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    Democracia Parcipava yPresupuestos Parcipavos:

    acercamiento

    y profundizacin

    sobre el debate actual

    Manual de Escuela

    de Polcas de Parcipacin Local

    Proyecto Parlocal

    Editores:

    Andrs Falck y Pablo Pao Yez

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    Autores:

    Cecilia Alemany, Giovanni Allegre, Percy Alvarez, Joao Arriscado, Srgio Baierle, VicenteBarragn, Maria Bastante, Daniel Biagioni, Joan Bou, Antonio Cardarello, Juan Casllo, JosAntonio Castro, Daniel Chavez, Juan Manuel Domnguez, Vernica Filardo, Ernesto GanuzaVirginia Gurrez, Patricia Garca Leiva, M Isabel Hombrados, Mariana Lopes, Altair Magr

    Vanessa Marx, Neiara Morais, Javier Moreno, Javier Navascus, Patricia Ober, Lucrecia Olivari, Pablo Pao, Carlos Pelez, Adrin Rodrguez, Toms Rodrguez-Villasante, Rafael Romero, Jos M. Sanz, Francisco Sierra.

    Editores:

    Dr. Andrs FalckDr. Pablo Pao Yez

    Equipo de trabajo:

    Lic. Mara Noel Estrada Orz, Coordinadora Pas, Parlocal UruguayLic. Ivn Snchez, Asistente Tcnico Parlocal UruguaySr. Julio Silva, Responsable Presupuesto y Administracin, Parlocal Uruguay

    Apoyo desde la Intendencia Departamental de Paysand (Uruguay):

    Sr. Berl Bentos, Intendente DepartamentalSr. Humberto Sconamiglio, Director de DescentralizacinDr. Roque Jess, Coordinador de Presupuesto ParcipavoSra. Nadia Belassi, Asistente Tcnica, Proyecto Laboratorio

    Direccin de Prensa de la Intendencia de Paysand:

    Sr. Julio Rojas, Director de PrensaSr. Marn Talams, Diagramacin y Diseo Grco

    RESPONSABLES TCNICOS POR EL PROYECTO PARLOCAL:Dr. Pablo Pao, Coordinador General - EspaaLic. Francis Jorge, Coordinadora Pas - Repblica DominicanaLic. Mara Noel Estrada, Coordinadora Pas - Uruguay

    ISBN: 978-84-694-5314-8

    Depsito Legal: MA-1213-2011

    Impresin CEDMA - Centro de Ediciones de la Diputacin de Mlga, Espaa. Junio de 2011.

    La presente publicacin ha sido elaborada con la asistencia de la Unin Europea. El contenido

    de la misma es responsabilidad exclusiva de los autores y en ningn caso debe considerarse

    que reeja los puntos de vista de la Unin Europea.

    Asimismo, esta publicacin no necesariamente reeja la opinin de las instuciones asociadas:

    Diputacin de Mlaga, la Federacin Dominicana de Municipios o la Intendencia de Paysand.

    Este libro se ha realizado con ayuda nanciera de la Comunidad Europea.

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    Ernesto Ganuza Fernndez,Lucrecia Olivari y Pablo Pao Yez

    (Angona procesos parcipavos)

    La democracia en accin:

    parcipacin de la

    ciudadana en lagesn pblica.

    Metodologas Parcipavas

    y Presupuestos Parcipavos.

    Captulo 7

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    Introduccin

    Las democracias hoy da afrontan desaos importantes. Desde hace bastantes aos la preocupacinpor la deriva del rgimen democrco ha impulsado innumerables estudios y anlisis en busca de loelementos claves que nos puedan permir mejorar un rgimen polco del que la ciudadana se sientprogresivamente desvinculada. La desafeccin polca, la desconanza hacia las instuciones, en deniva, la percepcin de la ciudadana hacia la polca, ha hecho emerger ciertas alarmas sobre el futuro de l

    democracia que, por lo dems, se maniestan como efectos normales de un modelo slo desarrollado esu expresin ms bsica respecto a lo que podra dar de si.

    La emergencia de los presupuestos parcipavos en Brasil en 1989, y progresivamente en el resto demundo, se puede pensar desde este escenario. No slo tendramos que hablar de presupuestos parcipavos, pues la emergencia de nuevos formas de parcipacin y deliberacin ha ofrecido durante los lmoaos un elenco muy heterogneo de experiencias (Smith, 2009)1. El elemento crucial de este movimientapunta a un cambio en las relaciones entre la ciudadana y la polca. Un cambio que acuna una concepcin disnta de las relaciones polcas, en la que la ciudadana adquiere un papel ms protagonista y quincluso es recogido en el ideario de los pardos polcos de medio mundo, por organizaciones internacionales muy ajenas a movimientos populares (OCDE, 2001)2 y, por supuesto, por movimientos sociales. Estcambio plantea desaos, tensiones y conictos, al mismo empo que ha supuesto una inversin conside

    rable de recursos econmicos e intelectuales en pensar cmo es posible llevarlo a cabo.La importancia de los presupuestos parcipavos est directamente relacionada con su expansin atodos los rincones del mundo. No podemos hablar, en este sendo, de una metodologa comn. DesdeChina a Chicago, pasando por Berln, Dakar, Republica Dominicana u otros muchos municipios y pases de 4de los 5 connentes, las experiencias de presupuestos parcipavos han mostrado una capacidad extraordinaria de adaptacin a contextos disntos (Allegre, 2010)3. Probablemente el sendo y la profundidade los presupuestos parcipavos es muy disnto en unos sios u otros, pero, en general, en todos ellola experiencia ene como objevo democrazar la democracia, o como nos gusta denominarlo: ponerlen accin.

    En la medida que hablamos de democracia tenemos inevitablemente que hablar de parcipacin. stha pasado a ser un paradigma por el que empezar tambin a hablar de la calidad de la democracia. Se hentendido que si la ciudadana no parcipa el peor de los problemas podra ser el deterioro de las instu

    ciones democrcas, lo que ha elevado una seal de alarma sobre la actual situacin. La parcipacin dela ciudadana es la que garanzara en lmo trmino la defensa de sus intereses y, consecuentemente, econtrol de los poderes pblicos y la exigencia del cuidado de sus derechos y necesidades. Esta preocupacin ha trasladado la necesidad de movar a la ciudadana a parcipar, encontrar los factores explicavode su no parcipacin e intentar incorporar elementos que la favorezcan. Los estudios sobre la parcipacin se han orientado precisamente a desentraar qu actudes individuales o arreglos instucionales podran movar una mayor parcipacin. Sin embargo, nos podramos hacer algunas preguntas previas quea menudo, se han dado por supuestas o simplemente se han ignorado y que son cruciales para entendertanto la parcipacin, como su sendo en la democracia: por qu parcipar, para qu, cmo parcipar.

    A lo largo de los aos hemos podido comprobar el impulso que ha recibido la parcipacin en el discurso de las administraciones, lo que ha sido acompaado por la puesta en marcha de innumerables experiencias de parcipacin. Sin embargo, tambin hemos asisdo a la falta generalizada de un mtodo parcipavo cualicado, que llevara la parcipacin a nuevos escenarios. Los presupuestos parcipavos no dejade ser una muestra de la extraordinaria ecacia que ha tenido la propagacin de una idea, muchas vecessin un sustento metodolgico. La principal vcma de esto han sido las mismas experiencias parcipava

    1 Smith, G (2009) Democrac Innovaons, Cambridge: Cambridge University Press.2 OCDE (2001), Cizens as partners. Informaon, consultaon and public parcipaon in policy-making, ed. OCDE, Pars.3 Allegre, Giovanni: Los presupuestos parcipavos en Africa y Asia: experiencias hbridas y espurias externas a Europa

    Amrica Lana, CES en Democracia Parcipava y Presupuestos Parcipavos: acercamiento y profundizacin sobre el debatactual. Manual de Escuela de Polcas de Parcipacin Local, Captulo 15, 2011, CEDMA, Mlaga.

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    y la ciudadana, que como protagonista de aqullas ha visto como su parcipacin se traduca, a veces, enprocesos difusos, vagos, incompletos, con diverso grado de contradiccin y, muchas veces, inoperavos.En este sendo, se ha hablado y se sigue hablando mucho de parcipacin, pero el mtodo empleado paraconcebirla dicilmente ha superado la lgica de la negociacin de intereses y la protesta.

    Dentro de la gran diversidad de modelos y mtodos que se ulizan para la aplicacin de presupuestosparcipavos en el mundo entero (que con ello se convierte en una denominacin genrica), existen al -gunos que directa o indirectamente se han vinculado a las metodologas parcipavas de accin social. En

    un estudio orientado a conocer las variantes y caracterscas de los presupuestos parcipavos (Ganuza,2006)4, tras el anlisis de procesos en Espaa, se propone una clasicacin bsica de tres modelos tericos:burocrco, representavo y parcipavo. Es decir, se observa que existen diferencias claras entre las dis -ntas experiencias en acvo de presupuestos parcipavos en ese momento, en funcin de cmo en losmunicipios se manejaban y planteaban aspectos centrales del proceso: la parcipacin, las relaciones delos presupuestos parcipavos con la Administracin, las reglas del proceso, la deliberacin y el proceso detoma de decisiones. Se observaba, adems, un predominio del modelo parcipavo que, en ese momento,reuna a grandes rasgos prccamente dos tercios de las experiencias vigentes (13 de 21). Ya en 2010 esatendencia an se habra intensicado en mayor medida.

    Contrastando procesos de otros pases tanto lanoamericanos como europeos, y observando la evo-lucin de los procesos de presupuestos parcipavos en Espaa en los lmos 10 aos, podemos armarque algunas de las experiencias que mayores logros enen en trminos de funcionamiento democrco sesitan en Espaa. Esto tendra directamente que ver con el hecho de que se trata del pas donde en mayormedida las metodologas parcipavas se han intentado aplicar en torno a procesos de presupuestos par-cipavos. Cuesones como las caracterscas de transparencia de los procesos de toma de decisiones, laexistencia de asambleas, la bsqueda de la mxima pluralidad y deliberacin, la conjugacin de ciudadanaasociada y no asociada, la elaboracin de auto-reglamentos por parte de la ciudadana, la ulizacin decriterios de juscia social y algunos otros, estaran relacionadas con esta aplicacin.

