gustavo Álvarez - mate cosido bandido de los pobres

Gustavo Álvarez

Mate CosidoEl bandido de los pobres

PREMIO DE HISTORIA“DR. JUAN ÁLVAREZ”

2006

Rosario, 2007

ISBN: 978-987-1304-13-4

Rosario, 2007

Gustavo Álvarez

Mate CosidoEl bandido de los pobres

PREMIO DE HISTORIA“DR. JUAN ÁLVAREZ”

2006

Fecha de catalogación en fuente: 04/04/2007

Tirada: 1500 ejemplares

Composición y diseño: Prohistoria EdicionesEditing: Prohistoria EdicionesDiseño de Tapa: Gonzalito Bergessio

TODOS LOS DERECHOS REGISTRADOSHECHO EL DEPÓSITO QUE MARCA LA LEY 11723

© prohistoria edicionesTucumán 2253, S2002JVA ROSARIO, ArgentinaEmail: [email protected]: www.prohistoria.com.ar

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ISBN 978-987-1304-13-4Impreso en la Argentina – Printed in Argentina

Álvarez, GustavoMate cosido, el bandido de los pobres. - 1a ed. Argentina - Rosario: Fundación La Capital y

Prohistoria Ediciones, 2007, 110 p. ; 23 x 16 cm. (Premio de Historia Juan Álvarez; 1)

ISBN 978-987-1304-13-4

1. Historia Regional. I. Título

CDD 303.6

ÍNDICE

Presentación ........................................................................................9

Agradecimientos ...............................................................................11

Capítulo 1El bandolerismo social ......................................................................17

Capítulo 2Mate Cosido: entre el mito y la historia ..........................................25

Capítulo 3Una historia de vida .........................................................................33

Capítulo 4La Banda ...........................................................................................53

Capítulo 5Mate Cosido, su banda, los agentes y la prensa ..............................71

Capítulo 6Consecuencias obligadas: la Gendarmería Nacional ......................81

Conclusiones .....................................................................................87

Apéndice Documental ......................................................................93

Fuentes y Bibliografía .....................................................................103

PRESENTACIÓN

Rosario es sinónimo hoy, de crecimiento sin pausas, de presentepujante y complejo, de futuro venturoso. Pero esta actualidad quedeslumbra, pese a los claroscuros que aún pinta la desigualdad so-cial, debe ser pensada como posible sólo en virtud de que la sustentael más vigoroso de los pasados.

Dicho pretérito, sustentado en el trabajo constante de su gente ysurgido de la fértil semilla que constituyó la inmigración europea,nos habla de una remota villa colonial que se volvió ciudad y ya escasi metrópoli. Aquellos días fundacionales se confunden con elmismo nacimiento del diario La Capital, que desde 1867 viene sien-do relator y también ineludible protagonista de la gesta rosarina.

Y es justamente en función de dicho afán por hacer, además decontar, que el Decano de la Prensa Argentina desde la Fundaciónque lleva su nombre, ha puesto en marcha el Premio Anual de His-toria Regional “Juan Alvarez”, así denominado en homenaje a quienfuera el más ilustre de los referentes locales en tan crucial disciplinahumanística. El objetivo del concurso es rescatar la historia de laciudad y la región, fomentando la participación de la sociedad en laproducción de pensamiento original y salvar del olvido a aquel quepermanezca inédito.

La ciudad que trabaja duramente, la que crece a lo ancho tantocomo a lo alto, la que comercia, exporta, produce y lucha día tras díaen la dura cotidianidad de la Argentina es la misma que piensa, escri-be, pinta, canta, actúa, milita. Esa Rosario que tantos nombres devalor ha dado al país es también la que necesita y merece la crónica yel análisis. Verse reflejada sin pausas en el unívoco espejo de la historia.

Ojalá esta iniciativa, que intenta reunir pasado con presente y aambos con el porvenir, contribuya a fortalecer aún más la cada vezmás fuerte identidad regional.

Dr. Daniel VilaPresidente de Fundación La Capital

AGRADECIMIENTOS

Quiero agradecer a Marta Díaz por su constante apoyo para quetermine este trabajo; a Élida Sonzogni por la dirección del mismo ya Sandra Fernández por sus comentarios. Todo mi reconocimientopara las instituciones y personas que me concedieron material docu-mental, bibliográfico y se brindaron cordialmente para realizar unaserie de entrevistas con las que logré articular la investigación. Enprimer lugar, a Gendarmería Nacional y a la gestión del Comandan-te Jouvalet y del Comandante San Julián: el personal del Archivo mepermitió la reproducción de las fuentes. A Mary, mi tía-madre, queconsiguió llaves para abrir puertas cerradas. Al amigo entrañable yconsejero fiel, el antropólogo Héctor Sarmiento, y a Bety; ambossiempre fueron un faro en la oscuridad y un permanente libro abier-to. Al compañero antropólogo Socorso “Nino” Volpe, por su ayu-da desinteresada en la selección fotográfica.

Quiere agradecer también al jurado que me da la posibilidad deeditar este trabajo reconocido por la primera convocatoria del pre-mio “Juan Álvarez”, intelectual de nuestra ciudad de Rosario con elque comparto el apellido y cierta visión del compromiso, aunque nome una ningún vínculo familiar. Para los historiadores, es importan-te que nuestra ciudad y nuestra provincia recupere su memoria.

Las personas entrevistadas, cuyos nombres consigno al final deeste trabajo, me dieron su consentimiento para registrar las conver-saciones mantenidas a lo largo de los años 1995 a 1997. GabrielaDalla Corte me ayudó en forma permanente en la edición final deltexto, y desde que la conocí allá por aquellos años de la Universidadse transformó en una inseparable hermana en la vida. A JuanBastianelli, por sus consejos, por su sincera amistad y por acompa-ñarme en algunas aventuras.

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Dedico este trabajo a mis hijos Catriel y Priscila; a mi mamáRaquel; a Carina, la compañera que elegí para vivir; a mis familiaresy amigos que colaboraron de distintas formas. Pero muy especial-mente a mis abuelos, Justo Samuel Álvarez y Natividad Ortiz, y aRulito Álvarez, el tío abuelo aventurero quien de este tema sabíamás detalles de lo que muchos suponen.

El interés por esta historia se originó cuando era un niño, al es-cuchar los relatos de mi abuelo Samuel, para quien Mate Cosido se-guía siendo, muchos años después de su muerte, una especie de hé-roe justiciero al estilo de Robin Hood.

Gustavo ÁlvarezMarzo de 2007

13Mate Cosido, el bandido de los pobres

BANDIDOS RURALES(León Gieco y Hugo Chumbita)

Nacido en Santa Fe, 1894, cerca de Cañada, de inmigrantesitalianos

Juan Bautista lo llamaron de apellido Vairoletto,Bailarín sagaz, desafiante y mujeriego

Winchester en el recado, dos armas cortas también,Un cuchillo atrás y un caballo alazán

Raya al medio, con pañuelo, tatuaje en la pielQuedó fuera de la ley, quedó fuera de la ley.

Se enamoró de la mujer que pretendía un policía,Lo golpeó, lo puso preso un tal Farach Elías.

“Andate de Castex”, le dijo, “aquí tenemos leyes”Corría el año 1919.

Antes de irse fue al boliche a verlo al fulano, con un 450 belga,revolver en mano. Le agujereó el cuello y lo dejó tirado ahí,

Ahora sí fuera de la ley, ahora sí fuera de la ley.

Bandidos rurales, difícil de atraparles,Jinetes rebeldes, por vientos salvajes.

Bandidos rurales, difícil de atraparles,Igual que alambrar estrellas en tierra de nadie

Por el mismo tiempo hubo otro bandoleroPor hurtos y vagancia, diecinueve veces preso.

Al penal de Resistencia lo extradita el ParaguayAllí conoce a Zamacola y Rossi por el 26.

1897, en Monteros, Tucumán,el día 3 de marzo lo dan por bien nacido

Segundo David Peralta, alias “Mate Cosido”También fuera de la ley, también fuera de la ley.

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Entre Campo Largo y Pampa del Infierno,El pagador de Bunge y Born le dá 6.000 por no ser muerto

Gran asalto al tren del Chaco, Monte de Saénz Peña.Anderson y Clayton, firma algodonera

45.000 a Dreyfus le sacaron sin violenciael gerente Ward, de Quebrachales,

13.000 le entrega.Secuestro a Negroni, Garbarini y Berzón

Resistió fuera de la ley, resistió fuera de la ley.

Vairoletto cae en colonia San Pedro de AtuelEl último balazo se lo pega el

Vicente Gazcón, gallego del 62, con su vidaEn Pico, pagó aquella traición.

Sol, arena y soledad, cementerio de Alvear,En su tumba hay flores, velas y placas de metalEl último romántico lo llora Telma, su mujerMuere fuera de la ley, muere fuera de la ley.

No sabrán de mí, no entregaré mi cuerpo heridoQuitilipi, Machagai…¿dónde está “Mate Cosido”?

Corría el 36 y lo quieren vivo o muerto2.000 de recompensa, se callan los hacheros.

Logró romper el cerco de Solveyra, un torturadorDe Gendarmería que tenía información.

Hermínia y Ramona dudan que lo hayan matadoA este fuera de la ley, a este fuera de la ley

En un lugar neutral creo que en Buenos Aires,Se conocen dos hermanos, de este barro

De esta sangre.Dejan un pedazo de pasado aquí sellado

Y deciden golpear al que se roba el quebrachal.Por eso las dos bandas, cerquita de Cote Lai,


Mataron a un tal Mieres, mayordomo de la ForestalSe rompió el silencio en balas, robo que no pudo ser

Dos fuera de la ley, los dos fuera de la ley

Martina Chapanay, bandolera de San JuanJuan Cuello, Juan Moreira, Gato Moro y Brunel,El Tigre de Quequén, Guayama y Bazán Frías,Barrientos y Velázquez, Calandria y Cubillos

Gaucho Gil, José Dolores, Gaucho Lega y AlarcónBandidos populares de leyenda y corazón

Queridos por anarcos, pobres y pupilas de burdel,Todos fuera de la ley, todos fuera de la ley

Bandidos rurales, difícil de atraparles,Jinetes rebeldes, por vientos salvajes.

Bandidos rurales, difícil de atraparles,Igual que alambrar estrellas en tierra de nadie

CAPÍTULO 1

El bandolerismo social

Este trabajo se inscribe en un debate mayor que es la conformaciónde un sector dominante a nivel nacional y regional y su relación conlos sectores subalternos. En la Argentina, la década de 1930 se carac-terizó por una serie de importantes transformaciones en su estruc-tura socioeconómica, ya que la economía nacional basada en la ex-portación de productos agropecuarios, tuvo que adaptarse a un nuevocontexto internacional al sufrir los embates de la crisis económicamundial que terminó por desorganizar los patrones de intercambiodel comercio vigente entre las naciones. En ese modelo, Argentinase mantenía como productora de materias primas orientadas hacia laexportación e importando al mismo tiempo manufacturas de lospaíses centrales.

En ese contexto se produjeron transformaciones en la composi-ción de los diversos grupos sociales que conformaban la sociedadargentina. La situación de crisis afectó, paralelamente, las formas derepresentación política y el Estado asumió un papel diferente al quelo había caracterizado antes: intervino de manera dinámica y directaen las cuestiones económicas y sociales.

Durante la década de 1930 se operó un marcado dinamismo encuanto a la gran inversión de capitales provenientes de los EstadosUnidos, Alemania, Francia, Bélgica e Inglaterra. Esas inversiones seorientaron estratégicamente a diversos sectores productivos, y favo-recieron el desarrollo de la industrializa por sustitución de importa-ciones. Se interesaron en las actividades agropecuarias y textiles, elcomercio y las finanzas, así como en las nuevas actividades econó-micas, es decir, la producción industrial y la construcción. Este cre-cimiento fue notoriamente constante entre 1931 y 1940.

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Esta nueva situación configuró una realidad en la cual el des-equilibrio entre los sectores sociales se hizo más nítido. Mientras elcosto de vida tendía a aumentar, los salarios disminuyeron o se man-tuvieron muy bajos. Este modelo de acumulación se sustentó en laincorporación masiva de fuerza de trabajo en condiciones precariase inestables. El resultado fue una creciente acumulación de riquezapara los sectores dominantes de la economía capitalista en expan-sión. Para los sectores que dependían de un salario para sobrevivir,en cambio, no se beneficiaron ni de la redistribución de ingresos nide mejoras en las condiciones de trabajo.

Por supuesto, si esta situación de tanta precariedad la vivían lostrabajadores de las grandes ciudades del país, los drásticos embatesde esta transformación los vivieron los trabajadores de las zonas ru-rales, especialmente en aquellas regiones en las que se asentaron loscapitales extranjeros. Las economías regionales que algunos auto-res, como Zarrilli (2004), han calificado de “marginales”, como fueel caso del noreste argentino, se incorporaron a través de la produc-ción algodonera (Girbal-Blacha, 2004) y tabacalera, o a través de laexplotación extractiva del quebracho (Guerrero, 2000). Roa Bastos,para el caso del Chaco paraguayo, lo dejó consignado en su famosolibro Hijo de Hombre.

El Estado Nacional fue el pivote principal que se erigió comosistema de dominación para asegurar la construcción de este nuevoorden. Fue el garante fundamental de las relaciones capitalistas deproducción por su capacidad de orientar las respuestas de los secto-res sociales ligados a la producción. Esta época tuvo el corolario deestar marcada por el signo político de la Ley marcial, el estado desitio y la represión dirigida hacia el movimiento obrero organizado,nucleado en el movimiento sindical cuyos orígenes fueron de ex-tracción anarquista, socialista y, posteriormente, comunista. Hay queseñalar, además, que la preponderancia de los sectores oligárquicosque dominaron la Argentina se puso de manifiesto con la restaura-ción conservadora de partir de los años ’30. La década se inaugurócon un golpe de Estado contra el gobierno legítimo de Hipólito


Yrigoyen, que había sido elegido por sufragio universal masculino,secreto y obligatorio, siguiendo los lineamientos de la Ley SaenzPeña.

Ante esta situación de irrupción violenta del sistema capitalistaen expansión, podemos deducir que el bandolerismo social fue unareacción espontánea e individual frente a la violencia ejercida desdearriba, la que genera al mismo tiempo una miseria creciente que recaesobre los sectores sociales.

El bandolerismo social fue una respuesta emergente de corte in-dividual contra el orden establecido, que apareció en particularescondiciones geográficas como en las zonas marginales de la fronterainterna del país (Gullón Abao, 1993). Allí, el aislamiento, el atraso ola injusticia, junto a la rigidez social que actuó como detonante polí-tico y a falta de válvulas de escape, provocó la aparición de distintasclases de bandoleros, entre ellos, los bandoleros sociales, en áreasque el Estado calificó de “desérticas” (Wright, 1998).

Los bandoleros sociales no son delincuentes comunes:transgreden los límites impuestos por el Estado, y en general viven yactúan en su comunidad campesina. Muestran que existe un claroenfrentamiento entre dos modelos contrapuestos, el Estado Nacio-nal, que es percibido como un elemento exógeno, frente a la comu-nidad de referencia tradicional.

El historiador ingles Eric Hobsbawm ha desarrollado una vastainvestigación sobre el bandolerismo social desarrollado en diversaszonas del mundo, especialmente en el continente europeo.Hobsbawm ha tomado casos cuyas características generales de com-portamiento son curiosamente similares, existiendo también nota-bles coincidencias en la forma en que los bandoleros desaparecieronfísicamente, generalmente producto de la traición de los colabora-dores más cercanos. Al mismo tiempo, esos hombres hicieron mellaen la historia de varios países del viejo continente, como SalvatoreGiuliano en la isla de Sicilia que saltó a la fama, mucho después de sumuerte, a través de la famosa novela de Mario Puzzo “El Siciliano”;

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como Diego Corrientes en España o hasta el propio Robin Hood,cuya existencia en la historia anglosajona nadie discute y, al mismotiempo, sirve como marco referencial obligatorio cuando llega elmomento de realizar algún tipo de comparación.

Según Hobsbawm,

“El bandolerismo social ha ejercido, a lo largo de los siglosuna persistente atracción en amplios sectores populares. Noen vano, en el pasado y en tiempos muy recientes, en Europa,Asia y América, las irritantes diferencias sociales y económi-cas han sólido generar –como contrapunto a tanta injusticia–la figura, a veces muy arraigada en el pueblo, del bandolerosocial... el bandolerismo es una forma mas bien primitiva deprotesta social organizada, acaso la más primitiva que conoce-mos” (Hobsbawm: 1976).

