la expedición a la canela

5/9/2018 la expedición a la canela - slidepdf.com

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OCTAVIO LATORRE

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LA EXPEDICIÓN A LA CANELA Y ELDESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS

OCTAVIO LATORRE

PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA

COMISIÓN NACIONAL PERMANENTE DE CONMEMORACIONES CÍVICAS



MIEMBROS DE LA COMISIÓN NACIONAL PERMANENTE DECONMEMORACIONES CÍVICAS DE LA PRESIDENCIA DE LAREPÚBLICA

Dr. Claude Lara,Presidente (e) de la CNPCC

Dra. Cumandá CampiMiembro Representante de la Casa de la Cultura Ecuatoriana

Coronel Arturo Cadena Morlo.Miembro Representante de las Fuerzas Armadas

Embajador Hernán HolguínMiembro Representante del Ministerio de Educación y Cultura

Dr. Carlos Joaquín CórdovaMiembro AsesorRepresentante de la Academia Ecuatoriana de la Lengua

Dr. Manuel de Guzmán PolancoMiembro AsesorRepresentante de la Academia Nacional de Historia

Eco. Fabiola Cuvi Ortiz

Miembro AsesorRepresentante del Instituto Ecuatoriano de Investigaciones yCapacitación de la Mujer

Fabian Bedón SamaniegoSecretario (e)

Jimmy ChungAsistente

Comisión Nacional Permanente de Conmemoraciones Cívicas

Av. Amazonas 477 y Roca Edif. Río Amazonas 5to piso Of. 520Telf.: 2502-770 / 2231-596 [email protected]

Diseño e Impresión:Global Graphics 099 203 741, Quito - Ecuador

Tiraje: 1.000 Ejemplares

Impreso en Ecuador - Quito 2.006



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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN .-

CAPÍTULO I: Atahualpa y la primera noticia de la canela- La partida de la expedición

CAPÍTULO II: La ruta de la expedición- El campamento del Sumaco

CAPÍTULO III: La búsqueda de la canela y del Dorado- En busca del Dorado

- Las grandes decisiones junto al Río Grande- El momento de Orellana- El problema de la “Junta de los ríos”

CAPÍTULO IV: La partida de Orellana- Legalización de la decisión de continuar hacia el Amazonas- ¿Qué hacía mientras tanto Pizarro?- ¿Cuál fue el punto de máximo avance de los caneleros o tropa de Pizarro?

CAPÍTULO V: Partida de los Amazonautas, desde Aparia al Amazonas.- El día de Santa Olalla. 12 de febrero, 1542. El Gran Río Amazonas.- La hospitalidad de los indios y el nuevo bergantín



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CAPÍTULO VI: El río de la Trinidad ¿Madeira o Amazonas?- El Río Negro. Junio 5 de 1542- Una fiesta del Corpus Christi no tan santa. Junio de 1542

- La batalla de las Amazonas. Junio 22 de 1542- ¿Quiénes eran realmente las amazonas?

CAPÍTULO VII: El delta del Río Amazonas

CAPÍTULO VIII: Regreso de los caneleros de Pizarro a Quito.

- La última etapa de Coca a Quito.- ¿Cuántos regresaron a Quito?

CAPÍTULO IX: El regreso Orellana al Amazonas- La personalidad de Orellana

APÉNDICES: 1 y 2



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L a región amazónica con su gran río, ha sido y seguirá siendo el sueño detodo ecuatoriano y parte esencial de su historia, aunque las injusticias

políticas nos hayan obligado a renunciar a su real posesión. Nuestra historiaestará siempre unida al gran Río y a sus selvas. La primera expedición quenavegó por sus aguas, los primeros intentos de colonización, las primerasexploraciones de sus ríos, los primeros mapas del Amazonas y de laAudiencia, las etapas misioneras de Maynas y Putumayo, los esfuerzos por ladefensa contra las invasiones portuguesas, todos llevan el nombre de Quito yde Audiencia de Quito.

Todas las expediciones partieron de Quito y todos los esfuerzos heroicos por

sostener esa heredad, llevan la marca del Quito histórico, Ecuador, en que seincluyen ya los pueblos aborígenes que posteriormente serían parte de lanacionalidad. El proclamar a Quito como descubridor del Amazonas es una parte de nuestro glorioso pasado, que comenzó aun antes de losdescubrimientos.

Los pueblos aborígenes de Quito se comunicaban con los pueblos de la regiónde la Canela, mucho antes de la conquista española. Atahualpa mostró a sus

captores, no solo el oro de su Reino de Quito sino también la planta quelanzaría a sus victimarios a buscarla en las selvas de más allá de las montañasde Quito. Atahualpa deslumbró a sus captores con la única “especia” que ellos podían encontrar en América, la canela.

La expedición de Gonzalo Pizarro tiene su inspiración, sus protagonistas y suscomponentes nativos relacionados con Quito y formarán la tradición de mirar con ilusión hacia oriente, más allá de la Cordillera Real, hacia el Amazonas y

el Atlántico. Quito quería la conquista de toda la llanura amazónica hasta el

Introducción



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Atlántico, es verdad. ¿Espíritu imperialista?. Quizá, pero fue parte del espírituy del empuje típico de los pueblos jóvenes que buscan crecer. No sin razón, elhistoriador español Gil Munilla afirma que Quito fue el último reducto del

espíritu español de la Edad de Oro, pues cuando las demás regiones deAmérica vivían de las minas y de las encomiendas, Quito soñaba en laconquista y evangelización del Amazonas hasta el Atlántico.

Las etapas histórico-amazónicas de Quito tiene el sello de aventura y heroísmoque terminarán con aparente fracaso, pero siempre con un éxito parcial queservirá para volver a intentarlo.

La primera expedición de Pizarro en busca de la canela y el Dorado, fue unfracaso, pero se vio compensado con el descubrimiento del Amazonas.Orellana pensó en conquistar la Nueva Andalucía a orillas de su río, pero no pudo y murió en el intento. Desde entonces, el Gran Río y las inmensasregiones quedarían cerradas a nuevas exploraciones, por orden del Rey FelipeII, para evitar que otras potencias europeas entraran para atacar al imperioespañol. Así la hazaña de Orellana quedó, en España y en Quito, como unlejano recuerdo. Por lo mismo lo que vino después, fue un nuevodescubrimiento con un espíritu que superaba, sin duda, a los primerosesfuerzos.

El segundo intento se inició con el avance de las colonizaciones y misiones alo largo del Napo, en la década de 1630. Los misioneros franciscanosavanzaron por el río Napo y aun se aventuraron por breve tiempo, a trabajar con los Omaguas del Amazonas. Los encomenderos provocaron la reacción delos pueblos indígenas, Becabas y Encabellados, lo que obligó a retirarse de sustierras. Con todo, antes de volver a Quito, dos hermanos franciscanos se

lanzaron río abajo hacia lo desconocido y aparecieron un día ante lasguarniciones portuguesas del Pará. Los portugueses aprovecharon estaingenua visita para avanzar y buscar internarse en tierras del imperio español.La llegada de Pedro de Texeira a Quito revivió en sus habitantes, elentusiasmo y el deseo de seguir todos la ruta de Orellana. El río recibió con justicia el nombre de SAN FRANCISCO DE QUITO, y la Audiencia volvió amostrar que el espíritu de la Edad de Oro heredada de España, no había muertoaún. Así el parcial fracaso, dio origen a la epopeya más grande de su historia

amazónica: las Misiones de Mainas (1638 - 1763) que no fueron solamente



La Expedición a la Canela y el Descubrimiento del Amazonas

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esfuerzos de buenos religiosos, sino un programa humano, cultural y religiosoque cambió la imagen amazónica. Las primeras exploraciones de los ríosorientales partieron desde el Amazonas en busca de salidas directas a Quito.

Los primeros mapas integrados de la Audiencia de Quito y del Amazonas,fueron levantados a orillas del Gran Rio por los sabios misioneros, SamuelFritz (1691 y 1707), Carlos Brentano, Juan Magnin, Javier Weigl. Casi todo loque se conoce de las culturas y lenguas aborígenes de los antiguos pueblosamazónicos, parten de los estudios, recolección y conservación de losmisioneros de Mainas. Si los portugueses no pusieron sus linderos en ladesembocadura del río Aguarico en el Napo, como pretendían, fue principalmente por la resistencia de los misioneros de Mainas.

Razón tiene el gran investigador español Constantino Baile para titular su librosobre el tema: “Misiones, defensa de fronteras, Mainas”.

Si recorremos las páginas de nuestra historia, tenemos que concluir que lasmejores de nuestro pasado, fueron las realizadas e inspiradas en el Amazonas.Porque si nos gloriamos de ser los descubridores del Amazonas, lo quehicimos después fue todavía mejor.

¿Cuándo y por qué perdió Quito aquel espíritu de la Edad de Oro?.Seguramente cuando Quito dejó de soñar en el Amazonas.

Esta obra fue escrita antes de la firma del convenio con el Perú, trágica aunqueinevitable decisión, por la que reconocimos que nuestra presencia en elAmazonas había pasado y que los pueblos de América ya no reconocíannuestros derechos. Pero, los derechos territoriales y políticos tendremos quecambiarlos y aceptar una nueva realidad, pero no nuestra historia. Nuestro

pasado, lo que hicimos, lo que soñamos y lo que mostró nuestro espíritu de pueblo, será siempre nuestro orgullo y nuestra gloria. Nadie nos podrá quitar.El misionero suizo Juan Magnin al concluir su obra sobre las misiones deMainas, proclama a Mainas como “Corona de la Provincia de Quito” y a decir verdad, seguirá siéndolo.

Esta obra era parte de la Biblioteca Ecuatoriana Amazónica que debía constar de 40 volúmenes de pura documentación, destinada a hacer conocer todo lo

que hizo Quito en el Amazonas. Lastimosamente el Ecuador suspendió su



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publicación, confundiendo la política y su historia. Los volúmenes que estabanlistos para publicarse, quedarán archivados hasta que, quizá, una nuevageneración tome conciencia de su historia.

Que este pequeño ensayo, recuerde a las nuevas generaciones, que nuestrahistoria no termina en los límites del Protocolo de Río de Janiero, sino que seinterna en las inmensas selvas que bordean y rinden tributo al GRAN RÍOAMAZONAS, que por un siglo se llamó EL RÍO DE SAN FRANCISCO DEQUITO.



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ATAHUALPA Y LAPRIMERA NOTICIA DE LA CANELA.

L

a obra de la Real Audiencia de Quito en el Amazonas es, sin duda lamejor de su historia y la que debe llenar de orgullo a los ecuatorianos.

Veamos los hechos`

Todo nació de una conversación del Rey de Quito, Atahualpa, vencedor de losejércitos cuzqueños y preso por los traidores españoles. Mostró unos frutostraídos de su reino, que tenían un fuerte olor a canela. En ese momento lahistoria cambió: los españoles quedaron admirados de que Atahualpa, señor deQuito, que había ofrecido un cuarto entero de oro por su rescate, era tambiénel dueño de las regiones de la canela.

La canela era una de las especias más codiciadas en Europa y el Descubridor Cristóbal Colón se había comprometido con los reyes Católicos, en sus“Capitulaciones” a buscar ante todo, las codiciadas especias. Las habían buscado en el Caribe, pero sin éxito y ésta era la primera noticia de que podíanencontrarlas en Quito. El tomate, la vainilla, el cacao y otras fueron unenriquecimiento a la alimentación mundial, pero no reemplazaba a lastradicionales especias. La que más de acercaba era el “uchu” o ají del Perú que podía compararse con algunas pimientas.

CAPÍTULO I



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¿Por qué tanto interés en especias en especial en la canela?

No es raro encontrar en algunos textos de historia en que reducen el interés

de Europa por las famosas “especias” a simples condimentos. Resultaríaextraño creer que la historia del mundo cambiara por la búsqueda del “aji-nomoto” o algo similar. La realidad fue distinta.

