Segunda parte del cap. 1

La preocupación moral

Los seres humanos no siempre contemplamos el futuro con las mismas expectativas, en algunos periodos nos sentimos optimistas pero a veces se anticipan peores tiempos, sin embargo nunca perdemos la esperanza de que llegaran tempos mejores y que se acabaron esas guerras formadas solamente por la ambición.

En los momentos en los que los miembros de una sociedad creen encontrarse en una situación de crisis es cuando se manifiesta las cuestiones morales. Las formas habituales de vida y las reglas que rigen, entran en conflicto con la práctica social lo que hace necesario encontrar otras que las sustituyan y que se adecuen a las nuevas circunstancias que les prescriban como portase bien.

Durante varios periodos los hombres han vivido muchos cambios en sus tradiciones y esto han producido grandes convulsiones sociales que exigen la aparición de nuevos valores. Momentos tales como la caída del imperio romano, la revolución francesa entre otros han producido crisis de vida

En la actualidad se dice que vivimos en tiempos de crisis donde se ve reflejado por la falta de valores y por ello es necesario recuperar las normas morales, sin embargo todas esta situaciones suele estar ligadas a la economía y la ausencia de bienestar

Capitulo 2

Se dice que la moral trata del bien y del mal, de los actos que deben ejecutarse y de los que deben evitarse, de la bondad, la justicia, o la felicidad humanas. Son todos ellos temas muy familiares, expresados en un leguaje también familiar, que en definitiva se refiere a nuestra propia vida, sin embargo los filósofos se han ocupado de la moral, habían planeado que todas las acciones tienden a algún bien, que la ciencia que se ocupa del bien del individuo y de la ciudad es la policía (de la que la ética forma parte), que el supremo entre todos los bienes es la felicidad, desde entonces los filosofos han seguido discutiendo los mismos problemas, examinando que es el bien o por que debemos respetar las normas.

La regulación de la conducta humana

Como bien veía Aristóteles los problemas de la moral se plantean porque los hombres viven en sociedad, junto con otros hombres. Por ellos no se trata de enunciados verdaderos ni falsos, ya que no describen lo que hay o lo que es, sino lo que se debe hacer, no todas las reglas que dirigen la acción son del mismo tipo; algunas son reglas técnicas para alcanzar un objetivo material preciso, pero si los seres humanos vivieran solitarios no necesitarían reglas morales y les bastaría con reglas técnicas para alcanzar los objetivos que se proponen, cada sociedad posee una serie de normas acerca de las conductas deseables e indeseables.

Las nociones de bueno y malo están profundamente arraigadas en los individuos la sociedad. Ninguna sociedad carece de normas, que constituyen los que se denomina la moral o la ética. Etimológicamente, la palabra “moral” deriva del latín “mos-mosris”, que significa costumbre, mientras que “ética” deriva del griego “ethos”, que se relaciona con el carácter o las disposiciones para la vida. Sin embargo las normas morales nos son las únicas que regulan nuestro comportamiento social, hay también reglas sobre los usos sociales, normas jurídicas, mandatos, etc.

La naturaleza de las normas morales, puede apreciarse mucho mejor si comparamos la conducta humana con la conducta animal, porque veremos que los animales no necesitan una moral, y la moral, en sentido estricto, es patrimonio exclusivamente humano.

La conducta de los animales

Los animales manifiestan variedad de conductas para satisfacer sus necesidades básicas, pero cada especie animal presenta algunas conductas que son tan características como la disposición de sus órganos o la forma del cuerpo, esas conductas permiten una adaptación del animal a su entorno. Así, unos animales se defienden de los peligros mediante el mimetismo, otros por su fuerza, la rapidez en la huida, la defensa cooperativa, la ocultación, la secreción de sustancias venenosas o de otras múltiples formas con las que la naturaleza no deja de maravillarnos.

Los etólogos que se ocupan del estudio del comportamiento animal, han

descrito muchas de esas conductas que suponen en marcha de una forma

bastante automática en determinados momentos ante la presencia de ciertos

estmulos, como la comida, los congéneres o un posible compañero para

aparearse.

Muchos de estos comportamientos son complejos, el animal se compone de un

repertorio de conductas que se ponen en marcha cuando se presenta los

estímulos adecuados.

La jerarquía social.

El vivir juntos con otros con genes y tener que compartir es un fuerte potencial

de conflictos que deben de ser regulados, si no existen reglas de conductas se

podrían ocasionar enfrentamiento, para regular las relaciones entre los

individuos, los animales sociales establecen un sistema de jerarquías que

determinan dominación de un individuo sobre otro.

