“predica la siste a tiem- palabra, in- el expositor po y fuera · 2019-11-25 · predicación...

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de las convicciones y la fidelidad de los miembros. Hermano, ¿Por qué pre- dicas? ¿Es una profesión para ti, o simplemente una forma de ganarte la vida? ¿Es una carrera que deseas ampliar al construir una gran congregación? ¿Es una oportunidad para ejer- citar sus talentos artísticos produciendo una obra maestra de palabras cada semana? ¿Es el orgullo de que la gente elogie tú pre- dicación durante años sin cansarse que lo hagan? La predicación por estas razo- nes puede construir repu- taciones o incluso congre- gaciones más grandes, pe- ro no producirá Cristianos piadosos, bien informados y doctrinados. La predica- ción que aprobada por Dios no es promoción del predicador, sino para la salvación y la edificación de los oyentes. Observemos tres ejem- plos de predicación peligrosa Predicación Peligrosa Sewell Hall Noviembre-Diciembre 2019 Vol. 19, Número 6 El Expositor “Predica la Palabra, in- siste a tiem- po y fuera de tiem- po” (2 Tim. 4:2—LBLA) Predicación Peligrosa Sewell Hall 1 Actitudes Hacia la Predicación H. E Phillips 3 Un Estudio de la Fe Hugh Fulford 8 Predicando lo que Es Falso El Antiguo Testamento está lleno con adverten- cias Recuerde al ―varón de Dios‖ que murió porque creyó la mentira de un falso profeta (1 Rey.13). Jesús nos advierte, ―Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vo- sotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos‖ (Mat.7:15). Pe- dro hace eco en estas pa- labras diciendo, ―Pero hu- bo falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubier- tamente herejías destruc- tores‖ (2 Ped.2:1). El peligro de la falsa enseñanza es reconocido por muchos de nosotros. Pero la enseñanza no tiene que ser falsa para ser peli- grosa. Hemos visto como algunos medios de comu- nicación pueden distorsio- nar las noticias al reportar E E l hombre que acep- ta la tarea de pre- dicar el evangelio, acepta una responsabilidad impresionante. ―Hermanos míos, no os hagáis maes- tros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condena- ción‖ [―mayor juicio‖Versión Moderna] (Stg.3:1). La aplicación de estas pala- bras no puede estar limita- da a los que comúnmente llamamos predicadores locales, pero estas aplican en una forma muy especial a tales varones. Cuanto más tiempo permanezca un hombre con una Igle- sias, haciendo ese trabajo, más responsable se volverá

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Page 1: “Predica la siste a tiem- Palabra, in- El Expositor po y fuera · 2019-11-25 · predicación expositiva ― y todavía no tratar con las necesidades de su audien-cia. Jeremías

de las convicciones y la

fidelidad de los miembros.

Hermano, ¿Por qué pre-

dicas? ¿Es una profesión

para ti, o simplemente una

forma de ganarte la vida?

¿Es una carrera que deseas

ampliar al construir una

gran congregación? ¿Es

una oportunidad para ejer-

citar sus talentos artísticos

produciendo una obra

maestra de palabras cada

semana? ¿Es el orgullo de

que la gente elogie tú pre-

dicación durante años sin

cansarse que lo hagan? La

predicación por estas razo-

nes puede construir repu-

taciones o incluso congre-

gaciones más grandes, pe-

ro no producirá Cristianos

piadosos, bien informados

y doctrinados. La predica-

ción que aprobada por

Dios no es promoción del

predicador, sino para la

salvación y la edificación

de los oyentes.

Observemos tres ejem-

plos de predicación peligrosa

Predicación Peligrosa Sewell Hall

Noviembre-Diciembre 2019 Vol. 19, Número 6

El Expositor

“Predica la

Palabra, in-

siste a tiem-

po y fuera

de tiem-

po” (2 Tim.

4:2—LBLA)

Pred i c a c ión

Peligrosa

Sewell Hall

1

Actitudes Hacia

la Predicación

H. E Phillips

3

Un Estudio de

la Fe

Hugh Fulford

8

Predicando lo que Es Falso

El Antiguo Testamento

está lleno con adverten-

cias Recuerde al ―varón de

Dios‖ que murió porque

creyó la mentira de un

falso profeta (1 Rey.13).

Jesús nos advierte,

―Guardaos de los falsos

profetas, que vienen a vo-

sotros con vestidos de

ovejas, pero por dentro

son lobos‖ (Mat.7:15). Pe-

dro hace eco en estas pa-

labras diciendo, ―Pero hu-

bo falsos profetas entre el

pueblo, como habrá entre

vosotros falsos maestros,

que introducirán encubier-

tamente herejías destruc-

tores‖ (2 Ped.2:1).

El peligro de la falsa

enseñanza es reconocido

por muchos de nosotros.

Pero la enseñanza no tiene

que ser falsa para ser peli-

grosa. Hemos visto como

algunos medios de comu-

nicación pueden distorsio-

nar las noticias al reportar

EE l hombre que acep-

ta la tarea de pre-

dicar el evangelio,

acepta una responsabilidad

impresionante. ―Hermanos

míos, no os hagáis maes-

tros muchos de vosotros,

sabiendo que recibiremos

m a y o r c o n d e n a -

ción‖ [―mayor juicio‖—

Versión Moderna] (Stg.3:1).