El bandolerismo es social cuando quienes lo practican respetanlas normas de justicia y códigos de convivencia emanados por la pro-pia comunidad en la cual se encuentran insertos, al margen de laopinión y de los dictados de aparatos ideológicos y represivos delEstado.

Algunos autores han señalado que la sociedad campesina tradi-cional ha sido de alguna manera excluida por la “otra” sociedad: elbandolero social, según el planteo de Eric Hobsbawm, no se plantearealizar una revolución social que tienda a cambiar las estructurasexistentes. Solamente trata de sobrevivir y encontrar un espacio, enel esquema tradicional de la sociedad campesina. Se encuentra justi-ficado su proceder porque carece de ambivalencias ya que bajo nin-gún aspecto quiebra las normas establecidas.

El bandolerismo social tiene carácter organizativo, y su patrónde comportamiento se basa en códigos comunes, compartidos entrequienes forman parte de la banda. A diferencia de la delincuenciacomún, ataca a los poderes económicos y sus objetivos son de carác-


ter redistributivo bajo presupuestos de justicia social. La delincuen-cia común no busca redistribuir la riqueza, más allá de quienes for-man parte del grupo. En este sentido, no se puede llamar bandolerosocial a quien roba o asesina a integrantes de su misma condiciónsocial. Aunque puede ocurrir, como ha señalado Hobsbawm, que elbandolero social se vea impelido a cometer delitos comunes, en ca-sos concretos: “lo peor que puede acontecerle a un bandolero”, haseñalado el historiador inglés, “es quedar cortado de su fuente deabastecimiento locales, porque entonces se ve realmente obligado arobar y hurtar, es decir a hurtar a los suyos, pudiendo por lo tantoconvertirse en delincuente al que se denuncia” (Hobsbawm, 1974: 33).

A diferencia de algunos delincuentes comunes, además, los ban-doleros sociales no han actuado contra las mujeres, ni siquiera con-tra las mujeres de los sectores “acomodados” de la sociedad. Se die-ron casos de secuestros de mujeres para pedir rescate, y a veces se lasdespojó de sus pertenencias, pero, según los datos que se conservan,no hubo casos de violación o maltrato (Hobsbawm, 1976).

Desde el panorama general que marcan las leyes, cualquier per-sona que se apropie de algo ajeno que no le pertenezca, usando mé-todos violentos o no, en forma individual o formando un grupo or-ganizado, es un bandido. Por supuesto, debemos aclarar que tantoel medio urbano como el campesino, son dos realidades diametral-mente opuestas: el bandolero social no resulta para la opinión públi-ca un delincuente común, como lo identifican las leyes y el aparatomontado para reprimir y hacer cumplir las mismas.

El bandolero social es un elemento emergente de las sociedadescampesinas o medios sociales en transición hacia la modernizaciónmarcadas por los procesos de industrialización, que se mantiene den-tro de los parámetros de convivencia de la sociedad, pero que esconsiderado por la gente como justiciero, paladín o vengador.

En definitiva, se trata de una persona a la cual los sectores socia-les más desfavorecidos apoyan, ayudan, ocultan y hasta admiran.Estos sectores sociales desfavorecidos también tienen establecida unaclara diferenciación cuando se trata de bandidos, aquellos delincuen-

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tes comunes a los cuales les resulta igual robar el magro productogenerado por los sectores populares, como así también el de un acau-dalado terrateniente o industrial. Y los bandoleros sociales o bandi-dos nobles, a los cuales les resulta sumamente inadmisible sacarlealgo a un necesitado, pero sí lo hacen con los sectores sociales aco-modados.

Según Hobsbawn, quienes no actúan de esta manera, “carecende la relación especial que convierte el bandolerismo en social”, sien-do este uno de los fenómenos sociales más universales registradospor la historia y uno de los más sorprendentemente uniformes.

Debemos tener en cuenta para esta temática que los procesos demodernización reflejados en el desarrollo económico, los medios decomunicación, transporte, el papel del Estado como garante y gen-darme de este proceso, van eliminando paulatinamente las condicio-nes en las cuales puede florecer cualquier tipo de bandolerismo so-cial de los conocidos hasta ahora. Hobsbawm dice que existe la creen-cia generalizada de que los bandidos se multiplican en las áreas re-motas e inaccesibles, tales como montañas, llanuras sin caminostransitables, regiones pantanosas, bosques o estuarios con sus labe-rintos de canales y ensenadas, y que, en general, se sienten atraídospor las rutas comerciales y las principales vías de comunicación dondeel tránsito “preindustrial” es naturalmente lento y engorroso. Laconstrucción de carreteras modernas buenas y rápidas es, a menudo,suficiente para una disminución también rápida del bandolerismosocial. Una administración complicada e ineficaz lo favorece. Todasestas variaciones o cimbronazos del cuerpo social tienden a aumen-tar en forma imprevisible el “bandidaje” de uno u otro tipo.

A lo dicho puede agregarse que no son los únicos factores a te-ner en consideración: en la situación que nos ocupa, existía un nota-ble descontento social debido al papel asumido por los monopoliosextranjeros ligados a la producción y explotación de los recursosnaturales, y al abuso ejercido sobre la mano de obra. En resumen,debe prestarse particular interés a las formas de degradación de lascondiciones de vida.


¿Cuáles son los elementos teóricos que respaldan esta diferen-ciación que hacemos de estos bandidos entre comunes y sociales? ¿Ypor qué sociales? Un interés especial para esta investigación es anali-zar los distintos aspectos entre unos y otros con el solo objetivo dedisipar todo tipo de duda o confusión con respecto a las distintascategorías que se han utilizado en esta temática. ¿Cuáles son las cir-cunstancias temporales y espaciales en nuestro país y en otros paísesdel mundo que influyen en algunos hombres, pertenecientes gene-ralmente a los sectores sociales populares hasta el punto de provocarciertos emergentes de índole social, más aun si tomamos como ejede análisis la explotación que se hacia y que hoy todavía perdurasobre la clase trabajadora?

De acuerdo con la documentación consultada para la elabora-ción de este texto, los siglos XIX y XX fueron particularmente ricosen el fenómeno del bandolerismo social en diversas partes del mundo.

Debido a la transición de una economía precapitalista a una eco-nomía capitalista, la situación refleja la distorsión de toda la socie-dad y favorece la aparición de estructuras y clases sociales nuevas,con la consecuente resistencia de comunidades o pueblos enteros ala posible destrucción de sus formas de vida y costumbres.

Los bandoleros sociales poseen fuertes dotes de liderazgo aun-que este rasgo, normalmente, no alcanza para instalar un nuevo plande organización social. Hobsbawm dice que “el bandolerismo so-cial en sí no constituye un programa para la sociedad campesina”,sino una forma de autoayuda para escapar de las crisis o de la distor-sión social en determinadas circunstancias (Hobsbawm, 1976: 4). Enel polo opuesto podemos ubicar a otros emergentes de esta forma derebeldía, que sí poseen un programa de nuevo orden social, los lla-mados anarquistas expropiadores, que a veces utilizaron métodossimilares a los aplicados por los bandoleros sociales.

Los hechos producidos por el bandolerismo social suelen que-dar bajo un manto de penumbras, desentrañables no sin esfuerzosobre la base del análisis de las fuentes. Hoy, a más de medio siglo de

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los acontecimientos de los cuales se ocupa este libro, subsiste y pre-domina una leyenda que revive de generación en generación, recons-truida por aquellos que fueron testigos obligados de una época, ca-racterizada por un accionar “fuera de la ley” muy particular dondese bifurcaban los caminos entre el delincuente común, por un lado,y el ladrón noble, por el otro.

El común de los bandoleros sociales no cuestiona el orden so-cial imperante, aunque sí el desequilibrio de las relaciones sociales.Para ello tienen como fin la eliminación de los abusos: castigan ovengan los casos de injusticia. Es un objetivo modesto que caracteri-zó también a los bandoleros sociales del siglos pasados –como fue elcaso de Robin Hood– aunque en el siglo XX, y mucho más entre losbandoleros sociales de la Argentina, éstos combinaron la ideologíaácrata y el socialismo naciente. Esto hizo que este fenómeno no que-dase enmarcado en una simple lucha contra la explotación modera-da ejercida por los ricos contra los pobres, por los fuertes contra losdébiles.


CAPÍTULO 2

Mate Cosido: entre el mito y la historia

La historia del bandolerismo social en la Argentina se cruza muchasveces con en el terreno de lo mítico. Y cuando se indaga sobre elcaso de uno de los bandoleros sociales más famosos y enigmáticos,conocido popularmente como Mate Cosido, no estamos frente a unaexcepción.

Este bandolero se hizo popular a través de los distintos mediosde prensa de los años que van de 1934 a 1940. Estamos a más demedio siglo de los sucesos que dieron fama y notoriedad a MateCosido. Gran parte de esta fracción de la historia que intentamosreconstruir en estas páginas es un tema tabú; dicho con otras pala-bras, no ha quedado registrada en las historias oficiales, a excepciónde los relatos orales que ayudaron definitivamente a erigir lo que seconoce popularmente como la leyenda. Gran parte de los datos quenos han llegado a la actualidad forman parte de esa leyenda o cola-boran en inspirar a diversos artistas de la zona.

En Bandidos Rurales, letra de un tema musical que elegimos parainiciar este trabajo, León Greco y Hugo Chumbita reinventaron partede la historia que ha traspasado el tiempo y el olvido. Sin embargo,quizás el primero en recordarnos esta historia, con su famosa can-ción titulada Historia de Mate Cosido, ha sido Adrián Abonizzio.

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Mate Cosido – Archivo Gendarmería Nacional


HISTORIA DE MATE COSIDO

Sentado entre maderasy las flores caen

la llama del tabacoy la cruz de los barcos.

Si las luces de este pueblote preguntan cómo he muerto

decíles que no sabésque no sabés.Mi revólvermi campera

mi hacha, mi tramperamis viejos perros, mi prontuario.

Tenés que estar prevenidoun día la lancha va a llegarla esperaré tan tranquilo.

Me cambiaré de camisa y de puñalpara que un oficial escriba

en el parte de salidaun ahogo

se ganará un ascensocomo padre de familia.

Para que un oficial escribaen el parte de salida

un ahogolo contará en la guardia

del penal.Para que el río se detenga

a la hora señaladallegará

es como una puñaladacomo una,nada más.

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Con Mate Cosido, uno de los bandoleros sociales más conoci-dos por los sectores populares de las provincias del Chaco, Santa Fe,Corrientes, y de prácticamente toda la zona noreste de la RepúblicaArgentina, nos encontramos sin ninguna duda ante una historia sinepílogo conocido.

Pero su historia no es única en este género. En estas mismas tie-rras del litoral, por ejemplo, otros se ganaron también la lealtad, elafecto y –luego de su muerte– hasta la devoción de los sectores po-pulares más necesitados.

En Corrientes, muy venerados por la gente, destacaron el Gau-cho Lega (su verdadero nombre era Olegario Alvarez) y El GauchitoAntonio Gil. Aunque ninguno de ellos puede ser denominado unbandolero social, sus historias se tocan con la de nuestro bandido:los sectores populares del siglo XIX los habían calificado comoGauchos buenos, porque podían confiar en ellos y los considerabandefensores de los pobres y vengadores de las injusticias.

Quien sí era un bandolero social en el sentido fuerte del concep-to fue Juan Bautista Bairoleto –El Pampeano. Más próximo a nues-tros días, también pueden ser considerados como bandoleros socia-les los Hermanos Velázquez, personajes que actuaron en la zona delChaco entre 1962 y 1967. Todos ellos se encuadran en este arqueti-po del rebelde social que practicaba el robo a los ricos para repartiry redistribuir el producto de sus “hazañas”, de sus “actos de justi-cia” (que las autoridades calificaban de “fechorías”) entre los po-bres. Nunca asesinaron a nadie, salvo en legítima defensa, o, comoellos mismos solían afirmar, por “justa venganza”.

Lo que se dijo peyorativa o críticamente, en su momento, desdelos medios oficiales de información, forma hoy parte de la leyenda.La vida de estos personajes, y sobre todo la manera en que aquellasvidas terminaban, dio lugar a la elaboración de toda una serie dehipótesis, la mayoría de carácter infundado, donde la verdad mu-chas veces resultaba superada por la ideología de los sectores domi-nantes de nuestro país. En las páginas que siguen pretendo ofrecerun humilde aporte para hacer justicia con todos aquellos y aquellas


que se ganaron un pequeño capítulo en la historia oral que hoy secuenta en el noreste argentino: un capítulo de vencedores y vencidos.

Generalmente, los vencidos son parte de la historia no escrita,aquella que se trasmite de generación en generación, preferentemen-te de abuelos a nietos, frente a una taza de mate cocido humeante.Esto es así al menos en una gran parte del norte de la provincia deSanta Fe, y toda la zona del noreste de nuestro país, y muy especial-mente el Chaco. No obstante, el fenómeno de las migraciones inter-nas desde las regiones rurales hacia los grandes centros urbanos comoBuenos Aires, Rosario, Córdoba, no sólo consistió en la llegada deimportantes sectores de la población, temática generalmentecuantificable en términos demográficos (Scaravelli y González Ibarra,1996). Con la gente, también llegó un gran bagaje de historia viva,no escrita, de transmisión oral. Este trabajo se inscribe, por ende, enla recuperación de las voces de quienes no escriben ni leen muchoslibros. Muchos fueron analfabetos y muy pocas veces son conoci-dos por sus propios nombres, excepto por sus amigos. En general,se los recuerda por sus apodos.

Mate Cosido, desde mi perspectiva, puede dejar de ser sólo unmito, es decir, un claro exponente de la vida romántica que luchópor la libertad con afán de justicia, tanto para sí como para quienesle rodeaban, para pasar a ser parte de nuestra historia, una historiaque se ha nutrido, en gran medida, de violencia (Iñigo Carrera, 1979,2002). Este trabajo pretende mostrar la importancia de lo que mu-chos han decidido llamar Historia oral. Se trata de testimonios que,por alguna razón, no han quedado asentados en ningún documentoescrito. Al desaparecer físicamente los propietarios de esa porciónde recuerdos vivos, se corre el riesgo de perder información vitalpara la Historia.

Resulta interesante destacar la situación existente en el entoncesterritorio nacional del Chaco, cuando todavía no se había converti-do en las provincias de Chaco y Formosa y que incluía el norte de laactual provincia de Santa Fe. En este espacio, la estructura social ylaboral llevaba implícitos algunos resabios que podríamos calificar

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de “feudales”, presentes particularmente en las grandes empresas decapitales extranjeros (Girbal-Blacha, 1995; Maeder, 1996). En losobrajes del Alto Paraná, por ejemplo, se mantenía en un régimen deexpoliación inhumano a miles y miles de criollos e indígenas, a loscuales no se les tenía ni él más mínimo respeto, pues se los podíamatar ante la vista impávida de gran parte de la clase dirigente argen-tina.

Su exigua alimentación consistía en preparados con maíz, hari-na, la infaltable mandioca y a veces acompañaban el menú con unpoco de carne de algún animal silvestre, de vacuno o cebú, la mayo-ría de las veces en mal estado. Su mísera vivienda, cuando se podíaconstruir, era un rancho de adobe o un cobertizo de paja, conocidocomo “bendito”. Demás está decir que toda la zona era un territoriofértil para diversas alimañas, entre ellas la vinchuca productora del“mal de chagas”, los ofidios, y diversos insectos.

La gente que trabajaba en la zona ganaba un mínimo e insufi-ciente salario, si es que lo percibían realmente, que además de limita-do era pagado en moneda ilegal o mediante vales extendidos por lasgrandes compañías. Era un sistema que nos recuerda la famosa tien-da de raya de propiedad de los patrones. El trabajador solía quedarendeudado, ya que todas las provisiones se adquirían, obligatoria-mente, a la propia empresa contratante o a los representantes de lamisma, pagando precios muy altos para su obtención, práctica queera habitualmente implementada con total impunidad por “La Fo-restal” (Acevedo, 1983; Bitlloch y Sormani, 1997; Gori, 1974; Silber,1997; Virasoro, 1971).

Existen documentos históricos que enumeran las vicisitudes quesufrieron aquellos “empleados” de un “próspero” sistema capitalis-ta basado en la agro-industria. Además de las tiendas de raya, pro-piedad de los patrones, el trabajo se pagaba en forma de vales o enespecie, generalmente mercaderías que hubiesen resultado baratas sise hubiesen comprado en el mercado, es decir, fuera de los obrajes oingenios, pero que se pagaban el triple o hasta seis veces más cuandose adquirían en ese círculo de explotación. Los patrones y “capangas”


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se llenaban los bolsillos. Las únicas diversiones en estos parajes, es-pecialmente organizadas para dar un corolario turbio y triste al des-pojo, eran el alcohol, el juego y la prostitución.

