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Maracay, Sábado 21 de Mayo de 2011 Crónicas del Olvido Tercera persona ALBERTO HERNÁNDEZ Siempre una página por escribir siempre un espacio sometido a la espera al capricho de la permanencia se ordenan en la despensa los víveres cuelgan del closet acicaladas galas para el baile hacemos dieta en aras de una hipotética esbeltez y construimos ladrillo a ladrillo de deseos la casa de nuestros sueños el libro galardonado viajes y frases se elaboran en la hábil condición de nuestra mente 1.- ¿Cuántas veces no ha pa- sado que un poema condicio- na el resto de la lectura de un libro? ¿Cuántas veces un tex- to se agita en medio del sue- ño y nos obliga a levantarnos para tomar de nuevo el libro y hacerlo sitio de desvelo, ansia de madrugada y hasta vértigo de sombras como prueba de que otro sueño está en camino? Con estos versos de Tibi- say Vargas Rojas navega- mos en el sopor del silencio, allá, muy adentro, donde dormimos con nuestros fan- tasmas: "Mira, este pequeño pájaro me observa/ sereno, puedo sentir/ que su cuer- po no tiembla, sólo palpita/ en un lenguaje que intuyo,/ mira, se acerca a la distan- cia de mi brazo/ detallo mi silueta en sus pupilas/ ca- rentes de temor y descon- fianza/ tan clara su presen- cia, su silencio…". Y nadie me saca de la primera vez de esta inflexión que Tercera persona (Conac, Asociación Civil Editorial Guárico, san Juan de los Morros, sin fe- cha de edición), de la poeta nacida en san Sebastián de los Reyes y paisaje humano en la capital del estado lla- nero, quien desde hace tiem- po ha sabido ser poeta, en- vuelta por las palabras y los sonidos que sus sueños y amaneceres le conceden. Con este libro, con este pá- jaro de hojas blancas, nues- tra autora revisa la casa, la carne de la casa, los lugares donde estuvo y donde creyó estar. Los lugares de su res- piración, los sitios donde sentarse y dejar sentado con palabras el motivo de vivir y completar las líneas del poe- ma, las líneas de la mano que traza las imágenes: 2.- El poema sigue invicto en el cuerpo de otro que le si- gue en la página. Se desnuda frente a nuestra somnolen- cia. Nos atrapa hasta dejar- nos en la pura piel de sus so- nidos. La poesía de Tibisay Vargas Rojas suele provocar que estos se hagan una re- convención: nos llevan de la mano hacia el precipicio don- de se advierte el final del ver- so. Vemos desde su altura la honda vereda de su afán. Di- gamos, la poeta se habla des- de el texto y nos hace adver- tir su voz en la nuestra cuan- do, fantasmas al fin, pronun- rra en primera del singular, ra- zón por la cual es necesario afirmar que todas las personas gramaticales se congregan al- rededor de un texto para mul- tiplicarse, admitir que "Sólo es cierto que su paso me ha insta- lado/ en el incómodo espacio de esta sala de espera/ dema- siado amplia para mi gusto". Alguien ha tocado a la puer- ta de este libro que es una casa de muchas voces, de terceras personas que han logrado ha- bitarse. Fantasmas al fin, ron- dan los sonidos, los acosan, se los apropian, los dejan en las páginas para que suenen en cada lugar del mundo. ciamos cada palabra: "Estas líneas/ para quienes ignoran que tácitamente/ mañana/ es sólo el espacio virtual/ para las confesiones/ hoy/ el sitio del cuerpo que nos due- le/ entre pecho y garganta/ sin hacerse palabra/ ayer/ el escenario de nuestra creduli- dad/ la evidencia de no con- tar/ entre el juego oral con comodines/ para el relato de la historia/ que postergamos". Esa primera persona del plural se hace tercera en la medida en que se convoca a quien es reflejo del texto, de su fuerza, de sus ganas de entre- garse. No obstante, el libro cie-

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Maracay, Sábado 21de Mayo de 2011

