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Los Realejos - el pueblo de Viera - la industria de los calados (1926) (Pasa a la página siguente) Cuenta la historia que en Los Realejos los españo- les y guanches firmaron sus paces en día memorable para Tenerife, El ejército de Lugo asentaba sus reales en lo alto del Valle y las hues- tes de Bencomo en las cum- bres de Tigaiga, apostando sus vasallos a dos tiros de mosquete más abajo del real de los cristianos, los cua- les doblaban de noche los espías y encendían grandes hogueras, costumbre que aún se conserva. De la situa- ción de ambos ejércitos pro- vienen los nombres de Rea- lejo-alto y Realejo bajo. En el primer paraje ha- llábanse las tropas de Lugo, y en el segundo las de los pri- mitivos tínerfeños, acaudilla- das por Bencomo, Beneha- ro, Acaimo, Tegueste y Ze- bensui, el hidalgo pobre. Nueve meses estuvo el conquistador con sus tropas en los Realejos, de donde partió una vez dominada toda la Isla. Y fueron los Realejos los primeros pueblos de Te- nerife que oyeron pregonar tres veces, al enviado de Es- paña que enarbolaba el es- tandarte real; «Tenerife por los católicos reyes de Casti- lla y León»... Evocando estos recuer- dos históricos llegamos a los Realejos, Sus blancos case- ríos, destacándose en lo alto, nos hacen pensar en las tien- das bélicas que un día turba- ron la paz de su suelo... Hoy las cosas han cam- biado por completo. En vez de aguerridos conquistadores nos encontramos con hom- bres rústicos que labran sus huertos o pastorean su gana- do, y en vez de fornidas prin- cesas guanchinescas, mujeres aldeanas, curioseadoras y lo- cuaces, que apenas hemos traspasado los dinteles del pueblo nos dirigen estas pre- guntas: —Señoritos, ¿van sus mercedes a comprar cala- dos?. -Respondemos corte- ses que no es esa, ni mucho menos, nuestra intención, y proseguimos la marcha ha- cia el centro del pueblo. En la plaza principal llama nuestra atención una puerta pintada de verde, en la cual se leen las iniciales de los nombres de Los Rea- lejos. Según nos dicen des- pués, aquella puerta marca la jurisdicción de ambos pue- blos, una hoja pertenece del Los dos Realejos desde San Vicente. Foto de Jordao da Luz Perestrello (1900-1905). (FEDAC) Nº 9 - AGOSTO DE 2012 coordina:Isidro Felipe Acosta

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Page 1: Los Realejos - el pueblo de Viera - la industria de los ... · Cultivo de algodón en la costa de Los Realejos. Realejo de abajo y la otra al Realejo de arriba. ¡A y del alcalde

Los Realejos - el pueblo de Viera -

la industria de los calados (1926)

(Pasa a la página siguente)

Cuenta la historia queen Los Realejos los españo-les y guanches firmaron suspaces en día memorablepara Tenerife, El ejército deLugo asentaba sus reales enlo alto del Valle y las hues-tes de Bencomo en las cum-bres de Tigaiga, apostandosus vasallos a dos tiros demosquete más abajo del realde los cristianos, los cua-les doblaban de noche losespías y encendían grandeshogueras, costumbre que

aún se conserva. De la situa-ción de ambos ejércitos pro-vienen los nombres de Rea-lejo-alto y Realejo bajo.

En el primer paraje ha-llábanse las tropas de Lugo,y en el segundo las de los pri-mitivos tínerfeños, acaudilla-das por Bencomo, Beneha-ro, Acaimo, Tegueste y Ze-bensui, el hidalgo pobre.

Nueve meses estuvo elconquistador con sus tropasen los Realejos, de dondepartió una vez dominada toda

la Isla. Y fueron los Realejoslos primeros pueblos de Te-nerife que oyeron pregonartres veces, al enviado de Es-paña que enarbolaba el es-tandarte real; «Tenerife porlos católicos reyes de Casti-lla y León»...

Evocando estos recuer-dos históricos llegamos a losRealejos, Sus blancos case-ríos, destacándose en lo alto,nos hacen pensar en las tien-das bélicas que un día turba-ron la paz de su suelo...

Hoy las cosas han cam-biado por completo. En vezde aguerridos conquistadoresnos encontramos con hom-bres rústicos que labran sushuertos o pastorean su gana-do, y en vez de fornidas prin-cesas guanchinescas, mujeresaldeanas, curioseadoras y lo-cuaces, que apenas hemostraspasado los dinteles delpueblo nos dirigen estas pre-guntas: —Señoritos, ¿van susmercedes a comprar cala-dos?.

-Respondemos corte-ses que no es esa, ni muchomenos, nuestra intención, yproseguimos la marcha ha-cia el centro del pueblo.

En la plaza principalllama nuestra atención unapuerta pintada de verde, enla cual se leen las inicialesde los nombres de Los Rea-lejos. Según nos dicen des-pués, aquella puerta marca lajurisdicción de ambos pue-blos, una hoja pertenece del

Los dos Realejos desde San Vicente. Foto de Jordao da Luz Perestrello (1900-1905). (FEDAC)

Nº 9 - AGOSTO DE 2012

coordina:Isidro Felipe Acosta

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(viene de la página anterior)

Leoncio Rodríguez(Revista Hespérides)

(Octubre de 1926)

Caladoras. Foto Juan García Dumas

Cultivo de algodón en la costa de Los Realejos.

Realejo de abajo y la otraal Realejo de arriba. ¡Ay delalcalde que intentase go-bernar más allá de su hojade puerta! Le darían con ellaen las narices. Aquel linde-ro es inviolable, y todosacatan esta sencillísima or-denanza municipal, que noha sido menester ponerla enpapel sellado ni en letras demolde.

Distingue también aeste pueblo el interesanteconjunto de sus calles, lim-pias y urbanizadas, la im-portancia de muchas de lascasas con honores de edifi-cio, la canalización de lasaguas, la extensión de susplazoletas, el mérito de susiglesias y conventos, y so-bre todo la galanura y rea-leza de su campiña planta-da de plátanos y coronadade dragos y palmeras,..

En el Realejo-alto lomás típico es la iglesia pa-rroquial la primera que fun-daron los conquistadores deTenerife. En ella recibieronlas aguas del bautismo losmenceyes y los príncipesguanchinescos. Y allí cam-bió Dácil su poético nom-bre por el prosaico de D/Mencía...

En el exterior de estaiglesia célebre vemos unalápida moderna, colocadacon motivo de las fiestas del

cuarto Centenario de laConquista, y en ella esta ins-cripción: «Gloriosis hispanishonorabilibus et incolis proChristo sabactis ad catholi-cam» hispaniarum gentemhic adscriptis hoc ad perpe-tuam memoriam in 4º Cen-tenario XXV Julio MDCC-CXCVI. Nivaria et Palma.

Otro título digno demención ostenta este pue-blo: ser la patria del ilustrehistoriador Viera y Clavijo,nacido en 28 de Diciembrede 1731, Por lo demás,todo está igual que enRealejo-bajo, El Casino,que lleva el nombre de Vie-ra; las calles, anchas y ur-banizadas, y en todas lascasas la industria isleña delos calados, en la cual tra-bajan lo mismo las señori-tas que las campesinas.

Otra cosa que carac-teriza sobremanera a losRealejos es su espíritu in-dustrial, incansable, labo-rioso hasta lo indecible.Aquí todo el mundo traba-ja; hombres y mujeres, ni-ños y ancianos, ricos y po-bres. Los unos en las fae-nas del campo los otros enlas industrias rurales.

Entre éstas figurancomo más importantes la decestas o raposas, para em-paquetados de frutos, quealgunos años ha producidorendimientos de cerca de

16.000 pesos, o la de Fue-gos artificiales, a la que sededican cuatro o cinco ta-lleres que trabajan todo elaño, la de la piedra pómez,que ejercen los arrieros, yla de los calados, a la queconsagran su actividad lasmujeres del pueblo.

Actualmente la indus-tria se resiente de la falta deprotección y de la compe-tencia extranjera. Algunascasas establecidas en el Va-lle enviaron obreras canariasal Japón y Escocia, para im-plantar en aquellos paísesuna industria que hasta en-tonces era exclusivamentetinerfeña y que llegó a pro-ducir, sólo en el Valle de la

Orotava, unos 6 millones depesetas al año.

El Japón, sobre todo,hace a Canarias una com-petencia avasalladora, debi-do a que allí las operarlasno perciben por su trabajomás que 2 o 3 peniques a losumo. Lo peregrino del casoes que estos calados japo-neses se venden hoy comode Tenerife, que son los quetienen fama universal, de ahíel rápido descenso en elprecio de los calados y enla importancia de la indus-tria. Una colcha que antesse cotizaba en 20 duros,hoy apenas se vende en 12.Un taller donde antes traba-jaban 50 o más operarias,

hoy no puede sostener másqué 8 o 10, en su mayoríajovencitas de pocos años,que son las preferidas.

La misma suerte hancorrido las grandes casasestablecidas en el Puerto dela Cruz como la de M. Spa-rrow (que llegó a tener 300empleados y 57 máquinaspara hacer la vainica) la deReimers, Frank, Martin,Gregory y Reid, y la deWilliams Whiteley.

Hay quien confía, sinembargo, en que esta indus-tria recobrará su esplendory fama mundial.

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2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera

La Orotava honra a Viera y Clavijo en el LXIX

aniversario de su fallecimiento (1882)

El 21 de Febrero de1813 falleció el hombre demás saber que ha nacido enlas Islas Canarias. Histo-riador severo e imparcial,distinguido orador, escritorcastizo y elegante, natura-lista apreciable, físico,poeta, era tal la universa-lidad de sus conocimien-tos, que aún hoy, que exis-te mayor facilidad paraadquirirlos, admira tanvasta y sólida erudición.

