puentes para la paz mayo 26

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Esperanza Hernández Delgado

Programa Puentes para la PazIglesia Cristiana Menonita de Colombia

(Iglesia local de Teusaquillo)

Diálogos Constructivospara Arauca

Puentes con poder transformador

Diálogos Constructivos para AraucaPuentes con poder transformador

© Esperanza Hernández Delgado Primera edición mayo de 2013Segunda edición mayo de 2015

ISBN: 978-958-

Asistente de InvestigaciónJuan Pacheco Lozano

Comité AcadémicoPeter StuckyKatherine Torres Sánchez

Corrección de estiloLaura Bernal Castro

Foto PortadaKatherine Torres Sánchez

Diseño y diagramaciónLuz Mery Avendaño

ImpresiónEditorial Gente NuevaPbx: 320 21 88

Esta publicación es posible gracias al apoyo del Programa de Reintegración con Enfoque Comunitario de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que cuenta con el respaldo económico del Gobierno de Estados Unidos a través de su Agencia para el Desa-rrollo Internacional (USAID). Los contenidos son responsabilidad de la Iglesia Menonita de Colombia y de los autores, y no necesariamente reflejan la opinión de USAID o de la OIM.

Se autoriza la reproducción total o parcial de esta publicación para fines educativos u otros fines no comerciales, siempre que se cite la fuente

Muy especiales a Dios, en primer lugar; y a la Iglesia Cris-tiana Menonita, en reconocimiento de su valiosa labor de construcción de paz en Colombia. También por su apoyo incondicional en el área administrativa.

Al Programa Puentes para la Paz, por su valiosa compren-sión de la construcción de la paz e incidir de muchas mane-ras en la generación de la iniciativa de paz “diálogos cons-tructivos para Arauca

A las valiosas y extraordinarias personas, hombres y mu-jeres, que integran las Comisiones Ciudadanas de Recon-ciliación y Paz en los municipios de Arauca, por creer en esta iniciativa de paz, comprometerse con ella y contribuir a dinamizarla.

A Katherine Torres, por ser el alma de los “diálogos cons-tructivos para Arauca, colocar su inteligencia al servicio de esta iniciativa y por su ejemplarizante valor para asumir los retos que implica.

A USAID / OIM por financiar el proyecto y esta publicación.

Agradecimientos

Institucionales

A la Redprodepaz y Ecopetrol por su apoyo; a la AFP por su acompañamiento; al Cinep, por ser socio de esta apuesta; a Justapaz, Consornoc y Puentes para la paz, organizaciones que integran la Alianza por Arauca, por sus sinergias con esta iniciativa de paz y el valioso apoyo que cada una de ellas ha brindado al mismo.

A Ginny Bouvier de USIP; Kimberly Stanton, ex directora de PCS, al Comité Central Menonita, la MAP OEA Pablo Lumer-man, Graciela Tapia, Francisco Díez, y por supuesto a John Paul Lederach, quienes integran el colectivo de acompaña-miento internacional de esta iniciativa de paz, por sus valiosos aportes en diferentes momentos clave.

A María Lucía Zapata, por facilitar los contactos para el acom-pañamiento internacional, su permanente apoyo como aseso-ra y por su generosa disponibilidad.

A la Federación Luterana Mundial; Pablo Stucky, de Ceas; la Iglesia Presbiteriana, y el Padre Francisco de Roux y Flor Alicia por la comunidad jesuita y la Iglesia Católica; y al académico Pedro Galindo, acompañantes nacionales, por sus valiosas orientaciones y por estar presentes en momentos relevantes.

A Luz Marina Gómez quien abrió caminos para las CCRP, a Martín Sandoval, Alonso Campiño, Older Cáceres, Pastoral Social de la Iglesia Católica de Arauca, el Sacerdote Teodoro de Saravena, por su receptividad con esta iniciativa de paz y sus valiosos aportes.

Al Pastor Pedro Stucky, Pablo Stucky, Agustín Jiménez, Anthony Sánchez, Nathan, Juan Pacheco, Olga Fonseca del equipo coordinador e Isdalia Ortega, Jesús Libardo Ramírez por sus aportes en las comunicaciones y difusión. Recono-ciendo su calidad humana, su vocación por la paz, y por su acompañamiento y valiosos aportes.

El diálogo es a favor de Arauca, de la paz, la reconciliación y el desarrollo del departamento. Esa es nuestra base, nosotros entendemos que cada sector tiene sus intereses y muchas veces esos intereses están en conflicto, por lo que tratamos de entender la razón de ser de ese conflicto, pero la apuesta es que si todos nos ponemos la camiseta de Arauca, todos podemos ganar (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

....El diálogo social era colocar esos temas que nos tienen en conflicto armado, pero para dialogarlos, un poco lo que decíamos era: cambiemos la bala por la lengua (…) Esas conflictividades polarizantes, profundas y estructurales, había que ponerlas en la mesa. Desde allí sale todo el imaginario de pensar un diálogo real y concreto. No un espacio para decir que nos gusta la paz, queremos la paz, que bonita la paz, hasta luego y no nos vimos más; sino diálogos que generaran cambios estructurales en el modelo económico, en el modelo social, desde los territorios (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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Contenido

Introducción 11

Prólogo 15

1. Contexto

1.1. El impacto de la política de seguridad democrática 191.2. Arauca, sus principales características y la expresión del conflicto armado 22 1.2.1. Conflicto armado 241.3. Compromiso de la Iglesia Menonita con la Paz y con Arauca 28

2. Procesos e iniciativas de pazAntecedentes

2.1. Iniciativa de paz con pastores de Iglesias evangélicas y mediación pastoral en el conflicto armado en Arauca 322.2. Alianza con sectores de la sociedad civil en perspectiva de construcción de paz y “el patio” como referente de iniciativas de paz 352.3. Puentes para la paz 37

Capítulo 1 • Contexto

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3. Surgimiento y desarrollo3.1. Sobre el origen 423.2. El desarrollo alcanzado 47

4. La propuesta de diálogos constructivos para Arauca

4.1. ¿Por qué dialogar? 634.2. Del diálogo social 654.3. Diálogos intrasectoriales e intersectoriales 664.4. Diálogos constructivos 684.5. Las fortalezas de la iniciativa 70

5. Logros alcanzados

5.1. Ejercicio de construcción de paz 735.2. Generación de cambios 745.3. Los diálogos intra e intersectoriales 755.4. Desarrollo de la iniciativa de paz 765.5. Aprendizajes para quienes han liderado esta iniciativa de paz 78

6. Desafíos asumidos y mirando el futuro

6.1. Desafíos asumidos en el pasado reciente 796.2. Desafíos mirando el futuro 81

7. Análisis de los Diálogos Constructivos para Araucaen perspectiva de construcción de paz

7.1. Diálogos y construcción de paz 867.2. Diálogos constructivos para Arauca y construcción de paz 90 7.2.1. Los significados que otorga a la construcción de paz 91 7.2.2. Experiencia de empoderamiento pacifista 92

Bibliografía 94

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En Colombia se identifica y se expresa cada vez más un uni-verso significativo de experiencias de construcción de paz (Hernández, Salazar, 1991; Hernández, 2004, 2006, 2012, 2014; Justapaz, Lutheran World Relief, 2006; Lederach, 2008; Villarraga, 2008, 2009; Gonzalez, Herbolzheimer, Montaña, 2010; Sarmiento, 2011). Esta realidad desvirtúa la mirada, por momentos generalizada, que caracteriza a este país sólo por sus violencias y lo ata irremediablemente a este fenómeno social.

Es innegable que en Colombia se han registrado violencias históricas y recurrentes (Sánchez, 1986; Comisión de Estu-dios sobre la Violencia, 1987; Pizarro, 1986, 1996; Deas, Gai-tán, 1995) dentro de ellas: estructurales como la pobreza, el racismo y la exclusión, etc.; y directas, representadas en el conflicto interno armado, considerado como uno de los más antiguos del mundo (Chernick, 2008, 19; Fisas, 2011, 16). Sin embargo, también ha sido escenario de plurales ini-ciativas civiles de paz generadas y jalonadas por pueblos, comunidades, organizaciones de víctimas, mujeres y jóve-nes, e Iglesias, entre otras (Hernández, Salazar, 1991; Her-nández, 2004, 2006, 2012, 2014; Justapaz, Lutheran World

Introducción

Introducción

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Relief, 2006; Lederach, 2008; Villarraga, 2008, 2009). Estas experiencias se han hecho visibles en significativos y perfectibles procesos de empode-ramiento pacifista de los sectores mencionados: resistencias noviolentas, mediaciones en el conflicto armado, con modelos y estrategias propias, un activo movimiento social, como el indígena y el popular, y también, un persistente movimiento por la paz (García, 2006; Hernández, 2012, 2014, 2015). De igual forma, este país cuenta con un importante acumulado de experiencias y aprendizajes de negociaciones de paz (García, 2010; Villarra-ga, 2008, 2009; Hernández, 2012, 2013, 2014; Higuita, 2014; Barreto, 2014)

Es en este contexto donde ubicamos la iniciativa de paz “Diálogos cons-tructivos para Arauca”, propuesta por el Programa Puentes para la Paz de la Iglesia Cristiana Menonita de Teusaquillo, en la que se centra esta publicación.

Los menonitas cuentan con una importante trayectoria y reconocimiento a nivel internacional y nacional por su labor de construcción de la paz. Ella se ha hecho visible, aquí o allá, en su opción por la noviolencia, la trans-formación pacífica de los conflictos, la objeción de conciencia frente a cualquier servicio militar y la reconciliación; y en una práctica perfectible y coherente que da cuenta de dichas opciones (Hernández, 2012).

En el ámbito nacional, el departamento de Arauca es reconocido, esen-cialmente, por la riqueza de sus recursos naturales y minero energéticos, la explotación petrolera en su territorio, y por la intensidad con que allí se ha expresado el conflicto interno armado. No obstante, también ha sido escenario de un persistente movimiento social en defensa de los Dere-chos Humanos, experiencias pastorales y comunitarias de mediación en el conflicto interno armado, e incipientes Comisiones Ciudadanas de Re-conciliación y Paz; todos ellos relevantes para la construcción de la paz en este departamento, independientemente del nivel de consolidación y visibilidad que hasta el momento hayan alcanzado (Entrevistas con: Pastor Pedro Stucky, Katherine Torres y Hernando Padilla. Abril de 2015).

La iniciativa de paz que recoge y analiza esta publicación cuenta con ras-gos propios. Es generada y delineada por la naturaleza Cristocéntrica de la Iglesia Menonita, es decir, desde una comunidad de fe en Cristo Jesús; y tiene un carácter histórico, porque recoge y se nutre del legado de Jesús

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de Nazareth y de los aprendizajes acumulados por esta Iglesia en su la-bor de construcción de paz a lo largo de sus quinientos años de existencia (Hernández, 2012). Es desde esta condición como responde a la realidad, y en el caso concreto, a la necesidad de gestión pacífica de la conflictividad social y armada de Arauca.

Asimismo, como se verá en el desarrollo de este libro, al colocar la iniciati-va “Diálogos constructivos para Arauca” en conversación con la academia, se hace evidente que representa una experiencia de construcción de paz con características especiales. Como proceso ha alcanzado cuatro años de duración, y a lo largo de los mismos ha hecho posible diversos imposibles; su propuesta se centra en la transformación pacífica de la conflictividad social registrada en ese departamento, mediante diálogos constructivos, intra e intersectoriales; cuenta con una estructura que articula lo local y regional con lo nacional, alianzas nacionales e internacionales, y un equipo que lo ejecuta. Además, plantea un ejercicio de construcción de paz de múltiples actores, niveles e interacciones; en dimensiones de “abajo ha-cia arriba”1 y de “arriba hacia abajo”2, aunque con énfasis en la primera; y desde mediaciones orientadas hacia la gestión pacífica de la conflictividad social a través de diálogos con poder transformador.

Este pequeño libro representa un primer producto o resultado de un ejer-cicio de “investigación para la paz”3 actualmente en curso: Recogiendo la experiencia: una propuesta de diálogos constructivos para una Arauca que imagina la paz y el desarrollo. El objeto de la misma consiste en recoger la propuesta y el desarrollo alcanzado por la iniciativa “Diálogos constructivos para Arauca”, e identificar y analizar imaginarios de paz y desarrollo de las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz en este departamento con

1 Lederach ha señalado dimensiones en la construcción de la paz. Dentro de ellas, la “de abajo hacia arriba”, es la que se genera desde los sectores sociales que se ubican en la base de la escala social, siendo el caso de los pueblos indígenas y afrodescendientes, las comunidades campesinas, las mujeres, las víctimas, etc.

2 “De arriba hacia abajo” es otra de las dimensiones de construcción de la paz señaladas por Lederach y es además, la más tradicional. En esta dimensión la construcción de la paz se genera desde el Estado y desde niveles ubicados en la cúpula de centros de poder y decisión.

3 La investigación para la paz puede ser comprendida como una disciplina de la Ciencia Política, que indaga en el pasado y el presente, y de cara al futuro, sobre las condiciones o requerimientos necesarios para construir la paz. Ver: Galtung, 1995; Fisas, 1998.

Introducción

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el fin de reconocer experiencias previas de construcción de paz4 y ofrecer insumos que faciliten y retroalimenten los diálogos constructivos intra e intersectoriales.

En su desarrollo, esta publicación recoge el contexto en el que surge esta iniciativa de paz, su origen, el desarrollo alcanzado, su propuesta, los lo-gros que ha registrado, su mirada de cara al futuro, y su caracterización en perspectiva de construcción de paz. Se soporta en fuentes primarias de información representadas en las entrevistas de los protagonistas de la misma; y fuentes secundarias, constituidas por libros, capítulos de libros y artículos relevantes.

De entrada, este libro se plantea unos interrogantes y en su desarrollo as-pira ofrecer respuestas a los mismos: ¿Cuáles son los significados de los diálogos constructivos para Arauca? ¿Cómo surgió esta iniciativa de paz? ¿Cuál ha sido su desarrollo? ¿Cómo se caracteriza esta iniciativa de paz? ¿Cuáles son sus logros y sus desafíos? ¿Qué aprendizajes deja esta expe-riencia en perspectiva de construcción de paz?

4 Siendo el caso de “la mesa de negociación” entre el movimiento social de Arauca y el Estado, producto del ejercicio de resistencia noviolenta de este movimiento.

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Para el Programa Puentes para la Paz de la Iglesia Cristia-na Menonita es un motivo de alegría presentar esta pu-blicación. Diversas razones y valiosas experiencias dieron origen a este pequeño libro. En él se recoge la propuesta de la iniciativa de paz que hemos denominado: “diálogos constructivos para Arauca”; y a su vez, la experiencia de lo que ha significado el trabajo por la paz en este departa-mento, desde el acompañamiento amoroso del Programa Puentes para la Paz, y el caminar conjunto con las Comisio-nes Ciudadanas de Reconciliación y Paz. En desarrollo de esta labor hemos tenido el privilegio de conocer personas extraordinarias, que valientemente siguen trabajando por la paz y fortaleciendo sus sueños, en función de construir un Arauca distinta, y con alternativas para la reconciliación en sus vidas, sus pueblos y comunidades, y en general para su territorio.

Estamos animando esta iniciativa con el impulso divino que nos acompaña, pero también con la esperanza en la posibi-lidad de construir de manera conjunta e incluyente, esce-narios plurales de participación ciudadana y reconciliación. También con la convicción sobre la importancia de generar

Prólogo

Prólogo

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escenarios de mediación que hagan posible la transformación pacífica de los conflictos sociales, comunitarias y familiares en este departamento.

Reconocemos que el tiempo para la paz ha llegado. En nuestra Iglesia de Teusaquillo en Bogotá, tenemos un espacio semanal, muy lindo, que llama-mos “Momento por la Paz”. Llevamos quince años reuniéndonos todos los miércoles, de las 12:30-1:30 p.m., para orar por la paz de Colombia, leer juntos la Biblia, y reflexionar sobre temas de la realidad que vivimos. Ahora ha llegado uno de los momentos más anhelados, en que muchas personas, grupos, organizaciones, entidades y movimientos en este país están ha-blando de la paz y soñando y trabajando por un postacuerdo que prometa mejores cosas para Colombia. Aun para los que se oponen a los diálogos, el tema es obligado. Es que la paz está en el corazón de Dios, y a él le duele que los seres humanos nos tratemos tan mal, como enemigos, cuando en realidad, somos hermanas y hermanos.

Dios da ejemplo. Nuestra aproximación al tema que trata este pequeño libro la hacemos desde Jesús de Nazareth. Dice el apóstol Pablo: “Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo con él”. Es Dios quien toma la ini-ciativa para atravesar las distancias de alienación y enemistad – de egocen-trismo y pecado humanos – para reconciliar a su amada creación consigo mismo, y el uno con el otro, y para darnos ejemplo. Nuestra misión es la Re-conciliación. Nos dice el apóstol a los gentiles (no judíos): “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogara por medio de no-sotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”. Quienes seguimos a Jesús tenemos la misión, el mandato de salir como sus emba-jadores para llevar este mensaje y este trabajo de reconciliación al mundo.

Esta misión se realiza construyendo puentes. El primer tema de este librito es precisamente sobre la necesidad de acortar distancias entre contrarios, construir puentes por encima de los abismos de la desconfianza, de la dis-criminación, exclusión, y de la enemistad. También, teniendo presente que la reconciliación se hace con enemigos, pues ésta significa acercamiento y la posibilidad del perdón entre personas enemigas.

El diálogo constructivo es el camino para construir puentes y buscar la re-conciliación. El segundo tema principal del libro es el diálogo constructivo. Queremos compartir nuestros aprendizajes acumulados hasta el momen-

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to. A veces se deja pasar mucho tiempo antes de recoger la experiencia, su proceso y aprendizajes. Pues esta vez estamos contando lo que hemos hecho y aprendido hasta ahora, reconociendo que no hemos terminado, incluso que apenas hemos comenzado. Pero esperamos que sea semilla fecunda en la búsqueda de muchas personas por aportar a la paz y al pos-tacuerdo.

Sabemos todos los desafíos en los que podemos ir creciendo y en los que he-mos podido crecer y le damos gracias a Dios por esta primera publicación y porque nos ha dado el privilegio de caminar junto a un pueblo bueno, inteligente, capaz y sufrido, que quiere poner fin a las enemistades para vi-vir reconciliados y en paz. De manera muy especial, agradecemos a Arauca por recibirnos con tanta fraternidad.

Agradecemos a las personas que han contribuido y apoyado este proceso. Aunque en esta publicación se mencionan muchos nombres de personas que han sido parte de este proyecto a través de los años, obviamente no están todos. Tenemos una deuda de gratitud grande con ustedes.

