Publicación de Misioneros de Guadalupe

Diciembre 2015 / Año LXVI • Núm. 792 • Ejemplar gratuito

PaPa Francisco

La realidad es superior a la idea

FranciscoExhortación apostólica Evangelii Gaudium (núm. 233)

Este criterio hace a la encarnación de la Palabra y a su puesta en práctica: “En esto conoceréis el Espíritu de Dios: todo

espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de Dios” (1 Jn 4, 2). El criterio de realidad, de una Palabra ya en-carnada y siempre buscando encarnarse, es esencial a la evange-lización. Nos lleva, por un lado, a valorar la historia de la Iglesia como historia de salvación, a recordar a nuestros santos que in-culturaron el Evangelio en la vida de nuestros pueblos, a recoger la rica tradición bimilenaria de la Iglesia, sin pretender elaborar un pensamiento desconectado de ese tesoro, como si quisiéra-mos inventar el Evangelio. Por otro lado, este criterio nos impul-sa a poner en práctica la Palabra, a realizar obras de justicia y cari-dad en las que esa Palabra sea fecunda. No poner en práctica, no llevar a la realidad la Palabra, es edificar sobre arena, permane-cer en la pura idea y degenerar en intimismos y gnosticismos que no dan fruto, que esterilizan su dinamismo.

Diciembre 2015 1

intenciones

Por la evangelización: La familia.

Para que las familias, de modo parti-cular las que sufren, encuentren en el nacimiento de Jesús un signo de segura esperanza.

Universal: La misericordia de

Dios.

Para que todos experimentemos la misericordia de Dios, que no se cansa jamás de perdonar.

de transmitir la fe, entregar a Cristo a las futuras generaciones y ser la prime-ra Iglesia doméstica donde ha de ser evangelizado cada ser humano. Pida-mos para que la Iglesia sea continua-mente edificada por las familias, y para que cada una de ellas sea configurada a ejemplo de la familia de Nazaret, que recibió con amor, ternura y esperanza el nacimiento de nuestro Salvador.

La sociología define a la familia como el núcleo de la sociedad. En el contex-to eclesial podemos decir que la familia también es el valor central para la Igle-sia, pues tiene una profunda Misión, como santuario de la vida y primera escuela de los valores cristianos, en el proyecto salvífico de Dios. Es eviden-te que hoy más que nunca las familias cristianas tienen la imprescindible tarea

populares, pues es un cántico dirigido a la misericordia de Dios y a la bús-queda de una reconciliación entre el ser humano y su Creador, quien está dispuesto a mostrarse siempre compa-sivo, pues es fiel a su amor y perdona las rebeldías de su pueblo. Es significa-tivo que detrás de este salmo hay más un impulso de perdón que de castigo, y por nuestra fe sabemos que Dios no condena al culpable, sino que es un Pa-dre misericordioso al que se ama por la bondad de perdonar nuestras faltas. En el contexto de las fiestas decembrinas releamos la imagen de Dios en nuestra vida y pidamos fervientemente que su misericordia se manifieste en los cora-zones de los hombres y mujeres en el mundo entero.

El salmo 130 (129) es reconocido como uno de los salmos penitenciales más

P. Ignacio Flores G., mg

Índice

Almas es editada por Editora Escalante, sa de cv, Córdoba 17, pb, local 1, Col. Roma, Del. Cuauhtémoc, cp 06700, México, df; editor responsable: P. José Alberto Contreras Téllez, mg. Distribuida por Misioneros de Guadalupe, ar, Cantera 29, Col. Tlalpan, Del. Tlalpan, cp 14000, México, df. Certificado de Licitud de Título Núm. 555 (Época SEP), y Certificado de Licitud de Contenido Núm. 4414. Certificado de Reserva de Derechos al uso exclusivo del Título Núm. 04-1999-050317152800-102. Impresa en Reproducciones Fotomecánicas, sa de cv, Duraznos 1, esquina Ejido, Col. Las Peritas Tepepan, Del. Xochimilco, cp 16010, México, df. Tel. 5334 1750. Registro Postal Publicaciones Núm. PP09-0298 autorizado por Sepomex.

El Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras fue fundado en 1949 por el Episcopado Mexicano y la Pontificia Unión Misional del Clero para formar y enviar misioneros a los países no cristianos que le señale el Santo Padre. El Papa Pío xii aprobó sus Constituciones. El Primer Superior General fue Mons. Alonso M. Escalante. El Instituto es sostenido por los católicos mexicanos.

