamar: "Yo te alabo, ohPadre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de lossabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así teagradó" (Luc. 10:21). Cuando Pedro hizo su gran confesión acerca de ladeidad y mesianazgo de Jesucristo, el Maestro lo elogió con estas palabrassignificativas: "Simón, hijo de Jonás... no te lo reveló carne ni sangre, sinomi Padre que está en los cielos" (Mat. 16:17).

Nada hay más sublime que participar en la revelación y la exploracióndel Espíritu de Dios. Todo aquel que ha alcanzado este punto puede decircon el apóstol Pablo: "Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,

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2Sf, GUíA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA EL predicadory La comprensión 257

sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos

ha concedido" (v, 12).Hasta aquí hemos visto que la completa comprensión del mensaje cris­

tiano no solo requiere iniciación espiritual sino también iluminación espiri­tual. Sin embargo, tenemos una tercera necesidad que debemos abordar.

INTERPRETACIÓN ESPIRITUAL

"Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría

humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual alo espiritual" (v, 13). Ahora llegamos a 1.In punto del argumento de Pabloen el que necesitamos seguirlo muy de cerca. El versículo 13 a menudo seha usado como texto de prueba por los proponentes de la inspiración ver­bal: una doctrina que es bíblica. Pero Pablo dice aquí: "hablamos" y no"escribimos". Así. que él se refiere a la interpretación, no a la inspiración.Él nos está enseñando que se puede llegar al conocimiento de la verdadpor un entendimiento de dos elementos esenciales necesarios: el uso queel Espíritu hace del lenguaje y los términos de referencia del Espíritu.

El uso que el Espíritu hace del lenguaje"Hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con

las que enseña el Espíritu" (v, 13). No hay forma de hacer suficiente hin­capié en que quien conoce la mente de Dios también escoge las palabrasde Dios para interpretar la verdad divina. Ese es esencialmente el minis­terio del Espíritu Santo. Cuánta importancia pone esto sobre la predica­

ción expositiva a lo largo de la era de la Iglesia. La tarea del predicador,por el poder del Espíritu Santo, es interpretar la Biblia a hombres y muje­res que han experimentado la iniciación e iluminación espirituales.

Sin embargo, debemos hacer énfasis en que el Espíritu Santo nuncahabla fuera del contexto de la revelación divina a la que llamamos la SantaBiblia. POI eso necesitamos dal atención especlal al \lSO q\le el EspiIit\l

hace del lenguaje. Ni una jota ni una tilde son sin trascendencia. Por esoJesús dijo: "Hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tildepasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (Mar. 5:18). Él tambiénagregó: "Cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad"(Juan 16:13). Este es el secreto de la interpretación: La acción del Espírituque usa sus propias palabras para dar a conocer la mente de Dios.

Los términos de referencia del Espíritu"El Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual" (v. 13). Los comen­

taristas han diferido en su interpretación de esta oración gramatical. Algunosdicen que significa: "uniendo las cosas espirituales con las palabras espiritua­les". Otros mantienen que se debe leer: "interpretando las cosas espiritualespor hombres espirituales". En cualquier caso, lo que el apóstol Pablo estáseñalando es que "ninguna profecía de la Escritura es de interpretación pri­vadd' [aislada] (2 Pedo 1:20 énfasis de los autores). El Espíritu Santo tiene

sus términos de referencia, y por medio del cuerpo de la verdad, la Biblia, aquíhay suficiente apoyo para toda doctrina cardinal que tanto atesoramos.

Lo que es más, tenemos lo que se conoce como la tradición cristiana, la cual

está formada por la contribución de hombres espirituales a 10 largo de los siglos.Por tanto, no se nos ha dejado en la oscuridad en cuanto a la revelación divina.

No hay ninguna verdad vital para la vida y la práctica cristianas que no tenga el?poyo de la.s dos'.1'0. revela.ción illvina.y 1'0. tra.mci6ncr1stin?. Cua.ndoPa.bloescri­be a Timoteo en cuanto a la comunicación y la comprensión de la verdad divi­

na, dice: "Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombresfieles que sean idóneos para enseñar también a otros" (2 Tim. 2:2).

Pablo concluye este extraordinario párrafo señalando que "el hombrenatural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él sonlocura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente"(v 14). El hecho claro es que sin iniciación, iluminación e interpretación espi­

rituales la verdad es nada más que necedadpara elno regentrado: el hombre delmundo. Él ve la revelación como absurda. Una vez que hayamos comprendi­do esto, ya tenemos una explicación de la actitud adoptada por el no cristia­no en cuanto a las cosas espirituales. Por tanto, debemos ser pacientes con ély or(tr para que él pueda someterse a los términos de la revelación divina.

Por otra parte, afirma el apóstol: "En cambio el espiritual juzga todaslas cosas; pero él no es juzgado de nadie" (v, 15). La persona que ha expe­rimentada la iniciación, la iluminación y la interpretación espiritualesposee \lna capacidad iIDpartlch pOí Dios para "leer, aprender y a'SiIDi1'O.r

para sí" las cosas que son reveladas divinamente.A la vez, el cristiano no puede sujetarse al examen o juicio de quien está

destituido del Espíritu. Ninguna persona no regenerada tiene el derecho decriticar o juzgar a un creyente en cuanto a su fe personal en Cristo, pues notiene la facultad de discernimiento espiritual y, por tanto, no puede entenderla mituraleza del milagro que ha tenido lugar. Al igual que no puede juzgar al

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cristiano, tampoco puede instruir al Señor (v; 16). Es impertinencia humana queel hombre natural levante su voz en contra del Dios a quien no quiere aceptar.

Sin embargo, a manera de contraste, el cristiano tiene la mente de Cristo.

Todo el pasaje se cierra con esta conclusión asombrosa. La sabiduría de Diosno es nada menos que la mente de Cristo. Aquí la palabra mente significa"inte­lecto" o "conocimiento". Nosotros tenemos el conocimiento de Cristo, la mentede Cristo, la perspectiva de Cristo. Esta no es la misma palabra que Pablo usaen la Epístola a los Filipenses (cap.2). Allí "implica interés moral o 'reflexión"',(W. E. Vine); aquí es el entendimiento inteligente o la sabiduría de Dios.

¡Qyé impresionante comprender que nosotros, como predicadores, poda­mos conocer la mente misma del Hijo de Dios! (v 16). La maravilla de todoesto es que a lo largo del tiempo y la eternidad vamos a continuar exploran­do esa mente, y así llegar a ser más y más como Jesús. ¡Qye vasto universo deconocimiento, vida y bendición se extiende ante nosotros! Tan solo contem­plarlo nos hace sentirnos como Sir Isaac Newton cuando recalcó: "Soy comoun niñito parado en la playa, recogiendo una piedrecita por aquí y otra porallá, admirándolas mientras el gran mar sube y baja delante de mí".

Pablo culmina este crítico tema con el más elevado de los conceptos.Él dice a los corintios, y a los que vivimos hoy, que cuando hayamos expe­rimentado la iniciación, la iluminación y la interpretación del EspírituSanto, estaremos calificados para comprender la mente de Cristo. ¡Esta esla comprensión final!

Nuestra solemne responsabilidad, como predicadores, es "dar a cono­cer" la mente de Cristo (Ef. 6:19). La palabra mente comprende "los pen­samientos y los consejos de Dios" (W. E. Vine) como se revelan en Cristo.Pablo los ha explicado en detalle en 1 Corintios 1:30. Se usan cuatro tér­minos doctrinales para descubrir la mente de Cristo:

Sabiduría. Los que están en Cristo Jesús tienen la mente de Cristo.Por el ministerio interior del Espíritu Santo, pueden percibir y compren­der los planes y propósitos de Dios escondidos del resto del mundo.

Justicia. Lo que para nosotros es tan difícil de comprender y que nopodemos percibir está disponible en Cristo. Nuestra pecaminosidad es trans­ferida a Él en la cruz. A nosotros, en cambio, se nos concede su justicia.

Santificación. El término justicia (dikaiosune) es forense por natura­leza, teniendo que ver con nuestra posición legal delante de Dios. Sinembargo, si nuestra salvación, estuviera limitada a una posición correctadelante de Dios, entonces los efectos de la salvación serían ante todoescatológicos y de consecuencias tan solo relativas para el presente. Ese

no es el caso, ya que Cristo es también hecho nuestra santificación L, C' . os

que estan en nsto son así apartados para Dios, viniendo a ser partici-pantes de su santidad (Heb. 12:10).

Reden~ión. La palabra redención (apolutrosis) significa "soltar oponer en lIbertad mediante pago". Hay un sentido en el cual somosesclavos del pecado y el deseo (Tito 3:3). La cruz de Jesucristo no sola­mente ~os proporcionó la mente de Cristo, una posición correcta delan­t~ de DlOS y u~ lugar en la santidad de Dios, sino que también nos libe­ro de la esclavinj.] y del castigo de nuestro pecado."

S=0n razón el apóstol exclama: "El que se gloría, gloríese en elSENOR" (1 Coro 1:31).

~e la mente de Cristo, mi Salvador,Viva dentro de mí día tras díaControlando por su poder y ar'rlOr,Borrando de mí lo que antes hacía.

Que permanezca la Palabra de DiosHora tras hora en mi corazón ,y que todos vean mis triunfosEn el poder de su bendición.

Qpe la paz de mi Padre, Dios,Gobierne en toda mi vida,Para en calma confortar a todos ...Enfermos y los de alma entristecida.

Que me llene el amor de Jesús,Como las olas llenan el marÉl exaltado, yo ante su cruz,'Esta es la victoria.

Qpe sin parar prosiga yo la carrera,Venciendo al enemigo con valor,Mirando solo a Jesús que me esperaMientras marcho adelante sin temor.

Qpe su belleza repose en míMientras busco al perdido ganar,Qpe ellos miren solamente a ti,Y que a tu siervo puedan olvidar.*

-Kate B. Wilkinson

* Traducción libre

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CAPÍTULO QlJINCE

EL PREDICADOR Y LA~

APLICACIONPero gracias a Dios, que aunque erais esclavos delpecado, habéis obedecido de

corazón a aquellaforma de doctrina a la cualfuisteis entregados.ROMANOS 6:17

Texto de estudio: Romanos 6:1-23

El diccionario Nuevo Mundo de Webster define la palabra aplicacióncomo "relevancia". Aunque la relevancia es un término de uso exce­sivo en la jerga religiosa, es un componente indispensable en la pre­

dicación bíblica. Lo que es relevante guarda relación y es pertinente. Seríafiable decir que no hay parte de la Escritura que no guarde relación conalgún aspecto de la fe y de la vida. C. H. Spurgeon acostumbraba decir asus alumnos: "¡Donde comienza la aplicación, allí comienza el sermón!".

En una entrevista en la revista Preaching, john R.W. Stott dijo losiguiente: "En mis primeros años de predicación yo pensaba que mi ocu­pación era exponer y explicar el texto; temo que haya dejado la aplicaciónal Espíritu Santo. ¡Es increíble cómo uno puede disimular su pereza conun poco de fraseología piadosa! Indudablemente, el Espíritu Santo puedeaplicar la Palabra, y seguro que la aplica, para bien de la gente. Pero no estábien negar nuestra responsabilidad en la aplicación de la Palabra. Todoslos grandes predicadores entienden esto. Ellos se centran en la conclusión,en la aplicación del texto; a eso los puritanos llamaban 'predicar directo al

Elpredicadory la aplicación 261

corazón'. Es así como ha cambiado mi predicación. He aprendido a agre­gar la aplicación a la exposición".1

Haddon W. Robinson afirma con una franqueza característica: "Laaplicación no es fortuita para una efectiva predicación expositiva, ¡es deci­siva! Sin embargo, al relacionar la Biblia con la experiencia, el expositor nose atreve a torcer la Escritura para acomodarla a la vida de los hombres. Encambio, él llama a los hombres a que se sometan a sí mismos a las normasde la Biblia. Los cristianos deben amoldarse a la era venidera, no a la pre­sente. La aplicación se mueve en los dos sentidos. La verdad bíblica debeestar relacionada con la vida de los hombres; pero, por otra parte, las vidasde los hombres deben cambiar para estar relacionadas con la fe bíblica".'

Uno de los versículos clave de la Escritura para el uso de la aplicaciónbíblica es Romanos 6:17. Antes de considerarlo en contexto, permítanossugerir tres leyes que son inherentes al arte de la aplicación bíblica: la leydel contenido, la ley del propósito y la ley del movimiento. Examinemoscada una de estas leyes a la luz de nuestro texto.

LA LEY DEL CONTENIDO EN LA APLICACIÓNDE LA ESCRITURA

"Pero gracias a Dios, que... habéis obedecido de corazón a aquellaforma de doctrina a la cual fuisteis entregados" (v. 17). Aquí la palabraclave es doctrina o "enseñanza". En la predicación, es imposible (sin hablarde ser irresponsable) aplicar los principios supraculturales sin el contenidode la verdad. Por tanto, tenemos que examinar el contexto para descubrirel contenido.

El tema de Pablo en todo este capítulo es "vida nueva" (v. 4), la cualviene por medio de la unión con Cristo y la libertad del pecado (vv, 5-7).Para que la doctrina sea aplicada, tiene que haber silogismo y simbolismoen nuestra exposición de un pasaje dado.

La aplicación bíblica demanda silogismo doctrinal"Pero gracias a Dios, que ... habéis obedecido de corazón a aquella

forma de doctrina a la cual fuisteis entregados" (v, 17). Con palabras sen­cillas, el silogismo es lógica deductiva. Esto significa razonamiento de logeneral a lo particular. Lo que confunde a mucha gente en nuestras con­gregaciones es la predicación sobre generalidades; además, es una tarea

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casi perdida aplicar generalidades. El hombre y la mujer sentados en losbancos están diciendo: "Sea específico; sea lógico; déme un ejemplo".

En estos versículos hallamos que Pablo argumenta desde del hechogeneral del pecado a la fuerza específica de Cristo en la vida del creyente.Por la unión con Cristo en la muerte, la sepultura y la resurrección, pode­mos conocer la victoria; y aún más que eso: ¡liberación! Pablo exclama: "Elpecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajola gracia... ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia?En ninguna manera' (vv, 14-15). Al llegar a esa conclusión, él irrumpe conlas palabras de nuestro texto: "Pero gracias a Dios, que... habéis obedecidode corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados" (v. 17).

Dios ha creado a los hombres y las mujeres de modo que entiendan lalógica, aunque no sean instruidos en esta disciplina. Eso nos distingue dela creación animal; de ahí la necesidad de la razón, la argumentación y lahomilética en nuestra predicación.

El oyente promedio quiere conocer el dominio que usted tiene deltema, los pensamientos integrantes y su empuje motivador. Si él no puedeseguirlo de 1 a 2, es poco probable que pueda alcanzar el número 3. El usomismo del silogismo, el cual es una parte esencial de la exposición, es unaforma de aplicación. Todo miembro de la congregación debe poder decir:" L do oí " " d" ". .d 1"j e pue o oír ; estoy con uste ; eso tiene senti o. .

La aplicación bíblica demanda simbolismo doctrinal"Pero gracias a Dios, que ... habéis obedecido de corazón a aquella

forma de doctrina a la cual fuisteis entregados" (v. 17, énfasis de los auto­res). El simbolismo es la forma con la cual Dios enmarca las ilustracionesde sus palabras. En este caso, como 10 muestra el pasaje, la forma es el bau­tismo. Pablo dice:

Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bau­tismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria delPadre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimosplantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también loseremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombrefue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea des­truido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto,ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos quetambién viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado delos muertos, ya no muere; la muerte no se enseñoreará más de él. Porque

en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive,para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado,pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro (vv, 4-11).

Nada podría ser más claro que los tres aspectos del bautismo para ilus­trar y aplicar la doctrina de la liberación del pecado. La práctica misma delbautismo supone inmersión, sumersión y levantamiento, y esto simbolizamuerte, sepultura y resurrección. Pablo dice: "[nosotros] fuimos bautizadosen su muerte" (v, 3, énfasis de los autores). El Señor Jesús habló acerca de sumuerte corno de un bautismo. Él declaró: "De un bautismo tengo que serbautizado; y jcómo me angustio hasta que se cumpla!" (Luc. 12:50). Esebautismo se cumplió cuando el santo Hijo de Dios fue sumergido en las olasy nubarrones de la ira divina en contra del pecado (ver SaL 69:1-2).

Ahora bien, el hecho increíble es que en esa muerte nosotros tambiénmorimos. En ese horrible juicio nosotros fuimos juzgados también. Portanto, a los ojos de Dios, nuestra posición en Adán llegó allí mismo a sufin. Esto significa que nosotros que estábamos, en Adán, muertos en elpecado, ahora en Cristo estarnos muertos al pecado.

Pero aún más: el bautismo es unión con Cristo en su sepultura."Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautis­mo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria delPadre, así también nosotros andemos en vida nueva" (v. 4). Dejar uncuerpo muerto sin sepultar era, para el judío y para el griego, la másgrande indignidad posible. Así que para el cristiano, no hay nada quepudiera ser más vergonzoso que desenterrar el pasado. Cuando un hom­bre es sepultado, él está fuera de la vista y luego lejos de toda posibilidadde reconocimiento o identificación.

Hyde, el hombre de oración de la India expresó: "No es suficiente cru­cificar el yo. Debe ser sepultado, porque su fetidez alejará a las almas de lapresencia de Jesús".

Pero una vez más, el bautismo es la unión con Cristo en su resurrec­ción: "A fin de que como Cristo resucitó de los muertos para la gloria delPadre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimosplantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también 10seremos en la de su resurrección" (vv, 4-5). La resurrección solo puedeseguir después de la muerte. Antes que la vida nueva emerja debe morir lavida vieja. Esta vida nueva viene completamente de Dios. Por eso el apóstol

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declara: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosasviejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Coro 5:17).

De manera que podemos ver cómo la aplicación bíblica se dramatizapor medio del simbolismo doctrinal; y cuando hablamos de simbolismo, lousamos en el más amplio sentido. El simbolismo puede ser una cita que seelige, una observación pertinente o una ilustración apropiada (como laordenanza del bautismo citado en nuestro texto). El punto es que el predi­cador está aplicando la doctrina por medio del silogismo y el simbolismo.

LA LEY DEL PROPÓSITO EN LA APLICACIÓNDE LA ESCRITURA

Nuevamente: "Pero gracias a Dios, que ... habéis obedecido de corazóna aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados" (v, 17). Aquíobservamos la palabra entregados. El verbo significa "ser entregado a","confiar", "rendirse". Como hemos visto, el bautismo simboliza nuestraunión con Cristo. Por tanto, ser entregado a la "forma" o "molde" de laenseñanza del evangelio es traer al oyente a conformidad con nuestroSeñor y Salvador Jesucristo. Esta "entrega a" o responsabilidad tiene lugaren el acto de la predicación. Aquí, una vez más, se aplica la teología. Estoexige propósito consciente en la predicación.

Debemos ser personales en nuestra aplicaciónPablo dice:"vosotros fuisteis entregados" (v. 17, énfasis de los autores). ¡Ese

pronombre personal aparece unas 33 veces en 23 versículos en este solo pasa­je! Pablo está haciendo entender que sus lectores fueron esclavos del pecado,al que ellos rendían obediencia. Los cristianos romanos, a quienes Pablo escri­bía' habían sido esclavos del pecado, pero ahora ellos habían "obedecido decorazón a aquella forma de doctrina a la cual [fueron] entregados" (v, 17).Ellos habían oído la Palabra de Dios y habían permitido que ella influenciaraen sus vidas. Como una "forma" o "molde", les había formado a la imagen dela santidad. Habían sido libertados del pecado y, en cambio, se habían hechoesclavos de la justicia (vv, 17-18). La voluntad de Dios para ellos (v, 19) es lavoluntad de Dios para usted y para mí. En vez de presentar los miembros desus cuerpos al pecado, ahora debían presentarse ellos mismos a Dios. En todoeste tratamiento del pecado frente a la justicia, el énfasis está en usted ...usted ... usted. Debemos ser personales en nuestra aplicación.

Debemos ser prácticos en nuestra aplicación"Habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual

fuisteis entregados" (v. 17). En la palabra entregados está implícito un lla­mamiento a la acción práctica. Cuando predicamos debemos mentalizar­nos que tenemos un blanco, y a ese blanco debemos apuntar para darle.Hay pasos prácticos que claramente debemos poner por delante paraalcanzar nuestra meta. Muchos oyen el qué pero nunca oyen el cómo denuestro mensaje.

A un distinguido médico que fue conducido a Cristo se le preguntópor qué no había hecho antes una decisión sino hasta aquel momento enparticular. Su respuesta fue sorprendente. Dijo simplemente: "Nuncanadie me había hablado de cómo ser salvo". Él había oído muchos mensa­jes evangélicos pero nunca había aprendido cómo ceder a las demandas deCristo. Para decirlo con claridad: ¡no había habido aplicación práctica enla predicación!

Hay tres aplicacionesprácticas que deberían ser incluidas en cada sermón.Debe hacerse un llamado al arrepentimiento bíblico. En nuestras reaccio­

nes exageradas en contra de la predicación de la Reforma sobre las obrasfrente a la fe, y en nuestro rechazo del activismo arminiano, hemos caídoen el hábito del pensamiento filosófico: "¿Cómo puedo yo predicar la res­ponsabilidad que tiene el hombre de arrepentirse si yo sé que él no tienecapacidad alguna de hacerlo?". Aparentemente este problema no molestóal apóstol Pablo. No hubo nadie que hablara tan claramente como lo hizoél sobre la total incapacidad del hombre de hacer algo para salvarse a símismo y, sin embargo, predicó sobre la responsabilidad que el hombretenía de arrepentirse. Dirigiéndose a los ancianos de Éfeso, él declaró: "ycómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, pública­mente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepen­timiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo" (Hech.20:20-21). Después, en Damasco y por todo Judea, él proclamó que loshombres "se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignasde arrepentimiento" (Hech. 26:20).

Cuando hablamos de arrepentimiento no solamente estamos pensan­do en el pecador, sino también en el santo. A cuatro de las siete iglesias alas que se dirigió el Señor resucitado en el libro de Apocalipsis se les diceque se arrepientan. Hemos perdido la sensación del pecado; por eso hemosdejado de predicar el arrepentimiento. Esto debe cambiar, iY pronto!

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266 .':~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory la aplicación 267

Debe hacerse un llamado a la renovación bíblica. Nuestra predicación esdébil en la aplicación cuando no presentamos el Cristo completo al hom­bre completo. El llamamiento para el pecador debe ser de regeneración;para el santo, el llamamiento debe ser de avivamiento, el cual es un regre­so a la vida cristiana normal. Esto implicará la llenura diaria con elEspíritu Santo y el andar en una incuestionable obediencia a la Palabra deDios bajo el señorío de Cristo.

Debe hacerse un llamado a la realidad bíblica. Vivimos en un tiempo decristianismo nominal, antes que de un cristianismo bíblico. Pablo nuncavacilaba para desafiar a los cristianos, diciendo: "Examinaos a vosotrosmismos si estáis en la fe" (2 Coro 13:5). No hemos de titubear al procla­mar desde el púlpito: "Hermanos... procurad hacer firme vuestra vocacióny elección" (2 Pedo 1:10). Al Martin lo expresa de esta forma:

He hallado que tal predicación nunca daña a un verdadero hijo deDios. La predicación aplicable más escrutadora en esta área servirá para lle­var al verdadero hijo de Dios a una seguridad más sólida. Lo único quepuede perjudicarse por un examen riguroso es la falsificación. Suponga queyo fuera a mi banco local a depositar dos billetes de veinte dólares y me dije­ran: "Un momento... creo que aquí puede haber una falsificación". Si esosbilletes son genuinos, nada tengo que perder por el riguroso examen que el

cajero del banco haga de ellos. De hecho, esos billetes ganan algo.'

Debemos tener propósito en nuestra aplicación"Habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual

fuisteis entregados" (v, 17). A fin de cuentas, la palabra forma implica con­formidad a Cristo. Pablo siempre tuvo esta meta en su ministerio a laIglesia. Él podía decir: "Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quienanunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre entoda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúapoderosamente en mí" (Col. 1:27-29). Nuevamente él recuerda a los cre­yentes de Corinto que "nosotros todos, mirando a cara descubierta comoen un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloriaen la misma imagen, como por el Espíritu del Señor" (2 Coro 3:18).

A fin de cuentas, todo el propósito de la predicación de la Palabra esllevar a la gente a conformarse a Cristo. Refiriéndose al AntiguoTestamento, el apóstol declara: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y

útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, afin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado paratoda buena obra" (2 Tim. 3:16-17, énfasis de los autores). "El poder sinpropósito es estupidez". Esas palabras fueron el lema de una universidadbritánica, pero aquí son significativas. Uno de nuestros más grandes fraca­sos en la preparación y en la proclamación es el descuido en cuanto a laintención (propósito) de nuestra predicación.

LA LEY DEL MOVIMIENTO EN LA APLICACIÓNDE LA ESCRITURA

Habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteisentregados" (6:17, énfasis de los autores). W. E. Vine, en su Diccionario

Expositivo de Palabras Bíblicas, define lo que Pablo quiere decir por la pala­bra corazón. Es la palabra griega kardia, de la cual obtenemos las palabras"cardíaco" o "cardiología". Es el órgano principal de nuestra vida física('porque la vida de la carne en la sangre está', Lev. 17:11), [y] ocupa ellugar más importante en el sistema humano. Por una fácil transición, lapalabra vino a representar la total actividad mental y moral del hombre,tanto los elementos racionales como emocionales. En otras palabras, elcorazón se usa, en sentido figurado, para las sensaciones ocultas de la vidapersonal".' Pedro llama al corazón "el interno" (l Pedo 3:4), literalmente:"lo más íntimo".

Así vemos que el corazón incluye la mente, el corazón y la voluntad.Al dar ese marco de referencia, tenemos que reconocer que si la predica­ción va a aplicarse con algún grado de efectividad debe haber movimiento

en la aplicación de la verdad. Tenemos que movernos de la mente al cora­zón, y del corazón a la voluntad.

La mente debe ser educada mediante nuestra predicaciónObedecer con el corazón (v. 17) implica este proceso educativo. Aquí

el énfasis debe estar en el ejercicio del discernimiento. El escritor a loshebreos recalca esta necesidad de discernimiento cuando dice: "Y todoaquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porquees niño; pero el alimento sólido es [para los que han alcanzado madurez],para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimien­to del bien y del mal" (Heb. 5:13-14). El problema de tanta predicación

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268% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITlVA El predicadory la aplicación 269

hoyes que el comunicador promedio es "inexperto en la palabra [o norma]de justicia" (Heb. 5:13). Como consecuencia, nuestra congregación notiene discernimiento entre el bien y el mal. La predicación superficial noproducirá nada más que cristianos superficiales. Para tener una iglesiaeducada, tenemos que aplicar la verdad a la mente.

El corazón debe ser motivado por nuestra predicaciónMotivar se refiere a cualquier impulso, emoción o deseo que mueve a

alguien a la acción. Por ejemplo, leemos en el periódico que el único moti­vo que cierto individuo tuvo para robar fue la avaricia. Aquí el énfasis noestá tanto en el discernimiento, sino en el deseo.

Nunca habremos terminado de predicar hasta que hayamos encendi­do los fuegos del deseo que motivan a los miembros de nuestra congrega­ción a ir en pos de Dios, o tener hambre por la justicia, orar por los misio­neros, o ayudar al pobre... y la lista podría seguir.

La voluntad debe ser activadapor nuestra predicaciónAquí el énfasis está en la decisión. Debemos aprender que la rendición

es la conquista de la voluntad. Si lo demás de la vida no está bien, la razónes que la voluntad no se ha rendido. Cuando rendimos la voluntad entra­mos en crisis. Dios nunca estruja la voluntad de un hombre para rendirlo.Él le ruega, como dice Pablo en Romanos 12:1-2. Él espera hasta que elhombre le cede totalmente su voluntad. Jesús dijo: "Si alguno quiere veniren pos de mí, niéguese a sí mismo" (Luc. 9:23). Aquí rendirse implica laentrega de nuestro yo a Jesús. "Si quieren ser mis discípulos -dijo Jesús-,entonces entréguenme los derechos de ustedes mismos". Una vez que hatenido lugar el rendimiento completo, las consecuencias están en lasmanos de Dios. Todo lo que Dios quiere de usted y de mí es la crisis de larendición. Esto implica un Getsemaní, pero cuando se experimenta unverdadero Getsemaní, nunca más necesita repetirse. Estas son palabrasimplacables, pero son una paráfrasis del modo en que Oswald Chambertrata la batalla de la voluntad.

Vemos, pues, que debe haber movimiento en la aplicación de laEscritura. Hay tres elementos esenciales en un sermón: unidad, movi­miento y propósito. En primer lugar, está la unidad, que es el tema del ser­món. Ese tema nunca debe perderse mientras lo desarrollamos; es lo queintegra la línea de pensamiento. En segundo lugar, el movimiento. Ese

movimiento debe educar la mente, motivar el corazón y activar la volun­tad. Tal movimiento es la aplicación acumulativa de la verdad hasta que elhombre completo se incline a las demandas de Jesús como Señor. En ter­cer lugar, está el propósito. La meta última de toda enseñanza o predica­ción es la conformidad a Cristo.

Aquí, entonces, están las tres leyes de la aplicación bíblica. Debe habercontenido. Sin doctrina no puede haber aplicación de la verdad. Segundo,debe haber propósito. El predicador debe saber hacia dónde va y, portanto, su aplicación debe ser personal, práctica y con propósito.Finalmente, debe haber movimiento. No es suficiente dar satisfacción a lamente; eso solo produce la conversión intelectual. No es suficiente ganarel corazón; eso solo produce conversión emocional. No es suficiente forta­lecer la voluntad; eso solo produce la conversión volitiva. El movimientoen la predicación debe afectar a toda la personalidad: mente, corazón yvoluntad. Para hacer eso, como hemos observado, debemos educar lamente, motivar el corazón y activar la voluntad. El fracaso a la hora decumplir estas leyes de la aplicación bíblica es fracaso a la hora de cumplirlo que constituye el 50% de nuestra responsabilidad en la predicación.

Como lo expresó John Stott: "Es un error negar nuestra propia respon­sabilidad en la aplicación de la Palabra. Todos los grandes predicadoresentienden esto. Ellos se enfocan en la conclusión, en la aplicación deltexto. A esto los puritanos llamaban 'predicar directo al corazón'".' Pablolo dijo mejor: "Habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina ala cual fuisteis entregados" (6:17). Dios nos hace predicadores para quedomingo a domingo podamos despedir a nuestras congregaciones,firma­das en el molde de Cristo por medio de la aplicación de la verdad en launción del Espíritu.

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CAPÍTULO DIECISÉIS

EL PREDICADOR Y LAINVITACIÓN

Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase pormedio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.Al que no conociópecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros

fuésemos hechos justicia de Dios en él2 CORINTIOS 5:20-21

Texto de estudio: 2 Corintios 5:14-6:4

JOhn Stott, en su libro El retrato del predicador, correctamente señala:"nunca de~emos hacer un llamamiento [invitación] sin antes presentar laproclamacion. Mucho daño se ha hecho a las almas de los hombres, y se

ha causado mucha deshonra al nombre de Cristo, por descuidar esta sen-cilla regla... El evangelio fundamentalmente no es una invitación para quelos hombres hagan algo. Es una declaración de 10 que Dios ha hecho enCristo sobre la cruz por la salvación de ellos. La invitación no puede rea­lizarse de modo apropiado antes de haber hecho la declaración. Los hom­bres deben comprender la verdad antes de que se les pida una respuesta".Por otro lado: "nunca debemos hacerlaproclamación sin luego hacerun llama­miento [invitación]... No es suficiente con enseñar el evangelio; debemosinstar a los hombres a que 10 acepten" (énfasis de los autores).

A pesar de una clara afirmación como esta, nos aventuramos a decirque hay mucha confusión entre los predicadores sobre este asunto de lainvitación.2 Por tanto, es importante que el predicador cuidadosamente

El predicadory la invitación 271

piense en esta cuestión de la invitación a la luz de la Escritura y luegocumpla el mandato del apóstol Pablo, quien ordena en términos categóricos:"¡Qye prediques la palabra! ... haz obra [aoristo imperativo] de evangelista"(2 Tim. 4:2,5, énfasis de los autores). Recordemos que, por definición, el"evangelista" posee el don de Dios, la habilidad de predicar e invitar a lagente (a los santos y a los inconversos por igual) a que respondan a laPalabra de Dios. Es cierto que algunos predicadores son mejores sembra­dores, mientras otros son mejores segadores; pero ya sean sembradores osegadores, todo proclamador que esté detrás del púlpito debe "[Predicar lapalabra!. .. [y] hacerobra de evangelista". Con la Escritura que tenemos antenosotros, aprendamos ahora algunos de los principios básicos que deter­minan el uso legítimo de la invitación en la predicación.

Una lectura cuidadosa de la segunda Epístola de Pablo a los Corintiosnos da abundante claridad de que los capítulos 5 y 6 contienen el temacentral de esta carta. En esencia, esto es un clarín de trompeta para pro­clamar la palabra de reconciliación (5:19) y para que se ejecute la obra dereconciliación (6:1). Como R.VC. Tasker sucintamente 10 afirma: "En elcapítulo 5 y versículo 20 Pablo ha hablado del llamamiento [énfasis de losautores] que Dios hace a los hombres por medio de la predicación de susapóstoles. La obra de evangelismo es, por tanto, una obra en la que elhombre coopera con Dios (ver 1 Cor. 3:9); así que Pablo puede y debe lla­mar a sus lectores a recibir la salvación que Dios ofrece".' Seguir los estric­tos argumentos del apóstol es trazar no solamente la responsabilidad de lapredicación en la proclamación, sino también la responsabilidad delpredi­cador en la invitación. Entonces sigamos este tema y consideremos elmodelo, el propósito, el poder, y aun el peligro de la invitación del evan­gelio. Al hacer esto, estamos dando prioridad a las aplicaciones al demos­trar cómo predicar para llegar a un veredicto.

EL MODELO DE LA INVITACIÓN

"Somos embajadores en nombre de Cristo, como sí Dios rogase pormedio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos conDios. Al que no conoció pecado, por nosotros 10 hizo pecado, para quenosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Corintios 5:20-21).Estos versículos nos ayudan a entender la relación de la proclamación conla invitación. Aquí Dios se nos revela como el Predicador y, por tanto,

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272% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la invitación 273

como el supremo modelo para aquellos de nosotros que queremos cumplireste santo llamamiento de invitar (sí, e implorar) a hombres y mujeres paraque se reconcilien con Dios.

Aquí vemos dos notables revelaciones de Dios.

Vemos a Dios haciéndose hombre''Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que

nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Corintios 5:21). Antes

de que Dios tomara sobre sí el pecado del mundo él tuvo que hacersehom­

bre; ! en ese cuerpo,sin pecado Él soportó todo el castigo del pecado al

monr sobre la cruz. El asumió nuestra total pecaminosidad para que noso­

~ros pudiéramos aceptar su completa justicia. En esta paradoja de parado­

ps, descubrimos un principio solemne y significativo. Simplemente es

este: a~tes de que nosotros podamos hacer una invitación a los hombres ylas mujeres para que se reconcilien con Dios, tenemos que identificarnos

con el problema de la humanidad. De ninguna manera esto implica hacer

concesion~s.Id:ntificarnos con las necesidades de la humanidad no implicay no debe implicar pecado. Por otra parte, en nuestra predicación debemos

declarar nuestro mensaje como hombres mortales a hombres mortales' o,para expresarlo de otra manera: como pecadores salvos debemos relacio-

narnos con los pecadores perdidos. Es decir, debe haber "humanidad" ennuestra invitación.

