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v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1283 José Ramón Vallejo Departamento de Terapéutica Médico-Quirúrgica/ Facultad de Medicina/Universidad de Extremadura. E-06006 – Badajoz – España [email protected] José Antonio González Grupo de Investigación de Recursos Etnobiológicos del Duero-Douro/Facultad de Biología/Universidad de Salamanca. E-37071 – Salamanca – España [email protected] Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides Amphibians in Spanish popular medicine and the pharmacopoeia of Pliny and Dioscorides Recebido para publicação em julho de 2012. Aprovado para publicação em junho de 2013. http://dx.doi.org/10.1590/S0104-59702015005000010 VALLEJO, José Ramón; GONZÁLEZ, José Antonio. Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro, v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319. Resumen Se presenta una lista de remedios médicos basados en el uso de anfibios en la medicina popular española y en el Mundo Clásico. Se ha llevado a cabo una revisión de la bibliografía relativa a estudios de folklore, trabajos etnográficos e investigaciones en antropología social o médica. Se documenta un total de 113 remedios y el uso de nueve especies de anfibios, dos pertenecientes a la familia de los caudados (urodelos) y siete anuros. La mayoría de los remedios se basa en la “preconcepción” popular sobre la influencia de los mismos y la sanación mediante la transmisión del mal a un ser vivo. Se destaca el uso tradicional de algunas especies amenazadas, dato a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones en el campo de la biología de la conservación y la educación ambiental. Palabras clave: Etnozoología; anfibios; medicina popular; Mundo Clásico; España. Abstract This article presents a list of medical remedies based on the use of amphibians in Spanish popular medicine and in the classical world. It provides an overview of bibliography relative to folklore studies, ethnographic work and research on social or medical anthropology. It documents a total of 113 remedies and the use of nine species of amphibians, two from the family of caudates (urodeles) and seven anurans. Most of these remedies are based on the popular “preconception” about the influence of amphibians and healing by transmitting an illness to a living creature. The traditional use of certain threatened species is emphasized, an issue to bear in mind in decision-making in the field of conservation biology and environmental education. Keywords: ethnozoology; amphibians, popular medicine; classical world; Spain.

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Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1283

José Ramón VallejoDepartamento de Terapéutica Médico-Quirúrgica/ Facultad de Medicina/Universidad de Extremadura.

E-06006 – Badajoz – España

[email protected]

José Antonio GonzálezGrupo de Investigación de Recursos Etnobiológicos del

Duero-Douro/Facultad de Biología/Universidad de Salamanca. E-37071 – Salamanca – España

[email protected]

Los anfibios en la medicina popular

española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

Amphibians in Spanish popular medicine and the

pharmacopoeia of Pliny and Dioscorides

Recebido para publicação em julho de 2012.

Aprovado para publicação em junho de 2013.

http://dx.doi.org/10.1590/S0104-59702015005000010

VALLEJO, José Ramón; GONZÁLEZ, José Antonio. Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro, v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319.

Resumen

Se presenta una lista de remedios médicos basados en el uso de anfibios en la medicina popular española y en el Mundo Clásico. Se ha llevado a cabo una revisión de la bibliografía relativa a estudios de folklore, trabajos etnográficos e investigaciones en antropología social o médica. Se documenta un total de 113 remedios y el uso de nueve especies de anfibios, dos pertenecientes a la familia de los caudados (urodelos) y siete anuros. La mayoría de los remedios se basa en la “preconcepción” popular sobre la influencia de los mismos y la sanación mediante la transmisión del mal a un ser vivo. Se destaca el uso tradicional de algunas especies amenazadas, dato a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones en el campo de la biología de la conservación y la educación ambiental.

Palabras clave: Etnozoología; anfibios; medicina popular; Mundo Clásico; España.

Abstract

This article presents a list of medical remedies based on the use of amphibians in Spanish popular medicine and in the classical world. It provides an overview of bibliography relative to folklore studies, ethnographic work and research on social or medical anthropology. It documents a total of 113 remedies and the use of nine species of amphibians, two from the family of caudates (urodeles) and seven anurans. Most of these remedies are based on the popular “preconception” about the influence of amphibians and healing by transmitting an illness to a living creature. The traditional use of certain threatened species is emphasized, an issue to bear in mind in decision-making in the field of conservation biology and environmental education.

Keywords: ethnozoology; amphibians, popular medicine; classical world; Spain.

José Ramón Vallejo, José Antonio González

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La información procedente de las grandes civilizaciones de la Antigüedad, las obras de sus médicos, historiadores naturales y enciclopedistas históricos se han revelado como

fuentes de información decisivas en disciplinas como la etnobotánica y la etnofarmacología (Hernández-Bermejo, Lora-González, 1996; Heinrich et al., 2006; Vallejo, Pardo de Santayana, Peral, 2009). Esto se extiende a otras disciplinas que se desarrollan en la interfaz entre las ciencias sociales y biológicas como la etnozoología, que ha sido definida por Alves y Souto (2011) como la variedad de interacciones, tanto en el pasado como el presente, que las culturas humanas mantienen con los animales.

Una de las contribuciones fundamentales que realiza la etnozoología es en el campo de la zooterapia, entendida como el uso de animales para el tratamiento de patologías (Alves, Rosa, 2005). Las prácticas zooterapéuticas se desarrollan a partir de un conjunto de conocimientos tradicionales inherentes a las diferentes culturas humanas, que permiten disertar sobre una “hipótesis de universalidad zooterapéutica” (Marques, 1994, p.324). Actualmente en etnobiología, estos conocimientos se enmarcan en estudios de medicina popular o etnomedicina (p.ej. Pieroni, Grazzini, Giusti, 2002; Tagarelli, Tagarelli, Piro, 2010). La referencia inicial de los estudios de medicina popular se encuentra en las obras de William George Black (1889) y Giuseppe Pitré (1896), quienes desarrollaron en Europa una importante línea de investigación folklórica para recoger los conocimientos médicos no científicos de una forma sistemática. En España el modelo de investigación de estos estudios vendría sugerido por El folklore español: sociedad para la recopilación y estudio del saber y las tradiciones populares, que publica Machado Álvarez en 1881 (Marcos Arévalo, 1987, p.VIII). Este mismo autor años más tarde señalaría que “la misión actual del Folklore no es dogmatizar ni presentar hipótesis o teorías más o menos avanzadas o científicas, sino reunir materiales” (Machado Álvarez, 1987, p.302). Entre los folkloristas destaca Alejandro Guichot Sierra (1882, p.25), amigo de Machado, que sostiene que las supersticiones constituyen “una base firme al conocimiento histórico, al psicológico y quizás, al antropológico de una raza o un pueblo”. Esta idea es secundada por otros autores que escriben sobre supersticiones extremeñas, asturianas o gallegas (Hurtado, 1901-1902; Jove Bravo, 1903; Rodríguez López, 1910). No obstante, Perdiguero (2004) pone de manifiesto la dificultad de evaluar estas fuentes y determinar si las colecciones de remedios que aportaron son simplemente rarezas, vestigios del pasado, o si realmente formaban parte del pluralismo médico. En cualquier caso, el término medicina popular no fue elegido por los folkloristas, que continuarían utilizando la noción de superstición durante el siglo XX (p.ej. Sánchez Pérez, 1948; Tomeo, Estadella, 1963; Castañón, 1976). De esta forma, el concepto de medicina popular nace como una respuesta hegemónica del folklore médico positivista, y representa una acreditación del modelo médico (De Miguel, 1980; Guío Cerezo, 1992; Martínez-Hernández, Comelles, 1994; Comelles, 1996; Perdiguero, 2004), como queda claro, por ejemplo, en el trabajo de Lis Quibén (1949), al determinar “quién sabe y quién no sabe, qué saber es el verdadero y cuál es el falso” (Martínez-Hernández, Comelles, 1994, p.119).

A partir de los años 1940, se produciría paulatinamente una evolución del término medicina popular en el seno de la antropología, que centró primero su estudio en los simbolismos y en lo social y cultural, para más tarde incluir a la biomedicina como etnomedicina, y a finales del siglo XX eliminar límites cognitivos, basados en creencias, científicos y populares en las investigaciones etnográficas (Martínez-Hernández, Comelles, 1994).

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Teniendo en cuenta la evolución del concepto y de acuerdo con autores como De Miguel (1980) y Menéndez (1994), entendemos que el conocimiento médico popular presenta un carácter dinámico y adaptativo a los entornos locales asimilando prácticas procedentes de diferentes saberes, que incluyen el biomédico. En este sentido, Erkoreka (1993) asegura con firmeza que existe una única medicina popular europea, donde por extrapolación con sus estudios en el País Vasco, supone que 50% de sus prácticas tienen un origen en la medicina científica, 35% serían remedios mágicos y religiosos, 20% empíricos y 5% proceden de la medicina primitiva. Por otra parte, a finales del siglo XX, la antropología en Italia y Latinoamérica redefine la medicina popular estudiando la distancia o “brecha” entre ambos sistemas médicos; en España no se ha producido este fenómeno (Martínez-Hernández, Comelles, 1994). No obstante, en nuestro país hay que considerar nuevos enfoques interdisciplinares, como los provenientes del campo de la botánica, antropología, epidemiología y la historia de la medicina (Peral, Vázquez, Altimiras, 2000) o los numerosos estudios etnobiológicos, fundamentalmente etnobotánicos (Comelles, Perdiguero, 2011). En este sentido, el trabajo que presentamos tiene finalidades etnobiológicas, y se encuentra en consonancia con los planteamientos del Inventario Español de los Conocimientos Tradicionales (ver Pardo de Santayana et al., 2012); dicho inventario se basa en ordenar un conjunto de materiales y conocimientos tradicionales desde una perspectiva biológica y, por tanto, requiere la identificación de las especies. Pero, ¿qué es un conocimiento tradicional? o como se pregunta Menéndez (1994, p.76), “¿Cuáles son los parámetros que determinan que un saber sea tradicional – o más tradicional –, o científico – o más científico?”; detengámonos en una consideración de este autor: “el uso del término ‘medicina tradicional’ tiende, conscientemente o no, a la exclusión de prácticas, representaciones o de sujetos sociales, tanto desde una perspectiva empírica como teórico-ideológica” (p.77). Sin duda hay debate, y sobre todo, porque además falta el consenso a la hora de definir términos como medicina tradicional, medicina complementaria y alternativa (Martín Alvarado, Peral, Vallejo, 2011; Vallejo, Peral, 2012), que algunos autores los consideran también una “invención epistemológica” para acreditar el modelo biomédico (Martínez-Hernández, Comelles, 1994, p.110). Sobre este tema, la Organización Mundial de la Salud se posicionó en 2001 (WHO, 2001) al limitar la denominación de medicina tradicional a aquella que está integrada en la sociedad formando parte de la cultura; y posteriormente (WHO, 2002) denominar medicina alternativa o complementaria a aquella que utiliza métodos diagnósticos y terapéuticos ajenos al sistema sociosanitario. Estas definiciones, que han creado una tendencia (p.ej. Hoogbruin, 2011; Vázquez Hernández, Hurtado Gómez, Blanco, 2009), podrían posicionar a la medicina popular dentro de las medicinas complementarias o alternativas, dadas las características de España (Martín Alvarado, Peral, Vallejo, 2011). La discusión epistemológica entre conocimiento tradicional y científico, entre medicina tradicional o popular y científica (Guío Cerezo, 1992; Martínez-Hernández, Comelles, 1994), puede continuar y ser analizada desde diversas disciplinas; no obstante, actualmente desde la etnobiología española, se quiere dar énfasis a la profundidad histórica y a la transmisión cultural del saber popular (Pardo de Santayana et al., 2012), y por consiguiente, se prefiere el término conocimiento tradicional frente al de popular o local, también empleado. Asumiendo toda la problemática del término y aun cuando compartimos los objetivos de la etnobiología, optamos en el presente trabajo

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por el término medicina popular, usado ampliamente en España; todo ello, en la línea del 1er Encuentro Hispano Portugués de Etnobiología, celebrado en Albacete (20-25 de septiembre de 2010) junto al 11th Congress of the International Society of Ethnopharmacology, donde se desarrolló un simposio denominado “Nuevas perspectivas para la etnofarmacología en España y Portugal: la cooperación entre etnobotánica y antropología médica”.

