movimiento ecumÉnico

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MOVIMIENTO ECUMÉNICO movimiento cuyo objetivo básico es promover la cooperación y la unidad mundial entre las Iglesias vinculadas al cristianismo. El término ecuménico proviene etimológicamente del griego oikoumen ('habitado'); de esta manera, los concilios ecuménicos de la Iglesia (el primero de los cuales se celebró en Nicea en el 325) fueron así llamados porque los participantes representaban a las confesiones de todo el mundo conocido. En el siglo XIX, el término ecuménico vino a significar para la Iglesia católica apostólica romana la preocupación por la unidad y la renovación de la Iglesia. Para los protestantes, que encabezaron e hicieron avanzar el movimiento ecuménico desde principios del siglo XX, la expresión se ha aplicado no sólo a la unidad cristiana sino, en un sentido más amplio, a la expansión mundial del cristianismo a través de actividades misioneras. Hasta el siglo XX sólo se habían hecho esfuerzos esporádicos para reunir a la cristiandad, rota durante siglos por cismas, la aparición de la Reforma y otras disputas. En el siglo XIX se facilitó el camino hacia la unidad por el desarrollo de organizaciones como las Sociedades Misioneras y de la Biblia, la Asociación de Jóvenes Cristianos y la Asociación de Jóvenes Cristianas; en todas ellas, protestantes de diferentes confesiones se unieron para apoyar causas comunes. A principios del siglo XX la unidad del movimiento ecuménico era desempeñada por los protestantes casi en exclusiva. 2. CISMA DE LA IGLESIA ORIENTAL Y OCCIDENTAL La separación de las iglesias oriental y occidental tiene profundas raíces culturales y políticas y tuvo una evolución que duró muchos siglos. Mientras la cultura occidental se transformaba, por ejemplo, por la influencia de pueblos germánicos, la oriental mantuvo una tradición intacta de la cristiandad helenística. Aunque respetuosa con las prerrogativas de Roma como la capital original del Imperio, la Iglesia de Constantinopla no apoyaba algunas de las exigencias jurisdiccionales de los papas, exigencias renovadas con vigor y amplificadas durante el pontificado de León IX (1048-1054) y sus sucesores. Oriente, a su vez, se opuso al cesaropapismo (subordinación de la Iglesia a un gobierno secular) que caracterizaba a la Iglesia romana. REFORMA movimiento religioso surgido en el siglo XVI en el ámbito de la Iglesia cristiana, que supuso el fin de la hegemonía de la Iglesia católica y la instauración de distintas iglesias ligadas al protestantismo. La Reforma, precedida por la cultura del renacimiento

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movimiento religioso

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MOVIMIENTO ECUMÉNICO

movimiento cuyo objetivo básico es promover la cooperación y la unidad mundial entre las Iglesias vinculadas al cristianismo. El término ecuménico proviene etimológicamente del griego oikoumen ('habitado'); de esta manera, los concilios ecuménicos de la Iglesia (el primero de los cuales se celebró en Nicea en el 325) fueron así llamados porque los participantes representaban a las confesiones de todo el mundo conocido. En el siglo XIX, el término ecuménico vino a significar para la Iglesia católica apostólica romana la preocupación por la unidad y la renovación de la Iglesia. Para los protestantes, que encabezaron e hicieron avanzar el movimiento ecuménico desde principios del siglo XX, la expresión se ha aplicado no sólo a la unidad cristiana sino, en un sentido más amplio, a la expansión mundial del cristianismo a través de actividades misioneras.

Hasta el siglo XX sólo se habían hecho esfuerzos esporádicos para reunir a la cristiandad, rota durante siglos por cismas, la aparición de la Reforma y otras disputas. En el siglo XIX se facilitó el camino hacia la unidad por el desarrollo de organizaciones como las Sociedades Misioneras y de la Biblia, la Asociación de Jóvenes Cristianos y la Asociación de Jóvenes Cristianas; en todas ellas, protestantes de diferentes confesiones se unieron para apoyar causas comunes. A principios del siglo XX la unidad del movimiento ecuménico era desempeñada por los protestantes casi en exclusiva.

2. CISMA DE LA IGLESIA ORIENTAL Y OCCIDENTAL

La separación de las iglesias oriental y occidental tiene profundas raíces culturales y políticas y tuvo una evolución que duró muchos siglos. Mientras la cultura occidental se transformaba, por ejemplo, por la influencia de pueblos germánicos, la oriental mantuvo una tradición intacta de la cristiandad helenística. Aunque respetuosa con las prerrogativas de Roma como la capital original del Imperio, la Iglesia de Constantinopla no apoyaba algunas de las exigencias jurisdiccionales de los papas, exigencias renovadas con vigor y amplificadas durante el pontificado de León IX (1048-1054) y sus sucesores. Oriente, a su vez, se opuso al cesaropapismo (subordinación de la Iglesia a un gobierno secular) que caracterizaba a la Iglesia romana.

REFORMA

movimiento religioso surgido en el siglo XVI en el ámbito de la Iglesia cristiana, que supuso el fin de la hegemonía de la Iglesia católica y la instauración de distintas iglesias ligadas al protestantismo. La Reforma, precedida por la cultura del renacimiento y, de alguna forma, seguida por la Revolución Francesa, alteró por completo el modo de vida de Europa occidental e inició la edad moderna. Aunque se inició a principios del siglo XVI, cuando Martín Lutero desafió la autoridad papal, las circunstancias que condujeron a esa situación se remontan a fechas anteriores y conjugan complejos elementos doctrinales, políticos, económicos y culturales.

SECTAS

religiosas, grupos religiosos que se definen, o son definidos por otros, como separados u opuestos a la ortodoxia de determinadas religiones tradicionales. Este término se usa con sentidos muy distintos, según sean utilizados por estudiosos de la religión o por los medios de comunicación y el público en general.

En el contexto de la sociología de la religión, se refiere por secta, generalmente, a un grupo escindido en aspectos doctrinales de la ortodoxia de una religión establecida. También puede significar ‘facción’ o ‘partido’, como, por ejemplo, el término chiita en el islam, usado para designar a los seguidores de Alí, yerno del profeta Mahoma. En el budismo japonés, el término

secta se utiliza a menudo para distinguir las creencias Nichire de otras tradiciones sincréticas más eclécticas, tales como el budismo Mahayana. El significado usual de “secta” y “sectario” implica desviación, y la pertenencia a una secta se percibe, justa o injustamente, como un signo de inadaptación, posiblemente motivado por una necesidad psicológica o emocional.

CRISTIANISMO

1 INTRODUCCIÓN

Cristianismo, religión monoteísta basada en las enseñanzas de Jesucristo según se recogen en los Evangelios, que ha marcado profundamente la cultura occidental y es actualmente la más extendida del mundo. Está ampliamente presente en todos los continentes del globo y la profesan más de 1.700 millones de personas.

El cristianismo, en muchos sentidos y como cualquier otro sistema de creencias y de valores, se comprende sólo desde “el interior” entre aquellos que comparten la creencia y se esfuerzan por vivir de acuerdo con esos valores. Cualquier descripción de la religión que ignorara estas concepciones internas, no sería fiel en el orden histórico. Sin embargo, un aspecto que los que profesan esta fe no reconocen por regla general es que semejante sistema de creencias y de valores también puede ser descrito de una forma que tenga sentido para un observador interesado, aunque no comparta, o no pueda compartir, su punto de vista.

2 DOCTRINA Y PRÁCTICA

Una comunidad, un modo de vida, un sistema de creencias, una observancia litúrgica, una tradición; el cristianismo es todo eso y más. Cada uno de estos aspectos del cristianismo tiene afinidades con otras creencias, aunque cada una de éstas también muestra señas particulares, consecuencia de su origen y evolución. Teniendo en cuenta esto, es una ayuda, y de hecho se hace inevitable, estudiar las ideas e instituciones del cristianismo de forma comparativa, relacionándolas con las afinidades que tienen con otras religiones. Sin embargo, resulta asimismo importante el estudio de los rasgos distintivos que son exclusivos del cristianismo.

2.1 Principales enseñanzas

Un fenómeno tan complejo y vital como el cristianismo resulta más fácil describirlo desde una perspectiva histórica que definirlo de una forma lógica, aunque esta descripción histórica incluya concepciones interiorizadas por los creyentes y que son también características esenciales de la religión. Uno de los elementos esenciales lo constituye el protagonismo de la figura de Jesucristo. Ese protagonismo es, de uno u otro modo, el rasgo distintivo de todas las variantes históricas de la creencia y práctica del cristianismo. Los cristianos no han logrado llegar a un acuerdo sobre la comprensión ni sobre la definición de qué es lo que hace que Cristo sea tan característico y único.

El misterio fundamental del Universo, llamado de muchas formas en las distintas religiones, en palabras de Jesús se llamaba “Padre”, y por eso los cristianos llaman a Jesús, “Hijo de Dios”. En todo caso, tanto en su lenguaje como en su vida, existía una profunda intimidad con Dios y un anhelo por acceder a Él, así como la promesa de que, a través de todo lo que Jesús fue e hizo, sus seguidores podrían participar en la vida del Padre en el cielo y podrían hacerse hijos de Dios. La crucifixión y resurrección de Jesucristo, a la que los primeros cristianos se refieren cuando hablan de Él como de aquel que reconcilió a la humanidad con Dios, hicieron de la cruz el principal centro de atención de la fe y devoción cristianas, y el símbolo más importante del amor salvador de Dios Padre.

La comunidad cristiana misma, es decir, la Iglesia, es otro componente fundamental dentro de la fe y las prácticas del cristianismo. Algunos estudiosos cuestionan el hecho de que se

pretenda asumir que Jesús intentó fundar una iglesia (la palabra iglesia se menciona sólo dos veces en los Evangelios), pero sus seguidores siempre estuvieron convencidos de que su promesa de estar con ellos “siempre, hasta el fin de los días” se hizo realidad mediante su “cuerpo místico en la tierra”, es decir, la santa Iglesia católica (universal).

2.2 Culto

Cualquiera que sea su organización institucional, la comunidad de fe dentro de la Iglesia es la primera condición para proceder al culto cristiano. Todos los cristianos de las distintas tradiciones han subrayado el papel trascendente de la devoción y de la oración individual, tal y como lo indicó Jesús. Pero él también instituyó una oración universal, el Padrenuestro, cuyas primeras palabras subrayan la naturaleza y el sentido de comunidad que tiene el culto: “Padre Nuestro que estás en el cielo”. A partir del Nuevo Testamento, se estableció que el día que toda la comunidad cristiana destinaría a la adoración sería “el primer día de la semana”, el domingo, en conmemoración de la resurrección de Cristo. Lo mismo que el shabat judío, el domingo se destina al descanso. También es el día en que los creyentes se reúnen para oír la lectura y la predicación de la palabra de Dios recogida en la Biblia, para participar en los

2.3 Vida cristiana

El mandato y la exhortación de la predicación y las enseñanzas cristianas abarcan todos los temas referentes a la doctrina y a la moral. Los dos mandamientos más importantes del mensaje ético de Jesús (Mt. 22,34-40) son el amor a Dios y el amor al prójimo. La aplicación de estos mandamientos a situaciones concretas de la vida, ya sea en el orden personal o en el social, no genera uniformidad en el comportamiento moral ni en el social. Por ejemplo, hay cristianos que consideran pecaminosas las bebidas alcohólicas, pero los hay que no opinan igual.

