molinum nº 48 - enero 2015

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M LINUM REVISTA DIGITAL DE ACEM - Nº 48 - ENERO 2015 ®

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Nº 48 de la revista MOLINUM, correspondiente a enero de 2015.

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Page 1: Molinum nº 48 - Enero 2015

M LINUMREVISTA DIGITAL DE ACEM - Nº 48 - ENERO 2015

®

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www.molinosacem.com

[email protected]

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MOLINUM es un elemento de difusión de ACEM, la Asociación parala Conservación y Estudio de los Molinos. Con esta revista digital, decarácter divulgativo, científico y cultural, queremos fomentar nuestralabor de conservación, estudio, protección y difusión del patrimonioformado por los ingenios tradicionales y la cultura y el paisaje que losrodea.

Edita:ACEM. Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos.

Director:Pedro Jesús Fernández Ruiz

Consejo Editorial:Koldo LizarraldeLuis AzurmendiJosé María Izaga

Descarga de la revista:www.molinosacem.commContacto y envío de trabajos:[email protected]

Depósito Legal: ZA-186/2013 ISSN:2255-5188

MOLINUM no se identifica necesariamente con las opiniones y co-mentarios de los respectivos autores. La reproducción del contenidode la presente revista necesitará el permiso de los autores.

Imagen de portada: Ferreria Yseca, Luis Azurmendi.

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Ferrería de Cades (Cantabria).Fotografía: Luis Azurmendi.

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SUMARIO

Editorial ....................................................... 7

Artículos

Contratos de arrendamiento de las ferreríasAzcue en los siglos XVII y XVIII, Koldo LizarraldeElberdin ...................................................... 9

Las ferrerias, noticias sobre las máquinas hi-dráulicas para fabricar hierro, Luis Azurmendi yÁngeles Gómez Carballo ............................ 15

Ingenio hidráulico de laminar metal y acuñarmoneda en el Ingenio de Segovia, Jorge MiguelSoler Valencia ,Jose Mari Izaga Reiner y MiguelÁngel Moreno Asenjo ................................ 25

La fragua rural -Fragua de la Mata de Quin-tanar-, Jorge Miguel Soler Valencia ........... 31

El martinete de Riofrío (Loja, Granada),David Gómez ............................................. 35

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Los ingenios hidráulicos existentes en el términomunicipal de Val de San Lorenzo en el siglo de laIlustración, Pablo Zapico .......................... 41

Entrevista: Marta Zabala Llanos, directora de laferrería de El Pobal, Bizkaia por Jose Mari Izaga.................................................................... 45

Sección ACEMActividades propias ................................. 49

Noticias ...................................................... 51

Publicaciones ............................................. 56

Recordando MOLINUM ............................ 59

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Presentamos un nuevo número deMOLINUM, con el que consolidamosla etapa comenzada con la nueva di-rectiva de ACEM que ha tomado el tes-tigo al frente de la asociación.

Etapa que, como en muchas de las en-tidades no lucrativas y del tercer sec-tor, no está exenta de dificultades ytrabas, tanto en la falta de ayudas delsector público, como en la participa-ción y voluntariado de los miembrosde las asociaciones.

Una asociación no puede salir ade-lante solo con el esfuerzo de sus direc-tivos, sino que para poder mantener yconsolidar una trayectoria, se hace ne-cesaria la aportación y colaboraciónde los socios. Dedicación que no tieneque suponer una carga para unospocos, sino que puede ser la suma depequeñas aportaciones de muchos, enla realización de actividades y publi-caciones, más allá de la asistencia aasambleas o congresos.

Es por ello que si quieremos mantenerlos proyectos que ACEM, en general, yMOLINUM, en particular, represen-tan, y que consideramos de total ac-tualidad y de comprobada necesidadcontinuar, es el momento de que losque formamos parte de estos proyec-tos mostremos nuestro compromiso enel empeño.

Queda trabajo por delante, tenemos elinventario de ingenios en marcha, conuna aplicación web al servicio detodos, el 10º Congreso Internacionalde Molinología en Segovia el próximoaño, las jornadas técnicas que vamosrealizando, el fortalecimiento de lasrelaciones con la comunidad molinerahispanoamericana, así como articularel funcionamiento regional de ACEMcon los grupos de socios formados ypor formar.

Son muchos e importantes retos. peroque como esta entidad ya ha demos-trado en el pasado, podemos ser capa-ces de afrontarlos, así como de seguirfomentando y apoyando a las accionesconcretas que vayan surgiendo en de-fensa de los ingenios tradicionales.

Ingenios tradicionales, en este caso losrelacionados con el agua y los metales,que son protagonistas de este MOLI-NUM número 48. Ferrerías, forjas,martinetes, ingenios de laminar yotros ejemplos de nuestro patrimonio,que en los artículos de los colaborado-res muestran una vez más la actualidadde la investigación y el estudio quenos ocupa.

Ingenios perdidos, algunos, de los queno debemos perder también la memo-ria, y otros recuperados, que con vo-luntad y acierto, sirven para mostrar a

Editorial

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las nuevas generaciones el testimoniode un trabajo, de un patrimonio y deuna forma de vida. En esta línea, la di-rectora de la ferrería de El Pobal nosexplica esta labor en la entrevista deeste número de MOLINUM.

Encontramos en la sección de ACEM lacrónica de la reunión de la directivaen Noja, que además de la reflexión yel debate sobre la asociación, fueacompañada de las visitas a molinos,conociendo el aprovechamiento de lasmareas, así como de una singular can-tera, todo ello acompañado del dis-frute gastronómico con el que reponerfuerzas para las visitas.

Importantes noticias recogemos tam-bién en este número, comenzando porel merecido reconocimiento que nues-tro anhelado presidente fundador,Antxon Aguirre, ha recibido con elPremio Manuel Lekuona de la Socie-dad de Estudios Vascos - Eusko Ikas-kuntza.

Reconocimiento que nos tiene quealegrar, además doblemente, tanto porel valor a la trayectoria de investiga-ción molinológica y al frente de ACEMde Antxon, como por los apoyos quenumerosos miembros de nuestra enti-dad y otras asociaciones hermanasavalaron en su candidatura.

Como en anteriores números, las noti-cias se completan con una variada ac-tualidad, desde los proyectos de

inversión y recuperación de ingeniosmolineros, a la destrucción, desapari-ción o amenaza a otros elementos denuestro patrimonio, así como de actos,conferencias y expedientes de protec-ción legal de bienes culturales.

Quedamos a disposición de todas lasasociaciones, grupos locales y colecti-vos territoriales, para reflejar los suce-sos y novedades que se producen encada momento.

Como también seguimos abiertos atodos aquellos que quieran remitir sustrabajos e investigaciones, que encon-trarán, como siempre hemos hecho, enesta revista su propia casa.

MOLINUM seguirá presentándose a lacita con sus lectores, como órgano dedifusión de ACEM, una revista por ypara sus socios, que espera también deellos, de vosotros, la colaboración ydisposición que cada uno podáis apor-tar.

MOLINUM.

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Contratos de arrendamiento de las ferrerías Azcue en los si-glos XVII y XVIII.

Koldo Lizarralde Elberdin.

La ferrería de Azcue la vieja estaba situadaen territorio de Belauntza, se trata de unavilla que pertenece al territorio histórico deGipuzkoa y emplazada en la comarca de To-losaldea. Situada en la ladera del monte Itu-rregai y desde donde se pueden divisarmontes como Ernio, Otsabio y Uzturre. Estapoblación se unió a Tolosa en1374 siendo en-tonces denominada como Universidad deBelaunza y en 1802 se constituyó como Villa.En el recuento de habitantes realizado en el2012 dio como resultado que eran 281 el nú-mero de ellos. Hoy en día existe la calleAzcue situada en los límites con Ibarra ymuy cerca del río Elduaien, que es unafluente del Oria.

Ferrería y molino de Yarza Beasain (foto Koldo Li-zarralde)

Los primeros antecedentes históricos deesta ferrería los encontramos en el libro pu-blicado por Luís Miguel Díez Salazar Fer-nández.1 Según las referenciasdocumentadas por Salazar, apuntan a que setrata de una ferrería construida a mediadosdel siglo XVI, cerca del caserío Azcue pero

en terreno de Belaunza. También señala quedebido a la fecha de construcción no se ha-llaba inscrita en el memorial de ferrerías de1497. Como dato que lo ratifica presenta elarrendamiento de 1546, año en el que Mar-tín de Aramendi se hizo con el contrato. Ensu exposición da más datos sobre propieta-rios y arrendamientos.

Al hilo del trabajo realizado por Salazar, seha encontrado un documento que nosmuestra el contrato de arrendamiento deesta ferrería que data del 26 de octubre de1688. Momento en el que Pedro Gomendionecesitó imperiosamente hacerse con elcontrato de esta ferrería y al estar viviendoen Belauntza y la propietaria Ana MaríaBeyztegui y Egoza, viuda de José Aguirre re-sidir en Placencia de las Armas, necesitó ex-tender un poder ante el escribano deElduayen, (villa cercana) para que su esposaGracia Sagastume le pudiese representar,trasladándose hasta Placencia, entregar elpoder al escribano propuesto por la dueñay de ese modo acordar la manera de proce-der entre ambas partes al redactar el con-trato.2

Presa de la ferrería y molino de Bengolea Gisabu-ruaga (Bizkaia) (foto Koldo Lizarralde)

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1 DÍEZ DE SALAZAR FERNÁNDEZ, Luís Miguel “FERRE-RÍAS GUIPUZCOANAS, Aspectos socio-económicos, labo-rales y fiscales (siglos XIV-XVI). Edita.- Fundación Social yCultural KUTXA 1997 (edición preparada por AYERBE IRI-BAR, María Rosa.) 2 AHPG- GPAH 1-3850 D 93

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Un día después se procedió a la presenta-ción de las condiciones que la dueña im-puso para que la esposa de Pedro pudiesevalorar y al mismo tiempo imponer sus pro-pias alegaciones. Estando ambas mujeres enpresencia del escribano en la localidad dePlacencia, la propietaria mostró su voluntadpara que su casa y ferrería de Azcue la viejaprovista de ingenios y calces, más unahuerta ubicada entre los calces y un caminovecinal, otra tierra donde estaban plantadosvarios robles y el manzanal situado sobre lapresa de la propia ferrería, fuese arrendadapor Pedro Gomendio, experto en la fabrica-ción de hierro y chapa, como maestro queera y que ante la imposibilidad de acudir afirmar el contrato, le representó su esposa.El tiempo estipulado en esta ocasión fue de6 años, tiempo que comenzaría a correr eldía de San Miguel del siguiente año.

Acto seguido la dueña le pidió 140 ducadosanuales en dinero, para pagarlos en dos pla-zos al semestre, dinero que se debía entregaren la villa de Placencia, lugar donde residíala propietaria, así como los cuatro caponesque anualmente le impusieron como renta.De no cumplir con lo pactado respecto a larenta, se le reclamaría por vía de apremio ycostas.

Después comenzaron a diseñar las condicio-nes para el cuidado de los bienes arrenda-bles. Era obligatorio el buen trato que debíaprestar tanto a la ferrería con sus instru-mentos, como a las propiedades citadas, te-niendo en cuenta que de producirse unaavería por dejadez, ocasionando reparacio-nes no previstas, las tenía que abonar él y sele sumarían las costas.

El siguiente aspecto a desarrollar fue elmodo de proceder con los instrumentos allíinstalados, siendo el matrimonio obligado allevar a la ferrería sus propios barquines

para que pudiesen funcionar alimentandolas dos fraguas. Con la premisa de tener queabonar el costo de su instalación.

Otro de los puntos a tener en cuenta por elmatrimonio, hacía referencia a las repara-ciones ordinarias que pudiesen surgir en laferrería, calces, antepara o presa, que solíanser consideradas como menores, era cues-tión que el maestro tenía que responder consu trabajo y su dinero.

Exterior de la ferrería Azcue de Ibarra. KUTXA-FO-TOTEKA Fondo Marín. Pascual Marín 1920KUTXA_MACA_B_5689_7-134-001

Posteriormente la propietaria se compro-metió a construir a su costa, una nueva an-tepara para el verano de 1689 y para ellocontaba con el dinero que tenía que cobrardel primer plazo del arrendamiento. Peroentonces surgió la advertencia de Gracia Sa-gastume, de que si las obras no estuviesenconcluidas en la fecha indicada y sufriesenuna demora, no lo aceptarían y en conse-cuencia no se le abonaría el siguiente plazo.

Por otra parte, la propietaria estaba obli-gada a cubrir los gastos de las obras consi-deradas como nuevas, al estar insertas en losdominios troncales y también aquellas de-nominadas como mayores.

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Entonces al escribano indicó a la propietariaque si el matrimonio cumplía con todo lopactado, no les podía obligar a abandonar laferrería, aunque recibiera una mejor ofertapor el arrendamiento durante el periodopactado. Luego se dirigió a la representantepara señalar que una vez firmado el con-trato presentado, ya no se podían echaratrás y dejar la ferrería, pues la renta la ten-drían que seguir abonándola hasta el cum-plimiento del contrato.3

Una vez presentadas las condiciones delcontrato de arrendamiento y estar ambaspartes de acuerdo, se procedió a la estampa-ción de firmas, la propietaria lo firmó y larepresentante al no saber escribir, ante tes-tigos lo aceptó y uno de ellos lo firmó de suparte. Desde ese mismo instante las dos par-

tes, se comprometieron a cumplir todos losaspectos reflejados en las condiciones delcontrato. 3

De nuevo va a ser Placencia la localidaddonde se produjo un nuevo contrato dearrendamiento en marzo de 1791, pero estavez de una ferrería a la que se la denomina

Azcue pero situada en la localidad de Iba-rra, lindando con territorio de Belaunza.Volvemos a recurrir a Diaz de Salazar, quienla denomina como Ibarrola, quien a su vezcita a Lope Martinez de Isasti, dado que en1625 anunciaba una pequeña ferrería paratodo género de cosas de cobre.

Interior de la Ferrería “AZCUE LA MAYOR” deno-minada también “PERTZOLA” KUTXA-FOTOTEKA.Fondo Marín. Pascual Marín 1917.

1123 AHPG-GPAH 1-3850 D-94- 27/10/1688

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Fue de nuevo en Placencia donde ultimaronla bases para un nuevo contrato de arrenda-miento para esta ferrería en marzo de 1791,aunque en esta ocasión el edificio lo situa-ron en la localidad de Ibarra, jurisdicciónde villa de Tolosa y se la describe como Fe-rrería de Azcue. Todo se debió al producirseel fallecimiento del matrimonio propietariode la ferrería de Azcue Juan Francisco Men-dizábal Azcue y Polonia Heredia, vecinos deTolosa. En sus últimas voluntades, a sus cua-tro hijos menores de edad, se les adjudicóun tutor para que administrase los negociosde la familia, nombramiento que recayó enJosé María Lardizabal, que por entonces seocupaba de la dirección de la Real Compa-ñía de Filipinas y por consiguiente la de laReal Fábrica de Armas de la villa de Placen-cia.Aunque la ferrería ya estaba arrendada aAgustina Yminarrieta, se empeñó en prepa-rar un nuevo contrato y de ese modo prestarun buen servicio a los huérfanos, por lo que

consideró oportuno conseguir que esta fe-rrería siguiese su proceso de producir hie-rro y chapa para lo cual lo preparó paraotros cuatro años.

Además de la ferrería en el arrendamientotambién entraba una huerta y la heredadque le pertenecía. El maestro interesado enhacerse con el arrendamiento fue un vecinode Areso, localidad cercana pero pertene-ciente al Reino de Navarra, de nombre Vi-cente Castillo, quien accedió a comenzar adirigir los destinos de la ferrería a partir deldía de San Miguel (29 de septiembre) de1791. Dado el interés mostrado por ambaspartes fue necesario plasmar ante notariouna serie de normas a las que atenerse encada momento.

Interior de la Ferrería “Azcue la Mayor” de la loca-lidad de Ibarra. KUTXA- FOTOTEKA, fondo Marín.Pascual Marín 1917. KUTXA_MACA_B_5717_40-795-001.

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En principio aceptaron que el contrato du-rase cuatro años y que anualmente Castillopagase 210 ducados por ello. El nuevo inqui-lino tenía que recibir la ferrería en las me-jores condiciones de uso y después de quelos expertos analizasen el estado en el queAgustina estaba obligada a dejarlo. De igualmanera se analizaría su estado una vez con-cluido el contrato al que Castillo estaba li-gado, pero abonándole las mejoras que losexpertos reconociesen haberlas efectuado.