Las “especias” (clavo, nuez moscada, el incienso, jengibre y sobre todo lacanela), eran traídas de oriente y seguía una ruta semejante a la de la seda.Las especias jugaban un importante papel en la medicina griega y romana. Enla Edad Media se generalizó el uso de las especias y su valor fue creciendo. LaLiga Hanseática llevó a los extremos de Europa y dejó de ser mero lujo paraconvertirse en necesidad imprescindible. El investigador Rosengarten explicala evolución de la vida de Europa en la Edad Media y el influjo de las especias:

“El alimento (de Europa) no era ni completo ni apetitoso. Lacarne sacrificada en octubre, se salaba y conservaba hasta la primavera. Se creía que las especias servían para preservar lacarne. No se conocían la patata y pocos vegetales podíanobtenerse en la estación y fuera de ella. Los limones eran

escasos , para dar sabor a las bebidas, ya que no existía el azúcar. No existía tampoco ni el té, ni el café ni el chocolate. Las especias, con todo, como las pimientas, la canela, el jengibre y el cardamón, mezclados con una porción mediodañada, sosa y aun repulsiva, podía hacerla aceptable. Lasespecias se usaban también para disimular los malos olores y sabores y al mismo tiempo se creía que servían para prevenir daños en la salud. Pero cuando apareció en los siglos posteriores, el azúcar, el café, el té, el cacao, el tabaco...la

demanda de las especias disminuyó gradualmente” 1

Las especias eran consideradas un medio esencial para la conservación ymejoramiento de los alimentos, sobre todo de la carne, del vino y por supuesto,como medicina.

Las especias así consideradas en Europa iban a tener influencia decisiva en lahistoria de la humanidad, cuando los turcos ocuparon las rutas del comercio yse vieron obligados a buscar nuevas rutas por occidente.

1. Rosenkarten, Frederic: The Book of Species. Wynnewood, Pa. 1969.




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La canela era quizá la más antigua y más codiciada de la Humanidad, por suolor y por los supuestos atributos medicinales. El que la canela haya llegado avaler más que el oro, en ciertas épocas, dice de su popularidad y demanda. Se

ha encontrado en las tumbas de los Faraones, más de 2.000 años antes deCristo y era usado como odorificante y como ingrediente de losembalsamamientos. En la Biblia se habla del uso de la canela (cinamomum ycasia) en relación con los ritos sagrados y desodorificante de los recintos deltemplo.

La canela de Ceilán o verdadera canela.

(CÍNNAHOMUN ZEYLANICUM)

La noticia de la canela de Quito lanzó a Benalcázar, Almagro y posteriormentea Alvarado hacia la capital del Reino de Quito. Benalcázar encontró la ciudadincaica destruida por Rumiñahui y sobre sus cenizas fundó la nueva ciudad el6 de diciembre de 1534. Los primeros pobladores tenían que hacer frente a lashuestes del Inca y la resistencia de las tribus aledañas, pero al estabilizarse lasituación, volvieron los ojos hacia el País de la Canela, que estaba al Oriente,detrás de la cordillera Real. Uno de los primeros capitanes, Gonzalo Diaz dePineda, se lanzó por esas rutas, cruzó el valle de Mazpa y se internó en lasmontañas de Quijos, ya conocidas por los habitantes de la ciudad incaica,

porque mantenían un regular comercio.



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En la región de Quito encontraron la leyenda de El Dorado, el reino donde eloro era tan abundante que los palacios estaban cubiertos de oro y el príncipese cubría de oro en ciertas épocas del año.

La nueva entrada a Quito extendía enormemente los territorios conquistados por Pizarro y era necesario organizarla.

En marzo de 1935 llegó a Lima el obispo de Panamá Tomás de Berlanga,luego de descubrir las islas de Galápagos. Al conocer la entrada a Quito tandistante del Perú, sugirió que para facilitar la administración de las dos provincias, se creara una nueva gobernación. Así lo sugirió al Rey en carta de20 de noviembre de 1535, desde Lima. El rey aceptó la sugerencia de Berlangay la gobernación de Quito se creó cuatro años más tarde, en 1539 y fuenombrado gobernador Gonzalo Pizarro que se hallaba en el Cuzco.

Gonzalo Pizarro recibió la orden de su hermano Francisco para trasladarse atomar posesión de la Gobernación de Quito, Diciembre de 1540. Al llegar aella, se encontró con la novedad de la existencia de la canela y de los rumoresde la existencia de un reino de El Dorado.

El hecho de que Gonzalo Pizarro partiera desde el Cuzco para tomar posesiónde la Gobernación ha llevado a ciertos escritores peruanos a propalar la tesisde que el descubrimiento del Amazonas se inició en aquella ciudad. Unaconclusión muy superficial y fácil de rebatir. Como bien indica el investigador español Gil Munilla, Pizarro viene a Quito para tomar posesión de sugobernación y solo entonces nace la idea de organizar la expedición para buscar la canela. El descubrimiento del Amazonas no estaba en los planes dePizarro y sucedió contra su voluntad, pues Orellana se separó sin contar conaquel. Tres etapas que no tienen necesariamente conexión entre sí, sino la

sucesión de tiempo.

El protagonista de la expedición, Gonzalo Pizarro dice en carta al Rey:

“Por las noticias que en Quito y fuera de él yo tuve, así decaciques principales y muy antiguos como por españoles queconfirmaban ser la provincia de la canela y laguna del Dorado,tierra muy poblada y rica, por cuya causa yo me determiné dela ir a conquistar y descubrir, porque me certificaron que de




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estas provincias se abrían grandes tesoros de donde VuestraMajestad fuese servido y socorrido para los grandes gastos quecada día se le ofrecen...”

Los investigadores españoles del descubrimiento del Amazonas más serios,como Ladislao Gil Munilla y Fernández Sánchez Barba concluyen que laexpedición se originó en Quito y que el descubrimiento del Amazonas serelaciona directamente con Quito. En forma más tajante lo afirma el escritor ydiplomático peruano Santos Chocano, cuyos textos aparecerán en el Apéndice.

Gonzalo Pizarro decidió pues, en Quito emprender enseguida la expedición para buscar las dos fuentes de riqueza, la canela y el Dorado. En Quito sehabían concentrado varios capitanes que se harían conocer en los próximosaños, además de Gonzalo Diaz de Pineda, Alonso de Mercadillo el Fundador de Loja, Antonio de Rivera, nombrado maestre de campo y que dirigiría lavanguardia, Juan de Acosta, Cristóbal de Funes encargado de la retaguardia yotros.

Mientras preparaba la expedición, llegó a Quito el Teniente de Gobernador dela recién fundada Guayaquil, Francisco de Orellana y se ofreció a

acompañarle.

Así lo dice el Padre Gaspar de Carvajal el cronista de la expedición:

“El dicho capitán (Orellana) dijo al dicho Gonzalo Pizarrocomo quería ir con él en servicio de Su Majestad y llevar susamigos y gastar su hacienda para mejor servir y estoconcertado, el dicho capitán se volvió a retornar a la dichatierra que a cargo tenía y a dejar en quietud y sosiego las dichas

ciudad y villa. Y para seguir dicha jornada gastó sobrecuarenta mil pesos de oro en cosas necesarias y aderezado se partió para la villa de Quito...”

Logró reunir a 23 soldados que partieron para Quito, probablemente losúltimos días de febrero y llegó cuando ya Pizarro había salido de la ciudad. Lavanguardia de la expedición había partido tres días antes que el grueso de laexpedición, en marzo de 1541. La expedición estaba compuesta de unos 200españoles y 4.000 indios. Estos últimos cargaban los abastecimientos y



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cuidaban de los caballos, acémilas (llamas), cerdos y equipos. Los españolesllevaban también numerosos perros (900 ?) como instrumentos de guerra y para aterrorizar a los indios.

La partida de la expedición.

Las expediciones partían luego de una ceremonia religiosa y la bendición delcapellán que era Gaspar de Carvajal quien se convertiría después en el cronistadel viaje de Orellana.

El investigador español Constantino Bayle describe cómo partían lasexpediciones:

“Con algazara propia de todas las expediciones, precediendocomo era rúbrica, el oir misa y bendecir la bandera quedesplegaba el alférez Juan de Acosta, formó Gonzalo Pizarro sus escuadrones en los primeros meses de 1541; todos ibanalegres bajo tan querido capitán, todos esperanzados con grandes riquezas que se prometían de aquel nuevo imperio, que su imaginación les pintaba igual o mayor que el incásico; todos

daban y recibían encomiendas entre los mermados vecinos quequedaban; las despedidas eran para pocos meses... y fueroneternas para casi todos. En las afueras de la ciudad de Quito, Pedro de Puelles, a quien encomendó el gobierno, Gonzaloabrazó a éste por última vez y la trompeta dio la orden demarchar. Iban ya por delante la vanguardia a las órdenes del maestre de campo Antonio de Rivera y la piara y el rebañoarreados por los indios.

Conozco el terreno por donde caminó el ejército los primerosdías y aseguro que el buen camino que hasta la cordillera ponenlos cronistas, es bueno con bondad relativa: no hay grandesmontañas, ni ríos caudalosos ni bosques enmarañados, peroapenas se puede andar media legua sin que se atraviesenhondísimas quebradas que hoy tienen veredas donde loscaballos avanzaban tanteando y entonces no tenían sino sendasde cabras, digo de indios peatones que trepan como cabras.




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Al tercer día empezaron a escalar la cordillera, probablemente por los páramos del Antisana, donde la nieve mató a unos 100indios y a los españoles les hizo pasar tormentos horrorosos;

porque la ventisca fue en despoblado, sin que el viento lesconsintiera armar toldos”. 2

2. Bayle, Constantino: Quito y el Amazonas, Cultura Hispánica, Vol. II, N. 5-6, pp. 342-352, Quito,1961



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LA RUTA DE LA EXPEDICIÓN

L a ruta seguía por las laderas de las actuales poblaciones de Guápulo,Tumbaco, Pifo y luego la cordillera, a donde llegaron al tercer día. El

paso de la cordillera fue la primera prueba de la expedición y el anuncio de lo

que iba a suceder. En esta época del año, el “Paso del Guamaní” ha sidotemible y suele estar fácilmente cubierta de nieve. Las primeras víctimas del paso de la cordillera fueron más de cien indios que, sin ropa adecuada,murieron congelados o víctimas de los maltratos de los españoles.

Al descender el flanco oriental y frente al gigantesco nevado del Antisana,sobrevino un fuerte terremoto que debió augurarles poca suerte.

El camino actual hacia los campos petroleros, no da una idea exacta de la

realidad de una tierra inexplorada, desde Quito a Quijos. Luego de bordear lalaguna y población de Papallacta, debían internarse en los tupidos bosques,siguiendo los antiguos caminos de indios, ya que la comunicación de Quitocon Quijos había sido frecuente en el pasado. Quijos proveía a Quito de lacanela (ishpingo), el oro, algunos animales (los perros) y el shamanismo, encambio recibían vestidos, objetos de cerámica, etc.

Siguieron el curso del río Maspa que luego toma el nombre de Quijos, poblada

de parcialidades indígenas que pusieron alguna resistencia al paso de la

CAPÍTULO II



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expedición, haciendo rodar piedras desde las alturas. Los españoles, a su vez,lanzaban a los perros amaestrados para la guerra que se encargaban dedestrozar a los indios y servía, al mismo tiempo para amedrentar a sus propios

“aliados”.

Al llegar a la confluencia del Quijos con el Cosanga, la expedición se dirigióhacia el sur, hacia el volcán Sumaco que se divisaba hacia el S.E. Por lomismo, no se puede identificar la ruta actual hacia los campos petroleros conla ruta seguida por Pizarro, ya que se desviaron hacia el S.E. como quedadicho. 3

Cuando la vanguardia llegaba a la región de Moti, al norte del Sumaco y buscaba un lugar para el campamento, llegó la voz de alarma de que un grupode soldados españoles, comandados por el Capitán Orellana se encontraba enserias dificultades, rodeado por los indios. Pizarro se apresuró a enviar ayuday con gran alivio de todos, Orellana y sus 23 compañeros entraron alcampamento, sanos y salvos, y fueron recibidos calurosamente. El capellánde la expedición, Gaspar de Carvajal que estuvo presente, afirma sobre lallegada de Orellana:

Cuando alcanzó al dicho Gonzalo Pizarro, no llevaba sino unaespada y una rodela y sus compañeros por el consiguiente.

Este detalle tiene importancia pues quizá influyó en las decisiones posterioresde Orellana.

Orellana era coterráneo de Pizarro y conocido por sus andanzas en México yCentro América. Debió llegar a Manabí con Alvarado y al regresar de la Sierray abandonar a Alvarado, se estableció en Portoviejo. De aquí partió al Perú

para ayudar a Francisco Pizarro, que estaba cercado en el Cuzco, por larebelión de Manco Cápac. Fue enviado luego a la Culata (Guayaquil) para pacificar a los indios rebeldes y a fundar nuevamente la ciudad que había sidodestruida. Esa fundación se mantenía cuando al regresar de Quito, Orellana pidió al Cabildo el reconocimiento de sus méritos antes de partir para juntarsea la expedición de Pizarro.

