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  • 8/15/2019 Irene Primeros Pasos

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    Relecturabíblica en

    clave degénero

    Primerospasos

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    1¿Por qué hablamos de"relectura" de la Biblia?

    Relectura bíblica

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    Después de 20 siglos de cristianismo, seguimosleyendo la Biblia. Pero el mundo ha cambiadomucho en este tiempo. No signica lo mismo leer laBiblia hoy, en América Latina, y desde nuestraexperiencia como mujeres, que leer la Biblia enotros tiempos y otras condiciones.

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    Después de 20 siglos de cristianismo, seguimos leyendo la Bi-blia. Pero el mundo ha cambiado mucho en este tiempo. No sig-nica lo mismo leer la Biblia hoy, en América Latina, y desdenuestra experiencia como mujeres, que leer la Biblia en otrostiempos y otras condiciones.

    Pensemos un momento en una comunidad cristiana den- tro del Imperio romano, en el siglo 3. Las iglesias eran pe- queñas células dentro de un mar de fuerzas sociales com- pletamente opuestas a los valores del Reino de Dios. Elgrupo cristiano buscaría en las Escrituras una palabra de

    aliento que le ayudaría a seguir elmente a Jesucristo enese mundo adverso.

    Más tarde, durante la Edad Media, la situación de los cris- tianos de Europa era muy distinta. El cristianismo permea- ba toda la sociedad. Sin embargo, pocas personas teníanacceso a la Biblia. Los que sí podían leerla, la interpreta-

    ban en forma mística, alegórica, sin mucha relación conlos problemas de la vida diaria del pueblo que vivía bajo elyugo del feudalismo.

    Muy otra fue la situación en el siglo 16, época de muchoscambios sociales. Los hombres (sólo los varones) teníanmás oportunidad para determinar qué clase de trabajoiban a desempeñar y dónde querían vivir. Con nuevas in- quietudes acudían a la Biblia, el primer libro publicado enla imprenta recién inventada. Ahí descubrieron el mensajede la libertad en Cristo, y esto revolucionó la fe de la gen-

    te común y la organización de toda la sociedad.Podríamos seguir con otros ejemplos, pero bastan estos paraseñalar que toda lectura de la Biblia es una relectura, es decir,un nuevo acercamiento a las Escrituras, con preguntas nuevasque surgen de nuevas condiciones en el mundo y en la vida delas personas.

    Pero ... ¿qué pasará cuando, en un mismo momento, se pre-sentan distintos grupos de personas, y cada grupo se acerca ala Biblia desde sus propias circunstancias, muy diferentes a lascondiciones de vida de otras personas?

    Un ejemplo del siglo 19: los amos y los esclavos. Losamos buscaban en la Biblia un apoyo para el dominio queellos ejercían sobre los esclavos. Los dueños de esclavos

    ¿Por qué hablamos

    de “relectura” de laBiblia?

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    leían la Biblia desde la perspectiva del derecho legal. Alver que las sociedades de los tiempos bíblicos eran escla- vistas, los amos predicaron a los esclavos que Dios que-

    ría que se sujetaran al amo. En cambio, los esclavos ibana las Escrituras buscando con gran angustia una arma- ción de su propio valor como seres humanos. En la Bibliaencontraron que la justicia de Dios se revela en su amorhacia los que sufren injusticia. Descubrieron que Dios sepone del lado del pueblo oprimido, para liberarlo. Hoy todoel mundo reconoce que la relectura bíblica de los esclavosfue más el a las intenciones de Dios que la lectura – lar-

    gamente aceptada – de los dominadores.Resumamos lo que hemos visto acerca de la relectura bíblica...

    Un grupo de personas (ejemplo: los esclavos) toma concienciade que su situación es distinta a la del grupo que tradicional-mente ha reclamado el derecho de interpretar las Escrituras(ejemplo: los amos). El grupo nuevo (en este caso, los escla-vos) empieza a cuestionar la interpretación tradicional, porque

    no responde a su realidad. Desde la perspectiva de su propiarealidad de esclavos, comienzan a hacerle preguntas a la Bi-blia. Sucede que cuando se le interroga a la Biblia desde unanueva perspectiva, ella revela cosas nuevas que amplían o co-rrigen interpretaciones pasadas que respondían a intereses dis-tintos.

