PRIMERA PARTE

EL ACUARIO

CAPITULO I

EL ACUARIO DOMESTICO

"Un acunrio no ea .solam®nte un reci-piente para tener peoea de coloreR máaque eq manoa inexpertae; kl puede cona-tituir un medlo de eatudio de ioa másínstructivoa y atrayentas."

^ H^NRI COLTPIN: ri'liqM691u41i d'C[C1L

Ó04bCC.

1. ANTIGÍ^EDAD DEL ACUARIO.--Desde muyremotos tie^rnpos ex^s+tía en China la costum-bre de in^troducir en vasijas o recipientes or-i2amentalea los peces dorados, tan caracterís-ticos de aquel país del Extremo Oriente ; mŝstarde, se extendió dieha práctíea a Ios paíseseuropeas, aclimatándose aquelloa geres que,por ea^o, recibieron el nombre de peces de laGhina.

De todos modos, ia innovación tuvo una di.fusión muy restringida, no adquiriendo cartado naturaleZa en el Continente europeo hastaque la dificultad que representa el frecuentecambio de agiua fu^ +^bviada. ResolvicS ^a cue^^

tiún el in^•lés Juhnstun, supcimiendu la mules-^tia que or^ginaba la repe^tida tarea de la re-n^ovacicín del líquido elemento, como conse-cuencia de descubrir la aplicación a este obje-to de la c^unaperrsació7:, que la na^turaleza esta-b,lece entre la r^s^rí,^^a.cí(rn n.rr^^hnul y veget,cc^.

Poco después, en 185(l, su compatriota11^'arrington afinó el procedimiento, logrando^nteres^^r al ^munda ^^cl^io hasta el pun^to dei•eali•r,ar algunas investigaciones y experiencias en presencia de los mieml>ros de ]a So-ciedad de Químicos de Londre.s. La conviven-cia de las plantas y los anímales es lo que hizoasequible el acuar-o, y además^ estético, al per-mitir que las pi-imeras suministraran el oxí-,^gno necesario para la vida en buenas condi-cionea de los peces, al mismo q^ue aquéllas asi-milaban el am.hvrGr^,cl,r^ c±^urháni^u exhalado porlos animales.

Los acuari^o.s fueron difundiéndose, y paraque se generalizax•an más, Milne Edwards pu-blicó una interesanhe obrita, piedra angularde la ciencia del acuario, cabiendo a nueatrapatria el honor de haber contado pron^to conuna buena traducción, debida al capitán defragata Malagamba Brow-n (1), cupa primiciaen España recak^ó años después un compañe^•osuyo, Juan Antonio de Vera (L). Con eato,nuestra Armada paten^tizb el interés que sen-tfa por tema tan eugestivo y Yuuevo, procuran,do divulgarlo entre sus compatriotas.

2^ ^F7CERA3 AE FIN DE SIGL(1.-En el tiempo

que coincidió con los afios de nuestra épocaiaabelina, fué vivíaima la,at^ención gue el granpublico dedicó a las ciencias naturale,s oomoelemento ornamental y símbolo de gusto de-purado en el embellecimiento del hogar: avescanoras y de vistoso plumaje, plantas d^ sa-lón y decorativ^os acuarios adornaban las vas-tas estancias y los gabinetes de las damas.

Pero como siempre oc:urre con 1a modacuando se torna plebeya, el refinamiento seconvirtió en vulgaridad, y la exquisitea^ dege-neró en ra^mplonexía. Así surgieron Ias pe+ce-ras, que tados ^eznos conocido en la casa den+ueatros abuelos y aun e^i la de ^wesiros paTdre^ (3). Eato,s objetos^ esferas de cráslral, ^u-cl^as veces axulado, daban,. debido a s,u forma,ul^a viaión defa^rme^ ĉ̂ el pez o peces gu^ conte-nían, alí^andp también sus maticas ,^acoloración del crietal. .

Por otra ,parlte, diGhas peCeras, motiva.dopor la conformación que presentaban, no ad-mitían fuera revestido su foncio con una cap^de arena que permitiera susientar algún ve-getal que reportara el oxigeno n.ec^sari.o parala vi^da d^e las peces en buenas colydi^cio^es,Así, puea, :fa^taa^do aquel gss díaue^to sn elagua, laa pobres: cautívoa se aproxi^ban a 1asuperficie del lít^uido, bussa^ado e4n aviadea elvivificante ele^euto, á,enotando, con ^tq Lqssíatomas de ^ixia que ya BentSmn, eit^tac,íÁaiq^ue, de prolongarsey bac.ialea pe^ece^r; ^u elmejor de los caso^ ^^e^ nq,uda^a e^ agua,t^u^-

camente, I70 C^^1Stante el i•iesgo que el cavnk>iocie te^nperatura suponía para, su vída. Sir^plantas, carecían de los dfmfnutos seres, cuyapropagación favorecen éstas; unas miguitasde pan constituían todo su alimen#o, contribu-•yendo su fermentac-ón, si no se extrafa conprontitud el sobrante, a enrarecer más la po-sibitidad respiratoria del ag^ua.

En estas circun^tancias, la vida de los pecesen el misero receptáculo no tenía nada deatractíva : en lugar de proporcionarle.q unaexístenciá plácida, e^eenta de los peligros múl-t'plea que les aceohan cúar^do estáCn en liber-ta^d, constituía' daloroso cautiverio tortuirún-ddles penalidades didersás : respiración' defi-cien`te, c)escenso de la t^mpenatura, alimeritoes^aso ^ in^deeu^do' y falta de limpieza eransecuelas que traia a loa^ infortúnados prlsi®-neros tan precario modo de v5vir. Y as! no essorpr^ndente que la asfixia y el frío, el h^rm-bre y la s^u^ciedad,, cual otros tantos caballasapocalíptices, áiezmaran ]d población de aqu^e-]los antries^tt^ticos caeharroí3 de cristat. Y esde adV^rtir que casf únfcamente estaba cons-iitufd^ °per lcts^'ltárnaclos peces de cálore.s (Ca-+^pue^tua 'a^tc+!at2ta lU..) , cu^ya ruaticidad y resig-tencia', ^vif,d.l e^cede a toda ponderació^n (4) .

É7^G TklYLO iI9^ NATURAL^ZA EN CASA:-rPort^^^ ^L^ ^ `p^^+reso en ŝu ^ms^^cha triun^a},Jheg^ó ^rltl^ta k►s infeli,cr^ peceeitt^os torlx^:n^as,á! f^f^srria tfernpo ^úe dépuraba et gugto de lo^shotrtbrea : ásí las mer.qúinas peceras fueron

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sus'tituidas por. los vistosos acuarios, adcpui-riendo el poder ornamental de que an^tea ca-recían y constituyendo excelente habitut, porla similitud que con la i^Iaturaleza ofreGen,para los seres que le pueblan, que píerden latriste cualidad de cautivos para pasar a]amás lisonjera de domésticos.

^,Cuál es la característicFi del acuario? Re.pi•oducir de la manera m€ís fidedigna posiblelas condiciones naturales del medío donde lospeces y otros seres dulceacuíoolas, veg+etales yanimales, nacen, crecen y se multiplican. Esdecir, arranca.r d^e au ambiente natural u^npedazo de eso mismo, de N^turaleza, y trans.portarlo con eamera y aolicitud a nueatra nao-rsda, conservándolo aquí . como si siguieraperma.n^iendo dn eit^u.

Que, abstrayéndonas del mabiliar^v y me-naje del local v coneentrando nuestra aten-ción en el ac^uario, 13eguemos a hacernos lailusión de que esitamos a la vera del agua,junto a un arroy+o, o mejor aún, como metidosen una campana de buzo en el seno de lasaguas de un ríA o de un lago. I^ebe prod^cirla sensación de una auténtica vida acuát=ea enlibertad ; si eato ae -logra habráae conseguidouna t;ePz interpretación en la reproduccióndel ^trozo de Naturaleza.

^. EL ACUARiO MODSSNO^--»InBeneib}lO^-t;e nas trae a éste>el pmr^tb anter'or; 1a ,e►̂ ^a-lucidn: del ^ ac•uario ee fiel ^ rel^ejr^ de la^ .que har'a^perimentado lá Biol^ogía en lds tiempoa re-

`^fi

cie^^kes ; con gráfica fase se ha dicho que estacieureia, no obstante ser la gue trata de lavida, se estudiaba en cementeriaa.

En las antiguas instalaciones de los museoszoológicos exhibíanae los seres disecados, nopocas veces de manera forzada, uno al ladode ^otro formando una fila, otra semejante au-perpues^ta, y así se repetía la disposición uncierto número de veces, las que perrnitían lariqueza de las series expuestas y la grandio-sidad del salón donde aQ acumulaban. C^erta-mente que así colocadas, la similitud con lastxamadas de niahos que ae levantan en iasnecrópolis era notoria.

Obedetría e^to a que aquella era la época delímperio de ls sistemátíca; los víejos na.ttira-listas concedían la máxima atención, euandono t^oda, a la taxonamía, pospoxi^endo lo cpuemáa int^erés encíerra en el estudiU de los se-res vivos, el medio. Si el pecado grave es lacontumacia en el error, los zoólogos enmenda-ron sus yerros y a^^í cambió la orientacidxt queimprimían a los museos de Historia Natural ;se vdvió por 1os fueros de 1a B^ología, conce-diéndola toda la importancia que merece.

Aquf nacieron los ^rzupa^s azatairadee (6),dando con ello un paso gigantesco la d^`usiónde las Giencias Naturales, ya que la misiónedn^tiva de los centros histórico-na^,ur^ilesaumentó consíderablememmte, íncre^men^ndoseen gran proporción el númeno de v^itanteas yaficYionados. Al^o remiso a^riduvo nuestro pafa

en asimilar la innovación, ^ej•o desubsanó cumplidamente (6) . 1^Tna co^ áB4^o-ga ocurrió oon los acuarios : a io;l^ viejói!}^an-tiest^éticoa recipi^entea esféricos ^ir^Réáieroe laanuevas vagijas de perfil priemáti^ {^6`^u^lla preca.ria e inexpresiva manifestaéióii' devida fué reempla.zada por la ac_ttual, pletóricade veraz realismo.

5. RHCiP^E1vTEB.-Algunos autores inic^laneste punto .tratando de la consMYi^dcián dc!cuu^czrrío, pero no creo pre^eieo, ni aiquiera con-veniente, tocar este extremo. Utilizar uno deestos objetos no quiere decir que hay que fa-bricar•lo, lo que es pat^ta corriente en la vida,.ya que de ^mten^tarlo, podfa ca ►nducir al des-aliento y a lá ^pérdida de un nuevo adepto d^etan sugestiva afición. Además, la adquisiciónde materiales útiles para su oonati^ucción su-pone un capítulo de gaato$ que, una vez efee-tuados, poco a^horro supondrísn con selacióna la oompra del recipiente ya dispuesto; eatosin contar que en la mayor parte de las oca-siones es superfluo, pueg los mejores acuar^bsde tipo doméetico son los de vidrio de una eolapieza, tanta por su sencillez como por ^su ele-gancia.

EI acuario mtís elementa.l y de más modestocoato c^ un gran frasco del t.ipo llamado bo^oa^lea, de unos 35 ^oentfinetros de altusa y anc^aboca de 12 a lb, cauyo fondo sea comple^tamen-te o, en su defeato, casi p}anu; es eeenaialpara que llene cumplidamente au ornamentRl

•^x

misión, que el cristal de que esté hecho sealímpido y no presente ningún defecto de fa-bricación,

^txo tipo de recipiente útxl a nuegtro efec-to, s^on las vasijas que en ]os lal^oratorios quí-micos se denominan o^•isf^^l^i,.z^:^^clm•es, recomen-dándose la adquisicibn de los de mayoresdimensiones q^e se encuentren en el comerc?osabre todo los de pared máa elevada.

Pero aÚtt son supe.riores en presentació7i,constituyendo mayor adorno, los cucuwrio^spropiamente diclwa, racípíentes de formapriamática y base eu^drada o rectangulai•,e.^presar^ente cot^truídqs para s^ueatro obje-ta, St^a dimensionss variarát^ sqgún el gustop^era^nal.y lugar donde haya de aex eolocado•pero.no ea convenieute ^xcedan de 5U centí-metxoa de lpngii;ud, 2líi d^ anĉhura y 3Q de al-tura,; pueden sex rr►áa reducidos, ya queda cl,•-cho,que eso depende de los casos particulares,pero can aquel tamaño tendremos en nues-tro hogar un bello tro^u^ de Na^uraleza, eu elque se puede albergar abundante representa-ción de la fauna y flora acuáticas, sin incurrir en aglameración excesiva (fig. 18) .

También ofrecen análoga vi;^tosidad ^losaca^n ias ^de e^.r^.axó^n v9z.et.ábica, a los que igual.-mer►Ee puede aplicarae 1o que antecede rea-pecto a dbm^nsionea. Pstas aon los que pue-Ŭen e^r :olxjeto de fab^ri^caccián caser^,a, Y, aun-t^u+a^ ainaisto an ^e n,o . ea aconaejable gastaxen ella tiempo y dinero, si algún ^aficio^i^,cfo

riesex ensa}•xrla, delx consultar la obra rieSalvad^^r M<iluquer (7) . llesde luego estos ^-lo^ ant^^riores; es deci^•, los de f•orma parale-

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^^fljwlNf,^i!iN4^^^^nJlNíif^tuA^1i^?^w:l,í'+^^i ^I^^^

b^i^. 1.--I)iverxn.. tii^n.^ ^lr^ aou.^^^irr ^I^•mr^^tio^^,

I ĉ̂ pípédí^a, oi'recen subre los d^^ los dos pri-meros tipos, de contoz•no cilín^lt•ico, ]a ven-taja de no presentar deformacla la imagr^ncle los seres rlue Pnc^erran.

3U

6. Ayc^ox^c^s.-En posesión ya de lo pri-mordÍ^a^;,q^ue ea el acuario, trataremos breve-n^et^te.-de ^lo que le es accesorio. Lugar pref'e-rehte ^n eate pun^to es e.l sitio don^de debe co-locá:rsele: naturalmen^te que varía mucho, sc:-gún la c;onfigurac•ión, decors.do y^mena•je d^la estancia donde ha de emplazarse; puedeser puesto sobre un mueble cualquiera o elfriso de una dhimenea de las que nunca ^t^enci^enden, pero es indudable que de esía ma,-nera colcesdo no obtendrá nunca la visualidad a q.ue es acreecbr. )^1 mejor sistema es elde buscat^le un diapositivo parecido al que seemplea p^ra exhxbir las jaulas de adorno, queencierran las visF^as o cano^eas aveciilas quecon nosdtros conviven; un pih n^ietálico delque pende la jaula a conven^ente altura.

Lo semejante a esto es utilizar un pot^tKi-xcuarios, consistente en un pedesi^^l con pa.-ta.5 o mesita que las tenga muy alta.s, a fin deque alcance la adecuada elevación para quc•pueda contemplarse cóm^odamente, quedandolas paredes del acuario a ras de la mirad<<del observador ; esrte mueblecilla, que pued^+ser de metal o madera, se hace más agradable llevando en su parte inferior un tableroque puede sostener una mati*eta decorativa(fig. 2 R), siendo útil cuen^te con otro ^hacia sucuarto superiar, donde ee depoai^ten per ►na-nente o ac^identalmente (en l^os momentos enque manipula en el acuario, si se eaitima in-}^rato a la vista permanezean allí de modo

.31 ^ ^"'^^ +'^"^^,s^•i^.