El lector sabe que laclara inteligencia a quealudimos se llamó D. Joséde Viera y Clavijo.

Había nacido tanilustre canario en el Rea-lejo de Arriba, de esta islade Tenerife; y el CirculoInstructivo de la Villa dela Orotava tomó el acuer-do de honrar la memoriade Viera en el LXIX ani-versario de su fallecimien-to.

Los actos que con talmotivo tuvieron lugar eldía 11 del corriente, hansido dignos de la Socie-dad iniciadora y del nom-bre de nuestro primer his-toriador.

A las diez de la ma-ñana comenzaron las exe-quias en el bellísimo tem-plo de la Concepción, sun-tuosamente decorado. Ri-queza y gusto en todo eltemplo, y principalmenteen el túmulo erigido allíal fecundo escritor. Insig-nias religiosas, coronas,un ejemplar de sus Noti-cias de la Historia de Ca-narias, pluma y tintero,estaban en el túmulo enla-zados con gusto indecible,como obra de las hábilesmanos de la familia deMonteverde.

Todas las autorida-des y corporaciones loca-les y gran número de gen-te llenaban la espaciosaiglesia. La cátedra sagra-da fue ocupada por el co-nocido predicador donSilverio Alonso del Cas-tillo, consagrando elo-cuente oración al esclare-cido hijo del Realejo, alcual consideró bajo distin-

tos aspectos, como histo-riador, naturalista, poetay sacerdote.

Por la tarde huboanimadísimo paseo, ame-nizado por la banda demúsica del Realejo, en laAlameda de San Agustín;y en el mismo sitio se re-partieron entre los pobresun considerable númerode panes.

Llegó la noche, portodos esperada con ansie-dad, y comenzaron a ocu-par las localidades delTeatro, hermoseado conflores y estatuas, todas laspersonas de la Orotavaamantes del saber; las au-toridades y comisionesde los Casinos; del Ga-binete Instructivo y de laAcademia Médico-Qui-rúrgica, de esta capital;de la Sociedad Económi-ca y de la Instructiva dela Laguna, etc., y los so-cios del Circulo que dabala velada.

El digno presidentedon Gaspar de Ponte de-

claró abierta la sesión y ex-puso en un bello discursoel pensamiento del Círcu-lo.

Siguiéronle en el usode la palabra los señoresdon Francisco Benítez deLugo, don Andrés Cetrina,don Santiago Benítez, donMateo Alonso del Castillo,don Bernardo Benítez, donAntonio Delgado, donAarón Luis Otazo, e hizouso de ella por segunda vezel presidente. Los señoresTabares, Zerolo (don Anto-nio) y Ascanio (don Alon-so) leyeron composicionespoéticas que merecieronaplausos. El numeroso au-ditorio supo hacer justiciaa cuantos ocuparon la tribu-na; pero el joven abogadodon Bernardo Benítez obtu-vo una verdadera ovación:debutó, puede decirse,aquella noche, y si siguehablando así, tenemos enCanarias un notable oradormás. Pero el verdaderoacontecimiento estuvo en laparte que tomaron en la ve-

lada las distinguidas seño-ritas Beatriz Cólogan y Ju-lia Llarena, hijas, respec-tivamente, del Marqués dela Candía y del Conde delPalmar. El piano vibró bajoaquellas delicadas manosque herían el teclado conmaestría y sentimiento.

La noche del 12 abriósus salones el casino “LaEsperanza” con un lucidobaile de máscaras; de laanimación de éste puedejuzgarse diciendo que elsexo bello, representadopor unas ciento cincuentamáscaras, sólo abandonóel salón cuando éste era yabañado por la luz del día.

Algunas horas des-pués ofreció don Juan Xua-rez de la Guardia, en suelegante casa, un almuerzoverdaderamente espléndi-do a la Junta Directiva delCírculo, comisiones de lasdemás sociedades y a va-rios de sus amigos. Duróel almuerzo de las 12 a las5 de la tarde, en medio debrindis y discursos.

La Orotava se ha hon-rado, honrando la memoriade Viera y Clavijo. Por elloenviamos entusiasta aplau-so al Circulo Instructivo,y sentimos no haber podi-do hacer uso de su galanteinvitación.

Por esto se nos dis-culparán las omisiones quepueda tener esta ligera re-seña, escrita al recoger lasbuenas impresiones de al-gunos de los que tuvieronla dicha de encontrarse enlos actos indicados.

Pero también la RE-VISTA DE CANARIASquiere dejar consignado suaprecio a la memoria delinsigne isleño, y para ello,segura de que han de agra-decerlo sus lectores, co-mienza a publicar en elpresente número un curio-so trabajo, aún inédito, delos numerosos con que en-riqueció Viera la biblio-grafía de nuestras islas.

Revista de Canarias23 de febrero de 1882

Por la tarde hubo animadísimo paseo, amenizado por la banda de música

del Realejo, en la Alameda de San Agustín; y en el mismo sitio se repartieron

entre los pobres un considerable número de panes.

La Orotava. Plaza de La Alameda a finales del siglo XIX. Foto. Rodrigo de la Puerta (FEDAC).

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«No hay espectáculoalguno, señoras y señores,no lo hay por grande y her-moso que sea, que, admi-rado sin interrupción, notermine al fin perdiendoalgo de su hermosura, algode su grandeza; ni existotampoco ningún cuadro enel cual su autor, al jugarcon el colorido y distribuirla luz y la sombra, hayadejado de colocar ésta enaquellas partes que másdesea hacer sobresalir ensu lienzo.

Pues ved aquí justifi-cada la inmodestia de al-zar en este sitio mi desau-torizada voz: porque ven-go a ser la interrupción deesta monotonía de lo bue-no, y vengo también a ser-vir de sombra en este be-llísimo cuadro, para hacerque junto a mí y por lacomparación resalten ydescuellen aun mucho máslos brillantes discursos queoigáis en tan solemne acto.Solemne, antes que porningún otro concepto, porla causa que lo motiva y elfin que en él nos propone-mos todos, cuales sonhonrar la memoria de unode los más esclarecidos hi-jos de este país, del Sr. D.José de Viera y Clavijo, ycooperar con cuanto esposible a aumentar la au-reola de gloria que rodeaa ese gran naturalista, in-signe poeta y eminente his-toriador. Mas como yo nohe abrigado, ni siquierapor un momento, la orgu-llosa ilusión de poder de-cir nada de este ilustrehombre que digno de élsea y corresponda a sugrandeza, voy a ocuparmede lo que para mí tengoque con él más íntimamen-te relacionado se halla.

¿Qué ha significadoViera y Clavijo en la vidade la humanidad? ¿Porqué su nombre se ha he-cho tan célebre, y a quécausas debe el haber ve-nido a llenar una de las másgloriosas páginas de nues-tra historia patria? Es por-que ha sido útil al hombre,

es que ha coadyuvado asu adelanto y a su perfec-cionamiento; y es porque,formando parte de esailustre genealogía de sa-bios y de esa brillante plé-yade de ingenios, ha con-tribuido a conducirle por lasenda del progreso. Yo,con tal motivo, voy a tra-tar de este último: sed be-névolos, y yo os prometoque, en lo que diga, ya queotra para mí es imprevisi-ble, tendré al menos méri-to de la brevedad: que, enlo malo, es algún mérito elser breve.

La civilización hatransformado por comple-to el globo: construyendograndes diques, le roba laspropiedades al océano,convierte los continentesen islas precipitando susaguas sobre la tierra; cu-bre a ésta de vías férreasy redes telegráficas; y, almismo tiempo que da nue-vos moradores al mar, po-blando su superficie deesos gigantescos vaporesque parecen inmensos

monstruos marinos que sealimentan de fuego, hacevolar las ideas a través delos cables que se cruzansobre sus abismos.

Este es el mundo re-novado por esos grandeshombres que, como Vieray Clavijo, han trabajado enpro de la ciencia y en prodel saber; éste es, comodije antes, el mundo mo-derno patentizando el pro-greso.

Los que hoy día tu-vieran el quimérico intentode contener a la humani-dad en su vida ascenden-te, obtendrían el mismofruto y se equipararían alos que trataron de dete-ner el globo en su carrera,obligando a un pobre an-ciano de 70 años, al in-mortal Galileo, a declararque no se movía; pues latierra giraba no obstanteaquella afirmación arran-cada violentamente: que niaun entonces se paró,como debió hacerlo paraprotestar de aquel alenta-do que en la persona de

Galileo se infería a la cien-cia en la verdad, a la natu-raleza en la ancianidad y aDios en el genio. Y a estehombre prodigioso quecon justicia es hoy consi-derado como uno de losprimeros apóstoles delprogreso, no se le conce-de la corona de la gloriasino después de su falleci-miento; y es porque, des-graciadamente, se ha dadosiempre en los sabios unaley fatal, por la cual, almorir el hombre, comien-za a vivir el genio; pareceque todas las naciones rin-den justo tributo de admi-ración a los grandes hom-bres, que, al darse esplen-dor a sí mismos, se lo handado también a su patria;y ya entre ellas podemoscon orgullo levantar nues-tra cabeza, que si comoglorias literarias honran enItalia a un Dante y a un Pe-trarca, en Alemania unSchiller y un Goethe, enFrancia a un Racine y a unMoliere, en Inglaterra unShakespeare y a un Mil-

ton, en Portugal a un Ca-moens, y en España a unCervantes y a un Calde-rón; aquí, en este peque-ño oasis que se encuentraperdido en medio de lassoledades y los desiertosdel océano, también tene-mos a quien enaltecer, tam-bién tenemos a quien ad-mirar: porque, pródiga lanaturaleza, a la par que nosha dotado de un Teide, gi-gante de la materia, hemosdado asimismo, para hon-ra y gloria nuestra, un Vie-ra y Clavijo, gigante de lainteligencia. Loor y gloria,pues, a Viera y Clavijo,porque ha contribuido,con todos esos hombresinsignes, a la realización deesa ley que obliga a Espa-ña, por vez tercera, a rom-per la barrera montuosaque la separa de Francia,y que pronto hará a losvapores navegar por el ist-mo de Panamá y a los fe-rrocarriles cruzar el canalde la Mancha; a la realiza-ción de esa ley que, si esnecesario para que los in-teriores países del Áfricaentren en el concierto delmundo civilizado, inunda-rá el Sahara, y los buquescruzarán sobre las abrasa-doras arenas del desierto,y vendrán a templar los ar-dientes rayos de aquel soltropical las nubes que for-me el humo despedido porlas innumerables máquinasque el trabajo y la indus-tria implanten en aquellashoy regiones desconoci-das.