    Una estructura formal de parcipacin muy consolidada en Espaa, ha dado a los presupuestos par-cipavos espaoles cierta singularidad en el panorama global. Muchas experiencias emplean tcnicas quepermiten asisr a una intensidad deliberava inexistente en otros lugares. En un nmero signicavo deellas se ha arculado de manera racional un proceso de toma de decisiones con elementos deliberavos.En la mayora se han creado estructuras estables alrededor de los Presupuestos parcipavos y ha permi-

    do que muchos ciudadanos que no parcipaban habitualmente de los canales formales, ni en las asocia-ciones, pudieran implicarse en un proceso de deliberacin pblica. Todos estos elementos nos permitenvisualizar a los presupuestos parcipavos como un mecanismo lleno de potencialidades que puede mar-car pautas hacia una refundacin de la polca basada en una mayor cabida a la deliberacin, que facilite lainclusin de todos los actores sociales en la reexin y decisiones sobre lo comn y lo pblico.

    Evidentemente la relevancia no est en dnde se haya producido (en este caso Espaa) pues tampocoes que ello por ahora se haya traducido en la obtencin de logros muy relevantes respecto a los dems.No obstante s apreciamos que en estos procesos se plasma una concepcin ampliada de la parcipacincomo dilogo de reexin y construccin colecva entre actores plurales, lo que nos parece de primerorden para lograr un arraigo y relevancia transformadora de este po de procesos.

    Desde nuestro punto de vista, uno de los grandes desaos que afronta la parcipacin es el miedogeneralizado a desarrollar procesos orientados a la toma de decisiones. La idea de que la ciudadana no

    ene las sucientes habilidades como para parcipar en un proceso cualicado sobre los asuntos pblicoslastra muchas de las experiencias. Este miedo parte de un ideario parcipavo basado en los movimientosasamblearios de los aos setenta del siglo pasado que plantea lmites signicavos a la accin colecva:manipulacin, sesgo, irracionalidad en las decisiones, etc. Tambin se nutre de la divisin del trabajo pol-co concebido por las democracias liberales que pueblan el mundo y que ofrece una resistencia tenaz a la

    4 Ganuza, Ernesto: Tipologa y modelos de presupuestos parcipavos en Espaa. IESA Workingpaper series. N 1307. IESA-CSIC,Crdoba. 2007

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    parcipacin de la ciudadana en los asuntos pblicos. Esto ha impulsado, sobre todo, una lgica parcipava basada en la representacin, que ha sustuido la implicacin de la ciudadana por la representacin dsus intereses. Estamos convencidos de que la parcipacin puede, sin embargo, ir ms all, sin perder poello la claridad y la ecacia que se le exigira a cualquier cuesn que tratara sobre asuntos pblicos.

    Por qu no puede la ciudadana parcipar directamente en la planicacin de un proyecto estratgicpara una ciudad? Por qu no puede reexionar sobre la conveniencia y las consecuencias que tendran limplantacin de una normava o la modicacin de la polca scal? Los presupuestos parcipavos en lo

    que la ciudadana decide directamente una parte del presupuesto pblico ya ofrece respuestas concretaa este espinoso asunto. An as, la parcipacin vinculada a esas cuesones sigue apareciendo como unquimera. Consideramos que el dcit de este movimiento que busca ofrecer un mayor protagonismo a lciudadana ene que ver con la falta de conanza hacia los mtodos parcipavos. En tanto en cuanto spiensa que la ciudadana no est preparada y es fcilmente manipulable, la organizacin de un procesopara la parcipacin de multudes se contempla como imposible, siempre que se quiera preservar ciertgrado de expectavas sobre la calidad de su resultado.

    Estas dicultades son serias, porque es cierto que nadie est idneamente preparado para decidir sobre cualquier cosa. Eso lo saben bien los representantes polcos, quienes disponen de diferentes asesorepara valorar disntas materias y tomar decisiones sobre ellas o que cambian de opinin cuando las circunstancias se lo exigen, como acabamos de ver en la respuesta de muchos gobiernos a la crisis nanciera deao 2009. Tampoco, por supuesto, es fcil organizar un proceso parcipavo para multudes, pero eso nquiere decir que sea irrealizable. A casi nadie se le ocurrira, de todas maneras, pensar que la ciudadana nsabe lo que hace cuando decide ir a votar. La democracia es el rgimen polco que precisamente permitconcebir la parcipacin de la ciudadana en los asuntos pblicos, por tanto, lo que hace falta es una metodologa clara y al alcance de todos que lo facilite. Este arculo se ubica en este cruce de caminos entre ldemocracia y la parcipacin de la ciudadana en los asuntos pblicos, proponiendo una metodologa qulas arcule y permita acvar su relacin.

    La democracia en accin signica para nosotros precisamente eso, concebir la parcipacin de la ciudadana en los asuntos pblicos. El problema no es si la ciudadana rene las cualidades idneas para elloun requisito muy controverdo en un rgimen democrco y en una sociedad en la que las decisiones yno responden nicamente a criterios unvocos de veracidad, sino cmo es posible organizar un procesparcipavo contando con la heterogeneidad de la ciudadana, la falta de informacin y su capacidad

    reexiva para evaluar las consecuencias de las acciones pblicas. En este sendo, este arculo es una invitacin a disear y hacer posible procesos en los que la ciudadana pueda pensar efecvamente sobre lvida pblica, sin perder la cualicacin de todo proceso polco.

    Poner la democracia en accin, esto es, facilitar que la ciudadana parcipe en la gesn pblicapuede ser ms sencillo de lo que nos contaron, sin que ello signique prdidas respecto a la calidad de suresultados. La primera pregunta a la que intentamos dar respuesta ene que ver con el sendo de las metodologas parcipavas, a saber, qu implicaciones ene un enfoque metodolgico de este po y cmose puede llevar esto a la prcca, mostrando los diferentes pasos que consideramos se deben dar paraavanzar en un proceso que se pretenda parcipavo, as como las herramientas de las que podemos echamano en cada momento metodolgico. En un segundo momento nos centraremos en los elementos qulas metodologas y las tcnicas parcipavas pueden aportar a los procesos de presupuestos parcipavoy de democracia directa en general, de cara a mejorar sus dinmicas.

    Y es que consideramos que en la medida que se avance en vincular, contrastar y hacer operavos estos mtodos y tcnicas parcipavas en funcin de los objevos especcos de, en este caso, procesos dpresupuesto parcipavo, estaremos dando el salto de un mecanismo puramente formal (y por ello coimportantes riesgos de estancamiento instucional) a una concepcin ampliada de relaciones ms dinmcas, acvas y, en ese sendo, ms democrcas entre aquellas instuciones realmente dispuestas a contacon la ciudadana y la parte creciente de sta que solicita un espacio donde su opinin y construccin serealmente contemplada y acogida.

    Por lo dems, estamos convencidos de que las metodologas que proponemos no constuyen la ni

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    ca forma de concebir un proceso con MP, ni es la nica manera de poner en movimiento la democracia,ni de implementar presupuestos parcipavos. Lo que sigue no es ms que el resultado de un grupo depersonas interesadas en la parcipacin hacindose esas preguntas una y otra vez, un intento de siste-mazar nuestras propias reexiones a parr de las alternavas y soluciones que fuimos encontrando a losproblemas metodolgicos que nos surgen connuamente en la prcca codiana de la parcipacin y enla puesta en marcha de los presupuestos parcipavos. Sin duda, y de eso se tratara, se pueden concebirotras muchas. Los requisitos estn, en nuestra opinin, en que el nfasis realmente se ponga en desarro-

    llar en el sendo amplio el aspecto democrazador, parcipavo y de transformacin que estos procesospueden entraar.5

    1. Las metodologas parcipavas

    Si pensamos una forma sencilla de denir las metodologas parcipavas (en adelante MP), diramosque es una manera de facilitar que las personas compartan el conocimiento que enen sobre el mundo conel objevo de reexionar sobre posibles alternavas a los problemas que de forma conjunta se hayan iden-cado previamente. Desde esta perspecva hay que resolver una cuesn siempre dicil y pocas vecesvalorada, pues se trata de pensar en la ciudadana como fuente de informacin y como fuente de reexinde los problemas, implicndola en la resolucin de estos lmos.

    Al hablar de ciudadana hacemos referencia a un individuo reexivo, que piensa y hace. Un individuo,por tanto, que siempre est situado, vinculado a su entorno, a la historia y a las cosas que le rodean. Novamos a parr de la idea de un individuo general y abstracto, porque si hay que resolver problemas estossiempre estn vinculados a un entorno. En consecuencia, el uso de MP pretende conciliar la reexin y laaccin en un proceso parcipavo que facilite la implicacin de la ciudadana en la resolucin de proble-mas comunes.

    A menudo la parcipacin se ha pensado como un proceso de diagnsco o de informacin: se haceparcipar a la ciudadana para que exprese sus necesidades, y una vez conocidas, es el sistema polcoel que piensa, en un escenario de recursos escasos y en un plano general. Esto supone ignorar cualquierdimensin reexiva de la ciudadana, pues mientras no se la implique en la reexin de las soluciones po-sibles a sus propias necesidades, se la manene en un plano pasivo. Si queremos poner en accin la demo-cracia, ms all de la situacin que vive hoy, consideramos fundamental introducir esa dimensin reexiva,

    considerar a la ciudadana desde su accin. Esto no es una idea original sino ms bien controverda a lo lar-go de la historia polca. Ha sido habitual sealar dos elementos cruciales que impediran dar ese salto:

    el primero, que habla de cuesones ms normavas, se reere a la capacidad de la ciudadanapara efecvamente pensar desde un punto de vista general los problemas que acontecen;el segundo se ha referido siempre a un problema ms tcnico, como es la dicultad de organizarun proceso parcipavo abierto al conjunto de la ciudadana sin caer en un proceso demaggico,sectario o arbitrario.

    Este dilema ha favorecido la implantacin de una divisin del trabajo entre los expertos y el resto delas personas; divisin del trabajo que se reproduce dentro del sistema polco. La ciudadana es siemprepensada como fuente de informacin para que los expertos o los representantes reexionen sobre las ne -cesidades del conjunto de la sociedad; slo de este proceso de reexin pueden emanar las alternavas ylas propuestas a los problemas idencados. Las MP rompen con esa divisin del trabajo, pues su objevoes ofrecer herramientas adecuadas para que los individuos puedan pensar alternavas a parr de un diag-nsco. Doble tarea, porque vamos a considerar siempre un proceso en el que la ciudadana parcipa en

    5 El apartado que siguen estn extrados y adaptados del libro La democracia en accin. Una visin desde las metodologas parci-pavas; Ernesto Ganuza, Pablo Pao, Lucrecia Olivari, Luz Buitrago y Concepcin Lorenzana. Angona Procesos Parcipavos,2010. Puede consultarse la versin completa del libro en www.angona.org.es

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    la construccin del problema, como parte del diagnsco, y en la elaboracin de las alternavas a ste. LaMP dejan as de lado la posicin de un conocimiento experto que acta al margen de los procesos socialesun conocimiento experto que elabora propuestas y alternavas sin contar con los implicados: sin rechazael conocimiento experto, las MP cuesonan abiertamente su monopolio en la bsqueda y construccin dsoluciones.

