la elección del sitio en las estancia jesuíticas, un modela de estructura territorial

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LA ELECCIÓN DEL SITIO EN LAS ESTANCIAS JESUÍTICAS UN MODELO DE ESTRUCTURA TERRITORIAL María Alejandra Rega Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina PRESENTACIÓN Y JUSTIFICACIÓN DEL TEMA Las cinco estancias jesuíticas de Córdoba, Argentina, se designaron Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. A partir de ese hecho se las consideró un recurso patrimonial básico para la promoción de la provincia. El conjunto original fue sistema productivo integral. Hubo un sistema principal ordenador que fueron las cabeceras administrativo- educativas ubicadas en la ciudad y subsistemas de producción que fueron las estancias y las reducciones de indios. En el presente trabajo se analizan desde una escala territorial, comprendiendo las relaciones entre las distintas unidades, las redes que desarrollaron, estructurales en cuanto a su trama y espaciales en cuanto al paisaje circundante. Todo aún hoy se mantiene y se valoran como un soporte estructural con capacidad de mayor potenciación. El enfoque de este estudio se basa en las motivaciones que tuvieron los jesuitas en cuanto a la elección del sitio en el momento de la fundación de las estancias, especialmente en relación a la vinculación entre ellas y su permanencia como modelo de sistema productivo y de evangelización territorial. Si bien no existió el “acto de fundación” propio de las ciudades hispanoamericanas, sí existió un plan determinante de dichas elecciones. La metodología de trabajo se fundamenta en la verificación de cuatro hipótesis de “motivación”: motivos económico-productivos, motivos de evangelización, motivos geográficos y motivos de vinculaciones territoriales. Su comprobación hará comprender que el origen y las consecuencias de la eficacia del sistema también se relacionan con la elección del sitio de cada una. Las estancias con sus emplazamientos y vinculaciones fueron un sistema de producción integral. Hoy se han transformado en un sistema de soporte patrimonial. INTRODUCCIÓN En 1553 llegan los jesuitas a América. En su tercer viaje, por pedido expreso del Rey 1 se envían 24 jesuitas con el fin de instruir y convertir a los naturales del lugar. A finales del s.XVI la Compañía de Jesús se instaló en Córdoba. Dos de cuatro jesuitas 2 son los que arrivan el 2 de febrero de 1587, uniéndoseles luego los llegados desde Brasil. A 12 años de la fundación de la ciudad ya había 8 3 jesuitas. En 1589 se les asignó terreno próximo a la plaza y tomaron 1 Cédula Real del 3 de marzo de 1566, del Rey al P. Aráoz. 2 Acompañados por el Obispo Sr. Victoria, llegan el P. Barzana, el P. Angulo. Quedan en Santiago el P. Gutiérrez y H. Villegas. 3 Diez jesuitas en total: 7 padres y 1 hermano en Córdoba y los 2 restantes en Santiago.

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Una de las fuentes de difusión de las investigaciones en torno al patrimonio cultural más importantes y permanentes son las publicaciones, en sus diversos soportes, tanto impresos como electrónicos. En ellas hallamos desde las informaciones primigenias sobre un contenido, hasta las más recientes y actualizadas. Esto nos permite hacer comparaciones reflexivas, así como estructurar propuestas de nuevas aproximaciones al estudio de temas vinculados con el patrimonio material e inmaterial de la nación. Presentamos aquí algunas publicaciones recientes de interés general.

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Page 1: La elección del sitio en las estancia jesuíticas, un modela de estructura territorial

LA ELECCIÓN DEL SITIO EN LAS ESTANCIAS JESUÍTICAS UN MODELO DE ESTRUCTURA TERRITORIAL Mar ía A le ja nd ra R e ga

Fac ul ta d d e Ar q ui tec tu ra , Ur ba ni smo y D i se ño . U niv er s i da d Nac io na l d e Có r do ba,

Ar g en t i na

PRESENTACIÓN Y JUSTIFICACIÓN DEL TEMA

Las cinco estancias jesuíticas de Córdoba, Argentina, se designaron Patrimonio de la

Humanidad en el año 2000. A partir de ese hecho se las consideró un recurso patrimonial

básico para la promoción de la provincia. El conjunto original fue sistema productivo

integral. Hubo un sistema principal ordenador que fueron las cabeceras administrativo-

educativas ubicadas en la ciudad y subsistemas de producción que fueron las estancias y las

reducciones de indios. En el presente trabajo se analizan desde una escala territorial,

comprendiendo las relaciones entre las distintas unidades, las redes que desarrollaron,

estructurales en cuanto a su trama y espaciales en cuanto al paisaje circundante. Todo aún

hoy se mantiene y se valoran como un soporte estructural con capacidad de mayor

potenciación.

