melucci - que hay de nuevo en los nuevos movimientos sociales

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I l:.:'- l ':: ':l ..: .a ..:. :l ¿Nuevos movimiéntos? En ¡os,sistemas de all.a densidad de información los individuos y los grupos deben poseer cierto grado de autonomía y capacidades forma_ les de aprendlzaJe.y acción que jes permitan funcionar de forma fiable y con un considerable grado de autorregulación. Simultáneamente.Ios sis_ temas muy diferenciados tienen serias necesidades de integración v rrans_ fie¡en el centro del control social desdeel contenido dela accióna sus lenguajes, desdela iegulación eÍte¡na de las conducias a la interyención en sus precondicionescognitivas y motivacionales. Los conflictos tienden a producirse en las áreasd€l sistemamás directamente involuc¡adasen la producción de ¡ecursos de info¡mación y comunicación, que al mismo tiempo están sometidas a intensaspresiones de integración. A lravés de la producción y procesamiento de i¡Jormación se construyen las dimen_ siones cruciales dé la vida diaria (el tiempo y el espacio, lai relaciones ur_ terpersonales, el nacimieuto y la muerte), la satisfacción de ias necesida- des individuales en los sistemas que se rigen por los principios del Estado del Bienestar, la formación de la identidad social e individual en los siste- mas educativos. Individuos y grupos reciben un volumen creciente de h_ formación con la que se autodefinen y construyen sus espacios de vida. A-l mismo tiempo, estos procesos son regulados por un amplio sis_ tema de control social que transciende la esfera indiüdual para invadir el siones de la vida 5, ¿Qué hay de nuevo en los <nuevos mov¡mientos sociales>?

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Page 1: Melucci - Que Hay de Nuevo en Los Nuevos Movimientos Sociales

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¿Nuevos movimiéntos?

En ¡os,sistemas de all.a densidad de información los individuos ylos grupos deben poseer cierto grado de autonomía y capacidades forma_les de aprendlzaJe.y acción que jes permitan funcionar de forma fiable ycon un considerable grado de autorregulación. Simultáneamente. Ios sis_temas muy diferenciados tienen serias necesidades de integración v rrans_fie¡en el centro del control social desde el contenido dela acción a suslenguajes, desde la iegulación eÍte¡na de las conducias a la interyenciónen sus precondiciones cognitivas y motivacionales. Los conflictos tiendena producirse en las áreas d€l sistema más directamente involuc¡adas en laproducción de ¡ecursos de info¡mación y comunicación, que al mismotiempo están sometidas a intensas presiones de integración. A lravés dela producción y procesamiento de i¡Jormación se construyen las dimen_siones cruciales dé la vida diaria (el tiempo y el espacio, lai relaciones ur_terpersonales, el nacimieuto y la muerte), la satisfacción de ias necesida-des individuales en los sistemas que se rigen por los principios del Estadodel Bienestar, la formación de la identidad social e individual en los siste-mas educativos. Individuos y grupos reciben un volumen creciente de h_formación con la que se autodefinen y construyen sus espacios de vida.

A-l mismo tiempo, estos procesos son regulados por un amplio sis_tema de control social que transciende la esfera indiüdual para invadir el

siones de la vida

5, ¿Qué hay de nuevoen los <nuevos mov¡mientos sociales>?

Page 2: Melucci - Que Hay de Nuevo en Los Nuevos Movimientos Sociales

de información y comunicación y los cenhos de decis¡ql,P9-

;á¿m;;:¿ ¿¡ *lación ion ésos aspeitos de l?inidá?-oñdé.r¡.. rJ* ¡i¿

{. {r,

' .-, ' , ' ir l t ., ción:por el

Por consiguiente, los conflictos son protagonizados por actores

temporales que operan como reveladores, haciendo sulgir,Ios ,d1,1:Ta:

.r""l"f.t ¿" ia socicdact. Los que describo aqui -sin prelender atribuir a

esta exposición carácter exhaustivo respecto a la variedad de contllctos

,o"iut"i- t" ptu"t"an en el tereno de la apropiación y reapropiación de

urros ,e"a,rroJ qo" son cruciales pata una sociedad basada en.la jntorma-

Los conflictos no se expresan ¡irincipalmente a través de una ac-

ción dirigida a obtener resultados en e1 sistema político, sino ql]e repre-

sentan ui desalío a los lenguajes y códigos culturales que permiten.orga-

Jar.la información. El iniesante flujo.de mensajes sólo adquiere signifi-

cado a trSvés de los cótligos que lo oidenan y haaen posible interpretar

,.i" ,igniti.uaor' i,u" {o-rrnas-de pode-r-que.eslán-surgie4lo en las socieda-

á"s. "ir,t"^potatt"ás

se..fgn an--.er¡ la capacidad de "informar" (dar for-

ma). La accicjn de los mov¡mienlos ocupa el m¡smo Lerrenoy es en sl mts

áun *"nruj. que se difuode por la sociedad y lraosmite lormas simbó-

licas y pautai de relación que iluminan <el lado os-cu¡o de la luna> -un

stteái ae signiticados qué impugnn el que los aparatos tecno-burocráti-

cos intentan imponer a los acontccimientos indrvrduales y colectlvos"

nsie tipo ae acciOn tiene efectas sobre las institucioües porque selecciona

nuevas élites, moderniza las formas organizaiivas, crea nuevos objetiYos y

nuevos lenguajes. Pero al mismo tiempo, cuestiona la raciorialidad instru-

mental qr,J guía los apalatos que gobiernan Ja produccion de inlotma-

ci¿n, a i'mpiáe que loJ canales de representación y decisión propios de

,rou ,o"i.aoa pt*olista adopten la racionalidad inshuruental co'co la úni-

ca lógica desde la cual se gobiernan sistemas complejos Esa racionalidad

se apiica solamente a ios p{ocedimientos e iinpone e1 üitelio de eficrerr-

¿eué hay de nuevo en los <nuevos movimjentos sociate$?

cia y efectividad como el único valido para medir el sentido de las cosas.La acción del movimiento revela que esa neutral racionalidad de los me_dios enmascara dete¡minados ürtereses y formas de podet; muestra quees imposible enfrentarse al enorme desafío de vivir juntos en un planetaque se convierte en una sociedad global sin discutir abiertamente sobrelos <finey y <valores> que hacen posible la coexistencia de las pe$oras.Ese debate ilumina los dilemas insupe¡ables con que se enfrentán las so-ciedades complejas, y al hacerlo nos fuerza a asumi¡ de lleno nuestta res-ponsabilidad por nuestras decisiones sobre dichos fines y valores, y porlos conflictos que producen.

En lo que se refiere a las formas de acción ctue conciernen la vida

En el desarrollo de mi reflexión en este campo, he abandonado el iconcepto_ de rel¿ciones de cta5e que ésiábá prósenii to.lavía en mis pri- i . ;:imeiói tráUa¡oi. Usé cóncepto estJ inseparablimente vinculádó-i la socre-dad industrial de tipo capitalista y era utilizado para definfu un sistema de

' - , . 1 , ' ;

i, füt

q j 1,,,,,

una so-

relaciones conceptuales dentro de las cuales tiene lugar la produccion yla apropiación de los recuxos sociales. La ¡efe¡encia a las relaciones declase expresaba el intento de rnantener abierta la reflexión sobre los cr_¡n-flictos sistémicos y las formas de dominio en las sociedades complejas.Con este fin, se empleaba una categoría tradicional que ponía el acentosobre la dimeüsión relacional y conflictual que caracteriza la produccióncle las orientaciones fundamentales de una sociedad. Sin emba¡so. en sis-lemas como Ios con lemporaneo" don( le p ¡erden cons is tenc ia las c la .escomo grupcis sociáles reales. hacen falta concepró" rnit a¿óluiclos sinanular el problema teórico qué nos deja en he¡encia la c¿iiegóiíá de rela-

procedentes de

Page 3: Melucci - Que Hay de Nuevo en Los Nuevos Movimientos Sociales

] :Alberto Melucci

I ciones de clase: saber dentrp de qué.¡qlaciones y -con -qué--co-nflictos tiene'lugar la producción y la apropiación de los recursos.cruclalg,ren un siste-

rá-déle;urinuOo -. Plantéarle-esa pregunta es esenciaI para compren-

de¡ la doble articilac-iói-ll-¡utononría'y-dependenoia-que-c41acter.iza al

sjstcma-político,-y-.ia^relaciónentre--rnoviinientos y procesos de represen-

i tactg¡¡-y"de decisión'

. J por tanro..el p¡oble11fgTgp.Pf.-9.-:q qi -eliq1en fgrmg.lq cp.g

;|lpq.qu.fSirgggl_tollgjógrgr.c-91!,t¡"tlrliya Se !I.qLSlgye. l-a rereteocra ar

, ,; .. ,.=*o¿o á" p-.ó¿u"áélie encuentra demasiado ligadr al reducciohismo eco-'- i ''iL'i '

nomicista-que está en el origen del concepto. La producción no puede set

restringidai la esfera económico-ma1erial, sino que abarca el conjunto de

relaciones sociales y orientaciones culturales. El p.roblem-a.-99-S{e en si se

puede hablar todavía de conllictos antagonis¡3s:- lfu!!_o_l que.clgcan coo

las relaciones soiiales a tfavés de las cuales se produ-ce el recurso constl lu-

iiuo ati; :lS¡¿*;¡ cgmplejds, es déiir, la rnió?ñá'cién-:Láfié6iñidelrneñá6'p61iiióó ó-<iei óóñipóriárnieiitó edtiáié"giio nos enseñan que mu-

¿teué hay de nuevo en los "nuevos movimientos sociates,;?