    Esto es lo que pasa ahora con las mujeres y la relectura bíbli-ca. En los ejemplos anteriores se habla de "los hombres" queleían la Biblia, porque históricamente sólo los varones tenían

    acceso al estudio bíblico y la reexión teológica. Las mujeresfueron excluidas de la educación en general y de las aulas teo-lógicas en particular. Solo algunas mujeres excepcionales, co-mo Sor Juana Inés de la Cruz (siglo 17), por ejemplo, llegarona ser grandes conocedoras de la Biblia, pues tenían el respaldode su convento.

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    5/232¿Qué es esto de "laperspectiva de género"?

    Perspectiva degénero

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    La sociedad en que vivimos impone a todas las personas un"modelo" de cómo debe ser, cómo debe comportarse unvarón y cómo debe ser, y cómo debe comportarse, una

    mujer. Es decir, las mamás y los papás, así como la escuela,la iglesia y los medios de comunicación, se encargan demoldearnos para que nos comportemos de la manera que seconsidera apropiada para nuestro sexo. Estas conductas nolas produce automáticamente el sexo biológico de la niña o elniño. Al contrario, cada niño y cada niña aprende acomportarse de una determinada manera. La sociedad seencarga de reforzar este aprendizaje durante toda nuestra

    vida.

    Cuando la mamá u otra persona le dice al varoncito,"¡Los hombres no lloran!", es para que él aprenda areprimir ese instinto, un instinto que es natural en todoslos seres humanos. De igual manera, cuando se le dicea la niña, "¡No salgas sola!", ella internaliza la idea deque no puede valerse por sí misma, que debe depender

    5

    A este conjunto de diferencias entre la conducta de varones y

    mujeres, determinado por nuestra cultura, se le llama sistemade género . Esto quiere decir que los varones y las mujeres ex-perimentan el mundo de manera diferente y desigual. ¿Por quédesigual? Porque, desde tiempos antiguos, la sociedad mismase ha organizada de tal forma que a los varones se les asignanlas funciones de mando y a las mujeres las funciones auxiliareso subalternas. Pero la cosa no es tan nítida. No son todos loshombres los que mandan sino sólo unos cuantos, y éstos man-

    dan sobre los demás hombres y todas las mujeres. Ahí está lasociedad patriarcal. En ella un estrato privilegiado de hom-bres controla la economía, el gobierno y la vida cultural. Estegrupo determina las condiciones de vida para las demás perso-nas. Basta recordar que hasta principios del siglo pasado laeducación media y superior estaba dirigida a los varones de lasclases altas. Aun en las clases privilegiadas las mujeres noeran admitidas a las instituciones educativas superiores.

    Una sociedad patriarcal es necesariamente androcéntrica . Laparte andro- de esta palabra quiere decir "varón", y el términoseñala que, en la sociedad patriarcal, todo está determinadopor el punto de vista del varón y el valor superior que se le atri-buye a él. El androcentrismo hace que la perspectiva masculi-na se considere como la forma "natural" y "universal" de ver elmundo. Supuestamente, todos los seres humanos estarían re-

    ¿Qué es "la

    perspectiva degénero"?

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    presentados por el término colectivo "los hombres". Histórica-mente, sin embargo, las mujeres han sido excluidas de la edu-cación, el gobierno y la economía. En la sociedad occidental an-

    drocéntrica, a las mujeres no se les permitió elaborar la cultu-

    ra, ni mucho menos participar en la vida ocial de las iglesias.¿Cómo se puede decir, entonces, que la teología, elaborada du-rante siglos sólo por varones, incorpora adecuadamente la pers-

    pectiva de las mujeres?