Gran parte de esta reconstrucción no se hubiera podido realizarsin las entrevistas que realicé a diferentes protagonistas de la época yde los hechos que aquí se relatan, y que directa o indirectamenteestuvieron en contacto con algunos de los miembros de la banda.Fueron amigos, encubridores, simples admiradores, familiares de laspersonas secuestradas.... Estas personas ayudaron a aclarar las lagu-nas que brindaban los documentos escritos que nos dejaron las per-sonas encargadas de la represión. A diferencia de la prensa, que pre-senta a Mate Cosido como un delincuente común o un “románticobandolero que aterroriza al Chaco”, según reza uno de los titularesperiodísticos, las entrevistas mantenidas con los testigos de la épocanos llevan al plano social.


CAPÍTULO 3

Una historia de vida

La opinión pública se vio sorprendida aquel lunes 6 de julio de 1936.Los principales medios de prensa del país informaban sobre el es-pectacular asalto al tren que había sido bautizado con el número206, que corría por el ramal que une la estación Concepción del Ber-mejo con Metán en la provincia del Chaco.

El asalto se había efectuado a las siete de la tarde del día anterior,el domingo 5 de julio. La falta de resistencia del pasaje evitó que eseasalto tuviese un epílogo lamentable. Los asaltantes se habían alzadocon una suma que rondaba los $15.000 y uno de los damnificadosera nada más y nada menos que un empleado de la firma algodoneraAnderson, Clayton y Compañía: el señor Demetrio Kossagovsky.

La prensa sabía quiénes eran los responsables: David SegundoPeralta, Ifrán, alias “El Rubio”, y Eusebio Zamacola. Todos elloshabían sido identificados y sus nombres también figuraban en losdiarios de casi todo el país. Todos ellos ya tenían, para entonces,abultados y diversificados prontuarios. Eran personas perseguidaspor la justicia pero, contradictoriamente al sentir de las autoridades,eran venerados y respetados por los pobladores de la zona.

Fueron esos pobladores quienes los encubrieron y les ofrecie-ron albergue seguro. De alguna manera, podemos hacer nuestra unafrase popular: “el pobre no puede tener miedo a perder nada, puesnada tiene”. El temor, como ha sostenido Hobsbawm, sólo puedeser abrigado por quienes tienen fortuna y bienes, en ocasiones frutode la explotación infrahumana que sin descanso cae sobre otros quesufren graves injusticias (Hobsbawm, 1974: 33). Estas situacionestambién se dan en el medio rural como el escenario de las accionesde Mate Cosido.

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Informe de las fuerzas de seguridad sobre Eusebio Zamacola

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Fue una empresa difícil para mí la de “atrapar” a Mate Cosidocomo sujeto histórico. Gran parte de su historia ha quedado en lassombras y es difícil verificar buena parte de los datos que han que-dado de su vida. Su verdadera filiación, sus primeras “caídas” enmanos de representantes de una justicia bastante injusta y de dudo-sos procederes, son temas complejos de abordar porque, como hedicho más arriba, buena parte de estos datos han quedado en el mitoy la leyenda.

Mate Cosido, sin embargo, se sirvió de algunos medios de pren-sa gráfica de la época para darse a conocer, expresar sus ideas y con-tar sus peripecias, y es precisamente esta fuente documental la quenos permite a los historiadores dar cuenta, en la actualidad, de estafracción desconocida de la historia de nuestro país.

Su verdadero nombre era Segundo David Peralta. Había nacidoen la localidad de Monteros, en la provincia de Tucumán, el 3 demarzo de 1897. Era hijo de Patricio Gustavo Peralta y de Rosa Mi-rando.

Pero no fue el único de los nombres que llevó.Segundo David Peralta se llamó también Manuel Bertolatti, o

Jesús, o Juan de la Cruz Soria, en síntesis, una persona cuyo “alias”resume tanto el interés por ocultar su verdadera identidad como lafinalidad de reivindicar el derecho individual de adoptar nombresno registrados por el Estado Nacional. Todos estos nombres, tantoel real y como las denominaciones ficticias, pueden ser fusionadosen el apodo de Mate Cosido con el que Segundo David Peralta fuerebautizado gracias a la visible cicatriz de aproximadamente 6 cm.de largo en la región frontal que Peralta mostraba con orgullo.

Esta descripción aparece en el viejo prontuario registrado en laDivisión Identificaciones, de la Dirección de Policía de los archivosde la Gendarmería Nacional, y que lleva el número uno. Mate Cosi-do, entonces, es un apodo que deriva de un rasgo físico, de esa costu-ra en la cabeza (popularmente, el mate) y no de la tradicional bebidadel Cono Sur, preparada a partir de la yerba mate, como algunosequivocadamente han afirmado.


Prontuario Núm. 1 – Gendarmería Nacional – Mate Cosido

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Según se desprende del prontuario, y de acuerdo a las cartas queel bandolero social tuvo el coraje de escribir y enviar al PeriódicoIlustrado Ahora, Mate Cosido se presentó como “un perseguido in-justamente por una policía inmoral y sin escrúpulos”.

En efecto, Peralta había sido perseguido desde el año 1918 hastael momento de su detención, figurando en los registros policiales, enlos primeros momentos, con la sigla L. C., es decir, bajo una siglaque lo calificaba como “Ladrón Conocido”. La policía solía identi-ficar a quienes consideraba delincuentes a través de una jerga pro-pia. Es esta calificación la que inicia un extensísimo listado de acusa-ciones, detenciones, averiguación de antecedentes, y procesamientopor hurtos, robos, malos hábitos, atentado contra la autoridad, fal-sificaciones, estafas...

Todos estos actos efectuados por Mate Cosido transcurren enlas provincias de Tucumán, Córdoba, Santiago del Estero y Corrien-tes. Mate Cosido escapó a las persecuciones de las Fuerzas de Se-guridad tucumanas, quienes efectuando presiones de todo tipo yvaliéndose de los abultados antecedentes de Segundo David Peralta,trató infructuosamente de transformarlo en un soplón o colabora-dor de la policía. El periplo de persecuciones continuó en las pro-vincias de Chaco, Santa Fe, Formosa, Salta y traspasó claramente lasfronteras nacionales hasta el Paraguay.

En el prontuario número uno de Gendarmería Nacional existeuna hoja titulada “Datos generales” en cuyo pie, escrito con unapequeña letra, se consigna:

“Debe especificarse con abundancia de detalles las condicio-nes más sobresalientes del individuo, en forma de permitir allector tomar un conocimiento perfecto de su personalidad. Ladescripción versará sobre: las armas que usa y sus condicionesde tirador, si es diestro en el manejo de vehículos, si es hábiljinete, si tiene afición a las mujeres, juego, etc. Nombre de laconcubina y domicilio, si es buen nadador, negocios, clubes olocales y amistades que frecuenta y todo otro dato que permitaapreciar las medidas que deben adoptarse para su captura”.


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El informe describía a Segundo David Peralta como un delin-cuente audaz, inteligente y de concepción “extraordinaria”. Afir-maba que preparaba sus atracos y secuestros con suma habilidad ydestreza, hasta el punto de que no falló en ninguno. En los delitos deextorsión se comprobó que era él quien redactaba las cartas. En lasexigencias del rescate, concebía con habilidad las normas y los pla-nes para su entrega. Llevaba un verdadero arsenal consigo: usabados revólveres Colt de cañón largo; una pistola automática calibre45; una carabina Mauser, seis cargadores; una bolsa de cuero conmuniciones y un cuchillo de tamaño grande que la gente creía que setrataba de un machete.

De acuerdo con el prontuario número uno, sabemos que la po-licía pensaba que Mate Cosido era gran un conocedor de la psicolo-gía de los habitantes de las selvas chaqueñas. Los “técnicos” afirmanen el informe que la ostentación de las armas producía respeto yadmiración entre los habitantes de la zona, logrando de ellos la cola-boración más amplia e indispensable para perpetrar delitos.

Mate Cosido era hábil jinete, conducía automóvil y especialmenteera un caminante infatigable. No consumía bebidas alcohólicas nifumaba. Su comida preferida era el asado y, en el monte, se alimenta-ba de conservas y frutas en almíbar. En el mismo prontuario tam-bién se destacan sus señas físicas particulares: cutis blanco, cabellocastaño oscuro, cuerpo delgado, 1,65 metros de estatura. También semencionaban, entre otros datos singulares, una “instrucción y as-pecto social bueno”. El prontuario fue confeccionado por el gen-darme José Antonio de Eyo, y marca un antes y un después en lavida del bandolero social.

El Cuadro I organiza información básica sobre los hechosdelictivos por los que Mate Cosido fue imputado en diversas opor-tunidades a partir de 1918 hasta 1932, y que dieron lugar a la inter-vención de la justicia. La cronología, elaborada sobre la base del Pron-tuario y a los registros del Documento informe de la GendarmeríaNacional, especifica la fecha de las detenciones por averiguación de


antecedentes, el tipo de causa, el lugar donde fue imputado, y el dic-tamen del Juez de turno.

CUADRO IFECHAS DE DETENCIÓN, CAUSAS, LUGAR Y DICTAMEN

FECHA CAUSA LUGAR DICTAMEN03/10/1918 Robo Tucumán seis meses de prisión y cos-

tas25/01/1919 Robo Tucumán seis meses de arresto09/04/1919 Robo se ignora19/05/1919 Hurto reiterado Tucumán nueve meses y medio de

arresto18/11/1919 averig. antecedentes Córdoba08/07/1920 Robo Tucumán26/07/1920 Hurto Tucumán se ignora resolución1920 Sodomía Tucumán sobreseído provisionalmente18/04/1921 Hurto Córdoba se ignora la resolución17/12/1921 Robo y desacato Tucumán sobreseído provisionalmente17/07/1922 Hurto Córdoba libertad condicional 26/02/

192417/07/1922 Atentado autoridad y se ignora resolución

disparo arma de fuego12/04/1924 Robo Tucumán se ignora resolución17/05/1924 Vagancia se ignora resolución20/06/1924 Averiguación de Sgo. del Estero

antecedentes26/08/1924 Averiguación de Las Cejas,Tucumán treinta días de arresto

antecedentes03/03/1925 Robo Corrientes absuelto luego de 10 meses

de arresto02/01/1926 Falsificación de firma Corrientes libertad por falta de mérito

y estafa 48 días arrestado22/02/1926 Robo Corrientes libertad por falta de méritos19/08/1926 Robos y hurtos Resistencia (Chaco)

reiterados16/12/1931 Hurto Tucumán excarcelado bajo fianza27/04/1932 Averiguación de hurto Tucumán liberado por falta de pruebas

Fuente: Archivo de Gendarmería Nacional, Prontuario nº 1

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La primera parte del prontuario, hasta el año 1932, correspondea una etapa de características muy similares a la de cualquier delin-cuente, con una actividad al margen de la ley. Sin embargo, una mi-rada más atenta muestra que casi todas las entradas y salidas de Da-vid Segundo Peralta, ordenadas por distintas autoridades, se debie-ron a la acusación de distintos delitos o por averiguación de antece-dentes. El acusado nunca fue capturado con las manos en la masa.

CUADRO IIACUSACIONES FORMULADAS A MATE COSIDO

AÑO MOTIVO DE LA DETENCIÓN VICTIMA MONTO en $

1933 Asalto y robo José Cansabella 9.0001934 Asalto y homicidio Dámaso Martínez1934 Robo Osias Jarast 4501935 Asalto pagador de Bunge y Born 60001935 Tentativa homicidio Máximo Velázquez1936 Asalto Demetrio Kosagovsky 12.6681936 Asalto Luis Dreyfus 45.0001936 Asalto Schneider y Quevedo 1351936 Asalto Spinozzi y Kesqui alhajas1937 Asalto Alejandro y Paulino Luna 3651937. Robo Andrés Vildzola 8001937 Asalto Denio Negroni 10151937 Robo Wenceslao Warrd 13.0501938 Homicidio Oscar Mieres frustrado1938 Asalto 7201938 Asalto Alfredo Mancini 3121938 Asalto Luis Gabardini 25.0001939 Homicidio Guillermo Block1939 Asalto Amador Lopez 15.0001939 Asalto Francisco Carrio 20.0001939 Asalto David Wischnivetzky 5000

1939 Asalto Adolfo López 5000

Fuente: Archivo de Gendarmería Nacional, Prontuario nº 1


La segunda parte del prontuario posee un estilo muy antagóni-co al anterior. Siguen las acusaciones por distintos delitos, pero lamagnitud de los mismos sugiere que pudieron haber sido cometidospor otra persona o bien por alguien que ha modificadorevolucionariamente su razonamiento para implementar y concre-tar sus objetivos. Reza el prontuario que “…el delincuente estabaclasificado como Pistolero, secuestrador y falsificador”. La últimafoja del prontuario, titulada Motivo del Prontuario y otros antece-dentes, informa que tenía una captura recomendada por las órdenesde la Policía de Chaco, Corrientes, Córdoba y Santiago del Estero.A partir de 1933 y hasta 1939 se le imputaron los delitos que mues-tra el cuadro II.

Algunos aspectos de sus prontuarios fueron estetizados y po-pularizados bajo la forma de música. La fama de Mate Cosido inspi-ró historias, poesías. Una de ellas fue reproducida al inicio de estetrabajo. Tanto el chamamé de Bosquin Ortega y la milonga que lededicara Constantini –reproducidas a continuación– legaron una ima-gen que sugiere preguntarnos si el accionar desplegado por MateCosido respondía a ciertos ideales políticos o sociales, tan comunesen esa época marcada por la efervescencia social, si el pensamientodel bandolero social y de los miembros de su banda no estaríainfluenciado por aquellas ideas.

“Mate Cosido”Chamamé de Bosquín OrtegaEsta es la historia de un gaucho buenoque su destino lo castigóclavando en su alma de tucumanola dura espina que lo desvió.Formo su trío de bandoleroscon Zamacola y el Calabrés

y en los poblados y en los senderosfueron temidos yaguareté.Pero fue un díaque allá en el Chacoun compañero lo delatóY desde entonces Mate Cosidohuyó a la selva y nunca más volvió.

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“Milonga de Constantini”Vaya un punteo floridoy una milonga bien altapara Segundo Peraltade apodo Mate Cosido.Sé que una vez se encontraronen casa de una polacafue en el Barrio de Barracasy a la hora de la siestaque hablaron de Malatestade Bakunin, de Lampaio.Que algo habría en el varónsi se gano el corazónde Bautista Bairoletto.Y sé que en esa ocasión

Bairoletto el perseguidose juntó a Mate Cosidoy que en unión fraternalse hicieron La Forestal.De aquella yunta de lujoel Chaco guarda memoriay va creciendo una historiaque no tapará el olvidodos valientes, (dos bandidos,según los diarios porteños)que atracaban a los dueñosde tierras y quebrachalespara remediar los males,de tanto pobre chaqueño.

Según el testimonio de Joaquin Suárez, un hombre mayor deextracción anarquista que vive en la ciudad de Rosario, Mate Cosidocomenzó a desempeñarse como obrero en una imprenta de su pro-vincia natal, cumpliendo tareas de encuadernación. Este oficio, enlas primeras décadas del siglo XX, daba a quienes lo desempeñabanla oportunidad de diferenciarse del común de los hombres a travésdel hábito de la lectura. Este hecho –poco frecuente allá por los años1920– combinado con la efervescencia provocada por la agitaciónsindical de los grupos anarquistas y socialistas reforzados por diri-gentes europeos que llegaban con la inmigración masiva, asentabauna marcada claridad de las ideas en cuanto a los orígenes de clase, ypor ende la explotación social que existía sobre la misma.

Para algunos es posible que Mate Cosido hubiese tenido idealespolíticos y sociales más profundos, capaces de guiarlo en el accionarpara cambiar la sociedad en su conjunto. Por mi parte, destaco queexistió alguna influencia por parte de ideales libertarios que de algu-na manera se confirman por la amistad que le unía al santafesinoJuan Bautista Bairoletto, alias El Pampeano, que actuó en las pro-


vincias de La Pampa, Río Negro, Buenos Aires, y que, hacia el año1938, acompañado de algunos de sus secuaces, se unió brevemente ala banda de Mate Cosido.

Juan Bautista Bairoletto, por su parte, era un anarquista confe-so. En una oportunidad acompañó a Mate Cosido y a su banda en elasalto a La Forestal, un episodio producido en el año 1938 en el cualla banda asesinó al capataz, Jorge Mieres, que se había ganado elodio y el resentimiento de todos los trabajadores del ingeniomaderero controlado por capitales británicos. El asalto contra laForestal y el homicidio cometido contra Mieres, terminaron engro-sando el historial delictivo de Segundo David Peralta, Mate Cosido.

