jesucristo existió

8/14/2019 Jesucristo existi

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Dr. Jos Manuel Hernndez Puentes, A.C.U.

Jesucristo existi!Los Evangelios ante el tribunal de la crtica histrica

FOLLETOS A.C.U.

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FOLLETOS A.C.U.PUBLICADOS BAJO LA DIRECCIN DEL

P. AMANDO LLORENTE, S.J.

Director delBur de Informacin y Propaganda

de la

Agrupacin Catlica Universitaria

de la Habana

NDICE GENERAL

ANTE EL TRIBUNAL..............................................................................4

IDENTIFICANDO A LOS TESTIGOS.....................................................7

LOS EVANGELIOS POR DENTRO .....................................................16

VEINTE SIGLOS DESPUS... ............................................................21

NOVELAS HISTRICAS? .................................................................25

EL FALLO ............................................................................................33

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ANTE EL TRIBUNAL

EL PLEITOEn la encuesta sobre religin llevada a cabo en los Estados

Unidos por la revista Catholic Digest, figur esta pregunta:

Cree Vd. que Jesucristo existi realmente?

Se trataba as de indagar la opinin del pueblonorteamericano sobre este importantsimo extremo: el discutido

Nazareno en quien se cumplieron las profecas mesinicas de lanacin juda; el formidable taumaturgo, que troc el agua en vinoen las bodas de Can, camin sobre las aguas y obr lamultiplicacin de los panes y de los peces y tantsimos otrosmilagros; el profeta iluminado para quien no exista la incertidumbredel futuro; el mdico maravilloso que con la sola virtud de supalabra limpiaba leprosos, devolva la vista a los ciegos, la agilidada los tullidos y la vida a los muertos, llegando a realizar el supremo

prodigio de resucitar despus de haber sido azotado, crucificado ytraspasado de parte a parte con una lanza; en suma, el DiosHombre que fund la religin que profesamos los cristianos, fueun personaje histrico como Buda, Mahoma y otros fundadores dereligiones o un hroe de leyenda que pertenece ms bien al campode la mitologa?

En su nmero citado, el Catholic Digest public el resultado dela encuesta: ms del 96 % de los norteamericanos adultos piensan

que Jesucristo existi efectivamente.Es probable, sin embargo, que pocos de esos nor-

teamericanos sepan que, al sustentar esa opinin, estn tomandoparte en una de las polmicas ms trascendentales que ha habidoen el mundo en todos los tiempos.

Vamos a adentrarnos en esa polmica pata tratar de llegaraconocerla lo mejor posible. Pero, a fin de facilitar el estudio, vamosa esquematizarla, imaginndonos que estamos ante un pleito, deesos que diariamente se ventilan en nuestros juzgados.

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LAS PARTESPuestos en ese camino, podemos situar como demandantes

en el pleito a un grupo de pensadores, franceses y alemanes prin-cipalmente, que sostienen que el Jess que nos presenta la

tradicin cristiana hay que reducirlo racionalmentea proporcionesnaturales, eliminando de su biografa, tal y como se aceptaba hastael siglo XVIII, todo elemento sobrenaturaly milagroso.Algunos deestos pensadores que se designan generalmente con la deno-minacin comn de "racionalistas" llegaron incluso a negar lamisma existencia histrica de Cristo.

Los demandados en este pleito imaginario son, naturalmentelos cristianos. La crtica "racionalista" es, en efecto, una guillotina

que amenaza dejar sin cabeza al cristianismo. Sobra un minuto dereflexin para darse cuenta de ello. Qu puede ser la religincristiana si Jesucristo no es Dios, sino un agitador poltico, unvisionario, un exaltado, un predicador bonachn y piadoso, o loque es peor, un ser mtico e irreal que no ha existido jams sobrela faz de la tierra?...

Estas son las partes en discordia: "racionalistas" contracristianos.

EL TRIBUNALObsrvese, por otra parte, que la discusin no versa sobre un

problema dogmtico, teolgico o filosfico. Todo se concreta adejar aclarado un hecho del pasado: Es falsa la figura del Cristoque adoramos los cristianos? El Cristo de la fe, es distinto delCristo de la historia?

En consecuencia, slo hay un tribunal competente para fallar

nuestro litigo: el de la Historia.Ante este tribunal han acudido los ""racionalistas" para

presentar su "demanda". Ante l, pues, tenemos que comparecertambin los cristianos a defender nuestra tesis, proponiendo, comose hace en todos los pleitos, las pruebas en que basamos nuestrasafirmaciones.

LOS TESTIGOS

Cules son esas pruebas?Principalmente,consisten en la declaracin de cuatro testigos,

todos los cuales, no slo afirman que existi Jesucristo, sino que

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fue como siempre hemos credo los cristianos a travs de lossiglos.

He aqu las "generales" de los testigos:

TESTIGO nm. 1. Es judo de nacionalidad. Ejerca en

Palestina el cargo de recaudador de impuestos para el fiscoromano (publicano) antes de unirse a Jesucristo cmomiembro del Colegio Apostlico. La posteridad cristiana loconoce por el nombre de MATEO.

TESTIGO nm. 2. Tambin judo palestinense. Fuediscpulo de Pedro, el jefe de los Apstoles, y la casa de sumadre en Jerusaln era el punto de reunin de los cristianosde la ciudad, habindose refugiado Pedro en ella, cuando fue

milagrosamente libertado de la prisin en el ao 44. Sellamaba MARCOS.

TESTIGO nm. 3. Oriundo de Antioqua, era helenistade estirpe y educacin, y ejercitaba la profesin de mdico,habiendo acompaado al Apstol Pablo durante susperegrinaciones. Su nombre era LUCAS.

TESTIGO nm. 4. Judo como los dos primeros. Era"el discpulo que amaba Jess". Nada menos que aquel aquien confi la custodia de su Madre cuando penda de lacruz. Hablamos de uno de los hijos de Zebedeo: del hermanode Santiago el Mayor; en suma, del Apstol JUAN.

LAS DECLARACIONESPor supuesto, cuando se promueve nuestro litigio hace dos

siglos aproximadamente, estos testigos tienen ya dieciochocenturias de fallecidos. Por eso no pueden prestar declaracin deviva voz.

Sin embargo, los cristianos podemos ofrecer al tribunal de laHistoria sus declaraciones escritas. Estas declaraciones son loscuatro EVANGEUOS Cannicos, llamados as por figurar eI1 lalista o canon de los libros sagrados que reconoce la Iglesia Catlica.como autnticos y divinos.

Advirtase bien, empero, que en este pleito preponemos los

EVANGELIOS como pruebaprescindiendo de que sean o no librosinspirados, libros que tienen a Dios como autor principal. Nohacemos destacar su valor probatorio en eso, no. Basta que se

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reconozca la ciencia y veracidad de los autores de losEVANGELIOS, humanamente considerados, en pura cienciahistrica, aunque no se reconozca la inspiracin divina de loslibros.

LA "TACHA" DE LOS TESTIGOSCualquiera comprende, sin necesidad de que se lo ponderen

mucho, el valor excepcional de los EVANGEUOS como pruebahistrica. Acptese el cudruple testimonio de MATEO, MARCOS,LUCAS y JUAN y nuestro pleito estar fallado: la historicidad delJesucristo tradicional resplandecer sin sombra de duda.

Por eso los racionalistas, para poder negar la realidadhistrica del Jess cristiano, han tenido que comenzar por despojara los EVANGELIOS de toda fuerza probatoria. A eso han dedicadoel grueso de su argumentacin, habindose centrado el debate enese punto: Se admiten como buenos los testimonios de losevangelistas? Jesucristo es una figura histrica como otracualquiera. No se admiten? Jesucristo es un personaje deleyenda.

Como hemos imaginado desde el principio que estamos

asistiendo al desarrollo de un pleito, diremos que los "racionalistas"pretenden desacreditar, "tachar" como se dice tcnicamentenuestros testigos y, valindose de ese medio, ganarnos el litigio.

Veamos si esa "tacha" tiene posibilidades de xito.

