red de bibliotecas rurales del perú

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RED DE BIBLIOTECAS

RURALES DEL PERÚ

Adriel Boza

RED DE BIBLIOTECAS RURALES DEL PERÚ

Adriel Boza Arredondo

[email protected]

DERECHOS RESERVADOS © 2015 Primera Edición

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Ciudad de México, 15 de junio del 2009.

Hola Adriel, me da mucho gusto que mis

observaciones te sirvan, y creo que tienen un sentido

social y humano poco visto en otros documentos, te

agradezco también me compartas tus ideas y temas,

porque es interesante conocer otras panorámicas

latinoamericanas.

Te mando muchísimos saludos.

Brenda Cabral

“una política bibliotecaria auténtica no reposa sobre un edificio-monumento o mausoleo sino sobre una red de sucursales en la ciudad, conectada también con el país…”

Jorge Basadre

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UN MODELO A SEGUIR Gracias a Internet, uno de los adelantos de la ciencia, de la que está excluida una gran parte de la población; aquella que, olvidada, oprimida y utilizada, subsiste en forma precaria alejada de los avances de la civilización, he podido tomar conocimiento del proyecto denominado Red de Bibliotecas Rurales del Perú y accediendo a la honrosa invitación de su autor para prologar su obra, le envío algunos pensamientos producto de 50 años de experiencia en la materia. Sin lugar a dudas es acertadísimo lo sostenido en el Proyecto acerca de la imprescindible necesidad de ser el Estado, por sus posibilidades, quien debe proveer a la población los recursos para su desarrollo intelectual, entre los cuales se encuentra la creación y sostenimiento de bibliotecas populares, en zonas rurales y de bajos recursos; superando esa actividad dada ahora con exclusividad en importantes centros urbanos. Su ausencia implica admitir una parcial alfabetización de vastos sectores y ese abandono implica la existencia de una masa de semianalfabetos, dueños de una educación muy elemental, con falta del hábito de la lectura, impedidos de desarrollar sus capacidades en actividades y estudios posteriores

Esto no condice con la existencia de un Estado moderno, que debe velar por la totalidad de sus integrantes y, especialmente, no desperdiciar recursos humanos sumamente valorables para el desarrollo del país. Dejar en manos de particulares de buena voluntad esa tarea significa un incumplimiento de los deberes básicos de los gobernantes, pues aquellos no cuentan con los medios adecuados a tal fin. La enjundiosa obra de Adriel Boza Arredondo se inscribe, no sólo por sus sólidos fundamentos sino también por la practicidad de la ejecución del Proyecto, en la larga lucha por la superación del campesinado y, por qué no también, en las de quienes habitan en los suburbios de bajos recursos de las grandes ciudades. Asimismo, debo destacar la importancia de la tarea comunal en la creación de las bibliotecas y la designación de los promotores de lectura, con lo cual la participación popular se sumará al esfuerzo oficial. Nuestra experiencia es un testimonio de lo expuesto, Bibliotecas Rurales Argentinas nació hace 50 años y su desarrollo, como una necesidad debido a la ineficacia de las administraciones oficiales, logró la creación de 1.065 bibliotecas populares fundadas en zonas rurales. Sin embargo, como bien asevera el

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autor, ese trabajo de buena voluntad se traduce en la recolección de libros, para la fundación de nuevas bibliotecas, sin contar con los medios imprescindibles para la adquisición de los ejemplares necesarios, con el objeto de poder tener bibliotecas debidamente actualizadas. Abogamos por un Ministerio de Cultura que tome a su cargo la edición, en rústica, de obras clásicas de países de habla hispana, universales, literatura y traducciones de lenguas originarias, que encomiende a escritores y especialistas la confección de otras, que adquiera novedades y que, en cada centro urbano, aún de escasa población, se instale un centro cultural en el cual la biblioteca provista de ese modo, sea el motor de un cambio. Entiendo que los libros en soporte papel serán siempre necesarios, en forma independiente a los digitales y esto lo afirmo como Director de una de las bibliotecas digitales más importantes en idioma español, con un fondo bibliográfico que supera las 30.000 obras (www.biblioteca.org.ar), en la que será incluido el referido Proyecto. Sin lugar a dudas la creación de un sistema informático nacional es también una asignatura pendiente, pero son palabras mayores, no solamente por la provisión masiva de computadoras, también su permanente actualización y la instrucción a la población,

http://www.biblioteca.org.ar/

incluida la formación de miles de docentes especializados. Sin embargo, cuando todo ello ocurra, ese feliz día, daremos fin a Bibliotecas Rurales Argentinas, como etapa concluida, por no ser ya necesaria. Pero ahora “la causa dormita”, como dijera el poeta norteamericano Walt Whitman, y debemos perseverar pues aún la lucha demandará largo tiempo. En esta lucha se inscribe La Red de Bibliotecas Rurales Del Perú y hago votos para que pueda llegar a ser una realidad. Creo que este magnífico trabajo debe ser un modelo para las autoridades educativas peruanas y que, algún día, el país hermano reconozca a su autor como un pionero de la educación popular.

Raúl Eduardo Irigoyen Presidente

Bibliotecas Rurales Argentinas

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INTRODUCCIÓN Perdida la vigencia de la tesis de que el problema campesino deviene únicamente del problema de la tierra, y que más bien, se origina principalmente de la dramática realidad educativa rural, de su exclusión educativa; se hace poco precisamente en este tema. La falta de hábito de lectura de los escolares de zonas rurales, proviene de un entorno desfavorable donde sus padres no tienen acceso a una biblioteca pública como podría ser la biblioteca rural. No es casual que nuestro país, en las pocas evaluaciones internacionales en que participó (PISA 2001 y 2009), haya ocupado el último y penúltimo lugar en comprensión de lectura, lo que nos parece un crimen o un suicidio educativo de la educación peruana que para expertos en este tema se encuentra en su “fase terminal”. Comparativamente Finlandia ha ocupado el primer lugar en estas evaluaciones. Es que este país nórdico es mucho más democrático y equitativo en brindar educación, donde el Estado invierte los impuestos prioritariamente en educación. La sola alfabetización no alcanzará logros significativos en el proceso de educación de los jóvenes y adultos de las zonas andinas. No será suficiente la alfabetización y aun la escuela primaria. Como decía Mariátegui en Los

7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, “la escuela elemental no lo reivindica”; entonces, será necesario darle algo más que la educación elemental, un franco acceso a la educación y a la cultura en forma permanente a través de medios educativos como la biblioteca rural que tendrá la misma esencialidad y vitalidad de la escuela o la casa comunal. Particularmente en el tema de la Educación Para Todos, que propugna la UNESCO y que incluye también a varones y mujeres adultos de zonas rurales por el que nuestro país firma el Acuerdo Nacional Para la Educación (2005 - 2015), se ha avanzado muy poco y no existen, por ejemplo, Bibliotecas Rurales, centros de capacitación, proyectos educativos productivos, centros culturales de identidad. La Ley del Sistema Nacional de Bibliotecas, sujeto a un criterio discriminatorio, centralista, se proyecta sólo a las poblaciones urbanas; no menciona ni una sola palabra sobre las bibliotecas rurales y se le excluye a la comunidad campesina de todo concepto de biblioteca, como si ésta no leyera en absoluto; negándose de paso la existencia de la escuela misma en la zona rural. Enmarcado siempre en este concepto centralista, la inauguración del nuevo local de la Biblioteca Nacional del Perú en el distrito de San Borja de Lima, seguramente concebida por un técnico y no por un intelectual, no va ha cambiar

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ni mejorar el último lugar en lectura en que nos encontramos y el que sufriremos todavía por muchos años más, aunque se tome de inmediato una verdadera política nacional de promoción de la lectura. No es cuestión, de centralizar la biblioteca nacional, sino de descentralizarla y democratizarla realmente para todos los peruanos, a través de la creación, implementación y puesta en funcionamiento de las bibliotecas rurales y las bibliotecas barriales marginales en todas las ciudades del Perú. Si creen los funcionarios del Ministerio de Educación o de la Biblioteca Nacional del Perú, que con un moderno local, ubicado en un distrito exclusivo, solucionarán el problema de la lectura y la exclusión educativo-cultural de los peruanos, se equivocan. Ya escribió Jorge Basadre Grohmann en 1945: “una política bibliotecaria auténtica no reposa sobre un edificio-monumento o mausoleo sino sobre una red de sucursales en la ciudad, conectada también con el país…" No podremos imaginar mañana un Estado peruano que se precie de democrático, responsable, que niegue la necesidad de promover con obligatoriedad la creación de bibliotecas rurales a nivel nacional, por el desarrollo del país, más que, únicamente, por el bienestar de una clase social deprimida. Y será necesario desterrar aquella costumbre tercermundista de “recolectar libros” o “campañas de movilización por conseguir libros”. El Estado

es el que debe adquirir, por compra, libros para todas las bibliotecas públicas del país, sean estas municipales, universitarias, barriales, rurales, etc., la que se consolide con el aumento del presupuesto para la educación. Es decir, ya es tiempo que las campañas por el libro las realice el Estado y no los “buenos” vecinos o directores de bibliotecas. Entre mantener y subvencionar un programa de alfabetización, que no da buenos resultados en tantos años y crear y mantener un sistema de Bibliotecas Rurales y sus programas de lectura y alfabetización a cargo de un maestro-bibliotecario; el Estado debe inclinarse por este último, porque sus logros serán inevitables y sostenidos. Aceptaremos que se enarbole mañana el anuncio del gobierno de lograr una revolución educativa en democracia, cuando el campesino de la zona surandina por su propia educación, sea capaz de mejorar él mismo su calidad de vida y no necesite de campañas anuales de donaciones de ropa y alimentos para pasar una simple temporada de friaje. Y recordar y hacer conocer, que antes de la Reforma Agraria el dueño de la hacienda alpaquera, con educación y cultura que poseía, aun en la cordillera nevada, donde permanecía dos o tres meses de cada año, durante la época de trasquila, vivía en una buena casa con fogón de hierro y otras comodidades no

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necesitando recurrir a la ayuda del Estado ni a la solidaridad de la gente. A través de este breve ensayo, considerando la biblioteca un medio esencial de todo país que aspire a su desarrollo, proponemos la creación de la Ley de Bibliotecas Rurales del Perú que tenga como fin del Estado crear la Red de Bibliotecas Rurales del Perú, a todo lo largo del país, al menos de la zona andina y amazónica. Esta biblioteca rural básica, implementada convenientemente, estará a cargo de un maestro bibliotecario, que sea el promotor de lectura y aun el alfabetizador, en suma, un agente de cambio en la comunidad. Esta ley faltante y ausente, la Ley de Bibliotecas Rurales, considerémosla como si a nuestro cuerpo que somos el Perú, le faltara, digamos… un dedo de la mano. Completémoslo.

