pesaj - 2015

Patricia: En el nombre de Dios Padre y de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo, amén.

(Mientras enciende la primera vela) Te alabamos, Señor y te bendecimos por habernos dado las fiestas de la Pascua en memoria de la liberación de Tu pueblo y de la Resurrección de Tu Hijo Jesucristo. Bendito seas, Señor.

TODOS: Bendito seas, Señor.

(Mientras enciende la segunda vela) Te alabamos, Señor y te bendecimos por habernos dado la vida, por habernos sostenido y porque nos permitiste llegar a esta fecha. Bendito seas, Señor.


1. KADESH

Ana: Damos inicio al Séder con el Kidúsh, que es la santificación de la festividad, su inauguración oficial. Se levanta la primera copa y el que preside la Cena recita el Kidúsh de la siguiente manera:

Pastor: Te alabamos, Señor y te bendecimos por el fruto de la vid. Bendito seas Señor.


Pastor: Te alabamos, Señor y te bendecimos, porque nos santificas con Tus Mandamientos, con Tu amor y bondad paternal. Nos concedes las fiestas de la Pascua en memoria de Tu obra de Redención. Este día nos recuerda la liberación de Tu pueblo del yugo de la esclavitud y también la Resurrección de Cristo Jesús, que nos llamaste por el bautismo para tener vida eterna en Su Nombre, y nos concediste con amor la salvación en Su Nombre. Bendito seas, Señor.


Ana: Al terminar el recitado del Kidúsh, los presentes beben el vino reclinándose sobre la izquierda.

2. URJATZ

Ana: Cada comensal lavará sus manos vertiendo agua tres veces sobre la mano derecha y tres sobre la izquierda. No se dice ninguna bendición.

(Comentario: El lavado de las manos durante la Cena Pascual simboliza la necesidad de tener una pureza interior de todos aquellos que participan en el ritual. Fue probablemente en este momento del ritual que Dios nuestro Señor lavó los pies a sus discípulos, como una demostración de su nuevo mandato de amor y para mostrar la dignidad de servicio en la nueva dispensación)

3. KARPAS

Mónica: Se toma una papa con, se moja en el cántaro de agua salada (que nos recuerda las lágrimas del cautiverio y de la esclavitud) y antes de comerla se dice la bendición siguiente:

Pastor: Te alabamos, Señor y te bendecimos por el fruto de la tierra. Bendito seas, Señor.


4. IAJATZ

Ana: De los tres panes ácimos preparados sobre el plato de quien conduce la cena, se toma la matzá (pan ácimo) del medio y se parte en dos partes desiguales. La mitad más pequeña se regresa a su lugar, entre las dos Matzót enteras, y el pedazo más grande se envuelve en una servilleta y se guarda en un lugar apartado de la sala de la Cena, para el momento del Afikomán.

5. MOTZI – MATZÁ

Se toman las tres Matzót y se dice la siguiente bendición:

Pastor: Te alabamos, Señor y te bendecimos por el pan, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres y las mujeres. Bendito seas, Señor.


Ana: Luego se pone sobre el plato la Matzá inferior y se dice la siguiente bendición:

Pastor: Y está escrito: “y conservaréis la memoria de este día y lo festejaréis por festividad para el Señor por todas vuestras generaciones. Durante siete días comeréis pan ácimo” (Éxodo 12:14-15).Te alabamos, Señor y te bendecimos por dar a Tu pueblo Israel el mandamiento de comer pan ácimo durante las fiestas de la Pascua. Bendito seas, Señor.


Ana: Cada comensal debe comer por lo menos una Matzá entera de su plato, reclinándose sobre su izquierda.

6. MAGGID

El que conduce la Cena dice lo siguiente con una matzá en la mano:

Pastor: Este es el pan de la pobreza que comieron los israelitas en la tierra de Egipto. Todo aquel que tenga hambre, venga y coma; todo aquel que tenga necesidad, que venga y realice su Pascua. Que el año venidero todo el Pueblo de Dios lo festeje en la tierra de Israel. Hoy nosotros en el destierro de este mundo, que cuando el Padre Celestial nos llame seamos llevados a la Patria Celestial.

Mónica: La siguiente parte la leerá el menor de la casa (si es un niño que ya sabe leer) y el Adulto, el padre de familia. En las demás comunidades puede leerla una persona de menor edad, y quien conduce la Cena responderá el texto del Adulto. Todos los que participan del Séder deben sentirse como si fuesen israelitas que han salido de la esclavitud a la libertad, de ahí la redacción de esta parte de la Hagadá.