IDENTIFICANDO A LOS TESTIGOS

TESTIGOS DE ESTUCHE?En nuestro ambiente judicial se conoce con el nombre de

testigos de "estuche" a aquellos que, litigantes poco escrupulosos,traen a los pleitos para que declaren lo que convenga a susintereses, aunque no tengan la menor idea del asunto que sediscute y ni siquiera conozcan a las partes en pugna.

Eso es lo primero que prcticamente vienen a decir los

"racionalistas" de los testimonios presentados por los cristianos ennuestro pleito: que son, poco ms o menos, obra de testigos "deestuche".

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Su tesis puede sintetizarse as: los EVANGELIOS son obrasde autores desconocidos que no proceden de testigos presencialeso, por le menos, muy prximos a los hechos, porque no seescribieron .en el siglo I (en que vivi Jesucristo). Son, pues,

testimonios lejanos a los sucesos que narran, que no reflejan lasopiniones de las generaciones que vivieron cuando ocurrieron esossucesos o inmediatamente despus. MATEO, MARCOS, LUCAS yJUAN son nombres con que se cubrieron los autores innominadosde los EVANGELIOS, o nombres que pusieron los Obispos y lasIglesias cristianas del siglo II para autorizar entre los fieles dichosescritos.

No se requiere mucha perspicacia para darse cuenta de que,

de aceptarse esta tesis, los EVANGELIOS carecen de todo valorcomo documentos histricos. En efecto, qu puede valer labiografa de un personaje escrita por quien no la conoci ni seinform debidamente con quienes loconocieron y trataron?

EL CARNET DE LOS EVANGELISTASEsto obliga, naturalmente, a los cristianos, a identificar

debidamente a MATEO, MARCOS, LUCAS y JUAN como losverdaderos autores de los EVANGELIOS.

Cmo hacerlo?

Vamos a suponer que Vd., mdico, abogado, ingeniero omiembro de una sociedad cualquiera, tiene que identificarse comotal para poder asistir a una conferencia o a un acto social. Quhace usted? Sencillamente, exhibir su carnet, donde el funcionariocorrespondiente del Colegio profesional o de la sociedad de que setrate, certifica que Vd., Fulano de tal, es mdico, abogado, etctera,

o miembro de esa sociedad.Desde luego, si la persona que est en la entrada del local a

que Vd. desea penetrar es muy cuidadosa, todava puede dirigirleunas cuantas preguntas para cerciorarse de que lo que dice sucarnet es verdad. Si Vd. no lleva consigo su carnet, evidentementeno lo dejarn pasar. Pero el interrogatorio adicional puede servirpara descubrir que su carnet es falso.

Los cristianos vamos a seguir el mismo sistema para

identificar a los Evangelistas. Primero, vamos a exhibir susrespectivos carnets, en los que aparecen figuras responsables dela antigedad; verdaderos fedatarios del pasado, certificando que

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MATEO, MARCOS, LUCAS y JUAN (dos Apstoles y dosdiscpulos de los Apstoles) son los verdaderos autores de losEVANGELIOS. Despus... Por supuesto! no interrogaremos a losEvangelistas porque ya hace mucho tiempo que murieron, pero s

leeremos muy despacio sus obras, para ver si nos dicen algo entrelneas sobre las personas de sus autores.

UN LAPSO DISCUTIDOQu es lo primero que se ve en el carnet de los

Evangelistas? La polmica sobre la historicidad de Jesucristo y, porconsiguiente, sobre la identidad de los autores de losEVANGELIOS, comienza en el siglo XVIII. Pues bien: desde finesde este siglo o principios del XIX hasta el siglo IV inclusive recorriendo la historia en sentido inverso el carnet esta lleno deinnumerables testimonios sobre la identidad de nuestros cuatroescritores. Es una tradicin constante, universal y clara. Serarealmente superfluo que recogiramos y acumulramos aqu todosesos testimonios. Nadie los discute.

Podremos decir lo mismo de los tres primeros siglos denuestra era?

SIGLO IIILa tercera centuria no nos deja defraudados. En ella nos

encontramos con varios personajes muy respetables que noshablan de los autores de los EVANGELIOS:

ORIGENES: El polgrafo ms grande de su tiempo.Pasma la sola lista de sus obras. Segn algunos cmputos, enellas hay 19.231 citas de los EVANGELIOS. Modernamentese han podido escribir obras, como la de Hautsch, con solasestas citas. Conoca, pues, profundamente los EVANGELIOS,cuyo origen certifica varias veces; El testimonio de Orgenes,que abarca toda la primera parte del siglo III, refleja el sentirde su poca, ya que en sus obras apela siempre alconsentimiento unnime de las Iglesias y de la tradicin. ConOrgenes hacen coro sus contemporneos y tambinAMMONIO, SAN CIPRIANO Y SAN HIPOLITO ROMANO,

CLEMENTE DE ALEJANDRIA. Naci probablemente, enAtenas, de padres gentiles. Ya cristiano, recorri el mundocivilizado en busca de las tradiciones cristianas. Despus, alz

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ctedra de filosofa cristiana en Alejandra, emporio del saberhelnico, enseando all hasta que muri, segn todos losautores, antes del 214. Su testimonio es concluyente.

TERTULIANO: El ms fecundo y original de los latinos.

Naci unos 60 aos despus de la muerte de SAN JUAN. Sutestimonio a favor de la identidad de los Evangelistas es de losms decisivos. Ello se debe a que lo funda en la tradicinuniversal de las Iglesias todas, en lorecibido de los mayores,de los Apstoles mismos.

En el siglo III, pues, tambin se atribuye la paternidad de loscuatro EVANGELIOS a los autores que sealan los cristianos. Perolos testimonios que acabamos de citar nos dan una pista muy

importante: se limitan a consignar una verdad que mana del siglo II,de la tradicin...

Esta nos est indicando que, si seguimos remontndonos ennuestra bsqueda, vamos a hallar datos de gran inters.

SIGLO IIA mediados del siglo XVIII, el sabio y erudito MURATORI,

registrando la Biblioteca Ambrosiana en Miln, dio con un viejo

manuscrito en latn, casi comido de gusanos. Estaba cuajado deincorrecciones, faltas., de ortografa latina; y MURATORI lo publicslo a ttulo de curiosidad, para que se viese hasta dnde haballegado la inepcia y descuido de los copistas de la Edad Media.

Los contemporneos se contentaron con burlarse delmanuscrito y del copista.

Pero un siglo ms tarde, crticos como Weisler, Herz, Creduer,Bunsen y otros, advirtieron que en aquel latn extrao ydescuidadohaba un texto griego malamente traducido, pero de granantigedad.

Despus de las consiguientes discusiones, los sabios sepusieron de acuerdo. Resultaba que el fragmento descubierto porMURATORI era una sencilla traduccin, hecha en el siglo VII u VIII,de un texto griego de autor cierto, escrito, loms tarde, a fines delsiglo II.

Qu deca este texto? Contena un catlogo de los librosaceptados por la Iglesia Romana durante el siglo II. Su autor afirmacategricamente que en toda la Iglesia de Roma se daba como un

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hecho inconcuso que LUCAS y JUAN era autores de losEVANGELIOS. Nada dice el fragmento de MATEO y MARCOS; pe-ro hoy ningn autor duda que, al principio del manuscrito, dondefaltan varias lneas, se hablaba de los dos.

Con el fragmento de MURATORI no distamos ms de 50 aosaproximadamente de la muerte del ltimo Apstol, SAN JUAN.

Hay testimonios que cubran ese lapso de medio siglo?

"MATEO escribi su Evangelio en hebreo, lengua de los judos, mientras Pedro y Pablo fundaron y evangelizaron laIglesia de Roma. Despus de la salida de stos, MARCOS,discpulo e intrprete de Pedro, puso por escrito la predicacinde Pedro. LUCAS, a su vez, seguidor de Pablo, redact su

EVANGEUO conforme a la predicacin de Pablo. Despusescribi JUAN, discpulo del Seor, que haba descansadosobre su pecho. Escribi viviendo en feso de Asia".

