rodriguez. políticas sociales en uruguay una mirada desde la psicología comunitaria en su...

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1 Políticas Sociales en Uruguay: una mirada desde la Psicología Comunitaria en su dimensión política 1 Autora: Ps. Alicia Rodríguez Resumen El artículo aborda la temática de las Políticas Sociales (PPSS) desde la Psicología Comunitaria Latinoamericana entendida en su carácter político. Define el campo de las PPSS y su papel en la reproducción y producción de subjetividades. Señala las características que adoptan en el Uruguay actual, ubicando el desafío de transitar desde PPSS compensatorias a PPSS transformadoras. Desde esa perspectiva analiza su producción discursiva y propone la identificación, la comprensión y la intervención en los procesos psicosociales que se generan en este campo como clave para propiciar que estas políticas adopten un carácter transformador. A partir de esa premisa desarrolla algunos aspectos psicosociales implicados en la relación Estado-Sociedad Civil y en los procesos participativos que se despliegan en este escenario. Finalmente propone algunas orientaciones para la intervención psicológica comunitaria en este campo de acción. Introducción El presente artículo pretende analizar algunos aspectos psicosociales vinculados a la participación comunitaria y de la sociedad civil organizada en la implementación de Políticas Sociales en el Uruguay. Dicho análisis está orientado por nuestra preocupación acerca del grado en que las Políticas Sociales contribuyen a la producción de cambios genuinos dirigidos a la promoción humana y a la construcción de ciudadanía, o en qué 1 Versión en español del artículo publicado en la revista Journal of Community Psychology: Rodríguez, A. Social Policies in Uruguay: A view from the political dimension of Community Psychology. Journal of Community Psychology, v. 43 , p. 122-133, 200

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COMUNITARIO

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  • 1Polticas Sociales en Uruguay: una mirada desde la Psicologa Comunitaria en su

    dimensin poltica1

    Autora: Ps. Alicia Rodrguez

    Resumen

    El artculo aborda la temtica de las Polticas Sociales (PPSS) desde la Psicologa

    Comunitaria Latinoamericana entendida en su carcter poltico. Define el campo de las

    PPSS y su papel en la reproduccin y produccin de subjetividades. Seala las

    caractersticas que adoptan en el Uruguay actual, ubicando el desafo de transitar desde

    PPSS compensatorias a PPSS transformadoras. Desde esa perspectiva analiza su

    produccin discursiva y propone la identificacin, la comprensin y la intervencin en

    los procesos psicosociales que se generan en este campo como clave para propiciar que

    estas polticas adopten un carcter transformador. A partir de esa premisa desarrolla

    algunos aspectos psicosociales implicados en la relacin Estado-Sociedad Civil y en los

    procesos participativos que se despliegan en este escenario. Finalmente propone algunas

    orientaciones para la intervencin psicolgica comunitaria en este campo de accin.

    Introduccin

    El presente artculo pretende analizar algunos aspectos psicosociales vinculados a

    la participacin comunitaria y de la sociedad civil organizada en la implementacin de

    Polticas Sociales en el Uruguay. Dicho anlisis est orientado por nuestra preocupacin

    acerca del grado en que las Polticas Sociales contribuyen a la produccin de cambios

    genuinos dirigidos a la promocin humana y a la construccin de ciudadana, o en qu

    1 Versin en espaol del artculo publicado en la revista Journal of Community Psychology: Rodrguez, A. Social Policies in Uruguay: A view from the political dimension of Community Psychology. Journal of Community Psychology, v. 43 , p. 122-133, 200

  • 2medida quedan reducidas a un carcter compensatorio respeto a las necesidades

    insatisfechas de los sectores pobres de nuestra sociedad, cumpliendo con una funcin de

    control social y mantenimiento del status quo. Esta preocupacin se sustenta en que, a

    pesar de que en las ltimas dcadas se ha generalizado en la formulacin de dichas

    polticas la inclusin de la participacin comunitaria y de la sociedad civil organizada

    como una estrategia a desarrollar, en los hechos frecuentemente la misma adquiere un

    carcter restringido.

    El Uruguay vive en la actualidad un momento muy particular en su vida poltico-

    institucional, ya que por primera vez en su historia, en el ao 2005 una fuerza poltica

    de izquierda ha accedido al gobierno nacional. Ello, entre otras cosas ha conducido a

    repensar el papel del Estado y el sentido que deben tener las Polticas Sociales a

    implementar. Los nuevos actores polticos introducen un discurso que busca romper con

    modelos asistencialistas y ubicar a sus destinatarios como sujetos protagonistas,

    favoreciendo estrategias de inclusin social mediante el reconocimiento y ejercicio de

    los derechos ciudadanos. Sin embargo, sabemos que, aunque necesaria, la expresin de

    intenciones no es suficiente. En la concrecin de las mismas operan complejos procesos

    polticos, econmicos, comunicacionales, organizacionales y tambin psicosociales,

    todos ellos interdependientes. Pretendemos contribuir a la comprensin de estos

    ltimos, ubicndonos conceptualmente desde la Psicologa Comunitaria en su

    dimensin poltica.

    Para ello, tomamos como base algunas experiencias en las que hemos participado,

    tanto en el marco de la docencia universitaria como del ejercicio profesional. Una de

    ellas, consiste en el desarrollo de actividades de Extensin Universitaria, desde el ao

    2000 hasta la actualidad, en un Programa de la Intendencia Municipal de Montevideo

    (gobernada desde el ao 1990 por la misma fuerza poltica que hoy gobierna el pas),

  • 3dirigido a la atencin integral de la Primera Infancia en poblaciones pobres de la capital.

    Dicho Programa gestiona 18 Centros Comunitarios de Educacin Inicial mediante el

    establecimiento de convenios entre el Estado (Intendencia Municipal de Montevideo) y

    la sociedad civil organizada (Asociaciones Civiles).

    La experiencia es desarrollada por docentes2 y estudiantes de Psicologa

    Comunitaria de la Facultad de Psicologa de la Universidad de la Repblica. Ha

    consistido en una intervencin comunitaria con el objetivo del fortalecimiento de las

    Asociaciones Civiles en la gestin de los Centros, y de la participacin en los mismos

    de los padres u otros referentes adultos de los nios a los que el Programa va dirigido.

    La experiencia ha sido analizada y sistematizada en base a los registros del trabajo de

    campo y a la elaboracin de los informes que posibilitaron una devolucin sistemtica

    de los conocimientos producidos a los distintos actores que componen el Programa

    (familias atendidas, equipos de trabajo de los Centros, Asociaciones Civiles y agentes

    gubernamentales).

    Del mismo modo, en el sustento del anlisis que aqu se presenta se encuentra la

    experiencia profesional de la autora -a lo largo de dos dcadas- en el marco de la

    ejecucin de Polticas Sociales en el Uruguay, tanto como miembro de Organizaciones

    No Gubernamentales (O.N.G.s), como de organismos pblicos encargados de su diseo

    y ejecucin.

    Las Polticas Sociales en Uruguay

    Es necesario describir brevemente las caractersticas que ha adoptado en las

    ltimas dcadas el desarrollo de las Polticas Sociales en nuestro pas para situar las

    reflexiones que siguen en este particular contexto socio-histrico y poltico.

