rev clin esp 2-6 sobre dos casos de latirismo 1941

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  • 8/13/2019 Rev Clin Esp 2-6 Sobre Dos Casos de Latirismo 1941

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    560 REVISTA CLNICA ESPAOLA 1 junio 1941los tres primeros por juzgarlas de mayor inters yhaber sido en ellas posible un mejor control clnicoy de evolucin.De otros, conocimos aunque no tan precisamentey de algunos ignoramos todo detalle.Puede descartarse la influencia del fro y hume-dad, puesto que nos consta las buenas condicioneshiginicas en que estaban situados; s, en cambio,fue comn a todos la alimentacin a base de mue-las en abundancia y reducida cantidad de arroz,por un perodo de tiempo aproximado a dos mesesanteriores al comienzo del cuadro.Los trastornos motores del tipo de paraplejia es-pasmdica se dieron en todos y en los ms se su-maron disturbios de sensibilidad con predominiode los de ndole subjetiva.

    La adecuada modificacin de la racin alimenti-cia en las referidas prisiones, hizo desaparecer total-mente la epidemia.En los tres casos que se relatan una alimentacinrica en vitaminas sumada a Betabin, Ascorban yExtracto heptico, fueron sumamente tiles, reinte-grando a la normalidad uno de ellos (con slo tras-tornos motores) y mejorando sensiblemente a losotros dos.

    SOBRE DOS CASOS DE LATIRISMOJ. BEGUIRISTAINSan Sebastin

    Tiene inters la descripcin de estos casos en estapoca en que la enfermedad se ha manifestado confrecuencia inusitada en nuestro pas.Existe, ciertamente, de modo endmico el Lati-rismo en Espaa en aquellas regiones del Centro,del Levante, etc., en donde se consumen habitual-mente ciertas variedades de las semillas del gneroLathyrus, en especial la Sativus y la ccera o almor-tas, muelas, guijos, tibos, que con todos estos nom-bres se las conoce; pero es de advertir que para queestalle el Latirismo es necesario que esta alimenta-cin sea preponderante en el rgimen, un 50 /o porlo menos segn PROCEST y otros, y en personasdepauperadas, de preferencia. Incluso los animalesde diferentes especies, ganado caballar, bovino y la-nar, ostentan signos de Latirismo nervioso comoen el hombre, pero en aqullos se agregan sntomasdel aparato respiratorio (hucfago, asfixia), que lesconducen a la muerte, desconocidos en el hombre(comunicacin del doctor FERNNDEZ SANZ de laAcademia de Medicina de Madrid con intervencinde los profesores veterinarios GARCA IZCARA yD A Z VILLAR) .Nuestra descripcin no va a diferir en lo esen-cial de las observaciones acumuladas desde hace al-gunos siglos, pues ya Hipcrates menciona un cua-dro semejante, siendo RAMAZZINI en Italia el 1700,y sobre todo, CANTANI el 1874 quien lo describemuy bien asignndole el nombre de Latirismo, conel que desde entonces se le conoce. En 1880, SCHU-CHARDT hace un estudio recopilatorio de los traba-

    jos aparecidos hasta entonces. Los autores francesespor las epidemias que aparecen en ciertos departa-mentos de la metrpoli y en Siria, y los americanosque han observado explosiones de la enfermedad enlos estados del Sur, han hecho posteriormente in-formaciones sobre el Latirismo. Pasamos, ahora, aexponer las historias clnicas.M. Z., de 24 aos, soltero, sin antecedentes personales nihereditarios de inters.Desde diciembre del 38 hasta junio del 39, se alimentabaexclusivamente de almortas cocidasen agua bicarbonatada sinaceite ni otra grasados veces por da y 400 gramos de pancompleto.Losprimeros sntomas aparecen a los tres meses,consisten-tes en irritabilidad motora; al liar un pitillo se le escapabade las manos como si fuera despedido por un resorte; despusde una ducha fria tena calambres y sacudidas en las extremi-dades superiores e inferiores y en la cabeza que le duraban

