guía de roma 2012
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LICEO CARMELA CARVAJAL DE PRAT
PROVIDENCIA DPTO. DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA
SUYIN WON
1
LA CIVILIZACIÓN ROMANA.
El poblamiento primitivo:
El foco de esta civilización fue la Península Itálica, recorrida por los Apeninos y protegida al norte
por los Alpes. A diferencia de Grecia, en Italia las montañas no forman barreras aislantes ni valles
cerrados, sino que junto a ello se extienden amplias y fértiles llanuras costeras.
Los ocupantes de la Italia antigua no pertenecían al mismo tronco étnico ni a la misma familia
lingüística, sino a tres poblaciones diferentes:
Los itálicos, al centro, eran indoeuropeos y penetraron en la Península por la misma época en
que las demás tribus indoeuropeas invadían India, el cercano Oriente y Grecia entre 1700 y 1500
a.c. Su cultura era muy primitiva y se subdividían en numerosos grupos, entre ellos, los latinos.
Los Etruscos, procedentes del cercano Oriente, llegaron hacia el S. IX a.C. y se establecieron
en el norte. Tenían una alta cultura con ricas ciudades, técnicas avanzadas de cultivo y comercio
marítimo.
Los Griegos, que desde el S. VIII a. c., fundaron prósperas colonias en el Sur y en Sicilia,
conjunto denominado MAGNA GRECIA.
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PROF. SUYIN WON - DANIELA CASTILLO
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Origen y períodos históricos de Roma
La historia de Roma comenzó cuando varias tribus latinas y una de sabinos fundaron aldeas en las
siete colinas en la llanura del Lacio, junto al río Tíber, a mediados del S. VIII a.c. Mucho más tarde,
los romanos elaboraron la leyenda de la fundación por Rómulo y Remo, descendientes del rey de
Troya e hijos del Dios Marte. Según dicho relato, los niños fueron abandonados por su tío, que se
apoderó del trono, y sobrevivieron gracias a una loba que los alimentó hasta que unos pastores los
recogieron y criaron. Ya jóvenes, conocieron su verdadera identidad, restituyeron a su abuelo el
trono perdido y recibieron en recompensa la tierra donde fundaron Roma. Actualmente se sabe que
el conjunto de aldeas de las colinas se convirtió en ciudad cuando los Etruscos los sometieron, le
dieron características urbanas y la llamaron Roma.
La historia del pueblo romano se ha dividido en tres grandes épocas, según la forma de gobierno
que tuvo en cada una: monarquía, república e imperio.
Organización Social y Política de la Monarquía Roma.
La población se dedicaba a la agricultura y al pastoreo, pero la estratégica situación junto al Tíber y
la proximidad del mar atrajeron inmigrantes y desarrollo comercial. Se distinguían cuatro grupos en
la sociedad.
Los patricios, descendientes de los fundadores y propietarios de tierra, que se atribuían la
superioridad (patricio significa descendencia de los padres y derechos de autoridad de padres). y
constituían el "populus".
Los clientes, que vivían bajo la tutela jurídica de los patricios.
Los plebeyos, (que proviene de plebe = multitud), que al parecer provenían de inmigrantes
latinos admitidos por los conquistadores etruscos. Se dedicaban a las manufacturas y al comercio,
ante la dificultad de tener tierras.
Los esclavos, Roma pasó a ser una sociedad realmente esclavista a partir de las grandes
conquistas, de todas maneras para la etapa de la monarquía existían esclavos y su origen se asocia a
aquellos que se habían resistido al dominio Etrusco o a trabajar las tierras de los patricios. No eran
considerados humanos y por tanto carecían de algún tipo de derecho.
La ciudad estaba gobernada por un rey (jefe militar, religioso y civil), su autoridad no era absoluta
pues era fiscalizado por el senado, integrado por representantes de las agrupaciones que formaban
las familias patricias.
Las grandes decisiones eran sometidas a la Asamblea popular de las treinta curias (Comicios
Curiados), en que se dividía la población aristocrática.
