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",./ d.I -' <w!- t / 'r'l( r;.z /.\ (p\ ~ y\ ~o Paidós Básica Últimos títulos publicados: 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 4l. 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. SO. 51. 52. 53. 54. SS. 56. 57. 58. 59. 60. 6l. 62. 64. 67. 68. 69. G. Deleuze y F. Guatlari - El Anti-Edipo G. S. Kirk - El mito. Su significado)" funciones en la Antigüedad y otras culturas K. W. Deutsch - Los nervios del gobierno M. Mead - Educación y cultura en Nueva Guinea K. Lorenz - Fundamentos de la etologia G. Clark - La identidad del hombre 1. Koq~.n - Filosofía de la imaginación G. S. KÍrk - Los rf.0emas de Homero M. Austin y P. \ idal-Naquet - Economía y sociedad en la antigua Grecia B. Russell - Introducción a la filosofía matemática G. Duby - Europa en la Edad MedIO C. Lévi-Strauss - La' alfarera celosa J. W. Vander Zanden - Manual de psicología social J. Piaget y otros - Construcción y validación de las teorías cientificas S. J. Taylor y R. Bogdan - Introducción a los métodos cualitativos de investigación H. M. Feinstein - La formación de William [ames H. Gardner - Arte, mente y cerebro W. H. Newlon-Smilh - La- racionalidad de la ciencia •. C. Lévi-Strauss - Antropología estructural L. Festingcr y D. Kalz - Los métodos de investigación en las ciencias sociales R. Arrillaga Tor rens - La naturaleza del conocer M. Mead - Experiencias personales y científicas de una antropóloga C. Lévi-Strauss - Tristes trópicos G. Deleuze - Lógica del sentido R. Wuthnow - Análisis cultural G. De leuz e - El pliegue R. Rorty. 1. B. Schneewind y Q. Skinner - La filosofía en la historia J. Le Coff - Pensar la historia J. Le Goff - El orden de la memoria S. Toulmin y 1. Coodfield - El descubrimiento del tiempo P. Bourdieu - La ontología política de Martin Heidegger R. Rorty - Contingencia. ironía y solidaridad M. Cruz - Filosofía de la historia M. Blanchot - Él espacio literario T. Todorov - Crítica de la crítica H. While - El contenido de la forma F. Rella - El silencio y las palabras T. Todorov - Las morales de la historia R. Koselleck - Futuro pasado A. Cehlen - Antropología filosófica R. Rorly - Ensayos sobre }¡eidegger y otros pensadores contemporáneos A. Schütz - La construcción significativa del mundo social G. E. Lenski - Poder y privilegio M. Hammcrsley y P. Atkinson - Etnografía "\ a.rcelona Bueno. Aire. M ',cico Martyn Hammersley Paul Atkinson Etpografía Métodos de investigación ~ ediciones PAIDOS

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23.24.25.26.27.28.29.30.31.32.33.34.35.36.37.38.39.40.4l.42.43.44.45.46.47.48.49.SO.51.52.53.54.SS.56.57.58.59.60.6l.62.64.67.68.69.

G. Deleuze y F. Guatlari - El Anti-EdipoG. S. Kirk - El mito. Su significado)" funciones en la Antigüedad y otras culturasK. W. Deutsch - Los nervios del gobiernoM. Mead - Educación y cultura en Nueva GuineaK. Lorenz - Fundamentos de la etologiaG. Clark - La identidad del hombre1. Koq~.n - Filosofía de la imaginaciónG. S. KÍrk - Los rf.0emas de HomeroM. Austin y P. \ idal-Naquet - Economía y sociedad en la antigua GreciaB. Russell - Introducción a la filosofía matemáticaG. Duby - Europa en la Edad MedIOC. Lévi-Strauss - La' alfarera celosaJ. W. Vander Zanden - Manual de psicología socialJ. Piaget y otros - Construcción y validación de las teorías cientificasS. J. Taylor y R. Bogdan - Introducción a los métodos cualitativos de investigaciónH. M. Feinstein - La formación de William [amesH. Gardner - Arte, mente y cerebroW. H. Newlon-Smilh - La- racionalidad de la ciencia •.C. Lévi-Strauss - Antropología estructuralL. Festingcr y D. Kalz - Los métodos de investigación en las ciencias socialesR. Arrillaga Tor rens - La naturaleza del conocerM. Mead - Experiencias personales y científicas de una antropólogaC. Lévi-Strauss - Tristes trópicosG. Deleuze - Lógica del sentidoR. Wuthnow - Análisis culturalG. De leuz e - El pliegueR. Rorty. 1. B. Schneewind y Q. Skinner - La filosofía en la historiaJ. Le Coff - Pensar la historiaJ. Le Goff - El orden de la memoriaS. Toulmin y 1. Coodfield - El descubrimiento del tiempoP. Bourdieu - La ontología política de Martin HeideggerR. Rorty - Contingencia. ironía y solidaridadM. Cruz - Filosofía de la historiaM. Blanchot - Él espacio literarioT. Todorov - Crítica de la críticaH. While - El contenido de la formaF. Rella - El silencio y las palabrasT. Todorov - Las morales de la historiaR. Koselleck - Futuro pasadoA. Cehlen - Antropología filosóficaR. Rorly - Ensayos sobre }¡eidegger y otros pensadores contemporáneosA. Schütz - La construcción significativa del mundo socialG. E. Lenski - Poder y privilegioM. Hammcrsley y P. Atkinson - Etnografía

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~o int~rmedio en~re un tratado metodológico abstracto y un prác-tICO«libro de cocina». Y esto es así porque, para nosotros metodo-logía y método, como teoría social e investigación empíri~a, depen-den una de otra. Ni siquiera pueden ser discutidas de formaseparada. En el capítulo que abre el libro consideramos los dife-rentes armazones metodológicos a través de los cuales ha sido vis-ta la etnografía, ~ynos extendemos sobre las implicaciones de loque. tomamos c~~o la característica principal de la investigaciónsocial: su reflexividad, el hecho de que es parte del mundo socialqU,eella estudia. Los capítulos siguientes se centran en aspectosmas concretos del trabajo etnográfico, defendiendo e ilustrando elpunto de vista reflexivo.

Escribimos este libro pensando en dos tipos de lectores. Por unlado los practicantes de la etnografía, culquiera que sea su gradode experiencia, estudiantes y profesionales. Aellos va dirigida nues-tra argumentación sobre las ventajas de pensar la etnografía en tér-minos de reflexividad en lugar de usar los principios del naturalis-mo. ~l mismo tiempo hemos. intentado escribir un libro que seaaccesible a los que tienen poco o ningún conocimiento de las técnicasetnográficas, aunque esos lectores bien pueden empezar la lecturapor el capítulo 2 y leer el primer capítulo más tarde, por ejemplo,después del capítulo 9. De esta forma, las cuestiones metodológi-cas abordadas en el capítulo 1 pueden ser situadas en su propiocontexto. ~

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CAPíTULO 1

¿ous ES LA ETNQqRAFIA?

En los últimos años, entre los investigadores de varios camposha crecido el interés, tanto teórico como práctico, por la etnogra-fía. En gran medida, ello se debe a la desilusión provocada por losmétodos cuantitativos, métodos que han detentado durante muchotiempo una posición dominante en la mayor parte de las cienciassociales. De todas formas, es propio de la naturaleza de los movi-mientos de oposición que su cohesión sea :nás negativa que positi-va: todo el mundo está más o menos de acuerdo en qué es a lo quehay que oponerse, pero hay menos acuerdo en la concepción de al-ternativas. Así, a lo largo de los numerosos campos en que ha sidopropuesta la etnografía, o a veces algo parecido a ella, podemosencontrar diferencias considerables en cuanto a las prescripcionesy a la propia práctica. Existe desacuerdo sobre si la característicadistintiva de la etnografía es el registro del conocimiento cul tural(Spradley, 1980), la investigación detallada de padrones de inter ac-ción social (Gumperz, 1981) o el análisis holístico de sociedades(Lutz, 1981). Algunas veces la etnografía se define como esencial-

,,..¡nente descriptiva, otras veces como una forma de registrar narra-tivas orales.(Walker, 1981);como contraste, sólo ocasionalmente sepone el énfasis en el desarrollo y verificación de teorías (Glaser yStrauss, 1967; Denzin, 1978).

Más adelante veremos cómo, para nosotros, la etnografía (o sutérmino cognado, «observación par ticipante») simplemente es unmétodo de investigación social, aunque sea de un tipo poco comúnpuesto que trabaja con una amplia gama de fuentes de informa-ción. El etnógrafo, o la etnógrafa, participa, abiertamente o de ma-nera encubierta, de la vida cotidiana de personas durante un tiem-po relativamente extenso, viendo lo que pasa, escuchando lo quese dice, preguntando cosas; o sea, recogiendo todo tipo de datosaccesibles para poder arrojar luz sobre los temas que él o ella han

\ elegido estudiar.En muchos sentidos la etnografía es la forma más básica de in-

vestigación social. No sólo tiene una larga historia (Wax, 1971) sino

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16 ETNOGRAF1A ¿ OUIO: ES LA ETNOGRAFtA) 17

que también guarda una estrecha semejanza con la manera cómola gente otorga sentido a las cosas de la vida cotidiana. Algunosautores ven en ello su fuerza básica, mientras otros lo ven comouna importante debilidad. La etnografía ha sido a veces descalifi-cada como impropia para las ciencias sociales porque los datos einformación que ella produce son «subjetivos», meras impresionesidiosincrásicas que no pueden proporcionar un fundamento sólidopara el análisis científico riguroso. Otros argumentan que sólo através de la etnografía puede entenderse el sentido que da formay contenido a los procesos sociales. Métodos «artificiales», talescomo experimentos y entrevistas codificadas, son rechazados bajoel argumento de que estos procedimientos son incapaces de 'captarel significado de las actividades humanas cotidianas. Realmente,debe rechazarse la noción de una ciencia de la vida social que ex-plica el comportamiento humano en términos causales.

Todas las investigaciones sociales sienten la tensión entre, deun lado, concepciones modeladas por las prácticas de las cienciasnaturales, y, de otro, por ideas sobre la especificidad del mundosocial y sus implicaciones respecto a la forma como éste deberíaser estudiado. A menudo esta tensión se presenta como una elec-ción entre dos paradigmas en conflicto (Wilson, 1971; Johnson, 1975;Schwartz y Jacobs, 1979). Además de que, con frecuencia, son va-rios los nombres dados a estos paradigmas, existe una considera-ble superposición de contenidos entre los díferentes estudios sobreel tema. Siguiendo la mayoría de los estudios precedentes llamare-mos a estos paradigrnas de «positivismo» y «naturalisrno», el pri-mero privilegiando los métodos cuantitativos, el segundo promo-cionando la etnografía como e! método central. si no e! únicolegítimo, de investigación social.

Desde nuestro punto de vista, las exposiciones sobre los para-digmas se entienden mejor cuando se presentan como intentos dereconstruir la lógica-en-uso (Kaplan, 1964) de la investigación so-cial. Desde la perspectiva, y especialmente, en lo que respecta ala etnografía, ni' e! positivismo ni el naturalisrno son completamen-te satisfactorios. En nuestra opinión, ambos comparten una mis-ma suposición fundamental que está equivocada: ambos mantienenuna separación radical entre la ciencia social y su objeto. Intenta-remos mostrar cómo una vez reconocido el carácter reflexivo dela investigación social como parte del mundo que estudia, muchosde los temas planteados por la disputa en torno al positivismo se

vuelven más fáciles de resolver, y aparece más clara la contribu-ción específica que puede aportar la etnografía.

Positivismo y naturalismo

Comenzaremos por examinar el positivismo y el naturalismo ysus implicaciones en la etnografía. No obstante, se debería notarque, si bien existe cierta afinidad entre las ideas que agrupamosbajo estos rótulos, no queremos decir con ello que los científicossociales puedan ser clasificados rígidamente en uno de los dos gru-pos que resultan de esta división. Efectivamente, incluso aquelloscuyos trabajos citamos para ejemplificar alguna característica delas dos perspectivas, no necesariamente se adhieren siempre a laperspectiva in tato. En vez de producir descripciones precisas delas perspectivas metodológicas de determinados grupos de científi-cos sociales, hemos preferido identificar dos corrientes influyen-tes de pensamiento sobre la naturaleza de la ciencia social en gene-ral y de la etnografía en particular. Durante todo el libro és tas nosservirán como referencias a partir de las cuales estableceremosnuestra propia posición.

El positivismo ha tenido una larga historia en la filosofía y al-canzó su apogeo con el «positivismo lógico» de los años treinta ycuarenta (Kolakowski, 1972). Este movimiento tuvo una considera-ble influencia sobre los científicos sociales, particularmente en lapromoción del status de la investigación experimental, de encues-tas y de formas cuantitativas de análisis asociadas con éstas. Mien-tras que antaño, tanto en sociología como en psicología social. lastécnicas de análisis cuantitativas y cualitativas generalmente se usa-ban simultáneamente (frecuentemente por el mismo investigador),actualmente hay una tendencia hacia la formación de tradicionesmetodológicas independientes, entre las cuales las legitimadas pore! positivismo se han vuelto dominantes. En estas disciplinas la dis-tinción entre métodos cuantitativos y cualitativos se ha metamor-foseado gradualmente en un abismo epistemológico.

Hoy en día, e! término «positivismo» se usa con una variedad desentidos confusos. Durante los últimos diez años se ha convertidoen un término del cual han abusado los científicos sociales. Para nues-tros propósitos, los principales dogmas del positivismo pueden serdesarrollados de la forma siguiente (para una discusión más detalla-da véase Keat y Urry, 1975; Giddens, 1979; y Cohen, 1980):

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18 ETNOGRAFIA

1. La ciencia natural, concebida en términos de la lógica del expe-rimento, es el modelo de la investigación social. Aunque es cier-to que los positivistas no quieren decir que todos los métodosde las ciencias naturales sean iguales, sí que asumen que elloscomparten una lógica común. Ésta es la lógica del experimentodonde variables cuantitativamente medidas son manipuladascon el objetivo deidentificar las relaciones existentes entre ellas.Esta lógica, dicen, es la característica definidora de la ciencia.Leyes universales. El positivismo ha adoptado una concepcióncaracterística de la explicación, normalmente llamado modelode la «ley protectora». Aquí los eventos son explicados siguien-do un método deductivo por medio del apelo a leyes universa-les que establecen relaciones regulares entre variables, y quepermanecen constantes en todas las circunstancias. Sin embar-go, la versión estadística de este modelo, en el cual las relacio-nes tienen sólo una determinada probabili-dad de aplicarse atodas las circunstancias, ha sido la más adoptada por los cien-tíficos sociales, y esto ha motivado un gran interés por los pro-cedimientos de muestreo, especialmente en las investigacionesque utilizan encuestas. En este modelo es especialmente impor-tante la capacidad de generalizar resultados.El lenguaje de la observación neutrtñ, Por último, se le otorgaprioridad epistemológica y/u ontológica a los fenómenos queson directamente observables; cualquier apelo a intangibles co-rre el riesgo de ser descalificado como un sinsentido metafí-sico. Las teorías científicas deben estar fundadas en -y proba-das por medio de- descripciones que simplemente correspon-dan al estado de las cosas, sin envolver presupuestos teóricos,quedando así libre de dudas. Esta fundamentación puede con-sistir en datos proporcionados por los sentidos -como en elempirismo tradicional, o, como en versiones más tardías- delámbito de lo «directamente observable»: el movimiento de losobjetos físicos, el J¡ercurio en un termómetro, por ejemplo, per-mite con más facilidad alcanzar un consenso entre todos losobservadores. Pero la observación en ciencias sociales no es unaactividad tan transparente como leer un termómetro, lo que hallevado a que la preocupación por adoptar un lenguaje teórica-mente neutro haya puesto todo el énfasis en la estandarizaciónde los procedimientos de observación. Se intenta con ello ele-borar criterios sólidos que sean estables para todos los obser-vadores. Si los criterios son confiables en este sentido, se argu-

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¿QUJ:. ES LA ETNOGRAFtA? 19-

ye, tendremos una base teóricamente neutra sobre la cual tra-bajar.

Central al positivismo es, pues, una determinada concepción delmétodo científico, siguiendo el modelo de las ciencias naturales,y, en particular, el de la física (Toulmin, 1972), Método, aquí, quie- ,e decir verificación de teorías, Se traza una distinción radical en- \re el contexto de los descubrimientos y el contexto de la justifica- \

ción (Reichenbach, 1938 y 1951), Son los procedimientos usados enel segundo los que marcan la diferencia' entre la ciencia y el senti-do común, con el objetivo de reemplazar éste por un cuerpo de co-nocimientos científico,

La característica más importante de las teorías científicas esque éstas están abiertas y sujetas a comprobación: pueden ser con-firmadas o falsadas. Este procedimiento de comprobación consisteen verificar lo que la teoría dice que ocurre bajo ciertas circuns-tancias; es decir, cotejar la teoría con los «hechos» (Goode y Hatt,1952), Estos hechos seregistrañPOr~edio'de"mJtodos que, comolos hechos, son vistos como teóricamente neutros; de otra forma,dicen, no podrían proporcionar validez a la teoría, En particular,los intentos realizados con el propósito de eliminar los efectos delobservador se llevan a cabo mediante el desarrollo de un cuerpoteórico explícito y estandarizado, Ello permite que otros puedanhacer réplicas, de forma que se pueda apreciar la confiabilidad delos resultados (Moser y Kalton, 1971), Por ejemplo, en las investiga-ciones que usan encuestas, el comportamiento de los entrevistado-res debe ser especificado en relación al enunciado de las preguntasy al orden en el cual éstas son formuladas, En experimentos, el com-portamiento de los experimentadores y las instrucciones que él oella dan a los sujetos están muy detallados, Si se puede asegurarque todas las personas sometidas a experimentos o encuestas a lolargo de diferentes situaciones de estudio se han confrontado conel mismo tipo de estímulos, entonces, se argumenta, sus respues-tas serán conmensurables. Cuando no se emplean tales procedimien-tos explícitos y estandarizados, como ,en la observación participan-te, entonces, continúan diciendo, es imposible saber cómointerpretar las respuestas puesto que no sabemos con precisión aqué están respondiendo. Tales investigaciones, dicen, sólo puedenhacer especulaciones sobre relaciones causales ya que no hay unabase disponible que permita verificar hipótesis.

Como reacción contra este criticismo positivista, en los últimos

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20 ETNOGRAFíA

cuarenta años los etnógrafos han desarrollado una perspectiva al-ternativa sobre la naturaleza propia de la investigación social, fre-cuentemente denominada «naturalisrno» (Blumer, 1969; Lofland,1967; Matza, 1969; Denzin, 1971; Schatzman y Strauss, 1973; Guba,1978; véase también Williarns, 1976).

