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REVISTA QUINCENAL ÓRGANO UNIVERSITARIO •• a •••••• ••••••••••••••••••• m•••••••••••••••••• •••••••••••••••••••••••••••••••• & ••••••••• AñO Agosto 15 de 1897 111 Tomo II-N.o 7 l ••••••• •••••••••••• •• •• ••••• ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• 1 •••••••••••••• Siluetas yaprecia.ciones POR G. P. Y Z. El Victor Pérez Petit es un crítico de ta- lento vigoroso. Cuando examina las gran· des obras de la intelectualidad contempo- ránea, parece un jardinero que lleno de devociones artísticas, deshoja ilores de coloraciones exóticas y prende á los bordes de cada pétalo separado brillos de su ima- ginación, verdaderas de rocío con qne los ilumina, con que les forma un marco de luz. De una ductibilidad de talento admira· ble, presenta sobre todo dos aspectos principales. En el primero es igual á un guerreador vestido con tosco tI'a.íe, desaliñado y ple- tórico de ardentías, repartiendo cintarazos á diestra y siniestra; es una especie de Sansón pulverizando á los Filisteos, á los liliputienses de nuestra literatura. En .literatura los que son águilas, los que tienen alas, tienen garras; los que pueden volar muy alto, pueden herir muy hondo. Un despliegue de garras bravías ó un sacudimiento de ahts implica fuerza. En el segundo, parece un oficiero del templo del arte, vestido con túnica de púr- puras fogosas, auroleando la frente de los genios que reciben la idolátrica adoración de la intelIgencia humana. . Como dramaturgo, novelador y cuentis· ta, SI bien no tiene el renombre que le han conquistado sus críticas, puede sentir or- gullos, al leer algunas de sus creaciones. Como descriptor lo encontramos admi- rable en algunos trabajos en donde hay tanta hermosura plástíca, que en ellos vemos lo carnal, lo escultórico de la nlujer; en ellos vemos senos que excitan con sus morbideces virginales de capullo, labios enrojecidos por la voluptuosidad y pupilas que se adormilan en un éxtasis de pasión. El t,o El estudio rotulado «La Imaginación» es, como lo indica el subtítulo que Jo afec- ta, un fragmento de las apreciaciones que al Dr. Víctor Pérez Petit le sugirió no ha mucho tiempo «El Deslumbrante,}} el ge- nial Rubén Darío. Rubén Darío es el primer poeta ameri- cano. Cincela versos y su pluma rompe á veces la armonía rítmica. y si bien esa roptura basta para hundir el trabajo de un buen poeta, en las creaciones del autor de Azul tiene un efecto completamente antagónico, porque estas creaciones tienen algo seme- jante á la historiada estatua de MíguelAn- gel: la Mano Divina que la construyó, le arrebató un pedazo y la estátua se hizo más hermosal Asus versos Daría les arre- bata la armonía y cobran una belleza ex- traña' una rarísima hermosura. Moisés toca una pied loa y brota un c1lGr- ro ·de agua que apaga la sed de las gar- gantas que han bebido sol; Rubén Darío, de cuanto hiere con su cetro de príncipe lírico, arranca un Jersey de poesía. Este poeta, para todos los inteligentes, es luz; para todos los cretinos, es sombra: . el sol ciega á quienes no saben mirarlo!

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REVISTA QUINCENALÓRGANO UNIVERSITARIO

•• a ••••••~.·m••••••••••••••••••• m•••••••••••••••••• •••••••••••••••••••••••••••••••• & •••••••••

AñO 1I-.~2~ÉPOC~J~I_~~~~eo, Agosto 15 de 1897 111 Tomo II-N.o 7l ••••••• •••••••••••• •• •• ••••• • •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••1••••••••••••••

Siluetas yaprecia.cionesPOR G. P. Y Z.

El antol~

Victor Pérez Petit es un crítico de ta­lento vigoroso. Cuando examina las gran·des obras de la intelectualidad contempo­ránea, parece un jardinero que lleno dedevociones artísticas, deshoja ilores decoloraciones exóticas y prende á los bordesde cada pétalo separado brillos de su ima­ginación, verdaderas orla~ de rocío conqne los ilumina, con que les forma unmarco de luz.

De una ductibilidad de talento admira·ble, presenta sobre todo dos aspectosprincipales.

En el primero es igual á un guerreadorvestido con tosco tI'a.íe, desaliñado y ple­tórico de ardentías, repartiendo cintarazosá diestra y siniestra; es una especie deSansón pulverizando á los Filisteos, á losliliputienses de nuestra literatura.

En .literatura los que son águilas, los quetienen alas, tienen garras; los que puedenvolar muy alto, pueden herir muy hondo.

Un despliegue de garras bravías ó unsacudimiento de ahts implica fuerza.

En el segundo, parece un oficiero deltemplo del arte, vestido con túnica de púr­puras fogosas, auroleando la frente de losgenios que reciben la idolátrica adoraciónde la intelIgencia humana. .

Como dramaturgo, novelador y cuentis·ta, SI bien no tiene el renombre que le hanconquistado sus críticas, puede sentir or­gullos, al leer algunas de sus creaciones.

Como descriptor lo encontramos admi­rable en algunos trabajos en donde haytanta hermosura plástíca, que en ellosvemos lo carnal, lo escultórico de lanlujer; en ellos vemos senos que excitancon sus morbideces virginales de capullo,labios enrojecidos por la voluptuosidad ypupilas que se adormilan en un éxtasisde pasión.

El 1)l~Opósit,o

El estudio rotulado «La Imaginación»es, como lo indica el subtítulo que Jo afec­ta, un fragmento de las apreciaciones queal Dr. Víctor Pérez Petit le sugirió no hamucho tiempo «El Deslumbrante,}} el ge­nial Rubén Darío.

Rubén Darío es el primer poeta ameri­cano.

Cincela versos y su pluma rompe á vecesla armonía rítmica. y si bien esa ropturabasta para hundir el trabajo de un buenpoeta, en las creaciones del autor de Azultiene un efecto completamente antagónico,porque estas creaciones tienen algo seme­jante á la historiada estatua de MíguelAn­gel: la Mano Divina que la construyó, learrebató un pedazo y la estátua se hizomás hermosal Asus versos Daría les arre­bata la armonía y cobran una belleza ex­traña' una rarísima hermosura.

Moisés toca una pied loa y brota un c1lGr­ro ·de agua que apaga la sed de las gar­gantas que han bebido sol; Rubén Darío,de cuanto hiere con su cetro de príncipelírico, arranca un Jersey de poesía.

Este poeta, para todos los inteligentes,es luz; para todos los cretinos, es sombra: .el sol ciega á quienes no saben mirarlo!

102 LOS DEBATESLOS DEBATES íOS

La o]n~a

LA IMAGINACION(FRAGMENTO DE UN ESTUDIO SOBRE RUBÉN DAnia)

La Imaginación es el cetro de oro de laMusa lírica. El Po~ta imperial que ha cele­brado susbodas luminosas con la gentil Era­to en el jardín eterno de la eterna Fanta:'3Ía~

lleva entre sus manos pálidas -más páli­das que las de los misteriosos hierofantes- J,quel cetro inmortal, emblema de losritmos de Orfeo, de los colores del Iris yde lo~ perfumes de un incensario; y conél penetra en el alma del mundo de nues­tra alma para cantar los arcanos del pen­samiento, sus visiones frenéticas, los le­gendarios enigmas, sus pasiones hierá­ticas y las majestuosas y serenísimascurvas de las ninfas del Ensueño. La ima­ginación es todopoderosa.