El autor

LOS MARGINADOS DE LA EDUCACIÓN El campesino peruano, hereditario directo de la gran civilización incaica que poseyó una buena educación que le permitió trascender en lo moral, social, político, económico, etc., ya no tiene los mismos instrumentos de esa educación ágrafa, guardada alguna vez en el secreto de los khipus, porque la ha perdido en el camino de la historia. Lo que posee ahora son sólo rasgos, costumbres, herencias culturales, lineamientos difusos de esa educación. Carece del instrumento contemporáneo de la educación a causa de su falta de acceso a la educación y a la cultura actual. Nunca el Estado ha creado programas alternativos diversos, paralelos y distintos a la alfabetización, como bibliotecas, centros de capacitación, proyectos educativos productivos. Según el último Estudio Regional Comparativo y Explicativo aplicado en América Latina, promovido por la UNESCO, 2007, el Perú se encuentra en los últimos lugares en rendimiento escolar, principalmente en matemática y lectura. Dicho estudio demuestra que nuestra educación, con una gran incidencia en el área rural, no es todavía de calidad, porque

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en las zonas urbano-marginales y principalmente en las zonas rurales no ha mejorado dicha educación. La evaluación internacional PISA (2001, 2009) también nos sitúa en los últimos lugares en comprensión de lectura y matemática. Al poblador rural andino se le marginó, desde el comienzo de la República de todo concepto de patria, de la “vida nacional”, excepto en épocas de guerra en que se le tomaba en cuenta solamente como “soldado de la patria”. La escuela primaria no existía en la mayoría de las comunidades. Recién a partir de la segunda mitad del siglo XX se fueron creando escuelas primarias en las zonas rurales. Las estadísticas dicen que en 1961 el analfabetismo en la zona rural llegaba al 59.4 %. A partir de la Reforma Educativa de 1972, se amplía el radio de cobertura educativa en el sector rural. Si bien es cierto, que a este tiempo, se han creado escuelas en todas las comunidades rurales del Perú, los jóvenes y adultos campesinos se encuentran todavía al margen de la educación actual. Muchos jóvenes no han terminado el nivel primario, otros adultos estudiaron sólo hasta el primer o segundo grado y otros nunca estudiaron y constituyen hoy, los analfabetos del país. Esta falta de

educación elemental y primaria de los campesinos les da una “existencia extra social” como decía Mariátegui. Y que faltándoles esta educación como el vital oxígeno hasta la conciencia, a muchos de ellos, los obliga a dejar su medio para inmigrar a la ciudad. Según el último censo sobre población y vivienda, son 6´601,869 de pobladores (INEI, 2007) que constituyen el 24,1 % de la población total del Perú que habitan en precarias condiciones en la extensa zona rural del Perú; entonces, si a esa población rural campesina y nativa de la patria no se le incluye en un proyecto educativo, el Perú educacionalmente nunca estará a la vanguardia de la educación de América Latina. Asimismo otro informe de la UNESCO, sobre la educación del último decenio (1990-2000) su balance con respecto a la educación peruana, es crítico. No obstante que hay una atención de la “educación escolar”, hay un descuido grande de parte de los gobiernos por la educación de los jóvenes y adultos, principalmente mujeres. En el Perú estos marginados de la educación lo componen fundamentalmente los

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campesinos; siendo las mujeres, las que carecen aún de la escuela elemental. Por lo tanto, el aporte de los padres de familia a la educación de sus hijos escolares será todavía nulo, inexistente. En las zonas rurales, la batalla educativa, sólo la realiza el maestro de escuela. Cabe entonces, mejorar también la educación de los padres, por el mejoramiento del proceso de aprendizaje de sus hijos que elevaría a su vez el nivel de la educación en general. La Educación Para Todos que impulsa la UNESCO, expresa que la educación no sólo debe llegar a los jóvenes y adultos de las zonas urbano-marginales, sino también a todos los habitantes de las zonas rurales.

PARTICIPACIÓN DEL ESTADO EN LA EDUCACIÓN

Si bien es cierto, que de acuerdo a las leyes de la Constitución Política del Perú, la Ley General de Educación y otras leyes, el Estado tiene como objetivos “garantizar la erradicación del analfabetismo”, asimismo que “tiene como finalidad el desarrollo integral de la persona”, dando prioridad a “las áreas rurales”, en la práctica estos postulados no se cumplen y muchos peruanos, habitantes de las zonas andinas, esperan todavía que la Educación les abra sus puertas. El Estado, a través de la administración educativa, no asume aún su verdadero y necesario rol de cambio del país. Las mejores leyes, que aún no tiene el país en materia educativa, se pensarán y darán desde su interior, desde la compleja realidad social y geográfica de nuestra patria. Los gobiernos deben recoger las propuestas educativas provenientes de las canteras mismas de la realidad educativa, es decir, de los maestros que conocen la problemática educacional. La historia educativa del Perú nos dice que, precisamente, las propuestas de quienes fueron maestros de aula y más aún maestros rurales, investigadores,

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observadores de su realidad, fueron las propuestas de mayor validez, vigencia y trascendencia, en la corriente de los cambios educativos. Recordemos sino a uno solo de ellos, al ilustre maestro José Antonio Encinas, quien fuera maestro rural en Puno, y como funcionario educativo o parlamentario, contribuyó a dar las mejores leyes educativas de su tiempo que permitieron un avance en el camino educativo. Mejorando el presupuesto nacional para la educación, los gobiernos tendrán que tocar la problemática educativa como el analfabetismo, con otros medios y programas alternativos nuevos, que logren los grandes objetivos trazados. Contar sólo con el Programa de Alfabetización para la lucha contra el principal problema educativo del país, es como luchar, llevado de un arco y una flecha cuando el enemigo que es la ignorancia tiene una muralla inexpugnable.

LA EDUCACIÓN INTEGRAL DEL CAMPESINO

El ideal de educación del campesino, que nace de un elemental principio de solidaridad, debe significar que éste, sin abandonar sus tierras, su medio, si es necesario, tenga pleno acceso a la educación y a la cultura moderna. Y que en la práctica alterne su tiempo entre el arado y el libro, entre la chacra y la biblioteca que le permita educarse y culturizarse, mejorando al mismo tiempo su trabajo agrícola, tecnificando y aun asociándose. Que alguna vez se haga práctica de esa “especie de contrato de solidaridad y ayuda mutua” entre la escuela y la comunidad campesina, en que los alumnos puedan, por ejemplo, enseñar a leer y escribir a los campesinos y que éstos puedan enseñarles al maestro y a sus alumnos, cómo se hace un almácigo o cómo se seleccionan las semillas para una siembra. El problema campesino no radica tanto en su pobreza material, ya que posee una chacra pequeña para su autosustento y tiene además grandes extensiones de terreno comunal, sino en su miseria “espiritual” a falta de una buena educación. Por eso, hoy reclamamos, renovados de espíritu patriótico,

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ante el avance y predominio de la globalización, que la alfabetización y la educación de los jóvenes y adultos del Perú se dé con fuerza y sin tregua. Pero no será suficiente su alfabetización y educación primaria, como decía Mariátegui en Los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, “la escuela elemental no lo reivindica”; entonces, será necesario darle algo más que la educación elemental, un franco acceso a la educación y a la cultura en forma permanente a través de medios como la biblioteca rural y los medios de educación hará de éste un individuo que adquiera instrumentos de autoeducación como el “aprender a aprender”, que es tan antiguo como medio del autodidactismo. La biblioteca rural, cumplirá también en la comunidad campesina, la función de puente para el aprendizaje y manejo del idioma castellano, que es la lengua integradora del Perú. Como medio eficaz, mejorará su expresión oral y escrita, pues no sólo será un laboratorio de aprendizaje de ideas, actitudes, valores, técnicas, etc., sino también, de mejoramiento idiomático, en un tiempo de globalización en que los idiomas mayores o uniformes en los que viene la mayor cantidad y calidad de información que facilita el conocimiento. (La tercera ola, Alvin Tofler).

La educación con todas sus posibilidades que brinda puede liberarlo al campesino de esa “apatía pasional” que padece.1 Apatía que no le ayuda a ver sus propias potencialidades, apatía que no le permite vislumbrar un horizonte de progreso, de cambio, de desarrollo personal y colectivo. La realidad del campesino que vive todavía al margen de la educación ha modificado en siglos su conducta que se manifiesta en su “conformismo” con su miseria económica y marginación social, con su falta de objetivos y metas trascendentales que lo beneficie. Y sobre todo, su baja autoestima que lo resigna. Sabe, sin embargo, que por su carencia de educación tiene grandes limitaciones que afectan su propia libertad, su propio yo, cuando quiere desenvolverse fuera de su comunidad. La educación será el único instrumento que lo libere para siempre, de esa forma de vida crítica. El campesino de hoy, tiene que tener en sus manos, en la práctica y en su realidad, la educación y los códigos culturales modernos como instrumentos de su cambio.

1 URIEL GARCIA, El Nuevo Indio, Edición de la

Municipalidad de Cusco, 1986, Gráfica Bellido.

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Los cambios sociales e históricos de estos tiempos, y más aún en un mundo globalizado, exigen que la educación sea definitivamente suya, sin quitarle necesariamente su esencialidad de agricultor, su identidad cultural y su lengua materna. Es aquí, donde las bibliotecas cobran una importancia fundamental para lograr dicho fin.

LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ

Ciertamente la Biblioteca Nacional del Perú es una entidad de importancia en el contexto nacional, creada en los albores de la República, que sirve más que todo como un referente cultural de la nación, pero que en la práctica no le sirve de mucho como a nación integral e inclusiva. Todavía, José Carlos Mariátegui en la revista Mundial (1925) decía: “La Biblioteca Nacional no vive casi… No existe casi para la cultura y la inteligencia del país…”. Y en realidad, desde aquel tiempo ha cambiado muy poco, salvo los limitados aportes de libros que hacen llegar a las bibliotecas de las capitales de departamento y provincias del Perú y las escasas capacitaciones en bibliotecología básica que se realiza en las provincias. La inauguración del nuevo local de la Biblioteca Nacional del Perú en el distrito residencial de San Borja de Lima, no va ha cambiar ni mejorar el último lugar en lectura en que nos encontramos y el que sufriremos todavía, por muchos años más, aunque se tome de inmediato una verdadera política nacional de promoción de la lectura. No es cuestión, de centralizar la biblioteca nacional, sino de descentralizarla y democratizarla

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realmente para todos los peruanos, a través de la creación, implementación y puesta en funcionamiento de las bibliotecas rurales y las bibliotecas barriales marginales en todas las ciudades del Perú. Si creen los funcionarios del Ministerio de Educación o de la Biblioteca Nacional del Perú, que con un moderno local, ubicado en un distrito exclusivo, solucionarán el problema de la lectura y la exclusión educativo-cultural de los peruanos, se equivocan. Mejor diremos, con la ironía que siempre guardamos para estos desaciertos, que para beneficiarnos equitativamente del servicio de la Biblioteca Nacional del Perú, debemos irnos a residir a Lima los 30 millones de habitantes del Perú. Idea que por lo demás no es totalmente descabellada, sino una realidad; millones de peruanos inmigraron a Lima desde la década del cuarenta del siglo XX, según afirma el informe de INEI que “sólo en los últimos cinco años (2002-2007) Lima tuvo una ganancia poblacional del 22,7% y la Provincia Constitucional del Callao 2,3%”. Esa es la realidad, porque lamentablemente, por el centralismo, todo está allí. Las mejores bibliotecas, universidades, colegios, hospitales, y finalmente trabajos.