Este marco analítico permite acla¡ar uno de los interrogantes recu_rrentes que destacaron en el debate de los últimos diez años (Coiren,1985; Offe, 1985; Klandermans, Kriesi y Tárrow, 1989). Se refiere a la<novedad> dq los conflictos contemporáneos e intenta responder a lapregunta: ¿q.ud es "nuevo- en los,,nuevos movimientos sociaies-? Al ror_mar parte de aquéllos que han introducido esri iérmino en Ia l ite¡arurasociológica, he asistido con desánirno a la reificación progresiva de estacategoría. La "novedad,. es por de[inición un conceplo rejativo.que.tieneIa tunción remporal de señalar algunas diferencias comparaLivas entre las[orm¡]s históricas del confl icto de cláie y las formas emérgentes de accroncgi_e4ii,á. ret'o; iirlá-réneiii5n t ñ inv;tiit¿ñlóilii; iriciñi.iffiüáñ. á< ca_racterísticas distintivas de los nuevos movimientos. quedamos prisione¡osde un debate sin salida que opone a los qu" upoyun y critican su condi_ción de noyedad. Por una parte, se afirma que muchos aspectos de lasformas contemporáneas de acción pudeq encontrarse en fenómenos his_tóricos precedentes, y que su pretendida novedad está ligacla solamenre aesa <(miopía del presente> a Ja que con frecuencia están iometidos los so_ciólogos, sobre todo cuando están emotivamente implicados en su objetode estudio. Por otro lado, los defensores de la novedad de los movimien-tos contempor'áneos se esfuerzan a su vez en most¡ar que las similitudesson sólo formaleq y que los mismos fenómenos cambian de significadocuando se los !i l ú¡t en sistemas dislintos.

son expreslon. , t9!9L:9S-'i"9:-"91o ql i;i ;i, l -99_:3,J". g.lit' .t?"le' ¡ .-r".',i ¡';': l i?illii'fi "ii'iiÍ?

parece estar sustituyendo el modelo marxista por otro de intercambio o

áe racionalidad en las decisiones. A mí, que cuando en el pasado me he

ocupado de conflictos de clase 10 he hecho en un cuadro constructivista y

sistémico ya muy alejado del modelo marxista, el inlento de expücár los

conilictos contemporáneos únicamente en términos de iqtercambio me

parece muy poco correcto. Creo que se debe mantener abierta la pregun-

ia sobre el caráster sistémico de los codlictos: ¿Qué significa el téunino

<lógica de sistema> en sistemas muy diferenciados? ¿Es posible identifi-

car coÍrflictos antagonistas sin que los actotes se calilctedcen por una

condición social estable? ¿Los lugares de conflicto pueden ser variables?

Estas pregBntas se lttelven hipótesis estimulantes de trabajo si se mantie-

ne abierto el espacio analítico para formularlas, y son las que pueden

odcr,l ar la ¡nlerpr elación dc los movimien tos coni etnpoi ineos.

Pero lanto los cri l icos de la novedad de ios.nuevos motimientos-como los qué apoyan éste " paradigmá -'comerén el mjs¡iro eiroi episLe-

Tl:91^T t.:?l'jl' li', 1" f " l:: :T I T'oI 1 s m gotá n¡ o; .1e m o u n o bje toempírico unirario- y desde ese srpu."ro pro""d'.t a defiñii o u air.rii i ylggr sú_novedad. Cuando se trata del <imovimiento de las mujeres> enlugar del <movimiento pacisfistD, los unos buscardn señalar lai difercn_cias con el pasado, los otros pondrán el acento sobre la continuidacl conhechos ante¡iores con los que piensan que pueden compararse.

. u'-gg"b$ iljll i:'.i'j9:g m pgr9g9-t9.19"1n.-'-eill inútir. I os re-nomenos con lemporaneos combrnan componen(es d i re rsos en s r r un id ¡dempírica, niveles y orientaciones de acción que deben ser distinguidosanalíticamente. Sin diferenciar tales elementos, la cornparación entre for_mas de acción que se sitítan en contextos históricos distantes entre sí res_ponde a una confusión epistemológica. No se trata de decidir si son eclur-valentes o comparables los datos empíricos recogiclos, sino cle identificarhasta qué puoto puede cónside¡arse equivalerte su sig¡tificaclo y el lugar-

Page 4: Melucci - Que Hay de Nuevo en Los Nuevos Movimientos Sociales

ü'o5l'-Para

poder hacar esta clase de comparación, debemos dlstinguirdis-

tintas o¡ientaciones de Ia acción dentro del mismo objeto -emptitt9 (p:.t

^ lher !o Me lucc¡

que ocupan en.el sistema de relaciones sociales Entonces se hace real-

á"nt" difi"it decidir, por ejemplo, qué hay de nuevo en el "movimrentoáe las muieres, .ontemporáneo, concebido como objeto empirico gtobal'

respecto á las primeras movilúaciones feministas del siglo xIx'

eiemolo. Ia oresencia o ausencia de una actitud de conflicto, el grado de soli-

Oa.ia'aa y cónesiOn aenho del movimiento, la compatibilidad con los límites

del sistema). También es pleciso distinguir entre los distintos sistemas de re-

laciones soiiales que lleva coosigo la acción colectiva' D€sde esta Perspectl-va. el movimiento de las mrrjeres dei siglo pasado es uo fenómeno heleroge-

' ¡tos, al igual que su manifestación con-neo e integrado por drsl¡ntos eremeBto\ ar rguar('1"" ": ' i '- l l :".: '_..: ' ]^".^,.

temporáná. Por'tanlo, en vez de comparar ambos movimientos en su totali-

dad. podríamos describir de¡erminados aspectos del segundo e identiJicar asi

."-"luozas v dife¡encias entre elios (Melucci, 1984, ]'98q y 1991)'

Paradójicamente, el resultado del debate sobre "los nuevos movi-

^i"ntosr, "s

iealmente. el agotamiento de la idea de los <movimientos-

¿Qué hay de ¡ruevo en los <nuevos movimienros sociales,?

dos históricos diterenciados que se hallan condensados en ese fenómenopa¡ticular. De la misma forma en que el científico debe explicar cómo secombinan minerales y estratos en Ia roca para producir esa particular for-mación geológica, hemos de considerar la acción colecüva como ¡esulta-do y no como punto de partida. La tarea del analista precisamente con-siste en explica¡ cómo ese resultado se construye colectivamente, cómose mantiene y cómo podría cambiar con el tiempo.

Ula.,vez aclarada e¡ta premisa epiqtemológica, .t9davía,p_gdemospreguntáinós si está surgieudo un nuevo paradigma de la accién. colecti-valno en el it in"r' ici 'd ernpírico referido a la slobalidad del fenómeno ob-servac¡o- srno en senlloo anall ltco --€n runcton de Ia Dreseocta cle detel_m'naqos nlveles o elemenlos oe L¡,acclon. 5e Irata enfonces de pfegun-tañijs si éüstéf"ciirñdisñ;¿*á¿r Ia¡ nuóvas formas de acción qr-,i ¿éb"-nlos atribuir a un contexto sistémico distinto al del capitalismo industrial.Esta p¡egunta es dejada a un lado por críticos de los <nuevos movimien-tos" como Tilly y Tarroq que sitúan esos fenómenos en un plano exclusi-vamente político. Un reduccionismo de este tipo elimina la cuestión de laaparición de un nuevo paradigma de la acción colectiva: ¿Puede decirseque los movimientos contemporáneos revelan conflictos sisi6riíiéó31rueno están relacronados con lóS d.t:-""e-1.1]éirl-".1i::iñdü-i'iÍálltsSiliegunta

. - ' . - : . 1 , ' .simplemenle destp¡recé dél d¡scurso analít ico sjn una argumentación de-talláda o bien a¡ticulada de 1a respuesta negativa implícita. Por otra par-te, se ignoran aqu€llas dimensiones específicamente sociales de la acciónque son tan importantes para los nuevos movimientos. De ahÍ resulta una

Se Concentra ,én los

sobre el !r'..r 'i f,,'c,i. ¡

' ¿Hay codlictos antagonistas de naturaleza sistémica en los fenó-

menos coléctivos contemporáneos, o por 9l confiado estamos frente a fe-

i , r ! l i , i f^É1

,rri"¡-r;i lr",1i f ; . "5,

I

personaie$), seqún la cual los prirneros son considerados como persona-

j", qrr" int"tpt"tut su papel eo e1 escenario de la historia En los movl-

-i"ntoa "ot

i"*poráneos, como en todos los fenómenos colectjYos' se

cqmbinan formai de acción que conciernen diversos üiveles de Ia eshuc-

tura social, implican distintos puntos de vista y pertenecen a -dfferentes

períodos históricos. Se trata por tanto de captar esta multiplicidad de ele-'mentos,

sincrónicos y diacrónicos, y de erpücar entonc€s cómo. estáD

combinados en la unidad cóncreta de un actor colectivo Cada fenómeno

empírico proporciona información soble un segmento de la estructura

social, de ia Áisma forma en que un corte tuansversal en una roca rei¡ela

su composición interna. Al ig.ual que la fotogratia de la roca en-leta no

ouede Áostrar los eslratos y minerales que la integran. no es postble cap-

iar el significado de los fenómenos colectivos si só1o los abordamos en su

totalidaá. Por el contiario, debemos inspeccionar las diferentes orienta-

ciones que contiene¡l (de conflicio o no, de solidaridad o de atomiza-

ción), los distintos niveles de la sociedad que son abarcados-porsu acción

lmoáos de producción, sistemas políticos, mundos de vida 1) y los perio-

¡ aó ) r 'F{r1 {"n

á En;' '

1 N. dél T.: Traducimos de foima lile¡al este concepto debido a su diJusión €n la lite¡aiura le-

nomenológ¡ca.