    2 Los docentes que han participado en esta experiencia son: el Prof. Lic. Vctor Giorgi; la Prof. Agr. Ps. Alicia Rodrguez; la Asistente Lic. Mnica Cortzar y los Ayudantes Lic. Pablo Haberkorn, Lic. Mnica Da Silva y Lic. Laura Lpez.

  • 4Las PPSS en el Uruguay no escapan a la evolucin y caractersticas presentes en

    buena parte de Amrica Latina, dada su interdependencia con el modelo econmico

    neo-liberal imperante en esta regin y en el mundo.

    En los aos 80 se produce el llamado agotamiento del Estado de Bienestar de

    corte proteccionista vigente en el mundo occidental hasta la dcada del 70, en el que

    los sistemas de seguridad social vinculados al mundo del trabajo ocuparon un lugar

    central. Junto con la creciente pauperizacin y exclusin social de grandes sectores de la

    poblacin como consecuencia directa de la expansin del sistema capitalista, los

    Estados latinoamericanos enfrentaron duras crticas relativas a su capacidad de

    administrar y distribuir los recursos en forma equitativa en el conjunto de la sociedad.

    Entran entonces en vigencia las propuestas de reduccin del Estado y junto con ellas, la

    privatizacin y tercerizacin de servicios sociales, o sea, el traspaso de la ejecucin de

    las PPSS a organizaciones de la sociedad civil (OSC), contemplando los requerimientos

    de modernizacin del Estado y lo que se vea como una participacin del sector privado

    que resultara ventajosa (Midaglia, 2001). As, los aos 90 encuentran a los pases de

    Amrica Latina implementando PPSS de carcter compensatorio, focalizadas en los

    sectores ms empobrecidos, y con fuertes condicionamientos a organismos

    internacionales de financiamiento (Cardarelli y Rosenfeld, 1998)

    Sin embargo, una de las respuestas a los debates en el campo de las PPSS de estas

    dcadas centrados en la reforma del Estado, fue, ms que reducir su papel, repensar su

    rol, de modo que, sin desconocer su papel rector en las PPSS, no quedara ubicado como

    nico actor, sino que reconociera la existencia de otros actores sociales capaces de

    llevar a cabo las tradicionales funciones asistenciales: grupos voluntarios, filantrpicos

    y asociaciones profesionales, entre otros, los que adquieren un nuevo status pblico

    (Midaglia, 2001).

  • 5As, en el Uruguay, el Estado continu jugando un rol activo en la financiacin,

    regulacin, coordinacin y control de las respuestas a los problemas sociales, intentando

    -aunque no siempre con xito- garantizar estndares mnimos de servicios y asegurar la

    distribucin bsica de recursos, incentivando para ello la cooperacin proveniente de la

    esfera privada.

    El discurso de las Polticas Sociales a partir de los aos 90

    La produccin discursiva de los ltimos tiempos en el campo de las PPSS puede

    caracterizarse bsicamente por dos aspectos:

    En primer lugar, la presencia generalizada de trminos vinculados a tendencias

    que otrora fueran propias de movimientos contrahegemnicos. Desde diversos sectores

    -tcnicos y polticos, pblicos y privados, agencias financiadoras internacionales, se

    usan expresiones tales como: fortalecimiento de la sociedad civil, desarrollo

    comunitario y desarrollo local, participacin comunitaria y participacin ciudadana,

    descentralizacin, redes sociales, etc. Sobre la base de estas formulaciones, las PPSS

    en el Uruguay y en otros pases de la regin se han caracterizado por la asociacin entre

    el Estado y la sociedad civil organizada, para su implementacin. Asistimos entonces, a

    la proliferacin de un conjunto heterogneo de organizaciones que gestionan proyectos

    socio-comunitarios, lo que paradojalmente no se traduce en un fortalecimiento de la

    participacin social. Por el contrario, se observa un debilitamiento de los procesos

    participativos en general. A su vez, la participacin de los destinatarios de esas polticas

    ha adquirido caractersticas propias, de modo que la misma ha quedado despolitizada en

    su esencia. Por ejemplo, en algunos de los proyectos de atencin al nio y su familia en

    los que tenemos experiencia, la participacin de las familias de los nios se ha remitido

    casi exclusivamente a la asistencia a actividades educativas, a la colaboracin en

    actividades de limpieza y mantenimiento de los locales, a la organizacin de acciones

  • 6para recaudar fondos, etc. En cambio la participacin en la toma de decisiones y en el

    diseo de los proyectos ha sido prcticamente nula. Como dicen Cardarelli y Rosenfeld

    (1998): los sectores influyentes, negocian, concertan pactan. Para los pobres, la

    participacin puertas adentro de sus comunidades (p. 72) Tanto los sujetos a quienes se

    dirigen las PPSS como las organizaciones de base que participan de las mismas y que

    desarrollan escasa capacidad de producir un discurso propio frente al Estado, han

    quedado por fuera de las negociaciones y de la posibilidad de incidencia real en el

    diseo de dichas polticas. (Da Silva y Rodrguez, 2005)

    En segundo lugar, observamos la inclusin de trminos provenientes del rea

    empresarial y su traslado a la esfera social: gerencia social, eficiencia-eficacia-

    efectividad, administracin de recursos, marketing social, elaboracin y evaluacin de

    proyectos, entre otros. Todos ellos acompaados de su correspondiente paquete

    metodolgico y tcnico. En una suerte de mercantilizacin de lo social ha pasado a

    jerarquizarse la tecnologa apropiada, los sistemas de administracin, control y

    evaluacin y la eficacia de las propuestas en lo relativo a amortiguar los efectos

    negativos de la pobreza en el desarrollo de las personas (Da Silva y Rodrguez, 2005)

    Se ha impuesto en los ltimos aos el empleo del Marco Lgico para la elaboracin de

    proyectos cuyos componentes (objetivos, indicadores, modos de verificacin, valores de

    base y supuestos) hacen hincapi en la medicin de los resultados inmediatos de los

    programas mediante tcnicas estandarizadas. Los equipos que trabajan en la atencin

    directa con la poblacin se han quejado de que una buena parte de su tiempo ha estado

    destinada a completar formularios confeccionados a los efectos del control y el

    seguimiento de los proyectos. Sin desconocer la importancia de producir y verificar

    resultados concretos en la poblacin, el problema radica en que los procesos y las

  • 7singularidades locales que requieren de mtodos cualitativos para su comprensin y

    evaluacin, en general son desconocidos e incluso desestimados.

    Sabemos pues que una de las caractersticas del sistema neoliberal es su capacidad

    para penetrar en la intersubjetividad fagocitando la esencia de ideas y conceptos que

    en otros momentos histricos significaron una ruptura con los discursos dominantes. Y

    a la inversa, contamina esos discursos con un lenguaje que le era ajeno (Rodrguez,

    Haberkorn y Cortzar, 2005). Se genera as un proceso de degradacin simblica, una

    pauperizacin cualitativa de los smbolos y una prdida de sus significados esenciales

    (Fernndez Christlieb,1987), cuya despolitizacin, paradojalmente, tiene importantes

    efectos polticos vinculados al mantenimiento del orden social. Los trminos y

    conceptos, al ser empleados en el contexto de discursos distintos, pierden la esencia de

    su contenido, y por lo tanto su potencial transformador. Dicha despolitizacin oculta los

    orgenes de la situacin de pobreza, las relaciones de poder que sostienen las

    desigualdades sociales y el sentido profundamente poltico de las PPSS (Da Silva y

    Rodrguez, 2005). Por ejemplo, uno de los trminos ms utilizados es el de

    fortalecimiento de la comunidad. En un anlisis cuidadoso del sentido que se le otorga

    se puede observar el hincapi puesto en el mejoramiento de la autoestima de las

    personas individualmente consideradas. Se espera que los sujetos se valoren ms a s

    mismos, reconozcan sus potencialidades y activen sus recursos para el mejoramiento de

    sus condiciones de vida. Pero se excluye de estos discursos (y de las acciones) el

    cuestionamiento sobre las razones que han llevado a las personas a la situacin de

    pobreza y las posibilidades de incidir en ellas colectivamente.