Crónicas del Olvido

Tercera personaALBERTO HERNÁNDEZ

Siempre una página por escribirsiempre un espaciosometido a la esperaal capricho de la permanenciase ordenan en la despensa los víverescuelgan del closetacicaladas galas para el bailehacemos dietaen aras de una hipotética esbeltezy construimosladrillo a ladrillo de deseosla casa de nuestros sueñosel libro galardonadoviajes y frases se elaboranen la hábil condición de nuestra mente

1.-¿Cuántas veces no ha pa-

sado que un poema condicio-na el resto de la lectura de unlibro? ¿Cuántas veces un tex-to se agita en medio del sue-ño y nos obliga a levantarnospara tomar de nuevo el libroy hacerlo sitio de desvelo,ansia de madrugada y hastavértigo de sombras comoprueba de que otro sueñoestá en camino?

Con estos versos de Tibi-say Vargas Rojas navega-mos en el sopor del silencio,allá, muy adentro, dondedormimos con nuestros fan-tasmas: "Mira, este pequeñopájaro me observa/ sereno,puedo sentir/ que su cuer-po no tiembla, sólo palpita/en un lenguaje que intuyo,/mira, se acerca a la distan-cia de mi brazo/ detallo misilueta en sus pupilas/ ca-rentes de temor y descon-fianza/ tan clara su presen-cia, su silencio…". Y nadieme saca de la primera vez deesta inflexión que Tercerapersona (Conac, AsociaciónCivil Editorial Guárico, sanJuan de los Morros, sin fe-cha de edición), de la poetanacida en san Sebastián delos Reyes y paisaje humanoen la capital del estado lla-nero, quien desde hace tiem-po ha sabido ser poeta, en-vuelta por las palabras y lossonidos que sus sueños yamaneceres le conceden.

Con este libro, con este pá-jaro de hojas blancas, nues-tra autora revisa la casa, lacarne de la casa, los lugaresdonde estuvo y donde creyóestar. Los lugares de su res-piración, los sitios dondesentarse y dejar sentado conpalabras el motivo de vivir ycompletar las líneas del poe-ma, las líneas de la mano quetraza las imágenes:

2.-El poema sigue invicto en

el cuerpo de otro que le si-gue en la página. Se desnudafrente a nuestra somnolen-cia. Nos atrapa hasta dejar-nos en la pura piel de sus so-nidos. La poesía de TibisayVargas Rojas suele provocarque estos se hagan una re-convención: nos llevan de lamano hacia el precipicio don-de se advierte el final del ver-so. Vemos desde su altura lahonda vereda de su afán. Di-gamos, la poeta se habla des-de el texto y nos hace adver-tir su voz en la nuestra cuan-do, fantasmas al fin, pronun-

rra en primera del singular, ra-zón por la cual es necesarioafirmar que todas las personasgramaticales se congregan al-rededor de un texto para mul-tiplicarse, admitir que "Sólo escierto que su paso me ha insta-lado/ en el incómodo espaciode esta sala de espera/ dema-siado amplia para mi gusto".

Alguien ha tocado a la puer-ta de este libro que es una casade muchas voces, de terceraspersonas que han logrado ha-bitarse. Fantasmas al fin, ron-dan los sonidos, los acosan, selos apropian, los dejan en laspáginas para que suenen encada lugar del mundo.

ciamos cada palabra: "Estaslíneas/ para quienes ignoranque tácitamente/ mañana/es sólo el espacio virtual/para las confesiones/ hoy/ elsitio del cuerpo que nos due-le/ entre pecho y garganta/sin hacerse palabra/ ayer/ elescenario de nuestra creduli-dad/ la evidencia de no con-tar/ entre el juego oral concomodines/ para el relato dela historia/ que postergamos".