La necesidad de descentralizar la biblioteca la propugnaron muchos buenos y honestos intelectuales del Perú, destaca en esta idea, cómo no, el historiador Jorge Basadre, quien fuera el segundo gran reconstructor y director de la Biblioteca Nacional, después del misterioso incendio de 1943. Él llamaba, con propiedad de intelectual, BIBLIOTECA NACIONAL DE LIMA a lo que se llama impropiamente Biblioteca Nacional del Perú. Basadre Ghroman, pensaba en la necesidad de descentralizar la biblioteca a todas las provincias y barrios de las ciudades: “Preciso es propagar, además el concepto de que una política bibliotecaria auténtica no reposa sobre un edificio-monumento o mausoleo sino sobre una red de sucursales en la ciudad, conectada también con el país…” (1945). Nosotros, como pensó igualmente ese gran promotor de lectura que fue el padre de origen inglés Juan Medcalt Tod, quien creó las bibliotecas rurales de Cajamarca, pensamos que se debe impulsar la Red de Bibliotecas Rurales del Perú y La Red de Bibliotecas Barriales del Perú para que todos los peruanos tengan acceso a la Biblioteca, esa luz de las inteligencias que ilumina al hombre.

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DESCENTRALIZACIÓN DE LA BIBLIOTECA

El poblador rural que ha salido del círculo de la exclusión y pobreza, que ha logrado una profesión por mérito propio, por esfuerzo solitario, por “conciencia encontrada”, nunca ha tenido una biblioteca a la vuelta de la esquina y mucho menos una biblioteca personal. Ha tenido que experimentar el largo viaje y sin retorno de la migración para acceder a los centros de formación. La nueva época, sacudida de prejuicios, tiene que inaugurar la descentralización real de la educación y la cultura. La Biblioteca como servicio educativo debe democratizarse y llegar hasta los últimos rincones del país y dejar de ser sólo ley. Aunque la ley de biblioteca no habla específicamente de la biblioteca rural, ignorando a una población de más de 6 millones de campesinos que viven en el área rural (Censo de Población, 2007). No es nada justo cerrarle la puerta de la educación y la cultura a una considerable población campesina que vive en las zonas rurales y decir que no tienen otro camino que el surco de su parcela; eso sencillamente significa negarle esos derechos esenciales a

una parte de la patria que, para las evaluaciones internacionales sobre educación, siempre serán consideradas, queramos o no, y no habremos cambiado estas reflexivas estadísticas ni en cien años. Aunque digan lo contrario los escépticos, allí también, en los pueblos y ayllus de la sierra y en las comunidades nativas de la selva, hay sed de libros, hay esperanza de redención en el silencio de la chacra. No importa cuánto dure esa espera, pero seguirán los jóvenes campesinos aguardando a los libros que de verdad los rediman. La descentralización de la educación y la cultura evitará la acelerada migración de los campesinos a las ciudades, que perjudican el desarrollo del agro. Educado, valorará sus recursos, no los abandonará; y por el contrario los repotenciará utilizando sus nuevas ideas aprendidas y las técnicas que adquiera. Descentralizar la biblioteca debe significar, llevar este servicio a las últimas comunidades donde jamás hubo biblioteca, donde nunca hubo un libro a más de los pocos que existen en la escuela, que no es del acceso de la comunidad. Después de tantas décadas de miopía cultural en que los directores tenían como horizonte de biblioteca sólo la avenida

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Abancay y y luego San Borja, porque ni la Lima marginal cuenta con bibliotecas descentralizadas; el director de la Biblioteca Nacional Ramón Mujica Pinilla, anuncia que convertirá a este ente, en institución descentralizada y de inclusión social.

Esperamos que esta declaratoria signifique llevar la biblioteca no sólo a las ciudades, barrios y pueblos donde no existan, sino a la población rural, y difundir a nivel de la Red de Alcaldes Rurales del Perú (REMURPE) la importancia de crear e implementar bibliotecas en cada comunidad campesina.

MUNICIPALIDADES Y BIBLIOTECAS

Los municipios provinciales y distritales del país han cumplido, unos más que otros su rol de promover, crear e implementar las bibliotecas públicas en zonas urbanas. Sin embargo, en las zonas rurales, los municipios no han cumplido esta responsabilidad. En realidad la mayoría de alcaldes distritales y provinciales del Perú no saben, no entienden la importancia de la biblioteca como agente educativo de cambio. Por eso, la relegan al último plano y generalmente la ignoran totalmente. No considerando a la biblioteca obra de desarrollo comunal, no se invierte en su creación e implementación. Los alcaldes del Perú, jamás han pensado ni por asomo en dotar de este servicio a las comunidades rurales que viven dentro del área de su jurisdicción, no obstante tener compromiso con sus poblaciones de trabajar por la educación. Estamos convencidos que el pilar del cambio del hombre y de la sociedad es la educación, pero los municipios hacen poco por ella y otras veces nada. Hemos constatado con desesperanza que en la mayoría de los distritos y comunidades del Sur del Perú, no obstante contar con obras y servicios públicos como locales municipales nuevos, plazas con jardines, postas médicas,

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agua, desagüe y hasta electrificación no ha ocurrido ningún cambio trascendental en la mente y el espíritu de sus deprimidos habitantes. Siendo que no han cambiado en actitudes, valores, etcétera, siguen viviendo igual que cincuenta años atrás en la miseria, en el atraso, en la marginación, no tanto por la crisis económica del país, sino por la ausencia de cambio personal. Esta constatación no tendría por qué ser diferente en el resto de las zonas rurales del país, salvo en el departamento de Cajamarca en la que hay más de 700 bibliotecas rurales, pertenecientes a la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca. Los alcaldes, antes de realizar la refacción de un local, el asfaltado de una calle, es decir antes de invertir en algunas obras públicas de corta vida, deben apoyar a la educación de sus pobladores ya que ésta les servirá para toda la vida y entender que más vale una biblioteca eficiente y productiva de cambio personal y social que cincuenta calles asfaltadas. Los pueblos no cambian por las grandes edificaciones o por cualquier obra de cemento y fierro, sino por su educación. Los progresos materiales de todo género son ya consecuencia lógica de la educación de los pueblos. Simplemente, recordemos que los

pueblos desarrollados en la antigüedad y en la época actual fueron y son tales por su educación y su cultura. Sin embargo, hay destacadas excepciones de alcaldes del interior del país, que demuestran que cuando hay voluntad de aportar al desarrollo de sus pueblos lo hacen silenciosamente y con efectividad. Tal es el caso del alcalde de la provincia de Barranca, Romel Ullilen Vega, médico de profesión, que en solamente un año de gestión creó e implementó una red de cincuenta bibliotecas rurales y urbano marginales a la que denominó Bibliotecas Caralinas, en referencia a la ciudad preinca de Caral; articulada, desde el momento de su creación, al sistema nacional de bibliotecas de los que recibirá los beneficios permanentes. Por esta loable acción y la importancia del proyecto concretado, fue premiado por el Banco Mundial y la Universidad Internacional de Florida, EE.UU.

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LA IMPORTANCIA DE LA BIBLIOTECA RURAL

El libro tiene muchas virtudes que no tiene ninguna tecnología última en el campo educativo. Es una elevada y antigua relación la que tiene el hombre con el libro para expresarse y comunicarse, ya sea como escritor o lector. De todas esas virtudes podemos destacar algunas como la que el libro es de manejo práctico, masivo, completo y económico, frente a otros medios como el internet o la biblioteca virtual que de llegar a todos los que necesitan tendría un costo muchísimo mayor que si las bibliotecas públicas tradicionales llegasen igualmente a todos. La lectura en internet, no tendrá el poder del libro como medio de autoeducación y cambio. Educarse o autoeducarse a través de la lectura requiere de muchas horas diarias de contacto con el material de lectura. La pantalla de un monitor de computadora nunca ofrecerá las bondades que ofrece el libro, por ejemplo, una lectura elemental y universal, igualmente de formación literaria y moral como “El Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes Saavedra, de más de mil páginas, sería por demás agotador. Las

bondades del internet son otras en el campo educativo y que se deben aprovechar; así por ejemplo, existen millones de páginas sobre distintos temas. Pero en particular, en el campo de la lectura, creemos que el libro en papel nunca perderá su importancia como medio de formación, de cambio trascendental. Es más, éste es más ecológico y menos contaminante del medio ambiente que el libro digital, porque el libro digital o virtual, el internet en general, cada vez requerirá fabricar millones y millones de computadoras que contribuirán al calentamiento global por la energía que utilice e incrementarán la basura tecnológica o electrónica. La idea de Biblioteca Rural tiene que plasmarse en la realidad nacional como una necesidad de transformación del país a través de la educación porque concuerda con los objetivos generales de la Educación Peruana expresada en la Constitución Política del Estado y la Ley General de Educación, es decir, se origina del derecho al “acceso a la educación” que tenemos todos los peruanos. La marcha del país por la “vía del desarrollo” será lenta, perniciosa, de muchos siglos más, en tanto no se entienda la necesidad de utilizar nuevos medios y

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programas que logren el desarrollo. Existen programas educativos que llegan sólo a algunas poblaciones rurales. La promoción de la lectura como programa alternativo, debe llegar a todas las poblaciones rurales del país, pero que se entienda bien, no sólo a la población escolar, sino a toda la comunidad.

Jamás gobierno alguno ha pensado en el destino educacional2 de ese gran porcentaje de niños y jóvenes que terminando la primaria, no pueden seguir sus estudios secundarios y universitarios, teniendo que integrarse a su comunidad campesina y al perder todo vínculo con la educación, todo contacto con los libros, se convierten en analfabetos por desuso. Tampoco consideran los gobiernos de cuánto de lo que se ha invertido en su educación, se pierde por falta de una política integral y sostenida de la educación, a través de una permanente promoción del hábito de la lectura. Las bibliotecas rurales tienen que constituirse a futuro en los mejores bastiones para la

2 Según el censo escolar de 1998, 3´671, 242 terminaron la primaria de educación estatal y sólo 1´713, 425 se matricularon en 1º de secundaria estatal. Fuente Ministerio de Educación - Unidad de Estadística Educativa

lucha contra el analfabetismo y a favor del mejoramiento de la educación nacional, de las zonas rurales. En la actualidad, a nivel nacional no existen bibliotecas rurales, así como tampoco bibliotecas escolares en centros educativos primarios, salvo “módulos de libros” pero no propiamente bibliotecas y esto lo podemos constatar haciendo una rápida revisión del censo sobre bibliotecas escolares de 1998, del INEI.