El enfoque de este estudio se basa en las motivaciones que tuvieron los jesuitas en

cuanto a la elección del sitio en el momento de la fundación de las estancias, especialmente

en relación a la vinculación entre ellas y su permanencia como modelo de sistema

productivo y de evangelización territorial. Si bien no existió el “acto de fundación” propio de

las ciudades hispanoamericanas, sí existió un plan determinante de dichas elecciones.

La metodología de trabajo se fundamenta en la verificación de cuatro hipótesis de

“motivación”: motivos económico-productivos, motivos de evangelización, motivos

geográficos y motivos de vinculaciones territoriales. Su comprobación hará comprender que

el origen y las consecuencias de la eficacia del sistema también se relacionan con la elección

del sitio de cada una. Las estancias con sus emplazamientos y vinculaciones fueron un

sistema de producción integral. Hoy se han transformado en un sistema de soporte

patrimonial.

INTRODUCCIÓN

En 1553 llegan los jesuitas a América. En su tercer viaje, por pedido expreso del Rey1 se

envían 24 jesuitas con el fin de instruir y convertir a los naturales del lugar. A finales del s.XVI

la Compañía de Jesús se instaló en Córdoba. Dos de cuatro jesuitas2 son los que arrivan el 2

de febrero de 1587, uniéndoseles luego los llegados desde Brasil. A 12 años de la fundación

de la ciudad ya había 83 jesuitas. En 1589 se les asignó terreno próximo a la plaza y tomaron

1Cédula Real del 3 de marzo de 1566, del Rey al P. Aráoz. 2Acompañados por el Obispo Sr. Victoria, llegan el P. Barzana, el P. Angulo. Quedan en Santiago el P. Gutiérrez y H. Villegas. 3Diez jesuitas en total: 7 padres y 1 hermano en Córdoba y los 2 restantes en Santiago.

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posesión el 2 de Noviembre de 1591. Con el fin de solventar las instituciones educacionales

creadas en la ciudad de Córdoba, aquellos que llegaron siendo teólogos, se convirtieron en

administradores de un exitoso sistema de producción agropecuaria como fueron las

estancias, que establecieron y desarrollaron, todas en sitios diferentes, vinculando los

rendimientos de las unas con los de las otras y organizando un comercio regional que

terminó siendo modelo de gestión.

Hay certeza sobre los datos, dadas las Anuas y referencias encontradas y confirmadas,

pero las condiciones geográficas verdaderas, en el momento de la llegada de los jesuitas, el

estado natural del sitio y las condicionantes que determinaron el emplazamiento de las

estancias, son los puntos que intento descubrir en el presente escrito. Es mi interés

demostrar mediante el estudio y la reflexión crítica, el cumplimiento de la siguiente

hipótesis.

H i p ó t e s i s s o b r e l a s m o t i v a c i o n e s d e l a e l e c c i ó n d e l s i t i o

Los principales motivos de la elección del sitio de las 5 estancias jesuíticas, fueron los

siguientes en orden de importancia:

Motivos económico-product ivos: desde el comienzo Córdoba sirvió de enlace para

establecer una salida al Atlántico teniendo como polo de desarrollo las minas de Potosí. Una

vez desprendidas del dominio gubernamental de Lima, surgieron tres puntos claves para el

desarrollo del nuevo Virreinato del R. de la Plata: Asunción, Buenos Aires y Córdoba. Siempre

tuvo una ubicación de nexo vincular de E a O y de N a S. La economía hasta ese momento se

basó en un sistema tradicional, un régimen feudal, con un terrateniente (español) y una

mano de obra (indios y negros esclavos). Los segundos eran la mano de obra para la

ocupación y explotación territorial de los primeros. Los jesuitas implantaron un sistema

innovador. Ante la necesidad de recursos económicos que solventaran sus labores

educativas, establecieron unidades de producción (las estancias y sus puestos) actuando

como células que articularon la economía de la región. Fueron establecimientos rurales

auto-sustentables, con producción diversificada (talleres de carpintería, herrería, telares,

cerámica), o con producción específica (ganadería).

