Pontificia Universidad Catlica de ChileFacultad de PsicologaFundamentos Filosficos de la PsicologaInforme de lectura IIAyudante: Joaqun GrezFrancisco Moreno

En el texto meditaciones metafsicas por Ren Descartes, en especfico las ledas, desde las primeras hasta la tercera meditacin, se abordan en cada cual, una temtica particular. La primera se enfoca en la duda general sobre todas las cosas, Descartes pretende reconstruir desde el primer cimiento sus verdades y para eso se ve en la obligacin de desligarse de sus sentidos que evidentemente para l, lo engaan. En la segunda meditacin se profundiza sobre la falsedad de las cosas o quin, como ente maligno, le provoca estos engaos. Meramente le resulta preciso que la nica verdad de la cual puede estar seguro, es de su existir a travs de su pensar. Adems reconoce la naturaleza del cuerpo y del alma como contrarias; una perece y la otra es inmortal. La tercera meditacin tiene como objetivo probar la existencia de Dios, en la cual se toma como argumento principal, el hecho de que si es posible concebir la perfeccin, es necesariamente porque existe aquella perfeccin. Se discute tambin si este Dios es efectivamente un ser malicioso o engaador y al mismo tiempo el origen o provenir de las ideas.La relacin que establecen en la meditacin segunda sobre cuerpo y alma son potencialmente contrarias, la primera en este caso encargada de todo lo relacionado con el exterior, con llenar un vaco, una figura y en contactos fsicamente, como son, el nutrirse y el andar, todas estas caractersticas propias del cuerpo y sin incluir el sentir, ya que en sueos se genera tambin la posibilidad de sentir, aunque no real, ni fsicamente. Mientras que el alma inspecciona el interior del individuo, proporciona la facultad de pensar, y por lo tanto de introspeccin individual la cual nos da el concebir de nuestra propia existencia y de nuestro cuerpo; a lo anterior se le agregar la cualidad de que el alma humana, en contrario con el cuerpo, no perece y se identifica como una substancia pura, proveniente del mismo Dios y por lo tanto con la facultad de ser de naturaleza inmortal.Si este cuerpo que se me entrega en mi origen alberga el espritu residente, y del cual soy consciente de mi imperfeccin y a la vez consciente de mi propia existencia, no es el alma, en su caracterstica de ser de naturaleza inmortal y sin fin, similar a Dios?, no es el alma entonces, un pequeo trozo de divinidad superponindose en un mundo de imperfecciones?, porque no quiz, esa misma razn por la cual existo, y de la idea que reside en ti, de un ser sumamente perfecto, con la que se demuestra la existencia de un tercero denominado Dios, puede ser utilizada para encajar que la misma inmortalidad que reside en nosotros es parte de Dios, o debera ser, el mismo Dios.Esta idea de perfeccin dentro de nosotros no podra ser de otro ente al cual relacionamos sus caractersticas de perfecto, lo que buscamos esta en el interior no fsico de nosotros, extremadamente raro y sutil, como un viento, una llama o un delicado ter, difundido por mis otras partes ms grotescas. (pg. 13. prr. 2), en estos atributos del alma se escondera el verdadero mensaje del alma o espritu en cuestin. Si bien los cuerpos los podemos concebir no por la imaginacin ni por los sentidos, sino que solo porque los concebimos en el pensamiento, se entonces con plena claridad que nada me es ms fcil de conocer que mi espritu (pg. 17. prr. 3), Descartes logra esta lgica de conocimiento de su espritu, pero segn el razonamiento de la naturaleza del alma, no pueden convivir dos o ms entidades con el poder divino, seran menos perfectas que Dios, pues nada puede imaginarse ms perfecto a l, y ni siquiera igual a l. (pg. 25. prr. 3), por lo tanto hace sentido que la misma alma o el mismo espritu esconda en su esencia la identidad como Dios a partir de su naturaleza como inmortal.El nacimiento en este caso solo nos dara otro residente para que nuestras almas vuelvan a residir en otro lugar o tiempo, ya que como bien plantea Descartes, Y si me hubiera dado a mi mismo lo ms difcil, mi existencia, no me hubiera privado de lo ms fcil, a saber: de muchos conocimientos de que mi naturaleza no se halla provista (pg. 25. prr. 4), lo que en relacin a lo anterior, nuestra alma no tiene la facultad para decidir conservarse a s misma, ya que esto corresponde al mundo fsico, el cual solo el cuerpo tiene acceso al l, por eso a travs de otros humanos se originan nuevas oportunidades de vida, y a su vez no contamos con el conocimiento infinito de las almas, porque este conocimiento ya est dentro de nosotros, el conservador del conocimiento es la misma alma, y esa nocin de la perfeccin est impresa dentro de nosotros no por la existencia de un tercero llamado Dios omnipotente, si no porque reside dentro de nosotros y al ser de una naturaleza distinta, como por ejemplo, la del cuerpo, no podemos ejercer control sobre su conocimiento, solo tener la nocin de su existencia. Es por esto que existe esa advertencia de la imperfeccin de tu propia naturaleza, esa idea de un ser ms perfecto no reside en otro lugar que no sea en ti mismo, cuando Descartes habla sobre que tengo antes en mi la nocin de lo infinito que la de lo finito: antes la de Dios que la de m mismo (pg. 24. prr. 2), el adverbio antes se puede tomar de una forma ms literal que la de la oracin, para la cual el alma justamente ha venido de antes de la conjuncin con un cuerpo, y por lo tanto siempre va a haber antes una nocin de ella que la de una realidad meramente fsica.

Referencia sobre las Meditaciones:http://www.mercaba.org/Filosofia/Descartes/med_met_alfaguara.PDF

Por problemas en la fotocopiadora use esa versin, que es la misma traduccin y edicin, solo que tiene distintas las paginas y prrafos.