►, ,vcon^taute) los e.fectos y útile^ ^hp^eia^ĉ^ aí`» ^,^su entretenimiento y limpiea^ .-.^^^^

.Entre e^tos son imprescin^iible 1', s en-tes ; un tubo o pipeta, con o g^n lá" `,aspiradora de goma, unas trnnz^czs^d^^ ^^d^rx^ ._y una harq^uilla o gaa^cho de ala^ñu^e^^^b^`empleados para e^ctraer los objetoŝ , seg^m íAíndole de éstos, que ensucian las aguas, ^ta.lescomo residuos alimenticios, excrementos delos peces, vegetalea aeooá y animales muertos, ^ya que de no hacerlo asf diariamente ea segu-ro se alterará el buea eBtado sani^tari+a de losserea que habitan el acuario. , pa^rA C,onxipletarla inimejorable preaent^ción ^e} ` a+éuari0, se .tendrá, para la l.impieza in^terior de lo$ ^cris-tales, ^un ce^ilŭa ^Le ^aerda. ríg^ y mangt^ lar-g^o, como los empleadoa en la conservacfó^ delas máquinas de escribir, v, me^^ar aún,'die losque el comercio expende ^^pe^i^lmente paraestos usos. Todos estos ute^^s se int^odu-cirán es el acuario bien limpíos, no est+á demás hacerlo con alColiol o agua hirvi.end^o, ^tfin de evi^tar una posible contaminaeión delagua. Unas vasijas auxilroares de diversas di-mensiones, para el transvasado y selección deejemplares, completarán el memaj^ a,c^esoriodel acuaria

7. DISP+08ICIÓN riEL ACUARIO.-A.9í como enla creación de1 munda se formó primero lacarteza terrestre, apareciendo lueg+o la floray más tarde la fauna, así formaremas nues^-tro mundillo acuá^tica. Primeramente ^surgirá

bi^,, 2.-PortrwFUaria+ doméxtico: 1, nseaa o auetanti.cu-Io a la áltúrs 8e la vieta paea el acaario principal;•l, oe^ón pars accarorfoe y útíh; 8, tabla para acw^uio^auplementartoe o auxiliaree; 4, otra para aoetener mAs

acuaribe raectindarlos A ite+etor^ drnaitledtáles,

:t3

el suelo y desp^ués apax•ecerá la vida, antes lavegetal y^, por último, la animal.

El fondc. del acllal•ío se recubre con unacapa de a;reyzci repetidamente ]avada, de un es-pesor de unos cuatro centímetros; esto tieneun d^oble objet,o: impx•imir un mayor ver'smoal trozo de Naturaleza, dando una sensacíónde plena real:xdad y servir de ptmto de apoyoy fijacicín a las plx.ntas que en él se introdu-cen. La iirrra no debe utilizarse j^imás, puesernturbia el agua y se corre el riesgo de quept•od•uzcu posibles rontaminaciones funestaspara el estado san^tario de la poblacíón ictio-lógica.

Algut ►Ub alicionad^os preconizan, para laplantae'ón de lc^s vegetales el uso de unosr^e^sta,4 adecuados de cemento; en realidad noson necesari^^, s•no un adíia.men^to^ rnás lanzn-.do al mercado por los indttst•riales construc-tores de arttculos d^el ram^o; este modelo detiesto, ideado por el fabricante francés Lefe-bre, adopt^^ la fornxa de un tronco de cono y, •lleva en sus paredes divex•sos orific'os quepermiten la libre circulación del agua alrede,-dor de la tierra que la rellena, y que comopuede estar aculto p^or piedras o entre la are-na que t,apiza el fondo, no perjudica ^tampocoel efecto decorativo del acuario• Indico a,qtííque el tiesto está lleno de tierra, no obs^tan^telo sentado en eT párrafo ar^terior acerca de laproscr`pción de eata ma^teria : no hay contra-dicción en e^ato, como pudiera parecer de pri-

ACUARIO ^^

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rtiei^a impi'e.^ion; uira pequeña i ►arte ^le dichdsustancia constreñida dentro del receptáculoque le contiene, no produce el enturbamientodel agua, en cuanto al peligro de la contami-nación, queda obviado con la est,e.riliz^a^ci,án ^dr^la, tierra en !a sencilla forma que vamos aver: basta sameterla a la acción del calor ao-bre la plancha del fogón de la cocina. Ha^^quien recomienda que se efectúe la mismaoperación con la arena o se tEnga unas horasen una solución de per^m.aacgruna^t,o potctaico:en mi larga prácbica de preparación de ac,ua-rios no he acudido una sola vez a estos pro-cedimientoa, por lo que los reputo superfluos.

A1 embellecimiento y naturalización delacuario contribuye poderosamen,te la coloca.-ción de algunoa mineralea, que simulan lasmanifestaciones litalógicas ex^stentes en elseno de las aguas: una ^valiza ^e^tal^uatíti^a;,que Ilegue hasta emergir de la superficie, re-cordará las piedra® que sobresalen del aguay brindará el medio necesario a los animali-llos que uo viven perennemente en el líqu^doele^mento; ^una gevda de cuarzo, calcita ocualquier otro mineral insoluble en agua (8) ,ofrece grato refugio a loa peces y otros seresa^cuátticos. Dispuesta ya la peolopía del acua-rio corresponde ahora la aparición de la flo-^^a, pero de esto hablaré en el capítulo VI y,por último, la faaana, que será tra^tada en elVII y siguientes.

8. EQUII4IBRI0 BIOIÁGICO .--Esta es la teo-

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ría que px•eside y rige el funci,onain:enw delaouario doméstico: ya aludía a ella en el epí-grafe 1, pero es oportunA insiatir, ya queconstítuye el funda,mento del acuario sin re-novación frecuente del agua. Es debido a lacl^rr+of^úu (9), este cuerpo desempeña ^un papeltan trascendental que es la base de la vida,cuando en presencia de la luz, desarr^olla suactividad, ^rac^"rra clcurojílica, lo msmo en lasuperficie de la tíerr•a yue en el seno de 1aaa•guas.

Los animales de uno y atro medío consu,-men el ,o^ígaruo ael aire en el fenó^rxeno r^-piratorio, e^x cambio expelen a^hí^l^^i^do ^atr-(apnico, cuerpo clue cuandv ; abunda prociucepernicios^a efecto;a, lle,gando hasta oca^iQnaxla muert,e por ,asfixía, Px^ la. Nal,ura:teza, eltrágico momQ.,níq no aparece por e). benQficoinfltujo de 1^ clorofil^, que con el con^¢uraa dela luminoaidad descompone sl y^.^ ĉwvbómico,absorbien^do el c7mrbano necesaria para la vidade las plantas y dejando libre el oxíp^mro in.-dispensable a la respiración animal; la f^un-cián cloyi•filicxina es el lakxrratoi•:xr que regulay man^tiene la vida, permitíendo la conviyen-cia de los repre^entantes .d^ lo^ dos re^no^d^el mundo ^argáujco. , , ,

k:ste equilibrio es tan cxrnstante y pernaa•nente que la campos^ción del c^ime a^tm^s,^émi,aoea sensiblemexxte inalterable, ya que ^ue va-riaciones no sobrepasan^ si no eA en contadasocasionea, del 0,1: por 1O4. Lo mis^m^o sucede

pn e! ccire +ttisuelto en el ^ug^ua: las plantasacuáticas asimilan el carbono del anhfdr.'docarbónico y dan lugar al oxfgeno que utili-zan los peces en el fenómeno de la ^cmnbx^as-t^i,ó►c ^ro.cp-ir^ioria. Así eatablecfdo A1 equilibrio biológico, no importa mantener prolon-gadamen^te la misma agua que se puso en elaouario cuando comenzó a funcionar: suscondiciones vitales son invariables y, porende, llena cumplidamente las necesidadesde aus pobladores.

9. ftENOVAC16N DEL AGUA.-Como hemosviato en el epígrafe 7, al tratar de la dispo-poeicián del acuario, se coloca la ca.pa de are-na que ha de imprimir naturalidad a su sue,-lo; entonces ae pone el agua que ha de con-tener. Para que no altere la uniformidad de!eapesor de la capa de arena, removiéndolay dispersándola, es obligado dejarla caer len-tamente y en ahorro ^muy fino; lo mejor eshacerlo ultilizando una alca^c.hoĵa cle regaden•a,sosten^áa a poca altura del fondo y despla-yándola por toda la s^uperficie de éste.

Cuando ya se tiene un espesor de agua dealgunos centfinetros se procede a la coloca-ción de las plantas (en la forma que al trata ► •de éstas veremos), ya que en las expresadasoondicionea ee realiza mejor su distribución,fijándolaa con msyor facilidad.

Efectua^do lo que podemos llamar muybien planltación, proseguiremos la taTea deIlenar el acuario, observando las mismas me-

. a7

dida^ precautorias, si bíen ya no impurtatanto que el a^çua introducida lo sea tan sua-vemente oomo en el primer tiempo, pues re-sulta ^más difícil la remación de la arena delfondo, a fin de abreviar la operación que pue-de reaultar algo enojosa, s^ el recipiente esde los de mayor capacidad. De todos 7nodosno hay que sentir impaciencia y acortarla ex-cesivamente, ya que esta manipulación no severifica más que alguna vez, c.uando s^e dis-pone el acuar^o o se renueva parcial^m^nte. Elnivel del agua quedará a dos o tres dedosdel borde superior del acuario.

Ya así diapuest^o, sólo resta :utroducir lc^peces y demás animales q,ue hayan de poblar-le, pero dejand^o transcurrir ocho o diez díaspara que las plantas arraiguen y el agua s^aclare por comple^to; entonces empieza e].^cuario a ser un pedazo de la Naturaleza encerrado en el recinto de nu .̂stro hogar, y co-mo tal, no necesita de artificiosos cuidad^os.Se establece el equilibrio biológico, como an-t,es que^da rlícho, y huelt;•a ^por tamtp la m^no-urr^r.l^^^n: ^cael agu,cc; a lo sumo, la ^pequ?ña ca.nii-dad de lfqui^d^o que por evaporación se pier-de, la repondremos cuando descien^da poruajo ^del nivel señalado en el párrafo ante-rior.

Esta operxción .la llevaremos a cabo cui-dadosamente : pondremos el agua nueva enuna pequeña vas^ja y ésta la introducirernarspaulatinamnen^te en el acuario ha^ata que se

:tr

mezclen los contenidos de éeste y de aquélla,repitiendo la operación las veces que sea ne-cesaria hasta recobrar su prlmitivo nivel elagUa del acuario. Si la elevada temperaturamo^tivara un calentamiento exces^vo del lfqui-do, puede efectuarse una renovación parcial,introduciendo la vasija vacía, para sacar elagua demasiado caliente, el número de vecesd^ue se juzgue preciso, sustit^uyéndola por ]afresca en la forma ,ya expuesta. Lo que he-mos de abstenerncrs en ab^.goluto es de vertel•tumultuosamente el agua que se reponga, nisiquiera verterla con brusquedad a ras de laeYistente en el i:etlariv

NOTAS DEL CAPiTU1.0 PRIMERO

t2).' 3'rá?odb dAt principiu vitad en tax reg4onea axua-ttcaa y teoría comp^pta de los dou,nvivar{u»is; Imp, deDiego valero, Ma^rid, 1883.

(2) "Utílldad de , los aquariums". Reuisto. d,e PexcaMar{tinLa;' t. I, pA,g. 153, Madríd, 1885.

t3) Recuerdo, ai eFecto, que en loR catá.log+os anun•ctadorea que a principio de nueatro aiglo prodigabanloa conocidoe Almacenea "El Siglo", de 8arcelona, nofaltaba,n estos reclpientr^ en la seccián de "articulonpara regalo".

(4) En nueatra Seccián, euando eataba emplazada entos terrenos de EI Pardo, .ye reprodujo abundantementeen un deptiaito met&llco abandOnado en un rincón de]parque, al que, deliberadamente, como experiencia, nose prodígó ningún cuidado.

t5) L1Aman9e aai a las preparacionee taxidérmicasen que ae agrupan varioa ejemplarea de una eapecio 9

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maa, peru yu^ v,ecn en el mi.ymu ,nedw ambiente; re-preaentlindusc Inv do^ aexo:+, faaes de edad, pelajes er+-tacionaley, etc., sobre el prupio aueto que habitan, con

la vegetación caracteristica ,y rnostrando la alimentacíónque les ea peculíar,

(8) Vóanae los primuruwoa g,-upoa naturalea yue poaee

uuestro ^fuseo Nacíonal de Ciencias Naturalea, magi^-tralmente ejecuta.doy por los hermanos Jnsé M.^ y Luis

Benedito, y loa del Museo Cataluda, en e] Parque deóarcelona, debídos a la pericia de L. Soler Pujol.

(7) El acurmto de a^ua dulce, cap. II, "Cunetruceíónde un acuario"; Seix y Barral, ed1t., Barcelona, 1921.Anteriormente, en 18LE3, publicG una edícíbn de eataubra en dialecto catall^n.

(B) Llámanse geodas ]as cavidadea que se encuentranen cíertoa mineralea y rocay, frecuentemente tapiaadaKpor diferentea eapeciea mineralbgicas críatslízadaa oamorfae.

(B) Para conocer to que ea esta auatancia, asi comola función que deaempeña, véaee el interesante articulode Jasúe Ugarta "La cloroflla", en Sojaa INvWyadoraa,del Míhisterio de Agrícultura, afio XXXIV, núm. 46,noviambra 19d2.

!^J ^Coor4i' 1^ c'r,

' ó ^`' ,sasáv d,i.;. `s^d b'\ ^^

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CAF'ITULO II

YERTN:CCIONAMIENTO Y E3PECIALIZACIONDEL ACUARIO

"Se pucde hacer un profeaor Qe Zoo-logla; pero un naturall.sta ve hace aolo."

11íAI7RIC20 MAiNDRON; L'(6TbTC /lC l(!

AC{81LCe.

10. ACi?ARIO DE CORBIENTE CONTTNUA.-Lo escrito en el anter:or capitulo se refiexesolamente al tip^o más sencillo, al acuarío corrientemente emplea{lo como eletnento orna-mental y de amena distracción, lo que noquiere decir qtte deje de ser a la vez un mediude inter•és pedagógico e instruct^vo. Ahorabien : el objeto de adorno puede ir haciéndo-se cada vez má,g complej^o, perfeccionándose^^ especializándose, pera, a Inedida que estoocut•re, la instalación, cada vez más complica-da le resta poder decorativo, no resultandopract^cable fáciimente ernplazarlo como ^unmotivo d-e ornamentación en el vestíbulo o enel l;al^inete de eatar de nttestt•a `^ivienda. Así,

pues, para iniciai• al lector que sienta atrac-ción por los acuarios más complejos, daréuna sucinta idea de los mismos, nada másque para sat'sfacer su curiosidad, no paraque los adopte y^emplee, •y mucho menos sise tt•ata de un aficionado incipiente.

Cuando el mundo animal poblador del acua-rio es excesivamente numeroso, la funcióngeneradora de oxígeno a cargo de los vege-4-ales, como ya hemos visto, resulta insufi-ciente y e.g preciso recurrir a la ,c^orrie^rrft•cornat^i+n^uc^, pudiendo aerlo ésta duran;e uncierto tiempo, más ^o menos largo, a volun-tad, o mantenerla de un modo permanente.

