hurtado, alberto, el deber de la universidad

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  • 7/31/2019 Hurtado, Alberto, El Deber de La Universidad

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    El deber de la universidad (San Alberto Hurtado)

    Misin social del universitario VI

    Universidad Catlica de Chile, junio de 1945

    No me extender en la enumeracin de los grandes principios que constituyen las

    bases de un orden social cristiano: los encontrareis en las Encclicas. Quiero referirme a la

    misin especfica del universitario frente a ellos.

    Antes que nada, una palabra de crtica, no tanto a la concepcin terica de la

    Universidad, sino a la manera como, de hecho, se la comprende en la vida cotidiana,

    principalmente en nuestros pases llamados de orientacinprctica. El que viene a la

    Universidad no espera recibir de ella sino la enseanza de una profesin que le permita

    ganarse la vida. La aspiracin de la mayor parte del alumnado universitario, y ojal no sea

    compartida por buena parte del profesorado, consiste en capacitarse para resolver

    problemas de su profesin frente a sus clientes. Felizmente hay excepciones muy honrosas

    y nos gloriamos de contar con profesores y alumnos que tienen una concepcin mucho ms

    amplia de la vida universitaria, de la misin de la Universidad.

    La Universidad debe ser el cerebro de un pas, el centro donde se investiga, se

    planea, se discute cuanto dice relacin al bien comn de la nacin y de la humanidad. El

    universitario, que est llamado a ser cerebro, se contenta con ser brazo o boca. El

    universitario debe llegar a adquirir la mstica de que en el campo propio de su profesin no

    es slo un tcnico, sino el obrero intelectual de un mundo mejor.

    La gran tragedia del catolicismo es que tenemos doctrinas generales hermosas,

    claras y ntidas, pero que hace falta una sntesis de la doctrina con la realidad de nuestro

    derecho, de nuestra economa, de nuestra cultura, de nuestra raza, en forma que esas

    doctrinas se transformen en un proyecto armnico y coherente.

    Nos falta proponer soluciones concretas y precisas que aterricen las grandes sntesis

    doctrinarias y se transformen en medidas bien estudiadas, que permitan la redencin real de

    nuestros obreros. Y aqu cada facultad tiene su campo propio, su terreno de investigacin.

    Las Leyes, una concepcin humana del derecho del trabajo y de la legislacin sobre la

    propiedad; el derecho internacional, visin de nuestros reales intereses; la Ingeniera,

    soluciones de gran envergadura del problema de la vivienda, de la educacin profesional y

    tcnica; la Arquitectura, la concepcin y divulgacin de un criterio humano de vivienda,sobria, hermosa, en funcin del nivel humano del pas; la Agronoma, el enfoque de los

    grandes problemas de irrigacin, acceso al cultivo de nuestras tierras, orientacin humana

    de nuestros cultivos que responden a una economa nacional; la Medicina, tanto problema

    relativo a nuestra salubridad nacional, diettica, alcoholismo, medicina preventiva.

    Pero, sobre todo, hace falta una escuela de ciencias econmicas y sociales, la que no

    sea slo transmisin de conceptos sociales, repeticin de lo que los libros ensean sobre

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