Loor y gloria a Vieray Clavijo, porque ha con-tribuido a la realización delprogreso, que es el inter-mediario entre Dios y lanaturaleza, pues lleva a lahumanidad a pasos agi-gantados por el camino dela perfección al cumpli-miento de su destino; ydesgraciado de aquél quetrate de pararse, porque,según ha dicho Balmes, «elmundo marcha, quien sedetenga será aplastado yel mundo continuará mar-chando».

Homenaje a Viera y Clavijo.

Discurso de Bernardo Benítez

(1882)

La Orotava a principios del siglo XX. Foto Marcos Baeza (FEDAC)

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La parroquia matriz del ApóstolSantiago de Realejo Alto (Villa de LosRealejos) cuenta, entre su rico patri-monio-histórico artístico, con una her-mosa escultura lignaria de Cristo enla cruz. La dicción plástica de la tallacoincide notablemente con las formasque ofrecen las obras de igual icono-grafía debidas a la gubia del insigneescultor grancanario José Luján Pé-rez (Santa María de Guía,1756-1815).

El Cristo, localizado en la capi-lla colateral del Evangelio, dedicada aNuestra Señora de los Remedios, hasido representado ya muerto, crucifi-cado con tres clavos —pie derechosobre el izquierdo— y reclinando sucabeza sobre el hombro derecho, enel que también cae un mechón de sucabello, magistralmente tallado. Sucuerpo dibuja una S, característicaformal que se conoce como curvapraxiteliana, la cual es propia de lasobras del célebre escultor ateniensePraxíteles (ca. 370-340 a.C.), del cualla toma el imaginero de Gran Canariapara dotar a sus Crucificados de unclasicismo de hermosas líneas y undepurado dibujo.

El rostro del Crucificado des-taca, sobre todo, por la gran serenidady mansedumbre que rezuma, sereni-dad que infunde al devoto creyente quese acerca a orar ante esta bella ima-gen del Hijo de Dios. Tal es el sosiegoy la paz que refleja el divino rostro, queparece que Cristo estuviese plácida-mente dormido, en lugar de haber ex-pirado tras haber sufrido los cruentostormentos de su Pasión redentora. Estacalma que mana de la faz del Cristorealejero es una característica quecomparten los diez grandes Crucifi-cados de Luján Pérez, al igual que losincluidos en su Obra Menor, los cua-les fueron dotados de un carácter casiincruento, según señaló el Dr. LópezGarcía. A esta paz contribuye sobre-manera la policromía aplicada a la ta-lla, pues la misma no acentúa las hue-llas del martirio a que se vio sometidoEl Salvador, no observamos en su ana-tomía grandes llagas purulentas ni ex-coriaciones epidérmicas. Todo lo con-trario, apenas unos hilillos de sangre yla herida de la transfixión en el costa-do derecho constituyen las únicas se-ñales de los padecimientos sufridos porEl Redentor durante los momentospostreros de su Pasión.

Con respecto al perizonium deesta talla cristológica, éste ofrece unbuen trabajo de pliegues, cruzándoseen la parte delantera para recogersesobre la cadera derecha, tal y comosucede con la práctica totalidad de losCrucificados tallados por el escultorde Guía. No obstante, en la obra tiner-feña que estudiamos, el paño de pure-za resulta, a nuestro juicio, un tanto

ampuloso.No estamos ante la tela que se

ciñe a la anatomía, tal y como aconte-ce con el perizoma del hermoso Cris-to de la Sala Capitular de la cate-dral canariense, tallado por Luján Pé-rez en 1793, sino que en la esculturade Los Realejos hay una mayor hol-gura en el tratamiento del paño. Eneste sentido, la manera en la que elmaestro ha resuelto el paño púdico nosrecuerda la empleada a la hora de ta-llar el del hermoso Cristo de la VeraCruz de la parroquia matriz de SanAgustín, en Las Palmas de Gran Ca-naria, ejecutado hacia los años 1813-1814, o el perteneciente a la parroquialde La Asunción de la Villa de San Se-

del tabernáculo neo-clásico del reta-blo mayor de la parroquial de RealejoAlto, obra cuyo diseño se atribuye alcoronel, ingeniero y arquitecto de laVilla de La Orotava D. José de Be-tancourt y Castro Molina (1757-1816). Nuestra hipótesis cobra aúnmayor fuerza, si tenemos en cuentaque el arquitecto tinerfeño entabló unagran amistad con Luján Pérez, hastael punto de que la bella Virgen de Glo-ria de la parroquia de San Juan Bau-tista de la Villa, encargada por la Co-fradía de Ntra. Sra. de los Dolores dela citada parroquia, en torno a 1804,y colocada en el templo dos años des-pués, fue tallada en la propia casa delarquitecto. Por estos motivos, no se-ría muy aventurado pensar que Be-tancourt y Castro le hubiese encarga-do al imaginero guíense la hechura delCrucificado para que coronase eltabernáculo que él había diseñado parael altar mayor de la parroquia matrizde Realejo Alto.

La talla de Los Realejos, un cru-cifijo de tamaño mediano y muy bue-na factura, citado como obra de Lu-ján Pérez en el último inventario pa-rroquial, forma parte de la conocidacomo «Obra Menor» del imagineroguiense, en la cual se incluyen muchosbocetos preparatorios de las imágenesprocesionales, así como pequeños Cal-varios, Crucificados, Dolorosas,Magdalenas Penitentes y varias ver-siones de San José con el Niño y delos Santos Juanes. Estas esculturasde tamaño menor que el natural se re-parten por diferentes museos, templosy colecciones particulares, mayorita-riamente, de las Islas de Gran Canariay Tenerife, aunque también podemosencontrar algunas piezas de improntalujanesca en La Palma. Con respectoa esta gran proliferación de pequeñasesculturas, sobre todo, Crucificadosy Dolorosas destinadas al culto do-méstico, hemos de señalar que el es-cultor pudo tallar algunas de ellas, perono la totalidad de las mismas, pues, deser así, Luján Pérez no hubiese tenidosuficiente tiempo para acometer la he-chura de tal cantidad de piezas. Sinduda alguna, muchas de ellas se de-bieron a la gubia de dos de sus discí-pulos más aventajados, los grancana-rios Manuel Hernández García ElMorenito (1802-1871) y Silvestre BelloArtiles (1806-1874), así como tambiéna su admirador, el palmero Arsenio delas Casas Martín (1843- h. 1925), artí-fices que intentaron perpetuar el buenquehacer del célebre imaginero guien-se hasta las postrimerías de la centu-ria del Ochocientos.

José Luján Pérez en Tenerife.

El Cristo de la Parroquia de

Santiago de Realejo Alto

bastián de La Gomera (1802) , con lasalvedad de que la talla de la parro-quia de Santiago ofrece en el paño unamayor riqueza de pliegues, un mayorbarroquismo en sus líneas.

Nuestras investigaciones en elArchivo Parroquial de Realejo Alto nohan sido fructíferas, puesto que no he-mos hallado referencia alguna sobrela hechura o cronología de la escultu-ra que estudiamos. No obstante, el queno contemos con respaldo documen-tal, no nos impide suponer que, contoda probabilidad, la imagen fuese rea-lizada en los primeros años del sigloXIX, durante el segundo viaje que elartista efectuó a Tenerife (1801-1805), que coincidió con la ejecución

Se supone que la imagen fue realizada en los primeros años del siglo XIX.

José Cesáreo Lopez PlasenciaVer artículo completo en el Anuario de

Estudios Atlánticos (2002)

Tesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artístico

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Hemos hallado en unarmario, entre nuestros vie-jos papeles, unas cuartillasinéditas, fechadas por noso-tros en el Valle de la Orota-va, en el año de 1902, que di-cen así: ¡Oh, el agua... elagua! Se formó el mundo;vinieron después los cataclis-mos, conmoviendo, trastor-nando, desgarrando las entra-ñas de la tierra, y al ser con-quistada la isla de Tenerifehace más de cuatro siglos co-rrían sobre las capas imper-meables e invisibles hacia elmar, las mismas... mismísimasaguas que han venido corrien-do, sin beneficiarlas nadie,hasta hace pocos lustros, ocomo quien dice.., hasta hacepocos años, o si se quiere,hasta hace pocos días. ¡Tales el corto espacio del tiem-po respecto a los dilatados si-glos, que al fin y al cabo todolo conmueven, lo trastornany lo confunden!

Se confundían pues lasaguas entre las olas, emperolas perentorias necesidadesde la vida, hizo que el hom-bre civilizado pensara en queel precioso líquido que se per-día tan lastimosamente en elmar, podía ser aprovechadopara el riego de los camposcon solo hacer excavaciones,perforando las rocas yabriendo galerías. Y coincidióla idea con el arribo a estastierras de un joven extranje-ro, allá, por los años de 1843o 44—un belga o francés—a quién el Valle de la Orota-va debiera levantar a su me-moria una estatua por reco-nocimiento y gratitud.