El caso de Cajamarca, como una experiencia “particularmente original”3 sobre la creación de Bibliotecas Rurales en muchas de sus comunidades campesinas es un hecho digno de encomio y ejemplo que debería imitarse a nivel nacional. Sin embargo, tiene características peculiares como por ejemplo el que no tengan local propio o que sean atendidos por bibliotecarios voluntarios, agricultores o comerciantes, que le dan una relativa precariedad , pero demuestran la voluntad y solidaridad de gente4 que abre las

3 Marie-Annick Bernard, Apuntes Sobre las Bibliotecas Públicas Peruanas, 1986 4 El padre Juan Medcalt Todd, de origen inglés, fue quien creó las bibliotecas rurales de Cajamarca, comprendiendo bien la necesidad de estos medios alternativos para derrotar el analfabetismo. Gratamente en la búsqueda de información para el presente ensayo, me encontré con la

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puertas de la educación y la cultura a las poblaciones marginales. Nadie dude, por otra parte, de la demanda y utilidad de las bibliotecas en las poblaciones campesinas. Si en 1987 existían en Cajamarca 370 bibliotecas rurales, en el año 2011, según el informe del Coordinador de las redes de bibliotecas rurales de Cajamarca, existen más de 700 bibliotecas rurales.

A nivel de Latinoamérica es similar la problemática educativa rural que pesa sobre nuestra tortuosa marcha al desarrollo. Argentina es uno de los pocos países que tiene un sistema nacional de Bibliotecas Rurales, no es pues casual que en materia educativa ocupe el segundo lugar, después de Cuba donde la educación siempre fue prioridad nacional. Tampoco es casual que el Perú, según dicha medición, ocupe los últimos lugares. Es decir, esa será nuestra realidad por mucho tiempo en tanto no salvemos factores decisivos como la falta de medios educativos sostenidos como las Bibliotecas Rurales que tengan verdaderos promotores de lectura en cada comunidad.

experiencia de este párroco, consignada en el libro de la bibliotecóloga francesa Marie-Annick Bernard.

Un Plan Nacional de Lectura como el que se implantó en México algunos años atrás para mejorar la educación rural también se puede realizar en el Perú, y los ejecutores directos serían los bibliotecarios–maestros que, como ampliaremos más adelante, debe encargarse también de la alfabetización.

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LA BIBLIOTECA Y SU FUNCIÓN ALFABETIZADORA

En el Perú por mucho tiempo los programas de alfabetización no dieron buenos resultados. La lucha contra este problema educativo por parte de los gobiernos fue siempre débil y vacilante, muchas veces simulada y desleal a los objetivos de la patria en el campo educativo. De allí el lento avance de dicho programa con resultados desfavorables. Haciendo una revisión de las estadísticas sobre analfabetismo vemos que en el año de 1961 el analfabetismo en la zona rural del Perú llegaba al 59.4 %, en 1972 baja al 51.9 %, en 1981 desciende al 39.5%, en 1993 la tasa de analfabetismo baja al 29.8% y en el año 2007 al 19.7 %; como vemos en dichos periodos censales, el descenso del analfabetismo es lento en las zonas rurales. Podemos constatar asimismo esta inequidad en el acceso a la educación mostrada en un cuadro comparativo en 18 distritos del Perú con mayor y menor tasa de analfabetismo del que extraemos como muestra dos distritos: Upahuacho (distrito rural), en el departamento de Ayacucho con el 89 % de analfabetismo y La Punta (distrito urbano) perteneciente a la Provincia

Constitucional del Callao con el 1.5 % de analfabetismo de su población (INEI, 2007). Los maestros somos observadores del trabajo poco productivo de dichas personas. Ellos no tienen claro del para qué de su labor, desconocen los objetivos y demandas educativas del país. Por su parte, más de la mitad de los alumnos y alumnas a cargo de un alfabetizador de estos programas no logran un aprendizaje siquiera mínimo que les de las herramientas de su propia autoeducación. Los alfabetizadores de nuestra patria jamás han asumido su rol a conciencia, porque no son educadores de formación ni mucho menos de vocación. Sumado a esto es necesario hacer notar también que el promedio de 12 horas semanales de labor es muy poco, de allí los bajos resultados en este campo. Nosotros proponemos que el trabajo de alfabetización en las zonas rurales sea diario a cargo del maestro-bibliotecario. El maestro con título pedagógico y estudios complementarios en bibliotecología, pagados por los gobiernos regionales y locales, deberían ocupar los futuros puestos de

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bibliotecarios rurales; con un haber promedio de un empleado del estado por una jornada laboral de ocho horas, con horarios de diez de la mañana a seis de la tarde. En el horario de la mañana, de diez a una de la tarde, se podría utilizar exclusivamente para alfabetizar a un mínimo de diez alfabetizables y en el horario de la tarde, de dos a seis de la tarde, sería de atención del servicio de lectura. ¿No es esta una propuesta más razonable que los programas de alfabetización que siempre han fracasado? Así, las bibliotecas rurales cumplirán la función alfabetizadora y educadora en las comunidades campesinas, siempre y cuando estén bajo la dirección de los promotores de lectura que en el nuevo concepto educativo, son llamados bibliotecarios-maestros. Entre mantener y subvencionar un programa de alfabetización, que no da buenos resultados en tantos años y crear y mantener un sistema de Bibliotecas Rurales y sus programas de lectura y alfabetización a cargo de un maestro-bibliotecario; el Estado debe inclinarse por este último, porque sus logros serán inevitables y sostenidos.

El programa de lectura para adultos dirigido a las comunidades campesinas del Perú, debe ser un programa serio de necesidad nacional. Un programa que debe mejorarse año tras año para hacerlo más funcional y eficaz. El programa de lectura desde un inicio tendrá como coadyuvante la biblioteca rural. Finalmente, no compartimos esa ceremonia triunfalista del gobierno aprista de declarar al Perú país libre de analfabetismo, porque parece un maquillaje más, similar al de anteriores gobiernos; ya que se sabe que en las últimas elecciones presidenciales, de junio del 2011, en muchos distritos rurales del surandino, en algunas mesas había un número considerable de mujeres que no sabían firmar y que emitieron su voto utilizando únicamente su huella digital. No parece congruente que habiendo un 18% de analfabetismo hace sólo cuatro años (INEI, 2007) pudo haber bajado en 15% para haber descendido al 3% de analfabetismo según cifras manejadas por la actual gestión de INEI. Es más, por información periodística última se sabe que no hay registro de esa alfabetización que supuestamente logró ese positivo descenso.

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LA BIBLIOTECA RURAL, ESCUELA DE AUTOEDUCACIÓN

La Biblioteca Rural, será una escuela de cambio y educación para los jóvenes y adultos, alfabetos y analfabetos, varones y mujeres; necesariamente tendrá que contar con la atención de un bibliotecario que será al mismo tiempo maestro de profesión, Esta biblioteca no será sólo un lugar común de lectura, sino un espacio importante de aprendizaje. Por lo tanto, requerirá de la orientación del bibliotecario. Los especialistas dicen que la biblioteca debe ser una “escuela de adiestramiento” en la forma de estudiar mejor. En otras palabras, no será un lugar pasivo y estático de libros en reposo, sino un “cuadro de educación en acción”.5 El Bibliotecario Rural tiene que jugar para esto un papel importante. La Biblioteca Rural, no debe tener solamente materiales impresos (libros, revistas) sino también materiales audiovisuales (vídeo), que contribuirá enormemente a la educación. Ese concepto de que la biblioteca es un depósito de libros, debe ser superado. A

5 Ralph E. Ellsworth. La Biblioteca Escolar, New Jersey,

USA, 1965.

través de películas se enseñarán técnicas agrícolas, cultura, ciencia, valores, etc. Ya es notoria la utilización del video en las comunidades rurales por parte de algunos Proyectos de desarrollo y religiones, porque saben de su eficacia. La Biblioteca Rural será como una escuela dirigida por el bibliotecario o bibliotecaria, quien orientará qué leer o ver, de manera libre no, digamos, con la rigidez de una escuela o un colegio. Estudios realizados por Marie-Annick Bernard6 demuestran que las bibliotecas públicas de distritos populares de Lima tienen mayor frecuencia de lectores, que las bibliotecas públicas de distritos acomodados como Miraflores o San Isidro; no porque esas clases medias altas lean menos, sino porque ellos cuentan generalmente con una biblioteca privada, estando además al alcance de sus bolsillos los últimos títulos publicados. Las clases populares de cualquier zona del país siempre tendrán

6 La bibliotecóloga francesa Marie-Annick Bernard, hizo un estudio de investigación sobre las Bibliotecas Públicas Peruanas constató que el personal que atendía en muchas bibliotecas municipales no eran el más idóneo, eran los sancionados de otras áreas “que por castigo tenían que atender la biblioteca”.

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mayor necesidad de contar con este servicio, precisamente porque no tienen libros. Una biblioteca rural, atrayente sobre todo por la vocación y el optimismo del bibliotecario rural, varón o mujer, y sobre todo, por los beneficios de conocimientos que brinda, tendrá una frecuencia regular de concurrencia de lectores jóvenes y adultos, principalmente en las tardes, después de su labor agrícola. La presencia de la biblioteca puede muy bien modificar su horario de trabajo agrícola que es flexible, donde no hay un jefe ni horario establecido. Es decir, sin mucho descanso prolongado puede terminar su labor después de las dos de la tarde y tener el resto del tiempo para otras actividades como la lectura en la biblioteca. En este sentido quien dirija estos programas y medios educativos, no debe complicarse tanto por el horario, porque el campesino no posee grandes extensiones de terrenos, sino su parcela, que por el contrario, sería trabajada de manera más técnica, con nuevas ideas y conocimientos.

¿Qué impide que el niño, joven o adulto campesino se convierta en lector?. “En mi casa habían libros no botellas ni chavetas”,

dijo una vez el famoso librero y editor peruano Juan Mejía Baca, cuando se le preguntó sobre las motivaciones que lo inclinaron a la lectura y al estudio. Es indudable que para adquirir el hábito de la lectura se necesita del elemento básico que son los libros. Mientras el campesino no se familiarice con los materiales de lectura como libros y revistas que posea la biblioteca, nunca adquirirá este hábito ni mucho menos un libro por compra, así que esté alguna vez al alcance de su bolsillo. Por lo tanto, la necesidad de la biblioteca rural es ineludible para construir este hábito.