El senado, era el tercer poder de este sistema, estaba compuesto por unos 300 “pater”, que eran
nombrados por el rey y cuya principal función en los primeros tiempos, era la de aconsejar al
monarca y elegir al nuevo rey. La senaduría era vitalicia.
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La República.
La revolución del 509 a.c. que derrocó al último monarca Etrusco; Tarquino el soberbio. Fue
dirigida por las familias patricias, que obtuvieron el triunfo gracias al debilitamiento de los etruscos
que no pudieron intervenir con eficacia.
Los patricios crearon la República para su beneficio. Una vez debilitado el poderío etrusco, los
romanos los expulsaron y suprimieron la monarquía, que quedó en el recuerdo de Roma como una
forma detestable de gobierno. Para impedir que una sola persona tuviera todo el poder
vitaliciamente, la jefatura civil y militar pasó a ser compartida por dos cónsules, nombrados
anualmente por elección. Estos ejercían casi los mismos poderes que habían correspondido al rey: el
"imperium" (dirección suprema en paz y guerra), y los "auspicios" (consulta a los dioses) y el
nombramiento de los senadores. Los dos cónsules tenían los mismos derechos y poderes; cada uno
podía vetar y anular las resoluciones del otro. Las funciones religiosas se confiaron al Sumo
Pontífice (jefe de los sacerdotes). Aunque el nuevo sistema se denominaba República (cosa del
pueblo) y la Asamblea de Centurias elegía a los cónsules, los patricios controlaron los nuevos
cargos. El Senado se convirtió en la institución política más poderosa. Las viejas diferencias entre
patricios y plebeyos se hicieron definitivas: prohibición de matrimonios entre miembros de uno y
otro sector y exclusión de la plebe de participar en cultos oficiales.
Los problemas políticos y sociales
La división de la población romana entre patricios y plebeyos, dio lugar a una lucha que duraría dos
siglos y sería el principal problema de la historia interna de Roma.
Al ser instituida la República, la soberanía del pueblo (no olvidar que en un sentido aristocrático y
excluyente) se convirtió en realidad. Los ciudadanos habían conquistado la libertad y podían
disfrutar sus derechos. Desde ese momento, el derecho de ciudadano fue un valor y una ventaja. Por
este motivo, la plebe inició la lucha por la igualdad de derechos y por su plena incorporación al
Estado.
A este problema político se ligaba directamente el problema socio- económico. La base económica
de la Roma primitiva era la agricultura. Con el aumento de la población, se hicieron pocas las
tierras. La solución a esto habría sido la repartición equitativa de los campos públicos. Sin embargo,
sucedió lo contrario: la tierra se concentró en unas pocas manos, formándose latifundios cuyos
propietarios los hacían trabajar por esclavos o los arrendaban.
La carencia de derechos políticos y los graves problemas socio- económicos produjeron entre los
plebeyos menos acaudalados un grave descontento y pronto los pobres empezaron a clamar por una
solución global a sus problemas.
Los patricios opusieron a los plebeyos la más enérgica resistencia. Sin embargo, gradualmente, los
primeros tuvieron que ceder. Esto se debió, principalmente, a dos razones. Primero, las constantes y
crecientes luchas de los plebeyos. Segundo, a causa de los conflictos; para poder librar las continuas
guerras, Roma se vio obligada a sostener y asegurar el dominio sobre las tierras conquistadas, los
patricios tuvieron que recurrir necesariamente a la cooperación de toda la población. Pero
requiriendo de sus servicios, debieron concederles también los derechos por los cuales clamaban.
Al convencerse los plebeyos de que sin ellos Roma caería de nuevo bajo la dominación extranjera,
se retiraron de la ciudad y amenazaron con fundar otra. Se agruparon en tribus, lideradas por los
tribunos. Ante esto, los patricios tuvieron que aceptar la creación de un Tribunado de la Plebe, con
facultad de rechazar (veto) cualquier ley o decisión del Senado o de las Asambleas que perjudicara
a los plebeyos. Poseían el derecho de auxilio: todo plebeyo afectado por una medida arbitraria de
algún magistrado patricio, podía recurrir a su protección. Los dos tribunos gozaban de inmunidad.