3. Hay alguna duda sobre la identidad del Sumaco, que parece confundirse con el actual volcánReventador, pues más de un cronista lo coloca “sobre la línea equinoccial o muy cerca de ella”. Enel mapa de Lemus y Andrade de 1608, el Sumaco ocupa el lugar del Reventador, a la orilla norte delrío Coca. Este volcán, como es sabido no fue identificado y reconocido sino en 1931, luego de unafuerte caída de ceniza en Quito.



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La ruta de la expedición de Gonzalo Pizarro. Marzo - diciembre de 1541



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Debió salir de Guayaquil a finales defebrero o mediados de Marzo con sus 23compañeros siguiendo probablemente la

ruta de Angamarca. Al llegar a Quito seencontró con que Pizarro había ya dejadola ciudad. Los otros españoles trataron dedisuadirle de alcanzar a Pizarro por unazona peligrosa y ya devastada por el pasodel primer grupo. Orellana no podíaaceptar tan fácilmente el fracaso, puessignificaría su ruina luego de haber gastado casi toda su fortuna. Se lanzó por tan difícil ruta, perdió todo en el camino y por poco terminó en la ruina. Fuenombrado por Pizarro su lugarteniente oel segundo de su mando.

El campamento del Sumaco.

Al pie del Sumaco pusieron el “real” o campamento y donde encontraronabundante comida, aunque los indios del lugar se mostraban esquivos.

Pizarro aprovechó para rehacer y reorganizar sus fuerzas que no debían estar muy animadas, luego de haber recorrido 60 leguas ´por altas sierras´ comodescribirá luego, en su carta al rey. El clima en los meses de abril y mayo sonde incesantes lluvias y la marcha se dificultaba por las escaramuzas con losindios. Establecido el campamento, era el momento de buscar la canela quehabía sido la razón de la expedición y la esperanza de cambiar la suerte hasta

el momento esquiva.

Francisco de Orellana, Teniente ygobernador de Guayaquil, y el

primero que recorrió el río Amazonas. 1542




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FERNANDEZ DE OVIEDO: Plantas y animales propios de América.

LA CANELA: (1ra. superior izquierdo)



LA BÚSQUEDA DE LA CANELA

Y DEL DORADO

I nstalado el “real” o campamento, venía la tarea que motivó la expedición:encontrar la canela. Pizarro informaba posteriormente al Rey:

“Procuré de me informar a qué parte era la tierra de la

canela... determiné de ir en persona a la ver con 80 soldados a pie sin llevar caballo, porque la disposición y aspereza de latierra no daba lugar a ello. Y así yo anduve en busca de losárboles de la canela y provincia donde estaba, bien más de 70días, en el cual pasamos grandes trabajos y hambres por razónde las asperezas de la tierra y variación de los guías, del cual trabajo murieron algunos españoles, por razón de las grandesaguas y hambres que pasamos. Y al cabo deste tiempo hallamoslos árboles que llevan la canela, que son unos capullos, la

muestra de la cual envío a Vuestra Majestad” 4

La canela, ¿dónde la encontraron?

Por los detalles de la relación de Pizarro, la búsqueda debió ser dentro delcírculo formado por el arco del río Coca por el norte y el río Napo al sur, por donde corren ríos Payamino, Suno y Punino, una región extremadamenterocosa e irregular, donde no podían entrar los caballos y que no ha podido

cruzarse con buenas vías hasta el presente.

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CAPÍTULO III

4. Carta de Gonzalo Pizarro al Rey desde Tomebamba,



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Luego de 70 días de búsqueda y en donde murieron algunos españoles, dieroncon algo que parecía canela. ¿qué encontraron?. Prosigue Pizarro:

Hallamos los árboles que llevan la canela, que son unoscapullos, la muestra de la cual envío a Vuestra Majestad. Y lahoja tiene el mismo gusto, pero la corteza ni lo demás no tiene gusto ninguno, los cuales estaban en unas montañas ásperas,despobladas e inhabitables, y unos árboles eran pequeños yotros más gruesos, y estaban apartados unos de otros muchotrecho. Es tierra y fruto de que Vuestra Majestad no puede ser dello servido ni aprovechado, porque es poca cantidad y demenos provecho.

Una expedición tan dificil que duraba ya seis meses y 70 días de hambre ysacrificios en que murieron varios españoles, hubiera sido compensada siencontraban la canela, pero lo que encontraron fue el “ishpingo” o canela deQuijos, (Ocotea quixos) una planta con olor a canela, pero muy distinta a lacanela conocida en Europa.

La canela de Quijos o “Ishpingo”, según Fernández de Oviedo.

La frustración era inevitable y la que produjo un creciente desaliento enPizarro y en sus compañeros y causó a la postre el fracaso de la expedición.El primer objetivo de la expedición se había esfumado y solo quedaba la

esperanza de encontrar el Reino del Dorado.



EN BUSCA DE EL DORADO

P izarro pasó a otra zona que la llamó de Capua, fuera del sector intransitabledel círculo de quebradas y peñascos y mandó mensajeros al “real” para que sele juntara. Reunidos en medio de la selva, consideraron tres opciones: tomar el del norte en dirección a la cascada, llamada actualmente de San Rafael;hacia el este, al encuentro del río Coca o retroceder hacia Quito, lo quesignificaba reconocer el fracaso.

El padre Carvajal menciona los ríos Payamino y Suno, que Oviedo pareceidentificar con el río de la canela, lo que indicaría que tomaron la dirección

NE. hacia la cascada donde, según Garcilaso

“hallaron que el río hacía un salto de una peña de más dedoscientas brazas de alto que hacía tan gran ruido que looyeron más de seis leguas antes que llegasen a él. Admiráronsede ver cosa tan grande y tan extraña, pero mucho más seadmiraron cuarenta o cincuenta leguas más abajo, cuandovieron que aquella inmensidad de aguas de aquel río, se recogía y colaba por una canal de otra peña grandísima”

La descripción de la cascada de San Rafael de 140 metros de altura, es bastante exacta al igual que las gargantas que rodean al “Codo Sinclaire”.5

Avanzaron a la provincia de Guema donde dieron con pequeños poblados ycon indios tímidos que andaban en sus canoas. Se acercaron medrosos, perocomo no daban noticia cierta de lo que Pizarro quería, éste usó métodos cadavez más brutales. Gonzalo Pizarro era considerado como el más cruel y

sanguinario de los conquistadores y en este viaje lleno de frustraciones, diorienda suelta a su brutalidad que asustó a sus mismos compañeros, comorelataba después el cronista Cieza de León.

Tal conducta, sin embargo, resultó contraproducente, pues enajenó a los indiosque ocultaron la comida, mientras el hambre hacía estragos entre losespañoles. Los miles de puercos traidos de Quito habían ya desaparecidos y noencontraban sino raíces poco conocidas en la selva.

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5. El “Codo Sincalir” es un sector explorado por el geólogo Joseph Sinclaire en 1928 y por dondese precipita el río Quijos-Coca y que bien aprovechado para electrificación produciría varias vecesla central de Paute. Desgraciadamente, cruza un sector con tres fallas sísmicas … vivas, es decir activas que causaron el terremoto de 5 de marzo de 1987.




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El avance por las orillas del río Coca era muy lento, por lo que decidieron pasar a la izquierda del río, lo que no fue tan fácil por la fuerza de la corriente

y por la resistencia de los indios. Lograron capturar unas quince canoas quefacilitaron el avance y la búsqueda de alimentos.

Si la expedición cruzó el río Coca, como se concluye de todos los relatos,quiere decir se movían en la lengua de tierra entre el Coca y el Aguarico, quecorre más al norte y que podría ser el “río grande” que encontró Antonio deRivera, que se adelantó para explorar.

El avance era muy lento por las incesantes lluvias y por la dificultad deencontrar abastecimientos. En la mente de todos iba creciendo la idea de tomar una decisión terminante, pues al momento no sabían a dónde iban ni a qué buscaban. La alternativa era ¿seguir adelante o buscar otro camino de regreso?.

Las grandes decisiones junto al Río Grande.

La expedición debilitada en moral y en número (habían muerto la mayor partede los indios y algunos españoles), estaba, según se dijo, a la orilla izquierda

del Coca en un sector donde era navegable y en donde encontraron por elmomento, alimentos y algunos pueblos amigables. La discusión en elcampamento se centró en la cuestión central: “seguir o no seguir”. Seguir por el río con la esperanza de encontrar El Dorado y el Reino de las Amazonas, deque hablaban con más frecuencia los indios o retirarse a Quito.

La decisión, por el momento, fue seguir avanzando, pero Pizarro propusoconstruir un barco que facilitara la exploración, que permitiera encontrar alimentos y facilitara el transporte de enfermos y material pesado.

Curiosamente Orellana se opone a construir el barco y seguir por río, prefiriendo tomar el camino de Pasto y Popayán, como que “se diese vuelta alas dichas zabanas y siguiésemos los caminos que iban a dicho poblado”.

Pizarro decidió hacerlo y todos se dedicaron a la construcción de un bergantín, bajo la dirección de dos “carpinteros de ribera”, uno de ellos Diego Mejía queaparece posteriormente en Aparia.Terminado el bergantín, que fue bautizado con el nombre de San Pedro,cargaron todo lo pesado (enfermos ,“indios dolientes”, armas, ropa, hierro,



todos los tesoros, según dice Gracilazo).

Orellana se encargó de comandarlo junto con las canoas capturadas a los

indios. Avanzaron cincuenta leguas, dice Carvajal, adelantándose a buscar alimento y reuniéndose todos a la noche.

El momento de Orellana.

Al no encontrar nada que cambiara la situación y cuando los guías indiosanunciaban que venía un gran despoblado, “el Capitán Orellana viendo lo que pasaba...le pareció que no cumplía con su honra dar vuelta sobre tanta pérdida,y así se fue al dicho gobernador y le dijo cómo él determinaba de dejar lo pocoque allí tenía y seguir el río abajo y que...si hallase poblado y comida...que élse lo haría saber”.

Era una reacción lógica, muy parecida a la de Francisco Pizarro en la isla deEl Gallo, quince años antes, pero que contenía un motivo también personalque puede explicar ciertas decisiones posteriores: “que no cumplía con suhonra dar vuelta sobre tanta pérdida”. Recordemos cómo había llegado alcampamento, solo con “espada y rodela”.

El “Convenio” entre Pizarro y Orellana sería interpretado, luego de distintomodo y daría origen a serias acusaciones. Orellana, según el relato deCarvajal, se comprometía a ir a buscar comida y poblado, pero dejaba abiertala posibilidad de no regresar, en cuyo caso que Pizarro “se retrajese atrás...oque no hiciera cuenta de él”. Pizarro en cambio afirma que el Capitán Orellana“dándole el bergantín y las canoas y 60 hombres, que él iría a buscar comiday la traería para socorro del real...y que el socorro sería breve y dentro de diezo doce días tornaría al real”. La expedición de Orellana constaba de 57

hombres entre los que se contaban dos capellanes, uno de los cuales eraGaspar de Carvajal que se convertiría en el cronista y apologista de la hazañade Orellana.

El problema de la “Junta de los ríos”.

El punto donde debían encontrase o no pasar era “las Juntas de los dos grandesríos” que se hallaban luego del gran despoblado y en donde podrían encontrar comida. Esas “juntas” no pueden ser sino dos: la del Coca - Napo y la otra,

OCTAVIO LATORRE

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Napo - Aguarico. Para Jiménez de la Espada y otros autores, las JUNTAS no pueden ser otras que la Coca - Napo; mientras que para Gil Munilla, ToribioMedina y el autor, deben ser la de Aguarico - Napo, como discutiremos más

tarde. Con todo adelantemos una tercera alternativa: Pizarro tiene dosexpresiones distintas: las juntas de los dos ríos muy grandes y “las juntas delos ríos donde me debía esperar”. Las primeras, podían ser las de Coca - Napo,y las segundas, mucho más abajo, Aguarico - Coca.



OCTAVIO LATORRE

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L a s

“ J un t a s ” d el o s r í o s , a ) C o c a

-N a p o. b ) A g u ar i c o

-N a p o.



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LA PARTIDA DE ORELLANA.DICIEMBRE 1541

C on 57 compañeros y llevando todo lo pesado y remolcando varias canoasde las capturadas a los indios, zarpó Orellana río abajo desde el curso

inferior del Coca, la víspera de la fiesta de Navidad de 1541.

