la vanguardia 1889

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Miércoles, 20 Febrero 1888 IX.— Número 719 En Barcelona: un l'50ptS. Fuera Barcelona; |trimestre, (remi- su impor- te adelantado ala Aám), . . . 5'50pís. Atendida la premura del tiempo para veri- ficar la subata d-1 mobüia v io ,y utensilios del anísmo, anuncíala en 1 ?s perió iicos cíe es'a -capital, se • a tenido ha bien suspenderla, !a «cual tendrá lugar el próximo jueves, día 21 -del corríante, y sucesivos, desde la una alas •cinco de la larde. Se encarga del alumbrado eléctrico de po- blaciones, ts airos, fondas, fábricas, talleres, •buques, faros, etc., etc. llevando ya realizadas 1,4-52 instalaciones en España y América.—En ¿Barcelona suministra el alumbrado eléctrico •eon la fuerza motriz de su instalación-mode- lo, calle del Marqués del Duero (San Beí- ííran). A.propósito de un libro reciente y de un autor muerto, (i) Acaba de publicarse en París un libro de- "'bidoá la p urna de un autur concienzudo que -ha muerto víctima de una pulmonía hace po- icos días. Dichu libro titulado la Critica cieníí- üca,.-viene en apoyo de lo que decíamos en nuestro articulo aaierior. Ha concluido ya la antigua crítica artís- tica y literaria que se ocupaba en examinar ?in kbro ó un cuadro y lo declaraba bueno ó malo según los principios preestablecidos, ó según el gusto personal dei que lo examina- ba. Hoy día para analizar un poema ó una es- •tatua es preciso una sene de datos, una infor- mación minuciosa, un sin fin de estudios psi •cológicos, artísticos, sociológicos, y luego sen- tir el asunto como lo sintió el artista, es de- •eír ponerse eo su terreno y v¡sr como éi vio. El trabajo de ciencia pura debe consistir en «entrever las causas bajo los hachos,.las leyes, •feajo ios fenómenos estudiados, sin parciali- dad, ni preocupaciones da escuela, de secta, ~tie partido ó de nieión. El autor propone lla- raar á la nueva crítica, es decir, á esto nuevo que no es critica, sino algo más provechoso ••que la crítica, estopsicologia, pero luego re- nunció á ello por lo duro del vocablo apasar ÚB su ¡ógica, y propone que se llame crítica ^científica, en oposición Í-1 sentido vulgar de >crític&, ó d* 1 crítica literaria. Después da un profundo examen ds Cor- •neilíe, de Racine, de B,áí«au y de Perrauít en •.Francia; de Addisson en Inglaterra; y de Les- sing en Alemania, encuentra que los trabajos Áe estos conducen á S&inte Beuve y á Taine, padre de la moderna critica científica. La obra de Hennequin está dividida en dos .partes generales. La una de análisis, la otra ie síntesis. La de análisis se subdivide en análisis estético, análisis psicológico y análi- sis sociológico y cada uno comprende la teo- ría, la práctica,' y las relaciones con las cíen- eiss conexas. La síntesis comprende también tres órde- nes de hechos particulares ó generales, rela- tivos al género estético, al psicológico y al -sociológico. La critica histórica forma capí- tulo especial. * * Apesar del enorme aparato de erudición -dfil autor y de su método algo complicado, va- 'rnos á deslindar sobre cada uno de estos pun- cos las ideas que é! emita como predomi- nantes. Muchos psicólogos habían dicho que las •emociones estéticas no son más que una es- •neeie particular de las emociones ordinarias. -SI autor, alcontrario, dice que la emoción es- tética es la forma inactiva de la emoción ordinaria. Su causa, al contrario de la de ia emoción real-, es una alucinación que in- conscientemente uno sabe que no es real, que «no siente qae nada hay en ella de amenaza- dor, cuyas imágenes quédanse sin cohesión •con el resto del curso mental y no se asocian á previsiones positivas de pena y de placer personal. Para aciarar tan confusas ideas el autor pone los ejemplos da el Hamlet, La Di- vina Comedia, Una sinfonía en do menor. Una catedral gótica y el Buen Samarita.no de Rem- brandt, obras todas ellas melancólicas, tris- las, pero que no son depresivas, qua no ejer cen coerción sobre la vida ; pues de ía tristeza .nos reproducen sólo la imagen, la relación, y ¡no la herida. Es decir nos representan la figu- xa del dolor á nuestra imaginación sin produ- cirnos al desgarro doloroso. La dificultad >para el crítico está en meür la energía emo- cional y Hennequin confiesa que por ahora ,osto no es posible. Bajo el punto de vista psicológico un libro, primeramente es (bien ó mal) io que si au- _tor se ha prouesto que sea, poema, novela, tratado de filosofía, confesión, memorias etc. .pero íuego es, como ya dijimos nosotros, el sismo real de un estado ó de ana sucesión da estados del espíritu. Asi as que el critico de- berá de reconstruir por ei análisis, el carác- í-yr, el origen del fautor; lo que debe ai instin- to, lo que debe á la herencia ó á la preocupa- ción lo que al roadlo ambiente. La psicología (1) La Critique Scientipbique, por Emile Hen- .nsqttin. París 1889- emtte luego hipótesis probables que verifica sobre ca>os provocados por la enfermedad y por la experimentación. Así puede llegar á delimitar lo patológico de So fisiológico, las obras debidas á una sensibilidad ó una inteli- gencia enfermiza, de las que son debidasá un