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LA MUJER CAMPESINA Y SU AUTOEDUCACION

Las mujeres campesinas también, por su parte, desde hace más de una década vienen modificando su horario de trabajo de amas de casa. Ellas tienen en la actualidad mayor interrelación fuera de su hogar con otras mujeres, jóvenes y adultas de la comunidad. Participan de manera activa en distintos programas de capacitación y ayuda. Ellas pueden muy bien asistir a la biblioteca rural durante algunas horas de la mañana luego de cumplir sus labores domésticas, generalmente, durante las primeras horas. Los materiales de lectura que se les ofrezca a la mayoría de ellas será en un principio la más sencilla, progresando poco a poco en sus gustos lectores. ¿Lee la mujer campesina?. Esta será la pregunta inevitable. Nosotros como maestros rurales afirmamos que en las comunidades campesinas también hay niñas inteligentes, buenas lectoras, que concluyendo su educación primaria no han seguido la educación secundaria por dos causas principales. La primera porque no cuentan con medios económicos y la segunda por

prejuicio cultural que, a su vez, tiene doble argumento: 1) Que las mujeres no necesitan estudiar

porque sus conocimientos adquiridos no les servirán de nada cuando sean amas de casa.

2) Que en el camino al colegio secundario,

que generalmente queda en el distrito poblado, pueden ser enamoradas y conquistadas o ser abusadas sexualmente.

El número de niñas que terminan toda su primaria y que no accede a la educación secundaria se incrementa año tras año. La biblioteca será para ellas la alternativa educativa permanente y preservadora de sus saberes lectores, el espacio necesario para su autoeducación y por lo tanto para su desarrollo personal que tanto requiere. La biblioteca así será ocupada por las mujeres durante la mañana y por las tardes y parte de la noche, por los varones, ahora que hay fluido eléctrico en la mayoría de las zonas rurales. Es hora ya de reivindicarlas a las mujeres campesinas de siglos de marginación, abuso e ignorancia. Sólo recordemos que según el informe de la

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UNESCO ellas son las menos atendidas en el área educativa, lo que es confirmado por los datos estadísticos del último censo nacional sobre población en que la tasa de analfabetismo femenino en la zona rural llega al 37.4 % (INEI, 2007).

CREACIÓN DE LA LEY DE BIBLIOTECAS RURALES

El Decreto Ley Nº 25762 de 1992, Ley Orgánica del Ministerio de Educación, en su Artículo 15, dice que “La Biblioteca Nacional tiene por finalidad facilitar y promover a todos los peruanos el acceso a la cultura mediante los recursos bibliográficos, hemerográficos y documentales”. Asimismo en el mismo artículo se señala que la Biblioteca Nacional “es responsable de ejecutar la política del Sistema Nacional de Bibliotecas”. Sin embargo, esta ley no apunta a la creación de bibliotecas rurales como política educativa del Estado quizás porque no se considere necesaria; no tanto por austeridad, como observamos, sino por una falta de política educativa tendiente a un desarrollo más justo del país como objetivo supremo. La Ley del Sistema Nacional de Bibliotecas, sujeto a un criterio discriminatorio, centralista, se proyecta sólo a las poblaciones urbanas; como si los habitantes del país, leídos y no leídos, vivieran únicamente en las ciudades. La existencia e importancia de la Biblioteca Rural asentada en el Perú real y verdadero debe considerarse un servicio educativo público de necesidad vital. La Biblioteca

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Rural en las comunidades campesinas tendrá la misma esencialidad y vitalidad de la escuela o de la casa comunal. No podremos imaginar mañana un Estado peruano que se precie de democrático, responsable, que niegue la necesidad de promover con obligatoriedad la creación de bibliotecas rurales a nivel nacional. Es necesario desterrar aquella costumbre tercermundista de “recolectar libros” o “campañas de movilización para conseguir libros”. El Estado es el que debe adquirir, por compra, libros para todas las bibliotecas públicas del país, sean estas nacionales, municipales, universitarias, barriales, rurales, etc., la que se consolide con el aumento del presupuesto para la educación. Es decir, ya es tiempo que las campañas por el libro las realice el Estado y no los “buenos” vecinos o directores de bibliotecas. La sola alfabetización no alcanzará logros significativos en el proceso de educación de los jóvenes y adultos de las zonas andinas. Es necesario su educación y acceso a la cultura moderna. El Estado debe crear la red de bibliotecas rurales del Perú. Una ley sobre Bibliotecas Rurales necesariamente debe considerar una biblioteca formal, con local

propio, no un proyecto de mera experimentación como se realiza siempre en nuestro país. Esta deberá estar acompañada necesariamente de un programa nacional de lectura para adultos. Lo importante es dar la ley de bibliotecas rurales empezando a implementar dichas bibliotecas en las comunidades de mayor población, este sería un gran paso en el camino tortuoso de la educación. Creemos que ya es tiempo de que los congresistas del Perú le den una mirada a los problemas mayores de nuestro país como la educación, pero integralmente, e identifiquen la falta de bibliotecas públicas, la carencia absoluta de bibliotecas rurales y sin mucha discusión sobre un tema crucial como este, como harían los parlamentarios de un país culto o de una nación emergente; promulguen la Ley de Bibliotecas Rurales que concretice la creación e implementación de 1 500 módulos básicos de bibliotecas en todas las comunidades campesinas de mayor concentración poblacional; que presupuestalmente tiene un costo de 180 millones de nuevos soles, que comparativamente con otros proyectos sociales no es nada oneroso.

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En estos últimos años, todos quienes dirigen la política nacional o las regionales, concuerdan en que se ha avanzado muy poco en el desarrollo de infraestructura en las zonas rurales, en todo caso esta es una oportunidad de construir una infraestructura de gran impacto social, que siendo amplia por constituir una red, sin embargo, es de bajo costo.

DEL LOCAL DE LA BIBLIOTECA Y SU IMPLEMENTACIÓN

Se podría afirmar que la biblioteca rural tendrá para la educación de los adultos y jóvenes, la misma importancia que tiene la escuela para la educación de los niños. Por lo que será de trascendente importancia que la biblioteca tenga local estable y propio. El local le dará pertenencia, personalidad y formalidad a este proyecto, además de permanente vida que la librará de la precariedad que pueda condenarla a su desaparición. El local de la biblioteca rural, debe ocupar el lugar más aparente de la comunidad campesina. A este tiempo muchas comunidades que tenían sus viviendas dispersas, vienen concentrando sus poblaciones y por ende sus viviendas en un solo lugar, ya sea a pie de carretera, en torno a la escuela, la casa comunal o la posta de salud, para beneficiarse a su vez de los servicios básicos como la electrificación, el agua potable, desagüe, etc., ya que comprenden que manteniéndose demasiado aislados y distantes de los lugares más concentrados de la comunidad no se favorecerán de dichos servicios, además que

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es una exigencia lógica de los ejecutores de estos servicios. Se diría que en las zonas rurales se está viviendo un proceso de semiurbanización o más bien concentración de lo rural por los cambios y exigencias de la modernidad. La arquitectura del local necesariamente debe ceñirse a un único diseño de construcción del módulo de biblioteca que propongan los arquitectos para todas las comunidades rurales del país que no debe diferir, así como no se diferencian las escuelas primarias a nivel nacional, salvo las que existen a nivel macroregional de sierra, selva y costa. Los materiales de las que estará construido el local, deben ser las que existen en la propia comunidad; como piedras, adobe, carrizo, teja, etc. en el caso de la sierra. En la región amazónica necesariamente debe considerarse el material noble, por la humedad del clima. Los propios campesinos realizarán la construcción del local, de acuerdo al diseño referido, con igual entusiasmo con que construyen sus casas comunales o sus escuelas, mediante el trabajo comunitario. En esta primera etapa la participación del Estado consistiría en dar los planos del módulo de

biblioteca, la dirección técnica y el acabado del local. La construcción de bibliotecas rurales a través de un proyecto nacional sería también muy oportuna si se la considera como tal. Quedan abiertas en este punto las posibilidades de las entidades ejecutoras en hacer un estudio más detenido de la realidad para adecuar al medio, básicamente de las macroregiones, en cuanto al diseño, espacio y materiales. La utilización del adobe en las construcciones modernas de viviendas y locales públicos, es una propuesta seria y factible, ya experimentada y aplicada por arquitectos egresados de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco. El mobiliario.- La biblioteca rural estará implementado del siguiente mobiliario: Una estantería simple de una cara de 2 x 2 metros, considerando que por posteriores iniciativas propias irán adquiriendo más libros de su interés, 07 mesas de 1.50 de largo por 0.90 de ancho cada una, 25 sillas, para 24 lectores y el bibliotecario; mueble fichero y para gavetas, de 1.20 m. x 90 cm. Todos estos muebles estarán fabricados en madera

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águano o de similar calidad. Asimismo dotarle de un televisor más DVD con videoteca básica de temas culturales y educativos que contenga documentales, películas y cursos en videos. La implementación bibliográfica.- Los módulos de biblioteca diseñados por el Ministerio de Educación para los centros educativos primarios y secundarios, deben constituir el patrón o modelo para ampliar o crear un módulo bibliográfico para las bibliotecas rurales, y sus programas de lectura y alfabetización. La bibliografía en una primera etapa de implementación debe comprender los módulos básicos que estará conformado por libros de utilidad para el campesino referidos a las áreas de agricultura, ganadería, crianza de animales, (aves, cerdos etc.) forestación, salud, primeros auxilios, obras literarias, religión, historia, matemáticas, arte y cultura general, educación alimentaria o nutrición, textos escolares, diccionarios, etcétera. Otros títulos bibliográficos de complementaria importancia se implementarán de a poco, asimismo puede ser opcional la implementación con revistas y diarios. La

lectura de diarios y revistas, constituye de por sí una lectura fácil que favorecerá la iniciación en el hábito lector. Una biblioteca rural que tenga toda esta información de manera permanente y orientada por el bibliotecario dará mejores frutos que los cursos de capacitación brindados a los campesinos, por entidades estatales y no gubernamentales, en las áreas de salud, agropecuaria, etc., porque estos eventos son temporales y no llegan a muchas comunidades.

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EL BIBLIOTECARIO RURAL, PROMOTOR DE LA LECTURA

La importancia del bibliotecario, promotor de lectura, en la biblioteca rural debe ser considerada como vital. Una biblioteca sin bibliotecario o promotor de lectura, sería como tener un simple depósito de libros sin un alma que dinamice el ser de la biblioteca, que debe ser activa y permanente. Permanencia que signifique sostenibilidad educativa para adultos, jóvenes y niños. Hay que desterrar definitivamente el concepto de que el bibliotecario debe ser cualquier persona, el simple “alcanzalibros”. Aún esta idea existe en muchos administradores y directores de bibliotecas públicas del país, cuya función de bibliotecario la encargan precisamente a los menos idóneos, irónicamente a los menos amantes de los libros o a los “castigados”7 de otras áreas o unidades de trabajo.

