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  • Acumulacin de capital, distribucin de la renta y crisis de rentabilidad en

    Espaa (1954-1987)

    Diego Guerrero

    Tesis DoctoralUniversidad Complutense de Madrid, 1988

  • 2Acumulacin de capital, distribucin de la renta y crisis de rentabilidad en Espaa (1954-1987)

    INTRODUCCIN GENERAL

    CAPTULO I. La teora del salario. 256524 = 193 pp

    I. INTRODUCCIN

    I.1. El lugar de la teora de la distribucin de la renta: 1. Relaciones de distribucin y relaciones de produccin2. La distribucin de la renta propiamente dicha

    I.2. La teora de la plusvala, como teora de la distribucin de la renta basada en la explotacin.

    II. El VALOR DE LA FUERZA DE TRABAJO: II.1. El punto de partida: la ley del valorII.2. El valor de la fuerza de trabajo, funcin de las necesidades totales de la fuerza social de trabajo: el concepto de Subsistencia. II.3. El valor de la fuerza de trabajo a corto plazo. II.4. Existen lmites mnimos y mximos al valor de la fuerza de trabajo?II.5. Tendencia a largo plazo del valor de la fuerza de trabajo.

    III. El PRECIO DE LA FUERZA DE TRABAJO: EL SALARIO RELATIVO: III.1. Valor y precio de la fuerza de trabajo.

    III.2. El concepto de salario relativo, antes de Marx: 1. El concepto, en Ricardo. 2. Los ataques a la concepcin de Ricardo.

    III.3. El concepto de salario relativo, en Marx: 1. Fuerza de trabajo, en lugar de trabajo.

    2. El salario relativo, expresin del valor de la fuerza de trabajo. La ley de la cada del salario relativo.

    IV. LA DINMICA A LARGO PLAZO DEL SALARIO: IV.1. La tesis del descenso (o de la constancia) del salario real:

    1. Los clsicos2. La ley de bronce de los salarios3. El PCUS y el PCF, en los aos cincuenta

    IV.2. La tesis de la sublida del salario real:1. Basada en el incremento del valor de la fuerza de trabajo. 2. Basada en la cada del valor de la fuerza de trabajo.

  • 3V. La ACUMULACIN DEL CAPITAL Y EL CICLO SALARIAL: V.1. La ley absoluta del capitalismo: la produccin del plusvalor. V.2. La ley general de la acumulacin capitalista. V.3. La acumulacin y el crecimiento de los salarios. V.4. El concepto relativo de la miseria (o pobreza).

    VI. La LEY DE LA DEPAUPERACIN RELATIVA DE LA CLASE OBRERA:

    VI.1. La negacin de la depauperacin absoluta: 1. En los economistas burgueses2. En los autores marxistas

    VI.2. La depauperacin relativa: 1. Algunas interpretaciones de la depauperacin relativa2. El contenido exacto de la depauperacin relativa desde el punto de vista econmico: la participacin decreciente en la renta nacional.

    CAPTULO II: LA TEORA DEL TRABAJO PRODUCTIVO E IMPRODUCTIVO 250886 = 189 pp

    INTRODUCCIN

    I. El PLANTEAMIENTO INCORRECTO DEL PROBLEMA: EL CONTENIDO DEL TRABAJO (CONCRETO) Y EL VALOR DE USO:

    I.1. El fetichismo del trabajo productivoI.2. El nfasis en la produccin materialI.3. El nfasis en la reproduccin real

    a. La produccin de artculos suntuarios y de armamentob. La reproduccin de la fuerza de trabajo

    II. El PLANTEAMIENTO CORRECTO DEL PROBLEMA: LA FORMA DEL TRABAJO (ABSTRACTO) Y LA VALORIZACIN del CAPITAL:

    II.1. La produccin capitalista de servicios, como medio de produccin de plusvala:

    a. Las diferencias entre Smith y Marxb. La opinin de autores no marxistasc. La lnea de interpretacin marxista

    II.2. El trabajo de circulacin: a. La produccin dentro de la circulacinb. La produccin capitalista de servicios y el problema de la realizacin de las mercancasc. La circulacin pura

  • 4III. TRABAJO PRODUCTIVO Y TRABAJO REPRODUCTIVO: III.1. Trabajo productivo y modos de produccin. III.2. Trabajo productivo y funciones improductivas. III.3. Trabajo productivo y reproduccin social.

    CAPTULO TERCERO: RENTA NACIONAL, CLASES SOCIALES Y DISTRIBUCIN DE LA RENTA 206613 = 155 pp.

    I. RENTA NACIONAL Y CONTABILIDAD NACIONAL DE ESPAA (CNE):I.1. Introduccin: el concepto de renta nacional:

    a. El concepto de renta nacional en la teora. b. Las partidas ficticias de la Contabilidad Nacional, debidas a la metodologa SEC.

    I.2. El concepto de renta nacional, en la CNE:a. Los alquileres de viviendas b. El comercio y los seguros c. La produccin imputada de servicios bancarios (pisb) d. Los servicios de las Administraciones Pblicas e. El servicio domstico asalariado

    I.3. La determinacin de la renta nacional en Espaa, segn la concepcin marxiana: a. Metodologa b. Resultados: la construccin de las series para el periodo 1954-1987

    II. CLASES SOCIALES y ENCUESTA DE POBLACIN ACTIVA (EPA):II.1. Trabajo productivo y clases socialesII.2. La EPA y la reconstruccin de las series de poblacin activa:

    a. Las categoras de situacin profesional y de condicin socioeconmicab. La reconstruccin de las series

    III. La MEDIDA del CAPITAL VARIABLE en ESPAA:III.1. El concepto y las medidas del capital variableIII.2. La remuneracin de asalariados (CNE) y el capital variable.III.3. La evolucin del coste laboral real por unidad de producto (clrup), del salario relativo y del coeficiente salarial.

    IV. La MEDIDA DE LA PLUSVALIA Y DE LA TASA DE PLUSVALIA EN ESPAA:

    IV.1. La determinacin de la plusvala:a. El clculo de la Renta de los empresarios sin asalariados y trabajadores independientes (Resati) b. El clculo de la plusvala

    IV.2. La tasa de plusvala en Espaa: a. Los precentes en la medida de la tasa de plusvala: en general; y en Espaa

  • 5b. La medida de la tasa de plusvala en la economa espaolaIV.3. La redistribucin de la plusvala:

    a. La centralizacin del capital b. El creciente peso del sector pblicoc. El crecimiento del capital financierod. Las transferencias de plusvala al resto del mundo

    C A P T U L O I V : C O M P O S I C I N , V A L O R I Z A C I N Y SOBREACUMULACIN DE CAPITAL EN ESPAA (1954-1987): 345270 + grf = 259 + = 275

    INTRODUCCIN: LA MEDIDA DEL STOCK DE CAPITAL EN ESPAA

    I. El ANALISIS DE LA COMPOSICIN DEL CAPITAL: I.1. Los tres conceptos de composicin del capital I.2. Los fundamentos del aumento de la composicin tcnica del capital I.3. La evolucin de la composicin orgnica y de la composicin en valor del capital

    II. LA VALORIZACIN DEL CAPITAL Y LA TEORA DE LA CRISIS DE

    RENTABILIDAD: II.1. El planteamiento incorrecto del problema: la primaca del anlisis de la Distribucin en las teoras de la crisis:

    a. Las teoras del subconsumob. La teora de la compresin de la ganancia (o profit squeeze) c. La escuela de la regulacin

    II.2. El planteamiento correcto: la primaca de las relaciones de produccin y de las condiciones de la acumulacin del capital:

    a. La ley de la baja tendencial de la tasa de gananciab. Las causas contrarrestantes de los efectos de la leyc. Tasa de ganancia, masa de ganancias y tasa de acumulacind. Sobreacumulacin, sobreproduccin y teora monocausal de la crisis

    III. VALORIZACIN del CAPITAL y CRISIS DE RENTABILIDAD EN ESPAA (1954-1987)

    III.1. La evolucin de la rentabilidad: teora y realidad empricaa. La tasa de ganancia entendida como tasa de plusvala: autores espaolesb. La descomposicin formal de la tasa de ganancia c. La evolucin de la tasa de ganancia en Espaa (1954-1987)

    III.2. La tasa de ganancia y las ondas largas:a. En la teorab. En Espaa (1954-1987) c. La previsin para el periodo 1988-1992

  • 6

    CONCLUSIONES GENERALESI. Resultados tericosII. Resultados empricos: Espaa (1954-1987)

  • 7INTRODUCCIN GENERAL

    Esta Tesis utiliza el instrumental metodolgico y analtico de la economa poltica marxista, para estudiar las relaciones existentes entre acumulacin de capital, distribucin de la renta nacional y crisis de rentabilidad, tanto desde el punto de vista terico, como en referencia al caso espaol (1954-1987). El origen remoto de la misma habra que buscarlo en la insatisfaccin del estudiante de economa (1975-1980) ante las explicaciones, ms o menos convencionales, de la crisis, que tomarn carta de naturaleza, por aquellos aos, en la universidad espaola. Pero, en realidad, este trabajo de investigacin no trata slo ni siquiera fundamentalmente sobre la crisis econmica. Aunque en l se defienda una determinada tesis acerca de la crisis1, as como de otras cuestiones especficas fundamentales, y se lleven a cabo una serie de mediciones de determinadas categoras marcianas claves, aplicadas a la economa espaola, el trabajo que aqu representa pretende otorgar al mtodo general de investigacin utilizado, y a la reflexin terica de conjunto, en cuyo seno se ha ido perfilando dicho mtodo, tanta o ms importancia que a los resultados empricos obtenidos.

    I. El MTODO:

    1. El mtodo puede resumirse diciendo que se ha intentado reflexionar sobre los problemas planteados por la tradicin terica marxista en torno a las cuestiones de la acumulacin del capital, la distribucin de la renta y la crisis econmica, estableciendo una conexin permanente entre los dos extremos referenciales de la reflexin: la continua remisin a la obra de los fundadores del marxismo, y su comparacin constante con la realidad econmica espaola de los ltimos 34 aos. Ahora bien, esta conexin no poda ser inmediata: si se ha invocado este doble criterio referencial, lo ha sido en un intento de sistematizar, al menos parcialmente, el cmulo de las aportaciones ms significativas (en relacin con los diversos problemas que se han mencionado) de las diferentes corrientes interpretativas o escuelas marxistas. A su vez, este intento de sistematizacin era imprescindible para intentar establecer una lnea coherente de desarrollo de las categoras y leyes establecidas por Marx, y enrique cidas por sus continuadores, dentro de un conjunto homogneo y unitario, en el que cada cuestin particular ha de ocupar un lugar determinado, y desempear una funcin explicativa determinada. Por consiguiente, se ha considerado fundamental no perder de vista esta lnea de desarrollo del pensamiento marxista, desde sus orgenes hasta el punto final del anlisis, que, en este caso, no esotro que la realidad econmica espaola de nuestros das. Y se ha credo percibir una lnea maestra que nunca podr ser definitiva y perfectamente acabada, para cada uno de los problemas tratados, si bien su trazado no siempre ha resultado pasar por los mismos autores, o, al menos, no siempre en igual medida.