En el caso de que Castillo considerase opor-tuno cambiar algunas piezas para el mejorfuncionamiento de los instrumentos, élmismo tendría que hacerse cargo, sin poderpedir responsabilidad alguna al otorgante.Del mismo modo estaba obligado ha hacersecargo del retejo de todo el edificio, conside-rando que las carboneras se encontraban enlas mejores condiciones de uso.Sin embargo de las obras derivadas de in-cendios, destrozos en la presa, antepara oestolda debido a la fuerza del agua en lascrecidas de los ríos, la representación de loshuérfanos tenía que hacerse cargo de losgastos.

También acordaron que siempre que fuesenecesario cambiar los tablones de las ante-paras debido al deterioro por el uso, cuandono superasen los 20 reales cada uno de ellos,su importe lo pagaría Castillo. El otorgantesería el responsable de que las obras a reali-zar, se efectuasen en los plazos convenidosy bajo los precios asignados por los expertosen cada caso.

Revisado el contrato por ambas partes sepusieron de acuerdo y lo firmaron, no sinantes recordarle a Castillo, que en el plazode tres meses de la firma, su compromiso depresentar los avales necesarios para que lospagos se produjesen de manera acordada. Alhaberlo firmado, no podía abandonar la fe-

rrería en el plazo indicado para no ser per-judicado por las costas y daños que de ellose derivase.

Por su parte Pascual Madoz en su Dicciona-rio indica que en Belaunza sobre 1860, exis-tía un molino harinero y un martinetedonde se elaboraba calderas, alambiques yotros utensilios de cobre, trabajo que desa-rrollaban más de veinte personas.

Por su parte Juan Garmendia Larrañaga ensu libro “La ferrería Azcue la Nueva o Pert-zola en la villa guipuzcoana de Ibara” . Setrata de un interesante estudio histórico et-nológico y entre sus páginas observamos eltrabajo que desarrollaron los maestros en elarte de la fabricación de utensilios de cobrey un apéndice con el aprovechamiento de lapresa para la consecución de energía eléc-trica.

Al no quedar restos de esta ferrería y haypersonas interesadas en ver como funciona-ban estos centros de trabajo, pueden ha-cerlo visitando la ferrería Agorregi que seencuentra en Aia (Gipuzkoa). Estos son losdatos sobre contactos y horarios.

HORARIOS:

Julio y SeptiembreViernes, sábados, domingos y festivos: 10.00- 14.00 h

AgostoDe martes a domingo: 10.00a 14.00 h

Resto de añoDomingos y festivos: 10.00 a 14.00 h

Visitas guiadas gratuitas a las 11.30 de la ma-ñana (conviene avisar con antelación)

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Ferrería de Agorregi en Aia (foto Antxon Aguirre)

Próximos a Iturraran Parketxea se encuen-tran la ferrería y los molinos de Agorregi.Para llegar a este complejo se accede a piepor las sendas que parten o bien desde elaparcamiento de Iturraran (coordenadas: X568369, Y 4789093) o desde el situado en lascercanías del caserío de Manterola (coorde-nadas: X 569108, Y 4789747).

Los Departamentos de Cultura y Euskera dela Diputación Foral de Gipuzkoa han recu-perado estas instalaciones hidráulicas cons-

truidas en el siglo XVIII,pudiéndose ver en la actua-lidad en funcionamiento.

Desde la Edad Media se havenido utilizando el aguaen Euskal Herria como ge-nerador de energía. Segúnla información recogida, laferrería pertenece a estaépoca, estando en posesióndel Señor de Laurgain. Losprimeros datos la sitúan acomienzos del siglo XV. Erauna ferrería mayor dondese conseguían los tochos dehierro que luego se lleva-ban a las ferrerías menoresdonde los forjaban. Las ma-terias primas para conse-guir el hierro eran: elmineral de hierro, el car-bón vegetal y el agua de losríos. En cambio en los moli-nos se conseguía harinamoliendo grano de trigo ymaíz.

La originalidad de Agorregireside en el aprovecha-miento del agua. En la reno-vación efectuada en el siglo

XVIII, las anteparas (depósitos de agua)están situadas a distintos niveles de altura,consiguiendo con ello que el agua sea utili-zada una y otra vez, y así poder paliar elproblema de la escasez de caudal.

Contacto:

• Tel: 943 83 53 89•[email protected]

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Las ferrerias, noticias sobre las máquinas hidráulicas para fa-bricar hierro.

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Luis Azurmendi yÁngeles Gómez Carballo.

IntroducciónAún hoy día en lugares recónditos, junto alcauce de los ríos o en la costa encontramosrestos de antiguas máquinas y edificios que,hoy en ruina, invadidos por la vegetación,anegados por las aguas o aterrados por se-dimentos, delatan una antigua actividad deépocas pasadas.

Cuentan que, en aquellos lugares, se oía elprofundo eco de un trepidante sonido: erael incesante golpe de unas enormes máqui-nas hidráulicas que no cejaban su colosalritmo ni aún por las noches; tan es así que,en algunas descripciones literarias, como enel Quijote se relata que “…ese ruido acompa-sado que una noche inquietó a D. Quijote…” re-firiéndose a un batán o sentenciaspopulares como que “gruñe más que el go-rrón de una noria…” aludiendo al roce demaderas al girar las norias. En Jaun de Al-zate, Pío Baroja relata cómo los ferronescantan un estribillo: “¡Dale, Machin! ¡Resuenede día y de noche nuestra canción del martillo:tin tan,tin tan!...en la ferrería derrumbada…en donde al golpe del martillo brillan constela-ciones de chispas.”

Se trata, efectivamente, de antiguas instala-ciones y edificios para albergar las máquinashidráulicas que fueron utilizadas para la ob-tención de la mayoría de los productos ne-cesarios para la vida cotidiana: lasherramientas para trabajar las tierras, o paratalar los bosques, serrar maderas para cons-truir los edificios o barcos, fabricar lasarmas para la confrontación bélica, moler

los granos en los molinos para la alimenta-ción, fabricar el papel, o la ropa o para regarlos campos donde el agua de los cauces noalcanzaba las tierras cultivadas.

En los valles de las cordilleras Cantábrica yPirenaica, junto a ríos y bosques encontra-mos canales y alineaciones de arcos en pie-dra de sillería, muros ennegrecidos porantiguos humos de fuegos alimentados concarbón de leña y restos de escorias y mag-mas de hierro fundido. Los tradicionales ca-minos de acceso y los muros de edificioscercanos entrelazan sus aparejos o mam-puestos de color gris alternado con negras“ripias” de escoria. Son testimonio de las an-tiguas fábricas de hierro denominadas fe-rrerías.

Ruinas de una ferrería en Cossio, Cantabria. Foto:Luis Azurmendi.

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Ferrería de Cades, Cantabria. Foto: Luis Azurmendi.

La obtención del hierro El hierro se encuentra en la naturaleza com-binado con el oxígeno formando óxidos demuy diferentes características. El hombrecomprendió que, para obtener el preciadometal, era necesario separar el hierro deloxígeno. Para ello se necesitaba un elementoávido del oxígeno y que, al combinarse conél, se consiga desprender del hierro. Esteelemento es el carbono, abundante en elcarbón mineral o en el de madera. Para lo-grar la reducción se necesita la presencia dealtas temperatura en un crisol u “hornobajo” donde se acumulaba el mineral. Unacorriente de aire propiciaba ese aumento detemperatura: primero se utilizaron corrien-tes naturales o “aixeolas” para después uti-lizar fuelles y otros mecanismos mássofisticados (máquinas hidráulicas). El pro-ducto final era una masa pastosa que, en unasegunda fase, debía compactarse, despren-derlo de impurezas y moldearse.

Así pues, hay tres elementos fundamentalespara conseguir hierro: la obtención del mi-neral en la naturaleza, la obtención del car-bón (inicialmente elaborado en losbosques), y las técnicas apropiadas para au-mentar la temperatura y fundir el metalpara después moldearlo.

La localización. Valles, ríos y bosques.Como consecuencia de la revolución ener-gética en época medieval, carbón y agua, ycon la utilización de la rueda hidráulica seproducirá un importante cambio en la loca-lización de estas industrias. Ahora se situa-rán en los cursos de los ríos en el fondo delos valles y no en las montañas como pareceque se situaban anteriormente. Las nuevasindustrias del hierro se desplazaron cercade los ríos donde aprovechar las aguas y delos bosques que proporcionaban la sufi-ciente madera para obtener el carbón paralos hornos y situándose más cercanas a losnúcleos urbanos.

Esta evolución técnica y de organización te-

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Minas y ferrería de Valckenborch (1574)

rritorial coincide con un nuevo modelo deasentamientos de población: es el momentode la fundación de las villas y de las bastidas.Entre el campo y las villas amuralladas se iráproduciendo una notable y diferente espe-cialización de funciones. El campo suminis-tra las materias primas para la construcción,la alimentación y la energía. Así, pues, ya te-nemos los condicionantes geográficos de laorganización territorial: un campo, elmedio rural, como reserva energética, bos-ques, ríos y suministro de mineral de hierro;las villas, el medio urbano, delimitadas conmurallas defensivas y, en su interior, lospuertos, el comercio y los gremios de arte-sanos.

Pero será el hierro, la obtención del mineral,su distribución y comercio, lo que propor-cionará una peculiaridad al litoral cantá-brico y, en general, al atlántico europeo. Laobtención del mineral, las minas, se concen-tra en muy pocos puntos del litoral dondese obtienen con facilidad, en cantidad y,además, de gran calidad. Desde allí, desdelos puertos de embarque del mineral, se dis-tribuye por vía marítima a las diferentes fe-rrerías cercanas a la costa, jalonándose elCantábrico de pequeños puertos de riberode carga y descarga y de almacenes o lonjasdonde se almacenaba y, en ocasiones, se ne-gociaba la venta de los productos manufac-turados de hierro.

Barco en el puerto de Limpias, Cantabria.

El comercio marítimo del hierroEn el Cantábrico, desde Galicia a Aquitania,se da la circunstancia de que la mayoría delsuministro del mineral a las ferrerías se hacedesde las minas de Triano y Galmanes en Viz-caya y de Peña Cabarga en Santander. Esta si-tuación litoral del suministro condicionarátambién la localización de las ferrerías enlugares cercanos y accesibles desde la mar adonde se transportaba el mineral en pinazasy bataches. Es decir: que el último condicio-nante para la localización de las ferrerías dellitoral, además de la abundancia de maderay agua, es la cercanía al borde de las rías deforma que la marea permita la utilizacióncomo puertos fluviales lugares apropiadoscercanos a los centros de producción.

Existía desde entonces una amplia red decabotaje que terminaba en una navegacióninterior, de la cual tenemos noticias de nu-merosos accidentes y naufragios en los fon-dos de rías y marismas.

El hecho de que la vía marítima sea la utili-zada para el transporte de la vena de mine-ral y de los productos manufacturados dehierro, proporciona una intensa relaciónentre los puertos atlánticos. Desde tierrasflamencas hasta la costa gaditana se exten-derán las noticias del comercio del hierroproducido en el cantábrico. Se creará así unvínculo estable entre los diferentes pueblos

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no solo de la región cantábrica sino de todoel litoral atlántico europeo.

Por eso en estas regiones se desarrolló unaamplia cultura del hierro y su comercio quese mantuvo durante siglos y que, aun per-diendo con el tiempo la hegemonía de suobtención y transformación, mantendrávivos los procedimientos artesanales por laexcelente calidad del producto obtenido. Por otro lado los productos acabados o sim-plemente el hierro para laboreo posterior estrasladado a los puertos atlánticos en barcosque siguen la ruta de las lanas y otros pro-ductos de exportación. Ello se debe a que,por elevado peso, el hierro se utilizará comolastre de las naves proporcionando así unvalor añadido a la travesía.

Plano de Rutas Europeas de hierro y lanas. LuisAzurmendi y Ángeles Gómez.

De ahí que en relación a la elaboración y co-mercio del hierro se diese un doble despla-zamiento. Por un lado los comerciantes ynavieros extendieron su influencia fun-dando organizaciones comerciales consedes y lonjas en puertos lejanos. Hay querecordar aquí la existencia en Nantes de im-

portantes agrupaciones mercantiles de co-merciantes y financieros procedentes de Es-paña que constituyeron lo que se denominólas Capillas de los Españoles que ejercieronun poderoso poder económico en la ciudad.O en la ciudad de Brujas, donde existían en-tidades urbanas denominadas “naciones”donde se trataba la comercialización delhierro obtenido en Vizcaya. Por otro ladoartesanos especializados, los ferrones y car-boneros, trabajarán en nuevas instalacioneslejos de sus tierras; serán los de origenvasco, los que abrirán nuevas rutas de ofi-cios trashumantes en todo en el norte pe-ninsular.

Notas sobre las noticias históricasEl MedievoHay que remontarse a la época medievalpara encontrar las primeras noticias de losfueros como los del valle de Herrerías(valle del río Nansa) o los de Cerain en Gui-púzcoa En otros fueros, como el de Oiarzun, en 1290, se citan explícitamente ferreríasde agua en contraposición con las ferreríasde aire lo que determina una aproximacióna la fecha originaria de la utilización de laenergía hidráulica para lo obtención delhierro.“En toda Europa los martillos de forja mo-vidos por agua testimonian una nuevaépoca: Estiria (1135), Normandía (1204) Sue-cia 1224) Moravia (1269) jalonan la apariciónde mazos de agua , que permiten forjar pie-zas de grandes dimensiones y de geometríadelicada como anclas de buques o rejeríasartísticas.”

El hierro y las abadías medievalesLas abadías cistercienses de los monjes blan-cos se extendieron por los territorios ale-jados de las rutas comerciales y de lasciudades. Este hecho tendrá gran importan-cia en la difusión de la tecnología; necesita-ron una nueva relación con la naturaleza

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que la colonizaron con técnicas que veníanheredadas del mundo clásico. Entre el “oraet labora” construyeron molinos, ferrerías,batanes, norias y regadíos difundiendo lautilización de la energía hidráulica.

En Francia fueron las abadías cistercienseslos mayores difusores de las técnicas meta-lúrgicas. Cada abadía, según cita de JeanGimpel, disponía de su propia “fabrica”como son los ejemplos de Fontenay y Ro-yaumont. En la Champaña la abadía de Cla-raval, desde 1250 y hasta el siglo XVII losmonjes cistercienses fueron los mayoresproductores de hierro. Además las escorias,ricas en fosfatos, se utilizaban para fertilizarla tierra con lo que se combinaba un circuloproductivo (Eso explica cómo, aún hoy día,los lugares donde existieron ferrerías tienenuna exagerada vegetación forestal o agrí-cola).

Abadia de FONTENAY

A principios del siglo xv en Aquitania, exis-tía la Ferrería de Arrugoz que regentaba laorden de San Salvador de Urdax. Pues bien,esta ferrería recibía gran cantidad de cargasde mineral de hierro que provenía de Somo-rrostro y que desembarcaba en el embarca-dero de Askain. Parece que los cargamentosde hierro embarcaban en Portugalete haciala costa de Aquitania. Y desde allí, por tie-rra, la transportaban a la zona pirenaica.

En la iconografía de los templos románicosaparecen descripciones de las escenas coti-dianas en capiteles y ménsulas o canecilloscomo es el caso de los oficios entre los queencontramos los molineros y los herreros.

De los Códices a los libros impresos: el Re-nacimientoOtro aspecto de conocimiento de las ferre-rías y los procedimientos de obtención delhierro son los tratados ilustrados que apa-recen fundamentalmente a partir del Rena-cimiento y en especial a los grandestratadistas como Il Taccola, Leonardo daVinci o Agrícola.A mediados delsiglo XV Ma-riano di Ja-copo, apodadoIl Taccola,inaugura laserie con eltratado deno-minado delLiber Tertiusdonde ya apa-recen máqui-nas muyevolucionadas.

Dibujo de Taccola

En el siglo XVI Agrícola escribe “De Re Me-tálica”, uno de los tratados más completossobre metalurgia conocidos hasta el mo-mento. Este tratado tiene singular impor-tancia por cuanto significa que, por primeravez, para la difusión de tratados técnicos seutiliza la imprenta, método que permite laedición “en serie” y la popularización de latecnología y amplia difusión territorial. Noes extraño por tanto que en las bibliotecasde ilustres arquitectos e ingenieros de laépoca aparezcan libros y tratados de tecno-logía y se popularicen con el sugestivo títulode “teatro de las máquinas”.