Después de años de predicación, hemos aprendido de la Escritura y de

nuestra propia experiencia que en la proclamación puede existir un abis­

mo entre el predicador y el alma necesitada. La misma naturaleza de la

predicación puede hacer que la persona se sienta tan excluida y alienadadel proclamador que el poder del llamamiento sea anulado.

Para reconciliarnos con Él mismo, Dios verdaderamente se hizo pecado

por nosotros, aun cuando no conocía pecado, para que "nosotros fuésemos

hechos justicia de Dios en él" (5:21). Así que vemos a Dios haciéndose hom­

bre; y este debe ser nuestro modelo al presentar la invitación.

Vemos a Dios suplicando al hombre'~Somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por

~edlO de nosotros" (5:20). ¿Cómo puede alguien entender estas palabrassin derramar lágrimas? Aquí vemos al Creador Todopoderoso PreservadorRd ' ,

e entor y Juez de todos los hombres de rodillas, rogando a los pecadores

que se reconcilien con Él. En palabras de Alexander Maclaren, vemos "el

amor sobre el trono [que se inclina] para pedir al rebelde que yace impo­tente y sombrío a sus pies ... [para] quitar toda... amargura... y volver alamor ya la gracia que están listos para derramarse sobre él".' Ciertamente

este es un pensamiento asombroso y, sin embargo, verdadero. De hecho,este es el argumento más fuerte para persuadir a los hombres a aceptar las

demandas de Cristo Jesús. Si Dios ruega a los hombres por medio de

nosotros, ¿cómo podemos eludir la responsabilidad de hacer una invitación

una vez que hemos proclamado el evangelio de un Dios reconciliador?

Una vez dimos una conferencia sobre el tema de la invitación usando

la cita anterior de un sermón de Alexander Maclaren. Un joven semina­

rista saltó de su asiento y gritó: "¡Cómo se atreve usted a reducir a Dios al

plano de un mendigo de rodillas, rogando a los pecadores!". Después deuna pausa de silencio replicamos: "Joven, vaya más allá de la caracteriza­

ción de Maclaren. Vea a Dios en Cristo no solamente de rodillas, sino en

una cruz de madera, sangrando por la cabeza, las manos y los pies, ¡con los

brazos extendidos rogando a los pecadores que se reconcilien con Él!".

Este, pues, es el modelo de invitación revelado en Dios, que es nues­

tro Salvador y Maestro. Al hacerse hombre y rogar al hombre, Él nosexplica en detalle la verdadera naturaleza de la invitación del predicador, y

no podemos hacer nada menos que aceptar este modelo.

EL PROPÓSITO DE LA INVITACIÓN

Nuestro texto nos dice que Dios nos ha asignado "el ministerio de la

reconciliación" (5:18). Como embajadores, tenemos que salir y llamar a los

hombres a la decisión, confesión e instrucción. Nadie entiende la natura­

leza de la invitación del evangelio sin tomar en cuenta estos tres elemen­

tos en el llamamiento evangelístico.

Debe haber decisión"Reconciliaos con Dios" (5:20). Para que se tome una decisión evan­

gelística, la mente tiene que estar convencida, el corazón conmocionado yla voluntad fortalecida para responder a Cristo. Esto queda bellamente

ilustrado en uno de los textos de invitación de la Biblia. Jesús mismo se

sitúa a la puerta del corazón humano y llama: "He aquí, yo estoy a la puer­ta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con

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274 ."", GUÍA DE PREDICACiÓN EXPOSITIVA El predicadory la invitación 275

él, Yél conmigo" (Apoc. 3:20). Aunque estas palabras fueron principalmen­te dirigidas a una iglesia tibia, sirven para ilustrar la respuesta que espera elSeñor Jesucristo así del santo como del pecador igualmente. Leon Morris loexpresa mejor: "Cristo ahora está allí a la puerta. Él está llamando, donde eltiempo presente significa no un golpecito superficial, sino un continuo lla­mamiento en esperanza de una respuesta" (énfasis de los autores).

Notemos antes que nada que es un llamamiento a la facultad de la per­

cepción: "He aquí, yo estoy a la puerta" (Apoc. 3:20). Hombres y mujeresreciben la invitación a enfocarse en Cristo y ver en Él, y solo en Él, a suSalvador y Señor.

Luego notemos la facultad de la emoción: "si alguno oye mi voz". Sobrela tierra no hay poder que conmueva el corazón como lo hace la voz deCristo. La fe viene de oír el mensaje, y el mensaje es oído por la palabra de

Cristo (ver Rom. 10:17). El mensaje final de Dios a una raza bajo la mal­dición del pecado es: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacen­cia; a él oíd" (Mat. 17:5, énfasis de los autores). ¡Con cuánta frecuenciahemos testificado a hombres y mujeres de corazones endurecidos y se handerretido al citar las palabras de Jesús!

Esto conduce a la facultad de la volición: "si alguno... abre la puerta,

entraré a él, y cenaré con él, y el conmigo." En su inescrutable sabiduría ysoberanía, Dios nos ha dado la libertad de escoger. Podemos abrir o cerrarla puerta de nuestra vida a Él. Y lo que es cierto para el cristiano tibio, esigualmente cierto para el pecador perdido.

Al llamar, pues, a una decisión, debemos recordar estos tres elementosesenciales de percepción, emoción y volición (o mente, corazón y volun­tad). Esto solo vuelve a hacer hincapié en la importancia de la proclama­ción e invitación.

Debe haber confesión"Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno

~urió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que

uiuen, ya no vivan para sí, sino para aquel que murióy resucitópor ellos" (5:14­

15, énfasis de los autores). Si el pecador (o santo) ha entendido verdadera­mente la naturaleza del amor de Dios en Cristo revelado en el Calvario,e~~onces solo hay una opción que él puede seguir justificadamente, y esVIVIr para el que murió y resucitó. Esto demanda una confesión abierta. Enrespuesta de gratitud al que murió en la cruz ante la mirada de un mundo

burlador, el pecador salvado deseará identificarse con Jesús ante el mismomundo burlador.

No podemos leer los Evangelios sin observar que Jesús raras veces per­mitió que las personas que buscaban bendición de Él se fueran sin confe­sarlo. Según Kendell Easley, profesor de Nuevo Testamento y griego en elSeminario Mid-America Baptist Theological Seminary, en Memphis,Tennessee: "Los Evangelios deben entenderse como kerygma (predica­ción) originada en las iglesias del primer siglo. Los primeros predicadores,por supuesto, fueron los apóstoles. ¿Qyé predicaban, sino lo que ellosrecordaban de su amado Maestro?

En muchas formas, los Evangelios simplemente son las memoriascolectivas, el material de predicación, de uno o más de los apóstoles y...cada uno de ellos contiene un llamamiento formal al compromiso" (énfasis delos autores).

El hombre de la mano seca tuvo que ponerse de pie en público delan­te de sus críticos antes de que se realizara el milagro. Así que leemos queJesús le dijo: "Levántate y ponte en medio", y luego agregó: "Extiende tumano" (Mar. 3:3,5).

La mujer que padecía flujo de sangre tocó el borde de su manto y fuesanada al instante, pero antes de que ella pudiera irse Jesús anunció:"alguien me ha tocado". Y el registro manifiesta que cuando ella se diocuenta de que no podía esconderse, "le declaró delante de todo elpueblo porqué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada". No fuehasta entonces que Jesús dijo: "Tu fe te ha salvado; vete en paz" (Luc. 8:43­48, énfasis de los autores).

Zaqueo creyó que él podía obtener lo que quería escondiéndose en elárbol sicómoro, o más correctamente, un árbol de una combinación dehigo y mora. Pero cuando Jesús levantó la cabeza y vio arriba a Zaqueo,hizo que él mismo se declarara delante de todos, y le ordenó que "descen­diera" para recibir completa y gratuita salvación (Luc. 19:1-10).

Al joven rico se le dijo: "vende todo ... y dalo a los pobres" y sigue aJesús (Luc. 18:18-23). Citamos otra vez al Dr. Easley: "Si eso no es un lla­mamiento a un compromiso formal, no sé qué será. Desde luego, si bus­camos material para predicar, para un llamamiento al compromiso, no hayun mejor lugar para comenzar que los Evangelios".'

Cuando leemos los Hechos de los Apóstoles, la historia es la misma:el bautismo público tenía que seguir al compromiso personal con Cristo.

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276··'S, GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory la invitación 277

No había "discipulado secreto". Nuestro Señor mismo fue quien declaró:"Todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo delHombre le confesará delante de los ángeles de Dios; mas el que me nega­re delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios"(Luc. 12:8-9).

Debe haber instrucción"Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he

aquí todas son hechas nuevas" (5:17). Nuestra tarea como predicadores esinstruir a los nuevos convertidos (o, en algunos casos, a creyentes que res­ponden a una invitación) en "todas las cosas que han sido hechas nuevas".

En este aspecto, seguimos un sencillo pero efectivo procedimiento,tanto en la situación de la iglesia local como también en una cruzada en laciudad. Brevemente, los pasos son los siguientes. Después del momentodel compromiso y del acto de la confesión, invitamos a los que hayan res­pondido a quedarse. Luego les guiamos en tres fases de instrucción comocuidado de seguimiento:

Primerafise de la instrucción. Cuando la ocasión 10 demanda, empleamosel método de la reunión posterior? Raras veces realizamos un servicio evan­gelístico en la iglesia local o en alguna cruzada (o incluso en una convenciónpara profundización de la vida espiritual) sin que tengamos una reuniónposterior. Después de la despedida de la congregación principal, invitamosa quienes hayan confesado abiertamente a Cristo, junto con otros interesa­dos que deseen quedarse, a escuchar las palabras de instrucción que aclaranel plan de salvación: nosotros virtualmente ponemos los puntos sobre las íesdel sermón al cual ellos ya han respondido. También damos consejos deayuda sobre cómo crecer en la vida cristiana y unirse a la iglesia local.

Segunda [ase de la instrucción. Para quienes requieren ayuda personal,debe haber un tiempo de consejería, después de la instrucción pública, enque las almas que buscan se relacionen con quienes están entrenados paraministrar a las necesidades específicas del que busca o del nuevo convertido.Por cierto esto necesita un equipo de hombres y mujeres que siempre esténlistos yen alerta para poder llamarlos para ayudar al pastor y a sus asocia­dos. Es imperativo que hombres, mujeres y jóvenes maduros espiritualmen­te sean entrenados en los procedimientos de ganar almas y discipulado y queestén a la mano en cada servicio de predicación de la iglesia, en reuniones alaire libre u otras oportunidades del ministerio (ver 2 Tim. 4:2a). Debemos

agregar que debe continuar el discipulado "individualizado" hasta que elconvertido o el creyente que busca ayuda espiritual sean integrados en la

vida de la iglesia.Tercerafase de la instrucción. Esta incluye literatura de seguimiento que

se envía por correo; seguimiento personal realizado por consejeros indivi­duales y el personal de la iglesia; y luego el seguimiento pastoral, queimplica clases de discipulado una o dos veces por semana, donde se ense­ñan lecciones consecutivas sobre temas como la seguridad cristiana, devo­cionales diarios, el bautismo de creyentes, comunión con la iglesia, consa­gración de la vida, ofrenda sistemática, dedicación al servicio, y luego unacharla final sobre el pacto de membresía. La asistencia a estas clases debeser obligatoria. Esta disciplina, como también la instrucción, siempre daresultado. En la vida de la iglesia, nunca hemos recomendado a nadie parala membresía que no se haya "graduado" en estas clases de instrucción.

Después de la membresía, siempre hemos hecho énfasis en la partici­

pación en la vida de la iglesia, de acuerdo a los dones respectivos de cadapersona. Aquí es importante ejercer discernimiento para detectar losdones, luego desarrollarlos, y por último utilizarlos. Para facilitar este pro­cedimiento es sabio usar una encuesta para talentos que puede completar­se durante las semanas de instrucción. La "encuesta de talentos" es el des­glose de la lista de los dones del Nuevo Testamento en pasajes comoRomanos 12:6-8; 1 Corintios 12:4-30; Efesios 4:7-16; y 1 Pedro 4:7-11.Todo pastor debería formar una lista de necesidades ministeriales, en tér­minos de su iglesia local. ¡No debemos olvidar el área de "ayudas"!"

Estos son medios sugeridos por los cuales el trabajo de evangelismo ydiscipulado pueden conservarse en la vida de la iglesia local. U na cosa espresionar hacia una decisión, y otra completamente diferente es empujarhacia el discipulado. Si existe una debilidad en la predicación para llegar aun veredicto, está en este aspecto de la conservación. Es alarmante darsecuenta de la cantidad de personas que se van de las iglesias y aún peor verla deserción de la membresía de la iglesia debido a una falta de cuidado y

conducción espiritual después de la conversión.Según el demógrafo británico David B. Barrett, editor de la ~~ciclo­

pedia mundial cristiana: Un estudio comparativo de las iglesiasy la re:lglón en

el mundo modernoA.D. 1900-2000, "más de 53.000 personas se alejan de laIglesia cada semana y nunca regresan".10 Desilusionados por los prog~amas

y las estructuras, buscan espiritualidad fuera de la religión orgamzada.

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Dean M. Kelley, autor del libro Porquécrecen las iglesias conservadoras, sostie­ne que: "las iglesias conservadoras están "creciendo" muy bien, pero no porcrecimiento de conversión. Mucho de esto [viene por] bebés y transferen­cías"." En vez de predicar el mensaje de un Señor viviente, reinante y bon­dadoso que es completamente suficiente para toda necesidad humana,muchos hombres que están detrás de nuestros púlpitos han aguado la verdadde la gracia de Dios, dando así rienda suelta al libertinaje y antinomianismo.

EL PODER DE LA INVITACIÓN

"Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos tam­bién a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Porque dice: En tiempoaceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido" (6:1-2). Entodo este concepto de la invitación hay aspectos de la verdad que son inhe­rentes y que necesitan ser recordados y renovados en el ministerio de lapredicación y del evangelismo.

Existe la necesidad del llamamiento de Dios"Nosotros... como colaboradores [de Dios] ... os exhortamos también a

que no recibáis en vano la gracia de Dios" (6:1). Si estamos haciendo nues­tra tarea en el temor de Dios, entonces tenemos que clamar con el após­tol: "Me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!"(1 Coro 9:16). Esto quiere decir que tenemos que exhortar a los hombresa "no recibir en vano la gracia de Dios" (6:1).

En nuestro entendimiento de la obra soberana de Dios en el corazónhumano, tenemos que recordar dos aspectos de la actividad del EspírituSanto. Primero, existe la obra anticipada de la gracia. Jesús afirmó:"Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo trajere; y yo leresucitaré en el día postrero" (Juan 6:44). Dios tiene su propio procesopara preparar los corazones para el acto del compromiso y de la vida cris­tiana subsiguiente, en maneras que nosotros nuncapodemoscomprender.

Gordon D. Fee hace las siguientes observaciones en su erudición ymonumental libro God's Empowering Presence:

La relación del Espíritu con la fe es uno de los asuntos más complejosen el cuerpo: además, su complejidad misma es testimonio mudo en contrade nuestro intento de adecuar todas las palabras de Pablo acerca del Espíritudentro de nuestras categorías anteriores. Por una parte, en Gál. 3:2-5 Pablo

Elpredicadory la invitación ....~. 279

es categórico en que el don del Espíritu es el resultado de la "fe en CristoJesús". Según cualquier presentación "sistemática", eso debiera demandarque esa fe misma preceda a la recepción del Espíritu. Po.r otra 'parte, en1 Coro 12:8 y 13:2, la "fe" se considera una de las manifestaciones del

Espíritu. Si esos pasajes pueden ser desestimados como r~firiéndose

(correctamente) al inusual don de fe que acompaña a 10 milagroso, lomismo puede apenas decirse de la "fe" que es fruto ~el Espí:itu (Gál.5:22), la cual se refiere a la "fe salvadora" en su expresión continua, o de2 Coro 4:13, donde Pablo se refiere a "tener el mismo Espíritu que efec­túa la fe que el salmista tuvo," que nos lleva a "creer".

Por tanto, esto nos da lugar a sugerir que la fe misma, como obra delEspíritu, nos lleva a la experiencia de la recepción de.l ES'píritu que tam­bién viene por esa misma fe. Aunque ello no encaF bien en nuestros

esquemas lógicos, así el Espíritu es tant? la causa como el.~fecto de la fe.Esta misma estrecha relación del Espíntu con la fe también se presupo­ne en Gál. 5:5, donde Pablo urge a que nosotros, en contraste con ellos(los agitadores cristianos judíos), "por el Espíritu, en base a la.fe, aguar­da la justicia final que esperamos". El objeto de la fe, como SIempre, esCristo; el Espíritu es el medio por el cual se sostiene esta fe.

Entonces, 10 que todo esto significa es que para Pablo tanto el enten­dimiento del evangelio como el evento de la predicación, incluyendo eloír que lleva a la fe, son la obra del Espíritu (2 Coro 4:13).12

Segundo, existe la obra persistentede la gracia. Las ~scrituras ~~blan delos tratos pacientes y persistentes de Dios con la gente. El declara: .No con­tenderá mi espíritu con el hombre para siempre" (Gén. 6:3, énfasis de losautores); pero, hasta el punto divino del límite, Dios contiende, y esa pala­bra (en hebreo, diyn) significa contiende y exhorta (Gén. 6:3). A la vez, elSeñor Jesús es representado como Alguien que llama, y sigue llamando, ala puerta del corazón humano hasta que se cumpla su propósito salvador.

Existe la urgencia del llamamiento de Dios . ,"Porque dice: 'En tiempo aceptable te he oído, y en dí,a de salvaC1~n te

he socorrido.' He aquí ahora el tiempo aceptable; he aqUl, ~hora el día desalvación" (6:2). Tenemos que recordar a quienes les predicamos que nopodemos jactarnos "del día de mañana; porque [nosotros ~o .sabemos] loque dará de sí el día" (Prov. 27:1). Así que nuestro mensaJ~ ~l~,mpre debeser: ''Ahora es el tiempo aceptable; ahora es el día de salvación .

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280 <'% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

No hay contradicción entre la necesidad del llamamiento de Dios y laurgencia del llamamiento de Dios; las dos son verdades complementarias.Aunque Dios es paciente en su actitud hacia nosotros, también es pruden­te. Llega un momento en que Él tiene que lamentar: "[Cuántas veces quisejuntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, yno quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta" (Mat. 23:37-38).

Así vemos que la necesidad y la urgencia del llamamiento de Dios sonel poder que está detrás de nuestra proclamación e invitación.

EL PELIGRO DE LA INVITACIÓN

"No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestroministerio no sea vituperado; antes bien, nos recomendamos en todo comoministros de Dios" (6:3-4). Como se ha afirmado al principio de este capí­tulo, hay mucha confusión en cuanto al predicador y la invitación. Y aunquelos versículos que tenemos delante de nosotros no están directamente rela­cionados con el peligro de que se trata, verdaderamente sirven como correc­tivo para el daño y las heridas que muchos predicadores infligen a sus con­gregaciones.Vamos pues a "principalizar" las palabras cautelosas del apóstoL

Desviar al buscador"No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro

ministerio no sea vituperado" (6:3). Solo Dios sabe cuánta gente se desa­nima a la hora de asistir a la iglesia o de escuchar el evangelio a causa dela gran presión de los llamamientos, los trucos evangelísticos o el mal usode la psicología de masas. Somos justamente criticados por insultar lainteligencia y jugar con las emociones de hombres y mujeres, en nombrede la predicación evangelística. Esto es nada menos que ofender y hacerque se culpe el ministerio.

Gary Collins, en su libro Búsqueda de la Realidad, observa que las"decisiones pueden ser influenciadas por un orador, pero el predicadordebería dar lugar a una decisión contraria a su punto de vista. Si una per­sona toma una decisión sin que se consideren con libertad las alternativasreales, eso es manipulación, no un compromiso reaL .. Aun en el campoespiritual, el fin (la apariencia de conversión por pasar al frente) no justi­fica los medios [de] manipulación agresiva en la predicación... Algunas(personas) cambian y verdaderamente se convierten bajo presión, pero

Elpredicadory la invitación ....~.: 281

muchos otros pronto pierden sus creencias, o hasta pierden respeto al cris­tianismo a causa de la manipulación en la que se han encontrado"."

Donald Ratcliff, en la Publicación de la Afiliación Científica Americana

(marzo de 1982), hace un comentario similar. Él escribe que si el compro­miso original a Cristo se hace en un contexto de mucha emoción, "la per­sona puede llegar a asociar las emociones con la espiritualidad... Con eltiempo, la persona puede llegar a creerse, él mismo o ella misma, menosespiritual o aun no cristiano/a) a causa de lapsos en los sentimientos emo­cionales"."

El peligro de que nuestras invitaciones desvíen al que busca se debe engran parte al empleo de métodos mundanos. En su Epístola, el apóstolJuan define la mundanalidad como la concupiscencia de la carne, la con­cupiscencia de los ojos, y el orgullo de la vida (1 Jn. 2:16). ¡Es completa­mente increíble cómo este espíritu del mundo puede motivar y activar aúncuando se hace la invitación!

Después de años de cuidadosa observación, hemos llegado a ver que,con frecuencia, la mucha presión en los llamamientos se hace por una opor todas las razones siguientes:

La concupiscencia de las "estadísticas" de publicidad. Esto representa "laconcupiscencia de los ojos" (l Jn. 2:16). Hay algo extremadamente intri­gante y atrayente en los números, tanto en el tamaño de las congregacio­nes como también en la fuerza de la respuesta. En el mundo en el cualvivimos, nada cuenta como los números. ¡Simplemente escuche la chácha­ra del clérigo o de los reportes ministeriales!

La concupiscencia de las destrezas de la psicología. Esto representa "laconcupiscencia de la carne" (1 Jn. 2:16). Igualmente atractiva es la habili­dad adquirida para manipular a la gente hasta llegar a que el objetivo pro­puesto sea logrado. Nadie ha argumentado este punto tan brillantementecomo William Sargent en su libro La Batalla de la Mente." que es una psi­cología de la conversión y el lavado de cerebro. Aunque no estamos deacuerdo con la mayoría de sus conclusiones, o el hecho de que él no délugar al trabajo del Espíritu Santo, su amonestación es bien recibida.

La concupiscencia de las señales de prosperidad. Esto representa "el orgu­llo de la vida" (1 Jn. 2:16). Esta técnica y énfasis está peligrosamente enboga en la actualidad. Es una apelación a la necesidad en todos nosotrosde prosperar por la respuesta al evangelio. No es necesario decir que todoaquel que responde y cree el evangelio tendrá bendición. Mas ese nunca

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debe ser el motivo de la respuesta, especialmente si existe la sugerenciaagregada de que los que responden se volverán materialmente ricos osanados físicamente por volverse a Dios por medio de Jes'!cristo. ElMaestro nunca prometió "un camino de rosas"; al contrario, El nos dijoque nos negáramos a nosotros mismos, tomáramos nuestra cruz, y lesiguiéramos (Luc. 9:23).

Al igual que muchos judíos que en los días de Jesús pensaban que lavenida del Mesías les traería paz política y prosperidad material, así hoymuchos en la Iglesia piensan que la presencia de Jesús les traerá ciertatranquilidad. Pero Jesús insistió en que su misión implicaba conflictos ydivisión [ver Mat. 10:32-39). Aunque Él es el Príncipe de Paz (ver Mat.5:9), el mundo violentamente 10 rechazará a Él y a su reino tanto, quehombres y mujeres se dividirán por Él. Antes de la consumación delReino, aun la paz que Jesús lega a sus discípulos tendrá su escenario enmedio de un mundo hostil (Juan 14:27; 16:33; comp. Santo 4:4).16

Representar erróneamente al Salvador"Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios" (6:4).

Tenemos que recordar, como lo hemos notado antes, que "somos embajado­res en nombre de Cristo" (5:20). "Un 'embajador', como Hodge oportuna­mente recalca, 'es a la vez un mensajero y un representante. Él no habla ensu propio nombre. Él no actúa bajo su propia autoridad. Lo que él comuni­ca no son sus propias opiniones o demandas, sino sencillamente lo que a élse le ha dicho u ordenado decir. Pero a la vez, él habla con autoridad; en estecaso, la autoridad de Cristo mismo'"." Por tanto, en el más solemne senti­do, nosotros somos los representantes de nuestro Señor Jesucristo, y lo peorque podemos hacer es predicar o actuar de tal modo que nos descalifique­mos a nosotros mismos como ministros de Dios. Lamentablemente, esto sepuede decir de pastores locales como también de evangelistas itinerantes, ynecesitamos ser advertidos antes que Dios nos juzgue.

El apóstol Pablo sintió esta preocupación tan profundamente que dice:"Golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sidoheraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado" (1 Coro 9:27). Alcompartir esto, él se estaba refiriendo a su ministerio como predicador delevangelio. El temor de Pablo no era que él pudiera perder su salvación,sino que pudiera perder su corona por no satisfacer a su Señor. Así que,con lenguaje atlético, él habla de la forma en que disciplinaba la carne. Élhabla de mantener sometido su cuerpo, tomando prestado un verbo del

mundo del boxeo que literalmente quiere decir "moretearse uno mismo unojo" o "magullarse uno mismo el cuerpo". Más adelante él habla de some­ter los deseos de la carne. Está de más decir que él nunca podría haberhecho eso por su propia fuerza. Así que el apóstol mismo afirma: "Todo lo

puedo en Cristo que me fortalece" (Fil. 4:13). . . . ,Sabemos lo que los críticos tienen que decir acerca de la predicación

que busca un veredicto. Mucho de este prejuicio, sin embargo, es infunda­do e injustificado. Por otra parte, tenemos que admitir que mucho de estoes muy cierto solo de aquellos que han causado que el ministerio sea cul­pado y, por tanto, han traído descrédito a la predicación y a la invitación.

Antes de llegar a la conclusión de este capítulo, es adecuada otra con­sideración importante. Al pensar en la invitación, tendemos a limitar esteaspecto esencial de la predicación a "las reuniones evangelísticas", Eso esun gran error, y provoca serias consecuencias en la vida de la Iglesia y elministerio de la conferencia.

Todapredicación requiere una invitación.Y al afirmar esto no nos referimosa levantar las manos, el andar en los pasillos, el firmar tarjetas o el uso de loscuartos de consejería. Estos métodos de invitación, cuando no se abusa deellos, son procedimientos legítimos para los propósitos del seguimiento. ¡Aunalgunos de nuestros colegas "verdaderamente reformados" usan sus sacristíaso estudios para personas interesadas que necesitan consejería; y tal cosa escorrecta y apropiada, ¡aunque siga siendo un "método de invitación"!

Lo que pesa sobre nosotros no es la metodología sino la teología de lainvitación. Si una iglesia como un todo, o un cristiano como individuo,quiere progresar en el crecimiento espiritual, entonces todo mensaje, ser­món o verdad proclamada debe provocar una respuesta total por parte delos que nos oyen. El apóstol Pablo verbaliza esto cuando exclama: "Pe~o

gracias a Dios que ... habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctn­na a la cual fuisteis entregados" (Rom. 6:17, énfasis de los autores; vertambién Santo 1:22-25). Muy cierto es el siguiente pareado:

El obedecer la luz nos trae claridad;El rechazar la luz nos trae oscuridad.La revelación y la obediencia se mueven en líneas paralelas. A medida

que la gente obedezca, así Dios revela; cuando la gente .s: ni~ga a obe~~­

cer, Dios retiene mayor luz sobre la verdad. Puede adquirirse informaciónde segunda mano (sí, hasta cuadernos de bosquejos de sermones), pero no

habrá progreso en la madurez espiritual.

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284 ...~ .. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

Así que, sea que se requiera o no evidencia externa en cualquier serviciodado, la respuesta interna es una parte crítica de la predicación. Y desgracia­damente, ¡aquí es donde la mayoría de los predicadores fallan miserablemen­te! Usted puede tener una iglesia instruida objetivamente en la doctrina bíbli­ca y, sin embargo, estar muertaen resultados prácticos. Solamente la obedien­cia ala verdad trae vida por el poder del Espíritu (verJuan 7:17 y 2 Coro 3:6b).Carl Henry ha observado con entusiasta percepción que "el pecado másgrande en la evangelización de hoyes una ortodoxia no aplicada'.

Muchas veces hemos visto una invitación que solo impacta a unapequeña minoría de la congregación, mientras que el resto de los asisten­tes, por su propia confesión, han salido de la iglesia ¡sin comprometerse conla verdad motivadora y el empuje del sermón del pastor! En conexión conesto, pedimos con insistencia un estudio exhaustivo del capítulo 15.

Hemos considerado el rol del predicador y de la invitación. Hacemosbien en volver al pasaje de la Escritura que hemos tomado como nuestra lec­ción y leerlo y releerlo hasta que el modelo, el propósito, el poder y el peligrode la invitación se encarnen y luego se implementen en nuestros ministerios.Solamente así cumpliremos el imperativo de Dios: "¡Oye prediques la pala­bra!... [y] haz obra de evangelista" (2 Tim. 4:2,5, énfasis de los autores).

CAPITULO DIECISIETE

EL PREDICADOR Y LACONSERVACIÓN

"Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quienvosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señory Cristo". Al oír esto,

se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varoneshermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: "Arrepentíos, y bautícese cada uno devosotros en el nombre deJesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis eldon del Espíritu Santo. Porquepara vosotros es la promesa, y para vuestros

hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestroDiosllamare... Así que, los que recibieron supalabrafueron bautizados;y se

añadieron aquel día como tres milpersonas.HECHOS 2:36-38,41

Texto de estudio: Hechos 2:36-41

Por 10 general se considera que la debilidad fatal en la obra del evange­lismo de hoyes la falta de seguimiento, o 10 que llamamos conserva­ción evangelística. Nadie puede encontrar defectos en la preparación

que se presenta en las cruzadas de toda una ciudad, misiones de las iglesiaslocales, o los ministerios normales evangelísticos semanales de congrega­ciones activas, pero la mayoría de los expertos en el tema cuestionarían si seestá dando el mismo cuidado y planificación al trabajo de conservar a losalcanzados.

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286 ...•~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

Por definición, el significado fundamental de la conservación es "la pro­tección de la pérdida y el deterioro". Al reflexionar en estas palabras tenemosque reconocer con vergüenza que "la pérdida y el deterioro" caracterizanmucho de lo que se hace en nombre del evangelismo. Solo tenemos quepensar en la deserción de nuestras propias iglesias, o en los resultadosdecepcionantes de los intentos de seguimiento después de los grandesesfuerzos evangelísticos. Como mostramos en nuestro último capítulo,"más de 53.000 personas dejan la Iglesia cada semana y nunca regresan".'

Si hay un énfasis que necesita prioridad en este libro es la conserva­ción evangelística. Con esto en mente, debemos volver a los primeroscapítulos de los Hechos de los Apóstoles. En el registro que se nos hadejado hay principios que deberían dirigir y determinar toda empresaevangelística en toda la era de la gracia. Lo que sucedió en el día dePentecostés es un buen lugar donde comenzar. Pedro acababa de predicarel sermón de Pentecostés, que fue concebido en Dios, centrado en Cristoy controlado por el Espíritu Santo. Y como toda buena predicación bíbli­ca, concluyó con las afirmaciones de Jesucristo como Señor. Toda laEscritura y toda la historia convergen en este punto. El mensaje de laBiblia es que Jesucristo es Señor, y el significado de la vida es queJesucristo es Señor. Y tal fue el impacto del sermón de Pedro, que hom­bres y mujeres fueron transformados y llegaron a ser miembros de la nuevaiglesia en Jerusalén. Lo que debe atraer nuestra atención es el proceso, elmodelo y el producto de la conservación evangelística que siguió a la pre­dicación de Pedro.

EL PROCESO DE LA CONSERVACIÓN

EVANGELÍSTICA

"Y se añadieron aquel día como tres mil personas" (v 41). Antes deseguir necesitamos examinar el proceso por el cual tres mil personas llega­ron a ser miembros de la iglesia local en Jerusalén. En un día de "creenciafácil" es importante entender qué es lo que califica a la gente para tenerderecho a la comunión.

La convicción de pecado"Se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles:

'Varones hermanos, ¿qué haremos?'" (v, 37). Esto es lo que sucede cuando

El predicadory la conservación ...~. 287

hay predicadores verdaderamente ungidos. De este pasaje aprendemos queel tema de la convicción es el señorío de Cristo. Pedro había declarado queaunque los hombres habían crucificado a Jesús, Dios le había hecho Señor yCristo (v, 36). ¿Cómo puede un pecador merecedor del infierno hacer otracosa sino ser convicto de su pecado? Pablo nos recuerda que "nadie puedellamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo" (1 Coro 12:3). El asuntoestá claro: La gente o crucifica a Cristo o lo corona; no hay otra alternati­va (ver Hech. 16-31; Rom. 10:9-10).

El instrumento de convicción fue el Espíritu Santo. El Señor Jesús yahabía predicho esto cuando prometió: "Cuando él [el Espíritu Santo]venga, convencerá al mundo de pecado ... por cuanto no creen en mí" (Juan16:8,9). Cuando el Espíritu Santo unge la predicación, la gente nuncapuede esquivar el hecho del pecado o las demandas de Cristo. Él tiene queser recibido o rechazado, y solamente aquellos que reciben al Señor Jesúspueden ser miembros de su Iglesia.

La conversión de vida"Pedro les dijo: 'Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el

nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados; y recibiréis el don delEspíritu Santo'" (v, 38). Estas palabras revelan que la conversión de vidaconsiste en arrepentimiento, perdón de pecados y regeneración.Arrepentimiento es un cambio de mente (una revolución intelectual) quelleva a un cambio de vida. Implica dejar el pecado, al yo y a Satanás y vol­verse a Dios, a su Hijo Jesucristo y a una vida de obediencia y santidad.

Una vez enseñábamos de la Biblia a un grupo de soldados, y llegamos ala palabra arrepentimiento. Hicimos una pausa para preguntar si alguno sabíalo que significaba la palabra. Instantáneamente se levantó una mano, y unjoven soldado ofreció dar su definición. Pasó adelante y empezó a marcharpor el cuarto de derecha a izquierda, gritando: "He vuelto mi espalda a Dios;vaya una vida de egoísmo y destrucción. Luego oigo una voz del cielo quedice: '¡Détente! ¡Bien! Media vuelta. Marcha hacia adelante"'. El soldado sedetuvo, sonrió abiertamente, y dijo: "Eso es arrepentimiento, señor"; iY éltenía razón! Nada menos que eso es verdadero arrepentimiento. Ese cambioradical de dirección es lo que está faltando tanto en la actualidad. El arre­pentimiento es tanto una crisis de decisión como un proceso de dirección.

Luego hay remisión, o el perdón de los pecados. Esto viene por la fepersonal en el Señor Jesucristo, quien derramó su preciosa sangre por

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288 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la conservación 289

nosotros los hombres y para nuestra salvación. El bautismo es la señalexterna y visible de este poder limpiador interno de la sangre de Cristo.

Simultáneamente está la regeneración, o el recibimiento del EspírituSanto. Nadie puede ser convertido verdaderamente sin la entrada y la pre­sencia del Espíritu Santo, como Pablo nos recuerda: "Si alguno no tiene elEspíritu de Cristo, no es de él" (Rom. 8:9). De igual modo, cuando entraen la vida de una persona, Él (el Espíritu Santo) da "testimonio a nuestroespíritu, de que somos hijos de Dios" (Rom. 8:16).

Vemos, pues, que el derecho a la membresía de la iglesia no es sola­mente la convicción de pecado, sino la conversión de vida, la cual lleva ala confesión.

