una visita a granada el realejo 1
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EL REALEJOEL REALEJO
ANTIGUA JUDERÍA DE GRANADA
AMGCH©2007
EL REALEJO
Vista panorámica del Realejo y la Antequeruela, en la colina del Mauror.
La abierta comunicación que el barrio del Realejo presenta en la actualidad con el centro de la ciudad, a través de las calles Molinos, Pavaneras, San Matías o de la cuesta del Progreso, ha desdibujado en cierta medida las características esenciales de este importante núcleo de la Granada musulmana habitado por judíos que, desde la conquista cristiana e incluso antes, ha ido modificando su imagen hasta la actualidad. Otro entrañable barrio granadino, ideal para que el Paseante se pierda callejeando, buscando esas señales de identidad del pasado.
De sus murallas y sus puertas —entre las que se encontraban las muy famosas de los Alfareros y de los Molinos— no queda ya ningún resto y del viejo trazado laberíntico, típico de las ciudades medievales, sólo permanece el de las zonas altas del barrio.
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EL REALEJODe esta forma el Realejo impregna de historia al Paseante y sus rincones trasportan a distintas épocas, según sea la perspectiva que se abra tras cada calle, cuestecilla, plazoleta… Desde la suntuosa Plaza de Santo Domingo, con su vecino el Cuarto Real, a la placeta de la Puerta del Sol o la Cuesta del Realejo que culmina tras un breve paseo en el Carmen de la Fundación Rodríguez Acosta, los momentos de contemplación sosegada abarcan casi ocho siglos que sus distintos habitantes –moros, judíos, sobre todo, y cristianos, ya al final- fueron construyendo.
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EL REALEJOAl final de esa larga historia, con sus cambios, desde su denominación como Garnata al–Yahud, arrabal judío de la ciudad musulmana, cuando hoy paseamos por el Realejo, se observa el predominio de las zonas llanas del barrio frente a las que se sitúan en la ladera de la colina del Mauror, la que baja desde Torres Bermejas y que en 1410 dio cobijo a los habitantes de Antequera por lo que recibió el nombre de Antequeruela. Hoy las Torres Bermejas, permanecen como mudas vigías en su atalaya del Mauror, desde donde divisan la Granada baja y una inaudita vista del Albayzín y Alhambra.
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EL REALEJOTe invito querido Paseante a comenzar el recorrido: Entrar al barrio por su parte alta no es sólo históricamente recomendable, es además lo más sensato si consideramos lo empinado de sus cuestas (siempre quedará la opción, caso de agotamiento de dejarse caer al Campo del Príncipe). Y no sólo por eso sino también por las magníficas vistas que se observan desde sus altos: Torres Bermejas, Carmen “Blanco”, Hotel Palace, Carmen de los Mártires…El Realejo es confundido en muchas guías y artículos “al uso” con el Albayzín, pero tanto su historia, como su organización urbana le es propia y distinta, aunque sus rincones y paseos, sus vistas y perspectivas, le hagan tan atractivo como a áquel.
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De esta forma tras una bella ascensión, pudiendo ser ésta incluso desde la misma Alhambra, el primer lugar que merece atención es el Carmen de los Mártires, construido en un emplazamiento en donde la tradición sitúa las mazmorras para los cautivos cristianos en tiempos nazaríes. Una vez conquistada la ciudad, se convirtió en un convento de carmelitas en el que estuvo algunos años como prior san Juan de la Cruz, para escribir entre otros su Cántico Espiritual, cumbre de la mística española del siglo de Oro. Puede el paseante imaginarlo, paseando por su bosque, contemplando Granada con su vista y siempre a Dios con su corazón.
Altorrelieve situado en el Carmen, que da lugar al nombre del mismo: Los Mártires.
EL REALEJO:EL CARMEN DE LOS MÁRTIRES
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Un palacete neoclásico, con reminiscencias nazaríes, en medio de un vergel, con paseos, delicia del botánico, fuentes, arboledas y un lago configuran un armonioso conjunto. Quizá algo anacrónico en su entorno, muestra de la miscelánea de Granada, en la que el paseante anónimo escribe en su diario otro capítulo…
EL REALEJO:EL CARMEN DE LOS MÁRTIRES
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Su fisonomía actual corresponde al siglo XIX y su interior es un alarde del imaginario orientalista de la época. Los jardines son una mezcla acertada de modelos franceses e ingleses, aunque en los últimos años del siglo XX se taló parte de su hermoso bosque y la especulación fraudulenta estuvo a punto de hacerlo desaparecer. El agua de fuentes y estanques y las magníficas vistas sobre Granada y el Realejo justifican por sí solas su visita. Nuevamente, en esta Guía, acuden los recuerdos de una infancia feliz, con domingos al sol, al amor de unos padres que nos subían a Los Mártires a jugar a sus jardines… y la historia se repite…
EL REALEJO:EL CARMEN DE LOS MÁRTIRES
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EL REALEJO:EL BARRANCO DEL ABOGADO
Muy cerca del Carmen de los Mártires, busca el paseante otro mirador encantado para ver rincones de su ciudad.Pocos sitios tan aparentemente inhóspitos, retirados de la urbe cosmopolita y ajetreada, pero a la vez tan cargados de historia y sobre todo de paisaje, a la luz sempiterna de la Alhambra. El paseante sube a su mirador en la puesta de sol y se funde con la bruma y el misterio. Las murallas de la Ciudad Palatina dejan fuera un arrabal, salpicado de casas y vegetación.