    hasta cinco minutos, quedndole a continuacin las piernasrgidas con imposibilidad para andar hasta que entrando encalor se le quedaban otra vez flexibles. Al da siguiente de laducha, con ocasin de una fuerte emocin, se repite el mis-mo cuadro, quedando despus debilidad en las piernas; nece-sidad de apoyarse en un bastn para estar de pie y mantenerel equilibrio si se pona a andar, a causa de la rigidez de laspiernas. Los contactos le producan el mismo efecto. Nuncaacus dolores; solamente parestesias en las piernas.Poco ms tarde, disuria; tena ganas de orinar y no poda;poco ms tarde al hacer cualquier esfuerzo de vientre, porejemplo, se orinaba sin poderlo remediar y sin poder contenerla orina (signo de incontinencia urinaria de Proust). Ereccio-nes normales.Sentidos de la vista y odo, normales. No ha tenido he-morragias.Not, adems, que iba engordando de pronto o quiz sele hinchaba todo el cuerpo.En junio del 39, es decir, a los 6 meses de estar sometidoal rgimen indicado se le cambi por berza cocida con aceite,ms tarde arroz. Se le prescribi y tom aceite de hgado debacalao y levadura de cerveza. Con esto, rpidamente fuerondesapareciendo una tras otra las convulsiones, los calambres,parestesias y la incontinencia de orina, persistiendo nicamentela rigidez y la paresia de las extremidades inferiores. El r-gimen se ampli luego a patatas, pastas de sopa. Desapareciasimismo la hinchazn o gordura, que le chocaba tanto. Lamarcha era espstica, digitgrada, apoyndose en un bastn.As sigui hasta su ingreso en el Hospital de San AntonioAbad el 11 de febrero de 1940.Bien constituido, hbito pcnico, estatura alta, de buen as-pecto exterior, bien coloreado de piel y mucosas. Buen des-arrollo muscular. Peso 74,600.En decbito supino: rigidez y contractura de los msculosextensores de las extremidades inferiores. Contracciones muscu-lares de los mismos tnicas, extensas, producidas a la menorexcitacin de la piel por el roce de las manos, la accin delfro, que se prolongan durante varios minutos; la cabeza os-cila tambin en el paroxismo de las contracciones Tembloresfibrilares bruscos, rpidos, en los extensores de las piernas.Tonus muscular pasivo poco aumentado. Clonus de los piesy rotulianos que se extienden a toda la extremidad en formade rpidos movimientos convulsivos tnicos. Exaltacin detodos los reflejos msculotendinosos. Signos reflejos pirami-dales presentes. Babinski, Mendel, Rossolimo, Oppenheim,ms acentuados en el lado derecho.Marcha espstica, digitgrada, con apoyo de un bastn deesta forma: Apoya toda la planta del pie en el suelo, flexindorsal del pie lenta, apyase sobre metatarso y dedos, doblala rodilla lentamente, despega el pie rozando con el dedo gor-do en el suelo; echa hacia fuera pies, piernas y empuja la ca-dera hacia adelante, extiende la rodilla. En todos estos tiem-pos se apoya rgidamente sobre la extremidad opuesta; asien-ta el pie para hacer lo propio en la extremidad opuesta. As,pues, marcha espstica con contoneo de caderas.Fuerza muscular conservada. Equinismo ligero del pie de-recho con hipertensin del dedo gordo.Sensibilidad superficial y profunda a todos los modos, dis-criminacin tctil, etc., normales.No hay signos cerebelosos.Puncin lumbar. Echado, Claude 24. No hay signos de

