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ANGUS DEATON ~~~~~~~-~ __ """'"" - ~- -- El Gran Escape P araAngu!>Dcalon la estimulante historia del progteso material es también el relato de cómo ~eha ext0ndido la ucsiguaklad entre los paises y dentro de los países. Los indudables il\'ilncC's de la medicina han sígniiícado para gran par- te de]a humanidad el "Gran Escape" respecto d£' lodo lipo de pri- vaciones y de muchas enfermedades mortales. Pero aunque es cieno que c<lda vez hay más gellle sall1dalJ!(' y con acceso a bienes y servidos básico> de calidad, hoy en día el mundo es credcnte* mente inequitarh'o. La explicación que ofrece este libro revcJ~1 una paradoja: los me- canismos que durante los últimos dos siglos y medio permitieron a los países industrializados pxperimentar un progreso sO!;lenido son Jos mismos que han ensanchado la hrecha entre los que salie- ron avante y los que:::e vienen quedando atrás, Dcaton \'a más allá en su diagnóstico; la ayuda externa a los pMses pobres a menudo pcrpetlJa 13existencia de gobiernos débiles o cormplOS, de institu- ciones endebles y de polírlcas perniciosas. Aquí se revballlas rutas de escape que, t'n nuestro presenteglo- baJízado, generan oportunidades, aunque no todos los paises están igualmente preparados para ap/'Ovecharlas o no tiencn suficiente determinación para hacerlas suyas. La extraordinaria reconstruc- ción >üciohistórica del desarrollo del bienestar que rcaliza el aUlor, basada en variables demográficas -partiwlarmel1le el incremen. to en la esperanza df' vida.~ y en estadísticas sobre la distribución del ingreso --para describir la concentración en segmentos cada vez menores 0{' la pnblación-, Ii" valió a este libro ser reconocido en :¿013 como uno de los mejores de economía t' historia económi~ ca por BJoombcrgi Bllsinesswcpk, Forbes y liU? Financia! Times! Goldman Sa,hs. o !lljl~ljljll~llU~ , Salud, riqueza y los orígenes de la desigualdad I " 1 ~ ,. .: :: ~ :; ":: , :- -- .1 '.J iJ

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Page 1: P ElGran ANGUS DEATON 1 - udesantiagovirtual.cl

ANGUS DEATON~~~~~~~-~ __ """'"" -~- --

El GranEscapeParaAngu!>Dcalon la estimulante historia del progteso

material es también el relato de cómo ~eha ext0ndido laucsiguaklad entre los paises y dentro de los países. Los

indudables il\'ilncC's de la medicina han sígniiícado para gran par-te de]a humanidad el "Gran Escape" respecto d£' lodo lipo de pri-vaciones y de muchas enfermedades mortales. Pero aunque escieno que c<lda vez hay más gellle sall1dalJ!(' y con acceso a bienes

y servidos básico> de calidad, hoy en día el mundo es credcnte*mente inequitarh'o.

La explicación que ofrece este libro revcJ~1una paradoja: los me-canismos que durante los últimos dos siglos y medio permitierona los países industrializados pxperimentar un progreso sO!;lenido

son Jos mismos que han ensanchado la hrecha entre los que salie-ron avante y los que:::e vienen quedando atrás, Dcaton \'a más alláen su diagnóstico; la ayuda externa a los pMses pobres a menudopcrpetlJa 13existencia de gobiernos débiles o cormplOS, de institu-

ciones endebles y de polírlcas perniciosas.Aquí se revballlas rutas de escape que, t'n nuestro presenteglo-

baJízado, generan oportunidades, aunque no todos los paises estánigualmente preparados para ap/'Ovecharlas o no tiencn suficientedeterminación para hacerlas suyas. La extraordinaria reconstruc-ción >üciohistórica del desarrollo del bienestar que rcaliza el aUlor,basada en variables demográficas -partiwlarmel1le el incremen.to en la esperanza df' vida.~ y en estadísticas sobre la distribucióndel ingreso --para describir la concentración en segmentos cadavez menores 0{' la pnblación-, Ii" valió a este libro ser reconocidoen :¿013 como uno de losmejores de economía t' historia económi~ca por BJoombcrgi Bllsinesswcpk, Forbes y liU? Financia! Times!Goldman Sa,hs.

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SECCIÓN DE OBRAS DE ECONOMíA

EL GRAN ESCAPE

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TraducciónIGNACIO PERROTINI

Revisión de la traducciónFAUSTO JOSÉ TREJO

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ANGUS DEATON

El Gran EscapeSALUD, RIQUEZA Y LOS ORÍGENES

DE LA DESIGUALDAD

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

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Primero edición en inglés, 2013Primero edición en espnf'lol. FCE México, 2015Primero edición, FCE Chile, 201 5. -. _ ... -.

En memoria de Leslic Harold Deaton

Denton, Angus . 'El Gran Escape. Sa'lud, iique7.a y los OIigenC5 de In desigualdadl Angl!S Deaton;

trad. de Ignacio Pen'Otiñi;' re\'. de la trad, de: Fausto luséTrejo, - M~xico: Fet!, 2015403 p. ; 21 l<' 14 cm - (St-cción de Obras de Econom{a) .Tllulo original: The Cren! EscapC:: 11eahh, Wealth nnd the Origins oflnequalilyISBN 978_956_289.134_9

1, Desigualdad 2. Distribución económica 3. Salud mundial 4. Historia econó-mic;l1. Per:l"Otini, Ignacio, tr.lI, 1h:-jo, Fausto, rey. 111. Ser. IV. t.

LC HC79.15

'., ..

Distribución mundial

Diseño de por1ndn: l.aurn Espondn AguiJar

Dewey 339.2 D343g

• •

02013, Prineeloll I1niveThitv Pl'c.,<;'<;TIlulo original: n,e. Crear Esc(lpí';: Ifr.o.lrll, Wcalth, (Illd rht! Origillso{11lCllualily

D. R. e 2015, Fondo de Culturo EconómicnOIn-.::tcl'R Picacho-Ajusco, 227; 14738 Mbico. D, F.••••..ww.fondodcculluroeconomicn.eomEmpresa certifienda 1509001:2008

'J'l"b ,¡!~ndo de Culturo Económica Chile S.A.. PasCo Ruine;' 152, Santiago, Chile S.A .

.Se prohíbe la I-.::pruducción lotol o pan:::inl de eSla obro, sen cual fuere. el medio, sin la nnuencin por escrito del titular de los derechos.

,i :15BI'lI'978-596-289-134-9

Impreso en Chile. Primcd in Chile

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íNDICE GENERAL

Prefacio .Introducción. De qué trata este libro

I. El bienestar en el mundo

Primera ParteVIDA y MUERTE

n. De la prehistoria a 1945. . . .111. Escapar de la muerte en el trópicoIV. lLl salud en el mundo moderno .

Segunda ParteDINERO

V. Bienestar material en los Estados UnidosVI. La globalización y el Escape más Grande

Tercera ParteAYUDA

VIL Cómo ayudar a los que se quedaron atrás

Post scriptum. ¿Qué sigue?BibliohemerografíaÍndice analítico . . . . .

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79123148

193248

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359365389

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PREFACIO

El gran escape es una película sobre un grupo de hombr'cs queescapan de un campo de prisioneros de guclTa en la segundaGuen-a Mundial. El "Gran Escape" de este libro es la historiade cómo la humanidad escapa de la privación y la muel-te PI-C-malura, de cómo las personas han conseguido mejorar sus vi-das y han mostrado el camino a seguir a las gencl-aciones pos~teriol-cs.

Una de esas vidas es la de mi padre. Leslic Harold Dentannació en 1918 en una aldea de minas de carbón llamada Thur.erort, ubicada en los campos de carbón de Yorkshirc del Sur.Sus abuclos. Alice y Thamas, habían abandonado el trabajoagrícola con Ja cspemnza de prosperar" en la nueva mina. Suhijo maym~ mi abuelo Harold. combatió en la primera Guen-aMundial, retomó al "hoyo" y finalmente se convirtió en super:...viso'""Para mi padre resultó difícil educarsc en Thurcroft en elperiodo de entreguen-as porque sólo a algunos niños se les PCl""mitía ir a la secundaria. Leslie realizó trabajos ocasionales enla mina; al igual que otros muchachos, su ambición era quc undia tuviera la opo,1unidad de tmbnjar en la superficie. Nunca loconsiguió; fue enrolado en el ejército en 1939 y enviado a Fnlll-da como palie dc la inforlunada Fuel7.a Expedicionaria Bri-tánica. Después de esa debacle lo enviaron a Escocia para en ..trenm"Se como parte de un comando; ahí conoció a mi mad, ..cy tuvo la "f0l1una" de ser n~chazado del ejército por luberculo-sis y enviado a un sal1atOl;o; digo "f0l1una" porque la incursióndel comando en Noruega fue un fmcaso, y muy probablemen-te habría muerto. Leslic fue desmovilizado cn 1942 y se casócon mi madre, Lily Wood, la hija de un earpinlero de la ciu-dad de Galashiels en el sur de Escocia.

Aunquc fue pr"ivado de una educación secundaria en York-shire, Leslic había ido a la escuela noctuma para aprender ha-bilidades de exploración que eran útiles en la minería, y, en1942, con la eseaSC7.de mano de ohm. csas "habilidades lo hi-cieron atractivo para ser contratado como el chico a cargo de

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12 PREFACIO PREFACIO 13

los recados en una empresa de ingenieros civiles en Edimhur-go. Decidido a convertirse en un ingeniero civil y comenzandocasi de la nada, él trabajó duro durante una década y finalmen-te calificó como uno. Los cursos eran muy difíciles. especial-mente los de matemáticas y física; la escuela nocturna a laque asistió, hoy en día la Heriot- Watt University de Edimbur-go, me envió recientemente los resultados de sus exámenes y,sin duda alguna, trabajó duro. Consiguió un empleo como in-geniero proveedor de agua en las Borders de Escocia y compróla cabaña donde había vivido la madre de mi abuela, y dondese dice que en épocas pasadas sir Walter Scott había sido un visi-tante ocasional. Para mí, mudarme de Edimburgo --con suclima sucio, cenizo y miserable- a un pueblo del campo ---consus bosques, montañas y corrientes de truchas y, en el veranode 1955, su resplandor interminable- fue en sí mismo unGran Escape.

De una manera clásica, mi padre se aseguró de que yo tu-viera una mejor suerte que ]a que él había tenido. De algunaforma logró persuadir a mis maestros de la localidad para queme asesoraran fuera de clases a fin de preparar el examende ingl"cso a una prestigiosa escuela pública (i.e., privada) deEdimburgo, donde fui uno de los dos muchachos que en eseaño consiguieron beca; las colegiaturas anuales superaban elsalario de mi padre. Finalmente fui a Cambridge como estu-diante de matemáticas y con el tiempo me convertí en profe-sor de economía, primero en el Reino Unido y luego en Prince-ton. Mi hermana fue a la universidad en Escocia y se convirtióen maestra de escuela. De la docena de primos míos, nosotros'fuimos los únicos que asistimos a la universidad, y, por supues-to, ninguno de la generación previa tuvo esa oportunidad. Losdos nietos de Leslie viven en los Estados Unidos. Mi hija essocia de una exitosa empresa de planificadores financieros enChicago y mi hijo es socio en un exitoso fondo de inversión dealto riesgo en Nueva York. Ambos recibieron una rica y varia-da educación en Princeton -vastamente superior en profun-didad, amplitud de oportunidades y calidad de enseñanza ami propia experiencia árida y estrecha como estudiante de li-cenciatura en Cambridge-o Ambos tienen un estándar devida más allá de cualquier cosa que Leslie pudo haber imagi-nado -aunque él vivió lo suficiente para ver gran parte de

esto y complacerse en ello-o Sus bisnietos viven en un mundode riqueza y oportunidad que habría sido una fantasía remotaen los campos de carbón de Yorkshire.

El escape de Thurcroft realizado por mi padre es un ejem-plo de lo que trata este libro. Él no nació en la pobreza abyec-ta, aunque con base en los estándares actuales parecería quesí, pero terminó su vida con cierta riqueza comparativamentehablando. No tengo datos sobre las aldeas mineras de York-shíre, pero por cada millar de niños nacidos en Inglaterra en1918 más de 100 murieron antes de cumplir los cinco años deedad, y los riesgos de muerte probablemente serían mayoresen Thurcroft. Hoy en día los niños del África subsahariana tie-nen una mayor probabilidad de vivir hasta los cinco años deedad que la que tenían los niños ingleses en 1918. Leslie y suspadres sobrevivieron a la gran pandemia de influenza de 1918-1919, aunque su padre murió joven a consecuencia de un va-gón descarrilado en la mina. El padre de mi madre murió joventambién, de una infección que siguió a una apendicectomía.Sin embargo, Leslie, a pesar de su encuentro juvenil con la tu-berculosis -el Capitán de la Muerte-, vivió hasta los 90 años.Sus bisnietos tienen bastantes probabilidades de vivir hastalos 100 años.

Los estándares de vida de hoy son mucho más altos quehace un siglo, y más gente escapa de la muerte en la infancia yvive lo suficiente para experimentar esa prosperidad. Casi unsiglo después de que naciera mi padre, sólo cinco de cada 1000niños británicos no viven hasta sus primeros cinco años y, aunsi la cifra es un poco más elevada en lo que queda de los cam-pos de carbón de Yorkshire -la mina de Thurcroft cerró en1991-, es sólo una fracción pequeña de lo que era en 1918.Las oportunidades de educarse, muy difíciles en los tiemposde mi padre, hoy se dan por sentado. Aún en mi generación,menos de uno de cada 10 niños británicos fue a la escuela debachillerato, mientras que en la actualidad la mayoria tienenalguna forma de educación terciaria.

El escape de mi padre, y el futuro que él construyó parasus hijos y sus nietos, no es una historia inusual. Sin embar-go, está lejos de ser universal. Muy pocos de la generación deLeslie en Thurcroft obtuvieron una educación profesional. Lashermanas de mi madre no 10 consiguieron, ni tampoco sus

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14 PREFACIO

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PREFACIO 15

esposos. Su hermano)' la familia de éste emigraron a Austra-lia en los años sesenta, cuando Su capacidad de subsistir <.l du-ras penas con base en la improvlsación de múltiples trabajosse colapsó con el cicn-c de la línea de ferroc3lTil de las 130rdcrsescocesas. Mis hijos tienen éxito desde un punto de vista h-nanciero v disfmtan de seguridad, pero ellos (y nosotros) somosextraordi~ariamcntc af0l1unados; los hijos de mucha gente bieneducada y exitosa financicmrncntc están batallando para con-seguir un estándar de vida como el de sus pad."cs. Para mu-chos de nuestros amigos. el futuro de sus hijos y la educaciónde sus nietos es una fuente constante de preocupación .

. Éste es el aIro lado de la histada. Aunque mi padre y sufamilia vivían más años y prospnaban en medio de una po-blación que en promedio vivIa más y prosperaba, no todos cs-taban tan motivados o eran tan dedicados como él, ni teníantanta suerte. Nadie trabajó más dum que mi padre, pero susuerte también fue importante: la suelie de no estar entre losque muriemn en la infancia, la sUClotede haber sido rescatadodel hoyo POI' la guelTa, la suelie de no estar en el comando deataque equivocado, la suer1.e de no madI- de tubCl-culosis y lasuet1e de conseguir empleo en un mercado de trabajo fácil. Losescapes dejan a algunas personas atr{ls, y la suelie favorecc aalgunos mas no a otros; crea oportunidades, pero no todos estánigualmente preparados o determinados para aprovecharlas_Así, la histoda del progreso es también la narración de la des-igunldad. Esto es especialmente venladero en nuestros días,cuando la ola de prosperidad en los Estados Unidos es locontrado de una distribución equHativa. Unos cuantos pros-peran increíblemente bien, Muchos otros est{m batallando. En elmundo eR su conjunto vemos los mismos pall'ones de p,'ogre-so: vfas de escape para algunos mientr-as otros se quedanatrás, honiblemente, en la pobreza, Ja privación, la enferme-dad y la muelic.

Este libro tmta de la danza sin fin entre el pmgr~so y ladesigualdad, acerca de cómo el progreso cr-ca desigualdad ycómo la desigualdad en ocasiones puede ser (Hil -al mostr-a,-a otros el camino o proveer incentivos para remontar la bre-cha-.ya veces inútil :-cuando quienes lograron cseapm- pm-tegen sus posiciones destruyendo las rutas de escape quequedan detrás de ellos-. Ésta es una historia que ya se ha

contado muchas veces, pero yo quiero narrada de una nuevamanera.

Es fácil pensal- en el escape de la pobreza como algo rela.cionado con el dinero: con la posibilidad de tener más y no te-ner que vivir con la tormentosa ansiedad de no saber si maña-na habrá suficiente, temiendo que alguna emergencia surgirápara la cual no haya suficientes fondos y que haga sucumbir auno y a la familia. Es cierto que el dinero es una pal-te centralde la historia. Pero jgualmcnte importante, o acaso aún más,son una mejor salud y la mayor probabilidad de vivir lo sufi-ciente como para tener la opor1unjdad de pmsper-at: En el fe-nómeno de los padres que viven con el miedo constante y larealidad frecuente de que sus hijos morirán, o el de las madresque paren 10 hijos de modo que cinco puedan sob,-evivir hastala maYOlia de edad, se reflejan las ominosas plivaciones dedonde surgen graves preocupaciones sobre el dinero, fuente deinquietud para muchas de estas personas. A tr-avés de la histo-ria y a Jo largo del mundo de hoy, la enfcl-medad y la muel1e delos niños, la ¡-CCUITentey sempitema morbilidad de los adultosy la pobrcza opresiva son acompaflantes que visitan con fre-cuencia a las mismas familias, una y otra vez.

Muchos libros narran la historia de la J"iqueza, y muchosotl"OStratan de la desigualdad. También hay muchos libmsque hablan de salud y de cómo la salud y la riqueza van de lamano, en tanto que las desigualdades en la salud renejan lasdesigualdades en la riqueza. Aqur yo hablo de ambas historiasa la VCZ, con la esperanza de que los demógrafos y los histoda.dores profesionales pel711itan que un economista incursioneen sus territodos. Pero la historia del bienestar humano, de loque le da significado a la vida, no se puede contar obsclV'andosólo una pal'te de lo que es impOl"tante. El Gran Escape no res-peta las fronteras de las disciplinas académicas.