Pastor Peter Stucky y Katherine Torres

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La iniciativa de paz de “Diálogos constructivos para Arau-ca” es producto de un proceso que comienza a gestarse en el lapso comprendido entre el 2007 y el 2010, y está deli-neado por los siguientes factores: el impacto de la política de seguridad democrática en la construcción de la paz; las características de Arauca y la expresión del conflicto arma-do en el departamento; y el compromiso de la Iglesia Me-nonita con la paz y con Arauca.

1.1. El impacto de la política de seguridad democrática

Entre el 2002 y el 2010 ocupó la Presidencia de la República Álvaro Uribe Vélez, quien representaba la expresión política de la ultraderecha colom-biana. Desde su campaña electoral anunció mano dura contra la insurgen-cia, énfasis en la vía militar para la resolución del conflicto interno armado, recuperación de la soberanía y el control del Estado en todo el territorio nacional, y prometió que a los seis meses de su presidencia la guerrilla se-ría diezmada (Arteta, 2008, 42; Pécaut, 2008, 65; Rangel, 2008, 14; Bejara-no, 2010; Hernández, 2012). Cuando asumió la primera magistratura, los tres primeros anuncios se convirtieron en parte de la “Política Pública de la Seguridad Democrática” y se implementaron a lo largo de sus dos pe-

Contexto1

Capítulo 1 • Contexto

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riodos presidenciales (García, 2010: 252). Lo que no logró sa-car adelante fue la derrota de su adver-sario a los seis meses de haber asumido el poder; e incluso ni si-quiera al finalizar sus ocho años de gobier-no. Este resultado evi-denció que no parecía tan clara la resolución

del conflicto en mención por la vía militar, y que “el fin del fin, anunciado por el gobierno no parecía tan cercano como el gobierno lo quiso mostrar (…)” (García, 2010: 252).

Independientemente de los resultados de la política de seguridad demo-crática, lo relevante frente al tema que nos ocupa, es su impacto en tér-minos de la creciente polarización en torno de la solución negociada o por vía militar del conflicto; y la estigmatización del trabajo por la paz y de los constructores de paz (Pécaut, 2008, 65). De otro lado, se incrementó la represión contra defensores y defensoras de Derechos Humanos, y contra líderes del movimiento social y popular.

Por entonces las negociaciones de paz eran asumidas con el criterio mi-nimalista que las centraba sólo en desmovilización, desarme y garantías de seguridad; sin que fuese posible considerar una agenda temática que abarcara puntos de negociación distintos a estos (Rangel, 2008, 15, 16; Be-jarano, 2010; González, Herbolzheimer, Montaña, 2010: 32, 35). Ese fue el modelo que rigió las “negociaciones de paz” con las autodefensas o gru-pos paramilitares, que a juicio de algunos analistas no tenían dicho carác-ter, dado que este actor armado no se había levantado en armas contra el gobierno; en casi todos los lugares del país registraba vínculos con la Fuerza Pública; y por el contrario, había surgido para defender el orden establecido (Chernick, 2008: 301, 31).

En ese panorama, necesariamente se radicalizaron las posturas militares de los actores armados en conflicto, se incrementó el impacto de su accio-

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nar sobre la sociedad civil, y se dificultó considerablemente el trabajo por la paz. Con la política pública señalada anteriormente, la actuación militar hizo tránsito al “Plan Patriota”, al “Plan Consolidación” y al “salto estraté-gico” con unificación del mando y coordinación integral de la acción del Es-tado; y a su vez, la guerrilla, en retroceso, pasó al “repliegue estratégico”, la estrategia del foco guerrillero de sus orígenes, sin que ello incidiera de forma definitiva en su derrota final (González, Herbolzheimer, Montaña, 2010: 35). No obstante, fue esta misma situación la que generó diversas iniciativas de la Iglesia Menonita, en las que encontró su origen el proceso que años más tarde vio nacer y soportó la propuesta “Diálogos constructi-vos para Arauca”. Dentro de estas iniciativas: Tres encuentros nacionales de construcción de paz en alianza con Justapaz, Secretariado Nacional de Pastoral Social y ONGs, “El Patio”, el “Programa Puentes para la Paz”, y el trabajo con los pastores de las Iglesias Cristianas de Arauca, a las que se hará referencia en el aparte siguiente.

La idea de empezar un proceso de reflexión sobre el quehacer de la Iglesia frente al tema de la paz, del apoyo a la construcción de la paz, precisamente fue como hace seis o siete años. Esto se debió a la situa-ción que se vivía, de un cierto desencanto de la sociedad con el tema de la paz, la política gubernamental había ocasionado un distanciamiento de la sociedad, frente al tema de paz y un bloqueo para las iniciativas de paz. En ese entonces pensábamos que era importante mantener viva de alguna manera, la esperanza de la paz y también ver la posibi-lidad de generar un proceso de segundo carril, como lo aconseja Juan Pablo Lederach, en el sentido de buscar contactos con el gobierno de turno, que era el Gobierno de Uribe Vélez, para tratar no solo un diálo-go directo con los responsables del tema de paz, sino gente que estaba a nivel más secundario, pero que le hablaba al mismo presidente. (En-trevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015)

Había mucho temor por la violencia armada, eso fue haciendo que em-pezáramos a entrar en los terrenos de Arauca, y también el proceso de cómo acabar con esto, que no fuera necesariamente la vía arma-da propuesta por el Estado. Viene el cambio de Gobierno, viene más presión armada, viene la ampliación del teatro de guerra de Arauca, la ampliación de las bases militares (Entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015)

Capítulo 1 • Contexto

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(…) creíamos que si poníamos a hablar a la Sociedad Civil, a los empre-sarios y a las autoridades locales a favor de la paz, estábamos dando un golpe de Estado a Uribe que no quería hablar de paz. (Entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015).

1.2. Arauca, sus principales características y la expresión del conflicto armado

Arauca es un departamento con una historia y unas características pro-pias, insuficientemente conocidas en el país. Es mucho más que violencia y explotación petrolera. Sus mayores fortalezas se hacen visibles en la diver-sidad de las culturas de los pueblos y comunidades que lo habitan, su bio-diversidad, la riqueza de sus recursos naturales y minero-energéticos, los bellos paisajes que ofrece, sus cadenas de médanos, atardeceres y amane-ceres, y en la capacidad organizativa de sus comunidades y sectores pobla-cionales, entre otras (Información recogida durante el trabajo de campo).

El departamento de Arauca está ubicado en el oriente de Colombia, tiene una extensión de 23.818 kilómetros y su territorio comprende: un área de montaña en su parte occidental, representada en la cordillera oriental, el piedemonte y la llanura (Observatorio programa presidencial de Derechos Humanos, 2002: 2). Es rico en fuentes hídricas, integradas por diversos e importantes ríos como el Arauca que marca el límite entre este departa-mento y Venezuela; y el Casanare, que lo separa de los departamentos de Vichada y Casanare. A ellos se agregan otros ríos como el Tocoragua, Tame, Cravo Norte, Ele, Lipa, San Miguel y Negro–Cinaruco, entre otros (Gobernación de Arauca, 2010). Su división política está integrada por 7 municipios5, 1 corregimiento, 77 inspecciones de policía y 27 resguardos indígenas (Gobernación de Arauca, 2010).

Su población, según el último censo, se estima en 281.435 personas. Se des-taca al respecto el carácter multicultural de este departamento, al estar in-tegrado por siete pueblos indígenas6 y mestizos provenientes de distintos lugares del país, especialmente de Boyacá, Santander y Norte de Santan-der (Información recogida en trabajo de campo). No obstante, también se

5 Arauca, su capital, Puerto Rondón, Cravo Norte, Fortul, Arauquita, Saravena y Tame.6 Los pueblos: Uwa, Betoye, Sikuani, Hitnú, Huiba, Chiricoa y Piapoco.

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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registra la carencia o insuficiencia de in-terculturalidad7, es-pecialmente entre población mestiza e indígena, dado que los pueblos indígenas no han alcanzado un nivel adecuado de re-conocimiento y res-peto, sus condiciones de vida son precarias y en consideración de los mismos, han sufrido las modalidades de violencia representadas en el racismo y la exclusión, el despojo de sus territorios ancestrales por parte de colonos y de empresas petroleras, y el conflicto interno armado (Infor-mación recogida en trabajo de campo).

El proceso de poblamiento de Arauca ha estado asociado a tres aconteci-mientos relevantes, generadores de movimientos migratorios: la coloniza-ción campesina, extendida hasta mediados de los ochenta, especialmente en la zona del Sarare (Información suministrada durante el trabajo de cam-po); la explotación del petróleo a comienzos de los ochenta (Observatorio Programa Presidencial de Derechos Humanos, 2002); y el impacto de con-flicto interno armado, en términos de desplazamiento forzado de pobla-ción campesina (Secretariado de Pastoral Social – Caritas Arauca, 2014). En la actualidad, sus centros más poblados son los municipios de Arauca, Saravena y Tame (Gobernación de Arauca, 2010).

La explotación petrolera ha representado allí la mayor actividad económi-ca aunque también se ha convertido en causa generadora de conflictivi-dad social y armada, y de corrupción administrativa (Información recogida durante el trabajo de campo). En el contexto nacional, Arauca ocupa el tercer lugar en producción de petróleo y se calcula que, entre el 2000 y el

7 La interculturalidad puede ser entendida como la construcción conjunta entre integrantes de diversas culturas, que parte del reconocimiento y respeto de la diversidad, y que la preserva en la gene-ración y proyección de planes compartidos. Es un requisito indispensable para la construcción de la paz.

Capítulo 1 • Contexto

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2005, esta actividad económica representó 831.000.000 de pesos para el departamento (El Espectador, 2012). En consideración de algunos secto-res sociales, esta actividad no ha incidido en el mejoramiento de la calidad de vida de la gente, e incluso ni siquiera ha contribuido de manera signifi-cativa con oportunidades de empleo y educación (Información suministra-da durante el trabajo de campo).

En la actualidad, ha comenzado a hacerse visible el potencial de la activi-dad agrícola y pecuaria para la economía de este departamento. Esta es favorecida por las condiciones que ofrece la naturaleza; recoge la mayor vocación laboral del campesino, importante sector social que allí se asien-ta; ha comenzado a ser reconocida, como en el caso de la producción de cacao y plátano; y los empresarios agrícolas están solicitando al gobierno apoyo para el despliegue de esta actividad económica (Información reco-gida durante el trabajo de campo)

También se identifican dentro de las fortalezas de este departamento: un activo movimiento social en defensa del territorio, y capacidades y poten-cialidades para construir la paz que han comenzado a hacerse visibles des-de el 2005, a partir de mediaciones pastorales y comunitarias en el conflic-to armado, y en las incipientes Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz, integradas en todos sus municipios.

De hecho en Arauca ha habido muchos micro diálogo. Los transpor-tadores lograron que les avisaran con 24 y 48 horas de anticipación que iban a hacer paro armado. Antes no avisaban y llegaban sobre la hora que ya iban a despachar, por lo que les quemaban los carros en la carretera y eso. Ese diálogo con los transportadores fue aceptado (…) (Entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015)

1.2.1. Conflicto armado

Como los distintos departamentos de Colombia, Arauca también ha regis-trado la expresión del conflicto interno armado en su territorio, su mayor intensidad y la victimización de su población por cuenta del mismo.

Esta modalidad de violencia encuentra dentro de sus antecedentes re-cientes la violencia partidista de mediados del siglo XX (Observatorio pro-grama presidencial de Derechos Humanos, 2002:2,3). En el marco de este

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fenómeno social, en este departamento y en todo el oriente del país, se conformaron guerrillas liberales que se levantaron en armas contra la he-gemonía y la represión del gobierno conservador de entonces. Allí hicie-ron presencia dirigentes de estas guerrillas liberales como: el tuerto Gi-raldo, Guadalupe Salcedo y los hermanos Bayer (Observatorio programa presidencial de Derechos Humanos, 2002: 2,3).

Posteriormente, integrantes de las guerrillas liberales hicieron tránsito a las guerrillas comunistas, al igual que algunos colonos. Se afirma, res-pecto de estos últimos, que esta opción estuvo determinada por diversos factores: las condiciones de dificultad y de dureza de la colonización, la marginalidad en que se encontraban, y la ausencia del Estado (Justapaz y Redprodepaz, 2013); y además de las anteriores, la decisión voluntaria de quienes intentaron encontrar por medio de la lucha armada, alternati-vas de cambio y transformación. No obstante, estos movimientos arma-dos evidencian su mayor capacidad ofensiva solo hasta comienzos de los ochenta, momento que coincide con el ingreso de las petroleras a este territorio (Observatorio programa presidencial de Derechos Humanos, 2002: 4).

A comienzos de los setenta, específicamente en 1973, el Ejército de Libe-ración Nacional, en adelante ELN, hizo presencia en Arauca, a través del Frente Domingo Laín. Durante la década de los ochenta este movimiento insurgente alcanzó su mayor fortalecimiento y consolidación, y se convir-tió en el actor armado dominante. El logro de esta condición se ha relacio-nado, principalmente, con las actividades del secuestro a ganaderos, y la extorsión a empre-sas petroleras (Obser-vatorio programa pre-sidencial de Derechos Humanos, 2002:4).

A finales de los seten-ta, la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revo-

Capítulo 1 • Contexto

26

lucionarias de Colombia, en adelante FARC, también hacen presencia en Arauca. No obstante, es durante la década de los noventa, cuando este actor armado logra una mayor consolidación en este departamento, a par-tir de su estrategia de copamiento de la cordillera oriental, dinamizada a partir del ataque a “casa verde”, a comienzos de dicha década, ordenado por el gobierno de Cesar Gaviria (Observatorio programa presidencial de Derechos Humanos, 2002:2, 5).

Complejizando aún más el contexto del conflicto armado en Arauca, desde comienzos de los noventa se registró la presencia de grupos de autodefen-sa. En 1993 hizo presencia en Saravena el grupo armado identificado como las Autodefensas del Sarare. En 1996, se registró un intento de incursión de las Autodefensas del Casanare en Puerto Rondón, que finalmente no logró consolidarse; y en 1997, hicieron su arribo al territorio las Autodefen-sas de la “Mano Negra” (Observatorio programa presidencial de Derechos Humanos, 2002: 8, 9). A estos se agrega el Bloque Vencedores de Arauca, que ha incursionado recientemente en ese departamento.

Se considera que la expresión del conflicto armado allí ha generado una crisis humanitaria dado su alto impacto sobre la población civil (Secreta-riado Diocesano de Pastoral Social, 2014: 6). A pesar de las negociaciones de paz en curso, en Arauca sigue siendo intensa la expresión de este con-flicto y sus múltiples impactos (Secretariado Diocesano de Pastoral Social, 2014: 10); con excepción de las zonas donde se implementa por parte de las FARC el cese unilateral del fuego, como en Arauquita, donde los pobla-dores coinciden en señalar la disminución de actividad bélica por parte de este actor armado (Información suministrada durante el trabajo de cam-po. Febrero – Abril de 2015). Este impacto se refleja en tabla al final de este aparte.

Abordar la construcción de la paz en Arauca implica una comprensión y una respuesta lo más integral posible, que tenga en cuenta las característi-cas de este departamento, la expresión y el impacto del conflicto armado, y las capacidades y potencialidades de diversos actores relevantes para edificar la paz en perspectiva de futuro. Así se resume en este plantea-miento:

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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Expresión e impacto del conflicto armado en Arauca en 20138

Impacto No de casos Para destacar

Acciones bélicas 267

Registra un incremento frente a las ocasio-nadas en el 2012. Se expresa en: ataques a objetivos militares, combates, hostiga-mientos, sabotajes contra la infraestructu-ra vial y energética (Oleoducto Caño Limón Coveñas, torres de energía), afectaciones directas al medio ambiente, bloqueos a los ejes viales etc.

Homicidios 65 De estos: 57 hombres y 8 mujeresCiviles heridos en acciones bélicas 27

Victimas en Tame por minas antiper-sonal en los últi-mos 23 años

322

Víctimas en Arauca por minas antiper-sonal

8

Según el reporte de autoridades militares, en Arauca, cada día, son desactivados o ex-plotados de manera controlada entre cua-tro y seis artefactos explosivos.

Afectación del conflicto armado en niños y niñas en Arauca.

137

Arauca, junto con Cauca, Valle del Cauca, Caquetá y Antioquia, representan los cinco departamentos donde se concentra el 44% de niños y niñas afectados por el conflicto armado

Desplazamiento forzado

2.481 núcleos familiares

que equiva-len a 11. 864

personas

Se registra un incremento frente a los ca-sos ocurridos en años anteriores.

Secuestros 46Municipios con mayor número de acciones bélicas en el país

4 de los 7 de Arauca

En su orden: Arauquita, Saravena, Fortul y Tame.

8 Secretariado Diocesano de Pastoral Social – Caritas Arauca, observación y solidaridad con Arauca, (2014). Arauca, conflicto armado y problemáticas humanitarias. Bucaramanga: Litografía Coro-na.

Capítulo 1 • Contexto

28

Para que los diálogos constructivos para Arauca tengan alcances es necesario tener en cuenta la historia de colonización por un lado, de comunidades indígenas originarios de allí, de promesas del Estado que algunos colonos consideraron no cumplidas, de crecientes actividades de actores armados. Las empresas con su interés de explotar la produc-ción del petróleo, pero también reconociendo ellos que vienen de afue-ra, así como los colonos vienen de afuera, pero se han establecido en la región y que si bien todos hacen parte, también hay dolores y heridas de parte y parte. Hay un Estado que hace su parte en el Departamento, pero que cuestionan el manejo que allá han hecho de las regalías y de los recursos. Otros preguntan ¿cuál ha sido la injerencia de los actores armados en el Estado, en ciertos momentos de la historia? Hay muchas víctimas, hay dolor, hay prevención y desconfianza, que todo eso es algo que incide mucho en la posibilidad real de construir puentes y te-ner diálogos. (Entrevista con Pablo Stucky. Abril de 2015).

1.3. Compromiso de la Iglesia Menonita con la Paz y con Arauca

En cualquier lugar del mundo, la Iglesia Menonita está precedida por una historia de 500 años que da cuenta de su compromiso con la construcción de la paz. Así se ha evidenciado en su opción y su práctica de noviolencia9, la defensa de la objeción de conciencia a cualquier servicio militar, su po-sición antibélica y de resolución y transformación pacífica de conflictos, y principalmente la promoción de la reconciliación (Hernández, 2012).

Asumir esta postura no ha sido fácil y muchas veces la respuesta a la mis-ma ha sido la persecución y victimización de sus representantes y de la Iglesia en general, en momentos históricos y contextos caracterizados por la intolerancia religiosa, o por el predominio de lógicas de guerra o dinámi-cas de conflictos armados internos (Brock, 1997, 21 – 33).