“Y como el río corría mucho, andábamos a veinte y veinticinco leguas, porqueya el río iba crecido y aumentando así, por causa de otros ríos que entraban enél por la mano derecha hacia el sur”.

Un percance en los primeros días pudo terminar en tragedia, cuando el bergantín chocó contra un tronco sumergido, muy común en los ríosorientales, y rompió una tabla. Felizmente estaban cerca de la orilla y pudieron

alcanzarla y reparar la avería.

Al tercer día se agotaron los abastecimientos y el hambre se hizo presente.Cruzaban el gran despoblado y lo único que podían hacer era remar con másvigor para encontrar las poblaciones de indios.

Al amanecer del año nuevo de 1542 oyeron tambores en la lejanía con lo querenacía la esperanza de encontrar poblados y en ellos, ...comida!. Dos días mástarde vieron indios que huían, pero no dieron con ellos.

CAPÍTULO IV



OCTAVIO LATORRE

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Después de recorrer 200 leguas, según los exagerados cálculos del P.Carvajal,llegaron a Irimary en la región de Aparia, donde encontraron comida: maíz y pescado guisado.

Habían navegado por nueve días y en todo este trayecto no vieron ninguna población, hasta que llegaron a las “juntas”. Saciaron el hambre ydescansaron, pero Orellana debía tomar una decisión a la brevedad posible.

Según una de las versiones de Carvajal, Orellana reunió a todos loscompañeros y les presentó la situación en que se encontraban. Las únicasalternativas eran, volver, esperar o proseguir el viaje.

La corriente les había ayudado y llevado demasiado lejos, pues en 9 díashabían recorrido 200 leguas. Si querían regresar, las jornadas serían difíciles,y los resultados, inútiles. Al intentar hacerlo, hubieran debido remar contracorriente con la nave cargada de alimentos. Si en 9 días habían recorrido200 leguas, el regreso les hubiera tomado no menos de un mes y en ese lapsohubieran consumido todos los alimentos. Al llegar al real, no hubieran tenidonada que ofrecer a Pizarro. Este era conocido por su genio cruel y no hubieraaceptado explicaciones. ¿Valía la pena regresar?

La conclusión de Orellana no podía ser otra: NO TENIA SENTIDOINTENTAR UN RETORNO QUE EN EL MEJOR DE LOS CASOS, NO IBAA RESOLVER NADA.

Según Gracilazo, dos se opusieron, uno de ellos Sánchez Vargas, fueabandonado en la orilla y el mismo Padre Carvajal fue maltratado. Extrañomaltrato que le convirtió en relator de la supuesta rebelión y panegirista delCapitán Orellana. Carvajal nada dice al respeto.

La mayoría de los Cronistas, entre ellos Toribio de Ortiguera que entrevistóaños más tarde a varios compañeros de Orellana, creen, con todo, que “hubiera podido regresar si hubiera querido”.

Una razón psicológica pudo haber influido también en la decisión de Orellana:su situación económica. Recordemos que llegó al “real” de Pizarro, luego dehaber gastado toda su fortuna en preparar la expedición y lo poco que lequedaba perdió en los ataques de los indios en su intento de alcanzar a Pizarro.




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Regresar a Quito y al Perú, luego de tanta pérdida, hubiera resultadodesastroso. No le quedaba, pues sino proseguir y tentar fortuna en lodesconocido.

Orellana tomó algunas medidas laterales: la primera: ofrecer las facilidades alos que intentaran regresar al “real”, para dar aviso a Pizarro. Segunda:esperar por unos días para ver si Pizarro les alcanzaba.

Invitó a todos a intentar llevar los auxilios a Pizarro. La respuesta de la gentedebió ser fría, como se puede colegir de la versión de Carvajal, trasmitida por Fernández de Oviedo: “Y entre tanta gente se hallaron solamente tres quedijeron que ellos irían si les daban tres ballesteros que fuesen con ellos, loscuales no se hallaron a propósito...”.

La proposición de los tres voluntarios debió causar preocupación en losdemás, pues si alcanzaban el real, Pizarro habría tenido argumentosirrefutables contra Orellana y compañeros. Probablemente el mismo Capitánactuó con habilidad para conseguir el consenso, no solo para guardarse lasespaldas, sino también para mantener la unión en la empresa que teníandelante. Espontáneamente o con maniobras del Capitán, todos volvieron a

rogar “que mudase el acuerdo y siguiese otra derrota y que le seguirían todoscomo a su capitán...”

Para el investigador español Jiménez de la Espada, en su obra “La Traición deun Tuerto”, todo huele a una simple pantomima para disfrazar la deslealtad y poder seguir tranquilamente su camino. Igual sentido tendría el párrafosiguiente de Carvajal: “El Capitán, visto el parecer de su gente y conociendoque todo era verdad lo que decían y que tenían razón...acogióse como prudenteal parecer de sus compañeros y dejó de seguir su voluntad que era socorrer a

la mucha necesidad en que el ejército de Gonzalo Pizarro quedaba”.

Legalización de la decisión de continuar hacia el Amazonas.

Tomada la resolución de continuar, debía justificarla “jurídicamente”, pues presentía que en todo caso sería acusado de traición y en tal caso, la pena seríala muerte. Como teniente general del Gobernador Pizarro nombró a Franciscode Isásaga como escribano real y como tal debía legalizar los actos del nuevocapitán y de sus seguidores. Levantada el acta y nombrados los testigos, todos



OCTAVIO LATORRE

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prestaron homenaje al nuevo gobernador y le solicitaron continuar el viajehacia el Mar del Norte (Atlántico). Firmaron 41 personas.

La expedición, con todo se detuvo tres semanas en Aparia, esperando quizá lallegada de Pizarro, aprovechando el tiempo en recoger madera y fabricar clavos para construir un nuevo bergantín. Orellana, luego de una arenga a suscompañeros que servía también para explicar la decisión, se disponía a zarpar hacia lo desconocido.

Desde este momento, la expedición se divide en dos grupos que han sidollamados, los “CANELEROS” o los que seguían con Pizarro y los“AMAZONAUTAS” compañeros de Orellana. Así les llamaremos tambiénaquí.

¿Qué hacía mientras tanto Pizarro?

Pizarro, viendo que no regresaba Orellana, avanzó 40 leguas hasta “las juntas”. ¿Qué ruta llevaba? Debían seguir apegados a la orilla del río por donde bajó Orellana para no perder de vista su llegada que la creían inminente. Nuevamente nos encontramos con el problema de qué “juntas” se trataba, las

de Coca-Napo o Aguarico - Napo?. Entre las dos “juntas” hay una distancia de230 kilómetros con un sector extenso y despoblado. Los diferentes textos no permiten esclarecer el problema.

Al no encontrar a Orellana ni a las canoas, aumentó el desaliento en todos, pues llevaban varios días de no haber comido sino cogollos de bihaos y otras plantas encontradas en el suelo. La reacción de rabia contra Orellana iríacreciendo, como es lógico y se reflejaría luego en todos los informes de los participantes. Pese a todo, Pizarro siguió avanzando en busca de comida, con

la esperanza también de que Orellana volvería o que les esperaría, puesencontraban árboles rotos que revelaban que habían desembarcado. Envióalgunos exploradores en las pocas canoas que les quedaba, para buscar alimentos, pero todas sin éxito, excepto la última de Diaz de Pineda que diocon campos de yuca.

¿Cuál fue el punto de máximo avance de los caneleros o tropa de Pizarro?- He aquí un nuevo problema de difícil solución. Llegaron hasta unos extensoscampos de yuca en que pudieron alimentarse, seguramente los mismos que




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había encontrado Orellana porque estaba allí el campamento. Cieza de León pone una frase que puede aclarar o confundir más: “dieron en otro río mayor y más poderoso que aquel por donde venían”. Si bajaban por el río Coca, el río

más grande era, lógicamente el Napo, pero si bajaban por el río Aguarico, seencontraron con el mismo Napo pero 200 kilómetros más abajo. - Nuevamentetenemos un problema de difícil solución. Si eran la ¨juntas¨de Coca - Napo, lamarcha de Orellana era relativamente corta y su regreso era inminente yobligada. En cambio si fueron las juntas de Aguarico - Napo, la distancia puede parecer demasiado larga.

EL RIO NAPO más allá de las “juntas” con el Coca. Los bancos de arena y troncosson frecuentes y en uno de ellos chocó el bergantín de Orellana y estuvieron en

peligro de zozobrar.



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PARTIDA DE LOS AMAZONAUTASDESDE APARIA AL AMAZONAS.

ENERO DE 1542

Los amazonautas de Orellana partieron de Aparia y entraron en la regiónde Imará donde encontraron una parcialidad de indios amigables que les

ayudaron muy cordialmente. Aprovecharon para construir el nuevo y mejor bergantín con la madera que habían recogido en Irimary .

Ayudados por dos carpinteros que sabían algo de construcción naval, Juan deAlcántara y Sebastián Rodríguez se dedicaron a las diversas tareas: cortar árboles y convertirlos en tablas, confección de fuelles para alimentar el fuego,la fabricación de 2.000 clavos....

Aunque tenían listo el material para el nuevo bergantín, Orellana decidiózarpar para terminar el trabajo en un mejor sitio, pues había notado elcansancio de los indios, producido probablemente por los abusos de losespañoles.

El 2 de febrero partieron hacia lo desconocido en busca del señor de Aparia.El río Napo, luego de las “juntas” con el Aguarico había girado hacia el S.E yse dirigía hacia el Amazonas.

CAPÍTULO V




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Luego de navegar veinte leguas, aparecieron las canoas de Aparia Menor peroen un momento en que se hallaban en la confluencia de un río que entraba por la derecha en furiosa correntada con palisadas que amenazaban hacer zozobrar

al bergantín. Era seguramente el río Curaray en una de sus súbitas crecientes.Pasaron de largo hasta llegar a Aparia la Grande, donde Orellana ganó lavoluntad de los indios con sus conocimientos de la lengua. Aprovechó para proclamar la soberanía del Rey de España y también la religión de loscristianos. Fueron muy bien aprovisionados y homenajeados como “hijos delsol”, aunque les advirtieron que se encontrarían más adelante con el reino delas mujeres guerreras, “Coniupuyaras” o señoras guerreras, las famosas“Amazonas”. Esta leyenda ya habían oído desde la región de la canela y serepetiría con más frecuencia en los próximos meses.

El dia de Santa Olalla. 12 de febrero,1542. EL GRAN RÍO AMAZONAS.

Habían navegado once días desde Irimary, cuando en forma inesperada seencontraron con el Rey de los Ríos. La descripción del Padre Carvajal esdramática:

Día de Santa Olalla... se juntaron dos ríos con el río de nuestra

navegación, y eran grandes, en especial el que entró a la manoderecha como veníamos el agua abajo; el cual deshacía y señoreaba todo el otro río y parescía que le consumía en si; porque venía tan furioso y con tan gran avenida que era cosa demucha grima y espanto ver tanta palizada de árboles y madera seca como traía, que pusiera grandísimo temor mirarle desdetierra cuanto más andando por él.

Estas juntas destos dios se llamaron las juntas de Santa Olalla...

y era tan ancho de banda a banda que ahí adelante que parescíaque navegábamos por una amplísima mar engolfados...”

Las juntas de Santa Olalla no podían ser otras que la unión del Napo con elGigantesco Amazonas. La presencia de una isla en la desembocadura del Napo, pudo confundir a Carvajal y compañeros sobre la inmensidad de la bocay que parecían dos ríos. Esta unión de los ríos Amazonas y Napo fue temible para las canoas en los siglos posteriores, como atestiguaban los misioneros deMainas. Para Jiménez de la Espada, se trataba solamente del río Curaray en



una de sus súbitas crecidas. Se base en otro pasaje de Carvajal sobre un río“más grande que el que llevábamos”, como veremos más tarde.

La hospitalidad de los indios y el nuevo bergantín.

El bergantín navegaba ya por el anchuroso Amazonas llevando a remolque lascanoas con los amazonautas que no cabían en él. No podían continuar en esaestrecha situación en aquel mar dulce y cuando se acercaban al reino de lasAmazonas. Aprovechando la hospitalidad de los indios y el material preparadoen Irimary, construyeron un bergantín más grande que el que traían y le bautizaron con el nombre de “Victoria”. Refaccionaron el anterior llamadoSan Pedro, dejando las canoas para operaciones de desembarco y auxilio.