El naturalismo propone que, tanto cuanto sea posible, el mun-do social debería ser estudiado en su estado «natural», sin ser con-taminado por el investigador. Procedimientos «naturales», no «ar-tificiales» como experimentos o entrevistas formales, deberían serla fuente primaria de datos. Además, el desarrollo de la investiga-ción debe ser sensible respecto a la naturaleza del lugar. Un ele-mento clave para el naturalismo es la insistencia en que el investi-gador social adopte upa aptitud de «respeto» o «aprecio» hacia elmundo social. Como dice Matza, el naturalismo es la perspectiva, ,

-." que permanece fiel a la naturaleza de fenómeno que se está estu-diando (1964:5). Esto se contrapone a la concepción positivista delmétodo científico como una reconstrucción de la experiencia de lasciencias naturales:

La realidad existe en el mundo empírico y no en los métodos usadospara estudiar ese mundo; ésta debe ser descubierta en el análisis deese mundo ... los métodos son meros instrumentos diseñados paraidentificar y analizar el carácter inmutable de! mundo empírico y,como tales, su valor existe sólo en la medida en que son apropiadospara la realización de esta tarea. En este sentido fundamental. losprocedimientos empleados en cada fase de la acción científica inves-tigadora deberían ser valorados en términos de su grado de respetoa la naturaleza del mundo empírico que estudian -si lo que ellospresentan como e! verdadero significadó del mundo empírico lo esrealmente.

(Blumer, 1969:27-28)

De acuerdo con esta perspectiva, un primer requisito de la in-vestigación social es ser fiel a los fenómenos que se están estudian-do, y no a algún cuerpo particular de principios metodológicos, aun-que éste esté sólidamente fundamentado por argumentos filosóficos.Además, los fenómenos sociales presentan características muy di-ferentes de los fenómenos naturales. El naturalismo se mueve den-tro de una amplia gama de corrientes filosóficas y sociológicas: elinteraccionismo simbólico, la fenomenología, la hermenéutica, lafilosofía lingüística y la etnometodología. Desde diversas perspec-tivas, esta variedad de tradiciones coinciden en que el mundo so-

¿QUt ES LA ETNOGRAF1A? 21

cial no puede ser entendido en términos de relaciones causales omediante el encasillamiento de los eventos sociales bajo leyes uni-versales. Esto es así porque las acciones humanas están basadase incorporadas por significados sociales: intenciones, motivos, ac-titudes y creencias. Así por ejemplo, en el corazón del interaccio-nismo simbólico yace una reacción contra el modelo de comporta-miento basado en la dinámica estímulo-respuesta, desarrollado porlos argumentos metodológicos del positivismo. Desde el punto devista de los interaccionistas, la gente interpreta estímulos, y esasinterpretaciones, sujetas a una continua revisión conforme al acon-tecer de los eventos, moldean sus acciones. El mismo estímulo físi-co puede significar cosas diferentes para personas diferentes e in-cluso para las .misrnas personas en situaciones diferentes.

Según esta argumentación, el uso de métodos estandarizados noasegura de ninguna manera la conmensurabilidad de la informa-ción producida. De hecho, ocurre más bien lo contrario. Las inter-pretaciones de un mismo grupo de instrucciones experimentaleso cuestiones de entrevista variarán, indudablemente, de una perso-na a otra y en ocasiones diferentes. De acuerdo con el naturalismo,para comprender el comportamiento de la gente debemos aproxi-mamos de forma que tengamos acceso a los significados que guíanese comportamiento. Afortunadamente, las capacidades que hemosdesarrollado como actores sociales pueden damos ese acceso. Comoobservadores participantes podemos aprender la cultura o subcul-tura de la gente que estamos estudiando. Podemos llegar a inter-pretar el mundo de la misma forma que ellos lo hacen.

La necesidad de aprender la cultura de aquellos a quienes esta-mos estudiando es mucho más obvio en el caso de sociedades dis-tintas a la nuestra. Aquí no sólo no podemos saber el por qué lagente hace lo que hace, muchas veces ni siquiera sabemos qué eslo que están haciendo. Nos encontramos como en la situación deextrañamiento referida por Schutz (1964). Schutz cuenta que du-rante las semanas y los meses siguientes a la llegada del inmigran-te a la sociedad de acogida, lo que él o ella pensaban sobre aquellasociedad se revelaba de dudosa validez, incluso falso. Además, as-pectos que se ignoraban porque previamente se habían considera-do de poca importancia, paulatinamente iban adquiriendo gran sig-nificación, lo que hacía necesario afrontarlos para cumplir objetivosimportantes. tal vez incluso hasta para lograr la propia supervi-vencia del recién llegado. En el proceso de aprendizaje de cómocomportarse en las situaciones extrañas que componen el nuevo

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22 ETNOGRAFIA

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ambiente, el extraño va adquiriendo un conocimiento interno quesuplanta al conocimiento «externo» previo. Schutz señala que, comoconsecuencia de estar forzado a entender la cultura de la sociedadde acogida, el extraño adquiere una cierta objetividad no accesiblepara los miembros de la cultura en cuestión. Éstos viven dentrode su cultura, incapaces de verla como algo que no sea un simplereflejo de «cómo es el mundo». No son conscientes de elementosfundamentales, muchos de los cuales son distintivos de esa culturay moldean su visión.

Como señala Schutz, la experiencia del extrañamiento no estávetada para los que se mueven en el interior de una determinadasociedad. El movimiento entre grupos dentro de una sociedad pue-de producir los mismos efectos aunque, generalmente, de maneramás suave. De acuerdo con lo que dicen los naturalistas, el valorde la etnografía como método de investigación social se funda enla existencia de dicha variedad de padrones culturales -ya sea den-tro de una misma sociedad o entre sociedades diferentes- y en surelevancia para entender procesos sociales. La etnografía explotala capacidad que cualquier actor social posee para aprender nue-vas culturas, y para alcanzar la objetividad a la que lleva este pro-ceso. Incluso cuando él o ella están investigando un grupo o lugarfamiliar el observador participante tiene que tratarlo con «extra-ñamiento antropológico», en un esfuerzo por hacer explícitas lassuposiciones que los «nativos» naturalizan como miembros de esacultura. De esta forma, la cultura se vuelve susceptible de ser tra-tada como objeto de estudio. A través de la marginalidad, en la pers-pectiva, y quizá también en la posición social del investigador, elnaturalismo sostiene que es posible construir un relato de la cultu- I~.ra estudiada en el que ésta aparezca como independiente y externa lal investigador; en otras palabras, como un fenómeno natural. Dehecho, la principal finalidad es la descripción de culturas. Se re-nuncia ;-ia-búsqueda de leyes universales en favor de descripcio-nes detalladas de la experiencia concreta de la vida dentro de unacultura particular, y de las reglas o padrones sociales que la cons-tituyen. No se contemplan intentos de ir más allá de esto, para ex-plicar formas culturales específicas. Como dice Denzin (1971: 168)«los naturalistas se resisten a los esquemas o modelos que simpli-fican la complejidad de la vida cotidiana».

En conclusión, el naturalismo presenta la etnografía como elmétodo preeminente, si no exclusivo, de investigación social. Elloes así porque cualquier predicado sobre el comportamiento huma-

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¿QUt ES LA ETNOGRAFIA? 23

no requiere que entendamos los significados sociales que. no~ in-forman sobre aquél. La gente interpreta los estímulos en t~rmmo,sde tales significados, no responden meramente ante el ambiente fí-sico. Tal comprensión requiere que aprendamos la cultura de aque-llos a quienes estamos estudiando. Y esto no se ?uede hacer pormedio del seguimiento de procedimientos estanda.nzados; :s un pro-ceso natural análogo a la experiencia de cualquier extran.o apren-diendo la cultura de un grupo. La tarea consiste en realizar des-cripciones culturales; cualquier cosa que vaya más al~á de .esto serárechazada por imponer simples categorías y la arb~.tranedad. d~linvestigador sobre una realidad compleja. La centr.alIdad de! Signi-ficado tiene como consecuencia que el comportamiento de las per-sonas sólo pueda ser entendido dentro de un contexto. Por esta ra-zón, se debe estudiar el comportamiento «natu ral » de las person~~:

. no podemos entender el mundo social e~tudiando e~tí~ulo~ artlf~-ciales a través de experimentos o entrevistas. Restringir la Investi-gación de prácticas sociales a tales procedimientos es a~enas des-cubrir cómo la gente se comporta en situaciones expenmentalesy de entrevistas.

Los problemas del naturalismo

Los orígenes de la confrontación er:tre.las posi~iones sobre lanaturaleza de la investigación social que hemos Visto puede~ re-montarse a las diferencias entre Platón y Aristóteles (Von Wnght,1971; Levy, 1981). De cualquier manera, será espe,cialme~ t.e en losúltimos cincuenta años cuando esas ideas generaran tradlcIone~ deinvestigación específicas dentro de algunas disciplinas de las CIen-cias sociales. Estudiosos del siglo XIX, tales como Mayhew (1861),LePlay (1879), y Booth (1902-1903), ~sab.an de forma comple.~enta-ria las técnicas cuantitativas y cualitativas. Incluso los sociólogosde la Escuela de Chicago, frecuentemente representados .~omo r~-dicales interaccionistas Y archiexponentes de la observaclOn, parti-cipante, empleaban tanto los «estudios de caso» como los met~d.os«estadísticos». Si bien había constantes debates entre ellos rervm-dicando los usos y ventajas relativas de cada técnica, había un c?n-senso generalizado sobre el valor de ambas (Harvey, 19~2). Ha sidomás recientemente con e! rápido desarrollo de los metodos esta-dísticos y la crecie~te influencia de la filo.sofía positivista, que lainvestigación basada en cuestionarios ha Sido contemplada por al-

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gunos de sus practicantes como una tradición metodológica auto-suficiente. En psicología social este proceso comenzó con anterio-ridad y fue donde los experimentos se hicieron más dominantes.

En sociología, el naturalismo surgió como una reacción contrael crecimiento de la tradición que investigaba a través de cuestio-narios, con la intención de construir un paradigma alternativo, di-señado para proteger de la crítica positivista la etnografía y otrastécnicas cualitativas. El pionero en las décadas de los 40 y 50 fueHerbert Blumer (Blurner, 1969), y en los años 60 esta tendencia fuereforzada por el renacimiento de la sociología interpretativa. In-cluso dentro de la antropología, donde la etnografía siempre ha sidoel principal método de investigación, se ha producido una tenden-cia similar, aunque menos intensa, hacia el establecimiento de va-rias tradiciones de investigación (Pelto y Pelto, 1978). En psicologíasocial sólo más recientemente la hegemonía de los experimentosha estado seriamente amenazada (Harré y Secord, 1972; Cronbach,1975; Rosnow, 1981).

Indudablemente, muchas de las críticas naturalistas al positi-vismo están bien fundadas. La fuerza de algunas de éstas ha llega-do inclusive a ser reconocida por experimentalistas y diseñadoresde encuestas.· Los problemas que devienen de establecer inferen-cias a partir de respuestas conseguidas bajo condiciones de experi-mentación, o en deducir lo que la gente hace cotidianamente a par-tir de lo que es dicho en una entrevista, han sido listado bajo eltítulo de «validez ecológica» (Brunswik, 195q; Bracht y Glass, 1968).En la mayoría de las ciencias naturales, la generalización de resul-tados a través del tiempo y del espacio presenta pocos problemas.Las sustancias químicas, por ejemplo, generalmente no se compor-tan de manera diferente si están dentro o fuera de las paredes dellaboratorio. No obstante, esto parece ser un serio problema en elestudio del comportamiento humano. A partir de una mínima re-flexión sobre la vida cotidiana, se percibe que, sin duda, la gentese comporta, y se espera que se comporte, de forma diferente enfunción del contexto [Deutscher, 1973).

Uno de los aspectos de validez ecológica -el efecto de los inves-tigadores y sus procedimientos tienen sobre las respuestas de laspersonas estudiadas- ha sido objeto de una atención considerable(Orne, 1962; Rosenthal, 1966; Hyman, 1954; Sudrnan, 1974; Schu-man, 1982). Sirnilarmente, el reconocimiento de las dificultades exis-tentes en la interpretación de las respuestas de los informantes hallevado a llamamientos para fomentar trabajos piloto de tipo etno-

gráfico en encuestas y de entrevistas informales en experimentos.Ha habido incluso llamamientos para que la observación partici-pante sea usada como suplemento o complemento de estos méto-dos (Crowle, 1976).

Por supuesto que los que trabajan dentro de la tradición de cues-tionarios y experimentos no suelen extraer las mismas conclu-siones jlel criticismo naturalista que las que extraen los propiosnaturalistas. Comprensiblemente, ellos se muestran reticentes aabandonar experimentos y encuestas a cambio de una confianzaexclusiva en la etnografía. Y todavía están menos dispuestos a acep-tar la hostilidad de los naturalistas frente a las explicaciones cau-sales y, desde nuestro punto de vista, hacen bien en no aceptarla.Si muchos de ellos ya se han dado cuenta de las implicaciones po-sitivas que devienen del naturalismo, ciertamente, es correcta sunegativa a incorporarlo in 1010.

Los naturalistas tienen razón al señalar los peligros que residenen extraer inferencias de lo que la gente hace cotidianamente a par-tir de lo que los informantes dicen y hacen en situaciones de inves-tigación, pero el problema de la validez ecológica es más sutil delo que ellos suponen. Los procedimientos «artificiales» no sólo notienen por qué ser siempre ecológicamente poco representativos enaspectos significativos, sino que los resultados de investigacionesllevadas a cabo bajo los procedimientos del naturalismo tambiénpueden ser ecológicamente inválidos. Debido a la influencia que elobservador participante puede tener en el lugar estudiado, ylo losefectos de los ciclos temporales dentro de un lugar (Ball, 1983), lasconclusiones que él o ella extraen de los datos no son necesaria-~ente válidos para el mismo lugar en situaciones diferentes. Porla misma razón, descubrimientos producidos por la observación par-ticipante en un lugar pueden no ser válidos para otro lugar del «mis-mo tipo».

A un nivel más profundo, la noción misma de procedimientos"naturales» y «artificiales» conduce a una situación confusa. Para-dójicamente, para aceptar esta distinción es necesario tomar porreal la retórica de los posi tivis tas, es decir, pensar como si ellosrealmente se hubieran convertido en marcianos, observando a lasociedad desde fuera (Davis, 1973). Los métodos artificiales esta-blecidos por los investigadores son parte de la sociedad. Verdade-ramente, la fuerza real de la crítica naturalista a experimentos ycuestionarios consiste precisamente en decir que éstos se dan enocasiones sociales sujetas a procesos de interpretación simbólica

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e interacción social ubicados dentro de la sociedad y que ad ', emas,ame~azan cons.tantemente con invalidar los intentos positivistas demanipular vanables.

Esta ambivalencia por parte del naturalismo acerca de la natu-raleza de, los pro.cedimie~tos «artificiales» es síntoma de un pro-blema mas amplio ".Ref~~Ja un conflicto entre la descripción quenos dan de I~ ,mvestlgaclOn social, bordeando el realismo ingenuo,y su :onc:I:>clOn de los actores sociales, derivada del interaccionis-mo simbólico y .o.tr~s formas de sociología interpretativa.

~onde el posrtivismo enfatiza la verificación de hipótesis, y en~artlcu!ar el papel de «experimentos cruciales», el naturalismo de-f~ne la lD~estigaci~n. ~omo una exploración. Hay un fuerte parale-l~smo aqui con la vision de algunos de los científicos naturales pris-tinos:

En los inicios de la ciencia se creía que la verdad yacía a nuestroalreded~r... estaba allí para ser tomada ... esperando, como un cam-po de tngo, esperando pacientemente a ser cosechado y almacena-do. La verdad se nos revelaría a sí misma si observáramos la natura-leza con la vi~ión amplia y la percepción inocente que se pensabaque la humanidad había poseído en los días felices que precedierona la condena del pecado origina!. .., antes que nuestros sentidos secegaran por el prejuicio y la ofensa. Así, l'ir verdad sólo puede sercaptada SI apartamos el velo del prejuicio y observamos las cosastal como ellas son.

(Medawar, 1979:70)

De acuerdo con el naturalismo, antes que importar métodos delas ciencias físicas, debemos a~optar una aproximación que respe-te la naturaleza del mundo SOCIal y que permita revelamos su na-turaleza. Alguna: veces este argumento toma una dimensión políti-ca porque el o~Jeto que se estudia en la investigación social sonperso~as que tlene~ sus propios puntos de vista, perspectivas quea, tr.aves de sus acciones también moldean el mundo social. La teo-na lDtera~cionista muestra cómo algunos grupos poderosos son ca-paces d: .I~poner a otros sus «definiciones de la realidad», y queeste anál isi s es perfectamente aplicable a la investicración socialc?,ncluy~ndo que la ciencia no debería colaborar así con la,opre:sion social. Como respuesta a esto, la tarea investigadora se redefi-ne como comprensiva con las perspectivas de los actores socialesen especial con las de los «dominados» (Becker 1967' Go Id '1968). ' rÓ>: u ner,

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Aunque es un buen antídoto para la exagerada preocupación delpositivismo con la verificación de hipótesis, esta metodología in-ductista está fundamentalmente equivocada. ¿Cómo podemos des-cubrir la naturaleza del mundo social sin emplear algún tipo demétodo? Efectivamente, ¿no es precisamente el descubrimiento dela naturaleza de los fenómenos sociales el objetivo de las cienciassociales? Mientras que algunos métodos pueden ser más estructu-rados y selectivos que otros, cualquier investigación exploratoria.sin duda, envuelve selección e interpretación.' Incluso en los estu-dios a más pequeña escala, no podríamos emprender una descrip-ción de todos los fenómenos; cualquier descripción que produja-m~s estará .inevitablemente basada sobre inferencias. Así, porejemplo, cuando procedemos a describir una cultura, operamos so-bre el supuesto de que existen «cosas» a las que se llama culturasy que tenemos alguna idea de cómo son; y, entre lo que observa-mos, seleccionamos para el análisis los aspectos que juzgamos sean«culturales». Si bien es verdad que no hay nada malo en tales des-cripciones culturales, el tipo de metodología empirista propia delnaturalismo lleva la teoría implícita y, así, impide sistemáticamen-te su desarrollo y verificación.