Algunos años más tarde, Mate Cosido se desvinculó de estoshechos, pero no acusó a nadie ni reveló nombres que permitierandescubrir quiénes fueron los verdaderos responsables del homicidiode Mieres.

Aunque la extracción ideológica de Segundo David Peralta nosea la principal cuestión que nos preocupa en este trabajo, debemosatender los testimonios orales recogidos a partir de diversas entre-vistas que realizamos a varias personas que tomaron contacto conMate Cosido, que lo conocieron, o que sólo supieron de él a travésde las noticias. Muchas de las personas entrevistadas eran, en el mo-mento en que contacté con ellas, octogenarias. Algunos de los entre-vistados confesaron que conocieron en forma personal a SegundoDavid Peralta y algunos miembros de su banda. Otros aseguran queuno de los principales “lugartenientes” del bandolero social fueEusebio Zamacola, más conocido como El Vasco, personaje que seunió al círculo de amistad motivado por sus propios ideales revolu-cionarios. Otros tantos, afirman que fue la policía la que vinculó elaccionar de Mate Cosido y de su grupo a otros grupos de idealesanarquistas. Esta situación no llama para nada la atención ni sor-prende, teniendo en cuenta la convulsionada agitación política quese vivía en esos tiempos la Argentina: los conflictos de clase fueronuna constante que marcaron tempranamente las primeras décadasdel siglo XX en las que imperó la famosa Ley de Residencia y legiti-

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mó la extradición y la deportación de todo aquel que cuestionara, através de sus ideas o acciones, al statu quo.

El Estado aprobó penas extremas como la pena capital, que seaplicó a conocidos anarquistas de la época, expropiadores en los años1930. El entonces presidente argentino, el general Félix Uriburu,ordenó fusilar, por ejemplo, a Severino Di Giovanni y Paulino Scarfo.A raíz de la persecución practicada contra las organizaciones obre-ras socialistas y anarquistas, fueron reprimidos sangrientamente du-rante la Semana Trágica los representantes más importantes del mo-vimiento sindical. También se produjeron fusilamientos en laPatagonia y en los obrajes administrados por La Forestal, en el Chaco.

En Rosario todavía sigue latente en algunos sectores sociales eldolor por el fusilamiento, injusto e impune, cometido contra el mi-litante anarquista de origen catalán Joaquín Penina, cuyo único deli-to fue el de distribuir volantes con consignas políticas. Penina murióen las barrancas del Paraná y Aldo Oliva (2006) escribió un bellolibro, titulado El fusilamiento de Penina.

Estos acontecimientos dejaron profundas huellas en el imagina-rio social, a pesar de los vanos intentos de la prensa oficial por ocul-tar y tergiversar de manera muy grosera, esos brutales hechos desangre.

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Juan B. Bairoletto “Buscado”


Juan B. Bairoletto – la captura

CAPÍTULO 4

La Banda

Muchos investigadores –argentinos y de otras nacionalidades– hanplanteado la existencia de vinculaciones entre los bandoleros socia-les y los grupos anarquistas, socialistas o de otra extracción ideoló-gica. Y sobre qué tipo de relación existió con otros proscriptos ycon algunos personajes estrechamente ligados al establishment polí-tico.

Contamos con algunas versiones que hablan de un presunto en-cuentro producido entre Mate Cosido y Juan Bautista Bairoletto. Elmismo se habría producido en Buenos Aires, en una casa de alterneubicada en la zona de Barracas, propiedad de una polaca (Chumbita,1987), aunque otras versiones afirman que fue en la sede del templomasónico de la logia Los hijos del Trabajo, una casa ubicada en lacalle San Antonio 814, en Capital Federal, cuya fachada todavía con-serva inscrita una leyenda y la reproducción de los símbolos –la es-cuadra y compás, triángulos y ojos radiantes– que identifican a laorden.

En esta casa ejercía como casero el padre de Agustín Nasso, sin-dicalista de la Federación Obrera de la República Argentina (FORA)quien en el año 1961, en un Congreso libertario en ciudad de Bue-nos Aires, relató a algunos concurrentes esta historia, que pudimosconfirmar en la entrevista realizada al señor Joaquín Suárez, un mi-litante anarquista que estuvo presente en el acto. El historiador EricHobsbawn ha señalado ya en sus libros la existencia posible de vín-culos entre bandoleros sociales con movimientos milenaristas omasónicos.

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La banda de Mate Cosido estaba integrada por un número con-siderable de miembros que tenían participación activa en los hechosy por otros que, en forma indirecta, operaban colaborando duranteel desarrollo de las operaciones, encubriendo el accionar de las pos-teriores pesquisas o “tapando” posibles errores que pudieran trans-formarse en pistas peligrosas para la organización. No solamenteera considerada traición la delación, sino que la intención de alejarsedel círculo de influencia para actuar por propia cuenta también erauna falta grave. Aquellos que lo intentaron, cayeron en manos de lapolicía o víctimas de algún desgraciado y misterioso accidente.

Estos individuos eran el cuadro logístico de esta organizaciónde bandoleros sociales. Algunos titulares de la prensa de la épocadecían “Un vasto y diseminado ejército actúa a las órdenes del Ban-dolero”, o “Una legión de bandoleros se le entregó en cuerpo y alma”,para rematar en “La desgracia persigue a quienes se separan del ban-dolero chaqueño”, en referencia a unos pocos individuos, que in-tentaron romper el estricto código especial de Mate Cosido.

El conocimiento público de las identidades de algunos de losmiembros de la banda causó no pocas sorpresas, ya que, con el trans-curso del tiempo, la organización se había ramificado de tal maneraque hasta la misma policía territorial tenía hombres implicados como“colaboradores”. Es más, la gente común de la manera más naturalsegún testimonios, se refería a fulano o zutano como un hombre de“Mate Cosido”. Dicha identificación le otorgaba cierto margen derespeto o dicho con otras palabras, un cierto grado de inmunidad.

Todas las averiguaciones efectuadas por la policía llegaban a lanotable conclusión de que Mate Cosido había tendido sus redes contanta habilidad que su banda tenía ramificaciones en las mismas gran-des empresas que a menudo eran víctimas de los asaltos del bandolero.

Ellos eran los que daban información acerca de detalles de lavida de tal gerente o de tal pagador, cuánto dinero llevaba, a quéhora salía y cuál sería el camino a tomar. A pesar de todas las precau-ciones que tomaban los directivos de las empresas, no se libraban deser víctimas de un atraco.

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La enorme mayoría de los miembros de la banda, fueron en su mo-mento simples bandoleros o delincuentes comunes, enrolados porPeralta y quedando, desde ese momento, atrapados en el torbellino deaventuras, cuyo eje era el jefe de la banda. Su influencia fue determinan-te pues logró modificar y transformar los códigos de conducta que ellostraían consigo, por aquellos a los cuales la banda tomó como propios,exclusivamente los que diferenciaban al delincuente común y corrientede un bandolero social. La gente de Mate Cosido ocupa una larga listaque reproducimos en el Cuadro III, en el cual agregamos los alias oseudónimos con los que fueron más popularmente conocidos.

CUADRO IIIINTEGRANTES DE LA BANDA DE MATE COSIDO

NOMBRE ALIAS

Segundo David Peralta Mate CosidoLorenzo Benitez el CaboMarcelino Peralta Mate Cosido ChicoEusebio Zamacola el VascoCatalan Noiel ChilenoJuan Bautista Bairoletto El PampeanoIsmael GarcíaPedro Cardozo CardocitoAndrés ChazarretaMalatestaMartín Vallejos Chivo MoroCarlos FaríasAntonio García PérezRamón RodríguezCiro Fernández Boliviano o BoliviaCasimiro Ifrán el RubioJose Saade el TurcoMauricio Herrera el IndioPedro Fizt el AlemancitoPedro Gonzalez TucutaErnesto Montenegro Aleman Fucks o RusoFrancisto PlantackManuel Delgado


Apolonio VelázquezSegundo VelázquezRemigio VelázquezManuel Pérez LuchoBenigno Enrique Bejarano el PorteñoPío Stanislao Dominguez TanichoFrancisco Alvarez el PampitaTolentino GonzalezZenon Miño el Tata miñoAntonio Rossi el CalabrésAndres Chazarreta Juan el PorteñoJulio CenturiónAngel José CascoPedro Gonzalez El TucutaMartín Gómez BatifondoOtilio CenturiónErnesto MontenegroMauricio CejasNatividad Miranda

BartoloPablo MirandaSegundo CorvalánRoberto Corvalán

El SantiagueñoSegundo Galvan El NegroRicardo SanchezJosé Cayetano Maidana,Felix Ramirez o Antonio Ayala CayeIsmael LopezLeón FernándezSebastián AlfonsoAmbrosio GonzalezAntonio Gómez o Lezcano LitaDomingo CejasValentin MaidanaManuel Marconi el NegroRicardo SilvaBaldomero RodriguezJuan RomeroJulio CenturiónCelestino Rubio o Carlos Reilly.

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El destino de los que abandonan la causa – Revista “Ahora”


Eusebio Zamacola y Antonio Rossi fueron el núcleo original dela organización. Se conocieron en agosto de 1926 cuando purgabanen el territorio del Chaco una pena de seis años, dispuesta por elJuez Sixto A. Rodriguez.

Mate Cosido fue atrapado en la República del Paraguay, de don-de fue extraditado, en tanto el Vasco y el Calabrés fueron aprehendi-dos en Misiones. Salió de la cárcel el 28 de diciembre de 1931 y no sele conoce comisión de delito hasta el 7 de julio de 1933. En esa opor-tunidad el trío, junto a otros bandoleros apodados el Catalán Noi yel Chileno, logran su primer éxito: asaltan al comisionista JoséCensabella en un paraje inhóspito del ferrocarril en el kilómetro 794del Territorio Nacional del Chaco, y se alzan con la suma de 9.000pesos, sin producir daño alguno a la víctima. Para darnos una ideadel valor del dinero en esa década, se puede tomar como patrón elcosto de la nafta, 24 centavos de peso por litro, el valor de un buentraje rondaba los 50 pesos.

Mate Cosido, según el testimonio quienes fueron sus compañe-ros, tenía una premisa, que repetía constantemente: “La orden es nomatar, tirar en el peor de los casos, pero antes que nada huir”.

El 5 de abril de 1934, en Villa Angela, en el asalto y posteriormuerte del comerciante Dámaso Martínez, también perdió la vidaAntonio Rossi, ultimado por la esposa de la víctima. Zamacola, se-gún la versión que da La Prensa, fue atrapado el 9 de marzo de 1938por la comisión de dos robos y hurtos, por un destacamento al man-do del Inspector Anibal Chade, en el kilómetro tres y medio delcamino de Los Filtros Nuevos en la provincia de Córdoba. Poste-riormente y luego de purgar la condena impuesta, quedó en libertadel 9 de mayo de 1943 por buena conducta, según algunos comenta-rios de quienes lo conocieron. Zamacola estudió en la cárcel e insta-ló una carpintería en la localidad de Quitilipi, provincia del Chaco;fue uno de los miembros de la banda que gozó de mucha populari-dad y respeto por parte de la gente. En el transcurso de esta investi-gación pude hallar a una de sus hijas en la provincia de Buenos Ai-res, aunque manifestó estar poco interesada en dar testimonio sobre

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la actuación de su padre, fundamentalmente para no dar mayor in-formación a los medios de comunicación que, en ocasiones, dabanopiniones infundadas. Ella consideraba que su padre había sido unjusticiero social no comprendido por algunos sectores.

Otro de los miembros de esta banda fue Ismael Garcia, de quiense sabe que fue herido por un oficial de Gendarmería y que poste-riormente apareció muerto, devorado por las hormigas en el mediodel monte.

Distintos destinos coronaron las trayectorias de Pedro Cardozo(a quien se supone asesinó Malatesta, otro de los bandoleros); deAndrés Chazarreta o Lorenzo, abatido en un enfrentamiento con laPolicía de Saenz Peña tras ser delatado (sabemos que esta muerte fueposteriormente vengada por sus compañeros, que decidieron ajusti-ciar a Guillermo Block, alias El Lecherito, con un balazo en la cabe-za); o de Martín Vallejos, quien integra la lista de prófugos desapare-cidos.

Casimiro Ifrán, también llamado Saúl González, fue detenidoen 1940, aunque actuaba en la banda desde el año 1935; Carlos Farías,también detenido, actuaba desde el mes de abril de 1935; AntonioGarcia Pérez fue detenido el 15 de febrero de 1938 en Sáenz Peña;Ramón Rodríguez también detenido en la cárcel de Resistencia; CiroFernandez, prófugo desaparecido, igual suerte les toco a José Saade,Mauricio Herrera, Pedro Fizt, Pedro González, Ernesto Montenegro,Manuel Delgado, Francisto Plantack, los tres hermanos Velázquezy Manuel Pérez.

Benigno Enrique Bejarano fue detenido en la Provincia de Bue-nos Aires y alojado en la cárcel de Olmos el 16 de octubre de 1937,por sospechas de homicidio y robos. Quedó a disposición del juezdel crimen Doctor Moreno Bunge. En declaraciones prestadas a lapolicía, confesó haber participado en numerosos asaltos integrandola banda de Mate Cosido y haber presenciado la muerte del delatorPedro Cesar Borelli.

Cualquiera de los integrantes de la banda podía demostrar sintitubeos su grado de lealtad al enigmático Jefe, que fue adquiriendoen vida proyecciones de leyenda.


Mate Cosido no consultaba: daba órdenes que a veces recorríancentenares de kilómetros para llegar a destino. La policía y la pren-sa, según el informe del auxiliar Solveyra Casare de la GendarmeríaNacional, y de los datos que publicó Ahora, tenían la impresión deque “Mate Cosido, es dueño de un archivo gracias al cual sigue pasoa paso las andanzas de los individuos que han estado a su servicio yque por una causa o por otra, se han alejado de él”.

La confesión hecha a la policía por Pío Stanislao Domínguezreveló la sorprendente capacidad de Mate Cosido para localizar alos elementos que le interesaban. En cierta oportunidad, trabajandode albañil en el barrio Triángulo de Rosario, Pío Stanislao Domínguezcontó que “estaba en el andamio en compañía de otro albañil llama-do Antonio Amuchástegui, cuando alguien lo llamó desde abajo”.El diálogo fue muy breve y conciso:

“-Usted es Domínguez, ¿verdad? Vengo de parte de un amigosuyo, del Chaco. Vaya a Sáenz Pena, entre el nueve y el doce deabril, y espere todas las tardes junto a las Vías del FerrocarrilCentral Argentino, de la pantalla dos kilómetros más hacia elsur”.

Eso fue todo. Tanicho, el albañil, siguió trabajando, pero al díasiguiente se preparó para obedecer esta orden. Al segundo día deestar en Sáenz Peña, fue al punto indicado, junto a las vías. A lamedia hora (estaba anocheciendo), salió de entre los árboles un indi-viduo que se le acercó rápidamente y le dijo: “—Vamos... Era MateCosido. Este estaba reuniendo su gente, para un golpe de importan-cia contra un gran estanciero del lugar”.1

El caso de Domínguez en esa ocasión no fue el único, ya queotros hombres reunidos en esa oportunidad también venían de cien-tos de kilómetros de distancia. Todos los hombres de la banda llega-

1 Periódico Ahora, con base en Información de Archivo de la Gendarmería Na-cional.

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ron a comprender y adoptar la táctica de la paciencia, dejando a unlado el abuso de las armas, el asalto improvisado, el saqueo a humil-des pobladores, costumbres propias de los delincuentes comunes.

El territorio chaqueño y santafesino fue el escenario donde sedesató una verdadera ola de crímenes, sanguinarios y crueles, nume-rosas bandas, actuaban en distintas zonas del territorio, los jefes eranmuchos, pero los métodos eran siempre los mismos, el asalto brutal,homicidios innecesarios, violaciones, fueron la principal caracterís-tica de la época, cualquier humilde colono u obrajero, estaba co-rrientemente expuesto a ser despojado de su escaso dinero o bienes,no había seguridad ni en sus hogares.

Todo este escenario cambió desde la llegada de Mate Cosido alChaco. A partir de ese momento, las cosas evolucionaron hacia otroestilo de prácticas, en las que los códigos no sólo eran estrictos, sinoque se respetaban a rajatabla. Quienes lo seguían entendieron que,en lugar de matar a un colono por 200 pesos, era mejor planificar unatraco a alguna compañía extranjera o algún terrateniente poderoso,para llevarse miles de pesos, sin disparar innecesariamente un solotiro, conservando los “buenos modales”, y respetando entre otrascosas la integridad física de las personas. De alguna manera se logra-ba, con amplio margen, evitar comentarios adversos por parte de lagente y, especialmente, de los medios de comunicación.

