monografía - fausto y la salamanca
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Fausto y la
Salamanca: mitos
modernos
Por Daniel Alberto Casas – Letras – [email protected]
Literatura Alemana
Dra. Susanne Thiemann
Prof. Visitante de la UNT
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad Nacional de Tucumán
Introducción
La obra Fausto de Johann Wolfgang Goethe retoma un mito que trasciende la historia y la
literatura europea desde el principio de la modernidad (pensamiento moderno más
específicamente) y nos invita a reflexionar acerca del valor que tienen el pensamiento
científico y la sabiduría con respecto a los dogmas religiosos. De diferentes maneras y con
diferentes lecturas ha permanecido en el tiempo con leves cambios e interpretaciones
distintas, pero el pacto del doctor Fausto con el demonio es un mito que representa la
transgresión en distintos formas y es posible encontrar paralelismos con otros mitos de
otras épocas y lugares.
En este trabajo me propongo realizar una comparación de dos relatos míticos, el de Fausto
y el mito-ritual de la Salamanca.
Todo mito debe ser entendido como un relato que revela fenómenos más generales. Por eso
debemos pensar cada uno de los mitos como parte de un sistema (su propio relato) en el
cual funcionan significando distintos elementos, símbolos, referentes directos, vinculados a
experiencias y prácticas cotidianas de la sociedad en la que circulan. De hecho, la
materialización y extensión de un mito (como es el caso de Fausto) no sólo da cuenta de su
universalidad sino que también muestra que ciertos sentidos sociales son compartidos por
distintas estructuras desde la génesis misma de las culturas.
Intentaré a lo largo de este trabajo caracterizar el tipo textual del mito como así también las
formas sociales que reflejen y refracten en su formación y desarrollo como relatos
explicativos de la realidad. El perfil epistemológico será variado de acuerdo al tipo de
objeto de estudio. Para el análisis de los relatos se hará hincapié en sus estructuras y en sus
particularidades sociales desde una perspectiva cultural (quizás antropológica). Después
realizaré la comparación de ambos relatos para establecer cuáles son aquellos elementos de
las sociedades a las que pertenecen que hacen que esos relatos tengan algo en común, en
especial la transgresión como forma de significación relacionada a lo religioso y al
conocimiento científico.
El mito y la cultura
En todas las culturas existen mitos y relatos explicativos acerca de los orígenes de las cosas.
Si bien la religión encarna uno de los ejemplos más evidentes de esto no podemos unificar
ambas actividades (la del relato y la religiosa) de manera unilateral ni tampoco adjudicar
todos los mitos simplemente a lo religioso. Partamos de la relación que existe entre cultura
y religión.
El hombre está inserto en una trama de significaciones tejidas por el lenguaje en las
estructuras sociales. Estas estructuras significativas tienen la característica de ser públicas,
son poseídas por el común de la sociedad. Por lo tanto, la cultura se puede entender como
un entramado o un sistema organizado de símbolos compartidos que gobiernan, regulan y
ordenan la vida (Geertz: 1995). Es decir, la cultura no puede ser registrada sino interpretada
o vivida. En el entramado cultural la religión o los símbolos que componen los sistemas
religiosos tienen la función de sintetizar el ethos de una comunidad y su cosmovisión.
Barale y Nader destacan la relación que existe entre religión ciencia y arte, ya que en todas
estas actividades humanas se encuentran “obsesiones comunes […] como pueden ser la
búsqueda de inmortalidad, de superar los límites impuestos a la condición humana”
Este principio de relación nos va a servir para introducir más adelante el vínculo principal
que tienen los mitos seleccionados para el análisis: arte, ciencia y religión. Pero vayamos
un poco más adelante en lo religioso.
Lo religioso nos hace entender una cultura, de hecho es el principio activo de una cultura
que más interesa a la hora de reconstruir la cosmovisión de un pueblo, porque la
perspectiva religiosa supone un modo de interpretar la realidad y, fundamentalmente, la
existencia y la relación de los sujetos entre sí como miembros de una comunidad.
De la experiencia religiosa y de sus relatos surgen las bases de las creencias y de la
idiosincrasia de un pueblo. Sus oraciones, sus mitos, sus relatos, hasta su arquitectura o
literatura están de alguna manera determinadas por lo religioso y por la ética y estética que
va delineando.