Sin embargo de haberya nosotros consignado enanteriores artículos, que lasgalerías y todo lo concernientea las obras hidráulicas prac-ticadas en exploraciones enTenerife, no se debían a ladirección de ningún hombrede ciencia, es necesario ha-cer aquí constar que el inol-vidable Mr. La-Chapelle, aquien aludimos en el anteriorpárrafo, nos vino a abrir losojos —digámoslo así—enmateria de exploraciones deaguas y fue quien ilustró,quien enseñó... quien hizo verlo conveniente que son lasexcavaciones subterráneas ylos pozos artesanos y aún labrújula para caminar bajo latierra etc. etc. Hasta enton-

ces el Puerto de la Orotava,por ejemplo, apenas contabacon los manantiales denomi-nados «Aguas del Rey» paralas necesidades más urgen-tes de la vida, y las demáspoblaciones se contentabanpoco más o menos con algu-na pequeña fuente para apla-car la sed, hallándose por lotanto los terrenos en cuantoa riego, a la clemencia y a lapiedad del Cielo, al estar sem-brados de patatas, de trigo ode maíz, etc.

Entonces, en aquellaépoca, la pobreza en el paísera grande y no le pasó a na-die por la mente lanzarse aemprender trabajos hidráuli-cos de ninguna especie.

Pero pasó el tiempo yaconteció que al fin hombresemprendedores y de clara in-teligencia, vieron por fortunala riqueza que tan lastimosa-mente se perdía, y se formóentre nosotros la primera so-ciedad de tal género, ponién-dose al frente de ella un se-ñor de inolvidable memoria enel valle de la Orotava por sulaboriosidad y buen criterio.

Aludimos al que se llamó envida en el Puerto de la Cruz,D. Antonio Perera, , aun-que sumamente modesto, demucha iniciativa. Ese conve-cino nuestro fue quien iniciótan buena idea y hoy los ma-nantiales denominadosAguas de Perera son lasmás bajas de las descubier-tas desde entonces hasta eldía, puesto que están a no-venta y ocho metros de al-tura sobre el nivel del mar,arrojan 1.133 pipas en cadahora para regar una gran fajade tierra, desde la jurisdic-ción baja del Realejo, cercade El Burgado, al punto quellaman El Rincón.

En primero de Agos-to de 1876 midió el Sr. D.Francisco de Aguilar dichasaguas y halló que ascendíana 553.078 litros o sea a las1.133 pipas por hora que he-mos ya indicado y sucedeque al ser medidas de nuevohace pocos meses, se en-contró que había el referidocaudal aumentado conside-rablemente.

Después de constitui-

da la indicada empresa ycuando aún se hallaban lasaguas de Perera en explota-ción, llegó al Puerto -de la Cruzotro extranjero y aunque nadaentendía de obras hidráulicas,formó una nueva sociedad yse puso al frente de ella. Notardó mucho tiempo en encon-trase el manantial que se bus-caba y entonces se empezó aregar una gran extensión detierra, la cuál dominaba por sualtura a la anterior empresa,es decir, a las aguas de Pere-ra.

El extranjero a que alu-dimos era el hábil relojero Mr.Krey. Más tarde, mucho tiem-po después de lo que dejamosreferido, empezaron, por ini-ciativa del mampostero PedroArmas, los trabajos de otrasociedad en sitio mucho másalto de donde se situó la em-presa de Krey y resultó ha-llarse un gran caudal de aguasen jurisdicción del pago dePalo Blanco, regándose hoypor lo tanto muchas fincas delos Realejos y llegando tam-bién a beneficiarse una granparte de la Dehesa del Puer-

to.La empresa de Palo

Blanco da hoy 7.000 pipasdiarias, la misma cantidadprecisamente que la de Kreyo llámese Sociedad del Pa-tronato. Y cuéntase que al-gunas de esas sociedades queproporcionan un buen caudalde tan precioso líquido, lacomponen pobres labriegos yhasta jornaleros que pagan sucuota mensual de 15 o 20 rea-les de vellón con una perse-verancia digna de elogio, rea-lizando ellos así una obra deinterés general; pues segúnes sabido, tratándose deaguas, la riqueza privada, esla riqueza pública. Y esas em-presas, esos trabajos hidráu-licos, son dirigidos por hom-bres de campo, labriegos...algunos de ellos, peones deazada que trabajan con fe ycon entusiasmo, invirtiendosus exiguos ahorros en em-presas tan meritorias y dan-do así ejemplo a los hombresacaudalados. ¡Que contrastecon los ricos que encierran enlas arcas el oro por puroegoísmo, sin beneficio paranadie!... Aprenda con esospobres asociados Santa Cruz.

¡Oh, el agua... el agua.Y que tanta falta tiene la capi-tal de tan precioso líquido,debemos fijar la atención enlo que resulta de la historia delas aguas que dejamos con-signada. Viera y Clavijo en suDiccionario de Historia natu-ral de las islas Canarias, dice:«El agua de las nieves derre-tidas, aunque se trasminan porlas hendiduras y grietas, pa-rece que no encuentran sinoa una enorme profundidad,aquel asiento sólido que ne-cesitan, para formar un hidro-filacio subterráneo. De aquíes que la mayor parte de susarroyos brotan de las altas ypeinadas costas de la bandadel norte, de los Realejos aGuancha para despeñarse almar, no faltando graves indi-cios de que de Tenerife saleprofundamente hacia el Océa-no un río caudaloso.»

He ahí porque siempreal hablar nosotros del progre-so y adelanto de Santa Cruz,exclamamos: ¡Oh, el agua...el agua.

«Algunas de esas sociedades que proporcionan un buen caudal

de tan precioso líquido, la componen pobres labriegos y hasta

jornaleros que pagan su cuota mensual de 15 o 20 reales de

vellón con una perseverancia digna de elogio, realizando

ellos así una obra de interés general»

La Sociedad de Aguas de

Palo Blanco y la visión de Mr.

La Chapelle y Mr. Krey (1902)

Aurelio Pérez ZamoraLa Gaceta de Tenerife

octubre de 1913

La empresa de Palo Blanco daba 7.000 pipas diarias de agua.

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Imágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoEl día 2 de los co-

rrientes a la hora de lasonce de la mañana, llegó aeste pueblo el Excmo. se-ñor gobernador civil deesta provincia, acompaña-do del señor delegado go-bernativo, don Luis Sala-zar, y del señor presidentedel Excmo. Cabildo Insu-lar de Tenerife, don Fran-cisco La Roche.

Tan pronto tuvieronconocimiento las autorida-des locales que la superiorautoridad civil de la pro-vincia había llegado al in-mediato pueblo de RealejoBajo, se transportaron enautomóviles al barrio deSan Agustín con el fin de re-cibir en el límite de los dospueblos, haciendo su entra-da en el Realejo por la ca-lle de Viera y Clavijo, ha-llándose en la plaza delmismo nombre las restan-tes autoridades, somatenes,niños de las escuelas del cas-co con banderas y lazos na-cionales y público enmasa.

Al descender los visi-tantes del automóvil fueronaclamados, dándose vivas aEspaña, al Rey, al GeneralPrimo de Rivera y al Excmo.señor gobernador civil de laprovincia. Por una pequeñaniña de la escuela que regen-ta la maestra nacional doñaÁurea Méndez Hernández lefue entregada al señor gober-nador civil un ramo de rosas,cuya ofrenda entregó luegodicha autoridad al señor curapárroco, para que lo ofrecie-se a la Virgen de los Reme-dios.

En las Casas Consis-toriales el señor delegadogubernativo manifestó alseñor gobernador que de lainspección practicada en laSecretaría- Intervención re-sultaba estar en perfectascondiciones legales, tantosu contabilidad como lamarcha de su hacienda, fe-licitando al pueblo y alayuntamiento por el resul-tado obtenido, luego recogióde la mesa presidencial unpliego que contenía en bre-ves palabras los asuntos de

este pueblo, condensados enla siguientes peticiones: Quese ordene el inmediato fun-cionamiento de la Estafetacreada para este pueblo des-de 1910, por darse el casode que en el casco de un pue-blo de 6.000 habitantes nohay ni un buzón, teniéndoseque traer la correspondenciadesde el inmediato pueblo pormedio de los subalternos mu-nicipales.

Que se gestione lacreación de las dos escue-las pedidas desde Junio de1926, mediante expedientesdebidamente informados,una de niñas, unitaria núme-ro 2 para colocar en el ba-rrio de San Agustín, y otramixta regentada por maes-tra, para el barrio de PaloBlanco.

Que se hagan igualesgestiones para la construc-ción de casa-escuela y casapara el maestro en el barriode Palo Blanco, resolvién-dose el expediente que fa-vorablemente informadopor la Inspección de Prime-ra Enseñanza se remitió aMadrid en Mayo último,acogiéndose este Ayunta-miento a la Real orden delMinisterio de Instrucción Pú-blica del 11 de Abril del co-

rriente año, siendo este,Ayuntamiento uno de lospocos que se acogieron adicha Real orden, segúnasí lo manifestó el señorinspector aludido, compro-metiéndose el Ayuntamien-to a ceder el solar y el 5por 100 del importe totalde la obra.

Poner en ejecuciónlas disposiciones referen-tes al abintestado de donJuan Ruiz Andión, que tan-to ha de favorecer a la Ins-trucción pública y a la Sa-nidad. Y terminación de lacarretera de Orotava aRealejos por la Perdomay Cruz Santa, así como eltrozo que de este pueblova a San Agustín y por elque se une directamentelos dos Realejos y en elque solo falta el afirmadoy los muros de conten-ción.»