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    8/233El mundo patriarcal de laBiblia

    El mundo patriarcalde la Biblia

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    Las sociedades que vemos en la Biblia eran claramentepatriarcales y por eso androcéntricas. Puede ser que hemosleído la Biblia por mucho tiempo sin darnos cuenta de esto, o silo hemos notado, no hemos sabido qué hacer con ello.

    No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer

    de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni suasno ni cosa alguna de tu prójimo.Éxodo 20.17

    Dos observaciones. Primero, el mandamiento no está dirigido atodas las personas del pueblo de Israel sino solamente a los va-rones. La mujer no es un sujeto activo. Segundo, la mujer apa-rece simplemente como una posesión más del "prójimo", es de-cir, de otro varón.

    Puesto que los autores bíblicos eran hombres y sus culturaseran patriarcales, los textos reejan una experiencia y una vi-sión androcéntricas. En el Sermón del Monte, por ejemplo, sevuelve a enfocar experiencias de varones; la mujer aparecenuevamente como objeto.

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    Ustedes han oído que antes se dijo: No cometas adulterio.Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer concodicia, ya cometió adulterio con ella en su corazón.

    Mateo 5.27-28 ¿Cómo nos acomodamos, como mujeres, frente a textos comoestos? ¿Los hemos leído con ojos de mujer? Tal vez lo primeroque hacemos es aplaudir una prohibición como esta, creyendoque por lo menos nos va a proveer un poco más de respeto departe de los varones cristianos. Creemos que este mandamien-to nos permitirá vivir un poco más libremente en compañía de

    ellos. Además, consciente o inconscientemente, hemos tratadode "traducir" un texto como este para que calce con nuestra ex-periencia de mujer. Decimos, tal vez: "Bueno, esto se aplicatambién a la mujer, que nosotras tampoco debemos seducir alvarón". Aunque esto puede ser cierto, con ello caemos en la vie-

    ja trampa, es decir, pensar que la visión del hombre necesaria-mente incluye a las mujeres también. En otras palabras, pode-mos creer que nos toca simplemente explicar cuál sería "la par-

    te femenina" de esta visión "universal" (expresada exclusiva-mente en términos varoniles).

    Leer la Biblia con perspectiva de género signica mucho másque eso, y otra cosa que eso. Hemos visto que la sociedad es-tá organizada en términos de género. También nos damoscuenta de que los textos bíblicos se han usado para apoyarese sistema de desigualdad que margina a las mujeres. Mu-

    El mundo patriarcal

    de la Biblia

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    chas veces la enseñanza religiosa trata de inculcar en las muje-res ciertas actitudes y conductas que limitan nuestra autoesti-ma y nuestra capacidad de participar plenamente en la socie-dad, la familia y la iglesia. Conscientes de esta historia – quepuede ser nuestra historia personal – hagamos una relecturacon perspectiva de género de un texto del Sermón del Monteque –sin mencionar a la mujer – revela tener un sesgo masculi-no.

    No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofe- tada en una mejilla, vuélvele también la otra. Si alguien tedemanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se llevetambién tu capa. Si te obligan a llevar carga una milla, llé- vala dos. A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no levuelvas la espalda al que te pida prestado.

    Mateo 5.39-42

    Las experiencias reejadas en este texto se han tomado de lavida de los varones dentro de la realidad social de Israel en el

    primer siglo. No calzan con la experiencia de las mujeres deesa época. Por ejemplo, aquello de llevar una carga por una mi-lla o más – si una mujer caminara una segunda milla con unhombre, signicaría que se ofrece como acompañante sexual.

    Para leer la Biblia con perspectiva de género tenemos que ana-lizar la situación tanto del hombre como de la mujer dentro delmundo del texto. En la sociedad patriarcal que se reeja en es-te texto de Mateo 5, el varón debía pelear por sus derechos, de-fenderse agresivamente y vengarse de cualquier afrenta a suhonor. ¿Pero qué es lo que Jesús exige? Un rotundo no a la pe-lea, la agresividad y la venganza. Nuestra relectura revela queeste texto desautoriza terminantemente la violencia del machis-mo fomentada por la sociedad patriarcal. Exige que el varóncambie radicalmente su conducta machista "normal". ¿Hemosoído esto en nuestras iglesias?

