lectura, escritura y valores

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Universidad de La Salle Universidad de La Salle Ciencia Unisalle Ciencia Unisalle Licenciatura en Español y Lenguas Extranjeras Facultad de Ciencias de la Educación 1-1-2008 Lectura, escritura y valores Lectura, escritura y valores Carlos Eduardo Aguilar Cortés Universidad de La Salle, Bogotá Jeimmy Juliet Pardo Báez Universidad de La Salle, Bogotá Felipe Moreno Perdomo Universidad de La Salle, Bogotá Angie Catalina Moreno Reyes Universidad de La Salle, Bogotá Daniel Roberto Dávila Molano Universidad de La Salle, Bogotá Follow this and additional works at: https://ciencia.lasalle.edu.co/lic_lenguas Citación recomendada Citación recomendada Aguilar Cortés, C. E., Pardo Báez, J. J., Moreno Perdomo, F., Moreno Reyes, A. C., & Dávila Molano, D. R. (2008). Lectura, escritura y valores. Retrieved from https://ciencia.lasalle.edu.co/lic_lenguas/1205 This Trabajo de grado - Pregrado is brought to you for free and open access by the Facultad de Ciencias de la Educación at Ciencia Unisalle. It has been accepted for inclusion in Licenciatura en Español y Lenguas Extranjeras by an authorized administrator of Ciencia Unisalle. For more information, please contact [email protected].

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Page 1: Lectura, escritura y valores

Universidad de La Salle Universidad de La Salle

Ciencia Unisalle Ciencia Unisalle

Licenciatura en Español y Lenguas Extranjeras Facultad de Ciencias de la Educación

1-1-2008

Lectura, escritura y valores Lectura, escritura y valores

Carlos Eduardo Aguilar Cortés Universidad de La Salle, Bogotá

Jeimmy Juliet Pardo Báez Universidad de La Salle, Bogotá

Felipe Moreno Perdomo Universidad de La Salle, Bogotá

Angie Catalina Moreno Reyes Universidad de La Salle, Bogotá

Daniel Roberto Dávila Molano Universidad de La Salle, Bogotá

Follow this and additional works at: https://ciencia.lasalle.edu.co/lic_lenguas

Citación recomendada Citación recomendada Aguilar Cortés, C. E., Pardo Báez, J. J., Moreno Perdomo, F., Moreno Reyes, A. C., & Dávila Molano, D. R. (2008). Lectura, escritura y valores. Retrieved from https://ciencia.lasalle.edu.co/lic_lenguas/1205

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Page 2: Lectura, escritura y valores

LECTURA, ESCRITURA Y VALORES

CARLOS EDUARDO AGUILAR CORTÉS JEIMMY JULIET PARDO BAEZ FELIPE MORENO PERDOMO

ANGIE CATALINA MORENO REYES DANIEL ROBERTO DÁVILA MOLANO

UNIVERSIDAD DE LA SALLE FACULTAD DE EDUCACIÓN

DEPARTAMENTO DE LENGUAS MODERNAS LICENCIATURA EN LENGUA CASTELLANA, INGLÉS Y FRANCÉS

BOGOTÁ, D.C. 2007

Page 3: Lectura, escritura y valores

LECTURA, ESCRITURA Y VALORES

CARLOS EDUARDO AGUILAR CORTÉS JEIMMY JULIET PARDO BAEZ FELIPE MORENO PERDOMO

ANGIE CATALINA MORENO REYES DANIEL ROBERTO DÁVILA MOLANO

Monografía para optar por el título de Licenciados en lengua castellana, inglés y francés.

Asesor del proyecto Pedro Baquero Másmela

Director del área de investigación

UNIVERSIDAD DE LA SALLE FACULTAD DE EDUCACIÓN

DEPARTAMENTO DE LENGUAS MODERNAS LICENCIATURA EN LENGUA CASTELLANA, INGLÉS Y FRANCÉS

BOGOTÁ, D.C. 2007

Page 4: Lectura, escritura y valores

Nota de aceptación:

________________________

________________________

________________________

________________________

____________________________ Firma del jurado

____________________________ Firma del jurado

Bogotá, D.C. __ de marzo de 2007

Page 5: Lectura, escritura y valores

A Dios, a nuestros padres

y a todas aquellas personas que estuvieron cuando las

necesitamos y nos apoyaron.

Page 6: Lectura, escritura y valores

AGRADECIMIENTOS

Los autores expresan sus agradecimientos a:

Al maestro Pedro Baquero, por sus asesorías, enseñanzas y suministro de

saberes.

Al C.I.E.D. Francisco de Paula Santander, por permitirnos realizar el trabajo de

práctica pedagógica que dio origen a la sistematización de experiencias que

presentamos.

A la Universidad de la Salle, por formarnos como docentes y darnos la oportunidad

de vivir una experiencia de práctica en la que aplicamos los saberes recibidos.

Page 7: Lectura, escritura y valores

CONTENIDO

pág.

INTRODUCCIÓN 13

1. LECTURA, ESCRITURA Y VALORES 14

1.1. PROBLEMA 14

1.2. JUSTIFICACIÓN 15

1.3. OBJETIVOS 16

1.3.1. General 16

1.3.2. Específicos 16

1.4. METODOLOGÍA 17

2. UN ACERCAMIENTO TEÓRICO 19

2.1. PARADIGMA FENOMENOLÓGICO 19

2.2. SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS 22

2.2.1. Un acercamiento a la definición 22

2.2.2. Posibilidades de su utilización 23

2.2.3. Una metodología característica 25

2.3. LA OBSERVACIÓN COMO MEDIO DE RECOLECCIÓN DE DATOS 27

2.3.1. La etnografía 27

2.3.2. La recolección de datos 29

2.3.3. La observación 30

2.3.3.1. La observación participante 31

2.4. LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA COMO PRÁCTICA INVESTIGATIVA 33

2.4.1. El concepto de práctica 33

2.4.2. La práctica pedagógica 34

2.4.3. La práctica investigativa 34

Page 8: Lectura, escritura y valores

2.4.4. La práctica pedagógica como práctica investigativa 35

3. CINCO PERSPECTIVAS DE LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA 37

3.1. CONSTRUCCIÓN DEL SENTIDO LECTOR 38

(Carlos Ed. Aguilar C.)

3.1.1. PRESENTACIÓN 38

3.1.1.1. PROBLEMA 38

3.1.1.2. JUSTIFICACIÓN 40

3.1.1.3. OBJETIVOS 42

3.1.1.3.1. General 42

3.1.1.3.2. Específicos 42

3.1.1.4. METODOLOGÍA 43

3.1.2. ANÁLISIS DE LA NARRACIÓN SUSTANCIAL DE LA EXPERIENCIA 45

3.1.3. SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA: 48

CONSTRUCCIÓN DEL SENTIDO LECTOR

3.1.3.1. Categorización de los elementos dominantes del relato 48

3.1.3.1.1. La comprensión 49

3.1.3.1.2. Lectura basada en el sentido 49

3.1.3.1.3. Lectura desde el sentido con “La lectura desde el sentido” 50

3.1.3.2. Análisis de la experiencia frente a la teoría, 52

“La construcción del sentido lector.”

3.1.3.2.1. Acerca de la comprensión 52

3.1.3.2.2. La comprensión con respecto a la lectura 56

3.1.3.2.3. La lectura basada en el sentido 61

3.1.3.2.4. La comprensión en la escuela y la lectura desde el sentido 64

3.1.3.2.5. Otras limitaciones que validan la sistematización 66

3.1.3.2.6. Una última invitación: La cooperación del lector en la lectura 68

3.1.3.2.7. A modo de cierre 72

Page 9: Lectura, escritura y valores

3.1.3.2.8. Epílogo: Un ejemplo de la construcción del sentido lector 74

3.1.4. CONCLUSIONES 78

BIBLIOGRAFÍA 80

ANEXO 1 81

3.2. EL PROFESOR QUE INVESTIGA Y REFLEXIONA SOBRE 95

SU PRÁCTICA

(Jeimmy J. Pardo B.)

3.2.1. SITUACIÓN 95

3.2.1.1. PROBLEMA 95

3.2.1.2. JUSTIFICACIÓN 96

3.2.1.3. OBJETIVOS 97

3.2.1.3.1. General 97

3.2.1.3.2. Específicos 97

3.2.1.4. METODOLOGÍA 98

3.2.2. CATEGORIZACIÓN 100

3.2.3. TEORIZACIÓN 101

3.2.3.1. El practicante como docente investigador 101

3.2.3.1.1. El rol del practicante investigador 101

3.2.3.1.2. La experiencia de práctica 103

3.2.3.2. La lectura y la escritura desde Carlos Lomas 105

3.2.3.2.1. Concepto de lectura 105

3.2.3.2.2. Niveles de lectura 107

3.2.3.2.3. Concepto de escritura 110

3.2.3.2.4. La experiencia de práctica en la enseñanza de la lectura 111

y la escritura

3.2.3.3. La educación en los valores 112

3.2.3.3.1. Concepto de valor 112

3.2.3.3.2. La educación en los valores 113

3.2.3.3.3. La experiencia de práctica en la enseñanza de los valores 113

Page 10: Lectura, escritura y valores

3.2.4. CONCLUSIONES 115

BIBLIOGRAFÍA 117

ANEXO 2 118

ANEXO 3 123

ANEXO 4 124

3.3. EL TALLER LITERARIO CON LOS ANGELITOS EMPANTANADOS 125

(Felipe Moreno P.)

3.3.1. PRESENTACIÓN 125

3.3.1.1. PROBLEMA 125

3.3.1.2. JUSTIFICACIÓN 127

3.3.1.3. OBJETIVOS 128

3.3.1.3.1. General 128

3.3.1.3.2. Específicos 128

3.3.1.4. METODOLOGÍA 129

3.3.2. NARRACIÓN 130

3.3.2.1. Delimitación 132

3.3.3. SISTEMATIZACIÓN 144

3.3.3.1. Categorización 144

3.3.3.2. Reflexión – Análisis 145

3.3.3.2.1. Taller literario 146

3.3.3.2.2. Literatura en el aula 151

3.3.3.2.3. Lectura 153

3.3.3.2.4. Axiología 156

3.3.4. CONCLUSIONES 159

BIBLIOGRAFÍA 163

3.4. UNA ESTRATEGIA QUE POSIBILITA LA COMPRENSIÓN DE 164

LOS TEXTOS EN LOS PROCESOS DE LECTO-ESCRITURA

EN LOS ESTUDIANTES

Page 11: Lectura, escritura y valores

(Angie C. Moreno R.)

3.4.1. PROBLEMA 164

3.4.2. JUSTIFICACIÓN 165

3.4.3. OBJETIVOS 166

3.4.3.1. General 166

3.4.3.2. Específicos 166

3.4.4. METODOLOGÍA 167

3.4.5. SISTEMATIZACIÓN 168

3.4.6. CATEGORIZACIÓN 168

3.4.7. ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA 169

3.4.7.1. Una historia para contar 169

3.4.7.2. Un acercamiento del proceso de lectura 171

3.4.7.2.1. Niveles o movimientos interpretativos 175

3.4.7.2.2. La comprensión lectora 177

3.4.7.3. La escritura 178

3.4.7.3.1. Concepto 178

3.4.7.4. Con respecto a la formación docente 180

3.4.7.4.1. El rol del docente 181

3.4.7.4.2. Los fines sociales de la enseñanza de la lengua 183

3.4.7.5. Los valores 184

3.4.7.5.1. Concepto 184

3.4.7.5.2. Actitudes, valores y normas 184

3.4.8. CONCLUSIONES 186

BIBLIOGRAFIA 188

ANEXO 5 189

3.5. COMPRENSIÓN LECTORA INFERENCIAL, UNA POSIBILIDAD 198

PARA EL MEJORAMIENTO DEL NIVEL CRÍTICO

(Daniel R. Dávila M.)

3.5.1. PROBLEMA 198

Page 12: Lectura, escritura y valores

3.5.2. JUSTIFICACIÓN 199

3.5.3. OBJETIVOS 200

3.5.3.1. General 200

3.5.3.2. Específicos 200

3.5.4. METODOLOGÍA 201

3.5.5. LA EXPERIENCIA Y LA TEORÍA 202

3.5.5.1. Comprensión lectora por inferencias 202

3.5.5.1.1. Teoría de base 203

3.5.5.1.1.1. Las inferencias 203

3.5.5.1.1.2. Funciones de las inferencias 204

3.5.5.1.2. La teoría aplicada a la experiencia 205

3.5.5.2. Formación de sujetos críticos 210

3.5.5.2.1. Teoría de base 210

3.5.5.2.1.1. Pensamiento critico 210

3.5.5.2.2. Teoría aplicada a la experiencia 212

3.5.6. CONCLUSIONES 215

3.5.6.1. Aciertos 215

3.5.6.2. Desaciertos 215

BIBLIOGRAFÍA 217

ANEXO 6 219

ANEXO 7 224

4. HALLAZGOS 226

BIBLIOGRAFÍA GENERAL 228

ANEXO 8 230

Page 13: Lectura, escritura y valores

LISTA DE ANEXOS

pág.

ANEXO 1 81

“Crónica de las interminables jornadas en un ciclo”

ANEXO 2 118

“Una mirada reconstructiva”

ANEXO 3 123

“Niveles de lectura y escritura”

ANEXO 4 124

“Niveles de lectura y escritura”

ANEXO 5 189

“Una estrategia que posibilita la comprensión exhaustiva de los

textos en los procesos de lecto-escritura en los estudiantes”

ANEXO 6 219

“Un acercamiento a la escuela desde la lectura como vía para

la formación de sujetos críticos”

ANEXO 7 224

“Material utilizado en el desarrollo de la propuesta”

ANEXO 8 230

“Fotografías de un evento”

Page 14: Lectura, escritura y valores

LECTURA, ESCRITURA Y VALORES INTRODUCCIÓN

El presente proyecto es producto del trabajo de sistematización de las

experiencias sobre la práctica pedagógica e investigativa, en el C.I.E.D. (Colegio

Institución Educativa Distrital) Francisco de Paula Santander sede A; el cual fue

realizado por un grupo de estudiantes de Licenciatura en Lengua Castellana,

Inglés y Francés de la Universidad de la Salle, bajo la supervisión y orientación de

los docentes Pedro Baquero, como director de la investigación y Julián Martínez,

como asesor de la práctica.

El fin de esta sistematización fue identificar, configurar, intervenir y reflexionar

sobre una problemática que denominamos Lectura, Escritura y Valores; que,

igualmente, surgió de la triangulación hecha por los investigadores entorno a

diversos problemas evidenciados durante la práctica pedagógica.

Asimismo, este proyecto se sustenta sobre cinco visiones de la práctica

pedagógica -microproyectos- realizados por cada uno de los integrantes del grupo

investigativo.

A continuación, se presenta el desarrollo investigativo del macro-proyecto, el cual

sustenta parte por parte los diferentes niveles teóricos y prácticos, conjuntamente

con los demás procesos inherentes a la investigación, como sustento y desarrollo

científico. Seguidamente, el lector encontrará de forma secuencial cada una de las

cinco sistematizaciones realizadas.

Page 15: Lectura, escritura y valores

14

1. LECTURA, ESCRITURA Y VALORES

1.1. PROBLEMA

La presente sistematización pretende socializar cinco experiencias de prácticas

pedagógicas trabajadas en el C.I.E.D. Francisco de Paula Santander, que fueron

llevadas a cabo por un grupo de estudiantes de Licenciatura en Lengua

Castellana, Inglés y Francés de la Universidad de la Salle; concretamente, el

trabajo investigativo realizado en dicha institución arrojó como problema

disciplinar, gracias a una fase diagnóstica, el desarrollo de las habilidades

lingüístico-comunicativas de lectura y escritura en la clase de Lengua Castellana.

Tomando en cuenta lo anterior, como categorías emergentes a trabajar se

asociaron los términos: lectura, escritura y valores.

Page 16: Lectura, escritura y valores

15

1.2. JUSTIFICACIÓN

El presente proyecto investigativo, que parte de la reflexión alrededor de la

práctica pedagógica (sistematización de experiencias), fue creado, diseñado e

implementado para ser aplicado dentro de la institución mencionada, considerando

que era oportuna una intervención en la misma en el área de Lengua Castellana;

puesto que durante la fase de observación y diagnóstico, se evidenciaron algunas

falencias en este área. Igualmente, al finalizar la práctica pedagógica, se realizó,

con base en dicha aplicación, una reflexión acerca de lo cometido, con el propósito

de complementar el proceso de la práctica investigativa. Cabe aclarar, en

consonancia con la concepción de sistematización de experiencias, que por

intervención no entendimos para este trabajo el alcanzar unos resultados

“favorables” con rigurosidad, sino el hacer una valoración reflexiva del contexto

especificado.

La ejecución investigativa fue pretendida también para dar un nivel primario de

acercamiento y solución a ciertas problemáticas disciplinares y, eventualmente,

axiológicas, como se ha dicho y referenciado anteriormente; ya que tanto los

factores disciplinares -Lengua Castellana- como los axiológicos -valores-

enmarcaron nuestras más fácticas prioridades y preocupaciones dentro de aquella

institución educativa que abordamos.

Page 17: Lectura, escritura y valores

16

1.3. OBJETIVOS

1.2.1. General

Analizar el proceso de práctica pedagógica realizada en el C.I.E.D. Francisco de

Paula de Santander alrededor del trabajo en lectura, escrita y valores.

1.2.2. Específicos

• Recuperar la experiencia a través la reflexión mediada por una narrativa de

la práctica pedagógica.

• Reflexionar sobre las diferentes experiencias que surgieron de la práctica

pedagógica e investigativa frente a algunas posturas teóricas.

Page 18: Lectura, escritura y valores

17

1.4. METODOLOGÍA

Tomando en cuenta que el presente trabajo es una sistematización de

experiencias, consideramos pertinente el desarrollo de unas fases que son

equiparables a las que caracterizan los procesos investigativos dentro de esta

postura epistémica (esta idea es ampliada en el numeral 2.2.3. del marco teórico

del presente trabajo). Es así como podría decirse que la práctica pedagógica-

investigativa que presentamos se constituyó por cuatro fases: 1. Observación e

identificación de problemas; 2. Formulación del proyecto y micro-proyectos; 3.

Aplicación de los mismos y; 4. Análisis de resultados.

La primera fase comprendió una inmersión en el medio a investigar (la escuela).

Consistió en realizar una serie de observaciones del ambiente escolar y un

desarrollo de clases para la consecución de hechos que permitiesen, a su vez,

configurar una problemática a abordar.

Con base en lo evidenciado a través de las observaciones, en la segunda fase, se

formuló el proyecto que pretendió abordar dos ejes problémicos emergentes: el

académico (lectura-escritura) y el axiológico (valores). Del mismo modo, este

proyecto se desarrolló por medio de micro-proyectos en sub-equipos o

individualmente.

La siguiente fase consistió en intervenir los grados abordados (con algunas

variantes) utilizando los micro-proyectos formulados, con el fin de tratar de brindar

una solución a ello, y empleando diversas estrategias dependiendo de los

objetivos de cada investigador.

Page 19: Lectura, escritura y valores

18

Finalmente, luego de haber aplicado los micro-proyectos, cada investigador debió

realizar una recopilación de su experiencia y de su accionar, contrastando todo

ello con teorías pertinentes a su temática, con el fin de poder establecer posibles

hallazgos individuales, que a la vez pudiesen contribuir a las conclusiones en el

trabajo colectivo.

Page 20: Lectura, escritura y valores

19

2. UN ACERCAMIENTO TEÓRICO

2.1. PARADIGMA FENOMENOLÓGICO

Dentro del marco científico e investigativo, la concepción teórica, analítica y

pragmática se sustenta bajo el parámetro conocido como paradigma, entendido

como el esquema científico de investigación al cual se suscribe una comunidad en

especial: “…deseo sugerir que algunos ejemplos aceptados de la práctica

científica real -ejemplos que incluyen, al mismo tiempo, ley, teoría, aplicación e

instrumentación- proporcionan modelos de los que surgen tradiciones

particularmente coherentes de investigación científica”. (Kuhn, 1962, 34). Al

establecerlo así, una inscripción investigativa acogida por una comunidad

científica de perfil positivista1, desarrolla con base en estos parámetros la

resolución de sus investigaciones. Además el paradigma, es una señal propia del

grupo investigativo-científico, es un común denominador a lo largo de su

afianzamiento como círculo de investigación; a su vez, cuando existen

divergencias teóricas, éste círculo tiende a disolverse al adquirir otros parámetros.

“…pero antes, debemos hacer notar brevemente cómo el surgimiento de un

paradigma afecta a la estructura del grupo que practica en ese campo. En el

desarrollo de una ciencia natural, cuando un individuo o grupo produce, por

primera vez, una síntesis capaz de atraer a la mayoría de los profesionales de la

generación siguiente, las escuelas más antiguas desaparecen gradualmente. Su

1 Este perfil positivista se menciona aquí, ya que hace referencia al origen de la definición del término Paradigma empleado por Kuhn.

Page 21: Lectura, escritura y valores

20

desaparición se debe en parte, a la conversión de sus miembros al nuevo

paradigma.” (45).

Por consiguiente, se puede concebir nuestra propuesta investigativa bajo un

paradigma fenomenológico, desarrollado a través de la sistematización de

experiencias como postura epistémica; lo cual -según lo mencionado previamente-

nos ha brindado por medio de una teoría, unas directrices pragmáticas y

metodológicas para definir los procesos que sustentan nuestra investigación

preponderante en el aula.

Sin embargo, otra definición sugerida por Schwab de este término, alude a que:

“los científicos sociales realizan sus actividades de investigación dentro del marco

de una escuela de pensamiento, que define los objetivos, puntos de partida,

métodos y concepciones interpretativas adecuadas para sus investigaciones”.

(Shulman, 1997,16).

Abordando ahora el significado de una investigación desde el paradigma

fenomenológico o crítico (en la investigación educativa), podría decirse que éste

es un paradigma que resalta la visión del sujeto participante en la investigación, no

sólo desde la función y perspectivas del investigador (sus reflexiones, vivencias,

etc.), sino que se amplía a los sujetos intervenidos para dar significado a lo

desarrollado y hallado en una determinada realidad.

Al respecto, Delgado menciona: “para la investigación, en el marco de este

paradigma, los datos de la experiencia vivida parten de lo real, de lo interno de

cada individuo, recuperando la vida misma de los colectivos en lo discursivo y

reflexivo como elementos fundamentales para las metodologías cualitativas…”.

(Delgado de Colmenares).

De igual manera, cabe destacar que una investigación bajo este paradigma da

cabida a una multiplicidad de variables contextuales en el transcurso de la misma

Page 22: Lectura, escritura y valores

21

y por ende los resultados no deben ser estrictamente delimitados o cuantificados,

sino se trata más bien de centrarse en lo cualitativo sin detrimento de lo

cuantitativo, “…se busca… profundizar en el conocimiento de la forma como se

experimenta la vida social a partir de describir de diversos contextos y

situaciones…”. (Shulman, 8). Es decir, que bajo este paradigma el conocimiento

puede ser construido a partir de hechos reales sin la pretensión de medir, en cierta

forma, esa realidad, sino transformarla a través de los diferentes diseños de

investigación o diversas metodologías empleadas.

Page 23: Lectura, escritura y valores

22

2.2. SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS

Para la presente investigación asumimos el enfoque metodológico llamado

sistematización de experiencias, el cual, por su carácter cualitativo y participativo,

es una de las diversas posturas epistémicas a partir de las cuales se puede

preguntar, asumir y llevar a cabo una investigación desde el paradigma

fenomenológico.

Dicho enfoque metodológico, de carácter reciente e innovador frente a otras

posturas metodológicas, nació a finales de la década de los setenta en el contexto

de la investigación social en América Latina, como producto de la necesidad que

algunos investigadores en educación popular tenían de redefinir su quehacer; en

otras palabras, de “sistematizar sus prácticas” para reflexionar y producir

conocimientos.

2.2.1. Un acercamiento a la definición

De manera que para hacer clara esta noción, acogimos dos definiciones de la

sistematización de experiencias para realizar la presente investigación. En un

primer momento, una definición que contiene una visión general: “se entiende por

sistematización de experiencias el proceso de reconstrucción y reflexión analítica

sobre una experiencia de acción o de intervención mediante la cual interpretarla y

Page 24: Lectura, escritura y valores

23

entenderla” (Verger, 4); para nuestro caso, podemos decir que la definición citada

nos llevó a asumir de manera primaria la sistematización de experiencias como un

medio de estudio, fruto de la reconstrucción del proceso de práctica pedagógica, el

cual emergió con el propósito de favorecer y respaldar la reflexión sobre el

quehacer docente para cualificarlo.

Subsecuentemente, encontramos en el trabajo de Lola Cendales una definición

con una visión más amplia de la sistematización de experiencias que en

momentos ulteriores explica cómo se enriqueció nuestra concepción de la misma.

Esta autora, además de reconocer aquélla como un medio de producción de

conocimiento, como intermediaria de recuperación, comprensión y comunicación

de una experiencia y de su posterior interpretación crítica; define la

sistematización como: “un proceso de interacción y de negociación de sentidos

que se construye a partir de condiciones muy concretas”. (Cendales, Aportes 44,

1996, 103). Es decir, esta definición ilustra cómo la investigación misma nos llevó

a ver la sistematización como una postura hecha para promover las relaciones

entre las diversas formas de reconocer e interpretar (sentidos) la experiencia, las

cuales contribuían (en colectivo) a la cualificación y, en la medida de las

posibilidades, a la producción teórica para y en la práctica.

2.2.2. Posibilidades de su utilización

Tomando en cuenta la sistematización de experiencias como posibilitadora de

reflexión, cualificación, indagación y producción de conocimientos; podemos

proceder a caracterizarla mencionando algunos de sus aspectos básicos y listando

sus posibilidades de utilización, con base en algunos de los postulados de Oscar

Jara que iluminaron nuestra sistematización particular.

Page 25: Lectura, escritura y valores

24

En primer lugar, encontramos que se debe tener claro que una sistematización no

es un fin en sí misma, puesto que ésta no tiene un carácter inmanente y siempre

se realiza para lograr un propósito relacionado con ella; es decir, “La

sistematización es siempre un medio en función de determinados objetivos que la

orientan y le dan sentido... en función de una utilidad concreta que le vamos a dar,

en relación con las experiencias que estamos realizando”. (Jara, Aportes 44, 15).

En segundo lugar, tomamos en cuenta los dos componentes básicos que posee

una sistematización de experiencias, los cuales tienen una determinada utilidad

para la misma; por un lado, el proceso de la sistematización, y por el otro, el

producto de la sistematización de experiencias. Siendo el primero el facilitador de

la reflexión sobre el segundo, ya que nos permite ser concientes de dónde, cómo y

por qué estamos allí, sistematizando para obtener un logro particular; y el segundo

componente es el promotor de la ya citada cualificación del quehacer o práctica.

En tercer lugar y una vez aclarado lo anterior, según Jara (Cf. Aportes 44, 14-22),

en términos muy sintéticos podríamos resumir las múltiples posibilidades y

utilidades de la sistematización, en que sirve para:

a) tener una comprensión más profunda de nuestras experiencias para

mejorar nuestra práctica;

b) compartir saberes y ponerlos en diálogo con otras prácticas similares a

las enseñanzas surgidas de la experiencia y;

c) aportar a la reflexión teórica los conocimientos surgidos de prácticas

sociales concretas.

Page 26: Lectura, escritura y valores

25

2.2.3. Una metodología característica

De igual manera, si bien es conocido que al realizar una sistematización de

experiencias se tiene cierta libertad metodológica para proceder, ya que una

metodología en muchos casos se construye a partir de las luces que da la

investigación, encontramos que la metodología de un proceso de sistematización

de experiencias como el nuestro, puede ser desarrollada partiendo del modelo

expuesto por Mario Peresson. (Cf. Aportes 44, 53-79). Por lo que a continuación,

secuencialmente sintetizamos los siete componentes de la visión metodológica

que él expone desde nuestra interpretación particular. Ésta es:

1. Definir los requisitos para la sistematización; es decir: la justificación, la

motivación, el colectivo de trabajo, la memoria (registro) y el objeto de la

investigación.

2. Aclarar la situación desde donde se hace; en otras palabras plantear el

hoy (situación actual) tomando en cuenta el ayer desde la experiencia

práctica acumulada por el grupo investigativo.

3. Realizar una contextualización de la experiencia desde los diversos

niveles de contexto (histórico, social, económico, cultural, etc.)

4. Exponer los fundamentos teóricos y metodológicos, o la serie de pasos

que se van a adoptar para asumir la investigación. Es importante tomar

en cuenta el diagnóstico y un pronóstico para hacer esto.

5. Reconstruir la práctica y sus componentes; es allí donde se hace la

puesta en común de la práctica y posteriormente se inicia la reflexión de

manera crítica frente a la misma.

6. Hacer una evaluación de la experiencia: logros e impacto. Se

determinan los resultados sin importar que hayan satisfecho los

objetivos iniciales de la investigación o no.

Page 27: Lectura, escritura y valores

26

7. Socializar el punto de llegada; se formulan conclusiones con el propósito

de dar a conocer los hallazgos arrojados por la investigación, las

enseñanzas incidentales, tanto las acertadas como las no exitosas, y se

dejan abiertas las posibilidades para el diálogo de los saberes con otros

procesos de sistematización de experiencias.

Page 28: Lectura, escritura y valores

27

2.3. LA OBSERVACIÓN COMO MEDIO DE RECOLECCIÓN DE DATOS

Con el propósito de dar respuestas más acertadas a los continuos problemas que

padece la educación, ésta, ha empezado a fortalecer ciertos rasgos humanistas

que la encaminan a entender a los participantes dentro de sus espacios reales, y

así mismo, a facilitar la resolución de problemáticas a través del enfoque

humanista, cognitivo y sociológico de la investigación. Desde esta nueva

perspectiva, la etnografía con un enfoque cualitativo de investigación social, sirve

como herramienta para llevar a cabo el trabajo investigativo mencionado.

2.3.1. La etnografía

Ahora bien, en términos generales tomamos la etnografía como un método de

investigación que conlleva exclusivamente a la recolección de datos en un espacio

real (en nuestro caso), allí el investigador actúa como informante intentando

recopilar todo aquello que, según su interés, sea pertinente sin dejar escapar

detalle alguno. “La etnografía, a mi criterio, presenta condiciones favorables para

contribuir a zanjar el hiato entre investigador y maestro, entre la investigación

educativa y la práctica docente, entre la teoría y la practica. El término deriva de la

antropología y significa literalmente ‘descripción del modo de vida de una raza o

grupo de individuos’. Se interesa por lo que la gente hace, cómo se comporta,

cómo interactúa”. (Woods, 1987,18).

Page 29: Lectura, escritura y valores

28

Asimismo, la etnografía sugiere no sólo la recolección de sucesos de manera

general, sino más bien, de forma descriptiva, en algunos casos exhaustivamente,

detallando las costumbres, acciones, en nuestro caso particular (investigativo); de

esta manera, el producto de la etnografía es la materia prima que da paso a la

reflexión en instancias ulteriores. “Los etnógrafos procuran cultivar todas esas

habilidades. No se trata, naturalmente, de que se propongan a escribir obras de

ficción, pues aquí interviene la ciencia para validar procedimientos y análisis. Sin

embargo, al tratar de representar formas culturales tal como las viven sus

protagonistas, su finalidad es común a la de ciertos novelistas”. (20).

Como el objetivo de esta investigación se ubica en el campo educativo,

consideramos pertinente citar la reflexión que Honorio Velasco hace sobre la

etnografía, ya que cumple con las características generales de nuestra

investigación.

“Una de las técnicas que utiliza la etnografía es el trabajo de

campo que, más que una técnica, es un conjunto de técnicas

en las cuales se asume que la mejor estrategia para el

análisis de los grupos humanos es establecer y

operacionalizar relaciones sociales con las personas que los

integran. El trabajo de campo no agota la etnografía, pero

constituye la fase primordial de la investigación etnográfica”.

(Velasco, 1997, 18)

Page 30: Lectura, escritura y valores

29

2.3.2. La recolección de datos

Los instrumentos de recolección permiten obtener datos de la realidad por medio

de los cuales se formulan los problemas de investigación. Un instrumento de

recolección de datos es, en principio, cualquier recurso que pueda utilizar el

investigador para acercarse a los fenómenos y extraer la información. En el caso

de nuestra investigación prevalece la observación, ya que sirve como medio a

través del cual nosotros (investigadores) nos convertimos en agentes informantes.

Dentro de la recolección de datos consideramos pertinente que el investigador se

comprometa a seguir dos requisitos científicos de acuerdo a los planteamientos

expresados por los autores Flores y Tobón, con el fin de obtener resultados

valiosos que posibiliten la investigación:

- Primero, delimitar el campo de estudio, absteniéndose por convención o

por método de discutir otras cuestiones. La precisión alcanzada en el

campo de estudio y posteriormente en el problema de investigación,

permite centrarse en cuanto a las preguntas, los procedimientos y los

resultados. Así, se está más cerca de producir ciencia en la medida en

que se controlan los diversos aspectos del proceso de investigación.

- Segundo, acumular en cada problema particular hechos de experiencia

o ahondar sus razonamientos hasta que se produzca el acuerdo sobre

las conclusiones en la respectiva comunidad científica o en su

colegiatura académica. Además, surgen aquí dos aspectos relevantes

que enmarcan estos requisitos, como primera instancia la exigencia de

delimitación y como segunda medida la exigencia de verificación. En

palabras de Flores y Tobón: “es posible señalar que los dos aspectos

más importantes en la investigación son la precisión y la capacidad para

validar los resultados recogidos”. (2003).

Page 31: Lectura, escritura y valores

30

2.3.3. La observación

Como es bien sabido, dentro del recorrido de esta investigación se ha considerado

la observación como un método funcional que se utiliza para recolectar los datos

necesarios y proceder con su estudio y análisis. Este planteamiento, nos hace

pensar que es a través de la observación como el investigador conoce el objeto

de la investigación en un medio natural y real, sin alterar la situación o creerse

parte de ella. En nuestro caso, se consideró el registro de la experiencia como

fuente inicial del conocimiento e instrumento primordial para la delimitación del

objeto de estudio.

Según Flores y Tobón (Cf. 2003), la observación debe responder a tres preguntas

fundamentales: ¿Qué observar?, ¿sobre qué? Y, finalmente; ¿cómo observarlo?

Con estas preguntas se alude a cuáles son los datos que necesita el investigador

para delimitar su objeto. La tarea de observar no puede reducirse a una mera

percepción pasiva de hechos, acciones o relaciones; debe ser, por el contrario,

activa; lo que significa en concreto un ejercicio encaminado a seleccionar,

organizar y relacionar los datos referentes al objeto de estudio.

Es por esto que, la fase de observación dentro de una investigación, se considera

un proceso de clasificación y selección de los datos recopilados, al tiempo que se

validan y articulan los diferentes registros para ir orientando la investigación. En

palabras del autor:

“En la fase exploratoria la observación comprende un

conjunto de observaciones por medio de las cuales los

criterios de análisis descritos se someten a la prueba de

los hechos al confrontarlos con los datos observables. En

Page 32: Lectura, escritura y valores

31

el transcurso de esta fase se registran numerosas

informaciones, las cuales se procesan en la etapa de

formulación de problemas y en la fase de validación del

marco teórico” (2003)

2.3.3.1. La observación participante

Tomando en cuenta que, los registros deben ser tan exactos como sea posible,

hicimos uso de una de las formas más apropiadas para este efecto: la observación

participante. Ésta permite desarrollar una indagación dentro del ambiente real sin

modificarlo, a la vez que, otorga espacios de interacción y comprensión de la

situación desde dentro y no como agente externo.

El estudio de los acontecimientos en este tipo de observación, requiere que el

entorno no se vea afectado directamente por el observador; una de las formas de

hacerlo posible, consiste en no permitir que las personas se sientan observadas,

es decir que, el investigador debe participar en ella como si se tratara de un

miembro más del grupo que realiza la acción: “La observación participante

permite registrar comportamientos no verbales y llegar a una comprensión más

íntima de las conductas de los miembros del grupo al cual se ha incorporado el

investigador”. (Briones, 2001).

Taylor y Bogdan (Cf. 1984, 50) mencionan tres actividades principales durante la

fase de observación, las cuales, adecuadas a una investigación como la nuestra,

quedarían expresadas de la siguiente manera: 1. Lograr que los participantes

sientan aceptación mutua; en nuestro caso, era fundamental que toda la

comunidad educativa nos acogiera amable y respetuosamente y viceversa. 2. Los

Page 33: Lectura, escritura y valores

32

datos fueron tomados al través de la observación participante y el registro

etnográfico. 3. Asimismo, las notas de campo fueron consignadas en un diario que

dio cuenta del proceso de observación y recopilación con las respectivas

reflexiones.

Page 34: Lectura, escritura y valores

33

2.4. LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA COMO PRÁCTICA INVESTIGATIVA

Teniendo en cuenta los cambios que al través del tiempo ha sufrido la educación,

se ha hecho evidente que el docente ya no sólo debe practicar su quehacer

pedagógico, sino que también le corresponde reflexionar sobre esa propia práctica

para evaluar y redefinir los principios que justifican y validan su profesión. Así que,

en breve, esta fue la perspectiva (investigativa) desde la cual asumimos la práctica

pedagógica.

2.4.1. El concepto de práctica

En educación, encontramos que el concepto de práctica alude tanto a una

actividad emprendida para adquirir determinadas capacidades y destrezas

(práctica docente) como a una actividad que demuestra que estas competencias y

destrezas ya se adquirieron (buena práctica). Sin embargo, algunas veces el

concepto de práctica se entiende en relación de oposición con la teoría: “Desde

este punto de vista, ‘práctica’ es todo lo que no es ‘teoría’. La ‘teoría’ se ocupa de

generalizaciones universales e independientes del contexto; la ‘práctica’ se refiere

a los casos particulares y dependientes del contexto. La ‘teoría’ trata de ideas

abstractas; la ‘práctica’, de realidades concretas”. (Carr, 1993). Entonces, dentro

de una visión integradora de las anteriores ideas, nuestra práctica buscó

articularse con la teoría para mediar el proceso de adquisición de destrezas como

docentes.

Page 35: Lectura, escritura y valores

34

2.4.2. La práctica pedagógica

En consonancia con lo anterior, uno de los objetivos de cualquier profesional

(docente) consiste en ser cada vez más competente en su oficio. “Esta mejora

profesional generalmente se consigue mediante el conocimiento y la experiencia:

el conocimiento de las variables que intervienen en la práctica y la experiencia

para dominarlas”. (Zabala, 2000). Es así como la esencia de la práctica

pedagógica responde a diversos factores institucionales y metodológicos; pues

permite a los practicantes conocer los medios y condiciones reales de su quehacer

profesional.

Para comprender la intervención pedagógica, hay que configurar un modelo, en el

que el aula se entienda como un universo con unos espacios, tiempos, recursos y

relaciones determinadas; en donde los procesos educativos tengan lugar. Así

pues, con el presente trabajo procuramos un acercamiento a lo sucedido en el

aula en la misma interacción de todos los elementos que intervienen en ella, ya

que pensamos que sólo así se pueden cualificar nuestros saberes y nuestro

quehacer.

2.4.3. La práctica investigativa

Así mismo, observamos que para enfrentar los desafíos generadores de nuevos

objetos y acontecimientos en el mundo, debemos estudiarlos a nivel institucional

dentro y fuera del aula de clase. Por tal motivo, si la educación además de instruir,

indaga buscando cualificarse, provocará transformaciones útiles para su progreso:

“la investigación pedagógica y educativa se convierte en estímulo para gestionar

Page 36: Lectura, escritura y valores

35

cambios y limitar las consecuencias no deseadas que puede provocar”. (Flórez y

Tobón).

Si el docente quiere transmitir un espíritu investigador, tiene que comenzar por ser

investigador. De manera que, uno de sus espacios de indagación, debe ser su

quehacer pedagógico que, además de permitirle crecer profesionalmente,

generará cambios interesantes con la población con la que trabaja.

En este sentido, Elliot (Cf. 2000) entiende al profesor no como un ser sistemático

con rutinas establecidas, sino como un ser que racionaliza y cuestiona su práctica,

porque para Elliot la intervención del profesor como práctica social, es un auténtico

proceso de investigación.

2.4.4. La práctica pedagógica como práctica investigativa

Para Elliot, la práctica pedagógica no debe responder a rutinas mecánicas que

des-profesionalicen la labor docente. Un profesional que no desarrolle habilidades

y competencias en su quehacer, limita sus posibilidades de solución al enfrenarse

a situaciones problema dentro o fuera del aula de clase.

El profesional de la educación no sólo debe reflexionar sobre su práctica sino que

también debe indagar sobre problemas que afecten su acción; en palabras de este

autor: “Mediante la reflexión y el diálogo es posible progresar en el desarrollo de

formas compartidas de comprensión de los conceptos y de los dilemas

contradictorios de la práctica”. (Elliot, 2000).

Page 37: Lectura, escritura y valores

36

De manera que la práctica profesional que realizamos y presentamos ahora, fue

aceptada como un proceso continuo de acción-reflexión-acción o reflexión en y

sobre la práctica, en donde como docentes cuestionamos nuestro quehacer e

investigamos diversas formas de asumir la práctica -entendida como un proceso

de constante cualificación- para mejorarla. Consecuentemente, siguiendo a Elliot,

podemos decir que la escuela, además de servir como centro de educación, se

transforma así, en centro de desarrollo profesional del docente; pues, es

precisamente allí, donde el profesor enseña y aprende a enseñar.

Page 38: Lectura, escritura y valores

37

3. CINCO PERSPECTIVAS DE LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA

Page 39: Lectura, escritura y valores

38

3.1. CONSTRUCCIÓN DEL SENTIDO LECTOR

--CCaarrllooss EEdd.. AAgguuiillaarr CC..--

3.1.1. PRESENTACIÓN

3.1.1.1. PROBLEMA

Hoy por hoy, desarrollar la habilidad de lectura es un designio que a diario

acompaña a los docentes, no sólo de Lengua Castellana sino de cualquier área

del conocimiento; puesto que, si bien la habilidad de lectura ha estado y está

asociada principalmente al trabajo de lengua castellana o letras, ésta también

debería encontrarse ligada a la facilitación de la comprensión, la comunicación y el

consiguiente desempeño en otras tareas que las personas se ven en la necesidad

de realizar como miembros de la sociedad. Es por eso que en muchos casos, el

desarrollo de la habilidad de lectura se convierte en un inconveniente tanto para

los docentes como para los estudiantes, ya que, por parte de los primeros no se

sabe orientar y se ve como un hecho instrumental; y por parte de los segundos, no

se llega a encaminar como un medio sino como un fin, sin llegar a descubrir su

verdadera utilidad.

Page 40: Lectura, escritura y valores

39

Entonces, en la presente sistematización de experiencias se exponen las

consideraciones frente al problema anteriormente puntualizado, a partir de las

reflexiones provenientes de las vicisitudes que un docente-practicante de

Licenciatura en lengua castellana, inglés y francés, obtuvo de su proceso de

práctica en lengua materna en los grados séptimo y octavo del ciclo de enseñanza

media.

Page 41: Lectura, escritura y valores

40

3.1.1.2. JUSTIFICACIÓN

Al observar la manera como se ha venido desarrollando en general la enseñanza

escolar, inmediatamente se hace evidente que ésta no ha dado resultados muy

alentadores; puesto que, para no ir muy lejos en descripciones, cuando los

conocimientos que se supone una persona ha comprendido y adquirido durante un

tiempo determinado y en un espacio limitado, demandan aplicación específica en

una tarea asociada a dicho saber, enigmáticamente desaparecen. Esto se debe

seguramente a diversos factores sociales que en este caso no voy a citar,

exceptuando uno, la concepción que la escuela ha alimentado al través de los

años de la comprensión, que en pocas palabras ha sido abordada como una

cuestión de productos y no procesos.

Asimismo, en materia de lengua castellana, la enseñanza tradicional ha traído

consigo una serie de inconvenientes para los actores que toman parte en dicho

proceso pedagógico; dentro de estos podemos listar como los más evidentes: la

separación de las habilidades lingüísticas necesarias -no sólo- para el área de

lenguas, la des-articulación de aquéllas con la competencia comunicativa, el flujo

de conocimientos no articulados a la vida diaria y futura, y el inconveniente más

penoso y seguramente consecuencia de los anteriores y otros más, el fracaso

escolar. Lo más grave del caso, es que los problemas citados han sido percibidos

como hechos que no tienen repercusiones, ya sea inconsciente o concientemente;

pero sobre seguro, desde la perspectiva que sea, es innegable que aquellos

inconvenientes se han transformado en consecuencias que marcan el porvenir de

los directamente afectados, los estudiantes, y de paso, sin desear imitar el

discurso de un megalómano, las sociedades a nivel general. Afortunadamente

este panorama está cambiando en la actualidad.

Page 42: Lectura, escritura y valores

41

Es así como frente a este horizonte, la habilidad de lectura es analizada en este

trabajo desde la perspectiva de la práctica pedagógico-investigativa, con el

propósito de establecer unas consideraciones frente a tal hecho que procuren una

mejoría en el quehacer docente, no sólo como ejercicio reflexivo de cualificación

del trabajo personal del autor de esta sistematización de experiencias, sino como

aporte para quien esté interesado en el tema en particular.

Además, en consonancia con lo anterior, este trabajo busca promover la

concienciación y la labor reflexiva, con respecto a la gran responsabilidad que

implica comprometerse a ocuparse como profesor de lengua; dado que

obviamente si se lograse este hecho, sin duda se causaría un cambio significativo

en el desarrollo de la enseñanza en la escuela. Cabe aclarar que con esto no

pretendo comprometer al profesorado de lengua castellana como responsable de

los inconvenientes citados, más bien procuro que los docentes caigamos en la

cuenta acerca de la utilidad de nuestra colaboración como tales, aun los de otras

áreas, y nos sintamos comprometidos desinteresadamente frente a dicho

problema.

Page 43: Lectura, escritura y valores

42

3.1.1.3. OBJETIVOS

3.1.1.3.1. General

Reflexionar alrededor de la práctica pedagógica realizada en el C.I.E.D. Francisco

de Paula de Santander, entorno a la enseñanza de la lectura.

3.1.1.3.2. Específicos

- Recuperar la experiencia vivida por medio de una narrativa de la práctica

pedagógica.

- Analizar la práctica pedagógica a la luz de las teorías que acompañaron la

misma y alimentaron su reflexión posterior.