    Para algunos las MP pueden parecer una quimera abstracta. Se trata, en el fondo, de hacer parcipaa la gente, por lo que su implementacin nos puede parecer incluso fcil. La idea tradicional que se ha

    construido alrededor de la parcipacin se suele resumir en reunir a la gente y esperar a ver qu sale, dlo que a menudo se ha entendido que cualquier cosa basada en la parcipacin ni es seria, ni nos puedeayudar a generar conocimiento. La parcipacin, sin embargo, es algo complejo, precisamente porque nse trata simplemente de reunir a la gente, al menos, la parcipacin tal y como la entendemos aqu, comun proceso reexivo. Desde este punto de vista, un proceso guiado con MP requiere trabajo, y podr seable o no en funcin de cmo se haga. Por tanto, ni todo vale cuando actuamos bajo las lgicas de las MPni todo proceso con MP es bueno per se.

    Las MP se pueden aplicar en procesos sociales y mbitos que persiguen a priori objevos disntos: unevaluacin, la elaboracin de un plan comunitario, la implementacin de presupuestos parcipavos,La caractersca comn es el enfoque de la parcipacin que estas metodologas proponen. Siempre quempleemos MP tendremos que pensar un proceso de principio a n, de otra manera las MP sern mupobres o sencillamente no nos permirn llegar a ningn sio, ms all de la gracia y la habilidad de hacecosas puntuales parcipavamente.

    Llevar la parcipacin a un proceso reexivo signica generar los contextos necesarios para que laciudadana pueda actuar reexivamente, lo cual no es fcil si atendemos a criterios de igualdad, heterogeneidad y calidad proposiva. Las MP pretenden ofrecer un conjunto de herramientas orientadas a este con el objevo de posibilitar su desarrollo. Ahora bien, antes de iniciar cualquier proceso parcipavo, haque tener cerdumbre en algunas cosas, porque de otra manera es muy fcil que el proceso parcipavse quede en un simple proceso informavo.

    En los casos en que quienes encargan el trabajo cierren la posibilidad a la implementacin de accionesy estn dispuestos slo a ulizar metodologas parcipavas para conocer una determinada realidadene sendo poner en marcha un proceso parcipavo?; cuando invitamos a los disntos agentes a parcipar en la construccin colecva del conocimiento sobre su realidad, pero no a transformarla, estamo

    tambin ante un proceso parcipavo? Tendra ms sendo en estos casos optar por un diagnsco cualitavo o se puede ir ms all de los marcos propuestos por quien encarga un trabajo? Estas son preguntaque no enen respuestas per se, pero que necesariamente deben plantearse en el inicio de un proceso deste po, tanto al interior del equipo como con los diferentes agentes implicados, de manera tal que desdel inicio queden claros y haya un acuerdo sobre la nalidad del proceso que se empieza. De otra forma, sestara manoseando la parcipacin de la gente.

    Con las MP pensamos un proceso proposivo, es decir, la informacin, el diagnsco o aquello quela ciudadana plantea como una necesidad es una parte del proceso (de dnde parmos), pero en ningcaso es el proceso ya que ste implica tambin denir las propuestas o alternavas a los problemas planteados (hacia dnde queremos ir). No se trata slo de que la gente parcipe, sino de llevar la parcipacia un escenario reexivo en el que la parcipacin sea heterognea (que el proceso recoja la pluralidadde opiniones, visiones y conictos existentes) y en el que, parendo de los intereses de cada persona se

    posible pensar desde el inters comn. Slo este vnculo nos puede garanzar la posibilidad de pensaalternavas viables a los problemas planteados.

    1.1. Los pasos de un proceso parcipavo

    El esquema que sigue pretende describir la lgica que orienta un proceso parcipavo llevado a cabcon MP. Cada uno de los pasos recogidos en el esquema no constuyen elementos aislados ni se sucedenmecnicamente unos tras otros; muy al contrario, todos se encuentran interrelacionados y en alguno

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    Pasos de un Proceso Parcipavo

    momentos se solapan.

    Un proceso parcipavo se enmarca siempre en un contexto, es decir, el problema, el fen-meno o la accin que vamos a abordar ene lugar en un espacio, un empo, con unos actoresy unas caracterscas especcas y singulares. La contextualizacin del problema del que par-

    mos constuye un elemento fundamental del proceso parcipavo, en tanto las alternavasque nos proponemos construir tendrn que ofrecer soluciones a este problema en este con-texto. En este primer paso podemos recurrir a diferentes herramientas: podemos recopilarinformacin secundara ya existente, podemos realizar un proceso de invesgacin previo ocombinar ambas. Lo esencial ser siempre devolver esa informacin a los parcipantes a n deque puedan valorarla y les sirva para contextualizar los problemas que se vayan idencando.

    El segundo momento es el autodiagnsco que conecta el momento anterior de diagnsco-contextualizacin con un proceso parcipavo orientado a pensar y elaborar alternavas. Aqu

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    intentamos dar respuesta a la pregunta de dnde parmos y, en cierta manera, cmo parmos.Mientras en el diagnosco-contextualizacin se va recogiendo y construyendo informacin enrelacin a la situacin inicial de la que parmos, con el autodiagnsco apuntamos a que seanlos implicados quienes reexionen y consensuen cul es esa situacin inicial comparda.

    Una vez disnguido y enmarcado parcipavamente el problema sobre el que vamos a traba-jar, se tratara de pensar hacia dnde queremos ir, es decir, cul es el escenario deseado de fu-turo hacia el que queremos encaminarnos, qu imaginamos y deseamos para nuestra realidad.De este modo los parcipantes podrn luego reexionar por qu y para qu queremos haceresto o lo otro, pero considerando unos criterios generales que se apoyan en la formulacinconjunta de esa situacin hacia la que encaminaremos nuestras acciones de transformacin.

    El cuarto paso implica comenzar a plantear una serie de propuestas, qu queremos y podemoshacer para aproximarnos a ese horizonte deseado de futuro consensuado.

    En el paso siguiente, al que denominamos programacin, comenzaremos a aterrizar y opera-vizar esas propuestas, respondiendo a la pregunta cmo lo vamos a hacer, cmo organizamosun plan de trabajo (Plan de Accin) para llevar a cabo las propuestas priorizadas, de formaordenada y arculada, en unos plazos determinados y con unos responsables.

    Si bien con estos pasos contaremos ya con un Plan de Accin detallado, que nos permiraponer en marcha las actuaciones denidas, creemos necesario dar un paso ms. Es previsibleque al comenzar a implementar el Plan de Accin vayan surgiendo nuevos elementos o situa-ciones no contempladas inicialmente ante las cuales deberemos reaccionar muchas vecesreccando lo previsto. Se vuelve necesario, por tanto, denir una serie de mecanismos demonitoreo y seguimiento que nos permitan detectar y afrontar estas situaciones no previstas,que nos permitan, en deniva, monitorear el proceso y evaluar cmo lo estamos haciendo.

    Podemos visualizar el PAI como un proceso que va respondiendo a las siguientes preguntas:

    De dnde y cmo parmos

    Hacia dnde queremos irQu queremos y podemos hacer

    Cmo lo vamos a hacer

    Cmo lo estamos haciendo

    El autodiagnsco

    Mientras en un diagnsco tradicional la informacin especializada que se acumula es luego interpretada por expertos, en el autodiagnsco lo que haremos ser ofrecer, de manera sistemazada, todala informacin producida durante el momento de diagnsco-contextualizacin a la interpretacin de loparcipantes. Nos proponemos, por tanto, habilitar un espacio de reexin sobre el sendo que el problema concreto ene para los parcipantes (sus ventajas, sus inconvenientes, sus efectos,) en lugar dedar por sentadas las implicaciones, bien a parr de los datos tcnicos, bien a parr de nuestras propiareexiones.

    A lo largo del diagnsco-contextualizacin se han recogido datos, discursos, normas, etc. pero eslo el equipo tcnico quien ene el privilegio de contar con toda esa informacin. En el momento deautodiagnsco esa informacin es colecvizada de modo que sea la propia gente quien comience a arcularla, a conocer otras posturas, a modicar sus puntos de vista iniciales, a construir conjuntamente la

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    informacin sobre el problema desde disntos ngulos, para facilitar su reexin desde diferentes puntosde vista.

    A parr de aqu ya no trabajaremos slo en la dimensin de los problemas que a cada individuo o gru-po le afectan, sino a parr de un problema general que afecta a todos. Este paso permite llevar la discusina un punto de vista general, empujando a todos los parcipantes a un lugar en el que enen que considerarsiempre al otro/a como alguien que comparte el problema.

    Cualquiera de los talleres que empleemos para hacer el autodiagnsco ene que permirnos obtener

    al nal de su desarrollo una relacin de problemas, nudos crcos, ventajas o desventajas en torno a laproblemca, de tal manera que los implicados puedan abordar la elaboracin de propuestas con un cono-cimiento amplio y profundo de la realidad que se pretende transformar. De este modo la cuesn que nosplantearamos al hacer el autodiagnsco sera mostrar la informacin recogida a lo largo del diagnsco-contextualizacin (o proveniente de un diagnsco ya existente), sin cerrar los sendos, sin pretender daruna interpretacin cerrada de la misma, sino contribuyendo a la reexin del problema.

    Este paso inicial es crucial pues intenta ofrecer a los parcipantes un espejo sobre el que mirar losproblemas. Esta devolucin de informacin no es necesaria slo por una cuesn ca (la informacin laha producido la gente y es suya) sino tambin por una cuesn metodolgica: necesitamos, por un lado va-lidar esa informacin, pero sobre todo, necesitamos que sean los propios implicados quienes profundicenen el anlisis y reexionen a parr de las disntas visiones y posturas presentes, superando las posturasiniciales (muchas veces reproductoras de las posiciones ms cristalizadas en la sociedad), realizando anli-sis ms profundos a parr de todo el material presentado.

