la segunda vez fanfic español star trek voyager j7

La Segunda Vez Autor: daykestrel Traduccin: LeiAusten http://j7yxenaficcion.blogspot.mx/

Fanfic Star Trek: Voyager J7

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Sinopsis

Siete de Nueve y Kathryn Janeway tuvieron una oportunidad

juntas, pero la desperdiciaron. Muchos aos ms tarde, se

renen en la poca navidea y las chispas de antao

comienzan a volar. Pueden hacer que funcione la segunda

vez?



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Nota de la Traductora: Me decid a traducir este Fanfic con los Personajes de

Janeway y Siete de la Serie Star Trek Voyager, dado la falta de estas historias

en Espaol con esta pareja como protagonistas o al menos yo no las he

encontrado y por supuesto porque este emparejamiento es uno de mis

favoritos. En cuanto a la historia en s, ustedes juzgaran su calidad pero yo

considero que es digna de ser leda.

Asimismo aclaro, que esta traduccin solo es con fines de esparcimiento y es

totalmente gratis. Sin ms comentarios les dejo continuar con esta lectura que

espero sea de su gusto. Disfruten.

Titulo Original: The Second Time Around: A Christmas Tale

Copyright de la traduccin: LeiAusten (2016)



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La segunda vez: Un cuento de Navidad

Aviso legal:

Esta historia se desarrolla muchos aos despus del episodio "Endgame". Representa

una relacin amorosa entre dos mujeres adultas. Tambin contiene el pelo gris, rodillas

crujientes y algunas arrugas. Si cualquiera de estas cosas te ofende, esta historia no es para

ti.

En el final de la serie "Endgame o Final de partida, el almirante Janeway regres al

pasado, cambiando as el futuro. Como tal, los personajes de esta historia no

necesariamente optaron por seguir el mismo camino que sus contrapartes hicieron en ese

episodio.

Tambin he permitido al almirante envejecer un poco ms naturalmente. Echa un

vistazo a cualquier foto actual de Kate Mulgrew y obtendrs una visin del Retirado Almirante

Janeway. Kate es una mujer hermosa, y yo quera permitir en el almirante la misma belleza

que tiene ella cuando envejeciera.

Estoy haciendo evidente que no hay beneficio fuera de esta historia, y ningn derecho

de autor se pretende infringir.



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Captulo 1 - Cuando en Boston...

La Recientemente retirada Almirante Kathryn Janeway se aferr a la barandilla

mientras suba las escaleras afuera de la sala de conferencias. No es que ella necesitara la

ayuda, claro est. Pero su cuerpo no era tan joven como sola ser y los escalones estaban

resbaladizos por la escarcha en esta maana de finales de noviembre en Boston.

En el interior del edificio histrico de Harvard, se detuvo un momento para conseguir

orientarse de un mapa ubicado en la pared y luego parti hacia la habitacin 101A.

Localizando la habitacin que buscaba, Kathryn entreabri la puerta. La lectura acababa de

comenzar. Ella se desliz en el fondo de la sala y se sent en una de las filas traseras ms

altas. Desenroll de su cuello una bufanda de color rojo brillante y se dispuso a disfrutar de

la charla.

Las luces estaban en un cuarto y una gran pantalla hologrfica dominaba la parte

delantera de la habitacin. Los protones y electrones bailaron en la pantalla segn las

indicaciones de la profesora que estaba de pie a la izquierda de la proyeccin hologrfica.

Kathryn ya estaba familiarizado con esta pieza en particular de la teora de onda

cuntica, por lo que se desconect de la conferencia y prefiri centrarse en la mujer que

imparta la misma. La presencia de la profesora era palpable, incluso desde el fondo de la

sala. Ella habl con claridad y precisin, con una pasin que fue cautivando a los varios

cientos de estudiantes de tercer y cuarto ao de pregrado en la habitacin.

Lo cual era algo con lo que Kathryn era demasiada familiarizada. Ella tambin haba sido

cautivada por esa voz en muchas ocasiones.

Cuando la conferencia termin y se encendieron las luces, Kathryn se contuvo,

esperando que la profesora terminara de abordar las preguntas de los estudiantes que

pululaban a su alrededor.

Sus ojos se estrecharon cuando una joven entr en el espacio de la profesora con el

pretexto de hacer una pregunta, poniendo una mano en el brazo de la profesora y sonriendo



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alegremente hacia la alta profesora. La profesora dio un discreto paso hacia atrs,

deslizndose por debajo de la mano, y respondi a la cuestin sin dar ninguna indicacin de

haber notado la obertura de la joven.

Kathryn sonri para sus adentros. (Hah, derribada.)

La profesora se dirigi a responder todas las preguntas de los estudiantes, a su vez,

centrndose en cada individuo y tomando en serio sus preguntas. Uno por uno, los

estudiantes se alejaron, satisfechos y un poco aturdidos por tener ese brillo dirigido hacia

ellos, aunque sea por unos momentos.

La profesora llam a poner fin a las preguntas cuando el siguiente grupo de estudiantes

comenz filtrarse por el pasillo. Ella expulso la barra de datos del holoproyector, la meti en

un maletn delgado, y sali de la habitacin a travs de una de las puertas delanteras.

Kathryn corri por las escaleras a la parte delantera de la sala y se desliz por la misma

puerta.

Malditas rodillas envejecidas. Bajar las escaleras siempre causaba que dolieran,

especialmente en el hmedo clima costero.

Una vez en el pasillo, llam detrs de la figura que se alejaba.

"Doctora Janeway!".

La Dra. Annika Hansen Janeway se dio la vuelta, una leve sonrisa adornaba sus labios.

"Kathryn. Me haba estado preguntando si estabas aqu slo para ver, o si haba otro

propsito para su visita. Has aprendido algo?".

"Nada de lo que no haya ledo ya en uno de sus papeles."

Kathryn tom los ltimos pasos para ponerse al da. Fuera por una vieja costumbre lleg

para poner una mano en el brazo del profesor, pero frunci el ceo ligeramente y la dej caer

en el ltimo minuto. Ella no era alguna joven admiradora adulando a esta brillante profesora.

"Siete, cmo ests?" -pregunt en su lugar.



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Siete de Nueve, tambin, ms recientemente, conocido como Annika Hansen Janeway,

not el gesto abortado, pero prefiri no hacer comentarios.

"Estoy bien", dijo ella en su lugar. Contundente como siempre, dijo, "Tengo una oficina

de invitados. De esta manera."

Perpleja, Kathryn la sigui a travs del laberinto del antiguo edificio y entraron a una

pequea oficina con un escritorio y una terminal de computadora. Haba una maleta

preparada por el escritorio y un largo abrigo negro que colgaba de la parte posterior de la

puerta. De lo contrario, la oficina lucia vaca.

"Puesto que ya ests familiarizada con la pieza de la teora que estaba discutiendo hoy,

asumo que debes estar aqu por alguna otra razn.

Te gustara hablar aqu, o podemos ir a la pequea tienda de caf en la esquina? "

"Oh, la cafetera, sin duda! Kathryn estudi a Siete como ella se abroch el largo abrigo y

se puso unos guantes. Haba sido... que... por lo menos un ao desde que la haba visto por

ltima vez? Tal vez dos?

Sintindose incmoda en el silencio, espet: "Te cortaste el pelo."

"En efecto. Es mucho ms eficiente de esta manera." La esquina de la boca de Siete se

frunci. "Y", permiti, " sent que era el momento para un cambio."

Kathryn, que siempre haba amado el cabello largo y suelto de Siete, qued consternada al

descubrir lo sexy que encontr a la profesora con su nuevo corte de cabello corto.

El cabello de Siete, que estaba en proceso de ser gris, caa suavemente sobre su rostro.

Pareca despeinado pero perfectamente elegante al mismo tiempo.

Cuando Siete dio la vuelta para salir de la oficina, Kathryn se contuvo mirando a la parte

posterior de su cuello, expuesto por el tipo de corte de pelo.

La parte de atrs del cuello de Siete siempre haba sido una debilidad para Kathryn.

(Suave y elegante, y sin embargo fuerte al mismo tiempo.)



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Kathryn sacudi la cabeza en un intento de desalojar a los pensamientos y recuerdos.

Ella no estaba aqu para mirar boquiabierta a su amor perdido, y era demasiado vieja para

estar actuando como una adolescente atolondrada.

Incluso si Siete an poda quitarle el aliento.

*********

La cafetera slo estaba la mitad ocupada, as que Kathryn y Siete se acomodaron las

dos de lado a las butacas laterales cerca de la ventana. Kathryn tena una gran taza de caf

oscuro tostado, mientras que la profesora tena en la mano una taza de chocolate caliente

cubierto con crema batida y canela. Siete haba insistido en pagar.

"Me dieron crditos para mis comidas en el campus como parte de mi serie de

conferencias," ella haba explicado. "Me voy hoy, y no he utilizado incluso la mitad de los

crditos todava."

Haba esperado un desacuerdo, Kathryn siempre haba insistido en pagar cuando

estaban juntos, pero hoy haba aceptado la cortesa sin ninguna queja.

Charlaron sobre cosas estpidas por unos pocos minutos, como el clima y el trfico en

Boston, antes que siete decidiera que haba tenido suficiente de una pequea charla.

"Por qu ests aqu?" -pregunt bruscamente. Su naturaleza a menudo sencillo podra

ser a veces desagradable para los dems, por lo que se alegr cuando Kathryn,

conocindola bien, no se ofendi.

"Phoebe tena algunas piezas en una exposicin en el Museo de Bellas Artes."

"De Verdad?" Siete se qued impresionado. "Ese es un museo muy prestigioso. Por qu

no me informaste? Sabes que siempre he sido un fan del trabajo de tu hermana."

"La exposicin estar todava durante unos das ms..." Kathryn se encogi de hombros

tmidamente.

"Entonces voy a retrasar mi transporte a casa y asistir a la exposicin antes de irme."

Siete hicieron unos clculos rpidos, satisfecha por determinar que poda pasar una hora en



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el museo y todava estar de vuelta en la costa oeste en el tiempo para asistir a un evento de

trabajo por la noche.