Al través de las siete cuerdas de la lirade Terprando han resbalado notas sulita­rias como perlas submarinas, cadencias dediamante y arpegios rumorosos como achi­ras de oro. La Castalia fuente no tuvo másecos cristalinos, ni más melancólicos susu­rros el aura de Jonia al adormecerse entrelos verdes laureles helénicos: la Inspira­ción dejó su aliento tibio sobre las cuerdasdormidas, y al despertarlas, el alto Olimpoescuchó las quejas de los poderosos Atri­das con Homero, Cadnlea se vió rodeadode murallas con Am.fión, Esparta triunfantede Aristomeno e1" mesenio con Tirteo y laGloria palideció ante Gerón, Rey de Sira~

cusa,. cantando en oda olimpica por Pínda­ro, el heraldo tebano. La virtud del Numenhizo crujir lJ.s ruedas sangrientas del carrode la Aurora, sorprendió las Bacantes de­senfrenadas r detuvo en su galope salvajeá los colosales Centauros; puso un lampoesmeralda sobre la frente de Minerva, ungirón de espuma en los flancos de las nin­fas y nna sarta de notas pastoriles en la

. cornamusa del Dios Pan; y ebrio de clari­dades y de líricas mieles, encendió el faler­no en, la éopa de Horacio, desnudó las alti·

veces marmóreas de la imperial Mesalina yderramó torrentes de hercúlea fuerza y deresignado martirio sobre la arena del Cir­co para divertir el hastío de los soberbiosEmperadores. A su conjuro colosal aní­mase el aire, hierven las ondas del Egeo ybajan de sus pedestales las Galateas depiedra. La selva tiene cantos desconocidos

t

los montes inclinan sus barbas de plata '1los torrentes alzan el pbcho, tronando,para salpicar con espumas la frente de lasestrellas solitarias. El hombre escucha es­tremecido y anhelante esos acordes gigan­tescos que llenan elllrmamento, y entrevé,en medio de un ensueño, el perfil de Hé­cate y la desnudez de Venus; siente pasarla Helena. por quien París encendió enguerra cruenta toda la Grecia, y la vé caer,más tarde, en los brazos del doctor Faus­to, rejuvenecido; escucha los clamores de .las Euménides incendiando la sangre ce­losa de Medea y se estl'emece ante el ecosalvaje que esos clamores despiertan en elpecho del espo~o de Desdémona; mira, enfin~ el alma de Pigmalión, ardiendo en de­seos, y vuelve á encontrarla, deshecha yrota, á los piés del ídolo, en el jovenWerlher.

La Imaginación es todopoderosa. AdolfoGarniel' nos habla. «de ciertos artistas enmosaicos que entre dos piedras que al pa­recer ofrecían los tonos mas vecinos, con­cebían un tono intermediario» (1). Descar­tes formuló toda una hipótesis, los Torbe-

.. llinos, para explicar el movimiento de loscuerpos celestes. Pitágoras escucha la ar­monía de los astros rodando por el abismoinfinito de los cielos. Anibal asustó a susenemigos recurriendo á una estratagemaque imaginó: puso fuego á unos montes.El canto IV de la E'neida arranca lágrimasgratísimas á San Agustín. Milton, ciego, seencontraba deslumbrado con los resplan­dores del trono del Eterno. Colón descu­brió un mundo, como Dante había descu-

(1) AdolpheGarniex, Traité i/;eq fact~ltéqael'ltme

bierto el Infierno, soñando; y soñando,soñando siempre, es que Franklin enca­dena el rayo de Júpiter, Wat encierra elvapor dentro de una caldera para obtenerel secreto de la fuerza de los Sansón yTeseos, Jenner descubre la vacuna, JacoboMetzu el telescopio y Servet la circulaciónde la sangre. Soñando, los griegos decla­raron virgen á Temistoclea, sacerdotisa deDelfos, después de haber concebido unhijo, y scñando, también t los judíos desco­nocen la virginidad de María y crucificaná su hijo. Tal es el poder de la Imagina­ción.

El Poeta que tiene entre sus pálidas ma­nos de hierofante el cetro de oro de laMusa lírica, la Imaginación, es el SupremoPontífice del Universo. Ante su vista, searrojan á tierra de rodillas todos los hom­bres y besan, llorando, el polvo del suelo.Habla, y su voz domestica las fieras, comoOrfeo~ ó levanta las piedras por si mismaspara construir murallas, como Amfión. Élregenera al mundo, arrastra los pueblos alcombate, dignifica el alma hamana ó ladegrada. Él lo puede todo.

¿Dónde está el secreto de ese poder dela Imaginación? Está en nosotros mismos,en los esclavos. Nosotros somos los que,voluntaríamente, nos sometemos al yugo.¿Por qué, si no, nos horroriza más la No­via de Mesina que lVallenstein? Porque latr2gedia que concebimos y esperamos enla primera :de estas obras de Schiller esmás terrible que la que desenlaza la famo·sa trilogía. ¿Por qué nos subyuga muchomás la obra do Gubernatis Nala que elLohengrin de Wagner? Porque Damaianti,Nala é lndra son. seres fantásticos, mien·ti'as que en la historia de EIsa no hayotros elementos imaginarios que Loheo"griny su cisne. Todo hombre ;está sujetoá una ley de herenda que lo es á la vez so­cial: tiene eosí algo del salvaje primitivoy dela infancia de las ·sociedades. La su­perstición, primer elemento psíquico delos primeros hombres, vive aún en n080-

tras, y en ese sentido somos todavía con­temporáneos de los mathmouths y plesio­sauros. Para cualquier época, pues, vIenende perlas estas palabras de Voltaire: «loshombres aman todo lo que les pareceterrible; hacen lo que los niños, que- es­cuchan con avidez los cuentos mágicos quelos asustan». El misterio y la supersti­ción aun tienen fanáticos y si hoy han de­saparecido los viejos mitos qJe horroriza­ban las almas en los imponentes templos.de Baal, Isis y Osiris. en cambio tene­mos santuarios sombríos alzados á la Ma­gia, al Budltismo moderno y á la buenaDiosa de la Lujuria: si las vírgenes de laantigüedad iban al templo de Milita ~ara

ser desfloradas por los extranjeros, noso­tros tenemos otro templo Leviatán no me­nos misterioso que el de Babilonia.

La superstición y el m'l&terio son lafuente primordial de la poesía. Si la In­dia nos ha legado sus colosales poemas,-- el Ramayána, el Mahabháratta·- y .loscantos..de Hala~ Bartrihari, Kalilasa, Giéiya­deva yAvyar, esos eternos monumentos dela imaginación creativa; si todos los pue­blos antiguos han teaido sus leyendas y .tradiciones, á cual más asombrosaé impo·nente~ débese antes que nada al misterio yá la superstición. Todo lo que el hombreno ha podido explicarse racionalmente, hasido atribuído á la divinidad y á los pode­res ocultos. Así es que ha podido decirser.on razón que la metafísica es casi toda la·Poesía.

¿Y quién es, si no, el poeta el que hacontado al pueblo estos grandes extravíosde la inteligencia por los dominios de loDesconocido? ¿Quién, sino él, el que ha he­cho más emocionantes las creencias quellenaban de sombras los inseguros cerebrosde los hombres sencillos? En verso se im­puso el credo divino creador de los orbes,en verso se celebró á Brahma, .Vichnou ySiva, en verso se arrastró las legiones deEsparta contra Mesenia, en verso se hizo launidad de Italia, en verso Camoens dividió

LOS DEBATESLOS DEBATES 105

Deb e de ser inmenso el numero de fie­les cristianos que concnrren á la vetustaiglesia, si á juzgar vamos por el númerode pordioserus que invaden ambas puer­tas del sacro recinto. El autor nos llevahasta el sitio elegido por los menet-\terosospara impetrar la conmiseración de lospadientes, ydesde ese momento empeza­mos á vivir y respirar en el seno de la mi­seria, que se revela en todas sus manifesta­ciones, tI=\Oiendo para cada una de éstasun símbolo característico de carnB y hue­so, un dOC~lmento huma1oo. El cuadro dela misería que ofrece el grupo de pordio­seros en (<la puerta del Norte,}) se vé átravés de la descl'ipción magistral de ma­nera tan plástica, que no podemos menosde hacer involuntariamente un mohín deasco, cual si se aspirara un ambiente apes~

toso.

En el capítulo III aparece el personajeque podemos llamar principal; porque, sibien en el interés que despiertan al lec­tor, otros hay que con ella compiten, laseií,á Benina es un ser excepcional conquien entramos en tan intima relación,que no hay suceso en el cual ella no inter­venga. Todo el drama de la miseria serealiza en torno de ella.

Doña Paca, su hija Obdulia yel señorde Ponte, dignos son de ser estudiados ensendas novelas. No porque estén mal ca­racterizados por el autor, sino pOi' lo con­trario; porque él los ha creado; ó, mejordicho, los ha señalado con el dedo; puesesos personajes no son puramente hijosdel fecundo ingenio de Gald6s, sino quepuede decirse que andan por ahí. Digoque cada uno de esos personajes mereceuna novela aparte. porque condiciones tie 'nen para dar interés y vida á toda unaobra.