Mate Cosido se ganó el respeto de muchos delincuentes comu-nes perseguidos por la justicia, a quienes dio abrigo y seguridad.

Logró capitalizar sus servicios. Ninguno de estos hombres pudoolvidar esta deuda de gratitud para con el Jefe, aunque algunos fue-sen separados: hombres como Tolentino González, Carlos Farías yAntonio García Pérez, fueron integrantes de la banda durante unbreve tiempo, hasta quedar separados de la misma por orden de MateCosido. A partir de allí pasaron a integrar la banda de Rodolfo Be-nigno Pourailly, jefe de una de las bandas de delincuentes comunes,más temibles del Chaco.

Durante la entrevista mantenida con un octogenario de la ciu-dad de Reconquista, el cual dedicó gran parte de su vida al trabajo en


Correos como mensajero y telegrafista, éste comentó que “las opi-niones con respecto a lo que hacia Mate Cosido, estaban divididasentre detractores (parte oficial) y admiradores, por supuesto que losúltimos al ser mayoría tenían mayor peso”.2

Resulta sumamente curioso el celo y notable desconfianza de-mostrada por los miembros de la Gendarmería Nacional con los em-pleados de Correos. Esto se debe a la necesidad de comunicacionesconfiables entre los elementos destacados en el teatro de operacio-nes y la superioridad instalada en Buenos Aires. El Radiotelegrama,junto a otros limitados medios de comunicación, fue el único nexopara informar sobre distintos acontecimientos o solicitar, en su de-fecto, apoyo de distinto tipo como repuestos para vehículos, muni-ciones, hombres, etc.

Debido a tales reservas, la Gendarmería Nacional disponía deuna planilla donde se registraban los nombres, cargos, sueldos, pro-cedencia, antigüedad y concepto de todos los empleados de correos.Ellos fueron minuciosamente investigados por la Gendarmería Na-cional, entre ellos un hermano de Mate Cosido que residía en Cór-doba, al cual Mate Cosido enviaba dinero para que mantuviese a sufamilia. Este hermano fue, durante largo tiempo, objetivo de vigi-lancia permanente por parte de efectivos encubiertos de laGendarmería que incluso llegaron a allanar su casa.

Otro de los entrevistados fue don Alberto López, también él deReconquista. En un viaje en tren con destino a Resistencia, territo-rio del Chaco, tuvo la oportunidad de sentarse al lado de SegundoDavid Peralta. Cuando le preguntamos cómo lo había reconocido,nos contestó con toda tranquilidad que su identidad no era un mis-terio y que bajo ningún pretexto se le podía tener miedo, ya que donLópez también se consideraba un hombre “del montón” al igual queMate Cosido. Este último, en esa oportunidad, demostraba seguirmanteniendo su conocido estilo personal para relacionarse con la

2 Periódico Ahora, con base en Información de Archivo de la Gendarmería Na-cional.

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gente, hecho que se reflejaba en la forma de vestir: saco y chambergo(sombrero) negro, y ningún tipo de inconveniente para dialogar conlos demás.

En esto, la opinión de López coincide con la de ciertos círculosde prensa de la época, Mate Cosido era un hombre como cualquierotro, a quien se podía confundir con el resto de gente en cualquierciudad o punto geográfico del país.

Un extenso documento elaborado por la Gendarmería Nacio-nal, da cuenta de una lista de más de cincuenta “…elementos de lacalaña del tristemente célebre David Segundo Peralta…”, todos elloshombres de acción. Algo que trasluce y llama la atención, es quegran parte de los individuos nombrados, solamente figuran con susposibles apellidos o, generalmente, con el apodo, lo cual nos da lapauta de lo difícil que les resultaba a las autoridades la verificaciónde los nombres reales. Atraparlos fuera del teatro de operaciones eraextremadamente dificultoso.

Similar dificultad existió con el propio Mate Cosido, de quien seempezó a dudar de su verdadero apellido. Cabe señalar que, cuandofue atrapado su hermano Marcelino, conocido como Mate CosidoChico, el hombre se identificó con otro apellido. El célebre bando-lero, quizás por este motivo, figura en el prontuario con otros nom-bres, además del suyo, el de Segundo David Peralta. Esto lo sabe-mos gracias a Don Julio Manuel Lupi, una de las personas que con-sultamos, nacido en el año 1918 en Reconquista. En diversas entre-vistas mantenidas con él en agosto de 1995 en su ciudad natal, noscontó algunas anécdotas de la época. En ocasiones no pudo preci-sarnos las fechas de los acontecimientos, pero sí la situación:

“Célebre época [la] de Mate Cosido, donde se empezaba a ac-tivar la siembra del algodón, tenia su pandilla en el Chaco, cu-yas ramificaciones llegaban a la provincia de Santa Fe, la gentesimpatizaba con él porque manifestaban que el producto desus hazañas y pillajes lo invertía en ayudar a la gente necesita-da, de condición humilde, lo que dio lugar a que no fue muyaplaudida la dispersión de la banda”.


En el prontuario se nombra a Lorenzo Benitez (ex Cabo de lapolicía), a Marcelino Peralta, hermano menor de Mate Cosido, y aJuan Bautista Bairoletto, hombre de nutrido prontuario en las pro-vincias de Buenos Aires, Río Negro y La Pampa, a quien la prensade la época denominó “el último bandido romántico” o “el RobinHood criollo”.

Bairoletto cumplió con su palabra de no caer vivo en manos dela policía, y terminó como Hobsbawm ha dicho que terminan casitodos los bandoleros sociales: traicionado por uno de sus ex com-pinches, Vicente Gazcón –“El Ñato”–, que había negociado su suerte.

En un acto posterior a estos hechos, El Ñato fue ajusticiado poramigos de El Pampeano. Luego de la dispersión de la banda de MateCosido, Bairoletto volvió a su antiguo territorio y se radicó en unazona cercana a General Alvear con su mujer. Su muerte se produjoel 14 de septiembre de 1941, luego de un violento tiroteo con lasfuerzas policiales que sufrieron un número considerable de bajas, apesar de que El Pampeano hacia tiempo que no participaba de he-chos delictivos, se había recluido en un modesto rancho, sin mante-ner contacto con sus secuaces. La tumba de Bairoletto, famoso ban-dolero social, en General Alvear, provincia de Mendoza, es un lugarde veneración al cual concurren miles de personas de todos los rin-cones del país.

Julio Centurión, sindicado como cómplice de Mate Cosido, re-sultó ser una pieza clave para la Gendarmería Nacional, ya que susdelaciones pusieron al descubierto una gran parte de los secretos dela organización. A partir de su captura, aunque en realidad JulioCenturión se entregó por propia voluntad, la banda entró en francadecadencia y dispersión.

Otro miembro de la banda fue Angel José Casco, identificadoen todas las páginas de la prensa como “un soldado del ejercito deMate Cosido”, que fue atrapado por la policía de Entre Ríos. Peropara las autoridades Policiales y de Gendarmería, había también unnutrido grupo de sospechosos, cuyos nombres reproducimos en elCuadro IV según el informe del auxiliar Solveyra Casares de laGendarmería Nacional.

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CUADRO IVSOSPECHADOS DE SER INTEGRANTES O

COLABORACIONISTASNOMBRE ALIAS O RELACION

Segundo Manuel SandovalAntonio Pedro VillaPedro AbeleiraElias Antonio AmadoCarmen SolplanJuan Manuel VillaGuillermo FreteFrancisco Javier CenturiónFernando Del PinoApolinario PerezEmilio Ferrer DiazRoberto VarelaBernardo VallejosAntonia VelázquezGuadalupe VelázquezDavid Adriano DelgadoAntonio Ricardo LarramendiIgnacio PazAmbrosio MercadoFelipe FarahTiburcio AlvarezLindor RodriguezJuan Fernando Barrios o Melena o El CordobésEduardo LopezTiburcio CisnerosPascual LlorenteEstanislao DíazFortunato MolinaCelestino FernándezSofía Ortiz de GodoyBonifacia La Cruz MontielMaximino Alvarez padre de Herminia CarneiroHerminia Carneiro concubina de Mate CosidoRamona Romano mujer de Mate Cosido


Ramona Lidia VergaraFrancisco NúñezDonato MontielJuan OrtizRamón OrtizRamón BarreraFélix Ismael LópezJosé Sánchez DiezPetrona Rolón de DelgadoRamón de la Rosa BasualdoRamón Rosa CorvalánJuan Modesto CorvalánSebastián AlfonsoAmbrosio GonzálezValentín AidanaManuel MarconiMaumary El EstancieroManuel DelgadoRecarte SanchezPereno (Comisario de Charata)Leopoldo Montenegro Ex comisario de Villa AngelaSavatel MontotoComisario de Villa Berthet.Ernesto.Peirote El HerreroMolina Endero.Marcelina Flores mujer de Gerónimo InsaurraldeRodolfo Corsini

Un apartado especial merece en este contexto el hombre que seidentifica en el prontuario número seis de la Gendarmería Nacional,Reilly Carlos o Rubio Celestino o Andrés o Ríos Carlos o Reiler oBustos Morán.

Este personaje había nacido en el Chaco el 30 de noviembre de1905. Su profesión era la de “agente judicial”. Rubio Celestino, en ladeclaración que efectuó a la Gendarmería durante el ejercicio de lapresidencia de Roque Sáenz Peña el 8 de octubre de 1940, dio una

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demostración global de la magnitud organizativa de la banda y, prin-cipalmente, de la preocupación de su jefe por sus subordinados.

Estando preso en la cárcel de Santiago del Estero, RubioCelestino conoce a Marcelino Peralta, hermano de Mate Cosido. Pos-teriormente, a través de Ricarte Sanchez, vuelven a encontrarse y almismo tiempo establecen contacto con el propio Mate Cosido quien,sabiendo que Rubio trabajaba en el estudio jurídico a cargo del Dr.Acosta, le solicita que “llegado el momento desearía que el estudioen que trabajaba se hiciera cargo de la defensa de cualquiera de loscomponentes de la banda o de sus encubridores, llegado el caso deque alguno de estos fueran detenidos”. Este pedido se concretó araíz de la detención de Ricarte Sánchez, Félix Ismael López y Ma-nuel Delgado. Posteriormente prestó idénticos servicios con la de-tención de la concubina de Mate Cosido, radicada en el Chaco, denombre Herminia Carniero, así como con Sofía Ortíz, FranciscoAlvarez y la concubina de Marcelino Peralta.

En sus declaraciones ante las autoridades, Carlos Rubio expusoacerca de las conexiones con empleados de Correos como el Sr. Veray con agentes de la policía tales como el sargento Flores y otro per-sonaje de apellido Velázquez quienes, de acuerdo a las manifestacio-nes del propio Mate Cosido, iban a buscar plata para el ComisarioGuesalaga. Aclaró, no obstante, que “nunca actuó directamente enningún asalto de los que se le atribuyen a Mate Cosido y su Banda”.

No quedan dudas sobre la importancia de este hombre en la or-ganización. Sus declaraciones no sirvieron de mucho a las autorida-des, las cuales, sin embargo, tomaron nota del todo el testimoniocon recelo y sospechas. Su principal preocupación entonces era la deatrapar a Segundo David Peralta.

Muchos de los sospechosos, sindicados como cómplices y encu-bridores, tuvieron participación activa en asaltos y robos. Algunosse retiraron de la acción pero siguieron sujetos a la órbita de influen-cia de Mate Cosido, quien, cuando necesitaba de ellos, los hacia lla-mar, obteniendo respuestas inmediatas a la convocatoria, aun cuan-do se encontrasen a kilómetros de distancia del lugar donde se halla-ba el líder.


En general, podemos afirmar que la policía pudo detener a granparte de los nombrados. Todos ellos fueron sometidos a intensosinterrogatorios, que no dieron muchos frutos. La enorme mayoríapudo guardar el secreto, respetando los códigos de la organización.La prensa informó que los cómplices preferían quedar en manos dela policía o ir a la cárcel, antes que delatar al Jefe.

Las operaciones ejecutadas por la banda, realizadas durante unlapso dilatado de tiempo, se centraron en objetivos importantes: lospreferidos fueron principalmente empresas de capital extranjero, ta-les como Anderson y Clayton, Dreyfus, Bunge y Born, La Forestal,Quebrachales...., así como las entidades bancarias. También se in-cluyó a prestamistas y grandes terratenientes vinculados con el capi-talismo agrario.

CAPÍTULO 5

Mate Cosido, su banda, los agentes y la prensa

Una pregunta contornea los hechos que venimos narrando: estossujetos históricos protagonizaron hechos condicionados por unasituación espacial y temporal particular. Pero ¿por qué el Chaco,Corrientes, el norte de la provincia de Santa Fe y La Pampa fueronlos territorios en los que se reprodujeron los llamados bandolerossociales argentinos? ¿Guardan estos sucesos algún tipo de relacióncon las zonas geográficas que permiten particulares bases de opera-ciones así como lugares idóneos para ocultar a sus miembros?

Frente a las características organizacionales de los bandoleros,la situación para las autoridades locales rápidamente se tornó insos-tenible. Esto provocó que se produjera la intervención de una Fuer-za de Seguridad Nacional creada para enfrentar este problema, peroque disponía de los elementos esenciales para adaptarse a las diver-sas circunstancias. Estamos hablando de la intervención, a partir de1939, de la Gendarmería Nacional.

La suerte posterior a la desesperada huida de Mate Cosido, lue-go del último secuestro en la persona de Jacinto Berzón, el desban-de, luego de la emboscada planeada por los efectivos pertenecientesa la Sección Especial de la Gendarmería Nacional... se trata de he-chos que rompen de alguna manera un trayecto social original delbandolerismo social en Argentina. Tal como podemos reconstruir apartir de los datos elaborados por el auxiliar Solveyra Casare, de laGendarmería Nacional, destaca que estos hechos se dieron básica-mente en el entonces Territorio Nacional del Chaco, sobre el que lasautoridades ejercieron un gran control con el claro objetivo de eli-minar “el flagelo de los bandoleros”. Corría la década 1940: se vaestableciendo una suerte de final nebuloso sobre la banda.

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La Sección Especial de la Gendarmería Nacional fue disuelta añosmás tarde. Algunos de sus integrantes llegaron a ocupar cargos en elárea de inteligencia del gobierno del general Juan Domingo Perón.Existen documentos clasificados en los que se consigna que variosde los efectivos fueron destacados para vigilar objetivos o realizarpesquisas en viviendas de sospechosos o con alguna relación conSegundo David Peralta. Una de sus tareas era realizar seguimientosdel posible itinerario de Mate Cosido por lugares concretos, talescomo Orán, Rosario, Formosa y varias ciudades de Paraguay. EnParaguay fue donde mucha gente afirmó haberlo visto, luego de lasnoticias periodísticas anunciando su muerte.

Esta toma de decisión por parte del Poder Ejecutivo Nacional serealiza a través de la utilización de la policía territorial, pero tambiénde otras fuerzas de seguridad particulares. Una de las más importan-tes fue la creada por los capitales Ingleses de La Forestal común-mente conocida como “los cardenales”, que estaban al servicio degrandes financieras y de los contratistas de los obrajes.

Estas fuerzas de seguridad demostraron singulares falencias.En primer lugar, la falta de suficientes medios de transporte, ar-

mamento y comunicaciones modernas; en segundo lugar, la organi-zación de bandoleros sociales no disponía de las últimas novedadesen armamentos de tipo automático –como ametralladoras– pero síutilizaban el Colt “45”, el Máuser corto y tenían un excelente mane-jo del Winchester 44-40 (arma muy común en los medios rurales).Sabían utilizar estas armas en un tipo de combate muy similar al dela guerra de guerrillas o los modernos “comandos”, caracterizadospor su audaz dinamismo y su planificación. Entre ellos, la consignaprincipal se reducía a la simple ecuación de golpear en forma impre-vista aprovechando la sorpresa, para luego desaparecer de la mismamanera, silenciosamente, tal como habían llegado.

Pero también existían toda una serie de manejos contempladosen un código de conducta muy particular, dirigidos al arreglo decuentas para el soplón o para los abusadores de la gente desprotegida,quienes en definitiva resultaban indefensas víctimas del trabajo ex-


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plotador. Resulta demasiado tentador, al sondear en los registros, laimagen que la Gendarmería Nacional tenía de Mate Cosido. Dice:“cuantos lo trataron o le sirvieron, guardaron recuerdos de su gene-rosidad. La versión popular se empeña en adornar a ese bandido conactitudes caballerescas e hidalgas, que no le restaban por cierto, labárbara energía necesaria para perpetrar sus crímenes y asaltos”.3

En el extenso informe elaborado por un efectivo de la Fuerza seconsidera a Segundo David Peralta como un delincuente común. Lapersona encargada de redactar el documento desliza todo un caudalde reconocimiento y admiración, en referencia a algunas actitudesdel bandolero con la gente de su pueblo, su metodología organizativay la astucia que le caracterizaba. También en el informe, además deadmiración y respeto hacia el bandolero, deja entrever que se tratóde una persona que llegó a conocer profundamente las costumbres yla capacidad de Mate Cosido, y esto es producto de gente que pusomuchas energías en el objetivo de atraparlo.