"Pero eso no explica por qu ests aqu ", continu. "Por qu me buscaste en

Boston? Hubiera sido ms fcil para encontrarme en Palo Alto o San Francisco."

"Lo s. Yo..." Kathryn hizo una pausa, como si no supiera cmo continuar. "Siete,

recibiste una invitacin para Navidad de la esposa de Harry?".

"Lo hice," Siete respondi. "No haba planeado asistir. Este ciclo de conferencias de

invitados me ha retrasado en mi ltimo proyecto de investigacin."

Siete hizo una pausa por un momento, y luego decidi que le deba a la otra mujer toda

la verdad.

"Adems", admiti, "Yo sigo encontrando las vacaciones para estar... torpe."

"Hay algo que debes saber." Kathryn se inclin hacia Siete, con el rostro serio. Esta vez

se permiti el impulso para descansar una mano sobre el brazo de Siete.

"Harry fue herido en una batalla el mes pasado por los Cardassianos", dijo en voz baja.

Haba odo en las noticias que una nave de la Federacin fue emboscada. Slo haba unos

pocos supervivientes. Fue esa nave la de Harry?".

"Lo Fue. Est vivo, pero mal herido. l perdi las dos piernas, y hubo daos en la

columna vertebral tambin. Sufri quemaduras graves en la mayor parte de su cuerpo. A

aceptado los injertos de piel y las sesiones drmicos y regeneracin nerviosa parecen estar

funcionando, y l est pasando por una operacin la prxima semana para recibir prtesis...

l va a estar bien... Pero ... "

"Pero?"

"Bueno, tiene una larga convalecencia por delante de l. Y lo peor que le poda pasar a

un capitn es perder su nave y la mayor parte de su tripulacin. Harry siempre am la

Navidad. Bet decidi que deberan tener una fiesta... quitarse de la cabeza a sus lesiones, le

ayudara a sanar. Significara mucho si fueras capaz de asistir, aunque sea por unos das.



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"Entiendo. Harry siempre ha sido ms feliz con amigos y familiares a su alrededor."

Siete poda identificarse. Ella misma haba sido siempre ms feliz alrededor de Kathryn

Janeway. Pero eso fue hace mucho tiempo.

"Exactamente." Kathryn asinti.

"Ver que puedo hacer."

"Gracias." Kathryn apret el brazo de Siete y luego la solt. "Mejor me voy. Tal vez nos

veamos en Navidad, eh?"

Arroj el pauelo rojo alrededor de su cuello, y con una ltima mirada inescrutable hacia

siete, entr por las puertas y desapareci.

Varios minutos despus, Siete encontr que todava extraaba el calor de la mano de

Kathryn en su brazo.

*********



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Captulo 2 - Solsticio de Invierno.

Estaba lloviendo y venteando en Seattle. El taxi dejo a Siete en la puerta principal del hotel,

que afortunadamente estaba bajo un toldo cubierto.

Ella pag, desviando al conductor, declinando sus repetidas ofertas de ayudarla con su

maleta.

Ella sonri levemente en su afn de ayudarla. A travs de los aos Siete haba aprendido a

reconocer y comprender el deseo, y encontraba divertido el hecho de que los hombres, y

algunas mujeres, todava parecan tropezar con ellos mismos para conseguir su atencin.

Haba pensado que cortar su pelo habra eliminado algo de eso, pero era sorprendente que

ahora pareca reunir ms atencin que nunca.

Las puertas de entrada del hotel, se deslizaron fuera de ella mientras se acercaba,

admitindola al vestbulo que estaba decorado para la Navidad. Dos grandes rboles

flanqueaban el mostrador de facturacin, cubierto de luces de brillantes colores.

Su elevado sentido del olfato le inform que se trataba de rboles reales, probablemente

menziesii Pseudotsuga, o Douglas Fir. Encontr el aroma muy agradable.

Renos hologrficos bailaban en la nieve hologrfica, y msica de jazz Navidea se estaba

tocando suavemente.

Fueron cuatro das antes de Navidad, 21 de diciembre en el viejo calendario Terrestre.

Siete haba liberado a sus dos asistentes de investigacin por una semana para asistir a la

reunin de Navidad con Harry Kim. El alivio palpable y la alegra mostrada por sus asistentes

cuando les haba excusado le recordaban, algo tardamente, que la mayora de la gente,

efectivamente, queran pasar tiempo con sus familias en esta poca del ao.

En silencio reprendindose a s misma, les haba deseado unas felices fiestas y tomo tarde

un servicio de transporte para Seattle.

Al entrar en el vestbulo, tom nota de la larga cola para el check-in en el mostrador de

recepcin. En la parte trasera de la fila estaba una figura familiar. Kathryn Janeway estaba



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imbuida en un abrigo pesado, con el pelo gris un poco hmedo por la lluvia. Tena la misma

bufanda gloriosamente rojo alrededor de su cuello que llevaba en Boston.

Siete suspir. Por qu Kathryn siempre tiene que mirarse tan bien en rojo?

Discretamente, se uni a la lnea detrs de Kathryn.

"Siete." La voz grave del almirante retirado se instal clida y baja en el estmago. Siete no

estaba segura de cmo Kathryn saba que ella estaba all.

Tal vez fue la intuicin de que a menudo haba hablado mujer mayor.

"Kathryn." Siete intencionadamente mantuvo su voz neutral, pero dio un paso hacia delante

para estar al lado del almirante retirada.

La lnea se movi hacia adelante.

"Me alegro de que hayas podido venir", dijo Kathryn. Haba una suave sonrisa jugando en

sus labios.

"La familia es importante en esta poca del ao," Siete reconoci. "Y Harry Kim es de la

familia."

"Eso es", ella estuvo de acuerdo.

Se quedaron en amigable silencio hasta que la lnea se movi hacia delante de nuevo, con lo

que la pareja llego a la parte delantera.

"Bienvenido al Hotel Alpha Seattle, me disculpo por su espera." El joven detrs del mostrador

se vea presionado, machacando furiosamente en la pantalla del terminal delante de l. Su

nombre en la etiqueta deca 'James'.

Cuando el joven James finalmente levant la vista, sus ojos se abrieron a los invitados de pie

delante de l.

"Almirante y Dra. Janeway!" Espet.

Se contuvo a s mismo, y un tanto tmidamente refren su entusiasmo.



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"Bienvenidos al Hotel Alpha Seattle." Suspir, frustrado. "Hemos estado teniendo problemas

con el ordenador."

Vagamente divertido por la atencin que ella y el almirante retirado todava obtenan incluso

despus de tantos aos, Siete se inclin hacia el hombre joven. "Si usted se hace a un lado

'James', voy a asimilar su sistema informtico. Ser mucho ms eficiente cuando valla travs

de l."

"Um... qu? No... no. Eso es... est bien, gracias," el joven tartamude.

Siete, an sin expresin, gui un ojo.

El joven se ruboriz.

"Ah... s. Ehh..." se le cay la cabeza, golpeando a su terminal an ms furiosamente.

Siete mir a Kathryn por el rabillo del ojo. Kathryn hizo un ruido "tch tch" suavemente. Siete

sonri.

Finalmente el terminal ofreci la informacin que el joven empleado estaba buscando.

"Est bien, tengo una reserva aqu." James suspir aliviado. "Si colocan sus manos derechas

en la placa de aqu, uno a la vez, vamos a darles la llave de la cerradura."

As lo hicieron.

"Genial, el botones les llevar hasta su habitacin."

"Um... habitacin?" Pregunt Kathryn.

El joven la mir sin comprender.

"Slo tienes una habitacin individual para las dos?" Siete aclar.

"Bueno, s..." Pobre James estaba nervioso de nuevo. "Despus de todo, ustedes... bueno...

Almirante Janeway, usted reserv primero, pero luego su esposa tambin hizo una reserva,

por lo que supuse que ambas estaban tan ocupadas que haban conseguido sus cables

cruzados ..."

"Ex-esposa", dijo Kathryn y Siete al mismo tiempo.



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"Oh." El recepcionista era ms rojo que nunca.

Al darse cuenta de la fila larga y tortuosa detrs de ellos y no queriendo causar una

escena, kathryn se inclin hacia adelante y se dirigi a l en un tono de voz bajo y suave.

"James, no pasa nada. Podras ver si hay una segunda habitacin disponible?"

"S, seora, de inmediato" prometi, desconociendo por completo la mueca de Kathryn por

haber sido llamada seora.

Despus de un momento, el joven empleado suspiro de alivio.

"Genial, s tenemos una segunda habitacin para ti. Las habitaciones son... um, estn lado a

lado... esta eso bien?" pregunt con incertidumbre.

"Eso va a estar bien, gracias", Kathryn le sonri.

"Est bien, por favor, sigan al botones. l va a tomar sus maletas para ustedes.

Gracias por venir Esperamos que disfrute de su estancia en el Hotel Alfa Seattle! ".

l solt su ltima frase, desesperado por terminar su encuentro con estas mujeres

intimidantes.

James suspir audiblemente con alivio como los ms nuevos huspedes del hotel se

alejaron antes de pasar a su prximo cliente. "Bienvenidos a la Hotel Alpha Seattle, lo siento

por la espera!

*********

El botones era un holograma, eficiente pero un poco rgido. Despus de asegurarse de

conseguir sus equipajes lider el camino de regreso hacia el ascensor en silencio.

"No puedo creer que la gente todava nos reconocen despus de tanto tiempo!" Kathryn dijo

a Siete, ya que siguieron al botones.

Siete levant su implante ptico en un gesto que Kathryn todava encontraba

inquietantemente atractivo. (Maldita sea, deja de embobarte.)

"Kathryn, la historia de la Voyager se ha contado en todo el cuadrante. Fue llevada al cine.

Haba varias docenas de halo novelas, por no hablar de los dibujos animados para nios

'Aventuras en el Cuadrante Delta'."