Mientras construían el bergantín, recibieron una extraña visita de unos cuatrogigantes, de piel blanca y muy educados, que representaban a un poderososeñor. Lastimosamente, nunca regresaron y solo pudieron tomar nota de quehombres blancos debieron llegar a América antes de Colón.

Orgullosos de las dos naves y cargados de alimentos donados por los indios,zarparon hacia el Este. No podían haber escogido mejor oportunidad de

disponer de un bergantín, porque se acababan las tribus amigables. En lasregiones de Machiparo, Omagua y en el reino de las temibles “amazonas”,encontrarían una feroz resistencia.

El 12 de mayo de 1542 llegaron a Machiparo y Omagua, densamente pobladas yextremadamente belicosas. Las tribus de Machiparo, según cálculo de Carvajal,llegaban a unos 50.000 y el enfrentamiento con los bergantines de Pizarro puso a prueba la capacidad de los pocos arcabuceros y ballesteros. Era necesario abrirse paso entre las canoas y tratar de conseguir alimentos en los poblados indios. La

descripción de Carvajal del combate es impresionante: las dos naves avanzabanunidas contra las innumerables canoas, mientras una muchedumbre inmensacubría las playas. Los arcabuceros y ballesteros colocados en las proas hacían el papel de artillería de desembarco, al abrir brechas y ahuyentar a las huestesindígenas. Sin embargo, cuando estaban a tiro, vino la primera sorpresa: la pólvora estaba húmeda. Todo el peso del combate quedaba en manos de los ballesteros que se mostraron terriblemente efectivos, pese al blanco móvil de lascanoas. Las líneas enemigas clareaban por momentos, pero volvían a cerrarse conlos reemplazos que acudían, tratando siempre de rodear a los bergantines.

OCTAVIO LATORRE

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Cuando estaban ya muy cerca de tierra y se hacía difícil el desembarco, por lacantidad de guerreros parapetados, Orellana ordenó intensificar “el fuego” enun sitio que parecía débil y abrió una buena brecha. “Las ballestas hicieron

señalados tiros” comenta Carvajal.

A una orden de Orellana, la mitad de la gente saltó a tierra y se internó en busca de alimento, mientras los demás dispersaban a los indios de las playas.Creyendo que el pueblo estaba vacío, Orellana pensó que podían quedarse un par de días, descansando y comiendo a voluntad, pues las casas estaban llenasde alimentos, corrales de tortugas, carne, pescado y frutas. Cuando menos loimaginaban los españoles, se vieron rodeados de indios que defendían suscasas y sus alimentos. Pronto tuvieron seis heridos, algunos de gravedad. Larecolección de alimentos se convirtió en una retirada desesperada, tratando desalvar sus vidas.

Las tribus del Amazonas, de Machiparo y Omagua, aparecen aquíextremadamente belicosas, en contraste con las del Coca y Napo que semostraban muy amigables. Un siglo más tarde, cuando entraron los misioneros jesuítas a Mainas, los Omaguas eran muy pacíficos, como atestiguaba elfamoso P. Fritz.

Dejaron atrás a Machiparo creyendo poder descansar, pero se encontraron conuna sucesión de pueblos de los belicosos Omaguas. Orellana debía buscar alimento para sus hombres, pero los indios repetían los ataques por mar y por tierra. Nuevamente los ballesteros desde las proas de los bergantines, abríanclaros en las canoas o masas de guerreros de tierra.

El P. Carvajal, con típica mentalidad medieval veía bendiciones de Dios aunen la piratería de los españoles:

“Y así, con la ayuda de Nuestro Señor y con buena maña yventura de nuestros ballesteros, hízose algún daño a los indios,que tuvieron por bien de se hacer fuera, dándonos buena posada, comiendo a discreción y estuvímonos tres días en este pueblo”

Tres días de descanso y festín de tortugas, pescado y aves, les sirvió también para ponderar los deliciosos biscochos de maíz y yuca y la gran cantidad de



frutas acumuladas por sus involuntarios huéspedes. Aprovecharon paraevaluar el recorrido de la expedición e hicieron la cuenta que desde Apariahabían recorrido 340 leguas. Llenaron los bergantines de alimentos y como

buenos piratas se adentraron en el río que les llevaba al Atlántico.EL MARAÑON O AMAZONAS cerca de las “juntas de Santa Olalla”, “Dia de Sancta

Olalla... se juntaron dos rios que eran grandes... que entró a la mano diestra... el cualdeshazía y señoreaba todo el otro rio (el Napo) e parescía que le consumía en sí... y

era tan ancho de banda que ahí adelante parescia que navegábamos por unaamplísima mar engolfados” (Gaspar de Carvajal).

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EL RÍO DE LA TRINIDAD.¿MADEIRA O AMAZONAS?

MAYO 21 DE 1542

No habían navegado dos leguas cuando se encontraron con otro gigantescorío que entraba por el lado derecho.

“...Vimos entrar por el río otro río muy poderoso y más grandea la diestra mano; tanto era de grande que a la entrada hacíatres islas, de causas de las cuales le pusimos el río de laTrinidad”.

La relación “de un río más grande”, ha confundido a algunos investigadorescomo a Jiménez de la Espada que cree que el río de Santa Olalla, era enrealidad el Curaray y el presente el verdadero Amazonas, como ya semencionó antes. Parece difícil aceptar tal opinión, si se toma en cuenta el largo

recorrido de 340 leguas, ya mencionado. Probablemente se trataba delgigantesco río Madeira que con las tres islas parecía más grande que el quellevaban. Las tres islas, en el mapa del P.Fritz de 1691 aparecen fundidas enuna sola y de considerable longitud.

El Río Negro. Junio 5 de 1542.

“ Prosiguiendo nuestro viaje vimos una boca de otro río grandea la mano siniestra...el agua del cual era negra como tinta y por

eso le pusimos del nombre de Río Negro, el cual corría tanto y

CAPÍTULO VI



OCTAVIO LATORRE

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con tanta velocidad que en más de veinte leguas hacía raya enla otra agua, sin revolver la una con otra”.

Era el inconfundible Río Negro que llamó siempre la atención de losnavegantes y científicos, pues no ha sido fácil explicar el origen de color tancaracterístico. Al salir del río dieron con una “fortificación de frontera”, unaempalizada de fuertes maderos con una sola puerta de entrada que la defendíanardorosamente los indios. El Padre Carvajal sin atenuar detalles, continúa:

“comenzáronse a defender... mas como nos veíamos en lanecesidad, determinamos de acometerles y así ... se acometió por dicha puerta y entrando sin ningún riesgo, dieron en losindios y pelearon con ellos hasta desbaratarlos y luegorecogieron comida que había en cantidad”

Desbaratar a una partida de indios en un local cerrado, era sinónimo dematanza. El Capellán y Cronista de la expedición Fray Gaspar de Carvajal seva convirtiendo cada vez más en un reportero de guerra con descripciones delas acciones poco cristianas de los soldados españoles.

Una fiesta de Corpus Christi no tan santa. Junio de 1542.

El calendario del P. Carvajal se mueve según las fiestas religiosas, sobre todode las grandes celebraciones, entre ellas el Corpus Christi que fue siempre unagran festividad en el mundo católico. El pasaje siguiente, sucedió de formainesperada.

Debió ser a media mañana cuando los españoles avistaron un pequeño puebloque por su tranquilidad invitaba a tomarlo. Les fue demasiado fácil y el

resultado superó las esperanzas, por lo que todos reclamaban quedarse para“holgar”, una palabra que el Padre Carvajal repite nada menos que cinco vecesen este corto pasaje.

“Hallamos comida, en especial pescado que de esto se hallótanto y en abundancia que pudiéramos cargar nuestrosbergantines y éste tenían los indios a secar para llevar dentro ala tierra a vender; y viendo los compañeros que el pueblo era pequeño, rogaron al Capitán que holgase allí, pues era víspera




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de tan gran fiesta. El Capitán como hombre que sabía las cosasde los indios, dijo que no hablasen de tal cosa porque no lo pensaba hacer... Y nuestros compañeros se lo tornaron a pedir

por merced que holgase allí. El Capitán visto que todos pedían,aunque contra su voluntad, concedió en lo que le pedían y así estuvieron en este pueblo holgando”.

Hasta aquí parece una descripción inocente de unos expedicionarios cansadosy muertos de hambre que ansiaban descansar luego de tan largas jornadas yenfrentamientos. Lo que realmente sucedía era muy distinto:

“Estuvimos en este pueblo holgando hasta la hora que el sol se ponía, porque cuando saltamos, no había sino mujeres, porquetodos los indios habían ido a entender en sus granjerías, y así siendo hora, volvíanse y como hallaron sus casas en poder dequien no conocían, quedaron espantados y comenzaron a decir que nos saliésemos de ellas...”.

La reacción de los indios al encontrar a unos intrusos que se habían tomadosus casas, alimentos y mujeres, no puede ser más natural. Ante la negativa de

los españoles, los indios intentaron sacarlos por la fuerza, aunque sin muchafortuna. Los intrusos pasaron la noche con las armas en la mano, previendonuevos ataques, como en efecto sucedió. Hacia media noche y a la luz de laluna se inició el ataque, pero Orellana que vigilaba, dio la voz de alarma yorganizó la resistencia y las medidas oportunas. Fray Gaspar que miraba entodo la protección divina, agradecía el tener un capitán tan previsivo:

“Parecía que Nuestro Señor le administraba en lo que debíahacer. Venido el día mandó el Capitán que nos embarcásemos y

nos fuésemos y mandó que ciertas piezas que allí habíamostomado, que se ahorcasen y así fue...”

Las guerras de conquista han sido siempre brutales, pero hay escenas como ladescrita en que la dignidad de los indios estuvo muy por encima de la de losespañoles. La fría descripción del Padre Carvajal, tanto del ataque a un pequeño pueblo guardado por solo mujeres, como el final en que las “piezas”capturadas, son fríamente ahorcadas, pese a las piadosas invocaciones, noreflejan sino el típico cinismo de un guerrero.



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La batalla de las Amazonas. Junio 22 de 1542.

Luego de unos días de tranquila navegación, dieron de manos a boca con los

indios más aguerridos, comandados por las temibles AMAZONAS.

Los detalles de la relación de Carvajal inclinan a creer en la veracidad de laleyenda de las mujeres guerreras. No habían tenido tanta resistencia y todoslos ataques y disparos de ballestas y arcabuces eran respondidos con nubes deflechas. Entre los heridos se contaba el mismo Carvajal que recibió unflechazo en la “ijada” “que si no fuera por los hábitos, allí me quedara”. Alfinal, Carvajal salió malherido, pues fue alcanzado por otra fecha en el ojo.Doce amazonas dirigían el combate, se movían por todo lado e impedían a loshombres retroceder o volver las espaldas, pues los mataban a palos. Lograronmatar a ocho amazonas que tuvo un efecto negativo en el ánimo de los indios.Orellana dio orden de retirada para recuperar a los heridos.

La ferocidad de las amazonas no les permitió ni dormir tranquilos, pues lesacechaban por todo lado y al rayar el día recrudecieron los ataques, hasta el punto que el “24 de junio, fiesta de San Juan, pasaron combatiendo y rodeadosde más de 200 canoas enemigas”.

¿Quiénes eran realmente las amazonas?

Eran mujeres guerreras que vivían a varias jornadas al interior, pero quevinieron apenas recibieron la solicitud de ayuda de las tribus ribereñas. Vivíanen casas de piedra, según decían los indios intérpretes consultados por Orellana. Recibían el tributo de los pueblos comarcanos, pero ningún hombre podía ingresar en sus territorios y si lo hacía era muerto por las amazonas.Había diversidad de jerarquías, de nobles y plebeyas y todas estaban

gobernadas por una dama principal llamada “Coñori” .

Estudios posteriores han llevado a creer que debieron ser comunidades de“vírgenes del sol”, semejantes a las del Imperio incaico. Como no se hanencontrado restos de casas o instalaciones, quedarán como las legendarias“coniupuyaras” o mujeres guerreras.



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EL DELTA DEL RÍO AMAZONAS.JULIO- AGOSTO DE 1542

A l entrar en el delta, la flotilla perdió contacto con la tierra firme y seinternó en la zona de innumerables islas, región menos poblada y menos

hostil que las pasadas. Tuvieron que luchar, sin embargo, contra la marea,cuando subía con furia y les hacía perder en unas horas lo que habían

avanzado en un día entero.