La etnozoología centrada en anfibios y reptiles o etnoherpetología ha sido poco estudiada y concretamente los estudios sobre anfibios son muy poco frecuentes (Ceríaco, 2012); sin embargo, dicho grupo zoológico posee una importancia manifiesta en la medicina tradicional de África, China, Norteamérica e incluso en la medicina popular europea (Thomas, 1996; Hatfield, 2004; Mohneke, Onadeko, Rödel, 2011).

Es importante destacar que las creencias populares en torno a los anfibios se han movido entre sentimientos de animadversión junto a fábulas, magia y superchería. No obstante, conviene reseñar que las supercherías son ideas que al ser descontextualizadas y aplicadas a situaciones diferentes a las originales pueden ser incomprensibles, aunque también pueden tratarse de creencias basadas en actos fortuitos donde no se establece una relación causa-efecto (ver Rodríguez Becerra, 1986). La animadversión hacia los anfibios se pone de manifiesto en la frase escrita por Linneo como epígrafe a los anfibios y reptiles en su Sistema natural: “Espantosas son tus criaturas, Señor” (Linnaei, 1789, p.1033).1 Ello justifica que patologías difícilmente traducibles a categorías nosológicas médicas convencionales, conocidas por muchos autores como “enfermedades culturales” (Peretti, 2010), por ejemplo el mal de ojo o el mal de aire, hayan sido atribuidas al contacto con ciertos animales ponzoñosos entre los que se encuentran las salamandras y los sapos; e incluso, existen rituales para tratar el denominado “aire de sapo” (Vázquez Gallego, 1990; Kuschick, 1995; Freire, 2006). Por tanto, al ser considerados como agentes causales de trastornos o dolencias y también como medicinales, pueden generar posturas contradictorias o ambivalentes. Así, Caumon de Frenóla escribía en 1862 un breve artículo en la revista El Siglo Médico sobre la utilidad de los reptiles en la medicina. En el texto, partiendo de una descripción sobre los sentimientos que provocan los sapos en muchas personas, trata de defender la idea de que nada parece que ha sido creado inútilmente:

En fin, ¿el inmundo sapo, para qué ha sido creado? – ¿para qué puede servir? Este ani- mal es un objeto de horror para la mayor parte de las personas. La lentitud de sus movimientos, su cuerpo lleno de ampollas, su forma rechoncha y sus pasos tardos no le favorecen en nada; cuando se tropieza con él en el camino, se le voltea, se le apedrea y se le aplasta. Sin embargo, lejos de ser dañino es inofensivo como todos los batracios; se alimenta de gusanos y de animalillos, destruyendo las larvas, las orugas y los insectos que más perjudican al labrador (Caumon de Frenóla, 1862, p.302).

El autor continúa explicando aplicaciones terapéuticas sorprendentes y al mismo tiempo expresa una clara ambivalencia de sentimientos encontrados. En varias expresiones que utiliza se pueden observar actitudes negativas implícitas, como por ejemplo cuando escribe “energía de los virus de los batracios” o “enfermedad más horrible que ellos mismos” (Caumon de Frénola, 1862, p.302). En este sentido, los siguientes fragmentos de su obra son claros:

Y no es sólo la agricultura la que se aprovecha de estos batracios; la medicina popular los utiliza también, obteniendo muchas veces buen resultado contra una enfermedad más

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horrible que ellos mismos: el cáncer. La ciencia moderna y los experimentos de los Sres. Cloez, Gratiolel y Desmarlis, han venido a probar la energía de los virus de los batracios.

Hay entre el vulgo una creencia muy acreditada y es, que los afectados de viruela no la padecen nunca de gravedad cuando desde el principio de la erupción se pone un sapo debajo de la cama del enfermo... Según esta creencia popular, el animal absorbe todo el veneno, se hincha y muere (Caumon de Frenóla, 1862, p.302).

En general, podemos decir que las actitudes frente a los anfibios son controvertidas y que en muchas ocasiones la influencia del folklore ha reforzado comportamientos negativos frente a la herpetofauna (Ceríaco, 2012). No obstante, el folklore, la historia y la antropología pueden ser muy útiles para discernir cuáles son las especies que forman parte del arsenal terapéutico popular dada la riqueza documental que aportan. A falta de estudios específicos sobre etnoherpetología en España, el presente trabajo pretende realizar una primera contribución identificando las especies medicinales de anfibios ahondando en las fuentes históricas, folklóricas, antropológicas y en las denominaciones vernáculas utilizadas en ellas. Al mismo tiempo, se pretende determinar el grado de pervivencia en la historia reciente de los remedios que se utilizaron en el Mundo Clásico y valorar la importancia terapéutica de las especies catalogadas. Por último, se aspira a que este trabajo pueda ser de utilidad para futuros estudios donde se evalúen las prácticas de medicina popular en nuestro país.

Diseño del estudio, instrumentos y técnicas de recogida de la información

El análisis de las descripciones ecológicas, morfológicas y la nomenclatura vernácula de anfibios que aparecen en la obra de Plinio Segundo (2002) se han basado en la traducción realizada por Cantó et al.; las de Dioscórides, en el Proyecto de investigación de López Eire (Dioscórides..., s.d.), y en las anotaciones de Andrés de Laguna (Dioscórides, 1994).

Se han prospectado las bases de datos internacionales ISI Web of Science y Anthropology Plus con la finalidad de localizar estudios de etnobiología, antropología social y antropología médica que aportasen datos etnoherpetológicos. No obstante, para completar la búsqueda internacional se realizó un sondeo de documentos de folklore utilizando la serie Arts and Sciences III de Jstor,2 ya que esta colección permite una consulta específica de títulos relevantes en este campo. En el contexto nacional se realizaron búsquedas focalizadas en las áreas mencionadas utilizando el sistema de información de las bases de datos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Icyt (Ciencia y Tecnología), Isoc (Ciencias Sociales y Humanidades) e IME (Biomedicina), Teseo (Base de datos de Tesis Doctorales ), el portal bibliográfico Dialnet, Google Scholar y el catálogo de Bibliotecas Públicas del Estado.3 El período analizado ha sido el comprendido entre 1881, año en el que Machado Álvarez hace público el fundamento de la organización nacional El folclore español: sociedad para la recopilación y estudio del saber y las tradiciones populares, y 2012. Las palabras claves utilizadas fueron antropología, historia de la medicina, medicina popular, folkmedicina, etnomedicina, folklore, zoología y etnozoología, anfibios, Amphibia en castellano o inglés según correspondiese. En los patrones de búsqueda también se utilizó un listado de zoónimos contenidos en diccionarios españoles (Borràs, 2004). Las fuentes documentales fueron seleccionadas por razones etnobiológicas, considerándose especialmente aquellas

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obras que aportaran datos procedentes de informantes locales utilizando el método etnográfico. El criterio de inclusión de un documento en la revisión bibliográfica se basó en que fuera posible realizar una interpretación del taxón del anfibio registrado, además de la coherencia en la categoría nativa o la existencia de alguna prueba antropológica que permitiese la identificación del grupo taxonómico del animal. Las obras registradas y disponibles con datos sobre uso de anfibios en medicina popular y su ámbito geográfico aparecen en la Tabla 1.

Ref. n. Autor(es) Año de publicación Procedencia de los datos

1 Los admirables… (Alberto El Grande) 1982 Edad Media

2 Alvar 1979-1983 Aragón, Navarra y La Rioja

3 Barandiarán y Manterola 2004 País Vasco, Navarra

4 Bell 1813 No mencionado

5 Benítez 2011 Granada

6 Blanco 1985 Salamanca

7 Carril 1991 Salamanca

8 Charro 2000 Galicia, Guipúzcoa, Valencia

9 Cortés 1831 No mencionado

10 Dioscórides 1566 (1a ed.) Mundo Clásico

11 Domínguez Moreno 1998 Cáceres

12 Domínguez Moreno 1999 Cáceres

13 Domínguez Moreno 2004 Extremadura

14 Domínguez Moreno 2005 Cáceres

15 Domínguez Moreno 2006 Extremadura

16 Escobar 1545 No mencionado

17 Fernández García 1995 Asturias

18 Ferrándiz Araujo 2004 Murcia

19 Flores Arroyuelo 2005 No mencionado

20 García Arambilet 1990 Soria

21 García Ramos 2008 Almería

22 Garmendia Larrañaga 1990 País Vasco

23 Gil 2004 Mundo Clásico

24 Goig Soler y Goig Soler 2003 León

25 González Castaño 1996 Murcia

26 Junceda Avello 1987 Asturias

27 Marcos de Sande 1947 Cáceres

28 Martín Alvarado 2010 Badajoz

29 Morán Bardón 1927 Salamanca

30 Panero 2005 Zamora

Tabla 1: Obras consultadas

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Fuente: elaborada por los autores

Ref. n. Autor(es) Año de publicación Procedencia de los datos

31 Penco 2005 Badajoz

32 Pérez Vidal 2007 Islas Canarias

33 Plinio 2002 Mundo Clásico

34 Quave et al. 2010 Castilla-La Mancha

35 Rodríguez Aguado 2001 Cádiz

36 Rúa Aller y Rubio Gago 1990 León

37 Sánchez Pérez 1948 No mencionado

38 Sebastián Domingo 1988 Teruel

39 Vallejo 2008 Badajoz

40 Vázquez Gallego 1990 Galicia

41 Vidós Miró 1721 No mencionado

Tabla 1 (cont.): Obras consultadas

La identificación de especies se ha llevado a cabo mediante un análisis discriminante sobre la información biológica, ecológica y la nomenclatura vernácula usando la bibliografía clásica de ámbito nacional sobre herpetofauna (Pleguezuelos, Márquez, Lizana, 2002; García París, Montori, Herrero, 2004) aportándose los nombres científicos aceptados, actualizados e incluidos en Species 2000 & ITIS Catalogue of Life.4 Para confirmar la presencia de especies se ha consultado cartografía e información actualizada sobre la distribución geográfica de los anfibios presentes en España. Se han empleado mapas de red UTM de áreas amplias y cuadriculado 10 x 10km de las bases de datos herpetológicas del Servidor de Información de Anfibios y Reptiles de España.5

Siguiendo los planteamientos de Enríquez et al. (2006) para conocer la importancia que tiene una especie en la medicina tradicional, hemos aplicado el índice denominado “valor de diversidad de uso medicinal” (VDM). El VDM se basa en calcular la relación entre el número de dolencias que se tratan con una especie (E) y el número total de enfermedades tratadas (N). En nuestro estudio se ha realizado una adaptación de dicho índice considerando los grupos de patologías de la CIE-10 (1 mayo 2010) y no las dolencias o trastornos específicos. Con la finalidad de favorecer el análisis comparativo histórico, se ha calculado el VDM para el Mundo Clásico (VDM mc) y para la medicina popular española (VDM mp).