Publicación de Misioneros de Guadalupe

DIRECTORIO

Director:P. José Navarro González, mg

Codirector y edición web:Juan José Ramírez Escarza

Diseño editorial y edición web:María Elizabeth Barajas Pacheco

Ilustración y edición web:Ricardo Hernández Hernández

Enlace administrativo y edición web:Antonia Hidalgo López

Webmaster:Jorge Hugo Guerrero Luna

Sitio web:www.revistaalmas.com.mx

Ejemplar gratuito. Prohibida su venta.Año Lxvi • Núm. 792 • Diciembre 2015

PortadaEl P. Miguel Ángel González A., mg,

en la animación misionera de San José Chiltepec, Oaxaca.

www.mg.org.mx

Línea Misionera: 01 800 00 58 100

6Cuento navideñoP. José Monroy P., mg

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Experiencia sacerdotalen la animación misioneraP. Saúl Vento López Ramos

Papa FranciscoIntencionesEditorialPágina del lectorBienhechoresMensaje de navidadLos Sacramentos, tercera parteCincuenta años de evangelización en KeniaPastoral vocacionalSólo para niños. Club de Niños mgAnimación misionera

13 458

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editorial

Durante este mes tenemos celebraciones muy importantes. El día 8 es la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María y el día 12 es la so-lemnidad de Santa María de Guadalupe; son dos festejos ligados a nuestra Madre, modelo para conocer, amar y seguir a Jesús. Pocos días después viene la Navidad, celebración que une a todos los cristianos del mundo, por la felicidad que significa recordar el nacimiento del Hijo de Dios. Fi-nalmente, el día 31 festejamos el término de un año y el comienzo de otro más, en una noche llena de recuerdos, reflexiones y esperanza en el porvenir.

Este es un mes oportuno para agradecer a nuestro Padre por la vida que nos ha regalado y por las bendiciones que nos ha brindado a lo largo de este ciclo y de toda nuestra existencia. Así mismo, se nos da la oportu-nidad de mostrar la presencia de Jesús en nosotros, de fortalcer la fe de nuestras familias y tratar de acercar a otros hermanos al Evangelio.

También debemos recordar y hacer patente nuestra voluntad para trabajar en favor de la paz y la reconciliación: con nosotros mismos, con Dios, con nuestras familias, en los trabajos, en nuestro vecindario, etc. Se trata sim-plemente de alejar sentimientos como el egoísmo y la envidia, y procurar encuentros de escucha, solidaridad y hermandad con quienes nos rodean.

Este mes el P. José Monroy P., mg, narra una historia sobre cómo celebrar correctamente las fiestas decembrinas. Así mismo, un párroco diocesano nos comparte su experiencia durante una Semana de Animación Misionera organizada por nuestro Instituto en una comunidad de Oaxaca. Esperamos que la lectura de nuestra revista, aunada a la presencia amorosa de Jesús, nos invite a realizar los cambios necesarios para mejorar nuestra vida, no sólo durante los primeros días del nuevo año, sino en los meses subsecuentes también. ¡Felicidades en nombre de los Misioneros de Guadalupe!

Los festejosdecembrinos

Juan José Ramírez Escarza

Revista Almas4

Desde hace mucho tiempo estábamos con la idea de escribirles una carta y hoy, movidos por el Espíritu Santo de Dios, al fin se nos conce-dió. Queremos decirles que sentimos una gran alegría al ver esa Misión evangelizadora que ustedes realizan para cumplir el mandato de Jesu-cristo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándolas a cumplir todo lo que yo les he mandado”. Sa-bemos que no es fácil, por eso a diario le pedimos a Dios por ustedes, para que les ayude en esta gran Misión.

También queremos compartirles que el 14 de junio de este año Dios nos permitió celebrar la Eucaristía para agradecerle por 56 años de ma-trimonio, durante los cuales hemos experimentado su amor y su gracia, pues nos dio siete hijos, y muchos nietos y bisnietos.

Les agradecemos las oraciones que realizan por nosotros, las cuales nos hacen estar siempre en el camino de Dios.

De igual manera, cuenten siempre con nuestras oraciones por ustedes.

Consuelo D. y Agapito L.

Queridos ahijados:

Estimados lectores:

Los invitamos a compartir brevemente con nosotros sus experiencias de fe derivadas de la ayuda que brindan a las Misiones. Pueden escribir al correo electrónico: lectores@revistaalmas.com.mx, o a cualquiera de las direcciones que aparecen en la contraportada de nuestra revista.

Todos los textos serán revisados y, en caso de ser publicados, podrán ser modificados según los criterios de contenido de nuestra revista.

Página del lector

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Beca completa:

Media beca:

Beca parcial:

La Navidad es una época para compartir y practicar las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo. Por eso, sus ahijados queremos invitarlos a fundar una Beca Misionera Navideña, que será un regalo para alguno de nuestros seminaristas que se preparan en los centros de formación de nuestro Instituto tanto en México como en los países de Misión.

Estimados lectores:

¡Gracias por colaborar en la formación de los futuros Misioneros de Guadalupe!

Beca completa:

Media beca:

Beca parcial:

$ 12 000.00

$ 6 000.00

$ 1 000.00

Línea Misionera (sin costo): 01 800 00 58 100Correo electrónico: padrinos@mg.org.mx

Revista Almas6

P. José Monroy Pereyra, mg

Cuento navideño

En el inmenso cielo de Dios vivían dos ángeles muy hermosos, junto con millares y millares de di- vinos alados listos a las órdenes del Señor. Uno de es- tos dos seres de nues- tro cuento se llamaba “Queru” y el otro “Sera”. Por supuesto que ambos cumplían perfectamente lo que Dios les pe-día, y con mucha rapidez, como le gustaba al Señor.