Solo tuvieron un enfrentamiento que pudo serles fatal.

Habían atacado a un pueblo en busca de comida, cuando el bergantín pequeñochocó contra un madero, rompió una tabla y se anegó en corto tiempo, aunque pudieron arrastrarlo a la playa. Ahuyentados los indios, los españoles, unos sededicaron a recolectar alimentos y los otros a reparar la nave, pero cuandomenos lo pensaban se vieron rodeados por los dueños del pueblo.

Retrocedieron a la playa pero se encontraron con que el otro bergantín, al bajar la marea, había encallado en la arena. Orellana dio las órdenes oportunas:mientras la mitad de sus hombres resistían a los atacantes, los demásempujaban al agua el bergantín grande. Quedó éste al cuidado del Capitán yde los dos religiosos, mientras los demás salvaban al más pequeño. Caía latarde y luego de tres horas de angustia, lograron cambiar la tabla rota. Sealejaron a buscar un lugar tranquilo para pasar la noche. Los siguientes 18 díasdedicaron a reparar los bergantines. Restauraron los clavos oxidados confraguas improvisadas como habían hecho en Aparia, recogieron las fibras

CAPÍTULO VII



OCTAVIO LATORRE

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vegetales para improvisar jarcias y adecuaron las naves para enfrentar al mar,que sabían que estaba cerca. Sobrevivieron con los alimentos robados a losindios, con una danta recién muerta que era arrastrada por el río y recolectando

toda clase de mariscos, caracoles, etc.

El 8 de agosto dieron la vela pero siguieron apegados a la ribera con el fin deaferrarse a los árboles o bajar a tierra cuando cambiase la marea y no ser arrastrados. Llegaron a la desembocadura y finalmente al Atlántico, el 26 deagosto de 1542.

No estaban para festejar y lo único que ansiaban era continuar a tierra decristianos, pese al cansancio. Veamos como termina su narración el PadreCarvajal:

“Comenzamos a caminar con entrambos bergantines, unasveces a vista de tierra y otras que la veíamos...y el día de ladegollación de San Juan a la noche se apartó el un bergantíndel otro, que más nunca nos pudimos ver, que pensamos que sehubiesen perdido, y al cabo de nueve días que navegábamos,metiéronnos nuestros pecados en el golfo de Paria pensando

que aquel era nuestro camino, y como nos hallamos dentroquisimos tornar a salir a la mar; fue la salida tan dificultosaque tardamos en ella siete días, todos los cuales nunca dejaronlos remos de la manos... y en todos estos siete días no comimos sino fruta a manera de ciruelas que se llaman hogos. Salimosde esta cárcel, fuimos caminando dos días por la costaadelante, al cabo de los cuales, sin saber dónde estábamos, nidonde íbamos, ni qué había de ser de nosotros, aportamos a laisla de Cubagua y a la ciudad de Nueva Cádiz, donde hallamos

nuestra compañía el pequeño bergantín, que había dos días quehabía llegado, porque ellos llegaron a nueve días de setiembre y nosotros llegamos el once de dicho mes con el bergantín grande, donde venía nuestro capitán. Tanta era la alegría quelos unos con los otros recibimos, que no lo sabré decir, porqueellos nos tenían a nosotros por perdidos. De esta isla acordó el capitán de ir a dar cuenta a su Majestad de este nuevo y gran descubrimiento y de este río, el cual tenemos que es Marañón...”.



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REGRESO DE LOS CANELEROS DEPIZARRO A QUITO.

Mientras Orellana y los amazonautas navegaban por el grandioso río, loscaneleros de Pizarro, reconfortados en los campos de yuca, se disponían a

regresar a Quito. Varios murieron y otros andaban enfermos. Seguramente elmal se debía a que la yuca no había sido suficientemente hervida para eliminar ciertos tóxicos.

Luego de ocho días de descansar y acumular alimentos, Pizarro dio la ordende regresar, río arriba, hacia Quito. Estaban a 270 leguas de Quito, habíadesaliento y sabían que les esperaba desolación y quizá la muerte. Todos loscaballos y perros, menos dos, habían desaparecido. Los detalles de esteterrible regreso lo conocemos, sobre todo, por los relatos de Cieza de León quelos recogió de los sobrevivientes, sobre todo de Gonzalo Díaz de Pineda.

La primera etapa fue de unas 40 leguas hasta que dieron con una pequeña población. Intercambiaron donecillos por alimentos, pero los indios lesindicaron que más arriba no encontrarían ningún poblado.

Pizarro estaba muy preocupado porque no tenía la menor idea sobre las posibles vías que les sacara de tan grave situación, una situación que

empeoraba cada vez más. Todos iban con vestidos destrozados, sin zapatos y

CAPÍTULO VIII



OCTAVIO LATORRE

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con las piernas y brazos llenos de úlceras. Reunió finalmente a los principales jefes para conferenciar y encontrar las soluciones. Participaron los yamencionados Diaz de Pineda, Alonso de Mercadillo, Juan de Funes, Antonio

de Rivera y otros. Se decidió enviar por adelantado a grupos de exploración para buscar alimentos y poblados. Diaz de Pineda se adelantó con PedroBustamante en dos canoas, mientras el real proseguía su terrible marcha por tierra. Así avanzaron unas 56 leguas sin encontrar poblados y comiendo lasyucas que todavía les quedaba. El hambre se convertía en la peor amenaza sino encontraban algún poblado cercano.

El siguiente pasaje de Cieza de León que no parece sino el relato hablado deDíaz de Pineda, refleja la situación desesperante en que se hallaban y el estadode ánimo de todos.

“Y el Capitán Gonzalo Díaz se partió luego en la canoa (con Pedro Bustamente que aparece después) llevando una ballesta y un arcabuz, y Gonzalo Pizarro hizo lo mismo (por tierra)llevando un gran trabajo, porque los españoles iban malos, ycomo no comiesen otra cosa que aquella yuca, dábales cámarasque mucho les fatigaba, y sin esto, todos iban descalzos y en

piernas, que no tenían que se calzar, si no eran algunos que decorazas de sillas hacían algunas albarcas; y como el caminoera todo montaña y lleno de troncones y árboles espinosos, los pies llevaban llenos de grietas y las piernas pasadas, muchoscon las púas que hallaban. Y de esta suerte iban todos muertosde hambre, desnudos y descalzos y llenos de llagas, abriendocamino con las espadas y llovía, que muchos días se pasabanque no se enjugaban ni los tristes veían el sol...

Gonzalo Díaz que iba por el río, viendo que habían andado 56 leguas y no habían topado ninguna cosa, estaba triste, creyendoque él y todos los españoles que venían con Gonzalo Pizarrohabían de ser muertos de hambre, pues no hallaban ningunatierra que fuese poblada; y un día, a la hora de completas,hallaron una corriente muy grande que no la podían pasar y saltaron en tierra, y en un troncón de árbol que allí habíatraido el río, se sentaron pensando en su miseria, y estaban muycuidadosos en pensar que sería imposible que Gonzalo Pizarro




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ni los españoles pudiesen llegar hasta aquel paraje, por lamucha espesura del monte y grandes esteros que venían aentrar en el río. Y estando pensando en ello, levantóse D. Pedro

Bustamante que iba con Gonzalo Díaz y vio por un torno ovuelta que hacía el río, cerca de allí, asomar una canoa y dendea un poquito parecieron otras catorce o quince, y en cada unavenían ocho o nueve indios con sus armas y paveses; y luegoque esto vieron, el Capitán Gonzalo Días sacó con su eslabóncandela y con ella encendió la mecha del arcabuz, y Bustamentetomó la ballesta poniendo en ella una jaca, y se pusieron a punto para ver los indios qué harían, los cuales venían en suscanoas descuidados de que hubiesen de topar con loscristianos. Y como con ellos emparejaron, Gonzalo Díaz apuntócon el arcabuz y dio a un indio por los pechos y luego lo derribóen el rio, muerto. Bustamente con la ballesta arrojó una saeta ydio a otro por el brazo, el cual con mucha presteza la sacó y latornó a arrojar a quien se la había tirado, y dando muy grandísima grita les arrojaron muchos dardos y tiradera. Y pronto tornaron a cargar el arcabuz y armar la ballesta ymataron otros dos indios y tomaron sus espadas y rodelas y

movieron tras ellos con su canoa.

Los indios espantados de ver los cuatro que habían muerto, ytemerosos, comenzaron a huir con sus canoas el río abajo; losespañoles les fueron siguiendo y tirándoles con el arcabuz etanto les fatigaron que desamparando las canoas se echaron al río y tomaron algunas de ellas, en las cuales hallaron comidade la que los indios usan y por ello dieron gracias a NuestroSeñor, porque ya había muchos días que no comían otra cosa

que yerbas y raíces que hallaban por la ribera del río”. (Cieza,Guerra de Chupas, 81).

Con la comida, los ánimos mejoraron y mucho más cuando vieron una mañanadespejada, en el horizonte las altas montañas de los Andes y poco después,“hallaron en un raudal del río, piedras, que nunca en más de trescientas leguasque habían andado, no había topado ninguna”. Estos interesantes detalles puede servir para calcular la ruta y el máximo alcance de la expedición, sobretodo el límite de las piedras. Pronto llegaron a los poblados indios, el pueblo



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de Coca ya conocido, donde les recibieron amigablemente y les proveyeronde alimentos. Permanecieron diez días para recuperarse y alistarse para laúltima etapa hacia Quito.

La última etapa de Coca a Quito.

Restablecidos en alguna forma en la población de la Coca y ayudados por losindígenas, tomaron el camino más corto a Quito. Así nos cuenta Cieza:

“Tomando lengua de los indios, supieron que por otro camino yno el que habrían entrado, podrían con más brevedad salir aQuito y así lo determinaron de hacer; y en el camino hallaban grandes ríos y muy hondos, y en algunos les fue forzado hacer puentes y por encima de ellos pasaron. Y andando de estamanera allegaron a un río que iba tan furioso que estuvieroncuatro días en hacer allí la puente...”

¿Cuál fue el camino indicado por los indios? ¿Qué ríos grandes y hondos,tuvieron que pasar?

Si la población del Coca estaba a la izquierda del río del mismo nombre, se puede suponer que siguieron hacia el oeste, pero los únicos ríos son elReventador, Malo y Oyacachi, ninguno de los cuales son “grandes y hondos”; pero si, por el contrario, estaban a la derecha del río Coca, debían cruzar los brazos de este río por el “Codo Sinclair” y luego el río Quijos, grande y hondo,sobre todo en época de lluvias.6

¿Cuál fue el otro camino indicado por los indios, para salir con brevedad aQuito?

Si entraron por el paso de Guamaní, Papallacta, Quijos..., no hay otro caminode regreso que el del río Oyacachi que comunica la población de Cangahua, alsur de Cayambe, con la actual población de el Chaco. Este camino había sidoutilizado por los indígenas desde tiempo inmemorial y evitaba el temible pasodel Guamaní, donde, como ya se dijo, murieron cien indios a la entrada de loscaneleros.

6. El “Codo Sinclair” es una sección del río Coca más allá de la cascada de San Rafael. Fueexplorada por el geólogo Joseph Sinclair en 1928.




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La probable ruta de regreso de los caneleros: El Chaco - Oyacachi - Quito



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El espectáculo de los sobrevivientes al llegar a “los términos de Quito”, debióser deprimente: vestidos de andrajos, sin calzado, macilentos y tostados por elsol, muchos de ellos enfermos y todos con la moral muy baja por tantas

frustraciones y la amargura de haber sido abandonados en la selva.A Orellana le creían muerto hasta que supieron, algún tiempo después, quehabía salido al Amazonas y que, por tanto, habían sido abandonados otraicionados, como Pizarro escribirá al Rey en agosto de 1543.

¿Cuántos regresaron a Quito?