VDM mc = Emc/Nmc VDM mp = Emp/Nmp

Las dolencias tratadas con las especies identificadas se clasificaron siguiendo los capítulos de la CIE-10.6 La importancia relativa de cada grupo de patologías o capítulo (ICx) se ha calculado mediante la relación entre el número de especies registradas para cada grupo de patologías (Cx) y el número de especies registradas para el capítulo con mayor frecuencia (Cmax), tanto en el Mundo Clásico (ICmc) como en la medicina popular española (ICmp).

ICmcx = n. de especies Cmcx/n. de especies Cmcmax

ICmpx = n. de especies Cmpx/n. de especies Cmpmax

José Ramón Vallejo, José Antonio González

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Hallazgos encontrados sobre las especies de anfibios con uso medicinal y remedios compilados

La Historia natural de Plinio Segundo (2002) no recoge ninguna especie medicinal

perteneciente al grupo de los urodelos (orden Caudata), en De la materia medicinal (Dioscórides,

1994) tan solo se incluye a la salamandra y en la medicina popular española se han registrado

dos especies nombradas con los vernáculos salamandra y marrajo.

En cuanto al orden de los anuros, la farmacopea de Plinio Segundo (2002) recoge los

nombres vernáculos: rana de zarzal, rubeta, rana, calamites y rana diopetes, que se pueden

asociar al menos a seis especies diferentes. En la obra De la materia medicinal de Dioscórides

(1994) tan sólo se menciona el nombre de rana y se hace de forma tan genérica que incluso

podría corresponder con hasta 25 especies paleárticas. En la medicina popular española se

han determinado cinco taxones con los nombres vulgares de sapo, sapo común, tanque, sapo

de barriga blanca, sapo negro, zapatero, escuerzo y rana de San Antón.

En la Tabla 2 se muestra la relación de especies asociadas a los nombres populares registrados

que posteriormente serán discutidos. En dicha tabla se observa el status de conservación de

los anfibios inventariados, su VDM mc y VDM mp, que refleja la importancia que poseen en

el Mundo Clásico y en la medicina popular española.

A continuación, en la Tabla 3 se observan los valores de ICmcx y ICmpx, reflejándose

los trastornos y dolencias considerados. Cabe señalar que no se han obtenido en ningún

período histórico registros de los capítulos tres (enfermedades de la sangre y de los órganos

hematopoyéticos y ciertos trastornos que afectan el mecanismo de inmunidad), cuatro

(enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas), cinco (trastornos mentales

y del comportamiento), 16 (ciertas afecciones originadas en el período perinatal), 17

(malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas), ni sobre el capítulo

21 relacionado con factores que influyen en el estado de salud y contacto con los servicios

sanitarios. En el Mundo Clásico no se han registrado remedios pertenecientes al capítulo

dos (tumores), ni tampoco al ocho (enfermedades del oído y de la apófisis mastoides), ni

al 15 (embarazo, parto y puerperio). Por otra parte, en la medicina popular española faltan

remedios en el capítulo 13 (enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo).

A lo largo de la historia se observan grupos de patologías con similar importancia, como las

enfermedades infecciosas y parasitarias (ICmcx= 1,00; ICmpx = 1,00), las enfermedades de

los ojos y anexos (ICmcx= 0,60; ICmpx = 0,50), las enfermedades del sistema circulatorio

(ICmcx= 0,40; ICmpx = 0,50), del sistema digestivo (ICmcx= 0,40; ICmpx = 0,62), de la piel

(ICmcx= 1,00; ICmpx = 0,75) y las causas externas de morbilidad (ICmcx= 0,60; ICmpx = 0,62),

cuyos remedios gozan de un prestigio que ha pervivido desde la Antigüedad. Asimismo,

acentuar la pérdida de consideración histórica en el caso de los remedios frente a traumatismos

como contusiones, quemaduras o heridas (ver Tabla 3).

Los remedios compilados aparecen en la Tabla 4, donde se incluyen, además, comentarios

sobre su preparación o administración propios de los autores referenciados. Se documentan

un total de 113 remedios, 71 pertenecientes a la medicina popular española y 42 al Mundo

Clásico. En la tabla se añaden cinco remedios de otras épocas que han servido para el análisis

(Edad Media, siglos XVI, XVIII y XIX).

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20

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gro,

zap

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11

, 12,

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15

, 18,

20

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Rani

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Tab

la 2

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20

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José Ramón Vallejo, José Antonio González

1292 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro1292 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro

Capítulo Título (patologías, trastornos o dolencias registradas) Importancia en el Mundo ClásicoICmc

Importancia en la medicina popular españolaICmp

1

Ciertas enfermedades infecciosas y parasitarias: disentería, erisipela, fiebre, fiebre de Malta, fiebres tercianas y cuartanas, herpes zoster, lepra, paludismo, rabia, sarna de las caballerías, verrugas, viruela, infección por parásitos (miasis)

1,00 1,00

2 Tumores (neoplasias): cáncer, sarcoma, úlceras cancerosas – 0,25

6 Enfermedades del sistema nervioso: convulsiones, trastornos nerviosos, siriasisa 0,40 0,25

7 Enfermedades del ojo y sus anexos: problemas oculares y de vista, manchas blancas, oftalmía 0,60 0,50

8 Enfermedades del oído y de la apófisis mastoides: dolores de oídos – 0,25

9 Enfermedades del sistema circulatorio:epistaxis, hemorragias, hemorroides 0,40 0,50

10 Enfermedades del sistema respiratorio: tos, anginas 0,60 0,25

11Enfermedades del sistema digestivo: dolor de muelas, dentales, detoxificación (hígado), dolor de la salida de los primeros dientes

0,40 0,62

12

Enfermedades de la piel y del tejido subcutáneo: alopecia, alopecia areata, ántrax (forunculosis), depilatorio, eczemas, granos supurados, alteraciones por depilación (cejas), úlceras cutáneas

1,00 0,75

13 Enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo: tendinitis, gota, artritis 0,60 –

14Enfermedades del sistema genitourinario: afrodisiaco-anafrodisiaco, dolores, esterilidad, fertilidad, menorragia y polimenorrea, pielitis

0,40 0,87

15 Embarazo, parto y puerperio: hemorragias durante el parto – 0,25

18

Síntomas, signos y hallazgos anormales clínicos y de laboratorio, no clasificados en otra parte: efecto apotropaico (preservarse de maleficios), prevención de enfermedades, pronóstico de la enfermedad, mal de ojo, mal de envidia, malquerer

0,20 0,75

19

Traumatismos, envenenamientos y algunas otras consecuencias de causas externas: contusiones, quemaduras por agua, desinfectante, limpiar heridas, hemorragias

0,60 0,12

20

Causas externas de morbilidad y de mortalidad: antídoto contra las picaduras de insectos venenosos, dermatosis (nacida) producida por las picaduras de cierto mosquito, mordeduras de animales venenosos (escorpión, víbora, arañas, serpientes), venenos

0,60 0,62

Fuente: elaborada por los autores a La sirasis es una insolación según Jones (1963) o meningitis según Saint Denis (1966), autores citados por Cantó et al. en Plinio Segundo (2002, p.815).

Tabla 3: Importancia relativa de cada grupo de patologías o capítulos de la CIE-10

Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1293

Tab

la 4

: Rem

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, 200

2, p

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)

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, 200

2, p

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-815

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200

2, p

.792

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002,

p.8

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200

2, p

.816

)H

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o

33

José Ramón Vallejo, José Antonio González

1294 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro1294 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

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os

Nom

bre

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(cie

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Mar

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200

4, p

.189

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13

Ap

arat

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999,

p.7

5)G

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Mar

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arla

viv

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arco

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San

de, 1

947,

p.9

5)A

nim

al

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ro

Gar

rovi

llas

(Các

eres

)27

Rana

(P. p

erez

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Goi

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Rana

(P. p

erez

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o le

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lcan

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Lueg

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y te

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ni c

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199

0, p

.167

)

–La

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(P. p

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sas

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linio

Seg

undo

, 200

2, p

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)A

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33

Rana

(P. p

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eric

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(Plin

io S

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do, 2

002,

p.8

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azón

–33

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)En

ferm

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s so

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rana

s co

n la

s uñ

as

arra

ncad

as, l

leva

das

com

o am

ulet

o (P

linio

Seg

undo

, 200

2, p

.807

)A

nim

al s

in

uñas

–33

Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1295

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

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ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

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res)

Part

e(s)

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Ran

a

Rana

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200

4, p

.210

)A

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Car

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18

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

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Seg

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, 200

2, p

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33

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linio

Seg

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, 200

2,

p.80

8-80

9)

Ani

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–33

Rana

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infe

ccio

sas

Gus

anos

en

herid

asG

usan

os q

ue c

rece

n en

las

úlce

ras

mal

igna

s y

put

refa

ctas

se

quita

n co

n hi

el d

e ra

na (P

linio

Seg

undo

, 200

2, p

.811

)H

iel

–33

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)Si

stem

a ne

rvio

soSi

riasi

s (in

sola

ción

o

men

ingi

tis)

Una

rana

col

gada

al r

evés

com

o am

ulet

o sa

na m

uy e

ficaz

men

te la

p

soria

sis

de lo

s ni

ños,

des

pué

s de

hum

edec

erle

s la

cab

eza

con

una

esp

onja

em

pap

ada

en a

gua

fría

; dic

en q

ue la

esp

onja

ap

arec

e se

ca

(Plin

io S

egun

do, 2

002,

p.8

15)

Ani

mal

en

tero

–33

Rana

(P. p

erez

i, R.

iber

ica,

H.

arbo

rea,

H.

mer

idio

nalis

)

Enfe

rmed

ades

de

los

sent

idos

Pérd

ida

de v

isió

nLl

evar

ojo

s de

rana

con

serv

a la

vis

ta (F

lore

s A

rroy

uelo

, 200

5, p

.253

)O

jos

–19

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)En

ferm

edad

es d

e lo

s se

ntid

osM

anch

as b

lanc

as,

ofta

lmia

El o

jo d

erec

ho d

e un

a ra

na p

ara

el o

jo d

erec

ho, y

el i

zqui

erdo

par

a el

izqu

ierd

o, c

olga

dos

del c

uello

con

un

pañ

o de

col

or n

atur

al,

cura

n la

oft

alm

ía; s

i se

arra

ncan

dur

ante

la c

onju

nció

n de

la lu

na y

se

cue

lgan

de

la m

ism

a m

aner

a de

ntro

de

una

cásc

ara

de h

uevo

, cu

ran

las

man

chas

bla

ncas

(Plin

io S

egun

do, 2

002,

p.7

91-7

92)

Ojo

–33

José Ramón Vallejo, José Antonio González

1296 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro1296 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Ran

a

Rana

(P. p

erez

i)Si

stem

a ca

rdio

circ

ulat

orio

Hem

orro

ides

Preg

unta

CC

XXVI

I, de

un

cab

alle

ro e

nfer

mo

de a

lmor

rana

s.

Resp

uest

a de

l aut

or: .

.. Re

med

io c

iert

o “E

che

cuat

ro o

cin

co

rana

s en

olla

que

no

sea

nuev

a p

orqu

e el

ace

ite n

o se

ab

sorb

e p

ara

vues

tras

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orra

nas.