124

Page 5: Melucci - Que Hay de Nuevo en Los Nuevos Movimientos Sociales

dgido.s, el. -gonqigto ,p3*S_¡-",t__¡¡g$S-._v-iolento (Qa¡r¡o*,*!!reman,Ryt-!r¡rg,l!p."y*C3¡_nson, 1990), pero nq jpp.1!99-fr"C_eS"$$+g"nte antago-nismo hacia la lógica del sisterna; manifiest¿ más bien la exigenciá de unadistribución-¡liféiéñró-tlEi1ats-ié€ú$ds

-ó'de -riii. eüá;-ñÉlaT-@ÍóCarthy y

zatd, Íyii t'19s1;t Jónkiiri i-oád.'o"L -irÁó modo, en una organlza-ción poco furcionál.!i.i;¡é$€rl p.i-"4-ú-"rf",Séüpl-ó-4$46_S

"üo objetivo,

sin émbargo, éS restablecer el funcionamiento de.la organ!4ación misma.Los movimientos€studiáiiiilé-s dé los'arói oo v óiiilliiái i"-il"li.i?n uu-rios países europeos (España, 1987, Francia e ltalia, 1990) fueron impul:sados por el rechazo del comportamiento autoritario del sistema educati-vo y por una demanda común de mayor eficacia y relevancia respecto a

nómenos de marginalidad social, de comportamiento colectivo. o frente asimples reajustes de1 mercado político? A una pregunta tan general sólose puede responder con la condición de agotar antes otros niveles de ex-plicación de la acción colectiva, por ejemplo: en términos de disfuncioneso de c¡isis (AJberoni, 1977; Moscovici, 1981;Turner y Killian, 1987), o enté¡minos de cambio político (Plzzotno,1978 y 1985). Mgg!g1¡[!grs con-flictos contemporáneos Dueden explica¡se a oartir del funcionamientoder n¿í¿ád; üiiii;ó;ó;; ;;p;;ró;;'Aé'¿áté¡i6?iá3-68úÉos sociaresexcluidos.'que 'intentan--obtitnéf répresentá'iióii-i"-óji¡,i¡a (Tilly, 19?8 y1936;'Tá'i'ió\qa9s9).Eii"é¡óf ¿ásóí;ó existá ü,iá'ái-É"sioi- affi gonistadel ó6ii'fli¿íó3ino sólo una demanda de participación en un sistema debeneficios y normas del cual se está excluido. Si los 1ímilglp--o-1Í!i.c,as son

este último.

OUna vez agolada Ia capacidad erplicativa de eslas dimensiones. esnecesario preguntarse si queda algo poi explicar, y mantener abierto unespacio teórico en el que todavia pueda formularse la pregunta sobre laexistencia de conflictos de carácter sistémico- De otro modo, esta pre-gunta es carcelada sin habérsele dado respuesta o sin haber demostradosu inu l i l i d ¡d .

Los científicos sociales todavia son herederos de una tradición quesitúra en 1as <<estructuras>> las lógicas de interpretación y explicación delos hechos, al margen de las relaciones coticlianas que los actores esta-blecen en el proceso de construir el sentido cle su acción- I-a <lógica>> deun sistema no necesariamente clebe brLscarse en los "inteLeses a gran eS-cala', o en otras ibrmas más visibles de pocler; tanrbién se encuettra ellniveles r¡ás sencillos de la vicla social, en los que tiene lugat la inierac-

¿eué hay de nuevo en los "nüevos movimientos sociates,?

ción de los actores y se definen las oportunidades y constricciones de suacción. En la actualidad, conforme empiezan a se¡ excluidas las exDlica_ciones que int€ntaban abarcarlo todo (como aquéllas tan generales quealudían a la <lógica d€l capitalismo>), su lugar está siendo ocupado poruna especie de <retirada teóica> hacia una explicación de las rélacionessociales que se plantea solamente en términos de furtercambio, o haciauna reordenación de las tgorías anteriores que es puramente te¡miloló_gica. De este modo, la transformación que está teniendo lugar en los srs_femas contempo¡áneos es designada con té¡minos alusivos (sociedadcomplqa, posl;nduslrial, de capiialisl l io t¿rJioJ, desde el supuesto deque estos tipos de sociedad presenran una lógica significativamente dis-:tinta a la del capitalismo industrial. Pero ello conduce a descuidar o su_primir los problemas teóricos que ese supuesto plantea. La pregunta so_bre los conflictos antagonistas de carácter sistémico mantiene abiertosuna serie de interrogantes con los qrle debe enfrentarse ]a teflexión teó_dca actualmente. Por ejemplo, una cuestión de singular importancia teó_¡ica es si se puede pensar en una lógica dominante que necesariamentese manifiesta en una fo¡ma global y omniabarcante, pero que se distribir-ye a través de diversas áreas del sistema y produce una grin variabilidadde lugares y actores del conflicto. Esta clase de lógica difícilmente puedeidentificarse en el comportamiento <funcional> de los grandes aparatosde poder, sino en la inte¡acción dia¡ia como nos han enseñado los etno_metodólogos.

Enftentarse a este tipo de cuestiones requiere ir más allá del lesa_99 .l ""l:!]lgs!_:rglgJrx-qge*o¿o.nia-efl rqeUra;.e,€pj69-4iG!ssff s.-tg3-Lg-eC1-o-{q9....!,9.tf4les (Giddens, 1984; Crozier y Friedberg, 1977). Esnecesario volver a plantea$e la ¿cción social a partir dgl proceso Dor el

. . 1 : .

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lll_!!8lltc9!!-se_ so¡;J lqye..e rt Ja.¡nleracción sqcr.al (Neisser. j976;VonVon

actores1984;r e l s r

nunca es

Glazersfield, 1985). S-on los "

cristalizar en <<estructuray y <<sistemas>.

Page 6: Melucci - Que Hay de Nuevo en Los Nuevos Movimientos Sociales

Alberto Melucci

Sociedad de la ¡nformac¡ón

¿Dónde se sitúa entonces la acción de los movimientos contemporá-

neos? ¿Cuál es su campo de acción? Las sociedades complejas producen

en virtud de una integración creciente de las estructuras económicas, los

aparatos de gestión política y las agencias culturales. Los bienes <<mateda-

les>> son producidos a ttavés de la mediación de sistemas informativos y de

universos simbólicos controlados por las grandes organüaciones. Esos bie-

nes incorporan información y se convielten en signos que circulan por

mercados de ámbito mundial (Touraine, 'L974,1978 y 1984, y Habermas'

1984). Los conflictos se desplazan del sistema económico-industuial haciael ámbito cultural: se centran en la identidad personal, el tiempo y el espa-cio de vida, 1a motivación y los códigos del actuar cotidiano Los conflictosponen al desnudo la lógica que se está imponiendo en sistemas muy dife-

renciados. Estos últimos asignan un creciente número de recursos a los in-dividuoq can los que éstos se convieden en centros autónomos de acción;pero los sistemas también precisan cada vez de mayor integración social-Para mantenerse, deben ampliar su capacidad de coltrol hasta Ia motiva-ción profunda de la acción y a través de la intervención en los procesos de

construrción del sentido. Los confictos contemporáneos revelan estas con-tradicciones al situar en primera línea a actores y formas de acción que nocorresponden a 1as categoías convencionales del cont'licto industrial o de

la competencia entre grupos de interés. La pugna por la prcducción y rea-propiación del significado parece constituir.el núcleo central de estos con-flictos contemporáneos; y ello irnplica una cuidadosa redefinición de lo

que es un moviraiento social y sus formas de acción.

A 1o largo de ta histoda, las sociedades se han articulado en tornoal ciclo entero de los recursos que alimentan cada sistema viviente (mate-ria, energía, bformación). Ha habido sociedades que se han estructuradoprincipalrnente sobre recu¡sos matedales, otras quc han hecho de la

energía la llave de su desarrollo (el vapor y la energía eléctrica como mo-tores de la irdustrialización).y, hoy en día, sistemas que dependen de la

información para subsistil controlar su entorno, proyectarse hacia el es-pacio y mantener el delicad¡ equilibrió que 1as preserva de la amenazade lc guerra total.

La <ievolución clectrónica> ha permitido concentrat enorlnes can-tidacles de circuitos en espacios que eran irnpensables hasta hace veinti-cinco años, transformandc no sólo el tamaño del ordenador sino aumen-

't-

¿eué hay de nuevo en los <nuevos moviriientos sociales,?

tando vertiginosamente la velocidad de tratamiento de las informacionesy ampliando enormemente la cantidad de datos que pueden ser almace-nados. Paralelamente, el progreso en las tecnologías de la comunicaciónhace que las informaciones puedan ser recogidas, procesadas y transmiti-das en tiempos brevísimos, sin límites de espacio.

¿Cuáles son las caracterísücas de una sociedad de la inÍormación?Las transformaciones que he recordado destacan en primer lugai el ca-rácter reflexivo, artificial y construido de la vida social. Gran parte de lasexperiencias de vida en las sociedades complejas son experiencias <degrado n>>, es decir, tienen lugar en contextos producidos por la acción so-cial, representados y retransmitidos por los medios de cómunicación, in-teriorizados y regulados en una especie de espiral que crece sobre sí mrs-ma y que hace de la <realidad> un ¡ecuerdo o un s[eño. La mayot pa¡tede las actividaded banales cle la vida cotidiana ya istán fijadas y dápen-den del impacto de las transformaciones en el campo de la información.Las nuevas tecnologías incorporan una cantidad creciente de informa-ción y contribuyen a su vez a la expansión masiva de la que se produce.También aquí, un movimiento en espiral parecé multiplicar la ¡eflexivi-dad de la acción sociaj.