funcionalismo intelectual sano. H^sta aquí se ha hecho la psicología del hombre, ilu-trado si se quiere, y honrado, es decir del promedio, y se ha dado esto como psicología única, y esto no es verdad. Así co- mo hoy día se empieza á hacer la psicología de los salvajes, de los enfermos, de los igno- rantes, debe de hacerse la psicología del os ge- niales la cual no es ía misma que ia deS común de ios hombres Así aprenderíamos á distin- guir los genios verdaderos de los de similor. Esta psicología prestará los misiios servi- cios que la disección, la anatomía y la micro- grafía cerebral han prestado ya en la medici- na, y en casos escepcionales á la psicología, patológica. En cuanto á lo social,las tres causas señala- das por Taine son l&s verdaderas—la influen- cia de la herencia, la influencia de! medio ambiente, influencia deí hábito ó sea dd ía adaptación. Mr. Hennequín, á la teoría del medio Am- biente de Ta:iH y á la de la evolución de Spen- cer, apoyándose en la ¡ucha por la vida, de Darwín.'opone el que todo artista es el resul- tado de una lucha con el ine.üo ambiente y por tanto una protesta contra este, y una di- ferencia ion da este. Dice que t r da ser tiende á resistir á los cambios que le impone la Na- turaleza y que el más potente es e! que resis- te más—pero olvida que e! más potente es el qua resista adoptándose y de aquí ei quB Mr. Taine tonga raüón con su teoría del Medio Ambienta. Aun ¡as protestas, las separacio- nes confirman la teoría. Un ateo no es más que un religioso al revé*. Sólo se blasfema en los países altamente creyentes. La influencia de la adaptación al lugar, cli- ma, geografía etc , no hay aun bastantes datos según el autor para juzgar. El análisis practicado por el autor da por resu tado qu * un arte, en un país, no va solo, sino que siendo un estado mental de una plé- yade de hombres que corresponde á un esta- do mental de un gran número del público del cual son intérpretes, ha de tener siempre va- ' rias manifestaciones. Asi la nota gráfica, co- lorista, concisa y razonadora deí moderno ar- te francés, ss manifiesta por un desarrollo in- menso de la pintura y de las artes decorati- vos, por un prosa que tiene color, relieve, movimiento y hasta sonido, por una música esencia'man te armónica y descriptiva, etcé- tera, etc. El papel de la síntesis psicológica estriba- rá en restablecer el mecanismo de cuya fun ción es producto la obra de arte, y enseñar cómo puede obrar y en virtud de qué obra. Al inducir el estado de sensibilidad y de inte- ligencia de su autor, la crítica psicológica de- berá induci" el del grupo que representa, con sus habitudes, sus condiciones, sus fines, su manera de sentir y de pensar; la produc- ción tv-ibrá sido de abajo arriba y él deberá de proceder de arriba abajo; el análisis debe de ser del grupo al autor y de éste á la obra, y la síntesis de la obra al autor y al grupo. La critica histórica estriba en io mismo. La historia de una nación, de un pueblo, en el fondo no es más que el estudio de las gran- des comunicaciones que se han abierto sobre el planeta las ondas vitales, yóndolas á bus- car á sus orígenes, describiendo su curso, midiendo el crecimiento y el decrecimiento de su energía, estudiándolos en los espíritus que animan ó que abaten, por fin. determi- nando ia superioridad de un pueblo por los seres que cuenta, existiendo por si, ó existien- do en otros, es dUcir, los quedan los impulsos ó los que ios reciben sin crearlos, modificar- los, ni darles forma adecuada. Estos son sé- res nulos que no cuentan en el balance gene- ral de la Historia. Este es en suma el libro que ha venido á confirmar nuestras teorías, ó mejor, que ha venido á formular Sas modernas teorías sobre la estética y ia eríiica, tal como deben ser practicadas en nuestra edad esencialmente científica. Sólo diferimos con el malogradoautoren el tí- tulo. Ya hace dos años dimos los primeros en- sayos de este género (aunque no reducidos á teoría pura) bajo el nombre, á nuestro pare- cer más adecuado, de CRÍTICA INDUCTIVA. POMPEYO GENSR. que cuando la aprobación de una ley conviene al Gobierno por cualquier linaje de motivos., la ley ae aprueba á paso de carga. Y esto misino debe suceder cuando se trata de aquellas le- yes que la opinión pública ha calificado de buenas para el país. Se viene clamando por una ley de emplea- dos hace mucho tiempo para acabar con to- dos los vicios, ó al menos con los más desas- trosos, que bastardean nuestra administra- ción pública, y la necesidad de esa ley ha sido reconocida por hambres de todas las opinio- nes y de todas las ideas. Eí Senado,^por lo tan- to, si estima, corno es natural, ia Administra- ción pública, no puede aplazar indefinidamen- te la aprob ición de una ley de las más direc- tamente encaminadas á encauzarla. No puede haber ningún senador que prefiera (al imperio de ia arbitrariedad y dol favoritismo en sus múltiples manifestaciones, al imperio del or- den y de ia justicia. Ciertamente que eí proyecto de ley de em- pleados sometido hoy á la aprobación de la altn Cámara adolece de notables deficiencias, así en su conjunto como en sus pormenores; pero aún con' desciendas