Mate Cosido conocía todo el país: montes, pueblos y ciudades.Conocía y sabía actuar en las zonas habitadas porque eran las suyas.De allí la dificultad para apresarlo. Mate Cosido, en una ciudad, enun barrio o calle cualquiera, era uno más, sin un solo detalle que lohiciera notable o que llamase la atención. Era el hombre de cuello ycorbata, como fuera definido en una oportunidad por la prensa. Susrelaciones con los mensús, los colonos, chacareros, con los desam-parados del territorio, mantenían al bandolero en conocimiento cons-tante de todas las novedades que le interesaban. Sabía moverse a tiem-po, retirarse, detener su acción, y refugiarse en el rancho donde al-guna vez dejó 200 pesos para levantar un embargo, comprar un me-dicamento, o pagar una deuda.

Se llegó a saber través de diversas investigaciones que Mate Co-sido adquirió en proximidades de la ciudad de Córdoba, sobre elcamino a Toledo, kilómetro ocho y medio: una quinta en las queaprovechaba para pasar temporadas de descanso junto a su concubi-

3 Material de Archivo, revistas nº 14, 15 y 16 de la Gendarmería Nacional.


na Ramona Romano y su pequeño hijo, Ricardo Fernando. Ese lu-gar fue transformado en una fortaleza, edificada en un campo devarias hectáreas. Dicha propiedad figuraba a nombre de uno de sushermanos, empleado de correos, y se había constituido en la conexiónmás firme entre Mate Cosido, su mujer Ramona Romano y su hijoFernando.

Al efectuarse un allanamiento, pudo comprobarse la existenciade un túnel que partía desde el interior y desembocaba a varios me-tros de la construcción en medio de un cañaveral. Para la policía,esto reflejaba la permanente atención y el celo que tenía Mate Cosi-do respecto de su seguridad. La planificación de todos sus asaltos,además, comprendía un pormenorizado estudio del escenario don-de irían a moverse. No es casual por lo tanto, encontrar en las proxi-midades de los hechos picadas recientemente abiertas en el monte,donde los perseguidores sólo encontraban algún jirón de ropa, a vecesun sombrero caído y repetidas veces el impenetrable silencio de laselva. Recién entonces, y en esos parajes, se daban cuenta que habíansido víctimas de la habilidad del bandolero.

Algunas publicaciones periodísticas de la época, como el diarioLa Opinión editado en Córdoba del 2 de diciembre de 1939, señala-ron que “las hazañas delictivas de Peralta, le han creado una justicie-ra fama, porque su coraje, su habilidad, su extraordinaria puntería,confirmada en la serie de atracos que realizara, le dieron el tristerenombre que hoy goza”.

En el diario Tribuna Chaqueña de Sáenz Peña, de fecha 18 demarzo de 1940, puede leerse información sobre la muerte de la ma-dre de Mate Cosido:

“murió en el hospital San Roque de Córdoba, el 20 de febrerode 1939. Sus restos fueron llevados a la casa de un hijo suyo,encargado de la oficina de valores en el Correo de esa ciudad,sabiéndose que en reiteradas ocasiones le ha hecho pedidos dedinero al hermano pistolero con el pretexto que era para aten-der las necesidades del hijo. Se sabe que Mate Cosido sienteverdadera pasión por Ricardo Fernando, su hijo”.

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Al velorio de la madre concurrieron agentes de GendarmeríaNacional. Mate Cosido lo sabía y, sin embargo, llevado por el cariñoque profesaba a “su viejita”, asistió al velorio, jugándose entero paracumplir con su deber de hijo. Rodeado de un grupo de mujeres en-tró una mujer con vestido de luto, que pasó entre los agentes, y des-pués de besar la cara de la mujer muerta, se sentó, rezó o simulórezar una plegaria, pasando luego la noche del velorio y acompa-ñando los restos de la mujer al cementerio. Meses más tarde la poli-cía Cordobesa supo que en dicho velorio había estado Mate Cosido.

“La policía fabrica DELINCUENTES”, así fue titulado el nu-mero 488 del periódico ilustrado Ahora del 23 de febrero de 1940.En dicho medio gráfico la nota periodística justifica de una maneramuy particular la presencia de delincuentes. El Pibe Araujo, el PibeCabeza y Mate Cosido se hicieron bandoleros después de haber su-frido largas e injustas persecuciones policiales; “La policía fabricamás delincuentes que el hampa”. A menudo una sospecha o una ri-validad personal pierde a un hombre al hacerlo caer en la órbita deuna sistemática y despiadada persecución policial. La crueldad delos castigos corporales y la reiteración de los procedimientosabusivos, terminan por quebrar cualquier línea de conducta. El per-seguido injustamente termina por hacerse esta reflexión: “—Que mepersigan con razón. Y delinque de verdad. Ya está fabricado el delin-cuente”.

Los casos de Manuel Pavón, El Pibe Araujo y José Gordillo, ElPibe Cabeza, causaron un gran impacto en la opinión pública, am-bos abatidos por la misma Comisión policial, reflejan entre otros,las persecuciones sin sentido por parte de los organismos represi-vos, el primero tenía como circunstancia agravante el ser hermanode un presidiario en el penal de Tierra del Fuego. El Pibe de losbañados y el Pibe Argentino, muerto a tiros por la policía, quientambién fabrica el apodo que pasará a identificar a Pavón. Al segun-do se lo persigue en primera instancia por el solo hecho de ser hijode un militante socialista de Junín, provincia de Buenos Aires. Eran


otros tiempos, aunque paradójicamente se repitieron en varias eta-pas de nuestra historia.

“El hombre que busca la policía, escribe a Ahora”: así fue titula-da la portada del periódico, después de un tiempo prudencial y cuan-do no se tenía certeza sobre el final de estos acontecimientos. Setejieron diversas hipótesis y comentarios infundados por parte dedistintos medios de información, los cuales no titubearon en gastartinta y papel afirmando que el bandolero había caído en manos de lajusticia o que había muerto en el monte, después de haber sido pre-suntamente herido en una emboscada tendida por las autoridades.

Una carta, firmada con el nombre de Manuel Bertolatti, que fueusado con cierta frecuencia por Mate Cosido, está fechada en el Chacohacia marzo de 1940. Según confirmación de la Gendarmería Na-cional, la letra corresponde a la de Segundo David Peralta: la autoríase determinó al comprobarse similitud con la letra de otras cartas, enlas cuales pedía rescate a los familiares de secuestrados.

Acompaña a la carta el siguiente texto: “Al señor Director delperiódico ilustrado Ahora, Buenos Aires, distinguido señor: ruegoseñor director quiera dar cabida en las columnas de su prestigiosoperiódico ilustrado ahora, la carta que va adjunta a esta”. En estasegunda misiva, Mate Cosido escribió:

“Yo sé señor director que mi carta adolece de errores ortográ-ficos y de redacción, pero mi intención al hacer publicar estaslíneas no es pasar por hombre de letras, lo hago a mi alcance ynada más, quiera que ella resulte lo más perfecta posible. Agra-decido de ante mano salúdalo con mi mayor consideración yrespeto. M. Bertolatti”.

La carta, reproducida por el periódico ilustrado Ahora en tresentregas semanales y que reproducimos en el apéndice documentalde este volumen, es una confesión de Mate Cosido.

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Un breve análisis nos hace llegar a la conclusión de que no exis-ten contradicciones entre lo confesado voluntariamente por MateCosido, y la realidad de lo acontecido en el territorio del Chaco. Suanecdotario está repleto de sorprendentes gestos de generosidad di-rigida a los más humildes: no solo repartía gran parte del dinerologrado en sus asaltos o secuestros, sino que muchas veces, aún conriesgo de su vida, supo llegarse a los centros poblados para comprarmedicamentos o buscar al medico, con el fin de socorrer a niñosenfermos. Quizás ésta sea una de las anécdotas que más perduran enel imaginario social, así como la de aquellos asaltos cometidos con-tra empresas, en donde desvalijaba la caja de caudales, sin tocar lossobres destinados a pagar los sueldos de los obreros o empleados.

La carta da por terminada todas las sospechas y contradicciones,señaladas por los informes de la policía y algunos medios gráficos deinformación, en el caso de algunos delitos realizados por otros, quegeneraron opiniones adversas de la gente. El bandolero aclara que“no resulta extraño que algunos delincuentes utilicen para desemba-razarse de sus propios errores o atropellos, la fama ganada por otros”.

Una de las modalidades de acción de Mate Cosido fue el secues-tro de personas. Todas las víctimas de esta situación que hicierondeclaraciones a la policía, pusieron énfasis en el buen trato recibidopor los “delincuentes”.

Es sorprendente el caso de la señorita Gregoria López de tansólo 17 años de edad, a quien trataron con suma delicadeza y esme-rada atención durante los ocho días que duró el cautiverio, hasta quefue cobrado el rescate de 15.000 pesos, pagado por su padre el señorAmador López.

Otro de los casos llamativos aconteció con el señor Gabardini,quien hizo declaraciones que terminaron por desconcertar a la poli-cía, ya que “los delincuentes” lo atendieron tan bien, que todos losdías se esmeraban por satisfacer los deseos de la víctima, sirviéndolede comer el menú que este apetecía, y realizando lo que fuera nece-sario para conseguírselo.


La banda de Mate Cosido fue desde sus inicios un verdaderoazote justiciero que se abatió sobre los conocidos prestamistas acos-tumbrados a una usura imperdonable sobre los pequeños comer-ciantes o chacareros, la metodología empleada consistía en repartirdinero a los sufridos deudores, para que estos pudieran saldar lasdeudas con sus acreedores, finalizada esta operación, el prestamista,siempre en algún lugar recóndito de los caminos, era despojado delas sumas de dinero cobradas a sus deudores.

En un intrépido desafío a la Instituciones encargadas de vigilar yhacer cumplir el orden social, numerosas veces “Mate Cosido”, pusoen ridículo especialmente a los funcionarios de alta jerarquía, con locual lograba vengar una vieja deuda con la policía.

El texto de esta carta es importante porque explica algunosinterrogantes surgidos en la investigación. Al mismo tiempo los con-ceptos vertidos en este documento histórico, son una prueba con-tundente a la hora de evaluar los hechos, ya que las denuncias efec-tuadas contra La Gendarmería Nacional, son muy duras, y despejandudas con respecto a algunos hechos que en su momento se le adju-dicaron al bandolero.

CAPÍTULO 6

Consecuencias obligadas: la Gendarmería Nacional

Sin ninguna duda, el papel jugado por la Gendarmería Nacional enla lucha contra los bandoleros del Chaco y otras latitudes, consistióen dar por terminada la actuación de esas bandas armadas.

Siendo Presidente de la Nación el Dr. Ortiz, se dio cumplimien-to a una Ley largamente debatida en el Congreso de la Nación, la12.367, la cual solicitaba la creación de un cuerpo de seguridad paracombatir el “flagelo” de las bandas organizadas.

A tal efecto la Gendarmería, haciendo eco de las órdenes emana-das del Poder Ejecutivo, destaca una Sección Especial, conformadapor individuos, algunos de ellos muy familiarizados con la zona,(entre cuyos componentes existían miembros que hablaban elquechua y el guaraní o que se destacaban por reunir condicionesespeciales necesarias para el cometido impuesto, tales como familia-ridad con el medio geográfico y aptitudes especiales ante condicio-nes hostiles ) para emprender la persecución de Mate Cosido y sushombres. Por supuesto, esta situación se planteaba de tal forma comorespuesta, ante la inoperancia de los miembros de la Policía del terri-torio chaqueño y de las provincias circundantes, algunos de los cua-les también se pudo descubrir más tarde, tenían importantes vincu-laciones con los bandoleros.

La Gendarmería Nacional se ganó el desprecio de Mate Cosidoy de la totalidad de sus hombres, al margen del temor de una granmayoría de la población que veían a esta fuerza como un elementoextraño en el medio y por la utilización de métodos, hasta entoncesdesconocidos en esas latitudes.

Párrafos atrás hemos citado un breve fragmento del texto de lacarta publicada por el diario Ahora en marzo de 1940. En ella, Mate

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Cosido señala que la Gendarmería Nacional no ha sabido actuar conastucia ni con perseverancia, también dice que el ofrecimiento deuna recompensa, para quien disponga de datos que lleven a su cap-tura es, en síntesis, una “confesión de impotencia” de las propiasautoridades las cuales, además, se habían valido, para conseguir con-fesiones de los detenidos, del uso de la terrible picana eléctrica. Re-cordemos que el periódico ilustrado Ahora era entonces un mediográfico de gran tirada e importancia.

Luego del secuestro de Jacinto Berzón, Mate Cosido desaparececomo tragado por la tierra en la zona de montes. A posteriori setejen hipótesis sobre la suerte corrida por Segundo David Peralta.La Gendarmería Nacional en un accionar rápido e implacable, ter-mina por barrer con todos los vestigios de la banda de Mate Cosidodando un final trágico entre otros a la vida de Pascual Miño, aliasTata Miño, en el mes de noviembre de 1941.

Los demás miembros de la organización corren distinta suerte:algunos son atrapados y encarcelados, purgando desde entonces dis-tintas penas; otros, los menos, caen abatidos por las balas de las fuer-zas encargadas de la represión, y la mayoría logra conseguir el mis-mo destino de su jefe, esfumarse sin dejar ningún tipo de rastro. Enel caso de estos últimos debemos acotar que no todos eran elemen-tos de acción directa, ya que se trataba de distintos componentes dela banda que cumplían un sinnúmero de funciones de importanciaestratégica para la misma, pues se encontraban abocados a brindartodo tipo de información, estudio y preparación del terreno, antesde cada asalto o secuestro. Estos eran conocidos como los “dateros”,tal como consta en la carta que Mate Cosido dirigió al director deAhora. También había otros que se encargaban de intervenir en ac-ciones de despiste y distracción, cuando se efectuaba la reacción delas fuerzas policiales.

Cabe destacar que la Gendarmería, a diferencia de la Policía Te-rritorial, contaba con modernos equipamientos de comunicaciones,vehículos tales como aviones, camiones, motos con sidecar, armasautomáticas de última generación, ametralladoras, equipos de gases,etc.


El último episodio de esta sorprendente y audaz historia, fue elsecuestro del señor Jacinto Berzón, el 22 de diciembre de 1939, enVilla Berthet, junto con un peón menor de edad de apellido Saucedo.Esto sucedió a los cinco meses de estar la Gendarmería Nacional enel lugar, entidad a su vez presionada por la orden de las autoridadespolíticas nacionales, a quienes las fuerzas vivas del Territorio Nacio-nal del Chaco les habían dado un ultimátum: encontrar o capturar aMate Cosido vivo o muerto.

A raíz de esto pusieron todos los recursos a disposición de ladifícil empresa de atrapar al bandolero. La Gendarmería hizo impri-mir un “Reward” donde se ofrecía 2.000 pesos de recompensa por lacaptura de Mate Cosido. A través de una estudiada planificación,contando con información confidencial, unos cincuenta gendarmesde la Sección Especial, conjuntamente con el destacamento de VillaBerthet, empiezan a batir los montes donde se presumía que se refu-giaba la banda con el secuestrado.

En relación al secuestro de Jacinto Berzón, la carta con el pedi-do de rescate, dirigida a los familiares de Berzón en la ciudad deRafaela, provincia de Santa Fe, exigía la suma de 50.000 pesos. En lamisma se instruía sobre la forma de entrega, utilizando el sistematradicional característico, que fue una constancia para todos los se-cuestros “arrojar el dinero en un paquete, desde un tren en marchacuando vieran las señales de luz de una linterna, haciendo círculos”.Este documento fue recibido por la hermana de la víctima, e incluía,entre otras cosas, una serie de consideraciones despectivas para laGendarmería y una amenaza “de no cumplirse con lo solicitado suhermano sería, pasto de los cuervos”. Esta carta se conserva en elarchivo de Gendarmería Nacional y fue interceptada por este orga-nismo.