    La reexin

    Antes de empezar a trabajar los problemas consensuados en el autodiagnsco de cara a proponeralternavas, es necesario debar hacia dnde queremos ir. Esta discusin permite, sobre todo, aanzar elescenario pblico con una visin de futuro del problema, que pueda adems, en el paso siguiente, facilitarlas discusiones entre los parcipantes a la hora de pensar alternavas, pues nos va a ofrecer un marco dereferencia a parr del cual valorar las disntas propuestas.

    La cuesn principal consiste en evidenciar un horizonte compardo que permita sentar unas basesmnimas de hacia dnde se quiere ir. La realizacin de este ejercicio nos va a ayudar a construir ese espacio

    pblico a parr de unas referencias comunes sobre cmo queremos que sea nuestra realidad en el futuro;es decir, con todo lo que se ha dicho sobre la situacin actual (ventajas, implicaciones, lmites, amenazas,potencialidades, etc.) denir en forma conjunta hacia dnde queremos ir.

    Ese horizonte que se construya funcionar justamente como horizonte, lo que no implica que sea unescenario posible, sino un escenario deseado. Ya llegar el momento de aterrizar esos sueos. Lo que que-remos es que sea ese horizonte el que marque unos criterios compardos acerca del po de realidad quepretendemos, de forma que las acciones que luego se planteen estn encaminadas hacia un mismo sio yno sean contradictorias entre s.

    Introducimos as un momento que va a hacer reexionar a los parcipantes desde un punto de vistamuy general y, probablemente, ideal. Resulta ms sencillo ponerse de acuerdo sobre un horizonte general,que sobre las soluciones a un problema concreto. Sin embargo, la posibilidad que nos ofrece un horizontegeneral de futuro para trabajar cuesones concretas es enorme, pues al trabajar los problemas concretos

    lo haremos a parr de los acuerdos alcanzados en lo general, lo que facilita mucho la discusin. En princi-pio, dicho horizonte se va a realizar considerando el autodiagnsco, lo cual nos va a revelar un deseo defuturo parendo de lo que se percibe en el presente. Se trata de alcanzar acuerdos sobre ese horizonteque nos ofrezcan una referencia elaborada para valorar las propuestas concretas que emerjan dentro delproceso parcipavo.

    De esta manera, las propuestas concretas no se van a discur directamente, lo cual nos llevara muyprobablemente a un proceso de negociacin de intereses entre los parcipantes que podra hacernosperder el sendo del espacio pblico. En su lugar, las propuestas concretas sern discudas alrededor de

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    un horizonte de futuro. Para ello, ser necesario que discutamos previamente una idea de futuro que secapaz de englobar las diferentes apreciaciones en un mismo horizonte prcco.

    Una vez hayamos consensuado ese escenario deseado de futuro ser necesario traducirlo en unaserie de criterios que traten de reejar las condiciones segn las cuales se desea que las acciones y alternavas decididas posteriormente sean guiadas hacia ese horizonte. Estos criterios estarn vinculados aescenario deseado que hemos elaborado en el paso anterior. Sin embargo, mientras en el escenario deseado estbamos planteando un horizonte de futuro hacia el que queremos encaminar nuestras acciones d

    manera muy genrica y utpica (lo que queremos alcanzar), los criterios estarn ya directamente ligadoy acotados a lo que podemos hacer. Esta reexin se apoyara en el autodiagnsco realizado y tendr encuenta unos lmites instucionales (aunque sea para desbordarlos).

    Es decir, los criterios ya no son elementos genricos, sino que encierran un compromiso para caminahacia ese horizonte deseado, evitando el escenario no deseado al que llegaramos si no hacemos nada parcambiar la situacin actual.

    La formulacin de propuestas6

    Si parmos de un autodiagnsco y hemos consensuado un escenario u horizonte deseable, pensa

    propuestas concretas dando forma a lo que se quiere y puede hacer es algo que podemos emprender dforma sencilla.

    Por un lado hemos idencado ya los aspectos posivos y negavos alrededor del problema concretopor otro lado, hemos pensado un horizonte compardo hacia el cual pensamos es adecuado ir; es, potanto, el momento de pensar propuestas que nos permitan alcanzar ese horizonte deseado. Las propues

    6 Adaptado del esquema de prospecva del Sistema de Indicadores de Seguimiento a la Polca de la biodiversidad en la AmazonColombiana, Instuto A. V. Humboldt, 2002.

    Del escenario actual a los escenarios de futuro. Denicin de criterios.6

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    tas se pueden elaborar teniendo en cuenta la construccin de un plan de trabajo a medio y largo plazo; sepuede tambin realizar primero una discusin sobre las propuestas posibles y despus una priorizacin delas mismas, aunque lo ms conveniente, segn nuestro punto de vista, es empezar reexionando sobre losproblemas detectados, de tal manera que la elaboracin de propuestas sea precedida de una reexin con-

    junta sobre la naturaleza de los problemas y sus implicaciones. Esto se puede hacer mediante un trabajoque permita reexionar de una forma ms profunda alrededor de las causas que se cree estn en la base delos problemas detectados en el autodiagnsco o se puede plantear una discusin sobre las implicaciones

    que ene la relacin de los problemas expuesta.En cualquier caso, en el tramo nal se tratara ya de pensar acciones pblicas siempre apoyadas en

    los ejercicios anteriores, es decir, teniendo en consideracin el autodiagnsco, ese horizonte compardo(los criterios generales), la reexin acerca de los problemas y sus relaciones, adems de todos aquelloselementos que puedan representar un obstculo a las propuestas en forma de lmites o condiciones p -blicas. Discur acerca de las propuestas sin haber realizado un trabajo de reexin previo puede llevarnosa congurar propuestas ideales, pero poco prccas. En este sendo sealamos la importancia que enehacer concurrir los lmites existentes, las paradojas, los diferentes sendos de lo que se dice o los conictoslatentes con el objevo de reexionar propuestas que tengan un sendo prcco. Mediante la parcipa-cin no podemos, ciertamente, llevar la discusin de las propuestas a un escenario en el que evaluemosla verdad de las propuestas. La verdad es un concepto que habitualmente relaciona una causa y un efectodesde posiciones que podemos considerar ideales y abstractas, pues suele ocultar todas las mediacionesque construyen aquella relacin causal, devolviendo su resultado como un a priori esquemco. Nues-tro objevo es justamente el contrario, hacer emerger el mximo posible de relaciones que atraviesan elproblema concreto. Por eso, la validez de las propuestas depender de la interrelacin de las mismas conel autodiagnsco, de la medida en que estn encaminadas o no hacia ese horizonte futuro reexionadoy de la consideracin de las contradicciones y lmites pblicos que se hayan ido detectando a lo largo deldiagnsco.

    No podemos perder de vista que los cambios enen siempre una dimensin prcca, que descan-san en las relaciones que se tejen en el marco convivencial del que emergen. Las propuestas enen quedescansar en las redes sociales en las que vivimos y nos movemos; slo desde esta perspecva es posiblecambiar cosas, transformar el po de relaciones que se dan entre los diferentes actores implicados en elproblema, plantear otras formas de arcular los recursos disponibles y de gesonar los necesarios, etc. El

    pensar las propuestas desde esta perspecva ene dos implicaciones: por un lado, las acciones planteadasdebern descansar necesariamente en los disntos actores y conjuntos de accin implicados en el proble-ma con los que hemos venido trabajando y no en otros, y por otro, se apoyarn en las redes y relacionesy no en individuos.

    La programacin

    Una vez planteadas las propuestas pasaramos a una tarea decisiva: cmo lo vamos a hacer. Con estepaso trataremos de planicar las tareas concretas a realizar a n de llevar a cabo las propuestas, teniendoen cuenta los lmites sealados y las reexiones realizadas hasta el momento. En este sendo la programa-cin precisa unas lneas de intervencin y unas acciones que permitan la puesta en marcha de los acuerdosalcanzados. Se trata de afrontar la pregunta del cmo se pueden llevar a cabo las propuestas que fueron

    pensadas para mejorar la situacin, a n de no quedarnos en una formulacin abstracta. Para alcanzar esteobjevo debemos afrontar una serie de tareas:

    1) Priorizar las propuestasComo resultado de los pasos anteriores, habremos obtenido un nmero indenido de propuestas, que

    constuir el material sobre el que debemos seguir trabajando, si queremos obtener un Plan de Accinestructurado, operavo y viable. Si hemos ido avanzando con la lgica que proponemos, las propuestashabrn surgido como respuesta a una serie de problemas (o nudos crcos) idencados en el momento

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    del autodiagnsco, y estarn orientadas por unos criterios generales que habrn surgido de los talleres dreexin en los que trabajamos el escenario deseado.

    Si bien la formulacin de propuesta es abordada teniendo como marco comn el horizonte desead

    de futuro, a n de dar coherencia, arcular y priorizar las propuestas con las que contamos ser necesaripasar cada propuesta por el ltro de los criterios consensuados.Este ltro nos dar una primera estructuracin de las propuestas. En tanto en cuanto nos apoyemos e

    los criterios construidos anteriormente, aqullas permirn superar los personalismos en los que se suelcaer al priorizar las propuestas con otros mecanismos (por ejemplo, mediante votaciones). Si los criteriohan sido construidos parcipavamente, no respondern a intereses de unos u otros grupos, sino queconstuirn el marco comn que hemos decidido darnos para orientar nuestras actuaciones.

    Esta estructuracin nos permir no slo ver en qu medida cada propuesta contribuye a alcanzar esescenario deseado (lo que har posible descartar y priorizar propuestas), sino tambin revisarlas y replantearlas de manera tal que resulten coherentes con los criterios denidos, tanto en el contenido como elas formas de realizarlas.

    2) Elaborar el Plan de AccinEl segundo momento se desarrolla a parr del resultado anterior y ene que ver con la operavidad

    de las propuestas que se hayan priorizado. Aqu se tratara de trabajar las propuestas desde el punto dvista de su ejecucin.

    Un Plan de Accin debe contemplar:

    Desagregar las propuestas en programas: se trata de describir la manera en que se pueden lle-var a cabo esas propuestas, deniendo las acvidades necesarias para desarrollar cada una de

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    stas, desagregndolas en proyectos, acvidades, tareas hasta que alcancen el mayor nivelde concrecin posible.