Uno de los predicados más importantes del naturalismo es quetodas las perspectivas y culturas son racionales, Comprender unacultura se convierte en el primer requisito, y cualquier intento deexplicarla en términos de intereses materiales o distorsiones ideo-lógicas es vista como incompatible con tal comprensión. Aquí con-funden la notable diferencia que hay entre inteligibilidad y valida-ción, Las perspectivas no tienen por qué ser verdaderas para serinteligentes, aunque es necesario decir que toda ciencia debe asu-mir que la verdad es inteligible, El naturalismo adopta la suposi-ción, bastante común pero errónea, de que sólo las falsas creenciaspueden ser explicadas sociológicamente, lo que conduce a un rela-tivismo extremo. Si bien evitan las consecuencias normales del re-lativismo -la imposibilidad de cualquier conocimiento-, el costees, de cualquier modo, bastante alto: la investigación social se limi-ta a la descripción cultural. Ir más allá equivaldría a decir que lasculturas estudiadas son artificiales, producto de causas sociales,en vez de ser los miembros de esa cultura los que constituyen larealidad.

Ésta es una conclusión paradójica. En cuanto los miembros deuna cultura pueden, libre y legítimamente, contrastar las represen-taciones con los hechos, y frecuentemente usan explicaciones cau-

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sales para referirse al comportamiento de otros, el científico socialno puede hacer esto so pena de ser acusado de "distorsionar la rea-lidad». La vía de escape que e! naturalismo tiene para huir del rela-tivismo consiste en aplicar teorías diferentes a la forma en que in-vestigadores sociales de un lado y miembros de una cultura de otro,otorgan sentido al mundo social. Las restricciones que se imponena la investigación social hacen que ésta se limite a la descripcióncultural, y sirven para mantener separadas esas dos teorías y pre-venirlas de entrar en conflicto.

En efecto, lo que tenemos aquí es la misma distinción entre cien-cia y sentido común que residía en el corazón del positivismo. Aun-que el naturalismo conceptualiza la ciencia y el sentido común deforma muy diferente e invierte su status y su poder, la distinciónpermanece. Esta distinción es similar a la adoptada en muchas ocu-paciones y frecuentemente planteada por científicos sociales al res-pecto del conocimiento profano y profesional. Por supuesto que lacuestión de establecer quién es profesional y quién es lego, es rela-tiva a una determinada ocupación, pero el contraste entre cienciay sentido común, como otras estrategias usadas por los profesiona-les para resaltar su sabiduría frente a la ignorancia de! resto delos legos, oscurece la realidad. Efectivamente, la distinción entreciencia y sentido común, ya sea usada por el pos invismo o por elnaturalisrno, viene a querer decir que la ciencia es muy diferentea la sociedad y que los científicos, qua científicos, son bastante di-ferentes a la gente en general.

•Reflexividad

La separación entre ciencia y sentido común, entre las activida-des del investigador ff las de los investigados, permanece en el cen-tro tanto del positivismo como del naturalismo. Es esto lo que lle-va a la obsesión que ambos tienen por eliminar los efectos delinvestigador sobre los datos. Para unos la solución es la estandari-zación de los procedimientos de investigación, para los otros es laexperiencia directa del mundo social, cuya versión extrema seríaaconsejar al etnógrafo para que se «rinda» a las culturas que deseaestudiar (Wolff, 1964; .Iules-Rosette 1978). Ambas posiciones asu-men que es posible, al menos en teoría, aislar una serie de datosno contaminados por el investigador, posible en cuanto él o ellase han vuel to autómatas o receptores neutrales de experiencias cul-

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turales. Sin embargo, es inútil perseguir este tipo de cosas en lainvestigación empírica puesto que todo tipo de datos presupone untrasfondo teórico (Hanson, 1958).

El primer y más importante paso que hay que dar para resolver1,/<; problemas planteados por el positivismo y el naturalismo esrttonocer el carácter reflexivo de la investigación social, o sea, re-Umocer que somos parte del mundo social que estudiamos (Gould-ner, 1970; Borhek y Curtis, 1975; y Hammersley, 1982b). y esto not>, meramente una cuestión metodológica, es un hecho existencia!./';,/ hay ninguna forma que nos permita escapar del mundo socialV'lra después estudiarlo ni, afortunadamente, ello es siquiera nece-~"rio. No podemos evitar el confiar en el conocimiento del «sentí-d!, común» ni eludir nuestros efectos sobre los fenómenos socialesCjIJe estudiamos. Hay pues tan poca justificación en rechazar el co-r"JCimiento del sentido común sobre la base de que éste es irrele-\':'nte como en aceptar que es «válido en sus propios términos»:f;r, tenemos una perspectiva conclusiva y es tanda rizada que permi-¡;, juzgarlo. Debemos trabajar con e! conocimiento que tenemos,I ';1~<)nociendoque puede ser erróneo, y someterlo a un examen si s-l':rnático cuando la duda parezca estar justificada. Similarmente,r:', vez de tratar la reacción ante nuestra presencia meramente como1;:1<1 suerte de parcialidad, podemos explotarla. Estudiar cómo la~':nte responde a la presencia del investigador puede ser tan infor-'r:.,,-tivocomo analizar la forma como ellos reaccionan frente a otras::.tuaciones.

Cualquiera que sea la distintividad de los propósitos de la cien-'.~ social, los métodos que emplea no son otra cosa que refinarnien-"/, o desarrollos de los métodos que se usan en la vida cotidiana.:.':lO es obvio en e! caso de la etnografía, y tal vez también en el.''/) que los historiadores hacen de documentos (Ba rzun y Graff,

o : ',7()j, pero es igualmente cierto para otros métodos. La entrevista,'/,mo «conversación estructurada», no es de ninguna manera ex-.. usiva de la investigación socia!' La entrevista periodística, la de'/'. trabajadores sociales, la de los investigadores de mercado y la

':1: los científicos sociales son respectivamente portadoras de ea-:"'-'-erísticas específicas, variaciones superpuestas de un único for-::,;;to interactivo. Lo mismo se aplica, de forma tal vez no tan clara,=:. experimento. Aunque pocas personas aparte de los científicos.0.<1n experimentos de laboratorio, la concepción genérica de la ex-/':Timentación está ampliamente extendida. Como explica Medawar.; 'n9:69) «en e! sentido original baconiano es algo planeado, como

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opuesto a la experiencia natural o a los acontecimientos -es unaconsecuencia de "probar"". Los experimentos son preguntas quese hacen al mundo: «¿qué pasaría si ...?". Este tipo de experimenta-ción es común en la vida cotidiana y el experimento «genuino» delaboratorio es simplemente un refinamiento de esto. La experimen-tación se funda sobre los principios más básicos de la verificaciónde hipótesis a través de la comparación de casos. Lo que se com-prueba son predicciones, que no necesitan ser relativas a eventosfuturos, sin considerar tampoco las que son plausibles de manipu-laciones por parte del investigador. Son predicciones en el sentidode que anteceden el conocimiento que el investigador tiene de suvalor de verdad (Reilly, 1970).

Decimos entonces que la verificación de hipótesis no está nece-sariamente restricta a la 'ciencia. De hecho, la importancia de lacomprobación de hipótesis ya ha sido destacada en una amplia va-riedad de áreas, incluyendo la percepción (Gregory, 1970) y el len-guaje (Chomsky, 1968). Inclusive juega un papel relevante en el pro-ceso que el naturalismo define como central a la investigación social:comprender las acciones de otros, Cuando observamos el compor-tamiento de personas derivamos hipótesis cre nuestro conocimien-to cultural para describir y explicar sus acciones, hipótesis que con-frontamos con información posterior. Así, por ejemplo, si tenemosalguna idea de cómo es la vida en una escuela, podremos adivinarque cuando un alumno levanta su mano puede querer decir queél se está ofreciendo para responder a una pregunta del profesor,o se está presentando como voluntario para hacer alguna tarea, oquiere preguntar alguna cosa que no ha entendido, Para descubrircual de estas explicaciones es la correcta, o si hay alguna otra quesea más apropiada, tenemos que investigar el contexto en el queocurre la acción; esto es, tenemos que extraer significados posiblesde la cultura circundante o de otras acciones aparentemente rele-vantes, Una vez hecho esto, debemos comparar los significados po-sibles de cada acción y decidir qué forma toma el modelo de com-portamiento más plausible, Así, para tomar un ejemplo simple, siel profesor acaba de hacer una pregunta, podríamos concluir queel alumno se está ofreciendo para proporcionar una respuesta. Si,de todas formas, el profesor elige otro alumno para responder yéste da una respuesta satisfactoria, y nuestro alumno todavía con-tinúa con la mano levantada, podemos sospechar que su verdaderaintención original no era responder a la pregunta del profesor sinodecir o pedir una cosa diferente, Puede ser también que el alumno

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¿QuE: ES LA ETNOGRAFIA? 31

esté soñando y no se haya dado cuenta de que la pregunta ya hasido respondida, o que él piense que la respuesta dada es incorrec-ta o quiera añadir algo a lo dicho. Estas hipótesis alternativas pue-den ser probadas con observaciones prolongadas y quizá tambiénpor medio de preguntas realizadas al alumno en cuestión.

La moraleja que se saca de esto es que cualquier investigaciónsocial toma la forma de observación participante: implica partici-par en el mundo social, cualquiera que sea su papel, y reflexionarsobre los efectos de esa participación, Indistintamente del métodoutilizado, en esencia no es diferente a otras formas de actividadpráctica cotidiana, aunque por supuesto esté más cercano de unasque de otras. Como participantes en el mundo social también so-mos capaces, al menos en anticipaciones o retrospectivas, de ob-servar nuestras actividades «desde fuera», como objetos en el mun-do, Ciertamente, es esta capacidad la que nos permite coordinarnuestras acciones, Aunque hay diferencias en los propósitos y a ve-ces también en el refinamiento del método, la ciencia no empleaun equipamiento cognitivo de un tipo esencialmente diferente alque está disponible para los no científicos,

Según nuestra opinión, la reflexividad tiene algunas implicacio-nes metodológicas importantes, Por una parte, parecen imposibleslos intentos de basar la investigación social sobre'fundamentos epis-temológicos independientes del conocimiento del sentido común,Como señala Rescher (1978:20), la búsqueda de «verdades certeras,cristalinas e indudables, completamente inalcanzables por la posi-bilidad de la invalidación ... representa una de las búsquedas másquijotescas de la filosofía moderna». Ésta es una visión que se co-rresponde estrechamente con el « sentido común crítico» de Peirce(Reilly, 1970; Almeder, 1980).

El mismo argumento se puede utilizar contra los esfuerzos porconstruir paradigmas de investigación social alternativos fundadosen' suposicidhes epistemológicas y anta lógicas opuestas, Ello noslleva a ver las ciencias sociales compartiendo muchas cosas conlas ciencias naturales, constituyéndose ambas en la vanguardia delconocimiento del sentido común, Si bien es cierto que los paradig-mas juegan un importante papel en la ciencia, su carácter es segu-ramente menos globalizador de lo que Kuhn y algunos de los quehan seguido sus ideas frecuentemente sugiere (Keat y Urry, 1975),Además, las diferencias de perspectiva de la investigación socialson meras reconstrucciones de su lógica; son hipótesis sujetas aevaluación en contacto con las evidencias disponibles y con las que

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estarán disponibles en el futuro. Como hipótesis, no deben ser tra-tadas como verdades definitivamente validadas, incluso si, para lospropósitos prácticos del trabajo científico, son tomadas como ver-daderas hasta nueva orden.

La reflexividad tiene repercusiones en la práctica de la investi-gación social. Antes que enzarzamos en intentos fútiles de elimi-nar los efectos del investigador sobrelos datos deberíamos preo-cupamos por entenderlos; un punto que Schuman ha señaladorecientemente en relación a encuestas:

La posición básica que tomaré es simple: los artificios están en lamente de quien los ve. Fuera de una o dos excepciones, los proble-mas que ocurren durante las encuestas, si los tomamos en serio comoacontecimientos de la vida, son oportunidades que se nos brindanpara una mejor comprensión. Aquí distinguimos entre la encuestasimple y la encuesta científica ... Una concepción simplista de la in-vestigación de encuestas toma las respuestas literalmente, ignora lasentrevistas como fuentes de influencia y no lleva en serio el proble-ma del muestreo. T}napersona que procede de esta manera proba-blemente caerá e.nla ttampa de su instrumental analítico. La encuestacientífica, por el contrario, valora la investigación con encuestas encuanto búsqueda de significados; las ambigüedades del lenguaje yde la comunicación, las discrepancias entre actitudes y comporta-mientos, incluso los problemas sin respuesta, en vez de ser ignora-dos o simplemente vistos como obstáculos a le investigación eficien-te, proporcionan una parte importante de la información.

(Schuman, 1982:23)

Es decir, que <do que 'se considera corno un artificio si es toma-do ingenuamente, refleja un acontecimiento de la vida' si lo toma-mos en serio» (1982:24). Para entender los efectos de la investiga-ción y sus procedimientos, necesitamos comparar informacionesobtenidas en diferentes niveles de reacción a la investigación. Unavez que hayamos abandonado la idea de que el carácter social dela investigación puede ser estandarizado o eludido, ya sea por me-dio de una metamorfosis en una «mosca en la pared» o medianteuna «participación total», el papel del investigador como partici-pante activo en el proceso de investigación se tornará más claro.

~ • .> El investigador o investigadora son el instrumento de investigaciónpar excellence. El hecho de que el comportamiento y las actitudesvaríen con frecuencia dependiendo del contexto, y de que el inves-

¿QUf: ES LA ETNOGRAFlA? 33

tigador pueda jugar un papel importante en la configuración de esoscontextos, se vuelve central para el análisis. Los datos no debenser tomados acríticamente por sus apariencias, sino que deben sertratados como un campo de inferencias en el cual pueden ser iden-tificados los modelos hipotéticos y probada su validez. Con el obje-to de llegar a conclusiones teóricas se exploran díferentes-est rate-gias de investigación y se comparan sus efectos. Lo que está en juegoaquí es la adopción de una mentalidad experimentalista, en el sen-tido genérico que le hemos dado antes. Las teorías deben hacerseexplícitas para aprovechar cualquier oportunidad que tengamos .decomprobar sus límites y establecer alternativas. Esta perspectrvacontrasta fuertemente con la imagen del investigador social pro-yectada por el naturalismo, aunque sea más cercana.a o~~os mode-los de investigación etnográfica como el de la «teorrzacron funda-mentada» (Glaser y Strauss, 1967), la «inducción analítica» (Cressey,1950; Denzin, 1978), y el modelo estratégico que se encuentra den-tro del naturalismo en la obra de Schatzman y Strauss (1973).

La tercera y última conclusión que cabría extraer de la reflexi-vidad es que las teorías que desarrollamos para explicar el com-portamiento de los grupos que estudiamos también deberían, don-de proceda, ser aplicadas a nuestras propias actividades comoinvestigadores y deberían ayudar al desarrollo de estrategias de in-vestigación. El primer paso que se requiere para ello -el registrode datos sobre el proceso de la investigación- ha progresado des-de que Whyte añadió su apéndice metodológico a Streetcorner 50-ciety en 1955 (Whyte, 1981). Recientemente, esta tendencia se hafortalecido y en los últimos diez o doce años ha aparecido un nú-mero creciente de biografías de investigación. Sin embargo, la eta-pa posterior consistente en aplicar las teorías existentes o desarro-llar nuevas que cuadren con estos datos, casi no se ha trabajadode forma sistemática (no obstante, véase por ejemplo Berreman,1962 y Martin, 1981). A lo largo del libro intentaremos ilustrar laimportancia de ello a través de varios puntos.

Como hemos señalado, la investigación social tiene mucho másen común con otro tipo de actividades de lo que generalmente seasume; obviamente, también es importante para nosotros definirdónde pensamos que reside su distinción. Debemos preguntarnoscuál es el propósito de la investigación social o, corno lo dice Gar-finkel (1981 :vii), «si la ciencia social es la respuesta, entonces, ¿ cuáles la respues ta ?».

Hemos visto cómo el positivismo y el naturalismo hacen refe-

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\ rencia a esta cuestión de maneras muy diferentes. Para el posrti-~ vismo el objetivo es descubrir leyes universales o al menos elabo-

rar explicaciones acerca de fenómenos particulares formuladas entérminos de leyes universales. Por otra parte, para el naturalismo,la única tarea legítima es la descripción cultural.

Desde nuestro punto de vista, la función distintiva de la teoríasocial es el desarrollo y verificación de teorías; esto es lo que ladiferencia del penoaismo y de la: lIteratura, aUnque tenga muchas,cosas en común con esas actividades (Strong, 1982). Además, la ideade la relación entre las variables que, dadas ciertas condiciones,se sostienen a lo largo de todas las circunstancias, parece esenciala la propia concepción de teoría (Willer, 1967). La cuantificaciónacompaña este proceso como instrumento de precisión; aunque ellono debería ser excusa para la cuantificación indiscriminada quealgunas veces el positivismo ha animado.

Sin embargo, en algunos aspectos importantes el modelo positi-vista es engañoso y el naturalismo instructivo. Por un lado no esta-ría de más insistir en que el mero establecimiento de una relaciónentre variables, en cuanto provee una base para la predicación, noconsti tuye una teoría. Una teoría debe incluir referencias a meca-nismos o procesos mediante los cuales se establece la relación en-tre las variables identificadas. Además, tal referencia debe consti-tuirse en algo más que meras especulaciones, y deben ser atendidasla existencia y actuación de esas «variables de intervención» (Keaty Urry, 1975). De la misma manera, aunque el objetivo sea la teoría...formalizada no debemos permitir que ello nos ciegue ante el valorde teorías más informales ni debemos ver, exclusivamente, la teo-rización como algo restricto a los científicos sociales. Como ya no-tamos antes, no se pueden establecer distinciones radicales entrela teoría y los hechos, ni el conocimiento del sentido común, estáconfinado en un extremo del continuo teórico-empírico (Kaplan,1964).

De todas formas, más deficiente aún es la concepción positivis-ta del proceso de investigación, de CÓmo deben ser alcanzados losobjetivos teóricos. El positivismo deposita la confianza en el méto-

, do hipotético-deducti~o el cual, como ya vimos, pone todo el énfa-sis en la comprobación de teorías, menospreciando aspectos como

- ;:::. el origen o el desarrollo de las teorías. Lo que se requiere es quela verdad o falsedad sean comprobadas de la manera más rigurosaposible.

Han habido algunos desacuerdos sobre si las teorías se pueden

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comprobar como válidas, y de hecho parece evidente que no se pue-den: siempre existirá la posibilidad de que aparezcan nuevos he-chos en el futuro para refutarlas. El intento má~ elegante de resol-ver el problema es el trabajo de Karl Popper quien argumenta quemientras las teorías nunca se pueden comprobar como verd~deras,sí que pueden ser refutadas puesto que es suficiente un ejemploque las contradiga (Popper, 1972; Magee, .197~). Desde esta. pers-pectiva la característica definidora ~e la cIencI~ es la tentativa ~erefutar teorías. La ciencia procede, siempre segun Popper, a travesde la eliminación progresiva del error. . , .

