maria madre y discipula en la teologia posconciliar

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  • 7/22/2019 Maria Madre y Discipula en La Teologia Posconciliar

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    MARA, MADRE Y DISCPULA,FORMADORA DE LOS DISCPULOS Y MISIONEROS DE JESUCRISTO,

    EN LA TEOLOGA POSTCONCILIAR

    Stefano De Fiores

    ESQUEMA

    INTRODUCCIN01. Un aspecto nuevo de la mariologa contempornea.02.Los discpulos de Jess segn el NT

    1. ITINERARIO DISCIPULAR DE MARA (ASPECTO DIACRNICO):1.1. Mara cree en Cristo anunciado;1.2. Mara penetra progresivamente en el misterio de Cristo;1.3. Mara llamada a ser discpula de Cristo segn el evangelio de Marcos,

    1.4. Mara proto-discpula de Cristo segn el evangelio de Juan: parentesco y discipulado.1.5. Mara cristiana post-pascual.2. MARA AUTNTICA DISCPULA DE JESS (ASPECTO SINCRNICO)

    2.1. Respuesta a la vocacin;2.2. Mistagoga permanente y progresiva;2.3. Anuncio y testimonio.

    3. MARA PROTO-DISCPULA, TIPO DE LOS DISCPULOS DE JESS3.1. Mara representacin eminente del discpulo;3.2. Lazos de Mara con los discpulos de Cristo;3.3. Mara modelo moral del discipulado.

    4. INTERPELACIONES DE MARA DISCPULA DEL SEOR:4.1. Principio primero de la mariologa?4.2. Hacer memoria de Mara discpula4.3. Vivir con Mara como discpulos del Seor.

    0. INTRODUCCIN

    El discipulado no es una palabra de moda en el mundo de hoy. Este evoca inferioridad enrelacin a un maestro, y esto va en contra del principio inmortal de la galit o igualdad entretodos los seres humanos. Se admite un discipulado cuando pone en comn a todos sindistincin; as todos se proclaman con Leonardo discpulos de la experiencia.

    La cultura occidental y aquella latinoamericana no temen reconocerse discpulas deCristo, gran maestro de sabidura, al menos en el sentido crociano del por qu no podemosno decirnos cristianos,1en cuanto los valores del evangelio habran sido metabolizados a lolargo de la historia por ellas.

    Ms an es la Iglesia la que siente la urgencia de seguir a su Fundador, evitandoprofundizar el abismo no solamente cronolgico entre ella y Jess. El telogo Metz no duda en

    1 Cf. El clebre artculo de B. CROCE, Perch non possiamo non dirci cristiani, en Scritti di varia filosofia, I,Bari 1945, 11-23.

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    indicar esta tarea primordial: La Iglesia debe convertirse con absoluta determinacin en unaIglesia del seguimiento. En este sentido ha sonado hoy la hora del seguimiento para laIglesia.2

    01. UNASPECTONUEVODELAMARIOLOGACONTEMPORNEA

    Por diferentes motivos la mariologa tradicional ha tenido rmoras en presentar a Maracomo discpula de Cristo. Demasiado fuerte era la conciencia de la maternidad de la Virgenque llegaba hasta el punto de conferir a la madre un poder sobre su Hijo y por lo tanto,tambin, el deber de educarlo, por lo que la madre es maestra antes que discpula. Afirmar quela Madre de Jess es discpula de su Hijo significa, indudablemente, contemplar a Mara deotra manera3.

    En el post-concilio se pasa a este cambio de perspectiva, como lo apunta la Carta de laCongregacin para la Educacin catlica sobreLa Virgen Mara en la formacin intelectual y

    espiritual(1988): Ha sido advertida [...] la necesidad de acercar la figura de la Virgen a loshombres de nuestro tiempo, poniendo en evidencia su imagen histrica de humilde mujerhebrea (n.15). La Carta atribuye al Concilio la presentacin de Mara como

    discpula, que durante la predicacin de Cristo recogi las palabras, con las cuales (el Hijo),exaltando el reino ms all de las condiciones y de los vnculos de la carne y de la sangre, proclamfelices a aquellos que escuchan y custodian la palabra de Dios (cf. Mc 3,35; Lc 11,27-28), comohaca ella fielmente (cf. Lc 2,19 y 51) (n. 7).

    La iconografa nos hace comprender este cambio de sensibilidad. Mientras Rafael en laclebre Madonna sixtina pone a Mara en alto caminando sobre las nubes, Silvio Ameliocoloca a Mara arrodillada delante del Hijo que la llama para que sea su discpula (1981).

    RAFFAELLO SANZIO,Madonna sistina, Dresda, Pinacoteca

    SILVIO AMELIO,Maria discepola di Cristo, Roma 1981, Coleccin privada

    En la lnea del discipulado se ubican algunos marilogos hasta considerarlo el primerprincipio de la mariologa. Se hace necesario clarificar acerca del tipo de discipuladorepresentado por Mara, sobre el cual no abundan desarrollos profundos,4 insertndolo en el

    tratamiento bblico de las diversas categoras en las cuales son clasificados los seguidores deJess.

    2 J.B. METZ, Las rdenas religiosas. Su misin en un futuro prximo como testimonio vivo del seguimiento deCristo, Barcelona 1978, 38.3 J.C.R. GARCA PAREDES, Mara primera discipula y seguidora de Jess, enEphMar47(1997)35.4 As lo afirma A. MARTNEZ SIERRA, Maria, discipula del Seor, enEstMar63(1997)203.

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    02. LOSDISCPULOSDE JESSSEGNEL NT

    En primer lugar emerge la originalidad del NT acerca del discipulado como fenmeno

    tpicamente cristiano,

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    si se considera que en el AT el trmino mathets (discpulo) seencuentra totalmente ausente del texto griego de los LXX, mientras que el hebreo talmdaparece una sola vez para indicar a los discpulos de los maestros cantores del templo (1Cr25,8). Por qu? En la primera alianza es el pueblo entero el sujeto del aprendizaje delcumplimiento de la voluntad de aqul que lo ha elegido: En el mbito de la revelacin no haylugar para que se cree una relacin entre maestro y discpulo; ni tampoco es posible afirmarsiquiera una palabra humana junto a la palabra de Dios que es proclamada.6 Es cierto quesurgen tambin en el mbito del pueblo de Israel los maestros o rabinos y por lo mismodiscpulos (sin embargo, no mujeres)7 que se suman a sus escuelas, pero por muy relevanteque sea el maestro, permanece la Torh como el motivo dominante: talmdquiere significarexclusivamente aqul que atiende el aprendizaje de la Escritura y de la tradicin religiosa del

    judaismo.

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    Diversamente del AT, el NT hace un uso frecuente del trmino mathets, que se encuentraen los evangelios y en los Hechos con una recurrencia de 260 veces 9. Tiene razn Rengstorfcuando afirma que esto designa a los hombres que Jess reuni en torno a s como maestroy distingue dos grupos entre los discpulos de Jess: un cerco ms amplio de personas quecreen en l, y un entorno ms estrecho que est asiduamente con l. 10

    Con mayor precisin y apertura sociolgica es necesario considerar el discipulado comoun movimiento o forma socio-religiosa organizada, que surge en torno a Jess y buscamodificar la sociedad y cambiar el centro tradicional de la vida religiosa de Israel. 11

    La dinmica del movimiento comportaba situaciones de fuerte integracin, pero no faltabanmomentos de conflicto entre los cuales se pueden mencionar aquellos del parentesco. Dentro deeste horizonte debera evaluarse el lazo que religa a Jess, la madre, los hermanos y su actitudcrtica hacia las instituciones familiares.12

    El movimiento del discipulado es articulado por los evangelios en tres crculosconcntricos constituidos alrededor de Jess: una gran multitud de personas, un grupo

    5 J.A. FITZMYER,Luca teologo. Aspetti del suo insegnamento, Brescia 1991, 98 (cf. cap. V: Il discepolato negliscritti lucani).6K.H. RENGSTORF, mathets, en GLNT 6(1970)1161.7

    El vocablo se aplica solamente a hombres, dada la posicin de la mujer en el tardo judaismo donde ella ocupa,en el plano religioso, un puesto inferior, de tal modo que la enseanza y el aprendizaje de la religin no son paraella (RENGSTORF, mathets, 1168).8 RENGSTORF, mathets, 1164.9 Segn la suma del cmputo de G. LEONARDI, Apostolo/discepolo, in NDTB 115, que as reparte las

    presencias de mathets: 45 veces en Mc, 71 en Mt, 38 en Lc, 78 en Jn... en Hch 28 veces.10RENGSTORF, mathets, 1187 e 1197.11 Cf. A. DESTRO-M. PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e i suoi discepoli nel vangelo di Giovanni, en L.PADOVESE (ed.),Atti del III simposio di Efeso su S. Giovanni apostolo, Roma 1993, 49-82.12 B. AMATA, Parentela e discepolato. Rilettura patristica di Mt 12,46-50 e par., en Theotokos 2(1994)325.

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    numeroso de discpulos y finalmente los doce elegidos dentro de este crculo de discpulos (Lc6,13.17; cf. Mc 4,10).13

    Acerca de los discpulos que lo acompaan en las ciudades y poblados de Galilea,

    debemos precisar que estn en primer lugar los doce, as como tambin los 72 discpulos queJess enva a anunciar el reino de Dios (Lc 10,1-12), los dos discpulos de Emas (Lc 24,13-35), Jos llamado Barsab y Matas compaeros durante todo el tiempo en el cual el SeorJess ha vivido entre nosotros (Hch 1,21) y un cierto Mnasn de Chipre, discpulo de laprimera hora (archaiosmathets) (Hch 21,16). Adems sigue a Jess el grupo de las mujeres:Estaban con l los doce y algunas mujeres que haban sido curadas de espritus malignos y deenfermedades: Mara de Magdala, de la cual haban salido siete demonios, Juana mujer deCusa administrador de Herodes, Susana y muchas otras, que lo asistan con sus bienes (Lc8,2-3). A stas es necesario agregar las mujeres que haban seguido a Jess desde Galileapara servirlo y estaban presentes en la crucificcin de Jess: Mara madre de Santiago y deJos, y la madre de los hijos de Zebedeo (Mt 27,55-56); sta ltima parece coincidir con

    Salom. Bajo la cruz es nombrada tambin Mara de Cleofs (Jn 19,25), pero no confundirlacon Mara casada con Alfeo, padre de Santiago (Mc 10,3 par.; Hch 1,3).

    Junto a este grupo de discpulos itinerantes, hace falta distinguir los diversos discpulosresidenciales,14entre los cuales Lzaro, Marta y Mara de Betania, presentados como amigosde Jess y creyentes en l (Jn 11,1-44; Lc 10,38-42), Jos de Arimatea y Nicodemo discpulosecreto por miedo a los judos (Jn 19,38-39) y tantos otros que, como el ciego de nacimiento(Jn 9,38), creen en Jess.

    Despus de pentecosts el trmino discpulo comienza a significar el cristiano que adhierepersonalmente al Seor. En los Hechos de los Apstoles aquellos que entran en el caminoson llamados creyentes (Hch 2,44; 4,32), hermanos (Hch 1,15), luego prevalece la costumbrede definirlos discpulos, conforme a un uso bien establecido, que a su vez reenva a unaautodesignacin de los cristianos palestinenses.15 En Joppe haba una discpula (mathtria)llamada Tabit, nombre que significa gacela (Hch 9,36): es el nico texto neotestamentarioen el que aparece mathtria,aqu con el significado de cristiana.Todava los Hechos remarcanque en Antioqua por primera vez los discpulos fueron llamados cristianos (Hch 11,26),nombre que se impondr a lo largo de 20 siglos hasta nuestro tiempo.