Sin embargo, en sus tiempos libres, Queru se afanaba en ir preparan-do el festejo por el acontecimiento más importante de la historia, que fue el nacimiento del Gran Rey que vino a visitar el mundo de los hom-bres. Por su parte, Sera preparaba la celebración por el Año Nuevo, que comenzaría poco tiempo después de los festejos por la aparición del Gran Rey en la tierra.

Queru pensaba y pensaba todos los pormenores del nacimiento: las ovejas, los pastores, los Reyes Ma- gos, las luces de colo- res, la Virgen y san José, el pesebre donde sería recostado el niño Jesús, el buey, la mula y la borrica que ha- bía transportado en su

lomo a la granMadre de Dios.

A su vez, Sera también se encontraba afanado en todo lo necesario para el Año Nuevo. Sobre todo le preocupaba que todo estuviera en orden para la celebración de la Misa de gallo: el altar bien adorna-do con sus candeleros, los blancos manteles y, en la credencia, el cáliz con su purificador, la patena con la hostia que se convertiría en el Cuer-po del pequeño que acaba de nacer en Belén, la palia y el corporal, so-bre el que descansaría el precioso cuerpo de Jesús y su preciosísima sangre. También estaría el agua para que el sacerdote pudiera lavar sus manos para tocar lo más limpio posible el sagrado cuerpo y la san-gre de Jesús.

Pasaron los días y llegó el 24 de di-ciembre. En el cielo reinaba la paz, pero Queru corría de un lado para otro muy agitado. El Señor le pre-guntó cuál era la causa de su albo-roto, y él le contestó, con el respeto debido a quien preguntaba, que era por festejar el nacimiento de Jesús en la tierra. Por ello, nuestro Señor, muy satisfecho, le sonrió; y con la sonrisa de Dios, los afanes de Que-ru lograron que el acontecimiento fuera maravilloso.

Diciembre 2015 7

A los ocho días el que corría de un lado para otro era Sera. El Señor le hizo la misma pregunta que a Que-ru y, al igual que éste, y con el debi-do respeto, contestó: “¡Es la fiesta por el Año Nuevo y la solemnidad de Santa María, Madre de Dios! En la tierra festejan también la Jornada Mundial por la paz”. Así, por los cuidados de este ángel, la fiesta sa-lió muy solemne, y Dios, el Señor de cielos y tierra, sonrió a Sera, que satisfecho fue a platicar con Queru todo lo que había pasado.

Todo terminó y los dos seres celes-tes, ya en toda paz, prosiguieron su existencia como siempre, obedien-tes a todo lo que el Señor dispusie-ra. Pero ellos, que amaban a Jesús sobremanera, en sus tiempos libres comenzaron nuevamente a hacer los preparativos para las siguientes

fiestas anuales, con el fin de que siempre fueran celebradas con mu-cha solemnidad, como deben de celebrarse estas fiestas en honor del Señor.

Ojalá que nosotros los mortales nos preocupemos por celebrar las fiestas de la Navidad y el Año Nuevo con el cuidado que Queru y Sera tuvie-ron para festejarlas en el cielo, de tal forma que evitemos, sobre todo, celebrar la Navidad sin el Niño Jesús y el Año Nuevo sin la Misa para dar gracias al Señor por el año que termina y el nuevo que comienza. Los que así lo hagamos, sin duda, recibiremos, como ellos, la sonrisa de Dios y la alegría verdade-ra junto con los ángeles del cielo.

¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo!

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Este mes, en medio de las celebraciones por Navidad y Año Nuevo, también festejamos haber compartido con ustedes nuestras vivencias en Misiones a través de las páginas de la revista Almas, durante un año más.

Los Padres Misioneros de Guadalupe, Misioneros Laicos Aso-ciados y seminaristas mg les agradecemos profundamente, pues gracias a su apoyo podemos llevar el Evangelio a los pueblos que aún no lo conocen. Son ustedes quienes inspiran nuestro trabajo, así como el de todos nuestros colaboradores, quienes participan con entusiasmo en realizar la Misión de la Iglesia.

Por eso, al igual que cada día de este año que termina y cada día del año que iniciará pronto, hoy los recordamos con afec-to en nuestras oraciones, pidiendo por su salud, su bienestar, y para que el Señor los colme, a ustedes y sus familias, de bendiciones.

¡Feliz Navidad y Próspero 2016!

Estimados

Padrinos y Madrinas:

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GraciasGracias, Padre, por tu mensaje de amorque nos dejaste para anunciarlo y por

nuestros familiares que se distinguieron en generosidad.

Gracias, Hijo unigénito, por la alegría quesobre nosotros derramas y por

nuestros amigos tan atentos y bien dispuestos.

Gracias, Espíritu Santo, por tu luz que ilumina el sendero y nos devuelve al camino,

y por nuestros bienhechores, siempre abundantes y desprendidos.

Amén.

Revista Almas10

los sacramentos

La Confesión o Penitencia.Tercera parte.