    El macro sistema ha venido produciendo en los pases latinoamericanos, los

    fenmenos de creciente pobreza y exclusin social, de fragmentacin y debilitamiento

    de las redes sociales y la preponderancia del individualismo sobre los valores colectivos

  • 8y solidarios. Las PPSS a la vez que son producto de este contexto, pueden operar

    fortaleciendo dichos fenmenos o bien cuestionndolos en su esencia. No es inherente

    a las PPSS la despolitizacin de la participacin, el pseudofortalecimiento de la

    sociedad civil o la mercantilizacin de lo social. El problema radica en su real

    intencionalidad y en el papel que las mismas acaban por jugar en lo macro social. La

    complejidad hace que el escenario de las PPSS sea esencialmente contradictorio y que

    operen en l fuerzas contrapuestas con relacin a la intencionalidad de cambio social.

    La identificacin y comprensin de los procesos psicosociales que se generan en este

    campo y la intervencin en los mismos, son aspectos claves para propiciar las

    condiciones que lleven a que estas polticas adopten un carcter transformador.

    La Psicologa y las Polticas Sociales en el Uruguay

    El anlisis del campo de las PPSS en el Uruguay ha estado bajo el dominio de las

    Ciencias Polticas y de la Sociologa. Si bien existe trayectoria de prcticas psicolgicas

    en el nivel operativo de las Polticas Sociales, las mismas, en tanto contexto de dichas

    prcticas no han sido objeto de anlisis y reflexin por parte de esta disciplina en

    nuestro pas. Esto explica, al menos en parte, la escasa produccin especfica sobre esta

    temtica en nuestro medio, y el hecho de que en el presente artculo citemos varios

    trabajos de psiclogos uruguayos presentados en eventos cientficos, que son inditos.

    En los ltimos aos, en virtud de la progresiva insercin profesional de los

    psiclogos en Organizaciones No Gubernamentales (O.N.G.s) que gestionan proyectos

    socio-comunitarios, de su integracin en roles de direccin de programas

    gubernamentales, y de la creciente preocupacin e inclusin de estos temas en el mbito

    acadmico, la Psicologa viene generando acciones especficas en este contexto. Cabe

    aclarar que la Psicologa Comunitaria cumple un papel fundamental en el enfoque desde

  • 9el cual los psiclogos intervienen en el mismo. Un ejemplo de ello es el Proyecto de

    Extensin Universitaria antes mencionado.

    Del mismo modo, son numerosas las experiencias en las que los/las psiclogos/as

    se incorporan a los equipos que implementan los proyectos, integrando la perspectiva

    psicolgica en la intervencin comunitaria. En algunos lugares, la intervencin se dirige

    a los propios equipos favoreciendo espacios de reflexin sobre su conformacin como

    tales y sobre los aspectos psicosociales que se ponen en juego en el desarrollo de su

    tarea. Ms recientemente y en coincidencia con la asuncin del nuevo gobierno varios

    psiclogos/as se han incorporado en el nivel del diseo de los programas que se

    enmarcan en las PPSS.

    Concepcin de Polticas Sociales. Polticas Sociales y Subjetividad.

    Entendemos necesario explicitar la concepcin acerca de las Polticas Sociales

    desde la que partimos. Para ello utilizamos como base los desarrollos que sobre el tema

    ha realizado la brasilea Sonia Fleury (2002), en el entendido de que esta autora logra

    dar cuenta de la complejidad y de la multidimensionalidad que ese campo supone. Esta

    concepcin nos permite a su vez, siguiendo a Vctor Giorgi (2003), sustentar la idea de

    que las Polticas Sociales son productoras de subjetividad.

    Fleury (2002) concibe las PPSS como acciones pblicas gubernamentales o no-

    destinadas a dar respuesta a las demandas originadas en el proceso de reproduccin de

    los individuos en una sociedad. Ello supone la consideracin de los siguientes

    determinantes:

    a) Valores compartidos socialmente y normas colectivas que sustentan

    las orientaciones y decisiones polticas.

    b) La lucha y el enfrentamiento entre diferentes actores sociales con

    diferentes intereses a veces contrapuestos. Lucha de significados y disputas

  • 10

    por el poder que refuerzan y crean identidades, a travs de las cuales se

    constituyen los sujetos sociales.

    c) Un fuerte contenido econmico relacionado con un proceso de

    acumulacin capitalista en la medida que en los sistemas capitalistas las

    polticas sociales son interdependientes de las polticas econmicas.

    d) El papel del Estado a travs de las estructuras gubernamentales

    (aparato estatal) que formulan y disean polticas, que asignan recursos,

    que organizan, controlan y evalan, materializando los intereses en juego y

    la correlacin de fuerzas a travs de la accin de distintas organizaciones.

    e) La generacin de conocimientos, de campos disciplinarios y de

    prcticas profesionales, incorporando, produciendo y reproduciendo

    tecnologas y procesos, as como tambin prcticas sociales de interaccin

    entre profesionales y destinatarios.

    De este modo, las PPSS se sustentan en determinadas concepciones acerca del

    papel del Estado, de las organizaciones sociales y de la sociedad en su conjunto. A

    travs de su materializacin en organizaciones que planifican, ejecutan y evalan

    programas, asignan lugares -concretos y simblicos- a los efectores y destinatarios de

    las mismas, son productoras de valores, de identidades, de modalidades de relacin, de

    discursos y lenguajes, construyendo as sujetos sociales (Giorgi, 2006) Son producto de

    la interaccin de mltiples significados en un momento histrico-social dado,

    constituyndose en escenarios altamente complejos en los que interactan una

    diversidad de actores con intereses compartidos o contrapuestos, cuyos modos de

    pensar, sentir y actuar se sustentan en racionalidades diferentes (tcnicas, burocrticas,

    polticas, econmicas y de la vida cotidiana).

  • 11

    Las PPSS operan en la vida cotidiana de los sujetos en funcin del particular lugar

    que stos ocupen en su escenario de desarrollo. En los llamados agentes externos, se

    concretizan mediante la asuncin de lugares y roles en organizaciones y de la ejecucin

    de acciones polticas o tcnicas, voluntarias o remuneradas, individuales o en equipos.

    En el caso de los beneficiarios, las PPSS forman parte de su cotidianeidad

    mediante las relaciones que establecen con las organizaciones que les brindan servicios

    (Estado y organizaciones sociales) y con los ejecutores directos que actan en ellas.