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EL REALEJOBajando la cuesta del Carmen, y pasada la bella Cruz de los Mártires, a la izquierda está el auditorio Manuel de Falla colindante con la casa museo donde vivió el genial músico gaditano. E inmediatamente llegamos al hotel Alhambra Palace y al lujo de sus terrazas, donde se puede tomar un “café con vistas”.
Sobre los conocidos como “Hotelitos de Belén”, se sitúan
tanto el Auditorio, como el Hotel Palace, ambos fruto de
dos visionarios: García de Paredes y el Duque de San
Pedro de Galatino, respectivamente.
Cruz de los Mártires.
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EL REALEJOEl pequeño callejón de la casa (ahora museo) de Manuel de Falla ofrece una preciosa panorámica del Realejo y de Granada, con el suntuoso Hotel Palace en primer término.Igual que lo contemplara el músico, en los años en que intelectuales unidos por su amor a Granada, manifestaban su inquietud por la conservación de sus monumentos, su historia y sus tradiciones.
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EL REALEJOCasi en la puerta del Hotel Palace, comienza el callejón del Niño del Royo, calle de curioso nombre, aunque macabras resonancias, … en el que se encuentran dos de los núcleos culturales más interesantes de Granada: la Fundación Rodríguez Acosta y el Instituto Gómez Moreno. Ambas poseen una peculiar colección de obras de arte fruto de un envidiable modelo de coleccionismo personal, por lo que el Paseante, aunque se sienta tentado a dejarse arrebatar por la belleza de sus jardines, no debe renunciar a recorrer su interior lleno de sorpresas.
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EL REALEJOLa estética entre glamour y eclecticismo, el uso de elementos reales con imitaciones, la originalidad en el tratamiento de la vegetación y el agua, y otros factores paisajísticos, hacen del carmen sede de esta Fundación una auténtica obra maestra de la arquitectura de principios del siglo XX.
Pilastras romanas, frisos griegos, peristilos, albercas, estatuas, bustos, ánforas… hasta tumbas medievales, se encuentran en sus patios escalonados en un recorrido trans-histórico.Un museo al aire libre para el Paseante Anónimo.
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…Y como siempre en Granada, sus vistas, panorámicas infinitas desde los puntos altos para ver la ciudad.En este caso, el Realejo, centrado por la iglesia de Santo Domingo.
El Carmen de la Fundación Rodríguez Acosta, depara pues al Paseante, toda una mañana de sorpresas y de “postales”, en medio de la poesía de sus jardines…
EL REALEJOAMGCH©2007
EL REALEJOAl salir del Carmen Blanco nos volvemos a encontrar las Torres Bermejas. Desde aquí, ahora el paseo es siempre hacia abajo por las cuestas que se dibujan entre los más hermosos cármenes y humildes viviendas que se organizan en torno a patios encalados. El trazado de las calles vuelve a llevarnos al pasado, al aparente desorden de una ciudad medieval. Se atraviesa el barrio de la Antequeruela y se entra propiamente en el del Realejo, barrio que fue judería de la ciudad, la Garnata al-Yahud. Entre ese revuelto de callejas, el Paseante puede adivinar edificios históricos, como el Convento de Santa Catalina y gracias a su altura, perspectivas semiocultas de la Catedral, entre cármenes y su vegetación.
Calle Paredón Jesús de las Penas
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EL REALEJOEse paseo entre fastuosos cármenes, propiedad desde hace décadas de adineradas familias de artistas, banqueros, bohemios y comerciantes, deja para los que no los habitamos, la imagen de la Alhambra en una perspectiva inusual.Otro de los rincones que justifican esta Guía, en un paseo anónimo, pues el punto que te recomiendo está escondido, con un no fácil acceso, mereciendo la pena el esfuerzo.Es la Torre de la Vela desde la Cuesta de los Infantes.
Luminosa o sombría según la estación y la hora:
La Alhambra desde el Realejo.
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EL REALEJO
Y muy cerca, el encanto de lo oculto en el Realejo alto, que se disfruta escrutando sus rincones, cruces de calles, tapiales de cármenes … haciendo composiciones estéticas sólo posibles en Granada.
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EL REALEJOY quiero terminar esta primera parte de nuestro paseo por el Realejo, con una de las estampas más entrañables para mí, y quizás a la vez, más… ¿pintoresca?, ¿extraña?, ¿graciosa? … ¿granadina?, como es el Lavadero de la Plaza del Sol. En definitiva curiosa composición en la interpretación del espacio; y mezcla de siglos, para vecinos acostumbrados a su existencia, pero difícil de imaginar para aquellos que no lo hemos sido y la admiramos y nos encanta…
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