A pesar de ello, es posible hablar de un modo de vida cristiano, aquel que participa de la llamada al servicio y a convertirse en discípulo de Cristo. El valor inherente a cada persona creada a la imagen de Dios, la santidad de la vida humana, así como el matrimonio y la familia, el esfuerzo por alcanzar la justicia, aunque sea en un mundo caído en la desgracia, son compromisos morales dinámicos que los cristianos deberían aceptar; sin embargo, sus conductas pueden no conseguir las metas que imponen estas normas. Ya desde las páginas del Nuevo Testamento se hace patente que siempre ha sido difícil la tarea de desarrollar las implicaciones o el alcance que puede tener una ética del amor, bajo las condiciones de la existencia cotidiana, y que en realidad nunca ha existido una ‘época dorada’ en la que haya sucedido lo contrario.

3 HISTORIA

Casi toda la información de la que se dispone sobre la vida de Jesús y los orígenes del cristianismo, proviene de aquellos que proclamaban ser sus discípulos. Considerando que escribieron más para convencer a los creyentes que para satisfacer la curiosidad histórica, esta información consta por lo común de más preguntas que respuestas, y nunca se ha podido armonizar dentro de un coherente y satisfactorio orden cronológico. Dada la naturaleza de las fuentes, es imposible, excepto de un modo especulativo, distinguir entre las enseñanzas originales de Jesús y el desarrollo que tuvo este magisterio dentro de las primeras comunidades cristianas.

Lo que sí se sabe es que tanto la persona como el mensaje de Jesús de Nazaret, desde épocas muy tempranas, logró tener seguidores que creían en él como en un nuevo profeta. Sus palabras y hechos se interpretan a la luz del milagro de su resurrección. Los primeros cristianos

concluyeron que lo que Él había demostrado ser, a través de su resurrección, ya lo debía haber sido antes, cuando caminaba entre los habitantes de Palestina e incluso antes de haber nacido del vientre de María de acuerdo con su condición divina y, por tanto, eterna. Se inspiraron en el lenguaje de las Sagradas Escrituras (la Biblia hebrea, que los cristianos llamaron Antiguo Testamento) para componer un relato de la realidad “siempre antigua, siempre nueva”, que habían aprendido a conocer como apóstoles de Jesucristo. Creyendo que era deseo y mandato de Jesús el que se unieran y formaran una nueva comunidad de lo que aún quedaba rescatable del pueblo de Israel, estos judíos cristianos formaron la primera Iglesia en Jerusalén. Consideraban que ése era el lugar más apropiado para recibir lo prometido: el don del Espíritu Santo y de una innovación espiritual.

3.1 Los comienzos de la Iglesia

Jerusalén era el núcleo del movimiento cristiano; al menos lo fue hasta su destrucción a manos de los ejércitos de Roma en el 70 d.C. Desde este centro, el cristianismo se desplazó a otras ciudades y pueblos de Palestina, e incluso más lejos. En un principio, la mayoría de las personas que se unían a la nueva fe eran seguidores del judaísmo, para quienes sus doctrinas representaban algo nuevo, no en el sentido de algo novedoso por completo y distinto, sino en el sentido de ser la continuación y realización de lo que Dios había prometido a Abraham, Isaac y Jacob. Por lo tanto, ya en un principio, el cristianismo manifestó una relación dual con la fe judía: una relación de continuidad y al mismo tiempo de realización, de antítesis, y también de afirmación.

3.2 Concilios y credos

Se hizo necesario aclarar las cuestiones doctrinales cuando surgieron interpretaciones del mensaje de Cristo que vendrían a considerarse erróneas. Las desviaciones más importantes o herejías tenían que ver con la persona de Cristo. Algunos teólogos buscaban proteger su santidad, negando su naturaleza humana, mientras otros buscaban proteger la fe monoteísta, haciendo de Cristo una figura divina de rango inferior a Dios, el Padre.

En respuesta a estas dos tendencias, en los credos comenzó, en época muy temprana, un proceso para especificar la condición divina de Cristo, en relación con la divinidad del Padre. Las formulaciones definitivas de estas relaciones se establecieron durante los siglos IV y V, en una serie de concilios oficiales de la Iglesia; dos de los más destacados fueron el de Nicea en el 325, y el de Calcedonia en el 451, en los que se acuñaron las doctrinas de la Santísima Trinidad y de la doble naturaleza de Cristo, en la forma aún aceptada por la mayoría de los cristianos (véase Concilio de Calcedonia; Credo de Nicea). para dar forma a este sistema.

3.3 Persecución

Sin embargo, el cristianismo tuvo primero que asentar su relación con el orden político. Dentro del Imperio romano, y como secta judía, la Iglesia cristiana primitiva compartió la misma categoría que tenía el judaísmo, pero antes de la muerte del emperador Nerón en el 68 ya se le consideraba rival de la religión imperial romana. Las causas de esta hostilidad hacia los cristianos no eran siempre las mismas y, por lo general, la oposición y las persecuciones tenían causas muy concretas.

3.4 La aceptación oficial

La conversión del emperador Constantino situó al cristianismo en una posición privilegiada dentro del Imperio; se hizo más fácil ser cristiano que no serlo. Como resultado, los cristianos comenzaron a sentir que se estaba rebajando el grado de exigencia y sinceridad de la conducta

cristiana y que el único modo de cumplir con los imperativos morales de Cristo era huir del mundo (y de la Iglesia que estaba en el mundo), y ejercer una profesión de disciplina cristiana como monje.

3.5 El cristianismo en Oriente

Uno de los actos del emperador Constantino que tuvo más repercusión dentro del mundo cristiano, fue su decisión, en el año 330, de trasladar la capital del Imperio desde Roma hasta una “Nueva Roma”, la ciudad de Bizancio, en el punto más oriental del mar Mediterráneo. La nueva capital, Constantinopla (actual Estambul), así llamada en honor del emperador, se transformó también en el centro intelectual y religioso del mundo cristiano de Oriente. Mientras que el mundo cristiano de Occidente se fue centralizando de forma progresiva: una pirámide cuya cima la constituía el papa de Roma (véase Papado), los principales centros del mundo oriental, Constantinopla, Jerusalén, Antioquía y Alejandría, se desarrollaron de forma autónoma. El emperador de Constantinopla tenía una posición muy destacada en la vida de la Iglesia. Por ejemplo, él era quien convocaba y presidía los concilios generales de la Iglesia, órganos supremos de la legislación eclesiástica con respecto a la fe y a los códigos morales.

3.6 El cristianismo en Occidente

A pesar de que el cristianismo de Oriente era en muchos sentidos el heredero directo de la Iglesia primitiva, una parte del desarrollo más dinámico se dio en la zona occidental del Imperio romano. De las muchas razones que hubo para ese desarrollo, merecen mención especial dos causas relacionadas de una forma directa: el crecimiento del poder del Papado y la migración de los pueblos germanos. Cuando se trasladó la capital del Imperio a Constantinopla, la fuerza más poderosa que quedó en Roma fue la de los obispos. La antigua ciudad, capital de la Iglesia de Occidente, desde la que se podía seguir la huella de la fe cristiana a partir de la obra de los apóstoles Pablo y Pedro, en reiteradas ocasiones actuó como árbitro de la ortodoxia mientras otros centros, incluida Constantinopla, caían en la herejía o en los cismas. Roma sostenía esta posición cuando las sucesivas oleadas de tribus, en lo que fue llamado el periodo de las invasiones bárbaras, asolaron Europa. La conversión de los invasores al cristianismo, como en el caso del rey de los francos, Clodoveo I, significó al mismo tiempo su incorporación a una institución presidida por el obispo de Roma. A medida que fue decayendo el poder de Constantinopla sobre las provincias del oeste, se fueron creando reinos germánicos autónomos, hasta que en el 800 nació un nuevo imperio soberano en Occidente, cuando el papa León III coronó emperador a Carlomagno. Véase Sacro Imperio Romano Germánico.

3.7 La Reforma y la Contrarreforma

Hubo reformadores de distintas tendencias, como por ejemplo John Wycliffe, Jan Hus y Girolamo Savonarola, que denunciaron públicamente el relajamiento moral y la corrupción económica que existían dentro de la Iglesia “en sus miembros y en sus mentes”; buscaban provocar un giro radical de la situación. Al mismo tiempo, se estaban produciendo profundos cambios de tipo social y político, producto del despertar de la conciencia nacional y de la fuerza e importancia cada vez mayores que iban adquiriendo las ciudades, en las que surgió con gran poder una nueva clase social sostenida por el comercio. La Reforma protestante podría ser considerada producto de la convergencia de dichas fuerzas: un movimiento para introducir cambios dentro de la Iglesia, el ascenso del nacionalismo y el avance del “espíritu del capitalismo”.

El reformador Martín Lutero fue la figura catalizadora que aceleró el nuevo movimiento. Su lucha personal por buscar la certeza religiosa lo condujo, en contra de sus deseos, a cuestionar el sistema medieval de salvación, e incluso la propia autoridad de la Iglesia; su excomunión por el papa León X fue un paso adelante hacia la irreversible división del mundo cristiano en

Occidente. El proceso tampoco se limitó a la Alemania de Lutero. Hubo movimientos reformistas en Suiza, que pronto encontraron el apoyo y liderato de Ulrico Zuinglio y en especial de Juan Calvino, cuya obra Institutio christianae religionis se transformó en el más influyente compendio de la nueva teología. La Reforma inglesa, desencadenada por los problemas personales del rey Enrique VIII, evidenció la fuerte influencia que tenían los reformadores en Inglaterra. La Reforma en Inglaterra tomó su propia vía, manteniendo algunos elementos procedentes de la religión católica, como el episcopado histórico, con otros rasgos protestantes, como el reconocimiento de la exclusiva autoridad de la Biblia. El pensamiento de Calvino ayudó en Francia al avance de los hugonotes, grupo que era rechazado con violencia tanto por la Iglesia como por el Estado, aunque al final logró ser reconocido por el Edicto de Nantes en 1598 (revocado en 1685). Los grupos reformadores más radicales, entre los que destacaban los anabaptistas, se pusieron en contra tanto de otros grupos protestantes como de Roma, rechazando prácticas tan antiguas como el bautismo infantil e incluso dogmas como el de la Santísima Trinidad; también estaban en contra de la alianza entre Iglesia y Estado. Véase también Calvinismo; Luteranismo; Presbiterianismo.