    1 A saber, que la crisis, como crisis de rentabilidad, es el resultado de la propia naturaleza del proceso de acumulacin capitalista, pero no de los cambios en la distribucin de la renta, que no son, en lo fundamental, sino otro resultado de la acumulacin, al igual que la crisis.

  • 8Por consiguiente, y ante la diversidad de interpretaciones existentes de la obra de Marx, se ha pretendido descubrir la interpretacin correcta acudiendo, necesariamente, y en primer lugar, a la propia fuente originaria, y teniendo en cuenta que la misma se extiende mucho ms all de los pasajes ms famosos de El Capital . Pero, en segundo lugar, se ha intentado sistematizar el estudio de los discpulos de Marx, intentando una mnima tipologa de las interpretaciones ofrecidas por estos autores, en funcin de su ajuste, o no, con el espritu de la concepcin de Marx al respecto. Sorprende, en este terreno, la falta de intentos similares en algn campo concreto, como pueda ser el de la teora del trabajo productivo e improductivo; as como la ignorancia mutua existente entre determinadas tradiciones del pensamiento marxista2.

    2. Nuestro estudio aproximativo a la obra de Marx y de algunos de sus discpulos nos

    ha llevado a compartirlo que Gerald A. Cohen ha llamado la concepcin tradicional, o interpretacin tecnolgica, del materialismo histrico, una concepcin segn la cual la historia es, fundamentalmente, el desarrollo de la capacidad productiva del hombre y en la que las formas de sociedad crecen o decaen en la medida en que permiten o impiden ese desarrollo.3

    Esta interpretacin no puede comprenderse cabalmente sin captar todo el alcance de la

    metodologa creada por el propio Marx para el anlisis de la economa y de las ciencias sociales en general: la dialctica materialista. Roman Rosdolsky (1968) ha escrito que no existe problema de la teora econmica de Marx que haya sido ms descuidado que el de su mtodo en general, y el de su relacin con Hegel en particular4; y el citado Cohen seala que la concepcin de la historia de Marx conserva la estructura de la de Hegel, pero ladota de un nuevo contenido5.

    En relacin con la dialctica materialista, V. Vigodski (1983) ha escrito que la etapa inicial de la concretizacin de este planteamiento, en el marco de la comprensin dialctica y materialista de la historia, es la tesis del carcter ambiguo de los procesos sociales (histricos) y de las categoras que los expresan6; y explica que la posterior afirmacin de este planteamiento, aplicado a la Economa Poltica, estriba en la necesidad dediferenciar el contenido material y la forma social de los procesos econmicos y las categoras que los expresan [...] la primera (global) aplicacin de este principio respecto al anlisis de la produccin social se efectu por Marx y Engels en la ideologa alemana (1845-46). Se expres en la unidad dialctica de las fuerzas

    2 No nos referimos slo al desconocimiento recproco entre las corrientes marxistas occidentales y las de los pases socialistas, sino incluso, dentro de las primeras, a la escasa relacin existente entre las diferentes tradiciones nacionales, como la escuela anglosajona y la francesa, la japonesa, la alemana, etc. Nos parece, adems, que lasuperacin de este doble desconocimiento supondra el allanamiento de uno de los obstculos fundamentales que se oponen al desarrollo acelerado de la teora marxista contempornea.

    3 Cohen (1978), p. XVI.

    4 Rosdolsky (1968), p. 11.

    5 Cohen (1978), p. 27.

    6 Vigodski (1983), p. 137.

  • 9productivas (contenido material) y las relaciones de produccin (forma social).7 Esta interpretacin es completamente compartida por Cohen, que, asimismo, precisa que la distincin entre fuerzas productivas y relaciones de produccin es un caso especfico de una relacin ms general, profundamente arraigada en Marx, entre los rasgos materiales y los rasgos sociales de la sociedad8.

    En 1923, I. I. Rubin haba ya explicado la trascendencia de esta distincin para la propia definicin de la ciencia econmica: la Economa Poltica no analiza el aspecto tcnico material del proceso capitalista de produccin, sino su forma social, esto es, la totalidad de las relaciones de produccin que constituyen la estructura econmica del capitalismo. La tcnica de la produccin (o las fuerzas productivas) slo est incluida en el campo de investigacin de la teora econmica de Marx como un supuesto, como un punto de partida que se toma en consideracin slo en la medida indispensable para la explicacin del genuinoobjeto de nuestro anlisis, o sea, las relaciones deproduccin. La distincin de Marx, coherentemente aplicada, entre el proceso tcnicomaterial de la produccin y sus formas sociales, pone en nuestras manos la clave para comprender su sistema econmico. Esta distincin al mismo tiempo define el mtodo de la Economa Poltica como una ciencia social e histrica9

    En 1929, Henryk Grossmann hablaba del principio dualista del anlisis marxiano, para referirse a este mismo principio, que le permiti a Marx distinguir, al analizar el proceso de produccin capitalista, al mismo tiempo un proceso de trabajo para la creacin de un producto y un proceso de valorizacin10. Esto no es sino otra forma de referirse al carcter dual del trabajo, que exige distinguir, con todo rigor, en el trabajo caracterstico del modo de produccin capitalista, la unidad del trabajo concreto (contenido material) y el abstracto (forma social)11. Sin comprender esto, no podran en tenderse correctamente los captulos II y III de esta Tesis. La razn es que, siendo la teora del valor-trabajo de Marx el fundamento de la misma, equivaldra a no entender nada, ni de una ni de otra, suponer que cualquier trabajo crea valor. Ya Engels (1885) puntualizaba, en el Prlogo al libro II de El capital, que Marx investig el trabajoen cuanto a su cualidad creadora del valor, y estableci por primera vez qu trabajo crea valor, por qu lo hacey cmo, y que el valor no es otra cosa, en definitiva, que trabajo condensado de esa clase [...]12

    7 Ibid., pp. 137-138.

    8 Cohen (1978), p. XVII.

    9 Rubin (1923), pp. 48-49 (el subrayado es nuestro).

    10 Grossmann (1929), p. 5.

    11 Vigodski (1983), p. 138. Contina as este autor:Por consiguiente, el producto de este trabajo, la mercanca, lo expone como integridad del valor deconsumo (contenido material) y el valor (forma social). Este importantsimo logro terico (Marx sealaba que la comprensin de los hechos descansa en la naturaleza dualdel trabajo) constituye el punto de partida metodolgicopara su investigacin posterior [...]: Ibidem.

    12 El capital, II/4, p. 20.

  • 10

    Pues bien, la clase de trabajo que crea el valor es el trabajo abstracto. Como escribe Rubin: El trabajo abstracto significa determinacin social del trabajo, y el valor, la propiedad social del producto del trabajo. Slo el trabajo abstracto, que presupone determinadas relaciones de produccin entre las personas, crea el valor, y no el trabajo en el sentido tcnicomaterial ofisiolgico. Las relaciones entre el trabajo abstracto y el valor no pueden ser concebidas como relaciones entre causas fsicas y efectos fsicos. El valor es una expresin material del trabajo social en la formaespecfica que posee el trabajo en una economa mercantil, esto es, trabajo abstracto. Esto significa que el valor es trabajo coagulado, es simple cogulo de trabajo humano indistinto, cristalizacin de esta sustancia social del trabajo13.

    Pero no se interprete esta concepcin del valor (como exprexin material del trabajo

    social) en un sentido vulgar podramos decir, imitando a Marx, a la escocesa, pues, como seala el propio Rubin, Marx nunca se cans de repetir que el valor es un fenmeno social, que la existencia del valor (wertgegenstandlichkeit) tiene una materialidad puramente social, y no contiene un solo tomo de materia. De esto se sigue que el trabajo abstracto, que crea valor, debe serentendido como una categora social en la cual no podemos encontrar ni un tomo de materia14.

    Entonces, cules son las condiciones sociales que convierten altrabajo entrabajo

    creador de valor? Podemos responder, con Rubin: slo el trabajo que es organizado en determinada forma social (en la forma de una economamercantil), ya que el producto adquiere valor (stoimost) slo en condiciones en las que es producidoespecficamente para la venta, y adquiere en el mercadouna evaluacin objetiva y exacta que la igua la (medianteel dinero) con todas las otras mercancas, y le da la propiedad de ser intercambiable por cualquier otramercanca. En otras palabras, ello supone una forma determinada de economa (la economa mercantil), una forma determinada de organizacin del trabajo a travsde empresas independientes y de la propiedad privada15.

    Por tanto, podemos concluir este punto insistiendo en la advertencia que haca el propio Rubin contra la interpretacin cuantitativa de la teora del valor-trabajode Marx, interpretacin que se limita al examende las proporciones del intercambio, es decir, las relacionescuantitativas del valor entre cosas, demostrando sutotal incapacidad para comprender el aspecto cualitativo, sociolgico, de la teora del valor de Marx16.

    3. Hoy, no puede ya afirmarse, como lo hizo Joseph Gillman, en 1957, refirindose a la tasa de ganancia ya la composicin orgnica del capital, que ni una ni otra han sido

    13 Rubin (1923), pp. 207-208 (el subrayado es nuestro).

    14 Ibid., p. 189.

    15 Ibid., p. 121.

    16 Ibid., p. 127.

  • 11

    sometidas a exmenes histricos y esta dsticospara un periodo largo17. Sin embargo, esto sigue siendo cierto para el caso espaol. Nuestra Tesis va dirigidaprecisamente a llenar, parcialmente, esta inmensalaguna, en lo que se refiere al periodo de 1954 a 1987, con la esperanza de que este tipo de trabajos habr de proliferar en los prximos aos como lo ha hecho ya en otros pases, en relacin con tantos aspectos de la economa marxiana que requierende una verificacin emprica (incluso para que sean posibles nuevos avancesen el terreno de la teora).

    Nuestro intento de medir las categoras y las ralaciones ms importantes del anlisis econmico marxista, para el caso de la economa espaola, puede ser criticado dentro del propio campo marxista. Como escribe Maurice Andreu (1980), en el eplogo a la edicinfrancesa del libro de Gillman, desde hace algunos aos, entre algunos intrpretes modernos de Marx es casi un lugar comn decir que los conceptos marxistas fundamentales (los que estn ligados al concepto de valor) no son susceptibles de medida18. Para Andreu, ste es el caso de Paul Mattick (1959), (1969), (1974), M. Cogoy (1974) y Joachim Hirsch (1975)19.

