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Para un diarioDespertarNo sabía nada, no entendía nada. Pero nada, lo que se dice nada de nada. La única certeza era esa especie de pesadez mental, de cabeza envuelta por dentro en una bruma pringosa, densa, como difuminada contra una especie de cortina cenicienta que lo envolvía todo.

Columna vertebralClaro. Clarísimo. Perón trabajó para mejorar las condiciones de la clase obrera. Para organizarla con el fin de asegurarle un instrumento que garantizara la lucha por la obtención y conservación de esos derechos, a los que incluso les dio rango constitucional en 1949, cosa de la que la burguesía no pudo volver jamás.Nada describe mejor la extensión y los límites de la presencia y participación de los trabajadores en el modelo peronista.Y nosotros seguimos repitiendo: la clase obrera es la comuna vertebral del movimiento. Cuando deberíamos preguntarnos ¿y por qué no la cabeza? O, mejor ¿quién, qué clase es la cabeza del movimiento?

Ética vs. emociónLa absoluta precariedad de lo emotivo para la determinación de criterios de validez universal.La ética como ámbito de lo racional y la justicia como obrar de la ética.

Haz lo correctoLa intrusión de la emotividad en las consideraciones propias del mundo de la ética podría relacionarse con la relativa certidumbre de protección que nos ofrece el cumplimiento de las normas morales: protección ante los males del mundo, protección frente al universo, pues saber que hacemos lo correcto nos hace sentir en el lugar

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donde debemos estar; protección frente a los demonios que podemos acarrear y eventualmente desatar nosotros mismos.

Ética o moralPor definición, la razón práctica se manifiesta en las acciones. Así, el cumplimiento de las normas morales supondría la puesta en obra de su fundamento ético. Sin embargo, es sabido que las sociedades, clases, familias o individuos política y socialmente conservadores sienten un gran apego hacia el cumplimiento de tales normas por las normas mismas. Esto suele llevarlos al doble discurso, la hipocresía y la simulación. La causa de esto es que el mero cumplimiento de la norma moral puede desentenderse de su fundamento ético, que debe dar sustento a la norma, sea que esta se cumpla o no. Si el cumplimiento público de una norma implica el quebrantamiento clandestino de otra o de esa misma norma, la ética se rompe, no procede. Una conducta ética implica la aceptación convencida de sus principios, lo cual conducirá al cumplimiento de las normas morales en privado, en público, en todos los ámbitos de la vida.

Razón¿Teníamos razón porque nos hicieron víctimas? ¿O nos hicieron víctimas porque teníamos razón?Sostener la primera postura (ex - post) significa que nuestra razón se derivaría de nuestra previa condición de víctimas. De la misma manera que apenas se muere un vecino del barrio, un conocido, un hombre común, sus conocidos le descubren insólitos méritos, que alcanzan su esplendor durante el velorio y empiezan a apagarse con la última palada de tierra sobre su tumba. Cuando los vecinos, conocidos y hasta algunos familiares trasponen los límites del cementerio el muerto empieza a recobrar sus infinitas miserias.La respuesta surgirá del análisis de un plan político y de dos de sus recursos más evidentes (aunque soterrados por naturaleza y ocultos por su carácter vergonzante) que caen del lado de la ética, el terror y la complicidad.

InfiernoEl infierno como la pesadilla infinita que más tememos. Y nunca, nunca te despertás.

Infierno IIEl infierno es tener un jefe que sabe menos que vos.

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Bombero infernalImaginate: El tipo es bombero. Se muere haciendo un asado para la suegra. Va al infierno (por pelotudo). Le dicen: "Dale flaco, que tenés que apagar un incendio". "¿Dónde?" "Acá boludo". El tipo va, se pone el jetra de bombero, caza la manguera y apunta al fuego infernal. Con espanto descubre que tiene en sus manos sólo la punta de bronce y 18, 22 cm. de manguera propiamente tal. Y nada más. Como dijo el facho ruralista entrerriano del PCR: "Minga de agua". Alguien le dice: "Boludo. Estás en el infierno. ¿O creíste que apagarías algo, idiota?" El tipo piensa: "Por un momento pensé que seguía vivo. Ahora entiendo".

DisparoCuando vi llegar la bala sentí que me metía en el caño del arma y que el caño se agrandaba como un túnel oscuro, interminable y después nada; nada.