Como modelo económico plantearon un sistema integrado horizontalmente (y no

vertical como el feudal), vinculando intereses comunes y creando condiciones para una

economía de trueque. Se produjo intercambio de producción con un régimen de mercado

común reformador de las condiciones practicadas hasta el momento. Se estableció un

sistema económico rural de base agropecuaria que modificó el espacio territorial,

estableciendo un método de trabajo comunitario auto-sustentable y sirviendo de modelo de

integración socio-económica. Las estancias fueron formadas o adquiridas por compra o

donación durante los ss. XVII y XVIII.

Motivos de evangel ización: Con la fundación de Córdoba en 1573 comenzó un lento

pero inexorable proceso de extinción indígena4 (encomienda, mestización, enfermedades y

combates).

La evangelización jesuítica tomó como base lo realizado hasta el momento por las

ordenes mendicantes a lo que incorporó la organización de un sistema de vida comunitario,

el jesuita promovió un apostolado auxiliado por la mano de obra del lugar, los indios. Al lema

benedictino ora et labora (ora y trabaja) le sumó el lema jesuita ad maiorem Dei gloriam (a

la mayor gloria de Dios). El indio se auto-sustententó y además solventó las necesidades de

4Córdoba y noreste de San Luis fue territorio de los indios comechingones y sanavirones.

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su encomendero y evangelizador, por eso es que esta combinación, que en situaciones de

rectas intenciones de promoción humana hubiera funcionado como un sistema social

ejemplar, no siempre ni en todos los casos, pudo funcionar equitativamente. A pesar de que

los propios Reyes suprimieron el sistema de encomenderos a fines del s.XVII, el mismo

continuó bajo condiciones poco favorables. Los jesuitas cumplieron con su fin principal que

es el de conversión mediante la predicación5, logrando además implementar modos de

trabajo y de convivencia social. Córdoba fue el centro de las actividades de la Compañía de

Jesús desde 1599 hasta 1767, año de su expulsión por mandato de Carlos III.

Motivos geográf icos: la ciudad de Córdoba se asienta en una escala territorial, entre la

pampa norte y los cordones montañosos de la cordillera de los Andes. Las sierras de

Córdoba forman el grupo oriental del sistema de las “sierras Pampeanas” con una superficie

de 7.200 km2, con 430km. de largo y 120km. de ancho. Posee tres cordones que corren

paralelamente: cordón occidental o de las Sierras de Pocho, cordón de las Sierras Grandes

(327km.) y cordón oriental o de las Sierras Chicas. Todas las faldas de estos cordones caen

hacia el oeste en bruscas pendientes, mientras que hacia el este bajan en caídas suaves que

se confunden con la extensa llanura.6 Posee una topografía agreste con un clima de media

amplitud con vegetación heterogénea reflejo de los diferentes suelos de contrates, selvas

subtropicales y tórridos esteros; al igual que el área que va desde las sierras altas, pasa por

extensos valles y quebradas hasta las sierras chicas dando paso a las llanuras. Todo regado

por ríos que forman numerosas lagunas. Se divide hídricamente en tres cuencas: de las

Salinas Grandes, de Mar Chiquita y de los ríos Tercero y Cuarto o Cuenca del Paraná.

Entendiendo el paisaje como la resultante del entorno geográfico que da cabida al sitio,

y entendiendo el sitio en relación concreta a su elección, y comprendiendo el sentido del uso

humano del que ese espacio es objeto (considerando la capacidad del hombre de modificar

su entorno), es que se llega a comprender si ese sitio ha sido bien elegido o no, en cuanto la

capacidad de respuesta a su destino funcional. Se concibe entonces, el sitio como un lugar

particular con determinadas características geográficas y culturales que en conjunto

conforman un sistema de uso del espacio regional.

El buen clima cordobés, su topografía amigable, y el caudal hídrico, hicieron que la

Compañía eligiera este sitio para su asentamiento misional.7 Dentro de las producciones de

las estancias está la molienda de granos, que se hizo con la fuerza motriz hidráulica generada

a partir de la construcción de represas para acumular el agua de lo ríos, que, además sirvió

para el riego de la siembra. Por lo que, parte esencial de las condiciones geográficas del sitio

es la existencia de ríos o arroyos; propio del área, especialmente en la zona de la ladera

serrana toda surcada por numerosos cauces que bajan de las Sierras Grandes o Chicas

dependiendo de la ubicación de las estancias de estudio.