    Sin embargo, este anlisis emprico nos parece absolutamente necesario. Y ello, notanto por que se trate, evidentemente, de un momentonecesario del anlisis concreto de las situacionesconcretas20, sino por que este trabajo emprico es, a la vez, la nica forma de contrastar en la realidad las previsiones que lleva a cabo la teora (a fin de determinar su falsedad o justeza), y uno de los principales medios de hacer avanzar a la propia teora. Pueses en la riqueza de lo real donde hay que colocarsiempre la base y el punto de partida para el desarrollode las categoras y de las leyes que explican la evolucin profunda de lo real. Tiene razn Andreu al invocar el ejemplo de Marx, que no tena escrpulo alguno en ilustrar su anlisis de la ley general de la acumulacin capitalista con algunas esta dsticasinglesas sobre la evolucin a medio plazo (1920 aos) de la produccin y de la distribucin de la renta, y eso en un captulo (captulo

    17 Gillman (1957), p. 13. Tendremos ocasin derepasar, a lo largo de la Tesis, algunos de los ejemploshistricos ms significativos de este tipo de exmenes.

    18 Gillman (1957), p. 191.

    19 Aunque sera ms justo decir, no que estosautores consideran imposible la medicin de esta scategoras, sino que ponen determinados reparos a la hora de poner la en prctica, debido a su particularconcepcin de las relaciones existentes entre valores y precios. Sin embargo, Mattick (1969) escribe, en relacincon la composicin orgnica del capital, que los datosexistentes prueban las previsiones de Marx con respectoal curso del desarrollo capitalista [p. 89], y recoge, al respecto, datos de Kuznets y otros autores. Asimismo, Cogoy (1974) hace suyos los datos proporcionados porBairoch, Mandel, Kuznets y Carter, aunque advierte queprecios constantes no son valores constantes, de modo que estas cifras slo tienen un alcance limitado [p. 1249]. Slo en relacin con la tasa de ganancia, pareceexacta la interpretacin que hace Andreu de la posicinde estos autores, en relacin con la posibilidad opertinencia de la verificacin emprica de la teoramarxiana. Al menos, por lo que se refiere a Mattick(1974), que escribe: Del mismo modo que la ley del valornose manifiesta directamente en los procesos reales del mercado sino que impone por medio de estos procesos los imperativos de la produccin capitalista, tampoco la tendencia la descenso de la tasa de beneficio (es decir, la repercusin de la ley del valor en el proceso deacumulacin) es un proceso directamente perceptible en la realidad [...]: p. 81.

    20 Andreu (1980), p. 192.

  • 12

    XXV21 ) del libro I de El capital que est reservado a la teora del proceso de produccinde plusvala, es decir, a un anlisis en estrictos trminos de valor22.

    Como ha escrito Fred Moseley (1986), en el anlisis de Marx, el dinero resulta ser la forma necesaria de aparicin del valor de la mercanca, pues no slo la teora de la plusvala de Marx se basa en el supuesto fundamental de que estas cantidades de dinero [capital constante, variable, plusvala, etc.] estn determinadas por las cantidades agregadas de trabajo abstracto contenido en las mercancas, sino que, adems, estas cantidades agregadas de trabajo abstracto no son directamente observables en cuanto tales23. Marx, no slo define el capital como dinero que creceen magnitud por medio de la compra y venta de mercancas, sino que l mismo ofreci dos ejemplos hipotticos en el captulo IX del libro I de El capital de los procedimientos de clculo de la tasa de plusvala, yambos ejemplos estn expresados en trminos de dinero24.

    Compartimos, obviamente, las palabras de Moral y Raimond (1986), referidas a la economa espaola, cuando, tras observar que todava hoy no contamos con los materiales estadsticos para traducir las estadsticas convencionales a este cuadro analtico de la Economa Poltica clsica y marxiana, aaden: Pero no dudamos que esta tarea puede y debe llevarse a cabo por los investigadores interesados en la renovacin del anlisis marxiano [...]25

    Es ms, opinamos que la economa marxista debe construir un sistema alternativo de Contabilidad Nacional para los pases capitalistas. Los economistas marxistas se en frentan a este reto fundamental de nuestra poca. Ya no basta con dedicar un captulo a la Definicin de agregados macroeconmicosbasados en la nocin marxista

    21 Captulo XXIII, en la edicin espaola.

    22 Ibid., pp. 192-193. Sin embargo, tambin entrelos autores espaoles contemporneos es posible encontrar determinadas reticencias a la hora de aceptar la validez de estos planteamiento s. As, Vidal Vil la y Martnez Peinado (1987) escriben que la confusin y consiguiente obsesin por medir empricamente la composicin orgnica, a efectos de la discusin de las teoras de la crisis, se en marca en otro mbito de la teora econmica marxiana, mbito en el que no entramos en este momento de definicin de las relacionesde produccin [pp. 85-86 (el subrayado es nuestro)]. Por su parte, Ferrn Brunet (1987) afirma: Los crticosde Marx han tratado o biende desconocer sus resultadoscientficos, o biende corregirlos, o biende contrastarlos; y aade: la contraposicin entre las tendencias mediatamente actuantes descubiertas por la EconomaPoltica y distintos elementos inmediatos y parciales, es un inmediatismo acientfico del que no resulta ninguna conclusin vlida ni en relacin a la realidad ni en relacin a la ciencia. La complejidad cientficade la Economa Poltica, y en particular la complejidad de la obra de Marx, resulta vulnerada al contrastar sin ms la ley de la tendencia descendente de la cuota de ganancia con los datos relativos a la contabilidad ya la rentabilidad de las sociedades. Estos datos tieneninters en s [...], ms no pueden compararse sin ms mediaciones con la ley de la tendencia descendente de la cuota general de ganancia ni con ninguna otra leyabstracta. La cuota de ganancia desarrollada por Marx, por lo dems, no es una cuota estrictamente real: paraserlo debiera considerarse el capital improductivo, las actividades en servicios y las del estado, la rotacindel capital, y, muy especialmente, los fenmenosmonetarios y financieros y la inflacin de signos devalor. [p. 24]

    23 Moseley (1986), 170. Esto es: slo el trabajoconcreto puede ser observado y contabilizado en las empresas capitalistas, pero la cantidad de trabajo de este tipo noser generalmente igual a la cantidad detrabajo abstracto contenido en las mercancas: Ibidem.

    24 Ibid., pp. 169 y 171.

    25 Moral y Raimond (1986), p. 224.

  • 13

    actualizada del trabajo productivo [Nagels (1974), captulo VIII], o un documento especfico sobre Contabilidad de la renta nacional y categoras marxistas [Shaikh (1978b)]; ni siquiera es suficiente con dedicar todo un libro a un en sayomarxista sobre Contabilidad Nacional. Elementos de una teora del sistema francs de Contabilidad Nacional [Delaunay (1971)]. Pensamos que, sobre la base de estos intentos y otros anlogos existentes, as como en relacin con la experiencia de la Contabilidad Nacional de las economas socialistas, es factible la elaboracinde un sistema marxista de Contabilidad Nacional, adecuada a los pases capitalistas, que permitira la elaboracin de estudios comparativos a escala internacional, sobre una base homognea. Y sobre esta base, se hara posible un nuevo desarrollo de la teora econmica marxista, de alcance incalculable.

    Mientras un sistema de estas caractersticas no est disponible, cada investigador particular deber construir sus propias esta dsticas, que le permitan medir determinadas variables, y contrastar la realidad, o no, de la accin de determinadas leyes econmicas. Es verdad que los datos convencionales no sirven para entender determinadas categoras de la Economa Poltica marxista, pues estn derivados de la teora convencional y keynesiana, la cual ofusca en lugar de esclarecer [su entendimiento]26.

    Pero no hay que olvidar que la Contabilidad Nacional de los pasescapitalistas por ejemplo, en el caso espaol, la C. N. E., basada en el Sistema Europeo de Cuentas (SEC) es un punto de partida valiossimo para la obtencin, por medio de una serie de ajustes y correcciones adecuados, de las categoras marxistas correspondientes27. Esta Tesis pretende demostrar que la construccin del citado sistema de Contabilidad Nacional marxista no es imposible, aunque ciertamente lo sera si no estuviera basado en una fundamentacin terica coherente, que descienda desde los principios ms generales de la leydel valor a los detalles ms particulares de las diversas ramas e instituciones econmicas. Por supuesto, no se pretende haber construido tal sistema alternativo, pero s haber intentado proporcionar algunas pistas del camino que debe seguir un trabajo de estas caractersticas. Slo un debate autntico sobre el conjunto de los grandes problemas tericos implicados podr consolidar la metodologa adecuada para hacer realidad semejante empeo. Pero, simtricamente, slo el perfeccionamiento metodolgico y la proliferacin de estadsticas y datos empricos referidos a las categoras marxianas permitirn un paso cualitativo adelante en el anlisis marxista de la dinmica interna e internacional del capitalismo.

    II. El CONTENIDO

    26 Ibid., p. 211.

    27 E. Varga (1967), basndose en las palabras del en in sobre la irrefutabilidad de los datos de la estadstica burguesa, ha criticado a quienes consideran que toda esta dstica burguesa est falsificada. SegnVarga, la esta dstica burguesa, la nica esta dsticasobre la economa de los pases capitalistas de que disponemos, debe utilizarse, como Lenin hizo siempre, demanera concreta, con un espritu crtico, es decir, cientficamente, sin adaptar la esta dstica a lo que quiere demostrarse [...]: pp. 117-118. Varga rechazaaqu, evidentemente, un mtodo distinto del que proponemos nosotros, que no consiste en adaptar las esta dsticas a nuestras demostraciones, sino entransformarlas en esta dsticas apropiadas para la medida del as categoras y variables del anlisis marxiano.

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    Tras haber expuesto nuestra concepcin de las relaciones entre mtodo, teora y verificacin en la realidad emprica (I), podemos referirnos, a continuacin, al contenido de las principales tesis contenidas en esta Tesis (II), antes de resumir la estructura formal de la misma (III).

    A. Se defender, en primer lugar, la justeza de la tesis de la depauperacin relativa del proletariado, en su expresin ms objetiva, es decir, como pronstico de una participacin decreciente de la renta obtenida por la clase obrera (el capital variable) en el total de la renta nacional. A este respecto, se sostendr que la depauperacin relativa es una ley caracterstica del modo de produccin capitalista, que deriva necesariamente de la actuacin de la ley del valor, y que, en consecuencia, su vigencia es tan completa en la actualidad como en el siglo pasado (y como lo ser en el futuro capitalista). Como contrapunto de la demostracin terica, se ofrecer la demostracin emprica de la vigencia de esta ley en la historia espaola contempornea (periodo 1954-1987). Estadoble argumentacin exigir dar los siguientes pasos:

    1. Definir la Renta nacional en funcin de las categoras elaboradas por la teora marxiana del valor-trabajo y confrontar la con la categora de Rentanacional que inspira al Sistema Europeo de Cuentas (SEC) ya la Contabilidad Nacional de Espaa (CNE); desarrollar la metododologa para la obtencin de su equivalente emprico; y obtener, finalmente, su valor anualpara el conjuunto de los aos 1954 a 1987. Esto exigir, previamente, la revisin terica de la definicin del trabajo productivo e improductivo, as como su del imitacin prctica, que comentamos en el punto B.