La intervención de la fuerza fue un hecho inusual, ya que en lamayoría de los casos de secuestros, los familiares de las víctimas ne-gaban tal situación por temor a sufrir represalias o poner en peligrola vida de los secuestrados. Con respecto a este hecho, las entrevistasque realizamos nos permitieron descubrir, con sorpresa, que existía

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una cantidad significativa de secuestros que se conocieron luego demuchos años porque sus familias, sin la intervención de los agentes,negociaron directamente la libertad de sus seres queridos a espaldasde las autoridades nacionales.

Los bandoleros solicitaban que la persona que llevara el dinerodel rescate debía tomar el día 8 de enero el tren que iba desde SantaFe con destino a Villa Ángela, en el Chaco. En la estación deHaumonia tenía que bajar y realizar un trasbordo al tren que se di-rigía a Villa Berthet, donde se tenía que ubicar hacia el lado izquier-do, debiendo arrojar el paquete cuando viera la señal de luz. Estapersona fue custodiada por una dotación de gendarmes armados deuna ametralladora.

Estos preparativos fueron realizados muy minuciosamente, yaque en todos los casos de cobro de rescate intervenía directamenteMate Cosido. Mientras en las cercanías del campamento donde man-tenían en cautiverio a Jacinto Berzón a quién custodiaba el bandole-ro Julio Centurión, la gendarmería intensificaba el patrullaje. El cóm-plice –quizás por miedo– cometió su traición, accedió a entregarse alas autoridades con una sola condición, no ser entregado en manosde la Gendarmería y sí con la policía de Villa Berthet.

Los hechos posteriores dan cuenta de un cobro de secuestro frus-trado: el paquete fue arrojado, conteniendo en su interior papelessin valor, pero no terminó con la captura de los bandoleros –MateCosido y de quien lo acompañaba en esa oportunidad, Tata Miño.El arma automática de la Gendarmería que venía en una autovía de-trás de la formación ferroviaria, al atascarse, sólo pudo disparar untiro. El imaginario social de los sectores populares que veneran a losbandoleros dice, entre otras cosas, que esos bandoleros sociales soninmunes a las balas.

Los medios de información dijeron que Mate Cosido fue heri-do, y que quizás murió desangrado en el monte, ya que se encontróropa ensangrentada en las cercanías del lugar. El epílogo se cierracon la propia historia que relata Segundo David Peralta meses des-pués, demostrando que no sólo rompió el cerco tendido por las fuer-zas de la Gendarmería Nacional, sino que había salido de esta em-


presa con vida y con ganas de burlarse otra vez de sus perseguido-res.

A partir de este momento, nos quedan algunas hipótesis que fue-ron plasmadas en un documento elaborado por las Fuerzas de Segu-ridad que intervinieron. Durante un año la policía vigiló sin éxito lacasa ubicada en la provincia de Córdoba, donde vivían su mujerRamona Romano y su pequeño hijo Ricardo Fernando.

Debido a innumerables datos recogidos por pesquisas policiales,la Gendarmería envió hombres tras el rastro de Mate Cosido pordistintas provincias del país y por los países limítrofes, en particularal Paraguay. Todos los datos y reconocimientos fotográficos efec-tuados confirmaron el paso de Segundo David Peralta, por Salta,Jujuy, Bolivia, y Paraguay. Incluso mucha gente afirmaba haberlovisto en la ciudad de Rosario y su zona de influencia, generalmentecomo vendedor de baratijas. También se tenía conocimiento de queotro de sus hermanos residía en esa localidad. Se les dio aviso a lasFuerzas policiales de todas las provincias y territorios del país y deEstados limítrofes, los cuales, como fue el caso de Paraguay, respon-diendo al pedido de sus pares argentinos. Paraguay envió inmedia-tamente datos concretos sobre una supuesta persona que, segúncreían, se trataría del peligroso bandolero prófugo. Consta en el pron-tuario que “entre los meses de abril y mayo de 1941 Segundo Peraltahabría estado en el Paraguay, viéndoselo con una valija conteniendobaratijas, las que ofrecía diariamente en el mercado local y calles. Seprobó que Mate Cosido recibió dinero enviado de Argentina porsus familiares, a la casa del nombrado Hernán Díaz Perez, amigopersonal del delincuente el que, durante cierto tiempo, estuvo radi-cado (Díaz Perez) en nuestro país, como exiliado paraguayo”.

Desde Asunción, Mate Cosido habría pasado a Villa Aurelia.Posteriormente surgieron versiones que podría encontrarse en la lo-calidad paraguaya de Luque y en escalas sucesivas en Villa Hayes,San Lorenzo, Itá, Yaguarón, Caraapeguá y Villarica.

Ninguna de las comisiones enviadas por la Gendarmería Nacio-nal a efectuar allanamientos con el apoyo de las autoridades policiales

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paraguayas tuvo éxito en la empresa. Siempre llegaron tarde y, comoera su costumbre, Mate Cosido se esfumó, una vez más en los mon-tes urbanos, para transformarse y dar lugar a la leyenda, que se vioenriquecida por el imaginario social de los sectores populares queveneran la figura del bandido y al que todavía siguen esperando.


CONCLUSIONES

La aparición del bandolerismo social en el Chaco y en el norte de laprovincia de Santa Fe se debe a la presencia de ciertas condicionesfavorables, que fueron interactuando y al mismo tiempo dieron per-manencia al fenómeno. El territorio en cuestión carecía de aquelloselementos característicos de la supuesta “modernización” –tales comorutas o caminos en condiciones, comunicaciones eficaces (correos,telégrafos), una administración pública eficiente. A todo esto hayque sumar un medio geográfico y climático muy particular, que ofre-cía generosamente innumerable cantidad de refugios donde ocultarse.

La presencia de todos estos elementos, a nuestro entender hacenen definitiva que el desarrollo y permanencia de bandas organizadasno resulte un simple y vulgar hecho propio del azar. Tampoco resul-ta extraño el renacimiento del fenómeno que aquí abordamos. 20años más tarde en el periodo de 1961 al 1967, los hermanos Velázquez,también bandoleros sociales, continuaron por la misma senda de MateCosido allá en el Chaco, y, como este último, se transformaron enpersonajes de leyenda, vengadores de injusticias para los sectorespopulares.

Sin duda alguna la organización de bandoleros sociales del terri-torio chaqueño encontró su epilogo en la desarticulación provocadapor la intervención de un cuerpo de seguridad de carácter nacional.El factor desencadenante radicó en la presión ejercida por el conjun-to de las “fuerzas vivas” del lugar, a las cuales esta serie ininterrum-pida de robos y secuestros les estaba ocasionando muchas perdidasde carácter económico y, de alguna manera, también socavaba el sta-tus social en el cual estaban encaramados los sectores de la alta so-ciedad.

Este cuerpo de seguridad nacional de reciente y discutida crea-ción, gozó en su momento de varios factores a favor en su luchacontra los bandoleros. El principal de todos ellos fue su propia si-

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tuación de ajenidad, que hizo que la institución interviniente en elconflicto, no solamente se destacaba por ser algo nuevo, sino quetampoco poseía vinculaciones con otras instituciones ya viciadas dellugar, lo cual en muchas ocasiones suelen generar suspicacias. Enotras palabras, la Gendarmería Nacional actuó presionada por va-rios sectores del poder.

Fueron las empresas de capitales extranjeros, Anderson yClayton, Dreyfus, Bunge y Born, La Forestal, entre otras, las prin-cipales perjudicadas por el accionar del bandolerismo social. Y estefenómeno surge como respuesta a las injustas condiciones de vidade vastos sectores populares de la población.

En una entrevista realizada a Pedro Montero en Resistencia,Chaco, en agosto de 1995, este último afirmó que

“Mate Cosido tuvo a maltraer a los sectores enriquecidos ypoderosos, por un lado, el tener en jaque a estos señores pro-vocó la simpatía de la gente, porque veían a los bandoleroscomo justicieros vengadores de su propia situación de injusti-cia y maltrato. Cuando los bandidos demostraron que no eransimples delincuentes como lo identificaban los medios oficia-les, y esto resulta así porque los mismos ayudaban económica-mente con el producto de sus hazañas, a quien lo necesitara,esto provoca una adhesión y un alto grado de lealtad”.

Hay, sin embargo, un hecho que no deja de tener importancia,pero que confirma fehacientemente el testimonio. Cuando laGendarmería Nacional hace circular un Reward, al viejo estilo dellejano oeste de Estados Unidos, en el cual se prometía 2000 pesospor la captura vivo o muerto de Mate Cosido, la fuerza no logra suobjetivo, no porque la suma ofrecida fuera exigua, sino porque lagente, al dinero, antepuso la lealtad y el respeto al bandolero.

Según el testimonio del Sr. Fernández, cuyo padre trabajo mu-cho tiempo con Eusebio Zamacola en una chacra de su propiedad


“la intervención de la Gendarmería y la existencia de una recompen-sa, provoco ciertos grados de ambivalencia, por un lado temor a lodesconocido, especialmente cuando llevan uniformes, y por otro ladouna extraña mezcla de bronca y gracia, aunque todo el mundo reco-nocía que la recompensa no era una suma despreciable, pero MateCosido valía mucho más que eso”. Esto se pudo comprobar mástarde, cuando Segundo Peralta, pudo escaparse de todos los cercostendidos para atraparlo, burlándose en las propias narices de la poli-cía territorial y de la Gendarmería Nacional, lo que nadie discute esque para lograrlo contó con la colaboración de mucha gente anónima.

Durante años se siguió investigando sobre el paradero de Se-gundo David Peralta. Hasta el momento nadie habló ni dio pistaspara ubicarlo. Los intentos de la policía llegaron hasta su hijo Ricar-do Fernando, lo cual añadió mayor confusión al panorama ya que seubicó a varias personas que respondían al mismo nombre o apelli-dos Peralta o Romano (Ramona Romano, mujer de Mate Cosido,falleció el 4 de enero de 1961 en la capital de la provincia de Córdo-ba. Aunque se trató de investigar a todos, incluidas aquellas “perso-nas que puedan informar respecto a su conducta”, no se consiguiónada.

Eric Hobsbawm sostiene que:

“el bandolerismo social, fenómeno universal y que permanecevirtualmente igual a sí mismo, es poco más que una protestaendémica del campesino contra la opresión y la pobreza: ungrito de venganza contra el rico y los opresores, un sueño con-fuso de poner algún coto a sus arbitrariedades, un enderezarentuertos individuales. Sus ambiciones son pocas: quiere unmundo tradicional en el que los hombres reciban un trato dejusticia, no un mundo nuevo con visos de perfección. Se con-vierte en epidémico mas bien que endémico, cuando una so-ciedad campesina que no conoce otra forma mejor deautodefensa se encuentra en condiciones de tensión y

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desquiciamiento anormales. El bandolerismo social carece prác-ticamente de organización o de ideología, y resulta por com-pleto inadaptable a los movimientos sociales modernos. Susformas más desarrolladas, que lindan con la guerra nacional deguerrillas, se dan poco, y resultan, por sí solas, ineficaces”.

Analizando este párrafo, consideramos que no se puede argu-mentar que el bandolerismo social careciera de organización e ideo-logía. En tales condiciones, la permanencia de los bandoleros se debe,en primer lugar, a la protección brindada por la comunidad en lacual actúa y se mimetiza, el grado de organización está marcado porla efectividad de su accionar contra los poderosos a los cuales des-poja de sus pertenencias, generalmente cuando se hallan en tránsitohacia algún lugar. Es la organización la que realiza el estudio e inte-ligencia de las posibles víctimas u otros objetivos.

También hemos comprobado que existen situaciones vinculantesen cuanto hablamos de ideologías, ya que en el caso de Mate Cosi-do, como la de otros personales: Juan Bautista Bairoletto, alias ElPampeano que actuó en la zona del centro argentino; EusebioZamacola, alias El Vasco, quien también intervino bajo las órdenesde Mate Cosido. Ellos tenían antecedentes como simpatizantesanarquistas, o el caso del bandolero Rubio Carlos, también lugarte-niente de Mate Cosido según el prontuario identificado con el nú-mero seis de la Gendarmería Nacional, documento que también lodescribe como un “delincuente de acción temeraria y de ideas co-munistas”.

Hoy no podemos hablar de la existencia de bandoleros sociales,pero sí de la presencia de otras formas de emergencia contra el siste-ma, como los hackers o los crackers, que constituyen una nueva ma-nifestación de la rebeldía. Los rebeldes se definen a sí mismos comojusticieros sociales: utilizan modernos medios informáticos y, a pe-sar de las profundas diferencias existentes entre ellos, luchan contrael monopolio en los medios de comunicación e invaden páginas de


Internet para establecer modificaciones en sus contenidos, cambián-dolos, en ocasiones, por otros de carácter contestatario. El siglo XX,como han señalado diversos especialistas, ha sido uno de los másviolentos y descarnados de la historia de la humanidad. Cualquierapuede aseverar que “violencia hubo siempre en todas las épocas”,pero a nuestro entender ésta se ha ido profundizado cada vez más entodos los órdenes: social, institucional y familiar.

El fenómeno de la rebelión y de la delincuencia ha cambiado.Datos suministrados en la Unidad Penitenciaria Número 3 de Rosa-rio indican que el promedio de edad de los delincuentes está en los22 años.

La precocidad tampoco sorprende: a edad muy temprana y mo-vilizados por diferentes adicciones empiezan a cometer distintos ti-pos de hurtos y robos, hasta llegar en el peor y mayor de los casos aempuñar un arma de fuego y largarse al apriete, sin llegar a impor-tarle la vida de sus semejantes. El bandolerismo social no tiene quever con la delincuencia común, pero sus ideales nos dicen mucho, enla actualidad, de su búsqueda de una sociedad mejor.

APÉNDICE DOCUMENTAL

Carta de Mate CosidoPeriódico ilustrado Ahora, marzo de 1940

Estoy siguiendo paso a paso la lectura de “Ahora” en lo que a mi serefiere, en algunos capítulos veo conceptos elogiosos de mi proce-der con los secuestrados, y lo agradezco sinceramente, ya que esaafirmación no es errónea, yo creo que el origen de esta conducta míaesta basado en esto: No soy un delincuente nato, ni creo que missentimientos sean malos. Soy una fabricación por las injusticias so-ciales que siendo muy joven ya comprendí y por las persecucionesgratuitas de una policía inmoral y sin escrúpulos.

Muchas veces intenté rehacer mi vida y volver al camino que undía me descarrilé. ¡Vano intento! Caerá en un craso error y pecará deutopista, aquel que crea que es posible realizarlo donde la policíaconozca sus antecedentes, lo primero que hacen es querer conquis-tarlo como delator, si no acepta, vienen las persecuciones (a este res-pecto di una buena lección a un jefe de policía tucumano). ¡Frescoestá el caso del “Pibe Araujo”! para que me moleste presentar másargumentación para convencer, pero a pesar de esto: Aquí va unamía.

Allá por el 1931, después de haber salido de la cárcel de Resis-tencia, me dirigí a Tucumán a abrazar a mi madre, un día mi pobrevieja entre lágrimas y sollozos me pedía que rehiciera mi vida y re-tornara al trabajo, le dije que no era fácil realizar lo que me pedía y ledescribí con los obstáculos con que iba a tropezar, no lograba con-vencerla, y ahí estaba mi dolor, sus lágrimas, sus reproches, llegabancomo un lanzazo del “Tigre de los llanos” a mi corazón, hiriendo enlo más íntimo mis sentimientos de hijo, porque yo siempre he ama-do a mi madre con toda mi alma, y llevado por el cariño a la autora

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de mis días, accedí, aunque seguro que en la práctica no iba a ser unarealidad.

[…]El Doctor Rodolfo Sosa, abogado de prestigio en Tucumán me

patrocinaba en la tarea de conseguirme trabajo; por aquella época ladesocupación asediaba la provincia, y no era cosa fácil conseguirtrabajo, y a más mis antecedentes eran otra traba, yo salía lo menosposible de mi casa para no darle la oportunidad a la policía a moles-tarme, pero para mala suerte mía en esa ocasión los “cacos” no dor-mían y noche a noche dejaban un saldo de víctimas, al otro día lacrónica policial estaba sabrosa.

No hay a negarlo que el señor Vaca de ese entonces era una res-petable persona como Jefe de Investigaciones y hasta parecía quefacilitaba los medios para que llevara a cabo mi rehabilitación social,pero desgraciadamente los sabuesos del señor Vaca en el Gobiernodel señor Nougues, eran ...[aquí usa tres expresiones categóricas eirreproducibles]4 me malquistaban con los superiores, diciendo quemi actitud no era más que una treta para delinquir mejor, hasta queel Jefe cediendo a esos requerimientos ordenó mi detención en reite-radas ocasiones en averiguaciones de robos, claro que la libertad nodemoraba en producirse en todos los casos porque carecían de prue-bas acusadoras, pero yo no estaba dispuesto a seguir soportandoeste estado de cosas, solo esperaba que mi madre reconociera misacrificio para buscar nuevos horizontes: no tardo en llegar.