Otro personaje singularísimo es el ciegoAlmudena,un moro idealista, ingenuo,que anda por el mundo rodando entre la

A. L. M. lVIOLTEDO

Soy una flor esplendenteQue al sol le muestra ríente

Pnra faz,y en los c.aml1os que el sol quema,Soy el símbolo, el emblema

De la paz.La Madre NaturalezalV1e IH'ocligü la belleza

Del matiz,y con mi túnica hermosaSoy la regia, la orgnllosa,

La feliz.Los amantes soñadoresy m(Lgicos trovadores ,

Si me ven,Al encomtl'amle tan l)ella,Dicen que soy una estrella

Del Edén.No hay ave que no me ame,No hay nube que no me llame,

y el zorzal~roc1os sus cantos me ofrenda ..No hay noche que no me prenda

Luz aHtral.Agosto Mnsso

___"'~~B

NO?Jcla, pat· B. PICREZ GALD6s

reinará mucho tiempo; sólo durará lo quela anarquia que domina en todos los es­píritus fin de siglo, ahítos de sensacio­nes, cansados de lo vulgar y corriente,sedientos de nuevos icleales y de mas pa­roxismos y estremecimientos.

""'íC(~Ol~ l--él'ez PeUt.

MISERICORDIA

Guiados por el autor, llegamos á los al­rededores de la parroquia de San Sebas­tián, cuya ridícula fábrica arquitectónica,-sagrada herencia de lejanos tiempos,­se aviene y guarda relación con el conjuntode edificios que ocupan ese singular «rin­concito de Madrid,» conjunto «gracioso,picante, may'o, por decirlo de una vez.)}

:r

de cada una de ellas hizo un regalo alasnuevas sectas decadentes. Estos primoresde color, estas maravillas de luz han em.briagado la Imaginación de los simbolis­tas, decadentes, místicos, impresionistas,magníficos y wagnerianos. Y toda reglarué olvidada, todo principio fué echado alcesto, toda teoría rué desquiciada. La nue­va Imaginación se ríe como una locuela desu hermana, la del cenelal ateniense.

La Imaginación es el cetro de oro de laMusa lírica. Mas, ¡ay del imperial Poeta queal desposarse con la gentil Erato en el jar­dín eterno de la J!antasía, recoge el cetro dela Imaginación revolucionarial El cdstigomas leve de que podrá ser objeto será elde no ser comprendido. Pero, ¿~es que se fa­tigan los poetas mOllernísimos por que seles comprenda? ¿¡No luchan por lo contra­rio por hacerse obscuros é indescifrables?

Hay allá, en París, una colmena de exóti­cas abejas que producen una miel extr~ña

y rara En vez de libar el néctar de las ro­sas y jazmines, persiguen con ahínco loscrisantemos amarillos como japonesitas'enfermas, las orquídeas refinadas comohelaíras lúbricas, las peonías imperiales,los claveles sensuales y las madarias ele­gantes como madrigales antiguos, y seenvenenan con las substancias de labora­torio químico que las pintan y colorean.Las exóticas abejas se vuelven le cas conestas borracheras de colores, y su mid

., parere enfermiza y extraña. y nosotros,los profanos, los burgueses, los que sólonos deleitamos con la Imaginación vulgar- con aquella Imaginación de los cuen­tos de Las tnil y una n,oches, de los deHoffrr:an y. Poe-nos sentimos horroriza­dos, yla agriedad de .la: miel nos sabeá veneno .....

En principio, pues, no aceptamos eldecadentismo· El cetro que sostienen suspoetas es un cetro falso. El verdadero,aquel de oro de la Musa ·lírica de quehemos hablado, merece respeto, á pesarde todos SUg errores. Pero este otro, no

104

en dos estados la península pirinaica y enverso se han propalado todas las alegrías ytodas las tristezas de los hombres al travésde los tiempos, de las razas y de las gene­raciones. Sí; el Poeta, Supremo Pontíficedel tJniverso, todo lo puede, y á él se debenlas mayores glorias y los más grandes ex­travíos. Su cetro de oro es el gran agitadorde las ideas y sentimientos, y por él, \por laImaginación tan sólo, se ha creado unOlimpo de Díoses para crucificarlo despué'l,en uno solo, sobre la cumbre llamígeradel Calvario.

** :1:

La Imaginación está sujeta á grandes ex­travíos Desordenada y loca, por naturale­za, es preciso encausarla sabiamente parano desviarla del camino del Ideal. En m6­dio de sus alucinaciones, se encabrita áveces y echa á correr por sendas extravlá­das saltando riscos, despeñándose por losprecipicios, hollando 110res de exquisitoperfume, tronchando espinas rígidas, su­biendo por momentos hasta 113s cumbresdonde reposan taciturnos los as tras de lanoche. Hay en la marcha de la :Imaginaciónuna recta línea de la que no es dado sepa­rarse.' Ella misma, ¡la osadal ¡la librel, es­tá sujeta á ciertas reglas .... 'Vieland hizoobservar, con mucha verdad, qne la frentede Minerva, los ojos de .Juno, la nariz deApolo y la sonrisa de Venus no formaríanuna obra maestra de la Imaginación. ¿Quédecir entonces de la Imaginación 'revolu­ciona1'ia?

La Imaginación revolucionaria hace yaalgún tiempo que se querella con su her­mana la del cendal ateniense. Ha cogido elprisma que ornaba la. frente de la antiguaImaginación con sus polícromos matices yle ha arrojado á tierra. El prisma se ha ro­to;· se ha hecho mil peclacitos variados.Alegre y bullicioso, el Arte que tiene porbanclera esta revolucionaria Imagínaciónha. recogido, segun la gratica expresiónde Bolet Peraza, las migajas del iris, y

106 LOS DEBATES LOS DEBATES 107

miseria.... ¡siquiera tiene la relativa dichade no verJal

En su frecuente trato con la vieja Beni­'1la, llega á tomarle a. ésta tanto cariño, queacaba por estar fervorosamente enamora·do el infeliz ciego.

Hay puntos en que este raro personajetocalo sublime en sus expansiones erótica.s,espontáneas y candorosas, en la expresiónde las vehementes impresiones que Jecausa la presencia de la mujer á quienama. Es el caso, de la pasión amorosa másgrotesca que cabe imaginar. Ni las abomi­naciones de Nana, ni el relato más plás..tico y elocuente de Iferversiones eróticasque se haya escrito basta la fecha, puedeproducir la impresión inefable que se sien..te al leer algunos diálogos del ciego Almu..dena con la vieja Nine.. Se siente conmise­ración, tristeza, borror y repulsión á lavez. Se ve la desesperación pintada en elsemblante de Almadena, y en la expresiónde <dolor que se adivina en su rostro, pa­rece leerse, por manera misteriosa, todaslas torturas de su pobre espíritu, indignode esa malaventurada materia, sujeta alosazares de una mísera existencia. De to..das las Jacerias humanas puestas en re­lieve por el genio de Galdós, ninguna seasemeja á. la que este ciego simboliza.­El semi .delirio provocado por la inaniciónse mamfiesta de la manera más románti­ca, más poética y más grotesca: idealizan­zando en su imagintlcióná la infeliz viejahorripilante, hasta el extremo de verla«blanca como la azucena, flaxible como laspalmeras del desierto, ojos ~emejantes áJa estrella de la ta."de, boca tentadora, conaromosas emanaciones, como de rosas yjazmines....»

La decepción final que recibe Beninade suseñora doña Paca, á la cual alimen­tó por tanto tiempo con el fruto de suscorrerías por calles, plazas y atrios deiglesias, en pos de limosn:ls, y que no'quiere, luego recibirla en su casa cuando

en ésta la suerte cambia, debido á unaberenda inesperada que sorprende á laseñora; las impresiones de doña Paca, deObdulia y de Ponte, sus preocupacionesaristocráticas, que con tal suceso renacencon exuberancia pasmosa, después de ha­ber sufrido por tanto tiempo una especiede letargo por efecto de amargas adversi.dades,-es algo conmovedor, y tan huma­no como lógicas son las consideracionesfilosóficas en que la Benina, abrumada porel pesar que le causa la ingratitud de &useñora, se entretiene: «... si por un ladosacamos el provecho de tomar aire-estodecía hablando con el ciego que la propo­nía irse á Jerusalén en su compañía,-y dever co~as nuevas, por otro sacamos la cer­te:za de que todo es lo mismo, y que laspartes del mundo son, un snponer, comoel mundo en junto; quiere decirse, que endonde quiera que vivan los hombres, óverbig~acia, ml1jeres, habrá ingratitud,egoísmo, y. unos que manden á los otros yles cojan la voluntad. Por lo que debemoshacer lo que nos manda la conciencia, ydejar que se peleen aquellos por un hueso,como los perros, los otros por nn jugueteCOQlO los niños, ó éstos por mangonear co­mo los mayores y no reñir con nadie, ytomar lo que Dios nos ponga delante, comolospájaros.»