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Dibujo de Agrícola

El RenacimientoEn relación a la fabricación del hierro y losartificios hidráulicos, sabemos que Juan deHerrera, arquitecto de El Escorial, supervisóel montaje de las maquinas alemanas en laCasa de la Moneda de Segovia, la construc-ción del molino de la Compaña en el Esco-rial, así como numerosos canales, presas,azudes, acompañando el histórico y frus-trado inicio de la navegación fluvial ennuestro país. Mantuvo también un empeñoempresarial con la construcción del deno-minado “Ingenio” que era una “fandería” otaller de laminación de hierro. Tras un in-tento previo de su instalación en Movellan,en tierras de “La Montaña” donde se crió entorno al trabajo de la ferrería que poseía su

familia en aquel lugar, quedó instalado enla localidad de Berna en Vizcaya.

Molino de La Compaña

Dibujo fanderia

La Ilustración.La influencia francesa en nuestro país su-pondrá un verdadero cambio ideológico enmuchas áreas de nuestra sociedad de formaque la razón, el espíritu científico de la Ilus-tración, también se instalaría en ampliossectores sociales de nuestro país. Algunos aspectos que fueron influidos porlas nuevas tendencias son las novedades téc-nicas de la fabricación del hierro, la nuevapolítica naval, la ciencia hidráulica comodesarrollo energético y la Enciclopediacomo unificación de ciencias artes y oficios.René Reamur con su obra “El arte de con-vertir el hierro forjado en acero y el arte dedulcificar el hierro fundido” (1722) revolu-cionó los conceptos de la fabricación delhierro, inaugurando una nueva disciplina

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la “metalurgia” e incorporando el conceptodel acero, de más y mejores cualidades,como alternativa al hierro tradicional.

El avance de las técnicas hidráulica comoutilidad energética quedó de manifiesto en1737 con la publicación del libro BernardForest Belidor “Architecture hydraulique”.Casi de forma simultánea, en 1736, se editael libro de Villareal de Berriz “Máquinas Hi-dráulicas de Molinos y Herrerías y Go-bierno de los montes y árboles de Vizcaya”,un verdadero compendio científico, propiode los “novatores” quienes se adelantaron ala época de la Ilustración. Este personaje,asentado en Lequeitio, fue un activo empre-sario y técnico en muy diversas materiascomo los molinos, ferrerías, astilleros, navesy puertos.

Será en 1751 cuando se comienza a editar“Lénciclopedie ou Diccionaire raisonne dessciencies, des arts et de metiers”, obra de Di-derot, que contendrá abundantísima docu-mentación en materias técnicas defundición y fabricación de hierro y que seráel más significativo paradigma del movi-miento “la Ilustración”.

Dibujo de Diderot Ferreria

En 1750 otro ilustrado, Juan Fernández deIsla, esta vez con base en el puerto de San-tander, se convertirá en el mayor asentista

naval de la corona construyendo un impor-tante número de navíos. También construiránumerosas ferrerías y molinos a lo largo detoda la costa de Cantabria.

En Galicia surgirá un proyecto de la manode Antonio Raimundo Ibáñez, que realizauna doble empresa: por un lado pone enmarcha una importante industria siderúr-gica con tres hornos altos en Sargadelos y,por otro, funda en 1778 la Real CompañíaNaviera que desde el puerto de Ribadeo co-merciará con toda la costa atlántica y el Bál-tico.

Por lo tanto a mitad del siglo XVIII se pro-dujo una expansión industrial y comercialen la costa cantábrica que marcó definitiva-mente el carácter integral de las actividadesdel cantábrico en torno al mar y a la side-rurgia.

Las sociedades de Amigos del Pais

Poco después, en 1774 y 1775, las teorías yprácticas “Ilustradas” se consolidan con laaparición de las publicaciones de Campo-manes con los sugestivos títulos de “Dis-curso sobre el fomento de la industriapopular” y “El discurso sobre la educaciónpopular de artesanos y su fomento”

Otro importante ilustrado, Jovellanos, im-primiría un especial ímpetu a las reformascon sus escritos y labor política. Entre mul-titud de temas de productividad y estructu-ras del campo, aquí nos interesa su defensade la liberalización del carbón mineral parasustituir al vegetal y cómo destacó la im-portancia del hierro en la civilización, en lasartes y en la guerra.

En términos generales, y respecto a la orga-nización del territorio, se pretendía recupe-rar un equilibrio de las actividades

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económicas que se perdió en siglos ante-riores. En cuanto a las mejoras en las indus-trias del hierro se intenta manufacturar enpropio país y exportar los productos manu-facturados y no exportar solo la materiaprima como se venía haciendo. Por otrolado se trata de modernizar los sistemas deproducción y los medios técnicos.

En el País Vasco Javier Mª de Munibe, Condede Peñaflorida, fue el artífice de la funda-ción de la Real Sociedad Bascongada deAmigos del País, en 1765, que desarrolló unaimportante actividad para la moderniza-ción de la industria del País Vasco. En Can-tabria se fundó la Real Sociedad EconómicaCantábrica de Amigos del País cuyo pro-yecto data de 1775 pero no fue aprobadohasta 1796 por la oposición de sectores delGobierno .

Breve descripción de una ferrería del sigloXVIII

El método para la obtención del hierro enlas ferrerías, método directo o de hornobajo, consistía en calentar el mineral de hie-rro a la temperatura máxima posible paraconseguir hacerlo maleable y dar la formarequerida.

El agua: presas, azudes y anteparasUna presa o “azud” desvía parte la corrientedel río hacia un canal por el que llega a laferrería ganando altura respecto al cauceprincipal dada su menor pendiente del re-corrido. Junto a la ferrería el canal se ensan-cha formando un depósito o “cambarao” o“antepara” en cuyo fondo existen dos ori-ficios con sendos tapones o “chimbos” que,accionados desde el interior de la ferreríapermiten la caída del agua sobre las ruedashidráulicas que moverán los barquines y elmazo controlando, además, el caudal utili-

zado para regular la velocidad de las máqui-nas.

Proyecto de restauración Ferrería de Cades. Dibujo:Luis Azurmendi.

Horno de calcinarEs la primera fase de tratamiento del mine-ral. Consiste en un primer calentamiento delmineral tras su trituración en hornos deno-minados de “ranguar la vena” que, primiti-vamente se hacía en hornos circulares ysobre arcos de material de desecho, similara las “calero”; a partir del siglo XVIII sehacía al aire libre. Esta operación permitíadesprender gran parte del agua e impurezasque contenía el mineral antes de pasar alhorno de reducción en el interior de la fe-rrería. La producción de humos era muyabundante, más que en la fase de reducción,lo que puede explicar la ausencia de chime-neas en la mayoría de las ferrerías.

El horno bajo o de reducciónEl mineral se colocaba en el horno bajocombinando capas de carbón vegetal y demineral de hierro previamente desmenu-zado. Iniciado el encendido del horno eranecesario conseguir una temperatura ade-cuada para aumentar su plasticidad quesolía alcanzarse aproximadamente los 1000ºC. La temperatura aumentaba insuflando

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oxigeno con dos grandes fue-lles o “barquines”de forma queel carbón absorbiese el oxí-geno del hierro y liberándoloen estado puro. Los operariosmaniobraban en el horno conhabilidad suficiente hasta con-seguir formar una masa pas-tosa moldeable, denominada“agoa” y de considerable peso.El horno bajo era de dimensio-nes reducidas (0,90.m x 0,90. m) de formatroncopiramidal y tenía un hueco de san-grado de escorias en lateral inferior haciadonde se dirige la inclinación del fondo cu-bierto en con una plancha de hierro.

Los barquinesLos fuelles o “barquines” podían ser decuero pero luego, siglo XVIII, se utilizaronde madera y otros por mecanismos como lastrompas hidráulicas o los de tipo cilíndricoincluso en ocasiones se citan barquines depiedra.

El mazo.Pero el proceso requería un nuevo trata-miento para conseguir una masa más homo-génea y libre de impurezas: la “agoa” sesacaba del horno y se colocaba en el yunquede un gran “mazo” que, golpeandola, loapelmazaba y desprendía de impurezashasta conseguir la forma de la pieza ade-cuada. El mazo tenía una longitud variablede hasta 4,5 m y la cabeza pesaba de 250 a 350Kg., que al golpear a una velocidad en tornoa 100 golpes/minuto producía un tremendoestruendo en el valle.

La operación terminaba a las 4 ó 6 horas conla obtención de “tochos”, “palanquilla”, opiezas finales, como clavazón de astilleros oherramientas agrícolas que se obtenían re-calentando el tocho y forjándolo en marti-llos más pequeños llamados “martinetes”.

Martillo de Cade. Dibujo: Luis Azurmendi.

Las ruedas hidráulicasBajo la “antepara” o embalse se encontrabanlas ruedas hidráulicas del mazo y de los bar-quines. Al levantar los chimbos el agua caíapor un canal forrado de madera, la “on-dasca” y golpeaba las palas de la rueda quegiraba prácticamente embutidas ente dosmuros de piedra. El giro de la rueda arras-traba un eje solidario de madera, o “árbol”;unas levas empotradas, o “mazuqueros”, le-vantaban la parte trasera del matillo, gi-rando en un punto de apoyo intermedio, la“boga”, hasta soltarlo y caer por su peso ygolpeando la “zamarra” sobre el yunque.Aún el borde del martillo seguía con im-pulso de forma que rebotaba en el suelo,“dendalarría”, aprovechando la energía deeste último impulso.

ResumenEn este pequeño trabajo, extracto de unlibro de próxima publicación, hemos refe-rido la historia y el funcionamiento de unaferrería del siglo XVIII. Hemos queridotambién, relacionar dicha actividad con elespacio territorial al que se vinculaba, comoson las minas, bosques, ríos y puertos.Hemos incidido más en el litoral cantábricopues la navegación de cabotaje y la fluvial,el comercio y transporte del hierro, aportannuevos datos al territorio que lo amplían,como patrimonio, más allá de nuestras fron-teras.

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Instalado e inaugurado un ingenio hidráulico de laminarmetal y acuñar moneda en el Ingenio de Segovia.Jorge Miguel Soler [email protected]é Mari Izaga [email protected] Ángel Moreno [email protected]

Hasta mediados del siglo XVI la transforma-ción de los metales para la elaboración demonedas y su acuñación eran procesos emi-nentemente manuales. Los lingotes de metal(llamados rieles) se convertían en láminasgolpeandolos con martillos de mano sobreun yunque ordinario. A partir de estas lámi-nas los trabajadores recortaban los discos ocospeles utilizando una tijera, también ma-nual, sin utilizar ningún tipo de plantilla. Fi-nalmente las improntas se marcaban en lasdos caras, anverso y reverso, utilizando doscuños previamente grabados a buril que segolpeaban con martillos.

Este método de trabajo originaba monedasde geometría irregular, con perímetro nocircular y espesor variable e imágenes gra-badas de forma deficiente. Las monedas debaja calidad facilitaban la falsificación y elfraude.

A mediados del siglo XVI se buscan formasde acuñar monedas de mayor calidad, lo quesignificaba homogeneidad en forma, espe-sor constante, perímetro totalmente circu-lar, y un buen grabado. Con ellas se podíanfacilitar los intercambios comerciales y me-jorar el aspecto de un simbolo del poder deamplia difusión.

A mediados de siglo XVI fueron desarro-llándose entre los orfebres artificios paraadelgazar y

obtener tiras de espesor uniforme lami-nando metales preciosos basándose en elproceso de hacer pasar el metal entre dosrodillos giratorios, dispuestos en situaciónparalela, que giraban en sentido inverso,con unas separación fija entre ellos. Se de-sarrollaron pequeñas máquinas manualeslaminadoras consistentes en un bastidor quemantenía en posición a los dos rodillos loscuales se hacían girar por medio de una ma-nivela.

Estos aparatos eran adecuados para innovarla fabricación de monedas, pero para la ela-boración de grandes cantidades era necesa-ria la aportación de una energía externa, seincorporó la hidráulica por medio de rue-das que proporciona la energía necesaria enforma de movimiento giratorio lo que a suvez permitió la construcción de máquinaslaminadoras de mayor tamaño con más ca-pacidad de producción.

En fechas 1551, fueron ofertados ingeniospara laminar basados en este principio mo-vidos por una rueda hidráulica que hacíangirar los rodillos a través de un mecanismode linterna y ruedas dentadas.

Dibujo procedente de una propuesta de construc-ción de un ingenio para laminar, Alemania, 1551. Ala izquierda la rueda hidráulica, a la derecha lasruedas dentadas de transmisión del movimiento.Los dos cilindros lisos son los rodillos de laminar.

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En 1567 se utilizaban en las cercanías de Ins-bruck, en el Tirol, ingenios para laminar yacuñar monedas por medio de rodillos uti-lizando como accionamiento motor tam-bién la energía hidráulica. Se ensayó conruedas de alimentación inferior, suponemosque de palas rectas, y de alimentación supe-rior de cajones o de gravedad, en amboscasos suponía la aplicación a un nuevo inge-nio de una fuente motora ya conocida.

Por otra parte la misma tecnología se aplicópara laminar chapa de hierro y cortarla entiras o flejes utilizando también la energíahidráulica como fuente motora, este ingeniose conocía con el nombre de fandería. Laprimera representación de un ingenio deeste tipo aparece en el libro de Jean He-rrand , Le Premier Livre des Instrumentsmathématiques méchanmiques, editado en1584.

Fandería o Ingenio para laminar y cortar chapa dehierro en tiras. Jean Herrand (1554-1610), Le Pre-mier Livre des Instruments mathématiques mécha-niques, editado en Nancy en 1584.

Para resolver los problemas que la acuña-ción manual de monedas originaba en suImperio, Felípe II solicitó a su primo el ar-chiduque del Tirol la venta de ingenios delaminar y acuñar moneda, que serían accio-nados por energía hidráulica. Tras diversasvicisitudes se decidió instalar una nuevacasa de moneda en Segovia. En octubre de1583 Juan de Herrera diseñó un conjunto deedificios específicamente concebidos para

albergar la nueva fabricación. La configura-ción de los edificios, la distribución enplanta del conjunto, su forma y estilo fueronconsecuencia del nuevo proceso importadoy de la utilización de la fuerza del agua paramover los nuevos ingenios.

Se aprovecho un azud existente en el ríoEresma que movía un molino de papel y seconstruyó un canal paralelo al cauce; lasruedas hidráulicas, y por lo tanto tambiéncada uno de los ingenios a los que iban uni-das, se dispusieron a lo largo del canal li-neal, en la misma secuencia u orden que elproceso de fabricación.

Para alojar a estas instalaciones Juan de He-rrera diseñó el edificio que las envolvía queresultó ser necesariamente también deforma lineal o alargado, paralelo al río y alcanal, una nave industrial.

En octubre de 1584 un grupo de técnicospartió de Hall hacia Segovia con los inge-nios despiezados y embalados en 25 cajas.Un inventario de la mercancía enviada seconserva en Hall, y es uno de los documen-tos que han informado el diseño del ingeniorecientemente construido. Las máquinas seinstalaron en Segovia en junio de 1585. Lasprimeras acuñaciones regulares se realiza-ron en marzo de 1586.

Pareja de cuños para cincuentin utilizados en Sego-via, de 64 mm de diámetro en el cilindro de graba-ción, existentes en el Museo Casa de Moneda, deMadrid.

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En 1592, llegó a haber un máximo de 11 in-genios de laminar y acuñar con 15 ruedas hi-dráulicas en funcionamiento simultaneo eneste Real Ingenio de Segovia. Tres ingeniosde laminar se mantuvieron en activo accio-nados por sendas ruedas hidráulicas hasta elaño 1866.

Para obtener el grosor final se podía pasarel metal hasta dieciocho veces. Cuando elriel o lámina de metal adelgazaba hasta elgrosor deseado se pasaba a otra máquina deoperativa similar, la de acuñación, con unoscilindros con las improntas de la cara y cruzde la moneda grabadas en su superficie, paralograr la acuñación. Cada ingenio estaba ac-cionado por una rueda hidráulica de 3,75metros de diámetro.

A nivel tecnológico el paso que se dio conestos ingenios es fundamental, lo lógico esque se evolucionará hacia un martillo me-cánico, trabajando por impacto, pero secambió totalmente el concepto, se pasó ahacerlo por laminación. La ventaja es que todas las monedas salíaniguales, era una máquina la que fabricaba,no era un operario con un martillo, por loque este sistema es, sin duda, con doscientosaños de antelación, la antesala de la Revolu-ción Industrial.

De la Casa de moneda de Segovia se hanconservado casi la totalidad de los edificios,así como la presa y parte del sistema de ca-nales aunque transformado. No ha llegadohasta nuestros días ningún resto de los inge-nios ni de las ruedas hidráulicas. Desde elaño 2007 al 2011 se ha procedido a la reha-bilitación de los edificios y del sistema hi-dráulico con objeto de convertirla enMuseo de la Tecnología de Acuñación deMonedas.