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La almirante hizo una mueca ante esto ltimo. Haba encontrado la versin de dibujos

animados de s misma un tanto molesto. Bajita y fuerte, con una gran cabeza y an ms

grande pelo rojo. La caricatura de dibujos animados de Siete, en cambio, haba sido casi

como un gato, elegante y sexy. (Por lo menos esa parte era exacta), reflexion.

Siete continu, "Ha habido documentales, conferencias y cursos enteros universitarios

basados en el tiempo de la Voyager en el Cuadrante Delta.

Chakotay recorre las escuelas primarias y cuenta historias de nuestros viajes a los nios.

Kathryn levant la mano. "Lo s, lo s. Slo deseo..." Se detuvo y mir plenamente a Siete.

"Estuvimos varados durante siete aos. No era glamoroso. Se senta solitario. Y aterrador. Y

sin embargo, aqu estamos, de vuelta en casa durante casi cuatro veces ms tiempo de lo

que estbamos en el Cuadrante Delta, y la gente est todava besndonos como hroes.

"La Federacin necesita hroes" Siete respondi en voz baja. "Todava lo hace."

El botones se haba detenido y estaba esperando pacientemente en las puertas del

ascensor.

Lo alcanzaron, y Kathryn se perdi en la contemplacin silenciosa.

El hotel los haba puesto en la planta superior. El holograma se qued en silencio mientras

manejaba las chapas de las puertas, y una vez que las puertas estaban abiertas deposit sus

bolsas perfectamente dentro de sus respectivas habitaciones. A continuacin, les dese una

agradable velada y se desmaterializo, en libertad para cuidar de sus prximos huspedes.

Siete entr en su habitacin y Kathryn estaba a punto de dirigirse a ella para desearle una

buena noche cuando de repente la cabeza de la profesora volvi a aparecer en todo el marco

de la puerta.

"Kathryn, no he consumido la cena todava. Hay un restaurante en la planta baja. Te

importara acompaarme?".

"Oh..." Kathryn fue sorprendido con la guardia baja. En verdad estaba cansada, y un poco

nerviosa. Ella haba conocido Siete durante tanto tiempo, primero como Borg rescatado

desesperadamente necesitado de orientacin, entonces como un amigo, a continuacin

como un amante y despus como su cnyuge.



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Entonces, despus las cosas haban explotado, no haban sabido la una de la otra en

absoluto por muchos aos. Cuando volvieron a conectar, que haban vuelto a caer en una

especie de amistad. Pero todava no eran tan cercanas como haban estado en la Voyager, y

exista una cuidadosa lnea que ambos decidieron no cruzar.

Era fcil estar en presencia de Siete, casi demasiado fcil. Kathryn estaba

desesperadamente tratando de mantener en alto la guardia, para mantener las distancias. Y

ese corte de pelo condenadamente sexy no ayudaba mucho.

"Bueno, yo slo iba a replicar algo en mi habitacin..." se fue apagando un poco torpemente.

"Yo no lo creo", respondi Siete inteligentemente. "Cobran tarifas exorbitantes por el uso del

replicador en las suites del hotel, y la comida es apenas mediocre. Deja que te invite a

cenar."

"Oh, no", respondi Kathryn. "Tu pagaste el caf en Boston, voy a comprar la cena de esta

noche."

Encantado de que ella haba ganado la primera batalla, la profesora admiti el segundo.

Bien, "Aunque tcnicamente Harvard compr tu caf en Boston."

Ella pens por un momento. "Si compras la cena de esta noche, debes permitir que yo

corresponda antes del final de nuestro viaje. De acuerdo?".

Estas bromas eran familiares y ligeras, y carecan de la competitividad y la rivalidad que

haba cicatrizado el ltimo ao de su matrimonio.

Desconcertado por la facilidad con que haba querido gastar ms tiempo con Siete, Kathryn

asinti. "De acuerdo. Pero djame cambiarme primero. Nos vemos abajo en quince

minutos?"

"Aceptable." Siete asinti y volvi a entrar en su habitacin, esta vez permitiendo que la

puerta se deslizara para cerrarse tras ella.

Dentro de su habitacin, Kathryn hizo un barrido rpido de lo que la rodeaba. Levant la

persiana que cubra la ventana del piso al techo y tarareo con aprecio a la vista. Desde la

planta superior tena una magnfica vista de la ciudad de Seattle. Las luces rojas y verdes

brillan en el Space Needle, y una alegre pantalla Navidea hacia la calle de abajo le llam la



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atencin.

La habitacin era pequea pero eficientemente diseada, contena una cama grande que

luca cmoda, un bao, una estacin de trabajo compacta, y una pequea cocina con un

replicador. Haba una puerta que, presumiblemente, se uni a su suite de Siete, pero estaba

cerrada en este momento. El latido de su corazn se recogi con el pensamiento de Siete

cambindose al otro lado de la puerta.

(Basta, Katie) se reprendi a s misma.

Ella haba planeado cambiarse a su pijama tan pronto como llegara a su habitacin del hotel,

pero su cita con Siete requerira algo un poco ms elegante.

"Acabo de pensar 'cita'?" -dijo en voz alta. "Maldita sea."

Mejor no pensar ms all.

Rebusc en su maleta y recupero unos pantalones y un corto, verde suter con mangas. Eso

tendra que funcionar. Se cambi rpidamente, tratando de no pensar en su cuerpo

envejecido. Afortunadamente, la vestimenta era halagadora y esconda cualquier peso extra

que no haba estado presente la ltima vez que estuvo en una cita con Siete.

(Pens 'cita' de nuevo. Mierda.)

Dirigindose hacia el espejo, solt el pelo de su broche y se pas un cepillo rpidamente a

travs de l. Ahora totalmente gris, cay suavemente a sus omplatos. Su pelo era algo

acerca de lo que ella segua siendo vana. Era de textura suave y sedosa, con vetas grises y

blancos. Lo abroch en una cola de caballo suelto en la base de su cuello.

Estudindose en el espejo, Kathryn frunci el ceo ante las lneas de la edad en su cara y la

suavidad alrededor de su mandbula. Se ech un poco de agua en la cara, se sec, y aplico

un poco de maquillaje ligero.

"Eso es tan bueno como se voy a conseguir", le dijo a su reflejo.

Asintiendo enrgicamente a s misma, lanz un tiro alrededor de sus hombros para el calor

adicional y sali de su habitacin, en direccin a la planta baja para encontrarse con su "cita".



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*********

Una cosa sobre la que Siete todava senta mucho orgullo era su eficiencia. Ella se cambi

en el traje apropiado para la cena y estaba en la puerta slo cinco minutos despus de

convencer a Kathryn a unirse a ella para una comida.

En la planta baja en el restaurante, estaba en el proceso de solicitar una mesa para dos

cuando escuch su nombre siendo llamado. Mirando hacia arriba, vio a Tom Paris,

saludando con entusiasmo desde una mesa. Junto a l estaba su esposa de muchos aos,

B'Elanna Torres.

"Siete", que llam de nuevo. "Ven y nete a nosotros!" Se puso de pie y pidi una silla extra

a un camarero que estaba cerca.

"Es mejor que sean dos," dijo Siete con tristeza.

Ella haba estado esperando cenar con Kathryn. Sin embargo, tambin saba que sera de

mala educacin rechazar la peticin de Tom, y estaba seguro de que el ex almirante querra

unirse a sus antiguos compaeros de tripulacin.

Adems, Siete admiti para s misma, ella misma tuvo el placer de verlos nuevamente.

"Sigues con Jodi?" B'Elanna se refera a la segunda silla.

"Pens que ustedes dos haban terminado." Ella se levant tambin y rode la mesa para

envolver a Siete en un abrazo.

B'Elanna tena el pelo canoso pero su rostro era prcticamente libre de arrugas, y ella era tan

fuerte como un ltigo igual como haba vuelto desde la Voyager. Siete sali del abrazo

sintindose sin aliento y bastante exprimida.

"Ya no estoy con Jodi" Siete confirm. "Eso termin hace casi un ao. Me encontr con la

Almirante en la recepcin y la convenc a unirse a m para la cena."

"Genial", dijo Tom, extendiendo la mano para recibir su abrazo. A diferencia de su esposa,

Tom estaba mostrando su edad. Casi calvo y con un vientre de mediana edad, todava tena

un brillo en sus ojos que hablaba de travesuras.



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"El doctor estar aqu tambin, a pesar de que no puede comer, por supuesto", continu.

"Lo que nunca nos deja olvidar" Aadi B'Elanna. Sus dientes afilados brillaron brevemente

mientras sonrea.

"Quien ms?" -pregunt Siete, contando en silencio las sillas alrededor de la mesa.

"La Novia del doctor. Creo que su nombre es Tanya. Chakotay viene de fuera de la tierra por

lo que no estar aqu hasta maana. Tuvok est ausente en una misin diplomtica."

Siete asinti. De toda la tripulacin de la Voyager, Tuvok era con el que ella estaba ms

frecuentemente en contacto.

"Qu pasa con Naomi? Y Miral?" pregunt. "Van a asistir a la fiesta de Harry?"

"Ninguno de los dos, por desgracia", dijo Tom.

Siete asinti de nuevo, decepcionado en particular de que Naomi no estara presente para

las vacaciones. Si bien ya no estaban tan cerca como lo eran antes, Siete todava tom un

inters en el bienestar de Naomi, recordando con cario como fue una de las primeras

personas que verdaderamente le aceptaron despus de que ella fue separada del Colectivo.

Por supuesto, el capitn haba sido la primera.

Como si los pensamientos de Siete la hubieran llamado, Kathryn Janeway apareci en la

entrada del restaurante. Llevaba un jersey de cuello alto similar a verde esmeralda que haca

brillar sus ojos. El corazn de Siete dio un vuelco.

(Ineficiente, se reprendi a s misma. T ya has pasado por esto y condujo al fracaso.)

Tomando una respiracin profunda, Siete levant un brazo para hace seas a Kathryn. Pero

Tom se le adelant, corriendo a travs del restaurante para envolver a su antiguo capitn en

un abrazo de oso elevando a la pequea mujer a sus pies. B'Elanna estaba cerca.