Así que el señor go-bernador leyó el extractode las peticiones, manifes-tó su agrado por el conte-nido ‘de las mismas, porreferirse a cultura y comu-nicación, medios por losque los pueblos rurales seelevan espiritual y mate-rialmente, haciéndose no-bles ciudades.

Dijo que pondríatodo su apoyo a tan justasaspiraciones, para satisfa-cer, los deseos de este pue-blo, significando su satis-facción por los trabajosque ha venido realizandoesta Corporación para ellogro del bienestar gene-ral.

Cerró el acto el Sr.La-Roche, quien, en nom-bre del Excmo. CabildoInsular de Tenerife, felici-tó a este pueblo y a todala provincia de Santa Cruzde Tenerife, por contarcon autoridad tan dignísi-ma y entusiasta por elmáximo desarrollo de suspeculiares intereses, pro-metiendo cooperar a la la-bor iniciada por el señorBenito Quintero en todossus patrióticos aspectos. Elseñor delegado gubernati-vo dio algunas normas aseguir en cuanto a Sanidad,Beneficencia e Instrucciónpública.

De las Casas Consis-toriales pasaron los visi-tantes a la escuela número1 de niñas de esta locali-dad, en donde la primeraautoridad civil hizo a lasniñas varias preguntas so-bre Doctrina cristiana, Ca-

tecismo, Historia de Espa-ña y Geografía general yde España, quedando al-tamente satisfecho del bri-llante resultado del exa-men, felicitando a la maes-tra señorita Áurea Méndezpor su labor docente-cris-tiana que inculca a las nu-merosas niñas que están asu cargo.

Pasó luego el señorgobernador a la escuela deniños, lamentando la esca-sez de niños, donde no seencontraba ni uno solomayor de once años, ma-nifestando el maestro quesolo concurría con fre-cuencia los de muy cortaedad, pues los mayorcitossolo iban uno o dos días ala semana, por cuanto lospadres de los mismos losdedican a trabajos agríco-las desde que tienen ochoaños. Al terminar la ins-pección, el señor goberna-dor ordenó a la Junta Lo-cal tomase medidas paraque todos los niños inclui-dos en la edad escolarconcurran asiduamente a laescuela, cumpliendo conexactitud los preceptos delartículo 214 del Estatutomunicipal.

Invitado por el dignoseñor párroco, don JuanCerviá, el señor BenitoQuintero y sus acompa-ñantes visitaron el temploparroquial, donde oró bre-vemente, alabando la lim-pieza y decoro de dichaiglesia.

Acto continuo volvie-ron los visitantes a las Ca-sas Consistoriales, donde,galantemente invitadospor el señor alcalde, se lessirvió un espléndido cham-pagne de honor, haciéndose-le una gran despedida.

El pueblo, en general,quedó altamente reconoci-do de la deferencia del Ex-cmo. Señor gobernador ci-vil, al recoger las aspira-ciones del mismo, así comopor las patrióticas frasesque expuso en su brillantediscurso.

La vista del Gobernador Civil Benito

Quintero a Realejo Alto (1927)

«Gaceta de Tenerife»diciembre de 1927

Benito Quintero alabó la limpieza y decoro del Templo de Santiago.

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El último Infantil San Agustín (1965)

Don José HernándezDelgado, Alcalde Constitucio-nal del Realejo-bajo.

Hago saber: Que la Jun-ta municipal de mí presiden-cia al discutir y aprobar el pre-supuesto ordinario de ingre-sos y gastos de este Munici-pio para el próximo año de1913, en el que resulta undéficit de cuatro mil ochocien-tas veintidós pesetas y cin-cuenta céntimos, acordó porunanimidad en sesión del día2 del corriente mes, cubrir elreferido déficit con arbitriosextraordinarios sobre las es-pecies no tarifadas de consu-mos comprendidas en la si-guiente tardía: Galletas de to-das clases. Unidad, kilo. Pre-cio medio, 2 pesetas. Grava-men, 20 céntimos. Consumocalculado durante el año, 300.Producto anual, 60 ptas.

Bebidas gaseosas y re-frescos de todas clases. Uni-dad, litro. Precio medio. 5céntimos. Gravamen, 5 cén-timos. Consumo calculadodurante el año, 400. Produc-to anual, 20 ptas.

Pastas para sopas y sé-molas Unidad, kilo. Preciomedio, 1 peseta. — Grava-men. 5 céntimos Consumocalculado durante el año, 500.Producto anual, 25 ptas.

Almidón y féculas. Uni-dad, kilo. Precio medio, 75céntimos. Gravamen, 5 cén-timos. Consumo calculadodurante el año. 1200. Produc-to anual. 60 ptas.

Bujías esteáricas. Uni-dad, kilo. Precio medio, 1,25pesetas. Gravamen. 10 cén-timos. Consumo calculadodurante el año, 2.000. Pro-ducto anual, 200 ptas.

Calzado de fuera deeste pueblo. Unidad, kilo.Precio medio, 20 pesetas.Gravamen, 1 peseta. Consu-mo calculado durante el año,173. Producto anual, 173 ptas.

Cementos. Unidad, ba-rril. Precio medio, 14 pese-tas. Gravamen. 50 céntimos.Consumo calculado duranteel año, 300 Producto anual,150 ptas.

Cales. Unidad, fanegaPrecio medio. 1’50 pesetas.Gravamen, 10 céntimos.Consumo calculado duranteel año. 800. Producto anual,80 pesetas.

Teja plana, caños, tina-jas y demás artículos de ba-

rro. Unidad, 100 kilos. Pre-cio medio, 10 pesetas. Gra-vamen. 50 céntimos. Consu-mo calculado durante el año,200. Producto anual, 100 ptas.

Maderas de todas cla-ses para construcciones Uni-dad,100 pies. Precio medio,20 pesetas. Gravamen, 75céntimos. Consumo calcula-do durante el año. 500. Pro-

ducto anual, 375 pesetas.Guanos de todas clases.

Unidad, 100 kilos. Precio me-dio, 27 pesetas. Gravamen,63 céntimos. Consumo calcu-lado durante el año, 1.800.Producto anual. 1 134 ptas.

Yeso, sulfato de amo-níaco y de potasa y demáscomponentes que se mezclanen la fabricación de guanos.

Unidad, 100 kilos. Preciomedio. 27 pesetas. Grava-men, 3 céntimos. Consumocalculado durante el año. 2700. Producto anual, 1 701ptas.

Azufre. Unidad, 50 ki-los. Precio medio, 10 pese-tas. Gravamen,

25 céntimos. Consumocalculado durante el año 78.

Producto anual. 19’50 pese-tas.

Pólvora y demás explo-sivos exceptuando los delramo de Guerra. Unidad, kilo.Precio medio 2 pesetas. Gra-vamen, 10 céntimos. Consu-mo calculado durante el año,1.500.— Producto anual,150 ptas.

Objetos de ferreteríade todas clases y metales,plomo y zinc Unidad, 100 ki-los. Precio medio, 20 pesetas.Gravamen, 1 peseta. Consu-mo calculado durante el año,300. Producto anual, 300 pe-setas.

Paja de cereales defuera de la localidad parapiensos. Unidad, 100 kilosPrecio medio. 7 pesetas. Gra-vamen, 50 céntimos. Consu-mo calculado durante el año,150. Producto anual, 75 ptas.

Total, 4.822 pesetas 50céntimos. Lo que se anun-cia al público para conoci-miento del vecindario y conel fin de que los que se con-sideren perjudicados puedanreclamar contra dicho acuer-do dentro del término dequince días.

Realejo-bajo. 9 de Di-ciembre de 1912.—El Alcal-de José Hernández

Boletín Oficial de Cana-rias, diciembre de 1912

Antonio Oliva ha sidouno de los hombres más im-portantes que ha tenido el de-porte en nuestro municipio,sus casi 40 años como forja-dor de valores, desde su pues-to de entrenador del fútbolbase, le han hecho obtenervarias distinciones de la Fe-deración Tinerfeña de Fút-bol.

Su larga trayectoriaprofesional, comenzada enlos finales de los años 50, rea-lizando tareas de formaciónno solo de practicantes deldeporte rey, sino también dehombres en las antiguas«instalaciones del Campo delBarranco», no han quedadoen el olvido de las muchasgeneraciones de realejerosque han conocido de su hon-radez y deportividad a la quedebemos añadir el exquisito

trato humano y entera dedi-cación a su trabajo.

Uno de lo muchos equi-pos que dirigió fue el Infantil

San Agustín, cuya última ali-neación antes de desapare-cer es la compuesta por: Vi-cente, Humberto, Juanito,

Paco, Carmelo, Carmelito yJosé Miguel. Agachados.Maxi, Felipe, Vicente Quin-tero, Bladi y Pepito .

El ayuntamiento de Realejo Bajo impone

arbitrios sobre los productos para cubrir

un deficit de 4.822 pesetas (1912)

El Alcalde José Hernández se vió obligado a tomar esta impopular decisión.

Antonio Oliva dirigió entre otros equipos al Infantil San Agustín.

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Imágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoAsí como en medio de

las grandes prevaricaciones delos hijos de Jacob y a pesarde que en algunas ocasionesse alejaban de Dios, no obe-deciendo los preceptos de suley, sin embargo su fe desper-taba y acudían a él para darlepruebas patentes de su sumi-sión y cariño, así también po-demos decir de este nuevopueblo de Israel, a quien seha querido envenenar y ale-jar de Dios, Alfa y Omega detodos los corazones cristia-nos, que no obstante las vio-lentas sacudidas que quierenarrancar su fe y su cariño ha-cia la Iglesia de Jesucristo, yal fin su fe revive y les hacellevar a cabo un acto de sim-patía para con la Iglesia, cuyoejemplo debe cundir y serimitado en los tiempos que co-rremos.