Los tiempos de la vida de Jesús en el mediterráneo fueron tiempos de gue-rras, aunque también en ellos se abrió paso un concepto de paz en los griegos y romanos, y los estoicos condenaron la guerra (Brock, 1977, 10). Jesús no se refirió en forma específica a la guerra, ni a la prohibición de

9 Noviolencia, cuyo significado no se reduce sólo a estar en contra de la violencia; sino que va más allá, al orientarse hacia la transformación pacífica de este fenómeno social y de quienes la ejercen. A su vez, implica para quien opta por ella, abstenerse no solo de matar sino de causar daño, y rechazar y denunciar la injusticia.

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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participar en la misma (Brock, 1977, 10), pero dejó un importante legado para el pacifismo, que algunos analistas identifican en su concepción de la paz como una ley de amor y reconciliación (Lederach,1986); y también en su respuesta noviolenta a sus perseguidores (Driver, 1993, 18). Así fue recogido por sus apóstoles en el Nuevo Testamento, a finales del siglo I o comienzos del Siglo II (Brock, 1997, 10).

El enfoque de paz propuesto por Jesucristo estaba centrado en el amor (Lederach, 1986; Driver, 1993, 16, 18) y la noviolencia (Driver, 1993, 16, 18; Brock, 1997, 11). Un amor que encarnaba los valores de la humildad, el ser-vicio, la justicia, la verdad, el perdón, la solidaridad y la paz; que no busca-ba el poder, ni ser el más fuerte, y no respondía a la violencia con violencia (Lederach, 1986).

Se destaca también que la noviolencia de Jesús iba más allá de estar en contra de la violencia y de la prohibición de matar. Significaba también: construcción y reconstrucción de relaciones pacíficas mediante la reconci-liación y el perdón, con quienes se consideraban como adversarios, enemi-gos, o perseguidores; y como un obrar que genera consecuencias, consa-grado en la que se considera como regla de oro de la noviolencia: “tratar a los demás como queremos ser tratados”10. La noviolencia de Jesús se

10 Jesús de Nazaret hizo referencia positivamente a esta regla de oro, aunque el origen de la misma, expresada en forma negativa, se ubica en los seguidores de Confucio, los Estoicos griegos y en la literatura rabínica. Ver Driver, 1998, 109.

Capítulo 1 • Contexto

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reflejó en varios de sus preceptos: no resistir al mal con mal, amar a los enemigos, y amar al prójimo como a sí mismo; y en su respuesta pacífica al ejército de ocupación de entonces, y al no considerar la violencia como método de lucha política (Brock, 1997, 11). También en el desarme de Pe-dro y en su énfasis en dar testimonio de sus enseñanzas desde su propia vida.

Desde esta postura religiosa, en los lugares donde hace presencia, la Igle-sia Menonita ha intentado intervenir y responder a las necesidades apre-miantes de comunidades afectadas por el impacto de las violencias, y al requerimiento siempre vital y presente de la construcción de la paz. Así ha ocurrido en Colombia, desde el primer quinquenio de la década de los cuarenta, en el siglo XX, momento histórico que marca la llegada de los pastores fundadores de esta Iglesia al país (Hernández, 2012).

Es en este contexto donde se ubica la propuesta de esta Iglesia, “diálogos constructivos para Arauca”, en la que se centra este libro. No obstante, algunos se preguntaran: ¿por qué esta iniciativa de paz escogió a Arauca y no a otro departamento? La respuesta al interrogante se desarrolla en el capítulo subsiguiente de este libro.

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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La iniciativa “Diálogos constructivos para Arauca” encuen-tra su origen en un proceso que comienza a gestarse en ese departamento a mediados de los noventa (Informa-ción tomada en entrevista con Hernando Padilla).

El proceso mencionado puso el énfasis en la sociedad civil, en su condición de víctima del conflicto interno armado y por su potencialidad y capacidad para construir la paz; y en la mediación, comprendida como tender puentes para el diálogo y el entendimiento que tiene poder para transfor-mar los conflictos. A su vez, articula distintas iniciativas de paz, que desde entonces ha desarrollado la Iglesia Meno-nita, y que condujeron, de distintas maneras, una tras otra, al surgimiento de la iniciativa “Diálogos constructivos para Arauca”.

En el proceso referido se identifican tres momentos: pri-mero, la iniciativa de paz con pastores de Iglesias Evangé-licas y mediación pastoral en el conflicto armado en Arau-ca; segundo, la alianza con sectores de la sociedad civil en perspectiva de construcción de paz y “el patio” como referente de iniciativas de paz; y tercero, la propuesta de

Procesos e iniciativas de pazAntecedentes

2

Capítulo 2 • Procesos e iniciativas de paz /antecedentes

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“puentes para la paz”. Todos estos pueden considerarse como antecedentes relevantes para la generación de la ini-ciativa de paz abordada en este libro.

Cada uno de los momentos señalados registra caracterís-ticas propias y ofrece fundamentos y elementos prácticos que conducen al surgimiento de esta iniciativa de paz. A continuación se ofrece una caracterización somera de cada uno de ellos.

2.1. Iniciativa de paz con pastores de Iglesias evangélicas y mediación pastoral en el conflicto armado en Arauca

A mediados de los noventa, el impacto del conflicto armado en Arauca con-virtió a los pastores de las Iglesias Cristianas en objetivo militar (Tomado de entrevista con Hernando Padilla). Además, desde finales de los ochenta

se había registrado una postura radical de mo-vimientos insurgentes contra religiosos de la Iglesia Católica, sien-do ejemplo el caso del obispo Jesús Emilio Ja-ramillo Monsalve, ase-sinado el 2 de octubre de 1989 (Secretariado Diocesano de Pastoral Social, 2014: 7).

En el marco de las lógicas de la guerra, estos pastores fueron percibidos como una amenaza, actitud que se fortaleció por la comprensión de la re-ligión como el “opio del pueblo” por parte de la insurgencia. A su vez, al-gunos pastores también asumieron posturas radicales que no admitían el diálogo, y otros tenían miedo (Tomado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015).

Desde mediados de los noventa, hacia el 1994-1995 se comenzó a hacer un trabajo con las comunidades, tratando de llevarlas a sanar de las

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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consecuencias de la guerra y más que todo parte la Iglesia a alentar a los Pastores, a hacer un acompañamiento a ellos, que estaban sufrien-do unas presiones de los grupos armados. Cierre de Iglesias, impedi-mentos para visitar a las familias, robo de los equipos de trabajo, no de-jándoles recolectar ni diezmos ni ofrendas, es decir había una presión bastante grande sobre ellos en Arauca (…) (Tomado de entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015)

El tradicional discurso de la “religión el opio del pueblo”, lo estaban las comunidades viviendo en todo el proceso de adoctrinamiento político (…) la religión era el enemigo para ellos, no veían a los pastores como unas personas dignas de fiar. Además, los pastores estaban en contra del reclutamiento de los niños, del pago de las vacunas, del adoctrina-miento de los campesinos, más la presión armada. Eso creaba muchos espacios de dolor entre las iglesias, sus líderes, especialmente en los pastores que se sentían abandonados, porque incluso ni los mismos dirigentes de sus misiones iban allá. (Tomado de entrevista con Her-nando Padilla. Abril de 2015)

En este contexto algunos pastores fueron amenazados y se generó un tra-bajo de mediación pastoral, desarrollada en conjunto por pastores de la Iglesia Menonita y sacerdotes de la Iglesia Católica, quienes interlocutaron con comandantes de movimientos insurgentes en Arauca (Información tomada de entrevistas con Pastor Pedro Stucky, Hernando Padilla, Pablo Stucky, Agustín Jiménez. Marzo y abril de 2015). Esta intervención tenía por finalidad facilitar acuerdos para la protección de la vida de los pastores y religiosos que hacían presencia en este departamento; y a su vez, lograr un mayor entendimiento y respeto a su labor por parte de los actores ar-mados. Con este objetivo años atrás conversaron con el comandante del Bloque Oriental del ELN, y posteriormente con un comandante de las FARC.

Debíamos abrir estos espacios, por lo cual iniciamos un programa que se llamaba Santuarios de Paz, que era abrir las Iglesias, para conver-sar con las personas, preparar a los pastores para cuando llegaran los grupos armados, era para sentarse a hablar. No tanto un adoctrina-miento bíblico, sino venga sentémonos, miremos porque o para qué. En algunos espacios ha resultado que algunos mandos rasos hablaban con los pastores, disminuyó la presión a algunas iglesias, pero eso era una pastilla de almidón, no era un analgésico, ni era mucho un remedio radical. Pero nos dio idea de cómo ir saliendo hacia abrir unos diálogos

Capítulo 2 • Procesos e iniciativas de paz /antecedentes

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mayores y algunos campesinos empezaron a hablar con los armados, haciendo sus micro diálogos, eso nos fue dando esperanza. Ahí se co-menzó a hablar con uno de los frentes (…) (Tomado de entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015).

Al principio los pastores eran tachados como informantes de la CIA, en-tonces todos los pastores que llegábamos, éramos asimilados o ligados con esa visión, pero a través del trabajo, de estar hablando, de abrir ple-namente la conversación, empezaron a darse cuenta que no era pues realidad, que podíamos hablar. Eso fue abriendo los espacios, ya en-tonces se empezó a buscar asesorías de otras instituciones, a través de la Universidad Menonita en Estados Unidos, con Juan Pablo Lederach, capacitándonos para los diálogos y así fue naciendo esto. Pero más en el proceso de casi como prueba error, aprender haciendo, acierto-error (Tomado de entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015).

A partir de ese trabajo, en el que estuvo Ricardo Esquivia, es que el tiempo que duramos bajando la tensión duró como unos 5 o 6 años, hacia el 2001-2002, empezó a bajar la intensidad y la presión a los pas-tores. Después hubo un recrudecimiento por la entrada de los Para-militares y la división de los paramilitares en dos grupos (Tomado de entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015).

Nosotros por allá en el año 2007 tuvimos una reunión, una segunda reunión fue en el 2008 (…) nos fuimos a hablar con este comandan-te guerrillero alias Misael, le decían Misael, pues nosotros con Ricardo desde hacía muchos años habíamos estado reuniéndonos con grupos armados de diferentes esquinas. Ahí hablamos cosas, la primera visita fue con Darío Echeverry y yo, porque Ricardo no podía ir. El (Misael) expresaba su preocupación de que Arauca cambiara y por la suerte de los campesinos, además de la situación de ellos. Nos decía que “no seamos nosotros los que lideremos eso, pero que algo pase para que podamos mejorar la situación de Arauca”. El mismo era de la zona (To-mado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

Este ejercicio de mediación representó el primer acercamiento de la Igle-sia Menonita a la realidad que ofrecía la expresión del conflicto armado en Arauca y la difícil situación que vivían las comunidades por cuenta del mismo. Como se verá más adelante, representó una de las razones que lle-varon a focalizar en este departamento la iniciativa de paz de los “diálogos constructivos”.

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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2.2. Alianza con sectores de la sociedad civil en perspectiva de construcción de paz y “el patio” como referente de iniciativas de paz

La trayectoria en construc-ción de paz ya mencionada de la Iglesia Menonita, les ha aportado importantes aprendizajes, uno de ellos muy relevante ha sido la comprensión del requeri-miento indispensable de forjar alianzas, trabajar en red y tejer en colectivo cuando se trata de edificar la paz.

Bajo esta comprensión, en tiempos difíciles de negación y estigmatización del trabajo por la paz, como los ya referidos durante el gobierno del Pre-sidente Uribe Vélez, los Menonitas se articulan con esfuerzos de distintos sectores de la sociedad civil, afectos a la paz, encaminados a hacer inci-dencia a nivel internacional como fue el caso del “grupo de Washington”. A su vez, encontraron en esa alianza, la posibilidad de comenzar un tra-bajo conjunto de construcción de paz en Colombia, e incluso generaron encuentros nacionales de construcción de paz (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Abril de 2015).

En ésa época también se dio un viaje a Washington con unas 30 o 40 per-sonas, el cual llegó a llamarse “Grupo de Washington”, eso fue convoca-do por USIP, después de la primera elección de Obama, pero antes que él había tomado posesión. A éste espacio fuimos con Ricardo Esquivia, Agustín Jiménez y otras personas caracterizadas por ser activistas por la paz. En esa época el movimiento de paz estaba bastante de capa caída, desanimados, desarticulados y yo veía que era posible con éste grupo y si había un seguimiento a la cosa, que sería interesante reunir el grupo, para conocer los diferentes trabajos, para que cada uno no se fuera como una isla aparte, sino que nos viéramos como parte de un todo(Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

Capítulo 2 • Procesos e iniciativas de paz /antecedentes

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Con Katherine, en ese entonces, comenzamos a hacer “Encuentros de Construcción de Paz”, se realizaron 3 encuentros (…) en vista que el “Grupo de Washington” fue diluyéndose, queríamos reunir a la gente, no diciendo que eran constructores de paz, porque no podíamos decir que reuníamos a todos los que eran constructores de paz, por eso sim-plemente lo llamábamos “Encuentros de Construcción de Paz”. (Entre-vista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

De igual manera, como en efecto en cascada, el trabajo conjunto con los sectores de la sociedad civil mencionados, generó también un espacio muy valorado por la Iglesia Menonita de Teusaquillo: el patio.

La iniciativa reconocida como “el patio”, surgió como un espacio privado, con una doble condición: escenario de reflexión colectiva en torno de la paz; y a su vez, como grupo de referencia que orientaba y soportaba la acción para la construcción de paz, especialmente la relacionada con las mediaciones en el conflicto interno armado en Arauca (Hernández, 2012).

Su denominación se debe al lugar de reunión con los fines ya señalados, que era el patio ubicado en la parte posterior tanto de la Iglesia Menonita como de Justapaz. A su vez, los participantes de este espacio eran en su mayoría menonitas; aunque también, en algunas ocasiones, se invitaban personas que no pertenecían a esta Iglesia.

Nos reuníamos en el patio porque en esa época, estaba el Presidente Uribe y no se le olvide que después salió todo eso de las chuzadas. Entonces decidimos, con un poco de paranoia tal vez, que quien sabe que micrófonos podían haber en Justapaz y que tal vez lo más indicado era hacerlo en el patio, donde probablemente no habría micrófonos, ni gente escuchando. Entonces ahí empezamos esas reuniones, justo antes de ir a visitar a éste comandante guerrillero. Cuando volví nos seguimos reuniendo para hablar de eso, qué próximos pasos vendrían (…) (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

Desde la iglesia empezamos a inquietarnos y varios miembros de la Iglesia nos reuníamos en el patio de Justapaz, se llamaba el grupo del patio, ahí nos reuníamos unas dos veces al mes a echar globos, a mirar que podíamos hacer. Entonces dijimos que debíamos dejar de estar en el aire y empezar a aterrizar. De ahí se empezaron a hacer varios con-tactos, de ahí nace el I Foro Internacional Horizontes para la Paz y la

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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Reconciliación, seguimos manteniendo ese nombre, pensando en que hacia delante, en el horizonte debe haber unos cambios (Tomado de entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015).

De diferentes maneras, la iniciativa del “patio” estuvo ligada a Arauca y al posterior surgimiento de los “diálogos constructivos” para este departa-mento porque posibilitó un primer ejercicio de reflexión sobre el impacto del conflicto armado allí; trazó la ruta a seguir para las primeras medicio-nes y diálogos entre la Iglesia Menonita y los actores armados asentados en ese departamento; y generó decisiones sobre otras acciones para la construcción de la paz allí, como el acompañamiento y fortalecimiento de los pastores de las Iglesias Evangélicas.

2.3. Puentes para la paz

También ha sido muy relevante dentro de este proceso, el surgimiento de “puentes para la paz” de la Iglesia Menonita. En esta corta expresión se alberga toda la profundidad de la comprensión de la construcción de la paz por parte de esta Iglesia; fundamentos y lineamientos de su labor, sus prácticas de mediación y diálogo (Hernández, 2012); y es en el marco de la misma donde encuentra su origen la iniciativa “Diálogos constructivos para Arauca” (Información recogida durante el trabajo de campo). En la actualidad representa un programa de la Iglesia Cristiana Menonita que identifica el derrotero, la agenda de ruta o los pasos a seguir en su trabajo por la paz.

Para la Iglesia Menonita, su ejercicio de construc-ción de paz es comprendi-do como tender puentes entre múltiples actores relevantes a la misma. Estos puentes buscan acortar distancias entre actores armados o civiles fragmentados, lograr que quienes se han percibido como antagonistas o ene-

Capítulo 2 • Procesos e iniciativas de paz /antecedentes

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migos se reconozcan como seres humanos, sacar del aislamiento a actores armados que desde el mismo radicalizan sus posturas violentas y desco-nocen otras perspectivas, y facilitar diálogos, entendimiento y acuerdos entre diversos actores: armados, sociedad civil, Iglesias, Estado, víctimas, y cooperación internacional (Hernández, 2012).

Desde esta propuesta de construcción de paz, esta Iglesia ha buscado ten-der puentes con actores del conflicto armado, el Estado nacional y regio-nal, distintos sectores de la sociedad civil, otras Iglesias y con la coopera-ción internacional.

Esta comprensión la han representado en un dibujo, en el que la paz es concebida como un río, largo y profundo y los actores relevantes para su construcción como afluentes que lo nutren, aunque no se comunican en-tre sí. El río los comunica a todos en distintas direcciones: de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba (Tomado de entrevistas con el Pastor Pedro Stucky y Katherine Torres). A su vez, en el marco de ese dibujo, la Iglesia Menonita es el puente que facilita la comunicación entre unos y otros.

Del trabajo con el “grupo de Washington, fue saliendo ese dibujo del rio de la paz, el rio de los procesos de paz, que necesitábamos unir la sociedad civil, el gobierno, los actores armados, las víctimas, las Igle-sias, la comunidad internacional, todos con su aporte para llegar a los proceso de paz (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Abril de 2015).