Estando con mi madre los dos solos un día, en silencio me abra-zo. Ya creía que era uno de los tantos abrazos que en el día me daba,pero me había equivocado, era el preludio de una cruel y definitivaseparación. Ella tenía la cabeza gacha, la levante entre mis manospara estampar un cariñoso beso en su ya anciana frente y con asom-bro y dolor veo que sus mejillas estaban húmedas por el llanto. Todomi ser se estremeció de angustia, y secando sus lágrimas inquirí el

4 El texto entre corchetes corresponde al redactor del diario. El original de esta carta seha perdido, pero pericias de Gendarmería habían confirmado que se trataba de untexto de puño y letra de Mate Cosido.


motivo de ellas, aunque ya comprendí que la tempestad había llega-do trayendo nuestro alejamiento. Mi madre haciendo un esfuerzosobrehumano aparentaba una serenidad muy mal disimulada, me dijo:Aunque es grande mi dolor de madre, mi hijo debes irte de mi ladoy de Tucumán. Yo sé que contigo se va la mitad de mi existencia, yagregó; aún a costa de toda mi vida no permitiré que esos esbirrossigan jugando con tu libertad...

Balbuceé algunas palabras incoherentes, que hoy ya ni recuer-do, ante la intensidad del drama. Otros pormenores y la angustiaque precedieron a nuestra separación renuncio a relatarlos, porquemi pluma fallaría ante un capítulo de dolor vivido. Hoy mi madre yano existe y otro ser como ella tan querido llena toda mi existencia.

Ese mismo día, preparé un reducido equipaje y al siguiente meembarqué rumbo al Chaco. Rumiaba ya a mi partida un plan de des-quite y en el viaje lo complete (sería asaltante) ya que la policía nome dejaba otra alternativa iba a vengar las lágrimas de mi madre conotras lágrimas, y lo que la Sociedad me negaba vivir al lado de ella.Poco a poco he llegado a la situación en que me debato. Hoy vivo enplena selva y ella con sus asperezas no ha conseguido absorbermedel todo; aun me quedan vestigios de mejores tiempos y no me que-da otra alternativa que seguir trillando la escabrosa senda de mi vida,aunque sea dando tumbos con mi suerte. He de seguir dictando cá-tedra de estrategia a ese pobre ejército de gendarmes que en el fondono son más que muchos hombres bien armados.

El comandante de gendarmería en el Chaco, capitán LeopoldoMoreno, manifestó que prácticamente estoy abatido. La contesta-ción la dejo trunca, para que el futuro establezca quien tiene razón;y aunque logre eliminarme, no será ninguna gloria para él. Si micaptura se realizase a base de perseverancia, con astucia que demues-tre una inteligencia superior, podría ser un galardón que adornaríasu triunfo; pero desgraciadamente no es así.

Estoy enterado de la oferta de 2.000 pesos que la Gendarmeríapromete por mi captura, pobre recurso de fracasados, eso es lo mis-mo que hacer confesión de incompetencia, lástima que mi detención

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haya sido cotizada a tan bajo precio, yo creía que a estas horas mivida valía mucho más. Mis amigos chaqueños se ríen de la oferta yyo confiado duermo a veces en sus hogares, en la certeza que no serévendido así nomás, algunas veces charlan conmigo al respecto y vier-ten opiniones, unos critican la bonita moral que quieren enseñar alpueblo, ser un traidor, otros dicen, si nosotros llegáramos a esa baje-za, dejaríamos de ser hombres útiles a nuestra patria, porque un trai-dor por dinero no vacilaría a vender su patria en peligro, otros gri-tan frenéticamente guerra al bando, los hinchas más furiosos me pi-den que extreme la lucha, y al verlos tan adictos a mi y dispuestos aservirme en cualquier trance, todo mi ser reboza de agradecimiento;dentro del ambiente en que me debato, tengo momentos amargos yfelices.

He leído en el Periódico Ilustrado “Ahora” al cuál me dirijo,solicitando esta publicación, que muchos son los casos que aparececontradictorio mi proceder con las víctimas, y al respecto voy a ha-cer una aclaración: Yo llevo a la práctica dos normas de conducta, laprimera, evitar la violencia todo lo que sea posible, dentro de mirealidad, para alejar la posibilidad de homicidios y comentarios des-favorables, desprestigiándome a mi y a mis camaradas que me acom-pañan, y esta otra: extremar las energías en el combate forzoso cuan-do se trata de defender la libertad o eliminar algún delator; a vecestambién aparezco envuelto en hechos que distan mucho de coinci-dir con mi manera de proceder, estos son platos preparados en lacocina policial, presentados al publico y a la prensa, en bandeja, es-tos manjares están condimentados con el arte culinario de la picanaeléctrica.

Ahí esta el caso del infortunado Borelli [se refiere al chofer ase-sinado por la policía] la policía y sus autores explotaron mi fama, lasautoridades para cosechar laureles, a costa de un perseguido. En esaépoca mi proceder no era tan conocido y la opinión publica cayó enel embuste policial, hoy ya nadie aquí cree en esa chicana, sus auto-res, para esquivar la mayor responsabilidad posible en la condena,ya que sólo se hacían cargo como cómplices solamente; según ellos


yo era el matador de ese malogrado joven. Por que iba a dar muertea Borelli, ¿por venganza?... Yo jamas oí hablar de Borelli, hasta quese produjo ese asesinato. ¿Por robarle el auto?... Para apoderarme deun auto que me venga en gana, no preciso recurrir a esos extremosque siempre me será perjudicial, eso puede hacer un delincuente quemire muy cerca de instintos muy bajos, pero yo trato en todos loscasos dejar lo menos posible un saldo desfavorable ante la opiniónpublica, el camino trillado quiero que quede lo más limpio posible.

Otro regalito, es la muerte del mayordomo Mieres; mi acusadorManuel Delgado, quien ya se encuentra en libertad hace tiempo, apesar de haber declarado como cómplice en el asalto y homicidio,sabe bien quienes son los verdaderos autores, y si uso mi nombrefue para salvar a sus compañeros y tal vez violentado por la policía,pero si la Gendarmería tomara cartas en el asunto, pronto iba a saberlos nombres de los verdaderos autores, quizás esto no ocurra, por-que el cuñado de Manuel Delgado, el señor Rodríguez, fuerte co-merciante de Presidencia La Plaza, dicho señor compro la libertadde su cuñado en la cantidad de 5.000 pesos, ignorando solamentequien haya recibido la mencionada cantidad, muchos otros obse-quios análogos podría citar, pero por temor a resultar aburridor, doypor terminado.

MANUEL BERTOLATTI

Carta de Ramona Romano –esposa de Mate Cosido–al Director de Gendarmería Nacional

Córdoba, 1940Archivo Histórico de Gendarmería Nacional

Sr. Director de Gendarmería Nacional.Con el deseo de colaborar con ustedes, le dirijo esta carta, para

que usted, tome medida y pueda facilitarle el mejor desenvolvimien-to del problema, que Ud. decía. Sobre la toma de mi ex compañero

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Mate Cosido, pero para toda esta cosa, es necesario tomar primero atodos los colaboradores con el, y los guías, entregadores y espía.

Señor Director, el foco mayor se encuentra en Villa Ángela,Charata y Villa Berthet, lo que siento en el alma, es que para poderaclarar esto, van a caer en manos de ustedes varios obreros que sehan metido en esto por necesidad.

Pero hay otros sinvergüenzas que hacen todo esto porque notienen escrúpulos y son los que han pedido que la Gendarmería va-lla al Chaco, y ahora están al lado de Mate Cosido, y en primer tér-mino hay que tomar intervención, en la policía, allí hay gente quetrabaja con David, como el comisario de Charata, Pereno, y el actualcomisario de Villa Berthet, que muy sabe pero se hace el inocente,pero dentro de todo esto, el más culpable y entregador es el ex comi-sario de Villa Ángela, Leopoldo Montenegro, el y su cuñado estu-vieron en todo momento al servicio de todas las entregas y fueronsecuaces de Mate Cosido.

Así podían lucir todos los lujos que querían, como lo hacíannada más, que con preguntar al pueblo y enseguida estarán al tantode todo, si así lo desean ustedes, este comisario es jefe de la banda decuatreros que dirige el, con Montoto Savatel y otros varios señoresque no me acuerdo, pero en cuanto haga memoria le escribiré y ledaré más datos.

Yo he de colaborar con ustedes. Agarrando toda esta gente, yaustedes se pueden encaminar adelante, pero faltan los espías, quetrabajan dentro de los pueblos, en Villa Ángela conozco el nombrede dos, uno se llama Ernesto y trabaja en un almacén, de Chapiro,no se si bien, o como es, pero creo no he oído muy bien ese nombre,pero hay otro y ese se llama Púrote, ese ha venido del sur traído porMate Cosido, y trabaja de herrero para disimular, allí hay un ex Sar-gento de policía que es que sabía todas las cosas y es cómplice conMontenegro y Monzón.

Quiero ver si usted toma medida con esto y después le darémuchos más, que se encuentran en la Pampa del Huevo, Las Breñas,yo quiero descubrir esto lo saluda atte.

Ramona


Carta de Ramona Romano al Director de Gendarmería Nacional

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PD: Le prevengo que para tomar a toda la banda de Mate Cosi-do, es necesario tomar a los espías y gente que está al servicio de el,en Villa Ángela hay una fondera, que allí para Mate Cosido y sellama Molina, es también sabido cuando viene a esa, ustedes tienenla gran probabilidad de tomar, pero no se olvide de mi iniciativa, apesar que esta gente dirán que no tienen nada que ver con MateCosido, yo que he sido su compañera, le aseguro que sí.

Carta de Mate Cosido a la hermana del secuestradoJacinto Berzón

Chaco, diciembre 29 de 1939Sra. María Berzón, Santa FeDistinguida señora:

Los secuestradores de su hermano Jacinto le escriben esta cartapara aclarar que en las indicaciones que le fueron enviadas al señorDomingo Fama, hay un error en la última fecha que deben arrojar elsaldo del rescate. Si en la primera fecha, por alguna circunstacia nopudiera reunir todo el dinero; por esto y porque pudiera haberseextraviado esa correspondencia, le mandamos íntegras nuevamentelas indicaciones.

El portador del rescate debe embarcarse en Charadai (Chaco) eldía lunes 8 de enero de 1940, en el tren de pasajeros que sale de lalocalidad indicada a última hora de la tarde con rumbo a Villa Ángela.Debe viajar con la ventanilla del coche abierta (mano izquierda) yadonde vea una luz de linterna en círculo, arroje el paquete al suelo,y si para esa fecha no reuniera todo el dinero repitan la misma ope-ración el día lunes 15 del mismo mes y año.

Como ya le decíamos en la anterior, dirigida por intermedio delseñor Domingo Fama, el precio del rescate es 50.000 pesos,distribuídos en estos billetes: 20.000 pesos en cien, 20.000 deciencuenta pesos, 7.000 de diez y 3.000 de cinco, los que deben venirbien empaquetados en papel o género blanco.


Carta de Mate Cosido a la esposa de Jacinto Berzón

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Si en algo aprecia la vida de su hermano, absténgase de indicar ala policía en la forma que será pagado el rescate y si piensa no hacercaso a nuestra advertencia, vaya cargando luto si profesa la religióncatólica pues estamos dispuestos a cobrar los 50.000 pesos o hacerdesaparecer a su hermano; así las próximas víctimas estarán curadasde tacañería.

Si usted quiere evitarle penurias al señor Jacinto y que su cauti-verio sea lo más breve posible, trate de solucionar en la primera fe-cha, porque si piensa tirarnos cierta cantidad y pedir clemencia, di-ciendo que no puede reunir más dinero, le anticipamos que todoserá inútil; exigimos los 50.000 pesos o la vida de su hermano, quienpasará a alimentar a los cuervos.

Ya han transcurrido ocho días desde el secuestro y la policía niel polvo nos ha visto ni nos verá. Para muestra de la capacidad poli-cial esto basta. No piense que remotamente estos sabuesos ingénuostengan la más mínima chance con nosotros. Hechos precedentes nosautorizan a hablar con seguridad.

El Jefe de la Gendarmería y sus satélites no sirven más que paratorturar a gente de trabajo e indefensas. Tal vez la radio, por infor-maciones equivocadas de la policía, diga a estas horas que estamosrodeados. En la carta que va adjunta a esta, le dirá su hermano lasprobabilidades que tienen esos esbirros. Esta carta debe ser devueltacon el rescate y si así no se hiciera no pondremos en libertad al se-cuestrado.

En caso de ser pagado el rescate y llenados todos los requisitosexigidos, lo pondremos en libertad 48 horas después de tener los50.000 pesos en nuestro poder. Chau.

Importante: Si el que lleva el rescate el día y en el tramo indica-dos –que va a Villa Angela– no observara la señal convenida hastallegar a Haumonia y que sale momentos después. No debe olvidarseque debe viajar de la mano izquierda.

Si usted personalmente no pudiera arrojar el dinero, porque lapolicía lo impide, ocupe para el caso a una persona de confianza.


FUENTES y BIBLIOGRAFÍA

EntrevistasSUAREZ, Joaquín - mayo de 1996SANDOVAL, Petrona - diciembre de 1994MONTERO, Pedro - agosto de 1995LUPI, Julio Manuel - agosto de 1995FERNANDEZ, José - enero de 1998LOPEZ, Alberto - agosto de 1995

Publicaciones PeriódicasPeriódico Ilustrado Ahora, Buenos Aires, Argentina, 27/02/1940; 23/02/1940;08/03/1940; 12/01/1940; 01/03/1940. Números 488 al 500.Diario El Mundo, 11/01/1940Diario El Pueblo, Chaco, Argentina, 08/12/1939; 16/01/1940; 20/02/1940; 11/01/1940;Diario La acción, Chaco, Argentina, 31/12/39; 13/01/1940Diario La Razón, Buenos Aires, Argentina, 08/04/1940; 15/01/1940; 09/01/1940;Diario El Territorio, Chaco, Argentina, 03/01/1940; 13/01/1940; 12/01/1940; 11/01/1940Diario El Sol, Chaco, Argentina, 19/02/1939Diario Crítica, Buenos Aires, 15/01/1940; 12/01/1940;Diario Noticias gráficas, Buenos Aires, 15/01/1940; 12/01/1940; 13/01/1940; 15/09/1941Diario La voz del Chaco, Chaco, Argentina, 15/01/1940; 11/01/1940;Diario La Nación, Buenos Aires, 16/01/1940; 10/01/1940; 11/01/1940; 16/09/1941Diario Tribuna chaqueña, Chaco, 03/04/1940Diario La Mañana, Chaco, 12/04/1940Diario La Prensa, Buenos Aires, 10/01/1940

Prontuarios de Gendarmería NacionalSección especial, Ministerio de Guerra, ArgentinaSEGUNDO PERALTA, David, alias Mate Cosido, 02/02/1941RUBIO, Carlos, 30/03/1940MIÑO, Pascual alias Tata Miño, marzo 1940

Gustavo Álvarez104

ZAMACOLA, Eusebio, alias “Vasco” Marzo de 1940.BAIROLETTO, Juan Bautista, alias “El Pampeano”MAIDANA, José, alias “Cayeta”.POURAILLY, Rodolfo Benigno.

Informes de Gendarmería NacionalInforme del Auxiliar de Gendarmería Nacional, Solveira Casares sobre el hallaz-go del cadáver de Ismael García, 27/101/1939Informe sobre la delincuencia en El Chaco, elaborado por Solveira Casares, 1940.Resumen de los partes intercambiados con la ciudad Saenz Peña, Chaco, yGendarmería Nacional, 30/10/1940.Informe de Gendarmería Nacional., Auxiliar Solveyra Casares. Rastreo de MateCosido en la República del Paraguay, 13/06/1941Apuntes del legajo prontuarial de Mate Cosido elaborado por la Dirección dePolicía de Gendarmería Nacional, 03/04/1964Int. Seguimientos en Córdoba. Allanamientos

CorrespondenciaEnviada por David Segundo Peralta a María Berzón de Jurquen, familiar de unsecuestrado, 25/12/1939; enviada por David Segundo Peralta al Periódico Ilus-trado Ahora, marzo de 1940; enviada por Ramona Romano al Director deGendarmería Nacional, 1940

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Esta edición de 1500 ejemplares se terminó de imprimiren los talleres gráficos de Cromografica SRL,

Ovidio Lagos 148 bis, Rosario, a los 15 días del mes de abril de 2007

gustavo Álvarez - mate cosido bandido de los pobres

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