No obstante, esta definición hace que sea muy difícil ente.ndercómo la ciencia natural ha tenido tanto éxito a la hora de meJ~rarnuestra comprensión del mundo físico. Como señala Re.sch~r: la I~eade que la eliminación del error equiva:e a pro.gr~so clentlf~c~ sol?se sostiene si asumimos que hay un numero limitado de hipótesisque demostrar:

Una vez que garanticemos (como Popper continuamente insiste) quecualquier hipótesis que podamos realmen,te consl~erar es ~penas unpez pescado de entre la inf~nid.ad d~l oceano -:-s.olo. son Instancla~aisladas de entre las hipótesis disponibles que ni siquiera hemos considerado, ninguna de las cuales son prima [acie menos mentonasque las que tenemos-, entonces, la idea mism.a de b~scar ~a verdada través de la eliminación del error se toma Sin sentido. SI ~ay unainfinidad de caminos que vienen del mismo lugar, no haY.razon parapensar que, por eliminar uno o dos, vengam?: a estar mas cercanosde encontrar justo el que nos lleve al destino deseado.

(Rescher, 1978:53·55)

El argumento de Rescher sugiere que no podemos permiti~~signorar el contexto del descubrimiento y :,e~dade~ame~te, continuasugiriendo, existen procedimientos heur ísticos disponibles para eldesarrollo de teorías. , ..

De todas formas el problema no es apenas que un numero infi-nito de hipótesis están ahí para ser demostradas. Se ~s~~ra quelos sociólogos elaboren juicios de acuerdo con la plauslbdld~d dehipótesis particulares, pero no podemos asumir, como hace P:erce(véase Rescher, 1978) en el caso de las ciencias naturales, que estasdeben basarse en una intuición bien fundamentada. Buena partede las investigaciones antropológicas y sociológicas están preocu-padas por la manera como las creencias están estructuradas por

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procesos sociales. Se ha dado particular énfasis a cómo diferentesgrupos desarrollan perspectivas divergentes entre sí sobre los mis-mos fenómenos y estereotipos. Y, por supuesto, si la investigaciónsocial es en sí misma parte del mundo social, no podemos esperarque los científicos sociales escapen impolutos de este proceso. Aho-ra, esto no implica que las creencias que son socialmente produci-das sean necesariamente erróneas. La sociología del conocimientomuestra que el origen 'de.nuestras creencias así como las garantíasde certeza que les asignamos, pueden ser diferentes de lo que ima-ginamos. Ello también significa que los científicos sociales debentener cuidado de no encorsetarse en las creencias típicas de los CÍr-culos sociales en los que se mueven.

El método hipotético-deductivo también ha llevado a la idea deque los estudios deben ser una comprobación de hipótesis, comoBecker nota en su ensayo, La Historia de Vida y el Mosaico Cien-tífico:

Tal vez la razón principal del relativamente infrecuente uso de (lahistoria de vida) es que no produce el tipo de «descubrimientos» quelos sociólogos esperan que produzca la investigación. Conforme lasociología paulatinamente se hace rígida y se «profesionaliza», másy más énfasis se le otorga a lo que, para simplificar, podemos llamarel estudio único. Uso este término para referirme a los proyectos deinvestigación que están concebidos como autosuficientes y autocorn-placientes, que proporcionan toda la evidencia-que uno necesita paraaceptar o rechazar las conclusiones que ellos mismos ofrecen, cuyosresultados son para ser usados como otro ladrillo en la construccióndel muro de la ciencia -una metáfora bastante diferente que la delmosaico.

(Becker, 1970:72)

Lo que el positivismo descuida, pues, es el proceso por el cualse genera y desarrolla la teoría, una cuestión elaborada intensa-mente por Glaser y Strauss (1967) en su crítica al «verificacionis-rno». Ellos demuestran la importancia que tienen el desarrollo dela teoría y el papel..que cumple en ese proceso la comparación sis-temática. De todas formas, desde nuestro punto de vista, como elnaturalismo aunque en menor medida, la «teorización fundamen-tada» representa una reacción al positivismo. En varios aspectosde su argumento Glaser y Strauss (1967) parecen subestimar la im-portancia de la verificación, sugiriendo incluso que la teoría «fun-damentada», una vez desarrollada, está más o menos libre de la

~~s~~~.~~~~~&Sanm. ••~ ••••""---------------------------

¿QUt ES LA ETNOGRAFIA? 37

duda. Por supuesto, están en lo cierto cuando reconocen que la teo-ría emergente está normalmente sujeta a comprobación, al menosde una forma mínima, en el proceso de desarrollo. Pero las com-probaciones rigurosas y sistemáticas de la teoría desarrollada sonsin embargo importantes, a pesar de que no puedan ser nunca ab-solutamente conclusivas.

De forma similar, Glaser y Strauss también tienden a rechazarlas formas más descriptivas de etnografía (véase especialmente Gla-ser, 1978). Como los positivistas, tienden a ignorar la variedad defunciones diferentes que puede cumplir la investigación. Verdade-ramente, ellos también parecen estar atrapados en el modelo deestudio único. Las descripciones de las perspectivas de una catego-ría o grupo social particular, o de padrones de interacción dentrode un determinado lugar pueden ser muy valiosas porque, además,pueden cuestionar los prejuicios que los científ!cos sociale~ l.levanal campo. Eso es más obvio en el caso de SOCiedades «exotrcas ».

pero el argumento también se aplica, en cierto sentido más inten-samente, al estudio de nuestras propias sociedades.

Dentro de una determinada sociedad hay muchos círculos o ea---, pas diferentes de conocimiento cultural. Esto es espe~ialr~l~n.t: cier-

to para las sociedades industriales con su compleja división deltrabajo, multiplicidad de estilos de vida, diversidad étnica y comu-nidades marginales; y las subculturas y perspectivas que mantienen(y son generadas por) esas divisiones sociales. Esto fue, por supues-to una de las bases más importantes de las investigaciones de la Es-cuela de Chicago. Sirviéndose de analogías con la ecología animalo botánica, salieron a documentar las diferentes formas de vida quese podían encontrar en las diferentes partes de la ciudad de Chicago,desde la «alta sociedad» de la célebre Costa Dorada hasta los guetosmarginales como la Pequeña Sicilia. Más tarde el mismo tipo de apro-ximación se aplicó a las culturas resultantes de diferentes ocupacio-nes y grupos desviantes, así como de «mundos sociales» más difusossi cabe (Strauss, 1978) tales como los del arte (Becker, 1974), el sur-fing (Irwin, 1973) o las carreras (Scott, 1968). Describir tales «mun-dos» pone a prueba las presuposicion~s y crea teoría.

La etnografía como método

Cuando empezamos a reconocer la complejidad del proceso in-vestigador, de las diferentes funciones que éste puede cumplir y

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38 ETNOGRAFIA

r los fallos del modelo de estudio único, estamos mejor preparados""-- \ 1I para apreciar la contribución que la etnografía puede hacer a la

.::::l; ciencia social. Debería quedar claro que no entendemos la etnogra-j fía como un "paradigma alternativo» a la investigación experimen-

tal, de encuestas o documental. Más bien se trata simplemente deun método con unas ventajas y desventajas específicas a pesarde que, debido a la influencia del positivismo, sus virtudes hayansido en gran medida subestimadas por muchos científicos sociales.

El valor de la etnografía tal vez se torne más obvio en relaciónal desarrollo de la teoría. Ya hemos mencionado su capacidad deretratar las actividades y perspectivas de los actores de forma quedesafía peligrosas y equivocadas concepciones previas que con fre-cuencia los científicos sociales transfieren a la investigación. Comoocurre con el extranjero de Schutz (1964), es difícil para un etnó-grafo mantener por mucho tiempo tales prejuicios durante un con-tacto directo y prolongado con la gente y el lugar investigados. Ade-más, mientras la respuesta inicial a este contacto puede ser susustitución por otras concepciones erróneas, con el tiempo, el et-nógrafo tiene la oportunidad de verificar su comprensión de losfenómenos estudiados. Es igualmente imp~rtante señalar que laatención hacia las perspectivas y prácticas de un lugar nos proveede muchas más evidencias sobre la plausibilidad de diferentes lí-neas de análisis que las que están disponibles para el «teórico de •sillón» o incluso para el que investiga con encuestas o experimentos.

También es importante aquí la flexibilidad de la etnografía. Pues-to que ella no requiere de un diseño extensivo previo al trabajo decampo, como las encuestas sociales y los experimentos, la estrate-gia e incluso la orientación de la investigación pueden cambiarsecon relativa facilidad, de acuerdo con las necesidades cambiantesrequeridas por el proceso de elaboración teórica. Como consecuen-cia, las ideas pueden ser rápidamente comprobadas, y si son pro-metedoras se pueden llevar a la práctica. En este sentido la etno-grafía permite proseguir a través del desarrollo teórico de unaforma altamente efectiva y económica. ,

De todas formas, la contribución de la etnografía no se limitaa la fase de desarrollo teórico. Puede ser también utilizada parala verificación teórica. Por ejemplo, casos que son cruciales parala teoría -aquellos donde parece que ésta está fallando- puedenser examinados a través de la etnografía; sin embargo no siemprees posible para la teoría macrosocial donde la escala del objeto in-vestigado a menudo requiere investigación con encuestas. En cuanto

¿ QUIO ES LA ETNOGRAF1A? 39

a las variables, el hecho de que, a diferencia de los experimentos,no puedan ser físicamente manipuladas perjudica la evaluación delas hipótesis que compiten entre sí. Como ya notamos, la experi-mentación está fundada sobre la lógica de la comparación. Además,lo que se pierde en el control de variables puede ser compensadopor el riesgo reducido de invalidación ecológica. Puesto que los pro-cesos sociales se investigan en lugares cotidianos y no en lugaresestablecidos para los propósitos de investigación, se minimiza elpeligro de que los resultados sólo sean aplicables a situaciones deinvestigación. Adicionalmente, el uso que la etnografía hace de múl-tiples fuentes de información es también una gran ventaja. Ello evitael riesgo que resulta de confiar apenas en ~n solo tipo de informa-ción y la posibilidad de que las conclusiones sean dependientes delmétodo. El carácter multifacético de la etnografía proporciona labase para la triangulación en que diferentes clases de informaciónpueden ser sistemáticamente comparadas (véase capítulo 8). Desdenuestro punto de vista, ésta es la manera más efectiva para contro-lar las reacciones y otras amenazas a la validación.

Los trabajos de Hargreaves (1967), Lacey (1970), y Ball (1981)sobre las actitudes de alumnos hacia la escuela proporcionan unbuen ejemplo de la forma como se puede. usar la etnografía paracomprobar la teoría. Ellos arguyen que el método usado por lasescuelas para diferenciar a los alumnos, siguiendo criterios acadé-micos y de comportamiento, especialmente vía localización homo-génea en aulas según el rendimiento académico, los polariza en sub-culturas pro y antiescolares. A su vez, estas subculturas moldeanel comportamiento de los alumnos dentro y fuera de la escuela yafecta su nivel de rendimiento escolar. Esta teoría se compruebamediante ejemplos ilustrativos de tres tipos de escuela secundaria:secondary modern (Hargreaves), comp rehensive school* (Lacey), ygrammar school (Ball). ** Además, en el caso de grammar school,debido a que los nuevos alumnos ya han sido fuertemente encultu-rados en los v¡.lores de la institución en sus años de primaria, unavariable crucial para la explicación del proceso de polarización (eltrasfondo doméstico) está parcialmente controlada. De forma simi-lar, en su estudio sobre Beachside Comprehensive, Ball examina los

* Comprehensive School. Escuela que mezcla en las aulas a alumnos con dife-rentes rendimientos académicos.

** Grammmar School. Escuela donde se imparten contenidos académicos comodiferentes a los técnicos.

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•efectos del cambio del agrupamiento homogéneo a un agrupamien-to que mezcla alumnos con habilidades diferentes, mostrando cómocon ello se aminora la polarización. Si tomamos estos estudios jun-tos nos damos cuenta de que la teoría está bien fundamentada, aun-que no nos aporta una prueba absolutamente conclusiva. Pero tam-poco existe ningún otro método que nos la dé.

Conclusión

Hemos examinado dos lógicas contrastadas de investigación so-cial y sus implicaciones para la etnografía. Ni el positivismo ni elnaturalismo nos proporcionan una estructura adecuada para la in-vestigación social. Ambos desconsideran su reflexividad fundamen-tal, el hecho de que hacemos parte del mundo que estamos estu-diando, y que no hay cómo escapar a la inevitabilidad de confiaren el conocimiento del sentido común y en métodos de investiga-ción basados en el sentido común. Toda investigación social se basaen la capacidad humana de realizar observación participante. Ac-

, tuamos en e! mundo social y somos capaces de vernos a nosotros- y nuestras acciones corno objetos de ese mundo. Al incluir nuestro

propio papel dentro del foco de investigación y explotar sistemáti-camente nuestra participación como investigadores en el mundoque estamos estudiando, podemos desarrollar y comprobar la teo-ría sin tener que hacer llamamientos inútiles al empirismo, ya seaen su variedad naturalista o positivista. -

Redefinir la investigación social en términos de su reflexividadtambién ilumina la comprensión de la función de la etnografía. Cier-tamente es difícilmente justificable la visión de que la etnografíarepresenta un paradigma alternativo a la investigación cuantitati-va. Por otra parte, supone una contribución a las ciencias socialesmucho más poderosa que la que admite el positivismo. El resto dellibro está dedicado a detallar detenidamente las implicaciones quela reflexividad tiene¡ para la práctica etnogr áfica.

\. CAPíTULO 2

\

EL DISEÑO DE LA INVESTIGACION:PROBLEMAS, CASOS Y MUESTRAS

A primera vista la conducción de la etnografía es una actividadrelativamente simple: aparentemente «cualquiera puede hacerlo».Verdaderamente; algunos autores dan tan poca información sobrela investigación como la que ellos mismos tuvieron antes de reali-zar su trabajo de campo. Nader, por ejemplo, cuenta cómo ello lle-gó hasta el punto de convertirse en una verdadera tradición entrelos antropólogos norteamericanos:

Antes de abandonar Harvard fui a ver a Kluckhohn. A pesar de laexperiencia que ya tenía como estudiante de Harva rd, esta últimasesión me dejó completamente frustrado. Cuando pregunté a Kluck-hohn si tenía algún consejo para darme, me contó la historia de unestudiante de postgrado que había preguntado a Kroeber la mismapregunta. Como respuesta, se dice-que Kroeber cogió de su estantela etnografía de mayor tamaño y grosor y dijo: «vete y hazlo asi » ,

" (Nader. 1970:98)

La razón de esta falta de avisos o consejos parece descansar enla suposición de que la conducción de la etnografía no es nada difí-cil, que casi no necesita preparación o conocimiento previo.

Una de las razones de esta reluctancia a enseñar cómo hacerinvestigación etnográfica parte de la convicción de' que tal investi-gación no puede ser programada, que su práctica se constituye porlo inesperado, como cualquier lectura de las biografías etnográfi-cas recientemente publicadas lo confirmaría. Cuando UNO está lle-vando a cabo un trabajo de campo en situaciones donde. se tienepoco poder, y de las cuales se tiene poco conocimiento previo, lainvestigación no puede ser totalmente diseñada en la fase previaal trabajo de campo.

De todas formas, existe otra razón, aunque menos legítima, porla que los consejos dados a los que se embarcan en e! trabajo decampo frecuentemente se reducen a un simple «vete y haz lo». Ésta

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CAPÍTULO 7

REGISTRAR Y ORGANIZAR LA INFORMACION

No siempre es posible registrar todos los datos obtenidos en eltranscurso del trabajo de campo. Como señala Radcliffe-Brown:

Por muy exacta y detallada que sea la descripción de un pueblo pri-mitivo, habrá mucha información que no pueda ser incluida. Puestoque el etnógolo vive en contacto diario con el pueblo que está estu-diando, él llegará, por decirlo de alguna manera, a «comprenderlo ».

ti adquiere una serie de múltiples impresiones, todas ellas insignifi-cantes por sí solas y, a menudo, vagas, que le orientan en su relacióncon el grupo estudiado. Cuanto mejor sea el observador más precisaserá su impresión general de las peculiaridades mentales de la raza.Es imposible analizar esta impresión general y, por tanto, registrar-la y transmitirla a otros. A pesar de ello, puede ser de gran utilidadpara interpretar las creencias y prácticas de una sociedad primitiva.Si por sí sola, esta impresión general no proporciona garantías parauna correcta interpretación, al menos previene errores en los quesuelen caer aquellos que no tienen este conocimiento inmediato dela gente y sus formas de vida.

(Radcliffe-Brown, 1948b:230)

De hecho este tipo de conocimiento tácito es un fenómeno gene-ralizable, extensible incluso a la ciencia física, como ha demostra-do Michael Polanyi (1958). No se puede ignorar la existencia de uninevitable residuo de «impresiones múltiples» o «conocimiento tá-cito». No obstante, ello no debe obstar la responsabilidad del cien-tífico social de ser lo más explícito posible respecto a los datos através de los cuales ha generado, desarrollado y probado sus teorías.

Si sólo se confía en la memoria para preservar estos datos másallá del período de investigación, y cierta confianza en la memoriasiempre será inevitable, la cantidad de información que podrá serretenida de esta forma será muy limitada. Existe también un gravepeligro de distorsión. Todos sabemos que la memoria puede enga-ñamos. Uno de los riesgos que .se corren es el de que los datos seanadulterados inconscientemente en favor de la teoría emergente. Para

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. . . al' n sistema de registro en el momen-evitarlo es esencial utilizar ~ diatamente después.to de la recogida de datos o l?-me 'todos para registrar sus da-

f tili an vanos me fé .Los etnógra os u I IZ baciones magneto orucas,. . 1 t otas de campo, gra ,tos, pnnClpa r:n

ene ? . filmaciones. Elegir cuálde estos meto-grabaciones videográficas y d í d las finalidades que cada et-

· d depen era e fdos es el más apropia o 1 d 1 contexto y de los recursos l_. d la natura eza enógrafo persiga, e .. técnicas no son mutuamente

di - ibl S SI bien estas e . d dnancieros ISpOlll e, " " en función del tipo e a-lusi Su utilidad también vanaraexc uSlvas. .tos que se deban registrar.

Injormacion observable

re resentan el método tradicional usa-Las anotaciones de campo Pl d t s procedentes de la obser-f' a regrstrar os a o áfi

do en etnogra la par ácter d 1 observación etnogra ica,d con el caracter e avación. De acuer o '" en descripciones más o menos con-las notas de campo .ocialesvsus contextos. La finalidad es captarcretas de procesos SOCiales ~ id d resaltando sus diversas ea-. 1 en su integri a , idlos procesos socia es . función de cierto senti o

· dades siempre en dracterísticas y propiecanes, los problemas plantea os enb 1 - s relevante para .

común so re o que e _ 1 n el capítulo 1 aunque es irnpo-. . , Como sena amos e ',. . iola investigación. . " sin establecer algun pnnclpsible realizar cualquier descripción f que arnnlio tiene sus venta.