    2. Definir el concepto de capital variable, en relacin con las categoras de valor de la fuerza detrabajo, precio de la fuerza de trabajo y salario relativo. Ello exige, por una parte, repasar el contenido del concepto marxiano de subsistencia, en particular, su definicin especficamente histrica, en relacin con la dinmica conjunta del salario real y del salario relativo. Pero requiere, igualmente, perfilar la extensin del proletariado (clase obrera) espaol actual, cuyas necesidades ntegras de reproduccin definen el valor de la fuerza social de trabajo que depende del capital.

    3. Proceder en dos pasos, para la verificacin de la depauperacin relativa en la economa espaola contempornea. En primer lugar, medir directamente la evolucin real (concreta) de la participacin del capital variable en el total de la renta nacional. En segundo lugar, abstraerse de la participacin de otros modos de produccin (no capitalistas) en el conjunto de la renta nacional espaola, as como de la modificacin de la estructura clasista de nuestra sociedad. La tesis marxista de la depauperacin se desprende del anlisis terico del modo capitalista de produccin puro, donde slo existen capitalistas y asalariados. Esto implica que la depauperacin relativa (es decir, la cada del salario relativo, el incremento de la tasa de explotacin o de plusvala) ser tanto ms evidente, desde el punto de vista emprico, cuanto ms se acerque n las sociedades capitalistas concretas al modelo terico puro. Mientras tanto, la verificacin de la tesis de la depauperacin debe tener en cuenta el proceso deproletarizacin, y, en consecuencia, debe llevarse a cabo a travs de la comparacin entre la parte que

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    representa el capital variable en la renta nacional, y la proporcin que constituye la clase obrera en el conjunto de la poblacin activa (llamaremos coeficiente salarial al coeficiente que expresa esta comparacin).

    B. En segundo lugar, se defender una interpretacin de la distincin marxiana entre trabajo productivo y trabajo improductivo que toma como criterio determinante la forma social e histrica del trabajo (abstracto), prescindiendo por completo del contenido materialespecfico del trabajo (concreto) y de su resultado. Ms concretamente, esta interpretacin puede desarrollarse apartir de las siguientes ideas:

    1. Como la productividad de que se trata aqu es la productividad de plusvalor28, el trabajo productivo es independiente de la perversidad o bondad de los valores de uso obtenidos, o de la naturaleza (fsica o no) del resultado producido. El nico criterio relevante es la forma capitalista de organizacin del trabajo; lo que explica la necesidad de distinguir, en el cajn desastre del sector terciario de la economa, entre los servicios mercantiles (trabajo productivo) y los servicios prestados por las Administraciones Pblicas (trabajo no productivo): los primeros constituyen una fuente de plusvalor; los segundos, al contrario, una carga sobre la plusvala.

    2. Cuando, del proceso de produccin inmediata, se pasa al anlisis del proceso global de la produccin capitalista (que integra, junto al primero, al procesode circulacin del capital), es preciso distinguir un segundo tipo de trabajo improductivo: el trabajo de circulacin (pura). Este tipo de trabajo improductivo no debe identificarse con las ramas concretas de comercio y banca, sino con el proceso de transferencia dederechos (ligado al carcter mercantil y capitalista de la produccin, en esta forma histrica de produccin), y est presente en todas las ramas de la economa. Por otra parte, la mayora del trabajo del comercio, tomado en su conjunto (incluida la banca), es trabajo de produccin mercantil (es decir, produccin de mercancascon valor de uso y con valor, y, en el caso de empresascapitalistas, tambin de plusvalor); y, por tanto, productivo.

    3. Cuando, del anlisis del proceso global de la produccin capitalista, se pasa al anlisis de la reproduccin social en su conjunto es decir, reproduccin de la formacin social concreta, donde se produceuna determinada combinacin de modos de produccindiferentes, y donde se registra un momento especfico en la evolucin de los diferentes modos de produccin, y en el desarrollo de su productividad social relativa, aparecen nuevas formas de improductividad social del trabajo; pero ya nos situamos fuera de la problemticadel trabajo productivo e improductivo desde el punto de vista capitalista. Se transciende de la distincin anterior y se desemboca en la teora marxiana de la dinmica de los modos de produccin en funcin de su crteciente productividad social. Desde este nuevo punto de vista, no slo el trabajo de circulacin, sino todo el trabajo de supervisin laboral y de control social (ejrcitos, jueces, abogados,

    28 Si estuviramos tratando de la definicingeneral del trabajo productivo, tendramos que basarnos en el valor de uso (como componente de la mercanca). Pero como nos referiremos siempre a la definicin especfica, esto es, a los conceptos detrabajo productivo y trabajo improductivo desde el punto de vista capitalista, debemos prescindir del valor de uso, y atender tan slo al otro componente de la mercanca: el valor.

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    polica, etc.) son funciones improductivas, que definen al capitalismo como un modo de produccin (relativamente) improductivo (en relacin con el modo de produccin que, inevitablemente, lo sustituir).

    4. Esta concepcin de la teora marxiana del trabajo productivo e improductivo se presenta como una continuacin de una lnea interpretativa (minoritaria dentro de la propia tradicin marxista) que creemos haber reconstruido parcialmente, y que pasara, desdelos aos veinte, por los siguientes autores: Rubin, Rosemberg y Ptrov (en los aos 20 y 30); Denis (aos50); Coontz, Valtuh, Oldak, Rakitsky, Medvediev, Agababgjian y Glzev (aos 60); Burger, la Grassa, Berthoud y Colliot-Thlne (en los 70); y Meiksins, Gouverneur, Bidet, Delaunay y Gadrey (en los 80).

    C. Se defender, en tercer lugar tras haber postulado, implcitamente, la tesis de la posibilidad (y necesidad) de contrastacin emprica de todas las categoras y leyes econmicas marxianas en cada economa nacional concreta, partiendo de las macroamgnitudes definidas por el sistema conceptual neoclsico-keynesiano, y ajustndolo al sistema de categoras creado porMarx y desarrollado por sus discpulos, la tesis de la necesidad especial de llevar a cabo la medicin de las macromagnitudes bsicas marxianas para desarrollar una nlisis adecuado de la crisis (tanto desde el punto devista terico, como para el caso de concreto de la crisis contempornea, espaola e internacional):

    1. La conciencia de esta necesidad especial nosllevar a medir, para la economa espaola del periodo reciente (1954-1987), los siguientes agregados: stock decapital constante (una vez descontados, de la riqueza nacional, los componentes no productivos, y tras delimitar los medios de produccin capitalistas de los no capitalistas); composicin tcnica del capital, composicin orgnica del capital y composicin en valor del capital (tras insistir en la especial importancia del papel que representa la distincin entre las dos ltimas categoras en el sistema terico marxiano, muyespecialmente, en relacin con la ley de la cada tendencial de la tasa general de ganancia); la renta nacional y su descomposicin tripartita, en capital variable, plusvala y resati (renta de los trabajadores independientes y empresarios sin asalariados), lo que exigir discutir tambin las distintas posibilidades de medicin de esta ltima variable (muy frecuentemente despreciada por autores de otros pases, en los cuales este colectivo, y su correspondiente renta, representan unos porcentajes mucho menos significativos que en el caso espaol); y, finalmente, tasa de plusvala, tasa de ganancia y tasas de acumulacin.

    2. Este trabajo de medicin exigir, a su vez, dos tareas. En primer lugar, rastrear los precedentes al menos, los ms significativos existentes para cada una de las variables implicada s, y discutir la metodologa empleada. En segundo lugar, detallar la metodologa utilizada, en cada caso, por nuestra parte, para hacerposibles el debate y la crtica posteriores. Sin entrar, por el momento, en el detalle de los diferentes clculos realizados y de los procedimientos seguidos para su realizacin, podemos adelantar que todos exigirn una mplio esfuerzo de reconstruccin y homogeneizacin estadsticas, previo al trabajo propiamente dedicado a la construccin de las series de datos

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    correspondientes a las categoras marxianas. La limitacin temporal de determinadas series oficiales (por ejemplo, la Encuesta de Pobalcin activa, EPA, que slo comienza en 1964), la existencia de cambios metodolgicos importantes a lo largo de estos aos (la propia EPA, as como la CNE), o la inexistencia, incluso, de estimacin oficial, en algunos casos (como para la serie de stock de capital), explican la amplitud de este esfuerzo.

    3. Todo el trabajo emprico realizado para el caso espaol contribuir, de forma esencial, a perfilar nuestra propia concepcin terica acerca de la crisis capitalista. Se defender, en consecuencia, la (triple) tesis de la naturaleza interna, u orgnica, de la crisis capitalista de sobreproduccin/sobreacumulacin decapital; de su doble carcter cclico (como crisis coyuntural, origen del ciclo industrial, y como crisis estructural, generadora de las ondas largas expansivas y depresivas); as como del contenido mltiple, pero monocausal, de la teora que la analiza. La naturaleza capitalista de la crisis exige prestar la atencin preferente al propio capital, en el doble sentido siguiente: 1) relacional: el capital como relacin social, como forma especfica de la lucha de clases; 2) dinmico: las leyes de movimiento del capital encuentran su origen en su creciente composicin orgnica. La forma especfica que la relacin social capitalista (la propiedad capitalista) confiere a la evolucin del progreso tcnico que tiene lugar en el marco de este modo de produccin explica el movimiento cclico de la tasa de acumulacin del capital: ste es el origende la dinmica interna de los ciclos de produccin. Pero, en esta dinmica, que por s sola explica la necesidad del ciclo y de la crisis, inciden multitud de factores histricos concretos que individualizan y singularizancada proceso de acumulacin especfico. Adems, una vez identificada la dinmica monocausal de la crisis, se comprende por qu el subconsumo (la depauperacin relativa) o la subida salarial en determinadas circunstancias (aumentos coyunturales del salario relativo, fuerte expansin del empleo asalariado), as como los dems factores que intervienen en la determinacin de la tasa de plusvala, son consecuencias derivadas del proceso de acumulacin, y slo pueden en tenderse como elementos explicativos complementarios de la crisis, pero no como expresin de la lgica de la crisis.