La confesión de fe"Los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel

día como tres mil personas" (v, 41). Para muchos de los judíos convertidosen ese día, esta confesión de fe fue el aspecto más costoso de su respuestaa las demandas de Cristo. Para ellos (y para usted y yo hoy) significa obe­diencia al Hijo de Dios: "Los que recibieron su palabra fueron bautizados"(v. 41). Jesús no solo comisionó a sus discípulos a bautizar a todas lasnaciones (Mt. 28:19), sino que nos dio ejemplo por su propio bautismo enel Jordán. Él no tuvo pecados de qué arrepentirse, pero para identificarsecon la muerte, la sepultura y la resurrección que estaba a punto de consu­mar, obedeció la voluntad de su Padre y fue bautizado por Juan el Bautista.Él pudo decir: "Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda jus­ticia" (Mat. 3:15). Al bautizarse, abiertamente declaró su obediencia a lavoluntad redentora de su Padre. Y ese es el significado del bautismo hoypara todo verdadero creyente. Debemos identificarnos públicamente conJesucristo en el significado de su muerte, su sepultura y su resurrección.

Con la obediencia al Hijo de Dios hubo lealtad a la Iglesia de Dios: "seañadieron aquel día como tres mil personas" (v, 41). La palabra añadidosquiere decir "poner al lado," o "unir a". El verbo griego en tiempo imper­fecto sugiere un proceso que se siguió al recibir a los nuevos convertidos ala comunión de la iglesia. Luego Lucas nos dice, sin más calificación, queellos "perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unoscon otros, en el partimiento del pan y en las oraciones" (v, 42). Las condi­ciones de Dios para la membresía no han cambiado. Para participar en lacomunión de una iglesia local debe haber convicción de pecado, conversión

de la vida y confesión de fe. Básicamente, este es el proceso de la conser­vación evangelística.

EL MODELO DE LA CONSERVACIÓNEVANGELÍSTICA

"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unoscon otros, en el partimiento del pan y en las oraciones" (v. 42). En el griego,estos medios de gracia se introducen con el artículo determinado para distin­guir y hacer énfasis a la importancia de cada uno de estos medios de gracia.'Hasta que el Señor venga otra vez, tenemos aquí todo 10 necesario para elmantenimiento de la Iglesia en la tierra. Brevemente examinemos estemodelo apostólico de conservación. Si queremos que aquellos que respon­den a la predicación del evangelio continúen en la fe, tenemos que hacertodo 10 que esté a nuestro alcance para animarlos a persistir "en la doctrinade los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pany en las oraciones". Para que ellos crezcan en la gracia y en el conocimientodel Señor Jesucristo, tienen que atender diligentemente a cuatro medios degracia: La exposición de las Escrituras, la congregación de los santos, la cele­bración de la Cena del Señor y la adoración del Salvador.

La exposición de las Escrituras"Y perseveraban en la doctrina [o enseñanza] de los apóstoles" (v. 42).

Obviamente, era la enseñanza oral de los apóstoles, pues ellos no teníanun Nuevo Testamento en aquel tiempo, aunque sí utilizaban muchísimolas Escrituras del Antiguo Testamento.

Sin embargo, hoy tenemos el canon completo de la Escritura, el cual essuficiente para todo asunto de fe y práctica. Por tanto, se entiende que laexposición de las Escrituras en una iglesia local es de primordial y fundamen­tal importancia. Si de cierto creemos esto, procuraremos que los convertidos,como también los miembros maduros de nuestra congregación, se coloquenbajo la enseñanza de la Palabra de Dios siempre que la oportunidad sea pro­picia. No hay mayor necesidad en nuestras iglesias del día de hoy que unregreso a la predicación expositiva. Cuando se le preguntó a Harold Ockenga,anterior pastor de la famosa iglesia Park Street Church en Boston,Massachesetts, qué consideraba él que era 10 más importante en la vida de laiglesia,contestó con una palabra: "Predicación".Todo lo demás fluye de esto.

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290 .... 'i¡o.•. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

Por eso Lucas la sitúa en primer lugar en el modelo de conservaciónevangelística. Está de más decir que la predicación desde el púlpito debeser incrementada con clases más pequeñas, tal como 10 tenemos en el tra­bajo de la Escuela Dominical normal, así como reuniones especiales deinstrucción para aquellos que son jóvenes en la fe.

La congregación de los santos"Y perseveraban en la... comunión unos con otros" (v, 42). La palabra

"comunión" es preciosa. Se usa repetidas veces como participación en el vivir,amar, dar y servir en la iglesia. Sin embargo, en este contexto inmediato sureferencia es primariamente a la reunión del pueblo de Dios. Sin la congre­gación de los santos no hay propósito en la exposición de las Escrituras. Poreso el escritor a los hebreos exhorta a los creyentes de todos los tiempos a nodejar de "congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortán­donos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca." (Heb. 10:25). Hayalgo que Dios hace en nuestras vidas cuando nos congregamos que no sepuede lograr de ninguna otra manera. Esa es la razón por la cual la iglesiaelectrónica no es sustituto de la congregación de los santos.

La celebración de la Cena"Y perseveraban en el... partimiento del pan" (v, 42). En los primeros

años de la !iglesia, el partir el pan era parte de una comida regular. Desdeentonces se ha conocido como la ordenanza de la Cena del Señor. Laimportancia de este "sacramento" nunca puede ser sobreestimada. Es elservicio de la iglesia que demuestra y declara nuestras creencias centralesacerca de Cristo y de su Iglesia. No es solamente un servicio de celebra­ción, sino de consagración. No solamente celebramos la vida, la muerte, laresurrección y el regreso del Salvador, sino que nos dedicamos de nuevo anosotros mismos al identificarnos con el cuerpo que Él dio y la sangre quederramó, simbolizados por el pan y el vino.

La adoración del Salvador"Y perseveraban en... las oraciones" (v, 42). El arzobispo Trench seña­

la que de las varias palabras que se usan para oración, Lucas usa la másexclusiva e inclusiva en nuestro texto. Es exclusiva porque está usada comooración única a Dios, pero es inclusiva en cuanto a que incluye todos losejercicios y las disciplinas de una congregación en adoración. Significa

Elpredicadory la conservación ."" 291

adoración, confesión, petición y acciones de gracias. Por propósitos prácti­cos, el énfasis aquí está en la reunión de oración, que es el barómetro espi­ritual de toda iglesia local y que, la mayoría de las veces, se registra "muyseca'. De ahí que sea el servicio de menor asistencia, para nuestra vergüen­za eterna. Por esta misma razón, la reunión de oración demanda no soloatención, sino también la asistencia de todos los que son miembros de laiglesia. Es aquí donde se busca el rostro de Dios; es aquí donde los poderesde Satanás son frustrados; es aquí donde se adora y se rinde culto alSalvador. Nunca debemos olvidar que "la iglesia marcha sobre sus rodillas".

Junte estos cuatro medios de gracia y usted tendrá el secreto de unaiglesia que está nutrida y fortalecida para afrontar el desafío continuo dela vida contemporánea.

EL PRODUCTO DE LA CONSERVACIÓNEVANGELÍSTICA

"Y sobrevino temor a toda persona... Y el Señor añadía cada día a laiglesia los que habían de ser salvos" (vv, 43,47). Aunque estos versículosfinales del capítulo registran ciertos fenómenos que eran excepcionalmen­te únicos para aquellos primeros días de la Iglesia, no debemos pasar poralto los principios perdurables que determinan y dirigen las actividades decada hermandad local.

El ministerio de acción audaz"Muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles" (v. 43). La

Iglesia es una comunidad sobrenatural con un ministerio sobrenatural. Eldía que dejemos de creer esto será el día en que la Iglesia deje de existir talcomo Dios la diseñó. En toda congregación donde se predica la Palabrade Dios en el poder del Espíritu Santo debiera haber milagros de salva­ción, santificación y servicio que no pueden explicarse en términos huma­nos. Hay una majestuosidad y un atractivo cuando Dios obra. Por esoLucas nos dice que "sobrevino temor a toda persona"; y una vez más, loscreyentes tenían "favor con todo el pueblo" (vv, 43,47).

El ministerio de acción asistencial"Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas

las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos

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292 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITlVA Elpredicadory la conservación 293

según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en eltemplo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y senci­llez de corazón" (vv, 44-46). Habían sobrevenido grandes necesidades porel crecimiento de las penas de aquellos primeros días de la iglesia enJerusalén, pero la nueva comunidad se puso a la altura de la ocasión conun ministerio de acción humanitaria. Estos nuevos creyentes se preocupa­ban por la gente, antes que nada: "Todos los que habían creído estaban jun­tos, y tenían en común todas las cosas". ¡Cuánto necesitamos esto hoy ennuestras hermandades locales! Se preocupaban por la gente, aun cuandohabía miles de personas.

Se preocupaban por las posesiones. Donde había una necesidad, esasposesiones eran repartidas con espíritu de liberalidad y hospitalidad.¡Ninguna iglesia del Nuevo Testamento debería tener que depender de lasdádivas del gobierno para sus miembros o para las necesidades de la comu­nidad inmediata! Esto debería ser parte del testimonio de una iglesia "viva".

Se preocupaban por los programas: "[Ellos perseveraban] unánimescada día en el templo, y partiendo el pan en las casas... alabando a Dios, yteniendo favor con todo el pueblo". Evidentemente, tenían un programade ministerio en el templo, en el hogar y en el mundo; y esto se ejecutabacon perseverancia: "[Ellos perseveraban] diariamente". Una de las verda­deras evidencias de una iglesia en avivamiento es su ministerio asistencialpara el cuerpo.

El ministerio de acción participativaLos creyentes tenían "favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada

día a la iglesia los que habían de ser salvos" (v, 47). En una hermandad detal gozo e integridad de corazón, los creyentes pudieron haber sucumbidoa la autosatisfacción y la complacencia, pero no sucedió así; la iglesia conti­nuaba en marcha. La adoración y el bienestar cristianos fluían en el testi­

monio cristiano.Era un testimonio emocionante. Aquellos cristianos tenían "favor con

todo el pueblo" porque eran una comunidad de alabanza. Nada atrae a lagente como una emoción sana y entusiasta. No había lugar para las discul­pas o la reticencia en el testimonio de ellos; tenían algo que compartir y lohicieron con exuberancia e hilaridad.

A. T. Pierson ha señalado que "el testimonio es todo el trabajo de todala Iglesia para todo el tiempo". Esto se debe a que el testimonio no es un

don ministerial, sino más bien un estilo de vida ungido. "Una luz que nobrilla, un germen que no crece, un manantial que no fluye, no es más [con­tradicción] que un cristiano que no testifica".

También era un testimonio expectante. Algo sucedía "diariamente", o díaa día. Este hecho debería avergonzarnos por nuestro letargo e increduli­dad en nuestro testimonio del día de hoy. ¿Desde cuándo hemos vistogente salvada diariamente? Sin embargo, eso es lo que aquellos cristianosesperaban y, por tanto, lo experimentaron.

Finalmente, era un testimonio efectivo. "El Señor añadía cada día a laiglesia los que habían de ser salvos". Ya habían sido salvados tres mil, ymuchos más iban a ser salvados por el testimonio individual diario en eltemplo, en el hogar y en el mundo. La gente se estaba convirtiendo, y esta­

ban siendo añadidos a la nueva comunidad. Ese era un crecimiento de laIglesia en el más amplio sentido de la palabra.

Ha sido nuestra experiencia y también la de muchos de nuestros com­pañeros pastores y evangelistas que a menudo los miembros más entusias­tas de una iglesia que testifica ¡son los nuevos convertidos! La salvación deun hombre o una mujer, niño o niña, conduce a una reacción en cadena queafecta a familias enteras, amigos escolares, comunidades universitarias, yespecialmente compañeros de trabajo. Nada conserva la obra del evangelismo

como el evangelismo mismo. Es imposible ser un ganador de almas efectivosin vivir diariamente en la Palabra, experimentando cada día la llenura delEspíritu Santo y gozando diariamente de la presencia de Cristo.

Usted ha visto en este capítulo lo que queremos decir por conservaciónevangelística. El proceso implica la convicción de pecado, la conversión dela vida y la confesión de fe. El modelo demanda continuidad firme en ladoctrina de los apóstoles, en el compañerismo, el partimiento del pan y enlas oraciones. Y el producto da como resultado un triple ministerio dealcance con audacia, cuidado y participación. Estos son principios eternosque Dios ha establecido para la conservación de su obra y que transcien­den el tiempo; son efectivos, así que no deben ignorarse. Además, porhabernos alejado de estos principios y haber buscado nuestras propiasmaneras de hacer las cosas, hemos perdido la visión, la pasión y la misiónde la Iglesia. Que Dios nos dé la gracia de volver a la exposición de suPalabra, al poder de su Espíritu y al propósito de su Iglesia, antes de quesea demasiado tarde. Solamente entonces podremos cantar: "Como unpoderoso ejército se mueve la Iglesia de Dios".

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CAPÍTULO DIECIOCHO

EL PREDICADOR Y LA...

INCULCACIONPorque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengopor vosotros, y por los

que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro;para

que sean consoladossus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas

las riquezas de pleno entendimiento, afin de conocerel misterio de Dios el

Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría

y del conocimiento. Yesto lo digo para que nadie os engañe con palabras

persuasivas. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu

estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza

de vuestrafe en Cristo. Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor

Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados

en lafe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.

Mirad que nadie os engañe por medio defilosofías y huecas sutilezas, según

las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no

según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la

Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo

principado y potestad

COLOSENSES 2:1-10

En nuestro capítulo anterior, "El predicador y la conservación", hicimos

hincapié en la necesid~d .de que nue~tr~ ministerio de pre~,icación vay~

acompañado del seguumento y el discipulado. La deserción de los aSI

llamados "miembros" de nuestras iglesias de hoyes testimonio elocuente

de la urgencia de esta tarea. Pero un asunto igualmente urgente con el que

Elpredicadory la inculcación ..~ .. 295

nos enfrentamos, como predicadores, es la razón de esta deserción. ¿Hemos

fracasado al enseñar doctrinas básicas que aseguren entrega convincente aCristo y a su Iglesia? De hecho, ¿cuál es el mensaje esencial que afiance el cora­

zón y guarde la vida de un creyente nuevo, y también del cristiano maduro?

La carta de Pablo a los Colosenses fue escrita con este problema tan real en

mente. No hay evidencia de que el apóstol alguna vez hubiese visitado la igle­sia en Calosas. A pesar de eso, él estaba interesado personalmente en el testi­

monio del evangelio por parte de ellos, y sentía preocupación por el informeque había oído acerca de los falsos maestros que buscaban influenciar a los cre­

yentes mezclando judaísmo legalista, misticismo oriental y racionalismo griego

con un barniz de cristianismo. Así que él les escribe con la intención expresa de

impedir que se dejaran llevar de la simplicidad que hay en Jesucristo (2 Coro11:3). En términos sencillos, él les muestra cómo vivir la vida y mantener la fe.

Uno de los pasajes clave en toda la Epístola es el que ahora tenemos delante de

nosotros (vv 1-10). Si lo recapitulamos en una frase, su mensaje básico es: "Por

tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él" (v; 6).Aquí, Pablo explica en detalle lo que nosotros elegimos llamar "el predicador yla inculcación". En nuestra predicación y nuestra enseñanza, debemos hacer

énfasis en tres principios importantes que determinan tal inculcación.

LA ACEPTACIÓN INICIAL DE CRISTO

"[Recibid] al SeñorJesucristo" (v 6). Nadie puede vivir la vida cristiana sin

creer y recibir a Jesucristo como Señor. Hay gente que piensa que puede vivirla vida cristiana tan solamente intentando imitar a Cristo, pero no se puede.

Solo hay una Persona en el universo que haya vivido la vida cristiana al agra­

do y aprobación de Dios: fue Cristo mismo. ¡La genialidad del evangelio cris­

tiano es que este mismo Cristo puede vivir otra vez su vida en nosotros!

El capitán Reginald Wallis (un respetado maestro de Biblia en el Reino

Unido) acostumbraba expresarlo de esta manera: "Usted no puede vivir la

vida cristiana sin la vida cristiana para vivir la vida cristiana". Con eso él que­ría decir que nadie puede vivir la vida cristiana sin la vida de Cristo para vivir

la vida cristiana. Si esto se entiende con claridad, entonces queda en noso­

tros el entender lo que queremos decir por aceptación inicial de Cristo.Los comentaristas concuerdan en que los nombres "Jesús" y "Señor"

son modificadores del título básico "Cristo". Por tanto, el recibir a Cristo

implica aceptarlo como Jesús y Señor.

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296 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la inculcación 297

La aceptación de Cristo como Salvador"[Recibid] a Cristo Jesús" (v, 6, NVI, énfasis de los autores). Nadie

puede vivir la vida cristiana sin ser salvo del pecado; y lo que es igualmen­te cierto es que nadie puede ser salvo del pecado sin conocer a Cristo comoSalvador. La venida del Señor Jesús a este mundo fue anunciada con estaspalabras: "Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de suspecados" (Mat. 1:21). Más tarde declara el apóstol Pablo: "Palabra fiel ydigna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvara los pecadores" (1 Tim. 1:15). La razón por la cual necesitamos unSalvador es porque "todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios"(Rom. 3:23). La norma de la gloria de Dios es su propio Hijo, Jesucristo.Por cuanto nosotros hemos fallado miserablemente, necesitamos su podery su gracia salvadora antes de poder empezar a vivir la vida cristiana.

Por tanto, es importante recalcar la calidad de Salvador que tieneJesús. "Jesús" es el Dios-hombre personificado en la humanidad por mediode la encarnación en el tiempo y en el espacio. Jesús es la palabra griegapara el nombre hebreo que significa "el Señor es salvación". Así que hom­bres y mujeres deben recibirlo a Él como Capitán de su salvación. Paraestar calificado como "autor de eterna salvación", Él "por lo que padecióaprendió la obediencia" (Heb. 5:8-9). Tal obediencia lo llevó hasta "lamuerte de cruz" (Fil. 2:8). Con eso en mente, Pablo resume el evangeliocon estas famosas palabras: "Porque primeramente os he enseñado 10 queasimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a lasEscrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a lasEscrituras" (1 Coro 15:3-4). Así es como Pedro y Juan pudieron confron­tar a "los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos"(Hech. 4:1) con aquellas poderosas palabras: "Yen ninguno otro hay sal­vación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, enque podamos ser salvos" (Hech. 4:12). Pero nuestra aceptación de Cristono estará completa hasta que nosotros hagamos más que aceptarlo comonuestro Salvador; tenemos que aceptarlo como Señor y Rey.

La aceptación de Cristo como Soberano"[Recibid] a Cristo Jesús como Señor' (v, 6, NVI, énfasis de los autores).

Jesús y Señor son una Persona, pero con frecuencia estamos preparadospara aceptar su calidad de Salvador sin reconocer su soberanía. Además, tal

vez sea esa una de nuestras más grandes fallas, tanto en la predicación delevangelio como en la aceptación del mensaje cristiano. Todos quierensaber que sus pecados son perdonados y tener seguridad del cielo, pero coneso no necesariamente se deduce que esta "fácil credulidad" nos preparepara reverenciar las demandas de Cristo como Señor de toda la vida.Aceptar a Cristo como Señor significa permitir que Él sea:

Señor de todo pensamiento y acción,Señor para enviar y Señor para quedar,Señor al hablar, escribir, y dar,Señor en todo para obedecer;Señor de todo 10 que hay en mí,Ahora y eternamente ser.

-E. H. Swinstead

El comentario de C. H. Spurgeon sobre nuestro texto es tanto perspi­caz como apropiado. Él escribe: Es interesante notar que los apóstoles pre­dicaron el señorío de Cristo. La palabra Salvador solamente aparece dosveces en los Hechos de los Apóstoles (5:31; 13:23). Por otra parte, esasombroso [observar] que el título Señor se menciona 92 veces; SeñorJesús, 13 veces; y el SeñorJesucristo 6 veces en el mismo libro. El evangelioes: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo" (Hech. 16:31).1

Al igual que Spurgeon, Hudson Taylor acostumbraba decir: "Cristodebe ser Señor de todo o no serlo en absoluto" en cada etapa de nuestravida cristiana. Es una contradicción llamar a Jesús "Señor" solamente departe de la vida. Él solo puede ser Señor de toda la vida. Cristo tiene queposeer el cetro del gobierno soberano sobre toda nuestra personalidad. Ennuestra predicación, debemos preguntar: "¿Ha aceptado usted a Cristocomo Salvador?" y "¿Ha aceptado usted a Cristo como Señor?".

El debate sobre "la salvación de señorío" no reconoce que no podemosseparar la calidad de Salvador de la soberanía. Como 10 ha expresado JohnStott: "Cuando usted viene siendo pecador, abre su mano para recibir elperdón y la vida eterna, pero usted ha de venir de rodillas".

En nuestra predicación del evangelio, entonces, es importante inculcarla aceptación inicial de Cristo como Salvador y Señor.

Sin embargo, no debemos detenernos ahí. Nuestro segundo énfasis esigualmente importante.

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298 ...•~.; GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

LA CONTINUA OBEDIENCIA A CRISTO

"Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andaden él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así cornohabéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias" (vv, 6-7). Estaafirmación imperativa, "andad en Él", es nuestra clave para entender estesegundo aspecto de la inculcación. Esto es así especialmente en un tiem­po en que le hemos quitado valor a la gracia de Dios y hemos atenuado lasobligaciones de la obediencia cristiana. Cuando el apóstol Pablo nos orde­na "andar en Él", él está describiendo la clase de obediencia que se deman­da y luego se defiende. Examinemos esto más de cerca.

Obediencia que se demanda"Andad en Él" (v, 6). Corno usted verá por el texto, esta "obediencia

demandada" está calificada por las palabras "arraigados y sobreedificadosen él, y confirmados en la fe, así corno habéis sido enseñados, abundandoen acciones de gracias" (v, 7). Aquí Pablo no está usando una hipérbole omeramente añadiendo palabras por refinamiento literario. Por el contra­rio, él está describiendo la calidad de obediencia que se demanda de cual­quiera que haya aceptado a Cristo corno Salvador y Soberano.

Es una obediencia en crecimiento. ''Arraigados y sobreedificados en Él"(v, 7). Los verbos arraigado y sobreedificado sugieren dos metáforas distin­tas, pero están relacionadas. Arraigado está en tiempo perfecto, y sugiereuna experiencia de una vez por todas y permanentemente arraigada. Lapalabra solo aparece aquí y en Filipenses 3:17-18. Aquí está implicada ladoctrina de la seguridad eterna, porque cuando Dios planta un árbol nuncalo arranca de raíz. El apóstol bien pudo haber tenido en mente las pala­bras iniciales del Salmo 1, donde David habla de un "árbol plantado juntoa corrientes de aguas" (Sal. 1:3). Un árbol arraigado tiene los requisitosprevios de la vida; tiene seguridad corno también suficiencia. Por sus raí­ces está establecido y fortalecido contra las ráfagas del viento y los revesesde la naturaleza. Por sus raíces es también suministrado con alimento delos minerales de la tierra húmeda.

La otra metáfora es igualmente pintoresca. Pablo habla de ser "sobre­edificados", que está en tiempo presente, indicando un proceso continuo.La idea aquí es desarrollo y progreso. Los edificios no son terminados en

Elpredicadory la inculcación .. ~. 299

un instante, ni se construyen ellos mismos; son construidos con una pla­nificación y un trabajo concienzudos. Se coloca piedra sobre piedra oladrillo por ladrillo. Los edificios requieren un arquitecto, un plan, mate­rial y un constructor. En el caso del cristiano, Jesucristo es el Arquitecto yConstructor Maestro y, por tanto, tenernos que contar con Él en obedien­

cia total si querernos crecer en estatura y ser fuertes en la vida cristiana.Debernos tener un crecimiento en obediencia.

Es una obediencia en aprendizaje. "Confirmados en la fe, así cornohabéis sido enseñados" (v, 7). Este tercer participio también está en eltiempo presente. "En la fe" habla de la fe corno un cuerpo de verdad (elsistema de la fe) y, por tanto, la esfera dentro de la cual el cristiano se for­talece. Algunas versiones dicen "su fe", sugiriendo confianza o dependen­cia de Cristo. Sin embargo, aquí todo el llamado es que la fe debe ser ejer­citada de acuerdo con lo que ha sido enseñado. En el caso de los colosen­ses, representaba la gran tradición del evangelio, corno se había predicadopor los plantadores de la iglesia en Calosas.

Aquí es importante resaltar la necesidad de la clara enseñanza pormedio de la ungida predicación expositiva de la Palabra. No hay sustitutopara la fiel, intrépida y ferviente exposición de las Escrituras en todo servi­cio de la iglesia. Este fue el secreto de los primeros discípulos, pues leernosque "perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos conotros, en el partimiento del pan y en las oraciones" (Hech. 2:42).

Es una obediencia en alabanza. ''Abundando en acciones de gracias" (v.7). En esta frase final se lee "rebosando acciones de gracias". Esta es unaexpresión favorita que Pablo usa más de 26 veces. Significa "desborda­miento", corno un río desbordándose de sus riberas. Una vez más, el tiem­po es presente y sugiere que las acciones de gracias del creyente sean con­tinuas, algo habitual. Es la gratitud a la que Lightfoot llama "el fin de todocomportamiento". En el lenguaje está implícita la idea de adoración. Si unhombre o una mujer verdaderamente han nacido de nuevo, la obedienciano es fastidiosa u onerosa, sino más bien una disciplina que trae gozo yacción de gracias. Bien lo expresa el siguiente coro:

Obedecer y confiar en Jesús,Es la senda marcada para andar en la luz.

-John H. Sammis

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300 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITlVA Elpredicadory la inculcación 301

Pero con la obediencia que se demanda:

Hay obediencia que se defiende"Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas,

según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos delmundo, y no según Cristo" (v, 8). Pablo estaba muy enterado de los erro­res que atacaban a la iglesia de los colosenses. Eran una amenaza constan­te para los nuevos creyentes.

Esto nunca ha cambiado en la historia de la iglesia cristiana. Comoevangelistas, pastores y maestros, siempre debemos estar en alerta, pues elenemigo de nuestras almas busca llevar por el mal camino a los que no sonenseñados en las doctrinas de la Sagrada Escritura. Así que el apóstolamonesta: "¡Mirad!", y luego procede a hablar de filosofía. Al usar el térmi­no, el apóstol no estaba quitándole mérito al concepto de filosofía, quesimplemente significa "amor a la sabiduría". Todo 10 que tiene que ver conteorías acerca de Dios, el mundo y el significado de la vida era llamado (yse llama) filosofía, tanto en las escuelas paganas como en las judías de sudía y de los nuestros. Pablo no tenía problema con la filosofía como tal. Loque él estaba advirtiendo era en contra de la filosofía dañina constituidapor elementos del judaísmo hebreo y del gnosticismo griego. Sin entrar enla historia de estas filosofías, para nosotros sólo es necesario señalar tresaspectos importantes de la filosofía que está arraigada en el error humano.Pablo 10 define en términos de 10 que "no (es) según Cristo" (v, 8).

Filosofía engañosa. "Y esto digo para que nadie os engañe con palabraspersuasivas ... Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecassutilezas" (vv, 4, 8). El singular "nadie" (v. 8) ha guiado a los intérpretes asugerir que Pablo tenía en mente a una persona en particular, tal vez allíder entre los maestros heréticos. Aquellos enemigos de la cruz eran bri­llantes oradores que usaban finos argumentos resonantes conocidos como"retórica persuasiva", que fascinaba al confiado oyente. En nuestros díasllamaríamos a tales maestros "engatusadores". Estos personajes no soloinvadían la iglesia, sino que a menudo visitaban a la gente en sus casas.

Estos mismos enemigos son tan reales en nuestro escenario contem­poráneo como 10 fueron en los días de Pablo. Pueden usar diferente ropa,pero tienen los mismos malvados corazones. Es a la vez curioso y serio 10encantadores que pueden ser los "campeones del error". Cautivan al inge­nuo. Todos debemos recordar cómo concluye este versículo. Tales personas

no están a la altura del nivel de la verdad de estar en Cristo: "no segúnCristo" (v, 8). Fue Jesús quien dijo: "Yo soy la... verdad" (Juan 14:6).

Filosofía discursiva. "La tradición de los hombres" (v, 8). Indudable­mente, aquí la referencia es a la teología rabínica con sus regulaciones casiinterminables de la vida y las ceremonias de la religión. El término "tradi­ción de los hombres" también puede referirse a las "varias teorías paganasen boga en aquellos tiempos".' Pablo advertía a Timoteo acerca de los fal­sos maestros que se meten en "fábulas y genealogías interminables, que aca­rrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe" (1 Tim. 1:4).

Ejemplos modernos de esto serían las ataduras de la tradición, las cade­nas de la cultura contemporánea, y aun las formas de adoración y la impor­tancia exagerada de la metodología. Es sorprendente cómo el enemigo pro­voca 10 que Pablo llama "la guerra de palabras", que en última instanciadesvía a los cristianos de usar "bien la palabra de verdad" (2 Tim. 2:15).

Filosofía destructiva. "Los rudimentos del mundo" (v, 8). Esto podríareferirse a la enseñanza elemental que nunca va más allá del ABC delevangelio. ¡Nada eclipsa y embota a una congregación como la predicaciónque nunca completa el alfabeto! Sin embargo, en este contexto la referen­cia está probablemente relacionada con los "espíritus elementales". Pabloya se ha referido a la adoración de ángeles (ver. 2:18), que era una de lasherejías en la iglesia de Colosas. En nuestros días lo llamaríamos satanis­mo, aspectos del movimiento de la Nueva Era, etc. Nada es más destruc­tivo en la vida de cualquier iglesia o, efectivamente, en la vida de cualquiercreyente. El diablo es un destructor por naturaleza y "como león rugiente,anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Pedo 5:8). Es también pornaturaleza un engañador que, como "ángel de luz" (2 Coro 11:14), desvíaal débil y crédulo. Por eso Pablo da advertencias en contra de la filosofíadestructiva. La frase "llevando cautivo" significa "llevar como prisionerosa los que son capturados por un ejército victorioso".

Nadie puede conocer 10 que está sucediendo hoy en nuestro país sinobservar la grave importancia de esta advertencia a la Iglesia de Jesucristo.Todos los días numerosas sectas se desarrollan, y muchas crecen a un ritmoincreíble, tragándose literalmente a miles de personas a quienes no se lesha inculcado la doctrina arraigada en nuestro Señor Jesucristo.

Por tanto, vemos que la obediencia continua a Cristo no solamente esvital, sino urgente en nuestra tarea de inculcar la verdad. Todo predicadordebería estudiar cuidadosamente y con mucha oración Hechos 20:17-38 Y

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302 .••.•~ •... GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

observar el testimonio personal de Pablo (vv; 18-20,33-35), la enseñanza'funda­

mental de Pablo (vv, 21,25,27) y el entrenamiento pastoral de Pablo (vv, 28-32)en la iglesia de los efesios. En este discurso de despedida, Pablo mencio­na los tres puntos mientras prepara a los líderes para tomar su lugar cuan­do él se vaya. Ellos no "verían más su rostro" (v, 38). ¡Qyé desafío para losque somos predicadores y pastores! ¿Hemos inculcado a nuestra gente (yespecialmente a nuestros líderes) para "soportar y resistir" en el día malo?

Pero hay un tercer énfasis en nuestra enseñanza "central" que es indis­

pensable.

LA DEPENDENCIA ESENCIAL DE CRISTO

"En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y delconocimiento"; y otra vez: "En él habita corporalmente toda la plenitud dela Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo prin­cipado y potestad" (vv, 3,9-10). Es reconfortante saber que no se nos hahecho ninguna demanda para la cual no haya recursos adecuados en nues­tro Señor Jesucristo. Lo que se nos pide es nuestra dependencia de Élmomento a momento. Así, el apóstol explica en detalle, en este pasaje, 10que nosotros tenemos en Cristo. Observe la lista.

Tenemos conocimiento en Cristo"En quien están escondidos todos los tesoros del... conocimiento" (v;

3). Conocimiento es la percepción de los objetos y la adquisición de infor­mación concerniente a esos objetos. Todo 10 que necesitamos conocerpuede aprenderse por 10 que Jesucristo puede enseñarnos. Al escribir anuevos creyentes, Juan dice: "Pero vosotros tenéis la unción del Santo, yconocéis todas las cosas... Pero la unción que vosotros recibisteis de él per­manece en vosotros, y no tenéis necesidad que nadie os enseñe; así comola unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es menti­ra, según ella os ha enseñado, permaneced en él" (1 Jn. 2:20,27).

No hay conocimiento que haya sido alguna vez investigado o determi­nado que no sea ya comprendido en el conocimiento que es en Cristo. Porsupuesto, vivimos en una maravillosa era de conocimiento. El tiempo nosfaltaría para hablar de los avances que se han realizado en innumerablescampos de la investigación. Pero a fin de cuentas, cuando hemos recogidotodos los tesoros del conocimiento, descubrimos que solo estamos

Elpredicadory la inculcación ~. 303

"siguiendo los pensamientos de Dios". Todo conocimiento esta en Aquelque declaró: "Yo soy... la verdad" (Juan 14:6).

Tenemos sabiduría en Cristo"En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría" (v, 3).

Sabiduría es la correcta aplicación del conocimiento. Es el razonamientológico y la aplicación del conocimiento ya adquirido. Un niño pequeño puedetener el conocimiento para poner un enchufe en un tomacorriente, pero suconocimiento sin sabiduría podría llevarlo al peligro y al daño. En Cristo, sinembargo, están disponibles los dos, el conocimiento y la sabiduría.

La palabra escondido no quiere decir que el conocimiento y la sabidu­ría estén ocultos, sino más bien que están guardados como un tesoro paraque nosotros nos apropiemos de ellos. Los gnósticos enseñaban que lasabiduría y el conocimiento estaban disponibles solamente para una élitemuy exclusiva; ¡pero gracias a Dios, esto no es cierto cuando se trata de laexperiencia cristiana! El creyente más sencillo puede pedir todo 10 que hayen Cristo para su necesidad diaria.

Así que Cristo es nuestro conocimiento y sabiduría. Pero aun estos dostesoros requieren la dinámica divina para traducirlos en acción y vida.Pablo ya ha anticipado esto. Él pone en lista un tercer tesoro.

Tenemos plenitud en Cristo"Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (v.

9). Todo 10 demás está incluido en la palabra plenitud. Hay poder, pacien­cia, propósito, y todos los demás recursos concebibles para el vivir cristia­no. Cuando contamos con la presencia de Cristo, Él se convierte paranosotros en todo 10 que necesitamos para la vida y el servicio. CarlosWesley 10 expresó perfectamente cuando escribió:

Tú, Oh Cristo, eres todo 10 que anhelo;

Más que todo lo encuentro en Ti.

Este concepto de la plenitud de Cristo es el corazón del evangelio cristiano.

Si no comprendemos esto, es totalmente imposible cumplir con lasdemandas de la obediencia o llegar a dominar las dinámicas de la lealtada Cristo. Fue Cristo mismo quien dijo: "Porque separados de mí nadapodéis hacer" (Juan 15:5).

El mayor peligro hoyes la enseñanza errónea que oímos desde los púl­pitos por todo el país. ¡Se nos está diciendo que necesitamos algo más que

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304 -'~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

a Cristo! ¡Esos torpes maestros insisten en que hay un "evangelio" y algomás! Ese fue el error que amenazaba con traer maldición a la iglesia enCalosas. El hecho es: el evangelio esjesús solamente, y completamente jesús.

Desde el principio nosotros, como predicadores, debemos inculcar esteglorioso "núcleo" de verdades, y entonces todo lo demás en la vida cristia­na tendrá sentido.

