revista migraciones forzadas 2

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MIGRACIONES FORZOSAS Campos de refugiados y desplazados 1998 Agosto incorpora la RPN revista publicada por el Refugee Studies Programme en asociación con el Global IDP Survey edición en castellano publicada por HEGOA, Instituto de Estudios sobre el Desarrollo y la Economía Internacional, Universidad del País Vasco 2 Sección especial sobre campos: Frontera entre Tailandia y Birmania, Sudán, desplazados internos en Ruanda, saharauis en Argelia. Además, reseñas bibliográficas Ver páginas 4-23 Guatemala: el valor de la memoria Ver páginas 24-26 Oriente Medio: conservación de la vida salvaje y de las tribus pastoriles Ver páginas 27-30 Principios Rectores de los des- plazamientos internos: necesi- dad, contenido y aplicación Ver páginas 31-33 Última hora sobre Eritrea y Kosovo Ver páginas 34-35

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Campos de refugiados y desplazados

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MIGRACIONESFORZOSAS

Campos de refugiados y desplazados

1998 Agosto

incorpora la RPN revistapublicada por el Refugee Studies Programme en asociación con el Global IDP Surveyedición en castellano publicada por HEGOA, Instituto de Estudios sobre el Desarrollo y laEconomía Internacional, Universidad del País Vasco

2

Sección especial sobre campos:Frontera entre Tailandia yBirmania, Sudán, desplazadosinternos en Ruanda, saharauisen Argelia. Además, reseñasbibliográficas

Ver páginas 4-23

Guatemala: el valor de lamemoria

Ver páginas 24-26

Oriente Medio: conservaciónde la vida salvaje y de las tribus pastoriles

Ver páginas 27-30

Principios Rectores de los des-plazamientos internos: necesi-dad, contenido y aplicación

Ver páginas 31-33

Última hora sobre Eritrea yKosovo

Ver páginas 34-35

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de las directoras

MIGRACIONES FORZOSAS revista2 agosto 1998, 2

La Revista sobre Migraciones Forzosasproporciona un foro para el intercambio deexperiencia práctica, información e ideas

entre investigadores, refugiados y desplaza-dos internos, y los que trabajan con ellos. Sepublica tres veces al año en inglés, castella-

no y árabe por el Refugee StudiesProgramme/Universidad de Oxford en aso-ciación con Global IDP Survey del Consejo

Noruego para Refugiados. La edición en cas-tellano es realizada por Hegoa, Universidad

del País Vasco.

EDICIÓN EN INGLÉS

DirectorasMarion Couldrey y Sharon FordEncargada de suscripciones

Sharon Westlake

Revista sobre Migraciones ForzosasRSP, Queen Elizabeth House,

21 St Giles, Oxford OX1 3LA, R.U.Tel: + 44 (0)1865 280700Fax: + 44 (0)1865 270721

Correo electrónico: [email protected]

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SuizaTel: + 41 22 788 8085Fax: + 41 22 788 8086

Correo electrónico: [email protected]

El material y la información contenidos en laRevista sobre Migraciones Forzosas refle-

jan las opiniones de los autores, pero, noreflejan necesariamente las del RSP, Global

IDP Survey o Hegoa. El material de laRevista sobre Migraciones Forzosas

puede ser reproducido libremente, pero porfavor, cite la fuente. Las fotografías deberían

reproducirse sólo en el contexto de los artículos en los que aparecen.

Próximos números :Diciembre 1998: cuestiones urbanas

Abril 1999: seguridad

Les animamos a que envíen material eninglés, castellano o árabe relacionado con eltema de cada número o con cualquier aspec-to de la migración forzosa. Por favor, pón-ganse en contacto con las Directoras parasolicitar una Guía para Colaboradores. Se

puede acceder a los artículos (en inglés) dela RMF en las páginas de internet del RSP en

http://www.qeh.ox.ac.uk/rsp/y del Global IDP Survey en

http://www.nrc.no/idp.htm

EDICIÓN EN CASTELLANOHEGOA, Facultad de Ciencias

Económicas, Lehendakari Agirre83, 48015 Bilbao, España.

Tel: +34 944473512Fax: +34 944762653Correo electrónico:[email protected]

Coordinador: Carlos Puig LizarragaD.L.: BI/859-95

Fotografía de la cubierta:Campo Mae La para

refugiados karen, Tailandia;

Chris Towers/Panos Pictures

Impresa por Idazkide S.A.L. sobre papel ecológico100% libre de cloro

Agradecemos las muchas felicitaciones que hemosrecibido por la Revista sobre Migraciones Forzosas. Enlos próximos números iremos introduciendo innovacio-nes adicionales en respuesta a las sugerencias de loslectores. En este número iniciamos la sección “Últimahora”, que destaca algunos temas de actualidad y ana-liza su potencial trascendencia; la “Última hora” delnúmero 2 de la RMF se centra en Kosovo y Eritrea. Elnúmero 3 de la RMF incluirá una nueva sección coninformación sobre páginas de Internet útiles.

Si desea seguir recibiendo la Revista sobre Migraciones Forzosas, por favor, rellene y envíe la solicitud desuscripción de la página 43 lo antes posible. Si trabaja para una organización grande, póngase en contactocon nosotros para averiguar quiénes de sus compañeros reciben ya la Revista sobre Migraciones Forzosas y leayudaremos a establecer la forma de suscripción más adecuada.

Este número contiene una sección especial sobre los campos de refugiados y de desplazados internos, presen-tada por un artículo del Dr. Richard Black. La RMF nº 3 (diciembre 1998) incluirá una sección sobre cues-tiones urbanas; la RMF nº 4 (abril 1999) se centrará en las cuestiones de seguridad.

Nos gustaría recibir artículos (de hasta 3.000 palabras), informes, cartas y noticias –en inglés, español oárabe– sobre cualquier cuestión relativa a la migración forzosa. La fecha límite para la entrega de artículospara la RMF nº 4 es el día 1 de noviembre de 1998.

Con nuestros mejores deseos,Marion Couldrey y Sharon FordDirectoras de la Revista sobre Migraciones Forzosas

de las directoras

De la edición HEGOATenéis en vuestras manos la versión en castellano del nº2 de la Revista sobre Migraciones Forzosas, que es lacontinuación de la revista RPN -Refugee ParticipationNetwork- y que se publica en la versión en castellanocon la cofinanciación de la DG IA de la ComisiónEuropea. Con el nº 1 enviamos un díptico de suscripciónpara actualizar nuestra lista de envíos. Agradecemos alas organizaciones y personas que nos lo han remitidocon sus datos para seguir recibiendo la revista.

Con este nº 2 enviamos de nuevo el díptico para queaquellas organizaciones latinoamericanas y españolasque no han contestado y tengan interés en recibirl larevista puedan hacerlo para mantenerles en la lista deenvíos. También pueden enviar una fotocopia de la pág.43 con sus datos. Se entiende que aquellos que norespondan serán anulados de nuestra lista de envíosdesde el siguiente número. Recordamos también que lasuscripción es gratuita al estar cofinanciada la revista.

Si conocen organizaciones en su país interesadas enesta temática pueden informarles de la revista y enviarsus datos para ser incluidos en la lista de envíos.Estamos interesados en poder publicar y difundirartículos y publicaciones sobre el tema de la revista enlos siguientes números.

Recibid un cordial saludo,

Carlos Puig LizarragaCoordinador HEGOA

Global IDP Survey

Revista sobre MigracionesForzosas

Junta Editorial Asesora

Jon Bennett Director, Global IDPSurvey, Consejo Noruego para losRefugiadosCharles Clayton Director Ejecutivo,World Vision-Reino UnidoKhadija Elmadmad Catedrática,Facultad de Derecho, Universidad deCasablancaMaurice Herson Coordinador deEmergencias para Latinoamérica y Europadel Este, Oxfam-Gran BretañaRehana Kirthisingha EncargadaSuperior de Programas, Grupo paraOriente Medio, Europa y Asia Central,Christian AidEigil Olsen Jefe de la Sección paraLatinoamérica, Consejo Noruego para losRefugiados, OsloJill Rutter Asesora Nacional paraEducación, The Refugee Council (Londres)Lyndall Sachs Encargado deInformación Pública, ACNUR, Delegaciónpara Gran Bretaña e IrlandaDan Seymour Encargado deDerechos Humanos, SCF/Reino UnidoDavid Turton Director, RefugeeStudies Programme, Universidad deOxfordLaurence Whitehead Miembro deldepartamento de Ciencias Políticas,Nuffield College, Universidad de Oxford

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 3agosto 1998, 2

Campos de refugiados y desplazados Refugiados en campospor Richard Black 4

La crisis de Kibeho: hacia un sistema más efectivo de protección internacional de los desplazados internospor Stephanie Kleine-Ahlbrandt 8

Del pueblo al campo: la vida en el campo de refugiados en transición en la frontera entre Tailandia y Birmaniapor Edith Bowles 11

La puesta en campos en Abu Rakham en Sudán: un balance personalpor Tarig Misbah Yousif 15

Refugiados saharauis: la vida después de los campospor Natali Dukic y Alain Thierry 18

Campos de refugiados: bibliografíapor Barbara Harrell-Bond 22

El valor de la memoria. La experiencia del Proyecto de Reconstrucción de la Memoria Histórica en Guatemalapor Carlos Martín Beristain 24

Reservas y excluidos: programas para la conservación de la vida salvaje y las tribus pastoriles de Oriente Mediopor Dawn Chatty 27

Los Principios Rectores de los desplazamientos internos: un nuevoinstrumento para las organizaciones internacionales y las ONGpor Roberta Cohen 31

Secciones habituales

Última hora 34Publicaciones 36Conferencias 38Investigación 40Noticias sobre el Global IDP Survey 42

Nota finalLa estancia prolongada en campos de refugiados: algunas reflexionespor Liban Abdikarim Ahmad contraportada

SumarioSumario

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MIGRACIONES FORZOSAS revista4 agosto 1998, 2

campos de refugiados y desplazadossección

La investigación incipiente hademostrado que, por motivossociales, económicos, medioam-

bientales y sanitarios, las consecuen-cias de ubicar a los refugiados encampos son a menudo negativas, nosólo para los mismos refugiados, sinofrecuentemente también para laspoblaciones locales y los gobiernosde los Estados de acogida. No es elobjeto de este artículo reiterar estosargumentos. Por el contrario, el obje-tivo es echar una mirada atrás en estedebate y preguntarnos en primerlugar por qué los campos han sido amenudo preferidos tanto por losgobiernos de acogida como por lasorganizaciones internacionales deasistencia. Esto parece ser un pasoesencial para aquellos que desean

empujar las políticas en una direc-ción diferente y traducir nuestroconocimiento de las consecuenciasnegativas de la “puesta en campos” enactuación práctica. Uno de los princi-pales puntos es cuestionarse qué sequiere decir con el término “campo”.Hay varios elementos que constituyenuna visión estandarizada de los “cam-pos”, algunos de los cuales puedenser vistos como más importantes queotros en función de su papel en laproducción de efectos adversos paralos refugiados. Por ejemplo, el casomás obvio de los descritos en esteartículo es el de los campos de refu-giados saharauis en Argelia. Éstosson, efectivamente, ciudades de tien-das de campaña, abastecidos porcompleto desde el exterior. Por el

contrario, Edith Bowles utiliza unadefinición más amplia en su artículosobre la frontera entre Tailandia yBirmania. Ella utiliza la palabra“campo” para describir tanto “asenta-mientos pequeños y abiertos dondelas comunidades refugiadas han podi-do mantener una atmósfera parecidaa un pueblo”, como “los campos másgrandes y más poblados” en los que“dependen más de la asistencia”. Sonestos últimos los que son más clara-mente reconocibles como “campos”,diferenciados de lo que podrían ser“asentamientos” o incluso “pueblos”por su tamaño, densidad, indepen-dencia de la ayuda externa, y el nivelde control ejercido sobre sus habitan-tes por las autoridades nacionales ointernacionales.

Cada uno de estos rasgos de los“campos” ha sido citado en distintosinformes como el elemento principalque convierte la “puesta en campos”en una mala idea para los refugiados.Pero estos elementos clásicos de loscampos no son los únicos aspectosde la política de asentamiento queresultan problemáticos. Por ejemplo,Tarig Misbah Yousif (artículo en págs.15-17) describe lo que podría ser máscorrectamente considerado como un“asentamiento agrícola” que como uncampo. Sin embargo, aquí tambiénhay claras objeciones prácticas y teó-ricas a esta particular forma de asen-tamiento. Tales objeciones son soste-nidas por el estudio de Kibreab1 acer-ca de más de 100 asentamientos agrí-colas de ese tipo en toda África, quees apenas más enriquecedor que lacreciente literatura sobre los “cam-pos”. De hecho, los asentamientosagrícolas que pretenden reducir ladependencia y aumentar la autosufi-ciencia pueden ser en ciertas circuns-tancias tan oprimentes y superpobla-dos (en relación con los recursos dela tierra) como los campos. Tampocose usan los campos solamente comouna solución para los refugiados,como demuestra el artículo deStephanie Kleine-Ahlbrandt (págs. 8-11) sobre los desplazados internos enRuanda.

En el debate sobre las consecuenciasnegativas de la “puesta en campos” delos refugiados, es tan común comoimportante ser específico con rela-ción a los elementos de la “vida en elcampo” que son más problemáticos.Para Bowles, es la creciente depen-dencia de los habitantes de los cam-pos lo que resulta quizá más preocu-pante. Para Yousif, mientras que laasociación de “asentamientos en cam-pos” con la superpoblación es impor-tante en parte, lo es también la apa-

Refugiados en campospor Richard Black

Los artículos presentados en este númerode la Revista sobre Migraciones Forzosasresultan útiles para recordarnos lo quealgunos académicos y quienes diseñanpolíticas han estado argumentando desdehace mucho tiempo: que los “campos”representan una solución pobre para losrefugiados.

Campo de refugiados de Pa Yaw, provincia de Kanchanaburi, 1994

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rente vinculación con la retirada de laayuda internacional. Para los acadé-micos ocupados en asuntos medioam-bientales, es de nuevo la densidad depoblación la que a menudo es percibi-da como importante2, aunque mi pro-pio trabajo ha enfatizado las cuestio-nes sociales y organizativas, especial-mente el grado en que los refugiadosson separados de las poblacioneslocales3. Pero si esta especificidad esimportante en el examen de las con-secuencias de la puesta en campos,

no es menos importante en la explica-ción de sus causas. En diferentesmomentos, y diferentes lugares, dis-tintos elementos de la puesta en cam-pos pueden ser más o menos relevan-tes para influir en las decisiones rela-tivas a las políticas de asentamiento.En efecto, las justificaciones de unapolítica de puesta en campos son raravez tomadas en cuenta en términosgenerales por quienes elaboran laspolíticas; por el contrario, se citan amenudo razones específicas para jus-tificar su uso “excepcional” en cir-cunstancias particulares. La concien-ciación de la existencia de esta espe-cificidad es crucial si se tiene laintención de actuar en un lugar deter-minado para influir en las políticas, oincluso si se percibe que la argumen-tación contra los campos es un calle-jón sin salida.

¿Por qué, entonces, los gobiernos ylas agencias internacionales parecenpreferir tan a menudo la opción delos campos? Algunas pistas interesan-tes aparecen en un artículo publicadoen la revista médica The Lancet,apuntadas por las observaciones deVan Damme sobre las consecuenciasnegativas para la salud humana de laspolíticas de la puesta en campos enZaire en 19944. Por ejemplo, escri-biendo desde la organización para laayuda sanitaria Médicos SinFronteras, Van der Borght y Philips5

están de acuerdo en que existe “unavinculación demasiado común entrela mala salud de los refugiados y loscampos”. Pero enseguida continúanseñalando las “ventajas prácticasdesde el punto de vista del suminis-tro de servicios, responsabilidad,identificación de los individuos, acce-so físico, rentabilidad de las opera-ciones de emergencia y control delestado de los refugiados y de la asis-tencia recibida”. Argumentan que losrefugiados fuera de los campos pue-den ser excluidos de la asistencia, ala vez que alertan sobre la “ingenui-dad de la fácil integración” fuera delcampo. Al mismo tiempo, al escribiren nombre de la Sección del ACNURde Apoyo Programático y Técnico, lasección responsable de la planifica-ción de asentamientos, Dualeh6 estáde acuerdo en que “los refugiados no

pertenecen a los campos”. Sin embar-go, sugiere que “en África y en todaspartes, enormes flujos de refugiadospueden hacer desbordar la capacidadde la población local y de la infraes-tructura, haciendo estragos sobre elmedio ambiente y el sistema socioeco-nómico”. Como resultado, segúnDualeh, “las autoridades locales aveces no tienen más elección quebuscar enclaves separados para losrefugiados”.

Estas dos breves contribuciones soncaracterísticas de buena parte de lafilosofía de las agencias sobre losproblemas de los campos, y sus argu-mentos merecen ser tratados en deta-lle, entre otras cosas porque ambasrespuestas aceptan que, en principio,los refugiados no deberían ser aloja-dos en campos. Una primera cuestiónse refiere a las ventajas percibidas enel mantenimiento de los refugiadosen campos desde el punto de vista dela transparencia del suministro de laayuda. Pero la experiencia de loscampos creados para los refugiadosruandeses en Zaire y Tanzania entre1994 y 1996 es poco alentadora porlo que se refiere a la capacidad de lasagencias internacionales para identifi-car a los individuos y asegurar unadistribución de la ayuda controlada.Al menos, se demostró que algunoscampos eran sin duda zonas inalcan-zables para las agencias internaciona-les más allá de los puntos de distri-bución de alimento. De hecho, segúnlos informes de algunas agencias,tendían a funcionar como zonas enlas que los responsables del genoci-dio ruandés pudieron continuar inti-midando a la población del campo ydesviar la ayuda al personal militar yparamilitar. El acceso físico tampocose logró al máximo, debido a los gra-ves problemas existentes en Zaire acausa del terreno. Numerosos infor-mes de las agencias afirman que losvehículos no podían dejar las carrete-ras, por miedo a quedar atascados.Aunque esto puede ser entendidocomo algo independiente de que losrefugiados estén en campos o no,podría argumentarse que la separa-ción de los refugiados de las pobla-ciones locales aumenta su margina-ción a las tierras de la peor calidad, yprobablemente las menos accesibles.Lo que es sin duda cierto es que losrefugiados no fueron ubicados encampos en Tanzania o Zaire para ase-gurar su accesibilidad.

Una segunda cuestión ya mencionadase refiere a las consecuencias que seperciben como negativas resultado depermitir a los refugiados asentarsefuera de los campos. Pero las preocu-paciones sobre la “exclusión” de losrefugiados de la ayuda internacional

están quizás fuera de lugar en estecontexto ya que, desde luego, si losrefugiados son libres de asentarsedonde deseen, ello podría implicar elasentamiento en las zonas concentra-das alrededor de los puntos de sumi-nistro de la ayuda. Más seria es lacuestión de las relaciones entre losrefugiados y la población local: laidea, tal y como la definen Van derBorght y Philips, de que la “integra-ción fácil” es un “deseo bienintencio-nado”. Sin embargo, en ciertos aspec-tos, la identificación del “asentamien-to fuera de los campos” con la “inte-gración local” está quizás en la raízde esta falta de certeza sobre solucio-nes distintas a los campos. Por ejem-plo, simplemente porque los refugia-dos no estén alojados en campos, nosignifica que no puedan o no deban“integrarse” con la población local entodos los sentidos de la palabra. En elcaso de Guinea, citado por VanDamme, hubo una oportunidad deintegrar la asistencia a los refugiadosy a las poblaciones locales cuandoello era posible y rentable, como enel caso de la ayuda sanitaria y el usoconjunto de los servicios educativos7.Pero, socioeconómicae y políticamen-te, las dos poblaciones mantuvieronuna identidad clara y distinta.Tampoco es correcto confundir el“asentamiento fuera de los campos”con el asentamiento “no oficial” queno es controlado ni controlable. Enlos países en los que el asentamientodisperso se ha logrado, desde Guineay Costa de Marfil a Senegal, Uganda,Sudán y Malawi, rara vez ha sido“espontáneo”, y ha implicado almenos negociaciones entre los diri-gentes refugiados y los locales. Lomás habitual es que también elgobierno y las agencias internaciona-les estén implicados, y que éstasadopten un papel de agilización yapoyo, contribuyendo a asegurar quelos refugiados no sean rechazados sinmás.

Este último punto es importante, yaque también es la clave para laidentificación del lugar hacia el quedeberían dirigirse los argumentoscontra el asentamiento en los cam-pos. Hasta cierto punto, son las agen-cias de ayuda internacional, y espe-cialmente el ACNUR, quienes hansoportado las críticas más duras conrelación al establecimiento de cam-pos. Estas agencias son vistas comofavorecedoras de una política quebien les ayuda a llevar a cabo sumandato de asistir a los refugiados,o, de modo alternativo, refuerza sucontrol sobre las poblaciones delcampo y la rendición de cuentas a losdonantes, dependiendo del punto devista adoptado. Como afirma BarbaraHarrell-Bond, “la política sobre refu-giados en el Sur es principalmentedirigida por las exigencias de losdonantes y las organizaciones huma-nitarias”. Sin embargo, los donantes ylas agencias internacionales puedenfácilmente desviar esta crítica seña-lando -muy correctamente desde el

...los refugiados no fueron ubicados en campos enTanzania o Zaire para asegurar su accesibilidad.

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campos de refugiados y desplazadossección

punto de vista técnico- que no es suresponsabilidad decidir dónde seasentarán los refugiados. Los refugia-dos o se asientan “espontáneamente”fuera de los campos oficiales o seasientan en enclaves seleccionados oimpuestos por el gobierno. En ningúncaso el ACNUR u otras agencias deci-den formalmente dónde deberían ir.El hecho de que los campos aparez-can en situaciones de desplazamientointerno muestra que no es simple-mente un problema del ACNUR.

Al traspasar la responsabilidad a lasautoridades del gobierno de acogida,sin embargo, las agencias internacio-nales pueden soslayar y soslayan lacuestión “política” relativa a si la polí-tica de asentamiento en campos esbuena o no, y pueden limitar su aten-ción a cuestiones más técnicas relati-vas al diseño del campo, la infraes-tructura y la organización. Tal posi-ción es, desde luego, una caricatura:muchos funcionarios del ACNUR y deotras agencias internacionales tantoen el terreno como en sede reconoce-rían su papel casi político cuando

alientan a los gobiernos a que adop-ten determinadas políticas. Al menosalgunos han utilizado dicho papelpara actuar en contra de los campos.Así pues, ello destaca el modo en quelos argumentos generales contra elestablecimiento en los campos debe-rían ser planteados a los gobiernos,que tienen la responsabilidad últimade las políticas de asentamiento, másque a las organizaciones internacio-nales. Esto, a su vez, nos exige serconscientes de las razones principa-

les de los gobiernos de acogida parapreferir el asentamiento en campos.Para ellos, es probable que cuestionestales como la accesibilidad, la eficien-cia y la transparencia del suministrode la ayuda sean menos importantesque el conflicto potencial entre losrefugiados y la población local. Pero,probablemente, en sus mentes la preo-cupación principal será la relativa alas implicaciones políticas y de segu-ridad del modelo de asentamiento delos refugiados. Ningún gobierno sesentirá satisfecho ante un asenta-miento disperso de los refugiados en

una zona fronteriza si ello conviertedicha zona en vulnerable al ataque delas partes en el conflicto del que losrefugiados han huido. Tampoco esrazonable esperar que los gobiernostoleren el uso de sus territorios porgrupos militares aliados de los refu-giados para lanzar ataques contra lospaíses vecinos, aunque obviamentesu actitud dependerá mucho de lasrelaciones de alto nivel entre los dosEstados. De hecho, en ambos casos,el asentamiento de refugiados (encampos o fuera de ellos) puede reali-zarse en interés de la protección delos refugiados.

Si la cuestión de la política de asenta-miento se pone en este contexto, lacuestión inmediata deja de ser larelativa a lo que es mejor para losrefugiados y se convierte en una rela-tiva al interés de la seguridad tantode los refugiados como de la pobla-ción local. A su vez, para evitar queexista un tira y afloja entre la seguri-dad (en los campos) y el bienestar delos refugiados, quienes se oponen ala puesta en campos necesitaríandemostrar que los campos no aumen-tan necesariamente la situación deseguridad o reducen el conflicto entrerefugiados y población local. Loimportante es que es posible argu-mentar en este sentido, a pesar deque no pueda hacerse de maneraabsoluta o universalmente aplicable.Es evidente que habrá circunstanciasen las que la amenaza para la seguri-dad procedente de ciertos grupos de

...los argumentos generales contra el establecimientoen los campos deberían ser planteados a los gobier-nos, que tienen la responsabilidad última de las polí-ticas de asentamiento, más que a las organizacionesinternacionales.

El campo de Benaco para refugiados ruandeses, Tanzania, 1994

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refugiados exija medidas efectivas decontrol. Pero también podría argu-mentarse que, en circunstancias nor-males, el control -y especialmente lasrestricciones excesivas de las activi-dades de los refugiados en el interiorde los campos- aumenta en lugar dedisminuir el riesgo para la seguridadque originan algunos refugiados. Porejemplo, quienes trabajan con refu-giados de Somalia a menudo han des-crito a los somalíes como poblacionespoco cooperadoras y sin respeto porlas normas, en las que la seguridadde los trabajadores de la ayudahumanitaria se pone a menudo encuestión. Pero, como han señaladoWaldron y Hasci8, esta falta de coope-ración tiene mucho que ver con elmodo en que los somalíes han sidoobligados a vivir en campos.

La cuestión es que, aunque es total-mente legítimo que los gobiernosbusquen ejercer el control sobre laspoblaciones refugiadas, existen tam-bién pruebas de que la puesta encampos no proporciona un medioespecialmente efectivo de control. Dehecho, especialmente en condicionesen las que el Estado tiene una capaci-dad limitada, tal control puede serejercido mucho mejor por las autori-dades locales (tradicionales) que porlas organizaciones internacionalescon poca experiencia directa en lazona. Un ejemplo es el caso de lasnormas relativas al acceso a losrecursos naturales tales como la leña.Aquí, la diferencia es impactanteentre el frecuente incumplimiento delas normas establecidas por las agen-cias, que son percibidas por los refu-giados como carentes de legitimidad,y el cumplimiento generalizado de lasnormas establecidas por la costum-bre, tradición o leyes locales9. Esimportante no tener una idea román-tica sobre la capacidad local paracontrolar o regular el comportamien-to en condiciones de desplazamientoforzoso, pero, al mismo tiempo, esrazonable reconocer que existe gene-ralmente alguna capacidad, e intentarfortalecerla, en lugar de imponer unrégimen casi militar en el interior delcampo.

Por último, decir que los argumentoscontra la puesta en campos podríanser dirigidos mejor a los gobiernosno debería ser visto como una abso-lución de las organizaciones interna-cionales o una minimización de supapel. Además del papel que puedendesempeñar y desempeñan en presio-nar a los gobiernos para que adoptenestrategias que aseguren la protec-ción de refugiados, tanto las agenciascomo el ACNUR siguen teniendo unaresponsabilidad fundamental con res-pecto a una serie de cuestiones rela-cionadas con el asentamiento, inde-pendientemente de que éste se llevea cabo en campos o no. Al menosalgunos de los aspectos problemáti-cos de los campos que la investiga-ción ha destacado son susceptiblesde mejora a través de una mejor pla-

nificación. La planificación de losenclaves puede limitar la densidad delos asentamientos, mientras que unaprovisión eficiente de infraestructura,como puntos de agua, clínicas y siste-ma de basuras puede dar lugar a unavida más sostenible con altas densi-dades de población. Un trabajoreciente de Tara Rao10 ha mostradocómo un mejor diseño del asenta-miento puede reducir o eliminar ras-gos que tienen un impacto negativosobre la situación de las mujeres.