Niño: ¿Por qué esta noche es diferente al resto de las noches?

Adulto: De qué forma tú la encuentras diferente?

Niño: La encuentro diferente en cuatro formas.

Adulto: Cuál es la primera diferencia?

Niño: En las otras noches comemos pan con o sin levadura, pero esta noche solamente pan sin levadura.

Adulto: Y cuál es la segunda diferencia?

Niño: En las otras noches comemos todo tipo de hierbas pero esta noche solamente comemos hierbas amargas.

Adulto: Y cuál es la tercera diferencia?

Niño: En las otras noches nunca sumergimos los vegetales en agua salada, pero esta noche si lo hacemos y dos veces.

Adulto: Y cuál es la cuarta diferencia?

Niño: En las otras noches nunca comemos de este pan recostados a la mesa ni nunca hablamos de este pan del medio como representando a Cristo, pero esta noche sí lo hacemos.

Adulto: Estas cuatro diferencias que tú has notado son extremadamente importantes. Cada una de estas cosas diferentes es un recordatorio de la libertad física y espiritual que ahora tenemos en Jesucristo, nuestro Señor. Los israelitas fueron esclavos en Egipto por 400 años. El Faraón los oprimía y los mataba lentamente. Se apropiaba de su fuerza y destruía a sus hijos. Pero un día el Señor nuestro Dios oyó su gemido, atendió sus súplicas, miró la tiranía que sufrían, se acordó de su sufrimiento y extendió su mano poderosa para salvarlos. El Señor rescató a Israel de las garras de Egipto con mano poderosa. De noche se volvía columna de fuego. De día se convertía en columna de nube. Y bajo la dirección de Moisés, una noche como esta todos los israelitas fueron sacados de Egipto. Ciertamente el Señor sacó a Israel de Egipto, pero

Egipto no había salido de ellos ni de nosotros, los demás seres humanos. Todos acabamos siendo esclavos de nuestros pecados, de nuestra mala voluntad, de nuestra perversa concupiscencia que nos arrastraba constantemente para hacer lo malo, de tal manera que lo que no queríamos hacer eso hacíamos. Y constantemente provocábamos a ira a nuestro Dios con nuestro pecado, con nuestras faltas. Pero un día el Señor escuchó nuestro gemido, un día oyó nuestro ruego, un día miró nuestro dolor y extendió su mano poderosa para redimirnos para siempre del poder del pecado y de la muerte. El prometió desde el pecado de nuestros Primeros Padres, Adán y Eva, que enviaría al Redentor de la humanidad. Entonces, Aquel que nos sacó de Egipto envió a Su Hijo para liberarnos. Y el Verbo se hizo hombre en la persona de Jesús de Nazareth, el Hijo de David, nuestro Mesías, quien se ofreció a sí mismo como Cordero de Dios para quitar para siempre el pecado de Israel y del mundo. Pero Cristo no quedó sepultado en una tumba. El Señor miró la obediencia total de Su Hijo, obediente hasta la muerte... el Hijo de Dios se levantó de entre los muertos. Verdaderamente Cristo resucitó porque el Padre le levantó de entre los muertos, y Él le concede la vida eterna a toda persona que reconozca a Su Hijo, como está escrito: “de tal manera amó Dios al mundo que le entregó a su Único Hijo, para que todo aquel que en Él crea no perezca sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).

El Mesías vive realmente y Él nos prometió que regresará para llevarnos con Él. Eso es lo que muchos cristianos pedimos siempre cada vez que rezamos el Padrenuestro, que el Mesías regrese pronto, y Dios permita que le podamos ver en nuestros días. Y cuando Él vuelva en una noche como esta, todos los que han oprimido y aniquilado a los seres humanos serán doblegados. Los tiranos y los dictadores serán derrocados por el brazo fuerte del Señor, todos los oprimidos y perseguidos

serán liberados y restaurados, porque el Hijo de Dios hará justicia como jamás lo hubo ni lo habrá en el Universo. Todas las naciones y razas de la tierra se reconciliarán y dejarán de pelear una contra otra, y todos los seres humanos conoceremos la paz en su plenitud, y así todos seremos una sola familia bajo Dios porque la traerá Aquel que es el Príncipe de la Paz. Por eso, de la manera en que comemos este pan esta noche, y por la forma como participamos de esta cena esta noche, estamos aprendiendo el verdadero significado de la Pascua y el verdadero significado de la libertad.