A través de mi vida como eeonomjsta he acumulado muchasdeudas intelectualcs. Richard Stone fue quizá la innucncia másprofunda; de él aprendí acen:a de la medición: cuán poco pode-mos decir sin ella y cuán imp0l1ante es medir bien. Dc AmartyaSen aprendí a pcns..'l"en lo que le da sentido a la vida y sobre cómodebemos estudiar el bienest;:u- en su conjunto, no sólo palies deello, La medición del bienestar es el meollo de este libro,

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16 PREFACIO

Mis amigos, colegas y alumnos han sido extraordinaria-mente generosos al leer mis borradores de todo o parte de estelibro. Gracias a sus reacciones inteligentes y agudas el libro esinconmensurablemente mejor. Agradezco especialmente a losque están en desacuerdo conmigo pero que aun así se tomaronel tiempo no sólo de criticar y persuadir sino también de alabary concordar cuando les fue posible. Agradezco a Tony Atkin-son, Adam Deaton, Jean Dreze, Bill Easterly, Jeff Hammer, JohnHammock, David Johnston, Scott Kostyshak, Ilyana Ku-ziemko, David Lam, Branko Milanovic, Franco Peracchi, Tha-mas Pogge, Leandro Prados de la Escosura, Sam Preston, MaxRaser, Sam Schulhofer-Wohl, Alessandro Tarozzi, Nicolas vande Walle y Leif Wenar. Mi editor de Princeton University Press,Seth Ditchik, me ayudó a hacer arrancar el proyecto y me diobuenos consejos durante todo el camino.

La Universidad de Princeton me ha proveído de un am-biente académico inigualable por más de tres décadas. El Na-tional Institute of Aging y el National Bureau of Economic Re-search han contribuido a financiar mi trabajo sobre salud ybienestar, y los resultados de esa investigación han iniluido eneste libro. He trabajado frecuentemente con el Banco Mun-dial; el banco enfrenta constantemente problemas urgentes yprácticos y me ha enseñado cuáles asuntos importan y cuálesno. En años recientes he sido consultor de la OrganizaciónGallup; ellos han sido pioneros en la investigación global delbienestar, y parte de la información que han recabado apareceen la primera parte de este libro. Les agradezco a todos ellos.

Finalmente, y de la mayor importancia, Anne Case leyócada palabra poco después de haberse escrito, y en ocasioneslo llevó a cabo muchas veces. Ella es responsable de innume-rables mejoras a lo largo del Ilbro, que sin su incesante estí-mulo y apoyo no existiría.

IntroducciónDE QUÉ TRATA ESTE LIBRO

La vida es mejor ahora que en cualquier tiempo pasado en lahistoria. El número de personas ricas ha aumentado y un nú-mero cada vez menor vive en la indigencia. La vida es másprolongada y los padres de fami-lia no tienen que contemplarde manera rutinaria cómo muere una cuarta parte de sus hi-jos. No obstante, todavía millones de personas experimentanlos horrores de la miseria extrema y de la muerte prematura.El mundo es extraordinariamente desigual.

La desigualdad es, frecuentemente, una consecuencia delprogreso. No-todo mundo se enriquece al mismo tiempo, y notodos tienen acceso inmediato a los últimos medios que salva-guardan la vida, sea el acceso a agua potable, a vacunas o anuevas medicinas que previenen las enfermedades cardiacas.Las desigualdades, a su vez, afectan el progreso. Esto puedeser bueno; los niños de la India ven lo que puede hacer la edu-cación y van a la escuela también. Puede ser malo si los gana-dores intentan impedir que otros los sigan, quitando las esca-leras que les permitieron ascender. Los nuevos ricos puedenusar su riqueza para influir en los políticos con el fin de querestrinjan la educación pública o la seguridad social que ellosno necesitan.

Este libro narra las historias de cómo fue que las cosasmejoraron, cómo y por qué ocurrió el progreso y de qué modose dio la interacción subsecuente entre el progreso y la des-igualdad.

EL GRAN ESCAPE: LA PELíCULA

El gran escape, una película famosa sobre los prisioneros deguerra de la segunda Guerra Mundial, se basa en las proezasde Roger Bushell (en la película Roger Bartlett, representadopor Richard Attenborough), un sudafricano de la Real FuerzaAérea que fue derribado detrás de las líneas alemanas, y que

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18 DE OUt? TRATA ESTE LIBRO

rDE QUÉ TRATA ESTE LIBRO 19

escapó y fue rccaplUl1:tdo repetidas veces} En su tercer ioten.lO, ull como se describe en la película, 250 prisionerosescapan con él a través de los lúneles excavados desde StalagLuft IlI. La película n3rl"a la historia de cómo se planeó el cs-cape; muestra el ingenio aplicado en la conslmcción de trestúneles, Tom, Dick y Han)', y da cuenta de la improvisación ylas habilidades técnicas desplegadas en la elaboración de ro.pas civiles y papeles apócrifos, todo bajo la mirada vigilantede Jos guardias. Todos menos tres de los prisioneros de guenafueron recaptur'ddos finalmente. y BushelJ mismo fue ejecuta-do por órdenes directas de Hitler. No obstante, el énfasis de lapelícula no estriba en el éxito limitado de este escape en parti-cular, sino en el deseo inextinguible de libc,'tad del hombre,aun en circunstancias difieiles o imposibles.

En este libro. cuando hablo de libertad me refiero a la li.bCl1.ad para vivir una nueva vida y pal'a realizal-las cosas quehacen que valga la pena vivir. La ausencia de libertad es lapobre7..a.la privación y la salud preca.ria, lo que ha constituidopor mucho tiempo el destino de gran parte de la humanidad ytodavía es el de una proporción injuriosamente alta de los ha-bitantes del mundo de hoy_Narraré historias de escapes repe.lidos de esta clase de prisión; de cómo y por qué sucediemn yqué oeurrió dcspu6s, Es una historia del pmgrcso material y fi.siológico, de gcnte cada vez más rica y saludable, de escapesde la PObrc7.3_

La frase de mi subtítulo, "orígenes de la desigualdad", pro-viene de pensar en los prisioneros de guerra que no escaparon.Todos los prisioneros de guclTa pudieron haber permanecidodonde estaban, pero en cambio algunos escapamn, algunosmuriemn, otros fueron devueltos al campo de concentracióny otros más nunca se fueron. Esto está en la natumlc7.a de lamayoría de los "grandes escapes": no todos pueden lograrlo,hecho que de ninguna manCrd hace que el escape sea menosdeseable o menos admirable. No obstante, cuando pensamosen la consccuencia del escape es necesario pensar no sólo enlos héroes de ]a película, sino también en los que se quedamn

, [jJ groll escalie, dirigida por Jolm Slurges, con la aeluaci6n de SIC\'C Me-Queen, James Gnmcr y Richard AlIcnborough; Mi,.isch Company, distribuidllpor United Ar1isls, 1963 (bas.."Ldnen 1m libro de Paul Brickhill con el mismoIftulo)_

atrás en Stalag Luft JII y en otros campos. ¿Por qué debemospreocuparnos de ellos? Seguramente la película no lo bizo:ellos no son los héroes y en la historia narrada son un acci-dente. No hay una película llamada El gral1 l~Oescape,

Sin embargo, debemos pensar en los que no escapar'on.Después de todo, el número de pdsioneros de guerra en loscampos de concentración alemanes que no escaparon fue mu-cho más grande que el de los pocos que sí lo lograron. Quizáshasta se vieron afectados por el escape, es dccir, a los que sequedaron los castigaron o les rctiraron sus privilegios, Unopuede imaginar que los guardias entonces hicieron la huidamás difícil que antes, ¿Acaso el escape de sus compañeros pri-sioneros de guerra inspiró a los que se quedaron en los camposa escapar también? Seguramente pudieron haber aprendidolas técnicas de evasión des3iTolladas por los que lograron huir,y pudieron también evitar sus en'ores. ¿D es que se desalenta.ron por las dificultades o por el éxito muy limitado del granescape mismo? D quizá, celosos de los que escaparon y pesi.mis~s acerca de sus propias oportunidades. fueron más infeli-ces y se depi;mieron, empeorando así las condiciones del cam.po de concentración.

Como ocun-e con todas las buenas películas. hay otras in-terpretaciones, El éxito)' la alegría del escape vÍl1.ualmente seextinguen con el final de la película; para la mayoría de losfugados, su libert.ad es s610 temporal. El escape de la muerte yde la pdvación por la humanidad comenzó hace alrededor de250 años. y continúa hasta ahora. Sin embal-go, no hay nadaque diga que deba continua,' etenlamente, y muchas amena.zas ---cambio climático, errores políticos. epidemias y gue-rras- poddan tCI-minar con ello. De hecho, hubo muchos cs-capes premodemQs en los que el incl'emento en los estándaresdc vida se frenó precisamente por estas fuerzas. Podemos ydebemos celcbrar los éxitos. pero no hay bases para un tri un.falismo pr-ccipitado.

CRECIMIENTO ECONÓMICO Y ORIGENES DE LA DESIGUALDAD

Muchos de los grandes episodios del pmgreso humano, inclu-yendo aquellos que usualmenle se descdhcn como completa-

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20 DE OUÉ TRATA ESTE LIBRO DE QUÉ TRATAESTE LIBRO 21

mente fructíferos, han dejado detrás un legado de desigual-dad. La Revolución industrial, que comenzó en el ReinoUnido en los siglos XVIII y XIX, dio inicio al crecimiento econó-mico responsable de que cientos de millones de personas es-caparan de la indigencia material. La otra cara de la mismaRevolución industrial es lo que los historiadores llaman la "GranDivergencia", cuando el Reino Unido, seguido un poco des-pués por Europa noroccidental y los Estados Unidos, se sepa-ró del resto del mundo, creando un enorme golfo entre Occi-dente y el resto del mundo que no se ha cerrado hasta el díade hoy.2 La desigualdad global actual fue creada, en gran me-dida, por el éxito del crecimiento económico moderno.

No debemos pensar que, antes de la Revolución industrial,el resto del mundo había estado siempre atrasado y era deses-peradamente pobre. Décadas antes de Colón, China era sufi-cientemente avanzada y rica como para enviar una flota de enor-mes barcos -portaaviones en relación con las carabelas deColón- bajo las órdenes del almirante Zheng He para explo-rar el Océano índico.3 Trescientos años antes de eso, la ciudadde Kaifeng era una metrópoli de un millón de almas llena dehumo cuyos molinos eructantes no habrían estado fuera de lu-gar en Lancashire 800 años más tarde. Las imprentas produ-cían millones de libros lo bastan le baratos para que aun laspersonas de recursos modestos los leyeran.4 No obstante, es-tas épocas, tanto en China como en olras par1es, no se sostu-vieron, y menos aún fueron el punto de paTiida de una cre-ciente y continua prosperidad. En 1127, Kaifeng sucumbióante la invasión de tribus de Manchuria que de manera in-cauta habían sido empleadas como mercenarias; si contratasaliados peligrosos, es mejor que te asegures de pagarles bien.sGobernantes rapaces, guerras o ambos iniciaban y frenaban al-

, Lant Pd¡chett. "Divergence, Big Time", journa! o[ EcmlOmic Perspectives11. núm. 3, 1997, pp. 3-11; véase también Kcnnelh Pomeranz, The Creal Di-vergellce: China, [iurope, Qnd Ihe Makil1g o{ [he Wvrld ECOl1omy.Princcton Uní-versity Press. Princeton, 2000.

-'c.:(.Jack Goldstonc. Why Europe? The Rise uf ¡he West in World IJÍ5tory,/500-/850, McGraw-Hill. Nueva York, 2009.

4 Véase tan Morris, Wh.v Ihe Wesl Rules-for Now: rhe Pallems o{ Hislory,ulld What They Reveal ahout the FII/ure, Farrar, Straus and Giroux, NuevaYork,201O.

s /den¡

temativamente el crecimiento económico en Asia.6 Es sólo enlos últimos 250 años que el crecimiento económico continuo yde largo plazo, en algunas partes del mundo -pero no enotra5-, ha conducido a brechas persistentes entre los países.El crecimiento económico ha sido el motor de la desigualdadde ingresos a nivel internacional.

La Revolución industrial y la Gran Divergencia están en-tre los escapes más benignos de la historia. Existen muchasocasiones en que el progreso de un país se hizo a expensas deotro. La Era del Imperio en los siglos XVI y XVII, que precedióa la Revolución industrial y ayudó a su desarrollo, benefició amuchos en Inglaterra y Holanda, los dos países que sacaron elmejor provecho de la batalla. Para 1750, los trabajadores deLondres y Ámsterdam veían que sus ingresos crecían en com-paración con el de los trabajadores de Nueva Delhi, Beijing,Valencia y Florencia; los trabajadores ingleses podían inclusopagarse algunos pocos lujos, como el azúcar y el té.7 Peroquienes fueron conquistados y despojados en Asia, AméricaLatina y el Caribe no sólo fueron lastimados en ese momento,sino que en muchos casos se les impusieron instituciones eco-nómicas y políticas que los condenaron por siglos a la des-igualdad y la pobreza continua.8

La globalización de nuestros días, al igual que las globali-zaciones anteriores, ha sido testigo de prosperidad crecienteal mismo tiempo que de desigualdad creciente. Países queeran pobres no hace mucho tiempo, como China, la India, Co-rea del Sur y Taiwán, han sacado ventaja de la globalización yhan crecido rápidamente, mucho más rápido que los países ri-cos del presente. Al mismo tiempo, se han separado de paísesaún más pobres, muchos de ellos ubicados en África, creandonuevas desigualdades. A medida que unos escapan, otros sequedan atrás. La globalización y las nuevas formas de hacerlas cosas han conducido a incrementos continuos de prosperi-dad en los países ricos, aunque las tasas de crecimiento han

6 Véase Eric L. Iones, Crowth Recun1l1g: Ecol1omic Change in World Histo-1)', University of Michigan Press, Ann Arbor, 2000.

7 C(. Robcrt Allen, Global Economic Hislory: A Very Short lnlrodllctíon, Ox-ford University Press, Londres y Nueva York, 2011.

8 C(. Daron Acemoglu y James Robinson, Why Nations Fail: The Odgins ofPower, Prospedty, and Povcny, Crown, Nueva York, 2012.

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sido más Icnlas -no s610 en relación con los países pobres decrecimiento rápido, sino también respecto a las que solíandarse en los mismos países deos-o A medida que el creci-miento se ha ralentizado, se han ampliado las brechas entrelas personas de/1lro de la mayoría de los países. Un puñado deafol'Lunados ha hecho r-iquc7..a.s fabulosas y lIcva estilos devida que habdan impresionado a los más grandes reyes y cm.pcradores de siglos pasados. Sin embargo. la mayotia de lagente ha visto menos mcjom en su prosperidad material, y enalgunos países -los Estados Unidos entre ellos-las personasde nivel de ingreso medio no son más prósperas que sus pa-dres. Por supuesto que se encuentran muchas veces mejor quegeneraciones anteriores a las de sus padl'cs; no es que el esca-pe no haya oculTido nunca. No obstante, hoy en día muchostienen buenas l-azoncs pam preocuparse de si sus hijos y susnietos no mirarán hacia atrás considerando nuestro pl'esenteno como una época de escascz relativa, sino como una épocadorada perdida hacc tiempo.

Cuando la desigualdad es la sierva del progreso, comete.mas un serio en'or si s610 observamos el progreso promedio o.peor aún, s610 el progreso entre los éxitos. La Revolución in.dustlial solía contarse como una historia de lo que sucedió enlos países líderes, ignorando al resto del mundo, como si nadahubiera estado sucediendo ahí, o como si nada hubiera ocurridonunca ahí. Esto es no sólo despreciar a la mayoría de la hu.manidad sino también ignorar las contribuciones no deseadasde aquellos que rueron lastimados o, en el mejol' de los casos,dejados atrás. No podemos describi¡' el "descubrimiento" delNuevo Mundo mirando solamente sus efectos en el Viejo Mun-do. Dentro de los países, la tasa de progreso promedio, comola tasa de crecimiento del ingreso nacional, no puede dccimossi el crecimiento se comparte ampliamente -como ocun'ió enlos Estados Unidos durante un cuarto de siglo después de lasegunda GuelTa Mundial- o si se conccntr"a en un pequcñognlpo de personas muy ricas, tal como ha sido el c..'l.SOmásrecientemente.

Yo l'elato la historia del progreso material, pero ésa es unahistoda simultánea de Cl"ecimiento y desigualdad.

No SÓLO INGRESO, SINO TAMBIIlN SAI.lJ[)

El progreso en salud ha sido tan impresionante como el pro-greso en riqueza, En el siglo pasado, la cspemnz.'l de vida enlos países ricos aumentó 30 años, y continúa aumentando hoyen día en dos o tres años cada década. Los niiios que habríanmuerto antes de cumplir cinco alios de edad ahom viven has.ta la vejez, Yadultos de edad mediana que alguna vcz habríanmuerto de enfermedades cardiacas ah~J-a viven hasta ver quesus nietos crecen Yasisten al colegio. De todas las cosas que ledan valor a la vida, vivir más años es seguramente una de lasmás preciadas,

Aqur el progreso también ha dado lugar a desigualdades.El conocimiento de que el tabaquismo es mortal ha salvadomillones de vidas en los últimos 50 años, pero rueron los pro-fesionales educados y más rieos quienes dejaron de fumar pri.mero, abliendo una brecha de salud entn~ deos v pobres, Quelos gérmenes causaban enfermedades fue un ~onocimicntonovedoso alrededor' de t 900, Yfueron las personas que conta-ban con una fOJmación profesional y una educación esmera-da las primems en poner en práctica ese conocimiento. Du.rante casi un siglo hemos sabido cómo usar las vacunas v losantibióticos pam impedil'que los niiios mueran; sin emh~rgo,cerca de dos millones de niiios todavía mueren cada año deenfermedades que se pueden prevenir con vacunas. En S50Paulo o Nueva Delhi la gente ric..'l.se cura cn hospitales moder-nos de prestigio mundial, mientras a uno o dos kilómetros dedistancia nilios pobres esliin muriendo de desnutrición y en-fermedades que se pueden prevenir fácilmente. La explicaciónde que el progreso sca tan desigual difiere de un caso a otro; larazón por la cual es m:'is probable que la gente pobre fume noes la misma razón por la cual muchos niiios pobres no estánvacunados. Más adelante se explica esto, pero por ahora elpunto es simplemente que el progreso en salud crea brechasen salud exactamente igual que el progreso material crea bre-chas en los estándares de vida.

Estas "desigualdades en salud" son una de las grandes in-justicias del mundo de hoy. Cuando surgen nuevas invencio.nes o nuevo conocimiento. alguien tiene que ser el primero en

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)zs.•"g; 2,

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beneficiarse, y las desigualdades asociadas a la espera por untiempo son un precio razonable que hay que pagar. Seria ah.surdo desear que el conocimiento de los efectos del tabaquis.roo en la salud hubiera sido suprimido con el propósito deimpedir nuevas desigualdades en salud. Sin embargo. la pro-babilidad de que la gente pobre fume es maYOI~y los niñosque están muriendo hoy en día en África no habrían mucI10en Francia o en los Estados Unidos incluso hace 60 años. ¿Porqué persisten estas desigualdades, y qué se puede hacer al res-pecto? .