En este punto es que debemos entender lo religioso como una base fundamental para la
comprensión de los mitos y también (como veremos más adelante) para la sorpresa y el
asombro a la hora de analizar mitos alejados en el tiempo y el espacio que tienen si no una
estructura idéntica, idéntico significado. Pero antes de pasar al análisis de los relatos objeto
de estudio debemos delimitar el género discursivo al que nos vamos a referir: el mito.
Barale y Nader definen al mito como una configuración simbólica o un núcleo significativo
en el cual se imprimen los deseos, las angustias, los conflictos, las esperanzas y
expectativas de una cultura.
En los mitos se reflejan los modos de vida, las diferentes formas de
instalarse en el mundo, los sentidos y sinsentidos de una sociedad.
Barale y Nader, pág. 38
En contraste con otras formas de relatos el mito sostiene en su estructura significativa una
verdad acerca de un hecho que puede ser considerado hasta fantástico pero nunca será
considerado una mentira. El mito guarda una relación casi sagrada con la verdad y esto lo
diferencia de leyendas y relatos populares que las más de las veces son cuestionados como
habladurías de viejas o cuentos de curas. A cambio de esto, el mito brinda a la comunidad
un relato de los orígenes que se valora como cierto y como patrimonio comunitario porque
se transmite en el tiempo. Tanto es así que el mito se ha encontrado muchas veces opuesto a
la razón por la verdad incuestionable (o incuestionada) que presenta en su significado.
Tiene el mito el valor de ser “la voz de un tiempo originario” (Gadamer: 1997).
La función principal de los mitos es explicar el mundo incluso en las cosas que los sujetos
no ven, no pueden ver o en aquellas cosas a las que no se les encuentra explicación. El mito
se encuentra entre la existencia material de los seres y aquellos hechos que no pueden ser
significados sino a través del relato mítico.
Frente a esta inmensidad que lo supera y angustia intenta [el mito]
establecer un vínculo, una relación. Elabora algunas respuestas y
tiende puentes entre su existencia y el universo que lo rodea. Busca
un sentido y una explicación. Uno de esos primeros intentos a
través del cual el hombre accede al mundo, es el mito.
Barale y Nader, pág. 43
El mito de Fausto
La historia del doctor Fausto debe leerse o interpretarse como un mito de la edad moderna,
su origen se remonta a fines del siglo XV. Cuenta la historia de un médico que realiza un
pacto con el demonio para conseguir la juventud eterna y ciertos placeres de la vida. La
historia gira en torno a su arrepentimiento (que nunca es total) porque el diablo se encarga
de evitarlo. En la obra de Johann Wolfgang Goethe el mito varía un poco y se incluye la
temática ya tratada desde la versión de Christopher Marlowe que se refiere al conocimiento.
De hecho la variante más famosa del mito es aquella en la que el Doctor Fausto realiza el
pacto porque se da cuenta que su conocimiento ha llegado a un límite del que no se puede
pasar. Entonces, su pacto contiene los tres grandes temas del pensamiento moderno,
ausentes en el Medioevo: el Tiempo, el Conocimiento y el disfrute de los Placeres.
Hacia finales del 1400 se conoce el mito de un doctor que extasiado por la alquimia llega a
realizar un pacto con el demonio para adquirir más sabiduría. El mito adquiere relevancia y
se convierte en popular al punto de que su origen real no es del todo conocido.
Se plantea que un hombre llamado Georg Faust nació alrededor de 1480 y que viajó por
Alemania como una especie de “estafador de ferias, haciendo horóscopos, adivinaciones,
realizando prodigios mágicos; que era visto como un charlatán”, según la tesis de doctorado
de Natalia Gonzales de la Llana Fernández. El misterio de su muerte da el comienzo al mito
ya que su muerte se dio en medio de los temblores de su casa, a un cadáver con la cabeza
girada en 180 grados, motivos que pudieron deberse a una explosión por experimentos de
alquimia. La relación de Faust con el “mal” (había sido acusado de pederastia y sodomía)
hizo que luego en los años siguientes a su muerte en 1540, más o menos, comenzaron a
circular los relatos acerca de su vida como un ejemplo negativo de degeneración sexual,
charlatanería y brujería. Y en 1587 Johann Spies publicó La historia de von D. Johann
Fausten donde ya Fausto está convertido en médico y que sus acercamientos a la magia lo
llevan a encontrarse con el diablo que se le aparece disfrazado de fraile (hecho de un fuerte
contenido histórico y filosófico).