Page 44: Lectura, escritura y valores

43

3.1.1.4. METODOLOGÍA

Además del conjunto metodológico destinado para obtener resultados en el

proyecto Lectura, Escritura y Valores, que ya fue descrito en el numeral 1.4 y al

cual esta sistematización de la experiencia llamada construcción del sentido lector

se adscribe; para proceder en este caso particular, igualmente se adecuó y utilizó

la siguiente secuencia, por supuesto sin obviar -sino integrar a las necesidades de

su autor- las fases expuestas en la metodología del proyecto Lectura, Escritura y

Valores. De manera que para llegar a sistematizar la experiencia, las cuatro fases

explicitadas en dicha metodología fueron asumidas y acondicionadas de la

siguiente manera.

En un primer momento, durante un año se realizó una observación con los

propósitos pedagógico-investigativos de identificar problemas y contribuir a la

formulación y delimitación grupal del proyecto (sin nombre en esos días por obvias

razones). Entonces, en un segundo momento se procedió a formular este último, a

partir del diagnostico general y la triangulación conjunta de los docentes-

practicantes; el producto, fue el lo que llamamos Lectura, Escritura y Valores. Así

mismo, dentro de los límites de dicho macro-proyecto, se planteó desde las

experiencias y acciones particulares de cada docente-practicante un micro-

proyecto de manera individual; en ese entonces, para el caso de quien hace esta

sistematización, se decidió trabajar la lectura reflexiva por medio de microrelatos y

cuentos cortos.

Seguidamente, como hubo algunas dificultades de diversa índole -explicadas en la

narración anexada (Anexo 1) de la sistematización de esta experiencia- para la

tercera fase, conocida como aplicación de la propuesta, decidí trabajar dentro de

la clase de Lengua Castellana la lectura desde la comprensión y el sentido, por

supuesto a partir de los contenidos tratados en la clase de Lengua Castellana.

Page 45: Lectura, escritura y valores

44

En último lugar, la fase final de la metodología general del proyecto, Análisis de

resultados, es el producto de la recuperación, reflexión, análisis y teorización de

las anteriores fases; y en palabras concretas, es el texto que usted se encuentra

leyendo, tanto al nivel de la sistematización de la experiencia (construcción del

sentido lector) como al nivel del proyecto (Lectura, Escritura y Valores).

Page 46: Lectura, escritura y valores

45

3.1.2. ANÁLISIS DE LA NARRACIÓN SUSTANCIAL DE LA EXPERIENCIA

En este apartado se analiza brevemente la narración realizada de la práctica

pedagógica (Anexo 1), con el objetivo de dar a conocer de manera sintética los

indicios provenientes de la misma, los cuales dieron origen y sustentan el trabajo

actual de sistematización de experiencias; asimismo, el lector encontrará útil este

análisis, dado que actúa como preámbulo para lograr una mejor representación de

las ideas que son expuestas inmediatamente en el numeral 3.1.3. Cabe aclarar

que las partes en cursiva y entre comillas provienen de la mencionada narración

de la práctica.

De manera que al analizar la narrativa de la práctica pedagógica realizada, se

observa que en esta experiencia particular, de alrededor de un año y medio de

duración, el punto de partida fue la delimitación del trabajo hecha por el grupo de

docentes practicantes e investigadores con el proyecto Lectura, Escritura y

Valores; el cual fue abordado particularmente en esta experiencia con la pregunta:

“¿Cómo enfocar la lectura y la escritura en la escuela?”. Subsecuentemente, el

relato permite ver que la práctica como hecho individual, comenzó caracterizada

por una desorientación total sobre el quehacer y una confusión sobre cómo

proceder en las clases, por ejemplo: “me fue asignado trabajar con los niños (...)

en biblioteca una vez por semana, lo acepté al no tener más alternativa, pero hoy

confieso que fue un acto experimental, sesión tras sesión improvisación, ensayo y

error; claro que también declaro que intenté llevarlo a cabo con responsabilidad.

No sabía como hacerlo, puesto que nunca he sido el mejor lector y mi formación

como orientador de literatura no fue la mejor”.

Sin embargo, la primera respuesta frente a la pregunta establecida y con respecto

a la desorientación evidenciada, fue la aparición de una inquietud con respecto al

concepto de comprensión: “noté que frecuentemente los contenidos de Lengua

Page 47: Lectura, escritura y valores

46

Castellana que se supone debían aprender los estudiantes no estaban siendo

realmente aprehendidos, comprendidos y/o aplicados por ellos; por el contrario,

sólo estaban siendo olvidados en el término de una jornada a la otra, (...) la

comprensión y significación que los alumnos les dan a los diversos saberes que

son dados en la escuela”. Entonces, al buscar luces con respecto a los hechos

relacionados con la comprensión, me remití a un autor que se ha ocupado de las

implicaciones de ésta, con el objetivo de tomar en cuenta sus aportes en mis

clases: “la profesora se preocupó más por la teoría que por la práctica significativa

para la vida, como diría Howard Gardner en La Mente No Escolarizada, la

actividad planteada propendía a una comprensión intuitiva y no una comprensión

genuina”. En ese momento de la práctica, mi pregunta se había transformado en:

“¿cómo enfocar la lectura comprensiva y significativa en el 803?”. Así que mis

esfuerzos por encontrar respuestas poco a poco enfocaban tanto mi práctica

pedagógica como la investigativa.

A continuación, tomando en cuenta los avances ya realizados encontré otro autor

que complementaba mi recientemente adquirida concepción de comprensión

dirigida hacía la lectura: “Con esta forma de proceder, además de pretender

trabajar integralmente temas como los Diarios, el Descubrimiento de América y las

primeras letras, intenté proponer el trabajo de relatos desde la concepción de

estos como facilitadotes de la lectura desde el sentido, la cual fue una idea que

dentro de mi búsqueda de respuestas pedagógicas y disciplinares por esos días

heredé de Cassany en Enseñar Lengua”. A la sazón de esto, asumí la lectura

basada en el sentido para mis clases desde las ideas que dicho autor lista, en

conjunto con los aportes de Gardner sobre la comprensión. Asimismo, el trabajo

de Cassany propone el desarrollo de las habilidades lingüísticas -en particular la

lectura y eventualmente la escritura- de forma comunicativa, lo cual fue un hecho

que en lo posible intente tomar en cuenta.

Page 48: Lectura, escritura y valores

47

De la misma manera, a lo largo de la narrativa de la práctica pedagógica se

observa que el trabajo de lectura con micro-cuentos y relatos cortos fue constante

y actuó como una herramienta útil que mediaba la brecha entre la literatura y la

lectura; aunque, al finalizar la práctica se observa que no fue un elemento

determinante para desarrollar la práctica y su subsiguiente sistematización: “Por

un lado, puesto que por aquellos días mi idea era aplicar mi parte correspondiente

a “Lectura, Escritura y Valores” desde el trabajo axiológico con micro-relatos y

cuentos cortos, lo cual realmente no se pudo; creo que porque sencillamente la

situación me llevó a ampliar y enfocar mi visión en cualquier tipo de relato para

poder desarrollar las clases, eso sí, jamás olvidé –y aún no olvido- los tipos de

textos citados arriba, ya que como fue presentado anteriormente procuraron

resultados en otras etapas. Por el otro lado, así como reconozco mis faltas e

impotencia, me veo en la obligación de aclarar que el otro factor que no me

permitió aplicar mi propuesta como la concebí en un comienzo, y seguramente

dificultó su desarrollo durante su evolución, fue el que la docente sugería desde su

perspectiva llevar las clases en cierta forma análoga a la suya, cuestión que sólo

hacía más difícil el trabajo, dado que chocaba algunas veces con mi concepción

del quehacer docente y la orientación de clases”.

Casi al finalizar la práctica, creo que encontré una verdadera propuesta sobre la

cual hacer un trabajo de sistematización, construida a partir de los aciertos y los

desaciertos del día a día y el diálogo con diversas posturas teóricas. Es así como

al terminar la narrativa se puede inferir que la pregunta que evolucionó al través

del proceso de práctica, alcanza un nivel considerable de resolución con la

siguiente proposición: la lectura puede ser abordada de forma comprensiva y

significativa desde el sentido que los estudiantes construyen a partir de su

interacción con un texto particular. Entonces, para finalizar este apartado, sólo me

queda sugerir al lector remitirse a la narrativa anexada de la práctica para

encontrar más evidencias de los hechos arriba citados.

Page 49: Lectura, escritura y valores

48

3.1.3. SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA: CONSTRUCCIÓN DEL

SENTIDO LECTOR

A continuación, luego de acercar al lector al tema y de presentar de forma somera

el contenido de la presente experiencia pedagógica-investigativa, se muestra de

manera detallada la aludida sistematización de experiencias, la cual se basa,

como ya se ha aclarado, en el análisis de las experiencias exhibidas en dicha

narración de cara, tanto a algunas consideraciones teóricas que aparecieron

durante y mediaron el proceso de práctica pedagógica-investigativa, como frente a

otras consideraciones que emergieron luego de dicho proceso y que son producto

del análisis actual conjunto de estos hechos. Si el lector desea obtener más

detalles del proceso de práctica pedagógica citado en múltiples ocasiones, puede

consultar el anexo 1 denominado “Crónica de las interminables jornadas en un

ciclo”.

De manera que la sistematización de la experiencia expuesta a continuación,

pretende poner en común algunos planteamientos a tener en cuenta para

encausar la construcción del sentido del lector.

3.1.3.1. Categorización de los elementos dominantes en el relato

Secuencialmente, ahora aparecen las categorías emergentes que surgieron en la

práctica pedagógica, se hicieron recurrentes y confluyeron en la narrativa de la

experiencia; y por lo tanto, en este trabajo investigativo son el objeto de reflexión

sobre la práctica que hace posible su sistematización.

Page 50: Lectura, escritura y valores

49

3.1.3.1.1. La comprensión

Durante los primeros meses de práctica pedagógica e investigativa, como lo

muestra la narración, dentro del limbo que en esos días era el trabajo como

docente-practicante y tomando en cuenta que como tal no sabía qué camino

asumir frente al trabajo sobre lectura y escritura que me era exigido, opte por

buscar señales en las palabras de los libros de diversos autores relacionados con

el tema. Entonces, tal vez de manera fortuita en medio de dicha búsqueda, mis

reflexiones me llevaron a preguntarme acerca de lo que la comprensión es en la

escuela y lo que debería ser en ésta; ya que este concepto es constantemente

mencionado por los maestros (no sólo de Lengua Castellana) y desde sus

diversas concepciones, apoya o interrumpe el desarrollo de los estudiantes y las

clases.

De manera que en esta sistematización las ideas de comprensión que se trabajan,

provienen de los planteamientos de H. Gardner en La mente no escolarizada,

especialmente durante los años de la adolescencia. Hoy en día pienso que el

identificarme con este autor fue producto de que él exponía un panorama similar al

que yo estaba presenciando en ese momento. Frente a este respecto me referiré

más adelante en el apartado 3.1.3.2.1.

3.1.3.1.2. Lectura basada en el sentido

Consecuentemente durante los días de práctica, continué buscando luces en

algunas teorías que colaborasen en el desarrollo del trabajo (Lectura, Escritura y

Valores) que debía desarrollar. Es importante aclarar que una vez consultadas las

Page 51: Lectura, escritura y valores

50

implicaciones acerca de la comprensión de Gardner, mi búsqueda continuó

tomando en cuenta dichos planteamientos. Fue así como luego de consultar

algunos autores, encontré en Enseñar Lengua de Daniel Cassany, algunas

respuestas a la preocupación que me inquietaba, entre ellas la lectura desde el

sentido y el carácter comunicativo de las clases de lengua en la actualidad.

Asimismo, un hecho relevante que no puede dejarse sin mencionar, dado que

nutrió la concepción que re-construí de lectura desde el sentido y la comprensión,

es el trabajo con micro-relatos y cuentos cortos; el cual, si bien no es el objeto de

este trabajo está implicado, al ser recurrentemente como elemento que colaboró

para desarrollar una buena cantidad de las clases de Lengua Castellana y gran

parte del trabajo necesario con valores.

3.1.3.1.3. Lectura desde el sentido con “La lectura desde el sentido”

Casi en la fase final de la práctica pedagógica-investigativa a partir de las dos

categorías anteriormente explicitadas, surgió la necesidad de dilucidar lo que

realmente la lectura desde el sentido significaba; ya que de forma inocente -y poco

consecuente con mi consulta de la comprensión que en un primer momento

iluminó mi propuesta- siempre tuve en cuenta las características la lectura desde

el sentido expuesta por Cassany, pero de manera literal y al margen de otras

teorías que ampliasen sus alcances. Es decir, como investigador me vi obligado y

procuré hacer un ejercicio de lectura desde el sentido con “la lectura desde el

sentido”, tratando de salir de la concepción instrumental del saber para descifrar el

papel de la semiótica y la significación en la lectura. Es así como al consultar

diversas fuentes, decidí remitirme a un teórico que ha trabajado la cooperación

textual; entonces, Lector in Fábula de Umberto Eco, apareció para procurar

Page 52: Lectura, escritura y valores

51

solucionar la necesidad de explicaciones entorno a la lectura que surgió al final de

la sistematización de la experiencia.

Page 53: Lectura, escritura y valores

52

3.1.3.2. Análisis de la experiencia frente a la teoría, “La construcción del sentido

lector”.

Una vez trazada la anterior categorización, a continuación puntualizaré los

aspectos que en la práctica trabajé a la luz de las teorías de los autores que

guiaron ésta y contribuyeron a la reflexión sobre la misma. Así que en primer

lugar, me voy a referir a la concepción de la comprensión en la escuela y la

enseñaza para la comprensión como ideas que delimitaron el trabajo de lectura

realizado; en seguida, voy a detallar la concepción de lectura (basada en el

sentido) que articulé al marco de la comprensión; y finalmente, voy dar a conocer

algunas ideas de la cooperación interpretativa de textos que considero son clave

para llevar más allá la concepción de la lectura desde el sentido y la comprensión.

3.1.3.2.1. Acerca de la comprensión

Como ya se ha aludido en múltiples ocasiones en esta sistematización de

experiencias llamada “construcción del sentido lector”, el concepto que permitió

iniciar el desarrollo de la práctica pedagógica y por ende su ulterior

sistematización, fue el de la comprensión en la escuela; el cual surgió como

respuesta al interrogante de cómo abordar de forma significativa para los

estudiantes, los contenidos, la lectura y la escritura en la clase de lengua

castellana.

Fue así como luego de algún tiempo, la comprensión fue abordada desde la

concepción que Howard Gardner (co-director del Proyecto Cero de Harvard que

investiga la enseñanza para la comprensión) presenta en su libro La mente no

Page 54: Lectura, escritura y valores

53

escolarizada, donde a grandes rasgos se sustenta la comprensión en la escuela

como un acto participativo (no instructivo) llevado a cabo por cada uno los actores

que toman parte en los procesos de orientación, comprensión y aprendizaje.

Asimismo, la comprensión es vista allí como posibilitadora de aplicación de

saberes en disímiles situaciones -asociándola al concepto de competencia- y

posibilitadora del desempeño “exitoso” actual y futuro de los individuos -ligándola

al desarrollo cognitivo de cada sujeto-, a este respecto Gardner alude: “Algunas

veces los estudiantes que no pueden ser aceptados según las medidas habituales

de competencia, manifiestan un dominio y comprensión significativos cuando los

mismos se han obtenido de un modo diferente, más apropiado”. (Gardner, 1991,

29).

Pero antes de avanzar más en la descripción de las cualidades de la comprensión,

definamos ésta en palabras de otro de los co-directores del Proyecto Cero de

Harvard, David Perkins, el cual se inscribe y aporta al trabajo realizado por

Gardner para enriquecerlo: “En pocas palabras comprender es la habilidad de

pensar y actuar con flexibilidad a partir de lo que uno sabe. Para decirlo de otra

manera, la comprensión de un tópico es la ‘capacidad de desempeño flexible’ con

énfasis en la flexibilidad”. (Stone, 1999, 70). Entonces, a partir de lo anterior,

podemos decir que la comprensión, además de ser asunto de dominar diversos

saberes, es una cuestión en la que se requiere pensar y actuar más allá de la

memorización y el pensamiento y la acción rutinaria; es pues, desempeñarse

exitosamente aplicando el conocimiento de maneras novedosas (flexiblemente) en

heterogéneas situaciones.

En consonancia con lo explicitado, según Gardner (Cf. 1991, 17-34), la

comprensión educativa puede ser caracterizada por tres clases de resultados

producto de tres perspectivas de la comprensión, éstas son: la comprensión

intuitiva, la comprensión memorística y la comprensión genuina; donde cada una

Page 55: Lectura, escritura y valores

54

de ellas busca un nivel de comprensión más “auténtico” o profundo2. Para explicar

estas ideas, Gardner asocia estas tres perspectivas a tres personajes que las

caracterizan. En primer lugar, la comprensión intuitiva, que es asociada al

aprendiz intuitivo, ingenuo o natural; que como un niño en sus primeros años de

vida conoce el mundo intuitivamente a partir de sus capacidades humanas

naturales, pero por sus limitaciones neurobiológicas y debido a la

convencionalidad de los sistemas simbólicos pre-establecidos, le es difícil asumir

las posturas de lo científicos (especialistas) y dar a conocer sus percepciones; y

por el contrario, cada hecho lo explica utilizando su capacidad imaginativa

(intuitiva) al margen de la de la comprobación y la realidad cuestionada. Además,

el aprendiz intuitivo no relaciona los aprendizajes de la escuela con el quehacer

diario.

Consecutivamente, en segundo lugar aparece la comprensión memorística, la cual

se relaciona al aprendiz escolar o al estudiante tradicional, puesto que estos

intentan dominar conceptos y habilidades disciplinares, pero mecánicamente

(memorísticamente) responden a los saberes de manera poco práctica y útil en

situaciones distintas a las ya experimentadas. Asimismo, este aprendiz tradicional

ve la utilidad de los saberes en las calificaciones obtenidas y al mismo tiempo le

parece incuestionable el saber ya establecido.

En tercer lugar, la comprensión genuina (disciplinar o auténtica) se asocia a la

labor realizada por un experto disciplinar, ya que esta persona puede mostrar su

maestría de modos múltiples y flexibles por medio del dominio conceptual,

simbólico y teórico-práctico de los saberes; es decir tiene esa capacidad de

desempeño flexible. “Dichos resultados se presentan cuando los estudiantes son

2 Las tres perspectivas de la comprensión escolar citadas (intuitiva, memorística y genuina), también aparecen en otros trabajos de Gardner u otros miembros del Proyecto Cero de Harvard, clasificadas como cuatro niveles de comprensión: ingenua, de principiante, de aprendiz y de maestría. Si bien estas ideas también son tomadas en cuenta como equiparables a las expuestas en esta sistematización, para estudiarlas con más detalle consultar: STONE, Martha. La enseñanza para la comprensión: vinculación entre la investigación y la práctica. Paidós; Buenos Aires, 1999.

Page 56: Lectura, escritura y valores

55

capaces de adquirir información y habilidades que han aprendido en la escuela en

otros ámbitos y aplicarlas con flexibilidad y de un modo apropiado a una situación

nueva y, por lo menos, un tanto imprevista”. (Gardner, 24)

Algo importante que podemos asociar a la comprensión genuina, es el hecho que

resaltan Boix Mansilla y Gardner, al presentar dos alcances posibles de las

comprensiones flexibles (ambas genuinas); a saber, una comprensión de aprendiz

y una de maestría. Donde en la primera, “La construcción del conocimiento se ve

como una tarea compleja, que sigue procedimientos y criterios que son

prototípicamente usados por expertos. Con apoyo, los desempeños en este nivel

iluminan la relación entre conocimiento disciplinario y la vida cotidiana,

examinando las oportunidades y las consecuencias de usar este conocimiento”.

(Stone, 239). Para el caso de la segunda clase de comprensión genuina, la de

maestría, hallamos que:

En este nivel, los alumnos son capaces de moverse con flexibilidad

entre dimensiones, vinculando los criterios por los cuales se

construye y se convalida el conocimiento en una disciplina con la

naturaleza de su objeto o los propósitos de la investigación en el

dominio. La construcción del conocimiento se ve como una tarea

compleja, impulsada por marcos y cosmovisiones a menudo

enfrentados y que surge como consecuencia de la argumentación

pública dentro de comunidades de profesionales en diversos

dominios. (241).

Entonces, tomando en cuenta los anteriores aportes, vemos que estas dos

perspectivas de la comprensión genuina revelan usos flexibles de los

conocimientos, al asociarlos a la incertidumbre de la flexibilidad; pero lo que erige

un umbral entre las dos, en breve, es el grado mayor de escepticismo frente a los

saberes propios y ajenos y el uso más creativo e interdisciplinar de los

Page 57: Lectura, escritura y valores

56

conocimientos de la segunda (comprensión de maestría) sobre la primera

(comprensión de aprendiz).

3.1.3.2.2. La comprensión con respecto a la lectura

Así que en pocas palabras, asumiendo hasta aquí los párrafos anteriores

encontramos que, gracias a las descripciones dadas, el nivel de comprensión

genuina y de maestría caracterizado por el uso flexible de los conocimientos en

contraposición a los otros niveles explicitados, es el que deberían buscar las

orientaciones de los maestros en la escuela. En lo que respecta a mi experiencia

de práctica pedagógica, debo decir que lo explicitado arriba fue lo que procuré

aplicar en mis clases de lengua castellana como producto de la reflexión en la

práctica; pero con poco agrado, debo reconocer que no pude llegar más allá que

de las limitaciones de las comprensiones memorísticas y, en contados casos

excepcionales, de las puertas de las comprensiones genuinas de aprendiz. Es por

eso que a continuación, mientras expongo un par de elementos que considero

determinantes, gracias a este momento de reflexión sobre la práctica, aparecen

las razones de tal hecho.

De manera que el elemento que claramente limitó (no impidió) mi labor, además

de la inexperiencia y otros hechos ya establecidos en los numerales precedentes

de esta experiencia, fue la falta de un marco que organizara y mostrara los

contenidos y temas asociados del área en cuestión para planear modos de

proceder y actividades para desarrollar las clases de mejor manera. Observando

este inconveniente, creo que para solucionarlo debería haberse tomado en cuenta

dos cuestiones para haber obtenido resultados más favorables. Por un lado, desde

la perspectiva de la práctica pedagógica, pienso que debería haberse acordado en

Page 58: Lectura, escritura y valores

57

conjunto con la docente titular, para tomar ventaja de su experiencia y no pasar

por encima de su jurisdicción, una lista exhaustiva de los contenidos para abordar

en clases (planeación de ejes temáticos), ya que esta labor nunca se logró a

cabalidad, y por el contrario, los temas para tratar aparecían durante el término de

una sesión de clase a otra; hecho que además de limitar el propender en beneficio

de la construcción de procesos, obviamente obstaculizaba la comprensión tan

anhelada.

Por el otro lado, creo que para haber conseguido dicho marco organizativo, desde

la perspectiva de la práctica investigativa personal, debería haberse asumido el

tema de la comprensión en la escuela y la enseñanza para la comprensión, como

una tarea más comprometida con la práctica y menos con la teoría como un fin en

sí misma, pues, la lectura hecha en aquel entonces de estos preceptos fue

ciertamente intuitiva.

Entonces, al momento de la reflexión sobre la práctica, como alternativa para

afrontar dichos inconvenientes, sugiero, además de las reflexiones propias y

aportes de terceros establecidos hasta este punto, la concienciación sobre la

aplicación de las cuatro dimensiones de la comprensión3 en la escuela de las que

hablan Boix, Gardner y en general los miembros del Proyecto Cero de Harvard; a

saber, dimensiones de: conocimiento, métodos, propósitos y formas. Desde mi

perspectiva, para este caso las cuatro dimensiones de la comprensión pueden

brindar un marco organizativo válido para el dominio específico de la lectura;

puesto que sobre dicho marco se puede trabajar la evaluación de la comprensión

(genuina) desde la valoración de la planeación y la ejecución de las clases. El

3 Para ampliar esta visión consultar: STONE, Martha. La enseñanza para la comprensión: vinculación entre la investigación y la práctica. Buenos Aires : Paidós, 1999. p. 215 - 256. Asimismo, estudiar: BAQUERO, Pedro y RUIZ, Héctor. La enseñanza para la comprensión : una visión integradora de los fundamentos y estrategias de la enseñanza. En : Actualidades pedagógicas. No. 46 (Enero – Junio. 2005); p. 75-83. ISSN 0120-1700.

Page 59: Lectura, escritura y valores

58

siguiente cuadro sintetiza estas ideas por medio de una serie de criterios

discriminados en cada una de las dimensiones.

Conocimiento Métodos Propósitos Formas

A. Creencias intuitivas transformadas

¿En qué medida muestran los desempeños de los alumnos que teorías y conceptos garantizados del dominio han transformado las creencias intuitivas de los alumnos?

A. Sano escepticismo ¿En qué medida despliegan los alumnos un sano escepticismo hacia sus propias creencias y hacia el conocimiento de fuentes tales como sus libros de texto, las opiniones de la gente y los mensajes de los medios de comunicación?

A. competencia de los propósitos del conocimiento ¿En qué medida ven los alumnos las cuestiones, los objetivos y los intereses esenciales que impulsan la investigación en el dominio?

A. Dominio de los géneros de realización

¿En qué medida despliegan los alumnos dominio de los géneros de desempeños en los que se comprometen, tales como escribir informes, hacer presentaciones o preparar el escenario de una pieza?

B. Redes conceptuales ricas y coherentes ¿En qué medida son capaces los alumnos de razonar dentro de redes conceptuales ricamente organizadas, moviéndose con flexibilidad entre detalles y visiones generales, ejemplos y generalizaciones?

B. Construir conocimiento en el dominio ¿En qué medida usan los alumnos estrategias, métodos, técnicas y procedimientos similares a los usados por profesionales del dominio para construir un conocimiento confiable?

B. Usos del conocimiento ¿En qué medida reconocen los alumnos una variedad de usos posibles de lo que aprenden? ¿En qué medida consideran los alumnos las consecuencias de usar su conocimiento?

B. Uso efectivo de sistemas de símbolos ¿En qué medida exploran los alumnos diferentes sistemas para representar su conocimiento de maneras efectivas y creativas, por ejemplo, usando analogías y metáforas, colores y formas o movimientos?

C. Validar el conocimiento en el dominio ¿Dependen la verdad, lo bueno y lo bello de afirmaciones autorizadas, o más bien de criterios públicamente aceptados como usar métodos sistemáticos, ofrecer argumentos racionales, tejer explicaciones coherentes y negociar sentidos por medio de un diálogo cuidadoso?

C. Buen manejo y autonomía ¿En qué medida evidencian los alumnos buen manejo y autonomía para usar los que saben? ¿En qué medida han desarrollado los alumnos una posición personal alrededor de lo que aprenden?

C. Consideración de la audiencia y el contexto ¿En qué medida demuestran los desempeños de los alumnos una conciencia de los intereses, necesidades, edades, maestría o antecedentes culturales de la audiencia? ¿En qué medida demuestran conciencia del contexto de comunicación?

(Tomado de: Stone, 1999, 244-245).

De manera que dando un repaso a esta propuesta de cara a la clase de lengua

castellana y específicamente en lo que respecta a la habilidad lingüística de

lectura, encontramos que esta última desde cada dimensión debe posibilitar:

1. Desde la dimensión del conocimiento (o contenido), la lectura debe ser facilitara

del desarrollo del pensamiento crítico sobre lo que dice un texto; en otras

palabras, es la que debe hacer dudar de la veracidad y nivel de ficción de lo

que propone un autor.

Page 60: Lectura, escritura y valores

59

2. En la dimensión de los métodos, la lectura da criterios para re-construir el

sentido articulado de la lectura, al tiempo que permite observar el conocimiento

como negociable desde unas estrategias particulares de adquisición.

3. A partir de la dimensión de los propósitos, la lectura es un instrumento que da

acceso a otras perspectivas, partiendo de que cada saber tiene una utilidad y

aplicabilidad sin ser un fin en sí mismo. Es el que responde la pregunta ¿Para

qué me sirve, cuándo y dónde?

4. Desde la dimensión de las formas (de comunicación), la lectura es la mediadora

de los procesos de comunicación e interpretación (de co-operación entre el

lector y el texto). Es la evaluadora de la correcta utilización del código a partir

de su relación con un lector modelo4 y contexto particular de lectura.

Ahora bien, sintetizando las visiones de Gardner, Boix y Perkins, los saberes en la

escuela deben estar encaminados a promover la flexibilización, los múltiples

modos de representación y la búsqueda de comprensiones genuinas. De manera

que articulando esta concepción de la comprensión, claramente ligada al

desempeño, con el trabajo de práctica pedagógica realizado –partiendo del breve

análisis expuesto en el numeral 3.1.2. (Análisis de la narración sustancial de la

experiencia) y tomando en cuenta la narrativa anexa (Crónica de las interminable

jornadas en una etapa)- podríamos decir que los anteriores planteamientos

sustentan y llevan más allá la visión intuitiva de cómo abordar la lectura que

manejé durante la práctica pedagógica, y además, se hace evidente que

responden a la pregunta que me planteé en múltiples ocasiones, ¿cómo enfocar la

lectura de forma comprensiva y significativa?

La lectura desde esta perspectiva debe propender a mejorar en los alumnos, no

sólo sus habilidades lingüísticas de lectura -y escritura, puesto que ésta se asocia

directamente a aquélla- sino también sus habilidades comunicativas del canal

escrito. Es por lo anterior que afirmo que en general los estudiantes con los que 4 Las ideas de cooperación textual y lector modelo mencionadas son tratadas en el apartado 3.1.3.2.6.

Page 61: Lectura, escritura y valores

60

trabajé lograban comprensiones memorísticas, puesto que... Por otro lado, los

estudiantes menos interesados lograban comprensiones intuitivas... y un pequeño

grupo lograba aproximaciones a comprensiones genuinas de aprendiz, por

ejemplo cuando los contenidos de la clase de lengua castellana pasaban los

límites del área y se hacían útiles en el trabajo de otras clases.

Un hecho significativo a tomar en cuenta en situaciones como ésta, que

infortunadamente durante el proceso de práctica como docente-practicante no

consideré a cabalidad, es el asunto de que no todos los seres humanos

aprendemos de la misma forma sino partiendo de diversos modos de representar,

comprender, adquirir el saber y obtener resultados; en otras palabras, las

inteligencias múltiples. A la sazón de esto, al marco de la comprensión podemos

agregar: “Según este análisis, todos somos capaces de conocer el mundo a través

del lenguaje, del análisis lógico-matemático, de la representación espacial, del

pensamiento musical, del uso del cuerpo para resolver problemas o hacer cosas,

de una comprensión de los demás individuos y de una comprensión de nosotros

mismos”. (Gardner, 1991, 27) Es así como gracias a esto, podemos afirmar que se

puede ser un experto disciplinar de diversas maneras y que los individuos que van

a la escuela se diferencian, no sólo por una serie de experiencias personales

únicas, sino por la intensidad en que estas maneras de conocer el mundo se

manifiestan en cada uno. Sin duda, esto es lo que hace que cada ser comprenda

en la escuela de una manera particular y que la comprensión sea un hecho ligado

tanto a la capacidad de desempeño flexible como a la interpretación (elucidación)

individual; por lo que a mi parecer tomar este aspecto en cuenta es preponderante

para lograr comprensiones (genuinas).

En el caso particular de esta sistematización de experiencias, en la que se resalta

el papel que juega la facilitación de la comprensión para los estudiantes sobre la

habilidad lingüística de la lectura y, eventualmente, de la escritura; el siguiente

paso en este trabajo fue el de encontrar una forma de articular la comprensión a

Page 62: Lectura, escritura y valores

61

las tareas desarrolladas en la clase de lengua Castellana, por lo que a

continuación presento la visión de la lectura desde el sentido, la cual pienso es útil

para lograr acercamientos significativos a la mejora de las habilidades de lectura

desde la construcción del sentido.

3.1.3.2.3. La lectura basada en el sentido

Una vez establecidas las implicaciones acerca de la comprensión, durante el

proceso de práctica pedagógica mi búsqueda continuó tomando en cuenta la

delimitación indicada por dichos planteamientos, razón por la que procuré

encontrar una perspectiva de cómo abordar la lectura en el aula de manera

comprensiva y útil para el desarrollo de las habilidades lingüísticas del canal

escrito, en la que se propendiese por la lectura significativa para los estudiantes.

Es importante aclarar que durante el proceso de práctica pedagógica había

decidido, con base en los hechos registrados y cursados, que mi trabajo

enfatizaría el trabajo de lectura prioritariamente, claro está que procurando que

ésta respaldara la labor con la escritura. Además, dentro de esta perspectiva

comprensiva y significativa de las habilidades escritas, procuré no dejar el

desarrollo lingüístico al margen de la competencia comunicativa.

Por las anteriores razones, la segunda postura teórica que consulté y asumí como

ayuda para desarrollar mi práctica pedagógica fue la que el especialista en

enseñanza de lenguas Daniel Cassany, presenta en conjunto con Martha Luna y

Glòria Sanz en su libro Enseñar Lengua; particularmente en lo que respecta al

aprendizaje de la lectura. Así pues, seguidamente se hace referencia con respecto

a las consideraciones que del texto mencionado tomé en cuenta para el desarrollo

de la lectura desde la comprensión y el sentido.

Page 63: Lectura, escritura y valores

62

Para ilustrar la contraposición que me ayudó a avanzar en mi práctica pedagógica,

desde una serie de ideas claras de cómo enfocar la lectura y la escritura, a

continuación es presentado un instrumento que se encuentra en dicho libro, en el

que se hace un paralelo entre dos visiones generales de enseñar a leer y escribir;

una basada en el código -con un matiz tradicional y centrado en el rol del docente

en el aula- y otra basada en el sentido, acorde a las posturas pedagógicas

contemporáneas y la participación actual del estudiante que se propone.

BASADOS EN EL CÓDIGO BASADOS EN EL SENTIDO

- antes de aprender a leer el niño tiene que aprender a descifrar;

- el niño es un lector desde el principio;

- el maestro es transmisor de conocimientos;

- el maestro es un “facilitador” y un guía;

- el aula es la única agrupación de alumnos; - el tratamiento es individualizado; - el niño debe repetir memorizar; - el niño debe explorar, formular hipótesis y

verificar el sentido del texto; - la comprobación del aprendizaje se realiza mediante la oralización del escrito;

- la comprobación del aprendizaje se realiza mediante la comprensión lectora;

- el aprendizaje de la lectura y la escritura es simultaneo;

- el aprendizaje de la escritura es normalmente posterior al de la lectura;

- la base material para el aprendizaje es un manual;

- la base material para el aprendizaje es un conjunto de textos significativos;

- el “producto de la lectura” es centro de interés del aprendizaje;

- el “proceso” de lectura es el centro de interés del aprendizaje;

- el proceso se hace por etapas: primero aprendizaje de las correspondencias sonido grafía, y después acceso al sentido mediante la oralización;

- se observa el proceso de descubrimiento y se sistematizan procedimientos de lectura rápida.

- la rapidez y la precisión son fundamentales;

- la comprensión se exige y se evalúa, pero no se enseña.

(Tomado de: Cassany, 1994, 44-45).

Entonces, una vez socializado este instrumento en el que de manera sencilla

quedan expuestas las bases que me permitieron asumir una postura frente a la

responsabilidad de orientar la lectura y la escritura en la clase de Lengua

Castellana; puedo decir que la razón más evidente que me llevo a tomar en cuenta

su contenido fue el paralelo que se hace entre dos enfoques de la lectura.

Page 64: Lectura, escritura y valores

63

Me atrevo a decir que en el primer tipo de lectura (basada en el código), la

preocupación del docente no es más que la de enseñar la lectura fonética y poco

ventajosa para el estudiante en su porvenir, puesto que este enfoque sólo entrega

a las personas las bases de cómo decodificar grafemas pero no promueve la

interpretación de propósitos y mensajes en los mismos. Por el contrario, en el otro

tipo de lectura (basada en el sentido) el docente es un orientador y promotor de la

lectura comprensiva, la cual evidentemente -si se lleva a cabo de manera cabal-

es significativa para el alumno y le sirve como un instrumento para cultivarse,

acceder a otros saberes, expresarse y mejorar su comunicación; “En el segundo

caso, la primera parte del proceso se da por finalizada cuando el alumno se sirve

de la lectura como un instrumento. El punto final es diferente para cada alumno,

pero no debería situarse más allá de la educación primaria”. (Cassany, 1994, 45).

En este punto me parece pertinente aclarar dos cosas. En primer lugar, si bien la

información consignada en este paralelo se refiere principalmente a la enseñanza

temprana de las habilidades de lectura y escritura, pienso que la segunda

perspectiva (la basada en el sentido), continúa vigente durante el largo proceso de

desarrollo de las mismas, puesto que es una herramienta lingüístico-comunicativa

que evoluciona y crece con los individuos, de acuerdo las necesidades que ellos

tengan de la misma y al uso que le den.

En segundo lugar, es preciso mencionar que con la presentación de la ideas de

Cassany y mi interpretación sobre la mismas, no busco expresar que tomándolas

en cuenta cualquier trabajo está hecho; no, se debe saber que éstas son un

eslabón más en la cadena de sucesos que medió mi práctica pedagógica y por lo

tanto son la parte de un todo compuesto por la teoría y la práctica, los contenidos

del área y las actividades, los estudiantes y el docente, la acción y la reflexión, y la

experiencia narrada y el contexto; es por eso que si se desarticulan de todos estos

aspectos estos planteamientos y los demás que conforman esta sistematización

de experiencias perderían su sentido real.

Page 65: Lectura, escritura y valores

64

3.1.3.2.4. La comprensión en la escuela y la lectura desde el sentido

Para realizar la articulación de las teóricas citadas en los dos apartados

precedentes, partamos de la siguiente afirmación que Cassany hace, con el

propósito de cruzar las perspectivas teóricas: “Entre los diversos estudiosos del

tema existe acuerdo al afirmar que leer es comprender un texto. Otra cosa es

saber cómo se alcanza dicha comprensión”. (44). Para tal caso, la señalada

comprensión procuró ser alcanzada tomando en cuenta la perspectiva de la

comprensión en la escuela y la enseñanza para la comprensión de los miembros

del Proyecto Cero de Harvard, y sobre la base del método de trabajo de lectura

basada en el sentido de Cassany.

Entonces, ya aclarado esto, lo que estas posturas teóricas buscaron al articularse

en la clase de lengua castellana, fue dar al estudiante la posibilidad de encontrar

puntos de acceso flexibles a la interpretación y construcción de la lectura y la

escritura, en los que él participase y pasase a ser un agente activo en la mejora de

sus habilidades lingüísticas escritas (receptivas y productivas) en beneficio de la

comprensión genuina (útil en otras situaciones) y sin dejar al margen la utilidad de

éstas para el avance de la competencia comunicativa. Citando a Gardner cuando

él se refiere a la comprensión en la adolescencia: “Debería ser evidente que el uso

de múltiples puntos de acceso puede ser un poderoso instrumento para tratar las

concepciones erróneas, inclinaciones y estereotipos que presenta el estudiante”.

(Gardner, 245).

Fue por eso que en aquel entonces, procuré enfocar la lectura y la escritura desde

la reflexión y la aplicación práctica y útil para el futuro. De este modo, los diversos

tipos de textos, incluyendo materiales reales, utilizados para acercarse a este

propósito fueron: cuentos cortos, microrelatos, diarios, crónicas, artículos de

periódico, revistas y escritos de los estudiantes. Además, dichos materiales fueron

Page 66: Lectura, escritura y valores

65

utilizados de diversas formas en diferentes clases actividades, en las que en la

medida de las posibilidades se propendiese a la aproximación los lineamientos de

los dos autores citados.

Aparentemente en teoría lo anterior podría funcionar, pero como ya quedó

establecido en el numeral que trata la comprensión (3.1.3.2.1.), tomando en

cuenta el mencionado marco teórico, en la práctica no se lograron resultados

sobresalientes; lo cual no quiere decir que se haya fracasado, sólo que los

resultados no fueron los esperados. Es así como en la práctica con el trabajo de

lengua castellana, si bien se procuró brindar los diversos puntos de acceso -que

alude Gardner- a los estudiantes con el trabajo de lectura, no se tuvo en cuenta en

aquel entonces el dar las herramientas interpretativas que mediaran la

comprensión (lectora) en ellos; es decir, el trabajo estuvo incompleto en lo que

respecta a la parte de orientación disciplinar.

Evidentemente, al reflexionar sobre la práctica, la causa de que la articulación de

estas teorías no fuera satisfactoria, fue porque, aunque había un marco

convincente (así fuera intuitivamente al momento de abordar la práctica) sobre la

comprensión, la concepción de la lectura desde el sentido no se ahondó bastante

y no se previeron, lo que es ésta realmente y lo que implica su implementación; y

por el contrario sólo se tomó en cuenta los lineamientos expuestos en el cuadro

comparativo citado de Cassany. Por eso a continuación, luego de presentar otros

hechos que limitaron mi trabajo, se presenta una tercera postura teórica que

puede subsanar las falencias hasta aquí explicitadas.

Page 67: Lectura, escritura y valores

66

3.1.3.2.5. Otras limitaciones que validan la sistematización

Así como en los apartados anteriores son reconocidos los hechos que desde la

planeación y la teoría limitaron la práctica pedagógica, también vale la pena

mencionar los hechos que desde la práctica, como tal, limitaron la misma.

Podemos decir que esencialmente hay tres razones: en primer lugar, porque

desde el inicio de la práctica hasta su fase intermedia, tuve algunos problemas con

la articulación de la clase de lengua castellana (contenidos) y el aprendizaje útil

para la vida diaria. En segundo lugar, como consecuencia de que los contenidos

no podían siempre ser vistos en el aula desde la perspectiva que re-construí luego

de algunos meses de práctica; ya fuese por mi falta de experiencia como profesor,

por el deseo de la docente titular de orientar clases como ella lo sugería -con lo

que no siempre estuve de acuerdo pedagógicamente por ser su visión

parcialmente tradicional- o porque el tema de turno tenía un matiz estructural.

En último lugar, algo que indudablemente limitó en la práctica (en contraposición a

la teoría), es el hecho de que los planteamientos que expongo a lo largo de esta

sistematización de experiencias estaban en constante evolución, al tratarse de una

práctica pedagógica e investigativa dentro del paradigma fenomenológico; puesto

que el objetivo, más que probar unas teorías pedagógicas y unos hechos

establecidos, era reflexionar y cuestionarse sobre el quehacer como docente.

De manera que acerca de los anteriores inconvenientes que acompañaron la

práctica pedagógica e investigativa, y los ya establecidos en los numerales

anteriores, podríamos decir que llevaron -eso sí, no siempre- a separar la escuela

de la vida diaria y a no hacer verdaderamente útil lo aprendido en la clase de

lengua para el porvenir, y entonces también podríamos decir que de algún modo

contradirían las teorías articuladas y expuestas; pero me atrevo a decir que no

hacen. Tomando en cuenta que dichos inconvenientes no son algo ajeno al

Page 68: Lectura, escritura y valores

67

quehacer docente de cada ser, y por el contrario, como ha quedado en evidencia

en las anteriores líneas, la reflexión en y sobre la práctica es lo que valida la teoría

como un hecho al que hay que, más allá de criticar, prestar atención y establecer

de acuerdo a una situación determinada. Lo que sucedió en este caso podría

expresarse de la siguiente forma:

Los maestros empiezan a constatar que los alumnos aprenden las

normas, pero no las aplican, solamente controlan los errores

ortográficos en los dictados; o tanto vocabulario que hacemos y tan

poco que se nota cuando hablan o escriben. Y desgraciadamente

es así. El llamado hasta ahora ciclo medio ha representado en

muchos casos, la perdida de la realidad. La niña o el niño que

cuando aprendía a leer tenía la sensación de hacer una cosa útil...

ha pasado a hacer cosas que son solamente útiles en la escuela, y

todavía podría decirse que solamente lo son en la clase de lengua.

(Cassany, 48-49)

Entonces, pasando de tachar y criticar a aprender y superar los hechos, lo anterior

deja claro que se debe procurar eliminar la brecha que ha existido entre la vida

diaria a la escuela, para volver a la perspectiva en la que la escuela enseñaba y

formaba para la vida diaria y futura; donde de forma explicita, queda en

perspectiva el uso de la lengua en forma comunicativa y comprensiva, por el

carácter útil que adquiere dentro de disímiles situaciones. Es más, teniendo en

cuenta esto, se podría afirmar que la comprensión no se enseña, la enseñanza se

hace por medio de la comprensión.

Seguidamente, aparece la parte final de la reflexión sobre la práctica pedagógica,

basada en la búsqueda de herramientas interpretativas que permitan al lector

desarrollar su labor de forma significativa, comprensiva y dando sentido a lo que

lee.

Page 69: Lectura, escritura y valores

68

3.1.3.2.6. Una última invitación: La cooperación del lector en la lectura

Una vez descrito el marco que dio origen y habiendo establecido como evolucionó

lo que llamé construcción del sentido lector, desde la articulación de la práctica

pedagógica y la teoría fundamentada en la comprensión en la escuela y la lectura

basada en el sentido; a la postre, planteo para ahondar en esta concepción del

trabajo de lectura y escritura en la clase de lengua castellana, el vínculo de estos

planteamientos a la teoría que alrededor de treinta años atrás el semiólogo

Umberto Eco presentó en su libro “Lector in fabula”, acerca de la cooperación del

lector al momento de interpretar el texto narrativo. Pero para empezar a articular

dicha teoría a la presente propuesta, creo imprescindible poner en común la

concepción con base en la cual el sentido evolucionó para hacer más explicita su

utilidad como mediador del trabajo de lectura en la clase de lengua castellana.

Para hacer esto, partamos de la aclaración de lo que es el sentido a partir de la

oposición entre la dicotomía sentido vs. significación.

Entonces, tal y como lo sugiere el Diccionario razonado de la teoría del lenguaje,

una definición cercana al sentido -que es aceptada en general por las diversas

concepciones sobre éste que asumen los filósofos del lenguaje- a pesar de la

ambigüedad del término, sin entrar en discusiones de índole semiótica, puede ser:

Propiedad común a todas la semióticas, el concepto de sentido es

indefinible. Intuitiva o ingenuamente son posibles dos accesos al

sentido: Puede ser considerado ya sea como lo que permite las

operaciones de paráfrasis o transcodificación, ya como lo que

fundamenta la actividad humana en cuanto a intencionalidad.

Antes de su manifestación bajo formas de significación articulada,

nada podría decirse del sentido, a menos que se hicieran intervenir

presupuestos metafísicos de graves consecuencias. (Greimas y

Courtés, 1982, 372).