Todo esto pensaba yo alcontemplar la voluntad fran-ca y decidida de unos cuan-tos hombres que ponen susenergías y todo su cariño enfavor de la parroquia que lesvio nacer.

Ha bastado solo la invi-tación de la celosa Junta pa-rroquial de señoras de esta

ellos y estampar sus nombrescomo recuerdo perdurable:don Cipriano Albelo Hernán-dez, don José López y López,don Domingo Hernández Ca-brera, don Gaspar Grillo Pé-rez, don Domingo Pérez Her-nández, don Miguel Hernán-dez Fajardo, don Manuel ydon Agustín Barroso Llanos,don Ángel Pérez Hernández,don Domingo y don AgustínExpósito Albelo, don MiguelLópez Rodríguez, don Loren-zo Hernández López, donDomingo Grillo Pérez, donJosé María Molina Morales,don Valentín Toste Hernán-dez, don José Albelo Hernán-dez y don Manuel BarrosoPadrón.

El alegre repique decampanas que disteis y loscohetes que atronaron en elespacio al final de vuestro tra-bajo fueron los pregones quellevaron a todas partes el tes-timonio de vuestra fe. Habéisdado a los de dentro y a losde fuera una prueba de fe yde la hidalguía de vuestro pue-blo.

parroquia de Santiago, unidaa la iniciativa de uno de ellos,para que todos los albañilesde este pueblo cediesen vo-luntaria y desinteresadamen-te su trabajo para hermosearel templo parroquial preparán-dolo así para la fiesta de suPatrono.

Las celosas damas doña

Los albañiles de Realejo Alto ceden

voluntariamente su trabajo para

hermosear la iglesia de Santiago (1932)

Adela González del Carmen,doña Elvira Rodríguez Rave-lo y la señorita Delfina Ce-drés Borges, entusiastasmiembros que forman la Jun-ta, obsequiaron, servido porellas mismas, a estos cristia-nos trabajadores, con un «su-culento y estupendo» al-muerzo, que fue presidido

por el señor cura párroco, li-cenciado don Carlos Delga-do y Delgado, como pruebadel agradecimiento que laparroquia les guarda y de queel trabajo más tarde o mástemprano será centuplicadopor Dios.

Y ahora solo me quedadar un aplauso a cada uno de

Las escuelas públicas del barrio de Tigaiga

Como siempre se haafirmado, uno de los avancesdel siglo XX ha sido la im-plantación de la enseñanza entodos los estratos de la so-ciedad. Si bien nos encon-tramos como desde princi-pios de siglo ya hay cons-tancia de la creación de es-cuelas unitarias en los nú-cleos de población más ha-bitados, no será hasta la

década de los años veinte,cuando se crean con carác-ter provisional la primeraescuela pública en Tigaigaen agosto de 1929. Una delas primeras maestras entomar posesión fue Dña.Loreto Castilla García quelo hace en mayo de 1931,quien dejó gratos y emoti-vos recuerdos entre susalumnas. Idea suya fueron

las famosas veladas, senci-llas obras de teatros que in-terpretaban los niños dellugar.

Al año siguiente secrea la unitaria mixta de ni-ños, tomando el cargo demaestro D. Casiano JoséHernández. Por aquellasprimeras escuelas instala-das en la calle Tigaiga, pa-sarían hombres y mujeres,

que con el tiempo se con-vertirían en excelentes es-tudiantes. Recordar la la-bor desempeñada por pro-fesionales de la enseñanza,que ocuparon durante añosestas escuelas unitarias,siendo sus últimos maestrosD. Manuel González «D.Manolo el maestro» yDoña. Concepción Her-nández, conocida popular-

mente como «DoñaConchita».Atrás quedanlos pupitres, el pizarrín, lapluma y el tintero, las piza-rras, los libros, los lápices,las excursiones a los Pini-tos o la Casa de la Era y,las novenas de Mayo.

Manuel JesúsHernández González

Jorge PérezLa Gaceta de Tenerife (1932)

Unos cuantos hombres pusieron su cariño en favor de la parroquia que les vio nacer.

En agosto de 1929 se crea con carácter provisional la primera escuela pública en Tigaiga.

«Tigaiga. Retratos en el tiempo» (2011)

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Imágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoCon gran entusiasmo,

que supera al de años ante-riores, apréstanse los fielesde esta parroquia del Reale-jo Alto a celebrar las fiestasen honor de la Santísima Vir-gen, bajo la dulce y consola-dora advocación del Carme-lo.

A juzgar por los prepa-rativos que se hacen por laactiva Comisión, integradapor algunos devotos cofra-des, revestirán verdaderoderroche de buen gusto, pie-dad y esplendor.

El programa es el si-guiente: Día 11 de Agosto. Alas ocho, de la noche, se cele-brará en la iglesia parroquialun piadoso ejercicio de la San-tísima Virgen, rezo del Santí-simo Rosario. Letanía canta-da y Salve.

Domingo 12. A las ochode la mañana, Misa rezadade Comunión general y pláti-ca, por el celebrante.

Durante el Santo Sacri-ficio de la Misa y distribuciónde la Sagrada Comunión, unnotable coro de señoritas delvecino pueblo del Realejo Bajocantará selectos y piadosos

cánticos, bajo la dirección delorganista don Francisco Mén-dez.

Terminada la SantaMisa se Impondrá el SantoEscapulario a los fieles quedeseen Ingresar en la Cofra-día. A las diez y media de lamañana, suntuosa función re-

ligiosa en la que oficiará el se-ñor cura párroco, asistido dediácono y subdiácono.

El coro estará integradopor un numeroso grupo de dis-tinguidas señoritas del RealejoBajo, que cantarán una precio-sa Misa a varias voces, acom-pañadas al armonium por el jo-

ven pianista y distinguido e in-teligente compositor don Fran-cisco Méndez.

A las dos de la tarde,hará su entrada la Banda demúsica de La Guancha, tocan-do alegres composiciones desu nutrido repertorio.

A las tres, tendrá efecto

la bendición, por el párrocodon Manuel Fernández Gar-cía, del recién construido cam-po de fútbol. Actuarán de pa-drinos la distinguida y bellaseñorita María González Her-nández y don Agustín Gonzá-lez Estrada.

Terminada la bendicióndel nuevo campo de deportes,desde la tribuna levantada alefecto dirigirá la palabra al pú-blico el entusiasta presidentedel Club Deportivo C. S. D.,Agustín Armas y Arocha, si-guiéndole en el uso de la pa-labra otros distinguidos orado-res, terminándose con una ju-gada entre este equipo y el delRealejo Alto, haciendo el sa-que de honor la señorita ma-drina.

Amenizará el simpáticoacto la Banda de música dereferencia. A las cinco de latarde, solemnísimo ejerciciopiadoso en el templo parro-quial, en el que volverá a ac-tuar el coro de señoritas de lamañana, bajo la dirección delmaestro señor Méndez.

La Caja Postal de Ahorros entregó 24 cartillas de ahorros

a niños de las Escuelas Nacionales de Realejo Alto (1931)

Bendecido el nuevo campo de

fútbol de La Cruz Santa dentro de

sus Fiestas del Carmen (1934)

-El domingo último tuvolugar en este pueblo el acto deentregar 24 cartillas de dichaCaja a otros tantos niños delas tres escuelas nacionales delcasco, así como el de dos alos niños pobres que nacieroninmediatamente después de lainauguración de la Estafeta deCorreos de esta población.

Cada una de las cartillasde los dos niños nacidos des-pués de dicha inauguración,tienen por primera imposiciónla cantidad de 55’00 pesetas,cuyas imposiciones, junto con55’00 que oportunamente segiró para el Colegio de Huér-fanos de Correos, componenel total recaudado entre losconcurrentes a la expresadainauguración, más el auxilioque libró el Ayuntamiento.

Las 24 cartillas dadas alos niños de las escuelas alu-didas, proceden de suscripciónabierta por el administrador deCorreos entre varios señoresde la localidad.

El expresado acto se ce-lebró en el salón de la escuela

de niñas número 2, por serla más próxima a la referidaEstafeta.

Primeramente, el men-cionado administrador, donModesto Cuadrillero Correaleyó unas cuartillas enalte-ciendo el Ahorro y las venta-jas de la Caja Postal.

A continuación, el dig-no y culto párroco, don Car-los Delgado y Delgado, en-tregó las cartillas a los res-pectivos titulares y pronun-ció un breve y elocuente dis-curso en el que expuso la la-bor docente de los señoresmaestros nacionales cerca delos jóvenes alumnos para en-cauzarles por los senderosdel Bien, y, después de ex-plicar el alcance del Ahorro,como base de la economíadoméstica, significó que elacto era como una de las re-sultantes del homenaje queeste pueblo rindió a la apertu-ra oficial de la referida Esta-feta en el año 1930 (que seanhelaba desde hace tantosaños), y de una forma sintéti-

Gaceta de TenerifeAgosto de 1934

ca expresó que este acto, apar-te de la significación ya expre-sada, no tenía otra trascenden-cia que el sembrar la virtud delAhorro entre la juventud de esta

localidad,El administrador de Co-

rreos hizo presente que en fe-cha no lejana se celebrarán ac-tos análogos en las escuelas de

Cruz Santa, Carrera-Longue-ra y Palo Blanco.

La Gaceta de Tenerife(24 de marzo de 1931)

Bendición en la década de los 60, de otras instalaciones en el campo de fútbol de La Cruz Santa.

Los niños de La Cruz Santa, La Carrera, Longuera y Palo Blanco también recibirián las cartillas.