Esa primera persona delplural se hace tercera en lamedida en que se convoca aquien es reflejo del texto, de sufuerza, de sus ganas de entre-garse. No obstante, el libro cie-

Contenido Maracay, Sábado 21 de Mayo de 201110

El Cisne Negro "...en todo caso, había un solo túnel,

oscuro y solitario: el mío""(Ernesto Sábato: El Túnel)

"oh, Dios, podría estar encerradoen una cáscara de nuez y tenerme

por rey del espacio infinito, de no ser porquetengo malos sueños"

(William Shakespeare: Hamlet)

MAIKEL RAMÍREZ

Acerca de los estudiospsicoanalíticos aplica-dos al texto literario,

David Willbern hace una ob-servación a despecho de mo-jigatos y detractores viscera-les: "pero cualquier lecturapuede ser similarmente falli-da o reductiva". Este hecho estan cierto como la afirmaciónde Jürguen Habermas sobre laque: "toda teoría viene deter-minada por evidencia empíri-ca". Dicho esto, intentaré ana-lizar el filme El Cisne Negro,del cineasta Darren Aronofs-ky (El Luchador, Requiempara un sueño), desde un en-foque psicoanalista y algunasde sus corrientes.

El Cisne Negro cuenta la his-toria de Nina Sayers, cándiday hermosa bailarina de 28años que aspira ejecutar lospapeles del cisne blanco y elcisne negro en el montaje delLago de los cisnes que su gru-po de baile prepara, asuntoque no será fácil, ya que ten-drá que luchar contra la so-breprotección de una madrefrustrada (Barbara Hershey),la competencia de la sensual einhibida Lili (Mila Kunis), lasexigencias de un director ar-tístico perfeccionista (Vin-cent Cassel), la envidia de suscompañeras y, por último, ellamisma, como será explicadomás adelante.

Si una evidencia empíricaafirma una teoría, no se meocurre otra escuela de teoríaliteraria que no sea la psicoa-nalítica, puesto que, contrarioa lo que generalmente se pien-sa, tiene implicaciones quevan desde el político hasta ellingüístico, pero que, esencial-mente, puede dar cuenta delacentuado carácter sexual dela pieza fílmica de Aronofsky.

Con una tensión gradual equi-parable al cine de Hitchcock y

con unos encuadres que en cier-ta medida evocan a las pinturasde bailarinas del artista impre-sionista Edgar Degas, El CisneNegro parte del precepto teóri-co de que la psiquis no está unifi-cada, por tanto, el sujeto estáfragmentado. El individuo esmovido por fuerzas del incons-ciente, fuerzas que el sujeto nologra explicar con plena concien-cia. Como se observa, Nina pre-senta este rasgo de manera pal-pable en los segmentos en quese encuentra parada frente al es-pejo y su imagen se mueve sinque ella haya hecho movimien-to alguno, lo que recuerda a la'etapa o fase del espejo' que el psi-coanálisis describe como un pasoinicial para que el niño note quees un cuerpo, una unidad, unaimagen que pertenece a un 'yo'.

Para el psicoanálisis, el sue-ño es una de las vías por me-dio de las cuales el inconscien-te manifiesta los miedos y de-seos reprimidos del individuo.Pero el inconsciente no se ex-presa de manera directa, sinoque lo hace a través de la me-táfora (relación de similitudentre objetos superficialmen-te disimiles) y de la metonimia(relación en que una parte re-presenta el todo: una banderaes una nación, por ejemplo),de modo que el contenido delsueño debe ser decodificado.Es el caso que el segmento ini-cial de la cinta es una pesadi-lla, aunque a la mañana si-guiente Nina no parece reco-nocerlo así, lo que hace pen-sar que los mecanismos decensura de la psiquis han ope-rado para atenuar la carga vio-lenta del baile que soñó. Estoquiere decir que el materialdel inconsciente puede llegara ser tan incestuoso, escato-lógico o blasfemo, que la mis-ma psiquis lo censura para queel sujeto no recuerde sobrequé trataba el sueño y no seperturbe como resultado deello. En cualquier caso, Nina

fantasea con la posibilidad deinterpretar el cisne blanco lasiguiente temporada de pre-sentaciones.