    Analizar, para cada propuesta, una serie de elementos vinculados a su implementacin, orien-tndonos por las siguientes preguntas:

    QU? En qu consiste el ProyectoPOR QU? Qu situacin/problema pretende afrontarPARA QU? Qu se pretende lograrCMO? Cules son las acvidades y tareas que conllevaDNDE? En qu espacios o mbitos se desarrollar

    CUNDO? En qu momento se implementar y cul ser su duracinCON QU? Recursos necesarios para su ejecucinQUINES? ResponsablesPARA QUINES? A quines est desnado

    Como resultado de este momento, debemos tener una descripcin de las tareas que pueden desarro -llar los diferentes actores o redes presentes en el proceso para llevar a cabo las propuestas, as como losrecursos que se requerirn para llevarlas adelante y el empo de ejecucin de esas acvidades.

    Cuando hablamos de recursos no aludimos slo a elementos materiales ni siquiera econmicos (pre-supuestos). Hablamos tambin de los empos disponibles de la gente, las capacidades, las relaciones, elacceso a infraestructuras, la disponibilidad de medios de comunicacin, etc. Se trata de considerar todos

    los recursos de diferente po con los que se cuenta (o se puede llegar a contar) y de denir los que faltany que habr que gesonar para llevar a cabo cada proyecto.El tema de los recursos juega un papel crucial en tanto que condicionar la posibilidad de ver resulta-

    dos, de constatar que las actuaciones denidas en el proceso se van implementando, que todo el trabajoque se ha ido realizando se concreta, lo que genera conanza y credibilidad para el proceso. Para esto esfundamental parr de los recursos disponibles a n de ser lo ms realistas posible. En cuanto a los empos,nos encontraremos con proyectos a corto, medio y largo plazo. Estos lmos suelen ser los que implicancambios ms profundos, pero no por eso son los ms estratgicos; los logros que se vayan alcanzando acorto plazo contribuirn tambin a generar esa conanza y credibilidad en el proceso.

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    Denir un Cronograma de ejecucin del Plan de accin. Consiste en la denicin de un calen-dario o cronograma de trabajo comn que arcule las actuaciones que se plantean desde cadauno de los Programas, en el que queden plasmadas las diferentes actuaciones que se realiza-rn y que nos permita visualizar la secuencia de los proyectos, cules se estarn ejecutandoal mismo empo, los lapsos de empo vacos, etc. A parr de esta puesta en comn de loscronogramas de cada programa, puede que sea necesario revisar la calendarizacin de algunode los proyectos en funcin de las estrategias que nos hayamos planteado. Por ejemplo, puede

    que veamos que no son sucientes los proyectos a corto plazo con mayor visibilidad, o que enun determinado perodo se concentran demasiados proyectos que van a demandar una mayorcandad de empo que el disponible.

    A lo largo de todo el proceso de programacin hay que tener muy en cuenta toda la informacin quhemos ido recogiendo sobre los lmites pblicos. Si hubiera una normava que impidiera el desarrollo duna propuesta, habra que abordar cmo se afronta ese escenario y pensar las tareas considerando esthecho. Negar la inuencia prcca que enen las instuciones o lo que llamamos lmites pblicos (normas, costumbres, hbitos, etc.) puede dicultar la viabilidad de cualquier programacin bienintencionadaPodemos preparar documentos que recojan esta informacin y distribuirlos entre los parcipantes a lotalleres, podemos invitar a expertos o tcnicos que manejen esta informacin para que la comenten oincluso, como tcnicos podemos traer a colacin tal o cual normava en el momento que el desarrollo detaller lo demande. Lo importante es que cuando se d forma a las propuestas, estos lmites sean conocidoy tenidos en cuenta por los parcipantes, no para constreir una actuacin planteada, sino para hacerlrealista, para denir los retos y las dicultades, considerando los condicionantes y limitaciones con los qunos podemos topar.

    El Plan de Accin constuye el objevo lmo al que orientamos todo el proceso parcipavo, aunquno slo es importante el producto que obtengamos sino tambin el recorrido que realicemos para llegar elaborar ese producto. En funcin de las inquietudes, predisposicin e intereses de los grupos y sectoreimplicados, podemos llegar a planes ms o menos desarrollados (desde esbozar y consensuar unas lneade actuacin hasta concretar detalladamente para cada propuesta recursos, calendarios de trabajo y responsabilidades). Lo fundamental es que las intervenciones sean denidas, negociadas y consensuadas polos implicados, de lo contrario todo el proceso se quedara en un trabajo de diagnsco elaborado con l

    gente, y un documento que aconseje las lneas de intervencin (la mayora de las veces archivado en ucajn), que cerrara una experiencia parcipava en lugar de relanzar otro ciclo del proceso que ene quver con la ejecucin y el seguimiento del Plan de Accin.

    El monitoreo y seguimiento

    La parcipacin no acaba en la formulacin y el consenso en torno a una serie de actuaciones queestratgicamente, consideramos necesarias realizar para modicar la situacin que nos preocupa, sinoque implica tambin la co-responsabilidad de los implicados en la ejecucin y gesn de las intervencioneacordadas.

    Hablar de parcipacin es tambin hablar de acceso a la informacin, de manejo de la informacin yde toma de decisiones en forma colecva. En tanto no podemos prever el futuro (que siempre nos desbor

    da) ser necesario denir una serie de mecanismos que hagan posible, de manera arculada y sistemcair recogiendo y recopilando la informacin que nos permita ir incorporando al plan los cambios que se vagenerando en el contexto en el que estamos trabajando. En deniva, se trata de denir una serie de canales que nos mantengan conectados con la realidad en la que estamos realizando la intervencin, qunos permitan seguir conectados con los senres, preocupaciones y percepciones de los actores hacia loque se orienta la intervencin.

    Preferimos hablar de seguimiento o monitoreo como un paso ms a incorporar en cualquier procesque se pretenda parcipavo, a n de diferenciarlo del trmino evaluacin, que englobara un proceso

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    parcipavo completo. Es decir, si nuestro objevo es realizar una evaluacin parcipava, tendremos querecorrer todos los pasos de un proceso parcipavo, desde la denicin del problema (qu se va a evaluar,por qu, para qu), hasta la ejecucin del Plan de Accin diseado para realizar la evaluacin (implemen-tacin de los mecanismos acordados para evaluar el proceso).

    Hablamos por tanto de seguimiento en tanto proceso de anlisis y reexin de las acvidades que seejecutan en el desarrollo de un plan, programa o proyecto, orientado a mejorar la implementacin del mis-mo y la toma de decisiones. Ese anlisis y reexin versa tanto sobre el proceso emprendido como sobre

    los resultados del mismo, en un contexto y entorno determinado.Es un proceso connuo de recoleccin, procesamiento y anlisis de informacin que nos permite re-

    exionar sobre el proceso emprendido, ordenar y organizar la marcha del proceso y los resultados quevamos obteniendo de cara a:

    Realizar los ajustes requeridos durante la ejecucin del Plan de Accin. Nos permite vericar silo que estamos realizando se corresponde con lo previsto y, si no es as, adecuar la ejecucina lo que realmente est aconteciendo en el desarrollo de la intervencin. Permite tomar me -didas prccas para corregir, re- direccionar y adaptar las acvidades y acciones que se estnllevando a cabo. En este sendo, es imprescindible haber habilitado espacios de toma de deci-siones que permitan abordar estas situaciones imprevistas.

    Consolidar informacin necesaria para la toma de decisiones durante la ejecucin.

    Realizar un aprendizaje colecvo, en tanto permite generar un conocimiento profundo no slodel producto que tendremos al nal de la ejecucin de la programacin, sino del camino reco-rrido para llegar a ese resultado.

    Los mecanismos de seguimiento que elaboremos deben ser:

    Adecuados a la experiencia: deben estar orientados por la programacin denida y diseados1.especcamente en funcin de las parcularidades de la experiencia.giles en su procedimiento: no deben implicar procedimientos engorrosos, que requieran dema-2.siado empo o recursos (econmicos, tcnicos, temporales, etc.).Colecvos: que sean realizados con la parcipacin de los diversos actores/redes que hacen parte3.del proceso.Arculados: que no se apoyen en estructuras creadas en paralelo para este n, sino que estn4.arculados a los espacios de trabajo y toma de decisiones que se hayan denido.

    Para concebir un proceso parcipavo tenemos que contar con toda la informacin posible, pues na-die es capaz de reexionar sobre las consecuencias que ene una accin sin considerar la situacin deparda y el contexto en el que aqulla se va a desarrollar. Por eso, el problema de la parcipacin no resideen la capacidad que enen los individuos; el problema descansa en la informacin que enen para hacerloy en su implicacin en un contexto deliberavo.

    Un proceso parcipavo con MP sugiere un proceso mediante el cual los parcipantes son empujados

    a lugares que le requieren hablar pblicamente, confrontar problemas y decidir conjuntamente. El tcnicoes aqu el garante de un espacio pblico que slo se hace presente cuando los parcipantes reexionansobre lo que cada cual dice, a la luz de un espacio abierto a la discusin y construccin colecvas.

    La dinmica parcipava conlleva pensar las cosas a parr de los contextos, relaciones y vidas de laspersonas parcipantes, por tanto, el nico planteamiento que se abraza al trabajar parcipavamente esaqul que subraya el sendo de los problemas y sus alternavas desde lo que socialmente est presenteentre ellos.

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    1.2. Las herramientas

    Para implementar un proceso parcipavo podemos emplear muchas tcnicas o herramientas; tododepende de nuestros objevos y el contexto en el que estemos. Sin embargo, hay una que podramos decies universal en cualquier proceso parcipavo: el taller parcipavo. Esta herramienta es muy exibleimplica de por s un trabajo en contacto directo con la gente y ser indispensable en cualquier momentoen cualquier proceso parcipavo. Considerando los pasos de un proceso parcipavo, ulizaremos talleres para cualquiera de los momentos apuntados: para hacer un autodiagnsco, para pensar criteriospriorizar, etc.

    Los talleres parcipavos como lgica fundamental

    El objevo que nos proponemos con un taller parcipavo es crear un espacio pblico que permita alos parcipantes hablar en unas condiciones horizontales. Un taller exige as una organizacin y un papemuy claro a los profesionales: son los responsables de llevar el taller, de que las condiciones de ese espaciosean preservadas. Slo as se puede garanzar un espacio en el que los implicados puedan hablar y pensadentro de un marco creado para ello. En este sendo todas las herramientas que empleemos, as como ldinmica parcipava que elijamos, ene como objevo facilitar el dilogo y la reexin, generando unoresultados visibles para quienes parciparon.