5Pedro Cieza de León en “Guerras civiles de Perú”, s.XVI. Español, (1520 - 1554) conquistador, cronista e historiador del Perú. Escribió en una crónica: “Tomaron los españoles algunos indios de aquellas provincias y con las lenguas les

preguntaban si tenían alguna creencia o si conocían si había Dios hacedor de las cosas criadas; respondiendo que ellos

tenían por dioses de su patria y propicios a sí al Sol y la Luna…” 6Ver cartografía de Córdoba y San Luis de 1873 de Martín de Moussy (1810-1869). Realiza por pedido del Presidente Urquiza el libro: "Description geographique et statistique de la Confederation Argentine. Atlas. Planche XIII", Firmin Didot Freres, Paris, 1873. 7“Era Córdoba… la mejor o de las mejores poblaciones del Tucumán, de temple sano, aunque no poco frígido en invierno,

situada en un plano más largo que ancho, casi a la falda de una sierra,… dilataba su amplísima jurisdicción, por el oriente

más de 50 leguas, hasta donde le sirven de margen, la misma (margen) que al Río de la Plata, no siendo más breves sus

términos hacia los otros tres rumbos, en cuyo espacioso territorio, ocupaban gran número de poblaciones más de 40.000

indios de varias naciones y lenguas diferentes…” Cita tomada de: P. Lozano. S.J.Gracia, Joaquín, “Los Jesuitas en

Córdoba”, Espasa Calpe, Buenos Aires-México, 1940, pp. 40.

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Motivos de vinculaciones terr i toriales: existieron dos áreas jesuíticas, la guaranítica

y la mediterránea. En el centro de ésta, está Córdoba, desde el primer momento, ejerciendo

un papel de irradiación de la cultura universitaria al igual que Charcas en la región norte.

Crearon un sistema con subsistemas. Bajo las cabeceras administrativas de la ciudad se

encontraban, ordenadas por uso y ubicación, subsistemas de producción y generación de

recursos como las estancias y reducciones de indios. Considero el tema desde una escala de

análisis regional, o de relaciones inter-sitios. Estos inter-sitios tuvieron vinculaciones que

relacionaron los dos tipos de establecimientos, las cabeceras-urbanas (educativos y

administrativos) y las cabeceras-rurales (estancias y reducciones).

En las cabeceras rurales podemos hacer una distinción entre las reducciones y las

estancias. Las primeras produjeron para su propio consumo y comercializaron el excedente.

En cambio las estancias se organizaron, además, con un segundo objetivo, que fue el de

producir excedente para la comercialización con lo que sostuvieron las cabeceras del sistema

y garantizaron el sustento de la población asociada. Además tuvieron asentamientos

subsidiarios, los puestos, ubicados en los mismos terrenos pero retirados. Cada célula del

sistema no se comprende sola, está siempre ligada al sistema, y a su vez las actividades de

cada subsistema (rurales y urbanas) están unidas por rutas vinculantes de producción y/o

comercialización

A n á l i s i s d e l a s m o t i v a c i o n e s p o r e s t a n c i a

Al carecer de recursos genuinos para el Noviciado, Colegio y Universidad, buscaron un medio

de subsistencia para su mantenimiento. Este medio fueron las seis estancias.8 Una vez

asentados en la ciudad, comenzó el posicionamiento y desarrollo de los establecimientos

rurales. Cada estancia destinó la ganancia de su producción a un uso específico.

Estancia de Caroya (1616)

El área de ubicación de la misma se encuentra en la transición entre la depresión periférica

del macizo de las Sierras chicas al oeste y la plataforma o pampa elevada al este. Tiene dos

cursos de agua en la delimitación del territorio de la estancia. Su fisonomía

paisajística presenta un relieve levemente ondulado contra el fondo de las Sierras

Chicas. En su origen sus dimensiones fueron de 5,6 leguas cuadradas9 (25km2.), una

25.000ha., definidas por límites naturales: al Norte el río de Jesús María y la misma

estancia de Jesús María, al Sur el río Chavascate (hoy río Carnero), al Oeste el

camino de las tropas que va al Perú10 y al Este tierras11 con límite impreciso.12 Se

ubica a 48km. al norte de la ciudad de Córdoba, cerca de la actual traza de la RN

N°9, sobre el antiguo camino Real del Alto Perú o Camino Real del Norte.

8“Hasta ahora se sustenta esta casa de Córdoba de limosna, la cual no llega más que a dar pan y carne necesarios -

porque de esto la tierra es abundante- y lo demás es necesario que lo provea el Provincial…-…Procuraré en llegando allá,

fundar alguna hacienda con que aquella casa tenga segura la comida, para poder con libertad hacer nuestros

ministerios”.