3.8 El periodo moderno

Ya durante el siglo XVI, cuando se produjo la Reforma, e incluso de forma más marcada durante los siglos XVII y XVIII, se hizo notorio que el cristianismo estaba obligado a definirse ante el auge de la ciencia y la filosofía modernas. Este problema se hizo presente en todas las Iglesias, aunque de distinto modo. El hecho de que Galileo hubiera sido condenado por la Inquisición, acusado de herejía, encontró más tarde su equivalente en las controversias protestantes acerca de las consecuencias de la teoría de la evolución en el relato bíblico de la creación. El

Durante los últimos 25 años del siglo XX, los movimientos misioneros de la Iglesia llevaron la fe cristiana por todo el mundo. La adaptación de las costumbres nativas plantea problemas teológicos y de tradición, como, por ejemplo, conseguir que las tribus africanas polígamas adopten una vida familiar cristiana.

ISLAM

1 INTRODUCCIÓN

Islam, religión monoteísta surgida en el siglo VII en la península Arábiga a partir de las enseñanzas de Mahoma, llamado el Profeta. En su acepción literal, la palabra árabe islam significa 'entregarse', pero el Corán establece su sentido religioso, ‘sumisión’ a la voluntad o a la ley de Dios. La persona que profesa y practica el islam es un musulmán (en árabe muslim, 'el que se somete a Dios'). Según el Corán, el islam es la religión universal y primordial. Incluso la propia naturaleza es musulmana ya que obedece las leyes que Dios ha establecido en ella. Para los seres humanos, que tienen libre albedrío, la práctica del islam no implica obediencia sino la libre aceptación de los mandatos divinos.

2 DOCTRINA ISLÁMICA

Las dos fuentes fundamentales de la doctrina y la práctica islámicas son el Corán y la Sunna o tradición, así como la conducta ejemplar del profeta Mahoma.

2.1 El Corán

Los musulmanes consideran el Corán como la palabra eterna e “increada” de Dios revelada a Mahoma por medio de Gabriel, el arcángel de la revelación. Creen que su autor es el mismo Dios, y no el Profeta, por lo que el Corán es inimitable e infalible. La palabra procede del árabe al-qur'ān, 'la lectura' o 'la recitación'. Recoge las diferentes revelaciones de Alá a Mahoma

durante los casi 20 años de su vida profética (612-632). Está dividido en 114 suras (capítulos) divididas en poco más de 6.200 aleyas (versículos). La sura más breve contiene sólo 3 versículos y la más amplia 286 versículos largos.

2.2 La Sunna y el Hadit

La segunda fuente esencial del islam, la Sunna o ejemplo del Profeta, es conocida a través del Hadit, la recopilación de tradiciones basadas en los hechos y dichos del Profeta. A diferencia del Corán, que fue memorizado por muchos seguidores de Mahoma y que fue compilado en forma escrita muy pronto, la transmisión del Hadit fue en gran parte oral y las actuales colecciones autorizadas datan del siglo IX.

A diferencia del Corán, el Hadit no es considerado infalible. En el periodo islámico primitivo la infalibilidad del Profeta (aparte de las revelaciones del Corán) constituyó un punto de controversia. Pero más tarde el consenso de la comunidad islámica fue que tanto él como los profetas anteriores fueron infalibles. Debido a que el Hadit fue transmitido de forma oral, se admitió que la intervención humana pudo introducir errores durante dicho proceso, por lo que es una fuente secundaria respecto al Corán.

2.3 Dios

El monoteísmo es una cuestión central para el islam, que admite la existencia de un solo Dios (llamado Alá), único y omnipotente. Rechaza el politeísmo, así como la extensión de la divinidad de Alá a alguna persona. Dios creó el hombre y la naturaleza a través de un primordial acto de misericordia, de lo contrario existiría la nada. Además, dotó a cada elemento de su creación de su propia naturaleza y de leyes que gobiernan su conducta .

2.4 Ética

El Corán declara que “reformar la Tierra” es el ideal que debe guiar todo esfuerzo humano. La crítica básica que se hace de la humanidad en el Corán es que es demasiado orgullosa y demasiado insignificante, de miras estrechas y egoísta: “El hombre es por naturaleza timorato”, dice el Corán. “Cuando le acontece una desgracia sufre pánico, pero cuando experimenta sucesos afortunados no los comparte con los demás”. Este egoísmo motiva que los individuos estén tan sumergidos en la naturaleza terrenal que pierdan la visión de su Creador y que sólo cuando la naturaleza les falla, ellos, en su total frustración, vuelven a Dios.

2.5 Profetas

Dios ha enviado profetas a la Tierra a causa de la debilidad moral de la humanidad, para enseñar tanto a los individuos como a los estados el correcto comportamiento moral y espiritual. Tras la creación y los medios de subsistencia, la misericordia de Dios se manifiesta en estos actos de orientación. Aunque el bien y el mal estén impresos en el corazón humano, la incapacidad o el rechazo de muchas personas a descifrar ese registro hace necesaria la dirección profética. Esta guía es universal: nadie en la Tierra ha sido despojado de ella. Adán fue el primer profeta; tras su expulsión del Jardín del Edén, su falta recibió el perdón de Dios (por esta razón el islam no acepta la doctrina del pecado original). Los mensajes de todos los profetas emanan de una misma fuente divina, las tablas de la revelación, la palabra de Dios desde el principio de los tiempos.. Todos los profetas son humanos; no participan de la divinidad, pero son los modelos más altos y valiosos para la humanidad. Sin embargo, algunos profetas se consideran superiores a otros, sobre todo por su constancia ante el sufrimiento. De esta forma, el Corán describe a Mahoma como el “primero de los humanos” (39,12), “enviado” de Alá (4,62) o “sello de los profetas” (33,40). Acatar sus enseñanzas es obedecer al propio Dios. Es, además, una inmensa manifestación de la misericordia divina respecto a los hombres, pues se considera el último mensajero de su voluntad.

2.6 El Juicio Final

Las acciones divinas de creación y dirección concluyen con el acto del Juicio Final. En este día en que la humanidad será reunida y todos los individuos serán juzgados tan sólo por sus hechos. Los “elegidos” irán al Jardín (el paraíso) y los “perdedores” irán al infierno, aunque Dios es misericordioso y perdonará a los que sean merecedores de ello.

3 PRÁCTICAS E INSTITUCIONES: LOS CINCO PILARES

La comunidad islámica considera fundamental la práctica de cinco deberes, conocidos como los cinco pilares del islam.

3.1 Profesión de fe

De acuerdo con el absoluto compromiso del islam con el monoteísmo, la primera obligación es la profesión de fe o testimonio (shahada): “No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta”. Esta profesión, que debe ser hecha pública por cada musulmán al menos una vez en su vida “de forma verbal y con total asentimiento de corazón”, señala el ingreso de un individuo en la comunidad islámica.

3.2 Oración

La segunda obligación es la salat, que consiste en realizar cinco oraciones diarias. La primera oración tiene lugar antes de la salida del sol; la segunda, al mediodía; la tercera, entre las tres y las cinco de la tarde; la cuarta después de la puesta del sol y la quinta antes de acostarse y antes de la medianoche. Durante la oración, los musulmanes miran en dirección a la Kaaba, una pequeña estructura de forma cúbica situada en el haram o 'lugar inviolado' de la Gran Mezquita de La Meca. Para orar hay que permanecer al comienzo de pie, acto seguido hacer una genuflexión a la que suceden dos postraciones, y, por último, ha de tomarse asiento. En cada una de esta posiciones se recitan determinadas oraciones y fragmentos del Corán.

3.3 Limosna

La tercera obligación fundamental de un musulmán es pagar la denominada zakat o limosna (Corán 2, 263/64 a 275/74). Éste fue en un principio el impuesto exigido por Mahoma (y después por los estados musulmanes) a los miembros acomodados de la comunidad, sobre todo para ayudar a los pobres.

3.4 Ayuno

La cuarta obligación es el ayuno, o saum, durante el mes del Ramadán. Puesto que el calendario islámico es lunar, las festividades no son fijas. Incluso durante los cálidos veranos la mayoría de los musulmanes observa con rigor el ayuno. Durante el mes de ayuno las personas deben abstenerse de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el amanecer hasta la puesta del sol, y evitar todo pensamiento o acto pecaminosos

3.5 Peregrinación

La quinta obligación del musulmán es el hach, la peregrinación a la Kaaba, en La Meca. Todo musulmán adulto, capacitado físicamente y dotado de bienes suficientes debe realizar esta peregrinación por lo menos una vez en su vida. Celebrado durante los primeros 10 días del último mes del año lunar, el rito exige que los peregrinos se encuentren en un estado de absoluta pureza. Los elementos principales de este prolongado rito son dar siete vueltas a la Kaaba, correr por siete veces a paso ligero entre los dos túmulos próximos al santuario, separados entre sí unos 400 metros. Con ello se completa la denominada “peregrinación mayor”. La “peregrinación menor” incluye la visita a los lugares próximos de Mina y Arafat, y la

realización de diversos ritos como la lapidación con siete piedrecillas de tres puntos que evocan las tres veces que Abraham fue tentado por el demonio.

4 ISLAM Y SOCIEDAD

El concepto islámico de sociedad es teocrático en tanto que el objetivo de todos los musulmanes es el “gobierno de Dios en la Tierra”. Sin embargo, ello no implica necesariamente la existencia de un régimen político confesional, aunque a veces las autoridades religiosas hayan tenido y tengan una considerable influencia política en determinadas sociedades musulmanas. La idea de un modelo de sociedad islámica se basa en la creencia de que todas las esferas de la vida —espiritual, ritual, política y económica— constituyen una unidad indivisible que debe estar imbuida por completo de los valores islámicos.

4.1 La comunidad de los fieles

La base de la sociedad islámica es la comunidad de los fieles, que queda consolidada por el cumplimiento de las prácticas religiosas. Su misión es “infundir el bien y prohibir el mal” y, de este modo, reformar la Tierra. Sin embargo, la comunidad debe ser moderada y evitar todos los extremos. Durante la edad media las autoridades religiosas islámicas reivindicaron un grado de infalibilidad para el conjunto de la sociedad, pero la dominación colonial europea sobre los países musulmanes limitó en ocasiones esta visión.

