El encarecimiento de la energía y de los combustibles ha impactado la vida de las personas y la actividad empresarial. El incremento en el precio del diesel, gasolina, combustóleo, electricidad para uso residencial e industrial ha mermado la capacidad de recuperación económica de México. Lo anterior también afecta la posibilidad de elevar el bienestar so-cial del país.

Como ejemplo se tiene el sobre cobro de energía eléctrica estimado por algunos industria-les, el cual superó los 170 mil millones de pesos durante los últimos 5 años. Lo anterior representa más de 1.2% del PIB, que traducido en inversión productiva, la que genera ri-queza y empleo formal, pudo impulsar en 2% al crecimiento económico. La creación de 250 mil empleos adicionales debió ser la consecuencia de no incurrir en el error de inten-tar aumentar los ingresos públicos mediante aumentos al precio de los derivados del pe-tróleo y de la energía eléctrica.

La afectación se da en rubros esenciales como la agricultura, en donde los incrementos promedio del precio de energía eléctrica para el bombeo de agua de rebasa el 100% entre el 2006 y el 2011. Cuando se toma en cuenta que justamente unos de los problemas que ha existido en el país es el aumento de la pobreza alimentaria, la elevación de los precios de los alimentos, la sequía y con ello la limitación en la capacidad de producción del sector agropecuario mexicano, no es claro el por qué se decide mantener aumentos en los cobros de la electricidad.

Una razón que podría esgrimirse es que el sector público necesita mayores recursos finan-cieros para saldar sus deudas o para hacer frente a su gasto. No obstante, cuando se revi-san las cifras de los ingresos programados contra los reales que el gobierno alcanzó duran-te los últimos 5 años, lo que puede observarse es que prácticamente en todos ha obtenido excedentes a lo originalmente aprobado en la Ley de Ingresos de la Federación. Tan solo en 2011 el ingreso superó los 214 mil millones de pesos y durante los últimos 5 años acu-mula más de 875 mil millones de pesos.

Lo anterior representa un elevado costo de oportunidad: mientras que el gobierno acumu-la ingresos excedentes, el sector privado debe pagar precios más elevados en energía y combustibles. De manera interesante esto también lleva a cuestionar si el esquema de ge-neración de energía eléctrica basado en cada vez mayores concesiones a extranjeros es el adecuado, fundamentalmente porque no repercute en menores precios finales para los

usuarios. La transformación de Comisión Federal de Electricidad de generadora a simple distribuidora de energía no es en beneficio de menores costos para la actividad productiva nacional, y debe revisarse cuál es la razón.

Cuando se toma en consideración a PEMEX la situación no es distinta, el incremento del presupuesto en infraestructura no necesariamente ha implicado menores precios de los derivados del petróleo y la razón es muy simple: México no produce sus propios combusti-bles y debe importarlos a precios internacionales. De poco sirve que el costo de extracción del petróleo oscile entre 5 y 9 dólares por barril, y que en estos momentos se venda al ex-tranjero en 100 dólares; cuando regresa a nuestro país en forma de gasolina, turbosina, productos químicos y aceites lo hace a precios que eliminan los beneficios iniciales de la exportación.

Revisar el esquema fiscal de PEMEX y el enorme gasto en servicios personales de CFE y PE-MEX (más de 116 mil millones de pesos en 2012) debe realizarse al mismo tiempo que se establece al sector energético como la columna vertebral del crecimiento económico y el desarrollo social, es prioritario darle una nueva visión a la riqueza con la que cuenta la na-ción, eso es parte de la tarea que deben asumir los candidatos a la presidencia de México.

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público

Durante los primeros cinco años del sexenio, el incremento al precio de los energéticos ha sido constante. Considerando la inflación promedio anual del petróleo y sus derivados se observan alzas de dos dígitos en la mayor parte de los mismos. No obstante puede citarse que los aumentos de combustóleo, turbosina y otros petrolíferos son los más considera-bles. Dichos incrementos se ven reflejados en una presión para que los productores eleven los precios de sus bienes, lo cual afecta su competitividad y productividad, fundamental-mente porque el rol que tienen los hidrocarburos en el eslabonamiento de la cadena pro-ductiva.