Lo que quizás es más importante, encualquier tipo de asentamiento, esque tanto los gobiernos como lasagencias internacionales pueden pro-mover políticas que impliquen a losrefugiados y la población local en eldiseño y puesta en práctica del pro-yecto. Como el creciente aumento deconsenso en contra de los campos, talaproximación participativa formaparte cada vez más de la retórica delas agencias internacionales. Quizásen ambos casos la tarea para la inves-tigación no es tanto proporcionarmás pruebas de lo adecuado de lapolítica como contribuir a que esapolítica se ponga en práctica.

El Dr. Richard Black es profesor deGeografía Humana en la School ofAfrican and Asian Studies, y codirec-tor del Sussex Centre for MigrationResearch, ambos con sede en laUniversidad de Sussex.

1 Kibreab, G., “Local settlements in Africa:a misconceived option?”, Journal ofRefugee Studies, 2(4), pp. 468-490, 1990.

2 Jacobsen, K., “Refugees’ environmentalimpact: the effect of patterns of settle-ment”, Journal of Refugee Studies, 10(1),pp. 19-36, 1997.

3 Black, R. y Sessay, M., “Forced migration,land-use change and political economy inthe forest region of Guinea”, AfricanAffairs, 96(385), pp. 587-605, 1997.

4 Van Damme, W., “Do refugees belong incamps? Experiences from Goma andGuinea”, The Lancet, 346, pp. 360-362,1995.

5 Van der Borght, S. y Philips, M., “Do refu-gees belong in camps?”, The Lancet, 346,pp. 907-908, 1995.

6 Dualeh, M., “Do refugees belong incamps?”, The Lancet, 346, pp. 1369-1370,1995.

7 Las clases, sin embargo, continuaronseparadas, debido también a que el idio-ma de instrucción fue el francés para losguineanos y el inglés para los refugiados.

8 Waldron, S. y Hasci, N., Somali Refugeesin the Horn of Africa. State of the ArtLiterature Review, Studies on emergen-cies and disaster relief, Report nº 3,Nordiska Afrikainstitutet, Uppsala,Suecia, 1995.

9 Pueden encontrarse ejemplos en Kenia,Tanzania, Zambia, Guinea y Costa deMarfil. Un estudio ha sido llevado a cabopor Richard Black (en prensa): Refugees,Environment and Development, Longman,Harlow (Reino Unido).

10 Rao, T., “An unsettling settlement: thephysical planning of refugee settlements:a gender perspective”, tesina para elgrado de máster, 1997, School ofDevelopment Studies, Universidad deEast Anglia, Norwich, Reino Unido.

EscuelaInternacional deVerano 1999 delRSP (12-30 de julio)Este curso de tres semanas tiene porobjeto proporcionar una amplia com-prensión de las cuestiones relativas a lamigración forzosa y la asistenciahumanitaria, con respecto a las cualeslos participantes pueden entonces exa-minar, debatir y revisar el papel de laasistencia en la práctica. El curso hasido diseñado para directores conexperiencia, administradores y trabaja-dores sobre el terreno en el campohumanitario, tanto en la asistenciacomo en la elaboración de políticas.Comprende clases magistrales, debatesen grupo, estudio de casos prácticos,ejercicios, simulaciones y estudio indivi-dual.

Tasas académicas: aproximadamenteunas 1.750 Libras esterlinasFecha límite para la inscripción/pagode tasas: 30 de abril de 1999.Contactar con: Education Unit, RSP,QEH, 21 St Giles,Oxford OX1 3LA, R.U.Fax: + 44 (0) 1865 270721Correo electrónico: [email protected]

Nuevo máster en Estudiossobre Migraciones

La Universidad de Sussex ofrece un nuevomáster en Estudios sobre Migraciones, ads-crito al Sussex centre for MigrationResearch, que comenzará en octubre de1998. Este máster interdisciplinar se dirigea los estudiantes que estén considerandorealizar un doctorado en estudios sobremigraciones, así como a aquellos implica-dos en trabajo voluntario o profesional coninmigrantes, refugiados y comunidades étni-cas. Cubre el estudio de teorías y metodolo-gía para la investigación sobre migraciones,los aspectos jurídicos y políticos de lasmigraciones, a la vez que ofrece cursossobre la migración en regiones concretas ysobre refugiados y desarrollo.

Para más información, contactarcon el Profesor Russell King, University of Sussex, Falmer, Brighton BN1 9QN, R.U.Correo electrónico:R.Kingsussex.ac.uk

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MIGRACIONES FORZOSAS revista8 agosto 1998, 2

campos de refugiados y desplazadossección

Esta tragedia, que ocurrió en elcampo de Kibeho, en el sudoestede Ruanda, plantea varias cuestio-

nes relativas al desplazamiento inter-no, especialmente la relativa a la pro-tección de los desplazados internos(DI) dentro de los campos y contra elretorno forzoso, la identificación delos elementos criminales y las perso-nas culpables de crímenes de guerra, y la coordinación de esfuerzos interna-cionales para cubrir las necesidadeshumanitarias y de protección de losDI.

A. Desarrollo de la crisis deKibeho

Al comienzo del genocidio ruandés deabril de 1994, la decisión del Consejode Seguridad de reducir la fuerza demantenimiento de la paz UNAMIR a270 personas dejó al Frente PatrióticoRuandés (FPR) como la única fuerzasignificativa capaz de parar las masa-cres, que en el curso de tres meseshabían reivindicado las vidas de entre500.000 y un millón de personas. Eldesplazamiento masivo fue causadopor las matanzas extendidas y elmiedo a las represalias del FPR.

Para el 4 de julio de 1994, laOperación Turquesa de Francia habíacreado en el ángulo sud-occidental delpaís una “zona humanitaria segura”equivalente aproximadamente a unquinto del territorio nacional. Paracuando el FPR proclamó un nuevogobierno el 19 de julio, aproximada-mente entre 1,2 y 1,5 millones de DIhabían huido ya a esta zona. La mayo-ría de ellos habían escapado del avan-ce del Ejército Patriótico Ruandés (EPR)

de los meses de junio y julio.A medida que la retiradafrancesa se acercaba, unesfuerzo de colaboraciónentre las organizaciones polí-ticas, militares y humanita-rias internacionales alenta-ron con éxito a muchos delos desplazados del sudoestea permanecer en Ruanda enlugar de continuar su huidahacia el extranjero. Cuandola Operación Turquesa finali-zó el 21 de agosto, quedabanunos 390.000 DI en treinta ytres campos1.

Acontecimientos quecondujeron a lamasacre

El nuevo Gobierno ruandés sospechabaque los campos de DI se estaban con-virtiendo en un santuario para las per-sonas implicadas en el genocidio yestaban siendo utilizados para la for-mación de una milicia antiguberna-mental. Dado que ni el mandato de NUpara la Operación Turquesa ni losobjetivos del Gobierno francés incluíanel desarme o el arresto de los solda-dos, los elementos criminales pudie-ron hacerse fuertes en los campos.Además, las poblaciones refugiadasalrededor de Ruanda, que comprendíatanto a los responsables del genocidiocomo a inocentes bajo su autoridad, seestaban rearmando y lanzando incur-siones transfronterizas, a pesar de laexistencia de un embargo de armaspor parte de NU. Incapaz de reduciresta amenaza creciente, el Gobiernoconsideró a los DI responsables decomprometer la integridad territorial.

Respuestas institucionales

La presencia del Departamento deAsuntos Humanitarios en Ruanda,UNREO, recibió la responsabilidad decoordinar la acción inter-agencias afavor de los DI, centralizada en elCentro de Operaciones Integradas(COI), formado por representantes delas agencias de NU, ONG, los principa-les donantes y el Gobierno ruandés. Afinales de 1994, el COI lanzó laOperación Retorno para facilitar elretorno voluntario. Durante las prime-ras seis semanas, aproximadamenteunos 40.000 DI volvieron a comunida-des en su país de origen, pero la cifrabajó drásticamente a finales de febrerode 1995. Mientras tanto, la poblacióndel campo aumentó debido a las infor-maciones sobre arrestos de retorna-dos, prisiones superpobladas y la ocu-pación ilegal de casas, así como por lafalta de confianza en los procedimien-tos judiciales locales. En el campoKibeho la población creció de 70.000 a

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La crisis de Kibeho: hacia un sistemamás efectivo de protección internacionalde los desplazados internos

por Stephanie T.E. Kleine-Ahlbrandt

En Ruanda, en abril de 1995,cientos de desplazados internos, lamayoría mujeres y niños, murieronen una operación militar paracerrarles los campos.

Cobijo en el campo de Kibeho

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campos de refugiados y desplazadossección

115.000 personas en dos semanas2. Afinales de marzo, unos 220.000 DItodavía seguían en campos.

La comunidad internacional y elGobierno de Ruanda estaban en desa-cuerdo con respecto a las condicionesen las cuales los DI deberían volver.Mientras que las agencias internacio-nales creían que los DI no deberíanvolver hasta que existiera un ciertonivel de seguridad en el país, elGobierno ruandés entendía que laseguridad sólo podría ser establecidacuando las concentraciones de pobla-ción desplazada se hubieran disuelto.El COI desarrolló una estrategia parareconciliar la preocupación delGobierno por la seguridad nacionalcon la preocupación de la comunidadinternacional por el “retorno volunta-rio en seguridad y dignidad” [véase elpunto C.i, más adelante, sobre el deba-te relativo al uso de este término].Aunque debía evitarse el uso de lafuerza, el significado estricto de“retorno voluntario” se ponía en cues-tión: los campos debían cerrarseponiendo fin a la distribución de ali-mentos y ayuda, y la transferencia deDI a comunidades en su país de ori-gen.

Masacre en Kibeho

Sin embargo, antes incluso de la pues-ta en práctica de esta estrategia, el 18de abril, el EPR se movilizó para cerrarel campo de Kibeho rodeándolo y cor-tando su suministro de alimento yagua. Durante los tres días siguientes,la concentración de 80.000 personassobre una colina y el rápido deteriorode las condiciones humanitarias tuvocomo resultado el pánico y las muer-tes cuando los soldados respondieronal lanzamiento de piedras disparandosus armas. El cuarto día, un grangrupo de DI intentó romper el blo-queo. El EPR abrió fuego contra la mul-titud, matando a varios cientos de per-sonas y causando una estampida quecostó nuevas vidas. El Gobierno estimóel número de muertos en 338 mientrasque las NU establecieron la cifra en2.000. Las tropas de UNAMIR estabanpresentes durante la masacre, pero seles ordenó no intervenir a pesar de sumandato de “contribuir a la seguridady protección de las personas desplaza-das...” (Resolución del Consejo deSeguridad nº 918, de 17 de mayo de1994).

Durante las tres semanas siguientes,los campos de DI en el sudoeste deRuanda fueron evacuados. Miles de DIvolvieron a sus lugares de origen perootros miles de ellas cruzaron haciaZaire. Muchos de los DI retornados senegaron a inscribirse ante las autorida-des locales o a seguir hacia sus comu-nidades de origen, y en cambio seescondieron en zonas rurales. AlgunosDI se mezclaron eventualmente conrefugiados de Burundi en los camposde Ruanda.

La Comisión Internacionalde Investigación

En un intento de restaurar su reputa-ción, el Gobierno de Ruanda establecióla Comisión InternacionalIndependiente de Investigación. Elinforme de la Comisión, publicado el17 de mayo de 1995, indicaba que elGobierno podría haber adoptado medi-das para prevenir la masacre. LaComisión culpó correctamente al EPRpor su falta de comunicación, su inex-periencia y su inadecuada formaciónpara lo que básicamente fue una ope-ración policial.

B. Análisis de la crisis

La tragedia de Kibeho fue evitable.Existían signos de un desastre inmi-nente. El primero comprendía las prio-ridades y perspectivas divergentes delGobierno ruandés y las agencias inter-nacionales con respecto a los DI. ElCOI no supo apreciar las preocupacio-nes urgentes del Gobierno ruandés,aumentando así sus sospechas conrespecto a las intenciones de la comu-nidad internacional. Al COI también lefaltaban la flexibilidad y los recursospara poner en marcha proyectos quealentaran el retorno voluntario de losDI o para idear una estrategia efectivapara el cierre del campo en un marcotemporal quepodría haber res-pondido a las preo-cupaciones deseguridad delGobierno. Es más,el concepto integra-do del COI no refle-jaba la realidadactual. No sólo lasagencias de NU noaseguraron unarepresentación sólida a un nivel sufi-cientemente alto dentro del COI, sinoque además la participación delGobierno de Ruanda era esporádica yno incluía los ministerios clave deDefensa e Interior.

El control de los campos caía bajo elmandato de UNAMIR, pero la fuerza noaseguró una presencia suficiente enlos campos antes o durante la crisis;–sólo un único contingente de menosde 100 soldados (de una fuerza totalde 5.529) permaneció en el campodurante los acontecimientos. Los ofi-ciales de UNAMIR y los funcionarios dederechos humanos sobre el terrenopodrían haber desempeñado un papelde control más sustancial en los cam-pos. Una estrategia para lograr unamayor presencia de NU en los campos,incluida la de funcionarios de dere-chos humanos sobre el terreno, debe-ría haber sido directamente incluidaen las disposiciones de la OperaciónRetorno.

La divergencia entre la comunidadinternacional y el Gobierno de Ruandacon respecto al desplazamiento inter-

no reflejaba una falta de voluntad polí-tica por parte de la comunidad inter-nacional para desarrollar una aproxi-mación coherente a la situación post-genocidio en Ruanda y en la regiónmás amplia de los Grandes Lagos. ElGobierno de Ruanda se comprometía arespetar los derechos humanos y aabstenerse de matanzas en revancha,pero le faltaban los recursos parareconstruir su devastada infraestructu-ra, en concreto, su sistema judicial. Almismo tiempo, los donantes aportabanrecursos importantes para la asisten-cia humanitaria a los campos de refu-giados en los países vecinos que acogíana las fuerzas del anterior régimen, sinapoyar esfuerzos para separar a aque-llos que deberían haber estado exclui-dos del estatuto de refugiado.

La incapacidad del COI para reconciliarlos intereses humanitarios con lospolíticos y los estratégicos, y sus rece-los para reconocer la fragilidad delconsenso entre todas las partes, per-mitió el desarrollo de la tragedia deKibeho. La experiencia ruandesa indicaque las soluciones a los problemas deldesplazamiento interno no puedenignorar la dinámica regional ni permi-tir que la acción humanitaria sustituyalas soluciones militares, políticas odiplomáticas.

C. Lecciones aprendidaspara la futura protección delos DI

i. Cuestiones jurídicas

La tragedia de Kibeho subrayó la nece-sidad de que las agencias y los gobier-nos pudieran referirse a un cuerpo deprincipios rectores de los desplaza-mientos internos. Un conjunto de pau-tas mínimas internacionales aplicablesa situaciones de desplazamiento inter-no habría facilitado la canalización dela presión política sobre el Gobiernopara alentarle a desarrollar modos másadecuados de tratar la cuestión de losDI. El COI tuvo que elaborar sus pro-pias pautas, que fueron más fácilmen-te cuestionadas porque habían sidocreadas por él mismo.

Los Principios Rectores de losDesplazamientos Internos, presentadospor el Representante Especial delSecretario General para los DI a laComisión de Derechos Humanos en su54º período de sesiones y aprobado

La tragedia de Kibeho subrayó lanecesidad de que las agencias y losgobiernos pudieran referirse a uncuerpo de principios rectores de losdesplazamientos internos.

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por el Comité Permanente Inter-Agencias (CPIA) el 26 de marzo de1998, debería servir para facilitar eltrabajo de las organizaciones queactúan en beneficio de los DI así comopara proporcionar una base para eldesarrollo de respuestas más efectivasal desplazamiento interno en el princi-pio de las emergencias humanitariascomplejas. La Sección V de losPrincipios Rectores, relativa al retorno,el reasentamiento y la reintegración,podría haber sido especialmente útilen el contexto ruandés, debido a lafalta de claridad y consenso sobre losprincipios relativos a las cuestiones delos DI. Tales principios podrían tam-bién haber alentado una inversión másseria de recursos y energía en la pri-mera fase del plan incluyendo el retor-no voluntario. Además, estos princi-pios podrían haber ayudado a fomen-tar un consenso internacional despuésde haber sido violados en Kibeho, alproporcionar a la ComisiónInternacional Independiente deInvestigación principios objetivossobre los que basar su evaluación yconclusiones.

El ejemplo de Ruanda muestra que losPrincipios Rectores son útiles cuandoexiste una norma jurídica general perono ha sido articulado un derecho másespecífico que aseguraría la puesta enpráctica de la norma en el caso de losDI. El término “retorno voluntario” setomó prestado de la legislación sobrerefugiados. Dado que no existe unanorma jurídica internacional que pro-teja explícitamente a las personasfrente a las transferencias individualeso masivas de una región a otra de supropio país, la norma debe deducirsedel derecho a la libertad de residenciay circulación. Sin embargo, elGobierno de Ruanda no se consideróvinculado, mediante tal deducción, porel derecho de sus ciudadanos a no serreubicados forzosamente.

Las autoridades ruandesas invocabanrepetidamente su derecho soberano atratar la amenaza para la seguridadque suponían los campos. Al no teneruna base clara o específica sobre lacual insistir en el concepto de “retornovoluntario con seguridad y dignidad”para los DI (principio nº 28 de losPrincipios Rectores), la comunidadinternacional sólo podía negociar yejercer presión sobre el Gobierno pararesolver el problema por medio demedidas compatibles con una soluciónpacífica al problema de los DI. Undesastre humanitario precipitó en últi-mo término las masacres de Kibeho.Los intentos realizados por las agen-cias de NU y del RepresentanteEspecial del Secretario General de caraa ejercer sus buenos oficios para abor-dar la denegación de acceso al campoa las agencias humanitarias durante elbloqueo del EPR, no fueron efectivos altratar la extrema privación de alimentoy agua, que motivó la escalada de lacrisis. A este respecto, la Sección IV delos Principios Rectores relativa a laasistencia humanitaria podría propor-cionar una base para la futura interce-sión coordinada de las NU con losgobiernos, especialmente en las situa-ciones de crisis humanitaria que inclu-yeran DI.

ii. Cuestiones institucionales

La puesta en práctica de los PrincipiosRectores dependerá de los acuerdosinstitucionales y la voluntad políticaexistentes en un país determinado. Elcaso de Ruanda demostró que, dondeel deseo de las autoridades de prote-ger a los. DI es débil, sólo acuerdosinstitucionales fuertes con un pesopolítico y experiencia sustancialespueden marcar la diferencia en la pro-tección de DI.

Un modo de mejorar la protección ins-titucional internacional de los DI yace

pues en una mejor coordinación yapoyo de los esfuerzos de las institu-ciones que actualmente llevan a caboactividades en apoyo de los DI. ElPrograma para la Reforma delSecretario General de NU de 1997 rea-firma que el papel del Coordinador deAyuda de Emergencia (CAE) es asegu-rar que las cuestiones de protección yasistencia de los DI sean tratados. ElCPIA recomendó que el CAE y suGrupo de Trabajo, que ha sido desig-nado recientemente como el mayorforo inter-agencias sobre DI, deberíaser capaz de desempeñar un papelmovilizador con respecto a los DI aliniciar una división del trabajo de lasagencias, desarrollar estrategias con-venidas donde sea necesario y ayudan-do a asegurar que la asistencia huma-nitaria no sea sustituida por acciónpolítica. La participación del AltoComisionado para los DerechosHumanos y del Representante delSecretario General para los DI en elCPIA y en su grupo de trabajo deberíaayudar a asegurar la integración deuna perspectiva de protección en lasdecisiones relativas a DI. En contextosapropiados, una agencia puede asumirla responsabilidad principal para ase-gurar que la protección y la asistenciase proporcionan a los DI al aumentarla concienciación sobre su situación ymovilizar el apoyo en su favor. Se hacomprobado que este modelo de agen-cia directora satisface mejor las nece-sidades de los DI que cuando ningunaagencia única es designada como tal3.

Los acuerdos entre las agencias sontambién una forma de coordinaciónbien acogida. Por ejemplo, el ACNUR yla ODHTR (Operación de NU deDerechos Humanos sobre el Terrenoen Ruanda) firmaron un acuerdo enRuanda en septiembre de 1995 queseñala las responsabilidades de lasdos agencias con respecto a la protec-ción de la seguridad y la integridadfísica de los refugiados retornados ylos DI y permite la intervención con-junta en casos específicos.

La Comisión de Derechos Humanos, ensus 52º, 53º y 54º períodos de sesio-nes, hizo un llamamiento a la Oficinadel Alto Comisionado para losDerechos Humanos para desarrollarproyectos de cooperación técnica conel fin de promover los derechos huma-nos de los DI. Esto puede ayudar a ali-viar las causas del desplazamientointerno y alentar el retorno voluntariode los DI al aumentar el respeto a losprocedimientos legales, armonizar elDerecho interno con los parámetrosinternacionales de derechos humanos,proporcionar apoyo a las institucionesnacionales independientes de dere-chos humanos y fortalecer la sociedadcivil y las ONG.

18 de abril de 1995, el día en que el EPR se movili-zó para cerrar el campo de Kibeho. Los cabeza defamilia identifican a las víctimas de un violento inci-dente anterior

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Los funcionarios de derechos huma-nos sobre el terreno desempeñan unpapel integral en el establecimiento dela confianza necesaria para el retornovoluntario de las poblaciones despla-zadas y actúan como un freno a losabusos de derechos humanos.Deberían desplegarse suficientementeen zonas con grandes concentracionesde DI y facilitar información relativa ala situación de los DI y análisis de ten-dencias a, entre otros, los gobiernos yel Representante del SecretarioGeneral sobre DI. Operaciones futurasde derechos humanos podrían incluir,en los acuerdos con respecto a lasmisiones, disposiciones específicasque permitan el acceso del personalde derechos humanos a las poblacio-nes desplazadas internas, y deberíanreferirse a los Principios Rectores.

De acuerdo con el “Programa para laReforma” del Secretario General queidentificó los derechos humanos comouna cuestión que toca todas las áreasde las actividades de Naciones Unidasy estableció como tarea principal de laOrganización integrar completamentelos derechos humanos en su ampliagama de actividades, el personal deNU debe estar mejor entrenado en nor-mas de derechos humanos y cuestio-nes sobre DI. Esto les permitiría sacara relucir cuestiones relativas a la pro-tección de los DI e integrar mejor lascuestiones relativas a la proteccióncon el suministro de ayuda. Dicha for-mación facilitaría también el desarro-llo de aproximaciones comunes de NUen respuesta a las graves violacionesde derechos humanos y Derechohumanitario que podrían generar des-plazamiento interno.

Stephanie Kleine-Ahlbrandt ha trabaja-do en el terreno en Bosnia-Herzegovina, Ruanda y Albania, yactualmente trabaja para la Oficinadel Alto Comisionado de NU para losDerechos Humanos. Las opinionesexpresadas en este artículo son pura-mente personales.

Para un análisis global de la crisis deKibeho, véase Kleine-Ahlbrandt, S., TheProtection Gap in the InternationalProtection of Internally DisplacedPersons: the case of Rwanda, Ginebra,Institut Universitaire de Hautes ÉtudesInternationales, 1996, 172 págs.

1 Adelman, H. y Suhrke, A., Early Warning andConflict Management, Study II of the DANIDAJoint Evaluation of Emergency Assistance toRwanda, The International Response toConflict and Genocide: Lessons from theRwanda Experience, marzo 1996, p. 94.

2 In-Country Report, Oficina de Emergencia deRuanda de Naciones Unidas, 9 de febrero de1995.

3 Véase Cohen, R. y Deng, F., The ForsakenPeople: Case Studies of the Internally Displacedy Masses in Flight, págs. 172-174: véase pág.37 de esta RMF para más información.

Del pueblo al campo:la vida en el campo derefugiados entransición en la fronteraentre Tailandia yBirmania

por Edith Bowles

Desde 1995, los 110.000 refugia-dos de Birmania, pertenecientes aminorías étnicas, han sufrido

nuevas amenazas para su seguridad yun mayor control por parte delGobierno Real de Tailandia (GRT). Unnúmero creciente de refugiados viveahora en campos más grandes y pobla-dos y son más dependientes que nuncade la asistencia. A principios de 1994,72.000 refugiados vivían en 30 cam-pos, el mayor de los cuales, alojaba a8.000 personas; para mediados de1998, 110.000 refugiados vivían en 19campos, el mayor de los cuales alojabaa más de 30.000 personas.

Antecedentes

Birmania es el escenario de una de lasguerras civiles en curso más largas delmundo. Durante los últimos 50 años,las organizaciones de oposición que

representan una variedad de agendaspolíticas se han alzado en armas con-tra el gobierno central de Rangún.Desde 1962, el país ha sido gestionadopor una sucesión de gobiernos milita-res, incluida la actual junta gobernan-te, el Consejo de Estado para la Paz yel Desarrollo (CEPD). Las principalesvíctimas de la prolongada guerra civilhan sido las minorías étnicas, como loskaren, los mon y los karenni, proce-dentes de las zonas rurales deBirmania. Aunque desde 1989 la mayo-ría de la oposición armada ha pactadoacuerdos para el alto el fuego con elGobierno birmano, existen todavíaenfrentamientos a lo largo de la fronte-ra entre Tailandia y Birmania.

El Gobierno birmano tiene uno de lospeores expedientes del mundo en dere-chos humanos. La gente se dirige a loscampos de refugiados de Tailandia

Los campos de refugiados de los karen,mon y karenni, a lo largo de la fronteratailandesa con Birmania1, han sidotradicionalmente asentamientospequeños y abiertos en los que lascomunidades refugiadas han podidomantener una atmósfera rural,administrando ellas mismas los camposy muchos aspectos de los propiosprogramas de asistencia. Sin embargo,muchas cosas están cambiando.

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huyendo del trabajo forzado, los rea-sentamientos forzosos y los ataquesmilitares. Cada estación seca (octubre-mayo), el ejército birmano lanza unaofensiva contra los ejércitos de oposi-ción, que a menudo obliga al desplaza-miento de grandes números de refugia-dos hacia Tailandia. Las ofensivas mili-tares están asociadas al abuso extendi-do de los civiles, que incluye las ejecu-ciones sumarias, la tortura y las viola-ciones, así como el saqueo y la des-trucción de la propiedad. El ejércitobirmano también ha llevado a cabo rea-sentamientos forzosos masivos de pue-blos, con la intención de eliminar elapoyo civil a los grupos de oposición ode despejar el terreno para proyectosde infraestructura.

Los campos

El primer campo karen se estableció en1984, no lejos de la ciudad fronterizade Mae Sot, en la provincia tailandesade Tak. Para 1986 había 12 campos derefugiados karen con una poblaciónglobal de 18.000 personas en las pro-vincias de Tak y Mae Hong Son. El pri-mer campo karenni fue establecido enla provincia de Mae Hong Son en 1989.Los refugiados mon llegaron aTailandia en 1990, después de que lasbases opositoras mon y karen en elPaso de las Tres Pagodas fueran des-truidas por el ejército birmano.

La frontera tiene más de 2.000 km, conmiles de puntos de cruce potenciales.A menudo se han establecido nuevoscampos cercanos a los lugares en losque grupos grandes de refugiados hancruzado la frontera, frecuentemente alinicio de ofensivas militares. Las fami-lias y los grupos pequeños que llegan aTailandia por separado se han dirigidoa campos ya establecidos. Mientras quealgunos campos están localizados enlas carreteras principales y cerca depueblos tailandeses, muchos están enáreas remotas. La orografía en la fron-tera es montañosa y extremadamente

boscosa en ciertos lugares.

Los campos, especialmente los máspequeños, han tenido tradicionalmenteun ambiente parecido a los pueblos.Planeados por las comunidades refu-giadas, el diseño de los campos varíamucho. En algunos campos, las casasestán construidas en filas que dan auna calle principal que atraviesa elcentro del campo. En otros, las casasestán construidas en grupos alrededorde una red de senderos. Los camposmás grandes están subdivididos ensecciones, pero no hay barreras entreesas secciones. Los edificios comuna-les, como los hospi-tales y las escuelas,están localizadosen medio delcampo o, en el casode grandes camposcon más de unaescuela, en mitadde las secciones. Lamayoría de losniños no tienen quecaminar durantemás de 10 minutospara llegar a la escuela. Las colas paraconseguir agua son escasas, ya que elsuministro de agua es generalmenteadecuado y accesible, con tanques obombas de agua en intervalos frecuen-tes. La mayoría de los campos estánubicados cerca de arroyos, que son uti-lizados para el aseo y el lavado deropa. En algunos campos hay espaciopara que la gente cultive pequeñoshuertos e incluso para criar animalescerca de sus hogares, aunque estasactividades varían dependiendo de lacalidad del suelo y de la rigidez con laque el GRT aplique la prohibición deque los refugiados siembren cosechas.

