manuel quintin lame hoy

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Revista del Centro Cultural Universitario Aquelarre 33 En 1970 Gonzalo Castillo Cárdenas empren- dió un proyecto de investigación-acción participativa con el cabildo indígena de Or- tega, Tolima. Como los otros miembros de La Rosca de Investigación y Acción Social -Orlando Fals Borda, Víctor Daniel Bonilla y Augusto Libreros, investigadores que tra- bajaban conjuntamente con sectores campe- sinos e indígenas en diversas regiones del país el objetivo de Castillo era el de generar una investigación colaborativa con la participa- ción de la comunidad indígena para que los resultados pudieran ser canalizados directa- mente a la lucha local (Bonilla, Castillo, Fals Borda y Libreros 1972). Castillo viajó en compañía del cabildo y unos cincuenta a se- tenta miembros de la comunidad a conocer la tumba de Manuel Quintín Lame Chan- tre, dirigente fallecido hacía tres años. En el panteón de Monserrate presenció un ritual de homenaje a la memoria de un luchador indígena, nacido en el Cauca, pero dedicado en la segunda mitad de su vida a la reconsti- tución del resguardo de Ortega y parte de Chaparral, Tolima: “En ese momento, Gabriel Yaima, uno de los miembros más jóvenes del círculo más íntimo y secretario del Cabildo, leyó algunas páginas lle- nas de metáforas e imágenes poéticas, de con- movedoras frases diseminadas aquí y allá sobre “Dios, el supremo Juez de la conciencia huma- na”, “los derechos de la raza aborigen”, “el desti- no del pueblo indígena”, y finalizó con un lla- mamiento a continuar la lucha contra los “acaparadores”, multimillonarios”, “aristócratas”, y “oligarcas”, así como a no olvidar la “doctrina y disciplina” de Quintín Lame... Lo dicho en el cementerio había despertado en mi interior la sospecha, que se confirmaría durante visitas Manuel Quintín Lame hoy * Joanne Rappaport ** * El artículo fue publicado en la reedición de “Los pensamientos del indio que se educó en las selvas colombianas” (Popayán: Editorial Universidad del Cauca, 2004). ** Profesora del Departamento de Español y Portugués y del Departamento de Sociología y Antropología de Georgetown University (Estados Unidos). Ph.D. en antropología sociocultural de University of Illinois at Urbana-Champaign. Autora de Cumbe Reborn: An Andean Ethnography of History (University of Chicago Press, 1994, traducido al español), Intercultural Utopias: Public Intellectuals, Cultural Experimentation, and Ethnic Pluralism in Colombia (Duke University Press, 2005), and The Politics of Memory: Native Historical Interpretation in the Colombian Andes (Cambridge University Press, 1990; Duke University Press, 1998; traducido al español).

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Manuel Quintin Lame Hoy

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Revista del Centro Cultural Universitario Aquelarre33En 1970 Gonzalo Castillo Crdenas empren-diunproyectodeinvestigacin-accinparticipativa con el cabildo indgena de Or-tega, Tolima. Como los otros miembros deLaRoscadeInvestigacinyAccinSocial-Orlando Fals Borda, Vctor Daniel BonillayAugustoLibreros,investigadoresquetra-bajaban conjuntamente con sectores campe-sinos e indgenas en diversas regiones del pasel objetivo de Castillo era el de generar unainvestigacincolaborativaconlaparticipa-cin de la comunidad indgena para que losresultados pudieran ser canalizados directa-mente a la lucha local (Bonilla, Castillo, FalsBordayLibreros1972).Castilloviajencompaa del cabildo y unos cincuenta a se-tenta miembros de la comunidad a conocerlatumbadeManuelQuintnLameChan-tre, dirigente fallecido haca tres aos. En elpantendeMonserratepresenciunritualdehomenajealamemoriadeunluchadorindgena, nacido en el Cauca, pero dedicadoen la segunda mitad de su vida a la reconsti-tucindelresguardodeOrtegaypartedeChaparral, Tolima:Enesemomento,GabrielYaima,unodelosmiembros ms jvenes del crculo ms ntimo ysecretario del Cabildo, ley algunas pginas lle-nasdemetforaseimgenespoticas,decon-movedoras frases diseminadas aqu y all sobreDios, el supremo Juez de la conciencia huma-na, los derechos de la raza aborigen, el desti-no del pueblo indgena, y finaliz con un lla-mamientoacontinuarlaluchacontralosacaparadores, multimillonarios, aristcratas,y oligarcas, as como a no olvidar la doctrinay disciplina de Quintn Lame... Lo dicho en elcementeriohabadespertadoenmiinteriorlasospecha,queseconfirmaradurantevisitasManuel Quintn Lame hoy*Joanne Rappaport ***ElartculofuepublicadoenlareedicindeLospensamientosdelindioqueseeducenlasselvascolombianas(Popayn: Editorial Universidad del Cauca, 2004).**Profesora del Departamento de Espaol y Portugus y del Departamento de Sociologa y Antropologa de GeorgetownUniversity (Estados Unidos). Ph.D. en antropologa sociocultural de University of Illinois at Urbana-Champaign. AutoradeCumbeReborn:AnAndeanEthnographyofHistory(UniversityofChicagoPress,1994,traducidoalespaol),Intercultural Utopias: Public Intellectuals, Cultural Experimentation, and Ethnic Pluralism in Colombia (Duke UniversityPress, 2005), and The Politics of Memory: Native Historical Interpretation in the Colombian Andes (Cambridge UniversityPress, 1990; Duke University Press, 1998; traducido al espaol).34Centro Cultural de la Universidad del Tolimasubsecuentesyconversacionesmsespaciosas,de que los campesinos lamistas compartan unmismo cuerpo de conocimientos al que se refe-rancomoladoctrinaydisciplinaenseadapor Lame. Se trataba de una tradicin oral o,quiz, de un documento escrito? Durante los si-guientesseismesesaumentmiidentificacincon el grupo... (y) un domingo presentaron antemis ojos un manuscrito, medio consumido poreltiempoylaspolillas,escritoporManuelQuintn Lame. (Castillo-Crdenas 1987, 1-3)Ese manuscrito, intitulado Los pensamientos delindio que se educ dentro de las selvas colombia-nas, es un tratado didctico, enigmtico y pro-fundamente espiritual, que reune la vasta gamade experiencias, investigaciones y lecturas de suautor. Presenta toda una gama de argumentosfilosficos sobre una serie de temas, incluyen-do entre ellos, la relacin del indgena con lanaturaleza, el futuro de la poblacin indgenade Colombia, la naturaleza de los procedimien-tos legales y una crtica contundente de la litecaucana, huilense y tolimense.LaRoscapublicunaversincompletadeLos pensamientos en 1971 bajo el ttulo,En defensa de mi raza (Lame 1971), pero otrosestudiososhabanconocidoelmanuscritopreviamente.1 El historiador Juan Friede co-noci a Lame en una reunin en 1943 y cul-tiv una amistad con l que llev a Lame adarleunacopiadeLospensamientos...Friede lo public en forma reducida, en unfolleto de 39 pginas y sin divisin en cap-tulos que parece reproducir apartes del ma-nuscrito ms largo que vio Castillo en Orte-ga (Lame s.f.). Seguramente, Friede sometiel manuscrito a una reduccin drstica.. Detodas formas, su edicin no reproduce en sutotalidad la voz de Lame, puesto que deja porfuera todo el discurso religioso que, para elautor,formabaunaparteesencialdesuser(adems de ser indgena, se senta catlico yconservador) y reune toda la argumentacincomo si fuera un discurso oral, y no el trata-do escrito que en realidad fue. La Organiza-cin Nacional Indgena de Colombia reeditfielmentelaversinpublicadaporFriede,incluyendo su prlogo (Lame 1987). En es-tasdiferentesversioneslaobradeManuelQuintn Lame ha circulado ampliamente enel pas. Dado que uno de los principales ene-migos de Manuel Quintn Lame era el poetapayans,GuillermoValencia,hubiesesidoirnico desde el punto de vista de Lame, queese importante texto, agotado hace muchosaos, habra sido publicado por la Universi-daddelCauca,aunquetalvezmsbienesun indicio de los tremendos cambios que hantransformado a Popayn y a su Universidaden las ltimas dcadas, siendo adems, testi-moniodeloscompromisossocialesdesusprofesores y su estudiantado.Revista del Centro Cultural Universitario Aquelarre35Me v recientemente con Gonzalo Castillo, hoyda profesor de teologa de la liberacin en unseminario presbiteriano norteamericano y au-tor de una obra que interpreta el pensamientoteolgicodeLame(Castillo-Crdenas1987).Le pregunt acerca de los objetivos que le diri-gi a publicar el tratado de Lame. Le pregunt:Qu esperaba La Rosca al sacar ese libro a laluz pblica? Quines eran para los editores elpotencial pblico lector? Me cont que su metahaba sido el de hacer conocer al pblico lectorla contribucin de ese intelectual indgena. Porpblico, me explic Castillo, se entenda los lec-tores colombianos en general. Sin embargo, enel prlogo de la edicin la obra est dedicada alos indgenas mismos:Con verdadero orgullo patritico ofrecemos alos campesinos indgenas del pas este documen-to salido de sus montaas gracias al gran lucha-doreintelectualindgena,ManuelQuintnLame (Lame 1971, ix).S la cantidad de publicaciones y tesis en tor-no a Quintn Lame y su obra (Castillo-Cr-denas 1987; Castrilln 1973; Fajardo Snchezet.al.1999;Rappaport2000b;RomeroLoaiza2003a;Tello1982;Theodosiadis2000)indicalaampliadifusindeltextoentrelosintelectualesblancomestizosyex-tranjeros, La Rosca dej un legado significa-tivo al patrimonio popular colombiano. Peroa ms de tres dcadas despus de su publica-cin y en un contexto de la existencia de unmovimiento indgena que