Para esto se toma el agua de un d^epósitoo de la cafiería conductora, la correspond'en-te llave permite abrir o cerrar, según nosconvenga, durante el tiempo que deseemos ;naturalmente que entonces, para que el líquid^o no rebose por el borde de1 recipiente pt•e-cisa darle salida en cant.idad igual a la que^:^n la vasija entra (fig. 38). Conseguiremoses^to con la ayuda de los si.f^om.es: el ^más 5en-cillo consiste en un tubo de vidrio enchufado aolro de goma, el c^ual se succi^ona por el extre-mo libre {1) para dar salida al agua, puedefacilitarse esta operación disp^nniéndolo deforma que el movimiento aspiratorio sea rea-lizado con ayuda de una per^a cl,^ r^u^ho; elmejor s^stema es el de utilizar el ^ijó^n ^d:e ni-^^cl. crn^tvt,nte, llamado así por mantener ^el

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mismo permanentemente : cuanclo ae elevxcon exceso e] nivel del acuario aomienza. afuncionar el aparato automátíco del desagiie,

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dejando de hacerlo auando recobra el primi-kivo, en la forma que indica la figura 4 a.

Para lograr una mayor oxigenación delagua, en vez de dejKr que caiga directa^men-te al abrir el grifo, se adieiona a la salidade la cañería un swrtiáor; así, el agua, caecon mayor fuerza desde cierta altura sobrela superficie del acuario, de manera que partedel aire que con aquélla establece contacto

Fig. 4. -Sifón de nivel conetante.

es arrastradu al recipiente, distribuyéndose^^n burbujas por el interior de la vasija y 11e-gando a la ^sobre^satrwra.ción de oxígeno.

11. OXIGENACIóN DII, AGUA.--Con el pro-cedimien^o anterior, baata para proporcionarla conveniente oxigenc^cidn, a.iendo auficienteen la inmensa ma,yoría de los casos; ain ear►-bargo, en algunas ocasiones en que ciertas es-pecies pobladoras del acuario s^enten granavidez de oxígeno, puede serle auministradq

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merced a aparatq,s especiales que airean el.^gua de los acuarios•

Por descontado que este extremo no inte-resa, por no nec^esiaar recurrir, a él, al ^drlefiti!r»iCP dAl acuario, en las más de las veces, nisiquiera al profesional; si hago aquí una bre-ve indicación del asun^o es tan sólo para queel aficionado posea una ligera noción teórica,va que no ha de practicarla, completando,aunque sea s^omeramen±e, la exposición deltema •

A los surti^ires mencionados en el epígra-fe anterior, cuya forma y dispos:ción va^•íamucho, pero que, ea esencia, recuerdan •laalc^ccclzofx o^a parte agujereadá de una reg•a-dera, por donde ae proyecta el agua, slguenen gradación cada vez más compleja otrosdispas'.`tivos. El menos complica,do es el imy^•r-tar ^le a^rre, que coneisamente se desci•ily> :un sifón conduce el agua de una vasija a uaifrasco, empujando el aire que é^te contienc^hacia un tubo curvo que llega hasta cas? elfondo del acuario ; una vez se llena el frasco,obhúrase con una p`nza el tubo, vertiendo ela^ua Pn la vaaija citada primeramen^te; laoperación se repite las veces que .we desee.Otro artificio, poco complejo también. ea ela pcrn+c^úo ;^^e g,qqecemeincto : en eseneia, estáconst^tuído por un sifón con una espita o,más elementalmente aún, por una mec^ha dealgodón, que dejan caer en gatas el agua enun pequeño c^mbudo, el cual Re continúa por

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un tubo que da una vuelta en el plano verti-ca,l, voncluyendo s^tt trayectoria cerca del fon-c1o del acuario; el resultado es q^ue cada gotaimpele una porción de aix•e que, bttrbujean-do, es expelido por el extremo inferior de!tubo.

Existeix otros px•ocedimientos de oxigena-c:ón más camplejos, com^o son el szcrti^dorI;ays^r, modelo fabricado por el industrialalemán Max Kayser, y el upun•a^to dr- Nit^s^he,itldicado para una ai.reación más activa, peroesa complejidad a que aludo ]es hace impro-pios del manejo por aficionados ; can má.s trw-tivo los i^rryect^ares xl•e uri^re o de ^vxíg,em,^, quequedan reservados para los centros que seconsagran a la i nves't:gación y experimenta-hidrobiológica. Yor Qso se omi.te aquí, dadala elementalidad del px•eserrte manual, lo quea estos elemeantos se refiere, que, por a4ra par-te, pueden set• estudiados en diferentes obra^de las que figuran en el epígrafe ?4, seña-lando como la rnás ^tccesiblé ►a de S. Malu-^luer (•^) .

12. ACUARIGS EN BATERfA. -- Poseyendovarios acuarias, es frecuente convenga ali-mentarlos utiliz^•tndo ^una sola tarruc ^le u^g^u,a.:acúdese entonees a instalarlos ^n batcArí^c, demodo semejant^e a la dispos^ción que se im-prime a^las de pilas eléotricas, instalaciónque también se Ilama de a^ou^ccrio4 en 4e.ri^(fig• s ") •

E^n e.4te caso, el agua de aliméntac^ón en-

tra-de modo directo en el primero de ^1os asídi^puea^t.as, pas^.ndo sure.^ivamente a las

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utrus pur niedio de sifones, de^em^a que del último mana, en lugar ap pa^para buscar el s,ztmidero o corud^pt.o -•á^r^^,ucir^n. N^o hay inconveniente algĥ^^.en que ^en lu.gar de una sola serie serruilla ^ŝe ^°'á^spor►=^ en serie ^d^ble o ^series superpuPSta^; ^ntonces el agua del último de la superior,merced a un sifón de tipo adecuado, desem-hoca en el inferior, pasando de éste a lorrestantes de esta fila o estx•ato, en sentido in,-verso al que lo hacían en la superior, llegan-do ^l^a.ata el último de la inferior, general-mente el que eatá debajo del que recibe laentrada directa del agua, ya que p^or razóneatética principalmente, eonstan generalrnen-ta de igual número de unidadea lae b^erfrx,sde a^naar^ s^urporp^e,st^zs; el lfquido que flxz-ye de1 último va a parar al aumidero^ Conuna sola entrada de agua, no suele empla-za.rse Qnás de una doble fila con núrnero au-perior a tres unidades cadn. una. El ua^o de^^ifá^z ^1e nivel con,stcunte que actúa de •nepu-ta^do^r de nivel es obligado.

13. CALEFACCIÓN DEL ACUARIO.-E3te Clli-dado pocas veces precisa para mantener enclima propicio a nuestros peces indfgenas, enexeepcionalea condiciones de tlempc► riguro-so, y donde el 1oca1 no posep, calefacción deninguna clase, podrá ser neoesaria algunavez. (?tra cosa sueede cuando se trata de es-pecies exóticas, s^obre todo si se aspiiia. lle-guen a reproducirse; entonaes es indispen

sable cuenten con una temperatura ^lueoscile de 20° a:36°, siendo contadísimas lxsque resisten el devicenso por bajo de los 15°.

En estos casos puede acudirse a diferent^esproced^xxŭentcag : en loa acuario^s doméstioos seconsigue suficiente calor colocándolos enci-ma de un bafio de arena, el cual se calientamerced a una pequeña ]lama, que puede serla de una la^mlaa^rilGcc ^dc; ^xl^cohol o de una mra^i^ipas^ de a^aeite; aún es más sencillo cubrirlos a.cuarias coii ^una ux•na o fanal, pon`endoentramboa unq de los dos citados ^enerado-res de calor o una lámparR de incandes-aencia.

Otro medio consiste en utilizar una bun^-óillc^ elécL+rrtir,a metida dentro de un tubo devidrio o metálico, convenientemente la8tx•ado, para que quede fondeado perpen.cl'cular-mexut,e en el acuario. Más comple,jos son lost^ermo^aifane.s, como el del doctor Vogel y eldel Y. ValdPrrábano; en uno cle ésto5 reali-zó e^l profesor Gandolfi Hox•nyold interes^an-t^es investigaciones s^obx•e la redueción de laangula (3) en relación con l^^ temperaturx.Usando los termosifones pxecisa el emplcudel termóm,c^t,r•o.

14. REFR.IGERACIÓN DEL ACUARIO.-Cuan-do el calor es excesivo, las cañerías del aguao loe depóaitoe en que se recoge para darlela conv^.'ente px^esión, se calienáan demasia-do; por eao es conveneinte que la^s t^uberíassean subterráne^ o vayan ocultas en los mn-

t•as u, ett su defecto, esbén pt•ot,egidas por:;ombrajos, de la miama manera que loe de-pósitos. Con esto, en nuestro país, es sufi-ciente para mantener una temperatura queno alcance una elevación perjudicial.

Si en los dcuarios ^de tipo casero, cuyocambio de lugar resulta difícil o, en general,en cualquiera, no obstante las precauc:onesseñaladas en el párrafo anterior, el termó-metro se eleva oon^siderablemente, puede re-frescarse el agu^a fácilmente. Para ello basta.coloear ^un ;pl^wbi^o de ^^^ldrio aprwj^ereap^d,lo o uncotador ^cle alu^nz^o, suje^to al borde del reci-piente y sabr^ aquélioa un trozo de hielo; la^icuefacción de é+ate propoxciona la, refrig^e-ración del agua a1 caer s^obre la misu^r^ia lasgotaa de la fría, que se producem por la: fu-sión del hielo (4) ; las dimensiones del peda-zo que se e^rtpleey eatarán en relación con lasdel acuario y can la temperatura q^ue en élse deje sentir.

15. 1?LCUARI4S DE OESERVACiÓN.-L^. 8'l,1-^estión que el acuario ejerce en el afic'onadoeB tan poderosa, que pronto siente la curiosi-dad de observar ^con mayor atención a algu-tws de los serae díminuto$ que le pueblan,cuya inspección eacapa fácilanente cuando aeefectúa en rec^pie^ntes de regulares dimen-siones,

Para facilitar eeto tenemos los llam.adosn^ucut•ios cte •observaci^n.: en eaencia, no sonotra cosa sino pequeñas vasij^a,s que se ca-

icu^eio 4

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►•acterizan por au escasa anchura, pudiendoadbptar la forma de una ^tcbPta. ^cofnpri^wi,dao de un vaso ^r.eei^Cr^ng^u^CCar; 1as primeras tienen tamafio variable, los segundos también,pero las dímensiones más generalizadaa sonlas equivalentes a los vasos usados en los ha-gares para A1 agua, si bien, como ya quedarticho, ^le forma prismática.

En estos recipientes se obs^erva asidua ycómodamente el desarrollo y la vida de ^mu-cúias larvas, insectos, hidrácnidoa, pequeñoscrustáceos, molusoos, renacuajoa, etc., etc..asf como de diversos representantes del rei-no vegetal y aun de los diininuto^a organis-mod, plantae y animalillos que conakituyen e]p^to^•, t^de puddé oáeer^aree t^on la ayu-da de' ^tra ^lente, mejor cu,^ntb de má^.s diá-metro aea. ^i el scu^rio descripto en el capítulo anierior no$ muestra un troza delmundo de las aguas, eatos reducidos nos re-velan un mundillo de la mayox• heterogenei-dad en el que la mtierofbara, y la mi^if^an.r»'u.aalcana^a.n un polimorfis^mo ^totalmente in^so.4-pechado.

16. SIbtBIOSIS EN ACUARIO.-En el epígra-fe 8 traté del equilibrio biológico, que en rea-lídad ea una simb'ASis, la que pudiéramoellamar básica o fundamental de 1a v.ida, perolo que en ^este punto indico es harto más re-preseni^ativo del aludido bioest^atíamo, Se lla-ma a^mbiosis (6) a la asaciación ínt^ma, cone-tante ,v mutuamernte ventajosa de dos orga-

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nismos diferentee, cada uno de los cualesrecibe el nombre de gimbz:on^,

Así se puede tener un frasco hermética-mente cerrado en el que prosperan los seresanimales y vegetales habitantes del aguacontenida en aquél. Una experienc^a de positivo interés fué realiza.da en el La^borato-^•io de Hidrobiología Española de Valencia.Un cultivo de ostrácodos (pequeños cruatá-ceos entamostráceos del tamaño de la cabe-za de ,un alfiler) se dispuso en simbiosis ar-t^^icial con un alga ,carácea, de las llamadasbarlas de Santa Teresa, en castellano y as^.prelLa^, en valenciano; diferentes pies de ^taplant^ta provefan de axfgeno a los oa,tx^áondos,en tanto que éstos suministraban el anhfdri-do carbónico que necesitaba el alga.

Tan curi^a av^ociacián biológiqa ee man-tuvo durante más de un año, reproduciéndo-se los entomostráceos parteiwgenét^camen-te (6), si uien no Ilegaron a verse los mac,hasy por consiguiente la reproducción sexual.Es uno de los más a^t-ract.ivos experimentosque puede intentax^ el aficionado a.l acuario,resultando sumamente instruct^va su rea-lización. La expgriencia en el laboratorinvalenciano terminó con 1a m^uerte de los os-t^ácodos, y tras ^ una pasa jera preponderan-cia del alga, finó también ésta al faltarle elgas carbónico que aquellos expeli;an: s^e harbia roto el equilibrio b'.ológico tan íntima y

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tenazmente mantenido durante más de docemeses.

17. MICROACUARIO.-El mundillo acuátioode que hablé incidentalmente en el pun^to 15,nos trae como de Ia mana al presente. Con elnombre de n^cucorio m,icrascópicn, el P. Jai-me Pu,jiula, S, J., ha estudi^ldo en diferen-tes notas (?) la ,pobiación i^iológica delmicrotrc7^u^^•io; al mismo tiempo, ha contrastado también en tan reducido mediv, la vidasimbiótica a que hemvs hecho referencia enel extremo anterior.

Designa el autor citado, con el nombre deacuario mi^croacópico, una preparacíón de mí-croorganismos vegetalea y animales, conve-nientemente colocadoe en la excavación de unportaobjatos de los de esta clase, los cualesquedan aisla^dos del mundo exterior al recubrir la parte excavada con el correapondien-te cubreobjetos, ,y cerrar lcis boi^l^ her-méticamente con parafina.

Así preparado el disposi^tvv, los seres enél encerrados los Y^uvo vivoa el autor algunosmeses, permitiéndole realizar diferentes ob-servaci^ones biológ^cas de interés, ^les comola duración de ia vida actiya de los minúscu-los organismos ca.utivos (pratozoos) , esta-bleciea^.do que un período vital de tres mesesde manife$taciones a.ctivas eons^tituye unaastimablo longevidad en seres tan ^diminu-tos e inferíores, los cuales acuden a.l enquis-t^miento, manteniénd^ase e^n estadv de vida

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I^^t^entc clurante dilatados plazu5 de tiemUo,cuando las condiciones hic"vticas les son ac1-versas.

Claro es ^ue e.sia modalid^ad del acuariuno es asequ'ble a todos, puesto que exige laposesión de ^un microscopio y el oonocimien-to de una técnica, siendo más propio del in-vestigador que del aficionado, pero si algunode éstos se orienta hacia ella, ^exper^ men^tat•áuna sensación de extraordinaria novedad alasomarse al mundo de lA desconocido.

18. AcUABTO MAR,INO.^Aunque es menosseneilla que la tarea de ltabilitar el acuariodulceacuícola, también puede disponense encasa uno marino. F,ara eeto se prepara elagua con arreglo a la sigu^ente fórmula.

Se toman 2b litros de agua caliza de fuen-te, 6r63 gramos de clonuro sódico o sa1 co-mún, 75 de cl^oruro ^magnésico, 50 de sulfatode este mismo cuerpo y l5 de sulfato pot,á-gico; qada una ^le las ,sales mencionadaA di-suélvese por separado en una reducida cantidad de agua, mezclándose luego las dife-rentes soluci^ones y agl^egando agua has^acompletar el volumen. F.1 a.p^wa a^^•ti^ic-^al id•e^►uur a.gí obteni^da ae la de^ja repoear duranteveinte días en un lugar osouro y fresc^o.