Años después, en 1592 Christopher Marlowe escribió su La Trágica historia del Doctor
Fausto un Fausto recordado por todos porque era tal cual el hombre de dicho tiempo, un
ilustrado renacentista.
En síntesis, el mito de Fausto remite la idea del pacto con el demonio a la necesidad de
trascender y adquirir más conocimientos, por eso sostengo que el mito se debe entender
(como fue señalado al principio) como un relato que explica una realidad filosófico, moral
y epistemológica.
Durante el renacimiento se alternaron diferentes variables relacionadas a cambios
históricos, filosóficos, de paradigmas científicos y religiosos. Pero la razón más importante
es que cambia radicalmente la forma de llegar al conocimiento, el acceso a los saberes y la
ética epistemológica.
Giro Copernicano: a partir de los descubrimientos de Copérnico se renuevan los
paradigmas científicos y cambia de manera profunda la concepción de la existencia
humana. En este nuevo paradigma cobra mayor importancia la experiencia que las
ideas y los preceptos divinos.
El descubrimiento de América: La apertura de un nuevo espacio que suponía un
acceso a lo desconocido y también un descenso a lo primitivo.
Contexto religioso y político: Los descubrimientos de Copérnico y los nuevos
paradigmas científicos se oponían fuertemente a la concepción medieval del
conocimiento y la reacción de la Iglesia y la monarquía fue la represión y la
Inquisición.
La imagen renovada de Lucifer: El renacimiento le proporciona a la imagen de lo
demoníaco un vuelco que lo convierte en el símbolo de las fuerzas impulsoras de la
naturaleza y la experiencia.
Estas variables histórico-filosóficas dieron lugar a la aparición del mito, de otra manera el
mito durante la edad media no podría haber sido posible por la excesiva sumisión desde lo
religioso, lo científico y lo moral que hacía desde cualquier punto de vista imposible una
idea que contradijera los dogmas del cristianismo, más aún un pacto con el demonio.
El producto de este nuevo pensamiento y de estas manifestaciones de las subjetividades
dieron como resultado nuevas ideas que se manifiestan de una u otra manera junto con las
diferentes versiones del mito fáustico:
1. “Factibilidad del mundo”: el mundo se puede dominar, solo hace falta el
2. Dominio y explotación de la naturaleza
3. Magia organizada (Ciencia y técnica): principio que da fuerza a la
4. Planificación y a los proyectos a gran escala
5. Despliegue de fuerzas que actuaban secretamente (Lo Natural/Demoníaco):
fundamental en la recreación del mito.
Goethe supo canalizar el empuje que había dejado la Ilustración en este mito que renueva la
lucha entre la religión y la razón.
El demonio como macrosímbolo en el Noroeste
Antes de avanzar en el análisis del mito-ritual de la Salamanca deberíamos destacar la
significación particular que tiene lo demoníaco en el NOA y de qué manera se transfiguran
los sistemas simbólicos en esa imagen de fuerte arraigo católico.
En el Noroeste la imagen de la riqueza se asocia fuertemente con lo demoníaco. La creencia
ampliamente difundida de que aquel que posee dinero o riquezas es porque hizo un pacto
con el demonio. María Eugenia Valentié lo explica de la siguiente manera:
Esta concepción negativa de la riqueza es un motivo
específicamente católico, de evidente raíz evangélica. El elogio de
la pobreza; la necesidad de abandonar los bienes materiales, para
alcanzar la perfección espiritual; la afirmación de la dignidad del
pobre, imagen de Cristo; son formulaciones de una misma
intuición religiosa que descubrimos a través de toda la historia de
la dogmática católica, desde los padres de la iglesia pasando por
el catolicismo medieval, los sermones del siglo XVII, las encíclicas
papales, hasta las declaraciones de los actuales tercermundistas.