    Los tcnicos deben garanzar ese espacio pblico que permir reexionar conjuntamente sobre unproblema que afecta a todos. Ese espacio garanza a su vez que el problema sea tratado desde un puntopor encima de las parcularidades, aunque propiamente sea tratado desde las mismas parcularidade

    de los implicados. Digamos que siempre parmos de lo que las personas sienten y viven para formaprogresivamente una imagen general del conjunto de los parcipantes. Si tenemos clara esa disposicinla dinmica del taller va a ser ms sencilla, pues permite desviar todos los problemas hacia ese punto dereexin colecva y pblica, siempre en torno al problema que nos ocupa y no a otros problemas.

    Este momento es importante, pues cristaliza la frontera entre un problema que puede senrse comopropio e individual y un problema conjunto y pblico. Esta transicin podemos representarla en una secuencia en la que empezamos a pensar y expresar los problemas que afectan a los parcipantes desde upunto de vista que prima sus dolores, sus percepciones, para posteriormente ver el conjunto de lo

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    problemas que afectan al resto de los parcipantes relacionados con el objeto concreto en torno al que seemprendi el proceso parcipavo. La cuesn sera hacer visible pblicamente cmo todos los parci -pantes han expresado o analizado el problema. En ese momento el problema imaginariamente pasa de loparcular a lo pblico, convirndose en un asunto que afecta al conjunto, pero que ene caracterscasplurales. El visualizar las relaciones que cada uno ene en torno al problema permite abordarlo, no yacomo un problema individual, sino como un problema social (de pensar en el pobre a pensar en la pobreza,por ejemplo). Slo as las soluciones que nos podamos plantear sern soluciones conjuntas.

    Para hacer un taller parcipavo es necesario tener claro el objevo que mova el mismo; no es nuncaaconsejable hacer un taller que no tenga como resultado un producto. Slo as los parcipantes e impli -cados pueden efecvamente darse cuenta de la dimensin parcipava del taller, una vez pueden iden-carse con un resultado generado a parr de su propia implicacin. Si no est claro el objevo o de qumanera nos sirven los resultados que vamos a obtener del taller, es mejor no hacerlo. En cierta medida seorganiza un taller para obtener un producto, no porque es bonito que la gente se rena. Cuanto ms claroquede entre los parcipantes el objevo de lo que se persigue o se quiere conseguir, ms transparenciase lograr. Por eso aqu no es aconsejable limitar nuestras palabras sobre el proceso, hacia dnde vamoso qu queremos, lo que tendremos que transmir para que todo el mundo sepa y tenga posibilidad deconocer los lmites del taller y su sendo.

    Cmo hacer talleres

    Acercndonos a la forma prcca de realizar los talleres parcipavos, conviene insisr en numerososaspectos que en conjunto son los que posibilitan el xito del cumplimiento de sus objevos. Los trataremosen base a dos etapas fundamentales como son a) la preparacin previa y b) la realizacin del taller.

    Preparacin del taller

    a) Denicin del tallerLa primer tarea que debemos plantearnos cuando programamos la realizacin de un taller parcipa-

    vo ser la de denir los objevos y los resultados que pretendemos conseguir. Estos dos elementos sernlos que nos guen luego para pensar las tcnicas que emplearemos, la duracin del taller y sus partes, y

    todos los aspectos que caracterizarn cada taller (materiales, funciones de los tcnicos, caracterscas delespacio, etc.). Algunos elementos que podramos tener en cuenta y que nos ayudarn a denir el taller sonlos siguientes:

    Es aconsejable que la duracin del taller no supere las 230horas. Es muy dicil mantener laatencin de los parcipantes por ms empo, y en menos empo resulta casi imposible pasarpor los diferentes momentos que requiere un taller. Si trabajamos con personas habituadasa funcionar en grupos, es posible extender los talleres por ms empo, pero es aconsejablehacer recesos a n de mantener la atencin.

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    Los parcipantes en los talleres enen que conocer desde el inicio qu se va a hacer.

    Se deben organizar disntas fases internas en el taller con empos espulados. Los talleres sepueden realizar en varias sesiones.

    Existen innidad de tcnicas disponibles para ulizar en los talleres, lo importante es que esco-jamos la ms apropiada en funcin de los objevos que nos hayamos planteado, y que realice-mos las adaptaciones necesarias. Incluso podemos crear o adaptar tcnicas especcas para el

    caso concreto que se est tratando.Para denir la tcnica a emplear resulta de ayuda responder a preguntas como:- QU tema vamos a abordar?- PARA QU realizamos el taller (objevo)?- CON QUINES se va a trabajar (perl de los parcipantes)?A la hora de denir la tcnica a ulizar, debemos senrnos seguros para conducirla. Cuando recurramos a tcnicas que no hayamos ulizado previamente, es aconsejable realizar simulacioneantes del taller, que nos permitan abordarlas luego de manera gil y cmoda.Una vez escogida la tcnica, debemos precisar el procedimiento a seguir para su aplicacin enfuncin del nmero de parcipantes previsto, el empo y el espacio disponibles.En tanto no todo es previsible, debemos estar preparados para replantear el desarrollo del tallesi fuera necesario (porque han acudido ms o menos personas que las previstas, porque es necesario movar primero a la gente, porque no contamos con el empo necesario,) Es aconsejablcontar con un plan B, con otras tcnicas de repuesto que se ajusten al escenario con que noencontremos.En caso de que ulicemos ms de una tcnica en el mismo taller, debe ser claro para los parcipantes el enlace entre una y otra, de manera tal que se avance en un proceso ordenado ysistemco.Cuanto ms sencilla sea la tcnica, mejor. Es importante que las tcnicas sean manejables detal forma que los parcipantes puedan irlas incorporando (transferencia de tecnologa socialpotenciando as la instauracin de otros modos de hacer tras el proceso.

    El espacio donde se va a realizar el taller ene ms importancia de la que, por lo general, se leconcede a priori. Un espacio cmodo y accesible no garanza el xito de un taller, pero favore-ce notablemente el clima de trabajo.

    Siempre que se haga un taller ene que acabar con un resultado visible para los parcipantes,independientemente de que hayamos dividido el taller en varias sesiones. En este caso, cadasesin debera acabar con un producto, que ser lo que nos sirva para empezar la siguientesesin.

    Al nalizar el taller es aconsejable evaluar la reunin con alguna tcnica sencilla.

    Convocatoria

    La convocatoria para la realizacin de los talleres constuye una labor central y habitualmente diciDebemos asumir la falta de hbito (e incluso la desconanza) que la mayor parte de la poblacin enerespecto a prccas parcipavas o pseudos parcipavas en los que hayan sido convocados anteriormente. Por eso la convocatoria a los talleres ene que ser abierta y versl; es decir, para conseguir eacercamiento de las personas a acvidades de este po no basta con ulizar los medios tradicionales decomunicacin, sino que resulta aconsejable emplear otros mecanismos ms adecuados a la heterogeneidad de la poblacin. Para ello se deben mulplicar los mecanismos a ulizar mezclando los formales conlos informales. Entre los primeros, citamos los ms habituales, estn las cartas, los panetos, los carteleslos anuncios en la/s radio/s y otros medios locales de comunicacin, las bases de datos de las instucione

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    pblicas, etc.; entre los segundos: las citas telefnicas y en directo, generar el boca a oreja que apoye laasistencia y celebracin del acto, el puerta a puerta, el anuncio en coches, colgar la informacin en blogsy pginas web ya existentes o creados para la ocasin... y todos los que se nos ocurran en funcin del tematratado, el lugar y sus actores.

    Aun cuando ulicemos los medios habituales de convocatoria, es muy importante denir en qu lu -gares jamos lo carteles, dnde reparremos los trpcos, en qu emisora o emisoras nos interesa que seemitan los anuncios de radio, etc. Para ello es de mucha ayuda haber idencado previamente (por ejem-

    plo con un mapeo parcipavo del espacio) los canales por donde circula informalmente la informacinentre la gente a la que queremos convocar, los espacios que funcionan como cajas de resonancia.

    Si no ulizamos medios de convocatoria disntos de los habituales, los parcipantes de los talleressern tambin los habituales, quienes ya estn previamente movados a parcipar. Ese es el pulso quetendremos que librar con la organizacin de los talleres. Ante la frecuente aseveracin de que la gente nosuele parcipar, tendremos siempre que interrogarnos acerca de los mtodos empleados en la convoca-toria y, a posteriori, la capacidad de los talleres para favorecer un proceso que implique a la ciudadana,ms all de sus compromisos previos con la parcipacin.

    Debemos pensar siempre los talleres desde la exibilidad. As como necesitan unas condiciones mni-mas para desarrollarse, tambin resulta importante contemplar la posibilidad de que, especialmente encasos de dicultad de convocatoria, los talleres se acerquen a la gente, es decir, si la gente no acude al tallerpuede que el taller se pueda trasladar donde ella convive.

    En s mismo un taller no ene lmites en el nmero de parcipantes. El lmite que siempre habr queconsiderar es la posibilidad real de realizar el taller adecuadamente (deliberacin y reexin conjunta),para lo cual puede que, dependiendo de los objevos, 100 personas sea demasiado, mientras que a vecesese nmero puede no entorpecer su desarrollo. En algunos casos (por la dispersin geogrca, por in-compabilidad de horarios, porque inicialmente preramos trabajar con disntos perles por separado,)podemos realizar varios talleres sucesivos que concluyan en una convocatoria general que sintece los re-sultados obtenidos en cada uno de los talleres. Cuando realizamos encuentros o jornadas amplias a las queasiste un buen nmero de personas y se conforman varios subgrupos de trabajo, se hace necesario contarcon el apoyo de dinamizadores: tcnicos o personas con experiencia en este po de trabajos parcipavos,que apoyen el trabajo en los grupos pequeos. Estos dinamizadores enen, al interior de cada grupo detrabajo, las mismas funciones que la persona que conduce el taller: generar conanza entre los parci-

    pantes para que puedan opinar desde lo que cada uno sabe o piensa, esmular el debate, garanzar quelas tareas se cumplan en los empos espulados sin forzar el consenso y que los productos obtenidossean plasmados de forma clara en un soporte para exponer luego en el momento del plenario, rescatar loselementos que se consideren importantes en relacin al proceso que ha seguido el grupo hasta elaborarese producto, En las jornadas de trabajo extensas divididas en varias sesiones, es necesario ir realizandopuestas en comn entre los dinamizadores de cada grupo a n de garanzar que el planteamiento de lasesin se ajuste a lo que ha ido aconteciendo al interior de los mismos, readecuando, cuando sea necesa-rio, las dinmicas y/o estructura de trabajo previstas inicialmente. No se trata de que el dinamizador reem-place la gura de los portavoces (que seguiran siendo uno de los integrantes de cada grupo) sin embargoen algunos casos puede resultar operavo que asuma el papel de secretara, volcando en el soporte o lamatriz propuesta los acuerdos alcanzados en el grupo as como aquellos temas en torno a los cuales no sehaya logrado consenso.

    b) Realizacin del taller parcipavo

    A connuacin mostramos genricamente los diferentes aspectos importantes de la realizacin de untaller.

