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Stan Getz “The Sound” «Todos quisiéramos sonar como él... si pudiéramos» (John Coltrane, hablando de Stan Getz)

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Revista sobre Stan Getz

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Stan Getz“The Sound”

«Todos quisiéramos sonar como él... si pudiéramos» (John Coltrane, hablando de Stan Getz)

Stan GetzThe Sound

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Fue conocido como «The Sound», por la belleza del sonido de su saxo tenor. Un tono pleno, lírico y melancólico, pero carente de afectación, de pureza cristalina,

casi sin vibrato. En su larga carrera no hubo planteamientos rupturistas. No fue un músico revolucionario, pero tampoco un conformista, en absoluto. Mostró permanente interés por explorar nuevos territorios musicales: Third stream, bossa nova, fusión.... Durante años fue encasillado con la etiqueta cool, pero la calidez de su discurso improvisativo, nos lo muestra muy alejado de la buscada frialdad expresiva de otros músicos de esta corriente. Durante sus solos reinventa una y otra vez las melodías en un alarde de creatividad que resulta turbador. Nunca recurre a un roman-ticismo fácil o melodramático. Su emoción se muestra sincera y convincente. Sus recursos técnicos no son escasos, pero los administra con prudencia. Stan hace una y otra vez lo que sabe hacer, pero lo hace como nadie. Es un maestro en su arte excepcional y único. A la perfección de este talento dedicó su vida entera, fecunda en lo artístico, catastrófica en lo personal, plagada de incidentes poli-ciales y judiciales, abuso de alcohol y drogas. En este territorio humano arrasado, se desa-rrolló como por un milagro, esa forma de arte exquisita.

Los comienzos musicales de Stan Getz (1927-91) se producen en la orquesta del trombo-nista Jack Teagarden, cuando contaba con tan solo diecisiete años. Se unió durante breves períodos a las orquestas de Stan

Kenton, Jimmy Dorsey y Benny Goodman, pero se dio a conocer al gran público en la cuerda de saxos de la banda de Woody Herman bautizada con el nombre de Four Brothers, con su solo en el tema Early Autumn. Otros éxitos comerciales le espe-raban con sus registros para la discográ-ficas Roost y Verve, al lado de los guitarristas Jimmy Raney y Jimmy Smith, especialmente con un Moonlight in Vermont interpretado con este último, que ya es eterno.

En 1955, en una de las encrucijadas de su turbulenta existencia, Getz hace las maletas y viaja a Suecia, para encontrarse con Mónica, una joven de la aristocracia sueca a la que había conocido algún tiempo atrás en Estados Unidos. No pudo comenzar su rela-ción. Nada mas llegar contrae una neumonía, que complicada con el síndrome de absti-nencia, casi le lleva a la tumba.

En uno de esos extraños sucesos de su vida, viaja con Mónica hasta Kenia, para pasar allí la convalecencia de su enfermedad pulmonar, pero también esta breve estancia, finaliza bruscamente con incidentes violentos, con su detención y con su regreso a Suecia. De nuevo en Estados Unidos con su nueva esposa, Mónica, y tras descubrir la situación

de bancarrota de sus asuntos económicos, vive un periodo de exilio en Europa durante el que residió en Copenhague. En 1961 regresó a su país para comprobar que el panorama jazzístico se había modificado por completo con la irrupción del free jazz y de la música de Coltrane. No parecía quedar espacio para él. Pero nuevamente tomó la delan-tera, grabando para Verve uno de sus regis-tros favoritos, el álbum Focus con música compuesta y arreglada para orquesta de cámara por Eddie Sauter, antiguo arreglista de la orquesta de Benny Goodman.

Pero su verdadero salto a la fama se produjo a principios de los años sesenta cuando, el guitarrista Charlie Byrd, le sugiere grabar un disco con las melodías de los compositores de la primera ola de la bossa nova brasileña. Getz contribuyó de forma decisiva a la popu-larización internacional del movimiento y su sonido en los discos grabados en esta etapa se convirtió en un standard en este género. Las mágicas melodías de Jobim, Carlos Lyra o Roberto Menescal eran material idóneo para las cualidades improvisativas esen-cialmente melódicas del saxofonista y la voz de Joao o Astrud Gilberto, su comple-mento perfecto.