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Además, cabe agregar para hacer más clara esta noción, la definición dada de

significación: “Desde este punto de vista, la significación puede ser parafraseada

como ‘producción del sentido’ o como ‘sentido producido’.” (373). A la sazón de

esto, desde esta acepción que es la que nos interesa de la significación al

oponerse al sentido, en breve, aquélla se puede observar como el resultado del

proceso de construcción de sentido que hace un destinatario sobre un mensaje.

De manera que, hasta aquí, obtenemos que el sentido que en un primer momento

entendí como el carácter significativo de la lectura -a partir de los lineamientos de

Cassany- que debe tener una experiencia lectora determinada para un estudiante;

es ahora interpretado, gracias a las definiciones precedentes y los postulados de

Eco, no sólo en su carácter de práctica significativa, sino como la construcción que

precede la aparición de la significación articulada sobre un texto escrito

determinado. ¿Pero cómo acercarse a dicha producción de sentido? Pues bien, en

adelante procuraré responder a este interrogante siguiendo las ideas de la

cooperación interpretativa expuestas por Umberto Eco en la obra arriba

mencionada.

Así pues, es preciso aclarar lo que Eco llama cooperación textual para pasar a

explicar cómo y cuándo ésta se da. Resulta que él le da este nombre a la actividad

de co-operación que hace el lector al actualizar un texto, en sus palabras sugiere:

“Un texto, tal y como aparece en su superficie (o manifestación) lingüística

representa una cadena de artificios expresivos que el destinatario debe actualizar”.

(Eco, 1979, 73). Así que, aquí hablamos de la característica propia de los textos

de ser re-construidos gracias a la labor co-operativa de un destinatario

(actualizador) sobre un mensaje que codificó un autor determinado; por cierto,

esto no pretende indicar que en ausencia de esta labor de cooperación un texto no

sería portador de significado, pero sí que obviamente tal estaría “vacío” al

encontrarte su contenido en ausencia de un interpretante. “En otras palabras, un

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70

texto se emite para que alguien lo actualice; incluso cuando no se espera (o no se

desea) que ese alguien exista concreta o empíricamente”. (78)

Sobre la cooperación que el lector debe realizar, también podemos agregar, con

base en las anteriores afirmaciones, que dicha labor actualizadora incluye: la

selección contextual de los significados de las palabras utilizadas; el irrumpir

correctamente en los espacios en blanco (elementos no dichos) que el autor dejó

para que su lector valiéndose de sus competencias rellenara; y, por supuesto, la

producción del sentido que conlleva a la significación articulada. “Porque un texto

es un mecanismo perezoso que vive de la plusvalía de sentido que el destinatario

introduce en él... un texto quiere dejar al lector la iniciativa interpretativa, aunque

normalmente desea ser interpretado con un margen suficiente de univocidad. Un

texto quiere que alguien lo ayude a funcionar.” (76). De manera que en breve, la

cooperación, tal y como ocurre, implica que el lector actualice unos elementos no

dichos, que de otra forma dejarían el texto implicado incompleto. “No dicho

significa no manifiesto en la superficie, en el plano de la expresión: pero

precisamente son esos elementos no dichos los que deben actualizarse en la

etapa de la actualización del contenido. Para ello un texto (con mayor fuerza que

cualquier otro tipo de mensaje) requiere ciertos movimientos cooperativos, activos

y conscientes, por parte del lector”. (74)

En dicha actualización, tal actividad semiótica, hallamos que entran en juego una

serie de competencias (saberes aplicables flexiblemente) que deben estar

presentes en el lector, a saber: la lingüística, la interpretativa, la enciclopédica

(entendida como los conocimientos acopiados por la sociedad y contenidos en el

lector) y la circunstancial diversificada; esta última definida como la “capacidad

para poner en funcionamiento ciertas presuposiciones, para reprimir

idiosincrasias”. (78). Entonces, dependiendo del nivel de perfeccionamiento de

estas competencias en un lector cualquiera que aborde un texto, la interpretación

del mismo, como lo sugiere implícitamente su autor allí, se acercará o alejará del

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71

lector modelo (lector que sugiere dicho texto). Sin embargo, es importante tomar

en cuenta que un texto no sólo demanda de su lector modelo un nivel determinado

de competencia para que la cooperación interpretativa sea efectiva; no, también

contribuye a perfeccionar la misma, es decir, “prever el correspondiente lector

modelo no significa sólo ‘esperar’ que éste exista, sino también mover el texto

para construirlo. Un texto no sólo se apoya sobre una competencia: también

contribuye a producirla”. (81)

Acto seguido, una vez sintetizada como ocurre la cooperación y propuesto el lector

modelo, vale la pena agregar que si bien de un texto podrían darse infinitas

interpretaciones, si éstas son acertadas gracias a la cooperación del lector de

acuerdo con los propósitos del autor de dicho texto, los sentidos -los que distintos

lectores construirán- podrán ser diversos pero su significación será una, la que el

autor previó. Entonces, podemos agregar que el texto tiene una significación

articulada de manera tácita y lo que hace el lector es interpretarlo gracias a las

claves que aquél tiene para acercarlo a la construcción de sentido que conlleva al

sentido producido y por ende a una comprensión (genuina) del mismo.

Asimismo, vale la pena tener en cuenta que con el propósito de que el movimiento

generativo del autor sea equiparable al interpretativo del lector los textos (como

productos de un autor con una intención) tienen la “facultad” de prever al lector por

medio de la planeación estratégica de dicha actividad interpretativa y cooperativa:

“Hemos dicho hasta ahora que el texto postula la cooperación del lector como

condición de su actualización. Podemos mejorar esta formulación diciendo que un

texto es un producto cuya suerte interpretativa debe formar parte de su propio

mecanismo generativo: generar un texto significa aplicar una estrategia que

incluye las previsiones de los movimientos del otro...”. (79).

¿Cómo se logra tal planeación estratégica? Los mecanismos son complejos y dar

una formula sería aventurado, pero se puede decir que una buena plataforma

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72

sería el partir del planteamiento de un lector modelo con base en las tareas de

cooperación explicitadas que él debe hacer al procurar interpretar y comprender

un texto; también se podría sugerir la idea estratégica de que diversas

interpretaciones no se excluyen sino se complementan recíprocamente. Por lo

demás, como fue aclarado en momentos precedentes de esta sistematización, la

preocupación central de este trabajo es la lectura (interpretación) y eventualmente

la escritura (producción), por lo tanto no se ahondará más en este tema que

claramente está más ligado a la última; aunque sugiero que los postulados

expuestos sobre la comprensión y el sentido a lo largo de esta experiencia, con los

debidos ajustes, podrían resultar útiles a la hora de trabajar el proceso de

escritura.

Para recoger las ideas hasta aquí expresadas, vale la pena resaltar que lo

buscado con esta teoría como mediadora del proceso de comprensión sobre la

construcción de sentido y la significación, es proponer, más que la búsqueda

imperante por parte de los estudiantes del lector ideal que un escritor postula para

la lectura, la utilización de esta perspectiva como: potenciadora de la planeación y

valoración de los procesos de lectura, posibilitadora de la mejora de la práctica

propia (quehacer) y facilitadora del proceso de construcción de sentido con miras

al alcance de la significación y comprensión de un texto.

3.1.3.2.7. A modo de cierre

En síntesis, pienso que el manejo de esta perspectiva co-operativa entre el lector y

el texto (mediador de la comunicación a través del tiempo y el espacio del autor),

permite a los estudiantes utilizar la lectura como un instrumento que posibilita su

aprendizaje y la flexibilización de sus saberes (comprensión); al tiempo que

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73

promueve la mejora de sus competencias -lingüística y pragmática- sin convertir la

lectura en un fin en si misma. Además, encuentro que así, la concepción de los

conocimientos no está enteramente ligada a la autoridad del docente o la facultad

de la nota, sino más bien a la planeación hecha por el docente tomando en cuenta

las dimensiones de la comprensión; eso sí, la correcta aplicación de estos saberes

en diversas situaciones dependerá enteramente de cómo se conjugue la

comprensión con la cooperación5 sobre los textos (escritos) y las situaciones

particulares.

Asimismo, sólo me resta agregar que ahora considero que las ideas de Cassany y

su equipo de trabajo, que en el punto medio de esta sistematización estaban

limitadas para mi caso particular, gracias a los planteamientos expuestos, son

llevadas a un punto más genuino de comprensión; puesto que están siendo

relacionadas con las ideas de otros investigadores y con las situaciones

provenientes de la práctica, tornando los conocimientos en saberes flexibles. Así

que la labor realizada da sentido a las siguientes palabras de Cassany que, en

cierto modo, dieron origen a la construcción del sentido lector; allí, él refiriéndose a

su análisis comparativo de la lectura basada en el código como opuesta a la

basada en el sentido: “En el primero el maestro es el centro del aprendizaje y

comunica su saber a los alumnos, considerados como un todo homogéneo, con

los mismos intereses, los mismos ritmos y las mismas posibilidades... en el otro

caso, el alumno es una individualidad, una personalidad que el maestro ayuda a

construir. La intervención del adulto sirve para indicar caminos y posibilidades,

para motivar” (Cassany, 45-46).

Finalmente, reitero que la lectura mediada por la construcción del sentido debe

orientarse por medio de la planeación dirigida a alcanzar el citado nivel de

5 Para profundizar las ideas concernientes a las maniobras de cooperación interpretativa para textos escritos remitirse a: ECO, Umberto. Lector in Fábula: La cooperación interpretativa en el texto narrativo. Editorial Lumen; Barcelona, 1979. Y ECO, Umberto. Los límites de la interpretación. Editorial Lumen; Barcelona, 1984.

Page 75: Lectura, escritura y valores

74

comprensión genuina, el cual demanda y reconoce la individualidad de cada ser

por medio de diferentes accesos al conocimiento. Así mismo, para que el docente

sea quien motive, muestre caminos (múltiples accesos) y posibilidades de uso; se

debe tener presente como medios tanto la inserción de la cooperación

interpretativa, tal flexibilizadora de la habilidad de lectura, como las dimensiones

de la comprensión, a manera de elementos de valoración de los saberes.

3.1.3.2.8. Epílogo: Un ejemplo de la construcción del sentido lector

El siguiente fue un texto que en una de las clases con los estudiantes de 803

utilicé con el propósito de tratar la lectura asociada al tema disciplinar del acento

diacrítico y a los relatos cortos (microcuentos) en oposición a los cuentos; al

momento de usarlo, procuré hacerlo tomando en cuenta la lista de lineamientos

sobre la lectura basada en el sentido que da Cassany, pero debo decir que en

esos días se obtuvo resultados no más allá de las comprensiones memorísticas;

ahora observemos como trabajaría este texto gracias a la cooperación textual de

la mano de la comprensión como mediadoras del proceso de construcción del

sentido.

LA FE Y LAS MONTAÑAS

Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era

absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a

sí mismo durante milenios.

Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le

pareció divertida la idea de mover montañas, ésta no hacían sino

cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar

Page 76: Lectura, escritura y valores

75

en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por

supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.

La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las

montañas permanecen por lo general en su sitio.

Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual

mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato,

tuvo un ligerísimo atisbo de Fe. (Tomado de: Monterroso, 1969, 21)

Primeramente, aclaremos algunas posibilidades sobre como trabajarían las cuatro

dimensiones de la comprensión a favor de la comprensión (perdón por la anáfora)

de este microcuento, tomando en cuenta los propósitos que buscaba la clase de

lengua castellana en el entonces en que apareció esta actividad.

1. Así pues, la dimensión del conocimiento debería promover la discusión a partir

de una serie de argumentos sobre la ficción y la realidad como partes

fundamentales de la creación literaria; asimismo, tendría la misión de permitir

la identificación de los propósitos (axiológicos) del autor al escribir tal texto y

originar la asunción de una posición personal frente al contenido del mismo.

2. Con respecto a la dimensión de los métodos, la comprensión debería facilitar

diversas actividades de pre-lectura, lectura y re-lectura; así como la discusión y

negociación entre diferentes sentidos para acercarse a una significación fiel al

texto, puesto que diversas interpretaciones no se excluyen sino se

complementan recíprocamente.

3. Desde la dimensión de los propósitos, la habilidad de lectura, como producto de

la cooperación y la comprensión, debería concienciar a los alumnos sobre los

alcances de la lectura, y en particular, de las características que confrontan los

microcuentos y los cuentos como subgéneros literarios.

4. Y finalmente, desde la dimensión de las formas de comunicación, la

comprensión debería facilitar los nexos entre el autor y el lector más allá del

modelo comunicativo tradicional (emisor, mensaje, receptor), para pasar a un

Page 77: Lectura, escritura y valores

76

modelo cooperativo en el que las competencias del autor y la previsión de las

del lector modelo y el lector empírico, logren comprensiones genuinas y la

obtención de la significación articulada. Además, es aquí cuando la habilidad

de lectura trabajada por la cooperación puede favorecer las demás habilidades

lingüísticas al momento de establecer enlaces comunicativos.

Por otro lado, con respecto a como aplicarían los estudiantes el conocimiento de

maneras novedosas o como mostrarían comprensiones genuinas, al menos de

aprendiz, podemos sugerir que esto se realizaría de las siguientes maneras, entre

otras posibles. Cuando lo lectores identificaran la estructura particular del micro-

relato y la contrapusiesen a la de otros subgéneros literarios, como prosa breve y

fácil de digerir; o cuando “inter-textualizan” el contenido de la lectura con otros

textos del mismo autor o con otros textos similares que han leído antes. Además,

podríamos decir que existiría flexibilización de la lectura cuando los estudiantes

viesen críticamente el contenido y la ficción exhibida en este micro-cuento, y

cuando propusiesen alternativas frente a su contenido a partir de dilemas de juicio

moral. Y lo más importante, lograrían comprensiones genuinas cuando

consiguiesen la construcción del sentido que los llevase a la significación

relacionada con la intención del autor o al lector modelo de la lectura.

Asimismo, vale la pena agregar que el contenido de los cuentos -La fe y las

montañas para este caso- podían actuar como partes de unidades integradoras de

temas, tal y como se procuró hacer durante la práctica pedagógica. Por ejemplo

para este proceso: El cuento, los determinantes, el acento diacrítico, la mesa

redonda, etc.; fueron temas que se integraron con otros y se presentaron de

manera secuencial, aunque en los días de prácticas, por las razones que se han

expuesto a lo largo de este trabajo, no procuraron los mejores resultados, ahora,

una vez articulados a la propuesta de construcción del sentido lector, seguramente

procurarían mejores efectos.

Page 78: Lectura, escritura y valores

77

Para finalizar, sólo resta aclarar y sugerir que la cooperación interpretativa, la

búsqueda del lector modelo, la comprensión y la construcción del sentido; son

perspectivas que dependen de las lecturas (textos) y los contenidos con los que se

articulen para obtener resultados; así como de un proceso particular de acuerdo al

contexto en el que está inserta dicha experiencia pedagógica.

Page 79: Lectura, escritura y valores

78

3.1.4. CONCLUSIONES

3.1.4.1. En cuanto al trabajo sobre lectura realizado

- La lectura debe propender en beneficio de la búsqueda de la significación

de un texto, lo cual es equiparable a la comprensión genuina del mismo.

- Partiendo de que leer es comprender, podríamos decir que la cooperación

textual y los planteamientos de la enseñanza para la comprensión,

permiten acercamientos significativos a la lectura entendida de tal

manera.

- Un texto presenta la necesidad de un operador (lector) con conocimiento

del código (competencia lingüística) y sus usos (competencia pragmática)

para interpretar. Es decir un lector con una competencia comunicativa

determinada.

- Con trabajo expuesto no se procuró dar una formula para formar lectores,

partiendo de la noción de que estos no se forman, ya son; sólo se

propuso orientar dicha habilidad sin obviar la demás habilidades

lingüísticas y sin dejarla al margen del carácter útil, comunicativo y

práctico.

- La mayoría de los planteamientos establecidos, con los debidos ajustes,

podrían ser asociados y utilizados con el propósito de trabajar la escritura.

Page 80: Lectura, escritura y valores

79

3.1.4.2. En cuanto a la práctica docente

- La propuesta no pretendió actuar como una metodología excluyente de

cómo abordar la lectura en la clase de lengua castellana, más bien fue

encaminada a ser una base de trabajo que procurase nuevas alternativas

de trabajo.

- Luego del proceso de práctica y reflexión que relaté y expuse, noté que,

aunque hay una buena cantidad de manuales de pedagogía de la lengua

y ciertamente se debe tener en cuenta esa serie de lineamientos y

tendencias generales para orientar el área en cuestión, no se debe

observar estos aportes como preceptos teóricos incuestionables, ya que

en muchos casos los mismos pueden limitan el quehacer de un

profesional de la enseñanza. En pocas palabras, un maestro debe estar

preparado para la incertidumbre.

- Para el trabajo de lectura explicitado, se hace imperante la asociación del

mismo con otros tipos de metodologías de trabajo y disímiles situaciones,

esto para obtener resultados dentro de la perspectiva pedagógica que

busca trabajar procesos (no sólo resultados), flexibilización de saberes y

comprensiones genuinas.

Page 81: Lectura, escritura y valores

80

BIBLIOGRAFÍA

BAQUERO, Pedro y RUIZ, Héctor. La enseñanza para la comprensión : una visión

integradora de los fundamentos y estrategias de la enseñanza. En : Actualidades

pedagógicas. No. 46 (Enero – Junio. 2005); p. 75-83. ISSN 0120-1700.

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narrativo. Editorial Lumen; Barcelona, 1979.

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GARDNER, Howard. La mente no escolarizada: Cómo piensan los niños y cómo

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MONTERROSO, Augusto. La oveja negra y demás fábulas. Punto de lectura;

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STONE, Martha -Compiladora-. La enseñanza para la comprensión: vinculación

entre la investigación y la práctica. Paidós; Buenos Aires, 1999.

Page 82: Lectura, escritura y valores

81

ANEXO 1 “Crónica de las interminables jornadas en un ciclo”

(NARRACIÓN SUSTANCIAL DE LA EXPERIENCIA)

La siguiente crónica tiene como propósito, por un lado, relatar la experiencia

correspondiente a la práctica pedagógica-investigativa desarrollada durante un

año y medio en el C.I.E.D. Francisco de Paula Santander, y por el otro, ser el

instrumento de reflexión para la sistematización de la experiencia. Asimismo, sin

ser el fin de la narración, ésta busca dar cuenta de las tres primeras fases

especificadas para el proyecto Lectura, Escritura y Valores, desde la perspectiva

particular de uno de sus investigadores, éstas son: Observación e identificación de

problemas, Formulación del proyecto y Aplicación del mismo. Entonces, con el

propósito de brindar una idea más clara del trabajo realizado, cada una de estas

fases se desarrollará a continuación en tres apartados independientes,

denominados cada uno de ellos etapas, dentro de los cuales el lector notará que

en su continuidad se pasa de una perspectiva subjetiva a una objetiva

gradualmente y, asimismo, de lo general a lo específico.

En lo que respecta a la cuarta y última fase, Análisis de resultados, ésta es

expuesta en el numeral 3.1.3., teniendo en cuenta la experiencia narrada frente a

algunas teorías asociadas a la misma durante y después del proceso de práctica

pedagógico-investigativa.

CRÓNICA DE LAS INTERMINABLES JORNADAS EN UN CICLO Todo comenzó un día como cualquiera para cualquier ser humano, uno como hoy, uno de esos en los que la monotonía de la vida se ve trastornada por lo que solemos llamar... un nuevo ciclo. De modo que hace unos dos años, un día perdido en el calendario comenzó uno más, uno que por meses continuó y no quise relatar pero finalmente debo narrar para dar fin a este ciclo y recibir otro más. Pues bien, hoy doy a conocer el resultado de dicho ciclo, sus cuatro etapas y muchas de esas extenuantes jornadas, las cuales al comienzo eran realmente espeluznantes, de cuando en cuando monótonas, y ahora cerca de lo que parece el final de todo el ciclo, sentimientos de culpa y arrepentimiento. En fin, mientras narro a usted esta experiencia gracias a mis notas de diario y mis

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82

vivencias, intentaré disponer uno tras otro los hechos que hacen que hoy usted, que lo eligió por voluntad propia, y yo estemos aquí bajo estas condiciones. Sin más preámbulos, procuraré llevarlo por este recorrido de imágenes expuestas en las paredes de un museo que inesperadamente configuró mi memoria, y que hoy finalmente abro al público. Bienvenido.

I ... fue un despertar duro...

(1era etapa)

Pues vera usted, como ya le dije todo comenzó la mañana de un día como cualquier otro con el llamado del deber, la consiguiente llegada a una puerta desconocida que encima versaba “C.I.E.D. Francisco de Paula Santander” y la repentina presentación con un grupo de docentes de Lengua Castellana que tras algunas canas o arrugas mostraban su experiencia como tales; no hay mucho que agregar de aquel día, los docentes parecían amables y la apariencia del colegio no fue algo que tomara en cuenta hasta que hubiesen pasado algunas jornadas. De manera tal que unos días después tuve que volver, fue un despertar duro, pero bueno... al llegar al colegio fui asignado rápidamente a trabajar con la docente Marlén Rojas, obviamente en Lengua Castellana, no recuerdo si la decisión de trabajar con ella fue por elección libre, pero creo que fue por mi deseo de trabajar en séptimo grado. ¡ahhh¡, que sencillo sonaba séptimo grado, fue ingenuo llegar esa jornada pensando que algo cambiaría, todo era perfecto: los niños obedientes, el aula característica de cualquier colegio distrital, el silencio magnífico y un ambiente de respeto increíble... pero todo no fue más que una ilusión fugaz; es el caso típico de cuando nos es presentada una persona, poco a poco nos desinhibimos frente a ella y luego de un tiempo nos liberamos, eso sucedió, porque pasadas algunas jornadas todo cambió, como era natural ellos cambiaron; más bien, los niños se liberaron. Ciertamente empezaron a pasar las jornadas y mi presencia en el colegio y 701 era ya un hecho rutinario. Permítame contarle y me comprenderá. El hecho –la clase de turno- iniciaba monótonamente con mi llegada al colegio, generalmente minutos antes de iniciar la jornada; continuaba con mi ascenso al salón para esperar progresivamente la estampida de niños y niñas, con lo cual luego, yo intentaba acercarme a ellos para cruzar unas cuantas palabras, les preguntaba sobre sus percepciones y experiencias con sus docentes, la institución o aun sus vidas; y entonces repentinamente, aparecía la profesora Marlén camino al salón, eso sí, sin olvidar la pasarela de saludos a diestra y siniestra al través del largo, angosto y frío pasillo que llevaba al salón, todo en medio del mecánico desorden de sus colegas y alumnos de otros grados. Su entrada, acompañada de algunos saludos más y uno que otro llamado de atención a algún niño o niña que llegaba indisciplinado de casa, era seguida por dos golpes, uno que provocaba la caída sobre su escritorio de un par de libros y una agenda, y otro, el de la puerta ajustándose al ser cerrada condenándome a ser victima de este hecho rutinario. Posteriormente, luego de sudar un poco frío y pasar saliva continuamente, cuando ningún hecho podía hacer más monótona la experiencia, llegaba indiferente el inicio de una u otra clase, buena o mala según mi juicio, eso dependía de mis pre-concepciones como otrora mero estudiante y ora cuasi-docente. Ahora no importa, ya que, si bien durante la clase sucedían cuestiones que resaltar, mi inocencia pedagógica y mi preocupación por salir cada jornada de esa clase tortuosa, no me permitían fundamentar juicios con una mirada aguda, no, sólo: allí los niños enjuiciados por sus actos de rebeldía y allá la profesora juzgada por su tradicional quehacer, y yo siempre en algún lugar del salón observando y haciendo mis anotaciones sobre lo que identificaba, seguramente errores o actitudes de la docente, conductas de los niños o el salón que siempre describí como antipedagógico, por su oscuridad invariable, sus ventanas como rejas de cárcel y su desatendida apariencia... pero nada se articulaba para mí con el fin de ser traducido en práctica, pedagogía e investigación.

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De esta manera, al pasar otro par de semanas me fue asignado trabajar con los niños del grado que observaba, ahora mi grupo durante las horas de lectura -forzada y molesta según ellos- en biblioteca una vez por semana, lo acepté al no tener más alternativa, pero hoy confieso que fue un acto experimental, sesión tras sesión improvisación, ensayo y error; claro que también declaro que intenté llevarlo a cabo con responsabilidad. No sabía como hacerlo, puesto que nunca he sido el mejor lector y mi formación como orientador de literatura no fue la mejor. Ahora bien, este hecho parece irrelevante aparentemente, pero es determinante para la experiencia que narro a usted y es, sin lugar a dudas, el más diciente de esta primera etapa de observación y trabajo docente; puesto que, a partir de mis charlas con los estudiantes del grado 701 y mis primeras prácticas como orientador de lectura, el modo en el que los estudiantes observaban y ejecutaban la lectura y aprovechaban los espacios designados para ésta, se convirtió en una pre-ocupación recurrente en mis prácticas diarias, no sólo porque durante las sesiones dedicadas a esta labor, la mayoría de estudiantes creían que no podían sacar algo útil de la lectura más que una excusa para no recibir clase, sino además porque gracias a estos hechos empecé a re-evaluar mis concepciones sobre los planteamientos que giran entorno a la lectura. En resumen y para no aburrirlo antes de tiempo, sólo le diré que fueron semanas en las que empezaba a vislumbrar como mi labor como docente practicante e investigador avanzaba y tomaba una extraña forma que me causaba temor, pues la universidad me exigía finalmente, luego de siete semestres, orientar clases y adelantar una investigación sobre dicha experiencia pedagógica, pero yo sentía que ni la academia ni mis profesores me habían preparado para esa labor; además, los estudiantes y mis intenciones requerían conocimientos en lectura que yo no poseía. En pocas palabras, de estos días no encontré mucho como docente o investigador, sólo un hecho que puede ser recurrente con los acontecimientos que en momentos ulteriores del relato voy a narrar, mi preocupación sobre el cómo enfocar la lectura y la escritura en la escuela. De esta manera, tenía una gran preocupación pero pocos resultados; todo era una rutina intolerable, en ese entonces mi responsabilidad y labor. Asimismo, como si ya no estuviera preocupado y asustado por la monotonía y mi impotencia para actuar, recuerdo mis constantes gritos que en silencio pedían ayuda. Evoco de esos días las palabras enjuiciadoras sobre mi labor de los profesores del colegio y las actitudes reticentes de los asesores de práctica de la universidad; pues de lado y lado mis futuros colegas no me colaboraban, razón por la cual no podía evitar pensar constantemente en lo largo que sería ese año y medio allí, inevitablemente encerrado por el destino en una difícil situación de exigencias con una única salida cuerda y viable, tolerar el colegio y sus demandas. Pues bien, sin gran novedad en un abrir y cerrar de ojos pasaron jornada tras jornada seis meses, en compañía de los incontrolables niños y de la docente que observaba y parecía un tanto intimidante, no por ser considerada de mal humor, ser mala docente o poco cordial, sino por reflejar la austera autoridad y envidiable experiencia que no me acompañaba y deseaba más que otra cosa en mis sesiones de lectura. Claro, ese es el otro detalle relevante de aquellas jornadas, puesto que de día me atormentaban las exigencias en lectura que ya describí, y de noche no soñaba más que con un mejor desenvolvimiento pedagógico; pensaba en eso día y noche jornada tras jornada, de hecho en mi diario las únicas notas que aparecieron por semanas fueron frases sin significado pero llenas de sentido, como éstas: “carecer de experiencia y necesitar la autoridad, sometido a mi demanda y dominado por mi responsabilidad; las reglas del juego, todos ponen y todos ganan, ahora la realidad, pocos toman y nadie gana.” Esa era la realidad, tomar parte allí y poner en juego, sin embargo éste no funcionaba.. En suma de momento no he dicho mucho, lo sé; sólo unos largos meses, una lista de quejas y arrepentimientos, y mi pesadilla que apenas se configuraba. ¿Qué hubiese hecho usted en mi lugar? Pues es difícil saberlo aún en este punto del relato.

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II ... pudo haber sido un año perdido...

(2da etapa)

Bueno, antes de que el relato se torne más soporífero y predecible de lo que ya debe ser hasta este punto, intentaré ser breve en los hechos que corresponden al semestre siguiente o segunda etapa del ciclo que narro a usted, dado que lo que menos deseo es aburrirlo; aunque disculparme no es garantía de hacerlo. Eso sí, permítame aclararle que procuraré dejar a un lado los juicios infundamentados, no por iniciativa propia sino por recomendación de mis superiores, pues es difícil prescindir de la susceptibilidad y el recelo hacia uno mismo y los otros docentes que acompañé, observé o sustituí ocasionalmente; la cuestión es que en este punto del relato, es cuando mi práctica exigió ponerme al nivel de los docentes y ser uno de ellos para dirigir las clases de Lengua Castellana y no sólo unas horas de biblioteca eventuales. ¡Ah! A propósito, había olvidado mencionarle un detalle importantísimo, nombrarle a mis compañeros, ya que no estaba solo en esta tarea, ellos también debieron asistir bajo las mismas condiciones al mismo lugar y seguramente sus relatos serán parecidos a éste. Bueno, lo cierto es que en esta historia personal hay cuatro de ellos que juegan un rol vital, ya que en conjunto creamos en esa época, algo llamado: “Lectura, Escritura y Valores”, un proyecto que surgió de la identificación de algunos inconvenientes entorno a las clases de L. Castellana, como lo son: falta de interés, poco desarrollo comunicativo en la clase, indisciplina y violencia; los cuales afloraron alrededor de las charlas constantes del grupo investigador que conformamos unos meses atrás, con el propósito de avanzar en dichos aspectos y así, desde otra perspectiva, obtener herramientas pedagógicas, disciplinares, y hasta, investigativas como nuevos docentes. Una vez aclarado en breve el rumbo que tomaba en ese entonces esta experiencia, continuare con la crónica de lo que parecían interminables jornadas de un largo ciclo. Sólo comentare rápidamente un par de detalles más. Ya que si bien continué trabajando con la profesora Marlén, no seguí asistiendo al mismo curso de los meses precedentes, pasé del 701 al 703, curso que además de estar a cargo de la docente en lo que respecta a Lengua Castellana, también recibía su dirección de grupo; además, la responsabilidad sobre las horas de biblioteca del 703 ya no fue mía o de mis compañeros practicantes, dado que alguien ajeno a nosotros y designado por el colegio se encargó de esto. Entonces, luego de, a mi parecer, unas merecidas vacaciones, regresé al colegio, notablemente renovado y con esperanzas de lograr resultados; por supuesto también, aún atrapado por el pensamiento inevitable de esas largas jornadas, las que habían pasado y las que vendrían. Así pues, acordé con la docente acompañarlos, a ella y a los estudiantes, por varias jornadas antes de asumir la orientación de clases. En ese tiempo, el día que llegue al 703 y los que siguieron, sentí repetidamente esa extraña sensación que en lengua francesa o inglesa llaman “déjà vu”, esa impresión de ya haber experimentado o visto algo, puesto que los niños de este grupo, como los de 701 unos meses atrás, se liberaron lentamente; pero a diferencia de estos, aquellos asumieron gradualmente mi presencia en su aula de clases como la de un guía en sus labores, el cual podía unas veces complementar lo expuesto o propuesto por la docente titular, y otras veces ser un compañero más y uno de ellos. A la sazón de esto, creo que el re-inicio de la experiencia fue de alguna forma mejor en esta nueva etapa, aunque no orienté las clases de Lengua Castellana y sólo me dediqué a acompañar y ayudar a la docente en el desarrollo de sus clases; en otras palabras, mi tarea allí consistió frecuentemente en resolver las dudas que los estudiantes tenían sobre los contenidos que la profesora les presentaba, ya fuera ortografía, gramática, lectura, escritura o algún tema asociado desde la lengua a la historia universal. No obstante, en este periodo de tiempo inicié la configuración de la inquietud que hoy me permite escribir estas líneas, ya que noté que frecuentemente los contenidos de Lengua Castellana que se supone debían aprender los estudiantes no estaban siendo realmente aprehendidos, comprendidos y/o aplicados por ellos; por el contrario, sólo estaban siendo olvidados en el término de una jornada a la otra, a

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pesar que la docente explicaba los contenidos y proponía aplicaciones para los mismos. El indicio del que le hablo, es seguramente algo con lo que en algún momento usted se habrá encontrado o imaginado: la comprensión y significación que los alumnos les dan a los diversos saberes que son dados en la escuela. Ante este hecho, yo me preguntaba constantemente por qué no funcionaba el aprendizaje en el aula de clase para la mayoría de los estudiantes del grupo; sin embargo, era difícil, y lo es aún responderlo, pero ese se convirtió en mi propósito por aquellos días de práctica docente. Lo cierto es que dentro de mi abstracción reflexiva mediada por la preocupación, frecuentemente e inevitablemente me remontaba a unos años atrás a mi periodo de colegial, puesto que no hacía mucho había dejado la escuela; y en repetidas ocasiones concluía que en materia del área del conocimiento que me atañe, Lengua Castellana, la enseñanza no había funcionado para mí tampoco como estudiante de colegio, hecho que luego de unos años en la universidad me trajo problemas, pero eso no nos concierne y tampoco es objeto de este relato. En fin, en pocas palabras, mi deliberación me permitió darme cuenta que las clases tenían para los estudiantes algo de lo que tuvieron las clases que recibí en el colegio: sospechosamente memorísticas, no siempre útiles para la vida futura y dudosamente concebidas dentro de un proceso de aprendizaje; claro está, de estas cavilaciones debo excluir la participación desinteresada de la nota de un grupillo de estudiantes excepcionales. Según esto, de las especulaciones inocentes mencionadas lo único que se proyectaba era que yo, Carlos, no quería cometer las faltas que mis profesores del colegio cometieron y tampoco las que todavía cometían algunos docentes; además, deseaba sinceramente concienciar a los estudiantes de la importancia de su trabajo y colaboración escolar para lograr un buen porvenir. ¿Cómo enfocar la lectura comprensiva y significativa en el 803? Como los días pasaban rápido y sin concesiones, repentinamente llegó mi turno para orientar las clases dentro del aula, le confieso que por esas jornadas experimentaba los más profusos temores, los cuales me intimidaban, y lentamente, se hacían más y más atormentadores; es más, ya finalizando este ciclo aún recuerdo con escalofríos y sobresaltos de corazón esas extenuantes jornadas: las clases, el afán por llegar al final de ellas, el dificultoso manejo del grupo, los inconvenientes que en la marcha surgían... En fin, numerosos temores que eran también responsabilidades, y tengo la corazonada que no eran exclusivamente míos sino también eran parte del sentir de mis compañeros investigadores. En efecto, en mi primera clase como docente de esa etapa, tuve que tratar El Cuento, y pese a que no sabía como tratarlo, pero dentro de mi inocencia y como hecho fortuito, me enteré que los estudiantes se encontraban leyendo algunos cuentos del maestro del misterio Edgar Allan Poe, en sus horas de biblioteca; decidí pues desarrollar dicho tema a partir de la lectura realizada de dichos relatos cortos. Por consiguiente, preparé la clase y empecé a trabajar la estructura del cuento (tema, argumento, personajes, espacio, tiempo, narrador) con base en la magia de “El Gato Negro”, lo cual nos tomó un par de jornadas, fue algo así como: presentar una biografía de Edgar Allan Poe, una lluvia de ideas sobre el cuento como tema y sus subtemas, explicar la teoría a partir del contenido de uno de los cuentos leídos, aplicar la misma en otros relatos escritos y entregar un cuento que los estudiantes venían desarrollado con la docente titular en otros momentos del año escolar tomando en cuenta los nuevos aprendizajes. Sí, todo parece fácil y rápido, pero no fue así, ya que todo el trabajo tomó unas tres jornadas en las que me acompañaron tantas expectativas y múltiples limitaciones. Actualmente, pienso que en esta serie de clases no me fue tan mal si tomo en cuenta que obtuve ciertos resultados significativos en los estudiantes, además, por esos días para el colmo de mis preocupaciones, seguía sintiendo que mis futuros colegas no me ayudaban, y es que es difícil hacer las cosas uno solo cuando no se han experimentado éstas antes, no obstante, hoy gracias a mi poca experiencia en la vida, pienso que una manera efectiva de aprender a largo plazo es experimentando, cayendo y levantándose; algo así era lo que sucedía día a día por esas jornadas.

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Pero aquellos días, por un lado, para orientar clases los docentes asesores de la universidad sugerían preparar una unidad didáctica, parcelar los contenidos o proponer proyectos, pero lo cierto es que yo no sabía como hacer estas tareas. Por el otro lado y en consonancia con lo anterior, la docente del colegio se mostraba colaboradora con respecto a sugerirme los contenidos a tratar, facilitarme los elementos didácticos que yo consideraba necesarios para desarrollar las clases y acompañarme para mediar la disciplina en las mismas; pero en muchos casos yo sentía que ella sobre-entendía que estaba tratando con un docente con experiencia práctica, y por lo tanto, ella pensaba que no podía tener algunas falencias o desaciertos en lo que respecta a la preparación o el desarrollo de las clases, en pocas palabras ella me sobre-estimaba, aunque en contraste, ella no era muy abierta a mis propuestas “empíricas” de enseñanza, por lo que me sub-estimaba y se contradecía. A causa de esto, los días se tornaron duros, tensos y hasta desdichados; no obstante, yo continué con mi labor y mi convicción. Así pues, para afrontar y desarrollar la serie de clases que se me venían encima y a la vez cumplir con ese cúmulo de exigencias que le expliqué, decidí articular los contenidos que me diera la docente en un micro-proyecto que ayudara a mis estudiantes de manera útil a mejorar sus habilidades; éste, se compondría por unidades didácticas y temas que se desarrollarían en un periodo de tiempo de aproximadamente 2 meses, lapso de tiempo que restaba a esa etapa; mi intención con todo esto era no segmentar los saberes por constituyentes o entidades no relacionadas de la lengua, sino partes integrantes de la lengua en su concepción más amplia. Sí, sonaba bien, pero hubo un detalle que no me ayudó mucho a plantear el dichoso micro-proyecto, la docente me dio los temas uno tras otro, jornada a jornada y no en un solo momento, a pesar que se lo solicité en varias ocasiones, y como mi criterio ante ella todavía no era realmente privilegiado para proponer temas, todo no fue hecho bajo condiciones óptimas. Con esto no pretendo lavarme las manos y delegar culpas, solamente pienso que ese hecho hubiese facilitado mi labor, porque aun así la desarrollé. De manera que, al final de esta etapa la dichosa lista de los temas fue: el cuento, la descripción, los determinantes, el sustantivo, la mesa redonda, la agenda y el ensayo. Intenté pues integrar todos estos temas en un cuasi-micro-proyecto que propendiera en beneficio del mejoramiento de la competencia comunicativa de los estudiantes como eje transversal. En efecto, para continuar este trabajito vino La Descripción, difícil de plantear por cierto; decidí proponer trabajarlo a partir de la ejemplificación y aplicación del mismo tomando en cuenta textos escritos, objetos cotidianos e imágenes diversas; casi cualquier cosa que pudiese observarse desde los criterios que propuse para esta labor: utilización de los cinco sentidos, observación minuciosa y detallada, e interpretación precisa y veraz. En cuanto a la metodología, para esas jornadas la utilizada fue la siguiente: primero, definición del tema por parte de los estudiantes a partir de la descripción de un objeto cotidiano que ellos debían haber traído; segundo, lectura de algunas descripciones de lugares, animales o personas (objetografía, retrato, zoografía, topografía, caricatura, etc.), provenientes de micro-cuentos de Augusto Monterroso o extractos literarios dados por el docente, es decir por mí; tercero, interpretación oral de imágenes en parejas y producción de las mismas a partir de las descripciones obtenidas en los relatos leídos anteriormente; cuarto, teorización del tema y subtemas a partir de las actividades desarrolladas; y finalmente, la producción de un micro-relato, teniendo presente, tanto las descripciones orales, escritas y la interpretación de imágenes desarrollada, así como las situaciones presentadas en diversas fotografías que los alumnos debían traer y los ejemplos observados en los micro-cuentos de Monterroso. Aunque algo resaltable de mi labor con este tema fue dar, en la medida de las posibilidades, importancia a la interpretación y producción de textos o imágenes para desarrollar el tema; noté que algunos estudiantes, a pesar de parecer motivados por el trabajo propuesto y realizado, terminaron haciendo todo por cumplir con una penosa obligación cuantitativa y no un deber moral cualitativo, que lastima, estos hechos probaron para mí que no siempre querer es poder. A todo esto, si está un poco aburrido con este relato, créame que lo entiendo, pero piense que para mi no ha sido muy grato recordar y reconstruir estos hechos; además, se dice que los que asumimos el

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rol de narradores debemos manejar una lógica sobre los hechos, y esta es la única que me acompaña. Pues bien, fíjese que después de la descripción, vino un tema un poco aburridor por su matiz estructural, Los Determinantes; sí, la partecilla de la lengua divinizada por la academia, con poderes gramaticales y facultades lógico-naturales, pero al fin y al cabo para los que me interesa, antihéroes estructurales. Entonces, para este efecto me enteré que el tema ya había sido tratado ese mismo año y la docente me sugirió hacerlo analizando oraciones por medio de arborizaciones. Al respecto, debo aclarar que no quedé muy contento con su sugerencia, puesto que sabía que eso no era contemporáneamente correcto, y además, no les gustaría mucho a los estudiantes. Según esto, decidí no aterrorizar colegiales con el tema y procuré con los determinantes un acercamiento cauteloso a ellos, de forma dinámica y, por qué no, práctica. En este caso, la unidad didáctica que preparé a grandes rasgos fue: en primer lugar, re-teorización del tema por medio de la resolución en el tablero de ejercicios de análisis estructural, cabe aclarar que para hacer dinámica esta labor se realizó un concurso por grupos con frases preseleccionadas; en segundo lugar, clasificación de determinantes usando colores y convenciones (artículos definidos e indefinidos, pronombres y adjetivos posesivos, pronombres y adjetivos demostrativos) en artículos de prensa, la selección de estos por la gran cantidad de determinantes que allí aparecen; y en tercer lugar, análisis conjunto de las funciones de cada uno de los determinantes en los textos trabajados, con el propósito de identificar la utilidad del tema e integrar estos saberes en textos reales y no sólo frases aisladas. ¡Que bien! Todo parecía mejorar para mí a pesar de las dificultades. Para continuar, después apareció El Sustantivo, el cual fue articulado al Origen de la Lengua Castellana. En una jornada, se trató la tradicional teoría concerniente a la clasificación de los sustantivos (género, número, extensión, naturaleza, forma, origen, etc.) utilizando los ejemplos preseleccionados por mí, provenientes tanto de palabras coloquiales y cultas, así como de las voces incidentales que los estudiantes proponían, todo esto en el marco de un concurso grupal que procuraba hacer todo más dinámico. De la misma manera en otra jornada, a partir del contenido de un texto sobre el origen de la Lengua Castellana se continuó el concurso de análisis grupal de sustantivos. Con respecto a este tema debo confesar que aunque muestra un matiz cuasi-tradicional, los estudiantes estuvieron motivados y en general el tema fue el que menos presentó problemas en esta etapa, no hay mucho que decir. Acto seguido, llegó el momento de contrastar la importancia de la oralidad frente a la escritura, por lo que escucha y habla fueron trabajadas en una serie de Mesas Redondas dirigidas por grupos compuestos por cinco personas; los temas fueron sugeridos por los estudiantes en sus sub-grupos. En mi opinión, las mesas redondas fueron una gran experiencia llena de conquistas para todos, si bien aquéllas duraron alrededor de cinco jornadas, tomando en cuenta que en éstas todos y cada uno de los estudiantes, y hasta la docente titular y yo como docentes, asumimos roles (presidente, relator, comisión y asistentes-participantes) que nos permitieron concienciarnos acerca de la importancia de las habilidades lingüísticas orales en contextos formales y su diferencia con respecto a las habilidades de lectura y escritura. De igual forma, éstas últimas no fueron olvidas del todo, ya que para cada Mesa Redonda los organizadores debían elaborar Agendas preparatorias y de presentación de cada tema y los asistentes reseñas de los eventos ocasionalmente. Cabe aclarar que mi intención se centró más en desarrollar las habilidades lingüísticas en forma comunicativa y útil para sus vidas, que en aprender los contenidos teóricos exigidos o los temas mismos. En este punto debo admitir que la cuestión de las clases se hacía cada vez menos difícil y más gratificante, por lo que cada vez prepararlas y orientarlas era menos conflictivo. Así que por último, debía ser tratado El Ensayo, pero no pudo ser trabajado más que por unos minutos que dieron para una teorización desde la identificación de su Macroestructura discursiva en algunos textos de este tipo desarrollados por mí como universitario, debido a que el tiempo del año escolar se agotó

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y como algo continuo en el colegio es que los estudiantes pierden bastantes clases por actividades culturales o reuniones diversas de los directivos y/o docentes, no hubo nada que hacer y el año terminó y con él finalmente, la segunda etapa. En lo que respecta a las notas o calificaciones, por cierto, tema sagrado y endemoniado a la vez, debo reconocer que por momentos me deje dominar por su facultativa autoridad frente a los estudiantes, y si se pudiesen cometer crímenes con éstas, también sería justo reconocer más de uno. Pero es que parece que la nota los obliga a estas alturas del año a actuar y reaccionar, cosa que no sucede durante los primeros meses de clases, usted sabe, el dichoso decreto 230. Aunque creo justo conmigo, reconocer que mi idea siempre fue promover una evaluación formativa en el proceso que asumí como mis clases, es decir, procuré dar importancia a los procesos, la interacción y los medios, no sólo a los resultados. Sincerándome un poco más al cerrar esta etapa gracias a mi moral autónoma, siento que debo admitir que en muchos casos, yo no sólo orientaba a los estudiantes sino que a la vez me preparaba en gran cantidad de temas que no conocía a cabalidad, pues ni mi experiencia previa ni la universidad me habían preparado. Además, ya encarrerado con lo de sincerarse, un factor estresante para mí fue el tiempo, no fue mi mejor aliado para llevar a cabo mi propósito, ya que no únicamente la no asistencia constante a clases en el colegio causaba la pérdida de éste, sino otros factores como: los disímiles ritmos de aprendizaje de los estudiantes, la presión de la docente por desarrollar las clases como ella las concebía, y lógicamente, mi inexperiencia como docente para saber mediar estos inconvenientes y algunos otros. Para resumir toda esta etapa y en cierto modo la primera, hasta este momento le he relatado una serie de hechos e incidentes que estamparon un sello imborrable en mi experiencia docente durante un difuso año de práctica. Como se dará cuenta, hasta este punto del ciclo lo poco que le he contado de la experiencia se ha caracterizado por la inocencia, la experimentación, las inevitables preconcepciones, los juicios y los deseos frustrados; sí claro, también hubo momentos éxito y sabiduría, pero infortunadamente opacados por el marco del conflicto interno que se resuelve con la experiencia.