y todo es preciso que la ley se apruebe: no se puede llegar á ia perfección de un stUo, y debe celebrarse el primer paso que se dé para alcanzarla, pro- curando mejorarla en el debate, y no retar- darla un solo instante. Tan maleadas están nuestras costumbres administrativas que ha de costar muchos su- dores eí rt cunearlas, mas si se demora el aplicarlas ei pr.mer remedio se malearán ca- da vez más y cada vez será más difícil la res- tauración; fiemos llegado á un desbarajuste tal en esta materia que ya nadie sabe por dón- de se anda, ni se esU seguro de si tienen más fuerza las disposiciones legislativas ó ía vo- luntad de los superiores, de si vale más un artículo de la ley ó una recomendación de un hombre influyente. Relacionado con este proyecto de ley hay otro que igualmente preocupa á la opinión y sobre el cual se dirige asimismo la atención pública. Nos referimos á ia ley que haga in- compatible el ejercicio del cargo de diputado con tudo empleo retribuido por el Estado, la provincia ó el municipio, Ley que puede con- tribuir á deparar de muchos vicios que hoy se sienten en.la administración, á la vez que dará mayor prestigio é independencia á las personas que obtengan la alta investidura de representantes del país. SI cargo de diputado no puede ser un me- dio para alcanzar condiciones ó suponer ca- pacidad que no justifica anteriores trabajos ó servicios eminentes prestados á la nación. La diputación en Cortas es un cargo de confian- za y supone, ó ha de suponer al menos, que ei que lo ejerce representa la voluntad de los electores, que es tanto coreo decir una parte del país. Y los electores no quieren quedar huérfanos do representación ni quieren que el que los represente abdique de ^u indepen- dencia ó pierda su libérrima voluntad, que es lo que significa admitir un umpleo retribuido, de esos que concede el' favor ó la influencia con un alto funcionario. El empleado de carrera no ha de verse pos- tergado tampoco por un intruso que no os- tema otro titulo que e! accilental y transito- rio de habar obtenido un acta de diputado. Con las dos leyes referidas, entendemos que mucho ganara ¡a buena marcha de W* ad- ministración, evitándose que las cuestiones de personal produzcan serios disgustos para iodos los Gobiernos y que continuamente se atosigue á hs ministros con pretensiones in- justificadas en cuanto ocurre una vacante de esas que han de proveerse en hombres políti- cos de alguna significación. El Gobierno, el partido liberal y los cuer- pos colegisladores, están empeñados en que prosperen ambos proyectos; por esto quisié- ramos avivar la lentitud con que procede el Senado en la votación de la ley de empleados. LO flVE IMPORTA ij.» IDMIMSTIUGIOI Encima ó debajo de tantas otras duerme en el Senado ¡a llámala ley de empleados, y no estaría de más que los señores senadores pa- rasen mientes en los perjuicios que esa lenti- tud ocasiona á la Administración y á los inte- reses geni-rales del país. Puede que los senadores estén convencidos de que ciertas leyes han de resultar letra muerta, y por tanto, que no valen ia molestia de votarlas y promulgarlas; pero puede esto dar lugar también á que la malicia crea que conveniencias partículas, más ó menos en- cubiertas, oscurecen la vista de los legislado- res y les impiden contemplar las convenien- cias'justas, para dejar correr el tiempo inútil- mente y no dar oídos á los requerimientos de la opinión púbüca y de la prensa. Los proyectos de l?y que se llevan á la Me- sa de los Cuerpos colegUladorfis ó son justos y convenientes, ó no lo son. En el primer ca- so, su aprobación no puede diferirse, en el se- gundo deben ser rechazados desde el primer momento. Todos hsrnos observado repetidas veces blemente favorecidos; sus privilegios fueros. ampliados y se llegó al extremo de conceder- les una especie de estatuto orgánico en viríuet del cual ia comunidad armenia rige por sí misma con toda libertad sus intereses nacio- nales. En la misma época la Puerta dio mucha mayor latitud al acceso de ios subditos cris- tianos del imperio k los cargos públicos. Los^ armenios aprovecharon tanto de esas disposi- ciones liberales, que actuaimenteen todos los ramos de ía administración turca se encuen- tran altos funcionarios de aqsielía íiacionali— Bajo el actúa! régimen que tiene po? divisa el prescindir completamente de toda distin- ción entre Cristian s y musulmanes, la im- portancia dada á los armenios es a&n mucho- mayor y algunos han sido elevados á la alta dignidad da tnuchir (capitán general) ocupan-* do otros algunos cargos elevadis-imos del Es- tado. Descendiendo de las esferas oSeiales para" examinar el papel que desempeña el armenio- en la sociedad otomana, obsérvase qn& su si- tuación en ella es muy favorable. Lacoofianzs que tiene el turco en el armenio,, es San abso- luta qua este último baj<) el nombre de smrqf (banquero) ha acaparado durante una larga séri^ de años casi toda la fnríiana pública. En el campo, la vida del labrador armenio- no es menos dura que la del campesino oto- mano, pero éste vive por todas partes á su la- do, baja el mismo techo y cuUiva.ei mismos terreno, reinando ta más