    13 El discipulado, en sentido inverso del menos al ms, se distingue igualmente en tres zonas siempre msamplias: un primer ncleo estaba constituido por l mismo [Ges] y sus seguidores ms cercanos quecompartan la itinerancia, una segunda franja de seguidores sedentarios, un tercer mbito, mucho menosorganizado y ms fluctuante, era aquel de la muchedumbre o de los simpatizantes que ocasionalmente ointencionalmente se reunan en momentos y lugares precisos (DESTRO- PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e isuoi discepoli nel vangelo di Giovanni, 49).14 Es la distincin que hace G. LEONARDI, Quattro componenti principali nellorditura letteraria e narrativa diLuca, en Credere oggi 20(2000)n. 119-120, 52-55.15 RENGSTORF, mathets, 1230.

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    1. ITINERARIO DISCIPULAR DE MARA (ASPECTO DIACRNICO)

    Despus de haber trazado el cuadro donde se ubican los discpulos de Jess, se puederesponder a algunas preguntas concernientes a Mara: Se puede afirmar que a la Madre de

    Jess le competa legtimamente el ttulo de discpula? Forma parte del movimiento deldiscipulado organizado en torno a Cristo? Se encuentran en ella las notas caractersticas delos discpulos del Seor? Se la puede llamar primera y perfecta discpula de Cristo?

    La primera constatacin de frente al discipulado del NT es que Mara no entra plenamenteen ninguna de las categoras en las que el mismo se subdivide. La Madre de Jess no perteneceal grupo de los doce apstoles, en cuanto que su nombre est ausente de esa lista, y ni siquieraforma parte de los discpulos itinerantes que siguen a Jess por todas partes, por lo que esinnegable el hecho que ella no segua a Jess como una discpula durante el ministerio 16.Mara no se confunde ni siquiera entre la multitud, sino que emerge de ella formando parte delgrupo de los parientes de Jess que no lo siguen sino que se interesan por l con actitudes que

    ser necesario especificar.Mara es, al mismo tiempo, una discpula atpica y arquetpica, que an compartiendo

    tantas actitudes de los discpulos de Jess, no puede reducirse a la medida de ellos:indudablemente los supera. No puede ser reducida ni al discipulado residencialo domstico nia aqul itinerante17, porque participa de ambos. An sin vivir en el seguimiento de Jess, nohabiendo sido llamada por l a la itinerancia, est presente al menos al inicio del ministerio delHijo en las bodas de Can, luego durante su predicacin y finalmente bajo la cruz 18.

    Ser ms conveniente definir el tipo de discipulado vivido por Mara y sus caractersticas(aspecto sincrnico) despus de haberlo profundizado desde el punto de vista evolutivo(aspecto diacrnico). Veremos luego el significado del discipulado de Mara para la Iglesia(aspecto tipolgico).

    De los evangelios se puede percibir sin dificultad que la fe de Mara est sujeta al tiempo,por lo que el Concilio Vaticano II interpreta bien la Escritura cuando afirma que tambin labienaventurada Virgen avanz en la peregrinacin de la fe (LG 58). An manteniendo elcontenido esencial de la fe como abandono conciente y responsable a Dios que se revela,Mara pasa del Antiguo al Nuevo Testamento llegando a ser verdadera discpula de Jess. Ytambin como tal cumple un camino desde la anunciacin a pentecosts.

    1.1. MARACREEEN CRISTOANUNCIADO

    16 R.E. BROWNETALII (ed.),Maria nel NT, Assisi 1985, 307.17 Es la distincin que hace G. LEONARDI, Quattro componenti principali nellorditura letteraria e narrativa diLuca, en Credere oggi 20(2000)n. 119-120, 52-55. Garca Paredes precisa la posicin de Mara: Mara puedeser llamada discpula de Jess en el primer significado que hemos indicado. No ha seguido literalmente aJess como discpula ni resulta que Jess se lo haya pedido. Mucho ms, formaba parte del grupo de losdiscpulos domsticos, aquellos que permanecan en casa y all esperaban y proclamaban en reino de Dios entrelos propios vecinos (J.C.R. GARCA PAREDES,Maria nella comunit del regno. Sintesi di mariologia, Citt delVaticano 1997, 184).18 De manera similar Mara contina yendo a Jerusaln para la pascua, como era su costumbre (Lc 2,41), y

    participa con las otras mujeres que seguan a Jess a la celebracin de la cena del Seor.

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    As como Juan el Bautista supera a todos los profetas nacidos de mujer (Mt 11,11) porqueanuncia a Cristo presente, del mismo modo Mara supera a los creyentes de la primera alianzaporque su fe se desarrolla en un sentido cristiano. Esto surge de la clebre pgina de la

    anunciacin (Lc 1,26-38). Ms all de las analogas con los esquemas veterotestamentarios deanuncio, de nacimiento maravilloso o de vocacin, la narracin lucana se distingue por doselementos de gran relieve.

    En primer lugar el contenido del anuncio no tiene que ver con un evento particular de lahistoria de la salvacin, sino con el ncleo de tal historia, o sea, con la venida del mesasdavdico con funcin de rey escatolgico (Lc 1,30-33), ms an con la concepcin virginal delHijo de Dios en sentido verdadero y propio (Lc 1,31-32.35) 19.

    Si el ngel se hubiera limitado a anunciar a Mara que habra llegado a ser la madre delHijo de David sin ninguna alusin a su condicin divina, el anuncio habra escondido un dato

    esencial de la identidad del neonato y Mara se habra descubierto Madre del Hijo del Altsimosin saberlo. Esto no conviene ni a la veracidad de Dios, ni a la maternidad responsable deMara.

    En segundo lugar el anuncio a Mara se diferencia de aquellos precedentes por el nfasisdado a la respuesta de la Virgen, que reacciona a la propuesta divina pronunciando unconsentimiento pleno y definitivo: He aqu la esclava del Seor, hgase en mi segn tupalabra (Lc 1,38). Despus de los estudios de A. Serra,20 es fcil desentraar de este versculola repeticin de la frmula de la alianza con la cual el pueblo daba su asentimiento a lapropuesta divina de comunin. Como el pueblo en la estipulacin y en la renovacin de laalianza responde diciendo: serviremos al Seor (Jos 24,24) o haremos cuanto Yahveh hadicho (Es 19,8; Esd 10,12; Ne 5,12), as Mara hace suyas las frmulas de la alianzadeclarando: Soy la sierva se haga en mi segn tu palabra (Lc 1,38). Lo que el textopermite traslucir del contraste con la incredulidad de Zacaras (Lc 1,18), es evidenciado porIsabel bajo el influjo del Espritu en la bienaventuranza conclusiva que subraya de maneranica la fe de Mara21, interpreta su consentimiento al ngel como ejemplar acto de fe: felizaquella que ha creido en el cumplimiento de las palabras del Seor (Lc 1,45).

    Podemos concluir con J. Galot:

    19 En el v. 32 la condicin de hijo del Altsimo est en relacin con la entronizacin mesinica de Jess; en el v.35 la filiacin divina est unida a su nacimiento, por obra del Espritu, de la Virgen (A. VALENTINI,

    Editoriale, en Theotokos 4[1996]288). El paralelo de este doble nivel se encuentra en Rm 1,3-4: Nacido de laestirpe de David segn la carne, constituido Hijo de Dios, con potencia, segn el Espritu de santidad de laresurreccin de los muertos. Tambin el anlisis retrico llega a este resultado: Encuentra as una expresinnarrativa la afirmacin de la filiacin divina de Jess, de su divinidad, confirmada de maneras diversas en tantosotros lugares del Nuevo Testamento (R. MEYNET, Il vangelo secondo Luca. Analisi retorica, Bologna 22003,53). En el mismo sentido R.E. BROWN, La nascita del Messia secondo Matteo e Luca, Assisi 1981, 418; G.ROSS,Il vangelo di Luca. Commento esegetico e teologico, Roma 31992, 57.20 Entre tantos estudios del autor, cf. Al menos A. SERRA, Lannunciazione a Maria (Lc 1,26-38). Un formulariodi alleanza?,enParole di vita 25(1980)3, 6-10.21 R. SCHRMANN,Il vangelo di Luca. Parte prima, Brescia 1983, 170.

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    La maternidad virginal, que justifica el nuevo ttulo de Hijo de Dios, coloca a este Mesasconcebido mediante el Espritu Santo, por encima de las expectativas de la esperanza judaica.Justamente en un tal Mesas superior, Mara cree sin ninguna duda ni titubeo. [...] Su fe es almismo tiempo un acoger la palabra y un adherirse a la persona de Cristo. [...] Mara comienza a

    abandonarse totalmente a su Hijo. Antes de ver a Jess, Mara ha creido en l. 22

    La analoga entre la creyente y la discpula no deja de ser evidenciada por la exgesis.23

    1.2. MARAPENETRAPROGRESIVAMENTE ENELMISTERIODE CRISTO

    A partir de la respuesta de Mara al anuncio del ngel comienza para ella un camino haciaCristo ritmado por contnuos contragolpes seguidos por un trabajo de asimilacin. No se tratade un itinerario pacfico y obvio, porque las convicciones que Mara adquiere son trastornadaspor sucesivos mensajes que obligan a elevarse hacia nuevos mbitos y metas no imaginados.

    Mara procede por crisis, cumpliendo saltos y pasajes dolorosos y traumticos, que seexpresan en los as llamados episodios de incomprensin o escenas de rechazo 24 en lascuales Jess toma distancia en relacin con la familia y su misma madre. Podemos inclusoafirmar que Mara avanza por lisis, esto es, mediante una asimilacin gradual del misterio deJess y de sus palabras, hasta llegar gradualmente a la confianza total en el Hijo manifestadaen las bodas de Can.

    En el perodo de la infancia de Cristo crece el conocimiento de l en el corazn de Mara.El acontecimiento terreno de la Madre de Jess, se desanuda a la sombra de l, cuya figura sedelnea continuamente con nuevos trazos.

    Es cierto que aprende maravillada que Isabel conoce en el Espritu el misterio acaecido enNazaret, porque la proclama en alta voz Madre de mi Seor (Lc 1,43). Es una confirmacinde su fe en el Mesas anunciado. As tambin el cntico de Zacaras colinda con lapresentacin del mesas obrada por Gabriel: descendiente de David y juntamente redentor yliberador de su pueblo, l ser un sol que nace de lo alto para iluminar a los que estn entinieblas y en las sombras de la muerte y dirigir nuestros pasos por el camino de la paz (Lc1,79). El tema de la paz, unido a la venida del Mesas, regresa en el mensaje a los pastores quees posteriormente transmitido a Mara: el primer ttulo atribuido al nio es Salvador (Lc2,11), que es la traduccin del mismo nombre de Jess; por lo tanto es subrayado el origen

    22 J. GALOT, Marie, premire dans la foi, enEsprit et vie 97(1987)386.23

    Lo que el evangelista describe en Lc 1,38 corresponde a la definicin del discpulo idealque l ve realizadoen la madre de Jess. Lucas permanece fiel a esta imagen de Mara en el resto de su evangelio (Lc 8,19-21;11,27-28), insertndola siempre entre aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en prctica (Lc 8,21;cf. Dt 30,14) (ROSS,Il vangelo di Luca, 59).24 En 1986 los Siervos de Mara proponen, junto a la enunciacin tradicional de los siete dolores, un nuevoformulario estructurado sobre la base de la categora bblica del rechazo, de profunda valencia teolgica y tan

    presente en la vida de Jess: nace en el pesebre (Lc 2,1-7), signo de contradiccin (Lc 2,22-35), perseguido porHerodes (Mt 2,13-18), rechazado por los nazaretanos (Lc 4,28-29), arrestado por los sumos sacerdotes yabandonado por los discpulos (Mt 26,47-56), muere en la cruz (Jn 19,25-27), perseguido en sus discpulos (Hch12,1-5). Cf. Corona dellAddolorata. Celebrazione della Compassio Virginis, Romae 1986, n. 65.