De esta manera, hemos visto lo que queremos decir por "inculcaciónbíblica". En primer lugar, significa una aceptación inicial de Cristo comoSalvador y Soberano. Luego implica una obediencia continua a Cristo,tanto demandada como defendida. Lo mejor de todo, ¡demanda esadependencia esencial de Cristo, que es nuestro conocimiento, nuestrasabiduría y nuestra plenitud!

CAPÍTULO DIECINUEVE

EL PREDICADOR Y LA...

MOTIVACIONPorque esta leve tribulación produce en nosotros un cada vez más

excelente y eterno peso de gloria Conociendo, pues, el temor del Señor,

persuadimos a los hombres. . . Porque el amor de

Cristo nos constriñe.

2 CORINTIOS 4:17; 5:11,14

Texto de estudio: 2 Corintios 4:7,16-5:15

En este capítulo final, bien podemos preguntar, con el apóstol Pablo:"Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?" (2 Cor. 2:16). Gracias aDios, tenemos una respuesta para esa pregunta, y una vez más, es el

apóstol Pablo quien la verbaliza: "Nuestra competencia proviene de Dios"(2 Coro 3:5). Pero teniendo esa competencia para nuestro ministerio, comopredicadores, todavía somos presionados a hacer otra pregunta: ¿De dóndederivamos nuestra motivación, y cómo la mantenemos?

La motivación es dinamismo, impulso, intención, o deseo interior quelleva a una persona a hacer algo o a actuar de cierta manera. Gordon W.Allport sostiene que "en el curso del desarrollo emergen gradualmente uni­dades relativamente estables de la personalidad. Tales unidades siempre sonproducto de las dos funciones centrales y vitales de la vida mental: la moti­vación y la organización. La motivación se refiere al 'movimiento' de la vidamental, la organización a sus patrones ... El motivo organizado ... es un

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306 ..~ GUíA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

sistema de agilidad mental, un resorte principal de conducta, preparandoa la persona para el comportamiento adaptado, siempre que se presentenlos estímulos o las asociaciones apropiados".' Charles Kingsley escribió:"Voy a hacer lo que tengo que hacer como si no hubiera nada más que yotenga que hacer en el mundo" y George Whitefield resumió la motivacióncon estas palabras: "Dios me dé una profunda humildad, un celo bien diri­gido, un ardiente amor y un ojo íntegro, y luego dejemos a hombres o dia­blos que hagan lo peor".'

Cuando abrimos las Escrituras, encontramos pocos pasajes que tratencon el tema de la motivación como 2 Corintios, capítulos 4 y 5. Ya hemossacado agua de esta fuente de verdad cuando comentamos sobre "el predi­cador y la invitación".

Esta vez nuestro enfoque está en "el predicador y la motivación".Cuando Pablo se extiende en "el evangelio de la gloria de Cristo" (4:4), nosrecuerda que Dios ha ordenado que este tesoro, la luz del evangelio, debeestar encarnado "en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea deDios y no de nosotros (4:7). 0, como él afirma en un versículo anterior:"No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo" (4:5, énfasis de losautores). Luego nos instruye sobre lo que nos motiva para esta calidad deministerio que Dios espera de nosotros. Tres palabras lo resumen: esperan­

za, temor y amor. Veamos cada una de ellas.

LA MOTIVACIÓN DE LA ESPERANZA

Pablo define esta esperanza como un "eterno peso de gloria" (4:17).Por el contexto, y otros pasajes relevantes, él nos dice que su creencia en laesperanza escatológica motivó cada día su ministerio, como cristiano ycomo predicador. Eso le daba perspectiva.

La perspectiva correcta para el ministerio"Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un

cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros lascosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son tem­porales, pero las que no se ven son eternas" (4:17-18). El apóstol descu­brió, como 10 hacen todos los cristianos maduros, que la vida y el servicioa tiempo solo derivan su significado pleno cuando se consideran desde laperspectiva de la eternidad. Con espléndidas frases, él nos muestra que los

Elpredicadory la motivación .~. 307

tres resultados siguientes solo los podemos entender desde el punto devista celestial.

La debilidad humana en nuestro ministerio essuperadapor lafuerza divina.

"Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se vadesgastando, el interior no obstante se renueva de día en día" (4:16). Pablo noestá pensando en dos entidades diferentes: "cuerpo" y"alma"; más bien estádescribiendo su total existencia desde dos puntos de vista diferentes. Su"hombre exterior" es su "calidad de criatura mortal". Su "hombre interior" esla totalidad de su persona como una nueva creación (5:17). Esta renovacióndiaria "interior" es la bendita compensación que solo los cristianos puedenexperimentar. A medida que sus facultades terrenales se debilitan y deterio­ran, las cosas del espíritu se vuelven abundantemente reales para él. En pala­bras de James Denney: "El deterioro del hombre exterior en el impío (perso­na) es un espectáculo melancólico, pues es el deterioro de todo; en el cristia­no [sin embargo], esto no toca la vida que está escondida con Cristo en Dios,y que es en el alma misma una fuente de agua que salta para vida eterna".'

El sufrimiento presente en nuestro ministerio es compensado por la gloria

futura. "Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros uncada vez más excelente y eterno peso de gloria". Por causa de esta renova­ción diaria, la esperanza de gloria transformó las aflicciones del apóstol ylas hizo aparecer relativamente leves y de breve duración. Como Hodgecomenta: "Era solo al comparar estas aflicciones con la gloria eterna queellas quedaban reducidas a la insignificancia".' Pablo escribe en el mismoestilo en su Epístola a los Romanos: "Si es que padecemos juntamente con[Cristo], para que juntamente con él seamos glorificados. Pues tengo porcierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con lagloria venidera que en nosotros ha de manifestarse" (Rom. 8:17-18).

Las cosas temporales en nuestro ministerio son superadaspor las cosas eternas.

"Pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven soneternas" (4:18). Nadie puede estudiar la vida del apóstol sin quedar impre­sionado con que frecuentemente él pudo haber estado abrumado por losproblemas externos y las presiones internas; pero tal era su punto de vistasobre la escatología del ministerio que las cosas temporales llegaron a sersuperadas por las cosas eternas.

Usted recordará que el secreto que mantuvo firmes, seguros y fieles aDios a los santos del Antiguo Testamento, en medio de las pruebas y ten­taciones de la vida diaria, fue la perspectiva de la innata esperanza del

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308 •.•~. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA El predicadory la motivación 309

cielo. Abraham buscaba una ciudad que tuviera fundamentos, "cuyo arqui­tecto y constructor es Dios". Moisés "se sostuvo como viendo al invisible".Todos los demás murieron conforme a la fe "sin recibir lo prometido, sinomirándolo... y creyéndolo" (Heb. 11:10,27,13, énfasis de los autores).

Así que se nos exhorta a no mirar "las cosas que se ven" (4:18). Coneste "mirar hacia arriba", las aflicciones, en última instancia, pasarán; lanoche de angustia terminará; y la victoria caracterizará nuestro ministerioa su tiempo, y ciertamente en la eternidad.

La esperanza de gloria no solo proporcionó al apóstol esta perspectivacelestial sobre su ministerio, también lo ayudó a determinar sus objetivos.

El objetivo correcto para el ministerio"Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se

deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eter­na, en los cielos" (5:1). El objetivo de Pablo para el ministerio fue deter­minado por dos aspectos de la esperanza motivadora.

La comprensión de una vida glorificada. "Y por esto también gemimos,deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así sere­mos hallados vestidos, y no desnudos" (5:2-3). Ningún pasaje de 2 Corintiosha provocado tanta discusión y división como este. Como resultado, ladiversidad de interpretación erudita es desconcertante, por no decir otracosa. Para nuestro propósito, sin embargo, afirmamos la posición balanceadade R.V.G. Tasker, quien escribe: ''Aquí Pablo está subrayando su certeza deque a él le espera un refugio celestial inmediatamente después de la muer­te... aclarando que esa certeza de ninguna manera se veía disminuida por elpensamiento de que su partida para estar con Cristo pudiera preceder alregreso del Señor en gloria y a su propia opinión sobre el cuerpo de resu­rrección".' Pablo sabía que, o bien en el rapto o bien en la resurrección, élsería transformado a la semejanza de su Señor. Él nos habla de esto en sucarta a los Filipenses (3:20-21). Pero el apóstol era también consciente deque la vida y el servicio aquí en la tierra pueden determinar la medida en laque reflejaremos la gloria resplandeciente de nuestro Señor en el día veni­dero. El hecho solemne es que puede haber "desnudez" como consecuenciade una infidelidad en la tierra. G. Campbell Margan, comentando esos ver­sículos (5:2-3), da esta escrutadora interpretación: "Es posible entrar en elestado celestial sin acumular resultados de nuestro testimonio terrenal,,podemos ser hallados desnudos" (énfasis de los autores).'

Es reconfortante saber, sin embargo, que la comprensión de la vidaglorificada puede empezar ahora, por medio del trabajo liberador delEspíritu Santo en nuestro ministerio y a través de este. El apóstol afirma:"Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí haylibertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en unespejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en lamisma imagen, como por el Espíritu del Señor" (2 Coro 3:17-18). Al mirardiariamente el rostro de nuestro Señor, reflejado en las Sagradas Escrituraspor el poder del Espíritu Santo, somos transformados a su imagen, de ungrado de gloria a otro. Este cambio debe ser evidente en nuestras vidascomo predicadores. Si esa transformación no tiene lugar, entonces no esta­mos logrando el objetivo verdadero del ministerio: "¿Pueden otros ver a

J ' -,»esus en nosotros: .La satisfacción de un Señor glorificado. "Por tanto procuramos también,

o ausentes o presentes, serle agradables" (5:9). Solo una vida que se vivecon este objetivo puede garantizar sin reparo el gozo de llegar a estar ple­namente "en el hogar" con el Señor después de dejar nuestra morada terre­naL Ese estar "en el hogar" con el Señor se ilustra notablemente con laspalabras de John Wesley cuando se le preguntó: "Suponiendo que ustedsupiera que va a morir mañana a las doce de la noche, ¿como pasaría ustedel tiempo intermedio?". "¡Vaya! Tal como pienso pasarlo ahora. Predicaríaesta noche en Gloucester y otra vez mañana a las 5 de la mañana. Despuésviajaría a Shatesbury, predicaría por la tarde y me reuniría con las socieda­des al anochecer. Luego me retiraría a la casa de Martín, conversaría y ora­ría con la familia, como de costumbre me retiraría a mi cuarto a las diez,me encomendaría yo mismo a mi Padre celestial, me acostaría para des­

cansar y me despertaría en la gloria".7¡Eso mismo exige la motivación de la esperanza en nuestro ministerial

Pero para que no nos desanimemos, Pablo nos recuerda que el secreto paracumplir esta innata esperanza del cielo es la,obra de Dios en nuestros co~a­

zones por la presencia del Espíritu Santo. El afirma: "Mas el que nos hIZOpara esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu" (5:5).La presencia del Espíritu Santo no es solamente la fuente de nuestrainquebrantable confianza, sino también de nuestro constante coraje alafrontar nuestros compromisos ahora, o la muerte si es que Jesús nos llama

al cielo.

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310 •.~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

LA MOTIVACIÓN DEL TEMOR

"Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres"(5:11). En inglés la Versión Revisada traduce estas palabras como sigue: "Portanto conociendo el temor del Señor" (traducción libre, RSV). Más cerca delblanco está la traducción de Conybeare y Howson: "Por tanto, conociendoel juicio aterrador del Señor". Con bastante claridad, lo que Pablo enfoca

aquí es la vida y el servicio del creyente tal como se ve a la luz del tribunalde Cristo. Tal posibilidad debiera llenar a todo predicador (y además, a todocreyente) de un saludable y santo temor. Hay dos razones para esto.

Nuestra responsabilidad diaria ante Dios"Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribu­

nal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientrasestaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo" (5:10). El propósito de este exa­men de la vida y del servicio es para que cada uno de nosotros tenga quedar cuenta "según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo" sobreesta tierra. Si nuestras motivaciones y nuestro ministerio son juzgados

como "buenos", habrá recompensas; por otra parte, si las motivaciones y elministerio son juzgados como "malos", se perderá la recompensa.

El apóstol es aún más explícito en su primera carta a los Corintios:Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito

arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mirecómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que elque está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento algunoedificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra decada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuegoserá revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si per­maneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si laobra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo,aunque así como por fuego (1 Coro 3:10-15).

Si nuestros ministerios han sido dominados por el poder del EspírituS.anto, el resultado será "oro, plata, [y] piedras preciosas" en el día del jui­ClO; por otra parte, si han sido dominados por la energía de la carne, nues­tra obra representará "madera, heno, [y] hojarasca". Una verdad que da quépensar y, sin embargo, una motivación poderosa para no vivir según lacarne, [sino según el Espíritu!

El predicadory la motivación ~. 311

Nuestra responsabilidad diaria ante los hombresEl apóstol dice: "Conociendo... el temor del Señor persuadimos a los

hombres" (5:11). Su conocimiento del día temible del juicio no solamente pre­venía que no flaquease en su trabajo, sino que además le proporcionaba lamotivación para persuadir a los hombres a creer en el evangelio. Para Pablo,"la abierta declaración y defensa de 'la verdad del evangelio' [incluía] tanto [la]exposición de las Escrituras acerca de Jesús y del reino de Dios (Hech. 17:2­4; 18:4;19:8;28:23) como la discusión en cuanto a las implicaciones prácticasdel evangelio (Gál. 2:14)".8 Su sentido de responsabilidad fue expresado contal autoridad, y ejercitado con tal entusiasmo que los corintios, en su ceguera,concluyeron que él estaba loco. Así que Pablo dice: "Si estamos locos, es paraDios, y si somos cuerdos, es para vosotros" (5:13). No podemos eximirnos denuestras solemnes responsabilidades, a la luz de la eternidad, y no ser critica­dos de "emoción excesiva" o "pura locura" (Murray J. Harris). Burlas comoestas fueron dirigidas hacia nuestro Señor (Mar. 3:21;Juan 10:20)y han sidoapuntadas a siervos fieles del evangelio a 10 largo de los siglos.

El famoso predicador británico, Rowland Hill, al dirigirse a la gente deWootton durante uno de sus pastorados, exclamó: "Por ser serio en mi pre­dicación los hombres me llaman entusiasta, fanático. Cuando por primeravez vine a esta parte del país andaba allá lejos en la montaña y vi aproximar­se un alud que sepultó vivos a tres seres humanos. Levanté mi voz con tantafuerza pidiendo ayuda, que fui oído en el pueblo de abajo a una distanciacomo de una milla. La ayuda llegó, y dos de los afectados fueron rescatados.Ninguno me llamó entusiasta aquel día; sin embargo, cuando veo que la des­trucción eterna está lista para caer sobre los pobres pecadores, y los llamopara que escapen, los hombres se atreven a llamarme entusiasta y fanático.¡Cuán poco saben del gran temor de mi responsabilidad hacia los hombres!".

Es bueno recordar lo que Dios dijo por el profeta Ezequiel: "Si no

hablares para que se guarde de su camino... su sangre yo la demandaré de

tu mano" (Ezeq. 33:8).

LA MOTIVACIÓN DEL AMOR

"Porque el amor de Cristo nos constriñe" (5:14). De los tres aspectosde nuestra motivación en el servicio cristiano, el más grande es el amor.Pablo 10 llama el constreñido amor de Cristo. La palabra constreñires la más

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312 ..•.~•. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSlTIVA

interesante. Aparece 12 veces en el Nuevo Testamento, y de ese númeroLucas emplea nueve. Pablo la usa aquí para indicar la doble manera en queel amor de Cristo debiera motivar nuestro ministerio.

El amor de Cristo nos compele"El amor de Cristo nos constriñe" (5:14). El concepto de "verseobligado"

es la primera idea que aparece detrás de la palabra. Lucas ilustra esto podero­samente cuando describe cómo Pablo, al llegar a Corinto, "fue constreñidoporel Espíritu, y testificó a los judíos de que Jesús era el Cristo" (Hech. 18:5, énfa­sis de los autores, traducción libre del inglés). En inglés la Versión Revisada(RVS) dice que "Pablo fue constreñido por la palabra, testificando a losjudíos que Jesús era el Cristo". Pablo estaba tan motivado que se vio obligadoa testificar a los judíos que Jesús era el Cristo por la pura presión de la Palabraen su espíritu. Al ver aquella gran metrópolis pagana y a hombres y mujeres,por quienes Cristo murió, tan golpeados por el pecado y atados por Satanás,"[le fue] impuesta necesidad [para predicar] el evangelio"(1 Coro 9:16).

Del mismo modo, debemos ser constreñidos por el amor de Cristo. Sinuestra lectura de la Escritura, iluminada y aplicada por el Espíritu, nolibera el amor de Cristo que constriñe en nosotros y a través de nosotros,entonces nuestros corazones no están bien con Dios, iY nuestro servicio noconstituye nada más que cenizas sobre un oxidado altar! Porque no es nues­

tro amor a Cristo lo que se considera aquí, sino el amor de Cristo obrando en

nosotros: dominando, conduciendo y constriñéndonos. Es el amor de Diosque "ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo quenos fue dado" (Rom. 5:5). Tal amor que nos constriñe nunca flaquea,nunca titubea, nunca falla. Es "el poder expulsivo de un nuevo afecto".

El amor de Cristo nos confina"Porque el amor de Cristo nos constriñe" (5:14). "Ser confinado" es la

segunda idea implícita en nuestra palabra. Cuando el Señor Jesús reveló sudeterminado propósito de cumplir la obra que su Padre le había encomenda­do, dijo:"De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hastaque se cumpla!" (Luc. 12:50). ¡Angustia! Tal es nuestra palabra. Denota estarconfinado dentro de los límites de cierto curso de acción. Es una angustia quenunca nos permite desviarnos de un determinado propósito.

Es así como el amor de Dios motivaba y activaba la vida del SeñorJesús; y es así como el amor de Cristo tiene que motivar y activar nuestra

Elpredicadory la motivación .~ 313

vida. Para Él significó el camino de la cruz, hasta la muerte, para ser resuci­tado a la gloria de Dios el Padre, y así cumplir el propósito redentor de loscielos. Para nosotros también debe significar el camino de la cruz hasta lamuerte, para que en verdad muramos al pecado y vivamos solo para Dios.

Pablo declara que la única interpretación razonable del amor deCristo, tal como se ve en el Calvario, es que cuando Él murió en elCalvario nosotros también morimos con Él al pecado, una vez por todas;y que cuando Él resucitó de los muertos, nosotros también resucitamospara vivir únicamente para ÉL Este es el camino para el cual el amor deCristo nos confina (5:14-15).

¡Qyé impacto debiera causar tal motivación de amor en nuestro minis­terio diario! Nos debería constreñir a no hacer otra cosa más que trabajarpara Dios, y confinarnos a no hacer otra cosa sino la voluntad de Dios. Paraser guiados por esta motivación necesitamos una nueva visión delCalvario, un entendimiento más profundo de la cruz, y un santo bautismo

de amor redentor.Después de que Henry Martyn hubiera completado una brillante edu­

cación como estudiante, el Señor lo llamó para servir en el extranjero.''Aunque para él se abrieron varias vocaciones atractivas y lucrativas, dijo:'Aquí estoy, Señor: envíame a los confines de la tierra. ¡Envíame aún a lamuerte misma con tal de estar en tu servicio y en tu reino!' Cuando se ena­moró profundamente de una muchacha llamada Lidia, él le habló de sullamamiento de Dios para vivir y servir en la India. ¿Estaría ella de acuer­do?, preguntaba él, y suplicaba que así fuera. Pero no fue así. Si él se que­daba en Inglaterra, podría tenerla como novia suya; si se iba a la India,sería sin ella. La pregunta llegó a su cerebro como un son de tambor:¿India o Lidia? ¿Lidia o India? Henry Martyn era un hombre contro.l~­

do... constreñido por el amor de Cristo. El dominio fue suyo en una cnsrs

que implicaba una elección cruciaL 'Mi querida Lidia y mi deber me ~la­

man en diferentes maneras, pero Dios no me ha abandonado. He nacidosolo para Dios, y Cristo está más cerca de mí que mi padre, mi madre omi hermana.' Así que se fue para la India a 'quemarse para Dios'"."

Esta, pues, es la triple motivación para nuestro ministerio: la esperan­za de gloria, el temor del juicio, el amor de Cristo. Solo nos queda pregun­tarnos si es o no es real esta motivación en la experiencia personal.

'Conocemos algo de la fuerza de lo invisible, "los poderes del siglo veni­<:. " ~ S'dero" (Heb. 6:5) y de la presión del amor eterno sobre nuestro espíritu: I

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314 ..~. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

nuestra respuesta es negativa, pidámosle a Dios que motive nuestra vida ynuestro servicio con la esperanza de gloria, el temor del juicio y el amor deCristo. Pronto (tal vez más pronto de lo que pensarnos) compareceremosdelante del Berna, el tribunal de Cristo, para dar cuenta de lo que hemoshecho en el cuerpo, sea bueno o sea malo. ¿Qyé nos va a decir nuestroSeñor? ¿Será: "Bien, buen siervo y fiel", o: "Siervo malo y negligente"?Mucho depende de nuestra motivación para el ministerio. Dios da a cadapredicador la gracia para ser activado por la misma esperanza, el mismotemor y el mismo amor que permitió al apóstol exclamar: "¡porque me esimpuesta necesidad!" (1 Coro 9:16).10

"Un gran filósofo dijo: 'He pasado mi vida laboriosamente sin hacernada'. Un gran emperador dijo: 'Lo he probado todo y de nada ha servi­do'. Goethe, el gran poeta alemán, dijo: 'Mi vida ha sido corno rodar cons­tantemente una piedra cuesta arriba, la cual constantemente se ha venidobaio'"."a aJo.

Pero Pablo, el predicador, al final de su vida pudo decir: "He peleado labuena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me estáguardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aqueldía; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Tim.4:7-8).

Por tanto, amigo predicador, nuestra palabra final para usted es:Predica "toda" la Palabra, oh hombre de Dios,Cueste 10 que cueste, no te doblegues;Anda por el camino del Maestro en pos,Luego, con "fe pura", ¡espera el galardón!

-Stephen F. 01ford

CONCLUSIÓN

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos

y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra;

que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con

toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán

la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán

maestros conforme a suspropias concupiscencias, y apartarán de la

verdad el oído y se volverán a lasfábulas. Pero tú sé sobrio en todo,

soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

2 TIMOTEO 4:1-5

Al concluir estas lecciones y extensas conferencias sobre el andar, el tra­bajo y la palabra del predicador "bajo el mandato de Dios", son apro­piados algunos pensamientos finales de explicación y exhortación.

En primer lugar, nuestra explicación. Corno afirmarnos en nuestraintroducción, los capítulos de este libro no contienen nada nuevo, pero síofrecen "frescas perspectivas" que hemos derivado de la intensa enseñanzay entrenamiento en el Centro Stephen Olford para Predicación Bíblica.Debemos agregar que este material está también respaldado por más de 70años de combinado ministerio pastoral y en el púlpito, ambos en los

Estados Unidos y en el extranjero.Nuestra "enseñanza conjunta" ha sido diseñada para complementarse y

suplementarse para asegurar una cobertura completa de los temas enseña­dos. Esto explica la presencia y el propósito de la repetición y ampliación en

algunos capítulos relacionados.¡La tarea más difícil ha sido eliminar tanto que hubiese sido provechoso

para jóvenes predicadores y aun para los mayores! Pero, por la naturalezamisma de las cosas, tenía que haber un límite.

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316 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Conclusión 317

Nuestras oraciones a lo largo de todo el proyecto escrito quedan mejorexpresadas por un "predicador en prisión", el gran apóstol, cuya única pre­ocupación era que a él se le diera esa expresión; que él pudiera abrir suboca con denuedo para dar a conocer el misterio del evangelio por el cualél era embajador en cadenas; que él pudiera hablar valientemente, comodebía hablar (Ef. 6:19-20). ¡Esa petición apostólica hecha hace tantotiempo pone de relieve qué es la predicación!

En segundo lugar, nuestra exhortación. La exhortación final para cual­quier predicador está condensada en las palabras citadas arriba (vv, 1-5).La urgencia imperativa de esta divina exhortación debe ser el desafío finalpara cada predicador que lea este libro. Por eso a todos los asistentes delCentro Stephen Olford para Predicación Bíblica se les entrega un ejem­plar de Predicando la PalabradeDios,' El siguiente extracto resume la esen­cia de nuestro punto de vista sobre este tema.

PREDIQUE LA PALABRA CONCIENZUDAMENTE

"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a losvivos y a los muertos en su manifestación yen su reino, ¡que prediques lapalabra! (vv, 1-2). La palabra griega traducida "te encarezco", más correcta­mente se expresa: "Solemnemente te encarezco". Pablo emplea este lenguajepara mostrarle a Timoteo la seriedad del llamamiento de un predicador. Éldirige la atención del joven hacia Dios y el Señor Jesucristo, en cuya presen­cia se da y se recibe el encargo. Le recuerda que él ha de predicar la Palabraa conciencia por razón de la responsabilidad eterna delpredicador. "Te enca­rezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a losmuertos en su manifestación .. .". Por supuesto, la manifestación se refiere a lasegunda venida del Señor cuando, todo creyente tendrá que dar cuenta de símismo delante del tribunal de Cristo (2 Coro 5:10). Nada estará escondidodelante del resplandor glorioso de la presencia del Salvador en ese día. Pablodice: "la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, puespor el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la proba­rá. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompen­sa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo serásalvo, aunque así como por fuego" (1 Coro 3:13-15).

Cuando un siervo de Dios predica, no puede dejarse influenciar porla reacción de la congregación, o por la oposición de sus críticos: él es

responsable solo ante el Señor, ante quien permanecerá o caerá en ese díavenidero. Nadie puede predicar considerando valores eternos y ser algomenos que concienzudo.

Pablo lleva este pensamiento aún más lejos cuando amonesta a su hijoen la fe a que recuerde la responsabilidad eterna delpredicador. "Te encarez­co delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a losmuertos en su manifestación y en su reino". Al reflexionar sobre la frase ysu reino, el eminente erudito Charles john Ellicott escribió: "Timoteo fuejuramentado [encargado] por la 'manifestación' de Cristo, cuando tuvieraque comparecer delante de Él y ser juzgado; también fue juramentado por'su reino', cuyo glorioso estado Timoteo esperaba compartir, porque ¿nofue prometido que los suyos reinarían con él?".

Pablo ya ha recordado a Timoteo que "si sufrimos, también reinaremoscon él; si le negáremos, él también nos negará" (2 Tim. 2:12). En ese reinovenidero, a los fieles siervos del Maestro se les dará lugares de responsabi­lidad duradera. Esas posiciones estarán determinadas por la manera enque ellos hayan servido al Señor aquí sobre la tierra. El Dr. DonaldGuthrie señala que "hay muchos pasajes en los cuales Pablo expone su ideade recompensas para los creyentes,"y que todo este concepto de la responsa­bilidad eterna "deja lugar para grados de recompensas" (Rom. 14:12; 1 Coro3:8; 2 Coro 4:17; Gál. 6:7; Col. 1:5; 2 Tim. 4:8).

¿Cómo puede algún predicador de la Palabra contemplar tales hechossolemnes y ser menos que concienzudo y transparente en su explicación ysu responsabilidad como predicador?

PREDIQUE LA PALABRA CONTINUAMENTE

"Qué prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo" (v,2). Aunque existen algunas diferencias de opinión entre los comentaristassobre el significado de esta cláusula, la idea general está clara. Pablo diceliteralmente: "Manténgase alerta, esté siempre listo". La fuerza de laexhortación no solo ha de encontrarse en el verbo mismo, sino por suunión con la palabra tiempo. Esencialmente, él está diciendo: "Dedíquesea su trabajo, atiéndalo siempre ... no deje que nada le detenga; esté siemprelisto, siempre cerca". Crisóstomo, en uno de sus escritos, divide la exhorta­ción en dos imperativos: aprovechar las oportunidades y crear las oportu­

nidades para predicar la Palabra.

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318·••'% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

Si vamos a predicar continuamente la Palabra, debemos aprovechar lasoportunidades para predicar la Palabra: "Qpe prediques la palabra; que ins­tes a tiempo". Toda oportunidad que se planea o programa para el ministe­rio de la Palabra debe ser cumplido para lograr el mejor aprovechamiento.Nuestra vida religiosa altamente organizada permite puertas muy abiertaspara un testimonio efectivo. No solo contamos con los servicios regulares dela iglesia, sino con muchas otras oportunidades programadas a través de loscanales normales de la obra cristiana. Por tanto, dentro de los límites sensa­tos de tiempo y esfuerzo, debemos predicar la Palabra a tiempo.

Para ir un paso más adelante, debemos crear las oportunidades parapredicar la Palabra: "Qpe prediques la palabra... fuera de tiempo". Con fre­cuencia esta declaración se cita incorrectamente al introducir la frase fuera

de tiempo con la conjunción y. Pero tal palabra no existe en nuestro texto.La lectura es: "Qpe instes a tiempo, fuera de tiempo".* A tiempo sugiere lasoportunidades tradicionales y concertadas en el programa normal de laiglesia. Un predicador puede estar tan amoldado a ello y obligado por lagran cantidad de actividades eclesiásticas, que puede perder su inspiracióny su visión, su sentido de libertad y su unción. El ministro debe guardarsea sí mismo de eso; no solo debe aprovechar las oportunidades que se ledan, sino también crear las oportunidades.

Al exhortar a Timoteo en tal forma, el apóstol practicaba lo que él pre­dicaba. Solo tenemos que estudiar sus viajes misioneros, tal como se regis­tran en los Hechos de los Apóstoles, para ver cómo Pablo aprovechó lasoportunidades para predicar la Palabra y cómo elaboró oportunidades enciudad tras ciudad (ej.: Hech. 16:16-34; 19:9). De igual manera, esto fueasí con nuestro Señor. Él no solo aprovechaba las oportunidades para pre­dicar la verdad en los centros reconocidos de la vida religiosa en el día dereposo, sino que también elaboraba las oportunidades para comunicar elmensaje de vida. Él transformó una ladera de una montaña en una confe­rencia bíblica; una barca de pescar en una plataforma evangelística; las cer­canías de un pozo en un cuarto de consejería, y las sombras de la noche enuna oportunidad para guiar a Nicodemo a la experiencia del nuevo naci­miento. Él continuamente predicaba la Palabra, y así debemos hacerlonosotros. Antes de continuar, debemos recalcar que la continua predica­ción de la Palabra nunca debe ser influenciada por tiempos cambiantes o

• N. del T. Esta sutil distinción se pierde en el texto en español.

Conclusión ...~. 319

tendencias enfrentadas. El apóstol amonesta que vendría un tiempo "cuan­do no sufrirán [incluyendo a los miembros de la iglesia] la sana doctrina"(2 Tim. 4:2). Los predicadores que digan que aquello que los que "tienencomezón de oír" quieren escuchar serán más populares que el expositor dela Palabra de Dios. Aún más desalentador es que después de años de fielpredicación, la gente "se apartará de la verdad" prefiriendo "mitos" ¡másque la sana doctrina! (vv, 3,4). Pero venga lo que venga, nosotros debemosobedecer el mandato eterno: "que prediques la palabra" (v, 2).

PREDIQUE LA PALABRA COMPRENSIBLEMENTE

"Que prediques la palabra... redarguye, reprende, exhorta con todapaciencia y doctrina". Un examen de estas palabras hace evidente quePablo aquí está cubriendo todo el campo de la responsabilidad del predi­cador. Siempre que él declare la verdad de Dios, debe asegurarse de que supredicación contenga tres ingredientes esenciales.

En primer lugar, tiene que existir la palabra que produzca convicción.

"Que prediques la palabra...redarguye". La palabra redargüir, es decir queproduce convicción, en el original griego es la misma que fue emplea~a

por nuestro Salvador cuando habló del ministerio del Espíritu Santo. Elanunció que "cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justi­cia, y de juicio" (Juan 16:8). El pecado debe hacerse entender en la con­ciencia del santo, como también en la del pecador, para que se arrepienta.

Cuando Jonathan Edwards predicó su sermón la congregación fue pro­fundamente conmovida cuando dijo: "Los pecadores en las manos de unDios airado", él mantuvo levantado su manuscrito tan cerca de sus ojos, queellos no podían ver su rostro. Él continuaba y seguía hasta que la gente dela abarrotada iglesia fue conmovida casi sin control. Un hombre saltó,corrió por el pasillo, y gritó: "¡Señor Edwards, tenga compasión!". Otros seagarraban de los respaldos de los bancos por temor a resbalarse hasta elinfierno. La mayoría pensaba que el día del juicio había llegado para ellos.El poder de aquel sermón aún se siente en los Estados Unidos. Sin embar­go, muy pocos cristianos conocen el secreto del poder de ese sermón.Algunos creyentes en aquella zona de Enfield, Massachusetts, habían lle­gado a alarmarse porque mientras Dios estaba bendiciendo otros lugares,por enojo los estaba olvidando a ellos. Y así, la tarde antes del sermón, sehabían reunido y habían pasado toda la noche en angustiosa oración. Lo

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320% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Conclusión 321

demás es historia. ¿Acaso es sorprendente que la convicción de pecado,seguida por el arrepentimiento yel avivamiento, arrollara Nueva Inglaterra?

En segundo lugar, tiene que existir la palabra correctiva. "Qpe predi­ques la palabra... reprende" (v, 2). Esta es una palabra más cortante que laprecedente. Fue usada por el arcángel Miguel cuando se dirigió al diabloy le dijo: "El Señor te reprenda" (Jud. v. 9). El término aparece frecuente­mente en los Evangelios, donde leemos del Señor Jesús reprendiendo a losvientos y a las olas, a los demonios y a la fiebre (vea Mat. 8:26; 17:18; Luc.4:39). Este es el aspecto de la predicación que reprende al pecador (o alsanto) y busca corregir sus caminos. Cuando es necesario, el predicadordebe reprender o censurar a los reincidentes o a la gente impenitente de sucongregación. G. Campbell Margan acostumbraba decir que la tarea delministro era "nunca adaptarse, sino... corregir el espíritu de la época". Enla predicación, como también en nuestro testimonio personal, los siervosde Dios tienen que ser la sal de la tierra y la luz del mundo.

Cada semana se presenta la oportunidad de abordar asuntos en 10moral, 10 social, 10 político y 10 ecológico que llegan a los titulares nacio­nales e internacionales. Pero, como veremos en un momento, sobre esostemas candentes debemos derivar la autoridadfinal a la Biblia. Si la Palabrade Dios no tiene nada que decir sobre esos asuntos, entonces nuestra pre­dicación no es mejor que cualquier otra voz fuera del púlpito. Por otraparte, si creemos que la Biblia es la revelación de Dios para el hombre entodos los asuntos de fe y de práctica, entonces también tenemos que creerque esta misma Biblia se relaciona con todas las culturas, con todos lospaíses y con todos los siglos.

En tercer lugar, debe existir la palabra constructiva. "Que prediques lapalabra... exhorta, con toda paciencia y doctrina' (v, 2). Al llevar a sus oyen­tes al lugar de la corrección, el siervo de Dios debe edificarlos. La palabraexhortar trasmite el pensamiento de ánimo, edificación e instrucción.Aunque un ministerio constructivo se ejerza con toda dulzura y paciencia,siempre debe estar presente el contenido sólido de la verdad bíblica.

La predicación expositiva tiene contenido, poder, sustancia y autoridad en la

predicación. Cuando el expositor trata con una explicación de la Escrituraenfocando la atención del oyente en la Biblia, él sube su silla donde estánsentados los autores inspirados. Él se da cuenta de que la autoridad que hay

detrás de la predicación reside, no en elpredicador, sino en el texto bíblico. Al serconsciente y conocer su propia insuficiencia y debilidad, descubre el poder

de Dios en la Palabra que predica, la cual "es viva y eficaz, y más cortanteque toda espada de dos filos" (Heb, 4:12).

