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RESEI'lA SOBREEL ERASMISMO EN AMERICA
Por ALFONSO REYES -
EN su prólogo a la obra deSilvio A. Zavalasobre La ((Utopía" de Tomás Moro en la NuevaEspaña (México, 1937), Genaro Estrada echa demenos un estudio minucioso de la influencia del.roterdamense en América, y particularmente enMéxico, lamentando que sólo exista sobre esteúltimo .punto. la contribución de Marcel Bataillon.Quien quiera emprender trabajo semejante deherá tener: en cuenta las siguientes obras:
Américo Castro, Erasmo en tiempo de Cervantes .(Madrid, Revista de Filología Espaíiola, tomo XVIII, 1931, págs. 229-390); Erasmo, ElEnquiridión o 111anual del caballero cristiano, edición de Dámaso Alonso con prólogo de MarcelBataillon, seguida ele La Paráclesis o Exhortaciónal estudio de las letras divinas, edición y prólogode Dámaso Alonso, traducciones españolas de ambas obras que datan del siglo XVI, acompañadasde apéndices entre los cuales tiene especial interéspara nuestro asunto el de Bataillon sobre "ElEnchiridion y la Faráclesis en Méjico" (anejon9 XVI a la Revista, de Filología Española, Madrid, 1932); el corto ensayo de Batail1Ol1 a quealudía Genaro Estrada: Erasme au Me:rique(Ex.: Deuxieme Congres National des SciencesHistoriques, Société Historique Algérienne, 14-J6de abril de 1930, publicado en Argel, 1932); laimportante obra del propio autor: Erasme etl'Espagne, recherches sur l'histoire spirituelle duXVle siecle, que acaba de aparecer en París (E.Droz); y finalmente, una contribución que Es- _trada parece ~o haber recordado: Pedro Henrí-
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quez Ureña, Erasn~istas en el Nuevo Mundo (LaNación, Buenos Aires, 8 de diciembre de 1935).Este último ensayo, además de las contribucionesque aporta, ofrece la ventaja de plantear el problema hasta donde hoyes posible, pues el temaqueda todavía abierto a la curiosidad de futurosinvestigadores.
Desde Menéndez y Pelayo y sus Heterodoxosse habla del "erasmismo español". Luego vinola obra de Bonilla, Erasmo en España (1907).Los nuevos estudios han comenzado a desbrozarel campo en lo que a América se refiere, donde seencuentran todavia los encantos de la tierra in-
, ."cogmta.A pesar de los esfuerzos oficiales de la Corona
española para la unificación de la. fe, pulularon,·10 mismo en América que en Europa, las herejíasprovocadas por el Renacimientp, al lado de otrasherejías aberrantes que no tienen forma definida,o que a veces ni siquiera fueron herejías, aunqueen su tiempo así se las vino a calificar. PedroHenríquez Ureña recuerda, a este propósito,aparte de las que la Inquisición consideró comobrujerías indígenas, las manifestaciones de "lafe mosaica con vuelo místico": tal Luis de Carvajal el mozo, en el' México elel siglo XVI, queacababa de dar asunto a una bella reconstrucciónde Pablo Martinez del Río (Alwmbrado, México, 1937). Tales las infiltraciones del luteranismo, que se aprecian, por ejemplo, en la quemade trescientas Biblias de Cipriano de Valera yCasiodoro de Reina, Santo Domingo, principiosdel siglo XVI.
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Erasmo, sin ser heterodoxo, franqueó la puerta a la "peligrosa novedad". Sus obras, que inundan a España en el primer tercio del siglo XVI,acaban por ser prohibidas. La propagación delerasmismo' en América no parece haber pasadode casos aislados. Es posible que ya haya gérmenes de erasmismo, un erasmismo tempranero ymadrugador, en el padre Carlos de Aragón, queaparece por Santo Domingo a comienzos del XVIY que, en todo caso, era poco respetuoso con laescolástica. Pero sin duda hay ya erasmismo depura cepa en el primer arzobispo de la Nueva España y columna de la Iglesia en las Indias, FrayJuan de Zumárraga, en quien se advierten lasinfluencias del Enquiridión y la Paráclesis, y aunlas del herético Ponce, aquél cuyos huesos seríanquemados en Sevilla. Sobre estos extremos, deben consultarse el volumen Libros y libreros enel siglo XVIi México, 1914; el opúsculo de Ba
.taillon sobre Erasmo en MéxiCo y el apéndicearriba indicado; la obra sobre Zumárrag~ del admirable mexicano Carda Icazbalceta, que data de1881, y la conocida monografía de Carlos Pereyra, La obra de España en América.
Cierto es que los libros de Zumárraga lograronsalvarse del índice, pero ello se debió a que disimulaban sus fuentes.
En cuanto a Lázaro Bejarano, que vivió portierras del Caribe y fue procesado en Santo Domingo, aunque nunca conoció más cárcel que supropia casa, era un espírltu abierto a las novedades del tiempo, algo mordaz y tocado de la musa burlona, y con esto, hombre de buen gobiernoy caritativo señor.
Consta que el librero Alonso de Castilla fueperseguido en México, 1564, por vender, entreotros libros prohibidos, seis ejemplares del Enq~tiridión en lengua vulgar. Los Adagios, en cambio, no comprendidos en el índice del Gran Inquisidor Valdés (1559), tenían entrada libre. Yel teatino Alonso de Santiago poseía en su biblioteca un ejemplar latino de los Coloquios.
Antes de la reacclOn trictentina, la Swtna, deConstantino Ponce-obra erasmista, refundida porZumárraga o a su mandato-, pudo ser la pautade la evangeliz~ción en México.
En el examen de estas cuestiones conviene tener presente 10 que llama BataiIlon, con expre-
. sión feliz, "la profunda indecisión de la ortodoxia durante la primera mitad del siglo XVI", lacual se revela, por ejemplo, en la actitud ante lalectura de la Biblia, primero libremente recomendada a los fieles y luego terminantemente prohibida en las versiones vulgarés. El caso hacecrisis en Lázaro Bejarano, que era sentenciadoen América a no leer más libros que la Biblia,el mismo año de 1559 en que el Indice de Romay el español de Valdés prohibían tal' lectura enlenguas modernas.
Hay que tener presente, además, que una cosaes el erasmismo definido y otra la atmósfera erasmista que se esparcía en el aire del siglo. Así,sin entrar en la controversia sobre si Cervantespudo o no leer a Erasmo, conserva todo su. valorla afirmación de América Castro: "Sin Erasmo,Cervantes no hubiera sido como fue".
Llevando el tema a su última consecuencia, pue~de decirs~on Bataillon en su prólogo al Enquiridión-que Erasmo representa "un radicalism¿ tolstoiano" en la aplicación de las divinas palabras a la conducta humana. "Según Erasmo, elcristianismo no desempeña en el mundo el papelque le corresponde, porque "avernos querido meter "un mundo en el christianismo"; resultadode 'una escandalosa "traición de los clérigos" que''-quieren torcer la escriptura divina hasta. conformarIa con las costumbres del tiempo". Por donde, inesperadamente, 'Erasmo se emparienta de lejos con Julien Benda y acaso con Jacques Maritain.
Buenos Aires. XI. 1937.
Esta "reseña" fue transmitida a UNIVERSIDAD por Antonio Acevedo Escobedo.
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