Pues bien, pudo haber sido un año perdido, pero no lo fue, ya que fundamento día a día los hechos que a continuación narro y a los cuales quería llegar.

III

La última y verdadera experiencia allí (3era etapa)

Como ya lo mencioné, a partir de este momento presentaré a usted los hechos que realmente determinaron mi práctica y hacen que hoy yo tenga un objeto de narración. ¿Que por qué no inicie por esta parte? Bueno, pensé que los hechos que preceden esta experiencia serían vitales para explicar la postura que asumí frente a la situación y caracterizaré de aquí en adelante. Así que en breve, para continuar con el trabajo realizado en la práctica investigativa y pedagógica desarrollada al través del año anterior, esta etapa continué trabajando con la profesora Marlén Rojas en uno de los cursos a su cargo, 803. Como ya lo debe saber bien, mi labor en esta fase de la investigación, consistió en aplicar una propuesta pedagógica como solución a los problemas encontrados en las anteriores fases del proyecto denominado, Lectura Escritura y Valores; aunque infortunadamente, se dará cuenta al finalizar este relato que no logré alcanzar dicho propósito realmente. Así pues, para los estudiantes comenzaba un año nuevo de estudio, al cual llegaban sintiéndose pretenciosamente más maduros al avanzar un espacio temporal considerable. No puedo decir más que se mostraban como pequeñas mujeres y pequeños hombres con nuevos cuadernos, uniformes, amigos y profesores, además, con un aura que brillaba de inocencia, inconciencia e ilusión; razón por la cual, observarlos las primeras semanas fue una cuestión jocosa e interesante,

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dado que ellos mostraban sin saberlo un sin fin de sensaciones y sentimientos desequilibrados, en fin, eran sólo ellos, estudiantes y niños creciendo. Pero por otro lado, para los docentes, el panorama era un poco distinto, ya que, si bien también se observaban sonrisas y se escuchaban frases esperanzadoras entre ellos, sólo se hacía evidente que empezaba un año más de obligaciones en su larga carrera. Y finalmente para mí, esas primeras semanas eran el comienzo del final, es decir, un gran avance en la cuenta regresiva del fin de la práctica Entonces, digamos que a esta última etapa empecé a asistir al colegio luego de un par de semanas de haber iniciado el año escolar, razón por la cual, decidimos con la docente que durante varias jornadas, yo asistiría al aula de 803 con el propósito de familiarizarme con el ambiente del nuevo grupo y la forma en la que los contenidos habían sido tratados hasta la fecha por la ella. Creo que fue una buena decisión, evidentemente para no obviar el proceso desarrollado hasta el momento por la docente, no atropellar a los estudiantes con mi presencia repentina e integrar mis intenciones como practicante de nuevo en esta realidad cambiante y mía una vez más.

“Una vez más la incertidumbre de comenzar otro largo camino, con etapas del pasado que probablemente re-viviría y jornadas extenuantes que luego sólo recordaría.”

Así, con estas palabras que escribí el día que retomé mi labor, puedo describir en forma sintética como re-inició y continuó mi experiencia práctica como investigador y profesor en esta etapa, con gran incertidumbre sobre el porvenir y deseo de avanzar y no estancarme en el pasado. Claro, permítame explicarle que las siguientes jornadas las relataré de manera breve y un tanto sistemática, ya que no quiero entrar en detalles que ya haya podido haberle contado en las otras etapas de esta crónica, porque seguramente podrían fastidiarle. En resumen, sólo quiero brindarle un breve recorrido por esa última experiencia allí rescatando los hechos verdaderamente relevantes, por lo que para facilitar la comprensión de los mismos, los contaré en tres momentos: Jornadas inaugurales, Jornadas intermedias y Jornadas de despedida.

Jornadas inaugurales Otro pequeño periodo como observador

Bueno, ya supondrá por los indicios que le he dado anteriormente como era todo por esos días, así es, sin gran novedad, por lo que las primeras jornadas como observador, ya no me preocupaba por tratar de buscar problemas en los estudiantes o la docente o el aula de clases, como seguramente lo hice en algunos momentos de las etapas precedentes; no, no era necesario porque para esos días sabía que hubiese sido inútil buscar culpables y no soluciones para mi práctica. Por consiguiente, esta ocasión me preocupé por mediar los inconvenientes que configuraban la problemática que articulaba nuestro proyecto (Lectura, Escritura y Valores), razón por la cual, lo que más destaco hoy por hoy de esta etapa es el hecho de reconfigurar mi visión crítica sobre mi práctica. De manera que todo re-inició con mi clásica presentación ante el recién configurado grupo de estudiantes, allí encontré obviamente caras conocidas de los cursos (701 y 703) en los que estuve las etapas anteriores, pero principalmente hallé caras extrañadas, expectativas y prevenidas. Durante estas jornadas la docente trató temas diversos, pero uno recurrente en dichas sesiones fue la ortografía, el cual, no sólo aquellos días sino frecuentemente en sus clases, era desarrollado por medio de los talleres que proponían una serie de libros de diversos grados, textos de sexto, séptimo, noveno y once estaban allí, pero no había uno sólo de grado octavo, que irónico no cree. Además, dado que no había -y aún sobre seguro no hay- suficiente material en el colegio, los estudiantes no podían hacer los talleres en los libros, sino que debían copiar los talleres en los cuadernos y desarrollarlos, cosa que no los motivaba mucho, si bien debo reconocer que los mantenía ocupados copiando los talleres, además de resolviéndolos.

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Seguidamente, hablando de temas y clases de la docente, otro fue la revista, para lo cual llevó unos libros de texto de octavo grado llamados destrezas 8, con estos los estudiantes debían realizar un taller explicitado allí y en su cuaderno ir tomando notas a propósito de la revista, no era una labor muy animada pero ellos trabajaban. Luego, esta profesora pidió a los estudiantes empezar el avance de su propia revista en temas diversos y en las parejas que ella designó; no obstante, me di cuenta, por las reacciones de los estudiantes y la poca cantidad de ellos que entregaron dicho trabajo, que la actividad no los motivó mucho. Por mi parte, yo no pude evitar reflexionar acerca de este hecho y me veo obligado a decir que yo hubiese desarrollado la revista, con un proceso más elaborado y largo, ya que noté que los estudiantes no tenían las herramientas teóricas ni las competencias necesarias para desarrollar dicho trabajo en dos sesiones y sin las orientaciones pertinentes de un docente; esos días me vi reflejado en ellos, sentí angustia ajena y volví a la escuela en calidad de estudiante poco motivado. Entonces, como por esos días yo buscaba luces en diversos autores para mi aplicación, esta fue una pequeña iluminación registrada: creo que la profesora se preocupó más por la teoría que por la práctica significativa para la vida, como diría Howard Gardner en La Mente No Escolarizada, la actividad planteada propendía a una comprensión intuitiva y no una comprensión genuina. Ese detalle, fue determinante en esos días para procurar no llevar mis clases por el mismo camino, ya que observé que éste lo más lejos que llevaría a los estudiantes sería a adquirir información y habilidades útiles sólo en la escuela, e igualmente, les causaría repulsión hacía mí y los contenidos. Así pues, como mi espacio para asumir la orientación de las clases se acercaba en esta etapa, me mentalicé a aplicar los conocimientos que me tocasen con flexibilidad, como si yo fuese quien estuviese en su lugar, como si yo fuese un estudiante más que de la manera más útil para mi vida presente y futura, en la medida de las posibilidades, esperase educarme dentro de situaciones que ampliasen los límites y los alcances de la escuela. Para concluir la narración de las jornadas inaugurales, sólo me resta referirle un par de cosas. Por mi parte, mi labor por aquellos días, sólo consistió en ser un orientador de las preguntas o dudas que los estudiantes encontraban entretanto desarrollaban los talleres, algo no muy exigente pero gratificante, tomando en cuenta que los estudiantes encontraban gradualmente en mí lo que no obtenían de otros docentes. Por su parte, la profesora titular se dedicó a calificar el trabajo en clase de los alumnos llamándolos desde su escritorio; esta metodología de trabajo, que ya había visto en ella en repetidas ocasiones, fue utilizada algunas veces en clase como un medio de control y un mecanismo para que los estudiantes trabajasen, así fuese por la nota. Por lo demás, sólo debo comentar que algo incomodo que identifiqué para desarrollar las clases en este grupo, en ese momento para la docente, luego para mí e hipotéticamente para usted, fue que los estudiantes, en su mayoría de 13, 14 o 15 años, estaban despertando a la adolescencia y se comportaban, digamos... muy “hormonalmente”; por lo que manejar dicho comportamiento en un aula de clases se convirtió en un problema recurrente que difícilmente se puede trabajar.

Jornadas intermedias Un supuesto ideal para la verdadera escuela

Pues bien, repentinamente las jornadas pasaron e ineludiblemente el poder como docente que había perdido la etapa anterior, volvió; pero esta vez traía consigo un pequeño agravante, el cual me obligaba a aplicar una propuesta personal enmarcada dentro del proyecto “Lectura, Escritura y Valores”, cuestión que por falta de práctica dificultaba esta labor. Bueno, usted que lee esta crónica va a notar como poco a poco ese ideal que se supone iba a aplicar, rápidamente se desvaneció y me llevó a situaciones inesperadas, positivas y negativas. De manera que para comenzar mi labor orientadora en el 803, le pedí a la docente en una de las reuniones de área, acordar y determinar un cronograma común de temas a tratar durante los próximas jornadas con el propósito de lograr un desempeño más efectivo de mi quehacer. Aquel día los temas acordados fueron: El descubrimiento de América y las primeras letras, Los diarios,

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Las crónicas, Aumentativos y Diminutivos, Casos especiales del acento ortográfico, El lenguaje de la pintura, Los géneros literarios, El debate, El acta y algunos Talleres de ortografía. Tomando en cuenta esto, debo confesarle y aclararle que si bien en aquel entonces contaba con esta atractiva lista de temas para planear un proceso de trabajo, encontré muy difícil plantear y acomodar la dichosa propuesta entorno a estos. Por un lado, puesto que por aquellos días mi idea era aplicar mi parte correspondiente a “Lectura, Escritura y Valores” desde el trabajo axiológico con micro-relatos y cuentos cortos, lo cual realmente no se pudo; creo que porque sencillamente la situación me llevó a ampliar y enfocar mi visión en cualquier tipo de relato para poder desarrollar las clases, eso sí, jamás olvidé –y aún no olvido- los tipos de textos citados arriba, ya que como fue presentado anteriormente procuraron resultados en otras etapas. Por el otro lado, así como reconozco mis faltas e impotencia, me veo en la obligación de aclarar que el otro factor que no me permitió aplicar mi propuesta como la concebí en un comienzo, y seguramente dificultó su desarrollo durante su evolución, fue el que la docente sugería desde su perspectiva llevar las clases en cierta forma análoga a la suya, cuestión que sólo hacía más difícil el trabajo, dado que chocaba algunas veces con mi concepción del quehacer docente y la orientación de clases. Bueno, para avanzar en este relato porque veo que cada vez se hace más largo de lo que lo pensé. Las jornadas intermedias habían iniciado y retomé el quehacer articulando los temas “las primeras letras”, los diarios y las crónicas; mi intención con esta temática fue congregar los temas que podrían complementarse los unos a los otros en beneficio de su comprensión. Entonces, luego de la pertinente contextualización por mi parte de lo que las primeras letras fueron, claro está, sin obviar los aportes de los estudiantes, propuse a estos últimos una serie de talleres de lectura significativa y escritura apoyados en cartas, diarios y crónicas de la época; por ejemplo, el primero de ellos, estaba basado en la lectura de un fragmento del Diario de abordo de los viajes de Colón, del cual no sólo se debía hacer un análisis sobre su forma y contenido partiendo de una preguntas orientadoras, sino también se debía reflexionar, proponer y discutir de lo que Colón quería lograr por medio de este escrito, y además, de cómo veían ellos desde su realidad, hoy en día, el mismo. Asimismo, para estas sesiones procuré que los estudiantes trabajasen en la producción de crónicas y diarios, con libertad de elección de tema y tomando en cuenta las características que ya habíamos identificado en cada uno de estos tipos de texto en los talleres en clase; aunque digo procuré si bien logré respuesta de los estudiantes, porque infortunadamente una buena parte de ellos no entrego trabajo alguno. Con esta forma de proceder, además de pretender trabajar integralmente temas como los Diarios, el Descubrimiento de América y las primeras letras, intenté proponer el trabajo de relatos desde la concepción de estos como facilitadotes de la lectura desde el sentido, la cual fue una idea que dentro de mi búsqueda de respuestas pedagógicas y disciplinares por esos días heredé de Cassany en Enseñar Lengua. A continuación, después de unas cuantas jornadas, dolores de cabeza y habiendo ya superado los anteriores temas, llegó el momento de tratar los aumentativos y los diminutivos; para esto desarrollé una serie de actividades lúdicas que involucraban la participación de los estudiantes para llevarlas a cabo, y a partir de sus participaciones, expliqué el tema. A grandes rasgos puedo decir que en un par de sesiones trabajamos a partir del contenido de algunos cuentos y micro-relatos, tanto ejercicios de identificación de morfemas aumentativos y diminutivos, un tanto tradicionales, como la lectura desde el sentido que ya expliqué y la producción de algunos micro-cuentos, tomando en cuenta la utilización del tema de turno y los ejemplos de la estructura de este tipo de texto que ya habíamos analizado. Entonces, pasaban jornadas y yo ni lo notaba, el quehacer ya no era tan tedioso o dispendioso, por lo que seguidamente vino otro tema que recibí sin mayor prevención, el acento diacrítico, el cual fue tratado de forma similar que los anteriores, partiendo de la experiencia con algún tipo de texto, en este caso micro-relatos. Utilicé este tipo escrito ya que a los estudiantes les atraía por su brevedad y su contenido atractivo y fácil de comprender, además, yo notaba que indirectamente podía trabajar esa parte de valores que sugería el proyecto en donde se enmarca esta propuesta

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con mayor facilidad y hasta sin que los muchachos lo notaran. De manera que es aquí, luego de un número considerable de jornadas, cuando puedo decir que mi supuesto ideal, mi propuesta hipotética poco fundamentada, al través de la experiencia, empezaba a alimentarse y transformarse en una auténtica propuesta para la verdadera escuela; afortunadamente, mis preocupaciones poco a poco desaparecían. En suma, para resumir esta etapas intermedias, puedo decir que algo constante en aquellos días, fue que a partir de las dificultades con la planeación de clases y los desacuerdos con la docente, procuré presentar y orientar mis clases desde lo que la incertidumbre me presentaba y permitía, por lo que intenté llevar las clases como un proceso y no como unidades del conocimiento separadas; ya que, si bien sabía que podía caer en disidencias pedagógicas con la profesora o darle pie para criticas, había entendido y deseaba como neo-docente sin resabios, cambiar de perspectiva y orientar las clases de forma efectiva para la construcción del conocimiento de mis estudiantes. Por cierto, siendo un poco honesto, una vez más debo reconocer que me deje llevar también en este periodo de tiempo por la intimidación de la nota, pero es que si no lo hubiese hecho, la disciplina y el trabajo en clase habrían sido imposibles de manejar.

Jornadas de despedida

El comienzo del final Bueno, aquí estamos usted y yo, finalmente en las últimas palabras de este largo relato que recoge en tres etapas todo un ciclo de sucesos que sucedieron en un año y medio de práctica pedagógico-investigativa, de los cuales en breve descubrirá lo que dejaron al finalizar.

“Mi ideal se desvaneció como una preconcepción, esta realidad no es más que la re-conceptuación”

En fin, dejaré de momento a su criterio la interpretación de estas palabras que coleccionan a cabalidad la evolución de esta experiencia. Pues bien, para ir recogiendo ideas e ir cerrando la narración. Cerca de las últimas jornadas, una de las experiencias que creo vital aludir es aquella en la que al grupo de practicantes de Lectura, Escritura y Valores del que hago parte, se le pidió la colaboración con las actividades correspondientes a la celebración del día del idioma, el cual en el Francisco de Paula Santander no se desplegaba en una jornada sino en varias. Entonces, considero importante mencionar algunos de estos detalles, puesto que son el punto en el que todos los practicantes logramos un nivel considerable de reconocimiento y participación activa como docentes en la institución, tomando en cuenta el largo y complicado proceso que iba quedando atrás dejándonos experiencia como docentes; y además, me gusta pensar que por esas jornadas las actividades operaron como el preludio para nuestra despedida de este centro educativo, es decir, quiméricamente recuerdo esos días como un salir con la frente en alto de allí luego de haber entrado repetidamente por la puerta de atrás. Una de las actividades de las que le hablo se relaciona con mi experiencia docente con la lectura, que como se dará cuenta a estas alturas del relato, fue la preocupación constante que procuré trabajar de la mejor manera, y por esa misma razón, creo que referirle dicha actividad aportará al progreso de la presente narración. Esa actividad que le comento es la preparación de un taller de lectura denominado por los docentes-titulares del colegio “encuentro con la palabra”, éste lo hicimos cada uno de los docentes-practicantes utilizando nuestro juicio y disponiendo de diversos textos dependiendo del grado en el cual serían posteriormente aplicados, para mi caso, colabore con la preparación del taller de los grados octavos. Para hacer esto, sugerí utilizar un cuento corto similar a los que ocasionalmente había utilizado en clases con mis estudiantes, su nombre era “La muerte del Enano, Versión de Bustamante”; y la razón por la cual seleccioné éste, fue porque su contenido permitía originar la promoción de la lectura con sentido, reflexiva y significativa sobre los

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valores desde una historia literaria atractiva, de manera que podría trabajar varios aspectos simultáneamente. Asimismo, otra de las actividades -posiblemente no tan relacionada con esta narración como la anterior- para la celebración del día del idioma en que debimos colaborar con mis compañeros de investigación, la cual nos ocupo en su aplicación un par de sesiones más, fue preparar otro taller con respecto a una obra de teatro a la que los estudiantes debían asistir y que los docentes-titulares nos sugirieron, la obra era “Cosas de Papá y Mamá”; este taller consistió en algunas actividades para antes, durante y después de la obra de teatro, tomando en cuenta el contenido de la obra y el género literario como tal. La actividad que le describo en este momento, en lo que a mi respecta como docente en ese entonces del grado 803, la utilicé en sesiones ulteriores a dichas celebraciones como excusa para desarrollar el tema de los Géneros literarios, desde la ejemplificación de los géneros teatrales con la obra apenas vista, los géneros líricos con algunas poesías de verso libre y los géneros narrativos con algunos de los cuentos cortos utilizados en diversos momentos de la clase; cabe aclarar que las acciones realizadas entorno a este tema, sin importar el género, fueron enfocadas desde la reflexión de los contenidos, la lectura desde el sentido y la comprensión poco convencional de estas. Por otro lado, una vez superadas las múltiples jornadas de celebración del Día del idioma y sus efectos, en el orden de los hechos que cierran esta crónica el último tema que tuve que afrontar fue El Debate y como el problema hormonal que le detallé en algún momento siempre fue constante y aún continuaba allí, decidí aprovechar el tema de turno para mediar dicho inconveniente. De manera que les sugerí a los estudiantes organizar un debate sobre un tema que atrapara la atención de unos y otros desde perspectivas distintas, es decir a favor y en contra; entonces, acordamos tratar el reggaeton, un tema muy útil para la actividad, puesto que como género musical, baile y contenido creativo comunicativo, acarrea ciertas conductas que incitan a comportarse de cierta manera, las cuales si no se manejan correctamente pueden llevar a la pérdida desmesurada de los valores. En fin, mi propósito fue el de concienciar a los estudiantes de la importancia de saber lo que se hace y no se debe hacer, en este caso con este baile; aquel día discutimos los puntos a favor y en contra del reggaeton, analizamos sus implicaciones y mediamos algunas discrepancias que surgieron en el marco del actividad. Eso sí, debo aclarar que jamás pretendí con este actividad exhortar a los estudiantes a odiar dicho género musical, más bien intenté hacerlos caer en la cuenta de la importancia de rumiar lo que nos da la sociedad, la relevancia de la palabra en la comunicación efectiva y la necesidad de la argumentación al dar un punto de vista. Ahora y para concluir esta larga narración, sólo realizare unos comentarios relacionados con las postreras percepciones que las últimas jornadas registré de cada uno de los actores que tomamos parte en la crónica de las interminables jornadas en tres etapas y un ciclo En primer lugar, con respecto a los docentes-titulares, noté que en general ellos dejaron ver hasta el final recelo y hastío hacia los practicantes, fue así como las últimas palabras que registré en algunos de ellos, afortunadamente no en todos, fueron de rechazo invariable a recibir en el futuro algún practicante, detalle de despedida no muy amable y afable; no creo que esto se haya debido a un mal desempeño por parte de nosotros como practicantes, más bien pienso que se debió al choque de posturas pedagógicas generacionales que provocaba nuestra presencia allí. Como ejemplificación de este hecho, en lo que respecta a la docente que acompañé por un año y medio o todo el ciclo, sólo recuerdo que la última disidencia que tuvimos fue respecto a que ella insistió en “memorizar” los autores representativos de la época de la conquista y retomar el tema que yo había tratado desde mi perspectiva ya; gracias a Dios ese día me iba de allí. En segundo lugar, acerca de los directivos del colegio, no tengo mucho que decir, sólo que siempre los practicantes recibimos su apoyo, y aunque tengo la percepción de que falta un poco

Page 95: Lectura, escritura y valores

94

más de presencia y acción de los mismos allí, creo que casi para cuando dejé el colegio este hecho iba mejorando. Seguidamente, sobre los docentes-asesores, sólo debo agregar que si bien tuvimos su apoyo incondicional y aún estoy seguro que lo tenemos, hubiese sido útil gozar de su presencia en el colegio a menudo para mediar las tensiones con los docentes-titulares. En cuanto a los estudiantes, puedo asegurar que me fui del colegio habiendo ganado su respeto como persona y docente, aunque su responsabilidad intermitente siguiese con ellos; por ejemplo, al comentar a los estudiantes como iban sus notas el día que me iba, muchos se sorprendieron y empezaron a pedir nuevas oportunidades para entregar tareas asignadas. Saque sus conclusiones. Por último, en lo concerniente a los practicantes, puedo decir que la alegría de dejar el colegio y la práctica para cerrar el ciclo se vio opacada un poco por la desazón de dejar a los estudiantes en general, e irónicamente, a la rutina misma que nos mantuvo en el Francisco de Paula Santander por un año y medio. En lo que a mi respecta, sólo puedo decir que todas esas interminables jornadas me prepararon, día a día y con un poco de sufrimiento, para asumir la incertidumbre del quehacer como licenciado; para el porvenir únicamente espero, al cerrar este ciclo, que también este entrenamiento me haya preparado para asumir con sabiduría y sagacidad el camino que hasta ahora emprendo.

Page 96: Lectura, escritura y valores

95

3.2. EL PROFESOR QUE INVESTIGA Y REFLEXIONA SOBRE SU PRÁCTICA

-Jeimmy J. Pardo B.-

3.2.1. SITUACIÓN

3.2.1.1. PROBLEMA

Teniendo en cuenta la importancia que tiene para los futuros profesionales en

educación, entender su práctica no como un mero requisito sino, como un ejercicio

de encuentro y contrastación de la teoría y la práctica, se realizó un ejercicio

docente, de práctica no sólo pedagógica sino además investigativa, durante el cual

se reevaluaron conceptos, teorías, métodos y habilidades a nivel profesional y

personal.

El presente trabajo es una sistematización de las experiencias de cinco

practicantes que concibieron su ejercicio profesional como el momento ideal para

examinar sus fortalezas y debilidades a la luz de las diferentes teorías.

Page 97: Lectura, escritura y valores

96

3.2.1.2. JUSTIFICACIÓN

A partir de la experiencia de práctica pedagógica e investigativa, realizada en el

C.I.E.D. Francisco de Paula Santander -Sede A-, durante los semestres séptimo a

noveno, se pudieron hacer evidentes algunos aspectos relacionados con la

didáctica, la pedagogía y la administración escolar, sobre los cuales se realizó un

seguimiento de observación e intervención en la Institución; y de la cual surgió

además, el tema de investigación para el presente trabajo de grado realizado por

los cinco integrantes del grupo investigativo.

A continuación se pretende, hacer una reflexión de éste ejercicio profesional,

contrastando a la luz de la teoría, los registros y experiencia obtenidos.

Page 98: Lectura, escritura y valores

97

3.2.1.3. OBJETIVOS

3.2.1.3.1. General

Analizar y contrastar, a la luz de la teoría, la experiencia de práctica pedagógica e

investigativa realizada en el C.I.E.D. Francisco de Paula Santander – Sede A-.

3.2.1.3.2. Específicos

- Recuperar en una narrativa la experiencia de práctica.

- Identificar y categorizar algunos aspectos relevantes de la experiencia.

- Contrastar con la teoría, las experiencias y propuestas relevantes durante

la práctica.

- Sistematizar la experiencia, de manera que, se puedan determinar algunas

conclusiones útiles para el lector.

Page 99: Lectura, escritura y valores

98

3.2.1.4. METODOLOGÍA

Partiendo de la metodología general utilizada en esta sistematización de

experiencias a la cual este microproyecto: El profesor que investiga y reflexiona

sobre su práctica se adjunta; para el desarrollo del mismo, se toman en cuenta las

mismas cuatro fases descritas al inicio del trabajo, las cuales, aplicadas al

desarrollo del microproyecto quedarían descritas de la siguiente manera:

Un primer momento, dentro de un periodo aproximado de año y medio, durante el

cual se realizó un acercamiento a la Institución y una observación participante en

el aula de clase en donde nos correspondía trabajar. Lo anterior, con el fin de

identificar y categorizar problemáticas comunes, por medio de la triangulación de

información de todos los miembros participes del presente trabajo de

investigación.

Acto seguido, y una vez identificadas las problemáticas sobre las cuales se debía

enfocar nuestra intervención en la Institución, se formuló un proyecto de

aplicación llamado Lectura, escritura y valores, el mismo que da titulo a este

trabajo investigativo. Delimitado el trabajo a realizar, se procedió a intervenir en

los cursos previamente designados y observados, por medio de microproyectos

individuales o grupales divididos según afinidad. Producto de esta subdivisión por

microproyectos surge como resultado el apartado que a continuación se

desarrolla.

La propuesta se centra en el desarrollo de habilidades de comprensión y

producción, trabajando los niveles de lectura y escritura propuestos en los

lineamientos curriculares y posteriormente retomados por Carlos Lomas.

Un último momento, es la sistematización de las experiencias de todos los

integrantes, en la que se reflexiona y cuestiona la práctica individual, al tiempo que

Page 100: Lectura, escritura y valores

99

se analizan los proyectos de aplicación a la luz de las teorías fundamentadas.

Como resultado de este ultimo momento, se encuentra tanto el presente capítulo

titulado El profesor que investiga y reflexiona sobre su práctica, como el trabajo

investigativo del que se desprende, y el cual lleva por titulo Lectura, escritura y

valores.

Page 101: Lectura, escritura y valores

100

3.2.2. CATEGORIZACIÓN

CATEGORÍAS

1. El practicante como docente investigador

El rol del practicante investigador

La experiencia de práctica

2. La lectura y la escritura, desde Carlos Lomas

Concepto de Lectura

Niveles de Lectura

Concepto de Escritura

La experiencia de práctica en la enseñanza de

la Lectura y la Escritura

3. La educación en los valores

Concepto de valor

La educación en los valores

La experiencia de práctica en la enseñanza de

los valores

Page 102: Lectura, escritura y valores

101

3.2.3. TEORIZACIÓN

3.2.3.1. El practicante como docente investigador

3.2.3.1.1. El rol del practicante investigador

Durante todo el proceso de la práctica pedagógica como práctica investigativa, se

pudo hacer evidente el importante rol que juega el practicante como agente de

conocimiento que, actúa y reflexiona sobre su quehacer al tiempo que imparte su

disciplina. La razón de esta orientación más comprensiva y reflexiva del ejercicio

docente en contraposición con la meramente técnica e instruccional hasta hace

unos años aplicada, surge como respuesta a un mundo globalizado cada vez más

variable, complejo e imprevisible en el que el profesor no puede ser concebido

como un simple técnico que aplica rutinas preestablecidas a problemas

estandarizados como el mejor modo de orientar tradicionalmente su práctica (J.

Elliott, 2000, Pág. 16). Contrario a esto, y teniendo en cuenta los constantes

problemas a los que el docente se ve enfrentado con el pasar de los días y el

revolucionar de la sociedad, debemos entender la práctica docente, como una

intervención investigativa y aplicativa en el aula: la intervención del profesor, al

igual que ocurre con cualquier otra práctica social es, un auténtico proceso de

investigación (J. Elliott, 2000, Pág. 16).

Page 103: Lectura, escritura y valores

102

De ahí que, el realizar una práctica pedagógica no deba ceñirse sólo a un requisito

previo a la graduación profesional, sino que, debe ser el momento determinante en

el que el practicante se cuestione a sí mismo, reconozca sus fortalezas y acepte

sus debilidades en el ejercicio y ambiente docente -que es nuestro caso particular-

y además, indague y formule posibles soluciones para mejorarlas.

A menudo, entendemos la investigación educativa como algo externo al docente:

Con harta frecuencia se presenta la investigación educativa como si sus

resultados sólo pudieran ser criticados técnicamente y por parte de otros

investigadores ( L. Stenhouse, 1998, Pág. 69); pero lo ideal sería, que el propio

docente -participante activo del proceso educativo- indagara sobre aquellos

aspectos, que dentro de su práctica, encuentra débiles o incompletos; porque

justamente diagnosticar los diferentes estados y movimientos de la compleja vida

del aula, desde la perspectiva de quienes intervienen en ella, elaborar,

experimentar, evaluar y redefinir los modos de intervención en virtud de los

principios educativos que justifican y validan la práctica y de la propia evolución

individual y colectiva de los alumnos... (J. Elliott, 2000, Pág. 16), brinda a los

profesores la oportunidad de, primero, entender el aula desde su contexto y,

segundo, establecer cambios a partir de concretos (Ver anexo # 1, párrafos 28-

35).

De ahí que, el rol del docente practicante y profesional cobre tanta importancia en

el proceso educativo, no sólo por ser quienes comunican conocimiento, sino

porque además desarrollan las estrategias y ambientes adecuados para que éste

pueda darse favorablemente. Por tanto, el juicio profesional requiere que las

personas dedicadas a la enseñanza desarrollen constantemente sus

conocimientos profesionales en relación con las circunstancias cambiantes,

proceso en el que el conocimiento antecedente debe adaptarse al nuevo caso

para revisarlo a su luz ( J. Elliott, 2000, Pág.176); porque aunque las situaciones

Page 104: Lectura, escritura y valores

103

prácticas puedan parecerse, nunca son exactamente iguales; pero se puede, en

cambio, aprovechar experiencias pasadas para alimentar formulaciones de

soluciones futuras.

3.2.3.1.2. La experiencia de práctica

Cuando hablamos de reconocer fortalezas o aceptar debilidades, nos enfrentamos

a un serio problema, reflejado por muchos de nosotros durante el proceso de

práctica: el problema de la teoría y la práctica (J. Elliott, 2000, Pág.63). Es fácil

decir que “vamos a practicar nuestro rol profesional”, pero practicarlo propiamente,

no es tan fácil como parece.

A modo personal, he de decir que cuando me enfrenté por primera vez a un aula

de clase a “enseñar Español” sentí en mi cabeza una especie de revolución

extraña de la que no podía sacar casi nada práctico que me fuese útil en ese

momento; sólo pasaban por mi cabeza palabras sueltas como Chomsky, teoría,

Saussure, lingüística, educación, pedagogía, gramática, y otras más que ya no

recuerdo, o tal vez si, pero prefiero dejarlas archivadas hasta el momento en que

sea pertinente dejarlas salir (Ver anexo # 1, párrafos 9-11).

En ese momento, desde mi punto de vista, la teoría que poseía era algo que no

podía aplicar ni utilizar en relación con mi práctica; y creo que no era la única que

así lo pensaba.

Page 105: Lectura, escritura y valores

104

El llegar a la Institución y hacerme cargo de una clase de Lengua Castellana en un

curso de bachillerato, no era tarea sencilla y mucho menos cuando no contaba con

la experiencia para hacerlo (Ver anexo # 1, párrafos 56-60). En ese momento, me

enfrenté a la dicotomía entre teoría y práctica.

A mi parecer, la práctica estaba muy por fuera de los conocimientos impartidos en

la Academia; porque desafortunadamente al empezar, a través de los ojos de los

profesores en ejercicio... la teoría es algo que no pueden aplicar ni utilizar en

relación con su práctica (J. Elliott, 2000, Pág. 63). Pero luego, con el transcurrir de

los días, fui entendiendo que, la teoría es el complemento de la práctica y

viceversa; pues necesitamos medios teóricos que contribuyan a que el análisis de

la práctica sea verdaderamente reflexivo. Unos referentes teóricos, entendidos

como instrumentos conceptuales extraídos del estudio empírico y de la

determinación ideológica, que permitan fundamentar nuestra práctica; dando

pistas acerca de los criterios de análisis y acerca de la selección de las posibles

alternativas de cambio (A. Zabala, 2000, Pág. 14), (Ver anexo # 1, párrafos 86-93).

Aludiendo al aporte de Zabala, puedo señalar que, en el desarrollo de mi práctica

fui deduciendo la importancia de cuestionarse uno mismo sobre su intervención en

aula, para así poder formular caminos que fortalezcan el proceso de enseñanza-

aprendizaje.

Fue precisamente este choque empírico-conceptual, el que me permitió entender

el verdadero papel que juega la investigación en la educación; porque el rol del

profesor no debe limitarse a dictar una clase, el profesor debe formar a sus

estudiantes, y eso requiere investigación.

Page 106: Lectura, escritura y valores

105

3.2.3.2. La lectura y la escritura, desde Carlos Lomas

Universalmente, la lectura y la escritura son consideradas como herramientas

básicas para desenvolverse adecuadamente en una sociedad, pero al mismo

tiempo y por su carácter relevante, han sido objeto de múltiples investigaciones y

análisis que buscan los caminos más acertados para impartirlas en la educación

básica escolar; pues es allí, donde se supone “inicia” su proceso pero, en la

mayoría de los casos, desafortunadamente no es así.

3.2.3.2.1. Concepto de Lectura

Al tener asignado el curso de bachillerato con el que iba a trabajar, el paso

siguiente fue tener un primer acercamiento a ellos y hacer un diagnóstico de la

población; esto, con el fin de orientar mis clases a subsanar necesidades latentes

en mis estudiantes, eso pensaba yo.

Al pasar del tiempo, empecé a notar que mis expectativas frente a los estudiantes

estaban muy por encima de lo que realmente sabían, fue entonces cuando me di

cuenta que el trabajo más que práctica se iba a convertir en un reto personal y

profesional.

Dentro de mi lógica docente, tenía claro que, la lectura era equivalente a

comprensión, porque “Enseñar a entender un texto ha ido convirtiéndose en el

Page 107: Lectura, escritura y valores

106

objetivo real de las prácticas escolares y ha permitido experimentar y articular

nuevas prácticas para conseguirlo” (Lomas, 1999, Pág. 327). De ahí que no sólo

se hable de lectura sino de lecto-escritura como un solo aspecto a trabajar, pues

todo el proceso comunicativo de los individuos exige que entiendan y produzcan

mensajes recíprocamente.

A partir de esto, tomé en cuenta varios aspectos que iban a mejorar estas

habilidades de comunicación; sobretodo, lo relacionado con las motivaciones y el

deseo de acercarse a la lectura y luego, el ambiente ideal en el que esta actividad

se podría realizar. Pero, para ahondar más en las herramientas necesarias para

una buena actividad lectora, encontré que, Lomas parte de la “idea de que leer es

un acto interpretativo que consiste en saber guiar una serie de razonamientos

hacia la construcción de una interpretación el mensaje escrito a partir de tanto la

información que proporciona el texto como de los conocimientos del lector”

(Lomas, 1999, Pág. 327).

Además propone tres factores de vital importancia en el desarrollo de la

enseñanza de la lectura como son:

- “El lector, que incluye los conocimientos que éste posee en un sentido amplio, es

decir, todo lo que es y sabe sobre el mundo, así como todo lo que hace durante la

lectura para entender el texto.

- El texto, que se refiere a la intención del autor, al contenido de lo que dice y a la

forma en que ha organizado su mensaje.

- El contexto, que comprende las condiciones de la lectura, tanto las que se fija el

propio lector (su intención, sus intereses por el texto, etc.) como las derivadas del

entorno social, que en el caso de la lectura escolar son normalmente las que fija el

enseñante (una lectura compartida o no, silenciosa o en voz alta, el tiempo que se

le destina, etc.)” (Lomas, 1999, Pág. 328).

Page 108: Lectura, escritura y valores

107

De la relación entre estas tres variables, según Lomas, depende el éxito de una

comprensión de textos en la escuela. Así que, tomé como referencia sus aportes

en lingüística y junto a mi compañera de micro-proyecto, decidimos elegir como

herramienta de trabajo, una ficha que diera cuenta de los diferentes de lectura y

que además ayudara a enriquecer la producción textual de los estudiantes a

nuestro cargo. (Ver Anexos # 2 y 3)

3.2.3.2.2. Niveles de Lectura

Buscando y buscando información acerca de lo que pretendíamos realizar en la

Institución, nos encontramos - sin mucha intención, he de confesarlo - con los

Lineamientos Curriculares en Lengua Castellana, en donde se hace referencia a

los niveles de lectura que se deben trabajar en educación:

Las destrezas necesarias para desarrollar la comprensión lectora

deben promoverse en el mismo proceso de lectura. Pero también es

necesario implementar estrategias pedagógicas antes, durante y

después de éste. Las actividades antes y durante pretenden

focalizar en los niños la atención, despertar su interés, activar el

conocimiento previo, movilizar los procesos imaginativos y

creativos, y promover la predicción.

Las estrategias para después de la lectura buscan facilitar la

reconstrucción del significado global y específico del texto, así como

el reconocimiento de su estructura organizativa. (Serie lineamientos

curriculares - Lengua castellana, 1998, Pág. 64)

Page 109: Lectura, escritura y valores

108

Cuando se habla de niveles, se refiriere a ciertos pasos pausados que se deben

trabajar en el desarrollo de la Lectura en los estudiantes. Lo primero que se debe

tener en cuenta es la relación que deben establecer los estudiantes con el objeto a

trabajar, pues esta primera interacción le otorga vía libre al proceso de interacción

y entendimiento del que se espera salga como resultado la total comprensión del

texto: “La interacción entre el lector y el texto incluye la influencia del conocimiento

previo a la lectura, […], la capacidad de entender globalmente el texto, la

capacidad de interpretación más allá de su información estricta y la posibilidad de

controlar la lectura que realiza” (Lomas, 1999, Pág. 329).

Con el fin de que el proceso lector que queríamos realizar se llevara a buen

término, nombramos tres categorías o niveles a trabajar, que en otras palabras,

se resume como un antes, durante y después de la Lectura. Estos son:

- NIVEL INTRATEXTUAL

- NIVEL INTERTEXTUAL

- NIVEL EXTRATEXTUAL

Con la ayuda de estos tres niveles, lograríamos incorporar aquellos procesos de

los cuales Lomas hablaba en su libro Cómo enseñar a hacer cosas con las

palabras. El primero de ellos: “[…] explorar los conocimientos previos de los

alumnos antes de la lectura de los textos propuestos” (Lomas, 1999, Pág. 331).

Este, se utilizaba como una introducción a la actividad y al texto a trabajar.

Además, tuvimos en cuenta que: “En lo que a comprensión se refiere, se han

desarrollado muchas actividades sobre la identificación de las ideas principales, la

comprensión global del texto a través del resumen, el uso de la superestructura

textual [...]” (Lomas, 1999, Pág. 331). En este punto, hacíamos uso además de la

Page 110: Lectura, escritura y valores

109

interpretación de los alumnos, de su habilidad para plasmar sus ideas en el papel

y de su competencia gramatical y ortográfica al mismo tiempo.

Siguiendo en la línea de la comprensión, hemos de señalar que, “[…] la

interpretación aboca a la constatación de la diversidad y multiplicidad de las

respuestas personales ante los textos, un aspecto que la lectura guiada en la

escuela no ha potencializado ni incluso aceptado hasta ahora [...]” (Lomas, 1999,

Pág. 331). Teniendo en cuenta que, es importante pero también retante el trabajar

niveles interpretativos y propositivos en educación, decidimos jugarnos el todo por

el todo y probar suerte, no sólo por el hecho de retarnos como profesionales sino

porque además creímos en la importancia de empezar con una cultura de

“enseñar a pensar” y no sólo “enseñar a memorizar”: “La condición fundamental

para una buena enseñanza de la lectura es la de otorgarle el sentido de la práctica

social y cultural que posee, de tal manera que los alumnos entiendan su

aprendizaje como un medio de ampliar las posibilidades de comunicación, fruición

y acceso al conocimiento. ...ésta experiencia interna es la única motivación de los

alumnos [...]” (Lomas, 1999, Pág. 332).

Finalmente, aparte de preocuparnos por desarrollar las competencias lectoras en

los estudiantes a nuestro cargo, nuestro objetivo abarcaba también, el desarrollo

de competencias escriturales, por lo menos en buena medida; y el enfoque que

habíamos escogido nos brindaba esa posibilidad de manera clara: “Muchas de las

actividades que han demostrado su valía en el aprendizaje de la comprensión de

textos relacionan la lectura con la oralidad y la escritura. ... la producción de textos

ayuda a analizar y a entender muchos aspectos textuales, tales como las

estructuras utilizadas o la importancia de los conectores” (Lomas, 1999, Pág.

332).

Page 111: Lectura, escritura y valores

110

3.2.3.2.3. Concepto de Escritura

La escritura la tocamos en este parte de nuestro microproyecto, teniendo en

cuenta que, “Los usos de la lengua escrita están insertos en el entramado

comunicativo humano. Escribir es también una actividad comunicativa.” (Lomas,

1999, Pág. 357). Aunque he de señalar aquí que, nuestro propósito escritural no

estaba proyectado con un alto nivel.

En esencia lo que pretendíamos – y nos dábamos por bien servidas si así lo

conseguíamos- era, mejorar su competencia escritural no sólo a nivel

argumentativo y propositito sino también, gramatical y ortográfico, pues a pesar de

estar en un grado avanzado de básica secundaria como lo es 7° y 8°, sus

conocimientos al respecto no eran los suficientes para lo que les pedíamos.

Enseñar a escribir exige enseñar a escribir textos no sólo correctos sino

también coherentes en su disposición formal y semántica... de ahí que en

el aprendizaje de la escritura sea esencial no sólo el conocimiento

gramatical del código escrito (un saber sobre fonética y ortografía, sobre

morfosintáxis y léxico) sino también el dominio de una serie de habilidades

y de conocimientos textuales, estratégicos y sociolingüísticos (un saber

hacer cosas con la escritura en los distintos ámbitos de la comunicación

escrita). (Lomas, 1999, Pág. 362)

Page 112: Lectura, escritura y valores

111

3.2.3.2.4. La experiencia de práctica en la enseñanza de la Lectura y la

Escritura

En mi caso, en particular, he de decir que, al inicio fue un poco complicado el

encuentro con los ejes temáticos del área a mi cargo, pues para ser sincera,

muchas de los temas que allí se encontraban, no eran de mi dominio o mi

memoria no los había registrado; pero, sumado a esto, lo que yo entendía por

lectura y escritura debió ser reformulado para adecuar mi propuesta de manera

positiva a la población con la que me había correspondido trabajar. De ahí que,

después de muchas indagaciones y contrastaciones, tomé como base las

definiciones y acercamientos de Carlos Lomas y del encuentro intempestivo con

lo Lineamientos Curriculares de mi área a trabajar.

En un nivel general, puedo decir que, encontré ciertas dificultades serias en mi

trabajo con los muchachos pues, la autonomía con el grupo no era la que yo

esperaba, además debí estar pendiente de otra serie de temas y actividades que

desplazaban muy silenciosamente mi propósito educativo. A decir verdad, hubiera

sido interesante tender un curso a cargo sin profesor titular, no por nada personal,

más bien porque de esta manera se hubieran posibilitado diferentes espacios e

incluso problemas dentro de la ejecución de mi proyecto profesional.

Page 113: Lectura, escritura y valores

112

3.2.3.3. La educación en los valores

Uno de los aspectos que trabajé de manera muy rápida y sin tiempo necesario ni

delimitado, pero no sin la relevancia exigida, fue el tema de Los Valores. ¿Por qué

trabajarlos en un proyecto de lecto-escritura? Pues porque este aspecto personal

ayuda a tener un buen ambiente de clase en el que también se propician

proyectos de análisis y producción de textos.

A grosso modo lo que se puede mencionar en este punto es la definición de valor

y su importancia en la educación, para luego y finalmente, pasar a una breve

narración de mi experiencia.

3.2.3.3.1. Concepto de valor

Primero que todo, yo entendí el concepto de valor de la siguiente manera: “El

valor puede considerarse, objetivamente, lo que mejora a la persona. Es decir, el

ser que añade algo bueno al sujeto” (Llanes, 2001, Pág. 143). Por esta razón,

dentro de mi proyecto era importante trabajar algo de valores, y así, brindarles la

posibilidad de mejorar un poco personalmente y al mismo tiempo en su relación

grupal.

Como “El valor es una faceta del objeto por la que el sujeto se enriquece y mejora

al adquirirla” (Llanes, 2001, Pág. 144), era necesario llevar de manera gradual el

Page 114: Lectura, escritura y valores

113

proceso de trabajo acerca de valores como el respeto, la tolerancia y la libertad

que a largo plazo, serían el camino por el cual se facilitaría el proceso de

enseñanza-aprendizaje con ellos.