    ¿Qué pasa cuando este texto es aplicado a todo el mundo, in-clusive a las mujeres? Nuestro análisis de la sociedad en térmi-nos de género revela que a las mujeres siempre se nos ha obli-gado a hacer precisamente lo que dice este texto: no protestar,ser sumisas ante el maltrato físico, dejarnos despojar de nues-tros derechos, asumir toda exigencia de servicio. Las mujereshemos sido socializadas no para defendernos sino para some-ternos. Este texto, que surge en un contexto de varones y quearremete contra la conducta machista, ¿será apto, así no más,para la instrucción de las mujeres? Creemos que no mucho.Sin embargo sabemos que, desgraciadamente, abunda el "con-sejo pastoral" a las mujeres en que se manipula este texto pre-cisamente para reforzar la sumisión de la mujer, aun en casosde violencia doméstica.

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    ¿Qué hacer? Primero, insistamos que este texto sea enseñadoa sus destinatarios naturales, los varones. (Reconozcamos, almismo tiempo, que estas exigencias se aplican también a muje-res que se comportan con valores machistas hacia personasque consideran como subalternas.). Luego, busquemos, conperspectiva de género, otros textos bíblicos que puedan respon-der a nuestras inquietudes como mujeres.

    Descubrimos que hay otrostextos, tal vez no muy leídos,que tienen un mensaje distin-to para las mujeres. La pará-bola de la viuda y el juez in-

    justo es uno de estos.

    Había en cierto puebloun juez que no tenía te- mor de Dios ni conside- ración de nadie. En elmismo pueblo había

    una viuda que insistíaen pedirle: "Hágame us- ted justicia contra mi ad- versario." Durante algúntiempo él se negó, pero por n concluyó: Aunque no temoa Dios ni tengo consideración de nadie, como esta viudano deja de molestarme, voy a tener que hacerle justicia,

    no sea que con sus visitas me haga la vida imposible.Lucas

    18.2-6

    La viuda, lejos de deponer sus derechos, pelea por ellos. No sesomete; se resiste a la injusticia y persiste en su protesta. Esuna mujer que ha aprendido a valerse por sí misma. Su conduc-ta fastidiosa resulta insoportable para el juez, pero merece un

    elogio de parte de Jesús, quienla pone por ejemplo a los creyen-tes.

    ¿Esta era una conducta "nor-mal" en las mujeres? Por lo quesabemos del sistema de géneroen la Palestina del primer siglo,tenemos que decir que no. Noera "apropiado" para una mujerasumir una conducta tan contra-ria a las normas "femeninas" de

    recato y sumisión. En este textoencontramos un ejemplo másapto para el consejo pastoral amujeres agredidas y despoja-

    das. Hay que reconocer la injusticia por lo que es en realidad, yactuar en defensa propia, aun frente a la actitud hostil de perso-najes importantes, como el juez de esta historia.

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    12/234Ojos de mujer y otros ojosen el reverso de la historia:

    género, raza, clase.

    Ojos de mujer yotros ojos

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    Es bien sabido que la sociedad es más compleja que una sim-ple división entre varones y mujeres. De hecho, hemos señala-do que la sociedad patriarcal se construye a partir de un grupode hombres que manda sobre los demás hombres y todas lasmujeres. Preguntémonos cómo se presenta este hecho hoy ennuestro país. ¿Quiénes son los hombres que pertenecen al gru-po de mando? ¿Quiénes son los que no? ¿Qué es lo que hapermitido que éstos sean mandados por los otros? ¿Qué ten-drá esto que ver con la perspectiva de la mujer?

