la señal de jonas-tercera parte

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35 Preguntar no podía...entender tampoco. Ninguna que admita haber quedado tieso por el láser de un ángel, convidada por un Caballero del Otro lado o abusada por una sombra corpórea se librará de ser apartada del resto como se aparta al leproso de los hombres sanos, y sobre todo, medicada Cierta foto de Teresa de Lisieux funcionaba para mí como un espejo: podía reconocerme desde sus ojos y ella verse desde los míos, no éramos dos sino una misma alma, Teresita volvía, tal como lo predijo poco antes de morir. ¡Qué celo envidia con aureola diría Borges- hubiese desatado ésto, en las demás monjas! ¡Dios mío! No uno, sino veinte Caifases rasgándose las vestiduras hubiesen surgido al unísono para juntar toda la paja disponible y prenderle fuego a la blasfema en nombre de Dios. ¿No dijo Jesús: “No deis perlas a los chanchos, ni lo santo a los perros no sea que se vuelvan sobre vosotros y os despedacen”? (Mateo 7:6) No, no me arrepiento de habérmelo callado, de no haber desatado una cruzada innecesaria.¿Vosque hubieses hecho ?

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ensayo autobiografico

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  • 35

    Preguntar no poda...entender tampoco.

    Ninguna que admita haber quedado tieso por el lser de un ngel, convidada por un Caballero del Otro lado o abusada por una sombra corprea se librar de ser apartada del resto como se aparta al leproso de los hombres sanos, y sobre todo, medicada

    Cierta foto de Teresa de Lisieux funcionaba para m como un espejo: poda reconocerme desde sus ojos y ella verse desde los mos, no ramos dos sino una misma alma, Teresita volva, tal como lo predijo poco antes de morir. Qu celo envidia con aureola dira Borges- hubiese desatado sto, en las dems monjas! Dios mo! No uno, sino veinte Caifases rasgndose las vestiduras hubiesen surgido al unsono para juntar toda la paja disponible y prenderle fuego a la blasfema en nombre de Dios.

    No dijo Jess: No deis perlas a los chanchos, ni lo santo a los perros no sea que se vuelvan sobre vosotros y os despedacen? (Mateo 7:6)

    No, no me arrepiento de habrmelo callado, de no haber desatado una cruzada innecesaria.Vosque hubieses hecho ?

  • VI CELO AUTOINMUNE

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    Di traditore

    Canal del Otro lado en directo, libr por aquella hora, una sombra que identifiqu sin saber cmo, con Judas Iscariote, cuyo resentimiento surga desde lo ms hondo de m, opacando mi visin hasta volver indistinguible el entorno, casi negro. Una espiral sin fondo de desilusin me arrastraba cada vez mas y mas lejos de entender por qu Jess me tena en poco cuando yo me senta su ms ardiente seguidora, -ms que Pedro, al que despreciaba por arrebatado, ms que Juan, que lo acariciaba igual que una mujer o que el acartonado Santiago o que Mateo, se descarado que siempre se estaba riendo, que el superfluo Felipe, el ingenuo Bartolom o el apocado de Andrs; incapaz de captar por qu Magdalena y las otras tenan tanto valor ante sus ojos si no eran ms que mujeres... Una y otra vez me haca las mismas preguntas cuyas respuestas jams conceba... qu crculo vicioso, qu cadena perpetua sin mezcla alguna de consuelo...la autocompasin era mi Infierno, la prisin donde se mezclan sin cesar el celo que no tolera disensin con la pretensin de recibir lo que uno cree merecer; la queja continua de que nadie hace nada con el sarcasmo que lastima sin necesidad, la ostentacin para llenar el vaco con la falta total de empata y la miseria del que juzga que a l le falta an y por eso no da, crcel que jams abre sus puertas, que uno genera alrededor, por dondequiera que va.

  • VII CONDENA SIN FIN

  • 39

    Una morada abierta de par en par haba sido yo al entrar, una mirada que ahora retroceda tragndose a s misma, convertida en celda hermtica cuyas paredes, igual que la membrana de las clulas muertas, impide que el alimento / conocimiento ingrese si no est elaborado, esto es, si no es seguro, tradicional y sabido de memoria; cerrada a cualquiera que sea fresco, inesperado, imprevisible. La cirrosis y la tiroiditis (vehculos de mi ira y mi soberbia) la artritis, el lupus y la diabetes (vehculos de mi pereza, de mi envidia y de mi gula) y la esclerosis y la nefritis (vehculos de mi lujuria y mi avaricia) haban enpezado a devorarme de adentro hacia afuera.