3.2.3.3.2. La educación en los valores

“Ante todo, el valor es percibido en modo estimativo. Este dato es básico para la

educación de los valores, porque nos manifiesta que no debe procederse

prioritariamente por vía informativa y cognoscitiva, sino por vía experiencial y de

descubrimiento personal” (Llanes, 2001, Pág. 144); este autor nos hace referencia

a la importancia de tener hechos reales sobre los cuales basarse para decidir

trabajar valores en una población determinada. Eso es algo que no se basa en

supuestos sino en reales, sobretodo porque es a partir de ellos de donde se saca

la base para saber cuáles valores trabajar y cuál es la manera adecuada para

hacerlo (Ver anexo # 1, Págs. 69-80).

3.2.3.3.3. La experiencia de práctica en la enseñanza de los valores

A raíz de toda la larga experiencia que viví durante el proceso de observación y

además durante mi proceso de práctica docente, encontramos en todo el grupo

Page 115: Lectura, escritura y valores

114

investigador como común denominador, la grave indisciplina que afectaba no sólo

las relaciones interpersonales del grupo y las interacciones docente-alumno, sino

además, el proceso de enseñanza-aprendizaje de Lengua Castellana, en nuestro

caso particular.

El problema fue que, no hubo mucho tiempo ni espacio disponible - por lo menos

en mi caso - para trabajar estos aspectos de orden personal, porque mi horizonte

principal estaba enfocado al desarrollo de las habilidades disciplinares de lectura y

escritura.

Page 116: Lectura, escritura y valores

115

3.2.4. CONCLUSIONES

• La sistematización de experiencias como metodología de investigación,

logra reunir, de manera coordinada, trabajos independientes,

características similares y hallazgos comunes.

• La investigación en la escuela debe convertirse en un hábito docente, por

cuanto, contribuye a la reflexión del ejercicio en práctica y reevalúa

procesos disciplinares, institucionales e interpersonales.

• El rol del practicante no sólo debe limitarse al cumplimiento de un requisito

curricular, debe considerarse también como, sujeto participativo y reflexivo

de un ejercicio práctico que le dará las herramientas para mejorar su rol

profesional.

• La práctica pedagógica además de brindar espacios de encuentro entre el

sujeto y el ambiente profesional, sirve como espacio de investigación,

indagación y comprobación de teorías existentes.

• La enseñanza de la lengua materna en la escuela debe centrarse más en el

desarrollo de habilidades y competencias comunicativas que permitan a los

estudiantes rendir no sólo en el área de español y en las otras asignaturas,

sino además a nivel extracurricular.

Page 117: Lectura, escritura y valores

116

• Impartir, de manera intrínseca o explícita, una educación en valores a los

estudiantes, permite desarrollar ambientes más propicios para el proceso

de enseñanza-aprendizaje.

Page 118: Lectura, escritura y valores

117

BIBLIOGRAFÍA

• ELLIOTT, John; La investigación-acción en educación; Ediciones

Morata, S.L.; España (Madrid); 2000.

• ELLIOTT, John; El cambio educativo desde la investigación-acción;

Ediciones Morata, S.L.; España (Madrid); 2000.

• ZABALA Vidiella, Antoni; La práctica educativa. Cómo enseñar; Editorial

Graó; España; 2000.

• LLANES Tovar, Rafael; Cómo enseñar y transmitir los valores; Editorial

Trillas; México; 2001.

• LOMAS, Carlos; Enseñar a hacer cosas con las palabras, Vol. I;

Ediciones Piados Ibérica, S.A.; España; 1999.

• SERIE LINEAMIENTOS CURRICULARES - LENGUA CASTELLANA;

Ministerio de Educación Nacional; Bogotá, Colombia; 1998.

• STENHOUSE, L.; La investigación como base de la enseñanza;

Ediciones Morata, S.L.; España; 1998.

Page 119: Lectura, escritura y valores

118

ANEXO 2 Una mirada reconstructiva

1. A lo largo de mi experiencia de práctica me vi enfrentada a ciertos retos y 2. situaciones que, despertaron en mí toda clase de sentimientos y emociones. 3. Quisiera devolver el tiempo y vivir intensamente cada experiencia compartida 4. en la Institución, aprovechar mejor los espacios que ella me brindó y 5. enriquecer más mi experiencia de práctica. Echemos un vistazo atrás y 6. recorramos la marcha que a diario me involucró en un mundo real y cotidiano, 7. el mundo mágico y desconocido de la Escuela. 8. 9. Ese primer día marcó significativamente mi vida; acostumbrada a una 10. educación sin obstáculos y con protagonistas ideales, mi práctica se 11. desarrollaría en un mundo perfecto, pero la realidad era otra; allí, en esa 12. habitación ocupada por una mesa inmensa y sillas a su alrededor, se 13. respiraba un ambiente frívolo y algunas veces denso, era esa sala de 14. profesores la que absorbía toda la ilusión y el empeño que tenía por intervenir 15. de forma constructiva en dicho lugar. A partir de ese momento todo cambió 16. en mí, no fue fácil, pero tuve que acoplarme a un nuevo estilo de vida y de 17. enseñanza al que no estaba acostumbrada ni tampoco quería 18. acostumbrarme. Sin embargo, con el tiempo, y después de muchos tropiezos, 19. comprendí que, sería una lucha constante por tratar de cambiar esos 20. paradigmas que marcan la escuela tradicionalista, por supuesto no se 21. pretendía cambiarla a una escuela perfecta, pero si reformar algunos 22. modelos que no contribuían a una educación basada en la construcción del 23. conocimiento ni a la formación de los valores; recordando que estos últimos 24. se han olvidado por completo con el tiempo, y que también en cierta medida, 25. comprenden los pilares de una educación sólida y orientada a la formación 26. integral de la persona. 27. 28. Tomando fuerza, se planteó la posibilidad de recrear la escuela, de seguir 29. adelante con un proyecto que aunque incierto, tocaría a los estudiantes en su 30. rol de adolescentes; me empapé de su realidad, de su vocabulario cotidiano, 31. gané terreno en las relaciones interpersonales y comprendí que, lo más 32. importante no era el hecho de impartir un conocimiento sino que este 33. verdaderamente dejara huella en sus vidas, que les sirviera no sólo para el 34. trabajo de aula sino para el resto de su rutina diaria, dentro y fuera de la 35. institución. 36. Se pensó que la mejor manera de llegar a ellos no debía basarse en el simple 37. hecho de enseñar valores a través de la lectura y la escritura, sino también de 38. vivificarlos en el ambiente de clase, porque solamente en esos momentos 39. habría posibilidad de desafiarse cada uno como verdadero maestro, retar el 40. arte de enseñar y llevarlos a comprender que por medio de la lectura y la 41. escritura como modo de expresión, encontrarían herramientas en las que 42. podrían basar sus actitudes y acciones no sólo a nivel intrapersonal sino 43. también en su relación grupal. 44. Es así como, entre aciertos y desaciertos se fue desarrollando la puesta en 45. práctica de un proyecto llamado “Lectura, Escritura y Valores”. Esta es una

Page 120: Lectura, escritura y valores

119

46. pequeña introducción a la realidad que viví cuando me enfrenté al ambiente 47. real de la escuela, pretendiendo transformarla y mejorar algunas actitudes de 48. sus protagonistas. 49. 50. Cerrando esta parte introductoria, doy paso a lo que a continuación viene, el 51. relato más detallado de cada uno de esos momentos significativos que, 52. alegres o tensionantes, dieron vida a mi actuación como “docente” y le 53. dieron a mi experiencia de práctica ese toque especial que tiene el ambiente 54. real de la Escuela. 55. 56. El primer día de clase, ya no como estudiante sino como docente, fue algo 57. entre emocionante y aterrador, por lo menos para mí. Llegar a la Institución, 58. presentarme ante los estudiantes, algunos contemporáneos, y apropiarme de 59. mi futuro rol profesional, no fue nada sencillo y menos, cuando la experiencia 60. era mínima por no decir que ninguna. Pero, para mí tranquilidad, los 61. estudiantes en ese primer día fueron excelentes, trabajaron sin dar mayor 62. problema que las quejas que desde pequeños se acostumbraron a dar: Profe, 63. Víctor me está molestando y no me deja escribir, o, Profe dígale que se vaya 64. para su puesto, que no me deja trabajar. Pero bueno, pan de cada día en un 65. colegio, es decir era normal, aunque yo por dentro no dejaba de sentir los 66. nervios y las cosquillas incómodas en el estomago, propias de la emoción de 67. enfrentarme a algo nuevo. 68. 69. El problema realmente llego días después, cuando mis estudiantes tomaron 70. más confianza, entonces sí empezaron a descubrirse frente a mí, empecé a 71. confirmar lo que la docente titular me había dicho cuando llegué al colegio: 72. ¡Con estos muchachos hay que ser de mano dura, no hay que dejarse tomar 73. ventaja de ellos porque o sino nos fregamos!. Pues vaya que si me iba 74. dando cuenta de eso, a algunos ni siquiera les importaba pelear delante de 75. mí, ¡de la profesora!, que en mis tiempos era la autoridad más grande que se 76. tenía en el colegio; ahora no, les daba lo mismo, aunque no es que yo no 77. tuviera autoridad sobre ellos, el problema es que su convivencia no era la 78. mejor, no se respetaban ni respetaban a nadie, se trataban mal y se 79. golpeaban unos a otros, incluso niñas con niños empezaban riñas sin 80. saberse por qué ni a qué hora. 81. 82. Todo esto terminó por afectar mi proceso de práctica, porque lo que había 83. tenido planeado hasta el día antes de empezar en el colegio, no era viable 84. para la población con la que me había correspondido trabajar, entonces, 85. estaba nadando a la deriva en altamar. 86. Lo importante de todo esto, es que gracias a esta serie de conflictos juntado a 87. la deficiente competencia lecto-escritural de los estudiantes, entendimos que 88. el trabajo en la institución era arduo pero interesante, pues nos correspondía 89. a cada uno de nosotros el idear una estrategia de enseñanza mediante la 90. cual pudiéramos desarrollar en ellos no sólo la competencia académica sino 91. mejorar su nivel de relación interpersonal y por ende, su convivencia en la 92. institución; y para esto no teníamos más que un año, así que el tiempo era 93. oro. 94. Lo primero fue sumergirnos en el ambiente escolar durante seis meses de 95. rigurosa observación. En cada clase, tomábamos notas de campo que se 96. contrastaban con reflexiones hechas por cada uno de los practicantes en 97. determinadas situaciones; además, indagamos sobre la Institución, tratando 98. de acercarnos más a ella y conocerla desde su ser educativo; nos vinculamos 99. más a los espacios académicos no formales e incluso asistimos a varias

Page 121: Lectura, escritura y valores

120

100. reuniones de área para tener un referente aún más sólido del contexto en 101. el que queríamos intervenir. Eso se desarrollaba así, en lo que a trabajo 102. grupal de campo se trataba, porque mientras nos involucrábamos de una 103. manera activa y participativa en el contexto escolar como investigadores, 104. en el aula de clase las cosas a veces no eran tan fáciles al ejercer nuestro 105. rol docente. 106. Y lo digo porque por ejemplo, en mi caso, tuvieron que pasar más o menos 107. tres semanas desde mi llegada, para que primero, los estudiantes se 108. acostumbraran a mi presencia y mi rol en la clase, y segundo, para que 109. conociera y me adecuara a la población con la que me había 110. correspondido trabajar. Hago aquí un paréntesis para aclarar que, mi 111. proceso de observación y de práctica no fueron consecuentes, pues los 112. grupos para cada etapa fueron diferentes, esto por cuestiones de 113. organización y redistribución de estudiantes en la Institución. 114. 115. Pero bueno, dicen que el tiempo todo lo cura y eso era lo que yo esperaba 116. en realidad, pues no estaba dispuesta a dejarme vencer por el miedo, la 117. inseguridad, la inexperiencia o como se llamara lo que sentía cada vez que 118. llegaba al colegio con la responsabilidad encima de dictar mi clase de 119. Español. Pasadas las tres semanas de acoplamiento como las llamé yo, 120. los estudiantes empezaron a trabajar al ritmo que les ponía: entendían los 121. temas que les explicaba, temas que días antes estaba buscando en 122. Internet, bibliotecas o asesorada por algún profesor porque a veces ni me 123. acordaba haber visto algo así en mis tiempos de colegio, y además, les 124. gustaban las actividades que con tanto esfuerzo había preparado para 125. ellos. Estaba contenta, creo que en esos momentos, empecé a sentir la 126. satisfacción de ejercer de forma correcta el rol docente, sentía que podía 127. hacer mucho por ellos y quería lograr que me recordaran como yo 128. recordaba a mis buenos profesores del colegio. 129. Aunque he de confesar que algunas veces pensaba a qué hora se me 130. había ocurrido estudiar esta carrera, porque todos sabemos que hay días 131. de días en la vida, y en unos de esos tantos, las cosas me salían al revés, 132. o simplemente no me salían; había clases en las que los estudiantes 133. estaban tan indisciplinados que ni siquiera quedaba tiempo de explicar el 134. tema del día porque había que darles una charla moralista acerca de su 135. comportamiento y del respeto que debían para con los compañeros y para 136. conmigo, o simplemente porque nada de lo que les llevaba y les hacía los 137. motivaba, se cansaban, se dispersaban y no volvía a captar su atención 138. por ese día ni un momento más. Pero, con el tiempo y después de largas 139. horas de pensar y repensar qué estaba haciendo mal, me di cuenta que la 140. educación y el trabajo con personas es así, a veces no se está de humor ni 141. para recibir clase ni para ofrecer la mejor explicación; así como hay otros 142. en los que sin quererlo ni pensarlo, las cosas salen tan a pedir de boca 143. que la alegría no cabe en el pecho y la satisfacción no se esconde sino 144. que se refleja en el rostro victorioso que ponemos cuando algo bueno nos 145. pasa. 146. Paralelo a la manera personal y diferente en la que cada uno vivía como 147. yo, la magia de la docencia, el trabajo grupal, empezó a coger forma y 148. fuerza; de esta manera, se hacía necesario ponerle un nombre al proyecto 149. que se adecuara a lo que nuestra investigación había encontrado, de ahí 150. que el proyecto se llame “Lectura, escritura y valores”, pues fueron los 151. aspectos que de forma constante se encontraron más altamente 152. debilitados en los grados asignados a cada miembro del proyecto. Acto 153. seguido, empezamos a buscar las distintas formas en las que cada uno

Page 122: Lectura, escritura y valores

121

154. trabajaría en su salón, dando como resultado, la creación de 155. microproyectos de viable aplicación. 156. 157. Mi microproyecto por ejemplo, pretendía reforzar las habilidades de 158. comprensión lectora y producción escrita a través de los niveles 159. intratextual, textual y extratextual que se trabajarían en talleres de refuerzo 160. con lecturas que, al mismo tiempo, brindarían herramientas que 161. impulsarían la formación axiológica en los estudiantes y desarrollarían sus 162. valores y su proyecto de vida. Aunque sonara un poco idealista a primera 163. vista, era un proyecto que, sin tantas exigencias de tiempo y materiales, 164. lograría resolver, en cierta medida por lo menos, los problemas lecto- 165. escriturales y de convivencia de mis estudiantes. 166. 167. La puesta en práctica de este microproyecto trajo consigo muchas alegrías 168. y satisfacciones pero, al mismo tiempo, una serie de complicaciones. Lo 169. primero era enterar a la docente titular (Marlen Rojas) de mi propuesta y 170. contar con su aprobación para poderla desarrollar en la clase, pero esto no 171. fue problema, tuvimos una reunión en la que de forma detallada le 172. comenté la idea que quería desarrollar en el curso 802 de la jornada 173. mañana: Profesora Marlen, la idea es trabajar por medio de lecturas de 174. corte axiológico los diferentes niveles de lectura y de paso mejorar la 175. competencia escrita de los estudiantes; para esto, cuento con una ficha 176. por medio de la cual se verá reflejado el proceso y sus resultados. La 177. metodología va a ser en forma de taller, primero, se haría la lectura 178. individual y también en voz alta, luego de manera grupal, se reflexionaría 179. sobre su significado y su sentido, y finalmente, cada uno de manera 180. personal, desarrollaría la ficha en la que tendrían que dar cuenta no sólo 181. de su comprensión acerca del texto sino de su capacidad de relación de 182. éste con hechos de la vida real. A la profesora le gustó y estuvo de 183. acuerdo con mi proyecto e incluso, propuso como opción el libro de Edgar 184. Allan Poe, El gato negro y otros cuentos para desarrollar el taller, pues ella 185. lo había trabajado y le parecía un libro de literatura adecuado para la 186. ocasión además, contábamos con ejemplares suficientes para cada 187. alumno en la biblioteca del colegio. A mí me gustó la idea y siendo así, no 188. quedaba más que poner en marcha el proyecto de ahí en adelante. 189. 190. El problema realmente empezó cuando al organizar el cronograma de 191. clases, el único espacio disponible que tendría mi propuesta era de dos 192. horas al final de cada mes. ¡Si!, ¡Dos horas al mes!, ¿Qué incidencia iba a 193. tener una propuesta dos horas cada 20 días?. Pero ni modo, ella era la 194. profesora titular, la que tenía el control del desarrollo de los temas en la 195. asignatura y ante eso, yo no podía hacer nada, más que retarme como 196. docente y probar mis habilidades para aplicar la propuesta sin dejar de 197. lado el desarrollo del plan de estudios. Y así lo hice. 198. Al principio fue difícil pues el tiempo era muy limitado, pero después de dos 199. o tres semanas, las cosas empezaron a cambiar; en muchas de las clases, 200. mientras les enseñaba qué era un adjetivo o un adverbio, los usos de la s 201. o la c, o incluso, cuando les hablaba de la conquista española, los puse a 202. leer, escribir y discernir frente a situaciones de la vida real. 203. 204. ¿Cómo?, Se preguntarán muchos, pues muy sencillo. Todos los temas 205. pueden ser susceptibles de tener un lado axiológico, es decir, que enseñen 206. algo para la vida; entonces, al leer un texto de determinado tema, se 207. puede hacer una reconstrucción de significado o una de sentido. Pues

Page 123: Lectura, escritura y valores

122

208. bien, en esta última se centraban mis clases, de esta forma podía pedirles 209. que escribieran su experiencia frente a situaciones parecidas vividas o 210. conocidas; así, estaban practicando lectura (algunas veces individual y 211. otras en voz alta), escritura (redacción, ortografía y puntuación) y valores. 212. Aunque cabe aclarar que, el instrumento base de mi propuesta: una ficha 213. que especificaba la actividad para cada nivel de lectura, no se pudo llevar 214. a cabo más que tres o cuatro veces; pero igual, existe el registro de todas 215. las actividades escritas como cuentos y ejercicios de comprensión que en 216. la clase se realizaron, y que sirven como respaldo del desarrollo de la 217. propuesta de práctica: Lectura, escritura y valores. Estas últimas, eran 218. realizadas y evaluadas con el mismo corte axiológico y de desarrollo de 219. niveles de lectura y escritura de las fichas propuestas. 220. 221. Ah! Y además y ya para terminar, también es necesario señalar que al 222. finalizar el tiempo de mi práctica, el desarrollo de las clases tomó unos 223. giros inesperados por momentos, pues las izadas de bandera, 224. celebraciones de días como el del Idioma, los Juegos Olímpicos, el del 225. Maestro y otros, se tomaron el espacio de la clase de Español y esto, no 226. ayudó mucho a la conclusión de los temas ni a la continua aplicación del 227. microproyecto; pero bueno, esas también son cosas del oficio que al fin y 228. al cabo son importantes dentro del desarrollo integral de los estudiantes. 229. 230. Finalmente y después de recordar todo lo que pasó, agradezco la 231. existencia de esos problemas, porque con ellos aprendí que ser docente 232. no es fácil y, sin embargo, es gratificante, que implica responsabilidad y 233. dedicación, al tiempo que regala conocimiento y crecimiento; pero 234. sobretodo que, educar es formar y formar es moldear, y todo molde 235. necesita un buen artesano: con manos suaves capaces de sostener, con 236. mirada fija que exprese sentimientos y con cabeza clara que transmita 237. adecuada y amorosamente al molde lo que su artesano piensa y sueña de 238. él.

Page 124: Lectura, escritura y valores

123

ANEXO 3

NIVELES DE LECTURA – ESCRITURA (Grado 802)

1- Señala palabras claves en el texto. 2- Precisa el contenido del texto en sus propias palabras. 3- Dialoga con el texto: Hace preguntas coherentes con su sentido; evidencia su comprensión global. 4- Relación del texto con otros textos o con experiencias personales. 5- Explora alternativas posibles de solución a problemas propuestos por el texto solidamente. 6- Propone una alternativa ya sea de predicción o de cambio de situación del cuento.

INTRATEXTUAL INTERTEXTUAL EXTRATEXTUAL 1 - PRIMARIO 2 – PARAFRÀSICO 3 – INFERENCIAL 4 – CORREFERENCIAL 5 – CRITICO 6 – PROPOSITIVO

Page 125: Lectura, escritura y valores

124

ANEXO 4 NIVELES DE LECTURA – ESCRITURA

(Grado 601)

INTRATEXTUAL INTERTEXTUAL EXTRATEXTUAL 1 - CLAVES 2 – RESUMEN 3 – COMPRENSIÒN 4 – EXPERIENCIA 5 – CRITICO 6 - PROPOSITIVO

1- Señala palabras claves en el texto. 2- Precisa el contenido del texto en sus propias palabras. 3- Dialoga con el texto: Hace preguntas coherentes con su sentido; evidencia su comprensión global. 4- Relación del texto con otros textos o con experiencias personales. 5- Explora alternativas posibles de solución a problemas propuestos por el texto solidamente. 6- Propone una alternativa ya sea de predicción o de cambio de situación del cuento.

Page 126: Lectura, escritura y valores

125

3.3. SESIONES LITERARIAS CON LOS ANGELITOS EMPANTANADOS: El taller literario, la escritura, la lectura y los valores

-Felipe Moreno Perdomo-

3.3.1. PRESENTACIÓN

3.3.1.1. PROBLEMA

Como término primordial de mi investigación, la definición de la presente

problemática ha tocado diversos aspectos durante mucho tiempo; y por ende ha

tenido diversos cambios, pero aquí informo sobre la problemática real y actual que

me ha dirigido en esta investigación:

¿Qué niveles de comprensión lectora y de axiología se evidencian en la aplicación de un Taller Literario en el aula de Lengua Castellana?

En primer lugar y a manera personal, puedo expresar la consecución o la

definición del siguiente problema. En realidad definí este problema como uno de

los importantes dentro de muchos otros que rodeaban el aula por aquel momento,

Page 127: Lectura, escritura y valores

126

a mi parecer éste, sería el foco mayor de atención y ejecución. Pasó un buen

período de tiempo mientras el problema emergía, éste resultó después de realizar

una concordante comparación entre los saberes, las dinámicas grupales internas y

las necesidades de mis estudiantes, así también surgió como solución

fundamental a las carencias que los afectaban. Cuando detecté este problema

quise abordarlo inmediatamente y poder observar los posibles resultados.

Page 128: Lectura, escritura y valores

127

3.3.1.2. JUSTIFICACIÓN

En primer lugar, considero la implementación del Taller Literario como una

herramienta muy útil, didáctica e integral dentro del aula, en cuanto que de ahí se

pueden derivar aprendizajes específicos, significativos, fácticos y ulteriores en

cuanto al aprendizaje de una lengua, en este caso la Lengua Castellana, como

Lengua Madre. El deseo de haber implementado el Taller Literario tuvo gran

expectación en mi, por tal razón quise saber si éste a su vez podría ser acogido en

el aula donde yo me desenvolvía como practicante, además había oído ciertos

beneficios del mismo por comentarios de algunos maestros. El Taller Literario fue

propuesto para mejorar y re-crear aquellos sistemas lingüísticos y axiológicos que

a mi parecer necesitaban una presta atención, al referirme al sentido lingüístico

hago aclaración y es que es lingüístico algo relativo a una determinada lengua,

como norma común de adjetivación, y no pretendo algo más allá que a través del

Taller Literario, mejorar o re-establecer esas funciones -lectura y comprensión- las

cuales conforman de manera ejemplar también aquellas competencias lingüísticas

en una lengua.

El Taller Literario fue desarrollado en tres esferas preponderantes: 1- Lectura

general en el aula, 2- Sesiones de discusión sobre el texto leído y 3-

Representaciones teatrales por parte de los estudiantes sobre los fragmentos más

significativos para ellos de las lecturas realizadas. He de aclarar que aquella frase:

Lectura general en el aula, representa mejor aquellas lecturas que yo realizaba a

mis estudiantes, es decir yo les leía capítulos de la obra a trabajar y desde ahí yo

empezaba a definir los parámetros de comprensión textual y a discutir sobre los

aprendizajes que esta lectura nos dejó en aquel tiempo, ellos por su parte leían

otros textos, de los cuales ellos, representaban en el aula. El Taller Literario fue

aplicado en la institución educativa: CIED FRANCISCO DE PAULA SANTANDER.

Page 129: Lectura, escritura y valores

128

3.3.1.3. OBJETIVOS

3.3.1.3.1. General

• Realizar una interpretación formativa sobre la labor educativa y cognitiva

que resume la investigación sobre la práctica docente.

3.3.1.3.2. Específicos

• Conceptuar y generar conocimiento en los diversos ámbitos educativos y

disciplinares.

• Reconstruir patrones cognitivos a través de la aplicación de un proyecto

investigativo en el aula.

Page 130: Lectura, escritura y valores

129

3.3.1.4. METODOLOGÍA

La presente investigación tiene una directa relación metodológica con el estado

macro de la investigación, es decir con al marco teórico, anteriormente abordado.

De tal manera que, guardando los parámetros o directrices metodológicas de

investigación se realizó un proceso investigativo y teórico para así obtener un

producto llamado LECTURA, ESCRITURA Y VALORES. El cual generó en sus

primeras etapas largos y dedicados momentos de observación detallada para así

suministrar unos datos posibles sobre ciertas problemáticas expuestas. Más tarde,

al entrar a definir problemáticas grupalmente se decidió abordar una única

problemática en común, de acuerdo con esto…la actuación sobre la problemática

designada pudo efectuarse por sub-grupos y así encerrar más claramente una

idea totalizadora y abordar la problemática desde un punto objetivo.

En mi caso personal, acepté la problemática común -falta de axiología y de

fundamentos disciplinares en la Lengua Castellana- y desde allí adopté los rasgos

teóricos y metodológicos para la aplicación de un taller literario. Es decir, mi

proceso de investigación se centró en una sistematización de experiencias junto

con un proceso de acción sobre el objeto de estudio.

La inclusión de un taller literario será expuesta en la narración presente en éste

texto investigativo. Por consiguiente se efectuó un delimitado desarrollo teórico e

investigativo y posteriormente un análisis de los resultados obtenidos de una

aplicación estratégica y directa sobre una determinada problemática y que

conllevó a la definición de aquello que personalmente El Taller Literario y las

sesiones literarias con los Angelitos Empantanados.

Page 131: Lectura, escritura y valores

130

3.3.2. NARRACIÓN

FEBRERO 2006

Siempre, al detenerme a pensar e imaginar otro día, creo sentir en mí el deseo

natural de perfección. Una perfección a todo nivel, mientras el reloj marcaba las 5

AM me bajaba a tierra y de repente saltaba la alarma, era entonces hora de

recrear mi persona una vez más. No sin antes evaluar el disfraz de aquel primer

día, un primer día real de práctica docente, un día más como estudiante y otro

semestre para abordar. ¿Por qué la perfección? No es más que el deseo de hacer

de todo aquello que poseo algo mejor y por ende hacerlo perdurable, algo así

como el bien aristotélico.

De nuevo ahí, frente al espejo social y cognitivo, en la mitad de la cotidianidad

cíclica……de ser estudiante practicante. Dejar por muchos días atrás la vida

normal y adentrarse de nuevo en el “disfraz” pulcro, honesto y hermoso de ser

maestro. Con esa imaginación ideal y clara me levanté aquel día de febrero y así

asistir al lugar en el cual mi sendero docente empezaría. Listo al abordaje, me

carcomía la cabeza pensando en la manera o el punto convergente que pudiera

enlazar este ser, un poco lleno, a veces vacío… con unos niños y unas niñas que

se pasean por el mundo, talvez brindando esperanzas contenidas en sus

corazones, y la mente se me revolvía, pensamientos de aquí para allá, realmente

me encontraba como un ciego, un ciego con un bastón, un ciego lleno de

imaginaciones, un ciego sin un rumbo fijo y un ciego con fuerza para enfrentar las

misiones, de seguro que no iba solo. Así fue mi primera disposición al comprender

mi situación, el estar dirigiendo por vez primera un curso, al cual ya conocía un

año atrás.

Page 132: Lectura, escritura y valores

131

Claro, ya cuando se está enfrente de aquellos niños, aquella mañana de sol y de

novedad……uno comprende las situaciones para las cuales ha sido designado.

No fui presentado de nuevo, más bien fui recibido con sorpresa, extrañeza y algo

de regocijo, la maestra -quien ya me conocía- me invitó a pasar al salón, los

alumnos, por instintos de la escuela normal……se pusieron de pie, talvez en este

momento no merezco tal acto por parte de ellos, sorprendido yo también al ver

nuevos rostros, nuevas inocencias, el corazón se me encendió al reconocer que

algunos estudiantes me sonreían y desde ahí las motivaciones siempre persisten y

son acogidas, mientras un estudiante sonría las ilusiones del maestro perdurarán.

Comenzaba a sentirme un poco como Julius, si, aquel Julius de Bryce Echenique

que en primeros términos espera que la vida le pase por encima y lo atropelle, me

sentía Julius y aquellos niños eran la vida contenida que nunca vi, la vida que no

reconocí, ellos, poseían los colores que perdí en mi infancia.

La siguiente narración de mis prácticas pedagógicas será abordada y dividida en 3

niveles. 1) Nivel de Delimitación, 2) Nivel de Sistematización y Categorización y 3)

Nivel de Aportes a la Investigación.

Page 133: Lectura, escritura y valores

132

Primer Nivel

3.3.2.1. Delimitación

Febrero 16

Este fue el día preciso en que todo comenzó, al sentir ya muy cerca aquellos niños

y encontrarlos expectantes ante mis actos, al parecer concentrados en todo lo que

yo hacía y decía, las miradas focalizadas en todo, yo, he de confesar me sentía

intimidado al estar allí al frente del tablero, era mi primer “paredón” pedagógico, al

principio y para “romper” barreras, acordamos con la maestra, una concertación de

propuestas para el óptimo desarrollo de la clase, actividades en las cuales ellos se

sintieran motivados y por ende pudieran aprender. Anteriormente, con la maestra

discutimos la manera correcta en la cual encaminar la clase, extrañamente o

coincidencialmente dijimos: espacio literario, y después sugerí, que lo mejor sería

un taller literario, ya que de ahí se derivarían las temáticas a cubrir. Entre esos

acuerdos comunes y generales, el taller literario estaba incluido, de manera que

desde ahí la ejecución lectora y escritora estaba propuesta. ¿Pero qué libro era

apropiado para abordar en la edad que tienen estos jovencitos?

Por el momento no apareció el libro, pero me debatía entre La Historia

Interminable y El Principito, la Historia Interminable me interesaba más, porque

proponía unos claros indicios de valores, el Principito en cambio poseía tanta

inherencia infantil y cierta propuesta simbólica que merece más atención, si bien

es completa en aspectos axiológicos, necesitaba una adaptación contextual más

precisa, por extensión me decidía por El Principito, por riqueza léxica y continuidad

literaria La Historia Interminable……y así continuaban mis cavilaciones de qué

texto me serviría. Me estaba preocupando por algo talvez secundario, cuando lo

primordial era definir las falencias lectoras y escritoras de aquellos jovencitos. Me

Page 134: Lectura, escritura y valores

133

preguntaba: ¿Qué leen? ¿Qué les gusta leer? ¿Cómo leen? ¿Sus padres leen?

¿Cuántos libros tienen en sus casas? Y desde mi interior siempre quise que ellos

aprendieran a amar los libros, porque ellos -los libros- son los amiguitos cuando

uno se siente solo, porque se ha perdido el placer de la página, de la biblioteca, de

la palabra impresa y de los trillones de mundos al alcance, con sólo abrir la

portada de unos de ellos.

En esta sesión apareció el comentario de Jordy, un niño con ánimos, siempre

atento y dispuesto, aquel comentario era el siguiente:

Jordy hace la observación sobre la situación actual del

curso y de cómo éste ha demostrado ante la institución un

nivel apropiado de estudio y de disciplina.

Yo estaba presente y a punto de dirigir el “mejor” curso de toda la institución, he

de confesar que la primera vez que estuve con ellos no pensaba que ellos fuesen

a ocupar este lugar, evidenciaba que tenían muchas falencias… pero tenía que

reconocer algunas fortalezas.

Febrero 17

Aquel día llegué con algo más que preocupaciones, llegué con demasiados

intereses y algo de posibles ayudas para brindarles a ellos, pero salió a flote el

caso: Néstor Gámez y su mal comportamiento, y yo observando aquel momento

tensionante de clase cuando la maestra pregunta: ¿Néstor qué pasa? Cuántas

cosas no pasan por la mente de aquel niño, cuántas cosas la atraviesan, la

disuelven, la aprietan, la confunden y eso fue casi un misterio sepulcral, saber qué

le pasaba a Néstor, quien después me sorprendería una mañana de abril con uno

de sus cuentos más imaginativos que haya tenido en mis manos: La Serpiente

Reticulada.

Page 135: Lectura, escritura y valores

134

En éste curso… he evidenciado relevantes problemas y

muchos de ellos me generan interés y asombro… que siempre

cae en preocupación para poder ayudar.

Este día capturé lo que es conocido como uno de los síndromes pedagógicos más

comunes, los estudiantes escribían al pie de la letra las explicaciones de la

maestra y el aprendizaje netamente memorístico y forzado, después la maestra

exigió explicaciones o breves exposiciones sobre la temática sobre los elementos

de la comunicación y los estudiantes no respondían acertadamente a las

preguntas. Y así sucesivamente dejaban entrever casos especiales, falencias en

cuanto a la comprensión de algunas temáticas y deseaba saber las razones por

las cuales esto ocurría.

Febrero 23

Aquel día llegué con alguna propuesta bibliográfica para la clase, después de

revisar, leer y re-leer textos de literatura infantil, en realidad hace unos días atrás

me detuve a leer algo sobre la edad en la cual ellos estaban, que la

preadolescencia y los juicios morales… entonces, como casi todas las cosas

precisas y fácticas en el mundo me estrellé con un libro; cuyo título me hizo

recordar algo de mi infancia, de las tardes con crepúsculos un tanto oscuros, lo

devoré totalmente en tres días……al terminar de leerlo me dije que este libro

podría ser una gran herramienta dentro del aula, posee ciertas propuestas

axiológicas, narra la historia de afecto y amor entre jóvenes con edades similares

a la de mis estudiantes.

Para mi criterio el cuento Angelitos Empantanados de Andrés Caicedo era el

indicado, era para ese entonces mi libro de lectura, era mi propuesta, era el

pequeño mundo al cual quería que ellos viajaran, era uno de esos libros que

Page 136: Lectura, escritura y valores

135

capturan la atención de inmediato, quería que ellos conocieran el mundo colegial

de Ángela, fresco, lleno de sabor a mango en la tarde caleña. Los estudiantes

fueron informados sobre tal asunto literario y aceptaron escuchar mis lecturas, los

capítulos más relevantes, eso si, con secuencia lógica de la historia. Para

animarlos, realicé la lectura del primer capítulo, donde se narra la vida escolar y

cotidiana de Ángela, la dulzura de su vida infantil y de los primeros pálpitos

amorosos, muy cercanos a los que mis estudiantes estaban viviendo o podrían

ellos estar inmersos en historias de amor de colegio. Escuchaban con atención y

se motivaban, unos sonreían, quizás esa historia les acordaba algo, y yo

continuaba el relato, pero cuando me detuve y cerré el libro, los estudiantes

pidieron que continuara, y no fue así porque la temática “Factores de la

Comunicación: Emisor y Receptor…” no lo permitieron.

Marzo 2

En esta jornada, tuve un acercamiento directo con los estudiantes, la maestra

dedicó parte de su tiempo a desarrollar su temática, después otorgó cierto tiempo

considerable para mí y mi primera actividad literaria, ese día quería dedicar un

pequeño espacio al libro El Principito, deseaba abordar los dos primeros capítulos

del libro y poder brindarles una pequeña idea y así crearles aquella curiosidad, la

curiosidad de saber qué más pasa en la historia, deseaba que ellos la escucharan

y unos días después leyeran el libro completo, pero antes quise hacer una

pequeña actividad para que describieran a su mejor amigo y qué valores están

implícitos en una amistad sincera como la que ellos pudiesen experimentar con

aquella amistad, los reuní a todos en el aula y les pedí que sacaran una hoja de

cuaderno, en aquella hoja de cuaderno ellos iban a dibujar una estrella y escribir

su nombre en la misma, con los colores y los adornos que ellos quisieran, después

reuní todas las estrellas en una bolsa. Acto seguido los motivé a realizarme

preguntas sobre mi mejor amigo, escuché todo tipo de preguntas, descripciones,

personalidad, temporalidad de la amistad……un sin fin de preguntas perspicaces

Page 137: Lectura, escritura y valores

136

que ellos suelen hacer. Finalmente dibujé una estrella en el tablero y les afirmé

que el venía de allí. La atención de aquellos niños era grande y continué con mi

lectura de los capítulos. Los leí detenidamente y con gran emoción, dibujaba los

detalles que tiene el libro en el tablero, terminé de leer.

Hablamos un poco sobre el texto, sobre los sentimientos cuando nos relacionamos

con los amigos y sobre algunas coincidencias en cuanto a esta temática. Después

de esto pedí a los estudiantes que sacaran una estrella contenida en la bolsa,

algunos estudiantes se percataron que la estrella que poseían tenía el nombre de

alguna persona que no era de su total agrado y pedían cambiarla, no di algún

consentimiento sobre tal caso. Les comenté que las estrella que tenían cada uno

podría ser un buen amigo y les pedía que se dieran la oportunidad de conocerse

entre ellos, mejor de lo que aún percibían. El estudiante Michael comentó lo

siguiente al curso:

En una amistad existe amor, apoyo y no deben existir

diferencias.

Creo que de algo sirvió mi pequeño taller literario de este día, enseñé algo que

posee la amistad; la sencillez y la comprensión.

Marzo 24

Cuando llegué por la mañana los estudiantes estaban realmente exaltados, por

los preparativos de los juegos inter-colegiados, en verdad existía cierta tensión

entre ellos, porque no tenían preparado nada para tal actividad, la maestra

concertó con los estudiantes la ejecución de la clase, teniendo en cuenta que yo

tenía una actividad y la explicación de la clase sobre diptongo, triptongo y hiato.

La maestra propuso realizar clase normal, al ver que ninguno de los grupos

concertaba un acuerdo mutuo, los estudiantes estuvieron molestos y con una mala

Page 138: Lectura, escritura y valores

137

actitud aceptaron el desarrollo de la clase. Aquel día estuve tenso por la atmósfera

en la que me hallaba y decidí abordar la clase lingüística del hiato, el diptongo y el

triptongo, di las explicaciones mientras escribía en el tablero ejemplos y

preguntaba constantemente sobre la temática, pasos por pasos, uno de mis

errores fue no haber preparado un texto en el cual ellos buscaran los ejemplos de

cada uno dentro del mismo, en verdad fue una falla mía, pero la maestra dio

finales instrucciones sobre el tema y propuso la realización de los ejercicios

gramaticales del libro de castellano: Español Dinámico 7.

Se terminó aquella hora de ejercicios planteados y me disponía a seguir con mi

actividad literaria, en este punto creía yo que aquellos procesos de lectura

terminarían por dejar algo en ellos, ya sea la atención lectora, podría mejorar unos

niveles de escucha y de comunicación entre ellos y el discurso que yo planteaba.

Me preparé para leer, les pedí la colaboración de hacer un círculo cerrado,

comencé a leer el capítulo de Angelitos Empantanados en el que Ángela queda

obnubilada por la presencia y la memoria Miguel, de aquel pequeño gesto de

amor inocente entre cuadernos, recuerdos al lado del río, de las visitas por las

tardes……y una secuencia de acontecimientos propios de la escuela cargada en

afectos. Terminé mi narración y les pedí que definieran el significado del amor, el

valor del amor, un poco devaluado por estos tiempos, los estudiantes daban sus

apreciaciones, sus comentarios, analizamos el por qué de las reacciones de

Ángela ante Miguel, sus palabras, sus actos y sus pensamientos. Cindy y John

dieron algunas apreciaciones muy nutridas y ejemplares sobre el significado del

amor, según sus primarias y relevantes apreciaciones. Yo les hablé sobre la

importancia del respeto en cada uno de los niveles afectivos y sociales de nuestro

entorno, hice un énfasis especial en este apartado.

Como ya he comentado, mis preocupaciones se han centrado en las capacidades

que ellos puedan tener para realizar escritos adecuados, que se animen en el

hermoso ámbito de la lectura y por ende mejoren sus niveles axiológicos.

Page 139: Lectura, escritura y valores

138

Abril 6

La sesión de aquel día estuve más atento y observador que lo normal, fue un poco

complejo realizar una actividad didáctica y prestar atención a todo lo que ellos

realizaban, decían y captar los movimientos de sus comportamientos, la actividad

estaba basada en una canción, escogí una canción porque creo que puede llegar

más fácilmente y en base a la letra de la canción extraer los hiatos, diptongos y

triptongos. En este ejercicio estaban expuestos a una actividad fonética y quería

evidenciar que tan atentos eran a la escucha programada, revisaba cada ejercicio,

paseaba por el salón dando apreciaciones. Pero este día fue para mí uno de los

más sorpresivos, fue un día en el que por primera vez me sentí atacado por un

niño, me sentí muy mal y realmente ofendido. Mientras revisaba el ejercicio por

grupos, Elías apuró su brazo y me lanzó de frente una bola de papel, era el

momento preciso para dar una reprimenda o algo por el estilo, era la oportunidad

de exponer planos axiológicos, posiblemente el respeto no fue comprendido y era

tiempo de de reafirmarlo. Creí no haber mirado al salón completo, sólo observaba

a Elías y su risa, ¿qué tipo de sonrisa? No importa, creo que fue una sonrisa entre

disculpas y diversión en yuxtaposición a la inocencia, ellos son niños que están

expuestos a cierta clase de violencia y yo no iba a actuar así.

La actividad se detuvo un instante y le pregunté a Elías en tono enfático, en frente

del curso: ¿Crees que yo merezco esto? ¿Crees que soy una persona más? Soy

tu maestro ahora y debes respetarme ¿O crees que no te he respetado? Exijo

respeto como todos ustedes y considero que debemos ahondar en esto pero no

es el tiempo, Elías por favor sigue con la actividad. Más tarde hablé con él

personalmente de manera amable y le pregunté por qué razón lo había hecho y le

hice recapacitar sobre tales efectos. Estuve expuesto a una verdadera situación

axiológica, considero haber hecho lo mejor, pero siempre pensaba, aún lo sigo

haciendo, en si era mejor hablar personalmente con Elías, es decir apartarlo del

Page 140: Lectura, escritura y valores

139

curso y dialogar con él, hubiese sido más discreto y él no se hubiese sentido

avergonzado ante todo el salón. Ahora las clases parecían ser un océano de

problemas y no saber cuál de todos abordar, más tarde encontraría el momento, la

problemática mayor y la definitiva planeación para la “solución” del mismo.

Por el momento mis preocupaciones se centraban en los procesos de asimilación

lectora, de una comprensión textual y de la importancia que revestía para mi el

uso de la literatura en la aplicación del taller literario, quería evidenciar qué tanto

mis estudiantes re-construían el significado textual que escuchaban, quería poder

relacionar el texto leído con las ideas de comprensión, ya que siempre evidencié

fallas en sus capacidades de percepción entre ellos y la persona que les hablaba,

en este caso particular, la maestra y yo, claramente observaba que su capacidad

de atención y escucha no correspondía con la teoría comunicativa que estaban

aprendiendo. Si bien evidenciaba problemas ortográficos, presentía que no era un

aspecto al cual yo pudiese abordar apropiadamente ya que reviste cierta

complejidad lingüística formal, la “solución” para tales efectos fue la corrección

total de los textos que ellos me presentaban y la contrastación que yo les hacía

saber mientras leían en la clase. De algún modo la literatura provee las soluciones

para tales efectos y de allí ellos infieren la solución a sus dudas en cuanto a este

aspecto se refiere. En verdad deseaba mejorar todo eso, de fondo quería que

mientras mis ejercicios lectores se aplicaran con ellos, la comprensión lectora

tomara parte vital, pero en sí la escritura no abarcaba gran parte de mi atención,

ya que con las lecturas programadas y los pequeños ejercicios de escritura que yo

les asignaba ellos darían en cierto punto buenos resultados en la manera que

ellos los ejecutaran y si existieran ciertas falencias la práctica de la escritura

ayudaría progresivamente en su adaptación, la axiología en este punto fue vital,

siempre lo ha sido, pero este aspecto siempre estaba inmerso en las actividades

que programaba y yo me hacía notar como ejemplo de aquello, en mi

comportamiento con ellos, además la literatura que estaba aplicando sugería en

su trasfondo ciertas características axiológicas.

Page 141: Lectura, escritura y valores

140

Abril 20

En este día se empezó a definir la implementación del taller literario, teniendo en

cuenta las sugerencias de los estudiantes se realizó un plan de actividades, se

recogieron algunas apreciaciones sobre la utilidad del mismo en el aula, la

motivación de los estudiantes fue grande cuando se resolvió abrir espacios

teatrales o representaciones dentro del aula, al principio no me pareció apropiado

dar este espacio ya que en cierto punto los estudiantes se dispersan demasiado y

no resuelven algunas instancias cognitivas más apremiantes, como lo es la

reflexión, la crítica y la apropiación literaria. Durante esta clase, la cual estuvo

dedicada a trabajos personales de ortografía, hablé con la maestra y me comentó

que el espacio teatral era posible ya que desde una perspectiva pragmática

comunicativa los estudiantes podrían alcanzar ciertas mejoras de alocución,

respeto de tiempo, escucha y todos aquellos factores bien conocidos entre el

emisor y el receptor. Dado que esto es realmente cierto y eficaz, no me satisfizo

del todo y dejé que las cosas tomaran el curso adecuado, si bien por mi parte

sentía la necesidad de entrar en los espacios de la disertación por otro lado

seguía repensando la inclusión netamente teatral de los textos leídos.

De esta manera se empezó a crear y definir un poco más claro el taller literario, en

esencia buscaba un espacio convergente de ideas y discusiones sobre algún libro,

en aquel tiempo los libros presentes eran Angelitos Empantanados y Por todos los

dioses, entonces con base en estos textos partiría la implementación del taller

literario. Me sentía realmente focalizado y motivado en la realización del mismo.