En 1892 hubo quienes calificaron deprosaico y vulgar al autor de Realidad,porque en las páginas de algunas de susobras inmortales se pinta la vida tal comoen el mundo se observa. ¿Qué dirán talescríticos al leer Misericordia, donde consujeción á la escuela de experimentaciónsociológica, se estudian los elementos de laúltima capa social que señalaba Turguenefen el orden de las. que debe examinar lanovela? Ymucho más si creen, con .PaulBourget, que la novela social debe escogerlos tipos normales, los qu~ .constituyen lasegunda capa de Turguenef.. Todos .10s ele..mentos 80ciales son dignos de adaptación

artística y s·e prestan á interesante exameny estudio, cuando se c.uent~ pa~~ esta laborcon la esplendorosa lmaglOaclOn y la pro­funda sagacidad del genio de G·aldós.

'Pedl'O Cosio

(CON'l'lNUACIÓN)

Del distinto caracter de los hombresDon1{~a!i

No sirve, {~ la verdad, hl1ber pensado·.Un buen plan de conducta en ~lUeva vHl~.La experiencia. la edal1, las cU'mUlstallClH.s.También nos h~cen siempre en nuestras lImas'Algo nos diM ql~e ignorn,mos tO(!oLo que saben crennos ha~ta el dm., .Lo que esencial juzgábase1 ?n la practIcaA l:echazarse viene de segmda.Tal me lJasa hoy (L mi. Yo hasta ?l presenteLá existencia he llMac10 entre tn,t~gas,y ya al término y al fin de n118 :10~lU1dn,s

lVIi conducta va a hacerse muy <llStlllt:?.. .,.y porque'? Porque al cabo la eXRerwllcla~os enseña ú 108 hombres son pl'eClSaS,Por convenirles más, yn, .la dulzura,.Ya la afable bondad. SIempre SU VIdapn,só ell la ocioBic1a<1 y en el r~poso,

Reclu1zalldo el dolor y la fatlga..Mi hermano, complaciente y C?1:leüHl0,Con naclie riiíCJ nunca, Sus CarICiaS,Su efecto (L todas deL. Vivi() tm~ sOloPara él; para él gasta y :pro(lIgaSu dinero, y ele él todos b101: hablan,Y todos lo respetan. y le. est~ml1n;lVIielltras yo, can~peslllo d1s1;>1wente,Severo y econ(nUlco, y ll~:l1'1a ,Deciar que l1yal'o, l'e~all.on.y amo,Al matl'imolllo sometl mI VIda. . .Arrastrando sus males, iPorqu~ hay tantasInquietudes, disgnst:os v ~esdlcha~En el hogar doméetlCo! RIJOS ~uve.Otos nuevos cuiclados. EnsegmdaEl afan de dejarles cuanto 1nera.Posible' me hizo darme dja VOl' d~aEn la mejor edad. de mi eXIstenCIa!ALtrabajo y ahol'l'o,y cuando.encllnaDe mi fuente se vio la blanc?, mev?De los años, el l)temia {L mIS fatIgas,El fruto que recojo, es SR ~sl:el'a~~;Tal vez su ollemistacl y su lll.lustlCla.Mi hermano, en cambio sin zozo1>ra a~gnnaLas ventajas de ull.padre aH.á en su VIdaSosegada disputa; amanle tlCl'n,OSMis hijos que me huyell; le confm:1~us secretos, su .n"fecto le den:uestI n.u,·Acuden á su casa, y en la mla .Me abandonan' anhelan que los <llOsesUna .larga existenoia le permitan

Y esperan ya mi muerte. Desde niñosEcluqucles á fuerza. <1e contínuasPenalidades: él, mi he1'lnan?, ah?l'aSe ha. ganado su afecto y snnpatIasEl sufrimiento para mi; los go?esSon todos para, él. Vamos preCIsaQue lH'obemos á ser mas generoso, .Mas dulce en adelante, pues me,obl;¡5aA entrar con él en lucha. De ~IS h~.1oSTa.mbién pretendo amor; cosa ,lllstlslmaSi necesarias son para. este log-r.oLas htr0'6zas, las dacllvas; enCImaNo habr~is, pues 1 de querlar. Podían f~ltarnosLos recursos, ¿,qllé importa'? Eso se olVIda,Es igual. El más vi~jo soy de tocl?sY el que más a la muerte se avecma.

(TERENCIQ - Los Adelfas - Acto V­Escena II-·T,,·acl1wcion ele Don AngelLas80 ele la Vega)

Chremes-No há mucho tiempo que nosconocemos, puesto que solo cuenta desdeque comprateis un campo de aq~í ce:cano,y jamás hemos tenido otra relamon; SI~ em~

bargo, vuestro mérIto ó nuestra ven.cIdad,que,ami modo de ver es una de las ~rllllera~

condiciones de la amistad, me estImul~n.a

deciros con toda franqueza que traba.lalsdemasiado para 'Vllestra edad y vt1estr~ for­tuna. Porque, en nombre de los DlOs.es¿cuál es vuestro designi~? ¿Qué procuraIs?Si no me equivoco, pasaIs ya de los sesen­ta años. No hay en la comarca terrenos me­jores ó más fértiles que estos. "Poseyendosobraclo número de esclavos, los reempla­zais en todos sus quehaceres, cual SI nocontarais con nínguno. Por temprano quesalga, por tarde que vuelva, siemp:e. osveo en vuestra finca, ó bien cavando, obIenlabrando. ó bien con algun fardo á. cuestas.No tomái~un solo iQstante de reposo; nun­ca os escatimais. De seguro que ello no espor placer. «Pero".- me direis-<<(si noestoy contento de la labor de mis esclavosl.)Si para hacerlos trabaJar. os procuraraIslas fatigas de vuestra propIa labor, conse­seguiríais macho más.

Afenédemo...-Chremes, ¿tan desocupadoestais quepodeis mezclaros en asuntos deextraños, yque en nada os afectan? .

109

~MIGNON~f

-Me adoras siempre con la misma pa­sión que por mi sentias cuando eramos 110­

vios esposo mio, interrogó tres meses des-, . .pués ele celebrado el himeneo, la preCIOsaMignón á Ricardo.

-¿Si te adoro?-pues vaya una gracia!y cómo no he de adorarte, si eres un angelenviado por Dios, para que alegres contu dulce vocecita mis horas de amargura-díjole él pasando su mano fría 'Y delgadapropía de un niño perezoso, por el rostronacarado de la joven en medio del cual bri­llaban como dos inmensas luciérnagas, sus, .ojos de ébano orlados por negras y atercIO-peladas pestañas.

-¡Ohlque bueno eresl--y luego. .. pa­sado los dias, el sol con sus ardientes ra-

(ACUARELA)

-Te amo I esclamó Rioardo con vozapasionada-te amo como Romeo á.lulieta,como Abelardo á Eloísa, con delirio. eonfrenesí y ....•

-¡Ohl yo también pero .•.... ¿Que digo?-Amarte yo? Vaya unatontera. . .. no... no... y no... n0 teamo? ¿entiendes? pero ..... escucha bien:¡Te idolatro! Te acl.oro! contestó ella yluego ..... el cielo con su luna hermosay sus áureas lentejuela.s, vió sus dos labioscarmineos y voluptuosos que se unieronpor corto tiempo, en la tierra, ímpul­sados por el amor!

Menedemo-No es posible que despuésde haberlo condenado al sufrimiento, yome exima dcla parte que me toca.

Chremes-·¿Estais resuelto?Menedemo-Sí.(TERENCIO - El HeautonttmorÍ¿menos-­

Acto 1, Escena 1-Versión indirectct de latraducción francesa de Collet.)

(Contiuu,ará).