Este libro trata pr;ncipalmentc de dos asuntos: los están.dares de vida material y la salud. Éstas no son las únicas cosasque importan para una buena vida. pero son importantes en ypor sí mismas. Anali7.3r la salud y el ingreso de manera con-junta nos permite evitar un elTor que es muy común hoy endía, cuando el conocimiento es especializado y cada especiali-dad tiene su propio punto de vista provinciano del bienestar'humano. Los economistas se enfocan en el ingreso; los acadé-micos de la salud pública, en la mortalidad y la morbilidad. ylos demógrafos, en los nacimientos, las muel1es y el tamañode las poblaciones. Todos estos factores contribuyen al bienes-tar, pero ninguno de ellos es el bienestar. La asevcmción essuficientemente obvia, pero los problemas que surgen de ellano lo son tanto.

Los economistas -mi propia tribu- picnsan que las per ..sanas están mejor si tienen más dinero ... lo cual está muybien dentro de lo que cabe. Así que si algunos logmn tenermucho más dinero y la mayol'fa de las personas no consiguetener' sino poco o nada, pero no pierde, los economistas nor.malmente argumentarán que el mundo está mejor. Y en efec-to, tiene un enorme atractivo la idea de que, siempr'c que na-die salga perdiendo, resulta mejor estar mejor; se le denominacritério de Pareto. No obstante, esta idea es socavada comple-tamente si el bienestar se define de manem muy estr'ccha; lagente tiene que estar mejor, no peor, en lo tocante al bie'leSlar,no sólo en lo referente a los estándares de vida mate¡-jal. Siquienes se eOliquecen logran un tmto político favomblc, o mi-nan los sistemas de salud o de educación públicos, de suerteque los que tienen menos pierden en política, salud o educa-ción, entonces estos últimos bien pueden haber g~mado dine.

pero nO están mejor, Uno no puede evaluar a la sociedad orola justicia sólo con base en los estándares de vida. No Ob5-~nte, los economistas de modo rutinario e incolTecto aplicanel argumento de Pareto al ingreso, ignorando otros aspectosdel bienestar.

por supuesto, también es un error analizar de manera ais-Jada la salud o cualquier otro componente del bienestar. Esuna buena cosa mejorar los servicios de salud y asegurarse deque quienes necesitan tratamiento médico sean atcndidos,pero no podemos establecer las prioridades de salud sin aten-der a su costo. Tampoco debemos usar la Jongevidad comouna medida de progreso social; en un país con una espemnzade vida mayor la vida es mejor, pero no si el país tiene unadictadum totalitaria,

El bienestar no puede ser juzgado con base en su prome-dio sin considemr la desigualdad, y tampoco puede ser juzga-do por una o más de sus partes sin atender al todo en su con-junto. Si este libro fuera mucho más largo, y si su autor supieramucho más, yo esc¡'ibirfa sobre otros aspectos del bienestar,incluyendo la libertad, la educación, la autonomía, la digni-dad y la capacidad para participar en la sociedad. Pero aunpensar en la salud y el ingreso en el mismo libro n"Osliberaráde los errores que emergen al mi mI' s610 uno u otro de estosdos temas de manera aislada.

¿CóMO OCURRE EL PROGRESO?

Hay pocas dudas de que a nuestros antepasados les habrlagustado tener lo que nosotros tenemos ahora, si hubieran po-dido imaginar nuestro mundo. y no hay razón para pensar quelos padres hayan podido jamás habituarse a ver mOli)" a sushijos; si alguien duda de esto, que lea la descripción de JanetBrowne del tenible surl;miento de Charles Darwin cuando susdos primeros hijos murieron (y es sólo una historia entre mu-chas).9 El deseo de escapar está siempl"c ahí. Sin embargo, nosiempre se cumple_ Las claves del progreso son el nuevo cono-

I Vé.,sc E. Jancl Brownc, Charles iJanvitl. vol. 2. 11le Power o{ Place, lona-than Cape, Londres, 2002.

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cimiento, las nUCV¡lS invenciones y las maneras nuevas de ha-cer las cosas. En ocasiones la inspiración viene de inventoressolitarios que sueilan con algo muy diferente de lo habitual.Más frecuentemente, las nuevas formas de hacer las cosas sonsubproductos de algo más; po,- ejemplo. la lectura se propagócuando los protestantes tuvieron que leer la Biblia por su pro-pia cuenta. Dc modo más frecuente aún, el ambiente social yeconómico crea innovaciones en respuesta a la necesidad. Lossalal"ios aumentaron después del éxito del Reino Unido en laEra del Impcl;o, y estos altos salarios. junto con la abundan-cia de caJ'b6n, crearon incentivos para que los inventores y losfabricantes .emergieran con invenciones que potenciaron laRevolución industrial.lO La I1ustr'ación británica, con su ince-sante búsqueda de autosupcnlción, suministró el fórtil suelointelectual en el cual era más factible que esas invenciones tu-vieran lugar.ll La epidemia de cólera en el siglo XIX fuc un ím-petu para los descubrimientos cruciales de la teona microbia-na eJe las enfermedades il)fecciosas. Y la bien subvencionadainvestigación médica que surgió a paJ1ir de la panclemia delvIII/sida de nuestros días descubrió el virus y desaITol1ó medi-cinas que. aunque no curan la enfennedad, extienden de ma-nera importante las vidas de quienes han sido infectados. Noobstante. también hay casos en que la inspiración nunca lle-gó, en que las necesidades y los incentivos no lograron apol'taruna solución mágica. o incluso mundana. La malatia ha afli-gido a los seres humanos por decenas de miles de años, qui7.ádurante toda la historia humana, y aún no tenemos una ma-nera de prcvenirla o de tJ'atarla completamente. La necesidadpuede ser la madre de la invención, pero no hay nada que ga-rantice un embarazo exitoso.

La desigualdad también influye en el proceso de inven-ción. unas ocasiones para bien y otms para mal. Los sufri-mientos de quienes tienen carencias son un motivo para en-contrar nuevas fOlmas de ccrTar' las brechas, aunque sólo seaporque el hecho de que algunos no padezcan privaciones de-

,oC( AlIen. op. cit.11 Vé:lse Roy Portero 1ñc Crcati(m o( the Modem World: 11", l/l/toM S/or;.' ,,(

t}¡e BritisIJ Enlig}l/cnmellf. N0I10n. Nucv:t York. 2000. y lúe! MokYI~ 7he 1:;".lig1Jtellt.'dECOllomy:A" ECOllomic I/islo')' o( Brita;n, /700,/850. Ynk Uni\<l'l~i,Iy Prcss, New Haven, 2009.

muestra que no es necesario que existan carencias. Un buenejemplo es el descubJimiento de la terapia de rehidrataciónoral en los campos de refugiados de Bangladesh en los añossetenta del siglo xx; millones de niños que sufrian dialTea sesalvaron de la deshidratación y posiblemente de la muertemediante un remedio barato y de fácil elabomción. Pero estotambién funciona al revés. Los intereses de lqs poderosos tie-nen mucho que perder como rcsultado de las invenciones v delas nuevas maneras de hacer las cosas. Los economistas ~on-ciben que las eras de innovación propalan ondas de "destruc-ción creativa". Los nuevos métodos barren con los viejos, dcs-troyendo las vidas y el sustento de quienes dependen del viejoorden. La globalización de hoy ha lastimado a muchos de es-tos gmpos: importar bienes más baratos del e,xtranjero es comouna nueva forma de producirlos, en perjuicio de quienes se'ganaban la vida produciendo esos bienes localmente. Algunosde los que perderían con esta importación, o temen que po-drían ser aFectados, son poderosos políticamcnte y pueden de-darar ilegales las nuevas ideas o ralentizadas. Los emperado.res de China, preocupados porque los mercaderes amenazabansu poder, prohibieron los viajes oceánicos en 1430, de suerteque las exploraciones del almirante Zheng He fueron un fin,

o "D o Ino un comienzo. e 19ua manera. Francisco J. emperadorde Austria. prohibió los ferrocaniles debido a su potencial deprovocar ,'evoluciones y amenazar su poder.13

¿POR oul! IMPORTA LA DESIGUALDAD?

La desigualdad puede estimular o inhibir el progreso. ¿Peroimporta en y por s( misma? No hay conscnso sobre esto: el fi-lósofo y economista Amartya Sen argumenta que aun entrelos ~uchos qu~ creen en alguna forma de equidad hay puntosde VIsta muy dlferentes acerca de qué es lo que debe igualar-se.l• Algunos economistas y filósofos argUmentan que las dés-

u Véase Morns, op, cit.13 C(. Acemoglu y Robinson. Wlty Nations Fail ...• op. cit.l' Véase Am:mya Sen. l,,~qllality Re-e.xami"ed, Hnrvard University Press.

Cambridge, 1992. y 71,~Idea o( Jllstice, Harvnrd University PressIBclknnpPress, Cambridge, 2009.

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igualdades de ingreso son injustas, a menos que sean necesa-rias para algún fin superior". Por ejemplo. si un gobierno fueraa garantizar el mismo ingreso para lodos sus ciudadanos lagente podrla decidir trabajar mucho menos, de suerte que aunlos más pabl-es paddan empeorar en comparación con unmundo en el que se pennite cierta desigualdad. Otros desta.can la igualdad de oportunidades más que la igualdad de re-sultados, aunque hay muchas versiones de lo que significaigualdad de oportunidades. Y aun otros ven la justicia en tér.minos de proporcionalidad: lo que c..'lda persona recibe debeser proporcional a lo que él o ella contribuyc.J5 Según estepunto de vista de la justicia. es fácil concluir que la equidad deingreso es injusta si implica redistribuir el ingreso de los ricosentl'e los pobres.

En este libro los argumentos que resalto se refieren a loque hace la desigualdad, si la desigualdad ayuda o perjudica,y S1 importa de qué tipo de desigualdad estamos hablando.¿Se beneficia la sociedad al tener gente muy rica cuando lamayoría no lo es? Y si no, ¿se beneficia la sociedad de las re.glas e instituciones que les per'l11iten a algunos enriquecersemás que el reslo? ¿O los ricos perjudican a los demás, por ejem-plo, al hacer más diffcil que los no ricos afecten la manera enque se gobierna a la sociedad? ¿Son las desigualdades en sa-lud iguales que las desigualdades en ingreso, o son diferentesde algím modo? ¿Son siempre injustas o a veces pueden servira un bien mayor?

UN MAPA DE RUTA

El objetivo del libro es suministrar" una relación de la riquezay la salud en el mundo, enfocada en el presente, pero tambiéncon una mil-ada retrospectiva para ver"cómo es que llegamosadonde estamos ahora" El capítulo I es un panorama intro-ductOlio. Nos ofrece una instantánea del mundo visto desde elespacio exterior: un mapa dirigido a señalar dónde se vivebien y dónde no. El capítulo documenta un mundo en el queha habido un gran progreso en la disminución de la pobreza y

ISC(. Sen. 71,e Idea o{ Ju"~tice, op. cit., Y Jonalh::lll Haidr, 1ñe Rig/¡teou"~Mind: W}¡y Good ¡'cap/e Are Divided by Pofilics and Religiol1, Pnnthcon, NuevaYork. 2012.

de las probabilidades de muel1e, pero también un mundo dediferencia: de gmndes desigualdades en estándares de vida, enoportunidades en la vida y en bienestar:

Los tres capítulos de la primcm parte tratan de la salud.Analil..an la manera en que el pasado ha dado forma a nuestrasalud de hoy, por qué los cientos de miles de años en que laspersonas vivieron como cazadores y recolectores son l'elevan-tes para entender la salud de hoy en día, y por qué la revo-lución en la rno11alidad que cmpC7.ara en el siglo XVllJestable-ci6los patrones que hacen eco en los avances contemporáneosen la salud. El paso hacia la agricultura, entre 7000 y 10000años atrás, hizo posible producir más alimentos, pero L:•.•.rn.bién trajo nuevas enfermedades y nuevas desigualdades en lamedida en que los Estados jerárquicos remplazaron a las ban-das igualitarias de cazadores y recolectol"es. En la Inglaterradel siglo XVlllla globalización trajo consigo nuevas medici-nas y nuevos tratamientos que salvaron muchas vidas ... peroprincipalmente las vidas de quienes podían pagarlos" Auncuando gracias a los nuevos métodos finalmente disminuye-ron las tasas de mortalidad para todos, fue la aristocracia laprimera que obtuvo un gran margen de distancia respecto dela gente común en cuanto a la esperan7.3 de vida. Hacia el fi-nal del siglo XIX, el desarrollo y la accptación de la teoría mi-crobiana de las enfcrmedades habían colocado el escenariopara aira explosión de progreso, así como para la apel1ura deotro gran abismo, esta vez entre la esperanza de vida de quie-nes nacieron en países ricos y la de quienes nacieron en paí-ses pobres.

En estos capftulos cuento la historia de la lucha para sal-var las vidas de los infantes en el mundo que se rezagó. Éstaes una historia de progrcso, principalmente después de la se-gunda Guerra Mundial-un lapso destinado a ponerse al co-rriente, con el cual comen7.ana a reducirse el abismo abiertopor vez primera en el siglo XVlll-. Ésta es una hist01ia conmuchos éxitos grandiosos, en que los antibióticos, el controlde pestes, las vacunas yel agua potable salvaron a milloncs deniños y en que a veces la esperanza de vida aumentó a la tasa(aparentemente imposible) dc varios años cada año. El hiatoen la esperanza de vida entre los mundos pobre y rico se redu.jo, pero no se cerró: Hubo terribles retrocesos también, in-

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c1uycndo una hambruna catastrófica. provocada por el hom-bre, en China entre 1958 y 1961, Yla '-ecicnte epidemia del VII"

sida que, en varios países africanos. eliminó tres décadas deprogreso contra la mOlialidad. Aun sin esos desastres, haymucho que no se ha hecho aún; varios países no tienen siste-mas adecuados para la atención médica de rutina, muchos ni-ños mueren todavía s610 porque nacieron en el pa[s "equi.vocado". y hay lugares --de manera notable, pero no s610. enla lndia- donde la mitad de los niños están seriamente malnutlidos.

Una de las (buenas) razones de que la brecha de mortali.dad entre ricos y pobres no se haya cen-aclo más rápidamentees que la mo,-lalidad también se ha estado reduciendo en lospaíses ricos, pero de una manera muy diferente, beneficiandomenos a los niños y más a los adultos. La sección final de lahistoria de la salud trata de la reducción de la mortalidad enpaíses deos, de cómo y por qu~ la brecha en la csperan:r.a devida entre hombres y mujeres se ha estado cen-ando, del (gran)papel que ha desempeñado el tabaquismo y de por qué la lu-cha contra las enfennedades cardiacas ha sido mucho másexitosa que la lucha contra el cáncer. Una vez más, vemos elprogreso acompañado de crecientes desigualdades de salud,tal como sucedió en el Reino Unido de fines del siglo XVIIJ.

Los dos capítulos de la scgunda palie tratan de los están.dares de vida material. Comienzo con los Estados Unidos;aunque en verdad los Estados Unidos son excepcionales y confrecuencia integran un caso extremo, por ejemplo en su glLldode desigualdad de ingresos, las fUCI7.3S actuantes ahí tambiénoperan cn otros países ricos. El crecimiento económico trajonueva prospeddad a los estadunidenses después de la segun-da Guerra Mundial, pero dicho crecimiento había estado dis-minuyendo, década tras década, aun antes de la Gran Rece-sión. El crecimiento de posguerra trajo marcadas reduccionescn la pobrc7.a, especialmentc entre los afroamericanos y losancianos, y hubo poco aumento dc la desigualdad. Hasta prin-cipios de los años setenta del siglo pasado, los Estados Unidoseran el vcrdadero modelo de una gran economía moderna.Desde entonces, la historia. ha sido de meno,. crecimiento ymayor desigualdad. sicndo esta última resultado especialmen.te de un vertiginoso aumento en los ingresos de los decilcs más

altos de la distribución. Como siempre, hay un lado bueno deesta desigualdad: las compensaciones a la educación, la inno-vación Y la creatividad son más elevadas que nunca. Pero losEstados Unidos son también un buen ejemplo del lado oscu-ro, de las amenazas poHticas y económicas al bienestar que sederivan de la plutocracia.

Tampoco dejo de observar los estándares de vida en elmundo en su conjunto. Aquí se encuentra el relato, quizá, delmás grande escape en toda la historia humana, y seguramenteel más rápido: la reducción de la pobre'l..a global desde 1980.Mucho de ello fue resultado del desempeño de los dos paísesmás grandes del mundo. China y la India, donde el crecimien-to económico reciente ha tl-ansformado las vidas de más de1000 millones de personas. El hecho de que la pobreza globalhaya disminuido va en contra de las casi universalmente acep.tadas predicciones apocalípticas de los años sesenta, en elsentido de que la explosión demográfica destinaría trágica-mente al mundo a la privación y el desastre. Al mundo le haido mucho mejor de lo que pronosticaron los pesimistas. Sinembargo, I 000 millones de personas, o una cantidad similar;aún viven en la terrible indigencia; mientras que muchos hanescapado, muchos otros se han quedado atrás.

La tercera palie consiste en un solo capítulo. un epílogoen el que dejo de contar histodas y argumento en favor de loque se debe hacer ... y, más impOTtante aún, de lo que no sedebe hacer. Creo que nosotros ---es decir, los que hemos sidosuficientemente afortunados de haber nacido en los países"correctos"- tenemos una obligación moral de ayudar a rcdu.dI' la pobreza y la mala salud en el mundo_ Aquellos que hanescapado --o al menos los que han escapado merced a las lu-chas de sus predecesores- deben ayudar a quienes aún estánpresos. Para mucha gente, ese deber moral Jo satisface la ayu.da extranjera, a través de los esfuerzos de los gobiernos nacio-nales (1amayoría de los cuales tienen agencias de ayuda oficia-les). a través de organizaciones internacionales como el BancoMundial o la Organización Mundial de la Salud, o por mediode miles de organi7.aciones no gubernamentales de ayuda queopel-an a nivel nacional e internacional. Si bien parte de estaayuda sin duda ha hecho bien -y pienso que la ayuda para lalucha contra enrelmcdades como el vm/sida o la vimela es

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DE OUÉ TRATA ESTE UBRO

FELICIDAD NACIONAL E JNGRESO NACIONAL

el argumento de que la ausencia de datos es un escándalo queno se está abordando adecuadamcnle.A menos de que entendamos cómo es que se acopian los

datos y qué significan, COl'remosel riesgo de ver problemasdonde no Jos hay, de soslayar necesidades llI'gentesque se pue-den solucionar, de experimentar ira ante meras fantasías altiempo que soslayamos horrores reales y de recomendar polf.tieas fundamentalmente equivocadas.