El que preside la Cena continúa con lo siguiente:

(Comentario: Para aclarar cómo la salida de Egipto se simboliza en la Cena Pascual, el Director levanta cada uno de los alimentos ceremoniales por turno, para explicar su significado. Este era un momento muy significativo en la comida para los antiguos judíos; también para nosotros, nuevos israelitas, es un momento muy importante. Porque el cordero era objeto de rituales que están llenos de sentido profético: debe ser macho y sin mancha; era asado en un asador en forma de cruz, una de cuyas ramas atravesaba el cordero a lo largo; la otra separaba los dientes del frente, y ningun hueso podía rompérsele).

Pastor: Levanta el cordero.

Ana: "¿Cuál es el significado de pesaj?".

Pastor: "Pesaj significa el cordero pascual que nuestros padres sacrificaron al Señor en memoria de la noche en que Yavéh pasó de largo por las casas de nuestros padres en Egipto, como está escrito: "Cuando os pregunten vuestros hijos: ¿Qué significa para vosotros este rito? les responderéis: es el sacrificio de la Pascua de Yavé, que pasó de largo por las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a Egipto, salvando nuestras casas". (Exodo 12, 26-27)".

Pastor: descubre la pieza superior del pan ázimo y lo sostiene en alto.

Ana: "¿Cuál es el significado de Matzá?".

Pastor: "Este es el pan de aflicción que nuestros padres llevaron con ellos cuando salieron de Egipto, como está escrito: "Cocieron bajo la ceniza la masa que habían sacado de Egipto, e hicieron panes ázimos, pues la masa no había podido fermentar, por la mucha prisa que para salir les daban: y ni para comer pudieron preparar nada". (Exodo 12, 39)".

Pastor: Levanta la hierba, mientras todos preguntan:

Ana: ¿Cuál es el significado de maror?".

Pastor: "Maror, quiere decir hierba amarga. Nosotros comemos maror para recordar que los egipcios amargaron las vidas de nuestros padres, como está escrito: "Sometieron los egipcios a los hijos de Israel a cruel servidumbre, haciéndoles la vida amarga con duras labores en barro y ladrillo, y trabajos pesados en el campo. En todas las obras les hicieron servir con rigor. (Éxodo 1, 13-14)".

Pastor.- Estas son las Diez Plagas que Dios trajo sobre los egipcios en Egipto, y ellas son:

Ana: Al recitar todos las Diez Plagas, se derrama con los dedos unas gotas de vino de la copa misma diez veces sobre una servilleta. El vino que queda en la copa se habrá vuelto "vino que provoca alegría", por lo que no debe derramarse.

1. Sangre2. Bestias Salvajes 3. Ranas 4. Sarna 5. Piojos

6. Granizo 7. Peste 8. Oscuridad 9. Langostas 10. Muerte de los Primogénitos

Pastor: Vemos cómo los eventos de la Pascua sirvieron de prototipo a la Pascua de la Nueva Alianza, y anunciaron acerca de grandes cambios espirituales que deberían de acontecer en la vida de la Humanidad entera después de la Resurrección del Mesías. Por esa razón los Apóstoles cuando celebraban la Pascua, como lo hacemos nosotros hoy, afirmaban: "porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros" (2ª. Corintios 5,17).

Pues entonces, cuánto más debemos estar agradecidos al Omnipresente por la bondad doble y redoblada que Él ha concedido sobre nosotros, pues sacó a los israelitas de Egipto, ejecutó juicios contra el faraón y los egipcios y contra sus ídolos, mató a sus primogénitos, dio sus bienes a los israelitas, partió para ellos el mar, los hizo cruzarlo en seco, ahogó en él a sus opresores, proveyó sus necesidades en el desierto por cuarenta años, los alimentó con el maná, les dio el Día de Reposo, los llevó ante el Monte Sinaí, les dio la Ley, los introdujo en la Tierra de Israel, y envió para todos nosotros a Su Hijo, Jesús el Mesías, para expiar todos nuestros pecados.