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    T IINMERO NOTAS CLNICAS 561bloqueo. Lquido incoloro transparente. Albmina, 0,21.Globulinas. Nonne, Weichbrodt, Pandy negativas. Clulas 2,4en la cmara de FuchsRosenthal. Wassermann y comple-mentarias negativas.Orinas, normales.Presin arterial, normal.Sangre.Glbulos rojos, 5.060.000. Blancos, 6.700.Frmula leucocitaria. Polin, neutro, 66. Linfocitos, 29.Mon., 4. Trnsito, 1. Valor globular, 1.Resto de aparatos, normal.Alimentacin abundante equilibrada. Hgado crudo.Desdeel 23 de febrero hasta el 16 deagosto seaplica ra-dioterapia profunda en 3 series de sesiones, con un total de2.000 r. en regin dorsolumbar. 7-3-40. Despus de la pri-mera tanda deradioterapia no sienteya loscalambres; le pa-rece anda con msfacilidad. Objetivamente lamarcha esigual.8 6 40. Clonus pie izquierdo se extingue rpidamente.Clonus de rtula izquierda no seprovoca. El enfermoacu-sa alternativas de mejora y empeoramiento. Otros signospiramidales igual queantes.IQ-1-41. El enfermo sale dealta. Anda mejor, pero lamarcha sigue siendo espstica. Signos fsicos como antes.Vemos de tiempo en tiempo al enfermo que sigue ms omenos igual. Anda sin bastn; la marcha esespstica.- -41. Marcha espstica con contoneo de caderas.Hi-pertona pasiva poco aumentada.Reflejos va piramidal. Babinski, Rossolimo, Mendel + +>Oppenheim, Gordon, negativos. Reflejo medio pbico exal-tado con difusin extensa. Clonus depies y rtulas con ex-tensin del temblor a toda la extremidad. Reflejo de auto-matismo de triple retraccin ausente.23-3-41. Durante estos ltimos das inyeccin de5.000unidades de Bialternando con las de extracto heptico Zeltiacon cido nicotnico (nmero 6) .Reflejos exaltados, pero no tanto como antes. Clonusape-nas seprovoca, se extingue. Babinski, Mendel + + , Oppen-heim, Gordon,. Reflejos cremaster, anal, bulbo cavernoso,bien. Reflejos abdominales, normales.Pies ms en derecho) ligero equinismo. Hipertensin delas primeras falanges ms acentuada en dedo gordo derechocon resalte del tendn extensor. Paresia de losperoneos.Marcha espstica, pero menos ; no roza el dedo gordo elsuelo.

    V. F., 26 aos, soltero. Antecedentes sin inters.Sujeto al mismo rgimen del anterior, de almortas cocidassin aceitey pan negro durante seis meses.A loscinco mesesymedio loprimero quenot fue que enla cama por la maana aldespertarse yestirar laspiernassal-taba todo elcuerpo. Se le formaban unas bolasen laspanto-rrillas y la sensibilidad de stas haba desaparecido. Agarrota-miento de laspiernas al andar, marcha sobre la punta de lospies. Al intentar escribir le temblaba elpulso y no podaha-cerlo.En cuanto cambi de rgimen, comiendo verdura, arroz,carne, aceite dehgado debacalao y levadura de cerveza,des-aparecieron los calambres de las manos, las parestesias,que-dando solamente rigidez de las extremidades inferiores.Status preseas.Bien conformado, buen aspecto.Hipertona. Reflejos rotulianos exaltados, en el derechoqueda la pierna suspendida enextensin en el aire duranteunmomento, es bien apreciable esta diferencia comparado conel izquierdo en que la pierna izquierda baja rpidamente;pro-vocan clonus de toda la extremidad, ms en lado derecho.Asimismo exaltados los aquleos, el de los adductores. Clo-nus depies y rodillas inagotables Babinski, Rossolimo + enambos lados. Oppenheim, indiferente. Gordon, Schffer, ne-gativos. Reflejos deautomatismo, positivos. Reflejo idiomuscu-lar de respuesta rpida.Dolor a la presin sobre trayecto decitico en pantorrilladerecha. Sensibilidades superficial, profunda normales.Sin signos cerebelosos. Marcha espstica con ligero conto-neodecaderas.Noroza el pie en elsuelo.Resumiendo, una hipoalimentacin, con dficit cualitativo,casi ausencia de protenas y grasas, reducida casi exclusiva-menteahidrocarbonados en la queprepondera manifiestamentela ingestin de almortas cocidas (Lathyrus ccera), provoca alos 3 meses adems de hambre por hipoproteinemia sobretodo un cuadro nervioso especial, sut generis,de irritacinmotora extendida a todo el cuerpo, msacusado en las ex-tremidades inferiores, parestesias en piernas, incontinencia de