Pensar el lector que hemos tomado el prrafo que antecedede un historiador moderno?.. Se equivoca! Quien habla as esIRENEO, Obispo de Lyon; que frecuent de joven las instruccionesde POLICARPO de Esmirna, discpulo inmediato de JUAN, elEvangelista! As, pues, IRENEO, en la mitad del siglo II, nos llevapor mediacin de Policarpo hasta SAN JUAN, hasta el mismo sigloI.

Junto a IRENEO hay que mencionar a TACIANO, SIRIO yTEOFILO de ANTIOQUIA. Este ltimo es el primero que nombraSAN JUAN Apstol como escritor y lo pone entre los autores queescribieron escrituras sagradas inspiradas por el Espritu Santo.

Citemos, por ltimo, a SAN JUSTINO, llamado filsofo y

mrtir. Este hombre singular, el principal campen de laApologtica en el siglo II, recorri las escuelas ms clebres delmundo sabio de su poca y vivi mucho tiempo en Roma, dondepuso l mismo una escuela y muri mrtir.

En su primera Apologa (escrita entre 150-155) nos dice queJesucristo haba nacido haca slo 150 aos. Es pues un testigobastante prximo de la vida de Jess.

De su testimonio se deduce que dos Apstoles y dos

discpulos de los Apstoles escribieron unas Memorias(EVANGELIOS) sobre la doctrina yhechos del Salvador. Pero nose menciona el nombre de los Evangelistas.

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Se referir San Justino a otros EVANGELIOS ms antiguosque los nuestros, de los cuales stos se derivaran? As lo hanpretendido los "racionalistas". Pero en buena crtica histrica yliteraria esta hiptesis es insostenible. Cotejando las citas que San

Justino hace de esas Memorias con nuestros cuatro EVANGELIOSCannicos, se observa una concordancia manifiesta.

Adems, la presentacin y descripcin que el apologista hacede las Memorias de los Apstoles cuadra a nuestrosEVANGELIOS. Por otro lado, hemos visto que TACIANO SIRIO,que fue discpulo de San Justino, los conoci y dio testimonio deellos. Poda ignorarlos el maestro? Justino, por tanto, se refiri alos EVANGELIOS Cannicos. De otro modo, la crtica se hallara

en un verdadero callejn sin salida...El siglo II presenta al crtico cristiano un panorama risueo, aligual que el III. Podremos seguir bajando?

ESCRITOS APOSTLICOSDicho de otro modo: Nos ser posible empalmar la cadena

de testimonios con la palabra autorizada de algunos de los queestuvieron en relacin con los Apstoles mismos y que por eso se

llaman Padres Apostlicos?Ciertamente!

Poseemos la certificacin de PAPIAS, Obispo de Hierpolis,ciudad del Asia Menor, en los principios del siglo II. Es el testimonioexplcito ms antiguo que tenemos en favor de la identidad deMATEO y MARCOS, como autores de sus respectivosEVANGELIOS.

La crtica "racionalista" se ha esforzado cmo no haba deser! en probar que PAPIAS habla de escritos que precedieron yprepararon los dos primeros EVANGELIOS Cannicos. Pero susrazones son bien pobres y ahorramos la discusin en gracia a labrevedad. Por otra parte, el testimonio tiene una autoridadexcepcional. Porque PAPIAS en cualquier hiptesis, se une con lageneracin ltima del siglo I y trata con dos discpulos del Seor:Aristin y Juan el Presbtero. Este ltimo, es JUAN el Apstol?Los Presbteros, son nicamente los Apstoles? Si contestamos

afirmativamente estas dos preguntas, la autoridad del testimoniosube de valor. Pero, an en caso contrario, la autoridadfundamental queda en pie

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Fuera de PAPIAS ya slo tenemos testimonios implcitos, esdecir, que en ellos no se mencionan ni los EVANGELIOS ni susautores. Pero en esos documentos se copian y transcriben textosque estn slo en los EVANGELIOS. Dependen lgicamente de

stos, en el contenido ideolgico; y literalmente, en la copia servilde muchos textos y frases evanglicas. Ahora bien: si estosdocumentos son de fines del siglo I y comienzos del II, nuestrosEVANGELIOS, por tanto, estaban ya escritos entonces y nopudieron escribirse, ni al final del siglo I, ni menos dentro del II,como pretenden los "racionalistas".

Figuran entre estos testimonios implcitos:

La llamada CARTA de SAN BERNABE, escrita

probablemente en Alejandra, en los ltimos decenios de laprimera centuria.

LA DOCTRINA DE LOS DOCE APOSTLES, elcatecismo ms antiguo que existe, de la misma poca que laCARTA.

La carta de SAN CLEMENTE ROMANO, tercer sucesorde Pedro en la sede de Roma, a la comunidad de Corinto, defines del siglo I, en la que cita las palabras del EVANGELIOcomo palabras del Seor.

Las cartas de SAN IGNACIO MARTIR.

Y, finalmente, la carta de SAN POLICARPO a losFilipenses, escrita hacia el ao 107.

El anlisis que hasta aqu hemos hecho nos revela que losEVANGELIOS eran usados y conocidos al final del siglo I. Las citasque de ellos se hacen en esta poca, nos dan la certeza de que

eran universalmente admitidos como obras apostlicas de losdiscpulos de Cristo ya antes de que se cumpliese el primercentenario de la fundacin de la Iglesia y del nacimiento mismo delSeor. Porque hay un hecho importantsimo que ahora vamos adestacar: en ninguno de los escritos apostlicos se hace alusin alos Evangelios apcrifos.

LOS APCRIFOS

Qu son los apcrifos?Se llama as a aquellos libros que tratan de la vida deJesucristo, pero que la Iglesia no reconoce como dignos de fe,

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aunque sin negar que puedan contener ciertas verdades y hechoshistricos.

Son libros que nacen en la sombra del misterio de autoresdesconocidos y que, tardamente, tratan de revestirse de la

autoridad de algn Apstol. As, hay un Evangelio segn Felipe, unEvangelio segn Pedro etc.

En su mayor parte nos han llegado fragmentariamente. Casitodos circulaban en el siglo II o principios del III. Dos de ellos: elEvangelio de los Hebreos y el Evangelio de los Egipcios, hanmerecido el honor de ser situados por algunos en el siglo I, aunqueotros los ponen en el II.

An con respecto a estos dos ltimos Apcrifos, puede

afirmarse que sonposteriores a los cannicos; que los utilizan; quelos completan y los deforman en muchos casos bajo el influjo depreocupaciones doctrinales en curso; y prueba de estadependencia es que nunca los contradicen. Se contentan conadornar la sobriedad de las narraciones evanglicas con bellasimaginaciones.

Por ejemplo: los Apcrifos, llevados de la fe en la divinidad deJess, refieren su infancia de modo que resplandezca la divinidaddel Nio yla grandeza de su Madre:

En Nazaret, mientras en los Cannicos una sola fraseresume la vida humana de Jess durante 25 aos, losApcrifos nos dicen que los compaeros de juego, si lemolestan o le pegan, caen instantneamente muertos. Unmaestro que se atreve a castigarlo, fallece fulminado. Tresmaestros se esfuerzan vanamente en instruir a este nioprodigio. Al primero que quiere ensearle el alfabeto, da Jessuna leccin sobre el sentido alegrico de la letra A. Alsegundo lo mata para resucitado despus. Al tercero le da unaconferencia sobre exgesis bblica. Nio todava, se convierteen predicador de sus paisanos. Y las figuras de barro quehace como los dems nios, reciben misteriosamente la vida.

Elucubraciones fantsticas con un fondo de verdad y de fe!