4.2 Educación

El sistema educativo contribuyó a los grandes progresos culturales del islam. Las universidades se fundaron como instituciones de enseñanza religiosa donde se formaban los “ulemas” o eruditos religiosos, los “cadíes” o jueces, los “muftíes” o intérpretes de la Ley y otros altos representantes y dignatarios religiosos. Estos funcionarios constituyeron una importante clase política, en especial en Turquía y la India, países donde ejercieron gran influencia en la vida pública. Sin embargo, durante el siglo XX los ulemas han perdido gran parte de su antigua influencia en numerosos países islámicos, sobre todo debido a que muchos musulmanes optan por recibir una educación occidental y no aceptan un sistema de gobierno religioso en sentido estricto.

Entre otras famosas universidades islámicas, la Nizamiya, fundada en Bagdad en 1067 por el estadista iraní Nizam al-Mulk, impartía Teología, Derecho y Tradición Islámica, y tuvo entre sus colaboradores al famoso filósofo Algazel; la Mustansiriyah, fundada en 1234 en Bagdad, impartía Derecho Religioso y otras materias.

4.3 Ley islámica

La ley islámica, o sharia, define los objetivos morales de la comunidad. En la sociedad islámica, el término Derecho tiene un significado más amplio que en el espacio occidental, pues engloba imperativos tanto morales como legales. Por la misma razón, no todo el Derecho islámico puede ser formulado como norma legal ni ser impuesto por los tribunales. En gran parte depende exclusivamente de la conciencia.

4.3.1 Las cuatro fuentes

La ley islámica está basada en cuatro fuentes o fundamentos del Derecho. Las dos primeras son las fuentes documentales, el Corán y la tradición representada por la Sunna y el Hadit. La tercera fuente es la llamada ijtihad ('opinión individual responsable') y se utiliza cuando un problema no está tratado en el Corán o en la Sunna; en este caso un jurista puede resolver el problema por medio de un razonamiento (qiyás) analógico. La cuarta fuente es el consenso de

la comunidad (ijma), que se logra descartando de forma gradual determinadas opiniones y aceptando otras. Ya que el islam no tiene una autoridad dogmática oficial, este es un proceso informal que por lo general requiere un largo periodo de tiempo.

4.3.2 Escuelas jurídicas

Cada escuela tiende a ser la hegemónica en determinadas regiones del mundo: la hanafí en el subcontinente indio, Asia Central, Turquía y en cierta medida en Egipto, Jordania, Irán e Irak; la malikí en el norte de África; la shafí en el Sureste asiático; y la hanbalí en Arabia Saudí. La escuela chiita (llamada jafarí) domina en Irán.

4.4 Yihad

El término yihad, habitualmente traducido como 'guerra santa', designa la lucha por el objetivo islámico de “reformar la Tierra” que puede englobar el uso de la violencia y la utilización de ejércitos si fuera necesario. En cualquier caso, se trata de un concepto mal asimilado fuera del mundo musulmán. La finalidad prescrita por el yihad no es la expansión territorial ni la conversión forzosa de los pueblos al islam, sino la toma del poder político para aplicar los principios islámicos a través de las instituciones públicas de la comunidad.

4.5 La familia

La comunidad islámica primitiva aspiraba a consolidar la familia a cambio de abandonar las antiguas fidelidades tribales, aunque no fue capaz de eliminarlas. El Corán insiste en la piedad filial y en el “amor y misericordia” que deben existir entre marido y mujer. Se declara iguales a hombres y mujeres, “excepto que los hombres están en una categoría superior” porque corren con los gastos de la casa. La fidelidad sexual es requerida absolutamente.

5 HISTORIA

En tiempos de Mahoma, la península Arábiga estaba habitada por beduinos nómadas dedicados al pastoreo y al bandidaje, y por árabes que vivían del comercio en las ciudades. La religión de los árabes era politeísta e idólatra aunque existía una antigua tradición de monoteísmo, o por lo menos la creencia en una divinidad suprema. Las comunidades judías y cristianas quizá contribuyeron a crear una mayor receptividad hacia las doctrinas monoteístas, aunque ni el judaísmo ni el cristianismo atrajeron a los árabes. A Mahoma lo precedieron algunos predicadores monoteístas aunque con poco éxito.

5.1 Mahoma

Mahoma tuvo su primera experiencia profética a los 40 años de edad cuando, según afirmaba, se le apareció el arcángel Gabriel en una visión. Mahoma confió a su familia (perteneciente a la tribu quraysh, que disfrutaba del poder político en La Meca) y amigos íntimos el contenido de ésta y de sucesivas visiones. Después de cuatro años, había convertido a unas 40 personas y luego comenzó a predicar en público en su ciudad natal de La Meca, principal núcleo comercial de Arabia. Ante la hostilidad de esta ciudad, marchó a Medina en el año 622. Este acontecimiento, la Hégira o ‘emigración’ marca el primer año del calendario islámico. En Medina, Mahoma adquirió muy pronto autoridad espiritual y temporal, y llegó a ser reconocido como legislador y profeta. Las enseñanzas centrales de Mahoma eran la bondad, omnipotencia y unidad de Dios, y la necesidad de que la generosidad y la justicia rigieran las relaciones humanas. A esta emergente religión se incorporaron importantes elementos del cristianismo y del judaísmo, y otros elementos arraigados en la tradición árabe preislámica: instituciones tan importantes como la peregrinación y el santuario de la Kaaba fueron absorbidas en forma

modificada del paganismo árabe. Mahoma, al reformar la tradición árabe preislámica, también la confirmó.

5.2 El periodo clásico

Durante los siglos VII y VIII se produjo la expansión territorial del islam y durante esas dos centurias y las dos inmediatamente posteriores se desarrollaron las cuestiones legislativas y teológicas básicas del islam ortodoxo.

5.3 Los mutazilíes

La traducción de las obras filosóficas griegas al árabe en los siglos VIII y IX contribuyó a la aparición de la primera escuela importante de teología islámica, los mutazilíes, que subrayaban la razón y la lógica rigurosa. La cuestión de la importancia de las buenas obras persistía y los mutazilíes mantenían que una persona que cometiera un pecado grave sin arrepentirse no era un musulmán (muslim) pero tampoco era un no musulmán (kafir), sino que ocupaba un terreno intermedio (fasiq).

5.4 Filosofía medieval

Los mutazilíes fueron quizá los primeros musulmanes que adoptaron los métodos filosóficos griegos para difundir sus ideas. Algunos de sus adversarios utilizaron los mismos métodos y el debate dio paso al movimiento filosófico islámico, basado en gran medida en la traducción al árabe de las obras filosóficas y científicas griegas y en su estudio favorecido por el califa Al-Mamun.

El primer filósofo islámico importante fue Al-Kindi (siglo IX), que intentó integrar los conceptos de la filosofía griega con las verdades reveladas del islam, que consideraba superiores al razonamiento filosófico. Al igual que los posteriores filósofos islámicos de este periodo, estuvo influido ante todo por las obras de Aristóteles y por el neoplatonismo, que sintetizó en un único sistema filosófico. Alfarabí se convirtió en el siglo X en el primer filósofo islámico que subordinó la revelación y la ley religiosa a la filosofía. Sostuvo que la verdad filosófica es idéntica en todo el mundo y que las muchas religiones existentes son expresiones simbólicas de una religión universal ideal.

Averroes, filósofo y médico hispanoárabe del siglo XII, defendió los conceptos aristotélicos y platónicos contra Algazel y llegó a ser el filósofo islámico más importante de la historia de Occidente gracias a su influencia en la escolástica.

5.5 Sufismo

El movimiento místico llamado sufismo tuvo su origen en el siglo VIII, cuando pequeños círculos de musulmanes piadosos, como reacción ante la creciente atracción por los bienes terrenales que mostraba la comunidad islámica, comenzaron a llamar la atención sobre la importancia de la vida interior del espíritu y la purificación moral. Durante el siglo IX el sufismo se desarrolló como doctrina mística, con la comunión directa o incluso una unión de éxtasis con Dios, como su ideal.

5. Los chiitas

Los chiitas son el único grupo disidente de importancia con respecto a la ortodoxia suní que sobrevive en el islam. Surgieron a consecuencia de una turbulenta disputa familiar sobre la sucesión política de Mahoma a la muerte de Alí. Los chiitas afirmaban que gobernar a la comunidad es un derecho divino de los descendientes del Profeta a través de su hija Fátima y su marido Alí, quien inaugurara el periodo denominado de los “cuatro califas justos” (658-750). Dentro del grupo de los chiitas hay quienes creen en una serie de 12 caudillos religiosos

infalibles que arranca con el imán Alí, por lo que a este grupo también se le conoce como duodecimanos.

5.7 El islam en el mundo moderno y contemporáneo

El estancamiento de la cultura islámica tras la edad media condujo a una renovada insistencia en el pensamiento original (ijtihad) y a movimientos de reforma religiosa. A diferencia de los principales movimientos doctrinales y filosóficos medievales, las corrientes modernas se preocuparon fundamentalmente de las reformas sociales y morales. El primer movimiento de este tipo fue el wahhabí, llamado así por el nombre de su fundador, Ibn Abd al-Wahhab, que surgió en Arabia en el siglo XVIII para convertirse en una vasta tendencia integrista con ramificaciones en todo el mundo musulmán. El movimiento wahhabí pretendía reactivar el islam purificándolo de sus influencias no islámicas, y en particular de las que habían corrompido su monoteísmo original, subrayando la responsabilidad individual de los musulmanes por encima de la aceptación pasiva de las tradiciones.

5.8 El islam y otras religiones

Convencidos de la verdad absoluta del islam, los musulmanes no han buscado entablar diálogo con representantes de otras confesiones, aunque algunos investigadores islámicos medievales escribieron obras bastante imparciales sobre ellas. Desde la década de 1960, sin embargo, los musulmanes han iniciado un diálogo con representantes del cristianismo y del judaísmo, reconocidos por el islam como las otras dos “religiones del libro” (basadas en la revelación). Pero el recuerdo del colonialismo occidental ha generado desconfianza y frustrado todas las tentativas ecuménicas.

JUDAÍSMO

1 INTRODUCCIÓN

Judaísmo, cultura religiosa de los judíos (conocidos también como el pueblo de Israel). Es una de las religiones más antiguas de la historia.