    III. LA ESTRUCTURA FORMAL

    1. El captulo I trata sobre la teora marxista del salario, que no es sino la otra cara de la teora marxista del capital. Lo esencial, para Marx, es la comprensin de que el salario, antes que una renta, es una forma del capital, el capital variable. Esto equivale a decir que el asalariado es el otro polo del Capital el esclavo del capital , y que estarealidad estructural es prioritaria, y subyacente, a todo anlisis de la distribucin. Como escribe Marx, la distribucin de los medios de produccin explica la distribucin de la renta. No obstante, en nuestro captulo desarrollamos el aspecto distribucin de la renta de la teora del salario: 1) partimos de la base del salario: el valor de la fuerza de trabajo, as como de su determinacin exacta en cada momento dado, y de su evolucin decreciente a largo plazo; 2) analizamos las diversas formas de manifestacin del precio de la fuerza de trabajo, colocando en el lugar que le corresponde la distincin

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    marxiana entre las categoras desalario real y salario relativo, e insistiendo en la subordinacin terica de la primera a la segunda; 3) por ltimo, nos preguntamos por la evolucin tendencial deambas categoras, intentamos una clasificacin de las diversas tesis interpretatvas marxistas en torno a esta cuestin, y desarrollamos nuestra propia concepcin de la dinmica salarial, precisando el contenido de la vigente ley (descubierta por Marx) de la depauperacin relativa de la clase obrera, como parte orgnica del concepto mismo de capital.

    2. El captulo II, sobre el trabajo productivo e improductivo, supone un paso ms de acercamiento al polo opuesto del capital. El conjunto de los asalariados (esto es, la clase obrera o proletariado: el conjunto de los explotados) ve cmo, efectivamente, se determina el valor de su fuerza de trabajo en un mercado nico de la fuerza de trabajo29, pero slo una fraccin la ms importante, tambin cuantitativamente del trabajo asalariado constituye el objeto directo de la explotacin capitalista, es decir, se convierte en la protagonista, en su intercambio con el capital, de ese doble proceso del que hablara Marx: por un lado, un proceso de intercambio de equivalentes (capital variable por valor de la fuerza de trabajo); por otro lado, un proceso de extraccin de plusvalor, gracias al control capitalista del proceso laboral. Nos referimos, evidentemente, al trabajo productivo de plusvala, y, en especial, a la cuestin de su distincin respecto del trabajo improductivo. No es cierto que esta cuestin esencial para la teora del valor, como ha escrito Perry Andersn (1976), de la distincin entre trabajo productivo e improductivo nunca ha sido codificada tericamente o establecida empricamente por Marx o sus sucesores30.

    En este captulo, intentamos demostrar que Marx elabor una teora coherente del trabajo productivo, y que dicha teora ha sido desarrollada por toda una serie de discpulos suyos que, sin conexin entre s en la mayora de los casos, y en medio de una maraa de aportaciones diferentes (por parte de autores tambin marxistas), permiten trazar, no obstante, una lnea maestra, homognea, de interpretacin de esta teora, que permite, ya hoy, codificar ntegramente la distincin, y traducirla, empricamente, en el mbito de cada economa nacional. Para captar ms ntidamente esta lnea de anlisis, se ensaya una tipologa de las diferentes teoras del trabajo productivo e improductivo que, considerndose a s mismas marxistas, se apartan, no obstante, de la citada lnea de anlisis; y se intenta un intento de explicacin de las divergenciasresultantes. Por ltimo, se desarrolla la otra teora, la teora del trabajo reproductivo, que, implcita en la obra de Marx, a veces se entremezcla, o convive, condeterminados elementos de la teora del trabajo productivo, y en cierta medida ha podido contribuir, por esta va, al mantenimiento de la confusin sobre esta ltima teora.

    3. El captulo III es, fundamentalmente, una prolongacin del II, en la direccin de una mayorconcrecin de la teora del trabajo productivo eimproductivo en el marco de la economa espaola, talcomo viene definido por la Contabilidad Nacional

    29 Lo que no impide aceptar sucesivas subdivisionesde dicho mercado.

    30 Andersn (1976), pp. 139-140.

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    deEspaa (CNE) y por la Encuesta de Poblacin Activa (EPA). Pero es un desarrollo de este tipo, basado en la certeza de que no puede construirse una Contabilidad Nacional marxista de la produccin capitalista, ni siquiera un esbozo de sus lneas fundamentales, 1) sin definir rigurosamente el mbito del trabajo productivo y, en consecuencia, la magnitud de la Renta Nacional (suma del valor nuevo creado); 2) sin delimitar la extensin del capital variable a escalade la economa en su conjunto; 3) sin precisar la aportacin de otros modos de produccin ajenos (aunque subordinados) al modode produccin capitalista; y 4) sin matizar, finalmente, qu fracciones de la plusvala, o de los salarios, son objeto, o no, de transferencias (y de qu grado) dentro del circuito econmico. Toda esta problemtica se ha aplicado al caso espaol, conscientes de que, siendo perfectibles muchos de los datos obtenidos, deba buscarse fundamentalmente la coherencia y el rigor metodolgicos, con el objetivo de trazar, lo ms claramente posible, el perfil de la evolucin histrica decada una de las variables implicadas en el anlisis; a fin de poder contrastar, en un periodo de tiempo relativamente amplio, la realidad o no, la vigencia, de las leyes econmicas descubiertas por la teora marxista. Ello ha exigido la utilizacin de las series ms largas disponibles (las de la CNE), y ha aconsejado, por ejemplo, renunciar a otras fuentes (que han sido, no obstante, estudiadas, como, por ejemplo, las T. I. O. E., la Encuesta Industrial, la Central de Balances del Banco de Espaa, etc.), ms limitadas (o discontinuas), en el tiempo, que la CNE.

    4. Por ltimo, el captulo IV cierra el crculo, abierto en el captulo I con el desarrollo de la teora marxista de la distribucin, al resituar esta teora en el contexto, ms general, de la teora del movimiento del capital y de sus crisis. Tras precisar el contenido de las categoras marxianas de composicin tcnica, orgnica y, en valor, del capital, se reconstruye la teora monocausal de la crisis elaborada por Marx, en contraste con otras teoras colaterales, desarrolladas por diferentes autores marxistas. Se trata, como dijimos supra, de una teora monocausal porque est basada en un argumento unitario, es decir, un razonamiento que parte de la propia ley del valor y concluye definiendo la crisis capitalista (tanto la crisis coyuntural como la de larga duracin) como crisis de sobreacumulacin, inscrita en la misma naturaleza del capital.

    Por consiguiente, no es una teora monocausal porque renuncie a otros elementos explicativos (subconsumo, elevacin salarial, desproporcionalidad, etc.), sino porque los reduce a elementos de la explicacin, es decir, los integra en la corriente explicativa principal, que fluye en el siguiente sentido. En el capitalismo, la ley del valor, al abaratar el valor de cada mercanca, as como el de la fuerza de trabajo, gracias a la productividad creciente del trabajo, impone la necesidad de una mecanizacin creciente del procesolaboral, tanto como necesidad de la lucha de clases implcita en la definicin del capital, cuanto como imperativo individual para cada capitalista que quiere sobrevivir en la lucha de los capital es. Esto impone, en el contexto de la anarqua capitalista de la produccin, una pauta de funcionamiento al mecanismo econmico, caracterizada por la necesaria sobreacumulacin cclica, es decir, por el exceso relativo (con relacin a aqul que el propio capital est peridicamente en condiciones de rentabilizar) en el ritmo de inversin en capital constante; lo que, necesariamente, crea la base deperidicas desvalorizaciones del capital y crisis, de estancamientos de la

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    produccin y desempleos masivos, en una sucesin de rupturas de la circulacin (y reproduccin) del capital, que afectan crecientemente a las uperestructura del sistema, en forma de contradiccionesprogresivamente agudizadas, que tienen lugar en niveles cada vez ms altos, hasta que el propio mecanismo econmico crea la base material y superestructural de la liquidacin del sistema (y del modo de produccin del capital).

    Para contrastar esta teora de la crisis en suvertiente de mecanismo cclico del proceso de acumulacin del capital, y tras construir las series correspondientes de volumende capital, de composicintcnica, orgnica, etc., nuestro anlisis de la tasa de ganancia en Espaa, durante el periodo 1954-87, se ha centrado en los determinantes y en la evolucin de las variables que intervienen en las siguientes expresiones de la tasa de ganancia:

    e = pv/K = p/cvc = (p*sr) /coc31

    Finalmente, y basndonos en las recientes previsiones macroeconmicas del Gobierno, para el periodo 1988-1992, se avanza la hiptesis de que la prxima onda larga expansiva todava no ha comenzado, aunque deber tener lugar indudablemente, y ello, posiblemente, tras una nueva y profunda depresin cclica (de corta duracin) en los prximos aos. Digamos, para concluir, que esta teora no niega el margende accin de la lucha de clases: slo le ofrece a sus protagonistas una interpretacin de la estructura y la dinmica de la realidad social, con cuya existencia deben contar si aceptan esta interpretacin como realmente cientfica.

    31 Donde e = tasa de ganancia; pv = plusvala; K =volumende capital constante; p = tasa de plusvala; cvc = composicin en valor del capital; sr = salarioreal; coc = composicin orgnica del capital.

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    CAPTULO PRIMERO: LA TEORA DEL SALARIO

    I. INTRODUCCIN

    I.1. El lugar de la teora de la Distribucin de la renta en la teora econmica marxista.

    1. Al analizar, en los Grundrisse, la relacin general de la produccin con la distribucin, el cambio, el consumo, Marx establece uno de los principios que caracterizan su mtodo general de investigacin del modo de produccin capitalista: la produccin, como momento dominante del proceso global de desarrollo del capital: El resultado a que llegamos no es el de que la produccin, la distribucin, el cambio y el consumo son idnticos, sino que todos son miembros de una totalidad, diferencias dentro de la unidad. La produccin domina, tanto sobre s misma, en la determinacin antittica de la produccin, como sobre los dems momentos. A partir de ella comienza el proceso siempre de nuevo32.

    Este dominio de las relaciones de produccin sobre las de distribucin, que se ha traducido a lo largo de la historia en que en todos los casos es el modo de produccin [...] el que determina la nueva distribucin33 , significa lgicamente que la organizacin de la distribucin est totalmente determinada por la organizacin de la produccin, no slo en lo que se refiere al objeto, ya que slo pueden ser distribuidos los resultados de la produccin, sino tambin por lo que se refiere a la forma, ya que la forma determinada de la participacin en la produccin determina las formas particulares de la distribucin, la forma en que se participa en la distribucin34.

    No obstante, las relaciones entre produccin y distribucin no se dan exclusivamente en un solo sentido, pues, si bien el modo de la distribucin de los productos queda dado con el modo de produccin y de intercambio de una determinada sociedad histrica35, tambin es cierto que la distribucin no es un resultado meramente pasivo de la produccin y el intercambio; tambin acta a su vez inversamente sobre una y otro. Todo nuevo modo de produccin y toda nueva forma de intercambio se ven al principio obstaculizados no slo por las viejas formas y sus correspondientes instituciones polticas, sino tambin por el viejo modo de distribucin. Tienen, pues, que empezar por conquistarse con una larga lucha la distribucin que les es adecuada36.