se madur en losaosposterioresalaaparicindellibro,ellibrodeQuintnLameesunaherramientaindispensableparalaeducacinpolticadelas comunidades indgenas.2 Eso es, muy cla-ramente,loqueesperabaelmismoLame,como indica al principio del tratado:Este libro servir de horizonte en medio de laoscuridadparalasgeneracionesindgenasqueduermen en esos inmensos campos que tiene laNaturaleza Divina... (Lame 1971, 5).3Tal vez esta declaracin era utpica en 1939,cuando Lame termin de escribir su manus-crito, y an todava en 1971 cuando el movi-miento indgena era apenas embrinico. Peroal comenzar el nuevo milenio la esperanza deLame ha vuelto una realidad: su obra sirve dehorizonteparaaquellasgeneracionesindge-nas que ya no viven en la oscuridad, gracias ala existencia de las organizaciones tnicas y asudifusindesuobra.Sonesasconsecuen-cias de la publicacin del tratado de ManuelQuintn Lame que interpretar en este ensa-yo introductorio. Pero antes de explorar el im-pacto del libro entre los indgenas colombia-nos, es necesario dar a los lectores una peque-a introduccin al hombre y su obra ManuelQuintn Lame contra el coloso colombianoManuelQuintnLame,hijodemigrantesnasasde Tierradentroyterrazgueronacidoen 1883 en la hacienda de San Isidro (Lame1971, 87), irrumpi al escenario nacional en1910, cuando fue eligido Jefe, Representantey Defensor General de los cabildos indge-nasdePitay,Jambal,Toribo,Purac,Poblazn,CajiboyPandiguando(Castillo1971,xix).Enesapocalascomunidadesindgenas sufran la expropiacin de sus res-guardos a manos de un nuevo sector comer-cialagrariocuyasaccionesselegitimaronatravsdelapromulgacindelegislacinafavor de la liquidacin de los resguardos (Cas-tillo 1971, xv-xvi).36Centro Cultural de la Universidad del TolimaLame sirvi en la Guerra de los Mil Das enPanamydespus,enTierradentro(Castrilln 1973, 45-46, 49). Era un auto-didactaqueaprendialeeryaestudiarlalegislacin nacional durante su servicio mili-tar.Susampliospoderesdeanlisissocial,reforzadosporsuconocimientodelaley-particularmentesuapegoalaLey89de1890, la ley de los resguardos- su experienciamilitar,sucapacidadenormedelecturaenuna vasta gama de reas y su experiencia deterrazguero, lo llevaron a llenar la funcin deguaparalascomunidadesnativas,enesapoca azotadas por la prdida de sus territo-rios. Moviliz a los indgenas del Cauca des-de 1910 a 1920 mediante campaas educa-tivas y organizativas en torno a las siguientesreivindicaciones:1. Defensa de las parcialidades y oposicinmilitante a las leyes de divisin y reparti-cin de las mismas;2. ConsolidacindelCabildoindgenacomocentrodeautoridadybasedesuorganizacin;3. Recuperacin de las tierras perdidas a ma-nosdelosterratenientes,ydesconoci-mientodetodoslosttulosquenodenbase en cdulas reales;4. Liberacin de los terrazgueros, mediantelanegacinapagarterraje,ocualquierotro tributo personal; y.5. Afirmacin de los valores culturales ind-genas y rechazo a la discriminacin racialy cultural a que son sometidos los indioscolombianos (Castillo 1971, xviii).Hoy, gracias a los esfuerzos del movimientoindgena,lasreivindicacionesdeLamesonaceptadasmpliamentecomorazonables,obvios y dignos de un apoyo casi universal.PeroenlaprimeramitaddelsigloXX,lasmovilizaciones masivas de los indgenas delCauca dirigidas por Lame a favor de su cum-plimiento, provocaron una respuesta violen-ta por parte de la lite caucana que lo acusdeliderarunaguerraderazas(AGN/B1916, 317r).No queda claro si el movimiento lamista en elCauca fuera de ndole exclusivamente pacfi-ca, como sostiene Castillo (1971), o si, comoarguyenCastrilln(1973)y Tello(1982)apartir de su revisin de la prensa y los infor-mesoficiales,ycomosostieneFriedeensuprlogo a Los Pensamientos... (Lame s.f., 5),fuese ms bien una resistencia armada; comoveremos luego, hoy da los desmovilizados delMovimiento Armado Quintn Lame, un gru-po guerrillero indgena, son partidarios de lasegundahiptesis.Detodasformas,loslamistas enfrentaron una oleada de represinoficial apoyada en Tierradentro por la IglesiaCatlicayporalgunospolticosindgenas-tales como Po Collo- resultando en una se-rie de masacres y encarcelamientos de sus mi-litantes y de su lder (Castillo 1971, xix-xii).Las mltiples experiencias de Lame en la cr-cel, en los juzgados y en la redaccin de me-moriales a consecuencia de la represin, nu-trieron a su enftica preocupacin por la lega-lidad y sus intentos por desencubrir la corrup-cin de los abogados y los polticos.Revista del Centro Cultural Universitario Aquelarre37El estilo de movilizacin que marc la orga-nizacin lamista se apelaba no slo a los de-rechos de los indgenas, sino a una concien-cia nacional alternativa, como narra Gonza-lo Castillo (1987, 64):Laconciencianacional,sinembargo,noseidentifica con la civilizacin blanca o con la na-cincolombianasino,porelcontrario,conlaadherencia a un principio tico que se ha expre-sado a lo largo de la historia por medio de per-sonajesdeexcepcionaltallamoralquesehandeclarado abiertamente en favor de los derechosindgenas. Lame menciona al azar varios impor-tantes personajes de diferentes pocas, incluyen-do a Papas, presidentes, y sacerdotes, y aseguraque fue debido a esta conciencia nacional quehajuradolealtadnosloalosindgenassinotambinaColombiaentantoquemadrepa-tria. Es por ello que Lame se ve a si mismo comoun ciudadano de dos mundos: de una parte, esel primero y ms destacado apstol y abogadode los indgenas, mientras que, por la otra, debesulealtadalasociedadnacionalenvirtuddelvnculo moral de la justicia.Los actos pblicos de los lamistas entretejanun discurso catlico y la apelacin a figurasuniversales ejemplares -como Bartolom deLas Casas o Simn Bolvar- por un lado, y laapropiacin de formas organizativas aborge-nes, por el otro, lo que se nota claramente enladescripcinquehaceDiegoCastrilln(1973,91-92)desusmingasadoctrina-doras, reuniones polticas dirigidas a reflexio-nar sobre la costumbre andina de festejar eltrabajo comunal, la minga:Todo comenzaba entonces en forma de un ri-tual. Saludaba Quintn ceremoniosamente a lospresentes y se encaramaba en un cajn o mesacolocada especialmente para el acto, para comen-zarcoreandoelHimnoNacional.Cuandoto-dos cantaban sumidos en el fanatismo, inespe-radamente levantaba las manos pidiendo silen-cio,einiciabasuperorataentonosolemneypausado... Todo lo que dice el Himno Nacionales mentira, porque la libertad no ha llegado paralos indios. Yo vengo a defender las tribus de in-diosdesposeidos,dbiles,ignorantes,abando-nadosporlosblancosquenosgobiernansinderechoysehanadueadodelastierrasdeAmricaqueNuestroSeorJesucristonosdiopara que las trabajemos y defendamos. Yo estoyescribiendounaleyparallevrselaalgobiernodeBogotpidindolequeordenequenosde-vuelvanlastierrasquetienenlosblancos.Losindios no tenemos por qu pagar terraje porqueColombia es un gran baldo, que el Rey de Es-paa no poda dar en encomienda a los blancosconquistadores que vinieron a robarnos y asesi-narnos.La minga continuaba con una discusin so-bre las leyes o la Constitucin, una comiday, finalmente, la redaccin de memoriales.Ensuestudiodelahistoriapolticadelosnasa en el siglo XIX, Findji y Rojas (1985)sitan a Quintn Lame como un especie decacique sin cacicazgo.4 Asemejando en susintenciones a don Juan Tama, el cacique nasadelsigloXVIIIyfundadordelosgrandesresguardos de Pitay y Vitonc, Lame bus-caba unir grandes franjas de territorio y lasgentes que en ellas vivan dentro de un mo-vimiento poltico centralizado que se exten-da desde Popayn a Tierradentro, y llegabaa Tolima y Huila.5 Es decir, su cacicazgo eraan ms grande que el propio territorio nasa,internndose en reas que haban sido ocu-padas por los pijao en el momento en el queseproducelainvasinespaola.Lamees38Centro Cultural de la Universidad del Tolimacomparable a los caudillos del siglo XIX enelhechodequeintentcrearunaunidadpolticaalldondenoexistalegalmente.Adiferencia de los caudillos indgenas del sigloXIX, Lame antepuso las demandas del gru-poindgenaencuantotalporencimadeaquellasreivindicacionesparticularesdelasque slo se beneficiaran l mismo y la litedirigente.Los ttulos que Lame se atribuy a s mismoson de gran importancia a la hora de enten-der su papel en tanto que caudillo republica-no. Aunque nunca se llam a s mismo caci-que, s se vio como un dirigente cuya posi-cin poda ser heredada por su hijo, Roberto(El Espectador, 12 de Julio de 1924), asumien-doaslasformasdelcacicazgotradicional.Loqueesms,establecisuorigenenloscaciques de la poca colonial y afirm que elapellidodesubisabueloeraEstrella,comofuera el del gran cacique colonial don JuanTama de la Estrella:As naci el que escribe esta Obra, legtimo hijode Mariano Lame y Dolores Chantre; MarianoLame legtimo hijo de Angel Mariano Lame; An-gel Mariano Lame legtimo hijo de Jacobo Lame;Jacobo Lame fue el que se huy del pueblo deLame de la Cima ms alta del Tierradentro porun castigo que le anunci el Gobernador de laparcialidad del pueblo de Lame por desobedien-cia, y este al llegar a Silvia y presentrsele al Ca-ciquedeesareginnoseacorddelapellido,que era Estrella y Cayap por la madre; por nohaberse acordado del apellido el Cacique lo lla-m Jacobo Lame (Lame 1971, 87-88).Su complicada firma inclua un dibujo de unhombrellevandodosastros,unanuevare-miniscencia de don Juan Tama.6Lame fue capaz de difundir esta imagen