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El municipio de Los Realejoscuenta, en su amplio territorio, conun núcleo de cierta coherencia ar-quitectónica, el Realejo Bajo, confi-gurado desde los años posterioresa la colonización de las Islas y alamparo de las tierras del Adelan-tamiento, más tarde identificadascomo Hacienda de Los Príncipes.El asentamiento en este lugar deimportantes familias como los Ora-mas, Melo, Machado, Camacho,Chávez, entre otras, da lugar a dig-nas construcciones que mostraranel poder social y económico desus moradores. Los edificios quearticulan el conjunto guardan unacierta coherencia cronológica yestilística siempre bajo las pautasde la arquitectura tradicional cana-ria, no obstante, muchas de lasconstrucciones han sufrido modifica-ciones, especialmente en sus fa-chadas escondiendo la rica arqui-tectura interior donde predomina lamadera. El acceso a estas reliquiasde la arquitectura canaria, se hacepor medio de anchos portalonesque comunican a un pasillo concubierta adintelada y enlosado depiedra, ejemplos dignos de men-ción son las entradas o zaguanesde la Casa Parroquial y la Casaconocida comúnmente como de«Chávez», ambas en la calle Can-tillo de Abajo. Sin embargo son lospatios el corazón de las viviendas;Lugares de encuentro diario, defaenas y tertulias, son testigos mu-dos del devenir del tiempo cotidia-no de familias de hoy y de ayer deLos Realejos. En ellos se pone derelieve la más fiel muestra deltrabajo de carpinteros y ebanistasanónimos que en galerías, soporta-les y balconadas interiores danejemplo de su maestría y expe-riencia. Son de destacar los queobservamos en la vivienda situadaen la calle Guillermo Camacho,donde estuvo ubicado el antiguoCasino del Realejo Bajo. En su in-terior, presenta tres plantas ofre-ciendo la superior la mencionadabalconada de interesante estructu-ra lígnea. De similares dimensio-nes es la vivienda conocida como«Casa Rosada de la Acequia»aquí el espacio interior se configu-ra entorno a un patio rectangularque presenta en su centro unafuente o tanquilla. Aunque este tipode elemento decorativo no secomienza ha utilizar en nuestra ar-quitectura hasta bien entrado el si-glo XVIII, tampoco tuvo un augeposterior, siendo tan solo en GranCanaria donde nos encontramosmás ejemplos. Por tanto, esta sin-gular pieza de estructura polilobu-

lada y con una pila de fuste en-torchado se nos presenta como uninusual vestigio de la arquitecturade Los Realejos. En esta mismacalle, por donde trascurrían los ca-nales que conducían agua a laHacienda, se levanta otro granedificio que atesora uno de lospatios más interesantes de estenúcleo urbano, se trata de la vi-vienda popularmente llamada de«Don Benito Barroso». Su interior,muy trasformado durante el pasa-do siglo, nos muestra un patio cua-drangular donde la galería supe-rior cerrada, se sustenta sobreunos originales pies derechos. Es-tos presentan un diseño de gustoclásico que se observa sobretodoen la base pétrea, en donde el len-guaje culto deja su impronta. Cabe

Manuel JesúsHernández González

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Realejo Bajo. La arquitectura

interior: los patios

Patio de la Hacienda de Los Príncipes.

destacar el capitel de inspiraciónjónico que se combina con unazapata de ínfimo desarrollo, es-tructura poco común en estos ele-mentos de soporte. De menorcalidad artística pero de ricas pro-porciones y estructura es la vi-vienda situada al comienzo de lacalle de Los Molinos, conocidacomo de «Don Paco Medina». Unagalería superior de cierto gusto po-pular se abre al patio, donde elantepecho se cierra en su totalidadsin mostrar decoración alguna. Dig-nos de mención son los patios yjardines de las casas que confor-man el conjunto de la Haciendade Los Príncipes, fuentes, paseos,abrevaderos se entremezclan entrela variada vegetación. Arte y natu-raleza se unen para configurar este

histórico lugar, ejemplo fiel a laidea de jardín romántico tan difun-dida por los viajeros ingleses yfranceses del siglo XIX. Igualmente,de especial significación son los con-juntos interiores de la Casa Parro-quial cuyo patio se reduce a lahuerta – jardín, o la mencionada casade «Chávez» cuyo patio se cierra albarranco Godinez por un gruesomuro donde se sustenta un balcónsuperior abierto utilizado de mirador.

Este articulo es tan solo un li-gero esbozo de la riqueza patrimo-nial que esconden las fachadas yportalones del casco histórico delRealejo Bajo, un secreto muy bienguardado por sus habitantes.

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Fiestas de la Virgen del Buen Viaje en Icod el Alto (1934)

Programa de los feste-jos que en honor de la Vir-gen del Buen Viaje se cele-brarán en el pueblo de IcodAlto, en los días 25, 26 y 27del corriente mes de Agos-to: Día 25, sábado. A las cin-co de la mañana, repique decampanas y tracas que anun-ciarán las fiestas.

A las seis, Misa rezadaen el Trono de la SantísimaVirgen. A las siete de la tar-de, en la iglesia parroquialejercicio piadoso, rezo delSantísimo Rosarlo, Letaníacantada y Salve.

Día 26, domingo. A lasseis de la mañana, alegre dia-na. A las ocho. Misa rezadade Comunión general. A lasnueve, recibimiento de laBanda de música del Reale-jo Bajo. A las diez, suntuosafunción religiosa, ocupandola sagrada cátedra el párro-co de este pueblo don E.José Arvelo González. Acontinuación saldrá proce-sionalmente la Imagen de

Nuestra Señora del BuenViaje, acompañada del Cle-ro, Cofradía, fieles y Bandade música, recorriendo eltrayecto de costumbre.

Al llegar la procesión a«Sauces» habrá un sermónde promesa, predicando elmismo orador sagrado. Du-rante el recorrido y a la en-trada de la procesión se que-mará diversos fuegos artifi-ciales. A las siete de la tar-de, ejercicio piadoso en ho-nor de la Santísima Virgendel Buen Viaje.

A las ocho de la noche,paseo en la plaza de la ermi-ta, amenizado por la Bandadel Realejo Bajo. Día 27,lunes. A las diez de la maña-na, solemne función religio-sa, en la que oficiará el se-ñor cura párroco. A conti-nuación saldrá de nuevo laprocesión de Nuestra Seño-ra del Buen viaje, recorrien-do el trayecto del día ante-rior.

A las dos de la tarde,

corrida de sortijas, dispután-dose en ella hermosas cintasbordadas por entusiastasseñoritas de este pueblo.

A las cuatro, entrega dela bandera a la nueva Comi-sión de fiestas. A las ocho dela noche, verbena en la pla-

za, que se encontrará artísti-camente engalada y luciráuna espléndida iluminación.Durante el concierto se que-marán diversos fuegos arti-ficiales.

A las nueve, ejerciciopiadoso en la iglesia parro-

quial, como en días anterio-res. Durante estas fiestas seorganizarán bailes populares.

Gaceta de Tenerifeagosto de 1934.

Festividad de Santa

Cecilia (1933)

El próximo domingo,28 de los corrientes, se ce-lebrará en este pueblo orga-nizado por La Filarmónica,una fiesta religiosa en honorde la que es Patrona de losmúsicos Santa Cecilia Virgenmártir.

Por la mañana a las 10tendrá lugar en la parroquiala Misa solemne, cantadapor el coro de señoritas deeste pueblo, acompañada alórgano por el inteligente pro-fesor y director de La Filar-mónica, don Agrícola E.García.

Ocupará la cátedra sa-grada el reputado oradorRvdo. Padre Octasiano dela Vega, de la Residencia delos Misioneros del Corazónde María del Puerto de laCruz.

Terminada la Misa se

organizará la suntuosa y so-lemne procesión, que saldrá,como en años anteriores ensu magnífico y lujoso Trono,acompañada del Clero pa-rroquial, La Filarmónica —que durante el trayecto eje-cutará las mejores marchasde su repertorio—, y todoslos buenos y religiosos veci-nos.

Después de la proce-sión, la Banda de música re-correrá las calles de estepueblo tocando alegres pa-sodobles, compartiendo laalegría con todo el vecinda-rio.

Seguidamente se pro-ponen los profesores de estaagrupación musical hacer unajira fuera de la población yalmorzar en el «Polo Norte».

Gaceta de Tenerife,noviembre de 1933

Procesión de la Virgen en la década de los 80 del siglo pasado.

Santa Cecilia acompañada por la Filarmónica y los Exploradores de Realejo Bajo.

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Ya había sido firmada latregua de paz entre españolesy guanches, pero en uno losdías de júbilo que le procedie-ron, probar de suerte quiso elconquistador y ordenandoparte de su ejército, les hacesubir las verdes laderas delLance.

Y subían cautelosos porla senda que conduce a Icodde los trigos, Icod del Alto. Elcapitán Grimón iba al frentede ellos.

De pronto una mujerque aun lloraba la muerte desu esposo, fue injustamenteaprisionada en unión de suhijo y de otros guerreros pormera sospecha de que les in-terrumpiesen el paso poraquellas alturas.

Ella, en su lengua y su-friendo el peso de toda la cau-tividad habla a su hijo de unproyecto que en aquel instan-te pasó por su imaginación;era una resolución firme—eranada menos que atentar con-tra el pedazo de su corazón—, desde luego, sublevando a losdemás prisioneros para atacaren hora oportuna a sus opre-sores.

Sintió miedo el hijo delsigoñe Tigaiga cuando oyóhablar a su madre; el rostroestaba desfigurado; la ira lecegaba torpemente a aquellamujer.

—Hijo—le dice—unsoldado como tú no debe seresclavo de ningún extranjero.—Qué remedio nos queda!—exclama—; así lo ha dispues-to Achamán.

La viuda de Tigaiga, conaltivez e insistencia pregunta asu hijo: ¿Y es posible que teresignes a soportar el paso detan horrible infortunio?

—No, madre, aun abri-go la esperanza de libertar atodos, aunque nuestros enemi-gos sean muchos y fuertes. Loverás.