Ana: Se recita la siguiente bendición, y se bebe la [segunda] copa, reclinado [hacia la izquierda]:



7. MISHPAT

El que conduce la Cena dice sosteniendo la copa de vino nuevamente llena:

Pastor: Esta es la copa que nos recuerda la buena intención de Dios de redimirnos cuando dijo: “He conocido sus angustias y he descendido para librarlos de mano de los egipcios y sacarlos de aquella tierra...”. Esta segunda copa es conocida como Copa del Juicio.

El juicio no cayó sobre los israelitas porque estuvieron protegidos por la señal de la sangre derramada del cordero pascual que fue colocada en los marcos de nuestras puertas.

Así tampoco el Juicio Final que viene, ni las plagas horribles que se acercan sobre este mundo caerán sobre nosotros porque estamos ahora protegidos por la sangre derramada de Nuestro Señor Jesucristo. Podemos beber de esta copa, confiados que el juicio no estará sobre nosotros, porque no nos ha puesto Dios para ira sino para alcanzar misericordia.

Se levanta la segunda copa llena con vino. Se dice:



8. RAJTZÁ

Mónica: Cada comensal lavará sus manos vertiendo agua tres veces sobre la mano derecha y tres sobre la izquierda. Antes de secarse las manos con una toalla se dice la siguiente bendición:

Pastor: Te alabamos, Señor y te bendecimos por lavar nuestros pecados en Aquel que es el Agua de Vida, y por permitirnos acercarnos a la mesa para ser alimentados de lo que Tú nos das. Bendito seas Señor.


9. MAROR

Ana: Se toma la hoja de apio o de lechuga en la mano y el que conduce la Cena dice:

Pastor: Comemos estas yerbas amargas porque los egipcios amargaron la vida de los israelitas en Egipto, como fuera dicho: “Y amargaron sus vidas con duro trabajo, con mortero y con ladrillos y toda suerte de labor en el campo; todo su trabajo que ellos los hicieron trabajar con rigor”(Éxodo 1:14).

Es por eso que estamos obligados a agradecer, alabar, ensalzar, glorificar, exaltar, reverenciar, bendecir, enaltecer y honrar a Quien hizo con Su Pueblo y con nosotros todos estos milagros, nos sacó por medio de la Sangre de Jesucristo, de la esclavitud a la libertad, del sufrimiento a la alegría, del luto a la fiesta, y de la oscuridad a una gran luz, y de la servidumbre a la redención, y diremos delante de Él una canción nueva; aleluya!

Ana: Se toma un pedazo de hoja, se unta encima de ella un poco de Jaróset y antes de comerlo se dice la siguiente bendición:

Pastor: Y está escrito: “comerán… con pan ácimo y con hierbas amargas” (Éxodo12:8).Te alabamos, Señor y te bendecimos por permitirnos comer yerbas amargas en recuerdo de la amargura de la esclavitud, para que aprendamos a no someter a ninguna persona a dicha condición. Bendito seas Señor.


Pastor: Estas hierbas recuerda la amargura del cautiverio y el Jaróset el aspecto del barro y la arcilla, los dos elementos básicos de los trabajos forzados.

10. COREJ

Mónica: Se toman una matzá entera y se hace con ella un sándwich de Maror y Jaróset. Lo comemos reclinados. Se dice la siguiente bendición:

Pastor: Te alabamos, Señor y te bendecimos por el pan, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres y las mujeres. Bendito seas, Señor.


11. SHULJAN OREJ

Ana: Se come el huevo cocinado, el cordero y todo lo demás que se haya servido en el plato de cada uno, en un ambiente de alegría y paz. Se recomienda poner música durante la cena (es válido poner música cristiana o hebrea, a gusto de la familia o de la comunidad pero no es recomendable poner música no-religiosa).

Se procura comer recostado sobre el lado izquierdo. Se debe concluir la cena con tiempo suficiente como para comer el Afikomán antes de la medianoche.

MEDITEMOS SOBRE LOS ELEMENETOS DEL SÉDER

Otro comensal puede leer mientras los demás comen:

El pan ácimo vino a sustituir el cordero pascual porque el Divino Maestro dijo: “Este pan es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de Mí” (Lucas 22:19). Por lo tanto, siguiendo el ejemplo de Jesús que hizo del pan un sustituto del cordero, comemos pan sin levadura durante esta fiesta y cordero.

El segundo elemento que debe estar presente es precisamente matzá, que es el pan sin levadura.