Su primer registro en el nuevo estilo fue Jazz Samba con el guitarrista Charlie Byrd, en 1962, con un rítmica compuesta por músicos americanos, pero cuando en cuando en 1963, graba el álbum Getz/Gilberto, con los verda-deros protagonistas del movimiento, Antonio Carlos Jobim y Joao Gilberto y el batería

Lorenzo Orriols//

Stan hace una y otra vez lo que sabe hacer, pero lo hace como nadie.

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brasileño Milton Banana, el trabajo de Charlie Byrd y de los músicos americanos en el primer registro, parece una broma pesada, al lado de la naturalidad, la flexibilidad y la ligereza del entorno proporcionado por los músicos brasileños. El tema The Girl From Ipanema, de este último disco, se mantuvo 96 semanas en las listas de éxitos de Estados Unidos. Otros discos de esta época fueron Big Band Bossa Nova con arreglos de Gary McFarland, Jazz Samba Encore, con el guita-rrista Luis Bonfa o Getz/Almeida con el guita-rrista brasileño Laurindo Almeida. Fue tal el éxito de estas grabaciones que bien hubiera podido vivir el resto de su vida explotando este filón inagotable. Pero Getz prefirió cambiar el tercio y regresar a un jazz mas auténtico y arriesgado.

En el año 1976, Columbia intentó resucitar la fórmula sin excesivo éxito en el disco The Best of Two Worlds, con intervención de Joao Gilberto y de la cantante y hermana del compositor Chico Buarque, Miucha.

Durante algún tiempo se mantuvo en la escena con un cuarteto sin piano en el que el soporte cromático lo proporciona el vibra-fonista Gary Burton, pero en 1965 graba el

álbum Sweet Rain, con un conjunto inte-grado por el pianista Chick Corea, el bajo Ron Carter y el batería Grady Tate. Músicos de vanguardia y un repertorio en el que su cuentan composiciones rítmica y armónica-mente avanzadas como Litha o Windows de Corea, por cuyos complejos cambios inspi-rados en el jazz modal, Getz se desenvuelve con la mayor naturalidad. A finales de los años sesenta su problemas personales se agravan. Los incidentes violentos en su domicilio, provocados por el consumo de alcohol, son constantes. Final-mente Getz se refugia en España, concreta-mente en la ciudad de Málaga. Algún tiempo después, escucha en Paris el grupo del organista Eddie Louiss y el guitarrista Rene Thomas. Encantado con su sonido, se pone

La edición completa de las grabaciones Roost, con el primer quinteto con el guitarrista Jimmy Raney y las históricas grabaciones con Jimmy Smith. Adems el concierto en el Club Storyville en 1.951. Stan Getz Plays, junto al guitarrista Jimmy Raney es la primera grabación para Verve.

El tema The Girl From Ipanema, de este último disco, se mantuvo 96 semanas en las listas de éxitos de Estados.

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al frente del grupo y con ellos permanece hasta finales de 1971, grabando el álbum doble Dinasty. De regreso a Estados Unidos, Getz comienza una incursión en el mundo del Jazz Rock, que duraría hasta el final de la

década de los años setenta y que comenzaría con la grabación del álbum Captain Marvel con la rítmica del que, poco después, sería el conjunto de jazz fusión Return to Forever, en el que Chick Corea introduce con acierto el piano eléctrico al conjunto. A continuación dirigiría diversos grupos con instrumentación electrónica con músicos como el teclista

Andy Laverne y el guitarrista Chuck Loeb. Cabe destacar en este período su breve colaboración con la teclista Joanne Brac-keen que quedó registrada en una notable actuación en el Montmartre de Copenhague y con el pianista Richie Beirach, con el que podemos escucharlo, en un entorno pura-mente acústico en el álbum My Foolish Heart, grabado en Baltimore, en el año 1975, con un grupo sorprendentemente moderno con el bajista Dave Holland y el batería Jack DeJoh-nette. Pero el principal hito de esa década de la carrera de Getz, fue su gira con el pianista Bill Evans durante el año 1974. La extraor-dinaria música que este fugaz encuentro produjo ha sido preservada en unas graba-ciones radiofónicas, que, aún cuando de escasa calidad técnica, transmiten vívida-mente la compenetración en el estado de

El box Bossa Nova Years contiene las grabaciones realizadas por Getz en este estilo en la década de los años sesenta.

A finales de los años sesenta su problemas personales se agravan.