Pues bien, es oportuno con-siderar otras dos tendenciasdentro de la teoría psicoanalíti-ca. Por una parte, la de JacquesLacan y su postulado del 'falo'como significante máximo, sim-bólico; y, por otra, la de Sla-voj ŽiŽek, que sostiene que elobjeto de deseo debe ser os-curo e inalcanzable; así, el cis-ne negro es este objeto sim-bólico, distante y oscuro dela joven bailarina. De modoque Aronofsky propone a éstecomo un símbolo ambivalen-te de la libertad sexual y de laplena libertad artística queimpulsa las acciones de Nina.

En la joven protagonista losimpulsos sexuales y los crea-dores luchan contra las repre-siones a la que por años la hasometido su madre. Inteligen-temente, Aronofsky sólo dejaque a través de las imágenes ydiálogos el espectador cons-truya la vida resquebrajada dela joven bailarina: su madreuna vez quiso ser bailarina,pero un hombre relacionadocon el baile la embarazó, porlo que tuvo que abandonar sucarrera. Desde entonces con-trola todos los aspectos de lavida de la muchacha y proyec-ta sobre ella sus frustraciones.La señora Sayers luce ciclotí-

mica (se encoleriza y de inme-diato sonríe de alegría), obse-siva (mientras llora, dibujaconstantemente la mismapose de su hija) y hostil (le in-sinúa a su hija que está vieja).

En otro orden de ideas,Thomas Leroy (Vincent Cas-sel, actor que asociamos conIrreversible, de Gaspar Noé,filme tanto sexual como per-turbador) le exige a Nina quetransgreda el logos: la cordu-ra, la disciplina, el orden y lalógica; pero, principalmente,despertará en ella la idea deque hay goce en el sexo. Estolo realiza con preguntas comolas que Michel Focault equi-paró con las formuladas poralgunos religiosos, cuandoqueriendo conocer si se hacometido un pecado al mas-turbarse se despierta al mis-mo tiempo el conocimientode que existe goce en dichoacto. Thomas sentencia conénfasis: "vive un poco".

Adoptar el punto de vistade la protagonista resulta im-portante para entender susfantasías lésbicas y su para-noia con Lili, puesto que asívemos que estos hechos sóloocurren en la mente de Nina.Por ejemplo, en el segmentoen que llega ebria a la casa, lamamá nunca ve a Lili y éstaposteriormente niega haber-se acostado con Nina. Sólohacia el final del filme notare-

mos que Lili no es un perso-naje de quien desconfiar. Deigual modo, este punto de vis-ta es necesario para ver la me-tamorfosis que Nina cree ex-perimentar, quizá como me-táfora de las fuerzas del in-consciente que subyacen bajosu cuerpo y luchan por emer-ger. Cabe subrayar que estepunto de vista de a poco secontrastara con uno omnis-ciente para que nos demoscuenta de que ella misma seinfringe dolor.

Y es que la bailarina recibeestímulos que acrecientan subúsqueda inconsciente por gra-tificación sexual: cuando Lili espresentada ante el grupo debailarinas, Thomas le dice quecaliente, ella entonces voltea yreplica, de manera insinuante,que ya está caliente. Al ir deregreso a casa en el metro, Ninase sienta frente a un ancianoque le lanza besos mientras setoca la entrepierna.

Finalmente, con la destruc-ción simbólica del alter ego queha creado con su creciente neu-rosis, el cual corporiza las fuer-zas de su inconsciente, Nina lo-gra la libertad plena para alcan-zar su objeto de deseo: el cisnenegro. En medio de su agonía,susurra una frase ambigua: "losentí". Thomas entonces pre-gunta a qué se refiere, pero aho-ra ella dice "la perfección". Otrohecho curioso es que su rostroes el de alguien que siente pla-cer y no que está muriendo.ŽiŽek asevera que si nunca al-canzamos el objeto de deseo,sostenemos el esfuerzo por subúsqueda, es como si prolon-gáramos un sueño. El problemacon Nina es que se ha converti-do en neurótica. En todo caso,hagamos un inciso, esta teoríapudiera arrojar luces sobrecomo don Quijote empieza amorir desde el instante en queentra en la realidad y se privade su objeto de deseo que aun-que oscuro (idealista) lo anima-ba: alcanzar la justicia para to-dos a través de sus aventurasde caballero andante.