Anuas de 1609, Gracia, Joaquín, SJ, “Los Jesuitas en Córdoba”, Buenos Aires-México, 1940, pp. 163 y 165. 9Hoy el gobierno de Córdoba es dueña de un área de 10ha.3.870m2, incluye el casco de la estancia y sus construcciones e instalaciones anexas. En área construida tiene una sup. de 1.798,80m2. 10También dice: “hasta el carril de carretas que viene desde la ciudad de Córdoba a Santiago”. 11Dice:“hubiese hasta encontrar mejor derecho” también dice: “7 leguas rumbo al río de Córdoba” (se refiere al hoy río Suquía). 12Cuando se habla de límites, superficies o distancias son imprecisos. Los términos son: “hasta el cauce de un río”, “piedra grande”, “monte de algarrobos” o expresiones similares. Cuando se habla de legua es dato referenciado y se aplica un aproximado en hectárea.

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Siendo originalmente un asentamiento indígena13, pasó a manos españolas14 y luego la

Compañía compró las tierras en 161515. Desde su origen se pensó como establecimiento

rural que sirviera para el sostenimiento del Colegio y como casa de descanso. Caroya fue el

primer núcleo productivo del sistema.

Estancia de Jesús María (1618)

Las condiciones geográficas ambientales son las mismas de Caroya. Cabe destacar la

consideración que hicieron los jesuitas de las bondades de la zona, sirviéndose de las

posibilidades naturales. A lo ya descripto de la geomorfología del área se sumaron las

condiciones aptas para la vid: suelos áridos y amplitud térmica considerable. A uno y otro

lado del río Guanusacate se extendió la propiedad una legua y 2 leguas a lo largo del río por

cada lado hasta una cañada16. Formó un campo regular de 6 leguas2 (30km.2), unas

30.000ha., al que se le fueron adosando terrenos circundantes, comprados o donados. Las

tierras de Guanusacate las adquirieron a Quevedo, por ser una orden religiosa recibieron

tierras vecinas.

Además de cerealera, la estancia tuvo una importante producción vitivinícola. Su bodega

marcó la producción de la zona junto con Caroya, considerándose hasta hoy el sector con

más aptitudes enológicas de Córdoba.17 La mano de obra fue de esclavos africanos, además

de los naturales del lugar.

Se ubicó sobre el Camino Real, hacia el Norte, distante casi en igual medida que

Alta Gracia hacia el Sur18. Si tenemos en cuenta que un año antes, ya existía

Caroya, es factible pensar que las dos principales motivaciones de la elección del

sitio en Jesús María fueron la ubicación de las tierras de Guanusacate frente al

mismo Camino Real, paso obligado a la capital del Virreinato del Perú y, como

segundo motivo, la realidad de que para ese momento la estancia era ya un

negocio productivo19. Del cereal y la viña se adquiría harina y vino que se

comercializaba con considerables ganancias.

Estancia de Santa Catal ina (1622)

Es la de mayor extensión de todas las estancias, llegó a lindar con Jesús María. Pese

a su cercanía con Caroya y Jesús María, Sta. Catalina mantuvo un perfil de

asentamiento rural. Está en una suave planicie con una visión lejana del cordón de

las Sierras chicas. Recolectó aguas subterráneas provenientes de Ongamira,

organizadas en tajamar, acequias y molinos. Se compró en 1622, año en que se

fundó la Universidad.20 Podría pensarse que por ser ésta la última que compran los

jesuitas, ya estarían cubiertas las necesidades principales, pero consta que igual

13En esta zona habitaban los indios sanavirones. 14Estas tierras, junto con otras, las recibe en merced Bartolomé Jaimes en 1574. 15La nieta de Bartolomé Jaimes abandona las tierras que son ocupadas por el P. Fernández Bandurria. Luego de un pleito entre, venden a La Compañía, quien a su vez vende el título al P. Duarte Quirós (fundador del Colegio Monserrat, 1610), quien la posee durante 26 años, creando en ese tiempo la estancia. En 1687 la dona al Colegio. A su muerte, en 1703, vuelve a La Compañía. 16

“las tierras corren dos leguas río debajo de Guanusacate, hasta las tierras que llaman de Cavinda,…Y una legua de

ancho de cada banda del río” Texto en la firma del consentimiento de venta de Gaspar de Quevedo. 17

“Las vendo con 20.000 cepas de viña, poco más o menos, que está cercada con sus tapias, y con todo lo en ella labrado,

edificado y plantado, y con un molino que en ellas está y con el agua que les pertenece”. 18 “…llamada la una de Jesús María, a 8 leguas más o menos de la dicha ciudad de Córdoba, hacia el camino de Santiago

del Estero; y la otra de Nuestra Sra. de Alta Gracia, 5 leguas de la dicha ciudad hacia la sierra…”. 19Pedro Deza instaló los molinos (hoy se pueden ver las ruinas) y Gaspar de Quevedo instala el resto del establecimiento rural. 20 En 1584 las recibe en merced Miguel de Ardiles, (tierra de los indios de Inchinsacate, Calabalumba y Sanumbasacate). La hereda su hijo, que luego la vende a Luis Frazón, un oficial herrero.