El tamaño, ubicación y apertura de loscampos permitieron a los refugiadosreunir materiales de construcción, leñay alimento de los bosques de los alre-dedores. Los muros de las casas y lossuelos están construidos con caña debambú, y los tejados, con paja. (En vir-

tud de las disposiciones del GRT, no sepermite la construcción de edificiospermanentes.) Los refugiados recogenverduras comestibles del bosque, comosemillas de bambú, alubias y hojas,para completar sus dietas; tambiénpueden ganar dinero vendiendo verdu-ras del bosque, paja o carbón.

Aunque las disposiciones del GRT pro-híben técnicamente a los refugiadosrealizar actividades económicas, algu-nos refugiados han podido encontrartrabajo como jornaleros en granjas tai-landesas o plantaciones forestales cer-canas. Otras actividades económicas

incluyen tejer, cocinar comida paravender, o gestionar pequeñas tiendas.La mayoría de los campos tienen por lomenos unas pocas tiendas pequeñas,ubicadas a lo largo de la calle principalo esparcidas entre las casas, y los cam-pos más grandes mantienen mercadossignificativos.

La administración de los campos

A medida que cada nuevo grupo derefugiados cruzaba la frontera, estable-cían comités de refugiados, con ofici-nas en las ciudades tailandesas máscercanas, para buscar y coordinarayuda de emergencia. Los camposestán administrados por comités conun dirigente del campo y dirigentes desecciones extraídos de la propia comu-nidad del campo. El director de laescuela y/o representantes de las orga-nizaciones de mujeres o juveniles pue-den también servir en el comité. Estoscomités son responsables de todos losaspectos de la administración delcampo, incluido el registro de la pobla-ción en los nuevos campos, o de losnacimientos, muertes y nuevas llega-das en los campos ya establecidos, elmantenimiento y los saneamientos, laresolución de las disputas, el transpor-te y la información de las emergenciasmédicas, y la seguridad de los campos.En último lugar, la responsabilidadpara el control y la transparencia de ladistribución de la ayuda, particular-mente la alimentaria, también lescorresponde. Los sistemas administra-tivos del campo mantenidos por laspropias comunidades refugiadas, enlugar de impuestas por las autoridadestailandesas o las agencias de ayuda,han sido imprescindibles para la auto-nomía y la autosuficiencia de los refu-giados.

Campo karenni, en la provincia de Mae Hong Son

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Los sistemas administrativos delcampo mantenidos por las propiascomunidades refugiadas... han sidoimprescindibles para la autonomía yla autosuficiencia de los refugiados.

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Asistencia

El mandato original del GRT para laasistencia de las ONG cubría sólo ali-mento, medicinas, ropa y otros bienesesenciales. A finales de 1996 se añadióun mandato de asistencia educativa. ElGRT ha insistido siempre en que lasactividades de las ONG no sean muyevidentes y que no haya presencia per-manente de expatriados en los campos.Las ONG que operan a lo largo de lafrontera también han intentado crearprogramas discretos, promover la auto-suficiencia de los refugiados y minimi-zar la dependencia de la ayuda. Laasistencia a los campos se envía a tra-vés de los comités de refugiados, loscuales, junto con los comités delcampo, controlan la distribución de lossuministros. Reconociendo la capaci-dad de los refugiados para maximizarsus recursos, bien sean productos delbosque, los huertos o las oportunida-des para generar renta, la asistenciasólo incluyó en origen arroz, sal, deri-vados del pescado, mosquiteras y man-tas, y se proporcionaron colchones ycacerolas a los recién llegados segúnsus necesidades. También se han entre-gado alubias cuando ha habido nuevasllegadas masivas o se ha demostradosu necesidad nutricional, como en loscampos en los que las condiciones delsuelo o climáticas son tan pobres quelas huertas domésticas son insosteni-bles. El sistema de entrega de ayuda sebasa en la confianza y la cooperaciónentre la población refugiada y las agen-cias de ayuda. No existen sistemasexternos de recuento, como contar per-sonas o marcarlas con pintura durantelos registros o la distribución de ali-mentos.

Un aspecto inusual de la situación esque el ACNUR no ha tenido ningúnpapel en la asistencia ni, hasta hacepoco, en la protección. El GRT ha man-tenido siempre que la gente de loscampos de la frontera birmano-tailan-desa no son “refugiados” sino “despla-zados”, a los que el GRT ofrece “aloja-miento temporal”. Dado que Tailandiano es signatario de la Convención deNaciones Unidas de 1951 sobre el esta-tuto de refugiado, el ACNUR no puedereconocer oficialmente a los refugiadossin una invitación del GRT, que el GRTse ha negado siempre a formular.

Ventajas

Durante muchos años, el sistema decampos pequeños y abiertos extendi-dos a lo largo de cientos de kilómetros,muchos de los cuales estaban ubicadosen zonas poco pobladas, tuvo ventajaspara todas las partes y particularmentepara los refugiados. Los refugiadospodían utilizar agua y productos delbosque sin congestionar los recursoslocales a la vez que mantenían sushabilidades tradicionales para recogerforraje, cultivar y construir, sin necesi-dad de depender totalmente de la asis-tencia de las ONG. Es más, el pequeñotamaño de los campos y el estilo deadministración, en el que los miembrosde los comités son elegidos enteramen-te de la comunidad refugiada, permitie-ron que cada grupo mantuviera sus tra-diciones culturales y estructura social,a pesar del desplazamiento.

En general, los campos proporcionaronun contexto en el que las familias eranen parte autosuficientes, la mayoría delos niños asistían a la escuela primaria,había pocos problemas y conflictossociales, la malnutrición no era habi-

tual, y las comuni-dades podían vivirsegún sus tradicio-nes. La salud era,en general, buena,y la moral y elorgullo comunita-rios eran tangibles:las familias planta-ban flores alrede-dor de sus biencuidadas casas, ylas ceremonias enlas escuelas, igle-sias y monasterioseran cuidadosa-mente planeadas ygozaban de granasistencia.

El establecimientode campos peque-ños y modestostambién convino alGRT en los prime-ros años. Durantemuchos años, lagente de amboslados de la fronte-ra pertenecía almismo grupo étni-co. En consecuen-cia, los refugiados

no eran sólo discretos sino que tam-bién atraían la simpatía local. Lo quees más importante es que los refugia-dos y las minorías étnicas de oposicióna lo largo de la frontera formaban unamortiguador conveniente entre losejércitos tailandés y birmano. Para lasONG, la organización y autosuficienciacomparativa de los refugiados permi-tieron la existencia de un programaextremadamente rentable. Hasta 1994el programa de ayuda alimentaria paratoda la frontera fue manejado por dosmiembros expatriados del personalsobre el terreno.

La consolidación de los campos, las restricciones y los“enclaves temporales”

Desde 1995, sin embargo, se ha dadouna transición desde campos pequeñosy abiertos con altos niveles de autosu-ficiencia de los refugiados hasta cam-pos más grandes y cerrados con unadependencia mayor de la ayuda, espe-cialmente en los campos karen. El cam-bio es debido en parte al drástico dete-rioro de la seguridad en los camposkaren.

Hasta 1995, la protección de facto delos campos de refugiados fue propor-cionada por los ejércitos de las minoríasétnicas de oposición a lo largo del ladobirmano de la frontera. Sin embargo,entre 1995 y 1997, casi todo el territo-rio ocupado por la oposición a lo largode la frontera fue capturado por elejército birmano, dejando a los camposvulnerables a los ataques. Lo que esmás importante es que el EjércitoDemocrático Budista Kayin (EDBK), ungrupo escindido de la Unión NacionalKaren (UNK), antiguamente uno de losmayores grupos de oposición de

“Enclave temporal”, provincia de Kanchanaburi

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campos de refugiados y desplazadossección

Birmania, ha llevado a cabo docenas deataques contra los campos de refugia-dos. Respaldados por el Ejército birma-no, el EDBK parece intentar destruir laUNK y forzar el retorno de los refugia-dos karen a Birmania. Docenas de refu-giados y de tailandeses originarios dezonas rurales han sido asesinados osecuestrados, cinco campos han sidocompletamente quemados hasta sudestrucción, y millones de baht enmetálico o en bienes pertenecientes arefugiados o a tailandeses han sidorobados. Con el surgimiento del EDBK,la protección se ha convertido en lacuestión más importante para los refu-giados karen.

EL GRT ha respondido a las incursionesdel EDBK de muchas maneras.Argumentando que unos pocos camposgrandes son defendidos más fácilmen-te que muchos campos pequeños, elGRT ha desarrollado y llevado a caboparcialmente una política de consolida-ción de campos. En 1995, siete camposkaren fueron fusionados en dos, y des-pués fusionados de nuevo en 1998 enel campo Mae La, con una población deunas 30.800 personas. En 1997 otrosnueve campos fueron fusionados paraformar tres campos con una poblaciónde entre 8.000 y 10.000 personas cadauno. A principios de 1998 otros sietecampos karen, relativamente peque-ños, se fusionaron en tres campos conpoblaciones de entre 4.000 y 7.000personas cada uno. En diciembre de1993, 55.000 refugiados karen vivíanen 19 campos; para 1998, aproximada-mente 90.000 refugiados karen vivíanen 12 campos, siete de los cuales teníanmás de 6.000 residentes. Es posibleque eventualmente todos los camposkaren se fusionen en unos pocos cam-pos grandes, aunque en algunas áreaslas fusiones han sido contestadas porla resistencia de los refugiados.Además, el GRT ha desplegado miliciastailandesas en los campos. En 1997 seconstruyeron cercados alrededor deseis de los campos karen más grandes,incluyendo el de Mae La, y se estable-cieron controles estrictos sobre la cir-culación de las personas desde y haciael interior. Es más, es probable que elGRT permita al ACNUR el estableci-miento de varias oficinas permanentesen la frontera.

Aunque las nuevas restricciones pue-den servir para proteger a los refugia-dos, también han afectado gravementea las vidas y la autosuficiencia de losrefugiados. Al no poder salir de loscampos para recoger forraje en losbosques o ganar una renta, y al viviren campos demasiado poblados paratener huertas o ganado, muchos refu-giados karen son ahora más depen-dientes de la asistencia de las ONG.Donde no se permite a los refugiados

cortar bambú o recoger leña, las ONGhan tenido que proporcionar materia-les de construcción, combustible paracocinar y alimento suplementario,como alubias y aceite para cocinar,además de las raciones regulares. Lospropios movimientos causan inseguri-dad ya que los refugiados pierden elacceso a sus huertos y las oportunida-des de recoger forraje, a la vez que tie-nen que gastar más energía en lamudanza y la reconstrucción de vivien-das.

Otras nuevas restricciones parecenestar dirigidas a un mayor empobreci-miento de las condiciones de vida en

los campos y/o a evitar nuevos refugia-dos. Por ejemplo, se ha designado aTham Hin (8.000 residentes) y Ban DonYang (1.500), ambos establecidos en1997 en las provincias deKanchanaburi, como “cobijos tempora-les”. Casi un año después del estableci-miento de los campos, no se ha permi-tido a los refugiados construir casas,sino sólo plataformas de bambú concubiertas de plástico a modo de teja-dos, lo cual constituye una proteccióninsuficiente tanto en la estación secacomo en la húmeda. Las colas para elagua son mucho más largas que enotros campos, el espacio se considerainsuficiente, y las condiciones genera-les son mucho peores que en otroscampos fronterizos. Los campos estáncompletamente cerrados: no se permitea los refugiados que salgan de los cam-pos y el acceso está estrictamente limi-tado. En los campos más antiguos losmercados una vez florecientes ha sidodrásticamente reducidos; no puedenvenderse objetos de “lujo”, sólo objetospequeños y baratos.

Las nuevas restricciones y controles,aunque llevadas a cabo en nombre dela protección de los refugiados o lacreación de campos “temporales”, tam-bién dan al GRT un control más directosobre las comunidades refugiadas.Algunos temen que estas medidas ten-gan por objeto facilitar una repatria-ción eventual. Una solución obvia a losproblemas causados por el EDBK habríasido la reubicación de los campos másal interior de Tailandia, lejos de lafrontera. Sin embargo, el GRT entendíaque esta solución era inaceptable, yaque temía que los refugiados se sintie-ran más asentados en Tailandia,haciendo cualquier esfuerzo de repa-triación logística y políticamente másproblemático. Finalmente, las fusionesredujeron el número de los refugiadosque vivían en campos. Con cadamudanza de campo, algunos refugia-dos se dispersaron en áreas boscosas,hacia ciudades tailandesas, e inclusode vuelta hacia Birmania. Como resul-tado, las cifras oficiales han disminui-

do a la vez que los refugiados sin pro-tección y asistencia han aumentado.

A medida que la cooperación entre elGRT y el Gobierno tailandés ha crecido,los grupos de oposición birmanos y losrefugiados a lo largo de la frontera hanpasado de ser un colchón convenientepara Tailandia a convertirse en unasituación cada vez más intolerablemen-te embarazosa para ambos países. Enuna ocasión, durante la ofensiva de laestación seca de 1997, varios cientosde hombres y jóvenes karen fuerondevueltos por el ejército tailandés a unárea de conflicto activo. Desde enton-ces, no se ha permitido a otros gruposde recién llegados que crucen la fronte-ra o entren en los campos, sino quehan tenido que permanecer en el bos-que o en enclaves ad hoc. El GRT hadejado claro que le gustaría ver a losrefugiados repatriados tan prontocomo sea posible, lo que hace temerque los refugiados puedan ser coaccio-nados para ser repatriados antes deque haya una solución a la crisis políti-ca de Birmania.

Conclusión

Además de crear nuevas necesidades yevitar la llegada de solicitantes deasilo, los drásticos cambios, especial-mente en los campos de refugiadoskaren, han tenido otros efectos socia-les menos tangibles. Los comités derefugiados y de los campos fueroncapaces de gestionar los campos y demantener niveles bajos de conflictosocial ya que los campos eran peque-ños y los desacuerdos podían serresueltos dentro de la propia comuni-dad. Con el establecimiento de camposmás grandes, los problemas sociales sehan hecho más graves. Aunque elaumento de las raciones puede aliviarla inseguridad alimentaria, hay tam-bién una clara pérdida de moral. Lastensiones surgen tan pronto como hayrumores de mudanzas inminentes decampos. La gente deja de plantar floresy cosechas o de reparar sus hogarescuando saben que tienen que mudarse.Se interrumpe la educación de loshijos, lo que conduce a un índice másalto de abandono y fracaso. La autono-mía cultural y administrativa, la auto-suficiencia y el ambiente de pueblo,que previamente había sido inherente ala vida de los campos, se están rom-piendo rápidamente.

Edith Bowles es actualmente asesora enPathfinder International en Boston,EE.UU. Como Encargada de Proyecto enBirmania con el Servicio Jesuita a losRefugiados entre 1993 y 1996, trabajóen programas de ayuda alimentaria,educación e información/activismo enlos campos de refugiados a lo largo defrontera entre Tailandia y Birmania.

1 El Gobierno militar cambió el nombre oficialde Birmania, que pasó a llamarse Myanmar en1989. Por lo tanto, dado que “Myanmar” estárelacionado con el gobierno militar, no estáaceptado ni es utilizado por las organizacio-nes de desarrollo o de derechos humanos, nipor los opositores birmanos al régimen.

...las cifras oficiales han disminuido a la vez que losrefugiados sin protección y asistencia han aumentado.

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La hospitalidad de Sudán haciaquienes huyen para salvar su vidaha sido reconocida y apreciada

desde hace tiempo, al menos pública-mente, por la comunidad internacional.El primer flujo de refugiados llegó en1963 procedente del Congo (actual-mente, la República Democrática delCongo); los eritreos llegaron en 1967,los ugandeses en 1972, los etíopes en1974 y los refugiados del Chad en1982. La última gran oleada de refugia-dos fue la de los militares etíopes quebuscaron asilo en la zona de El Lafa enel este de Sudán tras la derrota de lasfuerzas de Dergue a manos del Frentede Liberación Nacional Eritreo enAsmara en 1991. Este artículo reflexio-na principalmente sobre la experienciade los refugiados etíopes que fuerontransferidos del centro de recepciónfronterizo de Demazine al campo deTenedba en el centro de Sudán.

Desde la década de los 60, la Oficinadel Comisionado para los Refugiados(OCR) en Sudán ha sido responsable derealizar y poner en práctica la políticagubernamental sobre refugiados. Dadoque la mayoría de los refugiados eritreos/etíopes procedían de áreas rurales, enlas que se ganaban la vida con unaagricultura de subsistencia, se adoptóuna política de campo basada en laorganización de asentamientos de tie-rra rústica, vinculada a la agriculturacomo modo de llegar a la autosuficien-cia. Se proporcionaría asistencia duran-te un breve período de tiempo hastaque los refugiados se convirtieran encampesinos autosuficientes. Dado quelos refugiados pueden ser un valor cru-cial para el desarrollo de una zona, tie-

nen que recibir la oportunidad dedesarrollar las capacidades que utili-zaban con anterioridad a su huida.La idea de establecer a los refugiadosen asentamientos agrícolas planifica-dos parece estar apoyada por elargumento de que, cuando un flujode refugiados es masivo, la repatria-ción poco probable y los beneficia-rios y la población que les acoge vul-nerables, los proyectos de autosufi-ciencia son preferibles a una depen-dencia interminable en los campos.

Antes de embarcarse en esta empresaconjunta para la autosuficiencia de losrefugiados, tanto el ACNUR como laOCR parecían compartir una visiónidéntica. El primero estaba deseoso derealizar el deseo de la comunidaddonante de una retirada rápida alponer en práctica una de sus solucio-nes convencionales al problema de losrefugiados, mientras que la segundaestaba preocupada por evitar que losrefugiados se convirtieran en una cargapara los escasos recursos del país.

El asentamiento de refugiadosde Abu Rakham

El asentamiento de refugiados de AbuRakham, establecido en 1979, com-prende 3 campos: Abu Rakham,Tenedba y Wad Awad, con una pobla-ción total de 8.000 refugiados, lamayoría de los cuales procedía deEritrea. Sus necesidades básicas desupervivencia eran cubiertas a su llega-da a Sudán. La segunda fase tenía porobjeto ayudar a los refugiados a alcan-zar la autosuficiencia al asignarles par-celas de tierra para cultivo.

Sin embargo, la autosuficiencia -lacapacidad de los refugiados para pro-ducir suficiente sorgo en sus parcelaspara cubrir sus propias necesidades,unido al fin de la asistencia exterior-nunca se alcanzó. Aparte de una ligeramejora en las condiciones de vida deun minúsculo número de refugiados enalgunos de esos asentamientos, ningúnasentamiento puede calificarse deéxito, a pesar de los millones de dóla-res gastados. La asistencia internacio-nal inadecuada y la falta de una políti-ca intergubernamental clara son lasprincipales razones del fracaso. Debidoa la pequeñez de las parcelas asigna-das a los refugiados (entre 5 y 10 fed-dans1 por familia), el desgaste delsuelo por el cultivo continuado tuvocomo resultado la pobre productividady los refugiados no pudieron practicarel sistema convencional de dejar partedel terreno en barbecho para mejorarla fertilidad del suelo. Además, lamayoría de los asentamientos estabanubicados en tierras estériles margina-les en las que la lluvia era insuficiente,de distribución desigual y absoluta-mente impredecible.

Para su autosuficiencia, los refugiadosnecesitaban parcelas adecuadas de tie-rra y asistencia adecuada en el período

MIGRACIONES FORZOSAS revista 15agosto 1998, 2

campos de refugiados y desplazadossección

La puesta en campos en AbuRakham en Sudán: un balancepersonal por Tarig Misbah Yousif

Este artículo explora la política de loscampos tal y como se entiende en laperspectiva de asentamiento rural queha caracterizado el trabajo delACNUR y de sus contrapartes en labúsqueda de soluciones duraderas alas cuestiones relativas a refugiados deEritrea/Etiopía en el este de Sudán.

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anterior a la autosuficiencia.Demasiado a menudo la ayuda sequeda corta para las necesidades de losrefugiados, a veces debido a factorespolíticos. Hasta mediados de los 80,Sudán era el tercer mayor beneficiariode la ayuda de EE.UU. debido al papelfundamental desempeñado por elgobierno durante la Guerra Fría. Sinembargo, las actitudes de los donantesoccidentales cambiaron tras el golpemilitar de 1989 que llevó al poder alactual régimen. La reducción de laayuda humanitaria tuvo como resulta-do la existencia de condiciones de vidahorribles en los campos de refugiados;

las necesidades básicas de superviven-cia de los refugiados no eran cubiertas,lo que llevó a muchos refugiados aoptar por la repatriación, no por unadecisión voluntaria consciente, sinopor desesperación. Además, la integra-ción de los refugiados nunca fue unapolítica gubernamental; su presenciaera vista por el Gobierno como tempo-ral, ya que se asumía que retornaríantan pronto como las causas que preci-pitaron su huida desaparecieran. Loque puede asegurarse es que en talescondiciones de escasez de financiaciónde las infraestructuras de los asenta-mientos y de políticas gubernamenta-les dubitativas, pedir a los refugiadosque se convirtieran en autosuficientesera pedir lo imposible.

La vuelta a los campos comofase anterior a la repatriación

No fue hasta los 90 cuando la repatria-ción voluntaria se convirtió para elACNUR en la “solución más deseable alproblema de los refugiados”. Había dosrazones principales tras esta decisión.La primera eran los crecientes recelosde los donantes para financiar progra-mas prolongados de asistencia a refu-giados, especialmente en África. Lasegunda era la extensión de las emer-gencias complejas de las que el mundofue testigo al inicio del ocaso de laGuerra Fría -Somalia, Bosnia-Herzegovina, Ruanda-, todas las cualesoscurecieron los programas abiertos encurso del ACNUR. Sin embargo, la repa-triación voluntaria está lejos de estar“libre de problemas”, como mostró laexperiencia sudanesa.

En 1994 un grupo de unos mil refugia-dos etíopes fueron transferidos deDemazine, un centro de recepción derefugiados en la frontera etíope, a unasentamiento existente en Tenedba,parte del asentamiento de AbuRakham, en el centro de Sudán. Éstafue obviamente una decisión pragmáti-

ca tanto del ACNUR como del Gobiernode Sudán. El primero quería reducir susprogramas de asistencia en Sudán, y elsegundo se remitía a razones de segu-ridad. A pesar de la inaccesibilidad delas carreteras durante la estación llu-viosa en esa área, la transferencia sellevó a cabo con un éxito notable (debi-do a la dedicación del personal de lasdos partes implicadas). Se escogióTenedba porque era éticamente adecua-da e infraestructuralmente viable. En elmomento de la llegada del primer con-voy, me conmovió la espontánea reac-ción de los “antiguos habitantes” delcampo de refugiados de Tenedba, al

verlos llevar su comi-da tradicional, angai-ra, para sus compa-triotas que se encon-traban en los camio-nes. El incidente con-firmó el espíritu desolidaridad que losrefugiados poseen, apesar del choque ydel trauma de tener

que abandonar su tierra natal y acudira otros para solicitar ayuda. Al tomaresta iniciativa, los refugiados pusieronde manifiesto que una buena acogidaes extremadamente importante para losrefugiados. Habiendo pasado ellos mis-mos por la misma experiencia horren-da, los refugiados más antiguos deTenedba, aunque materialmentepobres, se preocuparon por hacer todolo posible para confortar y aliviar elsufrimiento de los recién llegados.

Aunque las peticiones iniciales de losadministradores del campo para obte-ner apoyo logístico urgente parecíancaer en oídos sordos, finalmente unamisión del ACNUR visitó el campo yadoptó iniciativas rápidas para enviarutensilios de cocina y otros objetos deayuda esenciales.

La mayoría de los refugiados transferi-dos se habían registrado para ser repa-triados antes de su transferencia desde

Demazine y por ello no estaban prepa-rados para una estancia larga enTenedba. La pobre preparación porparte tanto del ACNUR como de la OCRfue la culpable del largo retraso en larepatriación, que se hizo intolerablepara muchos refugiados. Los repatria-dos potenciales transmitieron sumalestar a los gestores del campo, perola decisión de iniciar la repatriaciónquedaba fuera de la jurisdicción de losgestores del campo. A pesar de los tre-mendos esfuerzos realizados por elpersonal del asentamiento, se vieronobstaculizados por la falta de recursossuficientes. El ACNUR insistió en apli-car su “perspectiva modular” al poneren práctica la operación con los recur-sos existentes en el asentamiento,independientemente de su escasez. Lacontinua reducción en los presupues-tos del programa era una prueba evi-dente de la intención del ACNUR deacabar con sus programas en Sudán alejecutar una salida rápida y definitiva.No sorprendió que los servicios presta-dos a los refugiados alcanzaran supunto de ruptura y que la ya frágilinfraestructura del asentamiento llega-ra casi al colapso, destruyendo la espe-ranza de los refugiados de llevar unavida independiente y dejándoles en laincertidumbre y la desesperación.

Hartos de promesas vacías y de la dila-ción en hacer efectivo el prometidopuente aéreo, los refugiados transferi-dos eventualmente prendieron fuego ala hierba y al bambú comprado para laconstrucción de sus tukuls. Si la admi-nistración del campo no hubiese adop-tado medidas urgentes para atajar lasituación, las consecuencias podríanhaber sido graves, incluyendo la pérdi-da de vidas. Los refugiados recurrierona las revueltas y la violencia para atraerla atención sobre su dramática situa-ción después de haberse dado cuentade que no era posible obtener una res-puesta definitiva con respecto a lafecha para el puente aéreo. El inciden-te, sin embargo, envió una señal clara a

Un convoy de 1.200 refugiados etíopes vuelve a Etiopía

Si el nivel de asistencia en los camposhubiese sido satisfactorio, los refugia-dos no habrían recurrido a las revuel-tas a las dos de la madrugada.

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las agencias de ayuda de que los refu-giados pueden luchar y lucharán porsus derechos. Si el nivel de asistenciaen los campos hubiese sido satisfacto-rio, los refugiados no habrían recurridoa las revueltas a las dos de la madruga-da. Se informó del incidente a los cuar-teles generales de las dos oficinas, alas que se rogó que adoptaran medidasinmediatas para superar los obstáculosque retrasaban el puente aéreo.Además, dada la dificultad de las con-diciones de vida en el campo y ya quela llegada de los refugiados transferi-dos coincidió con la época de quitar lasmalas hierbas, actué en virtud de misatribuciones como Director de Proyectopara ofrecer a todos aquellos que estu-vieran interesados la oportunidad detrabajar como jornaleros temporales enla explotación agrícola cercana alcampo.

Para localizar a los refugiados fácil-mente en caso de que la repatriaciónempezara pronto, los propietarios delas explotaciones accedieron a cooperarcon la administración del campo entre-gando una lista que contenía los nom-bres de todos los potenciales repatria-dos que trabajaban para ellos y que sehubieran inscrito.

Esto no fue el final de la cuestión. En elmomento en que se enviaron camionesa Tenedba para transportar a los repa-triados al aeropuerto de Kassala, cuan-do por fin el puente aéreo se convirtióen una realidad, se pusieron en prácti-ca estrategias tales como “las rupturasfamiliares” o el “ir a ver”. Se informó deque varias familias refugiadas habíanenviado sólo uno o dos miembros en elconvoy repatriador. La falta de contro-les fronterizos hizo más fácil que los“repatriados” pudieran volver a Sudánsin ser parados en ningún puesto decontrol. No sorprendió que algunos“retornados” lograran obtener el dinerodel paquete de repatriación del ACNURy posteriormente reunirse con susfamilias que habían quedado en Sudán.Los refugiados eran claramente escépti-cos con respecto a las garantías de sufutura integración de vuelta a su país.El paquete de reintegración del ACNURse mostró lejos de ser adecuado paraayudar a los refugiados a reintegrarse.Dada la escasa literatura sobre la mate-ria, la reintegración de los retornadossería un campo interesante de investi-gación, siempre que las áreas de retor-no fueran accesibles a aquellos que de-searan llevar a cabo estudios empíricos.