(…) que en principio decíamos “Puentes para la Paz”, que fue algo que se inventó Pedro Stucky, porque el empezó a decir que nosotros somos como un río, somos el río de la paz, en donde hay unas vertien-tes que no se comunican en ese río y que no lo hacen por sus odios, por sus desconfianzas y nosotros en ese río somos el puente que va a terminar ayudando a que se conecten unos con otros. Identificamos 5 actores: El gobierno nacional; Las Víctimas; Los Empresarios; El Estado; La Comunidad Internacional; y las comunidades, además de los actores armados. Nos preguntamos cómo conectar unos con los otros y como nos volvemos puentes para todas estas conflictividades tan enormes y estas brechas de comunicación tan profundas que hay, la ruptura de la comunicación. Después entendimos que esto era un proceso, por eso lo llamamos “Proceso Puentes para la Paz”, pero cuando se establece con una estrategia que va a 5 años e incluso a 10 años, pensando el

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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proceso de cambio, dijimos esto es un programa y es un programa que sale del corazón de la Iglesia Menonita de Teusaquillo (Tomado de en-trevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

El Programa de Puentes para la Paz es como un río, uno no sabe exac-tamente donde comienza, porque hay muchas vertientes, muchos ria-chuelos que van uniéndose y uno no puede decir vea es aquí en éste paramo o aquí en el otro lado, porque todos esos lo van conformando. Ahí fue saliendo ese dibujo del río de la paz, el río de los procesos de paz, que necesitábamos unir la sociedad civil, el gobierno, los actores armados, las víctimas, las Iglesias, la comunidad internacional, todos con su aporte para llegar a los proceso de paz (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

(…) cuando yo hablo de tender puentes, es porque cada grupo se aís-la, y más bien se lanza insultos y se lanza balas, cañonazos y bombas, y minas anti personal. Todo eso contra los demás, entonces se aíslan. Nos parece que es importante que cada grupo armado debe escuchar voces que les permitan como decir: “bueno hay otras posiciones, hay otras posibilidades, hay que reconocernos primeramente”, y cuando yo digo reconocernos, eso comienza pues desde la sociedad civil (To-mado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

Exactamente de donde vino el nombre Puentes para la Paz? Yo creo que fue como de esa visión de los contrincantes o adversarios, como lanzándose insultos y balas, pero lo que debíamos hacer era construir puentes. Esa idea también venía desde atrás, de lo que habían hecho en Zimbawe, donde reunieron a gente adversaria, donde había mucha desconfianza, a comer a almorzar, para que se conocieran. Entonces eso parecía como una buena idea y empezamos a hablar de trabajarle al segundo carril, a la diplomacia. De ir poniendo a la gente a conocerse y a hablar, pero no era una cosa pública, ni de medios de comunicación, sino allanando el camino para otras cosas. Por ahí fue por donde fue saliendo Puentes, por eso digo que hay muchas vertientes (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

No era un Programa de la Iglesia Nacional, pero cuando se lo presenta-mos quedaron sorprendidos. (…). Cuando lo hicimos ellos no podían creer, decían que si la iglesia lograba hacer eso sería maravilloso, pero siempre nuestro nicho ha sido nuestra Iglesia local, la que ora por el proceso, a la que le contamos todos lo que hacemos, a la que le damos

Capítulo 2 • Procesos e iniciativas de paz /antecedentes

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un informe de cómo vamos y también en donde conseguimos los re-cursos. Así fue que comenzamos a hablar del Programa Puentes para la Paz, de la Iglesia local de Teusaquillo, que actualmente tiene todo el respaldo de la Iglesia Nacional (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Como se registra en este capítulo, las alianzas con sectores de la sociedad civil, “el patio” y “puentes para la paz”, representan antecedentes rele-vantes dentro del proceso que hace posible de surgimiento de la iniciativa de paz “Diálogos constructivos para Arauca”.

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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La iniciativa de paz “Diálogos constructivos para Arauca” tiene una historia y en ella se registran un momento y unas circunstancias que marcan su surgimiento; y posterior-mente, una cadena de acontecimientos y acciones que han dinamizado su desarrollo perfectible y han ido delineando su proceso en el lapso de los cuatro años de existencia al-canzados.

Este capítulo se centra en estos momentos, recogiéndo-los, explicitándolos, y colocándolos en las propias voces de sus protagonistas. Reconoce su importancia de cara al pasado, como parte de la historia de la paz de Arauca y de Colombia; y en perspectiva de futuro, para que nuevas generaciones puedan apropiarla y profundizarla en ese de-partamento, y en un contexto más general, en la posibili-dad de convertirse en experiencia ejemplarizante frente a otros esfuerzos de construcción de paz.

Surgimiento y desarrollo

3

Capítulo 3 • Surgimiento y desarrollo

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3.1. Sobre el origen

El momento que deno-minamos como el ori-gen de esta iniciativa de paz abarca su surgi-miento y la realización de las primeras con-sultas con líderes del movimiento social y comunidades de Arau-ca. A su vez, se enmar-ca en el periodo com-prendido entre el 2009 y el 2010 (Información

recogida durante el trabajo de campo).

En el origen de los “Diálogos constructivos para Arauca” se identifica el ejercicio de mediación de esta Iglesia con actores armados de este depar-tamento, como ya se había mencionado. También se registran nombres propios, como los de los integrantes de la Iglesia Menonita que concibie-ron esta iniciativa de paz, y los de algunos líderes del movimiento social de Arauca que la apoyaron y ambientaron en sus inicios (Información suminis-trada en trabajo de campo). A su vez, su consideración y aprobación en el colectivo del “patio” en el año 2009.

La mediación pastoral desde diálogos con la insurgencia, además de posi-bilitar un primer acercamiento a la realidad de Arauca, la expresión del conflicto armado allí y su impacto sobre la sociedad civil, generó en los representantes de la iglesia Menonita la convicción sobre la necesidad de tender puentes para la paz con los actores armados de ese departamento, el Estado y la sociedad civil (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015). Además, convirtió a Arauca en el escenario priori-tario para su ejercicio de construcción de paz (Tomado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015).

Creo que una línea que trazaría sería una persona que hacía parte de ésta Iglesia de Teusaquillo, que tenía un pequeña finca en Arauca, que a veces estaba acá y a veces allá atendiendo su finca y ésta estaba ubicada

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en una zona donde había presencia de un actor armado, éste tenía in-cidencia en las comunidades de alrededor y este hermano de la Iglesia tenía el interés y el anhelo de ver como se podría establecer un puente para dialogar con ellos, hacia iniciativas de paz. Yo trazo esa línea de ini-cio a esa iniciativa, que llevo en efecto a tender unos puentes a realizar unas conversaciones pastorales, que yo creo que fueron constructivos, fueron ecuménicos y que tal vez eso marco el inicio de Puentes para la Paz. Al mismo tiempo se tenía y de tiempo atrás, acompañamiento y relación con pastores de Iglesias en Arauca, y con ellos se trabajaba, entre otros temas, el del papel que las Iglesias podían jugar en cons-trucción de paz, en atención a víctimas, en trabajo por la reconciliación, como parte de su quehacer eclesial. (Tomado de entrevista con Pablo Stucky. Abril de 2015).

Ahí se empezaba a mirar cómo construir puentes. Había otra persona, también cercana a la Iglesia de Teusaquillo que era activa, más a nivel de las instancias del Estado en Arauca, entonces ella también tenía el interés de mirar como facilitar conversaciones entre las distintas ins-tancias de la sociedad civil, con Iglesias, con personas del Estado y ahí empezaron a construirse puentes. (Tomado de entrevista con Pablo Stucky. Abril de 2015).

Se tuvo la posibilidad de tener un contacto con la guerrilla directamen-te en Arauca, solamente con las FARC, la intención era empezar a hacer esos puentes, para ver cómo era posible, que aun en medio de esos discursos tan fuertes, se pudiera conseguir algo. De ahí empezamos a trabajar en la idea de priorizar Arauca como un escenario para esta-blecer esos acuerdos o esos puentes (…) (Tomado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015).

En el proceso de surgimiento de esta iniciativa de paz hay incipientes cer-tezas, pero ellas albergan la fuerza necesaria que permite colocarla en mo-vimiento. La primera de ellas es la identificación de Arauca como escenario para focalizar los esfuerzos de construcción de paz, por las condiciones propias de este departamento, las tradicionales dificultades para el diálo-go allí, y por considerar que si se construía la paz en este departamento, era posible hacerlo en cualquier lugar. La segunda, la importancia de ten-der puentes en ese escenario y no sólo con la insurgencia, sino con diver-sos actores relevantes; la tercera, la formulación de la propuesta inicial y su consideración y aprobación por el colectivo del “Patio”; y la cuarta, la

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urgencia de consultar con los líderes de los movimientos sociales y las co-munidades y entidades u organizaciones interesadas en Arauca como fue el espacio de referencia en Bogotá. Teniendo en cuenta que la construcción de la paz solo es posible mediante esfuerzos colectivos e incluyentes (To-mado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015).

Varios elementos confluyeron para escoger a Arauca, uno es que la Iglesia y Justapaz habían desarrollado varias iniciativas para Arauca, una de ellas era diálogo con las Iglesias Evangélicas en Arauca, que se sentían muy perseguidas, se estaba haciendo un acompañamiento para el tema de paz, para que esas iglesias trabajaran esa temática. El momento en el que estábamos empezando esta iniciativa, estas igle-sias recibieron muchas amenazas, de parte de la guerrilla, porque se es-taba en medio de la dificultad que se dio en Arauca, de enfrentamiento entre el ELN y las FARC. Estas agrupaciones acusaban a las Iglesias de estar de un lado o del otro o de ser de derecha. Los acercamientos que hubo buscando que bajaran el nivel de amenaza contra ellas. (Tomado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015)

(…) pensamos que Arauca era un lugar donde las circunstancias eran muy adversas al diálogo, que se necesitaba allí probar las tesis de la Iglesia sobre el tema de construcción de paz, la reconciliación. En-tonces un poco llegamos a la lógica de que si era posible hacerlo en Arauca, era posible hacerlo en cualquier lado. Entonces eso nos llevó a decidir por Arauca como escenario. Al principio eso fue recibido como muchas críticas, mucha gente que conoció que la propuesta la íbamos a desarrollar allá nos decía que no, pero nosotros pensábamos que era el mejor lugar para hacerlo, por eso tomamos esa decisión que fue fuerte. La iglesia tenía trabajo en otros lados, pero no pensamos en otros lados sino en Arauca (Tomado de entrevista con Agustín Jimé-nez. Abril de 2015).

En este ejercicio de reconstruir el surgimiento de la propuesta se destacó de manera especial el poder pacífico transformador de quienes la generaron y dinamizaron. Él se hizo visible en términos de convicción, esperanza y despliegue de capacidades para la construcción de la paz.

Cabe preguntarse quiénes generaron esta iniciativa de paz y cómo lo hicie-ron. En el origen de la propuesta inicial estuvieron Agustín Jiménez y el co-lectivo del “patio”. Agustín la generó en su versión inicial, en el marco de su trabajo con la Asamblea Permanente de la Sociedad civil por la Paz; aun-

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que allí no logró encontrar las condiciones necesarias para su surgimien-to. Esta realidad lo llevó a presentarla en el 2009 a la consideración del colectivo del “Patio” de la Iglesia Menonita, y es en este escenario donde es aprobada y apropiada (Entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015).

La propuesta de diálogo intersectorial surge de que yo entro a la secre-taria ejecutiva de la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz, y ahí estaban como en una crisis, con lo cual nos comprometimos a hacer propuestas para buscar recursos, hacer iniciativas y yo hice esa propuesta de diálogo, que quedó en su plan de trabajo y yo hice el documento, se perfeccionó, se envió a una agencia de cooperación y la aprobaron, pero resulta que ellos tenían una iniciativa parecida y en-tonces decían que no podían financiar (…) (Tomado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015)

Cuando estábamos allí en el grupo de trabajo del patio, les dijimos bue-no que propuestas hay, entonces yo les dije que tenía esta propuesta, que además está aprobada por la Asamblea Permanente de las Socie-dad Civil (…) la propuesta si dialoga mucho con la propuesta de Juan Pablo Lederach, de cómo construir la paz desde lo territorial (…) está-bamos en el grupo patio, eso fue en el 2009, ahí realmente fue que em-pezaron a pensarse eso (Tomado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril 15 de 2015).

En lo que al parecer no existía total claridad, era en el nombre de esta naciente iniciativa de paz. Primero se denominó como “puentes para la paz”, luego como “diálogos intersectoriales”, y como se verá en el aparte relacionado con el momento de su desarrollo, en la actualidad su denomi-nación ha decantado a “Diálogos constructivos para Arauca”.

(…) empezamos a denominarla como “Iniciativa Puentes para la Paz”, ya empezamos a trabajar en Arauca, sobre todo haciendo el primer proceso, que fue el diálogo con las organizaciones sociales y las comunidades, esto fue en el 2011. Allí ya empezó la cofinanciación propia. En ese año hicimos el I Foro Internacional por la Paz y la Reconciliación en Arauca, que contó con el apoyo de PCS, USIP y CCM, con lo cual se estableció más el proce-so. (Tomado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015).

(…) entonces tuvimos un debate de cómo sería la iniciativa y ahí pre-sentamos una propuesta que la habíamos denominado “Diálogo Inter-sectorial”, sobre la base de buscar un diálogo con empresarios, con

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comunidades, organizaciones sociales y gobierno, tanto local como nacional, y empezamos a trabajar esa primera idea. Hicimos una pre-sentación de esa idea a PCS. Ellos aprobaron el primer recurso para eso y empezamos la iniciativa (Tomado de entrevista con AgustínJiménez. Abril de 2015).

Cerrando este aparte, también se destacan nombres clave de líderes del movimiento social en Arauca y de la Iglesia Católica, a quienes se les pre-sentó de manera informal y en consulta la naciente iniciativa de paz para Arauca. Entre ellos: Martín Sandoval, Older Cáceres, Alonso Campiño, el Sacerdote Deisson Mariño de Pastoral Social de Arauca, el sacerdote Teo-doro de Saravena, y la organización de derechos humanos Joel Sierra. Es-tos contactos iniciales se realizaron poco a poco y por separado; y fueron de significativa importancia para ambientarla y colocarla en movimiento, a pesar de que existían y existen reservas de algunos sobre esta iniciativa.

Era impensable que estas consultas no se realizaran, desde la compren-sión de la construcción de la paz por parte de la Iglesia Menonita, como un ejercicio colectivo, incluyente y participativo.

La iniciativa surge dentro del grupo del patio, nace con su nombre y también con la certeza de que se necesita un apoyo externo, la con-vicción de que no nos la sabemos todas y que hay algo más que se necesita ahí. Lo que quiero decir con apoyo externo es como otros tra-bajadores en la parte de construcción de paz nos puedan apoyar, como personas que ya están trabajando, porque no somos los únicos que están trabajando y están haciendo y como unir fuerzas (Tomado de entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015).

En dos desayunos que tuvimos llegó a venir Older Cáceres, otro que vino fue José Murillo y Alonso Campiño, pero eso fue poco a poco. Se tuvo un diálogo también de manera informal con Joel Sierra, organiza-ción de derechos humanos en Arauca y con Campiño unas dos o tres veces, de manera informal. Estos contactos se fueron construyendo cada uno por separado (Tomado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015)

Un personaje muy clave para el proceso fue Older, porque él tiene una amistad conmigo desde hace un tiempo, el otro es Martín Sandoval, él había trabajado con migo en el tema de la coordinación Colombia-Europa y un poco yo estuve en el proceso de su salida del país, entones

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nos conocimos. Ellos dos cuando les comentamos la propuesta, en un par de reuniones acá en Bogotá, ellos estuvieron de acuerdo e intere-sados, aunque dijeron que la cosa no iba a ser fácil, pero ellos abrie-ron puertas, son dos personajes bastante reconocidos de un lado y del otro. Ellos fueron abriendo puertas y trabajamos en la perspectiva de lograr primero generar la confianza de que nada de lo que se haría sería sin consultarle a ellos. Pero primero, quien abrió las puertas fue Martín Sandoval y dio la bienvenida a la Iglesia porque Older nos recibía con mucha prevención como Iglesia (Tomado de entrevista con Agustín Ji-ménez. Abril de 2015).

3.2. El desarrollo alcanzado

El momento de desarrollo de la iniciativa de paz “Diálogos constructivos para Arauca” está delineado por acontecimientos y actividades que se ge-neran y articulan en el periodo comprendido entre el 2010 y 2015 (Informa-ción recogida durante el trabajo de campo).

En él se hace visible el despliegue de potencialidades y capacidades para la construcción de la paz, de representantes de la Iglesia Menonita, como Katherine Torres, reconocida como el alma o la fuerza vital del desarrollo de esta iniciativa de paz y de su estructuración como propuesta de “diá-logo constructivo”. También, contactos y alianzas, acompañamientos na-cionales e internacionales, las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz, en adelante CCRP, los Foros Internacionales, los diálogos intrasecto-riales, y el primer ejercicio de diálogo intersectorial entre empresas petro-leras, líderes del movimiento social y representantes del Estado regional y local (Información recogida durante el trabajo de campo).

• Los contactos

La Iglesia Menonita, el Programa Puentes para la Paz, el colectivo del Patio y quienes han liderado la iniciativa de paz “Diálogos constructivos para Arauca”, han tenido claro, como ya se ha mencionado, la importancia para la construcción de la paz del trabajo colectivo, incluyente, participativo, haciendo contactos y tejiendo alianzas.

El desarrollo de esta iniciativa de paz encontró en los contactos un buen mecanismo para su difusión inicial, ambientación, apropiación regional,

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proyección y aprendizaje. En su gran mayoría ellos abrieron puertas, co-menzaron a enraizar la propuesta o le dieron el impulso necesario para iniciar o proseguir. Algunos de ellos, permitieron darla a conocer; otros, ya mencionados, la ambientaron; y otros, sencillamente condujeron a otros contactos necesarios y relevantes.

Quienes generaron esta iniciativa de paz, en su desarrollo incipiente busca-ron establecer contacto con diversos sectores relevantes para el ejercicio planteado de construcción de paz: el movimiento social y las comunidades de Arauca, la cooperación internacional, la académica, otras Iglesias, orga-nizaciones de la sociedad civil afectas a la paz, y por supuesto, empresas petroleras y el Estado en su nivel regional y local en ese departamento

(Tomado de entrevistas con Agustín Jiménez, Katherine Torres, Pablo Stucky. Abril de 2015). Ellos han tenido claro, desde sus comienzos, el énfa-sis de la propuesta “Diálogos constructivos para Arauca”, en lo relacionado con su sig-nificación como tender puen-tes entre quienes se han si-tuado en orillas antagónicas y se perciben como enemigos,

facilitar reconocimientos mutuos, crear confianzas, y en el poder pacífico transformador de los diálogos constructivos e intersectoriales (Tomado de entrevistas con el Pastor Pedro Stucky, Pablo Stucky, Agustín Jiménez, Katherine Torres y Hernando Padilla. Marzo y Abril de 2015).