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    davdico de Jess: Les ha nacido hoy un salvador que es Cristo Seor, en la ciudad de David(Lc 2,11); finalmente es predecido el pastor de la humanidad que har el don de la paz, sntesisde los bienes mesinicos: Paz en la tierra a los hombres que Dios ama (Lc 2,14). Observaun comentador:

    Mara haba confiado en la palabra del ngel Gabriel en la Anunciacin. En esta escena de lanatividad, no escucha ni el anuncio del ngel ni el coro del ejrcito celestial. Podra parecerextrao, incluso chocante, que los ngeles no se hayan dirigido a ella y a Jos. Era, tal vez,necesario que, como el lector, confiara incluso en la palabra de los hombres, que fuese conducida acreer que stos narraban la verdad, que eran mensajeros divinos.25

    Llega el momento del segundo anuncio despus de aqul del ngel Gabriel. El tono estotalmente diverso. Es cierto que Jess sigue siendo el consuelo de Israel... mesas del Seor(Lc 2,25-26) y viene para la redencin de Jerusaln (Lc 2,38), pero el rayo de su influjosalvfico es notablemente extendido segn una perspectiva universal: ser luz para iluminar alas naciones y gloria de su pueblo Israel (Lc 2,32). 26 Se comprende cmo Mara y Jos

    queden asombrados (Lc 2,33). Pero todava ms sorprendente es el orculo que Simendirige solamente a Mara: Jess ser signo de contradicho (semion antilegmenon: Lc2,34) y la oposicin (antilogha) de parte de muchos del pueblo har coalicin contra Jesshasta hacerlo morir.27 El orculo de Simen ilumina con una luz nueva y siniestra el futuro deJess, que no ser un rey glorioso, sino un profeta incomprendido y contestado por loscorazones malvados. El destino del Hijo repercutir en la madre, sobre cuya alma se desatarel dolor mortal como una espada de gran dimensin (romphia: Lc 2,35).28Es como una nuberoscea y amenazante en el cielo azul anunciando un huracn que terminar por descomponerel horizonte completo. Aqu podemos slo imaginar el estado del alma de la Virgen en base alrealismo humano, faltando en los evangelios ulteriores informaciones de naturalezapsicolgica. Algn autor pensamos en R. Guardini - no ha dejado de interpretar el caso

    interior de Mara en trminos existenciales de tragedia, drama, salto en lo impenetrable29

    25 R. MEYNET, Pace in terra agli uomini che egli ama. Una lettura di Lc 2,1-20, in in W. DALLAGLIO - E.VIDAU (ed.), La Madre di Dio per una cultura di pace,Atti del 10 colloquio internazionale di mariologia,Parma 19-21 aprile 2001, Roma 2001, 46-47.26 No solo respecto al Benedictus, sino tambin en relacin al Magnificat, el universalismo del Nunc dimittis esnotable: en este breve cntico est presente una teologa ms desarrollada y una perspectiva universal enarmona con la concepcin lucana de la salvacin que no se encuentra en el cntico de la Virgen (A.VALENTINI, I cantici di Lc 1-2 nel contesto dellopera lucana, en G. LEONARDI-F.G.B. TROLESE [ed.], SanLuca evangelista testimone della fede che unisce. Atti del congresso internazionale, Padova, 16-21 ottobre 2000 ,I, Padova 2002, 388)27 Acerca de la espada profetizada a Mara, la exgesis registra varias interpretaciones: duda de fe (Orgenes),

    palabra de Dios (Ambrosio), pasin (Agustn), el sufrimiento proveniente de la oposicin a Jess (Schrmann,Valentini). Cf. El anlisis de las distintas posiciones en A. VALENTINI, Editoriale, en Theotokos 6 (1698) 3-16. Todo el nmero de la revista est dedicado a una espada atravesar tu vida en perspectiva interdisciplinar.28 El texto griego da a entender que Mara est de parte de Jess e incluida en su suerte: l es [...] signo decontradiccin y tambin a ti una espada te atravesar el alma para que sean revelados los pensamientos demuchos corazones (Lc 2,34-35). Cf. A. VALENTINI, Il secondo annuncio a Maria (RM 16), en Mar50(1988)205-307.29 Cf. La imgen existencial de Mara segn R. Guardini, en S. DE FIORES, Maria nella teologia contemporanea,Roma 31991, 69-73.

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    El episodiodel hallazgo de Jess(Lc 2,41-50) constituye el vrtice de la cristologa delevangelio lucano de la infancia, porque revela la identidad de Jess como Hijo del Padre. Elprimerloghion de Jess en respuesta a la angustia expresa de Mara, reenva a su origen divinoy reivindica la exigencia de hacer cuanto quiere el Padre: No saban que tengo que estar en la

    casa de mi Padre?

    30

    Jess permanece en el templo entre los doctores: no discpulo sinomaestro de sabidura, no se sienta a sus pies sino entre ellos suscitando la maravilla de todos(Lc 2,47) y despus el estupor de los padres (Lc 2,48). Jess responde al interrogatorio de lamadre a partir de tu padre y yo para precisar la propia identidad de hijo no de Jos, sino deotro Padre cuya casa es el templo. Y hasta aqu Mara y Jos deban saberlo. Aquello que nopodan comprender es el anuncio velado del misterio pascual31 que est presente en elvocabulario de la narracin. En esta perspectiva la prdida/reencuentro de Jess en el templono parece un simple episodio, mucho menos un capricho, sino un acto cargado de significadotipolgico32. Las acciones y palabras de Jess son una profeca de su futuro de pasin yresurreccin.

    Lucas remarca un detalle respecto a la actitud sapiencial de Mara despus del encuentrodel Hijo en el templo: Su madre conservaba todas estas cosas en su corazn (Lc 2, 51). 33

    Mara custodia (dieterei=reflexiona activamente), con el ejercicio de la memoria, en elcorazn, esto es, en el ncleo interior y central de su persona, las palabras y eventos (rmata)que tienen que ver con Cristo. El mismo estribillo se encuentra despus de la visita de lospastores a Beln, con el agregado del modo con el cual Mara conservaba cuanto se decaacerca del nio meditando (symbllousa=poniendo junto, confrontando), poniendo enconfrontacin los diversos elementos de una situacin para interpretarla . Es la actitud delsabio, que medita sobre las enseanzas de la ley para entrar en la lgica de Dios y poner enprctica su palabra (cf. Sir 50,27-29).

    1.3. MARALLAMADAASERDISCPULADE CRISTOSEGNELEVANGELIODESAN MARCOS

    Un innegable cambio de situacin se da con el pasaje de Jess de la vida escondida,caracterizada por la obediencia a los padres (Lc 2,51), a la vida pblica en la cual l reivindicala propia independencia preanunciada en el hallazgo en el templo (Lc 2,49). Cristo se libera,

    30 Este sentido local corresponde a la expresin griega einai en tois, que nunca tiene un sentido activo (comoatender a los asuntos del Padre). As R. LAURENTIN, Jsus au temple. Mystre de Pques et foi de Marie enLuc 1-2, Paris 1966, 47-72. Otros autores, entre los cuales J. Dupont, an sosteniendo fundamentalmente elsentido local, juzgan la frmula intencionalmente ambigua y abierta a un sentido ms amplio, esto es, elinvolucrarse de Jess en los designios del Padre. Cf. A. VALENTINI, La rivelazione di Ges dodicenne al tempio(Lc 2,41-52), en Estudios biblicos 50(1992)288-290. 261-304; L. MAZZINGHI, Perch mi cercavate? Nonsapevate che io devo occuparmi delle cose del Padre mio?, en E.M. T ONIOLO (ed.),Maria e il Dio dei nostri

    padri, Padre del Signore nostro Ges Cristo. Atti del XII Simposio internazionale mariologico (Roma, 5-8ottobre 1999), Roma 2001, 187-219.31 Y no sin motivo es encontrado despus de tres das en el templo [...] y esto deba demostrar que, tres dasdepus de su pasin de triunfador, l, resucitado, se habra presentado a nuestra fe en su trono celestial...(AMBROGIO,Esposizione del vangelo secondo Luca 2,63, TMPM 3, 190).32 Cf. R. LAURENTIN, Qu ensea sobre Mara el hallazgo de Jess en el templo? (Lc 2,41-52), en A.APARICIO RODRIGUEZ (ed.), Mara del evangelio. Las primeras generaciones cristianas hablan de Mara,Madrid 1994, 220.33 Per questo versetto cf. il noto studio di A. SERRA, Sapienza e contemplazione di Maria secondo Luca 2,19.51B,Roma 1982.

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    de la atadura materna para dedicarse a su vocacin mesinica e imparte la leccin sobre lasuperioridad de los lazos espirituales derivados de la fe obediente a la Palabra de Dios.34

    Mara entonces como madre que ejerce los derechos maternos es llamada a serdiscpula delHijo, adhiriendo con fe a l y a su proyecto de instauracin del reino de Dios en el mundo.

    La reivindicacin de la trascendencia mesinica de Jess, el cual ya no recibe rdenes sinosolamente del Padre, y la instauracin de una nueva familia a la cual se pertenece no pordescendencia de estirpe sino mediante la fe y el discipulado, aparece en Marcos y en los otrosdos sinpticos.

    El episodio de la madre y de los hermanos de Jess referido por Marcos y los otros dossinpticos (Mc 3, 20-21.31-35; Mt 12,46-50; Lc 8,19-21) ha recibido sustancialmente dosinterpretaciones.

    1.3.1. Mara en el recinto de la apista. La primera, con carcter radical, es sostenida

    generalmente por la exgesis protestante. Aparece en la narracin de Mc 3,20-21 el hechohistrico35 de una oposicin irreducible entre Jess y su familia, la cual intenta inclusoreapropiarse con la fuerza de aqul miembro considerado fuera de sentido; de frente a estaposicin de los suyos y tambin a la actitud aturdida de Mara y de los familiares que quierenverlo (Mc 3,31-35), Jess sostiene haber cortado con la familia de origen para fundar unanueva sobre la base de la adhesin a la voluntad de Dios. Esta distancia de la familia, quepermanece fuera del crculo de los discpulos, concierne tambin a la Madre de Jess.Marcos, de hecho, parece incluirla, a pesar de no nombrarla, en el frente de la incredulidad(=apista) o de la incomprensin: Un profeta no es despreciado sino en su tierra, entre susparientes y en su casa (Mc 6,4). De aqu la conclusin de cualquier evanglico o catlico, queMara permanece extraa al movimiento de Jess, ya que adherira junto al clan familiarsolamente despus de la resurreccin del Hijo.