    (Giorgi, 2006) Dichas relaciones son parte de las estrategias de supervivencia

    individuales y colectivas- que elaboran para resolver sus necesidades. Al mismo tiempo,

    los medios de comunicacin masiva y la sociedad en su conjunto generan prcticas

    discursivas que les otorgan un lugar. Los medios de comunicacin frecuentemente

    nombran a los beneficiarios de las PPSS utilizando calificativos cargados de negatividad

    tales como: carenciados, marginados, excluidos, indigentes, etc. Se construye

    as un lenguaje del dficit (no slo verbal sino tambin en imgenes) que los ubica en

    un lugar social en el que slo es posible ser receptores de beneficios y asistencia.

    Por todo esto decimos que las PPSS tienen un alto grado de eficacia en la

    produccin de subjetividades. Como dice Vctor Giorgi (2006) se constituyen en

    verdaderas polticas de subjetividad

    El enfoque desde la dimensin poltica de la Psicologa Comunitaria

    El escenario de las PPSS en tanto productor y reproductor de subjetividades, es un

    campo propicio para ser abordado desde la dimensin poltica de la Psicologa

    Comunitaria, ms an si pretendemos poner el nfasis en el carcter de los procesos

    participativos que en l se despliegan.

    En tanto esta dimensin poltica, segn Maritza Montero (2004), supone que dicha

    disciplina tenga por finalidad la produccin del cambio social entendido como

  • 12

    alteracin de las relaciones de poder a partir de la participacin activa de los sujetos en

    el espacio pblico, la preocupacin por el carcter compensatorio o transformador, de

    control social o emancipatorio, asistencialista o de promocin humana de las PPSS ha

    de ser una preocupacin central para la Psicologa Comunitaria.

    El papel asignado al Estado y a las organizaciones sociales, el lugar otorgado a los

    sujetos destinatarios de las PPSS y el carcter de los procesos participativos que se

    generan, son factores fundamentales para analizar la intencionalidad de esas Polticas y

    el sentido de los cambios que pretenden producir.

    Tal como lo expresa Euclides Snchez (2000), la accin del Estado est influida

    por el conjunto de tendencias opuestas presentes en la sociedad, de manera que la

    participacin supone el enfrentamiento de intereses de los diversos sectores que intentan

    tener la hegemona de las decisiones. En este marco, la participacin de los grupos ms

    vulnerables de la sociedad, los que tradicionalmente han ejercido una menor influencia,

    ha de ir necesariamente en la direccin de la produccin del cambio social.

    Aspectos psicosociales implicados en la relacin Estado-Sociedad Civil. Algunas claves

    para la construccin de PPSS transformadoras.

    Cules son las condiciones psicosociales que intervienen para que las PPSS favorezcan

    u obturen el fortalecimiento de la sociedad civil y de las comunidades?

    Qu aspectos psicosociales intervienen en la construccin de procesos participativos en

    el escenario de las PPSS para que los mismos adopten o no un carcter transformador?

    En Uruguay, en buena parte de las polticas que se ejecutan, el convenio entre el

    Estado y las organizaciones interesadas en gestionar proyectos sociales, consiste en que

    el primero transfiere recursos (en algunos casos provenientes de prstamos de

    organismos financiadores internacionales), controla (tcnica, jurdica y financieramente)

  • 13

    la ejecucin de los mismos y capacita sus recursos humanos. Mientras que las

    organizaciones (de muy diverso carcter: ONGs, iglesias, organizaciones de base, etc.)

    administran dichos recursos contratando personal tcnico para la ejecucin de los

    proyectos. Los miembros de la organizacin que asumen tal responsabilidad lo hacen en

    forma voluntaria, sin recibir remuneracin alguna. De este modo, queda conformado un

    escenario cuyos principales actores son el Estado, las organizaciones de la sociedad

    civil y la poblacin destinataria de las polticas. En l operan distintas racionalidades

    (burocrtica, tcnica, poltica, del voluntariado y de las necesidades de la comunidad)

    cuya interaccin genera diversos efectos, planificados o no, deseados o indeseados.

    Nuestra experiencia en este campo nos ha permitido observar sistemticamente

    una serie de factores psicosociales que intervienen y que condicionan el fortalecimiento

    de la sociedad civil y de las comunidades implicadas:

    El papel de las OSC en el campo de lo pblico. La relacin con el Estado.

    A veces, la transferencia de recursos del Estado para la ejecucin de los

    proyectos, opera como respaldo, estmulo y apoyo a las capacidades tcnicas y

    operativas de algunas organizaciones con experiencia social acumulada y con

    intenciones definidas en la direccin de la justicia social. Son organizaciones sujeto

    (Schvarstein,1992), con iniciativa, con historia y con una identidad construida en

    relacin a las estrategias de abordaje de los problemas comunitarios. As, el Estado

    cumple con su obligacin de asegurar una respuesta efectiva a las necesidades de la

    comunidad, transfiriendo recursos a organizaciones que probablemente logren mayor

    eficacia en su accin, por su proximidad con la comunidad y por sus habilidades

    adquiridas, que la que lograra el propio Estado con sus acciones directas.

    En otros casos, la organizacin se constituye en un simple brazo ejecutor que

    administra -con distintos niveles de dificultad- los recursos que el Estado le transfiere y

  • 14

    ejecuta las acciones diseadas y definidas por aqul, operando como organizaciones

    objeto (Schvarstein, 1992). Muchas veces, stas son organizaciones de base con

    historia y arraigo barrial. Son cooptadas por el Estado y quedan atrapadas en una tarea

    administrativa perdiendo su perfil de promocin comunitaria. En el mejor de los casos,

    se produce un efecto de fortalecimiento individual cuando sus integrantes perciben que

    ocupan un lugar social con cierto estatus, tienen la posibilidad de desplegar sus

    capacidades en tareas concretas y se integran a una red social que les otorga

    pertenencia. No siempre esto se traduce en un fortalecimiento colectivo en el sentido de

    ser portavoces de los intereses de la comunidad que integran.

    La capacidad de las organizaciones de la sociedad civil de constituirse en

    organizaciones sujeto, con iniciativa, con actitud propositiva, con autonoma, capaces de

    desarrollar una gestin con identidad propia y con habilidades para presionar y negociar

    (articulndose con sus pares) depende de varios factores: de su perfil e historia; del rol

    que atribuye al Estado y a s mismas en el campo de los intereses pblicos (Cortzar,

    Lpez y Rodrguez, 2003; Rodrguez, 2004); y de las intencionalidades del propio

    Estado en cuanto a que la transferencia de recursos se acompae de transferencia de

    poder de iniciativa y decisin en relacin al diseo de las PPSS.

    El tipo de relacin de las OSC con los operadores directos en la ejecucin de los

    proyectos.

    El tipo de asociacin con el Estado supone que las organizaciones sociales se

    involucren en una relacin laboral con quienes operan en la ejecucin misma de las

    propuestas (psiclogos, asistentes sociales, educadores, personal de servicio y cocina,

    etc.). La lgica del mundo del trabajo interacta -no siempre armnicamente- con la

    lgica del voluntariado. Operan matrices de relacin interiorizadas por quienes adoptan

    el rol de empleadores y de empleados, a partir de sus experiencias previas y de los

  • 15

    modelos de dominacin imperantes en la sociedad. A veces, a pesar de identidades

    personales vinculadas al lugar de trabajador y obrero, o de militante poltico y social,

    quien contrata personal para la ejecucin de los proyectos, reproduce relaciones de

    dominacin y autoritarismo contrarias a los valores que sustenta. El proceso de

    despolitizacin lleva a perder de vista el sentido de la relacin que se establece

    (Rodrguez, 2004)

    La lgica del voluntariado, presente en quienes asumen la gestin en forma no

    remunerada con importantes esfuerzos y costos personales, conduce a depositar

    expectativas de reconocimiento por parte de los otros actores y a exigirles la misma

    dedicacin. Por otra parte, los derechos del trabajador en tanto tales, colinden con el

    lugar asignado socialmente en relacin a las actitudes altruistas y solidarias implcitas

    en la tarea social. El inters por obtener remuneracin a cambio del trabajo genera

    frecuentemente reproches y sentimientos de culpa, lo que conduce muchas veces a

    desprofesionalizar el trabajo con los sectores en situacin de pobreza.