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gracia de ambos músicos. Otro encuentro previo entre estos dos enormes músicos, se produjo en 1964, en el álbum de Verve, Stan Getz & Bill Evans, sin que sus resultados sean ni mucho menos equiparables a los obtenidos una década después.

A principios de los años ochenta, Getz, hastiado de los sonidos electrónicos, regresa a los conjuntos puramente acústicos. Esta etapa, tiene su bautismo discográfico con dos álbumes –The Dolphin y Spring is Here

– que registran su actuación en el Keys-tone Corner de San Francisco con su viejo amigo, el pianista Lou Levy, el bajista Monty Ludwig y Victor Lewis a la batería. No dejaría ya de contar en sus grabaciones con los mejores músicos del momento, en un catá-logo formidable en el que se cuentan los

pianistas, Lou Levy, Jim McNeelly, Kenny Barron, Albert Dailey, los bajistas George Mraz, Marc Johnson o Rufus Reid y los bate-rías Billy Hart y Victor Lewis, ofreciendo al público un producto acabado, de extraordi-naria calidad, trabajado y refinado, con una

exquisita selección del repertorio en el que alternan las mas hermosas baladas, stan-

dards, temas rápidos –blues o clásicos de la era bop– en los que su tono su muestra mas viril y agresivo y una buena representación de las composiciones de los músicos de sus bandas a los que nunca escatimó protago-nismo en sus grabaciones y actuaciones en vivo; temas armónicamente avanzados en los que su música se muestra progresiva y aventurada. Esta última década de su carrera, vio la plena madurez del saxofonista, de su sonido, de la belleza expresiva de su solos, cualidades que se mantuvieron incólumes hasta el mismí-simo final a pesar de los años y de la enfer-medad que terminaría con su vida. Especial-mente destacados en este periodo son sus grabaciones en vivo en el Club Montmartre de Copenhague, incluida su emocionante

Los àlbumes Sweet Rain (1.965) y Captain Marvel (1.972), ambos con el teclista Chick Corea.

Especialmente destacados en este periodo son sus grabaciones en vivo en el Club Montmartre de Copenhague

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despedida People Time, asi como el elenco de grabaciones para Concord, entre las que Pure Getz, Blue Skies o My old Flame, son ciertamente obras de arte imperecederas. Es curioso observar como la mayor parte de los registros grabados en esta ultima etapa de carrera y vida de Getz, son registros en directo, la mayor parte de ellos obtenidos gracias a emisoras de radio europeas que registraron su participación en distintos conciertos y clubes de jazz. Solo los álbumes Voyage, Pure Getz, Apasionado, Blue Skies y Bossas & Ballads, estos dos últimos publi-cados tras su muerte, fueron grabados en estudio. Tal vez debamos felicitarnos por ello, pues de Getz se ha dicho, con acierto, que su peor directo es mejor que su mejor graba-ción de estudio. 

En 1989 y tras una delicada operación, se le descubre una grave enfermedad hepática. Como si nada pasara, Getz rechaza cualquier terapia agresiva contra la enfermedad. Aban-dona todos sus malos hábitos y se somete a regímenes macrobióticos y naturistas y, sobre todo, sigue tocando. Ante la aparente recesión de la enfermedad, firma incluso un nuevo contrato con el productor Herb Alpert, para su discográfica A&M, con la que graba el álbum Apasionado, con uso de sintetizadores y un material bastante comer-cial, alejado de la música que Getz, venía explorando en esa época. Otros registros mas convencionales para la misma disco-gráfica, fueron publicados mucho después de su muerte en el álbum Bossas & Ballads. Su último registro discográfico fue el de su aparición con el pianista Kenny Barron en

el Montmartre de Copenhague en Marzo de 1991. En junio de ese mismo año fallecía en su casa de Malibu.

Stan, the sound. Stan, the steamer, Stan, the man. Un músico excepcional, un maestro único en su instrumento, por su por su tono cálido y aterciopelado, por su discurso siempre inspirado. Stan Getz, el hombre que canta con su instrumento, que cuenta una historia con cada canción, un músico que emociona y conmueve.

People Time, el canto del cisne de Stan Getz, en un inolvidable disco grabado, como no, en el Montmartre en el año 1.991, poco antes de su muerte.

Stan Getz & Lou Levy.

En junio de ese mismo año fallecía en su casa de Malibu.

Yessica BaoGSD 3 - Grup 21Tipografia - Ex 4

2009