Algún autor habla de 36, otros de 40. Orellana se separó con 57 compañeros,de los 240 que entraron, no menos de 150, murieron en las selvas orientales,es decir la mayoría de los expedicionarios. De los cuatro mil indios, ningunoregresó. Todos quedaron regados en las selvas y en los ríos, luego de sufrir elhambre, las enfermedades y sobretodo el maltrato de los españoles. Asíterminó esta expedición que buscaba de una sola vez las mayores riquezas conla CANELA Y EL DORADO. Lo que encontraron fue hambre, y muertes, ycomo concluye Cieza, “después de haber pasado infinitas fatigas y trabajos,que mayores que ellos en pocos o no en ningún descubrimiento han pasado”.Para Pizarro, el regreso a Quito fue más penoso, pues se enteró entonces, del

asesinato de su hermano Francisco y de que Vaca de Castro le había despojadode su gobernación. Pizarro escribió al rey desde Tomebamba, el 3 de setiembrede 1542, dándole razón de la expedición para buscar la canela y El Dorado.“Al cabo de este tiempo - dice- hallamos los árboles que llevan la canela, queson unos capullos, la muestra de la cual envío a V.M. y la hoja tiene el mismogusto, y la corteza ni lo demás, no tiene gusto ninguno, los cuales estaban enunas montañas muy ásperas, despobladas e inhabitables; y unos árboles eran pequeños y otros algo más gruesos y estaban apartados unos de otros muchotrecho. Es tierra y fruto de que V.M. no puede ser de ello servido ni

aprovechado porque es poca cantidad y de menos provecho”.

Sobre la separación de Orellana, Pizarro se expresa así:

“Y el Capitán Orellana me dijo que por servir a V.M. y por amor a mí, que élquería tomar el trabajo de ir a buscar la comida a donde los indios decían, porque estaba cierto que allí la habría... y confiando que el capitán Orellana loharía así como lo decía, porque era mi teniente, dije que holgaba que fuese por la comida y que mirase que viniese dentro de doce días y por ninguna manera




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no pasase de las juntas de los ríos, sino que trajese la comida y no curase demás....

“Y con esta confianza que de él tuve le dí el bergantín y canoas y los 60hombres.... Y no mirando a lo que debía al servicio de V.M. y a lo que debíade hacer como por mí le había dicho, como su capitán... en lugar de traer comida, se fue por el río sin dejar ningún proveimiento, dejando tan solamentelas señales y cortaduras de cómo habían saltado en tierra y entrado en las juntas y en otras partes, sin haber parecido ni nueva de él hasta ahora, usandocon todo el real de la mayor crueldad que infieles ningunos usarían, viéndolequedar tan desproveido de comida y metido en tan gran despoblado y entre tangrandes ríos, llevando todos los arcabuces y ballestas y municiones y herrajesde todo el real, y con gran trabajo llegó el real a las juntas donde me había deesperar.”

En esta carta se basará Jiménez de la Espada para llamar a toda la acción deOrellana, “la traición de un tuerto”.



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EL REGRESO DE ORELLANAAL AMAZONAS.

1545-1546

L os dos bergantines de Orellana llegaron, como se dijo, a la isla deCubagua en setiembre de 1542 donde pudieron descansar, luego de año

y medio de trabajos y sinsabores. El grupo de amazonautas se desintegró, lamayoría regresó a Quito o al Perú, entre ellos el Padre Carvajal.

Orellana, por su parte, había madurado otros planes: regresar a España y preparar la conquista y población de las regiones del Gran Río. Al pasar por Santo Domingo dio los primeros informes sobre su decisión de no regresar yconvenció a algunos, entre ellos a Fernández de Oviedo; pero pocos mesesmás tarde, éste cambió de parecer, seguramente cuando llegaron noticias delos caneleros. Orellana llegó a Lisboa donde fue tentado para una expediciónal Amazonas al servicio del Rey de Portugal.

Era urgente adelantarse a las posibles acusaciones, informar al Consejo delRey sobre el descubrimiento y solicitar la gobernación de las nuevas regiones.Llegó a Sevilla y continuó a Valladolid donde estaba la Corte. Mayo de 1543.

Los primeros informes verbales no convencieron al Consejo del Rey, por loque presentó uno más completo que le valió la recomendación para lagobernación solicitada, aunque quedaron dudas sobre la exacta ubicación dela región conquistada que podría causar conflictos con Portugal, por el Tratado

de Tordesillas, que limitaba el alcance de los territorios de las dos coronas.

CAPÍTULO IX




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El Príncipe Felipe II concedió el permiso para “descubrir y poblar la NuevaAndalucía”, el 13 de febrero de 1544, con la condición de llevar 200 infantesy 100 jinetes, ocho religiosos para predicar el Evangelio, etc. Daba licencia

para conquistar y poblar las regiones al sur del río en una extensión de 200leguas. Recibía el título de Gobernador y Capitán General, un sueldo de 5.000ducados y otros beneficios.

El Rey, sin embargo, no aportaba nada y allí comenzaron los dolores de cabezadel flamante gobernador.

Fray Pablo Torres fue nombrado veedor de los compromisos de Orellana y enrealidad se convirtió en un espía del Consejo, debido a la oposición crecientea Orellana, por las intrigas, chismes o quizá informes llegados de América. Eraindudable que Orellana tenía muchos enemigos, aunque no sabemos por quérazón. No habría que excluir las acusaciones de Pizarro y compañeroscaneleros por haberlos abandonado en medio de la selva y cuyas noticiasestarían ya llegando a Sevilla. Ya dijimos que algunos de sus compañeros enel descubrimiento declararon más tarde, que sin mostrarse enemigos,confesaban “que hubiera podido regresar a Pizarro, si hubiera querido”.

El problema mayor al momento, era la falta de fondos para pagar las cuatronaves ya contratadas, los salarios de las tripulaciones, los abastecimientos yequipos. Su padrastro llegó con una buena ayuda, pero en “censos” yconvertirlos en ducados llevaría tiempo. Los financistas genoveses, al darsecuenta de los apuros de Orellana, quisieron aprovecharse de su situación y ponían condiciones imposibles de cumplir. Orellana quiso aprovecharse para presionar al Rey para la entrega de la artillería, basándose en el rumor de queel Rey de Portugal preparaba una expedición al Brasil y quizá al mismoAmazonas. Lo que consiguió fue muy poco.

El Descubridor, ante tanto problema y contrariedad, desesperaba y pensó enmedios extraordinarios para salvar sus proyecto. El tesorero del ConsejoFrancisco de Ulloa, luego de su visita a Sevilla y al ver los problemas de Orellana,concluía: “En verdad, ni yo entiendo a Orellana ni los negocios de esta armada,ni creo que él se entiende” (Noviembre 14 de 1544). Según las regulaciones, no podía llevar pilotos ni marineros extranjeros, porque podían convertirse en espíasde otras naciones, pero, dada la escasez de personal cualificado, Orellana tuvoque reclutar a cualquier personal, para salvar la empresa.



Para colmo de contratiempos, se descubrió que la nave grande tenía roturas enla estructura y se debía descartar y en su lugar reemplazarla por otra más pequeña.

En medio de tantas preocupaciones, Orellana decidió casarse con unamuchacha muy joven, Ana de Ayala y llevarla en la expedición, junto con doscuñadas. Pablo de Torres trató de convencerle de la imprudencia de llevar atales muchachas, pero Orellana mantuvo su decisión.

En marzo de 1545, Orellana movió las cuatro naves a San Lucar para esperar una inspección antes de zarpar. La realidad era desoladora: faltaban aparejos,la artillería estaba incompleta, los alimentos no eran suficientes para tal largatravesía. Llevaba 25 caballos en lugar de cien; faltaba personal y muchoscontratados eran extranjeros, lo que podría impedir la salida. En un cálculoglobal, se requería por lo menos 1.000 ducados y esa cantidad era imposiblede conseguirla.

La situación de Orellana era desesperada y parecía que se le hundía el suelo bajo sus pies. El 9 de mayo se presentaron los veedores para decidir si laexpedición podía o no podía salir. Orellana no aparecía por ninguna parte. El

11 de mayo, las naves salieron fuera del puerto sin licencia y allí permanecieron todo el día. Las autoridades creían que Orellana no se atreveríaa partir en tales circunstancias, pero a las 6 de la tarde, levó anclas, izó lasvelas y se dio a la mar.

La decisión de Orellana respondía a su situación desesperada: si no zarpaba,la expedición se deshacía; pero lanzarse al mar en tales condiciones, era casiun suicidio. Una situación parecida a la Irimary, cerca del Amazonas: seguir adelante o retroceder; jugar la suerte o enfrentar la ruina completa. Había

recibido muy poco del Rey, pero si regresaba, le esperaba, con seguridad lahorca.

La flotilla se dirigió a Canarias con la esperanza de aprovisionarse antes decruzar el Atlántico. Permaneció allí tres meses y luego pasó a Cabo Verde.Más de la mitad de la tripulación cayó enferma, 98 murieron y otros 50quedaron en la isla por enfermedad o deserción. Una de las naves tuvo que ser descartada para aprovechar los aparejos y completar las dotaciones.

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Las tres naves zarparon, al fin, en noviembre de 1545 rumbo al Amazonas. Losvientos eran contrarios y el avance era lentísimo. Una de las naves y un bergantín con 67 personas se separó y nunca más se supo de él. El 20 de

diciembre llegaron a la boca del Amazonas y tocaron tierra de unos indios pacíficos que les proveyeron de alimentos. Las dos naves se internaron por elrío hasta marzo de 1546. En algún lugar del Amazonas se detuvieron parafabricar un bergantín para facilitar las exploraciones y buscar alimentos, puesotros 57 hombres habían muerto en el trayecto. Orellana se embarcó con 28hombres en el bergantín y les prometió a los que quedaban que volvería conayuda. Cuando regresó, el campamento estaba vacío y a los compañeros no lesvolvió a ver nunca más.

¿Qué había sucedido?. Como Orellana tardaba, decidieron construir una tosca barca y buscar la salida al mar. Chocaron con unos manglares y se salvaron demilagro, luego remaron por la costa hacia la isla Trinidad a donde llegaron afinales de noviembre de 1546. Con gran sorpresa encontraron a los 25sobrevivientes del grupo de Orellana con su esposa Ana de Ayala, ahora viuda.Ana de Ayala contó “que su marido no había acertado a tomar el brazo principal que buscaba y así, por andar enfermo, tenía determinado de venir atierra de cristianos; y en este tiempo, andando buscando comida para el

camino, le flecharon los indios a 17 hombres; de esta congoja y suenfermedad, murió Orellana”.

“Enterrado al pie de uno de los añosos árboles de los bosques siempre verdesque baña la corriente del majestuoso río que había descubierto, encontraba alfin reposo a sus afanes y fatigas en medio de aquella lujuriosa naturaleza, queera digno sepulcro de su nombre imperecedero” (Toribio Medina”).

La personalidad de Orellana.

La figura de Orellana ha sido presentada desde dos polos opuestos: como unadalid intachable o como un traidor. En realidad, fue una personalidad muyrica, aunque controvertida.

Tuvo que romper o alejarse de sus tres jefes con quienes le tocó trabajar. Llegóa Portoviejo con Pedro Alvarado, a quien abandonó para juntarse a FranciscoPizarro (según suposición de Jiménez de la Espada), abandonó a Pizarro en elrío Coca y finalmente zarpó de Sevilla sin permiso de las autoridades españolas.



Como los mejores representantes de la Conquista, Orellana aparece ansioso degloria y aventuras, incansable en los trabajos, incapaz de mantenerse quieto por mucho tiempo, siempre listo para lanzarse a lo desconocido, sin pensar en

las consecuencias.

Su trayectoria en estas tierras en tan pocos años (1534 - 1542) fueadmirable: de Centro América a Portoviejo y desde allí, por las selvas deQuevedo y la cordillera de los Andes a la Sierra, para regresar a Portoviejo dedonde partió a marchas forzadas hacia Lima y el Cuzco para auxiliar aFrancisco Pizarro cercado por las huestes de Manco Cápac. Regresó al norte ala Culata, para fundar Guayaquil y cumplida la misión partió para Quito para ponerse a órdenes del nuevo gobernador Gonzalo Pizarro y ofrecerse para laexpedición a la Canela. Regresó a Guayaquil para arreglar los asuntos de laciudad, reunir a los compañeros de expedición y concluir el proceso de méritosante escribano. Llegó tarde a Quito, pero se lanzó tras las huellas de Pizarro.La entrada en el real de Pizarro, con solo espada y rodela, no fue triunfal, perosí meritoria. Fue nombrado el segundo de la expedición con preferencia sobrefiguras tan notables como Mercadillo, Diaz de Pineda, Rivera y otros.

Gaspar de Carvajal le describe como un hombre de actividad incansable,

inquieto y siempre alerta a los peligros que pudiera afectar a los suyos, buendiplomático para ganar a los pueblos y para completar sus cualidades, un políglota excepcional que pudo aprender lo suficiente para comunicarse conlos caciques de varias parcialidades.