    Otra de las tensiones en este vnculo es la que se produce entre los criterios tcnicos

    y aquellos desarrollados en la experiencia de promocin social que las organizaciones

    -sobre todo las de base- han acumulado. Los aportes que provienen de las distintas

    disciplinas y que contribuyen a calificar las intervenciones, pueden derivar en

    tendencias tecnocrticas que pretenden imponerse a algunas prcticas sociales

    construidas histricamente

    La relacin con los destinatarios de las PPSS

    En la relacin entre las OSC y los principales interesados en las PPSS, los sectores

    en situacin de vulnerabilidad social, encontramos que muchas veces se reproducen

    prcticas asistencialistas y que las organizaciones se hacen eco de los prejuicios y

    estereotipos que circulan socialmente respecto a los pobres, a sus conductas, actitudes y

  • 16

    posibilidades de operar para transformar su realidad. Es fundamental la capacidad para

    interpretar las necesidades de su comunidad, ser sus portavoces y habilitar su

    participacin. Esto depende, entre otros aspectos, de la proximidad socio-cultural con la

    poblacin destinataria. Tanto una distancia excesiva como una total identificacin

    pueden operar negativamente, sobre todo si no existe la oportunidad de reflexionar

    sobre el vnculo que se construye.

    La relacin de los sujetos con el Estado queda altamente mediatizada por las OSC.

    Hacen uso de los servicios como parte de sus estrategias de supervivencia sin que

    necesariamente tengan conocimiento (entendido como conciencia de) de las

    caractersticas de los programas que los incluyen. (Da Silva y Rodrguez, 2005). Esto es

    consecuencia de la funcin que las organizaciones cumplen en relacin con la

    poblacin. Algunas veces ofician -sin proponrselo- amortiguando la emergencia de

    conflictos sociales, siendo funcionales a las PPSS compensatorias, ms que

    promoviendo y fortaleciendo a la comunidad en su capacidad de reclamo y de inclusin

    en el diseo de las polticas, para lo cual conocer y comprender el escenario poltico

    institucional del que se forma parte es un elemento fundamental.

    En general los participantes manifiestan satisfaccin con la atencin y beneficios

    que reciben. stos trascienden la resolucin de necesidades inmediatas y tienen efectos

    positivos en la autoestima y en la inclusin en nuevas redes de relacin, lo que genera

    una actitud de agradecimiento hacia quienes desarrollan las acciones (Da Silva y

    Rodrguez, 2005). Este agradecimiento, a veces, obtura la posibilidad de asumir un

    papel crtico cuando ello es significado como el riesgo de perder lo que los beneficia y

    cuando se apoya en una imagen de s mismos no coincidente con la de ser sujetos de

    derecho.

  • 17

    Los procesos participativos en el escenario de las PPSS. Determinantes de una

    participacin transformadora

    La participacin de los principales interesados en las PPSS, en la cual los

    discursos de los diseadores suelen poner nfasis, requiere de un profundo anlisis para

    dilucidar la intencionalidad subyacente. Muchas veces la participacin comunitaria es

    usada como herramienta de manipulacin de la poblacin al servicio de intereses

    poltico econmicos que buscan mantener el status quo. Ya en 1985 Ugalde advirti

    sobre el uso frecuente de la participacin comunitaria en Programas de Salud de

    Latinoamrica como modo de cooptacin ideolgica y cultural de los lderes y

    organizaciones populares al servicio de las democracias liberales. Se promueven modos

    de participacin a partir de parmetros pre-determinados, mientras se controlan y se

    destruyen las condiciones para el ejercicio de una participacin genuina y liberadora

    propia del ejercicio de una democracia radical que inevitablemente conduce al

    cuestionamiento del orden establecido. Incluso, en el marco de proyectos polticos que

    se posicionan crticamente con relacin al sistema en lo que a concepcin de sujeto se

    refiere, las contradicciones entre la formulacin de los programas y su ejecucin, entre

    las intenciones y los efectos, tambin estn presentes. Las intencionalidades son

    necesarias pero no suficientes para garantizar el desarrollo de una participacin

    comunitaria transformadora (Rodrguez, Haberkorn y Cortzar, 2005)

    Se entiende a la participacin comunitaria como una participacin productora de

    acciones socializadoras y concientizadoras, que permita compartir e intercambiar

    conocimientos, intereses, objetivos, vivencias, alterando las relaciones de poder

    instituidas y promoviendo cambios en las condiciones materiales y subjetivas de

  • 18

    existencia, transformaciones no slo momentneas y/o fugaces, sino sustentables,

    perdurables e incorporadas por los distintos actores involucrados (Rodrguez,

    Haberkorn y Cortzar, 2005, p.2)

    Los procesos participativos se construyen en la vida cotidiana, en el nivel de las

    relaciones cara a cara. Su potencialidad de proyeccin al nivel macro-social

    frecuentemente se soslaya, quedando restringida, en el mejor de los casos, a los lmites

    de lo local. Muchas veces incluso queda restringida al plano personal o al de los

    pequeos grupos. Esto implica, sobre todo considerando el carcter focalizado de las

    polticas, el riesgo de reforzar los procesos de fragmentacin social y de perpetuar la

    exclusin de la poblacin en situacin de pobreza de las posibilidades de incidir en el

    plano de lo pblico. Una participacin comunitaria que pretenda jerarquizar los

    impactos polticos que produce debe considerar la interrelacin entre los efectos que

    genera en las personas y en su entorno inmediato; los que produce en el colectivo y su

    capacidad de trascender al nivel de lo pblico. (Rodrguez, Haberkorn y Cortzar,

    2005). Esto supone evolucionar desde una finalidad reivindicativa de la participacin

    comunitaria hacia la posibilidad de incidir en las soluciones a sus problemas y a los que

    afectan a la sociedad en su conjunto (Snchez, 2000)

    Interesa resaltar algunas caractersticas que hemos sistematizado respecto de la

    participacin comunitaria en el marco de las PPSS, y que inciden para que las mismas

    adopten un carcter transformador o que por el contrario favorezcan el status quo:

    La heterogeneidad en los conceptos y expectativas sobre la participacin

    Los conceptos y las expectativas respecto a la participacin son variados entre los

    actores de un Programa, lo que condiciona las valoraciones que se realizan de los

    resultados de los procesos participativos. En un mismo fenmeno algunos identifican

    obstculos y quiebres, y otros, avances y logros, lo que opera sobre los

  • 19

    comportamientos y las acciones de los actores, favoreciendo u obturando la

    participacin. Dichos conceptos y expectativas llevan implcita una determinada

    percepcin de la comunidad con la que se trabaja y tienen relacin con el rol y el lugar

    que se ocupa en la estructura organizativa (decisor poltico, tcnicos intermedios,

    operadores de campo, beneficiario, etc.) Esta heterogeneidad produce experiencias,

    procesos y resultados muy diversos, lo que habitualmente entra en tensin con la

    pretensin homogeneizadora y normativa de las PPSS.