Y d

e ac

eite

com

estib

le c

oloq

ue m

edio

az

umb

re b

ien

tasa

do y

en

fueg

o qu

e se

a te

mp

lado

las

deja

rás

coce

r. C

onvi

ene

mov

erla

s ha

sta

ser d

esec

has

y un

tar l

as a

lmor

rana

s co

n aq

uel l

icor

, y a

sí p

odrá

san

arla

s” (E

scob

ar, 1

545,

p.2

23-2

24)

Ani

mal

en

tero

–16

Rana

(P. p

erez

i, H

. ar

bore

a,

H. m

erid

iona

lis, R

. ib

eric

a)

Sist

ema

card

ioci

rcul

ator

ioH

emor

roid

esLa

pie

l de

rana

em

pap

ada

en a

ceite

, de

gran

util

izac

ión

por

toda

la

geog

rafía

regi

onal

(Dom

íngu

ez M

oren

o, 2

006,

p.1

0)Pi

elEx

trem

adur

a15

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)Si

stem

a ca

rdio

circ

ulat

orio

Hem

orro

ides

Las

alm

orra

nas

se c

uran

ab

riend

o ho

rizon

talm

ente

por

la m

itad

una

rana

viv

a y

sent

ándo

se e

ncim

a du

rant

e do

s ho

ras

(Mor

án

Bard

ón, 1

927,

p.2

47)

Ani

mal

en

tero

Prov

inci

a de

Sa

lam

anca

29

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)Si

stem

a ca

rdio

circ

ulat

orio

Hem

orro

ides

Sent

arse

dos

hor

as s

obre

una

rana

ab

iert

a p

or la

mita

d (C

arril

, 19

91, p

.67)

Ani

mal

en

tero

Prov

inci

a de

Sa

lam

anca

7

Rana

(R. i

beric

a)Si

stem

a ca

rdio

circ

ulat

orio

Hem

orro

ides

Se e

ntie

rra

una

rana

en

las

pro

xim

idad

es d

e un

a co

rrie

nte

de a

gua

con

la s

egur

idad

de

que

el e

jecu

tant

e nu

nca

se v

erá

aque

jado

de

la

mol

estia

ana

l (D

omín

guez

Mor

eno,

200

6, p

.9)

Ani

mal

en

tero

Los

Ibor

es

(Các

eres

)15

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)Si

stem

a ca

rdio

circ

ulat

orio

Hem

orra

gias

Que

mad

as y

esp

olvo

read

as re

duce

n la

s he

mor

ragi

as

(Dio

scór

ides

..., s

.d.;

Dio

scór

ides

, 199

4, p

.139

)A

nim

al

ente

ro–

10

Rana

(P. p

erez

i, R.

iber

ica,

H.

arbo

rea,

H.

mer

idio

nalis

)

Sist

ema

card

ioci

rcul

ator

ioEp

ista

xis

y ot

ras

hem

orra

gias

Polv

os d

e ra

nas

quem

adas

(Cor

tés,

183

1, p

.240

)A

nim

al

ente

ro–

9

Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1297

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Ran

a

Rana

(H. a

rbor

ea)

Ap

arat

o re

spira

torio

Tos

Hay

una

rana

peq

ueña

que

trep

a a

los

árb

oles

y c

roa

desd

e al

lí;

dice

n qu

e es

cup

iend

o en

su

boc

a y

dejá

ndol

a es

cap

ar, s

e lib

ra u

no

de la

tos

(Plin

io S

egun

do, 2

002,

p.7

98)

Ani

mal

en

tero

–33

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)A

par

ato

resp

irato

rioTo

s

Dic

en q

ue s

e cu

ra la

tos

con

rana

s co

cida

s en

su

jugo

en

una

sart

én c

omo

si fu

ese

pes

cado

; pre

scrib

en c

olga

rlas

por

las

pat

as, y

cu

ando

toda

su

saliv

a ha

ya c

aído

en

la s

arté

n, q

uita

rles

las

entr

añas

y

sazo

narl

as (P

linio

Seg

undo

, 200

2, p

.798

)

Ani

mal

ev

isce

rado

–33

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)A

par

ato

dige

stiv

oD

olor

de

mue

las

Mar

celo

Em

píri

co o

frec

e el

sig

uien

te re

med

io: E

n lu

na m

engu

ante

, un

mar

tes

o un

juev

es, t

ras

rep

etir

siet

e ve

ces

la fó

rmul

a A

rgid

am,

mar

gida

m, s

turg

idam

, se

sub

e a

l enf

erm

o en

un

mon

tícul

o, b

ien

calz

ado

(par

a ev

itar s

in d

uda

el c

onta

gio

de la

tier

ra),

coge

una

ra

na, l

e ab

re la

boc

a y

escu

pe

en e

lla, r

ogán

dole

que

se

lleve

co

nsig

o lo

s de

ntiu

m d

olor

es (X

II 24

) (G

il, 2

004,

p.2

12)

Ani

mal

en

tero

–23

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)A

par

ato

dige

stiv

oO

dont

algi

aC

ocid

as c

on a

gua

y vi

nagr

e y

emp

lead

as c

omo

colu

torio

, son

de

pro

vech

o ta

mb

ién

cont

ra lo

s do

lore

s de

die

ntes

(Dio

scór

ides

..., s

.d.;

Dio

scór

ides

, 199

4, p

.139

)

Ani

mal

en

tero

–10

Rana

(P. p

erez

i, H

. m

erid

iona

lis)

Ap

arat

o di

gest

ivo

Dol

or d

e la

sal

ida

de

los

prim

eros

die

ntes

Col

gar u

na p

ata

de ra

na d

e la

rop

a in

terio

r del

niñ

o (R

odríg

uez

Agu

ado,

200

1, p

.50)

Pata

Ub

rique

(C

ádiz

)35

Rana

(P. p

erez

i, R.

iber

ica,

H.

arbo

rea,

H.

mer

idio

nalis

)

Ap

arat

o di

gest

ivo

Det

oxifi

caci

ón

(híg

ado)

La c

arne

de

rana

sir

ve p

ara

refr

esca

r el h

ígad

o (S

ánch

ez P

érez

, 19

48, p

.257

)A

nim

al

ente

ro–

37

Rana

(H.

mer

idio

nalis

)Pi

elA

lop

ecia

Unt

ar p

omad

a he

cha

con

man

teca

y s

iete

rana

s m

acho

m

acha

cada

s (D

omín

guez

Mor

eno,

200

5, p

.90)

Ani

mal

en

tero

Truj

illo

(Các

eres

)14

José Ramón Vallejo, José Antonio González

1298 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro1298 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Ran

a

Rana

(P. p

erez

i, R.

iber

ica)

Piel

Alo

pec

iaLa

icht

hyoc

olla

(por

la d

escr

ipci

ón p

arec

e el

fais

án d

orad

o) c

on

ceni

za d

e ra

na, c

ura

las

quem

adur

as d

e ag

ua c

alie

nte;

est

e re

med

io

hace

incl

uso

crec

er d

e nu

evo

el v

ello

(Plin

io S

egun

do, 2

002,

p.8

08)

Ani

mal

en

tero

–33

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)Pi

elA

lop

ecia

are

ata

Ap

licad

as c

omo

ungü

ento

, mez

clad

as c

on p

ez lí

quid

o, c

uran

la

calv

icie

(Dio

scór

ides

…, s

.d.;

Dio

scór

ides

, 199

4, p

.139

)–

–10

Rana

(P.

per

ezi)

Piel

Dep

ilato

rioA

dem

ás, m

ezcl

ando

dic

has

ceni

zas

[de

rana

] con

un

poc

o de

agu

a y

frot

ándo

se c

on e

llo d

onde

hay

a p

elo,

ést

e ca

erá

y no

vol

verá

a

salir

(Los

adm

irab

les…

, 198

2, p

.86)

Ani

mal

en

tero

–1

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)Pi

elD

epila

torio

La s

angr

e de

las

rana

s ve

rdes

, ins

tilad

as u

nas

gota

s en

cim

a de

las

ceja

s de

pila

das,

imp

ide

que

crez

can

(Dio

scór

ides

..., s

.d.;

Dio

scór

ides

, 19

94, p

.139

)Sa

ngre

–10

Rana

(P. p

erez

i)Pi

elVe

rrug

asTó

pic

a, re

freg

ando

(Val

lejo

, 200

8, p

.229

)A

nim

al

ente

ro

Gua

dian

a de

l Cau

dillo

(B

adaj

oz)

39

Rana

(P. p

erez

i, R.

iber

ica,

H.

arbo

rea,

H.

mer

idio

nalis

)

Piel

Verr

ugas

Sólo

hay

que

frot

arla

s co

n la

pie

l de

este

ani

mal

(Flo

res

Arr

oyue

lo,

2005

, p.2

52)

Piel

–19

Rana

(P. p

erez

i, H

. ar

bore

a,

H. m

erid

iona

lis)

Piel

Verr

ugas

Se a

ta la

rana

a la

man

o de

mod

o qu

e su

ab

dom

en d

esca

nse

dire

ctam

ente

sob

re la

s ve

rrug

as y

se

frot

a va

rias

vece

s (M

artín

A

lvar

ado,

201

0, p

.94)

Ani

mal

en

tero

Bada

joz

28

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)Pi

el

Que

mad

uras

por

ag

ua h

irvi

endo

(e

scal

dadu

ra)

La ic

hthy

ocol

la (e

n el

lib

ro 1

0 (3

) le

llam

a fé

nix

y p

or la

des

crip

ción

p

arec

e el

fais

án d

orad

o) c

on c

eniz

a de

rana

, cur

a la

s qu

emad

uras

de

agu

a ca

lient

e (P

linio

Seg

undo

, 200

2, p

.808

)

Ani

mal

en

tero

–33

Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1299

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Ran

a

Rana

(R. p

erez

i =

P. p

erez

i)Pi

elD

esin

fect

ar, l

imp

iar

herid

asA

plic

ar d

irect

amen

te s

obre

la h

erid

a el

vie

ntre

ab

iert

o de

un

anim

al v

ivo

(Qua

ve e

t al.,

201

0, p

.101

)A

nim

al

ente

roC

astil

la-L

a M

anch

a34

Rana

(R. p

erez

i =

P. p

erez

i)Pi

elEm

olie

nte

Ap

licac

ión

dire

cta,

uso

ext

erno

y m

ágic

o (B

eníte

z, 2

011,

p.1

115)

Ani

mal

en

tero

Prov

inci

a de

G

rana

da5

Rana

(P. p

erez

i)Pi

elPi

cadu

ras

de a

lacr

ánTó

pic

a, s

e co

loca

la p

iel d

el a

bdo

men

sob

re la

pic

adur

a (V

alle

jo,

2008

, p.2

29)

Piel

Gua

dian

a de

l Cau

dillo

(B

adaj

oz)

39

Rana

(P. p

erez

i, H

. arb

orea

, R.

iber

ica)

Piel

Pica

dura

de

víb

ora

Tras

la m

orde

dura

urg

e sa

car e

l tóx

ico

o ve

neno

y p

ara

esto

se

suel

e ut

iliza

r una

rana

, con

el fi

n de

que

suc

cion

e (J

unce

da A

vello

, 19

87, p

.150

)

Ani

mal

en

tero

Ast

uria

s26

Rana

(P. p

erez

i, R.

iber

ica)

Piel

Pica

dura

s de

se

rpie

nte

Las

rana

s, h

ervi

das

con

sal y

ace

ite h

asta

con

vert

irse

en c

aldo

y

tom

ado

este

cal

do, s

on re

med

io c

ontr

a to

das

las

serp

ient

es

(Dio

scór

ides

..., s

.d.;

Dio

scór

ides

, 199

4, p

.139

)

Ani

mal

en

tero

–10

Rana

(P. p

erez

i, H

. arb

orea

,R.

iber

ica)

Piel

Mor

dedu

ras

de

anim

ales

ven

osos

Se u

tiliz

aba

com

o el

emen

to e

xtra

ctor

(Fer

nánd

ez G

arcí

a, 1

995,

p.