P. José Navarro González, mg

Queridos Padrinos y Madrinas, en los dos números anteriores de la re-vista Almas hemos tratado sobre di-versos aspectos del Sacramento de la Confesión, en esta ocasión con-tinúo hablando de los motivos que llevan a algunas personas a alejarse de este sacramento.

Yo no me confieso desde hace años porque, la última vez, el sa-cerdote me regañó muy feo

Esta es otra de las razones por las que mucha gente se ha retirado de los sacramentos e, incluso, de la comunión con la Iglesia. Es triste admitirlo, pero… muchas veces los mismos sacerdotes somos los culpables de que los feligreses se retiren de la Iglesia o dejen de fre-cuentar este sacramento. Lo ante-rior sucede porque a veces estamos “de malas”, o la persona que vino a confesarse “nos puso de malas”. ¡A muchos sacerdotes nos ha pasado!

Lo importante es recordar que, como lo dije el mes pasado, el sa-cerdote es solamente un ins-trumento de la Misericordia de Dios; ¡no es un juez! Por eso, si al darnos un consejo, referente a los

pecados que confesamos, sentimos que el sacerdote pierde la pacien-cia, lo mejor será quedarnos con el consejo nada más. Es decir, con lo que nos dijo, no cómo nos lo dijo. Aunque, también, debemos reco-nocer que a veces nuestro orgullo herido nos hace ver como ofensa aquello que no lo es.

Los consejos que se nos dan en el confesionario no hay que tomarlos como regaño, sino como una “re-ceta” que nos puede ayudar para evitar que volvamos a cometer el mismo error más adelante; ¡es por nuestro propio bien! Mal haría el sacerdote si únicamente nos dijera lo que queremos oír, si nos felici-tara por lo malo que hicimos. Escomo si fuéramos a ver al doc-tor, por ejemplo, por una infec-ción gastrointestinal, nos llamara la atención por andar comiendo cosas preparadas sin la debida hi-giene, o comida chatarra, ¡y mejor quisiéramos que nos felicitara por lo que hicimos!; ¡sería en contra de nuestro propio bien!

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Yo no tengo conciencia de peca-do. Siento que no tengo pecados

Quizá lo que no tenemos es me-moria. ¡Padecemos una conve-niente amnesia! (al acordarnos sólo de lo que nos conviene). San Juan Evangelista nos recuerda que todos tenemos pecados (ver 1 Jn, 1, 8-10). La Sagrada Escritura también nos recuerda que “aún el justo peca sie-te veces” (Pr 24, 16). Lo que pasa es que nos hemos olvidado de ellos o ya nos acostumbramos a pecar. Re-cuerdo una vez que vi a una personamuy sucia: toda la gente le decía: “Báñate porque apestas mucho”, y él simplemente les respondía: “Yo no siento que huela mal”. ¡Ya se había acostumbrado a su propia mugre y mal olor! Lo mismo pasa con nuestra alma: ya nos acostum-bramos a los pecados, ya no nos incomodan.

Otra de las razones por las que per-demos la conciencia del pecado es

porque “la onda de moda” es cam-biarle el nombre a la mala acción que hagamos. Por ejemplo, algu-nas mujeres que a propósito han abortado, para acallar su conciencia simplemente dicen: “Interrumpí el embarazo”, y lo dicen en un tono como quien dijera: “Interrumpí mis vacaciones”, o “Interrumpí mi telenovela por hacer otra cosa”. ¡De esta manera disfrazan el hecho de haber asesinado a su bebé, en su propio vientre! ¡Cambiándole el nombre al pecado creemos que ya deja de ser pecado! Me imagino a un criminal diciéndole al juez: “Yo no maté a esa persona. Simplemen-te le interrumpí la existencia”; o un ladrón diciendo: “Yo no me robé tal cosa… simplemente la cambié de lugar y de dueño”.

Estimados lectores, el próximo mes cerraremos estos comentarios acer-ca del Sacarmento de la Confesión con unas breves consideraciones acerca del secreto de confesión.

P. Juan José Cortes Casillas, mg

Superior de la Misión de Kenia

Asante sana, Buana(Muchas gracias, Señor)

Cincuenta años de evangelización en

Revista Almas12

Como dice el dicho popular mexi-cano: “Celebrar es recordar y re-cordar es volver a vivir”. Fue un 12 de diciembre de 1965 cuando hizo su arribo el primer Misionero de Guadalupe en el país de Kenia, enviado a predicar la Buena Nueva de Jesucristo a nuestros hermanos y hermanas de África. Por ello, este año nos ha brindado la oportuni-dad, a los Misioneros de Guadalupeen Kenia, de celebrar el jubileo del

quiencuagésimo aniversario de nues-tra llegada al continente africano.

Este jubileo nos ha permitido rea-lizar una celebración memorial en la que hemos podido traer el pasado al momento presente, para proyectar el futuro de la acción evangelizadora de los Misioneros de Guadalupe en Kenia. Esta cele-bración nos ha ayudado a realizar un ejercicio de memoria histórica

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en el que hemos intentando conec-tar el pasado con el futuro, viviendo con intensidad el momento y la si-tuación presente.