    orina, sin hiperpatas de ningn gnero. Persiste el cuadro,se acenta hasta los 6 meses en que al cambiar a otro rgi-men mixto de verduras, arroz, carnes, aceite deoliva, ms elaceite dehgado de bacalao y la levadura decerveza, rpida-mente en el espacio de pocos das desaparecen adems de losedemas, los sntomas nerviosos, excepto losmotoresde las ex-tremidades inferiores en forma de la llamada paraplejia esps-tica o tabes espasmdica.No podemos discutir aqu afalta deexperimen-tacin adecuada si el cuadro morbosohasido produ-cidopor un agente txico presenteen lasalmortasental ocual forma, que porotra parteno hasidodemostrado, pues la lathyrina de ASTIER, especiede alcaloide voltilniotros extractosoresinasquese dicen causantesno han sufrido la prueba rigu-rosa de su supuesta accin especfica; pero desdeluego nodeja de llamar la atencin la semejanzacon los cuadros carenciales de ciertas avitaminosisconocidasalmenosenparte.Empezando con que evidentemente todas, sonconsecuencia deregmenes carenciales establezcamosparangn conalgunasdeellas.Avitaminosis A. Apesar de lasaseveracionesde MELLANBY quepretende incluir en este grupotodos los trastornos carenciales, incluso deLatitis-mo no hay en ste nada especfico de aqulla nisemejanza apenas tantoen la experimentacinani-mal como en la especie humana. Por otra parte,varios autores han impugnado y demostrado loerrneode lasideasde MELLANBY.Avitaminosis B.En ningn momento hanofrecido nuestros casosel tipo sintomatolgicodelberiberi experimental, sea en la forma depolioen-cefalitis de WERNICKE, sea en la depolineuritis.La administracindevitaminaBxcombinadaal ex-tracto heptico parece haber provocado alguname-

    jora en el caso primero, pero an esprematuroafirmar unainfluencia decisivaen laregresinde laslesionesy aun en la propia sintomatologa expues-taavaivenesporinfluencias extraas.Avitaminosis complejo B. Las experienciasde ZlMERMANNen perros sometidos a carenciaB2les produce a los noventa das contractura en ex-tensin de las patas posteriores, aumento de irri-tabilidad motora en forma de convulsiones queofrecen cierta semejanza con los sntomas irritati-vosdellatirismo.Esindudablequenuestros enfer-mos estaban sometidos a dficit carencial B.,;peropor otra parte la teraputica por la dieta, la leva-duray elhgado,sibienhanmejorado ciertossn-tomas no hanproducido lacuracin en loesencialdel padecimiento. Bien esverdad que en muchoscasoslaslesionesson irreversibles, pero tampocoenlo funcional oexternosenota mejora absoluta.Esposible, sinembargo, que en loscasos leves puedasobrevenir una curacin integral, pero en estetra-bajo nos tenemosque referiranuestros casos.Tam-poco creemos que el cido nicotnico puedapro-ducirunaregre:in evidente; conformes enestesu-puestocon las afirmaciones rotundasdeGRANDEyPERAITA, de cuyo estudio z conjunto publicadoen la Revista Clnica Espaola,entresacamos estosdatos. El cido nicotnico solamente reporta resul-tados que son asombro:os en lasalteracionesps-quicasen lospelagrosos, como tambin en las di-

