propuesta de formacion permanente sacerdotal

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DIOCESIS DE SAN CRISTOBAL Propuesta Formación Permanente Grupos mayores de 8 años de ministerio

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DIOCESIS DE SAN CRISTOBAL

PropuestaFormación Permanente

Grupos mayores de 8 años de ministerio

• El sacerdote necesita profundizar constantemente su formación. Aunque el día de su ordenación recibiera el sello permanente que lo configuró in æternum con Cristo Cabeza y Pastor, está llamado a mejorar continuamente, a fin de ser más eficaz en su ministerio. En este sentido, es fundamental que los sacerdotes sean conscientes del hecho que su formación no acaba en los años del seminario. Al contrario, desde el día de su ordenación, el sacerdote debe sentir la necesidad de perfeccionarse continuamente, para ser cada vez más de Cristo Señor.

Directorio

• La formación permanente es una exigencia, que nace y se desarrolla a partir de la recepción del sacramento del Orden, con el cual el sacerdote no es sólo «consagrado» por el Padre, «enviado» por el Hijo, sino también «animado» por el Espíritu Santo. Esta exigencia está destinada a asimilar progresivamente y de modo siempre más amplio y profundo toda la vida y la acción del presbítero en la fidelidad al don recibido: «Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti» (2Tim 1, 6).

Directorio 87

•  La formación permanente es un derecho y un deber del presbítero e impartirla es un derecho y un deber de la Iglesia. Por tanto, así lo establece la ley universal. En efecto, como la vocación al ministerio sagrado se recibe en la Iglesia, solamente a Ella le compete impartir la específica formación, según la responsabilidad propia de tal ministerio. La formación permanente, por tanto, al ser una actividad unida al ejercicio del sacerdocio ministerial, pertenece a la responsabilidad del Papa y de los Obispos. La Iglesia tiene, por tanto, el deber y el derecho de continuar formando a sus ministros, ayudándolos a progresar en la respuesta generosa al don que Dios les ha concedido.

Directorio 90

• Dicha formación debe comprender y armonizar todas las dimensiones de la vida sacerdotal; es decir, debe tender a ayudar a cada presbítero: a desarrollar una personalidad humana madurada en el espíritu de servicio a los demás, cualquiera que sea el encargo recibido; a estar intelectualmente preparado en las ciencias teológicas en armonía con el Magisterio de la Iglesia  y también en las humanas en cuanto relacionadas con el propio ministerio, de manera que desempeñe con mayor eficacia su función de testigo de la fe; a poseer una vida espiritual sólida, nutrida por la intimidad con Jesucristo y del amor por la Iglesia; a ejercer su ministerio pastoral con empeño y dedicación.

• En definitiva, tal formación debe ser completa: humana, espiritual, intelectual, pastoral, sistemática y personalizada.

Directorio 92

•  Para que la formación permanente sea completa, es necesario que esté estructurada «no como algo, que sucede de vez en cuando, sino como una propuesta sistemática de contenidos, que se desarrolla en etapas y se reviste de modalidades precisas». Esto conlleva la necesidad de crear una cierta estructura organizativa, que establezca oportunamente los instrumentos, los tiempos y los contenidos para su concreta y adecuada realización.

Directorio 97

• Aunque se imparta a todos, la formación permanente tiene como objetivo directo el servicio a cada uno de aquellos que la reciben. De este modo, junto con los medios colectivos o comunes, deben existir todos los demás medios que tienden a personalizar la formación de cada uno.

• Por esta razón se debe favorecer, sobre todo entre los responsables directos, la conciencia de tener que llegar a cada sacerdote personalmente, haciéndose cargo de cada uno, no contentándose con poner a disposición de todos las distintas oportunidades.

• A su vez, cada presbítero debe sentirse animado, con la palabra y el ejemplo de su Obispo y de sus hermanos en el sacerdocio, a asumir la responsabilidad de la propia formación, a ser el primer formador de sí mismo.

Directorio 98

Hay dos posibilidades, presentadas en el Consejo Presbiteral:

A) Un mes completo dedicado a un encuentro formativo.

B) Cuatro encuentros al año para grupos (entre 25 y 35 sacerdotes) de tres días cada semana.

Propuesta desde la Diócesis

Un Mes completo, con régimen de internado, durante el cual se tendrían, con metodología especial, encuentros formativos de carácter humano, teológico, espiritual y pastoral. Quienes participen en este no dejarían de ser párrocos, pero estarían fuera de la parroquia durante un mes para el encuentro. Habría un director y un equipo de apoyo.

Propuesta A

Cuatro encuentros al año, de tres días cada uno (internos).

Los encuentros serían dedicados a diversas facetas de la Identidad del sacerdote: la salud corporal y espiritual, al área de formación teológica, espiritual y pastoral.

Se requeriría perseverancia y el compromiso de asistencia.

Propuesta B

• Los encuentros se realizarían en Casas adecuadas.

• Quienes se comprometan no deben fallar, a menos que haya una causa justificada.

• Se trata de un proceso formativo.• Al finalizar ésta (o la Propuesta A): habría la

posibilidad de organizar la Formación permanente del grupo, junto con las otras experiencias en curso

Propuesta B

1) Si estamos o no de acuerdo: ¿Por qué? 2) Cuál modalidad o Propuesta se escogería

como viable. 3) Sugerencias para la organización:

participantes, lugares, temas….

APORTES DE GRUPOS