7 Marie-Annick Bernard, en su estudio sobre las bibliotecas públicas peruanas constató que en muchas de estas bibliotecas atendían los sancionados de otras áreas de trabajo de los municipios, etc., para quienes la atención de la biblioteca era considerado un castigo por evidente fobia a los libros.

Así como hoy, no se concibe la idea de que los alumnos de una escuela estén a cargo de un maestro sin formación pedagógica, en igual forma ya no se puede aceptar, que la biblioteca deba ser atendida por una persona sin formación básica en biblioteca. Hoy se exige que el bibliotecario escolar, posea dos títulos: El de maestro y el de bibliotecario8 .

Es decir el bibliotecario escolar de hoy, debe ser además maestro de profesión por su función de facilitar y orientar el trabajo y estudio del niño y adolescente, porque la biblioteca escolar es un “laboratorio de aprendizaje”, una escuela de aprendizaje y, ¿por qué ponemos el ejemplo del bibliotecario escolar?, porque los usuarios de la biblioteca rural estarán al nivel de aprendizaje de los escolares que requieren de la función orientadora del bibliotecario. Por esta razón, reiteramos nuestra propuesta de que para el caso particular de las bibliotecas rurales, esta función debe ser encargada al maestro de formación que no tenga un puesto de trabajo, quien deberá ser capacitado en bibliotecología básica, considerando la carencia de bibliotecarios

8 Ruth Ann Davies, La Biblioteca Escolar. Teoría y práctica

de la bibliotecología, 1969.

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profesionales egresados de dos universidades que no cubren ni la demanda laboral de Lima. Su remuneración necesariamente deberá asumirla el Estado directamente a través del Ministerio de Educación u otra entidad gubernamental; esta forma remunerativa de parte del gobierno central la hará más formal y garantizará su normal desenvolvimiento. Por el contrario, si estuviera sujeto a la planilla del municipio, su estabilidad laboral y su remuneración serían inseguras, afectando el funcionamiento de la Biblioteca Rural. El bibliotecario rural o promotor de lectura, tendrá una labor de hormiga en la promoción de la lectura, desarrollando funciones como la orientación del aprender a aprender, alfabetización, proyección de películas educativo-culturales, planificación y organización de otras actividades afines a la biblioteca como realizar invitaciones periódicas en las asambleas comunales a que visiten la biblioteca ellos y sus hijos, organizar charlas semanales o mensuales para la comunidad sobre la importancia de la lectura para su desarrollo personal y social, organizar narraciones de cuentos por los cuentistas orales de la comunidad, etcétera.

DE UNA PROPUESTA CIUDADANA Siempre pensé que era necesario crear la Ley de bibliotecas rurales, norma con nombre propio que apunte a la creación e implementación de bibliotecas en zonas rurales, o en su defecto que en la ya existente o en una nueva ley del Sistema Nacional de Bibliotecas se incluyera las bibliotecas rurales como una necesidad educativa en esas zonas. Es así que envié mi propuesta ciudadana sobre las bibliotecas rurales, en el primer año del segundo gobierno aprista al propio presidente de quien no recibí respuesta, acaso porque haya pasado por su despacho como los cientos de memoriales, solicitudes, cartas, etc. que a veces consideran de poca importancia, cuando la dirige un ciudadano a título personal y no una colectividad organizada. En el primer año del gobierno del señor Ollanta Humala envié la propuesta en papel, al despacho de la flamante ministra de educación, señora Patricia Salas y por correo electrónico a los ciento veinte congresistas, incluyendo en archivo adjunto de todos los correos el presente ensayo RED DE

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BIBLIOTECAS RURALES DEL PERÚ, no habiendo recibido respuesta alguna. Entonces lo hice por mesa de partes esta vez dirigido a un número de diez congresistas, adjuntando un ejemplar del mencionado libro, pero tampoco obtuve respuesta. Sin desistir en mi intento, el 18 de febrero del 2013, envié mi propuesta en una carta múltiple dirigida al Presidente de la Comisión de Educación, señor Daniel Mora Zevallos y a los seis miembros titulares de esa comisión, adjuntando la presente propuesta ensayo en papel; el documento múltiple ingresado por mesa de partes fue registrado con el Nº403647. No estaba enterado que dicha comisión elaboraba precisamente la nueva Ley del Sistema Nacional de Bibliotecas, hasta que por noticias se anunció que el día 05 de junio del 2013 se había dado dicha Ley Nº 30034 y cuando lo leí con algo de incertidumbre, comprobé gratamente que dicha ley, en su artículo 4, inciso h, había incorporado mi propuesta tantas veces peticionada. Entonces llamé por teléfono a la Comisión de Educación del Congreso, sólo para cerciorarme, preguntando por el curso de mis solicitudes, la secretaria muy amablemente

me informó que mis siete cartas y los textos adjuntos habían sido derivados a la mesa de trabajo de uno o más congresistas que elaboraron el proyecto de ley. En esos días recibí un mensaje del congresista Yhony Lescano, después de algunos meses de mis correos enviados, en la que mostraba su interés por la propuesta que le parecía atendible y que dispondría a su asesor que se estudie dicha propuesta, sin haberse enterado seguramente que la misma ya estaba incluida en la ley. Le respondí agradeciéndole su atención, porque fue el único congresista que respondió personalmente mi correo aunque con retraso, informándole que ya se había dado la ley, pues él estaba en otra comisión. Bueno, al fin de la batalla, como dijera el poeta, me siento satisfecho de que uno de mis ideales se esté concretando en una ley, que seguramente después de la reglamentación y cerrada la ley, facilitará que se cumpla en el terreno de los hechos. Seremos vigilantes de que esta ley a la que aportamos con un granito de arena, se acate y aplique. Sólo se necesita voluntad política para construir nuestro país, porque con inequidades y corrupción, a la larga, sin los

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grandes recursos con los que hoy contamos, podrían traer no sólo postergación sino conflictos sociales.

LEY Nº 30034 DEL SISTEMA NACIONAL DE BIBLIOTECAS

CONGRESO DE LA REPUBLICA

LEY N° 30034

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

POR CUANTO:

El Congreso de la República ha dado la Ley

siguiente:

EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;

Ha dado la Ley siguiente:

LEY DEL SISTEMA NACIONAL DE

BIBLIOTECAS

Artículo 1. Creación del Sistema Nacional de

Bibliotecas Créase el Sistema Nacional de

Bibliotecas como instrumento de gestión

pública para el establecimiento de estándares

de calidad, eficacia y eficiencia durante la

prestación de los servicios brindados a la

ciudadanía por las bibliotecas a cargo del

Estado.

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Artículo 2. Finalidad del Sistema Nacional de

Bibliotecas El Sistema Nacional de

Bibliotecas tiene por finalidad la integración

técnica de su gestión y el aseguramiento de

la calidad en sus servicios de acceso al

conocimiento, a la cultura y a la información,

propiciando para ello el funcionamiento de

bibliotecas organizadas en todo el territorio

nacional y la optimización del uso de sus

servicios y recursos bibliográficos, dentro de

la política pública de inclusión social, de

construcción de la ciudadanía y de desarrollo

humano.

Artículo 3. Conformación del Sistema

Nacional de Bibliotecas El Sistema Nacional

de Bibliotecas está integrado por:

a. La Biblioteca Nacional del Perú, como ente

rector del Sistema Nacional de Bibliotecas.

b. Los centros coordinadores regionales del

Sistema Nacional de Bibliotecas.

c. Las bibliotecas públicas de los gobiernos

regionales y de las municipalidades

provinciales, distritales y de los centros

poblados menores.

d. Las bibliotecas de los organismos públicos

y de las instituciones educativas públicas.

Artículo 4. Funciones del Sistema Nacional

de Bibliotecas El Sistema Nacional de

Bibliotecas tiene las siguientes funciones:

a. Propiciar que las bibliotecas públicas se

constituyan en centros de animación

cultural y social, a fin de que sus usuarios

puedan hacer uso eficaz del libro y de los

productos editoriales afines.

b. Fomentar la creación de redes

bibliotecarias virtuales, dentro de los

ámbitos nacional, regional, provincial y

distrital.

c. Gestionar y promover compromisos de

políticas sociales y planes estratégicos

entre las bibliotecas y los centros de

documentación a nivel nacional, para el

desarrollo de técnicas modernas,

aplicables a los sistemas y procesos

bibliotecarios.

d. Propiciar acciones para la protección

integral de todo tipo de acervo documental

que forma parte de las bibliotecas

integrantes del Sistema Nacional de

Bibliotecas, incluyendo libros, libros

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electrónicos, fondos audiovisuales,

productos editoriales afines, materiales

especiales, como dibujos y grabados,

música impresa, fotografías, carteles,

microimágenes y otros, a fin de garantizar

su actualización y conservación.

e. Definir estándares para los procesos

bibliográficos y los servicios

complementarios que brindan las

bibliotecas y los centros de documentación

pública, a nivel nacional.

f. Establecer estándares de calidad mínimos

respecto a las instalaciones con que deben

contar las bibliotecas a nivel nacional, a

efectos de asegurar ambientes adecuados

para el logro de los objetivos del Sistema

Nacional de Bibliotecas.

g. Propiciar la creación y sostenibilidad de las

bibliotecas públicas pertenecientes a los

gobiernos regionales, gobiernos

provinciales y gobiernos locales.

h. Propiciar y promover la creación de

bibliotecas en los tambos comunales, en

las zonas rurales y en las comunidades

nativas.

Artículo 5. Funciones de la Biblioteca

Nacional del Perú como ente rector del

Sistema Nacional de Bibliotecas La Biblioteca

Nacional del Perú, como ente rector del

Sistema Nacional de Bibliotecas, tiene las

siguientes funciones:

a. Emitir normas técnicas bibliotecológicas

aplicables a todos los sistemas y procesos

de las bibliotecas integrantes del Sistema


b. Elaborar propuestas de políticas, planes,

directivas y programas que aseguren la

calidad de los servicios bibliotecológicos a

nivel nacional.

c. Definir los estándares e indicadores de

calidad de las bibliotecas integrantes del


d. Fomentar, a nivel nacional, la obtención de

recursos financieros de la cooperación

técnica, nacional e internacional,

orientados al desarrollo y modernización

de las bibliotecas integrantes del Sistema


e. Promover, apoyar y coordinar programas y

acciones de fomento y difusión del hábito

de lectura, en coordinación con el

Ministerio de Cultura.