    32 Grundrisse, vol. I, p. 23.

    33 Ibid., p. 21.

    34 Ibid., p. 19.

    35 Anti-Dhring, p. 152.

    36 Ibid., p. 153.

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    En consecuencia, resulta incompatible con los postulados marxianos analizar por separado como hacen los manuales de economa usuales la distribucin, por un lado, y la produccin, por otro, cuando se trata, en realidad, de dos manifestaciones complementarias de una misma realidad esencial: Para la concepcin habitual, estas relaciones de distribucin se manifiestan como relaciones naturales [...] no obstante, una conciencia ms evolucionada, ms crtica, conviene en el carcter histricamente desarrollado de las relaciones de distribucin, pero en cambio se aferra con tanta mayor firmeza al carcter constante de las relaciones mismas de produccin, emanadas de la naturaleza humana y por ende independientes de todo desarrollo histrico. Pero el anlisis cientfico del modo capitalista de produccin demuestra, a la inversa, que es un modo de produccin de ndole particular, de una determinacin histrica especfica [...] que las relaciones de produccin correspondientes a ese modo de produccin especfico e histricamente determinado [...] tienen un carcter especfico, histrico y transitorio, y que, finalmente, las relaciones de distribucin son esencialmente idnticas a esas relaciones de produccin, un reverso de las mismas, de manera que ambas comparten el mismo carcter histricamente transitorio37.

    Hasta tal punto las relaciones de distribucin no son independientes de las relaciones de produccin, que hasta puede decirse que las formas de la distribucin son la expresin ms determinada en la que los agentes de la produccin se fijan en una sociedad determinada38.

    2. Una segunda caracterstica de la concepcin marxista de la distribucin es la primaca del anlisis de la distribucin de los medios de produccin y de la fuerza de trabajo sobre el de la distribucin de la renta: la distribucin, segn la concepcin ms superficial, se presenta como distribucin de productos, y de esta forma se presenta como muy alejada de y casi autnoma frente a la produccin. Pero antes de que la produccin sea distribucin de los productos, la distribucin es: 1) distribucin de los instrumentos de produccin, y 2) lo que es una determinacin ulterior de la misma relacin, distribucin de los miembros de la sociedad entre las distintas ramas de la produccin [...] la distribucin de los productos est ya dada de por s en esta distribucin originaria que constituye un momento de la produccin39.

    Marx ataca la concepcin de la distribucin como exclusivamente reducida a la distribucin de productos o distribucin de la renta, diramos hoy, y lo hace, no slo cuando dicha concepcin se manifiesta en las teoras de los economistas burgueses, sino tambin cuando la misma es expresin de determinadas corrientes socialistas, en especial lassallianas, que reducen su demanda de emancipacin del trabajo a la reivindicacin de un reparto equitativo del fruto del trabajo:

    El socialismo vulgar (y por intermedio suyo, una parte de la democracia) ha aprendido de los economistas burgueses a considerar y tratar la distribucin como

    37 El Capital, III/8, pp. 1114-1115.

    38 Grundrisse, vol. I, p. 19.

    39 Ibid., p. 20.

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    algo independiente del modo de produccin, y, por tanto, a exponer el socialismo como una doctrina que gira principalmente en torno a la distribucin40.

    Por el contrario, Marx no se cansa de defender la primaca de la produccin en el anlisis del capitalismo y, como consecuencia, de interpretar la distribucin de forma muy diferente: Aun prescindiendo de lo que queda expuesto, es equivocado, en general, tomar como esencial la llamada distribucin y hacer hincapi en ella, como si fuera lo ms importante. La distribucin de los medios de consumo es, en todo momento, un corolario de la distribucin de las propias condiciones de produccin. Y sta es una caracterstica del modo mismo de produccin. Por ejemplo, el modo capitalista de produccin descansa en el hecho de que las condiciones materiales de produccin les son adjudicadas a los que no trabajan bajo la forma de propiedad del capital y propiedad del suelo, mientras que la masa slo es propietaria de la condicin personal de produccin, la fuerza de trabajo. Distribuidos de este modo los elementos de la produccin, la actual distribucin de los medios de consumo es una consecuencia natural. Si las condiciones materiales de la produccin fuesen propiedad colectiva de los propios obreros, esto determinara, por s solo, una distribucin de los medios de consumo distinta de la actual41.

    En este sentido primario, que reivindica Marx, se puede decir que la primera ley de la distribucin capitalista no es sino la propia ley de desarrollo del modo capitalista de produccin: la tendencia constante y la ley de desarrollo del modo capitalista de produccin es separar ms y ms del trabajo los medios de produccin [...] transformar el trabajo en trabajo asalariado y los medios de produccin en capital42.

    Marx ataca continuamente, a lo largo de su obra, la concepcin fetichista, que no es

    capaz de distinguir entre los conceptos de medios de produccin y de capital. No es el momento de discutir a fondo esta cuestin, pero s cabe ahora decir que el correcto en tendimiento de las relaciones que existen entre ambos conceptos nos lleva a conectar, desde el punto de partida de este trabajo, con el que quiz sea el rasgo ms caracterstico de todo el mtodo analtico de Marx43 : la constante exploracin del carcter ambiguo con que se manifiestan todos los procesos sociales, en cuyo interior es preciso, siempre, distinguir dos aspectos, a saber, su contenido material, por una parte, y la forma social concreta en que aparece histricamente aqul, por otra. As, por ejemplo, en la produccin capitalista, los medios de produccin y la fuerza de trabajo elementos presentes en todo modo de produccin, del que constituyen su contenido material adoptan una forma especfica, que en este caso es la forma especficamente capitalista, es decir, se ponen entre s en una relacin de tipo capitalista, caracterizada por actuar la fuerza de trabajo como fuerza de trabajo asalariada, y los medios de produccin como instrumentos del capital.

    40 Gotha, p. 25.

    41 Ibid., pp. 24-25 (el subrayado es nuestro).

    42 El capital, III/8, p. 1123.

    43 Vase la Introduccin de esta Tesis.

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    Por consiguiente, el modo capitalista de produccin que no es slo produccin de mercancas, sino especficamente produccin de plusvalor, o produccin de mercancas como capital, es decir, reproduccin de toda la relacin capitalista en escala, cada vez, ampliada podra definirse, en consecuencia, como el modo de produccin que produce asalariados y capitalistas, o tambin como el modo de produccin que distribuye la riqueza social en forma de, por una parte, medios de produccin en poder de los capitalistas, y, por la otra, carencia de medios de produccin en poder de los asalariados: Si el modo capitalista de produccin presupone esa determinada figura social de las condiciones de produccin, reproduce constantemente la misma. No slo produce los productos materiales, sino que reproduce constantemente las relaciones de produccin en que aqullos son producidos y tambin, por lo tanto, las relaciones de distribucin correspondientes44.

    Por consiguiente, la reproduccin ampliada de las clases obrera y capitalista, la reproduccin social de la riqueza burguesa y de la miseria relativa de los trabajadores, siempre en sus respectivos polos: sta es la primera ley marxista de la distribucin. Pero hay otras. Hay un pronstico concreto, basado en el anlisis de la dinmica interna del capitalismo, concerniente a la situacin respectiva de ambas clases en relacin con la distribucin de la renta en cuanto tal. En el juego de ambos tipos de leyes se encierra, en realidad, todo el secreto de la produccin capitalista. Veamos, en primer lugar, una expresin del citado pronstico: El modo de distribucin determinado por aquellas formas [formas de produccin e intercambio capitalistas] ha producido una situacin de clase cada da ms insoportable, la contraposicin, cotidianamente agudizada, entre unos capitalistas, cada vez menos, pero cada vez ms ricos, y los trabajadores asalariados, cada vez ms numerosos y, a grandes rasgos, cada vez en peor situacin45.

    sta es la segunda ley de la distribucin capitalista. Pero insistamos en que la primera ley, que es la ley fundamental y, por tanto, anterior, desde el punto de vista lgico, a la tesis precedente, establece que el obrero asalariado slo est autorizado a trabajar para mantener su propia vida, es decir, a vivir, si trabaja gratis durante cierto tiempo para el capitalista [...] por tanto, el sistema del trabajo asalariado es un sistema de esclavitud, una esclavitud que se hace ms dura a medida que se desarrollan las fuerzas sociales productivas del trabajo, aunque el obrero est mejor o peor remunerado46.

    3. Slo cuando se ha comprendido esta naturaleza profunda de la distribucin capitalista, como esencialmente idntica a la produccin de capital, se comprende por qu Marx considera falso que la produccin se distribuya entre los tres rditos tpicos de la frmula trinitaria clsica, a saber, salarios, ganancia y renta de la tierra: Pero as en un ciado, el hecho es falso. El producto se distribuye por un lado en capital, y por el otro en rditos. A su vez, uno de esos rditos, el salario, asume siempre la forma de un rdito, del rdito del obrero, slo despus de haberse en frentado previamente al mismo

    44 El capital, III/8, p. 1115.

    45 Anti-Dhring, p. 155 (el subrayado es nuestro).

    46 Gotha, pp. 32-33 (el subrayado es nuestro).

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    obrero en la forma de capital [...] Si una parte del producto no se transforma se en capital, la otra no asumira las formas de salario, ganancia y renta47.

    Se trata, por una parte, de combatir, una vez ms, el funesto dogma de Adam Smith, que descompone el valor de la mercanca exclusivamente en renta, sin tener en cuenta la parte que meramente repone el valor del capital constante consumido en la produccin. Pero, en segundo lugar, se trata de reivindicar el carcter especficamente histrico de la produccin capitalista tambin en el anlisis de la distribucin de la renta: si la distribucin de la renta, en el capitalismo, debe tratar, como punto esencial, la determinacin del salario y de su fundamento, el valor de la fuerza de trabajo, no debe olvidarse que el salario mismo expresa la relacin capitalista en cuanto tal, en la medida en que es precisamente el trabajo asalariado el que hace histricamente posible al modo de produccin capitalista, y, por tanto, en la medida en que una parte del capital, el capital variable, al en frentarse con dicho trabajo asalariado, hace posible el objetivo directo y motivo determinante de la produccin capitalista: la produccin de plusvalor. En el captulo segundo, veremos por qu ser preciso afinar ms en relacin con la cuestin de la fuente de la plusvala (es decir, la cuestin del trabajo productivo e improductivo para el capital), pero de momento puede afirmarse, al caracterizar al capitalismo por comparacin con otros modos de produccin anteriores, que la forma determinada bajo la cual el tiempo social de trabajo se impone como determinante en el valor de las mercancas est vinculada, por cierto, a la forma del trabajo como trabajo asalariado ya la forma correspondiente de los medios de produccin, en la medida en que slo sobre esta base la produccin mercantil se convierte en la forma general de la produccin48.