    1.3.2. Solicitud materna de Mara. La segunda tendencia interpretativa, menos rgida y mshumana, rechaza la exgesis precedente en cuanto que basada sobre

    un criterio hermenutico, dado por descontado demasiado frecuentemente, por el cual los estratosms arcaicos de la tradicin ofreceran la mayor verdad histrica de los hechos, la que vendra, encambio, comprometida por los desarrollos posteriores de la fe eclesial internos al mismo NT(Lucas, Juan). Entonces, si se debe aceptar la idea que Marcos nos refiera un dato real de la mismahistoria de Jess, el cual habra iniciado su ministerio pblico sin la ayuda y la simpata de la propiafamilia, este dato no puede ser ni generalizado indiscriminadamente con relacin a todos losparientes de Jess, ni radicalizado. Sera un error considerar que el evangelio de Marcos sea ms

    histrico mientras que los otros ms teolgicos.36

    34 F.M. BRAUN,La Mre des fidles. Essai de thologie johannique, Tournai-Paris 21954, 57-62.35 Es Bundy, por ej., quien afirma el as llamado hecho histrico segn el cual Jess ha iniciado y continuadola obra de su ministerio pblico sin la ayuda y la simpata de la propia familia (W.E. BUNDY, Jesus and theFirst Three Gospels, Cambridge-Mass. 1955, 217) Y Taylor confirma la razn: ningn narrador primitivo habraafirmado que la familia de Nazaret consideraba a Jess fuera de s y que habra ido a recuperarlo, si esto no fuesecorrespondido por la verdad de los hechos (V. TAYLOR,Marco. Commento al vangelo messianico, Assisi 1977,249).36 M. BORDONI, Maria madre e sorella in cammino di fede, en Theotokos 2(1994)380-381

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    Tambin Marcos acenta un aspecto del acontecimiento de Jess segn la propiaperspectiva teolgica, segn la cual ninguna persona o grupo (fariseos, herodianos, escribas,muchedumbre, familiares y discpulos) ha comprendido a Jess antes de la pascua.37 En cuanto

    a Mara, la imagen aqu ofrecida por Marcos es aquella de una mujer maternalmente solcitapor la suerte de su hijo. No causa asombro que incluso Mara, un da, cuando ya se tramabacontra la vida de Jess (Mc 3,6), acudiera casi para inducirlo a tomar mayores precauciones. 38

    Sern Lucas y Juan quienes especificarn la fe de Mara en su progresiva adhesin a Cristo ysu mensaje.

    Si es bien entendido, el pasaje de Marcos da relieve no tanto

    a la incredulidad de los parientes de Jess, cuanto a su preocupacin, suscitada por el afecto por l,que los llevaba a unrsele tal vez para exhortarlo a una mayor cautela. Y Jess no les llama laatencin por esto, sino que aprovecha la ocasin del comportamiento de ellos, no sugerido por unapostura de fe, para indicar cual debera ser la verdadera actitud hacia l, representada por aquellos

    que lo estaban escuchando.39

    A esta conclusin llega el descubrimiento en Mc 3,31-35 del esquema literario delpronouncement story (Taylor, Wilson, Lane, Harrington), que es una narracin orientada aevidenciar un dicho de Jess.40 Esto significa que la percopa en cuestin est compuestapor una parte principalmente narrativa y por otra sobre todo discursiva: la primera esfuncional a la segunda, que tiene el fuego y el ncleo central en las palabras de Jess, en supronouncement.41 En la prctica la llegada de la familia de origen es solamente la ocasinpara proclamar la identidad de la nueva familia:

    los familiares apenas llegados y su pedido son de tal manera funcionales que, una vez dada la

    ocasin a la pregunta de Jess, y no habiendo ms razones a ser mencionadas, se dejarn caer.Sostengo que, si la interpretacin de funcionalidad de la primera parte es correcta, no puedeser demasiado insistido o acentuado el discurso, que se escucha frecuentemente, sobre ladureza de Jess hacia sus familiares.42 En otras palabras, en lnea con el pronouncementstory, la presentacin de los nuevos hermanos no tiene que ver tanto con la neta distincinentre estos y los familiares, sino que est orientada a introducir las caractersticas de laverdadera fraternidad: la sintona esencial con la voluntad de Dios y su apertura universal,hasta comprender a todos, incluso los miembros de la familia de origen de Jess.43

    1.4. MARAPROTO-DISCPULADE CRISTOSEGNELEVANGELIODESAN JUAN: PARENTESCOYDISCIPULADO

    37 Cf. K. KERTELGE, Lepifania di Ges nel vangelo di Marco, in Introduzione letteraria e teologia al NT,Roma 1982, 273.38 A. SERRA, Bibbia, en NDM 237.39 BORDONI, Maria madre e sorella in cammino di fede, 378-379.40 O. TINI,La fraternit e la famiglia di Ges in Mc 3,31-35, Roma 2003, 45.41 TINI,La fraternit e la famiglia di Ges, 46-47.42 TINI,La fraternit e la famiglia di Ges, 47-48.43 TINI,La fraternit e la famiglia di Ges, 48.

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    Mientras el mundo exegtico admita con una cierta convergencia la teora de laseparacinentre Jess y Mara con el inicio de la vida pblica, lo que comportaba un eclipse del rol deMara y de los familiares, Adriana Destro y Mauro Pesce en un estudio para el III simposio defeso (1993) se preguntan si sea hipotizable alguna forma de compenetracin del discpulo

    con la parentela.

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    La investigacin de ellos llega a la conclusin de que al menos en elevangelio de Juan la contraposicin no surja en trminos de exclusin entre parentela ydiscipulado.45

    Es cierto que

    la identidad y la misin salvfica de Jess no son mediadas, ni siquiera definidas, por criterios depertenencia parental (hijo de Jos) ni de pertenencia geogrfica (proveniencia de Nazareth).Tambin la participacin de los discpulos en el movimiento no depende de la parentela o de otroscriterios de pertenencia social, sino de una eleccin de Dios que pasa a travs de Jess.46

    Todava, aunque si no en primer plano, la relacin parental no desaparece ni se contrapone

    a la identidad religiosa.

    Tpico ejemplo es la narracin de las bodas de Can. Mara es introducida en la escenasegn las usuales categoras socio-parentales, esto es, segn una relacin de consanguinidad,como Madre de Jess (Jn 2,1). Al mismo tiempo la madre de Jess aparece como aquellaque conoce los poderes hasta ahora ignotos del Hijo y est segura de ellos. Ms an aparececomo la nica que los conoce. [...] Iniciativa, expectativa y autoridad parecen caracterizar lafisionoma de la madre.47 Mientras los discpulos son presentados como meros destinatariosde la manifestacin de la gloria de Cristo, Mara es percibida como una presencia dramtica ynecesaria,48 tanto que la potencia del Hijo es mediada por la Madre hacia los discpulos. Esde notar que aparece tambin un encuentro o cruce entre discipulado y parentesco, en cuanto

    el grupo de los discpulos no tiene dificultad en insertarse en el contexto parental de una fiestade bodas, y Mara se mueve a su gusto entre los discpulos, tanto que en el versculo 12(comnmente dejado de lado) se habla de una nueva comunidad unida en el discipulado:Despus de este hecho descendi a Cafarnam, l y su madre, los hermanos y sus discpulosy se quedaron all slo por pocos das (Jn 2,12). Los dos grupos iniciales, Mara y losparientes por una parte, y Jess y los discpulos por otra, ahora convienen en la nicacomunidad de Cafarnam. Es una situacin que desmiente la teora de la separacin entreMadre e Hijo:

    La presunta disociacin de Jess de su madre y de su ambiente familiar se consuma, sin embargo,de una manera particular porque, inmediatamente despus, la madre aparece agregada a Jess y a

    sus discpulos en el viaje a Cafarnam, esto es en el cuadro de la actividad religiosa de Jess haciaun centro que, en la tradicin evanglica, juega un rol crucial para la actividad pblica de Jess. Elevangelio subraya que tambin la madre se detiene en Cafarnam. Por lo tanto, no surge delevangelio que la separacin de la madre, obrada por Jess, en el dilogo se consuma en una

    44 DESTRO-PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e i suoi discepoli nel vangelo di Giovanni, 51.45 DESTRO-PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e i suoi discepoli nel vangelo di Giovanni, 50 nota 3.46 DESTRO-PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e i suoi discepoli nel vangelo di Giovanni, 55.47 DESTRO-PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e i suoi discepoli nel vangelo di Giovanni, 57-58.48 DESTRO-PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e i suoi discepoli nel vangelo di Giovanni, 58.

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    separacin fsica. Ms an la disolvencia en la escena deja unidos a Jess y su madre enCafarnam.49

    Si Juan conoce una comunin entre Mara y Jess, se puede decir lo mismo de sushermanos? Ciertamente tenemos un texto joaneo que los coloca en el crculo de laincredulidad: Ni siquiera sus hermanos, de hecho, crean en l (Jn 7,5). Pero es necesario,sobre todo, recordar que despus del signo de Can los hermanos descienden con Jess aCafarnam, presumiblemente como creyentes a la par de los discpulos (Jn 2,12), y hace falta,adems, situar este pasaje en su contexto, donde aparece que los hermanos no se desinteresanpara nada de la suerte de Jess, por eso el mandato de ellos: Parte de aqu y vete a Judea paraque tambin tus discpulos vean las obras que t haces (Jn 7,..), presupone que ellos conocendirectamente o por haberlo escuchado, la actividad taumatrgica de Jess y creen en ella.Adems, el hecho de que proyecten junto a l la peregrinacin a Jerusaln para la fiesta de lasTiendas, implica que los hermanos forman parte del movimiento [...], ya son parte de sucompaa o tienen la costumbre de verlo y de hablarle delante de todos.50

    Sin llegar a considerar a los hermanos como miembros del grupo itinerante de Jess, laposicin de ellos no es aquella de la incredulidad sino, sobre todo, de una fe imperfecta yencima equivocada en la concepcin del mesianismo encarnado en Jess. El maestro, dehecho, se disocia de los hermanos, an cuando termine por seguir el consejo de otra manera.Como en Can, existe un pedido-solicitacin (de parte de los parientes), una negacin departe de Jess sostenida por una justificacin casi idntica todava mi tiempo no ha llegadoy finalmente la ejecucin de aquello que ha sido solicitado, si bien de una manera diversa.51

    El hecho de que Juan no mencione a Mara entre el grupo de los parientes incrdulos, indicaque su identidad de discpula del Hijo no es negociable, sino que permanece y es confirmadapor su presencia al pie de la cruz.

    En el importante y solemne episodio de Jn 19,25-27 los hermanos no aparecen como astampoco los discpulos, excepto el discpulo amado, pero alrededor de Jess crucificado seencuentra un grupo constituido por figuras femeninas: en primer lugar la Madre de Jess, nollamada por nombre sino interpelada como mujer, despus una consangunea suya (no eshipotizable que se trate de una hermana verdadera de Mara con el mismo nombre) y otras dosMaras la de Cleofs y la de Magdala como parte itinerante de los discpulos. Inmediatamenteaparece que estas mujeres no son las destinatarias de las palabras de Cristo, sino ms bien lastestigos que eventualmente las transmitirn.

    49 DESTRO-PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e i suoi discepoli nel vangelo di Giovanni, 66.50 DESTRO-PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e i suoi discepoli nel vangelo di Giovanni, 71.51 La frase precedente en la misma pgina explica: El evangelista parece presentar una accin dividida en dostiempos: en primer lugarla negacin (vayan ustedes a esta fiesta, yo no voy, permaneci en Galilea 7,8-9);en un segundo momento, la ejecucin de la sugerencia de los hermanos, pero con modalidades y objetivosdivergentes: habiendo ido sus hermanos a la fiesta, fue tambin l, no abiertamente, sino ocultamente (7,10).La escena presenta un cruce interesante que reclama aqul de Can, e incluso el evangelio de los Nazarenos(DESTRO-PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e i suoi discepoli nel vangelo di Giovanni, 73).

