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«Reflexiones en torno a los indicadores no verbales y las relaciones de poder» 1. INTRODUCCIÓN El lenguaje verbal se usa prin- cipalmente para proporcionar in- formación, mientras que el canal no verbal se usa para expresar las act it udes personales o como sustitut o de mensajes verbales. Asi, cuando decimos que tene- mos una corazonada o el presen- timiento de que alguien no ha di- ch o la ver dad ace rca de un asun- to, en realidad lo que manifesta- mos es que el lenguaje de su cuerpo no coincide con lo que verbalmente ha expresado. Par a int erpr etar adec uada- mente la comunicación no verbal no se debe considerar un gest o aislado sino el coniunto de ges- tos que la/s persona/s ofr ece/no Las señales no verbales influyen alrededor de cinco veces más que las orales y, cuando son in- congruentes entre sí, la gente suele fiarse más del mensaje no verbal (Pease, 1988) La observación de los grup os de gestos y de la congruencia entre los canales verb ales y no verbales de comunicación son las cl av e s p ar a int erp ret ar correctamente el lenguaje del cuerpo, que también está paten- te en los si stemas y estructuras de poder y no sólo en las rela- ciones cotidianas. Por otra parte, es cono cido que todos los gestos deben con- siderarse dentro del contexto en que se producen y no es eficaz analizarlos uno a uno por separa- do. Del mismo modo, result a ob- vio que existe una relación entre el status y el vocabulario emplea- do por un individuo . Cuanto ma- yor st atus pose e una persona más 8S su capacidad para comu- nicarse con palabras y frases . El lenguaje gestual puede ser, en- tonces, cuantitativamente menor o cualitativamente meno s evi- den te (Korrnan, 1978) La varia- ble edad influye generalmente en la rapidez y grado de disim ula- c i ón de la comunicación no ver - bal. No obst ante, es difícil no ma- nif estar las actitudes con los gestos. Para ello seria necesario mantener una congruencia abso- luta entre lo que se dice y lo que se hace (lo que requeriría un enorme entrenamiento); o bien, intentar elimin ar la mayor parte de los gestos , de manera que el mensaje no verbal no fuese ni positivo ni negativo, lo que es su- mamente dificil. (Knapp, 1978 ; Strayhorn , 1986) . En el orden de la comunica- ción simbólica o no verb al se hace uso de un lenguaje posicio- nal o postural cuando la utiliza- ción de la palabra no es apropia- da o no resulta aconsejable por el conte xto genérico en el que se desarrolla el proceso de interac- ción. De alguna forma, también aqui el comp ort ami ento humano sigue el principio de la parsi - monia. Dejando, en esta ocas ió n, apartados espec íficos de la co- municac ión no verb al (gestualiza- ci ón de las manos , brazos, cara, etc.) reflexionaremo s acerca de los indicadore s espaciales de lenguaje gestual , en función de las actitudes personales hacia la estructura y los sistemas de Po- der. En otras palabras, la conso - nancia entre la parte verbal de una situación y su proyección en el territorio en que nos move- mos . Seguram ent e r ecordar emos más de una conversación, en apariencia interesada, en la que uno (o los dos) de los interlocu- tores está sentado. en el borde de la silla sonriente y teórica- mente distendido, pero con tod o el cuerpo y los pies dirigidos en otra dirección , muy diferente a la que cabría esperar de una situa- ció n aparentemente relajada y