La aplicación de estas pala-

bras no puede estar limita-

da a los que comúnmente

llamamos predicadores

locales, pero estas aplican

en una forma muy especial

a tales varones. Cuanto

más tiempo permanezca

un hombre con una Igle-

sias, haciendo ese trabajo,

más responsable se volverá

Page 2: “Predica la siste a tiem- Palabra, in- El Expositor po y fuera · 2019-11-25 · predicación expositiva ― y todavía no tratar con las necesidades de su audien-cia. Jeremías

Página 2 Vol. 19, Número 6

Recientemente, alguien

me dijo que sus visitas perió-

dicas a una muy pequeña

congregación de Cristianos

ancianos, y observó que ca-

da vez que el visitó, el predi-

cador estaba advirtiendo

sobre alguna clase de apos-

tasía que realmente no

amenazaba a estos fieles

hermanos veteranos. Todos

los Cristianos, jóvenes y vie-

jos, necesitan el ánimo. El

evangelio son buenas nue-

vas: las promesas que este

hace y la esperanza que da

debieran con frecuencia ser

enfatizadas. El mismo pasaje

(2 Tim.4:2) que llama a los

evangelistas a convencer y

reprender, también los ins-

truye a exhortar. La exhorta-

ción envuelve apelaciones,

suplicas, alientos, y consuelo

(W. E. Vine). ―que amones-

téis a los ociosos, que alen-

téis a los de poco ánimo,

que sostengáis a los débiles,

que seáis pacientes para con

todos‖ (1 Tes.5:14).

Por Otro Lado

La buena predicación

siempre ha venido del cora-

zón de uno que esta apasio-

nado con las necesidades de

sus oyentes y que está con-

vencido que la Palabra de

Dios es la solución a las ne-

cesidades de ellos. Una de

las tentaciones involucradas

en la predicación a la misma

congregación todos los do-

mingos es la sensación de

que uno debe tener algo

nuevo o una presentación

novedosa de lo antiguo.

Las necesidades de los

oyentes pueden ser olvida-

das. Uno pudiera usar Escri-

tura ― inclusive limitarse a la

únicamente hechos selec-

cionados. Estos hechos

pueden ser verdaderos,

pero si ellos no presentan

todo el cuadro completo,

dejan falsas impresiones.

Una madre puede no

alimentar a su bebé con

veneno, pero si ella no le

da una dieta balanceada

que el bebé necesita, ella

puede estar contribuyen-

do a su enfermedad o

inclusive la muerte.

Predicando Única-mente en Genera-

lidades

Podemos estar com-

placidos cuando alguien

nos dice, ―Me ha motiva-

do en obedecer a Dios en

todo‖ Tales palabras son

alentadoras, pero no de-

biéramos suponer que

nuestro trabajo se ha

cumplido cuando esto es

dicho. Los compatriotas

de Jeremías ―Sea bueno,

sea malo, a la voz de

Jehová muestro Dios al

cual te enviamos, obede-

ceremos, para que obede-

ciendo a la voz de Jehová

nuestro Dios nos vaya

bien‖ (Jer.42:6). Sin em-

bargo, cuando Jeremías

les dijo lo que Dios quería

de ellos, ellos totalmente

lo rechazaron y le llama-

ron un mentiroso.

Es nuestro trabajo, co-

mo el de Jeremías, mos-

trar a nuestros oyentes lo

que Dios dice que ellos

predicación expositiva ― y

todavía no tratar con las

necesidades de su audien-

cia.

Jeremías reprendió los

pecados de su generación

y les advirtió de las conse-

cuencias futuras hasta que

él fue tentado a guardar

silencio. ―No me acordaré

más de él, ni hablaré más

de su nombre; no obstan-

te, había en mi corazón

como un fuego ardiente

metido en mis hue-

sos‖ (Jer. 20:9).

―Alguien dijo que hay

tres clases de predicado-

res. El primero tiene algo

que decir — es un habla-

dor pagado que tiene que

llenar una cierta cantidad

de tiempo cada semana. El

segundo tiene algo que

decir, y eso es mucho me-

jor. Pero el mejor de todos

es el tercero — lo mejor de

todo es el tercero, el hom-

bre que tiene algo que

decir y lo dice. Esa fue la

clase de predicador que

fue Jeremías‖ (L. A. Mott

en Thinking Through Jere-

miah).

Cada uno de los que

predicamos debiéramos

preguntarnos, ―¿Cuál es

ese fuego encendido en

mis huesos que no puedo

soportar? Si no tenemos

semejante fuego, o algo

diferente a ―lo que sea

buena para la necesaria

edificación‖ (Efe.4:29),

entonces es mejor que

dejemos de predicar.

― Fuente: Biblical In-

sights, Vol. 10; Núm.3; Marzo 2010

debieran hacer y no hacer.

Necesitamos ser enseñados

en lo que esta mal con la

profanidad, el baile, la bebi-

da, la inmodestia y otras

practicas mundanas; como

también lo que está mal con

el evangelios social, la músi-

ca instrumental, el Calvinis-

mo, el Denominacionalismo,

el institucionalismo y otros

errores doctrinales.