Los términos judaísmo y religión no existían en el hebreo premoderno. Los judíos hablaban de la Torá: leyes que Dios reveló a Israel, y en las que se ofrecía una visión del mundo y una manera de vivir (la Halajá), la senda que se debía seguir por el mundo: las leyes, costumbres y prácticas judías. Todas las formas históricas del judaísmo premoderno constituían (y aún hoy el judaísmo tradicional lo constituye), un sistema de cultura integral, que abarca la totalidad de la existencia individual y comunitaria de las personas. Es un sistema de santificación en el que todo está sometido a la voluntad expresa de Dios, de acuerdo con modelos divinos revelados sobre el orden cósmico y la legalidad. Judaísmo, cristianismo e islam, las tres grandes religiones monoteístas, tienen mucho en común. El cristianismo surgió en Palestina dentro de la comunidad judía durante el siglo I d.C.; en un principio, el islam extrajo parte de su ideología del judaísmo. Teniendo en cuenta que desde el siglo VII la mayor parte de los judíos han vivido en un ambiente cultural muy cercano al cristianismo y al islam, estas dos religiones ejercieron una fuerte influencia en la historia del judaísmo.

El judaísmo tuvo su origen en Oriente Próximo. Pero, casi desde sus inicios, las comunidades judías, en muchas ocasiones como resultado de migraciones voluntarias y de exilios o expulsiones forzadas (diáspora), han vivido en casi todos los rincones del mundo. Según el American Jewish Yearbook, en el año 2000 la población total de judíos en el mundo ascendía a 13,2 millones, de los cuales 5,7 millones vivían en Estados Unidos, 4,8 en Israel y más de medio millón en la Unión Soviética; estos son los tres emplazamientos judíos más importantes

del mundo. Aproximadamente 1,5 millones de judíos vivían repartidos por Europa, la mayoría de ellos en Francia y Gran Bretaña. Más o menos 300.000 vivían repartidos por el resto de Norteamérica y 600.000 por el resto de Asia. Cerca de 1,1 millones de judíos vivían en América Central y del Sur (200.000 solo en Argentina), y 350.000 en África.

2 DOCTRINAS BÁSICAS Y FUENTES

Considerando su rica y compleja tradición religiosa, el judaísmo nunca ha sido una organización monolítica, aunque sus distintas formas históricas han compartido ciertos rasgos distintivos. La principal característica común es la del monoteísmo radical, es decir, la creencia de que un solo Dios trascendente creó el Universo y que, afortunadamente, continúa gobernándolo. Profundizando en este monoteísmo, se da la convicción teológica de que el mundo es inteligible porque existe una inteligencia divina y fruto de una causalidad intencional que lo sostiene. Nada es en la humanidad fruto de la casualidad; en sentido último, todo tiene un significado. La inteligencia divina se manifiesta a los judíos tanto en su orden natural, a través de la creación, como en su orden histórico-social, a través de la revelación.

2.1 Alianza

El segundo gran concepto del judaísmo es el de la alianza (berit) o pacto entre Dios y los judíos. De acuerdo con la tradición, el Dios de la creación estableció una relación muy especial con el pueblo judío en el Sinaí. Ellos reconocerían en Dios a su único y último rey y legislador, comprometiéndose a obedecer sus leyes. Como recompensa, Dios reconocería a Israel como su pueblo, y estaría especialmente atento a su bienestar.

2.2 La tradición de los rabinos

A pesar de que las distintas formas del judaísmo están enraizadas en la Biblia hebrea (a la que los judíos llaman Tanak, acrónimo de sus tres partes: Torá, el Pentateuco; Neviím, los Profetas; Ketuvim, los Hagiógrafos), sería un error considerar el judaísmo simplemente como la religión del Antiguo Testamento. En el fondo, el judaísmo contemporáneo deriva del movimiento de los rabinos de los primeros siglos de la era cristiana en Palestina y Babilonia, y por eso se le llama judaísmo rabínico. En arameo y en hebreo, Rabí significa ‘mi maestro’.

3 ADORACIÓN Y PRÁCTICAS

Para los judíos, toda la vida es un continuo acto de adoración divina. “Tener a Dios siempre delante de mí” (Sal. 16,8). Este verso que está inscrito en el frontis de muchas sinagogas, muestra muy bien la piedad judía.

3.1 Rezos y servicios religiosos

Por tradición, los judíos rezan tres veces al día: por la mañana (shaharit), por la tarde (minjá) y al anochecer (maariv). Se cree que estos tres momentos de oración corresponden a los tiempos en que los sacrificios se ofrecían en el templo de Jerusalén. Tanto así, como de otras maneras, el judaísmo rabínico aún conserva la estructura del ya abandonado culto en el templo. Las congregaciones mínimas (minyán) para rezar están formadas por grupos de diez hombres.

El único elemento que se requiere para todos los servicios religiosos judíos es el de una serie de bendiciones llamadas Tefillá (rezo); también recibe el nombre de Amidá, o rezo de pie, porque se recita en esa posición, y el Shemoné Esré, que recibe este nombre porque originalmente estaba compuesto por dieciocho bendiciones. Hoy en día, los rezos que se realizan durante los días de semana se componen de diecinueve bendiciones, dentro de las

que se incluyen trece peticiones por el bienestar y por la restauración mesiánica. Durante cada shabat y en las distintas festividades, estas peticiones se reemplazan por rezos especiales que corresponden a esas fiestas. La segunda oración en importancia es el Shemá que se reza por la mañana y al atardecer. Todos los servicios religiosos concluyen con dos rezos mesiánicos: el primero se llama Alenu; el segundo es una doxología aramea llamada Kadish. Como señal de devoción a Dios, durante los rezos matinales de los días ordinarios de la semana, los judíos adultos observantes llevan un chal de oración con flecos llamado talit (los flecos se llaman tsitsit) y unas filacterias (cajas de oración llamadas tefilín). Ambas costumbres provienen de ciertos pasajes de las escrituras que se recitan y que corresponden a la Shemá. Como tercera costumbre, ponen una mezuzá (caja de rezo) en la entrada de la casa, como una manera de recordar que Dios está en todas partes. Como señal de respeto hacia Dios, se cubren la cabeza para rezar, ya sea con un sombrero o con un casquete (kipá; en yidis, yarmulke). Los judíos más piadosos siempre llevan la cabeza cubierta, aceptando así la constante presencia de Dios.

3.2 Torá

Para el judaísmo rabínico, el estudio de la Torá, que es la voluntad revelada de Dios, también es considerado como un acto de adoración. Todos los días durante los servicios religiosos de las mañanas, se recitan pasajes de las Escrituras, la Mishná y el Talmud. Los lunes y los jueves por la mañana, se saca de un arca, que está en la parte frontal de la sinagoga, un rollo que contiene la Torá, escrito a mano.

3.3 Bendiciones

Además de las oraciones a lo largo del día, los judíos recitan numerosas bendiciones, siempre antes de algunos actos importantes y antes de disfrutar de las bondades de la naturaleza. Para los judíos, la tierra pertenece a Dios. Los seres humanos simplemente son agricultores o jardineros arrendatarios de esta tierra. Por lo tanto, los arrendatarios no deben olvidar que parte de los frutos le corresponden al dueño.

3.4 Leyes sobre la alimentación

Las leyes relacionadas con la alimentación de los judíos están también vinculadas al culto del Templo. Hacen una analogía entre la mesa de la casa de cada persona y la mesa del Señor. Los judíos no comen la carne de ciertos animales considerados impuros (Dt. 14,3-21). Dentro de esta categoría están los cerdos y los peces que no tienen aletas o escamas. Los animales comestibles, aquellos con pezuñas hendidas y rumiantes, deben ser sacrificados de forma apropiada (kasher), y se les debe sacar toda la sangre antes de ser ingeridos. No se puede tomar simultáneamente carne y leche.

3.5 El shabat

El calendario litúrgico judío sigue manteniendo la misma división del tiempo que se hace en la Torá, y que se observaba en el culto del templo. Cada siete días se celebra el shabat, día en el que no se realiza ningún trabajo. Este es un acto simbólico de abstención, por el que los judíos devuelven el mundo a su dueño, es decir, a Dios, reconociendo que todo lo que el hombre consigue con su trabajo es solo producto de la bondad divina.

3.6 Las fiestas

Dentro del año judío existen cinco grandes fiestas y dos de menor importancia. En un principio, tres de las mayores tenían su origen en la agricultura y se relacionaban directamente con las estaciones del año en Israel. La fiesta de la primavera o Pésaj (Pascua), marcaba el inicio de la cosecha de la cebada, y cincuenta días más tarde, el Shavuot (‘semanas’ o Pentecostés)

marcaba su término. Durante el Sukot (‘tabernáculo’) se celebra la cosecha de otoño, fiesta que va precedida por un periodo de diez días de purificación de toda la comunidad. Desde épocas muy antiguas, se han asociado estas fiestas con acontecimientos importantes de la historia de Israel. La Pascua conmemora el éxodo desde Egipto. Shavuot se relaciona con el momento en que Dios, en el monte Sinaí, entregó la Torá al pueblo de Israel. Esta fiesta está marcada por la solemne lectura de los Diez Mandamientos en la sinagoga. Sukot aún es observado como una fiesta de la cosecha

El origen de las dos fiestas menores, Januká y Purim, es más tardío que el de las cinco fiestas del Pentateuco antes mencionadas. La Januká (‘consagración’) conmemora el triunfo de los Macabeos sobre el rey sirio Antíoco IV Epífanes en el 165 a.C. y la consiguiente construcción del segundo templo. La fiesta de Purim (‘porciones’, ‘suertes’) recuerda la historia de la salvación de los judíos persas por Ester y por Mardoqueo (véase Ester)..

3.7 Ocasiones especiales

La comunidad judía también mantiene la observancia de los acontecimientos más significativos dentro del ciclo de la vida. A los ocho días de haber nacido, los niños varones son iniciados públicamente en la asamblea de Abraham por medio de la circuncisión (berit milá). Los niños llegan a la madurez legal a los 13 años de edad, cuando asumen la responsabilidad de mantener la observancia de los mandamientos (Bar Mitsvá) y son llamados por primera vez para que lean la Torá en la sinagoga. Las niñas alcanzan la madurez a los 12 años y, en las sinagogas modernas liberales, también leen la Torá (Bat Mitsvá).

4 HISTORIA

La literatura bíblica y la investigación arqueológica ofrecen la primera información respecto a la historia del judaísmo (véase Biblia). En un principio, Israel no era monoteísta, sino más bien henoteísta: a pesar de que ellos adoraban a un solo Dios, no negaban la existencia de otros dioses en el caso de otras naciones.

4.1 El exilio de Babilonia

El exilio del pueblo de Judá a Babilonia en el 586 a.C., fue un hito histórico para la religión de Israel. A partir de entonces, la historia de Israel fue reinterpretada a la luz de los acontecimientos del año 586; desde ese momento se fijó el Pentateuco y los cánones de los libros proféticos e históricos del Antiguo Testamento.