    Qu cruz, qu infierno y qu muerte sufrida a solas, sin una gota de piedad!

    Cunto clam desde los ojos por ayuda!

    Cunto!

    Pero la ayuda no lleg, selladas quedaron todas las puertas para evitar que alguien introdujese drogas en mi cuerpo, solucin a corto plazo que usa este mundo condenado para dejar sin resolver la Contradiccin Interior, de la cual la implacable Autoinmunidad es solo el sntoma. Acaso algn cctel de hormonas sintticas por ms certero que fuese el diagnstico iba a curar el mal que yo misma me haca?

  • 40

    Que lo disfrazara? S. Que hasta lo suspendera? Tambin. Pero no ms. Del mismo modo que el oro y la plata de alguien se vuelven en contra suyo si el Amor y la Verdad, de los que solo son smbolo desaparecen de su alma, el medicamento se vuelve veneno cuando el que lo toma no quiere curarse Acaso un billete, seamos sinceros, no se vuelve un papel sucio si la cuota de libertad que representa (su poder adquisitivo) desaparece? Cunto mas un remedio que jams traspasa la barrera hemato-enceflica!

    La caridad convencional sin amor no puede evitar la corrupcin de los sacerdotes que abusan de inocentes, ni la medicina convencional la de los mdicos que intoxican a los sanos con total impunidad El amor convencional sin Amor no puede hacer ni a uno solo justo, ni la verdad convencional, hacerlo franco... Qu fcil es olvidarse que la verdad, igual que cualquier otra convencin, depende tanto de la buena fe de dos como de la mala fe de dos!

  • VIII LA APUESTA

  • 41

    La Tempestad Oscura

    Y un tropel de fantasmas me azota en la noche y mi cuerpo se baa en sangre y sudor... Y detengo en mi puo el fuego y el viento murindome para poder vivir... Llevaba arrodillada en el oratorio apenas un momento tras comenzar la hora de silencio que se hace antes de rezar vsperas y ya mi interior bulla de voces fastidiosas e incongruentes, potenciadas por el silencio circundante, que no me dejaban serenar como si me hallase rodeada de nios ingobernables que pujan por llamar la atencin; estaba por creer que haba, finalmente, perdido la razn cuando se me figur que todo eso, el caos de voces, las pesadillas y las visiones que haba tenido no eran ms que un juego, una maniobra de la imaginacin cuya intencin no llegaba a captar. Qu harta estaba de todo, de todo aquello! Qu hastiada de padecer sin siquiera saber si tales eventos eran reales o solo invenciones! Dispuesta a acabar con ello de una vez decid, igual que un apostador juega todas sus fichas a un solo nmero, ponerlo todo a prueba y ret a Dios:

  • 43

    Envame a la priora a pedirme que deje los hbitos una vez acabada la oracin; que me lleve personalmente hasta el portn de entrada y me diga que la puerta esta abierta para m si no me curo Claro... despus de hacerlo me re de semejante ocurrencia, de lo absurdo que era desafiar a un Diosde cuya misma existencia dudaba y suponer adems que iba a contestar... Pasada la hora mir sin ningn entusiasmo a la madre Mara Rosa salir del oratorio y quedarse esperando con total paciencia que abandonsemos todas el lugar, como siempre. No tard, una vez dispersas, en acercarse e inducirme con un leve pero inequvoco gesto a seguirla hasta el final de la galera sin darme explicacin alguna. Una vez ah, para mi infinito asombro, alz el brazo derecho en direccin al Portn y sealndolo, me dijo: Si Vuestra Caridad no se cura, ah est la puerta

    Mientras ella -ignorante por completo del peso de sus palabras- me hablaba, qued muda, llena de espanto ante Aquello capaz de conciliar la iniciativa propia con la predestinacin. Me hallaba por primera vez en presencia de lo Sagrado.