Mas ninguna de estas elucubraciones fue jams reconocida

universalmente como libro sagrado. El cristianismo naci y sepropag por la predicacin viva de la palabra hablada. Cuando elcrculo cristiano se ampla y nacen los primeros escritos cristianos,

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se siente la necesidad de escoger entre ellos los que constituanlas verdaderas y autnticas historias de Cristo. Esta labor deseleccin habla muy alto del espritu crtico de los antiguoscristianos. No bastaba para que la Iglesia admitiese como

apostlico un libro que llevase en la portada el nombre glorioso deun Apstol. No! Deba constar la identidad de sus autores, habade examinar su historia y su gnesis. Si las pruebas no eransatisfactorias el libro quedaba postergado aunque no contuviereningn error contra la fe ylas costumbres

Nuevo argumento, pues, en favor de la identidad de MATEO,MARCOS, LUCAS y JUAN como autores de los EVANGEUOS.Por qu fueron stos admitidos y en cambio los Apcrifos fueron

rechazados del canon?...HEREJES Y PAGANOS

Pero es que hasta los herejes! Ellos aparecen en el carnet delos Evangelistas.

De qu manera? Sencillamente; los herejes conocen yutilizan los EVANGEUOS. Tratan de demostrar sus doctrinasfundndose en ellos. Y cuando son refutados, no se les ocurre

contestar negando su valor. Podra existir, sin embargo, alguienms interesado en ello que los herejes? No se conserva ni una solaoposicin o negacin de los autores de los EVANGELIOS en losescritos herticos.

Y los paganos? Qu nos dicen los paganos sobre losautores de los EVANGELIOS? En general, se preocupan bien pocodel cristianismo los gentiles de los primeros siglos. Sin embargo,ah estn Porfirio, Proclo y, sobre todo, Celso, predecesores de los

modernos "racionalistas". Cmo refuta Celso cientficamente lasecta cristiana? Acude a sus libros para ridiculizarlos con lo queencuentra en ellos. Y qu libros son stos?... Orgenes precisamuchas veces el pasaje de MATEO Y JUAN en que Celso se hainspirado.

UN CASO NICOLo que antecede es el contenido del carnet de identidad de los

Evangelistas.Resumiendo: certifican la identidad de MATEO, MARCOS,LUCAS y JUAN como los verdaderos autores de los EVANGELIOS

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Cannicos toda una plyade de personajes de la antigedad, noslo cristianos, sino tambin herticos y paganos, cuyostestimonios forman una cadena que va desde el siglo XIX hasta elmismsimo siglo I en que vivi Jesucristo.

Los personajes cristianos representan las opiniones de laIglesia de frica, Alejandra, Asia, Siria, Antioqua, Acaya, Lyon yRoma, la Iglesia madre. Adems, esos personajes no vivieronconfinados en un oscuro rincn del mundo antiguo, sino querecorrieron durante su vida gran parte de ese mundo. Muchos deellos abrazaron el cristianismo ya hombres, despus de madurareflexin y de conocer toda la filosofa religiosa de su tiempo. Sonhombres de ciencia y de crtica, lo ms representativo de aquellos

siglos. Por otra parte, no es slo un testimonio privado; es adems,un testimonio oficial (de la Iglesia) que, entre casi 50 biografas deCristo, se queda solamente con cuatro.

Se puede pedir ms?

Hay que notar que no hay ningn otro escrito de la antigedadque tenga en favor de la identidad de sus autores una tradicinliteraria semejante. Tradicin antiqusima, pblica, universal,constante. No tiene ni la menor comparacin con la de ciertos

escritores profanos, cuyas obras nadie las pone en tela de juicio.Tomemos, por ejemplo, al historiador griego Herodoto. La primeramencin literaria que se encuentra en favor de Heredoto es enAristteles, cien aos despus de su muerte. La segunda, enCicern, ms de 300 aos despus.

Hay que convenir, por consiguiente, que el caso de losEVANGELIOS es nico.

LOS EVANGELIOS POR DENTRO

UN PASO MSPero lo que hemos dicho hasta ahora no es todo. Porque lo

que antecede lo hemos escrito, por as decido, manteniendocerrado el libro de los EVANGELIOS. Vamos a dar un paso ms y

a abrir ese libro para poder examinarlo por dentro.

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MATEOComencemos por el EVANGELIO, de MATEO.

Leyndolo, se advierte enseguida que tuvo que ser escrito porun judo de Palestina como MATEO. No se explicaran de otro

modo los hebrasmos que usa; su conocimiento de las costumbresjudas; de la ley de Moiss y de los Profetas; su familiaridad con latopografa de Palestina.

Por otra parte, el escritor revela una competencia especial enmateria de impuestos, propia de un publicano. Es el nicoEvangelista que dice que el Apstol SAN MA TEO era publicano enCafarnam. En la enumeracin de los Apstoles cita a Tomsantes que a MATEO. Estos detalles, no estn revelando la mano

del propio MATEO que puede libremente buscarse la humillacininherente al cargo de publicano y que por modestia se pospone asu compaero Toms?

Adems, es evidente que el autor escribe para judosconvertidos al cristianismo. Por eso no siente la necesidad deexplicar ciertas locuciones de origen arameo que emplea, como"Rabb", "raca", "mammona", etc.

Otro rasgo de este EVANGELIO es el deseo del autor deprobar que Jesucristo es el Mesas y su empeo especial endesacreditar a escribas y fariseos, como si quisiera librar de supernicioso influjo real y pujante a todas luces en la poca en queescribe a la masa general de los cristianos venidos del judasmo.

Las alusiones a los hombres y a las cosas, los adversarios aquienes el Maestro se refiere, todo, en fin convierte a esteEVANGELIO en un reflejo exacto del paisaje galileo y de las

costumbres de una sociedad que deba ser devorada por lacatstrofe del ao 70.

Veremos que la lectura misma de los EVANGELIOS nosobliga a creer, no slo que fueron escritos por MATEO, MARCOS,LUCAS y JUAN, sino que lo fueron en pleno siglo I: Los tresprimeros antes del ao 70, fecha de la destruccin de Jerusalnpor los ejrcitos romanos; el ltimo, el de JUAN, en el ltimodecenio de la primera centuria.

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MARCOSEchemos ahora una breve ojeada al EVANGELIO de

MARCOS. Tambin, y por las mismas razones expuestas al hablardel EVANGELIO de MATEO, se advierte aqu al judo palestinense.

Se observa, por otro lado, una gran precisin en la referenciade los actos y gestos de Simn Pedro. Pero, cosa curiosa! el autorse extiende en los defectos, debilidades y faltas del Apstol, y callaen cambio los hechos ms gloriosos de su vida. Dirase que Pedrofue el autor de este EVANGELIO; sin embargo, slo pudo escribirloalguien capaz de reproducir la predicacin del Apstol, es decir, undiscpulo de ste.

Otro ngulo interesante de este EVANGELIO es la cantidad

de pormenores que se suministran al lector acerca de la lengua,usos y costumbres del pueblo judo; el cuidado que se pone entraducir los trminos arameos que cita; las expresiones y giroslatinos que abundan en su lenguaje griego. El autor parece dirigirsea loscristianos procedentes del paganismo, a cristianos de Roma,en concreto.

Todos estos caracteres convienen maravillosamente a SANMARCOS, discpulo de Pedro.

Adems, en el caso del EVANGELIO de MARCOS hay unaconsideracin muy interesante que hacer: si MARCOS no hubieseescrito ese EVANGELIO su figura hubiera carecido de importanciaen la antigedad. Por qu, pues, atriburselo a l y no a un Apstolde significacin y relieve!

LUCASContinuemos con LUCAS.

La simple lectura del prlogo de este EVANGELIO nos indicaque es obra de un hombre de la primera generacin cristiana: suautor, en efecto, ha recibido sus informes de testigos presencialesde la vida de Jess.

La precisin con que se habla de las enfermedades en esteEVANGELIO, nos induce a creer, asimismo, que su autor eramdico.

El estilo ms puro y elegante que el de los primeros dosEVANGELIOS; la mayor riqueza del vocabulario; la composicin

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mas artstica nos revelan al griego de origen y a un espritucultivado.

Hay tambin notables afinidades entre este EVANGELIO y losescritos de San Pablo, porque en l se ponen de manifiesto las

tesis favoritas del Apstol. Un "racionalista" prominente ha contadohasta 84 trminos comunes a LUCAS y PABLO, que no seencuentran por otra parte en los dems EVANGELIOS.