También puede utilizarse el ag^ua ma,bumalcl.^ m^r, transportándola a un depósito desdeel cual se lé da entrada en el acuario, ^•e,-cogiéndose al salir y haciéndola pasar porutta serie de fi.tt^-os, termina de pur'ficarse

en una cisterna oscura, airéase y se añadea,gua dulce que sustituya la perdida por eva-poración, para volverla de nuevo al acuario;esta operación puede repetirse diferen^tes ve-ces, simplificxando la enojosa tarea del suministro frecuente d^ agua mar,na en cantidads^uficiente, lo que sí precisa realizar es agre-gar alguna de agua nueva, al tiempo que seda entradRx a la que se filtró después de ha-ber sido ya usada, para restablecer el gradode salinidad normal.

Hace ya cerca de tres cuartos de s^glo quetrataron de loa acu,arias marinos los ingleeesGasse (S) y Hughe^s (9) y poaieriormente ^a-te^man. (10) , difundi^do notablemente 10^ ca-nocimientas que a la sazón se poseí^an so^bxeel esullto.

E1 acuario marino no debe recibix la luzdel sol de una manera directa, su fondo serecubre con arena gruesa ]avada, en un es ^pes+or de tres centímetros. No teniendo po-blación vegetal, precisa airear el agua oonstantemente, utilizándose para esio con pre-ferencia un aparato con amplio depósito deaire, que se llena con aire comprimido dosveues aI día y funciona sin interrupciónpar^ que esté debidamente ox^genada; seaconseja no s^e ponga más de un animal poraada do^ litros^ de agua

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NOTA9 DE^ ¢APITiJI.P II.., . y •

r ^^la(1) L.a succibn será,Y,paoderaoltli.'para e^ar li^rdl

boca el agua que empi^i ,^ .a31ír y que puq^ çatar más^o menos sucia; ejercitándá^l previamente v^lli^2a>tiQoruiiavaeija de agua limpia pronto ae adquiere la íbiY^lnenientepráctlca.

12) EL aouario de aguu aóulce; Barcelona, 1827.(3) "Una expertencia sobre la reducción en longitud y

peao durante el desarrollo de la pigmentación en la an-gula"; Trab. del La,b. de Hidrob. Eap., aúm. 28, enAnalex Inxt. Nac. ^.a Ens. de T'alancia, vol. XIV, 1926.

í4/ De la miama manera que se hace en pieciculturacuando en envases adecuadoa ae tranaportan peces vi-vos con finea de repoblación o mercantilex.

(5) Término incorporado a la Ecologia (clencia bio-lógica que estudia las reŭueíonea de los seres con elambíente que lee rodea), por A. de 8ary, en 1966.

(8) De parteaopénea{a, vocablo-cpn que designó Owen,en 1849, el fenómeno de que oiertoa óvufoa (par3emogo-niosl pueden aegmentarae y dar lugar a un nuevo aeryln ei concurao del eepermatozoide; es decir, del maeho.

(v) "r.a stylo>.^cnsa^•+w^tuus e^ eí swario miara.aapt-co". Boi. de la Líoo. Ibér. de Cieahc. Nat., i X?<X, utiat. 2.febrero IB20. En eata nota ae alude a otras anterioreasobre el mísmo teme. aparecidas an la miama publícación,y en loa Araeiua, det Inatituto da Clenela.e de Catalufta.

(8) Sm►edbook to tlse marfne dquarium; Lo^drea, 187l-(Y) PrN^oiplea amd ^wqeruaKt o)' ,tl+e ma+wne d^ua-

-rlum; Londres, 187b.r101 The book nf Ayit(tria; I,eipzig, 1881,

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CAYITU LO ll I

ACUARIOS DE CENTROS' DE INVE3TI(^ACION

"Para eetudiar lae coetumbres de luspecee con máe facilidad, ae Iee poneen cautiverio en recintoa artiflcfalee, enacnsrioe, donde la vida de loe íadivi-dnos puede segutree psso a paao."

Lvie Loz^rro: Fauua Ibérioa; Pe-rióó.

19. OBJETIVO DE EST08 ACUARIOS. - E1acceso al medio acuático, para poder realizar el estudia de los peces en su ambientenatural y conocer sus co.4tumbres, resultahaI't;o difícil: el anteojo jde agua, las arnbarcaciones con una abertura en s^u fondoobturada por una luna resistente, la esca-fandra y la campana de buzo adaptada a laexploración oc^riqgxáfica e hidrobiológica,exigen disper^,^^os cu^ntiosos ( 1), y, en lapráctica, reap^ltan. inaplicables en muchísimasocasiones. ^^ 1sN ĉiificultad de verlos en elseno de las^gua^ es grande, no es menor lade reprodu su imagen : aparat^os fotográ-,^,:

ficos sumergihles han sido ensayados cou re-sultados muy mediocres, no obstante lo oneroso de su constrnzcción.

Así, pues, el tínico medio fxctible para lxobservación directa de los^ pece.q y demás se-res acuáticos, es el de colocarlos en acuariodonde pueden ser estudiados con asidu=dady calma, es decir, con ]a asiduidad y calmarelativas que permiten su continua movili-dad y su cara.cterística esquívez, cualidadesque aún incremen,tan la serie de dificultadescuando se trata de obaervarles en su habit^ct -natural.

Desde luegro que, aunque el acuarío se pre-pare con la mÁs exquisita atención, para quereúna el ^náximo de condiciones naturales ypuedan vivir bien los peces, n^a hay pos°.bi-lida^d de que a,quéllas se den como en la na-turaleza, para que los prisioneros recorran suciclo vital con plena narmaIidad, Ciertas es-pecies asf se desarrollan, e incluso se repro-ducen en este medio artYfic'_^oso, pero ungran número desenv^uelven su existencia deuna manera puramente vegetativa y muchasno soportan el cau^t^werio. Téngase presenteque las diferentes formas ictiológícas exi-gen características mesológzcas peculiares,que muchas veces ^son desconoeidas a p^^i^ari,y que aun estando en poseaión de las mis-maa, no siempre es factible establecerlas ar-tiíic^almente en el acuario.Ĝ0. IAŜ DEL IrABORATEYRIO DE HIDROBIOLO-

uln AE VALF.IVCIA.-Eii 191:3 se fundó esteCentro en e] seno del Instituto Nacional deEnseñanza Media (2), continuando en el^cnismo hasta la supresión del Laboratorio,que tuvo lugar en 1932 (3). A1 crearse el ex-pr^ establecimiento, el Prof. Dr. CelsoArévalo, Director del mis^mo e introdutxtoren nueatro país :de la investigación ^hi^dr^o-biológica, proyeató los primeros acuarios deesta naturaleza.

EI patriarca de los estudios españoles deesta índole, dió cuenta de la instalación delos acuar^os (4), en la forma que literalmentetranscribo: "El sistema está montado sobreuna sólida armazón de madera con das plata-formas forradas de cinc. En la superior, unaeuario central de 300 litros de cabida, reci-be directamente el agua de la cañerfa poa^un tubo vertical, que inyecta al mismo ;tiem-po el aire, rec^ biéndose el c^hor r^o sabre uncristalizador, para evitar que el fondo se re-mueva y enturbie el aouario. En este acuario central, ^un termómetro indica su te^mpe-ratura, y do^s sifones conducen el agua so-brante a dos laterales gemelos de 150 lítrosde cabida. Dichos sifones están provístas deuna llave y ampolla aspiradora para que funrei;anen ain necesidad de hacer succiones, que^► ^uy .aptihigiénicas."

•'Loe acuarioa laterales desaguan por sifo-nes trifurcados en se^s recipientes lateralas,colaead^as ^^re plataforínas de airic, aon

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desagiies para evacuar• el agua yue rebasa.Eu la plataforma inferior, una veintena depequeños recipientea sirven para tener separadas las especies que por su carácter carni-cero no pueden convivir con las demás, y lasque se desea tener apartadas para estudiosespeciales (fig, 6)."

Poster:ormente se instaló otro acuario dedimensiones parecidas a las de loa dos geme-loe laterales del sístema descripto; es decir,de 70 X 60 X 40 centímetros (el central me-día 100 X 70 X 60), emplazado sobre la pa-red, para que ls inten$idad luminosa fueraxue^or y ĉon gu depóaito y ñ^tro ,aarresppndiente, de ^mc^do que potlí^ ^ar ^a^ p^raagua marina, ean la que ^e shici^ a^^oseri^&y^. . ;

A^1 habflitar un wue^vo ^^e disptt^p otrog^upo int^grado por sais ^ta.rius áe -^támetros 40. X 30 X 20, aupe^t^uest^' ^ dosfilas, pud^endo los de la superior funéionaren batería o tomando directa^mente el agua.para lo cual estaban dotados de sus corres-pondientes ]laves y surt`.dores de diferentesmodelos para intensifi.ca.r 1a oxigena^ción ;^dre1situado en el e^tremo de ]a izquierda, me-diante un sifún, pasal^a el líctuido al inferiory de éste a los dos restantes, merced a a`fo-nes acodados, funcionando única.mente en ba-tería. Detiscansaban sobre un:a plataforma re-vestída de cinc que, a1 tnismo tie^lpo que evitaba 1oa ^^iesgos del vPrtido del agua rgobraute,

^rt^rmitíx tl cult.i^•tl ^iE^ c^spe^ie^ de plrinta^ hi-^,rrríf7lxs (^^) . T)c^ tudos e5t^ls acu<II'ioti mc t^cll-^l^ t^etirlt^ 1^ ► 11 ha^t,I 1S ►•^?t• en t^tle ^ic.Í^' ^t^ut^llah^>r^ltorio.

'?l. L^)c I^H; I,A ^Et'^l'ION I)H; E^I(11',(1t7ÍA Ill: l.A^:At][^A^ t't^tiTINF.NTAI,F^.-(^u^ltldo esí^i ^t^ccitíntle l^ue^lrt^ lllstitui^+^ 1^'oI•^r^tal f]elnve,tik^aciu-

I^ I}^ r, ,1, ttarioc ;Ir^l Labm'atut•iu +l+• HidrrrhiulnKín P:-paiiolte +I+• Valen^'ia. Fut. c`;ehevtu

11e5 V H^X]lerlellClA3 i,E11lS 5ll ^Nlit', ^lilteti (^l'

nuestl•a guerr^I cie Liberac^:dn, en I^^^ teI•renosde EI PaI•^lo, lindante^ con t^l nuev^ puentesobre el MalizanareQ, de la c^^rretera de LaC,o ►'uña (6), fuel•on pI•ovectadus por I^n Inñenieros Don I,uis Vélaz cit Me^rano ^• nonJesús U^arte, unos g'rupos de acuarias exce-lentemente ^disCluestos, los cuales constituían

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modelo pw• lo perfec;tu de su insta.laciútt y^ elcuidado con que se atendi^í el más ins^gniíi-cante detalle.

El primero de los citados señores la descri-bió (?) en los términos que reproduzco. "Ac-tualmente tene^mos instaladas cuatt•o ba.t^eríasde acuaxios, cada una constituída por nuevf>elementos dispuestos en tres series. Lu^s situados en la parte inferior t°enen por dimen-siones 1,00 metro de largo, U,51 de anchu y0,46 ^de altura; los intermedios, metrosU,81 X 0,41 j< 0,38, siendo las de los coicica-das ^nás al^tos, 0,55 X O,L7 ;< 0,2.^ metros."

"Cons•tan de una armadura de hierro ni-quelado, paredes de cri,stal y fondo rie uralita,recatbierta, en los d^e mayores dimenaiones,can una capa de cemento. Pueden func^anarc;onjunta y aisladamente los de cada babería,teniendo cada uno de ellos entt•ada de aguapor el fondo y part^e superior, disponiendo dedesagŭe de superficie y- fondo. Asimiamo secuen^ta con instalación para inyección de aire,oxígenv o cualquier oiro gas, cu,yos efectasyea preciso eatudia^r, si bien debe completar-se con la adquisición de aparatos compresoresde aire y de 1as necesarios reguladores de presión. Igualmente habrá que montar un dia-positivo para la refrigeración de agua, es-tando reauelto el problema de calent,amien-tn de la rnisma, mediante aparatos eléotr^cosapropiados."

Con poster i^t•idad a la fecha en quE^ se es-

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cribieron lo^s prxedentes párrafus, instal'a-Ce^is^e log compresores de aire a que en ellosse alude, en número de dos, uno ^en cada unode lob l^ocal^ donde por mitad estaban distribufcios las cuatro baterías descritas. Parafacilitar el entretenim^ento y posibles repa,-raciones, así como para que el conjunta ofre-ciese un aspecto más instructivo, las tuberíasde entrada y salida del agua y la conduch^oradel aire, fueron pintadas con sendos ^olores,lo que permitfa dist^inguirlas con toda facili-dad, siguiendo clara2r►ente su trayectoria.

I.oe acuario^s así dispuestos (8) repobláron-se con numerosas especiea vegetales y ani-malea, afreciendo un conjunto de gran visualidad a la par que la máxima efieiencia parala obsarvación ciend^Ifica. Ea de notar que laSociedad de Ae^uicultura y F'esca de Franciaconced7ó a la Seccióti su Medalla (gram^ mó-dn^le^, en el affo 1934, como premio a su brillante aatuación.

2`L. EMPLAZMIENTO DE L09 ACUARI05 DE IN-VESTIGACIÓN. - Siendo este su objetivo a é!se sacrifican t,odas las demás consideraciones^de presentación : colocados en los laborato-rios o estancias de trabajo, están a la luz quenaturalmente se recibe en dichas locales y noa la que especialmente se dispone cuando aufin primordial es la exposic^ón o exhibiciónpública.

Tamp^oco se ponen d^emasiadas rocas quepermitan la prolongada nc^ttltración, si lo que

b9 -_

se desea es observar loa peces ĉ^^iri sos•constancia; la cantidad ,y varie ĉíad de

get.ales, la convivencia con otro9 ŝeres,yor o menot^ renovación del agu^.l idad de la aireación, y tantas oí^:; ĉausa^rque aislada o conjuntamente influyen` ^irl^^,condiciones ^mesológicas, vaa•iarán, cómo ^snatural, según las exigencias vitales de lasespecies que sean objeto de experimentacióny de la índole de ésta, adaptándose en cadacaso el artificioso medio del aeuario, en todolo posible, al hab-d^cu^ auténtico en que se des:envuelve en la naturaleza al ser o el he^choque deseamos contra,star en el seno de Ixmisma.

El seguir de eerca el experŭnentA, 0 19 ob-servación obliga a emglazar los acuarias enlos locale^ de trabajo, además de la dificul-tad, insuperable prácticameute en la mayoi•par^te de los casos, de disponerlos recibiendola luz por su parte swperior, cosa por otraparte innecesaria, cuando preside la obser-vación un fin puramentQ investigativo y serelega a segundo término la razón de estéti-ca y vistosidad.

23. FONTINES, BALSAB, PIBCINAS Y ESTANQuES.-La inmensa mayoría de los eatableci-miento.q dedicados a la inveetigación hi^dro-biológica, edificados en un terreno con unparque o jardín más o menos extenso, poseenen éste, al aire libre o con una rúetica y ele-mental protección, fontines y balsas donde

li4

1•ealizar aquellas investigaciones clue, pUrca.usa de las dimensione^s de los seres emplea-dos o por otras diversas raaones, no puedenser ]levadas a cabo en Ios acuarios emplaza-das en loa laborator:os.