A lo largo de las celebraciones de este año jubilar nuestro Padre Dios nos ha brindado la oportunidad de constatar su presencia y su acción en el caminar evangelizador de Mi-sioneros de Guadalupe en Kenia, por lo cual, a cincuenta años de evangelización en África, lo único que podemos decir desde estas tie-rras kenianas es: ¡Gracias, Señor!

Las celebraciones jubilares también han significado la oportunidad de reconocer y aceptar con humildad los errores cometidos en aquellas acciones que no han ayudado a testimoniar el amor y la caridad de Dios con nuestros hermanos y her-manas kenianas, por lo que en estos momentos nos acogemos a la mi-sericordia divina y pedimos como comunidad: ¡Perdónanos, Señor!

El haber tenido la oportunidad de echar un vistazo a la experien-cia acumulada en estos cincuenta años nos ha ayudado a reconocer y aprender de nuestros aciertos y nuestros errores, para proyectar el futuro con la esperanza puesta en las manos de Dios y motivados por el gozo de sabernos partícipes del

proyecto divino, que quiere que todos los hombres se salven y lle-guen al conocimiento de la verdad. Nuestra fe nos dice que la verdad es Jesucristo; por ello, nos llena de alegría que todas las acciones que hemos y seguimos realizando han sido, son y seguirán siendo, para darlo a conocer a Él, que es el Ca-mino, la Verdad y la Vida.

Nuestra gratitud también se hace extensiva para con la Iglesia mexi-cana (episcopado, clero y católicos mexicanos) que nos ha creado, y ha sostenido nuestro caminar evange-lizador desde aquel 12 de diciembre de 1965 hasta nuestros días, a tra-vés de sus oraciones y contribucio-nes; por ello les decimos: ¡Gracias, Iglesia mexicana!

También queremos reconocer y agradecer la paciencia, comprensión

Revista Almas14

y aceptación que han tenido para con nosotros tanto el episcopado y el clero, como las comunidades kenianas a las cuales hemos sido enviados para compartir la fe de la Iglesia: ¡Gracias, Iglesia y pueblo kenianos!

De igual manera queremos agrade-cer a la gran familia guadalupana; a nuestros padres, hermanos y herma-nas; a nuestros trabajadores, colec-tores, Padrinos y Madrinas, que han sido siempre un constante apoyo vocacional para todos los Misione-ros de Guadalupe en Kenia: ¡Gra-cias, gran familia guadalupana!

Gracias a las celebraciones jubilares realizadas en la subregión Turkana, en la subregión Maasai, en la subre-gión Nairobi y con la comunidad de habla hispana en Kenia, pudimos constatar que las realidades, am-bientes y situaciones han cambiado a lo largo de estos cincuenta años. Hoy día la Misión sigue siendo la misma: predicar el Evangelio de Jesucristo, pero las realidades, am-bientes y situaciones nos presentan nuevos retos, que a la vez signifi-can oportunidades para la evange-lización de nuestros pueblos. Por ello, le pedimos a nuestro Padre Dios que nos illumine y nos ayude a encontrar nuevas formas, nuevas expresiones y nuevo ardor misio-nero para seguir evangelizando a nuestros hermanos kenianos al esti-lo de Santa María de Guadalupe: ¡Ayúdanos, Señor, a experimen-tar la conversion pastoral!

Por último te queremos invitar a ti que estás leyendo este artículo, paraque te incorpores activamente a la acción evangelizadora que realiza-mos los Misioneros de Guadalupe en Kenia. ¡Tú también puedes ser misionero! Pide informes en cual-quiera de nuestras oficinas y enróla-te en la aventura de darlo a conocer a Él, que es el Camino, la Verdad y la Vida para nuestros pueblos. ¡Ven, tú también puedes ser Mi-sionero de Guadalupe en Kenia!

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P. Saúl Vento López Ramos

Párroco de San José Chiltepec, Oax.

Experiencia sacerdotal en la animación misionera

Nuestra diócesis es una tierra jo-ven, recientemente evangelizada, en comparación con el resto del es-tado de Oaxaca. Es un lugar caluro-so donde llueve todo el año, y por esta razón recibimos las bondades, los frutos del campo, la maravillo-sa vegetación y la gran variedad de fauna. En su mayoría la población son indígenas chinantecos y ma-zatecos, que trabajan de sol a sol, con mucha sabiduría. Estamos hambrientos y sedientos de la Pa-labra que puede cambiar la mente y transformar los corazones. Me parece que estamos en buen mo-mento de sembrar, porque la tierra de nuestros corazones es fértil y la lluvia de la gracia es generosa.

La Parroquia de San José Chilte-pec, Oax., es una puerta de en-trada a la zona chinanteca, con muchas costumbres, fiestas, ritos, mitos, vestidos, comidas, bebi-das y lengua propios, lo cual le ha dado cierta estabilidad de vida y le ha permitido estar en una zonade confort religioso. Es por esto un lugar estratégico, y hallamos un momento providencial para rea-lizar una Semana de Animación Misionera, que fue, para nuestra

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Revista Almas16

comunidad parroquial, una mara-villosa experiencia, tan intensa que podemos decir que en estos días ha pasado Dios en nuestras vidas.