LOS' DEBATES

mis deseos I Tantos siervos ocupados envestirme! Tantos gastos para mí solo! Y mihijo único qne de estos bienes debería gOdzar al par que yo, puesto que se halla enla edad en que se aprecian, se halla ale­jado de ellos por mí, y en la desgracia ácausa de mi injusticia! Digno de todos loss~plicios me consideraría, continuando es­ta vida de regalo. Vamos; mientras se ha­lle en la miseria, y alejado de su patria pormi dureza, le vengaré sobre mí mismo.Trabajaré, ama'saré, economizaré para él.Dicho y hecho. Nada dejé en mi casa: vaji­lla, colgaduras, todo lo elimino. Llevé almercado mis esclavos, excepto aquellosque por medio de sus trabajos rudos po­dian indemnizarme su manuter;,ción; puseun cartel en mi puerta; y junté, en fin, cer­ca de quince balentos. Compré estas tie­rras, y en ellas me mortifico. Me ha pare­cido, Chrernes, que algo menos injusto se­ria haciéndome desgraciado, y que debíapermanecer ajeno á todo goce hasta quevuelva mi hijo sano y salvo, para compar­tirlo conmigo.

Chremes-Creo qu/e, por naturaleza, soisun buen padre, y que él habría siclo un hijoobediente, si hubiese sido tratado con jus­ticia y manejado con dulzura; pero no osconocíais recíprocamente. Cuando á eso sellega, ya no es vivir nunca, le habeis mos­trado cuanto le amabais, y él no ha osadojamás poner su confianza en su padre. Sineso, no hubiera sucedido esto.

Meneclemo-Cierto es, convengo en ello;mía esla mayor parte en la culpa comun.

Chremes·-Secreta esperanza me dice,Menedemo, que cualquier dia de estosvuelve en buena salud.

Menedemo-¡Permítanlo los DioseslChtemes-Lo permitirán. Es hoy la fies­

ta de naco. Si no teneis inconveniente, pa­sad en mi casa el resto del dia.

Menedemo-No me ~s posible.Chremes--¿Por qué? Por favor, descan­

sad un poco. Vuestro hijo, á pesar de ha...lIarse ausente así lo desea.

::::::..,...~=

Menedemo-Vereis. Existe aquí una vie.;ja extranjel'a, de Corinto, en sumo estadode pobreza. Mi hijo se enamoró perdida­mente de una hija de ella, hasta el puntode querer deposarse, y todo eIJo á pesarmío. Apenas lo supe, cuando comenzé átratarl0 1 no con la dulzura que conveníaemplear para con un espiritu juvenil yen­fermo, sinó con la violencia y las habitualesmaneras de los padres. Dia á dia le vitllpe­raba. «¿Cómo'?»-le decía-«¿esperas con­ducirte así durante mucho tiempo? Teequivocas, CHnias, si tal crees, y pruebasque no me conoces. He de eonsiderarte co­mo á hijo mientras que tu conducta seadigna de tí; en caso contrario ya sabré tra­tarte como á mí corresponde que te trate.Todo esto no proviene sino de la muchaholganza en que vives. A tu edad, no mepreocupaba yo de amoríos. La pobreza meabligó á ceñil' armas en Asia, y debo á mivalor, cuanto honor y cuanta fortuna he ad­quirido.» En fin, á tal punto llegó la cosa,que mi hijo, cansado de oir repetir á cadainstante las mismas durezas, no pudo su-

, frirlas más. Creyó que mi edad y el afecto.que le l)rofeso, me constituían en el mejorjuez de sns intereses. Querido Chremes: sealistó al servicio del rey y parti5 para elAsia.

Chremes-¿Qué decís?Menedemo -y partió sin prevenirme,

hará de ello tres meses.Chremes-De ambos, ninguno tuvo ra­

zón. Sin embargo, ese paso indica que eljoven tiene corazón y carácter.

Menedemo-Apenas me lo relataban to­dos sus confidentes, vuelvo á casa entris­tecido, con ·la inteligencia turbia, y sin sa­ber que partido tomar. Me siento, yal pun­to acuden mis esclavos. unos me descal­zan, otros se apresuran 'á tender la mesa yá servir la cena; cada cual, á sumado,trata de dulcificar mis pesares. Al notarlo.no puedo menos de decirmeinteriormente:<qGómo !Tantos criados para mí solo, afa­nosos en satisfacerme, y en llenar todos

LOS DEBATES108

. Chremes-Hombre soy; nada de lo queInteresa á mi prójimo me es ajeno.Consi­derad mis palabras, ó bien eomo un eon­sejo, Ú bíen como una demanda de explica­ciones. Si lo que hé céis bien hecho está, osimitaré; en caso contrario trataré de disua­diros.

111enedemo-Cumplo con un deber. Encuanto á vos, comportaos segnn vuestrasconveniencias.

Ch'i'emes-¿Qué hombre tiene el deberde atormentarse?

jJJenedemo-Yo.

Chremes-Si os aflíge algun pesar, enverdad que lo ~iento. ¿,Pero qué desgraciaos ha acontecido? ¿Cuál es vuestro crimen,para trdtarosde ese modo?

iJlencdemo-¡Ay de mí!

Ghrernes -No lloreis Decidme que pue­de ser. No me lo oculteis, ni temais nada.Tened confianza en mí. He de consolaros,y. os ayudaré, ó bien coa mis consejos, óbIen con mi dinero. .

iWenederno-¿Os empeñais, pues, en sa­berlo?

':Jhremes-A causa de lo que acabo dedeciros.

Jl1enedemo -lo sabreis.

Chreme::,-Pero abandonad ese rastrillo.No os fatiglleis.

JWened{Jn~o - No lo dejaré.Chremes-¿Cual es vuestro designio?Jlfenedemo-Permitid que no me tome

un solo instante de reposo.ChrerneS-(Tomando el rastrillo) No pue­

do permitirlo.J1Ienedemo-¡ Ahl No teneis razón.Chremes -¡Cómo! Un rastrillo tan pe-

sado!lUenedemo-Es un justo 0astigo.Chre-rJ1ss-Hablad.j1fenedemn -Tengo un hijo único en la

flor de .la edad. Pero... ¿que digo, tengo?No, Chremes, lo tenía; hoy ya no sé si loengo ó no.

Chreremes-¿Y por qué?

zlt\

111

ministro Larrea, á cuyo cargo se puso eldepartamento de marind..

El único buque de guerra que había te­nido el gobierno, era el queche Hiena, de18 cañones, que había sido arrebatado pOIsorpresa en 1812, mientras desempeñabauna comisión en Patagones.

El ministro procedió á comprar entre losbuques mercantes fondeados en el puerto,lo más aparentes para ser armados á gue­rra: una fragata rusa de 350 toneladas,dos bergantines ingleses y una goleta ame­ricana. En esta negocíación intervino comoagente el norte·amel'icano Guillermo P.White, conocido ya por la 'parte activa quetomó en las invasiones inglesas, por los car­gos que se le hicieron respecto a la comprade los barcos, etc.

Estos buques fueren armados rapida­mente junto con otros de menor porte; yel7 de Marzo estuvo lista la primera escua­dra argentina compuesta por los navios si­guientes: fragata Hércules, 32 cáñones,200hombres; bergantin Zéliro, Comd. Ring, 18cañones, 120 hombres; bergantin Nancy,Comd. Saevers, 7 cañones, 60 hombres;cañonero Tort'uga, goleta Fortuna, falúaSan Luis, '

Hacía tres años que había llegado alPlata un buqne mercante inglés, el cual,por descuido del piloto, había naufragadoen la Ensenada-El capitán de ese navio,hombre aventurero y enérgico, había bur­lado varias veces la vigilancia de los cru­ceros españoles que bloqueaban el puertode Buenos Aires, consiguiendQ introducirrepetidos contrabandos--Los barcos espa­ñoles lo apresaron dos veces, pero él, lejosde desanimarse, se ofreció para perseguirá los bloqueadores.

Estos antecedentes llamaron la atencióndel ministro Larrea, quien creyó acertadonombrar para el co~mando de la escuadraá aquel hombre de nacionalidad irlandés,llamado Guillermo Brown-Se le dió pa­tente de Teniente Coronel yenarbolÓ su in­signiaen lafragata Hércules, como jefe de

LOS DEBATES:=

secundario en que había aparecido el añoanterior. alIado de la Soberana Asamblea.

El 1. 0 de Febrero, lJosadas organizó suministerio compuesto como sigue: Gobier­no, Dr. Dn. Nicolás Herrera; Guerra, elgobernador intendente de Córdoba, Coro...nel Dn. F. X. Viana; Hacienda, Dn..JuanLarrea.

Inmediatamente nombró gobernador deBuenos Aires, al Brigadier Dn Antonio G.Balcarce, separando de ese puesto á Ascué­naga con el grado de brigadier.