Cuando 1a superficie que alcanzan es mayor, conatituyen ya las piscinas o estanq^ues,que se utilizan para experiencias o como vi-veru donde se conservan los ejemplares paratenerlos siempre al alca.nce de la mano alabordar los nuevos experimentos.

'L4. BIBLIOGRAFÍA DEL ACUABIO. - lridlcadocluedó ya en el epígrafe primero que el libromás ant:guo sobre acauario es el ds Mi;lneEdwars, cuya traducción espaííola T^rtoa^tbd,ol p^zrp¢o vital ^era l,as ^region^a ac^u^átic+aua pt^í,a eám.pleta de laa Aeuccvivariums, fuéhecha en i863 por el marino MaIagambaBrown. Posteriormente siguió tratándose tansuges^tiva mater'_a, si bien orientada princi-palmente en su aspecto marino, apareciendoubras tan estimables camo las de Gosse, Hu-R'heu •y Bateman, ya anota,das al hacer men-ricín del acuario de agua de mar. La Estac:vnZoológíca, de Nápoles, d^e carácter internacional, en cuy^o centro sostenían mesas de tara;baja donde mandaban sus pensionados las di-ferentes nacianes, contribuyó poderosamen,tea difundir 1a afición al acuar.:o; el autar yacitado Hughes, dió a la estampa otra obxa (9)en la que daba a conocer las procedimi^ntosde calocación y entre^tenimient^.

h r^

Más tarde, atrajo la atención el acuariodulceacufcola, tratando del mismo sucesiva-mente Rossxn^,ssler, Grañe, Lutz y Ortleb.pero sobre tado Bade, au;tor de dos libraa so-bre la materia (1Q), de singvlar valor, uni-versalmente conocidos. Habiéndase despertado en Alemeuxia un vivísimo interés por lascuestiones h^drobiológicas y utilxzándose conprofusión los acuar:os camo elementos orna-mentalea, diér^onse a la i•xnpren^ta n^xmerosasobras de profundidad ,y extensión variable,estudiando y difundiendo tan sugestiva partede la ciencia hidrobiológica; var?os de e^bostratados son breves y ssncíllos rnanualitos, ^.l-gunvs ean la eqaaei,^ián de un cateci.smo, aom+oreza su tí^t^yo. . ^

^Así, en loa^ añoe anterior^s a ia primeraguerra ^eur+opea, aparecieron preeiasos li-bras ^(11), entxe los que derstacan lns de Heller(Das :^'ii,sawa.sa.yr ^Aqu,czrirum), Peter (Dc^,sAquarrium), Jagex (D^as Lebewt irnn Wnyser ^arUddas Agnuarvccm), Leotlhardt (Da,q .Siiss2vass^r•A4^,a^^z), Geyer (Katechŭs»tfr^ fur Aqqca-o•ti^n Ili^ebhab,eir), Sdhmidt (Da,a A^ccg^ibm) ySohmítz (Der ,4c^ucarien-tiebhctber); habiét^do-se rei.mpreso ta^rnbién alg^ana• de las -prittYera-mente ciiadas como la de Rostx^^ssler (LkxsS'^sRVC^saer Aqrwaa^.^m) , clue , ha alcanzadab^astarxtes ediciones,

Los a^emanas hali marchado a la c^abeaa enla tarea de popularizar el acuario ; con pc^»terioridad, los franoeses han eontribúído

^^•.o ^ iu^^ 5

también, aunque en proporción nwcho másmodesta, sobresaliendo los celebrados libroade H. Caupin (l1a.q7usrŭum +d°ea^c idour^e) yF, Brocher (L'aquarium ^ue chaanbre), másdifundidoa entre nosotros eomo consecuenciade1 mayor conocimiento del idioma. Un buenlibro inglé,q ee el de A, E. Hodge (Vivarvu^ma^;d A^ua,rvum^. Kee^p^ng for ama.taurs), asícozno el ítalíano de F. Supino (L'aqxuvrio :-rrwrnrraíF,nzione, fwn.zi,a^ia,mernto), ambos de má,sreciente fecha, ya que A^1 pri^mero fué ed^^ta-do por ,Witherby en Londrea en 1927, y elseg^unld,o por Hoepli en Milán en 1926.

Míni7na ha ,sido la contribución española enla labor de fomento y vulgarización del ac^ua-rio, pero no ha dejado de haber alguria a^or-tacióit. I.a prxmera, la i~radu,eaión del libra deMilne .Edwars, ya regietrada, dántíose tam-bién adg^unas indicacionea por M, ^de iiaP, Graells; más recientemente González Fra-goso, Vila Nadal y González Vázquez, ed^a-ron sendos folletos que afr^cen h^oy más^ curio^sidad bibiiográfica que interés hidrobiolá-gico. Por último, Sa:lvador Maluquer (El a^aua.-rio ^de uq^ua ^l,ee) (lZ), da reglas y eonsejosacerca de loa: cuida,dos oonvenientes a losaenarios y de la recoleeción de 1os seres queha,n de conatitu^i;r su poblacián. En la reviataPhysis (13), aparecíeron varios artícnlog ao-bre acuaxioa y especies habitantea de los mis-moa, y r^cientempnte otros ^dos que, a gui-aa ^de avanzada del pre,aente manual, he ^pw-

k^li^ca^do en las Hoja.^• /)^ivttl^rr^clorr^. (14) del Mi-nisterio de Agricultura.

Muy recientemente también ha aparecido laobra de Ramón Margalef, I^on^ empi^za 1^^.2riaa►^c (15) , que si no es prapiamente un librode acuario lo es de hi^írobiol^ogía en general,cuyo ^tAxto a^neno y asequi^ble a quiell sin 9e1•naturalista posea un caudal medio de con^ocimien!tos histórico naturales, ha ,de intere.5arvivamemt^e al a^;uariófilo* y al q.ue sienta atrac-ción por escrutar cómo se desarrolla la vida ,^aR^ola,s ^1^ua5 d^ulcEls.

NOTAS DEL CAPITULO III

(1^ Paxa la oceanográSca, aobre todo en la zona coa-tera, ye uaan globoa cautivoa y aviones.

l21 Entoncea se denominaba IYldtltllt0 General y TF!c-nico.

(3) Fundado en 1913 como un Laboratorío anejo alInadtuto, aiguió en eata situación haata 1917, en cuyoafln se le dió carácter o8cial; dos añoa rnáa tarde, sicrearae la Sección de Hidrobíología del 2vluaeo Naeíonaide Ciencisa Naturales y encomendar au Jefatura ul pro-fesnr Arévalu, el laboratorio valsnciano pasó a depen-der de la miama, corriendo la miama suerte que éata.cuando fué suprímída en 1932.

(4) "EI Leboratorio Htdrabiológico del Inatitutn deValeneia". Bo1. de Ia R. Hoc. Esp, {te Hist. Nat., t. 7íTV,ntYm. 6, junio 1914. '

(6) Toda la ínatalación de eatoa acuarias, felizmenteinterpretada, se ejecutó por el lnduatriel D. AguatinAmoróa, estando encomendado au cufdado al bedel del

sx

L^9Utu[u, Juau 1^'. Anaré, Yina2u, yuien aie^ní,re uuirr-

ptió pu cometído cun el mayor ce]o.(6)+:; ^pdp el materlal de la Sección, excepto una mí-

nlma p8tte que pud0 ser recuperada, se perdló en tto-

vientbra de 1938, cuando fué invadida por la horda roja,

que no pérmitió fuera puesto u salvo por el peraonal deaquélla. AsS, la expoliación fué integral.

(T) °LoA acuarios de, la $ección de Biología de la.^Aguas contlnentales". Sol, de Ye.SCn, y C,a.za, t, VI, níi-mera 7, julío 1834.

(8) Fueron acenauameute montados por el induatriat

D, Antonio Herranz, ronflandose su cuidado al guarda

foreatal afecto a la Sección, Casimlro Gutférrez Mufipz,

QQpempeñando au míalón con tal solícitud, que meraciCi

nee premíado por el Patronato Central para la Protec-

çlbn de Anlmalea y Plantas del Miniaterio de la Gpber-

nacibn, eu el concurso abíerto al efecto en 1934.

(9)„:-^L,e{ftaden Jily daa Aquarium der zoolo,q{ach.en Sta-Non^ líy Neapei; 4. n edicíón; Léipslg, 1894._, (^Qj^` Das af3aswasaer-aquar{um (Berlin, 1891) y Pram{a•der dquar{umkunde (Magdeburgo, 1888).

(11) A1 interéa clentifico ae une la primorosa preaentación tipogrlEflca de texto e iluatracionea.

(12) Barcelona, 1921. Anteriormente, en 1918, ae pu-blicó en dialecto catalán.

(13) A modo de aubtitulo campeaba en au portada tr^leyenda "Ptiblic;a,ción de loa Amantes de la Naturaleza",que denota au oríentación. Apareciaa en Barcelona en1918, tuvo una efimera vida.

(14) Núma. 89 del año XXXV, julio de iB43, y 6 del

XXXVI, febrero de 1844.

(lb) 8erie "Prograeo.y del Mundo". Editorial Scientia;Barcelona, 1943.

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CAPI'I'I1L0 IV ^^^^^" ^'^

ACIJARfOS DF: ),:XHIBICION

"La Hidrobiologia ea una ciencia pu-

jante que ha nacido al calor d© nueroas

orIentacíones de lae clencias naturales,

marcando rumboa originales en el estu-rlio de la Naturaleae."

Ca[.so ARbvAt.o: La vkia ax taaaguaa duiCea.

25. MISIÓN DE EST08 ACUARI09.-•-•Las pala-bras que preceden, del creador de la Hidro-biología españ^ola, ponen cumplidamente derelieve el excepcional interés que enc:erra eleatudio de dicha ciencia. Para llegar a poseer-la precisa poner en práctica esoa modernosmétodos que aconsejan, y para ganar adeptose interesal• a las gantes en la empresa, nadahay como poner delante de su retina ®1 atra^tivo que supone un mund^o desconocido.

Esa e^ la misión fundamental, básica delos aQUarios ^de exhibición o de exposieián.Asi co^Ino en el anterior capftulo hablamosde los de ea^tudio, indicando sus c^aracteristi-

cas, tratK^iremus en el presente de los que pre-side su concepción y presentación la idea estética, en estreoha relación con una funciónr^ue pudiéramos llamar pedagógica.

Aspírase en éstos primurdialmente, ^i rrlos-trar una especie, un medio o un^z fauna, de-terminada; es decir, a expouer un pedazo ^dela creación yue vive en el seno c1e las aguas.^u misión es pr^ncipalmente exhibicionista,+tend^endo a realizar una obra ed^ucativa y depropaganda histórica-natural ; Qste es el findel acuario de expos;ción ; el medio, el de embellecer los parques y jardines donde prefe-rentemente suelen ser instalad^os, con lo quecontríbuyen a la gala y ornato de las ciuda-des que tienen el acierto áe dedicarles la atención que merecen, eligiendo su instalaciónuomo gallardo exponen^te de sólild;a cultura ,ypa^tente muestra de buen gus^to.

26. SU EMPLAZAMIENTO.-Estos acuarios,dado su carácter público, se caracterizan pordisponerse en laca.le.q espaciosos, capaces deoobija^r un crecido número de visitantes. Paraello se habilita ^una galería o sala„ ^en ocasiornes más, donde aquéllos son emplazados ; es^tahabitación es interior y, por lo tan^to, perma-nece en la oscuridad, no recibiendo otra luzque la que dejan pasar los acuarios calocactos en la parte de afuera, sobre su^tentácu-los ^de diversos tipos que les mantenga a]aaltura de la vista del obaervador, viniendo aconsti^tuir el cigr^-e de una especie de vez^ta-

• il

nales o espacíos rasgados en las paredea d^^la eatancia sometida a penumbra, recibiendola luz por la parte superior, merced a un co-rredor o galería estrecha q^ue se abre por de-trás de los mismos,., y que además de esttaprincipal misión, permite realizar todas lasmanipulaciones necesarias o oonvenientespara la preparación y entretenimiento ĉle losrecipientes, q^ue en este caso no son de cristal,para que no reciban la luz por los lados.

Si la amplitud de la sala lo hace factible,en la parte cenltral de la misma se habilitanotros acuarios o fontines•, que en la sem^oscu-ridad o iluminados también cenitalmente,pueden albergar los ejemplases de mayoresdimensione^. Tnmediata a la sala de exposi-eián se dfspone la parte reservada a los ser-vicios del acuar^^o, por regla general reparti-das en diferent^es plantaa.

R,e^sult•a instrudtivo dar una id^ea de cómose prepaxa•n éstoa y como no encuentra forimade hacerlo con mayor claridad y concisión quela empleada por el profesor L, Lozano (1) .reproduzco los grabados eaquemátí^os ;^igu-ras 7^, 8^ y 9:^), que inserta en su anotadaobra, asf como ]os respectivos pi^ de los mis-mos.

27. ACUARI08 ESPAfiOLffi DF E3TE TIPO.-Crso que el más an^tig^uo de los exiatent^es esel. que ae emplazá en el e^difiĉio de la ^Casca-da d^eí Parqn^e de Bareelona, siguiendo las Sn-dic^ciones del que fué Director de su ^Colec,

cióu Zoolúg•ica, el t^eneméi'ito 1+'. Darder Lli-nwna, ayuda(io por au hijo J. Darkler R.c^dés,sienáo cieads luego seg•uro que, en nuest^ranación. ninguno ha logrado un número tanelevado de visitantas y, como consecuencla,una papularidad t^xn notoria.

La, Socieda.d OceanoKráfica de Guipúzcoa,en la que con tanto celo ha trabajado Viceu-

Fíg. 7.-Plano del local de un acuarto pGblico: A, saí>:para ^I púbiico; B, galería para ei aervício de loa acua-rioe;'C, parte deatlnada a los departamentos, general-mente díetribuidoe en diversos písos, donde ze inYtalsnlos diferentes servlcíos del acuarío ( máquína elevadpr ,depóeitoe, dltroe, cisternae, etc.)• a, acuarios eiyipotrad^aan la pared; b, acuariqe instalados en el interior ds !asala del p^Yblíco; c, piscina central para grandes ejem:

plaree. ( Do Lozano.)

te ,La^fi^tte, impulsándoía hasta au prosperi-dad actusl, ya contaba en s^u an^águo local,inauglarado en 1916, con una ^serie de a^:ua^•iosmarinos y d.ulceacuícolas, aumentadas y me,-ajor^:dos al trasla^darse al nuevo ^ifiçio, ^a1rl

i3

de la ci•udad easonense, uonacidu con el nom-bre d© Paiacio d•el Mar, tan visitado por losturisias nacionales y extranjeros concurrentes a la playa donostiarra.

rstos dos son, sin duda, los centa-os dondese expone una representa,ción más o menosnutrida y variada de nuestra fl^ora ,y faunaacuática fluvia.til, y ambos han alcanzado ^^amplia fama en todo el territorio nac o^aal.

También los de los centros de investig^^eión,aunque no ostemten el carácter de públieaa,han ejercido notoria iiúíuencia docer^ute, lomisma las ael Labox•atorio de Hidre^iia?ogíREapaf+ipla de.•Valencia que los de^ la Seceióx^de l^ial^ra de lae • Agua^ conh x^e^tal^^ de. E^Paxdv, xecibiendo y^ facilitanda la ; vi^ita dequ^+enea ^moat^rarrc^aa in,terés o, aurio^i^cl^d, porc^locerlp^, así como 1oe il2atala+dqa e^i la; Sreç-ci6n de Hidrqbia^log^a del, Museo• I^Ta^c;ot^1 • d,eCisnci^ Nai^uralea (2), par el Prof^• ,A^xé;-valo, cuando fué noxnbrado Jefe de ]:^ mismaen 1.919.