En base a este concepto es que vamos a ampliar un poco más el concepto de lo demoníaco
ya que éste tiene raíz en la misma intuición religiosa proveniente de Europa y arraigada a
través de la institución eclesiástica en nuestro país. En el norte, en particular la situación
socio histórica y las contingencias sociales y políticas han determinado el asentamiento de
la imagen de un demonio en el cual se canalizan todos los temores y las formas de
represión social que no se pueden explicitar. Es en este punto en que, a mi parecer,
convergen los dos mitos, no sólo como explicación de un estado socio histórico sino
también en un paralelismo que en este caso trasciende las distancias continentales para
cumplir con funciones diferentes e idénticas a la vez. La principal refracción del mito del
pacto con el demonio es la necesidad de transgresión, tema con el cual cerraremos este
trabajo.
El mito de la Salamanca
En el noroeste argentino, en especial en Tucumán y Santiago del Estero nace el mito de la
Salamanca. A veces se considera que es un relato propio de la zona cordillerana entre
Tucumán, Catamarca y La Rioja en sus límites con Chile.
El mito cuenta de la existencia de un lugar apartado en el campo en el cual se realiza un
ritual de iniciación que incluye un pacto con el demonio, Supay para las culturas originarias
desde Perú hacia el sur.
La salamanca sería el lugar de iniciación y aprendizaje de brujas y brujos que en cada
reunión que se realiza en un lugar alejado, por lo general un socavón (pozo bajo la tierra o
cueva al borde de una montaña), re editan y renuevan su pacto con Supay a quien han
entregado el alma a cambio de habilidades, poderes o beneficios. En la puerta de entrada de
la cueva una mujer, la Virgen María intenta detener a los que quieren entrar pero estos
deben apartarla con una cachetada (en otras versiones una bruja muestra una imagen de la
Virgen y el aspirante al pacto debe escupirla o romperla). El pacto incluye pruebas
constantes que podrían relacionarse con daños a personas o seres queridos. Para mantener
el cumplimiento del pacto el demonio envía a vivir con el iniciado a alguien de su cortejo
en forma de gato, perro, víbora o animales parecidos. El mito del Familiar es la variante o
el resultado de un pacto que los dueños de los ingenios azucareros realizan con el Supay.
Los requisitos para la iniciación son simplemente la ambición y la valentía, además de estar
totalmente convencido de querer hacerlo. Los antecedentes más directos de este mito en el
viejo continente son el aquelarre y el sabat. Por eso, es que también se puede entender
como un ritual heredado que ha ido variando su forma de acuerdo a los contextos
socioculturales en que ha sido insertado.
En las versiones del mito de la Salamanca existen saberes que trascienden la verosimilitud
del relato y si, como dice Nietzsche el mito es una “visión sintética del mundo”, este mito-
ritual es una síntesis de toda la historia de los pueblos originarios y su sincretismo con el
catolicismo (de corte humanista y con la herencia de la inquisición) desde la época de la
colonia hasta hoy. Los preceptos de la Iglesia católica en contra de la herejía y el
secularismo a fines de la Edad Media y comienzos de la Moderna marcan una tendencia
que luego se canaliza en la Inquisición declarada en 1478 y propuesta por los reyes
Fernando e Isabel, pero poco a poco fue cerrando más sus prácticas como herramienta más
política que religiosa y aunque mantuvo el apoyo de la Iglesia Católica endureció sus
prácticas represoras que luego se extenderían a sus virreinatos en México y Perú.