Infidelidad“No me jodas: te vi”, dijo y dio un portazo y todavía la escucho, yéndose, cada vez más lejos.

RedCierro los ojos y veo todo rojo. Los abro y veo, a mi lado, sobre el piso, un charco también rojo, rojo oscuro. Esto no puede ser sangre de otro porque estoy solo. Solo. Y no hay nadie más aquí. Nadie.

NadieLa muerte de uno es nadie, nadie más.

AforrismoFrase “importante” excretada por un forro.

Posgrado del BoludoEs imposible encontrar a alguien que habiendo sido boludo desde su niñez y adolescencia hubiera, de algún modo, dejado de serlo.Sin embargo, está lleno de boludos a los que, al cabo de un tiempo uno encuentra ejerciendo plenamente su condición, sólo que convertidos en hijos de puta a tiempo completo.Por lo tanto, se infiere que el posgrado del boludo es el hijo de puta.

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Aforrismo 1Nada que dañe vale nada.

Aforrismo 2“Una vez resuelto, todo problema es obvio.” John Updegraf: Adams Obvio)

Los “mínimos” aportes de las mujeres al desarrollo de la humanidadLa mujeres crearon la civilización: aprovechando las primeras situaciones de sedentarismo, descubrieron la germinación de las semillas e inventaron la agricultura; multiplicaron las posibilidades del fuego e inventaron la alfarería, el horno y el pan; empezaron a domesticar animales y mientras se sacaban el cuero entre ellas, a los lanares les sacaban la lana, tras lo cual inventaron lo que sería la industria textil, a la que siglos después renunciaría España en un acto de imbecilidad insigne, promoviendo la expulsión de los tejedores judíos (por judíos y seguramente también por tejedores) a Inglaterra, que les sacaría algún provecho, y gracias a la cual siglos más tarde se fabricaron las Medias Tom y Tomás Abraham pudo estudiar filosofía con Foucault (lo cual a nadie le importa, salvo a Abraham y a su editor); y por último: empezaron a contarse historias de amor interminables (antes que el amor existiera como un valor) e inventaron lo que sería el teleteatro, género que puede ser avasalladoramente horrible y que se curte cuando el amor puede no existir o directamente no existe y más frecuentemente como disolvente presunto (y berreta) de la lucha de clases. Sus dos peores invenciones son el machismo y el feminismo. Pero como son productos de sociedades clasistas, tengamos esperanzas. Lo que va a tardar más en licuarse es la boludez, pero es sabido que este mundo no tiene por qué ser perfecto. Y para acercarnos a esa remota posibilidad (así como también al infierno, que de suyo es el mal en estado de perfección) están, precisamente, las minas, que con parejo esmero pueden trasladarte al paraíso o partirte el corazón con un cuchillo y dejarlo ahí.

Justicia o perfecciónEngels dice que siendo los privilegios de los varones sobre las mujeres (el machismo, bah), parte de la organización y del paquete ideológico de las sociedades clasistas, en una sociedad sin clases las mujeres alcanzarán la plenitud de sus derechos. Es decir, que desaparecería el machismo. Nada dice en cambio de los boludos. Se limita a conjeturar sobre una sociedad más justa, no perfecta.

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La hoja rojaMe desperté soñando con La hoja roja, el título de una novela, creo que de Delibes. Sólo sé que el título refiere a una hojita de ese color que solía aparecer en los paquetitos de papel de fumar, entre las cinco o diez últimas hojitas, para avisar que el librito se está por terminar.

Lucha de clasesEn nuestro país la lucha de clases se lleva a cabo día a día. Sólo que en la última década, el conflicto entre el capital y el trabajo sólo transluce detrás del enfrentamiento entre fracciones de capital, que tratan de definir un nuevo marco para el desarrollo capitalista. Los trabajadores en esta no juegan. Conducidos por burocracias enriquecidas e limitan a tomar la parte de lo que producen y ocasionalmente a ponerse del lado de quienes históricamente los jodieron.