íntima solidaridad, en las aldeas entre armenios y musulmanes, ai extremo de que cuando éstos parten para la peregrinación á la Meca, via^e imprescin- dible para ellos, confían todo lo q.ue poseen y hasta sus familias al cuidado de lus-araa-enios» Curiosa es por demás la constitución de Turquía donde tantas razas diversas por su origen, su religión y sas costumbres viven al amparo de unas mismas leyes. La prensa ex- tranjera y en especial la inglesa, se ocupa frecuent mente de algún tiempo á esta parte de los armenios, y creemos por lo tanto útil dar á conocer á nuestros lectores algunos de talies acerca de esta parte de la población de aquel imperio, en lo que se refiere á su situa- ción y al astado de sus relaciones con los de- más habitantes le Turquía. Entre los pueblos cr stianos sometidos al yugo de los turcos, el pueblo armenio ocupa un lugar preferente. Agradecido á la toleran- cia de los otomanos, que les permite conser- var intactas su fe y su idioma, Us armenios se han identificado más con los musulmanes que ninguno de 1 >s demás pueblos cristianos, resnltand ) de ello que turcos y armenios des- de hace siglos viven, en la mejor inteligen- cia. Mientras que los otomanos han debido en distintas ocasiones hacer valer su derecho dé conquista para reprimir las manifestacio- nes violentas da aspincionas subversivas en las poblaciones balkánicas, de las cuales siempre hibían respetado los privilegios y Sas instituciones, han tratado por el contrario siempre á los armenios con moderación, gra- cias á la fidelidad tradicional y al espíritu de asimilación de esta última raza. Cuanio, terminada la guerra da Oimaa, entró Turquía abiertamente en la vía de las reformas, ios arinaaios se vieron considera- El editorial de La Época se compone d« recortes de la mayor parte de los periódicos de provincias que explican los progresos qu.e= la emigración hace, y de recortes* de periódi- cos americanos que prueban la suerte qua a¡lí corren los emigrantes. Dedúcese de tal artículo que si mala'es la. suerte de los braceros aquí en España, mala es allá en América, que lo ún¡cu %ue-hace e l que impelido por la mano de hierro de ia ne- cesidad emigra es cambiar da do-ior pero na- de fortuna. Incita al Gobierno á que-se fíj,e em los males que la emigración causa,, al par qué en las quejas que Sos que han emigrado pro- ducen por cartas, lamentando ias promesas que se les hicieron par.-i hacerse» fiei^r el pa- trio suelo, promesas que no E se les h-a"n cumpli- do, bienestar deseado de que no pueden go- zar, fortuna que no pueden hallar y trabajo,- —cuando lo encuentran—continuo, p d abrumador, mucho más duro que sí' q¡ue ejecutaban.; El Liberal publica un artículo e-n forma da carta' en el que repite que están coa ta das las horas del señor Saga^ta, á causa d ; e ia £alanje< de generales y grupo de políticos á&\ orden civil que decididamente la empren-d-eri con él. Según el colega ios rumores t-nio tiempo propalados van á tomar cuerpo, la amanaza tantas voces formu aaa va á convertirse es golpe mortal, las concupiscencias engañadas y como dormidas se salirán al fin con la suya. ¡Pobre señor Sagasta! De creer lo que el colega dice, los señores Martes,. Gamazo y López Domínguez son los encargados de de- rribarle y encenderle so pretexto de q.ue tan sólo un ministerio que por ellos tenga signifi- cación, puede dar las soluciones económicas* democráticas y militares de que el país nece- sita de toda necesidad. No creemos que haya verdad absoluta &m las afirmaciones de EL Liberal* pudiera á la más haberla relativa en lo que se refiere á concupiscencias y anhelos de poder. Es pra— déme también recordar que mas principes j hombres públicos han sucumb-iio á manos da sus amigos que á b\& de sus adversarios; pera al propio tiempo conviene no olvidar que no- se derriba por el solo g^sto de hacerlo y mu- cho manos en política, y que para minar el terreno á un Ministerio ó aun Jefa de parti- do, hay qua tener a prevención quien testis-^ títuya. Y ahora no sucede nada de esto, Ocúpanss mucho los periódicos en averi- guar el juego que dará la próxima eleceióít por Balaguer, donde son siete los candidatos' que sa aprestan á iuchar,cinco de ellos fusio- nistas,y por aquello de qaa no hay paor cuña que la de la misma oiaiora, y Cinteado em cuenta lo que con Enguera sucedió, los afieict-, nados se prometen una segunda edición eo~ rregida y aumentada. En bien del prestigia del parlamentarismo, cada día más discutido^ deseamos que tan caritativas intenciones aa prosperen. Por el ministerio de Gobernación se lia, publicado una R. O. dictando afganas dispo- siciones sobre eí régimen interior da los es- tablecimientos balnearios. Por ía importancias- que reviste vamos á d-ir ú nuestros lectoras, una noticia de acerca esas disposiciones. Seis días antas de, abrirse el establecimien- to, el respectivo médico director examinará sus condiciones de alojamiento y la buaaa, aplicación y administración de ias agaas; y siendo responsable de cualquier inexactitud, enviará el tarcai* día á ía dirección generalas Beneficencia y Sanidad relación de las habí— ¡.adanes ds prim9ra, ssgaada y tercera cl^s©