" d d tos adoptar un en o -..... d ade selección e a, . E las etapas que antece enbi , sus desventajas. n ifi tJ'as pero tam ien d be intentar codi icar SIS e.' h ti de datos no se e , .

la recogida ex aus rva fu . , de categorías teóricas.do I b rvado en ncrori ,máticamente to o o o s.ed ifi y desarrollar las categorías teo-. . al finalidad es I en ti lcarLa prmcip l ás adecuadas.ricas que pare~~n ser as i~ de notas de campo no debe estar ro-

La elaboración y recog d ti .dad especialmente eso-. trata e una ac IVI ddeada de misteno: n~ se b constituirse como una activida, ~en-térica. Por ~tro la?o, ~~ta de deebe llevarse a cabo con ~l maxrmotr al de la lilvestlgaclOr¡, y . " ede estar muy bien estruc-cuidado. Un proyecto dbe.inv~stl~:~~~ra~o pero si el proceso de re-turado y teóricamente ien un , mo usar una buena cámara

· dado sera co ,dacción de notas es lila ecu .d d E mbos casos la solución seracon una película de mala cali a . b n ~ sólo saldrán fotografías ve.insatisfactoria y los resultados po res. d "

ladas. '" d de campo puede parecer una activida,.La compilación e notas -r

"-_'V""'''' 1 VKGANIZAR LA INFORMACION163

sencilla. Sin embargo, como cualquier etapa del trabajo intelectualrequiere cuidado y atención a los detalles, y una recogida de notassatisfactoria debe incidir en ello. Es una actividad que requiere unacontinua reevaluación de los propósitos y prioridades, así como delos costes y beneficios de las diferentes estrategias a seguir. Así,el típico consejo «escribe 10 que veas y escuches , elude otros pro-blemas importantes. Entre otras cosas, el etnógrafo deberá decidirqué escribir, cómo escribirlo y cuándo escribirlo.

En primer lugar, trataremos esta última cuestióri: ¿cuándo hayque escribir notas? En principio se deberían tomar notas inmedia-tamente después de observar. la acción que va a ser anotada. Lamayoría de los etnógrafos explican que cuando ejercitan las anota-ciones con posterioridad a los acontecimientos, con el paso del tiem-po la calidad de sus notas disminuye rápidamente: se pierden losdetalles y se pueden olvidar episodios enteros que quedarán irre-mediablemente confusos.

Lo ideal sería tomar notas al mismo tiempo que se realiza laobservación participante. Pero ello no siempre es posible e, inclusocuando es posible, las oportunidades pueden ser muy limitadas. Pue-den surgir restricciones debido a las características sociales delcampo de investigación así corno a la naturaleza de la posición so-cial del etnógrafo en relación a sus anfitriones.

Si la investigación es encubierta, las anotaciones en el transcur_so de la participación serán prácticamente imposibles. En la mayo-ría de lugares, los etnógrafos no pueden estar visiblemente expues-tos en un proceso continuo de escribir anotaciones, sacar cuadernosde notas dtl.rante las conversaciones y actividades similares. En mu-chas circunstancias una actividad de este tipo puede resultar total-mente incompatible con una participación «naturaj s Es difícil pen-sar en Laud Humphreys (1970), por ejemplo, tomando numerosasnotas al tiempo que actuaba como voyeur en lavabos públicos y ob-servaba encuentros entre homosexuales. En algunos contextos, porsupuesto, escribir puede ser una actividad tan imperceptible quees POsible tomar notas de forma encubierta. En un estudio encu-bierto sobre las estrategias desarrolladas por estudiantes para per-der el tiempo en las bibliotecas universitarias, por ejemplo, puedeser posible que el etnógrafo emprenda una redacción espasmódica,aunque és te debería tener cuidado para no parecer demasiado dili-gente.

No obstante, en la investigación abierta el problema de las ano-taciones tampoco está resuelto. Hasta cierto punto nuestros comen-

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10'+

tarios sobre la participación encubierta pueden aplicarse igualmentea estos casos. La actitud de tomar notas debe ser claramente con-gruente con el contexto del campo investigado. En algunos contex-tos, por muy bien «socializados» que estén los anfitriones, una ac-titud abierta Y persistente de tomar notas será percibida comoamenazadora o inapropiada y puede resultar incompatible con lasituación. En otros contextos, se pueden registrar numerosas y ex-tensas notas, sin que ello provoque una incomodidad excesiva. Así,por ejemplo, Whyte (1981) comenta cómo aceptó el puesto de secre-tario del Italían Community Club porque le permitía tomar notas

libremente en las reuniones.La posibilidad de tomar notas sobre el terreno varía en función

de las situaciones o incluso dentro de un mismo lugar, como ilus-tra el caso de un estudio sobre una facultad de medicina:

La cantidad Y el tipo de registros sobre el terreno varían según las si-tuaciones. Duran te las clases prácticas, cuando los doctores daban cla-ses de manera más o menos formal o cuando había alguna discusiónde grupO en una de las aulas, parecía completamente natural Y apro-piado que yo me sentase entre los estudiantes con mi cuaderno en larodilla y tomase notas casi ininterrumpidamente. Por el contrario, cuan-do estaba en medio de conversaciones casuales tomando un café conlos estudiantes no me podía sentar con el cuaderno Y el bolígrafo. Sibien es normal tomar notas durante una c.l.aseuniversitaria, hacerladurante una charla en el intervalo del café no es una práctica habitual.Para actuar de una manera abierta en ese último contexto hubiera te-nido que forzar las relaciones cotidianas que había negociado con losestudiantes. Dado que nunca pretendí que todo lo que viera y escucha-ra fuesen "datoS», no era necesario tomar notas continuamente ... Enlas visitas a los enfermos, la observación y registro de las actividadesera un ejercicio forzosamente menos definido. Generalmente me colo-caba con el grupOde estudiantes Y tomaba apuntes ocasionalmente: losprincipales ítems de información sobre los pacientes, los térmi~os téc-nicos clave, Y breves notas indicando el perfil de la sesión (la secuenciade tópicos desarrollados, los estudiantes que eran escogidos para ha-cer prácticas, etc.). Armedida que hacía esto iba descubriendo que po-día recordar y registrar una cantidad sustancial de interaccio

nesrea-

lizando apenas unas breves Y escasas anotaciones.(Atkinson, 1976:24-25)

Sin embargo, incluso en situaciones en las que tomaf'notas eS«normal», como en las sesiones tutoriales, se debe tener cuidado

para no desentonar.

,).

165Kl:.G1STRAR y ORG. ANIZAR LA INFORMAcrON

• •Es más fácil escribir cuando lo' .cuchar cuando ellos escuchan' hSeestudiantes t~~bién escriben, y es-do los estudiantes no lo h '11 notado que SI intento escribir cuan-estas ocasiones ella parecea~e~, a;n~ la atención (de la tutora) y enma manera, cuando todos los ar e. o que está dicíendo ... De la mis-e~~ribo sino que estoy miran~~s~~dlantes están escribiendo y yo noClan de distraerla. Así es que me ~ tutora, d.enuevo tengo la sensa-base de perder un poco mi aut e convertido en un estudiante ado a . . oesurna cuando 'mi mismo mordisqueando el lápiz. ' a veces, me sorpren-

(Olesen y Whittaker, 1968:28)

Así pues, la mayoría de las notas degraf?: son apuntes recogidos al vu campo que toman los etnó-raccion observada U b elo en el transcurso de la' tf . na roma común b m e-;""' ~ sus frecuentes visitas al lava:

oJe los etnógrafos se re-

espues de la acción puede o ande, mmediatamenteprecipitadas. Incluso' las not~/ar~b~tear en privado anotacionesayuda en la elaboración de . if as reves pueden ser de valiosa

Sun m arme e .y trauss: . amo sugieren Schatzman

Una sola palabra, aunque meram . .persona, o una determinad ent:. descriptiva, del vestido de unaf . a expresion de alzuisu retente para desencadenar un . e a guien, normalmente es

una . a sene de irnáreconstrucción sustancial d I agenes que permitane a escena observada.

(Schatzman y Strauss, 1973:95)

Por otra pa t .h r e, es Importante .emos comprendido inmediata registrar hasta las cosas que noden . mente porque .ser Importantes Inclu d ,postenormente pue. so cuan o ib] ,-campo correcta y extensamente' es pOSI e tomar notas en eldeberán ser elaboradas, ampliad::

tas, como los apuntes breves,

Muchas actividades sociales se d y des~rrolladas a posteriori~acios,y ello permite combinar las ;san~ an en determinados h~-.os de redacción de apuntes de cam as~s e observación con perío-

;'~s, Poc ejemplo, en el estudio s~~c: ~cu¡"do con dichos hora-e endo anteriormente la m a acultad de medicina

constituían el foco prin'cipal ~~ol: ~~te de ~l.ases sobre clínica, quete l~ mañana y la tarde era dedicada servaclO~, tenían lugar duran-POSible entonces dedicar t al trabajo de laboratorio. Eratmua d res o cuatro horas l bantes el almuerzo y d di 1 a a o servación con-, e icar a tarde y/o la hnoc e a escribir

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ETNOGRAF1A166todas las anotaciones. (La tarde estaba también disponible paraotras formas de recogida de datos, como entrevistas y análisis.)

En otroS ámbitos, las fases de observación y redacción no po-drán ser organizadas tan fácilmente pero, normalmente, habrá mo-mentos en que los participantes estén ocupados en actividades queno sean relevantes para la investigación. Normalmente, aunque seamuy fatigosO, se puede aprovechar el tiempo que ellos emplean endormir para realizar anotaciones; pero aquí también hay excepcio-nes. Carey (1972) explica una de estas excepciones, la de los adictosa las drogas, quienes, bajo los efectos de grandes dosis, permane-cen despiertos durante varios días en un estado hiperactivo:

El peculiar ritmo de vida de la gente que permanecía despierta du-rante tres, cuatro o cinco días seguidos Y después dormía durantevarios días, planteaba enormes problemas prácticoS para la investi-gación. Las obligaciones convencionales (familia, amigos, responsa-bilidades académicas) tuvieron que ser dejadas de lado durante untiempo para podernos adaptar de forma más realista a esta escenajuvenil. A medida que nos familiarizamos con este universo particu-lar desarrollamos un rudimentario esquema de muestreo, que nosllevó a realizar-observaciones en diferentes lugares de reunión, yes-tas observaciones pusieron de relieve las 'severas condiciones de estetipo de vida. Cuando nos interesaba saber lo que pasaba durante eltranscurso de un «viaje» (cuando un pequeño grupO de personas seinyectaba anfetamina por vía intravenosa), nos turnábamos: uno odos trabajadores de campo estaban presen~es al principio y, poste·riorm

ente, eran relevados por otros miembros del equipo hasta que

acabase

el «viajen. La fatiga era un problema constante, lo que hizonecesario la inclusión de más trabajadores de campo en el equipo.

(Carey, 1972:82)

Evidentemente, encontrar tiempo para escribir las notas de cam-po en e;to, Co'O, implica problema> particularmente notorio" Detodas formas, el probl~ma continúa siendo serio incluso con hor

a- ~.

rios menoS exhaustivos. Pero siempre es necesario reservar tiempO ;<"

para redactar las nota> de campo, No ,e saca ningún provecho ob- ",ervando la acción >ocial durante exten,o' periodo"i no se dedica .t,e! tiempo adecuado a la redacción de la> nota>, La información ,e.::e,eabullirá rápidamente, y todo e! e>fueno será inútil. Siempre exis-I:;te la tentación de intentar ob,ervarlo todo, y e! consiguiente miedoi.a olvidar algún incidente vital de,pué,.de abandonar <l campo, Aun';¡¡¡¡'que estos ,entimiento, sean compren,ible, e' mejor no tenerl

o, o','l

intentar producir1 '1' unas notas de be equi ibrio entre la ob servaci uena ~alidad. De todas forro~er comtant~mente resuelto d:?/f el registro de información de~~

a, en función de los obi arma que parezca más .plo, la alternancia de p J.etdlvos de la investigación. Así apr~pla-

. ción d b eno os de observ .. ' por ejern-

d 1

~ e organizarse teniendo e ación y períodos de redace a acción d 1 n cuenta el m -Nunca ~ e o.s actores (capítulo 2) uestreo sistemático

. esta de mas enfati . .meticulosas. No se debe e f~ar la Importancia de las anota .sería "Ante la dud ?n lar en la memoria. Una b ~lO.nest a, escríbelo» Es b 1 uena máximaen~r actualizada la elabora" .d a so utamente necesario

taciones diarias las observ~~~n e notas. Sin una disciplina de~an-y la etnografía fácilmente se toones .desaparecerán de la memo;'o-dro general resultará borr mara Incoherente y confusa El la,

'Q . d . oso . cua-( ue ecrr' sobre la f .

po? Nu?ca es posible registrarlc el contenido de las notas de eamente Inagotables Es ? todo; las escenas sociales m-~\toda> forma>, ia na~~~:l~:~od;e:;;,", flgú~ tipo de ,:~~:i~a~

lempo. Durante la primera eta a se ~cclOn suele variar co~de campo son de carácter general pa de la Investigación, las notas

::c:;~a~: ;,riorizar, cualq uier a>p¡~ t~r::~~I:tme7 te, exist irá ciertoA . n posicion de realizar e' ICUar puesto que no

f~::ra~:' ;,u:t:::~~:ál: :~:;:::~:~~~~ ~~': f~e~~\~~cc~~nn~:v~ó::~~~de ' r,:c~enstIcas que previament err:

ae~ cuestión. Por otro

n ad.qUlnr nuevos significad e pareClan Insignificantes pen su Investigación sobre trab~J~~~n aspe~t.o que Johnson ilus~re~

ores SOCIales:

Gradualmente, empecé a ecía» en el cam « scuchar diferentes ese decía . po. Ocurrió un cambio: de I os~s ~ue la gente de-. . ' pase a prestar más .. a atención inicial a I

srguientes extractos de I atención a cómo era dicho y h h o quetos de la transforrnaci . os apuntes de campo ilustran al ec o. Loslas notas del final de;o;e:t~ mi focdode análisis. Están g~::;spedc-

Hoy ocurrió otra cosa Y mes e observación: os edo Arr oasé . o estaba cerca di'paso por allí y dijo a Bi ll e escntorio de Bill cunos min tos mi I que se o uan-sor pa u 0ds.mlentras él corría detrás d Bcupara del teléfono por

, ra pe irle un . . . . e ess Lanstonrecuerdo cuantas v a InhVltaClOnpara el County Sup Ah' un supervi-t eces abía ld p. ora ye:'.:~'~t~:di~clu,o ya no .:: ::,U~t~~::':::~~~ode "te tipo,a,:ooantes para recordar! me s0r.rrende que no lo ha . En efecto, estoar o. Lo mas sorprend d ya anotado nuncaente e todo es que du rante

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iDO

mis primeros días en Metro (la agencia de trabajo social) quería sa-berlo todo sobre el tipo de formación que se estaba ofreciendo allí,qué era County Supp, por qué y cómo se podía acceder allí, quiénera Bess Lanston, dónde estaba, qué hacía, y cosas por el estilo. Peroen todo momento había desdeñado un aspecto crucial: el hecho deque él era buscado. En vez de esto me había interesado únicamentepor lo que él estaba haciendo o porqué, pero hoy, en cambio, me in-

=- teresa el cómo.(Johnson, 1975: 197)

A medida que las ideas teóricas se desarrollan y cambian, tam-bién cambia lo que es « significativo» y lo que debe ser incluido enlas notas de campo. Con el transcurso del tiempo, las notas tam-bién deben cambiar de carácter, volviéndose más concretas y deta-lladas. En efecto, preservar la concreción es una consideración im-portante en la redacción de las notas de campo. Para propósitosmás analíticos, las explicaciones demasiado resumidas se mostra-rán inadecuadas para la comparación detallada y sistemática o parala anexión de información procedente de diferentes contextos o desituaciones diversas. Por ello, en la medida en que sea posible, debehacerse la redacción de forma que nos informe del relato oral ydel comportamiento no verbal en términos relativamente concre-tos; ello minimiza el nivel de deducción y por tanto facilita la cons-trucción y reconstrucción de la teoría. Abajo reproducimos doscitas de anotaciones que pretenden hacer ¡eferencia a la misma in-teracción. Tratan de las mismas personas y de los mismos aconte-cimientos; ninguno de los dos pretende ser completo. El primero,obviamente, comprime la información hasta el extremo, y el segun-do resume sólo algunas cosas, y reconoce explícitamente que algu-nas partes de la conversación se han perdido:

l. El profesor hablaba con sus colegas en la sala de profesoressobre las maravillas de una escuela progresista que había visitadoel día anterior. f:1 fue atacado por todas partes. Mientras yo subíaa su clase junto cor¡ él, me continuaba hablando de cómo el compor-tamiento de los alumnos de X había sido maravilloso. Llegamos asu aula. Yo esperé fuera, había decidido observar lo que pasaba en '.•la sala de profesores respecto a la reunión de la mañana. Él se diri-gió a su clase e inmediatamente empezó a gritar a sus alumnos. Se -,desahogaba con ellos por no ser como los alumnos de X. }'

2. (Walker da una explicación entusiasta de X a sus colegas en ,t}1la sala de profesores. Hay una reacción agresiva.) ;:4

"LU'., 1J<AI<. r Ul{(;ANIZAR LA INFORMACION169

GREAVES:Los proyectos no Son ed .. .WAlKER:Oh no, ellos no hace ~caclOr;, solo Suprimen COsas.

gresión. . n eso, ay un control estricto de la pro-HOlTON:Cuanto m' h(...) as escuc o hablar sobre ello, peor me sue

naoWAlKER·Hay ,

h . una area de recursos artístic Iyacen algún trabajo d os, y os alumnos van allí. e costura o de carnt ,ren, sIempre que sea ade~~ d rplOtena cuando quie-

HOlTON:Necesitas una inst .~ °b~a.ra su proyecto.t ' ruCClOn aSlca de .erra o metalistería. seis semanas en carpin-

(...)HOlTON:¿Cómo puede un niño i . • .

proyecto? nmaduro de esta edad elaborar unWAlKER·Estos .-(...). nlOOS eran equilibrados y bien educados.

HOlTON:Suena cama una ut 'DIXON:Artificial. opia.(...)

WAlKER:No hay vandalismo EIIY I . os conservan los lib dos usan mucho, yo pude ver có Iras urante añoslos, pero los libros parecen mo los alumnos estaban usándo-que si los estropean tend ,nuevos, el profesor les ha explicado

(...) ran que reemplazados ellos mismos..HOlTON:S~ena como esos niños ue .