El tercer elemento que no puede faltar es el Marór o Hierbas amargas. Aquí sin embargo, continuando una tradición que nos

viene desde tiempos muy antiguos, hemos combinado estas hierbas amargas, con otros elementos para convertirlos en una pasta que llamamos Jaróset o mezcla, que toma el color rojizo simbólico del dolor de nuestro pueblo en Egipto cuando bajo la esclavitud del faraón tenían que hacer ladrillos de este color para las construcciones imperiales.

Esto nos recuerda también del dolor de Jesús cuando sudó por nosotros grandes gotas de sangre mientras decía: “Padre mío, si es posible pasa de mi esta copa sin que yo la beba... pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Mateo 26:39).

Estas hierbas amargas nos debe recordar también la amargura que el pecado produjo en nuestras vidas. El dolor que sentimos cuando pecamos contra el Señor. El sufrimiento que causamos a otros cuando pensando solamente en nosotros mismos, faltamos a los demás y dañamos la conciencia de nuestros hermanos. Este dolor debe ser recordado para que nos ayude a no volver a cometer los mismos pecados otra vez y nos comprometamos a vivir por el bien de los demás, como corresponde a nuestro título de “cristianos”.

El huevo cocinado se come entre los judíos tradicionales como signo de luto, por lo que se acostumbra ponerle un poco de ceniza para comerlo. Los judíos que creen en Jesucristo lo comen como signo de la vida nueva en Cristo. Una vez liberados de la esclavitud, no se puede retornar a la vida anterior y a las costumbres que se tenían en pecado y en esclavitud, ya que por la sangre de Cristo somos criaturas nuevas. De ahí que en los países europeos se acostumbre regalar huevos adornados o huevos de chocolate como símbolo de lo ya explicado.

Así que Pésaj o Pascua, Matzá o pan sin levadura y el Maror o Hierbas Amargas, son palabras que expresan dolor y libertad,

sufrimiento y emancipación, tristeza y esperanza, luto y regocijo.

12. TZAFUN

Ana: Después de la cena pascual, se continúa con el afikomán o la segunda mitad del matzá del medio que fue partido y escondido en una servilleta bolsa al principio de la cena.

Cuando el que conduce la Cena recupera el Afikomán, él lo parte en pedazos y le da un trozo pequeño a cada persona sentada alrededor de la mesa. Luego lee como sigue:

Pastor: Aquí Lucas 22,19 inaugura la institución de la Santa Cena, como explicó Pablo: "porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo `Esto es mi cuerpo, que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.´" (1ª. Corintios 10:23-24).

“y lo partió y se los dio”, esto es, la repartición del Afikomán.

Como Jesucristo había tomado el pedazo de Matzá del medio, que representa el sacerdote y mediador entre Dios y el pueblo, lo quebró como su cuerpo iba a ser quebrado, envolvió la mitad en la servilleta de lino como su cuerpo iba a ser envuelto para su sepultura, lo escondió como si fuera a ser sepultado, lo trajo de nuevo como Él iba a ser resucitado y lo distribuyó a todos los que estaban sentados a la mesa de la misma manera que Él iba a distribuir Su vida a todos los que creen.

Mientras Él lo hizo, era consciente que el pedazo de Matzá en la mitad representaba su propio cuerpo, sin mancha, dado para la redención de la humanidad. Así como la Matzá marcada y penetrada, su propio cuerpo iba a ser marcado y penetrado y por esas heridas fuimos curados (Isaías 53:5).

Por lo tanto, este Afikomán es la fuente de la Santa Cena, en la cual se instituyó, es también la esperanza de la salvación de los perdidos y la esperanza de la Segunda Venida del Mesías en gloria.

Luego de esto se prohíbe comer cualquier cosa.

13. BAREJ

Mónica: Si se quiere, se puede elevar una acción de gracias por la comida conforme el Espíritu inspire. Si se quiere, también se puede elevar en cambio la siguiente plegaria:

Birkat HaMazón (Bendición del Alimento)

Pastor: Te alabamos, Señor y te bendecimos porque alimentas al mundo entero con Tu bondad, con favor, clemencia y misericordia. Tú provees de pan a todo ser porque Tu clemencia es eterna. Por Tu inmensa bondad nunca nos faltó alimento ni nos faltará jamás. Tú eres el Dios que alimenta y sustenta a todos y bendice a todos, proporcionando alimentos a todas Sus criaturas. Bendito seas, Señor, que alimentas a todos.