Para mí fue una gran bendición poder refrescar la espiritualidad mi-sionera que recibí en la última eta-pa de mi formación sacerdotal con los Misioneros de Guadalupe. Fue como el aire que se respira cada amanecer en estas montañas chi-nantecas: gracia, fortaleza, fidelidad y compromiso de un Dios que ca-mina con aquellos que ha llamado a su servicio.

Cuando el P. Ángel Javier Tosca C., mg, me propuso la posibilidad

de realizar esta actividad consideré que el momento pastoral era favora-ble para emprenderla. Sin embargo, emocional y espiritualmente, pocoa poco, conforme fueron transcu-rriendo los días previos, aún fui empapándome del movimiento que el Espíritu despertó en todos los agentes de pastoral. Es impo-sible no dejarse cautivar por lapasión, generosidad y entrega de los laicos en los preparativos. Soy testigo de la dedicación y sensibili-dad a lo sagrado por parte de esta gente a la que sirvo y me evangeli-za todos los días.

El día esperado llegó, y con él, aquellos de los que dice la Sagrada

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Escritura: “¡Qué hermosos son los pasos de los que anuncian buenas noticias!” (Rm 10, 15); hermanos sacerdotes y laicos que con mucho entusiasmo y pasión iniciaron esta semana de bendiciones, quienes se presentaron emocionados y trans-mitiendo un contagioso deseo de compartir su fe con nuestra gente.

Durante toda la semana estuve re-corriendo los diferentes “continen-tes” en los que se vivía esta semana de animación misionera. Fue nu-trirse pastoralmente de comunidad en comunidad, alimentándonos con las variadas actitudes pastora-les que se asumían en los centros de animación.

Creatividad, pasión, valor, unción, fe, compromiso, obediencia, comu-nión, motivación, entre otros valo-res, fueron el plato fuerte que tuve la oportunidad de saborear en las distintas comisiones integradas por personas que tienen una trayectoria pastoral, y otras más que no se ha-bían dado la oportunidad de servir en la Iglesia y para la Iglesia.

Semillas de humildad, sencillez, recta intención, humanidad, ale-gría, comunión, frescura, sensibili-dad, apertura, inteligencia, confian-za, esperanza y un amor especial a nuestro Señor, Jesucristo, son semillas que distinguen la persona-lidad de los hermanos Misioneros de Guadalupe; y esto mismo es lo que han regado en estas tierras oa-xaqueñas ante la mirada tierna de nuestra Madre de Guadalupe.

Después de esta experiencia siento a muchos agentes de pastoral más motivados, rejuvenecidos, creati-vos, interesados, y con una visión amplia de la Iglesia. Cada sector ha asumido el compromiso de realizar la animación misionera cada mes, llevando la Misión de la Iglesia a los más alejados y orando por los misioneros esparcidos en todo el mundo, además de renovar cons-tantemente su espiritualidad.

¡Gracias a Dios por acordarse de este rincón oaxaqueño! ¡Gracias a los Misioneros de Guadalupe por animar nuestra fe!

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Queridos Padrinos y Madrinas, de-seando que se encuentren muy bien en estas fechas decembrinas en las que muchas familias se reúnen para celebrar el nacimiento de Jesús, re-cordé una de las experiencias tan bonitas que viví en África.

Una de las veces en que acompa-ñé al P. Fernando Valente R., mg, a celebrar la Santa Misa en una de las comunidades de la Misión de Angola, mientras el Padre realizaba la celebración, yo, aún estudiante seminarista, tenía el gusto de ob-servar detalladamente todo alrede-dor, disfrutando el ambiente que se

sentía en la Misa. Me sorprendía, curioseaba y disfrutaba en reali-dad, como ahora sigo disfrutando cada uno de esos momentos en que las personas y sus costumbres, expresan el contacto con nuestro Creador. En algunos momentos comparaba nuestra liturgia con la de aquellos hermanos, y una de las partes que me gustó mucho fue la del ofertorio.

El momento en que el sacerdote prepara el altar con el pan y el vino para consagrar, muchas veces ayu-dado por los acólitos, era evocado por el Padre Fernando en aquella comunidad tan lejana de México, pero se caracterizaba por la gente que se acercaba con sus ofrendas. Me fascinaba ver cómo la gente de África se acercaba al altar para ofre-cer de lo que tuviera, que general-mente eran semillas, harina, cosechas

Pastoral vocacional

Esto que ofrezcoP. Ignacio Flores García, mg

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de mandioca, vegetales de consumo diario y hasta pencas de plátano. Ha-bía una parte en que al final de las ofrendas algunas señoras también llevaban a sus bebés de meses para ofrecerlos a Dios; me encantaba ver esto (respecto a lo cual ya habrá otra oportunidad para relatar con mayor detalle), pues justamente es un signo en el que las mamás ofrecen a sus hi-jos por amor, así como Dios ofreció a Jesús para la salvación de cada uno de nosotros.

Lo que más me gustaba ver en esas ocasiones era que los hermanos de aquella comunidad se acercaban no únicamente ofreciendo lo que ellos querían dar, sino lo que podían do-nar desde sus posibilidades, y ade-más lo hacían cantando y bailando

con las sonrisas de sus rostros mar-cadas; definitivamente, para mí eso constituía ya una doble ofrenda.

