metodologia etnosemiotica para el dialogo del proyecto cultura de legalidad. alexandra bo roiz

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CONSIDERACIONES PREVIAS ACERCA DE LA DIMENSIÓN ETNOSEMIÓTICA. Por Alexandra Bo Roiz 1 Pensar una dimensión etnosemiótica como componente fundamental en el proyecto Cultura de legalidad permite analizar la intervención social, desde una metodología que considera la cultura y los contextos sociales como un territorio inexplorado. Allí los discursos espacio temporales se basan en una relación del cuerpo con los hábitos y las preconcepciones culturales que se tiene del otro y lo otro. ¿Qué se quiere decir con ello? que al observar el cuerpo humano y sus procesos de semiosis (construcción de signos) en distintos planos espaciales (físico, de contacto, cotidiano, etc) se realiza una clasificación del cuerpo, de acuerdo con esos mismos planos. Es por lo anterior que uno de las dimensiones que aborda esta investigación dirige la atención hacia la comprensión del proceso comunicacional que el cuerpo produce en “sí mismo y en el Otro” (Landowski,1977) dentro del proceso de recolección de información. Esto se traduce en un “hacer” personalizado, que atraviesa los límites de un espacio privado para ingresar a un espacio público (Cfr. Mosquera y Djukich. 2001). La etnosemiótica o semiótica de la cultura como estrategia de intervención social para la construcción de una metodología, permite recolectar información valiosa en el marco del proyecto Cultura de Legalidad, ya que el ejercicio de observar lo que con frecuencia se ignora o no se observa, aproxima a los subtenientes a una dimensión semiótica del cuerpo que pueden observar tanto en los ciudadanos(as) como 1 Estudió Filología e Idiomas en la Universidad Libre de Colombia, con un Diplomado en Antropología Cultural de la Pontificia Universidad Javeriana y Candidata a Magistra en Relaciones Internacionales de la misma institución. Investigadora social y escritora. Docente por 20 años en temas relacionados con Hermenéutica, Interpretación de textos, Lectura y Escritura, Semiótica, Antropología, Metodología de Investigación. Diseñó y escribió la metodología de Intervención Social para el Proyecto Cultura de Legalidad “Diseño de una matriz etnosemiótica para el diálogo y la conversación” en el año 2008. Esta propuesta metodológica es implementada en varios países de América Latina y el Medio Oriente. Escribió la metodología Matrices culturales “Acepto la diferencia o Dios no me habla por teléfono” para el diagnóstico y la selección de perfiles en escenarios organizacionales. 1 Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

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Aquí se encuentra el diagnóstico, marco teórico y la metodología diseñada por Alexandra Bo Roiz en el año 2008 para el proyecto Cultura de Legalidad dentro del proyecto piloto realizado por la ECSAN para la Policía Nacional de Colombia.

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CONSIDERACIONES PREVIAS ACERCA DE LA DIMENSIN ETNOSEMITICA. Por Alexandra Bo Roiz1 Pensar una dimensin etnosemitica como componente fundamental en el proyecto Cultura de legalidad permite analizar la intervencin social, desde una metodologa que considera la cultura y los contextos sociales como un territorio inexplorado. All los discursos espacio temporales se basan en una relacin del cuerpo con los hbitos y las preconcepciones culturales que se tiene del otro y lo otro. Qu se quiere decir con ello? que al observar el cuerpo humano y sus procesos de semiosis (construccin de signos) en distintos planos espaciales (fsico, de contacto, cotidiano, etc) se realiza una clasificacin del cuerpo, de acuerdo con esos mismos planos. Es por lo anterior que uno de las dimensiones que aborda esta investigacin dirige la atencin hacia la comprensin del proceso comunicacional que el cuerpo produce en s mismo y en el Otro (Landowski,1977) dentro del proceso de recoleccin de informacin. Esto se traduce en un hacer personalizado, que atraviesa los lmites de un espacio privado para ingresar a un espacio pblico (Cfr. Mosquera y Djukich. 2001). La etnosemitica o semitica de la cultura como estrategia de intervencin social para la construccin de una metodologa, permite recolectar informacin valiosa en el marco del proyecto Cultura de Legalidad, ya que el ejercicio de observar lo que con frecuencia se ignora o no se observa, aproxima a los subtenientes a una dimensin semitica del cuerpo que pueden observar tanto en los ciudadanos(as) como en ellos mismos, y al mismo tiempo habla sin hablar sobre los mltiples territorios y palimpsestos sgnicos inmersos en la dermis de cada individuo. La exploracin de estas sensaciones inditas, los lugares de contacto que establece el cuerpo con el ambiente, as como los puntos de focalizacin visual, tctil y kinestsica que ste plantea permiten observar a la ciudadana, en relacin con su mquina natural, tambin con sus fragmentaciones, transformaciones (Blanchard, M. 1998. Landowski, E. 1997) consigo mismo, el entorno social y el mundo natural. La consideracin de este referente terico en la investigacin permite observar y analizar cules son las percepciones y emociones que genera entre la ciudadana la concepcin de legalidad?, cules son las percepciones y1

Estudi Filologa e Idiomas en la Universidad Libre de Colombia, con un Diplomado en Antropologa Cultural de la Pontificia Universidad Javeriana y Candidata a Magistra en Relaciones Internacionales de la misma institucin. Investigadora social y escritora. Docente por 20 aos en temas relacionados con Hermenutica, Interpretacin de textos, Lectura y Escritura, Semitica, Antropologa, Metodologa de Investigacin. Dise y escribi la metodologa de Intervencin Social para el Proyecto Cultura de Legalidad Diseo de una matriz etnosemitica para el dilogo y la conversacin en el ao 2008. Esta propuesta metodolgica es implementada en varios pases de Amrica Latina y el Medio Oriente. Escribi la metodologa Matrices culturales Acepto la diferencia o Dios no me habla por telfono para el diagnstico y la seleccin de perfiles en escenarios organizacionales.

1Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

emociones que genera entre la ciudadana la imagen del polica? y cmo esa percepcin de lo legal, la considera el ciudadano(a) en su presente aunque no exista, y slo la imagina en su pasado o futuro, cuando su imagen va unida a la del tiempo presente, pasado o futuro?2. Qu se quiere conjeturar con lo anterior? que el estado del cuerpo, o su afecto hacia la concepcin de lo legal y lo policial, es el mismo, ya sea en la imagen de un evento presente, pasado o futuro, por tanto, la afeccin de alegra, tristeza, molestia o ira ser la misma, tanto en la imagen de un incidente en el pasado, el futuro o el mismo presente (Spinoza: 1999: 81) y ser recreada, rememorada y experimentada en el cuerpo tal y como se pudo vivir en el pasado. Por lo anterior, al reflexionar sobre la semitica del cuerpo surge el interrogante de la afeccin, la emocin o la pasin, la cual est en movilidad continua. Aqu la afeccin que se observa, a travs de la sgnica expresada por el cuerpo no aparece en el ejercicio de observar la percepcin o por un proceso fisiolgico, sino que se devela mediante el recuerdo pues, aunque una situacin no exista en el acto, se le considera presente (Spinoza: 1999: 97). Para la etnosemitica, la reflexin que se haga del corpus semiolgico de un grupo social se encuentra articulada al mundo de las afecciones. Estos signos se hallan inscritos en el cuerpo de cada individuo. De ah que el cuerpo permanezca en un estado de latente transformacin, en relacin con la memoria y la imaginacin de quien lo porte. Aproximarse a una semitica del cuerpo en relacin con los hbitos y costumbres de un individuo o sociedad, posibilita la comprensin de los sentidos como un instrumento vital para analizar las construcciones culturales que estn concatenadas a las vivencias, experiencias, relaciones y vnculos constitutivos en el tejido social, y de cualquier comunidad. Ahora, al reflexionar sobre este tema en el marco de la Polica Nacional y en el marco del proyecto Cultura de Legalidad, aparecen algunos interrogantes que pueden ayudar en el proceso de comprensin de los imaginarios sociales, as como de los arquetipos y estereotipos que la ciudadana maneja, en relacin con la polica y con el tema de legalidad. Para esto cito a Mier, quien anota que: No hay concepcin de lo social, sin la exigencia intrnseca de una comprensin de la discordia y del aniquilamiento. Emergen en contornos difusos aunque relevantes tres modalidades incomparables del vnculo: la interaccin, el intercambio y la solidaridad. Se trata de formas diferenciales en que se expresan la obligatoriedad, la experiencia de la totalidad -con la violencia tcita de la exclusin-, el sentido de la temporalidad y la fuerza de la significacin; pero se expresan tambin las figuras negativas de la normatividad: la transgresin, la extraeza, la diferencia, la supremaca, el sometimiento. stas repercuten no slo en la identidad de los sujetos, sino en el sentido y el destino de los vnculos, los umbrales institucionales y regulativos y los momentos de la instauracin y destruccin de las estructuras generales de la norma, de su transformacin en hbito, su consolidacin en creencia (Peirce), en la2

Spinoza, Baruch., [1999]. tica. P.81.

2Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

evidencia o implantacin tcita de sus lgicas, su articulacin en tejidos "orgnicos", su fuerza imperativa abstracta"3. Todo lo anterior remite a la conclusin que, la dimensin etnosemitica del cuerpo permite analizar de manera distinta estos vnculos y diferencias, que produce el uso del cuerpo cuando se halla inmerso en estas lgicas del poder. As, el cuerpo aparece como un enigma, en tanto evidencia las huellas que contienen la memoria de lo vivido, lo esperado, lo imaginado y lo prometido. All el cuerpo se configura como un significado frente a un conglomerado de creencias, reglas, normas, leyes, que se contienen en hbitos e instituciones y que rompen en momentos o se fisuran para dar lugar a algo diverso que se prefigura bajo la nominacin de experiencia4. DIAGNSTICO DE LA DIMENSIN ETNOSEMITICA EN EL PROCESO DE RECOLECCIN DE INFORMACIN DEL CURSO 090, PARA EL PROYECTO CULTURA DE LEGALIDAD. Esta breve introduccin sobre la etnosemitica del cuerpo es necesario, en tanto se requiere ampliar el entendimiento respecto de cmo beneficia la metodologa que se disea actualmente para el proyecto Cultura de Legalidad. Sin embargo y antes de abordar el corpus terico que ser desarrollado en el captulo dos sobre el lenguaje, la conversacin y la etnosemitica, se hace indispensable diagnosticar la experiencia de lo etnosemitico en el proceso de recoleccin de informacin. sta ha sido una labor ardua, ya que el mundo prctico en el que se desarrolla la cotidianidad del polica le vuelve directo, rgido, serio y tosco. Sin anestesia pap, sin anestesia, como dira cualquier joven paisa en las comunas nororientales de Medelln, se convierte en un coloquio recurrente que describe el pensamiento policial, y que lo aleja del plano de la sutilidad. Qu quiere decir esto? que la propuesta terica requiere un mnimo de esfuerzo epistmico en el orden de lo sutil; y solicita por parte del lector la comprensin para entender que todo lo que se mueve en lo material est articulado a lo invisible, lo alegrico y lo imaginario. Las preguntas entonces que se hacen desde esta nocin giran en torno al: Cmo puede un polica adquirir la competencia necesaria para usar el lenguaje y entender sus juegos en sentido amplio (me refiero a la lectura de la lengua, (-signos lingsticos, la gstica y el cuerpo-) del ciudadano(a)) en las relaciones sociales? Cmo puede el polica observar y recolectar informacin etnosemitica, a partir de esa relacin tridica mente-cuerpo-cultura?3

Tomado de Razn y Palabra. (versin electrnica). Recuperado en Agosto de 2008. 2008.2008.http://www.cem.itesm.mx/dacs/publicaciones/ logos/anteriores/n38/rpellerey. html 4 Ibid. No 3.

3Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

Antes de dar respuesta a estas incgnitas se presenta una breve exploracin por los informes que hicieron llegar los subtenientes del curso 090, desde cada una de las estaciones de polica del pas. Las cuatro categoras mencionadas a continuacin, se desprenden de los criterios encontrados en el informe realizado por el Mayor Capacho. El anlisis de esta fuente secundaria5 permiti seleccionar los aspectos que contribuyeron a la consolidacin y conjetura de cada categora. Cada criterio se halla relacionado con cada categora. Estas dan luces acerca de las dificultades que han tenido los policiales en el proceso de recoleccin de informacin para el proyecto Cultura de legalidad. Primera categora: El uso de la oralidad en oposicin a la escritura. 1. Utilizacin de la va telefnica para la orientacin, asesora en el campo metodolgico y desarrollo del plan de supervisin. 2. Realizacin de entrevistas con las personas y entidades relevantes de la comunidad. Segunda categora: agnosia: ausencia de lectura y simbolizacin. Sub categora: tergiversacin y falsacin de la informacin. 3. Ausencia de informacin sobre las entidades especiales, poca ayuda y comunicacin con la comunidad, comunidades complicadas en seguridad, ubicacin, etc. 4. Ausencia de informacin y lectura sobre los indicios de inseguridad y dems situaciones sociales, como referencia para hacer una reflexin sobre la cultura de la legalidad, tanto en los policas como en las personas del entorno social. Tercera categora: lectura literal (transcripcin) sin niveles de anlisis e interpretacin. 5. Limitacin a transcribir la memoria local y topogrfica. 6. Presenta imgenes terrestres y areas de la jurisdiccin sin anlisis e interpretacin de la informacin visual. 7. Presentacin sin anlisis de material fotogrfico reconociendo la jurisdiccin 8. Presentacin de una amplia informacin de la jurisdiccin estudiada sin anlisis e interpretacin.

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La seleccin e inferencia de cada categora se realiz a partir de dos informes acerca de la segunda y tercera fase del proceso de aplicacin de la metodologa actual, por parte de los subtenientes pertenecientes al curso 090. Estos documentos son considerados en esta investigacin como fuentes secundarias, los cuales fueron suministrados por el Coordinador de la investigacin el Dr. John Manuel Pea Corts.

4Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

9. Presentacin leve de anlisis de la memoria local y topogrfica, al establecer las caractersticas socioeconmicas y delincuenciales del sector escogido. Cuarta categora: lectura superficial de la informacin: aproximaciones leves a la lectura semitica. 10. Presentacin de algunos rasgos culturales caractersticos de la comunidad. 11. Algunos subtenientes consultaron fuentes, realizaron entrevistas con las personas y entidades relevantes de la comunidad. Parte de la reflexin que suscitan los informes enviados a lo largo del ao por parte de los subtenientes se halla en la variable: manejo, lectura e interpretacin de la informacin. Esto se encuentra relacionado con la manera en que los subtenientes recolectan informacin. Obviamente lo que queda en cuestin es la utilizacin y aproximacin a las fuentes primarias, secundarias y hasta terciarias. Evidentemente el inadecuado manejo en la recoleccin de informacin obstaculiza el anlisis y la interpretacin que se pueda hacer de las mismas. Acerca del manejo, la lectura y la interpretacin de la informacin.Lstima que para escribir haya que escribir. Jean-Louis Faivre dAcier6.

Esta frase tomada de Jean-Louis Faivre dAcier describe la sensacin que queda, luego de revisar cada uno de los informes enviados por los subtenientes. Escribir es casi un acto de displacer que, evidencia la concepcin normativa, prescriptiva y restrictiva de esta prctica epistemolgica7. Es evidente que no se puede pretender que los subtenientes dejen de ser consumidores de informacin y realicen la transicin a la de creadores de conocimiento, si no se potencia la lectura y la escritura como una dimensin epistemolgica8. Es claro que aqu lo epistemolgico es entendido como una problemtica, acerca de la forma en que se piensa el mundo y se construye el conocimiento reflexivo, elaborado en el rigor de la razn. El problema de la lectura es un tema que no toma por sorpresa a la comunidad acadmica de la Polica Nacional, ya que a lo largo de los aos se ha venido planteando en el pas la necesidad de la lectura y la escritura dentro de los procesos pedaggicos y formativos, tanto en la secundaria como en el mbito universitario. Sin embargo, al llegar a la implementacin de un proyecto como lo es el de Cultura de Legalidad con la relevancia social, poltica y legal que tiene ste en el orden regional, nacional e internacional, a nivel

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Cita tomada de Jorge Enrique Adoum. (1998). Notas para un prlogo. En, Los amores fugaces. Memorias imaginarias. Quito: Seix Barral. P. 7. 7 Torres Guerrero, Andrs Octavio. (2005). Citas inditas sobre lectura y escritura. P. 1 8 Torres Guerrero, Andrs Octavio. Ibid. p.1.

5Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

latinoamericano, persiste el mismo problema: el de s se sabe leer y escribir en sentido amplio! La observacin por lo mencionado anteriormente, se har a partir de las cuatro categoras creadas como herramientas. stas facilitan la reflexin y permiten encontrar algunas soluciones, para superar las dificultades que estriba leer los signos tanto en la cultura, como en el cuerpo propio o de los otros.

6Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

Primera categora: El uso de la oralidad en oposicin a la escritura. El acto de hablar se aprende por el hecho de ser seres sociales, y porque el habla aparece antes que la palabra escrita. Pero en medio de todo ello, leer y escribir son asuntos complejos. Pues los elementos del pensamiento y de la expresin que reflejan la condicin oral, tienden a ser trminos tales como onomatopeyas (shhh!, pum!, splash!), locuciones cotidianas, oraciones simples o eptetos [adjetivos] 9. En esto radica la preeminencia de lo oral sobre lo escrito, ya que lo oral prefiere la economa expresiva que manejan los Folk tales o fairy tales (cuentos)10. stas narrativas plantean la sucesin de ideas rpidas que parecen simultneas, pero que adems permiten la sucesin, encadenamiento, concatenacin de ideas y ritmos en la comunicacin, cuestin caracterstica de la oralidad. Vale la pena afirmar que la tradicin oral manejada por los subtenientes, y asociada a la cuentstica y la narrativa, prefiere especialmente en el discurso coloquial, no al polica, sino al valiente polica, no al ladrn, sino al vil ladrn, no al rbol, sino al hermoso rbol. De este modo, las estructuras orales que a menudo manejan, acuden a la pragmtica (la conveniencia del hablante); as como a la carga de adjetivos11 y expresiones del comn, que le dan amenidad a la transmisin de las ideas, pero que los aleja de la escritura formal. Es importante tener en cuenta que la escritura formal obliga a estar ms pendiente de la sintaxis (la organizacin del discurso mismo), en la medida en que el discurso escrito despliega una gramtica ms elaborada y fija que el discurso oral12. De ah se explica parcialmente, la huida recurrente de la escritura como sistema comunicativo por parte de los subtenientes. Esto tiene como consecuencia una divisin del pensamiento, dado que el subteniente comunica la informacin de manera fragmentada a partir de frases cortas e inconexas, que con recurrencia caen en el modelo discursivo policial, y evitan el esfuerzo en la bsqueda de la coherencia y el sentido profundo del texto. Es por ello que el anlisis y la interpretacin de la informacin, bien sea desde los signos de la geografa, la topografa, la estadstica, el contexto cultural, el cuerpo (el propio o el de los ciudadanos), representa un procedimiento muy arriesgado de realizar por parte de los actuales subtenientes que se encuentran encargados de recolectar informacin. En esto radica la dificultad que entraa hacer la transicin de la cultura oral que poseen los subtenientes, hacia la cultura escrita formal solicitada; tanto para el proceso de recoleccin de9

Ong, Walter. (). Cap I. La capacidad de leer y su pasado oral. En: Oralidad y escritura. Barcelona: Anagrama. 10 Calvino, Italo. (2001). Seis propuestas para el prximo milenio. Ed. Siruela. Madrid. Espaa. Pp. 47. 11 Ong, Walter. Op. cit. Cap III. Algunas psicodinmicas de la oralidad. La palabra articulada como poder y accin. 12 Ong, Walter. Ibid. Cap III.

7Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

informacin, como para la elaboracin de los informes en el proyecto Cultura de legalidad. Segunda categora: agnosia, ausencia de lectura y simbolizacin.La ausencia de lectura aumenta los fundamentalismos religiosos y los radicalismos13.

Brancusi, Constantin., [1922]. The Newborn [el nuevo nacimiento]. Bronce. 5 3/4 x 8 1/4 x 5 3/4" (14.6 x 21 x 14.6 cm).

La institucin social, bien sea sta, entidad gubernamental o no gubernamental, pblica o privada, se fija internamente la vigilancia del sentido. Pues es la lengua la que le otorga a las instituciones el mantenimiento del Statu quo [orden establecido] con el fin de preservar el poder. Es por ello que la lengua se encuentra asociada a niveles de injerencia en el orden de lo poltico, pues la vigilancia lingstica posibilita el dominio sobre la proliferacin de sentidos, la cultura, y por ende la ciudadana.

Para comprender esta categora de la agnosia, en relacin con la ausencia de la lectura y la capacidad de simbolizacin, se hace necesario explicar los tres regmenes antropolgicos que explican el problema del sentido 14. Esto facilita la comprensin en relacin con las dificultades encontradas, en los informes presentados por los subtenientes. El primer rgimen que alude al sentido del or es la Sordera 15. sta es entendida segn la RAE16 como la privacin o disminucin en la facultad de or. Otros autores como Soubard afirman que la sordera o incapacidad para or en el hombre es una herencia filogentica heredada de los camaleones, pues ya se sabe que: el aparato auditivo del homo sapiens es una mera construccin fantstica, pues el hombre en realidad no intercepta los sonidos de la naturaleza; intercepta los signos visuales que hay en ella y, por un proceso que nos transporta una vez ms a la cima de la evolucin animal, los convierte inconscientemente en estmulos auditivos. Cree que escucha, pero en verdad no lo hace slo imagina. Puesto que, la posterior irrupcin de las orejas a los costados de nuestra cabeza, se13

Petit, Michle. (1998). Los nuevos acercamientos a los jvenes y la lectura. Mxico: Fondo de Cultura Econmica. 14 Media Cahiers. (1970). Variaciones sobre la escritura. En: una problemtica del sentido. Mxico: Fondo de Cultura Econmica. Pp. 43 a 55. 15 Media Cahiers. Ibid. Pp. 43 a 55. 16 Sigla que corresponde a la Real Academia de la Lengua.

8Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

debe simplemente a un cometido esttico del Creador, y quien decidi el otorgamiento de ms elementos faciales que adornar. En este sentido, se puede afirmar que de los camaleones proviene nuestra sordera y el terror a mirarnos en el espejo y a la autocrtica, propios del hombre17. La sordera como la segunda categora detectada en el diagnstico habla del orden institucional, y aqu es entendida como la ceguera ante el smbolo. Esto qu significa en relacin con los informes de los subtenientes? Y qu significa en relacin con la lectura, la escritura y el manejo de la informacin en el proceso de recoleccin?

Que el hombre es el nico que como especie (por lo menos hasta ahora), simboliza lo que le rodea, con el fin de buscar trascendencia. Siguiendo esta lnea cuando coexisten dos sentidos en una narrativa existe el smbolo. No obstante, si al observar que a lo largo de los informes, aparece slo una mirada que registra el contexto, y si adems slo aparece el miedo al esfuerzo, como un mecanismo para evitar la realizacin del informe; esta situacin imposibilita al subteniente en la capacidad de simbolizacin, fantaseo, en ltimas, hay olvido del mito, hay incapacidad para recrear la imagen cultural que haya podido observar en el contexto social. La referencia a lo mtico transporta al lector a la iconsfera, al mundo de las imgenes. Esto remite a lo simblico. Ya que lo simblico juega aqu un papel importante. Pues la historia de la humanidad, as como la historia propia se constituye en un elemento fundamental para construir la identidad. Al respecto Michel Petit afirma que la manera que posee cada individuo para representarse a s mismo, situarse y tener una forma de accin sobre su destino se da en ese vnculo estrecho entre la lectura y la escritura18. Es claro entonces que el distanciamiento de la lectura as como de la escritura en sentido amplio, aleja al subteniente del mundo mtico; en otras palabras, lo aleja de la lectura que l pueda hacer de sus relaciones arquetpicas, sus relaciones con su mundo interno (su psique), y sus relaciones con el mundo social que son en ltimas, las que le permiten elaborar su identidad. Esta misma pro forma o molde mitolgico es el que le permite a cada persona construir una relacin dialctica (dilogo) consigo mismo, los otros, las instituciones y la ciudad. De ah que la simbolizacin y recreacin de los mitos en el ejercicio de la lectura mltiple o polismica, jueguen un papel fundamental en la expresin del cumplimiento de un deseo, as como de la expresin de otros factores emocionales que contribuyen a la formacin de un mito complejo, no slo por la imposicin de simples modelos folklricos, sino mediante otros factores menos obvios19.17

El desprestigio del camalen. Teora desechada de una semejanza. Tomado de: http://teoriaspedes tres.blogspot.com/2008/04/el-desprestigio-del-camalen-teora.html. Recuperado el sbado 19 de abril de 2008.18 19

Petit, Michle. (1998). Los nuevos acercamientos a los jvenes y la lectura. Mxico: Fondo de Cultura Econmica. P. 25. G.S. Kirk.,[1984, 1 ed.]. La naturaleza de los Mitos Griegos. La evolucin del Mito Herico [Captulo 9]. Ed. Paids. Barcelona. Espaa. P. 174.

9Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

En ltimas la incapacidad para recolectar informacin asertiva en relacin con el proyecto Cultura de Legalidad, as como la dificultad para leer el contexto y escribir los informes evidencia un problema del sentido que hace evidente el problema de la agnosia. La agnosia hace referencia a la prdida de capacidad para reconocer objetos, recordar eventos, situaciones o personas, a pesar de tener intacta la percepcin de los sentidos. Existen varias clases de agnosia:

la auditiva (que se llama sordera psquica), la global (Sordera psquica global), la amusia ( sordera para la msica y los ruidos), la verbal (no reconoce los fonemas), la astereognosia-tctil- (no reconoce el (con) tacto), amorfognosia (no reconoce formas), ahylognosia (no reconoce materiales) y asimbolia tctil (no reconoce objetos), visual (no reconoce cosas, personas, situaciones, imgenes, smbolos y colores), espacial (trastorno en la manipulacin de datos espaciales, trastorno en la memoria topogrfica), alexia agnsica (no reconoce signos grficos del lenguaje)20.

Adicional a lo anterior la agnosia obstaculiza el afianzamiento de las asociaciones mentales que dan a la expresin oral un significado, y facilitan la elaboracin de un concepto o interpretacin. Es por ello que quien no se ejercita en la prctica de la lectura y la escritura en sentido amplio; es decir, quien evita la lectura del contexto, las imgenes, el arte, la tipografa (libros impresos), la msica, la danza, el teatro, la naturaleza y hasta el propio cuerpo, est condenado a convertirse en un individuo psicosomtico que no puede simbolizar su propio cuerpo21 y que a su vez, tiende a volverse monosmico, radical, autoritario y absolutista.

Esa proclividad a la monosemia22 y al absolutismo le hace pensar al individuo que slo existe una sola voz, un slo sistema ideolgico, social, institucional, esttico; en ltimas, el individuo cree que los significantes tienen un slo significado del mundo y un nico sentido [agnosia-asymbolie23]. De ah la necesidad de esta investigacin, ya que la manera cmo la polica puede hacer una exploracin del contexto social y recolectar informacin valiosa, para el proyecto cultura de legalidad, es ejercitndose en el ejercicio de la polisemia.

20 2122

Tamaroff L. & Allegri R. (1995). Introduccin a la neuropsicologa clnica. Buenos Aires: Argentum. p. 48-72. Tamaroff L. & Allegri R. Ibid. p. 48-72. Media Cahiers. Op. Cit. p. 46. 23 Condemarn Mabel & Blomquist Marlys. (1970). La dislexia. En: Manual de lectura correctiva. Chile: Universitaria SA. p. 32.

10Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

Tambin es necesario anotar que adems de la monosemia existe una forma de polisemia llamada polisemia jerarquizada, en oposicin a la mltiple. sta remite a la certeza de que un signo tiene varios sentidos, pero se privilegia uno un ejemplo son las escrituras religiosas o el discurso institucional cualquiera que sea. En este sentido, la ltima instancia de la polisemia que es la admisin de la interpretacin, hace que cada individuo tenga un derecho a interpretar un signo, aunque su propia experiencia le limite para la interpretacin mltiple.

Por ello, el anlisis de la agnosia como categora realizado por los subtenientes durante el proceso de recoleccin de informacin, facilita la observacin de la ausencia de lectura e interpretacin de signos y provee la reflexin necesaria para iniciar un proceso de desestructuracin y descentramiento de esta larva mental, que obstaculiza la formacin de una episteme policial que se conceda la oportunidad de ser polismica, a medida que se hace consciente que para poder recoger informacin, leer el contexto social y construir la nocin de lo legal en la ciudadana, necesita practicar el ejercicio de la tolerancia, la paciencia y la aceptacin de la diversidad, buscando con ello comprender que la humanidad es una sola, y al mismo tiempo es la multitud de muchos.

La polisemia simblica24 se observa todos los das, a travs de los mltiples sentidos que posee el contexto, las situaciones del lenguaje, los chistes, la narracin de las personas, las situaciones sociales y la cultura de una comunidad, entre otros aspectos. sta capacidad de simbolizar a mltiples niveles slo se adquiere aumentando la capacidad de lectura, mediante el volcamiento de los sentidos hacia el lenguaje mtico-simblico. Esa mirada hacia lo simblico ofrece la posibilidad de desarrollar destrezas en la comunicacin, a la vez que les suministra herramientas a los subtenientes para el proceso de recoleccin de informacin.

El escuchar conversaciones cotidianas que remiten al subteniente a la recreacin de imgenes y smbolos, la lectura de materiales bibliogrficos, iconogrficos, la sensibilizacin frente al arte, la msica, el teatro, la danza o la acrobacia, entre otros aspectos, pueden ayudar al polica [subteniente] a imaginar o visualizar la informacin que recibe del contexto. Esto es lo que le permite al polica en primer orden: estremecer el sentido de su propio mundo, en un segundo momento comprender mejor la relacin social que establece con el(la) ciudadano(a) y consigo mismo; y en un tercer elemento le facilitar leer asertivamente los [con][sub][meta]textos que se movilizan sutilmente por el mundo del lenguaje y por la vida misma. La tergiversacin y falsacin de la informacin tiene dos caras de una misma Tercera categora que fusiona la categora 1 y 2: Tergiversacin y falsacin de la informacin.24

Ibid. No 14. Pp. 46.

11Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

un mensaje polismico. Esto en trminos lingsticos y hermenuticos qu quiere decir?

En la actualidad existe escepticismo frente a la concepcin de signo, como una trada compuesta slo por un referente, un significado y un significante, que en un momento determinado planteara Saussure desde el estructuralismo. Pues ya se sabe ahora, ms que antes, que el signo es arbitrario, cabalstico,mltiple, polismico, en ltimas -catico-, y que existe un sentido literal en las voces lxicas [enunciados]. Por ello, el mundo slo se puede atravesar si respetamos algunos recorridos obligados.

La falsacin de la informacin est relacionada con el tema del enmascaramiento, que a su vez, tambin es el tema del desconocimiento de si mismo, o de la identidad. Lo autntico, en oposicin a lo falso se presenta sin mscaras, sin pretensiones, en tanto que la falsacin presenta la contradiccin de una interpretacin del mundo desde las penumbras. Se ilumina una zona del abismo cognoscitivo mientras se oscurece otra. Cada subteniente, en los instantes en que decide sentarse a escribir el informe para el proyecto Cultura de Legalidad, sobre la hoja blanca del papel, tiene una cita inexorable con la inquietud, la ansiedad y la angustia. Ya que su cuerpo ubicado al borde del lmite, en el umbral de su muerte, de su propia identidad asimblica, agnsica y desconocida para s, necesita avanzar confiado, con los ojos bien abiertos hacia el abismo propio. El abismo es el abrazo a lo desconocido que habita en cada hombre o mujer. Pues la escritura obliga al individuo a ingresar en la sombra, a la contemplacin personal, del que se dispone a encontrar ese lugar secreto, ritual y sagrado sumergido en la vida que vibra en cada quien. Para luego ver qu aprendi, en qu se convirti y qu ser evolucion del desorden a un nuevo orden. As, el subteniente que se arroje al vaco de la escritura, lo que lo alcanzar, ser la propia muerte sin identidad, desnudo y de nuevo, virgen25. El otro rostro de la moneda, gira en torno al comprender que el derroche de energas hermenuticas; en otras palabras, el derroche del invento y la falsacin no es convalidado por el mismo texto, precisamente por el exceso de interpretacin, y sin embargo slo podramos escapar de la contradiccin, slo a travs de una versin mitigada de la tergiversacin26. Es decir, hay que admitir que la tergiversacin es un ejercicio interesante de recreacin de la metfora. Si lo vemos desde esta perspectiva, la falsacin de la informacin sera un camino posible para construir la escritura en los subtenientes, mientras se realiza la transicin de una cultura oral a una cultura escrita, en el proceso de recoleccin de informacin del proyecto Cultura de Legalidad.