Predicadores, ¿Cuánto

tiempo hace desde que uste-

des predicaron sobre estos

temas? Ancianos, ¿Cuánto

tiempo hace desde que el

rebaño del que son respon-

sables ha sido instruido so-

bre temas como estos? In-

cluso si los miembros mayo-

res los conocen, ¿Qué sobre

los jóvenes que no han escu-

chado los sermones de hace

treinta años? Mi hermano

Bill, ha observado que las

Iglesias varían en sus senti-

mientos sobre la predicación

doctrinal sana. La primera

Iglesia no quiere enseñanza

sana y evitará a los predica-

dores que teman que pue-

dan producirla. La segunda

Iglesia aceptará una ense-

ñanza sana y la apreciará,

pero no la demandará. La

tercera Iglesia únicamente

acepta la enseñanza sana

sino que aceptará nada me-

nos que eso. Sin embargo,

aquellas Iglesias que la acep-

ten pero no la obtienen por

un período de diez años de-

jarán de quererla.

Predicando lo que está Limitado a los Ata-ques sobre la Munda-

nalidad y el Error

Esta clase de predicación

puede matar a una Iglesia.

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DD i v e r s a s

a c t i t u d e s

caracterizan la

p r e d i c a c i ó n d e l

evangelio de Cristo.

Estas actitudes dentro

de la pálida Iglesia de

n u e s t r o S e ñ o r

atestiguan a nuestros

muchos fracasos en

llevar a cabo la gran

comisión de Cristo.

Muchos de esta

generación ―tendrán

apariencia de piedad,

pero negarán la eficacia

de ella‖ (2 Tim.3:5).

Nuestra actitud hacia la

predicación es tan

importante como la

obediencia misma.

D e b i é r a m o s s e r

c u i d a d o s o s q u e

nuestros motivos en la

obediencia sean puros,

porque en el día final,

todos los secretos de

los hombres serán

revelados.

Al sugerir algunas de

las diversas actitudes

que interrumpen la

p r e d i c a c i ó n d e l

evangelio, permítanme

leer un o dos versículos

de la Epístola a los

Filipenses, ―Algunos a la

verdad, predican a

Cristo por envidia y

contienda; pero otros

de buena voluntad. Los

Página 3 Vol. 19, Número 6

sentimientos de mis veci-

nos y amigos‖ Hermanos,

es prácticamente imposi-

ble que un sano predica-

dor del Evangelio perma-

nezca mucho tiempo con

una congregación con

esta clase de actitud. Ni

Cristo ni los apóstoles

pudieron haberles predi-

cado. Esteban no habría

sufrido el mismo destino

como le sucedió en ma-

nos de aquellos malvados

Judíos (Hech.7:54-60).

Tenemos algo que de-

cir a los predicadores que

alivian a las audiencias

más adelante.

Pablo habló de seme-

jantes actitud en su epís-

tolas a Timoteo, ―Porque

vendrá tiempo cuando no

sufrirán la sana doctrina,

sino que teniendo come-

zón de oír, se amontona-

rán maestros conforme a

sus propias concupiscen-

cias, y apartarán de la

verdad el oído y se volve-

rán a las fabulas‖ (2

Tim.4:3,4).

Es una cosa triste que

existan muchos predica-

dores y ancianos que es-

tán listos para gratificar

este deseo. Esta actitud

es destructiva para la

Iglesia y para la comuni-

dad.

unos anuncian a Cristo

por contención, no since-

ramente, pensando aña-

dir aflicción a mis prisio-

nes; pero los otros por

amor, sabiendo que estoy

puesto para la defensa

del evangelio‖ (Fil.1:15-

17).

Ahora, analicemos al-

gunas de las actitudes de

la Iglesia hacia la predica-

ción del evangelio de

Cristo.

1. Algunos suponen

que el Evangelio es un

sistema filosófico de

enseñanza para apoyar

alguna organización

religiosa. En esto, todo

lo que no puede ser ex-

plicado por la razón del

hombre no se considera

una parte del Evangelio.

Pero Pablo nos asegura

que la sabiduría del mun-

do es necedad para Dios

(1 Cor.1:25-27). Cierta-

mente, los filósofos más

grandes del mundo fue-

ron Cristo y sus apósto-

les, pero el evangelio de

Cristo contiene mucho

más que sólo la filosofía

de la que los hombre se

glorían. La debilidad de

esta actitud es mostrada

en muchas congregacio-

nes que insisten en que

―su ministro‖ es un gran

filósofo. Parecen creer

que esto hace a un gran

predicador, pero no lo es.

2. La Actitud que el

Evangelio no es para

criticar a nadie, sino

únicamente trata con

el “amor de Dios”. Es-

tas personas exclaman:

―No vayas a mencionar

nada que lastime a los

Actitudes hacia la Predicación H. E. Phillips

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T o d a s l a

congregaciones

necesitan variedad en

las enseñanzas que

r e c i b e n y n o

ú n i c a m e n t e l a

exhortación y la palabra

de Dios está adecuada

para muchos usos (2

Tim.3:16; 1 Tes.5:14) El

hno. Sewell Hall en su

artículo Predicación Peligrosa, hace un

llamado al balance

desde los púlpitos. En el

material Actitudes hacia la Predicación el

hermano H. E. Phillips

ofrece un repaso de

algunas actitudes que

reflejar inmadurez tanto

en las audiencias como

e n a l g u n o s

predicadores. Aunque

escribió el tema hace 70

años (1949) él parece

estar describiendo las

condiciones y actitudes

de nuestra propia

generación. En Un Estudio de la Fe. El

Hno. Hugh Fulford tiene

un estudio muy práctico

sobre una de las

palabras más dominantes

del Nuevo Testamento.