Vana esperanza es latuya!, pero... óyeme mi bien.Yo, como madre en ti he ci-frado mis complacencias; notemas, voy a vengarme de esosopresores—que son míos, losde nuestra idolatrada tierra—,pero, resígnate a aceptar loque es mi última palabra, miúnica voluntad.

¿Qué pretendes madre?.Acércate y atiéndeme. A nues-tro lado hay algunos compa-triotas nuestros, pero no im-porta que de los extranjeros

sea el doble el número paravencerlos. Esperemos a que lle-gue la noche y mientras éstosconcilien el sueño, les matare-mos y luego sus cuerpos roda-rán por los precipicios del Lan-ce, celebrando así el triunfo denuestra libertad con toda reso-nancia.

Este horrible proyecto,por lo que tenía de astuto ypatriótico agradó mucho al hijode Tigaiga hasta llegarle a en-tusiasmar. Era el principio deun fin, pero de finalidad puraen exaltación de la raza. —Sí,conforme—dijo el guanche—;sorprenderemos a nuestros ex-terminadores y si viene la muer-te poco nos importa. ;Yo meresigno a ser la víctima!

Vino la noche. EL true-no estalló crudamente en losámbitos de la comarca y la tem-pestad se acercaba, cuando lamadre del guanche, la esposade Tigaiga, ya había conferen-ciado con los camaradas de in-fortunio.

El agua caía del cielo atorrentes, el viento sumbaba,llevándose tras de sí las enra-madas de las selvas vírgenes,

más verdes que las propias es-meraldas.

Los españoles-, apiña-dos en su tienda, llenos de te-rror, elevaban al Hacedor susoraciones; La tempestad se-guía y seguía, con más impe-tuosidad.

—¡Ha llegado la hora devenganza!— exclamaba la he-roína.

Allá va la mujer de Ti-gaiga. En medio de la confu-sión, los españoles no sospe-chaban la trama en que habíanentrado.

Ella se dirigió a los su-yos y quitándoles las ligadu-ras de sus brazos púsoles enlibertad.

Pero, ¡oh fatalidad!, pormás esfuerzos que hiciera paradesatar a su hijo, todo fue in-útil. Su amado permanecíamaniatado. ¡Cuánto luchó pordeshacer las ligaduras del in-feliz prisionero!

El hijo de Tigaiga, en sutenaz empeño lucha también,pero lo hace desesperadamen-te y mientras ve que sus ca-maradas recobraban la ansia-da libertad, a fuerza de traba-

jo consigue destrozarse lasmanos, los huesos de sus bra-zos y chorreando en sangre,empiezan a agotarse sus ener-gías y al tratar de avanzar allado de los conspiradores caeen tierra, sin poder dar ni si-quiera un paso...

¿Qué hacer? Resignó-se el guanche aceptar lo quele sobreviniese. Su madre,mientras tanto, desesperada,se dispuso a guiar a los suyospara sorprender a los de Es-paña y darles el escarmientomerecido, pero éstos, adver-tidos e insinuando la voz dealarma, se dispusieron a ladefensa.

Alcaráz, el capitán Alca-ráz, fue el primero que cayóentre las manos de los insur-gentes; mas, cuando estaba apunto de recibir el golpe demuerte, Grimón, su jefe, pre-sentándose ante ellos, consi-gue detenerlos, quedando sal-vado de una manera provi-dencial.

La madre del prisione-ro, avergonzada del hecho ypara evitar el castigo, corre arefugiarse al lado donde es-

taba su hijo; llegando ante élle dice:—Hijo mío, estoy per-dida y antes de ser esclavaquiero dejar de existir.

—¡Madre mía, por pie-dad!; desecha de tu mente esefatídico pensamiento y de in-sistir en él sacia en mí tu cóle-ra.

¡Hazme morir; por algoy para algo soy el hijo de Ti-gaiga!

La altanera mujer, en unmomento de santa rebeldía, decólera, inflamada por el biende la Patria y en exaltación dela raza, con arrogancia inaudi-ta o como leona que no con-siente que nadie se apodere desu cachorro, cae sobre su ama-do hijo y posando los labiossobre los de él y colocando sustemblorosas manos nervudas,pero fuertes, en el cuello ledeja instantáneamente estran-gulado.

Al cesar la tormenta sur-gió el nuevo día. Los españo-les pasaron por las armas a losconspiradores, pero, al llegaral sitio de la asonada, vieronque madre e hijo eran ya ca-dáveres, significando que des-de ese instante supremo y paramemoria de las generacionesvenideras, quedara colgada porengarzada cadena y sobre lasalmenas de aquellos fuertescastillos, de aquellos corazo-nes de oro—señal de las vic-torias y derrotas en que Tigai-ga tomaría parte—, la llave,también de oro con que se ce-rraba todo el poderío de la razaguanchinesca, noble y sencillacomo una paloma, pero fuer-te y rebelde como el ingenteEcheide (1).

(1) En el pendón rojoque existió en el Ayuntamien-to del Realejo Bajo se puedever que la época y arte de losdos Escudos de Armas que loblasonan son del siglo XVII yfranco-hispano su estilo; eluno, con las piezas del realespañol y escusón de la Casade los Borbones; y otro, el delpueblo, formado por castillosy llave de oro pendientes delas almenas representando unaT, aquella sostenida por cade-na del propio metal, está encifrado recuerdo del sigoñé Ti-gaiga y todo según nuestromodesto parecer.

La Leyenda del sigoñe Tigaiga y el

desaparecido pendón de Realejo Bajo

F. P. Montesdeoca GarcíaCronista Oficial de Canarias

julio de 1930

Imagen del antiguo Pendón del Ayuntamiento de Realejo Bajo (1926, Revista Hespérides)

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Si se toma el camino dela costa para desde la Orota-va dirigirse a Garachico pa-sando por San Juan de LaRambla, conviene evitar losespolones montañosos queaccidental el litoral, ya queobligaría ascender al fondo delos barrancos para seguida-mente tener que franquearotros tajos y escarpes. El pai-saje cambia a cada trecho, lospanoramas se suceden unotras otro, las perspectivas cho-can se confunden, se cruzany se dirigen en todas direc-ciones.

A poca distancia de laorilla surgen los Roques delBurgado, enormes monolitoscuyos flacos quemados pre-gonan la convulsión que losaisló. Su inaccesible cima estácubierta de vegetación silves-tre y a sus pies rompe con vio-lencia el mar. Más allá retum-ba un fragor que se suma albullir de las olas, son las cas-cadas de Gordejuela, que seprecipitan en una sucesión desaltos, desde lo alto de la la-dera para cavar deshaciéndo-se en transparentes cortinasde agua al pie de los acantila-dos.

Cascadas que salta,hierven, espumean fluyendoal mismo tiempo de cien lu-gares distintos: las masa , losjuncos y cañaverales mecensus húmedos ramajes en estaatmósfera vaporosa de la queestá saturado el ambiente delos contornos. No se abando-na sin desconsuelo este deli-cioso frescor.

Al cabo de poco trechose llega a la Rambla de Cas-tro donde uno se encuentracon un paisaje distinto. Laobra hecha por la mano delhombre ha secundado a lanaturaleza para convertir estehermoso rincón en un agra-dable lugar de residencia. Des-pués si se dejan a la derechaesos bosquecillos y el suges-tivo laberinto que forman, elescenario vuelve a cambiar,delante sólo hay una playapedregosa; a su espalda unmurallón de basalto que seprecipita sobre ella como siquisiera sepultarla bajo su po-derosa masa. Entonces sedesciende sobre el Callao, es-cabroso sendero alcanzadopor el mar, camino lleno degruesos cantos rodados, quehay que seguir durante una

hora para ganar las cuestasde San Juan.

Pero si por el contrario, partiendo desde la Orotavase prefiere el camino de lasmontañas, el extenso y her-moso valle despliega ante no-sotros su animada campiña ysu dilatado anfiteatro cubier-to de viñedos. Una tierra fér-til tapizada de la más rica ve-getación. A cada vuelta delcamino se ven viviendas cam-pesinas rodeadas de huertos:allá abajo, los dos Realejos,uno asentado sobre las últi-mas estribaciones del valle yel otro posado sobre las altu-ras que lo dominan. En las cer-canía un profundo barrancocubierto de boscaje bordea-do de matorrales de entre loscuales surge el riachuelo deLa Laura. Tal es el paisajeque se extiende, brilla , se re-pliega o se levanta brusca-mente a medida que uno seacerca a la Montaña de Tiga-yga.

Al llegar a este baluartese encuentra un escarpado

sendero (Las Vueltas de Ti-gayga) que asciende serpen-teando entre ribazos para lle-gar a Icod el Alto. Desde allíse abarca todo el Valle de LaOrotava, el que acabamos derecorrer en toda su anchura.Hacia el Sur el Pico del Teidese destaca más majestuoso, uncinturón de nubes rodea suinmenso cono y la variedad

y la dinámica del paisaje ad-quiere un aspecto de gran-deza que ni lápiz ni pincel po-drían reproducir . A medidaque se avanza sobre estaextensa terraza, los barran-cos de Castro y del Dornajonos obligan a nuevos rodeos.El primero cortado en variospuntos por enormes bloquesde lava, forma una garganta

profunda al término de lacual se divisa el mar; el se-gundo, más cercano a la cos-ta, tiene un aspecto más lla-mativo, el atormentado ro-quedal aparece ya super-puesto en capas regulares,ya más compacto, aislado demacizos, ya resquebrajadoen toda su superficie y tapi-zado de verdor y de flores.

Sabino Berthelot y su primera estancia en

Tenerife (1820 -1830). Visita a Los Realejos

Cascadas de Gordejuela. J.J.Williams. 1839.

Roques del Burgado. Lámina de A. St Aulaire 1838.