decaciqueentresusseguidoresafirmandoserdescendiente de un hroe de la cultura nasa,enfatizandosusvisionescelestialesyenvol-vindose en un aura de invencibilidad, esfu-mndose de las manos de sus carceleros blan-cos (Castrilln 1973, 156-59) y alabndosede ser su propio abogado ante las adversida-desdelafortuna(Lame1971,17,48).Esevidentequesusseguidoresaceptaronestaimagen sobrehumana segn se desprende deltestimonio de sus contemporneos:Quintn nos dijo que, para impedir la divisinde los resguardos, sera necesario armarnos has-ta que todos los habitantes de la parcialidad es-tuvieran en condiciones de hacerlo. Dijo a lasmujeres que deban hacerse respetar empuan-do cuchillos si llegara el caso! Nunca haba vis-to o escuchado a ningn hombre as! (Castillo1987, 168, nfasis mo).7Pero aunque Lame adopt la simbologa delcacique, su interpretacin dependa de un fil-trodecimonnicoysucomportamientoerael de un caudillo del siglo XIX. Muchos de suscamaradasnasaserancaudillosporderechopropio con sus propios seguidores. Por ejem-plo,RosalinoYajimbodeTierradentrofuecoronel en la Guerra de los Mil Das y la gentetena por cierto que nunca haba sido heridodurantelosenfrentamientos,loqueledabaun aura de invencibilidad (AFCN/C 1972).Seconvirtienunhroeen Tierradentroalmatar al capitn Lorenzo Medina, oficial gu-bernamental responsable de la muerte de nu-merosos indgenas nasa. Se le conoca por ha-ber llevado a cabo sacrificios rituales en Puen-te Bejuco durante la guerra de 1876 (El Nue-vo Tiempo, 1 de Junio de 1917). De acuerdo ala imagen de caudillo, los seguidores de Lamerecibieron ttulos militares: Yajimbo era gene-Revista del Centro Cultural Universitario Aquelarre39ral (Castrilln 1973, 151), y Lame se llamabaa s mismo mariscal (AGN/B 1919a, 292) yportaba un uniforme militar que le haba sidoobsequiado en Bogot. En tanto que caciquesincacicazgoseenfrentaotrosquetenanuna posicin similar, incluyendo a Po Colloy Francisco Guains, caudillos nasa que esta-ban al frente de tropas indgenas (El Tiempo,16deNoviembrede1916;AGN/B1919b,142). En su tratado, Lame se comparaba in-clusoconunodeaquelloscaciquessincacicazgos:All est la defensa de Colombia que le ofrecal primer Magistrado ante el Palacio de la Ca-rreradoctorOlayaHerreraparasalirespont-neamente con cinco mil indios a castigar el in-vasorenlasfronterasAmaznicasgeneralSnchez Cerro, y que yo deseaba era ir personal-menteapresentarmiespadacontraelinvasordirigiendo esos cinco mil muchachos, flotandocon herosmo las sienes de nuestra Patria con labandera tricolor, en la forma que me toc en lainvasindelasfronterasdelEcuadorconCo-lombiaconelgeneralAvelinoRosasenelaode1903a1904,yoeradelBatallnCalibo(Lame 1971, 70).Por otra parte, Lame se vea a s mismo comounrepresentantedelosindgenas,unin-termediario semejante a los caciques del si-glo XIX, y no un dirigente autnomo del tipode los caciques coloniales.Aunque actuara como un cacique republica-no sin cacicazgo, Lame haca hincapi en lasraces coloniales de su movimiento, de las quehaba conseguido informacin a travs de lainvestigacindocumentalylalectura.Porejemplo, en 1920 estableci conjuntamentecon algunos cabildos nasa y guambiano delreadePopaynyTierradentro,ascomootros de Huila y Tolima, un Supremo Con-cejo de Indias cuyo presidente fue Jos Gon-zalo Snchez y entre cuyos miembros se en-contraban Lame y otros dirigentes (AGN/B1920, 17r-v). La lgica que subyace a la for-macin de este concejo es interesante a la horade mostrar cmo Lame utiliza informacinhistricadecarctergeneralparalegitimarun proyecto moderno:Este Concejo recuerda al Supremo Concejo deIndias que era un alto Tribunal de Justicia querigi en Espaa en el siglo XV; bajo el cual seguardabayseprotegiatodoslosinteresesdeAmrica; pus a ello se refiere el actual Concejoque est creado y nosotros lo reconocemos y res-petamos, porque bajo l y por l se har respetary reconocer nuestros propios Derechos que dapor da quieren desaparecer de nuestras manossin tener amparo (AGN/B 1920, 17v; nfasis enel original).Sinembargo,adiferenciadelasinstitucio-nes nasa de la poca colonial o del Consejode Indias en Espaa, la eleccin de Snchezcomo Presidente Nacional Indgena o Pre-sidente Superior de los Cabildos hizo que elconsejo creado por Lame se estructurara engran parte en torno a la institucin del cabil-do. Este caso es un claro ejemplo de la fusinde distintos horizontes histricos con el pre-sente en el proceso de utilizacin del conoci-miento histrico.8En 1920, la represin oficial incesante con-tra Lame lo empuj a reubicarse en el Tolimadonde, entre 1920 y 1930, lider una movi-lizacin indgena a favor de la reconstruccin40Centro Cultural de la Universidad del Tolimade resguardos que haban sido liquidados enel siglo XIX (Castillo 1971, xxiii-iv). El ejecentraldesusesfuerzosenel Tolimaeralareconstitucin formal del resguardo de Or-tega y parte de Chaparral, la cual logren 1939; estableci su capital en elcasero de Llano Grande, bauti-zado como San Jos de Indias,donde se construyeron la sededel cabildo y escuelas indge-nas(Castillo1971,xxiii-vi).Pero como en el Cauca, la or-ganizacin lamista se encontrcon represin por parte de los te-rratenientes y jefes polticos locales alo largo de su existencia; el movimiento durhasta1953,debilitadoensusltimosaospor una falta de organizacin de base (Casti-llo 1971, xxv-viii). Quintn vivi hasta 1967,dedicando sus ltimos aos a la redaccin dememoriales (Castillo 1971, xxviii).Los pensamientos del indio que se educ den-tro de las selvas colombianasLa obra principal de Lame, Los pensamientosdel indio que se educ dentro de las selvas co-lombianas, es un tratado de veinte captulosdividos en dos libros, que reune su filosofaproftica, sus experiencias personales, su vi-sin de la historia indgena, sus sugerenciassobre cmo los indgenas deben participar enel mundo de la legalidad y mltiples denun-cias de los abusos contra los pueblos nativosde Colombia. El libro est escrito en un esti-lo extremadamente crptico y con un lenguajefloridoquerecuerdalaliteraturadecimonnica y la voz potica de su enemi-goprincipal,elpoetaGuillermoValencia.Aunqueloscaptulostienentemas-lapre-historia indgena, la naturaleza de su pensa-miento,cmocomportarseantelosaboga-dos, son algunos de los temas- los conteni-dossenutrenconstantementedelostemasde los otros captulos, el resultado siendo unalectura quebrada que demuestra tanto la am-plituddelpensamientoeinvestigacindelautor, como su falta de experiencia como es-critor. Ms sin embargo, esta obra nunca fueconcebida por su autor como un relato oral,sinocomountratadoescrito;lasconfusio-nes y repeticiones que se dan en el texto pro-vienen del hecho de que Lame lo haya dicta-do a un secretario.9 Pero no obstante la orga-nizacin confusa de los captulos, Lame ex-presasufilosofaconargumentosclarosyconvincentes.Varios temas corren como hilos a lo largo dela obra. Los ms sobresalientes son: (1) la su-perioridad del pensamiento de Lame y de laculturadelosindgenasengeneral,(2)suvisin histrica del peligro que presentan losterratenientes,apoyadosporlospolticosylosabogados,(3)surespuestaprcticaalaagresin de los blancos. Como varios autoreshan analizado en detalle la naturaleza del tex-to (Castillo 1971, xxxi-xxxix; Castillo 1987;Rappaport 2000b, cap. 5) voy a ser necesa-riamente breve y sinttica en mi exposicinaqu.Como argumento central de su libro, Lametrazaunahistoriadelasagresionescometi-das por los blancos contra los indgenas, cen-trndose, por un lado, en figuras ejemplarescomo Cristbal Coln, y por el otro lado, ensu propia experiencia, en particular, mencio-naalospolticosyabogadoscaucanosytolimensesquellevaronprocesoscontral,conespecialnfasisenelpoetapayans,Guillermo Valencia. En la historia participandos mundos paralelos: el indgena y el euro-peo.Mientrasqueelindgenapertenecealmundo natural, portador del supremo cono-cimiento, el europeo pasa su vida acumulan-do actos malvados que conducirn a su jui-cio final. Para Lame, la Ley ms bsica quesubyace a la historia es la que llam la Leyde Compensacin. Sus oponentes legales enCauca y Tolima se contaran, segn sus pro-pias palabras, entre las vctimas de esta Ley.Revista del Centro Cultural Universitario Aquelarre41Sin embargo, la evidencia ms clara sobre lamaldad innata de los blancos y lo inevitabledesucondenacinresideparaLameenlavida de Cristbal Coln:Porqu?LaLeydeCompensacincontestaestapregunta.Porqueellacondenalconservatismo a que deba quedar debajo de laruinayardenesdelliberalismoetc.,etc.,ymorir como muri aquel hombre que vino a estatierra con el nombre de Conquistador el 12 deOctubrede1492,porquenadahayestableeneste mundo para nosotros los hombres (1971,50-51).Coln muri en la ciudad de Valladolid so-brelosbrazosdelamiseriaydelhambre(1971, 4). Coln y la invasin espaola cons-tituyen uno de los dos ejes del marco tempo-ralLospensamientos,obraquedelneatresgrandes perodos en la historia de los indge-nas colombianos: el pasado precolombino, unperodo de opresin europea que comenza-ra en 1492, y su futura salvacin, a la quedara inicio la finalizacin de Los pensamien-tos en 1939.Por lo tanto, Lame se constituye en su trata-do como el profeta de su raza, un mesas querecibi su educacin de la misma Naturale-za. Las fuentes primarias citadas en Los pen-samientos proceden de la Naturaleza, que