La relativa ignorancia acerca de las religiones precolombinas (ausencia total de principios
antropológicos) y la intención de dominar las colonias hizo que clérigos y sacerdotes,
evangelizadores y humanistas interpretaran las culturas americanas con la vara del demonio
y bajo la idea del diablo cristiano, emprendiendo junto con dicha interpretación una lucha
evangélica y política que incluía la extirpación de cualquier tipo de idolatría así como
también la eliminación de los supuestos herejes (esto incluía los que practicaban el
curanderismo y la brujería). Entendiendo de esta manera la historia de las religiones nativas
no resulta difícil entender que la resistencia de los indígenas latinoamericanos haya sido
perseverar en la adoración de sus dioses (incluso de manera clandestina), en destruir y
rechazar las imágenes del catolicismo, y junto a esta lucha política también desafiar el
mundo colonial preservando su lenguaje y sus tradiciones. También explica el nombre que
se le asignó al lugar de encuentro que parte de la interpretación de los españoles por
considerar a la ciudad de Salamanca en España un lugar de la hechicería y las ciencias
ocultas. Aunque también se supone que el nombre puede tener una explicación etimológica
proveniente del aymará, idioma indígena preincaico de la meseta peruano-boliviana. La
palabra Salamanca derivaría de la unión de salla (peña o peñasco) y manca (debajo) que
daría como resultado el concepto de mundo subterráneo o inframundo relacionado siempre
a lo demoníaco. En Tucumán, una costumbre da cuenta de la permanencia de estas
creencias en el imaginario social, cada vez que algo se cae al suelo (especialmente cuando
uno es niño) se prohíbe levantarlo bajo la sentencia “ya lo besó el diablo” que por supuesto
vive bajo la tierra. Creencia de origen europeo, de hecho la imagen del diablo no existe
como tal ni con una forma parecida sino hasta la llegada de las culturas hispánicas a
América, todas las representaciones del mal en las culturas aborígenes son diferentes.
Supay en las culturas pre hispánicas tiene una forma distinta, es moralmente neutro, no
como el diablo unidimensional de Europa que sólo se dedicaba al mal, Supay puede causar
daño o ser benévolo. Los españoles manipularon esta ambigüedad de Supay y le confirieron
el seño de malevolencia del Diablo cristiano por medio de una aculturación forzada que
estableció parámetros maniqueos del Bien y el Mal entre las culturas indígenas que tenían
una perspectiva mucho más diversa y secular.
El fantástico imaginario de la Salamanca constituye quizá el
ejemplo más interesante de ese traslado y resignificación, pero
también, el trasfondo de relaciones sociales conflictivas, violentas
y traumáticas para los grupos étnicos sometidos.
Elena Carolina Saganías
La Salamanca en el imaginario popular de Santiago del Estero
Resulta obvio que nuestra definición de mito esbozada al principio da cuenta de estas
articulaciones de las praxis sociales y las singularidades históricas de los pueblos que los
producen, la Salamanca no es para nada la excepción y es en este punto donde convergen
los mitos de transgresión y de iniciación: Fausto y la Salamanca.
Mitos de la modernidad - Conclusión
La raíz medieval de ambos mitos nos muestra dos caras de una misma moneda:
Ambos mitos refieren momentos de tensión entre el conocimiento y la fe que hacen
que el ser humano busque una respuesta social y por qué no, literaria.
Los mitos nunca dejan de ser explicaciones sobre el origen de las cosas pero la
permanencia de un mito en el tiempo y sus diferentes resignificaciones también nos
muestran que las pautas sociales que les dieron origen de alguna manera
permanecen vivas o pendientes de una solución. El conflicto entre el conocimiento
y la fe (Razón y Fe) no tiene ni tendrá una resolución inmediata.
En América las contingencias históricas han tenido durante toda la colonia e incluso
hasta mediados del siglo pasado una fuerte influencia en la caracterización de los
mitos y leyendas tanto por la violencia de la conquista como por las relaciones de
poder y la posesión de las tierras. Por lo tanto, las prácticas sociales rendirán nuevos
frutos con respecto a los relatos que expliquen la realidad.
Ambos mitos reflejan la nueva concepción del conocimiento de la modernidad que
deja de lado las formas de la brujería y lo hereje impuesto por la sociedad medieval,
pero estos parámetros determinan y configuran la forma de los relatos.
En los relatos sobre Fausto no existe el juicio social como forma de represión pero
queda sobreentendido en la necesidad de desligarse del pacto y salvar su alma. En la
Salamanca la búsqueda de salvación no se explica como una salvación católica.
Anexo a este trabajo algunas canciones de folclore sobre la Salamanca con sus respectivos
autores para mostrar la vigencia del mito y también un link de descarga de Fausto de
Goethe.