Si bien la inflación en la gasolina se moderó como consecuencia de la crisis del 2009, una vez que la recuperación se hizo notar también lo hicieron los continuos y persistentes in-crementos en los precios de la misma. Estos aumentos perjudican a la población en gene-ral y acentúan las problemáticas sociales del país pues afectan en mayor medida a la po-blación con menores percepciones económicas.

Incrementos en precios de los energéticos

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de INEGI

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de INEGI

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de INEGI

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de INEGI

Por su parte, el alza en los precios de la electricidad refleja una realidad similar a la del pe-tróleo y sus derivados. Incrementos de dos dígitos matizan el panorama entre 2006 y 2011. Un punto importante a resaltar es el alza que exhibe la electricidad para bombeo de agua de riego agrícola y que genera presiones inflacionarias sobre los alimentos, aspecto que es reflejado en aumentos en el precio de alimentos esenciales para la vida diaria de las perso-nas: maíz 17.1%, pollo 12.3%, 14.5%, huevo 12.6% y frijol 44.2% para la primera quincena de marzo. En éste sentido, el poder adquisitivo de la población se ve socavado como conse-cuencia de la evolución en los precios de la electricidad e hidrocarburos.

Pero no solo la población es afectada por dichos incrementos, también el alza en el precio de la electricidad diezma beneficios del sector empresarial. Los aumentos de dos dígitos que año con año exhibe la electricidad para la industria en media y alta tensión condicio-nan negativamente su evolución y en consecuencia limita las capacidades de crecimiento del país. Además afecta su capacidad de competir frente a las importaciones de países con menores costos laborales, que mantienen subvaluado su tipo de cambio, que reciben fuer-tes apoyos fiscales y financiamiento público y privado, como es el caso de China.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de INEGI

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de INEGI

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de INEGI

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público y PEMEX

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público y PEMEX

Diferencia del ingreso observado y el esperado en miles pesos por año Total del sexenio

2007 2008 2009 2010 2011

97,634,215 122,379,025 -122,212,950 151,213,295 272,439,650 521,453,235

Ingresos estimados versus ingresos observados en exportación de petróleo

Ingresos observados

Concepto/año 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Precio de exportación de crudo (US$/barril)

53 61 84 58 72 101

Volumen de exporta-ción de crudo (Mbd)

1,794 1,687 1,403 1,225 1,361 1,338

Ingreso observado diario en miles de dó-

lares 95,159 103,656 118,043 70,535 98,158 135,226

Ingreso observado diario en miles de pe-

sos 1,037,157 1,132,810 1,313,781 953,167 1,240,324 1,679,956

Ingresos estimados

Concepto/año 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Precio del petróleo aprobado en el presu-

puesto 53 43 54 59 59 65

Plataforma aprobada en el presupuesto

(Mbd) 1,668 1,850 1,628 1,610 1,108 1,149

Ingreso estimado dia-rio en miles de dólares

88,420 79,180 87,917 95,312 65,372 75,145

Ingreso estimado dia-rio en miles de pesos

963,710 865,319 978,496 1,287,996 826,041 933,546

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público y PEMEX

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público y PEMEX

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de INEGI

La actividad industrial refleja el magro desem-peño de la economía mexicana. Su evolución señala una problemática que no es menor: las tasas de crecimiento del país no son suficien-tes para mantener el vigor del aparato pro-ductivo, limitando la evolución económica del país.

En general, se observa que los resultados de la actividad industrial correspondientes a febre-ro del presente año son inferiores con respec-to al mismo periodo de 2011. Si bien, las tasas siguen siendo positivas, éstas son insuficien-tes. El ramo de electricidad es el más afecta-do, con un crecimiento de 3.3% contra el 8.8% del año previo. Sólo el rubro de minería exhi-be un desempeño positivo, aunque éste es marginal (0.7%) y no revierte su problemática estructural. En tanto que, pese a que la cons-

trucción constituía el factor con mejor desem-peño en periodos previos y que además su crecimiento es positivo (5.1%), su tendencia y su ciclo se encuentran en declive.