El Directorio inaguró sus funciones pro­poniendo á la Asamblea una amnistía gene·ral, á fin de utilizar en bien de la patria lacapacidad de todos sus hijos--La Asam..blea aprobó el proyecto del Ejecutivo, peroexceptuó de la ley al ex-Presidente Dn. Cor­nelio Saavedra y al ex-Secretario Dn Joa­quin Campana. Como se vé, la ley ampliaque el Director propusó como un medio deborrar las antiguas rivalidades, fué restrin·gida por la Asamblea que deJÓ con esaresolución el jermen maligno de las rivali·dades partidistas.

Después de estos actos~ el Directorioprestó toda su atención á los asuntos dela guerra.

El problema del éxito de la Revolucióntenia entonces dos resultados que obtener:la rendición de Montevideo, 'Yel triunfodel ejército que operaba en el norte-ElDirectorio comprendió que obtener el tri­unfo en Montevidao, era detener el avancede las tropas españolas que amagaban in·vadir por el Norte, y creyendo que por ahídaMa comenzar la resolución de aquel fun·damental a.sunto, _determinó concentrartoda su atención sobre les fuerzas que ase·diaban esta ciudad (Montevideo).

Bien reconocida la situación de ambosbeligerantes, se vió que Montevideo seriainespugnable mientras no se hostilizara, álavez, portierra'y por mar. Luego pués,surgió, como consecuencia inmediata deesta observación, la necesidad de crear unaescuadra-Este pensamiento se atribuye al

Ir

(Segundo año)

110 LOS DEBATES=

yos bañaba las cervices ~? dos enamora-I- La reforma propuesta fué aceptada ~dos ... '. y... ellos tamblen se besaban - la Asamblea, y para ocupar el nuevo pue~tse besaban con ardor h~sta beber la. últi- qu/e, según aquella ley debía crearse~m.a gota de ~ectar que flUla de sus lablOs- fue designado Do. Gervacio Antonio Po­¡uno .era Ricardo -y el otro, su antigua sadas.quenda. Esta i,nn.ovaci6n en el po(~er supremo,

O. A. ZOI~...illa que vema a poner fin á los gobiernos colec-~jK~ tivos y provisorios, que daba al P. E. un

caracte~ .verdaderamente nacional, al parq,ue faCIlItaba las resoluciones gubernati­vas,-fué acordada en los consejos secre­tos ~e la Logia y sancionada, como ya seha dicho, en forma de ley, por la A. Ge­neraL .La s~sodicha. reforma importabaun ~eJoramIento en la autoridad suprema,al tIempo que daba más unidad de acciónEL la omnipotencia de la Logia.

El Sr. Posadas, electo para desempeñarel puesto .cr~ado por aquella ley, no era«u~a entl.dan política, bien que no careo« c!ese ~e antecedentes y servicios, y de« CIerta ,lOteligencia epigremática y ma1ia~

« ble-EI, hay que decirlo, no anbit;,ionaba« aquel puesto, y al elevársele fué un« golpe político del partido de Alvear« que, con este acto, facilitaba el camino« para llevar á su heroe al poder supre­« mo.»

El puesto que acababa de crearse dahaal que lo ocupase el título de DirectorS~p.re~o de. las Provinc'ias Unidas; pordlstlntlVO, una banda bicolor celeste yblanca; y por término legal de sus funcio;..nes, dos años-Se creó, al mismo tiempo,lo. que se conoce con el nombre de Con.seJo de Estado, verdadero ministerio com­puesto por nueve miembrol'; nombradospor la Asam~lea y que debía acompañaren sus funCIOnes al Director Supremo--­El Consejo de Estado nombrado para se­cU~dar en sus tareas al Director Posadas,te~a como presidente á. Dn. Nicolás R,Pena.

,La recepción del poder por -__ el Directorelecto, tuvo lugar el _31.-. de Enero, •y la

11 pompa con que fué hecha, anunciaba que1 el P. E. se. preparaba á salir del rango

SUMARIO -Refol'ma del 'poder ejecutivo en 1814­C1'eación del primer Directorio -Nombrámim.to de Posadas - Acontecimientos qne tuvie­ron lugar en este período -El consejo de Estaclo- Creación de la escuadra - Toma de MartinGarcía-Hechos más importantes -Situaci(mdol ejército clelNorte-El'l'ores 'lel General Bel­grano-La provincia de Salta y el comandanteGUemes en esta época-DIvisiones qne existíanen el ejército patriota.en los momentos en quese hace cargo de él Don José de San Martin.

Año 18'14

He~os dicho al c'oncluir el ,capituloanterIOr, que el Triunvirato, después depromulgar la reforma á la ley existentesobre la libertad de los esclavos

tconvocó

á la Asamblea para dar cuenta de aquelasunto y otros de mayor importancia.

La Asamblea fué convocada por el PE. e121 .de Enero d~ 1814, Y despuésd~so~eter a su resolUCIón la reforlna intro­ducIda en la ley citada, .sometió asu dic­tamen ~tro asunto de trascendental iffi­portanCla¡ cual era la modificación delEstatuto, en el punto referente á la coro• .• dI- - po-SlClOn e P. Ejecutivo el cual seg r 1.. , dI' 'eun a

Op.lOlO~ e as personas componentes delTrIunVIrato actual, debía concentrarse euna sola m?no, á fin de «dar el impUls6« q,ue reqmere? nuestras empresas-de.(CCJa elmensaJe~y el tono que nuestros« negocios exijen.» ,

La ·Redacción.

Poniendo término (1)

113

nación de Pericles.-No hay otro ej emploen la historia que nos demuestre más cla­ramente el poder de una voluntad férrea,empeñada en el engrandecimiento de unpueblo que, como el ateniense, llegó á ins­cribir en sus fastos la epopeya más her~

masa de las más grandes conquistas de lacivilización.

PericIes congregaba en la ciudad 'je Mi­nerva á los hombres ilustres de la naciónhelénica con el fin de unir los elementosvaliosos y fomentar la discusión científicaen beneficio de sus conciudadanos. «To­dos, como dice DurllY, querían asistir áaquellas fiestas en donde se asociaban losmás elevados placeres del entendimientocon los más ímponentes espectáculos de lapompa religiosa, clel arte más consumadoy de la naturaleza más bella y seductora.Con efecto, no eran aquellos regocijos co­mo los de la plebe de Roma, que consistíanen los sangrientos j llegos del anfiteatro,cuadros de mllerte, sangre y cad áveres, si­nó himnos piadosos, cánticos patrióticos,representaciones teatrales donde figurabanlos incidentes de la historia de los dioses óde la vida de los antiguos héroes»_

La obra de Perícles en cuarenta añosque, puelle decirse, rigió los destinos deAtenas, es grande y meritoria. Pruebastanaibles de su espíritu progresista ha de-

b •

jada ala posteridad que lo admIra. «Fo-mentar la población, la agricultura y el co.;mercio, dice un filósofo moderno, es pro­pio de un gobierno que quiere a~e.gúrar lafelicidad pública.» El gran polLtlCO ate­niense convirtió en factores del engrande­cimiento dO' su pueblo esas. fuentes inago­tables de riqueza, es tendiendo qUS fronte­ras con numerosas colonias industriales.

Algunos historiadores, por la misma ra­zón que propendía siempre al adelanto de'Atenas, haciendo erigir grandes monumen­tos ysuntuosos templos, le critican porquederrochaba inj ustificadamente los dinerosde los aliados griegos..Pero no encuentrola fuerza de un argumento en esta cul pabi-

LOS DEBATES

vivir empeñados continuamente en empresas milítares, guiados por el estimulo ar­diente de una gloria que ambiciJnaban con­quistar con el sacrificio. Los atenienses nose fijaron tan solo en el brillo de las armas.Salón, como dice Schiller, ayudó al des­anvolvímiento de la naturaleza humana, noquebrándola, ni mutilándola, como hizoLicurgo. Consecuente en este objetivo sa­ludable abrieron nuevos horizontes quepudieran satisfacer sus anhelos de progre­so, de expansión intelectual, consagrandoen su historia un período brillante de ci­vilización y de engrandecimiento. Si Salónpreparó esa época, Pericles la convirtió enun hecho. Atenas dllrante su gobierno llegóá una altlua que hoy mismo admiramos,porqué necesariamente debe sorprendernosla precocidad de aquel pueblo inolvidable,¡Con razón fué llamadd por los antiguos elbíenhechor del género humanD!