Mayo 5

Antes de comenzar la sesión, la maestra y yo dimos prioridad a la designación de

labores dentro del taller literario, es decir ciertos estudiantes serían los

Page 142: Lectura, escritura y valores

141

reguladores del mismo, recibirían propuestas para la programación de actividades,

otros serían los recopiladores de las sesiones, claro está que ellos también

participarían dentro del mismo y acto seguido se dio apertura al taller literario.

Para esta sesión, días atrás se había acordado la representación de un capítulo

del libro asignado Por todos los dioses, era una presentación por grupos, a mi

parecer este fue el comienzo del taller literario en aquel aula, se organizaron los

pupitres, se decoró el salón, los jóvenes se disfrazaban con sábanas y toda

aquella parafernalia griega que ustedes ya deben saber, así pues; se daban

comienzos de un pequeño círculo teatral, literario y reflexivo, en parte esto era lo

que la maestra y yo estábamos buscando, hacer del aula un espacio que genere

aprendizaje desde la acción y la reflexión, desde la puesta en común de

comprensiones y aprendizajes mutuos, un poco demostrar que la apropiación de

un libro existe y nutre enormemente a quien lo lee.

Al final de cada representación, los demás estudiantes, la maestra y yo dimos

nuestra apreciación sobre cada una de las representaciones, he de confesar que

los estudiantes me sorprendieron enormemente al interpretar a cada personaje

griego, identifiqué que cada uno de los grupos se esmero por trabajar de manera

unificada, con un debido tiempo de preparación y se apropiaron de sus

representaciones y personajes. Observé que las utilidades del espacio teatral

dieron unos frutos realmente comunicativos y conexiones claras sobre el trabajo

en grupo de una manera adecuada. Además este espacio generó diversas

opiniones sobre el texto adaptado, los estudiantes hablaron sobre las

características de cada relato y de las enseñanzas que cada uno de ellos deja, en

términos de valores.

Mayo 12

La idea clara se había abierto sobre las funcionalidades del taller literario, por un

lado las esquematizaciones del trabajo literario, el ordenamiento de los capítulos a

Page 143: Lectura, escritura y valores

142

abordar de mi libro, las posibles representaciones de ellos sobre alguna parte del

texto, por otro lado las mejoras de niveles de comprensión, de apreciación literaria

y de reflexión literaria eran totalmente mis mayores preocupaciones. Aquel día

quería observar y detallar qué tanto ellos prestaban atención a una secuencia

literaria y por otro lado quería evidenciar las concepciones ideológicas y procesos

escritos a partir de una gráfica simple. Antes de esto, sugerí que guardaran todas

las cosas y que se dispusieran a escuchar atentamente la lectura, leí el capítulo

donde el joven narrador habla sobre las anotaciones del cuaderno, del cuaderno

que después le regaló a Angelita, con todo y dibujitos, con palabras tornasol, con

sueños impregnados en los pequeños cuadros del cuaderno cuadriculado y viejo,

después de cómo él mismo se pasaba los días pensando y deshaciendo los días

cavilando en qué habrá pensado Angelita……traté de no terminar bruscamente y

les pregunté si habían percibido en la narración del capítulo indicios de afecto del

narrador para con Angelita………y me dijeron que sí………y hubo un comentario

de una niña que me asombró……

……Quizás él quiso dejar sus sentimientos en un

cuaderno, para que él no olvidara sus pensamientos y

mucho menos Angelita lo olvidara….

Estaba empezando por creer que esto verdaderamente estaba funcionando,

porque en cierta medida se estaban enlazando simbologías con estamentos de

percepción literaria y eso me motivaba más, de algo estaba sirviendo mis lecturas

programadas dentro del aula.

Mayo 18

Para la presente sesión quise dar un espacio previo con algo de literatura sencilla,

y les leí algo sobre los pingüinos emperador, en donde vivían, qué hacían, cómo

vivían y la manera genial cómo ellos nos podían enseñar muchas cosas, leí el

Page 144: Lectura, escritura y valores

143

artículo y les pregunté si querían saber algo más sobre ellos y la manera cómo

nos pueden enseñar algo. Así pues, los invité a ver la película La Travesía del

Emperador. De esta obra cinematográfica podría yo exponer claros indicios

axiológicos y además realizar unas ciertas discusiones sobre la misma, también

quise trabajar posteriormente con procesos escritos, y que algunos estudiantes

leyeran su texto ante el salón y todos nosotros diéramos apreciaciones sobre el

texto escrito.

De esta manera, se prentedió realizar un acercamiento final a la planeación y la

ejecución de mi proyecto investigativo, de algunas primeras apreciaciones sobre el

uso en el aula del taller literario. Hasta este punto llegaron mis alcances, mis

propuestas y mis sesiones literarias con mis estudiantes, espero haber ayudado

un poco en el aprendizaje de estos jóvenes y haber dejado una semilla de

literatura.

Page 145: Lectura, escritura y valores

144

Segundo Nivel 3.3.3. SISTEMATIZACIÓN

De acuerdo al carácter investigativo al cual ya nos hemos remitido y suscrito; la

presente sistematización tiene por objeto una previa revisión general de los

detalles encontrados en la investigación.

3.3.3.1. Categorización

En esta parte me permito direccionar los ejes en los cuales desarrollaré mi

explicación, mi percepción desde el mero y honesto acto de pragmático, en

contraste con la real perspectiva teórica, la cual nos embarca en los usos

correctos de las herramientas y así redefinir aún mejor las actividades

profesionales como docentes prematuros.

Los ejes de más relevancia fueron los siguientes:

1 - TALLER LITERARIO

2 - LITERATURA EN EL AULA

3 - LECTURA

4 - AXIOLOGÍA

Page 146: Lectura, escritura y valores

145

3.3.3.2. Reflexión – análisis

Dentro de los parámetros investigativos propuestos, mi proyecto de investigación

ajustaba en la investigación-acción. El hecho de haber tenido un proceso

observacional con algunos intervalos de participación me permitieron formular el

taller literario como posible solución potencial a un número finito de problemáticas

internas en el grado correspondiente. Al principio, y personalmente debo confesar

que, la idea primaria que tenía sobre taller literario era un poco vaga, con alguna

que otra idea inconclusa en mi cabeza, pero sentía el impulso de implementarlo en

el aula, de tal manera que el efecto -no catastrófico- que trajo consigo la inclusión

y planeación de algo que aún no conocía muy bien pudo en un futuro brindar

algunos frutos y algunos aprendizajes.

He de confesar que, la idea general de taller literario, la cual hace parte desde el

principio de la presente investigación, fue puesta después de haber comenzado mi

búsqueda literaria y bibliográfica. Ya que, en un principio estaba completamente

seguro que se podría llamar foro literario, ya había escuchado tal término y

decidido estaba a dejar tal nombre a lo largo de mi investigación. Pero, en verdad,

mi planeación didáctica y conceptual no coincidía con aquel foro literario, del cual

no había encontrado rastro alguno. Motivación y expectación me embargó cuando

apareció un referente sobre las concepciones y aplicaciones de talleres literarios

en el aula.

Page 147: Lectura, escritura y valores

146

3.3.3.2.1. Taller literario

Recrear la letra inerte, contenida en blanco y negro, brindarle

esmeradamente los colores que merece por un, dos, tres, cuatro

o más intentos……que pretende el juego virtuoso de la creación

literaria.

Contrastaban mis ideas, entre la generalización de taller literario como un espacio

en el cual la literatura enriquecía totalmente la adquisición de planos conceptuales

en una determinada lengua y permitía la creatividad en los estudiantes. De una

manera abierta generaba procesos de lectura, una lectura en ciertos puntos

primario o preliminar en contraste con algunos otros niveles de la misma, me

refiero a esos niveles en los cuales la lectura es una representación; entonces mis

primeros procesos se encontraban ahí, en estado primario, y yo manejaba una

lectura literal procurando disponer de algún tiempo a realizar un diálogo que

mediara entre una apreciación, escucha y una meditación sobre lo leído. Para este

punto de la investigación mis sesiones de lectura común hacia mis estudiantes era

solo un proceso transaccional de ideas, más tarde bajo mis estamentos propios de

lectura quise comandar actividades en las cuales un nivel inferencial; es decir,

tratar de captar ideas más ulteriores de un texto, leer más allá de las palabras

impresas y crear una verosimilitud propia del significado textual, al poder lograr

este nivel de aprehensión me podría encontrar un poco más motivado, ya que, al

reconocer que mis estudiantes no poseían el uso significativo de la lectura y que

en verdad era sólo entonar bien, pausar cuando se debía y leer “bien” para la

educación automatizada. Deseaba desde mi interior, desde mis entrañas que

estos niños sintieran lo que yo he sentido cuando leo, que se mire un libro y surja

la previa motivación y que mientras lean… sus pequeñas cabezas se convirtieran

en decodificadores de cientos de sensaciones y que en un futuro comprendieran

Page 148: Lectura, escritura y valores

147

la literatura como placer, un placer al comprender globalmente lo que están

leyendo y no leer por leer y terminar por ser talvez maquinitas que solo pasan

grafías a fonemas sin poder tener la satisfacción de recrear el significado textual.

A continuación presento la estructura metodológica que caracterizó a este Taller

Literario, la cual fue manejada en tres fases preponderantes:

1- LECTURA GENERAL EN EL AULA

2- ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

3- REPRESENTACIONES TEATRALES

La primera fase fue designada como una de las más importantes, en las cuales yo,

como docente practicante, realizaba las respectivas lecturas pertinentes para

todos los estudiantes, recopilando así información apreciativa sobre los siguientes

ámbitos: niveles de escucha, atención, seguimiento literario, motivación y

comprensión. De esta parte derivó una primordial concepción del nivel lector.

La segunda parte, análisis y discusión, considero fue una de las partes

significativas que reunió muchos factores anteriormente mencionados y muchas

apreciaciones personales de mis estudiantes. De esta manera, se reunió la mayor

parte de apreciaciones, ideas personales y cierta crítica literaria dentro del aula, de

ahí se extraen los sustentos en la manera cómo los estudiantes se acercaban a

las estructuras internas de la literatura.

Las representaciones teatrales fueron uno de los puntos más prácticos dentro de

este taller literario, fueron ejecutados por pequeños grupos ya pre-establecidos,

los cuales pretendían una unión sólida dentro del curso, es decir, que por este

proceso de práctica, se pudo evidenciar ciertos ejemplos axiológicos.

A continuación, presento el desarrollo total de mi presente proyecto investigativo,

clarificando a través de la teoría que sustenta el Taller Literario aquellos procesos

Page 149: Lectura, escritura y valores

148

aplicados, los cuales desarrollé durante este período temporal, corto, pero valioso

en aprendizajes, siempre mutuos.

Sabía previamente que la lectura y la escritura son procesos de cierta

complejidad, los cuales se trabajan de manera alterna, y es cuando convergen a

un solo proceso, al de la representación simbólica y gráfica; es por eso que

siempre la lectura enriquece a la escritura y viceversa. Y en otros sentidos la

escritura se ve nutrida por la lectura y la inclusión de la literatura, “…de ahí que en

el grupo de escritura propiciemos bastante, en nuestra experiencia de taller, el

contacto con la literatura vigente (y las confrontaciones entre vigencias diversas,

sincrónica y diacrónicamente).” (Bratosevich. 200,123).

Esto de alguna manera nos da una idea ejemplar de lo que realmente puede

alcanzar la implementación del taller literario en el aula, ya que enriquece los

sentidos literarios que lo recubren en esencia, que lo sustentan en tanto que

ejemplifica dos pertenencias lingüísticas, la lectura y la escritura, plasmadas en

planos reales de aplicación y de contraste. El hábito constante, programado y

enriquecedor de la lectura puede generar a futuro una capacidad de escritura en

tanto que cuando más y mejor se lee, mejor se escribe.

Mis primarios avances en la metodología de este taller literario fue la definición del

libro que verdaderamente sería aplicado dentro del aula, sería el libro de las

lecturas generales, sería el libro de discusión y sería el libro para poder ser

representado simbólicamente, el libro, como ya lo saben fue Angelitos

Empantanados de Andrés Caicedo, escritor Colombiano y uno de mis favoritos, el

libro me emocionaba y estaba satisfecho con el mismo, porque lo mejor era que

yo me sentía identificado con el texto, de esta manera la dirección del Taller

Literario era más encausada y enriquecedora. No era el libro por el libro, ni la

palabra por la palabra allí impresa y muerta mientras el libro está cerrado, el libro

dentro del Taller Literario es la herramienta preponderante, sin cadenas,

transformable y significativo, “…todo texto es una disponibilidad a lo múltiple, y

Page 150: Lectura, escritura y valores

149

abandonar las bridas al lector, una experiencia en alto riesgo…”. (CF. Bratosevich.

2001, 29).

El Taller literario entonces es concebido desde su realidad semántica, taller

literario, es decir la fundamentación del mismo se basa en la lengua y sus propias

nociones lingüísticas, se basa en la literatura que la conforma como totalidad,

como unidad, un taller literario es por consecuencia la aplicación y puesta en

común de una lengua y una literatura, la literatura como un todo, que como núcleo

pretende explorar la creatividad del escritor que se presenta al texto y lo narra

libremente a al personaje que lo interpreta, es decir el lector. “Nuestro libro parte

de supuestos sobre la Literatura, consensuados en vastos sectores de la práctica

y la reflexión sobre ella…” (Bratosevich, 2001, 93) Por otro lado, la definición, la

programación y la ejecución del Taller Literario generaron gran interés ya que

sentía que era un espacio definitivo en el cual encontrar lugares comunes de

creatividad, puntos de encuentro entre los estudiantes y sus diálogos…… “…Si el

taller es un lugar de experimentación, entonces lo ideal, a la corta o a la larga, es

que cada uno se adiestre para ser capaz de imponerse sus propias consignas”

(Bratosevich, 2001, 97)

Se hace referencia aquí sobre un tipo de “calentamiento creativo” que son las

consignas, hasta la lectura de este libro me di cuenta de su existencia, lo referente

aquí es que se pretendía dar inicio al taller literario con las libertades de

consignas, entenderse por consignas las ideas primarias para la creatividad,

puede ser una frase o partes desarticuladas que después de meditación,

paciencia y mucha creatividad, desembocan en una creación literaria…entonces la

utilización de aquellas consignas dan el sustento de aquella experimentación,

aquello hace del taller literario un centro en el cual se amalgaman las distintas

concepciones. Ahora, en contraste con la dinámica llevada a cabo por mi parte,

me parece fundamental la utilización de dichas consignas, las cuales permiten

generar un lugar abierto y accesible a diversos aspectos lingüísticos y literarios, yo

Page 151: Lectura, escritura y valores

150

no tuve la oportunidad de usarlos, no los tuve en cuenta antes, ya que podría

saber cómo utilizarlos, pero no apareció como herramienta sostenible y no

apareció en mi planeación. Creo que hubiese sido muy favorable la

implementación de dichos procesos de calentamiento lecto-escritor. Sobre las

detalladas consignas…“Se trata de estímulos, de propiciar posibilidades técnicas,

temáticas, de estrategias no sospechadas, o impracticadas hasta ahora por los

talleristas: se trata de probar rumbos diversos.” (Bratosevich, 2001, 103)

A lo largo de la aplicación del Taller Literario la constante fueron los procesos de

lectura dirigidas por mi, es decir yo les leía a mis estudiantes, pero era una lectura

-por así decirlo- básica, ya que no existía la lectura acompañada, ellos no seguían

linealmente el signo con el fonema porque no tenían el libro en sus manos, pero

fue una lectura de eco que mantuvo cierta continuidad y dinamismo entre ellos.

Una lectura dirigida con una momentánea falla, no les relía los apartes

importantes y me detenía en la primaria concepción de los detalles que ellos

pudiesen brindar… “Volver a leer ayuda a los estudiantes a desarrollar la fluidez

en su lectura y les brinda una mayor confianza en sí mismos como lectores”

(Strickland, 2003, 134) Dentro de los parámetros didácticos la producción de

breves espacios teatrales generó gran motivación y expectación sobre los posibles

alcances de comprensión e interpretación propia de la lectura que han llevado a

cabo. Pude captar gran atención y dedicación por parte de los estudiantes en su

creación y preparación de todo un material interpretativo dentro del aula de clase.

Page 152: Lectura, escritura y valores

151

3.3.3.2.2. Literatura en el aula

Todo libro es una caja de herramientas – Michel Foucault6

Como debe ser bien sabido por el lector o el analista del presente texto, la

literatura es el centro de la propuesta pedagógica, didáctica e investigativa de mi

presente trabajo, el cual revela causalmente y de manera abierta sus propósitos.

El Taller Literario diseñado y ejecutado en el aula. Dentro de mis perspectivas

personales y en concordancia con algunos autores -por ahora con Jurado y

Barthes- la literatura al ser un resultado simbólico del ser humano, es también la

representación de su contexto, materialmente hablando de su inter-culturalidad, la

literatura es el reflejo verídico de su apropiación lingüística, de todo aquello

denominado la praxis de una determinada lengua, eso, eso es la literatura, la

evidencia inequívoca de una cultura, el espejo de sus rasgos comunes, de su

identidad. No entraré a definir qué tipo de literatura es o no literatura, ya que no es

mi punto a abordar ahora, pero si de algo puede ayudar o dar respuesta es que en

la mayoría de los talleres literarios la literatura es vasta y como es vasta no hay

restricciones sobre tales efectos, además un taller literario nunca dará cuenta de

aquellas cavilaciones de análisis inservibles sobre si tal libro es o no una literatura

“apropiada” para su ejecución. Literatura es literatura, sea cual sea, como se ha

afirmado antes, es la representación más clara de una cultura y su interacción con

un código común de comunicación, el cual, como ya deben saber, es la lengua

como tal. “No hay otra práctica significante como la literatura, a través de la cual

podamos develar la condición de lo que somos…” (Jurado, 2004, 69)

Por medio de Barthes, y su pensamiento literario, podemos llegar a concluir que la

literatura es el medio representativo, un medio común de interrelación, de

expresión, de comunicación y potencialmente formador, en todas las esferas 6 CONGRAINS, E. Frases célebres y rotundas. Bogotá, Editorial Alforja, 1992.

Page 153: Lectura, escritura y valores

152

humanas de una sociedad, de sus parámetros más internos que la construyen. “La

literatura está penetrada de socialidad. Los materiales que utiliza provienen

esencialmente de la sociedad, de la historia de la sociedad. Resulta inconcebible

escribir el texto más mínimo sin que por él, de un modo u otro, pase la historia y,

desde luego la sociedad, con sus divisiones, sus conflictos, sus problemas”

(Barthes, 1973) En contrastación con la definición seria y parca de Bratosevich

sobre la literatura como centro práctico y preponderante dentro del bien llamado

Taller Literario. “…Pero la literatura posee sus propias normas, en todo caso esas

normas funcionan como mediación entre los histórico y lo literario.” (Bratosevich,

2001:77) Además de complemento placentero es la literatura el universo: “La

literatura supone un grupo parlante y los problemas que ella recoge en dramas y

novelas son los de una sociedad y no mera expresión individual del autor……El

carácter social de la creación deriva de la naturaleza social del hombre y de todo

lo que hace. El lenguaje es el ejemplo más patente, pero la ciencia y la tecnología

no tienen el mismo carácter.” ( Frondizi, 1993, 99)

Al principio, cuando adopté el taller literario, la aparición literaria nunca fue forzada

ni maltrecha, porque por fortuna la lectura y la literatura son parte esencial de mis

placeres, entonces no fue algo tan quimérico porque en primer lugar los posibles

libros a trabajar ya los había leído y los consideraba como gran parte dentro de la

ejecución del proyecto, pero mis lecturas nunca se detenían, siempre estaban ahí,

no sólo sobre la literatura del grado al cual pretendía enseñar a través de un taller

literario y que a su vez copara las temáticas, leía las referencias didácticas sobre

las aplicaciones de programas educativos basados en literatura, leí los libros de

enseñanza de la lengua Castellana y trataba de redefinir aquellos procesos

funcionales a trabajar en el aula. De manera experimental diseñaba las lecturas,

las actividades y los posteriores procesos evaluativos sobre las actividades

literarias ya que demuestra la literatura todo un conjunto de propiedades

lingüísticas. “…siento que hay una literatura que ante todo se carea con el

Page 154: Lectura, escritura y valores

153

lenguaje como lenguaje, lo sopesa -o trasmuta sus fórmulas, o simplemente le

exige “peso y medida”-…” (Bratosevich, 2001, 119)

3.3.3.2.3. Lectura

Leer es adentrase, leer es sentir, leer es interpretar

orgánicamente e imaginar tras la simbología escrita y hacer

de las letras impresas un placer igualitario, común, entre

escritor y lector.

Al analizar las perspectivas de lectura dentro del proceso seguido a lo largo… no

solo del proyecto investigativo sino de todo el compendio temporal a lo largo de un

año y medio de investigación, puedo expresar que las nociones de lectura revisten

una principal función dentro de la respuesta al presente trabajo, es decir, el

proceso lector fundamenta drásticamente la implementación del Taller Literario

como opción educativa de la lengua materna. Personalmente mi perspectiva

lectora se centra en la teoría de una lectura critical o zona medular, tal como lo

reseña Fabio Jurado con aporte basado en Hebreo: “la médula, lo que más nutre

según Hebreo, representa los sentidos profundos provenientes de distintos

ámbitos del saber” (Jurado, 2004:65) Puedo decir que mis perspectivas lectoras

se centran más en la comprensión textual y simbólica y por sobre todo la

criticidad. En reflexión a mi parte investigativa y observando la postura de mis

estudiantes…el esfuerzo personal por deducir de mis estudiantes una nivel por lo

menos de de comprensión textual y simbólica fue realmente extenso, el tratar de

una u otra manera poder captar la atención, invitación tras invitación y al final dejar

traslucir sus pensamientos de una preliminar criticidad, esa era mi búsqueda

primordial.

Page 155: Lectura, escritura y valores

154

…Se terminó aquella hora de ejercicios planteados y me

disponía a seguir con mi actividad literaria, en este punto

creía yo que aquellos procesos de lectura terminarían por

dejar algo en ellos, ya sea la atención lectora, podría

mejorar unos niveles de escucha y de comunicación entre

ellos y el discurso que yo planteaba. Me preparé para leer,

les pedí la colaboración de hacer un círculo cerrado,

comencé a leer el capítulo de Angelitos Empantanados…7

Por cierto, nuestra educación está amoldada a muchos parámetros fosilizados y

que siempre se conservan en un espiral repetitivo, uno de esos parámetros o

esquemas es la lectura convencional -como yo la llamo-, la lectura actual o la que

siempre ha existido es la de la buena entonación, la de la perfecta pausa, la

repetición mental, el leer como proceso obligatorio y desfigurado, el leer por leer…

-no condeno las pautas de entonación y pausa, ya que hace parte de la estética

lingüística-. Cuando una de las preocupaciones más sobresalientes es la una

comprensión textual y la posible criticidad que pueda hacer el lector del texto que

está al frente y que lo reta cada vez a comprenderlo y a comprenderse…y a

reevaluar aquellos procesos formativos de lengua, lingüística y lectura, de eso se

trata, que la literatura provea y designe su aporte al aprendizaje lingüístico

totalizador. Es por eso que la lectura se encuentra como un conjunto de

habilidades: “El esquema clásico, dentro de esta concepción, proponía el

reconocimiento de palabras como el primer nivel de la lectura seguido de la

comprensión como segundo nivel, de la reacción o respuesta emocional en tercer

lugar……En especial la comprensión se consideraba compuesta a su vez por

distintos subniveles jerárquicos que incluían, básicamente, la comprensión literal o

habilidad para comprender lo explícitamente dicho en el texto, la inferencia o

7 Narración de la presente investigación – Ver: Fecha 24 de marzo.

Page 156: Lectura, escritura y valores

155

habilidad para comprender lo que está implícito y la lectura crítica o habilidad para

evaluar la calidad del texto o las ideas o propósitos del autor” (Dubois, 1991, 9).

A manera reflexiva personal, las lecturas grupales que yo realicé con mis

estudiantes me permitieron desarrollar la capacidad de generar interés, de poder

suscitar un pequeño asombro literario en ellos, que mis lecturas no fueran solo

una actividad para rellenar el especio de clase, sino que a través de esa lectura

pudiésemos entrar en comunión, que a través de esa lectura halláramos ciertos

significados, aprendizajes, símbolos, partes de diálogo común, encontrar así un

código unitario entre nosotros como lectores, ellos escuchando, yo leyendo, al fin

al cabo lectores bilaterales…a mi parecer estábamos enfocados en un caso de

lectura transaccional: “.. El lector adquiere su carácter de tal virtud del acto de

lectura y es a través de éste que el texto adquiere significación. En el proceso de

transacción lector y texto son mutuamente dependientes y de su interpretación

recíproca surge el sentido de lectura. … Entre el lector y el texto se da un proceso

de transacción a través del cual ambos se transforman.” (Dubois, 1991, 17)

Mis estudiantes, no sólo asistían al Taller Literario y escuchaban las lecturas de

los capítulos, ellos tenían espacios de lectura personal y yo esperaba -y ese era

uno de mis anhelos- que ellos aplicaran los procesos de lectura adecuada que yo

solía representarles a ellos de la mejor manera posible. Y que siempre, cuando no

sepan una palabra, se remitan al diccionario. Dado que si un lector no asimila

fácilmente los símbolos o los códigos lingüísticos del texto no podrá relacionar la

semántica textual y el tópico textual: “Si el lector no puede relacionar el contenido

del texto con algo ya conocido por él, no podrá construir ningún significado”

(Dubois, 1991, 11)

Page 157: Lectura, escritura y valores

156

3.3.3.2.4. Axiología

Los niños son seres divinos; el mundo estaría en orden si

nosotros nos educáramos siguiéndolos a ellos, en vez de

educarlos de acuerdo a nuestra modalidad – Ernst Jünger.8

La primera vez que nuestro grupo de investigación empezó a definir las líneas

fuertes de nuestra investigación educativa……la idea resultante de acción sobre

las problemáticas primordiales no retrasaron su aparición definitiva, por tal motivo;

la inclusión necesaria de una metodología educativa basada en la interpretación y

aplicación de valores fue una de las premisas a incorporar. Por un lado, cada uno

de nosotros abordaría la “educación” axiológica de una manera personal, tal como

hemos funcionado; de una manera paralela y con algunos puntos convergentes

durante nuestra reconstrucción pedagógica.

Por mi parte, de manera personal y a través de lo evidenciado a lo largo de un año

y medio en aquel salón…compartiendo con ellos los minutos y un sin fin de

experiencias encajadas en cofres temporales que revelan después los secretos

internos de cada uno de aquellos seres sentados en los pupitres fríos y a veces

incómodos de aquel salón…pude descifrar los comportamientos de aquellos

niños, acostumbrados a la cotidianidad……observaba siempre las actitudes

personales de interrelación con los demás… estudiante-maestro, estudiante-

estudiante, estudiante-practicante, y se intercalaban diversas discusiones

personales -en mi mente- las cuales generaban estamentos tales como: a) los

niños que tengo a mi cargo poseen la divergencia conceptual que deambula entre

el valor y la ética. Hemos de anotar que desde mi perspectiva estas eran las dos

variantes que ellos intuían conocer…sin ellos saberlo completamente se 8 RUBIANO, R. Alquimia del escritor – Citas de grandes autores sobre el taller literario. Intermedio Editores, 1991.

Page 158: Lectura, escritura y valores

157

comportaban dentro con estos parámetros y era mi tarea hacerlo saber y

enseñarles algo de aquello tan complejo; b) los comportamientos humanos

siempre se definen bajo la atmósfera social en la cual el mismo esté inmerso y

pertenezca, definiéndose así mismo como integrante una globalidad social; c) la

potencialidad axiológica a nivelar o enseñar era bastante grande y requería una

planeación adecuada, los estudiantes poseían una carencia sustancial de

aprendizajes, conceptos y comportamientos definidos, los cuales están a cargo en

su mayoría de los padres quienes son los educadores número uno en un núcleo

familiar.

Para mi era demasiado complejo tratar de “cambiarlos”, es casi utópico pensarlo,

pero sin embargo uno cuando se siente docente -desde lo orgánico y lo espiritual-

trata de no perder las “esperanzas” y trata de brindarles las mejores herramientas

posibles para que generen una mejor socialización, internamente y externamente.

En concordancia con la aplicación del taller literario, el aspecto axiológico fue

abordado en cuanto generó espacios de discusión sobre algunos de sus efectos

totalizadores sobre los valores y su preponderante espacio en la sociedad. La

literatura sugerida contiene pistas y rastros axiológicos valiosos para ellos, ya que

se adapta inmejorablemente a su edad, nivel psicológico, moral y estados del

pensamiento. Hubo días en que tuve que enfrentar diálogos decisivos en cuanto a

nivel moral, respeto y amistad, considero que muchas de las veces actué

correctamente, otras todavía retumban en mi mente y creo haber podido actuar

mejor.

“Elías apuró su brazo y me lanzó de frente una bola de papel,

era el momento preciso para dar una reprimenda o algo por el

estilo, era la oportunidad de exponer planos axiológicos,

posiblemente el respeto no fue comprendido y era tiempo de

de reafirmarlo. Creí no haber mirado al salón completo, sólo

observaba a Elías y su risa, ¿qué tipo de sonrisa? No importa,

Page 159: Lectura, escritura y valores

158

creo que fue una sonrisa entre disculpas y diversión en

yuxtaposición a la inocencia, ellos son niños que están

expuestos a cierta clase de violencia y yo no iba a actuar

así.”9

Con respecto a este nivel espero haber dado un buen ejemplo y así tratar de

mostrarles a mis estudiantes que en verdad se puede vivir de manera armónica en

una sociedad tan conflictiva y normal como lo es la nuestra. Además, la maestra

titular la mayoría de las veces los aconsejaba en unos largos recesos de clase y

los instruía en normas éticas, recreadas en valores útiles para todos ellos.

9 Narración de la presente investigación – Ver: 6 de abril

Page 160: Lectura, escritura y valores

159

3.3.4. CONCLUSIONES

En primer lugar, y siguiendo los parámetros de valoración, puedo expresar que el

taller literario aplicado y expuesto en la presente investigación deja unos

resultados positivos y valiosos en cuanto que en parte personal, he aprendido más

sobre esta valiosa herramienta teórico-práctica de enseñanza didáctica de una

lengua, en este caso de la Lengua Castellana. Otro aspecto positivo fue el

resultado obtenido con el mismo, a mí parecer los estudiantes lograron articular

procesos de lectura comprensiva, de un cierto análisis o criticidad sobre los

planteamientos expuestos en un texto, en otro sentido, el taller literario logró

brindar una idea más cercana de lo que es realmente aprender la lengua materna

a través de aspectos tan reales como lo es la literatura, puesto que los estudiantes

contrastaban la teoría lingüística con la practicidad del generoso proceso de la

lectura.

Además, el aprendizaje totalizador que obtuve a través del taller literario fue

vasto, aprendí a leer nuevamente, aprendí a disfrutar más de la literatura, aprendí

la importancia y la novedad del taller literario, aprendí a alejar los supuestos

teóricos de la enseñanza común, aprendí a arriesgarme a abordar una didáctica

ajena a mi y al sistema normal y aprendí a interactuar con los estudiantes……y

aprendí de ellos también. A continuación presento de manera completa los

hallazgos alcanzados y/o desarrollados a través de la aplicación del Taller

Literario:

TALLER LITERARIO

En este apartado deseo expresar de manera detallada los alcances, los

aprendizajes y los aspectos que hicieron de la aplicación del taller…algo

rescatable a mi punto de vista. En primer lugar el hecho de enseñar lengua a

Page 161: Lectura, escritura y valores

160

través de la literatura y realizar la reconstrucción simbólica de la misma con las

diferentes actividades, brindó a mis estudiantes un espacio creativo y libre en el

cual ellos podía expresar sus ideas de manera abierta y segura. Permitió en otros

niveles la correcta articulación de diversas estructuras lingüísticas y comunicativas

inherentes al aprendizaje y a la comunicación a través de una determinada

lengua. Considero que este taller literario cumplió su objetivo en cuanto que pudo

brindar aquellos espacios creativos y comunicativos y lo más sobresaliente fue el

hecho de poder interactuar con la literatura y “jugar” en la construcción textual y

simbólica de la palabra.

LITERATURA EN EL AULA

En respuesta a este aspecto, debo confesar que el proceso literario fue realmente

limitado…esto en concordancia sobre el nivel de lectura de los estudiantes, es

decir sus procesos de lectura no eran tan sobresalientes, esto constituyó una de

las razones por las cuales el taller literario fue implementado. A lo largo del

desarrollo y la implementación del proyecto este aspecto fue “mejorando” ya que

las lecturas generales de los textos trabajados permitieron por así decirlo una

motivación sobre el libro, un interés previo a la palabra escrita. A mi criterio

personal considero haber aportado al proceso lector y de apreciación primaria de

la literatura, quiérase como se quiera expresar, estamos inmersos en mares de

literatura, diversa y ejemplar, bajo estas premisas considero haber enseñado a

nadar por aquellas corrientes de palabras, símbolos, signos, sentimientos,

placeres y conocimientos.

LECTURA

En el nivel de la lectura considero que el proceso llevado a cabo no arrojó

profundos detalles sobre los efectos lectores específicos, ya que -a mi criterio- en

tan corto tiempo no se pueden observar los progresos totales sobre lectura, si bien

Page 162: Lectura, escritura y valores

161

se puede evaluar la lectura desde la perspectiva de las teorías de la lectura…me

parece más válido dar ahora una apreciación cualitativa sobre la comprensión

lectora que percibieron mis estudiantes, me parece más válido por el momento el

rescatar la capacidad de comprensión que ellos tuvieron que cualquier otra

formalidad lingüística al momento de articular los fonemas y generar sonidos

lectores…

El proceso de las lecturas generales en aula generó espacios para tales

disertaciones de formalidad lectora, pero en esencia lo que yo buscaba era la

semántica del discurso contenido en lo que leían y así redefinir y crear una nueva

idea de actividad literaria y de ahí abordar el taller literario como espacio

experimental de la lengua contenida en significado y literatura.

AXIOLOGÍA

En este apartado deseo hacer especial hincapié en el “resultado” aparente sobre

las particularidades axiológicas. Como se ha referenciado, la axiología era una de

las premisas a trabajar y es la que fundamenta nuestro proyecto. El resultado aún

no es totalmente emergente ya que es un proceso largo, continuo y sostenible en

cuanto que exige una adaptación social y comunicativa enmarcada en las

necesidades de estos estudiantes. En concordancia con esto evidenciamos que la

teoría axiológica no concordaba con una realidad práctica en la cual ellos -los

estudiantes- estaban inmersos. No se pudo obtener un resultado fáctico y

favorable para la investigación…si bien era una de los objetivos primarios…el solo

hecho de pensar “mejorarlos” implicaba una acción de fondo y muy extensa en la

acción socio-comunicativa y cultural de nuestros estudiantes. Sin embargo se

ahondó de manera teórica y práctica aquella parte fundamental de la

educación…la cual es la axiología educativa. Considero que, a través de las

lecturas, los patrones educativos y las ejemplificaciones propias, los estudiantes

evidenciaron algunos aspectos que pueden hacer significativa su vida como seres

Page 163: Lectura, escritura y valores

162

humanos necesarios bajo la comunicación y que ellos están rodeados de valores

diversos y comunes.

Page 164: Lectura, escritura y valores

163

BIBLIOGRAFÍA

BRATOSEVICH, N. Taller literario –Metodología/ Dinámica grupal/ Bases teóricas.

Buenos Aires, Edicial, 2001.

CONGRAINS, E. Frases célebres y rotundas. Bogotá, Editorial Alforja, 1992.

CULLINAM, B. La lectura en el aula – Ideas y estrategias de enseñanza para la

formación de lectores. Editorial Trillas, 2003.

DUBOIS, M. E. El proceso de lectura: de la teoría a la práctica. Argentina, Aique,

1991.

FRONDIZI, R. Pensamiento Axiológico. La Habana, Biblioteca Americana, 1993.

HOMBRAVELLA, F. ¿Qué es la literatura? Salvat Editores, 1973.

JURADO, F. La literatura en la educación básica y media: el diálogo entre y con

los textos.

Texto extractado del libro compilatorio: Literatura y educación – La literatura como

instrumento pedagógico. Confama, 2004.

RUBIANO, R. Alquimia del escritor – Citas de grandes autores sobre el taller

literario. Intermedio Editores, 1991.

Page 165: Lectura, escritura y valores

164

3.4. UNA ESTRATEGIA QUE POSIBILITA LA COMPRENSIÓN DE LOS TEXTOS EN LOS PROCESOS DE LECTO-ESCRITURA DE LOS ESTUDIANTES

-Angie Catalina Moreno Reyes-

3.4.1. PROBLEMA

A partir de las reflexiones obtenidas durante la práctica pedagógica y la

recuperación de la experiencia, la sistematización surge a partir del siguiente

aspecto: ¿De qué manera el análisis profundo de los textos mejora la comprensión

en el desarrollo de los procesos de lecto-escritura en los estudiantes?

Page 166: Lectura, escritura y valores

165

3.4.2. JUSTIFICACIÓN

Todo proceso de enseñanza responde a una formación del estudiante en un

sistema de conocimientos y en un marco de valores éticos y estéticos que servirán

de apoyo en la toma de decisiones y en la validación de sus propios saberes, ello

supone, así mismo, una voluntad y la creación de sus propias reglas de juego. Es

allí, donde la práctica pedagógica influye significativamente en el proceso de

enseñanza- aprendizaje enmarcado en una formación integral de las personas.

Pues bien, esta práctica pedagógica posee necesariamente connotaciones

históricas, filosóficas, sociales, económicas, etc., haciendo de ella un modelo

educativo basado en la praxis y que desarrolla procesos dinámicos que facilita a

los alumnos en el aprendizaje y, en este caso particular, responde al diseño de

herramientas metodológicas que favorezcan al estudiante en el desarrollo de su

habilidad interpretativa en dos procesos tan importantes como son: la lectura y la

escritura. A partir de este punto de vista, la práctica debe tener una directriz hacía

el análisis y reflexión constructiva de la realidad para su transformación,

orientando su proceso hacía la sistematización de la experiencia.

Page 167: Lectura, escritura y valores

166

3.4.3. OBJETIVOS

3.4.3.1. General

• Reconstruir y analizar la experiencia obtenida durante la práctica

pedagógica.

3.4.3.2. Específicos

• Determinar cuáles son los factores que intervienen en el proceso de lectura

y escritura.

• Reflexionar sobre dichos procesos de los estudiantes de sexto grado para

evidenciar el nivel de su compresión

• Identificar los componentes conceptuales de la lectura y la escritura.

• Formular estrategias que posibiliten el desarrollo de la comprensión lectora.

• Evaluar las respuestas obtenidas en la intervención.

Page 168: Lectura, escritura y valores

167

3.4.4. METODOLOGÍA

Para la sistematización de este trabajo se toman en cuenta cinco procedimientos

básicos:

1. Formulación del “objeto de estudio” el cual se plantea al comienzo de este

trabajo.

2. Recolección, ordenada y controlada, de la información necesaria, en este caso

se toma en cuenta la recopilación de la experiencia planteada en una narración.

3. Análisis de la información, lo que supone su reordenamiento en base a

criterios, categorías, variables, indicadores, etc. que se desprenden y cobran

coherencia en un conjunto de proposiciones interpretativas generales que

denominamos el marco teórico o enfoque conceptual.

4. Interpretación de los resultados de dicho análisis, obtención de conclusiones o

recomendaciones a partir de dicha interpretación.

5. Redacción y difusión de dichas conclusiones y de los procedimientos que se

emplearon para llegar a ellos, a fin de que otras personas e instituciones

interesadas en la misma problemática, puedan entrar en diálogo con esta

experiencia a fin de confrontarlo al tiempo que enriquecerlo.

Page 169: Lectura, escritura y valores

168

3.4.5. SISTEMATIZACIÓN

Para la sistematización de la experiencia se toman en cuenta algunas categorías

concurrentes durante la práctica y que son producto del análisis de la experiencia

obtenida.

3.4.6. CATEGORIZACIÓN

Este trabajo se apoya específicamente en cuatro categorías relevantes durante el

proceso de sistematización y que serán estudiadas con el fin de sustentar la

experiencia. Estás son:

1. LECTURA 2. ESCRITURA

3. FORMACION DOCENTE

4. VALORES

• Definición de la

lectura a partir de Lomas y Cassany.

• Procesos para el desarrollo de la interpretación y producción de textos.

• El proceso de comprensión lectora.

• Concepto sobre

lectura según Cassany y Lomas.

• El rol del

docente. • Los fines

sociales de la enseñanza de la

lengua.

• Actitudes,

valores y normas a partir de los postulados de Daniel Cassany.

Page 170: Lectura, escritura y valores

169

3.4.7. ENTRE LA TEORIA Y LA PRÁCTICA

3.4.7.1. Una historia para contar…

Falsearíamos la realidad diciendo tan sólo

que los libros son el más destacado

de nuestros productos civilizados,

pues resulta ya más justo señalar que nosotros,

los que hoy nos tenemos por civilizados,

somos ante todo el producto de muchos libros".

Fernando Savater.

Durante este proceso encontré muchas deficiencias de parte de los estudiantes en

cuanto a los procesos de lectura y escritura, y no precisamente porque no

quisieran hacerlo, sino porque en realidad no existe motivación alguna para su

práctica (Ver anexo, párrafo 16), además la lectura, y, sobretodo, la escritura, son

dos procesos que no tienen el suficiente reconocimiento y valoración de parte de

los estudiantes, independiente del nivel de estudios que cursen.

Viviendo esta fatal realidad en la escuela y estudiando la situación emprendí mi

jornada de hacer que el estudiante encontrara un gusto por el arte de leer y

escribir a través de diferentes actividades que relacionara ambos procesos, esto

con el fin de que el estudiante que participaba de las actividades planeadas fuera

creando una mentalidad de gusto e interés por la práctica de ambas habilidades.

De esta manera se iba desarrollando la competencia lingüística y comunicativa

requerida por el programa.

Page 171: Lectura, escritura y valores

170

Ahora, en el marco de la escuela, dicha situación es posible de lograr si el maestro

asume un rol de orientador, de guía. No se puede desconocer que en mayor o

menor escala el maestro constituye en un ejemplo, en un modelo por imitar. Es

precisamente esa imagen, ese reconocimiento, el que le da la posibilidad, la

invaluable posibilidad de motivar mediante el ejemplo para que los estudiantes se

lancen a la aventura de explorar y de construir textos. El comentario (oral y escrito)

del fragmento de un libro y las breves lecturas seleccionadas, son algunos de los

medios con los cuales se puede mover a los estudiantes a familiarizarse cada vez

más con los textos al tiempo que les permite reflexionar en un nivel axiológico lo

planteado por el autor.

Como se puede observar, la posibilidad de transformar la apatía de los estudiantes

por la lectura y la escritura tiene un gran aliado, siempre y cuando ofrezcamos

darle a los procesos textuales otra mirada, se construyan otros enfoques, que

hagan de leer y de escribir procesos vivos, dinámicos y que, sobre todo, inviten a

los estudiantes a participar, y sobre todo, a vivenciarlos.

Pero, ¿Qué es realmente leer y escribir?, ¿de qué manera se pueden crear

estrategias para que el estudiante aprenda realmente a interpretar de forma

exhaustiva un texto?,¿cómo ser un buen maestro en la enseñanza de estos

procesos?,¿Cómo fomentar la formación integral de los estudiantes cuando de

valores se trata?; estos interrogantes surgen de la reflexión obtenida de la

práctica pedagógica hecha en el colegio con los estudiantes de grado quinto y

sexto y serán resueltos a continuación:

Page 172: Lectura, escritura y valores

171

3.4.7.2. Un acercamiento al proceso de lectura

En términos generales, tomamos la lectura como un proceso continuo de

comunicación entre el autor o escritor del texto y el lector. Es expresado a través

de una variedad de signos y códigos convencionales que nos sirven para

interpretar las emociones, sentimientos impresiones, ideas y pensamientos. Pero,

esta definición tomada de un diccionario de lengua castellana no nos dice nada

más de lo que significa un proceso simple y común del ser humano, por esta razón

me remito a la definición que Daniel Cassany plantea: “La lectura es uno de los

aprendizajes más importantes, indiscutidos e indiscutibles, que proporciona la

escolarización”. (Cassany, 2000, página 193).Quien aprende a leer eficientemente

y lo hace con constancia desarrolla, en parte, su pensamiento, por eso, en

definitiva, la lectura se convierte en un aprendizaje trascendental para la

escolarización y para el crecimiento intelectual de la persona.

Como vemos, existe más allá de una simple significación de lectura, un proceso

que vincula distintas habilidades que en la escuela son completamente

superficiales, el concepto que ésta debería tener sobre lectura se halla

completamente limitado a un proceso mecánico y vago, es decir, un proceso en el

cual se discrimina la forma de las letras, hay mera correspondencia entre sonido y

grafías, se lee palabra por palabra sin significado, se pronuncian palabras sin

sentido y lo más grave, no se logra entender todas las palabras de cada texto. Un

trabajo doble se suma al lector al tener que complementar este proceso con

destrezas superiores como son: ser conscientes de los objetivos de la lectura,

saber leer a la velocidad adecuada, comprender el texto a diversos niveles, (ver

anexo párrafo 19, línea 4).inferir significados desconocidos, etc. De manera

implícita la labor que debe dar a entender un docente en la enseñanza de la

lengua es que la buena lectura se complementa de la siguiente manera: leer,

Page 173: Lectura, escritura y valores

172

libros, sobretodo libros de literatura, de cabo a rabo, a un ritmo tranquilo,

sentados, adelantando paso a paso, entendiéndolo todo.

Es decir, como primera medida para en el campo de mi investigación, debía

cambiar el concepto erróneo que sobre la lectura manejan los estudiantes, como

dice Cassany: “La concepción de la lectura que subconscientemente ha trasmitido

la escuela tradicional es limitadísima” (Cassany, 2000, 194), y además no

responde a los objetivos planteados por los lineamientos curriculares para el

programa de lengua castellana que alude a que los diferentes usos sociales del

lenguaje, lo mismo que los diferentes contextos, suponen la existencia de

diferentes tipos de textos: periodísticos, narrativos, científicos, explicativos… los

sujetos capaces del lenguaje y acción deben estar en condiciones de comprender,

interpretar analizar y producir tipos de textos según sus necesidades de acción y

comunicación. Por estas razones, es necesario ganar claridad sobre los diferentes

elementos que conforman un texto, lo mismo que sobre los procesos de

comprender, interpretar y producir textos y las competencias asociadas a los

mismos. En este sentido se entiende el texto como un tejido de significados que

obedece a reglas estructurales semánticas, sintácticas y pragmáticas. Para la

comprensión el análisis y la producción de diversos tipos de textos se consideran

tres tipos de procesos o niveles de lectura: 1.Procesos referidos al nivel

intratextual, intertextual y extratextual los cuales serán estudiados más adelante

(serie lineamientos curriculares, 1998, página 61).