La mayoría de las especies sociales la jerarquía se determina en los encuentro

entre individuos mediante luchas, la lucha tiene unas reglas muy precisas y

generalmente uno de sus contendientes reconoce la derrota y lo manifiesta.

De este modo se establece una jerarquía entre los individuos de un mismo

grupo que conviven regularmente, y cada individuo reconoce su lugar con lo

que se evita conflictos.

El altruismo en los animales.

En muchas especies de animales sociales se observan conductas en las que el individuo arriesga su vida para favorecer a los otros miembros del grupo, pero desde vista del grupo son conductas beneficiosas, los socióbiologos han estudiado detenidamente este tipo de acciones y han retomado la noción de selección familiar que había sido propuesta por Darwin para explicar la conducta de los insectos sociales

Han sostenido que los organismos individuales solo son la ocasión para que se trasmita ese patrimonio genético, los individuos realizan conductas altruistas que aumentan las posibilidad de supervivencia de los que comparten sus mismo genes, pero lo característico de la conducta animal es que se ven impulsados a realizarlas en circunstancias apropiadas sin que quede espacio para la elección, es decir, no tiene oportunidad de elegir entre varias opciones y por eso mismo no se puede considerar que sean conductas morales , ya que les falta un componente esencial de la acción moral .

La construcción de la conducta humana

Los seres humanos son animales más dependientes del medio social, los seres humanos al llegar al mundo presentan muy pocas de las capacidades que alcanzaron años más tarde.

Durante la infancia los niños tienen que ir adquiriendo capacidades que se manifiestan en la edad adulta eso se debe a que poseen disposiciones innatas para ello, pero también que otros individuos le ayudan a su desarrollo.

Los humanos no son receptores pasivos de las influencias del ambiente y de los otros, sino que seleccionan las influencias y por ello construyen su propia vida.

Pero los seres humanos también somos animales que tenemos que adaptarnos a nuestro propio medio y satisfacer necesidades lo que sucede es que no somos solo producto de la herencia biológica sino también de la transmisión cultural, por ello podemos decir que el origen de las capacidades humanos están los mecanismos de la evolución que las hacen posibles, pero el uso y las formas que adoptan están determinados por la cultura.

Las presentaciones del mundo.

Un rasgo esencial de los seres humanos es que no solo actúan sobre su entorno, sino que pueden representar su propia acción, mediante sus capacidades simbólicas que se desarrollan con el lenguaje a partir de los dos años.

Los hombres han construido representaciones de los fenómenos cada vez más complejas, que desbordan con mucho lo observable y que sirven no solo para dar cuenta de las apariencias, sino también para explicar por qué las cosas suceden de una determinada manera. Elementos fundamentales de esas representaciones son categorías de espacio, tiempo y causalidad que desbordad lo inmediatamente percibido que permiten organizar los acontecimientos y la propia acción. El manejo del tiempo constituye una de las fuentes de la grandeza, y paradójicamente también de las angustias que la condición humana provoca porque nos hace anticipar de forma clara nuestro propio fin.

Gracias a la existencia de esas representaciones podemos tomar conciencia de lo que hacemos. La conciencia es un regulador de la acción y permite representarse los fines y elegir los caminos mejores para llegar a ellos. Aunque haya unos fines establecidos por nuestra naturaleza animal, que son los que nos mantienen en vida, no son suficientemente precisos y además podemos no aceptarlos e incluso provocar nuestra aniquilación.

La libertad.

Los seres humanos nos vemos obligados elegir las representaciones complejas de la realidad nos impelen a seleccionar nuestros fines y los caminos mediante los cuales podemos alcanzarlos. Continuamente tenemos que estar tomando decisiones acerca de nuestros fines y de los caminos que nos aproximan a ellos.

La sociedad nos proporciona también procedimientos para alcanzar determinadas metas y nos suministra reglas técnicas para ello. Hemos aprendido o descubierto muchas reglas para poder alcanzar mas eficazmente los fines que nos proponemos.

La posibilidad de elegir entre diferentes conductas que se nos ofrecen es lo que denominamos la libertad, que es una de las características esenciales y constitutivas de los seres humanos. Sin embargo, aunque encontremos determinaciones, influencias y presiones para dirigir nuestra conducta parece razonable acepta que en la mayor parte de los casos los seres humanos tienen algunas capacidad de elegir. Nuestro desarrollo, la educación, la sociedad en la que hemos crecido, pueden orientar mucho nuestras acciones, pero también podemos resistirnos a esas influencias y tomar nuestras propias decisiones.