Conclusiones

La puesta en campos tal y como es con-cebida en la política de asentamiento

puesta en práctica por la OCR (con fon-dos del ACNUR y de las ONG) ha logra-do un escaso éxito, si es que ha logra-do alguno. El hecho que se convierte enpoderoso testimonio de su fracaso esla presencia de más de la mitad de losrefugiados etíopes/eritreos acogidospor Sudán fuera de la red de asistenciay que viven por su cuenta en las princi-pales ciudades sudanesas. Las lamenta-bles condiciones de los campos hanobligado a muchos refugiados a dirigir-se a centros urbanos, a pesar de losriesgos de ser acosados por las autori-dades o explotados por sus empleado-res, ya que su presencia en las ciuda-des es ilegal. La financiación insuficien-te ha sido siempre un obstáculo insu-perable en el camino hacia una infraes-tructura de asentamientos viable. Losrecelos del gobierno para adoptar unaclara política de integración han sidoun factor adicional para reprimir eldeseo de los refugiados de gastar ener-gía en desarrollar su autosuficienciacuando descubrieron que estaban aisla-dos en áreas estériles conocidas como“asentamientos planificados”. Con lainminente salida del ACNUR, Sudán vaa ser abandonado con asentamientosdispersos y sin ayuda económica paramantener, y mucho menos para mejo-

rar, el nivel de serviciosexistente tanto para losrefugiados que quedancomo para sus vecinossudaneses.

Lecciones

Este artículo ha intenta-do destacar algunos delos problemas encontra-

dos durante el curso de la puesta enpráctica de proyectos de asentamientobasados en los campos, desde el puntode vista del profesional sobre el terre-no. Hay que decir que el establecimien-to de los refugiados en asentamientoscon base en campos en el este y centrode Sudán era necesario por lo masivo yrápido de los flujos de refugiados. Sinembargo, de la experiencia puedenextraerse algunas lecciones:

• Encerrar a los refugiados partiendode la premisa de que su presencia esun fenómeno temporal, y la adopciónde una estrategia anti-integración, pue-den impedir, en lugar de ayudar, quelos refugiados sean autosuficientes. Sila financiación de los donantes sehubiera dirigido al desarrollo de laszonas y se hubiera dado a los refugia-dos la oportunidad de utilizar sus ener-gías, podrían haber contribuido positi-vamente y dado un ímpetu al procesode desarrollo del país. A pesar de lagenerosidad mostrada por los donantesal inicio de la crisis de los refugiados,una política gubernamental nebulosaprobablemente desalentó a muchos deellos para invertir más recursos en losasentamientos que son percibidoscomo estructuras temporales. Lo quees más importante es que hubo unerror de cálculo por parte delGobierno, que no previó que llegaríaun momento en el que la rápida res-

puesta de los donantes a las emergen-cias humanitarias se convertiría enrecelo y, posteriormente, daría por ter-minada la asistencia.

• Los valores humanitarios deberíanser vistos como un fin en sí mismos,no meramente como un medio para laobtención de fines políticos.

• La puesta en campos de refugiadosque han pasado un tiempo considera-ble en entornos urbanos puede ser con-traproducente. La preparación adecua-da para la repatriación es vital y debe-ría prevalecer siempre sobre las restric-ciones presupuestarias.

• La cooperación constructiva entre laOCR y el ACNUR es urgentemente nece-saria, ya que el bienestar de los refu-giados es su fin último. Desde el golpemilitar de 1989, las relaciones entre lasdos agencias se han visto negativamen-te afectadas como resultado de la poli-tización de la OCR. La gestión inade-cuada e incompetente de las cuestionesrelativas a refugiados por la “politizadaOCR” ha sido la consecuencia directade haber despedido a la mayor partedel personal competente de la OCR. Losreproches y la falta de confianza quehan dominado las relaciones entre lasdos agencias durante los últimos añosdeben ser superados, para albergar unaconfianza mutua y esfuerzos coordina-dos, ya que el endurecimiento de lasactitudes se ha demostrado perniciosotanto para la cooperación entre elloscomo para las vidas de los refugiados.

Tarig Misbah Yousif entró a formarparte de la Oficina del Comisionadopara los Refugiados de Sudán en 1987.Durante su actividad en ella, trabajócomo Director de Proyecto del asenta-miento de Abu Rakham. En 1996 asistióa la Escuela Internacional de Verano delRSP. Actualmente vive en Irlanda y harecibido el grado de Máster en Estudiospara la Paz en el Trinity College deDublín.

1 Un feddan equivale a 4.200 m2 (un acre equi-vale aproximadamente a 4.067 m2).

La financiación insuficiente ha sidosiempre un obstáculo insuperable enel camino hacia una infraestructurade asentamientos viable.

Grupo de debatesobre migración forzosa

El grupo de debate sobre migración for-zosa del RSP cuenta con más de 400miembros en todo el mundo.

Para unirse, por favor, siga lassiguientes instrucciones:

1. Envíe un mensaje a: mailbase@mailbase(para los usuarios de JANET en elR.U.) [email protected] (paralos usuarios en el extranjero)

2. En el texto del mensaje (y no el campo“asunto”) escriba: Join forced-migra-tion [su nombre] [su apellido]; porejemplo: Join forced-migration MaríaFerrer

campos de refugiados y desplazadossección

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MIGRACIONES FORZOSAS revista18 agosto 1998, 2

El referéndum sobre la autodetermina-ción, previsto para diciembre de 1998,debería poner fin al exilio de 20 añosque ha sufrido el pueblo saharaui enlos campos de refugiados de Tindouf,en Argelia. ¿Pero cómo encontraránestas personas, que han soportado ladureza de los campos de refugiadosdurante 20 años, la voluntad individualy colectiva para embarcarse en undesarrollo económico y social y cons-truir un futuro a largo plazo sin laayuda internacional?

El Sáhara Occidental, una antigua colo-nia española, fue cedido por medio deun tratado aMarruecos yMauritania en 1975.El Frente Polisario1

proclamó la indepen-dencia de laRepública ÁrabeDemocráticaIndependiente delSáhara y exigió lasoberanía completa.Mauritania renunció a sus expectativasterritoriales en 1979 y Marruecos tomótodo el Sáhara Occidental. Miles desaharauis huyeron entonces de lasluchas que se iniciaron entre elPolisario y el ejército marroquí, y serefugiaron en la región de Tindouf, enel sudeste de Argelia.

Veinte años después, unos 150.000saharauis viven en los campos deArgelia. Muchos no han conocido otromedio de vida. La perspectiva de uninminente -y largamente esperado-referéndum para la autodeterminaciónhace surgir varias cuestiones a las quelos saharauis tendrán que enfrentarse.

1. Dependencia de la ayudainternacional

Tindouf es una región árida y rocosaen la que las condiciones de vida sonextremadamente difíciles y la supervi-vencia se consigue al precio de teneruna dependencia total de la ayudainternacional. Desde 1993, la OficinaHumanitaria de la Comunidad Europea(ECHO) ha estado gestionando progra-mas anuales de ayuda2 que, debido a lacompleta dependencia de la ayuda porparte de la población, están compues-tos de ayuda alimentaria de emergen-cia (84%), ayuda médica/saneamientos

(9,4%) y ayuda para rehabilitación/logística (6,6%). Para hacer la ayuda lomás efectiva posible y para evitar laduplicación, hay una fuerte vinculacióncon otras fuentes de ayuda internacio-nal y bilaterales: la Media Luna RojaSaharaui, PMA, ACNUR y varias ONGeuropeas que trabajan junto con ECHO.Estas operaciones tienen como objetivola entrega de suministros de productosalimentarios básicos y el mantenimien-to de las condiciones de vida y desalud de los refugiados en un nivelaceptable. Habrá un período considera-ble de ajuste para que los saharauisretornados pasen de la dependencia auna relativa autosuficiencia.

Respuestaspsicosociales a laexperiencia conrefugiados: unmódulo deformaciónSe ha comenzado a trabajar en unproyecto de dos años, financiadopor la Fundación Andrew Mellon,para crear un módulo de formaciónpsicosocial y recursos relacionadoscon el fin de proporcionar forma-ción a los trabajadores de la ayudahumanitaria en respuesta a lasnecesidades psicosociales de lasmigrantes forzosos. El objetivo delmódulo es el desarrollo de capaci-dades esenciales en la planificación,ejecución y evaluación de progra-mas psicosociales. El módulo tendráuna duración de 30 horas y ofrece-rá diversos recursos docentes, adap-tables a diferentes escenarios ynecesidades. Aprovechando laactual digitalización del Centro deDocumentación del RSP, el proyectodesarrollará materiales educativosinteractivos que puedan ser utiliza-dos conjuntamente con los materia-les digitalizados en CD-ROM eInternet.

Instituciones tales como centros deestudios sobre refugiados serán invi-tados a sugerir materiales para suinclusión en el módulo así como arealizar una crítica de los materialesconforme vayan siendo desarrolla-dos. Esto debería asegurar que elmódulo sea adecuado para los dife-rentes contextos culturales y quetenga en cuenta los recursos dispo-nibles en los países en desarrollo.

El módulo estará disponible para sudifusión para diciembre de 1999.

Directores del proyecto:Maryanne Loughry([email protected]),RSP, y Alastair Ager, QueenMargaret College, Universidad deEdimburgo.

Refugiados saharauis:la vida después de loscampos

por Natali Dukic y Alain Thierry

La perspectiva de un inminente -ylargamente esperado- referéndum parala autodeterminación hace surgir variascuestiones a las que los saharauistendrán que enfrentarse.

Los parámetros de nutrición, higiene ycuidados médicos se han ido deterio-rando de manera constante durantelos años, a pesar de la ayuda interna-cional.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 19agosto 1998, 2

En el marco de sus programas globalesde ayuda para los refugiados saha-rauis, ECHO ha estado financiandooperaciones a gran escala para rehabi-litar escuelas y hospitales, pero estasreparaciones han sido suspendidas envista de la posibilidad del retorno delos refugiados.

2. Impacto físico

La Comisión Europea ha estado contro-lando de cerca las condiciones de vidade los refugiados saharauis en loscampos de Tindouf. Los parámetros denutrición, higiene y cuidados médicosse han ido deteriorando de maneraconstante durante los años, a pesar dela ayuda internacional. La obtenciónde agua potable es especialmente difí-cil y los efectos de las deficienciasnutricionales se sienten cada vez más.

a. Enfermedades infantiles

La enfermedad más común esla diarrea en el verano y lasinfecciones respiratorias en elinvierno. Además de los efec-tos de la malnutrición y de lapobre calidad del agua pota-ble, un gran número de niñosson sordos o tienen proble-mas auditivos como resultadodel viento, la arena, los fre-cuentes ataques de otitis notratada y las enfermedades dela infancia, como la meningi-tis. Aunque estas preocupacio-nes no son una prioridad tangrande para los saharauiscomo los suministros de ali-mento y agua potable, se hanmontado algunas iniciativas,incluido un hospital psiquiá-trico, centros de día paraniños con discapacidades, for-mación de profesorado espe-cializado, y controles sistemáticos dela audición de los niños3.

b. Deficiencias nutricionales

La malnutrición se ha convertido enun gran problema en los campos a lolargo de los años. Según un estudiorealizado por una ONG italiana, CISP4 ypor otra alemana, MedicoInternational, las deficiencias nutricio-nales en los campos son causadas porla combinación de una alimentaciónpobre, un entorno duro, la mala cali-dad del agua y un sistema sanitario

subdesarrollado. Una consecuencia deesta combinación son las infeccionesparasitarias, que impiden la absorciónde alimento, incrementando así lasnecesidades alimentarias. La selecciónde los productos de la ayuda alimenta-ria de emergencia y de sus cantidadestoma en consideración las exigencias

anuales y la contri-bución de losEstados miembrosde la UE. Para con-trarrestar las defi-ciencias nutriciona-les, algunos alimen-tos básicos -sobretodo harina y leche-son enriquecidoscon vitaminas ypequeñas cantidades

de otros elementos. Este año se lanza-rá un proyecto piloto para reducir laanemia y los problemas de crecimien-to en los niños.

El alto nivel de malnutrición crónicaindica que la larga permanencia en eldesierto ha afectado a toda una gene-ración de saharauis; la malnutrición,las enfermedades infantiles y las defi-ciencias auditivas tendrán inevitable-mente un impacto a largo plazo sobresu desarrollo y la salud general de sufutura sociedad.

c. Agua potable

El ACNUR es consciente de que el aguautilizada en los campos de Tindouf(para uso humano y agrícola) ha sidode baja calidad por lo menos durante12 años5. Según Daniel Mora-Castro, eladministrador del ACNUR responsabledel agua, el agua en los campos derefugiados saharauis o es de calidadlímite o inadecuada para el consumohumano (según parámetros químicos ybacteriológicos reconocidos) y tambiénestá muy contaminada con materiafecal.

La mayoría de los puntos para el sumi-nistro de agua en los campos tienenfallos en el diseño y la construcción, ynecesitan reparaciones. La mayoríason cavados manualmente. Aparte dealgunos pozos que han sido equipadoscon pompas manuales, pocos estánadecuadamente protegidos a nivel delsuelo y o bien se dejan abiertos per-manentemente o son equipados concubiertas ineficaces que no siempre sedejan en su sitio. Así, el agua está con-taminada por arena y otras impurezastraídas por el viento, por la gente querecoge agua, y por las personas y losanimales que pasan junto a ella. Dadoque no hay letrinas y que la gentedefeca en el exterior cerca de suscasas -que no están lejos de los pun-tos de recogida de agua-, los pozos ylos acuíferos se contaminan fácilmentepor la materia fecal.

La solución técnica al problema de lacontaminación bacteriológica del aguapotable en los campos propuesta en elinforme de Mora-Castro es un sistemacentralizado de suministro de aguapara cada campo. Esto necesitaríaexploraciones en varios puntos en loscampos de El Aaiun, Dajla, Smara yAwserd, la construcción de un pantanoen las colinas cercanas, un númeroadecuado de puntos de recogida deagua alimentados por la fuerza de la

gravedad y sistemas de cloraciónautomática en los pantanos paradesinfectar el agua. Sería relativa-mente simple gestionar y mante-ner este sistema, y haría másfácil el control de la calidad delagua en los campos de ese tama-ño. Sin embargo, algunos de losproblemas con el suministro deagua surgen de deficiencias enlas estructuras establecidas porlas autoridades saharauis. Si sepretende que este sistema ofrez-ca una solución permanente, lasautoridades tendrán que adquirircompromisos formales para esta-blecer una unidad eficiente yprofesional que emplee personalmotivado para gestionar y repa-rar el sistema. El “departamentodel agua” debería ser establecidotan pronto como fuera posible einstitucionalizado de modo quepudiera tomar parte en el diseño,construcción, control preventivo

y mantenimiento del sistema. Estedepartamento operaría siempre que senecesitara agua potable en los camposy podría ser el embrión de un departa-mento similar cuando se reasientennuevos refugiados.

El proyecto no finalizará con el retor-no de los refugiados. Si se escogenequipamiento y material adecuados(materiales prefabricados fácilmentemontados, desmontados y transporta-dos, etc.), casi todo el sistema puedetrasladarse a territorio saharaui y res-tablecido allí; y el componente de for-

El alto nivel de malnutrición crónicaindica que la larga permanencia en eldesierto ha afectado a toda unageneración de saharauis...

46% de los niños tienen poco peso para suedad por deficiencias nutricionales

10% de menores de 5 años sufren malnutri-ción aguda, y el 46% malnutrición cró-nica

71% de los niños menos de 5 años tieneanemia entre moderada y grave

19% de las mujeres tienen deficiencia devitamina C

(The New Internationalist, nº 297, Diciembre 1997)

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MIGRACIONES FORZOSAS revista20 agosto 1998, 2

mación del proyecto ayudará a la rein-tegración en el país de origen.

3. Cambios culturales eimpacto psicosocial

Tradicionalmente nómadas, los saha-rauis se han visto forzados por las cir-cunstancias a asentarse para sobrevi-vir. Como ha notado Cecile Bizouerne,una psicóloga que trabaja para SantéSud6: “la base de su identidad, es decir,el clan y la tribu, ha sido erosionadapor la causa y el movimiento para launidad nacional y la autodetermina-ción”. Las diferencias sociales han sidoanuladas por la causa común y la vidaen los campos, donde todo el mundorecibe la misma cantidad de alimento,vive en tiendas y tiene un papel en lasociedad del campo. La cultura tradi-cional era oral, pero la educación delos niños recibe la prioridad y ahora el90% de los saharauis han asistido a laescuela y saben leer y escribir: undesarrollo espectacular en un períodode tiempo relativamente corto. Lasmujeres gestionan los campos, elhogar, las escuelas, la administración ylos servicios sociales mientras que loshombres están lejos luchando.

La ausencia de padres, las muertes, lasdesapariciones y la ruptura de lasfamilias hacen una lucha de la vidacolectiva. Además de la comprensiblefatiga que siente la población, está elproblema de una generación enteraque no conoce nada que no sea la vidaen el campo y que no comparte nece-

sariamente los ideales de sus mayores.Un aspecto de estas penalidades queno ha recibido atención prioritaria esla del bienestar psicosocial. La falta dehistoriales médicos y los diagnósticospobres de discapacidades mentales ode otras enfermedades mentales impli-can que es difícil establecer si lasenfermedades están causadas por elexilio y la guerra o tienen causas pato-lógicas.

Esto se hace más evidente por el hechode que ésta es una sociedad que reco-noce la familia o el grupo, en lugar delindividuo. Sin embargo, sería útil tenermás detalles para poder desarrollarcuidados de salud mental y estrategiasde prevención.

4. Aprender a ser indepen-dientes

El referéndum de diciembre ofreceperspectivas de poner fin al exiliosaharaui, pero con esta perspectivasurgen nuevas paradojas. Aunque elEstado se ha comprometido a acabarcon la pertenencia tribal para alcanzarla igualdad para todos y evitar las divi-siones sociales, los votantes inscritosdeben ser reconocidos por dos dirigen-tes de las tribus tradicionales. Las desi-gualdades sociales surgirán quizásentre quienes todavía tienen propieda-des en el Sáhara controlado porMarruecos o en Mauritania, los que per-ciben una renta (por ejemplo, soldadosretirados del ejército español), los quehan estudiado en el extranjero, y los

“Fuimos las mujeres las que tuvimosque asumir la principal responsabili-dad en la construcción de los cam-pos: en cierto sentido estábamos enel frente, pero un frente diferente delde los hombres, y tuvimos que res-ponsabilizarnos de la salud, la edu-cación, el agua, la higiene, de todo.Todavía no hemos alcanzado nues-tros plenos derechos y hay muchotrabajo por hacer –los derechosnunca se darán, tienen que sertomados– pero hemos recorrido unlargo camino. Esta sociedad estádirigida en gran medida por muje-res: la plantilla de las guarderías escien por cien femenina, la de laadministración lo es en un 85% y lade la educación en un 70%.”

Entrevista con Moma Sidi Abdehadi,Presidenta de la Unión de Mujeres yla única mujer miembro delSecretariado Nacional del Polisario.

(The New Internationalist, nº 297, Diciembre 1997)

Cola para recoger agua de un depósito comunitario, campo Smara del Polisario

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que ha pasado toda su vida en los cam-pos. Como destaca Cecile Bizouerne, latransición desde una sociedad sindinero “contante”, en la que todo se day distribuye por una autoridad, a una

sociedad de oferta y demanda y traba-jo remunerado en la que todo tiene unprecio, podría ser muy difícil.

Una vez que las reuniones familiaresterminen, llegará el momento deenfrentarse al hecho de que las perso-nas han cambiado.

El pueblo saharaui tendrá que probarde nuevo su adaptabilidad al dejar ladura vida de los campos y volver a unterritorio de status incierto. La comu-nidad internacional debe salir en sudefensa, no sólo durante su reasenta-miento, sino también durante lo quepuede describirse como un retorno ala vida.

Natali Dukic, asesora, y Alain Thierry,trabajador de ECHO.

1 Frente Popular para la Liberación de Saguiael-Hamra y de Río de Oro, las dos provinciasque forman el territorio del Sáhara Occidental.Este movimiento de liberación fue establecidoen 1973 para echar a España, que había sido lapotencia colonial desde el final del siglo pasa-do.

2 Estos programas han costado más de 34millones de ECU desde 1993.

3 ECHO está financiando operaciones paraproporcionar productos sanitarios e higiénicosbásicos y medicinas para varios centros desalud y para proporcionar cuidados a niñoscon discapacidades mentales o auditivas gra-ves.

4 Comitato Internazionale per lo Sviluppo deiPopoli, una contraparte de ECHO que gestionaproyectos alimentarios y un proyecto pilotopara reducir la incidencia de l anemia y el cre-cimiento retrasado en los niños.

5 Qualité de l’Eau dans les Camps de RéfugiésSaharaouis, Tindouf, Algérie, UNHCR, Ginebra,abril 1997.

6 Una ONG francesa que trabaja con ECHO ylleva a cabo proyectos para ayudar a los niñosdiscapacitados y prevenir los problemas audi-tivos.

Si llega la independencia, cierta-mente que traerá todo tipo deproblemas. La sociedad saharauies actualmente una de las máshomogéneas del mundo. Una cul-tura nómada tradicional ha sidotraída al mundo moderno con unaguerra de liberación como únicapartera. Como consecuencia, lasdiferencias entre la gente no hantenido la oportunidad de emergerbajo el poderoso imperativo de larecuperación de su patria. Apenashay delincuencia: los casos derobos o violaciones en los camposde refugiados pueden contarsecon los dedos de una mano, yconstituyen hechos extraordina-rios que son recordados duranteaños. Tampoco hay signos defanatismo religioso: toda la genteparece suscribir la misma formasuave y liberal del islam, pero nisiquiera hay ninguna mezquita nimucho menos señal alguna defundamentalismo.

En un Sáhara Occidental indepen-diente surgirían las discrepancias;la actual unanimidad fracturaríalos anhelos largamente pospues-tos de la gente, quizá sobre todopor los encantos del consumismo,que entrarían en juego.

(The New Internationalis, nº 297, Diciembre 1997)

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UNICEF y los niños DI“Los niños desplazados internos y susfamilias”, según un informe recientede UNICEF, “plantean a la comunidadmundial, y a UNICEF, una crisis excep-cional, cuya magnitud y gravedaddemandan una respuesta creativa,específica”. Desarrollar esta respuestaha sido una prioridad en UNICEF.

Basándose en la Convención sobre losDerechos del Niño, la estrategia fun-damental de UNICEF es “garantizarque los niños desplazados en condi-ciones de emergencia tienen los mis-mos derechos a la supervivencia, pro-tección y desarrollo, sin discrimina-ción, que otros niños”. En términosprácticos, esta estrategia da comoresultado seis enfoques programáti-cos: protección legal, a escala nacio-nal y global; actividades para prevenirel desplazamiento; pasos para asegu-rar la supervivencia física; actividadesde protección para detener los abu-sos, especialmente los dirigidos con-tra los niños; apoyo a la rehabilita-ción y recuperación de las comunida-des desplazadas, y la ayuda al retor-no voluntario y a la reintegración.

UNICEF se ha concentrado en tresaspectos del trabajo con DI:

1. desarrollo de una firme base con-ceptual para su programa de trabajo;

2. recopilación y difusión de prácticasprogramáticas adecuadas, y

3. actuaciones a escala global paraconcienciar acerca del desplazamien-to interno. Las actividades principalesincluyen la cooperación con laComisión de Mujeres para las Mujeresy Niños Desplazados, para resaltar losaspectos de género en el desplaza-miento interno; promoción activa deunos Principios Rectores sobre losDesplazamientos Internos; apoyofinanciero y técnico para una base dedatos sobre DI, y esfuerzos por vincu-lar la ayuda de emergencia a DI consoluciones duraderas para los niñosdesplazados y el trabajo para el desa-rrollo en marcha.

Más información sobre el trabajo deUNICEF con los DI puede encontrarseen los documentos InternallyDisplaced Children: The Role of UNI-CEF (11 págs.); The Needs of InternallyDisplaced Women and Children:Principles and Considerations (23págs.), y Enhanced Monitoring andReporting: UNICEF’s Observations andRecommendations (9 págs.). Estosdocumentos están disponibles gratui-tamente.

Contactar con: The Office ofEmergency Programmes, UNICEF, 3 United Nations Plaza, Nueva York,Nueva York, 10017.Tel.: +1 212 326 7000Fax: + 1 212 888 7465Página web: http://www.unicef.org

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Campos de refugiados: bibliografíapor Barbara Harrell-Bond

La política sobre refugiados en elSur ha estado principalmente diri-gida por las exigencias de los

donantes y las organizaciones humani-tarias (Karadawi 1984). Se hace nece-sario un replanteamiento de la cues-tión, tanto con respecto a las necesida-des de los refugiados como de quienesles acogen (RSP 1991). Las políticasde asistencia han alentado el confina-miento de grandes números de refu-giados en asentamientos o campos,convirtiéndolos en dependientes de laayuda (Kibreab 1989, 1991; Voutiray Harrell-Bond 1995; Hyndman1997). Los campos privan a los refu-giados del acceso a las redes de apoyosocial y económico y existen pruebasde que a largo plazo incluso los cam-pos considerados autosuficientes ter-minan pasando a la indigencia (Clarky Stein 1985). Centrar la asistenciasobre los refugiados que se encuen-tran en los campos ignora las necesi-dades de la mayoría de los refugiadosque se asentaron de manera indepen-diente (Chambers 1979; Hansen1979, 1981, 1982, 1982a). Atraerdinero no sólo exige contar refugiadoscon el fin de evaluar las necesidades,sino que implica controlar sus movi-mientos y dar una imagen de elloscomo desvalidos y dependientes(Harrell-Bond et al. 1992). A pesarde que éste es un modo desmesurada-mente caro de asistir a los refugiadosy, en la práctica, vulnera muchos desus derechos (African Rights 1997),los gobiernos de acogida han cedidopara poder acceder a la ayuda interna-cional. La imagen popular del refugia-do como un “problema” ofrecida por laprensa, en lugar de una “persona conproblemas”, ha oscurecido la realidadde que los refugiados están dispuestosa utilizar sus energías para realizar untrabajo productivo que podría benefi-ciar también a quienes les acogen(Wilson 1992; Harrell-Bond 1986;Bulcha 1988; Kuhlman 1990).

Se ha demostrado que el confinamien-to en campos o asentamientos producenumerosos efectos adversos tantosobre los refugiados como sobre quie-nes les acogen (Chambers 1985;Nieburg et al. 1992). El estableci-miento de servicios paralelos socavalas instituciones locales al atraer almejor personal ofreciéndoles sueldosmás altos pagados por las organizacio-nes humanitarias (Goyen et al. 1996).Centrar la ayuda en los campos, rodea-

dos por personas a menudo tan pobreso más pobres que los refugiados, esun derroche que genera la hostilidadde las comunidades locales (Harrell-Bond 1986, cap. 4). La vida en loscampos afecta negativamente a lasalud mental de las personas ya trau-matizadas, y sus habitantes muestranfrecuentemente desesperación e impo-tencia ante las perspectivas a largoplazo y la combinación del confina-miento y la dependencia que lesimpulsa a abandonar sus responsabili-dades sociales (Clark 1985). Reunir alos refugiados aumenta la tensiónsobre los recursos locales, incluido elmedio ambiente, más de lo que loharía una población dispersa (Black1994); también supone un riesgo parala salud al aumentar la exposición a la

enfermedad (Toole y Bhatia 1992).Hay un lazo evidente entre el tamañode los campos y las tasas de mortali-dad (van Damme 1995). Los camposproporcionan un caldo de cultivo idealpara la politización y para la violenciay el terrorismo (Harrell-Bond 1994).