El paradigma ético de la autodenominada clase media.La búsqueda de un paradigma más ético, como le llama Mario Burkun a la salida de la explotación laboral como fuente de la acumulación de plusvalía no figura entre las utopías de los sectores de ese amplio, imprecisable e insaciable espectro social que se llama a sí mismo “clase media”. Movidos por sus insaciables apetencias, han renunciado a entender su condición objetiva. Su voracidad –en un extremo de audaz filantropía- induce en ellos el sueño de una especie de socialismo confortable en el que todos son propietarios de los medios de producción. Y aceptan entonces un sistema –el actual- fundado en la explotación del trabajo humano y en la acumulación del excedente que producen los más y se lo quedan los menos, para seguir reforzando el enorme complejo económico, jurídico, cultural e ideológico que, con infinitas sutilezas, favorecerá ese sueño hasta el infinito, si es posible. En el camino han dejado de lado la posibilidad de pensar que un sueño de mayor bienestar para todos sólo puede materializarse como sueño colectivo. Pero como lo colectivo no forma parte del arsenal de sus supersticiosas convicciones aprendidas de los medios, los rumores, su menguado regimiento de “intelectuales” los mediadores de la divinidad (que combinan al dios de los explotadores de Occidente con deidades antiquísimas y nuevas micro-iglesias),

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seguirán lustrando sus cadenas de chafalonía y cambiando la posibilidad de pensar y construir un nuevo paradigma ético, con libertad y justicia; con autonomía y solidaridad, por televisores, autos, viajes, departamentos y perfumes, es decir, por... cosas.

CrimenLa inagotable capacidad de los ricos para el cinismo es sólo comparable con la frescura con la que venden el crimen como algo necesario, lógico y... chic.

19/04/14PatrimonioTal vez sea una suerte no tener una gran posesión: al menos permite sostener una actitud, y tener una libertad de pensamiento que sólo es posible en tanto no esté atada a cosa alguna.

Bienaventuranzas apócrifasBienaventurados los que nada tienen, porque tendrán las manos libres cuando estalle el naufragio.Bienaventurados los que no mienten, porque nada les será preguntado.Bienaventurados lo que no creen, porque podrán llevarse una sorpresa.Bienaventurados los que creen, porque podrán llevarse una sorpresa.Bienaventurados los que se enamoran: ellos descubrirán en cualquier estación la primavera.

Sobre la tecnologíaNo mirar a la tecnología como un mero objeto(cognoscible a lo Kant; operable a lo yanqui), sino como un sistema óntico con el que nos relacionamos. Marx es claro en esto (El Capital, pag. 155 i.f.)La técnica surgió para ayudar al hombre en el trabajo. La acumulación de elementos, de sistema y en particular los saltos de la tecnología, lo desplazan, rigen la vida del hombre, lo deshumanizan, lo matan. Esto es capitalismo. (En esto vemos una nueva manifestación de la idea de la alienación: el hombre, con su trabajo crea el sistema que lo somete y lo enajena). No dejar de ver al sistema tecnológico capitalista como parte del capital. Es capital constante: es, por tanto, capital, derivado del trabajo humano.

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Adiós, maestro!

SecaHacía ya demasiado tiempo que no llovía. Sólo habían visto pasar algunas nubes distraídas una vez en cinco meses. Después todo había sido igual.Cuando necesitaban iban a la aguada y cargaban unos baldes con agua, acarreándolos a pulso hasta llegar al tanque que cerca de la puerta de la cocina se pasaba los días de aquel verano infernal a la sombra. Y la hija de puta de la lluvia que se negaba a aparecer. Ni siquiera un vientito refrescante. Nada. Lo que se dice nada.Sobre esas pobres certezas se edificaban las pobres esperanzas de la gente del pueblo, de cada uno de los juanes y las juanas que vivían allí y daban forma a ese algo parecido a un pueblo, un caserío, un villorrio o un error, un descuido de la nada.

Lo que el odio nos legó

Los precarios asesinos tumultuarios, inducidos por la épica del odio, instalada por los sectores poderosos del país a través de los medios de comunicación con los que comparten negocios, y desarrolladas por agitadores que se hacen llamar periodistas, ha empezado a cobrar sus víctimas. Cuando un pobre (vago, ladrón, arrebatador) le roba a un trabajador, a otro pobre, la situación es indignante. Precisamente, los integrados (que seguramente deben definirse como "yo-soy-clase-media", sin conocer las condiciones objetivas de esa turbia pertenencia ni de lo que

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de ella predican), han obedecido el mandato sutil de la campaña del odio y han empezado a masacrar infelices.Y en ello han puesto de manifiesto su capacidad para no ver nada.Son los mismos que emplean categorías inexistentes para explicarse la realidad: "clase media", "clase política", "corruptos", "todos ladrones", etc.