"Tom!" La risa de Kathryn ilumin la habitacin. Para disgusto de Siete, su corazn dio otro

pequeo aleteo en su pecho.



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"B'Elanna!" Kathryn lanz sus brazos alrededor de su ex ingeniero jefe.

"Te ves bien. Qu est haciendo Miral estos das?".

A medida que las dos mujeres se perdieron en ponerse al da, Tom hizo pasar a todo el

grupo de regres a la mesa, dirigiendo a cada dama sus asientos y finalmente tomando

asiento el mismo. Cuando Kathryn se desliz en una silla junto a Siete, dej caer su mano en

el muslo de la mujer ms joven y apret brevemente a modo de disculpa antes de volver su

atencin a B'Elanna.

Siete ahog un pequeo suspiro. Esta situacin era realmente lo mejor.

No lo era?

*********

Tres horas y varias botellas de vino ms tarde, el grupo estaba relajado y riendo cuando

Tom relataba otra historia. l era actualmente un instructor de cabecera en la escuela de la

flota, y haba visto casi cada truco estpido que un estudiante podra tirar.

El doctor y su novia, que se llamaba de hecho Tanya, se haban unido a un poco ms

temprano. Como ella no era un holograma, que estaba haciendo su camino a travs de un

gran desierto de chocolate, con un poco de ayuda de B'Elanna.

Cuando el doctor haba hecho un comentario acerca de no ser capaz de compartir su

comida, causando tanto a Tom y B'Elanna rodar sus ojos, Tanya simplemente se inclin y le

susurr algo al odo que dej una sonrisa bastante satisfecha en el rostro del doctor. Por el

resto de la noche l haba sido muy jovial.

Kathryn vio como Tanya tom un descanso desde el chocolate para plantar un beso en el

cuello del doctor. Ella se inclin hacia Siete, que estaba escuchando, pero no participando

realmente en la conversacin a su alrededor.

"Me gusta," susurr ella, asintiendo con la cabeza en direccin a Tanya. "Ella parece" llegar a

"el doctor".



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"De hecho," Siete acord, girando ligeramente hacia Kathryn.

Sintiendo la mirada llena de Siete por primera vez en la noche, Kathryn se permiti sentir una

pizca de remordimiento. Una pequea voz sarcstica elev la voz en su cabeza, (No

esperaba sinceramente una cita con esta mujer esta noche, verdad?).

(Oh silencio), se record. Siete no saba que estaban aqu ms que yo.

Dej que sus ojos se perdieran sobre la profesora, no por primera vez esa noche. Siete

vesta pantalones negros que se ajustaban a ella tan bien que deberan haber sido hechas a

la medida, y una camisa de seda azul que resaltaban el color de sus ojos.

Basta, Katie. No la mires a los ojos. Slo mira a otro lado.

"Cmo te va?" Siete interrumpi sus pensamientos. "Indicaste esta tarde que estabas

cansada."

"Estoy bien", afirmo Kathryn. "Aunque estoy a punto de regresar a mi habitacin." En un

impulso, agreg, "Ven conmigo?".

El Implante de Siete se levant por la invitacin, pero no necesit mucho tiempo para

considerar la respuesta. "Disclpame un momento," dijo ella.

Siete se escabull, regresando a los pocos minutos. Estaba de pie detrs de la Silla de

Kathryn y se inclin para hablarle al odo. "Pagu la cuenta", explic. "Somos libres de irnos."

Enderezndose, inconscientemente dejo caer las manos a los hombros de Kathryn.

Levantando la voz, ella interrumpi las otras conversaciones en la mesa suavemente pero

con firmeza.

"Kathryn y yo nos excusamos", anunci. "Ha sido un largo da y ambas requerimos reposo.

Vamos a verlos a todos maana."

B'Elanna se aclar la garganta. "Um... t y el Almirante se dirigen a la cama entonces,

verdad?".



22

Siete mir a Kathryn que se estaba sonrojando furiosamente. Tardamente, se dio cuenta de

las implicaciones de su declaracin y rpidamente quito las manos de los hombros de

Kathryn.

"No, quiero decir s. A la cama, pero no juntos," Siete tropez con sus palabras, sintiendo

tambin un rubor en su rostro.

"Est bien Siete," Tom le asegur amablemente. Era tan raro ver a la ex Borg nerviosa. Casi

siempre mantuvo la calma. "Sabemos lo que queras decir. Que tengas una buena noche."

Kathryn sali de su silla y puso un poco de espacio entre ella y la profesora con los ojos

peligrosamente azules.

"Buenas noches a todos", dijo con firmeza. "Fue maravilloso verlos a todos. Estoy deseando

que llegue maana."

Ella reuni la sonrisa ms sincera que pudo, luego se volvi y huy del restaurante.

Siete ofreci un rpido, "Buenas noches", y corri tras la mujer avergonzada.

"Al igual que en los viejos tiempos, eh?" dijo B'Elanna.

"Qu, Siete persiguiendo al Almirante?" -pregunt Tom.

"S, al igual que en los viejos tiempos."

*********

Kathryn estaba nerviosa, un poco avergonzada, y muy encendida. La imagen de Siete

arrasndola en la cama...

Bueno, ella tena muchas imgenes quemadas en su memoria de Siete arrollndola en la

cama. Siete era una mujer intuitiva, inventiva y muy apasionada. Su amor haba sido...

increble. Al menos lo fue antes de que las cosas se hubieran vuelto amargas. Despus de

eso, cada vez que lo intentaron fue rebuscado y forzoso.

Pero antes



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En lugar de ir arriba a su habitacin, Kathryn se volvi y sali por la puerta principal del hotel.

El aire fresco enfro su cuerpo recalentado y sinti el rubor abandonar sus mejillas.

La lluvia haba cesado, por lo que ella dio unos pasos a la acera.

Mirando hacia arriba, pudo ver que el tiempo haba mejorado. No haba muchas estrellas

visibles a travs de las luces de la ciudad, pero poda distinguir el Cinturn de Orin en el

cielo invernal.

Kathryn meti las manos en las axilas, empezando a sentir el aire fro de la noche a travs de

su suter y ligero abrigo, pero no quera regresar al hotel por el momento.

"Kathryn." La voz de Siete era suave detrs de ella. "Kathryn, debo pedir disculpas. Habl sin

pensar. No quise avergonzarte."

Kathryn se volvi. Siete pareca contrita y un poco preocupado, manteniendo una distancia

prudente.

La situacin de repente se sinti demasiada pesada, demasiada complicada. Kathryn volvi a

mirar hacia el cielo y seal.

"Mira, la constelacin de Orin," dijo ella.

Siete se acerc a su lado derecho e inclin la cabeza. "No veo el parecido con el cazador",

afirm.

"Ese es el cinturn, ah," instruy a Kathryn. "Sus hombros y la tnica. Y eso es su arco."

"l no tiene ni cabeza ni piernas", dijo Siete. "De qu sirve un cazador sin cabeza?"

Kathryn rio, y Siete empez a relajarse. Estas bromas, esta parte familiar de su amistad, esto

poda hacerlo.

"Usa tu imaginacin, Siete!" Kathryn inst.

"Incluso mi imaginacin no puedo entender cmo a un cazador sin cabeza podra serle de

mucho bien un arco."

"Ah Siete," Kathryn suspir. Vacilante, ella inclin la cabeza hacia un lado para descansar en

el hombro de Siete. Siete puso una mano en la parte baja de su espalda, un toque ligero y



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familiar.

Permanecieron as durante unos minutos hasta que Siete se dio cuenta del aire fro de la

noche.

"Estamos a menos de dos grados centgrados", inform a Kathryn. "Hace demasiado fro

para estar de pie afuera sin ropa adecuada. Ven adentro antes de que te enfermes."

"S, mam", respondi el almirante a la ligera. Siete le lanz una mirada adusta y, a

continuacin, la inst a entrar de nuevo al hotel con una ligera presin de su mano todava en

la parte baja de la espalda de Kathryn.

Una vez dentro del vestbulo Siete dej caer la mano. Montaron el ascensor en silencio.

Kathryn puso la mano en la llave de la chapa y la puerta de su habitacin se desliz

obedientemente abierta. Se detuvo en el umbral.

"Buenas noches, Siete." Despus de una breve vacilacin, se levant de puntillas para

cepillar un suave beso en la mejilla de Siete.

Sin mirarla a los ojos, Kathryn se volvi y entr en la suite.

"Ah, y siete?" Su voz lleg flotando por la puerta. "No creo que no me di cuenta de que

pagaste por la cena de esta noche. Ahora te debo dos."

La puerta se cerr detrs de ella.

Annika Hansen Janeway estaba de pie en el pasillo fuera de su habitacin, los dedos

descansando ligeramente en la mejilla, donde todava poda sentir los labios de Kathryn.

Con un suspiro que ella nunca habra permitido a deslizarse fuera si alguien hubiera estado

presente, ella sacudi la repentina sensacin de melancola y puso la palma de la mano a su

propia chapa de la puerta. Fue sin duda el momento de perderse en el sueo.

*********



25

Captulo 3 - De compras con el Borg

Chakotay se uni al grupo de ex compaeros de tripulacin en la maana del da siguiente.

A media maana los encontr establecidos en el vestbulo del hotel, esperando a que Harry y

su esposa Elizabeth llegaran.

La mayor parte de la tripulacin estaban intercambiando historias de 'recuerdas cuando'.

Siete haba encontrado un rincn tranquilo cerca de uno de los abetos decorados y uso el

tiempo para trabajar a travs de algunos clculos para su ms reciente teora de la

investigacin.

Cuando las puertas del hotel se abrieron justo despus de las once cien horas toda

conversacin se detuvo y todos los ojos se volvieron hacia las puertas.

Elizabeth Kim entr en el hotel, pero estaba sola. Todo el mundo se levant para saludarla,

ella fue bombardeada con suaves preguntas.

"Harry no est conmigo," Elizabeth respondi a la pregunta principal. "Todava es un poco

demasiado para l."