Existe un temor común a que quienespueden alcanzar la estabilidad econó-mica en el país de acogida nunca vol-verán, pero se ha demostrado que larepatriación es un factor de desestabi-lización del país de origen (Harrell-Bond 1994). Sin embargo, el objetivoa largo plazo de la mayoría de losgobiernos (de acogida y donantes) esla repatriación de los refugiados, y elsentido común y la experiencia sugie-ren que las personas empobrecidas

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por una economía basada en la ayudano podrán volver sin una inversiónenorme en su rehabilitación económi-ca, mientras que es probable que quie-nes son capaces de acceder a losrecursos en el exilio vuelvan volunta-riamente mientras las condicionessean favorables (Sepúlveda 1994).Donde los gobiernos han sido capacesde proporcionar tierra suficiente paramantener una población y cuando nohan impuesto restricciones a la circu-lación o el empleo en el sistema eco-nómico general, los refugiados hansido un activo económico (Kuhlman1989; Mollett 1991; Harrell-Bond1996).

En los casos en los que los gobiernosde acogida han mantenido el controlsobre la política de refugiados, la utili-zación de la ayuda internacional paraexpandir sus economías globalmenteha beneficiado tanto a los refugiadoscomo a las poblaciones locales (Zetter1992). En el proceso, han evitado lastensiones que resultan de la ayudapara la obtención de renta para ciertosbeneficiarios (Harrell-Bond 1986,cap. 4; Chambers 1985).

La Dra. Barbara Harrell-Bond, funda-dora del Refugee Studies Programme ysu directora hasta enero de 1997, esactualmente profesora e investigadoraen el RSP, Universidad de Oxford.

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Voutira, E. y Harrell-Bond, B. E.(1995) 'In search of the locus of trust:the social world of the refugee camp'en Daniel y Knudsen (eds.)(Mis)Trusting Refugee

Proyecto de Biblioteca Digital

El Centro de Documentación del RSP es el más gran-de del mundo dedicado al tema de la migración for-zosa. Su colección catalogada de literatura “gris” nopublicada contiene actualmente unos 30.000 docu-mentos y está creciendo a un ritmo de 3.000-4.000documentos (unas 90.000-100.000 páginas) poraño. El catálogo se puede consultar, y se puedenhacer búsquedas mediante palabras clave, en lapágina web del RSP en http://www.qeh.ox.ac.uk/rsp/rspdoc.htm.

El Proyecto de Biblioteca Digital del RSP comenzó enseptiembre de 1997 con una subvención de 55.000dólares de la Fundación Andrew Mello, PHARE, elPrograma par la Democracia en la Europa del Estey el Programa de Bibliotecas Electrónicas del HigherEducation Funding Councils del Reino Unido.Durante tres años la mayor parte de los fondosserán digitalizados y se establecerá un plan sosteni-ble para continuar con la digitalización de las nue-vas adquisiciones. Se podrá acceder a los documen-tos a través de la World Wide Web, siendo distri-buidos también en otros formatos electrónicos y noelectrónicos adaptados a las distintas tecnologías delos usuarios en todo el mundo. El Proyecto deBiblioteca Digital planea también hacer accesiblesotros tipos de materiales en formato electrónico en elfuturo. Éstos incluirán paquetes de enseñanza a dis-tancia relacionados con los cursos y escuelas deverano impartidos por el RSP, así como archivosmultimedia de imágenes, películas, vídeo y sonido.

Para más detalles, contactar con: Marilyn Deegan,Directora del Proyecto, RSP Digital Library Project,RSP (ver dirección en pág. 2)Correo electrónico: [email protected].: + 44 (0) 1865 270435

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Los primeros pasos

En 1995, dos años antes de la firma de losAcuerdos de Paz entre el gobierno deGuatemala y la URNG, la Oficina de DerechosHumanos del Arzobispado (ODHAG) inició unproyecto para recoger testimonios sobre lasviolaciones de los derechos humanos enGuatemala. Ese proyecto estaba sustentado enla convicción de que, además de su impactoindividual y colectivo, la represión política lehabía quitado a la gente su derecho a la pala-bra. Durante muchos años los familiares ysobrevivientes no pudieron compartir su expe-riencia, dar a conocer lo sucedido o denunciara los responsables.

Para ello, el objetivo inicial de este proyectoera dar insumos a la futura Comisión deEsclarecimiento Histórico (CEH) cuyo acuerdobásico había sido ya logrado sobre el papel enlas negociaciones entre el gobierno y la guerri-lla. El Proyecto REMHI quería, en un principio,avanzar en el trabajo que posteriormente ten-dría que hacer la CEH contribuyendo a hacersu trabajo más eficaz en un país aún domina-do por el miedo, multicultural y plurilingüe.

Frente al gran desafío de dar a conocer la ver-dad e investigar responsabilidades, elProyecto REMHI se convirtió en un esfuerzoalternativo y complementario a lo que podríahacer la comisión oficial (CEH). El inicio deesta experiencia de REMHI fue asumido porvarias diócesis de la Iglesia católica, que secomprometieron a facilitar e impulsar el traba-jo en distintos departamentos2.

El Proyecto Remhi partía de una situación dis-tinta a otras experiencias como Comisiones dela Verdad que se realizaron en contextos enlos que la tensión política y las amenazas

habían disminuido. En este caso, a pesar de lamejora del clima de miedo en los últimostiempos, la permanencia del poder militar, y laactuación de grupos paramilitares, en el árearural hacían de este esfuerzo una experienciadifícil, que tenía que enfrentarse al manteni-miento de las presiones y amenazas contra lapoblación que podía dar su testimonio.

La crisis del modelo

Sin embargo, poco después de comenzar eltrabajo preparatorio nos confrontamos con loslímites de los enfoques habituales del trabajoen derechos humanos, cuando se trata de

recoger, analizar y comprender la experienciade las poblaciones afectadas por la guerra. Lascategorías que se utilizan habitualmente comolos “patrones de violación”, o los conceptosdel DIH entraron en crisis en un primermomento. ¿En qué categoría entra la obliga-ción de matar a un hermano? (Chiché, 1983),¿qué concepto se puede aplicar a las ceremo-nias públicas donde se obligaba a todos a gol-pear a la víctima con un palo en la cabezahasta matarla? (Chichupac, 1982). Cuanto más

fuimos compartiendo la experiencia, quemuchas comunidades habían guardado ensilencio, más desafíos aparecían para el trabajo.

El primero de los cambios que nos planteamosfue en los instrumentos que íbamos a utilizarpara recoger los testimonios: ¿cómo descom-poner en elementos la experiencia de hostiga-miento militar, asesinatos selectivos, masa-cres, huida a la montaña, nuevos asesinatos,resistencia en condiciones límite, etc. que for-maban parte de la continuidad de una vidamarcada por la violencia en comunidades deregiones de Alta Verapaz o Quiché? ¿Y el largoproceso de desplazamiento, primero en lamontaña, luego de comunidad en comunidad,por fin al exilio o como desplazados internossin nombre?

Además, cada historia de la gente estaba reco-rrida de mucho sufrimiento, pero también demuchas ganas de vivir y de resistencia. Apesar de su sentido para desenmascarar elhorror, la focalización en el daño corre el ries-go de victimizar a los sobrevivientes. El testi-monio tenía que ayudar a reconocer el dolorpero también a rescatar la dignidad que la vio-lencia había tratado de suprimir. Así dejamosuna serie de complejos patrones y fichas basa-das en el modelo “derechos humanos” (tortu-ra, asesinato, violación, atentado, secuestro,etc. como categorías aisladas e individuales)para pasar a una metodología más abierta.

La memoria se mueve

Mucha de la gente con la que empezábamos atrabajar estaba interesada en ver cómo lamemoria histórica podía ser un instrumentode reconstrucción social. La recogida de infor-mación a partir de testimonios se vio así enri-quecida por la búsqueda de un sentido máscomunitario a nuestra acción y una dimensiónde apoyo a los sobrevivientes a los que seinvitaba a hablar de lo que pasó.

Eso supuso un largo proceso de consultas,análisis de la realidad social y local, búsquedade posibles aliados, etc., con el que el proyec-to adquirió una dimensión de movilizacióncolectiva. El conocimiento de la realidad porparte de los distintos sectores implicados, y lacapacidad de movilización en las comunida-des, han mostrado la importancia de la parti-cipación directa de las personas afectadas ylos grupos sociales más cercanos a ellas.

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El valor de la memoria La experiencia del Proyecto de Reconstrucción de la Memoria Históricaen Guatemala por Carlos Martín Beristain

Este artículo, en dos partes, presenta unaserie de reflexiones sobre la experiencia delProyecto de Reconstrucción de la MemoriaHistórica en Guatemala (REMHI). En estaprimera se analizan los aspectosmetodológicos y el desarrollo de estaexperiencia, en muchos sentidos original enla historia de los pueblos que han vividosituaciones de guerra y represión política. Enuna segunda parte se tratarán los contenidosdel informe y las implicaciones prácticas queserán publicados en el siguiente número.

La experiencia indica que es la amnesia la que haceque la historia se repita y que se repita como pesadilla.La buena memoria permite aprender del pasado, por-que el único sentido que tiene la recuperación del pasa-do es que sirva para la transformación de la vida pre-sente. Eduardo Galeano1

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 25agosto 1998, 2

Sin embargo, la memoria se mueve a su pro-pio ritmo y las formas de movilización colecti-va fueron distintas. En algunos lugares, lagente fue llegando desde el inicio a dar su tes-timonio, en otros pasaron meses, en unos fue-ron las personas individualmente, en otrosgrupos enteros dieron su testimonio colectivo.Hablar de lo que pasó llevó también a denun-ciar cementerios clandestinos, a realizar cere-monias como en Sahakok (Alta Verapaz), endonde los ancianos soñaron una cruz en loalto del cerro donde habían quedado sin ente-rrar tantos de sus hermanos y veintiochocomunidades se organizaron para llevar acabo ese sueño. En la montaña, además de susrestos, quedaron escritos entonces los nom-bres de novecientas dieciséis personas que lagente había ido recogiendo.

Implicaciones para la recogida de testimonios

Nos habíamos quedado sin instrumentosantes de empezar. Además de la perplejidad,esa crisis nos hizo volver a las fuentes. Nosquedamos con siete preguntas para la recogi-da de testimonios: ¿qué sucedió?, ¿cuándo ydónde?, ¿quiénes fueron los responsables?,¿qué efectos tuvo ese hecho en su vida?, ¿quéhizo para enfrentarlo?, ¿por qué cree quepasó? y ¿qué habría que hacer para que novolviera a suceder? Esas preguntas tratabande recoger el conjunto de la experiencia.Algunas hacían referencia a los hechos, otrasa la experiencia subjetiva y las consecuenciasde la violencia, a la postura activa de lossobrevivientes, al significado que le daban alos hechos, a sus demandas y esperanzas.

La conducción de la entrevista a través deesas preguntas hacía de ésta algo más factibley adaptado a la propia cultura. Los entrevista-dores (animadores) fueron gente de las pro-pias comunidades. Eso facilitó la accesibilidady la confianza de la gente, y un sentido dereconstrucción del tejido social. Pero tambiéntrajo sus problemas, como compaginar lainvestigación de los hechos y el apoyo a lavíctima, no inducir respuestas, etc. La forma-ción se convirtió en un elemento clave paracapacitar a los entrevistadores en la recogidade testimonios y la necesidad de afrontarnumerosos problemas técnicos y organizati-vos. En cada región el ritmo fue distinto, pero,una vez iniciado, ese proceso previsto llevóde cuatro a seis meses. Durante el período de

recogida de testimonios, las actividades deseguimiento, como talleres, celebraciones yencuentros fueron importantes para acompa-ñar el proceso.

Ida y vuelta de la capacitación

De acuerdo a un proceso de investigación-acción, y al propio carácter comunitario de lacultura maya, el trabajo con los entrevistado-res se convirtió también en un espacio paraun mayor conocimiento de los efectos de laviolencia, las dificultades prácticas para larecogida de testimonios o las formas deenfrentar el miedo. Básicamente los pasos deesas capacitaciones3 fueron: 1) presentación ysentido del proyecto, 2) para qué sirve la his-toria, 3) los efectos de la violencia, 4) afron-tar el miedo, 5) el valor del testimonio, 6) elmanejo de las preguntas en la entrevista, 7)los problemas en la conducción de la entrevis-ta, 8) uso de instrumentos y sistematización.

Es tiempo de hablar

El miedo, y la valoración de los riesgos, fue unproblema importante en los lugares donde sehabía dado un gran nivel de violencia contrala población civil; pero lo fue aún más endonde, a pesar de no haber vivido la guerra deuna forma tan abierta, habían sufrido unamayor presión de la militarización cotidianapor la acción de las Patrullas de AutodefensaCivil4 . Sin embargo, en otras zonas encontra-mos más miedo entre algunos sectores de lapropia Iglesia que en mucha gente de lascomunidades.

Los entrevistadores (animadores) mostrarondesde el principio una gran claridad sobre elsentido que podía tener la reconstrucción dela historia. El conocimiento de la verdad, ladignificación de los muertos, el sentido derecuperar la palabra y la iniciativa social, y elvalor de la memoria para las futuras genera-ciones, eran algunas de las respuestas fre-cuentes a la pregunta generadora de: ¿paraqué nos sirve la historia?

Sin embargo, hubo que trabajar bastante en elmanejo de la entrevista, desde la acogida a lapersona hasta el uso de instrumentos técnicoscomo la grabadora, que llevaron una parteimportante de la capacitación. En esto influyóno sólo la complejidad de estas tareas sinotambién las expectativas sobre el fuerte

impacto emocional de la víctima o la posibili-dad de que llegaran infiltrados (orejas) a que-rer manipular a los entrevistadores.

Pero el tiempo de hablar había llegado paratodos. Muchos talleres se convirtieron enespacios colectivos para que los entrevistado-res dieran su propio testimonio. Eso mostrabala necesidad de la gente de poder hablar desus propias experiencias antes de centrarse enel trabajo de escuchar y recoger testimonios.

Recursos y límites del trabajo de redes

La implicación de sectores importantes de laIglesia fue un aspecto clave para poder llevaradelante el proyecto dada su credibilidad, laconfianza de mucha gente, la cobertura geo-gráfica y la posibilidad de convertirse en unespacio “protegido”. Sin embargo, en lugaresdonde la actitud de algunos responsables dela Iglesia no era favorable al proyecto, no sepudieron recoger normalmente los testimo-nios. Hubo que establecer nuevos contactoscon organizaciones sociales que realizaran esepapel mediador. La dependencia de una solaestructura con gran implantación social, perodistinto grado de motivación, condicionó deforma importante el trabajo en algunas áreas5.Otros problemas estuvieron condicionadospor las diferencias políticas o la imagen quepara algunos movimientos populares o sindi-cales tenía la Iglesia, que suponían un límitepara el acceso a determinadas fuentes deinformación.

Otros factores sociales que facilitaron la reali-zación del trabajo fueron: la previsión de unafinalización, incierta pero relativamente próxi-ma, del conflicto armado; la conciencia socialy experiencia de denuncia; el apoyo interna-cional.

El largo camino de las voces

El gran número de testimonios recogidos y ladispersión geográfica hizo necesario estable-cer formas de coordinación locales y de ámbi-to nacional. En el nivel local (región, diócesis)se coordinó la recogida de los testimonios, larevisión de la documentación y grabaciones,la traducción y transcripción de algunos testi-monios y realización de un resumen. En elnivel central se recogían los testimoniosenviados, se analizaban los resúmenes y lacalidad de la información, se tomaban decisio-nes sobre la transcripción de algunos testimo-nios (en total, uno de cada cinco fueron trans-critos) y se coordinaba la codificación y labase de datos que se iba a utilizar para el aná-lisis.

A pesar de los fuertes debates y los problemasiniciales para efectuar la grabación de los tes-timonios (interferencia en la comunicación yriesgo percibido por la persona declarante),éste fue un aspecto clave para la siguientefase, de análisis y documentación de las viola-ciones. La grabación y la transcripción poste-rior de testimonios han permitido un análisismás fidedigno y constituye un tesoro de vocesde la gente para futuras investigaciones, mate-riales pedagógicos, etc.

Escuchando los testimonios

Sobre la base de una primera escucha de cin-cuenta testimonios, realizada por tres perso-nas distintas de forma simultánea, fuimosestructurando un tesauro6 de las categorías deefectos, formas de afrontamiento, causas einterpretaciones que aparecían, así comodemandas de la gente, y que incluía tambiénalgunos datos sobre el tipo de hecho, autores,etc. Esa guía fue enriqueciéndose durante lasprimeras semanas, hasta tener una versión

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MIGRACIONES FORZOSAS revista26 agosto 1998, 2

completa que fue manejada en el análisis delos 5.180 testimonios recogidos.

Todo ese trabajo supuso un compleja dinámi-ca de selección y formación de un grupo decodificadores. Estos codificadores fueron per-sonas capacitadas para la escucha, transcrip-ción e identificación de los distintos aspectosdel tesauro construido. En nuestra experienciafue muy importante el trabajo de discusión decasos y asesoramiento permanente a estegrupo de codificadores, que se convirtieron asu vez en una fuente de información muyvaliosa para las personas responsables delanálisis.

El conocimiento directo de las víctimas y lasatrocidades impactó a muchos de los que tra-bajamos con los testimonios, especialmenteaquellos en los que se concentró gran partedel trabajo o quienes habían también sufridoalgunas experiencias traumáticas como la pér-dida de familiares o la tortura. Promover algu-nos cambios organizativos y generar una diná-mica de apoyo mutuo en el propio grupo detrabajo fueron aspectos claves para enfrentarlos problemas de sobrecarga e impacto afecti-vo. Dentro de las posibilidades, se establecie-ron algunas actividades de encuentro y discu-sión grupal que facilitaran el proceso deacompañamiento mutuo.

Valor y límites del testimonio

Reconstruir una historia tan amplia y comple-ja desde las voces de las víctimas era partedel sentido de nuestro trabajo, pero tambiénun límite del mismo.

El valor y los límites en el uso del testimoniopara la reconstrucción de la experiencia y dela historia han sido investigados especialmen-te por la historia oral y la psicología social7.Entre los factores que en nuestra experienciafueron importantes para caracterizar ese valordel testimonio se encontraban: 1) el tiempodesde que sucedieron los hechos (fiabilidadde fechas); 2) el impacto traumático de la vio-lencia y sus posibles consecuencias en la foca-lización del recuerdo, olvido selectivo, etc; 3)la valoración supuesta del entrevistador res-pecto a la violencia o la participación política(difícil reconocer la relación con la guerrilla enuna situación todavía de incertidumbre, y anteun interlocutor de la Iglesia o en una primeraentrevista, etc.);4) los procesos del recuerdo(simplificación; amplificación de algunoshechos; versión convencionalizada adaptada alas necesidades del presente) que podíanhacer aparecer algunos tópicos, especialmentematizados por una memoria “del vencido”; 5)la cultura subjetiva, especialmente la concep-ción del tiempo circular (encadenamiento desucesos, por ejemplo) o las formas de expre-sión propias (las expresiones sobre “el tiempode la violencia”, el concepto de envidia en lassociedades tradicionales, etc.)

Todas estas implicaciones, y en algunos casoslímites evidentes, nos llevaron a completar lametodología con: fuentes secundarias, espe-cialmente investigación hemerográfica y revi-sión bibliográfica; análisis del contexto localen muchas comunidades; estudios de casoespecíficos sobre acontecimientos o épocasparticulares; entrevistas con informantes-clave; testimonios de victimarios.

El sentido de la memoria

Para las víctimas y familiares que se acercarona dar su testimonio, el conocimiento de la ver-dad era una de las principales motivaciones.Mucha gente se acercó al proyecto para contarsu propia historia que no había sido antesescuchada y para decir: créame. Esa demanda

implícita de dignificación está muy ligada alreconocimiento de la injusticia de los hechosy a la reivindicación de las víctimas y losfamiliares como personas cuya dignidad tratóde ser arrebatada: nos hicieron más que a losanimales.

Entre los motivos para dar su testimonio tam-bién fueron frecuentes la posibilidad de reali-zar investigaciones sobre el paradero de susfamiliares y exhumaciones. En la culturamaya, los muertos son considerados parte dela comunidad y poseedores de otra forma devida. Por eso las exhumaciones constituyen,para muchas personas, una posibilidad de res-tablecer en parte esos vínculos rotos por laviolencia. Para todos, ladinos o mayas, elconocer qué sucedió con sus familiares y eltener un lugar donde ir a velarlos está asocia-do con el cierre del proceso de duelo. Detrásde muchas de esas demandas había, en algu-nos casos, no sólo necesidades psicológicassino también problemas prácticos como losderechos de sucesión o la propiedad de la tie-rra. Otras muchas personas se acercaron a darsu testimonio para pedir justicia y castigo alos culpables, que en muchas ocasiones sonvictimarios conocidos en las comunidades.

El compromiso del Proyecto con la gente quedio su testimonio ha sido recoger su experien-cia en el Informe y apoyar globalmente lasdemandas de las víctimas. Las familias afecta-das cuentan también con la posibilidad deconsultar las informaciones sobre su caso quese encuentren disponibles en los archivos,para las gestiones o demandas que crean per-tinentes. También el Proyecto REMHI ha for-mado parte de la Alianza contra la Impunidad,una coordinación de organizaciones socialesguatemaltecas creada después de la firma dela Ley de Reconciliación aprobada por elParlamento dos semanas antes de la firma delos Acuerdos de Paz (diciembre 1996).

Pero entre las expectativas de la gente, y elcompromiso del Proyecto REMHI, también seencuentra la devolución de la memoria. Muchagente que dio su testimonio considera que eltrabajo de búsqueda de la Verdad no terminacon la elaboración de un informe, sino quetiene que volver a donde nació y apoyarmediante la producción de materiales, cere-monias, etc. el proceso de reconstrucciónsocial. Para ello, el Proyecto REMHI está prepa-rando en la actualidad ese proceso de devolu-ción a las comunidades en base a tres aspec-tos: que los hechos sean recordados de formacompartida y expresados en rituales y monu-mentos; que la devolución ayude a explicar yaclarar lo ocurrido dentro de lo posible, extra-yendo lecciones y conclusiones para el pre-sente; la devolución no debe llevar a recrear elhorror o estigmatizar a los sobrevivientes,sino que debe hacer hincapié en los aspectospositivos para la dignidad de las víctimas y laidentidad colectiva.

El análisis de la rica y dolorosa experiencia dela gente y la memoria de las atrocidades, queforman parte del Informe REMHI, constituye labase de ese proceso que ahora se inicia.

Carlos Martín Beristain, coordinador delInforme REMHI, es médico especializado en eltrabajo de salud mental con poblaciones des-plazadas en Guatemala y en otros países deLatinoamérica. En el Informe REMHI han parti-cipado un amplio equipo de personas durantedos años, coordinado desde la Oficina deDerechos Humanos del Arzobispado deGuatemala.

1 La memoria subversiva. Tiempo: reencuentro y espe-ranza. 17 noviembre de 1996. ODHAG. Guatemala.

2 Además de la ODHAG, las diócesis que más impulsa-ron el proyecto fueron las de Quiché, Alta y Baja

Verapaz, Huehuetenango, Petén, San Marcos yQuetzaltenango. Aunque Izabal no se comprometiócomo diócesis, un equipo realizó un gran trabajo enalgunas zonas más afectadas como El Estor. En menormedida se realizó en lugares como Chimaltenango,Escuintla o Sololá. El proyecto tuvo escasa incidenciaen regiones del sudeste como Zacapa y Jalapa, másgolpeadas por la violencia en los años 60 pero enmenor medida en la década de los 80 (que constituyóel período central de la violencia contrainsurgentedenominado habitualmente “tierra arrasada”).

3 Entre los materiales utilizados se encuentra el dise-ño metodológico de los talleres de capacitación, unmanual para los entrevistadores y una guía para la rea-lización de talleres. Los materiales se encuentran dis-ponibles para quien esté interesado.

4 Las PAC fueron estructuras paramilitares creadas entiempos del general Lucas García (1981) como unaforma de implicar a la población civil en las accionescontrainsurgentes y controlar la vida cotidiana de lascomunidades rurales.

5 En lugares como la capital, Ciudad de Guatemala, enla que la red de la Iglesia es más dispersa y las viola-ciones de los derechos humanos masivas se dieronespecialmente en la década de los 70 entre sectorescon un mayor grado de organización social y política,la recogida de testimonios fue mucho menor.

6 Guía de palabras clave que dan acceso a la base dedatos y que incluyen tanto aspectos psicosociales dela experiencia de la gente como características delmodo de actuación de las distintas fuerzas responsa-bles.

7 Thompson, P. (1978) The voice of the past, OxfordUniversity Press; Halbwachs, M. (1950). La MemoireCollective. Paris. PUF.

Este artículo está dedicado ala memoria del Obispo Juan

Gerardi Conedera.

Obispo Juan Gerardi Conedera,nacido el 27 de diciembre de

1922; muerto el 26 de abril de1998.

Juan Gerardi era el coordinador dela Oficina de Derechos Humanosdel Arzobispado y dinamizadoractivo en el Proyecto deReconstrucción de la MemoriaHistórica en Guatemala (REMHI).

Fue asesinado en la tarde deldomingo 26 de abril de 1998, dosdías después de presidir la pre-sentación de Guatemala: Nuncamás: el informe sobre las conclu-siones del Proyecto REMHI. En lapresentación, el Obispo Gerardireconoció los riesgos de un proce-so de paz: "Queremos contribuir ala construcción de un país nuevoy diferente. La construcción delreino del Señor es arriesgada, ylos constructores sólo son aque-llos que tienen la fuerza suficientepara hacer frente a los riesgos".

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 27agosto 1998, 2

Los programas para la conservación dela vida salvaje, que tienen como objeti-vo la protección de la fauna y flora enpeligro, tienen una historia relativa-mente reciente en Arabia. Sin embargo,sus bases filosóficas derivan de unalarga tradición tanto del período colo-nial africano como del posterior a laindependencia. En África Oriental y entodas partes, las poblaciones pastori-les fueron obligadas mucho tiempoatrás a abandonar los terrenos de pas-tos para poder crear parques para lavida salvaje y los turistas (Turton,1987; Howell, 1987; McCabe et al.,1992). La conservación implica la pre-servación de la flora y la fauna y laexclusión de las personas. Así, los pue-blos indígenas fueron vistos a menudocomo impedimentos, no sólo para lapolítica de conservación estatal, sinotambién para su voluntad general demodernización y desarrollo.

Existen numerosos ejemplos de taldesplazamiento en África, incluyendoel de los campesinos y pastores delChad, los masais expulsados delSerengueti en Tanzania, y los berebe-res de la región marroquí del GranAtlas. El estudio de los ik, en quizás

uno de los ejemplos más grotescos dedesplazamiento forzoso y reubicacióndentro del proceso de conservación,mostró las consecuencias de que unacomunidad fuera expulsada de susbases de caza tradicionales para crearel Parque Nacional de Kidepo enUganda. Obligados a adoptar técnicasagrícolas para la subsistencia, la comu-nidad sufrió una hambruna prolongadaque condujo a un colapso total de lasociedad (Turnbull, 1972).

Alternativas recientes al paradigma de conservacióntradicional

Desde hace ahora unas décadas, hahabido un creciente cuerpo de opiniónque pide una manera de pensar másplural sobre el mundo y cómo cam-biarlo (por ejemplo, Vickers, 1981;Pretty, 1994). Se ve ahora más clara-mente que los ecosistemas son dinámi-cos y que están sometidos a un conti-nuo cambio, y se reconoce la impor-tancia de las personas en su desarro-llo. Esta preocupación se basa en unanueva comprensión de las poblacioneshumanas como elementos para lanutrición y la conservación en lugar de

Reservas y excluidos:programas para laconservación de lavida salvaje y lastribus pastoriles deOriente Medio

por Dawn Chatty

Red sobre MigraciónForzosa en AméricaLatina

El primer encuentro de la Red sobreMigración Forzosa en América Latina secelebró los días 16-19 de marzo de1998 en Villeta, Colombia, organizadopor la Universidad Javeriana. Como institu-ción coordinadora de la Red, el RefugeeStudies Programme ha recibido fondos dela Comisión Europea en el marco de suprograma de Formación Académica paraAmérica Latina (ALFA), para organizar tresencuentros entre los representantes decada una de las instituciones que formanparte de la Red. Estos encuentros tienendos objetivos; en primer lugar, establecerun programa de movilidad de estudiantesde posgrado entre la Unión Europea yAmérica Latina, así como entre países lati-noamericanos; y en segundo lugar, elabo-rar proyectos de investigación multidiscipli-nar en colaboración entre las distintas ins-tituciones que forman parte de la Red.