Acusar al psicoanálisis de re-ductivo sólo debe implicar,como se ha constatado, 'limitar'el campo de estudio. El espectrode esta teoría es bastante ampliocomo para extraer múltiples in-terpretaciones de un mismo tex-to literario. El peligro de no en-tender esto entraña abandonarlo inherente del texto literariopor lo inherente de la teoría, esdecir, forzar la propia naturale-za del texto, algo que Habermasentrevió con tanta claridadcomo para advertirlo.

Maracay, Sábado 21 de Mayo de 2011 Contenido 31

MujeresA la madre, fragua de los senderos del hombreSALVADOR RODRÍGUEZ

A lo largo de la histo-ria de los pueblos handestacado las mujeres y siempre ocupan-

do puestos de vanguardia ,inclusive, muchas veces , des-plazando a los del sexo feo.

San Casimiro tuvo sus mu-jeres que, en su momento his-tórico, cumplieron cabalmen-te con la responsabilidad en-comendada. De estas mujeres,podríamos destacar a: MaríaPetronia Torres (esposa dedon José Reyna que donó lastierras para que se erigieraSan Casimiro de Guiripa) lacual recibió al Obispo Martí,el 19 de mayo de 1783 en sucasa. Debió ser una anfitrionade suma excelencia.

Mujer de importancia capi-tal, en los inicios de esta comar-ca, fue sin lugar a dudas, MaríaToribia de Sánchez, esposa deJosé Miguel Sánchez. José Mi-guel fue uno de los representan-tes del pueblo en el litigio, porlas tierras del pueblo, contra elPadre Almeyda. María Toribiaera la que preparaba el café,que servía a los asistentes de lasreuniones, que se hacían en sucasa, para preparar la estrate-gia, que seguirían en Caracas,para enfrentar al Padre Tomásde Almeyda.

Así, resteada, como MaríaToribia de Sànchez, lo fueConcepción Sánchez deAponte, quizás familia del es-poso de María Toribia. Con-cepción fue la madre del Ca-pitán Miguel Aponte Sánchez,único sancasimireño, prócerde la independencia. Tal vez,cuando Miguel iba a guerrear,Concepción quedaba en casacon el corazón hecho un ovi-llo y el pensamiento un jaral,cuando este agarraba la sillade montar.

También hubo mujeresapacibles, como FlorenciaFlores, la cual era la encarga-da del hierro para hacer lasostias; posiblemente llevó unavida reflexiva, y para la igle-sia, una persona importante,ya que ella mantenía en el díaa día, el alimento espiritual dela feligresía.

Otra mujer, que pudo vivirtiempos de angustia, fue Jua-

agosto de 1917, con el maes-tro Francisco Villasana y locelebraron en la casa de habi-tación de su padre, el GeneralPedro Belisario Belisario, ubi-cada donde hoy está la biblio-teca Virtual. En ese sitio ensa-yaba La Orquesta de los Her-manos Belisario, como igual lohacían en la casa de don Pe-dro Requena en la calle Sucre,enfrente de la casa del músi-co y compositor Gil Fonseca.Leopoldina de Villasana fuemaestra de Fe María Coupar,quién siguió el magisterio,emulando a su querida pre-ceptora. Hay una cuestión enla vida de Leopoldina que po-dría servir para futuras inves-tigaciones, y es que, en su na-tiva Chaguaramas; cuando ellatenía siete años, impartía en-señanza una maestra, llamadaJuana Isabel Belisario.¿ Quizástía de Leopoldina?