Destacan los animadores del proceso que, como una constante, la inicia-tiva de paz logró un buen recibo luego de su presentación ante los repre-sentantes de las organizaciones contactadas (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015). Desde el comienzo, estos contactos se ha-cían tanto en el nivel regional y local como en el nacional; y los encargados de los mismos debían tener alguna cercanía con las personas u organiza-ciones a contactar. A su vez, algunos de ellos, como los que se hicieron con el movimiento social, fueron asumidos por un equipo de base integrado

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por el Pastor Pedro Stucky, Agustín Jiménez y Katherine Torres (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Se identifican dentro de los contactos significativos en el despegue del desarrollo de esta iniciativa de paz: Kimberly Stanton, representante por entonces de la agencia Project Cousselling Service –PCS–; y Virginia Bouvier, Oficial de Programa y trabajo en Latinoamerica del Instituto de Paz del Congreso de Estados Unidos (USIP) quienes a partir del mismo contribuyeron institucionalmente con la financiación del primer año de ejecución de la iniciativa en Arauca; Redprodepaz y Ecopetrol a través de Pablo Stucky y Justapaz, empresa que brindó un apoyo facilitando re-cursos para el contacto y la animación con las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz, contacto que a su vez facilitó el que se hizo después con la Asociación de Fundaciones Petroleras –AFP–. También ha estado puntualmente la Gobernación de Arauca y Ecopetrol quien reconoce el papel facilitador de puentes para este proyecto. A partir de estos rela-cionamientos se ha venido tratando de articular a entidades facilitado-res como son: el Programa de Desarrollo y Paz de Norte de Santander, Consornoc, CINEP, AFP, Justapaz, Redprodepaz y Puentes para la Paz (Tomado de entrevistas con Pastor Pedro Stucky, Pablo Stucky, Katheri-ne Torres, y Agustín Jiménez. Marzo y abril de 2015).

Desde sus inicios, los contactos han posibilitado la construcción de una red de relaciones que de muchas maneras ha incidido en la dinamización, el fortalecimiento y la proyección de esta iniciativa de paz. A su vez, ellas han facilitado la generación perfectible de puentes que acercan lo local con lo regional y lo nacional; distintos sectores de la sociedad civil en Arauca en el nivel central; y las empresas petroleras, el movimiento social y el Estado, como ocurrió recientemente en el primer ejercicio de diálogos constructi-vos realizado en Choachí en marzo de 2015.

Es muy importante reconocer los puentes se van construyendo no solo en Arauca, pero también entre las distintas organizaciones y platafor-mas que tienen injerencia en el Departamento. E inclusive cuando se han tejido puentes con el Estado, con personas internacionales, con personas de la academia, es decir a veces es un entramado de puentes, o una telaraña, que se va formando. (Tomado de entrevista con Pablo Stucky. Abril de 2015).

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• Los acompañamientos nacionales e internacionales

Desde el inicio de su desarrollo, esta iniciativa de paz ha buscado acompa-ñamiento nacional e internacional. A su vez, en el proceso alcanzado en sus cuatro (4) años de existencia ha contado con el mismo. En parte, por el reconocimiento ya mencionado del que goza la Iglesia Menonita en su ejercicio de construcción de paz; y también, por la interesante propuesta de la iniciativa “Diálogos constructivos para Arauca”.

Al buscar este acompañamiento, los gestores y dinamizadores de esta ini-ciativa de paz, tuvieron como directriz que se tratara de organizaciones y personas que contaran con experiencia en construcción de paz o con trabajo en Arauca (Información suministrada en entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015). Bajo esa perspectiva, a nivel nacional buscaron el acompañamiento de organizaciones de la sociedad civil, otras Iglesias y de académicos, que integraron un grupo de referencia, convocado general-mente en desayunos mensuales, con agendas temáticas, exposiciones e intercambio de reflexiones.

Se identifican dentro de ese grupo de referencia a la Federación Luterana Mundial y el CINEP por parte de organizaciones de la sociedad civil; Pablo Stucky, de Ceas; la Iglesia Presbiteriana; el Padre Francisco de Roux y Flor Alicia por la Iglesia Católica comunidad jesuita; y Pedro Galindo y Esperan-za Hernández por la academia, entre otros.

Bajo los mismos criterios, se buscó el acompañamiento de organizaciones y personas del nivel internacional. Eje central para la concreción de este acompañamiento fue la académica María Lucía Zapata, quien en su condi-ción de asesora, facilitó el contacto con actores relevantes allí.

Se identifican como acompañantes del nivel internacional a Virginia Bou-vier del Instituto para la Paz de los Estados Unidos –USIP–; Khristian Her-bolszheaimer, de Conciliation Resources; facilitadores de amplia trayecto-ria como Pablo Lumerman y Graciela Tapia Ed. Landon; y por supuesto, John Paul Lederach y Francisco Diez, entre otros. Así se registra desde las propias voces de los protagonistas de esta iniciativa de paz:

Inicialmente nosotros empezamos con un grupo de referencia eclesial, social y académica en la Iglesia Menonita. Nosotros teníamos nuestro propio espacio de referencia, porque sabíamos que no queríamos cami-

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nar solos en Arauca y que no lo podíamos hacer de dicha manera, enton-ces nos rodeamos de organizaciones: o que tuvieran experiencia en cons-trucción e paz o que tuvieran experiencia de trabajo en Arauca. Uno de los aliados fue la Federación Luterana Mundial, quienes nos dijeron: cami-nen por acá, tengan en cuenta estos elementos. Han sido unos asesores en territorio. (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

También está el CINEP, que desde el inicio ha creído en este escenario y ha sido muy significativo poder hermanar con ellos, desde esa lógica de apostarle primero a la gente, al territorio, a lo que se quiere para Arauca. Está también del sector académico, Esperanza Hernández, que le aposto a esto, porque llamamos a muchos académicos para que hicieran parte de esto, pero recibimos mucha prepotencia (…) pero también estuvo un académico que si fue allegado al proceso, que fue Pedro Galindo, quien nos ayudó a entender las lógicas del territorio, las necesidades del territorio, los intereses y como estos se traslapan con los interese de la nación y con los intereses de las empresas ex-tractivas. Eso nos ayudó a ir ubicando que el cambio gira en torno a la temática dela extracción del petróleo, con la forma en que se consulta y se toman decisiones en Arauca. (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015)

La iglesia Presbiteriana que nos rodearon, aunque no han tenido la ex-periencia como la hemos tenido nosotros, siempre han estado orando y han visto de manera positiva este ejercicio (…) llamamos a los Jesuitas, Flor Alicia y el padre Pacho de Roux, ellos han estado desde el principio en esto (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

También llamamos a la comunidad internacional y a Ginny Bouvier que también nos ha apoyado siempre, desde el Instituto para la Paz de Es-tados Unidos. Ella ha buscado contactos para cooperación, han coo-perado igualmente, entonces hemos tenido esos aliados tan impor-tantes. A la par fuimos construyendo el equipo asesor internacional, María Lucía Zapata, quien ayudó a construir ese equipo (…) Ella nos conectó con Khristian Herbolszhaimer, él es de Conciliation Resources; nos conectó con Juan Pablo Lederach. Ha estado Bonnie Klassen (…) últimamente nos han acompañado Graciela Tapiay Pablo Lumerman, quienes han sido personas increíbles, porque nos han ayudado, a ca-minar el paso a paso. La facilitación de Lumerman fue extraordinaria, pero también nos ha ayudado a pensar en los previos, sin esos previos

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nada hubiera podido salir (…) (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

(…) Ed Landon me ayudo a dimensionar lo que significaba el tema del diálogo y a pensarnos el tema de la mediación, él ha hecho mediacio-nes desde lo territorial y desde lo ciudadano, el empezó a ayudarnos, junto con Pablo Stucky, al tema del diálogo apreciativo. Este último enfocado en lo que puede ser positivo, en lo que puede ser imaginable, en lo que puede ser posible, desde las habilidades, desde los dones, desde lo bueno, sin desconocer que hay conflictividades (…) Y bueno Juan Pablo Lederach, que si viene cierto no ha estado en Arauca, él ha estado acompañándonos, cada vez que hablamos con él le planteamos nuestras ideas y visiones, él nos da una asesoría, nos escribe bastante sobre la visión de reconciliación. Una persona que no he llamado acá pero que me ayudo a dimensionar la reconciliación desde la participa-ción ciudadana y participación social es Cesar Moya, él también es me-nonita, yo me leí su libro y en ese se habla de la reconciliación frente a las conflictividades sociales. (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

• Las alianzas

En el desarrollo inicial de esta iniciativa de paz también se registran es-fuerzos encaminados a construir alianzas con algunos sectores de la so-

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ciedad civil a nivel nacional: Redprodepaz, CINEP, Asociación de Funda-ciones Petroleras –AFP–, Programa Puentes para la Paz, CONSORNOC y Justapaz.

Se denominó “Alianza por Arauca” al ser comprendida como la articula-ción de esfuerzos en torno a la construcción de la paz en este departa-mento. Dentro de la misma, cada integrante tenía una función específica. La Redprodepaz, facilitaría los contactos con las empresas petroleras; el CINEP se encargaría de la sistematización; el Programa de Puentes para la Paz de la Iglesia Menonita sería responsable de una labor de mediación, formación para la paz, y preparación e implementación del diálogo; la AFP asumiría la administración y gestión de los recursos económicos; y la Red-prodepaz y Justapaz se encargarían de las comunicaciones11 (Información suministrada en trabajo de campo).

• Las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz

Las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz representan un eje muy importante de esta iniciativa de paz. El origen de las mismas se ubica en Ricardo Esquivia, de la Iglesia Menonita, que las concibió y socializó en el Comité Central Menonita, como un escenario de base social, que posibilita la iniciativa de la sociedad civil, recogiendo y articulando inquietudes, a fin de que puedan ser reconocidas en escenarios más amplios (Tomada de en-trevistas con el Pastor Pedro Stucky y Pablo Stucky. Marzo y abril de 2015).

Dicha propuesta encontró una buena acogida en el Pastor Pedro Stucky y en Katherine Torres, quienes consideraron que en Arauca estas comisiones podrían encontrar un buen escenario de aplicación. Bajo esta perspectiva, en el 2010 se hizo un primer taller con apoyo de Luz Marina Gómez actual directora del Departamento de Prosperidad Social en Arauca quien ha sido una de las fundadoras de las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz en Arauca. Dicho taller fue facilitado por personas de la Fundación Social. La Fundación Social anteriormente había realizado talleres en los

11 Actualmente se adelanta un documento de acuerdo de voluntades que nos permita caminar en propósitos comunes en una relación de colaboración y sin competencias. Es posible que el docu-mento pueda tener variaciones en cuanto al roll y papel de cada organización, especialmente de la Redprodepaz, quien quiere asumir un papel más de contenedor y conexión.

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departamentos de la Costa Caribe con Ricardo Esquivia. Luego en el 2011 se retomó la propuestapara nutrirla con los aportes de las comunidades e implementarlas en este departamento. Con este propósito, se realizó una gira y, se efectuaron diversas reuniones donde se abordó el tema de la reconciliación y la conformación de estas comisiones en Arauquita, Sa-ravena-Fortul y Tame. La propuesta fue recibida inicialmente con preven-ción. Los participantes decían: “Y qué de los problemas grandes en Arau-ca, que están sin resolver” A esto la respuesta era: “Hay que trabajarle a esos problemas también. Pero qué es mejor: ¿hacerlo matándonos unos a otros, o sin matarnos?” Hoy las Comisiones son grupos interdisciplinarios, ecuménicos, pluralistas, no partidistas, que buscan proveer un espacio en que los/las ciudadanos/as pueden trabajar por la paz y servir de puentes en su propio contexto. Las Comisiones, que ahora existen en todos los siete municipios, son como los contenedores de las propuestas para la paz y reconciliación en Arauca. Hoy tienen una acogida impresionante. Es evi-dente que una de las tareas de las CCRP es la formación constante, tanto en la práctica como en la teoría. En ese sentido se han llevado seminarios sobre la noviolencia, el tratamiento y sanidad de trauma, fortalecimiento organizativo, reconciliación y se planean muchos más. (Tomado de entre-vistas con el Pastor Pedro Stucky, Pablo Stucky y Katherine Torres. Marzo y abril de 2015).

Lo de Puentes para la Paz se estableció pensando en crear puentes entre adversarios, cuando fuimos conformando las Comisiones, fuimos animando su formación y todo, también era claro que había puntos de conflicto en Arauca, que no se estaban resolviendo, algunos volaban los oleoductos, entonces llegaba la fuerza pública y la sociedad civil es-taba en medio. Entonces las cosas se hacían a punta de acciones de he-cho, paros y voladuras y todo eso. Tampoco parecía que esas acciones surtieran efecto, eso no estaba funcionando y causaba mucho daño y muchas muertes (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

Las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz, la cual es una ini-ciativa que viene de Ricardo Esquivia, de Sembrandopaz. Él nos explicó qué eran las comisiones y nosotros dijimos que eran pertinentes para Arauca (…) Pero solamente se había trabajado con las iglesias y había como cierta prevención de trabajar con la sociedad civil. (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

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En el año 2011 dijimos es necesario seguir fortaleciendo una plataforma social para ese diálogo que son las Comisiones, en-focadas en el tema de la mediación, dan-do ejemplos claros de la necesidad de la mediación desde el territorio y la cons-trucción de la paz ciudadana. (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015)

• Los Foros Internacionales

En el desarrollo de la iniciativa de paz que ocupa este libro se registra también la realización de tres foros internaciona-les. Estos representaron un mecanismo para fortalecer y empoderar a las Comi-siones Ciudadanas, convocar y socializar de manera amplia, la reflexión, las propuestas y la acción en torno a las problemáticas de Arauca, la construcción de la paz y los horizontes para la reconciliación en ese departamento (Tomado de entrevistas con el Pastor Pedro Stucky, Pablo Stucky, Katherine Torres y Hernando Padilla. Marzo y abril de 2015).

La decisión sobre su realización y su preparación partió de la consulta y la participación de distintos sectores de la sociedad civil en Arauca, y prin-cipalmente con las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz, que fueron constituyéndose y fortaleciéndose en el marco de cada foro, en cada uno de los siete municipios de este departamento (Tomado de las entrevistas con Katherine Torres y Hernando Padilla. Abril de 2015).

El primer foro se realizó en mayo de 2012 y se denominó: I Foro Internacio-nal Horizontes para la paz y la reconciliación en Arauca. En su desarrollo se abordó el contexto de Arauca; se analizó en prospectiva el horizonte de la reconciliación en diez (10) años; se reconocieron los obstáculos y los temores, junto con las expectativas y las esperanzas; se divulgaron expe-riencias regionales, nacionales e internacionales; se formularon propues-tas para avanzar; se analizó el rol del Estado y la necesidad de incluir en

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el proceso a las empresas, las multinacionales, los jóvenes y los cuerpos armados, pero sin llegar a delegar en estos o en el Estado el derecho y el deber de la paz; y principalmente se reconoció el derecho y la responsa-bilidad de la sociedad civil de ser gestores de paz. Este foro invitó a vivir el presente proyectando al mismo tiempo el futuro deseado (Tomado de la declaratoria de las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz producto de este foro).

La presencia e intervenciones de personas de fuera de Arauca tanto de Colombia como internacionales fue muy significativa, pues fue una ma-nera de decirle a los araucanos “Ustedes no están solos. Hay solidaridad e interés de afuera en la paz de Arauca”. Además fue posible la presen-tación de experiencias de otras partes del mundo en donde han podido forjar su camino hacia la paz.

Hubo momentos memorables como cuando el gobernador de Arauca compartió la plataforma con una líder de una organización de mujeres víctimas del conflicto en Tame, con la moderación de una persona in-ternacional. Juntar a personas de diferentes trasfondos y perspectivas y posibilitar que se escuchen unas a otras, es hacer real el concepto de puentes. Fue dramático escuchar la entrevista que le hizo el pastor presi-dente del Consejo Evangélico de Colombia (CEDECOL) a una jovencita que había perdido sus brazos por una mina antipersonal y constatar su empuje para seguir adelante con sus estudios y su vida.

Se destacó, de manera especial, la contribución de la Pastoral Social de la Iglesia Católica de Arauca, de la Federación Luterana Mundial con sede en Arauca, Martín Sandoval y Older Cáceres en la preparación del I Foro Internacional; y la comunicación que el movimiento insurgente del ELN presentó en el mismo, que sin duda contribuyó a abrir el espacio (Tomado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015).

En noviembre del 2013 se realizó el II Foro Internacional. Participaron tam-bién las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz de la Costa Caribe y distintos sectores sociales del nivel regional, nacional e internacional. Durante el mismo se exploraron los significados de la paz y la reconcilia-ción y se abordó el tema del “diálogo social”. Las CCRP reconocieron que el encuentro entre ellas en este foro representó un ejemplo de diálogo; también que se han organizado y persisten en su propósito de trabajo por

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la paz y la reconciliación (Información tomada de la declaratoria final de las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz. Noviembre de 2013). En cuanto a sus sueños por realizar identificaron: in-volucrar a los actores ar-mados en diálogos cons-tructivos, articular la paz con el desarrollo, y los diálogos intersectoriales entre empresas, la sociedad civil y el Estado, entre otros (Información to-mada de la declaratoria final de las Comisiones Ciudadanas de Reconcilia-ción y Paz. Noviembre de 2013). Las Comisiones Ciudadanas de Reconcilia-ción y Paz se pronunciaron sobre los significados de la paz así:

Es más que un culto religioso, ausencia de violencia armada y estar tranquilo; es la transformación de las relaciones conflictivas en cons-tructivas; pasar de buscar el bien propio a buscar el bien común; buscar la mutualidad que permite reconocer que si se comparte el poder hay más poder para todas y todos, si se comparte la riqueza hay más para todas y todos, y si se busca la seguridad de los demás todos y todas estarán más seguros (…) (Tomada de la declaración final de las Comi-siones Ciudadanas de Reconciliación y Paz. Noviembre de 2013).

En noviembre de 2014 se realizó el III Foro Internacional. En él se reconoció la paz como una realidad social que encuentra su origen en una dimensión personal, social y política, y que está animada por una espiritualidad, y tiene un carácter procesual, es decir, que se construye en el día a día, o en voces de los participantes en este foro: “que es un ave de largo vuelo” (Informa-ción suministrada durante el trabajo de campo). Distintas voces enfatizaron en la importancia de la sociedad civil y la institucionalidad en la construcción de la paz (Información suministrada durante el trabajo de campo).

En este foro las CCRP se reconocieron como interlocutoras y llamaron la atención sobre la importancia del conflicto social entre las empresas petro-leras y la sociedad civil. También, señalaron la importancia de los diálogos

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y del respeto dentro de los mismos. Invitaron a mirar hacia adelante y a no quedarse centrados en las comprensiones tradicionales del pasado (Infor-mación suministrada durante el trabajo de campo). Este último foro se hizo con un grado importante de apoyo por parte de la Gobernación de Arauca.

• El encuentro diálogo para los diálogos

A comienzos de marzo de 2015, el Programa Puentes para la Paz convocó y facilitó un encuentro en Arauca que denominó “Diálogos para los diálo-gos”. Éste tenía por finalidad reunir las iniciativas de diálogos por la paz que en la actualidad se desarrollan en ese departamento, y propiciar un espacio en el que presentaran su trabajo, se reconocieran e incluso identi-ficaran alternativas de trabajo conjunto. (Información recogida durante el trabajo de campo. Febrero – abril de 2015).

Se destaca dentro de estas iniciativas la Mesa de Diálogo, que se desarrolla entre el Ministerio del Interior, Organizaciones Sociales de Centro Oriente, el Movimiento de Organizaciones Cívico Populares de Arauca, el Estado regional y local, y las empresas petroleras. (Información suministrada du-rante el trabajo de campo. Febrero – Abril 2015).