25 26

Jabs, Edmond. (2001). El libro de las semejanzas. Ed. Alfaguara. Barcelona. Espaa. P. 23. Eco, Umberto., [1992]. Los lmites de la interpretacin. Edit. Lumen. Barcelona. Espaa. P. 42-44.

12Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

No obstante, si se sigue replicando en los informes del proyecto la dinmica de la falsacin o la tergiversacin, los resultados del proyecto Cultura de legalidad seguirn siendo los de la ficcin, elemento que puede servir para crear una realidad imaginada, un mundo policial paralelo en el que es posible elevar la informacin falsa a la categora de lo verdadero, gracias a la convencin o el consenso. Un ejemplo que ilustra lo comentado, es la posibilidad de afirmar que el da es blanco, porque la convencin de un grupo afirme que es blanco, cuando en la realidad objetiva sea negro. Esto ratifica una vez ms la arbitrariedad del lenguaje y el uso poderoso que posee la palabra.

Otro ejemplo que puede resultar curioso y particular es la anulacin o eliminacin de la presencia de un individuo a partir del discurso. La falsacin (el rumor, el chisme, el chiste ponzooso o la narracin tergiversada) vista de este modo, tambin se constituye en un camino violento, en el que sistemticamente se puede eliminar la presencia del otro, mediante los juegos del lenguaje.

Cuarta categora: lectura literal (transcripcin) sin niveles de anlisis e interpretacin. El primer nivel de interpretacin, el de la literalidad [intentio operis, intencin del que habla], se halla relacionado con un proceso, previo al acto semitico en la lectura semiolgica: el proceso semisico. Este item es fundamental en el proceso de recoleccin de informacin que realizan los subtenientes en cada regin. Dado que la lectura de cualquier signo involucra la destreza de un lector que siga o lea al pie de la letra los signos fsicos, mentales y emocionales de cualquier individuo (en este caso, del subteniente). En esa medida, l mismo comprende que una lectura cultural y contextual de los signos realizada desde la literalidad, significa captar las ideas centrales y secundarias27 que presente el ciudadano, sin cambiar la idea original, las entonaciones, variaciones del lenguaje o del cuerpo que l (ella) mismo(a) ha querido manifestar. Al analogar lo dicho en relacin con los textos impresos, y con la experiencia en la recoleccin de informacin, se requiere tambin que el subteniente lea y transcriba no slo la topografa, la geografa y hasta la cartografa de la zona, sino que adems haga un esfuerzo por describir, utilizando herramientas del mtodo etnogrfico y la observacin accin-participante, el gesto, la mirada, el cuerpo y an ms, la emocin del ciudadano(a) en su comunidad, en relacin con lo que l(ella) entiende por lo legal, al igual que la percepcin que se tiene de la Polica. Hasta aqu queda claro que para leer un texto, bien sea ste de carcter tipogrfico, virtual, artstico, iconogrfico o de contexto (la comunidad, el mundo social en que se espera mover esta propuesta), requiere el conocimiento por parte del subteniente, del significado de las palabras, las intenciones del autor,27

Garca Restrepo, Luis E., 2002. Lectoescritura prctica. Editorial Universidad de Caldas. Manizales. Colombia.

13Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

el contenido general y el contexto de la cultura (que es el texto). Todo esto se puede desarrollar mediante el desarrollo de las competencias lingsticas (conocimiento de las microestructuras de la lengua (sintaxis, categoras gramaticales (sustantivo, preposicin, interjeccin, pronombre, signos ortogrficos, verbos, adverbios, etc))), que aumenta con el estudio y el esfuerzo personal. Cabe agregar que al utilizar el segundo nivel de interpretacin, el de la intencin del autor [intentio auctoris], (en nuestro caso, leer la intencin del ciudadano), el subteniente puede leer y comprender las ideas implcitas que flotan en el discurso, tanto en el propio, como en el de otros. Sin embargo esto slo se puede descubrir si dominamos el primer nivel de interpretacin que da la lectura literal. No obstante, este ltimo nivel de lectura se encuentra lejano de la lectura etnosemitica. Dicho de otra manera, la lectura del gesto o del signo en la cultura obliga al subteniente a establecer una forma ms amplia de leer el mundo, mediante el desarrollo de destrezas en lectura polismica. As lo polismico implica manejar la literalidad de lo que se est diciendo, a medida que el subteniente establece un dilogo crtico y cordial, (que genere confianza) con el ciudadano (a)para recolectar informacin. Quinta categora: lectura superficial de la informacin: aproximaciones leves a la lectura semitica. La cuarta categora cierra con la pregunta planteada al inicio del texto. Cmo puede el polica observar y recolectar informacin etnosemitica, a partir de esa relacin tridica mente-cuerpo-cultura? Evidentemente la semiologa como campo terico es tan vasta y profunda como cualquier otra rea del conocimiento. Sin embargo, se considera pertinente comentar que al leer los informes de algunos subtenientes, algunos lograron hacer un esfuerzo interesante por dar cuenta de la cultura y el contexto de la comunidad en la que se encuentran, al comprender que al proceso de interpretacin todava le falta un nivel.

La lectura crtica o performativa es el siguiente nivel dentro del proceso de lectura e interpretacin de textos, necesario para leer el entorno social de cualquier individuo.

Las relaciones con el campo de la semiologa comienzan por lo que se conoce convencionalmente como signo. Sin embargo para ahondar en la comprensin conceptual del signo, se har inicialmente una digresin por el concepto de discurso para luego cerrar con el signo, la semiosis, la semitica y el nivel de interpretacin crtica o performativa.

14Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

Queda claro que este ltimo nivel de interpretacin se enuncia aqu, pero no se aborda por completo, ya que en la metodologa se desarrolla un poco ms, puesto que el fin de esta propuesta metodolgica es llevar a todos los subtenientes a este ltimo nivel.

Aproximaciones a la semitica y la performatividad a partir del discurso. El discurso como concepto es una herencia transdisciplinar de la dcada de los sesentas que se mueve desde reas tales como la filosofa, la lingstica, la filosofa y la psicologa, as como en la historia y en el estudio de las comunicaciones. ste maneja multiplicidad de enfoques ya que se entiende como una estructura verbal, un evento comunicativo cultural, una forma de interaccin (conversacin, dilogo), un sentido, una representacin mental, un signo o un conjunto de palabras que se organizan mediante proposiciones.

Estas proposiciones son el insumo primigenio que se encuentra por encima de la frase y ms all de la oracin simple en todas las construcciones lingsticas. En ltimas, el concepto discurso es una forma de interaccin sgnica o simblica, que adems maneja estructuras verbales, representaciones mentales, y un sentido, de acuerdo al contexto determinado desde donde se est emitiendo la comunicacin.

Este breve anlisis nos remite a una discusin estructural, que se genera en la teora lingstica para hablar del sentido en el plano de lo semitico.

Existe evidentemente un problema del sentido [la significacin] desde la segunda mitad del siglo XX. Ya que el sentido comienza su bsqueda, a partir de la triloga planteada por Saussure. Quien al hablar del signo desde una nocin bsica, como un elemento de la lengua conformado por un referente [objeto en la realidad objetiva], un significado [cualidad que posee el referente], y un significante [caractersticas fsicas del referente]; nos aboca por una parte, al problema del contexto y por otra, al hecho de no saber dnde empieza y dnde termina el sentido?

De ah que el gran problema para la semiologa, como ciencia que estudia los signos, y para la semitica, como praxis de la semiologa, que estudia los signos en relacin con la cultura; es decir, con el contexto, sea precisamente el lmite del sentido.

15Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

La gran conclusin a la que se ha llegado desde aquel tiempo remoto, es que el lenguaje es el continente a explorar, y que un solo significado puede tener varios significantes. All, ya aparece la polisemia [multiplicidad de significantes (objetos) y significados (sentidos segn lugares y contextos)] en una desigualdad marcada entre el significado y el significante, pues este modelo no permite explicar el lmite del sentido, en relacin con el uso del lenguaje.

Desde sus inicios el objeto de estudio de la lingstica ha sido el lenguaje, entendido como la capacidad que tiene el hombre para comunicar. sta rea del conocimiento se ha dedicado al estudio biologicista y racional de la sintaxis [la organizacin estructural de la lengua como sistema] y la semntica [el orden interno o la coherencia (sentido) que tienen estas estructuras en el uso de la lengua]]. Hasta el momento, la sintaxis les ha permitido a los lingistas estudiar estas relaciones. Sin embargo, y an cuando la tarea de los fillogos es la de la vigilancia polismica, cada vez se hace ms difcil estudiar las relaciones generadas por la polisemia.

La polisemia, entendida desde este vrtice o remolino problmico, frena la traduccin. Ya que algunas palabras no pueden ser traducidas a otros idiomas, debido a la falta de significacin [sentido] que se tenga de la misma en una lengua extranjera. Aqu es donde el contexto se vuelve mltiple, dado que la proliferacin de sentidos permite la exploracin del lenguaje de manera amplia y heterclita28. Teniendo lo anterior el psicoanlisis le ofrece una contribucin a los estudios sobre el sentido, al tratar de comprender los sistemas simblicos de representacin, a travs del pensar y sistematizar la polisemia.

Con todo lo anterior en mente, esta cuarta categora, la semitica se refiere a esas relaciones que se establecen en el marco cultural y contextual segn el sentido que plantee cada discurso gestual, sgnico, verbal o escrito bien lo haga el polica o el ciudadano.

Esto quiere decir que no es suficiente con una recoleccin superficial del componente cultural, sino que se hace necesario recoger informacin a partir de relaciones de simpata, similitud y semejanza que se establezcan entre el polica y los ciudadanos [Foucault: 1984]. Por ello, el nivel crtico o performativo de la interpretacin; es decir, de la lectura del contexto, a este punto de la discusin se ensambla con las emociones, los afectos, los gestos, en ltimas con el mundo interior y subjetivo de s mismo y del otro. Cabe agregar que se espera que los subtenientes logren llegar a este ltimo nivel o a esta quinta categora, que luego de la breve explicacin es claro que se diagnostique como debilidad y no como fortaleza en la informacin analizada.28

Palabra que viene del latn heteroclitus y del griego , que significa Irregular, que tiene muchas formas y se aparta de toda norma y regla.

16Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

MMM, AHH, GRR CAMINANDO BAJO LA PIEL DE UN CAMALEN! HACIA UNA DIMENSIN ETNOSEMITICA DEL CUERPO, COMO ESTRATEGIA DE INTERVENCIN SOCIAL EN EL PROYECTO CULTURA DE LEGALIDAD.

APROXIMACIONES AL CORPUS TERICO DE LA ETNOSEMITICA DESDE LA TEORA LINGSTICA. ChamaleonVESCITUR AURA (se alimenta del aire), Ex aere vitam (por el aire mi vida)29.