elautorconsiderasuperioraloslibrosyalasuniversidades. Aunque la Naturaleza nos ro-dea a todos, los indgenas tienen un accesoms inmediato a ella dado que viven en unaproximidad mayor con el mundo natural:Dnde se encuentra la cuna de la Sabidura?Pues la Cuna de la Sabidura est debajo de crue-les montaas escondidas, segn lo dijo los sue-osdelindgenaquesubiavisitaralrecinnacido que estaba en dicha Cuna de paja, queestabahospedadoenunodeloscorredoresdeLa Casa de Beln, aqul que dej la Piedra dela filosofa, etc., ese indgena que le llev un re-galo de oro como a hombre y Rey de los reyes.Lacienciatieneunjardnmuyextensoquepocos son los hombres que la han mirado perode muy lejos, el indiecito le ha mirado de muycerca unido con esos discpulos que la Naturale-za ha criado y cra en el bosque... (Lame 1971,13)Al final de Los pensamientos, Lame enumeraaquelloslibrosdelaNaturalezaquecon-tribuyeronasupropiaformacin,aseme-janzadeotroshistoriadoresquecitansusfuentes:Pero es el pensamiento de un montas, quiense inspir en la montaa, se educ en la monta-a y aprendi a pensar, para pensar en la mon-taa; como tambin se profundiz en el bosquey despus se elev sobre la copa altanera del Ce-dro del Lbano para extender los pensamientos42Centro Cultural de la Universidad del Tolimasobre las Praderas de la Civilizacin los que apa-recen en esta obra cojeando, pero llegarn a sor-prender la historia universal, porque ningn ig-norante de que han hablado los hombres que seeducaron en la antigedad, en la edad media yen la contempornea, todos hablan de sus claus-trosdeeducacin;porestarazn,yotambindebo hablar como lo hago de los claustros don-demeeduclaNaturaleza;eseColegiodemieducacin (1971, 123).Lamecontinacitandolos15ttulosdedondeobtuvosuinformacin(1971,123-24), incluyendo los cuatro vientos de la tie-rraydelcielo,elsol,elreinoanimal,yelsusurro de las quebradas del bosque. Hacialamitaddelalista,comienzaaincorporarms temas propiamente humanos: el idilio,elamor,laagricultura,laganadera.Final-mente, termina su enumeracin con algunasdisciplinasfilosficas,entrelasqueincluyela higiene, la metafsica, la ontologa y la l-gica. Temticas que, como enfatiza Fernan-do Romero (2003b), provienen de las lectu-ras filosficas y pedaggicas que hizo LameenlaBibliotecaNacional,ynodeunacosmovisin indgena.A pesar de su nfasis en la cultura indgena,por su mayor parte las referencias culturalesson genricas y no parten de la cultura nasa,es decir, surgen de las investigaciones biblio-grficas hechas por el autor y no de su pro-pio conocimiento cultural. Una de las pocasreferencias a la historia nasa propiamente di-cha,essumencindelhroeculturalJuanTama:Pero al paso de 447 aos de los descendientesde la raza indgena tataranieto del indgena JuanFama de Estrella, y, por qu de Estrella? En otraedicin lo sabrn... (1971, 24)Peroparecieraquehastaestareferenciaseoriginaensusinvestigacionesdearchivo,porque la paleografa del siglo XVIII hace queun lector moderno se confunda entre la Ty la F, como hace Lame aqu, sugeriendoque su conocimiento de Juan Tama provienedeundocumentoescritoynodelatradi-cin oral. Sus sueos precolombinos se cen-tran en imgenes arquetpicas andinas, de lospicos de las montaas altas y los animales queloshabitan,peroenmarcadosenreferentesquchuas y no nasas:Atallocundulcunca,pjaroonidodeloscndores. Ese cndor de mi pensamiento y esaguilademipsicologa,psicologaindgenalaqueseengendrcuandopasesecndorocndorescomounconciertodegolondrinasparlerasquevisitanlasestacionesdeltiempo,dichoscndoresunosbuscaronsumoradaenlos altos peascos, y otros debajo de las sombrasde viejos robles, los que dan el grito hoy en me-dio de la inmensa soledad que me acompao...(1971, 65)stonoquieredecirqueLamefueraigno-rante de la cultura nasa, sino que el autor nomanejaba un modelo etnogrfico para orga-nizar el conocimiento que tena de su propiacultura.Dehecho,noexisteenLospensa-mientosningunaalusinalaliteraturaetnogrfica-queenesapocaestabaensuRevista del Centro Cultural Universitario Aquelarre43infancia en Colombia- aunque hay muchsi-mosindiciosdesuslecturasenloscamposde la arqueologa, filosofa, derecho e histo-ria.Es crucial enfatizar aqu que las excursionesbibliogrficas de Quintn Lame y su utiliza-cin de modelos filosficos -y cristianos- nolehacemenosindgena.Encambio,lseaprovechabadelaliteraturaexistentedesupoca, apropindose de ella para construir unargumento poltico en torno a los derechosdel indgena colombiano, un argumento queno comparta con los autores que l lea. Esdecir,sevalidemetodologasdeapropia-cinquehoydasellamaranlaintercul-turalidad, la reinterpretacin de ideas exter-nasencaminadasalaconstruccindeunapropuestapoltica(Lpez1996).Tantoeneste sentido de una metodologa alternativa,como en el sentido de la investigacin biblio-tecaria tradicional, Lame es, muy claramen-te,unintelectualqueusasuspoderesinterpretativos para construir un argumentoconvincente. Pero es ms: Lame es un inte-lectualorgnicoenelsentidogramsciano(Gramsci 1971), surgido de una capa socialemergente y canalizando sus capacidades in-telectuales hacia la organizacin interna delgrupo.La cultura indgena alabada (o evocada) porLame no persistir sin que -arguye l- los in-dgenas se organicen. Como narra en torno asus experiencias en Ortega, Tolima, es a tra-vs de la reconstitucin y el mantenimientode los resguardos que los indgenas adquiri-rn el espacio para desarrollar sus habilida-des, una leccin que persiste hasta hoy da.Pero,tambin,losindgenaspodrnprote-gerse al nivel individual, segn Lame, parti-cularmentesievitanlasrelacionesconlosabogados.Lametrazaunarelacinentrelasolucin individual y el objetivo colectivo enla siguiente cita:LasesinjurdicadeesteCaptulodebode-mostrarconfranquezaalpuebloindgenaco-lombiano que hoy estn sus deberes y derechos,comotambinsusdominiosmordidosyengangrenada la mordedura por la serpiente dela ignorancia y la ineptitud o analfabetismo; peroel indgena que interprete el pensamiento de losseisCaptulosdeestaobraselevantarconlafacilidad ms exacta para hacerle frente al Co-loso de Colombia y reconquistar sus dominiosen la forma que yo reconquist los Resguardosde Indgenas de Ortega y parte del Chaparral enel Departamento de Tolima (1971, 39).Esdecir,elpoderquevieneconelconoci-miento de los deberes y los derechos, a travsdel estudio legal, es lo que une a la solucinindividualyelobjetivogeneralqueLamereivindica en su obra.Lecturas indgenas de Manuel Quintn LameSi entendemos la lectura como una tecnolo-ga articulada a travs de una actividad indi-vidual -por ejemplo, el acto de sentarse soloa descifrar lo que est escrito en una hoja oimpresoenunlibro-eltratadodeManuelQuintn Lame no ha logrado mayor disemi-nacin dentro del sector indgena colombia-no. Hoy en da la educacin primaria y se-cundaria est disponible para gran parte delas comunidades rurales, pero sto no quiere44Centro Cultural de la Universidad del Tolimadecirqueentrelosind-genas se haya generaliza-do la costumbre de leer, nitampoco que sea facil con-seguir copias en el campod e las varias ediciones de Lospensamientos..., si hubiese vo-luntaddeleerlas.Alcontra-rio, si vamos a explorar la in-fluenciadelpensamientolamista en el campo colombiano,ms bien debemos reconsiderar nues-tra apreciacin de que es la lectura, tenemosquereconceptualizarlacomounaactividadsocial que implica no slo el acto de descifraruntextoescrito,sinolaactividaddeescu-charunalecturaenvozalta,deinterpretarun texto a partir de un resumen de su conte-nido o de recrear los puntos centrales dentrode la oralidad. En este sentido, Los pensa-mientos...estdiseminadoenelcampoatravs de asambleas polticas, talleres educa-tivos, pequeos crculos de lectura de la pren-sa indigenista y escuelas guerrilleras, es decir,en las vivencias del movimiento indgena.El pensamiento lamista sigue vivo y vigentecomoescrituraoralizada.Enloquesiguequierohacerunaetnografadelalecturadel libro de Manuel Quintn Lame, de cmose disemin en forma oral entre los indge-nas de varias partes del pas.Primero, es necesario enfatizar que las lec-turasquesehaceaLameenelcampocaucano son ms bien apropiaciones del dis-curso lamista en forma de conos. No se tratadeunalecturaprofundadeltexto,sinodeuna insistencia en ciertos temas centrales: lasrevindicacionesdelmovimientolamista,momentos crticos en su vida, la relacin en-tre indgenas y naturaleza, la importancia delasleyesylasimbologaindgena. Taleste-mas no aparecen como discursos que entranen dilogo con el texto de Lame, ni siquieracomo exposiciones de lo que contiene el tex-to.Encambio,soncortasreferenciasplas-madasenimgenesverbalesovisualesquereproducen tropos persistentes. sto se debe,ms que todo, al hecho de que la gran mayo-ra no ha ledo el texto, sino que cosechan lasimgenes de la oralidad. No son, propiamentedicho,lecturasbasadaseneltextodeLospensamientos..., sino conos que surgen delconocimiento oral en torno a Quintn Lamey su obra.ElConsejoRegionalIndgenadelCauca(CRIC) se fund en 1971 con un programade siete puntos que hace eco a los objetivosabanderados por Quintn Lame: recuperar latierradelosresguardos;ampliacinderes-guardos; fortalecimiento de los cabildos; nopago de terraje; hacer conocer las leyes y exi-gir su justa aplicacin; recuperar las costum-bres, tradiciones y la historia propia; formarprofesores que