4.2 Los Macabeos y el periodo romano

La llegada de la cultura griega a Oriente Próximo, que comenzó con la conquista de Alejandro Magno en el 331 a.C., hizo que la cultura originaria de la zona se pusiera a la defensiva. La revuelta de los Macabeos (165-142 a.C.), que comenzó como una guerra civil entre judíos helenizados y no helenizados, concluyó en una guerra que logró la independencia política para el pueblo de Judá de los sirios; este desorden cultural y político tuvo un fuerte impacto en la religión. Durante este periodo se compusieron los primeros escritos apocalípticos; este género de revelaciones crípticas interpretaban la guerra de aquel entonces como parte del conflicto cósmico entre las fuerzas del bien y las del mal, que acabarían con la victoria de las legiones de Dios. A todos los judíos que habían llevado una vida honorable y que habían muerto en combate, les estaba prometida la resurrección del cuerpo el día que Dios celebrara el Juicio Final.

4.3 El desarrollo del judaísmo rabínico

La destrucción del segundo Templo a manos de los romanos en el 70 d.C. y la represión de una segunda revuelta mesiánica entre el 132 y el 135, liderada por Barcokebas, supusieron unas verdaderas catástrofes para el judaísmo, de no menor magnitud que la de la destrucción del primer Templo en el 586 a.C. El liderazgo de los sacerdotes recibió un duro golpe. En este contexto histórico-social surgió el movimiento rabínico.

4.4 El judaísmo medieval

La hegemonía de los rabinos de todas las juderías, incluyendo todas aquellas que estaban surgiendo en el Mediterráneo y en otras zonas de Europa como consecuencia de la diáspora, fue un proceso gradual que tuvo que sobreponerse a los duros desafíos que significaron los caraítas, además de otros movimientos antirrabínicos. La conquista del Oriente Próximo por las tropas musulmanas en el siglo VII facilitó la divulgación de un judaísmo rabínico más uniforme.

4.5 Tendencias actuales

La emancipación civil de los judíos europeos, proceso que se vio complicado por un prolongado sentimiento antijudío que fue surgiendo en Europa, evocaba diferentes reformulaciones del judaísmo, tanto en Europa occidental como oriental. En el oeste, especialmente en Alemania, el judaísmo fue reformulado como una confesión religiosa, como un protestantismo moderno. El movimiento reformista alemán perdió las esperanzas de una vuelta a Sión (la tierra, el hogar de los judíos) y acortaron y embellecieron los servicios religiosos de adoración, adoptando en los sermones un lenguaje más corriente y rechazando muchas de las leyes y costumbres judías arcaicas.

6.1 El judaísmo reformista

El judaísmo reformista, que se inició en Alemania, fue el primer movimiento judío a la hora de autodefinirse. En Estados Unidos recibió la influencia del protestantismo liberal, y en especial de un movimiento llamado Evangelio Social. A partir de la década de 1940, y dada la existencia del baluarte del racionalismo religioso, el judaísmo reformista ha puesto un mayor énfasis en la identidad judía y en su cultura religiosa tradicional. Su orientación se ha mantenido liberal y con una autoridad única.

6.2 El judaísmo conservador

El judaísmo conservador encarna el sentido de comunidad y de piedad popular de los judíos del este europeo más actuales. Respeta las leyes y prácticas judías tradicionales, a la vez que propone un acercamiento con una mayor flexibilidad y comprensión a la Halajá. El judaísmo reconstruccionista es partidario del naturalismo religioso, a la vez que enfatiza la identidad y cultura judía.

6.3 El judaísmo ortodoxo

Más que un movimiento, el judaísmo ortodoxo es una amplia gama de grupos tradicionalistas que van desde la ortodoxia moderna, que trata de integrar las prácticas tradicionales con la vida moderna, hasta algunas sectas hasídicas que rechazan todo lo relacionado con el mundo moderno. La gran fuerza de la ortodoxia judía en Estados Unidos se debe a la migración masiva de judíos tradicionalistas y hasídicos, supervivientes del Holocausto.

BUDISMO

1 INTRODUCCIÓN

Budismo, religión fundada en el noreste de la India a partir de las enseñanzas y doctrinas impartidas durante los siglos VI y V a.C. por Siddhartha Gautama, más conocido como Buda o El Iluminado.

Pese a que en sus orígenes surgió como un movimiento monástico dentro de la tradición brahmánica dominante en aquel tiempo, el budismo se desarrolló pronto en otro sentido y adquirió características propias. Buda no sólo rechazaba algunos aspectos muy importantes de la filosofía del hinduismo, sino que también desafió la autoridad de sus líderes, no aceptó la validez de las escrituras védicas y se manifestó en contra del culto sacrificial basado en dichos textos. Además, Buda abrió su movimiento a personas de todas las castas, rechazando abiertamente la idea de que los asuntos espirituales de las personas estuvieran determinados por la clase social en la que nacen.

En la actualidad, el budismo está dividido en dos grandes escuelas: el budismo Theravada (Enseñanza de los Ancianos) y el budismo Mahayana (Gran Vehículo). Los seguidores de la rama Mahayana se refieren en forma despectiva a los de la rama Theravada usando el nombre de Hinayana o Pequeño Vehículo.

2 ORÍGENES DEL BUDISMO

2.1 Vida de Buda

No hubo una biografía completa de la vida de Buda sino hasta siglos después de su muerte. En las primeras fuentes de información sólo se pueden encontrar algunos episodios fragmentarios de su vida. Sin embargo, los estudiosos occidentales generalmente están de acuerdo en señalar que Buda nació en el año 563 a.C.

Siddhartha Gautama, Buda, hijo del soberano de un pequeño reino, nació en Kapilavastu, cerca de la actual frontera entre India y Nepal. Según cuenta la leyenda, al nacer, los sabios de la zona vieron en él los signos de que llegaría a ser un gran hombre: quizás un gran sabio o el gobernante de un imperio. El joven príncipe Siddhartha creció al abrigo de una gran riqueza y mucho lujo, hasta que a la edad de 29 años tomó conciencia de lo vacía que había estado su vida hasta entonces y decidió cambiar. Renunció a todos sus bienes materiales y se dedicó a la búsqueda de la verdad y de la paz espiritual, buscando liberarse de los ciclos de la reencarnación. Durante los años que siguieron a esta decisión, se dedicó a practicar el yoga y adoptó una vida de absoluto ascetismo.

2.2 Las enseñanzas de Buda

2.2.1 Las Cuatro Nobles Verdades

Los elementos centrales en los que se basaba la Iluminación de Buda estaban condicionados por la realización de las denominadas Cuatro Nobles Verdades: (1) La vida es sufrimiento. Esta afirmación va más allá del simple reconocimiento de la existencia del sufrimiento en la vida, y se refiere más bien a que la existencia humana es intrínsecamente dolorosa desde el momento del nacimiento hasta el de la muerte. Más aún, este sufrimiento ni siquiera desaparece con la muerte, ya que Buda incluyó en sus enseñanzas la idea hindú de que la vida es cíclica, por lo que la muerte simplemente precede a una nueva reencarnación. (2) La causa de este sufrimiento radica en el hecho de que el hombre desconoce la naturaleza de la realidad, y por ello siente ansiedad, tiene apego a las cosas materiales y mucha codicia. Estos defectos

provocan su sufrimiento. (3) Se puede poner fin al sufrimiento si el hombre logra superar su ignorancia e ir más allá de las ataduras mundanas. (4) El camino para dar fin al sufrimiento es la Óctuple Senda (o Camino de las Ocho Etapas), que consiste en tener una adecuada visión de las cosas, buenas intenciones, un modo de expresión correcto, realizar buenas acciones, tener un modo de vida adecuado, esforzarse de forma positiva, tener buenos pensamientos y dedicarse a la contemplación del modo adecuado. Generalmente, estos últimos ocho puntos se dividen en tres categorías que conforman el pilar central del budismo: moral, sabiduría y concentración.

2.2.2 Anatmán

El budismo analiza la existencia humana partiendo de la base de que está formada por un conjunto de cinco realidades (skandhas): el cuerpo material, los sentimientos, las percepciones, la predisposición ante las cosas o tendencias kármicas y la conciencia. Cada persona es simplemente la combinación temporal de estas cinco realidades, que a su vez están sujetas a continuos cambios.

2.2.3 Karma

La doctrina del karma se encuentra muy relacionada con la del anatmán. El karma se basa en los actos de cada persona y en las consecuencias morales que se desprendan de esos actos. Los actos humanos determinan la reencarnación posterior de una persona, por lo que las buenas acciones lógicamente son recompensadas, como son castigadas las malas. Por eso el budismo sostiene que no existen en el mundo los placeres inmerecidos ni los castigos injustificados, sino que todo es más bien producto de una justicia universal.

2.2.4 Nirvana

El objetivo final del camino del budismo es lograr liberarse de la existencia fenoménica a la que le es propia el sufrimiento. Para lograr este objetivo es necesario alcanzar el nirvana, estado de iluminación en el que los fuegos de la codicia, el odio y la ignorancia han sido apagados. Este estado no debe confundirse con el aniquilamiento; el nirvana es un estado de conciencia que va más allá de ninguna definición. Después de alcanzar el nirvana, el iluminado puede seguir viviendo e ir eliminando cualquier remanente de karma que pueda tener, hasta llegar, en el momento de la muerte, a un último estado de nirvana absoluto (parinirvana).

3 DESARROLLO INICIAL

Poco tiempo antes de que Buda muriera, sus discípulos le pidieron que nombrara a un sucesor, pero él se negó. Más bien les instó a que cada uno trabajara de forma personal y lograra su propia salvación. Considerando que en aquel entonces las enseñanzas del budismo se transmitían sólo de forma oral, pronto se hizo evidente la necesidad de escribir estas enseñanzas y poder formar así una base sólida que mantuviera la unidad y la pureza de la comunidad. Ante esta situación, la orden monástica budista decidió reunirse de forma periódica para lograr un acuerdo tanto en asuntos de doctrina como de prácticas religiosas. Dentro de la tradición budista hubo cuatro reuniones que fueron consideradas Consejos Superiores.

3. Orígenes de la literatura budista

Aunque ya habían pasado muchos siglos desde la muerte de Buda, las tradiciones y enseñanzas seguían siendo expuestas verbalmente durante los consejos hasta que, finalmente, en el siglo I a.C., se tomó la decisión de que fueran puestas por escrito. Algunos de los primeros estudiosos utilizaron el sánscrito para la transcripción. A pesar de que aún se conservan algunos textos dispersos, ninguno de los escritos en sánscrito ha sobrevivido. En cambio, si se conserva, escrita en pali (lengua derivada del sánscrito), la colección completa de

los textos canónicos theravidianos, conocida por el nombre de Canon Pali. La principal colección canónica budista se conoce como Tripitaka, porque consta de tres colecciones de escritos: el Sutra Pitaka (una colección de discursos), el Vinaya Pitaka (el código de disciplina monástica) y el Abhidharma Pitaka (que contiene discusiones y clasificaciones filosóficas, psicológicas y doctrinales).