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Page 1: La vanguardia 1889

Miércoles, 20 Febrero 1888IX.— Número 719

En Barcelona: unl'50ptS.

Fuera Barcelona;|trimestre, (remi-

su impor-te adelantado a laAám), . . . 5'50pís.

Atendida la premura del tiempo para veri-ficar la suba ta d-1 mobüiavio ,y utensilios delanísmo, anuncíala en 1 ?s perió iicos cíe es'a-capital, se • a tenido ha bien suspenderla, !a«cual tendrá lugar el próximo jueves, día 21-del corríante, y sucesivos, desde la una alas•cinco de la larde.

Se encarga del alumbrado eléctrico de po-blaciones, ts airos, fondas, fábricas, talleres,•buques, faros, etc., etc. llevando ya realizadas1,4-52 instalaciones en España y América.—En

¿Barcelona suministra el alumbrado eléctrico•eon la fuerza motriz de su instalación-mode-lo, calle del Marqués del Duero (San Beí-

ííran).

A.propósito de un libro reciente y de unautor muerto, (i)

Acaba de publicarse en París un libro de-"'bidoá la p urna de un autur concienzudo que-ha muerto víctima de una pulmonía hace po-icos días. Dichu libro titulado la Critica cieníí-üca,.-viene en apoyo de lo que decíamos ennuestro articulo aaierior.

Ha concluido ya la antigua crítica artís-tica y literaria que se ocupaba en examinar?in kbro ó un cuadro y lo declaraba bueno ómalo según los principios preestablecidos, ósegún el gusto personal dei que lo examina-ba. Hoy día para analizar un poema ó una es-•tatua es preciso una sene de datos, una infor-mación minuciosa, un sin fin de estudios psi•cológicos, artísticos, sociológicos, y luego sen-tir el asunto como lo sintió el artista, es de-•eír ponerse eo su terreno y v¡sr como éi vio.El trabajo de ciencia pura debe consistir en«entrever las causas bajo los hachos,.las leyes,•feajo ios fenómenos estudiados, sin parciali-dad, ni preocupaciones da escuela, de secta,

~tie partido ó de nieión. El autor propone lla-raar á la nueva crítica, es decir, á esto nuevo• que no es critica, sino algo más provechoso••que la crítica, estopsicologia, pero luego re-nunció á ello por lo duro del vocablo apasarÚB su ¡ógica, y propone que se llame crítica^científica, en oposición Í-1 sentido vulgar de>crític&, ó d*1 crítica literaria.

Después da un profundo examen ds Cor-•neilíe, de Racine, de B,áí«au y de Perrauít en•.Francia; de Addisson en Inglaterra; y de Les-sing en Alemania, encuentra que los trabajosÁe estos conducen á S&inte Beuve y á Taine,padre de la moderna critica científica.

La obra de Hennequin está dividida en dos.partes generales. La una de análisis, la otrai e síntesis. La de análisis se subdivide enanálisis estético, análisis psicológico y análi-s i s sociológico y cada uno comprende la teo-ría, la práctica,' y las relaciones con las cíen-• eiss conexas.

La síntesis comprende también tres órde-nes de hechos particulares ó generales, rela-tivos al género estético, al psicológico y al-sociológico. La critica histórica forma capí-tulo especial.

* *Apesar del enorme aparato de erudición

-dfil autor y de su método algo complicado, va-• 'rnos á deslindar sobre cada uno de estos pun-cos las ideas que é! emita como predomi-nantes.

Muchos psicólogos habían dicho que las•emociones estéticas no son más que una es-•neeie particular de las emociones ordinarias.-SI autor, alcontrario, dice que la emoción es-tética es la forma inactiva de la emociónordinaria. Su causa, al contrario de la de iaemoción real-, es una alucinación que in-

conscientemente uno sabe que no es real, que«no siente qae nada hay en ella de amenaza-dor, cuyas imágenes quédanse sin cohesión•con el resto del curso mental y no se asocianá previsiones positivas de pena y de placerpersonal. Para aciarar tan confusas ideas elautor pone los ejemplos da el Hamlet, La Di-vina Comedia, Una sinfonía en do menor. Unacatedral gótica y el Buen Samarita.no de Rem-brandt, obras todas ellas melancólicas, tris-las, pero que no son depresivas, qua no ejercen coerción sobre la vida; pues de ía tristeza.nos reproducen sólo la imagen, la relación, y¡no la herida. Es decir nos representan la figu-xa del dolor á nuestra imaginación sin produ-cirnos al desgarro doloroso. La dificultad>para el crítico está en meür la energía emo-cional y Hennequin confiesa que por ahora,osto no es posible.

Bajo el punto de vista psicológico un libro,primeramente es (bien ó mal) io que si au-_tor se ha prouesto que sea, poema, novela,tratado de filosofía, confesión, memorias etc..pero íuego es, como ya dijimos nosotros, elsismo real de un estado ó de ana sucesión daestados del espíritu. Asi as que el critico de-berá de reconstruir por ei análisis, el carác-í-yr, el origen del fautor; lo que debe ai instin-to, lo que debe á la herencia ó á la preocupa-ción lo que al roadlo ambiente. La psicología

(1) La Critique Scientipbique, por Emile Hen-.nsqttin. París 1889-

emtte luego hipótesis probables que verificasobre ca>os provocados por la enfermedad ypor la experimentación. Así puede llegar ádelimitar lo patológico de So fisiológico, lasobras debidas á una sensibilidad ó una inteli-gencia enfermiza, de las que son debidasá unfuncionalismo intelectual sano.