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eran escasos los recursos. Tanto como aumentaba la compra de propiedades y la

producción, crecían las vocaciones, los alumnos, los indios pobladores y la actividad que se

desarrollaba en la ciudad. Se ubica a 13km.de la ruta que une Jesús María con Ascohinga; y a

70km. de la ciudad de Córdoba a través de la hoy RN. Nº9. Muy vinculada territorialmente a

Jesús María y Caroya.

Estancia de Alta Gracia (1643)

Se asienta en el sitio de Paravachasca (actual departamento de Santa María) al pie de la

vertiente oriental de las Sierras Chicas; el casco se ubica en su faldeo. El paraje preciso está a

600 msnm y a 40km. al sudeste de la capital cordobesa siendo, de todas las estancias, la más

próxima a la ciudad. Su clima es de “baja montaña” y sus tierras cursadas por el arroyo Alta

Gracia21 que vierte sus aguas al Anisacate y muere en el río Segundo. Durante la

administración jesuítica la incorporación de tierras y las adquisiciones constatadas indican

que hubo un intento continuo de expansión y ocupación. Se delimita tentativamente el área

original de la estancia en un polígono que va desde el límite Norte por los 31º, el Sur: 31º

49’, Este: 64º O y Oeste: 65º O. 22

Las bondades hídricas de la zona fueron muy bien usadas, teniendo en cuenta el

sistema de regadío que se implementó, recolección, encauce y uso de las aguas.23 Por la

elección del sitio para el casco es clara su jerarquización por el control de recorridos y

accesos. Demuestra que primó la supervisión del espacio con la posesión visual del valle.

Estas tierras de indios comechingones, llegan a los jesuitas en 164324 por donación de D.

Alonso Nieto25 hasta la expulsión de la Compañía en 1767. Con el tiempo se

adosaron tierras, pedidas en merced o compradas o donadas por privados.

Fue un centro de manufactura agrícola ganadero, especializados en la cría de

ganado extensivo, productora de mulas e importante taller de textiles. El tajamar

con su paredón y molino motivó una gran actividad hídrica. No hay suficiente

información en relación a la autonomía de los puestos: San Ignacio, Santiago, San

Antonio, Potrero, Achala, San Miguel, Potrerillo y el Puestito de Guzmán. Se vinculó

directamente a la ciudad, por la hoy RN Nº 5. Es la que se ubica en el extremo sur

de todo el territorio jesuítico. Bajo su control estuvieron varios puestos del valle de

Calamuchita. Tuvo conexión con la estancia de La Candelaria por el tráfico de

peones y hacienda.

Estancia de La Candelaria (1678)

El paraje La Candelaria, hoy en Cruz del Eje, se ubica al norte del macizo de la Sierra

Grande y de los Gigantes, al límite septentrional de la Pampa de Achala, al pie del

21Antes llamado río Chicamtoltina. 22

“hazia el sur hasta vn monte grande questa al pie de la barranca del rrio de Quisquisacate y hacia el nacimiento del sol

hasta vna punta de vn monte que llaman los naturales Vspavache y vn arroyo que llaman Yinquila o Coacamilin, y por la

parte del norte hasta el pie de vn cerro que llaman Lacauca”ca”mchira, y por la parte del poniente hasta el pie del otro

cerro que llaman Onacamchira…” En Page, Carlos A., “La estancia jesuítica de Alta Gracia”, Eudecor, Córdoba, 2004. De: Tanoldi, Aurelio, fajardo, María Elsa y Dávila María Esther, “Libro de las mercedes de Córdoba de 1573 a 1600”, Universidad Nac. de Córdoba, Facultad de Filosofía y Humanidades, Instituto de Estudios Americanistas, (Serie Documental N°V, Córdoba, 1958, pp. 158 y159), pp. 24. 23 El tajamar (1659) fue el 1º dique de Córdoba. Forma parte de un sistema hidráulico de represas que regularon el ingreso de aguas. 24 Alonso Nieto escritura sus bienes a nombre de la Compañía el 24 de junio de 1643. 25 Alonso Nieto de Herrera (1574/1581-1661) hereda la tierra por ser 2° esposo de Estefanía de Castañeda, viuda de Juan Nieto. Al quedar viuda de su 2° esposa ingresa a la Orden jesuítica donando todas sus propiedades. Juan Nieto (1551-1609), conquistador y cofundador de la ciudad de Córdoba. Recibió entre otras tierras, la llamada “merced de

Paravachasca”, luego Alta Gracia. El título de propiedad es del 8 de abril de 1588, aclarando que es para siembra y cría de ganado para sustento de la familia.