Como el eje de sus vidas es la propiedad de cositas, desde cepillos de dientes y celulares hasta automóviles y camperas, subordinan a ella todo lo que existe. La vida, sin ir más lejos. Y una vida vale menos que MI pasacasets, como evaluó el ingeniero Santos. Pero como su precario "pensamiento" es la borra del pensamiento de los poderosos y de sus repugnantes voceros como Carrió, Lanata, Laje, Leuco (ex vice director de Gente, el órgano semi-oficial del Ejército en tiempos de la dictadura), el radical señor Morales, los oscuros hombres de La Nación, los cráneos poco sutiles de Clarín, sus benefactores y repetidores en el interior, como José De la Sota, y otras celebridades, no pueden ver otra realidad que la que dichos personajes le proyectan en sus mentes, como en la caverna platónica. Entonces, quejándose contra los ladrones, violadores de la ley, estafadores, jamás pueden ni podrán ver a los sectores de capital que nos roban a todos, a los responsables reales de la inflación, como el capital agrofinanciero, ni a los pools de siembra, a los bancos, a las mafias del dólar, en suma: a los que nos roban la vida a todos.Entonces, como además les viene bien para dar cauce a sus prejuicios, todo eso deberá ser canalizado contra los distintos. No creo que las víctimas de esta oleada de odio sean rubiecitos y apuesto a que ninguno tenía secundaria completa. En ese “destartalado mundito” de la clase que no es clase y se enoja contra otra clase que tampoco es clase, es lógico que el objeto de su odio (es decir de su precariedad moral e intelectual) sea el que es. Es necesario identificar y tipificar este tipo de conductas de gente que no puede vivir en una sociedad que pretende vivir como tal. El delito no se reduce con delito; la pobreza no se reduce matando pobres. Porque los criminales anónimos de estos días, los actores del odio inducido por la conveniencia de los que pueden ganar si esto cambia- se han visto beneficiados en los últimos diez años por las políticas que, por supuesto, no entienden y como no entienden (porque el inexistente nivel de conciencia del sector

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social en el cual se inscriben no se lo permite) sólo se quedan con el resentimiento que los acompaña desde siempre. Y pueden -como muchísimos de los votantes de Rajoy- llegar a ser las primeras víctimas de cualquier posible cambio del actual estado de cosas, en materia económica y social. Porque lamentablemente es muy difícil que vean jamás que lo que están haciendo es armar el nudo de la propia soga.

¿Qué fue lo que dio nacimiento al espíritu gorila? ¿Cómo y por qué arraigó con todos sus pelos, fundamentalmente en la autodenominada "clase media", ese sector social que se pasa toda la vida esforzándose por parecerse a los grandes jefes, al presidente de la empresa, al gerente general, al doctor rico y al estanciero oligarca, o se pasa toda la vida esforzándose por hacerse rico rápidamente, o al menos por parecer rico, de modo que todo el mundo se enterara de su "progreso", toda la vida tratando de diferenciarse de la gente que no es como uno, que es morocha, feona, que no usa buenos perfumes ni buena ropa, que no siempre terminan la secundaria? De esa gente, ¿vio? Porque, claro, hubo un país normal, correcto, con instituciones que funcionaban y que aseguraba que cada uno estuviera en su lugar. Y de pronto, aquel hijo de puta se descuelga con lo de las vacaciones pagas y Mar del Plata (lugar exclusivo de la oligarquía y los ricos nuevos, pero ricos al fin), ese paraíso de la gente bien, al que con enorme esfuerzo habían empezado a ir (porque la industria que empezó en los primeros 40 expandió el mercado interno y generó empleo, consumo y excedente como para repartir generosamente entre muchos, cada vez más muchos y entre muchos más) Y Mar del Plata de pronto... se llena de esa otra gente, de cabecitas negras, de trabajadores, de obreros, ¡de sirvientas casadas con obreros!, de negros de mierda, en suma. Esto, este crimen de lesa dignidad para la “gente decente”, fue imperdonable. El increíble Hulk modelo “clase media” acusó el golpe y se puso primero verde, luego colorado, negro, violeta, púrpura, marrón... y se cubrió todo de pelos, durísimos y tupidos.Había nacido el gorila absoluto, criatura concebida a contrapelo (nunca mejor dicho) entre el odio y los derechos humanos de segunda generación a los que los peronistas llamamos justicia social. Si esto no explica la purísima y absoluta irracionalidad del odio anticristinista (que ni siquiera antikirchnerista, que está lejos de ser político, y que escupe permanentemente hacia arriba), habrá que