El Sutra Pitaka está compuesto principalmente por diálogos entre Buda y otras personas. Lo forman cinco grupos de textos: Digha Nikaya (colección de discursos largos), Majjhima Nikaya (colección de discursos medianamente largos), Samyutta Nikaya (colección de discursos de un mismo tema), Anguttara Nikaya (colección de discursos que tratan temas específicos) y el Khuddaka Nikaya (colección de textos sobre diversos asuntos). En el quinto grupo, los Jataka resumen historias de las anteriores vidas de Buda, mientras que el Dhammapada (Frases y oraciones religiosas) es especialmente popular por ser un resumen de las enseñanzas de Buda relativas a disciplina mental y moral.

El Vinaya Pitaka contempla más de 225 reglas que rigen la conducta de monjes y monjas budistas. Cada regla va acompañada de una historia que explica su origen. Las reglas están ordenadas de acuerdo a la gravedad de la ofensa que implica su violación.

El Abhidharma Pitaka está compuesto por siete trabajos independientes, dentro de los que se incluyen clasificaciones muy detalladas de fenómenos psicológicos, análisis metafísicos y un diccionario de vocabulario técnico. A pesar de que los textos de esta colección implican una autoridad, la influencia que en realidad ejercen sobre los budistas laicos es muy escasa. La colección completa de estos textos canónicos, incluso más extensa, está también en versión tibetana y china.

Existen dos textos que, a pesar de no tener un contenido canónico, gozan de una gran influencia dentro del budismo Theravada. Son el Milindapanha (Preguntas del rey Milinda) y el Visuddhimagga (Camino de la Purificación). El Milindapanha data del siglo II d.C.; está compuesto en forma de diálogo y aborda una serie de problemas que son fundamentales en el pensamiento budista. El Visuddhimagga es la pieza maestra de la obra de Buddhaghosa, el más famoso comentarista del budismo, que disfrutó de su momento de mayor esplendor en los inicios del siglo V d.C. Este escrito es un largo compendio que resume los pensamientos y las prácticas de meditación budista.

3.3 Conflictos y nuevas escuelas

3.3.1 Budismo Mahayana

Los orígenes del budismo Mahayana resultan especialmente oscuros. No son conocidos ni siquiera los nombres de sus fundadores, y los estudiosos no se muestran de acuerdo sobre si se originó en el sur o en el noreste de la India. Sus primeros años de formación fueron entre los siglos II a.C. y el I d.C.

3.3.2 Tantrismo

Alrededor del siglo VII d.C. se desarrolló una nueva forma de budismo conocida como tantrismo (véase Tantra), surgida a raíz de la unión entre el budismo Mahayana y las creencias mágicas del folclore popular del norte de la India. A pesar de ser similar al tantrismo hindú, que se desarrolló por aquellos mismos años, el tantrismo budista difiere del Mahayana por el gran énfasis que pone en la acción sacramental.

4 EXPANSIÓN DESDE LA INDIA

El budismo se expandió rápidamente por la India. Debido a grupos de misioneros enviados por el rey Asoka, la religión fue difundida tanto al sur de la India como por el noroeste del subcontinente. De acuerdo con escritos del periodo del rey Asoka, también se enviaron grupos de misioneros a recorrer el mar Mediterráneo, aunque sin lograr obtener resultados satisfactorios.

4.1 La expansión asiática

Al rey Asoka, a su hijo Mahinda y a su hija Sanghamitta se les relaciona directamente con la conversión de Sri Lanka al budismo. Desde el comienzo de su reinado, el budismo Theravada se convirtió en la religión oficial de este país.

De acuerdo con la tradición, durante el reinado de Asoka las doctrinas de la escuela Theravada habrían sido llevadas a Birmania desde Sri Lanka, aunque no existe constancia de su presencia en este país hasta el siglo V d.C. Durante el siglo VI, el budismo Theravada se extendió desde Birmania hasta los territorios de la actual Tailandia. La religión fue adoptada por los tailandeses cuando finalmente se hubieron asentado, desde el suroeste chino, en la zona tailandesa; esto sucedió entre los siglos XII y XIV. Con el florecimiento del reino de Tailandia, el budismo Theravada fue adoptado como religión oficial. Durante el siglo XIV la casa real de Laos hizo lo mismo.

5 INSTITUCIONES Y PRÁCTICAS

5.1 La vida monástica

Desde un principio, los seguidores más devotos de Buda estaban organizados en un grupo monástico llamado sangha. Sus miembros podían ser fácilmente identificados por sus cabezas totalmente afeitadas y sus túnicas sin costuras y de color naranja. Los primeros monjes budistas o bhikkus vagaban de un lugar a otro, estableciéndose en comunidades sólo durante la época de lluvias, periodo en que los viajes resultaban difíciles. Cada una de esas comunidades establecidas, y las que se fueron desarrollando conforme pasaba el tiempo, eran independientes y estaban organizadas democráticamente.

5.2 La veneración por los laicos

En el budismo los actos de veneración que realizan los laicos son más bien personales que grupales. Desde los tiempos más remotos existe una recitación para la expresión de la fe que es utilizada tanto por los laicos como por los miembros de la sangha. Recibe el nombre de Los Tres Refugios, y dice: “Me refugio en el Buda. Me refugio en el dharma.

6 EL BUDISMO EN LA ACTUALIDAD

Una de las características más notables y que ha perdurado por más tiempo en el seno del budismo es su capacidad para adaptarse a los cambios de condiciones en que se ha tenido que desarrollar, así como a las distintas culturas. Desde un punto de vista filosófico, el budismo está en contra de los bienes materiales pero no se reconoce en conflicto con las ciencias modernas. Al contrario, defiende que incluso Buda tuvo una aproximación de tipo experimental con respecto a sus principios de fe más esenciales.

HINDUISMO

1 INTRODUCCIÓN

Hinduismo, religión originaria de la India donde la mayoría de sus habitantes sigue profesándola en la actualidad. También es practicada por las familias que han emigrado desde dicho país hacia el resto del mundo (en especial al sur y este de África, al sureste y este de Asia y a Europa). El término hindú deriva de la palabra sánscrita sindhu ('río', de forma más explícita el río Indo); durante el siglo V a.C., los persas utilizaban ese nombre para referirse a aquellos que vivían en las tierras del Indo. Los hindúes se definen a sí mismos como “aquellos que creen en los Veda” o “aquellos que siguen los cuatro tipos (varnas) de caminos (dharma) y etapas de la vida (ashramas)”.

2 PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

Las normas o cánones del hinduismo se definen en relación con lo que las personas hacen, más que con lo que piensan. Por consiguiente, en el seno del hinduismo se encuentra una mayor uniformidad de acción que de creencias, a pesar de que hay muy pocas creencias o prácticas que son compartidas por todos. La mayoría de los hindúes cantan el himno del gayatri al amanecer, pero casi no existe acuerdo sobre qué otras oraciones deben ser pronunciadas. Muchos hindúes veneran a Siva, Visnú y la diosa Devi, pero también adoran a centenares de deidades menores, propias de ciertos poblados o incluso familiares. Hay prácticas que observan casi todos, como son el reverenciar a los brahmanes y a las vacas, la prohibición de comer carne (en especial la de vacuno) y el contraer matrimonio sólo con un miembro de la misma casta (jati) con la esperanza de tener un heredero varón. A pesar de que los hindúes tienen creencias y prácticas que parecen contradictorias (no sólo con respecto al resto del mundo sino también dentro de su misma religión y de su vivir cotidiano), cada individuo percibe un modelo que ha de seguir y que confiere orden y sentido a su vida. En el hinduismo no existe una jerarquía doctrinal ni eclesiástica, pero la complicada estratificación social, inseparable de la religión, da a cada persona la sensación de ocupar una posición dentro de este enorme grupo humano.

2.1 Textos

La última autoridad canónica para todos los hindúes son los cuatro Veda. Entre ellos el más antiguo es el Rig-Veda, escrito en una de las formas más antiguas de la lengua sánscrita del noroeste de la India. Este texto fue escrito entre el 1300 y el 1000 a.C. y consta de 1.028 himnos dedicados a un panteón de dioses; ha sido memorizado sílaba por sílaba, conservándose de esta forma hasta la actualidad. Al Rig-Veda le fueron agregados otros dos Veda, el Yajur-Veda (el libro del sacrificio) y el Sama-Veda (contiene los himnos). El cuarto libro, el Atharva-Veda (una colección de hechizos mágicos), es probable que fuera incluido alrededor del 900 a.C. De aquella época datan también los Brahmana, extensos textos escritos en sánscrito donde se exponen los rituales que practican los sacerdotes y todos los mitos que los sustentan. Más o menos a comienzos del 600 a.C. se compusieron los Upanisad, que consisten en meditaciones místico-filosóficas con respecto al significado y a la naturaleza del Universo.

Los Veda (dentro de los que se incluyen los Brahmana y los Upanisad) son considerados las normas reveladas (shruti, 'lo que ha sido oído de los dioses'), y no pueden ser alterados ni siquiera en una sílaba. Sin embargo, la mayoría de los hindúes desconoce en la actualidad el contenido de estas normas. El compendio más práctico del hinduismo, y que por tanto es muy utilizado, está contenido en el Smriti ('lo que se recuerda'), resumen que también se transmite en forma oral. No existen prohibiciones con respecto a improvisar ciertas variaciones, cambiar algunos nombres o sugerir interpretaciones del Smriti. En él se encuentran las dos obras épicas sánscritas más importantes (el Mahabharata y el Ramayana) y los Purana escritos en sánscrito, entre los que se incluyen los 18 grandes Purana y varias docenas de Purana de menor importancia. También contiene los numerosos Dharmasastras y Dharmasutras (tratados sobre

la ley sagrada), de los que sobresale uno, que habría sido escrito por el sabio Manu, que se cita con mayor frecuencia.

2.2 Filosofía

Dentro de su rica literatura, el hinduismo incorpora una cosmología muy compleja. Los hindúes creen que el Universo es una gran esfera cerrada, un huevo cósmico dentro del cual hay muchos cielos concéntricos, infiernos, océanos y continentes, y que la India está en medio de todos ellos. Creen que el tiempo es a la vez degenerativo (desde la época dorada o Krita Yuga, a través de dos periodos en los que el bien decayó gradualmente, hasta los tiempos actuales o Kali Yuga) y cíclico: al final de cada Kali Yuga el Universo es destruido por el fuego y las inundaciones, comenzando así una nueva época dorada.