JUANLeyendo Renn "racionalista" francs en el EVANGELIO

de JUAN el pasaje en que se refiere al encuentro de Jess con laSamaritana, se le escap esta confesin: "Slo un judo de Palesti-na, que haya pasado frecuentemente por la entrada del valle deSiquem, ha podido escribir eso". Y es que, frecuentemente, esa esla impresin que se saca de la lectura de todo este EVANGELIO.

No es slo eso. Se le mete a uno la idea en la cabeza de queel autor es, adems, un testigo ocular, como el mismo lo dice ycomo lo prueba una narracin tan pormenorizada y circunstanciadade los hechos.

Es un Apstol y, por propia confesin "el discpulo amado de

Jess" (XXI, 20, 24) Quin es este "discpulo amado"? Entre lospredilectos del Maestro, segn los otros EVANGELIOS, estnPedro, Santiago el Mayor y JUAN. Ahora bien: en esteEVANGELIO el "discpulo amado" se distingue de Pedro, pues essu compaero inseparable. No puede ser Santiago, porque ste fuemartirizado en el ao 44, y nuestro EVANGELIO se escribe mstarde, hacia fines del siglo I. Slo queda JUAN... Hay que notar, amayor abundamiento, que JUAN el Apstol y los dems miembros

de su familia jams son nombrados explcitamente en esteEVANGELIO, mientras que los otros Apstoles lo son con muchafrecuencia En cambio, el nombre de JUAN sale 17 veces en lasotras narraciones. No estar JUAN escondiendo su propionombre por discrecin bajo el apelativo del "discpulo amado"?Estas y otras consideraciones que podran hacerse y qu aququedan fuera del tintero nos inclinan por la afirmativa.

Basta y sobra, pues, lo que puede leerse entre lneas en el

EVANGELIO de JUAN para que podamos tener una idea exactasobre quien fue su autor.

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BALANCELos EVANGELIOS, por consiguiente, nos hablan con tal

claridad de las personas de sus autores, que despus de leerlossin prejuicios llegamos sin esfuerzo al convencimiento de que las

caractersticas de estos autores slo se ajustan a MATEO,MARCOS, LUCAS y JUAN.

Adems, si pensamos que la descripcin de la poca en quevivi Jesucristo presenta dificultades" casi insuperables a un autorque no sea contemporneo, por haber sido destruida Jerusaln elao 70 y desterrada en masa la poblacin israelita, con losconsiguientes trastornos sociales y polticos, tenemos que llegar ala conclusin de que los EVANGELIOS de MATEO, MARCOS Y

LUCAS fueron escritos en pleno siglo I,

antes del citado ao 70. Encuanto al de JUAN, su redaccin supone hechos como el de lamuerte de Pedro, la longevidad del autor, etc. que nos hacenpensar en el ltimo decenio del siglo I, aunque no puede siturseledespus porque las herejas del Siglo II no encuentran eco algunoen este EVANGELIO.

Este es el balance de nuestro estudio hasta este momento.

Cabe preguntarse ahora qu opina la crtica "racionalista" de

toda la argumentacin que antecede. Debe estimada de granfuerza porque ha ido cediendo terreno poco a poco, corrigiendo ymodificando las afirmaciones, acercndose, cada vez ms, a latesis cristiana. Esta evolucin puede apreciarse, sobre todo, en laobra del que tal vez sea el ms destacado de los "racionalistas", elprofesor de Berln Adolfo Harnack.

Podemos, pues, sin miedo a equivocarnos, pasar adelanteconvencidos de que los testimonios presentados por los cristianosen el pleito sobre la historicidad de Jesucristo son obra de testigosde calidad excepcional: dos Apstoles y dos discpulos de stos.Testigos presenciales, testigos de primera mano... .

En crtica histrica, cuando un libro ha sido realmente escritopor quien representa el nombre a quien se le atribuye oficialmente,se dice que ese libro es genuino.

Pues bien: los EVANGELIOS ostentan la caracterstica de la

genuinidad.

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VEINTE SIGLOS DESPUS...

LOS ORIGINALES

Los EVANGELIOS fueron escritos, con toda probabilidad, enpapiros, material de escritura que ordinariamente se utilizaba enaquellos tiempos.

De la planta egipcia del papiro se cortaban verticalmente tirasdelgadsimas hasta de un metro de largo y de pocos centmetrosde ancho. Estas tiras, unidas entre s en un estrato longitudinal,eran reforzadas luego por otro de tiras aplicadas transversalmente.Los dos estratos, fuertemente adheridos por comprensin,

formaban lo que nosotros llamaramos una hoja de "papel".El papiro era una materia muy deleznable. Plinio, en suHistoria Natural, se extraa de que dure ms de 200 aos. Por estarazn, los autgrafos de los EVANGELIOS, escritos en materia tanfrgil y de poca duracin, han desaparecido.

COPIAS Y VERSIONESSi esto es as, cmo ha llegado hasta nosotros el texto de

los EVANGELIOS? Sencillamente, a travs de las copias de losoriginales. .

A partir del siglo IV se generaliza el uso de los pergaminoscomo material de escritura. Los pergaminos, casi siempre, recibanla forma de cuadernos, como nuestros libros actuales. De ah elnombre de cdices.

Poseemos hasta el presente 2.160 cdices conteniendocopias de los EVANGEUOS, algunos de los cuales son del mismo

siglo IV. De estos cdices, se calcula que 210 son unciales(llamados as por estar escritos en maysculas). Los dems 2.400 son minsculos (as llamados por estar escritos en letraminscula).

Tambin poseemos 50 papiros con el texto evanglico, casisiempre de manera fragmentaria. El ltimo, de hallazgo reciente, esdel siglo II.

A estos documentos podemos agregar los leccionarios (librosque slo contienen las partes de los EVANGELIOS, que se lean enlos oficios litrgicos), quesuman 1.610.

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En total: tenemos 4.270 testigos directos del texto sagrado.

Como adems existen actualmente numerossimas versionesy traducciones de los EVANGELIOS, de las cuales algunas lleganhasta el siglo II, y nuestros escritos aparecen citados en autores

antiguos hasta el siglo I, hay que convenir que tenemos a nuestradisposicin abundantes medios para conocer el texto de losEVANGELIOS, tal y como sali de las manos de los autores.

LAS VARIANTESHay algo, sin embargo, que puede hacer surgir la duda en

nuestras mentes de hombres modernos.

Hasta la invencin de la imprenta, la tarea de hacer las copias

de los libros estaba a cargo de copistas, los cuales a vecesolvidaban palabras, saltaban una lnea, escriban un trmino porotro. Otras veces, los copistas deliberadamente sustituan un lugaroscuro por expresiones que ellos consideraban ms apropiadas, otambin sustituan ideas por otras ms conformes con susopiniones personales y con sus preocupaciones doctrinales.

Todo esto que, por otra parte es tan humano, ha hecho que, alcotejar los crticos los manuscritos que se conservan de los

EVANGELIOS, hayan notado ms de 150.000 variantes entre losmismos.

Esto, unido al hecho de que los originales de nuestros librosse han perdido, nos hacen preguntamos si, efectivamente, el textode los EVANGELIOS ha llegado a nosotros tal y como sali de lasmanos de sus autores. Al cabo de veinte siglos, poseemos eltexto original puro, sin mutilaciones o interpolaciones (aadidura depalabras o sentencias que no estn en el texto original del autor?

En el pleito sobre la historicidad de Jesucristo no bastademostrar que nuestros testigos son presenciales o muy prximosa los hechos. Hay que probar, adems, que ese testimonio se haconservado en toda su integridad, sin adiciones ni supresiones.

Esesto posible?

LA RECONSTRUCCION DE LOS TEXTOS ORIGINALESS, ciertamente.

Muchas de las variantes son sobre una misma palabra ofrase. De ah que su extensin sea muy reducida, aunque su

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nmero sea grande. De ocho partes del texto evanglico, siete sonindisputadas.

Adems, la mayora de las variantes consisten, o en sencillasequivocaciones de los copistas (que nosotros llamaramos hoy

erratas de imprenta), o en diferencias gramaticales, o endiferencias de lxico en las palabras sinnimas, o en diferencias deorden y colocacin. En una palabra: cambios de accidentesgramaticales que en nada afectan al sentido del texto.