H^sta aquí se ha hecho la psicología delhombre, ilu-trado si se quiere, y honrado, esdecir del promedio, y se ha dado esto comopsicología única, y esto no es verdad. Así co-mo hoy día se empieza á hacer la psicologíade los salvajes, de los enfermos, de los igno-rantes, debe de hacerse la psicología del os ge-niales la cual no es ía misma que ia deS comúnde ios hombres Así aprenderíamos á distin-guir los genios verdaderos de los de similor.

Esta psicología prestará los misiios servi-cios que la disección, la anatomía y la micro-grafía cerebral han prestado ya en la medici-na, y en casos escepcionales á la psicología,patológica.

En cuanto á lo social,las tres causas señala-das por Taine son l&s verdaderas—la influen-cia de la herencia, la influencia de! medioambiente, influencia deí hábito ó sea dd íaadaptación.

Mr. Hennequín, á la teoría del medio Am-biente de Ta:iH y á la de la evolución de Spen-cer, apoyándose en la ¡ucha por la vida, deDarwín.'opone el que todo artista es el resul-tado de una lucha con el ine.üo ambiente ypor tanto una protesta contra este, y una di-ferencia ion da este. Dice que t rda ser tiendeá resistir á los cambios que le impone la Na-turaleza y que el más potente es e! que resis-te más—pero olvida que e! más potente es elqua resista adoptándose y de aquí ei quB Mr.Taine tonga raüón con su teoría del MedioAmbienta. Aun ¡as protestas, las separacio-nes confirman la teoría. Un ateo no es másque un religioso al revé*. Sólo se blasfemaen los países altamente creyentes.

La influencia de la adaptación al lugar, cli-ma, geografía etc , no hay aun bastantes datossegún el autor para juzgar.

El análisis practicado por el autor da porresu tado qu * un arte, en un país, no va solo,sino que siendo un estado mental de una plé-yade de hombres que corresponde á un esta-do mental de un gran número del público delcual son intérpretes, ha de tener siempre va- 'rias manifestaciones. Asi la nota gráfica, co-lorista, concisa y razonadora deí moderno ar-te francés, ss manifiesta por un desarrollo in-menso de la pintura y de las artes decorati-vos, por un prosa que tiene color, relieve,movimiento y hasta sonido, por una músicaesencia'man te armónica y descriptiva, etcé-tera, etc.

El papel de la síntesis psicológica estriba-rá en restablecer el mecanismo de cuya función es producto la obra de arte, y enseñarcómo puede obrar y en virtud de qué obra.Al inducir el estado de sensibilidad y de inte-ligencia de su autor, la crítica psicológica de-berá induci" el del grupo que representa, consus habitudes, sus condiciones, sus fines, sumanera de sentir y de pensar; la produc-ción tv-ibrá sido de abajo arriba y él deberá deproceder de arriba abajo; el análisis debe deser del grupo al autor y de éste á la obra, y lasíntesis de la obra al autor y al grupo.

La critica histórica estriba en io mismo.La historia de una nación, de un pueblo, enel fondo no es más que el estudio de las gran-des comunicaciones que se han abierto sobreel planeta las ondas vitales, yóndolas á bus-car á sus orígenes, describiendo su curso,midiendo el crecimiento y el decrecimientode su energía, estudiándolos en los espíritusque animan ó que abaten, por fin. determi-nando ia superioridad de un pueblo por losseres que cuenta, existiendo por si, ó existien-do en otros, es dUcir, los quedan los impulsosó los que ios reciben sin crearlos, modificar-los, ni darles forma adecuada. Estos son sé-res nulos que no cuentan en el balance gene-ral de la Historia.

Este es en suma el libro que ha venido áconfirmar nuestras teorías, ó mejor, que havenido á formular Sas modernas teorías sobrela estética y ia eríiica, tal como deben serpracticadas en nuestra edad esencialmentecientífica.Sólo diferimos con el malogradoautoren el tí-tulo. Ya hace dos años dimos los primeros en-sayos de este género (aunque no reducidos áteoría pura) bajo el nombre, á nuestro pare-cer más adecuado, de CRÍTICA INDUCTIVA.

POMPEYO GENSR.

que cuando la aprobación de una ley convieneal Gobierno por cualquier linaje de motivos., laley ae aprueba á paso de carga. Y esto misinodebe suceder cuando se trata de aquellas le-yes que la opinión pública ha calificado debuenas para el país.

Se viene clamando por una ley de emplea-dos hace mucho tiempo para acabar con to-dos los vicios, ó al menos con los más desas-trosos, que bastardean nuestra administra-ción pública, y la necesidad de esa ley ha sidoreconocida por hambres de todas las opinio-nes y de todas las ideas. Eí Senado,^por lo tan-to, si estima, corno es natural, ia Administra-ción pública, no puede aplazar indefinidamen-te la aprob ición de una ley de las más direc-tamente encaminadas á encauzarla. No puedehaber ningún senador que prefiera (al imperiode ia arbitrariedad y dol favoritismo en susmúltiples manifestaciones, al imperio del or-den y de ia justicia.