    Basta un vistazo a la historia de nuestro continente para mos-

    trar cómo los conquistadores se establecieron aquí como amosy señores, acaparando para su propio benecio toda la riquezay la producción económica. Vemos cómo defendieron sus privi-legios por medio de la fuerza militar, la organización política ylas leyes. Dominaron sobre los demás hombres, mayormenteindígenas, negros y mestizos, que tenían que vivir en situacio-nes de marginación económica y racial. Si analizamos la condi-ción de las mujeres en este cuadro, salta a la vista el hecho de

    que la clase dominante incluye también a mujeres. Aunque tie-nen menos poder que los hombres de su clase, su situación pri-vilegiada las separa nítidamente de las mujeres de los grupos

    dominados. En realidad hay tres ejes que se cruzan en esteanálisis: el factor de clase socio-económica, el factor de raza/ etnia y el factor de género. Para complicar la cosa un pocomás, al interior de cada grupo étnico y cada clase social hayque analizar cómo funciona el factor género dentro del grupo.

    Como en el caso de los esclavos del siglo 19 y su relectura bí-blica, hemos descubierto que el mensaje bíblico del amor y la

    justicia de Dios nos exige unir nuestra perspectiva de génerocon la perspectiva de los grupos más desaventajados. Así que,vamos a leer la Biblia no simplemente con ojos de mujer sinocon los ojos de la mujer pobre, la mujer indígena, la mujer ne-gra. Nos unimos todas para leer la Biblia en comunidad.

    Jesús se retiró a la región de Tiro y Sidón. Una mujer ca- nanea de las inmediaciones salió a su encuentro, gritan- do:

    –¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija su- fre terriblemente por estar endemoniada.

    Jesús no le respondió palabra. Así que sus discípulos seacercaron a él y le rogaron:

    Ojos de mujer y otrosojos en el reverso de lahistoria: género, raza,clase

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    –Despídela, porque viene detrás de nosotros gritando.–No fui enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo deIsrael –contestó Jesús.La mujer se acercó y arrodillándose delante de él, le supli- có: –¡Señor, ayúdame! Él le respondió:–No está bien quitarles el pan a los hijos yechárselo a los perros.–Sí, Señor; pero hasta los perros comen las migajas quecaen de la mesa de sus amos.–¡Mujer, qué grande es tu fe! –contestó Jesús–. Que secumpla lo que tú quieres.

    Y desde ese mismo momento quedó sana su hija.

    Mateo 15.21-28

    Esta mujer pertenecía a una etnia excluida de la historia de Is-rael, y por eso no tenía ningún derecho a reclamarle nada a Je-sús. Los discípulos lo sabían. Siendo extranjera, y además mu-

    jer, solo representaba una molestia para ellos. Veamos el cua-dro desde la perspectiva de ella: no va a dejar que ese dobleobstáculo de etnia y género le impida. Por su persistencia – ysus gritos – logró entrar en diálogo con Jesús, y polemizó conél. Convirtió la respuesta negativa de Jesús en base para unnuevo argumento a favor de su hija, y logró su sanidad.

    El relato enfoca en cada momento la difícil situación de estamujer, y termina con esa exclamación admirada de Jesús: esta

    mujer, una persona doblemente marginada, demostró ser laque más estaba en sintonía con la voluntad de Dios.

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    15/235¿Cómo se hace relecturabíblica con perspectiva degénero?

    Hacer relectura bíblica en

    perspectiva de género

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    1. Descolonizar nuestra mente.

    2. Elaborar las categorías con que vamos a trabajar.

    3. Analizar la exclusión de la mujer de textosandrocéntricos.

    4. Reconstruir la presencia de las mujeres en lostextos.

    5. Poner el texto-y-su-contexto en diálogo connuestro contexto.

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    ¿Cómo se hace

    relectura bíblica enclave de género?

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    Aprendamos a detectar cómo el androcentrismo de nuestra so-ciedad patriarcal ha afectado la interpretación de la Biblia, laelaboración de la teología, las estructuras de las iglesias ... yaun la forma en que pensamos nosotras. Sin este proceso deconcientización, las mujeres seguiremos interpretando la Biblia

    con valores patriarcales internalizados – ¡una especie de "tra-vestismo hermenéutico"! Para evitar eso, tal vez tengamosque reconstruir nuestra propia identidad, valorizando y celebran-do nuestra experiencia de mujer.