Eran inviolables, o sea, no podían ser detenidos ni entorpecidos en el ejercicio de sus funciones,
Quien los agrediera, pagaba con su vida.
En posteriores reclamos los plebeyos obtuvieron la LEY DE LAS DOCE TABLAS (451-450 a.C.):
no existía ningún código de derecho escrito. El derecho era consuetudinario y sólo lo conocían los
patricios, dando lugar a graves arbitrariedades, contra las cuales la plebe no se podía defender en
vista de que no conocía las leyes.
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Las Guerras Púnicas (264 a.c. -133 a.c.)
Cuando Roma se apoderó del sur de Italia, tuvo que enfrentarse a una gran potencia: Cartago,
próspera ciudad del norte de África, fundada por los fenicios y dueña del comercio, las costas e islas
del Mediterráneo occidental. Los cartagineses vieron con recelo el crecimiento de Roma y ésta
encontró en Cartago un obstáculo para su expansión por el mar. Hubo tres guerras entre Roma y
Cartago, que duraron más de un siglo (264-146 a.C.), llamadas Guerras Púnicas, porque los
romanos denominaban púnicos (fenicios en latín) a los cartagineses.
La Primera Guerra, se desató en Sicilia, que estaba repartida entre cartagineses y griegos. En la
ciudad griega de Siracusa, un grupo sublevado pidió ayuda a los romanos, en tanto que el gobierno
solicitó apoyo de Cartago. Al principio, los romanos fueron derrotados por la poderosa flota
cartaginesa, pero construyeron su propia flota y vencieron a los catagineses. Estos perdieron las
islas de Sicilia, Cerdeña y Córcega.
En la Segunda Guerra, el general cartaginés Aníbal se hizo fuerte en España y con un poderoso
ejército cruzó los Alpes, invadió Italia y llegó hasta las cercanías de Roma con grandes victorias.
Aníbal cometió el error de no atacar la ciudad de Roma y permaneció en el sur de la península
durante varios años. Este tiempo fue aprovechado por los romanos para rehacer su ejército. Con el
fin de sacar a Aníbal de Italia, enviaron fuerzas directamente contra Cartago. La estrategia dio
resultado, Aníbal acudió en defensa de su patria e Italia quedó libre de cartagineses. En la batalla de
Zama, cerca de Cartago, Escipión el africano venció a Aníbal (202 a.C.). Cartago tuvo que aceptar
una paz humillante, que la despojó de sus flotas y de sus colonias.
La Tercera y última guerra, se desató cincuenta años más tarde, cuando los romanos vieron que
Cartago resurgía. Desde el Senado, Catón estimulaba la destrucción de Cartago. La ciudad fue
sitiada y arrasada completamente el 146 a.C.
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En las vísperas del imperio.
Hacia el año 150 a.c., la República había alcanzado grandes dimensiones, lo cual le había
proporcionado a Roma gran riqueza. Sin embargo, la causa de su riqueza también sería la razón del
fin de la Roma republicana.
Las grandes dimensiones territoriales habían permitido que la clase alta romana lograra adquirir
nuevas tierras, aumentando aun más las diferencias con los grupos proletarios, los que se veían, muy
por el contrario, más endeudados y pobres.
En tanto, el sistema de gobierno romano se hacia ineficiente para responder a las necesidades
administrativas que los nuevos territorios implicaban.
Al mismo tiempo, la necesidad de controlar las nuevas tierras llevó a que el ejercito se
profesionalizara y se hiciera permanente; lo cual comenzará a generar la aparición de caudillos
militares que comenzarán a tener más poder que las instituciones políticas tradicionales, poniendo en
peligro el orden del Estado Romano.
Por otra parte, la conquista de nuevos territorios implicaba necesariamente enfrentarse a movimientos
de resistencia a los romanos, agregando un peligro extra a la República.
Toda esta situación hacía clara la necesidad de establecer un gobierno de respeto que trajera el orden
a la República. Esto llegaría el 60 a.c., cuando Pompeyo (líder político), Craso (el mayor millonario
de Roma) y Julio Cesar (un general muy admirado por el pueblo) se unen para realizar un golpe de
estado, instaurando el Primer Triunvirato.