Descartando estas diferencias gramaticales, apenas si quedan200 variantes que rocen el sentido. Y de stas, no llegan a 15 lasde alguna importancia. An estas 15 no menoscaban ningunaverdad dogmtica o doctrinal: ni se aade, ni se quita, ni se debilita.

Por esto, el ms seguro de los crticos textuales del siglo XIX.,Hort, resume sus investigaciones de veinticinco aos y las de sucolega Wescott, con estas palabras:

"Las siete octavas partes del contenido verbal del NuevoTestamento estn fuera de duda. La ltima octava parteconsiste principalmente en modificaciones en el orden de laspalabras o en variantes insignificantes. De hecho, lasvariantes que tocan a la sustancia del texto son muy poconumerosas, y pueden ser valoradas en menos de la milsima

parte del texto".

LA LGICA DE ACCINBasta usar un poco la lgica para darse cuenta de que el

nmero de variantes dice bien poco si se le compara con el nmerode manuscritos que poseemos. Cuanto ms manuscritos, msvariantes. Cuantos menos manuscritos, menos variantes. Pero, en

este ltimo caso, menos datos tambin para formarse idea del textooriginal. De ah que el trabajo de reconstitucin del texto evanglicohaya sido relativamente fcil. 4.270 testigos directos del textosagrado!...

Precisamente, cuanto mayor es el nmero de documentos, suvariedad e independencia, tanto mayor es la autoridad de aquellosextremos en que esos documentos marchan de acuerdo. Enaquellas cosas accidentales en que discrepan, la misma

abundancia de la documentacin facilita la reconstruccin.

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POSICION PRIVILEGIADA DE LOS EVANGELIOSEn las bibliotecas de Europa, de todos los autores clsicos

latinos, no se conservan sino 30 manuscritos que lleguen al sigloIV. Y de siglos posteriores, contando todos los autores latinos, los

cdices unciales no pasan de 400.De Virgilio, el poeta nacional romano de la poca delemperador Augusto, slo se conservan tres cdices unciales. DeCicern, el gran orador romano, el nico cdice de sus discursosen alguna manera completo y ms antiguo, pertenece al siglo XII.

Por eso, claro est! los autores clsicos apenas si presentanvariantes. Si no tienen testigos o manuscritos!...

Ningn libro de la antigedad puede compararse a los

EVANGELIOS. Slo se le acerca, y a distancia considerable, eltexto del Viejo Testamento.

Podemos, pues, repetir lo que ya dijimos pginas atrs sobrelos EVANGELIOS. Slo que ahora lo diremos con palabras deHarnack para reforzar nuestra afirmacin:

"El carcter absolutamente nico de los EVANGELIOS es hoyda universalmente reconocido por la crtica".

LA LABOR DE LA IGLESIAA qu obedece esta singular prerrogativa de los

EVANGELIOS? La amorosa solicitud conque la Iglesia nos lo haconservado la explica perfectamente. Y ello es, adems, un nuevoargumento que podemos esgrimir y que nos lleva alconvencimiento, no slo de que el texto de los EVANGELIOS no hasido adulterado a travs de los tiempos, sino que fue imposibletoda alteracin sustancial.

Los EVANGELIOS eran ledos por todos. Se repartan conprofusin entre los fieles, quienes los custodiaron con veneracinhasta el extremo de morir antes de entregados a los paganos.Contra cualquier alteracin habran protestado diligentemente losObispos, los fieles, los mismos herejes. Qu pasara en nuestrosdas si alguien publicara en nuestro pas una edicin adulterada dela Constitucin? Se lo imagina el lector, verdad? Pues eso mismohubiese ocurrido en los primeros tiempos del cristianismo, si sehubiera pretendido alterar los EVANGELIOS.

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ESTEMOS TRANQUILOSAl terminar este aspecto de nuestro estudio, los cristianos

podemos respirar tranquilos. Aplicando debidamente a ladocumentacin que poseemos las reglas de la crtica moderna, son

poqusimos los textos evanglicos en que queda duda sobre laprimitiva lectura.

Esto nos permite afirmar que el texto de los EV ANGELICS hallegado hasta nosotros ntegro, no slo en lo sustancial, sinotambin en lo accidental. Basta observar la concordancia que reinaentre todas las ediciones crticas de nuestros libros, catlicos yprotestantes, an siguiendo sistemas y mtodos diferentes.

Parece, pues, que los cristianos vamos a ganar abiertamente

el pleito sobre la historicidad de Jesucristo: nuestros testigos nosolamente son presenciales o muy prximos a los sucesos quenarran, sino su testimonio ha llegado ntegramente a nuestros das,despus de 20 siglos de haber sido prestados, sin adiciones nisuspensiones. Se impone el optimismo!

NOVELAS HISTRICAS?

UNA ANCDOTA ILUSTRATIVAQuisiera Juan casarse con Teresa. Despus de pensarlo

detenidamente para estar seguro, decide pedirle consejo a sudirector espiritual.

No tiene dinero", empieza diciendo. El padre, coge un papel yescribe un cero. "Pero... es muy bonita". Segundo cero. "Sabe

tocar el piano y pinta". Otro cero. "Adems, sabe muy bienadministrar el dinero". Siguen los ceros! "Su familia tiene famade ser muy distinguida". "Luego... es graduada en laUniversidad". Dos ceros ms... "Ah!, se me olvidaba decirle quees excelente cristiana". Al or esto, el padre pone un 1 delante delos 6 ceros que haba escrito en el papel y ensendoselo a Juanle dice: "Date prisa y csate con ella. Esa joven vale un milln!"

Pues bien: todo lo que hemos dicho hasta aqu valdra cero si

no pudisemos demostrar que los testigos presentados por loscristianos en el pleito sobre la historicidad de Jesucristo dicen laverdad.

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Veracidad: he aqu la cifra que tenemos que escribir delantede la originalidad e integridad de los EVANGELIOS.

Esto hace, naturalmente, que el lector se pregunte: nieganlos "racionalistas" la veracidad de los EVANGELIOS?

UNA HlPTESIS REALIZADAUno de los ms encarnizadores adversarios de los

EVANGELIOS, Federico Strauss, escribi en 1835, en el prrafo 13de la introduccin a su Vida de Jess:

"La historia evanglica sera intachable si se probase quehaba sido escrita por testigos oculares, o por lo menos, porautores vecinos de los hechos".

Strauss tena razn al decir esto. En historia lo esencial esdisponer de fuentes escritas por testigos presenciales o por autorescontemporneos. Ese es todo el afn de la investigacin moderna.

Lo curioso de todo esto es que, de seguro, al escribir esaspalabras, Strauss no esperaba que su hiptesis se realizara nunca.Mas he aqu, despus de las polmicas que se desarrollan en elsiglo XIX, la crtica "racionalista" admite hoy, en conjunto, lahistoricidad de los EVANGELIOS de MATEO, MARCOSyLUCAS,

por lo menos. O sea, que la hiptesis que Strauss descartaba haadquirido las caractersticas de un hecho cientficamentecomprobado.

Significa esto que hemos perdido nuestro tiempo porque los"racionalistas", en vista de lo que antecede, han rectificado susviejas opiniones sobre el valor histrico de los EVANGELIOS y, porconsiguiente, sobre la realidad de la figura histrica de Jess?

Sera una verdadera ingenuidad creerlo as.

LA CENSURA RACIONALISTARepresentmonos, en efecto, a un pensador "racionalista"

leyendo los EVANGELIOS y sigmoslo de cerca en su lectura.

Mientras tiene su vista posada en los pasajes que narran lasenseanzas de Jess, podramos hasta descubrir en su rostrocierta admiracin por el "hombre" capaz de engendrar tan sublimespensamientos.

Mas he aqu que nuestro profesor llega al lugar donde secuenta, digamos, la conversin del agua en vino, en las bodas de

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Can o la multiplicacin de los panes. Su expresin cambia.Comienza a agitarse inquieto en su asiento. Se ve, en suma, queno aprueba aquello que est leyendo.