El sector de las manufacturas representa el factor de mayor contribución al crecimiento de la industria, con un incremento del 6.4%, motivado principalmente por las ramas de maquinaria y equipo, así como transporte, cuyos incrementos fueron de 19.8% y 17.5%, respectivamente; ambos con tendencias posi-tivas, aunque con tasas más bajas que en el año pasado. En sentido contrario, los subsec-tores de confección textil, insumos textiles y computación presentan tasas negativas: -9%, -3.2% y -3%, correspondientemente; todos ellos con tendencias a la baja y tasas más pe-

Actividad Industrial de México

Fuente: INEGI

queñas que las registradas en el mismo mes de 2011.

La producción de alimentos constituye un ele-mento fundamental de análisis. Su crecimien-to se encuentra entre los más bajos con única-mente 2% y éste incluso es inferior al dado en 2011. Al mismo tiempo, su tendencia eviden-cia una evolución negativa. Esta es un situa-ción delicada ya que corresponde a un sector estratégico de desarrollo y seguridad nacional, por lo que su bajo desempeño afecta directa-mente al bienestar de los mexicanos y como resultado el país es incapaz de generar el ali-mento suficiente para abastecer los requeri-mientos de la población.

Aunado a lo anterior, los ramos de bebidas y tabaco, madera, plástico, productos no metá-licos, productos metálicos, equipo eléctrico y

muebles, evidencias tasas de crecimiento po-sitivas pero menores a las del año previo. De los cuáles únicamente los sectores de madera, plástico y productos metálicos muestran ten-dencias positivas.

El rubro de los derivados del petróleo también refleja una problemática estructural del país, su tendencia ha permanecido negativa incluso desde antes de la crisis de 2008. Su tendencia a la baja demuestra que aún con los crecien-tes recursos destinados a PEMEX, ello no se traduce en un incremento del valor agregado de las empresas asociadas a los procesos se-cundarios y terciarios.

Por su parte, la inversión también se ha mo-derado. Pese a la tendencia positiva de la mis-ma, las tasas de crecimiento exhibidas en 2012 han decrecido: de 19.6% en enero de

Fuente: INEGI

2011 al 13.6% en el mismo mes del presente año. La relevancia de lo anterior es la fuerte correlación que la inversión en maquinaria y equipo tiene con la evolución de la industria manufacturera: 0.83. En éste sentido, la mo-deración en la evolución de la inversión condi-ciona el desempeño de la actividad industrial en manufacturas y obliga a mantener la revi-sión sobre la dinámica futura de éstas varia-bles, ya que de continuar esta tendencia po-dría disminuir el ritmo de crecimiento econó-mico del sector.

La importancia de esta situación recae en que cerca del 60% de la actividad industrial se en-cuentra representada por las manufacturas, las mismas que muestran el desempeño más preocupante del agregado total, tanto por su menor tasa de crecimiento como por su ten-

dencia estancada y su ciclo en declive. De esta manera, el deterioro de la actividad industrial tiene su origen en el componente más impor-tante de las actividades secundarias.

De igual manera las manufacturas tienen un estrecho vínculo con el desempeño de Esta-dos Unidos, por lo que de su comportamiento depende la evolución de la economía mexica-na. En este sentido, el observar que la produc-ción de equipo eléctrico, por citar un ejemplo relevante, ha entrado a una fase de marcada desaceleración dentro de la actividad indus-trial estadounidense, es un indicativo de que las exportaciones de dicho grupo de bienes han comenzado a disminuir su ritmo de ex-pansión.

Considerando un periodo de tiempo más am-plio, particularmente los primeros 5 años del

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de INEGI

presente sexenio, los resultados revelan un severo rezago productivo. A nivel agregado, la actividad industrial únicamente ha crecido 0.8% entre 2006 y 2011. El mejor desempeño corresponde al sector de electricidad, agua y gas, el mismo que presenta un incremento de 2.36%. En contrasentido, el rubro de la mine-ría tiene una tasa negativa del 1.05%; mien-tras que construcción y manufacturas crecie-ron únicamente en 0.98% y 1.29%, respectiva-

mente; situación que manifiesta claramente el serio estancamiento que ha experimentado el sector industrial mexicano.

Ante la falta de programas que ayuden a com-pensar los desequilibrios, aumenta la incerti-dumbre que existe sobre lo que pasará en la economía. Los resultados positivos que se ob-servan en algunos rubros son insuficientes para compensar la desaceleración industrial.

Fuente: INEGI

Fuente: INEGI

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