enseen de acuerdo a las ne-cesidades y en sus respectivas lenguas. Por lotanto, las intenciones polticas de Lame per-sistieron dentro de los objetivos de la nuevaorganizacinindgena,graciasenalgunoscasos a la lectura de la obra (particularmentepor los colaboradores), pero en muchos otroscasos,alalecturaoralizadaentreladirigencia indgena. Por lo tanto, no fue poraccidente que el programa del CRIC se ase-mejaba a aquel de su ancestro poltico. Ade-ms, en los primeros aos del movimiento,todava existan en las comunidades memo-rias directas del movimiento lamista que con-tribuan al conocimiento en la va oral de susactividadesyreivindicaciones.EnVitonc,porejemplo,contabaeldirigenteJulioNiquins:A m como saba medio apuntar, llevar cuentasde los instrumentos, todo esto, por eso me lla-maron ms y me apretaron en Popayn porqueyo tena que saber como secretario. Yo dije: Yonos.Porque...yoestabamuymuchachoenesa poca. All es en la vida, es lo que conoca alseor Quintn Lame. Ya despus amistamos conl y seguimos trabajando. (AFCN/C 1971)Revista del Centro Cultural Universitario Aquelarre45Peroen Tierradentro,porlomenos,enlosalboresdelafundacindelaorganizacinindgenalamayorpartedelapoblacinsehaba olvidado de su experiencia con QuintnLame(aunquealgunosseacordabandesudiscpulo, Rosalino Yajimbo).El Movimiento Armado Quintn LameTodo sto cambi a principios de la dcadade los ochenta, cuando surgi una guerrillaindgena en el Cauca. A diferencia de los otrosgrupos guerrilleros, el Movimiento ArmadoQuintnLame(MAQL)nobuscabatomarel poder, sino que sus filas velaban por la se-guridad de las comunidades indgenas con-tra los asesinos pagados por los terratenien-tes -los llamados pjaros- y contra los bra-zosarmadosdelEstadoqueamenazabanalas comunidades. El MAQL era una guerri-lla mayoritariamente indgena cuyo recluta-mientoyprocesodeeducacindecomba-tientes estaban ntimamente ligados a los ca-bildos, puesto que la organizacin funciona-baparadefenderlos.Comonarrasumani-fiesto de fundacin que sali a luz pblica en1984, los objetivos del MAQL se giraban entorno a las necesidades de las comunidades:Por qu surge?El pueblo indgena a pesar de la heroica resisten-cia que por los siglos ha ofrecido contra el inva-sor, sigue siendo perseguido y humillado. Cuan-dolosindgenashemosdecididoorganizarnospara recuperar nuestras tierras, defender nuestracultura y exigir nuestros derechos, el enemigo harespondido con una brutal represin.Entreelejrcito,lapolicaylospjaros,hanmatado a decenas de dirigentes indgenas, cen-tenareshansidoencarcelados,nuestrasvivien-das han sido quemadas, nuestros cultivos arra-sados,nuestrosanimalesmuertosorobados.Cuando las comunidades decidieron no aguan-tar ms, fueron formando sus propios grupos deautodefensaydeestosgruposseorganizelComando Quintn Lame.Por qu lucha?Luchamos por los derechos humanos fundamen-tales de las comunidades indgenas, como son latierra, la cultura, la organizacin. Igualmente porla dignidad de todos los indgenas.Defendemos la autonoma del movimiento in-dgena,quenosedebesubordinaraningunaorganizacin ajena. Las comunidades son paranosotroslamximaautoridadyasuservicioponemos todas nuestras capacidades y esfuerzos.Participamostambindelasluchasdelosde-ms explotados y oprimidos por derrotar la es-clavitudcapitalistayconstruirunapatriamsjusta para todos. Las organizaciones populares,losgruposarmados,sonnuestroshermanos,yhombro a hombro combatiremos con ellos paravenceranuestrosenemigos.(FajardoSnchezet. al. 1999, 113)10Compuestomayoritariamenteporcomba-tientes nasas (aunque consciente del carctermultitnicodesusfilasydesusobjetivos),esaorganizacinguerrilleraoptporaban-derar el legado de Manuel Quintn Lame. ElltimocomandantedelMAQL,Gildardocont a la antroploga Myriam Amparo Es-pinosa como escogieron su nombre:DesdeelmomentoenqueseconformabaelQuintnLamecomounproyectoguerrilleropensamosen(Manuel)QuintnLameporqueesunpersonajequelogrdarseespacioenlolegal,queagottodalapartelegalparalograrmetas,perolapartearmadatambininfluymucho,comolamismatomadePaniquit,latomadeInzydeotraspoblacionesdondel46Centro Cultural de la Universidad del Tolimapor la va de la fuerza dio a entender que en elCauca esa clase de terratenientes no era fcil dedarle el golpe por el lado legal, por eso mismocreemosqueparanosotrossesmuchomssignificante de tener el nombre de Quintn Lameporque es algo que atrae, algo que impacta, so-bre la lucha armada. (Espinosa 1996, 80)Al historiador Ricardo Pearanda, el mismoGildardosubrayalasintencionesdidcticasquetuvoelgrupocuandoadoptsunom-bre:Nosotrosen1982realizamosunaconcentra-cin con todos los grupos de apoyo, y el objeti-vo era ese de escoger el nombre con que se iba abautizar al grupo. En ese momento hubo discu-sin,sehablabadeJuanTama,delaCacicaGaitana,peroaloltimomiramosquelodeQuintneramsfresco.Enesemomentoeradesconocido totalmente entre las mismas comu-nidades, entre los mismos dirigentes haba mu-cha gente que no saba quien era Quintn Lame,inclusiveenalgunaspartestochablarlesunpoco de Quintn Lame, quin haba sido l, por-qu haba luchado. (Pearanda 1998, 66-67)Tanto Tama como La Gaitana forman parteimportante de la tradicin nasa que el CRICdifunda -y sigue difundiendo- mpliamenteen las comunidades. Por lo tanto, como ob-serva Gildardo, estos dos personajes eran bienconocidos por la poblacin indgena en lostiempos de la formacin del MAQL. En cam-bio, era necesario promocionar la figura deLame, cuya memoria se haba perdido, tal vezporqueenesapocamuchascomunidadesnasas eran mayoritariamente liberales, mien-tras que Lame era conservador.El MAQL agarr la memoria de Lame comocono de la resistencia indgena armada y a lavez, como herramienta educativa. El grupocomenz desde el principio a difundir su bio-grafa tanto interna como externamente, loqueesevidenteenelmanifiestodefunda-cin del grupo:Quin fue Quintn Lame?ManuelQuintnLamefueungranluchadorindgena, que siguiendo los pasos de antepasa-doscomolaGaitanaoJuan Tama,sepusoalfrente de su pueblo en contra de sus enemigos.Luch contra el terraje, por la recuperacin delos resguardos, por los cabildos indgenas, por ladefensa de nuestra cultura.Cuando se dio cuenta que nada lograba con pe-ticionesymemoriales,formgruposarmadosqueimpusieronelrespetodeexplotadoresygamonales.Ms de 100 veces fue encarcelado por orden delos terratenientes del Cauca.Cuando nuestros enemigos lo cercaron y le im-pidieron seguir con su labor en nuestro departa-mento,sefueparaelTolimadondecontinucon su lucha al servicio de los indgenas.Nos sentimos orgullosos de llevar el nombre deQuintnLameyseguirelejemploquelnosdej. (Fajardo Snchez et. al. 1999, 113-14)Ntense que las enseanzas del MAQL acer-cadeLamenoentraneneltextodeLosRevista del Centro Cultural Universitario Aquelarre47pensamientos..., sino que escogen elemen-tos de su biografa y los adecan a los objeti-vos del grupo: especficamente, enfatizan latrayectoria de su lucha -los lugares, la repre-sin estatal y de los terratenientes- y privile-gian una interpretacin blica de sus activi-dades, en vez de enfocarse en su utilizacindelalegislacincomoherramientaprinci-pal. El enfoque biogrfico, en lugar de unalecturafilosficadelaobra,comoveremosluego, caracteriza a casi todas las representa-cioneshechasdeLameporelmovimientoindgena.En las escuelas guerrilleras los combatientesdelMAQLrecibaninstruccinpoltica.Como narra el comandante Gildardo en subiografa (Pea s.f., 15), la historia de QuintnLamequerecibanenlasescuelaspolticassegua las mismas pautas metafricas, incor-porando algunos tropos sobre la importan-cia pedaggica de la naturaleza que estn pre-sentes en la obra escrita, para crear una bio-grafa del dirigente:Y de los hombres que ms se recuerda en estesiglo es Manuel Quintn Lame, por su astucia ydedicacin por la defensa de su raza, hijo de unhumildeterrazgueroquellegdesdeTierradentroalosladosdelmunicipiodePopayn en busca de un mejor futuro y se ubicen el resguardo de Quintana en la finca de losArboleda, donde naci Quintn Lame. Y creciy cuando tena la suficiente reconocimiento pi-di que se le diera la educacin. Le dijo, Si quiereestudiar aqu estn sus cosas para que vaya a laescuela.Lepasfuunhacha,unmacheteyuna hoz y le hijo, En vez de andar pensando enestudiovyaseparalamontaaparahacerpotreros, y l se form en esa labor junto con supadre y cuando tena los 18 aos se present alejrcito y se lo llevaron a prestar el servicio mili-tar y remitido a Panam, donde en ese momen-to estaban en la Guerra de los Mil Das, y allpudo conocer las letras y aprendi a escribir, por-que un oficial le ense y despus, le ense al-gunas leyes, regalando un manual de leyes. Consto cuando regres del ejrcito comenz a prac-ticar, hablando con la gente de que los verdade-ros dueos de las tierras eran los indgenas y quelos blancos los haban invadido. En poco tiem-pofueungrandirigenteporsuconocimientoque adquiri. Visit todos resguardos, como losdepartamentos del Huila, Tolima, predicando so-bre los derechos y que para rescatar estos dere-chostenanqueorganizarseydeestamanerapoderlucharcontralosterratenientesquesehaban adueado de las tierras, matando y opri-miendo.Gildardosiguesunarracin,insertandolasrevindicacionesdeloslamistaspara,luego,explicar la poltica del MAQL:Entonces, este proyecto lo que persigue es pro-mover una lucha que se enfoque netamente enlos problemas de los indgenas, con una polticaque se ajuste a la realidad que estn viviendo ynoconotrasideasajenasasusprincipiosylapropuesta de la organizacin es poder ubicarnosen los problemas y meternos en la dinmica, queestn planteando en este momento que son:- Fortalecimiento de los cabildos.