Ciertamente que eí proyecto de ley de em-pleados sometido hoy á la aprobación de laaltn Cámara adolece de notables deficiencias,así en su conjunto como en sus pormenores;pero aún con' desciendas y todo es precisoque la ley se apruebe: no se puede llegar á iaperfección de un stUo, y debe celebrarse elprimer paso que se dé para alcanzarla, pro-curando mejorarla en el debate, y no retar-darla un solo instante.

Tan maleadas están nuestras costumbresadministrativas que ha de costar muchos su-dores eí rt cunearlas, mas si se demora elaplicarlas ei pr.mer remedio se malearán ca-da vez más y cada vez será más difícil la res-tauración; fiemos llegado á un desbarajustetal en esta materia que ya nadie sabe por dón-de se anda, ni se esU seguro de si tienen másfuerza las disposiciones legislativas ó ía vo-luntad de los superiores, de si vale más unartículo de la ley ó una recomendación de unhombre influyente.

Relacionado con este proyecto de ley hayotro que igualmente preocupa á la opinión ysobre el cual se dirige asimismo la atenciónpública. Nos referimos á ia ley que haga in-compatible el ejercicio del cargo de diputadocon tudo empleo retribuido por el Estado, laprovincia ó el municipio, Ley que puede con-tribuir á deparar de muchos vicios que hoyse sienten en.la administración, á la vez quedará mayor prestigio é independencia á laspersonas que obtengan la alta investidura derepresentantes del país.

SI cargo de diputado no puede ser un me-dio para alcanzar condiciones ó suponer ca-pacidad que no justifica anteriores trabajos óservicios eminentes prestados á la nación. Ladiputación en Cortas es un cargo de confian-za y supone, ó ha de suponer al menos, queei que lo ejerce representa la voluntad de loselectores, que es tanto coreo decir una partedel país. Y los electores no quieren quedarhuérfanos do representación ni quieren queel que los represente abdique de ^u indepen-dencia ó pierda su libérrima voluntad, que eslo que significa admitir un umpleo retribuido,de esos que concede el ' favor ó la influenciacon un alto funcionario.

El empleado de carrera no ha de verse pos-tergado tampoco por un intruso que no os-tema otro titulo que e! accilental y transito-rio de habar obtenido un acta de diputado.

Con las dos leyes referidas, entendemosque mucho ganara ¡a buena marcha de W* ad-ministración, evitándose que las cuestionesde personal produzcan serios disgustos paraiodos los Gobiernos y que continuamente seatosigue á h s ministros con pretensiones in-justificadas en cuanto ocurre una vacante deesas que han de proveerse en hombres políti-cos de alguna significación.

El Gobierno, el partido liberal y los cuer-pos colegisladores, están empeñados en queprosperen ambos proyectos; por esto quisié-ramos avivar la lentitud con que procede elSenado en la votación de la ley de empleados.

LO flVE IMPORTA i j . » IDMIMSTIUGIOIEncima ó debajo de tantas otras duerme en

el Senado ¡a llámala ley de empleados, y noestaría de más que los señores senadores pa-rasen mientes en los perjuicios que esa lenti-tud ocasiona á la Administración y á los inte-reses geni-rales del país.

Puede que los senadores estén convencidosde que ciertas leyes han de resultar letramuerta, y por tanto, que no valen ia molestiade votarlas y promulgarlas; pero puede estodar lugar también á que la malicia crea queconveniencias p a r t í c u l a s , más ó menos en-cubiertas, oscurecen la vista de los legislado-res y les impiden contemplar las convenien-cias'justas, para dejar correr el tiempo inútil-mente y no dar oídos á los requerimientos dela opinión púbüca y de la prensa.

Los proyectos de l?y que se llevan á la Me-sa de los Cuerpos colegUladorfis ó son justosy convenientes, ó no lo son. En el primer ca-so, su aprobación no puede diferirse, en el se-gundo deben ser rechazados desde el primermomento.

Todos hsrnos observado repetidas veces

blemente favorecidos; sus privilegios fueros.ampliados y se llegó al extremo de conceder-les una especie de estatuto orgánico en viríuetdel cual ia comunidad armenia rige por símisma con toda libertad sus intereses nacio-nales.

En la misma época la Puerta dio muchamayor latitud al acceso de ios subditos cr is-tianos del imperio k los cargos públicos. Los^armenios aprovecharon tanto de esas disposi-ciones liberales, que actuaimenteen todos losramos de ía administración turca se encuen-tran altos funcionarios de aqsielía íiacionali—

Bajo el actúa! régimen que tiene po? divisael prescindir completamente de toda distin-ción entre Cristian s y musulmanes, la im-portancia dada á los armenios es a&n mucho-mayor y algunos han sido elevados á la altadignidad da tnuchir (capitán general) ocupan-*do otros algunos cargos elevadis-imos del Es -tado.

Descendiendo de las esferas oSeiales para"examinar el papel que desempeña el armenio-en la sociedad otomana, obsérvase qn& su si-tuación en ella es muy favorable. Lacoofianzsque tiene el turco en el armenio,, es San abso-luta qua este último baj<) el nombre de smrqf(banquero) ha acaparado durante una largaséri^ de años casi toda la fnríiana pública.