Uno de los resultados de la segunda reu-nión, organizada por el Grupo deDesarrollo de Tecnología Intermedia enLima en el mes de julio, fue la elaboraciónde un borrador de propuesta de un pro-grama de movilidad. La Red también ela-boró un borrador de propuesta de un pro-grama de investigación en colaboración,que será terminado antes de la reuniónfinal de la Red, prevista para finales de1998. Este tercer encuentro será seguidode un seminario de dos días.

Los miembros de la Red son: UniversidadNacional de Colombia (Colombia),Universidad Javeriana (Colombia),Universidad San Carlos (Guatemala),Universidad Federal de Paraiba (Brasil),Grupo de Desarrollo de TecnologíaIntermedia (Perú), Universidad de Deusto(España), Instituto Hegoa de laUniversidad del País Vasco (España),Universidad Autónoma de Barcelona(España), Centro para Investigación sobreDesarrollo (Dinamarca), Trinity College-Universidad de Dublín (Irlanda), y el RSP-Universidad de Oxford (R.U.). Los repre-sentantes de la Red proceden de distintasdisciplinas, las cuales incluyenAntropología Social, Economía, Cienciasde la Salud, Derecho, Ciencias Políticas ySociología.

Para más información, contactar conSeán Loughna en el RSP. Correo electró-nico: [email protected]

Los programas para la conservación enArabia siguen considerando a lapoblación local como un obstáculo quehay que superar, en lugar deconsiderarlos como compañeros para laconservación y el desarrollo sostenibles.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista28 agosto 1998, 2

simplemente como destructores de suspropios entornos. En los círculos deconservación hay un reconocimientocreciente de que sin implicación localexisten pocas oportunidades de prote-ger la vida salvaje, y el concepto de“conservación con un sentido humano”(Bell, 1987), así como la necesidad departicipación comunitaria (IIED, 1994),son ahora al menos debatidos. Unospocos ejemplos prometedores de losesfuerzos de conservación africanosestán surgiendo ahora cuando se estánhaciendo esfuerzos para integrar a laspoblaciones humanas indígenas en losproyectos de conservación y desarro-llo (IIED, 1994).

Traspasada a Arabia, la nueva sabidu-ría conservadora de África pierde algoal ser traducida. Utilizando el interna-cionalmente apoyado proyecto para lareintroducción del órix en Omán1

como punto de partida, voy a demos-trar que los programas para la conser-vación en Arabia siguen considerandoque las poblaciones locales son unobstáculo que debe ser superado -bienmediante compensación monetaria omediante acuerdos especiales para elempleo local- en lugar de verlas comocompañeras en el logro de la conserva-ción y el desarrollo sostenibles.

El caso práctico de Omán

La más temprana muestra de interéspor la conservación en Arabia surgió amediados de este siglo cuando seconoció la alarmante velocidad a la

que se estaban capturando omatando gacelas, órix y otrosanimales “por deporte”. Para1972, el órix se había extin-guido en Omán y en el restode Arabia. En 1977 y 1978 unasesor del Fondo Mundial parala Vida Salvaje recorrió exten-samente el interior de Ománintentando localizar un lugar“ideal” para la introduccióndel proyecto. Concluyó que elhábitat ideal para la reintro-ducción del órix sería Jiddat-il-Harasiis, y que toda la zonadel Jiddat-il-Harasiis deberíaser declarada reserva o san-tuario natural. Estas recomen-daciones fueron adoptadas yen 1980 los primeros órix delRebaño Mundial fueron lleva-dos de vuelta al país y solta-dos en el principal recinto deórix en Yalooni. Diez hombresde la tribu harasii, de unapoblación indígena de 3.000,fueron contratados para servircomo guardas de órix, contro-lar a los animales y mantenerinformes diarios de sus movi-mientos. Durante los primerostres años no hubo conflictosentre la población indígena, elcreciente grupo gestor expa-

triado de la conservación y otrosnacionales de Omán.

A partir de ahí, las dificultades apare-cieron gradualmente en términos decompetencia por los pastos, durante lasequía prolongada, entre los rebañosde chivos domésticos y de camellos, yel reintroducido órix (Stanley Price,1989:212-213), entre los linajes de latribu harasii con respecto al acceso alempleo y a los beneficios especiales, yentre los harasii y las tribus rivalesque habían sido completamente igno-radas en el esfuerzo por la conserva-ción. La aparición de caza furtiva,detectada por primera vez en 1986 yen creciente aumento desde entonces,por miembros detribus rivales y -adecir de algunos-por jóvenes des-contentos, demues-tran los fallos en laplanificación, eldiseño y la puestaen práctica que losproyectos de con-servación diseñados desde arriba tie-nen con demasiada frecuencia. El pro-yecto de introducción de animales sedesarrolló con una casi total falta deconsideración de las poblacioneshumanas indígenas. La idea de estable-cer un santuario para los órix en terri-torio tradicionalmente harasii no fuenunca discutida con los harasii, nitampoco fueron consultados sobre lazona más adecuada para ubicar dichosantuario2. La finalidad del proyecto,

sus objetivos, las restricciones implíci-tas al desarrollo de infraestructuras, eincluso la importancia de su coopera-ción nunca se expusieron a la comuni-dad tribal.

Mientras los harasii no tuvieron aspi-raciones propias, ningún deseo de vermejorar su acceso al agua, ni de tenersus caminos asfaltados, o de un desa-rrollo de infraestructuras en su patriatradicional, las relaciones con el pro-yecto para introducir a los órix fueronpacíficas. Una confrontación por lospastos a mediados de los 80, comoresultado de la cual el gestor del pro-grama de reintroducción de órix solici-tó que los harasii fueran trasladados -yalgunos se negaron-, debería haberdado la voz de alarma a los conserva-cionistas. Los harasii con el tiempo sedieron cuenta de que la conservaciónda lugar a problemas para el desarro-llo de la región. Al mismo tiempo, laancestral rivalidad entre los harasii ysus vecinos, los jeneba, encontró nue-vas formas de expresión. Aunque nopuede probarse la relación, el rápidocrecimiento en la tasa de caza furtiva(casi 30 órix fueron cazados sólo en1996, un 10% del rebaño total)3, y quetodas las personas a las que se haimplicado en ello son jeneba, sugiereque las rivalidades tribales estabancreciendo y que el proyecto no estabamanteniendo su popularidad, o, almenos, no entre los jóvenes de latribu, que crecieron durante la épocaen la que los órix estaban en procesode extinción y por lo tanto no forma-ban parte realmente de su cultura tra-dicional. Para este grupo descontento,principalmente jóvenes desempleadosy miembros de tribus rivales, el san-tuario de los órix no tiene ningún sen-tido. La oportunidad de ganar algo dedinero cazando ilegalmente se convier-te en una tentación difícil de resistircuando no existe un sentimiento depertenencia o de participación en elsantuario.

El pastoreo y la conservaciónen Siria

Siria se encuentra actualmente estu-diando propuestas internacionales deconservación para desarrollar su pro-pia área de protección de la vida salva-je en una parte del desierto que pro-porciona pastos cruciales en inviernoy primavera para los rebaños de variastribus beduinas ya marginadas. El esta-

Órix árabe

El proyecto de introducción de animales se desarrolló con una casitotal falta de consideración de laspoblaciones humanas indígenas.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 29agosto 1998, 2

blecimiento del Estado-nación inde-pendiente a finales de los años 40 y enlos 50 supuso la culminación de variasdécadas de esfuerzos constantes porcontrolar y romper la organizaciónpastoril de las tribus. Desde entonces,las posesiones de tierra de los bedui-nos, antaño comunales, se han idoregistrando de manera creciente anombre de los dirigentes tribales per-tenecientes a familias importantes yhan sido convertidos en granjas.Algunas familias beduinas se estable-cieron en los límites de esta agricultu-ra. Muchos combinaron algo de agri-cultura con el pastoreo, trasladando

sus rebaños a la badia4 a finales deinvierno y principios de primavera.Otras se mudaron de estas zonas limí-trofes y comenzaron a asentarse esta-cionalmente en pequeños caseríos enla badia, manteniendo a sus rebañosen movimiento durante la mayor partedel año en busca de pastos naturales yrastrojos después de las cosechas.

La década de los 60 fue un período devigorosas reformas gubernamentalessobre la tierra, incluida la expropia-ción completa de toda la tierra comu-nal de las tribus y la confiscación degrandes extensiones de tierra propie-dad de los dirigentes locales. Tras unasequía de tres años durante lacual murieron dos millones deovejas, el gobierno establecióun programa para aliviar losproblemas causados por estedesastre ecológico. Se estable-ció un proyecto de NU pararevitalizar el sector pastoril dela economía siria, cuyo objetivoprincipal es la estabilización delas cabezas de ganado. Trasvarios intentos frustrados,lanzó una campaña para con-vencer a las agencias implica-das en el cuidado de los pastosde la importancia de estudiar elfactor humano. Argumentó queel mejor medio para reparar eldaño que la sobreexplotaciónde los pastos había causado enel desierto, y para mejorar laeconomía beduina, era resucitarla tradición beduina de la hema(es decir, devolver a los bedui-nos el control sobre la conser-vación de las tierras y la ges-tión de los pastos).

Estas recomendaciones para elretorno a un sistema de propie-dad comunal apeló a la orienta-ción socialista del Gobierno

sirio, y la propuesta fue aceptada. Trasvarios años de ensayos y errores, sepuso en práctica un programa de coo-perativas mediante el cual las solicitu-des en bloque de unidades tribalespara controlar sus antiguos pastos tra-dicionales eran tomadas en considera-ción por el gobierno. Actualmente, qui-zás dos tercios de la población bedui-na siria pertenecen a las cooperativashema y a sus plantaciones asociadas.Dado que la pertenencia nunca ha sidoobligatoria, sino más bien una elecciónindividual de los miembros de las tri-bus pertenecientes a un linaje, lamayoría de los beduinos sirios seestán uniendo porque perciben quehacerlo es beneficioso. El beneficio lo

es tanto en cuanto propietarios deganado individuales como en cuantomiembros de la tribu, en términos deacceso a pastos gestionados, preciosfavorables para la alimentación, yalgunas facilidades para la obtenciónde créditos. A pesar de varios proble-mas causados por la cambiante legisla-ción, y de la limitación inadecuada dela extensión de la agricultura en labadia, la situación actual que permitela participación beduina en la gestiónde las cooperativas supone una mejoraen los pastos incontrolados de losaños 50 y la estricta normativa guber-namental de los 60.

La conservación de la vida sal-vaje en la badia

En 1992, Siria asistió a las reunionesen Sicilia de la Comisión de la Uniónpara la Conservación de los ParquesNaturales y las Áreas Protegidas delMundo, y negoció la financiación deun proyecto para rehabilitar los pastosy para establecer una reserva de lavida salvaje en la badia de Palmira. Elproyecto se propone tratar tres cues-tiones interrelacionadas: la disminu-ción de los pastos, la desaparición dela vida salvaje y las necesidades cre-cientes de alimentación suplementariadel ganado doméstico. También sepropone incorporar parte de las tierrasde tres cooperativas hema a los pastosprotegidos, establecer restricciones alacceso por parte de los beduinos y desus ganados domésticos, y la gestiónde un programa para introducir nue-vas especies de plantas. En dos añosespera haber obtenido “una produc-ción de forraje mayor de los pastos deAl badia que permita al ganado domés-tico y a los animales salvajes vivir enarmonía en dichas tierras” (FAO,1995:7). Durante el tercer y último añode este proyecto se establecerán lími-tes físicos y “la reserva será destinadaexclusivamente a pastos para animalessalvajes” (FAO, 1995:7). En otras pala-bras, al cerrar el proyecto, los bedui-nos y sus ganados serán excluidos deun área importante de las tierras reha-bilitadas.

Aunque el proyecto necesitará la coo-peración de las comunidades beduinasque han utilizado estos pastos durantelas pasadas décadas, no se hace nin-gún esfuerzo visible en la descripcióntécnica del proyecto para incorporar-las a su planificación, desarrollo o

puesta en práctica. Lo que esteproyecto pone de manifiesto eso la poca memoria del gobiernoo la dificultad de aprender deexperiencias pasadas. Las lec-ciones que deberían haber sidoaprendidas en la década de los60, después de que el Gobiernosirio, con ayuda de una agenciade NU, intentara revitalizar lacría nómada de ovejas sinincluir a las personas en susplanes, han sido simplementeolvidadas. Los pastores no pue-den ser separados de sus ani-males o de sus pastos comunes.Además, la premisa subyacentedel proyecto parece ser la yaanticuada (véase, por ejemplo,Behnke et al., 1993; Pimbert yPretty, 1995:5) que entiendeque son los pastores los queestán utilizando los pastos abu-sivamente, u obteniendo reser-vas excesivas, y que la soluciónes reducir las cabezas de gana-do y restringir su acceso a latierra para así proteger su capa-cidad de producción. Esta pre-misa simplemente ofrece unacabeza de turco para un proble-

Los pastores no pueden ser separados de sus ani-males o de sus pastos comunes.

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ma en lugar de buscar soluciones sos-tenibles. Tal búsqueda exige la inclu-sión de la población afectada, no suexclusión y posterior desplazamiento.Los beduinos necesitan ser parte delproyecto. Sus percepciones de los pro-blemas, causas y posibles solucionesnecesitan ser tomadas en considera-ción. Sus necesidades para sus propiosganados -su acceso a los pastos, elagua y la alimentación suplementaria-deben ser también tenidos en conside-ración, ya que sin la satisfacción desus necesidades, los beduinos no apo-yarán el proyecto de conservación.

Conclusión

La conservación sostenible exige, porencima de todo, la buena voluntad delas poblaciones indígenas y no suexclusión forzosa o desplazamiento.Como han demostrado McCabe y otros(1992:353-366), vincular la conserva-ción al desarrollo humano ofrece la víade acción más prometedora para lasostenibilidad de la naturaleza y lavida humana. Las reservas naturales yotras áreas protegidas deben ser situa-das en un contexto regional. Si la eco-nomía de las poblaciones humanas seencuentra en un estado serio de dete-rioro, el establecimiento de una reser-va para la vida salvaje en medio de suentorno no es un buen augurio para lasostenibilidad a largo plazo. No esprobable que la población vea ningúnbeneficio en tal programa y por ello lacooperación es improbable. Si, por elcontrario, los problemas de las pobla-ciones humanas son tomados en consi-deración y la comunidad ve el benefi-cio de un proyecto combinado de con-servación y desarrollo, entonces lacooperación y la sostenibilidad a largoplazo son posibles.

Dawn Chatty es una antropóloga socialque ha trabajado con los beduinos yotras comunidades nómadas en OrienteMedio durante más de 20 años. Esinvestigadora y Vice-Directora delRefugee Studies Programme (Oxford).

1 En Arabia Saudí y en Jordania existen programassimilares para la reintroducción del órix.

2 Se consultó a un miembro de la tribu harasii, queera un contacto del asesor británico expatriado de susdías como oficial de enlace en la compañía petroleranacional. Pero él no formaba parte de los líderes polí-ticos de la tribu, que no fueron consultados, de hecho,hasta que la entrega de Yalooni fue un hecho consu-mado (véase Chatty, 1996:136).

3 El número estimado de órix cazados furtivamente en1996 ha sido obtenido a partir de varias informacio-nes tanto en el propio Jiddat como en la capital,Muscat. El anterior gestor de la estación del proyectoórix en Yalooni, Roddy Jones, me señaló que la pautade caza furtiva en el Jiddat sugería rivalidades tribalestradicionales. Los jenaba evidentemente ven a los órixcomo “propiedad” de los harasii. Así, el acto de cazarilegalmente es una manifestación de rivalidad econó-mica y política.

4 Badia es el término árabe para los terrenos semiári-dos que cubren entre el 80 y el 85% del territorio sirioy jordano. El término “beduino” se refiere a las perso-nas que habitan la badia.

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Nashrat Al-Hijra Al-Qasriya

Los siguientes números atrasadosde esta publicación están disponi-bles en árabe:RMF 1 Sección sobre desplaza-

miento internoRPN 24 Infancia y juventudRPN 23 El papel de los militares en

el trabajo humanitarioRPN 22 ¿Quién protege a los refu-

giados? (cuestiones jurídi-cas)

RPN 21 Educación y formación

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Los siguientes números atrasadosde esta publicación están disponi-bles en castellano:

RMF 1 Sección sobre desplaza-miento interno

RPN 24 Infancia y juventudRPN 23 La función de los militares

en el trabajo humanitarioRPN 22 ¿Quién protege a los refu-

giados? (cuestiones jurídi-cas)

RPN 21 Educación y formaciónRPN 20 Las mujeres y la salud

reproductivaRPN 19 ONG y gobiernos de acogi-

daRPN 18 Temas candentes (preocu-

paciones medioambienta-les)

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 31agosto 1998, 2

Los Principios Rectores de losdesplazamientos internos: unnuevo instrumento para lasorganizaciones internacionales ylas ONG

por Roberta Cohen

Al desarrollarse los parámetrosinternacionales para los despla-zados internos (DI), dichos prin-

cipios fueron presentados por elRepresentante del Secretario Generalpara los Desplazados Internos a laComisión de Derechos Humanos deNaciones Unidas en abril de 1998. LaComisión, compuesta por 53 miem-bros, tomó nota de los principios enuna resolución adoptada por unanimi-dad, y reconoció la intención declaradadel Representante de utilizarlos en sutrabajo. Le pidió que informara sobrelos esfuerzos realizados y sobre lasopiniones expresadas por los gobier-nos, las organizaciones interguberna-mentales y las ONG. La resolución tam-bién señaló que los Principios Rectoreshabían sido bien recibidos por elComité Permanente Inter-Agencias(CPIA), compuesto por los responsablesde las principales organizaciones inter-nacionales humanitarias y de desarro-llo, el cual había pedido a sus miem-bros que los discutieran con sus juntasrectoras. La decisión del CPIA demarzo de 1998 también había alentadoa sus propios miembros a discutirloscon su personal y a aplicar los princi-pios en sus actividades en favor de losDI.

Reforzando la decisión del CPIA, elACNUR, UNICEF, el PMA y la OIM pre-

sentaron comunicaciones a la Comisiónresaltando la importancia de losPrincipios Rectores para su trabajo.UNICEF describió los principios como“un punto de referencia excelente queservirá como parámetro internacionalde protección y asistencia a los DI”. ElPMA observó que los principios aumen-tarían la concienciación nacional sobrelos problemas específicos a los que se

enfrentan los DI así como sobre lasnormas jurídicas relevantes para tratarsus problemas. Las ONG, en sus inter-venciones ante la Comisión, urgieron laacción efectiva sobre el terreno en rela-ción a las disposiciones contenidas enlos principios. Aunque no se pidió, nise esperó, que la Comisión adoptaralos principios, ésta dio un paso adelan-te muy importante en la mejora de laprotección a los DI al reconocer losprincipios y el uso esperado que seharía de ellos en el terreno.

La necesidad de principios

Los Principios Rectores consolidaron enun documento todas las normas inter-nacionales aplicables a la cuestión delos DI, hasta entonces dispersas enmuchos instrumentos diferentes.Aunque no es un documento jurídica-mente vinculante, los principios refle-jan y son consecuentes con el Derechointernacional de los derechos humanosy el Derecho humanitario existentes. Alredactar de nuevo las normas ya exis-tentes, también se pretende superar laexistencia de zonas grises y de lagu-nas. Un estudio anterior había encon-trado 17 áreas de protección insufi-ciente para los DI y 8 áreas de lagunasjurídicas evidentes1. No era posibleencontrar, por ejemplo, una norma queprohibiera explícitamente el retornoforzoso de DI a zonas de riesgo.Tampoco había un derecho a la restitu-ción de la propiedad perdida comoconsecuencia del desplazamiento

durante el conflicto arma-do, o a la compensaciónpor dicha pérdida. Es más,el Derecho guardaba silen-cio sobre el internamientode los DI en campos. Senecesitaban garantíasespeciales para las muje-res y los niños.

Los principios, desarrolla-dos por un grupo de juristas interna-cionalistas, no crean un nuevo statusjurídico para los DI. Dado que los DI seencuentran dentro de su propio país,gozan de los mismos derechos y liber-tades que otras personas en su país.Tienen, sin embargo, necesidades espe-ciales por causa de su desplazamiento,que los principios intentan regular.

Son aplicables tanto a los gobiernoscomo a las fuerzas insurgentes, ya queambos causan frecuentemente el des-plazamiento y someten a los DI a abu-

Las organizaciones internacionales y lasONG tienen un nuevo documento degran valor al que dirigirse cuandotrabajan en favor de las poblacionesdesplazadas internas: los PrincipiosRectores de los desplazamientos internos.

Un estudio anterior había encon-trado 17 áreas de protección insu-ficiente para los DI y 8 áreas delagunas jurídicas evidentes.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista32 agosto 1998, 2

sos. También tratan todas las fases deldesplazamiento. La mayoría de lasorganizaciones intergubernamentales ylas ONG aparecen en escena sólo des-pués de que haya tenido lugar el des-plazamiento, o durante la fase deretorno y reintegración. Pero los princi-pios también tratan la prevención deldesplazamiento ilegal. En la introduc-ción de los principios, se describe a losDI como “personas o grupos de perso-nas que se han visto forzadas u obliga-das a abandonar sus hogares o lugaresde residencia habitual, en particularcomo resultado de o para evitar losefectos del conflicto armado, situacio-nes de violencia generalizada, violacio-nes de derechos humanos o desastresnaturales o causados por el hombre, yque no han cruzado fronteras reconoci-das internacionalmente”. Ésta es ladefinición más amplia en uso de DI anivel internacional o regional.

El contenido de los principios

La primera sección de los principiostrata la protección contra el despla-zamiento y enumera explícitamentelas circunstancias y condiciones en lasque el desplazamiento es inadmisible ylas garantías mínimas procesales quedeben ser respetadas en el caso en queocurriera el desplazamiento. Los prin-cipios dejan claro, por ejemplo, que eldesplazamiento está prohibido cuandose basa en políticas de apartheid, “lim-pieza étnica”, u otras prácticas “quetienen por objeto o resultado la altera-ción de la composición étnica, religiosao racial de la población afectada”.También consideran como desplaza-miento interno “los casos de proyectosde desarrollo a gran escala, que noestán justificados por intereses impe-riosos de seguridad nacional”. También

se deja claro que el desplazamiento nodebería realizarse de modo que viole elderecho a la vida, la dignidad, la liber-tad o la seguridad de los afectados.Además, los Estados tienen una obliga-ción particular de proporcionar protec-ción contra el desplazamiento de lospueblos indígenas y de otros gruposcon una dependencia o un vínculoespeciales con sus tierras [ver el artícu-lo de Chatty en la pág. 27].

La sección relativa a la proteccióndurante el desplazamiento cubreuna amplia gama de derechos. En lamayoría de los casos, se afirman lasnormas generales, seguidas de losderechos específicos que necesitan losDI para hacer efectivas dichas normas.Por ejemplo, después de afirmar lanorma general que prohíbe el tratocruel e inhumano, se especifica que losDI no deben ser devueltos forzosamen-te o reasentados en condiciones en lasque su vida, seguridad libertad y/osalud estén en peligro. De manera simi-lar, tras la norma general sobre el res-peto a la vida familiar, se especificaque las familias separadas por el des-plazamiento deberían ser reunidas tanpronto como sea posible. Asimismo, sehace efectiva la norma general quereconoce el derecho a la personalidadjurídica del ser humano al especificarque deberían expedirse a los DI todoslos documentos necesarios que les per-mitan disfrutar de sus derechos legalesy que las autoridades deben facilitar lasustitución de los documentos perdi-dos en el curso del desplazamiento.

Se presta especial atención a las nece-sidades de las mujeres y los niños,incluida la prohibición de violenciaespecíficamente de género, así como alas disposiciones que exigen la plena

participación de las mujeres en la pla-nificación y distribución de alimentosy de objetos básicos. Se afirma tambiénel acceso de las mujeres a los serviciosde salud femenina y a los cuidados desalud reproductiva, y se reconoce laigualdad de derechos de la mujer paraobtener documentación y para que taldocumentación se expida a su propionombre. Se prohíbe el reclutamientoforzoso de los niños en las fuerzasarmadas y se piden esfuerzos especia-les para reunir a los niños con susfamilias.

Revisten particular importancia losprincipios relativos a las disposicio-nes de asistencia humanitaria,dados los frecuentes esfuerzos de losgobiernos y de los grupos insurgentespara obstaculizar la ayuda y causarhambrunas deliberadamente entre lapoblación. Los principios prohíben cau-sar hambrunas como método de com-bate. Afirman el derecho de los DI apedir asistencia humanitaria, el dere-cho de los actores internacional a ofre-cer dicha asistencia y la obligación delos Estados de aceptar tales ofertas. Dehecho, el consentimiento por parte delos gobiernos y de otras autoridadesque reciben ayuda humanitaria nopuede ser denegado arbitrariamente. Seinsiste en “el acceso rápido y sin obstá-culos a los DI”.

Otra disposición innovadora se refiereal papel de las organizacioneshumanitarias. Al proporcionar asis-tencia se les exige que “presten la debi-da atención a las necesidades de pro-tección y a los derechos humanos delos DI”, y “adoptar las medidas adecua-das a este respecto”. Debido a quemuchas organizaciones humanitarias yde desarrollo han proporcionado asis-

Niños desplazados en su“clase”: un contenedor refor-

mado, zona de Barda,Azerbayán.

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tencia a los DI sin prestar la suficienteatención a sus necesidades de protec-ción y de derechos humanos, este énfa-sis en la protección es un cambio bienrecibido. De hecho, la inutilidad de ali-mentar a las personas sin prestar aten-ción a sus necesidades de protecciónse ha demostrado una y otra vez, enBosnia y en otras crisis en todo elmundo. Reconociendo esto, elSecretario General de NU, Kofi Annan,ha pedido una aproximación más inte-grada a las emergencias humanitariasde modo que la protección y la asisten-cia sean tratadas de manera integral.

La sección final de los principios relati-vos al reasentamiento y la reinte-gración deja claro que los DI tienenderecho a volver a sus hogares o luga-res de residencia habitual voluntaria-mente y con seguridad y dignidad, o areasentarse voluntariamente en otraparte del país. Ello resulta especial-mente pertinente ya que a menudo sefuerza a los DI a volver a sus hogaresaunque las zonas no sean seguras y almargen de sus deseos de reasentarseen otras partes del país. Otra disposi-ción necesaria es la que establece larecuperación de la propiedad y lasposesiones perdidas como resultadodel desplazamiento así como la com-pensación o indemnización si la recu-peración no es posible.

Aplicación de los principios

El siguiente paso importante es difun-dir extensamente los principios paraaumentar así la concienciación interna-cional sobre las necesidades de los DIy de los parámetros jurídicos relevan-tes con relación a sus necesidades.Aunque sólo los principios no puedenevitar el desplazamiento o la violaciónde los derechos de los DI, avisan a losgobiernos y a las fuerzas insurgentesde que sus acciones están siendo con-troladas y de que son responsables deno crear las condiciones que causan eldesplazamiento y de proteger a laspersonas que ya están desplazadas.

Las agencias de NU han empezado apublicar y a hacer circular los princi-pios y a traducirlos a idiomas distintosdel inglés2. El Vice-Secretario Generalpara Asuntos Humanitarios, que presi-de el proceso inter-agencias, se hapuesto rápidamente en marcha paradifundir los principios y publicará10.000 copias para su uso en el terre-no. El Global IDP Survey (ConsejoNoruego para los Refugiados) tambiénestá haciendo circular los principios.