El Expositor Noviembre-Diciembre 2019 COLUMNA EDITORIAL

Página 4

ción debe manifestarse en

el amor por las almas de

los hombres, pero sin la

menor idea de comprome-

terse con el error. La acti-

tud correcta de la Iglesia

debiera ser predicar el

evangelio con bondad y

amor, pero en una forma

firme, enérgica y no com-

prometida. Se debiera de-

nunciar el pecado sin par-

cialidad o favor, pero no

volverse tan arrogante y

santurrón olvidando el es-

píritu de Cristo.

4. Otra Actitud es que

el Evangelio es única-

mente para las personas

populares e influyentes

de una comunidad. Mu-

chas Iglesias hoy se esfuer-

zan en convertir al rico y a

la clase pudiente y descui-

dan al pobre y humilde de

la comunidad. Seguramen-

te, debiéramos esforzarnos

por convertir a todos los

hombres que escuchen las

buenas nuevas de Cristo,

pero la actitud que algu-

nos son más importantes

que otros a la vista de Dios

es cometer un grave error.

Dios no hace acepción de

personas (Hech.10:34) y no

debiéramos hacerlas noso-

tros. El evangelio es de una

aplicación universal, y la

actitud que está limitada a

unos pocos está equivoca-

da. Abandonemos esta

disposición.

5. Algunas personas

miran en el Evangelio un

esquema para hacer di-

nero.

3. En el Extremo opues-

to está el grupo cuya

actitud hacia el Evange-

lio es que uno debe estar

peleando todo el tiempo

con sus hermanos para

ser sano y fiel. Para aque-

llos de este grupo, el Evan-

gelio es un sistema de en-

señanza muy agresivo y

abusivo. Estas Iglesias no

quieren un predicador a

menos que él sea capaz de

"maldecir y pelear" de una

forma bíblica (?). Todavía

tengo que encontrar un

ejemplo en la Biblia en el

que cualquier predicador

del evangelio haya abusa-

do tanto de su cargo como

para discutir continuamen-

te con sus hermanos en la

Iglesia por medio de un

lenguaje abusivo. Cuando

Cristo fue injuriado, él no

volvió a injuriar. El Evange-

lio no requiere un lenguaje

abusivo y cruel.

Sin embargo, no obten-

ga una falsa impresión en

esto. El Evangelio no es un

sistema suave para com-

prometerlo. Ciertamente,

hay mucha ―lucha‖ en el

evangelio, y predicarlo,

requiere una lucha sosteni-

da hasta el fin. Pero esta

lucha no es de naturaleza

personal, sino entre los

poderes de la oscuridad y

el Rey de gloria. Cristo

murió y entregó el evan-

gelio porque él amó a los

hombres aunque ellos es-

taban en delitos y peca-

dos. Un espíritu semejante

al de Cristo en la predica-

Esta actitud ha surgido

del énfasis puesto en el

dinero en las institucio-

nes denominacionales.

Muchos Cristianos son

muy parecidos al pueblo

de Israel en la antigüe-

dad. Ellos quieren ser

como las naciones a su

alrededor. Hay un es-

fuerzo continúo para

copiar las actitudes de

las diversas denomina-

ciones.

No creo que esta sea

la única y más sobresa-

liente razón de esta acti-

tud. Hay muchos miem-

bros egoístas y codicio-

sos en la Iglesia que se

necesita mucha predica-

ción sobre este tema un

fiel predicador predicará

sobre aquello que esta

faltando en una congre-

gación más que sobre

aquella parte bien esta-

blecida, como Nehemías

lo hizo al reconstruir las

murallas de Jerusalén

(Neh.1-6). Estos miem-

bros amantes del dinero

odian escuchar la verdad

predicada con respecto

al ofrendar conforme a

su prosperidad porque

han cultivado la actitud

mencionada aquí.

Amigos, el evangelio

de Cristo no es un es-

quema para levantar

dinero, sino es el poder

de Dios para la salvación

de las almas (Rom.1:16).

Sin embargo, el evange-

lio demanda que cada

EL EXPOSITOR es

una publicación de ar-tículos sanos, edificantes y relevantes al desempe-ño del fiel Expositor de la

Palabra de Dios. Cual-quier comentario diríjalo a su editor responsable:

Armando Ramírez 1 de Mayo

# 214 Valle Hermoso,

Tamps. 87501 México. E-Mail: Armandokat-

[email protected]

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El Expositor Nov-Dic. 2019 Pág. 5

una reputación de estar

vivo, cuando en realidad,

estamos muertos espiri-

tualmente. Nadie será

salvo solamente por lo

que no hace. Esta es una

actitud peligrosa y debie-

ra ser fuertemente de-

nunciada.

6. Algunos creen que

el Evangelio cambia

con las Edades. Es de-

cir, que hoy no estamos

obligados a obedecer

como se hizo en la Iglesia

primitiva. Pocos admiti-

rán esto, pero la prueba

es tan fuerte para ser

negada aun en la Iglesia

del Señor. Unas pocas

cosas servirán para ilus-

trar esta declaración.

a. La total suficiencia

de la Iglesia para realizar

la obra del Señor. En los

tiempos apostólicos la

Iglesia fue la única orga-

nización del Señor para

llevar a cabo la obra.