Otro aspecto de.este proceso es Ia planeta¡ización del sistema. La ,forma en que hoy circula la información unifica potencialmente al siste- \,,t l,;i¡,],.t i,L;, tma mundial y plantea nuevos problemas de carácter transnacional res- i , . (,ipecto al control. cbculación e intercambio de esa jnformación. Al mismo :

' ) 1r

iiempo, se está produciendo la mundialización de los problemas y tos te- l¿'$i'¡ ';' ¡

rrenos en los que nacen los conflictos. La localización territo¡ial de un ] tlrÍr{^

problema deviene uo rspecto secundario respecto a su impacto simbólicosobre el sisterúa planetado. Ese proceso de globalüación reactiva aque- illas forrnas de acción colectiva basadas en la etnia y la nación, que inten- itan conJeir una base estable y reconocida a la identidad. Los viejos liti- igios sobre la nación, los procesos que fueron inter¡umpidos o histórica-mente reprimidos por el surginiento del Estado-Nación son patadójica- Imente revitalizados por el desarrollo de un espacio global y transnacio-nal. Los símbolos étnicos y las refe¡encias concretas a la Madre Patriaconstituyer una base real -por sus laíces en ta lengua y la cultuta- parala identidad de individuos y grupos en un contexto que ha perdido susfronteras tradicionales. Los movimientos étnico-nacionalistas so¡r al mis-mo tiempo los úLtimos vestigios del pro-ceso de modernización y la señaic1e oué el modelnismo ha quedacio ahás-

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En un sistema que en sus sectores más avanzados ocupa al 50 por

ciento de la población en actividades relacionadas con la producción, el

tratamiento y la circulación de la infolmación, este recurso fundamental

forzosamente ha de estructurar la vida social. La información es un re-

curso de naturaleza simbólica, es decir, reflexiva. No es una cosa, slno un

bien que para ser p¡oducido e intercambiado requiere una capacidad de

simbqlüación y decodificación. Es pol Io taüto un recurso que llega a ser-

lo para la sociedad en su conjunto sólo cuando otras necesidades ya han

sido satisfechas, y cuando 1a capacidad de producción simbólica se ha

vuelto suficientemente autónoma de las constricciones de la reproduc-

ción. El concepto <sociedad postmaterial> destaca aI menos un aspecto

de las transformaciones en curso: que los sistemas que se apoyan cada

vez más sobre los tecursos informativos presuponen la adquisició¡ de

una base'material, y 1a capacidad de construir univelsos simbó1icos dota-

dos de autonomía (que dlvienen a su vez condiciones para Ja reproduc-

ción o ampliac¡ón de esa misma base malerial)

La i¡formación no existe con independencia de la capacidad huma-

na de percibirla. La posibilidad de utilizar un recu¡so ¡eflexivo coino éste

depende de las estructuras biológicas y motivacionales del ser humano,

como emisor y receptor de información. La i¡versión masiva que las so-

ciedades más avanzadas están haciendo en investigación biológica, sobre

el cereb¡o y los mecanismos motivacionales y relacionales del comporta-

miento, muestra que el papel de la i¡formación cono ¡ecurso decisivo

comporta una extensión de la intervención humana sobre Ia 'naturaleza

inteaa), un aumento de la capacidad dé autoreflexión que alcanza has-

ta la <producción de la reproducción>, hasta la intervención sobre la es-

tructura biológica profunda de la especje.

Si la infor¡¡ación se caracteriTa por la velocidad de circulación y

por su rápida obsolescencia, deviene crucial controlar los códigos que

permiten organ¿ai y decodificar informaciones mutables. El conoci-miento es entonces cada vez menos un saber de contenidos y deviene ca-pacidad de codificar y decodificar mensajes. La información es lineal,acumulativa y constituye la base cuantitativa del proceso cognitivo F,l

conocimiento estructura, establece relacioneq vínculos, jerarquías. En laactualidad, crece de fo¡ma terrotífica el vacío existente entre estos dosniveles de la experiencia y lo que tradícionalmente se ha llamado sabidu-ría. l,a sabidur'ía tiene que ver con la percepción del sentido y con Ia ca-pacidad de integrarlo en la existencia i¡dividual. La sabidliría es la capa-

¿eüé hay de nuevo en tos (nuevos novimientos soci¿ies"?

cidad de mantener un núcleo íntegro de la experiencia en las ¡elacionesconsigo mismo, con el otro, con el mundo.

A medida que la información se convierte en el recurso funda-mental para los sistemas complejos. estos tres niveies tienden a separar_se. El control de la producción, acumulación y ciriulación de inforr¡ra.ción depende del control de los códigos que permiten procesarla. Esecontrol no está uniformemente distribuido y por ello el accéso al cono_cimiento devie¡re el te¡reno donde surgen nuevas formas de poder, nue-vas discriminaciones, nuevos conflictoi. Al mismo tiempo. cada vez esmás frágil el sentido.de la experiencia individual, la capacidad de orde-nar la cantidad creciente de información de la cual cadá uno es emisor yrecaptor. Se produce una fisura entre el ámbito del conocimiento ins,trumental, vinculado a la manipulación eficaz de los códigos simbólicosque seleccionan, ordenan y dirigen la información. y la búsqueda de lasabiduría como integración del sentido en la experiencia personal.

De ahí la importancia que adquiere la búsqueda de identidad, laexploración del <sí mismo" ls¿l, que llega a los ámbitos más intrincaclosde la acción humana: el cuerpo, las emociones, las dimensiones de la ex_periencia no reducibles a la racionalidad instrumental. De ahí tam6ién, elredescubrimíento de una alte¡idad incurable (el otro,Io otro, lo sagrado),de un espacio de silencio que se sustrae al flujo incesante de comunica-ciones codificadas, que busca en lo más privado para recomponer losfragmentos dispersos de una experiencia humana constantemente sus-pendida ei el límite entre el rtacinierrto y Ia muerte. Esta forma de con-ciencia puede presentane como un retorno a la religión organizada en elresurgimiento de sectas y grupos fundamentalistas, pero también puededejar paso a formas secqla¡izadas de experimentar con lo sagrado y a unanueva búsqueda de idenridad.

La info¡mación es un recurso difícil de cont¡oiar, en primer lugarpórque se difunde a través de muchos canales dife¡entes: el lenguaje o lacornunicación interpersonal, los objetos que procesan información, o un( o/p//J más ellborado de ripo simbcil ico. Asimismo y a dilerencir deotros bienes físicos, ia información puecle se¡ dividida sin perder caliclad,puede ser multiplicada y dividida entre varios actores sin que sufta poreso su contenido específico. Si e1 pode¡ en las sociedades complejas sebasa cada vez más en el control privilegiado de inforilación, es potencial-men¡e un poder rnuy frágil po¡que la simple adquisición de info¡maciónsifúa a 1os actores en el mismo plano.

. .

- .

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I

El poder no puede ejerce{se sólo sobre el contenido de la comu-

nicación ni sob¡e las manifestaciones explícitas de la acción. Para se(

efectivo, necesariamente tiene que dedicarse al control de los códigos.

Los nuevos fundamentos del poder son los códigos: un conjunto de re-

glas formales para organizar el conocüiljento, La sabiduría pasa a un

plano secundario y la exPloración del sentido de las cosas parece care-

ier de sentido. Su puesto es ocupado por el saber opelativo y autojusti-

ficaclor cle los expertos. Los códigos en 1os que se fundan las nuevas for-

mas de pocler no son visibles y están estrictamente regulados. No hay

más posibilidad de discurso que aquél controlado por ciertos glupos a

través cle su pocler para definú los conceptos y del monopolio que in

tentan imponer sobre el lenguaje. De este modo, la i¡formación deja de

ser un recruso que circula entre todos los actores, que pueden intercam-

biar entre ellos y con el que pueden ir construyendo su potencial de co-

nocimiento. Po¡ el contra¡io, ese recurso se convierte en un sistema de

signos vacíos de los cuales se ha perdido. o mejor. se esconde la llave.

Las personas que consumen esos signos no necesitan ocuParse de su

significado.

Sin embargo, la ext€nsión potencialmente sin lÍmites de la infolma-

ción aumenta simultáneamente los márgenes de incertidumtrre para el

sistema entero. La incertidumbre deriva en primer lugar de la dificultad

de establecer relaciones €ntre la cantidad de información que transmiti-

mos y recibimos, que sin embargo no garaltiza su conve¡sión en conoci-

miento; de hecho, a veces el verdade¡o efecto de ese diluvio de informa-

ción consiste en impedü que se produzca el segundo. La incertidumbre

afecta entonces al signiñcado de la acciól ürdividual porque el crecimien-

to desp¡oporcionado de la info¡mación aumenta el número de posibles

opciones pero también hace más dilícil la decisión. La respuesta del indi

viduo a la pregunta <¿Quién soy vo?> se hace progresivamente proble-

mát i c ¡ .

. Todo elto está relacionado con la creciente necesidacl que tienen

los sistemas complejos de proclucir clecislones con e1 fin de leducir la rn-

certidunbre. Un sistema de iirformación expande su capacidad de deci-sión para responder a la necesidad cle enfrentalse a- la incertidumbfe, y

progresivamgnte asume los rasgos de un sistema c1e decisiones y de carácter contraclual. De ciecisiones porque reducir la incertidumbre significaasumir el riesgo de la decisión. Coni¡actual porque para decidil es nece-saiic ponerse c1e acuerdo sobre alguna regla del juego.

¿eué h¿y de ruevo en los ducvos movimientos sociates"?

No existe otta posibilidad de reducir la incertidumbre más c¡ue attayés de las decisiones y de acuerdos sobre los ma¡cos en base a loJcua_les s€ toman estas últimas. El nivei de incertidumbre se renueva v se ex_pande continuamente (también a causa de las propias decisiones,!ue re-suelven unos problemas pero crean otros nuevos). Estos aspectoi con_tractuales y de decisión adquieren una importancia central para la vidasocial en ios sistemas complejos. En otras palabras, las sociedades con_temporáneas deben establece¡ y renovar continuamente los pactos quelas mantienen unidas y origntan su acción.