(Walker y yo subimos a J q no necesitan enseñanzad II su e ase· él conr¡ ' I . .o egamos a su clase yo es eré fu nuo e oglando a X. Cuan-lo que se había iniciado en l~ fu.~radPara observar cómo acababac1a . reunlOn e la ma - . "'1se e mmediatamente em ' . . nana. e entró en supor~i mente fue que el con~;:~t: gntar. El pensamiento que pasódescnto y defendido dela t· d de los alumnos de X que él habíad n e e sus cole Ie sus propios alumnos podía ser u g~s ye «comportamiento»nos pero, en realidad yo no sabí n~ razon para gritar a los alurn-en el aula.) , la que estaba pasando exactamente( )==Descripciones del obse d( )-0 .. rva oro... - mISIones de partes di.

e a conversacIón registrada.

(Hammersley, 1980)La segunda versión es mucho m '

t a r los acontecimientos en ef t as concreta en la forma de tra-. d:scurso de los actores.' Pode;~so~;: p~ese7a la mayor parte del

Ipena seguridad de que estamos obt .mldna~ as anotaciones con laos pro . . . emen o InforID . ,pros partICIpantes describen 1 ., aClOn sobre cómo

y Cosas por el estilo. Cuando r d ~s cosas, quien dijo algo a quiene ucirnos y resumimos 'no estamos

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170 ETNOGRAflA

simplemente perdiendo detalles «interesantes» y «tonalidades lo-cales», perdemos información vital.

Las palabras reales que usa la gente pueden ser de considerableimportancia analítica. Los «vocabularios locales» nos proporcionanvaliosas informaciones sobre la forma en que los miembros de unadeterminada cultura organizan sus percepciones del mundo y for-man la «construcción social de la realidad». Los «vocabularios lo-cales» y las «taxonornías folk» incorporan los tipos 'y modelos deacción que constituyen el conocimiento acumulado y el razonamien-to práctico de los miembros de cualquier cultura. Arensberg y Kim-ba!l proporcionan un ejemplo en su estudio de las relaciones inter-personales entre los miembros de una familia en la Irlanda rural:

Las relaciones entre los miembros de la familia campesina se descri-ben mejor en términos de los modelos que contribuyen a crear unauniformidad de hábitos y de relaciones. Ellos son construidos den-tro de la vida de la familia campesina y en su trabajo diario y anual.Las relaciones de padres y madres, con sus hijos ~guen reiterada-mente modelos regulares y esperados que difieren muy poco de unagranja a ótra.

Si queremos entenderlas, debemos extraer estas relaciones de sucontexto y ver hasta qué punto nos ofrecen alguna explicación delcomportamiento del irlandés rural. En términos de una sociologíaformal, como la que podría proporcionamos Sirnmel, la posición delos padres es de una extrema dominación, fuientras que la de los hi-jos es de extrema subordinación. El hecho de conservar los términos«niño» y «niña» refleja esta última posición. La madurez sociológicano tiene mucho que ver con la madurez psicológica. La edad aportapocos cambios en los modos de conducta y las formas de tratarsey verse entre ellos en las relaciones de la familia campesina.

(Arensberg y Kimball, 1968:59)

Recientemente, ha aumentado el interés por el significado delas terminologías utilizadas por los actores. Diversos estudios et-nográficos clásicos han incluido léxicos locales. Ejemplos de elloson los estudios sobre prisioneros realizados por Sykes (1958) y Gia-!lombardo (1966), y el informe de Davis (1959) sobre las descripcio-nes que los taxistas hacen de sus «pasajeros».

La riqueza potencial de las connotaciones de este tipo de térmi-nos tal vez podría ser ilustrada refiriéndonos únicamente a un ejem-plo de terminología de este tipo. El lenguaje de los hospitales ame-ricanos incluye el término «gomer», el cual forma parte del rico.

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REGISTRAR Y ORGANIZAR LA [NfORMACIÚN171

Y matizado vocabulario técnico característico de la mayor parte deambientes médicos. George y Dundes resumen el uso de estetérmino:

Concretamente, ¿qué es un «gomer-o Es el típico hombre viejo que' al mismo tiempo está sucio y debilitado. ti dispensa muy poco cui-dado con la higiene personal y, frecuentemente, se trata de un alco-hólico crónico. Un negligente o indigente, el «gomer; está normal-mente amparado por la asistencia social. Tiene un extenso historialde internamientos en el hospital. Desde su punto de vista, la vidadentro del hospital es mejor que la miserable existencia que tieneque SOportar fuera, por eso hace cualquier esfuerzo para obtener laadmisión o, mejor dicho, la readmisión. Además, una vez admitido,el «gorner» intentará permanecer allí el mayor tiempo posible. Fre-cuentemente finge que está enfermo, o carece de interés por curarseen aquellas ocasiones en que está realmente enfermo para así poderquedarse en el hospital.

(George y Dundes, 1978:570)

Esta breve explicación, por supuesto, deja fuera una larga seriede usos Y connotaciones asociadas con este término popular. Enla práctica, el investigador no debe conformarse simplemente Conreproducir este tipo de definiciones compuestas o resumidas, aun-que ello sea importante para ilustrar su comprensión y competen-cia cultural. Lo importante es ser capaz de documentar y recupe-rar los contextos reales donde se producen este tipo de términospopulares.

En un estudio sobre vagabundos, Spradley (1970) iden tificó di-versas categorías de actores que tenían lenguajes particulares: lospropios vagabundos, los asistentes sociales, agentes policiales, ase-sores, jueces, secretarios del tribunal, abogados, guardias, para nomencionar los etnÓgrafos. Por supuesto que estos lenguajes no sontotalmente independientes e ininteligibles entre sí. Sin embargo,ellos son los principales indicadores de las diferencias culturalesque constituyen definiciones divergentes y diferencialmente distri-buidas en la situación. Incluyen desde los lenguajes especializadosde grupos profesionales hasta el argot de las barriadas, pasandopor los refranes locales y los dialectos regionales o aquellos basa-dos en la clase social.

Realizar anotaciones de campo de la forma más concreta y des-criptiva posible, sin embargo, requiere tiempo de trabajo. General-mente, cuanto más nos aproximamos a este ideal, más restringi-

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172ETNOGRAFíA

rnos el alcance de las notas. A no ser que el foco de la investigaciónsea extremadamente limitado, habrá que sacrificar algunos deta-lles y concreciones para ampliar su alcance. Incluso en las notasde campo relativamente detalladas sobre un incidente en la salade profesores de una escuela que hemos citado anteriormente, elnivel de concreción y detalle variaba dentro de la explicación. Es-tas variaciones tendrán en cuenta, entre otras cosas, una valora-ción de la importancia relativa de las diversas características dela escena, en función de un análisis posterior. No existe un lengua-je de observación neutro según el cual una escena pueda ser des-crita completa y definitivamente. Incluso en el caso de registrarel lenguaje «palabra por palabra», las interpretaciones juegan supapel. No solamente suele ser imposible registrar todo lo que sedice _y generalmente «ordenamos» el discurso cuando lo escribi-mos, ami tiendo repeticiones, dudas, falsos inicios Y cosas por elestilo- sino que normalmente no se puede registrar el comporta-miento no-verbal que acompaña el discurso aunque, obviamente,su significado sea importante. Así. en mayor o menor grado, la se-lección, resumen e interpretación siempre son tareas complicadas.Evidentemente, esto supone peligros pero ésta es la consecuenciade descuidar el contexto más amplio en el que ocurren los aconte-cimientos. En la recogida de notas es imprescindible guardar cier-to equilibrio entre la explicación detallada- Y la preocupación porun alcance más amplio, y éste debe ser determinado de acuerdo

con las prioridades de la investigación.Sea cual fuere el nivel de concreción de las notas de campo es

esencial que las citas directas sean claramente distinguidas de losresúmenes que no s proporciona el investigador, y que las lagunaso dudas en las citas sean claramente indicadas. Cuando hagamoSreferencia a las notas no debe existir ninguna ambigüedad en loque se refiere a este aspecto. Uno no tiene que pr~guntarse: «¿Eseso mismo lo que ellos dijeron?» Incluso cuando sólo se puedanrecordar o anotar secuerlcias fragmentadas y aisladas, éstas deben .1.\mantenerse tipográficamente diferenciadas de los comentarios des- ':í'.

criptivos del observador. ~Igualmente importante es que el registro del discurso Y de la ".':acción esté contextualizado en relación a la descripción de ,quiénesestaban presentes y dónde, en qué momento y bajo qué circuns

tart-;

cias se producía la acción. En la etapa de análisis, cuando reuna-_

mas todas las informaciones, categorizando, analizando Y compa-rando casos será crucial que se puedan distinguir las circunstancias

.~.

173

que envuelven una actividad t 11

. . ' a es como el auditori 1 .pa es participantes (vé Lcaní I ano y os pr inci-ease e capitulo 8)

Spradley sugiere un cuestionario el .do para guiar la elaboración d . emental que puede ser usa-del cual nos puede proporci e regllstros de campo, y la utilizaciónido anteri onar e contexto In o antenormente: a que nos hemos refe-

REGISTRAR Y. ORGANIZAR LA INFORMACIÓN

1. Espacio: el lugar o lugares físicos2. Act~r: la gente implicada. .3. Actividad: una serie de accio .personas realizan. nes relacionadas entre sí que las

4. Objeto: las cosas fí . ,5. Acto: una dete . sldcas qu~ estan presentes.6 .. rrnma a acción.

. Acontecimiento: una s . d'1 . ene e actividades l .SI que a gente lleva a cab .re acionadas entre

7. Tiempo: las secu o.del tiempo. encias que se desarrollan en el transcurso

8. Fines: las metas l .9. Sentirni . l que ~ gente intenta cumplir.irmento: as emociones sentidas y expresadas.

• (Spradley, 1980:78ff)

~s.te tipo de listas son mu rudirnentari ,clasificaciones arbitrarias t IY entana~ y es.tan basadas en

t. id d ' a es corno la c1as fl . ,ac IVI a es y aconteci . . I cacion entre actos, . rrnentos. SIn emba . di '

caractertstrcas relevant d I rgo, m ican una serie deservar. es e contexto que nos proponemos ob-

Vemos pues cómo en el roce dcampo tomamos decisiones sPob so, edredacción de las notas det re cuan o y , .o, muy a menudo estas d .. que registrar. En efec-

decrs iorie s se con' t,e .

notas e mayor calidad f vier n en dilemas: las. recuentemente '1 .nesgo de perder datos irn t so o se pueden obtener bajod b por antes' alge e ser sacrificada para qu 1 d '. unas veces la concreción. e a escr'ipc ióco. Sin embargo, parece que ha u I n gane e~ alcance teóri-estos dilemas: el uso de un rabad na forma .~e evitar algunos detas y observar puede dism.g. oro La tensión entre escribir no-d inurr, por ejernpl b d

e campo en lugar de e ibi 1 o, gra an o las notasStrauss (1973:97) as' schn Ir a.s. Tal como señalan Schatzman yb' , ' I se a orra trern D d ften señalan algunos proble po. e to as ormas ellos tarn-ra r un enorme almacenado ~:s,.entre ~tros la tentación de gene-

Otras tentativas de l CIntas SIn analizar. .'. reso ver los dilClon de notas de campo consi~t I em~s surgidos de la redac-

..• . e en recurnr a las técnicas de regís-

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174 ETNOGRAFlA

tro electrónico, audio o audio/visuales, durante el transcurso de laobservación. Aunque nunca podrán proporcionar un registro com-pleto -todavía queda la cuestión de la selección del sitio dondeubicar las cámaras y los micrófonos-, evidentemente estas técni-cas nos proveerán de un registro mucho más exacto y detalladode los acontecimientos que el que puedan proporcionar las anota-ciones escritas. Obviamente, estas técnicas representan un recursomuy importante, especialmente cuando el investigador se centraen los detalles de la interacción social. En este sentido el trabajode McDermott (1976) nos proporciona un buen ejemplo. McDermottregistró en vídeo dos grupos de lectura en una clase de primer cur-so, observando con detalle la interacción interpersonal, verbal yno-verbal. Él pudo mostrar que mientras que la interacción en unode los grupos parecía ordenada y en el otro desordenada y, efecti-vamente, así era visto por el profesor, lo que ocurría en realidadera que había un tipo diferente de orden, en parte motivado porla actitud del profesor, lo que tenía consecuencias terribles en elrendimiento de los alumnos. Existen trabajos igualmente detalla-dos, sobre los procesos de interacciónrealizados por analistas deldiscurso a través- del uso del grabador.

Cuando la investigación requiere este nivel de detalle, probable-mente la grabación electrónica resultará de capital importancia.Cuando el enfoque es más amplio, cuando no es tan imprescindibleregistrar cada palabra o cada gesto, estas ••técnicas todavía conti-núan siendo útiles debido a su exactitud y concreción. Sin embar-go, sus ventajas deben ser sopesadas en relación con algunas des-ventajas importantes.

Por supuesto, no siempre se obtiene el permiso necesario parausar estas técnicas, y ello restringe el número de escenarios quepueden ser elegidos para realizar la investigación. Por ejemplo,mientras que los profesores normalmente permitirán que sus cla-ses se graben o incluso que se filmen en vídeo (Hargreaves, 1981),difícilmente permitirán elt empleo de estas técnicás en la sala deprofesores. Por otro lado, incluso cuando se obtiene la autoriza- -'4

~Ición, la conciencia de que los hechos están siendo registrados hará ~que los acontecimientos, probablemente, cambien de forma signifi- lcativa. Esto último es particularmente cierto cuando los aparatos ~de grabación son transportados de un lado para otro, conectados, .~desconectados y vueltos a conectar, como ilustra Altheide en su in- :vestigación sobre un estudio de grabación de noticiarios de tele- ;.:visión:

-".

•..•.•.•.....•••.•.•.•.•....•.•.•.•.. .0-'" .•.~ ~..•.......•.•.•..•. "'__ ....•.

Principalmente, utilizaba eltambién lo usaba para graba;~abador para hacer entrevistas, perocombinaba la recogida d d as escenas de la sala. De esta forma

e atas y su regrst S'que, con algunas excepe¡ I ro. In embargo percibíd d d ones e grabad .a e la conversación Esto o' " d or Interrumpía la naturali-. d . Curno urant htemen o Con un coment ~ . ,e una c aria que estaba

h ii ansta que hacía un dco o rsrno. Sus coment . f' . ocumental sobre el al-anos aSCInante b Iactores para representar a los al ,s so re a necesidad de usarreales hablaban demasiado codholIcos, ya que «los alcohólicosI ' ». me In uJero~stana que yo usara el grabador Cua n a preguntarle si le mo-ro "' garganta e Inició una confer ~do lo puse en marcha él acla-holIsmo en Westem City' I encia ,sobre la magnitud del alce-

E ' SIn va ver mas al t" '.n otras situaciones el b d OplCOin icia]gra a or no intto. La explicación de un perl'od' t b ,errumpe el acontecimien_

. IS a so re com h bf .entrevIsta fue registrada . di o a la «redUCIdo" una. srn IStorSlOnes y biera CIerto ya que le había visto .' o sa la que lo que decía

forma. Algunos cámaras y redduclr otr~s entrevistas de la mismat bai peno istas solían ..su ra ajo y sus comentarios sob 1 ?ermItlr que grabase

tras que otros como el ea re e escenano del noticiero rruen-h ' mara que me '

coc e, no lo aprobaban De t d f amenazo con echarme del'f' . , . o as armas 1 b dnr IcaClOn determInada d ,e gra a or tenía una sig-

para to os los trabajadores.

(Altheide, 1976:213)

Los efectos del registro visual '.blemente en función de la dYaudlO-vlsual varían considera_

. gente y e los luga S'por ejemplo; que los trab . d res. ena de esperar. aja ores de TV f 'CeptlvoS, y que la grabacl'o' f ,ueran especialmente re-

d n uese mas' fá '1cuan o la interacción se red CI y menos inoportuna

duce a un pequ - , bícaso e las aulas de una escuela lleno arn ItO, como es elsldad Ad ' o as cases prácf d 1. ernas, los efectos dI. icas e a univer-suelen disiparse conforme peasa prles~ncla de equipos de grabación

L dif " a e tIempoa 1 USlOn del económ' .grabación auditiva en u ICOgrabador portátil ha convertido la1 n recurso reían

e reducido tamaño de estas m' . lvamente accesible. AdemásPor supuesto, hay limitaciones :~ul~as .l~s hace bastante discretas:trado can este sistema Es obvi re acion a 10 que puede ser regis-tlVO . VIO,pero no por ell .