Ahora, muchos deben

tener diversas organiza-

ciones dentro y fuera de

la Iglesia para realizar la

obra del Señor. El único

remedio para esto es ol-

vidar toda organización

que intenta facilitar la

obra del Señor y regresar

al antiguo orden, no con-

tinuar vendándonos

nuestros mismos los ojos

y formar excusas que

estamos viviendo en una

era diferente. El evange-

lio es un sistema de en-

señanza para libertar al

hombre del pecado. Es

nacido en el Cielo y no

puede ser mejorado. Si el

pecado es lo mismo, así el

evangelio debe ser lo mis-

mo.

b. La tendencia a pasar

por lato el pecado y la

mundanalidad en la Iglesia.

En los tiempos de los após-

toles la Iglesia fue enseña-

da apartarse de todos los

que persisten en vivir en

pecado (1 Cor.5:11-16).

Hoy algunos en la Iglesia

intentan pasar por alto

ciertos pecados y aun apro-

barlos por medio de los

ancianos y entre algunos

predicadores. Si esto no es

un ejemplo de está actitud

que el evangelio debe ser

cambiado con el cambio de

las épocas , entonces que

es?.

7. Muchos dentro de la

Iglesia tienen la actitud

que el Evangelio no está

completo. Argumentan

que ciertas cosas deben

estar acompañadas para ser

efectivas. Para esta clase de

personas, el evangelio no

tiene el poder para atraer y

convertir a los pecadores.

Toda clase de entreteni-

miento concebible tiene

que ser añadido para volver

al evangelio atractivo a las

personas, especialmente a

los jóvenes. Cuando enton-

ces, ellos vienen a formar

parte de la Iglesia ¿A quien

han sido convertidos? ¿A

Cristo o al entretenimiento?

Si usted lo quiere saber,

retire el entretenimiento y

verá cuanto tiempo pueden

ellos permanecer. El evan-

gelio de Cristo no necesita

Cristiano ofrende de

acuerdo a su prosperidad

con buena voluntad y

con regularidad, (1

Cor.16:1-2; 2 Cor.9:6-7) y

nadie puede adorar a

Dios correctamente sin

obedecer este requeri-

miento.

5. Otra actitud es

que el Evangelio es úni-

camente negativo. ―No

debiera hacer esto o

aquello‖ Muchos asumen

que si ellos no roban,

asesinan, mienten, come-

ten adulterio, etc., están

del todo bien. Hermanos,

el evangelio es tanto po-

sitivo como negativo.

Jesús dijo: ―No todo el

que me dice: Señor, Se-

ñor, entrará en el reino

de los cielos, sino el que

hace la voluntad de mi

Padre que está en los

cielos‖ (Mat.7:21). Natu-

ralmente que debemos

cumplir con todo lo que

el Padre nos ha ordena-

do y abstenernos del

mal, pero no es suficiente

con no hacer esto o

aquello. Debemos cum-

plir positivamente con

todo lo que el Padre nos

manda (Stg.4:17).

Muchas Iglesias nece-

sitan sacudirse del sueño

espiritual de asegurarse

que ―no hacemos esto o

aquello‖. Tal como Cristo

envió una palabra de ad-

vertencia a la Iglesia en

Sardis ―Yo conozco tus

obras, que tienes nombre

de que vives, y estás

muerto‖ (Apoc.3:1) así mu-

chos pudiéramos tener

de cosas como estas para

ayudar a convertir almas para

Cristo (Rom.14:17) Necesita

únicamente que fielmente se

proclame y los resultados se-

rán conversiones a Cristo.

8. Otra Actitud es que

mucho del Evangelio no es

necesario. Muchas congre-

gaciones en el país están sa-

tisfechas con los primeros

rudimentos del evangelio

(Heb. 6:1) y se cansan cuando

se presenta la carne. La dis-

posición de muchos hoy es

―cree, arrepiéntete, confiesa a

Cristo y bautízate para el per-

dón de tus pecados y luego

siéntate y espera en las ban-

cas hasta que Cristo venga de

nuevo‖

Pablo claramente nos en-

señó que hay mucho más en

el evangelio de Cristo en su

sentido comprensivo que los

primeros rudimentos ―Porque

debiendo ser ya maestros,

después de tanto tiempo, te-

néis necesidad de que se os

vuelva a enseñar cuáles son

los primeros rudimentos de

las palabras de Dios; y habéis

llegado a ser tales que tenéis

necesidad de leche, y no de

alimento sólido‖ (Heb.6:12).

Lea también los versículos 13

y 14. La obediencia a los pri-

meros rudimentos es única-

mente el principio, y no el

final del servicio del Cristiano.

El evangelio está completo

para servir a los propósitos de

Dios. No le falta un solo pun-

to. Contendámonos fielmente

por la fe una vez dada a los

santos (Judas 3).

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Página 6 El Expositor Noviembre-Diciembre 2019

en la destrucción de la

efectividad de los predica-

dores del evangelio. Si

algún grupo debiera en-

tender y apreciar la histo-

ria de la cruz este debiera

ser el que forman aquellos

varones que han dedicado

sus vidas a la proclama-

ción del evangelio de Cris-

to. Pero es triste observar

que muchos de estos va-

rones se han apartado del

evangelio simple y ya no

más contienden por la fe

una vez dada a los santos.

Ahora les llamaré su

atención a unas pocas

actitudes de los predica-

dores que se han desarro-

llado para obstaculizar el

progreso de la obra del

Señor.