Esta iniciativa de paz encuentra su origen en el proceso de lucha y reivindica-ción del movimiento social y popular de ese departamento que ha alcanza-do una duración de treinta años. Dentro del mismo, sus protagonistas han buscado espacios de conversación y concertación con los actores men-cionados, pues en su consideración, son generadores del conflicto social.

La esperada conver-sación generalmen-te no encontraba un terreno fértil para su realización, y de-venía en moviliza-ciones sociales y en represión. (Informa-ción suministrada durante el trabajo de campo. Febrero – abril de 2015).

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El ejercicio de resistencia de estas organizaciones finalmente generó la mencionada mesa de negociación. A este importante logro se agrega el proceso de unidad de los sectores que integran el movimiento social en Arauca, materializado en un pliego único de condiciones, logrado entre dos de sus más importantes agremiaciones: las organizaciones sociales, de un lado y la mesa cívico popular, del otro.

• Los diálogos intrasectoriales

En consideración de los dinamizadores de esta iniciativa de paz, los diálo-gos intrasectoriales han representado un factor fundamental para el desa-rrollo de la misma. En Arauca, tradicionalmente el conflicto social ha sido gestionado desde la presión social materializada en negación y estigma-tización del adversario, considerándolo como enemigo, y actuando a tra-vés de vías de hecho (Tomado de entrevistas con el Pastor Pedro Stucky y con Katherine Torres. Marzo, abril de 2015). Un contexto así, genera desa-fíos para lograr acercamientos, diálogos y puentes entre orillas distantes, y dificultades para el reconocimiento mutuo desde otras perspectivas, y para la transformación pacífica del conflicto. Por ende, una iniciativa como “Diálogos constructivos para Arauca” no podría ponerse en movimiento sin diálogos intrasectoriales, es decir, cada uno de los actores relevantes del conflicto social por separado y al interior de ellos mismos.

Esta realidad se expresó en la negativa inicial de cada sector de dialogar con los otros (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015). Respondiendo a esta circunstancia, el equipo generador y dinamizador de esta iniciativa de paz realizó diálogos separadamente con el movimiento social, las empresas petroleras y el Estado en Arauca (Tomado de entrevis-ta con Katherine Torres. Abril de 2015).

Lo primero que se hizo fue explorar la voluntad, las condiciones y la capa-cidad de diálogo, y luego se invitó a cada sector a dialogar. Se realizaron incluso ejercicios de mediación con las empresas petroleras, donde más que abordar los diálogos, se buscó establecer confianzas mínimas para lograr una escucha activa y centrarse en la mirada sobre el futuro de Arauca.

Ya veníamos haciendo diálogos más amplios en la alianza Arauca, pero no habíamos logrado la confianza. Entonces supimos que también los pequeños grupos hay que hacerlos desde el principio, las bilaterales en

Capítulo 3 • Surgimiento y desarrollo

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confianza hay que hacerlas, si no la gente no se suelta, esto también lo hicimos del otro lado (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Entonces fuimos a hablar con la Oxy y con Ecopetrol, y así poco a poco empezamos a clarificarles, miren queremos que se sienten a dialogar, que se permitan un diálogo de entendimiento, que les permita estable-cer estos puntos críticos, pero con tranquilidad, que les permita real-mente unos mínimos de respeto, de escucha, que les permita generar esos cambios que se requieren, pero que ayuden también desde ese diálogo de entendimiento y hablamos del diálogo constructivo. Si no-sotros no hacemos el diálogo bilateral sector por sector, esto no hubie-ra sido posible y ese es el trabajo más difícil (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Fue cuando Pablo Stucky yGinny (Virginia Bouvier) facilitaron un pri-mer taller con varias de las petroleras. Realmente no se habló mucho de cómo dialogar , porque la gente empezó a hablar de Arauca y de su visión de Arauca y de los problemas que había. Me parece que fue bueno, porque pudimos empezar a conocerlos y ellos a nosotros, e in-cluso reconociéndose entre ellos. Yo diría que el resto es la historia que estamos haciendo (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

• Primer diálogo intersectorial

Es hasta marzo de 2015 cuando se realiza un primer ejercicio de diálogo intersectorial entre sociedad civil, empresas petroleras y Estado, actores vinculados al conflicto social en Arauca. Este evento albergó diversos sig-nificados, por un lado un ejercicio exploratorio frente a la tarea compleja y de larga duración que representa la propuesta “Diálogos constructivos para Arauca” y por otro, un valioso aprendizaje de cara al futuro así como un logro significativo.

Se destaca que este exploratorio de diálogo intersectorial estuvo prece-dido de una labor cuidadosa de planeación y construcción colectiva. Esta contó siempre con la asesoría profesional de Pablo Lumerman, facilitador de amplia trayectoria en conflictos medioambientales, la consulta previa con cada uno de los actores mencionados, y con los aportes del equipo coordinador del Programa Puentes para la Paz.

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Fue un diálogo entre los actores mencionados, rodeados de las Comisio-nes Ciudadanas de Reconciliación y Paz, y acompañado por figuras de am-plio reconocimiento como el Sacerdote Jesuita Francisco de Roux; la Ofi-cina del Alto Comisionado para la Paz; y representantes de la cooperación internacional como la MAPP-OEA.

Fue igualmente relevante la capacidad de convocatoria de la iniciativa de paz “Diálogos constructivos para Arauca”, que logró en este diálogo inter-sectorial, la participación de todos los actores implicados en el conflicto social y a su vez en su transformación constructiva. Además, este diálogo representó, en la trayectoria de este largo conflicto social, un primer ejer-cicio de comunicación con metodologías noviolentas, respetuosas y pro-positivas, evidenciando las potencialidades y capacidades de los diálogos constructivos.

Al principio la desconfianza era total,. Pero cuando les dijimos que si seguimos igual, si no lo intentábamos, ¿por dónde seguimos? Y cuando hacíamos esa pregunta la gente nos decía que bueno, pero entonces en qué condiciones hacíamos el diálogo. Por lo cual garantizamos que el diálogo iba a ser respetuoso, les garantizamos que el diálogo iba a ser de pares, que iba a ser respetadas las distintas opiniones con toda la tranquilidad y lo cumplimos. Fueron promesas que se hicieron en los diálogos bilaterales, que se cumplieron en Choachí. (Tomado de entre-vista conKatherine Torres. Abril de 2015)

Capítulo 3 • Surgimiento y desarrollo

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Nos tardamos más o menos como un año tratando de convencerlos de que era posible el diálogo, no fue fácil, no fue sencillo. Ya oficialmente cuando vino el encuentro, cuando lo establecimos les dijimos mire acá ya está esto (…) y lo otro clave, que Pablo Lumerman me ayudó mu-cho a pensar, es contar con los terceros aliados, son gente que tiene que rodear el diálogo y si no nos sale, por lo cual se debería conseguir comunidad internacional que nos apoye, con lo cual hicimos un mapa de terceros aliados y a hacer bilaterales con los terceros aliados a la par (…) estos fueron Pacho de Roux, esencial para este diálogo, la MAAP OEA, la oficina del Alto comisionado para la Paz, la Embajada Suiza y la Sueca, el Instituto de Estudios de Paz de Estados Unidos, el cual ha sido un aliado original, incluso fundador de ésta iniciativa, porque Ginny nos ha ayudado a pensarnos esto, ella hace parte del equipo asesor inter-nacional (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Este capítulo ha hecho evidente la historia del surgimiento de la iniciativa “Diálogos constructivos para Arauca”. También, la delicada filigrana que ha posibilitado la elaboración de una red de relaciones, la articulación de plurales actividades y la realización de diálogos intrasectoriales e intersec-torial; todos ellos, relevantes para el desarrollo perfectible que esta inicia-tiva de paz ha alcanzado a lo largo de sus cuatro años de existencia.

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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Este capítulo recoge la propuesta de la iniciativa de paz “Diálogos constructivos para Arauca”, desde la perspecti-va de quienes la han generado y estructurado en los últi-mos cuatro (4) años.

A lo largo del mismo se hace visible la manera como esta iniciativa se va afinando en el tiempo, sus matices y el trán-sito integrador del diálogo social al intersectorial y de este al constructivo.

4.1. ¿Por qué dialogar?

Tal vez, el primer interrogante que surge frente a una iniciativa de paz que en su denominación propone alguna modalidad de diálogo es: ¿Por qué dialogar? ¿Cuál es la importancia del diálogo?

Para quienes están en el origen de los “Diálogos constructivos para Arau-ca”, la palabra tiene poder, la conversación entre ofensor y ofendido posee un carácter sanador, y “el diálogo no ofrece resultados inmediatos pero funciona” (Tomado de entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015).

Su contacto con la realidad sobre el conflicto social y armado en Arauca les permitió comprender que allí se respondía a la conflictividad desde

La propuesta de diálogos constructivos para Arauca

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Capítulo 4 • La propuesta de diálogos constructivos para Arauca

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la fuerza, con un im-pacto directo sobre la sociedad civil en términos de pérdidas y dolor, y sin que este método lograra re-solver los conflictos (Tomado de entrevis-ta con el Pastor Pe-dro Stucky. Marzo de 2015).

Desde su postura Cristocentrica, algunos menonitas preguntaban: ¿por qué ofrendar la vida en el altar de la guerra? Sin duda había otros métodos para trans-formar los conflictos, como lo enseña Juan Pablo Lederach y diversas experiencias en el mundo (Tomado de entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015).

Consideraron entonces que era necesario propiciar en Arauca otra forma de asumir y gestionar la conflictividad, menos costosa, más productiva, y que allí se registraba una urgente necesidad de diálogo (Tomado de en-trevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015). Éste posibilitaría la comunicación entre los actores ubicados en orillas opuestas y aparente-mente irreconciliables.

Cuando fuimos conformando las Comisiones, fuimos animando su formación y todo, también era claro que había puntos de conflicto en Arauca, que no se estaban resolviendo, algunos volaban los oleoduc-tos, entonces llegaba la fuerza pública y la sociedad civil estaba en me-dio. Entonces las cosas se hacían a punta de acciones de hecho, paros y voladuras y todo eso. Tampoco parecía que esas acciones surtieran efecto, eso no estaba funcionando y causaba mucho daño y muchas muertes. Entonces nos dimos cuenta que lo que había que propiciar era otra manera de ir resolviendo los problemas, además estaba la pi-rámide de Juan Pablo, de cómo hacer para que desde los diferentes niveles se pudieran hablar y conocer (Tomado de entrevista con el Pas-torPedro Stucky. Marzo de 2015).

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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4.2. Del diálogo social

En sus inicios esta iniciativa de paz se cen-tró en el diálogo social (Tomado de entre-vistas con el Pastor Pedro Stucky y Kathe-rine Torres. Abril de 2015). Desde hacía algunos años, Ricardo Esquivia venía plan-teando una mediación de la sociedad civil en el conflicto interno armado, producto de la recuperación por parte de la misma de su poder ciudadano (Tomado de entre-vistas con el Pastor Pedro Stucky, Katheri-ne Torres, y Agustín Jiménez. Abril de 2015; Hernández, 2012). Ésta, como cualquier mediación, se materializaría a través del diálogo.

Los generadores de la iniciativa de paz de la que se ocupa este libro consideraron que era necesario procurar en Arauca es-pacios para el diálogo sobre los factores que inciden en el conflicto armado, con la idea, como lo dicen expresamente, de sustituir “las balas por la lengua” de cara a posibles escenarios de postguerra (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril 2015).

En su consideración, el diálogo social ofrecería una alternativa por fuera de las armas, para mediar la conflictividad en ese departamento. También para superar las distintas exclusiones que el mismo conflicto armado ha genera-do y poder avanzar en profundización de la democracia social, económica y política (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

(…) debe haber un mediador social, yo creo que la comunidad debe organizarse de tal forma, que pueda rescatar su poder ciudadano y que ese poder tenga suficiente autoridad ética y política, para decirle al Go-bierno: usted debe hacer esto y también, para decirle a la Guerrilla: us-ted debe hacer esto. Yo pienso que aquí en Colombia la sociedad civil no hemos aprovechado, ni sabemos lo que es el poder ciudadano (…)

Capítulo 4 • La propuesta de diálogos constructivos para Arauca

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si tuviésemos una sociedad así fuerte, con un poder ciudadano, seria-mos mediadores sociales, con poder político, para poder ser escucha-dos y realmente que se nos escuche la mediación (…). Entrevista con Ricardo Esquivia. En: Hernández, 2012).

El diálogo social era colocar esos temas que nos tienen en conflicto ar-mado, pero para dialogarlos. Un poco lo que decíamos era: cambiemos la bala por la lengua. Si aquí vamos a pasar la página, si aquí efectiva-mente las armas no son las que nos van a mediar los conflictos, sino el lenguaje, el diálogo (…) entonces si lo que ha generado aquí conflicto armado ha sido la exclusión social, política y económica;si aquí no hay democracia económica, aquí no hay democracia social y aquí no hay participación política real, había que colocar a dialogar esos temas (To-mado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Esas conflictividades polarizantes, profundas y estructurales, había que ponerlas en la mesa. Desde allí sale todo el imaginario de pensar un diálogo real y concreto. No un espacio para decir que nos gusta la paz, queremos la paz, que bonita la paz, hasta luego y no nos vimos más; sino diálogos que generaran cambios estructurales en el modelo económico, en el modelo social, desde los territorios (Tomado de en-trevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

4.3. Diálogos intrasectoriales e intersectoriales

En la medida en que se avanzaba más en la exploración de capacidades y condiciones para el diálogo en Arauca, se hizo más evidente la modalidad de los diálogos que allí se necesitaban. Fue así como comenzó a contem-plarse la idea de diálogos intrasectoriales e intersectoriales (Tomado de entrevistas con el Pastor Pedro Stucky y con Katherine Torres. Marzo y abril de 2015).

Se consideró también que tradicionalmente las experiencias de diálogo registradas en ese departamento habían sido bilaterales, generalmente entre comunidades y Estado (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015). También, que allí no se habían realizado diálogos tripartitos o intersectoriales.

Quienes han dinamizado esta iniciativa de paz propusieron entonces diálo-gos intrasociales, intersectoriales e intrasectoriales (Tomado de entrevista

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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con Katherine Torres. Abril de 2015). Intrasocial, porque era necesario dia-logar internamente y con claridad sobre esta propuesta con los distintos sectores de la sociedad civil, afectos o no a la paz, dado que la paz no se construye sólo con los amigos o con quienes se tiene una sintonía polí-tica o ideológica. Intersectorial, porque el diálogo también debía tender puentes entre los tres sectores vinculados por el conflicto social en Arau-ca: empresas petroleras, movimiento social y Estado. Intrasectorial, para poder acercarse a cada sector, consultarlo, crear confianza con él, conocer sus puntos de vista y su voluntad de diálogo. (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Uno no construye paz solo con los que saben de eso o los que medio se parecen al discurso de paz de uno, sino precisamente con los sectores que no creen en esto. Por eso para nosotros era importante empezar a trabajar con la sociedad civil. (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Era un diálogo inter social, pero también intrasectorial, desde ahí em-pezamos a hablar de esos términos. Nosotros dijimos, inter sectorial, cuando se encuentran los 3 sectores. Intra sectorial, cuando empece-mos a acercarnos y a consultar cada sector, si tienen la voluntad para el diálogo. Por eso era necesario pensar en fortalecer unas miradas intra sectorialmente. Porque habían rupturas y visiones al interior de cada sector. No es cierto que todos sean homogéneos, compactos, unísonos, sino que cada sector tiene sus debilidades, sus fragilidades, sus pugnas internas, entonces decíamos es necesario también inclu-so generar todo un fortalecimiento, para que cuando se sienten los sectores, tengan la capacidad de dialogar. (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Al comienzo lo llamábamos diálogos intersectoriales como también intrasectoriales. Hace como dos años Katherine hizo una gira para pro-mover diálogos intrasectoriales, más que todo entre la sociedad civil, por ejemplo los jóvenes, las mujeres, los afros, los campesinos, porque entre ellos tampoco estaban de acuerdo en muchas cosas, por lo que identificamos como importante propiciar un diálogo entre ellos para ver que serían las cosas que pensaban que eran prioritarias(Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

Capítulo 4 • La propuesta de diálogos constructivos para Arauca

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4.4. Diálogos constructivos

Desde la perspectiva de generadores y dinamizadores de esta iniciativa de paz, los diálogos constructivos equivalen a conversaciones con propósi-tos, acuerdos sociales por el cambio, y Shalom entendido como relación de paz, justicia y bienestar; representándo lo constructivo, la facilitación de espacios en favor de Arauca (Tomado de entrevistas con Katherine To-rres y Pablo Stucky. Abril de 2015). Estos implican cambios desde lo espiri-tual y lo personal hasta lo social, y ofrecen una dimensión más integral de los diálogos (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015). También son concebidos como mecanismo para tender puentes que faci-litan que el diálogo fluya en distintas dimensiones (Tomado de entrevista con Pablo Stucky. Abril de 2015).

Es también un diálogo delimitado y orientado para un fin, que no sólo con-voca a todos, sino que es superior al interés de las partes en conflicto: la paz, el desarrollo, los Derechos Humanos y la reconciliación en Arauca (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015). Este diálogo no es concebido como un modelo de suma cero o de ganar a costa de la pérdida del otro, de sacar ventaja del otro; sino un modelo donde se colocan todos los intereses sobre la mesa, se hace conciencia sobre la ma-nera como esos intereses afectan Arauca, y todos ceden para que todos ganen (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

En el modelo propuesto por estos diálogos, sin desconocer los intereses y las necesidades de las partes en conflicto, se tienen también en cuenta sus aportes, enfocándose en la construcción de una Arauca distinta, con puentes que permitan la convivencia pacífica, una cultura de paz en la que puedan reconocerse desde la inclusión y el trabajo conjunto (Entrevista con Pablo Stucky. Abril de 2015).