330)

Ani

mal

en

tero

Ast

uria

s17

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)A

par

ato

loco

mot

orA

rtrit

isLa

rana

fres

ca a

plic

ada

calm

a lo

s at

aque

s de

art

ritis

; alg

unos

p

resc

riben

ap

licar

la a

bie

rta

(Plin

io S

egun

do, 2

002,

p.8

06)

Ani

mal

en

tero

–33

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)A

par

ato

loco

mot

orG

ota,

art

ritis

Para

la g

ota

y la

s en

ferm

edad

es d

e la

s ar

ticul

acio

nes

es b

ueno

el

acei

te e

n el

que

se

haya

n co

cido

ent

raña

s de

rana

(Plin

io S

egun

do,

2002

, p.8

05)

Vísc

eras

–33

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)A

par

ato

loco

mot

orC

ontu

sion

esEn

uso

tóp

ico

quita

ráp

idam

ente

las

cont

usio

nes

(Plin

io S

egun

do,

2002

, p.7

92)

Ani

mal

en

tero

–33

José Ramón Vallejo, José Antonio González

1300 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro1300 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Ran

a

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)A

par

ato

loco

mot

orTe

ndin

itis

Con

tra

los

absc

esos

cró

nico

s de

los

tend

ones

(Dio

scór

ides

..., s

.d.;

Dio

scór

ides

, 199

4, p

.139

)A

nim

al

ente

ro–

10

Rana

(P.

per

ezi)

Ap

arat

o re

pro

duct

orD

olor

es m

enst

rual

esIs

idor

o di

ce q

ue s

i una

muj

er ll

eva

atad

as á

su

cint

ura

en u

na b

olsa

la

s ce

niza

s de

una

rana

, se

verá

lib

re d

e do

lore

s (L

os a

dmira

ble

s…,

1982

, p.8

6)

Ani

mal

en

tero

–1

Rana

(H.

mer

idio

nalis

)A

par

ato

rep

rodu

ctor

Preo

cup

ació

n p

or

tene

r men

orra

gia

y p

olim

enor

rea,

es

deci

r, la

exc

esiv

a p

érdi

da d

e sa

ngre

dur

ante

la

men

stru

ació

n

Gua

rdar

en

la fa

ltriq

uera

, den

tro

de u

n ca

nuto

, una

rana

des

olla

da

(Dom

íngu

ez M

oren

o, 1

998,

p.1

13)

Ani

mal

ev

isce

rado

Serr

adill

a (C

ácer

es)

11

Rana

(P. p

erez

i, H

. m

erid

iona

lis)

Ap

arat

o re

pro

duct

orEs

teril

idad

Tom

ar e

n ay

unas

un

poc

o de

vin

o co

n un

a cu

char

adita

de

rana

to

stad

a (P

érez

Vid

al, 2

007,

p.6

5)A

nim

al

ente

roIs

las

Can

aria

s32

Rana

(P. p

erez

i, R.

iber

ica,

H.

arbo

rea,

H.

mer

idio

nalis

)

Ap

arat

o re

pro

duct

orFe

rtili

dad

Si u

na m

ujer

inge

ría u

n p

oco

de o

rina

de e

ste

anim

al e

n ay

unas

se

evita

ba

pos

ible

s p

rob

lem

as d

e es

teril

idad

(Flo

res

Arr

oyue

lo, 2

005,

p.

252)

Orin

a–

19

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)O

tros

Con

trav

enen

o de

E.

cal

amita

y S

. sa

lam

andr

a

Cal

do d

e ra

na [d

e río

] con

tra

los

vene

nos,

con

tra

el d

e ra

na ru

bet

a y

cont

ra la

s sa

lam

andr

as. S

i se

com

e su

car

ne y

se

beb

e el

cal

do

dond

e se

coc

inar

on, s

on d

e ut

ilida

d ta

mb

ién

cont

ra la

lieb

re

mar

ina

y co

ntra

las

serp

ient

es a

rrib

a m

enci

onad

as; c

ontr

a lo

s es

corp

ione

s, h

ervi

das

con

vino

(Plin

io S

egun

do, 2

002,

p.7

81)

Ani

mal

en

tero

–33

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)O

tros

Con

trav

enen

o de

sa

lam

andr

a

La c

arne

de

las

tort

ugas

mar

inas

mez

clad

as c

on la

de

rana

es

de g

ran

ayud

a co

ntra

las

sala

man

dras

: el m

ayor

ene

mig

o de

la

sala

man

dra

es la

tort

uga

(Plin

io S

egun

do, 2

002,

p.7

76)

Car

ne–

33

Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1301

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Ran

a

Rana

(P. p

erez

i, R.

ib

eric

a)O

tros

Enve

nena

mie

nto

El h

ígad

o de

rana

dic

en q

ue e

s do

ble

, y q

ue h

ay q

ue o

frec

érse

lo a

la

s ho

rmig

as; l

a p

arte

que

ata

can

con

pre

fere

ncia

sir

ve d

e an

tídot

o p

ara

todo

s lo

s ve

neno

s (P

linio

Seg

undo

, 200

2, p

.782

)H

ígad

o–

33

Rana

(P. p

erez

i, R.

iber

ica,

H.

arbo

rea,

H.

mer

idio

nalis

)

Otr

osEf

ecto

ap

otro

pai

co

(pre

serv

arse

de

mal

efici

os)

De

su e

stóm

ago

se e

xtra

ía u

na m

asa

calc

área

que

era

muy

ap

reci

ada

com

o ta

lism

án (F

lore

s A

rroy

uelo

, 200

5, p

.252

)Be

zoar

–19

Rana

(P. p

erez

i, R.

iber

ica,

H.

arbo

rea,

H.

mer

idio

nalis

)

Otr

osPr

even

ción

de

enfe

rmed

ad

Col

gand

o de

un

clav

o un

a ra

na e

n la

pue

rta

de u

na c

asa

se

imp

edía

el p

aso

de e

nfer

med

ades

(Flo

res

Arr

oyue

lo, 2

005,

p.2

52-

253)

Ani

mal

en

tero

–19

Rana

(P. p

erez

i, R.

iber

ica,

H.

arbo

rea,

H.

mer

idio

nalis

)

Otr

osPr

onós

tico

de la

en

ferm

edad

La ra

na a

visa

ba

del c

urso

de

muc

has

enfe

rmed

ades

, par

a lo

cua

l b

asta

ba

con

colo

car e

n el

pec

ho d

el a

fect

ado,

de

mod

o qu

e si

el

anim

al m

oría

, la

dole

ncia

aca

bar

ía re

miti

endo

, per

o si

per

man

ecía

vi

va p

or u

n tie

mp

o, e

l des

enla

ce s

ería

fata

l (Fl

ores

Arr

oyue

lo, 2

005,

p.

252)

Ani

mal

en

tero

–19

Ran

a d

e Sa

n

Ant

ón

Rana

de

San

Ant

ón (H

. ar

bore

a)

Sist

ema

card

ioci

rcul

ator

ioH

emor

roid

es G

uard

aban

en

una

bol

sita

un

sap

o ve

rde,

llam

ado

“ran

a de

San

A

ntón

”, ha

sta

su d

esec

ació

n (C

arril

, 199

1, p

.67)

Ani

mal

en

tero

Buen

amad

re

(Sal

aman

ca)

7

Ran

a d

e Za

rzal

Rana

de

zarz

al (B

. bu

fo)

Enfe

rmed

ades

in

fecc

iosa

sFi

ebre

s cu

arta

nas

La ra

na d

e za

rzal

, se

hace

un

amul

eto

con

el h

ígad

o o

cora

zón

en

un p

año

de c

olor

cen

iza

(Plin

io S

egun

do, 2

002,

p.8

07)

Cor

azón

o

híga

do–

33

Rana

de

zarz

al (B

. bu

fo)

Piel

Dep

ilato

rioEl

híg

ado

de c

amal

eón

aplic

ado

en li

nim

ento

con

el p

ulm

ón d

e la

ra

na d

e za

rzal

(Plin

io S

egun

do, 2

002,

p.5

03)

Pulm

ón–

33

Rana

de

zarz

al (B

. bu

fo)

Ap

arat

o lo

com

otor

Got

a, a

rtrit

isC

eniz

as d

e ra

na d

e za

rzal

con

gra

sa ra

ncia

(Plin

io S

egun

do, 2

002,

p.

805)

Ani

mal

en

tero

–33

José Ramón Vallejo, José Antonio González

1302 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro1302 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Ren

acua

jo

Rena

cuaj

o (B

. bu

fo, E

. cal

amita

)Si

stem

a ca

rdio

circ

ulat

orio

Hem

orra

gia

nasa

lSe

cor

ta c

on c

eniz

a de

rana

s qu

e ac

aban

de

nace

r en

el a

gua,

qu

e aú

n tie

nen

cola

, que

mad

as e

n un

reci

pie

nte

nuev

o (P

linio

Se

gund

o, 2

002,

p.8

09)

Ani

mal

en

tero

–33

Rub

eta

Rub

eta

(B. b

ufo)

Enfe

rmed

ades

in

fecc

iosa

sFi

ebre

, fieb

res

cuar

tana

s

En e

l lad

o iz

quie

rdo

hay

otro

hue

so q

ue, s

i se

arro

ja a

l agu

a, a

l p

arec

er la

hac

e he

rvir,

y q

ue s

e lla

ma

apoc

ymon

;… c

on e

l hue

so

del l

ado

dere

cho…

ést

e cu

ra ta

mb

ién

las

cuar

tana

s y

otra

s fie

bre

s en

vuel

to e

n un

a p

iel d

e co

rder

o re

cien

te y

col

gado

del

cue

llo

(Plin

io S

egun

do, 2

002,

p.7

82)

Hue

so

dere

cho

de

la c

intu

ra

esca

pul

ar

–33

Rub

eta

(B. b

ufo)

Ap

arat

o re

pro

duct

orA

frod

isía

co

En e

l lad

o iz

quie

rdo

hay

otro

hue

so q

ue, s

i se

arro

ja a

l agu

a, a

l p

arec

er la

hac

e he

rvir,

y q

ue s

e lla

ma

apoc

ymon

;… q

ue h

ace

surg

ir el

am

or…

si s

e p

one

en u

na b

ebid

a; c

olga

do d

el c

uello

est

imul

a el

im

pul

so s

exua

l (Pl

inio

Seg

undo

, 200

2, p

.782

)

Hue

so

izqu

ierd

o de

la c

intu

ra

esca

pul

ar

–33

Rub

eta

(B. b

ufo)

Ap

arat

o re

pro

duct

orA

nafr

odis

íaco

En e

l lad

o iz

quie

rdo

hay

otro

hue

so q

ue, s

i se

arro

ja a

l agu

a, a

l p

arec

er la

hac

e he

rvir,

y q

ue s

e lla

ma

apoc

ymon

;… c

on e

l hue

so

del l

ado

dere

cho

se e

nfría

lo q

ue e

stab

a hi

rvie

ndo;

… e

inhi

be

el

apet

ito s

exua

l (Pl

inio

Seg

undo

, 200

2, p

.782

)

Hue

so

dere

cho

de

la c

intu

ra

esca

pul

ar

–33

Rub

eta

(B. b

ufo)

Otr

osC

ontr

aven

eno

de B

. b

ufo

El b

azo

de e

stas

rana

s si

rve

cont

ra lo

s ve

neno

s qu

e se

hac

en a

p

artir

de

ella

s m

ism

as, p

ero

el h

ígad

o es

aún

más

efic

az (P

linio

Se

gund

o, 2

002,

p.7

82-7

83)