- Ampliacin de los resguardos- Defensa de la raza.- El no pago de terraje.Eran algunos de los puntos por los que QuintnLame luch, y en el Cauca se estaba adelantan-doestasideas,buscandofortalecerseelmovi-miento indgena, entonces tenemos que acom-48Centro Cultural de la Universidad del Tolimapaar en este proceso y garantizar de que las pro-puestas las apoyemos con las armas.Aqu, Gildardo est reproduciendo el discursode su instructor, en una de las escuelas tem-pranas que tuvo lugar en la Laguna de JuanTama, Tierradentro. Ntense cmo GildardotocalostroposcentralesdellibrodeLame-la educacin recibida de la Naturaleza, susraces en Tierradentro, la importancia de es-tudiar la legislacin y hasta el nombre del li-bropublicado-intercalndolosconlasrevindicacionesdelMAQL.Sustraspasosdesde la historia de Lame a sus propios obje-tivos en ese momento no son errores de re-daccin,sinoquecaptanlafluidezdelaoralidadqueinterpretaelpasadodesdelasnecesidadesactuales.LasmemoriasdeGildardo logran expresar con agudeza la for-maporlacuallasenseanzasdeQuintnLame han sido diseminadas en el sector in-dgena.Quintn cantadoMs all del departamento del Cauca, el mo-vimientoindgenaseapropidelasmismaspautas biogrficas. David Cusquer, ancianodel resguardo indgena de Pann, Nario, seinspirenlavidadeLameycompusounacancin que resume sus luchas en el Cauca yTolima, situndo en especial su inters en laeducacin dentro del contexto del desarrollode la conciencia tnica en Nario:Guillermo Len Valencia neg la educacion,Caudillo Quintn Lame sigui la organizacin.Cumbales y Pananes se unieron para luchar,lo mismo los Mayasqueres con Chiles van a ayu-dar.LosgrandesterratenientesguerrearonenCha-parral,para ampliar las haciendas, nuestra ley terminar.Caudillo Quintn Lame al monte se fue a educar,paradejarunahistorialoslibrosparaeducar-nos.Aunque la cancin es muy corta, recoje algu-nosdelostroposmssignificativosdentrodel pensamiento de Lame: la importancia dela educacin y de la escritura, la identifica-cin de los enemigos principales (GuillermoValencia,losterratenientes),elobjetivoderecuperar los resguardos -asegurados, comosubraya el compositor, por la Ley 89, que lllama nuestra ley-.Quintn dibujadoEnlosltimoscincoaoselProgramadeEducacin Bilinge del CRIC ha introduci-dounarevista-xayu e,RevistadeEtnoeducacin- dirigida a los maestros rura-les. La publicacin de xayue abri un nue-vo foro para la diseminacin de ideas de losmilitantes y profesores mismos. Uno de losltimosnmerosincluyeunartculosobreelpensamientodeManuelQuintnLame,escritopordoseducadoresmilitantesbasa-dos en el resguardo de Pueblonuevo (Nene yChocu 2001). Los autores que publican enxayue son intelectuales indgenas urbanoscon un nivel educativo de secundaria o uni-versidad y una alta sofisticacin discursiva ypoltica, o profesores locales con menos edu-cacin pero con una larga experiencia en lalucha,laqueleshaimprimidoconunen-tendimiento poltico bastante profundo.Como estrategia de hacer acequible la difcilobra de Lame, los autores del artculo en cues-tin intentaron transmitir la historia lamistaen forma de una tira cmica que sintetice losmomentos ms significativos de su vida me-Revista del Centro Cultural Universitario Aquelarre49diante imgenes llamativas con pequeas ex-plicaciones escritas y unas pocas citas del tra-tado.11ComolosotrossintetizadoresdeLame, los autores de xayue recuentan susrevindicaciones, sus actividades tanto de in-vestigacincomoorganizativasporlasquepusoenmarchasusdemandasysuslogrosen Cauca y en el Tolima, todo en un lengua-jemsbienparecidoaldiscursodelmovi-mientoindgenaactual;lanicaexcepcines su utilizacin del tropo de su enfrentamien-to con Guillermo Valencia, que es uno de lospocos pneles que incluye una cita directa dela obra de Lame. Enmarcan su narracin enun trasfondo de la historia regional, hacien-dountratamientomsacadmicoquelasotras lecturas que hemos reseado.La tira cmica se asemeja a otros tratamien-tos orales del pensamiento de Quintn Lameen cuanto refracte el conocimiento del pasa-do a travs del presente. La insistencia en unahistoria poltica y econmica que forma unatrama paralela al presente, subrayando la con-tinuidaddelasluchasydelaexplotacin,enfocando la historia en referentes locales (ta-les como Valencia, o como la llegada de losmisioneros vicentinos a Tierradentro) y em-pleando un discurso poltico moderno, sontodos indicios de esta inquietud de los auto-res. Adems, las imgenes visuales presentantropos que hacen eco en Lame a la vez quecobran una significancia en la actualidad. Aspor ejemplo, podemos mirar su presentacinvisual de la promulgacin de una ley median-te la puesta frente a una multitud de indiosenojados cargando palos y de dos manos car-gando una hoja escrita. Estas imgenes pri-vilegian la palabra escrita y la legislacin deunaformaconsistenteconeldiscursodeLame,perotambinconlasimbologadelpresente. La presentacin de Lame con pelolargo, un reflejo del famoso retrato de su de-tencin en 1916 en San Isidro, une el pasadocon los actuales dirigentes nasas, algunos delos cuales tienen pelo largo.Lectores PastosPero en otras regiones de Colombia, la recu-peracin de la memoria de Quintn Lame estms directamente relacionada con la lecturade una de las versiones impresas de Los pen-samientos. En estos casos, es notable el n-fasisquelalecturaindgenadaaldiscursosimblico de Lame, ms que en su historia devida. En la comunidad de Cumbal, Nario,entre los descendientes de los pastos, la obraentra, en forma de frases formulicas, en losguiones de los grupos de teatro que protago-nizan los jvenes. Generalmente, estos acto-res no reproducen exactamente lo que est es-crito en el guin, es ms, no reciben guionespara memorizar. Pero el lxico peculiar (y muydecimonnico) de Lame se presta para su re-produccin en las obras que presentan. Mi-remos algunos apartes de una de las obras queelgrupodeteatroLosCumbespresenten 1987; marcar en negrillo las frases toma-das del tratado de Lame:50Centro Cultural de la Universidad del TolimaNosotros, los indgenas, ms aborreci-dos de este gran Cumbal de los blancosespaolesquellegaronesteda12de octubre de 1492 hasta las tierrasllamadas Guanan, que hoy las lla-mamos Colombia.Tambin:El hijo de un indgena se sentaren el trono de la sabidura, para de-fender nuestra propia sangre, sangreque por largo tiempo se ha estado ocul-tandoporestevengativoferozdenoso-tros.Y finalmente:La prehistoria repercute lo de nuestros an-tepasados, sus asientos all en esa colina dondeest sepultada la casa de la divinidad, segn laprehistoria de Bochica, quien por medio de sig-nos o parbolas donde se constataba en los su-blimes rayos del sol: cuando se presentaba porel oriente y as se consagraba las ceremonias delosdiosesqueadorabannuestrosantepasados.Pero los aventureros que llegaron el 12 de octu-bre de 1492 en nombre de la civilizacin hicie-ron blandir la cuchilla de la mano y la intencinpara quitarnos la vida de nosotros y esas grandesriquezasquenosotrostenamosheredadodenuestros caciques antepasados. Y hoy en da no-sotros, los colombianos, estamos acompaadosdel valor, y unidos como un concierto de gui-las encolerizadas lograremos la defensa de nostrospara que se nos haga justicia, y seamos ampara-dos por las autoridades competentes de toda lanacin, de toda Colombia, y para todos los co-lombianos.Vamos a ver cmo el libro de Lame funcionacomo un modelo para el dilogo dramticode Cumbal.1. 12 de octubre de 1492: El guin hace refe-rencia a la llegada de Coln a Amrica, aun-que los espaoles no llegaran al sur de lo quehoyesColombiahastacuatrodcadasdes-pus. La insistencia en la fecha de 1492 haceeco a Lame, quien en su tratado seala a 1492como un eje de la experiencia indgena. Esafecha icnica se opone a 1939, el ao en quetermindeescribirsulibro,marcandolos337 aos que para Lame marcaron el pero-do de opresin del indgena. Ese perodo ter-min con la aparicin de su tratado. El autorcumbal de la obra teatral tambin hace refe-rencia a Guanan, como un nombre alterna-tivo de Colombia. En realidad, Guanan fueel nombre aborgen de la isla caribea en laque Coln hizo su recalada, pero Lame uselconceptoparareferirsealterritorioaborgen global: As nacer maana un con-cierto de indgenas de esos descendientes legti-mamentedenuestratierraGuanan,descen-dientes de esas tribus odiadas, perseguidas delhombre no indgena (Lame 1971, 19). TantoLame como el autor del guin utilizan la fe-cha 1492 y el nombre Guanan como dispo-sitivos mnemotcnicos: Lame, para recordarel cataclismo de la invasin espaola y la exis-tencia de una experiencia autnoma indge-na; el guin, para recordar a Lame.2.Larecuperacindeltrono:EltratadodeLame es profundamente mesinico, procla-mando su papel como el salvador de los pue-blos indgenas colombianos, liberandolos delaoscuridaddelaignoranciamedianteelpoderdesusabidura.Asseharjusticia:Ese crimen est oculto, seores; pero esa justi-cia llegar, en que el indio colombiano recupe-rarsutrono,etc.,etc.