Este análisis es aplicable tanto al sistema en su conjunto como ala experiencia de los individuos y los grupos. La identidad individual ysocial se enfrenta continuamente con la i¡certidumbre generada por elflujo permanette de información, con el hecho de que los individuospertenecen de forma simultánea a una pluralidad de sistemas y con Iaproliferación de distintos marcos de ¡eferencia espaciales y temporales.En consecuencia, la identidad debe se¡ restablecida y renegociacla con_tinuamente. Su búsqueda se vuelve así un remedio contra la opacicladdel sistema, contra la incertidumbre que constriñe continuamenie la ac-ción. Producir identidad significa reforzar los flujos de información pro,cedentes dei sistema, hacerlos ¡¡ás estables y cohetentes, en definittva:contdbuir a la estabilización o a la modernización del propio sistema.Pero esta búsqueda de identidad no scilo responde a exigiocias cle segu-ridad y continuidad; también constituye una fuente de recursos para laindividuación y permite a los individuos verse como tales. como perso_nas diferentes de los demds y. precisamente por eso- descub¡ir en io másprofundo de dicha condición la capacidad de iechazar los códigos domi-nantes y revelar su arbit¡ariedad. En síntesis, la búsqueda dc lclentidadpermite que los individuos se ¡econozcan como los pioclucto¡es del sen-tido que atribuyen a los hechos y desafíen su manipulación por los apa_ra los Lle poder.

¿En sistemas de esta naturaleza se puede todavía hablar de una ló_gica dordnante? Las inetáforas espaciales que han caracterizado la cultu_ra industrial (base/supraest¡ucturzi, centralidad/marginalidacl) son cadavez más inadecuadas para describir el funcionamiento de las sociedaclescomplejas donde ¡o existe un cenlro simbólico. La descentralizlciun cielos lugares dcl poder y del conflicto hace cada vez más clifícil ca¡actc¡izalprocesos y aclores <centralgs>_ ¿Pero significa esto que es p¡eciso ¡.enun,crai a caracterizar to.la lógica dor nante? ¿imptica que en la compleji-

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dad todo deviene igual a todo, en una circula¡idad intercamLiable queestá tan claramente expuesta en las teo¡ías del intercambio?

Una lógica de dominación no está en contradicción con la idea dela complejidad como característica distintiva de los sistemas contempo-ráneos. Estos tienen una lógica dominante, pelo su lugar cambia conti-nuamente. Las áreas y los niveles de ese sistema que aseguran su mante-nimiento pueden variar, al igual que los lugares del conflicto. El poder'no radica en determinadas estructuras y su encarnación en determinadosactores y relaciones sociales no es definitiva. No obstante, ello no impli-ca que todas las formas del descontento sean equivalentes, ni que todaforma de agitación social exprese conflictos de carácter sistémtco.Existen conflictos que afectan aI sistema en su propia lógica y, aunque secircunscriban a un área determinada. hacen surgi¡ los dilemas funda-mentales asociados a la compleji<iad y las formas áe poder que ésta pio-duce, y las convierten en visibles para el conjunto de la sociedad.

Besafíos sirnból¡cos

i l'luencia de diferentes épocas y estadios del desairollo social, los l¡cvl-I irientos representa¡ un espejo del sistenla en sr-1 cónjrinLo. De hecilo, en

'13, i

¿eué hay de nuevo en los (nuevos movjmientos sociales,,?

el gran escenario de los medios todo deviene simultáneo: las últimas hue-llas de una arqueología de las sociedades se integran con las anticipacio-nes más clamorosas de su futuro. Los indios dei Amazonas expulsados desus territorios por las náquinas excavado¡as fo¡man parte dei espectácu-lo contemporáneo tanto como los reportajes filmados sobre l.uelos espa_ciales. Desde el conlort de nuestros salones, las pantallas de televisiónnos transportan a través del tiempo y e1 espacio, desde la prehistoria a laciencia ficción. Se yuxtaponen así experiencias remotas que no tienen re_l rc ión en t re s i , en un ro r ren te c le s ignos in te rcambiab le i que no se aJus_ian a lo. pasos de esprcio y riempo que Loda realiciad requiere.

, En segundo lugar, los novimientos no constituyen situaciones deemergencla que se presgntan de forma ocasional en la vida social, nielementos residuales del orden social. En las sociedades compleias. losmovimienlos soo una realiJad per¡¿nenfe. Pueden ser más o menos vi-sibles, pueden surgir como una movilización política y de {orma cíclica(como ha señalado correctame¡te Tarrow), pero su existencia y susefectos en las relacibnes sociales no son esporádicos ni transitorioi. Enlas sociedades conternporáneas un subsistema o sector específico de laacción colectiva se está convirtiendo en un componerte esiable clel fun_cionamiento del sistema. El proceso de diferenciación de sistemas com-plejos €s tan extenso que la propia acción colestiva puede aclqrii¡i¡ unstdt&s autónomo y sus fomas no institucionalizadas se separan te otrascon las que solía confundirse en el pasado (en particular, con la acciónpolítica). En la era industrial, los conflictos sociales estaban unidos a lasluchas por el teconocimiento de los derechos civiles y la ciudadanía, aligiral que coincidían la h¡cha clel movimiento obrero contra el capitalis_nro y contra el Estado burgués_ Cuando se separan esos dos niveles,como sucede en las sociedacles contemporáneas, los moyi¡oientos pie¡-den su carácter de personajes comprometidos en una du¡a conf¡ónta_ción con el Estado para conseguir los derechos de ciudadatos. En lugarde ello, surgea en <,áreas>, el recles sociales donde se negocia y configu_ra u¡a identidad colgctiva. Las áreas cle movimiento son: a) un campoen el cual se estructu¡a mediante la negociación una identidad coleciiva.en la cual orientzrciones y r'ínculos cle la acción son definidos y reclefiti-dos dentro de unas redes.cle solicta¡idad que muesh¡n la ¡.-lacion cltrelas peisonas y su vida coticiiaita; b) un terreno cloucl¡ la iclent.iclatl se ¡e,compone y unifica: redes sociales que confieren cir:jta continui.lad v es_tabilidad a las ideniidades de incii-ridrros y grLrpos en sistemrs sociales

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donde éstas se hallan en un proceso de constante fragmenlación o des-estructuración. De este modo, el movimiento proporciona a individuosy grupos un punto de referencia para reconstruir identidades divididasentre disiintas afiliaciones, distintos roles y tiempos de la experienciasocial-

- , a -La pregunta teórica inevitable en este punto es si los movimientos

sociales tiene carácter conflictivo. ¿Existen elementos del conflicto anta-gonista en fenómenos tan distantes de la imagen del actor colectivo revo-lucionario que heredamos del pasado en unos fenómelos que estarianftagmentados, dispersos, entremezclados y, antes que actores políticos,son subculturas que se orientan hacia la acción expresiv¿ más que haciala instrumental? La respuesta se plantqa en u¡r doble nivel. El primeroviene dado por las orientaciones de la abción de un movimiento, que sonla base sobre la que se negocia su identidad colectiva. Por las razones an-tes indicadas, un movimiento combina distintas orientaciones de acción yse trata de analizar si alguEa de ellas es de carácter antagonista. Si es así,también por las razorres expuestas, esta característica no agota el resto delas que presen la e l mov im¡en lo . s ino que ind ica s imp lemenle la p tescnc iade un elemento antagonista que no puede reducirse al intercambio políti-co o a la adaptación funcional. El segundo nivel, es el de las actividadesconcretas que tienen luga¡ en las ¡edes del movimiento, en el que se es-tructuran las ¡elaciones sociales y donde la organización y la acción delprimero expresan su mensaje de conflicto social.

A continuación, vamos a examinar el primer aspecto. Basándomeen mi trabajo einpírico, analizaré las orientaciones de la acción en va¡rasáreas o ¡edes del movimiento. Esas orientaciones son al tiempo generalesy específicas; de hecho, constituygn el lügar de encue¡rtro entre un actorpaiticular y el campo de oportunidades-constricciones sobre el que actúa.Una condición social particular refuerza la posibilidad de conflicto alb¡inCar acceso a recursos centrales del sistema a ciorlos grupos cle perso-nas, y al rnismo tiempo les expone a presiones sociales que jnciden en lafo¡mación de la idcntidad y el significado. Un cicmplo de este ílltimocaso viene dado por los grupos de jóvenes y mujeies; en otros, los facto-res que impulsan el conflicto no están asociaalos con una condición esta-ble v sin embargo delimitan un espacio social (el emplazamiento geográ-lico de deter¡rinados grupos cleI movimie¡to anbienta]ista, o la historiapolítica y cultural cle algunos capítulos del ecologista y clel fominista).Estas condiciones particulares son las que provcc¿rn €1 conllicto, pero al

_ ¿Qué hay de nüevo en los (nuevos movimienros socjates,?

mismo tiempo éste plantea problemas que conciernen a la lógica generaldel sistema y sus dilemas. El actor es una e[tidad específica, pero el ám-bito social al que se dirige el movimiento y los problemas que planteaafectan al sistema en su conjunto. Es la paradoja de los movimientos con-temporáneos: se dirigen a toda la sociedad en nombre de una categoúa oun grupo social, o por el hecho de ocupar un -lugar..parricular e; la es-trucl ur¡ social.

Ser joven en ia sociedad contemporánea deja de ser una condiciónbiológica y pasa a ser progresivamente definida en términos culturales.Los jóvenes lo son no por tener una edad determinada sino principal-rnente porque participan de una cultura o de un estilo de vida eipecifroo;porque viven en un estadio en el que no son efectivos las obligaciones,horarios y normas de la vida adülta. La juyentucl como condición simbó-lica adelanta la posibilidad y el derecho a la redefinición, a 1a variabiii-dad, a la reversibilidad de las opciones de vida. Se trata de un problemaoiue no es sólo de los jóvenes, sino de la sociedad en su conjunto.