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    En general es aceptado por los exgetas que aqu se trata de un esquema de revelacin52,en el que es develada la verdadera identidad teolgica, ya sea del discpulo amado como astambin de Mara: He ah tu hijo! He ah tu madre! No obstante el apelativo mujer con elque Jess llama a la madre, alejndose de los usos familiares y cargndolo de significado

    histrico-salvfico, el contenido del discurso de Jess reutiliza plenamente el significado delparentesco. Aqu la mujer es instituida como madre del discpulo de Jess. A aquella quellama mujer le ofrece un hijo y subraya la maternidad. Al discpulo le ofrece una madreasimilndolo a un hijo.53Vale la familia nueva donde los lazos no son aquellos de la sangresino de la fe; sobre el Calvario Mara es declarada madre de esta nueva familia, de tal maneraque se podra incluso sostener [...] que el discipulado resulta remodelado en base a loscriterios y a las lgicas del parentesco54. Y, sin embargo, las palabras hijo-madre trasciendenel nivel natural para expresar la realidad del renacimiento en el orden del Espritu, esto es,de la nueva familia de los hijos del Padre anunciada y creada por Jess en sus misterios. Cristode hecho, ha venido para comunicar en abundancia (Jn 10,10) la vida nueva a cuantosnacen del agua y del Espritu (Jn 3,5). Se da aqu un inesperado traspaso en el que los

    discpulos de Jess se transforman en hijos del Padre, con la cooperacin divina del Esprituy humana de Mara y de la Iglesia.

    1.5. MARACRISTIANAPOST-PASCUAL

    As llegamos a la primera comunidad cristiana en la espera de pentecosts, descripta porlos Hechos de los Apstoles: Todos estos [los once apstoles] eran asiduos y concordes en laoracin, junto con algunas mujeres y con Mara, madre de Jess, y con sus hermanos (Hch1,14).

    Como se observa, el grupo resulta formado y distinguido en cuatro categoras de personas:a. los apstoles, citados en primer lugar y que constituyen el ncleo fundamental del nuevopueblo escatolgico; b. las mujeres vienen en segundo lugar y si bien innominadas sonaquellas presentes en la crucifixin, sepultura y resurreccin de Jess (Lc 8,1-3; 23,49.55;24,10). c. Mara es la nica mujer presentada con su nombre y con su funcin cristolgica:madre de Jess. Plenamente integrada en la comunidad post-pascual, es el elemento decontinuidadentre Cristo y la Iglesia, entre el grupo de las mujeres y el clan familiar de Jess.Est presente como lo sabemos por el cuarto evangelio (Jn 19,25-27) como madre detodos los discpulos porque es as declarada y constituida por Cristo crucificado. d. Loshermanos de Jess, o sea sus parientes, han pasado de una inicial incredulidad a la fe en elResucitado.

    Estas diferentes categoras convergen en una nica comunidad cristiana post-pascual,reunida en Jerusaln a la espera del Espritu, segn el expreso deseo de Jess (Hch 1,4) yunida en la oracin. Este evento establece de manera inequvoca que no solamente los

    52 M. DE GOEDT, Un schma de rvlation dans le quatrime vangile, enNew Testament Studies 8(1962)142-150; ID., La mre de Jsus en Jean 19,25-27, enKecharitomne. Mlanges Ren Laurentin, Paris 1990, 207-216 ; ID., En Marie, Sion devient mre de la nouvelle cration inaugure par le Christ, en AA. VV.,Marie, filledIsrael, fille de Sion, Paris 2003, 85-95.53 DESTRO-PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e i suoi discepoli nel vangelo di Giovanni, 76-77.54 DESTRO-PESCE, Ges, sua Madre, i fratelli e i suoi discepoli nel vangelo di Giovanni, 78.

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    apstoles y las mujeres, sino tambin Mara y los parientes deben ubicarse, no ya fuera delcrculo de los no creyentes en el Mesas (si bien llamados a formar parte), como apareca enMarcos 3, sino al interior de la comunidad caracterizada por la fe en Cristo y la obediencia asus deseos. Sobre este punto no existen divergencias en el campo ecumnico, justamente

    porque tambin los ms rgidos biblistas protestantes admiten como punto mnimo e innegableque Mara es una cristiana post-pascual, junto a los hermanos de Jess.

    2. MARA AUTNTICA DISCPULA DE JESS (ASPECTO SINCRNICO)

    Despus de haber trazado el itinerario discipular de la madre de Jess, se hace til buscaruna sistematizacin de los datos, encontrando el ncleo central y los aspectos consecuentes, envistas de la ejemplaridad de ella en orden al pueblo de Dios. Puntualizaremos antes que nadalos aspectos que hacen de Mara una verdadera discpula de Cristo segn la perspectivaneotestamentaria; luego pasaremos a la presentacin de ella como tipo del discpulo sobre labase de los elementos requeridos por la tipologa. Es claro que de estos puntos firmes surja la

    funcin comparativa, crtica y estimulante de Mara en relacin con el discipulado cristiano.Mara participa en primer lugar del discipulado bblico, personalizando sus tres notas

    distintivas.

    2.1. RESPUESTAALAVOCACIN

    A la Virgen le convienen las caractersticas de los seguidores de Jess en su vida terrena.Como ellos, Mara es destinataria de una llamada divina, que se inicia con la narracin de laanunciacin basada sobre el mdulo veterotestamentario de la vocacin en vistas a la misin(Lc 1,26-38). Como en el anuncio a Geden (Jue 6,11-24) all encontramos siete elementosestructurales: el saludo, la turbacin, un primer mensaje, una dificultad, un segundo mensaje,un signo y finalmente el consentimiento. Esto ltimo est voluntariamente subrayado porLucas en trminos de servicio y de obediencia:He aqu la sierva del Seor, que se haga en msegn has dicho (Lc 1,38).55 Es la respuesta pronta y generosa de Maras a la vocacin, atravs de la cual ella es invitada a tomar parte en la realizacin del plan de salvacin queridopor Dios56. Cuando Jess inicia la vida pblica no consta que haya llamado a su madre aseguirlo, abandonando la vida ordinaria de Nazaret y el clan familiar. Pero se puede hablarigualmente de vocacin de Mara a seguir a Jess en la nueva familia constituida por todosaquellos que cumplen la voluntad de Dios. Y en realidad encontramos a Mara en lacomunidad de Cafarnam despus del signo de Can y en aquella de Jerusaln despus de laresurreccin.

    55A. SERRA,Dimensioni ecclesiali della figura di Maria nellesegesi biblica odierna, en ID.,E cera la Madre diGes... (Gv 2,1). Saggi di esegesi biblico-mariana (1978-1988), Cernusco (MI) - Roma 1989, 337.56I. DE LA POTTERIE, Maria nel mistero dellalleanza, 41. Con acentuacin diversa otro exgeta afirma: Lanarracin de Lc 1,26-38 contiene la proclamacin de un mensaje cristolgico, enmarcado en un esquema deanuncio o de vocacin, o utiliza elementos de diversos gneros literarios (B. PRETE, Il genere letterario di Lc1,26-38, enRicerche storico-bibliche 4[1992]2, 80).

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    2.2. MISTAGOGAPERMANENTEYPROGRESIVA

    An estando los discpulos de Jess unidos a l por una confianza obediente, amistad entimo afecto, ellos hallan difcil seguirlo en base a dos niveles: entrar en comunin con su

    vida que implica cargar con la propia cruz (Mt 16,24-25 par.) y asimilar su enseanza quetransmite los misterios del reino de Dios (Mt 13,11-12). Por el contrario, ellos muestrandificultad en el seguir el ejemplo del maestro y en el comprender su enseanza (Mc 6,52. par.;Mt 16,4-12. par.; Mt 15, par.; Mc 4,13). Los tres aos transcurridos con Jess constituyen paralos discpulos una iniciacin para introducirlos en la comprensin y en la prctica delevangelio.

    En Mara encontramos una actitud que no resulta en los apstoles y en los discpulos deJess, en los cuales a la incomprensin no sigue una clara y profunda reflexin. Tambin paraella Jess sigue siendo un enigma y sus palabras no son comprendidas. Pero se trata de unaincomprensin provisoria, ya que Mara es presentada dos veces por Lucas como mujer del

    corazn memorioso que no pierde en el flujo del tiempo hechos y palabras concernientes aJess, sino que los recuerda, interioriza y custodia.

    Despus del mensaje de los ngeles a los pastores, el evangelista anota una doble actividadinterior de Mara, mediante los verbos syntr, que no significa un custodiar pasivo, sino unconservar activo para comprender, y symbll, que no indica el simple ponderar, sino untrabajo interpretativo de sntesis para llegar a la justa comprensin mediante una cuidadosaconfrontacin(e d Mara pnta synetrei t rmata tata symbllousa en t karda auts: Lc2,19).57 Del mismo modo despus del hallazgo de Jess en el templo, delante de su palabra noaferrada en toda su dimensin, Mara no la deja perder sino que la custodia ( dieterei=reflexiona activamente) en su corazn, esto es, en su centro personal. Cuando Lucas afirmaque su madre conservaba todas estas cosa en su corazn (kai e meter auto dietrei pnta trmata en t karda auts: Lc 2,51), quiere atribuir a Mara la actitud del sabio, que meditasobre las enseanzas de la ley para entrar en la lgica de Dios y para poner en prctica supalabra (cf Sir 50,27-29).58

    En Mara, entonces, se opera una verdadera mistagoga (o introduccin en el misterio)permanente y progresiva que le permite penetrar en la verdadera identidad de Cristo y seguirloen la comunin de vida hasta compartir el misterio pascual. Pre-avisada acerca del futuro delmesas que se desarrollar bajo el signo de la contradiccin u oposicin (semionantilegmenon: Lc 2,34) de parte de los adversarios, ella participa del sufrimiento de Jessincomprendido y finalmente asesinado por mano de los impos, como si una espada letraspasase el alma (Lc 2,35).59 El orculo de Simen, adems de expandir la misin de Jess

    57 Cf. W.C. VAN UNNIK, Die rechte Bedeutung des Wortes treffen, Lukas 2,19, en Sparsa collecta. Thecollected Essays of W.C. van Unnik, I. Evangelia. Paulina. Acta, Leiden 1973, 90.58 Cf. A. SERRA, Sapienza e contemplazione di Maria secondo Luca 2,19.51b , Roma 1982, y la recensin de stey de otros estudios similares en G. BELLIA, Confrontando nel suo cuore. Custodia sapienziale di Maria in Lc2,19b, enBibbia e Oriente 25(1983)215-228.59 Acerca de la espada predicha a Mara la exgesis registra varias interpretaciones: duda de fe (Origene), palabrade Dios (Ambrosio), pasin (Agustn), el sufrimiento proveniente de la oposicin a Jess (Schrmann,Valentini). Cf. El anlisis de las diversas posiciones en A. VALENTINI, Editoriale, en Theotokos 6 (1698) 3-

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    hasta llegar a ser luz de las gentes, cambia el registro acerca del reino preanunciado porGabriel: ste se realizar no bajo el signo del triunfo sino del sufrimiento. Se perfila en elhorizonte la figura del Siervo de Yahveh que carga con los pecados de los otros y los expa. Ytodava el cuadro del futuro de Jess se completa con la experiencia anticipada de dolor y de

    gozo que ser propio del triduo pascual, cuando Mara reencuentra al hijo perdido y esinvitada por l a no olvidar que tiene un nico Padre: aqul que est en los cielos. La identidaddel Hijo se hace alcanzable por ella solamente en una madurada conciencia trinitaria, que serconfirmada por los acontecimientos de la resurreccin y del envo del Espritu.

    2.3. ANUNCIOYTESTIMONIO

    Lucas identifica la trada los doce, los apstoles y los testigos, transmitiendo comoesencial a ellos la tarea del anuncio y del testimonio. Como resulta de las percopas de laascensin (Hch 1,1-14), de la eleccin de Matas (Hch 1,15-26) y de pentecosts (Hch 2,1-47),los doce apstoles son tambin los verdaderos testigos de Cristo. 60 En sentido estricto los

    testigos deben haber hecho experiencia del Jess pre-pascual del bautismo de Juan enadelante, deben haberse beneficiado del encuentro con Jess resucitado y finalmente debenhaber recibido la fuerza del Espritu.