  • 44

    Si tuvieseis fe dirais a este monte levntate y plntate en el mar, y l os obedecera (Mateo 17:20)La niebla impenetrable que me rodeaba haba desaparecido!! Y la verdadera batalla, la del apego a lo conocido contra la fe recin liberada se desat: Nada de este mundo, querido, se le puede comparar... porque el campo de batalla es Uno mismo y los enemigos, igual de poderosos; zarandeada mi mente convencional, literal, que identifica lo que ve con lo que es, que opone la vigilia al sueo, que considera un hecho blanco o negro excluyendo cualquier otra posibilidad como trigo en el cedazo, por mi mente oscura, global, contextual, que ve lo invisible, que mezcla el sueo y la vigilia, que relativiza la verdad o la mentira. Igual que olas gigantescas que se estrellan contra la frgil cubierta de un navo, elevndolo por los aires para volverlo a precipitar los espritus sacudan mi mente como si la antigua odisea del navegante contra los dioses fuese mi odisea, la batalla del prncipe medieval contra las fuerzas del mal, mi batalla, la lucha del mdico investigador contra los virus y bacterias que comen vivo, mi lucha; no mero arte o ficcin sino una guerra real, librada Dentro.

  • 45

    Se desat entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ngeles combatieron al dragn; ste y sus ngeles, a su vez le hicieron frente, pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el Cielo (Ap. 12, 7-9)

    La tensin de no poderme esconder ante aquella mirada omnipresente desapareca si cantaba -cosa extraa- mientras mis manos lavaban algo bajo el chorro de la canilla pero nada mas, nada detena aquel terror. Imagnate cuando deba dejar el piletn porque todos los platos ya estaban lavados! Alrededor mo, en tanto, las dems seguan ocupadas en sus quehaceres como si nada pasase; el caos interior que padeca jams fue registrado por ninguna de las hermanas. Qu pasara, a su vez, por adentro de ellas? Ir por las escaleras, atravesar las galeras o simplemente, tener que hablar, me llenaba de terror: la vida pareca penetrarlo todo! La solidez de la madera labrada, de los frisos de la pared, de los escalones, de la baranda lustrada nada mas que una malla, una red tras la cual una vida VIVA lata, dispuesta, sin apuro ni piedad a quitarme el aliento tomando cualquier forma ni bien cediera al miedo. Yo? En silencio.

  • IX MORAL VERSUS FE

  • 47

    ...atravesando segundo a segundo la invisible tromba bajo aquella interminable descarga de rayos, que es cruce feroz de argumentos opuestos de igual valor, barquito a merced de olas embravecidas, gigantescas, en alas de aquella majestad que surga desde mi Interior sin fondo No s lo que dur aquello ni lo sabr nunca. Extenuada as, al lmite de mis fuerzas, cre por fin! que lo peor haba pasado cuando, ante el Copn de las hostias que sostena la priora me v presa del ms indescriptible terror: El aire se neg a salir y cre que al fin las dems descubriran la batalla de voluntades que se libraba dentro mo entre el hemisferio alado y el reptante, que aquella descarga en cadena semejante a una horripilante corona de espinas se volvera visible. Un espasmo semejante que una boa constrictor me cerr el pecho, encerr el aire y qued seca: las monjas, los bancos, el armonio, el cntico que suba hacia las alturas quedaron congelados: mi corazn dijoil basta. Pero lati de nuevo, respir sin querer... y comulgu.

  • 48

    Amanece Porque en t, mi amor, existe el Sol Al da siguiente, a pesar del agotamiento y la debilidad que an arrastraba not que solo me haba vuelto tensa un par de veces, que el terror haba perdido intensidad y respiraba ms libremente. Leyendo el breviario dentro del oratorio igual que todos los das not entre sorprendida y extraada que el entorno se haba vuelto claro, los colores eran los mismos pero otros, cualquier cosa que mirara emita luz: mi cara misma resplandeci de tal forma que un par de monjas se asustaron creyendo que era fiebre y me mandaron a la enfermera. La luz sala de mi, me atravesaba como los rayos del sol atraviesan las nubes. El Cielo haba estado aqu todo el tiempo pero no haba sido capaz de verlo! El entorno era el mismo pero diferente, una suerte de MSICA que oa con los ojos, vea con los odos y palpaba con la voz, juguetona y fluida a la vez, momentnea pero trascendente, un manantial de piedras preciosas del que cada una era destello y torrente a la vez. Que sinfona de colores! Qu maravillas gust sin saberlas