, que con este sistema sólo ued . o menos slgnifica-portamiento no verbal y el p en regIstrarse sonidos' el comq entorno físi dI" ' -

Ueser registrados a través d I co e as actIVIdades tendránaspe t d b e as notas de ea E. c os e en quedar 10 suficie mpo. n efecto, estosnnnos detalles para que permita ntemente documentados en sus mÍ-

n comprender el contexto de Ia gra-

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ETNOGRAFIA176

. . . di an Walker y Adelman cuando explicanbación auditiva. como m IC. .su investigación en clases «abiertas».

b . oras _graban-. . . [ con gra aciones sonHicimos exper~mentos mrcta es sultaron de gran interés porque.do durante vanas semanas-

bqu~ re t r ibles La razón de la incom-

sorprendentemente. resulta _aln irnn ed.l~ones·te'cnicas debido a rui-idi 1 rrra as con ICI .prensión no resi la en .~s . os escuchar las palabras. pero

dos y distorsiones audltlvas; podl~m . la más mínima idea ded l Ii o no temamos nila mayor parte e uernp decí Anteriormente habíamos he-

lit" do de lo que se ecia.cuá era e sen I 'd y vimos que casi eran auto-cho grabaciones en clases ma[s orto oxa\,amos pero en esta otra si-

I . . I so cuando as transcn l. dexp ícauvas. me u d l' alquiera de las técnicas e.,' . capaces e ap Icar cu dtuaclOn era~os m . d las transcripciones extraídas eanálisis habituales ... La mayona 1e f or de esta clase hablaba lalas grabaciones n:ostrab~~ f~~~: fr:~~:ntada. truncada. interrun:-mayor parte del tiempo d . ibles dudas y pausas inexpli-

I desordena a con VISIpida. poco e ara y. . , de la observación extensiva. quebl D 'supimos a traves .ea es. espues, . 1 . di isión del trabajo y una consi-

esta clase dispon.ía d~ una comp ejaa :~ resión que extraímos de laderable diferenClaclOn de tarefs. L I d~curso era articulado Y flui-observación era que en estas ~ aS~\~empo que estábamos observan-do. y que además. durante to o esiÓ~ en que algún alumno se queja-do. no se había dado ninguna oca tendiese mal lo que ella

d I profesora o que ense por no enten er a a .' . ~s nos resultaron sorprendentesestaba diciendo. Las transcnpclOnen este sentido. (Walker y Adelman. 1972:8-9)

eriencia que Walker y Adelman sin-Fue en respuesta a est~ exp 'f' as con grabaciones auditi- .

baci s cmematogra ICcronizaron gra aC.lOne di te la identificación de la perso-vas. Ellos descubneron que me

dlan. lo que decía' «El discurso

I b día enten er mejor .na que hab a a s~ p~ , I resentaba extrañamente frustran-que en la transcnpclOn se nos p '1' ico a menudo cobraba

, f tado torpe e I ogr .te. porque pareCla ragmen errtado en su contexto. pareciendovida cuando lo veíamos¡ represen O

. ivid coherente (1972:1 ).económiCO. VIVI o y. . t lírni tes técnicos en lo que se re-

t mblén eXIS en . . dPor supuesto. a. . que pueden ser registra as.d las mteracClOnes

fier~ a la gama e Adelman sobre las aulas escolares nos ofreceEl ejemplo de Walker y d 11 Cuando las lecciohes son muy

rendente e e o.una muestra sorp I toda la lección puede ser re-d . antemente ora es.formales Y pre orrnn f'delidad Sin embargo. en otro

. bador con gran I . . il id d deglstrada en un gra, I 1"d d sino la propia ínteligibil! atipo de clases no solo a ca I a

REGISTRAR Y ORGANIZAR LA INFORMACION 177

la grabación disminuyen debido al ruido de fondo provocado porel movimiento de los alumnos en la sala, y el alcance de la graba-ción se restringe más. Ya no es posible captar la lección completa;solamente podemos registrar fragmentos de ella. ya que el profe-sor y los alumnos se mueven por el aula y la organización de laclase está más descentralizada puesto que la mayoría de las accio-nes responden más a un criterio de enseñanza informal que for-mal. Poi- otra parte, incluso en el caso de grabaciones en ámbitosde enseñanza tradicional es un error considerar que la totalidadde los acontecimientos se puede captar con el grabador. No sóloestaremos perdiendo el comportamiento no-verbal -como el tra-bajo de lectura y redacción-o sino que también puede escapar ala grabación alguna conversación entre el profesor y los alumnos,o entre los propios alumnos. De forma similar. en las grabacionessonoras de procesos judiciales, el discurso público será preserva-do. pero no así las conversaciones individuales. entre el juez y elfiscal en el tribunal. entre abogados y entre éstos y sus clientes.La importancia de estas informaciones depende, por supuesto, dela finalidad de la investigación, pero la selección de los ámbitosdonde se quiere grabar será crucial ya que tendrá implicacionesen el tipo de conclusiones que puedan ser legítimamente elabora-das a partir de los datos.

Si bien la grabación en vídeo y la filmación evi tan alguno deestos problemas. éstas son más caras y probablementes más intru-sivas. Además, comparten con la grabación sonora una caracterís-tica en cierto modo irónica: producen demasiados datos. Las ad-vertencias de Shatzman Y Strauss en relación a las grabaciones-que la transcripción queda aún por hacer y que. por tanto. la fal-ta de contacto directo con los datos hace que el muestreo teórico,que hay que ir haciendo conforme avanza la investigación. se tomemás difícil- son ciertas, sobre todo cuando se graban todos loscomentarios sobre los acontecimientos. Si bien no siempre es esen-cial la transcripción completa de la cinta -simplemente se puedetrabajar una cinta como un documento. con índice. sumarizándolay/o copiando fragmentos (véase p. 163)- incluso entonces requeri-rá un tiempo considerable. probablemente más del que se necesitapara escribir extensas notas de campo. Cuando se utilizan técnicasde grabación sonora o visual es muy fácil recoger más datos quelos que uno va a utilizar. También nos podemos encontrar con quenuestros descubrimientos Y conclusiones se vean comprometidospor la variedad de técnicas utilizadas. El uso de aparatos de graba-

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REGISTRAR Y ORGANIZAR LA INFORMACION179

Cll'.1Ul.Jtv\rlA

•. ~ . 1 e el dilema del detalle versus el al-ción sonora y VIsual no res~e V d tos de gran concreción y deta-A os proporcionan a " b tácance. unque n 1 1 pueden constituir un o s a-lle justamente por ello, a argo p azo: de largo alcance; nos. 1 delos interpretativosculo para os mo 11 d de árboles individuales, pero noproporcionan retratos deta a o.s, eral del funcionamiento delnos dan un modelo de cornprension gen .,.

bosque. 1 ít 1 1 que en etnografía el instrumento deSeñalamos en e Ca?l ut A ti de lo que hemos dicho sobre

investigación es el etnogra o. par ~rual debería quedar claro que. d abación sonora y VISlas técnicas e gr 1 observador participante y sus notaséstas no pueden r~em.plazar :den ser sin embargo, un suplementode campo. E.stas técnicas P~uraleza de campo y de los propósitosútil, dependiendo de .la na selectivarnente para proveernos. . , SI las usamos ,de la investigación. b tecimientos particularmente impor-de datos detallados so re acond tecimientos o si las emplea-

b a muestra e acon , 1tantes, o so re un d ampo estas técnicas pueden resu _mas para verificar las notas e e ,tar de una utilidad notable.

Información de"entrevista

. altamente estructuradas, propiasEn el caso de las entrevistas 1 blema del registro de lasde la investigación de encues:as, e pr~-eves y normalmente, se

,. a que estas son UJI. ,respuestas es rrnrnrno y , recodificadas. El entrevistador seordenan dentro de categortas ~ res uesta indicada o, a lo sumo,limita a poner un CIrculo en 1 1es%acio correspondiente. Por otraescribir unas pocas palabras e~ ~ etnográficas en las que las res-parte, en el caso de las en,trevls as s no se suelen estructurar de1 te mas extensa , .puestas, genera men d . das el problema del registro co-'as pre eterrruna ,acuerdo a categon; de luego se pueden tornar notas pero,bra mayor importancia. D%i:m~~ c~nsideracion~s que apuntába-entonces, aqui surgen las . s de campo procedentes de la ob-Id 1 s anotacione b 'mos e~ ,e cas~ e, a cómo debe anotarse" Una vez más ha. raservaclOn:. qu~, cuand.o y en las anotaciones, y enfrentar el. dile-que depositar la c.~nfIanza 'da versus información literal. De 19u~lma de la información resumi confusiones corno en la tutona

uede provocar , dimodo, tomar notas p . k (1968) cuando el entrevistado se 10citada por Olesen y Whitta e.rb. do'lo que decía' aunque los efec-d taba escn ien , tcuenta e que se es duci es tornar notas es una carac e-tos probablemente se re uciran, pu

rística normal de las entrevistas. Sin embargo, la necesidad de to-rnar notas hace muy difícil, si no imposible, el tipo de entrevistareflexiva que defendimos en el capítulo S, puesto que toda la aten-ción del entrevistador estará concentrada en registrar todo lo quesea dicho; máxime si tenemos en cuenta que no sólo deben regis-trarse las respuestas del entrevistado sino también las preguntasdel en trevis tador.

Teniendo en cuenta estos problemas, existen considerables ven-tajas en la técnica de la grabación. Si bien al principio los entrevis-tados pueden mostrarse reticentes a permitir la grabación (porque,por ejemplo, «no se puede discutir con un grabador»), se puede lle-gar a un acuerdo si se le explica que simplemente se trata de com-plementar las notas de campo y que se mantendrá el anonimato.Además, el grabador, particularmente el portátil, puede tener el efec-to de disminuir las reacciones en vez de aumentarlas. Cuando elaparato no está muy a la vista del informante, lo más probable esque él o ella se olviden de que el grabador está puesto en marcha,especialmente si el entrevistador permanece tomando notas duran-te el transcurso de la conversación. El grabador aporta un registromás completo, concreto y detallado que las notas de campo, aun-que, corno ya apuntamos arriba, omite tanto los aspectos no-verba_les como las características ambientales. Por esta raZÓn, normal-mente se aconseja complementar la grabación con apuntes quecubran estas cuestiones.

Efectivamente, debemos enfrentarnos a los problemas del pro-cesamient~ de las grabaciones. Puede ser necesaria la transcrip_ción, aunque algunas veces será suficiente con tomar notas a par-tir de las grabaciones. En cualquier caso, aunque la transcripcióndemande más tiempo que las anotaciones, el producto será más efec-tivo como registro de la entrevista.

Documentos

Algunos documentos están libremente disponibles y pueden guar-darse para su uso posterior, como ocurre por ejemplo con el mate-rial de promoción, guías de uno u otro tipo y circulares. Siempreque los recursos documentales no sean demasiados, el entrevista_do- puede hacer copias de éstos Y guardarlos. En varios lugaresexisten fotocopiadoras que pueden ser usadas por el etnógrafo.Como alternativa, algunas veces se pueden prestar los documentos

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l!:SUETNOGRAFIA

por cortos períodos de tiempo para ser fotocopiados. Desde luego,aquí existen limitaciones de tiempo y dinero. Incluso si las copiassalen gratis, el tiempo que uno pasa fotocopiando podría haberlcocupado leyendo los documentos, en la observación participanteo haciendo entrevistas. Por esta razón, copiar los documentos intato no es precisamente la estrategia más eficaz de registro. Mien-tras que así se evitan peligros tales como la omisión de algo impor-tante o la pérdida del contexto de lo que se registra, hay que teneren cuenta sus costes en términos de tiempo y dinero.

Muchas veces, como no es posible realizar fotocopias en gran-des cantidades, la única alternativa existente es tomar apuntes. Sinembargo, aquí también existen diferentes estrategias alternativas.Puede hacerse un índice de la documentación para consultar losdocumentos cuando sea necesario durante el curso de la investiga-ción. Éste es un sistema relativamente rápido, aunque presuponela existencia de un acceso fácil y constante a los recursos docu-mentales. Como alternativa, se pueden resumir las partes más re-levantes del material o copiarlas a mano. La elección entre resu-mir o copiar gira en torno al dilema que fue apuntado más arribaen relación al registro de las observaciones Y de la información delas entrevistas. Resumiendo se puede cubrir mucho más materialal mismo tiempo y hasta dejar algún tiempo para trabajar de otrasformas. Por otra parte, resumir impkca la pérdida de algunas in-formaciones Y presupone la interpretación. En la elaboración deun resumen no sólo se debe decidir sobre cuáles son los puntosmás importantes a retener, sino que también se deben traducir és-

tos dentro de categorías generales.Estas tres formas de tomar notas -hacer índices, copiar y.

resumir- no son mutuamente exclusivas. Éstas deberían .usarsede acuerdo con la disponibilidad de la documentación Y con la fun-cionalidad que vayan a tener. Ambas consideraciones pueden va-riar según los diferentes documentos o incluso partes de éstos. Cuan-do el acceso a la documentación sea difícil y la terminología usadaen ésta sea de capital importancia para la investigación, no hay otraalternativa que no sea realizar copias. Cuando la información quese necesita concierne al contexto, será suficiente con elaborar unresumen. Además, debemos señalar que no es necesario tomar na-tas en el acto; cuando el acceso a los documentos es restrictivo,puede ser más eficaz grabar en un aparato portátil los índices, re-súmenes o partes relevantes de los documentos. Posteriormente eS-

'l~·':-: -.~' ...•.

REGISTRAR Y ORGANIZAR LA INFORMACION 181

tas grabaciones tend' , .mismo es válido par:al:sque tser deSCrItas o mecanografiadas, y lo

. no as e campo que se hayan grabado.

•Anotaciones analiticas y .memorias

.'Mientras leemos documentos to

cribimos grabaciones, a menudo' su~am?s notas, d~ campo o trans-Es importante tomarlas en e t gen ld~as teoncas promisoras.en el momento de analizar 1 u~n a p~que p~eden ser de utilidadlisis prematuros pueden ser~~:t~~~· a~t.a cler~o punto ~stos aná-te distinguir entre las anotacio rosl·, .ID em ar~o, es Importan-mación que nos dan los actor~ses ana íticas .ext.raldas de .la infor-partir de la observación E t d. y.la: ,descnpcIOnes realizadas a. s a istmcion puede h ., .camente categorizándolas por d d acerse tipográfi-o rotulándolas de alguna man;rup~s . e os o cua.tro, por ejemplo,zar revisiones regulares y desar:;oll~ 19ualr~nte Importante reali-mori as. Estas memoria sana ítrcos en forma de me-bosquejos en los que s~ no sdon realm~nte ensayos acabados sinonuevas ideas, trazar nuev~~:s~;a::::clar ~os av.anc~:, identificardemasiado fácil dejar que la inf g s. ~e mvestrgación, etc. Seríade campo se fuera amontonandoo~a~I~n a,cumulada en las notasnao La acumulación de mat . l r s día y semana tras serna-to satisfactorio de progres~na norm~lme.r:te aporta un sentirnien-físicos a través de los cuad ' que :ue e ser mesurado en términoscompletadas, los períodos ~~~~see~arr:?o esc~itos, las entrevistasles lugares de investigación visit d a~on cubiertos o los diferen-que este trabajo se vaya acumul: ~s. ~ro es un gra~: error dejarregulares: en tales circunstancI·asnelos S1Ot.u~a refdlexlOn y revisiónd .1 . en imiento e pro

e ser 1 usono, y el tratamiento de 1 d . greso pue-rientado. os atas recogidos estará deso-

Como hemos des tacado la form 1 . ,tos, hipótesis y de una estr~tegia d ~ acIO~ d~ 'problemas concre-característica propia del e~n~estlgaCIOn adecuada es unade focalización prOgreSivaP~oy~~.to e investigación. Este procesodebe guiar por una identif ~l, ica q~e la recogida de los datos se

. 1 icacion abierta p 1'· dpICOS de investigación El t baio l era exp ICIta, e los tó-memoria de investiga~ión ~~liaJao :e~ ar ,en la elaboración de unacienes constantemente y a g r~ al etnografo a generar explica-prevenir a gunos d ti .ocurren en la recogida de información Id lrne mos que SIemprede observación debe acarrea . ea mente, todo períodor, paralelamente, el 'procesamiento teó-

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· . ETNOGRAF1A182rico de las anotaciones Y la reflexión constante sobre el procesode investigación. Las memorias constituyen análisis preliminaresque orientan al investigador en la recogida de información. Haciendoesto no existe el peligro de que al final del día nos confrontemoscon una colección informe de material, sino con una memoria co-herente que sirva de guía para el análisis.

Por tanto, la elaboración de estos informes o memorias es unaespecie de diálogo interno o de pensamiento en voz alta, que se cons-tituye en la esencia de etnografía reflexiva. Tal actividad deberíaevitar que durante el trabajo de campo uno caiga en «actitudes có-modas» y en una «postura intelectual condescendiente». Más quellevamos a descubrir la verdad, ello nos fuerza a preguntamos acer-ca de lo que conocemos, de cómo este conocimiento ha sido adqui-rido, del grado de certeza que tenemos de tal conocimiento Y cuálesson las nuevas líneas de investigación que ello implica.

Estas notas analíticas pueden añadirse como apéndice a las no-tas de campo diarias o se pueden incorporar dentro de la que seríala cuarta variedad de informes, el diario de campo. Este diario apor-ta un relato continuo de la conducta del investigador. Este no sóloincluye un registro del trabajo de campo sino también las propiasdificultades Y sentimientos personales del etnógrafo. Esto últimono es simplemente una cuestión de introspección gratuita o de en-simismamiento narcisista. Como'ya apuntamos en otra parte de estelibro, los sentimientos de bienestar personal. ansiedad, sorpresa,shock o revulsión son significantes analíticos. En primer lugar, nues-tros sentimientos forman parte de las relaciones que establecemosdurante el trabajo de campo. Segundo, tales reacciones personalesy subjetivas, inevitablemente, van a influir en lo que sea calificadocomo notable, en lo que sea considerado como problemático o ex-traño Y en lo que parezca ser mundano u obvio. Frecuentemente,nos apoyamos en tales sentimientos y, tanto su existencia como suinfluencia previsible deben ser reconocidas y, si es posible, expli-cadas por escrito. De la .misma manera, los sentimientos de ansie-dad pueden plantear limitaciones durante la recogida de la infor-mación, conduciendo a una visión muy limitada Y altamenterestricta. Aunque algunos autores han llamado la atención sobrela importancia que tiene registrar los sentimientos personales (porejemplo, J ohnson, 1975), la siguienre observación tie Olesen y Whit-taker es cierta: «La lectura de la mayor parte de estudios sobreel trabajo de campo dan la impresión de que los trabajadores decampo se deslizan graciosa Y sedosamente a través de este procesO

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183

sin tener siquiera una punzada de inquietud o un solo [aux pas»(1968:44). Incluso parece que las intensas complicaciones y com-promisos personales que reclama la etnografía tengan lugar, co-múnmente, de forma suave y «sedosa», lo cual resulta bastante im-probable. Uno de nosotros (Atkinson) descubrió referenciasexplícitas a los sentimientos personales durante su estudio en lafacultad de medicina de Edimburgo. Algunas de nuestras propiasreacciones ante las consultas clínicas -fascinación, revulsión, des-concierto, por ejemplo- no pueden utilizarse simplemente para ex-trapolar sentimientos de los otros, como doctores y estudiantes demedicina. Sin embargo sirven para comprender algunas cuestiones,como los procesos de socialización conocidos como «entrenamien-to para el control de las impresiones» o «la gestión de la competen-cia», mediante los cuales los sentimientos extremos de los médicosson enmascarados o neutralizados. La observación participante pue-de servir para simular la experiencia de los otros participantes, así,los propios sentimientos del investigador pueden resultar por sí mis-mos una vía importante de información:

REGISTRAR Y ORGANIZAR LA INFORMACION

(a.c. Esta noche me siento bastante aburrido y deprimido en la sala.Me pregunto si ello tiene algo que ver con el hecho de que ahorasólo hay dos asistentes trabajando. Con solo dos asistentes hay me-nos diversiones y bromas. Quizá ello sea debido a que los asistentessiempre se quejan de que no hay suficiente personal. Después de todo,aquí nunca hay más trabajo que el que puede ser cubierto por dosasistenjes, así que no es el hecho de que no puedan hacer su trabajolo que les molesta.)

(a.c. Aunque no lo demuestre, me pongo tenso cuando los pacien-tes se me acercan cubiertos de comida o excrementos, quizá los asis-tentes sientan lo mismo y por ello, a menudo traten a los pacientescomo leprosos.)

(Bogdan y Taylor, 1975:67)

Existe entonces una constante interacción entre lo personal ylo emocional por un lado, y lo intelectual por otro. La reacción per-sonal, por tanto, se transforma a través del análisis reflexivo denuestro conocimiento público potencial. El vehículo de esta trans-formación es el diario de campo. Quizás en un sentido más obvio,un diario de campo cuidadosamente elaborado permitirá al etnó-grafo concienzudo repasar y explicar laboriosamente el desarrollodel diseño de la investigación, la aparición de temas analíticos yla recogida sistemática de información. La provisión de tal «histo-

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184 ETNOGRAF1A

. , ente crucial para laria natural» de la invest igación es un componrealización del texto final.