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    562 REVISTA I junio 1941gestivas. Como un ejemplo nada ms de este asertoque aadir a los muchos recopilados por los auto-res citados, tenemos en nuestro servicio el de una pe-lagrosa en estado de indiferencia absoluta, de quie-tismo rebelde a la teraputica con extractos de h-gado, que de un da para otro se transform comopor magia gracias al cido nicotnico; sali de sucama, donde hasta entonces se puede decir yaca,ante el asombro de todas sus compaeras de Sala,fue interesndose por todas y cuid con solicitudmaternal a una criatura enferma.Avitaminosis E. Desde luego hay semejanzaclnica con el latirismo; as, por ejemplo, el pero-do de precarencia, la esclerosis de los cordones late-rales en los animales de experimentacin que pro-duce Evans en lactantes de madres carentes de vi-tamina E en las que tras una fase de parlisis fl-cida sobreviene otra de contractura pasados vein-tin das de la primera; las mejoras en casos demal de Charcot.Sera, por lo tanto, muy lgico tratar estos casoscon el aceite de germen de trigo o la. vitamina sin-ttica; es ms que probable que en vista de la r-pida sucesin de casos del latirismo en Espaa hayasido ensayado este tratamiento.No podemos aventurarnos en el mecanismo pa-tognico de la carencia en el latirismo, ya que en lasmismas avitaminosis Blf B2 y E, existen tantaslagunas en la interpretacin de los hechos, apartede que la policarencia en los casos humanos esfu-ma el cuadro caracterstico o especfico de cada unaen particular. No es, sin embargo, descaminado su-poner que el latirismo entre de lleno un da en elcuadro cada vez ms extenso de las avitaminosis.Es curioso que nuestros casos no hayan o-tenta-do en ningn momento de su evolucin doloresde tipo radicular u otros que se sealan por casitodos los autores; por lo dems, la~ similitud ezperfecta hasta el punto que pocas enfermedades pre-sentan un cuadro tan fijo y preciso.

    MIELITIS AGUDA ASCENDENTE (SNDRO-ME DE LANDRY) EN EL CURSO DE UNAFIEBRE TIFOIDEAE. FRANQUELO RAMOS y F. LAMOS DE LOS R OSHospital Civil Provincial de San Juan de Dios, de Mlaga.Servicios de Medicina interna.Director: DR. CAFFARENA

    El 4 de septiembre de 1940, ingresa en la Salanmero 11, a nuestro cargo, la enferma cuya his-toria clnica exponemos, reducida a sus trminosesenciales y controlada, con los datos que nos pro-porcionan sus familiares.D . S. V., edad quince aos, natural y vecina de Torrox.Padres y siete hermanos sin antecedentes de inters. Anteceden-tes patolgicos personales: absceso en ingle, cuando tena aoy medio. Menarquia no presentada.Gnero de vida. Desde los catorce aos, est ocupadacomo sirvienta en una casa. La alimentacin ha sido variaday suficiente.La enfermedad tiene un comienzo agudo en la primera quin-