La Fundación Juanelo Turriano, ha mante-

nido una permanente colaboración con elAyuntamiento de Segovia, propietario de losedificios, orientada a la recuperación delReal Ingenio para su uso como Museo. Paraello financió en años anteriores la construc-ción de tres ruedas hidráulicas que se en-cuentran en funcionamiento movidas por elagua del río Eresma, que fueron diseñadas yconstruidas por los autores de este escrito. De nuevo la Fundación Juanelo Turriano haconsideró conveniente impulsar la recons-trucción de una nueva máquina a incorpo-rar al museo, tras la firma de un conveniocon el Ayuntamiento, encargó a los mismosautores de las ruedas la investigación, el di-seño y la construcción de uno de los inge-nios de laminar y acuñar moneda, fielreconstrucción de los que existieron en fun-cionamiento en la citada Casa de Moneda.A lo largo de 2013 y primera mitad de 2014se realizaron estos trabajos y el ingenio to-talmente montado y en perfecto funciona-miento ha sido inaugurado el pasado 21 deoctubre. Lo que se ha construido es una ma-queta a tamaño real de uno de estos lamina-dores instalados a partir de 1585 y que semantuvieron en funcionamiento hasta 1866(281 años)

Laminador existente en la Casa de Moneda de Po-tosi (Bolivia)

Las fuentes que nos han dado informaciónde como eran estos ingenios de Segovia y

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que se han utilizado para la construcción,han sido:• Restos arqueológicos en el Ingenio deSegovia, nos informan de las dimensiones.• Documentos procedentes de la Casade Moneda de Segovia, principalmente in-formes parciales de reparaciones.• Inventario de los ingenios traídos dela Casa de Moneda de Hall, Austria en 1585,y montados en Segovia. • Una maqueta de un ingenio de lami-nar existente en el Museo de Segovia, adonde llegó procedente de Casa de Monedade Segovia en 1871.• Plano de la Casa de Moneda deCuenca con sus ingenios de laminar (de1664), construida a imagen de la de Segovia. • Los ingenios de laminar existentes ac-tualmente en la Casa de Moneda de Potosí(Bolivia) que fueron construidos en Sevillaen 1750 adaptados a la tracción a sangre.• Los ingenios construidos hace una dé-

cada para el Museo de Hall (Tirol), que sonuna interpretación de los de Potosí. • Planos de los ingenios de laminar dela Casa de Moneda de Madrid (1770), cons-truidos siguiendo el tipo de Segovia peroadaptados a la tracción por caballerías.

A partir de las informaciones anteriores seha procedido a realizar el diseño hipotéticoy la construcción de uno de los ingenios delaminar, que se ha instalado en el mismolugar en el que estuvo uno de los originales.

Actualmente están construidos y en funcio-namiento los canales de madera que condu-

El ingenio construido y en funcionamiento en elmismo lugar de la Casa de Moneda de Segovia en elque estuvo instalado uno de los existentes a partirde 1585. La rueda hidráulica se situaba al otro ladodel muro detrás del ingenio, el eje o árbol quetransmitía el movimiento atravesada el muro por unhueco existente tras la rueda del centro, hueco novisible en esta imagen. Fotografía de los autores.

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cían el agua a las grandes ruedas hidráulicasverticales de 13 ½ pies (3,75 m) de diámetroque accionaban estas máquinas. No se haconstruido, hasta este momento, ninguna deestas ruedas hidráulicas por lo que inicial-mente el ingenio será movido por un motoreléctrico, aunque está preparado para aco-plarle su correspondiente rueda hidráulica.

Hemos podido concluir que los ingeniosconstruidos en Hall e instalados en Segoviacon accionamiento hidráulico tenían unaestructura formada por una rueda linterna,con 44 bolillos o travesaños, accionada di-rectamente por la mencionada rueda hi-dráulica montadas ambas sobre el mismoárbol horizontal, y por dos ruedas dentadascolaterales iguales, también de eje horizon-tal, y perpendiculares a la linterna, provis-tas de 40 dientes de madera. El diámetro delas tres ruedas es de 1,40 metros (5 pies cas-tellanos). Los travesaños de la linterna en-granan con los dientes de las ruedascolaterales y les transmiten el movimientode giro y estos a su vez a los rodillos de la-minar unidos directamente a su eje. Las dosruedas colaterales giraban en sentido con-trario, debido a la posición en la que estabanmontadas.

Infografía sobre dibujo de los autores, mostrandola rueda linterna en el centro, las dos ruedas cola-terales a ambos lados y entre ellos la caja que con-tiene los rodillos de laminar, en este caso sin laestructura soporte.

La rueda hidráulica tiene una velocidad defuncionamiento en régimen de trabajo delorden de 14 a 15 rpm, siendo la de los rodi-llos de laminar un 10% mayor. Las tres rue-das citadas disponen de cuatro radios enforma de cruz y un circulo formado porcuatro piezas o camones.

Los dientes de las ruedas colaterales son desección circular. Para su diseño, ajuste y en-trada en contacto suave con los bolillos delas linternas, se ha realizado el diseño de superfil por métodos gráficos utilizando unprograma de autocad con posiciones suce-sivas de las ruedas colaterales y linterna ge-nerando la envolvente de las líneas decontacto entre diente y bolillo. Simultánea-mente hay tres dientes en contacto. Los ejeso árboles de las tres ruedas son de madera,con sus extremos en gorrones de hierro in-sertados en dichos árboles.

Linterna con travesaños o bolillos y rueda dentadadel ingenio instalado en Segovia. Foto de los auto-res.

En el ingenio ins-talado el contactoentre los dientes ylos bolillos es muyajustado y el mo-vimiento se trans-mite consuavidad. Foto-grafía de los auto-res.

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Entre los colaterales se ha instalado una cajade rodillos de laminar, de acero siguiendoel modelo, composición, forma y dimensio-nes de las maquetas del Museo de Segovia.En su interior se acoplan los dos rodillos delaminar que son paralelos y con sus ejescontenidos en un plano horizontal, la sepa-ración entre ellos es regulable por medio dedos tornillos. Los ejes de las ruedas colate-rales accionan los rodillos que giran en sen-tido contrario. La introducción de losmetales a laminar o rieles, se efectúa por laparte superior entre los dos rodillos girato-rios que los arrastran y adelgazan, y la salidaes por la inferior.

Ingenio Caja de acero que contiene los rodillos delaminar, su separación es graduable por medio delos tornillos que se ven en primer plano. Foto de losautores.

La caja de rodillos se ha diseñado para unpar de rodillos de las dimensiones de losconservados en el Museo Casa Moneda deMadrid, esto es: 64 mm de diámetro, an-chura de la zona de grabado de 79 mm, y

diámetro de los dos muñones de rodadura:50 mm. Esta estructura y esta caja permitenutilizar el ingenio lo mismo para laminarque para acuñar. La caja es de acero, con suspiezas mecanizadas y perfectamente ajusta-das entre sí. Forman un cuerpo rígido ajenoa los movimientos y deformaciones de la es-tructura de madera. Las uniones articuladasentre los rodillos y los gorrones absorben lasdeformaciones, por lo que la separaciónentre los rodillos se puede mantener sin va-riación una vez ajustada, lo que permite ob-tener llantas laminadas de metal rectas y deespesor muy uniforme. El conjunto de rue-das y caja se monta sobre una estructura demadera, es el “telar” de los documentos.

El ingenio funciona correctamente lami-nando llantas de cobre de 50 mm de anchuray 4 mm de espesor adelgazandolas 0,5 mmen una sola pasada entre los dos rodillos.

Infografía de la caja de rodillos diseñada, sin la tapasuperior ni las tapas laterales. Se ven la placa base,los cuatro apoyos sobre los que ruedas los rodillos,los dos de la izquierda son desplazables para variara voluntad la separación entre rodillos, su posición

se fija por medio de los dos torni-llos de la izquierda.

Infografía sobre dibujo de los au-tores de un conjunto de cinco in-genios, iguales al construido eiguales entre si, alineados y mon-tados sobre una estructuracomún, tal como hipotética-mente estuvieron instalados en elIngenio de la Moneda de Segovia.

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La fragua rural -Fragua de la Mata de Quintanar-.

Jorge Miguel Soler Valencia

En la provincia de Segovia es raro encontrarun pueblo que no tenga o haya tenido unafragua. El principio de utilidad hacía queestas construcciones formasen parte im-prescindible del caserío.

¿Pero cual era la función de la fragua que lashacia tan imprescindibles? En su definiciónen el diccionario de la lengua española po-demos leer: “fogón en el que se caldean los me-tales para forjarlos, avivando el fuego medianteuna corriente horizontal de aire producida porun fuelle o por otro aparato análogo”, tambiénse conoce como fragua “al taller donde estáinstalado este fogón”. Forjar es dar forma almetal por medio de golpes. Para facilitaresta operación se calienta la pieza a forjarhasta llevarla a estado plástico, depen-diendo del calentamiento a que se someta elmetal así son sus características a la forja,permitiendo estirarlo, cortarlo, compac-tarlo, estamparlo e incluso soldarlo y todopor medio de golpes. Además de estas ope-raciones para darle una determinada forma,al metal también se le hacían tratamientosen sus características como el templado.

En las fraguas, gobernadas por el herrero, seconstruían y reparaban los aperos para la la-branza, de los arados las rejas, velortas y ga-vilanes; también se hacían otrasherramientas como las hoces, azadas y picos.También realizaban elementos para la cons-trucción como rejas para ventanas, balaus-tradas para balcones y en general cualquierutensilio en el que predominara el hierrocomo material. Debido a su importancia para el agricultor,la reja del arado era uno de los útiles que

más se cuidaba. El desgaste por el uso reque-ría un continuo mantenimiento. Se hacíanvarias operaciones para tenerla a punto: - Cuando la punta de la reja se desgas-taba, a la operación de estirar el metal parasacar una nueva punta se llamaba abuzar lareja (aguzar). - Si por falta de metal la reja no permi-tía ser estirada en su extremo, había queechar una punta, operación que consistía ensoldarle más hierro y después forjar lapunta. - Cuando la reja estaba tan desgastadaque no permitía las operaciones anterioresse tenía que soldar en toda la reja una capade metal. A esta operación se llamaba calzarla reja.

Las fraguas están emplazadas generalmentea las afueras de los pueblos y junto a ellas sesituaban los potros de herrar. Seguramente,debido a lo riguroso del clima, en el pueblode El Muyo, en plena Sierra de Ayllón, elpotro de herrar está dentro de la fragua. Son edificios muy sencillos, de reducidas di-mensiones y llama la atención lo poco ilu-minados que están. Esta particularidad tienesu función y es la de percibir mejor el colordel hierro al calentarlo. Dependiendo de la

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tarea a realizar el herrero deberá calentarmás o menos el metal y lo controla por elcolor que adquiere que, como ya hemosdicho, se aprecia mejor con poca luz. Su es-pacio interior se distribuye entre la zonaocupada por la fragua con el hogar, el fuelley la pila de agua, y próximo a ella el yunque,la carbonera, la piedra de afilar y el bancode trabajo.

En la fragua de La Mata del Quintanar, la fra-gua, propiamente dicha, está formada poruna plataforma elevada sobre el suelo unos70 centímetros donde se sitúa el fogón ycontiguo a él la pila para el agua. Al fogónse da forma con arcilla refractaria. Encimadel fogón está la chimenea que tiene unacampana de estructura de madera revocadacon barro. Hay otros tipos que se diferen-cian principalmente por formar un solocuerpo el fogón y la chimenea y estar cons-truidos por adobes, como en la zona de Ma-driguera. En la pila para el agua, el herrerointroducía el metal caliente para templarloo sencillamente enfriarlo. El fuelle, que es elinstrumento que se empleaba para impeleraire en el fogón, se sitúa a su lado pero se-parado y aislado del fuego por medio de untabique de adobes. El fuelle está construidosegún ciertos principios de física, para re-coger aire en su interior por medio de unaválvula y volverlo a despedir por un cañón,con más o menos velocidad, al exterior. Elprincipio del fuelle es muy similar al de labomba aspirante impelente.

Un fuelle sencillo, de los que se usan paraavivar el fuego en las chimeneas, consta deuna cámara. Al accionarlo, la salida de airees intermitente, ya que primero el fuelle alseparar las tapas coge aire en la cámara ydespués al juntar las tapas lo expulsa por elcañón. Para que la salida de aire del fuellesea lo más constante posible y no se inte-rrumpa en el momento de la aspiración, losfuelles de las fraguas no son sencillos y estánformados por la combinación de varias cá-maras. Por lo general son de dos cámaraspero también hemos visto un fuelle con tres.El fuelle de esta fragua está formado por doscámaras: la inferior que es la encargada deaspirar el aire del exterior y mandarlo a lacámara superior y la cámara superior, quehace de depósito de aire y regulariza su sa-lida al fogón. Su estructura está formada porlas tapas de madera de pino o haya cortadasimitando la forma de corazón. Nuestro fue-lle consta de la tapa inferior, la intermediay la superior. De las tres, la intermedia es fijay las otras dos son móviles. En la tabla infe-rior hay un orificio, cubierto interiormentepor un cuero a modo de puerta que consti-tuye una válvula de aspiración, que se abrede fuera adentro y que se denomina gato. Latapa intermedia, similar a la inferior, tam-bién tiene una válvula de aspiración igual a

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la tapa infe-rior y en suparte más es-trecha se su-jeta conclavos a untarugo lla-mado boque-rel. Éste llevaun taladro, alque se adapta el bocín o cañón metálico pordonde saldrá el aire al exterior. Las tapasestán cerradas por una badana llamada tiroque tiene unos pliegues conformados porunos arcos de madera llamados costillas. Eljuego del fuelle lo ejecuta la badana entrelas tapas. Cuando las tapas se abren aumentael volumen del fuelle y cuando se cierrandisminuye. El tiro va clavado en el canto delas tablas de modo que no deje escapar elaire más que por el bocín, y para ello lajunta se cubre con una tira de cuero quepasa por encima del claveteado. El tiro,hecho de cuero de vaca, se untaba para suconservación con grasa de caballo sin sal.

El fuelle se acciona de forma manual pormedio de un tirador que mueve una palancasituada encima. El extremo del brazo menorde la palanca está conectado por una barrade hierro con la manija del fuelle de la tapainferior y el extremo del brazo mayor con eltirador que acciona el herrero. Cuando sebaja el tirador, la parte inferior del fuellesube. El aire sale al fogón por la tobera, quees de hierro fundido, que se recubría conbarro para protegerla. Las toberas tenían

número segúnel diámetro delorificio. Si salíamucho aire seponía una pie-drecita paradisminuir lasección de sa-lida.

El mejor carbón era el vegetal. Hasta la dé-cada de los ochenta, en Mudrián se hacíacon piña de pino negral, que era ideal parasoldar a calda. En otras zonas como en Arco-nes se hacía de brezo.

Una vez calentado el hierro se le daba formaa martillazos encima del yunque o la bigor-nia. El yunque es un prisma de hierro ace-rado de sección cuadrada, a veces con puntaen uno de los lados, encajado en un tajo demadera fuerte. Se diferencia de la bigorniaen que ésta tiene dos puntas opuestas (bicor-nius, de dos cuernos). Otras herramientaspropias del herrero eran los martillos de va-rios tipos, las tenazas (curva, puntera, decruz, de aro), cortafríos, punteros, clavera,tajadera, etc.

La piedra de afilar no podía faltar en unafragua, donde la producción de herramien-tas cortantes erauna de sus princi-pales tareas. Eraaccionada por lospies y el reci-piente para elagua, en ésta de LaMata de Quinta-nar, estaba hechoen el propio suelode tierra. El bancode trabajo estáformado por ungrueso tablón al

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que se le ha incor-porado un tornillode aprieto y estáiluminado por unpequeño venta-nuco.

Las fraguas podíanser de propiedadparticular o del

concejo. Las de los ayuntamientos eranarrendadas a los herreros y éstos se compro-metían al mantenimiento de los aperos delos campesinos, principalmente del arado,que de esta manera se aseguraban podercontar con la herramienta en buen estado.El día del Carmen, se ajustaba el arriendo alherrero y él convidaba a los vecinos a la tajá(caldereta de borrega) El sistema consistíaen una especie de iguala, cada campesinopagaba al herrero la medida acordada en es-pecie, que solía ser una fanega de trigo (43,5Kg) por yunta y éste, a cambio, se compro-metía a los arreglos necesarios en la reja delarado, incluyendo una operación de calzarla reja. Se daba el caso que un herrero podíaestar al cargo de las fraguas de varios pue-blos pequeños. Entonces las atendía pordías. El día de “echar pescuezos” consistía enponer a punto todo el material antes de em-pezar la sementera (semencera). Para estaoperación se tenían que juntar por lo menostres vecinos que ayudaban al herrero con elfuelle y las tareas que éste les mandase. Alque le tocaba echar los pescuezos ponía lacomida (chorizo, bota, etc.), ya que se pasa-ban todo el día en la fragua trabajando.