28. PREDpAtINIO DE Lo5 MARINOS, --- Ennue,stra naeióxx, aom^o en oh,raa muclaa,s, pare-ce p:redominar el acuario mari^LO : e,atriba laexplicación ; en que ea r^ayor ^el número ^;deceibtroa inveatigativos oceanogr^.ficps^ y b.ialágico-ma^rino^3 que el de lo^ hidrobio^óg^o^^a de aguaa ,eon,ixinentales o dul^tee^. • ^

Alg^an^^ á^e las pri;meros no': se: li^tnit^r,n acontar .c^n los acauariog de e^tudio neoeaariAsl,ara sus pesq^uTSas, sino que, •cles^oeos ^e ean-

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tribuir a la cultura del público en gene,ral,d sponen una sala donde se empla^,an en laforma explicada al hablar de los acuarios deexpasición.

Asf ocurre con los de la Estacián de Biola-gfa Marina de Santander, fundada por el profesor Augusto G. de Linares en 1886 (3), es-ba,blecimíento decano enitre los españoles desu género; también el rnodeato pabelloncítode Puerto Ghica ha oonquistado cierta popularidad, ten^exvdo el mérito de haber aidoIos allí exhibidoe, los primeros aeuarioa públi-cos de nuestra patria. Ya en este siglo (1^08),el Prof. ^Odón de ^Buen consiguió la ^crea•clrón det Labora,toria Biológico Marintr de$aleares (4), erigidb en Ia dáraena de Fo^to-Pi, en las lnmediaciones de Palma de ^Ma-llorca. At reorganiza.rse los e^6ctdios talaao-gráficos como consecuencia de la creacián delInsi;ituto )^spañol de Oceanografía (S)', arn=bUa eatablecimientoa fueron integrados en él,habiéndose fundado posteriormente los Laba-ratorios de Málaga, Vigo y Las Palmaa.

Con anterioridad a la posesión de centrbde !han vasta organi^Ca^ción, nuestra Armadaoontó con ^u correspondiente Es^cuela k3e Loa-logfa Marina, que t,7uvo su sede a bordo delpontó^t "Cocodrilo", anelado durante largosaños en la dársena, barceIonesa, aiendo en susacua^rios donde primeramente en Espa.íla secon^plaron vivos l^os seres pobladares delmar la^tino. En el pun^o anteríar me he refe-

rido a los acuarios dulceaacuículas del Yala-c^o del Mar, en San Sebastián, pero, eomo yaindica su nambre, estos son accesorios en él,constituyendo el núcleo principal aquel end.uue se exhiben las eapecies marinas (6).

'^9. FOMENTO DE LOS ACUARIOS DE EXPOSI-ctóN.-Si ]a instalación de un acuario encie-rra singular interés caientífico entre profesio-nales y g^ntes con un nivel cultural medio,no

P.smenos cierto que f.^mbién entre los pro-

fanos y aun en la masa popular ayuna de to-dP formación intelectual, despierta una pro-funda curiosidad. Las ciencias naturales ejer-cen indudable atra.eción ^ntre el gran públi-cor y e^s aógico q^ue así sea por la hermosurade los aeres bialógir.as.

Por esta razdn„ la creacián .tle acuariaa nodiebe limitalrse sólo a la que lleven a. cabolos centros :de 1^:vest^ga.ción (en realidad 1osde és^t-o,s estún l^,ma,do^e a deee^péñai'" atrramisión difexente) . Si el acuario reérea al es-pedtador ,y contribuye a formarl^e int^electual-mente, cae dentro de Ios aspectos que debetutelar un M^unicipio celoso y consciente desus obligaciones.

Gas^tan los Ayuntamientos crec?das sumasen divexsas atenciones de orden ornamentaly culiural; asf consignan en sus pr^upuestoselevadas paxitidas para el entretenímiento deparques y jardines y dotación .de una bandade música, par ser las más genuinas carac-terísticas de aquélla^s manifestaci^ones. Pu^

sie;xtd^►. ,^sí, ^çómo no va a quedar incluídade^r;^ie la órbita municipal la creación del

^ aouá^:ip^ Si sola^ta y forma al ciudadano comoembellece un jardín y le imprime 1^n sello

2

Fig. B.--Eaquema du ]a instalación do un acutirio púbL-oo: ^c, touta de. agua,; fi, tubo cIe ab5orclón; c, bombaelevsrlora; d, tubo elevador; e, aombrajo del depóaito;j, dçp ó̂ sitn elevado; ^, desagiie del Qepósito; le, tubo dle-tribnidor del agua:; i, grfPo de un acuario; j, un ^cua-ríu; k, ,desag^e de un aA:uarto; d, aolector de tos des-ngileat nti, sumidero; n, flltro; o, císterna depuradora;}; tubo de ?absorcibn del agua da la cisterna; q, tubo^le aessgiie al filtrq; 1, Ila.ve de paso entre los tubos deabaoYCión b y p:'l, lla^•e tle paso entrr tos tubos de des-a lçjke q. y^nw. H# ®1 acuatrio ea marrno, ae utilisa el ftltra aty doç ^lntPrnay o, una en función y otra en dcycanso.

tDe Lozano: )

de cu^ltura a la ciudad, ^cámo^xpliyhibición concejil? ^ .

No son sólo las Corporacia^ mŭ^fóii^lále^las indicadas a patrocinar iá'' ^^8^,ĉiónacuario; también las entidadestivas, principalmente las de cartícter ^fái^4coy pesquero, tienen el deber moral de tomarsobre sus hombro^s esta iarea, supliendo ladejadez de los Ayuntamientas cuando éstosolvidan el cumplimiento de tan interesaxuteobra de cultura. L No s•on marcos adecuadoepara encerrar un •bonito acuario el Club De-portivo del Abra, en l^itb^ao, el C^b ATáu^ticode Valencia o e1 "chalet" de la Soc:edad dePascadores y Cazadares , que, a^ntes de ^nue^ ^tra guer^a, se aizaba en ^ la Lslu ds:1a ^ Tatgre,frente a la playa de la Magdalea^a de la capit+al montañ^esa? {7),

Y aun en las explotacionea rnercantile.^c^ma son l^os balnearioa marftimos, L no osns-tituiria una atracción más, y biem original porcierto, entre las muchas que animan y entre,-tienen al ptzblico concurrente? En el de "LaeArenas", de Valencia, y el de Alg^orta, en Bil-bao; el "Vidtoria", de Cádiz, y el "Diana",de Alicante, camo en tantos otros de ^todonuestro ^dilatado litoral, y na había de resu^taruna nota culta y de gran novedad, poder n^o^s-^trar a los bañis•tas un trozo de la vidar pobla=dora de las aguas en donde se zambullen ale-gres y despreocupados? Lo mismo puede `in-dicarse respec^to de los de tierra adetvt,ro.

;Y

como en las impropiamente llamadas pisci-nas, de nuestra capital y de tantas atras, oen pla^ras fluvialea como la que el Centro ^d,eIniciativas y Turiamo de Lugo posee en lasorillas del Miño, muy prór:ima a tan ftoreciente capital.

Escaso dapendio econ^ímico habían de ori-.ginar unas pequeñas instalaciones ^marinas ode agua dulce, según el lugar, y es^te gas^to notardaría en ser amortizado si se fijaba unapequeña caz^ltidad. para permitir el acceso a lanueva atracción, de la mísma manera que sehaoe c©n tantas otras harto conocidas.

3®. ACUAATOS DE CENTAOS DOCPNTTS. -^ ya degcri^a gn el epígrafe `LO la instalación de loa del Laboraitorio de I'I:drobio-logfa de Valenc3a: encla.vado és^e en el Inati-tuto Nacional de Enaeñanza Media, prontofueron aquéllos conocidos por los profesoresy al^umnos de los Colegios incorporados almismo, no ^ta.rdando en s^urgir en s^us labora-torios y aún en aus aulas. No tenían un fininvestigativa, ni habfa ^razórr para ello, dadala fndole de estos eatablecimientas, cefiíase auabjetiva a una misión meramente pedagógi-ca: a preaautar a loa alumnos ^un trozo áe na-turaleza, preci,aamervte del madio menos pro-picio para una fácil obaervación y, por lotanto, ei más d^escon^ocido para ellos.

Lox PP. Jaime Balasch, S. J., FranciacaFerrer, Q. F. M., e Ignacio Casañ Sch. P., delos Colegíos de San José, de Vaiencia ; Purí-

^a - -

sima Con^aep^ión, de On^tenien^;e, y li;^scu^alayPías, de Gandía, respectivamente, colocaronacuarios en sug clase^s. A1 pasar el Prof. Aré-valo al Ins^t:itnato del ^Cardenal ^Gisnenros,efectuó una vistosa instalación de aouarios,entre ornamentales ,y de observación, desper-tando así la curiosidad e iníer^ de sus alusnnos. P^osteriormente, se `^an ido generaliza.n-do más y más, siendo numerosas las Facul-tades de Ciencias, Institutos, Colegios y aunGrupos Escolares, que bien para fines experi-^mental^es o simplemente para interesar a loseacolares, presentan ante sus ojos un troaodel medio acuático, aunque sea en uno de 1osmodestos acuarios caseros, cuya preparacióny entretenimiento ^e deseribieron eu el eapí-^tulo I. , ,

Recientemente, ^uno de loa clue más utrac^-yas observacionss ha permitido realizar ea eienlplaza^do por e^ Prof. García ^eláuluez, d^is-c'vpuao del Dr. Ar^valo, en ed In^ti;buto Na,-ciona^ de En^señanma Med^ia Ram^iro ^de Mae^-tu : en él, en^tY^ atmas d^iversas experiencíae,ha. pdclido seguirs^e el praceso de la repro-dupción del cangrejo, observando la pues^ta.,n^i^mi^en^to y desarrollo Id^ los jóvenes cax^,-grej i'líos.

31. EIXP08ICIONFS GELEBRADAS TN ^iBPAiWp.La difusión que los acuarias han logrado enel extaranjero y el gran númeru de adeptosque su belleza ha sabido conquístar, aon ^no-tivos que justifican la frecuencia con que ae

c^eíeb^•su wiicursas ^T txpusiciones de peceade acuarío, eemejanitea a las que aq^uí organí•z$n nuestros ganaderos y avicultores (S).

Nosotros aún no podemos decir otro tant©c:on respecto a nuestra nación, si b^en se ^anrealizado algunos ensayos siempre con éxito.De los que he tenido ocasión de visitar, y creoha.n sido todos loa celebrados, el más impor-tanrbe y mejor instalado, fué la Exposición dePiacicultura, organizada por el entusiaemode Darder I.liznona en el Parque Zool^ógícaáe Barcelona, durante la primavera de 1912 ;ea ella,:se cxhibían numeroape a.cuari©s candi^erentea farmae, ,eutre .las qtre aobree^slfan,por sex :la primea-a ve^ qua fueron impoi^ct^-cia^,^en ^FJ^paña„ la perca ^eol, :y el pe^ ga^o, -

Con mativo de la calebración de la VII ^Fe-ritt A^turiaaa de M,uestras y III Exposit^ón^gropeeuuria, que tu^o Iugar en Ci^r^ enagos+t^ de 19^D; se levantó' un acuario ^. ^elqu^e flg^zraba^ nutrida representación de Josset^s maritx^a y duleeacuícolgs : la dispoeiciónde log recipientes era muy aáecuada, eons^ti-tuyendo un fel:^z acierto de quienes dirigieroneu acarizord.a^níent,a, los I^genieroa Arnáiz yTerrero, de1 D3s+trito Forestai de A+^urias (9),siendo esta instalación la que, del cerft^men,de^pertb Ia máxirna atet►ción,

,Un b^iQnio despuee, s+^ verifieó la I Eacqaosi^cidn Ns►cfonal de Caza y Pesca, ern marco ta`nadscnado. cot►ao +es, nn ^mayo, e^í Farque del I+te^tira (^0) ; rnez+ecieneia g•ran aeeptación ^el ^ pa`

bcaloncito construído para acuario, donde seex^► ibiú una, gran pa}•te de laa especies ictio-lógicas fiuviales, incluso la trucha. La Ex-posici^m, deh^da a]a iniciativa y perseveran-cia ^de Jasé M.'^ ('astellcí Saura, Yresirlentex la sazón de la Federación de Sociedades de(`^aradore^ ^• Pescadores de España, censtitu-vó utia modes^ta, pero ^,rratísi^ma realidad, a lapar que }ina promesa para el mañana, que

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Fig. 9.- -Sección tranaverval de] loca] de un aouario pú-bllco: n, acuarios laterales cuyo frente 1 ez3ta empotradoen la parc•d; L, acuario ceniral colocado ^obre la meea n^:r, cortins,x ryue irnpiden ryue la luz que per.etra por laciilriera ti^ del :,rututo cenlr•ttl b}^aae al tntet•{or de lasala r1P1 acuatin, r•n penumbra; 1, luna froutal dc cadaacuario; p, pasilins },ara e] 3ei'V!l'10 de loe acuarios latr•-rates; -r., vidrieraa por ]a5 que los acuarios reciben la

ilumínación. (De I,ozann.)

seguramente se hubiera cumplido de no me-diar la dolorosa odisea de nuestra patria, ini-r^ad^^ ]roco después de celebrado el certamen.

32. ATENC16N Y FOMENTO (^UE MERECEN.--lle la inisma manera ttue poco antes hemosvisto la que debe concederse a los acuariosestahlecidos ron carflcter permanen^te, eshoza-

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ré aq^uí la que tienen estas exposiciones yconcursos, ya que hoy no es posible pensaren otra cosa. N^o existiendo colecciones par-ticulares de peces de a^cuario ni comercianteadedicadoa a su cría y venta, es prec^so pasenlas actuales circunstancias internacionales.

Cuando se vuelva a dis^frutar de las deli-cias de la paz, será posible importar pecesexóticos y ofrecerlos como antes de rLUestraguerra de Liberación, en los escaparates delas buenas tiendas de flores y pájaros; el público, que ya mostraba alguna afición haciae11os, volverá a interesarse por los lindos pe-eecito$ y procurando se pongan en .moda-;-eato es muy i^mportanfte--, pronto se dif^u^o-áirá ^tan +relecta aficíón. Entonces eeí^t el mo-n^ento de qu^ u^ta entidad prestigiosa cui<iec^a rednir y mostr,ar al gran público la. pr^mera manifestación de lo que puede ser unanueva pequeña industria o modalidad de lapiscícola, el cultivo de los peces de acuárioen nuesltro paí^.

38. ACUARI03 PÚBLICOS EXTItANJERO^.-El más antiguo es el de Londres, construídopor W. A. Lloyd, siguíéndole el de Berlín, de-bido a Liier y abierto en 1869, del cual f^téel primer director el célebre naturaliataBrshm, Y el de Nápoles, conatnuído en el añosiguienlte por pohrn; deapués fueron inaugu-rándose ^otros muchos, entre los que han con.-quisíado merecido renombre las de París,Bruselas, Hamburgo, Frankfurt, Ams^rdam

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v ilíarritz, entre los que responde su instala-ción al ^tipo de exposición.