    Sin entrar en el grupo de los doce ni poder reivindicar la oficialidad de ellos, ninguno mejorque Mara puede ejercer la tarea de testigo: adems de garantizar con su misma presencia elrealismo de la encarnacin del Hijo de Dios, fundamento de todo su acontecer terreno, laMadre de Jess se encuentra entre aquellos que regresaron a Jerusaln del monte llamado delos Olivos, donde haban visto a Jess resucitado subir al cielo, y entraron en la habitacinalta asiduos y concordes en la oracin (Hch 1,12.14) en la espera del cumplimiento de laentrega de Jess: Tendrn la fuerza del Espritu que descender sobre ustedes y sern mistestigos (Hch 1,8).

    El envo misionero de Jess supera el crculo de los doce y se extiende al conjunto de losdiscpulos (basta pensar en el discurso a los 72 discpulos: Lc 10,1-12), ms an a aquellosque creen (Mc 16,17) se les prometen signos extraordinarios, como confirmacin delanuncio. En realidad el testimonio est injertado en la fe cristiana que no puede serconsiderada una prerrogativa personal, sino que debe ser comunicada. As vemos a Mara,inmediatamente despus de la anunciacin, mover los pies misioneros hacia la montaa parallevar a Cristo a Isabel provocando la efusin carismtica del Espritu sobre ella y el gozomesinico sobre Juan Bautista todava en el vientre materno (Lc 1,39-45). De la mismamanera, despus de pentecosts, Mara se encuentra entre todos aquellos que llenos deEspritu Santo... comenzaron a hablar en otras lenguas y a profetizar realizando las palabrasde Joel (Hch 2,4.18).

    3. MARA PROTO-DISCPULA, TIPO DE LOS DISCPULOS DE JESS

    16. Todo el nmero de la revista est dedicado a una espada atravesar tu vida en perspectiva interdisciplinar.60 G. SCHNEIDER, Gli Atti degli apostoli, Parte prima, Brescia 1985, 308.

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    No cabe ninguna duda que a la Madre de Jess pertenezca, como a Tabit de Joppe (Hch9,36), el ttulo de discpula (mathtria), por el simple motivo que el mismo corresponde como ya hemos recordado a un uso bien establecido, que a su vez reenva a una auto

    designacin de los cristianos palestinenses.

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    Considerando, sin embargo, la alta cualidad deldiscipulado de Mara, muchos exgetas terminan por reconocer en ella una tipologa que lahace ejemplar para todos los discpulos del nico maestro que es Cristo (Mt 23,8). Baste portodos, el siguiente testimonio a modo de sntesis:

    Muchos concuerdan en relevar el valor paradigmtico que la reflexin de la Virgen tiene paraquien, sobre su ejemplo, entiende penetrar el sentido velado de la palabra de Dios y su misteriosapresencia en la historia y en la vida de todos los das. [...] En este sentido Lucas la propone comomodelo de la Iglesia y de los discpulos de todos los tiempos: presentndola en una actitud concretae histricamente documentable, capaz de infundir confianza en quien como ella, madre de Cristo vive situaciones y acontecimientos en los cuales Dios, si bien est presente, lo est de unamanera tan misteriosa que parece incomprensible.62

    El concepto de tipo (del griego typteindar un golpe pulsante sobre una materia plsticade tal modo de dejar una impresin) incluye tres elementos: a. Representacin de un contenidoespiritual de parte de una figura concreta; b. Vnculo real interno, fundamento de larepresentacin; c. Ejemplaridad o carcter de modelo moral consiguiente a la representacin.El tipo es por lo tanto la representacin viva, eminente y concreta de una realidad de ordenespiritual a la que est ntimamente unida.63 Designando a Mara tipo del discpulo deCristo, entendemos atribuirle un significado tan rico y subrayarle las notas.

    3.1. MARAREPRESENTACINEMINENTEDELDISCPULO

    Indudablemente cada fiel, como tambin cada apstol y seguidor de Jess, manifiesta yhace visible el discipulado cristiano, pero ninguno es idneo en el representarlo y dar unaexperiencia viva como lo es Mara. En su persona, completamente dedicada al servicio deDios y perfectamente unida al Hijo Salvador, la Virgen es la representacin singular ytransparente de la ntima esencia del discpulo del Seor. Ciertamente, es necesario reconoceren Mara una anterioridad respecto de los dems discpulos, en cuanto ella ha precedido atodos los otros en la fe en Cristo, tanto en la respuesta al anuncio mesinico del ngel (Lc1,38), como en el episodio de Can donde transmite a los siervos su confianza en el Hijo ycoopera en el surgimiento de la fe en los discpulos (Jn 2,1-12).

    61 RENGSTORF, mathets, 1230.62 BELLIA, Confrontando nel suo cuore, 215 e 228. Mara sigue siendo el prototipo del creyente. Ella no hacomprendido todo, no ha comprendido bien el discurso de su hijo, per en lugar de rechazarlo, busca, a travs deuna asidua y atenta reflexin, meditacin, penetrar siempre ms el significado. [...] La propuesta de fe no essiempre verificable, tal vez nunca lo es; es necesario aceptarla igualmente. Es cuanto, segn el autor de Lc 1-2, ha

    buscado hacer Mara o la Iglesia, de la cual ella es el modelo, y es aquello que se sugiere al creyente. Mara seeleva en el corazn de la comunidad como la virgen fiel (O. DA SPINETOLI,Luca. Il vangelo dei poveri, Assisi21986, 132).63 Cf. O. SEMMELROTH,Marie, archtype de lglise, Paris 1965, 27-32.

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    Ms que a aquel Mnasn de Chipre, que hosped a Pablo en su viaje de Cesarea haciaJerusaln, el ttulo de discpulo de la primera hora (archaios mathets) (Hch 21,16) lecompete a Mara, ya que ella ha credo en el Hijo del Altsimo en el momento en el que estabapor encarnarse en su seno por obra del Espritu Santo. La fe constituye la verdad sobre

    Mara, que ha llegado a estar verdaderamente presente en el misterio de Cristo,justamente porque ha credo (RM 12). Mara de Nazaret no precede a los discpulosslo desde el punto de vista cronolgico, sino tambin y sobre todo desde la ptica dela cualidad. A Mara le compete una preeminencia de perfeccin en cuanto que ella, despusde Cristo, es la parte preponderante, mejor, ms influyente y ms elegida de toda laIglesia64. Su total confianza en el Hijo del Altsimo presenta dos notas: no es una fe dbilcomo aquella de los apstoles y de los discpulos lentos para creer (cf. Lc 24,25), sino una feejemplarque impulsa a Isabel a exclamar en el Espritu: Feliz aquella que ha credo! (Lc1,45); es una fe que crece y persevera hasta el final, como atestigua su presencia junto a lacruz (Jn 19,25) y en el cenculo en espera del Espritu (Hch 1,14).

    3.2. LAZOS

    DE

    MARA

    CON

    LOS

    DISCPULOS

    DE

    CRISTO

    Como perfecta discpula Mara no se separa de los fieles, porque ella no es extraa a sugrupo, ni a la Iglesia universal y ni siquiera a la misma humanidad. En la anunciacin elgnero humano est como personificado en ella, segn la ley histrico-salvfica de larepresentacin, segn la cual la comunidad se condensa en un representante individual oconstituye la expansin de un miembro singular del grupo.65 Interlocutora del Padre en suproyecto de enviar su Verbo al mundo para la salvacin humana, Mara con su fe llega a ser elprimer miembro de la comunidad de los creyentes en Cristo, y tambin se hace colaboradoraen el renacimiento espiritual de los discpulos.

    Justamente porque el Hijo engendrado por Mara es colocado por Dios como primognitoentre muchos hermanos(LG 63), la Madre de Cristo entra en relacin materna con cada unode ellos. Mara es madre espiritual porque coopera con amor de madre [...] en la generacin yformacinde los fieles (LG 63), segn la revelacin cumplida por Jess en la cruz. Comosostiene Agustn, Mara ha cooperado mediante el amor a engendrar los fieles de la Iglesia,que forman los miembros de aqul cuerpo66. Se trata entonces de una intervencin de laVirgen en el acto mismo del Bautismo con el cual los hombres son regenerados a la nuevavida en Cristo. El Concilio alcanza aqu la fe de la Iglesia primitiva: Mara en la fuente

    64RUPERTODI DEUTZ,In Apoc. I, VII, cap. 12, PL 169, 1043; citado por Pablo VI en el discurso conclusivo de la

    tercera sesin conciliar.65 Sobre la representacin o la sustitucin en la Biblia y en la teologa, cf. J. RATZINGER, Rappresentanza, enFries (ed.), Dizionario teologico III, 42-53; J. DE FRAINE, Adamo e la sua discendenza. La concezione dellapersonalit corporativa nella dialettica biblica dellindividuale e del collettivo, Roma 1968; D. SLLE,Rappresentanza, Brescia 1970; O. CULLMANN, Cristo e il tempo. La concezione del tempo e della storia delcristianesimo primitivo, Bologna 41990; B. VAN IERSEL, Alcuni tondamenti biblici dei sacramenti cristiani, enCon 4(1968)1, 29-33 (asume la persona corporativa para una comprensin de algunos textos de la Escritura sobreel bautismo y la eucarista); K.H. MENKE, Stellvertretung. Schlsselbegriff des christlichen Leben undtheologische Grundkategorie, Einsiedeln 1991.66 AGOSTINO,La santa verginit, 6,6, TMPM 3, 318.

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    bautismal, de esta manera podramos titular un captulo dedicado al amor por la Madredivina en el cristianismo antiguo67.

    Habiendo colaborado en el surgimiento de la vida sobrenatural, Mara contina su obra

    materna acompaando a los fieles en el crecimiento y maduracin de la misma vida con el finde que Cristo sea plenamente formado en ellos (cfr. Gal 4, 19). La maternidad de Mara esmaternidad educadora: ella no tiende a bloquear a los fieles en un estrado de infantilismoespiritual,68 sino que mira al desarrollo de los mismos hacia un cristianismo adulto yresponsablemente comprometido. Mara coopera en la formacinde los cristianos: suscitacon su influjo y su ejemplo69 una actividad de asimilacin a la vida de Cristo y unadisponibilidad a los designios divinos que movilizan al hombre a lo largo de toda su existenciaterrena.

    3.3. MARAMODELOMORALDELDISCIPULADO

    Como lo ha recordado Pablo VI, Cristo es el nico camino al Padre (cf. Jn 14,4-11).Cristo es el modelo supremo al cual el discpulo debe conformar la propia conducta (cf. Jn13,15) hasta tener sus mismos sentimientos (Fil 2,5), vivir de su vida y poseer su Espritu (cf.Gal 2,20; Rom 8,10-11): esto lo ha enseado la Iglesia en todo tiempo y nada en la accinpastoral debe oscurecer esta doctrina (MC 57). Sin embargo Mara no se pone en alternativao en competencia con el Hijo Salvador sino que se coloca a su servicio, en cuanto que sumisin est orientada como agrega Pablo VI a reproducir en los hijos los lineamientosespirituales del Hijo primognito (MC 57). Particularmente cumple esta tarea con la fuerzadel ejemplo como discpula de Cristo; justamente porque motivada por su preeminencia seestablece una relacin de ejemplaridadpor la conducta moral y espiritual de los discpulos delSeor.70 Dirigen los ojos a ella, que refulge como modelo de virtud delante de toda lacomunidad de los elegidos(LG 65), los cristianos aprenden el estatuto del discpulo, o sealas actitudes fundamentales requeridas a quien se pone en el seguimiento de Jess. Mara lastransparenta en su persona.

