identificación, identidad y derechos lingüísticos en el perú

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Identificación, identidad y derechos lingüísticos en el Perú La Escuela Registral realizó, el miércoles 16 de setiembre, el conversatorio “Identificación, identidad y derechos lingüísticos en el Perú” en el auditorio institucional, el cual contó con la presencia de Elena Burga, directora de la DIGEIBIRA del Ministerio de Educación, Agustín Panizo, director de Lenguas Indígenas del Ministerio de Cultura y Guillermo Nugent, director de la Escuela Registral. Elena Burga, directora de la DIGEIBIRA del Ministerio de Educación, señaló que actualmente no se visibiliza a una población importante de pueblos originarios, con derechos colectivos y para los peruanos no queda claro quiénes son. ¿Quiénes son los indígenas, quiénes son los sujetos de derecho en los pueblos indígenas?, se preguntó. Agregó que en los últimos censos, desde la década del 40, no se incluye ninguna pregunta que tenga que ver con la identificación étnica, sólo se alude a la lengua materna. En el censo del 2007, el 16%, cuatro millones y medio de personas, reconoció tener una lengua originaria como lengua materna. La lengua es lo más concreto para ver el tema de la identidad étnica, apuntó. Sin embargo, en la última Encuesta Nacional de Hogares, el 33% de la población entrevistada se reconoció como parte de un pueblo originario. Burga se preguntó ¿a quién se le ofrece educación intercultural bilingüe (EIB)? Hay un millón 490 mil peruanos que tienen una lengua originaria como primera lengua. ¿Dónde están esos niños que requieren la EIB? Anteriormente no había información sobre en cuáles escuelas hay necesidad de la EIB. Ahora sabemos que hay 21 mil escuelas que atienden a estudiantes indígenas que deberían recibir la educación intercultural bilingüe (más del 80% en el campo). Esta información nos ha permitido tener variantes respecto de la EIB, diferenciando aquellas zonas rurales en la que la lengua originaria es la primera lengua de aquellas en las que se está perdiendo. Entonces, lo que está haciendo en la DIGEIBIRA es diversificar la oferta pedagógica de la EIB para atender mejor estos diversos escenarios socioculturales y lingüísticos que ahora caracterizan a nuestro país, que están en constante cambio: actualmente, el fenómeno que está ocurriendo es que los niños de cuarto o quinto grado de las escuelas asháninkas hablan en su lengua originaria, mientras que los niños menores que ingresan a la escuela tienen como primera lengua el castellano. Burga reconoció la importancia del registro bilingüe que ha empezado el Reniec como un avance fundamental, políticamente potente, ya que fortalece la identidad de los pueblos originarios. No somos aún conscientes como país de lo que implica este reconocimiento que también es una forma de ejercer los derechos lingüísticos, remarcó. La DIGEIBIRA actualmente está elaborando el mapa etnolingüístico y el registro de pueblos y lenguas para poder oficializar las lenguas ahí donde predominen y que el Estado haga uso de esas lenguas en distintas instituciones del Estado, por ejemplo para que los shipibos puedan ser atendidos en el Banco de la Nación en su lengua originaria o para que en las comisarías de Apurímac la atención sea en quechua.

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La Escuela Registral realizó, el miércoles 16 de setiembre, el conversatorio “Identificación, identidad y derechos lingüísticos en el Perú” en el auditorio institucional, el cual contó con la presencia de Elena Burga, directora de la DIGEIBIRA del Ministerio de Educación, Agustín Panizo, director de Lenguas Indígenas del Ministerio de Cultura y Guillermo Nugent, director de la Escuela Registral.

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Page 1: Identificación, identidad y derechos lingüísticos en el Perú

Identificación, identidad y derechos lingüísticos en el Perú

La Escuela Registral realizó, el miércoles 16 de setiembre, el conversatorio “Identificación,

identidad y derechos lingüísticos en el Perú” en el auditorio institucional, el cual contó con la

presencia de Elena Burga, directora de la DIGEIBIRA del Ministerio de Educación, Agustín Panizo,

director de Lenguas Indígenas del Ministerio de Cultura y Guillermo Nugent, director de la Escuela

Registral.

Elena Burga, directora de la DIGEIBIRA del Ministerio de Educación, señaló que actualmente no se

visibiliza a una población importante de pueblos originarios, con derechos colectivos y para los

peruanos no queda claro quiénes son. ¿Quiénes son los indígenas, quiénes son los sujetos de

derecho en los pueblos indígenas?, se preguntó. Agregó que en los últimos censos, desde la

década del 40, no se incluye ninguna pregunta que tenga que ver con la identificación étnica, sólo

se alude a la lengua materna. En el censo del 2007, el 16%, cuatro millones y medio de personas,

reconoció tener una lengua originaria como lengua materna. La lengua es lo más concreto para ver

el tema de la identidad étnica, apuntó. Sin embargo, en la última Encuesta Nacional de Hogares, el

33% de la población entrevistada se reconoció como parte de un pueblo originario.