Bibliografia:
Barale, Griselda y Nader, Raúl F.; Demonio, riqueza y poder: Mitos de Santiago
del Estero y Tucumán. Tucumán, Instituto de epistemología, Centro de estudios
antropológicos, Facultad de Filosofía y Letras, UNT, 1998
Geertz, Clifford; Las interpretación de las culturas, Barcelona, Ed. Gedisa, 1995
Gadamer, Hans-Georg; Mito y razón, Barcelona, Paidós, 1997
Valentié, María Eugenia, “El familiar”, en Revista de Filosofía y Cultura. Ensayos
y Estudios N° 2-3. Tucumán, Argentina, 1973.
Saganías, Elena Carolina. “La Salamanca en el imaginario popular de Santiago del
Estero” On line, mayo de 2000 [diciembre de 2012]. Disponible en
http://acilbuper.webcindario.com/tesissaganias.htm
González de la Llana Fernández, Natalia. “Adán y Eva, Fausto y Dorian Gray: tres
mitos de transgresión”, on line, Madrid, 2006 [Diciembre de 2012]. Disponible en
http://www.ucm.es/BUCM/tesis/fll/ucm-t29434.pdf
Wikipedia, La salamanca. Licencia a cargo del site. Disponible en
http://es.wikipedia.org/wiki/Salamanca_(leyenda)
Gómez-Villegas, Nicanor, “Implicaciones teológicas de <el pacto con el demonio>
en la tradición literaria áurea” on line, 2006 [diciembre de 2012]. Disponible en
http://www.utpa.edu/dept/modlang/hipertexto/docs/Hiper4Gomez.pd
Bosso, Cristina, “Ciencia y Religión: dos dimensiones antropológicas” en
Religión y pensamiento: diálogos interdisciplinarios, Raúl Nader (comp.)
Instituto de estudios antropológicos y filosofía de la religión, UNT, 2002.
Anexos:
La Oculta – (Chacarera de Quique
Yance - Mariela Narchi.)
Viniendo por medio el monte
bien alforjeadas las ancas
mi topao con una cueva
y había sio' una salamanca
Y puesto a bichar pa' dentro
y había un diablo cascarudo
tironeando unas raíces
con un biscacho peludo
Se me lo asustaba el burro
al oir el alboroto
el mandinga zapateaba
y cantaba un quirquincho moto
Socabón oscuro y fiero
de los diablos escondidos
casi mi quedao adentro
yo por eso no me olvido
Un gallo cogote pila
que estaban sacrificando
aleteaba entre la sangre
mientras lo iban degollando
El diablo herio' a la bulla
entre medio las rendijas
y las brujas cocinando
puchero de la gallina
Dele bailar en las brazas
los diablitos ayudantes
levantaban con la cola
las cenizas calcinantes
Socabón oscuro y fiero
de los diablos escondidos
casi mi quedao adentro
yo por eso no me olvido
La magia de Santiago del Estero
La leyenda de la salamanca es general en toda la Provincia. No hay apenas lugar, donde la gente no crea ver o
sospeche la existencia de una salamanca.
Según la leyenda la Salamanca es un lugar diabólico, donde el "supay" enseña sus artes, donde las brujas
efectúan sus reuniones tres veces por semana y donde acuden los que se inician en la práctica del maleficio o
los que van a aprender toda suerte de maña, destreza o habilidad.
A la Salamanca concurre, según la imaginación popular el famoso cantor o guitarrero o bailarín del pago; la
moza que enamora; la vieja bruja que prepara los "gualichos", la curandera, el bravo domador o cazador, el
que "piala" con destreza; el corredor de las carreras cuadreras; y todo aquel que de un modo u otro se ha
destacado en la pelea, en el amor o en el trabajo.
Por lo general, la Salamanca es un lugar oculto entre los breñales, de difícil acceso, cuya entrada conduce a
una cueva amplia y lóbrega. Allí se baila, se hace música, se celebran aquelarres y orgías. Las viejas y viejos se
transforman en jóvenes, los enfermos curan, la fealdad se cubre de hermosura.