Alexandra Bo Roiz30

Al comenzar la escritura de este captulo sobre la etnosemitica del cuerpo, como estrategia de intervencin social en el proyecto Cultura de Legalidad, se ha sentido la imperiosa necesidad de describir de alguna manera el tiempo actual. Al llenarse de buena voluntad, pero tambin con un poco de pretensin, se busc la identificacin con la energa feroz que mueve la historia del siglo XXI. Sin tiempo para pensar o reflexionar, inmersos en la esquizofrenia caracterstica de la poca, se ha visto la carga que cada quien lleva, as como las mltiples vicisitudes individuales y colectivas que acompaan a los seres humanos. Ah van los seres mitad humanos mitad animales! caminando en un silencio mudo, que grita la angustia avasalladora de los simulacros en cada vida. Esos simulacros o mscaras han sido tomados en este momento crucial de la investigacin como objetos de estudio. Pues a partir del campo terico de la etnosemitica del cuerpo, es posible plantear un mtodo innovador que le permita a la Polica Nacional establecer contacto, comunicacin efectiva y conocimiento profundo sobre la construccin cultural de cualquier ciudadano(a), la percepcin que la ciudadana tiene de lo policial, as como lo qu el o ella entiende por lo legal.

29

Picinelli, Filipo., Gmez Bravo, Eloy., Lucas Gonzlez, Rosa & Skinfill Nogal, Brbara., [1999]. El mundo simblico: serpientes y animales venenosos: los insectos. Colegio de Michoacn. Mxico: CONACYT. Pp. 271-272, 443. 30 Autora de la metodologa Diseo de una matriz etnosemitica para el proyecto Cultura de Legalidad de la ECSAN y la Polica Nacional. Filloga y licenciada en idiomas de la Universidad Libre, con un diplomado en antropologa cultural y candidata a Magistra en Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana. Ha sido asesora en el tema de Integracin latinoamericana e Identidad cultural para la Universidad Javeriana en la Facultad de Ciencias Polticas; y ha sido Coordinadora para el rea de comunicacin de la Universidad Cooperativa de Colombia en la Facultad de Comunicacin social. Actualmente investiga en el tema de realidad virtual, matrices culturales y metodologas para la recoleccin de informacin en el marco de la Cultura de Legalidad, para la Escuela de Cadetes General Francisco de Paula Santander adscrita a la Polica Nacional.

17Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

As que, para iniciar el recorrido por este captulo, se ha querido darle agilidad y quitarle pesadez a su lectura, utilizando la imagen alegrica de quien se hace invisible y tiende a desaparecer: el camalen. Se ha escogido ste reptil como personificacin de la etnosemitica del cuerpo, en tanto que l permite, a travs de su iconografa mtica, transitar por los gestos, mscaras, discursos, estereotipos y arquetipos de una cultura del cuerpo que se construye da a da en el escenario policial. Ha resultado una tarea titnica encontrar aliados, pero ms an persuadir a los escpticos, quienes entre bromas y sarcasmos, dicen creer en esta propuesta. Lo que se comenta no ha entregado al equipo de investigacin a la frustracin, sino que le ha dado vuelo y alas para entregarle a la institucin, un instrumento que entre otros aspectos, redefinira el imaginario social del polica como un ser deshumanizado, rgido y fosilizado, dentro del discurso androcntrico y la mirada reduccionista de quien ejerce el poder, pero que se encuentra distante de otro modo de comunicacin afectuoso con la ciudadana. Sin ms prembulos, comencemos. Mmm, ahh, grr son tres onomatopeyas que buscan emular el sonido de ataque que pronuncia el camalen, en el instante preciso en que ste toma el aire del ambiente antes de devorar a su vctima. Este reptil, como un monstruo que anida el lado oscuro del hombre31, se mueve debajo de la piel, ms all de la consciencia que se tenga de s, y habla por los individuos, a pesar de ellos mismos. En las tradiciones mticas del frica el Camalen est revestido de gran importancia. En la cultura Inuit del rtico, es considerado un animal que no tiene alma, pues la habra vendido a Amorak, el espritu del lobo, a cambio de un abrigo de piel para el invierno. Amorak lo habra engaado haciendo uso de una estratagema legal propia de los esquimales y, dejndolo sin abrigo, ni alma, habra condenado al camalen a la apariencia de congelado que hasta hoy conserva y a la mutabilidad de su carcter, que se camufla magistralmente con su entorno. En algunas culturas tales como los pigmeos del Ituri, es considerado el demiurgo32 creador de los hombres; para los fon o los yoruba es la representacin de los dioses supremos33, en tanto en la antigedad europea el camalen es tomado como quien le permite al sol entrar en comunicacin con los hombres34. El camalen, segn Ovidio y Simn Mayolo, es el nico animal que no toma ningn otro alimento ni bebida ms que el aire35, por tanto slo al camalen se31 32

______________., [2005]. Mascaras masculinas. Barcelona: Anagrama. p. 25. Significa Dios creador o alma universal. 33 Revilla, Federico., [2003]. Diccionario de iconografa y simbologa. [4 edic.]. Madrid: Ctedra. p. 89. 34 Chevalier, Jean & Gheerbrant., Alain., [1986]. Diccionaro de los smbolos. Barcelona: Herder. p. 239. 35 Picinelli, Filipo., Gmez Bravo, Eloy, Lucas Gonzlez, Rosa & Skinfill Nogal, Brbara., [1999]. El mundo simblico: serpientes y animales venenosos: los insectos. Colegio de Michoacn. Mxico: CONACYT. Pp. 271 - 272. 443.

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le podra poner: VESCITURA (se alimenta del aire)36. En verdad, para Ovidio y Mayolo el hombre ambicioso o el adulador se alimenta de aire, de las palabras que pronuncia su boca. Esta es una acepcin que habla del hombre camalen en su aspecto negativo. Sin embargo, en su aspecto positivo el hombre camalen sabe hablar porque sabe hacer silencio, y porque entre otras cosas, hace buen uso del aire; es decir, del lenguaje. Sabe moverse y ser verstil en el contexto. Por ello se hace indispensable hablar de lo til que puede llegar a ser el entrenamiento y capacitacin de los policiales en el uso de la etnosemitica del cuerpo como herramienta comunicativa. Al igual que el camalen es fundamental para el hombre que desee convertirse en camalen, saberse alimentar del aire, saberse mover y aprender versatilidad en los mltiples contextos a los que se tiene que enfrentar, dentro del proceso de recoleccin de informacin en el marco del Proyecto Cultura de Legalidad. El fin ltimo de esta investigacin es ayudar a fortalecer la confianza entre el ciudadano(a) y el polica en el marco del proyecto Cultura de legalidad. En este sentido, la investigacin busca no slo el xito en la recoleccin de informacin per se para el proyecto, sino que adems busca el fortalecimiento de la confianza como vnculo fundamental entre la polica y la ciudadana, que en ltimas, se constituye en un hilo filial para combatir el crimen y la delincuencia en las calles del pas. El siguiente aparte es un recuento sucinto de la teora lingstica y de los aspectos ms relevantes en el proceso de consolidacin de la semitica como discurso. ORGENES DE LA SEMIOLOGA COMO CONCEPTO Y REA DE ESTUDIO. Los estudios sobre semiologa no pueden ser explicados, sin haber abordado previamente la discusin sobre los estudios del lenguaje. Ya que sta rea del conocimiento comenz a ser estudiada, en primera instancia por los griegos y luego por los hindes, hace algo ms de dos mil aos. La cultura griega le aport a la lingstica desde la filosofa del lenguaje, la retrica y las categoras gramaticales; en tanto que la segunda realiz avances en fontica y fonologa a partir de sus cantos brahmnicos. Luego de estos aportes al mundo de la lengua aparecieron los gramticos alejandrinos, quienes bajo la concepcin del arte del buen hablar y el escribir correctamente le aportaron al lenguaje la normatividad de la lengua como sistema. A comienzos del siglo XX se emprendieron otros estudios sobre el lenguaje, entre los que aparece la lingstica, y junto a ella la semiologa, que comenz a observar al signo como su objeto de estudio. La lingstica fusion en su rea de observacin algunos elementos de la antropologa estructuralista de Claude Levi Strauss, gracias a su obsesin por llegar a ser considerada un estudio eminentemente cientfico. De este modo, se36

Chevalier, Jean. Op. Cit. P.240.

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instaur entre los estudiosos del lenguaje la concepcin del estudio de la lengua desde una perspectiva estructural, medible, observable y cuantificable, en ltimas reduccionista. Esto devino en lo que se conoci hacia 1929 como el estructuralismo lingstico, que aborda dos vertientes de investigacin: la primera, en el plano terico en la que se comprende la estructura, adquisicin, uso y cambio de las lenguas; y la segunda, en el plano de la aplicacin que comprende las propiedades de las mismas .37

ESCUELAS, AUTORES Y APORTES A LOS ESTUDIOS SEMIOLGICOS DESDE LA TEORA LINGSTICA. Recorridos lingsticos por el lenguaje y el signo como objetos de estudio. Para comprender el estudio de la semiologa y por ende, de la semitica es necesario hacer un paneo general por las escuelas que abordan los estudios del lenguaje bajo el nombre de teora lingstica. La teora lingstica se desprende de los estudios del lenguaje iniciados por los griegos y los indios, a quienes slo les interesaba el lenguaje en relacin con la filosofa del lenguaje o la fontica y la fonologa. No obstante, a principios del siglo XX y luego de las transiciones por las que pasan los estudios del lenguaje, aparecen en la escena nuevas reflexiones por parte de Ferdinand de Saussure, quien inaugur este campo de estudio bajo un nuevo nombre: la lingstica. Este autor bajo el influjo de la Escuela de los neogramticos, en 1879 public una memoria sobre el sistema primitivo de las vocales en las lenguas indoeuropeas, y un ao despus ley su tesis doctoral, sobre el empleo del genitivo absoluto en snscrito (1880)38, a partir de lo cual fue nombrado profesor de gramtica comparada en la cole des Hauts tudes de Pars, y particip activamente en los trabajos de la Sociedad lingstica39. Muchas otras actividades acadmicas ocuparon a Saussure. Sin embargo el aporte posterior que luego de su muerte lo ubica en la posicin de Padre del estructuralismo lingstico, fue una compilacin del Curso de Lingstica General, que dos de sus discpulos C. Bally y A. Schehaye guardaron y presentaron en una sntesis sobre sus tres ltimos aos como profesor, extrada a partir de los apuntes de clase. A pesar que la repercusin de dicha obra no fue inmediata, s result decisiva para el desarrollo de la lingstica en el siglo XX. A sus lecciones sobre el signo lingstico y los universales, se deben una serie de aportes fundamentales, tales como los de lengua (sistema ideal y social) y habla (realizacin concreta, individual), la sincrona (observacin de la lengua en un espacio y tiempo determinado) y la diacrona (observacin de la lengua cronolgicamente en el tiempo), lo sintagmtico (las lenguas estn conformadas por sintagmas37

Apuntes de Filosofa. (versin electrnica). Recuperado el 3 de agosto de 2008. Tomado de http://www.fi losofia.tk/soloapuntes/tercero/lin/t1lin.htm 38 Biografa de Ferdinand de Saussure. (versin electrnica). Recuperado el 23 de Octubre de 2008. Tomado de http://www.biografiasyvidas.com/ biografia/s/saussure.htm 39 Ibid.

20Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

oraciones, que son a su vez, enunciados que se ordenan en una relacin de concordancia entre s) y lo paradigmtico (un signo no puede ocupar al mismo tiempo el espacio de otro signo ubicado en el enunciado); as como la de diferencia (cada signo es diferente una preposicin es diferente de un sustantivo,etc) y oposicin funcional (cada signo tiene una funcin distinta). Pero sobre todo su definicin de signo como entidad psquica formada por un significante (descripciones fsicas del objeto), un significado (sentido interno, cualidades del objeto) y un referente (objeto establecido en la realidad fsica o material), lo que en conjunto crea el concepto de Signo lingstico, se volver inseparable en las discusiones primigenias sobre semiologa y semitica. Saussure distingue entre sistema de lengua y su uso, en la medida en que esto sea significativo para comprender el valor de cada signo, el cual viene determinado por sus relaciones con los dems signos del sistema. De ah se conjetura el planteamiento semitico de Saussure, en el que este autor considera que para el estudio del signo en cualquier lengua, se necesita conocer tanto la forma del signo (significante), como su cualidad (significado) en el contexto, teniendo en cuenta que el significado y el significante tienen un sentido simbitico; es decir, el signo no puede ser comprendido si no se encuentran unidos el significado y el significante. sta fue la postura que caracteriz al estructuralismo. Luego de Saussure aparecen varias corrientes lingsticas. La corriente americana, con Sapir, quien concibe el lenguaje no como un sistema simblico, sino como un mtodo de comunicacin que tiene una orientacin funcional e interdisciplinar en el que se le da importancia a las relaciones entre la lengua, la personalidad y la sociedad. Posterior a este autor se encuentra Bloomfield a la cabeza, quien se inspir en una filosofa mecanicista y conductista del lenguaje, que considera ste como un conjunto de usos (actos concretos o individuales del habla), que aparecen en funcin de las conductas observables de las personas; en otras palabras, para Bloomfield el lenguaje es un sistema de interaccin comunicativa que para comprenderlo no se puede separar de su uso y funcin. Luego aparece otra corriente, conocida como la gramtica generativa transformacional. Su autor, Noam Chomsky concibe los elementos del lenguaje no como usos (ocurrencias espacio-temporales concretas), sino como frases (construcciones abstractas subyacentes a los usos), que le dan un concepto mentalista al lenguaje. La gramtica en este sentido es un sistema de reglas generativas capaces de producir un lenguaje40. Aqu vale la pena aclarar que Chomsky restringe la teora lingstica a la teora gramtica, en tanto que el conocimiento tcito de las reglas gramaticales se diferencia del uso de la lengua en cada situacin concreta. Para Chomsky lo que va a importar es el uso y dominio de las reglas sintcticas a travs de la arborizacin (manejo de categoras gramaticales (sintagma nominal (artculo+sujeto, pronombres), sintagma verbal (verbo), sintagma preposicional (preposicin), sintagma adverbial (adverbio) y conjuncin) para hacer uso de la lengua en el contexto y en relacin con la competencia que40

Op. Cit. No 52.

21Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

tenga el hablante sobre la misma. La competencia lingstica de Chomsky se constituye en un referente obligado a la hora de hablar sobre cmo el lenguaje se puede convertir en un instrumento de poder en el plano poltico, diplomtico y en el mundo social. En la lnea de los lingistas que vale la pena mencionar se encuentra el francs Emile Benveniste, quien al igual que Saussure centr su obra en la lengua indoeuropea y en la sintaxis general. En el campo de la semntica elabor una obra pionera sobre el estudio de los aspectos extralingsticos. Sus estudios ms notables fueron los Orgenes de la formacin de los nombres en indoeuropeo (1935), El vocabulario de las instituciones indoeuropeas (1969) y los dos volmenes de Problemas de lingstica general (1968 y 1974) hablan de sus aportes a los estudios del lenguaje en relacin con las categoras de pensamiento que se desarrollan en el uso de la lengua, as como los nuevos sentidos que posee la misma en la interpretacin de los textos. Ahora, al recorrer otras corrientes lingsticas se encuentran la lingstica histrica que trata de comprender los principios bsicos de la evolucin y transformacin de las lenguas en el tiempo. De otro lado, tambin se encuentra la psicolingstica que, como rama de la lingstica, intenta determinar las propiedades y mecanismos psicolgicos que estn en la base de la capacidad humana de producir, comprender, almacenar y recuperar informacin. En el panorama se halla la sociolingstica que averigua sobre las variaciones socialmente determinadas del comportamiento lingstico, as como sus diferencias de actitud ante tales variaciones, que condicionan la movilidad de los hablantes y el desarrollo histrico de las lenguas. Por ltimo, la teora de los actos de habla de Austin y Searle, de la que se hablar ms adelante, con el fin de observar los aportes de los actos lingsticos en el xito o fracaso de una comunicacin. Los actos de habla le aportan a esta investigacin, en la medida en que esta teora provee insumos para desarrollar una metodologa en torno a la conversacin como eje de todo intercambio lingstico y como centro de desarrollo social. La escuela de Tartu: Iuri Lotman y Bajtin De otra parte, se encuentra la corriente rusa con Iuri Lotman a bordo. Esta escuela ser conocida en el medio como la Escuela Semitica de Tartu. Ya que las investigaciones adelantadas por la Escuela Semitica de Tartu congregan a una miriada de estudiosos del lenguaje tales como Bajtin, Uspenski, Ivanov, Toporov, Levin, Meletinski, Gasparov. Zalizniak, Revzin, Lekomtsev, Piatigorski, Oguibenin y Gurevich, Tsivian, Iampolski, Zheguin, Mints, Timenchik, Torop, Chernov, Tolstoi, Pliujanova, Meizerskii y Mll. Todos y cada uno de ellos produjo de manera mltiple una variedad de disciplinas problemticas, enfoques y estudios entre los que se encuentran: la semitica del espejo, la asimetra funcional del cerebro en relacin con la creacin artstica y el dilogo, pasando por trabajos sobre el espacio imaginario en el cine, la estructura semntica de los mitos tlinkit sobre el cuervo, el simbolismo de la cascada o del tren, la zoofisonoma, la 22Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

semitica de la ciudad, el proceso de la traduccin, la verdad en la saga, el progreso tcnico como problema culturolgico, la semntica de la ltima sonata de Mozart, la distincin entre el entender y el comprender, la abstraccin en la plstica, la estructura lgica de la parbola, el Dharma como texto, mecanismo generador de textos, Teora y prctica del estructuralismo sovitico y Semitica de la cultura. La escuela de Tart logr desarrollar los estudios ms relevantes sobre la Semitica de la cultura. As, mientras Bajtin construa su nocin de Carnaval en las relaciones dialgicas que se crean en el lenguaje, Lotman estudiaba juiciosamente la relacin signo-cultura. Para Lotman la semitica reconoce la intercomunicacin y el reprocesamiento de la informacin y de las estructuras como un hecho cultural, que a su vez se constituye en el centro del mundo social y cultural de manera esencial41. A partir de la dcada de los ochentas Lotman inici sus reflexiones en relacin con la funcin de la cultura y la manera como sta regula su desarrollo en lo comunicativo42. De ah nace el concepto de la Cultura como Semiosfera43. Para este autor la Semiosfera se entiende como el dominio en el que todo sistema sgnico puede funcionar44. Lotman cree que los vnculos en que se establece esa relacin del mundo semitico (de los signos), como sistema que cambia e interacta en el mbito social con muchos otros sistemas sgnicos, genera en cada semiosfera un lenguaje cultural diferente. Es por eso que no slo es importante el sistemamundo en donde a alguien se le dice algo y lo entiende, sino la semiosfera de ese alguien a quien se le dijo lo mismo y no entendi. La semiosfera cultural para el Rey de la Semitica45 crece en medio de lo impredecible y lo catico. Es desde este nicho de la complejidad que el lenguaje determina su lmite para dar inicio a otro nivel, a otra semiosfera comunicativa o mundo paralelo antes de, en, dentro de, y con el lenguaje, en tanto se inscribe otra forma de pensar y percibir el exterior. Para Lotman el lenguaje de cada individuo es un subsistema y a la vez, una semiosfera cultural que posee su propia identidad semitica. Para este autor ruso ningn estudio vlido sobre la cultura puede darse si no se toma en cuenta la esencia transformadora del significado. Este aspecto se vuelve fundamental en la discusin de la semitica cultural como herramienta terica.

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Kristeva, Julia. (2007). Acerca de Iuri Lotman. En: Entretextos. Revista electrnica semestral de Estudios semiticos de la cultura. No 10. Granada. (Versin electrnica).Recuperado el 30 de Octubre de 2008. En: http://www.ugr.es./local/mcaceres/entretextos.htm 42 Lotman, Jurij Michajlovi, Navarro, Desiderio, Cceres Snchez, Manuel & Cceres, Manuel. (1996). La Semisfera de la Cultura.Semitica de la Cultura, semiosfera y explosin. (Traducido del ruso por Desiderio Navarro). Universitat de Valncia. Valencia: Pp.260-261. 43 Lotman desarrolla esta idea a partir de la analoga biosfera introducida por V.I. Vernadski. 44 Lotman, Jurij Michajlovi. Ibid. p. 261. 45 Comentario hecho en un peridico cubano en el ao de 1987 cuando Lotman arrib por primera vez a Cuba.

23Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

Cabe agregar que este aspecto contribuye a la observacin semitica de las relaciones sociales entre el polica y el ciudadano en el escenario cultural, que desea abordar esta investigacin. Aunado a los estudios de Lotman se encuentran los aportes tericos de Mijail Mijailovich Bajtn (1895-1975), quien con su teorizacin acerca del discurso dialgico o del dilogo como un carnaval pone en la mesa al dilogo como objeto de estudio. En este momento histrico la concepcin del lenguaje ptolomico, cerrado y rgido, en Bajtn constrasta con la del lenguaje Galileico, abierto y con una consciencia de un mundo lingstico plurilinge, cultural y creativo46, en donde todos los lenguajes entran en dilogo. Julia Kristeva47 llamar posteriormente al discurso dialgico o al dilogo carnavalesco de Bajtn como lo intertextual. En donde se refleja la intencin de ver el dilogo que se produce en el interior de un enunciado, discurso o texto entre el sujeto de la enunciacin y el sujeto del enunciado48. Para Bajtn, el discurso dialgico maneja dos nociones que se encuentran enlazadas, por una parte con el Renacimiento y en otro sentido con el dilogo. Para el caso de la primera el discurso dialgico toma elementos de la literatura renacentista. Desde este lugar se considera indispensable volver a las formas puras; en otras palabras re-formar, volver a las formas primitivas49, que en todo caso tratan de re-formatio (reformar), restitutio (restituir), renasci (renacer) y renovatio (renovar) 50 el uso de la palabra. Para el caso de la segunda el dilogo satrico-moral51, como narracin en la que se critican y ridiculizan los vicios de los hombres. Esta herencia

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Gmez, Francisco Vicente. El concepto de dialoguismo en Bajtn: La otra forma de dilogo renacentista. (Versin electrnica). Recuperado el 5 de Junio de 2008. En: http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12826738668065964198624/018462. pdf?incr=1 47 Julia Kristeva nacida en Bulgaria en 1941 es una terica de la lingstica postestructuralista y una de las acadmicas ms representativas del discurso feminista en el siglo XX y XXI. Cercana a la Antropologa estructuralista de Claude Levi Strauss, a los discursos de Roland Barthes como semilogo y a los planteamientos psicoanalticos de Jacques Lacan construye su definicin y estudio sobre la Intertextualidad. Esto la convierte posteriormente en una figura destacada en el mundo del pensamiento francs.Entre sus obras se destacan Des chinoises de 1974, La traverse des signes de 1975, Pouvoirs de lhorreur de 1980, Le langage cet inconnu de 1981, Histoire damour de 1983, au commencement tait lamour, Les nouvelles maladies de lme, Soleil noir, Etrangers nous-mmes de 1988, Les Samouras de 1990, Les temps sensible, La Rvolte intime, Visions capitales y Le gnie fminin. Actualmente es profesora de Lingstica y psicoanlisis en la Universidad Paris VII y es Doctora Honoris Causa por la Universidad Libre de Bruselas. 48 Kristeva, Julia. (1969). La palabra, el dilogo y la novela. En: Semitica I. Barcelona: Fundamentos. p. 206. 49 Ortega y Gasset, Jos. (1958). En torno a Galileo. Madrid: Revista de Occidente. p.246. 50 Ortega y Gasset, Jos. Ibid. p.246. 51 Menndez y Pelayo, Marcelino. (1943). Orgenes de la novela. t. I. Santander: Aldus. p.5-6.

24Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

proveniente de los yambos52, la comedia53 y la diatriba54 griega se desarrolla extensivamente con los grandes oradores romanos. El discurso dialgico Bajtiniano combina estos elementos en los juegos de la palabra dialogada donde se revelan las intenciones, los estados de nimo, el sufrimiento, la catarsis, la alegra o el cinismo de la vida mediante el humor, la comicidad y la risa. Hacer evidente lo que no se ve en el discurso dialgico propuesto por Bajtn, es una forma de entretenimiento que se halla enmarcada por las interrelaciones, entendidas como lenguajes que presentan otros lenguajes55, y por las hibridaciones que son mezclas de dos lenguajes en el interior de un solo enunciado56.En ltimas el carnaval dialgico o la polifona del lenguaje en Bajtn representa un modo de comunicacin muy humana, que se me antoja verlo como un antdoto contra la homogeneidad y la tristeza espiritual. La escuela de Oxford: De vuelta a la filosofa del lenguaje con John Austin y John Searle. La Escuela de Oxford fue un movimiento filosfico iniciado con la llegada de los franciscanos a la Universidad de Oxford en el siglo XII57. Lo que destaca particularmente la mencin de ella en este trabajo se debe particularmente a la alusin obligada que se le hace al trabajo de John Austin (1911-1960) y John Searle (n. en 1932). Dos estudiosos del lenguaje y quienes contribuyeron a la lingstica, al postular su teora de los actos de habla. Esta teora conocida tambin como filosofa del lenguaje comn u ordinario en la filosofa y como pragmtica filosfica en la lingstica, ha influido enormemente en la teora lingstica. Ya que su constructo terico proviene de la filosofa y sus motivaciones centrales slo pueden reconstruirse si se leen con atencin las disputas filosficas sobre la naturaleza del lenguaje y, en particular, sobre el significado de las palabras, inauguradas por dos artculos

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Palabra proveniente del latn Iambus y este del griego (). Esta composicin satrica tom elementos de los cantos religiosos populares de nacimiento y muerte y consiste en un poema que tiene un pie de mtrica conformado por una slaba larga y otra corta, una slaba no acentuada (tona) seguida de otra sin acentuar (tnica). Tomado del Diccionario de la Real Academia Espaola (RAE). (Versin electrnica). Recuperado el 23 de Noviembre de 2008. En: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=yambo 53 Palabra proveniente del latn comoedia y este del griego (, (comediante)). Obra dramtica, teatral o cinematogrfica, en cuya accin predominan aspectos placenteros, humorsticos o festivos, y cuyo desenlace suele ser feliz. Su fin es generar risa. Tomado del Diccionario de la Real Academia Espaola (RAE). (Versin electrnica). Recuperado el 25 de Noviembre de 2008. En: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=yambo 54 Palabra proveniente del latn diatriba y este del griego (). Escrito violento e injurioso escrito contra alguien o contra algo. Tomado del Diccionario de la Real Academia Espaola (RAE). (Versin electrnica). Recuperado el 25 de Noviembre de 2008. En: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=yambo 55 Gmez, Francisco Vicente. Op. Cit. P.49. 56 Gmez, Francisco Vicente. Ibid. P.49. 57 Escuela de Oxford. (versin electrnica). Recuperado el 23 de septiembre de 2008. En: http://symploke.trujaman.org/index.php?title=Categor%EDa:Escuela_de_Oxford

25Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

fundantes: Sobre sentido y referencia, de Gottlob Frege (1898), y Sobre el denotar, de Bertrand Russell en 190558. La discusin de Frege y Russell, se centra en si la relacin entre las palabras y las cosas es directa o si nuestros propios conceptos y/o el lenguaje interfieren en esa relacin, est enmarcada en una polmica filosfica ms general respecto de la naturaleza de la verdad y la posibilidad de acceder a ella59. A partir de all, se abre la cuestin de si la funcin central del lenguaje es efectivamente referir [establecer una relacin entre las palabras y los objetos en el mundo] o si hay otros usos del lenguaje que son igualmente importantes [Austin (en Palabras y cosas [How to do things with words, 1962] y Searle [en Actos de habla [Speech Acts], 1968]]. Al igual que el segundo Wittgenstein [en Investigaciones filosficas, de 1953] y otros autores, como Peter Strawson o Paul Grice, en lugar de interesarse excluyentemente por el modo en que el lenguaje puede transmitir o no la verdad en un discurso cientfico, estudiaron tambin el modo en que funciona el lenguaje en distintas situaciones cotidianas. As, referir y afirmar (realizar enunciados acerca de estados de las cosas en el mundo) no es la nica (ni siquiera la principal) funcin del lenguaje. La pregunta, el pedido, la orden, la amenaza, la promesa o el chiste son juegos del lenguaje, en trminos de Wittgenstein, as como puede ser un acto de habla segn Austin y Searle. En este sentido, Wittgenstein se refiere a esas acciones como juegos del lenguaje; ms populares en lingstica bajo el trmino de Austin y Searle: actos de habla. Austin y Searle proponen que: al decir algo, realizamos una serie de acciones que corresponden a varios niveles distintos. Por un lado, producimos ciertos sonidos que se amoldan al vocabulario y a la gramtica de una lengua determinada y que tienen cierto significado. Austin sostuvo que esos fenmenos se agrupan en un nico nivel (al que llam acto locucionario), mientras que Searle los dividi en dos niveles distintos: un acto de emisin (de palabras o cualquier otra unidad lingstica) y un acto proposicional (que incluye referir a ciertas entidades en el mundo y predicar algo acerca de ellas) 60. Por otro lado, Austin y Searle se percatan que, con una emisin discursiva tambin se generan acciones tpicamente lingsticas o semiticas (pero no siempre) codificadas socialmente, como un pedido, una orden, una amenaza, una promesa. Esto es, actos ilocucionarios o actos de habla. Los actos ilocucionarios no dependen directamente de las palabras emitidas, situacin especialmente clara en los llamados actos de habla indirectos: una emisin como No tienes hambre?, por ejemplo, puede interpretarse a menudo58

Austin, John y Searle, John. Actos de habla. (versin electrnica) Recuperado el 3 de Noviembre de 2008. En: http://fzayas.com/con-textos/index.php/Actos_de_habla 59 Austin, John y Searle, John. Ibid. p. 3. 60 Austin, John y Searle, John. ibid. p. 4.

26Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

como un acto ilocucionario distinto [una sugerencia o una propuesta] del que se desprender de su significado y forma lingstica literales [una pregunta]. Es necesario aclarar que los actos ilocucionarios se encuentran cargados de actos semisicos y semiticos; es decir, signos que actan como signos, y que adems cambian de significado dependiendo del contexto y del emisor que desee expresar algo. Por ltimo, las emisiones tambin tienen actos o efectos perlocucionarios; en otras palabras, provocan ciertas consecuencias en las acciones, pensamientos o creencias de los oyentes. El acto perlocucionario es donde el receptor de la informacin reacciona y establece una conversacin, un dilogo gestual o semitico con el emisor. An cuando no exista una emisin verbal ilocucionaria, si la puede haber en trminos semiticos a travs del gesto. De ah que los actos perlocucionarios, en los que el receptor reacciona ante determinado mensaje, no siempre sern los de la palabra hablada. Tambin sern los actos perlocucionarios no puros (conversaciones con intenciones o metalenguajes lo que se dice sin decirse), desde donde se lee la intencin del emisor y se comunica a partir de la simblica y la semitica en el cuerpo del otro (el receptor). En ese contexto, no existen actos proposicionales puros (comunicacin sin intenciones) de los que se pueda afirmar su verdad o falsedad en abstracto. Ms bien, afirmar algo es un aspecto ms entre el conjunto de posibles actos ilocucionarios (actos semiticos) y, por lo tanto, puede tener efectos perlocucionarios (reacciones) variados. Detrs de un texto hay un subtexto y la mayora de las expresiones lingsticas que tenemos para con el otro, en muchas ocasiones son las de la mscara o el simulacro. Al igual que los dems actos de habla, cada accin lingstica est sujeta a condiciones de fortuna o infortunio, afirma Austin pues: Enunciar con verdad es un acto afortunado, anlogo a aconsejar prudentemente o argumentar con fundamento. Es por eso que la verdad o falsedad de un enunciado no dependen solamente del significado de las palabras, sino del tipo de acto ilocucionario [gestos, signos, actitudes, percepciones] que se est realizando con l. A partir de estos elementos, Austin y Searle intentan establecer una tipologa de la conversacin, que tiene en cuenta la descomposicin de los distintos elementos que intervienen en cada tipo de acto ilocucionario: su contenido proposicional, sus condiciones preparatorias, su condicin de sinceridad (semitica, simblica) y la regla esencial que lo rige, de acuerdo con los trminos de Searle.

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Wittgenstein y los juegos del lenguaje.Los lmites de mi lenguaje significan los lmites de mi mundo61. El lenguaje ordinario es una parte del organismo humano y no menos complicado que ste62.