Los hindúes han logrado pues conciliar su monismo vedántico (véase Vedanta) con su politeísmo védico: todos los dioses hindúes individuales (de los que se dice son saguna, 'con atributos') están sometidos al espíritu universal o Brahman (nirguna, 'sin atributos'), del cual emanan todos. Por lo tanto, la mayoría de los hindúes rinde tributo (a través del bhakti) a dioses a quienes adoran en los rituales (a través del karma) y a los que entienden (por medio del jnana) como aspectos de la última realidad, el reflejo material del que todo lo que existe es una ilusión (maya) creada por Dios con mucho esfuerzo, pero con un espíritu de juego (lila).

2.3 Dioses

A pesar de que los hindúes reconocen la existencia e importancia de muchos dioses y semidioses, la mayoría de los fieles son, en primer lugar, devotos de un solo dios o diosa; entre éstos, los más populares son Siva, Visnú y la Diosa (Devi).

Siva encarna los aspectos aparentemente contradictorios del dios de los ascetas y del dios fálico. Es la deidad de los que han renunciado, en especial de las muchas sectas que lo imitan: kapalikas, que llevan calaveras para reconstruir el mito en el que Siva decapita a su padre, el incestuoso Brahma, y es condenado a llevar su calavera hasta que consigue ponerle fin al castigo, en Benarés; pashupatas, seguidores del culto a Siva Pashupati, Señor de las bestias, y aghoris, “para quien nada es horrible”, yoguis que comen inmundicias o carne cruda, con el fin de demostrar que son totalmente indiferentes ante el placer o el dolor.

Muchos de ellos son animales que suelen aparecer en la iconografía hindú: el pez, la tortuga y el cerdo. Otros son los enanos Vamana (quienes se transformaron en un gigante para engañar a Bali, el demonio, y expulsarlo así del Universo); el hombre león Narasimha (que destripó al demonio Hiranyakashipu); el Buda (que se encarnó con el fin de enseñarles una doctrina falsa a los demonios piadosos); Rama con un hacha (Parashurama, que decapitó a su madre porque no era casta, matando luego a toda la clase de los Kshatriyas para vengar a su padre); y Kalki (el jinete del caballo blanco, que vendrá a destruir el Universo al final de la era de Kali). Pero, con diferencia, los más populares son Rama (el héroe del Ramayana), y Krishna (héroe del Mahabharata y del Bhagavata-Purana). Se dice que ambos son encarnaciones de Visnú, a pesar de que en un comienzo fueron héroes humanos.

Hay algunos dioses menores que están incluidos en el panteón central porque se les identifica con los dioses más importantes o con sus hijos o amigos. Hanuman (el dios mono) aparece en el Ramayana como el ingenioso asistente de Rama en el sitio de Lanka. Skanda (el general del ejército de los dioses) es hijo de Siva y de Parvati. Ganesha (el dios con cabeza de elefante), dios de los escribas y mercaderes, quien ayuda a eliminar los obstáculos, es invocado fervorosamente al comienzo de cualquier negocio importante.

2.4 Culto y ritos

Desde el más importante hasta el menos trascendente de los dioses hindúes es objeto de veneración tanto en ceremonias públicas como en el ámbito de la intimidad familiar. Dadas las bases sociales del hinduismo, los actos más importantes son aquellos en los que se incluyen ritos de paso (samskaras), como son el nacimiento y cuando el niño come por primera vez comida sólida (arroz). Entre los ritos que vienen a continuación, se incluye el primer corte de pelo (para un niño) y la purificación después de la primera menstruación (para una niña), el matrimonio, y la bendición para las embarazadas, para que tengan un hijo varón y para asegurar así un parto sin dificultades y que el niño sobreviva los seis primeros días después del nacimiento, que son los más peligrosos (para lo cual se encomiendan a Shashti, la diosa del Seis). Las últimas ceremonias son las de la muerte (cremación y, si es posible, que las cenizas sean esparcidas por el Ganges, el río sagrado) y la ofrenda anual a los antepasados muertos. De estos últimos, el más notable es el del pinda, una bola de arroz y de semillas de sésamo que entrega el hijo mayor del difunto, para que el fantasma de su padre pueda salir del limbo y renacer.

Como parte del ritual diario (por lo general realizado por la esposa, quien se supone tiene más poder para interceder ante los dioses), los hindúes ofrecen (puja) frutas y flores ante un pequeño altar instalado en la vivienda.

Algunos festivales se celebran en toda la India: Dīvālī, el festival de las luces a comienzos del invierno, y Holi, el carnaval de la primavera, en el que los diferentes miembros de todas las castas se mezclan, sueltan sus cabellos y se mojan unos a otros con cascadas de polvo rojo y agua, lo que probablemente simboliza la sangre que quizás utilizaban siglos atrás.

3 HISTORIA

3.1 La civilización védica

En el valle del río Indo floreció, alrededor del 2000 a.C., una civilización muy desarrollada, en las proximidades de las localidades de Harappa y Mohenjo-Daro. Más o menos en el 1500 a.C., cuando las tribus arias invadieron la India, esta civilización cayó en decadencia. Según los vestigios actuales resulta imposible saber si estas dos civilizaciones tuvieron o no algún tipo de contacto significativo. Sin embargo, muchos elementos propios del hinduismo que no estaban presentes en la civilización védica, como el culto fálico y el dedicado a las diosas, el bañarse en los estanques de los templos y las posturas del yoga, pueden ser derivadas de la civilización del valle del Indo.

Hacia el año 1500 a.C., los arios ya estaban asentados en el Punjab. Llevaban consigo su panteón de dioses indoeuropeos, que era principalmente masculino, y una sencilla ética guerrera y mundana aunque profundamente religiosa.

3.2 La civilización hindú clásica

Más o menos desde el 200 a.C. hasta el 500 d.C. la India fue invadida por muchos grupos que venían del norte. Entre los que causaron un mayor impacto estuvieron los escitas y los kusanas. Para el hinduismo, éste fue un periodo de continuos cambios, gran crecimiento, sincretismo, y definición y delimitación de su identidad. Durante esta época se terminaron de escribir las obras épicas Dharmasastras y Dharmasutras. Fue bajo el imperio de la dinastía Gupta (entre el 320 y el 540 d.C.), periodo en que gran parte del norte de la India estuvo bajo el mando de un único poder, cuando el hinduismo clásico encontró su máxima expresión: se codificaron las leyes sagradas, se comenzaron a construir los grandes templos y se preservaron los mitos y los rituales en los Purana.

3.3 La aparición de movimientos devotos

Tras el periodo Gupta surgió un hinduismo menos rígido y más ecléctico. Aumentó el número de sectas disidentes y de movimientos autóctonos. Muchas de las sectas que surgieron entre los siglos IX y XVIII perduran hasta hoy en la India.

Se dice que la mayoría de los movimientos bhakti fueron fundados por santos (o gurúes), a través de los cuales se ha ido transmitiendo la tradición a los discípulos (chelas). Esta cadena ininterrumpida, junto a los cánones escritos, constituye la autoridad fundamental de la secta bhakti. Otras tradiciones están basadas en la enseñanza de los escritos de filósofos como Shankara y Ramanuja. Shankara fue el principal defensor del monismo puro o no dual (Advaita Vedanta), y de la doctrina de que todo lo que parece real no es más que mera ilusión. Ramanuja estaba comprometido con la filosofía del no dualismo calificado (Vishishta Advaita), un esfuerzo por tratar de reconciliar la creencia en una divinidad sin atributos (nirguna), con la devoción hacia un dios con atributos (saguna), y como un esfuerzo por subsanar la paradoja que implica el amar a un dios al que uno es idéntico.

3.4 El hinduismo medieval

De forma paralela a estas complejas investigaciones filosóficas en sánscrito, se compusieron canciones escritas en lengua común, que se transmitían en forma oral (se preservaron en algunas localidades del país). Fueron compuestas por los alvars, nayanars y los virashaivas durante los siglos VII, VIII y IX en lenguas tamil y kannada (o canara), y durante el siglo XV por el poeta de Rājasthān, Mira Bai, en el dialecto braj. Durante el siglo XVI, estas representaciones rituales también se desarrollaron en los alrededores del poblado de Vrindaban celebradas por poetas de lengua hindi. El primer gran poeta místico hindi fue Kabir Das, de quien se decía era hijo de un musulmán y estaba muy influido por el islam, en particular por el sufismo. Sus poemas desafiaban los dogmas canónicos tanto del hinduismo como del islam, venerando a Rama y prometiendo la salvación si se cantaba el santo nombre de Rama. Fue seguido por Tulsi Das, quien escribió una bella versión hindi del Ramayana. Surdas fue contemporáneo de Tulsi Das y autor de poemas a propósito de la vida de Krishna en Vrindaban; esto sirvió para establecer las bases de los ras lilas, dramatizaciones locales de mitos de la niñez de Krishna, representaciones que todavía desempeñan un importante papel en el culto de Krishna en el norte de la India.

3.5 Los siglos XIX y XX

Durante el siglo XIX se realizaron importantes reformas bajo el auspicio de Ramakrishna, Vivekananda y de las sectas de Arya Samaj y de Brahmo Samaj. Estos movimientos buscaban reconciliar el hinduismo tradicional con las reformas sociales y las nuevas ideas políticas que estaban surgiendo. Por ello, los líderes nacionalistas Sri Aurobindo Ghose y Mahatma Gandhi trataron de extraer del hinduismo los elementos que mejor pudieran servir para lograr sus objetivos políticos y sociales. Por ejemplo, Gandhi usó su estilo propio de ahimsa, transformándolo en una forma de resistencia pasiva; pretendía que se crearan reformas que favorecieran a los intocables y que ayudaran a expulsar a los británicos de la India. Igualmente, Bhimrao Ramji Ambedkar revivió el mito de los brahmanes que descendieron de su casta, y la tradición de que el budismo y el hinduismo alguna vez fueron una sola fe; esto lo hizo con el fin de hacer posible que los intocables pudieran recobrar su dignidad al “reconvertirse” al budismo.

Más recientemente, muchos autoproclamados maestros de las enseñanzas de la religión de la India han emigrado a Europa y a los Estados Unidos, donde han logrado numerosos grupos de seguidores. Algunos de ellos, como la secta Hare Krishna fundada por Bhaktivedanta, dicen inspirarse en las prácticas del hinduismo clásico. En la India, el hinduismo se ha ido desarrollando a pesar de los numerosos campbios y reformas que conlleva la gradual modernización y urbanización de la vida en el país. Los mitos siguen existiendo en el cine hindú y los rituales sobreviven no sólo en los templos sino también en las memorias familiares o en

ritos sociales. Es así como el hinduismo, religión que ayudó a que la India se sostuviera por siglos a pesar de la invasión extranjera y de los problemas internos, sigue teniendo una función vital por el apoyo que ofrece y por lo que significa en las vidas de los hindúes de hoy.