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dedicarse a sembrar semillas de grisín, a ponerles sal en la cola a los gorriones para cazarlos, o a lustrar con blem el cuerno de unicornio de la vecina de al lado.

EstadísticasLos explotadores, los vivillos, los delincuentes masivos (es decir, los que nos roban a todos, masivamente), los señores feudales tardíos, los reaccionarios, los lacayos que hablan y escriben por ellos, tienden a naturalizar la realidad en aquello que nos duele o nos jode a la mayoría de los humanos. Naturalizar significa que las cosas, los hechos ocurren todos de modo natural. Ejemplos: “Siempre hubo pobres y ricos”. “La pobreza siempre existió”. “Y…, las mujeres son así”. “Y…, los pobres son vagos”. “Y…, los pobres son negros”. “Y…, los negros son vagos”. “Y…, la culpa de todo es de este gobierno”. “Y…, la culpa de todo es de los judíos”. Etcétera. Las cosas -fatal, invariablemente- son; son así como son: es natural que así sea. Con esto se busca ubicar a los hechos sociales en el marco de los fenómenos naturales. La naturaleza, aunque modificable en algunos aspectos (mientras no se la desarticule estructuralmente, dado que mantiene un equilibrio que le es propio), es estructuralmente inmodificable. Sus ciclos se repiten, los fenómenos naturales siempre se manifiestan: se nace y se muere, llueve, hace frío o calor en determinadas épocas del año, los cuerpos caen hacia la tierra, el agua no se mezcla con el aceite. Las relaciones sociales, en cambio, son históricas: surgen de las luchas, tensiones, contradicciones en el seno de las sociedades. Esto conduce al cambio social, político, económico. Por eso los explotadores, los vivillos, los delincuentes masivos (es decir, los que nos roban a todos), los reaccionarios, los lacayos que hablan y escriben por y para ellos, insisten en "naturalizar" fenómenos y hechos sociales para presentarlos como productos de la fatalidad, como algo irreversible.1

1 Esto debe haber provocado la perturbación epistémica del ex número dos de Cavallo en el Ministerio de Economía, el contador Schiaretti, quien ante una propuesta que le fue presentada a fines de los 90 para tratar de incentivar la formación y desarrollo de micro-empresas en el sur de Córdoba, les dio a los autores de la iniciativa, funcionarios y técnicos de la Universidad Nacional de Río Cuarto, una imprevista cátedra de ciencias naturales: “La elevada mortalidad de las micro y pequeñas empresas, -dijo- está… en la naturaleza de las cosas”. Hasta ese momento, quienes estábamos allí habíamos creído que la economía el tema pertenecía a las ciencias sociales.