Para los sistemas que hacen del cambio la condición de su existcl-cia, la previsibilidad es un requisito esencial. Así el sistema promete e induce la transformación, pero al mismo tiempo lucha por medirla y portanto poi controlalla. Debido al hecho de que viven en un mundo a1 ma¡-gen de las constricciones de la vida social, en el limbo simbólico que lasociedad les asigna, los.jóvenes se oponen a esra lógica en aras de una di-versidad que se manifiestá como ¡eversibilidacl dJ lás opciones. en unallamada que se presenta como ausencia de planiticación. experiencia delpresente y derecho a pertenecer por elección, no por asignación. La 1u,ventud -la edad por excelencia de la indeterminación, de la actitudabierta y la discontinuidad- se convierte en metáfora de un derecho alcambio y a la autodeterminación que desafía las reglas de la sociedad queexigen continuidad, confornidad y predecibilidad. Al intentar apropiarseel presente y el derecho a poder carnbiar algunas cosas, los jóvenes en-carnan una exte¡dida necesidad cultu¡al y cuestionan los fundamentos deh r ac io ¡ r ; r l id ¡ r l ¡ns f rumenta l .

Par:r las mujeles, la memolia profunda de subordinación y de ha-llarse ence¡radas en un sectol diferente ai de la cultura domiuante hacede las luchas pot la emancipación Lrna parte import¿inte, de la acción clel.movirniento, que quizá sea la il¿is signilicativa cuantitativamonte. Noobstante, aquelio sobte.lo cual se estructura la acción colectiva de las mu-

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jeres no es sólo la igualdad de los derechos, sino el derecho a la diferen-cia. La lucha co¡tra la discriminación para la participación de las mujeresen el mercado económico y político está imbricada en la lucha por la di-ferencia, pero es distinta de ella. Ser reconocidos como distintos es quizáuno de los derechos fundamentales que van emergiendo en los sistemaspostindustriales. Ser reconocidas como mujeres significa afirmar una mr-rada distinta sobre la realidad, una experiencia vivida en un cuerpo dife-rente, un modo específico de ponerse en relación con e1 otro y con elmundo.

En sociedades que desarrollan fuertes presiones hacia la conformi-dad, la apelación a la dife¡encia tiene un significado explosivo para la ló-gica dominante. Cuando hace apelación a la diferencia, ese movimientono se dirige solamente a 1as mujeres sino a la sociedad entera. Al mismotiempo, a través de su acción colectiva la cultura feminista entra en elmercado político y cultural y contribuye a innovarlo. El éxito en el mer-cado transfoma al movimiento en grupo de presión, segmenta sus áreas,burocratiza algunos grupos y dispersa otros. La profesionalización delmovimiento no anula, sin embargo, su núcleo antagonista, sino que 1ohace más difíci l de ideotüicar.

El movimiento de las mujeres se desplaza hacia la forma de la co-nunicación. La forma autorreflexiva del grupo pequeño -que fue su nú-cleo organizativo y precedió e impuso su movilización pública- expresaya en sí la intención de no separar al hacer del sentido, la acción de cono-cer de su significado y de la iarga emocional que contiene. El Lrabajo rea-lizado por la mujeres en este movimiento habla por todos nosotros: mues-lra que uno no puede acluar pública y eücazmente sin que medie un com-ponente €stable de reflexividad que cuestione constantemente el significa-do de lo que se hace; y sin la comunicación que encuentra espacio, no sólopara lógica irstrumental de la eficiencia, sino también para los sentimren-tos, incertidumbres y conflictos €mocionales que siempre alimentan la ac-ción humana. ¿Pero qué es lo que éxpresa esta comunicación priVilegiada,que se produce desde hace tanto tiempo y con tanta dificultad? El poder yia cliferencia. La confrontación con el poder masculino ha enseñado a lasmujeres a conocer cómo la diferencia se transfofma en pode¡. La comuni-cación Jemenina contiene una pregunta y un reto: si es posible una dife-rencia sil poder y una comunicación que conserve la dife¡encia.

Ba.sándose en las formas femeninas de comunicar -que las mujeressaben que son distintas de las de los hombres pero que hoy en día descu-

¿eué hay de nüevo en los <nuevos movimientos sociales,?

bren que son distintas también en su interior- las mujeres interrogan a lasociedad entera sobre las raíces de la comunicación. Al hace¡lo, ¡eplame-an la cuesrión sob¡e cómo se puede recomponer la diversidad, si es posi-ble una unidad en la separación, en delinitiva: si las personas pueden co-municar ent¡e sí al margen de la opresión. ¿En qué sentido este mensajetiene contenido antagonista? En el he¿ho.de que el sistema, que multipli-ca las comunicaciones y vive de ellas, conoce sólo dos modos de comuni-car: la identificación, es decir, la integración en los códigos dominantes, lafusión con un poder que niega la diversidad; o la separación, la diferenciacomo exclusión de todá comunicación.

Otros aspectos de la comunicacicjn femenina ponen de manifiestolo que acabo de exponer sobre su orienlación antagonista. La exigenciade no perder de vista lo particular, el valor de los detalles de la experien=cia, la memoria de lo cotidiano, de los gestos pequeños y de los tiempossin historia -todos esos aspectos, que han sido demasiado supedicial-mente interpretados como narcisismo femenino, tienen en realidad unsignificado profundamente subve¡sivo. Suponen un desafío a la estanda-rización de la experiencia y a la nivelación del tiempo, que exige la socie-dad de la información para aplicar sus procedimientos de forma generali-taC,a.

Sin embargo, no todas las mujeres se moüLizan. Las protagonistasde este movimiento son aquéllas que viven la contradicción existente en-tue las promesas de ser incluidas en el orden social y los costes sociales deexistir como mujer y hallarse destinadas a los roles inmutables de madre,esposa y amante. Por tanto, las mujeres que se movilizan son aquéllasque han experimentadb en sus vidas un excedente de recursos constreñi-do dentro de los límites de la condición femeni¡a. Las que se movilizanson aquéllas con niveles más altos de educación, las que están expuestasa las contradicciones del Estado del Bienestat, de cuyas prestaciones contiecuencia son agentes y recaptoras. Su respuesta es una superproduc-ción cultural, un derroche simbólico que contiene una profunda ambiva-lencia. Las actividades <<femeninas>> dentro del movimiento consisten enreu¡riones que pafecen no tener sentido, escritos que constiiuyen un finen sí mismos y no se orientan hacia el mercado, un tipo de comunicaciónque carece de obj€tivos y un empleo dei tiempo que no se atiene a crite-rios de utilidad y eficiéncia. Hay una serie de actividacles de este rnovl-miento que la cultura masculina dominante sólo puede considerar quecarecen de sentido com.o el cultivo de la memoria, la bírsquecla de los 1í-

l

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mites y matices de las experiencias pe¡sonales, Ia duplicación de activida-des realizadas por distintos grupos con una total ausencia de respeto po¡las economías de escala.

De hecho, todo ello es una de las formas a t¡avés de las cuales elsistema controla la incertidumbre, una especie de enclave donde se reali-zan experimentos de innovación social. El sistema absorberá sus resulta-dos cuando una especie de selección natural haya decantado lo esencial.Pero este derroche simbólico es al mismo tiempo la expresión de una di-ferencia ir¡eductible, de 1o que (no tiene valoD> porque es demasiado pe-queño o parcial pa¡a entra¡ en los circuitos estandarizados del mercadocultural de masas. Esa extravagancia simbólica de 1a producción femenr-ra introduce el valor de lo inútil en el sistema, el derecho inalienable aexistú de lo particular, el significado irreductible de tiempos interioresque ninguna Historia puede registrar pero que hacen de la experienciai¡rdividual el núcleo último del sentido de la existencia.

El movimiento de las mujeres está así ea equilibrio inestable entreuna función de modernización que no puede evitar, pero que lo transfor-ma en grupo de presión, y una llamada simbólica que va más allá de lasconcliciones de vida de las mujeres. En ¡elación con Io primero, el movr-miento contribuye a difundi¡ los contenidos políticos y culturales del fe-minismo, que hoy han siclo profesionalizados- Hay grupos pequeños fun-damentalistas y residuales que sobreviven a la institucionalización, mien-tras que otros g¡upos intelectuales cultivan la memoria del movimiento,En lo que se refiere a su propuesta s¡mbcjl ica. el movimienlo de Ias mujeres parece destinado a negarse como actor pa¡ticular. Al brindar a cadauna.la oportunidad de ser dife¡ente, anula así su separación del resto dela sociedad. La dicotomÍa entre (ser una misma y se¡ para otros>> pa¡ececonstitui¡ el drama y el símbolo de la condición femenina, que se manr-fiesta también en la acción colectiva de las mujeres.

Las ¡novilizaciones ambientalistas son cauces pa¡a la formación denuevas élites más que el resto de las aquí tratadas. Debido a la Idla deuna co¡rdición común, estos grupos prcsentan fo¡mas de solidiiridad queno están basacias enteramerte en dimensiones simbólicas. También acliíes dlfícil de identificar el núcieo aniagonísta porque la identidacl del mo-vir¡jento es en buena paite estrucLulada por i-iuevas élites en potencia.

Este es ei movirniento quc inás dir'ectainente se enfrenta coir políti-cas y clecisiones pirblicas. Al hacaflo, cumple una trisción funclamentai de

¿eué hay de nuevo en los (nuevos novindenros sociales>?

presión, que no sólo influye en Ias políticas sob¡e el medio ambiente. sinoque modifica los criterios por los que se rige la innovación, redefine el or-den de prioridades y replantea los baremos con los que se miden las al-ternativas posibles.