De los pertenecientes a centros de inves^tigac:ón, sobresalen los de Bariyuls-sur-Mer,Uet^te, Grenoble y Yetit Pot•t ^í'Aix-les-Bains (11) (I''rancia) ; Y.ovigno (Itali.^) ; Da-Yundo (Por.•tugal) ; Plon (Alemxnia) ; Luc;erna,y C7inebra (5uiza) ; Balatón (Austria) y Su-wallti (Polonia), para no citar más que lósque en este ^momento acuden a mi mente, sinconsulita,r obra o relación alguna que hicieraesta lis^ta en,ojosa por lo prolija. Unos sonmarinos, otr•os dulceacuícolas y no pocos re-unen los dos medios : todos encierran la belleza de la naturaleza y contribuyen a descifrar los arcanos que se degarrollan en el senode las aguas.

(^uien s^e sienta atraído por esta materiatan sugestiva debe consultar una publicación(para no dar una larga serie de obras o tra-bajos), el 8t^lletin ide la Soc•ie,'t,^ Ce,n,trrxxl,ed'.4q,^ci^>ul,^u^•e Pt ^l•e Peache de F^arrt.ce. F.ii laser'e de sus volúmenes encontrará informa-ción s^obre diferentes acuario^s de los másprincipales : así trata de los de Bruselas(t. XIX, 1907), Axnsterdam (t. XXI, 1909),N,ueva York (t. XXI, 1909), Anvers (It. XXIIIy XXIV, 1911 y 1912), Londrés (t. XXXVII,19BU) y Dafundo {t. XLIII, 1936) .

También iiay acuariófilos que poseen nutri-das y lindas colecciones, que, ]egítimamenteenorp^ullecidos, lag exhiben al púhlico; así

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(>LUrría antes de la primera gaterra europeacon la del gran aficionado parTsiense C. deVisser, cx,nsf.ituída por cent^narea de formasprocedentes de todo el Globo, la cual fué dadaa conocer por el profesor J. Pellegrín (12) almundo científico.

NOTAB DEL CAPITULO IV

(1) Fauxa. Ibérica: Pec®s, t. T; Madrid, 1928.(2) Les Caracteriaticaq eran idéntlcas a las que guar-

daba la aerie de sefs que .se describe en el úttimo párra-fo del epigrafe 20, al hablar del Le.boratorio de Aídro-biologta de Valencia.

(8) Rtoja Martin (José): "Notida'acarca de ia Erta-dón de Biologŭ marítima de Santandsr". Bol. do 1aR. Boo. Eap: de Hdst. Nat., t. VI, núm. T, julio 1908.

(4) Sé.nchea (Domingo) : "Ei Laboratorlo biológleo-marttró ile Balearee y su inaugaraclón". Bo1, de Ja R. Boc.&sp. de ;:$bt. Nat.,. t. VIII, añm. 7, julío 1908.

(5) ^?►dado eri 1914 en el Ministerio de InatrucoiónPúbltCá, .pasó en 1924 al de Marina, formando parte dela Dírécción Cieneral de Pcsca maritima; eon ésta, yeiguiendo Ioe svatares de la política, deafllb por los deFomento, Comuaicaciones o Induetrta y^Comereto; aho-ra, segregado da loa servicioa pesquero-marítimos, havuelto a depender del de Marina.

(8) Dn la revista VaRCOmla Induatrtat y Pesquera, conmotivo de ]s lnauguración de] editicio, pueden verae dí-Perenter articulos e infbrmaciónes ®n los números 180,131 y 137; $an Se%astián, 1930.

(7) Ea este caso concreto no iba a emplazarse otroepi Santander, contando con el antiguo de la Estaciónde Biologia Marina; pero se cíta como ejemplo de lugary ambiente propicio.s para un anclavamiento fdeal.

(8) La dltima que llegó a mi conocimiento fué la efec-

tuada en Parts en 1836 con motivo de ia celebración del"Salon International d'Aviculture", certamen al que seagregó una secclón de pecea vivos de agua dulce, de lacual d1ó una intereaante referencia Drouin de Bauville enel Bulietin Françaia de Piactculture, t. VIII, pág. 185.

(9) "Le. Feria Asturiana de Dduestras". Bo[, de Pesc. ,yCaa., t. II, núm. 8, aeptíembre 1930.

(10) "Le. Exposición Nacional de Caza y Pesca". Bol.de Pesc. y Caa., t. IV, núm. 6, junio 1932; y Libro OJietaf^tc la Exposdcibn, editado por la Comisión Organizadora.

(11) En la Estacíón de Iiidrobíología dependiente dela Eacuela de Ingenieros de Aguaa y Bosques de Nancy.

(12) Este sablo ictiólogo francés ha trabajado asidua-cnente sobre los peces ornamentalea, publícando diveraostrabajos acerca. del saunto en los Boletines de las $ocie-dadea de Acuicultura y Pesca, de Aclimataclón y deAgricultorea de Francia.

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CAPITULO V

(,l,'IU.+.DO$ (ZUF ttF:(aUIERF^N

"La buena conservacián de1 acuartudepende del equilibrio entre los princi-pales elementos que le integran : agus,aire, plantae, animalee y lua."

sA1,YAWR MALi1QU6R: El aOU01'ti0 dCa9ua duk e,

34. EN 5U INSTALACIÚN.--A1 proceder dinstalar un acuario deben tenerse presentes,para que el éxito corone la empresa, las condic^ones que aiguen:, caLidad dr^l recipiente einocu:dad de los materiales empleados, capa-cidad del mismo, visibilidad del conltenido,composi^ción del agua, circulación de la mis-ma, uniformidad de ]a temperatul•a y prepara-ción del medio vital,

Cuando los acuarios son grandes y ya noestán constitufdos por una sola. pieza de vi-drio fol^nando ia cubeta, sino por cristales olunas suel^tos (1) que, ajustándolos, integranel acuario, el principal cuidado estriba enaaegurar una soldad^lra va,l^•a 1a frase, 11eI•,

mética, un ajustie perfecto que impida eacapela menor cantidad de agua; para es^to se em-plea un mas,t,^c o masillcc hecho con los ingredientes que siguen en la proporción que seexpresa : 400 gramos de litargirio, 400 de es-cayola, 65 de reaina en polvo y 200 de arenamuy fina; esta mezcla se amasa con aceite delinaza cocido hasta que adquiera una ^texlturasimLlar a la del barro estatuario: Otras clasesde mastic se obtienen amasando en dicho acei-te paries iguales de minio y litargirio y attncon sólo minio y el aceite, pero ésta ^tardabastante en fraguar. Aunque puede usarse laprimera, se recamienda para los acuar:os ma-rin^os de ma.yores dimensiones la iórtnu,la quesigus : tres partes, en volumen, d^e cer^nento deport,iar^d, aáras,tar,^s de aréna. fina blanca^ y^;unade : rssiz^a en ^ polvo, igualmente amasador todocon el expretsado acei^te. , -€,; ,

La adherenCia de la rriasilln ha rle ser talqué su eotis'ŝtencia guarde siempre una ^cier-ta. flexibilidad, ya que el endurecimiento deaquélla provocarSa, formara un solo cuerpacon el cristal y la armazón del acuario, lo que,dado los distintos imoe,fi^ci^rzte^s de fd7: ŭataeiórrr dela$ ma^erias supradichas, en cuanto ae arigi-naran carnbios de item.perabttra, producdrfa 1ardtt^ra de las cristalea. Por ei^to y por iosef^sctos de la trepidación, los acuarit^ de cier-^ta tztmafl^ no han de deacansar d:e modo di-re^o sabre u^a base de ^nposterfa, már-^ndi ^ o metal, afendo precis^ in,^t^erppune^ e^-

tre amk^os una placa de madera o, mejor aím,de corcho o fieitro. Motiva lo expuest,o, quepara lograr el mayor éxi^to en el montado deun acuario, se encargue del mismo un buenmaestro vidriero, experto e inteligemte en suoficio, pues sí es así, aunque nunca haya rea-lizado tareas de este género, interpretará conacertada fidelidad las instrucciones que elt,^cnlco le indique (2) ; de otra m^uiera se co-rre el riesgo del frac;aso con su secaela decontrariedades y clispendios.

También es trascendental lo referente a lanocivídad da loe materiales empleados : elm,aatic, por los campues^bos de plomo que pue-dem produ^eirae, provoca, $n no pocos carsos,intaxicaciones; evitase esto sometiendo ala+cuario duranlte un cierto tiempo a un^ aa-rrie^tei de agua q^ue arrastre las aa^stanciasperjudiciales, y probando con aigú#n ^pé^ deescaso intérés si' ya ^ha ^zdquirido las nece.^a-rias condiciones de habitabilidad, Algo pare-.cido oeurre con las tuberfaa y grifos de hie <rro y latón por la acción continua del agua,s^obre todo de la marina, por eso se preconi2aq^ae en vRZ de los materialas cita^dos se u^auIas cond^ucciones de pl•amo y las llaves, deeboAita.

^5. CAPAaIDAD E ILITMINAt%iÓN.---El ^X'111^ro ^ie sstoe extxem,os e^oierra r síngular ^ im-p^tLCia, $ueS lv4' pecea' Y otroa seres aeuár+tir.c^ tie^en ne¢esi<iad de dispo^ de un ai^er-t^ sit^a pe:ra au e2ei^t^cia, espccciv ^vita^É í^) ;

algunas son muy parcos en aus exigencias,como sucede a los peces de colores,. pero noes eata ,la regla general. N^o se puede dar unaproporcióu fija, ya que varía seg^Yn. las nece-sidades de las diferentea especies y de éstaaen función de la oxigenaeión y temperaturadel agua.

De ^todos modos y considerando que los animales acuáticos recPuieren un amgl^o am}sien-te, puede aceptars.e como ^tét-rnino medRO,siempre que no haya indicación en contrariA,la proporción de dos litros de agua para cadapez de kamaño rnedio, que suele ser el -prefe-i-ido al escoaer lo,s pobladore^s del acuario.

L`a7n+sjur íl'umínacióh e$ la que se'ce^iguócuando el acuarí^f reeibe la 1uz pbr su cardstí;perior y nó por 1^ lado8, ^s^ sd` difuiide" 7^.clarfcl$d ^or li^ parte 'interi^r i^e` ia `^ari'ĉ7^,desde ^áó d'e sóh vistos lqŝ ri^c^p^é^,"'`^,dqu^i.-rierit^o ésío;^' ui^ia 'v^sz$2Z711ad mncho ma.yox aiel iníterior it^dicada p'ermanece `eñ ^ la 'o ŝcu'-^ridad. :;, ^.

Así se disponsn los ac^uarivs de e^cyosiciáno e^►ibición dastin,ados^ a ser contempladospor el público, de los cuales ya me ocupé enlos epxgarq^es 25 y 2fi, al :trat^x de su m,isiány emp^az^umis^^tao. No es uec,E; Sario p^ov^ocaruna iiuminatión excesiva y^es con^ac&produ-oente rsoilr^r. I,p,,,luz solar de a^na maa^er^ di-reata d^ran^ ^ lr^ est^ción estival, ttant4: :po^•calent^tr el 'agua en dexnac^ati como por e1 hQ-

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liotxopismo negativo que muchos pecesoPrecen.

3G. CALIDAD DEL AGUA ; FILTROB.-El aguaque se emp^ee para el servici^o del acuario hade s^er de buena conáición, de perfecta poba-hilidad, no utílízando jamás las contaznina-das o que sospeche^mos puedan estarlo. El lí-quido elemento propende siempre a la impurificación y aun a la ^corrupción, cuandooo^t.tiene en su seno seres orgánicos vivos omateria en deacomposición de igiual natura-leza.

Contri^buye a esto el fenómeno de la respi-ración animal, sobre el euaI no 12e de insistiir,por habertne referido al miamo suficiente-tnente< cusudo ^tratk tie^ equilibrio biajógéeo^ue s^ eatabiece en ^las agua^s (epígra£^ 8),pexo adémás de es^te ^motivo, hay otr^a pode-roa& j^aus^ de altera.ción de' la comr^aagi^órn^^uimú,cc del agua: abudo a la acumulacíón demateria orgánica, formada a^xpensas de l06produ^ctos de excreción, expelid^os'por los pe-ces y otxos animales y de ^a descomposieiónresultan^e de los residuos alimenticios, frag-rnentos vegetales deaprendidos y animalesrriuertog.

Po,^' exquisito cuidado q^ue se ponga en re-tir^r deF acuario ^stos, así oomo laa vegeta-les' e^i iguaI es^tado y tos restoa de la alimen-^ción ^Ie ^los peces, recomendací&n en la quenunc^ se insistirá bastante, Ia limp^ie^a siem-pre se 1^e^.lí^a.rá lmpe^feçt^nnente : `podremo$

extraes• los anímales y vegetales que veannues^hros ojos y^también los residuos de ali-mex^tos que igualmente percibamos, pe^+o ea-capan a nuestra mirada la multitud de ani-malitos y plantitas, así como gran número departfculas residuarias, inapreciables a simplevis•ta par caer de lleno en el mundo de lomicroscópico. Pero no por esto dejan de seract.ivos fooos de contaminación, al reducir eloxígeno disuelto en el agua, elemento preciso en el proceso de su deseomposición, duran-te e.l cual los productos que se desintegranintoxican el liquido, dejándale totalnnente ^n-adecuad^o para la habitabilidad en buenascondiciones,

Llegado es^te casa es ineludible la ienova-ción del agua, o, por lo menos, ellminar lassus^tancias perjudiciales, devol^v'éndole ^el oxf-geno perdido, Estos dos métodos pdeden _s^e-^+uirse aislada ^o conjuntamente, siendo ^ihdu-dable que de la última ma.nera los restaltadoss^on más completos y satisfactorios, y^de am-bos hablaz♦é brevernente en el s:guientepunto.

Cuando el agua de que se dispone es escasay se quiere valver a utilizar p no es tado .lolimpia y clara que conviene, ^ se la hace: pas^por unos fic'i^roa. Se disponen éstos e^pleandocubas de madera de volumen en rela^ión' conel del acuario .o acuarios que hayad d^ abás-t^ecer, ^.ruyo in^terior es't^ reveatido d® tiiitc, ye^ el que se çoloca una serie de capas de e^-

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panjas de calidad inferior o de desecho, fti^tyoiAe ,^ponjas; o de grava sobre otra de arena,recomendándoae que la grava presen^te aris-t,a,e age^das, desdeñando por tanto e] ^caeoa^jo,o sean los pequeños cantos rodad^os, tan frecuen^tes en e] cauce de ríos y arroyos, lla^mándos^e a éete filtr,n ^de grava o r^e a^rena; algu-nas veces $e han empleado también los llama-dos a1e framela, o tel^c metáltic^cc, hechos de ^bas-tidvres, sabt'e los cuales se colocan dichosma^eriales, pudendo combinarse unos yotras, pexo los más prácticos son los cle gra-vaf que .pt^ede volvex• a usarse despuée de la-vadea cbn agaa carriente, cuando por. las murchas impurezas que pueda contener el aguallegs^ a paralizarse la filtraaimt.

Los ^filt^ son impresci^ndibles an lvs acua-rfos marlnoa, t^lando no e^tán junto a la cos-ta para ,tamar el agua direetamente del mar,donde deapué$ de ^utilizar eI agua ppr vez pri-mera, cuandA llega una remesa del litoral, sela hace pasax• por una batería de filtros, com-pletando su puríficación en unas ciaternasoscuras, una funcíona míentras la otra des-ca^►sa, volviéndola a los acuaríos deapués ^dea^reauda y agregarle la cantidad de agua dulceigu^l a, ^a perdi.da por evaporación, a fin derq^abl+eçer la salinidad normal; así se efec-tú^, eq e1 Acuario de Viena.