(Lame1971,21).Similarmente,enlaobradeteatrosehacereferenciaalmilenio,cuandoeltronoaborgensereclamarylasangreindgenaoculta se har visible. Lame escribe que ad-quiri su conocimiento a travs de la Natu-raleza, no mediante la educacin formal, unconcepto que David Cusquer articul en sucancin.Lamecomparasuinteligenciaalvuelo de los pjaros:Revista del Centro Cultural Universitario Aquelarre51Atallocundulcunca,pjaroonidodeloscndores. Este cndor de mi pensamiento y esaguilademipsicologaindgenalaqueseen-gendr cuando pas ese cndor o cndores comounconciertodegolondrinasparlerasquevisi-tan las estaciones del tiempo... (Lame 1971, 65).El mismo vuelo de los pjaros funciona comometfora de la sabidura y la conciencia pol-tica en el guin de Los Cumbes: unidos comounconciertodeguilasencolerizadaslograre-mos la defensa de nostros.3. La prehistoria: El aparte largo que cit delguin de Los Cumbes que sita a la fuentede la sabidura en la prehistoria, particular-mente en los restos arqueolgicos, y que iden-tifica al sol como vocero del conocimiento,es tambin resonante con la obra de Lame,que plantea que la humanidad aprendi delsolahacerartesanasyhacereferenciaaladeidadmuisca,Bochica(Lame1971,24).ParaLame,lahistoriaestimplcitaenlosrestos de ese pasado glorioso:Ahora yo les pregunto, por qu la clera de lossiglos o de las edades no han podido destrur oborrar hasta hoy esas leyendas que marcan los Ce-menterios de nuestra prehistoria; Cementerios queseencuentranunosenelvientredelatierrayotros forman el redil de extensas lagunas de agua,y otros son depsitos de las grandes riquezas demis antepasados Soberanos, quienes dominabanmuchedumbresyqueestacorte,comounSinviora fundador de los templos de la Divini-dad del sol y que tambin ense a los indgenascmo deban adorar al sol (Lame 1971, 76).Todos tres temas -el cataclismo de 1492, elfuturo mesinico y la ubicacin de la sabidu-ra en el pasado aborgen- son interpretadospragmticamente tanto en el tratado de Lamecomo en el guin, articulados en un lengua-je simblico y en imgenes potentes que in-vitan a su audiencia a reinterpretar su pasadoenelcontextodesuscondicionesactuales(Connerton 1989). El guin se apela a la me-moria de Lame para estimular el proceso derecordarlasrevindicacionesdelosmismoscumbales.Es de veras significativo que el teatro indge-na nariense se apropia de un fuente impre-so para sus imgenes nacionalistas, y que esefuente sea el libro de Manuel Quintn Lame.Por un lado, la eficacia de la palabra escrita,la que ha servido como un vehculo de co-municacin y de lucha entre los indgenas yla sociedad dominante desde la Colonia, sur-gedelintersticiodelaescrituraconlaoralidad.Esaloralizaresasimgenesescri-tas, que cobran su fuerza. Por el otro lado, eltratado de Lame es un fuente ltamente apro-piadoparaeseejercicionosloporquesuautor es indgena, sino porque con su publi-cacinysudiseminacindentrodelmovi-miento indgena se establece un discurso na-cional indgena que estimula la sensacin deunacomunidadimaginada(Anderson1983) de indgenas colombianos que existems all de los linderos de un resguardo, unacomunidadmsvastaqueaquellaunidadcreadaporlasorganizacionesindgenasre-gionales o nacionales.52Centro Cultural de la Universidad del TolimaLo que es interesante es que esta lectura deLame, al igual que los tratamientos biogrfi-cos caucanos, es muy selectiva. Los jvenescumbales, a diferencia del compositor de can-ciones,DavidCusquer,noparticiparoncomo adultos en la oleada de recuperacionesde tierras protagonizada por sus padres entre1975 y 1981, sino que se beneficiaron de susfrutos. Su inters en Lame se finca, en parti-cular, en sus metforas, las que sirven comoinsumos para la construccin de una repre-sentacin de la cultura indgena, la cual en elmomento de redaccin del guin, era una delas prioridades de la organizacin indgena.Por lo tanto, se apropian de la historia ind-gena y de imgenes de la Naturaleza, comotroposprincipales.Comosuscontrapartescaucanos,ignoranlosotroscomponentesprincipales de la obra de Lame -su apropia-cin de una filosofa decimonnica, su leal-tad al catolicismo- los cuales, mientras eranfundamentales para Lame en la construccinde su argumento, han perdido relevancia paralos lectores indgenas de hoy en da. Los quenos fijamos en estos discursos somos, en cam-bio, los lectores acadmicos.12Reescribiendo a LameLa mayor parte de la diseminacin del pen-samientolamistaesporelcanaloral.Sinembargo,entrelosmiembrosmismosdelMAQLseintentdescifrareltratadodeLame,produciendointeresantesresultados.Para analizar estos textos, es til emplear elconcepto de versionar, una estrategia mu-sical que Dick Hebdige (1987) ha apropiadoparaestudiareldesarrollotransnacionaldela msica negra y su impacto sobre la identi-dad racial. Versionar consiste en la grabaciny re-grabacin de canciones, un proceso quecrea una gama de variantes de una obra mu-sical y que es una estrategia fundamental enreggae,jazzyblues. Versionarincluye unagrabacin original (original cut), una versinintercalada (dub version) en donde se sacude yse juega con el ritmo y un club mix, donde se lomezcla de nuevo produciendo an otra versin(Hebdige1987,12-13).Hebdigecomparael proceso con la citacin: Esa es la bellezade la cita. La versin original cobra una nuevavida y un nuevo significado (apropindose) deotra fuente en un disco o en la representacinen vivo de una obra musical. Son apenas dife-rentestiposdecitas.Yesaeslabellezadelversionar. Es un principio democrtico porqueimplica que ninguno tiene la ltima palabra.Todos tienen la oportunidad de hacer una con-tribucin. Y ninguna versin es la Sagrada Es-critura (Hebdige 1987, 14).Podemos extender la metfora al mbito ind-gena, no a la msica sino al contexto poltico,endondeeldilogointerculturalrepresentaunespeciedeversionarpolitizado,lainterpenetracin de mltiples voces polticas.Me interesa analizar, en particular, un manus-crito indito, Quintn Lame: la caida del colosocolombiano (Meja Dindicu 1989), cuyas in-tenciones, autora y forma revelan el carcterpluralista del movimiento indgena colombia-no a la vez que retoma las palabras de ManuelRevista del Centro Cultural Universitario Aquelarre53Quintn Lame en una forma novedosa.13 Estaobra es una reedicin de Los pensamientos...que recorta y reconforma el orden de los p-rrafos y los captulos para llegar a una nuevalgica de la obra -lgica que, dado que el tra-tado es a veces opaco y esotrico en su signifi-cado-,intentaarrojarnuevaslucessobrelospensamientos del dirigente fallecido. Los en-cargadosdelareedicineranmiembrosdelMAQL. A diferencia de los otros tratamien-tosdelaobraquehemosvisto,enestareedicin la filosofa decimonnica y las refe-rencias al catolicismo quedan intactos.Como me explic uno de los editores de laobra, Daniel Piacu, nasa de Tierradentro,al principio de su tratado, Lame subraya lasintenciones mesinicas de su obra:Elindgenaqueinterpreteelpensamientodelos seis Captulos de esta obra se levantar conla facilidad ms exacta para hacerle frente al Co-loso de Colombia y reconquistar sus dominiosenlaformaqueyoreconquistlosReguardosde Indgenas de Ortega y parte de Chaparral enel Departamento de Tolima (Lame 1971, 39).Loseditorestomaronapecholasintencio-nesdeLame,interpretandoliteralmenteelsignificado de su planteamiento:En esta obra nos habla Quintn Lame de algomuy importante, es que su pensamiento constade seis partes y tambin en uno de sus apartesdesupensamientohabladequequienlogredescomponer las seis partes de que compone elpensamiento de Manuel Quintn Lame encon-trar un elemento ms para poder vencer al co-losodeColombia(EntrevistaconDanielPiacu, Popayn, julio de 1997).Pero el tratado original est dividido en doslibros, el primero de once captulos y el se-gundo, de nueve, por lo tanto era necesariobuscar aquellos seis captulos.Daniel me explic sus intenciones al revisarloquehaballegadoaseruntextofunda-cional para el movimiento indgena:En una ocasin, estudiando en los ratos de des-canso en las noches, que se poda de pronto dor-mir un poquitico si es que s se lograba dormir,ahtenatranquilidad.Entonces,ensusueopoda de pronto soar o entonces, como haba-mos ledo tanto a Quintn Lame todas sus obras,pudimosencontraresasseispartesdelpensa-mientodeQuintnLame.Ylogramosencon-trar esas partes y releerlas de tal manera que ledimos una coherencia a ese libro y poder teneruna fcil comprensin de la gente, porque el li-bro de Quintn Lame est escrito de tal maneraque de pronto para muchos compaeros no vahaber una fcil comprensin, mientras que si seencuentramedianteladescomposicindeesepensamiento el otro elemento, que es el ordenlgico,hemosencontradolaherramientadepoder vencer al coloso colombiano. Y adems,sedicetambinclaramente,porquelosindiosque dorman dentro de la cuna de la ignorancia,comounarataparamorirsedehambreenunhueco,hoyyanoeseso:hoyyamuchos,mu-chos indios han entendido que somos gentes co-mn y corriente como cualquier otro ciudada-no colombiano con los igualiticos derechos peroque esa capacitacin, esa formacin ideolgica,esa claridad, se ha ido logrando es mediante unproceso.Eseprocesonohasidotanfcilparapoder llegar, incluso, a entender muchas cosas ypoderanalizarlibrosypoderescribirypoderordenar. Ha sido un proceso costoso en muchos54Centro Cultural de la Universidad del Tolimaaosylaexperienciademuchoscompaerosautodidactas tambin ha