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    1. PresentacinAl empezar el taller tenemos que mostrar qu se va a hacer en el taller, qu es lo que se quiere conse

    guir con l, qu tcnicas se van a emplear y en qu empos. Debe quedar claro adems el sendo del talleal interior del proceso, es decir, el espacio de trabajo que se est abriendo ene un objevo en s mismopero al mismo empo constuye un momento al interior de todo un proceso que le da sendo: se llegal taller despus de haber realizado una serie de acvidades (reuniones, otros talleres, entrevistas, etcy se seguirn abriendo otros espacios de trabajo despus del taller. Cuanto ms claro est el sendo de

    taller y la connuidad de ese proceso parcipavo en el futuro el trabajo ser ms fcil y, habitualmentela implicacin mayor por parte de los asistentes.

    2. Primera reexin: divisin en grupos pequeosUna vez se ha explicado lo que se va a hacer y resulta claro para los parcipantes, empezamos el taller

    La dinmica de un taller ene que estar bien pensada por los tcnicos; para poder ser creavos y adaptanos a las circunstancias es necesario saber previamente lo que se quiere hacer. Siempre que el nmero dasistentes sea superior a 10 o 15 personas es aconsejable la divisin en grupos pequeos con el objevode facilitar el dilogo y la reexin sobre el contenido del taller. En algunos casos (dependiendo de loobjevos) constuiremos grupos homogneos, mientras en otros ser ms adecuado trabajar con grupoheterogneos. La divisin se puede hacer aleatoriamente, segn las preferencias de los parcipantes o pocualquier mtodo que nos permita generar el po de grupo esperado. Debemos tener en cuenta que allegar a una reunin solemos sentarnos junto a las personas que conocemos, con lo que los grupos homogneos suelen estar ya formados de manera natural.

    Cada uno de los grupos pequeos siempre ene que elegir un relator/a que posteriormente mostraral resto de los grupos el trabajo realizado. Este trabajo en grupos garanza un debate ms directo paracordar propuestas u opiniones sobre los aspectos que se traten.

    3. Segunda reexin: plenarioEn el caso de que se recurra a la divisin por grupos, nalmente se debe reunir a la totalidad de lo

    asistentes en un plenario en el que cada grupo relata lo que ha hablado y decidido. En este punto es muimportante que haya un soporte grande sobre el cual se vaya anotando todo lo que cada grupo dice. Esoporte permite visualizar lo pblico del problema, permite, en deniva, que cada grupo vea en dicho so

    porte sus propias reexiones y al nal del proceso se tenga una relacin plural y heterognea del problemaLo ms aconsejable es que el soporte sea idnco al empleado por los grupos pequeos en sus reexionesSi no se ha realizado una divisin en grupos pequeos, lo que hemos llamado primera y segunda reexise funden en un mismo momento, recogiendo las mismas caracterscas.

    Conviene aclarar que este proceso de divisin, trabajo en sub-grupos y reunin en plenario no enpor qu realizarse una nica vez, sino que se puede realizar tantas veces como se considere necesario hastmadurar y denir de forma clara los resultados que se buscan con cada taller.

    4. ConclusionesCuando hacemos un taller es recomendable que siempre nalice con un resultado o unas conclusio

    nes. stas siempre procedern de los ejercicios anteriores y enen que dejar abierta una puerta hacia efuturo, es decir, a su connuacin. Se puede, por ejemplo, abrir un debate sobre lo que se ha reexionado

    siempre teniendo como horizonte un resultado (llegar a un acuerdo, a una alternava, a una denicin)lo que nos va a permir que el debate sea transparente y horizontal entre los implicados, y va a delimitael propio debate evitando su prolongacin excesiva. A parr de las reexiones realizadas previamente, eobjevo puede ser agrupar los elementos que son similares y tratar los diferentes, debar sobre la priorzacin de dichos elementos, consolidar los consensos, En cualquiera de estos casos, segn el taller eque nos encontremos y segn el momento del proceso parcipavo, la nalizacin debe quedar enlazadcon la siguiente accin (taller u otra acvidad), que se iniciar haciendo una recopilacin de lo trabajadoen el taller anterior. En estas ocasiones es conveniente hacer llegar con antelacin el producto del trabajo

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    anterior, de manera tal que si se incorporan nuevos parcipantes todos puedan contar con los mismosinsumos.

    El papel de los tcnicos en el taller es una cuesn muy importante, pues de ellos puede dependerel buen desarrollo del mismo. Hay que tener en cuenta que mediante las metodologas parcipavas noqueremos posicionarnos como tcnicos expertos en la temca que se aborda, sino como garantes de unproceso metodolgico que permita alcanzar soluciones colecvas y pblicas. Esa neutralidad temca esimportante, porque facilita al tcnico abordar otras cuesones ms relacionadas con el desarrollo del ta-

    ller. Nuestra nalidad no es valorar y enjuiciar los comentarios de los parcipantes sino crear el ambientepropicio para que ellos puedan argumentar sus ideas o apreciaciones. En este sendo el tcnico es unaespecie de conector que ante una nueva idea reclama su argumentacin y la lleva a exposicin pblica paraque el resto de los parcipantes puedan escuchar y reexionar acerca de ella. El tcnico se convierte en unfacilitador que ene claro que el objevo es alcanzar alternavas conjuntas. Quienes enen que valorar laviabilidad de una u otra idea son precisamente los parcipantes.

    De este modo, podemos decir que los tcnicos enen que asumir diferentes papeles que garancen elbuen funcionamiento del taller:

    1. Viabilizar la parcipacin y la aportacin de todos, supervisando que se repartan las palabras;debe buscar las tcnicas que garancen la igualdad de condiciones para estos dilogos (sistema me -diante tarjetas, equilibrando el derecho a intervencin, distribuyendo los grupos, etc.).

    En esa misma lnea el tcnico que gue el taller habr de cuidar cuesones como que:- Ninguna persona se encuentre coartada por tener que hablar en pblico- Ninguna opinin o comentario se quede sin escuchar- Todas las personas se vean representadas en el resultado

    2. Puede introducir elementos para dinamizar la discusin o para abrir nuevas lneas de debate. Yasea a parr de la revisin de datos secundarios o a parr de talleres y otras tcnicas que se hayan apli-cado con anterioridad, pueden haber surgido temas que se consideran relevantes y que sin embargono aparezcan en el taller actual. El tcnico puede introducirlos a n de que se abra una lnea de debateen tanto puede constuir un elemento latente, o simplemente a n de constatar que no constuye una

    problemca a la que se le da la misma relevancia entre unos y otros actores.

    3. Debe tener claro como objevo el fomento de ese dilogo, discusin y toma colecva de deci-siones, esmulando la creavidad, improvisando a parr del material que va surgiendo de las tcnicas,dando nombres a los disntos grupos de ideas, etc.; debe canalizar mediante la promocin de la deci-sin colecva las mlples ideas e interpretaciones que salgan.

    2. Retos y posibilidades de los presupuestos parcipavos

    Al iniciar un proceso parcipavo es comn que nos surjan innumerables dudas: cmo es posible or-ganizar un proceso para mucha gente, cmo podemos hacer para que muchas personas piensen y decidanconjuntamente algo, cmo hacemos para que no haya sectarismos dentro del proceso, cmo llegamos a lagente, qu pasa despus de un proceso parcipavo... Darnos un empo para reexionar en torno a estascuesones constuye un elemento clave, ya que, aunque no encontremos respuestas a todas en el inicio,nos obligar a pensar el proceso de inicio a n a parr de las caracterscas especcas del contexto en elque estemos trabajando (y no recurrir exclusivamente a recetas pre-hechas), y nos permir mantener-nos alerta ante cada una de las situaciones que se vayan generando, ayudndonos a denir las estrategiasque vayamos planteando a lo largo del proceso.

    Un proceso parcipavo requiere personas trabajando para que sea posible, es un ejercicio profesio-

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    nal. El diseo de un proceso de este po implica denir objevos (lo que se quiere conseguir), una programacin (cmo se va a hacer), tener ms o menos claro una temporalidad (cundo se va a hacer), organizalos espacios de trabajo orientndolos a una nalidad, cuidando la heterogeneidad de la parcipacin yenlazndolos a parr de una lgica que les d sendo. Estos elementos no se pueden dejar al amparo delas conngencias: debemos pensar el proceso parcipavo de principio a n, aunque luego debamos ireplantendolo y repensndolo.

    Adems de estas reexiones en torno a los objevos y la metodologa del proceso, debemos ser cons

    cientes de que la parcipacin necesita un producto para dotar de sendo la accin de los que decidenparcipar. La primera idea que deberamos recordar es que la parcipacin ene que ir asociada al logrode productos, es decir, siempre que pensemos en la parcipacin no podemos pensar nicamente en labuena voluntad de las personas. Si as es, nos quedaremos nalmente con los de siempre. La parcipacin no es cosa de voluntad, es, sobre todo, una accin que debe tener un sendo para la gente. Por esoun proceso parcipavo que no consiga devolver un producto a la gente tendr pocas posibilidades dreperse, al menos, con una parcipacin heterognea, plural y transparente.

    Por otra parte, hay que trabajar muy bien la movilizacin de la gente, tanto para que acuda al procesoparcipavo como para que se implique en l una vez dentro. Es cierto que hay una preocupacin elevadporque la gente acuda en masa a los eventos organizados, y por supuesto que eso es importante, pero lacandad de la parcipacin no debe velar una serie de preguntas que debemos hacernos en torno a lacalidad de la misma. La organizacin de cualquier experiencia parcipava nos debera hacer reexionasobre quienes, cmo y en qu parcipan, y no slo en cuntos. Que parcipen 1.000 personas puede parecer ideal en determinados contextos, pero, son siempre los mismos?, la candad de parcipantes va eaumento o no?, los parcipantes pertenecen exclusivamente al tejido asociavo formal o hemos logradllegar a las redes informales, a otros colecvos no tan habituados a parcipar?, parcipan exclusivamentasisendo a las asambleas o se han ido implicando en otros espacios?, Consideramos que un procesoplural y heterogneo ene una potencialidad ms rica que una experiencia numerosa pero homognea.