'2fuerte- he terminado por neer que la mayor parte de la ayu-da exter~a está haciendo más daño que beneficio. Si está soca.vando las probabilidades de crecimiento de los paíse~ --comocreo que está sucediendo--, no h~~ razón para contmu~r esa.ayuda con el argumento de que debemos hacer algo. Esealgo que debemos hacer es frenarla. . .

La coletilla es una coda que retoma a los temas pnncI-pales. Formula la pregunta de si podemos espera~ que el ver-dadero Gran Escape -a diferencia de la película El gran esca.pe- tenga un final feliz.

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MEDIR EL PROGRESO, MEDIR LA DESIGUALDAD

Cuando es posible, respaldo mis argumentos con datos, y casisiempre con gráficas. No se puede discutir coherentemente ~lprogreso sin definiciones y evidencia .que 1<;> respalde. E~ reali-dad, un gobierno ilustrado es imposible Sin la recolec~J6n dedatos. Los Estados han estado censando a su poblacl6n pormiles de ailOS--el censo romano que envi6 a María y a José aBelén la ciudad donde naci6 José, es un ejemplo famoso-.La C~nstituci6n de los Estados Unidos ordena que se realiceun censo de población cada 10 3110s;sin ello no es posible unademocracia justa. Incluso antes, en 1639, los colonos del a~-tual Massachusetts ordenaron un conteo completo de nacI-mientos y muertes; sin esas estadísticas vitales, la política desalud pública está ciega.

La falta de buena información sobre el número de perso-nas que mueren, no digamos sobre las causas de su muerte,no es el menOT"de los problemas de salud que enfrentan lospaíses pobres del mundo de hoy. No faltan los datos inve.nta-dos o intel-polados por agencias internacionales, pero no siem-pre se comprende ampliamentc que éstos no conforman unabase adecuada para la polrtica de salud o para pensar acel"'C<"'lde o evaluar la ayuda externa. L..'\necesidad de hacer algotiende a hacer CI"eerque no es necesario comprender qué es loque se requiere hacer. Ysin datos, cualquiera que haga algo eslibre dc r'celamar el éxito. Conforme vaya avan7..ando,trataréde cxplicar la base de mis números, de dónde proceden y quétan creíbles (o increíbles) son. También procuraré desarrollar

Gran parte de este libro trata del bienestal' material, que típi-camente se mide por"cJ ingreso, la cantidad de dinero que Jagente tiene pára gastar o ahorrar. El dinero debe ajustarsesiempre a los costos de ]0 que la gente compra, pero, una vezhechoesto, es un indicador razonable de la capacidad quc tie-ne la gente para comprar las cosas de las que depende el bien-estar material. No obstante, muchos argumentan que se le dademasiada atención al ingreso. Sin duda, una buena vida sig-nifica más que dinero, pero con frecuencia el argumento vamás allá, al punto de afirmar que el dincro no hacc nada pammejorar la vida de las personas, al menos una vez satisfechaslas necesidades básicas.

Cierta evidencia en favor de este argumcnto procedc deencuestas de felicidad que muestran, se dice, que el dinero nohace sino poco o nada para hacer feliz a la gente, cxcepto aq.uienesviven en Ja pobreza. Si esto fuera con'ecto y si la feli-Cidades Ja manera adecuada de medir el bienestar, entoncesgran pal1e de mi argumento se vería derribado. Así que esbueno empezar por considerar cómo se relaciona la felicidadcon el dinero. La discusión me dará también Ja oportunidadde introducir y explicar' una manera de trazar gráficas queusaré a lo Jargo dcllibro.

Lasencuestas con fTecuenciale preguntan a la gente cómoestá su vida, por ejemplo qué tan satisfecha está con su vidaengeneral. Estos datos son considemdos frecuentemente comomedidas de la "felicidad", aunque es fácil pcnsar cn ejemplosen los que la gente infeliz cree que su vida está bien, o vicever-Sa.En efecto, como veremos, es un erTor confundir satisfac-

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34 DE QUÉ TRATA ESTE LIBRODE OU~ TRATA ESTE LIBRO 3S

ción ante la vi.da con felicidad; la primera es un juicio gcnemlacerca de la vida que proviene de la valonlción, mientras quela segunda es una emoción, un estado de ánimo o un sen ti.miento que forma parte de la vida tal como se experim~nta.16

La Organización Gallup les pide a las pe~ona~ de d.lferen-tes ,"cgioncs del mundo que califiquen sus vIda: l~agl~andouna "escalera de vida" con 11 peldaños; el peldano lOfcnor, O,es "la peOl" vida posible para uno" mientms que 10 es "la mc~jor vida posible para uno". Cada uno de los inten-ogados ~ebccontestar la pregunta "¿En cuál peldaño de la escalera dlrfasque sientes que estás en este momento?" Podemos utili~ar cs.toS datos para comparar a los países entre sí y, en pa,"lJcular,para ver si los países de más alto ingreso están mejor de acue' ..do con esta medida.

La gráfica 1 muestra la evaluación de vida pl'Omedio paracada país con respecto a su ingreso nacional por persona, omás precisamente su producto interno bruto (PlB) por per~o-na' muestra los pmmedios para los años 2007 a 2009. El tn-gr~so se mide en dólares estadunidcnses ajustados por las di.ferencias en niveles de precios entre países; en el capítulo VI

cxplicaré de dónde provienen estos números, así como las re-servas considcrables que deben tenerse sobre ellos. Los drcu.los en la figura se refieren a Meas proporcionales a .1a p?bla-ción de cada país; los dos países grandes en el lado IzqUIerdoson China y la Jndia, y el país grande arriba a la derecha es E~ta-dos Unidos. He marcado algunos otros países que son partlcu-lannente interesantes.

Podemos ver de inmediato que las personas que viven enlos países verdaderamente pobres, ubicados en el lado i7.quier-do de la gráfica, generalmente están muy insatisfechas consus vidas; no solamente son pobres en ingreso, sino que tam-bién califican sus vidas de manera baja. En el otro extremo delmundo, en los Estados Unidos y en otros países ricos, la gentetiene altos ingresos y evalúa su vida de manera muy elevada.El peor pafs es Toga -uno de los países más pobres en. elmundo, donde la gente tiene muy poca libertad de cualqUier

1. Véase Daniel Kahneman y Jason Riis, ~Living, nnd Th!nking nboul lt:1WoPCl'speclivcson Lifc~,en Fclida HuppcI1. Nick Bnylis y Darry Kcvcrne(cds.). TIle !)ciel1ce o{Wef1-Beillg, O}[foro Univershy Prcss, Londres y NuevaYork, 2005, pp. 285.304.

8 DinamarcaNueva l(!landa. o NONC!9a

lO 00 Estildos.

o • Cosla Rica;¡ • • • Unidos

7 • O OReino Unido

" Brasll@O Kuwalt~ o O MéxicO O oÓ 00 AI(!manla•5O o • 5ingapu; •

" O .~• 6 O OJapón~ .0o o. o . n]

o O .0 OCorea Taiwán o Hong Kong

E 5 Rusia de15urE • o~e '0 China:g• 4,•• 00 India> o Bulgarlaw o

•3

• Toga

o 10000 20000 30000 40000 50000

PJDper cáplta, 2008, dólares estadunldensesajustados por los precios de 2005

GRÁFICA l. EvaluaciólJ de la vida y P1B per cápita.

clase- y el mejor es Dinamarca -un país rico y Iibre~. Lospaíses escandinavos normalmente superan a los Estados Uni-dos en estas comparaciones, pero la evaluación promedio dela vida en los Estados Unidos aún está entre las mejores delmundo. Hay muchas excepciones a la regla del ingreso. Lospaíses de Asia del Este y los antel'ionncnte comunistas tien-d~n a tener bajas cvaluaciones de la vida -Bulgaria es elcJcmplo más extrcmo-, micntms que los países de AméricaLatina tie.nden a evaluaciones relativamente buenas. Segura-mente el Ingreso no es la única cosa que importa en las eva-luaciones que la gente hace de su vida.

Si obscIV'amos la palie inferio,. a la izquie,"da, donde sec?cucntran los países pobres, vemos que la evaluación de laVIda au~enta con el ingreso nacional de manera muy rápida.Después de que pasamos China y la India, desplazándonos delpunto inferior izquierdo a la p3l1e superior' derceha el al!.mento de la evaluación de I~ vida vinculado' al ingrcs~ cs unpoc~ menos pronunciado, y una VC7.que arribamos a Brasil yMéXICO la evaluación de la vida se aproxima a siete de unáJ, dm Imo e 10, sólo un punto, o algo asf, menos que en los países

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"1""'36 DE OUÉ TRATA ESTE LIBRO DE OUÉ TRATA ESTE LIBRO 37

base. México y Brasil tienen cuatro veces el ingreso de China yla India, y los países más ricos del mundo tienen ingresos queson todavía cuatro veces más grandes; los países más ricos son256 veces más ¡-jcosque los países más pobres del mundo (enel capftulo VI explicaré por qué dcbemos tomar estos númerossólo como una guía aproximada). En lugar de utilizar el valoren dólares de los ingresos para compararlos con las evaluacio-nes de la vida, podemos usar este esquema de comparacióncuádruple marcando unidades de cuatro, 16,64 Y256 veces elingreso base; esto es Jo que hacemos en la gráfica 2.La gráfica 2 contiene exactamente los mismos datos que la

gráfica 1,pero ahora el ingreso está graficado en esta escala deL 4, 16, 64 Y256. Sín embargo, he marcado estos cinco pun-tos con las cantidades originales en dólares, de 250 a 64000, afin de que el vínculo con el ingreso sea claro. El movimientode un punto al siguiente a lo largo del eje horizontal siemprerepresenta un jncremento cuádruple en el ingreso. Demaneramás general, Jas distancias iguales de izquierda a derecha rc-

•. .Costa Rica. • O

• México" Estados

Bra!>l~@O '0 8E' ..Unidoso O O .0 o

'0 -8O .0: • 00 • l' 00 Japón

\1 O- o~usla Hong Kong

Dinamarca

•• Bulgaria

Chinao

••Sierra Leona

• Toga

21mbabue

8

o 7¿;~. 6

••{l Repúbllcao Democr~tlca Bangladesh

"

1,.:: 4' .delCon~90 o o <o D o~ EtiOPlp . g-o 00"'88>.0 India° o

• • oo oBurundl

] 3

muY ricos ubicados en la pal-te superior derecha. El ingresoiml;orta mucho más cnt,-e los países muy pob,"csque entre lospaíses muy ricos. En rcalidad, es muy tentador obsclvar la grá-fica y concluir que, una vez que el PIB per cápita ha alcan7..adoalrededor de 10000 dólares anuales, más dinero no contribu-ye nada a mejorar la vida de la gente, y muchos han formuladoeste argumentoY No obstante, este argumento es falso.Para explicar por qué el dinero importa aun entre los paf-

ses l;cas. necesitamos trazar de nuevo la gráfica J en una for-ma un poco diferente. Cuando pensamos en dinero, lo hacemosen términos de dólares, pero también pensamos en términosde porcentajes. En las raras ocasiones en que mis colegas dePnncclon discuten sus salarios entre si, es probable que re-porten quc uno consiguió un aumento de 3%, mientras queotro obtuvo 1%. Es más, hay mayor probabilidad de que eldecano manifieste su placer o disgusto apuntando al incre-mento porcentual que al incremento en dólares. Aun cuandoun incremento de 1% significa más dólares para alguicn quegana 200000 dólares al año que un incremento de 2% paraalguien que gana 50000 dólares' al año, este último sentirá(con"cetamcnte) que le ha ido mejo,- en el último año. En estasuerte de cálculos los cambios porcentuales son la unidad bá.sica; 10% es lo mismo no importa cuál sea el ingreso base.

Podemos hacer exactamente esto con los datos de la gráfi-ca ], aunque las diferencias entre países son tan grandes quetiene sentido pensar no en términos de porcentajes, sino enténninos del número de veces en que el ingreso se cuadmpli-ca. Supongamos que 250 dólares al afiOes la base; sólo Zim.babue y la República Democrática del Congo (RDC) están eno por debajo de los 250 dólares. Uganda, Tan7.ania y Kenia es.tán cerca de 1000 dólal-cs, cuatro veces el ingreso base; Chinay la India representan otro incl"cmento cuádruple sobre Tan.7.ania y Kcnia, cerca del punto que señala 16 veces el ingreso

GRÁFICA 2. Evaluación de la "ida y PIS per cápita en escalalogan'tmica.

17 C{. Ronald Inglehart y Hans-Dicler KHngemann. -Genes, Culture, Dc-mocracy and Happiness~. en Ed Diener y Eunkook M. Suh (OOs.),Culture andSubjectivc Wel/-Bcing, MIT Prcss, Cambridge. 2000. pp. 165-183: véase tam-bién Richard Layard. lIappiness: Lessons (rom a NC'IV &ience, Pcnguin. Lon-dres y Nueva York, 2005; y Richard Wilkinson y Katc Pickctt. The Spirit Leve!:W1ry Greo.ter Equafit)' Makes Sod~ties SlrQngcr, Bloomsbury. Londres y Nuc\'3York,2009.

250 1000 4000 16000

PISper cáplta, 2008, dólares estadunfdensesajustados por los precios de 2005

64000

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38 DE QUÉ TRATA ESTE LIBRO

rDE oue. TRATA ESTE LIBRO 39

presentan incrementos porcentuales iguales en el ingreso, nocantidades iguales de dólares, como en la gráfica 1. A una es-cala con esta propiedad se la conoce como una escala logarlt-mica (o lag), y la veremoS nuevamente. .

Aunque el único cambio consiste en los ca~cteres del ejehOI"izonlal. la gráfica 2 luce completamente diferente a 1~ 1.La disposición horizontal entre países ricos ha desaparecIdo,v ahora los países se ordenan más o menos a lo largo de unaÍínca vertical. Lo que esto expresa es que diferencias porcel1-tuales iguales en el nivel de ingreso producen camb~os ~bso-lutos iguales en la evaluación de la vida. En promedio, SI nosmovemos de un pafs a otro cuyo ingreso pe!" cápita es cuatroveces más alto, la contabilidad de la evaluación de la vida semoverá en aproximadamente un punto en una escala de O atO, Yesto es cierto sea que nos movamos entre países pobres?entre países ricos. Y sólo para eliminar cualquier malentcnch.do: sí, hay muchas excepciones y muchos países se encuen-tran en una posición más alta o más baja de lo que poddamosesperar dados sus ingresos nacionales. No siempre es ciertoque todos los países ricos tengan evaluaciones de la vida más~ltas que todos los pa[ses más pobres; China y la India son dosexcepciones notables. Pero en promedio, para todos los paf.ses, ricos o PObl-CS,una diferencia cuádmp1e en ingresos vieneasociada con un incremento de un punto en la evaluación dela vida.

¿Qué gráfica es con-ecta, la 1 o la 2? Ambas lo son, tantocomo es cierto que el profesor que consiguió un aumento de 2%en su salario de 50000 dólares obtuvo un incremento de 1000dólares, mientras que el profesor que consiguió un ineremen.to de }% sobre su salario de 200000 dólares obtuvo 2000 dó-lares. El mismo incremento porcentual implica más dinero sinos movemos de la India a los Estados Unidos que si nos mo-vemoS de la República Democrática del Congo a la India, aun.que ambos casos implican un cambio cuádruple. La gt~fic~ Inos dice que el mismo incremento absoluto en dólares slgn.ln-ca menos para la satisfacción con la vida de una persona ricaque para una persona pobre, mientras que la 2 nos dice que elmismo incremento porcewual significa el mismo incrementoen la satisfacción con la vida.

La contabilidad de la evaluación de 13vida capta aspectos

importantes de la vida más allá del ingreso, y csto ha conduci-do a argumentar que debemos rcstarle importancia al ingreso.Esto está bien si implica que hay que considerar otros aspec.toS del bienestar, como la salud, la educación o la capacidadde partjcipar- en sociedad. No está bien si implica que el ingre.so no es importante, o que no añade nada a la vida de quienesviven en países más deos que México. Está menos bien aún siel argumento es que debemos enfocamos en la evaluación dela vida y olvidarnos de todo lo demás. La medición de la eva-luación de la vida está lejos de ser perfecta_ Las personas nosiempre están seguras de lo que significan las preguntas, o decómo se espera que respondan, y las comparaciones inlcl11acio-nales pueden queda.- comprometidas por las diferencias na.cionales en los estilos de reportar. En muchos lugares, "No hayque quejarse" o "No tan mal" es casi tan bueno como lo quecualquiera podría afinnal: pero la gente en otras culturas esmás exuberante a pmpósito de sus sentimientos v menos reti-cente respecto de sus éxitos_ Así, la gráfica 2 es importanteporque muestro que el enfocamos en el ingreso no es en ver.dad algo equivocado. Los paises con mayores ingresos tienenevaluaciones de la vida más altas, aun entre el grupo de paísesmás Jieos del mundo.

En el siguiente capítulo regresaré al tema de las medidasde la felicidad y satisfacción con la vida, pero mi principal pro-pósito será analizar más ampliamente el bienestar en el mun-do actual: tener bajo mi lente a quienes han realizado el GranEscape, o sea, s6lo algunos, así como la situación de quicnesaún no lo han logrado.

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I. EL BIENESTAR EN EL MUNDO

EL ESCAPE más gnmde en la historia humana es el escape de lapobrc7..a y la muerte. Por miles de años aquellos que tuvieronla suerte de escapar de la muerte en la niñez enfrentaron añosde pobreza opresiva. A partir de la Ilustración, la Revoluciónindustrial y la teona microbiana de las enfcnncdadcs, losestándares de vida han aumentado varias veces, la duraciónde la vida por lo menos se ha duplicado y ahora la gente viveuna vida más plena y mejor que nunca antes. El proceso aúncontinúa. Mi padre vivió el doble de años que mis ahuelos; suingreso real como ingeniero civil fue varias veces mayor que elde su padre, quien era un minero del carbón; y mi educación ymi ingreso como profesor exceden en mucho los suyos. Lastasas de mortalidad de niños y adultos continúan descendien-do en el mundo. Pero el escape está ,lejos de haberse comple-tado. Mil millones de personas sufren por tener unos estánda-res de vida, una escolaridad y un ciclo vital que son apenas unpoco mejores que Jos de sus (o nuestros) ancestros. El GranEscape ha traído consigo un mundo diferente para quienessomos más ricos, más saludables, más altos, más grandes ymejor educados que nuestros abuelos y tatarabuelos. Tambitnha significado un mundo diferente en otro sentido, menos po-sitivo: dado que gran parte de la población mundial se ha que-dado ,-ezagada, el mundo es inconmensurable mente más des-igual que hace 300 años.