comunicativa. Acerca de la estru ctura inclu - sión/exclusión en la relaciones suoraindividuales. conviene re- cordar que el cuerpo del emisor se posiciona espacialment e con refere ncia a los interlocutores o receptores del mensaje (Pease 1988). Esa act itud no verbal es una señal importante que aporta información acerca de si existe inclusión o rechazo; con inde - pendencia de que verbalmente las frases pronunciadas denoten aceptación y asentimiento o vi- ceversa (si se tratara del supues- to contr ario) . En general , si un indiv iduo adopta una postura, hacia su in- terlo cutor , con una dire cción y amplitud del ángulo en el espac io comprendida entre no vent a y cero grados (posición fr ent e a frente) convi ert e la situación en cerr ada y es signo patente de una actitud de exclusión hacia terceros . La inclusión se eviden- cia cuando en un diálogo , colo- quio o intervención pública. la persona gira no sólo la cabeza sino tambi én todo el cuerpo ha- cia los destinatarios de su men- saje . En ciertas ocasiones no resul- ta posible la utilización de g esto s tan evidentes (Korda, 1975) En esos casos puede actuar como indi cador la señali zación con los pies . Por ejemplo, en el caso de un re cha zo hacia un superior dentro de una organización jerar- quizada. En este tipo de cir cuns- tancias, la posturalidad de los pies pued e actuar como elemen- to de anális is a la hora de evaluar una actitud activa (positiva o ne- g ativa hacra el interlo cuto r); puesto que la neutralidad viene normalmente dada por una esca- sez de gestos, acampanada del cuerpo asentado sobre los pies juntos. En estos casos, la comunica- ción no verbal compensa una in- ten cion alidad que, si fuese ex- presada verbalmente, generaría un fuerte grado de tensión adi- cional en determinados amblen- tes (especialmente en estructu- ras sociales fuertem ent e jerar- quiz adas). Llegados a este punto, con- viene pasar a reflexionar sobre la importancia del lenguaje posicio- nal y gestual en los sistemas y est ructur as politicas o de poder . al tr atar se éstas de pirámides donde la jerarquización es muy evidente 2. LA INFLUENCIA DEL LENGUAJE POSICIONAL EN LAS ESTRUCTURAS Y ESTRATEGIAS DE PODER Por lenguaje posicional enten- demos todo tipo de comunica- ción no verbal (gesto s, postu ras. movimientos en el espac io. e tc) complementado con un an álisis cualitativo de l lenquaie verb al (por ejemplo, el estudio de las in- flexiones de la voz) A primera Vista, podría pare- cer que el título de este aparta- do se c ir cun s crib e exclu siva- ment e a lo q ue genéricament e se denomina como política en sen - tido estr icto No obstante. la re- lación con las est ructuras de po- der es cot idiana (una entrevista para acc eder a un puesto de tra- bajo puede ser un ejemplo ilus- trativo) y por ello más próxima a la vida diaria de lo que en princi- pio podría parecer (Long, 1981) En esencia el poder no existe en sí mismo y sólo se desarrolla en forma relacion al y con est ruc- turas. La acepción mas prim aria de este vocablo atribuye a un in- dividuo o grupo determ inado la pot enci alidad de provocar det er- minados efectos én otro s suje- tos o co lec tivi dades (Ball , 1975) Es a partir de esa persp ecti va desde la que se puede ret lexio- nar sobre la comunicación no verbal como elemento de análisis y factor pr edictor de la conduct a po lítica En gener al los mensajes no verbales tienen dos direccion es 31