Primer triunvirato.
Los problemas de Roma se harán aun más patentes cuando los proletarios decidan organizarse en
torno al partido Popular, el que será encabezado por Cayo y Tiberio Graco, los que, con el apoyo
popular, intentaran realizar una reforma agraria. Sin embargo, ésta nunca llegaría a concretarse: en el
133 a. C. Tiberio es asesinado, en tanto que su hermano correría la misma suerte en el 123 a. C.
Bajo este nuevo gobierno, los tres involucrados se repartieron funciones y territorios. Pompeyo se
hace cargo de oriente, Craso se encarga de las tierras de África, en tanto que Julio Cesar va hasta la
Galia para lograr su conquista.
Hacia el 55 a. C., Craso muere, tras lo cual Pompeyo iniciará una serie de intrigas destinadas a restar
apoyo a Julio Cesar en el Senado y así poder obtener el poder total. Sin embargo, esto chocaba con
los continuos reconocimientos y apoyos entre los sectores populares que recibía César, sobre todo por
sus conquistas en la Galia, Britania y Germania.
Finalmente, en el 49 a.c. las intrigas de Pompeyo permitirán que el Senado quite su apoyo a Julio
César. Ante esto, éste último decide ocupar Roma, lo que marca el inicio de la guerra civil contra las
tropas de Pompeyo. Este conflicto se definiría en la batalla de Tesalia en Grecia. Luego de esto, el
enemigo de Cesar se refugia en Egipto, en donde Cleopatra encarga su muerte, lo que establecerá una
alianza entre ésta y Julio César.
Tras esto, Julio César sería declarado dos veces consecutivas Dictador (49 - 47 y 47- 45 a.c.). Debido
a su buen gobierno, que favoreció especialmente a los más pobres, y a la presión popular, en el año
47 a.c. Julio Cesar recibe los títulos de Dictador perpetuo, tribuno, censor y pontífice máximo. De
este modo Julio César asume poderes absolutos, lo cual trajo las molestias de la clase alta romana, en
especial del senado. Este último se encargaría de organizar una conspiración que terminó con el
asesinato de César en el 44 a.c. a la salida de una sesión en el senado, cuando Bruto (hijo adoptivo de
Cesar) entierra un cuchillo al gobernante.
El segundo triunvirato.
Tras la conspiración que dio muerte a Julio Cesar, dos de sus estrechos amigos: Marco Antonio y
Octavio, se unen a Lépido para realizar un golpe de estado que terminará con la instauración de un
Segundo Triunvirato.
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Los tres triunviros, al igual que en época pasada, se repartieron las tierras: Marco Antonio se dirigió
al oriente, en donde conocerá a Cleopatra con quien establecerá una alianza; Lépido administro los
territorios de África, aunque abdicaría rápidamente a favor de Octavio, el cual se dedico a dominar el
Occidente. Dada esta situación, Marco Antonio y Octavio se dividían el territorio.
Sin embargo, Octavio logró convencer al Senado Romano sobre las intenciones deMarco Antonio de
crear un imperio propio en oriente, con lo cual se dio inicio a una nueva guerra civil, que se
resolvería con la batalla de Accio en el 31 a. c. en donde triunfa Octavio, tras lo cual se produce el
suicidio de Marco Antonio y Cleopatra.
El imperio Romano.
En una primera etapa, Octavio rechazo el título de Dictador y acepto solo los de Princeps (presidente
del Senado) y Augusto (venerable - Divino).
Hábilmente, prefirió la paz interna, para lo cual permitió que las instituciones romanas siguieran
funcionando. Con esto se gano el reconocimiento de todos los sectores por lo cual, en el año 27 a. C.
recibió los títulos de Tribuno, Censor, Pontífice Máximo e Imperator, a partir de lo cual se entiende
el inicio de la etapa del Imperio.
Con todo este poder iniciaría una etapa de gran esplendor para Roma. Dividió el imperio en
provincias senatoriales (administradas por el Senado) e Imperiales (administradas por el Emperador).