Pero llegar a millones de DI y a lasorganizaciones que los asisten exigiráun esfuerzo sostenible y global en elque las organizaciones regionales einternacionales, así como las ONG loca-les, deberían implicarse.

También se necesitará formación.Aunque los principios están redactadosclaramente y son fáciles de compren-der, la formación con relación a susdisposiciones concretas debe ser partedel programa de formación en gestiónde desastres de NU, y de programassimilares de las ONG. También debe

formarse a las fuerzas de manteni-miento de la paz y la policía de NU enprotección y derechos humanos de losDI. Las ONG han sugerido la elabora-ción de un manual de distribucióngeneral basado en los principios, paraayudar a la formación de trabajadoressobre el terreno y de las autoridadeslocales; actualmente se está preparan-do uno bajo los auspicios del Proyectode la Institución Brookings sobreDesplazamiento Interno.

El control de la aplicación de los prin-cipios es crítico para su efectividad.Dado que no existe un órgano de con-trol que supervise la materializaciónde los principios, las agencias de NU,los organismos regionales y las ONGtendrán que llevar a cabo esta función.

La Comisión Inter-Americana deDerechos Humanos de la Organizaciónde Estados Americanos ya ha utilizadolos principios para evaluar las condi-ciones de los DI en Colombia. Además,el Representante del Secretario Generalpara los DI los utilizó en sus debatessobre una misión en Azerbayán enmayo. Pero se necesitará un controlsistemático para asegurar que los prin-cipios se apliquen en todo el mundo.La base de datos sobre DI que estánelaborando las NU en cooperación conel Consejo Noruego para losRefugiados/Global IDP Survey, deberíaconvertirse en un medio importante decontrolar su aplicación. Las ONG, comola Comisión de Mujeres sobre Mujeresy Niños Refugiados, podrían tambiénllevar a cabo un servicio importante alcontrolar la extensión de la aplicaciónde los principios con respecto a lasmujeres y los niños. Los grupos localesmás cercanos a los DI deben ser inclui-dos en el proceso, y las propias pobla-ciones afectadas deberían ser animadasa evaluar sus propias condiciones a laluz de los principios.

El activismo y la intercesión, espe-cialmente por parte de NU, ante losgobiernos y los grupos insurgentes, sedemostrará que son esenciales paralograr un aumento de protección.Incluso en los casos en los que loscombatientes no se encuentran vincu-lados por parámetros aceptados, losprincipios pueden recordarles que suconducta está abierta a examen. En elcaso de los gobiernos interesados endesarrollar un Derecho interno para losDI, los principios deberían ser especial-mente instructivos. También deberíanayudar a las autoridades locales a tra-tar los problemas del desplazamiento.

Pero en primer lugar, por supuesto,debe correrse la voz. La Global DPSurvey del CNR, el Proyecto de laInstitución Brookings sobreDesplazamiento Interno y el Comitépara Refugiados de EE.UU. destacaránlos Principios Rectores en los encuen-tros regionales que están planificandopara centrar su atención en los DI. Lasagencias de NU promoverán tambiénque se preste una atención creciente alos principios en el terreno. De hecho,toda persona que trabaje con DI debe-ría familiarizarse con los principios ycon la manera más adecuada de apli-carlos para mejorar la protección a losdesplazados.

Roberta Cohen es Co-directora delProyecto de la Institución Brookingssobre Desplazamiento Interno y co-autora, junto a Francis M. Deng, deMasses in Flight: The Global Crisis ofInternal Displacement (Brookings,1998). Para más información sobreMasses in Flight, véase pág. 37.

1 Véase Compilation and analysis of LegalNorms, Informe del Representante delSecretario General sobre DesplazadosInternos, Doc. E/CN/4/1996/52/Add.2,Naciones Unidas, diciembre 1995. Véase tam-bién el capítulo relativo al “marco jurídico”,elaborado por Walter Kaelin y Robert KogodGoldman, en Roberta Cohen y Francis M. Deng,Masses in Flight: The Global Crisis of InternalDisplacement, Brookings, 1998.

2 Para recibir una copia en inglés o fran-cés de los Principios Rectores, póngase en con-tacto con: Allegra Baiocchi, Oficina para la Co-ordinación de Asuntos Humanitarios, DC 1-1568, 1 UN Plaza, 10017 NY, New York, EE.UU.Fax: 1-212-963 1040Correo electrónico: [email protected]én en: wwwnotes.reliefweb.intPara recibir una copia en castellano, ruso,árabe o chino, póngase en contacto con: ErinMooney, Comisionado de NU para losDerechos Humanos, Palais des Nations,Ginebra 10, 1211 Suiza.Correo electrónico: [email protected]

Se puede acceder a los artículos de la

Forced Migration Review en las páginas

de la FMR, en el servidor del RSP en:

http://www.qeh.ox.ac.uk/rsp/

Aunque sólo los principios no pueden evitar el despla-zamiento o la violación de los derechos de los DI, avi-san a los gobiernos y a las fuerzas insurgentes de quesus acciones están siendo controladas...

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MIGRACIONES FORZOSAS revista34 agosto 1998, 2

El conflicto que surgió entre Eritreay Etiopía en mayo de 1998 habíadado paso (en el momento de

escribir estas líneas, el día 4 de agos-to) a una vigorosa propaganda bélica,sin grandes batallas recientes. Ambaspartes, sin embargo, continuaronimportando armas y munición, y unposterior conflicto armado no puedeser totalmente excluido. La disputafronteriza que fue la causa principaldel conflicto es poco más que un pre-texto; la frontera disputada, una línearecta entre los ríos Mareb y Takazze,no es conflictiva, y los problemasobvios de la administración de dichalínea a través de un país de colinaspodrían haber sido resueltos fácilmen-te. Esta cuestión ha servido para per-mitir a los gobiernos de ambas partesla consolidación del apoyo popular. Esmás plausible que el conflicto se deri-ve de la incorrecta intención de Eritreade introducir su propia divisa, elnafka, en lugar del birr etíope. Los eri-treos evidentemente esperaban que elnafka circulara en paridad con el birr,permitiendo así el comercio transfron-terizo pacífico; pero cuando rápida-mente bajó su valor, los etíopes inten-taron proteger el birr insistiendo en elcambio a precio de mercado, dejandoasí a Eritrea con una divisa depreciaday poniendo de manifiesto su continua-da dependencia económica de Etiopía.Eritrea reaccionó denunciando elacuerdo de 1991 que confería a Etiopíael libre acceso a los puertos de Assaby Massawa, y el conflicto aumentó apartir de ahí.

Que tales disputas pudieran llevar alconflicto armado, incluido el bombar-deo eritreo sobre la población civil enla ciudad norteña etíope de Mekelle, seexplica sólo en el contexto del legadode la guerra de independencia eritrea,que duró treinta años. Llegada a laindependencia en 1993, con un ejérci-to grande y eficaz, un recuerdo pro-fundamente arraigado de sufrimiento,un profundo recelo del mundo exteriory una confianza sin límites en la capa-cidad de su propia gente, el Gobierno

eritreo ha sido extremadamente sensi-ble a cualquier desaire aparente a susoberanía nacional, así como propensoa recurrir a la fuerza militar. Tras unaguerra no declarada contra Sudán, yconflictos tanto con Djibouti como conYemen, Etiopía era el único de susvecinos con el cual había mantenidobuenas relaciones.

El impacto del conflicto sobre lamigración forzosa depende del cursodel propio conflicto. Al contrario queen conflictos anteriores en el Cuernode África, ésta es una batalla directatransfronteriza entre dos regímenes,cada uno de los cuales disfruta en tér-minos generales del apoyo de laspoblaciones en las zonas afectadas.Por lo tanto, es probable que cualquierdesplazamiento afecte sólo a laspoblaciones que están directamenteamenazadas por la guerra (incluidasaquellas que sufren ataques aéreos), yes probable que se dirijan hacia elinterior del territorio de sus propiosEstados, que tendrán la obligación deasistirlos, en lugar de dirigirse al otrolado de la frontera. Por lo tanto, losdesplazados deberían ser absorbidossin problemas por las poblaciones deacogida, y deberían volver a sus hoga-res tan pronto como sea seguro, asu-miendo que el conflicto se resuelva demanera razonablemente rápida y singrandes contratiempos. Fuera de laszonas en conflicto, ambos gobiernoshan rodeado y en algunos casos mal-tratado a los nacionales del otro paísresidentes en el propio. Mientras queel Gobierno eritreo había expulsado en1991 a la gran mayoría de los etíopesque vivían en Eritrea, permitiendo que-darse sólo a unos pocos miles (la granmayoría en el puerto de Assab), loseritreos han podido vivir en paz enEtiopía, por lo que un gran número(estimado en 130.000 personas) seencuentra en peligro; sin embargo, lasexpulsiones colectivas son improba-bles, a menos que la guerra empeore.

Es probable, por tanto, que los princi-pales efectos sean indirectos, comoresultado del impacto del choque con

una región extremadamente inestable.El comercio transfronterizo entreEritrea y Etiopía en verdad se veráseriamente dañado. Dado que Etiopíaha sido cerrada por tierra desde queEritrea se hizo independiente en 1993,y que el comercio a través de los pues-tos eritreos ha sido bloqueado, en sulugar deberá dirigir prácticamentetodo su comercio a través de Djibouti,sobrecargando considerablemente lasvías de transporte, especialmente enlas áreas propensas a la sequía delnorte de Etiopía. Eritrea no es sola-mente deficitaria crónica en alimentossino que su economía depende fuerte-mente del comercio con Etiopía. Sindicho comercio, el puerto de Assab notiene una función viable. Si el conflictose intensifica hasta el punto de queEtiopía ataque (o sea capaz de bloque-ar) los puertos eritreos, los efectosserán desastrosos.

Probablemente habrá consecuenciastambién sobre la guerra en Sudán,donde tanto Etiopía como (más explíci-tamente) Eritrea han apoyado la oposi-ción del SPLA/NDA al régimen deJartum. Dichas consecuencias incluyenel transporte de suministros a travésde Eritrea y Etiopía a las poblacionesrefugiadas sudanesas a lo largo de susfronteras occidentales, y las áreas con-troladas por la oposición dentro deSudán. El impacto que sobre la evolu-ción futura de la guerra en Sudánpodría tener un conflicto entre dos delos principales apoyos de la oposición,es incalculable. También lo es el efectosobre la futura estabilidad de las pro-pias Eritrea y Etiopía; pero este con-flicto casi inexplicable no puede traermás que consecuencias perjudicialespara los desplazados y el bienestar detoda la región.

Por Christopher Clapham,Profesor/Catedrático de RelacionesInternacionales, Universidad deLancaster

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última horaúltima horaEl conflicto entre Eritrea y Etiopía

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 35agosto 1998, 2

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Los recientes acontecimientos vio-lentos en Kosovo son parte de unacrisis relacionada con una lucha

por la independencia que ha existidodesde hace varios años tanto en la ex-Yugoslavia como en la surgida del con-flicto. El nuevo factor de la crisis esque ambas partes en el conflicto hanaumentado ahora el uso de la fuerza.Esto ha seguido a un período de variosaños caracterizado por al menos dosrasgos: se han negado sistemáticamen-te a los albaneses kosovares (que cons-tituyen aproximadamente el 90% de lapoblación en la provincia serbia deKosovo) sus derechos humanos, y elloshan expresado su intención de noregirse por las leyes yugoslavas o ser-bias. El resultado ha sido la creaciónde una sociedad albanesa paralela(incluidas las estructuras gubernamen-tales, el sistema educativo, la recauda-ción de impuestos, etc.) que coexisteoficiosamente junto al gobierno repre-sor de Belgrado. De hecho, Belgrado hautilizado este reto a la seguridadnacional y al orden constitucionalcomo justificación para gobernarKosovo de manera directa y limitar laautonomía local que se afirma en laConstitución Serbia de 1990 (artículos6, 108-112).

Parece que existen dos principios querigen la respuesta de la comunidadinternacional ante el conflicto: el dere-cho a la autodeterminación y el respe-to a la integridad territorial de losEstados. En consecuencia, la UniónEuropea y los Estados Unidos haninsistido en que no es posible que losalbaneses kosovares se separen unila-teralmente de Yugoslavia, aunquedeberían recibir una forma de autono-mía local amplia y efectiva.

Previendo que los esfuerzos preventi-vos internacionales puedan no teneréxito en la mitigación del conflicto yque los flujos de refugiados empiecena desestabilizar la región, el ACNUR seha ido implicando desde 1993 en ladiscreta preparación de planes de con-tingencia. Se entiende generalmenteque las tensiones entre la minoríaalbanesa y la mayoría eslava de lavecina ERY de Macedonia serían dra-máticamente agravadas por un flujo derefugiados albaneses kosovares, asícomo que al relativamente inestable ydébil gobierno le resultaría difícil con-trolar la situación. La mayor parte dela especulación relativa a la posibili-dad de una extensión de la guerra bal-cánica surge de este escenario porque

todos los Estados de la región(Yugoslavia, Albania, Bulgaria, Grecia yTurquía) se verían implicados si la ERYde Macedonia se desestabilizara debi-do a un flujo masivo de refugiadosprocedentes de Kosovo. Del mismomodo, la anarquía en la vecinaAlbania, que obligó a un desplieguemilitar internacional en 1997, contri-buye a los temores de desestabiliza-ción que podría provocarse con la lle-gada de refugiados.

Los planes de contingencia preparadospor el ACNUR tienen tres dimensiones:la contención y la protección/asisten-cia de hasta 200.000 desplazados den-tro de las fronteras de Yugoslavia, laprotección/asistencia de hasta 100.000refugiados en el norte de Albania, y de70.000 en el noroeste de Macedonia.Entre las ONG internacionales contra-partes del ACNUR en esta operación seencuentran: CICR, FICR, OXFAM,Médicos sin Fronteras, ComitéInternacional para el Rescate, AyudaSuiza a los Desastres, y Ayuda Médicade Emergencia Internacional.

por Michael Barutciski, Investigador enDerecho Internacional, Refugee StudiesProgramme

El 18 de mayo de 1998, se celebró en el RSPun taller titulado “La prevención de la crisishumanitaria en Kosovo”; entre los participan-tes se encontraban una mezcla de profesiona-les (NU, ONG, el gobierno) y de miembros dela comunidad académica de varias disciplinas.El taller proporcionó un foro para

a) el intercambio de ideas,b) la exploración de posibles acuerdos polí-

ticos yc) el lanzamiento de un proyecto de investi-

gación del RSP que proporcione a quienesdiseñan las políticas una investigaciónanalítica que pueda contribuir a atenuarlas tensiones en Kosovo y a enfrentarse aun potencial flujo de refugiados.

Para obtener un informe del taller, contactarcon Michael Barutciski en el RSP, QEH, 21 St.Giles, Oxford OX1 3LA, R.U. Fax: +44 (0) 1865 270721Correo electrónico:[email protected]

Crisis humanitaria en Kosovo

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nes Internally Displaced People:

A Global Surveypor Global IDP Survey/Norwegian Refugee Council. 240 pp. ISBN 1-85383-521-8.14.95 Libras esterlinas.

Internally Displaced People: A Global Survey estu-dia la situación de más de 23 millones de DI, obli-gados a abandonar sus hogares debido al conflictomilitar, las violaciones de derechos humanos, losdesastres naturales o los proyectos de “desarro-llo”. A pesar de la magnitud de la cobertura mediá-tica de las crisis de Bosnia y Ruanda, la granmayoría de los DI continúan sobreviviendo, amenudo en condiciones horribles, con poca seguri-dad y protección jurídica por parte de organismosnacionales e internacionales. Tras una introduc-ción de Francis Deng, el libro se divide en dos par-tes. La Primera Parte se centra en Cuestiones yPerspectivas, y contiene secciones relativas a pau-tas recientes de protección y asistencia para DI(Roberta Cohen); problemas y oportunidad deldesplazamiento (Jon Bennett); niños desplazadosinternos (James Kunder); tendencias comparadasen el desplazamiento forzoso 1964-1996 (SusanneSchmeidl); y la reciente literatura sobre DI (LouiseLudlum-Taylor). La Segunda Parte presenta 12 per-files regionales (55 países). También contiene losPrincipios Rectores, fotografías, mapas, cifras ytablas, así como una amplia bibliografía.

Para solicitar una copia, dirigirse a:Earthscan, 120 Pentonville Road, Londres N19BR, R.U.

Temporary Human Settlement Planningfor Displacement Populations inEmergenciespor Andrew Chalinder. RRN Good Practice Review, OverseasDevelopment Institute. 1998. 132 pp. ISBN 0-85003-372-1.10 Libras esterlinas.

Este trabajo se pregunta qué constituye unabuena, o al menos mejor, práctica en la previsión(en lugar de “planificación”) de los asentamientostemporales para los desplazados. El autor estable-ce una distinción entre los aspectos más técnicosde la elección y preparación de los enclaves, y lasdecisiones en las que entran en juego cuestionespolíticas, medioambientales y de sostenibilidad de

la economía. El autor afirma que las consecuenciasa largo plazo para los programas de asistencia deemergencia de la elección del área o región en laque se anima a asentarse a una población despla-zada son frecuentemente soslayadas en la luchapara encontrar un enclave; así como que debeprestarse más atención en el aspecto de la gestióntanto en el sector de desarrollo como en el huma-nitario a la búsqueda de una solución sostenible.En el resultado de la previsión debe ser central lanoción de comunidad y sostenibilidad para losdiferentes grupos afectados por el desplazamien-to, incluyendo tanto a los desplazados como a laspoblaciones de acogida.

Contactar con: RRN Administrator, ODI,Portland House, Stag Place, Londres SW1E 3DP,R.U.Tel: +44 (0) 171 393 1674.Fax: +44 (0)171 393 1699.Correo electrónico: [email protected]

Masses in Flight: The Global Crisis ofInternational Displacementpor Roberta Cohen y Francis M. Deng. Brookings Institutions.1998. 420 pp. ISBN 0-8157-1511-0. $22.95

Masses in Flight empieza con una visión global,que analiza las causas y las consecuencias del des-plazamiento interno, tiene por objetivo alcanzaruna definición adecuada de los desplazados inter-nos, y debate la distribución geográfica, las cifrasy las características de los desplazados. Se anali-zan entonces los parámetros jurídicos internacio-nales aplicables a los desplazados internos, y seincluyen los recientemente acordados PrincipiosRectores. Se examinan los acuerdos institucionalesen el ámbito internacional y regional, así como elpapel de las ONG, y se aportan recomendacionespara remediar las lagunas, especialmente en elámbito de la protección. La sección final presentaestrategias para prevenir el desplazamiento, inte-grar la protección y la asistencia, y tratar la reinte-gración y el desarrollo.

Contactar con: The Brookings Institution, Dept029, Washington DC, 20042-0029, EE.UU.Tel: +1 800 275 1447Fax: +1 202 797 6004(A la atención del Order Dept.)

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 37agosto 1998, 2

Nacido en otra parteUn ensayo sobre la migracióninternacional, el desarrollo y laequidadpor Bob Sutcliffe. Hegoa1998. 186 pp. ISBN: 84-89916-03-9. PVP 1.500 Ptas.

En este libro, Bob Sutcliffe recoge yanaliza una gran diversidad de docu-mentación y literatura reciente inter-nacional, tanto científica como políti-ca, sobre la migración. En la primeraparte se observa que la migración enel mundo de hoy es un fenómeno incó-modo en dos sentidos. En primerlugar, evidentemente, resulta incómo-do para quienes se ven forzados aemigrar y, también, cada vez más paraotros muchos que eligen la emigracióncomo un camino para mejorar su vida.Pero, en segundo lugar, resulta incó-moda la migración para quienes anali-zan teóricamente los procesos econó-micos y sociales. En muchos enfoquesy doctrinas donde pareciera obligadotener que considerar el fenómeno dela migración internacional, misteriosa-mente no aparece. Ni en la economíaortodoxa, ni en las teorías de desarro-llo, ni en los discursos sobre los dere-chos humanos se hacen referencias, ose hacen de manera insuficiente, a lamigración internacional.

El debate sobre la migración, aunqueincluye argumentos a favor de la liber-tad real de movimientos en el mundo,de hecho se basa en la idea muyextendida de que la migración es unfenómeno excepcional. Esto se ponede manifiesto en que las utopías quehoy se formulan no incluyen la idea delibertad de movimientos, ni el resulta-do de sociedades plurales. Parecieraque la solución a los problemas migra-torios se encuentra más en la supre-sión que en la integración.

La parte central del libro ofrece unavisión general, apoyada en una abun-dante evidencia empírica, de la canti-

dad, forma y consecuencias de los flu-jos migratorios recientes, que se refle-ja en una gran variedad de cuadros,mapas y gráficos. Se dedica atenciónespecial a los efectos sociodemográfi-cos en los países de destino, a lasremesas de los emigrantes y sus efec-tos económicos, y a las diferencias degénero con relación a la migración. Enla parte final, el autor argumenta quela migración puede y debe desempe-ñar un papel más importante y máspositivo en las teorías de desarrollo, loque constituye un argumento parasustentar un enfoque más abiertosobre el papel de la inmigración en lospaíses desarrollados. La visión delautor va más allá de las consideracio-nes meramente económicas, estiman-do que el mejor punto de partida paraabordar la cuestión de la migracióninternacional y su relación al desarro-llo es desde los derechos y el concep-to de ciudadanía internacional.

Contacto : HEGOA, Facultad deCiencias Económicas, LehendakariAgirre 83, 48015 Bilbao, España.Tel: +34 944473512Fax: +34 944762653

The Forsaken People: CaseStudies of the InternallyDisplacedCoordinado por Cohen y Deng. BrookingsInstitution. 1998. 420 pp. ISBN 0-8157-1513-7. $22.95.

The Forsaken People comprende diezcasos prácticos de desplazamientointerno: Burundi, Ruanda, Liberia,Sudán, ex-Yugoslavia, Cáucaso,Tayikistán, Sri Lanka, Colombia y Perú.Autores: Thomas Greene, RandolphKent, Jennifer McLean, Larry Minear,Liliana Obregón, Amir Pasic, HiramRuiz, Colin Scott, H.L. Seneviratne,Maria Stavropoulou, Comité de EE.UU.para los Refugiados, y Thomas Weiss.

Contacto: el mismo que Masses inFlight. Estos dos libros pueden seradquiridos conjuntamente: ISBN 0-8157-1513-3. $40.95.

New Diasporas: The MassExodus, Dispersal andRegrouping of MigrantCommunitiespor Nicholas Van Hear. University CollegeLondon Press. 1998. 298 pp. ISBN 1-85728-838-6. 12.95 Libras esterlinas.

Profundos cambios experimentadosrecientemente en el orden político yeconómico internacional han generadograndes movimientos de personas encasi todas las regiones. Con la prolife-ración de la migración, ha proliferado

también la formación de la diáspora ode las comunidades transnacionales,teniendo como resultado un númerocada vez mayor de personas con vín-culos que conectan sus lugares de ori-gen y sus nuevos hogares. Al mismotiempo, muchos expatriados han sidoobligados a volver a casa y otraspoblaciones anteriormente dispersasse han reagrupado, dando como resul-tado la debilitación o la remisión delas diásporas. Sintetizando acerca-mientos tanto a la inmigración econó-mica como a la forzosa hasta ahoramuy aisladas unas de otras, este libroexplora las conexiones entre las crisismigratorias y las comunidades trans-nacionales: su formación, su desapari-ción y su hundimiento social, econó-mico y político. Analiza en detalle diezcrisis migratorias en África, OrienteMedio, Asia, Europa, Centroamérica yel Caribe, examinando los factores queestán acelerando -y forzando- el creci-miento de las comunidades transna-cionales en un orden migratorio mun-dial cada vez más volátil.

Nicholas Van Hear es Investigador enel Refugee Studies Programme.

Contactar con: Taylor & FrancisLtd, Rankine Road, Basingstoke,Hants, RG24 8PR, R.U.Tel: +44 (0)1256 813000Fax: +44 (0)1256 479438Correo electrónico:[email protected] en EE.UU. por Universityof Washington Press

Si Vd. publica o conoce publicacio-nes que puedan resultar de interésa otros lectores de la RMF, porfavor, envíe los detalles (y tambiénuna copia si es posible) a lasDirectoras (dirección en la pág. 2)con detalles sobre el precio y cómolograr una copia.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista38 agosto 1998, 2

Este encuentro tuvo por objetorevisar y delimitar el ámbito deestudios sobre refugiados, revisar

el papel del “régimen de refugiados”(instituciones, política jurídica y prác-tica) y examinar el modo en que losestudios sobre refugiados y el régimende refugiados están relacionados y seinfluyen mutuamente.

Las presentaciones del primer díadebatieron los lazos entre los estudiossobre refugiados y las ciencias socia-les; el modo en que los refugiadosconstruyen su visión del futuro en elocaso de la violencia genocida, y losdistintos fines para los que puedenservir los estudios sobre refugiados. Elsegundo día se centró en cuestionesde protección y asistencia (el papel delrégimen de refugiados, los límites dela protección y la tarea de las ONG).Los debates del último día incluyeroncuestiones relativas a normas y ética,el futuro del régimen de refugiados, elestrechamiento de la división entre lainvestigación y la práctica, y el ámbitode los estudios sobre refugiados.

El catedrático Robin Cohen, de laUniversidad de Warwick, sugirió quelas ciencias sociales estaban entrandoen una fase en la que las perspectivasinter- o multidisciplinares estabansiendo reemplazadas por otra uni-dis-ciplinar. Esto implicaría el paso de ladefensa de los límites de disciplinasseparadas a la utilización de todas lasperspectivas disponibles para exami-nar un solo problema. En el debateacadémico actual, pueden distinguirsedos visiones de los estudios sobrerefugiados. La primera se centra en lacentralidad continuada, si no crecien-te, de la materia. La necesidad deenfrentarse a grandes números derefugiados dio importancia a estecampo y lo seguirá sosteniendo. Paraotros, sin embargo, la importancia yrelevancia mismas de la materia supo-nen la mayor amenaza a la credibili-dad de los estudios sobre refugiados,ya que la carga emocional del temaempuja hacia el activismo y por elloamenaza su vertiente e integridad aca-démicas. El catedrático Cohen hizo lassiguientes sugerencias para resolveresta crisis de identidad:

• “acoger” los estudios sobre refugia-dos en un marco más amplio (como elde la migración forzosa o la demogra-fía política);

• aprovechar la homogeneidad cre-ciente de las ciencias sociales y desa-rrollar una estrategia unidisciplinar; o

• aceptar que el tema tiene una “vida”limitada.

El catedrático James Hathaway, dela Escuela de Derecho Osgoode Hall(Universidad de York), argumentó quela postura existente en los estudiossobre refugiados está actualmentemilitando contra una solución a losproblemas a los que se enfrenta elrégimen de refugiados. Identificó treslíneas centrales en los actuales estu-dios sobre refugiados. En primer lugar,existe una ampliación del enfoquedesde los refugiados al conceptomenos diáfano de “migrantes forzo-sos”, que incluiría, por ejemplo, a losdesplazados internos. Esta perspectivapuede socavar los derechos de losrefugiados a la protección, que se basaen su status único y jurídicamentedefinido1. En segundo lugar, se asumeque tratar las causas mediatas de losconflictos que producen refugiados esuna aproximación mejor que centrarseen medidas paliativas, una premisaque, afirmó, ha socavado la importan-cia de la protección. En último lugar, lapremisa que vincula rutinariamente elestatuto de refugiado con la inmigra-ción permanente cuando los Estadosestán intentando restringir la inmigra-ción, podría, una vez más, socavar elacceso de los refugiados a una protec-ción todavía más básica al permitir suexclusión de los Estados como partede una política migratoria.