Bazo

, híg

ado

–33

Rub

eta

(B. b

ufo)

Otr

osA

huye

ntar

per

ros

En e

l lad

o iz

quie

rdo

hay

otro

hue

so q

ue, s

i se

arro

ja a

l agu

a, a

l p

arec

er la

hac

e he

rvir,

y q

ue s

e lla

ma

apoc

ymon

; con

él s

e re

chaz

a el

ata

que

de lo

s p

erro

s (P

linio

Seg

undo

, 200

2, p

.782

)

Hue

so

izqu

ierd

o de

la c

intu

ra

esca

pul

ar

–33

Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1303

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Sala

man

dra

Sala

man

dra

(S.

sala

man

dra)

Enfe

rmed

ades

in

fecc

iosa

sLe

pra

Pose

e vi

rtud

cor

rosi

va, u

lcer

ante

y c

alor

ífica

. Se

mez

cla

en

med

icam

ento

s co

rros

ivos

y a

pto

s p

ara

la le

pra

, com

o la

can

tárid

a,

y se

alm

acen

a de

form

a p

arec

ida

(Dio

scór

ides

..., s

.d.;

Dio

scór

ides

, 19

94, p

.139

)

Ani

mal

en

tero

–10

Sala

man

dra

(S.

sala

man

dra)

Piel

Ecze

mas

(Váz

quez

Gal

lego

, 199

0, p

.122

)C

arne

Gal

icia

40

Sala

man

dra

(S.

sala

man

dra)

Piel

Ecze

ma

Ant

igua

men

te s

e de

cía

que

se c

urab

a el

ecz

ema

con

un u

ngüe

nto

hech

o co

n sa

lam

andr

a y

rena

cuaj

os a

sado

s (S

ánch

ez P

érez

, 194

8,

p.11

4)

Ani

mal

en

tero

–37

Sala

man

dra

(S.

sala

man

dra)

Piel

Gra

nos

sup

urad

osC

on la

car

ne d

e sa

lam

andr

a (V

ázqu

ez G

alle

go, 1

990,

p.1

22)

Car

neG

alic

ia40

Sala

man

dra

(S.

sala

man

dra)

Piel

Dep

ilato

rio

Fund

ida

con

acei

te, h

ace

caer

los

cab

ello

s. S

e co

nser

va a

sim

ism

o en

mie

l una

vez

que

se

le h

an e

xtra

ído

los

inte

stin

os y

se

le

han

amp

utad

o la

s p

atas

y la

cab

eza

par

a la

mis

ma

aplic

ació

n (D

iosc

órid

es...

, s.d

.; D

iosc

órid

es, 1

994,

p.1

39)

Ani

mal

ev

isce

rado

y

extr

emid

ades

am

put

adas

–10

Sala

man

dra

(S.

sala

man

dra)

Otr

osTa

Hay

una

cre

enci

a de

que

toca

r la

pie

l de

una

sala

man

dra

pue

de

daña

r la

pie

l (Q

uave

et a

l., 2

010,

p.1

01)

Piel

Cas

tilla

-La

Man

cha

34

Sap

o

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Enfe

rmed

ades

in

fecc

iosa

ntra

x

Sob

re e

l gra

no s

e co

loca

un

sap

o vi

vo s

ujet

o p

or m

edio

de

una

vend

a, y

de

esta

man

era

se m

antie

ne h

asta

que

mue

ra, c

osa

que

ocur

re a

los

ocho

día

s. P

ara

ento

nces

el á

ntra

x se

hab

rá c

urad

o (G

arm

endi

a La

rrañ

aga,

199

0, p

.92)

Ani

mal

en

tero

País

Vas

co22

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Enfe

rmed

ades

in

fecc

iosa

sVi

ruel

aM

eter

un

sap

o de

ntro

de

una

caja

y m

ante

nerl

o p

risio

nero

has

ta

que

se m

uera

(Dom

íngu

ez M

oren

o, 2

004,

p.1

90)

Ani

mal

en

tero

Extr

emad

ura

13

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Enfe

rmed

ades

in

fecc

iosa

sFi

ebre

s m

alta

(b

ruce

losi

s)

Se d

eja

un s

apo

suel

to p

or la

hab

itaci

ón d

el e

nfer

mo

dura

nte

dos

días

; tra

nscu

rrid

o es

te ti

emp

o, s

e m

ata

y se

pon

e en

em

pla

sto

sob

re e

l pec

ho d

el e

nfer

mo

(Cha

rro,

200

0, p

.29)

Ani

mal

en

tero

Vale

ncia

8

José Ramón Vallejo, José Antonio González

1304 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro1304 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Sala

man

dra

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Sist

ema

nerv

ioso

Con

vuls

ione

s y

dole

ncia

s ne

rvio

sas

Col

gars

e de

l cue

llo u

n sa

quito

que

con

teng

a p

atas

de

sap

o se

cas.

El

sap

o de

be

ser d

e p

ozo

(Bar

andi

arán

, Man

tero

la, 2

004,

p.1

69)

Pata

sPa

ís V

asco

3

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Sist

ema

nerv

ioso

Dol

or d

e ca

bez

a (m

enin

gitis

)C

oloc

ar e

ncim

a de

la c

abez

a de

l enf

erm

o un

sap

o re

cién

cog

ido,

qu

e se

enc

arga

rá d

e el

imin

ar e

l mal

[dol

or d

e ca

bez

a] (B

aran

diar

án,

Man

tero

la, 2

004,

p.5

95)

Ani

mal

en

tero

País

Vas

co3

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Enfe

rmed

ades

de

los

sent

idos

Dol

or d

e oí

dos

Con

uno

de

sus

hues

os s

e el

imin

an lo

s do

lore

s de

oíd

os

sim

ple

men

te fr

otan

do c

on é

l la

zona

afe

ctad

a (F

lore

s A

rroy

uelo

, 20

05, p

.266

)H

ueso

–19

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Ap

arat

o re

spira

torio

Ang

inas

Se u

sa u

na c

occi

ón d

e or

eja

de li

ebre

. Si s

e qu

iere

ace

lera

r la

sup

urac

ión

se re

dob

la e

l efe

cto

incl

uyen

do e

n la

poc

ión

un s

apo

abie

rto

(Váz

quez

Gal

lego

, 199

0, p

.121

)

Ani

mal

en

tero

Gal

icia

40

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Ap

arat

o re

spira

torio

Ang

inas

Ap

lican

un

sap

o ab

iert

o p

ara

reve

ntar

las

angi

nas

(Sán

chez

Pér

ez,

1948

, p.3

6)A

nim

al

ente

roLa

lín

(Pon

teve

dra)

37

Sap

o (B

. buf

o)A

par

ato

dige

stiv

oD

olor

de

mue

las

En ti

emp

os p

asad

os s

e ap

licab

a en

la m

ejill

a, a

la a

ltur

a de

la

mue

la, u

n sa

po

vivo

(Bar

andi

arán

, Man

tero

la, 2

004,

p.1

78)

Ani

mal

en

tero

Leka

roz

(Nav

arra

)3

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Ap

arat

o di

gest

ivo

Dol

or s

alid

a de

di

ente

s

Cog

er u

n sa

po

vivo

y c

olga

rlo

de u

na p

ata

detr

ás d

e un

a p

uert

a y,

a m

edid

a qu

e se

va

seca

ndo

éste

, al c

hava

l le

van

salie

ndo

los

dien

tes

sin

ning

ún d

olor

(Seb

astiá

n D

omin

go, 1

988)

Ani

mal

en

tero

Torr

e lo

s N

egro

s (T

erue

l)38

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Ap

arat

o di

gest

ivo

Odo

ntal

gia

Con

uno

de

sus

hues

os s

e el

imin

an lo

s do

lore

s de

die

ntes

si

mp

lem

ente

frot

ando

con

él l

a zo

na a

fect

ada

(Flo

res

Arr

oyue

lo,

2005

, p.2

66)

Hue

so–

19

Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1305

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Sala

man

dra

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Piel

Verr

ugas

Se c

oge

un s

apo

se p

one

al s

ol s

obre

una

pie

dra

lisa.

Y p

ara

que

no p

ueda

esc

apar

se s

e le

pon

e ot

ra p

iedr

a en

cim

a y

se ro

dea

con

pie

dras

par

a qu

e no

pue

da s

er a

taca

do p

or o

tros

ani

mal

es. S

e di

ce

un e

nsal

mo

par

ecid

o a:

Sap

o, s

apill

o co

nfor

me

te v

as p

urifi

cand

o ve

qui

tánd

ole

las

verr

ugas

a (n

omb

re d

el e

nfer

mo)

. Se

reza

n en

tonc

es tr

es p

adre

nues

tros

. El s

anad

or s

e sa

ntig

ua y

se

mar

cha

sin

mira

r hac

ia a

trás

. El s

apo

se v

a co

nsum

iend

o de

ham

bre

y s

ol.

Con

form

e se

sec

a el

sap

o se

sec

an la

s ve

rrug

as (G

arcí

a Ra

mos

, 20

08)

Ani

mal

en

tero

Véle

z,

Tab

erno

(A

lmer

ía)

21

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Piel

Verr

ugas

Se fr

otab

an c

on la

bar

riga

de u

n sa

po

vivo

, que

era

ens

arta

do

lueg

o en

una

cañ

a ha

sta

seca

rse;

des

apar

ecía

n en

tonc

es la

s ve

rrug

as (C

harr

o, 2

000,

p.2

9)

Ani

mal

en

tero

Gal

icia

8

Sap

o (B

. buf

o)Pi

elVe

rrug

as

En B

easa

in, d

ebaj

o de

la c

ama

del a

verr

ugad

o, p

onen

un

sap

o m

uert

o m

etid

o en

un

bot

e, c

uand

o se

pud

ra y

des

pid

a m

al o

lor,

las

verr

ugas

des

apar

ecer

án. E

n A

stig

arra

ga s

e ha

reco

gido

igua

l co

stum

bre

sól

o qu

e in

trod

ucen

el s

apo

vivo

en

una

lata

. En

Laur

gain

si u

na p

erso

na a

verr

ugad

a ac

iert

a a

pas

ar, s

in q

ue e

lla

lo a

dvie

rta,

del

ante

de

un s

apo

atra

pad

o de

baj

o de

una

pie

dra,

p

ara

los

ocho

día

s le

des

apar

ecer

án la

s ve

rrug

as (B

aran

diar

án,

Man

tero

la, 2

004,

p.3

00)

Ani

mal

en

tero

Beas

ain,

A

stig

arra

ga,

Laur

gain

(G

uip

úzco

a)

3

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Piel

Verr

ugas

Frot

ándo

las

con

su p

iel (

Flor

es A

rroy

uelo

, 200

5, p

.266

)A

nim

al

ente

ro–

19

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Piel

Verr

ugas

Se c

oge

un s

apo

vivo

y s

e m

ete

en u

na v

asija

que

se

cier

ra p

or

med

io d

e un

a ta

pa.

A c

ontin

uaci

ón, c

erca

de

dond

e se

mue

ve

el q

ue p

reci

sa e

limin

ar la

ver

ruga

, el r

ecip

ient

e co

n el

sap

o se

cu

elga

de

una

cuer

da q

ue p

ende

de

un c

lavo

met

ido

en u

na v

iga.