A menudo las conversaciones que sostienen los seres humanos en el mundo social, se encuentran desprovistas de importancia, precisamente por la costumbre y la repeticin que atraviesan el ritual del dilogo. Sin embargo, al traer a colacin estas frases del filsofo alemn Ludwig Wittgenstein se termina por observar, con otros ojos y desde otros umbrales, la lgica en la que se mueve el lenguaje. Para este autor el lenguaje se moviliza entre los vrtices de lo inexpresable y lo no decible. Ya que el lmite al que se refiere no slo est relacionado con la finitud del mundo simblico y subjetivo de los individuos, sino con la incapacidad de utilizar el arsenal lingstico; en otras palabras, usar la lengua como sistema (palabras, gestos, signos ortogrficos, smbolos, msica, arte, matemtica, pintura, fotografa, video, etc), para describir o expresar lo que se percibe de la compleja realidad. Wittgenstein en el Tractatus lgico-philosophicus63 analiza el lenguaje a partir de la proposicin. Teniendo en cuenta que este modelo lingstico se ajusta a la lectura racional y positivista que permea los microuniversos cientfico, lgico, matemtico, natural, lingstico o filosfico del pensamiento occidental. Pero ese anlisis del sentido, mediante la observacin de la proposicin expone al autor a un abismo insalvable que se halla en la zona de lo metafsico64 y lo ontolgico65 del lenguaje: el mundo en relacin con lo mudo. El autor busca explicar lgico-analticamente la relacin entre lenguaje y mundo. Visto as, Wittgenstein trata a su vez de analizar el pensamiento humano y sus modos de razonar, es decir, lo epistmico. En definitiva, este anlisis le sirve para demostrar que entre las multitudinarias y heterclitas formas de pensar, razonar y construir el mundo a partir del lenguaje, ste siempre quedar acorralado en su propio juego, en una lnea lmite, en donde la lgica ya no tiene otra explicacin que lo que para algunos, sera lo ilgico, en tanto para Wittgenstein se traduce en la caricia hacia la frontera inviolable de lo mstico. Los juegos del lenguaje de Wittgenstein pueden ser analogados con los actos de habla, con el reflejo de un espejo que se replica n veces sobre su propia imagen o el encuentro multiplicado de las diversas realidades membrana que61 62

Wittgenstein, Ludwig. (2005). Tractatus lgico-philosophicus. Madrid: Alianza. p. 111. (5.6). Wittgenstein, Ludwig. Ibid. p. 66. (4.002). 63 Expresin latina que significa el manejo de lo lgico filosfico. 64 La Metafsica es una rama de la filosofa que estudia el ser en cuanto tal, de sus propiedades y causas primeras, a partir de las primeras obras de Aristteles en las que se consider que el mundo material se encontraba articulado al plano de lo intengible, lo inasible y lo sutil. 65 La Ontologa es una rama de la filosofa que estudia el ser y su esencia.

28Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

existen en el universo, segn la teora M. En Wittgenstein estos juegos, a los que he decidido llamar microuniversos lingsticos, son infinitos hasta la eternidad como infinitos los rostros que posee la cultura de cada individuo. Por eso mismo el lenguaje ordinario se convierte en un multiverso inexpresable, y que en palabras del autor slo se puede mostrar a travs de lo mstico 66; es decir, slo encuentra su representacin en lo inasible, en la sutilidad o en el silencio de lo que se muestra. An cuando el autor slo enuncia el concepto en su texto emblema, esta enunciacin remite al lector al auscultamiento de lo mstico en el sentido de lo suprasensible. Entendiendo por suprasensible: Lo que se visualiza en el mundo interior. Aquello que se experimenta interiormente y que se expresa en el sentimiento ntimo de un acontecimiento que ocurre en ti. Esta transmutacin lleva consigo las facultades de la percepcin sensible. Los cinco sentidos se metamorfosean en otros sentidos [] Es decir, la percepcin de lo sensible en el mundus imaginalis [] es el lugar donde la potencia imaginadora opera en escenografas que jams tienen el carcter crepuscular de lo fantstico demonaco67. Sin lugar a dudas, lo mstico est hermanado con la subjetividad humana y con el volcamiento del afuera hacia s mismo. Ver lo que no se ve, leer lo no es ledo por otros va ms all de la mera interpretacin lingstica o del razonamiento lgico matemtico que pretende explicar lo mostrativo, lo inabarcable. En este sentido, se le atribuye una valoracin sobredimensionada al uso de la palabra y al lenguaje. Ya que si se atiende a lo planteado por este autor, la dificultad que entraa el decir y el mostrar en la esfera del lenguaje, obliga a considerar el lenguaje como insumo insuficiente y limitado que obstaculiza el entendimiento y comprensin del mundo, y que slo es posible comprender en el mostrar, es decir, a partir de lo visual, en el uso de la imagen. Siguiendo esta idea, el mostrar se encuentra relacionado con lo mstico; es decir, con el sentimiento y la intuicin. En tanto lo que se muestra extiende hilos de comprensin hacia la imagen como referente obligado para abordar la importancia de los significados. El desarrollo y despliegue de esta nueva comprensin del lenguaje como multiverso, como juego infinito contribuye, por una parte a entender que los lmites que se tenga del mismo, hace evidente los lmites que se tiene del mundo. De otro lado, sta nocin recuerda que la figura est enlazada as con la realidad, y que lo iconogrfico, lo sgnico y lo simblico llega hasta ella mediante el uso de la analoga y las semejanzas, como caracterstica connatural de lo que no se puede hablar y que tan slo hay que callar. De lo que no se puede hablar hay que callar68: Eco y la hermenutica del signo.66

Wittgenstein, Ludwig. Ibid. p. 131. (6.522). Corbin, Henry. (2000). El hombre de luz en el sufismo iranio. (Lhomme de lumire dans le soufisme iranien, 1984). (Traduccin del francs de Mara Tabuyo y Agustn Lpez). Madrid: Siruela. Pp.95. 68 Wittgenstein, Ludwig. Ibid. p. 132. (7).67

29Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

Hasta ahora este corpus terico se ha referido a la semiologa, la semitica y el lenguaje de manera indirecta para explicar el concepto de lo etnosemitico. Sin embargo, se hace necesario aclarar algunos trminos prioritarios en la comprensin de lo sgnico en la cultura. Es fundamental distinguir entre semiologa, semiosis y semitica. De igual modo, entre interpretacin semisica o semntica y entre interpretacin semitica o crtica. La semiologa es el estudio que se desprende de la lingstica y analiza los sistemas de signos (verbales o no verbales, sealizaciones, cdigos, etc), bien sean estos lingsticos (provistos de significados (semnticos)) o semiticos (los que se relacionan con el hombre y su contexto (la naturaleza y la cultura)). La semiosis por su parte es el estudio de los signos y del proceso en que algo se convierte en signo. La semiosis observa el uso que se le da al signo en la vida diaria, en la manera cmo se modela en la mente de quien desea comunicar o interpretar la realidad. En definitiva, la semiosis se ocupa del modo cmo nos comunicamos. De ah se desprende que la semitica se ocupe de proveerle al signo sentidos en relacin con el contexto, con las relaciones comunicativas que se establezcan en el mbito social, en otras palabras, la semitica se ocupa de los signos en relacin con la cultura. Un ejemplo de lo dicho es el trabajo de Andy Warhol, cuando concibi por primera vez la performatividad como corriente y estilo artstico. Desde all, Warhol instaur un nuevo orden, una nueva semitica en el saln de exposiciones, al ubicar zapatos, cajas de enlatados y materiales publicitarios, como objetos artsticos que cuestionaban el arte, y tambin la sociedad de consumo. La interpretacin semntica o semisica es, segn el semilogo Umberto Eco, el resultado del proceso por el cual el receptor, ante la manifestacin lineal del texto (signo), la llena de significado. En cambio, la interpretacin semitica o crtica es aquella por la que se intenta explicar por qu razones estructurales el texto (signo) puede producir esas (u otras, alternativas) interpretaciones semnticas69 (significados). Cualquier signo es un texto y este puede ser interpretado semntica (semisica) o semiticamente (criticamente), sin embargo slo algunos signos (textos) (aquellos que tienen una funcin esttica) advierten ambos tipos de interpretacin. Un ejemplo puede ser el gato est sobre la mesa, quien pregunta slo espera una interpretacin semntica o semisica, la de la literalidad del signo en relacin con la realidad. As la respuesta ser una nica interpretacin. Si de pronto se le dice a Bajtn el mismo enunciado lo ms probable es que encuentre otros mundos significativos, otras interpretaciones paralelas a la interpretacin literal, y en este sentido ya se estara hablando de la interpretacin crtica o semitica. Sin embargo en el proceso de interpretacin de un texto (signo) se pueden presentar dos tipos de textualismo (o de interpretacin del texto (signo)). El primero es el de aquellos que no les interesa ni se ocupan de la intencin del69

Eco, Umberto. (1992). Los lmites de la interpretacin. (I limiti dellinterpretazione, 1990). (Traduccin del italiano de Helena Lozano). Barcelona: Lumen. Pp.36.

30Cruz mihi serta salus, cruz hest cuam semper adoro, cruz mihi refugium, cruz domine mecum.

autor y tratan el texto (el signo) como si contuviese un principio privilegiado de coherencia interna. A este tipo de textualismo Rorty le llama el pragmatista dbil. Pues es aquella persona que busca el secreto de un texto para aprenderlo, y que luego de aprenderlo cree que podr interpretar el texto correctamente. Para este lector del signo, la crtica es un descubrimiento y no un acto de creacin. Por otro lado se encuentra la segunda corriente en la que se hallan aquellos crticos que consideran cada lectura como una desobediencia de la lectura. Aqu este lector no se dirige al autor o al texto para preguntar cules son sus intenciones, sino que por lo general, modelan el texto (signo) de acuerdo a sus intereses. A este lector crtico Rorty le llama el pragmatista fuerte, pues este no diferencia descubrimiento de produccin. Esta distincin acerca del textualismo desde la mirada pragmtica entiende sta ltima como el rechazo de creer en la verdad como correspondencia de la realidad; y entendiendo realidad tanto el referente de un texto como la intencin de su autor emprico70. En este sentido la lectura que se pueda realizar de estos dos tipos de lectores se vuelve ms compleja, ya que en algn momento el pragamatista dbil, puede convertirse en fuerte, precisamente por buscar slo un tipo de interpretacin que le puede llevar al dogmatismo o la radicalidad. Y de otra parte el pragmatista fuerte, en realidad entra en connivencia con el pensamiento dbil, debido precisamente a la extrema flexibilidad con la que adapta su interpretacin de lo real. Esta desobediencia de la lectura, que la desarrolla el pragamtista fuerte de Rorty en realidad usa un texto para encontrar algo que est fuera del mismo. Este pragmatista no es realmente un lector vlido que busque una estrategia para encontrar los modos infinitos en que el texto pueda ser ledo de forma semnticamente correcta. Pues a ste lector le interesa todo menos la naturaleza del signo (texto) que est leyendo. Existen de otra parte tres tipos de intenciones en los textos (signos) que son las que permiten diferenciar entre interpretacin o tergiversacin de la lectura que se hace en el mundo real de un texto o un signo. Eco les llama las intenciones o Intentio operis (intencin de la obra), intentio lectoris (intencin del lector) e Intentio auctoris (intencin del autor). La intentio operis o intencin de la obra es el subtexto de lo que quiere decir la obra ms all de las propias intenciones del autor. Aqu el texto o el signo adquieren vida propia y