Por tanto, ¡cuán importante es que todos los que ministran la verdadde Dios prediquen exhaustivamente la Palabra!

PREDIQUE LA PALABRA VALIENTEMENTE

"Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evange­lista, cumple tu ministerio" (v, 5). El apóstol no nos deja duda en cuanto a10 que quiere decir con predicación valiente. Con un lenguaje bien escogi­do, deja claro que todo verdadero predicador de la Palabra debe ser realis­

ta: "Sé sobrio en todo" (v, 5). Aquí Pablo está diciendo: "Mantenga su fres­cura y aplomo para no ser atrapado en olvidos o en falta de cuidados. Estésiempre alerta y listo; sea vigilante". El apóstol está recapitulando lasadvertencias y las indicaciones que ya ha dado desde 2:14 en adelante. Élestá preocupado porque Timoteo no se enrede con argumentos sin senti­do o en sutiles seducciones, sino que se limite a la sencilla palabra de laverdad y recorra constantemente los antiguos caminos en los cuales elapóstol anduvo. Esto demandaba un valor realista en los tiempos deTimoteo, y exige igual valor en nuestros tiempos.

El siervo de Dios debe ser altruista: "Soporta las aflicciones". Elcontexto sugiere que las aflicciones que Timoteo iba a afrontar seríanresultado de la valiente predicación. Lo que le sucedería a Timoteo esbásicamente típico del siervo de Dios en la actualidad. Sin embargo, yaque" ... nada podemos contra la verdad, sino por la verdad" (2 Coro 13:8),una persona altruista es alguien a quien nada le interesa salvo 10 que seaabsoluto. Él no se preocupa por su reputación o su preservación mientrasque viva y predique la verdad eterna de Dios.

El predicador valiente debe ser evangelístico: "Haz obra de evangelis­ta" (v. 5). A. T. Robertson sugiere que aquí la palabra evangelista significael evangelizar o el mensajero de las buena nuevas. Como evangelista, el pre­dicador tiene una doble responsabilidad: la proclamación y la invitación.Como acertadamente 10 expresa John R. W. Stott: "Nunca debemos hacerun llamamiento sin antes hacer la proclamación. Se ha hecho mucho dañoa las almas de los hombres, y se ha causado gran deshonra al nombre deCristo, por descuidar esta simple regla... Fundamentalmente, el evangeliono es una invitación a algo. Es una declaración de 10 que Dios ha hecho

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en Cristo sobre la cruz para nuestra salvación. La invitación no puedehacerse adecuadamente sin antes haber hecho la declaración. Antes depedir a los hombres que respondan a la verdad, ellos deben comprenderla.[Por otra parte] nunca debemos hacer la proclamación sin un llamamien­to... No es suficiente con enseñar el evangelio; debemos instar a los hom­bres a recibirlo".

El siervo de Dios debe ser optimista: "cumple tu ministerio" (v, 5) o"sigue el camino hasta el ministerio cumplido". Llegará el momento enque el ministro se preguntará: "¿Puedo ir aún más adelante? ¡Esto esmucho para mí!". Pero él debe recordar que Dios está en el trono. Sus pro­pósitos nunca serán frustrados. Por tanto, el predicador de la Palabranunca debe ser un derrotista. Por el contrario, debe seguir en el triunfan­te tren del Príncipe de los predicadores quién determinó hacer la voluntadde su Padre hasta que pudo exclamar: "consumado es" (Juan 19:30).

Más tarde exclamó el gran apóstol en un tono similar: "He peleado labuena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por 10 demás, meestá guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, enaquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida"(2 Tim. 4:7-8, énfasis de los autores).

¿Qyé significa eso para usted como predicador del evangelio? En tér­minos poéticos, digámoslo de esta forma:

Concluye el camino, oh hombre de Dios,La senda del Maestro prosigue en pos.Pelea la buena batalla, en el nombre de Jesús,Predica la santa Palabra con fulgurante luz.Luego, con buena fe y amor paciente,¡Espera de 10 alto tu "corona" reluciente!

-Stephen F. Olford

APÉNDICE A

EL PREDICADOR Y LA~

ADORACION

JosePh M. Stowell, ex presidente del Instituto Bíblico Moody, recuerdaque un amigo le dijo que él estaba asistiendo a una nueva iglesia. "Losservicios eran particularmente valiosos y satisfactorios porque consistían

casi completamente en adoración" (énfasis de los autores). "¿No predica elpastor?", preguntó Stowell. La respuesta fue reveladora. El amigo replicó:"Hay un mensaje de diez minutos, y es de ayuda, pero el verdadero enfo­que del servicio es la adoración".' Esta no es una práctica aislada, ni muchomenos. En muchas iglesias en los Estados Unidos, en el Reino Unido y enmuchas otras partes del mundo, esa es la "norma".

A nuestro juicio, este modo de pensar no solamente pone en eviden­cia una debilidad fundamental en la iglesia local, sino también un enten­dimiento erróneo de la naturaleza de la adoración tal como se enseña en

la Palabra de Dios.

LA NATURALEZA DE LA ADORACIÓN

Como predicadores, necesitamos pensar sobre este asunto de la natu­raleza de la adoración con mucho cuidado y oración. A fin de cuentas, ado­ración es el corazón mismo de nuestra vida, nuestra predicación y nuestro

ministerio.

La adoración la demanda Dios''Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás" (Mat. 4:10; ver tam­

bién Deut. 6:13; 10:20). La adoración es obligatoria, no es opcional.

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Nuestro Señor respaldó este imperativo con toda la fuerza de la autoridaddivina. Para cualquiera de nosotros, buscar la adoración sería atrevimientodel más alto orden, pero cuando el Padre busca adoradores (Juan 4:23), Élsolo está exigiendo lo que le pertenece. Además, si esperamos unirnos a lahueste celestial de ángeles adoradores, ¡debiéramos estar practicándolo aquí!

La adoración la dirige Dios"Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es nece­

sario que adoren" (Juan 4:24). "La esencia de la verdadera adoración debeser en los términos de Dios y de acuerdo con su naturaleza".' El punto queaquí estamos enfatizando es que la adoración no esadoración cuandosesepa­ra de la Palabra de Dios y del Espíritu de Dios. No podemos sustituir la pre­dicación por la adoración o viceversa.

La adoración la dedica Dios"Nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y

nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne" (Fil. 3:3).Esta declaración nos da una comprensión poco común de la valoración deDios de la verdadera adoración. Aunque "la adoración de Dios" no se defi­ne en ninguna parte en la Escritura (W. E. Vine)", no obstante se describecomo "la más trascendental, la más urgente y la más gloriosa acción quepueda tener lugar en la vida humana".' En tres cláusulas descriptivas Pabloeleva "la adoración" a un nivel "de otro mundo". La adoración es controladapor elEspíritu: "Nosotros... en espíritu servimos a Dios" (Fil. 3:3). No somosobligados o entorpecidos por tradiciones humanas, ritos externos o cambiosculturales. La adoración está centrada en Cristo: nosotros adoramos y nos"gloriamos en Cristo Jesús" (Fil. 3:3). Nuestra santa satisfacción viene delreconocimiento de que nuestra ayuda y nuestra esperanza están fundadassolo en Cristo. Libres de las demandas de la ley, nos regocijamos en la gra­cia liberadora de Cristo. La adoración está concebida en Dios: nosotros ado­ramos sin tener "confianza en la carne" (Fil. 3:3). "Carne" (sarx) se refiere alo que el hombre es fuera de Cristo. El verdadero creyente en Cristo no tienemotivos en absoluto para jactancia u orgullo humanos. Toda verdadera ado­ración es concebida y recibidapor Dios. ¡El hombre fue creado para rendir ado­ración, mientras Dios existe eternamente para recibirla!

Con estas observaciones preliminares ahora subrayamos 10 que quere­mos decir por "el predicador y la adoración". ¡La predicación no es esfuerzo

de uno solo! Es parte de la adoración; es el corazón mismo de la adora­ción. Pocos predicadores y escritores 10 han expresado de manera tan claray convincente como Paul S. Rees en el material aquí reproducido de suartículo: "El arte de la predicación como un acto de adoración".'

Ningún sermón, a pesar de su homilética artística, está verdadera­mente completo si se considera exclusivamente como un esfuerzo indi­vidual del predicador. Se debe tomar en cuenta tanto el contexto congre­gacional como el contenido del sermón.

El tema es la adoración. El problema es homilética frente a liturgia.Mientras que algunos grupos protestantes han estado alejados, casi almargen, de este debate, otros han estado fervientemente implicados.¿Reactivaremos la liturgia para realzar la adoración? O como otros pre­ferirían expresarlo: ¿Realzaremos la liturgia para reactivar la adoración?Este no es el lugar para explorar las ramificaciones del debate. Sinembargo, este es el lugar para señalar una falsa antítesis, y para protestarcontra ella. Es cierto que en el protestantismo evangélico, particularmen­te en la variedad de la "iglesia libre", la tendencia ha sido malinterpretary subestimar esas formas de oración y alabanza congregacional que pre­ceden al sermón. En esta perspectiva distorsionada tendemos a ver estosejercicios y estas ofrendas como "preámbulos". La palabra podría serofensiva para nosotros. El abandono de 10 absurdo nunca puede serdemasiado rápido.

Pero ahora amenaza un peligro contrario. Se nos dice que los protes­tantes se han vuelto una variedad de degustación de sermones quienes,ya sea fascinados por una estrella del púlpito o aburridos por una homl­lética de poco valor, desconocen el arte, la belleza, la dignidad, el misti­cismo sacramental de la adoración. En general, los que exaltan el ritualdenigran la predicación. Ya sea sin querer o deliberadamente, por logeneral es verdad que el servicio litúrgico más fuerte es el servicio delsermón de los diez a doce minutos. Además, los numerosos hechos yfacetas de la presente discusión están fuera del campo de nuestro propó­sito. Los extremistas en ambos campos pueden ser imposibles de ense­ñar. Lo que uno deplora es la falacia de imaginarse el sermón como algoaparte de la adoración. Se implica (y ocasionalmente se declara) queDios está actuando en la liturgia, mientras que en la predicación 10 hace

el hombre.Este es un pensamiento peligrosamente opaco, para el cual la

siguiente serie de perspectivas es la respuesta correcta:

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326'% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

LA PREDICACIÓN ES UN EVENTO REDENTOR

La verdadera predicación, dice el Dr. Donald G. Miller en Fuego enTu Boca, "es una extensión de la encarnación dentro del momento con­temporáneo; la transfiguración de la cruz y la resurrección de antiguoshechos de un pasado remoto a las realidades vivientes del presente". Loque tenemos en la auténtica predicación no es una repetición del Calvario(siendo que el mismo es irrepetible) sino una contemporización de él. LasEscrituras habiéndolo registrado formalmente, el Espíritu Santo ahora 10afirma dinámicamente; y si el predicador es el hombre de Dios que debie­ra ser, en él se debe encontrar una voz reinvindicadora del registro y deltestimonio. Esto pone al sermón muy por encima de 10 dicho; es algohecho. Es el Dios salvador, sanador, consolador en acción a través de susiervo para la gente. Separar esto de la experiencia del servicio de adora­ción de la iglesia es una necedad peligrosa [énfasis de los autores].

LA PREDICACIÓN, ADEMÁS, ES REALMENTE UNAFUNCIÓN CONGREGACIONAL

En un ensayo titulado "La predicación como adoración", el fulguran­te teólogo de hace una generación, Peter T. Forsyth, observa que "la ver­dadera predicación presupone una iglesia, y no solamente un público". Alleer esto, mi propia mente retrocedió al sermón de Pedro en el día dePentecostés. El relato empieza con la declaración reveladora: "EntoncesPedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo...(Hech. 2:14). La proclamación del evangelio a un "público" incrédulo sehizo en el contexto de una "iglesia" creyente.

Además, se verá que en la predicación de Pedro aquel día la iglesiaestaba predicando. Un sermón sobre el Nuevo Testamento, lejos de serun desfile de las opiniones de un hombre con título clerical, debería ser,en efecto, el testimonio congregacional de su fe, tanto para su propia edi­ficación como para la persuasión de aquellos que no tengan fe. Es la con­gregación "oyendo su única esperanza", no con "asombro vacío" sino coniluminada adoración, no 'lamentablemente satisfecha con una muestrade cosas' sino insatisfecha con cualquier cosa mediante la cual 10 eternono se muestre.

Decir que tal predicación no tiene la dimensión de adoración es estarbajo una extraña ilusión.

Elpredicadory la adoración"". 327

LA PREDICACIÓN, NO DEBEMOS TITUBEAR ENDECIRLO, TIENE UN CARÁCTER SACRAMENTAL

¡No sacerdotal, sino sacramental! ¡tenga cuidado! Un sermón no esuna comunicación de gracia en la que se garantice su transmisión por lainsignia del oficio del predicador. Por otra parte, el sermón es efectiva­mente una señal visible y audible de la gracia que se da cuando, paratomar el lenguaje de la Epístola a los Hebreos, "la palabra anunciada" se"acompaña con la fe" para aquellos que la oyen (Heb. 4:2). El púlpitodebería verse como una señal de la gracia de Dios puesto entre la comu­nidad de fe divinamente creada: la Iglesia.

Cuando yo era un joven predicador leí algo del arzobispo de Canter­bury, William Temple, que ha permanecido conmigo por todas estas déca­das: "Porque la adoración es la sumisión a Dios de toda nuestra naturaleza.Es el avivamiento de la conciencia por su santidad; el alimento de la mentecon su verdad; la purificación de la imaginación por su belleza; la aperturadel corazón por su amor; la entrega de la voluntad a su propósito; y todoesto reunido en la adoración, la emoción más desinteresada de que es capaznuestra naturaleza, y por tanto, el remedio principal para ese egoísmo quees nuestro pecado original y la fuente de todo pecado presente".

Es cierto que la persona que duda de que la predicación puede contri­buir magníficamente a los fines valiosos tan elocuentemente descritos por elarzobispo Temple, mantiene un punto de vista muy bajo de la predicación.

Una percepción más: La predicación es una oblación. Mi dicciona­rio da como definición de oblación: "algo ofrecido en adoración". ¡Muybien! Un auténtico sermón se califica.

Un sermón auténtico es una ofrenda de oración. ¿La oración del pre­dicador? Sí. Y también de la congregación. Un sermón no pronunciadoen oración es indigno del nombre.

Es una ofrenda del intelecto. Lea a Pablo en 1 Corintios 14 en cuantoa la relación entre profecía e inteligibilidad. Como lacónicamente diceJohnStott: "La mente es importante". La predicación falla demasiado si consis­te únicamente en un compromiso de entretenimiento de las emociones.

Es una ofrenda de la voluntad, primero la del predicador y luego lade la congregación. Si el sermón es acerca del don de la vida eterna, elllamamiento a vivir una vida santa, la práctica de la mayordomía, la vidade oración, o el señorío de Cristo sobre nuestras actitudes ante la raza, eldinero, el sexo y la guerra, eso lleva a los oyentes a algún "valle de deci­sión" en el cual la respuesta sea sí o no, o al menos, un todavía no.

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Una conferencia puede alimentar la mente o despertar el interés delas emociones; un sermón, al hacer ambascosas, de manera muyparticu­lar es un llamado a la acción. Confronta la voluntad.

Un sermón es, según la inolvidable frase de Forsythe: "el Aleluyaorganizado" de la Iglesia, que gozosamente confiesa su fe en el evange­lio, sometiéndoseobedientemente a sus reclamos.

¡Si tal ofrenda no es adoración,desde luego, nada 10 es!

DETERMINE EN ORACIÓN EL ORDEN DE LAADORACIÓN

Con el material precedente de Paul S. Rees como telón de fondo, que­remos ahora ofrecer algunas sugerencias.

Con un balance cotejado entre la forma y la libertad, determine el pro­pósito que usted tiene, como también el procedimiento para el servicio deadoración. No estamos hablando de un esfuerzo evangelístico; el cual setratará en el apéndice C. No es necesario decir que en el curso normal delos acontecimientos, la gente "inconversa" vendrá a un servicio de adora­ción, y si en verdad es un "servicio de adoración", vivo, con la impresionan­te presencia de Dios y su auténtico mensaje, tal "incrédulo", "por todos esconvencido... y... postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarandoque verdaderamente Dios está entre vosotros" (1 Coro 14:24-25).

Pero aquí estamos hablando de un servicio de adoración para aquellos que"adoraránal Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adora­dores busca que le adoren" (Juan 4:23). A continuación siguen algunos detalles.

La contemplación en la adoraciónNuestra palabra clave aquí es preparación. Aunque la preparación

debería ser un modo de vida de un domingo al otro, la noche del sábado(!en particular el domingo por la mañana) debería ser consagrado a estarlistos para encontrarnos con Dios en adoración congregacional. Como A.W. Tozer acostumbraba decir: En la adoración "nuestros espíritus... per­manec~n silenciosos y sin respiración... en la presencia de esa imponenteM~ravllla, ese Misterio, esa inexplicable Majestad, ante quien los profetassaltan caer, y ante quien Pedro y Juan y el resto de ellos cayeron comom~ertos".

6 No podemos ver la adoración en estos términos y no tomar enseno la preparación personal y familiar. Esta fue una "disciplina familiar"en nuestro hogar, iY nos benefició en aquel tiempo y ahora!

La celebración en la adoraciónCon "apacible puntualidad" la adoración debería comenzar con un senti­

do de reverencia y relevancia. Debería incluir un llamamiento a la adoración ,una invocación, un apropiado coral o un número del coro, o un himno bienescogido. Lo que es importante es el intento consciente del pastor o predica­dor por ~traer a toda la congregación a la actitud, la actividady la atmosfera dela adoracion. Esto ha de incluir la alabanza, la oración y la predicación.

La celebración de la alabanza.Todo lo que tiene lugar bajo este encabeza­miento debe ser una secuencia sinfónica y significativa. Ya sea el canto delcoro; el canto del solista, los himnos o los coros congregacionales. Todo debeser para la preparación para el sermón. La importancia del empuje de lasecuencia no puede enfatizarse demasiado. C. S. Lewis acostumbraba decir:"~~orta la artesa y el a~a fluirá!". El impacto y la importancia de la exposi­Clan de la Palabra de DIOS se ocultan o se ayudan por esta faceta del serviciode adoración. Debe darse mucho cuidado al tiempo de este período de ala­banza. Ninguna actividad del servicio de adoración debe, en ninguna mane­ra, entorpecer o restringir la lectura y la predicación de la Palabra de Dios.

La celebración de la oración. La participación de la congregación deberíallevarsehasta este aspecto vital de la adoración. El apóstol Pablo exhorta "antetodo... rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos loshombres" (1 Tim. 2:1, énfasis de los autores). ¿Cuando fue la última vez queusted oyó una oración pastoralgenuina que lo haya levantado hasta el mismoaposento del trono celestial? Aunque se ofrezcan oraciones, la congregacióndebe ser invitada, tomada en cuenta e impactada por medio de la celebraciónde la oración. Algunas veces es buena práctica hacer que quienes tienen nece­sidades o desean derramar sus corazones delante de Dios pasen en silencio alaltar o a alguna sección asignada en la iglesia para orar y alabar. Por supues­to, esto puede también hacerse en las bancas; pero para algunas personas elhecho mismo de pasar al frente es una abierta confesión de su necesidad y supropósito. ¡El pastor debiera preparar sus oraciones así como sus sermones!Lea las oraciones de C. H. Spurgeon, como también las de otros grandeshombres del púlpito. Se sentirá avergonzado (si no culpable) de su propiasuperficialidad, su egocentrismo y sus esporádicas oraciones públicas.

La celebración de la predicación. Este es el corazón de la adoración. Comohemos observado en las palabras del Dr. Rees: "El arte de la predicación estáen el acto de la adoración".Aquí es donde el ungido expositor, por medio delcompromiso encarnado y la participación, llega a ser parte de su congregación.

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Todo el evento redentor debería ser interactivo y de invitación desde el prin­cipio hasta el fin. No carece de significado que la mayor parte de los pronom­bres personales encontrados en las porciones de aplicación en las Epístolasestén en plural y no en singular.No podemos separar la lectura de la Escrituradelapredicación de la Escritura. Así se logra mucho de la lectura pública de laSanta Palabra de Dios. Existe un sentido muy real en el cual la lectura de laEscritura es la parte más importante del servicio de adoración. Por esta razónes muy buena práctica pedir que la gente se ponga de pie para la lectura de laPalabra de Dios (ver Neh. 8). Anime a la participación invitando a que todostraigan su Biblia y lean juntos algunasporciones al unísono. En su predicación,use todas las "artes de la proclamación" para que sus oidores sean participan­tes: las preguntas retóricas, las aplicaciones repetidas, las invitaciones perso­nales, los impulsores del interés, las interacciones humanas, y sobre todo, laungida autoridad de la verdadera predicación bíblica.

La consumación de la adoraciónHay dos aspectos de la consumación de un servicio de adoración que

requieren observación o comentario.La invitación. Todo el propósito de la proclamación es invocar una res­

puesta apropiada de la comunidad que adora. Si eso no ocurre, ¡la congrega­ción no ha adorado! Muy a menudo pensamos acerca de las "invitaciones" entérminos de llamamiento evangelístico solamente, pero eso es un gran error.Como hemos señalado en otra parte/ sin obediencia por parte del cristianoa la verdad transmitida (elsermón), en la iglesia se producirá un raquítico cre­cimiento e inmadurez. ¡El maná esparcido (por el predicador) sin la apropia­ción y la asimilación correspondientes cría gusanos! (Ex. 16:20). El apóstolPablo lo expresa de esta manera: "El conocimiento envanece, pero el amoredifica. Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debesaberlo. Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él" (1 Coro 8:1-3).

El asunto de la invitación y del seguimiento es de vital importancia paratodo predicador o pastor. Debe meditarse a conciencia y con gran cuida­do dentro del contexto de la tradición y la práctica de la iglesia local; perono puede ser ignorado sin tener graves consecuencias.

J. c.Macauley resume la importancia de llamar a la gente a la adoración:Si la adoración es una actividad de la mente, requerirá meditación sobre la

existencia trascendente de Dios: su poder, su gloria, su santidad, su amor y to­dos sus otros atributos. Expresándolo en una frase global: su dignidad infinita.

Si la adoración es una actividad del corazón, implicará emoción, comodan a entender algunos términos hebreos y griegos: tal como yare, el cualtransmite el pensamiento de temor piadoso; o sebomai con su sentido deveneración.

Si la adoración es una actividad de la voluntad, requerirá una comple­ta y deliberada sumisión a la voluntad divina. Nuevamente nos ayudan lostérminos hebreos y griegos: sahah significa bajar la cerviz como señal desumisión; o proskuneo, una palabra que sugiere un beso de mano a quienusted le rinde lealtad.

De todo esto es evidente que la adoración es un movimiento de todo el sera Dios, no algún sentimiento sensual tomado erradamente por bendición,"

¿Qyé es este "movimiento de todo el ser a Dios"? La respuesta a esa pre­gunta está resumida en la palabra de nuestro Nuevo Testamento, sacrificio.La respuesta a la verdad de Dios es adoración sacrificial. W. E. Vine hainvestigado esto por nosotros, así que prestemos atención a su investigación:

1. "El cuerpo del creyente [es] presentado a Dios como un vivo 'sacri­ficio" Rom. 12:1". Esta es la respuesta personal. Podría ser la respuesta ini­cial de alguien recién venido a la fe, pero tiene que ser la firme respuesta detodo cristiano si él o ella quieren experimentar el poder transformador dela Palabra para renovar la mente y así apreciar más profundamente "labuena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Rom. 12:2).

2. ''Ayuda material dada a siervos de Dios, Fil. 4:18". Esta es la res­puesta deposesión. La recepción de las ofrendas sacrificiales del pueblo deDios es un acto de adoración. Nuevamente, la respuesta apropiada a la ver­dad proclamada es sacrificio en generosidad. ¡La ofrenda no es una "aña­didura" insignificante a un servicio religioso!

3. La "alabanza" del pueblo de Dios, Hebreos 13:15. Esta es la alaban­za como respuesta. Esta es una deficiencia seria en nuestros servicios deadoración. Después de una gran predicación bajo la unción del EspírituSanto, ¿por qué no permitir que el pueblo de Dios confiese su fe, su espe­ranza y su amor en una respuesta de adoración? "De la abundancia delcorazón habla la boca" (Mat. 12:34b). Este es un principio universal quenosotros ignoramos en nuestros servicios de adoración. Si el canto tieneque ser abreviado en la etapa más temprana del servicio, ¡Amén! Aun lasinvitaciones para confesar públicamente a Cristo o la invitación para elbautismo y la membresía de la iglesia pueden ser incluidas apropiadamen­te en este tiempo de alabanza como respuesta.

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4. "Y de hacer bien y de la ayuda mutua, Heb. 13:16". Esta es la res­

puesta práctica. Incluida en este aspecto de la respuesta de adoración podría­mos agregar tales referencias como Filipenses 2:17 y 1 Pedro 2:5.9

Todo eso y mucho más está implicado de forma implícita y explícita enel dar una invitación guiada y custodiada por el Espíritu. ¡Eso es adoración!

La bendición. Ya sea que usted emplee la bendición del NuevoTestamento (1 Coro 16:23; 2 Coro 13:14) o la bendición del AntiguoTestamento (Núm. 6:24-26), haga que este acto de adoración sea significa­tivo y memorable. En la versión del Antiguo Testamento estamos invocandola bendición de la seguridad divina: "El SEÑOR... te guarde"; la bendiciónde la suficiencia divina: "El SEÑOR... tenga misericordia"; y la bendición dela serenidad divina: "El SEÑOR... ponga en ti paz". ¡Esto es dinamita! ¡Lagente debe salir con la sensación de que Dios va con ellos y en ellos!

CON MUCHO CUIDADO ELIMINE LASOBSTRUCCIONES A LA ADORACIÓN

Todo pastor o predicador debe estudiar las dinámicas de un servicio deadoración y determinar lo que constituye obstrucciones en potencia o rea­les para la adoración. Este ejercicio debe realizarse regularmente. Las igle­sias difieren en práctica y tradición, así que la generalización estaría fuerade lugar; pero todos sabemos cómo puede arruinarse virtualmente unamañana del domingo porque las precauciones o los preparativos no estu­vieron en su lugar. Entre la "legión" de obstrucciones que podrían mencio­narse, permítanos darle un ejemplo de tres.

IntroduccionesSi esto se refiere a una persona o a un evento en el servicio de adora­

ción, no nos concierne. Las instrucciones prolongadas y floreadas distraeny desvían el propósito y el fluir de la adoración. Lo que es más, desperdi­

cian el valioso tiempo que debe darse a Dios en adoración. La adoraciónno es un "espectáculo deportivo". La plataforma no es un escenario prota­gónico; y lo más importante es que la Palabra del Señor dice: "No se alabeel sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico sealabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar; enentenderme y conocerme, que yo soyJehová, que hago misericordia,juicioy justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová" (Jer. 9:23-24).

No carece de significado que cuando Pablo escribe su afirmación másdeterminante sobre la predicación (1 Coro 2:1-5), cite a Jeremías y decla­re: "El que se gloría, gloríese en el SEÑOR" (1 Coro 1:31).

Indicaciones¡Si usted asiste a la adoración en Escocia, escuchará la palabra indica­

ciones cuando se dan los anuncios! El Dicionario New World de Webster lodefine como "un anuncio, aviso o declaración formal".

En Londres hay una famosa iglesia en que tres minutos y no más, sepermiten para las "indicaciones". Los anuncios deben darse antes del lla­mamiento a la adoración o al final del servicio. Dependiendo de la infor­mación, los anuncios pueden tomar tiempo y ahogar la verdad. ¡Imagíneseleer una larga declaración acerca de una próxima reunión de una iglesiaque tenga que ver con algún asunto emocional! ¡Eso es difícil de desecharde la mente antes de que el hombre de Dios se acerque al "escritorio sagra­do" para exponer las Escrituras! Nuestro propósito aquí no es explicarcómo se maneja tal obstrucción; sino que usted tiene que idear la formacorrecta y efectiva para tratar con el problema de las indicaciones.

InterrupcionesToda iglesia las va a tener; ¿pero cómo pueden ser minimizadas? Es aquí

donde los ujieres, diáconos, ancianos, y aun el personal tienen que ser entre­nados para tales emergencias. En nuestra iglesia en Nueva York,cualquier cosa

podría suceder en cualquier domingo: ¡una persona podría desmayarse o tenerun ataque al corazón; un bebé podría llorar (aunque se prestan cuidados paratodos los infantes); una persona que interrumpe podría desafiar al predicador;¡O alguien que llega tarde podría marchar directo hasta el frente de una iglesiallena y no hallar asiento! Nosotros entrenábamos a nuestros líderes para tratarcada eventualidad, y raramente se interrumpía la adoración. Si seproducía unacrisis, nuestro procedimiento era detenernos, pedir a la gente que se inclinaraen oración, y pedir el control de Dios; durante ese tiempo se atendía la crisis.

Mucho más podría agregarse para recalcar la necesidad de eliminar lasobstrucciones potenciales o reales para la adoración; pero esto tiene que

ser suficiente.En conclusión, recordemos las inspiradas palabras de David: "Dad a

Jehová la honra debida a su nombre; traed ofrenda, y venid delante de Él;postraos delante de Jehová en la hermosura de su santidad" (1 Crón. 16:29).

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APÉNDICE B

EL PREDICADOR Y LAMÚSICA

No podemos. leer la his.toriade la Iglesi~ sin.~bservar la gran influenc~a

que la mÚSica ha temdo en la evangelización del mundo y en la edi­ficación de la Iglesia. Las tribus hostiles y bárbaras que nunca habían

oído del nombre de Jesús fueron convertidas por el canto de los primerospadres cristianos. Los himnos de Martín Lutero hicieron mucho paraencender la Reforma, y así ha sido en todos los esfuerzos evangelísticos entodas las edades de la Iglesia. Pero la música, que es el lenguaje del alma, haencontrado su más grande expresión en elministerio de la adoración y la ense­ñanza de la congregación local. En los tiempos del Antiguo Testamento, laforma de alabanza era más organizada y dramatizada de 10 que hallamos enlos días tempranos de la Iglesia. Entonces, el canto parece haber sido carac­terizado más por la espontaneidad, la simplicidad y la sinceridad.

Sin embargo, aunque decimos esto, encontramos que se nos ha dejadoabundante evidencia de claros principios en el Nuevo Testamento encuanto a sustancia, calidad y misterio de la música en la Iglesia. Exami­nemos estos principios en mayor detalle.

LA SUSTANCIA DE LA MÚSICA EN LA IGLESIA

Al escribir sobre el tema, Pablo exhorta: "No os embriaguéis con vino,en 10 cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablandoentre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando yalabando al Señor en vuestros corazones" (Ef. 5:18-19).

El predicadory la música ."'" 335

Aquí tenemos no solamente una representación interesante de cómose conducía la adoración en la Iglesia primitiva, sino también una directi­va apostólica para la adoración cristiana para todos los tiempos. El contex­to establece un contraste muy marcado entre las prácticas puras y simplesde la asamblea cristiana en Éfeso y las desenfrenadas extravagancias quecaracterizaban las festividades paganas. En aquellas ceremonias paganas laembriaguez y el libertinaje eran reconocidos acompañamientos. En la igle­sia local, sin embargo, los cristianos debían ser llenos con el EspírituSanto, abandonando así las prácticas carnales y entregándose a sí mismosa la adoración corporativa, cantando y alabando al Señor. Los paganosseparaban la moralidad de la religión, mientras que los creyentes no podíanver la una sin la otra. Así, la adoración a Dios era rendida "en la hermosu­ra de la santidad" (Sal. 29:2).

William Barday señala que "la Iglesia cristiana era una iglesia cantan­te. Sus características eran salmos, himnos, y cantos espirituales. La Iglesiaprimitiva tenía una felicidad que hacía que los hombres cantaran".'

Por tanto, examinemos la sustancia de la música de la Iglesia en el plande Dios en esta era de la gracia.

Los salmosLos "salmos" principalmente denotaban música con acompañamiento

instrumental; "un canto sagrado, cantado con acompañamiento musical"(W. E. Vine). Por supuesto, los salmos se refieren al salterio del AntiguoTestamento, el cual ha proporcionado una fuente perenne de alabanzacristiana desde tiempos primitivos. Eran familiares en la adoración judíay, como sabemos, se usaban en la adoración apostólica (Hech. 4:24; 1 Cor.14:26; Santo 5:13). Estos salmos constituyen el más grande himnarioconocido por el hombre. Surgido de la rica experiencia e inspirado por elEspíritu Santo, el himnario hebreo contiene toda forma de expresión deadoración. ¡A Dios le complacería que algo de la sustancia de estos her­mosos salmos pudiera oírse con más frecuencia en nuestro canto congre­gacional el día de hoy!

Los himnosLa mayoría de los eruditos distinguen los "himnos" principal~ente

como música vocal interpretada por la congregación y dirigida a DlOs en

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336··.·'%·· GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSlTIVA Elpredicadory la música 337

devoción como también en petición (Mat. 26:30; Hech. 16:25). Ejemplosde estos himnos se encuentran en los Evangelios y en las Epístolas. Porejemplo, podemos pensar de la música de Navidad de María (Luc. 1:45­55); de Zacarías (Luc. 1:67-79); y de Simeón (Luc. 2:25-32,34-35), yluego en tan majestuosa composición musical en la expresión de las pala­bras de Pablo en cuanto a la encarnación, donde exclama: "Grande es elmisterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en elEspíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo,recibido arriba en gloria" (1 Tim. 3:16). Desde entonces ha habido unariqueza de buenos y grandes himnos que se han trasmitido de una gene­ración a otra. Pero ya sea antiguo o moderno, el himno debe ser el vehícu­lo para expresar lo que pudiera ser llamado "teología musical".

Los cantosLos "cantos" fueron las efusiones líricas de la Iglesia primitiva. El Dr.

Lightfoot incluye en este concepto de "cantos espirituales": solos, músicainstrumental y expresiones espirituales. Los cantos a menudo se interpre­taban espontáneamente, como los genuinos "espirituales" de tiempos másmodernos; y es interesante observar que Pablo califica esta clase de cantocon la palabra "espiritual". Solamente aquellos que conocen qué es estarlleno conscientemente del Espíritu Santo pueden en verdad cantar "can­tos espirituales".

Esto nos lleva a examinar, lo siguiente:

LA CALIDAD DE LA MÚSICA EN LA IGLESIA

Al escribir otra vez sobre este tema, Pablo dice: "La palabra de Cristomore en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otrosen toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor consalmos e himnos y cánticos espirituales ... Sed llenos del Espíritu... Hacedlotodo para la gloria de Dios" (CoL 3:16; Ef 5:18; 1 Coro 10:31).

Tomar en cuenta estas tres exhortaciones coloca la calidad de la músi­ca en un muy alto niveL Recordemos que "la santidad adorna la casa [deDios]" (SaL 93:5), y que en todos nuestros actos de adoración siempredebemos observar el mandamiento apostólico que "todas las cosas debenhacerse decentemente y con orden" (1 Coro 14:40).

Toda la música en la iglesia debe ser edificante bíblicamente"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y

exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestroscorazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales" (CoL 3:16).

La adoración de la iglesia aquí se ve desde el punto de vista de la edi­ficación de los creyentes. Nunca se utiliza el canto como un ejercicio dealivio emocional, ni siquiera como entretenimiento intelectual, sino másbien como un ministerio de instrucción bíblica. Esta instrucción debeentenderse como representación de la verdad positiva y negativa.