1. El Predicador mo-

derno ha llegado a juz-

gar que solo los

“educados” pueden

predicar. No estoy en

contra de la educación

secular. Creo que es valio-

sa en cualquier obra, pero

decir que únicamente los

―educados‖ pueden predi-

car es cometer un serio

error. Algunos de los más

efectivos y más grandes

predicadores del evange-

lio tuvieron poca poco

más del grado 8 en su

educación. No, ellos no

fueron grandes en la sabi-

duría de este mundo, pero

conocían lo que la Palabra

de Dios dice.

Muchas son las con-

gregaciones que no per-

mitirán que un varón pre-

dique quien no tenga

una educación de Cole-

gio con al menos dos

títulos Universitarios. Es

el deseo de ellos tener a

un varón educado para

competir con el mundo

denominacional. Herma-

nos, el evangelio es sufi-

ciente. El evangelio es lo

suficientemente podero-

so para silenciar a cual-

quier predicador deno-

minacional. Uno es un

predicador del evangelio

si uno predica el evange-

lio de Cristo, ya sea que

tenga tales títulos como

―LL.D‖, ―D.D‖, o un ―PhD‖

o no.

2. La Actitud de pre-

dicadores “grandes” y

“chicos” es un gran

obstáculo a la causa

de Cristo. Nunca hubo

una idea tan alejada del

espíritu de Cristo como

ésta. Hay pocos predica-

dores entre nosotros que

se hayan clasificado co-

m o p r e d i c a d o r e s

"grandes". Lo común es-

tá muy por debajo de él

en todos los aspectos. Un

cuadro de estos predica-

dores considerados así

mismos ―grandes‖ es

presentado en Lucas 18:9

-14 en la figura del Fari-

seo que pensó de sí mis-

mo muy por encima del

humilde publicano. Todo

predicador del evangelio

debiera seguir a Pablo y

contar todo como pérdi-

da (incluso a la grandeza)

para que pueda ganar a

a otros a Cristo (Fil3:8).

Cuando cualquier predi-

cador, no me importa

cuánta habilidad él pue-

da tener, crece en su pro-

pia estimación estar por

encima de los demás,

pierde inmediatamente

su poder como un predi-

cador del evangelio.

3. Unos pocos predi-

cadores tienen la acti-

tud hacia el Evangelio

que si ellos no pueden

originar alguna cosa

nueva en la Iglesia eso

les convierte en un líder

de hombres y mujeres

a la vista de Dios. Como

alguien ha dicho: ―Todo

lo nuevo no es verdade-

ro, y todo lo verdadero

no es nuevo‖. Un predi-

cador sano y firme es

uno que predica sólo lo

que los apóstoles predi-

caron por el poder del

Espíritu de Dios.

Muchas desviaciones

de la verdad se origina-

ron en el deseo de algu-

nos predicadores de ser

conocidos entre los her-

manos. Algunos predica-

dores clamorosos han

logrado llevar a unos

pocos hermanos a la di-

gresión, pero la verdad

está en contra de ellos y

caerán.

4. La Actitud de algu-

nos predicadores es

complacer a la Con-

gregación a cualquier

costo. Ellos tienen un

―trabajo‖ y deben mante-

nerlo. Pablo habló de

aquellos que no conti-

nuarían en la sana doctri-

na, sino que amontona-

rían para si mismos

maestros que les darían

comezón en sus oídos y

suavizarían sus pecados

(2 Tim.4:1-4). Si el peca-

do de adulterio existe en

la Iglesia, el predicador

no predicará contra ello.

Es bastante divertido,

pero triste, ir a muchos

lugares y encontrar al

predicador local que le

informan con tacto cier-

tas cosas sobre las que

no debe predicar. Usted

puede estar seguro de

que eso lo que debe pre-

dicar, porque esa con-

gregación ciertamente lo

necesita. Un predicador

que se venderá a un gru-

po de pecadores por un

salario no es mejor que

Judas que vendió al Se-

ñor en manos del enemi-

go.

Hermanos, las masas

aman la verdad. Hablo

de la Iglesia. Usted pue-

de ganar el favor tempo-

ral de unas pocas perso-

nas en pecado por medio

de tal predicación, pero

usted pierde el favor con

Dios. Esto es un mal ne-

gocio. La verdad es todo

lo que salvará. Predicar a

tiempo y fuera de tiem-

po, sin temor o favor. Si

una Iglesia está en peca-

do y dormida espiritual-

Page 7: “Predica la siste a tiem- Palabra, in- El Expositor po y fuera · 2019-11-25 · predicación expositiva ― y todavía no tratar con las necesidades de su audien-cia. Jeremías

mente, Si una iglesia

está en pecado y duer-

me espiritualmente, no

dude por un momento

en exclamar contra tal

pecado. Si usted, como

predicador, es expulsado

de la iglesia, sacuda el

polvo de sus pies y vaya

a otros lugares con la

misma verdad del evan-

gelio. No nos atrevamos

a "endulzar" o "pedalear

suave" el poder de Dios

para salvar. Exponga el

error donde sea que lo

encuentre, ya sea dentro

o fuera de la iglesia. No

te dejes cegar por el

amor y la alabanza de

los espiritualmente

muertos.

5. Otra Actitud de

muchos predicadores

es aquella del com-

promiso. Los predicado-

res amadores de la

"unión", dispuestos a

reconocer un principio

de verdad para ganar

popularidad, son muy

peligrosos. No existe la

menor posibilidad de

compromiso con la ver-

dad de Dios. Cristo oró

por la unidad entre sus

discípulos sobre la auto-

ridad de su palabra. Nin-

guna otra norma lo hará.