Cada vez que recuerdo esto me emociono bastante y me mueve a reflexionar sobre lo que yo le ofrezco al Señor en mi vida, ade-más de pensar cómo se lo podría dar de manera especial. Efecti-vamente, me doy cuenta de que siempre existe una diferencia entre África y América llamada cultura. A veces, en muchas de nuestras parroquias e iglesias, algunos de nuestros hermanos pasan con los canastos donde generalmente no-sotros compartimos alguna canti-dad de dinero o despensa. En la experiencia que yo les narro son las personas quienes se acercan al

Revista Almas20

altar a ofrecer lo que tienen. Sin embargo, eso no es lo que quisie-ra resaltar en todo este relato, sino la actitud y desprendimiento que cada uno de nosotros puede tener para ofrecer de lo que tengamos y decir a Dios: “Aquí está, Señor, esto que ofrezco”.

Me gusta recordar esta experiencia y meditarla, especialmente en este contexto navideño, porque segu-ramente en estos tiempos muchos de nosotros tenemos bastante que ofrecer. Creo que la Navidad y la venida del Niño Jesús, de antema-no, son una muestra de lo que se

puede dar: un Dios que se da a sí mismo a través de su Hijo en un contexto de sencillez y amor in-comparable; desde la pobreza y la nada, para darlo todo; esto es para mí, sin duda, el mejor ejemplo.

Yo los invito, queridos bienhecho-res, a que pongamos a bailar el alma y a cantar el espíritu con nuestras buenas acciones. Este es sin duda un tiempo para recibir, pero tam-bién para compartir desde lo que somos y tenemos en un mismo gesto de amor, tal como lo ha he-cho el Príncipe de la Paz, Jesucristo, nuestro Salvador.

Aprovecho también para seguir motivando a todos ustedes, espe-cialmente a los jóvenes, que tienen tanto que dar a través de su her-mosa existencia, a que compartan la vida y el amor por el prójimo. Al igual que Jesús, enviado del Pa-dre, ¡nosotros también podemos ser sus misioneros! ¿Misionero tú? ¡¿Por qué no?! Atrévanse a decirle al Señor: “Aquí está mi juventud, mi sentido de vida, mis miedos, mis problemas, mis alegrías, mi energía para servir y ayudar al que lo ne-cesita, a compartir lo que soy. Aquí está, Señor, esto que ofrezco”.

Si alguno lo desea, puede mirar un pequeño video en el siguiente en-lace http://www.revistaalmas.com.mx/estoqueofrezco, donde podrán apreciar a la gente africana cuando se acerca a ofrendar al momento de la Misa. ¿Ustedes qué quieren ofre-cer en este diciembre?

Un día, después de la reunión delgrupo parroquial, Yupanki, Akira yel Padre misionero platicabanalegremente cuando surgióuna pregunta.

Yupanki,¿cómo celebran

la Navidad entu país?

¡Sondías muy

festivos!

En la ciudad las tiendas seadornan con luces de colorespor todas partes, arreglos depinos, coronas y personajes,como muñecos de nieve, renos,

Santa Claus...

También en las casas hay lucecitas.desde la más modesta hasta la másgrande, suelen tener adornos en

puertas y recámaras...

Además, hacemos grandesfiestas de posadas, dondehay mucha comida, dulces y

regalos.

¿YJesús dónde

está? Pues...he visto que en

algunos centroscomerciales ponen

un nacimiento enla parte de

atrás...

¿No se supone queJesús es el motivo

principal paracelebrar Navidad?

Sólo para niños

El Padre misionero, que hasta esemomento sólo los había escuchado,

intervino.

Así es, Akira:NO hay Navidad

sin Jesús.Así nos lo recuerda el cantautorLuis enrique, gran amigo de losMisioneros de Guadalupe, que

viene cada Navidad a la parroquia.

Sí, ¡lorecuerdo muy

bien!, es el que enuna de sus canciones nos

invita a no caer en elconsumismo.

¡Vendanlo que vendan, no

hay Navidad sinJesús!

Sí, se trata de no engañarnosy saber que, sin importar lo que

compremos o en lo que invirtamosel dinero, ¡no puede haber Navidad

sin Jesús!

Además, es muy importante mantenergestos propios de la Navidad, porquenos recuerdan la importancia de la

venida de Dios a nosotros.

Como la Coronade Adviento y susvelas de colorespara prepararnos

a la venida del NiñoDios.

O las piñatas, quefueron usadas por

los primeros sacerdotesque llegaron a Américacomo una alegoría para

facilitar la evangelizaciónde los pobladores de

la región...

Y que ahora se usan enlas posadas, pues los

siete picos de la estrellasimbolizan los pecados

capitales

¡Y nosotros,al tratar de romperlas

con los ojos vendados hacemos patente nuestra

fe y la voluntad paravencer el pecado!