  • 49

    y toqu al nombrarlas! Despierta por primera vez, entend que el pasado resurge cuando se le da la gana, que el futuro ya pas aunque nadie se acuerde; que el Aqu, limitado en apariencia, se expande infinitamente o bien se reduce hasta volverse un punto inversamente al ahora, que vuela o bien se enlentece hasta percibirse interminable. Haba nacido de nuevo tras ser engullida por el Hades, igual que Jons sali de la ballena despus de habrselo tragado? Tan magnfico fue aquel despertar que mi cara segua sin apagarse, el paracetamol que me dieron no result, tampoco saba explicar lo que viva para alivio de las hermanas... Cmo apagar el Sol si el tnel del razonamiento el laberinto haba dado lugar al conocimiento espontneo del Entorno y del Interior simultneamente? Ver que el Adentro es tan profundo y lejano como el Afuera; que la Realidad es funcional; que el Tiempo-Espacio desaparece en sus extremos, vuelto una Eternidad que lo llena todo para bien o para mal! Y yo que crea estar viva antes! Maravillada, descubr que emita y reciba con total naturalidad mensajes como una radio, que activaba a voluntad una pantalla interior que

  • 50

    escenificaba lo que pensaba frente a mis ojos; que el control remoto es una funcin natural de la mente que el famoso aparatito electrnico simplemente emula igual que lo hace una prtesis cuando falta el miembro, que Oh, sorpresa! el ojo electrnico, el lser, el disco, la televisin o el cine no eran ms que versiones modernas de los ingenios antiguos, presentes en el folklore de cualquier poca y lugar, rico en cuernos encantados y espejos mgicos, en alfombras voladoras y bolas de cristal, en varas poderosas y lentes de increble alcance que las gentes se han figurado que existen desde el origen de los tiempos luego de perder, al civilizarse, contacto directo consigo mismos, para seguir canalizando las virtudes telepticas, clarividentes y profticas, de ubicuidad y fe creadora de realidad de las que todos disponemos antes de crecer. Qu sabidura esconden los nios... Si al menos las hermanas me hubiesen preguntado! Mas ellas dependen de la Ciencia para explicarse las cosas, sa misma Ciencia que necesit profanar cadveres para iniciarse como tal; que en nombre de la salud experimenta hoy mas que nunca con animales indefensos e incluso con personas vivas, que usa y descarta; te digo, hermano mo y amigo mo, no es el

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    nico modo de conocer el cuerpo. Lleg el atardecer de aquel da extraordinario y quise adentrarme en el huerto, mas all de las casuarinas, quera estar sola... Haba encontrado al fin un rincn mullido de hojas cuando, sin esfuerzo, figuras familiares empezaron a surgir ante mis ojos encantados, una tras otra, en la bveda del cielo: un barco elevado por los vientos, una serpiente que empieza donde termina, un cntaro de agua inagotable, una flecha disparada al galope...dos hermanos de distinto color...un ro dentro de otro Las paradojas que me permitieron atravesar el caos sin perderme para siempre cruzaban el cielo en la forma de figuras! Eran so las constelaciones?Pares de ideas de igual valor pero de signo contrario concebidos simultneamente desde puntos de vista diferentes? Cmo no maravillarme ante la sabidura de los antiguos y sus arbitrarios grupos de estrellas! La serpiente que cura, el instinto que da en el blanco, el traidor que ayuda, el dragn que protege, el caos que serena, la balanza que denuncia las igualdades, el avance hacia atrs del miedo, el rey violento que establece la paz... claves de valor incalculable concebidas para preservar el equilibrio entre la marea de emociones y la fra reflexin durante la noche en

  • X AMANECER INTERIOR

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    que el corazn no distingue realidad de fantasa! Un sin fin de estrellas brillaban all arriba igual que antes pero yo vea no ya lucecitas esparcidas porque s, no.. Vea la proyeccin de interconexiones dentro mo desplegadas en la bveda del Cielo, redes neuronales que en estado de vigilia uno pasa a ignorar porque la luz del sol lo empareja todo... Cmo no alegrarme, como no estallar en regocijo al darme cuenta que los cuentos de hadas derivados de ellas han animado a los nios y a los que son como ellos desde la ms oscura noche de los tiempos y lo siguen haciendo ahora mismo! sin importar qu decreten real y, por ende, bueno los adultos; que ni siquiera los nios corrompidos pierden su ngel, solo lo olvidan; que el mal no tiene la ultima palabra! No s cunto tiempo estuve all arriba antes que la atemorizada priora me hallara. Estaba tan, tan preocupada, mi buena madre, tan lejos de entender que haba hallado al Dios que haba intuido desde SIEMPRE! Aquella noche supe que mis das en el convento estaban contados, que abandonara en paz la institucin como una oruga abandona la crislida. Cmo no hacerlo una vez descubierto que el Templo de Dios es el cuerpo de carne, en vez del edificio de piedra?

    Di traditore