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«Reflexiones en torno a losindicadores no verbales y las

relaciones de poder»

1. INTRODUCCIÓN

El lenguaje ve rbal se usa prin­cipalmente para proporcionar in­formación, mientras que el canalno verb al se usa para expresa rlas act itudes personales o co mosustituto de mensajes verbales .Asi , cuando decimos que tene­mos una corazonada o el presen­timi ento de que alguien no ha di­ch o la ver dad ace rca de un asun­to , en realidad lo que manif est a­mos es que el lenguaje de sucuerpo no coinc ide con lo queverbalmente ha expresado.

Par a int erpretar adecuada­mente la comunicación no verbalno se debe considerar un gestoaislado sin o el coniunto de ges­tos que la/s persona/s ofrec e/noLas señales no verbales influye nalrededor de c inc o veces másque las orales y, cuando son in­congruentes entre sí , la ge ntesue le fiarse más del mensaje noverbal (Pease, 1988)

La observación de los grup osde gestos y de la congruenciaentre los canales verb ales y noverbales de comunicación sonlas cl av e s p ar a int erp ret arco rr ec tament e el lenguaje delcuerpo , que también está pate n­te en los sistemas y estruc turasde poder y no sól o en las rela­ciones cotidianas.

Por otra part e, es conocidoque todos los gestos deb en con­side rarse dentro del contexto enque se producen y no es ef icazanalizarlos uno a uno por se para­do . Del mismo modo, result a ob­vio que existe una relaci ón entreel status y el vocabulario emplea­do por un individuo . Cuanto ma­yor st atus pose e una person amás 8 S su capacidad para co mu­nicarse con palabras y frases . Ellengu aje gestual pued e se r, en­tonces, cuantitat ivamente menoro cualita t ivamente meno s evi­den te (Korrnan, 1978) La varia­ble edad influye generalmen te enla rapid ez y grado de disim ula-

c i ón de la comunicac ión no ver­bal.

No obstante , es difí cil no ma­nifestar las actitudes con losgestos. Para ello seria necesariomant ener una congruencia abso­luta ent re lo que se dice y lo quese hace (lo que requeri ría unenorme entrenamiento) ; o bien ,intentar elimin ar la mayo r partede los gestos, de manera que elmensaje no verb al no fue se nipositivo ni negat ivo, lo que es su­mamente dificil. (Knapp , 1978;Strayhorn , 1986) .

En el orden de la comunica ­ción simbólica o no verb al sehace uso de un len guaje posici o­nal o postural cuando la utili za­c ión de la palabra no es apropia­da o no resulta aconsejable porel conte xto genérico en el que sedes arrolla el proceso de int erac­ción. De alguna forma, tambiénaqui el comp ort amiento humanosigue el pr incipio de la parsi ­moni a.

Dejando, en est a ocasión,apartados específ icos de la co­mun icac ión no verb al (gestualiza­ci ón de las manos , brazo s, cara,et c .) reflexionaremo s acerca delos indicadores esp ac iales delenguaje gestual , en función delas act itudes personales hacia laestructura y los sistemas de Po­der . En otras palabras, la conso­nanci a entre la parte verbal deuna situación y su proyección enel ter ritorio en que nos move­mos .

Segurament e recordaremosmás de una conversación, enapariencia interesada, en la queuno (o los dos ) de los interlocu­tores est á sentado . en el bordede la silla sonriente y teórica­ment e distendido , pero co n tod oel cuerpo y los pie s dirigidos enotra dirección , muy diferente a laque cabría esperar de una situa­ció n aparentemente relajada ycomunicativa .

Acerca de la estructura inclu ­sión/excl usión en la relaciones

suoraindividuales. conviene re­co rdar que el cuerpo del emisorse posic iona espa cialment e conreferencia a los interlocutores oreceptores del mensaje (Pease1988). Esa act itud no verbal esuna señal importante que aportainformación acerca de si existeinclusión o rechazo ; con inde ­pende ncia de que verbalmentelas frases pronunciadas denotenaceptac ión y asent imiento o vi­ceversa (si se tratara del supues­to contrario) .

En general , si un indiv iduoadopta una postura, hacia su in­ter locutor , con una dire cción yamplitud de l ángulo en el espac iocomprendida entre novent a ycero grados (posición frent e afrente ) convierte la situación encerrada y es signo patent e deuna actitud de exclus ión haciaterceros . La incl usión se eviden­c ia cuando en un diálogo , colo­quio o intervención pública. lapersona gira no sólo la cab ezasino también todo el cuerpo ha­cia los destinatarios de su men­saje .

En ci ertas ocasiones no resu l­ta posible la utilización de gestostan evidentes (Korda, 1975) Enesos casos puede actuar comoindi cador la señali zación con lospies . Por eje mplo, en el caso deun re cha zo hacia un superiordentro de una organización jerar­qui zada. En este tipo de cir cuns­tanc ias, la posturalidad de lospies pued e actuar como elemen­to de anális is a la hora de evaluaruna act itud activa (posit iva o ne­gativa hacra el interlocuto r );puesto que la neutralidad vienenormalmente dada por una esca­sez de gestos , acampanada delcuerpo asentado sobre los piesjuntos.