El control de las tareas que el herrero reali-zaba a los vecinos se llevaba por medio de latarja. La tarja era un listón de madera depino de aproximadamente 4x4 centímetrosde sección y unos 40 de largo que el herreroentregaba a cada cliente. Cuando un vecinotenía que acudir a la fragua para que el he-

rrero le hiciera un trabajo llevaba la tarja,donde, una vez concluida la tarea, el he-rrero le hacía una marca proporcional alcosto. De esta manera, después de la cose-cha, los vecinos saldaban sus deudas con elherrero leyendo en la tarja las tareas reali-zadas.

Algunos herreros se especializaban en la fa-bricación de un tipo de herramientas comoD. Leandro, de Mudrián, que su herreríatambién era fábrica de hoces.

Los campesinos acudían a la fragua al atar-decer, después de su jornada, a reparar losdesperfectos de las herramientas, por lo quela jornada del herrero se prolongaba hastalas doce o la una de la madrugada. Eran lu-gares de reunión en donde era fácil encon-trar a los vecinos en tertulia. Las fraguasfuncionaron hasta la década de los 70 puessiguieron fabricando y arreglando las rejasy aperos de los tractores (formones, orejas,etc.). Algunos herreros han mantenido eloficio con la especialización de la forja ar-tesana.

NOTAS:

Informantes: D. Lino Ontoria y Dª Maria(Arcones), D. Leandro Hidalgo (Mudrián)y D. Ramón Cardiel (La Mata de Quintanar).

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El martinete de Riofrío (Loja, Granada).1

David GÓMEZ COMINOArqueó[email protected]

RESUMEN: En este trabajo se da a conocerel único martinete existente en el términomunicipal de Loja (Granada), construido afinales del s. XVII en la pedanía de Riofríoinicialmente como batán, y que a lo largodel s. XVIII funcionará como martinete decobre hasta su abandono en el primer terciodel s. XIX.

PALABRAS CLAVE: batán, martinete, cobre,ingeniería hidráulica.

KEYWORDS: fulling mill, drop hammer,copper, hydraulic engineering.

1.- Introducción

Riofrío es una pedanía de la ciudad de Loja,ubicada a escasos 5 kms al SW de la misma,al pie de la Sierra de Loja y rodeada por losríos Frío y Salado. A lo largo del curso delrío Frío a su paso por esta pedanía se cons-truyeron diversos ingenios hidráulicos aparte del martinete que aquí se trata comovarios molinos harineros, un batán de pañosy un molino papelero, la mayoría de ellosconstruidos en el s. XIX.Esta fábrica de cobre lojeña ha pasado prác-

ticamente desapercibida para la investiga-ción histórica y etnográfica2. El primer tra-bajo que saca a la luz el martinete de Riofríoes la tesis doctoral de Luís Coronas Tejada ElHospital de Nuestra Señora de la Misericordiade Loja, publicada por la Universidad deGranada en 1990, donde el autor realiza unainteresante reseña del edificio a partir de ladocumentación de archivo3.

Mapa. Situación de Riofrío, y de sus ingenios hi-dráulicos.

2.- Evolución histórica.

A pesar de que el objeto de estudio es unmartinete, su origen no fue tal, sino que ini-cialmente se trató de un batán de pañoscomo otros tantos existentes en el términode Loja. Su edificación corrió a cargo deBlas de la Muela tras obtener la licencia delCabildo el 20 de marzo de 1692 una vez com-probada la idoneidad del emplazamiento, elnacimiento del río Frío, y reconocida la uti-lidad del batán para el municipio4. La conversión del batán en martinete se pro-dujo en 1700 por parte de Pedro Matute,

1 Quisiera agradecer a Francisco López Ruíz, guardarríos de Riofrío y defensor del patrimonio natural y cultural de Lojapor descubrirme los ingenios hidráulicos de Riofrío, por sus apreciaciones y colaboración en la documentación del martinete.También a mi amigo el arqueólogo Rafa Pedregosa por darme a conocer el interesante campo de la Molinología. Del mismomodo, agradecer también al archivero municipal José Antonio Pelayo por su ayuda en la transcripción de algunos de los do-cumentos archivísticos relativos a la fábrica de cobre.2 De hecho no aparece recogido en la Base de Datos del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.3 CORONAS (1990), pp. 111-115.4 AHML, Acta de Cabildo 20/3/1692, Libro nº 63, s/p.

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que compró el batán en febrero de dichoaño y en marzo obtuvo licencia del Ayunta-miento para iniciar las obras5.En 1714, Matute fallece y hereda el marti-nete su esposa Gerónima de Benavides, quedecide venderlo al rector del Hospital deNuestra Señora de la Misericordia de Loja,Pablo Amigo Navarro, el cual se hará cargodel mismo hasta su fallecimiento en 1740.Pablo Amigo acaba con la dinámica en laque había entrado el batán de cambiar su-cesivamente de propietarios, puesto quedesde su construcción en 1692 hasta queacaba en manos del rector del Hospital Realen 1714 se suceden hasta cinco titulares6. Aparte de hacerse con el martinete, Pablo so-licita y obtiene licencia para construir unmolino y un batán hidráulicos junto al mar-tinete7. El molino aún se conserva aprove-chando parte de su infraestructurahidráulica, y el batán posiblemente sea laconstrucción que se conserva hoy día justoen frente del antiguo estanco y que fue uti-lizado posteriormente como molino pape-lero. Durante el período en que el martinete estáadministrado por Pablo Amigo, conocemoshacia el año 1728 el nombre de uno de unode sus arrendatarios, el maestro martineteroAlfonso Ballesteros que debía pagar unarenta anual, más las adehalas y una porciónde cobre8. Con él trabajaban dos oficiales9,que eran jornaleros que alternaban el tra-bajo en el campo con el del metal en el mar-tinete10.

Pablo Amigo Navarro dejó escrito en su tes-tamento que a su muerte pasasen al HospitalReal de Loja una serie de propiedades rús-ticas y urbanas, incluido el martinete inte-grados en una obra pía que llevaba sunombre11. Así, al fallecer en 1740 el marti-nete pasó a propiedad del Hospital. Una vez el martinete en manos de esta ins-titución, el primer arrendatario conocido esPedro de Moya –c. 1754-, que debía pagarpor el arrendamiento 200 ducados anualesal Hospital Real12, mientras que su sueldoera de 120 ducados anuales y el de su oficialera de 40 ducados13. En 1773 el Hospital Realde Loja manda reconocer, tasar y efectuarlas reparaciones que necesitasen los bienesintegrantes de la obra pía de Pablo Amigo,obteniéndose informes positivos en todoslos casos14. El martinete siguió funcionando durante elresto de la centuria, de hecho Tomás Lópezen su diccionario da cuenta de él: “se hallaaquí un famoso martinete de cobre donde se va-cían toda especie de piezas y hace un comercioregular”15. Sin embargo, a principios del s.XIX comienza su decadencia16, no sólo en loque se refiere a la producción de cobre, sinoprogresivo deterioro que obliga a invertirimportantes sumas de dinero en su mante-nimiento17, que son adelantadas por losarrendatarios, hecho que les impedía luegosatisfacer el arrendamiento y acabar en plei-tos con el Hospital Real. Entre las reparacio-nes que se efectúan destacan: la sustitucióndel yunque por uno nuevo en 181418; la vi-

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5AHML, Libro Capitular, años 1696-1702, nº 62, 1/3/1700.6 CORONAS (1971), t. 1, p. 185.7 AHML, Libro capitular, años 1712-1721, nº 67,27/2/1716; y AHML, Libro capitular, años 1712-1721, nº67, 23/3/1716; AHML, Libro capitular, años 1712-1721,nº 67, 27/2/1716.8 AHML, legajo 120, pieza 99, Año 1729.9 AHML, Legajo 120, nº 64.10 AHML, Legajo 169, Pieza 3, Año 1803, Pág. 411 AHDPG, Legajo 2682, Pieza 7 s/p.12 AHPG, Catastro de Ensenada, Loja, t. 1, p. 0069-r.

13AHPG, Catastro de Ensenada, Loja, t.2,0379-V– 0380-R.14AHDPG, Legajo 2682, Pieza 7, s/f; AHDPG, Legajo 2682,Pieza 7, p. 40-r; AHDPG, Legajo 2682, Pieza 7, p. 45-a. Estasherramientas aparecen en el inventario que realizó el arren-datario del martinete de entonces, Ignacio Ogaban a reque-rimiento del Hospital, y cuya relación incluimos en el anexo.15 LÓPEZ (1990), p. 139.16 Decadencia que va paralela a la del propio Hospital Realde Loja (CORONAS, 1990: 155-204)17 CORONAS (1971), t. 1, p. 193.18 CORONAS (1971), t. 1, p. 193.

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gornia y el “el macho donde está la paba delmartinete” en 181519, el cual es de nuevo sus-tituido el año siguiente cuando también serealizan obras de albañilería.Finalmente, en 1818 el martinete queda sininquilinos y se cierra definitivamente, sibien el Hospital continuó realizando nuevasobras de albañilería y de arreglo y sustitu-ción de piezas con la intención de seguirarrendándolo a otros postores y que si-guiera produciendo20: en 1818 se hizo obray se colocaron maderos de encina21 y en 1819se colocaron una nueva boga, un yunque yun macho22. A pesar de ello, poco después elmartinete fue utilizado como albergue paralas brigadas de presidiarios que construíanel nuevo camino de Málaga y causaron gra-ves daños al edificio y a su maquinaria23. Poco tiempo debieron durar en su sitiotodos los elementos que se colocaron denuevo por que en una carta de 1823 escritapor la Junta de beneficencia municipal deLoja al ayuntamiento se expone la ruina enla que continúa el martinete24. Se trató debuscar nuevos inquilinos, incluso sin pagarrenta, sólo con la obligación de guardar elmartinete, pero el intento resultó vano25.En 1827 el boticario del Hospital Real deLoja, d. José López Yñigo compra el marti-nete a censo reservativo pagando anual-mente 17.598 reales de vellón, un 3% deréditos (527’32 reales) y se hace cargo de re-alizar las reparaciones necesarias para acon-dicionar el edificio, cuyo estado seguíasiendo similar al de 182326. Finalmente, la in-capacidad de José López Yñigo para satisfa-

cer los réditos y los impagos de sus serviciospor parte del Hospital, motivaron el cierredel martinete en 183427.El cierre sólo afectó a la fábrica, pues la casadel martinete siguió estando ocupada lamayor parte de lo que quedaba de siglo, taly como dejó constancia Joaquina Alonso ensu poema dedicado al martinete en 1892,donde menciona que un año que estuvo ce-rrado creció en la cocina una higuera28.Hacia 1892 el martinete estaba habitado porla familia de Mariano López Íñigo que erapariente de José López Yñigo, y seguía inte-grado en la Obra Pía de Pablo Amigo, puesen los años cuarenta del s. XX, mi bisabueloAntonio Montero Roldán que era guarda dela obrapía, incluido el martinete, contabaque en la casa vivía un matrimonio.

4.- Abastecimiento y producción

El cobre provenía de la mina Nuestra Señorade la Candelaria, en el mismo partido deRiofrío, que fue descubierta y registrada en169429. En cuanto al combustible empleado en lafundición del cobre, sabemos por dos docu-mentos (uno de 1728 y otro de 1758) que seempleaba carbón vegetal a partir del que-jigo30, la cornicabra y agracejo31. En el documento anteriormente citado de1728, se hacen dos pruebas de fundición condistinta cantidad de carbón y de cobre. Enla primera, se fundieron 126’04 libras decobre, empleando 20 arrobas y 4 libras decarbón de quejigo durante 4’5 ó 5 horas, ob-

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19 AHPG, Legajo 2679, Pieza 4, Cuentas correspondientes a1815. 20 CORONAS (1971), t. 1, p. 193.21AHDPG, legajo 2679, Pieza 4, Cuentas de 1818, Data Ge-neral de Maravedíes, nº 36 y nº 45.22AHDPG, legajo 2679, Pieza 4, Cuentas de 1819, Data Ge-neral de Maravedíes, nº 52.23 AHDPG, Legajo 2679, Pieza 4, Carta al Superintendentedel Real Hospicio de Granada, de parte de Josef Badillo, de7/2/1820; CORONAS (1971), t. 1, p. 193.

24AHDPG, legajo 161, año 1823 (Documento consultado enel apéndice de textos de la tesis doctoral de Luís Coronas).25 AHDPG, legajo 161, año 1823.26 AHML, Legajo 190, Pieza 27, Año 1827, pp. 26-27.27 CORONAS (1971), t. 1, p. 193.28 ALONSO (1902), f. 27.29 AHML, Legajo 103, pieza 26.30 AHML, Legajo 120, pieza 64, año 1728, s/f.31 AHML, Legajo 129, Pieza 65, año 1758, s/f.

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teniendo 103 libras de cobre; mientras queen la segunda, tras 6’5 horas se fundieron 180libras de cobre con 25 arrobas y 23 libras decarbón, se recogieron 131’5 libras de cobre,por tanto, resultaba un 81% y un 72% res-pectivamente de cobre puro con respecto ala materia prima en bruto. En cuanto a los productos elaborados en elmartinete de Riofrío, no se conocen concre-tamente, pero se trataría de planchas decobre u objetos para calderería. Además nose descarta que fabricase objetos de metalesdiferentes como los elementos metálicos delos aperos del campo o herramientas varia-das, ya que el martinete también aparecemencionado como “martinete de fundir cobrey otros metales”32. Todas estas mercancíaseran consumidas en el término de Loja yzonas de alrededores, según la respuesta nº28 del Interrogatorio sobre Fábricas, Artes yOficios de 180233.

Fig. 1. Zona en la que debió de estar ubicado el mar-tinete y la fragua. (Foto: autor)

5.- Descripción de los restos del martinete

De todas las descripciones que aparecen enlos documentos de archivo, la más completaes la que aparece en el Catastro de Ensenadaen 1754: “una cassa martinete de fundir cobrey ôtros metales en el Partido de Riofrío distantede la población como media legua que travajacon âgua de el nazimiento de dicho Riofrio, con

su mazo, y demas, y demas instrumentos condu-centes con su bibienda y havitacion baja cama-ras cavallerizas y corral”34. De estasconstrucciones en la actualidad sólo se pue-den identificar la vivienda, las caballerizasy el corral, así como los caces que traían elagua para dar movimiento a los distintosmecanismos y el resto de elementos que fa-cilitaban su evacuación.La vivienda o casa de teja que aparece en lostextos es de planta rectangular (12’25 x 5’85m) en obra mixta, construida al pie de la sie-rra, sobre una potente plataforma de nive-lación bajo la cual se encuentra unasurgencia de agua cuyas aguas van a parar alrío. En la primera planta se encontraba unacuadra, de la que se conservan los pesebres,y a continuación la cocina donde se encon-traba la escalera que permitía el acceso a lasegunda planta y a la vez la salida al exte-rior. La segunda planta albergaba el come-

dor y la despensa, según el poema delMartinete35. Al este de la casa está la caballe-riza y el corral.

Adosado a la casa del martinete se localizaun conjunto de estancias arruinadas, inclu-yendo un horno de pan y el arranque de unaescalera hacia una planta superior, y que secorresponderían a varias de las habitacionesque se mencionan en el poema del marti-

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32 AHPG, Catastro de Ensenada, t. 1 “Vecindario Eclesiás-tico”, fol. 0069-r.33 AHML, Legajo 169, Pieza 3, Año 1803, Pág. 6.