    3.3.1.El primado de la escucha de la Palabra .Para el cristianismo, ser discpulos esesencialmente colocarse en la escuela de la escucha de Cristo maestro (Mt23,8; Jn 13,14), revelador del plan de salvacin del Padre actuada en elEspritu. El camino para acceder a esta escuela es la fe, que proviene de la

    67 H. RAHNER, Teologia e kerigma, Morcelliana, Brescia 1958, 218.68 Otra cosa es la infancia espiritualpropuesta a todos por Cristo (cfr. Mt 18, 3), que coexiste con la madurez

    psicolgica, y an diverso es el infantilismo espiritual, que es una carencia en el desarrollo de la vida psquica

    y sobrenatural, y sobre el cual advierte san Pablo (cf. Ef 4, 14). Cfr. L. BEINAERT, Esperienza cristiana epsicologia, Borla, Torino 1965, 110-118 (infancia espiritual e infantilismo).69 Cfr. PAOLO VI, Signum magnum, 13-5-1967, donde insiste sobre la importancia del ejemplo de Mara, comoinstrumento de educacin materna.70 Para las relaciones entre Mara y la moral cristiana, cf. D. CAPONE, Maria nella morale della nuova alleanza,come ministra della parola di riconciliazione, en La Madonna 22(1974)5-6, 29-39; ID., Le opzioni moralifondamentali delluomo e Maria, en AA. VV., Sviluppi teologici postconciliari e mariologia, Roma 1977, 129-186; G. GRISEZ, Mary and Christian Moral Principles, en MarStud 36(1985)40-59; E.M. TONIOLO (ed.), Ilmistero di Maria e la morale cristiana, Roma 1992; B. PETR, Mistero di Maria e teologia morale dal

    preconcilio a oggi, enRivista liturgica 85(1998)293-314.

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    escucha de la Palabra (Por lo tanto la fe depende de la escucha, y laescucha, de la palabra de Cristo Rm 10,17) y produce la salvacin Tu fete ha salvado (Lc 7,50; 8,48; cf. Hch 14,9; 16,31).

    As como es retratada en la anunciacin, Mara es la Virgen en la escucha, que acoge lapalabra de Dios con fe (MC 17). Como tal ella emerge ejemplarmente en la comunidad de losdiscpulos, cuando se entiende que el escuchar es la forma esencial en la que la religinbblica se apropia de la revelacin.71 El suyo no es un simple or acstico, sino un escucharatento y reflexivo (cf. Lc 1,29) que se nutre de silencio y se transforma en una escuchaobediente, segn la obediencia de la fe (Rm 1,5) pedida a las gentes delante del misteriorevelado (cf. Rm 16,26). Ella goza la bienaventuranza de la fe y organiza su proyecto de vida ala luz de la palabra de Dios, que le transmitiera Gabriel. Como puntualiza Benedicto XVI,

    el Magnificat un retrato, por decirlo as, de su alma est enteramente tejido por los hilos de laSagrada Escritura, los hilos tomados de la Palabra de Dios. As se revela que ella en la Palabra deDios se encuentra de verdad en su casa, de donde sale y entra con naturalidad. Ella habla y piensacon la Palabra de Dios; la Palabra de Dios se le hace su palabra, y su palabra nace de la Palabra deDios. Adems, as se revela que sus pensamientos estn en sintona con los pensamientos de Dios,que su querer es un querer junto con Dios. Estando ntimamente penetrada por la Palabra de Dios,ella puede llegar a ser madre de la Palabra encarnada.72

    Finalmente se trata de una escucha fecunda, porque precede y es camino hacia lageneracin del Hijo de Dios en la naturaleza humana, como magnficamente lo interpretaAgustn: La Virgen Mara dio a luz creyendo a aqul que concibi creyendo.73 Lasimbologa patrstica e iconogrfica ha interpretado este evento con la conceptio per aurem,que no es una expresin mtica sino una ilustracin eficaz del pensamiento agustiniano ytodava anterior a Efrn, segn el cual la muerte entr a travs del odo de Eva, por esto la

    vida entr a travs del odo de Mara.74

    En la Capilla de la paz de El-Baghat en Egipto (s.IV-VI), la Virgen aparece en la postura de una orante mientras una paloma en vuelo se leacerca al odo reclamando justamente el tema de la conceptio per aurem.75

    Como autntica discpula Mara habita en la palabra, que la acompaa toda la vida, segnla promesa de Jess: Si permanecen fieles a mi palabra sern verdaderamente mis discpulos(Jn 8,31). No ha llegado hasta nosotros su reaccin verbal despus de la invitacin implcita deJess a formar parte de su comunidad ecumnica, constituida por la escucha de su palabra yponer en prctica la voluntad del Padre. Sobre todo su silencio se eleva altsimo al pie de lacruz, cuando el corazn es golpeado por la espada proftica y se encuentra totalmenteinclinada para escuchar las palabras misteriosas de su Hijo, que le revelan una nueva

    maternidad en el renacimiento de los discpulos.

    71 G. SCHNEIDER, akou, H. BALZ-G. SCHNEIDER(ed.), Dizionario esegetico del Nuovo Testamento, 140 (quecita Kittel).72 BENEDETTO XVI, EnciclicaDeus caritas est, 25.12.2005, n. 41.73 AGOSTINO,Discorso 215, 4, TMPM 3,370.74 EFREM,Diatesseron 4,15.22.75 M.G. MUZJ, Liconografia dellannunciazione , en Theotokos 4(1996)488-489.

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    3.3.2.La concentracin cristolgica. Adems del reclamo preciso a la escucha como premisapara una fe autntica y obediente al divino maestro, Mara sensibiliza a los discpulos sobre elcontenido de la fe cristiana, que no es un conjunto de verdades o prescripciones, sino, enprimer lugar una persona: Jesucristo en sus misterios.

    De esta manera el perfil espiritual de Mara consiste en una actitud que transforma lahistoria en conciencia, pero la historia tiene que ver con los acontecimientos de Cristo. EnMara contemplamos el icono eclesial de la sabidura que anticipa aquello que toda la Iglesiadebe realizar: ser memoria de los misterios de Cristo e intentar comprenderlos y actualizarloscada vez ms. Mara crece en sabidura en contacto con su Hijo, que la eleva del nivel de lasabidura humana al nivel superior de la sabidura del evangelio (Jn 2,4; Mc 3,33-35; Lc11,27-28). Con modalidad discipular, ella entra cada vez ms en el diseo salvfico de Dios yadquiere lazos especiales con la Sabidura: se coloca entre los hijos de la Sabidura quecomprenden el plan divino y justifican las obras de Jess Sabidura (cf. Lc 7,35). Como tal,Mara puede guiar a los fieles a la inteligencia del misterio de Cristo que sigue siendo para

    todos un enigma permanente.Mara conduce a la consideracin de Cristo en el misterio de la encarnacin, que se ha

    actuado por obra el Espritu en ella y por medio de ella. Su espritu, como surge delMagnificat, est impregnado por la alabanza de Dios omnipotente, santo y misericordioso, queha cumplido en ella el gran misterio de la concepcin virginal, fulcro innombrado peroclaramente indicado por el cntico de Mara (Lc 1, 46-51). El Magnificat reenva a laanunciacin de la cual es un comentario potico-pneumtico, y llama a todos los que lo cantancon la Virgen a proclamar a Jess mesas davdico e Hijo del Altsimo, concebido por obra delEspritu. El Jess de Mara es relacional al Padre y al Espritu, sin los cuales permaneceincomprensible. En Can, nuevo Sina de la alianza definitiva, Mara reconoce en Jess alDios con nosotros, al cual es necesario darle la respuesta del esfuerzo por realizar todo aquelloque nos dir.

    Finalmente la Madre de Jess penetra en el misterio pascual, del cual ha tenido unaexperiencia anticipada en el triduo del hallazgo del Hijo en el templo donde pasa de laangustia a la alegra. Ella se trasforma en una llamada al misterio pascual del Seor, enparticular al sacrificio de Cristo, que se renueva cada da en la celebracin eucarstica, porqueMara estaba presente en el Calvario sufriendo profundamente con su unignito yasocindose con nimo materno a su sacrificio (LG 58). El seguimiento de Cristo, al cualreclama Mara, se mueve hasta la inmolacin y el anonadamiento de s mismos segn elmandamiento de Cristo (Mt 16,24). Pero este anonadamiento es imposible fuera de laatmsfera de amor que caracteriza la nueva alianza. Por esto Mara es tambin una llamada alamor del Padre. Sus virtudes y su santidad reenvan a la benevolencia de Dios que la hallenado de gracia (Lc 1, 28). Su vida es la de una discpula que responde con coherencia yamor a la palabra de Dios. Justamente Mara puede ser llamada la primera cristologaviviente,76 en cuanto ella enlaza los misterios de Cristo de la encarnacin a la ascensin yrefiere necesariamente a los mismos.

    76 J.C.R. GARCA PAREDES, Mara primera discipula y seguidora de Jess, en EphMar47(1997)38.

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    Ejemplo de religiosa meditacin de tales misterios (cf. Lc 2, 19 e 51), la Virgen cumple unatarea providencial: abre tambin un camino nuevo y eficaz para penetrar en el misterio deCristo. De hecho, la Virgen, segn el pensamiento conciliar, es como un prisma o unmicrocosmos que rene y reverbera los mximos datos de la fe(LG 65).

    3.3.3. La koinona eclesial. El icono de la Madre de Jess en la asamblea pentecostal, comoama reproducirla la iconografa cristiana, restituye a los discpulos del Seor al gran bienevanglico de la comunin fraterna. De hecho las cuatro categoras de personas a la espera delEspritu, esto es, los once, las mujeres, Mara y los hermanos (Hch 1,14), estn unidos entreellos por la perseverancia o asiduidad en la oracin, en una expresa actitud mediante eladverbio omothymadn que significa unnimemente o concordemente.

    Este adverbio regresar en los otros tres sumarios de los Hechos (2,46; 4,24; 5,12) que loespecifican en el significado ms exacto:

    La ilustracin ms eficaz de omothymadn (unnimemente) la encontramos en 4, 32 donde seafirma que la multitud de los creyentes era un solo corazn y una sola alma. Omothymadn(unnimemente) se ha transformado, por decirlo as, en un trmino tcnico, incluso en unaexpresin estereotipada de la comunidad (H. W. Heidland). En este adverbio est condensadocuanto Pablo requiere a todos los creyentes: adquirir una mentalidad comn para que unnimes(omothymadn), con una sola boca glorifiquen a Dios (cf. Rm 15, 6). La concordia debe serentendida as para tender a la realizacin y manifestacin de la unidad querida por Cristo (cf. Jn 17,22). Esto se cumple sobre todo en la oracin y en la Eucarista.77

    La unanimidad pre-pentecostal en la oracin, que se hace unin profunda de los corazones,se explica mediante diversos principios que la originan y la conservan: el principioeucarstico, que rene a los convocados alrededor de la misma mesa y los hace un solo cuerpo

    y hermanos entre ellos; el principio pneumtico, que vence la dispersin bablica para hacerposible la comunicacin entre las diversas lenguas; el principio petrino, que se expresa en elministerio y unifica en la enseanza apostlica; el principio mariano, porque la comunidad noslo est unida en el s de Mara a la alianza, sino que en ella encuentra a la madre de losdiscpulos revelada por Cristo crucificado, esto es, la Jerusaln que acoge y rene a sus hijospara hacerlos habitar en el templo de Cristo resucitado.