La bella Isabel Góndellesde Acosta, primera mujer quepresidió el Concejo Municipaldel Distrito San Casimiro, fuemuy adelantada para su épo-ca y lectora incansable que legustaba pronunciar discur-sos. En el acto de instalacióndel Concejo Municipal de SanCasimiro (1959), Isabel seexpresó de la manera siguien-te: "Compatriotas: en estahistórica etapa que vive Ve-nezuela en que dueña de sudestino se enrumba por de-rroteros de luz y de grandezahacia la realización de susmás caros anhelos de justicia,libertad, unión, paz y progre-so, recibo como título de glo-ria vuestra designación re-caída en mí para simbolizarla concordia como Presiden-te del Concejo Municipal delDistrito San Casimiro"

Concluye doña Isabel con losiguiente: "Compatriotas laconcordia ha de ser la antor-cha que ilumine nuestros ac-tos y, así, en este rinconcitode la Patria vamos a realizarel mensaje de don RómuloGallegos"

Razón tuvo Rubén Darío aldecir que: "Sin la mujer la vidaes pura prosa", queriendo in-dicar, el gran poeta nicara-güense, de que con la mujerhay inspiración y armonía.Bien sea por los bienes delalma de estas inolvidablesmujeres.

na Ramona Lorca, esposa delGeneral Laureano del RosarioCarballo Bermúdez, pero tam-bién podía mitigarlas al irse ala trilla de café (que fue, luego,de Rafael Ángel Acosta) a re-visar el trabajo de los peones.

De distinta forma convivióObdulia Gamarra de Melgare-jo, esposa del juez PlácidoMelgarejo, la cual, tuvo unaescuela donde está la casa dela familia Manzo (ubicada por

su lado norte con el frente dela casa del Sr. Tulio Pérez);Obdulia transcurría entre li-bros de escuela y libros, y có-digos de su marido Plácido.Todo un mundo de sapienciaconyugal.

Magdalena Milano de Za-mora, madre del Cura PabloRamón Zamora Milano, llevóuna vida sosegada, ya que suhijo había escogido el caminoal Seminario. La casa Zamore-

ña era muy concurrida los fi-nes de semana, por personasque venían a traerle regalos aPablo Ramón, Magdalena fuemuy esmerada con las sota-nas ya que estas llegaban a labatea con el color del gofio.

Leopoldina Belisario Ledez-ma, la joven maestra de mag-nánimo corazón, nació en Cha-guaramas, estado Guárico enel año de 1895. Leopoldinacontrajo matrimonio el 31 de

Contenido Maracay, Sábado 21 de Mayo de 201132

Poemasde Milagros Borges AcostaPoetaDespertador de fieras,llegaste napoleónico con tu palabrería,tu coraza postmoderna y me invitaste a bailar.Padezco tu palabra, enciendes cenizas y quemasLondres en mis entrañas,en un juego paralelo intento descubrirte o descubrirme…Ahora bailo, no sé si contigo o con la muerte.

A JuanMe suspendo en las costuras del lomoJuan me enamoraComo un animal de costumbreMe deja el cuerpo vacíoMi alma desaparece en la página dieciochoSu virtud me reinventacomo un lienzo en blancome pinta de colores infrahumanosespero ser acompañanteal estilo de su propia letratiende la huella marcada en la arena de mi virginidad

Canela TostadaCrecí siendo canela tostada un poco por el sol,el roble, fue testigo de las tizas quebradizas,de la bodega,el refresco a real y risas bajo la lluvia.Miraba a través del vidrio, polvoriento, sucio,la marquesina que anunciaba el encuentro.Desde lo alto, descubría el Angostura detenido en eltiempo,con un amanecer azul, trazos naranjas y rosas en elfirmamento,a veces, dejaba caer una lágrima inconclusaque se volvía remolino en el Orinoco, aún los descu-bro desde lejos.No es verdad que entre mis pupilas contengo al Guri,Con fisuras por doquier, dibujo el camino con carbón,Vuelve turista con lentes oscuros, perfume de marcay bufanda bohemia.Ya no eran lienzos perfectos, ni choza, ni sombra, ni cobija,te llevo en señal de costumbre.Una postal firmada reposa con imán de azabache enla puerta de la nevera.Ahora universal, destierras a los hijos que viste crecer.Sé que estás esperándome.Ya no soy tanto de esta tierra. Ilustración: María Eugenia Catoni