Se

gún

se v

a se

cand

o el

sap

o, d

esap

arec

e la

ver

ruga

(Gar

men

dia

Larr

añag

a, 1

990,

p.7

0)

Ani

mal

en

tero

País

Vas

co22

José Ramón Vallejo, José Antonio González

1306 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro1306 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Sala

man

dra

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Piel

Verr

ugas

Se in

trod

uce

un s

apo

vivo

en

un re

cip

ient

e ce

rrad

o p

or m

edio

de

una

tap

a si

n or

ifici

o al

guno

. Est

a va

sija

se

deja

deb

ajo

de la

cam

a de

l que

tien

e la

ver

ruga

o la

s ve

rrug

as. P

ara

cuan

do m

uera

el s

apo

hab

rán

desp

arec

ido

las

verr

ugas

(Gar

men

dia

Larr

añag

a, 1

990,

p.7

1)

Ani

mal

en

tero

País

Vas

co22

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Piel

Verr

ugas

Se in

trod

uce

un s

apo

vivo

en

un re

cip

ient

e, q

ue s

e ci

erra

por

m

edio

de

una

tap

a co

n va

rios

orifi

cios

. Al q

ue ti

ene

la v

erru

ga

se le

ens

eña

la v

asija

con

el s

apo

vivo

; per

o in

med

iata

men

te, e

l re

cip

ient

e se

dej

a en

un

sitio

igno

rado

por

el e

nfer

mo.

Del

ante

de

este

luga

r, el

som

etid

o a

trat

amie

nto

deb

e p

asar

, ina

dver

tidam

ente

y

por

lo m

enos

una

vez

al d

ía, h

asta

que

el s

apo

se m

uera

y s

e se

que.

Par

a cu

ando

est

o oc

urra

la v

erru

ga h

abrá

des

apar

ecid

o (G

arm

endi

a La

rrañ

aga,

199

0, p

.72)

Ani

mal

en

tero

País

Vas

co22

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Piel

Verr

ugas

Si u

na p

erso

na a

verr

ugad

a ac

iert

a a

pas

ar d

elan

te d

e un

sap

o at

rap

ado

deb

ajo

de u

na p

iedr

a, s

in q

ue e

lla lo

adv

iert

a y

cuan

tas

vece

s m

ejor

, par

a lo

s oc

ho d

ías

le d

esap

arec

en la

s ve

rrug

as

(Gar

men

dia

Larr

añag

a, 1

990,

p.6

9)

Ani

mal

en

tero

País

Vas

co22

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Piel

Der

mat

osis

(“na

cida

”)

pro

duci

da p

or la

s p

icad

uras

de

cier

to

mos

quito

En u

na v

asija

de

fres

no o

con

ca s

e ec

hab

a un

coc

imie

nto

que

cont

enía

agu

a de

lluv

ia d

e tr

ueno

, orín

de

sap

o, ra

íces

de

mal

va,

rasp

adur

as d

e m

ango

de

una

herr

amie

nta,

gra

nos

de s

al, s

arrio

y

horm

igas

roja

s; s

e re

volv

ía c

on u

n p

alo

pro

cede

nte

del m

ism

o fr

esno

que

la v

asija

; y m

ient

ras

se h

acía

n cr

uces

se

reci

tab

a es

te

ensa

lmo:

Sal

ud p

ara

enfe

rmos

; sal

ud p

ara

sano

s; re

pul

sión

de

bru

jas;

con

cord

ia d

e he

rman

os; b

ien

par

a lo

s b

ueno

s; m

al p

ara

los

mal

os; d

olor

es, v

enen

os; t

odos

son

cur

ados

. Lue

go s

e p

onía

a

seca

r el r

emed

io e

n el

can

izo

o sa

rdu

(des

ván

enci

ma

del l

ar) e

ntre

oc

ho y

qui

nce

días

, al c

abo

del c

ual l

lega

ba

la c

urac

ión

(Fer

nánd

ez

Gar

cía,

199

5, p

.329

)

Orín

Con

cejo

de

Ibia

s (A

stur

ias)

17

Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1307

Tab

la 4

(con

t.):

Rem

edio

s co

mp

ilad

os

Nom

bre

ve

rnác

ulo

(cie

ntífi

co)

Uso

tera

péu

tico

Prep

arac

ión

y a

dm

inis

trac

ión

(com

enta

rios

de

los

auto

res)

Part

e(s)

us

ada(

s)Lo

caliz

ació

n

geo

gráfi

caRe

f. n

.

Sala

man

dra

Sap

o (B

. buf

o, E

. ca

lam

ita)

Piel

Her

pes

zos

ter

Cój

ase

un s

apo

y se

pas

a vi

vo n

ueve

vec

es s

obre

la a

fecc

ión

(una

ve

z p

ara

arrib

a y

otra

par

a ab

ajo)

. Lue

go s

e cu

elga

en

un á

rbol

se

cánd

olo

hast

a qu

e se

mue

ra. S

e re

pite

lo m

ism

o co

n ot

ros

dos

sap

os (s

on tr

es).

Cue

nta

el in

form

ante

que

el p

rimer

sap

o sa

lió d

e la

op

erac

ión

hinc

hado

y “a

rdie

ndo

com

o la

lum

bre

”. El

seg

undo

sa

po

algo

men

os h

inch

ado

y ca

lient

e y

el te

rcer

o m

enos

(Gar

cía

Ram

os, 2

008)

Ani

mal

en

tero

Alb

ox

(Alm

ería

)21

Sap

o (B

. buf

o)Pi

elC

ánce

r (úl

cera

s ca

ncer

osas

)

Tom

ase

un s

apo

el m

ayor

que

se

pue

da

halla

r est

e se

pon

drá

en

una

olla

nue

va y

se

tap

ará

muy

bie

n em

bar

rand

o la

s ju

ntur

as

y as

egur

and

o el

tap

ador

con

un

hilo

de

hier

ro p

ara

que

est

én

firm

es la

s ju

ntur

as y

no

se e

xhal

e co

sa a

lgun

a y

se p

ond

rá e

n un

ho

rno

de

coce

r pan

has

ta q

ue s

e co

nsum

a to

da

la h

umed

ad d

el

sap

o y

se tu

este

y s

eque

la c

arne

y h

ueso

s d

e m

aner

a q

ue to

do

se p

ued

a re

duc

ir a

pol

vos

suti

les;

des

pué

s se

tom

arán

med

ia

onza

de

pol

vos

de

verb

ena,

de

pol

vos

de

hoja

s d

e ro

mer

o y

de

pol

vos

de

la ra

íz d

e se

rpen

tari

a on

za y

med

ia e

n to

tal y

tod

o se

in

corp

orar

á m

uy b

ien

con

los

pol

vos

del

sap

o y

se g

uard

arán

con

cu

rios

idad

en

vaso

cer

rad

o p

ara

usar

los

(Vid

ós M

iró,

172

1, p

.146

)

Ani

mal

en

tero

–41

Sap

o (B

. buf

o)Pi

elC

ánce

r

El e

nfer

mo

tení

a el

mal

en

una

pan

torr

illa…

rep

aró

en u

n gr

an

sap

o vi

vo, y

tiem

po

le fa

ltó p

ara

deja

rlo

sob

re la

her

ida,

dic

iend

o:

si ti

enes

que

com

er, c

ómel

o. E

l sap

o co

mió

la p

arte

afe

ctad

a p

or e

l m

al, y

el h

omb

re s

e cu

ró (G

arm

endi

a La

rrañ

aga,

199

0, p

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Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

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José Ramón Vallejo, José Antonio González

1310 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro1310 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro

La nomenclatura popular de un animal y la necesidad de identificar la especie científicamente para validar el remedio

Los nombres vernáculos de animales, así como sucede con la fitonimia popular, cons-tituyen un objetivo fundamental de la etnobiología (Vallès, 1996). En nuestro trabajo, la nomenclatura popular ha representado un primer punto de partida para la asignación del taxón al que siempre le ha seguido un análisis discriminatorio de tipo biogeográfico. Esto es más complejo en los autores clásicos, aunque se han considerado las zonas del ámbito de Aristóteles o Juba de Mauritania – fuentes decisivas en la zoología de Plinio – como la Cuenca Mediterránea, especialmente Italia, sureste de Europa y norte de África. Otros autores que solamente realizan un análisis lingüístico de la obra de Plinio ponen de manifiesto que se ven obligados a realizar conjeturas y que incluso las descripciones detalladas no son seguras ya que éste mezcla caracteres de especies afines (Plinio Segundo, 2002). Reconocemos que el valor descriptivo de los nombres cuando va asociado al porte general (rana-sapo) es ambiguo y representa a un amplio número de familias. No obstante, en muchos casos esta falta de concreción en el etnotaxón es solucionada gracias a la descripción que realiza el autor si se profundiza en los aspectos morfológicos, etológicos o biológicos en general. De esta forma podemos ver cómo Plinio aporta remedios basados en la “rana rubeta” o “rana de zarzal” para referirse al sapo común (Bufo bufo). El autor comentará por un lado que son las ranas de mayor tamaño, lo cual nos dirige a las hembras de B. bufo que pueden alcanzar tallas de 15-22cm, y por otro lado señala que presentan una especie de cuernos y están llenas de veneno, es decir, sus típicas grandes glándulas parotoideas alargadas y oblicuas. Todo ello queda apostillado al comentar que a la rana de zarzal o rubeta “los griegos le llaman phrinoi” (Plinio Segundo, 2002, p.782), es decir, sapo. Por otra parte, es preciso señalar que este taxón fue descrito por Linneo en 1758 (Linnaei, 1758, p.210) con el nombre de Rana bufo y que posteriormente sería Laurenti (1768, p.28) el que separase esta especie del género Rana para llamarle Bufo vulgaris en 1768, lo cual pone de manifiesto la dificultad que subyace en la interpretación del binomio rana-sapo en textos históricos.

Plinio realiza descripciones que son compatibles con ranas arborícolas de la familia Hylidae, pero ¿a qué especies se refiere, si en la zona geográfica correspondiente al Mundo Clásico encontramos dos taxones de gran parecido? El autor distingue entre “una rana pequeña que vive sobre todo entre las cañas y las hierbas, silenciosa y sin voz, verde (Plínio Segundo, 2002, XXXII 75) y una rana pequeña que trepa a los árboles y croa desde allí” (XXXII 92), de la que más adelante dirá que “los griegos la llaman calamites, porque vive entre cañas y arbustos, que es la más pequeña y la más verde de todas” (XXXII 122). Pues bien, el canto de Hyla meridionalis es más lento y profundo que el de H. arborea y, aunque tiene comportamientos territoriales, algunos machos no cantan, por lo que podemos asociar esta especie al primer caso. La segunda es H. arborea, el anfibio más ruidoso de Europa y algo mayor que H. meridionalis, pues rara vez llega a los 5cm.

En la literatura relativa a la medicina popular las descripciones de anfibios son en ocasiones muy útiles y clarificadoras. Así, Domínguez Moreno (2004, p.189) aporta detalles sobre un anfibio “con pintas caimanescas”, que no podría ser otro que Pleurodeles waltl, con típica cabeza muy aplastada, cuerpo deprimido, coloración del dorso generalmente de gris a parduzca y cola comprimida lateralmente (ver Figura 1).

Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1311

El color es un elemento diacrítico en el nombre y las descripciones de remedios donde se usa un “sapo con la barriga blanca” (Blanco, 1985, p.42, 57) y un “sapo negro llamado zapatero” (García Arambilet, 1990, p.99). La especie que responde a un patrón de vientre blanco más claro es Pelobates cultripes, ya que su piel muy lisa y clara, daría una percepción local más conspicua como de “barriga blanca” a diferencia de las de B. bufo y Epidalea calamita más rugosa y oscura. Los “zapateros” son las típicas larvas negras de B. bufo o E. calamita, que en caso de encontrarse en la misma área geográfica no podrían ser diferenciadas sin el uso de una lupa binocular.