Ahora para completar la justificación del porqué decidí emprender mi intervención

sobre la motivación a la lectoescritura basada en los niveles antes mencionados,

presento a continuación el postulado que ofrece Carlos Lomas con respecto a lo

que significa la lectura y su proceso de aprehensión. De este modo, Carlos Lomas

quien esta de acuerdo con lo planteado por Cassany, en afirmar que la enseñanza

de la lectura y la escritura debe tener en cuenta los usos y funciones de la lengua

escrita en nuestras sociedades, así mismo, debe orientarse al dominio expresivo

Page 174: Lectura, escritura y valores

173

y comprensivo de los diversos géneros de la escritura y adecuarse a las diferentes

situaciones de comunicación en que tiene lugar el intercambio de significados

entre las personas (Lomas, 2001, página 321). Según Lomas, la lectura es un

proceso que, al igual que la comprensión y la escritura son acciones lingüísticas,

cognitivas y socioculturales cuya utilidad trasciende el ámbito de lo escolar y de lo

académico al insertarse en los diferentes ámbitos de la vida personal y social

(Lomas, 2001, página 320).

Finalmente, para cerrar esta primera parte sobre el concepto de este término se

concluye que: la lectura es un proceso continuo de comunicación que es

expresado a través de una variedad de signos y códigos convencionales que

sirven para interpretar las emociones, ideas y pensamiento, igualmente incluye el

estudio a fondo de los diversos componentes que componen este proceso y que

no se hacen visibles para el lector, deben ser trabajados desde una perspectiva

que le permita encontrarlos y que forman parte del contexto social y cultural que

nos rodea, este proceso se puede lograr, llevando a cabo los procesos o niveles

de lectura señalados por los autores y que permiten una manera profunda analizar

esos contenidos que pasan sin importancia y que son la clave de un buen

aprendizaje sobre el propósito de saber leer.

Pues bien, teniendo en cuenta lo anterior, toda mi atención se centró en la

elaboración de una ficha de trabajo sugerida por un profesor de lingüística de la

universidad y que básicamente comprende los siguientes puntos:

Page 175: Lectura, escritura y valores

174

NIVELES DE LECTURA- ESCRITURA

INTRATEXTUAL

INTERTEXTUAL

EXTRATEXTUAL 1. Primario 2. Parafrásico 3. Inferencial 4. Correferencial 5. Crítico 6. Axiológico

1. Señala palabras claves en el texto

2. Precisa el contenido del texto en sus propias palabra

3. Hace pregunta coherentes al texto

4. Relación del texto con una experiencia personal

5. Alternativas de solución a problemas propuestos por el texto

6. Deduce los valores y antivalores

Esta ficha la resolvieron los estudiantes con cada uno de los capítulos del texto

“El caballero de la armadura oxidada”, pensaba que de alguna manera esta

herramienta les ayudaría a tener una mejor comprensión del texto, y afianzar sus

propios conocimientos representados a través del desarrollo de la ficha. Estos

niveles por supuesto tienen un sustento teórico que es presentado por Guillermo

Bustamante de la siguiente manera:

Page 176: Lectura, escritura y valores

175

3.4.7.2.1 Niveles o movimientos interpretativos:

Como estudiamos anteriormente, la lectura no puede someterse simplemente a un

proceso meramente mecánico, sino puedo concluir, es, por encima de todo un

acto de razonamiento que busca darle sentido al planteamiento del texto a través

del análisis:

1. Lecturas de carácter literal- primario: este corresponde exactamente al

primer nivel intratextual de la ficha y se vincula al punto número uno

(primario), que sugiere extraer las palabras claves del texto con el fin de

que el estudiante realice un primer reconocimiento del significado del texto.

Cuando los estudiantes resolvieron la primera ficha surgieron muchas dudas ya

que para ellos no era fácil descifrar las palabras claves, solamente después de

realizar la lectura varias veces captaron la idea principal del texto y fue más

fácil deducir aquellas frases que apoyaban la temática de cada uno de los

capítulos.

2. Lecturas de carácter literal en modo de paráfrasis: que se relaciona con

el segundo punto (parafrásico) del mismo nivel (intratextual), aquí se

constituye un nivel de mayor cualificación que el anterior, no se trata de

identificar fragmentos explícitos de un texto (palabras, frases, oraciones),

sino de traducciones semánticas y discursivas reguladas por la compresión

de base, es decir; en palabras de Guillermo: “se trata de explicar con otras

palabras lo que el texto enuncia realmente, es, entonces, parafrasear el

texto, glosarlo y, de cierto modo, resumirlo” (Bustamante, 1997, página 92).

3. Lecturas de carácter inferencial: de la misma manera, en este punto el

estudiante se encuentra en capacidad de evidenciar su comprensión global

Page 177: Lectura, escritura y valores

176

del texto, ya que al comprender la temática se encuentra en capacidad de

cuestionar y de dar respuesta a los interrogantes planteados de su misma

reflexión y comprensión. “Aquí el lector infiere lo no dicho, deduce,

presupone”. (Bustamante, 1997, página 92).

4. Lecturas de carácter crítico- intertextual: se busca allí que el lector

relacione el texto con una experiencia personal, al comienzo pensé que

podía ser difícil porque los estudiantes no dicen mayor cosa o en últimas no

encuentran ninguna relación, pero al comprender la historia era fácil

asociarla con una experiencia de sus propias vidas, esto me sirvió para

conocerlos más y saber un poco sobre sus vidas personales.

Aunque el autor no hace referencia al nivel extratextual que en la ficha se refiere al

aporte del estudiante en la búsqueda de solución a problemas planteados por el

texto, se puede relacionar con el punto anterior.

La última parte de la ficha sugiere el trabajo axiológico en donde el estudiante

resalta los valores y los antivalores, con el fin de formar una conciencia sobre lo

que esta bien y lo según ellos está mal, me pareció un buen complemento que da

cuenta sobre su formación integral.

Finalmente, podría decir que el desarrollo del trabajo supondría todo el análisis

para comprender y solucionar la ficha, la interpretación y comprensión de los

estudiantes fueron puestas a prueba como también retroalimentados para afianzar

sus conocimientos. Luego de tener esta primera parte, vendría la redacción, un

segundo paso de gran dificultad para ellos por no darle sentido al escrito.

Page 178: Lectura, escritura y valores

177

3.4.7.2.2. La comprensión lectora

Como el objetivo de mi práctica era conseguir que los alumnos aprendieran a

comprender un texto a través del uso de estrategias sencillas como lo fue la ficha

de trabajo abordada por en la clase de español, considero pertinente abordar este

proceso desde su definición.

En la comprensión lectora comprende la integración de toda la información del

texto, y esto se realiza porque existe un conocimiento general sobre el mundo, se

basa en las propias experiencias de las personas y los conocimientos previos, las

asociaciones que el sujeto puede realizar componen los requerimientos básicos

para que una persona desarrolle esta habilidad. Si se tiene conocimiento del tema

que se lee inmediatamente el cerebro realiza sus funciones de procesamiento de

la información y la adecuación de la nueva, el significado de las palabras permiten

crear ciertas imágenes que envuelven al lector en la historia, lo forman parte de

ésta.

Durante la experiencia con mis estudiantes de grado sexto me percataba muy bien

de que entendieran el vocabulario y aclaraba dudas sobre las palabras nuevas,

esto les brindaba la posibilidad de entender mejor y hacerse partícipes de la

historia, ellos podía predecir lo que pasaría el siguiente capítulo porque ya habían

hecho las asociaciones y habían utilizado su conocimiento para crear hipótesis de

la historia, con los resultados y la teoría que ahora encuentro sobre la

comprensión lectora me doy cuenta que inconcientemente a través del

seguimiento de cada capítulo y desglosamiento de las palabras, iba fortaleciendo

esta habilidad en ellos, me detuve en el vocabulario pero no porque les ampliara el

conocimiento realmente, sino por que era un paso a seguir y bueno tenía que

hacerlo. Pero hoy me encuentro con una serie de estrategias que sin querer

fueron desarrollando este proceso de comprensión y afianzaron sus conocimientos

Page 179: Lectura, escritura y valores

178

positivamente, puedo afirmar que en últimas la comprensión lectora es todo un

proceso de construcción, análisis y retroalimentación, se da con el tiempo y poco a

poco se construye con los nuevos saberes, pensaba antes que la comprensión era

como el objetivo al cual se debe llegar, visto como el resultado de un trabajo

simplemente. “La compresión lectora debe ser vista como un proceso, más no

como un producto, aparecen modelos teóricos que se encargan de dar explicación

a cómo se aprende a leer y a comprender…” (Juan Francisco Romero, 2001,

página 22)

Finalmente, para cerrar con este apartado concluyo que en la comprensión

lectora el lector participa activamente, se ponen en juego una serie de estrategias

y conocimientos que hacen que el lector opere con los significados de un texto

para crear un modelo mental, a partir de sus propias hipótesis, sus proposiciones y

sus verificaciones; es allí donde la habilidad de comprensión se va alimentando

progresivamente.

3.4.7.3. La escritura

3.4.7.3.1. Concepto

Al igual que la lectura, la escritura tiene su definición propia y su procedimiento.

Según el Dic. Español Moderno, "escribir" es: "representar ideas por medio de

signos y más especialmente la lengua hablada por medio de letras"; "figurar el

Page 180: Lectura, escritura y valores

179

pensamiento por medio de signos convencionales"; "la escritura es la pintura de la

voz".

Sin embargo, la escritura no se limita únicamente a lo que expresan los

diccionarios, la escritura como tal va más allá, de una simple expresión del

significado, es una puesta en práctica que ha evolucionado al hombre en la

sociedad y le ha permitido conocer y explorar el mundo.

Así como la lectura, la escritura también es un proceso básico del conocimiento

que permite darle una esquematización gráfica representado por el sistema de

signos y símbolo que componen el alfabeto, sin embargo, es claro que aunque es

una operación mecánica la escritura no puede basar sus objetivos en la mera

representación de grafías. Según Cassany, “la escritura va más allá de las

coordenadas, es un buen redactor o escritor quien es capaz de comunicarse

coherentemente por escrito, produciendo textos de una extensión considerable

sobre un tema de cultura general” (Cassany, 2000, página 258).

Por este motivo, un objetivo importante de la clase de Lengua debe ser que el niño

descubra el interés, el placer y los beneficios que le proporcionará la expresión

escrita: el poder de los signos gráficos, la creación de cuentos e historias, (la

imaginación, el humor, la diversión, etc.), la posibilidad de comunicarse a

distancia. En definitiva, los alumnos tiene que pasárselo bien escribiendo lo que

les hará sentir más ganas de escribir, y poco a poco, empezar a apreciar la

escritura. No se trata de motivar demasiado al estudiante a que escriba, sino más

bien conseguir que él mismo desarrolle sus intereses.

Ahora bien, según Carlos Lomas: “La escritura es una acción lingüística cuya

utilidad trasciende el ámbito de lo escolar ya que es una forma de comunicación

habitual en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana de las personas” (Lomas,

2001, página 370). En consecuencia, la enseñanza de la escritura debe tener en

cuenta los usos y funciones de la lengua escrita en nuestra sociedad, orientarse al

Page 181: Lectura, escritura y valores

180

dominio expresivo y comprensivo de los diversos tipos y géneros de la escritura y

adecuarse a las diversas situaciones de comunicación en las que tiene lugar el

intercambio de significados entre las personas.

A partir de éstas definiciones deduzco la escritura como una forma de expresión y

representación prescrita por medio de signos y códigos que sirven para facilitar, y

mejorar la comunicación. Este varía según al grupo social donde se practica, y el

contexto en el que se desenvuelve. Pero no se debe olvidar que como se dijo

anteriormente la escritura no se halla ligada a un proceso meramente mecánico, la

escritura se va construyendo y depende de qué tan interesado se encuentre el

estudiante para hacerlo, si se piensa en inculcar este hábito obligatoriamente, es

posible que no hallen los objetivos que busca el docente.

Aunque la escritura supone un proceso de igual o más importancia que la lectura,

no me extenderé en este proceso, porque para mí es simplemente de motivación y

gusto, pienso que no se puede obliga a nadie a escribir, la escritura surge de la

emoción y gusto del estudiante, así como el poeta, se debe estar inspirado para

hacerlo, por esta razón sólo me refiero a la definición.

3.4.7.4. Con respecto a la formación docente

Durante la experiencia en la institución fue claro que a pesar de la voluntad y el

deseo de emprender mi trabajo allí, la falta de información sobre la planeación de

la clase y las estrategias de enseñanza crearon desconcierto y algunos choques

con mi formación en la universidad. Un maestro es un modelo a seguir, es

orientador y mediador del conocimiento pero desafortunamente esta premisa en la

institución no tiene mayor relevancia.

Page 182: Lectura, escritura y valores

181

Entonces la pregunta sería, ¿cuál es el papel del profesor en el área de lengua

castellana?, era lógico que para mí lo más importante aparte de llevar a cabo mi

propuesta sobre lectura, era precisamente ser mediador de información, dictar

clase y enseñar los temas que estaban programados en el área de español, al fin

y al cabo es lo que haré después de salir de la universidad así que debía

enfrentarme a esta labor sin prejuicios.

Aunque mi propuesta iba de la mano con la enseñanza de los temas, para mí era

claro que ambas funciones estaban muy aparte, me angustiaba la idea de enseñar

un tema nuevo porque no sabía las estrategias, ni la planeación, no tenía idea de

nada, sin embargo era claro para mí que mis clases debían llevar un orden y una

planeación así que en esta parte me enfoco en algunos temas que para mí son

indispensables a la hora de enseñar en una escuela estos son:

3.4.7.4.1. El rol del docente

En esta parte, es adecuado hacer una reflexión sobre algunas características con

las que debe contar un aula en la cual se trabaje una propuesta curricular

orientada hacía procesos y competencias. En esta parte la escuela se constituye

por:

1. Espacio de construcción de significados y sentidos donde se ligan las

relaciones sociales, en el aula circulan en amor, el odio, las disputas por el

poder y el dominio, el protagonismo y el silencio, el respeto y la violencia,

sea física o simbólica.

Page 183: Lectura, escritura y valores

182

2. Espacio de argumentación donde se intercambian discursos,

comunicaciones, valoraciones éticas y estéticas.

Pues bien, al darnos cuenta de que la escuela va más allá de la mera construcción

del conocimiento, debe permitir crear espacios donde se facilite la formación

integral de la persona, en donde se motive al estudiante por explotar sus propios

intereses, en donde el maestro sea el principal protagonista de crear ambientes

agradables de estudio, de promover actividades facilitadoras de este proceso, de

apaciguar las cargas, diría yo. En este sentido “el currículo debe constituirse en un

facilitador de saberes y experiencias, debe permitir la presencias de los intereses y

saberes de los estudiantes como componentes del mismo y debe finalmente

contar con flexibilidad en cuanto a los tiempos y los ritmos de su desarrollo”. (Serie

de lineamientos curriculares, 1998, página 35).

Por otro lado, el docente quien conforma el eje fundamental que acompaña a los

alumnos en el proceso, debe estar constantemente empujando a los estudiantes

a llevar sus intereses hacía la investigación, indagación, etc., de los saberes. Es el

encargado de crear dudas, de ampliar la información y permitir que los estudiantes

vayan más allá de los que se propone, está en sus manos el hecho de querer

aprender y de proponerse retos. “El docente se constituye en un “jalonador” que

constantemente está en actitud de indagar, de cuestionar, de introducir obstáculos

para suscitar desarrollos y elaboraciones discursivas, cognitivas y sociales de los

estudiantes” (Serie de lineamientos, 1998, página 35)

De esta manera, el rol del docente resulta central y constituye la base de

confianza a donde los alumnos acudirán en cualquier momento de duda, por esta

razón siempre durante la experiencia me preocupé porque los estudiantes me

vieran no como la profesora que transmite conocimiento, sino como la amiga que

les enseña y les transmite lo que sabe para que ellos tomen esa información y la

sepan transformar.

Page 184: Lectura, escritura y valores

183

3.4.7.4.2. Los fines sociales de la enseñanza de la lengua

En mi cátedra de español, no buscaba que los estudiantes aprendieran de

memoria las reglas gramaticales que yo les enseñaba, (ni siquiera yo me las sé), y

no pretendía que ellos tomaran esas reglas, las escribieran en su cuaderno y

después de la evaluación, se quedaran allí, solamente en el recuerdo de sus notas

porque el resto ya lo habían olvidado por completo, si analizamos desde un punto

de vista más óptico, vemos que los estudiantes crean cadenas sociales en la

escuela que les permite ampliar su habilidad comunicativa, la idea que yo tenía en

mente era aprovechar esos espacios de esparcimiento comunicativo para que

pusieran en práctica los que veíamos en el salón, el nuevo vocabulario, las

palabras que nunca se escuchaban comenzaron a formar parte de su discurso

cotidiano. Quiero decir con esto, que los fines en la enseñanza de la lengua no

son más que precisamente el desarrollo de la competencia comunicativa,

entendida como conocimiento del sistema lingüístico y de los códigos no verbales

y de sus condiciones de uso en función de los contextos y situaciones de

comunicación y del diverso grado de planificación y formalización de esos usos en

concreto.

“En este aspecto los programas de lengua castellana y literatura deben ponerse en

relación con los recursos de expresión oral y comprensión hablada y escrita, ya

que en cuestión de fines, nadie negará que el más universal, hablando de lengua y

de su enseñanza es el de lograr el dominio de los recursos de expresión y

comprensión hablada y escrita”. (Lomas, 1997, página 60).

Page 185: Lectura, escritura y valores

184

3.4.7.5. LOS VALORES

3.4.7.5.1 Concepto

Los valores son modelos ideales, proyectos de conducta ideal; tiene un concepto

ético que se componen de actitudes conscientes e inconscientes, éstas pueden

cambiar según las circunstancias históricas, sociales y culturales. Son los

encargados de determinar las actitudes que pueden ser sometidos a cambios en

la personalidad. (Cassany, 2000, página 473)

3.4.7.5.2. Actitudes, valores y normas

Vemos que la enseñanza no es la mera transmisión de conocimientos y la

profundización de los contenidos. Ésta va de la mano con una formación integral y

normas de conducta social que le permita al estudiante enfrentar el mundo en un

mañana. Uno de los principales objetivos de la enseñanza en general es obtener

progresivamente lo que la psicología social llama “socialización” del alumno, esto

significa, la creación de actitudes en relación con los valores y las normas sociales

de un grupo.

En la elaboración de las fichas, se encontraba un última parte de reflexión sobre

los valores y antivalores del texto, desde el principio manejar esta parte no fue tan

difícil ya que el texto que sirvió de análisis llevaba al estudiante a la reflexión

constante sobre el comportamientos de las personas, las buena y malas formas de

obrar, esto me llevó a compartir con mis alumnos algunas experiencias y hacerlos

Page 186: Lectura, escritura y valores

185

caer en cuenta del error. Me sirvió mucho y aunque no lo maneje a fondo por falta

de tiempo, considero que fue un buen trabajo porque ellos entendieron el

verdadero significado de la vida y de irla construyendo paso a paso, las reflexiones

que ellos dedujeron fueron significativas para mi proceso de práctica, lo que me

llevó a pensar que todo es una cadena, y se forma no solo personas con

conocimiento teórico sino también con conocimiento práctico que les sirva para

sus propios proyectos de vida. (Cassany, 2000, página 474)

Así, la enseñanza de la lengua transmite y debe transmitir otros elementos

además del conocimiento del sistema de la lengua, ya que se halla inmerso en un

mundo de conductas sociales que debe saber manejar y manifestar

adecuadamente.

Page 187: Lectura, escritura y valores

186

3.4.8. CONCLUSIONES

1. Para concluir, es relevante decir en esta última parte que la práctica

pedagógica constituye un amplio proceso de indagación y reflexión

constante, en mi caso particular proporcionó las herramientas

fundamentales para llevar a cabo un proceso que posibilita la gestión

pedagógica ya que dirige su mirada a la comprensión de situaciones como

ejes para su transformación que posibilita la reconstrucción de una nueva

sociedad con miras al progreso del conocimiento. 2. El docente se caracteriza por ser un transformador intelectual que apunta a

la formación de ciudadanos autónomos, formados en valores y

comprometidos con las instituciones en las que interactúa. El sentido

transformador del docente, tiene como consecuencia la apropiación de

compromisos críticos y reflexivos que utilicen como elemento para su

quehacer pedagógico la socialización del pensamiento con la acción, es

decir, el de la teoría con la práctica.

3. Para comenzar es importante aclarar el concepto que tienen los estudiantes

en cuanto a la lectura, así, la escuela debería poder transmitir una

concepción real, variada y rica de los que significa realmente la lectura, de

cómo se hace, cómo se aprende y cómo puede mejorarse siempre, durante

la experiencia es claro que los estudiantes toman la lectura como un tema

que debe desarrollarse en el área de español y no como la trascendencia

que tiene ésta para su futuro escolar y vara su vida más adelante.

4. La dificultad que poseen los estudiantes en general en la comprensión del

texto, radica fundamentalmente en el conocimiento previo y las habilidades

que desarrolla el estudiante en la interpretación de los textos, cuantos más

conocimientos y habilidades posea, más elevado y especializado puede ser

el texto, por el contrario, si los recursos del alumno son pobres, o el tema

del texto está alejado de su realidad, hay que ser cauto al escogerlo.

Page 188: Lectura, escritura y valores

187

5. Sin embargo, una herramienta que facilita los procesos de comprensión

lectora y desarrollo escritural, son los ejercicios de inferencia , trabajando

los niveles de la lectura, aunque en mi práctica la escasez de tiempo en la

retroalimentación de los ejercicios no me permitió cumplir a cabalidad los

objetivos plateados desde el principio, algo de lo que si estoy segura es que

los estudiantes ahora están en capacidad de hacer un análisis más

profundo de los textos con las herramientas sugeridas.

6. Con respecto a la escritura, aunque no fue mi campo de acción y

seguimiento, considero pertinente que éste se desarrolle conjuntamente

con la lectura, pero debe ir ligado al interés y propósito del estudiante, es

claro que a nadie se le puede obligar a escribir de una manera pero si se

pueden brindar herramientas que enriquezcan esta competencia y den a

conocer las nuevas percepciones del mundo.

7. Si bien es cierto, en cuanto a la formación del docente, tomamos en cuenta

que el docente es orientador y guía, es modelo a seguir y debe tener una

mente abierta a sus alumnos, no es la persona apartada que dirige su

mirada sólo para ampliar una información, debe trabajar en busca de

reforzar las herramientas y estrategias que utilizan los estudiante para

explotar sus habilidades, es quien acompaña el proceso de los estudiantes

en un marco teórico y formativo para el proyecto de vida de los estudiantes.

8. Finalmente, la educación en valores no significa dedicar un tiempo

determinado a conocer cada uno, significa enfrentar al estudiante a los

problemas reales que presenta la sociedad para que ellos en el papel de

futuros ciudadanos sean capaces de liderar el bien a través de la reflexión

constante de sus propias experiencias y sus maneras de obrar frente a la

sociedad.

Page 189: Lectura, escritura y valores

188

BIBLIOGRAFIA

BUSTAMANTE, Guillermo; Entre la Lectura y la Escritura; Cooperativa; Bogotá;

1997.

CASSANY, Daniel; Enseñar lengua; Ediciones Graó; España; 2000.

LOMAS, Carlos; Ciencias del lenguaje, competencia comunicativa y enseñanza de

la lengua; Ediciones Paidós; Barcelona; 1997.

LOMAS, Carlos; Cómo enseñar a hacer cosas con las palabras; Ediciones Paidós;

España (Barcelona); 2001.

ROMERO, Juan Francisco; Prácticas de comprensión Lectora; Editorial Alianza,

S.A; Madrid; 2001.

Serie lineamientos curriculares en Lengua Castellana; Ministerio de Educación

Nacional; Bogotá; 1998.

Page 190: Lectura, escritura y valores

189

ANEXO 5

Una estrategia que posibilita la comprensión exhaustiva de los textos en los procesos de lecto-escritura en los estudiantes.

INTRODUCCIÓN Teniendo en cuenta la experiencia que surgió de la práctica docente en la institución y las reflexiones que frente a éstas surgieron, es necesaria la elaboración de este texto de tipo informativo que presentará de manera general y organizada el seguimiento que ha tenido la primera parte de la investigación. Aquí se presenta el microproyecto realizado en un grado de la institución que forma parte de una propuesta macro, llevada a cabo con los demás grados del mismo centro educativo. Por otra parte, es importante aclarar que este microproyecto se enmarca en un proceso de constante indagación y reflexión sobre las diferentes problemáticas que han surgido del contexto educativo del cual surge el modelo de investigación, acción- participativa para tomar protagonismo en el contexto escolar y permitiera verificar las estrategias planteadas según las problemáticas de mayor relevancia en toda la institución. Concluida esta fase, se desarrolla la sistematización de experiencias, que pretende recopilar toda la experiencia vivida en la práctica para contrastarlo con la teoría y finalmente corroborar si la teoría se aplica a la propuesta, por que si, por que no, las conclusiones o, en dado caso; el desarrollo de un nuevo conocimiento. Anterior a esto cabe señalar que este microproyecto se compone de un largo proceso de indagación y reflexión constante dividiéndose en cinco pasos: 1. Composición del diario de campo. 2. Problemáticas comunes. 3. Intervención en el mejoramiento de las problemáticas encontradas. 4. Reflexiones frente a la intervención. 5. Conclusiones. De esta manera, hallándome casi en la parte final de la propuesta, pretendo a continuación dar a conocer las reflexiones que surgieron a partir de la práctica docente haciendo énfasis en los momentos más significativos que enmarcan mis hallazgos y mi análisis frente a éstos. DESARROLLO

1. En este instante cuando ya toda mi práctica ha finalizado, he decidido comenzar a hacer un recuento de lo vivido durante mis días en la institución, cada uno de los reglones se ocupan de situaciones que en su momento fueron reales y dieron la pauta para llevar a cabo mi investigación, es una largo proceso narrativo que me deja una gran experiencia y nuevas expectativas frente al quehacer pedagógico.

2. Lo que sigue a continuación surge de mi labor práctica e investigativa que conjuga los

procesos de reflexión-intervención a través de una narrativa sencilla en un lenguaje muy coloquial y sencillo que deja ver en unos párrafos redactados los sucesos más significativos del diario vivir en la institución Francisco de Paula Santander con los estudiantes de quinto y sexto grado.

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3. Este primer día en la escuela estuvo rodeado de muchas emociones y grandes expectativas, al ingresar al salón de clase me percaté que uno de los factores negativos relevantes que amenazaba la institución era la indisciplina de los estudiantes, allí comprendí que no sería tarea fácil mantenerlos todo el tiempo prestando atención a las explicaciones y que debía saber manejar las situaciones de tensión entre ellos y, en dado caso, conmigo.

4. Al comienzo, la presentación de lo que haría con ellos durante ese tiempo y la aplicación

de mi propuesta en ese salón, quedó reducida a un momento corto y no sustancioso en el que pude explicarles porqué estaba allí y cómo manejaríamos las clases; en realidad, muy general por falta de tiempo; sin embargo, logré que ellos captaran la idea de lo que más o menos sería mi labor en el espacio académico de español y literatura teniendo claro que mi interés se centraba fundamentalmente en llevar a cabo la propuesta que tenía sobre lectura, escritura y valores, sabía desde el principio que al mismo tiempo que avanzaba en la realización de mi propuesta, tomaría el manejo de las clases de español, ya que había sido un acuerdo que habíamos acordado el primer día de reunión con los profesores de la institución. Este aspecto en realidad no tuvo mayor relevancia para mí al principio ya que algo de lo que si estaba segura era que llevaría a cabo mi labor de maestra pero centrándome en la idea de cumplir con mi plan de trabajo, contaba con el apoyo de la profesora y para mí esto era suficiente.

5. Los días fueron pasando y con ellos llegaron los problemas, aquellos inconvenientes que

días tras otro agrandaron mis preocupaciones generando cuestionamientos sobre la verdadera labor que desempeñaba yo allí. Todo se transformó en un completo caos pensaba que la única manera de darle consecutividad a mi labor se reducía a dos cosas: o enseñaba o llevaba a cabo mi propuesta, pero el tiempo era tan corto que apenas podía preparar la teoría, el taller y la tarea para la casa, me afanaba el programa porque los estudiantes debían avanzar y con mi modo de enseñar creo que tardaban mucho en comprenderme, para mí esto era nuevo porque no me imaginaba que fuera tan complejo, en la universidad solo nos preocupamos por profundizar en aspectos talvez más teóricos que prácticos y si de planear una clase contenía ciertas características pues en realidad yo las ignoraba por completo. Pensaba que en eso la universidad fallaba mucho, porque no se nos daban las pautas para la planeación de una clase y mucho menos me preocupe antes por investigar en este aspecto talvez por falta de tiempo y asesoría allí comenzó todo un proceso de investigación y planeación de todos las sesiones que llevaría con ellos en los cuales había un tema por desarrollar.

6. Un día tratando de preparar un tema sobre las palabras homófonas me encontré con un

grave problema, por que no sabía como explicarles la parte teórica y el uso de las reglas de una forma práctica y dinámica, esta dos palabras “práctica y dinámica”, para mí se convirtieron en dos ejes fundamentales para regir mis clases, al tratar de organizar el taller de aplicación y el ejercicio práctico en el tablero sentí como yo misma estaba cayendo en la trampa de inventar un juego sin sentido. Así mismo, tome algunas palabras de fácil comprensión y explique su escritura, al tiempo que daba su significado, yo pienso que me extendí demasiado en el tema, me concentré más allá de la simple escritura de la palabra, comencé a hablar acerca de su proveniencia y en realidad hasta yo misma me confundí, ya noté por la cara que me estaban haciendo que no estaban entendiendo nada y que ya algunos comenzaban a perder la concentración. Los que estaban prestando atención comenzaron a preguntarme de dónde venían esos derivados, qué relación tenían con las homófonas, porque su escritura, en fin una cantidad de preguntas que yo solo trate de persuadir, al final me di cuenta que por tratar de explicarles un tema completo, me extendí demasiado y todo lo que hicimos no tenía sentido si mis estudiantes no habían comprendido nada. Algunos al final de la clase me dijeron cosas como: “Profe: como que el tema no nos quedó claro”, también enfatizaban diciendo “profe pero… y el juego que nos

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191

dijiste habías preparado?”, bueno tuve que persuadir diciendo que como no habíamos terminado de explicar el tema, entonces no había tarea, y tampoco se realizaría el juego porque no habíamos concluido. Así inventé en realidad una cantidad de excusas para que ellos no me vieran como desubicada por no saber qué hacer ni qué decir. Pero unos cerraron ese momento para mí bochornoso diciendo: “profe, es que nosotros hablamos con la profe y le dijimos que no te habíamos entendido nada y ella sugirió que te preguntáramos si ibas a volver a explicar el tema”, claro, no podía decir que no, ellos ya habían enterado a la profesora sobre lo sucedido así que no me quedaba más remedio que preparar de nuevo el tema para la siguiente sesión.

7. Por ese tiempo el colegio no se encontraba en las mejores condiciones administrativas,

cambios en el personal como la rectora provocaron caos en la institución, los mismos profesores manejaban un alto grado de estrés y yo pensaba que con mis problemáticas en el salón talvez la profesora se molestaría más. Sentía vergüenza pero la verdad era que todo cabía dentro de las posibilidades, estaba al fin y al cabo practicando, pero cuneado escuchaba de su boca que los estudiantes no habían entendido la explicación y en últimas, no habían podido realizar la tarea, realmente era algo frustrante; llegue a dudar sobre mi vocación en la elección de mi profesión, en fin, una gran cantidad de dudas y miedos tuve que enfrentar para finalmente llegar a la conclusión de que la labor de un maestro no se centra únicamente en el hecho de aprender toda la teoría pero que al fin y al cabo a la hora de ponerla en práctica no tenía fundamento alguno.

8. Cotidianamente pasaron los días en la institución, yo tratando de preparar mis clases y los

estudiantes esperando impacientes que sonara el timbre para salir al descanso, estaba agotada, sentía como la voz se entrecortaba a causa de los gritos para callar a los estudiantes, esa cotidianidad con el pasar de algunos días se estaba convirtiendo en todo un problema para mí ya que o preparaba la clase o le dedicaba tiempo a la elaboración de mis talleres que, desde ese instante pasaron a un segundo plano sobre mis intereses de análisis y reflexión.

9. La noche anterior a la clase pasaba horas y horas tratando de llenar mi planeador de

clases para tener una mejor organización y así mismo tener una consecutividad al momento de dictar la clase, lo primero que hacía era seleccionar el tema a tratar en la sesión, luego consultaba el tema en varios libros para tener diferentes teorías, y acomodar un taller que tomara diferentes actividades según lo consultado en los libros, de allí surgían los pasos a seguir en mi clase.

10. La biblioteca a la que asistía esta ubicada al noroccidente de la ciudad (a la vuelta de mi

casa), dentro del colegio Colsubsidio que se encuentra allí, todas las mañanas los estudiantes de allí recorren los grandes pasillos de esta biblioteca consultando tareas y libros para sus trabajos, yo me paseaba por allí tratando de buscar la solución a mi grave problema de enseñar un tema, era necesario consultar varios libros para contrastar teorías y tomar diferentes ejercicios, toda una mañana sacando fotocopias y preparando la actividad de aplicación. Un aspecto me hizo reflexionar, y era que, al comparar los libros del mismo grado pero diferente editorial esperaba que los temas que la profesora me había dado aparecieran no en el mismo orden pero que los encontrara allí, me daba cuenta que muchos otros temas eran sugeridos por los libros entonces pensaba que la selección de los mismos no tenía ningún seguimiento con los temas propuestos por los libros, esto me causaba mucha curiosidad porque ni siquiera entendía de donde surgían esos tópicos que debían ser enseñados en el grado quinto y sexto. Igual me mantenía al margen de estas dudas, no me atrevía a preguntarle a la profesora creyendo que ella pensara que yo solamente estaba allí para criticar la institución o para buscar cualquier pretexto para hacerla quedar mal. Esto lo pensaba porque todos los martes asistíamos con mis compañeros de práctica a una reunión de área con todos los profesores de español, era

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claro que ellos necesitaban saber como iba el proceso y el seguimiento con los alumnos. En esta reunión se planeaban las distintas actividades como izadas de bandera, semana de la cultura, maratones de lecturas, en fin una cantidad de talleres en donde toda la responsabilidad de la elaboración y cumplimiento de ellos descansaba sobre nosotros, planeábamos a demás las actividades, elaborábamos talleres según lo propuesto por los maestros, conseguíamos los recursos y hasta protagonistas de nuestros proyectos resultamos.

11. El 21 de Abril (día en que se celebra el día del idioma en el colegio), fue una fecha

importante dentro de toda la permanencia allí, ya que todo el protocolo y la planeación de un taller de lectoescritura había sido propuesto y estructurado por nosotros con la selección de diferentes lecturas que fuesen aplicadas en todo el colegio cumpliendo los mismos objetivos generales como era (comprensión del texto, producción del mismo, reflexión del tema (axiología) y, finalmente el producto de su trabajo, un punto de creatividad para presentarlo al colegio. Ese día todo salió muy bien pero lo que más llamó la atención fue que las lecturas las establecimos con el fin de recrear un poco la imaginación y conocieran otros temas de interés. Loas lecturas en últimas fueron de agrado para todos.

12. De ahí para delante mi objetivo consistía en enseñar algunos temas para que ellos no se

atrasaran en el programa, en verdad, sin saber porqué, no me interesé por averiguar cuales eran los temas que estaban planeados para enseñar en ese curso, ni tampoco de donde los había sacado la profesora, solo comprendía que esos temas tenían un orden y yo debía colaborarle con la enseñanza sin preguntar nada. Imagine que al comenzar con el primer tema debía dejarles tarea, y para que esa tarea fuera resuelta por ellos, era claro que mis estudiantes debían entender la explicación de la profesora… en este caso: no la practicante, sino la profesora Angie para ellos.

13. Que difícil la labor de un maestro, hasta monótona, pensaba, un tema tan sencillo como

podía ser el uso correcto de los monosílabos me tomaba tiempo en prepararlo y al final no tenía ni idea como hacer para que ellos lo entendieran bien y yo no me enredara tratando de que comprendieran el tema. En este aspecto sabía que la responsabilidad no recaía completamente sobre mí, y varias veces se lo di a conocer al profesor de práctica de la universidad porque me parecía injusto que todo el trabajo recayera sobre nosotros y no pudiéramos contar con el apoyo de los profesores por el simple hecho de ser practicantes y necesitar la institución. Esto lo pensaba porque en toda mi permanencia en el colegio noté el desinterés de parte de algunos profesores por sacar a delante la imagen de la institución, en otra reunión de área pudimos presenciar una guerra de intereses personales de los profesores, recuerdo muy bien que se estaba planeando una salida para que los estudiantes tuvieran un acercamiento al teatro y comenzaran a verlo como un hábito de distracción, claro esta, supe ese día que es obligación de la institución desarrollar un espacio de cultura y recreación con los estudiantes, por eso las salidas, los paseos, las visitas a los museos, en fin cualquier actividad que consistiera en salir de la institución debía pertenecer al programa que se desarrolla durante todo el año.

14. Esta vez era una salida a una obra de teatro y las problemáticas que algunos de los

profesores crearon daba cuenta del mínimo interés y compromiso que un profesor “formador” tiene sobre sus estudiantes, algunas actitudes de los maestros llamó nuestra atención sorprendiéndonos con las respuestas: -“pero hagamos todo lo posible porque los estudiantes puedan asistir a la actividad”, -“es que no se da cuenta? Eso es todo un problema pues que no vayan además los papás no tienen dinero suficiente entonces para que nos matamos la cabeza”; la profesora que intervino al principio es una profesora que por encima se le nota el interés por formar a sus estudiantes, compartiendo con ella me dí cuenta que ponía todo su empeño por sacar a los muchachos adelante, como ella dice,

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porque sabe que son estudiantes de bajos recursos que no tienen la oportunidad de salir a cualquier lado y ella aprovecha cualquier actividad para que los papás hagan un pequeño esfuerzo, consigue todos los descuentos y finalmente ellos desfruten pero sobre todo aprendan de las actividades, al final los padres toman conciencia de la necesidad de sus hijos por formar parte de actividades culturales y resultaban apoyando a sus hijos. En cambio, otros profesores hacían méritos al salirse con la suya y apostaban al fracaso de las actividades.

15. Cuando ya habían pasado casi cinco sesiones con los estudiantes consideraba que para

mí la simple labor de enseñar dado que no se trataba únicamente a transmitir información sino aprender a acomodar significativamente esa información en el cerebro de los estudiantes , se reducía al hecho de pararme al frente de mi clase, soportar la patanería de ellos, algunas veces la indiferencia de la profesora titular y sentirme cada vez más insegura y desmotivada, igualmente con muchas dudas sobre la enseñanza que recibía sobre mi formación docente, pensaba entonces, ¿por qué en la universidad nunca se nos enseña por ejemplo a llenar un parcelador? ¿Cómo se hace la planeación de una clase? ¿Cuáles podrían ser las estrategias para una buena enseñanza?, todos estos interrogantes prestaron toda mi atención, algo de lo que sí estaba absolutamente segura era que no podía echarme para atrás, tenía que salir adelante con este nuevo reto, sabía que tenía la responsabilidad de sacar un curso de grado sexto adelante y que un proyecto debía ser puesto en práctica aunque éste estuviera dudoso por la situación que atravesaba en ese momento con respecto a mi desempeño como profesora.

16. La idea de motivar a los estudiantes en la lectura, la escritura y los valores a partir de la

elaboración de una ficha que serviría a la comprensión profunda y analítica del texto surgió porque yo pensaba que si un estudiante quería inculcar interés a la lectura en sus hábitos cotidianos tendría que saber qué leía y que significaban los códigos propuestos por el texto, cuál era el objetivo del autor al plantear sus ideas y con que fin llevar a cabo una lectura analítica y rigurosa, pero sobretodo agradable y repetitiva. Para ello, comprendí que uno de las causas por las cuales las personas no sienten interés por la lectura, radicaba en el hecho que no existía ninguna comprensión profunda sobre el texto, era leer por leer sin captar el sentido y los códigos que el texto planteaba, así, las consecuencias se veían reflejadas en los bajos niveles de lectura analítica y además la antipatía y desinterés por tomar la lectura como un hábito dentro de las actividades diarias de los estudiantes. Por esta razón oriente mi propuesta a la comprensión del contenido profundo de los textos.

17. En ese instante y luego de varios días de trasnocho y monotonía pensé que debía

comenzar de nuevo, centrarme en la idea de cumplir con lo propuesto y de organizarme y prepara bien los temas para las clases. Recordé que un profesor de la universidad había elaborado una ficha para llevar a cabo una comprensión profunda del texto al mismo tiempo que motivaba los estudiantes a la escritura, a desarrollar sus ideas y expresarlas en una ficha muy bien elaborada con algunas instrucciones. Más claro no podía estar en mi cabeza así que decidí comenzar de nuevo.

18. Me tomó todo un fin de semana ubicar al profesor para que me prestara la ficha y yo le

pudiera hacer las modificaciones posibles para que mis niños comprendieran el ejercicio, ya tenía el libro guía y lo único que restaba era explicarles en que consistía la ficha y como la llevaríamos a cabo. Con esa introducción comencé la clase en la siguiente sesión explicando qué era la lectura y su importancia, lo mismo con la escritura pero aclarando que éste era libre de estilo siempre y cuando cumpliera con las indicaciones dadas. Una parte que agregué a la ficha se orientaba a la parte axiológica, a la formación integral de los estudiantes así que allí la instrucción se orientaba a una reflexión dada por el autor del libro y a su comparación con la vida personal del estudiante y su proyección para el futuro.

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Un valor se destacaría en cada uno de sus escritos y esto les serviría para hacer una reflexión grupal.

19. En la siguiente sesión ya me había organizado un poco mejor, por un lado estaba el

cumplimiento del programa de español y literatura según los temas que me había sugerido la profesora como: la comunicación, la lengua, el lenguaje y el habla; el significado de las palabras, el uso del diccionario, las palabras homófonas; en fin, una lista completa de temas ya hacían parte de mi cronograma. Por otro lado estaba la puesta en práctica de mi microproyecto reducido fundamentalmente a la elaboración de una ficha de lectura que manejaba los tres niveles de lectura (intratextual, extratextual e intertextual), para hacer una análisis más profundo sobre el contenido del texto , en mi caso tomamos la decisión con la profesora que el libro base para llevar a cabo la elaboración de la ficha era “El Caballero de la armadura oxidada”, un libro que, según mi criterio se ajustaba al nivel de los estudiantes y permitiría hacer un buen seguimiento, al tiempo que desarrollaría por su contenido, la parte axiológica según la reflexión que fuera arrojando cada uno de los capítulos del libro.

20. Así comencé de nuevo, sin problemas ni inconformismos me di la tarea de planear

estratégicamente mis clases de modo que ningún estudiante tuviera tiempo de dispersarse por el salón, bueno, algo difícil pero no imposible, mi cronograma de actividades estaba lleno de talleres para realizar en clase luego de hacer la explicación pertinente del tema, juegos y actividades grupales fueron diseñados didácticamente para que motivaran el aprendizaje, al tiempo que las fichas se resolvían con la lectura del libro en el salón de clase y apoyado por mi orientación.

21. Al principio, en la elaboración de las fichas que eran resueltas en una hoja, perdía mucho

tiempo porque primero los estudiantes debían hacer el cuadro en la hoja para luego llenarlo con la información solicitada del libro, esto tardaba mucho y al final de la clases la ficha quedaba con más de la mitad de los datos registrados incompletos, entonces por comodidad y para no sentirme intrusa por abordar el cuaderno que pertenecía exclusivamente en la clase con la profesora Miriam Parra, preferí obsequiar a cada uno de los estudiantes un pequeño cuaderno que sería llevado en todos encuentros conmigo y en donde podrían registrar todo lo que yo les solicitara, sin restricciones ni reglas, allí se veía reflejado la personalidad del estudiante, metas y proyectos llenaron las primeras hojas de este cuaderno que varias ocasiones fue maltratado por mis correcciones de escritura y ortografía, pero, que al fin y al cabo contenía los escritos de mis aprendices, algo indispensable para mi investigación y para mi proceso de intervención allí.

22. Como es normal en la vida estudiantil, así como habían días con suerte y buen ambiente

también rondaban los días en que no había motivación alguna, días de cansancio por mucho trabajo y días sin sentido ni interés literario a causa de problemas personales que por supuesto no podían faltar, pero a los que preferí tratar de ignorar para no sentirme intrusa en la vida personal de mis estudiantes. Muchos de estos días rondaron mis clases, un día cualquiera todo lo que planeé para esa sesión estuvo muy desordenado, era apenas una hora de clase y yo pretendía que ellos aprendieran un tema, resolvieran ejercicios y después empezáramos la lectura del libro y por supuesto, la elaboración de la ficha. Creo que debí tomarme mi tiempo para hacer una cosa completa, pero en realidad nada se concretó ese día, todo quedó a medias y yo me sentí como que por mi culpa ellos estaban saturados de información. Esperaba realmente que esos días fueran muy escasos, para eso tenían que prepararme muy bien, y llevar todo listo para mis siguientes encuentros.

23. La problemática grave vendría más adelante cuando sentía que por tratar de hacer una

cosa la otra me quedaba a medias, eso sucedió al momento de preparar clase, dejar ejercicios para resolver, dejar tarea y además pensar que tenía que organizar guías y

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195

talleres para no gastar tanto tiempo copiando en el tablero, que ellos se desordenaran y no quisieran copiar más, entonces también tenía que pensar en la lectura del libro, la elaboración de la ficha y por supuesto; mi seguimiento en el diario de campo. En ese momento, luego de unas 9 sesiones en el colegio la carga era muy pesada, no hacía nada completo y tuve problemas porque en la universidad tenía que dar cuenta de mis trabajos, de la práctica en fin… de todo y no podía por estar preparando la clase para el siguiente día.