34 AHPG, Catastro de Ensenada, t. 1 “Vecindario Eclesiás-tico”, fol. 0069-r35 ALONSO (1902), f. 11.

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nete como el oratorio, un gabinete, dos dor-mitorios y el horno36. Estas habitacionesestán levantadas sobre una estructura abo-vedada que protegía de la afección de lascrecidas del río y el aumento de la cantidadde agua proveniente de las surgencias inme-diatas.En relación al horno de pan está el molinoharinero, del que sólo se conserva el cárcavocon bóveda de medio cañón, el socaz con unbello arco de medio punto, y la sala de mo-lienda. Finalmente hay que hablar de la infraestruc-tura hidráulica. El abastecimiento del aguase hace a partir del nacimiento del río Fríoy de dos surgencias próximas al conjuntodel martinete. El agua era captada primera-mente por una presa de mampostería de-lante del nacimiento que desviaba el agua alcaz (123 m de longitud y 1 m de anchura).Río abajo se construyó otra presa en formade media luna que distribuía el agua haciael martinete y un molino harinero ubicadoen la margen izquierda del río. El caz a la al-tura del molino harinero quedó reforzadopor un potente contrafuerte construido conmampuestos de gran tamaño sobre una pla-taforma de dos hiladas de bloques de calizaasentadas sobre la roca madre.

Fig. 2. Plano del martinete, con indicación de sus es-tructuras. (Elaboración propia)

6.- Bibliografía

ALONSO Y LÓPEZ DE ALONSO, J. (1902), Re-cuerdo de El Martinete, 1892, Madrid.CORONAS TEJADA, L. (1990), El Hospital deNuestra Señora de la Misericordia de Loja,Granada, Universidad de Granada CORONAS TEJADA, L. (1971), Historia delHospital Real de Nuestra Señora de la Mise-ricordia de Loja desde mediados del sigloXVIII a 1833, Tesis doctoral, 2 tomos, Univer-sidad de Granada, Granada.GALERA MENDOZA, E. (1995), Loja, Urba-nismo y obras públicas desde la conquista alsiglo XVIII, Universidad de Granada, Gra-nada.LÓPEZ, T. (1990), Diccionario geográfico deAndalucía, vol. IV Granada, Editorial El Qui-jote, Granada.MADOZ, P. (1987), Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus pose-siones de ultramar, Valladolid-Granada.REYES, J. M. (2006), Los molinos hidráulicosharineros de la provincia de Granada, Gra-nada.ROSAL PAULI, R. del y DERQUI DEL ROSAL,F. (2005), Noticias históricas de la ciudad deLoja, vol. 1. Ayuntamiento de Loja.

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Archivos históricos consultados:

- Archivo Histórico Provincial de Gra-nada (AHPG).- Archivo Histórico de la DiputaciónProvincial de Granada (AHDPG).- Archivo Histórico Municipal de Loja(AHML).- Archivo Diocesano de Granada(ADG).

3936 Ibidem, ff. 11-13.

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Los ingenios hidráulicos existentes en el término municipalde Val de San Lorenzo en el siglo de la Ilustración.

Pablo Zapico* **[email protected] Técnico Industrial. Ingeniero Téc-nico de Minas. Máster Oficial en EnergíasRenovables.

ResumenEl presente trabajo pretende inventariar losingenios hidráulicos existentes el el términomunicipal de Val de San Lorenzo en el siglode la ilustración, utilizando para ello lasfuentes de la época, como el Catastro delMarqués de la Ensenada y los Diccionariosde Madoz y Miñano.

Palabras claveIngenio hidráulico, inventario, molino,batán, catastro, diccionario.

AbstractThis paper aims to inventory the existinghydraulic devices on the municipality of Valde San Lorenzo in the Age of illustration,using the sources of the time, as the Registryof the Marqués de la Ensenada and MadozDictionaries and Miñano.

Key wordsHydraulic ingenio, inventory, mill, fulling,cadastre, dictionary.

Este trabajo, tiene como finalidad poner demanifiesto la importancia de los ingenios hi-dráulicos tradicionales en el término muni-cipal de Val de San Lorenzo, provincia deLeón, en la época previa a la revolución in-

dustrial. Con independencia de los restosarqueológicos que se conservan, que son,sin duda alguna, muy abundantes y que nosllevan a la conclusión de la enorme presen-cia de esta actividad, es necesario acudir alas fuentes documentales, en una labor queno ha sido realizada hasta el momento. Estaépoca de desarrollo tecnológico incipiente,coincide con el siglo XVIII, el siglo de laIlustración, que va a caracterizarse por undeseo de conocer, de inventariar y de siste-matizar cualquier orden de la vida. Comien-zan entonces a redactarse los catastros, losdiccionarios estadísticos y otras obras siste-matizadoras que, con independencia de suvalor científico y de estudio, ocultaron unafinalidad recaudatoria, ya que el estado ilus-trado necesitaba unos impuestos modernosy adaptados a la realidad que le aportaranlos ingresos necesarios para abordar las re-formas que, en opinión de las clases dirigen-tes, el país requería. Por tanto, existe unaabundante documentación sobre el temaque no ha sido suficientemente analizada.

Acercarse a la realidad de los ingenios hi-dráulicos en el período histórico seleccio-nado, hizo necesario bucear en las nodemasiado abundantes aportaciones doctri-nales al tema. Se ha analizado bibliografía decarácter general con estudios que abarcanel fenómeno a nivel universal o nacional,tratando de extraer aquellas cuestiones decarácter general que resultan aplicables alcaso Leonés, para descender posteriormentea las escasas obras que han abordado lacuestión desde el ámbito doctrinal. Se ha

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* Universidad de León. Área de Ingeniería Eléctrica. Dpto. Ingeniería Eléctrica y de Sistemas y Automática. Edificio Tec-nológico - Campus de Vegazana s/n 24071. León.** Jefe de la Sección de Industria y Energía de la Junta de Castilla y León en León, Avda de Peregrinos s/n 1ª planta, 24071León

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conseguido hacer un análisis previo, a niveldoctrinal y teórico, de la situación a finalesdel siglo XVIII y principios del XIX.

Se utilizaron también los datos del Catastrode Ensenada y los Diccionarios de D. Sebas-tián Miñano y D. Pascual Madoz; no te-niendo, por desgracia, otras fuentes queabarquen el total de la provincia o el tér-mino municipal en estudio y que puedantransmitir un reflejo fiel de cómo fue enaquella época. Se utilizaron también lasobras generales existentes sobre el tema yque constituyen una colección amplia, dis-persa y fragmentaria del tema, o que lomenciona, pero no es ni siquiera su objetoprincipal. Todo ello ha complicado y, sobretodo, ralentizado el trabajo.

Eran muchos los molinos que había en las ri-beras de los ríos y regueras de la zona. Mo-linos maquileros y rastreros. El materialutilizado para su construcción era la piedraarenisca local, presentada en lajas gruesas ymoderadamente irregulares, muy caracte-rística por su color y morfología, junto conla arcilla roja y la madera para estructuras,puertas y ventanas.

Los molinos rastreros de esta zona eran depequeño tamaño, de una sola planta, cua-drada o rectangular, con paredes de piedray cubierta de losa y en algunos casos decuelmo o paja. Aprovechaban la caída natu-ral del agua a través de estrechas pendientesy conducciones de madera para accionar elrodezno. La mayoría solo molía en inviernoy primavera, dada la estacionalidad de loscauces.

También en esta comarca había molinos ma-quileros. Estaban situados en las riberas delos ríos más caudalosos, disponían de canaly cámara de carga para almacenar el agua,obteniendo así una producción mayor. Re-

alizaban su trabajo casi todo el año, pero es-pecialmente éste se intensificaba en el iniciodel otoño, cuando el agua escaseaba en losmolinos rastreros y la cosecha se acababa derecoger. Las presas sobre el río se reparabanen primavera y verano para obtener unmayor caudal en la siguiente crecida.

El Val de San Lorenzo se sitúa en la comarcade la Somoza y a orillas del río Turienzo.Aunque no se registran en la zona grandesexcesos de caudal y sus cursos de agua sonestacionales, dispuso del agua suficientepara mover los molinos e ingenios necesa-rios para el consumo local y hay bastantesdesniveles. Sin embargo, no trabajaban másque unos meses al año, por falta de agua, ypor ello hubo más de los que le correspondepor población y producción de cereales.

En este término municipal Ensenada citaveintisiete molinos harineros y dos batanes,Miñano ninguno y Madoz un inconcreto“algunos molinos harineros” en Val de SanLorenzo y en Val de San Román y dos bata-nes en Val de San Lorenzo. En cuanto a lapropiedad de los molinos, fue de particula-res, vecinos de la comarca. La mayoría de losmolinos eran de un solo propietario.

Las entidades locales del municipio son:Lagunas de Somoza.Val de San Lorenzo.Val de San Román.

Lagunas de Somoza.Ni en el Catastro del Marqués de la Ense-nada, ni en los Diccionarios de Miñano, y deMadoz, se hace referencia a ningún molino.Dado que se sitúa sobre una zona elevada,es normal que no dispusiera de molinos,pues tampoco tenía cauces.

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Val de San Lorenzo.El Catastro del Marqués de la Ensenadaalude a dieciséis molinos harineros quemuelen con agua corriente seis meses de in-vierno al año. Son propios de Ana Santiago;Francisco Ares; Marcos de la Puente; MatíasMendoza; María Riesco; Nicolás de Cabo;Santiago Jarrín; Tirso Cordero y José Ca-brera, todos ellos vecinos de este lugar. Otrode Albino Gregorio Cabrera, vecino de Valde San Román. Dos son de Andrés Rodrí-guez y otro de Martín Ares, vecinos de Val-despino. Otro a Fernando Pollán, otro aJuana García y el último, a María Rodríguez,vecinos de Santiago Millas. Cada uno deellos produce anualmente 165 reales de ri-queza a sus dueños. Cita también un batánque produce 300 reales anuales por trabajarcinco meses, actualmente musealizado. ElDiccionario de Miñano no hace referenciaa ningún molino en esta localidad y el deMadoz dice que en esta localidad hay algu-nos molinos harineros, dos pisones y untinte bastante bien servido. No hay constan-cia de ningún ingenio hidráulico en el tinte.

Val de San Román.El Catastro del Marqués de la Ensenada hacereferencia a once molinos harineros quemuelen con agua corriente cuatro meses deinvierno. Pertenecen a: Andrés de Quintana;Águeda Riesco; Francisco Quintana; Grego-rio Manrique, mayor en días; Juan del Pala-cio; José Riesco; Juan Miguélez, JoséCastañón; Pablo de la Iglesia; Santiago Cor-dero; María de la Cuesta, todos ellos vecinosde esta localidad, les produce una riquezade 68,25 reales. Alude también a un batánperteneciente a María de la Cuesta y queproduce anualmente 368 reales. En el Dic-cionario de Madoz se hace referencia a “al-gunos molinos harineros”. En el de Miñanono se hace ninguna alusión a molinos.

A continuación se enumeran los ingenios hi-dráulicos existentes en el término munici-pal de Val de San Lorenzo en las distintasfuentes consultadas, de forma que se pue-dan analizar de manera agregada.

Tabla 1. Ingenios hidráulicos en Val de San Lorenzo.

Los molinos eran, en general, construccio-nes separadas, ejecutadas con disposiciónde planta rectangular cercana a cuadrada yen la mayor parte de la ocasiones de una solaaltura. La estructura superior contenía latolva, las muelas y espacio para dejar lossacos primero de grano y después de harina.Solía haber un ventanuco. En la parte infe-rior se situaba lo que en Galicia llaman el“infierno”. Aquí estaba la salida del aguaque incidía sobre el rodezno que movía eleje. El eje arrancaba también de aquí y en-ganchaba en las dos muelas, aunque única-mente se movía la superior. La inferior osolera, fija, servía, como en todos los moli-nos de eje vertical, de cojinete guía radial,con su estopada convenientemente untadacon sebo. Formaban parte esencial del mo-lino el canal que abastecía de agua al mo-lino, la toma, el canal de retorno al cauce, elcamino de ida y vuelta y a veces un puenteinmediato. En algunos casos se construyeronportalones o tenadas en la parte frontal delos molinos, junto a la puerta de acceso a losmismos. Estos cobertizos se edificaron conobjeto de proteger bajo su techumbre a loscarros o al ganado utilizados para el trans-porte, además ejercían de elemento de pro-tección para que la mercancía no sufrieraquebranto por la lluvia u otras inclemenciasmeteorológicas y facilitaban además lacarga y descarga de los productos. La te-chumbre se sustentaba mediante una fila de

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pilares, siempre de troncos de madera, apo-yados en una base, que solía consistir en unagran piedra asentada y plana en su parte su-perior.

Los materiales de construcción se adaptarona los existentes en el entorno. Se utilizó lapiedra, unas veces escuadrada y otras no, yse aprovecharon también los cantos rodadosy el ladrillo cocido. Para cubrirlos se utili-zaron lajas de piedra, tejas de barro cocidoy a veces paja. Es de destacar la importanciade la madera en la construcción de los mo-linos. La provincia es rica en maderas de ca-lidad y resistentes a los efectos del agua, porlo que resultaba un excelente material, ade-más de económico. La madera ocupó un es-pacio fundamental en la construcciónmolinar, pues intervino en la estructura deledificio y en confección de la propia maqui-naria, dada su versatilidad y la facilidad conque se le pueden dar diversas formas.

Los molinos fueron fundamentalmente detipo rastrero y mayoritariamente de unasola piedra, en los que, por regla general, nose residía. Reciben el nombre de rastrerospor moler durante unas determinadas épo-cas del año en las que hay caudal suficiente:invierno y primavera. Tenían, normalmente,un solo par de piedras y aprovechaban elagua de arroyos y zayas (canales de conduc-ción del agua), destinadas para el riego deprados y huertas. Eran construcciones muypequeñas de estructura y mecánica simple.Los molinos de dos o más piedras tenían, enmuchos casos, incorporada o anexa la vi-vienda del molinero, e incluso otras cons-trucciones auxiliares (cuadras, almacén,etc…). Éstos últimos eran, normalmente,maquileros y de propiedad particular.

El Catastro del Marqués de la Ensenada se-ñala que la mayoría de los molinos contabi-lizados solo funcionaba durante el invierno.Algunos, los más pequeños, solo trabajaban

en épocas de avenidas o crecientes. Para re-alizar la molienda de una familia o pocomás.

La temporada de la molienda comenzaba enotoño. Por un lado ya había terminado la co-secha y por otro, con las primeras lluvias au-mentaba el caudal de los ríos. Seguían porlo tanto el año hidrológico, que va desde oc-tubre hasta finales de septiembre. Los mesesde julio y agosto eran los de menor activi-dad del año, por dos motivos: por falta deagua y porque los vecinos se dedicaban a lasiega, trilla y recogida del grano. Durante elinvierno no siempre había actividad en losmolinos, probablemente debido a las durascondiciones climatológicas. En primaveralos molinos iban parando a medida que dis-minuía el caudal en los cauces.

Los molinos eran, en algunos casos, de pro-piedad compartida. Resulta ser un singularsistema de propiedad. Hubo molinos departiculares, pero también hubo una canti-dad muy importante que fueron de gruposde vecinos. Además la división de los turnosde funcionamiento por los denominadosquiñones, veces, vices, veceras, días, mediosdías, horas, velías, etc…, resulta un modeloque funcionó bien durante un muy dilatadoperíodo de tiempo. Los derechos de mo-lienda se ejercían por velía: ciertos días uhoras teniendo en cuenta el número de pro-pietarios y la herencia. El derecho de mo-lienda se reducía a unos determinados díasu horas y se adquiría por compra o heren-cia. Esto permitía que una persona tuvieseturnos de diferente duración o número deveces, incluso derechos adquiridos, en másde un molino.

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Por Jose Mari Izaga.

Marta: En 1988, ya hace 26 años, apareció en las libre-rías un libro muy bien editado, un álbum, titulado Ar-queología Industrial en Bizkaia. Recogía los restos de laactividad industrial y era el resultado de un ampliotrabajo de campo y de archivo, creo, realizado por tresjóvenes investigadores y un fotógrafo. Para mí fue algotremendamente novedoso en aquella fecha, unir arqueo-logía e industria, y considerar como elementos cultura-les, dignos de investigación y estudio, las fábricas, lasmáquinas, algunas aún en activo, y otros restos del tra-bajo reciente del hombre. Lo firmabais tú, Maite Ibáñezy Alberto Santana. Dos años después apareció el tomode Gipuzkoa y en 1992 el de Álava, a los que se incorporaMari José Torrecilla y es baja Santana, siempre con SantiYaniz como fotógrafo. ¿ Cómo surgió aquello?