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f. Realizar, con una periodicidad mínima de

cuatro años y en coordinación con el

Instituto Nacional de Estadística e

Informática, encuestas nacionales de

hábitos de lectura que permitan conocer

los avances logrados en la reducción de

las desigualdades educativas, gracias al

soporte bibliotecario.

g. Coordinar con los centros coordinadores

regionales respecto a las disposiciones

contenidas en los literales c, d y e.

h. Definir y desarrollar acciones, acuerdos y

convenios con entidades educativas,

gobiernos regionales, gobiernos

provinciales, gobiernos locales y otros

organismos, tanto del sector público como

del sector privado, con el fin de promover y

mejorar la integración, el desarrollo

institucional, la ampliación y el

mejoramiento del Sistema Nacional de

Bibliotecas.

i. Conducir, ejecutar y evaluar acciones y

programas de formación, capacitación y

actualización técnico-profesional en las

áreas de bibliotecología y ciencias de la

información, para potenciar el desarrollo

institucional del Sistema Nacional de

Bibliotecas.

j. Establecer y celebrar acuerdos, convenios

y alianzas estratégicas de cooperación

técnico-financiera con entidades

educativas y organismos públicos y

privados, nacionales y extranjeros, con el

fin de fortalecer el mejoramiento, el

desarrollo y la modernización de los

servicios bibliotecarios de las bibliotecas y

de los centros de documentación

integrantes del Sistema Nacional de

Bibliotecas.

k. Propiciar la capacitación del personal de

las bibliotecas integrantes del Sistema

Nacional de Bibliotecas, así como el

desarrollo de investigaciones y estudios en

estas áreas.

Artículo 6. Centros coordinadores regionales

del Sistema Nacional de Bibliotecas Son

centros coordinadores regionales del Sistema

Nacional de Bibliotecas las bibliotecas

acreditadas por la Biblioteca Nacional del

Perú, en su calidad de ente rector del


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Artículo 7. Creación de los institutos técnicos

de bibliotecología y ciencias de la información

El Ministerio de Educación, en coordinación

con el Ministerio de Cultura y en el marco de

sus competencias, establece las acciones

destinadas a la creación de los institutos

técnicos de bibliotecología y ciencias de la

información, encargados de proporcionar los

profesionales técnicos en calidad y número

suficiente para atender la gestión de las

bibliotecas públicas a nivel nacional, de

conformidad con la Ley 29394, Ley de

Institutos y Escuelas de Educación Superior.

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS

FINALES

PRIMERA. El Poder Ejecutivo reglamenta la

presente Ley en un plazo no mayor de

sesenta (60) días calendario, contado a partir

de su vigencia.

SEGUNDA. Las entidades del Estado que

cuenten con una biblioteca acreditan a su

titular ante el Sistema Nacional de Bibliotecas

en un plazo no mayor de noventa (90) días

calendario, contado a partir de la vigencia de

la presente Ley.

TERCERA. La Biblioteca Nacional del Perú

adecúa su Reglamento de Organización y

Funciones, conforme a lo dispuesto en la

presente Ley, en un plazo no mayor de

noventa (90) días calendario, contado a partir

de su vigencia.

DISPOSICIÓN COMPLEMENTARIA

DEROGATORIA

ÚNICA. Déjanse sin efecto lo dispuesto en el

artículo 1 del Decreto Supremo 33-83-ED, el

artículo 72 del Decreto Supremo 024-2002-

ED y todas las demás normas que se

opongan a la presente Ley.

Comuníquese al señor Presidente

Constitucional de la República para su

promulgación.

En Lima, a los quince días del mes de mayo

de dos mil trece.

VÍCTOR ISLA ROJAS

Presidente del Congreso de la República

MARCO TULIO FALCONÍ PICARDO Primer

Vicepresidente del Congreso de la República

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AL SEÑOR PRESIDENTE

CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA

POR TANTO:

Mando se publique y cumpla.

Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los

cuatro días del mes de junio del año dos mil

trece.

OLLANTA HUMALA TASSO

Presidente Constitucional de la República

JUAN F. JIMÉNEZ MAYOR Presidente del

Consejo de Ministros

BREVE COMENTARIO A LA LEY N° 30034 DEL SISTEMA NACIONAL DE

BIBLIOTECAS Ante la pasividad e ineficiencia del otrora Sistema Nacional de Bibliotecas, el Congreso de la República ha promulgado el pasado 05 de junio del 2013 la Ley Nº 30034, del Sistema Nacional de Bibliotecas, por la que manda convertir a esta institución en una entidad de mayor actuación en el proceso educativo de la nación, como cumplieron siempre las bibliotecas en la vida de las sociedades, institución que deberá demostrar eficiencia y eficacia en su labor. A partir de esta ley se pretende ampliar el alcance de este esencial servicio a las poblaciones que carecen de bibliotecas y organizarlo mejor con un criterio de inclusión social, pues anteriormente las normas no lo orientaban precisamente a ese propósito. Según esta ley, entre las funciones más importantes del Sistema Nacional de Bibliotecas, serán las de convertir a las bibliotecas públicas como centros de animación cultural, desde donde, suponemos, se estimulará los talentos de niños y jóvenes en distintas áreas como la

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escritura, la dramatización o la pintura; el espacio donde podrán exponer sus propuestas en diferentes aspectos del conocimiento o de la expresión artística, y siendo que nuestro país es uno de los que se caracteriza por tener una marcada diversidad cultural, puedan demostrar sus expresiones culturales y artísticas propias en sus respectivas regiones y provincias. La creación de una red de bibliotecas virtuales por parte del Sistema Nacional de Bibliotecas, es otro acierto de esta ley, por cuanto creando bibliotecas virtuales, con sitios de lectura en diferentes puntos de las ciudades, como funcionan actualmente las bibliotecas virtuales en Europa, será un gran aporte a la educación y la cultura de miles de jóvenes, porque podrán leer en las bibliotecas virtuales libros en distintos formatos como PDF, Word y audio MP3 y reproductores digitales como se está utilizando en el mundo virtual. La promoción de una gran red de bibliotecas virtuales gratuitas por parte del Estado, se constituirá en un gran aporte a la educación y cultura, en contraposición al puro internet, donde hoy los jóvenes encuentran influencias negativas como la violencia sexual, el crimen, el terrorismo, el narcotráfico, etc.

Nuestro país siempre ha carecido por décadas de bibliotecas tradicionales, tanto en las zonas urbanas y urbanas marginales de sus ciudades, de allí el poco interés por los libros, y una desvinculación flagrante con las bibliotecas y con el hábito de lectura, según el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina (Cerlc) el Perú ocupa el último lugar en porcentaje de lectores. Esta ley expresa que propiciara la creación de bibliotecas en las diferentes ciudades y provincias donde no existían bibliotecas y enriquecerá y modernizará las bibliotecas públicas arrinconadas y olvidadas por las malas administraciones de un sistema nacional de bibliotecas del pasado. La concepción más transformadora de esta ley, es que a partir de ahora, por primera vez después de 192 años de vida republicana, el Estado Peruano, a través del Sistema Nacional de Bibliotecas dará acceso a todas las comunidades rurales de la zona andina y amazónica del Perú en este proceso de democratización del libro y la biblioteca. Esta ley, propiciará la creación e implementación de bibliotecas en poblaciones rurales que se encuentran a pie de carretera y más aún en los Tambos, es decir en las comunidades

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campesinas más alejadas a donde no llegan ni trochas carrozables, para lo que este gobierno creo los tambos comunales, que serán los centros articuladores y comunicantes con el Estado, que le dará los servicios modernos básicos; en consecuencia, estas también contarán con una biblioteca, educación y la cultura en el propio Tambo. Creemos que con esta ley directriz, será posible concretizar las bibliotecas rurales en coordinación con los municipios, porque en muchas regiones andinas, los alcaldes provinciales y distritales, a falta de ideas, construían en vez de bibliotecas o centros culturales, ruedos de toros y coliseos de gallos. En cuanto a las funciones que esta ley le confiere a la Biblioteca Nacional, como ente rector del Sistema Nacional de Bibliotecas, podemos destacar, que la mencionada institución directriz vigilará la calidad que deberán tener las bibliotecas a nivel nacional, asimismo, el fomento y difusión del hábito de lectura, que a decir verdad estuvo ausente en el contexto social del país, por parte de esta entidad rectora, con una falta de difusión de mensajes permanentes que hubieran motivado la masificación de la lectura en nuestra población escolar y la ciudadanía,

otra de sus funciones importantes será la de realizar encuestas sobre índices del hábito de lectura, en coordinación con el INEI, que nos permitirá ver nuestros avances o retrocesos en este tema, para reformular acciones en este aspecto crucial de la educación peruana en general. La creación de institutos técnicos para formar bibliotecarios es un gran paso de la educación en el tema de bibliotecas públicas, porque las dos únicas universidades donde se forma académicamente a los bibliotecólogos, como son la Universidad Católica del Perú y la Universidad Mayor de San Marcos, no cubren ni la demanda laboral de las bibliotecas públicas de Lima que requieren de profesionales en biblioteca y mantener sólo estas dos alternativas formativas sería antagónica y contradictoria a esta buena ley democrática e inclusiva. La creación de institutos técnicos en bibliotecología será lo más innovador de este propósito de llevar la biblioteca a todas las poblaciones urbanas y rurales del país. Y finalmente la capacitación permanente del personal bibliotecario del Sistema Nacional de Bibliotecas, que se multiplicarán por miles de acuerdo a lo que deducimos de lo previsto

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en esta ley inclusiva y totalizante, será esencial por cuanto se necesita bibliotecarios con vocación de servicio y orientadores de nuevos lectores. Sin duda esta es una de las buenas leyes de la Comisión de Educación del Congreso de la República, igual que las otras que ha proyectado y promulgado, que felizmente no ha suscitado oposiciones ni protestas, acaso porque en este sector laboral no existen sindicatos politizados de trabajadores o porque oponerse a una política bibliotecaria de una nación sería lo más bárbaro de un pueblo; felizmente la función civilizadora de la biblioteca avasalla a cualquiera.

CONCLUSIONES

1.- Los gobiernos nacionales de los últimos

cincuenta años, mantuvieron ese criterio

centralista y excluyente de gobernantes de

toda la época republicana, de ignorar el tema

de las bibliotecas rurales.

2.- Los gobiernos regionales y locales, pese

a estar más cerca de las necesidades

básicas de las poblaciones rurales, en las

áreas de educación y salud; no valoraron la

importancia de crear bibliotecas en zonas

rurales.

3.- Frente a la indiferencia de los gobiernos

nacionales y locales, hemos propuesto ante

el Congreso de la República, como iniciativa

ciudadana, la creación de la ley de

bibliotecas rurales o la inclusión de la

creación e implementación de bibliotecas

rurales en la Ley del Sistema Nacional de

Bibliotecas.

5.- Como consecuencia de nuestras

reiteradas peticiones, el Congreso de la

República, el día 05 de junio del 2013, ha

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promulgado la Ley Nº 30034 del Sistema

Nacional de Bibliotecas, por el que se incluye

a todas las comunidades campesinas y

nativas en el derecho a contar con bibliotecas

rurales, después de 192 años de vida

republicana. Creemos que en pocos años, si

se cumple la ley, se podrá concretizar la

creación e implementación de bibliotecas en

estas poblaciones rurales.