Burga se preguntó ¿a quién se le ofrece educación intercultural bilingüe (EIB)? Hay un millón 490

mil peruanos que tienen una lengua originaria como primera lengua. ¿Dónde están esos niños que

requieren la EIB? Anteriormente no había información sobre en cuáles escuelas hay necesidad de

la EIB. Ahora sabemos que hay 21 mil escuelas que atienden a estudiantes indígenas que deberían

recibir la educación intercultural bilingüe (más del 80% en el campo).

Esta información nos ha permitido tener variantes respecto de la EIB, diferenciando aquellas zonas

rurales en la que la lengua originaria es la primera lengua de aquellas en las que se está perdiendo.

Entonces, lo que está haciendo en la DIGEIBIRA es diversificar la oferta pedagógica de la EIB para

atender mejor estos diversos escenarios socioculturales y lingüísticos que ahora caracterizan a

nuestro país, que están en constante cambio: actualmente, el fenómeno que está ocurriendo es

que los niños de cuarto o quinto grado de las escuelas asháninkas hablan en su lengua originaria,

mientras que los niños menores que ingresan a la escuela tienen como primera lengua el

castellano.

Burga reconoció la importancia del registro bilingüe que ha empezado el Reniec como un avance

fundamental, políticamente potente, ya que fortalece la identidad de los pueblos originarios. No

somos aún conscientes como país de lo que implica este reconocimiento que también es una

forma de ejercer los derechos lingüísticos, remarcó.

La DIGEIBIRA actualmente está elaborando el mapa etnolingüístico y el registro de pueblos y

lenguas para poder oficializar las lenguas ahí donde predominen y que el Estado haga uso de esas

lenguas en distintas instituciones del Estado, por ejemplo para que los shipibos puedan ser

atendidos en el Banco de la Nación en su lengua originaria o para que en las comisarías de

Apurímac la atención sea en quechua.

Page 2: Identificación, identidad y derechos lingüísticos en el Perú

Agustín Panizo, Director de Lenguas Indígenas del Ministerio de Cultura, manifestó que en el Perú

hay 47 lenguas originarias de las cuales 26 son consideradas vitales. Señaló que la misión de su

Dirección es implementar los derechos lingüísticos que se encuentran precisados en la Ley de

Lenguas ya que es de interés nacional el uso y preservación de las lenguas originarias. De otro

lado, indicó que las lenguas en extinción requieren atención prioritaria y que lengua oficial

significa que la administración estatal la hace suya y la implementa progresivamente, lo que

implica que el Estado monolingüe se transforme en un Estado multilingüe.

Es obligación del Estado que todos los servicios públicos se den en lengua originaria –remarcó– y

contó que hay distritos en los que el porcentaje de población que se comunica en lengua originaria

supera el 90 por ciento. La situación actual es que el Estado se presenta ante esas poblaciones

como un Estado monolingüe, lo que lo constituye en el principal discriminador lingüístico.

Empero, –agregó Panizo– el Ministerio de Educación está normalizando los alfabetos para

promover la lectoescritura de las lenguas originarias, y que esta no se quede solo en el ámbito

educativo y pase a todas las instancias oficiales. Asimismo, ante una situación en la que la mayoría

de la población indígena no lee ni escribe en su propia lengua, se están divulgando versiones

orales de la Ley de Lenguas.

Panizo señaló que el Censo del 2007 informa de un 13 a 16 por ciento de la población que

aprendió a hablar en una lengua originaria, pero que la cifra es mucho mayor porque mucha gente

aprendió a hablar con las dos lenguas a la vez, el castellano y la lengua originaria. Además, aún se

mantiene la vergüenza de hablar en su propia lengua; no es que haya aumentado el número de

hablantes sino que las campañas de orgullo lingüístico han generado que aumente el número de

hablantes que reconocen hablar en una lengua originaria.

“Haciendo un cruce con el MIDIS hemos llegado a una cifra de 9,6 millones de personas que

interactúan diariamente con hablantes de lenguas originarias, vale decir la tercera parte de la

población peruana. Lima es quechua, medio millón de hablantes de quechua viven en Lima, solo

que están en silencio”, agrega. Ante esta realidad, la Dirección de Lenguas Indígenas ha

acreditado a 250 intérpretes en 35 lenguas originarias. Ahí hay un conjunto de mediadores entre

el Estado y los pueblos que funcionan como intérpretes o traductores. La consecuencia es que el

13 de marzo se dictó la primera sentencia judicial de nuestra historia íntegramente en aymara. El

30 de marzo, a su vez, se dictó la primera sentencia judicial en quechua y el 17 de agosto en

awajún. “Con estas noticias uno no sabe si festejar o llorar”, afirma Panizo, “porque es un logro,

pero qué tarde. Cuánta gente tenemos presa que ha sido juzgada en una lengua que no entendía”.