Supongamos que se trata de Neander. El nos dir cmo l

entiende la multiplicacin de los panes, eso requiere unaexplicacin. Las bodas de Can son histricas. Pero laconversin... eso es otra cosa! Lo que ocurri fue sencillamenteque Jess comunic al agua un gusto parecido al del vino (sin servino!!) Si en lugar de Neander, nuestro hombre fuese Paulus oBeyschlag, nos dir cmo l entiende la multiplicacin de lospanes. Lo que pas fue que la gente menos acomodada que habaacudido a or a Jess haba agotado sus provisiones, mientras los

ricos tenan an las suyas. Para incitados a que repartiesen entrelos pobres sus panes. Cristo se puso a repartir personalmente 5panes y 5 peces. Los ricos imitaron su ejemplo y la multitud quehaba acudido a escuchar al Maestro en aquel lugar en que noexistan alimentos, pudo saciar su hambre.

Qu quiere decir todo esto?

Pues que los "racionalistas", despreocupndose de lasconsecuencias de la afirmacin de Strauss a que aptes hicimos

referencia, someten a una rigurosa censura los EVANGELIOS,distinguiendo entre las enseanzas de Jesucristo y los hechos quede El nos cuentan los evangelistas.

Las enseanzas son fcilmente admitidas como histricas aunque no se escatiman esfuerzos para eliminar ciertos textos msembarazosos; los hechos... se tratan con bastante menosrespeto: como en ellos es donde se revela con ms fuerza losobrenatural y milagroso de la vida de Jess, se echa a un lado.

NOVELAS HISTRICAS?Esta negativa de los "racionalistas" de no querer considerar

como histricos los milagros de Jess narrados por MATEO,MARCOS, LUCAS y JUAN, convierten a los EVANGELIOS ennovelas histricas, en que lo ficticio se mezcla con lo real.

Llegamos as a la fase decisiva de nuestro pleito. Los hechosque cuentan los evangelios, sucedieron como ellos los refieren?

La imagen que nos dan de Jesucristo, responde a la realidad?Habl y or el Maestro; vivi, en una palabra, como ellos narran?

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Si podemos contestar afirmativamente a estas preguntas,evidentemente les habremos ganado la partida a los "racionalistas".Pero, para ello, necesitamos demostrar que los evangelistas sabanlo que escriban y que escribieron lo que supieron, es decir, que en

ellos se dan las dos cualidades de ciencia yveracidad.SABAN LO QUE ESCRlBAN

Que los evangelistas conocan perfectamente los hechos quenarran, parece claro. Cmo no haban de conocerlo si fuerontestigos presenciales de esos hechos en los casos de MATEO yJUAN, y en los de LUCAS y MARCOS obtuvieron su materialinformativo de los Apstoles, testigos igualmente presenciales?

Cierto que no eran historiadores como los modernos y nisiquiera del rango de los antiguos Tucidides y Tcito. Pero, qumtodo histrico, cultura cientfica o formacin crtica necesitabanpara contar llanamente hechos recientes, sensibles, pblicos, quepor su carcter milagroso, extraordinario, atraan con ms fuerza laatencin de los espectadores? En los EVANGELIOS no se hablade especulaciones y meditaciones teolgicas, sino de verdades deexperiencia: cosas que se han visto, se han odo, se han palpado...

Por otra parte, basta leer los EVANGELIOS para darse cuentade que los Apstoles, si de algo pecaron fue de incredulidad: no setragan fcilmente los milagros. Prueba al canto: el trabajo que lescost convencerse de la Resurreccin de Jess.

ESCRIBIERON LO QUE SUPIERONLeyendo, adems, el relato sobrio, objetivo sin apreciaciones

personales ni ponderaciones afectivas de los evangelistas, seextraa uno, en verdad, de que alguien pueda pensar que talesnarradores tratan de engaar a sus lectores.

Si no vacilan en confesar su origen humilde, la estrechez ylimitacin de su inteligencia, sus debilidades, las reprensionesrecibidas por parte de su Maestro, su cobarda en el curso de laPasin, su descorazonamiento de incredulidad despus de lamuerte de Jess ...! si no ponderan el poder y dinamismo de suhroe ms que su debilidad en las horas negras de su inmolacin

...! Los "racionalistas" admiten que los evangelistas son verdicos ehistoriadores en este ltimo caso. Por qu no han de serlo en losdems si son los mismos, es el mismo estilo?

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Esta primera impresin de sinceridad se ratifica en el nimodel crtico serio cuando piensa bien los detalles que nuestrosnarradores dan del mundo palestino: geografa, idioma, derechopoltico, costumbres religiosas, estn conformes con los dems

documentos de la historia, la literatura y la arqueologa. Con la par-ticularidad de que, poco despus, en el ao 70, este cuadro cambiradicalmente.

Es que los evangelistas no tuvieron otra pretensin que decirestrictamente la verdad. Bien claro lo dicen LUCAS y JUAN. DecaPascal: "Yo no creo ms que en las historias cuyos testigos sedejaran degollar". Este es el caso de los EVANGELIOS. Nadiemiente, de ordinario, sin un inters de por medio. Qu inters iban

a tener los evangelistas en mentir si su impostura iba a costarles lavida?

Dice Parker:

"Para inventar a un Newton, se necesita ser otro Newton.Cul es el hombre que puede haber inventado a Jess? SloJess era capaz de esto".

Y Juan Jacobo Rosseau (nada sospechoso de parcialidad, porcierto) concuerda:

"El EVANGELIO tiene caracteres de verdad tan grandes, tansorprendentes, tan perfectamente inimitables, que el inventor serams grande que el hroe mismo".

Pero, a qu seguir insistiendo sobre la veracidad de losEVANGELIOS? Cedamos la palabra a un "racionalista", Harnack:

"La literatura primitiva de la Iglesia, en su conjunto, y en lamayora de los pormenores, es, desde el punto de vista literario,

verdica y digna de fe".OTRA VEZ LA EVCLUCION

Al parecer, pues, los cristianos tenemos la victoria asegurada.Cmo no pensarlo si los "racionalistas" modernos admiten lasinceridad de los evangelistas?

Vayamos poco a poco. Eso no quiere decir que nuestrosadversarios admitan la presencia del elemento sobrenatural y

milagroso en los EVANGELIOS. No. Y vea el lector de qu mediosse valen para compaginar ambas actitudes:

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Los EVANGELIOS dicen los "racionalistas" modernos noson libros histricos, sino libros de edificacin, libros piadosos. Aqu se debe la presencia en ellos de hechos milagrosos ysobrenaturales? Sencillamente, a un lento trabajo de idealizacin

progresiva, realizado en torno a la figura de Cristo. Este Cristoidealizado, transformado por ese proceso evolutivo, el Cristo de lafe, es el que pintan los evangelistas. Pero el Cristo de la fe y elCristo de la historia son bien distintos. Porque, los milagros, endefinitiva, no son otra cosa que mitos o leyendas injertadas en lahistoria real del Salvador.

De esta manera, la evolucin viene a ser otra vez un armaofensiva en las manos de los que se empean en desacreditar la fe

cristiana.Cunto tiempo se ha necesitado para que tenga lugar esaelaboracin evolutiva de leyendas sobre la figura de Jess?Apenas un siglo, dice una escuela: menos de medio siglo, diceotra.

EL GOLPE FINALHay argumentos muy fuertes en contra de esta teora, sin

embargo.En primer trmino, no se compadece con la fecha de lacomposicin de los EVANGELIOS, La idealizacin, la leyenda,requiere para formarse largo espacio de tiempo. Por eso los quepropugnan estas teoras han llegado a situar la composicin de losEVANGELIOS hasta el ao 150. Es siglo y medio era necesariopara que la evolucin pudiera tener lugar. Pero cuando quedoaclarado que los EVANGELIOS haban sido escritos antes de

finalizar la primera centuria los evolucionistas se vieron en apurosy entonces sostuvieron que la idealizacin poda llevarse a caboms rpidamente y luego se achac a la fe lo que antes se habaatribuido a la leyenda. Mas, cmo la fe pudo ponerse encontradiccin tan flagrante con los hechos histricos cuando stoseran tan recientes que todo el mundo poda comprobar suexactitud?