En lo económico, evitó alzar los impuestos, procurando mejorar el uso de los ya existentes. Se
preocupó de recuperar los principios morales tradicionales y estimulo el matrimonio entre los
romanos, con el fin de aumentar la población propiamente romana. Por último, embelleció Roma, lo
cual fue acompañado por un largo período de paz interna y externa (Paz augusta) hasta su muerte en
el 14 d.C.
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Augusto fue sucedido por cuatro dinastías; Julio – Claudia, Flavia, Antonina, de los Severos.
Durante el imperio las dinastías se caracterizaron por las intrigas, excesos, enfermedades mentales y
vicios, siendo la mayoría de los emperadores asesinados.
Destaca; Tiberio, pues bajo su mandato se crucificó a Jesucristo, Caligula, que nombró Cónsul a su
caballo, Nerón acusado de incendiar las afueras de Roma.
El ocaso del imperio Romano.
Con la caída de la dinastía de los Severos, se iniciará un extenso periodo de golpes de estado e
ingobernabilidad que se extenderá entre el 235 - 284. En este último año lograría imponerse como
Emperador Diocleciano, el cual buscaría mejorar la situación del Imperio. En este sentido, realizo
una reforma administrativa que impondrá la Tetrarquía, es decir dividirá el imperio en cuatro
regiones, a la cabeza de las cuales se encontraban cuatro Augustos; de entre los cuales surgía un
César, el que debía suceder al Emperador.
La buena situación del imperio perduró solo hasta la muerte de Diocleciano, pues tras ella se
iniciara una guerra civil entre los distintos Augustos, la cual terminara por imponer como un nuevo
emperador a Constantino el 312.
Este nuevo gobernante realizará su primera obra importante al establecer el Edicto de Milán (312),
por medio del cual se permitía el culto público del cristianismo, con lo cual se acelerará el proceso
de crecimiento de ésta religión.
Posteriormente, la débil situación económica del imperio llevará a Constantino a mirar hacia la zona
oriental de los territorios, los cuales crecían, en detrimento de Roma. Esto se había producido por su
privilegiada ubicación como paso del comercio entre Asia y Europa. Debido a todo esto
Constantino decidirá trasladarse a oriente y fundar una ciudad denominada Constantinopla (actual
Turquía), la cual paulatinamente ira desplazando a la ciudad de Roma, especialmente en el
económico.
A la muerte de Constantino en el 337 a.c. se iniciara un nuevo período de guerras internas y golpes
de estado, los cuales sólo terminarán con la llegada al poder de Teodosio en el 379. Al llegar al
poder proclamara dos medidas importantes: La primera ocurrirá el 380, al dictarse el Edicto de
Teodósico o Tesalónico, por medio del cual se establecerá al cristianismo como la religión oficial
del imperio. La segunda medida se iniciará hacia el 400, cuando el emperador, frente a las
constantes presiones de Visigodos y Ostrogodos, permitirá que estos pueblos se ubiquen en el
límite del imperio; con el fin de utilizarlos como primera línea defensiva frente a futuras invasiones.
Al producirse la muerte de Teodosio en el 395, su orden fue dividir el imperio entre sus dos hijos:
Arcadio, quien gobernara el occidente desde Roma y Honorio, quien gobernara oriente desde
Constantinopla. Sin embargo, esto que evito un conflicto a la muerte de Teodosio trajo otro efecto,
el imperio nunca más volvería a unirse e iniciaría un paulatino proceso de desaparición.
Sin embargo, el proceso definitivo de la descomposición del imperio se iniciaría en el 470, cuando
se produce la llegada de otro pueblo Bárbaro a Europa: Los Hunos, encabezados por Atila. Esto
resultara fundamental, pues provocará la huida de varios pueblos, entre ellos los Ostrogodos los
cuales buscarán escapar hacia el centro del Imperio, lo cual los llevara a enfrentarse en una guerra
contra el ejército romano. Esta lucha terminará en el 476, cuando Odoacro, rey ostrogodo, ocupa
Roma, provocando el derrocamiento del emperador Rómulo Augusto. Con este hecho se producirá
la caída del Imperio Romano de Occidente y el fin de la Edad Antigua.
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