El termino Arqueología Industrial era en aquellasfechas muy amplio, se podía entender como histo-ria del trabajo y abarcaba desde las ferrerías y otrasindustrias medievales hasta la Revolución Indus-trial. El trabajo se hizo en un contexto históricomuy determinado. En muchos países del resto deEuropa, como Gran Bretaña, Francia Alemania... elestudio del Patrimonio Industrial estaba avanzado.En España comienza a desarrollarse hacia 1982 –1986, en esta primera fecha hubo un encuentro o IJornadas organizadas conjuntamente entre la Ge-neralitat de Catalunya y el Gobierno Vasco. Nuestroestudio fue pionero pero en el contexto de un mo-vimiento que ya estaba produciéndose en el PaísVasco desde distintos grupos profesionales. En 1983tuvimos unas inundaciones tremendas que fueronun desastre también para la industria vasca, princi-palmente para la de Bizkaia, y simultáneamente es-taba la reconversión industrial que fue traumáticapara muchos sectores , varios de ellos emblemáticosen nuestro país, y se empieza a sentir que están de-sapareciendo muchas cosas que habíamos vistodesde siempre y que creíamos que iban a durantoda la vida, y sin embargo se estaban perdiendo deforma vertiginosa.Surge en un contexto en el que era inevitable abor-dar el estudio de ese patrimonio que se nos iba rá-pidamente, sobre todo en la cuenca del Nervión, enla que hay una gran concentración de estas indus-

trias y actividades del trabajo, y surge una toma deconciencia del valor de estos elementos.El primer estadio fue fruto de una casualidad, losque empezamos, Maite Ibáñez, Alberto Santana yyo, habíamos terminado la carrera de arqueología(Maite y yo, y Alberto la especialidad de Medieval)veníamos de excavaciones prehistóricas y comen-zamos a trabajar en el Departamento de Geografíaen la facultad, en la Universidad de Deusto. La em-presa Agfa Gevaert, de materiales fotográficos, que-ría fomentar un estudio sobre los restos de laindustria, similar a lo que ya se hacía en Catalunyadonde habían salido dos publicaciones: “Arquitec-tura industrial a Catalunya” y “Catalunya la fábricade España”, y lo propuso a la Universidad, el pro-

Breve reseña biográfica.Marta Zabala Llanos es Directora desde su aperturahace 10 años, de la Ferrería de El Pobal, instalaciónhidráulica para la obtención y el trabajo del hierro,que data del inicio del siglo XVI, propiedad de laDiputación de Bizkaia y musealizada. Pero añosantes ya trabajaba sobre los restos físicos de la his-toria del trabajo.

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Entrevista: Marta Zabala Llanos, directora de la Ferrería de ElPobal, Bizkaia.

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fesor Iñigo Aguirre Querejeta nos ofreció realizareste estudio, y lo aceptamos sin pensarlo, aunque eltema para nosotros era absolutamente novedoso.Aguirre pensaba que la sensibilidad por el Patrimo-nio Industrial podía venir de distintos orígenes, ar-queólogos, arquitectos, historiadores, ingenieros,sociólogos, pero consideraba que los restos mate-riales eran un documento fundamental, para cono-cer la historia, nuestro pasado y que eso se extiendea la época contemporánea, en la que también hayinformación documental y oral pero que los restosmateriales aportan una información importantepara concluir el conocimiento de nuestro pasado,y por ello encarga el trabajo a personas con forma-ción en arqueología y patrimonio.Estábamos allí, y el profesor confió en nosotros. Fui-mos muy osados, el patrimonio industrial tiene ca-racterísticas desconocidas para personas conformación de letras, con desconocimiento técnico,fue un viaje muy costoso, teníamos que saber de ar-quitectura, de tecnología. Los libros de Arqueolo-gía Industrial son libros de historia, pero tambiény simultáneamente censos de elementos industria-les físicos que hay que entender.

¿Cómo desarrollasteis el trabajo?

Se abordó dentro de la Universidad, desde unpunto de vista institucional, enseguida dentro delInstituto Deiker, de investigación. Deiker se inte-resó ante el Gobierno Vasco para su edición, peroeste considera que no bastaba Bizkaia sino quehabía que extenderlo a Gipuzkoa y a Araba.Teníamos que abordar un territorio completo, y nosolo restos industriales sino también otros anterio-res, como molinos y ferrerías, partimos de hacer untrabajo exhaustivo pero sabíamos que no era posi-ble todo, no puedes peinar el terreno totalmente,sin más, para ver que sale. Iniciamos un trabajo dearchivo, leímos muchas fuentes de información, es-tadísticas, fogueraciones del XVIII, arbitrios, cen-sos, matriculas industriales, monografías locales....Procuramos salir al campo con unas herramientasy una información mínima, hicimos fichas por mu-nicipios, y salimos a confirmar lo que habíamos do-cumentado y a ampliarlo. A veces no quedaba nada,otras estaba allí, y otras encontrábamos cosas nue-vas que nos llevaban por otro camino. Cuando veía-mos elementos de interés volvíamos al archivo atratar de documentar los restos materiales localiza-dos, edificios, maquinas, instalaciones. En resumen:documentos de archivo más información oral nos

llevaban al terreno, y de él vuelta al archivo y a ladocumentación.

Hicimos mucho trabajo de campo, buscábamos unarepresentación equilibrada de las comarcas, no eraun inventario, no era un censo, era una visión pa-norámica. Entraron todos los sectores, no solo lostradicionales del país como podían ser el hierro, lasiderurgia, la construcción naval, sino que trabaja-mos sobre los restos de las fases preindustrial, pro-toindustrial y la industrial. Yo creo que lo gordo nose nos pasó, se veía. Lo de Bizkaia duró más de unaño, después se extendió, como te he dicho antes, aGipuzkoa y Álava, que fueron más exhaustivos,pues teníamos más recorrido en nuestra formacióny más avanzado.

Bastantes de los elementos que estudiasteis estaban enactividad. Parece chocante llamar a la puerta de unaempresa en funcionamiento, preguntar por el director ydecirle que estabais haciendo un estudio histórico ar-queológico sobre ella. ¿Como era la respuesta?

A veces era duro porque eran momentos duros paralas empresas muchas en proceso de reconversión ycierre en algunas, confrontándose con una realidaddifícil, sobre todo en las grandes.En tres años lo que anteriormente parecía que no

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tenía interés empezó a tener valor porque comen-zaban a desaparecer empresas y sectores industria-les enteros.Todo fue un cambio de conceptos, hasta hace 30 o40 años el Patrimonio, con letra grande, era lo an-tiguo y bello, los monumentos iglesias y palacios. Elconcepto de Patrimonio y Monumento ha cam-biado mucho, aunque también hemos encontradoelementos industriales muy bellos. La industria seasocia a lo feo, sucio, ruidoso, alienante, cambiar esaidea es difícil. La industria se asocia a la actividad alo útil, si pierde esa función por cierre por parali-zación parece que no tiene utilidad y se elimina,aunque pueda seguir siendo útil para otros usos.Está comenzando a apreciarse aunque aún quedamucho por hacer.

¿Han tenido efecto aquellos inventarios en la conserva-ción de la memoria de lo que es nuestro país?

Los tres libros han tenido una labor de difusión, desacarlo a la calle y se han incorporado fotos muybellas de Santi Yaniz, que tiene la capacidad de sacarbelleza a lo que no lo es, o al menos no de una formaconvencional, y esas imágenes han contribuidomucho a resaltar el valor de los restos industriales,son libros que se pueden ver también a través de lasimágenes, que son cantidad, muchos lectores no in-troducidos en el tema es lo que ven y ha ayudadomucho a cambiar la opinión de la gente.En 1988 se celebraron las II Jornadas sobre Protec-ción y Revalorización del Patrimonio Industrial or-ganizadas por la Generalitad de Catalunya y elGobierno Vasco que contribuyeron a consolidarestos estudios.Posteriormente entre 1992 y 1994 la AsociaciónVasca de Patrimonio Industrial y la Obra Pública(A.V.P.I.O.P.) para comprobar el estado del patrimo-nio que habíamos estudiado propuso al GobiernoVasco una revisión y una ampliación de la visión delo hecho y se inició la realización de un Inventariodel Patrimonio Industrial, esta vez exhaustivo, queabarcara desde mediados del XIX hasta la posgue-rra, con transgresión de estos límites en los sectoresque seguían desapareciendo. Fueron años de unanueva crisis y solamente paseándose se veía que ele-mentos industriales de los que habíamos estudiadoanteriormente estaban desapareciendo.Más tarde, entre 1997 y 1998, consideramos quehabía que documentar los antecedentes de esta in-dustria y realizamos el inventario de molinos y fe-rrerías de Bizkaia y Álava, en Gipuzkoa realizó el

de ferrerías la empresa Arkeolan.

Se tiende a estudiar y tratar de conservar los elementos,restos físicos del trabajo, edificaciones, máquinas, el pai-saje generado, pero ¿aquellos que lo hicieron, las perso-nas que allí trabajaron , vivieron, construyeron loscimientos de lo que hoy tenemos y somos?

No eran libros de estudio social pero los oficios ylos procesos de trabajo son fundamentales, los re-alizan personas y sin personas no hay oficio. Entre-vistábamos a los trabajadores a los empresarios, quenos contaban muchas cosas, nos aportaban infor-mación y puntos de vista que no aparecían de otraforma.En los trabajos de los años 1988 al 92 las personascon las que hablábamos conocían a fondo sus in-dustrias, aportaban mucha información, lo mismogente de a pie de la fábricas que directivos y pro-pietarios, conocían a fondo los procesos, las insta-laciones, como se hicieron o modificaron, cuándo,para qué, su evolución, su historia, también la his-toria de su industria.En posteriores inventarios las personas de contactohan sido diferentes, hay más reserva, ¿para que lohacéis, con qué objeto, para quién?, y menos cono-cimiento del pasado de la empresa o de la activi-dad.

Pasamos si te parece a El Pobal, la ferrería que diriges.¿Qué es El Pobal?

Es un museo, un sitio de la siderurgia y de la moli-nería hidráulica tradicional de Bizkaia. Es una delas más de 170 que hubo en Bizkaia en el siglo XVIII,que tiene el valor de que se construye en los prime-ros años del siglo XVI y está en funcionamientohasta 1965, la única activa desde varias décadasantes. No era la más importante pero si la que llegaa nosotros mejor conservada, en edificios e instala-ciones. Aunque cuando cierra ya no es una ferreríadonde se obtiene hierro a partir de sus minerales,sino que es una fragua o mejor una forja mecani-zada hidráulicamente.Dispone de un edificio característico de la ferreríasen el estado en que ha llegado al siglo XX, con suscarboneras, una presa que deriva el agua del ríoBarbadún y la conduce por un canal hasta la ante-para, canal elevado y túnel hidráulico desde el quecae sobre una rueda hidráulica vertical de 2,69 me-tros de diámetro y un martillo accionado por ellaque se conservaban activos en el momento del cie-

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rre, han sido recuperados y están en funciona-miento. Dispone también de dos émbolos para in-suflar aire al horno bajo movidos por una segundarueda hidráulica vertical con partes importantesoriginales de la instalación del XIX y otras recons-truidas. Además un molino hidráulicos con dos pie-dras, hornos de pan y un palacete en el que sealojaban los ferrones.Ha estado activa durante cuatro siglos y en esetiempo ha evolucionado y se ha adaptando a loscambios que se han producido. Es por lo tanto unbuena muestra de lo que fue la siderurgia tradicio-nal de Bizkaia. La Diputación la compró a los últi-mos propietarios, los hermanos Pérez Ibarrondo,fue estudiada durante varios años, y se transformaen museo, abriéndose al público hace diez años.

Háblanos de la relación entre el agua, el hierro y la cul-tura industrial de nuestro país.

El público que viene a El Pobal es muy variopinto,tratamos de explicar qué es El Pobal y que cuandose vaya entienda los procesos de trabajo, la maqui-naria y las instalaciones, pero sobre todo que llevenla idea de que el hierro ha sido básico en la historiade la economía, la cultura, la geografía, la sociedaden Bizkaia, desde la Edad Media hasta hoy, es el de-nominador común de la historia de Bizkaia, sin él

y la ferrerías no se entenderían las grandes indus-trias del siglo XX, ni la gran variedad de actividadesque tenemos derivadas del trabajo de esta materiaprima. El hierro no ha sido una anécdota.Teníamos hierro en forma de mineral, pero tambiénteníamos una cuenca hidrográfica con ríos de ta-maño adecuado con caudal suficiente capaces desuministrar fuerza motriz, y también teníamosmontes con bosques capaces de suministrar maderapara hacer carbón, los tres eran los componentesnecesarios para obtener hierro y aquí se encontra-ban juntos, materias primas y fuentes de energía.

¿Cuál es el estado de este patrimonio vinculado al hierroy al agua?

Hace pocos años nosotros, desde la Ferrería de ElPobal, encargamos un reportaje fotográfico de estepatrimonio, queríamos un aspecto visual de su es-tado seleccionando más de sesenta restos de estasinstalaciones, de las que quedan restos significati-vos de envergadura y hemos comprobado que suestado es parecido al que tenían en los años no-venta.Ha habido actuaciones interesantes, como la puestaen valor de la ferrería de Urtubiaga en Ea, un mag-nífico ejemplo de instalación del XVIII, pero el es-tado general es de abandono continuado, estadoque viene de atrás. Un objetivo de El Pobal deberíaser difundir todo ese patrimonio y ponerlo envalor, pero es un objetivo no cumplido.

¿Qué podemos hacer con él?

No podemos hacer un museo de todo, no hay recur-sos económicos. La ferrería de Bolunburu fue ex-cavada, una de las más interesantes, se despejaronsus estructuras, quedó integrada en área recreativaalrededor, se pusieron paneles explicativos, quedaen un espacio público y entendible. Yo creo que sinnecesidad de que se restaure todo, es una forma demantenerlo y conservarlo.Otro uso es el turístico, que a veces a los que anda-mos estudiando estos temas nos asusta un poco,pero que ayuda, los turistas interesados por estostemas de Patrimonio del trabajo no son cantidadesy en general son respetuosos. Los restos puestos envalor junto con otros elementos patrimoniales y na-turales pueden generar circuitos de un turismo mássostenible y contribuir a mantenerlos y a dar a losvisitantes una imagen de lo que ha sido el territo-rio.

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Sección ACEM. Actividades propias.

Un fin de semana diferente.Pablo Zapico.

Todo empezó, con una invitación. Reuniónde ACEM en Noja, extensiva a todos los quequisieran asistir, el plan parecía interesante.A continuación las discusiones por correoelectrónico tradicionales, que si somos mu-chos, detalles de alojamiento, etc… Poco sepudo negociar, Luis y Nines no dejaron mar-gen para ello. La discusión continuó por te-léfono, ¿qué llevo?, nada, ¡que si!, no traigasnada. Menos mal porque todos pensamos lomismo y ¡había de todo!. Los españoles, ya sesabe, no sabemos ir a una reunión con lasmanos vacías, cada uno aportó lo que mejorconsideró, de su tierra y de lo que le pare-ció. Cuando llegué, el viernes, ya se barrun-taba que había mucho de comer, tanto quese pensaba salir a cenar fuera el sábado y nopudo ser, había tanto…, incluso probamosel “chorizo de León” antes que la guardiacivil, estuvimos a la última.El sábado comenzamos con una visita a unmolino de mareas, para alguien de tierraadentro es un molino diferente, ademásestar en un entorno maravilloso y con lasmejores explicaciones que se pueden en-contrar, las fotos lo dicen casi todo.A continuación ¡reunión!, desgranando de-talle por detalle los avatares de nuestra aso-ciación hasta la hora de comer unestupendo cocido montañés y luego toda latarde de reunión, estatutos, dineros, congre-

sos, detalle tras detalle, hasta que todoquedó suficientemente claro. Cabe decirque las mujeres hicieron una doble aporta-ción, como compañeras y socias y como an-fitrionas, logrando que todo aquel grupo depersonas estuviera perfectamente atendido,sin que se notara. A mí, que soy un “cocini-llas irredento”, ni me dejaron acercarme alos fogones. El domingo fue un día espectacular, no solopor el tiempo que nos acompañó durantetodo el fin de semana, empezamos viendootro molino de mareas, totalmente diferentedel que se disfrutó el sábado y en un estadode conservación magnífico; continuamoscon una cantera de piedras de molino, no sécuántas habrá en el mundo como esa, perodesde luego yo nunca vi otra igual, pero tu-vimos suerte de poder contemplar el pano-rama ya que la marea estaba en su ciclo bajo,ya que en marea alta, el mar cubre toda lacantera. Después de utilizarse como canterade piedras de molino, se abandonó, y toda-vía quedan los huecos de las piedras extraí-das y las que estaban preparadas para suextracción. Lo normal es que se sepa la pro-cedencia de las piedras, pero que no quederesto alguno de su forma de laboreo. Por sifuera poco acabamos en casa de un artista,con pincho incluido.En resumen, si puedo, a la próxima reunión¡me apunto! Muchas gracias por un fin desemana tan agradable y por ser unos anfi-triones tan magníficos.