PERFIL GENERAL DEL PROYECTO DE BIBLIOTECAS RURALES

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PERFIL DE PROYECTO DE BIBLIOTECAS RURALES DEL PERÚ

I. NOMBRE DEL PROYECTO

Red de Bibliotecas Rurales del Perú.

II. DIAGNÓSTICO Y DESCRIPCIÓN DEL

Las poblaciones rurales del Perú, por factores socioeconómicos nunca han tenido acceso a la educación y a la cultura, salvo la escuela primaria deficiente. Careciendo del hábito de la lectura que se origina en su entorno desfavorable que constituye su hogar y comunidad donde no existen libros, nos encontramos en los últimos lugares en comprensión lectora (informe UNESCO, 2004), PISA (2001-2009) y con una tasa de analfabetismo rural del 19.7 %. (INEI, 2007).

III. OBJETIVO

Dar acceso directo a la educación y cultura, a las poblaciones campesinas, a través de las bibliotecas rurales y crearles un entorno favorable para el hábito de la lectura en áreas donde por casi dos siglos de vida republicana nunca han leído y de esta manera coadyuvar al cambio y desarrollo equitativo del Perú y al cumplimiento de los

objetivos del Plan Nacional de Educación para Todos 2000-2015, aprobado por el Ministerio de Educación del Perú y primigeniamente promovido por la UNESCO.

IV. ANÁLISIS DE LA ALTERNATIVA DE

SOLUCIÓN

La creación de Bibliotecas Rurales en las comunidades campesinas, principalmente de mayor densidad y concentración poblacional, se debe incluir en la ley del Sistema Nacional de Bibliotecas o generarse de la Ley de Bibliotecas Rurales del Perú, con nombre propio, como no existe aún en la actualidad.

V. PROPUESTA TÉCNICA Y RESULTADOS

ESPERADOS El Estado, con participación de la propia comunidad rural, construirá la Biblioteca Rural o comunal en cada comunidad campesina. El local constará de un módulo básico de una sola planta con baño, cuya estructura de adobe, entregará la comunidad y los acabados estarán a cargo de maestros de obra calificados.

La implementación de la biblioteca rural significa dotarle de bibliografía básica consistente en 500 títulos, suficiente para incentivar y motivar el periódico incremento

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de libros por parte de la propia comunidad, con la adecuada participación del promotor de lectura; asimismo, dotar de mobiliario básico consistente en estante, mesas y sillas, un mueble fichero y de gavetas, un televisor más DVD y libros. Los resultados de este proyecto se verán tangibilizados en la democratización del libro y el acceso a la educación y cultura de campesinos adultos, varones y mujeres, niños y adolescentes de las comunidades.

VI. ACTIVIDADES PRINCIPALES Y METAS

Las actividades de creación, implementación y funcionamiento de las Bibliotecas Rurales estarán dirigidas por los programas nacionales de infraestructura FONCODES y/o INFES, que ya cumplieron su ciclo de construir solamente escuelas.

Se iniciarán dando a conocer el proyecto en las propias comunidades y entregándoles el Proyecto Único de Módulo de Biblioteca, la que previa coordinación y acuerdo, se empezará con la construcción de la estructura de la biblioteca rural. Al término de esta actividad, se realizarán los acabados del proyecto de construcción. Luego de esta etapa, se implementará de mobiliario consistente en mesas, sillas,

estante simple, mueble fichero y de gavetas. La última etapa será la implementación bibliográfica y videográfica para la que se dotará de un televisor más DVD y la capacitación del promotor de lectura.

VII. EJECUCIÓN

A. La construcción del módulo de

biblioteca en su etapa de estructura, cimentación y paredes de adobe o sillar, dependiendo de la zona geográfica, se realizará en faenas comunales como aporte de la comunidad quien es la directa beneficiaria del proyecto, cuya participación activa se garantiza por experiencias positivas de trabajo comunal cuando ésta es para su beneficio.

B. El resto de los trabajos como techo, piso, acabados de paredes, puertas y ventanas, mobiliario estarán a cargo de los mencionados programas o los gobiernos regionales.

C. Las bibliotecas se articularán entre ellas

a través de la Red de Bibliotecas Rurales del Perú y el Sistema Nacional de Bibliotecas, para beneficiarse de las capacitaciones en bibliotecología básica, a los promotores de lectura y la

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dotación anual de bibliografía. Asimismo, las Redes de Bibliotecas Rurales podrán a futuro realizar ediciones propias de su literatura regional y distribuir en toda la Red bibliotecaria.

VIII. PLAN PARA LA SOSTENIBILIDAD Las Redes de Bibliotecas Rurales del Perú articuladas al Sistema Nacional de Bibliotecas (Biblioteca Nacional), como órgano rector y promotor de bibliotecas públicas, dependerán de esa entidad, quien velará por su fortalecimiento y desarrollo. La remuneración de los Promotores de Lectura, que serán jóvenes maestros desocupados, consecuencia del superávit de profesores, serán contratados anualmente por concurso y dependerán de la planilla del gobierno central. La presencia de los Promotores de Lectura deberá considerarse vital en la comunidad, por cuanto él será quién promocione el hábito de la lectura a través de diversas actividades. El proyecto considera también darle al bibliotecario maestro, la responsabilidad de ALFABETIZAR. Puede considerarse como alfabetización alternativa, paralela al programa nacional de alfabetiza

IX. UBICACIÓN

Las Bibliotecas Rurales, se pueden crear en todas las zonas rurales de nuestro país, principalmente en un inicio, en las de mayor concentración y densidad poblacional.

X. DURACIÓN Este proyecto puede durar aproximadamente 12 meses y su costo es bajo de acuerdo a la misma concepción práctica del proyecto, realizándose su ejecución paralelamente.

La capacitación de los promotores de lectura en bibliotecología básica de atención y promoción de lectura se realizará descentralizadamente en las capitales de cada región donde tienen su sede las Bibliotecas Municipales. La construcción del proyecto de módulo de biblioteca en las distintas comunidades, con activa participación de las propias comunidades y los trabajadores no calificados de los programas nacionales de trabajo temporal, en coordinación con el Comité Regional, se realiza en 06 meses: El acabado del local bibliotecario se realiza en tres meses con trabajadores calificados que

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existen en las propias comunidades. Todas las actividades como construcción de las bibliotecas, fabricación de mobiliario, capacitaciones en bibliotecología y adquisición de bibliografía se inician juntas, paralelamente por los comités, equipos de trabajo, etc.

XI. BENEFICIARIOS DEL PROYECTO

- 1 500 comunidades campesinas del Perú (en la presente gestión gubernamental, 2011-2015)

- 1 500 profesores desempleados del país (Promotores de Lectura).

- Un promedio de 10 000 trabajadores no calificados temporales de las comunidades, para 1 500 bibliotecas rurales a nivel nacional.

XII. PRESUPUESTO, COSTOS UNITARIOS

POR ACTIVIDADES Y FINANCIAMIENTO.

Construcción de módulo de biblioteca 86 650

Mobiliario en madera aguáno 6 250

Libros 25 000

Televisor más DVD + mueble 1 500

CD + DVD 600

Total 120 000

En 1500 bibliotecas rurales sumaria 180 millones de nuevos soles

BIBLIOGRAFÍA

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2. MARIE-ANNICK BERNARD, Apuntes

sobre las bibliotecas públicas peruanas, 1986.

3. MANUEL CARRIÓN GUTIÉZ, Manual de

bibliotecas, 1993 4. TERESA COLOMER, ¿Quién

promociona la lectura?, 2003. 5. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL

ESTADO, 1993. 6. CARLOS CUETO FERNANDINI,

Pequeñas bibliotecas públicas. 7. RUTH ANN DAVIES, La biblioteca

escolar. Teoría y práctica de la bibliotecología, 1969.

8. RALPH E. ELLSWORTH. La biblioteca

escolar, New Jersey, USA, 1965. 9. URIEL GARCIA, El nuevo indio, Edición

de la1986.

96

10. RICHARD DE GENNARO, Biblioteca la tecnología y el mercado de información, 1993.

11. CLAIRE GINCHAT, Introducción general

a las ciencias y técnicas de la información y documentación, 1990.

12. INEI, Censo poblacional, 2007

13. LEY GENERAL DE EDUCACIÓN, 2004. 14. JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI, 7

ensayos de interpretación de la realidad peruana, 1977.

15. MINISTERIO DE EDUCACIÓN, Censo

escolar de 1998. 16. ENRIQUE MOLINA CAMPOS, Teoría de

la biblioteconomía, 1995. 17. JULIO C. OLAYA GUERRERO, Estudios

bibliotecológicos y otros ensayos, 1993. 18. LUISA ORERA ORERA, Manual de

biblioteconomía, 1996. 19. CARMEN ORTIZ DE ZEVALLOS Y

ANTONIETA BALLÓN, La biblioteca pública en acción, 1964.

20. ANÍBAL PONCE, Educación y lucha de clases, 1981

21. ALVIN TOFLER, La tercera ola, 1981 22. UNESCO, Manual sobre bibliotecología. 23. UNESCO, Estudio regional comparativo y

explicativo.

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ÍNDICE

UN MODELO A SEGUIR .............................................................. 6

INTRODUCCIÓN ........................................................................ 10

LOS MARGINADOS DE LA EDUCACIÓN ................................. 15

PARTICIPACIÓN DEL ESTADO EN LA EDUCACIÓN .............. 19

LA EDUCACIÓN INTEGRAL DEL CAMPESINO ....................... 21

LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ................................... 25

DESCENTRALIZACIÓN DE LA BIBLIOTECA ........................... 28

MUNICIPALIDADES Y BIBLIOTECAS ....................................... 31

LA IMPORTANCIA DE LA BIBLIOTECA RURAL ...................... 34

LA BIBLIOTECA Y SU FUNCIÓN ALFABETIZADORA ............. 40

LA BIBLIOTECA RURAL, ESCUELA DE AUTOEDUCACIÓN .. 44

LA MUJER CAMPESINA Y SU AUTOEDUCACIÓN ................. 48

CREACIÓN DE LA LEY DE BIBLIOTECAS RURALES ............. 51

DEL LOCAL DE LA BIBLIOTECA Y SU IMPLEMENTACIÓN ... 55

EL BIBLIOTECARIO RURAL, PROMOTOR DE LA LECTURA . 60

DE UNA PROPUESTA CIUDADANA ......................................... 63

LEY 30034 DEL SISTEMA NACIONAL DE BIBLIOTECAS ....... 67

BREVE COMENTARIO A LA LEY N° 30034 DEL SISTEMA NACIONAL DE BIBLIOTECAS ................................................... 77

CONCLUSIONES ....................................................................... 83

PERFIL DE PROYECTO DE BIBLIOTECAS DEL PERÚ .......... 85

BIBLIOGRAFÍA ........................................................................... 95

red de bibliotecas rurales del perú

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