En estos casos , la comunica ­c ión no verbal compensa una in­ten cion alidad que , si fue se ex­presada verbalmente , generaríaun fuerte grado de tensión adi ­cional en determinados amblen-

tes (especia lmente en estructu­ras sociales fuertem ent e jerar­quizadas).

Llegados a este punt o , con­viene pasar a reflexionar sobre laimportanci a del lenguaje posici o­nal y gestual en los siste mas yest ructuras po liticas o de poder.al tratar se éstas de pirámidesdonde la jerarquizac ión es muyevidente

2 . LA INFLUENCIA DELLENGUAJE POSICIONAL ENLAS ESTRUCTURAS YESTRATEGIAS DE PODER

Por lenguaje posicional enten­demos todo tipo de comunica­ción no verbal (gesto s , postu ras.movimientos en el espac io . etc)complementado con un an álisis

cualitativo de l lenquaie verb al(por eje mplo , el estudio de las in­flexiones de la voz)

A prime ra Vista, podría pare­ce r que el título de este aparta­do se c ir cun scribe exclusiva­ment e a lo que genéricament e seden omina co mo política en sen ­tido estricto No obstante . la re ­lación con las est ructuras de po­der es cot idiana (una entrevist apara acc eder a un pues to de tra­bajo puede se r un ejemplo ilus­t rativo ) y por ello más próxima ala vida diari a de lo que en princi­pio podría parecer (Long, 19 81 )

En esenc ia el pod er no existeen sí mismo y sólo se desarrollaen fo rma rela cion al y con est ruc­turas . La acepción mas prim ariade este vocablo atribuye a un in­dividuo o grupo determinado lapotenci alidad de provocar det er­minados efectos én otros suje­tos o co lec tivi dades (Ball , 1975)Es a part ir de esa perspectivadesde la que se puede ret lexio­nar sobre la comunicación noverb al como elemento de análisi sy fac tor predictor de la conduct apo lítica

En general los mensajes noverbales tienen dos direcciones

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opuestas según la finalidad queper sigan. Podemos distinguir en­tre los que facil itan el diálogo ylos que lo obstruyen (Strayhorn ,1986). Conoc iendo la fina lidadteórica de una comu nicación deti po politi co (o de cualquier ot roorden en general) pod emos ana­lizar si existe incongruencia en­tre el lenguaje y el mensaje noverbal de la comunicació n.

En las es truc turas de poderexiste con frecuencia un meta­lenguaje que se usa para camu­flar la verdadera intenc ionalidadde los objetivos ; puesto que. siéstos quedaran al descubiert o .las estrategias que los amparanperder ian su s ignif icado (Gal­brait h . 1985).

Al pronunciar un discur so. mi­tin. o intervenir en un med io decomu nicac ión social audiovisu al.quien envía el mensaje comun icasu contenido no sólo por lo queverbalmente dice . sino tambiénpor su expresión facial. tono devoz, gesto s o expre sión co rpo­ral. Es ahí donde podemos anali­zar si exist e consonancia entr e lapart e ver bal y la posi cional delmensaje , considerado corno untodo integrado y no sólo cornoexpresión lingüíst ica.

La incongruencia provoca unaac titud en los recept ores de re ­ce lo o confusión. Así cuando es­cuchamos frases del tipo

. Si eso es lo que desean. aca­taremos la voluntad popul ar »

Pero manifestado en un tonopaternal y fatalista. el conjuntode la comuni cación es susceptí­ble de ser decodificado como :

.Si desean co mporta rse irres­ponsa blemente . yo/nosotros nolo puedo /podemos i~edi r .»

El análisis de la comuni caciónsituacional permite además ac­ceder al co nocimiento del podercomo expresión de relac iones defuerza (Weale , 1916). En mu­chas situac iones politicas osten­ta una posici ón de poder quie nestablece una corre lac ión defuerzas a su favor . Para ello noes necesario la amenaza explíci­ta. basta con of rece r una comu­nicac ión no ver bal. conceptual­mente disuasoria . acompañadade un lenguaje verb al normativ o .con inclus ión de sancio nes , paraobtener la sumisión. Asi , el ef ec ­to disuasori o se obti ene por elcon junto y no só lo por el compo­nente verbal. Por ejemplo . si enuna intervención públi ca un Iiderpolíti co mant iene los brazos cru­zados . mientras está hablando almismo tiempo , cabe cuest ionar­se razonablemente si su ac titudhacla los que se le esc uchan es

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verdaderamente receptiva o si loque intenta es poner una barre­ra . refo rzando su st atus y au­tor idad.