El libro cuenta la historia del Gran Escape, de Jos benefi-cios que trajo para ]a humanidad y de cómo es responsable dela desigualdad patente en el mundo contemporáneo. Tambitnexplica lo que es necesa"io hacer --o no hacer- para ayudara quienes aún están atrapados en la privación.

Con el ténnino bie1¡estar me refiero a todas las cosas bue-nas para una persona, que hacen que la vida sea buena. El bien-estar incluye el bienestar material, lal como el ingreso y la ri-que7.a; el bienestar físico y psicológico, representado por lasalud y la felicidad; y la educación y la capacidad de paJ1ici-

4l

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42 EL BIENESTAR EN EL MUNDO El. BIENESTAR EN El. MUNDO 43

par en la sociedad civil a través de la democracia y el imperiode la ley. Gran parte de este libro se enroca en dos de cstoscomponentes: la salud y la riqueza; en este panorama generaltambién digo algo sobre la felicidad.

Comienzo con una revisión general del bienestar en elmundo actual y de cómo ha cambiado en los últimos 30 a 50años. Presento los hechos básicos sólo con una explicaciónmínima; en capítulos posteriores exploraré asunlos individua-les en más detalle, e indagaré cómo rue que llegamos hastaaquí y hacia dónde y cómo deberíamos avanzar.

SAl.UD y R10U~ZA

La salud es el punto de partida obvio para una investigaciónsobrc el bienestar. Para tener una buena vida necesitas unavida, y la salud menguada y la discapacidad pueden Iimita¡-severamente la posibilidad de disfrutar una vida que pOI' lodemás es huena. Así que comienzo con la vida misma.

Una niña que nace en los Estados Unidos hoy en día pue-de esperar vivir más de 80 años, Esta estimación oficial en loshechos es muv conservadom porque ignora cualquier reduc-ción rutura e~ la m0l1alidad que podría tencr lugar durantesu vida; dado el progl'eso pasado, no es imaginable que el pro-greso se detenga abmptamente. Por supuesto, es difícil proyec-tar las mejoras futuras en la salud, pero una conjetura razona-ble sería que una nifla blanca de clase media nacida en el paísdco que son hoy los Estados Unidos tiene 50% de pmbabili-dad de vivil' hasta 100 afios. I Éste cs un cambio notable en re-lación con la situación de la bisabuela de esa niña, nacida en1910, digamos, quien tuvo una esperanza de vida al nacer de54 años. De todas las niñas nacidas en los Estados Unidos en1910,20% murió antes de cumplir cinco años, y sólo dos decada 5000 vivieron para celebrar su centenario. Aun para laabuela de esa niña, nacida en 1940, la esperanza de vida alnacer fuc de 66 años, y 38 de cada 1000 niñas nacidas en 1940no vivieron lo suficiente para cumplir un año de edad.

, Pam un cálculo relacionado, ef. James Vaupcl y John M. Owcn, "Anna',sLifc Expcclilncy", ¡oumal of Po/icy Ana/ysis alld Manogcmen/ 5, núm. 2, 1986.pp. 383.389.

Estas diferencias históricas palidecen en comparación conla5 que hay entre países actualmente. Existen muchos lugaresen el mundo donde la salud hoyes peor de lo que era en losEstados Unidos en .1910. De todos los niños nacidos en Sicn-aLeona (o Angola, Suazilandia, la República Democrática delCongo o Afganistán) s610 25% vivjrá hasta los cinco años deedad, y su csperan7.3 de vida al nacer es de s610 un poco másde 40 años. Las mujeres en estos pafses normalmente tienenentre cinco y siete hijos, y la mayoría de las madres sufrirá lamuerte de al menos uno de ellos. En estos países, uno de cada1000 nac.imientos provocará la muerte de la madre, desgaque aumenta a uno de cada 100 para ,las mujeres que tienen10 hijos. Pese a que estos números son malos, son mucho me-jores que los de hace algunas d~cadas: aun en los peores luga-res, donde nada parece que vaya bien, las probabilidades demorir han disminuido. En algunos de los países con los peo-res resultados, como Suazilandia, si los niños pasan de loscinco atios de edad, corrcn el riesgo de contr-aer vm/sida, locual aumenta en gr-an medida el riesgo de morir en los añosde juventud adulta -una época de la vida en que usualmentemuy pocos mueren-o Pero estos honores no son universalesen los países tropicales, o ni siquiera en todos los países po-bres. Hay muchos países, incluyendo al menos un país tropi-cal (Singapur), donde un neo nato tiene probabilidades de so-brevivir tan buenas o mejores que las de un neonato en losEstados Unidos. Aun en China y la India (que en 2005 teníanentre ambas más de un tercio de la población del mundo ycasi la mitad de los más pobres del mundo), los recién nacidosde la actualidad tienen una esperan7..a de vida de 64 (la India)y de 73 años (China).

Más adelante en este capítulo diré de dónde provienen es-tos números, pero por ahora vale la pcna subrayar quc cuantomás pobrc cs un país, tanto peores tienden a ser sus estadís-ticas de salud. Aun así, tenemos buena información sobre lamortalidad infantil -las fracciones integradas por los quemueren antes de cumplir uno o cinco alias de edad-, pero lainformación sobre la muerte de adultos es mucho peor, inclu-yendo la infonnación sobre la tasa de mortalidad matema o laesperan7.a de vida de las personas de 15 años de edad.

La salud no es sólo un asunto de estar vivo y de vivir ffiU-

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44 EL BIENESTAR EN EL MUNDO EL BIENESTAR EN EL MUNDO 45

cho tiempo. sino de vivir con buena salud. La buena salud tie-ne varias dimensiones y es más difícil de medir que el merohecho de si alguien está vivo o no, pero aquí también hay evi-dencia de mejora con el paso del tiempo así como de diferen-cias entre países deos)' pobres. La gente de los países ricosrcp0l1a menos dolor y menos discapacidad que en los paísespobres. L"'l discapacidad ha venido disminuyendo a lo largodel tiempo en Jos países ricos. Las puntuaciones de el (coefi-ciente intelectual) también están aumentando a lo largo deltiempo. En la mayor parte del mundo, la gente está aumen-tando de estatura. Quienes no consiguen alimentarse suficien-temente en la infancia, o quienes experimentan enfermedadesinfantiles, con frecuencia no crecen tanto como sus genes selo permitirían en condiciones ideales. Ser más bajo de eslatumde lo que se debiera puede indicar infortunios en la vida tcm-prana que comprometen el desarrollo cerebral y restringen lasoportunidades en la vida adulta. Los europeos y los estaduni-denscs son más altos que los africanos, en promedio, y muchomás altos que los chinos o los indios. Los jóvenes son más al.tos que sus padres, y aún más altos que sus abuelos. La mejo-ra global en la salud y el ingreso, así como las desigualdadesglobales, se pueden ver incluso en el cuelll0 de las personas.

Las diferencias en salud con frecuencia se reflejan en dife-rencias en estándares de vida material o en la pobre7.a. Losestadunidenses son mucho más ricos ahora que en 1910 o1945, y los países con las esperanzas de vida más bajas hoy endía tienen ingresos que son una (casi increíblemente) pequeñafracción de los ingresos de los estadunidenses de la actuali-dad. La (grotescamente mal llamada) República Democráticadel Congo (RDC, conocida como Zaire bajo el gobierno de Jo-seph Mobutu de 1965 a .1997) tiene un ingreso per cápita na-cional de casi 0.75% del ingreso nacional per cápita de los Es.tados Unidos. Más de la mitad de la poblaci6n de la RDC vivecon menos de un dólar por persona por día; las fracciones paraSierra Leona y Suazilandia son similares. Algunos de los peo-res lugares ni siquiera están documentados porque en el Pl"(~-

sente están envueltos en conflictos; Afganistán es un ejemplo.De acuerdo con la Oficina de Censos de los Estados Uni-

dos, 14% de la poblaci6n estadunidense vivía en la pobreza en2009, pero la línea de pobreza en los Estados Unidos es mu.

cho más alta, alrededor de 15 dólares diarios. Es difícil imagi-nar que se pueda vivir en los Estados Unidos con un dólar porpersona al día (aunque un cálculo sugiere que 1.25 dólares essuficiente si excluimos el costo de la vivienda, la salud v laeducaci6n),2 pero esto, o algo cercano a ello, es con lo qu~ tí-picamente sobreviven las personas más pobres del mundo.

El vínculo entre la eSperan7..3de vida y la pobre7..3, aunquesuficientemente real, está lejos de se,' exacto. En China y la In-dia, con esperanzas de vida de 73 y 64 alias ,'espectivamcnte,mucha gente vive con menos de un d61ar al día -cerca de unacuarta parte de la población de ]a India y una séptima de lapoblación rural de China-o y aunque la economía china pron-to sobrepasará a la estadunidense en proporción total, los in-gresos per eápita de China son sólo cerca de 20% de los ingre-sos de Jos estadunidenses; en promedio cinco chinos compartenel ingreso de un estadunidense. Hay otros países aún más po-bres donde las cosas funcionan bien respecto a la esperanzade vida. Bangladesh y Nepal, con esperanzas de vida de alrede-dor de 65 años, son ejemplos de este caso; Vietnam está s610un poco mejor en su economía, pero en 2005 tenía una espe-ranza de vida de 74 años.

Hay también algunos países ricos que se desempeñan mu-cho peor de Jo que sus niveles de ingreso garantizan. Un ejem-plo notable son los Estados Unidos, cuya esperanza de vida esuna de las más bajas entre los países más ricos. Otm caso ex-cepcional es el de Guinea Ecuatodal, que en 2005 tenía un in-greso per cápita inflado por los ingresos del petróleo, pero unaeSperan7.3 de vida de menos de 50 alios. Este último país, otm-ra colonia española en África occidental, es gobernado POI' elpresidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, quien se ha ga-~ado bien el altamente disputado título del peor dictador deArrica y cuya familia es la beneficiaria de la mayor parte de losingresos de exportación de petróleo del país,

Si diseñáramos un país ideal, incluinamos entre las carnc-tcnsticas deseables una esperanza de vida prolongada, buenasalud, ausencia de pobreza, democracia e imperio de la ley.Estas características permiten que Jos individuos tengan una

1C{. Roben C. Allen, Tommy E. Murph)' y Ene B. Schneider, "The ColonialOrigins of the Divergence in the Americ.i\s: A l.nbor Market Approach~, laur.naf o( Economic flistory 72. núm. 4. diciembre de 2012, pp. 863,894.

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46 EL BIENESTAR EN EL MUNDO

'r-'", ,

EL BIENESTAR EN EL MUNDO 47

buena vida y procuren lo que es más importante para ellos.Sin embargo, si no les preguntamos a las personas, no sabe-mos exactamente qué es lo que les importa, cómo podrían sa~crificar la salud en aras del ingreso, o incluso en qué medidales importan estas cosas. La gente a veces es capaz de adaptar-se a lo que pareceJian condiciones intolerables, y quizá puedeextraer alguna pequeña cantidad de felicidad o incluso viviruna buena vida en lugares donde la mortalidad y la pobrezason comunes; por así decirlo, prosperar en el valle de la som-bra de la muerte. Las personas pobres pueden reportar queestán viviendo una buena vida en las condiciones más difíci-les, y la gente rica. que parece tenerlo todo. puede sentir quesu vida es profundamente insatisfactoria.

En tales casos, nosotros podríamos todavía optar por me-dir su bienestar en términos de las oportunidades que tienenlas personas de llevar una buena vida, en lugar de lo que ellasmismas consideran de sus propias vidas. Que un hombre po-bre sea feliz y adaptable no lo separa de su pobreza, de igualsuerte que la miseria o el egoísmo de un multimillonario no loseparan de su riqueza. El énfasis en lo que Amartya Sen llama"capacidades" conduce a un examen de la condición de estarlibre de privaciones en términos de las posibilidades disponi-bles merced a las circunstancias objetivas, y no en términosde lo que la gente piensa o siente respecto de esas circunstan-cias.3No obstante, sentir que la vida de uno va bien es bueno ensí mismo, y es mejor estar feliz que estar triste. Esos sen-timientos contribuyen a una buena vida, y es importante pre-guntarle a la gente al respecto, aun si no se le da ninguna priori-dad especial en la evaluación del bienestar. Ésta es una posicióndiferente de la que proponen algunos utiJitaristas, como eleconomista Richard Layard,4 quien argumenta que la felici-dad autoevaluada es la única cosa importante, que las buenascircunstancias son buenas sólo en la medida en que promue-ven la felicidad, y que las malas circunstancias no son malassi las personas son felices a pesar de ellas. Con todo, tal comovimos en las gráficas 1 y 2 de la introducción, resulta que laspersonas no están para nada contentas con sus vidas en países

3 Véase Amartya Sen, Development as Freedom, Knopf, Nueva York, 1999.• Véase Layard, Happiness: Le"sons [rom a New Science, Penguin, Londres

y Nueva York, 2005.

en donde la vida es desagradable, salvaje y breve, y que loshabitantes de los países con vidas prolongadas generalmenteestán conscientes de su buena fortuna.

ESPERANZA DE VIDA E INGRESO EN EL MUNDO

Afin de observar los patrones generales ~así como cribar lasexcepciones, con frecuencia de gran interés~, es necesariomirar al mundo en su conjunto, con lo que se nos facilita tra-zar patrones de salud, riqueza y felicidad. Una de las formasmás útiles de hacer esto fue el trabajo pionero del demógrafoSamuel Prestan en 1975.5 Reformulamos la descripción dePrestan, actualizada a 2010, en la gráfica r.t; muestra la espe-ranza de vida y el ingreso alrededor del mundo.

El eje horizontal muestra el PlB per cápita de cada país,mientras que el eje vertical muestra la esperanza de vida alnacer para hombres y mujeres tomados en su conjunto. Mos-tramos a cada país en la forma de un círculo, y las áreas deestos círculos son proporcionales al tamaño de la población.Los círculos grandes en la mitad de la gráfica corresponden aChina y la India, y el círculo considerablemente más pequeñopero aún grande en el extremo superior derecho correspondea los Estados Unidos. La curva que asciende del extremo infe-rior izquierdo al superior derecho ilustra la relación generalentre la esperanza de vida y el ingreso nacional, ya que se ele-va rápidamente entre los países de ingreso bajo y posterior-mente se estabiliza o aplana entre los ricos, que tienen espe-ranzas de vida más prolongadas.

El PlB per cápita es una medida del ingreso promedio decada país y se mide aquí en una unidad común para todos lospaíses. La unidad, el dólar internacional de 2005, se construyede manera que, al menos en principio, un dólar vale lo mismoen todos los países, con lo cual estamos comparando cosasiguales; un dólar internacional en Brasil o Tanzania compra lomismo que un dólar en los Estados Unidos. El PIB incluye in-gresos que no reciben de manera directa las personas o las fa-

'Samuel Prestan, "The Changing Relation between Mortality and Leve! ofEconomic Development'", Population Studies 29, núm. 2,1975, pp. 231-248.

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<l'48 EL BIENESTAR EN EL MUNDO EL BIENESTAR EN EL MUNDO 49

milias, como la recaudación tributaria de los gobiernos y lasganancias de las empresas y los bancos. además de los ingre-sos que pertenecen a los extranjeros. Generalmente sólo unan"acción, así sea sustancial, del PIB está disponible para que loshogares realicen sus compras. Otros componentes del PlB be-nefician a los hogares directamente (gastos del gobierno eneducación por ejemplo) o indirectamente (inversión pam elfuturo). El PIB, que es el producto intento bruto, es diferentedel PNB, producto 11Qciollalbruto. El PNB incluye. y el PIS exclu-ye, el ingreso propiedad de los residentes pero que se generaen el extedOl~ y el PNB excluye, en tanto el PIB incluye, los in-gresos generados intelTIamente pero de los que se apropianlos extranjeros. La diferencia usualmente es pequeña. peropara algunos países es muy importante. Luxemburgo, muchosde cuyos perceptores de ingresos viven en Bélgica, Fmncia oAlemania, es un ejemplo de un país en donde el rNB es muchomeno¡- que el PIB. Otro ejemplo es la pequeña península chinade Macao, actualmente el casino más grande del mundo. Es-

tos dos países, que aparecerían más allá del Ifmite derecho dela gráfica, son excluidos junto con Oatar y Jos Emiratos Ára~bes Unidos, Estados ricos en petróleo que, junto con Luxem-burgo y Macao. tenían los niveles PIS per cápita más altos delmundo en 2010. El PNS es una mejOl"medida del ingreso na~dona!, pero los datos para el pJB están disponibles de una ma-nera más consistente, razón por la cual los utilizo aquí y envarias partes del libro.

Una característica importante de la gráfica es el "punto deinflexión" cerca de China, donde la cunra comienza a aplanar-se. El punto de inflexión marca la traPlsici6n epidemiológica"Para ]05 países a la izquierda de ]a transición, las enfenneda.des infecciosas son causas importantes de muerte. y muchasde esas muertes son de niños. de manera que en los paísesmás pobres cerca de la mitad de todas las muertes son de ni-ños menores de cinco años. Después del punto de transición,conforme nos movemos hacia Jos países más ricos, las muer~tes infantiles son muy poco comunes, y la mayorfa de lasmuertes corresponden a per"Sonas viejas que mueren no porenfermedades infccciosas sino por enfermedades crónicas, lasmás imp0l1antes de las cuales son las cal"diacas (o más amplia-mente, padecimientos cardiovasculares, incluyendo infartos)yel cáncer. Las enfcr"medades crónicas se están volviendo demanera creciente causas comunes de muerte en los países po-bres también, pero poca gente muere de enfermedades infec~dosas en los países ."icos, exceptuando a un pequeño númerode ancianos que mueren de neumonía. Una manera en' que aveces se resume la transición es diciendo que las enfermeda-des salen de los intestinos y del pecho de los infantes y se me.ten en las arterias de los viejos.

El hecho de que la esperanza de vida y los niveles de in-greso se relacionen positivamente es importante para pensaren Ja distribución mundial del bienestar. La salud y la riquezason dos de los' componentes más importantes del bienestar, yla gráfica muestra que generalmcr:rte (aunque no de forma in-evitable) se mueven juntos. La gente que sufre privaciones entérminos de estándares de vida mater-ial -como gran parte dela población del África subsahariana- es también la gcnteque generalmente sufre de pr-ivaciones en ténninos de salud;estas personas viven menos años y con la desdicha de ver que

5000040000

Trinidad

300002000010000oP1Bper cápita. 2010, dólares estadunidenses

ajustados por los precios de 2005

GRÁFlCA 1.1. Esperanza de vida y P/B per cdpita en 20./0.

Japón .