    Los mecanismos de contraprestacin

    Las polticas que se implementan han incluido en forma creciente un mecanismo

    de contraprestacin de los servicios que brindan, cuyas caractersticas varan entre

    distintos programas. Se espera que las personas receptoras de los servicios den algo a

    cambio, buscando romper con una lgica asistencialista y paternalista perpetuante de

    actitudes dependientes y pasivas. Los diseadores reconocen el derecho de los sujetos a

    la satisfaccin de sus necesidades y la obligacin del Estado en ese sentido. Pero a su

    vez ubican al otro en un lugar de responsabilidad y de sujeto con potencialidades de

    aportar recursos para generar cambios en sus condiciones de vida.

    En la prctica esta intencin se materializa de distintos modos y en algunos casos

    el efecto es el contrario al buscado. En los sujetos que en un pasado reciente estaban

    incluidos en el mercado laboral y que en plazos muy breves se vieron enfrentados a la

    desocupacin, con el impacto (econmico, social y subjetivo) que ello genera, el hecho

    de que se les pida algo a cambio es visto como un factor de dignificacin. No esperan ni

    desean una limosna, reconocen sus derechos y son concientes de que su situacin es

    producto de una realidad socio-econmica que los trasciende, aunque ello no excluye

    sentimientos de vergenza y culpa al no encontrar recursos para sobrevivir por sus

    propios medios. Se incluyen activamente en las propuestas que se les realiza o cuando

  • 20

    encuentran dificultades para responder a ellas, se autoexcluyen y se distancian de los

    programas.

    En otros sujetos, en general ubicados en la franja de los excluidos (Castel, 1997)

    el discurso de la contraprestacin no tiene los mismos efectos y no responden a las

    propuestas que se les formula. A lo sumo realizan un aprovechamiento inteligente de los

    modos de accin de las PPSS para resolver su supervivencia. Frecuentemente los

    operadores sociales encuentran dificultades para comprender este comportamiento,

    actan mediante prejuicios y acaban por estigmatizarlos, adoptando una postura

    autoritaria. Mientras tanto, en lo macro social se refuerza la imagen de que los pobres

    no quieren trabajar y que slo esperan recibir. Se trata de un crculo vicioso en el que se

    reproduce y refuerza la situacin de exclusin en un sentido concreto y simblico. Uno

    de los grandes desafos para la Psicologa es contribuir a revertir procesos subjetivos

    arraigados tanto en los llamados excluidos como en el resto de la sociedad ya que desde

    ambos lados se resisten fuertemente los procesos de transformacin social. Cmo

    construir subjetivamente un sujeto de derechos y deberes cuando los primeros estn

    vulnerados en su esencia? Para generar cambios subjetivos en personas que han

    aprendido a sobrevivir a partir del desarrollo de PPSS asistencialistas, no es suficiente

    con desarrollar intervenciones problematizadoras y concientizadoras dirigidas a ellos.

    Es necesario tambin intervenir para producir transformaciones subjetivas y discursivas

    en el resto de la sociedad.

    Las intencionalidades de la participacin

    La participacin en estos programas adopta modalidades muy diversas que van

    desde diferentes modos de cooperacin o contraprestacin; pasando por la inclusin en

    actividades para las que los sujetos son convocados en funcin de los objetivos del

    proyecto; por su organizacin autnoma para gestionar la satisfaccin de sus

  • 21

    necesidades, en donde el proyecto oficia de apoyo y sostn; hasta aunque con menos

    frecuencia- la participacin directa en la toma de decisiones. Frecuentemente en la

    evaluacin de dichas actividades se jerarquizan los resultados inmediatos que se

    obtienen (cuntos participan, la respuesta a la convocatoria, etc.) perdiendo de vista la

    intencionalidad subyacente, el impacto que la participacin produce en los actores

    involucrados y su grado real de incidencia en el curso de los acontecimientos. La

    esencia de la participacin comunitaria corre el riesgo de perderse en acciones sin

    intencionalidades claras, ms an cuando en general, las relaciones de poder no se

    enuncian ni se trabajan en el marco de las actividades que se realizan, lo que conduce a

    la despolitizacin de la participacin. Se jerarquiza el cunto y en qu participan, ms

    que el por qu y el para qu.

    Las actividades consideradas aisladamente nada nos dicen sobre lo sustantivo de

    la participacin si no son analizadas en el singular contexto de accin y en el marco de

    los vnculos que se establecen. Actividades que, desde una perspectiva crtica pueden

    considerarse secundarias (como por ejemplo la colaboracin en tareas diseadas por

    otros), pueden redundar en un progresivo sentido de pertenencia que posibilite un grado

    cada vez mayor de incidencia en el proyecto. Del mismo modo, la inclusin de

    miembros de la comunidad en niveles de toma de decisiones no implica en s misma una

    verdadera distribucin de poder, ya que en algunas circunstancias puede reafirmar

    relaciones de dominacin entre los propios integrantes de la comunidad (Rodrguez,

    Haberkorn y Cortzar, 2005) Esto implica entender a la participacin como procesos

    complejos y situados. La tendencia a simplificar el fenmeno lleva al riesgo de producir

    estereotipos, prejuicios y acciones resistenciales a la participacin que se pretende

    promover.

    La tensin entre las estructuras organizativas y la incertidumbre de la participacin

  • 22

    Uno de los componentes de las PPSS es su marco organizativo, que opera con una

    racionalidad burocrtica materializando sus intencionalidades y otorgando roles a los

    distintos actores. La creacin de modelos organizativos y de procedimientos que

    habiliten la participacin de la comunidad en la toma de decisiones corre el riesgo de

    homogeneizar la realidad, entrando en contradiccin con la singularidad y la

    incertidumbre de los procesos participativos. Es auspicioso y deseable que dentro de las

    estructuras, los diseadores de los programas contemplen la participacin comunitaria

    entendida como transferencia de poder. Pero la misma -ms all de la formulacin de

    las metas- supone que se desplieguen procesos cuyos destinos son desconocidos, por el

    carcter incierto y dinmico de la realidad social y porque dependen de los intereses de

    la comunidad considerada en su mxima expresin de singularidad.

    A su vez, los plazos marcados por los financiamientos o por los perodos de

    gobierno obligan a establecer metas claras y mecanismos que garanticen su alcance y el

    de los impactos que demuestren la efectividad del Programa. Estos tiempos son

    habitualmente diversos de los tiempos de los procesos comunitarios

    Es necesario considerar los procedimientos o formas organizativas diseados,

    como instrumentos o metas intermedias que requieren una revisin constante en el

    marco de la relacin dialgica que se establece con la comunidad (Rodrguez,

    Haberkorn y Cortzar, 2005), para que no oficien capturando ni obturando los

    movimientos espontneos.

    Generalmente los sujetos participantes en los programas no expresan

    espontneamente su inters por participar en la toma de decisiones. Las razones,

    vinculadas a la interiorizacin de un lugar de sumisin en el marco de las relaciones de

    poder instituidas, han sido estudiadas. Por tanto, los formatos organizativos que se

    prevean para aumentar la incidencia de los sujetos, de no considerar la singularidad de

  • 23

    los procesos, pueden paradojalmente operar como una imposicin para sus principales

    interesados.