Pero para entrar es preciso armarse de gran valor. Completamente desnudo, el neófito, hombre o mujer,
debe introducirse a la Salamanca con un iniciado. A la entrada de la caverna existe un Cristo "cabeza abajo" al
que hay que pegar y escupir. Ya, en el recinto subterráneo, se ven los animales más repugnantes y
asquerosos: arañas peludas, sapos y escuerzos de gran tamaño, ampalaguas, víboras y umucutis, ante los
cuales debe el iniciado permanecer impasible "aunque las víboras se envuelvan en el cuerpo". Si ha podido
vencer la repugnancia o el miedo que tales animales producen, es sometido a nuevas pruebas, y al final, si
resulta vencedor, el neófito "puede pedir lo que quiera". En caso contrario, se vuelve loco al salir.
Como entretenimiento, durante la reunión, se hace música con bombo, violín, guitarra y arpa; se queman
cohetes de estruendo; y se celebran bacanales que duran toda la noche.
Es creencia general que la música de la Salamanca sólo deja de sonar cuando alguien se arrima a la cueva y
que los animales que pasan por cerca de ella se "espantan" y huyen despavoridos.
Fuente: El Portal de la Municipalidad de Santiago del Estero - República Argentina -
http://mail.santiagociudad.gov.ar/secciudad/cultura/leyendas/lasalamanca.php
Salamanqueando pa mi – Raúl Carnota
Chacarera doble
I
Cuando me pille la muerte
la via´ esperar
cajoneando fuerte el bombo
y l´hago bailar
Salamanca... llévatela.
Me topé con una bruja
y al despertar
m´encontrado con mi suegra
y se va quedar
Salamanca... llévatela.
El diablo me anda buscando
no me encontró,
parece que yo le debo
un alma o dos
Salamanca... llévatelo.
ESTRIBILLO:
Mi chacarerita doble
es la sin sol
machadito y por las noches
sale mejor
Salamanquero soy señor.
II
Mi mujer se me había ido
y al despertar,
yo me la encontré gritando
¡A trabajar!
Salamanca... llévatela.
Sí es agarrado el pulpero,
créamelo,
después de los veinte vinos
no más me fío
Salamanca... llévatelo.
Me han robado un gallo flaco
y sin espolón
ni pa´ riña ni puchero,
pobre ladrón
Salamanca... llévatelo.
ESTRIBILLO:
Mi chacarerita doble
es la sin sol
machadito y por las noches
sale mejor
Salamanquero soy señor.
Mandinga abrime la puerta Autor: Sánchez Intérpretes: Los Chalchaleros, Jorge Cafrune Ritmo: Chacarera
Ya pobre y casi desnudo y sin tener qué comer llegué hasta la Salamanca pa' verme con Lucifer.
Mandinga abrime la puerta le dije cuando llegué no le tengo miedo a nada cansado de padecer.
Entré nomás gaucho pobre que nada te ha de pesar viviendo a mi Salamanca ya nada te ha de faltar.
Estribillo
El alba se viene encima el lucero ya se va pásenme la tinta china que un contrato hay que firmar.
Mandinga abrime la puerta quiero ser guitarreador dame suerte para el juego mucha dicha en el amor.
Si querés que abra la puerta chacarera has de tocar y en menos que cante un gallo ya la principié a puntear.
Lindo va dijo el Supay no te vas a equivocar con la cola y mis espuelas yo te marcaré el compás.
Estribillo
El alba se viene encima el lucero ya se va pásenme la tinta china que un contrato hay que firmar
La cuenta pendiente
Letra: la moro - Música: Mario Teruel CHACARERA
Empinando bien el codo
para afinar la garganta
de coraje bien vestido
llegué hasta la salamanca.
Hasta el sauce más llorón
se despanzaba de risa
cuando en coplas yo entonaba
no hay diablo que se resista.
Atahualpa en sus verdades
dejaba libre de dudas
no te metas en el monte
si no ha salido la luna.
Estribillo
Quien deshojará el destino
camino a la salamanca
en la flor que el mismo diablo
dejó prendida en mi alma.
Ya tentado con la idea
de confirmar el hechizo
a la fiesta que empezaba
me despaché sin permiso.
El mandinga me insistía
para ganarse el aprecio
todo es tuyo, nada es mío
si el alma no tiene precio.
Siempre pa’ los carnavales
y cuando hay luna creciente
por machao y confianzudo
la cuenta tengo pendiente
Estribillo
Quien deshojará el destino
camino a la salamanca
en la flor que el mismo diablo
dejó prendida en mi alma.
Daniel Alberto Casas