O ~ Noruega~t:." .o,~-=-.O'"'----oChina.. ' • ..:-.:.----~~,-......,..O.;- - Estados~I __~J;"- • '. Kuwalt. Unidos

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50 EL BIENESTAR EN EL MUNDO

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EL BIENESTAR EN EL MUNDO 51

muchos de sus hijos mueren. En el extremo opuesto de la cur-va, entre los ricos del mundo, pocos padres experimentan al-guna vez la muerte de un hijo, y logran disfrutar sus altos es-tándares de vida durante casi el doble de tiempo que lospadres de ]os países más pobres. Si observamos el mundo entérminos de salud e ingreso conjuntamente nos obligamos aver que las divisiones se multiplican, y que la dispersión debienestar es más amplia de lo que parece si miramos sólo lasalud o el ingreso separadamente. Un subterfugio crudo y aveces útil (aunque no atractivo éticamente) es combinar la es-peranza de vida y el ingreso, multiplicando ~mbos, para obt~-ner una medida del ingreso de toda la vida. Esta es una medI-da deficiente del bienestar (un año extra de vida se valora conbase en el ingreso del recipiendario, de suerte que un año devida de una persona rica vale más que un año de vida de unapersona pobre), pero ilustra los efectos en las brechas entrepaíses. En la RDe, por ejemplo, se estima que el ingreso percápita es alrededor de 0.75% del de los Estados Unidos, y laesperanza de vida es menor que dos tercios de la de los Esta-dos Unidos, de suerte que el ingreso promedio de una vidaentera en los Estados Unidos equivale a más de 200 veces elingreso promedio de toda una vida en la RDC.

Lo que el dato no establece es que el ingreso más alto es elque causa una mejor salud, o que la pobreza es lo que causalas frecuentemente llamadas "enfermedades de la pobreza". Lagráfica tampoco lo excluye, y en realidad el ingreso debe ser im-portante en ciertas maneras y en algunos momentos -idea quese explorará ampliamente en el resto de este libro-o El ingre-so es importante ahí donde la mejora de la salud requiere unamejor nutrición -para lo cual la gente necesita dinero- oagua más limpia y mejor sanidad -para lo cual los gobie~nosnecesitan dinero-o Entre los países ricos es menos ObVlOelmodo en que el dinero puede frenar el cáncer o las enferme-dades cardiacas -aunque ciertamente la investigación y eldesarrollo son caros-, de manera que tenemos los inicios deuna simple explicación del aplanamiento de la curva a medidaque los países pasan a través de la transición epidemiológica.Es asimismo posible que exista un límite superior a la espe-ranza de vida humana --esta idea es debatida con ardor, qui-zá sorpresivamente--, de modo que, cuando la esperanza de

,~"vida es tan alta como en Japón o incluso en los Estados Uni-""dos, se torna cada vez más difícil incrementarla.

En ocasiones se dice que no existe ninguna relación entreel ingreso y la esperanza de vida entre los países ricos delmundo.6 Al igual que en el caso de las gráficas de la introduc-ción sobre la evaluación de la vida respecto del PIB, es útil tra-zar de nuevo la gráfica 1.1 utilizando una escala logarítmicapara el ingreso. La gráfica 1.2, que utiliza exactamente los mis-mos datos de la gráfica 1.1, ofrece una impresión muy diferente.En una primera aproximación, la pendiente de la línea es lamisma a la derecha que a la izquierda de la gráfica, aunquela relación es un poco más plana en la parte superior-princi~palmente por el deficiente desempeño de los Estados Uni-dos-, y entre los países más ricos aún es evidente la ausenciade una relación. Pero para la mayor parte del mundo los in~

'. _;;,crementos proporcionales en el ingreso se asocian con Jos mis-mos incrementos en años de vida, exactamente de la mismamanera en que se asocian con el mismo incremento en satis-facción con la vida, tal como vimos en la introducción. Porsupuesto, debido a que los países ricos tienen ingresos másaltos, el mismo incremento proporcional en un país rico im-plica un incremento absoluto mucho más grande que en unpaís pobre, de modo que, como en la figura 1.1, la misma canti-dad de dinero viene asociada con una menor cantidad adicio-nal de años de vida entre los ricos en comparación con los po-bres. Pero incluso entre los países ricos, niveles de ingreso másaltos aún vienen asociados con más años de vida. Sin embar-go, como muestra la gráfica 1.2, la clasificación de países poresperanza de vida está lejos de ser idéntica a la clasificaciónpor niveles de ingreso.

Las historias de los países ubicados fuera de la CUnla sontan importantes como las de los que se encuentran sobre ella.Entre los países que se desempeñan bastante peor de lo que sepodria esperar dados sus niveles de ingreso, algunos han sidoafectados por las guerras. Otros -como Botsuana y Suazilan-dia (así como otros países africanos no destacados en la gráfi-ca)~ están padeciendo la epidemia del VJH/sida,la cual ha eli+

6Wilkinson y Pickett, The Spirit Level... , op. cil., p. 12, YRichard Wilkin.son, "The Epidemiological Transition: From MateJial Scarcity to Social Di;;.advantage", Daedalus 123, núm. 4, oloño de 1994, pp. 61-77.

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52 EL BIENESTAR EN EL MUNDO EL BIENESTAR EN EL MUNDO 53

minado toda o la mayor parte de las ganancias en esperanzade vida que se habían conseguido desde la segunda GuerraMundial en varios países. 1,...•.enfermedad ha desplazado a es-tos paises hacia ahajo. alejándolos de la cUlva. Ya ~c discutidoel caso de Guinea Ecuatorial, que es el más egl"(~glOde todos.Pero el mismo factor -desigualdad extrema de ingresos-también es parcialmente responsable de la posición de Sud.áfrica, que ha permanecido debajo de la curva durante mu-chos años mucho antes del advenimiento del vlH/sida. Puedeconsidera~e a SudáCric..'l.-aun después del fin del apartlleid-como un país pequeño y dco empotrado en un país pobre mu-cho más grande. En realidad, si trazamos una Bnea que una alos Estados Unidos con Nige,oia en la gráfica 1.1, y luego nosdesplazamos 10% de la trayectoria de los Estados Unidos ha-cia Nigeria -10% es el porcentaje de población blanca enSudáflica-, nos aproximamos a la posición de Sudámca en lagráfica.

PISper cápita, 2010, dólares estadunidensesajustados por los precios de 2005

GRÁFICA 1.2. Esperanza de vida y PlBpercdpita en 2010sobre una escala logarítmica.

Rusia es otro de los países grandes con un desempeño de-ficiente. Es un país donde la esperanza de vida disminuyó l"á.pidamente después de la caída del comunismo, es posible quecomo respuesta al caos y la disrupdón de la transición; el con-sumo excesivo de alcohol, espccialrncnté entre los hombres,fue uno de los factores que precipitaron este desempeño, lo cuales consistente 'con esta historia, Lo que sucedió en Rusia esmotivo de polémica, aunque sólo sea porque la mortalidad en.tre los hombres iba en aumento mucho antes del cambio en elsistema políticoo7 Cualquiera que sea la verdad, en Rusia y enlos países que formaban la Unión Soviética la salud y la evaJua.ción de la vida son peores de lo que se podría esperal" dadossus niveles de ingreso. Éstos también son países donde la tmn-sición de un sistcma económico a otro trajo consigo dificultadesen la medición del ingreso, lo que bien podna estar expresadoexageradamente en los datos, La transición en Rusia, aunquede alguna forma incvitable y probablemente benéfica en el largoplazo, implicó enormes costos en ténllinos de ingreso y añosde vida perdidos, No se compara con algunas de las olras ca-tástrofes del mundo de la posguelTa --como la epidemia delsida o la Gran Hambruna china-, pero de cualquicr manerahubo gran sunimiento y pérdida de bienestar,

Los Estados Unidos son un país de desempeño bajo en I"e.lación con su ingreso, Sin embargo, gastan en salud una por-ción mayor de su ingreso nacional que cualquier olro país, loque representa una buena ilustración del hecho de que noexiste una relación estrecha entre ingreso)' salud, y menosaún entre salud y gastos en salud. Chile y Costa Rica tienenuna espel-an7..a de vida tan buena como la de los Estados Uni.dos, con sólo un cuarto del ingreso per cápita y cerca de 12%del gasto per cápita en salud de los Estados Unidos, En loscapftulos 11 y v regresaré al tema de la salud y su financiamien-to en los Estados Unidos.

Otros países se desempeílan mejor de lo que cabría cspe~

1Véase Eli7.abcth Brninerd y David M. CutJcr, "AutoJ'S)" on an Empire: Un-derstanding M0I1alily in Russia and the Formcr Soviet Union", Juumal of&onomic Perspectives 19, núm, 1,2005, pp. 107.130, Y lay Bhattacharya,Christina Gathmann y Grant MilIer, "The Gorbachev Anti-A1cohol Cnmpaignand Russia's Mortality Crisis", Ameriam Economic Joumal: Applicd EconomicsS, núm, 2, abril de 2013, pp, 232.260.

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" EL BIENESTAR EN El. MUNDOEL BIENESTAR EN EL MUNDO 55

GRÁFICA 1.3. Vidas más largas, vidas más ricas.

PIBper capita, 1960 O201 O,dólares estadunldensesajustados por los precios de 2005

rar con base en sus ingresos. La gráfica 1.2, con una escala lo..garftmica, muestra esto de manera más clara que]a 1.1. Ncpal,Bangladcsh, Vietnam, China, Cosla Rica, Chile y Japón Sonpaises imp0l1anles cuya esperanza de vida es alLa respecto delo que podriamos esperar dada la curva internacional. Los máspobres de estos países lo hacen muy bien al tener tasas de mor-talidad de niiios menores de uno y cinco ailOS inusual mentebajas, mientras que los que se encuentran en la parte alla dela escala, especialmente Japón, tienen tasas de mortalidad in-usualmente bajas entre personas de edad mediana y ancianos.Exploranj estas excepciones con mayor detalle más adelanteen el libro. pero el punto importante es que no hay nada pre.destinado en la curva; los paíscs pobrcs pueden desempcñarsemejor de 10 que se esperada dados sus recursos, y los paísesricos lo pucden hacer peor. Existen formas de asegurar unabuena salud con niveles bajos de ingreso y fOlmas de gastargrandes sumas de dinero sin objcto alguno. La gucrra, las epi-demias y la desigualdad extrema también empeoran la saludpal"a cualquier nivel de ingl-eso, aunque al menos las guerras ylas epidemias son mucho más probables en los países pobresque en los países ricos.

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China 1960

10000 20000 30000 40000 50000

HAClA ADElANTE Y HACIA ARRllM,

CON INTERRUPCIONES CATASTRÓFICAS

Las gráficas l.1 y 1.2 nos ofrecen una fotografía instantánea delmundo en el año 2010. Pel'o la curva que vincula la esperanzade vida y el ingreso no ha permanecido inmóvil. La gráfica 1.3muestra los datás y dos CUlvas, una de las cuales repite la cur-va del mio 2010y la otra eorrcsponde al año 1960. En la curvade 1960 se muestra a los países con tonos menos oscuros paradistinguirlos de los países de la curva de 2010. Una vel'. más, elárea de los círculos es proporcional a la población, pero sepa-radamente dentro de cada año, de manera que la variación enla población no puede determinarse al comparar el tamañodel círculo para un país dado en 1960 con el tamaño del círcu-lo para ese país en 2010.

Casi todos los círculos más oscuros se encuentran a1Tiba ya la derecha de los círculos más claros; desde 1960, casi todos

los países se han vuelto más ricos y sus l"esidentes más longe-vos. Éste es quizás el hecho m:'í.s imp0l1ante del bienestar en elmundo des~e la scgunda Gucrra Mundial: que las cosas estánmejorando, que la salud y el ingreso, partes componentes delbienestar, han mejorado con el tiempo. El economista e histo-o.ador. Robert F?gel, abarcando un intervalo más largo de lahlstona, ha escnto sobre lo que él llama el escape del hambrey la muerte prematur3.8 El Gran Escape ha continuado rápi-damente en el mundo desde la segunda GuelTa Mundial. Aun-que algunos países no han escapado aún, y muchos más se

'C(. Robert W. Fogcl, "New Findings on Secular lrcnds in Nulrition andMortalily:Sorne lmplicalions for Populalion Theory", en Mark R. Rosenzweigy Oded Stark (eds.l. lIandbook o{Populolion and Fomily F.cotlomics, Elsevier,Ámstcrdam y Nucvtl York. 1997. pp. 433-481, )' 1ñe Escape {rom H¡mger a"d~Olure Deat", 1700 10 2100: Europe, America, and lhe Third lVorld, Cam.bndge Univcrsily Prcss, Cambridge, 2004 .

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EL 'BIENESTAR EN EL MUNDO

10C{.Yang Jisheng, TombSIOIle:n,e Creat Chine.se Fomine, 1958-62, FaTTllr,Strnus 3nd Giroux, Nueva York, 2012.

11 Véase Ansley J. Coale, Rilpid Populatiofl CllOnge i'1 Chino, 1952-1982, Na-lional Academy Prc.-;s, Washington, D.C., 1984, y Connac Ó Grúda, Fomille: A5hort HisI01)', Prim::cton UniversilY Prcss, Princcton, 2009.

impidieron que se difundiera esta información, y los castigospor disentil' eran claros: en 1950-195), 750000 personas ha.bían sido ejecutadas. (En todo caso, en estos primeros afias dela revolución el Par1ido tenía una amplia reputación y gozabade gran confianza.)

Cuando Mao se enteró de los desastres (aunque probable-mente no en toda su dimensión) duplicó las políticas, al tiem-poque purgó a los indiscretos, llamándolos "disidentes de dere-cha",Yculpó a los campesinos por ocultar alimentos. Admitirel error del Gran Salto hacia Adelante habria puesto en peli-gro la posición de liderazgo del propio Mao, y él estaba prepa-rado para sacrificar a decenas de millones de sus coterráneospara impedir que esto sucediera. Si Mao hubiera dado mar-cha atrás cuando la dimensión del hambre masiva se hizo evi-dente para los líderes, la hambruna habría durado un año, notres, y en todo caso había grano más que suficiente en los al-macenes del gobierno para impedir el hambre de todos. 10

De acuerdo con varias narrativas, la esperanza de vidaenChina era de 50 años en 1958 y disminuyó a menos de 30 en1960; cinco años más tarde, cuando Mao dejó de matar gente,aumentó a casi 55 años.l' Casi un tcrcio de quienes nacierondurante el Gran Salto hacia Adelante no sobrevivieron a esteevento.A veces es dificil identificar los beneficios de las políti.cas, o aun convencernos de que hacen alguna diferencia. Noobstante, los efectos catastróficos de las malas políticas pue-den ser demasiado obvios, como lo demuestra el Gran Saltohacia Adelante. Aun en ausencia de guerras o epidemias, unamala política dentro de un sistema totalitario causó la mueJ1ede decenas de millones de personas. Por supuesto, malas poli-ticas suceden todo el tiempo sin que les causen la muerte amillones. El problema en China es que tomó mucho tiempopara revertir esa política debido al sistema totalitario y a lafalta de cualquier mecanismo para hacer que Mao cambiarael curso de acción. El sistema político en la China actual no esmuy diferente del sistema que creó Mao; lo que es diferente

'6encuentran sólo a mitad del camino, dcbemos destacar y cele~brar los éxitos. Muchos milloncs de personas han escapado deun mundo de enfermedad y pt"ivaciónmaterial. Amartya Senescribe del desanullo como Iibertad,9 y la gráfica 1.3.muestraque el mundo en 2010 era más libre que en 1960. y SI llenára-mos el diagrama con la información (mucho menos .comple.la) para los años 1930 o 1900, vedamos que la exp~nslón de lalibertad ha estado sucediendo desde hace mucho tiempo, puesempezó hace aproximadamente 250 años, cobró ímp~tu ':(hainvolucrado a cada ve7.más países en el último medIo siglo.

Apesar del progreso general, ha habido catáslmfes. ~na delas peores de la historia humana fue el "Gran Salto haCia Ade-lante" de China en 1958.196), cuando políticas de indust.ria-Iización y producción de alimentos profundamente .desonen-tadas condujeron a la muerte por hambre de 35 ~l11ones depersonas e impidieron el nacimiento de qui7.á40 mlll~mesmás.Las condiciones climáticas en esos años no fuemn musuales;la hambnma fue completamente obra del ser humano.

Mao Tse-Tungy sus colegas lideres estaban decididos a de-mostrar la supel;oridad del comunismo, superar rápidamentelos nivelesde producción de Rusia y el ReinoUnido, y esta~lccerel liderazgo de Mao en el mundo comunista. Se establecI~ronmetas de producción fantásticas para satisfacer la.neCCSI?a~de alimentos de ciudades en un raudo proceso de mdustnah-zación y obtener divisas a través de la exportación de v've~es.Bajo el sistema totalitario que mantenía el Partido ComunIstade China, las comunas rurales competían para exagerar suproducción fmal, innando así las ya inalcan~.ables c~otas delogro alcanzado y no dejando nada para la alimentacIón de lagente. AllOismotiempo, el Partido provocó el ca?s .en el caro.po al ordenar que toda la tien-a pl"ivadase convn.tlera en.~o-munas al confiscar la propiedad privada y aun los utenSIlIosde coci'na, y al hacer que la gente se alimentam en cocinas ~o-munitarias. Dados los enormes incrementos en prodUCCIónque confiadamente se esperaban, la fuerza de trabajo campe.sina se desvió hacia proyectos de obr'as públicas y plantas me-talúrgicas rurales, la mayoría de las cuales no produj? na~a.Las restricciones draconianas de transporte y comUnIcaCIÓn

~Véase Sen, ~lopmerrt as Freedom, op. cit.

EL BIENESTAR EN EL MUNDO 57

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es el flujo de información. A pesar del continuo control delEstado, es dificil creer que semejante hambruna pudiera ocu-rrir hoy sin que e1liderazgo chino y el resto del mundo se en-teraran muy rápidamente. Que el resto del mundo pudieraayudar hoy más que antes, no es ni remotamente claro.

La epidemia de vIH/sida es otro gran desastre. Como he-mos visto, ha aumentado la mortalidad y reducido dramática-mente la esperanza de vida en muchos países del África 5ub-sahariana. La posición de Sudáfrica provee una ilustraciónnítida. En las gráficas I.1 Y I.2 vemos a Sudáfrica muy por de-bajo de la curva. Si retrocedemos hasta 1960, mucho antes deque el vIH/sida tuviera cualquier efecto en la tasa de mortali-dad, Sudáfrica estaba en una posición muy similar ... no debi-do a la enfermedad, sino a la extrema desigual9-ad entre laspoblaciones blanca y negra. Si manipuláramos estas curvas,como 10 hacemos con una película, y observáramos sus cam-bios, década por década, veríamos que Sudáfrica se muevehacia arriba cada vez más cerca de la curva a medida que elapartheid se colapsa y las diferencias raciales en salud dismi-nuyen. O al menos eso es lo que sucedió hasta 1990. Despuésde eso, debido al incremento de muertes por sida, el país des-cendió a su posición original, cayendo de regreso a donde lovemos en la gráfica /.1.