Sin embargo, en la estructuracióir del moyimie[to hay tambiél unadimensión estrictamente cultural. En u¡r mundo artificial que es ftuto dela proliferación de itst¡umental para la intervención social, todavía que-dan zonas de somb¡a. Aquello que escapa al artificio y a la construcciónsocial enuncia algo diferente, alu.le a oportunidades perdidas y a sueños¡ealizables. La (.naturaleza) a Ia que se invoca simboliza este límite, re-cue¡da a las sociedades basadas en el credo instrumental los Lmites de suomnipotencia. En Ia práctica ecológica de los g¡uFos de base que inte-gran este movi¡niento,la Naturaieza es vivida, actuada y expedmeltada através de una subversión de los códigos operativos de la <producción des-tructiva> qrie han prevalecido en la sociedad industdal.

EsLa acción menuda y casi invisible recuerda, sin embargo, a la so-ciedad que el poder que le permite reproducirse es también aquél quepuede destruirla; que el respeto por la sombra, por el límite, por los rit-mos secretos del cosmos dentro y fuera de nosotros forma parte insepa-¡able del impulso del hombre hacia el descub¡irniento y la creación(Bateson, 1972, 1979) .

En esta apelación a la sombra, a lo que no está dicho y no puededeciñe, se sitúa tal vez el significado más profundo de la nueva búsquedaespüitual que impulsa la acción colectiva de muchos grupos. Donde estadinámica no representa una renovación del mensaje religioso hadiciolalni a ulr sector especializado eir el r¡iercado de las ernociones, la experien-cia espiritual el la sociédad de la información constituye uaa invocació¡1 ala sabiduría, una llamada al encuentro de cada uno consigo mismo quenunca se puede expresar del toclo a través los códigos operativos existen-tes. Quizá la orieniación más significativa de estos fenóne¡os colectivosconsiste en reinte€Irar la experiencia humana, recomponel lá alte¡idad y ellímite con ar'¡eglo a un principio cle unidad. Si el actuar como emisor.es yteceptores de información con arreglo a procadimientos codificados y cri-te¡ios de eficiencia deviene la regla en las sociedades ¡le i¡lfo¡mación, elcierle, el silencio, c1 retrainieDto hacia un espacio inte¡ioi c1o11cle las írnt-cas palabras sólo son aquéllas que cada uno se diie a sí mismo son olien,taciones que tieDen rllla extlaor.linaia fue¡za de subversión simbólica.

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En las o¡ientaciones de la acción de los movimientos contemporá-neos, emerge por t¿nto un núcleo antagonista. Si en las sociedades de ln-formación el poder se ejerce mediante el control de los códigos, de lossistemas organizadores del flujo informativo, el conflicto antagonista ra-dica en la capacidad de ¡esistencia, pero todavía más en la capacidad desubvertir los códigos dominantes. Nombrar de modos distintos el espacioy el tiempo a través de la const¡ucción de nuevos lenguajes que cambianlas palabras empleadas por el orden social para organizar nuestra vidadiaria, hacer lugar a la sabiduría más allá del conocimiento, eje¡citar una¡eflexividad afoctiva y no instrumontal, son formas de organizar e inter-pretar de otra forma el flujo de info¡mación de designar al mundo deotro modo en la práctica de los movimientos.

IEste bonflicto antagonista se expresa en la estructuración del actor

colectivo, os decir, en su modo de organüar la propia solidaridad. En eseproceso organizativo, la acción de los movimientos constituye una práctica del cambio y un reto al sistema.

A continuación, voy ¿r ocuparne del segundo aspecto al que me herefeddo antes: las formas de orgairización y de acción como modalidadesde un conflicto que se expresa en la forma y el proaeso de Ia acción colec-tiva, Iro er su contenido. La estructula de la movilización presenta las sr-guientes caracte¡ísticas: es provisional y está sujeta a cambios importan-tes; está basada en el principio de participación directa, que se consideraadecuado con independencia de los resultados que permite obtener; dicha estructura es diseñada para satisfacer las necpsidades cle inclividuosque no separan los liempos de ocio y trabajo. Tiene un significado simbó-iico que consiste en anunciar al sistena que, más allá del co¡tenido espe-cífico de la movilización, existen otros códigos para definir el tiempo y elespacio Cel individuo en la colectiviclad. La concepción del tiempo basa-da en su carácter p¡edecible se enfrenta con otra fundada en su natuiale-za ¡eversible que respeta los ritmos i¡rdividuales y respcnCe a ia plurztii-dad de afiliaciones grupales, en la necesidad de experimentai los cambio!de foma directa. Otros índices de esta dinárica de sub.¡ersión de los có-cligos dominantes son 1a concepción tle la participación como un co.o.pio-miso provisional y no como uil deber, el carácter sectorial y nc giobal dela implicación ea el movimiento, si biee ese compromiso conserva una di-n.iensión de carácler general y la circulación de los actores por.' distintasexDerigncias.

¿eué hay de nuevo e¡ los <nuevos movimienros sociales>?

Los aspectos que vuelven más visibies el desafío al sistema quecontienen los movimientos contemporáneos son su estructura organizati-va y sus relaciones de podef, Los movimientos funcionan como espaciosabie¡tos donde se hacen contratos continuamente renegociables. La orga-nización del movimiento debe asegurar esta negociación, debe permitirque la acción colectiva sea el resultado de un proceso contractual y refle-xivo. La atención a la calidad de las relaciones internas implica el recono-cimiento de las ¡elaciones de poder, es decir, de las diferencias y de rres-gos que aontienen. El intento de mantener bajo control esta dimensiónmediante una intensificación de la actividad autorreflexiva dentro delmovimiento contiene a su vez un riesgo permanente de que los grupos seencie¡ren en sí mismos. Pero, al mismo tiempo, ello evidencia el caráctercontractual y reflexivo de la relación. La gente no es lo que es, sino loque elige ser- Las pe¡sonas no forman patte de un grupo o se adsüiben auna causa po¡que conpartan una condición objetiva, o porque hayan to-mado una decisión definitiva o iuevorsible, sino porque continúan eli-giendo entre distintas opciones y asumen la responsabilidad que ello implica.

Esta contractualidad inplícita funclamenta incluso la relación entreios núcleos más profesionalizados y el ¡esto del movimiento. Si los prime-ros contribuyen a estructurar y potencia¡ la identidad colectiva, tambiénsaben que sólo podfán nantener su papel si producen determinalla clasede bienes simbólicos y ¡espetan el modelo de relación que he desc¡ito.

La estructura organizativa de las á¡eas y las relaciones de poderque se entablan en el movimiento tiene un significado de oposición fren-te a 1os códigos dominantes. Muestran que hacer visible al poder no signi-fica anu1arlo, sino someterlo a control. Asimismo, nos recuerdan que lospactos con un poder invisible son siempre falsos y rechazan la lógica deintercambio en la cual no se hace explícita la asimetría existente. En lossirtemas saciales donde los lugares del poder no son visibles y parecenneittrales, este desafío es profundamente significativo.

El núcleo artagonista qu€ he descrito se apoya en otros significa-dos que provienen de aplicar el criterio metodológico que guía mi análi-sis. La búsqueda de significados autagonistas de la acción colectiv¿r esfl r-rto de un análisis al que se ha llegado después de haber empieadootros crjtetios de explicación. Está destinado a er.plicar aquellos aspec-tos de los compoitamientos que no pBeden interpretarse en tórminos c1e

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relaciones basadas en el iotercambio o en estrategias de cálculo racio-nal. Se t¡ata de dimensiores específicas de la acción de los movimientoscontemporáneos que no pueden explicarse desde esos modelos teóncos.En especial resulta imposible reducü eI carácter cada vez más formal yautorreflexivo de la acción de esos grupos ---que parece volvefse autó-noma de los contenidos ¡eivildicativos que puede asumir en cada mo-mento- a una explicación en téminos de relaciones de intercambio.Es difícil ¡educir las implicaciones profundas que tiene la forma de laacción, con su carácter de código y de proceso, a un análisis en términosde cáIculo de costes y beneficios. El anáüsis de los moyimientos con-temporáneos exige emplear otros criterios explicativos; un enfoque ade-cuado para ello puede centratse en los significados antagonistas de laacción y en la hipótesis segúa la cual el conflicto surge de los propr(rscriterios que confieren senticlo a la acción. La cuestión que plantean es-tos conflictos no son los términos del inte¡cambio sino el propio signifi-cado de ese inle¡cambio.

Al mismo tiempo, el núcleo antagonista del movimiento no consti-tuye una enticlad separada de los contenidos conüetos que asume su ac-ción. Cuanto más coincide la acción con sus contenidos, más coincide elgrupo con lo que hace y no con cómo 10 hace, y mayores son la pérdidade la flrerza que impulsa su desafío y la tendencia a institucionalizane.La búsqueda espiritual se convierte en una iglesia, la cultura juvenil enuna moda que el mercado de los medios de comunicación intdgra y con-sume rápidamente, las reivindicaciones feministas en una renovación delas costumbres y la mora¡,la ecología en un bien circulanle en el mercadopoli l ico. La inslitucjonalización desplaza el ámbilo de los conJlicros hac¡aotros problemas y actores Aquellas cuestiones y grupos sociales que an-lcs eslaban en el centro del confl icto pocos años más tarde se convierlenen piataformas de nuevas élites, factores de modemización del mercadc yde la re{orma del sistema político. Mientras tanto, en otras áreas del siste-nra ot¡os focos de conll iclo atiquieren relevancia y. por otros caminos ycon lu mov¡üzación de nuevos actores, reslablecen los dilemas funclamin-tales de la complejidad asociados a los conflictos característicos de los srs-temas con alta densidad de información. De becho, el área del confhctosocial abarca una se¡ie de cuestiones centrales que tienen una cierta esta-biiidad y permanencia, mientras que los actores que actíran corno poria-vcces de los primeros cambian con basiante rapidez. Se puede asumirque un alto grado de va¡iabilidad de la acción del grupo favorece la auto-

¿eué hay denüevo en los.or¡evos rnovimienros sociates,?

nomía de las formas respecto a los contenidos de la acción, así como unamayor capacidad de uti l izar el impulso antagonis[a de los códigos.