La raya de base, es que el diálogo es a favor de Arauca, de la Paz, la Reconciliación y el desarrollo del Departamento. Esa es nuestra base, nosotros entendemos que cada sector tiene sus intereses y muchas veces esos intereses están en conflicto, por lo que tratamos de enten-der la razón de ser de ese conflicto, pero la apuesta es que si todos nos ponemos la camiseta de Arauca, todos pueden ganar (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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Empezamos a cam-biar ese concepto de llamarlo solo diálogo inter sectorial y em-pezó a volverse diá-logo constructivo, porque nos dimos cuenta, a partir de una lectura de las distintas formas de diálogo: facilitado, democrático. Inicie a leer sobre el diálogo constructivo y ese concepto se acercaba más a nuestro propósito, que era generar cambios desde el punto de vis-ta de los acuerdos sociales por el cambio, porque es lo que permite realmente construir conversaciones con propósito y conversaciones que produzcan esos cambios, pero de una manera democrática e in-cluyente, lo cual implica todas las dimensiones de las que habla Juan Pablo Lederach, cambio en lo personal, en lo relacional, estructural, en la práctica de la cultura, e incluso cambio desde lo espiritual. Por lo cual me pareció que era un término mucho más integral y lo propuse y los demás estaban de acuerdo (…) porque contaba con una dimensión más integral, además se conecta de forma directa con nuestra visión de Shalom, que implica unas relaciones de paz, justicia, de bienestar, yo no puedo estar bien si mi prójimo no lo está (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Pero esto también quiere decir que todos deben ceder en alguna medi-da. El diálogo constructivo es como ponerle fin a acciones unilaterales, acciones de hecho, acciones hirientes o mortíferas que dañan la convi-vencia, que dañan el tejido social de Arauca y realmente no permiten la construcción de una sociedad viable. La apuesta nuestra es hacia una sociedad viable, una sociedad que pueda desarrollar su potencial, que viva en paz y en desarrollo, pero desde la filosofía de que todos ponen o aportan. Yo diría que ciertamente yo no lo entiendo como dialogar por dialogar, ni dialogar a ver quien saca más que el otro, sino dialogar para poner todos los intereses sobre la mesa y mirar como esos inte-reses afectan el bien de Arauca (Tomada de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

Capítulo 4 • La propuesta de diálogos constructivos para Arauca

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Por ejemplo, el petróleo, algunos nos dicen que eso fue lo peor que le ha ocurrido a Arauca, descubrir eso fue una maldición, otros tendrán otra visión, que esto ha sido bueno, que posibilita muchas cosas, para el gobierno nacional obviamente ha sido bueno para las petroleras, para el gobierno a través de ECOPETROL, que ha sido la caja menor del Gobierno. Pero la pregunta de fondo es ¿Cómo le puede servir a los araucanos eso? Porque ciertamente uno no puede decir que déjelo enterrado, no hagan nada con éste recurso natural. El problema no es exactamente encontrar el recurso, o explotar el recurso, sino el pro-blema es como explotarlo para el bien de todos y que los araucanos no se sientan robados o defraudados con eso, para que no lo vean como una maldición, sino que pueda servir para bendición de ellos también. Veo el diálogo constructivo como facilitar un espacio en pro de Arauca. (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015)

A partir del II Foro Internacional, Katherine Torres recoge nuevos aportes, adopta el concepto de “Diálogos constructivos para Arauca” y estructu-ra las siete (7) fases de esta iniciativa de paz (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Objetivo

Fases

Resultados

• Lograr un diálogo constructivo entre empresas minero energéticas, autoridades y comunidades.

• Consultar y validar la ruta del diálogo y lo acordado en el mismo.

• 7 fases para implementar en 5 años.

• Ruta del diálogo constructivo.• Acuerdos entre las comunidades, las empresas y las autoridades a favor

de la paz, desarrollo con enfoque de derechos humanos y reconciliación - Arauca Visión Región.

Las fases del diálogo constructivo

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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Etapas del diálogo

Exploración: Analizar las condiciones para el diálo-go e identificar tres elementos: voluntad, capacidad y cualificación para el diálogo.

Plataforma Social: Enraizar el proceso de diálogo desde sus liderazgos y sociedad civil del territorio a partir del fortalecimiento de las Comisiones Ciu-dadanas de Reconciliación y Paz articulados con la Red de pobladores.

Preparación para el Diálogo: A partir de los resul-tados de la exploración se identifica que es nece-sario preparar a los tres sectores para el diálogo: Empresas, Comunidades y Autoridades regionales y locales de Arauca. (Diplomado y encuentros inter-sectoriales)

Implementación de Diálogo: A partir de una ruta de diálogo consultada y acordada entre los 3 sectores se implementa el diálogo. (Se acuerda: agenda, vo-cerías y toma de decisiones).

Sistematización: Esta es una etapa que se va a apli-car en todas las fases con el objetivo de ir midiendo los cambios que se van presentando e informando sobre la evolución del diálogo constructivo. (Línea de base).

Incidencia y Lobby: Esta etapa también se imple-mentará en todas las etapas del diálogo para que se puedan hacer las conexiones entre la política re-gional y la nacional. (Reuniones de incidencia con comunidad internacional y autoridades nacionales).

Estrategia comunicativa a favor del diálogo: Infor-mar sobre los avances del diálogo por los medios de comunicación y promocionar y difundir una cultura de paz y noviolencia a favor del diálogo constructi-vo y la Reconciliación.

Capítulo 4 • La propuesta de diálogos constructivos para Arauca

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4.5. Las fortalezas de la iniciativa

La iniciativa de paz “Diálogos constructivos para Arauca”, cuenta además con fortalezas, que han favorecido su acogida en este territorio, el per-fectible desarrollo alcanzado, y que ofrecen esperanzas de cara al futuro.

� La fe de quienes han generado y dinamizado esta experiencia, en su significación de obrar en el marco de la misma de acuerdo a la vo-luntad de Dios, como el mayor asesor y guía, dado que en opinión de los mismos: “Dios es el más interesado en que vivamos en paz” (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

� El Programa Puentes para la Paz ha hecho presencia en Arauca por su vocación de paz, y no tiene ningún interés, de ninguna cla-se, en ese departamento (Tomado de entrevista con el Pastor Pe-dro Stucky. Marzo de 2015).

� No tenemos intereses creados allá en Arauca, nosotros no vamos tras su riqueza, no vamos tras su petróleo, ni vamos detrás de nada. Nosotros estamos ahí por vocación de paz (…) (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

� El acumulado de experiencia de la Iglesia Menonita en trabajo de construcción de paz (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

� La paciencia histórica aprendida en el trabajo de construcción de paz, que no se centra en resultados inmediatos, sino que tiene claro que pequeños logros son grandes logros (Tomado de entre-vista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

� Han hecho presencia por más de una década en Arauca y eso cuenta (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

� La flexibilidad con que han colocado en movimiento esta iniciativa de paz. Ella les ha permitido retroalimentarla, afinarla y redireccio-narla de acuerdo a lo que resulta más conveniente para la construc-ción de la paz en Arauca. En expresión de sus generadores, equi-vale a decir que esta iniciativa de paz “no está escrita en piedra” (Tomada de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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La iniciativa de paz “Diálogos constructivos para Arauca”, como ya se ha mencionado, ha alcanzado cuatro (4) años de existencia. No obstante, a pesar de este corto lapso, re-gistra importantes logros.

En consideración de quienes han generado y dinamizado esta iniciativa, estos logros están relacionados con el ejer-cicio de construcción de paz, los cambios generados, los diálogos intra e intersectoriales, el desarrollo de esta inicia-tiva y los aprendizajes para quienes la han liderado.

5.1. Ejercicio de construcción de paz

� Se ha pasado de la teoría de la construcción de la paz a la práctica en terreno sobre la misma, que en palabras de protagonistas de esta experiencia se expresa como: “cuando uno tiene una idea y esta se vuelve realidad” (Tomado de entrevista con Katherine To-rres. Abril de 2015). Además, un terreno cualificado, por represen-tar la región y un escenario de alta expresión de la conflictividad social y armada.

� El acumulado de experiencia sobre las posibilidades la construcción de la paz y su complejidad (Tomado de entrevista con Katherine To-rres. Abril de 2015).

Logros alcanzados

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Capítulo 5 • Logros alcanzados

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� La apropiación perfectible de la construcción de la paz como un proceso inacabado, complejo y de larga duración, tanto para quienes han generado esta experiencia como para las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz, y los actores involucrados en el conflicto social.

5.2. Generación de cambios

� Percibir de forma real, que la paz no solo es posible en los idea-les sobre una condición de vida deseada, ni en los libros o en las jornadas de formación y capacitación; sino en realidades que se hacen visibles en procesos de cambio, que incluso no han sido vi-sualizados antes en Arauca (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

� Comprobar que Arauca no solo es violencia, que allí se han regis-trado experiencias previas de construcción de paz, representadas en mediaciones pastorales y comunitarias que han salvado vidas, y han disminuido la intensidad de la expresión del conflicto ar-mado. También, que se cuenta con significativas potencialidades para la construcción de la paz, que es lo que ha permitido que esta iniciativa logre arraigo, se haya colocado en movimiento allí y registre importantes logros.

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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� Los cambios generados en p e r s p e c t i v a de género han sido relevan-tes. Las mu-jeres se han empoderado p e r f e c t i b l e -mente de esta iniciativa de paz, dejando atrás sus lide-razgos frágiles e invisibles. Así se ha evidenciado en su nutrida par-ticipación en las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz. También se ha hecho visible en la confianza que en ellas han de-positado sus comunidades y los distintos sectores poblacionales, que han dejado en sus manos el trabajo por la paz (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

� Se ha participado en acciones humanitarias para la liberación de personas retenidas por grupos armados. Esta participación ha sido producto del nivel de confianza y reconocimiento alcanzado por la Iglesia Menonita en Arauca, por su vocación de paz.

5.3. Los diálogos intra e intersectoriales

� Los niveles frágiles de confianza, alcanzados con los tres secto-res involucrados en el conflicto social, ha sido un logro muy sig-nificativo. Esta confianza se ha hecho visible en el apoyo que han brindado a la iniciativa y en la respuesta contundente a la convo-catoria a la primera jornada de diálogo intersectorial, realizada en Choachí en marzo de 2015 (Tomado de entrevistas con Katherine Torres y Agustín Jiménez. Abril de 2015).

� La realización de la primera jornada de diálogos intersectoriales, que desbordó las expectativas de quienes han generado y dina-mizado esta iniciativa de paz, e incluso de los sectores vinculados

Capítulo 5 • Logros alcanzados

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en el conflicto social. Una experiencia de diálogos constructivos sin precedentes en Arauca, nutrida en par-ticipación, respetuosa en el diálogo, con me-todología y con una fa-cilitación profesional e impecable.

� La preparación e implementación de la

primera jornada de diálogos intersectoriales. Ella evidenció una cuidadosa planeación y una metodología incluyente y participa-tiva.

� El éxito de la respuesta a la convocatoria de la primera jornada de diálogos intersectoriales por parte de los tres sectores, los acompañantes y las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz que las rodeo.

5.4. Desarrollo de la iniciativa de paz

� El perfectible y positivo posicionamiento que ha alcanzado la ini-ciativa de paz y las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz en Arauca. Este logro representa un estímulo, pero al mismo tiempo un reto y una responsabilidad (Tomado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015).

� La aceptación alcanzada por esta iniciativa de paz en los tres sectores vinculados en el conflicto social. Ella ha sido vital para el incipiente desarrollo del propósito de esta iniciativa, de tender puentes que faciliten un diálogo fluido y constructivo entre quie-nes han permanecido en orillas distantes y aparentemente irre-conciliables (Tomado de entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015).

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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� La realización de los foros in-ternacionales y el impacto de los mismos en el contex-to de Arauca, los sectores poblacionales de este depar-tamento y los sectores rele-vantes para la construcción de la paz allí (Tomado de entrevista con Agustín Ji-ménez. Abril de 2015).

� La capacidad del equipo que lidera y dinamiza esta iniciativa de paz, de responder con adaptabilidad, y especialmente con humil-dad, al reto de la mesa unificada del movimiento social en Arauca. Al respecto destacan que la Iglesia Menonita tiene el don para trabajar con humildad (Tomado de entrevista con Agustín Jimé-nez. Abril de 2014).

� Como producto del desarrollo de esta iniciativa de paz, algunas comunidades han recuperado la confianza en sí mismas, han re-conocido que cuentan con capacidades y potencialidades para construir la paz, y han comenzado a desplegarlas. Este es consi-derado como un logro de gran significación teniendo en cuenta el impacto del conflicto armado en Arauca y el miedo histórico que va ligado al mismo (Tomado de entrevista con Hernando Padilla).

� La receptividad y el acompañamiento de organizaciones naciona-les e internacionales a esta iniciativa de paz, especialmente las internacionales.

� El valioso aporte de las personas, mencionadas en el capítulo tres de este libro, que han contribuido al desarrollo alcanzado por esta iniciativa de paz.

Capítulo 5 • Logros alcanzados

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� El valioso trabajo y los aportes del equipo coordinador de Puen-tes para la Paz, del espacio de referencia y la Alianza para Arauca.

5.5. Aprendizajes para quienes han liderado esta iniciativa de paz

� El despliegue de potencialidades y ca-pacidades para la cons-trucción de la paz, es-pecialmente dentro del mismo: construir confianza en los tres sectores, cultivar valo-res como la paciencia y la humildad, comunica-ción y escucha activa, y confidencialidad.

� Desarrollo de su vocación de fe y de los ministerios de su Iglesia.

� Tener presente que los cambios no se dan en eventos o momen-tos específicos, sino que van conectados con un proceso no lineal que avanza un paso y retrocede tres, que son dinámicas propias de transiciones necesarias para los cambios.

� Que cincuenta (50) años de violencia han generado rupturas profundas en el tejido social, las relaciones y la cultura regional y nacional que tramita sus conflictos desde la eliminación de su contradictor. Lo que hace un mayor desafío en esta apuesta visio-naria pero aún quijotezca en el presente.

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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Tanto en sus planteamientos iniciales como en los proce-sos que hacen posible su desarrollo, las iniciativas civiles de paz asumen retos y desafíos. Ellos se relacionan con su presente y con su futuro.

Esta realidad no ha sido ajena a la iniciativa de paz “Diálo-gos constructivos para Arauca”; pues al mismo tiempo que reconoce significativos logros, también identifica desafíos asumidos en el reciente pasado y con la mirada puesta en el futuro. Los del pasado han desarrollado capacidades para construir la paz y han dejado valiosos aprendizajes; y los del futuro, implican una labor juiciosa y cuidadosa que permita alcanzar el sueño esperado.

6.1. Desafíos asumidos en el pasado reciente

Coinciden quienes han generado y dinamizado esta iniciativa de paz al se-ñalar que los desafíos asumidos han desarrollado su fortaleza espiritual, creatividad, paciencia y humildad (Tomado de entrevista con Katherine To-rres. Abril de 2015). Todas ellas reconocidas como capacidades esenciales o fundamentales para la construcción de la paz (Lederach, 2008).

Desafíos asumidos y mirando el futuro

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Capítulo 6 • Desafíos asumidos y mirando el futuro

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Han asumido el reto, nada fácil, de imple-mentar esta iniciativa de paz en Arauca, es-cenario de expresión intensa del conflicto interno armado. La han difundido en espacios mas plurales, munici-pio por municipio, han constituido en ellos las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz,

han realizado contactos, consultas y concertaciones plurales, y han gene-rado incipientes y valiosas confianzas. Para quien no ha realizado una la-bor de esta naturaleza, las actividades descritas parecieran sencillas; pero en la realidad de Arauca no ha sido así, y mucho menos en el momento inicial que colocó en movimiento dicha iniciativa de paz.

Hicieron frente al desafió de iniciar la labor de construcción de paz en Arauca sin equipos de acompañamiento y muchas veces con limitados recursos económicos. Katherine Torres realizó giras iniciales sin equipo, en transporte público y sin conocer ni el territorio ni las comunidades. No obstante, ella asegura al respecto, que no estaba sola ni desprotegida, porque siempre contó con la protección de Dios.

Un desafío muy importante ha sido contactar a los tres sectores involucra-dos en el conflicto minero energético, establecer comunicación con ellos, generar confianzas y lograr como hasta ahora su sintonía con la iniciativa de paz, pues se reconoce que aun existen profundas heridas por sanar que solo con un proceso de reconciliación pueden comenzar a cicatrizar.

También es un desafío crear prácticas distintas desde una visión de novio-lencia, en medio del conflicto armado, donde prevalece el poder de las armas y la fuerza como salida para resolver los conflictos estructurales re-lacionados con lo social y lo político.

Reconocer los retrocesos como oportunidades para el cambio, apelando a la esperanza y la creatividad.

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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Asumir con madurez y valentía las desconfianzas que existen en el momen-to en que nos acercamos a cada sector, producto de su relacionamiento prevenido y estigmatizado, desde luego no gratuito que ha evolucionado en el conflicto.

6.2. Desafíos mirando el futuro

Quienes han generado y dinamizado esta iniciativa de paz han identificado como desafíos de cara al futuro, los que se relacionan a continuación:

� Ser cuidadosos al asumir los logros, haciéndolo con humildad, asumiéndolos como pequeños logros o primeros pasos en un escenario amplio por explorar y recorrer que equivale a la trans-formación pacífica de este conflicto y la construcción de la paz en Arauca (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

� Contribuir al buen desarrollo de capacidades y potencialidades de las Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y Paz, ya en su rol de incidencia en política pública o en el de mediación de la conflictivi-dad social en sus territorios (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015). Facilitar su empoderamiento pacifista en Arauca, es decir, al despliegue de su capacidad para construir la paz.

� Estructurar un buen piloto para el país, en torno de la Comisiones Ciudadanas de Reconciliación y paz, si logran su consolidación en Arauca (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

� En cuando al conflic-to minero-energéti-co en Arauca, contri-buir a la superación de las tradicionales y equivocadas prác-ticas generadoras de

Capítulo 6 • Desafíos asumidos y mirando el futuro

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dicha conflictividad (Tomado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Marzo de 2015).

� También, respecto del conflicto minero-energético, contribuir a la adopción de diálogos constructivos para comunicarse adecua-damente, lograr entendimiento y resolver diferencias; superando prácticas inadecuadas de comunicación desde la confrontación, la agresión, la estigmatización y el desconocimiento del otro (To-mado de entrevista con el Pastor Pedro Stucky. Abril de 2015).

� Lograr un acuerdo entre los sectores implicados en este conflicto minero-energético, para construir conjuntamente una ruta para el diálogo constructivo (Tomado de entrevista con el Pastor Pe-dro Stucky. Abril de 2015).

� Contribuir a la superación de los imaginarios que proponen la fuerza y la vía militar para la resolución de los conflictos sociales y del conflicto armado; para sustituirlos por imaginarios y prácticas que contemplen el perdón y la reconciliación (Tomado de entre-vista con Hernando Padilla. Abril de 2015).

� Avanzar en la concientización sobre la incidencia negativa de la política departamental y local en la conflictividad social y armada de Arauca; y en la necesidad de buscar alternativas de cambio en ese sentido, que mejoren las condiciones de vida de los arauca-nos, reduzcan los niveles de inequidad y profundicen la democra-cia (Tomado de entrevista con Pablo Stucky. Abril de 2015).

� Incrementar la confianza de que esta iniciativa de paz, con un ho-rizonte de reconciliación y de dignidad por todos y para todos, es un compromiso que transcienda Arauca, para convertirse en un compromiso de todo el país (Tomado de entrevista con Pablo Stucky. Abril de 2015).