Pericies trató siempre de formar un pue­blo que sobresaliera de sus contemporá­neos; ese egoismo patriótico lo llevó á em­prender obras de tltilidad tan grande queloinmol'talizaron. Nunca lo guió el ínterés.Tucídides, su enemigo irreconciliable, noslo demuestra así, al decir que el fundamen­to de su influencia no era solo Sil palabrasinó la opinión y confianza que inspirabaa su pueblo «ese hombre aclmirable queclaramente se veía ser incorruptible y muysuperior á los atractivos detoro, pues conhaber' hecho á la ciudad de grande, másgrande todavía y más rica, y con habertenido un poder que excedía al de muchosreyes y tiranos que tuvieron mucho quedejar por testamento á SllS hijos, no au­mentó ní en un talento la hacienda qlle ledejó su padre».

Las obras artísticas de Fidias , de Leu­xis y Parrassio; las profundas doctrinasfilosóficas de Sócrates y Anaxágoras; lostrabajos pacientes de Lisias y Herodoto;los estudios astronómicos de Metón, -to­do es una prueba del adelanto quealcanzóAtenas en el período brillante d~ la domi-

-

--'-

(Concluirá) .

Corbeta Belfv1't, 18 cañones, Comd. Oli­ver Russell (segundo en el mando de laescLladra); corbeta Agre(íble, 16 cañones,Comd. Lemare; goleta T1'inidad, 12 caño-nes. Comd.Angel Wack.

La escuadra zarpó á mediados de Abrilpara bloquear el, puerto de Montevideo­La marina española, á pesar de su supe.rioridad, sufrió sin moverse esta humilla.ción durante un mes, en cuyo tiempoBrown se apoderó de una porción de basti­mentas qne venían para la plaza, en lacual ya todo empezaba á escasear.

IIis iÓl'l¡CO

PEBICDES

No me detendré á examinar el sonetodel señor Musso, que ha llevado esta dis­cusión á límites demasiado lejanos.

Dejemos' que les que vengan despuesnuestro, pronuncien la ardua sentencia eneste asunto.

Yo, por mi parte, confieso que ni se Gra­mática, ni se Retórica, yque nunca he dede saberlas hasta que no reciba algunaslecciones del señor Musso.

Doy tambien por pronunciada la últimapalabra en este enojoso debate.

Cándido Bañales

(Confertencia leiela en el aula de Histm'ia Un'ive'i'sa~por .1 ULIO M. SOSA)

El carácter ingénito de los atenienses erasin duda, menos fllerte y menosgnerreroque el espartano; Estos se contentaron con

(1) Al prese~te al'ti~tllo se 'le supritre Ull pal'1'afo.Se publica mutIlado contra los deseos de su autorp~rqué, cuando éstepidi6el· retir~c1elpredicho ar~tlcl~~o,.ya estaba compuesto y caSI compaginado elpel'lOdlCo.

LOS DEBATES112

la escuadra Argentina-Bro"i'rn ardía en de­seos de atacar á los godos que, según suspalabras, «Jo habían despojado dos añosantes en el mar de las Antillas.»

La escuadra española, fuerte de '14 bu­ques de guerra y ocho ó diez mercantes, sehallaba organizada en dos divisiones; lamás fuerte en Montevideo; la otra, com­puesta de 6 buques de guerra y tres meno­res era lanzada a obstaculizar los trabajosde la escuadra de Buenos Aires-Esta se­gllnda división estaba al mando inmediatode Romarate--Este comandan te no pu'clo lle­nar su misión, y cumpliendo las instruc­ciones recibidas~ se replegó sobre MartinGarcía, con el fin deliberado de imposi­bilitar las comunicaciones de Buenl)s Airescon el ejército que sitiaba á Montevideo.

El 8 de Marzo se dió Brown á la vela,en dirección á la citada isla. El 1,1 atacóal enemigo que presentó una sola línea debuques, J al intentar forzar el canal de en­trada una bala española dió muerte al pilo­to de la ,Hércules, por lo cual, sin gobiernoel buque, encalló bajo los fuegos de la isla,muriendo su capitán y DO hombres, des­pués de cuyas pérdidas Brown consiguióponer á flote su barco retirándose conjun­tamente con la Julieta que había perdidotambién su capitán-Este desgraciado en­sayo de revancha contra los godos no de­sanimó á Brown, quien se dirijió á la Colo­nia, donde embarcando 70 dragones (segúnalgunos 40) al mando del teniente Oroño,atacó de nuevo á la isla en la madrugadadel 17, consiguiendo desembarcar a losdragones, mientras él atacaba á las bate­rías.

Romarate, tomado entre dos fuegos, picólas amarras de sus buques menores y conellos huyó por el Uruguay arriba, de dondeno salió sino para rendirse-Entre tantoBrown se posesionaba de la isla enarbo­lando en ella la bandera argentina;

Después de este feliz ensayo de la fla­mante escuadra porteña, el gobierno laaumento con los siguientes buques:

LOS DEBATES' LOS DEBATES114

lidad incomprensible. Desde que la ciudadproveía abundantemente de todo lo necesa­río para la guerra, y siempre PericIes re­servó dinero suficiente para cualquiereventualidad, mantenía llenos sus arsena­les y dispuestas numerosas naves paracombatir,-era bien justo que su opulen­cia se emplease en grandes obras, que ad­quirieran para él y para su patria perdura­bles honores. Por otra parte, «la historia,según dice Laurent, sin olvidar los sufri­mientos de las generaciones pasadas, apre­cia también los beneficios que de ello hanresultado para el género humano. Sin suhegemonía Atenas no hubiera visto elevar­se esas grandes construcciones que, comoha dicho Plutarco, parecían ya antigUasapenas acabadas J qtle brillan siempre conuna eterna flor de juventud).. APericles le tocó actuar, como epílogo

de su vida política, en la terri ble y funestaguerra del Peloponeso Que acabó con larendición de Atenas. Muchos culpan á Pe­ricles de los desastres que sufrió su patriaen la caída que le impuso esa guerra, y lecensuran por su falta de perspicacia. Enprimer lugar, decir que PericIes provocó laguerra ó cuando menos la precipitó, sen­tanda la hipótesis de que así lo hubierahecho, no nos puede convencer do la inha.bilidad política de un hombre que, comoél, durante cuarenta años mantuvo eo susmanos con talento ejemplar los resortes detodo el mecanismo del Gobirlrno de unanación poderosa. Habría sido un error, qui.zás, pero por un error no se juzgan á laspersonalidades. ¿Acaso no tuvieron susfaltas A.lejandro, Napoleón, 'Va~hingtón,con ser el dechado de todas las virtudes? Nohay ejemplo, en la historia, de un hombreque pueda presentar inmaClllado el librode su vida.

Por otra parte, yo niego que PericIesprovocara la guerra del PeIoponeso. APe­ricles no se le puede responsabilizar de lasdesgracias de Atenas. Analizaré los hechos.para mayor aclaración. (Oontinuará).

TRADUCCIONES DEL LATIN

PRIMER AÑO

HISTORIA SAG'RADA

(Onlenado y tr(l.dtwido cmpresamente para l08estluz.iantcs de latín.)

(Oont-int~ación)

XIXCompra Putífar á José-Acúsate la mu­

iel' de PMti/ar y le ponen preso,1Construcción -Putiphar iEgyptius emit

Josepbum a mercatoribus. Autem, Deusfavit Putiphari causa Josephi: omnia succe.debant ei prospere. Ob quam rem Josephushabitus est benigneab hero, qui prrefeciteum domi sure. Ergo Josephus adminis­trabat rem familiarem Putipharis: omniafiebant ad natura ejus, nec Putiphar gere­bat Cluam negotii ilIius.

Josephus erat facie insigni et pulchra.Uxor Putipharis pelJiciebat eum adflagi­tium. ~rosephus, autem nolebat assentiremulieri improbre. Quadam die, mulierapprehendit oram palii ajus; at Josephllsreliquit pallium in manibus ejus, el fiugit.Mulier irata inclamavit servas et accusavitJosephum apud virum, qui, nimium cre­dulus, conjecit Josephum in carcere.

Traducción.- Putifar Egipcio, compróa José á los mercaderes. Más Dios favore­ció á Putifará causa de José: todas lascosas le íban perfectamente; Por cuya cau­sa, José rué tratado benignamente por elamo, él que le dió la dirección de su casa.Por lo que José administraba la haciendade Puti far: todas las cosas se hacían á unaseñal de éste, ni Putifar tomaba el cuidadode los negocios de aquel.