En el campo, la vida del labrador armenio-no es menos dura que la del campesino oto-mano, pero éste vive por todas partes á su la-do, baja el mismo techo y cuUiva.ei mismosterreno, reinando ta más íntima solidaridad,en las aldeas entre armenios y musulmanes,ai extremo de que cuando éstos parten parala peregrinación á la Meca, via^e imprescin-dible para ellos, confían todo lo q.ue poseen yhasta sus familias al cuidado de lus-araa-enios»

Curiosa es por demás la constitución deTurquía donde tantas razas diversas por suorigen, su religión y sas costumbres viven alamparo de unas mismas leyes. La prensa ex-tranjera y en especial la inglesa, se ocupafrecuent mente de algún tiempo á esta partede los armenios, y creemos por lo tanto útildar á conocer á nuestros lectores algunos detalies acerca de esta parte de la población deaquel imperio, en lo que se refiere á su situa-ción y al astado de sus relaciones con los de-más habitantes le Turquía.

Entre los pueblos cr stianos sometidos alyugo de los turcos, el pueblo armenio ocupaun lugar preferente. Agradecido á la toleran-cia de los otomanos, que les permite conser-var intactas su fe y su idioma, Us armeniosse han identificado más con los musulmanesque ninguno de 1 >s demás pueblos cristianos,resnltand ) de ello que turcos y armenios des-de hace siglos viven, en la mejor inteligen-cia.

Mientras que los otomanos han debido endistintas ocasiones hacer valer su derechodé conquista para reprimir las manifestacio-nes violentas da aspincionas subversivas enlas poblaciones balkánicas, de las cualessiempre hibían respetado los privilegios ySas instituciones, han tratado por el contrariosiempre á los armenios con moderación, gra-cias á la fidelidad tradicional y al espíritu deasimilación de esta última raza.

Cuanio, terminada la guerra da Oimaa,entró Turquía abiertamente en la vía de lasreformas, ios arinaaios se vieron considera-

El editorial de La Época se compone d«recortes de la mayor parte de los periódicosde provincias que explican los progresos qu.e=la emigración hace, y de recortes* de periódi-cos americanos que prueban la suerte quaa¡lí corren los emigrantes.

Dedúcese de tal artículo que si mala'es la.suerte de los braceros aquí en España, malaes allá en América, que lo ún¡cu %ue-hace e lque impelido por la mano de hierro de ia ne-cesidad emigra es cambiar da do-ior pero na-de fortuna. Incita al Gobierno á que-se fíj,e emlos males que la emigración causa,, al par quéen las quejas que Sos que han emigrado pro-ducen por cartas, lamentando ias promesasque se les hicieron par.-i hacerse» fiei^r el pa-trio suelo, promesas que noEse les h-a"n cumpli-do, bienestar deseado de que no pueden go-zar, fortuna que no pueden hallar y trabajo,-—cuando lo encuentran—continuo, p dabrumador, mucho más duro que sí' q¡ueejecutaban.;

El Liberal publica un artículo e-n forma dacarta' en el que repite que están coa ta das lashoras del señor Saga^ta, á causa d;e ia £alanje<de generales y grupo de políticos á&\ ordencivil que decididamente la empren-d-eri con él.Según el colega ios rumores t-nio tiempopropalados van á tomar cuerpo, la amanazatantas voces formu aaa va á convertirse e sgolpe mortal, las concupiscencias engañadasy como dormidas se salirán al fin con lasuya. ¡Pobre señor Sagasta! De creer lo queel colega dice, los señores Martes,. Gamazo yLópez Domínguez son los encargados de de-rribarle y encenderle so pretexto de q.ue tansólo un ministerio que por ellos tenga signifi-cación, puede dar las soluciones económicas*democráticas y militares de que el país nece-sita de toda necesidad.

No creemos que haya verdad absoluta &mlas afirmaciones de EL Liberal* pudiera á lamás haberla relativa en lo que se refiere áconcupiscencias y anhelos de poder. Es pra—déme también recordar que mas principes jhombres públicos han sucumb-iio á manos dasus amigos que á b\& de sus adversarios; peraal propio tiempo conviene no olvidar que no-se derriba por el solo g^sto de hacerlo y mu-cho manos en política, y que para minar elterreno á un Ministerio ó a u n Jefa de parti-do, hay qua tener a prevención quien test is-^títuya. Y ahora no sucede nada de esto,

Ocúpanss mucho los periódicos en averi-guar el juego que dará la próxima eleceióítpor Balaguer, donde son siete los candidatos'que sa aprestan á iuchar,cinco de ellos fusio-nistas,y por aquello de qaa no hay paor cuñaque la de la misma oiaiora, y Cinteado emcuenta lo que con Enguera sucedió, los afieict-,nados se prometen una segunda edición eo~rregida y aumentada. En bien del prestigiadel parlamentarismo, cada día más discutido^deseamos que tan caritativas intenciones a aprosperen.

Por el ministerio de Gobernación se lia,publicado una R. O. dictando afganas dispo-siciones sobre eí régimen interior da los es -tablecimientos balnearios. Por ía importancias-que reviste vamos á d-ir ú nuestros lectoras,una noticia de acerca esas disposiciones.

Seis días antas de, abrirse el establecimien-to, el respectivo médico director examinarásus condiciones de alojamiento y la buaaa,aplicación y administración de ias agaas; ysiendo responsable de cualquier inexactitud,enviará el tarcai* día á ía dirección generalasBeneficencia y Sanidad relación de las habí—¡.adanes ds prim9ra, ssgaada y tercera cl^s©