    Tradicionalmente, las mujeres de las iglesias no han teni- do ninguna forma de reaccionar cuando se les cita 1 Cor.14.34-35: "las mujeres callen en las congregaciones". Tal

    vez han interiorizado la subvaloración de género como laque se oye cuando una mujer conesa, "Cuando hay hom- bres en una reunión, yo no hablo". Si examinamos hones- tamente nuestra vivencia de mujeres, sin embargo, tene- mos que reconocer que sí valemos. Esto nos impulsará a

    luchar con un texto como este, a buscar más herramien- tas para estudiarlo y para interpretarlo de una maneramás acorde con otras palabras de Pablo en Gá. 3.28: "Ya

    no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; ni hay va- rón ni mujer; porque todos ustedes son uno en Cristo Je- sús".

    Primero

    Descolonizar

    nuestra mente

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    Algunas herramientas útiles para la relectura bíblica son las ca-tegorías de género, clase, raza/etnia. Además, debemos mane-

    jar el análisis de las estructuras patriarcales de la sociedad ylas relaciones asimétricas que establecen. En ese análisis en-tran categorías como el androcentrismo y el lenguaje masculini-zante, supuestamente "universal".

    Ahora podemos estudiar más a fondo 1 Cor. 14.34-35.Nos damos cuenta de que este consejo se produjo en unasociedad patriarcal, en que el sistema de género deníacómo la mujer debía comportarse en una reunión mixta.Los griegos habían elaborado un código de honor que cali- caba de deshonrosa a la mujer que opinara en público oconversara con otro hombre que no fuera su esposo. Pa- blo temía que la discusión general entre hombres y muje- res en el culto de la iglesia de Corinto provocaría escánda- lo entre "los incrédulos". Pablo revela en un párrafo ante- rior (1 Cor. 14.22-25) que esta es su preocupación.

    Segundo

    Elaborar las

    categorías con quevamos a trabajar

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    El discurso que se produce en sociedades patriarcales presen-ta las cosas desde la perspectiva de los varones. A menudo lostextos bíblicos omiten o marginan las acciones y experienciasde las mujeres. Al leer estos textos, preguntemos dónde esta-ban las mujeres, qué hacían y qué pensaban del evento relata-do o el discurso presentado.

    ¿Qué hacían las mujeres de las primeras iglesias? No noscontentamos con la idea de que simplemente se queda- ban calladas. Con base en nuestra propia autovaloracióncomo mujeres, intuimos que las mujeres de aquel tiempo jugaban un rol activo en la vida de las comunidades cristia- nas y en la obra misionera. Aunque la mayor parte de lostextos no hablan de ellas, descubrimos que Pablo mismodelata su importante papel cuando saluda a un buen nú- mero de mujeres colegas al nal de su carta a los roma- nos (Rom. 16.1-15). Las nombra como personas que tra-

    bajan arduamente en la obra, destacando a una de ellascomo apóstol, otra como diácono-ministra, otra como cola- boradora y líder reconocida por todas las iglesias. Aquí te-

    nemos una base bien rme para un próximo paso: recons- truir su presencia de las mujeres en todas las esferas dela iglesia.

    Tercero

    Analizar la

    exclusión de lamujer de textosandrocéntricos

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    Para lograr esto tenemos que investigar sobre la situación so-

    cio-económica, política y religiosa de las mujeres en la épocadel texto. Con esta información de trasfondo procuramos re-construir las actividades de todos los personajes femeninosque han quedado invisibles por causa del carácter androcéntri-co del texto. Intentamos recuperar también la actitud de los va-rones hacia ellas. En esta investigación descubrimos que haypistas dentro del texto, o en otros textos relacionados con él,que señalan algo signicativo acerca de las mujeres.