Elizabeth tena la voz suave, y era una mujer pequea y gentil de ascendencia asitica.

Pareca cansada.

"En realidad, nos preguntamos..." Se interrumpi, luego respir hondo y pareci reunir sus

fuerzas.

"Bueno, Harry pidi ser trasladado a nuestra cabaa arriba en Whistler. Sus nuevas piernas

le han estado molestando mucho, y l est ms cmodo all. Nos preguntbamos si

estaran dispuestos a unirse a nosotros en la montaa? S que todos ustedes tienen

habitaciones reservadas aqu, pero estoy segura de que podemos encontrar un lugar para

que permanezcan... "

El grupo se miraron, y luego, asumiendo el mando de forma automtica, Kathryn dio un paso

adelante.

"Eso suena maravilloso", el almirante retirado respondi en nombre de su viejo equipo. Hubo

murmullos de coincidencia de todos detrs de ella.



26

"Excelente." Elizabeth suspir con alivio. "Slo estoy recogiendo algunas cosas de nuestro

apartamento, que est a unas pocas cuadras de aqu, entonces me dirigir de nuevo para

estar con Harry. Nos las hemos arreglado para conseguir una cabina adicional hasta el

momento.

Pueden darnos hasta maana por la tarde? Deberamos haber encontrado espacio para

todo el mundo para entonces.

"Por supuesto. Podemos ayudarle? Necesitas algo?" Pregunt Kathryn.

"Slo estar ah para Harry ser de una gran ayuda", Elizabeth respondi.

"Lo siento, no puedo quedarme. Pero los ver a todos maana?".

"Hasta Maana", Kathryn estuvo de acuerdo, envolvindola en un abrazo.

Y entonces Elizabeth se haba marchado.

"As que, qu hacemos con nosotros mismos hoy en da?" -pregunt Tom.

Varias voces respondieron al mismo tiempo.

"Compras!" "Juego de baloncesto!" "Aguja Espacial!" "Museo de arte!".

"Est bien, suena como que tenemos un montn de opciones", reconoci el almirante.

"Entonces, quin est haciendo qu?".

Los ex compaeros de tripulacin hicieron planes y se dividieron en varios grupos. Chakotay

y Tom queran ver si podan encontrar entradas para un partido de baloncesto. B'Elanna, el

doctor, y Tanya decidieron probar el Space Needle, y luego tal vez un museo o galera.

"Soy la nica que quiere ir de compras?" Kathryn lament.

"Lo siento Almirante, ests por tu cuenta" Chakotay le dio unas palmaditas en el hombro

antes de salir con Tom en busca de entradas de ltima hora.

B'Elanna arroj una ola por encima del hombro. El restaurante en la cima de la Aguja

Espacial sirvi comida fuera de este mundo, y ella estaba esperando por algo Klingon. Lo



27

ideal sera algo vivo /. Todas las cosas muertas, como las comidas al estilo de la Tierra de

los ltimos das estaban un poco aburridas.

Kathryn se volvi hacia Siete, que segua trabajando en su PADD.

"Y t, Siete? Qu vas a hacer con el resto de tu da?".

"Investigacin." Siete no levant la vista de su trabajo.

Kathryn sinti un destello de fastidio. Esto haba sido su modus operandi durante su

matrimonio. Una u otra de ellas siempre haban estado trabajando, y el trabajo de alguna

manera siempre haba logrado tener prioridad.

Ella asinti enrgicamente y se volvi para recoger su abrigo y salir por la puerta.

Pero la voz de Siete la detuvo.

"Es curioso", dijo Siete, sin levantar la vista de su PADD. "Solas detestar las compras. Qu

ha cambiado?".

"Ms tiempo en mis manos, supongo", respondi Kathryn con tristeza. "Adems me gustara

mucho para conseguir algo para Harry y Elizabeth. No estoy segura sin embargo de qu

regalarles."

Aun tecleando en su PADD, Siete declar suavemente, "A Harry le gusta la ficcin histrica

naval. Tal vez una novela que se puede leer mientras reposa?

Elizabeth colecciona arte de fuera de este mundo. Creo que el trmino usual es 'chucheras'.

En particular, es amante de piezas que representan animales exticos.

La boca de Kathryn se abri. La cerr y se aclar la garganta.

"Bien entonces, gracias por las ideas."

"Supongo que no eres nada mejor en escoger los regalos de lo que eras cuando nos

casamos?" La voz de Siete segua inexpresivo.

"Um, no. En realidad no." Kathryn no poda ofenderse. Ella realmente tena el peor gusto

cuando se trata de regalos para otras personas.



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"Supongo que debo ir contigo entonces. Djame devolver esto a mi habitacin."

Siete se puso de pie y se dirigi rpidamente hacia el ascensor, todava sin mirar a la mujer

mayor.

"Est bien, entonces," dijo Kathryn al vestbulo vaco. "Parece que vamos a ir de compras."

*********

Varias horas ms tarde Siete portaba varias bolsas, mientras que Kathryn compraba de los

escaparates.

La temperatura rondaba unos pocos grados por encima de cero. Las calles estaban mojadas

por la lluvia del principio del da, pero ninguna estaba cayendo por el momento. El cielo

estaba nublado y gris, pero no haca nada para disminuir el espritu navideo en la ciudad.

Luces coloridas adornaban la mayora de los escaparates y decoraciones Navideas

colgaban de los postes de luz.

"T solas odiar a esto", coment Kathryn, en referencia a la naturaleza deambulaste de su

viaje de compras.

"Es ineficiente," Siete accedi amigablemente. "Pero no soy reacia a pasar tiempo en su

compaa."

En lugar de detenerse en esa declaracin, ella continu: "Adems, he aprendido el valor de

tocar algo antes de comprarlo. El peso y la textura no son irrelevantes".

"Quin te ense eso? Jodi?" Kathryn pregunt.

"No, Innes."

"No recuerdo haber odo acerca de Innes," Kathryn reflexion.

"Sal con Innes despus de Iek'meiaep, antes de Jessica. Cuando viva en Berln. No

estuvimos juntas por mucho tiempo, pero era... memorable. Innes tena una forma con las

sensaciones tctiles..." Siete se fue apagando.



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"Oh mira!" Kathryn exclam, sealando a un escaparate. "Vamos a ir a esta tienda!" Eso

fue suficiente de ese tema.

La tienda estaba llena de ropa, sobre todo ropa de invierno. Kathryn tom un suave pauelo

en colores florales pastel de un estante.

"Tal vez para B'Elanna?" reflexion.

Siete le dirigi una mirada incrdula. "No," dijo simplemente. Dejando las bolsas, comenz

rebuscar en los bastidores. Unos minutos ms tarde se volvi triunfalmente a Kathryn.

"ste." Siete sostena el pauelo ms llamativo que el ex almirante haba visto jams. Rojos,

naranjas y verdes Chocando entre s, tejidos en una gruesa lana spera.

"Ests bromeando," dijo Kathryn con incredulidad. "No ests t...?"

"Este es para B'Elanna, y ste," Cogi un pauelo a cuadros ms moderado ", sera

apropiado para Tom."

"Si t lo dices." El almirante haba dejado la mayor parte de las opciones de regalo hasta

ahora a siete.

Kathryn devolvi el pauelo de colores pastel al estante con una ltima mirada persistente.

Cuando mir hacia atrs se dio cuenta de que haba perdido de vista a Siete. Varios minutos

despus, se encontr con la profesora de pie en la acera, una nueva bolsa en la mano.

"Compr las bufandas para B'Elanna y Tom," Siete levant la bolsa en el aire.

"No discutas Kathryn," interrumpi las palabras que estaban a punto de salir de la boca del

ex almirante. "Me canse de discutir contigo sobre los crditos hace muchos aos."

Chasqueando la boca cerrada, Kathryn se limit a asentir.

"Bueno, qu tal entonces algo de comida tarda?" Kathryn pregunt, al ver a un vendedor

de hot dogs en la siguiente esquina.

"Podra consumir algo, s," Siete estuvo de acuerdo. Ella sigui la mirada de Kathryn. "Pero

no eso."

"Por qu no? No hay nada como un perro caliente en un da fro de invierno!".



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"Tampoco, si recuerdo correctamente su opinin, en un caluroso da de verano, una clida

noche de verano, o en una fiesta de cumpleaos, barbacoa, o feria de verano." La esquina

de la boca de Siete se frunci, tomando el aguijn de sus palabras.

"Sin embargo", continu, "yo no como carne. Tampoco me parece que los perros calientes

contienen tanto valor nutricional."

"No comes carne ms? Desde cundo?" pregunt Kathryn.

"Once aos y treinta y tres das", respondi Siete. "Ms o menos."

"Ms o menos", repiti Kathryn, divertida.

"El consumo de carne animal no sola molestarme", explic la profesora. "Los seres humanos

y otras especies reproducen y cran animales con el nico propsito de comerlos, y siempre

y cuando esos animales se mantienen ticamente y con buena salud fsica y mental, no tuve

ningn problema con el consumo de su carne."

"Sin embargo", continu, "En la Tierra he tenido la oportunidad de observar una serie de

diferentes animales, tanto como animales de compaa y en sus hbitats naturales.

Ahora me encuentro con la perspectiva de comer su carne para ser... indeseable.

"Bueno, ellos tienen perros vegetarianos," Kathryn sugerido.

Siete hizo una mueca. "No lo creo."

El almirante suspir, alejndose del aroma seductor del puesto de perritos calientes.

"Japons?" Siete sugiri en su lugar.

"Japons", Kathryn confirm con una inclinacin de cabeza.

*********

Con el viaje de Compras completado, el do regres a sus habitaciones de hotel antes de la

cena.

Kathryn estaba ms que lista para una siesta. Siete, que haba estado ejecutando clculos



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en su cabeza sobre su almuerzo tardo, asinti con la cabeza un rpido adis y volvi con

entusiasmo a su investigacin.

La Alarma de Kathryn estaba a las 19.30 horas. Parpade somnolienta, se sorprendi de

encontrar que era tan tarde ya. El sol se haba puesto haca horas y la habitacin estaba a

oscuras. Llamando por las luces, se sent y estir el cuello dolorido.