¡Claro!Recuerden las

palabras de san Juan ensu Evangelio, capítulo

1, versículos11 y 12:

“Vino a los suyos, y lossuyos no lo recibieron,pero a todos los que lo

recibieron les dio capacidadde ser hijos de Dios”.

Así degrande es la

importancia deJesús en la historia. Así que, amiguitos,

recuerdensiempre:

¡No hayNavidad sin

Jesús!

O las piñatas, quefueron usadas por

los primeros sacerdotesque llegaron a Américacomo una alegoría para

facilitar la evangelizaciónde los pobladores de

la región...

Y que ahora se usan enlas posadas, pues los

siete picos de la estrellasimbolizan los pecados

capitales

¡Y nosotros,al tratar de romperlas

con los ojos vendados hacemos patente nuestra

fe y la voluntad paravencer el pecado!

¡Claro!Recuerden las

palabras de san Juan ensu Evangelio, capítulo

1, versículos11 y 12:

“Vino a los suyos, y lossuyos no lo recibieron,pero a todos los que lo

recibieron les dio capacidadde ser hijos de Dios”.

Así degrande es la

importancia deJesús en la historia. Así que, amiguitos,

recuerdensiempre:

¡No hayNavidad sin

Jesús!

Revista Almas24

Entre las diversas cosas que fortalecen la fe, el Pueblo de Dios necesita formación misionera: actividades de animación orientadas a informar y formar para realizar la Misión universal de la Iglesia, promover vocaciones misioneras ad gentes (hacia los que todavía no conocen a Cristo) y suscitar cooperación para la evangelización.

La tarea de formación misionera es responsabilidad de la Iglesia local, pero recibe la ayuda de los Institutos misioneros, pues es una actividad central en la vida cristiana. Para enfrentar el reto de lo que también se conoce como nueva evangelización, los Misioneros de Guadalupe –a tra-vés de la Dirección de Promoción– ofrecemos los medios para animar, formar e informar al Pueblo de Dios. Así, a petición del párroco del lugar, organizamos una Semana de Animación Misionera en diversas parroquias de nuestro país, para que, como bautizados y miembros de la Iglesia, los feligreses tomen conciencia de ser testigos de la fe y la caridad de Cristo.

AnimaciónMisionera

¿Por qué?

Nuestra próxima animación misionera se llevará a cabo del 29 de noviembre al 6 de diciembre en la Parroquia La Sagrada Familia, ubicada en la colonia indeco, Villahermosa, Tabasco.

Visita nuestra sitio web: animacion.mg.org.mx

Septiembre 2015 25

La solicitud para la Semana de Animación Misionera debe ser hecha por el párroco del lugar, a alguno de los contactos que se muestran abajo.

Ciudad de México

P. Rodolfo Rafael Sánchez Díaz, mg

Cantera 29,Col. Tlalpan, Del. Tlalpan,

cp 14000, México, df.Tel.: (01 55) 5655 2691

Guadalajara

P. Ángel Javier Tosca Cerino, mg

Madero 837, esq. Escorza,Centro, sj,

cp 44100, Guadalajara, Jal.Tel.: (01 33) 3825 2315

Villahermosa

P. Miguel Ángel González Aldaco, mg

Ejército Mexicano 167,Col. Atasta de Serra,

cp 86100, Villahermosa, Tab.Tel.: (01 993) 315 2934

¡Jesús te busca!

Línea Misionera: 01 800 00 58 100 www.revistaalmas.com.mx

MéxicoCantera 29, Col. Tlalpan,Del. Tlalpan, cp 14000,

México, df.Tel. (01 55) 5655 2691padrinos@mg.org.mx

GuadalajaraMadero 837, esq. Escorza,

Centro, sj, cp 44100,Guadalajara, Jal.

Tel. (01 33) 3825 2315padrinosgdl@mg.org.mx

MonterreyHabana 105,

Col. Altavista, cp 64840,Monterrey, nL.

Tel. (01 81) 8358 2101padrinosmty@mg.org.mx

VillahermosaEjército Mexicano 167,

Col. Atasta de Serra,cp 86100, Villahermosa, Tab.

Tel. (01 993) 315 2934padrinosvhsa@mg.org.mx

Oficinas de atención a bienhechores

El P. Juan Esteban Reyes Reyes, mg, nació en 1946 en Lagos de More-

no, Jal. Ingresó al Seminario Menor de Misiones en 1961 y fue ordenado sa-cerdote el 6 de octubre de 1974, por el Cardenal Miguel Darío Miranda y Gó-mez, Arzobispo de México. Durante un breve periodo compartió el Evan-gelio en la Misión de Hong Kong. Des-pués trabajó en la Parroquia de San Nicolás de Tolentino, en el Valle del Mezquital, Hidalgo. En 1979 fue nom-brado a la Misión de Kenia, donde ha colaborado durante varios años, en di-versos periodos. También ha sido ase-sor de Misioneros Laicos Asociados.

Desde sus primeros años de vida, el P. Juan Esteban se desarrolló en am-bientes católicos, tanto en la escuela como en familia, y pronto escuchó el llamado de Jesús. Tú también pue-des compartir nuestra hermosa fe en otros países.

¡Responde al llamado de tu vocación!