En años recientes, las drogas antirretrovirales han empe-zado a fTcnar la pérdida de vidas en África. Las epidemias ens1mismas son otro recordatorio de que los escapes pueden sertemporales, y de que las grandes epidemias de enfermedadesinfecciosas -el vIH/sida ahora, el cólera en el siglo XIX y lapeste negra en tiempos medievales- no están confinadas enel pasado de manera segura. En la prensa científica y popularse ha dedicado mucha atención a las amenazas presentes deenfermedades infecciosas "emergentes", en particular a lasque, como el vIH/sida, han pasado de reservas de animales alos seres humanos. Hay muchas enfermedades de "origen ani-mal" como ésta, algunas espectacular y velozmente letales. Noobstante, ésta es una letalidad que hace casi imposible queesas enfermedades se transformen en una epidemia de granescala; matar víctimas no es bueno ni para las víctimas nipara los insectos. El vIH/sida, que no se transmite fácilmente yque mata de manera muy lenta, representa un peligro mucho

Il1ayor,Yla pandemia que causó debería disuadimos de creer"que en el futuro esas enfermedades se pueden ignorar deIl1odo seguro.

Poniendo a un lado las catástrofes, podemos ver en la grá-fica J.3 no sólo que los países son cada vez más ricos y más sa-ludables, sino que la curva que relaciona la esperanza de vidacon el ingreso se está desplazando hacia arriba a lo largo deltiempo. La curva de 20to está por encima de la de 1960, y sinoS moviéramos hacia atrás en el tiempo veríamos que la de1960 está arriba de la de 1930, y ésta de la de 1900, y así suce-sivamente. Cuando hizo notar este movimiento hacia arriba,Preston concluyó que algún factor sistemático diferente al in-greso d~be ser el responsable. Si el ingreso fuera la cosa másimportante -con otros factores, como las epidemias o las po-líticas de salud de los países, más o menos desprovistos de unpatrón-, entonces los países se moverían hacia arriba y haciaabajo (principalmente hacia arriba) de la curva. Pero aunqueen efecto los países se han movido hacia arriba de la curvaeso no es todo lo que ha pasado. Aun sin cambios en el ingre~so, la esperanza de vida mejoró con el tiempo, y a nivel mun-dial, tanto a niveles de ingreso alto como de ingreso bajo.Prestan atribuyó este movimiento hacia arriba de la curva aavances en el conocimiento científico y médico, o al menos a lamay?r iml:'lementación práctica del conocimiento científico ymédICOeXIstente. Prestan consideró los movimientos a lo lar-go de la curva como la contribución de la mejora en estánda-res de vida a la salud, y concibió los movimientos de la cunmmisma como la contribución del nuevo conocimiento prácti-caP Esta división de los créditos entre ingreso y conocimien-t? por los aumentos en el bienestar nos ocupará a lo largo del!Ibro. Argumentar~ que el conocimiento es la clave, y que elmgreso -aunque Importante en y por sí mismo y como uncomponente del bienestar, y con frecuencia como un facilita~dor de otros aspectos del bienestar- no es la causa más im-portante del bienestar.

58 EL BIENESTAR EN EL MUNDO

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EL BIENESTAR EN EL MUNDO

12 Véase Prestan, "The Changing Relation betwcen Mortality ...", art. cit.

59

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60 EL BIENESTAR EN EL MUNDO EL BIENESTAR ENELMUNDO 61

vela que Jos países pobres no crecieron más rápido que los 1;-cos, de modo que no hubo convergencia ni reducción en ladesigualdad entre países. y tampoco los países ¡.icos crecieronmás rápido que los pobres. En general, la desigualdad entrepaíses no cambió mucho. Casi todas las tasas de crecimientoson positivas y se ubican por encima de la línea horizontalpunteada que indica crecimiento cero.

Ha habido mucho crecimiento en el mundo durante el pa-sado medio siglo; sólo cuatro países tuvieron un ingreso percápita menor en 20 IOque en 1960, y sólo 14 tuvieron ingresosmenores que en 1970. Como siempre, debemos recordar queexcluimos a algunos de los países de J:>eol'desempeño (porejemplo, los que tuvieron guen-as) debido a que para ellos noexisten datos, o porque no existían en años anteriores. (Losdos países de peor desempeño en la grtific..1.[.4 son la ROC yLiberia: ambos sufrieron guerrns.)

Hay una mancm diferente y más positiva de ver exacta-mente los mismos datos. La gráfica 1.5, que elaboró de esta for..

POHRE,7.1\ GI.OBAL y DESIGUALDAD GLOBAl.

Los esLándal"cs de vida material están mejorando en la mayo-da de los pafses del mundo. Sin embargo, no hay nada en lalógica que garantice un vínculo automático entre crecimientoy reducciones de la pobrc7.a global; podría suceder que lospaíses más pobres del mundo no estuviesen creciendo paranada -como sucedió en la mayor parte de África en los añosochenta y a principios de los navcnta- o padrla ocurrir que,donde ha habido crecimiento, ha beneficiado s610 a los que yaeran ricos dentro de cada pars. Aquellos que creen que la glo-balización y el crecimiento económico están beneficiandosólo a los ricos esgrimen con frecuencia uno de estos argu-mentos o ambos. CiCl1amentc, como ya hemos visto, en loconcerniente al promedio en los estándares de vida matel;alhay diferencias casi inimaginables entre países, y las brechasentre ricos y pobres dentro de cada país difícilmente son me-nores. ¿Están aumentando las desigualdades con el progresoeconómico general? ¿Se están beneficiando todos o sólo los queya eran I;COS lograron el Gran Escape, dejando atrás a los me-nos afortunados?

Una manera de responder a esta interrogante es ver si lospaíses inicialmente pobres han crecido más rápidamente quelos inicialmente ricos, algo que debe suceder si realmente lasbrechas entrc ellos se han reducido. Si es cierto que el progre-so en la ciencia y el conocimiento práctico hacen posible elcrecimiento económico, entonces podríamos esperar que losestándares de vida de cada país tiendan a converger entre sí,al menos si el conocimiento y las técnicas pueden transferirsecon facilidad de un pa[s a otro.

Comencemos con la gráfica 1.4, la cual muestra una dis-persión de puntos más o menos aleatoria. Cada punto en lagráfica representa un país y muestra la tasa de crecimiento desu ingreso per cápita en el eje vertical y de su PIB poI"personainicial en el eje horizontal. Los círculos oscuros toman comopunto de partida cI año 1960 y muestran el crecimiento de1960 a 20tO, mientras que los círculos más c1aros.comienzandesde 1970 y muestran el crecimiento de 1970 a 2010. La au-sencia de cualesquiera patrones en los puntos de la gráfica re-

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PISper cáplta, 1%0 o 1970, dólares estadunldensesajustados por los precIos de 2005

GRÁFICA 1.4. Crecimiento, pa(s por pa{s.

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62 EL BIENESTAR EN EL MUNDO

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EL BIENESTAR EN EL MUNDO 63

roa por primera vez el economista Stanley Fischcr, es idéntica,a la gráfica lA, pero ahora cada país se representa con un círcu_lo cuya área es proporcional a su población en el año de ini~cio.13 Desde esta perspectiva, tenemos una impresión visualinmediata de una fuerte relación negativa) en la que los paísesmás pobres crecen más rápido. ¡Pero ya sabemos que los paí.ses más pobres no crecieron más rápido! La diferencia en lapercepción deriva de que se han inflado los puntos para lospaíses más grandes. Los dos países más grandes del mundo,China y la India, han crecido más rápidamente en el pasadomedio siglo. Y debido a que ambos tienen muchos habitantes,el crecimiento ha provocado que los ingresos promedio demás de 2000 millones de personas aumenten desde el nivel másbajo de la distribución del ingreso mundial-su punto de par-tida- a un punto mucho más cercano al nivel medio ---dondese ubican ahora-o Si cada persona en cada nación tuviera elingreso promedio de todo el país, la gráfica 1.5 mostraría quelos estándares de vida de toda la gente en el mundo han tendi-do a aproximarse, aunque no ha habido ninguna disminuciónen los estándares de vida promedio de los países. Por supues-to, no es cierto que todos tienen el mismo ingreso en cada <-

país; no sólo hay desigualdad de ingreso dentro de los paísessino que, como veremos en el capítulo VI, la desigualdad deingreso está aumentando en muchos países (aunque no en to-dos). Una vez que se toma en cuenta la desigualdad de ingresodentro de cada país, lo que está sucediendo con la de todos losciudadanos del mundo resulta mucho menos claro, aunquebien se puede argumentar que está decreciendo.

El rápido crecimiento de China y la India no sólo ha posi-bilitado a cientos de millones de ciudadanos del mundo reali-zar el Gran Escape, sino que también ha hecho posible que elmundo sea más equitativo. Si nos preocupamos más de la gen-te que de los países, entonces el panorama optimista de la gr~-fica 1.5 es el correcto, no el pesimista de la lA.

Lo que ha estado sucediendo en China y la India tambiénafecta mucho la historia de la pqbreza global. El Banco Mun-dial regularmente calcula el número total de personas en el

13 C{. Slanley Fischer, "Globalization and Ils Challenges", American Econo-mic Review 93, núm. 2, mayo de 2003, pp. ]-30.

mundo que viven en hogares cuyo ingreso diario es menos deun dólar por persona. La última versión de estos númeroshasta 2008, tal como los calcula el Banco Mundial, se muestraen la gráfica '1.6.14 El número total de personas pobres en elmundo que viven con un dólar diario disminuyó en 750 millo-neS entre 1981 Y 2008 a pesar de que la población total de lospaíses pobres se incrementó en aproximadamente 2000 millo-nes. Como resultado, la fracción de la población mundial quevive con menos de un dólar por día ha disminuido de más de40% a 14%. Aunque la tasa de pobreza en otras regiones delmundo ha disminuido, la disminución en el número absolutode pobres ha sido impulsada en gran parte por el rápido creci-miento de China, de modo que, al menos hasta los últimos 10años, el número absoluto de pobres no chinos ha continuadoaumentando. (Como veremos en el capítulo VI, se puede plan-tear el caso de que las estadísticas de la India estén omitiendouna parte creciente de lo que la gente tiene en realidad, desuerte que estos números estarían subestimando el progresoconseguido por la India en la reducción de la pobreza.) Parael caso de los países de ÁfTica subsahariana, el Banco Mundialcalcula que 37% de la población vivía con menos de un dólaral día en 2008, una disminución en relación con el pico de 49%en 1993; las economías africanas han estado creciendo en añosrecientes, aunque a partir de niveles bajos. Como siempre, losdatos africanos deben tratarse con gran precaución. En resu-men, en la pobreza global también ha habido un progreso ge-neral; no en todas partes ni todo el tiempo, pero es cierto queun cuarto de siglo de crecimiento global ha hecho mucho parareducirla.

14 Véase Shaohua Chen y Mamn Ravallion, "Thc Dcvdoping World Is Poorerthan We Thought, but No Less $uccessful in the Fighl against Poverty", Quart-erly 1(Jumal of Ec(}nomics 125, núm. 4, noviembre de 20tO, pp. 1577-1625.Actualizado a 2008: "An Update of the World Bank's Estimatcs of Consump-tion Povcrty in ¡he Developing world", http://siteresources.worldbank.org/INTPOVCALNET/Rcsourccs/G lobal]overt y_Update _2012_02-29-12. pd f.

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1:'..4EL DI ENESTAR EN EL MUNDO 65

1500 El mundo

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E~-1000 Elmundo. excluyendo aChina~~

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e - África subsahariana•E'0z

O1980 '990 2000 2010

GRÁFICA 1.6. La pobreza mundial estd disminuyendo.

¿CóMO VE W\ GF.NTE su PROPIA VIDA?

para vivir una buena vida se necesita más que salud y dinero,y el escape de las privaciones que trae consigo cJ desalTollodebiera implicar tambi~n mejo,- educación y una mejor capa-cidad de participar en los asuntos cívicos. Mi atención princi-pal se centra aquí en la salud y el ingreso, pero cJ panoramageneral es en gran parte el mismo: en décadas recientes hahabido un gran progreso, aunque queda mucho por hacer. Másniños están asistiendo a la escuela con regularidad y el núme-ro de personas alfabeti7.adas es mayor, Y si bien hay muchosdictadores y varios cientos de millones de personas viven conrestricciones (a veces muy severas) a su participación cívica,en el mundo hay más libertad política ahora que hace mediosiglo. La vida está mejorando para la mayor parte del mundo,al menos en términos de las oportunidades que estas drcuns--tancias permiten.15 No obstante, siemp'.c es posible que lagente no perciba sus vidas en términos de estos indicadores, yque estos indicadores sean más ap,'cciados por expertos en eldesarrollo o comentaristas académicos que por las personasque están experimentando estas mejoras. O puede' ser que lagente valore cosas diferentes que no están incluidas en nues-tros datos. De modo que hay mucho que decir respecto de in-t~rrogar a las personas sobre cómo picnsan ellas que las tralala vida.

Una fonna de hacel- esto es con reportes de autoevaluaciónde bienestar, como los descritos en las gráficas 1 y 2 de la intro-ducción, Los economistas, psicólogos y filósofos se han intel-e-sado en estos indicadores recientemente, y varias oficinas deestadísticas nacionales están avanzando hacia la recolecciónrutinaria de estos datos.16 Estas mediciones, con frecuenciareferidas vagamente como medidas de felicidad, tienen vadosatractivos: proceden directamente de las personas cuyo bien-

l~Véase Charles Kcnny. Getl;lIg Betler: Why Global Dcvdopmeflt Is Sucocuding, and lIow We Call ImprDl'e lhe World Even More, Basic Books. Nue"aYork,201l.

'. Cf Joseph E. StiglilZ, Amartya K. Sen y Jcan-Paul Fitoussi, Repon by tireCommission 011tire Mr.Qsureme1l1o( Economic Per[onfltmce Qlld Social ProS-ress, hnp;lIwww.stiglit7.-scn-fi.oussUr/enlindex.ht m, 2009.

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P1B per cáplta, , 960 O 1970, dólares estadunldensesajustados por los precios de 2005

GRÁFICA 1.5. Crecimiento ponderado por la poblaciónde los paises.

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. ~; . '1.",EL BIENESTAR EN EL MUNDO 67

1~..:f'~daS, sino simplemente que debemos estar alerta respecto de. los proble,mas potenciales y no cejar en nuestro escepticismo.

t ~',.;p; La calificación de la evaluación de la vida para DinamarcaJ (cÍemanera perenne el país de mejor desempeño en estas com-paraciones) es 7.97 (en una escala de Oa 10), seguido de otros

;.países nórdicos ~Finlandia 7.67, Noruega 7.63 y Suecia 7.51-,mientras que los Estados Unidos se hallan s610 un poco detráscon 7.28. La calificación de Toga (una dictadura de largo tiem-po) es 2.81, la de Sierra Leona (después de años de guerra ci-vil) es 3.00 y la de Zimbabuc (otra dictadura duradera) es 3.17.Bmundi con 3.56, BenÍn con 3.67 y Afganistán con 3.72 les

, siguen en el catálogo de la miseria. Las dudas filosóficas acer-ca de estas mediciones son suficientemente reales, pero cuan-do se trata de evaluar las privaciones y de identificar los paísesdonde la gente florece o no, las mediciones de la evaluación dela vida están en concordancia cercana con las del ingreso, la

'salud y la libertad política. Los países democráticos, desarro-llados y ricos de Europa, América del Norte (Estados Unidos,Canadá) y las ramificaciones europeas son lugares para vivirmejores que Jos países más pobres del África subsahariana,Asia y América Latina, y obtenemos el mismo resultado a par-tir de preguntas directas acerca del curso de la vida que con

,base en el ingreso o la longevidad.Seria bueno observar las respuestas a la interrogante so-

bre la evaluación de la vida del pasado medio siglo, retrocedery comparar lo que ha sucedido desde 1960, tal como lo hicecon la relación entre el ingreso y la salud, pero la EncuestaMundial de Gallup apenas empezó en 2006 y, aunque hay da-tos dispersos de algunos países para años anteriores, sabemospoco acerca de la confiabilidad de estos números o incluso decómo se seleccionó a los encuestados. De suerte que ahora nopodemos decir si durante el medio siglo pasado el crecimientoen el mundo trajo consigo un incremento en la evaluación de

,; la vida.Aun así, el hecho de que los residentes de los países más

ricos sistemáticamente evalúen sus vidas de manera más altaque los de los países más pobres da lugar a una fuerte presun-ción de que el crecimiento es bueno en tanto que induce a laspersonas a sentirse a gusto con sus vidas. La diferencia másobvia entre Dinamarca y los Estados Unidos, por un lado, y

EL BIENESTAR EN EL MUNDO66estar intentarnos evaluar, miden logros realmente. alcanzadosy es posible que incluyan los efectos de factores Importantespara el bienestar, pero de los que.no sabemos nada o que, aunconociéndolbs, no podemos medIr. .

No obstante, muchos escritores, tanto econo~~stas comofilósofos, tienen reservas acerca de la validez y utlhd~d de las fmedidones derivadas de las autoevaluaciones de blenestar. tNo sabemos siempre en qué están pensando las personas cuan- ~ 'ido responden a estas preguntas, Y exist.en dudas acerca d~ si !las preguntas son interpretadas de la mI~~l~ manera. por dIfe-rentes pcrsonas o naciones. A veces es dIfICIl traducIr las. pre- Iguntas aunque exista una traducción directa: los estadumden-ses utilizan happy de un modo más libre y frecuente que losfranceses heureux, y los habitantes de Asia sud9riental pare- .cen particularmente renuentes a afirma~ ~uc son felicesY Enlos Estados Unidos la búsqueda de la fehCIdad es un derechoinalienable enunciado en la Declaración de Independencia,pero en la aldea escocesa calvinista en donde yo creCÍ esa ~~-piración habria sido vista como una señal de una grave debIlI-dad de carácter.