Al llegar al Caribe luego de recorrer 1.800 leguas, según Carvajal, cuandotodos deseaban descansar y volver a sus encomiendas, Orellana solo pensabaen la próxima etapa, la conquista y colonización de la Nueva Andalucía a lolargo del Gran Río. Sus planes fracasaron desde el primer momento y en todo

caso era difícil pensar, dado su impetuoso carácter, en un Orellana colonizador o encomendero. Probablemente habría fundado una nueva Guayaquil a orillasdel Amazonas, pero habría sido el punto de partida de nuevas exploracioneshacia el Orinoco, Rio de la Plata o quizá para buscar el legendario El Dorado.Si Orellana cometió errores, pensó seguramente en borrarlos más tarde ocubrirlos con nuevas expediciones y superiores hazañas. Quizá la frase quedescribe mejor su carácter en momentos decisivos como en el Coca, enIrimary o en Sevilla, es aquella que menciona Carvajal: “que no cumplía consu honra volver sobre tanta pérdida”.

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Su ansia de hacer grandes cosas, no le permitía aceptar cualquier fracaso ycuando era inevitable, se lanzó a lo desconocido sin calcular los riesgos. Susueño de colonizador de su río, significó el final de su existencia. El final de

su existencia no podía ser otro que en las orillas del RIO DE ORELLANA.



APÉNDICE 1.

¿DE DONDE PARTIÓ LA EXPEDICIÓN A LA CANELAY AL DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS?

La expedición para buscar la Canela y El Dorado, ideada y dirigida desdeQuito, por Gonzalo Pizarro, el primer gobernador, terminó, sin haberlo planeado y aun contra su voluntad, en el descubrimiento del río más grande dela tierra, el Amazonas. El descubridor fue Orellana, teniente de gobernador deGuayaquil que se separó de la expedición y se lanzó a lo desconocido. Estos

tres hechos: la posesión de la gobernación, la expedición para buscar la canelay el inesperado descubrimiento del Amazonas, son temporalmente sucesivos, pero el uno no es causa del otro, a menos que se quiere aplicar el sofismalatino: “post hoc, ergo propter hoc”.

El patrioterismo peruano ha unido todo y ha proclamado al Cuzco como elinicio del descubrimiento del Amazonas, porque Pizarro partió desde Charcas(Bolivia), pasó por el Cuzco, donde recibió la orden de su hermano de

trasladarse a tomar posesión de la Gobernación de Quito.

Esta tesis fue propalada por el historiador y diplomático peruano, Raúl PorrasBarrenechea, que tenía un odio morboso contra todo lo que sonara a ecuatoriano.Su odio le hace caer en contradicciones, como cuando acusa a Orellana dedesleal por haber abandonado a Pizarro y descubierto el Amazonas: “Seincorpora a la expedición de Gonzalo Pizarro, en cuya empresa, burlando la fe,la lealtad al jefe y amigo, descubre el Amazonas”. Extraña acusación, aunquemás abajo, al hablar de las exploraciones de los ríos orientales de los marinos

peruanos, les llama “ compañeros póstumos de la audacia de Orellana”.

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APÉNDICES




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La idea de entrar buscar la canela, no podía haber sido inspirada en el Perúdonde no se la conocía, como bien indica el cronista de origen incaico,Gracilazo de la Vega. Los incas solo conocían el “uchu” o ají.

Los Cronistas en casi la totalidad, confirman la carta de Gonzalo Pizarro,escrita el 3 de setiembre de 1542, desde Tomebamba, al regreso de la fracasadaexpedición:

“...por las grandes noticias que en Quito y fuera de él yo tuve,así por caciques principales y muy antiguos como por españoles que confirmaban ser la provincia de la canela y lalaguna de El Dorado tierra muy poblada y rica, por cuya causa yo me determiné de la ir a conquistar y descubrir...”

Para evitar disquisiciones ociosas, que pueden pecar de parciales, preferimosapelar a historiadores de gran renombre, como Ladislao Gil Munilla,Fernández Sánchez Barba, Constantino Bayle

LADISLAO GIL MUNILLA el insigne investigador español en su magnaobra: EL DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS, (Sevilla, 1954), termina

el análisis del tema con las siguientes frases apodícticas:

“De lo dicho concluiremos que la participación del Perú en el descubrimiento del Amazonas, no es de ninguna maneradirecta. La peruanidad de este descubrimiento, cuestión baladí en el estudio de este suceso, no tiene interés. Afirmar queGonzalo Pizarro, partiendo del Cuzco, con hombres y pertrechos y dinero del Perú, fue a la amazonía, es querer demostrar demasiado, como se apreciará leyendo al Padre

Carvajal, a Oviedo, Cieza y a otros cronistas de la empresa, porque los aprestos para la entrada de Pizarro tuvieron lugar en Quito” (Gil Munilla, 1954, p.112).

FERNANDE SANCHEZ BARBA, el renombrado profesor de la Universidadde Madrid, respondía así al artículo de Porras Barrenechea, publicado por décima vez en Madrid:

“Ni desde el punto de vista indígena, integración de losterritorios quiteños en la última fase del militarismo inca de



Huayna Cápac ni desde un ángulo de visión españolaexpansión de la empresa de Francisco Pizarro en aquellosterritorios norteños del Imperio Incaico, puede hoy afirmarse,

sin riesgo de caer en un grave determinismo, la peruanidad del descubrimiento del Amazonas. La constitución de Quito comonúcleo independiente, fue, como es sabido, inicial obra del Fundador, Francisco Pizarro; fue esa unidad que la integrómás adelante, en efecto el territorio audiencial, completamenteexcento de la regionalidad peruana. Gonzalo Pizarro no llegóhasta Quito partiendo del Cuzco con el preconcebido plan decontinuar hacia el Oriente en búsqueda de la canela desde laciudad norteña: presentar así los hechos resultaverdaderamente grave, porque se trata de algo completamentedistinto: va a Quito para tomar posesión de gobernador, del queha sido investido por su hermano Francisco Pizarro el 30 denoviembre de 1539. La expedición se organiza en Quito con gente quiteña y el ánimo de Gonzalo Pizarro se mueve por el ambiente iniciativo del Oriente y sus riquezas, específicamentela canela. Tal ambiente entusiasta es lo que permitió la rápida preparación de la expedición en tres meses. Cuando el Padre

Constantino Bayle se refiere a esta cuestión diceinequívocamente que solo se detuvo Pizarro en Quito el “tiempo necesario para los preparativos de la expedición”; ellono quiere decir otra cosa sino que, en efecto, preparó en Quitola expedición, a la cual habrían de unirse acudiendo desdeGuayaquil, Francisco de Orellana. Fue el ambiente quiteño yesa mucha gente (de que habla Cieza) allí existentes, la queconstituyó el núcleo expedicionario, sin previa contratación por parte de Pizarro...

Ello en definitiva, convierte en adjetiva la peruanidad y en sustantiva la ecuatorianidad de la expedición, cuyo gran eimprevisto resultado fue el descubrimiento de los amazonautasde Orellana, separados, previo acuerdo de los capitanes, de loscaneleros de Pizarro... La investigación científica permiteafirmar la sustantiva ecuatorianidad del descubrimiento del Amazonas”. (Diario ABC, Madrid, 25 de febrero de 1962)

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Cualquier comentario adicional estaría de sobra, pero hay un testimoniocontundente del literato y diplomático peruano José Santos Chocano:

“Cualquier título histórico que puede considerarse en loslitigios territoriales es el inicial, esto es el que da el descubrimiento... Sabido es que el descubrimiento del Napo ydel Amazonas, y de la vasta región hoy en litigio, se debió al esfuerzo del Reino de Quito, en exploraciones encabezadas por conquistadores procedentes del Perú..” (La Nación, Santiagode Chile, junio de 1934)

El Padre Constantino Bayle, uno de los investigadores que más han profundizado en el tema, publicó varios estudios sobre la obra de Quito en elAmazonas, entre ellos, “Misiones, defensa de fronteras, Mainas” y el que máshace al punto, “Quito y el Amazonas”, del que sacamos los títulos de loscapítulos, que dicen todo:

En Quito concibe Gonzalo Pizarro la idea de buscar la canela. Animales, armas, pólvora, indios y vecinos españoles de Quito parten al País de la Canela.

Orellana, gobernador de Portoviejo y fundador de Guayaquil, participa en la aventura. De Quito al Coca, la selva y por el Napo al Amazonas.

(Cultura Hispánica, Quito, Vol. II, Ns. 5-6, 1961, pp. 342-352)



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APÉNDICE 2.Gloria es de Quito el Descubrimiento del Río de las

Amazonas.

“BIEN SE PODRÍA GLORIAR BABILONIA DE SUS MUROS; NINIVE DE SU GRANDEZA; ATENAS DE SUS LETRAS;CONSTANTINOPLA DE SU IMPERIO, QUE QUITO LAS VENCE A TODAS, POR LLAVE DE LA CRISTIANDAD Y PORCONQUISTADORA DEL MUNDO, PUES A ESTA CIUDAD PERTENECE EL DESCUBRIMIENTO DEL GRAN RÍO DE LAS AMAZONAS.”

ALFONSO DE ROJAS

“QUITO FUE EL ÚLTIMO REDUCTO DEL ESPÍRITU ESPAÑOL DE LA EDAD DE ORO. MIENTRAS EL RESTO DE AMÉRICA SE ENTREGABA A LA EXPLORACIÓN DE MINAS Y ENCOMIENDAS, QUITO SOÑABA EN LA CONQUISTA Y EVANGELIZACIÓN DEL AMAZONAS HASTA EL ATLÁNTICO”.

LADISLAO GIL MUNILLA



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FUENTES PRIMARIAS

Carvajal, Gaspar: Relación del Nuevo Descubrimiento del Río Grande de 1992 las Amazonas. Biblioteca Ecuatoriana Amazónica. Volumen I. Quito.

Cieza de León, Pedro: Las Guerras Civiles. Tomo II. Guerra de Chupas. s.f. Madrid.

Oviedo, Diego Fernández de: Relación de la navegación por el grandísimo 1992(1565) Río Marañón. Incluido en Biblioteca Ecuatoriana Amazónica.Vol. I. Quito.

Pizarro, Gonzalo: Carta de G. Pizarro al Rey, fecha en Tomebamba, a 3 de (1542) setiembre de 1542. Biblioteca Ecuatoriana Amazónica, Vol. I, 1992.

COMENTARIOS CLÁSICOS.

Bayle, Constantino: El Dorado Fantasma, Madrid, 1930.

Bayle, Constantino: Quito y el Amazonas. Cultura Hispánica, Vol.II, Quito, 1961 pp.342-352.

Bayle, Constantino: Misiones, Defensa de Fronteras, Maynas.

Gil Munilla, Ladislao: El Descubrimiento del Marañón. Escuela de Estudios 1954 deSevilla. Sevilla.

Jiménez de la Espada, Marco: Noticias Auténticas del Famoso Río de las 1880-1893 Amazonas. Boletín de la Sociedad Geográfica, Vols. 26 - 33, Madrid.

Jiménez de la Espada, Marcos: La Traición de un Tuerto. La Ilustración 1892

Española y Americana.

BIBLIOGRAFÍA



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CITAS HECHAS EN LA PRESENTE PUBLICACION

1 Rosenkarten, Frederic: The Book of Species. Wynnewood, Pa. 1969.

2 Bayle, Constantino: Quito y el Amazonas, Cultura Hispánica, Vol. II, N.5-6, pp. 342-352, Quito, 1961.

3 Hay alguna duda sobre la identidad del Sumaco, que parece confundirsecon el actual volcán Reventador, pues más de un cronista lo coloca “sobrela línea equinoccial o muy cerca de ella” En el mapa de Lemus y Andradede 1608, el Sumaco ocupa el lugar del Reventador, a la orilla norte del ríoCoca. Este volcán, como es sabido no fue identificado y reconocido sinoen 1931, luego de una fuerte caída de ceniza en Quito.

4 Carta de Gonzalo Pizarro al Rey desde Tomebamba.5 El “Codo Sincalir” es un sector explorado por el geólogo Joseph Sinclaire

en 1928 y por donde se precipita el río Quijos-Coca y que bienaprovechado para electrificación produciría varias veces la central dePaute. Desgraciadamente, cruza un sector con tres fallas sísmicas …vivas, es decir activas que causaron el terremoto de 5 de marzo de 1987.

6 El “Codo Sinclair” es una sección del río Coca más allá de la cascada deSan Rafael. Fue explorada por el geólogo Joseph Sinclair en 1928.

la expedición a la canela

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