^ii!. ^,IRCUJ,,ACIÓN DEL AGUA; OXIGFNACIÓNY D^TTBAC16N.--Cuando la coznposición delagua +^e aitera en proporción importante, 3^ay

que procedc^• a renovarla de un modo parcialy fraocionado o total e ininternumpido, comoya quedó explicado incidentalmente este cu^-dado del acuar;o, cuando se hablú de íaa decorriente continua en el comienzo del ca,pítu-]o II, al pres^entar al lector los diferentes ti ^pos de acuarios a que, por su perfecciona-miento ,y especialización, daba lugar eí qvepudiéramos llamar inicial, o sea el casero adoméstico.

La restitución del oxígeno corre a cargode la función clorofílica de las^ plan^éa,s, yadeacriia con mo^tivo del repetidaunen^te cita^-do equilibrio biológico : y, ahora bien,' si rA-aultara insuficiente para las e^gebcíae dedeterminadas especies iclriológicas, `s^é pu^deprovoc,str ía ox%gen^arcr,ón mé^cd a^It^ dif^^-tes procedí^r►ient+os c^ue ae có^igna^° eri! ^ilpur^éo siguiente al citado d^lr'expre^cld cat.^pí^tuío II, que se +menciona i^n el p^rráfo an-teriar. Canviene aclarar que esta` aparenteredundancia no es ^una duplicidad deí mismoconcepto, sino consecuencia del pían segui-do en la exposición de este libro : en el ca-pftulo a que me refiero se describen las e3ases de acua,rios perfeccionad^os a eapeciales,en tan+to que en éste son trahadas laa ^oondi-ciones generales que han de eatisfa^er la instalación de +un acuaria

Cuando en éste se eatanca el agua, tan^omás cuando la renovación es menor, se dea-arrollan ejércitos de ^seres xnicroscópicos ahi-

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males y vegetalea, p^launkburn (4), que se nu.-k,ren de aquella materia orgánica que hay enel acuario y q^ue es capaz de alterar, segúnhemos vis^to en el epfgrafe aníerior, la com-posición quíraica del agtza ; esa materia resi-duaria en descomposición ^es transformada ensustancia viva, mecliaqte un proceso de me-tabolismo más o^menos complejo, dando du-gar a la depurcLCi,ón del agua, constituyendoatra manifestación del equilibrio biológico,que si conatantemente se presenta en la Na-t^uraleza, lo hace de un modo más ostensibleen ®1 acaa^rio, rasultando tanto más instruc-tivo cuando las dimenaiones de és^te aon másreducí^ias. I.a inin^terrumpida marcha de laasi^ilación y ^desaaimilación orgánica. per-pet^ia ,^el ^equilxbri^o, sin adoptar otra a^ae-díd^ , prec,^,utoria que una prudente vigilan-cia, a fin de evitar el desarrollo excesivo dela materia orgánica pranta a alterarse, loque ocaQionaria la rup^tura de dicho equili-brio con su funesta secuela para los habi^tan-tes del acuario,

38. CAMBIO^ DE TEMPERATURA. - Sl dcA^aauarios experimentan ca^mbios brusoos dete^nperatura, el riesgo de muerte de los pe-cea que en ellos habitan es inminente; co^nviene diaponer de un ^ie^hnó^m,ee^ro para con-^traatar las oscilaciones, observación que^iempre , imprime mayor interés^ científieo alaeuario. ^

^n los epígrafes 13 y 14, al tratar dé la

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calefaeción y refrigeración del acuario, sedijo 1o que ahora conviene recordar : duran-te los días duros de la estación invernal, enlas regiones donde el descenso termométricoes grande, resulta oportuno acudii• a algunude los sencillos medios que primeramen^te seexponen en el aludido punto 13.

R,ecfprocamente, los excesivas calores ca-niculares, sobre toda cuando depósitoa y^tu-berías ^tán a la intemperie sometidaa a daacción directa de loa rayos so)ares, caldeanel agstta en demasía con el consiguieate peli-gro p^ara la vida de loa peces ; raodo de^ evi-tarlo es ^tenex yresen^te, al plpne^ar, la i^ta-lación,;lo que ee aoonseja en éi pri^ueip^v d^lepigrafe 14.,.Si la ts^rxaperatura +^e Qle^^raconsiderablemen^, o se tr^t,aae de aeuárioshabi^ados" por salmónidos, recurri'rfRma^, alsenciilo pracedimien.to que a çont^ n^uac^á^í ^eindica en el expre^ado punto.

39. EL MF^IO VITAL Y SUS POBLADOIiES.-Complemén^taae es^te epígrafe con el núme-ro 7, donde se habla de la diapoaición .de^laauario; la relación de este asunto con lascondiciones generales que deben preaidár laconatxucción y preparación de un acuar-io,radica en que éata ha de est^ar en consonancia con la especie o especies que hayan . depoblarle, miaión que s•e le atribuya, natuxa-leza de la experiencia, etc., etcy

I?e todos modoa, aunque rw sapamos q^uéformas van a residir en él o cuál ea el luib^it

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da aquéll'aa can que pensamos repoblarle, 3m-primiremc^a al Rcuario el sello de la mayoravtentttidad posible en la reproducción deltrotin^^ la N^turaleaa tfig. 10) qu'e aspira-snaa= á^oner al alc^nce de nuestra visión yde nue'stras .manos. Haremos como en el tea-tro: una escenograffa bie^n estudiada, ñel-mente interpretada y hábilmente lograda,siempre diapone de rnodo favorable el án^model espectadar. De la misma manera, un acua-rfo ctue rep^^aduzca de rrkod^o fidedi^o e] senode l^as aguaa, forzosamente ha de cautív^ar aq^utien le contemple. ; Es demaslado hermosala I+l^t^tale^ra para que, qvfen la +^ea ^de^ ^c^,^cai; ^reak^i^e au mirada sobre ella y^def e deo^n^^e^rtrarla con deleitesa atencián !"Ti^'éltpa 'de u5rena, ún boriitb ^ra^inento'dé

cali^; estaláctitica, un moritóncillb de ^ui;^a-rfritó^', una piédra de forma caprichosa; tihageoda o cavídad natural 'que forman alguf^osminepalea son excelentes elementos para ^pre-pari^r el decorado, y si lo haeemos con elaé'rerto de los buenas tramoyistas, Ia presen-taéión s^erá la adeĉuada y]a sensación de ^ve-risrhe manifl+asta.

' I'^ completarán ^los vegetales, que s^i brenc^eti 'dé' lleno eh 1o que se dice e^ el primerpár^afo 'de eete punto, respecto al objetivo ypobl^.dóres del acuario, de no t^ener q^ue colo-car algun^o de%rminadb forzosamente, sepibcur^rá 'elegir los máa vistosos y ornanien-t^les,' dentro cle lo que permitan l^ts dimen-

siuues tlel rc:cipieute. Así ^rep^irado e1 ^yaç"^^t+vita-t, ^•^i no qucda otra cos^, que iz^cer si"^2tqes lil^ertar los peces y demás ani^maiitcfe que,COIl su con^tante clesp^lazamiento a^ impulsode sus gI•aciogos movimiE^utes, const^itu^•en^nimado e^ponente ^le la int0>sa vitla` c^ue

Fit;. 1U. lIu r^lani^u^^ i^l^•nl Eixra atlauae^ccl• el acuario.Frlt. A. h^ija^.

cx,i mi^tt^rius^u^ieiitc^ tie clesxrrullu en lxs ^iru-fund^dades tie 1^IS ^tguas.

1U• 5AN1I)Af) F.N T.Oti ACLiARIOti.-T'tle8^(>s

c^n i'unc•iun:inrento, si ]as condiciones ^ene-rztile, qu^e preceden son obseevadas con euru-hulosidad, 1<I vid^, en el acuario se desenvuel-ve con normal t^l^i,cidez; el e,quilibrio bioló^•i-co e.stablecido hace que ve^etales y anirnales

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prosperei^, desarrollándose c•urno en 1^lenaNaturaleza.

Lo que puede alterar ]a tranquila existeneia de los peces cautivos es la apaz•ición dealguna dolencia. Numerosas ^nferm,c^da,dex,generalmer^te de carácter iiifeccioso, a7nena-zan a los prisioneros; los agentes patógenosque las provocan pertenecen a dífereníesgrupos, principalmente a las bacterias yoomicetos en el reino vegeta.l, y a diversosórdenee de protozoos y gusanos en el animal.

Loa peces atacadoa es necesario aacarlos delactt,^tio inmectiatamente que adventímos auest^b patolágiea; éste ee rna^nifleata por va.-ríadt^a ^síntomai►, principalmente por los quesiguens rieposca persiatente aobre el fondode1 acuario, rnovimientos natatorios difiGUl-tosos e impreci^os, arqueamiento del cuerpo,desprendirniento de las escamas, apariciónde pelusiilas aigodonosas, manchaa o tume-facciones sobre su epiidermis, prolongadapérdida del apet^ito seguida de enflaqueci-míento, hinchazón del vientre, diarrea, etcé-tera, etc.

En todoa esbos casos se procederá con lamáxima urgencia a extraer el pez enfermo,manteniéndolo aislado en una vasija inde-pendienite : en la inmensa mayoría de lasocasiones, el proceso patológico tiene pordeaenlace el fallecimiento del atacado, sobretodo si no se ensaya ningún recurso terapéu-tic^o para combatir la dolencia. La mayor par-

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te de éstas son de enojosa aplicación y de d^udoea eftcacia; aolamente merece eer recomen-dado, í~anto por su extrerna sencíllez comopor au evidente e8ciencia en algun^os casos,el empleo de lo^s bciños crcarc^íivos.

Cons^sten en sumergir al pez en un reci-piente q^ue contenga una, disolucián de ^olon^ro só^ic^ (sa,ó ^comíun, o^de ^) en la pro-por^ción de 30 gra^mos de sal por litro deagua, adminiatrándole tres o cuatro bsñoasema.nales, de duración de unoa quince mi-nutos, en el traxtacurso de ,una quincena.E^slte tra^amiento, aconsejado ea general, -loe^ muy eapecialm^ente, con el carácter de ee-pecífico, cuando la dolencia es producida porlos hongos saprolegniáceos, de donde t®malo$ nombre^a de m^ o awp^roleg^niaa^i8, s^-^do una de las má^$ frecuentes, tal vez la m^isgeneralizada, en los acuarios, «^nst^ituyehdoen muchas ocaaionea un fune^at^o azobe paralos peces doméaticos. ^

Repito que la ternpéubiocc, o méltodos de cu.-ración de estos animal^ea, es muy ^nsegura,re^ultando mds eficac.es los preventivos prn-f^.laxis, que, en puridad, no son sino las con-dicionea generales explanadaa en l.os epígra-fes precedentes. Lo más lamentable es quepor su carácter inFeccioso, e$tas alteracionespatológicas s9 pmpagan con verbíginosa cele-ridad, llegando en muchos casoa a originartan deeva.qtadore8 efectas que dejan a8oladoel acuario en un ^breve laps^o de ^tiempo.

41, Dz^INFBCCI^N DR Lo5 ACUARIOS.---Sieata mortandad ae opera en. un acuario grara-de, abundaatemente pobls,do, o se repite pu-reeiendo loa nuevos ejempla.res colocadoapara sustituir las bajas primeras, en uno demlía reducidas dimensionea, demuestra que elacuario está infectado, precisando una ope-raci^ón de de$infección que esterilice el me-dio vital, a fin de impedár que la ep^izoai^zproaiga causando nuevaa víctimas.

Fara;que la rlesinfeceión aurta plena ^efaca-cia y#ener la seguridad de que la epidemiaque^da- exting^tida, a^uéllt^ ha de ,realizarse: ^fendv: aa necesario., va¢isx,,el ;^c.ip^ent,^,-,e^c,trnye^ado t,aznbién ; la ar^enay r4^a^, ^ piedz^s yve^etal^, dejsrndo e^úetap-^e^t.e la ^y,a,aija, 4cubetia, • que cons^ti^tuye . el , cqptip,et^#^ . d^aCUario. ,

^Eutonoe^s se fxiegan f^ondo Y l^xe^^ >^^un paño o esponja e^ra,papados en un láq^{arr^t^isé^tico, regándolos acto seguido çon lqmiema disolución : ésta puede ser de diver-sas auatancias, usándose principalmente elpermangana^to potásico en concentración á^1 ppr 1.0(i0; ^iambién se eix^plea el aldehi,^qfórn^ico o foxmol, el fenal sódico, el pexó^ídode d^idxógemo, etc. ;(b) . ,, : s

Después ^de dajar asépti^co, el recipí,eqté, ^sle aomete a una eorrásn^te cor^tinua de ag4i^durante baatat^t,e tiempo, a fin ^de que arraa:tre haata el últ^rno re^o de la solución áea-infecian^te, J^a que de no hacexse a-sí ae deja..

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rían sentir fulminantemente sus efectoa tñxi-cos en las seres con que repobláramos nuevamente el a.cuario.

De igual manera procederexnos con las e^talactítas, piedras y guijarrnos que lhubieracolocados en s^u interior, de no tener ^2.cili-dad en sustituirlos por otxos nuevos, cuyo es-tado de limpieza no sea sospeclloso. Esto mia-mo debe hacerse con la capa de arena quetapiza el fondo; en caso de 4nfeccivn del re-cipielute sí que hay necesidad de esterilizarlapor el proeedimien'tcl que indiqué en el epi-gl•aY'e 7, al ^rat^►r de cómo se di^spone unácud.rio, ^1 cua1, de pritnera ín^encibn, repu-tabá de superfluo ^or intiecesario; aho^rabien, si tenemos a mano arena cuya iño ĉui-dad nos merezca garantía, lo mejor y znásbreve es reemplazarla por otra nueva, laván-d^lla previamente repetidas veces.

Por último, los vegetales ^también serándesechados sustit^uyéndolos por nuevos pies.Fn una palabra, prepararemos el acuariocomo si lo dispusiéramos por vez primera.

NOTAS DF.L CAPITULO V

(1) En los acuarios fljos, y máa si son grandes, noes prec.iso que el fondo sea de crístal, pudiendo susti-tuirse ésto por pízarra, m{3,rmol o baldo.sin,

(2) Como aucedió en las instalacionea de los acuariosdel Laboratorio de Hidrobiologla Espaliola de Valenciay de la Sección de Biologla de las Aguas continentales,según ya se ha indicado al hablar de éstos.

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(3) l.ou pecea, oomo ias nacioaea, neceattan el auti-ctonte aitio preciao pe.ra au vida; recuérdese el oríg^onde la guerra actual que azota al mundo.

(9) En 1867, Hensen, flalólogo de Kiel, introdu^o e^atevocabio en el lengusje cientt9co, para designar "todoeae rnnndo de serer que víven paeivamente en el agua,e^ merced d® eils".

(b) Para amptlar lo referente a enfermedadea y tra-tamientoa, un libro útil y fácil de obtener por haber unaedtcibn eapaflola ( traducción de 5everino Corralea, edi-tada por la Caaa Salvat; Barcetona, 1p32), es la P4ac^-ctilturo,, d® (i. Ouanaux; también la de Raveret-Wattei,

L,a Piaaiculture íxduatrtelle; más especializada ea la delDr. W. Roth, .Die krattkkeite9e der dquar;enJ4a,ohe (8tut-tgart), que traátt excluslvamente de iBa enlermedades del0s peces de acttarío y, aobre todaa, par abarcar todo locom^oernieate s pe►tologia y terapéutica íctíoldgkc,aa, ladel Prof. Bruno Iioter, también de la mlama localidadslematia.