    En casi todas las experiencias hay un ciclo de presupuestos parcipavos en el que la ciudadana parcipa en diferentes niveles y haciendo diferentes cosas segn corresponda al momento del ciclo. Ms omenos, todo el mundo que parcipa sabe para qu parcipa y en qu consiste la parcipacin. Nos centraremos, por tanto, en las otras dos dimensiones asociadas a la movilizacin: por un lado, qu podemohacer para que la ciudadana acuda a parcipar en los presupuestos parcipavos y, por el otro, cmo

    organizamos el proceso parcipavo para que los parcipantes se impliquen en su desarrollo.

    2.1. Parcipacin, heterogeneidad y pluralidad

    Comenzamos el arculo deniendo las MP como una manera de facilitar que las personas compartael conocimiento que enen sobre el mundo con el objevo de reexionar sobre posibles alternavas a loproblemas que de forma conjunta se hayan idencado previamente. Desde el punto de vista de la parcpacin eso implica que tenemos que denir de ante mano quin es el sujeto de la parcipacin, porque strata de que el conjunto de los parcipantes compartan sus conocimientos para pensar alternavas a loproblemas que enen. Aunque parezca sencillo, la denicin del sujeto de la parcipacin no lo es tantoQuin realmente se ve afectado por una decisin? Hasta dnde llegan los lmites de la inuencia? Poregla general diramos que todos; al n y al cabo, si vivimos en comunidad, todo lo que afecte a ella inuy

    sobre todos los que la habitan. No obstante, ese todos puede generar ms de un quebradero de cabezaTenemos en cuenta las estructuras representavas? Representan stas a la ciudadana? Si decimos ques, entonces, el sujeto de la parcipacin sern muy pocas personas, y no toda la poblacin se convierteen sujeto. Siempre que se inicia un proceso parcipavo hay que pensar y denir con claridad este sujetopues no es lo mismo organizar un proceso para representantes que para la ciudadana. Debemos pensaradems, quin se ve afectado por el problema o a quin puede involucrar el tema que se vaya a abordarPor ejemplo, si vamos a iniciar un proceso parcipavo sobre las mujeres, deben parcipar slo ellas ocontamos tambin con ellos?

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    En los presupuestos parcipavos el sujeto de la parcipacin se dene habitualmente entre las aso-ciaciones y el conjunto de la ciudadana. Luego, se dene el parcipante de un barrio o de un distrito comosujeto invitado a una asamblea barrial o a elaborar propuestas. Ahora bien, una vez hemos decidido el su-

    jeto de la parcipacin, el presupuesto parcipavo afronta un desao considerable para hacer parciparrealmente a la gente.

    Por regla general, desde las MP entendemos que la parcipacin debiera ser plural y heterognea. Estoene una explicacin muy sencilla. Si estamos hablando de la comunidad, nos interesa que estn todos, no

    una parte de ella. Si pretendemos llevar a cabo un proceso parcipavo, elaborar un producto y ejecutarefecvamente las acciones que se han pensado, el hecho de que haya parcipado una muestra plural dela ciudadana va a facilitar mucho la puesta en marcha de las alternavas que se hayan pensado. Si en elproceso parcipavo slo estn los que piensan de igual manera sobre un tema, no estamos hablando deun proceso pblico, ni tan siquiera parcipavo tal y como lo pensamos. A la hora de afrontar los conictosy las diferencias, la homogeneidad oculta los problemas convivenciales. Si realmente queremos solucionarproblemas y plantear alternavas abordables, una parcipacin heterognea allana el camino.

    No es cierto que la heterogeneidad diculte la parcipacin, al contrario, le da una dimensin prag -mca que de otro modo no tendra. El problema es saber cmo hacemos para que efecvamente par -cipe un pblico heterogneo, no slo los que siempre parcipan, no slo los que piensan igual y estnde acuerdo de ante mano, sino los que piensan diferente. Consiguen los presupuestos parcipavos esaparcipacin heterognea? Es muy dicil contestar de forma universal esa pregunta, pero es una cuesnque casi todas las experiencias de presupuestos parcipavos se plantean. Recurriendo a las invesgacio-nes que se han hecho al respecto, podramos decir que en Europa no lo consiguen7, mientras en Brasil, porejemplo, la parcipacin es ms heterognea teniendo en cuenta en qu medida los parcipantes reejanla estructura social de los municipios8.

    El problema que surge si no conseguimos una parcipacin plural y heterognea ene que ver con lalegimidad de una accin pblica que, en teora, va dirigida a gastar recursos pblicos. Desde esta pers -pecva, los presupuestos parcipavos enen como sujeto imaginario toda la ciudadana. Qu puedenaportar las MP a este desao?

    En principio, no hay una varita mgica que haga que la ciudadana parcipe. Al hablar de parcipacin

    en el espacio pblico, como es el caso de los presupuestos parcipavos, no debemos olvidar que la par-cipacin se vincula a una estructura social y un sistema polco que inuyen indudablemente sobre lossujetos de la parcipacin. No queremos decir que no se pueda hacer nada, pero tambin debemos serconscientes de los lmites existentes. La parcipacin no es una necesidad instucional ni social, por tantocuando hablamos de parcipacin hay que tener en cuenta esa realidad.

    Teniendo en consideracin esas limitaciones, se puede hacer mucho por incrementar la parcipaciny, sobre todo, la pluralidad de los parcipantes. Podemos reexionar, por un lado, en los medios que seulizan para invitar a la gente a parcipar, y, por otro, en relacin a las resistencias que la organizacin delproceso y sus dinmicas pueden ofrecer a la parcipacin de unos u otros parcipantes.

    Habitualmente se dice que hay tres razones para explicar la no-parcipacin9: a) una persona decideindividualmente parcipar o no, desde un punto de vista personal; b) hay barreras simblicas y materialesque lo impiden (por ejemplo, parcipan ms las personas ms ilustradas que las que no lo son) y c) una

    persona parcipa si se siente invitada a hacerlo. Sin considerar las limitaciones estructurales, estas tresrazones resumen bien qu podemos hacer para mejorar la parcipacin y la pluralidad de los que acuden,

    7 Sintomer, Y; Herzberg, C and Rcke, A (2008), Budgets parcipafs dans Europe, Paris: Decouvere ; Ganuza, E y Gmez, B (2008),Control polco y presupuestos parcipavos en Espaa, Madrid: Fundacin Alternavas.

    8 Baiocchi, G (1999). Parcipaon, acvism and polics: the Porto Alegre experiment and deliberave democrac theory. Wor-king Paper University of Wisconsin-Madison in hp://www.ssc.wisc.edu/~wright/Baiocchi.PDF (11/10/2004)

    9 Verba, S, Schlozman, K.L, Brady, H.E (1995) Voice and equality. Civic voluntarism in American polics. Cambridge: CambridgeUniversity Press.

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    sobre todo, si consideramos algunos elementos vinculados a la tercera de las razones: qu medios son empleados para invitar a los parcipantes. Muy a menudo las administraciones emplean los mismos medioque han estado ulizando para convocar siempre la parcipacin (medios de comunicacin, las estructuras de las organizaciones sociales, cartas personales, etc.), puede que se haga incluso un esfuerzo mayopara invitar a la ciudadana a los presupuestos parcipavos. Sin embargo son medios que no terminan dayudar a convocar a una ciudadana ms plural. En Europa, por ejemplo, casi todas las experiencias estorientadas a un perl de parcipante de clase media y ms bien ilustrado10.

    En segundo lugar, hay un elemento cardinal en las dinmicas parcipavas que puede expulsar a loparcipantes. Una persona que dedica su empo y esfuerzo ene el derecho a senrse recogido en eproceso parcipavo. Un estudio realizado sobre los presupuestos parcipavos en Espaa nos dice quehay obstculos para que una persona parcipe abiertamente y acuda a las reuniones pblicas11. Por ejemplo, los votantes del pardo en el gobierno estaban siempre sobre-representados notablemente dentrode la asamblea, respecto a los votantes de otros pardos. Esto signica que hay algo en la organizacindel proceso que no ayuda a extender conanza hacia l. Ese problema es, sobre todo, de convocatoriaes decir, afecta al quines acuden a parcipar, pues en ese mismo estudio se detecta que con los aos lheterogeneidad de los parcipantes crece, lo cual signica que estos ven un procedimiento transparenteque no los expulsa.

    La cuesn est en que si hay personas que no se sienten invitadas a parcipar, hay algo que seguramente se puede mejorar. Puede que no est al alcance de la mano de los tcnicos, pues puede ser undecisin polca, pero puede que s se pueda modicar algo para mejorar la invitacin y las dinmicas internas con el objevo de llegar a la gente que nunca parcipa, que no son del pardo que gobierna o a lo

    jvenes. Igualmente algo siempre se puede hacer para mejorar los procedimientos parcipavos que seaa los ojos de los parcipantes transparentes y que les permita tener conanza en que los resultados no vaa ser manipulados por ninguna razn fuera de los procedimientos parcipavos.

    Qu nos pueden aportar las MP a este problema? En principio las MP nos pueden ayudar a detectael grado de heterogeneidad de los parcipantes. Para ello podemos ulizar disntas herramientas como eanlisis de redes, los mapeos de actores, sociogramas, etc12. Estas herramientas nos van a permir sabequines son los parcipantes, lo cual nos facilitar la bsqueda de estrategias orientadas a ampliar el perde los mismos. No se trata de saber slo su grado de anidad polca, sino los pos de redes sociales qucomparten y si acuden a parcipar redes sociales diferentes. Se trata de saber si los parcipantes enen

    mapas cognivos de la ciudad similares o diferentes o qu po de relaciones guardan con el resto de actores de la ciudad. Si al emplear estas herramientas detectamos poca heterogeneidad, podramos pensaque las estrategias empleadas hasta el momento no han llegado ni convencido a los que son diferentes. Snuestro objevo fuera ampliar la parcipacin, eso nos puede ayudar a mejorar sensiblemente nuestraestrategias de comunicacin y movilizacin. A connuacin vamos a detallar muy brevemente cmo spuede realizar un sociograma como herramienta l en este aspecto.

    La ulizacin del sociograma nos aporta un material sencillo para contextualizar de qu manera searculan las redes sociales al interior de un contexto especco determinado (comunidad, endad, rea dgesn, etc.) y nos proporciona los elementos necesarios para denir las estrategias a seguir tanto a n dllegar a la totalida