Panizo indicó que ha presentado a Reniec una propuesta de doble ortografía inicial del nombre

para los documentos de identidad. Indica que la predominancia del nombre oficial en castellano es

la imposición del pueblo mestizo castellano hablante sobre el resto de pueblos del Perú. El

resultado de esa imposición es que veamos una imposición como algo natural. La apertura a las

lenguas originarias nos presenta el reto de cómo asumimos la antroponimia de esos pueblos.

Reniec hizo la propuesta de las equivalencias que sigue el modelo alemán: por ejemplo, el matsés

tiene grafías que no constan en el sistema de grafías de Reniec. La propuesta es la equivalencia: la

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grafía de la i con palito de la lengua originaria consensuadamente se reemplaza por otras grafías

que sí reconoce el Reniec. La ventaja de esta propuesta es que se da una solución rápida y como

Estado tenemos que garantizar la cobertura de derechos del ciudadano. La desventaja es la

duplicidad de formas ortográficas, el nombre escrito en dos formas: ¿cuál es la que vale, la que va

a permanecer? Panizo indica que desde el Ministerio de Cultura están promoviendo que se

respeten las formas ortográficas. En Rusia, por ejemplo, el pasaporte, el nombre en el documento

de identidad está escrito en los dos alfabetos: el latino y el sirílico.

En el caso del pasaporte chino, el nombre está escrito en ideogramas chinos y en el alfabeto

latino. La propuesta es que dado que en el Perú las lenguas indígenas son cooficiales, sus alfabetos

también lo sean, por lo tanto se justifica en el DNI la presencia de las dos variantes del nombre. La

primera variante es el nombre escrito con equivalencias que reemplazan a las grafías del alfabeto

consensuado con la población originaria, y la segunda variante es el nombre escrito en el alfabeto

consensuado de la población originaria. Estas dos formas deben ser igualmente válidas para el

reconocimiento de la identidad. La primera variante tendría validez nacional e internacional,

mientras que la segunda solo tendría validez nacional. Esta solución pasa por que el Reniec amplíe

su sistema de grafías y también los demás sectores del Estado. “Quizá algunas grafías son muy

complicadas pero se podría llegar a un punto medio, y algunas grafías sean incorporadas, por

ejemplo la i central o la i con palito. Pero así como las poblaciones ceden, el Estado también tiene

que ceder”, finaliza Panizo.

Guillermo Nugent, director de la Escuela Registral, planteó que el tema de los derechos lingüísticos

es muy importante planteado desde el Estado. Para ello es necesario distinguir una diferencia

muy trivial entre hablar una lengua y escribirla. El Estado es un artefacto de escritura, lo que es

evidente en el caso del Reniec, que incorpora a los ciudadanos en el mundo de la escritura vía un

acta de nacimiento, un acta de matrimonio y el inevitable acta de defunción. Nugent señala que

desde el Reniec nos planteamos cómo abordar la diversidad lingüística del Perú, y lo estamos

haciendo desde el punto de vista de la escritura.

Se pregunta cómo se discutía el tema de la diferencia cultural en el siglo XIX. La referencia a los

indios, especialmente en la obra de Francisco García Calderón y de Juan Bustamante es que eran

una absoluta mayoría obligada a trabajar gratis y que además tenían que pagar el tributo indígena.

“A nadie le gusta trabajar gratis” sentencia Nugent. No había ningún reconocimiento de

ciudadanía. Indios eran los que no eran criollos, los que estaban fuera de la escritura. El

progresivo reconocimiento de los ciudadanos por parte del Estado significa que la escritura va

avanzando. Si actualmente el 98% de la población está identificado, significa que ese porcentaje

de la población está en el mundo de la escritura. Respecto a la diversidad lingüística del Perú, hay

un desfase histórico: la Ley de Lenguas recién aparece en el 2011.

En el Reniec se están rescatando los nombres originarios mediante los tesoros de nombres. Ya se

publicaron los tesoros quechua, awajún, el wampi está en proceso de validación y el aymara en

preparación.

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Nugent propuso que el bilingüismo sea efectivo a nivel nacional y que en los billetes, tal como es

en Paraguay, estén escritos en dos idiomas.