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No es que no conozcan la diferencia entre historia y naturaleza, ni que no sepan qué es eso de la historicidad: lo saben, por eso apelan a ese recurso pseudo filosófico para convencer, para anular las críticas posibles a los hechos sociales, para desalentar las ideas de cambio en la sociedad.Así, son innumerables los tarados que creen que a los chorros, negros, pobres, paraguas, bolitas, chilotes, brazucas, es decir, a todas las manifestaciones que en el concepto "chorro" pueden emerger, hay que destruirlas, aniquilarlas, matarlas. En Alemania, desde fines del siglo XIX y particularmente desde la década de 1920 en adelante, se les concedió a los judíos el privilegio de encabezar una lista semejante. Muchos sabemos lo que pasó. Otros no, y a otros no les importa. Entre estos adoradores del celular como símbolo de la vida se recluta lo peor de la sociedad argentina. En general es gente que no tiene identidad política, porque no tiene identidad alguna. Son poseedores. Su identidad, su condición depende de lo que tienen y de lo que aspiran a tener. Obviamente, no han leído lo que escribió Erich Fromm en Tener o ser. Ellos y ellas sueñan con ser como los que tienen guita y como saben que nunca tendrán tanta como quisieran, odian. Pero no odian a los que tienen “una bola de mosca” como decía Spinetta en “Yo quiero ver un tren”, sino a aquellos que están más a mano y que tienen menos que ellos; es decir, que no califican como humanos, que no son “la gente”, según una feliz e imprecisa categoría que Chacho Álvarez puso en circulación, con el auspicio de cierto gran diario. Y en esos que tienen menos, ellos ven al enemigo, al que alucinan que les puede quitar todo, cuando está a la vista que los únicos que nos pueden quitar todo a todos no son precisamente los motochorros ni los arrebatadores, sino personas elegantes que viven en lujosos countries o en edificios inaccesibles para casi todos. Empezando por los “ellos”. Ellos, ahora, están ahora en operaciones. Y es para preocuparse.La síntesis sería: chorros hubo siempre; tarados también. Pero la realidad está mostrando un corrimiento estadístico; un cambio cuantitativo que implica uno cualitativo: está empezando a haber más tarados que chorros. Y eso sí es extremadamente peligroso.

Fané(Gotán postumbero)

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Tras que me abrí del escruche, ando bastante fané; y por todo capital, cuelo de pucho en la oreja.y para colmo mi viejame tiene medio multado.

Los amigos se han borrado:unos la van de políticosy los que la iban de críticoshacen cola en una caja:mejor tener un conchaboque vivir sólo de paja.

Y si pintara algún dato Que siempre trae algún gilcolar de ñoca ni ahí: ni pipa para yugarla,porque antes que ver a un yugaprefiero darme a la fugasin empezar a correr.

Antes prefiero el ragú,ya le conozco la cara,o palmarla en el Tornúo laburar de arbolito,o vender algún gramito,pa comprar un poco e fiambre

porque no habrá ni un alambreque me haga jugar al arco;yo siempre fui medio parcopero nunca pelotudoy mientras no seas felpudola vida sola se lleva.

Así dice mi percantaque solía ser maleva,pero que ahora me lleva pal embrollo espiritual: “No todo irá siempre mal,ya verás que todo fluye”

Yo dejo que me chamuye,

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para no tener kilombo:se vino con lindo combocuatro pibes y la viejay hoy el correr la conejaes la empresa familiar. Y si pintara algún dato que siempre trae algún gilcolar de ñoca ni ahí: ni pipa para yugarla,porque antes que ver a un yugaprefiero darme a la fugasin empezar a correr.

Columna vertebralClaro. Clarísimo. Perón trabajó para mejorar las condiciones de la clase obrera. Para organizarla con el fin de asegurarle un instrumento que garantizara la lucha por la obtención y conservación de esos derechos, a los que incluso les dio rango constitucional en 1949, cosa de la que la burguesía no pudo volver jamás.Nada describe mejor la extensión y los límites de la presencia y participación de los trabajadores en el modelo peronista.Y nosotros seguimos repitiendo: la clase obrera es la comuna vertebral del movimiento. Cuando deberíamos preguntarnos ¿y por qué no la cabeza? O, mejor ¿quién, qué clase es la cabeza del movimiento?

Ética vs. emociónLa absoluta precariedad de lo emotivo para la determinación de criterios de validez universal.La ética como ámbito de lo racional y la justicia como obrar de la ética.

Haz lo correcto

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La intrusión de la emotividad en las consideraciones propias del mundo de la ética podrían relacionarse con la relativa certidumbre de protección que nos ofrece el cumplimiento de las normas morales: protección ante los males del mundo, protección frente al universo, pues saber que hacemos lo correcto nos hace sentir en el lugar donde debemos estar; protección frente a los demonios que podemos acarrear nosotros mismos.