    En el mismo capítulo 14 de 1 Corintios donde Pablo pidesilencio a las mujeres, exige a mucha otra gente a callarsetambién. Hablando muchos a la vez, se interrumpían unosa otros con su don de lenguas, causando un gran escán- dalo, a juicio de Pablo (1 Cor. 14.23). Dentro de esta esce- na tan desordenada, no nos debe sorprender que algunas

    mujeres contribuyeran también a la confusión. Pero tene- mos otra pista más para la reconstrucción de la presenciade las mujeres en la iglesia de Corinto. Dentro de esta mis-

    ma carta – 1 Cor. 11.2-16 – Pablo habla a mujeres quecumplen un papel de liderazgo en el culto, dirigiendo la pa- labra de profecía a la congregación y ofreciendo oraciónpública. A estas mujeres no les pide que se callen. Respe- ta su rol de protagonistas, y solamente les recuerda que,para ejercerlo, deben cuidar su arreglo personal, usandoalgo en la cabeza, sea un velo o un peinado que recogierasu cabellera encima de la cabeza, de acuerdo con las cos-

    tumbres de la época.Vemos que la presencia de las mujeres en 1 Corintios esmás amplia y más compleja de lo que parece cuando solose lee una pequeña parte de la carta. Si releemos toda lacarta desde una perspectiva de género, podemos descu- brir muchas cosas más.

    Cuarto

    Reconstruir la

    presencia de lasmujeres en lostextos

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    Una vez que hemos logrado entender algo del signicado de

    un texto bíblico dentro de su contexto original, tendremos algu-

    nas pistas para escuchar lo que el texto quiere decir a noso-tros/as hoy.

    A pesar de las limitaciones impuestas por el sistema de géneroen el primer siglo, tanto en Galilea como en las ciudades del Im-perio romano, las mujeres de las primeras iglesias lograronabrir espacios para ejercer su ministerio. Las historias del minis-terio de Jesús les daban un gran respaldo. También contabancon Pablo, quien insistió en varias ocasiones que Dios no haceacepción de personas. Esta realidad bíblica dice mucho paranuestra situación hoy. Nos impulsa a cuestionar las tradicionesen el cristianismo que han tratado de usar la religión para refor-zar un sistema de género que discrimina y excluye a la mujer.

    Quinto

    Poner el texto-y-su-

    contexto endiálogo connuestro contexto

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    ¿Por qué hacemostodo esto?

    Estamos comprometidos/as con la vida de las mujeres. Vemos que muchasveces nuestra sociedad, por medio de mecanismos sutiles o por prácticasburdas, menosprecia y margina a las mujeres.

    Estamos comprometidos/as también con el mensaje bíblico de vida plenapara todas las personas y todo el pueblo. Por eso nos entristece cuando ve-mos que, muy a menudo, las doctrinas y prácticas de las iglesias apoyan elmenosprecio y la exclusión de las mujeres. Sentimos una necesidad urgentede trabajar más con el estudio y la interpretación de la Biblia. Queremos que

    su mensaje contribuya no al sometimiento de las mujeres sino a su promo-ción, con todos los dones que el Espíritu les ha dado.

    ¿Qué es lo que queremos? ... ¡que las mujeres orezcan! Y con ellas, todosu entorno: el hogar, la comunidad, el mundo.

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    xxii

    Irene Foulkes

    © Publicación original: Quito: Consejo Latinoamericano de Igle-

    sias, 2002. Edición especial, San José, Costa Rica, 2014.

    Diagramación e ilustración: Priscila Barredo.

    Se autoriza la copia y reproducción de la totalidad o parte deesta obra, sin ánimo de lucro, para nes educativos y didácti-cos, citando la fuente.

    Irene Foulkes, Ph.D., es biblista, Profe-sora emérita de la Universidad BíblicaLatinoamericana, en San José, Costa

    Rica. Se ha especializado en la ense-ñanza del griego del Nuevo Testamen-to y en la metodología exegética enclave de género. Además de su comen-

    tario exegético-pastoral a Primera de Corintios, Problemas pastora- les en Corinto , Irene Foulkes ha publicado numerosos artículosexegéticos en revistas bíblicas especializadas.