: 1¡(

El almacenaje y la consulta de la información t:

Lo normal es organizar I~s .registr~~!ala ~~ff07;~¡~~ :;~~~tz~siguiendo un criterio cronológico, de fueron colectados. Sin ern-

d d . el momento en quecan or ena os segun did el análisis generalmente se hace nece-bargo, una vez empren I o . , ~rtir de tópicos y temas. Elsario reorganizar la infor~ac.lOF a p ción Normalmente hay cor-primer paso es se~entar . al mu~;:den ~provecharse para clasi-tes «naturales» en e matena q. uedan asignarse aficar los datos de forma que, postenoremcel'anltme'e~teen el caso de las' . 1 Ello ocurre espcategonas pa.rtlcu a~esia observación participante que muchas ve-notas provenientes. e '. de incidentes que permiten ser trata-ces consta de una os seoarad Otras veces particularmente en eldos como segmento~ s~para os. nat~rales son tan escasoscaso de las transc~~pclO~es: losl co~~et~s deben ser clasificados deque, por una c~e.st.lOn practica, os

forma más artificial. . tegñrías conforme a las cuales seNo.rmaln:ente las ~,nmer~sr~~ativamente descriptivas, refirién-

organiza la información, so . ersonas lugares actividadesdose a personas concretas ° tipos de p. ., de la información he-

,. de i t 's La reorgaruzaciony otros tOplCOS e m ere. a im ortante infraestructura para elcha de esta forma provee un. p bar o también puede jugar unacceso posterior a los datods'.Sin etr.n .ln 'como destacan los Webb:-papel activo en el proceso e inves igaci , .

. ,. . tema de estudio, así como aislarPermite al científico reorganlz~r s~iversas partes que lo componen, .y examin~r en sus ratos ll:sr~~c~~s cuando éstos hayan sido disocia-y recornbinar, por tanto, . os grupos experimentales ...dos de las viejas categorias. en nuev

(Webb y Webb, 1932:83)

. , d categorías es significativa:Además, la selección e

. rimeros datos de la investigación, tenía :¡Cuando hube reunido los p . 1 s anotaciones. Al comienzo de i::~,,;.d idi 'o Iba a organizar a .' ?que eCI Ir com . . todas las anotaciones en un urucola investigación me limitaba a ~oner tudiando diferentes grupos Yarchivo Como tenía que cont muar es ..

. bvi que ello no era suficiente.problemas, era o VIO

.;.."

REGISTRAR Y ORGANIZAR LA INFORMACION 185

Tenía que subdividir las notas. Parecían existir dos posibilidadesprincipales. Podía organizar las notas por temas, archivándolas porpolítica, estafas, la iglesia, la familia y así sucesivamente. O podía or-ganizar las notas según los grupos sociales en los que estaban basa-das, lo cual supondría abrir archivos de los Nortons, el Club de la co-munidad italiana, etc. Sin pensarlo demasiado empecé a archivar elmaterial conforme a los grupos, pensando que, después, los redividi-ría según los temas cuando tuviera claro cuáles deberían ser éstos.

Conforme el material se iba acumulando en el archivo me dabacuenta de que la organización de las notas por grupos sociales seajustaba a la forma en que se estaba desarrollando mi estudio. Porejemplo, tenemos a un universitario miembro del Club de la comuni-dad italiana que nos dice: «Esos mafiosos traen mala fama a nuestrodistrito. Deberían ser expulsados de aquí». Y tenemos a un miembrode los Nortons que dice: "Esos mafiosos están realmente bien. Cuan-do necesitas ayuda, te la dan. El hombre de negocios legítimo ni si-quiera te dedica cinco minutos de su tiempo». ¿Estas citas se debe-rían archivar por "Mafiosos. Actitudes hacia ellos»? Si lo hiciéramosasí, esto sólo nos mostraría que existen actitudes conflictivas hacialos mafiosos en Corneville. Únicamente mediante un cuestionario (di-fícilmente viable para todos los temas) veríamos la distribución deactitudes en el distrito. Además, ¿qué importancia tendría saber cuán-ta gente siente de una manera o de otra este tema? Me parece demayor interés explicar la actitud del grupo' en el que participa elindividuo. Ello nos mostrará el porqué -de las actitudes diferentesde dos individuos respecto a un tema particular.

Whyte, 198 j :308)

La clasificación de la información por categorías en etnografíadifiere de los códigos típicos de la investigación cuantitativa e inclu-so en otro tipo de investigaciones cualitativas (Goode y Hatt, 1952).En etnografía no se requiere que los datos se asignen a una únicacategoría ni que haya reglas explícitas para efectuar esta asignación:

Codificamos (las notas de campo) de manera inclusiva; es decir, quesi por alguna razón creemos que alguna cosa puede ir bajo un enca-bezamiento, la ponemos. No perdemos nada. También las codifica-mos por categorías múltiples, bajo cualquier encabezamiento que seapertinente. Como regla general, pretendemos llevar las cosas haciaun interés dado al que concebiblemente pudieran aplicarse ... Éstees un procedimiento de pesquisa que permite rescatar lo que resultapertinente de todo el material.

(Becker, 1968:245)

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186 ETNOGRAF1A

Lofland argumenta que en el caso de las categorías analític~ses necesario «arriesgarse» incluyéndolo todo por muy temerarioque esto sea. La identificación de categorías es un el~mento centraldel proceso de análisis. Como resultado de ello, la lis ta de catego-rías a partir de las cuales se organiza la información, ge~eraln:en-te, experimenta transformaciones durante el curso de la .mvestlga-ción. En particular, a medida que se desarrolla la teorí.a, tlen.e lugarun cambio hacia categorías más analíticas. En una mvestlgaclODsobre las conversaciones mantenidas en la sala de profesores deuna escuela de enseñanza secundaria en el centro de la ciudad (Ham-mersley, 1980), las discusiones registradas en las notas de campoinicialmente eran categorizadas o bien de acuerdo a la visión quelos profesores tenían de los alumnos, o bien a otros aspectos .d~la enseñanza y de la vida de los profesores. A medida que el análi-sis avanzaba, no obstante, las categorías se iban refinando teórica-mente en relación a aspectos como, por ejemplo, la «crisis» que,según 'los profesores, ellos enfrentaban, a la forma como éstos reci-bían las «noticias» referentes a los alumnos y a cómo intentabanexplicar los motivos por los cuales los alumnos se comportabantan «mal» a' pesar de sus esfuerzos.

La organización y reorganización de la información de acuerdoa categorías se puede hacer de maneras muy diferentes. La más.simple es «codificar el registro». Síguíendo esta técr:ica, la ir:for-mación se codifica, se asigna a una categoría a partir de registrooriginal o de una copia de éste. Los comentarios que rel~cionanla información a categorías descriptivas o analíticas se escnben enlos márgenes o en dorso de cada página. (Lógicamente, esto ha d~hacerse en el formato empleado para escribir las notas y transcri-bir las grabaciones.) La ventaja de este procedimiento es que pue-de hacerse rápidamente Y permite el análisis de una cuestión enel mismo contexto en el que ha sido registrado. Por otra parte, lacantidad de tiempo empleada en la lectura del registro original, bus-cando las cuestiones reldvantes a una categoría particular, puedeser prohibitiva a menos que se trate de un cuerpo de datos muy

reducido.En versiones más sofisticadas de «registro codificado» se ela-

bora un índice analítico. A cada segmento de información se le asig-na una marca identificable: un número, una letra o la combinaciónde ambos. (Normalmente, esto resulta útil cuando se han recogidodatos muy diversos -por ejemplo, notas procedentes de la obser-vación y de entrevistas- para distinguirlos entre sí de forma que

REGISTRAR Y ORGANIZAR LA INFORMACIÓN 187

e~ status del segmento de información pueda identificarse de unvistazo.) Se prepara la lista de categorías que constantemente seactualiza a medida que surgen nuevas categorías, con los códigosreferentes a los segmentos de información también actualizados am:d~d.a que se vaya añadiendo nueva información. Esto requieren:as 'tiempo y es~erzo que una simple codificación del registro.Sin embar~o, Facilita en gran medida la velocidad y el rigor en elacceso a la ~nf~rrnación ..Las memorias analíticas se pueden combi-nar con un índice, una ficha que se abrirá para cada categoría con-t~mendo una defi~iciór:: la información pertinente que se vaya aña-diendo y una discusión sobre las relaciones entre diferentesconcept?s, etc. Al mi~mo tiempo, la información relevante para unac.ategona s~ puede listar por medio de un número dispuesto en laf~cha. Las fichas ~~brán de ser archivadas siguiendo algún crite-no, tal vez alfabético, para facilitar su consulta.

Un método alternativo de organización de la información uti li-zad~ por Whyte, los Webb y muchos otros etnógrafos consiste enrealizar una clasificación I?anual. Aquí hay que hacer múltiples co-pias de cada ~egmer:to de mformación para archivar una copia porcada categona pertinente. A través de este sistema, en el momentode h~c~r un análisis detallado de una categoría particular se acce-de rápidamente a toda la información pertinente, no hay necesidad?e consu~t.ar el registro original para encontrar los segmentos deinformación relevantes. Otra ventaja es que todos los datos rele-vantes a una misma categoría pueden ser colocados lado a lado paracom~ararlos. Por otra parte, esta técnica requiere una inversiónc?nslderable de tiempo y dinero para producir el número de co-pias necesari? (la canti~ad del número de segmentos relevantes paracada cat.egona). Ademas, será necesario un gran número de carpe-t~s archivadoras y hasta cajas para almacenar la información. Re-cI~ntemente se han desarrollado sistemas más sofisticados de ar-chiv~ y consulta de datos. Por ej.e.mplo, taladrando las fichas (Becker,1:68.245-246). tsta es una version más compleja de la técnica ante-no.rmente refe~ida de c.lasificación manual, pero aquí sólo se re-quiere una copia d~ la mfor:r;ación adicional al registro original.Cada segmento de información se añade a una ficha agujereada.Los agujeros en el margen de la ficha corresponden a las diferen-tes categorías y se elabora un índice que indique a qué categoríacorres~~nde cada agujero numerado. Cuando un segmento de in-for~aclOn es relevante a una. ca.tegoría, se hace un corte en el agu-jero: cuando no lo es, se deja intacto el agujero, o viceversa.

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188 ETNOGRAF1A

Con este sistema todos los datos se pueden guardar en fichassin ningún orden en particular. Cuando se necesita consultar el ma-terial relevante a una categoría particular se introduce una largaaguja a través del agujero adecuado y se levantan o se dejan lasfichas pertinentes (dependiendo de si los agujeros que representana la categoría que nos interesa han sido cortados o dejados intac-tos). Además, al igual que en la clasificación manual, todas las in-formaciones relevantes pueden examinarse simultáneamente perosin tener que hacer copias múltiples y ahorrando un espacio consi-derable. Con este sistema se pueden identificar subtipos de infor-mación relevante a dos o más categorías. Por otro lado, sin embar-go, las fichas taladradas, la aguja y las tijeras son bastante caras,y se necesita cierto tiempo para poner la información en las fichasy taladrarlas, aunque una vez hecho esto la consulta es más accesi-ble si se compara con otros sistemas, a excepción de la clasifica-ción manual.

Como cabría esperar, los ordenadores también han comenzadoa ser utilizados para archivar la información. Algunos etnógrafosutilizan programas informáticos para preparar índices analíticos.La ventaja de preparar índices por ordenador es que se pueden lle-var a cabo subclasificaciones y listas de ítems de información rele-vante para dos o más categorías. Desde luego, requiere horas deordenador y un programa adecuado. Otra posibilidad consiste enescribir los datos directamente en eíordenador. A cada segmentode información se le da un número de identificación y se preparaun índice sobre el listado de categorías y los ítems relevantes a cadauna de éstas. Mediante un programa adecuado, el ordenador es ca-paz de presentar todo el material relevante para cada categoría par- .ticular secuencialmente en la pantalla o impreso. En principio, estesistema es el que más rápidamente facilita el acceso a la informa-ción, especialmente si consideramos el abaratamiento progresivode los costes de los ordenadores personales. Los ordenadores reú-nen las ventajas de todos los otros sistemas. Las desventajas devie-nen de los altos costes y de los problemas en el sistema informáti-co, además del hecho de que esta estrategia de manejo de lainformación todavía no ha sido muy desarrollada. Por el momentono es fácil obtener programas de archivo, clasificación y procesa-miento de la información etnográfica, pero es probable que prontolo sea. Drass (1980) expone un ejemplo de cada uno de estos pro-gramas.

Como ocurre con muchos otros aspectos de la técnica etnográfi-

-}

REGISTRAR Y ORGANIZAR LA INFORMACJON 189

ca, no existe un sistema de archí .y desventajas de cada est t . IVo.y consulta Ideal; las ventajas

. ra egra variarán s ' 1la Investigación la naturale d 1 d egun as propuestas de, za e os atas y 1ponga el investigador Aderná ib os recursos que di s-proyecto de investigación :;:;0e~ pOSI !e que dentro de un mismoadecuarse a la naturaleza de 1 p ~~fvanos mé.todo~di~erentes paraComo orientación general pod o,s I eren..te~ tIpOS de Información.dad de información es nn' namfio.s sena ar que cuando la canti-

. d .• poca, es su cien te con un' di .o y un índice analítico. Cuando ha . registro co ifica-

que los items sólo sean 1 y gran.cantldad de datos aun-. . re evantes para un d '

claSIficación manual quizá sea la má ,~o os categonas, lala información sea abunda t h s practica En el caso de quelevantes a un gran núrn nde y aya u~ gran número de items re-

era e categonas (d der á

categorías como de la info ión) l si epen era tanto de lases el que tiene mayores ve~~;~~o~¡':a slste~~ ?e fichas taladradasbarato y rápido a un ord d' Y pOSI J!~dad de tener accesoponible, el archivo infor~:t~z~~ pers~n~~ y asistencin técnica dis-tado, aunque todavía per o pro a ernente sea el mejor mé-

manezca en gran medida inexplorado.

Conclusión

Seguramente, será imposible a rove h d .quirida en el trabajo de cam o p ~ a r to a la Información ad-gan todos ~s esfuerzos par' p '. strarla o no obsta para que se ha-. a regIstrar a La me .apropiada para el análisis E id . mor~a no es una basemación es selectivo y sl'em' V.I en

l===. el regist ro de la infor-

pre Imp Ica una inte . ,ma que sea. No existe nin ún ,. rpretacion por míni-a partir del cual se puedangded c~ertPod balslco de datos indudables

, ucir o os os otro L .tra y como se registra depe d ' s. o que se regrs-. . n era en gran medid di' .y prioridade , de la investigación de] .a. e os proposirosse lleve a cabo Además u ti] i d'y .as condICIOnes en que ésta. I Izan o van té . dbemos estar alerta ante 'los efecto ~s ecrucas e registro de-actores y estar preparados ara s qu.e .estas pueden c~usar en losCuencia. Igualmente no eXI'sPt mO~I~lcar la estrategIa en conse-. f ,e una urnca man dIn ormación para el análisis L d " era e consultar la

dif . a a ecuación de los dif .mas I ieren en [unción d I I erentes s rs te-la naturaleza de la info e ?,S propósitos de la investigación def· rrnacion recogida d 1 di '" 'Inanciación así como d ] '. ' e a Ispombdldad de

b i , e as convenIencIa ]ren es necesario que los 't s persona es. Y aquí tarn-los propósitos y las condi~ieonoedsos seabn conducidos en función de

cam ianres.

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" . ETNOGRAF1A190

s de la investigación etnográfica, el regi~-Como en otros aspecto'nf ., deben ser procesos reflexl-

. lt de la I orrnaciontro, archivo y consu a .' 1 b ran dirigen y si es necesa-

1 Id ClSlOnes se e a o , l' .vos en los cua es as e d id racI'ones éticas y meto do ogi-

1 b la luz e consi e 1r io se ree a oran a. . estas técnicas juegan un pape. b o al mismo nernpo,

caso Sin em arg , f '1' 1 reflexividad. tstas aportan un1 h ra de aCI itar a . 1

importante a a .0 1 rar la tipificación de los ejernp os, parainstrumento cruClal para. ~a ~ 'culos entre los indicadores, paracomprobar la construcclOn e v~n lar entre diferentes recursos

t" os para tnangu .buscar casos. riega IV .,' del trabajo de campo, para valorar ~a m-y grados de mformaclOn b 1 J aturaleza de las informaclOnesfluencia del investigador so re t: n técnicas facilitan el proceso dey los resultados. En resume~d' es as os en el próximo capítulo.

áli . ~ un tema que consi eraremana ISI::>,

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CAPíTULO 8

EL PROCESO DE ANÁLISIS

En etnografía el análisis de la información no es un proceso di-ferente al de la investigación. Éste comienza en la fase anterior altrabajo de campo, en la formulación y definición de los problemasde investigación, y se prolonga durante el proceso de redacción deltexto. Formalmente, empieza a tomar forma mediante notas y apun-tes analíticos; informalmente, está incorporado a las ideas, intui-ciones y conceptos emergentes del etnógrafo. De esta manera, elanálisis de la información es paralelo al diseño de la investigación.Ésta es la idea central de la «teorización enraizada» (Glaser yStrauss, 1967): la recopilación de información está estratégicamen-te orientada por el desarrollo teórico. La elaboración teórica y larecogida de la información están relacionadas dialécticamente.

De todas formas, la mayoría de las investigaciones etnográficasse resienten de una falta de reflexión sobre la relación entre el aná-lisis, la recogida de información y el diseño de la investigación. Aveces la información requerida para comprobar una determinadainterpretaeión no está disponible, otras veces no se compruebanaspectos de la información que son cruciales, en otras ocasiones

\

no se investigan los casos comparativos necesarios para desarro-llar y probar la teoría ernergenté.

Podríamos considerar como una 'de las causas de ello la influen-cia del naturalismo, en su énfasis por «captar» el mundo social me-diante la descripción. El naturalisrno refuerza lo que Lacey (1976)llama «el síndrome de que todo está ocurr:iendo en todos los sitios»,un mal común en el trabajo de campo: cuando el investigador sien-te la absoluta necesidad de estar a la vez en todos los lugares yde permanecer en el campo el máximo tiempo-posible. Como resul-tado de ello, queda poco espacio para la reflexión teórica. Además,los apelos naturalistas a «decir las cosas tal como son» tienden asubestimar el proceso de análisis de forma que éste-siempre quedaimplícito o insuficientemente elaborado.

La investigación etnográfica tiene una característica estruc tu-rada de «embudo», centrando progresivamente su foco a medida