Maldicin, nunca sola tener una siesta durante el da como aquel, se observ a s misma.

De hecho, la mayor parte del tiempo estaba despierta hasta la mitad de la noche bebiendo

demasiado caf y preocupndose por los informes.

Hablando de caf...

Con los pies descalzos camin hacia el replicador y pidi una taza de caf.

Tomando un sorbo, hizo una mueca. Siete tena razn, los alimentos producidos por los

replicadores de hotel realmente eran malsimos.

Dos tazas de caf menos despus, el ex almirante se senta mucho ms despierto. De pie en

el pequeo armario, inspecciono rpidamente a travs de la ropa que haba trado con ella.

Chakotay haba enviado una nota rpida unas horas antes que indicaba que los seores

queran tomar a las seoras para salir a una noche en la ciudad.

Todo el grupo originalmente haba planeado asistir a una gala de Navidad en Seattle con los

Kim, pero desde que Harry no iba a estar para ese tipo de celebracin, los hombres haban

decidido que esta noche iba a ser una buena noche para una escapada antes de su salido de

la ciudad al da siguiente.

Chakotay haba dicho 'ropa formal ", por lo que Kathryn sac el nico vestido que haba

trado con ella, originalmente destinado para la gala. Era de color marfil, caa suavemente al

suelo alrededor de sus pies descalzos. El vestido era sin mangas y se haba preparado un

abrigo rojo intenso para cubrir sus hombros.



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Sac su pelo recogindolo en un moo francs, igual al que Siete sola llevar en la Voyager,

y coloco un par de perlas en sus odos. Ella acababa de terminar de aplicar un poco de

maquillaje ligero cuando oy un timbre en su habitacin.

En el Relleno de la parte principal de su suite, estuvo un momento en una prdida en cuanto

de dnde provena el sonido. El timbre regreso, acompaado de una luz intermitente en un

panel junto a la puerta que una a su habitacin con la de Siete.

Presion la placa junto a la puerta y escuch el clic como lo desenganchaba.

El hotel tena puertas de estilo antiguo que se abran en lugar de caer en la pared. Agarr el

pomo de la puerta y le dio vuelta. La puerta se abri con facilidad en la suite de siete,

revelando un espectculo que caus que la boca de Kathryn callera abierta.

Siete llevaba un vestido negro y ceido. Era moderadamente alto en el cuello, pero el pudor

fue contrarrestado por el corte peligroso de la falda que cay a apenas sobre las rodillas de

derecha de Siete y era cnico a mitad de la pantorrilla de la izquierda.

Siete sonri para s misma mientras atrapaba los ojos apreciativos de Kathryn deambulando

de arriba a abajo por su cuerpo.

"Pido disculpas por molestarte", interrumpi la evaluacin de su ex, "pero necesito tu ayuda

con el dorso de mi vestido."

Cuando se dio la vuelta, Kathryn tuvo que contener un jadeo. El vestido tena una primicia

ovalada en la espalda, dejando los omplatos de siete en exhibicin.

Actualmente la cremallera en la parte de atrs estaba desatada, dejando al descubierto parte

del metal Borg restante en el torso de Siete. Los dedos de Kathryn se estremecieron ante el

recuerdo del metal caliente bajo sus dedos, y encontr que no poda apartar los ojos.

(Cierra la boca, Katie, y deje de tomar ventaja de la vista.)

Mientras que el cuerpo mejorado Borg de Siete tena mayor resistencia y capacidad de

curacin, una cosa que los Borg claramente no tomaban en cuenta era el valor de la

flexibilidad. Kathryn saba por su larga asociacin con la mujer que su brazo artificial no se

doblaba de tal manera que le permitiera llegar a la espalda superior.



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Siete siempre haba requerido asistencia para cerrar las cremalleras...

O con el lavado de la espalda...

Nerviosa, Kathryn se adelant y agarr la cremallera en el vestido de la mujer ms joven.

Temblando deslizo la cremallera cerrada, con cuidado de no permitir que sus dedos rozaran

el metal o piel.

De repente, un pensamiento menos atractivo se le ocurri. (Si yo no estuviera justo al lado,

qu asistencia planeaba Siete utilizar para de entrar en su vestido?).

"Hecho," anunci, consternada cmo jadeante sonaba su voz.

Siete pareca no darse cuenta. "Gracias", dijo, caminando con gracia de nuevo en su suite.

Para cubrir el hecho de que sus ojos estaban pegados a la vista de las nalgas de la

profesora, ya que desfilo lejos de ella, Kathryn dijo: "Realmente tengo que obtener el nombre

de su sastre. Ninguna de mi ropa me queda como eso".

Siete mir por encima del hombro, una ligera sonrisa en la comisura de sus labios. "Gracias

de nuevo almirante, lo tomar como un cumplido.

Y te ver abajo en breve.

(Despedida!) Kathryn pens para s misma. Sintindose como un cadete de primer ao, se

volvi y huy a la seguridad de su cuarto de bao.

La puerta entre sus suites permaneci abierta.

*********

Chakotay, Tom y el doctor estaban en el vestbulo del hotel, esperando aparecer a sus "citas"

de la tarde. Chakotay y Tom llevaban trajes, mientras que el doctor luca un esmoquin negro,

completado con una faja roja de acuerdo a la temporada y pajarita.

El vestbulo estaba bastante concurrido, con invitados que iban y venan y un puado de

nios jugando bajo uno de los rboles de Navidad. Exactamente a las 20:00 horas las



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puertas del ascensor se abrieron para revelar a Annika Hansen Janeway y su ex esposa, el

almirante retirada Kathryn Janeway.

Tom dej escapar un silbido que se perdi, afortunadamente, en el ruidoso vestbulo.

Las dos mujeres eran una pareja llamativa.

El almirante retirada llevaba un resplandeciente, vestido blanco que la haca parecer

femenina y suave. Tena el pelo recogido, con algunos mechones cayendo suavemente

alrededor de su cara.

Su fuerza y la naturaleza de acero fueron solo delatadas por el lpiz de labios

devastadoramente roja que llevaba, y por la firme mirada en sus ojos mientras se acercaba a

los caballeros.

Toda firmeza cay lejos sin embargo cuando ella mir de reojo a Siete, y en ese momento su

expresin se suaviz y sus labios rojos se relajaron en una suave sonrisa.

Eso no era nada nuevo, Tom reflexion. Kathryn Janeway siempre haba ido un poco blanda

alrededor de su ex-Borg.

La profesora, por su parte, estaba vestida para matar en un pequeo vestido negro que de

alguna manera se las arregl para lucir tanto peligroso y al mismo tiempo elegante. Llevaba,

brillantes botas negras hasta la rodilla con un tacn de tres pulgadas, hacindola que se

elevara sobre su compaera.

Intencionalmente o no, las dos se complementaban a la perfeccin. Luz y oscuridad,

elegante y sexy, cada uno con una chaqueta sobre su brazo derecho.

Chakotay se adelant para saludarlas, ayudando a poner las chaquetas sobre los hombros

primero del ex almirante y luego de la profesora.

En cuestin de minutos se les unieron B'Elanna y Tanya que portaban vestidos festivos en

rojos y verdes. Tom silb de nuevo, ms fuerte esta vez, y su esposa le dio un golpe en la

parte posterior de la cabeza. Pero una sonrisa complacida bailo alrededor de su boca y ella

acept felizmente su brazo.



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Los hombres haban puesto su tarde en buen uso. Una limusina, contratada para toda la

noche, estaba esperando a la partida fuera de las puertas del vestbulo.

Comenzaron en un pequeo bar de lujo con martinis y aperitivos. La cena fue una serie de

pequeos platos en un restaurante de lujo con impecable personal. A continuacin, se

retiraron a un acogedor saln para despus de la cena y el caf.

Tom y B'Elanna observaban a la ex pareja Janeway con diversin durante toda la noche. Las

dos mujeres, ambas parecan estar haciendo un punto al sentarse lo ms lejos posible una

de la otra, y sin embargo se mantuvieron gravitando entre ellas. Cuando se encontraban

juntas siempre parecan un poco sorprendidas y asentan cortsmente antes de

estudiadamente moverse nuevamente a los extremos opuestos del grupo. Y sin embargo,

sus miradas se apartaban constantemente de las conversaciones en que estaban

involucradas e inconscientemente se buscaban la una a la otra.

La observacin de Kathryn, B'Elanna seal, que esto no era nada nuevo. Su mirada

siempre pareca aterrizar en Siete de Nueve, desde el momento en que el avin no tripulado

fue separada de los Borg y forzada a vivir entre la tripulacin de la Voyager. Pero Siete

generalmente haba exhibido ms moderacin que esto.

"Crees que algo est pasando entre ellas?" B'Elanna pregunto a su marido en voz baja,

inclinando la cabeza ante las Janeways que acababan de encontrarse una vez ms de pie

lado a lado mientras esperaban para recuperar sus abrigos al final de la noche.

Siete, se miraba un poco incmoda por encontrarse de pronto al ex almirante tan cerca a su

lado, hizo un gesto corts a Kathryn para avanzar por delante de ella y dio unos pasos hacia

atrs para unirse al doctor. Siendo hologrfica, el Doctor haba simplemente hecho que el

abrigo se aadiera a su matriz, y l felizmente comprometi a su "alumna favorita' en una

conversacin sobre las tradiciones navideas.

"No lo s", respondi Tom. "Si lo es, crees que es una cosa buena? Quiero decir, ellas

estaban tan enojadas entre s. Son slo apenas amigas nuevamente."



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B'Elanna se encogi de hombros. "Ellas siempre se provocaron la una a otra, de una manera

u otra."

"Es cierto," Tom asinti.

Percatndose de Siete viendo hacia l, y recordando su audicin extremadamente aguda,

cambi rpidamente de tema.

"Te he dicho lo increble que luces esta noche?" l se acerc a su esposa de muchos aos,

permitiendo una sonrisa lasciva en su rostro.