El Jefe de Emergencias de Oxfam, NickStockton, trató el modo en que losestudios académicos en los 80 y 90han tenido como resultado la “acumu-lación” de críticas contra el humanita-rismo, cuestionando no sólo la presta-ción de ayuda, sino también si laayuda era en sí misma deseable. Se hadesarrollado un nuevo cisma entre laagenda reformista, que intenta solu-

cionar los errores operacionales de lasONG y las agencias de asistencia, y laagenda abolicionista, que rechaza casitoda la ayuda como contraproducente,en el mejor de los casos, y como unfactor que contribuye a la existenciadel conflicto, en el peor. Una aproxi-mación académicamente responsable alas emergencias complejas debe distin-guir el análisis empírico de la teoríaideológica y de la argumentación polí-tica. Los miembros de la comunidadacadémica deberían cuestionar el con-senso “desarrollista” evolutivo sobre elhumanitarismo y reconocer la persis-tencia de conflictos violentos en la his-toria de la humanidad, la persistenciade la compasión y la solidaridad, y laprobable necesidad de un sistemahumanitario permanente que permitasu expresión.

Para obtener un informe de la confe-rencia, contactar con el RSP (direcciónen pág. 2; correo electrónico:[email protected]). Las ponencias seránpublicadas en la Journal of RefugeeStudies (Vol. 11:4, diciembre de 1998);véase pág. 39 para más detalles.Algunas de las ponencias se introduci-rán en las páginas de internet del RSP,para su debate:http://www.qeh.ox.ac.uk/rsp/

1 La RMF nº 3 (diciembre de 1998) incluirá unartículo que estudiará esta cuestión con mayorprofundidad.

Crecimiento de la migración forzosa: nuevos movimientos enla política de investigación y en la práctica

Refugee Studies Programme, Oxford, 25-27 de marzo de 1998

El catedrático James Hathaway

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ConferenciasConferencias

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 39agosto 1998, 2

Ésta es la 6ª conferencia del PanelInternacional para la Asesoría y laInvestigación, organizado por laAsociación Internacional para elEstudio de la Migración Forzosa(IASFM). El patrocinador local es elPrograma de Salud MentalComunitaria de la Comunidad deGaza.

Se discutirán tres cuestiones prin-cipales:

• cuestiones de actualidad en lamigración forzosa: cambios en elderecho al asilo y el derecho a lapermanencia

• respuestas de las comunidadesde acogida: oportunidades parala repatriación y la integración

• reconciliación social y “re”patria-ción

Las personas que deseen organizartalleres paralelos sobre cuestionesparticulares o que deseen presen-tar ponencias pueden enviar unresumen a:

Karin Geuijlen, Dept. of CulturalAnthropology, P.O. Box 80.140,3508 TC Utrecht, Países Bajos.Correo electrónico:K.Geuijlenfsw.ruu.nl

conferencias futurasconferencias futurasconferencias futurasconferencias futuras

Volumen 11:2 (Junio 1998)

Vietnamese communities in Canada,France and Denmark, por Louis-JacquesDorais“Passing the buck”: EU refugee policiestowards Central and Eastern Europe,por Sandra LavenexThe importance of information in theresettlement of refugees in the UK, por Vaughan RobinsonNationalist discourses and the construc-tion of difference: Bosnian Muslim refu-gees in Sweden, por Marita EastmondRefugee Voices: internal exile, exile,and return: a gendered view, por HeliaLópez Zarzosa

Volumen 11:3 (Septiembre 1998)

Community work and exile politics:Kurdish refugee associations in London,por Oesten WahlbeckFrom relief to development: negotiatingthe continuum on the Thai-Burma bor-der, por Kerry DemuszAsylum applications in the EuropeanUnion, por Anita Boecker y TettyHavingaA woman without a man is a womanat risk: women at risk in Australia’shumanitarian programmes, por LeonoreManderson, Margaret Kellaher, MilicaMarkovic, Kerrie McManusTrapped on the margins: social charac-teristics, economic conditions, andreproductive behaviour of internallydisplaced women in urbanMozambique, por Victor Agadjanian

Volumen 11:4 (Diciembre 1998)

Número especial sobre “The growth offorced migration: new directions inresearch, policy and practice” (ponen-cias del encuentro de marzo de 1998).

Directores: Roger Zetter, Richard BlackDirector de las reseñas bibliográficas:Nicholas Van Hear

Para suscribirse o solicitar más infor-mación sobre la JRS, contactar con:Journals Marketing, Oxford UniversityPress, Great Clarendon Street, OxfordOX2 6DP, R.U. (por favor, mencione lareferencia FMR)Tel: +44 (0)1865 267907Fax: +44 (0)1865 267773

Cuotas de subscripción para 1998:

Individuales: 1 año (4 números) 35£/$62Números sueltos: 10£/$18

Instituciones: 1 año (4 números) 69£/$127Números sueltos: 20£/$37

Números atrasados GRATIS del JRS dis-ponibles para las organizaciones apro-piadas. Por favor, póngase en contactocon:Margaret Okole, Assistant Director,Journal of Refugee Studies, RSP, QEH,21 St Giles, Oxford OX1 3LA, ReinoUnido.Fax: 44 1865 270721Correo electrónico: [email protected]

Actualmente se publican resúmenes dela JRS en la página del RSP en:http://www.qeh.ox.ac.uk/rsp/

IRAP: 13-16 de diciembre de 1998, ciudad de Gaza

Journal of Refugee Studies

Congreso:Análisis de diez años de desarrollo humano.Límites y potencialidades para una estrategia de desarrollo. Bilbao, febrero de 1999

El Instituto de Estudios sobre el Desarrollo y laEconomía Internacional HEGOA (UPV/EHU) anuncia lacelebración del Congreso Análisis de diez años de desa-rrollo humano, que se celebrará en Bilbao los días 18, 19y 20 de febrero de 1999. El Congreso se dirige a las per-sonas que desde una preocupación investigadora o for-madora trabajan en temas de desarrollo y cooperaciónen el Estado español. En principio se dará prioridad a laspersonas que de manera personal o integradas en insti-tuciones u organizaciones tienen una dedicación plenaal estudio del desarrollo.

Estructura temática y organizativa

El tema central será, como señala el título del Congreso,analizar el concepto de desarrollo humano a los diezaños de la aparición del primer Informe sobre DesarrolloHumano. Las ponencias y los grupos de trabajo giraránen torno a tres ejes:

a) Aspectos conceptuales y filosóficos del desarrollohumano.b) Revisión crítica de las construcciones teóricas y de laspolíticas de desarrollo basadas en el desarrollo humanoen la última década.c) El concepto de desarrollo humano como base parauna estrategia de cooperación al desarrollo.

El Congreso tendrá una duración de tres días: el 18 defebrero, jueves, se celebrará la sesión inaugural; los días19 y 20 de febrero tendrán lugar las sesiones, clausurán-dose por la tarde del sábado 20. Para el domingo 21 sepropone un plan fuera del programa del Congreso, decarácter opcional, consistente en la visita al MuseoGuggenheim y otras actividades turísticas.

Ponencias

La organización del Congreso ha cursado una serie deinvitaciones a un limitado número de personas de reco-nocido prestigio internacional para que presentenponencias específicas y/o para que se desempeñencomo coordinadores de los grupos de trabajo.

Han confirmado su asistencia al Congreso y presenta-ción de ponencias:

Valpy Fitzgerald, Universidad de Oxford; LourdesBenería, Universidad de Cornell; Keith Griffin,Universidad de California; John Roemer, Universidad deCalifornia; Frances Stewart, Universidad de Oxford;Ernesto Ottone, Secretaría Ejecutiva CEPAL, Santiago deChile; Fernando Calderón, PNUD, Bolivia.

Comité Científico

El Comité Científico ha quedado constituido provisional-mente por las siguientes personas: Presidente: BobSutcliffe, Profesor de Economía del Desarrollo, UPV/EHU.

Miembros: José Antonio Alonso, Catedrático deEconomía Aplicada, Universidad Complutense deMadrid; Lourdes Benería, Cornell University, Ithaca;Carlos Berzosa, Catedrático de Economía Aplicada,Universidad Complutense de Madrid; Jean Paul Deler,Director de REGARDS-CNRS, Burdeos; Valpy Fitzgerald,Director de Finance and Trade Policy Research Centre,Universidad de Oxford; Rafael Grasa, Profesor deRelaciones Internacionales, Universidad Autónoma deBarcelona; Dolores Juliano, Profesora de Antropología,Universidad de Barcelona; José María Tortosa,Catedrático de Sociología, Universidad de Alicante;Koldo Unceta, Profesor de Economía Internacional,UPV/EHU; José María Vidal Villa, Catedrático deEconomía Mundial, Universidad de Barcelona.

Persona responsable: Carlos Askunze. Hegoa.Avda Lehendakari 83; 48015, BilbaoTeléfono: 944 797 400 (ex.7142). Fax: 944 762 653Correo electrónico: [email protected]

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Investigación

MIGRACIONES FORZOSAS revista40 agosto 1998, 2

Investigación

• El asilo desde una perspectivainternacional jurídica y política:al aunar las perspectivas jurídicas ypolíticas (centrándose en paísestanto del Norte como del Sur), lainvestigación sobre este tema repre-sentará un nuevo punto de partidateórico para el RSP.

• Reintegración durante y despuésdel conflicto: partiendo de la expe-riencia del RSP en esta área, es pro-bable que investigaciones futurasincluyan los efectos de la guerra enlos niños y los adolescentes.

• Diásporas y comunidades trans-nacionales: una vez más, gran partede la investigación en el RSP se hacentrado en esta área, que es clavepara los estudios sobre desarrollodebido a la preocupación crecientede este ámbito por los procesos deglobalización y “anti-globalización”.

• Desplazamiento por causa deldesarrollo y reasentamiento: sedice que este proceso afecta a unosdiez millones de personas cada año.El RSP ha sido la sede de dos encuen-tros internacionales sobre la materia(1995 y 1996).

Los siguientes proyectos están actual-mente en curso o han recibido finan-ciación recientemente:

1. La vulnerabilidad y resistenciade los menores no acompañadosretornados en VietnamEste estudio examina el modo en quelos menores no acompañados de loscentros de detención en Hong Kong yel Sudeste asiático se han adaptadopara vivir en su Vietnam natal. El estu-dio tiene por objeto determinar de quéforma los niños repatriados se hanadaptado a su país y a su familia trashaber experimentado acontecimientosangustiosos para su vida en los centrosde detención, así como establecer pre-dicciones sobre los resultados de dis-tintos tipos de repatriación.

Investigadora principal: MaryanneLoughry([email protected]) encooperación con el Departamento deEstudios sobre Mujeres, Ciudad de HoChi Minh.

2. Las políticas sobre cuidadossanitarios a refugiados y bienestarsocial en el África subsahariana[Kenia/Uganda]Éste es un proyecto de colaboraciónpara tres años, coordinado por elInstituto de Medicina Tropical,Universidad de Antwerp, y que incluyeel RSP, el Centro para Estudios sobreRefugiados de la Universidad de Moi(Kenia), y la Universidad de Makerere(Uganda). La investigadora principal delRSP es Barbara Harrell-Bond([email protected]).Incluye también dos estudios diferen-ciados:

i. Los derechos de los refugiados enKenia: un estudio socio-jurídico: estu-dia la aplicación interna de la legis-lación internacional sobre refugia-dos, identificando las normas inter-nas que necesitan ser modificadas, yanalizando el papel de todos losagentes implicados en el procesorelativo a asegurar los derechos delos refugiados. Investigador:Guglielmo Verdirame ([email protected]).

ii. El respeto a los derechos de los refu-giados en el Derecho y en la prácticaugandesas: examina hasta qué puntolos derechos fundamentales civiles,políticos y socioeconómicos de losrefugiados son respetados en lapráctica en Uganda, así como quéreformas son necesarias en el ámbi-to jurídico e institucional para ase-gurar dichos derechos.Investigadora: Hannah Gary([email protected]).

3. Los que se quedan: la emigra-ción, el desarrollo y los que queda-ron detrás

Este estudio investiga las estrategiasmigratorias de los grupos familiares,de qué grado de libertad en la eleccióndisfrutan las familias y los individuosen la decisión de mudarse o de perma-necer, los efectos de la migración enlas relaciones internas de las comuni-dades y los grupos familiares, y en lasde éstos con otras comunidades y gru-pos familiares, así como el impacto delas transferencias financieras y de otrotipo entre los inmigrantes y los quepermanecieron. Investigación sobre elterreno en Ghana y Sri Lanka; estudiosbibliográficos de otros países en África,Oriente Medio y Asia. Dirigida porNicholas Van Hear([email protected]).

4. Derechos y responsabilidad en eldesarrolloEste estudio sobre los derechos socia-les en las operaciones de desarrollo enlos sectores de financiación pública yprivada tiene como objetivo elaborarun documento de opciones en el marcode un mecanismo de quejas relativas alos proyectos de ayuda y a los progra-mas financiados por la UE; examinar laaplicación del mecanismo de inspec-ción existente del Banco Mundial a lasoperaciones de inversión privadas delBanco a través de la CorporaciónFinanciera Internacional y su apoyo alos riesgos de tales inversiones pormedio de la Agencia para las Garantíasde las Inversiones Multilaterales; asícomo la evaluación de la posibilidadreal de establecer un código voluntariode aplicación en todas las actividadesdel Banco para la inversión del sectorprivado desde una perspectiva de pro-tección de los derechos sociales.Investigadora: Patricia Feeney ([email protected]).

5. Un estudio comparado de laspolíticas de recepción e integra-ción para los refugiados en Franciay en el Reino UnidoEste estudio compara el impacto de laperspectiva “asimilacionista” francesacon la “multicultural” británica, cen-trándose en los refugiados de Vietnamy Camboya. Otro estudio titulado“Diásporas de refugiados: refugiadosde Vietnam y de Sri Lanka en el R.U. yFrancia” empezará en enero de 1999.Investigador: Didier Bertrand([email protected]).

Investigación en el Refugee Studies Programme

En los próximos años, la mayor parte de la investigación en el RSP secentrará en cuatro prioridades temáticas diferenciadas, pero interre-lacionadas:

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 41agosto 1998, 2

6. El desarrollo de una metodologíapara la investigación de niños refugia-dosEste proyecto investiga las preocupacio-nes de los niños y los adolescentes en loscampos de refugiados de Gaza yCisjordania, y el modo en que se lespuede ayudar a gestionar mejor sus pro-blemas. El principal objetivo del proyectoes desarrollar un procedimiento y una ins-trumentalización de las preocupacionesde los niños refugiados en varios encla-ves. Investigadora: Maryanne Loughry([email protected]) en cola-boración con Colin MacMullin, de laUniversidad de Flinders (sur de Australia).

7. Mozambiqueños en Sudáfrica: derefugiados a “ilegales”La Fundación Andrew Mellon ha concedidorecientemente una subvención para unproyecto de investigación en colaboración,en el que están implicados elDepartamento de Salud Comunitaria de laUniversidad de Witwatersrand, la Escuelade Londres de Higiene y MedicinaTropical, y el RSP. El proyecto utilizará losdatos demográficos y sanitarios existentespara realizar una exploración exhaustivade las pautas sociales, migratorias y sani-tarias de una numerosa población de refu-giados autoasentados, y llevar a cabo unacomparación directa con la población deacogida desde el punto de vista del accesoa la educación y el bienestar. Investigadorprincipal: Steve Tollman para laUniversidad de Witwaterstrand y DavidTurton para el RSP.

Las propuestas que actualmente están siendoexaminadas por los donantes incluyen lassiguientes:

Ý Cuatro estudios (sin investigación sobre el terre-no) sobre aspectos del desplazamiento por causadel desarrollo y reasentamiento (DCDR). Lainvestigación estudiaría: el desplazamiento porcausa de la construcción de presas, el desplaza-miento por causa de la minería y de la extracciónde petróleo y los espacios urbanos, así como eldesplazamiento por causa de la creación de par-ques y de proyectos de conservación de la vidanatural. Los estudios se centrarían en: el papelde los donantes en el diseño y el resultado delDCDR; el marco jurídico y los derechos de losdesplazados; el conflicto, la resistencia y la for-mación de la identidad en el reasentamiento, asícomo la relevancia de las variables sociales, talescomo la edad y el género.

• Un proyecto de investigación que tiene comoobjetivo proporcionar a quienes elaboran laspolíticas una investigación analítica que ayude aatenuar las tensiones en Kosovo y enfrentarse aun potencial flujo de refugiados.

• Un estudio sociológico del humanitarismo médi-co y de la observación de derechos humanos,centrándose en dos ONG internacionales que handesempeñado un papel fundamental a la hora deinfluir sobre la vinculación del humanitarismointernacional y los derechos humanos.

• Una evaluación del aporte de cuidados sanitariosprimarios a los pastores en Siria y Jordania.

• El desarrollo de una función adecuada para elACNUR en las crisis humanitarias: prevención yrepatriación.

• Un estudio del desplazamiento por causa de laconservación de la vida natural en OrienteMedio.

La Revista sobre Migraciones Forzosas está financiada princi-palmente con fondos procedentes de instituciones y agencias

implicadas en el desarrollo y el trabajo humanitario. Nos gusta-ría agradecer a las siguientes organizaciones su compromiso con

la Revista sobre Migraciones Forzosas en 1998(edición inglesa y árabe):

AUSTCARE/Consejo Australiano para la Ayuda al ExtranjeroConsejo Danés para los Refugiados

ECHOComisión Europea

Fundación Europea para los Derechos HumanosFederación Internacional de la Planificación Familiar

Federación Luterana MundialConsejo Noruego para los Refugiados

Fondo Salvad a los Niños (R.U.)Fundación Ford, Oficina de El Cairo

World Vision (R.U.)

Nos gustaría agradecer a ECHO su apoyo para la publicación de este número de la RMF (edición inglesa)

ECHO es la Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea cuya fun-ción consiste en la gestión de la ayuda humanitaria de la UE. Parte desu misión consiste en aumentar la concienciación de la opinión públi-ca. ECHO financia la ayuda a las víctimas de las crisis que se producenfuera de la Unión Europea a través de las más de 180 organizacionescon las que tiene un Contrato Marco. ECHO es el mayor donante únicode ayuda humanitaria del mundo. ECHO financia bienes de primeranecesidad, así como infraestructuras y programas de prevención, aler-ta, y migraciones. Los proyectos de ECHO son evaluados por asesoresindependientes. ECHO apoya la formación de profesionales de laayuda humanitaria a través de la red NOHA.

Agradecim

ientosAgradecim

ientosAgradecim

ientosLos números 1, 2 y 3 de la Revista sobre

Migraciones Forzosas, en su edición en caste-llano, está cofinanciada por la DG IA

(Derechos Humanos) de la Comisión Europea.Agradecemos su patrocinio, que hace posiblela edición y distribución durante 1998 a los

paises de lengua castellana.

Agradecemos también a la DG IA y a la SECIPI(Secretaría de Estado para la Cooperación

Internacional y para Iberoamérica) por habercofinanciado desde 1995 a 1997 la edición,publicación y distribución de la revista RPN,en su edición en castellano entre los nos 18 a

24. Con la Revista sobre Migraciones Forzosas,con este nº 2 se continúa con el trabajo ini-

ciado hace ya cuatro años con la RPN, en con-sorcio con el RSP de Oxford, y ahora tambien

con el Global IDP Survey de Noruega.Deseamos poder continuar con el apoyo delas instituciones, donantes y suscriptores

para difundir la revista.

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COMISION EUROPEADG IA

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MIGRACIONES FORZOSAS revista42 agosto 1998, 2

newsLa principal publicación de la Global IDP Survey, InternallyDisplaced People: A Global Survey, fue publicada en junio(véase pág. 36 para más información). El libro es en esenciauna herramienta de referencia para los analistas y losmiembros de la comunidad académica, pero será tambiénutilizada para abogar por una aproximación más coordinadae integral a los problemas del desplazamiento interno. Otrasnoticias de la Global IDP Survey incluyen las siguientes:

En abril de 1998, Francis Deng, el Representante Especial delSecretario General de NU para los DI, renovó su mandato por tresaños más. Además de continuar con su trabajo activista y con susvisitas a países determinados, está también encargado de la difu-sión y puesta en práctica de los recientemente publicadosPrincipios Rectores sobre los Desplazamientos Internos (véase artícu-lo de Cohen en la pág. 31). La Global IDP Survey está apoyando elmandato del Sr. Deng del modo siguiente:

Base de datos •Pronto se pondrá fin a un estudio de seis meses sobre la factibili-dad de desarrollar una base de datos electrónica para las NU y lacomunidad humanitaria en general. Se espera que, una vez que seacuerde el formato final, la Global IDP Survey/Consejo Noruegopara Refugiados acogerá la base de datos en un futuro próximo.

• Bajo la coordinación de UNICEF, una revisión de las pautas “Parauna Buena Práctica” en el trabajo con los DI está en curso. Estoincluirá un resumen bibliográfico, estudios prácticos y la publica-ción en septiembre/octubre de un manual para los trabajadoressobre el terreno.

Conferencias • Se están organizando una serie de conferencias en Ginebra(junio y octubre), Reino Unido (julio), Sur de África y Canadá (octu-bre), Cuerno de África (noviembre, organizada por el Proyecto dela Institución Brookings sobre el Desplazamiento Interno) yColombia (a principios de 1999, organizado por el Comité deEE.UU. para los Refugiados). Es posible que además se celebrenotros talleres en Tailandia y en otros lugares, a medida que surjael interés. Las conferencias serán una oportunidad para difundirlas distintas publicaciones de 1998, para desarrollar una red parala base de datos y, lo que es más importante, para centrar la aten-ción de los trabajadores sobre el terreno, los gobiernos y las orga-nizaciones de derechos humanos en la utilización práctica de losmateriales para una mejor práctica, incluidos los PrincipiosRectores.

A través de la Revista sobre Migraciones Forzosas y las ini-ciativas anteriores, la Global IDP Survey continuará constru-yendo una red internacional para el activismo y un centrode información sobre los DI.

La DirecciónLa Global IDP Survey, como proyecto del

Consejo Noruego para los Refugiados, estáadministrada a través de su oficina de

Ginebra. Tiene una Junta Académica Asesorade 15 expertos en el campo de la migración

forzosa.

PersonalDirector: Jon Bennett

Coordinador de la Base de Datos: Christophe Beau

Representante del CNR: Brita SydhoffAdministrador/Oficial de Proyectos:

Gry Sando

Patrocinadores de la la Global IDP SurveyDepartamento para el Desarrollo Internacional

(DPDI), Reino Unido; ECHO; IndividuellMänniskahjälp, Suecia; International

Development Research Centre, Canadá;Ministerios de Asuntos Exteriores de Noruega,Dinamarca, Países Bajos, Suiza; Church Aid;

Rädda Barnen, Suecia; Redd Barna, Noruega;PNUD; ACNUR; UNICEF; PMA; World Vision

International.

Página WebLa página de la la Global IDP Survey incluye

una bibliografía completa sobre los DI y puedeaccederse a ella en:

http://www.nrc.no/idp.htm

Para más informaciónSi desea recibir más información sobre el pro-yecto, o desearía recibir las publicaciones dela Global IDP Survey, por favor póngase en

contacto con:

Global IDP SurveyChemin Moïse-Duboule 59CH-1209 Ginebra (Suiza)

Tel: +41 22 788 8085Fax: +41 22 788 8086

Correo electrónico: [email protected]

Revisión de las pautas para una buena práctica

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Boletín de suscripción para 1998DatosNombre ..................................................................................................................................................................................................

Nombre del cargo ............................................................Departamento ...............................................................................................

Organización..........................................................................................................................................................................................

Dirección................................................................................................................................................................................................

Ciudad .........................................................Código postal ...........................................País..................................................................

Tel ................................................................Fax ............................................................Correo electrónico ..........................................

La Revista sobre Migraciones Forzosas es la continuación de la revista RPN (Refugee Participation Network),red de comunicación sobre refugiados. Se publica 3 veces al año, desde 1998, en inglés, castellano y árabe.Se distribuye a más de 4.000 personas y organizaciones en 130 países.

Detalles de la suscripciónPor favor, complete las secciones 1, ó 2, segúnproceda.

1. Solicito una suscripción GRATUITA dentrode la siguiente categoría:

❏ vivo/trabajo en un país “en vías de desa-rrollo”

❏ estudiante/no asalariado

❏ refugiado/desplazado interno

❏ Trabajo/colaboro con una ONG

❏ Trabajo en un centro universitario/educa-tivo

❏ otros motivos (por favor, añada una carta con las

razones de su solicitud)

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HEGOA, Facultad de Ciencias Económicas,Lehendakari Agirre 83, 48015 Bilbao, España.

Más información en: Tel: +34 944473512Fax: +34 944762653

Correo electrónico: [email protected]

❏ Agencia interguberna-mental AI

❏ Gobierno GO❏ Fundación FU❏ Biblioteca/centro de

documentación BI❏ Institución educativa IE

❏ Investigador/Profesoruniversitario IN

❏ Estudiante ES ❏ Periodista/medios de

comunicación PE❏ Refugiado RE ❏ ONG ON

❏ Educación ED❏ Desplazados internos DI❏ Generación de renta GR❏ Agricultura AG❏ Protección/Asilo PR❏ Desarrollo comunitario

DC❏ Desplazamiento medio-

ambiental DM

❏ Salud Mental SM❏ Mujeres y niños MN❏ Ayuda de emergencia AE❏ Administración de un

campo AC❏ Reasentamiento RE❏ Salud y nutrición SN❏ Desplazamiento por

causa del desarrollo DD

❏ África AF❏ Asia AS❏ Europa EU❏ Mundo entero ME

❏ Oriente Medio OM❏ Norteamérica NA❏ Pacífico PA❏ Latinoamérica/Caribe LA

Redes de contacto

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 43agosto 1998, 2

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La estancia prolongada en campos de refugiados: algunas reflexionesLa estancia prolongada en campos de refugiados: algunas reflexionesUn refugiado describió mi campo como “un ambiente lleno de aburrimiento, lleno de sufridores paranoicos”.

La dependencia real o provocada y una pauta de comportamiento inevitable se dan la mano con las estancias prolonga-das en campos de refugiados. No es sólo algo obvio en la actitud de los refugiados que se mueven alrededor del com-plejo administrativo del campo, suplicando que les den objetos distintos de los alimentarios -la divisa más fuerte enmuchos campos- y trabajos, sino que también afecta a los refugiados con capacidad emprendedora: los que tienen agala que se las arreglarían bien si el programa de asistencia terminara, pero que apenas pueden ocultar su preocupa-ción con respecto a sus mini-empresas cuando un cierto tipo de alimento ha sido excluido de la distribución semanal omensual, o cuando se da una reducción general en las raciones de los refugiados. El campo de refugiados es terreno fér-til para la credulidad y las expectativas falsas, queimpide a los refugiados jóvenes la participacióngenuina en los programas de desarrollo humano,como los proyectos de desarrollo de habilida-des y los de generación de renta.

Tras varios años de vida en un campode refugiados, el refugiado deberíahacerse a sí mismo algunas pregun-tas importantes: ¿he adquirido nue-vas habilidades?; ¿me he olvidadode mí mismo en las penosas condi-ciones del campo?; ¿he contribuidoal desarrollo de mi comunidadrefugiada?

Muchos cabezas de familiasrefugiadas de nuestro campohan justificado su decisión deeducar a sus hijos en uncampo de refugiados conservicios educativos, peroen los que el caos culturales un catalizador de laindisciplina de los niños. Unpadre refugiado me dijo:“Es como escoger el menorde entre dos males: cerrarlos ojos ante el caos culturaldel campo, dejando que tushijos crezcan en una culturade la dependencia peroaprendiendo en la escueladel campo; o dejar el campoy llevar una vida en un paísincierto en donde los niños, sino son conducidos a una cultu-ra de la anarquía, seguirán afectadospor la guerra la mayor parte de sus vidas”. Éstasson las decisiones que los responsables de refugia-dos tienen que tomar con respecto a su vida en uncampo de refugiados.

Pocos refugiados lamentarían su decisión de optar por la vida en los campos si los propios refugiados y los que trabajancon ellos cooperaran en la búsqueda de un fin fundamental: “equipar” a los refugiados con experiencia, conocimiento ycapacitación.

por Liban Abdikarim Ahmad, maestra en la escuela primaria para refugiados somalíes, campo de Algahim, Abyan, Yemen.

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