    La queja por la no participacin

    La preponderancia de valores como el individualismo y la competencia y los

    crecientes sentimientos de desesperanza, impotencia y desconfianza en los otros,

    favorecidos por la penetracin del pensamiento neoliberal (Rebellato, 1995), han trado

    como consecuencia una progresiva fragmentacin, el debilitamiento de las redes

    sociales y de los procesos participativos con pretensin de ampliar el horizonte en el

    ejercicio de los derechos de los seres humanos. Tambin sabemos que estos fenmenos

    se construyen desde los discursos desesperanzados. La queja por la no participacin,

    expresin de esa desesperanza, opera con frecuencia como obstculo en la misma.

    Quienes la formulan (tanto operadores sociales como integrantes de la comunidad

    activos) identifican una dificultad que acaban por reforzar, marcando una frontera difcil

    de franquear entre los que participan y los que no participan. Mediante la queja el

    problema queda situado afuera sin poder pensar en las propias implicaciones y

    responsabilidades, evitando la angustia de incluirse en procesos de cambio que no dejan

    de ser conflictivos.

    Las condiciones de produccin de este mecanismo resistencial estn vinculadas a

    factores subjetivos e intersubjetivos tales como: el incumplimiento de expectativas y

    deseos adjudicados a los otros que frecuentemente no coinciden con sus necesidades; la

    ilusin de una participacin ideal, donde todos participen y que lo hagan con el mismo

    grado de involucramiento y compromiso; la desvalorizacin de la participacin de los

    que participan, quienes al escuchar permanentemente la queja por la no participacin de

    los otros, interiorizan el poco valor de su propia inversin; el no reconocimiento del

    carcter voluntario de la participacin y de los beneficios secundarios que supone

  • 24

    (aprendizaje, gratificacin y poder) al atribuir a quienes no participan un lugar ventajoso

    respecto a quienes s lo hacen; la tendencia a depositar las dificultades en los otros y la

    resistencia a la autocrtica de las propias actitudes que dificultan la participacin.; la

    proyeccin en los otros de las dificultades de participacin en los propios mbitos de

    insercin.

    La desprofesionalizacin de la promocin de la participacin comunitaria

    Frecuentemente, se parte de la base de que la promocin de la participacin

    comunitaria es una accin espontnea que no requiere de formacin ni de capacitacin.

    Si bien la participacin ms genuina es aquella que se produce espontnea y

    voluntariamente desde sus principales interesados, sabemos que a participar se aprende

    y que la misma es producto de las relaciones que las comunidades establecen con

    agentes externos, quienes pueden operar obturndola o facilitndola. Se requiere de

    herramientas tericas y metodolgicas que permitan comprender las dinmicas

    comunitarias y operar en ellas.

    Quienes trabajan en el marco de las PPSS muchas veces son personas

    especializadas en los problemas especficos que abordan los programas (educacin,

    salud, vivienda, etc.), lo que se ve favorecido por el carcter sectorial de las mismas. El

    componente comunitario muchas veces es considerado secundario respecto del eje

    central, y desde los diseadores se espera que los operadores lo desarrollen desde el

    voluntariado. Se produce as, una desprofesionalizacin del trabajo comunitario. Esto no

    significa que se deba introducir una lgica tecnocrtica en la accin social, que se

    imponga a los saberes acumulados desde la experiencia misma de los actores sociales,

    pero s reconocer la necesidad de capacitacin de los agentes para facilitar procesos

    participativos.

  • 25

    La relacin entre la participacin de la comunidad y la de los agentes externos

    Las caractersticas de la participacin de los principales interesados en las PPSS

    estn en directa relacin con la participacin de los agentes externos en la organizacin

    desde la cual se implementan y en sus propios contextos de vida. La consideracin de la

    poblacin como sujetos de derecho, su sentido de pertenencia respecto al proyecto y su

    grado de incidencia en la toma de decisiones, difcilmente puedan manifestarse si no

    existe un contexto en el que los efectores del mismo tambin sean considerados como

    sujetos activos, capaces de producir y de ejecutar acciones que son producto de

    decisiones de las que forman parte. Difcilmente se pueda promover y habilitar la

    participacin de los otros si quienes lo hacen no se sienten partcipes. En la dimensin

    afectiva, difcilmente se pueda sostener la movilizacin que generan los procesos

    participativos, si los operadores no se sienten sostenidos en sus vivencias. La

    participacin comunitaria y sus caractersticas reflejan las dinmicas de los equipos que

    la promueven (Rodrguez, Haberkorn y Cortzar)

    Los procesos participativos, en tanto procesos de transformacin social

    involucran al agente que trabaja con la comunidad, ya sea como sujeto que reproduce

    pasivamente determinados modos de relacin, o capaz de ejercer una accin

    transformadora que lo implica. El agente externo debe lograr visualizar y analizar sus

    prejuicios, estereotipos y actitudes respecto a la comunidad (producto del encuentro

    entre diferentes culturas), as como tambin los comportamientos que despliega en sus

    propios contextos de vida respecto a la participacin, que a veces lo identifican con la

    poblacin. Tanto la comunidad como los agentes externos somos partcipes del

    individualismo imperante, sentimos la desesperanza con relacin al futuro posible, la

    poca credibilidad de los espacios colectivos y reproducimos en nuestra vida cotidiana

    las relaciones de poder que criticamos. El encuentro con los otros, es una oportunidad

  • 26

    para el agente externo de ampliar sus aprendizajes, sus perspectivas y sus espacios de

    libertad, en definitiva, de transformarse junto con los otros.

    A veces, quienes disponen de grandes esfuerzos intentando promover la

    participacin quedan ubicados en lugares de insatisfaccin y frustracin. Algunos de los

    factores que contribuyen a que ello son: el choque cultural que supone la dificultad de

    procesar las diferencias entre los modos de pensar, sentir y actuar de los sujetos y de los

    agentes externos; la identificacin con la poblacin producto de la pertenencia a un

    mismo sector social o de la crisis econmica sufrida en los ltimos aos que ha afectado

    tanto a unos como a otros; la angustia que produce el enfrentarse a situaciones lmites y

    la dificultad de procesar los sentimientos que genera el vnculo con el otro (bronca,

    angustia, impotencia); los sentimientos de culpa por la sensacin de no poder; y la falta

    de herramientas conceptuales y metodolgicas para la comprensin de las caractersticas

    de la poblacin, sus determinantes y para la elaboracin de estrategias.

    La intervencin psicolgica comunitaria en el escenario de las Polticas Sociales

    Para revertir la situacin de pobreza y exclusin de grandes sectores de poblacin

    de Uruguay se requiere de transformaciones macro polticas y econmicas. Pero estas

    transformaciones tambin se producen desde las micropolticas, en los escenarios

    cotidianos que pueden oficiar como espacios de construccin de nuevas subjetividades

    En estos momentos, adquieren especial relevancia las intencionalidades y los

    medios en el desarrollo de las intervenciones para generar efectos que difcilmente son

    previsibles (Villasante, 2002). Ms que trabajar en la creacin de formatos

    organizativos nicos, se trata de conducir la intervencin en la direccin de favorecer

    procesos que, en el establecimiento de vnculos sustentados en el respeto por la

    diversidad y por los derechos del otro y en el anlisis y autocrtica de las prcticas

    cotidianas, generen mayores grados de fortalecimiento individual y colectivos. Los

  • 27

    destinos son siempre borrosos y estn sometidos a incertidumbre porque son

    construidos en el propio proceso y desde la inclusin de todos los involucrados.