Ética o moralPor definición, la razón práctica se manifiesta en las acciones. Así, el cumplimiento de las normas morales supondría la puesta en obra de su fundamento ético. Sin embargo, es sabido que las sociedades, clases, familias o individuos política y socialmente conservadores sienten un gran empeño por la exhibición pública de su acatamiento a las normas. Este hacer del cumplimiento de las normas morales un acto paladino, puede asociarse al rol ejemplarizador que, en determinados contextos histórico-sociales, pretenden asumir ciertas personas, grupos o clases. De lo contrario quedaría sólo la impresión de que su apego refiere a la idea del cumplimiento de las normas por las normas mismas, lo cual nos dejaría ante situaciones de doble discurso, hipocresía o simulación. La causa de esto es que el mero cumplimiento de la norma moral puede desentenderse de su fundamento ético, que es el que debería dar sustento a la norma, sea que esta se cumpla o no. Si el cumplimiento público de una norma implica el quebrantamiento clandestino de otra o de esa misma norma, no habrá quién cuestione la conducta moral. La ética así se rompe, no procede. Una conducta ética implica la aceptación convencida de sus principios, lo cual conducirá al cumplimiento de las normas morales en privado, en público, en todos los ámbitos de la vida.

Razón¿Teníamos razón porque nos hicieron víctimas? ¿O nos hicieron víctimas porque teníamos razón?Sostener la primera postura (ex - post) significa que nuestra razón se derivaría de nuestra previa condición de víctimas. De la misma manera que apenas se muere un vecino del barrio, un conocido, un hombre común, sus conocidos le descubren insólitos méritos, que alcanzan su esplendor durante el velorio y empiezan a apagarse con la última palada de tierra sobre su tumba. Cuando los vecinos, conocidos y hasta algunos familiares trasponen los límites del cementerio el muerto empieza a recobrar sus infinitas miserias.

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La respuesta surgirá del análisis de un plan político y de dos de sus recursos más evidentes (aunque soterrados por naturaleza y ocultos por su carácter vergonzante) que caen del lado de la ética, el terror y la complicidad.

Valor del nosotros.Sin héroe no hay gesta y sin gesta no hay épica.Sólo no puede haber épica sin nosotros, porque el héroe es todos.

Ir y quedarse y con quedar partirse…Muchos perdimos la oportunidad de conocerlo cara a cara, de compartir un vino o un café, trenzados en el humo envolvedor de sus cigarrillos. Tenía mucho más para decirnos. Pero todo lo que nos dijo alcanza el valor del todo.Nos regaló la absoluta poesía que cabalgaba en su prosa y la magia que de ella se desprende.Compartió con nosotros miradas de este mundo que de otro modo no hubiéramos podido ver.Al enseñarnos a mirar nuestra historia de otro modo, nos enseñó a pensar.A pensar nuestra historia. Que es pensar nuestra vida. Que es pensarnos desde el centro del lugar que nos toca. Que es pensar.Podemos y podremos recurrir siempre a él a través de la palabra guardada y legada.Pero como nos ayudó a mirar y nos dejó pensando, todavía sigue aquí.Y no estamos dispuestos a dejar que se vaya, maestro Galeano.

Venas abiertasEn 1973 empecé a estudiar filosofía en la Universidad Nacional de Río Cuarto. Era una de las universidades “nuevas”, creadas por la dictadura lanussista para “desconcentrar” los focos de rebelión y conflictos estudiantiles que habían sido las universidades grandes, particularmente a finales de los ‘60s. Tras la arrasadora victoria del peronismo el 11 de marzo en todo el país, la UNRC, que amaneció naturalmente peronista-camporista-montonera, logró reunir e hizo florecer un manojo de corazones tan claros y cabezas tan lúcidas como las de Augusto Klappenbach, Jorge Hugo Llambías, el Negro Godoy, Daniel Weinberg, Cecilia Braslavski, Héctor Roudil, la bella Isolda Batistozzi, de quien años después, el