José era de cara hermosa y agraciada.La esposa .de Putifar inducia á éste al· deli­to. José, empero, no quería consentir.ála mujer deshonesta. Cierto día, la mujerasió el estremo del palio de éste y José dejóel palio en las manos deéstaY<huyó. Lamujer enojada, llam6 á los siervos y acusó

áJosé ante el marido, quién demasiadocrédulo encerró á José en la cárcel.

XXLo qu.e le sucedió d José en_la cá1'ce

- Explica felizmente los ensue'nos de dosempleados del rey, que ~st~ban en lamisma pr'isión. - C'Urnpl~rn'Wnto de susvaticinios.

Construcc'ión .-Duo mini.stri regis Pha­raonis erant in eodem carcere: alter prme-

. rat pincernis, alter pistoribus. Utriqueobvenit somnium divinitus, eadem nocte.Ad quos quum JOseph~ls .venisset.ma~e, etanimadvertisset eos trlstlOres sohto, lnte­rrogavit qumnam esso causa mmstitim.­Qui responderunt: «Obvellit. n~bis, som~

mum, nee quisquam est, qllld mtorprete-tUl' illucl nobi8». - Josephus inquit: ¿Anres futuras non solius est pn.enoscere Dei?Narrate somnia vestra mi hi.

Tum prior exposuit sic sOl~nium. suumJosepho: «Vidi, in quiete, vl~em, In q~a

erant tres palmites; ea protuht paulatlmgemmas: deinde eruj'>erunt flores, a~ de­niqüe llvm matureseebant. E~o exprlme,­ban uvas j n seyphnm Pharaoms, et porn ~

gebat eÍ».-Josephus inquit: «Est,~ bonoanimo. 1>08t tres dies, Pharao restItuet tein gradum pristinum. Raga te, ut memi­neris mei».

Alter narravit quoque somnium sunm,Josepho: «Gestebam in. c.apite, tr'Ía. canis·tra, in quibus erant Clbl, quos plsto:essolent conficere. Eece, autem¡ aves CLr­

cumvolitabant eL comedebant iUos cibos».-Cui Josephus: H::BC est interpetr~tio

istius somnis. Tria eanistra sllnt tres dIOS,quibus elapsis,Pharao feriet te securi, etaffiget ad palum, uhi avespascentur ('¡ar­ne tua».. Die tertio, qui dies eratnatalis Phara?­nis, splendidum convivium, parandum fUlt.TUID rex meminit minístrorum suorum,qui erant in careere. Restituitmunus suumprrefecto pincernarum; vero alterum, per­cussum seeuri, suspendit ad···palum. Res

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comprobavit, ita, somnium. Tamen prre­fectus pincernarum oblitus est Josephi, necrecordatus est meriti iníus in se.

T1"aducc1,ón.--Dos ministros del rey Fa­raón,estab.1ll en la misma cárcel: el uno pre­sidía á los coperos, el otro á los panade"ros. A.mbos tuvieron un sueño divino, lamisma noche. Hacia los que, como Joséhubiese venido temprano y los hubieseobservado mas tristes que de costumbre,interroO'ó cual fuera la causa ele su triste..

~ .za.-Los que respondieron: «Nos VIUO unsueño, ni alguien hay, que interpreteaquel á nosotros».-José dijo: ¿Acaso lascosas futuras no suelen ser conocidas porDios? Contad vuestro sueño á mi.

Entonces el primero expuso así, su sue­ño: «Ví, en sueños, una vid en la cualhabía tres ramos, ésta produjo paulatina­mente retoños, despues crecieron flores t

y finalmente, las uvas maduraban. Yo ex­primía las uvas en el vaso del Faraón y loestendía aéste.»-José dijo: «Esta de buenánimo. Despues de tres días el Faraón terestituirá en el puesto primero. Te rue­go, que te acuerdes de mí»,

El otro narró también, el sueño suyo áJosé: «Llevaba en la cabeza, tres canastosen los cuales'lhabía las comidas, las cualeslos panaderos ~lsuelen preparar. He ahí,empero, las aves volaban alrededor, y c~­

mían aquellas eomidas.»-A lo que Jase:«Esta interpetración es de este sueño. Trescanastos son tres días, los cuales pasa­dos el Faraón te herirá la cabeza, y con-, .denará al palo, donde las aves comerantu carne».

El día tercero, cuyo día era el nataliciodel Faraón, un espléndido convite fué pre­parado. Entonces el rey se acor~ó de susministros, que estaban en la carce!. Res­tituyó en su empleo al jefe de los coperos;el otro, empero, herida la cabeza, se lesuspendió al palo. El hecho .comprobóasí el sueño. Sin embargo, el jefe de losco~eros, se olvidó de José y n? se acordóde los meritas de aquel para el. (Gont).

116 LOS DEBATES

SEGUNDO AÑO

Nomb.'amiento acertado - Lacontracción al estudio y el talento seña­lado de algunos de nuestros jóvenes ba:­ehilleres, acaban de ser reconocidos porel Consejo Universítario al efectuar los re­cientf\s nombl'amientos de sustitutos de lasaulas de Física, Filosofía, Cosmografía éHistoria Americana, recaídos en los seña·res Barbaroux, Varela, 'Peraz y Pratt, res..pectivamente.

Las cualidades excepcionales que ador­nan á estos jóvenes, son demasiado conoci·das por los estudiantes, para que no seasupérfluo hacer la apología de cada uno deellos; pero como los triunfos obtenidos den­tro del reci nto de la Universidad, trascien­den con dificultad sus umbrales, es qnecreemos conveniente hacer resaltar los mé­ritos de esos jóvenes que, con tanto brillo,han recorrido ya la mitad del camino qlleha de conducirlos al objeto d~, sus anhelos.

Emilio Barbaroux, joven bachiller depreclara inteligencia, ha ilejado recuerdosímperecederos en su paso· por las aulasdonde conquistó siempre envidiables trjun·foso

Jacobo Varela, inteligente de raza, po­seedor de un vasto y claro talento, acaba

A N É eD oT A S de ver retribuidos sus esfuerzos de una(CONTINUACIÓN) man~ra digna de su contraccion al estudio

Luego que Androclo dijo ésto, todos pi- de la ciencia que inmol'talizó los nombresdiendo, fué absuelto de la pena y librado: de Leibnitz, de Kant y de Comte, y en latambiém el león, fué regalado á él por los '1 cual ha obtenido ya positivos triunfos.gritos del pueblo. Después Androclo y el Manuel Perez reune cualidades que seleón, sugeto por una débil correa, iban por han hecho casi antagónícas hoy en día:todas las tabernas en toda la dudad. An- excesiva modestia á través de la cUll res­droclo era regalarlo con dinero; el león es- plandece su talento poco común. Ha sobre·parcído con flores, casi todos, los qlle se salido siempre entl'e los inteligentes deencontraban decían: «Este es el león hues-I! nuestra Vniversidad, y ha conseguido lla­ped del hombre, éste es el hombre médíco 1 gar al punto en que se halla, merced á susdel león» . 1 esfllerzos pl'Opios, razón por la cual posee

(Continuará) 1 doble mérito.~>ge ~J:€~~- Cado3 Pratt, vigoroso desda todo punto

de vista, tanto en lo intelectual como en lo

ECOS UNIVERSITARIOS físico. Parece ser la encarnación vivíe[Jte, de la leyenda clásica qua decía: Llfens sana

in corpofe sano. Es otro de los jóvenesque honran con su saber y talento á lanueva generación, y formaba parte de aquelgrupo selecto de estudiantes que tan gratosrecuerdos han dejado en su paso por la Sec­ción Preparatorios.

Termiriaremos estas líneas, enviandonuestra más ardiente felicitación á los Jóve­nes mencionados, y nuestro aplauso alConsejo por el acierto con que ha procedi­do al efectuar esos nombramientos.

Cuad....o de Geología - El pró­ximo número irá acompañado de uncuadro :;obre la división y clasificación delas rocas, del cual es autor el apreci adocatedrático de mil:eralogía don Enrique Gil.

POI- exceso dematel'lal-Por estacausa no apare,cen en el presente númerola continuación de las conferencias comen­zadas á publicar en números anteriores.

Por igual motivo nos hemos visto obliga­dos á postergar la publicación de una can­tidad de trabajos que se nos han remitido.

Esperamos que sus autores nos dispen-Ipensarán.