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Participación política de la mujer a nivel regional

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Participación política de la mujer a nivel regional

La participación igualitaria de la mujer en la adopción de decisiones no sólo es una exigencia básica de justicia o democracia sino que puede considerarse una condición necesaria para que se tengan en cuenta los intereses de la mujer. Sin la participación activa de la mujer y la incorporación del punto de vista de la mujer a todos los niveles del proceso de adopción de decisiones no se podrán conseguir los objetivos de igualdad, desarrollo y paz. Plataforma de Acción, Beijing, 1995

• Las mujeres representan más del 50% de la población regional, sin embargo están muy lejos de alcanzar esta cuota de representación política en los puestos de elección popular.

• La situación va cambiando lenta aunque progresivamente, pero los obstáculos que caracterizan un ámbito tan predominantemente masculino, persisten.

Obstáculos

• Las barreras estructurales creadas por leyes e instituciones discriminatorias siguen limitando las opciones que tienen las mujeres para votar o presentarse a elecciones.

• Las brechas relativas a las capacidades implican que las mujeres tienen menor probabilidad que los hombres de contar con la educación, los contactos y los recursos necesarios para convertirse en líderes eficaces.

Resolución sobre la participación de la mujer en la política aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011

“Las mujeres siguen estando marginadas en gran medida de la esfera política en todo el mundo, a menudo como resultado de leyes, prácticas, actitudes y estereotipos de género discriminatorios, bajos niveles de educación, falta de acceso a servicios de atención sanitaria, y debido a que la pobreza las afecta de manera desproporcionada”

• Es indiscutible que el sufragio les permitió a las mujeres el ingreso nominal al mundo de la vida pública, al espacio de lo político.

• Sin embargo, alcanzar el reconocimiento jurídico y social del derecho a elegir no significó el mismo efecto en el derecho a acceder y a participar en la dirección de los asuntos públicos

• La práctica social y política demuestra que las mujeres no cuentan con las mismas posibilidades de acceso y de consideración de sus capacidades para ocupar posiciones de toma de decisiones, puestos públicos, de designación y de elección popular o en las organizaciones sociales.

• La desigualdad y la discriminación se evidencian claramente en el todavía insuficiente ejercicio del derecho a la participación y representación política, a la ciudadanía plena, por parte de lasmujeres.

Es ampliamente conocido que los derechos políticos se encuentran consagrados en distintos instrumentos internacionales de derechos humanos, tanto de carácter universal como de protección específica. Tal como lo consignan la Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 23), el Pacto de Derechos Civiles y Políticos (art. 25) y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (art. 7), el ejercicio de esos derechos tiene tres manifestaciones sustanciales: el derecho a votar y a ser elegido o elegida; el derecho de toda persona a participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos

Mecanismos para la inclusión: cuotas y paridad

El sistema electoral es uno de los componentes de la democracia representativa que ejerce una influencia significativa en el acceso de las mujeres a los puestos de elección popular.Tomando en cuenta la asimetría originada en prácticas de desigualdad y discriminación hacia las mujeres, se adoptan medidas especiales temporales tendientes a corregir las condiciones persistentes de desigualdad y discriminación de hecho, mientras estas se mantengan y hasta que se alcance la igualdad de oportunidades y de resultados con respecto a los hombres. De ello tratan las políticas de diferenciación para la igualdad o medidas de acción afirmativa (también conocidas como discriminación positiva o inversa), siendo las cuotas electorales un mecanismo de aplicación.

En la actualidad, más de un centenar de países a nivel mundial cuentan con la denominada “cuota de género”, fundamentalmente de tres tipos: de escaños reservados, cuotas voluntarias de partidos políticos, y cuotas legales; es sobre las últimas que se hará referencia. En América Latina las cuotas de participación política de las mujeres se han incorporado a la legislación, generalmente electoral (y en algunos casos constitucionalmente), son de carácter obligatorio y su aplicación se enmarca en el ámbito institucional relativo a la regulación de los procesos electorales.

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Diferencias entre regiones

Sigue existiendo diferencias importantes en los porcentajes promedio de parlamentarias según las regiones, entre unas cámaras y otras y entre las cámaras altas y bajas. Al 31 de mayo de 2012 se registraba los porcentajes siguientes: África subsahariana, 19,7 por ciento; Oriente Medio y África del Norte, 13 por ciento; Asia, 17,9 por ciento; región del Pacífico, 14,9 por ciento; Américas, 22,8 por ciento; países nórdicos, 42 por ciento; y Europa, excluidos los países nórdicos, 21,1 por ciento A nivel mundial, la media ha aumentado lentamente, sin embargo aún está lejos de reflejar el porcentaje que representan las mujeres en el conjunto de la sociedad.

América cuenta con el mayor porcentaje de mujeres ministras, de 22,9 por cientoTodos los países de África y América tienen por lo menos una mujer en una posición ministerial.América mantiene su liderazgo como la región con el promedio más alto de mujeres parlamentarias de 25,2 por ciento.Además, cuenta con 6 mandatarias en Argentina, Brasil, Chile ,Costa Rica ,Jamaica y Trinidad y Tobago.

Todo parece indicar que los cambios, si existen, son lentos; lentísimos para una sociedad que pide ser redefinida. Aunque el techo ya tiene millones de grietas y sin duda muestra un camino más favorecedor para las nuevas generaciones, la realidad es que las pocas mujeres que logran llegar a las cúpulas del poder se enfrentan a un mundo creado por y para los hombres donde la representatividad de “lo femenino” sigue sin ser visible.Una cuestión que es importante plantearnos, es ¿qué hace falta para que mujeres competentes lleguen a candidaturas relevantes? ¿Qué se requiere para que sean elegidas como representantes de Gobierno en nuestras democracias y las del mundo?Sin duda existe un gran camino por recorrer.

Las grietas en el techo de cristal