El anfagonismo de los movimienlos tiene un carácter emi¡ente-mente comunicativo: ofrecen al resto de la sociedad otros códisos simbó-licos que subyierten la lógica de aquéllos que dominan en ella.

-Se pueden

individualizar tres modelos de acción comunicativa:

a) La profecÍa; su mensaje es que lo posible es ya real en la expe-riencia directa de aquél.los que envían el mensaje. La lucha ¡ior el cambioestá ya encamada en la vida y en las formas de estructuración del grupo.La profecía es un claro ejemplo de la contradicción que he señalado nrásarriba. El profeta habla siempre en nombre de otro, pero no puede evitarpresentarse a sí mismo como modelo del mensaje qUe anuncia. De estemodo, mientras los movimientos luchan para subvertir los códigos difun-den culturas y estilos de vida que entran en el circuito del ¡nercado o soninsl i1 ucionalizados.

b) La paradoja: en ella la arbitradedad del código dominanteaparece a través de su exageración o de su impugnación.

c) La representación: aquí la respuesta consiste en una reproduc-ción simbólica que separa los códigos de los contenidos que habitualmen-te los ocultan; esta forma se puede combinar con las ante¡iores. Los mo-vimientos contemporáneos recurren mucho a formas de representacióncomo el teatro, el vídeo,los medios de comunicación-

En estos tres casos, los movjmientos fuucionan ante el resto de laseciedad como una clasé especial de metlittm- cuya función principal es lade sacai a la luz lo que.el sistema no dice por sí rnismo, la cuota de silen-cio, de violencia, de artiitrariedad que siempre subyace a los códigos do-minaltes. Los movimientos son meclios que nos hablan a través de la ac,ción. No se trata de que no empleen palabras y s/ogazs o mensajes, sinoque su papel como intermedia¡ios entre los dilemas del sisterna y la vidacliaria de 1as personas se manifiesta pdncipalmente en lo que hacen; sumensaje central consiste en el hecho de que existen y actúan. Con ello,indican a la sociedad que hay un problema que concierne a todos susmiembtos y en torno al cual están su¡giendo nuevas formas de poder. DelTnlsnlo modo, los movimientos decla¡an que aquello que la gstructura depoder presenLa como solución al probiema no sólo no es la única posiblesino que ocúita una sgde de intsreses, eJ núcleo de un poder arbitrario y

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Albcr¡o Mel cc¡

1., ; . llh opresiún. A traves de lo que hacen y de su forma de hacerlo, los movi-' m icn tos ¡nur ré iá i que ex i i ; ten o , ro . . i rn i , ,o r . que s iempre h¡br r o i , :a io r '

I srirpos rio pueden reciucirse r Iá detinición qué dé ellos hace et bóijb;. '' Porcons igu ienre , l i ácc ión de ios mov imien los se p lanLea en e i ámb¡ to r le

los símbolos y de la comunicació¡. Todo ello anula la vieja distinción en-t|e los significados ins[rumental y expresivo de la acción, porque en la ex-pcriencia de los movimieqtos contemporáneos los resultados de su accióny la experiencia individual de nuevos códigos tienden a coincidir. Y tam-bión porque esa acción en primer lugai ti¿nde a modifica¡ las regles de iacomunicación, además de produci¡ resuitados calculables.

nedes sumergidas y acc¡ones v¡sib0es

En los movimientos contempotaneos emergó un modelo de funcio-namienlo a dos polos. EI más habitual parte de una red de pequeños gru-pos sumergidos err la vida coticliana, que exigen una implicación personalen la creación y expe¡imentación de modelos culturales. Estas redesenlergen solamente en ¡elación con probiernas específicos (por ejemplo,movilizaciones por la paz) ¡ aunque están integrados por pequeños gru-pos scparados, co¡rstituyen un ci¡cuito de intercambios sociales. Indivi-duos y mensajes ci{culan a lo largo de la red, y algunas agencias (los nú-cleos profesionalizados) le proporcionan cierta unidad. La red-"¡!rylgld¡-

_ :ggplgdilereas.rltUSr-oqes.:..a)-p9[r"1it9.19 pg.tlsnspc-ia -a,Je{-rsq,gr,qpos; b) ,sulo ocupr una parte.del t iempo dcl rcr,Jr. rinlo respeclo.a{ curso de su .\ rci¡. conro.respccto al t iempo q{.e absorlrq; c) cxige la impli(rción pc,sonal y la solidaridad afecti:l d: t:: gi]¿ iertcilecen ¿ e-qa.rcli, .

Este modelo a dos polos pone eü evidencia que l6-f_apes de laten-cia y de visibiliclad de los irovimientos tienen funciones difet""i"l'v'i"éi:

t | . procamenrerelacionadas:1) ta serie.laiql.lciqp-9¡mi!e_9;pilitlfe.-riá"¿i:-'I

" i, ., r l ectaüreille nuevos nlodelos cuiturales, ftrvoroce ei cambio _social mcclian-

L" r \i'L|j : te la conqqrucqión de sigriiiqaclos y la prcdr.rccióii Ce códigos ciiferentes a1,

'1ó¡ qug pieyalecen en lrna socieciad. Esia clase de p¡oduccióo cultrrali'con fiecuencia impllca tn desafío a 1as p: esiones socialés dominantes. La

:,r lelcnciir ¡ep¡ese¡ia riua cspecie de lallo¡aiorio ciatdestino p¿ua el :tola,J golismo y de la üinóvápión. 2) Cuand; iós g¡upos péqueñoi c,ricrgcn, 1..,, hacoil paÍa enfreniaise a.una autciidx.l politica sobre dete.r]liil.Ldos

asuntos. La movilizacióo tieng una función simbólica que se plantea enqr"gll,g! planos: por una ijaite; p.oclaman su oposiiióa-á"1d lógiiá qúegu¡a . .1 ¡ IomJ de dec is iones rcspecLo a unr po i i t i ca púbüca.espec i i i ca : a l 'mismo -tientpo. lc movil izncicin opera. como medíttm, es decir. indica al

::t j9 19. , i soc¡cdacl l l rel¡cron ex¡stenle entre un problema especifico.y

t3_l-9gl:1 d-gpll.llte en et sisrema; finatmente,.muestla q.qs. so!.po"sibl9Smodelos cullur¡le. alter¡at¡vos. que la acción colecliva practica y dilun-de. Ll mo\¡lrzil\ron tcnrb¡en potenqlj l 11 coordinación de los impulsos de".rnnovacron cultLLral, l¡s dem¡ndas de carácter confl ictivo v el resto de loscoinfóiiénies que ié iatÉgiif en iá aóóié;'¿"r -á'i,iriént.r

¿Qué hay de nuevo e¡ los <nuevos ¡lovnnientos soci:rles,?

La persistencia y la eficacia de este modelo requiere que se den lassiguientes condiciones: 1) un alto grado de diversidad cn el ento¡no delmovimiento, que impicle a los grupos de esas redes encerarse en sí mrs-mos;2) una elevada elasticidad del sistema político, para que éste no m-te¡fiera con las delicadas fases que atiaviesan esos grupos al pasar de lalatencia a la visibilidad pública; 3) la existencia de instancias y orgatúza-ciones transitorias en ce.da red del movimignto coII capacidad para garan-lizar las co¡runicaciones internas, especialmente dutante la fase de lat€n-cia, y externas, principaltnente en la fase de movilización. Estas fon|asde iiderazgo son compatibles con una organización dcscentralizada de losgtupos y no obslacrLlizan Ia tlue es característica de l¿ls áreas. Este mode-10 bipolar parcce iriiical que el movimiento entra en contacto dirgctocon ios sistemas politico.: cuando ilicia su ¡.ro.¡ilización pública. En las {a-ses de latencia sólo ics gr';pos profesio¡raiizados del moviniento mantie-nen coniactas cle c¿lrácic¡ prii]cipalmente iüst¡umental coo algunas insti-iuciotes políticas. llero si cn la naturaleza de los objeiivos de 1a moviliza-c idn pr e r l lecen I , 1 , , , rc ¡s ; incs s rmbot i , - ; r . . lo q t i c h :1 qu- o regun l ¡ . \ees cu i , e< e l l r ] l . - : ] s : ' - to . n r r \ lmrcn io5 e¡ In lc ¡a t u l r :s fc lac lo r lcs d , . rn_r j : c , r r 'b o q , , , . , ,o , . , l ,an conc igo r i ¡ lod ica r le r to ,es . n i . . i¿n . f . l

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Una relación de este tipo sólo puede darse a través de un pacto,que no es el fundamento del inte¡cambio sino solamente una condiciónpara su desaÍollo. Esta lóeica comienza a delinearse en la acción desa-nollada por las <(organizaciones-paraguas>> en el curso de la movilización.El pacto consiste en un intercambio limitado y reversible con las institu-ciones, una de cuyas implicaciones radica en hacer visible al poder. Unpoder que suele parecer neutral en el ejercicio de sus rutinas, sale al des-cubierto y asume su responsabilidad, es decir, ejercita su autoridad ai sus-cribir un pacto cbn los movimientos. Ello les permite a esros medú la dis-tancia que les separa del poder; pero también les empuja a plantear, de-sencantados, la confrontación con é1.

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