    cena del mes de agosto, con fiebres y grandes sudores, precedi-da de unos das de inapetencia, decaimiento y mal estado ge-neral. A los. dos das, deposiciones frecuentes, abundantes ycon dolores difusos por todo el vientre. Ocho das despus sele normaliza la funcin intestinal, pero la fiebre lleva unatendencia ascendente. Sobre el 15 de agosto, y durante la no-che, intensos dolores en espalda, regiones lumbar y sacra. Ala maana siguiente, nota que no puede hacer ninguna clasede movimentos con las piernas, por tenerlas completamenteparalizadas. Durante este da se le presentan intensos dolorespor todo el plano anterior del trax, sin tos, ni molestias res-piratorias. Contina durante diez das con la parlisis de am-bas piernas, los dolores en el trax, no en la espalda y fiebrealta. Durante estos das va notando que progresivamente vaperdiendo la facultad de mover los brazos, siendo este trastor-no ms acusado en el brazo izquierdo. El 25 de agosto lo tie-ne completamente paralizado, conservando alguna funcin enel derecho.Entonces dispone el mdico de cabecera su traslado a esteCentro hospitalario.A su ingreso en el servicio, la enferma, no obstante su pos-tracin y decaimiento, conserva su psiquismo normal y re-cuerda bien los detalles de su enfermedad. Temperatura de 40o.Se queja de escalofros y sudores fiecuentes.Exploracin. Pares craneales normales. No existe nistag-mus Brazo izquierdo, con parlisis flcida total. Brazo dere-cho con ligera paresia, puede coger objetos, sin apretarlos congran fuerza. Parlisis flcidas de ambas extremidades inferio-res. Sensibilidad protoptica y epicrtica normales. Reflejostendinosos y cutneos abolidos. En las extremidades no se apre-cia grado de atrofia muscular, no obstante la parlisis. Noexisten trastornos de esfnteres. Dolor a la presin en los tra-yectos nerviosos, pero no a la movilizacin. Respiratorio*normal. Circulatorio: pulso regular, 70 pulsaciones al minu-to . Soplo sistlico en foco mitral, sin dilatacin de las cavi-dades cardacas, por palpacin y percusin. Digestivo: lengua,con bordes rojos y obscura en el centro, idntica a la llamadalengua tfica. Ligero estreimento. Bazo con zona de percu-sin aumentada y palpable 2 cm. por bajo del reborde costal.Roseolas en vientre.Anlisis. Orina: normal. Hemates: 3.500.000 por m. c.Leucocitos: 5.800.Frmula leucocitaria: Polinucleares neutrfilos segmentados.62, en cayado 2. Linfocitos, 35 . Monocitos, 1. Aglutina-ciones: a los grupos paratficos A y B, y Melitensis negativo;al bacilo de Eberth, positivo hasta la dilucin 1/300. L-quido cefalorraqudeo: clulas, 5 por mm. c.: albmina, 0,18por 1.000; glucosa, 0,70 por 1.000. Reacciones de Nonne-Apelt y Pandy: positiva dbil. Reaccin de Wassermann: ne-gativa.Curso. Durante los das 6 y 7 de septiembre, se acen-tan los trastornos paralticos en el brazo derecho; y el da 8nos la encontramos con parlisis flcida total, lo mismo que elizquierdo y ambas piernas. La tendencia ascendente de la pa-rlisis persiste, y durante los das siguientes acusa torpeza enla emisin de la palabra y alguna dificultad en la deglucin.Con fecha 10, repetimos los anlisis de sangre y lquido c-faloraqudeo, con resultado sensiblemente igual a los anterio-res, salvo que el ttulo de la aglutinacin al Eberth se hahecho ms alto: es positivo al 1/400. La fiebre es mante-nida, con pequeas oscilaciones, desde 39.5 a 40o. El 12 seinicia una regresin de los sntomas paralticos, con desaparicinde los trastornos para la deglucin y habla, y recuperacinde algn movimiento en el brazo derecho. En esta situacinestacionaria se mantiene hasta el da 15. Desde esta fecha seobserva tendencia a descender lentamente la temperatura, y a re-cuperar progresivamente la funcin motora en el brazo izquier-do y despus en las piernas. El 30 est con movilidad casi nor-mal en ambos brazos y las piernas puede levantarlas espontnea-mente hasta un ngulo de 45*. El da 15, aglutinaciones: aEberth positivo al 1/500. El da 30, hemates, 3.100.000;hemoglobina, 90 ; leucocitos, 5.200; frmula: polinuclea-res neutrfilos, 31 ; eosinfilos, 3 ; linfocitos. 64 %;monocitos, 2 %. Lquido cefalorraqudeo, normal.Despus de un perodo de febrcula, la enferma queda lim-pia de sta en una semana. En la terminacin de la primeraquincena de octubre, la enferma empieza a hacer ejerciciospara andar, lo que logra con alguna dificultad. No ha habidotrastorno de la sensibilidad, ni atrofias musculares en todo elcurso de la enfermedad. Al final de este mes, se marcha paracontinuar una temporada de convalecencia en el campo, pu-