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mar se enamoró hasta el empecinamiento y no quiso devolvérnosla, Ricardo el Gringo Embrioni, el Gordo Alejandro Massa, fundador de la FUNRC, Carlos el Flaco Claret, Mario Burkun, el Mono Scervo y Liliana Checa; Alberto Saharrea, su querida compañera Guigui Ferrer, el Gringo Cogno, Olguita Madrile, Graciela Galanzini, los ojos de Graciela Quevedo, Ricardito Carrera y el Peco Duarte, entre otros. En el marco de una bibliografía sesgada hacia una mirada alternativa y comprometida con la idea de cambiar la realidad, en una de las materias nos indicaron la lectura de Las venas abiertas de América Latina. Fuera de la obligatoria, hice una segunda y una tercera lectura antes de 1976: la última en el micro que me transportó desde Mar del Plata a Río Cuarto de regreso de mis vacaciones. En pocos días todo se precipitó. Así fue como el 20 de marzo del 1976 el director de la UP 4 –la cárcel de Río Cuarto- informó que todos los presos políticos quedaban incomunicados hasta nueva orden, que se prohibían las visitas, ingreso de alimentos, el mate, la radio, las biromes, los cuadernos y los libros. Sólo se permitía que nos depositaran dinero para comprar tabaco y cigarrillos. Fue así como los envoltorios de tabaco se transformaron en hojas de escritura, en las que anotábamos los apuntes de los cursos de formación que se dictaban. Los compañeros más hábiles lograron "encanutar" una radio Spika, biromes y un libro. Ese libro era, justamente, Las venas abiertas de América Latina, que durante meses leímos en nuestros grupos de estudio y discusión, clandestina, apasaionada, vorazmente, casi hasta gastarlo.

La certidumbre de la dudaUn docente, como un médico, no es solamente un recetador ni tan siquiera un recomendador ni un comentador de libros.Un programa de estudios no es un vademécum bibliográfico sino más bien un listado de problemas que incluye nociones para reconocer los, entenderlos, abordarlos y, de ser posible, resolverlos.En el caso de la filosofía, la técnica profesional básica es la pregunta.La filosofía es el arte es el arte de preguntar, de escrutar, de ver y escuchar, de cuestionar. Cuestionar no significa plantear a priori la condena o abrogación de una idea, postulado, obra, sistema o proposición. Cuestionar significa poner en cuestión, esto es someter a preguntas.Todo lo que existe y todo lo que es concebible puede ser sometido a preguntas: interrogado, inquirido, demandado, preguntado.

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Se parte no de la duda metódica postulada por Descartes sino más bien de una puesta en duda a la que puede ser sometido aquello que se presente a la consideración de quien filosofa.Someter a consideración algo es someterlo al juicio de una pregunta.A diferencia de lo que recomienda Descartes no se trata de dudar de todo, sino de dejar abierta la posibilidad de preguntar por todo, sabiendo incluso que algo se puede saber, que de hecho, algo se sabe en el momento de enunciar la primera pregunta. Esto queda muy claro en los interrogatorios a los que Sócrates (acaso el histórico, pero sí ciertamente el personaje creado por Platón) somete a sus interlocutores.En realidad, importa menos dudar de todo (de manera casi dogmática) que el estar dispuesto a ello.Dudar de todo no es nunca dudar de todo. (El omnidudador se parece demasiado al pelotudo que dice dudar de todo para nunca pensar en nada.)Dudar, en términos filosóficos, es, por un lado, dudar de lo viejo y consagrado o de lo pretendidamente nuevo y renovador (dudar de su novedad, dudar de su capacidad renovadora como factibilidad). No son infrecuentes la estridencia retórica y el chisporroteo verbal como envoltorios de prácticas conservadoras y aún reaccionarias.Incluso para dudar hacen falta certezas.Sostener “yo dudo de todo” es una paradoja tonta, pues implica una certeza que devela una contradicción en los términos. De igual modo, las más firmes convicciones deben reservarse un mínimo de dudas si es que el propósito es ir hacia adelante, excepto que el objetivo sea la autodestrucción. El suicida puede dudar sólo hasta que aprieta el gatillo o muerde la cápsula del veneno.Pero si el propósito real es sostener una convicción, la tarea que se impone es hacerla fuerte, desplegarla, avanzar con ella. En términos de una mínima racionalidad esto implica la certeza de que hay escollos y de que puede haberlos de tal envergadura que obliguen a corregir el rumbo para seguir adelante. Esto es lo que suele llamarse “plan B”.De ahí que para sostener con mayor vigor la más firme de las convicciones es necesaria una pestaña de duda (aunque sea lógica o procedimental). Esta pestaña de duda, esta reserva intelectual surge de una interrogación no formulada a la realidad, pero que está presente como pregunta posible a partir de la certeza de que la realidad invariablemente –como insinuaba Hume– es contingente.

Cambio de Guardia

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-Buenas tardes señor Oficial. Parte sin novedad.-¿Cómo sin novedad? ¿No es que mandaron tres internos al calabozo?-Ah, bueno… ¡con novedad entonces!