La enseñanza se refiere a la comunicación positiva de la verdad, mien­tras que la amonestación introduce el elemento negativo en doctrina. Así,vemos que todo canto debe tener su raíz en la Palabra de Dios. Por esonunca podemos separar el canto de la predicación (ver Apéndice A).

Aunque existe tal cosa llamada "música absoluta", con su propio lugardistintivo y su función en la vida de la Iglesia, falla si no transmite laPalabra de Cristo.

La música absoluta puede llevar al adorador al borde de la revelación,pero no puede en su estado mudo tener alguna parte en la revelación. A 10más, es parte de la creación, alabando a su Creador, pero nunca portadoradel Evangelio de salvación.Hay... cierta relación entre la música instrumen­tal muda y el hablar en lenguas en la iglesia primitiva. El hablar en lenguasno tenía poder para edificar o llevar al no salvo al arrepentimiento y la sal­vación. Siempre fue necesaria la interpretación a través de la Palabra..

La música es el medio ideal de comunicar conceptos internos y sub­jetivos. No hay poder sobre la tierra que sea más potente para inspirar alcreyente a motivos más elevados y más nobles resoluciones que la buena

música de la iglesia.2

Se sabe que cuando hombres pecadores, que se inclinaban al homici­dio, no podían ser dominados por las austeras palabras de Juan Wesley ola poderosa oratoria de Jorge Whitefield, el canto de canciones espiritua­les de Carlos Wesley los humillaba.

Así ha sido con todos los esfuerzos evangelísticos en cada época de laIglesia cristiana. No es extraño que Pablo diga: "Cantando con gracia envuestros corazones al Señor" (CoL 3:16). Juan Calvino interpreta estocomo cantando "graciosamente" o "aceptablemente". Handley Moule lointerpreta como "cantando agradecidamente". Así, cuando cantamos, debe

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338····"""· GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

hacerse con gracia, gratitud y gloria; porque toda música espara el Señor. Ynunca podemos entrar en este ejercicio sin ser edificados.

Toda la música en la iglesia debe ser espiritualmente unificadora"No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed

llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos ycánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestroSeñor Jesucristo. Someteos unos a otros en el temor de Dios" (Ef 5:18-21,énfasis de los autores).

Fuera de la iglesia también hay un poder unificador en la música. Por esolos países tienen sus himnos nacionales; por eso los ejércitos tienen sus ban­das; por eso los salones de estudio tienen sus cantos escolares, etc. Pero locierto es que allá afuera tiene incluso más significado real dentro de la Iglesia.

En el Antiguo Testamento leemos que "cuando sonaban, pues, las trom­petas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Jehová, y a medidaque alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de músi­ca, y alababan a Jehová, diciendo: "Porque él es bueno, porque su misericor­dia es para siempre; entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová.Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube;porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios" (2 Crón. 5:13-14).

''Así, la música sirve como un catalizador para unificar los átomos de laindividualidad humana. Esto es cierto especialmente del canto congregacio­nal. San Basilio, uno de los padres de la Iglesia, dijo una vez: 'Cantar es unpoderoso vínculo de unión, enlazando a la gente en la sinfonía de una canción'.

"Este poder único de la música surge porque nos infunde un sentidode bienestar espiritual, físico y emocional. Inconscientemente responde­mos a los sonidos. Esta reacción natural a los sonidos destaca toda nues­tra experiencia de la música".'

Aún más importante es el aspecto teológico de este fenómeno. Pablodice: "No os embriaguéis con vino, en 10 cual hay disolución; antes biensed llenos del Espíritu; hablando... cantando y... someteos" (Ef 5:18-21).Debemos recordar que el Agente de la unidad en la Iglesia es el EspírituSanto. En esta Epístola a los Efesios, Pablo ya ha exhortado a sus lectoresa "guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" (4:3). Así que laIglesia que canta unida permanece unida. Tal como es necesario reunirsepara la oración, así es imperativo que la Iglesia se reúna para los salmos,

Elpredicadory la música ..~ 339

los himnos y los cánticos espirituales. Entonces, cuán importante es esaexhortación a no dejar de "congregarnos" (Heb. 10:25).

Aquí conviene una palabra más. En el Apéndice A señalamos la impor­tancia de la celebración con canto ypredicación. Con esto en mente, agregue­mos que el canto solo contribuye a la predicación cuando prepara y mantie­ne a la congregación con el tema e impulso del sermón. Los ministros demúsica y directores de coro insensibles espiritualmente y no informadosbíblicamente pueden virtualmente invalidar el impacto de un sermón conmúsica sin importancia e irreverente. Esto podría ser un solo, un número delcoro, o un himno inapropiado (más comentarios malos). Ya hemos observa­do en la Escritura que toda música en la iglesia debe serunificadora espiritual­mente. Los ministros de música deberían trabajar en conjunto y con muchaoración con el pastor o predicador para CADA servicio en la iglesia, con­vención o conferencia ministerial, y aun cruzadas evangelísticas.

Toda música en la iglesia debe ser personalmente purificadora"Si... hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1 Coro

10:31). Como la gloria es el resplandor del carácter de Dios, se entiendeque solo la música planeada para reflejar la persona de Dios, revelar su pre­sencia y liberar su poder en cualquier servicio, es la música interpretadapara la gloria de Dios.

Pocos teólogos han llegado a evaluar la música a un más alto nivel delque 10 hizo Martín Lutero. En un prefacio de un cancionero publicado en1538, escribió: "La experiencia testifica que, después de la Palabra de Dios,solo la música merece ser alabada como la dueña e institutriz de las emo­ciones del corazón humano, por cuyas emociones los seres humanos songobernados y con frecuencia divididos en dos como por sus amos. No nospodemos imaginar una alabanza más grande de la música que ésta ... Estáfuera de consideración, porque este poder de la música que los padres yprofetas dispusieron, y no en vano, que nada puede estar más estrecha­mente atado a la Palabra de Dios que la música".'

Tal afirmación como esa nos conduce inevitablemente a preguntar encuanto a qué constituye buena música. Está claro que la respuesta supre­ma es el efecto que ella tenga en nuestro espíritu, nuestra mente, nuestrocorazón, nuestros deseos, nuestro total comportamiento. Si la música nosconduce a conocer, amar, alabar y servir a Dios, entonces esa es buenamúsica. Por otra parte, si la música disminuye los altos conceptos de la

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340 ...~. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory la música 341

adoración y simplemente conmociona nuestra abyecta naturaleza, enton­ces es mala música.

Es nuestro deber como cristianos aprender a discernirentre 10 que esmusicalmente digno y 10 que no 10 es.Especialmente esto es asíhoy, cuan­do la músicade la Iglesia sufrede ciertosmales crónicos, talescomoel sen­timentalismo, teatralismo y virtuosismo. Tenemos que estar alerta paraprevenirque estosmales se desarrollen en melodías o armonizaciones pocosólidas. La melodía es una portadora de energías sensuales y puede abrirlosportalesa las másaltaso bajasregiones de nuestra alma. Aguadas y afe­minadas melodías pueden mover a la gente emocionalmente, pero tienenpoco o ningún efecto sobre la voluntad. Muchos insistirán en que eso esmúsica "útil", pero... la Iglesia estaría mejor cultivando un sentido de abs­tracta belleza iY dando un buen descanso a esta llamadautilidad!

La música debe ser escuchadacon seriedad.Cuanto más uno apren­de a apreciar la belleza, más esquiva y desdeña 10 feo. Frank Roscoe hadicho con verdad: "La educación es más un asunto de infección que deinyección". Si nos exponemos a la infección de buena música de Iglesiaestamos condenados a agarrarla. Esto es así con todas las artes comovehículos de adoración.

La música puede tener el poder de mover el alma del hombre paralo bueno o 10 malo, pero no olvidemos que no puede añadir nada a laPalabra de Dios; ni puede diseñar ni pintar. Pero ningún arte comunicamás directamente al corazón del hombre que la música; [así] en las pala­bras de Ulrich Zwingli, el gran erudito y reformador suizo: "Ningunaenseñanza, ni preceptos, entran tan profundamente dentro del corazóndel hombre como 10 hace la música". La música tiene poder para inten­sificarla palabra cantada y preparar el camino para que el Espíritu Santoedifique al creyente o transforme al incrédulo.'

Así, vemos que el modelo de la música en la iglesia debería ser bíbli­camente edificante, espiritualmente unificador y personalmente purifica­dor. Esto nos lleva a nuestra consideración final.

EL SECRETO DE LA MÚSICA EN LA IGLESIA

"Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento"(l Coro 14:15). En estas palabras está el secreto de toda buena música enla iglesia. Para ayudarnos a entender qué está diciendo el apóstol, permí­tannos afirmar el secreto de esta forma. Para que la música sea todo 10 que

Dios intenta que sea en la vida de la iglesia, debe ser interpretada con fer­viente participación y fiel interpretación.

Ferviente participación"Cantaré con el espíritu" (1 Coro 14:15). El Nuevo Testamento habla

de adorar "en espíritu" (Juan 4:24), orar "con el espíritu" (1 Coro 14:15),cantar "con el espíritu" (1 Coro 14:15), servir "en mi espíritu" (Rom. 1:9),etc. El campo del espíritu siempre está asociado con el fervor. Por ejem­plo, leemos de Apolos que "siendo de espíritu fervoroso hablaba y enseña­ba diligentemente 10 concerniente al Señor" (Hech. 18:25). De nuevoentonces, Pablo exhorta a sus lectores de Roma a ser "fervientes en espíri­tu, sirviendo al Señor" (Rom. 12:11).

El fervor caracterizó la vida y el ministerio de nuestro Señor. Además,su fervor habla de afecto, pasión, acción, intensidad y sentimientos espiri­tuales. Nada hay estático en el fervor. Añada a esto la palabra participación

y tiene 10 que significa "cantar con el espíritu".Recordamos a Martyn Lloyd-jones al comentar en una ocasión que él

siempre podía discernir el estado espiritual de cualquier congregación porel espíritu de su canto. Eso fue de gran ánimo en aquel momento, ¡porqueestaba comentando del canto congregacional de la Iglesia BautistaCalvario de la ciudad de Nueva York! Él había viajado mucho por todoslos Estados y había sido impresionado por 10 que encontró en otros luga­res. ¡Ciertamente nos dio uno de los más grandes cumplidos al decir públi­camente que él no había oído tal canto desde que había salido de Gales!

Con la participación ferviente, hay otro elemento del secreto de lamúsica en la iglesia.

Fiel interpretación"Cantaré también con el entendimiento" (l Cor. 14:15). Se recordará

que Pablo ha estado hablando de las lenguas, y entonces añade: "Pero enla iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para ense­ñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida" (l Coro14:19). Antes en este pasaje, Pablo ha declarado que no comunicar es que­dar con un entendimiento sinfruto (v; 14). Así que, la prueba de la fiel inter­pretación en la música es la fecundidad. Si los pecadores no son salvos ylos santos no son santificados por la música de la iglesia, entonces esamúsica no tiene lugar justificado en la casa de Dios. La Biblia enseña que

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cuando los pecadores se convierten, Dios pone "un cántico nuevo en[su(s)] bocaís); alabanza a nuestro Dios; verán esto muchos, y temerán, yconfiarán en Jehová" (Sal. 40:3). También está claro que los santos seránsantificados por el canto mientras enseñan y se exhortan "unos a otros ...con salmos e himnos y cánticos espirituales" (Col. 3:16). Por esta mismarazón, en la Escritura se describe la música como un "sacrificio de alaban­za" (Heb. 13:15).

De este modo, para que la música cumpla su verdadera función en laIglesia, debe interpretar el ser, la naturaleza y el propósito de Dios tal comose ha revelado en el Señor Jesucristo. Nuestra principal atención tendráque ser 10 divino, antes que 10 meramente humano. Hoy, lamentablemen­te, la actitud de la mayoría de las congregaciones es la pasividad. No estánimplicadas en el servicio de adoración. Esto puede ser debido, en muchoscasos, a una incorrecta interpretación en lugar de una fiel interpretación dela música.

Es evidente, entonces, que la música requiere 10 mejor y 10 más eleva­do que sea posible producir con el material y los talentos que están a nues­tra disposición. Puede ser brillante, pero no debe ser extravagante; puedeser expresiva, pero no sentimental; puede ser solemne, pero nunca debe seraburrida; puede aun exhibir cierta medida de entusiasmo, pero no debehaber un tinte de sensualidad. El entretenimiento nunca ha sido, y nuncadebe ser, la función de la música en la Iglesia. La fiel interpretación siem­pre debe guiarnos a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, pormedio de la actuación combinada de melodía, armonía, poesía y teologíaque evoque una respuesta de adoración.

Así, hemos visto 10 que el Nuevo Testamento tiene que decir del pre­dicador y la música en la Iglesia. Dios no nos ha dejado en la oscuridad encuanto a nuestro santo privilegio y elevada responsabilidad en el arte de"crear melodía... al Señor". En palabras de Robert Shaw: "Ocupémonos deque la música sea un acto de adoración tan digno como la palabra habla­da". Dios ha casado a la predicación con la alabanza; y 10 que Dios haunido, ¡que no 10 separe el hombre!

Para garantizar que los principios divinos discutidos anteriormente sean

implementados en elprograma de la música de la Iglesia, sugerimos un conve­

nio coral que nosotros hemos ensayado y demostrado para gloria de Dios y labendición de la Iglesia.

CONVENIO CORAL

Al solicitar la membresía en el coro de nuestra iglesia, queremos queusted esté completamente familiarizado con las implicaciones espiritualesy prácticas de tan importante participación en la adoración de Dios. Laexperiencia ha demostrado que la influencia de un coro nunca es neutral,y que toda la vida espiritual de la iglesia es afectada por el estado del coro.Por tanto, queremos que usted, en oración, considere los términos de este"Convenio de Membresía", y entonces adjunte su firma y 10 devuelva alpastor antes de ser recibido en la membresía del coro.

1. Por el presente testifico que he recibido al Señor Jesucristo como miSalvador personal, y reconozco su autoridad para gobernar mi vida por elpoder del Espíritu Santo.

2. Yo comprendo la importancia y el significado de mi membresía enel coro de la iglesia, y por tanto me esforzaré para relacionar mi interés conel trabajo en el coro por el resto de la vida de la iglesia.

3. Reconozco que el incumplimiento de los términos de este convenioexigirá una disciplina por la acción de la iglesia tal como se considere nece­sana.

4. Acepto someter mi voz a la evaluación del Director de Música talcomo 10 requiera, y admitir su decisión respecto a mi capacidad para elcoro como final.

5. Prometo ser puntual en mi asistencia al ensayo del coro y dar apoyoleal al Director de Música y a todo el ministerio del coro.

6. Reconozco que el testimonio de mis labios ha de ser la expresiónexterior de mi experiencia cristiana y que, por tanto, la santidad de carác­ter y conducta ha de caracterizar mi vida todo el tiempo.

7. Entiendo que aunque estoy dirigiendo la adoración de la iglesia enel canto, al hacerlo no debo llamar la atención, y que en todo mi propósi­to debo evitar atraer la atención hacia mí; por el contrario, por mi com­portamiento y humildad cristiana debo buscar orientar a la gente al SeñorJesucristo. Mi ambición debe ser cantar cada canto, solo o himno con eldeterminado propósito de magnificar a mi Señor y traer bendición a aque­llos que observan y escuchan.

8. Comprendo que cada servicio de la iglesia constituye un co~flicto

espiritual entre las fuerzas del cielo y las del infierno, y que el enemIgo de

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344····'% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

las almas siempre buscará oponerse a la obra de conversión y bendición.Sabiendo esto, me esforzaré por un constante espíritu de oración y expec­tación para compartir la carga del ministerio con el pastor.

Luego de leer cuidadosamente y con mucha oración las condiciones eimplicaciones de la membresía del Coro, gustosamente expreso mi confor­midad con ellas y confío, por el poder del Espíritu Santo, cumplirlas.

Firma _Fecha _

APENDICE C

EL PREDICADOR Y ELEVANGELISMO

Nuestra atención en este Apéndice está en la exposición de la Palabrade Dios desde el púlpito con la idea de alcanzar al no salvo. ¡El pro­blema que afronta el predicador o pastor promedio es el de dirigir­

se a una audiencia que no constituye un blanco evangelístico! Así que, antesde poder pasar a la responsabilidad principal de la predicación evangelís­tica desde el púlpito, tenemos que pensar en términos de preparación (notanto del material del sermón, sino del material humano), la gente quellena las bancas cada Día del Señor, por la mañana y por la noche.

Empecemos por hacer la declaración de un principio general. En talministerio, nos reunimospara la adoración y nosesparcimos para el testimonio.El propósito principal de la predicación expositiva es amonestar a todohombre y enseñar "a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentarperfecto en Cristo Jesús a todo hombre" (Col. 1:28). Solamente cuando lossantos son edificados impactarán con éxito a la sociedad como la "sal" y la"luz" (Mat. 5:13-16), porque todo cristiano es un testigo en virtud de lapresencia y el poder del Espíritu (Hech. 1:8). Por tanto, el testimonio esun estilo de vida en el poder del Espíritu. Por la misma razón, no todo cris­tiano tiene el don de evangelista. El método del Nuevo Testamento era unevangelismo de cada miembro (Hech. 1:8). Al tener esto en mente, todopastor o predicador tiene que tomar la decisión de cómo abordar la obradel evangelismo. Aun cuando no tenga el don de evangelista, a él se leordena hacer la "obra de evangelista" (2 Tim. 4:5), recordando que en sucongregación él tiene a un 12 o 15% de su congregación que sítiene el don

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evangelístico. Su trabajo, por tanto, es "utilizar" ese potencial para alcan­zar a los perdidos.

El pastor o predicador debe equipar "a los santos para la obra delministerio" (Ef. 4:11-12). Fallar en esto, inevitablemente lleva a que lapredicación no tenga objetivo ni la oración tenga visión.

En la Iglesia Bautista Calvario, en Nueva York, nuestra práctica fuedirigir escuelas de evangelismo usando un curso de estudio bíblico dehogar titulado: Éxito ganando almas, suministrado por el Instituto BíblicoMoody de Chicago.' Se esperaba que los estudiantes se registraran, estu­diaran y completaran los exámenes como preparación para el trabajo deevangelismo de la iglesia. El valor de tal entrenamiento metódico era pro­ducir y preservar conciencia evangelística y responsabilidad en la vida dela iglesia. Junto a esto estaba la instrucción cuidadosa en el ministerio dela oración proevangelística.

Aunque se supone que todos los servicios de la iglesia atraen a perso­nas de fuera, y que el camino de la salvación se presente en el curso de lapredicación, el hecho alarmante sigue siendo que en la iglesia el porcenta­je de perdidos es muy pequeño. La excepción a esta presente realidad es lamegaiglesia donde "las multitudes atraen a multitudes", y por los progra­mas de alta tecnología y la buena predicación los perdidos asisten, iY Diossoberanamente salva por gracia!

Nuestro juicio es, sin embargo, que la iglesia promedio debería serselectiva y especializada en su metodología evangelística. En la IglesiaBautista Calvario de la ciudad de Nueva York, al servicio del domingo porla mañana lo llamábamos "adoración de la mañana", mientras que el servi­cio de la noche se conocía como "testimonio de la noche". ¡Toda nuestragente sabía que los domingos por la mañana todo sería para la edificación,y los domingos por la noche serían todos evangelísticos! De este modo, conuna metodología permanente, podíamos concentrarnos en nuestras res­ponsabilidades respectivas con relación a todo el ministerio.

Suponiendo que se haya comunicado a la membresía "central" de laiglesia un propósito definido y una pasión consumidora para alcanzar a losperdidos, ya puede intentar maneras de traer almas bajo el llamado delevangelio. Aquí damos algunos sencillos ejemplos:

Llamadas teleftnicas. Pida a los miembros que hagan una lista de perso­nas en quienes hayan pensado y por quienes hayan estado orando, y que losllamen por teléfono cada fin de semana para que los acompañen al "servicio

El predicadory el evangelismo % 347

seleccionado" de la iglesia. Si las llamadas resultan infructuosas, los miem­bros pueden sustituirlos por nuevos nombres y trabajar en continua ora­ción hasta que ellos lleguen a ser asistentes regulares.

• Servicio de auto. Pida a los miembros que tienen auto a que trai­gan a sus vecinos a la iglesia. Puede agregarse un incentivo de comidao refrescos antes o después.

• Autobús colectivo. Invite a los miembros a unirse con otros amigospara alquilar un minibús y llenarlo con gente que esté interesada.Nuevamente entonces, se pueden planear refrescos o comida parahacer placentera y atractiva la ocasión.

• Evangelismo para todo miembro. Pida a los miembros que oren yhablen con compañeros creyentes en lo que concierne a maneras ymedios de traer por lo menos una persona a creer en Cristo, y a la igle­sia para hacer discípulos (Hech. 2:47b).

• Pesca en la calle. Invite a los miembros a quienes les guste impli­carse en este trabajo de "pescar almas". Es bueno tener un grupo per­manente de gente lista para esta forma de evangelismo. A tal equipode "pescadores" se le debe dar un corto curso de instrucción sobre lastécnicas de pesca en las calles. Este método de evangelismo solo puedeaplicarse a iglesias del centro de las ciudades donde los grupos de genteandan directamente fuera de la iglesia. Es muy asombroso cómo lagente responde con gusto a un artículo atractivo de publicidad y aganadores de almas alertas y corteses bajo la dirección del EspírituSanto. Nosotros hallamos que este método es funcional y fructífero.

• Lista de oración. Pida a los miembros que preparen un cuadernoen el cual anoten nombres de personas que quieren ver convertidas,por ejemplo madre, padre, hermano, hermana, colegas de la oficina,etc. Al orar regularmente por esas personas, encontrarán que Dios lesdará opciones ingeniosas para llevarlas bajo el llamado del evangelio.

• Hospitalidad evangelística. Invite a los miembros a usar sus hogarespara Dios. Esta es una manera espléndida de hacer contactos e influen­ciar en amigos inconversos. La idea es invitarlos para un tiempo informalde refrigerio y amistad, y entonces con tacto hablarles de los programasde la iglesia. Si la iglesia tiene un ministerio de video, un fragmento demuestra de uno de los servicios podría presentarse en un punto apropia­do de las reuniones. Esto ayuda a estimular el apetito de aquellos quenunca han tenido una verdadera iniciación en la vida de la iglesia.

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• Distribución de folletos. Pida que los miembros se dediquen a ladistribución de folletos en las calles o casa por casa. (Todos los mate­riales deben tener detalles completos de la localización y el númerotelefónico de la iglesia). El material que va a usarse y las áreas que hande ser cubiertas debieran ser organizados por el pastor y el personaldespués de que se hayan dado instrucciones sencillas sobre los méto­dos correctos de enfoque y presentación evangelística.

• Ministerio de radio y/o televisión. Pida a los miembros que empleenprogramas evangélicos de radio o transmisiones televisivas comomedios de evangelismo. Al llamar a los amigos y vecinos e invitarlos asintonizarlos, ¡puede haber milagros en el interior de muchos hogares!Tales exposiciones a los medios de comunicación pueden preparar elcamino para hablar más de las cosas de Dios en el futuro.

• Reuniones al aire libre previas al culto principal. Invite y entrene alos miembros para que asistan a reuniones al aire libre previas al servi­cio, en un punto estratégico cerca de la iglesia. Cuando está dirigidoadecuadamente (con música especial, testimonios yun breve mensaje),una reunión de esta clase puede atraer a muchas personas. Entonces,es relativamente sencillo invitar a la gente interesada a asistir al servi­cio principal de la iglesia.

• Servicio de invitados una vez al mes. Todo el formato y la libertadde tal servicio debiera ser planeado y programado para las personas "noasistentes a la iglesia". Cantantes bien conocidos, personalidadesdeportivas, otras celebridades cristianas, persuasivos temas en el ser­món, y manejo meticuloso del desarrollo y de los momentos finales dela "concentración evangelística" deben estar empapados de oración yentonces conducidos por la dirección consciente del Espíritu Santo.Podríamos seguir con numerosos métodos que se han tratado y proba-

do para trabajar en la causa del evangelismo, pero lo anterior debe bastar.Nuestro propósito al nombrar unos pocos es animar al pastor o predicadora que haga una clara distinción entre adoración y testimonio. Recuérdese:"nos reunimos para adorar, nos esparcimos para testificar".

Ahora se supone que la iglesia o lugar neutral está lleno de los quenecesitan el mensaje de la gracia salvadora de Dios. Es aquí donde laproclamación tiene su lugar. Para ayudarnos a entender qué queremosdecir por proclamación, hemos seleccionado los primeros cinco versículosde 1 Corintios 2.

Nadie puede leer el Nuevo Testamento sin quedar impresionado porla efectividad de la predicación de la iglesia primitiva. Los apóstoles pre­dicaron con poder sobrenatural. Como F. D. Coggan lo expresa: "Lainfante iglesia se multiplicó, fuera de todo reconocimiento, por un únicosermón. Por la predicación, se formó una hermandad que asombró almundo por su demostración de amor, que mantuvo unidos en una comu­nidad a hombres y mujeres de diferentes clases. El predicador modernoestá obligado a cuestionar su propio corazón, al encontrarse con el increí­ble éxito de la predicación apostólica".'

En términos sencillos y concisos, el apóstol Pablo revela aquí que elpoder de la predicación evangelística está relacionado con el mensaje, laactitud y la motivación del predicador. Consideremos estos tres aspectosde nuestro tema, con una oración para que Dios nos inspire (y también nosinstruya) en el arte de la predicación evangelística con poder.

LA PREDICACIÓN EVANGELÍSTICA ESTÁRELACIONADA CON EL MENSAJE

DEL PREDICADOR

"Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimo­nio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me pro­puse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucifi­cado" (1 Coro 2:1-2). No podemos examinar estas palabras en su contextosin descubrir que el poder de la predicación evangelística estaba y estáinherente en el mensaje mismo que Pablo proclamaba. No es difícil llegara lo que fue el contenido de su mensaje: la persona y la pasión de Cristo.

El mensaje de la predicación evangelística es la persona de Cristo"Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a

Jesucristo" (v, 2).En 1936, C. H. Dodd escribió un libro titulado: La predicación apostóli­

cay sus desarrollos. Según A. M. Hunter, el libro de Dodd es "una de las con­tribuciones más importantes y positivas a la ciencia del Nuevo Testamentoen nuestra generación".3 Y yo puedo agregar que recompensará la oración yel detenido examen de los predicadores del evangelio. En este trabajo, Doddseñala que el mensaje central de la predicación apostólica fue la persona y la

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obra del Señor Jesucristo. Él amplía esto mostrando que había cinco énfasisprincipales en el "kerygma". El primer énfasis estaba en "el cumplimiento dela proclamación del Mesías del Antiguo Testamento... El segundo énfasis[estaba] en la vida terrenal de Jesús... El tercer énfasis [estaba] en la muertede Cristo... El cuarto énfasis [estaba] en la resurrección y la exaltación deCristo [y] el quinto énfasis [estaba] en el arrepentimiento"."

Coggan ha hecho un estudio similar en su libro El ministerio de la

Palabra, donde revela que cada una de las cuatro palabras principalesempleadas en los Hechos de los Apóstoles para describir la actividad de lapredicación cristiana tiene como objeto "Jesús", ''Jesucristo'', "el SeñorJesús", "Jesús y la resurrección", "paz por medio de Jesucristo" "la palabradel Señor",' etc. Queda claro, por tanto, que el mensaje central de la pre­dicación apostólica fue la persona de nuestro Señor Jesucristo.

Esto no solo fue cierto de los apóstoles, sino que también del SeñorJesucristo mismo. Como lo ha expresado un teólogo alemán: "Jesucristo elHijo de Dios no conoció una tarea más grande que dirigir a los hombresya las mujeres hacia sí mismo". En apoyo a esto, podríamos citar a R. V.G. Tasker, quien dice: "El principal deber del predicador cristiano no esintentar que los hombres emprendan la tarea imposible de solventar susproblemas sociales y económicos a la luz del Sermón del Monte, sino lla­marlos a arrepentirse y someterse al gobierno de Dios... Jesús ... no fue unexpositor de un noble sistema de ética, no fue un reformador de la socie­dad, sino un proclamador de la voluntad de Dios, en obediencia a la cualÉl mismo vivió, habló, sufrió y murió".'

Ahora bien, al hacer énfasis en que Cristo sea el centro de nuestra pre­dicación el punto es, sencillamente, que "el poder de Dios, y sabiduría deDios" es Jesús mismo como Pablo establece en esta epístola (1:24).Solamente cuando Cristo es nuestro mensaje la predicación se vuelvepoderosa y evangelística. Hay poco para animarnos a creer que Dios ben­decirá nuestros sermones, nuestra homilética o nuestra oratoria. Peropodemos estar seguros de que cuando predicamos a Cristo, el Espíritu depoder nos cubrirá.

A nuestro juicio, esto es precisamente lo que quiere decir Pablo cuan­do afirma: "me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino aJesucristo, y a éste crucificado" (v, 2). Dios nos haga como a Juan Wesley,quien pudo decir repetidas veces cuando viajó por Inglaterra: "A Cristo loofrecía a la gente". 7

El mensaje de la predicación evangelísticaes la pasión de Cristo

"Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino aJesucristo,ya éste crucificado" (v, 2).

Como lo expresa un comentarista: ''Apenas podemos darnos cuenta[en nuestro día] del escollo que debió de haber sido para los judíos y losgriegos la predicación de un Cristo crucificado, la enorme tentación quenaturalmente debieron haber sentido los primeros maestros de mantenerla cruz en segundo plano, y la sublime y plena confianza que pudo haberarmado de valor a San Pablo para hacerlo el hecho central de toda su ense­ñanza"." Y sin embargo, el apóstol sabía por las Escrituras, como tambiénpor experiencia personal, que la predicación de la cruz constituía "el poderde Dios" (1:18). La cruz de Cristo expresa la mente divina, revela el juiciodivino del pecado humano, declara la justicia divina, demuestra el amordivino, y hace todo esto sobre una plataforma humana para que nosotrosseamos capaces de apreciar el misterio de los consejos celestiales. Aunquela cruz es un tropezadero para el religioso y para el típico burlador racio­nalista, sin embargo es poder de Dios para los que se salvan. Solamente enla cruz de Cristo se trata la mayor necesidad del hombre y se demuestra yofrece la mayor respuesta de Dios.

Hay algo irresistiblemente atractivo acerca del mensaje de la cruz.Jesús dijo: "y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo"(Juan 12:32). Aún más, nunca puede haber un Pentecostés en nuestra pre­dicación antes que haya un Calvario en ella. Como acostumbraban decirlos moravos: "el Espíritu siempre contesta a la sangre".

Con frecuencia, Billy Graham cuenta la historia de cómo en una oca­sión predicó en uno de nuestros grandes estadios al aire libre y sintió unambiente muy apagado, no solamente en el mensaje, sino en toda la asam­blea. A su regreso al hotel esa noche, iba acompañado de un laico muyconocido. Mientras los dos conversaban, Billy Graham compartió suexperiencia con este hombre de negocios, quien inmediatamente respon­dió con este comentario: "Estoy de acuerdo con usted, esta noche no hubopoder en ese servicio, y aparentemente poca bendición, y yo pienso que séla razón -añadió el caballero-; usted no predicó sobre la cruz". El evange­lista estuvo totalmente de acuerdo, y allí mismo hizo la resolución de quenunca más predicaría sin ensalzar específicamente a Cristo y a Él crucificado.

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Nunca olvidemos las palabras del apóstol: "Porque la palabra de la cruz eslocura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es

poder de Dios" (1:18, énfasis de los autores).De este modo, hemos visto que la predicación evangelística está rela­

cionada con el mensaje del predicador. Pero en segundo lugar, observe quela actitud del predicador también es decisiva para el éxito evangelístico.

LA PREDICACIÓN EVANGELÍSTA ESTÁRELACIONADA CON LA ACTITUD DEL PREDICADOR

"Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y nimi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabi­duría, sino con demostración del Espíritu y de poder" (vv. 3-4). En susabiduría inescrutable, Dios ha escogido gente como nosotros para serpredicadores del evangelio. Lo increíble de este llamamiento es casi abru­mador cuando comprendemos que "Dios solamente tuvo un Hijo, y Él lohizo un predicador"." Por tanto, se entiende que cuanto más nos amolde­mos al carácter de nuestro Señor, más efectivos seremos como predicado­res. Pablo recalca esto en el texto que tenemos delante de nosotros cuan­do describe cuál debería ser la actitud del predicador. Claramente se evi­dencian tres características: humildad, simplicidad y autoridad.

La humildad de Cristo"Estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor" (v, 3).

No todos los comentaristas están de acuerdo en cuanto a lo que Pabloquiere decir con estas palabras. Algunos sugieren que el apóstol aquí seestaba refiriendo a debilidad física (ver 2 Cor. 12:7), y particularmente asu "presencia corporal" y "pronunciación deleznable" (2 Coro 10:10). Otrosmantienen que este gran predicador era sumamente consciente de laasombrosa maldad y el amargo antagonismo que encontraba en Corinto.Pero además de esto, sin duda era la propia desconfianza que su sensibleespíritu experimentaba cuando contemplaba la elevada misión de la pre­dicación de la cruz. William Barday lo interpreta como "la trémula ansie­dad de cumplir un deber". Este sentido de impotencia en la obra de Dioses la evidencia de la verdadera humildad. Para citar otra vez a Barday: "Noes el hombre que se acerca sin temblor a una gran tarea quien la hace real-

mente bien. El actor realmente grande es el que está nervioso antes de lafunción; el predicador realmente efectivo es aquel cuyo corazón late másdeprisa mientras espera hablar. El hombre que no tenga temor, titubeo nitensión en cualquier tarea, puede dar una representación eficiente y com­petente; pero es el hombre... que tenga esa intensidad, que es la esencia dela verdadera grandeza, quien puede producir un efecto que únicamente la

maestría [no puede} lograr'lO (énfasis de los autores).A este respecto, es bueno recordar las palabras de Pablo en su segunda

carta a los Corintios, donde dice: "De buena gana me gloriaré más bien enmis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo" (2 Coro 12:9).Hacía mucho tiempo que Pablo había descubierto que solo cuando él era

débil podía serfuerte, y así es hoy. El poder del Espíritu solamente puedereposar sobre quienes conocen la humildad de Cristo. Es la vida quebran­tada la que Dios bendice, y es el vaso vacío el que Dios llena. Así nos diceJesús: "aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón" (Mat. 11:29).

La simplicidad de Cristo"Ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de huma­

na sabiduría" (v, 4). Pablo ya había dicho en los versículos iniciales de estasección: "Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testi­monio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría" (v, 1).Aquí la referencia, por supuesto, es a lo que era conocido como "las pala­bras corintias". Los filósofos y oradores de Corinto eran conocidos por suspalabras corintias de elocuencia humana y retórica brillante. Eran maestrosde la "psicología de masas", como lo llamaríamos hoy. Pero a tales "discur­sos" les faltaba la calidad de verdadera instrucción o poder autoritativo.

La Biblia enseña (y la experiencia lo ha demostrado) que uno de lossecretos de la efectividad en la predicación es la simplicidad. Esta simpli­cidad, por supuesto, caracterizó las declaraciones de nuestro Salvador. Leasus sermones e historias y volverá a quedar impresionado por la pura sim­plicidad y franqueza de su lenguaje. No es extraño que Pablo exhorte a loscorintios que se cuiden no sea que el diablo, por medio de su sutileza,corrompa sus mentes de la simplicidad que hay en Cristo (2 Coro 11:3).Hoy, nuestro peligro es predicar por encima de las cabezas de la gente. Elfilósofo tiene su propia jerga, el científico tiene la suya y,muy a pesar nues­tro, ¡el predicador tiene su propio estilo también! Si Dios es el dueño del

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mensaje, entonces tiene que ser entregado en lenguaje que la gente entien­da y en palabras dictadas por el Espíritu. Esto está implícito en la afirma­ción del apóstol, donde dice: "Lo cual también hablamos, no con palabrasenseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, aco­modando lo espiritual a lo espiritual" (v, 13).