    (Rodrguez, Haberkorn y Cortzar, 2005)

    Aspectos para orientar la intervencin psicolgica comunitaria transformadora en

    el escenario de las PPSS:

    La problematizacin3 por parte de las organizaciones que asumen la gestin de

    proyectos, del rol asignado al Estado y a s mismas, habilitando la produccin de

    una conciencia poltica acerca de su funcin, mediante un anlisis del contexto

    de actuacin que les permita trascender sus proyectos ms inmediatos y asumir

    un papel protagnico, enmarcadas en el conjunto de las organizaciones de la

    sociedad civil para incidir en el diseo de las PPSS.

    La problematizacin por parte de los operadores sociales, del carcter de sus

    prcticas, del vnculo que establecen con la poblacin, analizando los

    componentes psicosociales presentes que obstaculizan o favorecen procesos de

    transformacin. El anlisis de la implicacin en el marco de los equipos es una

    herramienta bsica para este propsito, lo que supone compartir las distintas

    percepciones, expectativas y prejuicios respecto a la poblacin, analizar las

    actitudes e incluir una perspectiva analtica y comprensiva respecto a las

    vicisitudes que atraviesa el contexto especfico.

    La implementacin de estrategias participativas en el marco de los programas

    de modo que stos se constituyan -tanto para los sujetos de las PPSS como para

    los operadores- en escenario de aprendizajes que puedan ser transferidos a otros

    3 La problematizacin es entendida como una estrategia que promueve el desarrollo de la conciencia crtica en las personas mediante la revisin de los modos habituales de ver las circunstancias de vida y sus causas. (Montero, 2006) Como dice esta autora: La problematizacin sensibiliza, desnaturaliza, establece las bases cognitivas y afectivas para producir una motivacin de cambio que se traduce en acciones concretas de transformacin (p. 231)

  • 28

    mbitos de insercin y trascender a la esfera pblica en el ejercicio de los

    derechos y deberes como ciudadanos.

    Estar atentos a la emergencia de movimientos sociales espontneos que puedan

    generarse como modo de protesta, reivindicacin y/o iniciativa. El Estado y las

    organizaciones debieran poder escuchar estas voces sin ahogarlas ni

    desestimarlas, ni tampoco idealizarlas.

    La creacin de escenarios de dilogo entre agentes del Estado, organizaciones

    de la sociedad civil, operadores sociales, con la participacin directa de los

    principales interesados, en donde circule la informacin, se formulen

    interrogantes y se encuentren respuestas, se expresen expectativas mutuas, se

    creen oportunidades de opinin y se negocien acuerdos. Esto permite el

    reconocimiento del otro y de uno mismo en cuanto al lugar que ocupa en el

    complejo entramado de relaciones que se establecen, modificando la imagen del

    otro y la propia a partir del cuestionamiento de mutuas adjudicaciones. En

    definitiva, que el horizonte de comprensin del escenario compartido pueda ser

    ampliado y habilite a la produccin de cambios.

    Mecanismos de articulacin entre el nivel local y el nivel central de las PPSS

    para que este ltimo se nutra de la singularidad de las realidades particulares y

    para que stas puedan ser situadas y comprendidas en un contexto que las

    trasciende.

    Conclusiones

    Las PPSS pueden ser un instrumento de transformacin social o pueden

    contribuir a mantener el status quo. Llevan implcita una concepcin de sujeto, de

    Estado y de participacin de la sociedad civil que se pone de manifiesto en discursos y

  • 29

    acciones que a su vez, son productores de subjetividad. Su materializacin a travs de

    programas y proyectos, supone el despliegue de complejos procesos psicosociales

    vinculados al lugar de las organizaciones de la sociedad civil y al de los sujetos

    destinatarios de las polticas. La Psicologa Comunitaria, entendida en su carcter

    poltico puede contribuir a develar los discursos de las PPSS, a comprender los procesos

    subjetivos e intersubjetivos que se ponen en juego y a intervenir en sus distintos niveles

    para potenciar su carcter emancipatorio y contrarrestar las tendencias compensatorias y

    de control social.

    Las condiciones psicosociales que, en las experiencias que hemos sistematizado,

    intervienen para que las PPSS favorezcan u obturen el fortalecimiento de la sociedad

    civil y de las comunidades son:

    -La historia e identidad de las organizaciones de la sociedad civil que intervienen en la

    gestin de PPSS

    -Su capacidad de iniciativa, de presin y de negociacin con relacin a las propuestas

    que provienen del Estado

    -El reconocimiento y la valoracin por parte del Estado del saber que las organizaciones

    producen en su relacin directa con las comunidades y la existencia de mecanismos

    efectivos de participacin de las mismas en el diseo de las PPSS

    -El apoyo y estmulo por parte del Estado respecto de las capacidades de promocin

    comunitaria que tienen las organizaciones de base.

    -El carcter democrtico y participativo de la gestin al interior de las organizaciones de

    la sociedad civil, lo que implica transitar satisfactoriamente por las tensiones entre la

    lgica de las relaciones laborales y la del voluntariado o la militancia.

  • 30

    -Un estilo de relacin dialgica y horizontal entre las organizaciones de la sociedad civil

    y las comunidades con las que trabajan, en donde sas ltimas sean reconocidas en su

    diversidad y como sujetos de derecho.

    -La capacidad de las organizaciones de representar los intereses de la comunidad y de

    promover el ejercicio de sus derechos con relacin al Estado.

    Y por otro lado, los aspectos psicosociales que intervienen en la construccin de

    los procesos participativos en el escenario de las PPSS para que los mismos adopten o

    no un carcter transformador son:

    -El reconocimiento de la diversidad de conceptos y expectativas existentes respecto a la

    participacin por parte de los actores involucrados en el diseo e implementacin de las

    PPSS, y la existencia de espacios para la confrontacin entre los mismos.

    -La inscripcin en la subjetividad de los destinatarios de las PPSS acerca del papel del

    Estado y de s mismos con relacin a la gestin de las respuestas a sus necesidades.

    -Las intencionalidades subyacentes a las propuestas participativas en el sentido de una

    genuina distribucin de poder y las condiciones para el anlisis de los impactos de las

    acciones participativas en cada contexto en particular.

    -La existencia de formatos organizativos flexibles y permeables que habiliten a la

    participacin de la comunidad en la toma de decisiones respecto al diseo e

    implementacin de las PPSS.

    -El grado de resistencias individuales y grupales respecto al desarrollo de la

    participacin de la comunidad, las cuales adoptan formas distintas: queja, dificultad

    para la autocrtica, depositacin de las responsabilidades en los otros, idealizacin de la

    participacin, etc.

  • 31

    -La capacitacin de los agentes externos en la promocin de la participacin

    comunitaria y la profesionalizacin del abordaje comunitario.

    -El carcter participativo y de sostn que adquieran los contextos en los que se

    desempean los operadores de las PPSS y la posibilidad de desarrollar un anlisis

    crtico respecto al propio papel y al marco de la Poltica Social en la cual se

    desempean.

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