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Gaspar. Paisaje básico de roca granítica, tiene quebradas y pequeños valles que forman

cordones montañosos y encajonan los ríos que bajan desde los Gigantes. Ubicada en la

“pampa de San Luis”, desde su origen la propiedad abarcó desde el “cerro grande” de

Achala, Sierras grandes, hasta los valles de Soto al noroeste de la Pampa de San Luis. Este

ambiente que fisonómicamente se presenta como de pampa de altura, en cuanto a su

vegetación es un pastizal serrano y arbustillos.

El lugar de asentamiento se lo conoce como “Rincón de Ocampis”. Si bien se recibió por

donación, es clara la elección del sitio; la ubicación del casco principal está en una pequeña

hondonada protegida de los vientos, haciéndola poco visible a la distancia, como una

especie de avanzada en zona probablemente atacada por los indios, apoyada al pie del

Achala. La merced Real dio posesión de estas tierras al Gral. Francisco de Vera y Mugica;

pasan a manos de su hijo Francisco Xavier, quien en 1678 las dona26 a los jesuitas.

Al igual que la consideración geográfica-climática que hubo para el emplazamiento del

casco; la motivación económica-productiva fue importante, por el tipo de producción

ganadera. Es una región montañosa poco apta para la agricultura. Fue siempre

establecimiento ganadero mular. El casco de la estancia está a 220km. de la ciudad de

Córdoba (RN Nº38) y a 74km. de la ciudad de Cruz del Eje. Se debe recorrer 45km. de la RP

N°15 hasta La Higuera, y desde allí 30km.

La Candelaria presentó siempre un carácter diferente al resto, con un paisaje particular

dentro del escenario regional que hizo que a veces se la considerara falta de integración

dada su posición periférica. Pero su tráfico mular, hace concluir que el emplazamiento fue

valioso por ser zona apta para la actividad. Si bien la distancia hacia el resto de las unidades

es considerable, se posiciona dentro del circuito que rodea en forma periféricamente radial

la ciudad de Córdoba.

CONCLUSIONES VALORATIVAS

Tres de las cinco estancias fueron compradas: Caroya, Jesús María y Sta. Catalina; las otras

dos, Alta Gracia y La Candelaria se reciben por donación. Concluyo diciendo que en la

mayoría de ellas existió, por parte de la Compañía, efectivamente, una elección del sitio, con

una fuerte motivación de tipo económico-productiva. Si relaciono con la razón de la

creación de las estancias confirmo esta hipótesis, el fin de las mismas fue la necesidad de

sostenimiento de las labores de administrativas y formativas. Se suma el hecho de que las

tres estancias adquiridas son las tres primeras, es decir, en el momento de mayor necesidad

económica. La motivación geográfica queda supeditada a la primera, ya que el lugar soporta

el desarrollo de la producción.

Si comparo las estancias con las ciudades en relación a la fundación, puedo decir que si

bien en las estancias no existió el “acto de fundación” propio de las ciudades

hispanoamericanas, sí existió un criterio a seguir con razones suficientes para la ubicación

del sitio. Lo demuestran las diferencias topográficas de las distintas células de producción y

sus vinculaciones.

En relación a la motivación económica, concluyo que hubo una intención principal que

fue solucionar el problema de la subsistencia en un medio nuevo, carente de recursos

inmediatos. Encontrando como un potencial la tierra, vieron un medio, no sólo de

subsistencia, sino que fue un recurso genuino que se convirtió en protagonista del desarrollo

económico de la región. ¿Cómo entender que estancias, con dimensiones y usos tan diversos

26 Se donan las tierras de S. Gregorio; de Quilambe; Rincón de Ocampis y de Río de Pinto; y de las estancias de Polotosacate.

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funcionaron con 300 personas dirigidas por dos o tres sacerdotes?. Si se piensa en el período

colonial argentino, se piensa en los jesuitas, se piensa en las estancias y se piensa en un

“sistema”.