La autoridad de Cristo"Mi palabra y mi predicación fue... con demostración del Espíritu y de

poder" (v, 4). Esta extraordinaria palabra traducida por demostración se usaen el Nuevo Testamento solo aquí. Literalmente significa "una exposiciónde avance" y tiene la fuerza de lo que transporta convicción por el poder del

Espíritu Santo. ¡O.!1é definición de la autoridad de Cristo!Cuando el Señor Jesucristo predicó durante su vida encarnada, leemos

que "la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quientiene autoridad, y no como los escribas" (Mat. 7:28-29). Él habló no sola­mente como quien imparte la verdad, sino como quien era la demostra­ción viviente y la encarnación de la verdad. Por eso la verdad se ha descri­to como "la verdad a través de la personalidad". En palabras del majestuo­so prólogo de Juan, la predicación es "la Palabra [haciéndose] carne".Solamente cuando un hombre empuña "la espada del Espíritu, que es lapalabra de Dios" (Ef. 6:17) está predicando con autoridad. Cuando Jesúshablaba, la gente tenía que tomar una decisión: O creían en Él o recogíanpiedras para apedrearlo; Él nunca dejó neutrales ni a los individuos ni a lascongregaciones. Sus declaraciones fueron tanto incisivas como decisivas, yesta es la evidencia de la autoridad del cielo.

El secreto de esta humildad y autoridad se encuentra en las palabrasde nuestro Salvador, quien dijo: "Recibiréis poder, cuando haya venidosobre vosotros el Espíritu Santo" (Hech. 1:8). Esta es la unción delEspíritu. Es más que la llenura, aun cuando la incluye. Es una unción queda, antes que nada, la capacidad de apreciar la Palabra de Dios. Juan dice:"vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas... y notenéis necesidad de que nadie os enseñe" (1 Jn. 2:20,27). Y en segundolugar, es una unción que da el poder para autenticar la Palabra de Dios.

Indudablemente este es el pensamiento de Pablo en 2 Corintios 1, dondeél recuerda a sus lectores que su predicación de Cristo no era algunas veces"sí" y otras veces "no", sino más bien un inquebrantable sí, ya que Dios 10había establecido a él en Cristo y también 10 había ungido (vv. 20-21).

Así, hemos visto que la actitud del predicador tiene mucho que ver obien con la evidencia de poder o bien con su ausencia. ¡Oh, conocer lapoderosa llenura y unción del Espíritu que provoca humildad, simplicidady autoridad de la predicación apostólica!

En tercer lugar, tenemos que considerar la motivación del predicador.

LA PREDICACIÓN EVANGELÍSTICA ESTÁRELACIONADA CON LA MOTIVACIÓN

DEL PREDICADOR

"Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres,sino en el poder de Dios" (v, 5).

Richard Roberts, en su libro El predicador como hombre de letras, dice:"Nuestro llamamiento es a persuadir y, si es posible, a convencer. No espredicación si no se está predicando para un veredicto?"

Con la proclamación viene la declaración de 10 que Dios ha hecho y estáhaciendo en Cristo y su cruz; entonces la invitación llama a hombres y muje­res a responder a estas Buenas Nuevas. Si esa no es nuestra motivación,entonces nuestra predicación quedará sin poder y sin fruto. Dios nunca libe­ra su poder para el engrandecimiento personal o los objetivos carnales; porel contrario, Él solo envía su Santo Espíritu a sellar para el día de la reden­ción aquello que cumple sus propósitos redentores. Por tanto, la motivacióndel predicador tiene que ser conducir a hombres y mujeres a una experien­cia de una sana, salvadora y firme fe en Cristo. Tomemos unos momentospara ampliar esto. Ningún predicador del evangelio cumple lo que Dios hadiseñado a menos que los hombres y las mujeres vengan a depositar su fe enel poder de Dios, el cual es Jesucristo y Él crucificado.

Una fe sana"Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres"

(v. 5). En los versículos precedentes de esta epístola, Pablo ha derribado elconcepto de que la fe puede ser sana cuando se apoya en la sabiduría delos hombres. En el lenguaje del apóstol Santiago, tal sabiduría es "terrenal,animal, diabólica" (Sant. 3:15). Por otra parte, para ser sana, la fe debe serejercitada en el Salvador mismo sin dependencia en esta sabiduría huma­na. Pablo desarrolla este punto cuando más tarde escribe en cuanto a lamuerte y resurrección del Señor Jesús. Él declara: "Si Cristo no resucitó,

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356'~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Elpredicadory el evangelismo 357

vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados" (1 Coro 15:17). Si Cristono estaba vivo de entre los muertos, entonces el pecado no se había quita­do, el evangelio no era verdadero, los cristianos habían creído una menti­ra, los apóstoles fueron falsos testigos, y los seres queridos que habíanmuerto estaban perdidos para siempre. Así que para que la fe sea sana,hombres y mujeres tienen que creer en el Hijo de Dios que, de modo lite­ral y físico, resucitó de entre los muertos. Todos los otros principios de lafe evangélica se incluyen e implican en la gran doctrina de la muerte y laresurrección de Jesucristo.

Pero una fe sana también debe ser una fe salvadora.

Una fe salvadora"Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres,

sino en elpoder de Dios" (v, 5, énfasis de los autores). Pablo ya nos ha inter­pretado el significado del poder de Dios en el capítulo anterior. Recuerdeque dice que "la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a losque se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios" (1:18). Para Pablo, lafe salvadora era una fe que había efectuado, y estaba efectuando, una pode­rosa transformación en el alma del creyente. Esto significaba conocer alSeñor Jesucristo como Salvador y Señor en todo el sentido de la palabra.

Finalmente, nuestro motivo, como predicadores, es llevar a nuestrosoyentes a una fe sana, salvadora y firme.

Una fe firme"Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres,

sino en el poder de Dios" (v. 5). Bien se ha dicho que "lo que depende deun hábil argumento está a merced de otro más perspicaz." Sin embargo,esto no es así cuando la fe está centrada en el inmutable Hijo de Dios.Esto es lo que Pablo quiere decir por una fe que se establece "en el poderde Dios". Sus palabras conllevan la idea de solidez o firmeza. En esta epís­tola exhorta dos veces a los creyentes a estar firmes en la fe. La primeramención sigue al glorioso tratamiento de los hechos inalterables de lamuerte y la resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo en el capí­tulo 15. Habiendo declarado el triunfo del Hijo de Dios, dice: "estad fir­mes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo quevuestro trabajo en el Señor no es en vano" (15:58).

El segundo caso coincide con la conclusión de la epístola, donde el após­tol expresa su palabra de despedida a los creyentes de Corinto en estos tér­minos: "Velad, estad firmes en la fe, portaos varonilmente, y esforzaos"(16:13).

Entonces, aquí tenemos el motivo supremo del predicador: que la fede sus oyentes no debe basarse en la sabiduría de los hombres sino en elpoder de Dios. De esta manera vemos que ser puros en nuestra motiva­ción es ser poderosos en nuestra predicación. Al cumplirse el propósito deDios, el Espíritu confirma su Palabra "acompañada de señales" (Mar.16:20). No carece de significado que Pablo describa el objeto de la predi­cación en términos de establecer a hombres y mujeres "en el poder deDios". Se desprende, por tanto, que solamente cuando este "poder" semanifiesta, la predicación es auténtica y efectiva.

De este modo, hemos visto lo que queremos decir por predicaciónevangelística. Nunca jamás se ha confiado una tarea tan grande a los hijosde los hombres. Y en estos tiempos de lo que J. 1. Packer llama "la palabraperdida?", necesitamos volver a tomar no solamente la gloria de la predi­cación sino también su poder. Como predicadores y pastores, siempredebemos recordar la unión eterna que Dios ha forjado entre la predicacióny el evangelismo. El imperativo resuena en todos los siglos hasta esta horaprecisa: "¡Predica la palabra! ... haz obra de evangelista" (2 Tim. 4:2,5).

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APENDICE O

EL PREDICADOR Y

ROMANOS

La predicación puede llegar a ser superficial y tangencial si el predica­dor pierde de vista su don ministerial dado por Dios (el papel que leha sido designado) o pierde de vista lo que él busca cumplir por

medio del ministerio de la predicación (su resultado deseado). A este res­pecto, se podría recurrir a muchos pasajes de las Escrituras, y en realidadjuno debe tratar de hacerlo! Brevemente usamos aquí al apóstol Pablocomo ejemplo, considerando el papel que le fue designado en el ministe­rio y el resultado que él deseaba tal como los presenta en Romanos.

EL PAPEL DESIGNADO A PABLO EL PREDICADOR

Un ministerio sagradoPablo, el apóstol, fue apartado por Dios para el ministerio del evan­

gelio (Rom. 1:1). Este ministerio le fue divinamente dado y confirmado(1:1,5; 12:3; 15:15-21). En resumen, Pablo fue "honrado" con lo quepuede llamarse, ante todo, un sagrado ministerio. Fue un ministerio deDios y confirmado por Dios. Fue la concesión divina y la confirmación delministerio de Pablo lo que le dio la autoridad de escribir a los santos deRoma de la manera en que lo hizo (15:15; 12:3).

Un ministerio sacrificialPablo describe este ministerio en términos "sacerdotales" al cumplir él

un servicio sacrificial que resulta en ofrenda aceptable, una ofrenda que

El predicadory Romanos .~. 359

consistió en las vidas obedientes de los gentiles mismos (15:16). Por esohablamos del papel designado a Pablo, en segundo lugar, como un minis­terio sacrificial.

El servicio sagrado y sacrificial de Pablo fue la proclamación apostóli­ca del evangelio (1:1-5,14-17), específicamente a las naciones no alcanza­das (15:19-21). Pablo estaba obligado, en virtud de su apostolado y de lagracia, a predicar a los gentiles (1:14), y esta obligación colocó dentro dela esfera de su ministerio de la gracia aun a los de Roma (1:11-15). Dehecho, puede ser que la carta de Pablo fuera fundamental para el don espi­ritual que él quería impartir en Roma (1:11-12) antes de que fuera envia­do por los fieles de Roma a ministrar en España (15:24,28). En Roma yEspaña, como en otros lugares, Pablo fue llamado por Dios para provocarobediencia al evangelio en los gentiles (15:18). Esta fue la ofrenda acepta­ble que Dios había ordenado que Pablo llevara, presentando la vida obe­diente de los gentiles (comparar con Col. 1:24-29).

En este cuadro sagrado y sacrificial del llamamiento del apóstol, elpapel que le fue designado, los predicadores pueden aprender y meditar.En un sentido muy real, el predicador es un escogido siervo para el sacer­docio que hace posible y asegura los sacrificios agradables a Dios. Loincreíble es que este servicio sagrado y sacrificial trata con vidas humanas.Si extendemos un poco el cuadro de Pablo, el predicador presenta la gra­cia divina a la gente por medio de la proclamación del evangelio, y llamaa la obediencia de la fe que en última instancia agrada a Dios. ¡Qyé minis­terio! Definitivamente, esta ofrenda se basa en la justificación solamentepor gracia, solo por medio de la fe, únicamente en Cristo. Sin embargo, elfruto final de tal justificación y salvación son las vidas ofrecidas a Dios,santificadas por el Espíritu Santo.

EL RESULTADO DESEADO DE PABLOEL PREDICADOR

Es esta clase de predicador con este entendimiento de su papel desig­nado quien exhorta a sus lectores en Romanos 12:1-2. Como esta exhor­tación está en un punto tan crítico en la carta (después de que Pablo hayapresentado su evangelio) la consideramos como un cuadro de la obedien­cia (15:18) de fe (1:5) que Pablo, el consagrado y sacrificado ministro, pide(observar 15:16) sobre la base de su evangelio. Como hemos indicado, esta

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360 ..•~ -. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSlTIVA El predicadory Romanos 361

respuesta en Romanos 12:1-2 se basa en la justificación y la salvaciónexpuesta en los capítulos 1-11. Romanos 12:1-2 puede revelarnos, enton­ces, en forma resumida, el resultado final deseado de la proclamación del

evangelio de Pablo.

La vida que está totalmente dedicada a DiosPablo, el predicador, llama a una vida que sea totalmente dedicada a

Dios (12:1). Pablo usa el lenguaje del sacrificio y la adoración, posible­mente un lenguaje apropiado para un entorno bautismal, para representargráficamente su desafío. La presentación sacrificial de la comunidad, "her­manos", debe ser corpórea (implicando la existencia corporalmente con­creta), corporativa (involucrando los cuerpos [pl.] de los miembros de lacomunidad) y completa (como debiera ser cualquier sacrificio santo yagradable). Tanto la imagen sacrificial como cualquiera de las connotacio­nes bautismales que pueda haber, hacen que este llamado sea decisivo; nopuede haber sacrificio o bautismo parciales. Cada creyente y cada aspectode la vida de todo creyente están sujetos a este llamado. Se demanda dedi­cación total, una total ofrenda o entrega del ser mismo a Dios de maneraque lo agrade a Él como un sacrificio vivo y santo.

Mirando atrás a una parte anterior de Romanos, parece razonablesugerir que esta total dedicación implica la consideración lógica, la entre­ga activa de cada aspecto de la existencia del creyente a Dios en CristoJesús (6:11-13). El cristiano ha muerto con Cristo, y es invitado a vivir unanueva vida con Dios en Cristo Jesús (6:11). La vida ahora implica decisio­nes justas, santificación (6:19,22), y termina en vida eterna (6:22). Estanueva vida de justicia en Cristo por la fe es posible porque el cristiano hasido librado del cautiverio, el control y la esclavitud del pecado por mediode la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo. Esta transferencia delpecado a la justicia en la vida del creyente tiene lugar de modo experien­cia1 cuando el cristiano responde correctamente (cree) a la cruz ya la resu­rrección de Cristo. Esta es la apropiada y deseada respuesta final al evan­gelio de Pablo: la obediencia de la fe (1:5; 15:18; 16:26).

No es sorpresa que Pablo hable del sacrificio cristiano como "vuestroculto racional [o lógico]" en 12:1 (comp. con 6:11). Tal sacrificio es la res­puesta apropiada y auténtica del creyente al evangelio que desea el predi­cador en su función sacerdotal.

La vida que es totalmente transformada por causa de DiosSi el primer aspecto de la exhortación de Pablo exige que la vida sea

totalmente dedicada a Dios, el segundo exige que la vida sea totalmentetransformada por causa de Dios (Rom. 12:2). Aquí Pablo se aleja de laimagen sacrificial. Sin embargo, es muy claro el llamado radical a unamentalidad y un modo de vida diferentes a causa del evangelio. El lengua­je de Pablo es inusual para él, pero parece expresar la misma verdad que seencuentra en Efesios 4:17-24 (también Rom. 13:11-14). El cristiano esllamado a una renovación de mente basada en la verdad (Rom. 6:17), unarenovación que lo separa a uno del pensamiento y del modo de vida de laépoca, y le permite ponerse en Cristo (Rom. 11:14) (despojarse del viejohombre y vestirse del nuevo, Ef. 4:22-24). El resultado es que el cristianotiene que discernir y probar la voluntad de Dios (Rom. 12:2; ver Ef. 5:10).

En última instancia, esta renovación, diríamos, se ve como Cristomismo en la vida del cristiano y de la Iglesia (Rom. 13:14; 15:3,7; 8:29; verFil. 2:5ss). En el nivel práctico y concreto, esta renovación basada en elevangelio se refleja en la ética comunitaria de Pablo en 12:3 y en lo quesigue. Pablo habla de una sobria evaluación de sí mismo (humildad) yluego habla de un reconocimiento de la naturaleza del cuerpo de la comu­nidad y el uso de los diferentes dones (unidad y servicio, 12:3-8). Lassiguientes directivas son muy numerosas para explicarlas en detalle, perose hace énfasis en el servicio, el amor, la sumisión, la libertad, la toleranciay en complacer a otros a la semejanza de Cristo (15:1-7). En última ins­tancia, esta es la glorificación que se dará a Dios en las naciones (15:8-13).

Pablo no discute el proceso de esta renovación en tan corto espacio;pero indudablemente supone adhesión a la enseñanza recibida (6:17;16:17-19) yel andar en ella (13:13-14). Además, el papel del Espíritudebe recordarse, ya que Pablo ha discutido la posición de la mente en lascosas del Espíritu y no de la carne (8:5-11), y la necesidad del Espíritu enel proceso de hacer morir las obras del cuerpo (8:13). Aunque no se men­ciona el Espíritu en este texto, no es inapropiado notar el papel delEspíritu en la transformación en otro lugar (2 Coro 3:18). También, es elEspíritu el que santifica la ofrenda de los gentiles (15:16), y sin duda elEspíritu está implicado en la transformación que es fundamental para lavida del evangelio.

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362 .~. GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSlTIVA

Tal dedicación y transformación es lo que el predicador busca en lavida de sus oyentes. [Qjré emocionante posibilidad; qué digno deseo cuan­do uno ministra! Entonces, el resultado deseado del ministerio de la pre­dicación no es sencillamente decisiones por Cristo, son discípulos com­prometidos a Cristo y conformados a Él (Col. 1:28-29).

CONCLUSIÓN

Pablo comienza en Romanos declarando que el hombre está bajo la irade Dios (1:18) y que Dios lo ha entregado a las viles pasiones (1:24) yauna mente corrompida (1:28).

En medio de este cuadro de depravación, Pablo afirma que la adoracióndel hombre ha sido falsa porque el hombre ha adorado a la criatura antesque al Creador (l :25). En Romanos 12:1-2 hay una transformación de estasituación. Sobre la base de la misericordia de Dios (no la ira), al hombre sele ha dado la oportunidad de obediencia corporal (no deshonra) y transfor­mación mental (no corrupción). Además, en lugar de que el hombre cam­bie la verdad por la mentira y la adore falsamente, ahora Pablo habla de laadoración que es "verdadera" o razonable delante del Dios del evangelio.

Todo predicador llama a hombres que merecen la ira y están sujetos ala depravación, a una correcta relación con el Creador por la fe sobre labase de la muerte redentora de su Hijo. Esto permite a los hombres ado­rar "realmente" a Dios, viviendo obedientemente en el cuerpo y siendorenovados en su mente. Para ministrar de esta forma, todo predicador es,en un sentido muy real, separado y lleno de la gracia de Dios para estarimplicado en un servicio sagrado y sacrificial. Este servicio agrada muchoa nuestro Dios, al aceptar Él la vida de los que responden obedientemen­te en fe al evangelio. Este es el cuadro que presenta Pablo y dentro del cualve obrar al Señor.

¡01lé más grande gozo podemos tener en la vida que agradar a nues­tro Dios! Que este sea el caso de quienes están implicados en el ministe­rio del evangelio, a medida que nosotros, como Pablo, cumplamos unpapel bíblicamente designado y busquemos el resultado apropiado ennuestros ministerios.'

NOTASIntroducción, páginas 1-5

1. Tomada de The Expositor's BiNe Commentary, vol. 5 editado por Frank E.Gaebe1ein, 1196. Copyright © 1991 por The Zondervan Corporation. Usada con per­miso de Zondervan Publishing House.

2. James Daane, Preaching with Confidence: A Theological Essay on the Power of thePulpit (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1980),6.

3. Ibid., 114. Sostenemos que si la predicación es bíblica, entonces la Biblia es la fuente final de

información sobre la predicación.5. Daane, Preachingwith conftdence, 5-6.6. David S. Dockery, Holman Bible Dictionary (Nashville: Holrnan Bible Publishers,

1991),1183.7. Tony Sargent, Tbe Sacred Anointing: The Preaching of Dr. Martyn Lloyd-Jones

(Wheaton, Ill.: Crossway Books, 1994), 189.8. John R. Stott, Between Two Worlds (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing

Co., 1982), 125-126.9. Arthur S. Hoyt, The Work ofPreaching (London: The Macmillan Co., 1909), 12.

10. Obispo Carl J. Sanders, "A Vision for the Church," The United Methodist Reporter(Dallas: UMR Communications, 11 de enero de 1974),2. .

Capítulo 1: El predicador y e111amado de Dios, páginas 7-18

1. Thomas D. Lea, 1, 2 Timothy, The New American Commentary (Nashville:Broadman Press, 1992),34:108.

2. Tony Sargent, The Sacred Anointing: Tbe Preaching o/ Dr. Martyn Lloyd-Jones(Wheaton, lll.: Crossway Books, 1994),24-25.

3. Lea, The NewAmerican Commentary, 77.4. Ibid, 73.5. Warren W. Wiersbe, With the Word (Nashville: Oliver-Ne1son Books, 1991),496.6. William Barclay, The Letters to the Galatians and Ephesians, Tbe Daily Study Bible

(Edinburgh: Saint Andrew Press, 1954), 13.7. W. Graham Scroggie, "Counsels to Young Pastors," The All Nations Missionary

Review (invierno 1951-52): 5.9. Richard N. Longenecker, Galatians, WordBiblical Commentary, ed. Ralph P. Martin

(Dallas: Word, 1990),41:3110. Apostello"sugiere enviar de modo oficial o autoritativo" (Thayer) Pempo es un tér­

mino más general. Estos dos verbos se encuentran en Juan 20:21.11. Sargent, The SacredAnointing, 29.

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364 GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Notas 365

12. Adaptado de la biografía de Stephen F. Olford, Only One LiJe, por john Phillips(Neptune, N.].: Loizeaux Brothers, Inc. 1995),285. Usado con permiso.

13. C. I. Scofield, The Scrifield Reference Bíble (New York: Oxford University Press,1967),1264.

14. R.W. DeHaan, 1980 Radío Bíble Class, Grand Rapids, Michigan 49555 [9 de mayo].15. Herbert Lockyer, Last Words of Saints and Sinners (Grand Rapids: Kregel

Publications, 1969), 167.16. Citado en Archibald Naismith, 2400 Outlínes, Notes, Quotes, and Anecdotes for

Sermons (Grand Rapids: Baker Book House, 1967), 184.

Capítulo 2: El predicador y la Palabra de Dios, páginas 19-28

1. W. C. G. Proctor, "Infallibility," en Baker's Díctíonary ofTheology (Grand Rapids:Baker Book House, 1960),284.

2. James S. Stewart, AMan ín Chríst (London: Hodder & Stoughton, 1935), 393. Roy McCloughry, "Basic Stott," Christíaníty today, 8 de enero de 1996,28.4. George Müller, Soul Nourishment First (Bristol, England: Müller Homes for

Children, n.d.), 1.5. Tbe Exposítor's Bible Commentary, vol. 11m editado por Frank E. Gaebelein, 357.

Copyright © 1978 por The Zondervan Corporation. Usado con permiso de ZondervanPublishing House.

6. Fred Kerr, "Meet Daily with Jesus," The Allíance Wítness, 14 de marzo de 1984,6.7. "Se os vuelva a enseñar" se opone a "los maestros" y señala la diferencia. Su conoci­

miento de la fe es mínimo cuando debió haber sido avanzado. "Las verdades elementales"(NVI) traduce una expresión que es equivalente a nuestro "ABC". (Tomado de TbeExposítor's Bíble Commentary, vol. 12, editado por Frank E. Gaebelelin, 51. Copyright ©1981 por Zondervan Corporation. Usado con permiso de Zondervan Publishing House.)

8. Ibid., 12, 52.

Capítulo 3: El predicador y la vida de Dios, páginas 29- 38

1. Handley C. G. Moule, Veni Creator (London: Pickering & lnglis, n.d.), 3.2. W. E. Vine, Exposítory Díctíonary ofBíblícal Words (Nashville: Thomas Nelson

Publishers, lnc., 1985), 664.3. Charles Colson, The Body (Waco, Tex.: Word, 1992), 304.4. John Stott, Only One Way: The Message of Galatians (Downer's Grove, Ill.:

InterVarsity Press, 1973), 148.

Capítulo 4: El predicador y el hombre de Dios, páginas 39-51

1. William Barc1ay, Tbe Letters to Timotbv; Títus y Phílemon (Edinburgh: SaintAndrew Press, 1960), 143.

2. William Hendriksen, Expositíon if 1 & 11Tímothy andTítus (Grand Rapids: BakerBook House, 1955),200.

3. Ibid., 200-201, adaptado.4. James Mann, "Why Churches Get into Money Muddles," USo News and World

Report, 16 de agosto de 1982, 36.5. Tomado de U1e Prepare and Preach: The Practíce ofSermon Constructíon and Delívery por

Clarence Stone1ynRoddy, ed., 30. Copyright © 1959 por Moody Press.Usado con permiso.

6. Henry G. Bosch, "The Beauty ofHoliness," Our Daíly Bread (Grand Rapids: RBCMinistries, 29 de julio de 1972).

7. Austin L. Sorenson, "Preparing the Pastor's Heart," citado en Pulpít Helps, (abril de1979),1.

8. La palabra santídad"se refiere a un respeto por Dios que altera profundamente el com­portamiento". VerThomas D. Lea y Hayne P. GriffinJr., en 1 Timoteo 6:11, op. cit. 172.

9. Austin L. Sorenson, "What Is a Minister?" citado en Pulpít Helps, (julio de 1983),20.10. Lea and Griffith jr., New American Commentary, 172.11. Archibal Naisrnith, 2400 Outlínes, Notes, Quotes and Anecdotesftr Sermons (Grand

Rapids: Baker Book House, 1967), 194.12. Aunque "el lavamiento de agua por la palabra" por lo general es interpretado como "el

lavamiento del nuevo nacimiento" (Tito 3:5), el ministerio de limpieza de la palabra (rhema)por el esposo sigue siendo una aplicación válida del término en el contexto del hogar.

13. Hendriksen, Exposítíon if1 & 11Tímothy y Títus, 205.

Capítulo 5: El predicador y el trabajo de Dios, páginas 52-67

1. To:nado de Zinger por ~aul Azinger con Ken Abraham. Copyright © 1995 porPaul Azmger. Usado con permiso de Zondervan Publishing House.

2. Donald Guthrie, Pastoral Epístles, Tyndale New Testamente Commentaríes (GrandRapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1976), 141.

3. Ibid., 99.4. R~ph Earle, Th~ Expositor's Bible Commentary, vol. 11, editado por Frank E.

Caebelein, 373. Copynght © 1978 porThe Zondervan Corporation. Usado con permi­so de Zondervan Publishing House.

5. Stephen F. Olford, Christíanity and You (Grand Rapids: Wm. B. EerdmansPublishing Co., 1958),45.

6. John R. W. Stott, 1 Belíeve ín Preachíng (London: Hodder & Stoughton, 1982),sobrecubierta.

7. El juicio de jonathan M. Olford, psicólogo c1ínico en Link Care Center, Fresno,California.

8. Escuchado por Stephen F. Olford durante una conferencia de un pastor.9. Esto podría llamarse una "Junta de Diáconos" en forma embrionaria, como se des­

cribe en 1 Tim. 3:8-13.10. Tomado de The Expositor's Bíble Commentary, vol. 9, editado por Frank E.

Gaebelein, 331. Copyright © 1981 por The Zondervan Corporation. Usado con permi­so de Zondervan Publishing House.

11. John R. W. Stott, Between Two Worlds. The Art of Preachíng in the 20th Century(Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1982), 181-182.

12. Walter C. Kaiser Jr. Preaching 11, no. 2 (septiembre/octubre, 1995), 4.

Capítulo 6: El predicador y la exposición de Dios, páginas 69-81

1. john R. W. Stott, "Creating the Bridge," tomado de Michael Duduit, ed.,Communícate wíth Power: 1nsíghts from Ameríca's Top Communícators (Grand Rapids:Baker Books, 1996), 187-188.

2. J. I. Packer, "The Lost Word," en God Has Spoken (Downers Grove, Ill.: InterVarsityPress, 1979), 28.

3. Walter C. Kaiser [r., Toward an Exegetical Theo!ogy: Biblíca! ExegesisJor Preachíngand Teaching (Grand Rapids: Baker Book House, 1981), 52-53.

Page 191: Stephen F. Olford - Guía De Predicación Expositiva x eltropical (1)

366 .•..~•• GUíA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Notas 367

4. "Leían" significa "leer en voz alta" (Ex. 24:7; Deut. 17:19; 2 Rey. 5:7).5. Ver los comentarios sobre esto en el cap. 13: "El predicador y la proclamación".6. Ernest W. Bacon, Spurgeon:Heir oftbe Puritans (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans

Publishing Co., 1968), 59-60.7. Walter C. Kaiser Jr., Toward an Exegetica/ Theology: Biblical Exegesisfor Preaching

and Teaching (Grand Rapids: Baker Book House, 1981), 19.8. lbid., 19.9. Ver la Bibliografía.

10. Las tres preguntas que siguen son "la llave de oro" que ayuda a abrir el texto queestamos estudiando. En los capítulos que siguen será demostrado esto e ilustrado máscompletamente.

11. C. H. Spurgeon, Lectures to My Students (London: Marshall, Morgan & Scott,1960).353.

12. Ver cap. 13: "El predicador y la proclamación".

Capítulo 7: El predicador y la preparación: selección, páginas 82-102

1. Walter Bauer, William F. Arndt, F. Wilbur Gingrich, A Creek-English Lexicon iftheNew Testament and other Early Christian Literature (Chicago, University of ChicagoPress, 1957), 145. Este trabajo es traducción y adaptación de Arndt y Gingrich deCriechisch-Deutsches Worterbucb zu den Schriften desNeuen Testaments und der übrigen urcb­ristlichen Literatur, de Walter Bauer (4th rev.y aumentado ed., 1952).

2. Acts: An Introduction and Commentary, Tyndale New Testament Commentaries(Leicester, England: InterVarsity Press, 1980), 333.

3. Duane Litfin, Sto Paul's Theology of Proclamation, (Cambridge: CambridgeUniversity Press, 1994),247-252.

4. lbid., 244-252. Dr. Litfin afirma el compromiso de Pablo con el mensaje de la cruzy su convicción en cuanto a la obra del Espíritu (pp. 247-252). El Dr. Litfin tambiénargumenta que Pablo no dependía de "la dinámica de la adaptación retórica" para obte­ner resultados (p. 245).

5. D. Martyn Lloyd-jones, Preaching and Preachers (Grand Rapids: ZondervanPublishing House, 1971), 188-189. Usado con permiso. Nosotros, los autores, mantene­mos la posición de que, generalmente, la planificación es útil, pero nuestra planificacióndebe hacerse con oración, y debe haber continua sumisión a la soberanía de Dios y con­tinua sensibilidad al Espíritu Santo. ¡Dios siempre puede cambiar nuestros planes!Discutiremos esto más adelante en este texto.

6. john R. W. Stott, Between Two Worlds: Tbe Art ofPreaching in the Twentieth Century(Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1982),214-220.

7. Sinclair B. Ferguson, "Exegesis" en The Preacher and Preaching: Reviving the Art inthe Twentieth Gentury, Samuel T. Logan jr., ed., (Phillipsburg, N.].: Presbyterian andReformed Publishing Company, 1986), 197.

8. Sidney Greidanus, Tbe Modern Preacher and the Ancient Text: lnterpreting andPreaching Biblical Literature (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing, 1988),16-17.

9. Este enfoque se presenta en lugar de un enfoque tópico, en el que se usan muchostextos sin un texto principal.

10. El predicador podría dedicar un solo mensaje para las siete cosas o un mensaje paracada una, como se afirma en el contexto.

Capítulo 8: El predicador y preparación: investigación, páginas 103-143

1. Sidney Greidanus, Tbe Modern Preacher and tbe Ancient Text (Grand Rapids:William B. Eerdmans Publishing Company, 1988), 122.

2. lbid., p. 131.3. Ver capítulos 12 y 14.4. John Stott, Between Two Words: Tbe Art ofPreachingin tbe Twentieth Century (Grand

Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1982),259. El Dr. Stott también diceque un principiante necesita de diez a doce horas de estudio para cada sermón.

5. Steve Brown, Haddon Robinson, William Willimon, A voice in tbe Wilderness(Sisters, Oreg. Multnomah Press Books/Christianity Today, lnc., 1993), 125-126.

6. Los comentarios, por regla general, pueden dividirse en cuatro categorías: crítico,exegético-expositivo, homilético y devocional. Los comentarios críticos se enfocan en elidioma original y en el significado del texto. Los comentarios exegético-expositivos serefieren al idioma original, pero con frecuencia se basan en la traducción al español. Loscomentarios homiléticos presentan mensajessobre el texto, con estructura homilética. Loscomentarios devocionales ofrecenpercepciones y reflexiones sobre el texto. Todos losanteriores pueden ser muy útiles. Uselos consecuentemente, con la noción de la perspec­tiva y el propósito del autor.

7. Exactamente cuándo se hace este estudio contextual no es tan importante comohacerlo. El predicador recibe gran ayuda cuando tiene un sentido del trasfondo del texto,tanto en términos de historia como de literatura.

8. Si el mensaje es parte de una serie expositiva de un libro de la Biblia, los aspectosde este estudio contextual solo necesitarán hacerse una vez. Este estudio puede hacerseincluso cuando usted se prepare para hacer toda la serie.

9. Para información de utilidad sobre este género, especialmente con relación a la pre­dicación, ver: Sidney Greidanus, Tbe Modern Preacher and tbe Ancient Text: Interpretingand Preaching Biblical Literature (Grand Rapids: William B. Eerdmans PublishingCompany, 1988), Handbook if Contemporary Preaching, ed. Michael Duduit (Nashville:Broadman Press, 1992), esp. 245-389; Walter C. Kaiser Jr., Toward an ExegeticalTbeology: Biblica/ Exegesisfor Preaching and Teaching (Grand Rapids: Baker Book House,1981), en especial 185-231 sobre profecía, narrativa y poesía; y Gordon D. Fee y DouglasStuart, How to Read the Biblefor Al! Its Worth: A Cuide to Understanding the Bible (GrandRapids: Zondervan Publishing House, 1982).

10. Ver Génesis 2:4; 5:1; 6:9; 10:1; 11:10; 11:27; 25:12; 25:19; 36:1; 36:9; 37:2; tambiénR. K. Harrison, lntroduction to the Old Testament (Grand Rapids: William B. EerdmansPublishing Company, 1969), 542.

11. Ver Jueces 2:10-23; 3:7-11, y frases clave en 3:12; 4:1; 6:1; 8:33; 10:6; 13:1; 17:6;18:1; 19:1; 21:25.

12. Webster's 7th New Co/legiate Dictionary (Springfield; Mass. G & e MerriamCompany, 1965), 894.

13. Ver Walter Kaiser, Towards an Exegetical Theology (Grand Rapids: Baker BookHouse, 1981), 165-181; George Zemek, "Grammatical Analysis and ExpositoryPreaching," en Rediscovering Expository Preaching: Balancing tbe Science andArt ifBiblicalExposition, John MacArthur jr, y the Master's Seminary Faculty (Dallas: WordPublishing, 1992), 154-176; Gordon D. Fee, New Testament Exegesis: A HandbookforStudents and Pastors (Philadelphia: Westminster Press, 1983),60-82.