Recientemente en

esta revista apareció un

artículo titulado ―Para

que Todos sean Uno‖.

Recibí dos o tres cartas

refiriéndose a partes del

artículo y cuestionando

Vol. 19, Número 6

que ―El Premilenialismo‖

y la ―Palabra de Dios

como la base para la

Unidad‖. En una de estas

cartas se sugirió que un

compromiso con "antis",

"premi l lennial i s tas" ,

"usuarios de instrumen-

tos" podría efectuarse

dando cada uno un poco

y permitiendo que cada

uno crea y practique lo

que cree que la Biblia

enseña. Pero ningún

predicador debiera tener

la audacia de vender un

principio de la verdad

para ganar el favor de

los que están en error.

La Biblia no enseña una

serie de doctrinas diver-

gentes una de otra. En-

seña sólo una — la doc-

trina de Cristo. Donde

dos diferentes doctrinas

son enseñadas, una ne-

cesariamente está equi-

vocada. Cerrar nuestros

ojos a esto y exclamar

por un compromiso es

cobarde y peligroso para la

salvación de nuestra alma.

No ceda a ningún principio

Escritural en compromiso

para logar popularidad y

favor de los hombres.

6. La Última Actitud

que mencionaré en

este estudio es aquella

de muchos predicado-

res, especialmente,

predicadores jóvenes,

que están buscando

un “trabajo cómodo”.

Cuando alguien te dice

que la predicación del

evangelio es algo fácil,

puedes marcarlo como

Página 7

puede obtener. Un pre-

dicador del evangelio

tiene cerca de 12 a 18

horas cada día, siete días

de la semana, cada se-

mana en cada año para

realizar su obra. Varias

horas de cada día debie-

ran ser pasadas en el

estudio de la Biblia y la

oración. Cada sermón

debiera estar lleno con

la verdad convincente.

La predicación diaria y la

enseñanza debiera ser

efectuada. Cada oportu-

nidad y cada fuente dis-

ponible debiera ser

aprovechada para hablar

la historia de Cristo.

Cuando la actitud de

la Iglesia y del predica-

dor se vuelca hacia el

deseo de salvar a hom-

bres y mujeres del terri-

ble sufrimiento que se-

guramente vendrá de

una vida pecaminosa y

negligente, entonces la

Iglesia crecerá como en

los días de los apóstoles.

Dejemos que los ancia-

nos, los predicadores y

los cristianos exijan un

evangelio no compro-

metido, simple, sencillo,

riguroso y contundente

sin temor ni favor. En-

tonces y solamente en-

tonces invocaremos las

bendiciones del Dios

Todopoderoso.

― Fuente: Guardian Of Truth, Vol. XXXIII, No.19 Octubre 5, 1989, Págs. 13-14 y No. 20, Págs. 3-4; Oc-

tubre 19, 1989).

una persona que no sa-

be lo que es la predica-

ción del evangelio. Es

una de las obras más

difíciles y desafiantes

que uno puede encon-

trar. No hay nada fácil

acerca de la verdadera

predicación del evange-

lio.

Esta es la misma idea

que muchos miembros

de la Iglesia sostienen

del trabajo del predica-

dor. Todo lo que un pre-

dicador tiene que hacer

es predicar sermones no

más de 20 a 30 minutos

cada Domingo, enseñar

una clase de 30 minutos

en la noche del Miérco-

les, y ―llamar‖ a unos

pocos de los miembros

durante la semana. El

resto del tiempo él lo

tiene libre para su placer

y su entretenimiento.

Muchos predicadores

siguen esta idea en mu-

chas Iglesias. Ellos duer-

men hasta medio día

todos los días, hace una

pocas ―llamadas pasto-

rales‖, juega golf o va a

pescar en las tardes,

asiste a ver una película

o alguna fiesta especial

en las noches y luego su

día ha terminado. El

Sábado por la mañana,

él abre ―un sermón enla-

tado‖ y está listo para el

Domingo. Esto es lo más

cercano a la predicación

que cualquier predica-

dor denominacional

Page 8: “Predica la siste a tiem- Palabra, in- El Expositor po y fuera · 2019-11-25 · predicación expositiva ― y todavía no tratar con las necesidades de su audien-cia. Jeremías

cados (Hechos 2:28) están envueltos en lo que significa bíblicamente creer o tener fe. Refiriéndose a la palabra “Fe” en su sentido comprensivo, Joseph H. Thayer, el erudito y lexicógrafo en el Griego, dice, “Una convicción, estar lleno de una confianza... conjuntamente con la obediencia a Cristo” (A Greek-English Lexicon of the New Testament, Pág. 511). En otras palabras, la fe salvadora es una fe obediente que se somete a cualquier condición u obras ordenadas por Cristo o por Sus apóstoles inspirados que han sido establecidas para ser salvos o para tener la remisión de los pecados. “Fe” en este sentido comprensivo incluye una vida de continua fidelidad al Señor en todas las cosas. “(porque por fe andamos, no por vista)” (2 Cor.5:7). La palabra “Fe” es también usada para referirse al objeto o creencia, al cuerpo de verdad (el evangelio) revelado por los apóstoles y profetas del Nuevo Testamento (Efesios 3:5). Es decir, todo el sistema Cristiano tal como se establece en el Nuevo Testamento. Seguido de su conversión a Cristo, Pablo predicó “la fe que en otro tiempo asolaba” (Gálatas 1:23). En este sentido, hay “una fe” (Efesios 4:5). Uno puede negar “la fe” y convertirse en uno “peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8). El pueblo fiel de Dios debe “contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3). Jay Lockhart, dijo hace muchos años “La Fe es un tema de semejante profundidad que emociona al alma mientras intentamos comprenderla, y de semejante amplitud que bendice al corazón mientras intentamos pasar en un puente sobre ella”.