24. Surgieron allí diversas inquietudes sobre la exposición de los temas a los estudiantes, de

pronto en este aspecto falto más asesoría en la universidad, pensaba que no se trataba simplemente de tener un modelo pedagógico a seguir, faltaba esa asesoría en la parte práctica para el desarrollo de los temas, qué hacer en distintas situaciones de conflicto; un sin número de interrogantes que sólo vine a encontrar cuando comencé a ser profesora de verdad.

25. El tiempo que dedicaba a la reflexión sobre mi práctica comencé a dedicárselo a la

realización de los talleres de tarea, me preocupaba porque les llamara la atención, no los aburriera, pero sobre todo, que entendieran lo que se trataba. En varias ocasiones presente inconvenientes con la explicación de los temas porque me ponía muy nerviosa, se me olvidaba lo que iba a decir, ellos en cualquier momento se dispersaban y, además, en algunos momentos no entendían absolutamente nada de lo que yo les estaba enseñando. Además, la profesora me hizo varias observaciones diciéndome que mejor volviera a preparar la clase, ya que el tema no había quedado claro, y la evaluación era pronto.

26. En ese momento decidí parar mi proceso y pensar si ellos realmente estaban aprendiendo

o simplemente cumplían por una nota. De ahí en adelante mi preocupación y toda mi reflexión se centró única y exclusivamente a la motivación por el aprendizaje de los estudiantes y a leer sobre la formación de docentes, todo el tiempo pensaba cómo enseñarles un tema y que mi clase tuviera orden, comencé a prestarle más atención a las estrategias de enseñanza y a las actividades que realizaría para llamar su atención.

27. Las fichas para el seguimiento de la lectura se resolvían, pero más largas eran las

reflexiones de los valores y antivalores que se presentaban en el texto. Preste atención a la elaboración de los talleres para la casa, y que los papás vieran realmente el progreso de sus hijos, gastaba horas y horas en la lectura y calificación de las tareas, me volví exigente en la escritura y prefería escribirle a cada estudiante un apartado que diera cuenta en qué estaba fallando cada uno así que de cierta manera el seguimiento de las fichas pasó a un segundo plano. Algo que ya había aprendido y que era muy importante para mí y para mi proceso de enseñanza, era que las evaluaciones nunca dan cuenta del proceso de aprendizaje de un estudiante así que gastaba más tiempo diseñando una evaluación porque prefería que escribieran, daba preguntas abiertas y de esta manera ver la interpretación que el estudiante le daba a situaciones cotidianas; sólo de esta manera comprendía si había esfuerzo y empeño o si por el contrario mi labor no tenía ninguna influencia significativa que los hiciera mejorar. Como anteriormente lo mencioné, hacía preguntas abiertas para exigirles en las respuestas, la ortografía era esencial, la buena letra y la lectura en voz alta, llenaron los objetivos de mis hojas de planeación de la clase.

28. Durante cada sesión hacía una actividad, un juego didáctico que sirviera de apoyo al

aprendizaje de los temas, risas, gritos, motivación, gusto por el aprendizaje y sobre todo buen trato entre ellos mismos y con los demás, era lo que se respiraba en la clase de español. Creo que en ese momento ya no habría más dificultad y esos días dudosos e inseguros finalmente se habían olvidado por completo.

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29. Los días pasaron, así mismo aprendí a conocer a la mayoría de los estudiantes aunque era claro que les daba aburrimiento completar las fichas, algo que ya había finalizado era la lectura del libro, les había gustado mucho y con él hicimos varias actividades como juegos, preguntas al azar reflexiones, carteles, bueno en fin ellos me dieron a entender que les había gustado la lectura, pero que estaban muy cansados de llenar las fichas entonces decidí revisar los cuadernos para saber cuánto habían resuelto, esto serviría para mi propuesta puesto que sabría que tanto había avanzado y lo que ellos habían respondido. Pues bien, si la ficha se componía de 8 preguntas, en las que 6 era sobre el contenido y análisis profundo del texto, las dos últimas eran una reflexión sobre un valor o antivalor comparado con sus vidas y finalmente un dibujo, noté que las respuestas de los 6 primeros puntos eran muy específicos y aunque la mayoría los tenían bien, no daba cuenta del interés del estudiante, solamente de su comprensión, pero como lo que se trataba era de motivarlos e incentivarlos a la lectura y la escritura, pues estos aspectos no sirvieron de mucha ayuda, sin embargo ya al final de las últimas fichas ya escribían y por lo menos argumentaban mejor, pero en cambio en las 2 ultimas instrucciones todo marchaba sobre ruedas, las reflexiones que ellos habían escrito allí con sus propias palabras me hizo dar cuenta del aporte tan significativo que había tenido en sus vidas. Allí pensé que ojala hubiera tenido mas tiempo para continuar con el proceso, pero ya casi mi labor allí se terminada y los días estaban contados, además venían las evaluaciones y ya todo terminaría, hubiera preferido realmente dedicarle más tiempo a mi propuesta porque la verdad que quedó casi a la mitad del camino, pero supe de inmediato con lo reflejado en sus escritos que algo habían aprendido, eso era un gran alivio para mí, me sentía cada vez más motivada y contenta por ellos y su progreso, decidí ya casi al final como examen hacerles escribir un libro, pero era un libro muy especial ya que éste debía ser elaborado por ellos mismos, teniendo en cuenta lo visto en clase sobre las partes del libro, en él debían escribir en máximo 10 hojas la historia de su vida, su fracasos e ilusiones y los momentos más significativos, con un nivel de exigencia alto, ortografía, buena letra y redacción, tendría en cuenta para la nota, y la verdad al leer el trabajo de mis estudiantes no me importó pasar toda una larga noche leyendo y formando parte de sus historias, en las que algunos me incluían, allí note que después de tanta lucha algo les había aportado a sus vidas y por lo menos se notaban más tranquilos y seguros que cuando llegue el primer día al salón.

30. En la primera entrega de boletines, los padres de familia tenían mucha curiosidad por

conocerme, por saber cuál era la practicante que les regalaba cuadernos a los estudiantes y les enseñaba juegos en clase, ese día me sentí muy bien porque se notó significativamente el avance de los estudiantes en el programa y su motivación por el aprendizaje se reflejaba en las notas. Estos detalles me llenaron de una satisfacción que me hicieron esforzarme en mis talleres y que ellos finalmente aprendieran a valorar la escuela y que supieran la importancia que una buena lectura y una excelente escritura tendría en sus vidas de ahí en adelante.

31. Así, de manera muy general, hago una recopilación sobre la transformación que tuvo mi

objetivo al comenzar mi práctica docente, más que centrarme en las categorías gramaticales que pensaba trabajar con los estudiantes, toda mi atención se centró en tomar la realidad y plasmarla en esta disciplina, constantes reflexiones sobre sus comportamientos y sus respuestas frente a la clase, llenaron las líneas de mi diario de campo que sustenta no lo que un estudiante hacía en una clase en particular, no, allí se refleja aquello que él podía pensar para actuar de esa manera y qué de significativo podía tener para mi formación docente.

32. Cierro esta recopilación aclarando que no me encuentro insatisfecha por el trabajo

realizado en la institución y, aunque, se vio modificada el método de aplicación, considero que fue lo correcto porque nadie puede planear alguna estrategia sin antes conocer los

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197

pensamientos e intereses de la población con quien se va a llevar a cabo el proceso, sólo estando en el salón de clases enfrentándose como profesor se pone a prueba los verdaderos conocimientos que un docente debe tener y que nunca olvidará en su vida profesional”.

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198

3.5. LA COMPRENSIÓN LECTORA INFERENCIAL, Una posibilidad para el mejoramiento del nivel crítico

-Daniel R. Dávila M.-

3.5.1. PROBLEMA

Como se evidencia a través de los hechos registrados en la narración, el problema

que se ha querido trabajar en este apartado, es el de la construcción de

conocimiento a partir de la reflexión sobre la experiencia vivida durante la práctica

docente. En este caso específicamente, se trata de la recuperación y análisis de la

experiencia sobre el nivel de comprensión de lectura de los estudiantes de noveno

(902) de la Institución Educativa Distrital Francisco de Paula Santander, no

solamente con un enfoque hacia la literatura en el área de lengua castellana, sino

también a nivel general en otras asignaturas.

Page 200: Lectura, escritura y valores

199

3.5.2. JUSTIFICACIÓN

El presente trabajo surge como producto de la reflexión acerca de la experiencia

vivida en la práctica pedagógica vista como práctica investigativa, y alude a una

sistematización sobre dicha experiencia, con el fin de identificar unas conclusiones

o hallazgos y dar una posible solución (sin obligación de que así sea) a las

falencias evidenciadas en algunos grupos de estudiantes en cuanto a su

rendimiento académico, y más precisamente, al mejoramiento de sus procesos de

comprensión de lectura.

Lo anterior se formula con el propósito y de hacer trascender a los estudiantes

como sujetos críticos, capaces de asumir posturas frente a las diversas realidades

en las que se puedan encontrar y en los diferentes contextos en los que se

desenvuelven.

Page 201: Lectura, escritura y valores

200

3.5.3. OBJETIVOS

3.5.3.1. General

Construir conocimiento a partir de la reflexión sobre la experiencia en la

práctica docente investigativa.

3.5.3.2. Específicos

Contrastar lo realizado en la práctica con la teoría pertinente, para lograr unos

posibles hallazgos que enriquezcan el trabajo.

Analizar la posibilidad de mejorar la calidad de la comprensión lectora en los

estudiantes del curso 902.

Reflexionar acerca de la pertinencia del modelo de comprensión de lectura

por inferencias para el desarrollo del pensamiento crítico.

Page 202: Lectura, escritura y valores

201

3.5.4. METODOLOGÍA

La metodología empleada para el desarrollo de la aplicación de este

microproyecto parte de la observación minuciosa de la mayoría de los sucesos

acontecidos en el aula, de los cuales surge la configuración de un problema

específico y por ende una propuesta de intervención para tratar de solventar lo

evidenciado.

Las herramientas de las que se hizo acopio responden a estrategias cualitativas

de recolección de datos, como los registros escritos en los diarios de campo

(etnografía), que incluyen a su vez, algunas reflexiones sobre lo realizado y lo

observado (sistematización de experiencias).

En cuanto a la parte práctica o didáctica, la metodología consistió en la

implementación de algunos talleres diseñados de acuerdo al plan de estudios para

grado noveno, aplicados al curso 902 (no eran talleres independientes a los temas

que se trabajaban en clase). Del mismo modo, se realizaron algunos ejercicios en

clase que aludían al mejoramiento de la comprensión lectora de los estudiantes.

Page 203: Lectura, escritura y valores

202

3.5.5. LA EXPERIENCIA Y LA TEORÍA

3.5.5.1. Comprensión lectora por inferencias

En primera instancia considero necesario aclarar que el presente trabajo surgió del

intento de aplicación del microproyecto: “lectura inferencial para el mejoramiento

de la comprensión y producción textual” que se formuló en principio y que de una

u otra manera sólo se cumplió en parte.

Luego de profundizar un poco en el tema, me di cuenta de que la intencionalidad

del microproyecto aludía más que a un modelo de lectura inferencial (que como tal

no es muy encontrado), apuntaba más bien, a un modelo de comprensión lectora

que se desarrolla a través de inferencias y que a su vez subyace dentro de la

psicología cognitiva en referencia al proceso lector (Jurado, 2001).

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203

3.5.5.1.1. Teoría de base

3.5.5.1.1.1. Las inferencias

Existen varias posibles definiciones para el término “inferencia” aportadas por

diversos autores y/o diccionarios. Sin embargo sólo, se tomará como ejemplo una

de ellas y posteriormente se redondeará la idea más común sobre el concepto.

La inferencia es una operación lógica que se refiere a proporciones admitidas como

verdaderas (las premisas) y que concluye en la verdad de una nueva proposición en

virtud de su vinculación con las primeras. Por esto la inferencia se reduce a menudo

a la deducción necesaria en la que la verdad de las premisas asegura totalmente la

verdad de la conclusión10.

Teniendo en cuenta la idea anterior y luego de la documentación y contrastación

de posturas acerca de la definición del concepto de inferencia, puede llegarse a la

conclusión de que: Una inferencia es considerada o definida (en términos

generales y más simples) como una operación mental, lógica, que realiza el ser

humano y que consiste en utilizar el conocimiento previo para asimilar la

información nueva sobre un tema determinado, con el fin de superar o solucionar

los vacíos conceptuales o de información que puedan existir respecto a dicho

tema.

10 Tomado de: http://gala.univ-perp.fr/~marty/preg61.htm

Page 205: Lectura, escritura y valores

204

3.5.5.1.1.2. Funciones de las inferencias

De acuerdo a lo planteado por Johnston (1989)11 en su libro “la evaluación de la

comprensión lectora”, en el cual cita a Trabasso para definir algunas de las

funciones de las inferencias, unas de las más importantes funciones de esta

operación mental son:

1. La resolución de la ambigüedad léxica.

2. Resolución de pronominales y nominales.

3. Establecimiento del contexto para la frase y,

4. establecimiento más amplio dentro del que (cual) interpretar, es decir, un

modelo base para el procesamiento de arriba-abajo o actividad para

completar información faltante.

Más adelante, el mismo Johnston sostiene que las inferencias son la esencia de la

comprensión lectora y a la vez distingue unas subclases de inferencias, cuyo

funcionamiento se basa en relaciones de diversa índole; así entonces se

distinguen tres grupos:

1. Relaciones lógicas; que están compuestas por relaciones Motivacionales,

de Capacidad, de Causa psicológica y de causa física.

2. Relaciones informativas; que se dividen en a) Espacial y temporal

(acontecimiento de hechos) y b) Pronominal y léxica (referido a las

referencias y significados en los textos, según los ejemplos dados por

Johnston).

3. Evaluación; que se suponen basadas en los juicios morales.

11 JOHNSTON Peter H. la evaluación de la comprensión lectora, un enfoque cognitivo. Visor Distribuciones. Madrid. 1989

Page 206: Lectura, escritura y valores

205

Al observar estas clasificaciones de las inferencias y sus funciones, podría

asegurarse que al utilizarlas en un proyecto que alude a la comprensión de

lectura, se logra, al menos, la resolución de alguna problemática minúscula

referida al despeje de ambigüedades, ya que como se ha evidenciado, se trata de

una postura cognitiva de la comprensión lectora que apunta a la solución de

incógnitas utilizando el conocimiento previo del lector.

3.5.5.1.2. La teoría aplicada a la experiencia

Cabe resaltar que se trata de una sistematización de experiencias y que como tal,

no hay rigurosidad en la comprobación de teorías o medición de cantidades de

respuestas positivas, etc. Así entonces se tomarán como evidencia ciertas

actividades realizadas en el campo y se contrastarán con la teoría pertinente de

acuerdo también con lo idealizado desde la formulación del microproyecto.

Para comenzar diré que intenté aplicar algo similar a lo idealizado en el

microproyecto y en las clases trataba de realizar actividades que llevaran a los

estudiantes, a través de los temas, a una reflexión acerca de sus conocimientos

frente a los textos que se les presentaban, con el fin de trascender la literalidad en

la lectura. Describiré solamente tres de las actividades que realicé con el grado

902 para la consecución de mis objetivos.

Para comenzar, mencionaré que para el tema de literatura precolombina, preparé

una serie de actividades de pre-lectura a través de preguntas cuyas respuestas

dieran cuenta del estado de conocimiento del tema por parte de los estudiantes

(¿qué puede ser la literatura precolombina?- ¿De qué puede tratar este tema?).

Del mismo modo realicé ejercicios durante la lectura que pretendían centrar al

Page 207: Lectura, escritura y valores

206

estudiante en la información contenida en el texto referente al tema (ej: Extraiga

las ideas que para usted son principales o importantes del texto, etc.) y también

diseñé algunas actividades de post-lectura, como conclusiones o producciones,

etc. (realice un texto con sus propias palabras acerca de lo que entendió del

tema).

Posteriormente, quise examinar si este tipo de actividades tendría un sustento

teórico y encontré, entre varios autores, a Guevara quien menciona que: “…es

posible explotar e incrementar el conocimiento que los estudiantes poseen acerca

de un tema determinado, antes de iniciar la etapa de lectura…” y más adelante

asegura que: “las concepciones preliminares de los estudiantes pueden ser luego

modificadas o confirmadas durante la fase de lectura, o reforzadas durante la

etapa de post-lectura” (2001) 12.

Con lo anterior me di cuenta de que este tipo de actividades son pertinentes de

alguna manera, para llevar al estudiante al mejoramiento de su comprensión

lectora, ya que como lo menciona este autor, se trata de contrastar lo conocido

con lo nuevo sobre un tema y poner en juego las capacidades mentales de los

estudiantes, lo que responde a la vez a una postura cognitiva de la comprensión

lectora, como también lo estipula Johnston13, en la medida en que se trata con el

conocimiento de los estudiantes. Para este caso específicamente, se trataba de

observar la capacidad de inferir información en el momento en que se pretendía

escudriñar en los significados elaborados por los estudiantes de la lectura acerca

del tema la literatura precolombina.

12 GUEVARA P. Jairo. Reflexiones sobre el proceso de comprensión de lectura. En: Los procesos de la lectura. Hacia la producción interactiva de los sentidos. Mesa redonda. Magisterio, Bogotá. 2001 13 Considero pertinente citar a JOHNSTON en esta parte ya de él es de quien he tomado la mayor referencia para la comprensión lectora desde un punto cognitivo.

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207

Por otra parte, también realicé ejercicios de lectura de párrafos (para el tema: El

párrafo) con artículos de periódico, en los que los estudiantes tenían que señalar

las categorías gramaticales, signos de puntuación, y a la vez responder una serie

de preguntas, oralmente, acerca de información que no se encontraba

explícitamente en los textos, con el fin de que realizaran inferencias y de que

pusieran en juego los conocimientos previos que pudieran llevarlos a una mejor

comprensión de los artículos.

Así entonces, se les inquiría por información que aludía al por qué de lo que se

narraba o acerca de las posibles causas o consecuencias (no explícitas) de los

hechos registrados en los artículos informativos. Las respuestas de los estudiantes

no eran –en varios casos- siempre las más pertinentes para desarrollar de manera

eficaz talleres de este tipo.

Para este caso se trataba de que los estudiantes identificaran la idea general del

texto y que reflexionaran sobre lo leído usando las inferencias como medio para ir

más lejos de lo literal y a la vez, para dar posibles soluciones a las preguntas

realizadas. El hecho de que los estudiantes realizaran inferencias, garantizaría en

cierta medida, lograr un nivel un poco más profundo de lo literal y memorístico en

cuanto a su comprensión lectora, a lo que autores como Johnston afirman que:

No consideramos que los lectores han comprendido el texto si sólo son

capaces de repetir de memoria los elementos. Comprenden un texto cuando

han establecido conexiones lógicas entre las ideas y pueden expresarlas de

otra manera. De este modo, las inferencias son actos fundamentales de

comprensión, ya que nos permiten dar sentido a diferentes palabras, unir

proposiciones y frases y completar las partes de información ausente.14

14 Ibíd. Pág. 22

Page 209: Lectura, escritura y valores

208

Este apartado de Johnston ratificaba mi intención de utilizar las inferencias para la

complementación de información faltante. Por su parte, autores como Wlliams y

Afflerback (1990) hacen notar la importancia de las inferencias en la comprensión

lectora partiendo de su utilidad al identificar la idea principal de un texto y

aludiendo a que no siempre es necesario que la idea principal del texto se

encuentre implícita para que el lector realice operaciones mentales: “…incluso

cuando la idea principal aparece explícita en el texto, es posible que se produzca

algún tipo de inferencia en el proceso de identificarla…”

Lo que significa que de todas maneras es necesario realizar inferencias para la

comprensión lectora y para la construcción de una idea principal del texto

abordado, así ésta se encuentre fácilmente identificable. Una vez identificada la

idea principal, será un poco más fácil para el estudiante comprender el contenido

de un texto determinado.

Es precisamente esto lo que se pudo evidenciar con este ejercicio. Mientras los

estudiantes realizaban el ejercicio (algunos quienes realizaron el ejercicio con un

mejor empeño), pudieron identificar las ideas principales de los diversos artículos,

pero tal vez por su falta de atención o información acerca de los temas tratados en

los mismos, no se obtuvieron respuestas muy elaboradas para lograr un nivel

crítico de lectura, como tampoco se logró eficazmente la construcción de la

información que no se hallaba explícita en los apartados informativos.

Una tercera actividad consistió en distribuir a los estudiantes una misma lectura -

“mi alfombrado suelo” – y conseguir que ellos respondieran a las preguntas

formuladas acerca de hechos no fácilmente identificables de la historia, con el fin

de observar sus respuestas como evidencia de la utilización de su creatividad,

conocimiento previo o influencia de su entorno. Así pues, encontraba respuestas

como: “pa los recuerdos de el”, “porque ella no estaba muerta” o “el confundido la

vuelve a poner en el suelo y así hace barias veces” a preguntas como; ¿por qué el

cuerpo de la amada vuelve a aparecer en el suelo? y reflexionaba acerca de su

Page 210: Lectura, escritura y valores

209

utilización de inferencias (y razonamiento) para completar la información faltante

con el fin de comprender mejor la lectura (ver anexos). Con lo que ratifiqué lo que

Jhonston mencionaba acerca de .la importancia de la utilización de conexiones

lógicas o inferencias en el proceso de comprensión lectora

Finalmente, cabe resaltar que a pesar de que estos ejercicios llamaron en algo la

atención de los estudiantes y propiciaron en cierta medida la participación, la

respuesta no era siempre la mejor en la medida en que sus respuestas mostraban

que su nivel de concentración no era el más optimo para la clase. Ello significaría

que, en parte, el proceso de formar sujetos críticos implicaba mucho más que la

simple elaboración y aplicación de talleres.

Page 211: Lectura, escritura y valores

210

3.5.5.2. Formación de sujetos críticos

3.5.5.2.1. Teoría de base

3.5.5.2.1.1. Pensamiento critico

La idea de tratar de formar sujetos críticos en las aulas pretendía, como lo he

expresado, buscar que los estudiantes reflexionaran acerca de su realidad (esto

como la parte axiológica del proyecto en general) a través de su inquietud por los

temas de algunas lecturas realizadas en clase y trataran, en el instante, de emitir

un juicio crítico sobre lo leído y así también, superar la literalidad en la lectura.

Cabe resaltarse que en este aspecto se quiso trabajar la formación de sujetos

críticos a partir del desarrollo del pensamiento crítico, y que ello no se trabajó con

actividades por separado, sino que era un eje subyacente al de la comprensión

lectora en los talleres realizados.

Frente a este tema encontré que Cairney daba una posible explicación de lo que

significa un pensamiento crítico desde los planteamientos de Peirce:

Peirce (1966) definía el pensamiento crítico o razonamiento como un proceso

en el que el razonador hace con plena conciencia un juicio o establece una

conclusión sobre la verdad de algo. Afirma que cada caso de pensamiento

crítico comienza con la observación de algo sorprendente, inesperado, que

parece una anomalía, la cual hace que la persona se detenga, piense y

Page 212: Lectura, escritura y valores

211

busque, para hallar algo que le ayude a explicar el suceso extraño. (Citado por

Cairney, 1999, 36).15

A lo que este autor hace referencia es al asombro frente a algún hecho (estímulo)

no conocido con anterioridad y a las acciones y operaciones mentales que realiza

un sujeto frente a éstas para tratar de comprenderlas. Partiendo de esto se

deduce la utilización del pensamiento crítico como un tipo de pensamiento

reflexivo y activo en el ser humano.

Por otra parte, autores como López y Recio (1998, 83)16 se preocupan por definir,

teniendo en cuenta otras posturas, lo que es el pensamiento crítico, así entonces,

después de seleccionar lo común entre varias posturas (Dewey, Brookfield, Paul,

etc. citados por estos autores), puede decirse que el pensamiento crítico es una

actividad de la mente que permite al pensador emitir juicios sobre informaciones

interiorizadas a través de los sentidos o del propio razonamiento.

Ahora, puede decirse, como también lo mencionan López y Recio, que el

desarrollo del pensamiento crítico demanda en cierta medida el desarrollo de

habilidades como: Hacer inferencias, Reconocer supuestos, Sacar conclusiones,

Interpretar datos y evaluar argumentos17.

Como se evidencia, el trabajo con la comprensión de lectura por inferencias

propende en cierta medida, por el mejoramiento del nivel crítico de los estudiantes

y ello a su vez los lleva a trascender la literalidad y la mediatez.

Además estos autores aluden a los factores importantes a tener en cuenta a la

hora de desarrollar el pensamiento crítico en los estudiantes, mencionando que

este tipo de pensamiento se puede desarrollar en ambientes en los que

actividades como la discusión toman relevancia, se sugiere que el rol del docente

15 CAIRNEY T.H. Enseñanza de la comprensión lectora. Ediciones Morata. Tercera edición. Madrid. 1999. pág. 36 16 LOPEZ Blanca y RECIO Hilario. Creatividad y pensamiento crítico. Ed: Tillas. México 1998. 17 Ibíd. pág. 115

Page 213: Lectura, escritura y valores

212

sea pertinente realizando preguntas adecuadas al tema en discusión, la

escogencia de los temas (interesantes y de acuerdo al grado), que el espacio

físico esté en una disposición adecuada, etc. Todo lo anterior con el fin de lograr

algún tipo de admiración e indagación por parte de los estudiantes acerca de los

temas propuestos, aspecto que también mencionan Peirce y Cairney como

comienzo de un pensador crítico.

3.5.5.2.2. Teoría aplicada a la experiencia

Ahora, si se aplican en algo la definiciones de Peirce y de López y Recio, podría

decirse que quizás uno de los factores influyentes a la hora de mirar la realidad de

la práctica docente, es el de provocar el asombro en el estudiante, el deseo de

aprender, ya que para desarrollar un pensamiento crítico en los alumnos, en

palabras de Peirce, es necesario partir de una voluntad que nazca en ellos frente a

algún tema o al tema de alguna lectura (en este caso) para que ellos comiencen a

inquietarse y a trascender lo meramente expresado, buscando o preguntando

acerca de lo desconocido y así ampliar sus horizontes de opinión, etc.

Del mismo modo, se evidenció en pocos casos, que algunos estudiantes que se

interesaban por ciertos temas de algunas lecturas (no de todos) lograban realizar

preguntas un poco más profundas con respecto a la literalidad manejada por otros

en la misma circunstancia o lograban emitir juicios acerca del tema de alguna

lectura.

Pro otra parte, sería preciso advertir que para el desarrollo del pensamiento crítico

en los estudiantes, debería tenerse en cuenta, como ya se ha mencionado, que

éste lleva consigo una serie de habilidades mentales como las que menciona

Page 214: Lectura, escritura y valores

213

Facione a manera de componentes del mismo o de la parte crítica del ser humano,

diciendo que este fenómeno está compuesto por elementos como el análisis, la

inferencia, interpretación, explicación, autorregulación y evaluación18, ya que es a

través del fortalecimiento de éstas que puede lograrse un nivel crítico en las

personas.

Tomado de www.ucentral.cl

Además, este autor menciona que el pensamiento crítico lleva a las personas a

ampliar las visiones sobre el mundo, a comprender las diversas opiniones de los

demás, disposición para trabajar con complejidad, entre otras. Otros autores como

Herrera19 hacen énfasis en los componentes como el análisis y la evaluación, ya

es a través de éstos que se elimina el aspecto mecánico del estudio de la lógica,

pero, más que ello considero que lo constituyen como un tipo de pensamiento

reflexivo, que permite a su vez fortalecer un nivel argumentativo en las

afirmaciones que hacen las personas.

Es importante señalar que la inferencia es la clave por la cual se unen el desarrollo

del pensamiento crítico y la comprensión lectora ya que, como se ha evidenciado,

ésta es una habilidad mental y que si se utiliza en la lectura puede crear o fortificar

un pensamiento que trascienda lo memorístico y lo expresado.

18 FACIONE Peter. Pensamiento crítico: ¿Qué es y porqué es importante? Loyola University, Chicago. En: www.ucentral.cl Pdf 19 HERRERA Alejandro ¿Qué es el pensamiento crítico? México. En: www.filosoficas.unam.mx.htm

Page 215: Lectura, escritura y valores

214

Por lo anterior, podría decirse que quise tomar al menos una de estas habilidades

(la de inferir) y desarrollarla en los estudiantes del plantel para tratar de mostrarles

el camino hacia la reflexión, pero como ya lo mencioné no se lograron mayores

cosas debido a que su comportamiento no era el apropiado para el desarrollo de

las actividades propuestas (demasiada distracción y desinterés).

Page 216: Lectura, escritura y valores

215

3.5.6. CONCLUSIONES

3.5.6.1. Aciertos

Se evidenció que el aplicar ejercicios para la comprensión de lectura a través

de inferencias (por medio de preguntas, charlas, etc.) era pertinente, en cierta

medida, para mejorar en los estudiantes un nivel de pensamiento crítico,

como se notó en la confrontación con la teoría, por ello considero que aunque

los ejercicios no se realizaron con una estricta planeación, existió una eficacia

que permitió los resultados a favor de lo que se pretendía inicialmente.

Otro aspecto satisfactorio se debió a que debido a la estricta documentación

y lectura acerca de los referentes teóricos pertinentes a lo realizado en esta

sistematización, se despertó un poco más (en mí) la capacidad para definir o

abstraer la definición de los conceptos apropiados para el trabajo.

3.5.6.2. Desaciertos

Considero que el intentar mejorar la comprensión lectora en los estudiantes

de la Institución Educativa Distrital Francisco de Paula Santander

(específicamente para algunos grados) requiere, en primera instancia, de una

motivación a la lectura y de una voluntad para aprender, seguida de una

implementación de diversidad de talleres o actividades con temas que les

logren llamar la atención, de lo contrario no habrá eficacia en dicho propósito.

Page 217: Lectura, escritura y valores

216

La formación de sujetos críticos no es un proceso que pueda llevarse a cabo

con facilidad (únicamente) a través de actividades en el aula, sino que

requiere de que exista un asombro - en palabras de Peirce - y una verdadera

concienciación por parte del estudiantado acerca de la importancia de los

temas en las clases, del estudio en general y de su propia realidad. Este

hecho podrá notarse tal vez en las opiniones acerca de lecturas realizadas y

su producción escrita, a la vez que los llevará a ampliar sus perspectivas

frente a diversos fenómenos.

Para la realización de una investigación a través de la sistematización de

experiencias como postura epistémica no se requiere con rigurosidad unos

resultados medibles que comprueben lo realizado, sin embargo, este hecho a

veces se presta para incertidumbres acerca de lo que el investigador debe

hacer durante su experiencia dependiendo de las condiciones en las que

trabaje (en este caso el poco tiempo para la aplicación de talleres debido a

múltiples actividades escolares como las izadas de bandera, etc.).

Page 218: Lectura, escritura y valores

217

BIBLIOGRAFÍA

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Page 220: Lectura, escritura y valores

219

ANEXO 6 UN ACERCAMIENTO A LA ESCUELA DESDE

LA LECTURA COMO VÍA PARA LA FORMACIÓN DE SUJETOS CRÍTICOS

El presente trabajo de investigación se enmarca dentro de la lógica de la

sistematización de experiencias, lo cual permite que una narración sea una

herramientas eficaz a la hora de establecer el proceso investigativo, lo que se

logra a través de la recopilación de la experiencia y su contraste con la teoría.

Mi experiencia investigativa se ve ceñida al proyecto que formulamos algunos

estudiantes de lengua castellana, inglés y francés para el área de Español, con el

que se buscaba, más que una comprobación de teorías o métodos previamente

establecidos, una intervención en la escuela con el fin de pensarla y dilucidar sus

diferentes dinámicas para tratar de dar alguna posible solución a los problemas

evidenciados, sin establecer rigurosidad en la consecución de dicho fin.

Puede decirse entonces que mi proceso investigativo se ha compuesto

básicamente por cuatro fases, a saber: la observación, la formulación de micro-

proyectos, la aplicación de los mismos y la sistematización de experiencias, que

contaré a continuación.

La observación: El primer día que entré al salón de octavo (803) de la Institución Educativa Distrital Francisco de Paula Santander, sentía una gran incertidumbre acerca de cómo se desarrollaría esta primera etapa del trabajo. La docente titular (Doris Moreno) me presentó a los estudiantes del curso y aludió a los avisos previos que ella había hecho a ellos acerca de mi presencia y mi labor allí. Es interesante mencionar que durante aproximadamente tres semanas la curiosidad de los estudiantes por mí (como observador) no se hizo esperar, causando algo de distracción en ellos y por ende, afectando en parte el desarrollo de la clase. Esto por supuesto no me permitía llevar un

Page 221: Lectura, escritura y valores

220

registro de una clase habitual debido a que varios estudiantes actuaban diferente a como se comportaban usualmente, mirándome de vez en cuando, haciéndome preguntas y tratando de observar mis registros. La situación cambió luego de unas semanas, ya que en aquel tiempo yo les era indiferente, entonces se comportaron con normalidad y fue cuando comencé a percibir y a registrar, gracias a la descripción etnográfica, actitudes, reacciones, comportamientos, etc. Posteriormente, noté que los estudiantes comenzaron a verme como si fuera un apoyo para ellos en la resolución de tareas, pues me preguntaban acerca de lo que no entendían y me pedían que les dijera las respuestas en talleres y exámenes, cosa que no hice, para que ellos mismos las descubrieran. Todo lo anterior sucedía en el aula durante el desarrollo de la clase, sin embargo, no todo se desarrollaba allí, también en la biblioteca en donde brindé apoyo a los estudiantes en cuanto a animación a la lectura (como favor a la institución) en el espacio llamado la hora de biblioteca. En este espacio los comportamientos de los alumnos eran en algunas ocasiones similares a los de las clases, ellos me veían como si fuera uno más y pretendían que los apoyara en sus necedades. Unos tomaban los libros pero no leían o simulaban hacerlo, otros charlaban y jugaban, etc. y a otros las lecturas les parecían aburridas y no leían (lectura de cuentos que a los estudiantes les parecían infantiles, según sus propios comentarios). En realidad muy pocos realizaban a conciencia las lecturas dejadas por la docente (6 de 47), y se mostraban interesados en lo que yo les pudiera aportar, ya que me preguntaban muy interesados acerca de lo leído, respondían a mis preguntas de seguimiento y comprensión, etc. Cabria entonces preguntarse acerca de la concepción de motivación a la lectura que se maneja en la institución y observar sus resultados. Formulación del Proyecto y micro-proyectos Luego del trabajo de campo, todos los practicantes que trabajamos en la misma institución, en el área de español, nos reunimos con el fin de realizar la triangulación de la información basándonos en los registros de nuestros diarios de campo, encontrando así las siguientes categorías emergentes: Indisciplina, violencia estudiantil, negligencia académica, insuficiencia de respeto y escasez de conciencia social. Con los aspectos anteriormente identificados, decidimos formular el proyecto titulado “Lectura, escritura y valores”, con el que se pretendía mejorar la formación en valores de los alumnos a través de la lectura y la escritura, al tiempo que se aludía al mejoramiento del rendimiento académico. Así entonces encontramos como ejes de intervención: el eje disciplinar (lecto-escritura), el pedagógico y el axiológico. A continuación se decidió que el proyecto de intervención se trabajaría a partir de micro-proyectos, que a su vez serían abordados por equipos más pequeños. De esta manera mi microproyecto de intervención aludiría a trabajar modelos de lectura, más exactamente, lectura inferencial de microcuentos u otros tipos de lectura acoplados al plan de estudios, con el fin de que de éstos se obtuvieran mensajes que propendieran por el mejoramiento de la parte axiológica y que a la vez, creara el hábito lector en algunos estudiantes. Aplicación del proyecto Esta es la fase problemática del proceso, ya que está bañada por varios sucesos que, en cierta manera, entorpecieron el desarrollo de la propuesta.

Page 222: Lectura, escritura y valores

221

En primera instancia, la articulación entre práctica pedagógica y práctica investigativa se veía un poco maniatada, ya que (como lo expresamos otros compañeros y yo) no existía un dialogo académico entre nuestros asesores de la una y la otra. Ello causó que a la hora de actuar, los practicantes no supiésemos cómo articular ambas durante el desarrollo de nuestras clases de una manera eficaz, entonces, o se dictaba clase o se aplicaba el proyecto tratando de articularlo con el plan de estudios para el grado respectivo (en mi caso, octavo). Así las cosas, como practicante me veía bajo dos presiones o dos perspectivas en vez de una bien articulada, entonces, me dediqué a responder al asesor de práctica y a la docente titular encargándome de unas clases y llevando registros de lo que hacía, pero sin abordarlos desde una perspectiva reflexiva o investigativa. Entonces al llegar a la universidad me enfrentaba a un estancamiento en el proceso investigativo, pero llevaba una cierta diacronía en la práctica docente. Lo anterior sin mencionar las dificultades a la hora del desarrollo de las clases, pues los estudiantes ya me conocían, sabían de mi labor, y sabían que no tenía una total autoridad para ejercer ciertas acciones a nivel de comportamiento, por ello trataban de prestar atención a mis explicaciones, pero siempre esperando el momento o la actividad para hacer desorden y entorpecer la sesión. No obstante, se lograron momentos de buena participación e interés por parte de los alumnos (de 803) y se logró en poca medida, la toma de conciencia de unos acerca de la importancia de la lectura y del estudio en general. En segunda instancia, se suponía que todos los practicantes seguiríamos un proceso con los mismos cursos en el año siguiente (I semestre 2006), sin embargo el plantel decidió reorganizar los grupos a razón de su rendimiento académico y personalmente, tuve que escoger (en acuerdo con la misma docente titular) el curso cuyo horario se adecuara mejor al mío; y así seleccioné el 902, que estaba compuesto por estudiantes de rendimiento medio y hasta bajo de los cuales algunos habían trabajado ya conmigo. A mi parecer, esta situación truncaba en cierta medida el desarrollo de un proceso riguroso, entonces ello creaba incertidumbre acerca de la eficacia de la aplicación de los micro-proyectos. A continuación se desarrollarán dos factores intervenidos dentro de los cuales sucedieron algunos hechos que darán cuenta de los objetivos de la intervención y a su vez, mostrarán los resultados que se produjeron en dicho contexto, especialmente en el grado 902. Del proceso de lectura y de lo que sucedió Desde que noté que los estudiantes del nuevo curso, 902 (Este era un grupo nuevo para mi y diferente al anterior; no llevaba un proceso con ellos) no leían ni siquiera por presión académica, no prestaban atención a las clases y trataban de evadir los trabajos asignados por la docente y por mi durante la clase, supe que no sería fácil la aplicación del micro-proyecto (lectura inferencial para el mejoramiento de la comprensión y producción textual), cuyo objetivo principal era llevar a los estudiantes a un nivel un poco más profundo y analítico de lectura, es decir, trascendiendo la inmediatez, y del mismo modo se buscaba una producción escrita que manifestara lo anterior. Este nuevo curso demandaba mucho más esfuerzo por parte de la docente Doris y de mí para lograr al menos su atención, y sin embargo no se lograba mucho. Su proceso de lectura era preocupante, pues en varias oportunidades al preguntárseles acerca de lo que habían comprendido de alguna lectura, no respondían pertinentemente o simplemente no contestaban; para la muestra, es necesario decir que los estudiantes duraron con una sola lectura, estipulada por el plan de estudios, tres meses (capítulos I y II del Popol Vuh) y muchos nunca leyeron; y para

Page 223: Lectura, escritura y valores

222

justificarse, aludían a su falta de recursos económicos para comprar los libros y a las lecturas “aburridoras” para el desarrollo de la clase. Así las cosas, la reflexión no se hacía esperar por mi parte y ello me llevó a la cuestión de: si la mayoría de los estudiantes no gustaban de la lectura, ni la practicaban con frecuencia y si su atención no era la mejor para los ejercicios de la misma, entonces era difícil tratar de aplicar una propuesta que quisiera mejorar su nivel de comprensión lectora y que del mismo modo tratara de abrir la mente del estudiante al análisis (crítico) de los contenidos de las lecturas. Otro interrogante que surgía como resultado de lo evidenciado era ¿Cómo se lograría llamar la atención de dichos estudiantes hacia la lectura y el estudio? Esa era la incertidumbre. Sin embargo, por mi parte decidí intentar aplicar algo similar a lo idealizado en el microproyecto y en las clases trataba de realizar actividades que llevaran a los estudiantes, a través de los temas, a una reflexión acerca de sus conocimientos. Del mismo modo, diseñé talleres (ver anexos) que aludían a la realización de una lectura que fuera un poco más lejos de lo literal y traté de aplicarlos de manera que fueran atractivos para los estudiantes. Realicé en algunos talleres para el tema de literatura precolombina, una serie de actividades de pre-lectura a través de preguntas cuyas respuestas dieran cuenta del estado de conocimiento del tema por parte de los estudiantes; otras, durante la lectura que pretendían centrar al estudiante en la información contenida en el texto referente al tema y algunas de post-lectura, como conclusiones, etc. A pesar de que estos ejercicios llamaron en algo la atención de los estudiantes y propiciaron en cierta medida la participación, la respuesta no era siempre la mejor en la medida en que sus respuestas mostraban que su nivel de concentración no era el más optimo para la clase. Entonces sentí que pasé de querer trabajar lecturas (articuladas con el plan de estudios) para discusión y análisis a una motivación hacia la misma. En cuanto a la escritura, pude notar a través de las pocas actividades que se realizaron en esta habilidad, que la mayoría de los estudiantes tenían ciertas fallas en lo relacionado con la ortografía, el uso de signos de puntuación y con la coherencia textual, que hacían en ocasiones que el lector (la docente o yo) se perdiera en el texto y por ende no comprendiera de lo que se trataba. Además, la mayoría de las actividades orientadas a la producción textual referente a algún texto leído, terminaban en cierta medida y no en todos los casos, siendo una copia de algunas partes del texto. Sin embargo, hubo producciones de corte literario que sorprendían en el plano de los significados o de las intensiones comunicativas, que lastimosamente quedaron sólo para la actividad o para subir la nota. Por otra parte, es necesario aclarar que la docente titular creía aún que los talleres y actividades de aplicación del proyecto se realizarían en tiempo extra al de la clase y con temas diferentes al del plan de estudios y, por lo tanto pensaba en que este aspecto faltaba por desarrollar de manera más notoria con el grupo. Otro aspecto que se sumó a la poca eficacia en la aplicación de las propuestas, fue que en varias ocasiones no hubo clase debido a que los lunes festivos y las actividades institucionales cubrieron dicho horario, lo que tampoco permitió una aplicación del micro-proyecto de manera secuencial y eficaz, ni una fácil convivencia con el grupo. Finalmente, se debieron, en mi caso cambiar los objetivos, metodologías y actividades de los micro-proyectos y acomodarlos a las situaciones reales en las que se llevó a cabo la práctica. No había nada escrito

Page 224: Lectura, escritura y valores

223

De mi visión de las relaciones y roles en la institución Por otra parte, es importante mencionar que paralela y paradójicamente a los acontecimientos que desfavorecían una motivación (en cierta medida) para trabajar en el plantel en varios de los diferentes cursos, se logró, por parte de los practicantes, una participación más activa en las actividades institucionales como el día del idioma, etc. pero nuestro común denominador era que la mayoría de estudiantes del plantel no gustaban del estudio y menos de la lectura.

Page 225: Lectura, escritura y valores

224

ANEXO 7 MATERIAL UTILIZADO EN EL DESARROLLO DE LA PROPUESTA

Page 226: Lectura, escritura y valores

225

Page 227: Lectura, escritura y valores

226

4. HALLAZGOS

La práctica pedagógica como experiencia está sometida a la incertidumbre

frente a su quehacer. Es decir, el practicante se ve envuelto en situaciones

en las que debe asumir y asumirse en ciertos roles en los que quizás no

tenga experiencia y conocimiento práctico, para ello requiere que se le

colabore con especificidades (que pueden ser a nivel teórico o práctico), no

sólo en el desempeño de acciones, sino en la preparación para identificarse

como un verdadero docente.

Por otra parte, dicha incertidumbre también consistiría en la no

concordancia entre la instrucción teórica recibida en la formación como

docente y lo que el practicante debe asumir en la realidad al ejercer dicho

rol. Por ende, podría decirse que la formación docente debe ser lo más

eficaz posible, sin entender por esto la instrucción rigurosa a nivel teórico,

sino más bien unas bases de las que el practicante pueda valerse para

construir por sí mismo una postura frente a su labor.

El rol investigativo que cada uno de los practicantes debe asumir en una

investigación como ésta, basada en la sistematización de experiencias

como postura epistémica, posibilita, además de la reflexión en y sobre la

práctica, la generación de nuevos saberes a partir de la asociación entre la

teoría y la experiencia particular; lo cual a la luz del ejercicio docente,

cualifica el quehacer, media el proceso y abre una serie de perspectivas

profesionales al practicante.

Además, es importante resaltar que gracias al modelo cualitativo dentro del

que se desarrolló este trabajo, la investigación presentada queda abierta a

ser retomada como parte de otros procesos investigativos.

Page 228: Lectura, escritura y valores

227

Para trabajar la lectura, desde una perspectiva significativa en la que la

comprensión de la misma parta de la flexibilización de la habilidad

lingüística de lectura, sin dejarla al margen de la competencia comunicativa,

se debe procurar enfocar la misma a partir de diversas experiencias de

construcción de sentido y significación lectora.

Los procesos ligados a la lectura y la escritura deben desarrollarse en un

medio que posibilite trabajar ambas habilidades conjuntamente. Por

ejemplo, por un lado, se podría encuentrar la lectura como fuente de

conocimiento y por el otro, la escritura, que vendría a ser la confrontación

de lo aprendido; a partir de allí, se pueden crear estrategias que posibiliten

el desarrollo de habilidades lecto-escriturales, no sólo en un nivel

académico sino también extracurricular.

El trabajo con literatura en la clase de lengua castellana es posibilitador del

trabajo con valores, puesto que aquélla permite al lector reflejarse en los

contenidos a partir de las propias experiencias de vida y así reflexionar

entorno a las mismas.

La experiencia pedagógica e investigativa como tal, permitió tener un

primer acercamiento significativo al contexto escolar a los practicantes, al

ser una experiencia práctica en la que se conjugan la teoría, el

conocimiento aplicado y la investigación, con el propósito de cualificar el

quehacer y generar nuevos conocimientos.

Page 229: Lectura, escritura y valores

228

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ANEXO 8 “Fotografías de un evento”

Page 232: Lectura, escritura y valores

231