14. Libros de texto y estudios especiales que cubran el análisis y la exégesis gramaticalofreceránmétodos de bosquejoy esquematización. Tales procedimientos obligan al estudiante

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368···'* GUÍA DE PREDICACiÓN EXPOSITIVA Notas 369

a considerar cada palabra, describir gramaticalmente cada palabra, y relacionar cada pala­bra con el fluir de palabras dentro de la(s) oración(es). Uno debe tener cuidado, a la vez,de no perder el sentir y el "fluir" del texto y su impacto acumulativo como un todo. Lassiguientes ayudas en esquematización fueron proporcionadas por el Dr. Donald A.Hagner en una clase de exégesis del griego hace muchos años, ¡en 1976!15. Usamos como número de comienzo de preparación diez horas de tiempo.16. En cuanto a temas básicos en hermenéutica, vea a E. D. Hirsch Jr., Validity in

Interpretation (New Haven and London: Yale University Press, 1967); para temas bási­cos en hermenéutica bíblica, ver Bernard Ramm, Protestant Biblical Interpretation (GrandRapids: Baker Book House, 1970); Henry A. VirkIer, Hermeneutics: Principies andProcesses ofBiblical Interpretation (Grand Rapids: Baker Book House, 1981); Gordon D.Fee y Douglas Stuart, How to Read tbe Bible for All Its Worth: A Guide to Understandingthe Bible (Grand Rapids: Zondervan Publishing House, 1982);]. Robertson McQülkin,Understanding and Applying the Bible (Chicago: Moody Press, 1983); Earl D.Radmacher y Robert D. Preus, eds., Hermeneutics, Inerrancy, and the Bible (Grand Rapids:Zondervan Publishing House, 1984); Duane A. Garrett y Richard R. Melick Jr., eds.,Authority and Interpretation: A Baptist Perspective (Grand Rapids: Baker Book House,1987). Dos libros que cubren una reciente erudición en las áreas de discusión, teoría ypráctica de la hermenéutica son de Anthony C. Thiselton, Tbe Two Horizons: NewTestament Hermeneutics and Philosophical Description with Special Referencc to Heidegger,Bultmann, Gadamer and Wittgenstein (Grand Rapids: William B. Eerdmans PublishingCompany, 1980), y New Horizon in Hermeneutics: The Theory and Practice ofTranifOrming Biblical Reading (Grand Rapids: Zondervan Publishing House, 1992).Un estudio de problemas comunes en el proceso exegético lo proporciona D. A. Carson,Exegetical Fallacies (Grand Rapids: Baker Book House, 1996). Una obra que relaciona elgénero de interpretación con la predicación es la de Sidney Greidanus, The ModernPreacber and tbe Ancient Text: Interpreting and Preaching Biblical Literature (GrandRapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1988).

17. Toward an Exegetical Theology (Grand Rapids: Baker Book House, 1981), 134-140.18. Tomamos prestadas estas útiles palabras descriptivas de V. Phillips Long y su mate­rial de la conferencia presentada en el Centro Bíblico de Predicación Stephen Olford. ElDr. Long es profesor de Antiguo Testamento en el Seminario Teológico Alianza en StoLouis, Missouri. El Dr. Long ha señalado rasgos clave de la narrativa hebrea en TbeReign and Rejection ofKing Saul: A Casefor Literary and Theological Coherence (AtlantamGa: Scholars Press, 1989), SBLD 118. Ver también, George L. Kiein, ed., Reclaiming theProphetic Mantle: Preaching the O/d Testament Faithfully (Nashville: Broadman Press,1992), y Thomas G. Long, Preaching and the Literary Forms ofthe Bible (Philadelphia,Fortress Press, 1989).

19. Ver también el diagrama en la página 141. Las verdades o principios esenciales seránlas bases del mensaje que ha de predicarse. Más tarde, recibirán "forma" homilética.20. Por ejemplo, considere las directivas en cuanto a las actividades sacrificiales y lasofrendas en Levítico. Como creyentes del Nuevo Testamento, no tenemos que practicarestos sacrificios, pero un estudio de estas Escrituras nos enseñan mucho del carácter deDios, la provisión de Dios para la limpieza y la santidad, la necesidad de santidad, y apun­tan hacia el sacrificio de Cristo.21. Por ejemplo, un texto como Juan 15:1-17 indica el deseo y el diseño de Dios para

l~ fertilidad como discípulos que permanecen en Cristo. Un aspecto de esta permanen­cia es el papel de las palabras de Cristo y la obediencia a sus mandatos.

22. Ver Bryan Chapell, Christ-Centered Preaching: Redeeming the Expository Sermon(Grand Rapids: Baker Book House, 1994),267-286.

23. Ibid. ,267-269,280-286.24. Ibid. ,280-286.25. Ibid. ,280.26. Para los tratamientos expositivos de este texto, ver: Stephen Olford, The Grace of

Giving (Memphis, Tenn.: Encounter Ministries, .Inc. , 1990), 37-78.27. Toward an Exegetical Tbeology (Grand Rapids: Baker Book House, 1981), 152.28. Ibid. , 161.29. Ibid.30. Ibid. R h31. Vemos esta perspectiva de la princip.lización. d~ ~od? d,~stinto ~ lo que ame.sRichard aconseja en su apéndice: "The P~nls of PnnClph~atlOn en Senpture Sculpture. A

Do-It YourselfManualfor Biblical Preacbing. (Gr~nd Rapl~s: ~~ker Books, 1995), 163­168. El Dr. Richard se preocupa por esa abstraCCIón de pnnClplO~ q~e ,;educe el texto auna fuente de moralismo y "verdades". En esencia, el "ca~ácter obJetlv? del texto que~aperdido, y el predicador no deja realmente que el texto dicte el ~ensaJ~ que debeopre~l­carse. Richard menciona un número de problemas con este metodo. El usa el terrrunocontemporización en su útillibro/manual, en vez de principlización.

Capítulo 9:El predicador y la preparación: organización, páginas 144-161

1. Ver el cap. 6: "El predicador y la exposición", para U? previo desarrollo de estascuestiones de organización. Ya hemos usado estas categonas para ayudarnos a darforma al significado y la enseñanza del texto. Aquí las usamos para hacer la tran-sición a la forma del mensaje mismo.

2. Ver el útil capítulo: "Ideas centrales, ~os~uejos .y título.s" por Donal~ .G.McDougall en Rediscovering Expository Preacbing: Balancing ~he S~lence andArtoofBlblzcalExposition por john MacArthur Jr. y la Facultad del Seminario de Maestna (Dalias:Word Publishing, 1992), 225-241. Ver también, H. C. Brown Jr., H.Gord.onClinard, Jesse J. Northcutt, Al Fasol, Steps to the Sermon:An Eigh~-StepPlan for Preacbingwith Conjidence, rev. ed., (Nashville: ~roadman ~Holman Puhlishers, 1996), 64-7~.3. Haddon W. Robinson, Biblzcal Preacbing: The Development and Deliuery ofExpository Messages (Grand Rapids: Baker Book House, 1980), 31-44.4. G. Campbell Morgan, Preaching (London: Marshall, Morgan & Scott, Ltd., 1937),18.

5. Bryan Chapel, Christ-Centered Preaching: Redeeming the Expositorv Sermon (GrandRapids: Baker House, 1994),35-48. . .

6. McDougall, Rediscovering Expository Preachzng, 229.7. Ibid., 232.8. Ibid., 231. . . M d P 1985) 1149. Jerry Vines, A PracticalGuide to Sem:on Preparat.zon (Chicago: 00 y ~ess, , .10. Farris Whitesell, Power in Expository Preacbing (O~d Tappan, N.J.. Revell, 1963),

60 citado en Vines A Practical Guide to Sermon Preparatzon, 116-117. .' o d 1Ú. Ramesh Rich~rd define la predicación expositiva como "la contemp~nzaclOn ~ oaproposición central del texto bíblico que se deriva de método.s correct~~ de mterpreta~lO~y se declara por medios efectivos de comunicación para dar información .~l~~e~te;mstrucción al corazón, e influenciar el comportamien~o hacia la san:1 a . cnptureSculpture: A Do-It-Yourself Manual for Biblical Preacbing (Grand RapIds: Baker Book

Page 193: Stephen F. Olford - Guía De Predicación Expositiva x eltropical (1)

370% GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA Notas 371

J:Iouse, 1995), 17. ~a tarea de "contemporización" implica tomar "lo que fue escrito haceSIglos y [contemponzarlo] para las audiencias del presente" (p. 18)..12. Jerry Vines, A.Practical Guide to Sermon Preparation, 114-115. Observe la referen­

CIa a Walter C. Kaiser jr., Toward an Exegetical Theology (Grand Rapids: Baker BookHouse, 1982), 152.

.13. Pre,f~rimos ~s~r números en vez de letras para los bosquejos homiléticos. La secuen­CIa numenca es fácil de expresar en el discurso oral.

14. Webs~er's New World Dictionary ofthe American Lenguage 2 nd College Edition, DavidB. Guralnik, ed. (New York: World Publishing, 1970, 1972), s. v. "memorable."

15. Charles W. Koller, Expository Preaching Without Notes (Grand Rapids: Baker BookHouse, 1962),.93. El Dr. Koller también anima 1) al uso de ayudas visuales al bosquejar, 2)breves declaracton~s, 3) declaraciones enformas y puntos paralelos, 4) mantener las leyesnatu­r~/es de la memoria; pp. 91-96. El cuarto punto incluye limitar los puntos del mensaje acinco o menos.

1? .Warren W. Wiersbe, Preaching and Teaching with Imagination: The Questfor BiblicalMinistrv (Wheaton, Ill.: Victor Books/SP Publications, lnc., 1994). Todo el libro tratasobre este tema.

Capítulo 10: El predicador y la preparación: finalización, páginas 162-189

1. J:Iaddon W. Robinson, Biblical Preaching: The Development and Delivery ofExposttory Messages (Grand Rapids: Baker Book House, 1980), 115-132.

2. ~ar~ ayuda en esta área! c:>nsult~ ~arren W. Wiesbe, Preaching and Teaching withImagtnarton: The Questfor Biblical Mtmstry (Wheaton, Ill.: Victor Books, 1994).. .3. Para una útil discusión de.ilustraciones dentr? del contexto de la predicación expo­

sitrva, ver Bryan Chapell, Christ-Centered Preachtng: Redeeming the Expository Sermon,Baker Book House, 1994), especialmente el capítulo 7: "The Pattern of Illustration "162-197. '

~. La discusión del Dr. Chapell sobre la aplicación de la predicación centrada enCnsto es de mucha ayuda. Ver el capítulo: "The Practice of Application," pp. 198-225.Cita anterior de la p. 220.

5. Jay E.Adams, Preaching with Purpose:Tbe Urgent Task ofHomiletics (Grand Rapids:Zondervan Publishing House, 1982), 111.

6. lbid., p. 112.7. Chapell, Christ-Centered Preaching, 16-33,

8. Hemos dedicado los capítulos 12 y 14 a la obra del Espíritu Santo con relación a lapredicación.

Capítulo 11: El predicador y la comunicación, páginas 190-221

1. Duane Litfin, Sto Paul's Theology ofProclamation: 1 Corintios 1-4 and Greco-RomanRhetoric (Cambridge: University Press, 1994).

2. Ibid.,247.3. lbid., 248.4. lbid.

5. Walter Bauer, William Arndt. F. Wilbur Gingrich, A Greek-English Lexicon oftheNew Testament and other Early Christian Literature (Chicago: University of ChicagoPress, 1957), 860.

6. Bauer, Arndt, Gingrich, Greek-English Lexicon, 635-636.7. Efesios 6:10ss.8. Nos enfocamos en estos dos aspectos de las peticiones de oración, al reconocer que

Pablo expresó también otros conceptos.9. Ver el trabajo del Dr. Litfin (citado en nota 1) para una discusión de la perspectiva

de Pablo en su predicación como lo expone en 1 Corintios.10. G. Campbell Morgan, Preaching (London: Marshall, Morgan, & Scott, Ltd.,

1937),18.11. Ver cap. 6: "El predicador y la exposición".12. Para instrucción útil sobre la lectura pública de la Escritura, ver Thomas Edward

McComisky, Reading Scripture in Public: A guide for Preachers and Lay Readers (GrandRapids: Baker Book House, 1991).

13. Ver cap. 10: "El predicador y la preparación: Finalización".14. Esto será discutido en el cap. 13: "El predicador y la proclamación".15. Para una explicación de "Producción vocal completa', ver Al Fasol, A Guide to Se!f­

Improvement in Sermon Delivery (Grand Rapids: Baker Book House, 1983),25-39; tam­biénJerry Vines, A Guide ofEffective Sermon Delivery (Chicago: Moody Press, 1986), 1-57.

16. Ver Fasol, Guide to Self-Improvement, 41-56, y Vines, Guide to Effective SermonDelivery,23-30.

17. Ver cap. 14: "El predicador y la comprensión".18. Fasol, Guide to Self-Improvement, 58-72.19. Fasol, Guide to Se!f-Improvement, 58.20.lbid.21. lbid., 58-59. El libro del Dr. Fasol da avanzado asesoramiento en este aspecto de la

presentación vocal.22. No estamos aquí hablando de puras presentaciones dramáticas. Ese es otro tema y

realmente está fuera del enfoque de este libro.23. Hemos dedicado el capítulo 15 a este asunto de la aplicación.24. Ver página 260.25. Ver cap. 12: "El predicador y la consagración".

Capítulo 12: El predicador y la consagración, páginas 223-237

1. Tony Sargent, The SacredAnointing (Wheaton, Ill.: Crossway Books, 1994),29.2. A T. Robertson, Word Pictures in the New Testament, vol. 3 (New York: Harper &

Brothers), 145.3. Marvin R. Vincent, Word Studies in tbe New Testament, vol. 3 (Grand Rapids:

William B. Eerdmans Publishing Co., 1946, 1957),364.4. Gardon D. Fee, God's Empowering Presence: The Holy Spirit in the Letters of Paul

(Peabody, Mass.: Hendrickson Publishers, lnc., 1994), 294.5. Paul Lee Tan, Encyclopedia of 7,700 I1lustrations (Rockville, Md.: Assurance

Publishers, 1979), 1368.6. G. Campbell Margan, The GospelAccording to Luke (New York: Fleming H. Revell

Co., 1931), 144. .7. Leon Morris, The GospelAccordingto Sto Luke, Tyndale New Testament Commentaries

(Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishings Co., 1974), 196:8. W. E. Vine, Expository Dictionary of Biblical Words (Nashville: Thomas Nelson

Publishers, lnc.), 291. Usado con permiso.

Page 194: Stephen F. Olford - Guía De Predicación Expositiva x eltropical (1)

372 .'S, GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVANotas 373

. 9. Andrew Bonar, Robert Murray M'Cheyne (London: The Banner ofTruth Trust, 1960);citado en Tony Sargent, The SacredAnointing (Wheaton: Crossway Books, 1994), 128.

10. G. Campbell Morgan, Preaching(London: Marshall Morgan & Scott Ltd. 1937) 1811. Ibid., 49. ' , ,.

12. Ibid., 53-56.13. P'. Martyn Lloyd-jones, Preaching and Preachers (Grand Rapids: Zondervan

Pubhshmg House, 1971),325. Usado con permiso.14. To~ado de The ?xpositor's Bible Commentary, vol. 3 editado por Frank E.

G~ebelem, 1074. Copyright © 1992 por The Zondervan Corporation. Usado con per­mISO de Zondervan Publishing House.

15. Aun cuando los manuscritos más. ten:pranos Ymás fidedignos Yotros testigos anti­guos no tengan Juan 7:53-8:11, la historia relatada es típica de los tratos de nuestroSeñor con las vidas destrozadas.

16. William C. Robinson, Baker's Dictionary ifTheology (Grand Rapids: Baker BookHouse, 1960),329.

17. Va?ce Havner en J!1oody Monthly. Citado en Knight's Master Book if NewIllustrations, Walter B. Kmght, comp. (Grand Rapids: William B. Eerdmans PublishingCo., 1956),504-505.

18 ..D: Martyn Lloyd-jones, Preaching and Preachers (Grand Rapids: ZondervanPublishing House, 1971),305. Usado con permiso.

19. Tomado de Ablazefor Clodpor Wesley L. Duewed. Copyright © 1989 por WesleyL. Duewel. Usado con permISO de Zondervan Publishing House, 302-303.

Capítulo 13: El predicador y la proclamación, páginas 238-249

1. NU-Text, 26th ed.2. W. E. Vine, 1 Corintians (London: Oliphants Limited, 1951),27-28.3. Roger E. Olson, "Scandalous No More?" reseña de A Passionjór Truth Christianity

Today 40, no. 7, (17 de junio de 1996): 47. '4. George R. Beasley-Murray, Word Biblical Commentary [john], vol. 36 (Dalias:

Word Books, 1987), 16.5. Phillip~ Brooks, TheJoy ifPreaching (Grand Rapids: Kregel Publications, 1989).6. Preachmg and Preachers, p. 82, donde el Dr. Lloyd-Jones menciona también la

man~ra en que uno de sus predecesores, J. A. Hutton, "creía que un predicador deberíapredicar con t?do su cuerp?"; ~~ The Pur!tans, p. 117, donde él cita a Demóstenes Ycomenta el estI~o ~e la predIcacI~n de Whitefield, Citado por Tony Sargent en su libroThe SacredAnomtmg: The Preachmg ofDr: Martyn Lloyd-Jones (Wheaton, Ill.: CrosswayBooks, 1994), 187.

7. J. C. Macaulay, Expository Commentary on Hebrews (Chicago: Moody Press, 1978),253.8. Martyn Lloyd-Jones, Revival, 295. Citado en Tony Sargent, The SacredAnointing

(Wheaton.' Ill.: Crossway Books, 1994),79. Usado con permiso.9.. EdwI~ Newman, St:ictly Speaking: Will America Be the Death if English?

(IndIanap?hs: Bobbs- Mernll Company, 1974).10. Edwm Newman, A Civil Tongue (Indianapolis: Bobbs- Merrill Company, 1975).

Capítulo 14: El predicador y la comprensión, páginas 250 259

1. Eddie Gib~s, In Name Only: Tackling the Problem if Nominal Christianity(Wheaton, Ill.: Victor Books, Bridge Point. 1994), sobrecubierta.

2. G. Campbell Morgan, Tbe Corinthian Letters ifPaul (Westwood, N.].: Fleming H.

Revell Co. 1946),46.3. William Barc1ay, Tbe Letters to the Corinthians (Edinburgh: Sto Andrew Press,

1958),29.4. Arnold A. Dallimore, "George Whitefield, English Evangelist". Tomado de John D.

Woodbridge, ed., Great Leaders ifthe Christian Church (Chicago: Moody Press, 1988),295.

5. Ibid.6. Barc1ay, Corinthians,29.7. Ibid.8. James Hope Moulton YGeorge Milligan, The Vocabulary oftbe GreekNew Testament

(Grand Rapids: Wm B. Eerdmans Publishing Col. 1930),252.9. Paige Patterson, The Troubled Triumphant Church (Nashville: Thomas Nelson,

1983),38-39. Usado con permiso.

Capítulo 15: El predicador y la aplicación, páginas 260-269

1. John R. W. Stott, "Creating the Bridge: An Interview with John R. W. Stott",entrevista por R. Albert Mohler Jr., Preaching 4, no, 5 (marzo-abri11989): 4-5. .

2. Haddon W. Robinson, /iVe Believe in Biblical Preaching (DalIas: DalIas Theological

Seminary, 1972), 13.3. Al Martin, What's Wrong with Preaching Today? (Grand Rapids: Reformed

Fellowship, n.d.), 20.4. W. E. Vine, et al., Vine'sExpository Dictionary ifBiblical Words (Nashville: Thomas

Nelson, 1985),297. Usado con permiso.5. Stott, Preaching, 4-5.

Capítulo 16: El predicador Yla invitación, páginas 270-284

1. John R. W. Stott, The Preacbers Portrait: Some New Testament Word Studies

(London: The Tyndale Press, 1961),48,50.2. Ver Iain H. Murray, The Invitation System (Edinburgh: Banner ofTruth Trust, 1984).3. R. V. G. Tasker, The Second Epistole if Paul to the Corinthians, Tyndale New

Testament Commentaries (The Tyndale Press; reprinted ed., Grand Rapids: William B.

Eerdmans Publishing Co., 1977), 91.4. Alexander Mac1aren, Expositions 01Holy Scripture on 2 Corinthians, vol. 9 (Grand

Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 1959), 382. .5. Leon Morris, The Revelation ifSto [obn, Tyndale New Testament Commentanes (The

Tyndale Press; reprint ed., Grand Rapids: Wiliiam B. Eardman~ Publishi~g Co., .1976),84.6. Citado por el Dr. Kendell Easley en una conferencia sobre. P~e,achzn!5 .Gospe!

Literature" expuesta el 18 de julio de 1995 en el Centro de Predicación Bíhlica de

Stephen Olford, Mernphis, Tenn.7. Ibid. '8. Para un "plan" para después de la reunión, estudie con "ungid~~ ojos' , la proclama-

ción de Pedro (Hech. 2:1-14); la invitación (Hech. 2:36); la explzcaclOn (~ech. 2:~7-39).La explicación fue después de su reunión en respuesta al grito del corazon: ¿C2!le hare-

mos? (Hech. 2:37). 19. Un estudio cuidadoso de la invitación de Pedro en el día de Pentecostés revela os

tres elementos esenciales que ya hemos discutido antes: 1) decisión (Hech. 2:28-40), 2)

confesión (Hech. 2:41) e instrucción (Hech. 2:42).

Page 195: Stephen F. Olford - Guía De Predicación Expositiva x eltropical (1)

374 ..~ GUÍA DE PREDICACIÓN EXPOSITIVA

10. D~v~d B: Barrett, ed., World Christian Encyclopedia:A Comparative Study ifChurchesand Reltgton In the Modern World A. D. 1900-2000 (Nairobi Kenya: Oxford UniversityPress, 1982), p.v.

11. Dean M. Kelley, Why Conservative Churches Are Growing (New York: Harper &Row, 1972), 1.

1?. C?ordon D. Fee, "The Soteriological Spirit", God's Empowering Presence: The HolySpmt t~ the Letters ifPa~1 (Peabody, Mass. Kendrickson Publishers, Inc. 1994), 853.

13. Citado de Evangeltcal Newsletter 9, no. 10 (Philadelphia: 14 de mayo de 1982)14. Ibid. .

15. William Sargent, The Battle ftr the Mind (London: William Heinemann Ltd., 1957).16. To~ado de. The Expositor's Bible Commentary, vol. 8, editado por Frank E.

Gaebelem. Copynght © 1984 por the Zondervan Corporation. Usado con permiso deZondervan Publishing House.

17. Tasker, Second Corinthians, 89.

Capítulo 17: El predicador y la conservación, páginas 285 -293

1. D~v~d B: Barrett, ed., World Christian Encyclopedia:A Comparative Study ifChurchesand Reltgton In the Modern World A. D. 1900-2000 (Nairobi Kenya: Oxford UniversityPress, 1982), v.

?.J. C Macau1ay,A Devotional Commentary on the Acts ofthe Apostles (Grand Rapids:Wllllam B. Eerdmans Publishing Co., 1946).37-40).

Capítulo 18: El predicador y la inculcación, páginas 294-304

1. Kent Hughes, Preach the Word {ColossiansJ (Wheaton: Crossway Books, 1989),61.2. To~ado de The. Expositor's Bible Commentary, vol. 8, editado por Frank E.

Gaebelem, 198. Copynght © 1978 por the Zondervan Corporation. Usado con permi­so de Zondervan Publishing House.

Capítulo 19: El predicador y la motivación, páginas 305-314

1. Citado en Living Quotationsftr Christians, Copyright © 1974 por Sherwood E. Wirty Kerst~n Beckstrom (New York: Harper & Row, Pub1ishers), 160. Usado con permiso.

2. Ibld., 161,

.3. James Denney, The Second Epistle to the Corinthians (The Expositor's Bible), 1894.Citado en T:tndale 1'!~w Testament Commentaries (2 Corinthians) por R.V.C. Tasker, ed.(Grand Rapids: Wl1ham B. Eerdmans Pub1ishing Co.), 76.

4. Ibid., 77.5. Ibid., 80.

6. G. Campbell Morgan, Tbe Corinthians Letters (London: Charles Higham & SonLtd., 1947), 157. '

7. Archiba1d Naismith, 2400 Outlines, Notes, Quotes & Anecdotes ftr Sermons, vol. 2(Grand Rapids: Baker Book House, 1975),234.

8. M':lfray J. Harris,. The Expositor's Bible Commentary, vol. 10, editado por Frank E.Gaebelein, 350. Copynght © 1976 por the Zondervan Corporation. Usado con permi­so de Zondervan Pub1ishing House.

9. Naismith, 2400 Outlines, 47.

Notas 375

10. Traducción por W. Harold Mare, The Expositor's Bible Commentary, vol. 10,243.11. Samuel Harris, citado en Naismith, 2400 Outlines, 243.

Conclusión, páginas 315-322

1. Preaching the Word ifGod, por Stephen F.Olford, copyright © 1984, revisado 1989.Disponible en Encounter Ministries, Inc., P.O, Box 757800, Memphis, TN 38175-7800.Un llamado a la predicación bíblica y un ungido lenguaje, que desafíe a los pastores a res­taurar y poner en su propio lugar la predicación expositiva en la Iglesia.

Apéndice A: El predicador y la adoración, páginas 323-333

1. joseph M. Stowell, "In Spirit and in Truth," Moody, Abri11994, 42. Tomado de The Expositor's Bible Commentary, vol. 9 editado por Frank E.

Gaebelein, 57. Copyright © 1991 por the Zondervan Corporation. Usado con permisode Zondervan Pub1ishing House.

3. W. E. Vine, Expository Dictionary if Biblical Words (Nashville: Thomas Ne1sonPub1ishers, Inc., 1985),686.

4. Kent Hughes, Behold the Lamb (Wheaton, Ill.: Victor Books, 1984), 72.5. Pau1 S. Rees, "The Art of Preaching as an Act of Worship," del libro A Passion[or

Preaching, por David L. 01ford, comp. (Nashville: Thomas Nelson Publishers, 1989),111-113.

6. A. W. Tozer, "Worship: The Missing Jewel" folleto (Camp Hill, Pa.: ChristianPub1ications, 1992), 6.

7. Ver cap. 16: "El predicador y la invitación".8. De un resumen sobre adoración titulado "The Forgotten Priority", por J. C.

Macau1ay en The Calvary Messenger, el boletín dominical del 16 de enero de 1977,Ca1vary Baptist Church, New York City.

9. Tomado de Vine's Expository Dictionary ifBiblical Words por W. E. Vine, Merrill F.Ungerm y Wi1iam White, Jr. eds. Copyright © 1961, 1985 por Thomas Nelson, Ine.Publishers, 543.

Apéndice B: El predicador y la música, páginas 334-344

1. William Barclay, Letters to the Galatians and Ephesians (Edinburgh: Saint AndrewPress, 1934), 197.

2. Lee G. 01son, "Music in the Worship Service." The Alliance Witness, 3 de junio de1968,8.

3.lbid.4.Ibid.5.Ibid., 8, 21.

Apéndice C: El predicador y el evangelismo, páginas 345-357

1. Para más información sobre el curso práctico (*2120) de Stephen Olford, co~tactea Moody Bib1e Institute Center for Externa1 Studies, 820 North LaSalle Blvd., Chicago,IL. 60610. Este curso consiste en doce lecciones y cuatro exámenes y puede ser ~sadopor individuos, clases de escuela dominical o estudios bíblicos de grupos. Se considera

Page 196: Stephen F. Olford - Guía De Predicación Expositiva x eltropical (1)

376 ,"~~ GUÍA DE PR.EDICACI ÓN EXPO SITIVA

descuento especial para grupos de ocho o más personas. Los estudiantes reciben certifi­cado de MBI al completar el curso. Otro curso es Evangelismo Explosivo.Para informa­ción adicional escriba a Dr. D. James Kennedy, Coral Ridge Presbyterian Church, 5555N. Federal Highway, Fort Lauderdale, F1. 33308.

2. F. D. Coggan, The M inistry ofthe Word(London:The Canterbury Press, 1945), 11.3. Citado en Coggan, Tbe Ministry ofthe Word, 19.4. Ibid ., 66-67.5. Ibid., 62-63.6. Ibid. ,33.7. Ibid., 61.8. Charles john Ellicott, E I/icott's Commentary on the Whole Bible, vol. 7 (Grand

Rapids: Zondervan Publishing House, n.d), 292.9. Thomas Goodwin. Citado en Coggan, The M inistry ofthe Word, 19.

10. William Barelay, The Letters to the Corinthians (Philadelphia: The WestminsterPress, 1956),27.

11. Citado en Coggan, Tbe M inistry ofthe Word, 19.12. ]. 1. Packer, "The Lost Word, " en Cod Has Spoken (Downers Grove: InterVarsity

Press, 1979), 20.

Apéndice D : El predicador y Romanos, páginas 358-362

1. Esta es una versión editada de un artículo que primeramente apareció en ThePreacher boletín/revista, vol. 4 no. 1, publicada por The Institute for Biblical Preaching,Memphis, Tenn. , 1985. Impreso con permiso. Para una mayor consideración deRomanos 12:1-2 desde esta perspectiva, ver "Romanos 12:1-2: The Gospel andRenewal", de David Olford en Faces ofR enewal: Studies in Honor of Stanley M. Horton,Paul Elbert, ed. (Peabody, Mass.: Hendrickson, 1988),20-47.

Dr. Stephen F. Olford29/3/1918 - 29/8/2004

El Dr. Stephen Olford fundó el Oiford

Ministries In ternational y el Stephen Oiford

Institute for B iblical Preaehing . Y fueampliam ente reconoc ido por su predi ca­

ción expositiva y su liderazgo pa stor al.Hijo de mi sion eros Frederick y Bessie

O lford se crió en A ngo la y fue allí do ndeconsagró su vida a Cristo y expe rime ntó el pod er transformador de Dios y de su

Palabra. Ste phen Olford cursó sus estu dios universitarios en el Reino Unido.

Una expe riencia crítica lo llevó a rendirse por completo al Señor y a su llamadoal ministerio. Luego de recibir capacitación ministerial, estuvo a cargo de la lec­

tura de las E scrituras en el ejército durante la segunda guerra mundial. M astarde, fun dó una fraternidad de jóvenes cristianos en Newport, Gales del Sur. Al

fina lizar la guerra, el Dr. Olford participó en un vasto ministerio evangel ístico y

de predicación en todo el Reino Unido y en el exterior. En 1953 se inició elministerio pastoral del Dr. Olford en la iglesia bautista de la calle D uke en

Richmond , Surrey, Inglaterra (1953-1959) y luego en la iglesia bautista Calvmy

en Nueva York (1959- 1973). Promovió un programa cristiano de televisión

(Eneaunter [E ncuentro]) en N ueva York, y sus reuniones del domingo fueron

transmitidas por radio a tod o el mundo . Su program a radial de media hora sem a­nal, también llam ado Encounter, se continúa emitiendo en todos los EE.UU. ade ­

más de otros países.Luego de desarro llar un amplio ministerio entre los predicadores como

maestro, predicador y escritor, Stephen Olford fundo el Inst ttute fo r Biblical

Preaehing en 1980. En 1985 se traslado a M emphis, Tennessee junto a su esposay su hijo David, para desarrollar un centro de capacitac ión a fin de preparar y

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378 ~.. GU ÍA DE PREDI CACI ÓN EXPOSIT IVA

alentar a los predicadores y maestros de la palabra de Dios. En 1988, se ina ugu­ró en M emphis el Stephen Olford Center[or Biblical Preaching que es además laoficina central de Olford Ministries International.

El Dr. Ste phen Olford ha recibido reconocimiento nacional e internacionaldebid o a su magistral exposición de las Escrituras y a su ministerio cristoc ént ri­co. En sus últimos años fue reconocido como mentor y modelo de miles de pre­dicadores, maestros y pastores de los EE .UU. y el mundo. El Dr. Olford recibióvarios reconocim ientos, títulos hon orarios y distin cione s. Com o pastor bautistaordenado y evangélico conservador por convicción, ministró en diversas corrien­tes denomin acionales, cultu rales y raciales. Además de su vasto ministerio de pre­dicación , el Dr. Olford fue autor de numerosos libros y material de consulta parapredicadores.

Resulta imposible cuantificar la influencia del Dr. Olford en miles de pasto­res y predi cadores. Desempeñó un rol significativo en la vida de muchos, inclu­so de su amigo de toda la vida, el Dr. Billy Graham. Se lo conoció como «El pre­dicador de los predicadores».

El Dr. Stephen Olford partió para estar con el Señor el 29 de agosto de 2004.Fue un amado evangelista, pastor, maestro, predicador, líder, consejero y amigo.Tambi én fue un amoroso padre, esposo, abuelo y hombre de familia en el másamplio sentido de la expres ión. Él y su esposa, H eather, estuvieron casados 56años y tuvieron 2 hijos. El D r. j onathan Olford y su esposa Catheri ne, que vivenen Fresno, California, con sus hijos Jeremy,Justin, y Joshu a. El D r. D avid Olfordy su esposa Ellen, viven en Memphis, Tennessee con sus hijas, Lindsay yStephanie.

David Olford

Además de ser el presidente de Olford

Ministries International desde 1994, el D r.D avid Olford es director del I nst itute for

Biblical Preaching. Luego de su doctoradoen Inglaterra, se sumó al ministerio en elaño 1985 donde sirvió junto a su difun to

padre, el Dr. Stephen Olford , po r más de 19 años . Juntos escribieron el aclama­do libro Anointed Expository Preaching que ahora aparece en castellano, y enhonor a su padre compiló el libro , A Passion for Preaching [Pasión por la predi­cación]. C om o maes tro y como predicador, el Dr. D avid O lford transmitió supasión por la infalible Palabra de Dios en los EE.UU. y en varios países.

Fue miemb ro adjunto del cuerpo docente en diversos seminarios, y en 1986se casó con Ellen, con quien tienen dos hijas: Lindsay y Stephanie.

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Olford Ministries International

La misión y el anhelo de Oiford M inistries I nternationa! es brind ar instruc­ción bíblica y capacitación práctica que anime y prepare a los pred icadores ymaestros para que «interpreten rectamente » la palabra de la Verdad en el poderdel Espíritu Santo. Se logra gracias al interés global de ver a la iglesia reanimaday al mundo alcanzado por la reden tor a Palabra de Cristo.

Una variedad de actividades de capacitació n planificadas, la instrucciónbíblica y la capacitación práctica están a disposición de quienes ya están en elministerio, de quienes se preparan para el ministerio y de todos los que deseanestar mejor capacitados para predicar o enseñar la Palabra de Dios. Los asisten ­tes provienen de distintos trasfondos y de todo el mundo para participar en los:

Cursos sobre predicación y enseñanza exposi tiva, predicación evangelística,liderazgo eclesial, crecimiento espiritual y otros temas relacionados .

Talleres que brindan la oportunidad a predicadores y maestros de afianzar yperfeccionar sus dones y habi lidades en un ámbito abierto y constructivo.

Conferencias y retiros diseñados para el enr iquecimiento espiritual y larenovación , centrados en temas como santidad, avivamiento y crecimiento espi­ritual de cada persona.

Educación continua: el Inst itute [or Biblica! Preaching ofrece su propio pro­grama «fellowship» [fraternidad] para quienes desean una experiencia de capaci­tación estru cturada con responsabilidad personal. Además, pueden tomarse cur­sos individuales para contar con un título académico a través de los seminarios

afiliados.Material didáctico: se dispone de una ampl ia variedad de herramientas de

enseñanza y mate riales desde casetes de audio y video hasta discos compactos,bosquejos de sermones y libros, todos diseñados para animar y preparar al pue ­blo de Dios para que sea espiritualmente fiel y en la práctica, fructífero.

Para mayor inform ación o para solicitar un folleto, por favor visítenos enwww.o1ford.org o escríbanos a: 01ford Ministries Internationa1, P.O. Box757800 , Memphi s, T N 38175- 7800.