En relación a la motivación geográfica, como bien lo explicó Marina Waisman, es en

relación al territorio donde nos diferenciamos sustancialmente de los europeos. Tenemos

elementos de identificación propios respecto como son las dimensiones, las perspectivas de

infinitud y la idea de naturaleza abierta. El paisaje natural siempre tendrá protagonismo.

Los jesuitas entendieron esta cualidad del paisaje americano como virtud ineludible:

“en América la naturaleza es protagonista en la elección y posterior uso del sitio”. Así

emplazaron sus unidades de producción, pudiendo comprobarse aún hoy, a pesar de estar

rodeadas por un tejido urbano, en algunos casos, como se asientan respetuosa y

arraigadamente al suelo cordobés, con miradas y perspectivas serranas desde cada ángulo

construido; acompañándose del sistema de riego implementado, que demuestra el bien

aprovechado uso de los recursos naturales.

En relación a las vinculaciones territoriales llegaron a establecer un “tipo de mercado”

que promovió un comercio regional.27 Se establecieron rutas de comercialización creando un

“mercado común”. La ciudad de Córdoba, por ser el subsistema urbano al que se mantenía

económicamente es un polo de atracción en relación a los caminos. Pero se infiere que

existió un recorrido en forma radial entre las estancias que hoy no se distingue como un

circuito demarcado. Probablemente existieron senderos por los que se hacía el traslado de

ganado y cereales.

Hoy los cascos de las estancias son testimonios tangibles con promesas de

perdurabilidad. Son la comprobación de como un ideal trascendental como la evangelización

a través de la instrucción y el trabajo, hizo que pocos hombres fueran capaces de desarrollar

un modelo que afectó el territorio natural, la economía y la cultura de toda una región. La

ubicación de las estancias con sus emplazamientos estratégicos en las laderas serranas, con

buenos suelos y agua fue factor determinante para que, en tan poco tiempo el modelo se

desarrollara con éxito.

¿Qué fueron las misiones jesuíticas en el continente americano: una impostación o

capacidad gestora de desarrollo productivo entre habitantes, lenguas y territorios

desconocidos? La comprobación de que el soporte fundamental de estos núcleos de

producción fue sólo de “trascendencia ideológica” por sobre cualquier otro, es que, a la

expulsión de los jesuitas, dejó de funcionar el sistema orgánico de economía

complementaria y decayó todo el medio involucrado.

Quizás si el modelo económico hubiera perdurado junto a los edificios, en la Argentina

hoy existiría un sistema económico integrado horizontalmente, autosustentable y las

economías regionales prosperarían, porque “las estancias nunca eran, sino que siempre

estaban siendo, un proyecto que se iba perfeccionando con la marcha; se agregaba,

ampliaba, modificaba; era como la gestión de un organismo viviente, donde siempre había

una impronta de trabajo con fervor de panal o de hormiguero”.28

Con la expulsión de la Compañía, comenzó un modelo productivo agro-exportador,

concentrado en Buenos Aires. Se miró Europa como modelo, no siendo capaces de actuar

con la responsabilidad y el respeto geográfico-cultural que los jesuita29 demostraron era

posible. Entendieron que sólo “la conciencia de la situación y del sitio” puede engendrar un

27 Los jesuitas tenían otros establecimientos con los que se produce el intercambio y comercialización: Brasil, Perú, Paraguay, Chile. 28 Gallardo, Rodolfo, “La arquitectura en Córdoba y su historia”, Nuevo siglo, Córdoba, 2003, pp. 80. 29Cabe una mención especial hacia los “jesuitas españoles estancieros” que supieron administrar, dirigir, descubrir habilidades en los indios y africanos, y sobre todo a partir de la conversión hacer que encontraran en el trabajo un medio de dignificación personal y de ennoblecimiento del espíritu.

Page 9: La elección del sitio en las estancia jesuíticas, un modela de estructura territorial

pensamiento comprometido, y si es comprometido, genera acciones eficaces. Pero sobre

todo entendieron que América no es prolongación de Europa, ni siquiera de España.

Entendieron que América es otra, es nuestra, es ancho de paisaje, es margen propio, es

desarrollo inacabado, es adaptabilidad a sistemas, es función y sencillez formal, es lo

inconmensurable y el aquí de al lado.

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Archivo Histórico de Córdoba. Archivo Municipal de Córdoba.

Datos obtenidos de las visitas a estancias: entrevistas, textos y gráficos expuestos.