Apiádate, Señor Dios nuestro, de todos los que en esta santa noche se hallan solos, sin techo ni pan, sin vestido ni esperanza y con toda clase de penurias; concede a ellos Tus misericordias y muéstrales Tu Salvación, para que puedan ver en Tu Hijo Jesucristo la redención y la restauración en sus vidas y en la de sus seres queridos.

14. GUEULÁ

El que conduce la Cena lee a continuación:

Pastor: Esta copa se llama "Copa de la Redención". Los sabios de Israel habían enseñado que la tercera copa representaba la

sangre del cordero pascual que se puso en la puerta de la casa de los israelitas en Egipto y por cuya marca de sangre fueron preservados de la muerte. Esta copa era llamada de Redención porque recuerda la tercera vez que el Señor se propuso sacar a Su pueblo de Egipto. Él le dijo a Moisés: "Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto y he oído su clamor por causa de sus exactores; pues he reconocido sus angustias y he descendido para redimirlos de mano de los egipcios...” (Éxodo 3:7-8).

Aquí la Cena como tal ha terminado. Cuando Jesús llegó a este momento (como lo explica el Apóstol: “asimismo tomó también la copa, después de haber cenado…” cf. 1ª. Corintios 10:25) y llegado el momento de explicar el significado de esta tercera copa, el Mesías dijo: “Esta es la copa del nuevo pacto en mi sangre”.

Al decir esto, le dio a esta tercera copa una explicación que antes no se conocía.

Y con esta copa se sella la Nueva Alianza, y la Santa Cena quedó definitivamente instituida cuando Cristo dijo: " Esta es la copa del nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de Mí" (1ª. Corintios 10:25)

Sin embargo, la redención no es plena cuando salimos de Egipto, sino cuando Egipto sale de nosotros. Para esto último, el Señor estableció un nuevo pacto según el cual borraría para siempre nuestros pecados y no se acordaría nunca más de ellos. Para borrar esos pecados hacía falta un sacrificio perfecto. Ese fue el sacrificio de Jesús y Su sangre derramada nos limpia de todo pecado.

Así pues, esta tercera copa nos habla de la redención física y de la redención espiritual. De la redención temporal y de la

redención eterna. De la redención del cuerpo y de la redención del espíritu.

Se recita la siguiente bendición sobre la Copa de la Salvación o de la Redención:



15. HALEL

Ana: Conforme se hace en todas las sinagogas judías en festividades, se recitan los salmos 113 (Pamela),114(Erikc),(Natalie) 115,(Abel) 116, 117 (Fernando) y (Gerardo) 118. Pueden recitarla cada comensal elegido por salmo.

El que conduce la Cena continúa diciendo:

Pastor: Al final del Halél bebemos la cuarta copa de vino. La llamamos la Copa de Alabanza, y nos envía un mensaje profético: que nuestra redención todavía no ha sido completada experimentalmente. Cuando Cristo Jesús venga por Segunda Vez, entonces la redención será experimentada completamente.

Ahora gemimos todavía queriendo ser revestidos de aquella gloria que Él nos ha prometido. Y la creación misma gime y está con dolores de parto hasta ahora, esperando la liberación de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Y no solo ella, sino que también nosotros mismos que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.

Mientras ese momento llega, sigamos fieles al Señor. Mientras ese momento llega, sigamos adelante. Mientras ese momento llega, echemos mano de la vida eterna. Mientras ese momento llega, vivamos bajo la sombra de Sus alas, hagamos el bien,

amemos al pobre, alimentemos al hambriento, visitemos al preso, socorramos al desnudo, protejamos al profeta y echemos nuestro pan sobre las aguas para que se convierta en semilla que dé fruto para vida eterna y que sea anotado a nuestra cuenta celestial para el día cuando El venga trayendo la recompensa de los justos en Su mano.

Se recita la siguiente bendición sobre la Copa de la Alabanza:



16. NIRTZA

El que conduce la Cena dice:

Finalizó el orden de la Pascua de acuerdo a su norma y estatuto según el Espíritu de Jesucristo. Conforme fuimos hallados merecedores de hacerlo, así lo merezcamos.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos porque nos permitiste a través de esta Cena recordar la obra de Tu redención en el Misterio Pascual que es Cristo mismo, Bendito seas, Señor.


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