� Mantener la flexibilidad y capacidad de adaptación de la iniciativa de paz, para que pueda responder y adecuarse a las nuevas diná-micas que siguen, las que se presenten en el futuro y las que sean necesarias para alcanzar el objetivo propuesto, la orilla deseada, de transformación pacífica de la conflictividad mediante la parti-

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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cipación de las comunidades y su empoderamiento (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

� Asumir el desafío de la implementación del diálogo intersectorial, luego de los avances registrados en Choachí, y sin perder de vista la complejidad que es propia a este tipo de conflictividades (To-mado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

� Elaborar una metodología que permita concretar algunos acuer-dos en el diálogo intersectorial, que evidencie avances, estimule estos diálogos constructivos dándoles alcances, y fortalezca la ini-ciativa de paz (Tomado de entrevista con Agustín Jiménez. Abril de 2015).

� Identificar mecanismos que den alcances a los acuerdos, dado que estos diálogos intersectoriales no remplazan una negocia-ción formal. En palabras de quienes dinamizan esta iniciativa de paz, estos diálogos son el arquitecto que traza los planos y será la institucionalidad quien levante la obra (Tomado de entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

� Lograr la consolidación y sostenibilidad de esta iniciativa de paz, entendiendo que será un proceso de mediano y largo plazo, y que la cooperación aún sigue siendo cortoplacista.

� Conectar los intereses de la nación con estas apuestas territoria-les de construcción de paz real, que proponen cambios para la protección de los mismos y que van en contravía de la política productiva y de desarrollo del gobierno.

� Mantener el trabajo firmemente enraizado en el modelo, la ense-ñanza y el ejemplo de Jesús que ve en cada ser humano una crea-ción única e irrepetible que está en proceso. Creer que ese ser humano tiene capacidad de respuesta y cambio ante la palabra, la verdad, el respeto y el amor. Mantener el proceso entroncado en la comunidad de fe local que ora, anima, orienta y corrige.

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

85

Este capítulo se centra en el análisis de la iniciativa de paz “Diálogos constructivos para Arauca”, en perspectiva de construcción de paz. En esa dirección, propicia la conver-saciónentre esta iniciativa y la academia, para identificar sintonías y diferencias, desentrañar significados y caracte-rísticas, y enseñanzas útiles para el futuro. Este intercam-bio se enmarca en un contexto de teorías y prácticas indi-sociables, dado que la teoría nutre la práctica y a su vez, la práctica genera teoría.

En desarrollo de tal propósito, se identifica la relación en-tre los diálogos y la construcción de la paz. También se plantean diversos interrogantes: ¿es esta iniciativa una ex-periencia de construcción de paz? ¿representa un proceso de empoderamiento pacifista? ¿cuál es el significado que esta iniciativa otorga a la construcción de la paz? ¿cómo se caracteriza? ¿qué enseña?

7.1. Diálogos y construcción de paz

Los diálogos han albergado una importancia especial a través de los tiem-pos (López, 2004). A su vez, la construcción de la paz, es un concepto aca-

Análisis de los Diálogos Constructivos para Arauca en perspectiva de construcción de paz

7

Capítulo 7 • Análisis de los diálogos Constructivos para Arauca

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démico, también muy valioso, de origen re-ciente, específicamen-te, a comienzos de la década de los noventa (Rettberg, 2010: 275). Estos se encuentran y articulan en el ámbito específico de la trans-formación pacífica de los conflictos.

En la antigüedad clásica, los griegos hicieron del diálogo una institución, e incluso se afirma que convertían cualquier circunstancia en una excusa para conversar y discutir (López, 2004: 304). De igual manera se ha mani-festado, que tanto griegos como romanos sentían verdadera pasión por la dialéctica y el juego de la inteligencia. A su vez, el filósofo Sócrates con-virtió el diálogo en un método científico de investigación para llegar a la verdad (López, 2004: 304).

La palabra diálogo proviene del griego diálogos que a su vez encuentra su origen en el verbo dialégomai, que significa: hablar, decir, conversar. Como palabra compuesta, está integrada por la preposición día, como prefijo, que significa: “a través de”; y “logos”, que equivale a: palabra, razón, dis-curso (Guzmán, 2004: 302).

Algunos académicos ofrecen definiciones sobre el diálogo. Estas se regis-tran a continuación:

Los diálogos son un magnífico medio de transformación de conflictos, en la medida en que recurren a aquello que se supone une a las partes implicadas: el ejercicio de la razón y del buen sentido. En los diálogos se intercambian ideas, pero también puntos de vista y sensibilidades, y pueden ser en definitiva un buen ejercicio de la multiculturalidad y la interculturalidad. (López, 2004: 304).

Acción de comunicarse dos o más personas pidiéndose y dándose ra-zones de por qué se hacen, dicen o callan, lo que se hacen, dicen o

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callan (…) es algo que nos hacemos dos o más personas, a través de las palabras, de las razones que nos damos, de los discursos e, incluimos, de los silencios comunicativos (Guzmán, 2004: 302).

El diálogo es una forma práctica de la comunicación y la mediación. Con él se busca comprender a través de la expresión y la palabra, las ideas y los sentimientos de los demás (…) Esta relación dialógica tiene por si misma capacidad de incidencia y cambio en los actores que la practi-can, pero estos cambios podrían ser mayores si se pone cierta voluntad e intensión (Molina, Muñoz,2004: 116).

La denominada ética comunicativa de Karl – Otto Apel y Jurgen Habermas, conocida como ética del discurso o ética dialógica, reconoce que todos los seres humanos pertenecen a una comunidad de comunicación; que todos los seres humanos tienen una competencia comunicativa, es decir, unas capacidades para comunicarse (Guzmán, 2004: 302).

La iniciativa de paz analizada en este libro, propone “diálogos constructi-vos” para la transformación de la conflictividad social en Arauca; y le otorga significados especiales a estos diálogos. Ellos tienden puentes entre quie-nes se ubican en orillas opuestas y se perciben como enemigos; hacen po-sible la comunicación, el reconocimiento y los acuerdos entre los mismos; generan el cambio personal, social, económico y estructural; y sin desco-nocer los intereses y necesidades de las partes en conflicto, su referente lo representa un interés superior que los convoca a todos: la construcción de la paz, el desarrollo, los Derechos Humanos y la reconciliación en Arauca (Información suminis-trada durante el trabajo de campo. Febrero – abril de 2015).

En cuanto a la construc-ción de paz, es este un concepto positivo, pro-positivo y esperanzador (Hernández, 2015). Su intencionalidad mani-fiesta o implícita ha es-tado relacionada como

Capítulo 7 • Análisis de los diálogos Constructivos para Arauca

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“movernos de una violencia destructiva a un compromiso social construc-tivo” (Lederach, 2008:11); y con la “consolidación y fortalecimiento de la paz para prevenir reactivación de conflictos”, entre otras (Boutros, 1992).

La construcción de la paz evidencia las posibilidades de la paz, desde expe-riencias reales y palpables (Hernández, 2009, 2013). En este sentido, hace ruptura frente al escepticismo, muchas veces generalizado e instalado, que niega escenarios y alternativas para la paz, y ata irremediablemente a la violencia, a los seres y colectivos humanos. También, con base en el conocimiento acumulado que han aportado experiencias de construcción de paz en diversos lugares del mundo, propone derroteros, planes, pro-gramas y acciones para prevenir las violencias, gestionar, resolver o trans-formar pacíficamente conflictos armados y mantener la paz (Justapaz, Lutheran World Relief, 2006; Lederach, 2008; Hernández, 2009, 2011, 2012; Rettberg, 2010; Rettberg, 2012: 3,4,5).

Algunos académicos han ofrecido definiciones sobre los significados de la construcción de la paz, estos se relacionan a continuación:

La construcción de paz es un esfuerzo multifacético y de largo plazo que requiere el compromiso coherente de diversos actores y que in-tegra actividades políticas, humanitarias, de seguridad y de desarrollo (Cheng – Hopkins, 2009).

Construcción de paz se refiere a la creación de un conjunto de acti-tudes y medidas, planteamientos, procesos y etapas encaminadas a transformar los conflictos violentos en relaciones y estructuras más inclusivas y sostenibles (Barbero, 2006).

La construcción de la paz lleva a algo que va más allá, y que al mismo tiempo está enraizado en la vida y la lucha cotidiana de la gente (…) es la capacidad de dar a luz algo nuevo que por su mero nacimiento cam-bia nuestro mundo y la forma en la que observamos las cosas (…) rom-pe los moldes de lo que parecen puntos muertos estrechos, de cortas miras, o estructuralmente determinados (…) irrumpe en nuevos terri-torios y se niega a quedar atado a lo que plantean las visiones existen-tes sobre la realidad percibida o a lo que las respuestas prescriptivas determinan como posible (…) La construcción de la paz bien podría entenderse como ingeniería del cambio social (…) cómo nos movemos de la violencia destructiva a un compromiso social constructivo (…) (Lederach, 2008: 10, 11).

Diálogos constructivos para arauca Puentes con poder transformador

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Estas definiciones ofrecen elementos clave sobre los significados de la construcción de la paz: es un proceso perfectible; posibilita el despliegue de potencialidades y capacidades para construirla12; y tiene poder transfor-mador, estrechamente vinculado al cambio social, entre otras (Hernández, 2014). También, la importancia dentro de la misma, de contar con estruc-turas que la posibiliten. Asimismo, la complejidad de su ámbito de acción, que no solo se limita a la transformación pacífica de conflictos armados; su relevancia en las fases de pre-negociación, negociación y postacuerdo, respecto de estos conflictos; y la implicación dentro de la misma de plu-rales actores, redes y niveles, entre otras (Fisas, 1998; Justapaz, Lutheran World Relief, 2006; Lederach, 2008; Hernández, 2009, 2011, 2012, 2014; Rettberg, 2010; Rettberg, 2012: 3,4,5).

Representa el campo de acción de la construcción de la paz: condiciones para la vida digna; transformación pacífica de los conflictos; atención inte-gral de las víctimas; reintegración de quienes han optado por la violencia; reconstrucción de los daños causados; política pública para la paz; educa-ción para la paz que posibilite el cierre del ciclo de la violencia, desarmar las mentes y los corazones, y generar imaginarios y prácticas optimistas frente a la paz; y la identificación de vías para la reconciliación, que hagan posible el tránsito de violencias destructivas a acuerdos constructivos en torno de los cambios necesarios (Justapaz, Lutheran World Relief, 2006, Lederach, 2008, Hernández, 2014).

Articulando los conceptos vistos en este aparte, no cabe duda que el diá-logo representa un mecanismo de construcción de paz por posibilitar la comunicación, la comprensión, el cambio y los acuerdos entre adversarios, actores que se perciben como enemigos, o quienes han estado separados por un conflicto; contribuyendo a la transformación pacífica del mismo. También, por constituir un método noviolento para resolver o transformar los conflictos y por su capacidad para desplegar potencialidades y capaci-dades para construir la paz.

En esta misma sintonía, los “diálogos constructivos” propuestos en la iniciativa de paz de la Iglesia Menonita de Teusaquillo se convierten en

12 Como: creatividad, persistencia, asumir retos, ir más allá sin perder el vínculo con las luchas del día a día y trabajo colectivo, ya sea en redes o alianzas estratégicas, entre otras. Ver: Lederach, 2008.

Capítulo 7 • Análisis de los diálogos Constructivos para Arauca

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mecanismos de cons-trucción de paz en sig-nificación como tender puentes entre quienes se reconocen como enemigos, no se comu-nican o lo hacen desde la descalificación, la es-tigmatización, y distin-tas formas de violencia; y plantear la sustitución de esos métodos por el

diálogo con poder transformador. También, por su propuesta de diálogo social, intra e intersectorial que responde a las necesidades de Arauca; y por ofrecer un modelo de diálogo centrado más que en los intereses y necesidades de las partes, en un interés superior que las cohesiona, repre-sentado por el imaginario positivo de la paz, el desarrollo y la reconcilia-ción en este departamento.

La gente está esperanzada con esto de los diálogos de la Habana y ya ellos tienen una idea más amplia de lo que es conversar, porque an-tes, la misma presión de los grupos, la misma presión armada impedía conversar, porque yo no sé quién es la otra (…) pero se han ido forta-leciendo los argumentos de la gente. (Entrevista con Hernando Padilla. Abril de 2015).

7.2. Diálogos constructivos para Arauca y construcción de paz

De distintas maneras, la iniciativa de paz “Diálogos constructivos para Arauca”, representa una experiencia de construcción de paz; y en forma específica, significa empoderamiento pacifista desde la mediación comu-nitaria y el diálogo con poder transformador.

7.2.1. Los significados que otorga a la construcción de paz

Esta iniciativa de paz se plantea inmersa en el trabajo de construcción de paz y con la intencionalidad específica de contribuir al mismo. A su vez focaliza un escenario concreto: Arauca; y un contexto de alta conflictivi-

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dad, materializado en un conflicto social y armado, de carácter arraigado y prolonga-do que se expresa en ese departamento.

Tanto explícita como implícitamente, esta iniciativa de paz otorga significados a la construcción de la paz. Esta es compren-dida como un proceso inacabado, perfec-tible, complejo y de largo plazo; estrecha-mente vinculado con el cambio en una dimensión que abarca desde lo personal y lo social hasta lo político; enraizado en lo territorial y con énfasis en ese escenario; generada en dimensiones de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, especialmen-te en esta última, teniendo en cuenta la enorme brecha social que se registra en Colombia y su incidencia en el conflicto social y armado de este país; y generada y dinamizada a partir de “diálogos constructivos” que tienen puentes y cuenta con poder transformador, como ya se ha mencionado.

Entonces la construcción de la paz es una disciplina completa y no po-demos pensar que sencillamente los cambios se van a dar de manera espontánea o por un cambio de actitud, eso hace parte del método y del proceso que debe recorrer. Un proceso de cambio, pero nosotros tenemos que saber que dimensión es la que queremos tocar (…) un cambio en largo plazo que tiene que ver precisamente con que Arauca sea un Arauca en derechos, de protección del medio ambiente, que trascienda en función de la cultura política, de la democracia económi-ca y que efectivamente haya una democracia real para Arauca (Entre-vista con Katherine Torres. Abril de 2015).

He podido conectarme con Juan Pablo Lederach en su libro de Imagi-nación Moral. Es que tenemos que identificar cual es el proceso o los procesos de cambios que se requieren, que pensamos, que soñamos para el territorio, y eso desde el paradigma anidado del que habla, que hay que colocarle tiempos, hay que colocarle dimensiones geográficas, hay que colocarle proceso y hay que colocarle método (Entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

Capítulo 7 • Análisis de los diálogos Constructivos para Arauca

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Hemos dicho que si en Arauca logramos la construcción de la paz, en cualquier parte de Colombia se puede lograr, ya que este Departamen-to ha sido de los más conflictivos y de conflictividades más complejas (Entrevista con Katherine Torres. Abril de 2015).

7.2.2. Experiencia de empoderamiento pacifista

El empoderamiento pacifista es un concepto académico, generado a co-mienzos del siglo XXI, por estudiosos e investigadores de la paz del Ins-tituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada, en España (Hernández, 2014). Pero, es también una realidad encarnada en prácticas sociales, materializadas en procesos de resistencia noviolenta, mediacio-nes en conflictos sociales y armados, y negociaciones de paz que alcanzan acuerdos finales, entre otras (Hernández, 2014).

Parte del reconocimiento de las capacidades que poseen todos los seres y colectivos humanos para la transformación pacífica de los conflictos y la construcción de la paz; y del poder que se anida en esas capacidades, espe-cialmente por sus alcances en términos de cambio y transformación (Mu-ñoz, 2001; Muñoz, Herrera, Molina, Sanchez, 2005; Muñoz, Bolaños, 2011; Conmis, Muñoz, 2013). Un poder con características especiales: noviolento y transformador. Se relacionan a continuación, algunas definiciones:

Definiríamos el empoderamiento pacifistaen un doble sentido, el pri-mero, como la toma de conciencia de las capacidades que tenemos los seres humanos para la transformación pacífica de los conflictos, y en segundo, como todos aquellos procesos en que la paz, la transfor-mación pacífica de los conflictos, la satisfacción de necesidades o el desarrollo de capacidades ocupan el mayor espacio personal, público y político posible (Conmis, Muñoz, 2013).

El empoderamiento pacifista es un concepto central en la construcción de la paz. Lo es porque da recursos de transformación social y, asimis-mo, porque nos obliga a indagar sobre las realidades de la paz «empo-deradas» o susceptibles de serlo (…) (Conmis, Muñoz, 2013).

Se entenderá por empoderamiento pacifista: procesos perfectibles que permiten el desarrollo de capacidades y competencias, individua-les, comunitarias o colectivas para construir paces imperfectas o inaca-

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badas; reconocen y posicionan experiencias de la misma naturaleza; apropian y fomentan un concepto de poder noviolento en sus formas organizativas propias, su participación social y política, al diseñar un futuro más democrático y pacífico; y crean espacios de interacción y diálogo para la transformación pacífica de conflictos. Por todo ello, otorgan poder a la paz (Hernández, 2014).

El empoderamiento pacifista se materializa en Colombia, en procesos de resistencia noviolenta de pueblos indígenas y afrodescendientes, comu-nidades campesinas, organizaciones de víctimas, juveniles y de mujeres, entre otras; experiencias de mediación en el conflicto armado, de carácter comunitario, de Iglesias, víctimas y organizaciones de la sociedad civil, en-tre otras; y en negociaciones de paz que alcanzan acuerdos finales de paz, como los realizados en este país, en el primer quinquenio de los noventa (Hernández, 2014, 2015).

La iniciativa de paz “Diálogos constructivos para Arauca” propone y po-sibilita el empoderamiento pacifista de las y los araucanos, y a su vez, re-presenta una experiencia del mismo. Así se evidencia cuando reconoce el poder ciudadano y plantea la necesidad de recuperarlo para ejercer una mediación social que posibilite la transformación pacífica de la conflicti-vidad histórica en ese departamento; al conformar Comisiones Ciudada-nas de Reconciliación y Paz como escenario de mediación social en cada uno de sus municipios; y cuando propone el “diálogo constructivo”, como puente que permita la comunicación, el reconocimiento, los acuerdos y el cambio social. Un diálogo intrasocial, intersectorial e intrasectorial, éste último en-tre empresas petroleras, mo-vimiento social y el Estado, que facilite la transformación pacífica del conflicto minero energético y a su vez, incida en la misma transformación del conflicto armado.

Esta iniciativa de paz genera el desarrollo de potencialida-

Capítulo 7 • Análisis de los diálogos Constructivos para Arauca

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des y capacidades para la construcción de la paz en quienes la apropian y dinamizan; y al mismo tiempo le otorga poder a la paz, dado que propone métodos noviolentos como el “diálogo constructivo” para la transforma-ción de la conflictividad social y armada en Arauca, y reconoce en ellos su poder de cambio y transformación.

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