Adems, si como afirman los "racionalistas" los EVANGELIOS

reflejan una evolucin doctrinal en los aos que siguieron a lamuerte de Jess, cmo es posible que en las cartas de SanPablo, que son todas anteriores al ao 66-67, anteriores a los

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EVANGELIOS y cuya genuinidad y antigedad nadie osa negar, eldogma y la moral haya evolucionado ms que en los evangelistas?Entindase bien: no es que exista contradiccin entre San Pablo ylos evangelistas. Lo nico que ocurre es que el germen que

aparece en los EVANGELIO, en las epstolas paulinas tiene yahojas, flores y aun frutos, es decir, se ha, desarrollado. Si losEVANGELIOS reflejan un proceso evolutivo, como quieren los"racionalistas", por qu no son influenciados por las ideas que yaflotaban en el ambiente cuando fueron escritos?

Por qu, en efecto, se consigna en los EVANGELIOS la ideaequivocada que los discpulos tenan de Jess, a quien concebancomo un Mesas terreno y conquistador, si en la poca en que

nuestros libros se escribieron ya se haba desarrollado plenamenteel dogma fundamental de la divinidad de Cristo y su misinredentora? No habra estado ms de acuerdo con esta idea de ladivinidad de Jess suprimir los rasgos que pintan con vivos coloresla humanidad del Salvador?

Mas: entre todos los documentos cristianos existe unamaravillosa unidad doctrinal. Si hubiese existido el procesoevolutivo que quieren los "racionalistas", no es cierto que en la

antigua literatura cristiana habra huellas de contradiccionesinevitables, de lucha entre distintas concepciones y del triunfo deuna sobre las otras? Por otra parte, considrese que escaracterstica esencial de la mentalidad del cristianismo primitivo elapego a la tradicin, a lo recibido corporativamente de los doceApstoles, poseedores del mensaje divino. En una comunidad as,no caben evoluciones ni transformaciones de ese mensaje, no haysitio para especulaciones ni para teoras individuales. El que no se

conforma con lo recibido es separado irremisiblemente de lacomunidad.

Finalmente: los EVANGELIOS se escriben en vida todava delos que conocieron a Jess durante su existencia mortal, amigos yenemigos. Egesipo, que escribe hacia el ao 180, nos dice quehasta la muerte de Simn, hijo de Cleofs, a principios de lasegunda centuria, la Iglesia de Jerusaln haba estado gobernada,por hombres que trataron a Cristo. El apologista Cuadrado y

Papas nos aseguran que algunos de los que fueron resucitadospor el Maestro vivieron hasta el tiempo del emperador Adriano(137-138).

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En presencia de tales testigos, qu probabilidad de xitopodra tener una historia deformada de Jess? Y conste, que no setrata solamente de cristianos. Por qu los fariseos, enemigosirreconciliables del Nazareno, no hablan y combaten las

invenciones de los discpulos? Por qu no explican la falsedad delos milagros? Recurdese lo mal parado que queda Ans, SumoSacerdote del pueblo judo y juez de Cristo, en los EVANGELIOS.Pues bien: el historiador hebreo Flavio Josefo nos dice que elpontificado de Ans duro largo tiempo y que lleg a ver comosucesores a sus cinco hijos. El quinto, llamado Ananos o Ans IIfue quien hizo matar a Santiago el Menor. Sin embargo, ni Ans,que sobrevive a Cristo, ni sus cinco hijos, con toda su influencia ypoder, logran salirle al paso a la leyenda que tan mal los trata.

LA RAZ DEL PREJUICIOPodra alguien imaginarse, al tomarle el peso a la

argumentacin cristiana, que los "racionalistas" habrn desistido desu pretensin de desvirtuar la figura del Jess de la tradicincristiana.

Al comienzo de este captulo dijimos que tal suposicin es unaingenuidad. Vamos ahora a decir por qu.

En la ltima instancia, la actitud "racionalista" responde a unprejuicio: la imposibilidad de lo sobrenatural y del milagro. Esto eslo que obliga a limitar la historicidad de los EVANGELIOS, cuyosautores seran los ms fidedignos del mundo, si no narrasen he-chos sobrenaturales y milagrosos.

Lo ha dicho bien claro Renn, autor de una Vida de Cristo quealguien ha dicho que es el EVANGELIO segn Judas:

"Yo rechazo los milagros de los EVANGELIOS, no porque seme haya demostrado que los EVANGELIOS no merecen una feabsoluta. Si yo digo que los EVANGELIOS son leyendas, esprecisamente porque contienen hechos milagrosos. LosEVANGELIOS pueden contener hechos histricos, perociertamente, todo lo que hay en ellos no es historia".

Esos mismos que se empearon en negar la historicidad delos EVANGELIOS, admiten con los ojos cerrados la doctrina y la

vida de Buda. Y el libro Lalita Vistara, que contiene la historia deBuda, todos los crticos estn conformes en afirmar que es del siglo

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I antes de Jesucristo, esto es, escrito por lo menos tres siglosdespus de la muerte de Buda.

Lo que sucede es que si se admiten los EVANGELIOS comodocumentos histricos, hay que admitir irremisiblemente la

existencia de Dios, la divinidad de Jesucristo y todas las demsconsecuencias de estas verdades. No lo decimos nosotros. Lo diceStrauss:

"No quieren admitir los EVANGELIOS, no porque no hayarazones para ello, sino por no admitir las consecuencias moralesde los mismos".

Pero eso, claro est que no es historia. L a historia dice otracosa que arranc a Harnack, despus de haber dedicado largos

aos al estudio de los EVANGELIOS con una enorme preparacincientfica, esta pregunta que no necesita respuesta:

"Hemos trabajado los "racionalistas" cincuenta aos febrilespara sacar sillares macizos que sirvan de pedestal a la Iglesiacatlica?"

Queda demostrada as la veracidad de los EVANGELIOS.

EL FALLO

Despus de haber asistido al desarrollo del pleito sobre lahistoricidad de Jesucristo, ya slo nos queda por conocer el fallodel tribunal de la historia.

Y aunque nuestro litigio sea totalmente imaginario, vamos allevar el smil que hemos escogido, hasta sus ltimasconsecuencias, redactando la sentencia como si se tratara de la deuno de nuestros tribunales. En los distintos "considerandos" estncontenidos los razonamientos del fallo. Hel aqu:

CONSIDERANDO que ha quedado demostrado, con el

testimonio copioso de los escritores de la antigedad, tantocristianos como herejes y paganos, corroborado adems conla simple lectura de los EVANGELIOS, que stos fueron

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escritos por MATEO y JUAN, dos discpulos de Cristo, y porMARCOS y LUCAS, discpulos a su vez de dos Apstoles, porcuyas razones es claro que los EVANGELIOS son obra detestigos presenciales o muy prximos a la vida de Cristo.

CONSIDERANDO, que el testimonio contenido en losEVANGELIOS ha llegado ntegramente hasta nosotros envirtud de la gran cantidad de manuscritos existentes de losmismos, sin que en nada perjudique esta afirmacin del hechode que haya variantes entre esos manuscritos, ya quecrticamente se demuestra que no afectan a la sustancia deltestimonio.

CONSIDERANDO que los EVANGELIOS merecen entero

crdito toda vez que en sus autores concurren las doscondiciones de ciencia y veracidad exigible para justificar lacredibilidad de un testimonio.

CONSIDERANDO, que con los referidos EVANGELIOS,los cristianos, que son la parte demandada en este pleito, noslo han demostrado que Jesucristo existi, sino que existiprecisamente como lo ha credo siempre la tradicin cristiana.

FALLAMOS: que debemos declarar y declaramos sinlugar la demanda de los "racionalistas" para que se declarefalsa la figura histrica del Jess de los cristianos, ymandamos por el contrario que se publique en todas partesque Jesucristo existi precisamente como siempre han credolos cristianos.

jesucristo existió

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