    I.2. La teora de la plusvala, como teora de la distribucin de la renta, basada en la explotacin.

    La teora de la plusvala de Marx es, a la vez, una teora de la produccin capitalista y una teora de la distribucin capitalista. Por esta razn, una vez que se comprende el secreto de la produccin de plusvalor, se comprende igualmente el secreto de la distribucin bipolar de la riqueza social: slo los capitalistas, al apropiarse del trabajo realizado por la clase obrera, tienen acceso a la propiedad de los medios de produccin, mientras que es precisamente esta expropiacin que sufre la clase trabajadora lo que la condena a la perpetuacin de su pobreza de clase. El mrito de Marx es que explica precisamente esta expropiacin (y la apropiacin correspondiente) exclusivamente sobre la base de la teora del valor trabajo, ya partir del intercambio de equivalentes, puesto que el nuevo valor creado en el proceso de trabajo (fundamento de la renta nacional) es superior al valor de la fuerza de trabajo que lo ha creado, constituyendo esta diferencia el origende la plusvala. El anlisis de los dos procesos distintos que tienen lugar en el intercambio del trabajo con el capital permite explicar la necesidad de la explotacin, como algo inherente a la propia naturaleza de las relaciones de produccin capitalistas. Y todo ello, insistimos, sobre la base de la absoluta vigencia de

    47 El capital, III/8, p. 1115.

    48 Ibid., p. 1119.

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    la ley del valor, segn la cual el valor de las mercancas viene dado por la cantidad de trabajo socialmente necesario para su produccin y reproduccin.

    Tiene razn L. A. Rojo cuando escribe que la teora del valor de Marx es, al propio tiempo, una teora de la explotacin (aunque, por otra parte, es tambin algo ms que una teora del intercambio: es el fundamento de toda la teora de la produccin, la acumulacin y el desarrollo capitalistas):

    La teora del valor trabajo ha desempeado as las dos funciones que Marx le exiga: ha ofrecido una teora del intercambio, segn la cual las mercancas tienden a intercambiarse en proporcin a sus valores-trabajo, y ha fundamentado, adems, una teora de la explotacin. Y lo ha hecho a partir de las relaciones sociales que subyacen al mundo de las mercancas [...] Marx retiene la teora del valor trabajo en su funcin bsica de desvelar la estructura profunda del capitalismo como mecanismo de explotacin: la generacin de plusvala en el mbito de la produccin como apropiacin de trabajo no pagado y como unidad un itaria y previa a toda renta nosalarial, por debajo de las formas distributivas del mundo de la circulacin, y el antagonismo radical entre capitalistas y trabajadores asalariados que subyace a las oposiciones superficiales entre propietarios de capital es y empresarios, capitalistas y terratenientes, o capitalistas comerciales y capitalistas industriales. Es esa estructura profunda la que queda oculta cuando la economa poltica burguesa propone su frmula trinitaria de la distribucin de rentas, frmula en la que, para Marx, se consuma la mistificacin del sistema capitalista como un mundo en cantado donde Monsieur le Capital y Madame la Terre llevan a cabo sus brujeras como simples cosas materiales sin contenido sociohistrico49.

    En realidad, lo que quiere resaltar Marx con su concepcin de la distribucin capitalista, como el envs de la produccin capitalista, es que la existencia misma de relaciones de produccin capitalistas implica ya lo hemos dicho la necesidad de unas relaciones capitalistas de distribucin. Ello significa que, independientemente de cul sea la tendencia histrica que el proceso de acumulacin de capital impone a la distribucin de la renta, las relaciones de distribucin no pueden dejar de ser capitalistas antes de que las propias relaciones de produccin dejende ser tales. Por tanto, significa que, mientras subsista el modo de produccin capitalista, la distribucin podr, ciertamente, contribuir a mejorar o a empeorar, en determinada medida, la situacin relativa de una u otra clase, pero siempre dentro de los lmites, y en el marco, de una estructura social y econmica caracterizada por el antagonismo entre la clase propietaria del capital duea monopolista de la riqueza social burguesa y la clase obrera, definida, en su ms esencial naturaleza, como la clase donde radica y se acumula la pobreza (la pobreza social burguesa). Como escribe Geoffrey Kay (1979):

    La extrema desigualdad en la propiedad de la riqueza rentable es [...] una caracterstica de la sociedad capitalista que se resiste a todo cambio [...] la razn es sencilla: [...] es una condicin de existencia para la sociedad capitalista y en

    49 Rojo (1983), pp. 44 y 46.

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    consecuencia no puede cambiar en el seno de este sistema. Ya que la existencia de riqueza en la forma de capital dinero que produce ms dinero requiere, como contrapunto, una clase de hombres sin riqueza alguna en absoluto, dependientes para su supervivencia de su trabajo y sus salarios. Se trata de la clase obrera50.

    Esta perpetuacin de la desigualdad es una necesidad del capitalismo, una ley econmica objetiva del modo de produccin capitalista que deriva, en ltimo trmino, de la propia ley del valor, a travs de la actuacin de las leyes que rigen la evolucin del valor de la fuerza de trabajo y del plusvalor, o lo que constituye una forma subordinada de expresin de dichos valores la evolucin del salario y del beneficio. Existe, en realidad, bastante confusin sobre el autntico contenido del conjunto de leyes que descubri Marx acerca de la dinmica global del capitalismo (y no slo en torno a las leyes del salario y del beneficio); pero, cindonos a esta cuestin especfica, se hace preciso resaltar que la esencia de la cuestin radica en establecer el carcter regulado de la evolucin de salarios y beneficios: Marx insiste en negar la aleatoriedad de dicha evolucin, y dirige su esfuerzo, precisamente, a demostrar que existe una base objetiva (localizada en la propia naturaleza del sistema) que marca unos lmites bien definidos a la actuacin de todos aquellos factores que podemos resumir en la expresin de lucha de clases o lucha por la distribucin51

    Sin embargo, nada sera ms errneo que considerar que la naturaleza objetiva de la

    ley del salario depende de su inmovilidad a largo plazo o, al menos, de su vinculacin a una determinada magnitud, ms o menos fija, que habra que denominar subsistencia. Disentimos en esto radicalmente con L. . Rojo cuando, siguiendo el razonamiento de J. Roemer (1981), escribe que abandonar el supuesto de un salario real constante a largo plazo que ambos identifican con la tesis del mantenimiento del nivel de vida de subsistencia para el conjunto de la clase obrera significa abandonar la propia teora marxista del valor-trabajo, y su sustitucin por una teora alternativa, donde ya no existira ningn elemento objetivo de determinacin del nivel salarial, sino que, al contrario, ste que dara exclusivamente al socaire de la evolucin de la lucha de clase entre clase obrera y burguesa. Escribe Rojo que

    Una consecuencia inmediata del abandono de la teora del valor-trabajo es la posibilidad de desligar el modelo del supuesto especial referente al mantenimiento del salario al nivel de subsistencia [...] De acuerdo con la teora del valor-trabajo, el valor de la fuerza de trabajo vena dado por el valor de los medios de subsistencia necesarios para su reproduccin, expresado en el salario de subsistencia. Hay, desde luego, pasajes en la obra de Marx en los que ste acepta un componente sociohistrico en el concepto de subsistencia y admite que los salarios reales pueden elevarse en los periodos de fuerte acumulacin; pero como seala Roemer, el salario estricto de subsistencia [...] es el dominante, en ltimo trmino, como nica forma de evitar que el concepto se desvirte y de mantener el principio segn el cual tambin la fuerza de

    50 Kay (1979), pp. 1-2.

    51 En realidad, la lucha de clases es algo mucho ms amplio que la mera lucha por la distribucin, como tendremos ocasin de desarrollar en el apartado correspondiente al progreso tcnico y las leyes de la mecanizacin y capital izacin del proceso de produccin.

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    trabajo se intercambia por su valor. Si se abandona la teora del valor-trabajo y, con ella, tambin el supuesto especial del salario de subsistencia, se da paso a la teora ms general donde la tasa de beneficio y el salario real los determinan la lucha de clases y la fuerza relativa de stas, en el marco de las tecnologas disponibles, y la competencia establece los precios correspondientes de los bienes en los mercados52.

    A Rojo, el abandono de la teora del valor-trabajo le parece condicin indispensable para acceder a una teora ms general del salario, donde ste sera simplemente funcin de la lucha de clases. Tiene razn, desde luego, en una cosa: una teora del salario basada en la dinmica de la lucha de clases es incompatible con la teora marxista del valor: puede suponer, incluso, el abandono de toda teora del salario, en favor del ms puro empirismo. Pero donde no tiene razn es al suponer que el salario de subsistencia es un supuesto especial. El error radica en que, a diferencia del concepto de Roemer y Rojo, el concepto marxiano de subsistencia no supone ningn nivel eterno del salario, sino que, por el contrario, evoluciona l mismo con el nivel cambiante de las necesidades globales del proletariado.

    En realidad, este concepto de subsistencia tampoco fue entendido completamente por Maurice Dobb (1927), quien, en relacin con la admisin por Ricardo de un cierto papel desempeado por el hbito y la costumbre en la determinacin del salario, opina que admitir que una cantidad variable como el hbito era importante era admitir una fal la muy apreciable para la integridad de la teora [de lasubsistencia]53. Dobb opina, no que Marx le diera un nuevo contenido al concepto de subsistencia, sino que se apart parcialmente de la teora de la subsistencia destacando la fuerza de contratacin colectiva, aunque nose apart de Ricardo tanto que pudiera considerarse la cuestin como en teramente indeterminada o imprevisible54. Y concluye este autor afirmando, ambiguamente, que con Marx el predominio de la ley clsica perdur, aun cuando el factor social del conflicto de clases que brant su fuerza55.

    Pero dejemos para el epgrafe siguiente el desarrollo de este punto, y limitmonos aqu a comprobar cmo es sta una interpretacin muy frecuente entre los autores no marxistas espaoles que se han ocupado del tema56. As, por ejemplo, en una tesis doctoral dedicada, especficamente, a la teora de la distribucin funcional de la renta, Jess Ruza (1969) considera, con razn, que la frmula p/v, expresin de la tasa de explotacin o de plusvala, constituye la razn en virtud de la cual el producto nacional se distribuye entre las dos clases econmicas que conforman la sociedad capitalista. Sin embargo, la explicacin de la diversidad de mecanismos que inciden sobre dicha

    52 Rojo (1983), pp. 56-57.

    53 Dobb (1927), pp. 72-73.

    54 Ibid., pp. 74-75.

    55 Ibid., p. 75.

    56 En los epgrafes siguientes de este captulo podr comprobarse que no es ste un fenmeno tpicamente espaol, sino muy generalizado a escalainternacional.