U no de los estudios más

recompensantes en el

que uno puede comprome-

terse es aquel trata de lo que

la Biblia enseña sobre ―La Fe‖.

La definición Bíblica de la fe

es encontrada en Hebreos

11:1 donde es dicho: ―Es,

pues, la fe la certeza de lo

que se espera, [―la substancia

de las cosas esperadas‖—

KJV], la convicción de lo que

no se ve‖ [―la evidencia de lo

que no se ve‖—KJV] (Hebreos

1 1 : 1 — R V 1 9 6 0 ) .

―substancia‖ [―certeza‖ en

nuestras versiones en Español

– ARP] es aquello que

―soporta bajo‖ y apoya las

realidades espirituales que

esperamos. La fe da substan-

cia a aquellas realidades invi-

sibles.

La Fe también provee

―evidencia‖ (o testimonio)

[―convicción‖ –RV] de las co-

sas invisibles. La fe verdadera

no es una mera ilusión, ni es

un ―salto ciego la oscuridad‖,

sino está basada sobre evi-

dencia sustantiva sólida. Co-

mo un erudito capaz de la

Biblia, Wayne Jackson ha

observado que: ―La fe está

enraizada en el testimonio—

el testimonio abstracto de la

creación (Sal.19:1; Rom.1:20;

Heb.11:1), y en el testimonio

concreto de las Escrituras

(Rom.10:17) (Bible Words

and Theological Terms Made

Easy, Pág.57). La Biblia afir-

ma, ―Así que la fe es por el

oír, y el oír por la palabra de

Dios‖ (Rom.10:17).

―Fe‖ y su termino acom-

pañante ―creer‖ son usados

El Expositor Noviembre-Diciembre 2019 Página 8

en diferentes formas en la

Biblia, y un estudio de estas

formas es altamente ins-

tructivo. Algunas veces la

palabra ―fe‖ es usada en un

sentido limitado, restringido

para referirse al mero acto

de creer o dar un asenta-

miento mental a ciertas

verdades o hechos. El rey

Agripa creyó en este senti-

do, pero no por esto fue

salvo (Hechos 26:27). Cier-

tos fariseos creyeron tam-

bién en este sentido, pero

no por esto fueron salvos

(Juan 12:42-43). En este

sentido de la palabra ―los

demonios creen, y tiem-

blan‖ (Santiago 2:19), pero

¡nadie cree que ellos son (o

serán salvos)!. Santiago pro-

cede a decir que, ―Vosotros

veis, pues, que el hombre es

justificado por las obras, y

no solamente por la

fe‖ (Stg.2:24).

Sin embargo, uno debe

tener fe en el sentido de un

asentamiento mental. Es un

paso vital en el plan de la

redención de Dios (Hebreos

11:6). Uno debe creer que

Jesús es el Cristo, el Hijo de

Dios (Juan 8:24). Uno debe

creer los hechos del evan-

gelio (1 Cor.15:1-4). Pero la

―fe únicamente‖ en el senti-

do de una mero asenta-

miento mental no salvará.

―Fe‖ es también usada en

un sentido comprensivo

para resumir todo lo que

uno hace para responder al

evangelio y recibir la salva-

ción. ―Porque por gracia

sois salvos por medio de la

fe; y esto no de vosotros,

pues es don de Dios; no por

obras, para que nadie se

gloríe‖ (Efesios 2:9-9).

―Gracia‖ resume todo lo que

Dios ha hecho por salvar-

nos, incluyendo Su amor,

misericordia, bondad, la

muerte de Cristo, la sangre

de Cristo, etc. ―Fe‖ resume

todo lo que el hombre debe

hacer para servirse de la

gracia salvadora de Dios,

incluyendo tales actos de

obediencia sumisa como el

arrepentimiento, la confe-

sión y el bautismo, ninguno

de los cuales son obras de

justicia meritoria sino obras

de fe hechas para recibir la

gracia de Dios.

Aun la creencia en Cristo

es referida ser una

―obra‖ (Juan 6:29), pero es

una obra que Dios la ha

convertido en una condi-

ción de salvación, y sin lle-

var a cabo esta ―obra‖ uno

no puede ser salvo (Juan

8:24). Además, Jesús dijo,

―El que creyere y fuere bau-

tizado, será salvo‖ (Marcos

16:16). Lucas registró que

―… muchos de los Corintios,

oyendo, creían y eran bauti-

zados‖ (Hechos 18:8). En los

tiempos del Nuevo Testa-

mento hubo personas que

cumplieron con estas condi-

ciones divinas de salvación

del pecado que fueron

identificadas como aquellos

que habían

―creído‖ (Hechos 2:44; 4:32;

10:45; 16:34; 1 Tim.4:12). El

arrepentimiento y el bautis-

mo para la remisión de pe-

Un Estudio de la Fe Hugh Fulford