"Todava no, Marinero," gru ella, curvando los dedos alrededor de su cuello.

l jade, mientras sus uas mordieron suavemente en su piel.

"Pero llvame de vuelta a nuestra habitacin y puedes decrmelo de nuevo", ronrone.

l asinti con la cabeza, un poco sin aliento, y se apresur inmediatamente para recuperar

los abrigos y sus chaquetas.

*********

De vuelta en el hotel, las mujeres dieron las gracias profusamente a los hombres por una

noche maravillosa y el grupo se dividieron a sus respectivas habitaciones.

Siete noto que Tom y B'Elanna parecan estar en un poco apurados.

(Tal vez estn cansados despus de un largo da.)

Entonces alcanz a percatarse de la mirada hambrienta en la cara B'Elanna cuando las

puertas del ascensor se cerraron tras ellos. (O talvez no.)

Dej a Kathryn en el vestbulo a hacer los planes para el viaje a Whistler al da siguiente.

Haba transportadores disponibles en ambos lugares, pero el costo era muy alto para la

poblacin civil dado que el grupo haba optado por tomar una forma ms tradicional de

transporte. Adems, era un viaje agradable, no demasiado largo y que ofreca hermosos

paisajes.

Una vez en su habitacin, Siete se quit las botas con cierto alivio. Definitivamente, no eran

una forma eficiente de calzado.



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A menos que se estuviera tratando de llamar la atencin de alguien, eso es. (Te gust lo

que viste, Kathryn?)

Siete replanteo la noche en su mente. Ella haba evitado cuidadosamente a su ex, hacer un

punto de socializar con sus otros amigos. Pero varias veces durante la noche cuando ella

haba mirado hacia arriba para encontrarse la mirada clida de Kathryn descansando sobre

ella.

Si era honesta consigo misma, lo que Siete siempre trat de ser, tendra que admitir que ella

haba hecho su propia parte de 'Miradas' en el transcurso de la noche.

La calidez en su regin abdominal cuando contemplaba al almirante retirado era un tanto

inquietante.

"No quiero estos sentimientos", dijo en voz alta. "Somos amigas. He extraado su amistad.

No quiero perder eso otra vez."

"Perdn? Siete, dijiste algo?" Voz grave de Kathryn flotaba por la puerta an abierta entre

sus suites.

Siete se sonroj ligeramente, al no haber odo el regreso del almirante. Rpidamente, se

dirigi a la puerta contigua y tom en la vista acogedora de la otra mujer en el inicio de

quitarse sus propias zapatillas en medio de la sala de estar.

"Lo 'descomprimiras' para m?" ella pregunt, tratando de encubrir su lapsus.

(Tal vez esto no era la mejor idea,) se percat Siete cuando una vez ms de nuevo, se

present ante Kathryn. La mujer solt suavemente la cremallera en la parte trasera del

vestido negro, con los dedos persistiendo momentneamente sobre las bandas metlicas

alrededor del abdomen de Siete.

El rostro de Siete se sonroj an ms profundamente, y se alegr de que estuviera de

espaldas.

Kathryn not el leve rubor en el rostro de Siete, pero lo atribuy al alcohol que haba

consumido en el transcurso de la noche. El alcohol siempre haba tenido un efecto

desafortunado en el nodo cortical de Siete, aunque ella haba aprendido a 'adaptarse' en los



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ltimos aos por lo que el efecto no fue tan extremo como lo haba sido en un primer

momento.

"Gracias, de nuevo, y buenas noches Almirante." La voz de Siete fue cuidadosamente

desprovista de cualquier emocin cuando dio un paso de regreso en su suite. Tiro la puerta

contigua cerrndola ligeramente detrs de ella, pero no hizo clic en cerrar, permaneciendo

un grieta abierto.

"Buenas noches, siete. Dulces sueos," dijo roncamente Kathryn.

Se mud a cerrar la puerta, el resto del camino, pero la idea de Siete en el otro lado era algo

reconfortante. Dudando momentneamente, opt por dejarlo como estaba. Eran amigas

despus de todo, o no?

*********



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Captulo 4 Acerca de Nieve y Ballenas.

La maana encontr al almirante retirado comiendo un bagel y bebiendo una taza amarga de

caf, ambos obtenidos del replicador de su suite. Haba despertado antes de lo que le

hubiera gustado, sobre todo dada la noche anterior.

(Me estoy haciendo vieja), reflexion. Durmiendo durante el da y no en la noche.

(Me estoy convirtiendo en mi abuelo).

Queriendo disipar ese pensamiento deprimente, volvi su atencin a empacar sus maletas.

Estaban dejando el hotel de Seattle ms tarde esa maana, viajando hacia el norte a travs

de la frontera hacia Canad y hasta Whistler donde la familia de Harry mantena una cabaa.

Expuso algunas ropas de viaje casual para el da y se meti en el cuarto de bao para una

ducha. Despus de un debate rpido, se decidi por una ducha de hidromasaje en lugar de

uno snica. Era temprano y haba un montn de tiempo para secarse el pelo antes de que

tuvieran que salir.

Despus de la ducha se visti rpidamente y termin de empacar su bolso, ponindolo junto

a la puerta. Tambin hubo numerosas bolsas, llenas de las compras que ella y Siete haba

hecho el da anterior.

(Voy a tener que encontrar algo de tiempo para envolverlos.)

Hablando de Siete...

Kathryn mir la puerta entre sus suites, todava sentado ligeramente entreabierta.

(Debera?)

Con cautela, se acerc a la puerta y llam ligeramente antes de empujar y entrar en la suite

de Siete.

La profesora estaba vestida, recostada en su cama pulcramente hecha. Haba un PADD en

su mano y tal vez media docena ms extendidos a su lado, pero su atencin no estaba en su



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trabajo. En lugar de eso se centr en la holovisin, aunque Kathryn no poda ver lo que Siete

observaba desde este ngulo.

"Buenos das Kathryn." La sencilla sonrisa que Siete lanzo casualmente en su direccin

caus el bagel y caf tambalearse inquietantemente en el estmago de Kathryn.

"Buenos das Siete. Has dormido bien?".

"Mi sueo era adecuado", respondi la mujer ms joven. En verdad que haba experimentado

un sueo maravilloso, sus sueos estuvieron llenos de la mujer de pie en su puerta. Pero ella

eligi no compartir esa informacin.

"Te levantaste temprano," dijo ella en su lugar. "Estas lista para irte?"

"Lo soy. Veo que ests organizada tambin." Kathryn asinti a la bolsa de Siete, tambin lista

para llevar y sentada junto a la puerta principal.

"De hecho. Estaba tratando de trabajar un poco, pero estoy frustrada por esta serie particular

de ecuaciones". Siete permiti cierta frustracin arrastrarse en su voz. Luego se encogi de

hombros.

"A veces me parece que ver banal holovisin, 'giran mi cerebro hacia fuera', puede ser til en

estas situaciones." Ella se enderez en su cama e hizo un gesto a Kathryn para que entrara

en su suite.

"Puedes entrar," ofreci.

Kathryn dio unos pasos en la habitacin, sonriendo. "Qu espectculo estpido de Holo

visin ests viendo esta maana?" Pregunt.

"Creo que ests familiarizado con este." Siete inclinado la cabeza ante la holovisin en la

pared.

Kathryn recorri el resto del camino en la habitacin. Ella gimi cuando vio el show en la

holovisin.

"'Aventuras en el Cuadrante Delta" exclam. "Todava estn mostrando eso?"

Siete desliz sus pies para hacer espacio y Kathryn se asentaron en el borde de la cama.

Casi al instante estaba envuelta en el programa de dibujos animados para los nios.



41

"Esto es completamente absurdo", Kathryn murmur unos minutos ms tarde.

"El Hirogen no fueron tan grandes. Tampoco habla de eso. Y yo ciertamente nunca invit a

uno a cenar conmigo!".

En la holovisin, la caricatura del guerrero Hirogen haba entendido mal la invitacin de la

caricatura del capitn para la cena y estaba ocupado rocindola con sal y pimienta. El

capitn, un tanto desconcertada, finalmente descubri lo que estaba haciendo. Ella salt de

su silla, que cay de espaldas al suelo y corri tres veces alrededor de la habitacin antes de

tratar de escapar por la puerta.

Con un 'chasquido', el enorme pelo rojo de la caricatura del capitn se estrell con el marco

de la puerta y el personaje cay de espaldas. El Hirogen se puso sobre ella, lamindose los

labios. Una burbuja de pensamiento apareci sobre su cabeza que contena una imagen de

un pavo cocido. Risa artificial se escuch en el fondo.

"No puedo creer que ests viendo esta mierda." Kathryn lanz una mirada sucia a Siete, que

la miraba con abierta diversin.

"No es ms que un programa de dibujos animados para nios, Kathryn." Las palabras de

Siete eran calmantes, pero su voz celebraba risa contenida.

Los ojos de Kathryn se estrecharon an ms.

Entonces el holoshow llam su atencin de nuevo.

Una caricatura Siete de Nueve haba entrado. El personaje fue excesivamente

proporcionado, con el pecho y caderas considerables y una cintura imposiblemente

estrecha. Se puso de pie sobre el capitn de pelo enorme y corri lo que presumiblemente

era un tricorder sobre su cuerpo tendido.

"Ellos pusieron su implante en el lado equivocado", Kathryn murmur distradamente.

Siete baj la mirada hacia su mano izquierda, que ahora pareca perfectamente humano

despus de varias cirugas realizadas en aos anteriores.



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De vuelta en la holovisin, Siete de Nueve informaba al guerrero Hirogen que el capitn no

era material de alimentacin inadecuada y podra causar indigestin. Hubo ms risas

artificiales. El carcter Hirogen desplom sus hombros en decepcin y con mala cara

abandono la habitacin.

La caricatura Siete de Nueve se agach y agarr el brazo de su capitn, presumiblemente

con la intencin de ayudar a ponerse de pie. Con un tirn, el capitn de dibujos animados fue

catapultado por los aires. Su gran cabeza roja rebot en el techo, luego aterriz sobre su

trasero con las piernas extendidas. Siete de Nueve se disculp con su capitn. Mas risa

artificial.