De mayor consideración aun es la adaptación; puede .s:rque las personas que viven en circunstancias de descspcraclOnpiensen que esto es lo mejor que la vida puede ofrecer c

y poreno reporten que son felices. Otros, que VIven en el regazo dellujo, se habrán acostumbrado tant? a la ~quez~ .que .l~~edensentirse insatisfechos por la ausenCIa de lUJOS tnvtal:s .. A ve-ces una vida plena y feliz pued~ implicar dol?,r y perdIda; .l~filósofa Martha Nussbaum escnbe acerca del guerrero fchzque va a la batalla, esperando encontrar nada m~s que dolor ~posiblemente la muerte, pero que sin embargo slcnte .qu~ estaviviendo una vida buena y digna.19 Estas reservas no slgmficanque debamos ignorar 10 que las personas dicen acerca de sus

,.,e¡: Anna WieT7.bicka. '''Happiness' in Cross-Linguistic llnd Cross-Cultur-al PerspcctivcO>. Daedalus 133, núm. 2. primavera de 2004, pp. 3.4-43. Y EdDiencr y Eunkook M. Suh, Culture and Subjeclive Well~~~mg.op. C:I. "

18 Véase Amarlya K. Sen. Commodities and Capabdzltes, EIsevJer, Ámslel-dam y Nueva York, 1985; On Ethics and Economics. Blackwc1l. Londres yBoston. 1987; Y The Idea o( Jw;tice, op. cil. .. J .

.• Véase Martha C. Nussbaum. "Who Is the Happy Warnor. Phll()s~P~yposes Qucstions lo PsychologyO>,Jounwl of Legal Sludies 37, núm. S2, Jumo

de 2008, pp. S81-S113.

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68 El. BIENESTAR EN EL MUNDO

-r7ll;•• """-EL BIENESTAR EN EL MUNDO 69

Sierra Leona, Toga y Zimbabue, por otro, es que un grupo esrico y el otro es pobre; esa difere~cja es el resultado ~c ~SOaños de crecimiento en los países neos contra cero creCllTIlCn_

lo en los países pobres. Hay también diferencias enormes enla espcran7.a de vida, como ya hemos visto, pero ésta tam-bién ha aumentado con el crecimiento económico en el últi.mo medio siglo. Así que seda en verdad extraño si la evalua-ción promedio de la vida en China, Alemania, Japón o losEstados Unidos en 2008 no fuera más alta que las evaluacio-nes promedio de la vida de esos países en 1960. Pero esta con-clusión aparentemente ¡ncontrovertida se ha empantanado enun debate.

En 1974, el economista e historiador Richard Easlerlin,un pionero de la medición de la Olutocvaluación del bienestar,argumentó que el crecimiento económico en Japón no habíamejorado la vida de las personas, de acuerdo con sus prop.iosrepol-tes, y en un trabajo subsecuente extendió su hallazgo avarios países, incluidos los Estados Unidos.lo Su argumento,entonces v ahora, es que el crecimiento económico no mejorala suerte de la humanidad. Entre los economistas, Easterlin sedistingue por argumentar que el crecimiento es inocuo por sím-ismo. (No cuestiona la salud ni otros beneficios que acom-pañan al crecimiento económico, aunque no necesariamentedebido a él.) Su punto de vista se asemeja al de muchos psic6-10gos,1ídcres religiosos y otros que niegan la base material delbienestar, excepto quiz.ás entre los más necesitados. Los eco-nomistas Betsey Stevenson y lustin Wolfers han cuestionadoestas creencias y, según argumentan, resulta claro que, conbasc en la comparación apropiada de datos, el Cl"ecimientoeconómico dentro de los países mejora la evaluación de lavida exactamente en la misma forma en que esperada mas quelo hicieran las diferencias en la evaluación de la vida entrepaíses ricos y pobres.l•

2<l Cf. Richard A. Easterlin, HDoesEconomic Growth lmprove lhe HumanLoI? Sorne Empinen! EvidenceH, en Paul A. D:wid y Mclvin W. Redel' (eds.),Na/ions and Housc/¡olds in £Conomic Crowrh: fusoys in Honor o{ MomAbramowirz,. Acndemic PrcS!l,Nueva York y Londres, 1974, PI? 89-125, YwWiI1Raising the Incomes of AIl Incrense the Hnppiness of AII?H,Joumal o{ ~nomic Beltavior a"d Orgtllliza1ion 27, núm. 1,junio de 1995, pp. 35-47.

l' C(. Bctsey Stevenson y Justin WoUers, HEconomicGrowth nnd Subjcelive

1

Los efectos del crecimiento económico sobre la evalua-ción de la vida en un país son más difíciles de apreciar que losefectos de las diferencias entre países ticos y pobres. Ni si-quiera 50 atlaS de crecimiento económico desplazan a un paísmuy lejos en comparación con las diferencias internacionalesque son el resultado de siglos de diferencias en tasas de creci-miento. Si un país mantuviera una tasa de crecimiento anualconstante de 2% durante medio siglo (más o menos el prome-dio en la gráfica lA), su ingreso nacional per cápita al final delperiodo seda 2.7 veces mayor. Éste es un aumento sustancial,pero es más o menos el mismo que la diferencia entre la Indiay Tailandia hoy en día. Puesto que los países no se encuentranexactamente en la línea quc une la evaluación de la vida y elingreso, no seria sorprendente que esos periodos de creci-miento económico se acompañaran de incrementos en ]a eva-luación de la vida caracteristicamente pequeños, difíciles dedetectar o aun perversos. En realidad, tal como lo muestra lagráfica I en la introducción, China, cuyo ingreso per cápita en2008 fue el doble del de la India, tiene una calificación de eva-luación de Ja vida sustancialmente más baja.

Así como hay países cuya salud es mejor o peor de lo quese puede esperar al considerar sus ingresos, también hay paí-ses cuyos residentes evalúan sus vidas de una manera más omenos elevada de Jo Que se puede esperar a partir de sus in-gresos. Ya hemos visto que Jos países escandinavos son súperestrellas del bienestal~ pero también son países muy deos, y lacalificación de la evaluación de sus vidas no es mucho másalta de lo que pronosticanan sus ingresos nacionales. Otro ha-llazgo frecuente es Que a los países latinoamericanos a menu-do les va muy bien. Varios de Jos países de Asia del Este sedesempeñan relativamente mal, como China, Hong Kong, Ja-pón y Corea del Sur. No sabemos si estas diferencias continen-tales proceden de difcl-encias genuinas en algún aspecto obje-tivo del bienestal~ de diferencias nacionales en disposición o

W~lI-Bc.in.g:Re~.ssessing the Easterlin ParadoxH, Brookings Papers on EcOlIO-mlcAcrlvlty, pnmavera de 2008, pp. 1-86,YDaniel W.Sacks, BClsevSlevensony Justin Wolfers, HSubjcClivcWell-Being, Jncome, Eeonomic Devcl~pment andGrowth~, en Philip Boolh (oo.), ...And rile PUrsuil o( Happillcss; Wcll.Beingand the Role o( Coven/ment, Inslilule for Eeonomic Affain;, Londres, 2012,pp. 59-97.

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70 EL BIENESTAR EN El. MUNDO

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dil.aje emocional. Estas y otras expcliencias contribuyen deci-sivamente, por derecho propio, al bienestar presente. Sin em-bargo, sentirse feliz es mejOl' que sentirse tl"iste, y el estrés, lapreocupación y la rabia reducen el bienestar en el momentoen que se están expel'imentando, aunque a veces se compen-sen en el futuro.

Oc igual mancm que se pide a la gente que evalúe su pro-pia vida, también cabe preguntar sobre experiencias emocio.oales. La Encuesta Mundial de Gallup, además de la preguntasobre la evaluación de la vida, inquiere sobre Jas cmociones ylos sentimientos del día previo a la entrevista, sobre sus preo-cupaciones, estrés, tristeza, depresión, felicidad, irn y dolor.Según se l"eve!a, el promedio nacional de estas respuestas esmuy diferente de los promedios nacionales de la cvaluaciónde la vida.

El mapa global de Ja felicidad se muestra en la gráfica I.i,

la cual Hustl"a el ingreso nacional respecto a la fracción de lapoblación que reportó expeJimental' felicidad durante granparte del día anteJior. Este mapa es muy diferente deJ mapa

de diferencias nacionales en la manera en que la gente res.ponde a las preguntas de la encuesta. Un hallazgo frecuente esel nivel de bienestar excepcionalmente bajo de Rusia, de lospaíses de la antigua Unión Soviética y de los países de Europadel Este que alguna vez fonnaron parte del bloque comunista.En estos países, son las personas de edad avanwda las que seconciben como particularmente infel1ces.22 Los jóvenes de esasnaciones tienen oportunidades que no estaban disponiblespara generaciones previas, como la oportunidad de viajar, es-tudiar en el extranjero y encontrar un lugar para sus talemosen la economía global. Al mismo tiempo, sus ahuclos han vis-to el colapso del mundo que conocieron y que dio significado asus vidas, y en algunos casos también han experimentado dis.ropciones en sus sistemas de pensiones y de seguridad social.

BIENI~'iTAR EMOCIONAL

La medición de la evaluación de la vida con frecuencia se des-cribe como medición de la felicidad, aun cuando, al igual queen las preguntas de la encuesta de la escala de O al 10, puedeser que no se mencione por ningún lado la felicidad. Ahoraexiste una buena evidencia de que la medición dc la evalua-ción de la vida, que solicita a las personas pensar acerca delcurso en sus vidas, recoge diferentes aspectos de la experien-cia y alToja diferentes resultados de las preguntas sobre sussentimientos y las emociones experimentadas. Es posible sen-tirse infeliz o preocupado, o padecer estrés, incluso en mo-mentos en que uno piensa que su vida está bien en general. Enefecto, la tristeza, el dolor y el estrés pueden ser inevitablesdurante algunas de las experiencias que uno debe pasar parauna buena vida. Un campamento milital~ estudios de posgra-do en economía, una escuela de medicina o la muel'te de unpariente son ejemplos de experiencias no placenteras que sinembargo son parte esencial de la vida; los jóvenes tienen en-cucntros amOl'OSOSque a veces dcsembocan en experienciasterribles, y que, no obst....mte,son una parte necesaria del apreo-

u VéaseAngus Denton, "Ineomc. Health, and Well-Bcing a~und the World:Evidcnce from the Gallup World PoW, JOllmal o( F.conomic Perspectives 22.núm, 2, primavera de 2008, pp. 53,72.

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72 EL BIENESTAR EN EL MUNDO

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EL BIENESTAR EN EL MUNDO 73

de la evaluación de la vida; de manera aún más notable. hayuna ¡-elación mucho más débil con el ingreso nacional. Aun.que es cierto que algunos de los países más pobres --comoBUl"kina Faso. Burundi, Madagasc3r y Togo- reportan muvpoca felicidad, existe muy poca diferencia sistemática en feli.cidad entn~ ricos y pobres dentro de los países. excepto en losverdaderamente más pobres. Dinamarca, país donde la gentepiensa que sus vidas van extremadamente bien, no es un lugarmuy bueno para experimentar felicidad. Tampoco Italia, yenrealidad una gran parte de los habitantes de Bangladesh, Ke.nia, Nepal y Pakistán experimentan una mayol- felicidad quelos daneses o los italianos.

La relación limitada entre ingreso y felicidad alcanzadatambién vale para los Estados Unidos. La pobrC7.a genera mi-seria, pero más allá de cierto punto (alrededor de 70000 dóla-res al af'lo) una mayor cantidad de dinero no logra mejorar lafelicidad, aunque los más ricos rcportan que tienen mejoresvidas.23 El dinero importa para la felicidad sólo hasta ciertopunto. Es útil saber esto, aunque sólo sea porque la experien-cia de la felicidad es positiva para. hacer que la vida sca mejor.Pero esto hace de la felicidad una medida deficiente del bienes-lar gencl<ll, porque en el mundo hay muchos lugares donde lagente logra encontrar felicidad aun en medio de mala salud ypobre7..a material; la medición de la evaluación de la vida esuna medida mucho más certera del bienestar. general. Los ca-sos de Dinamarca e Ilalia son buenos ejemplos.

El mapa de la felicidad muest'-a que los Estados Unidos,donde ser feliz es algo así como una responsabilidad cívica,está en terce,-Iugal~ superado sólo por Irlanda y Nueva Zelan-da. Rusia y sus antiguos satélites se encuentmn entre los paí-ses menos felices. No obstante, la mayoda de las personas enel mundo son felices; casi tres cuartas partes de la poblaciónmundial rep0l'1arOn que experiment.aron felicidad durantegran parte del día anterior.

Una vez más, otras mediciones de la expe,-iencia emocio-nal propol-cionan diferentes panoramas. En 2008, 19% de lapoblación mundial cxperimentó ka durante gran parte del dfa

zJ Véase Daniel Knhncman)' Angus Dealon, "High Income 'Impl"O'o'esEval-ualion 01'Lifc But Not Emotionnl Well-Being", Pmcecdirlgs o{ (he NationalAcade11l)'o{Sciellces 107, núm. 38, septiembre de 20JO, pp. J6489-16493.

anterior a la encuesta; 30%, estrés; 30%, preocupación, y 23%,dolor. Hay más dolor en los países más pobres, aunque tam-bién hay una enorme variación en cualquier nivel de ingreso.pero .lospromedios nacionales de preocupación, estrés y eno-jo no se relacionan en absoluto con el ingreso nacional, aun-que también varian mucho de un país a otro. Por ejemplo, trescuartas partes de los filipinos reportan una gran cantidad deestrés, seguidos de Jos ciudadanos de Hong Kong, Líbano, Si-ria y los Estados Unidos, donde 44% reportó estrés durantegran parte del dfa previo. Parece que el ingreso nacional pocohace para mitigar- c..••tas emociones negativas.

La evaluación de la vida y la felicidad (u otras emociones)pinta diferentes panoramas del mundo. ¿Cuál es el correcto?Ésta es una prcgunta relevante sólo si esperamos que estasmediciones arrojen una única medida del bienestar general,algo que representa la meta de gran parte de la literatura so-bre la felicidad. Sin embargo, ésta no es una forma correctade pensar el bienestm: Es bueno ser feliz, no es bueno estarpreocupado o enojado, y es bueno pensar que la vida de unova bien, pcm estos sentimientos no son la misma cosa, y todosson consistentes con resultados buenos o malos en otros as.pectos del bienestar, como el ingreso y la salud física y menL.'l1.No existe una pregunta mágica quc suministre la piedra detoque para juzgar el bienestar. Aun si las personas llevaranconsigo un "hedonfmetro" personal que, al igual que un relojde pulso, regist.rara la felicidad en cada momento, no hay t"3.

zón para suponer que la lectura del hedonímetro sería útilpara evaluar la bondad de sus vidas. El bienestar humano tie-ne un sinfín de aspectos difel-cnlcs, con frecuencia relaciona-dos pero no iguales, y si hemos de medir el bienesta,- en elmundo debemos reconocer y hacer justicia a esta riqueza.

El historiador Keith Thomas cscribe sobre los cambios enlas formas en que la gente procuró la realización personal en 1n-g1aterra, y cómo, en el siglo XVIII, la búsqueda de riqueza vinoa ser vista como una ruta legítima y ética hacia la felicidadYLa riqueza de las 11aciones, de Adam Smith, ctistalizó la idcalargamente desarrollada de que buscar riqueza no era sólo

1<er Keith Thomas, 71u!End.~o{ Li{e: Roolls 10 Ful[illmetl/ iPlEarly MoocmEngltmd, Oxford University Prcss, Londres y Nueva York, 2009.

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74 EL BIENESTAR EN EL MUNDOEL BIENESTAR EN EL MUNDO 75

una actividad respetable para los individuos, sino que tamobién trafa beneficios a la sociedad en su conjunto. La metMo_ra de Smith de la "mano invisible" ha devenido parte de nues_tro entendimiento de cómo funciona el capitalismo. Noobstante, tal como Thamas hace notar, Smith cm escépticoante los beneficios personales de la riqueza. Es más, en su Teo.rla de los senlimicl1!os morales, Smilh dcscdbe la idea de quela riquc7.a podría producirnos felicidad como una estafa, aun.que es una idea útil "que activa y mantiene en movimientoperpetuo la industria de la humanidad". Smith también eraescéptico acerca de la magnitud de la desigualdad, yargumen-taba que los ricos, al emplear a otros "en la gratificación de lasvanas e insaciables demandas que les son propias", han pro-vocado una distribución aproximadamente igual de "las cosasnecesarias para la vida". En lo que concierne al hombre rico,sus grandes propiedades "lo protegen de las lluvias del verano,no de la tormenta del invierno, pero lo dejan siempre muy ex.puesto, y en ocasiones más que antes, a la ansiedad, el miedoy la triste7.a: a las enfermedades, el peligro y la muerte".25

Smith escribió cuando la Gran Divergencia cstaba a puntode iniciar, y en una ópoca en que las enfermedades infecciosasamenazaban a pobres y ricos por igual. Como veremos en elsiguiente capítulo, la esperanza de vida no era más aIla paralos aristócratas ingleses que para la gente común. Aún hoy endía, como acabamos de vel: las vidas emocionales de los po.bres no son muy diferentes dc las de los ricos, aunque estánmucho menos satisfechos con sus vidas; las riquezas no sonuna protección contra la ansiedad, el miedo y la tristeza, y nose requieren para. experimentar la felicidad y el disfrute de lavida cotidiana. Pero el mundo ha cambiado en los últimos 250años. No existe una interpretación razonable de la evidenciade que aun las "cosas necesarias para la vida" estén distribui-das equitativamente en el mundo, ni es probable que lo estu.vieran en el Reino Unido de los dias de Aclam Smith. Las ri.quezas hoy proveen de una protección poderosa contra lospeligros de enfermedad y de muerte. Toda vez que el mundoen su conjunto es más I;CO y ha aprendido más, especialmente

u Adam Smifh, 1ñe Theoryo( Moral Sel1timcl1lS, 3- cd., impreso paro A. Mi-llar, A. Kincaid y J. Bell en Edimburgo y 'vcndido por T. Cadell cn la Slm"d,1767, IV, pp. 272, 273 Y 271.

en los últimos 60 años, estas protecciones sc han extendido allI13 partc cada vez mayor de la pobla"clón.

El ingl-eso y la salud han mejorado casi en todas partesdesde la segunda Guen-a Mundial. No hay un solo pafs en elmundo donde la-mortalidad infantil sea hoy en dfa mayor queen 1950.26 El crecimiento económico ha propulsado a millo.nCSde personas fuera de la indigencia atro7., particulannenteen China y la India. Ha habido, con todo, terdbles retrocesos.La hambruna china, la pandemia del vlH/sida, el colapso de lalongevidad en la antigua Unión Soviética, las múltiples gue.ITaS,masacres y hambrunas, nos recuerdan que los anatemasde la enfermedad, la guerra y la mala politica no son mons-1nI0S confinados a la historia de manera definitiva. Sedaaventurado, en verdad, suponer lo contra do: al igual que en lapelícula, el Gran Escape podría no traer libertad permanentesino sólo un alivio temporal de la calamidad, la oscuridad y eldesorden que nos !"Odea_

16 Véase David E. Bloom, "7 nillion and Counting", Sciellce 333, mImo 6042,julio de 2011, pp. 562.569.