Cabe destacar que no existe un sistema tradicional de nomenclatura que guarde relación con la medicina popular, es decir, la etnotaxonomía en España no expresa usos medicinales.

Sobre la terapéutica

El carácter mágico que poseen los anfibios en la terapéutica tradicional se puede observar en la medicina popular a lo largo de cualquier período histórico. El humanista valenciano

Figura 1: Arriba a la izquierda ejemplar de Epidalea calamita, abajo Pleurodeles waltl. A la derecha amuleto realizado con el cuerpo de un espécimen de Pelophylax perezi (Fotografías: José Ramón Vallejo)

José Ramón Vallejo, José Antonio González

1312 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro1312 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro

Jerónimo Cortés (s.XVI-c.1615) registró en su obra Fisonomía, y varios secretos de naturaleza, que tuvo al menos 67 ediciones (Peris Felipo, 2013, p.61), un remedio mágico interesante de comentar, pues está descrito en el Dioscórides (1994, XXV, p.139). Se trata de los “polvos de anfibios”, ranas quemadas y espolvoreadas para la epistaxis y otras hemorragias y que fueron criticados por la ciencia del siglo XIX cuando todavía se publicaba el afamado libro de Cortés (Ballano, 1815, p.190-191). El uso de las ranas es recogido por este autor de la siguiente manera:

Suele algunas veces salir tanta sangre de las heridas, que muchos se desangran sin remedio y acaban por puntos; y no sólo por las heridas, pero también por las narices, o por ocasion de alguna sangría, o por flujo que dicen de sangre, y esto es propio de las mujeres. Pues para evitar semejantes peligros, escribe el maestro Constantino y lo confirma el maestro Pedro Logrero, si aplican los polvos de las ranas quemadas en la parte donde sale la sangre, luego cesará de salir. Dice mas uno de los dichos maestros, que si la mujer ó el varón traen consigo estos polvos, que los toquen a la carne, que no tengan miedo de desangrarse aunque tengan flujo de sangre (Cortés, 1831, p.240).

A continuación Cortés (1831, p.241) indica el modo de preparar los polvos mencionados:

Pondrás la cantidad que desees (que sean vivas) en una olla nueva, que esté bien tapada, y que no salga vaho alguno; poner dicha olla encima de las ascuas vivas o al fuego bajo, hasta que dichas Ranas estén del todo quemadas, las cuales picarás y pasarás por cedazo de cerdas, y podrás usar de estos polvos en dichas ocasiones. Y nótese que tienen la virtud de soldar las venas rotas.

La posición crítica de Antonio Ballano en el primer volumen de su obra Diccionario de medicina y cirugía o biblioteca manual médico-quirúrgica, publicado en 1815 (p.190-191), es clara:

Esta práctica de algunos insensatos, que la ciega superstición ha introducido y fomen- tado, la han seguido muchos, e introducido también en la Medicina desde la más remota antigüedad: aun por hombres de gran mérito, pero nacidos en siglos poco ilus-trados, quienes ha recomendado el uso de diferentes amuletos. ... ¿Cómo se ha de creer que Van-Helmon, hombre superior a las luces de su siglo en algunos puntos, tuviese confianza en los trociscos de sapo aplicados en la piel; y que Zwelfer, médico instruido, haya añadido que estos trociscos habían preservado de la peste a sus amigos y criados, y que habían curado con ellos algunos apestados?

Para Ballano los muslos de los sapos, y los mismos sapos o ranas secas (ver Figura 1) o en polvo, serían unos de los principales amuletos usados en medicina popular. Continuando con su crítica saca a relucir un remedio similar al polvo de ranas: “¿Cómo es posible pensar que Boyle haya podido creer que el polvo del cráneo humano, aplicado en la piel hasta calentarse, le hubiese curado el flujo de sangre de la nariz que padecía con frecuencia, y que se había resistido a otros remedios?” (Ballano, 1815, p.191).

Estas posiciones sobre la magia ilustran las relaciones hegemónicas y de inferioridad, que se establecen históricamente entre los grupos sociales en el proceso de salud, enfermedad y atención (Menéndez, 1994; Perdiguero, 2004). Sin embargo, que un tratamiento sea mágico-religioso, no implica que alguno de los elementos del proceso curativo no puedan ser validados por la ciencia (De Miguel, 1980) y por tanto son conocimientos a tener en cuenta por la etnofarmacología actual.

Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides

v.22, n.4, out.-dez. 2015, p.1283-1319 1313

Podemos asegurar que las “preconcepciones” sobre la influencia de lo semejante y la

sanación por transmisión del mal a un ser vivo son ideas que se encuentran arraigadas en

la medicina popular basada en anfibios (ver Tabla 4). Al utilizar el término preconcepción,

queremos resaltar su no coincidencia con las ideas científicamente aceptadas; sin embargo

se tratan de creencias dinámicas, cargadas de simbolismos y en proceso de transformación

(Menéndez, 1994). Los estudios más recientes siguiendo métodos etnobiológicos hacen

referencia al carácter mágico que poseen los anfibios en la terapéutica popular (Quave et al.,

2010; Benítez, 2011). No obstante, los anfibios dada su naturaleza fría y húmeda, formaron un

grupo animal adecuado para ejercer una medicina humoral. Aunque en España sólo quedan

restos del sistema hipocrático, todavía tiene vigencia en Hispanoamérica y Filipinas que la

asimilaron a través la colonización española (Mariño Ferro, 1996, p.428). Al margen de estas

connotaciones, la historia reciente de la farmacología cuenta con ejemplos que demuestran

la potencialidad de las drogas derivadas de anfibios. Así, desde que Kiss y Michl (1962)

determinaron el poder antimicrobiano del péptido bombinina en el sapo de vientre amarillo,

Bombina variegata, han proliferado los estudios que demuestran la eficacia antibiótica de estas

sustancias presentes en las secreciones de la piel de anfibios (p.ej. Zasloff, 1987; Barra, Simmaco,

1995; Yang, Lee, Zhang, 2012). En este sentido, cabe destacar que, tanto en el Mundo Clásico

como en la medicina popular española, el tratamiento de ciertas enfermedades infecciosas

y parasitarias posee la mayor importancia relativa entre los diferentes grupos de patologías

(ver Tabla 3). Además, algunos productos derivados de los anfibios podrían ser la base de

medicamentos útiles para el tratamiento del cáncer o como analgésicos (Cury, Picolo, 2006;

Garg, Hippargi, Gandhare, 2008; Lu, Nan, Lei, 2008). Con todo ello, se puede afirmar que

este grupo zoológico constituye un recurso potencial para la obtención de nuevos fármacos.

Sobre las especies y su valor medicinal

En nuestro estudio las especies con un VDM más alto son utilizadas para curar un mayor

número de grupos de patologías y, por tanto, poseen un amplio espectro terapéutico. Dichas

especies tendrían una mayor probabilidad de ser usadas y de formar parte del patrimonio

etnozoológico de la sociedad actual. Este es el caso de Bufo bufo (VDM = 0,78), Epidalea calamita

(VDM = 0,78) y Pelophylax perezi (VDM = 0,64), especies que se encuentran distribuidas por

toda España y poseerían una gran importancia histórica en la medicina popular española.

Epidalea calamita puede sustituir a B. bufo en la zooterapia, por lo que es pertinente una

prospección futura para comprobar si su VDM pudiese aumentar en el sur y centro de España

donde es más abundante y disminuir los valores alcanzados para B. bufo. Por su parte, Hyla

arborea (VDM = 0,50) fue una especie también muy usada en la Antigüedad (VDM = 0,42) y

sería interesante estudiarla actualmente en Galicia, Región Cantábrica, zona norte del Sistema

Ibérico, Castilla y León, Madrid, Montes de Toledo y Badajoz, pues podrían obtenerse datos

etnozoológicos interesantes en su área de distribución natural. Hyla meridionalis presenta el

mismo índice (VDM = 0,50), pero debido a la cercanía biológica con H. arborea posiblemente

pueda aumentar en Andalucía, Extremadura, Levante, Cataluña, algunas zonas de Castilla y

León, Guipúzcoa, Baleares y Canarias, áreas donde se encuentra presente.

José Ramón Vallejo, José Antonio González

1314 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro1314 História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro

Las tres especies con menor VDM, y probablemente con menor importancia cultural, son los urodelos Salamandra salamandra y Pleurodeles waltl junto al anuro Pelobates cultripes.

Todos los anfibios españoles se encuentran protegidos según la normativa vigente, aunque las especies de mayor VDM, a excepción de H. arborea e H. meridionalis, no se encuentran en los Libros Rojos de España, ni en los catálogos de especies amenazadas. Sería oportuno tomar en consideración a dichas especies en los programas de educación ambiental, especie catalogada como “casi amenazada” (NT) y en régimen de protección especial (ver Tabla 2), y cuyo uso etnozoológico actual debería ser determinado.

Consideraciones finales

El estudio realizado demuestra que existe un bagaje de conocimientos históricos y folklóricos que permitirían el inicio de una etnoherpetología en España. Se hace manifiesta la existencia de un patrimonio zooterapéutico relacionado con los anfibios, más rico de lo que en un principio podría suponerse. No obstante, el número de especies y remedios puede incrementarse realizando una prospección histórica por épocas con un análisis de la evolución del conocimiento empírico-supersticioso durante la Edad Media, el Renacimiento y el desarrollo de la investigación etnozoológica en nuestro país. Pensamos que los estudios sobre el uso de anfibios y animales en general, con fines medicinales, deben construirse a partir del marco de una etnozoología histórica.

Nuestro estudio refleja que especies como Bufo bufo, Epidalea calamita o Pelophylax perezi, distribuidas por toda la geografía nacional, presentan un VDM muy alto. Por ello, se puede plantear la hipótesis de que dichas especies sean las de mayor importancia cultural en la actualidad.

Por otro lado, en España las prácticas de zooterapia han sido prácticamente relegadas, por lo que profundizar en su conocimiento puede ser útil para establecer relaciones con zonas como Hispanoamérica, donde los españoles transmitieron remedios animales y las bases filosóficas del sistema humoral, todavía vigente.

En cuanto a la biología de la conservación de los anfibios, podemos suponer que el impacto de la medicina popular sobre estos animales en España es despreciable. No obstante, es interesante incluir sus usos medicinales en programas culturales con un enfoque educativo, especialmente en el caso de las especies del género Hyla (Laurenti, 1768).

NOTAS

1 En esta y en las demas citas literales de textos publicados en otros idiomas la traducción es libre y fue proporcionada por los autores.2 Disponible en: http://about.jstor.org/content/arts-sciences-iii. Acceso en: 22 sep. 2014.3 Las bases de datos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Icyt (Ciencia y Tecnología), Isoc (Ciencias Sociales y Humanidades) e IME (Biomedicina) se encuentran disponibles en http://www.cindoc.csic.es/servicios/dbinfo.htm; Teseo (base de datos de tesis doctorales ) puede ser consultada en: http://www.educacion.es/teseo; el portal bibliográfico Dialnet en http://dialnet.unirioja.es; a Google Scholar se accede a través de http://scholar.google.es y al catálogo de Bibliotecas Públicas del Estado mediante http://www.bibliotecaspublicas.es. Accesos en: 27 sep. 2014.4 Disponible en: www.catalogueoflife.org. Acceso en: 18 abr. 2013.

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