" Es mi fuerza mejorada Borg," canturre el carcter, batiendo sus pestaas.

El vapor sali de los odos del capitn de dibujos animados y las chispas volaron de su

cabeza.

(Bueno, al menos consiguieron correctamente la parte sobre las chispas.)

Kathryn puso los ojos.

La holovisin cambi a la publicidad y Siete pulso el botn de apagado.

"Vamos", dijo la profesora. "Est claro que no voy a terminar este cmputo hoy, y tu presin

arterial esta elevada ms all de un nivel razonable. Vamos a ver si podemos encontrar una

buena taza de caf antes de que tengamos que salir?".

"T no tienes que pedrmelo dos veces!" Kathryn estaba fuera de la cama en un instante.

"Por qu iba yo a preguntarte dos veces?" Siete dijo inexpresiva.

"Ja, ja. Siete, eres casi tan divertida como tu caricatura."

Por costumbre, Siete puso una mano en la parte baja de la espalda de Kathryn cuando la

condujo por la puerta y en busca de una buena taza de caf.

*********



43

Alrededor del medioda cogieron un aerodeslizador del puerto de Seattle que los llevara al

norte. Vol bajo sobre el agua, lo que les ofreca de una hermosa vista de las islas y la

vegetacin de la costa oeste.

Debido a la gran poblacin en el planeta la mayora de las islas ms grandes estaban

habitadas, pero muchas de los ms pequeos se quedaron en sus estados naturales con

rocas desnudas y resistentes rboles costeros. Las gaviotas buceaban en torno a las

embarcaciones en busca de sobras.

Siete pas la mayor parte del viaje de una hora en la terraza exterior con Chakotay,

charlando en voz baja y mirando el paisaje. Kathryn, quien lo encontraba demasiado fro y

ventoso para estar afuera sobre el agua en esta poca del ao, los miraba pensativamente

por la ventana.

Justo antes de cruzar la frontera, Siete se puso de pie y grit, sealando a las olas. Casi de

inmediato los otros pasajeros se agolparon alrededor de las ventanas. Kathryn trat de mirar

por encima de la multitud, pero encontr molesta que no poda ver nada.

"Por aqu, almirante!" El Doctor y Tanya le indic su punto de vista y se introdujo a su lado.

Fuera del puerto de la proa del buque, una manada de cinco ballenas orca estaba saltando

en las olas. Kathryn jade con asombro.

No fue hace tanto tiempo que los ocanos de la Tierra haban estado completamente

muertos, y las ballenas, junto con ellos. En 2286, James Kirk y su tripulacin haban viajado

en el tiempo y regresaron con una sola ballena jorobada.

Al darse cuenta de que la ballena no poda sobrevivir por s misma, los cientficos de todo el

mundo haban comenzado rpidamente en un importante proyecto de rehabilitacin del

ocano, el tiempo de regresar muchas especies al medio silvestre.

Esta fue la primera vez que Kathryn haba visto una ballena en vivo. Eran criaturas

magnficas y elegantes en sus movimientos, y sinti un nudo formndose en su garganta.

Igualmente sorprendente fue la visin de la fra Profesora Annika Hansen Janeway de pie en

la cubierta exterior del aerodeslizador, con los brazos extendidos y lgrimas de felicidad

corriendo por su rostro.



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Kathryn estir el cuello, mirando hasta que las ballenas haban desaparecido de la vista.

Finalmente la multitud se separ, y Kathryn not que Chakotay estaba solo.

Siete estaba dentro del aerodeslizador, salpicndose la cara con de agua en uno de los

baos. Era ilgico - por qu ver a las ballenas causaron esa reaccin en sus conductos

lagrimales?

Y sin embargo, ella saba por qu.

Estos mamferos increbles, orientados a la familia se haban extinguido del planeta por ms

de ciento cincuenta aos. El hecho de que se les haba trado, y vivan en estado salvaje, era

nada menos que un milagro. Adems, la presencia de ballenas significaba que deban tener

algn tipo de ecosistema intacto, de lo contrario las "ballenas asesinas" no tendran nada

para alimentarse.

Un milagro de hecho.

Siete seco su cara y tom unas cuantas respiraciones profundas, tratando de acomodarse en

su compostura habitual.

Un anuncio se produjo por el sistema de comunicacin informando a los pasajeros que

estaban acoplando y deban prepararse para pasar por la aduana.

Al salir del bao, siete se desliz dentro de la multitud que esperaba para desembarcar. Su

altura le dio una clara ventaja y no pas mucho tiempo para localizar a sus antiguos

compaeros de tripulacin.

Kathryn se acerc a su lado y la mir con ojos clidos.

"Hermoso", fue todo lo que dijo.

Siete asintieron, no se senta del todo lista para hablar todava.

Diez minutos ms tarde estaban fuera del aerodeslizador, haban recogido su equipaje, y se

encontraban en una lnea para pasar la aduana que conceda entrada oficial a Canad.

Con la excepcin del personal de la Flota Estelar, la mayora de la gente que venan de

adentro y afuera del planeta fueron objeto de exmenes personalizados bastante intensos.



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Esta evaluacin entre pases era ms una formalidad, ya que simplemente se mueven de un

pas a otro en el mismo planeta. Fue ms una manera para que los rganos de gobierno

realizaran un seguimiento de lo que estaba dentro de su territorio reclamado.

Con tanta gente que viajaba dos das antes de Navidad, el personal de aduanas estaban

ocupados pero relajados. Kathryn pas por el Bioescanner primero y el funcionario de

aduanas le dio un guio amable.

El siguiente era el turno de Siete.

Acostumbrada a veces en tener un poco de molestias, debido a sus implantes Borg, Siete se

detuvo al otro lado e inclin la ceja ante el funcionario, esperando ya sea darle un 'bien' o

para realizarle ms preguntas.

Sin embargo, no hizo ninguno. Mirando hacia arriba de sus instrumentos, l le sonri.

"Dr. Janeway!" l estaba positivamente burbujeando. "Tom el curso de Mecnica Cuntica

Avanzada en Stanford el ao pasado."

Siete lo mir ms de cerca, y luego hizo una bsqueda rpida a travs de sus bancos de

memoria eidtica.

"Correcto. Steven Johnson, creo?" ella pregunt cortsmente.

"Llmame Steve", dijo sonriente. "Me encant el curso. Estoy terminando mi licenciatura esta

primavera. Va a estar enseando algo ms que pueda tomar?".

Siete lade la cabeza, accediendo a su calendario de cursos para el ao siguiente. "No, en

Stanford, pero estoy enseando dos secciones de una clase de Teora Avanzada de onda en

Berkeley."

Steve se desinflo ligeramente decepcionado.

"Sin embargo," Siete continu: "Tambin estoy dando una conferencia en el Instituto James

T. Kirk en San Francisco el 18 de febrero. La charla es para el pblico en general, por lo que

puede estar por debajo de su nivel de estudio...

"Oh, no, voy a estar all! 18 de febrero, no?".

Siete asinti.

"Bien, te he mantenido bastante tiempo", dijo Steve. "Fue muy agradable verte."

En el ltimo momento, aadi, "espero que usted y su esposa tengan una gran Navidad".



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"Ex-esposa," tanto Siete y Kathryn corrigen automticamente.

"Oh, lo siento", se encogi de hombros, y luego aadi un alegre "Feliz Navidad!" antes de

pasar a la siguiente persona en la fila.

"Ex-esposa," repiti Kathryn, avanzando hacia las puertas de salida. "Por qu nadie

consigue la parte 'ex'?".

"Tal vez sea porque no actan como exes", dijo B'Elanna descaradamente mientras los

pasaba campantemente, dejando a Siete y Kathryn mirndola aturdidamente confundidas.

*********

El transporte a Whistler Village fue corto. Elizabeth y su hermano Jon se reunieron con ellos

en la plaza principal, ambos vistiendo chaquetas abrigadas y guantes gruesos. Estaba

nevando ligeramente, y aproximadamente la mitad de una pulgada de nieve fresca cruja

bajo sus pies mientras seguan a sus anfitriones a travs de las multitudes.

Kathryn volc a subi el cuello de su abrigo y sac el pauelo apretado alrededor de su

cuello, metiendo las manos en los bolsillos. El viento era fro.

Jon haba recogi sus maletas de vuelta en la plaza del pueblo, y ahora estaba charlando

sobre cosas triviales cuando l abri el camino con su hermana.

"Ms nieve caer en los prximos das, eso espero", vocifero.

A diferencia de la pequea Elizabeth, que era bastante diminuta, Jon era un hombre grande,

fuerte pero suave. Tena una cara amable con pmulos anchos y lneas de expresin

alrededor de los ojos. De origen chino, tena el pelo grueso y canoso. Kathryn encontr difcil

juzgar su edad, pero supuso que era probablemente cerca de la suya.

Su chaqueta de cuadros pesada estaba abierta y los copos de nieve se aferraban al jersey

que llevaba debajo. l abri el camino a travs de la multitud, charlando con facilidad.

"Cualquiera de ustedes esqua?" pregunt.

Tanya y el doctor asinti. B'Elanna hizo un gesto de ms o menos con la mano, y Siete

encogi un hombro. "Lo he intentado", dijo.



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"El pueblo est lleno de las vacacionistas, pero las pistas son bastante vacas. Si alguien

est interesado los llevar maana."

"Tambin hay paseos en trineo en esta poca del ao, y el esqu de fondo y raquetas de

nieve", dijo. "Tenemos algunos equipos, por lo que slo hganoslo saber...

"Ah, aqu estamos." Haban llegado a un par de aerovehculos. "Nos las arreglamos para

encontrar alojamiento para todos, aunque no era fcil justo antes de Navidad. Los hoteles

estn llenos, pero nos dieron un par de pequeas cabaas que se han estado vacas."

Abri las puertas de los coches y comenz a carg

la segunda vez fanfic español star trek voyager j7

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