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    distribucin queda reducida, para este autor, a poco ms que a las siguientes palabras: Ahora bien, el aumento de la produccin por unidad de trabajo va a parar siempre a la plusvala. Pero desde el momento en que en la teora marxista el nivel de los salarios no puede ir ms all del nivel de subsistencia, la fuerza de trabajo no puede participar en este incremento de productividad. Por consiguiente, la produccin experimenta un incremento, mientras que los salarios permanecen invariables57.

    Este autor no ha entendido tampoco que el que los salarios no puedan ir ms all del nivel de subsistencia no significa que no puedan crecer. Veremos posteriormente que la tesis de Marx es precisamente que los salarios reales deben crecer tendencialmente, como consecuencia, por cierto, de su participacin en los resultados del incremento de la productividad. Pero la confusin (reflejada en la tesis de Ruza) entre nivel de subsistencia de los trabajadores y fijeza o constancia del nivel de los salarios reales lleva, de forma directa, a muchos autores a considerar que la tesis de la depauperacin relativa de la clase obrera se refuta casi por s misma. El propio maestro de Ruza, el profesor Prados Arrarte a quien Juan Velarde considera como el mximo especialista espaol en la obra de Marx, de su poca cree suficiente sealar la evidencia del crecimiento de los salarios reales bajo el capitalismo para negar la teora de la depauperacin relativa del proletariado58.

    As, refirindose a la tesis doctoral de la autora francesa liane Moss (1956), escribe Prados: Como es perfectamente posible calcular los salarios reales, con mejor o peor fortuna, para un largo espacio de tiempo, esta cuestin es una proposicin confirmable. Sin embargo, ya pesar de que es evidente que los salarios reales han mejorado en el occidente extraordinariamente en el ltimo siglo, aquella marxista ortodoxa defiende la ley de la pauperizacin de Carlos Marx59.

    Una interpretacin similar es la que sostiene J. Requeijo (1983), pues, si bien este autor reconoce que Marx admita la posibilidad de subidas salariales ligadas al proceso de acumulacin de capital, esta idea le parece contradictoria con el pensamiento global de Marx, contrario, en su opinin, a dicha posibilidad. Requeijo se limita, en este punto, a repetir la conocida teora de Joan Robinson, segn la cual Marx sostuvo dos tesis contradictorias en relacin con el nivel de los salarios, consistiendo la contradiccin, segn esta interpretacin, en que, aun defendiendo l mismo, de forma preferente, la constancia a largo plazo de los salarios reales, sin embargo el propio Marx se vera ocasionalmente obligado a sostener la tesis, opuesta, de la tendencia a su elevacin: Joan Robinsn advierte que el argumento de la tendencia decreciente de la tasa de beneficio implica la necesidad de que aumente n los salarios reales ya que, de lo contrario, el incremento de la tasa de plusvala compensara el de la composicin de

    57 Ruza (1968), pp. 28-29 (el subrayado es nuestro).

    58 Claro que, como veremos, algunos intrpretes marxistas, fundamentalmente de los aos 1930 a 1960, contribuyern indirectamente a que esta postura intelectual se generaliza se en la literatura no marxista, al defender una teora de la depauperacin concebida como depauperacin absoluta.

    59 Vase Prados (1972), as como la Introduccin a la edicin de El capital (1967), de la editorial EDAF, preparada por Prados. Digamos, por otra parte, que . Moss sostiene, efectivamente, la errnea tesis de la depauperacin absoluta, que criticamos en el punto VI.1. de este captulo.

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    capital. Ah radica una de las ms conocidas inconsistencias del pensamiento de Marx60.

    Por ltimo, y una vez comprendido el sentido queda L. . Rojo al concepto de subsistencia, debemos aadir que tambin l concibe la tesis de la depauperacin como una depauperacin absoluta: As, aunque el desarrollo econmico impli que una demanda creciente de mano de obra, se mantendrn unas disponibilidades excesivas de fuerza de trabajo que impedirn que el salario real suba, a largo plazo, por encima del nivel de subsistencia; y el mantenimiento del salario real al nivel de subsistencia para los trabajadores ocupados, junto con el exceso creciente de oferta de fuerza de trabajo, caracterizan la depauperacin progresiva del proletariado que acompaa al desarrollo capitalista61.

    Repitamos, una vez ms, que el hecho de que los salarios reales nosuban por encima del nivel de subsistencia de la clase obrera no significa que los salarios reales nosuban. Al contrario, los salarios reales deben subir, precisamente para adaptarse al creciente nivel de necesidades que la clase obrera debe satisfacer para subsistir, conformese desarrolla la propia produccin capitalista. Pero, antes de desarrollar este punto, que exige un anlisis a fondo de los presupuestos conceptuales bsicos de la ley del valor, podemos presentar aqu las conclusiones de un excelente, pero desconocido, artculo espaol de 1949, que resume muy correctamente los puntos esenciales de la teora marxista del salario.

    En efecto, en dicho ao de 1949, Jos Manuel Garca balos publica un artculo en la revista Anales de Economa, sobre la teora marxista del salario, en el que hace un repaso de las diferencias existentes entre las teoras salariales de diversos autores clsicos (y de otros autores contemporneos y posteriores a Marx) y las del propio Marx, para pasar, en un segundo epgrafe, a analizar diversas crticas recibidas por la teora marxista, y terminar reivindicando la interpretacin correcta de dicha teora. Pero merece la pena detenerse en los distintos pasos que sigue el autor.

    Por lo que se refiere a los clsicos, Garca balos, tras repasar los rasgos comunes de la teora salarial de estos autores con la de Marx, nos recuerda que estas dos teora divergen entre s tanto como concuerdan62, sealando, concretamente, la diferencia consistente en que, mientras Malthus y Ricardo explican el salario mnimo por causas puramente demogrficas, Marx, por su parte, hace depender las fluctuaciones del salario del movimiento del ciclo industrial.

    Seala Garca balos, igualmente, el rechazo por parte de Marx de la teora salarial de las salle cuya ley de bronce considera como la expresin ms aguda de la teora salarial de Ricardo por que esta ley hace vacilar por completo la fe y la esperanza del proletariado en un porvenir mejor, y explica cmo, bajo la influencia de las doctrinas

    60 Reque ijo (1983), p. 21 (nota 15).

    61 Rojo (1983), p. 49.

    62 Garca balos (1949), p. 309.

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    de Marx, el Partido Socialista reunido en Erfurt en 1891 abandona la teora salarial formulada por las salle, que el partido haba incorporado al programa unitario de Gotha en 1875. Las crticas ejercidas por Marx consiguiern al fin hacer vacilar la fe en la creencia de la ley formulada por las salle, esta cruel ley63.

    Tras distinguir, a continuacin, la teora de Marx de la teora del fondo salarial de J. Mill, MacCulloc y J. S. Mill, as como de las teoras de Hermann y Brentano y de los optimistas Bastiat y Carey, Garca balos lleva a cabo una interesante comparacin entre Rodbertus y Marx, sealando que, si bien Rodbertus se muestra en una posicin intermedia, entre la que defienden los economistas morales (al estilo de Sismondi, Von Thnen, Menger y varios representantes del cristianismo social y del socialismo no marxista) y la defendida por por los economistas tericos, Marx, por el contrario, es el ms tpico representante de esta ltima corriente: Marx no sale nunca del campo de la ms pura teora. En Marx no se encuentran ms que consideraciones sobre las relaciones de causa a efecto, sin segundas intenciones polticas y sociales, ya que Marx no se ocupa ms que de las cuestiones siguientes: Qu movimiento sigue el nivel de los salarios? Cules son las causas que influyen estos movimientos? Las investigaciones de Marx no tienden ms que a encontrar las leyes a que est sometida la formacin del precio de la fuerza obrera de trabajo64.

    A continuacin, y tras repasar algunas de las crticas que se han dirigido contra el fundamento de la teora salarial de Marx, su teora del valor trabajo (por ejemplo, las de H. Herkner, A. Aftalion, G. Adler, B. Harms o K. Diehl), defiende el autor espaol la propia teora del salario de Marx, de algunas de las crticas recibidas. Critica, en primer lugar, al tradeunionismo optimista, cuyas teoras han sido visiblemente dictadas por el deseo de reconocer al movimiento sindical ya los salarios unas posibilidades de elevacin ininterrumpidas, lo que las lleva al sentir una cierta repugnancia a aceptar las teoras que partende un valor objetivo de la fuerza de trabajo65.

    Responde el autor sealando que la teora de Marx, por el contrario, no pone en duda la influencia del poder poltico, aunque no le reconoce ms que una cierta importancia dentro de los lmites asignados por las leyes econmicas. Si existe un valor de la fuerza de trabajo y si el precio de la mercanca debe adaptarse a ese valor, de aqu se deduce que la asociacin de obreros en sindicatos no puede mejorar las condiciones de trabajo de manera ilimitada66.

    Por idntica razn, critica el autor la tesis de E. Bernstein, segn la cual no existe ninguna ley natural en Economa que pueda dictar un cierto nivel de salarios... El problema de los salarios es un problema sociolgico y no podr nunca explicarse de

    63 Ibid., p. 312.

    64 Ibid., pp. 319-320.

    65 Ibid., pp. 327-328.

    66 Ibid., p. 327.

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    forma puramente econmica67. sta es tambin la tesis de otros autores, como Tugn-Baranovski, para quien el salario es slo funcin de la respectiva potencia econmica de los contendientes, o tambin, como hemos visto supra, de autores contemporneos, como Roemer o Rojo, que propugnan lasustitucin de la tesis especial del salario de subsistencia por la, ms general, de la competencia (entre obreros y capitalistas), como determinante del salario.

    Por ltimo, reviste especial importancia la crtica que realiza Garca balos de la teora salarial de A. Weber, W. Sombart y H. Herkner, donde el autor espaol reproduce correctamente, aunque expresndose de forma un tanto oscura, la tesis marxiana fundamental de la elevacin a largo plazo del salario real, acompaada del descenso del salario relativo de la clase obrera. Dejaremos para ms adelante el anlisis detallado de estos conceptos y consideraremos ahora las siguientes palabras de Garca balos, teniendo en cuenta que, con la expresin salario no minal, este autor no se refiere al salario expresado en moneda corriente como es el sentido habitual del trmino, sino al propio valor de la fuerza de trabajo o salario relativo de los trabajadores. En efecto, tras sealar que el salario no minal, es decir, el salario expresado en unidades de tiempo de trabajo, sufre una baja, insiste el autor: El mismo valor de cambio representa ahora un mayor valor de uso. Al expansionarse, la composicin orgnica del capital permite elevarse a los salarios reales (valores de uso), a pesar de que los salarios no minales (valores de cambio) sufran una baja. Si s