La disonancia entre lo expre­sado con palabras y co n gestoses uno de los elementos que enel proceso de socializac ión poli ­tica directa prov ocan un mayorgrad o de power/essness o des­co nfianza. El int erés y la motiva ­ción depend en . en alguna medi­da. de la capac idad de comuni­car (en sentido amplio. no só lolingüíst ico) un co njunto de es ­que mas co gnitivos (Hamill y Lod­ge. 19 68). que actuarían com omediad ores entre el conjunto delmensaje políti co y la evaluac iónque harían los receptores de lainfor mac ión .

El análisis de los canales noverbales de comunicac ión politi­cas también ayudan a evaluar silas relaciones de poder se llevana cabo jerárqui camente o en unambiente de negoci ación La ac­t itud de inf lexibilidad sup one queuna de las partes tiene mayo r po ­der que la otra. Por otro lado , elaumento de la depend encia 11a­cia otros puede hacer disminuirla inflexibilidad de éstos en be­n e f ic io del pr im ero (Ra if f a .1982). En ocas iones. hacer pe­queñas concesiones hacia la otraparte puede posibilitar la crea­ción de las con dic iones necesa­rias para un cambio de acti t uddeseado y fa vo ra b le (Pruitt .1981 )

En ot ras ocas iones , la estra­tegia no verbal responde a la ne­ces idad de obtener apoyo sin pe­dir lo explic itamente . Entonces el

con junt o de gest os van enca mi­nados a la adopc ión de una pos­tura de desamparo a fin de co ­municar la necesidad de ayuda.En est as situaciones. el emisortratará de aument ar la proxemiaco n ref erencia a su/s intertocu­tor /res y agachará levemente sucuer po para parecer más bajo yeliminar cualquier signo aparent ede prepotenc ia. Complementa­riamente , las palmas de sus ma­nos perma necerán en posiciónhacia arriba y el canal lingüist icoserá moduladament e suave o lán­guido .

En ciertos momentos . la co ­municación no verbal pued e con­vertirse en elemento denotativodel camb io soc ial y polit ico. Enun sistema institu cional estructu­rado. los diferentes interloc uto ­res poseen un complejo sist emanormativo . Coyunturalmente nosiempre es posibl e ac tuar só locon el capital ling üísti co o éstees insufi ciente. Es decir , cuandolas relaciones de poder necesi ­tan fron te ras más amplias . El len­guaje posicional-gestual juegaaquí con un import ante papel.yendo mucho más allá en la di­reccionalidad que conf iere almensaje. Esa formación de unambiente . mezcla de emot ividad.cognición y relación interp erso­nal fluida. es lo que ha venido endenominarse co mo carisma. Lainvestigación psicosocial ha de­mostrado que las cualidades ca ­rismát icas . que puede n actuardec isivamen te como agentes decambi o en una sociedad. vienendadas en una parte importantepor el canal no verbal de la co -

municación (Walke r, 1983 ; Beh­rens . 198 2).

Globalment e hablando . en lossiste mas políti cos demo cráti coslos individuos en la práctica sóloinfluyen directamente en la elec ­ción de la opción o partid o en elpoder De ahí que la importanciade las campañas electorales re­sida . además de en sus declara­c iones programáti cas de princi ­pros escr itas . también en un am­pl io desplie gue iconográfico ygestu al muy importantes .

En general , la hermenéut icade la comunicación políti ca y/ocon las estruc turas de poder vie­ne dada por dos condiciones ne­ces arias a la hora de decodifi caradecuadamente la informac ión :el análisis lingüístico y el estudiode los ind icadores no verbales.

3 . BIBLIOGRAF íAY REFERENCIAS

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