servido mucho para quejvenes de hoy sean cabezas principales, sean l-deres, sean aportadores de ideas para confrontarconideasaunsistemaqueseoponeyquesesigue oponiendo de muchas formas, en el que-rer ocultar la realidad de la existencia de los pue-blosindgenasenColombiayenelmundo(Entrevista con Daniel Piacu, Popayn, juliode 1997).Es decir, su intencin era aquella de produ-cir un documento ms acequible para la lec-tura de los indgenas, un propsito que sur-gi de los talleres educativos que el MAQLhaca en las comunidades. En efecto, esa es-trategia de versionar un texto fundacionalse asemeja a la actitud del MAQL frente a lahistoria:lareapropiacincontinuadeele-mentos de luchas histricas, desde Juan TamayManuelQuintnLame,pararecontex-tualizarlosdentrodeunmovimientomultitnico que recrea la territorialidad nasamediantelaestrategiamilitarylaprcticachamnica (Espinosa 1996).La misma autora de Quintn Lame: la caidadelcolosocolombianopresentaotroejemplode la estrategia de versionar. Al entrar en losnuevos combatientes en las filas del MAQL,adoptaban nombres de guerra que recorda-ban frecuentemente a los compaeros cados.Los tres editores de esa versin del texto deLame, uno de ellos nasa y los otros dos mes-tizos-asrepresentandolanaturalezapluralista de la organizacin- firmaron su tex-to con los nombres de guerrilleros caidos enla lucha:Este libro fue hecho por un seor que se llamaLuis ngel Mejia Dindicu. Recoge a Luis n-gel, que es el comandante muerto (del MAQL),Luis gel Monroy, el negro que cariosamentetoda la opinin pblica en el Cauca le conocacomo el Moncho. (Gustavo) Meja es un perso-najemuyimportantedentrodelmovimientoindgena en el Cauca. Fue un lder muy impor-tante de los campesinos en el Frente Social Agra-rio (organizacin precursora al CRIC), quien dealgunaodeotramaneraestepersonajeluchporque las comunidades indgenas entraran enrazn de que tienen derecho a organizarse y ayu-d y cordin con muchos lderes, muchos cabil-dos del Cauca a hacer una asamblea, a convocaruna asamblea en Toribo. Pus, que en esa asableaen Toribi surge la idea de crear una organiza-cin que hoy existe que se llama el CRIC... En-tonces por eso recogemos a Meja, que fue asesi-nado entre otras cosas, pues, no hay ningun cas-tigado por la matanza de este personaje. Y de unDindicu, Benjamn Dindicu, es otro de los di-rigentes muy importantes dentro de la organi-zacin,quetambinfueasesinado...Estnlostrespersonajes,LuisngelMonroy,GustavoMeja y Benjamn Dindicu, todo eso se sinteti-za en Luis ngel Meja Dindicu, es el autor deestelibro(EntrevistaconDanielPiacu,Popayn, julio de 1997).Al versionar en una cadencia pluralista -re-cogiendoaunprcernasa,otromestizoyotro afrodescendiente en un slo nombre depluma- los editores annimos se agarran deuntextoclsicodefilosofaindgenaparacrearunaherramientapotencialdedilogoenunanacinmultitnica.Sinembargo,nunca se public esa edicin porque los edi-tores no lograron convencer a ningna edi-torial de la importancia de su obra. Su obje-Revista del Centro Cultural Universitario Aquelarre55tivopareceseridiosincrtico,perosiretomamos las versiones de Juan Friede y dela ONIC, veremos que tambin intentan re-cortaryreposicionarlaspalabrasdeLamepara hacerlas ms relevantes hoy en da.Enefecto,haymltiplesmanerasdeleeraManuel Quintn Lame: la lectura acadmi-ca, que privilegia la naturaleza y las races in-telectuales de su discurso, y que requiere quela obra escrita sea completa; la lectura ind-gena caucana, que lo transforma en un conopara galvanizar las luchas de hoy y se olvidadelaobramisma;lalecturaindgenanariense, que se apropia de su narracin delahistoriaindgena,seleccionandometfo-ras claves; la lectura multitnica del MAQLqueversionalosprrafosycaptulosdelaobra. Con estas diferentes lecturas en mente,invito a los lectores a entrar en la obra de eseimportante lector caucano y de apreciar a suobra por la complejidad que conlleva.Washington, D.C., 19 agosto, 2003Notas1. Posteriormente, La Rosca public una seleccinde temas del documento original de Los pen-samientos..., en una edicin que tambien con-tiene dos otros ensayos de Lame, El derecho dela mujer indgena en Colombia y La bola querod en el desierto (Lame 1973). En su estudiode la teologa de Lame, Gonzalo Castillo inclu-y una traduccin al ingls de Los pensamien-tos... (Castillo-Crdenas 1987, 97-151).2. El Consejo Regional Indgena del Cauca (CRIC)fue creado en Toribo, Cauca, en 1971el mis-mo ao que la publicacin de En defensa de mirazayposteriormente,nacieronorganizacio-nes indgenas regionales y nacionales. En las pri-meras dcadas del movimiento indgena estas or-ganizaciones se dedicaban a la recuperacin delterritorio y al fortalecimiento de los cabildos peroa partir de los aos noventa irrumpieron en elescenarionacionalconunapropuestapolticainnovadora que result en la reconceptualizacinde Colombia en la Constitucin Poltica de 1991como un pas multicultural y pluritnico. Unahistoria del movimiento indgena en Colombiano existe, ni tampoco hay investigaciones hist-ricas sobre las diferentes organizaciones, con laexcepcin del grupo guerrillero el MovimientoArmado Quintn Lame (Pearanda 1988), aun-quehayunaliteraturarecientequeanalizalaspropuestasdelosdiferentescomponentesdelmovimiento (Avirama y Mrquez 1995; Findji1992; Gros 1991, 2000; Laurent 2001).3. CRISTOBAL: Tendrn que citar la edicin queestan publicando Uds. y no la edicin de 1971,pero como no exista la primera en el momentodeescribirlaintroduccin,citolapaginacinde la primera edicin del libro.56Centro Cultural de la Universidad del Tolima4. El texto de mi anlisis de Lame como un caci-que sin cacicazgo y la descripcin del SupremoConsejo de Indias vienen de Rappaport (2000,157-161).5. La memoria de don Juan Tama sigue viva entrelos nasas porque a lo largo de los siglos los cabil-dos han consultado los ttulos que dej (Archi-vo Central del Cauca, Popayn (ACC/P) 1881(1700),1883(1708)),convirtindolosentra-dicinoral(BernalVilla1953;Rappaport2000b).6. Para una reproduccin de la firma, vase Casti-llo (1971, ii).7. Deformaparecida,cuandoelcentroceremo-nial tolimense de San Jos de Indias fue destrui-do por el ejrcito el 1 de Febrero de 1931, susseguidores creyeron que su escape de las fuerzasde la represin fue debido a los poderes sobre-naturales que le permitan ser invisible (Castillo1987, 172).8. Igualmente,loscaudillosindgenasenelPerusaban un discurso hbrido, mezclando ideas co-loniales con trminos republicanos. Como des-cribeMark Thurner(1997),reivindicabanserrepublicanos, pero el referente que defina suuso de repblica no era el de la Repblica delPer, sino la divisin administrativa colonial enlas dos repblicas, puesto que vean en la anti-gua repblica de indios una mayor autonomaque bajo el Estado independentista.9. Agradezco a Fernando Romero por haberme se-alado esta diferencia tan crtica.10. El MAQL ha sido estudiado por varios investi-gadores,entreellos,Espinosa1996;FajardoSnchezet.al.1999;Ibea1999;Pearanda1998).Despusdesureinsercinaprincipiosde los noventa, los integrantes mismos hicieronsupropiahistoria(ColectivodeHistoriadelQuintn Lame s.f.), obra que, lastimosamente,todava est indita. Ntense que cuando el gru-po adopt el nombre de Lame, todava se iden-tificaba como un comando; posteriormente seconform en un movimiento.11. La idea de escribir en forma de tira cmica sur-gi de una experiencia en la licenciatura en Pe-dagoga Comunitaria que el PEB coordina. Ana-lizamos una historia local boliviana que empleala misma estrategia (Mamani Quispe 1986), pro-vocando varios intentos por parte de los maes-tros nasas de adecuar la forma a sus propias ne-cesidades(Rappaport2000a).Porlotanto,elartculo de xayue resona con experiencias co-tidianas de los maestros.12. LaversindeLospensamientos...publicadaporlaONIC-despusdequelosjvenesdeCumbal hicieron su guin- deja por fuera granparte del discurso filosfico y casi todas las refe-rencias a la religin catlica.13. Agradezco a Myriam Amparo Espinosa y LuchoEscobar por haberme introducido a la obra y aDaniel Piacu, uno de sus editores, por las cla-rificacionesquemedialrespectodesuedi-cin.Bibliografa de referenciaAnderson, Benedict. 1983. Imagined Communities:ReflectionsontheOriginandSpreadofNationalism. 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Memorial que los cabildos de indgenasde las Parcialidades de Colombia y dems miem-bros, dirigen al Excelentsimo Seor Presidentede la Repblica, pidiendo un reconocimiento afavordeLameysusrepresentanteslegtimos(Calibo, 12 junio, 1920), Ministerio de Gobier-no, seccin 4, vol. 137.Revista del Centro Cultural Universitario Aquelarre57Archivo Fundacin Colombia Nuestra, Cali (AFCN/C).1971.EntrevistaconJulioNiquins.Mo-ras, 29 julio, 1971. XII H 2, cas. 1, lado a, 8/71.Archivo Fundacin Colombia Nuestra, Cali (AFCN/C). 1972. Entrevista con Jorge Mulcu Sandoval.N.p., 25 noviembre, 1972, XII H 2, cas. 2, 11/72.Avirama,JessyRaydaMrquez.1995.TheIndigenous Movement in Colombia, en DonnaLeeVanCott,ed.,IndigenousPeoplesandDemocracy in Latin America, pp. 83-105. Nue-va York: St. Martins Press.Bernal Villa, Segundo E. 1953. Aspectos de la cul-tura pez: mitologa y cuentos de la parcialidadde Calderas, Tierradentro, Revista Colombianade Antropologa 1 (1): 279-309. 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