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NoticiasAntxon Aguirre Sorondo, Premio Manuel de Lekuona 2014

El Premio Manuel de Lekuona de Eusko Ikaskuntza ensu edición de 2014 se ha concedido con carácter pós-tumo al etnógrafo guipuzcoano Antxon Aguirre So-rondo (Donostia-San Sebastián, 1946-2014).

Por primera vez desde su creación en 1983, el Premioha contado con la opinión de la Comunidad Vasca Glo-bal por medio de una votación abierta en la que hantomado parte un millar de personas, de las cuales unaamplia mayoría respaldó la candidatura de AntxonAguirre Sorondo. Este voto ponderaba por el 50% del

resultado final, quedando la mitad restante a la determinación del Jurado Ins-titucional compuesto por representantes de la Real Sociedad Bascongada delos Amigos del País, Euskaltzaindia, Sociedad de Ciencias Aranzadi, InstitutoLabayru y Euskarabidea, además del Presidente de Eusko Ikaskuntza .

Etnógrafo, investigador de temas históricos, defensor del patrimonio y granviajero, Antxon Aguirre Sorondo dedicó su vida entera a la observación, el es-tudio y la divulgación. A su fallecimiento, el pasado mes de enero, dejó tras desí una cincuentena de libros —siendo algunos fruto de investigaciones que leocuparon durante lustros— y centenares de estudios monográficos. La moli-nología y la hidráulica preindustrial, la albeitería, la arquitectura naval en ma-dera, la artesanía y los oficios tradicionales, las campanas en sus significados yen sus significantes, la fiesta, la religiosidad popular y las ermitas, la cultura fu-neraria en Euskal Herria, la etnohistoria de las comunidades locales guipuz-coanas... fueron temas en los que realizó relevantes aportaciones.

En sus consideraciones, el Jurado del Premio ha valorado la ingente producciónetnográfica de Antxon Aguirre Sorondo sustentada tanto en el trabajo decampo como en la investigación histórica en archivos. Además, ha querido des-tacar “su intensa labor de divulgación del Patrimonio vasco en su más ampliaconcepción, utilizando para ello todos los medios que tuvo a su alcance: libros,prensa, revistas, televisión, radio, internet, fotografía, conferencias, etc.”.Fuente: Eusko Ikaskuntza.

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De Alfageme, ni la chimenea. El derribo de la harinera culmina al suprimir elhorno de 25 metros de alturaEl último ‘bastión’ de la emblemática harinera Santiago Alfageme y Cía, la chi-menea de ladrillo de 25 metros de altura construida en 1904 sobre la que ani-daba una cigüeña, también ha desaparecido, fruto de las labores de derriboque comenzaron el pasado mes de abril. El horno se había construido hace 110años al importar una máquina de vapor que pretendía suplir las carencias deenergía de la fábrica cuando el cauce de la presa del Bernesga, que cruza lasinstalaciones, fuera escaso. Una presa que se encauzará, por expreso deseo delos dueños del solar (la empresa asturiana Termoracama), con un presupuestode 200.000 euros. La parcela de 17.000 metros cuadrados en el linde de León ySan Andrés, donde se había levantado la harinera hace 169 años, queda así lim-pia, tras haberse deshecho con cizallas, sopletes y excavadoras. La gigantescaobra para borrar un símbolo de la arquitectura industrial leonesa costó 500.000euros, aunque la venta o reutilización de las 12.000 toneladas de ladrillos y es-combros que se obtuvieron con el derribo, junto con el fibrocemento y las 900toneladas de hierro de los silos y almacenes aligeran ese coste.La acequia se libra. De la aniquilación sólo se libran los muros, atavías y com-puertas del conjunto hidráulico sobre la acequia que sangra el Bernesga, losarcos del molino primitivo y la zona donde se ubicaban las antiguas turbinas ygeneradores (robadas hace años). El conjunto, que se ofreció a una gran super-ficie comercial, al Ayuntamiento de León y a hoteles, se ha eliminado «para evi-tar males mayores», asegura la compañía, ya que decenas de personas seaventuran a penetrar en estas gigantescas instalaciones en busca de cobre, mo-tores, hierros y hasta vigas. Las instalaciones presentaban un «elevado estadode deterioro» tras dos décadas de abandono, lo que «las convertía en peligro-sas», indican. Así, el emplazamiento harinero más interesante de la provincia,por ser la factoria documentada más antigua y por su larga explotación, desdemediados del siglo XIX hasta finales del XX, ha desaparecido y sus piezas re-nacerán en carrocerías de vehículos y viviendas. El Ayuntamiento de León noprotegió este edificio en su PGOU. Fuente: Diario de León.

Juan Navarro Baldeweg, Premio Nacional de Arquitectura 2014El arquitecto y artista plástico Juan Navarro Baldeweg ha sido galardonadocon el Premio Nacional de Arquitectura 2014, en reconocimiento a su trayec-toria y su contribución a la reciente historia de la arquitectura y pintura espa-ñolas. Fuente: Ministerio de Fomento.Juan Navarro Baldeweg fue el responsable de la rehabilitación de los Molinosdel Río de Murcia, sede del pasado 9º Congreso Inernacional de Molinología.

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Conferencia sobre los molinos de Mutriku.

El pasado día 13 de noviembre en la XXXV Jornadasde Etnografía que organiza la Sociedad de CienciasAranzadi Zientzi Elkartea se impartió una conferen-cia en la sede del donostiarra Museo de San Telmo ti-tulada “Los molinos de Mutriku. Siglos XV-XX”. Elciclo de conferencias estaba coordinado por el etnó-grafo Fermin Leizaola, Director del Departamento de Etnografía de la citadasociedad Aranzadi de Donostia-San Sebastián (www.aranzadi-zientziak.org).La conferencia la han impartido Javi Castro (socio de ACEM, miembro del De-partamento de Etnografía de Aranzadi) y Josu Larrañaga (filólogo, de Bizkaia),y es el resultado de haber investigado durante algo más de 3 años todos los mo-linos históricos de Mutriku, incluyendo la parte de Mendaro que le corres-pondía antes de ser éste un municipio independiente en 1983. Han sido 23 losmolinos que los autores han encontrado a partir de los datos obtenidos, bási-camente del Archivo Histórico de Protocolos de Gipuzkoa (Oñati) y del Mu-nicipal de Mutriku, siendo varios miles los legajos y folios revisados. Tambiénhan utilizado los datos de informantes locales y como no, lo que ya AntxonAguirre Sorondo publicó en el Tratado de Molinología del año 1988, con el queKoldo Lizarralde colaboró activamente.Este estudio se enmarca dentro de otro más amplio que ambos autores llevanrealizando de forma altruista, con lo que están obteniendo datos sobre ermitas,atalayas, caseríos, tejerías, caleros, viejos caminos, viñedos, pesca, toponimia yun largo etcétera, sobre diversos aspectos etnográficos del municipio de Mu-triku, en base a sus documentos de archivo inéditos.Además de muchos molinos harineros han encontrado datos de hasta 3 molinospara machacar yeso, uno para obtener taninos y un posible ingenio que pudoser batán. En el siglo XVI han recogido que ya existían 15 molinos, dos de elloscon datos del siglo XV. Han analizado también la toponimia y el cambio denombre de alguno de ellos a lo largo del tiempo, así como diversas cuestionesrecogidas de las visitas de campo y de las entrevistas a algunas personas mayoresque aún viven. En la revista local Kalaputxi de Mutriku han ido publicandomes a mes, desde octubre-2012 a octubre-2014, en euskera, un resumen de cadamolino y ahora el objetivo de la conferencia ha sido dar a conocer el conjuntode lo investigado, que ha sido una aportación histórica-filológica-etnográficabastante completa. Si consiguen alguna financiación los autores tienen la in-tención de hacer una publicación sobre la totalidad de lo investigado sobre loscitados molinos de Mutriku.

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Xàbia culminará su plan de restauración de los molinosde viento con un taller de empleo.El municipio pone en marcha dos programas de inser-ción laboral que reforzarán la plantilla de Amjasa y per-mitirán restaurar el molino número 1, el único detitularidad municipal que faltaba por consolidar.

Un total de 26 personas podrán beneficiarse de los talleres teórico-prácticos,y tendrán asignado un sueldo de 941 euros durante seis meses.Xàbia acogerá este nuevo año dos nuevos talleres de empleo con los que con-tribuir a facilitar la inserción laboral de los desempleados con más dificultadespara incorporarse a un puesto de trabajo. En la misma línea de las iniciativasllevadas a cabo en los años anteriores, esta vez se ofertarán un total de 16 plazas(más cuatro contratos como profesores). Fuente: La Marina Plaza.

Conferencia sobre una almazara de Vélez-Blanco.El Aula de Cultura de Cajamurcia en Lorca acogió el16 de enero, a las 20 horas, la conferencia “Una alma-zara en Vélez-Blanco: del espacio industrial al do-méstico “, impartida por el arquitecto RicardoSánchez Garre. El acto estuvo organizado por la aso-ciación Amigos del Museo Arqueológico de Lorca.

Licitadas por casi 1,5 millones actuaciones "urgentes" en lasfundiciones de la Real Fábrica de Artillería de Sevilla.La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla ha lici-tado por un importe máximo de 1.495.215 euros, un contratorelativo a actuaciones "urgentes" de conservación y restaura-ción en las fundiciones mayor y menor de la Real Fábrica de Ar-tillería, edificada en 1782 y declarada Bien de Interés Cultural,así como sobre sus antiguos talleres. Fuente: Europa Press.

La azucarera de San Isidro, declarada Bien de Interés Cultu-ral. La Junta de Andalucía ha inscrito al complejo azucarerode San Isidro e Ingenio de San Juan, un complejo de princi-pios del siglo XX situado en el barrio industrial al que danombre la estación de ferrocarril de Bobadilla, en Granadacapital, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico An-daluz, como Bien de Interés Cultural (BIC) bajo la tipologíade Lugar de Interés Industrial. Fuente: Radio Granada.

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La Consejería de Cultura trabaja con el Ayuntamiento de Abarán en la declara-ción como Bien de Interés Cultural de la 'Noria GrandeEn la actualidad, esta infraestructura hídrica relevante y símbolo de la tradicióny el uso eficiente del agua de los abaraneros, está catalogada, así como otrascuatro norias que tiene el municipio con el grado de 'protección catalogado'.Sin embargo, la 'Noria Grande' destaca por ser la de mayor dimensión en Eu-ropa que está en funcionamiento y cumple los requisitos para iniciar el procesode declaración como BIC. Fuente: Europa Press.

El molino de Orzales abre sus puertas. Después de30 años de abandono y un proceso de rehabilita-ción, se inaugura de nuevo.Los trabajos han llegado a su fin. Tras una ardua

labor de recuperación, el Ayuntamiento de Campoo de Yuso devuelve a los cam-purrianos El Molino de Orzales, un momumento que reabrió sus puertas el jue-ves 11 de diciembre.Después de 30 años de abandono y tras el empeño del Ayuntamiento y la ve-cindad de Campoo de Yuso para salvar este edificio, monumento hidráulico, elMolino de Orzales volvió a moler. Lo hizo a las 12 horas, en un acto inauguralen la que estuvieron presentes el alcalde de Campoo de yuso, Eduardo Ortiz, yel presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Xavier De Pedro.Fuente: Vive Campoo.

El Museo Etnológico de Navarra publica una nuevaguía de lectura dedicada al etnógrafo Antxon Aguirre.El Museo Etnológico de Navarra “Julio Caro Baroja” hapublicado una nueva guía de lectura dedicada a Ant-xon Aguirre Sorondo, uno de los colaboradores másasiduos de la revista Cuadernos de Etnología y Etno-grafía de Navarra, y etnógrafo apasionado de todos lostemas concernientes a Navarra y el País vasco, que fa-lleció el pasado mes de enero.

Puede visitarse esta nueva guía de lectura en el siguiente enlace.Fuente: Navarra.es

Recuerda que puedes enviarnos cualquier noticia de la que etngas conocimiento sobreel patrimonio molinar y los ingenios tradicionales, o que esté relacionada con tu labor,al correo de la revista, para ser incluída en esta sección: [email protected]

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Publicaciones

“Rejas de Segovia” .

Este libro es el número 15 de la colección“Segovia al paso”, que publica la Real Aca-demia de Historia y Arte de San Quircecon el patrocinio de la Diputación de Se-govia.

Dentro del amplio patrimonio histórico,artístico y cultural que posee Segovia seencuentran los trabajos de rejería y deforja situados en los edificios públicos yprivados, civiles y eclesiásticos, que se re-

parten por la ciudad.

La intención de este libro es la de acercar de un modo sencillo y ameno las rejasa los segovianos y a los numerosos visitantes que se acercan a esta ciudad, ha-ciéndoles partícipes activos a todos ellos del descubrimiento y la valoraciónde este patrimonio tan singular.

También se pretende que el libro sirva de sincero homenaje a los rejeros sego-vianos que a lo largo del tiempo han ejercido y transmitido un oficio honestoy práctico que hunde sus raíces en los orígenes mismos de la humanidad.

El libro se inicia con una breve introducción a la evolución estilística y técnicade la rejería en España. A continuación se ofrece un recorrido histórico por larejería de la ciudad de Segovia. En el tercer apartado se propone un itinerariopor el interior de la muralla para descubrir la rejería civil y popular existenteen la ciudad “al paso”, como anuncia el lema de la colección en la que se insertaeste trabajo. En cuarto y último lugar se realiza una visita a las veintiséis rejasconservadas en la catedral, desde la más antigua de 1506 hasta la más modernade 1898.

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Como complemento se incluyen un glosario, una bibliografía y dos planos. Elglosario ofrece al lector una sencilla exposición de los principales elementosque conforman una reja. La selección bibliográfica facilita a todo aquel que lodesee una mayor información sobre la rejería española y segoviana. Y en cuantoa los planos, situados en las solapas de las cubiertas, uno recoge el itinerariodel paseo intramuros y el otro muestra la ubicación de las rejas en la catedral.

Los autores

Bonifacio Bartolomé Herrero es historiador y miembro de la Real Academiade Historia y Arte de San Quirce. Desempeña sus tareas profesionales en el ar-chivo de la Catedral de Segovia y como docente en la Universidad Pontificiade Comillas y el centro asociado a la Uned de Segovia.

Mauro García de Pablos es un artesano del hierro. Se formó en la Escuela deFormación Profesional de Segovia bajo la tutela del maestro forjador PabloGómez Barreno y desarrolla su actividad profesional tanto en el Alcázar comoen la herrería que posee en Revenga, donde ha recuperado y aplica las técnicasy los motivos tradicionales de la forja.

Francisco Javier Martín Sánchez esprogramador informático. Trabaja ac-tualmente en la empresa de comunica-ción digital Genetsis, con sede enMadrid, donde desarrolla diferenteslabores en el área “front-end”. Amantede la naturaleza y de Segovia y sus pai-sajes, despliega en estos ámbitos su afi-ción a la fotografía. Desde hace quinceaños reside en La Losa, frente a LaMujer Muerta.

Los tres autores son segovianos y paraellos ésta es su primera incursión edi-torial en el ámbito de la rejería y laforja.

Mauro García haciendo un lazo segoviano.

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Publicaciones

LOS MOLINOS DE TOLEDO(DE PRODUCCIÓN DE HARINA AGENERACIÓN DE ELECTRICIDAD).

Noemí García Jiménez.Colección Toledo en tu mano.Editorial Ledoria.http://www.editorial-ledoria.com/Contactar.10.0.html

Toledo, conocida en la actualidad como la ciudad de la TresCulturas, fue durante siglos la ciudad de la Harina. En elmeandro que describe el río Tajo en torno a la ciudad seconstruyeron desde época islámica importantes molinos, al-gunos de los cuales han funcionado hasta época reciente. Elpresente texto invita al lector a conocer la tipología, las ca-racterísticas, la ubicación y la importancia de los edificiosmolineros toledanos, algunos de los cuales a causa de la de-sidia y el abandono por parte de sus propietarios, se han per-dido para siempre.

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Nº 7. Tercer trimestre 2000.

Protagonizaba el número 7 de la revista MOLINUM la organización de las Jor-nadas de Molinos y Energías Renovables de Euskal Herria. También se llevabanal papel contenidos como los artículos sobre varios estudios de los molinosmedievales y precisamente también un artículo sobre la ferrería del Pobal.

Todo el contenido de éste y anteriores números en la web: http ://molinosacem.com/?page_id=55

Recordando MOLINUM

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M LINUMUna publicación de:

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