    Mara es unnime con la comunidad de los orgenes en el amor, la oracin, en eltestimonio de Cristo resucitado, en el partir el pan... Se podra agregar con H.U. von Balthasarque el elemento mariano en la Iglesia abraza al petrino sin pretenderlo para s,78 perotambin que Mara reasume en s los otros elementos (Eucarista, Espritu Santo...), no en el

    sentido de sustituirlos, sino de indicarlos, dirigiendo a ellos y valorarlos.

    3.3.4.El testimonio misionero. Motivo central de los Hechos de los Apstoles es el testimoniodel Seor Resucitado, que concierne sobre todo a los doce (1,22; 10,39-42) pero se extiende a

    77 A. Valentini, Maria nella comunit delle origini che celebra lEucaristia, en G. Picu-E. Vidau (ed.), ConMaria donna eucaristica adoriamo il Dio-con-noi, Atti del 16 Colloquio internazionale di mariologia,Civitavecchia-Tarquinia, 24-26 maggio 2004, Roma 2006, 23.78 H.U. VON BALTHASAR,Nuovi punti fermi, Milano 1980, 181.

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    todos los miembros de la comunidad, que deben hacer lo mismo con su ministerio (diconos)y con sus carismas (glosolalia y profeca). Incluso si el icono de una Mara misionera esextrao al imaginario colectivo de los cristianos, sin embargo es conforme a los datosneotestamentarios que hacen de ella, naturalmente despus de Cristo consagrado y enviado al

    mundo (cf. Jn 10,36) y en comunin con los apstoles, la primera y ms alta expresin de laIglesia evangelizadora.

    En realidad, ya desde el anuncio del ngel, emerge que la consagracin-vocacin de Marafue ordenada esencialmente a la maternidad mesinica (cf. Lc 1,30-33). Lo cual no significaque la misin de la Virgen Madre se haya limitado a dar a luz al Salvador, ya que en lavisitacin ella como protomisionera anticipa a la Iglesia en la dinmica consagracin en elEspritu-misin apostlica. Cubierta y consagrada por el Espritu (cf. Lc 1,35), Mara se poneen viaje hacia la Judea llevando en su seno al Salvador anticipo del gran viaje de Jess haciaJerusaln (cf. Lc 9,51; 19,28); viaje misionero y salvfico en cuanto el saludo de Maraprovoca la efusin carismtica del Espritu sobre Isabel que discierne en la joven prima a la

    Madre del Seor, sobre Juan que se sobresalta de alegra en la presencia del Mesas, sobre lamisma Mara de cuyo corazn desborda el cntico pneumtico del Magnficat.

    En pentecosts el Espritu desciende sobre Mara y sobre los otros miembros de lacomunidad de Jerusaln, los consagra y los hace testigos de Cristo resucitado. Tambin laMadre de Jess es parte de aquellos todos que fueron colmados por el Espritu Santo ycomenzaron a hablar en otras lenguas como el Espritu les permita expresarse (Hch 2,4). Laexgesis descubre en este fenmeno de las lenguas una cierta familiaridad con el carisma dela glosolalia frecuente en los orgenes de la Iglesia (ver 10,46; 11,15; 19,6; 1Cor 12-14; cf. Mc16,17) [...] La glosolalia utilizaba palabras derivadas de lenguas extranjeras.79

    No debemos encontrar dificultad en ver a Mara en medio del grupo de los orantes dejarseconducir por el Espritu a dar testimonio y alabar a Dios mediante un lenguaje pre-racional encontacto con el misterio divino. Ciertamente la glosolalia como recuerda Pablo dice porinspiracin cosas misteriosas que necesitan ser interpretadas; por eso quien habla con el donde lenguas, rece para poder interpretarlas (1Cor 14,2.13). Este intrprete puede ser el profeta(1Cor 14,5).

    Ahora bien, Mara aparece entre los discpulos como gloslala yprofetisa, no slo a causadel Magnficat considerado como signo de su profunda espiritualidad bblica, sino porque como sostiene Pedro en su discurso a la multitud segn la profeca de Joel el Espritu seinfunde sobre Mara y sobre las otras mujeres hacindolas capaces, a la par de los hombres, deprofetizar: Yo infundir mi Espritu sobre toda persona; vuestros hijos y vuestras hijasprofetizarn [...]. Y tambin sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos das infundirmi Espritu y ellos profetizarn (Hch 2,17-18). La profeca post-pentecostal indica la historiade la salvacin que se concentra en la resurreccin de Jess, pero tambin anuncia el da de suregreso, provocando en los oyentes la invocacin del nombre del Seor y por lo tanto lasalvacin (cf. Hch 2,20-21).

    79La Bibbia di Gerusalemme, Bologna 21974, 2326-2327.

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    4. INTERPELACIONES DE MARA DISCPULA DEL SEOR

    De los datos ofrecidos por la tradicin eclesial a partir del NT acerca del discipulado deMara, pasemos a recoger las interpelaciones que bajo este aspecto provienen de la Madre de

    Jess.4.1. PRINCIPIOPRIMERODELAMARIOLOGA?

    Una primera interpelacin es dirigida a la mariologa que ha ignorado prcticamente elttulo de discpula del Seor, concentrando excesivamente el discurso sobre Mara comoMadre de Dios. Entonces la ventaja del subrayado y del desarrollo de tal ttulo consiste en elacercar mayormente a la Virgen a nuestra condicin de discpulos del nico Seor. Maraaparece como una de nosotros, plenamente inserta en la comunidad eclesial, acomunada en laescucha de Jess, en la fe en l y en el comportamiento de vida segn sus enseanzas. Lavaloracin del acontecer terreno de Mara viene al encuentro de las exigencias de nuestros

    hermanos y hermanas reformados, que con Lutero prefieren verla situada delante de Dioscomo su perfecta adoradora y no delante de nosotros.

    Ya que el ttulo de discpula atribuido a Mara est fundado sobre los evangelios, stedebe ser aceptado ecumnicamente, venciendo las dificultades que Garca Paredes encuentraen campo catlico: Hablar de Mara como de la perfecta seguidora y discpula de Jess puederesultar extrao para cuantos, segn la tradicin teolgica, estn habituados a comprender larelacin entre Mara y Jess en base a la clave de la maternidad.80 El mismo autor pone elproblema de si no sea el caso de proponer el discipulado mariano como primer principio oncleo organizadordel tratado mariolgico:

    Se dice tradicionalmente que elprincipio fundamentalde la mariologa es la maternidad divina, enla cual se condensa y de la cual deriva todo aquello que se puede decir teolgicamente sobreMara. Sin embargo, sobre la base de los ms recientes estudios exegticos acerca de la figura deMara en el NT, algunos telogos proponen como paradigma ms actual de la mariologa su serdiscpula perfecta. [..] El paradigma de Mara perfecta discpula y seguidora de Jess, ahorapropuesto, es la clave para entender unitariamente todas las verdades eclesiales sobre Mara. Eneste paradigma adquiriran, para nosotros, un sentido todos los atributos marianos.81

    Nos parece que la cuestin no est correctamente presentada. De hecho, quien hoy habladeprincipioprimero o fundamental, muestra su anclaje en el mtodo deductivo, sustitudo enla OT 16 por la estructuracin histrico-salvfica. En realidad W. Beinert, citado por GarcaParedes, presenta su propuesta de un modo ms articulado y aceptable:

    La bsqueda de un principio fundamental como eslabn lgico sobre el cual edificar estadisciplina ha quedado sin resultado. En cambio, se revela fructuosa, la idea de un paradigma comoprincipio hermenutico normativo, que consienta poder ver los datos de la tradicin bajo un aspectounitario y ayude a la teloga y a la Iglesia a mantenerse en la actitud de la Madre de Cristo. En este

    80 J.C.R. GARCA PAREDES,Maria nella comunit del regno, 178.81 GARCA PAREDES,Maria nella comunit del regno, 179.

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    sentido el pleno discipulado de Mara hacia Cristo permite igualmente el desarrollo de nuevosimpulsos en el seguimiento del Seor.82

    En esta lnea, pensamos que nada impida asumir el discipulado como esquema decomprensin del caso de Mara, sin pretensin de sistematicidad orgnica y completa. Tareaardua aquella de unir con el discipulado todas las prerrogativas marianas con sus reclamos a laprotologa (Inmaculada) y a la escatologa (Asunta), a la cristologa (siempre Virgen Madre deDios) y a la eclesiologa (tipo de la Iglesia), pero ciertamente fructuosa en orden a lapercepcin del nexus mysteriorum.

    7.2. HACERMEMORIADE MARADISCPULA

    En mbito vital es todava ms fructuoso hacer memoria de Mara discpula, no en elsentido de un puro recuerdo intelectual o de una nuda commemoratio, sino de unaactualizacin de la misma mediante la concientizacin de su valor frecuentementesedimentado y sin influjo en la vida, y sobre todo, mediante su celebracin litrgica. Se tratade recorrer dos itinerarios: el primero parte de la vida y cultura actual y llega a Maradiscpula, tal como es presentada por los evangelios; el segundo parte del acontecimientodiscipular de la Virgen como parte integrante del misterio de la vida de Cristo maestro y loactualiza insertndolo en el rito litrgico mandado por Jess. En el primer movimientonosotros intentamos hacernos contemporneos de Mara en su seguimiento del Hijo, en elsegundo movimiento Mara en plena comunin con Cristo se hace nuestra contempornea.

    Pensar en Mara como discpula responde a una exigencia para la Iglesia interpelada hoy avivir la hora del seguimiento. En realidad recuerda nuestros orgenes, porque esconsiderada, y lo fue realmente, iglesia naciente. En ella comenzamos a existir comocomunidad de fieles y seguidores. Mara es saludada como miembro excelente de la Iglesia,su prototipo y modelo eminente en la fe y en la caridad (LG 53). Mara concentra en s lautopa de los orgenes, es la Nueva Eva que hace de modelo de la Iglesia. 83 Adems hacermemoria de Mara es particularmente significativo para la Iglesia porque en ella encuentra unestilo de seguimiento de Cristo que se contradistingue por la coherencia y la fidelidad.84

    Sobre todo, aprendemos de Mara a meditar en el corazn el Misterio de Cristo, a crecer en suconocimiento vital y a testimoniarlo en la alabanza y la profeca.

    En cuanto a la actualizacin litrgica, Pablo VI ha recordado que en la liturgia, la Iglesiaasume a Mara como modelo espiritual con el cual celebrar y vivir los divinos misterios(MC 16). En particular, la liturgia busca inspirarse en la Virgen de la escucha, que acoge lapalabra de Dios con fe, cuando con fe escucha, acoge, proclama, venera la palabra de Dios,

    la dispensa a los fieles como pan de vida y a su luz escruta los signos de los tiempos, interpretay vive los eventos de la historia (MC 17).

    82 W. BEINERT, Maria/mariologia, in P. EICHER (ed.), Enciclopedia teologica, Brescia 19902 (ed. orig. tedesca1984-85), 538-39.83 GARCA PAREDES,Maria nella comunit del regno, 194.84 GARCA PAREDES,Maria nella comunit del regno, 195.

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    El aspecto especfico del discipulado de Mara, aqu implcitamente resumido, se haceexplcito en el formulario n. 10 titulado Santa Mara discpula del Seor, perteneciente a laCollectio missarum de beata Maria Virgine promulgada el 15 de agosto de 1986. Colocado enel tiempo de cuaresma, el formulario profundamente original y rigurosamente unitario,

    celebra a la Virgen como modelo de escucha de la palabra de Dios. En su conjunto, elformulario constituye una excelente exposicin en clave litrgica del dinamismo a travs delcual el discpulo vive de la Palabra: la escucha, la acoge y conserva en su corazn, la pone enprctica y ayudado por la fuerza del Espritu, la hace fructificar.85 En el centro del formularioest la palabra de Dios como palabra de salvacin, que Mara custodia en su intimidad,como r